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TERRITORIO Y

DESPLAZAMIENTO
El caso de Altos de Cazucá,
municipio de Soacha

Un estudio exploratorio de los efectos sociales y


ambientales del desplazamiento

MANUEL ENRIQUE PÉREZ MARTÍNEZ


Facultad de Estudios Ambientales y Rurales
Departamento de Desarrollo Rural y Regional

Pontificia Universidad Javeriana


Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Estudios Ambientales y Rurales
Departamento de Desarrollo Rural y Regional

Transversal 4a N° 42-00 piso 8°


Teléfono: 320 83 20 exts.: 4848 -4840
http/ /:www.javeriana.edu.co/facultades/fear/ddrr/
Bogotá, D.C., Colombia

TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO
El caso de Altos de Cazucá, municipio de Soacha

Autor:
MANUEL ENRIQUE PÉREZ MARTÍNEZ
manperez@javeriana.edu.co

Primera edición, 2004


400 ejemplares

ISBN: 958-683-679-7

Corrección estilo:
JUAN MANUEL SILVA

Síntesis de contenido y corrección ortográfica:


LINA ANDREA MORALES BARRAGÁN

Obra pictórica de portada:


CAMILA PÉREZ MARTÍNEZ

Diseño carátula:
GABRIEL VAN-EPS -JAVEGRAF-

Autoedición, fotomecanica e impresión


Fundación Cultural Javeriana de Artes Gráficas -JAVEGRAF-
Bogotá, D.C., 2004
Manuel Enrique Pérez Martínez

Sociólogo de la Universidad Nacional de Colombia y


Magíster en Planificación y Administración del Desarro-
llo Regional de la Universidad de Los Andes. Profesor
asistente e investigador del grupo Conflicto, región y so-
ciedades rurales del Departamento de Desarrollo Rural y
Regional de la Facultad de Estudios Ambientales y Rura-
les de la Pontificia Universidad Javeriana. Autor de varias
publicaciones entre las que se destacan: Los grupos de po-
blación rural desplazada por la violencia en Colombia: hacia una
estrategia de reconstrucción comunitaria; El proceso planifica-
dor en Colombia: entre lo urbano y lo rural; La cooperación y la
acción católica como experiencias sociales de desarrollo comuni-
tario; Los avatares de la utopía en un proyecto de sociedad; El
desplazamiento por violencia y los procesos de reconstrucción
vital en Colombia: el caso de Tierralta (Córdoba) y La confor-
mación territorial en Colombia: entre el conflicto, el desarrollo
y el destierro. Ha sido consultor del Banco Mundial para la
estrategia de asistencia contra la pobreza en Colombia:
“Voces de los pobres” 2002 y evaluador del proyecto Piloto
de zonas de reserva campesina. (Convenio Pontificia Univer-
sidad Javeriana - Instituto Interamericano de Coopera-
ción para la Agricultura IICA 2003), e investigador del
proyecto Conflicto, región y mentalidades religiosas (Con-
venio Pontificia Universidad Javeriana y COLCIENCIAS,
2003).
Agradecimiento

Quisiera agradecer por los resultados de la investiga-


ción:

A la Vicerrectoría Académica de la Pontificia Universi-


dad Javeriana por el apoyo económico para la realización
del trabajo de campo y la publicación del texto. A la doc-
tora EDELMIRA PÉREZ, directora del Departamento de De-
sarrollo Rural y Regional de la Facultad de Estudios
Ambientales y Rurales, por su confianza y acción decidi-
da en la construcción del conocimiento en el ámbito de
las problemáticas del sector rural en nuestro país.

A FEDERICO HUEPENDO y ANA DELY LEÓN, mis amigos de


corazón y familia adoptiva, quienes me enseñaron a amar
las palabras y a transitar con una sonrisa por los caminos
del desplazamiento.

A la comunidad de Altos de Cazucá que integra el sue-


ño llamado CEDEPAZ.

