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¿ES TIEMPO DE CONTRUIR UNA CASA PARA EL SEÑOR?

HIMNOS:
OBJETIVO: reanimar el espíritu desfalleciente de la iglesia, e inspirarle con el deseo
de hacer grandes cosas para Dios y alentarlos para que se esfuercen en todo lo
posible para la construcción de un nuevo templo para Dios.
I. INTRODUCCION
Cuando Ciro el Grande derrotó a Babilonia (539 a. C.) instituyó inmediatamente
una política de conciliación. Esta política de conciliación permitió que el pueblo por
medio de un decreto el cual permitía el regreso de los judíos y la reconstrucción
del templo judaico de Jerusalén (Esd. 1: 1-4), bajo la dirección de Zorobabel
(Sesbasar 1:8) regresaron a su patria y poco tiempo después pusieron los
cimientos del segundo templo Esd. 2: 64; 3: 1 10. Sin embargo, los enemigos de
los judíos trataron de conseguir un edicto real que detuviera esa obra (Esd. 4: 5).
Pero, el Señor se interpuso a favor de su pueblo.
Sin embargo, después de un principio tan halagüeño, el trabajo del segundo
templo avanzó cada vez con mayor lentitud hasta que virtualmente cesó, debido
principalmente a la oposición continuada y los obstáculos puestos por los
samaritanos (Esd. 4: 1-5).

Los repatriados se descorazonaron y empezaron a cultivar sus propias tierras y a


edificarse moradas. Los que lloraban cuando se pusieron los cimientos del
segundo templo (ver com. Esd. 3:12) no se dieron cuenta cuánto contribuía su
ejemplo al desánimo de los que procuraban restaurar la casa de Dios.

Cuando el pueblo dejó de trabajar en la casa de Dios y dedicó su atención a sus


propias casas y tierras, el Señor lo castigó con una sequía, y lo hizo fracasar en
todos sus planes. (Hag. 1:6)

Como podemos notar, según el registro bíblico cuando los judíos regresaron a
Jerusalén fue en el primer año de Ciro (Esd. 1:6), llega a su tierra natal con toda la
euforia de hacer el tempo, pero al paso del tiempo se desanima, y es ahí cuando
el Profeta Hageo en el año segundo del Rey Ciro (Hag. 1:15) anima al pueblo a
retomar la reconstrucción del templo y es el año sexto que completa la
construcción (Eds. 6:15)

Por medio de este sermón deseo de reanimar el espíritu desfalleciente, e inspirarle


con el deseo de hacer grandes cosas para Dios y alentarlos para que se esfuercen
en todo lo posible para la construcción de un nuevo templo para Dios.
El mensaje de Hageo recibió tanto de parte del pueblo como de los gobernantes
una respuesta más favorable y pronta que la que se dio a cualquier otro profeta.
Por contraste, el mensaje de jeremías fue repudiado abierta y totalmente.
Hageo reprocha al pueblo por su negligencia en cuanto a la construcción del
templo. Los anima a edificar. Les promete la asistencia divina si lo hacen.

II. REPRENSIÓN DE LA INDIFERENCIA (1: 1-6)

Jehová de los ejércitos, el Dios que sobreabunda en poder y fuerza, el Dios del
cielo y la tierra, anima al pueblo que ya es hora de levantarse y edificar el templo
destruido. Pero a pesar de todo el pueblo sostiene la idea de que quizá el tiempo
de salida de Babilonia no era el tiempo de Dios y por lo tanto no era el tiempo de
reconstruir el templo. A veces hermanos queridos nos encontramos desanimados
pensando que aún no es el tiempo de construir casa para Dios, si este es tu sentir,
recuerda que, el pueblo estaba muy equivocado en cuanto a su pensar, porque en
realidad, si era el tiempo de Dios. Ahora déjame decirte que tú también estas
equivocado en pensar que aún no es tiempo de construir casa para Dios, quizá tu
digas ¿para qué? Aquí estamos cómodos, medita en que El Señor en su palabra
nos dice en Isa. 55:8-10 que los planes que tú tienes, no son como los que Dios
tiene para esta su iglesia, yo doy por sentado mi fe que es el plan de Dios que su
iglesia pueda tener un lugar propio, pero debemos dejar de lado la indiferencia y
ver esto como el tiempo que Dios desea que sea.

