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41 - 2020
SEPARATA
ÍNDICE
Pocos son los datos que brindan las fuentes historiográficas griegas y ru-
manas sobre la vida de Dimitrios Catardsís (Δημήτριος Καταρτζῆς)2, aunque sí lo
1
Sobre la figura y la obra de D. Catardsís son imprescindibles y fundamentales las investigaciones de
Dimarás (20028: 177-243) y Kitromilidis (20003: 202-220).
2
Para citar y escribir en español los nombres de autores griegos modernos, seguimos el modelo de
transcripción (fonética) –que no transliteración (grafemática)– del griego moderno de P. Bádenas de
la Peña (1984), salvo el dígrafo <τζ> que transcribimos por <ds> para reproducir en español, en la
medida de lo posible, la africada alveolar sonora griega [d̑z] (Καταρτζῆς [katardzís] > Catardsís), y
los dígrafos <γι> [j(i)] y <γε> [je] que transcribimos respectivamente por <yi> [ji] y <ye> [je] (Γεωργίου
[jeorjíu] > Yeoryíu); obviamente los dígrafos <λλ> [l], <νν> [n] o <ββ> [v] los transcribimos
respectivamente por <l> [l], <n> [n] y <v> [v] (Σαββίδης [savíδis] > Savidis, Ἰωάννινα [ioánina] >
Ioánina, Γραμματάς [γramatás] > Gramatás). En la inmensa mayoría de los casos transcribimos tanto
nombre de pila como apellido del autor (Ἀδαμάντιος Κοραῆς [aδamándjos koraís] > Adamandios
Coraís), salvo en el caso de nombres de clérigos o jerarcas eclesiásticos o dignatarios fanariotas que
preferimos traducirlos al castellano (Κύριλλος Λούκαρις > Cirilo Lúcaris, Νικόλαος Μαυροκορδάτος
> Nicolás Mavrocordatos). De todos modos, para evitar cualquier asomo de duda, adjuntamos entre
paréntesis el nombre original griego cuando lo referimos por primera vez. Sería muy deseable que
hubiera una transcripción (fonética) española homogénea de los antropónimos y topónimos
neogriegos que reproduzca la realidad fonética del griego moderno conforme a las convenciones
ortográficas y grafemáticas del español, teniendo en cuenta el desconocimiento del alfabeto griego
y su pronunciación moderna por parte de la inmensa mayoría de los hispanohablantes. De este modo
se evitarían dobletes grafemáticos, como Kazantzakis [kaθantθάkis] y Casandsakis [kasandzákis]
del original griego Καζαντζάκης [kazandzákis]. Esta misma propuesta la realizan para el italiano
C. Carpinato - O. Tribulato 2014: 219-220.
3
Tanto Valaquia como Moldavia se liberaron del dominio húngaro y se constituyeron como prin-
cipados independientes a mediados del siglo XIV, pero un siglo más tarde fueron derrotados por los
otomanos y se convirtieron en Estados vasallos del Imperio Otomano, que servían de frontera al
oeste (Transilvania) con el Imperio Austrohúngaro. Desde comienzos del siglo XVII los vaivodas
(gobernadores) de ambos principados fueron designados por la Sublime Puerta.
4
Gran dragomán de la Sublime Puerta y vaivoda de Moldavia en cuatro ocasiones (1733-1735, 1741-
1743, 1748-1749 y 1769) y de Valaquia en seis (1730, 1731-1733, 1735-1741, 1744-1748, 1756-1758 y
1761-1763). Vid. lámina I.
274
Dimitrios Catardsís ( ca. 1730-1807): semblanza de un romeo ilustrado
5
Catardsís 1999: 7-8.
6
Profesor en la Academia Patriarcal de Constantinopla entre 1752 y 1760 y autor del tratado grama-
tical de griego antiguo Sobre las partículas (Venecia 1764), cf. Legrand, Bibliographie XVIII: II, 28-29,
nº. 610, y Catardsís 1999: 155.
7
Catardsís 1999: 86.
8
Editor de una antología de poemas encomiásticos (Leipzig 1777) dirigida al vaivoda de Valaquia
(1774-1782) Alejandro Ipsilandis (Ἀλέξανδρος Ὑψηλάντης, 1726-1807), cf. Legrand, Bibliographie
XVIII: II, 250-251, nº. 898.
9
Director de la Academia Patriarcal a intervalos desde 1726. Fue autor de un tratado Sobre la descom-
posición (Περì σήψεως), cf. Catardsís 1999: 48, 198, 315.
10
Profesor en las escuelas del monte Atos, Quíos y Adrianópolis (Edirne), Bucarest (Valaquia) y Braşov
(Transilvania), cf. Catardsís 1999: 156, 159-160. Entre sus obras destaca su Comentario introductorio al
cuarto libro de la Gramática de Teodoro [Gaza] (Bucarest 1768), cf. Legrand, Bibliographie XVIII: II, 77-
80, nº. 680.
11
Profesor en la escuela de su ciudad natal Tirnavo (Tesalia) y Bucarest (Valaquia), cf. Catardsís 1999:
33 y 86.
12
Es el mismo médico conservador y retrógrado con el que Josefo Misiódax (Ἰώσηπος Μοισιόδαξ, 1725-
1800) mantuvo una disputa a su paso por la ciudad transilvana de Braşov en 1777, y al que Adamandios
Coraís (Ἀδαμάντιος Κοραῆς, 1748-1833) le dedica palabras de elogio por su pericia gramatical en su
edición de los Discursos y epístolas de Isócrates (París 1807: I, XXXI), cf. Anguelu 1976: 159-173 y
Dimarás 20028: 195 y 491.
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Guillermo MARÍN CASAL
13
Dimarás 20028: 189.
14
Cortesano de los principados de Moldavia y Valaquia desde finales del siglo XIV.
15
Canciller, máximo responsable del sistema judicial, así como de la recaudación de tributos.
16
Gracias al apoyo de Rusia durante la guerra ruso-turca por el dominio del sur de la actual Ucrania y
la península de Crimea (1768-1774).
17
Con este título firma un epigrama panegírico que compuso en griego arcaizante con ocasión de la
inauguración del kiosco otomano que erigió en las orillas del lago de Herestrau de Bucarest el
fanariota Alejandro Ipsilandis (1726-1807) durante su vaivodato de Valaquia entre 1774 y 1782. Vid.
lámina II.
18
Responsable de los almacenes reales y del erario público en las cortes de Moldavia y Valaquia.
19
Catardsís fue uno de los promotores del programa de reformas legales, educativas, recaudatorias y
militares que promovió en Valaquia Alejandro Ipsilandis durante su vaivodato de Valaquia entre
1774 y 1782.
20
Era más joven que su esposo y al igual que él hablaba francés, según cuenta Mijaíl Perdicaris (Μιχαὴλ
Περδικάρης, 1766-1828) en un epigrama satírico fechado en torno a 1800, cf. Dimarás 20028: 179-180.
Este vínculo con la lengua y la cultura francesas también lo encontramos en su nieto Barbu Catargiu
que cursó estudios universitarios en París.
21
Dimarás 20028: 190-191.
