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Historia

Se denomina "rabia paralítica o paresiante" a la rabia del ganado transmitida por el vampiro común (Desmodus rotundus).

Es una enfermedad infectocontagiosa de origen viral que afecta el sistema nervioso central de los mamíferos como los
bovinos, equinos, caprinos, ovinos, porcino, etc., incluidos los humanos, por lo que
también se considera una zoonosis de interés para la salud pública. El curso de la
enfermedad es agudo, progresivo y en la mayoría de los casos es mortal. Se transmite
a través de la saliva de los animales infectados, por medio de la mordida o el contacto
de esta con alguna herida o rasguño en la piel.

Es una encefalomielitis viral aguda. Una vez aparecen los síntomas clínicos es
invariablemente mortal. La rabia se puede encontrar en todo el mundo, pero unos
pocos países están libres de la enfermedad debido al éxito de los programas de
erradicación, y/o en virtud de su estado aislado, y por aplicar reglamentaciones
rigurosas de cuarentena

La rabia paralítica de los bovinos recibe en cada


país de la América Latina diferentes nombres: “mal de caderas” y “rabia paresiante”
en la Argentina; “peste das cadeiras” en el Brasil; “hueguera” y “renguera” en Este padecimiento es
Colombia y Costa Rica; “derriengue”, “derrengue” y “tronchado” en México; considerado de alta
“huequera” en Panamá; “mal de caderas” y “tumbibaba” en el Paraguay. Tellez importancia para la salud
Girón sugirió el nombre de rabia desmodina para uniformar su designación, pero pública debido a que es una
consideramos más apropiado el de “rabia transmitida por murciélagos” ya que zoonosis.
pueden ser afectados tanto el hombre como los animales domésticos y no siempre
en forma paralítica.

Algunos de los signos clínicos más comunes de la rabia paralítica o Derriengue son la incoordinación, parálisis ascendente
progresiva desde las patas traseras (postración similar a un perro sentado, paso vacilante, decúbito lateral (movimientos de
carrera una vez postrados en el suelo), flexión del cuello, salivación excesiva. Estos signos pueden ser comunes a otras
enfermedades que afectan el sistema nervioso central, los animales deben aislarse del resto del hato y es importante
considerar el alto riesgo al manipular un animal sospechoso a rabia por los propietarios del ganado afectado, para lo cual
deben tomarse algunas precauciones básicas como el lavado de
manos con jabón y dar aviso a las autoridades competentes; el
personal médico veterinario es el indicado para determinar si se
colectan muestras y la disposición del cadáver del animal, así
como las medidas de prevención y control.

El murciélago hematófago o vampiro (Desmodus rotundus)


es el principal transmisor de la rabia paralítica hacia el
ganado en América latina. Estos murciélagos habitan en una gran diversidad de refugios naturales y los
elaborados por el humano, como son árboles huecos, túneles, minas, cuevas, casas abandonadas, pozos,
alcantarillas, grietas o fisuras en las paredes rocosas, etc.

En Venezuela en 2008, un total nacional de 43 focos de rabia en bovinos en 11 estados, fueron confirmados
oficialmente hasta el 31 de octubre de 2008 por el Ministerio de Agricultura y Tierras y el Servicio Autónomo de
Sanidad Agropecuaria – SASA.

Agente Etiológico
Grupo rhabdovirus,

Género Lyssavirus

Familia rhabdoviridae. Helicoidal; 45-100 a 100-430 Sensible a


formol, fenol, alcohol Muy sensible a la luz ultravioleta y al calor
Viable durante varios días en cadáver a 20º C Viable durante años
en tejidos entre -30º C y -80º C.