Vale la pena recordar que Dios reprocha a los judíos porque permitieron que su
cómoda forma de vivir en casas bien confortables les impidiera ver la necesidad
de reconstruir el templo. Con frecuencia nosotros solo tenemos en cuenta
nuestras necesidades materiales y no vemos las necesidades espirituales ni las de
la obra de Dios en la tierra. Mientras nosotros pospongan la edificación de la casa
espiritual del Señor (1 Ped. 2: 5), se demorará la terminación de ella.

Gracias a Dios por lo que él nos ha dado para edificar nuestra casa o tener lo
necesario para ella, pero es tiempo de mirar que Dios pide tu ayuda para que su
templo tenga lo necesario y no esté en escombros.

Iglesia querida El Señor nos exhorta al hombre para que razone y piense con
seriedad en cuanto a su vida.

III. LA RAZÓN DE LA SEQUÍA, (1: 7-11)

Dios nuevamente vuelve a pedir que el pueblo “meditara un su camino”. Ahora


Dios pide a través del profeta que se pongan manos a la obra, que sigan
aplazando mas la fecha de levantar el lugar de adoración, pide al pueblo que vaya
a la montaña y busque madera, El pide al pueblo que haga su parte y Dios
también hará la suya al decir “pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado”. Al
igual que este pasaje Dios pide lo mismo de todos los presentes, Jehová de los
ejércitos promete hacer su parte, el claramente lo ha dicho “probadme dice el
Señor, a ver si no abro las ventanas de los cielos, hasta que sobre abunde” (Mal.
3:10), el promete que va hacer su parte, cuando nosotros hagamos la nuestra,
piensa y actúa, toma la iniciativa y veraz como Dios así lo hará. Da ese paso de fe
y el mar rojo se abrirá y veraz la gloria de Dios. Elena de White dijo en cierta
ocasión: Aunque Josué había recibido la promesa de que Dios derrocaría
ciertamente a los enemigos de Israel, realizó un esfuerzo tan ardoroso como si el
éxito de la empresa dependiera solamente de los ejércitos de Israel. Hizo todo lo
que era posible para la energía humana, y luego pidió con fe la ayuda divina. El
secreto del éxito estriba en la unión del poder divino con el esfuerzo humano. Los
que logran los mayores resultados son los que confían más implícitamente en el
brazo del Todopoderoso. —Historia de los Patriarcas y Profetas, 543, 544 (1890).
Si deseamos ver el sueño que se tiene en mente, entonces. Debemos pedir con fe
y hacer nuestra parte y Dios obrara en nuestro favor.

IV. REACCIÓN DEL PUEBLO FRENTE AL MENSAJE DEL PROFETA (1: 12-
15)

Al escuchar todas estas palabras el pueblo temió y ese temor reverente los llevo a
una obediencia práctica, no solo de palabra sino de acción.
Es aceptado el arrepentimiento de ellos, y Dios les promete su protección (Sal. 23:
4; 91: 15; Isa. 43: 2). De igual manera Dios nos habla por medio de sus profetas,
está en nosotros hacernos oidores, sino hacedores, no nos quedemos de brazos
cruzados o quizá dando palabra de desaliento a los que, si desean hacer esta
obra de levantar un templo para su Señor, cobremos animo en la promesa, no
perdamos la fe, tengamos la seguridad que Dios hoy nos dice “Yo estoy con
vosotros”, y ¿si Dios es con nosotros, quien contra nosotros?

El Espíritu de Dios (Hag. 1:14) animo a todos a trabajar por la obra de Dios en la
edificación de un templo para él. Es tiempo de ponernos manos a la obra y permitir
que nuestros ojos puedan ver un lugar digno de adoración para nuestro Dios.

V. LLAMADO

Es tiempo de dar a Dios el primer lugar en nuestras prioridades, gracias a Él


tenemos lo necesario, es tiempo de darle a Él lo que se merece, hagamos tesoros
en el cielo y permitamos ser un canal de bendición para los demás al poder
colocar todo lo que tenemos a las manos de Dios, meditemos en lo que estamos
haciendo por la causa y la casa de Dios, pongámonos manos a la obra y
permitamos que lo humano se fusiones con lo divinos y veamos milagros
grandioso, no salgas de la iglesia con un mensaje más en tu cerebro, permite que
este mensaje se haga una realidad y puedas ponerte manos a la obra y así el
espíritu de Dios motive tu corazón a trabajar por él.

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