22
Como su padre, recibió el título de copero (παχάρνικος, paharnic) de la corte. Fue uno de los 186
suscriptores que financiaron la edición de 240 ejemplares de los dos volúmenes de la Enciclopedia
Helénica (Βιβλιοθήκης Ἑλληνικῆς βιβλία δύο, Venecia 1807) de Antimo Gaza (Ἄνθιμος Γαζῆς, 1758-1828),
cf. Iliú 1975: 130-1. No debe confundirse con el boyardo moldavo Ştefan Catargiu (1789-1866), del
linaje de los Catargiu que se afincó en Moldavia a partir de 1633.
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Dimitrios Catardsís (ca. 1730-1807): semblanza de un romeo ilustrado
23
En 1783 Catardsís está enseñando a su hijo francés, cf. Catardsís 1999: 36 y 39. Menciona su nombre
Stéfanos (Στέφανος) en diversos pasajes de su Gramática de la lengua romaica (1788).
24
Dimarás 20028: 191. Cursó estudios elementales en la escuela griega Măgureanu de Bucarest y
Filosofía y Letras en París (1825-1834). Líder del partido conservador, fue asesinado seis meses más
tarde de su nombramiento como primer ministro.
25
Τερπιχαρής μ᾿ ἐδόμησε σοφός τ᾿ ἐν πᾶσι δυνάστης· / φεύγετ᾿ ἄρ᾿ ὅσσ᾿ ἀρχῆς ἀμφίπονοι μελέται / καί μ᾿
εἴσελθε μόνη τοῦ εὖ δρᾶν δεῦρο ταχεῖα / καὶ γὰρ προσφυὴς ἦσθα σὺ ὧδε μόνη, cf. Velarás 1777: 36 y
Catardsís 1999: 436.
26
Profesor de gramática griega antigua oriundo de Ioánina. Lo encontramos desde 1776 afincado en
Bucarest, donde dirigió la Academia Principesca de Bucarest entre 1792 y 1805. Discípulos suyos
fueron algunas de las figuras relevantes de la cultura griega, rumana y búlgara del siglo XIX: Neófitos
Ducas, Azanasios Jristópulos (Ἀθανάσιος Χριστόπουλος, 1772-1847), Miguel Jristaris (Μιχαὴλ
Χριστάρις, 1773-1851), Dinicu Golescu (1777-1830) o Nikola Pikolo (Νικόλαος Πίκκολος, 1792-1865).
27
Fue reimpresa con algunos errores por Sazas (1870: 154-176), y algunos fragmentos por Triandafilidis
(19932: 435-443). Dimarás (1999: 431-434) ofrece una edición de las dos cartas de Catardsís.
28
Citamos la reimpresión de la edición de Dimarás (1999).
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Guillermo MARÍN CASAL
29
C. Dimarás (1999: 439-445, 452-463) ofrece los detalles de la transmisión textual de los escritos de
Catardsís.
30
«No tenemos imprenta por la desgracia de nuestra nación», cf. Catardsís 1999: 38.
31
Kitromilidis 20003: 206.
32
«La Enciclopedia Metódica [...] es el arca y el compendio de nuestra sabiduría humana, las nuevas
pirámides en las que se albergan nuestros conocimientos humanos actuales. La empresa más osada,
la obra más exhaustiva que los hombres han osado hacer desde que los romeos proyectaran en época
de Constantino Porfirogénito [...] una obra semejante [...], los Digesta historica», cf. Catardsís 1999:
36-37.
33
Catardsís 1999: 8, 39, 66, 201, 314, 319, 322-323.
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Dimitrios Catardsís ( ca. 1730-1807): semblanza de un romeo ilustrado
34
«A estos queridos sabios hago apelación por el juicio improvisado que hacen algunos ahora por no
gustarles el modo en que escribo igual que hablamos, y el modo que sigo para mejorar nuestra
lengua», cf. Catardsís 1999: 210.
35
«Recomiendo esta obra a los sabios y a los poderosos de nuestra nación, que la lleven a efecto y verán
el beneficio en común que han visto tantas y tantas naciones de Europa a partir del cultivo de sus
lenguas y del estudio de las artes y de las ciencias en sus lenguas, [...] corresponde a los sabios y a los
poderosos promoverlo. [...] Queda, pues, que cada cual muestre su buena disposición a que esta obra
se realice cuanto antes, para que los frutos maduren más rápido», cf. Catardsís 1999: 22.
36
Catardsís 1999: 332. El arcaísta y conservador P. Codricás (1818a: XXXIII) achaca sesgadamente este
cambio de rumbo lingüístico de Catardsís a la lengua vernácula que emplean sus discípulos Gregorio
Constandás (Γρηγόριος Κωνσταντᾶς, 1758-1844) y Daniel Filipidis (Δανιὴλ Φιλιππίδης, ca. 1750-1833)
en su Geografía Moderna (Viena 1791).
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Dimitrios Catardsís ( ca. 1730-1807): semblanza de un romeo ilustrado
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«[El romaico] es susceptible de mejora hasta el infinito. De igual modo mis escritos presentan
diferencias entre sí a mejor entre el primero y el último de ellos [...]. Esto se hizo en pocos años
desde que comencé (17 de enero de 1783) propiamente a escribir, o mejor dicho, que comencé a
aprender a escribir romaico refinado», cf. Catardsís 1999: 197.
42
Θεωρία ἀπάνου στὴν ἀρχαία καὶ γνήσια προφορά, cf. Catardsís 1999: 22, 49, 182, 184, 393.
43
Στιχουργία, cf. Catardsís 1999: 186, 319, 395, 396.
44
Ποιητικά, cf. Catardsís 1999: 22, 319.
45
Μεθοδικὸν Συντακτικὸν τῆς Ἑλληνικῆς Γραμματικῆς, cf. Catardsís 1999: 156, 317, 332, 431. Es la última
obra romaica de Catardsís, pero también la primera gramática griega moderna de griego antiguo.
Hasta entonces todas las gramáticas de griego antiguo habían sido escritas en esa misma lengua, por
lo que su aprendizaje era «un círculo vicioso», cf. Dimarás 20028: 210.
46
Análisis exhaustivo de ella ofrecemos en un capítulo de la tesis doctoral que estamos desarrollando.
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Su título completo es Ensayo sobre por qué la lengua romaica, cuando se escribe tal cual se habla, tiene melodía
en su prosa, ritmo en su poesía y pasión y persuasión en su retórica; y por qué esta, igual que la lengua helénica,
es absolutamente mejor que todas las lenguas; y por qué su cultivo y la redacción de libros en ella es la educación
general e integral de la nación (Σχέδιο ὅτ᾿ ἡ ῥωμαίκια γλῶσσα, ὅταν καθὼς λαλιέται καὶ γράφετ᾿, ἔχει στὰ
λογογραφικά της τὴ μελῳδία, καὶ στὰ ποιητικά της ῥυθμό, καὶ τὸ πάθος καὶ τὴν πειθὼ στὰ ῥητορικά
της. Ὅτι τέτοια εἶναι σὰν τὴν ἑλληνική, κατὰ πάντα καλίτερα ἀπ᾿ ὅλαις ταῖς γλώσσαις. Κι ὅτ᾿ ἡ
καλλιέργιά της, κ᾿ ἡ συγγραφὴ βιβλίων σ᾿ αὐτήνα, εἶναι γενικὴ καὶ ὁλικὴ ἀγωγὴ τοῦ ἔθνους). La obra,
fechada el 17 de enero de 1783, se transmite, junto con el Ensayo de la educación de los niños romeos y
valacos, y el prólogo «Saludos a los lectores de los presentes ensayos» (Τοῖς τὰ παρόντα ἀναγινώσκουσι
σχέδια εὖ πράττειν), en el manuscrito autógrafo del códice griego 1162 de la Academia Rumana, cf.