A los estudiantes que integraron el trabajo de campo


de la carrera de ecología: JOHANA HERRERA, MANUELA PALA-
CIOS, BIBIANA DUARTE, ORIANA SERRANO, PEDRO LINARES, AN-
DRÉS PORTILLA, RAFAEL HERNÁNDEZ y CATHERINE GAMBA; por
su actividad pionera de acompañamiento y por formular
los puentes entre la ecología y la práctica social.

A los estudiantes de la carrera de administración de


empresas: CLAUDIA MORA , P AOLA ESCORCIA, ALEJANDRA
T EJADA , A NDRÉS M OSQUERA , J AIME V ILLAMIZAR Y Ó SCAR
RODRÍGUEZ; quienes compartieron su formación y conoci-
mientos, sin los cuales no hubiese sido posible el proceso
de investigación y capacitación a la comunidad en la
Escuela de Formación Solidaria. A los estudiantes SILVIA
ROJAS, SANDRA MARTÍ, ANGÉLICA GONZÁLEZ, MAURICIO GAR-
ZÓN y M ARÍA X IMENA C ARO ; quienes labraron la práctica
social de la carrera de psicología en la zona de Altos
de Cazucá. A las docentes e investigadoras de la Fa-
cultad de Psicología: S TELLA S ACIPA , A DIRA A MAYA ,
CLAUDIA TOVAR y AMALIA VALDERRAMA. Al grupo de estu-
diantes NATALIA QUIROGA, ANA MARÍA OCAMPO, ADRIANA
MOLINA, SONIA ALEXANDRA LEÓN y SOLEDAD GAMA del Cen-
tro Interdisciplinario de Estudios Regionales, CIDER, de la
Universidad de Los Andes, por sus acompañamientos, re-
flexiones y resultados del trabajo de investigación.

A MATILDE QUINTERO directora de la Fundación para la


Educación el Desarrollo y la Paz, FEDES, y a su equipo con
quienes compartí el conocimiento y la labor comprometi-
da por la defensa de los derechos humanos y la gestión
para el desarrollo.

A las profesoras ELCY CORRALES, DIANA MAYA y al profe-


sor CARLOS RONDÓN, quienes aportaron al proceso de ca-
racterización e interpretación de las condiciones sociales
de los pobladores en la localidad. Al grupo de investiga-
ción Conflicto, región y sociedades rurales del Departa-
mento de Desarrollo Rural y Regional: FLOR EDILMA OSORIO,
FABIO LOZANO, JUAN GUILLERMO FERRO y GRACIELA URIBE por
el continuo compartir de sus conocimientos y vivencias.
CONTENIDO

Presentación ............................................................................................... 13

Introducción
EL DESPLAZAMIENTO HACIA LA CIUDAD DE
BOGOTÁ Y SU PERIFERIA .......................................................................... 23

Capítulo 1
EL DESPLAZAMIENTO HACIA LOS ESPACIOS URBANOS:
EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ,
MUNICIPIO DE SOACHA ............................................................................ 35
Del ambiente al territorio ......................................................................... 36
Las formas y los usos del paisaje ............................................................. 41
La disposición territorial del poblamiento ............................................ 42

Capítulo 2
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO ............................................. 53
Territorio y cambio social ......................................................................... 57
EL TERRITORIO REAL .................................................................................... 63
Las formas y los sistemas de producción .............................................. 65
Estrategias de cooperación y solidaridad .............................................. 69
La propiedad y los bienes ........................................................................ 69
EL TERRITORIO PENSADO ...................................................................... 72
Los usos y transformaciones del nuevo espacio geográfico ............... 73
El trabajo: la génesis del cambio ............................................................. 85

9
De la violencia del destierro a la violencia del día a día ...................... 95
La educación: un escenario de incertidumbres .................................. 106
El bienestar: ser y poder en comunidad .............................................. 112
EL TERRITORIO POSIBLE ...................................................................... 117
Las propuestas para la reconstrucción comunitaria:
un escenario para la conformación de territorios posibles ............... 120
Las bases territoriales de la población como fundamentos para la
reconstrucción comunitaria ................................................................... 125

