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Andrea Leis Regueiro

3º CR Arqueoloxía

Práctica 2. Pintura mural romana.

1. Tecnología de elaboración.

La pintura mural romana es una expresión artística de la cual se tiene un vasto conocimiento en
lo relativo a su técnica, no sólo debido a análisis físico-químicos, de conservación y arqueológicos;
sino también gracias a autores como Plinio, Catón o Vitrubio, entre otros, que recogieron en sus
escritos las diferentes etapas, materiales, métodos, etc. que se realizaban. Basándonos en la
literatura (clásica y contemporánea) existente sobre tecnología de elaboración de pintura mural,
distinguimos, en orden decreciente de profundidad, tres capas o estratos en el fragmento
protagonista:

- Un revoco hecho a base de granito molido y cal a una dosificación de 2:1, el cual
distinguimos porque hay una “grieta” que permite ver, en algunos lugares, una superficie
diferente sobre la que se asienta el resto de soporte. Detrás de este revoco se aprecian
zonas de asentamiento de fragmentos de árido de gran tamaño (cantos)
correspondientes a otra capa de revoco más grosero. Se ven granos de distintos tamaños
en la composición del mortero, sobre todo grueso y medio; y también hay una gran
variación cromática, desde marrones más oscuros a cremas, pasando por tonos rosáceos
y más naranjizos en los cuarzos y feldespatos. Además, hay fragmentos de árido de un
tono rojo intenso que puede que sea puzzolana.
- Un revoco en contacto directo con el enlucido, de igual composición y dosificación que
el anteriormente descrito.
- El enlucido o revestimiento superficial, es la capa de hidróxido de cal que recibe la
“pintura” mientras está húmeda.
- La capa pictórica, realizada al fresco y mayoritariamente de color rojizo. Esta técnica
pictórica consiste en aplicar los pigmentos disueltos en agua sobre el enlucido todavía
húmedo, algo que condiciona mucho la velocidad de trabajo, por ello en ocasiones es
posible distinguir las jornadas. A pesar de que es necesario avanzar la limpieza antes de
establecer ante qué colores y pigmentos nos encontramos, la tonalidad rojiza hace
pensar en el óxido de hierro (hematites, Fe2O3).

La pintura mural está, en origen, indefectiblemente ligada a una estructura inmueble que le sirve
de soporte. Esto explica algunas de las sensibilidades específicas de los objetos pertenecientes a
esta categoría, es decir, sus factores internos de alteración. Por ejemplo, la fragmentación puede
deberse a un derrumbe; en el cual las partas altas se verían más intensamente afectadas que las
cercanas al suelo. El hecho de que en esta técnica se trabaje por capas también puede

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considerarse un factor potencial de alteración, pues podemos observar una separación por capas
o una separación del soporte.

Imagen 1. Frente del fragmento de pintura mural. Imagen 2. Reverso del fragmento de pintura mural.

Imagen 3. Perfil del fragmento de pintura mural


(donde se aprecia la grieta entre revocos). Imagen 4. Perfil del fragmento de pintura mural.

2. Diagnóstico y estimación de riesgos.


2.1. Diagnóstico.

Este fragmento de pintura mural pertenece a un conjunto procedente de Lugo, territorio cuyos
suelos (y en general, los del noroeste de la Península Ibérica) se caracterizan por tender a valores
de pH ácidos y permeabilidad media-alta a líquidos y gases. Esto explica algunas de las principales
afecciones del fragmento de pintura mural, el cual ha estado enterrado en un sustrato de dichas
características durante siglos.

El depósito terroso (de un tono, según MIC: 5YR 4/1) que presenta el total del fragmento de
pintura mural se debe a su naturaleza de bien arqueológico que ha estado enterrado, como se
menciona anteriormente. El agente de alteración que suscita esta afección es de origen antrópico
e indirecto: el abandono del edificio o asentamiento en el que se encontraba el conjunto de la
obra, que provoca que se vayan depositando capas y capas de tierra hasta llegar al enterramiento
total o parcial de la estructura inmueble.

El objeto, en sí mismo, es un fragmento de un único panel de pintura mural, por lo que la


fragmentación también sería una forma de alteración. En esta ocasión el agente podría ser un

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impacto, sea debido al colapso de la estructura inmueble o debido a una extracción, manipulación
o transporte poco cuidadosas. Esto también puede haber causado la pérdida de algunas partes
de la capa pictórica.