Dimarás 1999: 439. Edición del texto manuscrito en Dimarás 1999: 10-24.
48
Dimarás 20028: 203 y Mackridge 2009: 94.
49
«Educación integral de la nación y progreso común», cf. Catardsís 1999: 24.
50
Mackridge 2009: 96.
51
Grammaire générale et raisonnée contenant les fondements de l’art de parler, expliqués d’une manière claire et
naturelle, les raisons de ce qui est commun à toutes les langues et des principales différences qui s’y rencontrent,
et plusieurs remarques nouvelles sur la langue française, París: Pierre Le Petit, 1660.
52
«El uso es el legislador, o mejor dicho, el tirano de las lenguas», cf. Catardsís 1999: 12.
282
Dimitrios Catardsís ( ca. 1730-1807): semblanza de un romeo ilustrado
helénico53, sostiene que la lengua romaica es una lengua derivada del helénico54,
de la que difiere en su pronunciación, prosodia, morfología, sintaxis y léxico, tal
y como las lenguas romances difieren del latín. Según Catardsís, las variaciones
«cualitativas y cuantitativas» del romaico son tan legítimas como las del resto de
«miembros legítimos del conjunto global del helénico»55: es decir, los dialectos
antiguos literarios eolio, dorio, jónico y ático, y la koiné helenística. Por ello llega
a afirmar anacrónicamente que el romaico es el «sexto dialecto» helénico56. El
constantinopolitano distorsiona premeditadamente la evolución histórica de la
lengua griega con objeto de legitimar el cultivo escrito y literario del romaico.
Aparte de las diferencias diacrónicas entre romaico (griego moderno) y
helénico (griego antiguo), observa también divergencias dialectales dentro del
romaico a nivel sincrónico. Sostiene que la variedad dialectal constantinopo-
litana es la más representativa del romaico (griego vernáculo) de su tiempo,
puesto que Constantinopla es la metrópoli de la nación romaica y la capital del
Estado otomano en la que se integra57. El registro escrito que adopta y cultiva
Catardsís intenta reproducir en todo momento la pronunciación constanti-
nopolitana a través de la ortografía historicista, para reflejar en la medida de lo
posible la evolución diacrónica del helénico (griego antiguo) al romaico (griego
moderno).
Catardsís arremete contra el purismo lingüístico de sus contemporáneos y
predecesores que consideran el griego vernáculo (romaico) una lengua “de-
gradada” debido a la supuesta “corrupción” del griego antiguo (helénico), como
consecuencia de un supuesto declive histórico y cultural. Critica este prejuicio
purista y arcaísta que induce a sus contemporáneos a repudiar el griego ver-
náculo y a corregirlo de acuerdo con los preceptos gramaticales y estilísticos del
aticismo. Denuncia esta corrección artificiosa del romaico (griego vernáculo),
53
Esta distinción entre romaico (griego vernáculo) y helénico (griego antiguo) es común en otros
autores griegos modernos de época otomana, como Nicólaos Sofianós (Νικόλαος Σοφιανός, ca. 1500-
ca. 1550), Cirilo Lúcaris (Κύριλλος Λούκαρις, 1572-1638), Elías Miniatis (Ἠλίας Μηνιάτης, 1669-1714),
Timoteo Kiriacópulos (Τιμόθεος Κυριακόπουλος), Vikendios Damodós (Βικέντιος Δαμοδός, 1700-
1754), cf. Marín Casal 2014.
54
«Y a partir del helénico y en lugar del helénico se formó el romaico que ahora hablamos», cf.
Catardsís 1999: 12.
55
Catardsís 1999: 12.
56
«Tengo razón en ver el romaico igual que el helénico, pero transformado, y no es del todo disparatado
considerarlo como su sexto dialecto», cf. Catardsís 1999: 17.
57
Catardsís 1999: 20.
283
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puesto que da lugar a un registro lingüístico artificial contra natura que Catardsís
denomina «lengua mediobárbara», una variedad lingüística híbrida que no se
corresponde ni con el helénico (griego antiguo) ni con el romaico (griego
vernáculo)58. Con todo, dada la carestía de términos abstractos, científicos y
técnicos en romaico, el constantinopolitano admite el enriquecimiento del
griego vernáculo no sólo mediante helenismos tomados del acervo léxico del
griego antiguo, sino también de extranjerismos tomados fundamentalmente del
francés y del italiano, pero adaptándolos siempre mediante la analogía a la
morfología romaica59.
Pese a la modernidad y el racionalismo de sus presupuestos teóricos lingüís-
ticos, Catardsís no logra desprenderse por completo de los prejuicios lingüísticos
del neoclasicismo de la Europa ilustrada del siglo XVIII y de la secular tradición
gramatical griega. Sostiene que el romaico como heredero legítimo del helénico
(griego antiguo) conserva las virtudes y cualidades prosódicas “heredadas” de
éste60, razón por la cual, según él, el romaico presenta una prosodia y eufonía
superior a la del resto de lenguas modernas61. A partir de esta consideración
Catardsís elabora una teoría sui generis sobre una supuesta correlación entre el
acento de intensidad y la duración silábica en griego vernáculo, toda vez que la
distinción prosódica entre sílabas largas y breves había desaparecido de la lengua
griega hacía siglos.
Síntesis de todas sus consideraciones teóricas sobre la naturaleza comunicativa
de la lengua y del uso lingüístico como manifestación de la norma gramatical, así
como también de sus elucubraciones prosódicas son los ocho principios teóricos de
la lengua romaica que formula: los cuatros primeros establecen el uso común de
los hablantes como principio regulador de la pronunciación y la escritura de las
vocales, los diptongos, las consonantes y las palabras, así como su flexión62; los otros
58
Catardsís 1999: 11-12.
59
Catardsís 1999: 13-14.
60
«La prosa romaica es, no obstante, poética en comparación con las demás lenguas, rasgo este de su
inimitable y divina madre, la lengua helénica», cf. Catardsís 1999: 17.
61
«He encontrado muchas otras razones de superioridad de la lengua romaica en su propia estructura,
con las que supera a todas las demás lenguas, incluido el árabe», cf. Catardsís 1999: 11. «El romaico,
gracias a Dios, no está en la situación en que estaba el francés cuando se hizo su primera academia.
La naturaleza única de nuestra lengua le da una distinción única y superioridad sobre aquella», cf.
Catardsís 1999: 21.
62
«I. Toda vocal, diptongo y consonante se pronuncia y se escribe conforme a la misma fuerza que
le ha dado el uso común durante muchos años. [...] II. Toda sílaba se pronuncia conforme a la
cantidad que le ha dado el uso común. [...] III. Toda palabra se pronuncia tal y como ha
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Dimitrios Catardsís ( ca. 1730-1807): semblanza de un romeo ilustrado
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Guillermo MARÍN CASAL
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Kitromilidis 20003: 204-205.
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«La escuela debe tener las dos lenguas vivas predominantes, romaico y valaco, [...] para la gramática,
la poesía, la retórica, para la lógica, para las matemáticas, la astronomía, las ciencias experimentales,
ética, historia, geografía, dogmática, para la Sagrada Escritura, para la historia eclesiástica, para la
música», cf. Catardsís 1999: 37.