Transmisión y patogénesis:

La transmisión se produce casi siempre por la


introducción de la saliva cargada de virus dentro de
los tejidos, normalmente por la mordedura de un
animal con rabia. Aunque mucho menos probable, es
posible para el virus causar la infección desde la
saliva, las glándulas salivales o el cerebro entrando en
el organismo a través de heridas frescas o por
mucosas intactas. Generalmente, la saliva comienza a
ser infecciosa al mismo tiempo que se dan los
síntomas clínicos, pero es posible que los perros y
gatos eliminen el virus varios días antes de la
aparición de ellos. La excreción del virus en mofetas
se ha descrito hasta 8 d antes del comienzo de los
síntomas. El virus de la rabia no se ha aislado de la
mofeta almizclera. El período de incubación es
prolongado y variable; normalmente, el virus permanece en la zona de inoculación durante un tiempo considerable. La inusual
duración del período de incubación permite explicar cómo realizar un tratamiento posterior a la exposición, incluida la práctica
en el ser humano de infiltraciones locales de suero hiperinmune que resulta eficaz. La mayoría de los casos observados en
perros ocurren entre 21- 80 d después de la exposición, pero el período de incubación puede ser más corto o
considerablemente más largo. Se ha descrito un caso real de rabia en un hombre que tuvo un período de incubación de >6
años. Los virus se propagan a través de los nervios periféricos hasta la médula espinal y ascienden hasta el cerebro. Una vez
alcanza el cerebro, el virus normalmente viaja por los nervios periféricos eferentes hasta las glándulas salivales. Si un animal
es capaz de transmitir la rabia a través de la saliva, el virus será detectado en el cerebro. El virus es excretado
intermitentemente en el cerebro. La transmisión hematógena no sucede. Bajo la mayoría de circunstancias, no existe peligro
de transmisión de la rabia vía aerosol. Sin embargo, la transmisión vía aerosol ha ocurrido bajo condiciones muy especiales,
en las cuales el aire contenía una alta concentración de partículas suspendidas o gotitas portadoras de partículas virales.
Estas circunstancias han sido estudiadas en laboratorio bajo situaciones ideales de transmisión. También se ha descrito la
transmisión mediante aerosol en una cueva de murciélagos. El aerosol que contenía el virus fue producido por secrecciones
orales y nasales de decenas de millones de murciélagos. La infección por aerosol puede producirse por la fijación directa del
virus a las terminaciones nerviosas olfativas finales.

Forma paralítica:

Esta se manifiesta primero por una parálisis inicial de la garganta y de los músculos maseteros, a menudo con salivación
profusa e incapacidad para deglutir. En los perros es habitual la caída de la mandíbula inferior. Los dueños frecuentemente
examinan la boca de los perros y del ganado, buscando un objeto extraño, o administran medicación sin proteger sus manos,
exponiéndose así a la rabia. Estos animales pueden no ser agresivos y rara vez tratan de morder. La parálisis progresa
rápidamente a todas las partes del cuerpo y al cabo de pocas horas sobrevienen el coma y la muerte.
Diagnóstico:

El diagnóstico clínico es difícil, especialmente en áreas donde la rabia no es frecuente y no se tiene que ser confiado cuando se
trata de decisiones de Salud Pública. En los estadios iníciales, la rabia puede confundirse fácilmente con otras enfermedades o
con tendencias agresivas normales. Por lo tanto, está indicada la confirmación de laboratorio cuando se sospecha de rabia y se
requiera un diagnóstico definitivo. Los animales sospechosos deben ser eutanasiados y la cabeza ha de enviarse al laboratorio.
Las pruebas de rabia deben ser realizadas por un laboratorio cualificado, designado por la Administración Pública con
competencia Sanitaria de acuerdo con los protocolos nacionales estandarizados. La prueba de elección es la microscopía

Enfermedades con las que se pueden confundir

Encelopatia esponjiforme bovina (causada por priones) Encefalomielitis bovina esporatica.

Causada por cepas de inmunotipo 2 de Chlamydia psittaci, las clamidias penetran la barrera intestinal y pasan al torrente
sanguíneo dirigiéndose al cerebro