Capítulo 3
EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES
PÚBLICAS Y PRIVADAS ............................................................................. 133
La oferta institucional para el
restablecimiento de la población desplazada ...................................... 133
Las competencias del gobierno: alcances y limitaciones .................. 140
Las ONG: sus fortalezas y restricciones .................................................. 145
Las organizaciones de desplazados (OD) .............................................. 150
Un llamado a la responsabilidad del Estado ....................................... 156

Reflexiones finales ................................................................................... 159

Bibliografía ................................................................................................ 165

Anexo 1
Transformaciónes ecológicas del territorio .......................................... 171

Anexo 2
Los programas sociales de las organizaciones no
gubernamentales en Altos de Cazucá .................................................. 179

Anexo 3
Presentación de las organizaciones de desplazados integrantes
de la Mesa de Interlocución, Gestión y Desarrollo del
municipio de Soacha (MIGD) ................................................................... 197

Anexo 4
El acompañamiento desde la práctica universitaria .......................... 211

10
ÍNDICE DE CUADROS, GRÁFICAS, MAPAS Y TABLAS

Cuadros:
1. La inserción urbana de pobladores rurales desplazados
en Bogotá ............................................................................................... 25
2. Tipos de vínculo laboral individual y familiar, antes y
después del desplazamiento .............................................................. 67
3. Gastos y tipos de inversión ................................................................ 68
4. Estrategias y relaciones de integración y solidaridad .................... 70
5. Tipos y valoración de actividades desarrolladas
por hombres y mujeres ....................................................................... 93
6. Jerarquización de bienestar. Grupo de mujeres ............................ 115
7. Jerarquización de bienestar. Grupo de hombres ........................... 116
8. Condiciones de subsistencia y satisfactores ................................... 121

Gráficas:

1. Crecimiento poblacional en el municipio de Soacha,


1939-2003 ............................................................................................... 40
2. Bienes poseídos antes del desplazamiento ...................................... 71
3. Diagrama de la intervención institucional pública y
privada en el municipio de Soacha ................................................. 153

11
Mapas:
1. División político administrativa de Bogotá y asentamientos
de población rural desplazada ........................................................... 27
2. Departamento de Cundinamarca: municipio de Soacha .............. 37
3. Cobertura del municipio de Soacha —Altos de Cazucá—
y área metropolitana de Bogotá. (Imagen de satélite) ................... 39
4. Municipio de Soacha. Plan de Ordenamiento Territorial .............. 44
5. Localización de los barrios, sector de Altos de Cazucá .................. 49

Tablas:
1. Localidad de ubicación inicial de las familias en Bogotá ............... 29
2. Barrios y número de habitantes, sector de Altos de Cazucá ......... 47
3. Lugares de origen de población desplazada por familia
hacia Bogotá (población ubicada en Altos de Cazucá,
municipio de Soacha, semestre II de 2001) ...................................... 55
4. Estimativos de pobladores por grupos de edad
(Altos de Cazucá) ................................................................................. 56
5. Número de personas por grupo etáreo y sexo ................................ 56
6. Número de personas por escolaridad ............................................... 57
7. Capital invertido en bienes poseídos ................................................ 71

12
PRESENTACIÓN

Desde mediados del siglo XX el conflicto sociopolítico en Colombia


ha impuesto cotidianamente el poder y el dominio de grupos armados
en territorios específicos del país. Para la investigadora FLOR EDILMA
OSORIO dicho proceso ha tenido expresión en: “zonas de colonización,
municipios con elevados niveles de necesidades básicas insatisfechas,
áreas de frontera, zonas de cultivos ilícitos y territorios donde se pro-
yectan los intereses económicos del mercado global. Aspecto que ha
producido el desplazamiento de población en distintas regiones del país
y en todos los estratos sociales”1.

El acontecimiento más adverso lo padecen pequeños y medianos pro-


pietarios de la tierra pertenecientes a comunidades rurales: “campesi-
nos, colonos, comunidades negras e indígenas, quienes bajo estas
condiciones se ven obligados a desplazarse a otros lugares buscando
refugio y seguridad”2.