71
Catardsís 1999: 36.
72
Catardsís 1999: 35, 39.
73
Catardsís 1999: 36.
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Catardsís 1999: 37.
75
Catardsís 1999: 38.
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Dimitrios Catardsís ( ca. 1730-1807): semblanza de un romeo ilustrado
Por otro lado, en el Ensayo sobre la educación Catardsís despliega una crítica
certera y aguda contra el escolasticismo estéril y el inmovilismo de la educación
greco-ortodoxa de su tiempo, cuyas principales materias de estudio se reducen
a la gramática griega antigua, la lógica y el escolasticismo neoaristotélicos.
Reprueba los métodos memorísticos76 y repetitivos77 de enseñanza y aprendizaje
del griego antiguo. Catardsís se lamenta del tiempo que pierden los alumnos
obligados a la repetición anodina de paradigmas morfológicos en su aprendizaje
estéril y superficial del griego antiguo78. Arremete de nuevo contra el purismo y
arcaísmo lingüístico, así como contra la lengua híbrida «mediobárbara» que
emplean en las pocas escuelas greco-ortodoxas de su tiempo79. Se lamenta
fundamentalmente del esfuerzo inútil al que someten al alumno, que al final de
tantos años de estudio no sabe bien helénico (griego antiguo), «heleniza
absurdamente el romaico» y, peor aún, «no ha aprendido nada en el mundo y del
lugar en que se encuentra, en el siglo y la época que vive»80.
76
«Ponen al niño con la gramática, y le ordenan que la memorice sin explicársela siquiera; y para memorizarla,
se la analizan todos los días y en eso pasan entre uno y dos años, y entonces el niño sabe de “pe a pa” la
morfología de la gramática, pero sin significado, sin sentido, sin cabeza», cf. Catardsís 1999: 30.
77
«Sólo para los verbos en dual, que el joven [estudiante] no encuentra en toda su vida tantos, ahora a
su tierna edad para la conjugación de un solo verbo, τύπτω y τύπτομαι, pronuncia 150 palabras al día,
las cuales en 20 días al mes hacen tres mil y al año 36 mil, casi las mismas que una Gramática de
Láscaris», cf. Catardsís 1999: 32, n. 1.
78
«Pues es inútil que se arrastren años y edades en la gramática, a razón de que aprendan la lengua
[griega antigua]», cf. Catardsís 1999: 34.
79
«Pero no le explican [al niño] el helénico en la lengua que sabe y que ha aprendido de su madre, sino
transformando el romaico en sus letras, sílabas, palabras, pronunciación y prosodia, declinación,
conjugación, sintaxis y expresión, alejando de este modo todo lo posible el idioma de la lengua
romaica y acercándolo a la helénica, y formando una tercera lengua que llaman mediobárbara si no
bárbara», cf. Catardsís 1999: 31.
80
«Emplea hasta la saciedad el helénico que no conoce con exactitud o el romaico que heleniza
absurdamente. [...] Siempre habla en helénico, sin embargo, un hombre de bien apenas le entiende
y un analfabeto nada en absoluto; luego su oficio será profesor, puesto que eso aprendió y no sabe
otra cosa, porque no ha aprendido nada en el mundo y del lugar en que se encuentra, en el siglo y la
época que vive», cf. Catardsís 1999: 34-35.
81
Consejo a los jóvenes: cómo beneficiarse y no tener perjuicio de los libros occidentales y turcos, y cuál es
propiamente su estudio (Συμβουλὴ στοὺς νέους πῶς νὰ ὠφελιοῦνται καὶ νὰ μὴ βλάπτουνται ἀπτὰ βιβλία
τὰ φράγκικα καὶ τὰ τούρκικα, καὶ ποιὰ ᾿ναι ἡ καθ᾿ αὑτό τους σπουδή). Se conserva en el códice atonita
287
Guillermo MARÍN CASAL
capadocio exhorta a los jóvenes cristianos a que hagan una lectura edificante y
moralizante de la literatura griega clásica (pagana), conforme a los principios
morales y religiosos de la doctrina cristiana. Catardsís recurre a este paralelismo
y a la figura de Basilio de Cesarea82 para defender y legitimar la lectura de los
ilustrados franceses, como Voltaire, Rousseau o Montesquieu, ante los recelos
y sospechas de la jerarquía eclesiástica ortodoxa y de los sectores más conser-
vadores de las élites fanariotas83.
La obra constituye un paso más en su proyecto de reforma educativa y
cultural de la conservadora sociedad ortodoxa de los Balcanes otomanos, que a
su juicio debe ya abrirse al conocimiento y las ideas de la Ilustración. En ella
Catardsís propone una síntesis en lengua vernácula romaica de las enseñanzas de
la «filosofía francesa» (ilustrada) y de los dogmas de la doctrina ortodoxa
aderezada con la herencia literaria y filosófica de la Grecia clásica84. Muestra de
ello son las lecturas que recomienda a los jóvenes romeos: Aristóteles, los padres
de la Iglesia Basilio de Cesarea, Gregorio Nazianzeno y Juan Crisóstomo, y las
obras francesas Encyclopédie méthodique (París 1782-1832) de C.-J. Panckoucke,
Histoire du Bas-Empire en commençant à Constantin le Grand (París 1757-1811) de
Charles le Beau (1701-1778), Histoire ecclésiastique (París 1691-1721) de Claude
Fleury (1640-1723), Dictionnaire historique portatif (París 1752) de Jean-Baptiste
Ladvocat, y Dictionnaire de l’Académie française (París 1687).
Antes de proseguir con su proyecto educativo, considera imprescindible
precisar la identidad nacional de los romeos, ante el arcaísmo semántico e
ideológico de algunos de sus coetáneos que recuperan deliberadamente el térmi-
no Ἕλληνες, ‘helenos’, para designarse a sí mismos85, que Catardsís considera
2319 (Ἐσφιγμένου 306) con correcciones autógrafas de Catardsís y la omisión del apóstrofo en las
elisiones vocálicas, escrito en 1783, cf. Dimarás 1999: 440, 448. Edición de la obra en Dimarás 1999:
42-71.
82
Catardsís 1999: 60.
83
Dimarás 20028: 204-205.
84
Catardsís (1999: 63) define el propósito de su proyecto educativo: «teniendo por objeto de su afán
de estudio la filosofía francesa, que incluye la helénica y la filosofía actual de Europa, y la elocuencia
helénica y la doctrina cristiana en helénico, para unir todo eso en una única lengua, el romaico, y
llegar a ser sabio tanto en lo divino como en lo humano, elocuente y docto en su lengua, cosa digna
de alabanza suma para él [cualquier joven romeo] y cosa muy provechosa y honrosa para toda nuestra
nación».
85
A partir de la segunda mitad del siglo XVIII comienza a fraguarse un cambio semántico deliberado
en la palabra Ἕλλην, ‘heleno’, que de significar pagano pasa a ser utilizada, ya a comienzos del siglo
XIX, como gentilicio para designar a los cristianos ortodoxos de habla griega (independientemente
288
Dimitrios Catardsís ( ca. 1730-1807): semblanza de un romeo ilustrado
del origen étnico) del sureste de Europa; cf. Bádenas de la Peña 2017: 449-458. Este fenómeno
comienza a observarse en autores contemporáneos de Catardsís, como Y. Fatseas (1760: I, ς’, ζ’, θ’,
ιγ’) o J. Misiódax (1781: VIII, 3, 188), cf. Myrogiannis 2012: 99-114.