La operación de extracción y la gestión de los bienes arqueológicos excavados son dos factores
muy relacionados con la siguiente forma de alteración, ya que lo primero que apreciamos sobre
la capa pictórica es un engasado adhesivo muy notablemente deteriorado. El origen, en esta
ocasión, es antrópico indirecto, ya que sabemos que fue realizado por los conservadores de una
empresa que quebró, quedando los bienes patrimoniales en un estado de semi-abandono
durante mucho tiempo. El proceso que ha regido este deterioro es la degradación de un
tratamiento originalmente diseñado para ser temporal aplicado durante mucho tiempo. A su vez,
esto enlaza con la alteración cromática y la gran afloración de hongos presentes entre la gasa y
encima del adhesivo o capa pictórica, ambas originadas por una colonización fúngica,
probablemente atraída debido a la existencia de materiales orgánicos (gasa de algodón, adhesivo)
que sirve de sustento a los ya mencionados organismos. Hay, también, pequeñas partículas de lo
que parece cal adheridas al engasado (por encima y por debajo de la gasa).

Imagen 5. Detalle de colonización fúngica bajo la gasa y Imagen 6. Detalle de colonización fúngica bajo la gasa y
sobre la capa pictórica. sobre la capa pictórica.

Pasando a la parte trasera, los dos revocos sufren una disgregación bastante acusada, la cual es
especialmente notable al manipular la pieza con el mero fin de trasladarla a las distintas zonas
del laboratorio. En esta ocasión, hay que buscar los motivos de esta forma de alteración en el
medio de enterramiento: la lluvia y el propio sustrato geológico se combinan para causar un
ataque ácido en un material de tanta sensibilidad a los pH bajos.

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2.2. Estimación de riesgos.

En términos de futuro, debemos tener especialmente en cuenta las fuerzas físicas, a las cuales
este fragmento y el conjunto de la pintura mural parece especialmente susceptible, por sus
grandes dimensiones y peso. Esto hace que la mera manipulación sea una operación muy
delicada, cuando hablamos del conjunto de pintura mural, aunque para el fragmento también es
uno de los principales riesgos. El impacto físico podría suponer la separación definitiva de las dos
capas de revoco, e incluso podría suponer una fragmentación mayor; por lo que una
manipulación descuidada o inconsciente podría suponer la destrucción para este objeto. Esto
puede solucionarse con una manipulación cuidadosa o elaborando un soporte o embalaje que
facilite la manipulación sin que ello suponga pérdida matérica o riesgo de impacto.

Para evitar que, de nuevo, se produzca una colonización fúngica, debemos asegurarnos de que
existe un control sobre los parámetros que posibilitan la aparición de este agente: temperatura,
luz y altos niveles de Humedad Relativa. Es por ello que deben evitarse Humedades Relativas
superiores al 65% y temperaturas elevadas (superiores a 20ºC), así como la fluctuación excesiva
en estos parámetros, ya que si añadimos la luz a la ecuación obtenemos las condiciones ideales
de desarrollo fúngico. Si es posible mantenerlo a oscuras y en un lugar frío, por ejemplo, en una
nevera, este problema se vería limitado.

Por último, es importante que se produzca una inserción de todos los fragmentos conservados
hasta volver a lograr que la pieza sea unitaria. Esto puede proteger de sufrir, de nuevo, disociación
y abandono; ya que podría avanzarse en operaciones complementarias como investigación
(arqueológica, histórico-artística, etc.) o incluso musealización o exposición.

3. Propuesta de tratamiento.
• Consolidación de los revocos con agua de cal.
• Remoción del engasado.
o Prueba de extracción mecánica de la gasa.
o Prueba en húmedo.
o Prueba con gel de acetona.
▪ Neutralización con ligroína-etanol (70-30%).
• Limpieza mecánica de la superficie pictórica.
o Con hisopo.
o Con pincel suave: restos de depósito más próximos a la capa pictórica.
• Limpieza mecánica en húmedo.

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o Con pincel suave y agua desionizada: para acabar la limpieza, el objetivo es ir


desagregando el depósito terroso y retirando el agua terrosa resultante con
hisopo.
o Con hisopo y agua desionizada.
• Limpieza con un disolvente polar y volátil: acetona.

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