La magnitud del fenómeno alcanzó durante el período de 1985 a


2003, según los informes de la Conferencia Episcopal Colombiana y el
Sistema de Información sobre Hogares Desplazados y Derechos Huma-

1 Véase: OSORIO, FLOR EDILMA (2001). Entre la supervivencia y la resistencia. Acciones


colectivas de población rural en medio del conflicto armado colombiano. En: Revista
Cuadernos de Desarrollo Rural, n° 47. Segundo semestre. Pontificia Universidad
Javeriana. Facultad de Estudios Ambientales y Rurales.
2 Véase: ROJAS RODRÍGUEZ, JORGE (2001). Desplazados: lógicas de guerra incertidumbres
de paz. En: Desplazamiento forzado en Colombia: conflicto, paz y desarrollo. Memorias
Seminario Internacional. Bogotá: ACNUR, CODHES, junio, pág. 41.

13
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

nos, SISDES3, un acumulado de 2’915.410 personas que se han visto obli-


gadas a desplazarse dentro del territorio nacional. Todos ellos abando-
naron sus localidades y actividades económicas debido al riesgo
producido por la vulnerabilidad de su libertad e integridad física.

Al tomar la cifra acumulada de los últimos 18 años y confrontarla


con el dato de 15’600.000 personas que representa a la población rural
en Colombia, según la Contraloría General de la República (2002), se
puede afirmar que la población forzada al abandono de sus tierras por
las condiciones del conflicto se aproxima al 18.68% del total nacional.

Además, de acuerdo con los registros oficiales4, el 86% de los munici-


pios del país está siendo afectado por el desplazamiento: 204 munici-
pios son expulsores y 84 son receptores; 678 presentan la doble dinámica
y estos municipios se habrían incrementado notablemente en el primer
semestre del 2002.

Los flujos migratorios hacia las ciudades y municipios, según las ci-
fras obtenidas, entre 2001-2003, se mantienen en las microrregiones del
corredor norte del Cauca, sur del Valle, Magdalena Medio, Urabá, Bajo
Atrato, Montes de María y Sierra Nevada de Santa Marta. Esto permite
definir que se trata de desplazamientos desde zonas rurales a cabeceras
urbanas de los mismos municipios o de municipios de la misma región.

Muestra de ello es que el 94% de la población que se desplaza de


algún lugar de estas regiones se queda en el mismo territorio, emigran-
do, principalmente, a Santa Marta, Fundación, Valledupar, Magangué,
Cartagena, Barranquilla y Bucaramanga. En los casos de norte del Cauca
y sur del Valle, la migración se realiza especialmente hacia Popayán y
Cali. En Urabá y Bajo Atrato los desplazamientos se dirigen hacia Tur-
bo, Apartadó y Quibdo. La ruta de mayor incremento en los dos últi-
mos años ha sido la que se dirige a la ciudad de Bogotá, en la cual se

3 www.codhes.org.co
4 Véase: Informe Red de Solidaridad Social 2001-2003. Presidencia de la República de
Colombia. Noviembre.

14
PRESENTACIÓN

concentra aproximadamente el 15.53% de la población desplazada del


resto del país5 .

Con el desplazamiento puede afirmarse de manera determinante


que se está generando el abandono de la infraestructura agraria pro-
ductiva; el incremento del desempleo; la desocupación; la incertidum-
bre frente a proyectos de sostenibilidad económica; la inserción de
población rural en espacios urbanos y, con ella, el déficit en educación,
trabajo, salud, vivienda y servicios públicos. Asimismo, evidencia el
deterioro del tejido social: su estructura y función, las redes de sociabi-
lidad, de comunicación, de transacción y los sentidos de pertenencia,
confianza e identidad de la comunidad y, a su vez, la reproducción de
diversas formas de violencia.