86
«Pero esta exagerada tendencia a la lengua y cultura helénica que siguen varios de nuestros eruditos,
de suerte que tienen por honra propia autodenominarse helenos, es algo indigno para un romeo
cristiano», cf. Catardsís 1999: 49.
87
Catardsís 1999: 44.
88
Catardsís 1999: 44. Catardsís es uno de los intelectuales griegos que primero emplea el término
ἔθνος, ‘nación’, con un valor étnico moderno, frente al término tradicional γένος, ‘raza’, que
designaba a la comunidad greco-ortodoxa, el millet romeo. Catardsís emplea indistintamente ambos
289
Guillermo MARÍN CASAL
términos para referirse al concepto de nación, cf. Kitromilidis 20003: 216 y Myrogiannis 2012: 99-
104.
89
Aquí “romano” tiene el sentido de “bizantino”. En efecto, los habitantes del Imperio llamado Bi-
zantino, cristianos ortodoxos de habla griega, siempre se identificaron y se autodesignaron con el
gentilicio Ῥωμαῖοι, ‘romanos’, como súbditos que eran del Imperio Romano de Oriente. Son escasos
los ejemplos de autodesignación mediante el gentilicio Ἕλληνες, ‘helenos’: los encontramos,
primero, tras la toma de Constantinopla por la IV Cruzada (1204), y luego en la antesala de la caída
definitiva de Constantinopla en 1453, normalmente limitados a contextos en los que se persigue una
identificación deliberada con los prestigiosos y gloriosos helenos (antiguos). Los términos bizantino
y Bizancio empleados hoy día, en realidad, son esencialmente anacrónicos, pues remiten a una
realidad histórica anterior a la fundación de Constantinopla (330) y a la división del Imperio Romano
(395). La acuñación en latín de los términos byzantinus y Byzantium se la debemos al humanista alemán
luterano Hieronymus Wolf (1516-1580), quien publicó la editio princeps de algunos historiadores
griegos medievales (Zonaras, Coniates, Gregorás, Calcocondilas) en su Corpus historiae byzantinae
(Frankfurt 1557). El término byzantinus y Byzantium se difundió posteriormente a raíz de los trabajos
de historiadores y filólogos franceses como Charles Du Cange (1610-1688), Philipe Labbe (1607-
1667) y Charles Le Beau (1701-1778).
90
Catardsís 1999: 14.
91
Urum es alomorfo de rum, con una vocal protética u- que se añade en las lenguas túrquicas a las
palabras con r- inicial. En turco-otomano rum / urum significa propiamente ‘cristiano’, préstamo del
árabe rûm, cuyo étimo originario es el gr. ant. Ῥωμαῖος, ‘romano’. En castellano antiguo tenemos
rumí, ‘cristiano’, del árabe andalusí, cf. la «Cava Rumía» de El Quijote. Actualmente urum / rum es la
denominación que reciben los griegos que habitan en el sur de Ucrania, en el mar de Azov y Georgia,
290
Dimitrios Catardsís ( ca. 1730-1807): semblanza de un romeo ilustrado
que hablan una lengua túrquica. En definitiva, en turco-otomano urum / rum es un gentilicio religioso,
no étnico, que designa a todos los súbditos otomanos cristianos ortodoxos.
92
Hay traslación del acento por influencia del it. greci y del fr. grec (< lat. graecus < Γραικός).
93
Catardsís 1999: 49-50.
94
Catardsís 1999: 47-48.
95
Catardsís 1999: 50.
291
Guillermo MARÍN CASAL
existente en los pocos centros educativos griegos que hay en los dominios
otomanos y los principados danubianos96. Arremete contra los maestros porque
imparten materias anacrónicas, inadecuadas y ajenas a las necesidades reales de
los alumnos y, sobre todo, por despreciar la lengua vernácula tachándola de
“bárbara”, llevados por ese mismo fervor “helenista” que distorsiona la identidad
real de los romeos. Ello lleva a los alumnos a abandonar los estudios y renegar de
su lengua romaica vernácula como de la nación romaica a la que pertenecen, en
definitiva, de su propia identidad97.
El remedio que propone Catardsís para este marasmo educativo y cultural
es el cultivo de la lengua vernácula romaica, que supondrá a su vez el enrique-
cimiento de la cultura romaica. Sólo entonces los romeos podrán enorgullecerse
de ser descendientes de los antiguos helenos98. Al respecto cabe señalar que
Catardsís introduce dos ideas que serán fundamentales durante las dos primeras
décadas del siglo XIX en la conformación de la ideología nacionalista neohelénica
y la controversia sobre cuál es la lengua de la nación griega (¿griego antiguo o
griego vernáculo?): la vinculación entre nación y lengua nativa o vernácula, de
una parte, y de otra, la conciencia de que los romeos (griegos modernos) son
legítimos herederos de los helenos (griegos antiguos).
Tras la crítica a la anticuada educación greco-ortodoxa, Catardsís insiste en
su propuesta de reforma educativa ilustrada, apuntalando sus tres pilares básicos:
el cultivo literario y académico del romaico (griego vernáculo) a través de la
gramática, la poética y la retórica, el aprendizaje de lenguas extranjeras y el
estudio de las lenguas clásicas. Para Catardsís, la primera necesidad educativa
de sus compatriotas romeos no es solamente conocer bien la lengua que hablan,
sino también saber escribirla99. Proclama que ya «es y debe ser el momento de
que el romaico comience a cultivarse»100, luego el objetivo principal de la
educación de los romeos ha de ser, según sostiene, la «gramática, la poesía y la
retórica romaica», para que escriban en su lengua vernácula sobre temas nece-
sarios y útiles, conforme a su condición de cristianos101. Es por ello por lo que
propone como modelos de composición poética los epigramas tetrásticos de
96
Catardsís 1999: 64.
97
Catardsís 1999: 58-59.
98
Catardsís 1999: 50.
99
Catardsís 1999: 59.
100
Catardsís 1999: 57.
101
Catardsís 1999: 62-63.
292
Dimitrios Catardsís ( ca. 1730-1807): semblanza de un romeo ilustrado
102
Catardsís 1999: 68.
103
Catardsís 1999: 62.
104
Sólo menciona el Tesoro tetralingüe de base enciclopédica (Θησαυρὸς τῆς ἐγκυκλοπαιδικῆς βάσεως
τετράγλωσσος... Thesaurus encyclopaedicae basis quadrilinguis..., Venetiis 1659) de Gerásimo Vlajos
(Γεράσιμος Βλάχος, 1607-1685), cf. Legrand, Bibliographie XVII: II, 115, nº. 434 y el Diccionario
tetralingüe helénico, romaico, latino e italiano (Dictionarium quatuor linguarum, graecae scilicet literales [sic],
graecae vulgaris, latinae atque italicae… Λεξικὸν τετράγλωσσον, περιέχον δηλαδὴ τὰς τέσσαρας ταύτας
διαλέκτους, ἑλληνικήν, πεζὴν ἤτοι ἁπλῆν ῥωμαϊκήν, λατινικὴν καὶ ἰταλικήν, Venecia 1757) de Yeoryios
Constandinu (Γεώργιος Κωνσταντίνου, ca. 1720-ca. 1790), cf. Legrand, Bibliographie XVIII: I, 472-
473, nº. 503.