Riesgos zoonóticos:
Cuando una persona está expuesta a un animal sospechoso de tener rabia, debe evaluarse cuidadosamente el riesgo de
transmisión de la rabia. La determinación del riesgo debe incluir la consideración de qué especie de animal se trata, la
prevalencia de la rabia en la zona, si ha ocurrido una exposición suficiente para transmitir la rabia, y la situación actual del
animal y su disponibilidad para pruebas diagnósticas. Los carnívoros salvajes y los murciélagos presentan un riesgo considerable
allí donde ocurra la enfermedad, prescindiendo del hecho de que se haya visto un comportamiento anómalo. Los murciélagos
insectívoros, aunque pequeños, pueden ocasionar una herida con sus dientes y nunca deben apresarse ni manipularse con las
manos desprotegidas. Dado que las mordeduras de murciélago a menudo pasan inadvertidas, el contacto directo con ellos
podría considerarse una exposición de riesgo. Cualquier carnívoro salvaje o murciélago sospechoso de transmitir la rabia a una
persona, se debe considerar rabioso a no ser que se demuestre lo contrario con una prueba de laboratorio; esto incluye
murciélagos encontrados en habitaciones con personas dormidas o de algún modo inconscientes. Aunque algunas personas
tengan animales salvajes como "mascota", si uno de estos animales expone a una persona o a un animal doméstico, el animal
salvaje deberá ser tratado como tal.
Afortunadamente la rabia en bovinos es prevenible por vacunación de los rebaños y mediante la reducción de las
poblaciones de murciélagos hematófagos o vampiros, actividad esta que muy poco ahora se practica como
debiera.
Los ganaderos debidamente asesorados por sus médicos veterinarios, deben considerar vacunar anualmente o
revacunar en caso de focos circunvecinos contra la rabia, todos los rebaños de ganado bovino, sin olvidar los
caballos, mulas y burros en las explotaciones.

Medidas para la prevención

1. Vacunación antirrábica
A través de la aplicación de la vacuna en las diferentes especies ganaderas se pretende prevenir que los animales
mueran por infección por rabia y en consecuencia disminuir el número de casos en poblaciones en riesgo de
contraer la enfermedad.

El esquema de vacunación para los bovinos y especies ganaderas debe iniciar a partir del primer mes de edad y
revacunar cuando cumplan 3, 6 y 12 meses de edad, y posteriormente, aplicar un refuerzo de manera anual.

2. Control de las poblaciones de murciélago vampiro


El control del murciélago vampiro está encaminado a reducir el número de individuos en sus poblaciones y en
consecuencia disminuir el número de agresiones al ganado, para minimizar el riesgo de transmisión de la
enfermedad.
Existen diferentes técnicas para llevar a cabo estas actividades, las cuales son realizadas principalmente por
médicos veterinarios especializados debidamente capacitados.

El tratamiento tópico de los murciélagos vampiro es una estrategia que actualmente se utiliza para el control de
sus poblaciones de manera selectiva, el cual, se lleva a cabo en corrales y refugios; consiste en que una vez
capturados los murciélagos se les aplica pomada vampiricida, posteriormente son liberados con el fin de que
regresen a sus colonias y con base en su comportamiento gregario y hábitos de acicalamiento, otros murciélagos
ingieran el tópico y así provocar una hemorragia interna en ellos, provocándoles la muerte. Es importante recalcar
que aunque los vampiros tratados pueden ubicarse en refugios compartidos con otras especies de murciélagos
(frugívoros, insectívoros, etc.) estos últimos no son afectados por el producto vampiricida, ya que están bien
definidos sus nichos y no tienen una relación estrecha entre especies distintas, es decir el tratamiento hacia los
vampiros es específico para esta especie.

3. Vigilancia activa y atención de los casos diagnosticados por laboratorio


La vigilancia se realiza a través del diagnóstico por laboratorio y las notificaciones de animales sospechosos que
padecen clínicamente la enfermedad, lo que permite aplicar medidas zoosanitarias en los hatos afectados para
controlar y atender la enfermedad en un radio focal y perifocal de poco más de 10 Km en los alrededores de la
notificación.

El diagnóstico se realiza por medio de la prueba de Inmunofluorescencia Directa (IFD), a través de los laboratorios de
referencia y autorizados. Esta prueba resulta ser altamente sensible y específica (más del 99 y 98% respectivamente)
para el diagnóstico de la rabia.
4. Capacitación y difusión
La difusión de la información sobre la prevención de la enfermedad es una de las estrategias que contempla esta
Campaña, la cual se lleva a cabo a través de medios de comunicación como son la radio, televisión, prensa, y
mediante impresos (entrega de trípticos, carteles y manuales técnicos).
La capacitación se lleva a cabo mediante la impartición de pláticas, conferencias, cursos o talleres locales, regionales,
estatales y nacionales.

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