En este orden de ideas proponer un estudio de caso que describa y


analice la problemática social y ambiental inherente al desplazamiento
y a sus formas de ocupación en nuevos territorios, nos aproximaría a la
comprensión e interpretación del fenómeno en términos de contribuir
y valorar las percepciones y condiciones de vida de quienes padecen
esa situación.

Para el desarrollo del estudio se eligió el asentamiento de Altos de


Cazucá en el municipio de Soacha. Área localizada a 40 km de la ciudad
de Bogotá y que ha presentado un creciente proceso de poblamiento
producto del conflicto social y político que vive el país.

El objetivo general de la investigación, pretende la caracterización


del proceso de inserción territorial de población rural en situación de
desplazamiento en espacios urbanos. De este modo, algunas de las pre-
guntas que se intentan resolver son: ¿qué caracteriza los lugares que
habitan los nuevos pobladores rurales desplazados por la violencia? ¿cuá-
les han sido los cambios sociales respecto al proceso de inserción terri-
torial pasada, presente y futura de los pobladores?; ¿de qué manera se
producen los procesos de adaptación e inserción urbana?; ¿cuáles son
las lógicas de sobrevivencia en las condiciones del desplazamien-

5 Datos registrados con base en el SISDES y fuentes contrastadas de la Red de Solidari-


dad Social, de 2001, 2002 y 2003.

15
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

to?; ¿cómo se reconstruyen los lazos de solidaridad, cooperación e iden-


tidad entre los pobladores? y ¿cuáles han sido los alcances, limitaciones
y proyecciones de las instituciones y organizaciones públicas y priva-
das en el desarrollo de programas para el restablecimiento de la pobla-
ción desplazada? Para responder a las preguntas, el documento se
presenta en el siguiente orden:

Como preámbulo para definir el proceso de desplazamiento hacia la


ciudad de Bogotá y su periferia, hemos considerado pertinente presen-
tar a manera de introducción algunos datos que contribuyan a la com-
prensión del fenómeno, en términos de sus procesos de ocupación y
asentamiento. Aspecto que ofrece una aproximación geográfica y social
a las dinámicas de ocupación en las fronteras internas de la capital como
en las áreas localizadas en los perímetros urbanos que colindan con lí-
mites municipales.

En el primer capítulo se hace una aproximación geográfica al muni-


cipio de Soacha y, por ende, al asentamiento de Altos de Cazucá. Con el
fin no sólo de ubicar al lector, sino, también, de describir los factores
ambientales que repercuten en las acciones de la población en situación
de desplazamiento que se incorpora a este lugar como nuevos ha-
bitantes.

En el capítulo dos, se exploran los cambios inherentes al desplaza-


miento. Se reconstruye la memoria de los territorios abandonados, de
los territorios presentes y se visualizan los territorios posibles para el
acceso a mejores condiciones de vida. También, se indaga con la misma
comunidad, sobre sus limitaciones y proyectos sociales, todo ello res-
pecto al trabajo, la educación, la violencia y el bienestar.

Por último, en el tercer capítulo se presenta un balance respecto a la


oferta institucional frente al proceso de reconstrucción comunitaria a
través de la intervención de las instituciones públicas y privadas. Se
rastrean las iniciativas reales de la población frente a la oferta institucional
para el restablecimiento comunitario, registrándose las percepciones en
cuanto a los planes y programas de las organizaciones públicas y priva-
das, así como de la misma comunidad.

16
PRESENTACIÓN

Para complementar la información se incluye a manera de anexos,


en primer lugar, información referida a la transformación ecológica del
territorio de Altos de Cazucá, por medio de aerofotografías de los años
1955, 1978, 1996 y 1998 (véase anexo 1). En segundo lugar, se presentan
datos sobre las ONG que actúan en la zona, sobre su historia, sus progra-
mas y otros aspectos (véase anexo 2).

En tercer lugar, se hace una presentación de las organizaciones de


desplazados integrantes de la Mesa de Interlocución, Gestión y Desa-
rrollo del municipio de Soacha, MIGD, refiriéndose, por una parte, a sus
características sociales y a sus procesos de fortalecimiento; y, por otra, a
una propuesta de acciones para la interlocución, gestión y negociación
de programas sociales que consoliden la representatividad y restaura-
ción de las comunidades desplazadas en la construcción del bienestar y
del acceso a mejores condiciones de vida (véase anexo 3).