105
Catardsís 1999: 63, 65-66.
106
Catardsís 1999: 59.
107
Catardsís 1999: 66.
108
Catardsís 1999: 66-67.
109
Catardsís 1999: 60, 64.
293
Guillermo MARÍN CASAL
–en su caso, le abrió las puertas de su carrera como dignatario y jurista en la corte
de los vaivodas fanariotas de Bucarest–. Para su aprendizaje recomienda un
modelo y método de «carácter epistolar», que les permita saber «escribir y leer
una carta y entender un firmán»110.
110
Catardsís 1999: 62.
111
Gran dragomán de la sublime Puerta (1782-1783) y vaivoda de Valaquia (1783-1786, 1791-1792 y 1801-
1802) y de Moldavia (1793-1795).
112
El primero (1784) de los volúmenes se conserva en el códice 16 de la localidad de Miliés del Pelión
(Μηλιές Πηλίου), propiedad probablemente de uno de los dos discípulos de Catardsís oriundos de
aquella localidad, Gregorio Constandás o su primo Daniel Filipidis. El segundo volumen (1786) se
conserva en el códice 3 de la biblioteca pública de Andros de mano desconocida y en el manuscrito
autógrafo de Catardsís de la Sociedad de Historia de Grecia, cf. Dimarás 1999: 441. Edición del
prólogo de la obra en Dimarás 1999: 311-329. Índices de ambos volúmenes en Dimarás 1999: 417-426.
113
Catardsís 1999: 328. En su dedicatoria al vaivoda Miguel Sutsos, Catardsís le ruega que ponga en
práctica los principios teóricos del despotismo ilustrado en el principado de Valaquia, cf.
Kitromilidis 20003: 217-218.
114
Catardsís 1999: 319-321.
115
Catardsís 1999: 316.
294
Dimitrios Catardsís ( ca. 1730-1807): semblanza de un romeo ilustrado
116
Catardsís 1999: 315. Aunque aquí no mencione ni a Vikendios Damodós ni a Josefo Misiódax, sí lo
hace en cambio en el «Nuevo diagrama o distribución de los libros didácticos [...] en las ciencias y
artes» de su obra más importante Conócete a ti mismo (1787), cf. Catardsís 1999: 152, 155, 157, 159, 164.
Sobre el papel pionero de V. Damodós en el empleo del griego vernáculo en el ámbito científico,
filosófico y académico, cf. Marín Casal 2014.
117
Ἐπιτομὴ τῆς Ἱεροκοσμικῆς Ἱστορίας..., Ἐνετίῃσιν: παρὰ Νικολάῳ τῷ Γλυκεῖ, 1677, cf. Legrand,
Bibliographie XVII: II, 337-339, nº. 537. La obra tuvo hasta 5 reediciones hasta comienzos del siglo XIX.
118
Ἐγχειρίδιον περί τινων ἀποριῶν καὶ λύσεων ἢ περὶ ἐξετάσεως καὶ ἐπιβεβαιώσεως ἀναγκαίων τινῶν τῆς
Ἐκκλησίας δογμάτων..., ἐν τῇ μονῇ τοῦ Συναγώβου [Monasterio de Snagov] 1697, cf. Legrand, Biblio-
graphie XVII: III, 45-50, nº. 673.
119
Εἰσαγωγὴ εἰς τὰ γεωγραφικὰ καὶ σφαιρικά... Introductio ad geographiam..., ἐν Παρισίοις 1716, cf. Legrand,
Bibliographie XVIII: I, 137-140, nº. 107; 2ª ed. Ἐνετίησι παρ᾿ Ἀντωνίῳ τῷ Βόρτολι, 1718, cf. Legrand,
Bibliographie XVIII: I, 151-152.
120
Διδαχαὶ εἰς τὴν Ἁγίαν καὶ Μεγάλην Τεσσαρακοστήν, Ἐνετίησι παρὰ Ἀντωνίῳ τῷ Βόρτολι, 1716, cf.
Papadópulos 1984: I, 314, nº. 4237.
121
Ἀσφαλὴς Ὀδηγία τῆς κατὰ Χριστὸν ἠθικῆς ζωῆς..., ἐν Παταβίῳ τοῖς τοῦ φροντιστηρίου τύποις, 1774, cf.
Legrand, Bibliographie XVIII: II, 194, nº. 806.
122
Κριτήριον ἢ Διάλεξις τοῦ σοφοῦ μὲ τὸν κόσμον ἢ Κρίσις τῆς ψυχῆς μὲ τὸ σῶμα..., ἐν τῇ πόλει Ἰασίου διὰ
μόχθου Ἀθανασίου Ἱερομονάχου καὶ Διονυσίου μοναχοῦ, 1698, cf. Legrand, Bibliographie XVII: III, 59-
60, nº. 682.
295
Guillermo MARÍN CASAL
pero en sus obras emplean un registro lingüístico «violento, tosco y contra natura»
con «una morfología prácticamente helénica y una sintaxis romaica incorrecta
e inusitada». A su juicio, «todos en general tienen intención únicamente de hele-
nizar el romaico y siguen a pie juntillas la declinación y la conjugación helénicas,
con participios temporales y casos, con muchos infinitivos helénicos y todas las
conjugaciones»123. Reprueba con cierto sarcasmo estas prácticas lingüísticas
arcaístas y puristas de sus coetáneos:
«¿Nosotros, por favor, de qué vamos a presumir? ¿Acaso de no pronunciar
deliberadamente ninguna palabra en su locución nativa, la actual que está en uso
y esplendor? [...] ¿De no estimar como arcaísmo pretender retrotraer una lengua
entera dos mil o como poco setecientos años atrás y mezclarla con la nuestra?»124.
296
Dimitrios Catardsís ( ca. 1730-1807): semblanza de un romeo ilustrado
129
Resulta muy llamativo cómo Catardsís acuña distintos extranjerismos para ilustrar sus ideas con
los ejemplos de Valaquia, Francia y Turquía. Así, del rumano acuña τζαράνος ‘campesino’ (< ţăran),
ὀρασάνος ‘hombre de ciudad’ (< orăşean), μπογιάρης ‘boyardo’ (< boier); del italiano, τζιταντῖνος
‘citadino’ (< cittadino); del francés, κουρτεζᾶνος ‘cortesano’ (< courtisan); y del turco-otomano,
τζιφτζής ‘campesino’ (< çiftçi), σεχρής ‘de la ciudad’ (< şehri), ῥιντζάλι ‘palaciego’ (< rical) y
μουντερίσης ‘profesor de teología’ (< müderris).
130
Catardsís 1999: 321.
131
Catardsís 1999: 326-329. Cf. Kejayioglu 1998.
132
Catardsís 1999: 327.
133
Su título completo es Encomio del filósofo, bienaventuranza del ortodoxo, vituperio del ateo, tortura del
supersticioso (Ἐγκώμιο τοῦ φιλόσοφου, μακαρισμὸς τοῦ ὀρθόδοξου, ψόγος τοῦ ἄθεου, ταλάνισμα τοῦ
δεισιδαίμων [sic]). El texto manuscrito se transmite en el códice griego 1162 de la Academia Rumana,
que presenta la mano autógrafa de Catardsís y otra mano desconocida fechada el 7 de marzo de de
1792, y en el códice de Patmos 654, más antiguo que el anterior. Edición de la obra ofrece C. Dimarás
(1999: 72-93). La obra fue vertida posteriormente en griego cazarévusa por N. Logadis (1830) y D.
Stamatiadis (1858).
297
Guillermo MARÍN CASAL
del cristiano ortodoxo, del supersticioso y del ateo, y la vinculación que existe
entre «filosofía saludable» y los dogmas de la ortodoxia, por un lado, y por otro,
entre el ateísmo y la superstición. Catardsís propone a los filósofos, teólogos y
cristianos virtuosos como modelo ideal de comportamiento, como el espejo en
el que los jóvenes romeos han de mirarse. La obra constituye en sí un ejemplo
retórico y literario en lengua romaica de las tesis vernacularistas de su propuesta
educativa ilustrada.
134
Su título completo es Discurso exhortativo al conócete a ti mismo y a la pedagogía común de la nación, o el
sabio, el medio ignorante, el ignorante (Λόγος προτρεπτικὸς στὸ γνῶθι σαυτὸν καὶ στὴν κοινὴ παιδαγωγία
τοῦ ἔθνους, ἢ σοφός, ἡμιμαθής, ἀμαθής), bajo el epígrafe Sexto dialecto helénico o romaico elaborado e
inspirado (Ἕκτη διάλεκτος ἑλληνικὴ ἢ ῥωμαῖκα ἔντεχνα καὶ μεμουσωμένα). C. Dimarás (1999: 94-
203) ofrece la edición crítica del texto que transmite la única copia manuscrita conservada, en el
códice griego 1162 de la Academia Rumana. Aunque la primera redacción de la obra tiene lugar en
1787, Catardsís continúa revisando la obra posteriormente, incluso después de 1791 cuando desiste
finalmente de escribir en romaico.
135
Muestra del enciclopedismo de la obra es su subtítulo Introducción filosófica a todos los conocimientos
divinos y humanos (Εἰσαγωγὴ φιλοσοφικὴ εἰς ὅλαις τῇς θείαις καὶ ἀνθρώπιναις μάθησες), cf. Catardsís
1999: 185.
136
Vid. lámina III.
298
Dimitrios Catardsís ( ca. 1730-1807): semblanza de un romeo ilustrado
137
Vid. lámina IV.
138
Catardsís 1999: 94-109.
139
Catardsís 1999: 104-106.
140
Catardsís 1999: 109-127.
141
Catardsís 1999: 110-111.
299
Guillermo MARÍN CASAL
142
Catardsís 1999: 111-112.
143
Catardsís 1999: 112-113.
144
Catardsís 1999: 114-116.
145
Catardsís 1999: 116-117.
146
Catardsís 1999: 118.
147
Catardsís 1999: 119.
148
Catardsís 1999: 120-121.
149
Catardsís 1999: 121-122, 124.
300
Dimitrios Catardsís ( ca. 1730-1807): semblanza de un romeo ilustrado
150
Catardsís 1999: 124-125.
151
Catardsís 1999: 127-138.
152
Catardsís 1999: 132.
153
Cf. N. Beauzée y J.-Ph.-A. Douchet, Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des
métiers, VII (París 1757), 841-847.
154
Catardsís 1999: 138-145.
155
Catardsís 1999: 145-167.
156
Dimarás 20028: 209.
157
Catardsís 1999: 168-192.
301
Guillermo MARÍN CASAL
158
Catardsís 1999: 169-173.
159
Catardsís 1999: 181.
160
Catardsís 1999: 182-183. Al respecto, señala el diccionario inédito de griego antiguo de Ioanis Forneos
(Ἰωάννης Φορναῖος) como el mejor de «cuantos libros ha habido desde la caída de Constantinopla
en adelante». Se trata de una traducción al griego vernáculo, parcial e inédita, del Thesaurus linguae
graecae (París 1572) del humanista francés Henricus Stephanus (Henri Estienne, 1528-1598).
161
Catardsís 1999: 185.
162
Catardsís 1999: 192-203.
163
Catardsís 1999: 194-195.
164
Catardsís 1999: 196-197.
302
Dimitrios Catardsís ( ca. 1730-1807): semblanza de un romeo ilustrado
165
Catardsís 1999: 200-202.
166
Catardsís 1999: 202-203.
167
Su título íntegro es Discurso exhortativo a formar maestros en romaico en cada ciencia, arte liberal o lengua
extranjera necesaria (Λόγος προτρεπτικὸς στὸ νὰ κάμουμε δασκάλους στὰ ῥωμαῖκα, σὲ κάθ᾿ ἐπιστήμ᾿ ἢ
ἐλευθέρια τέχν᾿ ἢ ἀναγκαία ξενικὴ γλῶσσα). El texto manuscrito se conserva en el códice 1162 de la
Academia Rumana cuya portada reza «Demetrio Panayiotakis, gran logoteta del ilustre señorío de
Valaquia, Sexto dialecto helénico o romaico refinado y cultivado, novena y octava obra, editada por el
diácono Gregorio Dimitreo». El manuscrito pertenecía muy probablemente a Gregorio Constandás,
discípulo de Catardsís, quien seguramente habría tenido intención de publicar la obra, cf. Dimarás
1999: 439. Edición de la obra en Dimarás 1999: 204-214.
168
Dimarás 20028: 207-208.
169
Catardsís 1999: 204-206.
170
Catardsís 1999: 206-208.
303
Guillermo MARÍN CASAL
171
Catardsís 1999: 211.
172
Su título original es Γραμματικὴ τῆς ῥωμαίκιας γλώσσας. La obra se conserva parcialmente en el
manuscrito mútilo nº. 191 del Museo Bizantino de Atenas, salido de la mano del monje Dionisio
Paparrusis (Διονύσιος Παπαρρούσης, 1760-1838), que no transmite el texto de la segunda parte de la
Gramática. Edición crítica del texto conservado proporciona C. Dimárás (1999: 217-261).
173
Existen, por supuesto, otras gramáticas neogriegas anteriores escritas también por hablantes nativos,
como las de M. Critópulos (1627), R. Nikiforu (ca. 1627), S. Portius (1638) y C. Spanós (1749). Pero
todas ellas están dirigidas a helenistas occidentales o a los monjes católicos misioneros en el Levante
mediterráneo.
174
Catardsís 1999: 217-218.
175
Catardsís 1999: 221.
304
Dimitrios Catardsís ( ca. 1730-1807): semblanza de un romeo ilustrado
Tras su renuncia al cultivo del romaico para cumplir los cánones lingüísticos
arcaístas de la intelligentisa y la jerarquía greco-ortodoxa, Catardsís escribió entre
1791 y 1796 una serie de obras en «lengua selecta» (αἱρετὴ γλῶσσα), esto es, una
variedad lingüística arcaizante más alejada del griego vernáculo, sobre todo a
nivel morfológico. De este periodo nos han llegado copias manuscritas del Arte
judicial (1793)176 y de la paráfrasis arcaizante de su ensayo Conócete a ti mismo
(1796)177.
El Arte judicial es un tratado jurídico escrito en «lengua selecta», en el que
Catardsís, desde su experiencia como jurista en Valaquia, examina y describe
los diversos agentes y elementos que componen cualquier proceso judicial. Se
trata de un encargo del fanariota Alejandro Murusis (Ἀλέξανδρος Μουρούζης,
1750/1760-1816)178 dentro del programa de reformas legales que acomete en su
primer vaivodato de Valaquia entre 1793 y 1796.
Tenemos noticia de otras dos obras de este periodo, de las que sin embargo
no se ha conservado ninguna copia manuscrita: una Gramática de la lengua selecta
(Γραμματικὴ αἱρετή) que menciona el propio Catardsís en su dedicatoria
encomiástica al vaivoda fanariota Alejandro Murusis, que precede al proemio
de la paráfrasis en «lengua selecta» del Conócete a ti mismo (1796)179, y la traducción
en «lengua selecta» del Diccionario de la Academia Francesa que le encargó el
fanariota Miguel Sutsos durante su segundo vaivodato de Valaquia (1791-1795)180.
En el proemio de la paráfrasis en «lengua selecta» de su Conócete a ti mismo (1796)
176
Su original es Δικανικὴ Τέχνη. El texto se transmite hasta en tres copias manuscritas: el códice griego
155 y el códice griego 993 de la Academia Rumana, y el códice 29 del Liceo griego Sografos
(Ζωγράφος, Özel Zoğrafyon Rum Lisesi) de la comunidad griega de Stavrodromi (Σταυροδρόμι,
Beyoğlu) en Estambul. Los dos primeros presentan mayor homogeneidad entre sí, con anotaciones
y enmiendas iguales, a diferencia del tercero, que ofrece un estadio de elaboración menos completo.
Por las sensibles diferencias de contenido entre los códices de Bucarest y de Beyoğlu, C. Dimarás
(1999: 262-307) ofrece la edición paralela de ambas tradiciones manuscritas.
177
La única copia manuscrita presenta los mismos contenidos que la versión romaica del códice 1161 de
la Academia Rumana, pero con algunas enmiendas y adendas; cf. Dimarás 1999: 442-445.
178
Gran dragomán de la Sublime Puerta (1790-1792), vaivoda de Valaquia (1793-1796, 1799-1801) y de
Moldavia (1792-1793, 1802-1806). Vid. lamina V.
179
Catardsís 1999: 332.
180
Según P. Codricás (1818b: 59-60), Catardsís aún no había concluido la obra cuando Miguel Sutsos
abandonó Valaquia (1795), y la retomó en el segundo vaivodato de Alejandro Murusis (1799-1801),
pero sin concluirla.
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Una vez recorrido este periplo por los escritos conservados de Catardsís en
los que desarrolla pormenorizada y extensamente las tesis vernacularistas y
enciclopedistas de su proyecto de modernización de la paideia (educación y
cultura) greco-ortodoxa, los apelativos de romeo e ilustrado son, desde luego, los
que mejor definen el carácter y el pensamiento del jurista y magistrado
constantinopolitano. Los principios teóricos del despotismo ilustrado y del
enciclopedismo francés, así como su identidad romaica vertebran todo su
proyecto educativo-cultural y se rastrean sin dificultad a lo largo de todas sus
obras. Catardsís precisa el gentilicio romeo desde una perspectiva étnica, religio-
sa, histórica y lingüística, definiéndolo como cristiano ortodoxo de habla griega
vernácula.
Catardsís pertenece a la misma generación de otros intelectuales neogriegos
coetáneos, como Josefo Misiódax (Ἰώσηπος Μοισιόδαξ, 1725-1800), Eugenio
Vúlgaris (Εὐγένιος Βούλγαρης, 1716-1806) o Nicéforo Ceotokis (Νικηφόρος
181
Catardsís 1999: 331-335.
182
Un análisis lingüístico pormenorizado y comparativo entre el romaico vernáculo y la «lengua selecta»
de Catardsís sería muy interesante e ilustrativo para la valorar la distinción categórica entre romaico
(griego moderno) y helénico (griego antiguo), y la supuesta continuidad lingüística de la lengua griega
desde el período micénico (1500 a.C.) hasta hoy día. Aquí nos conformamos con señalar algunos de
los rasgos arcaístas que caracterizan la «lengua selecta» de Catardsís: sustitución del vocabulario
vernáculo y de extranjerismos por helenismos (arcaísmo léxico), empleo ocasional del dativo, formas
antiguas nominales, pronominales, verbales, preposiciones y adverbios antiguos (arcaísmo
morfológico), ortografía conservadora y omisión de las elisiones vocálicas que registraba
sistemáticamente en romaico (arcaísmo ortográfico), y la ordenación de los elementos del sintagma
nominal, que tiende a seguir la del griego clásico, aunque a nivel oracional se asemeja en buena
medida a la sintaxis vernácula.
183
Según Dimarás (20028: 181, 190), su discípulo Gregorio Constandás tenía planes de publicar la obra
en Viena.
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Dimitrios Catardsís ( ca. 1730-1807): semblanza de un romeo ilustrado
184
Ducas 18123: 53-84.
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185
Cf. Mackridge 2009.
186
Cf. Psijaris 1888.
187
Decreto-ley 207/1982 aprobado por el gobierno presidido por Andreas Papandréu (Ανδρέας
Παπανδρέου, 1919-1996).
188
Cf. Meletiadis 2006.
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BIBLIOGRAFÍA
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Discusiones y reseñas
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cratie et sainteté à Byzance (VIIIe-XIe siècle) (por José M. FLORISTÁN), 425.– M. D.
LAUXTERMANN, Byzantine Poetry from Pisides to Geometres. Texts and Contexts (por
M.ª Belén BONED), 429.– A. NANETTI, Στις απαρχές του θαλάσσιου κράτους της
Βενετίας, Κορώνη και Μεθώνη, 1204-1209 / At the origins of the Venetian Sea State,
Coron and Modon, 1204-1209 (por E. AYENSA), 431.– Το έπος του Ελ Σιντ, εισαγωγή,
πρωτότυπο κείμενο, μετάφραση, σχόλια: Ιωάννης Κιορίδης, Στέργιος Ντέρτσας,
Αλμπέρτο Μοντανέρ (por E. AYENSA), 435.– Κωστας Ν. KΩΝΣΤΑΝΤΙΝΙΔΗΣ, Ηπειρω-
τικά μελετήματα. Ζητήματα από την πνευματική ζωή στη μεσαιωνική ´Ηπειρο (por P.
CABALLERO), 441.– Σωτηρία ΜΑΤΤΑ (επιμ.), Απόκοπος του Μπεργαδή. Χρηστική
ερμηνευτική έκδοση (por M. GONZÁLEZ RINCÓN), 446.– S. BRODBECK-A.-O.
POILPRÉ (eds.), M. STAVROU (col.), Visibilité et présence de l’image dans l’espace
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RICKSEN NEIRA), 455.– Tres viajes por Grecia, de norte a sur, de fuera a
dentro: P. MÁRKARIS, Próxima estación, Atenas; Th. KALLIFATIDES, Otra vida por
vivir; VV.AA., Monemvasia. People. Place. Presence (por J. R. DEL CANTO NIETO),
460.– P. CAVALLERO-D. FRENKEL-S. SZNOL (eds.), David Cohen de Lara, ירע דוד.
Acerca de la concordancia de vocablos rabínicos con el griego y con algunas otras lenguas
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J. Montañés (por G. MARÍN CASAL), 470.–