Y por último, se brinda una contribución desde el quehacer y la prác-


tica de la Pontificia Universidad Javeriana, con una breve descripción
de su apoyo a la población de Altos de Cazucá y unas recomendaciones
para el acompañamiento y la estabilización social de las comunidades
afectadas por el desplazamiento (véase anexo 4).

La metodología
Para el desarrollo del estudio se tuvieron en cuenta los siguientes
aspectos:

1. Producción de un diagnóstico ambiental y social del proceso de


poblamiento en la zona de Altos de Cazucá, municipio de Soacha.

2. Caracterización de las condiciones y efectos del cambio social, la re-


construcción y la adaptación territorial inherente a las condiciones
de trabajo, educación, violencia y bienestar que configuran el des-
plazamiento forzado.

3. Identificación, desde la perspectiva de las comunidades, de las pro-


puestas tendientes al restablecimiento de sus condiciones sociales.

17
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

4. La definición de los alcances, restricciones y proyecciones del traba-


jo de las organizaciones públicas y privadas que intervienen en la
zona.

5. Planteamiento de recomendaciones para el desarrollo de mecanis-


mos de intervención integral en la localidad.

La caracterización demográfica específica para la zona de estudio, se


realizó con el apoyo de las bases de datos de organismos (Defensoría
del Pueblo, la organización Médicos sin Fronteras y la Fundación Pro-
gresar) que trabajan con muestras de población relativamente repre-
sentativas. Se hace mención a cifras que se recolectaron en el año 2000;
pero que, debido al alto grado de itinerancia de la población, así como
de sus preferencias por permanecer en el anonimato, éstas no tienen
un estándar preciso. Por tal razón, las porciones de población que se
presentan, se han considerado como aproximaciones a la caracteriza-
ción social de las familias.

En cuanto a la caracterización cualitativa en la localidad de Altos de


Cazucá, se trabajó con 60 personas, entre jóvenes y adultos, hombres y
mujeres, quienes aportaron a la comprensión del fenómeno a través de
sus relatos, entrevistas y con su participación activa en los talleres. Este
último trabajo de acercamiento a la comunidad se realizó a través del
fortalecimiento institucional que se ha adelantado por parte del Depar-
tamento de Desarrollo Rural y Regional de la Facultad de Estudios
Ambientales y Rurales (Universidad Javeriana); logrando, con ello, afian-
zar una base social de las familias que integran a la Corporación para la
Educación, el Desarrollo y la Paz, CEDEPAZ.

Se obtuvo apoyo local y suministro de información a través de las


organizaciones: Fundación para el Desarrollo y la Educación, FEDES, Vi-
sión Mundial, SOS Aldea de Niños, Médicos sin Fronteras, Colegio Ma-
ría Auxiliadora y la unidad de atención a la población desplazada de la
Red de Solidaridad Social, regional Cundinamarca.

Asimismo, la investigación se reforzó gracias al desarrollo de la


consultoría contratada por el Banco Mundial: “Voces de los Pobres” con
la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Pontificia Universi-
dad Javeriana, proceso en el cual se tomó información cualitativa refe-

18
PRESENTACIÓN

rente al tema de la pobreza y el bienestar de la comunidad. El estudio se


llevó a cabo entre junio y julio de 2002, contando con los investigadores
de la universidad: ELCY CORRALES, DIANA LUCÍA MAYA y CARLOS RONDÓN.

También, se contó con la sistematización de diversos trabajos de cam-


po realizados por grupos de estudiantes de la carrera de ecología y las
maestrías en desarrollo rural y gestión ambiental de la Facultad de Es-
tudios Ambientales y Rurales, PUJ, con quienes se realizaron visitas de
observación y muestreo en la zona.

El procedimiento de registro de la información se obtuvo a partir de


la aplicación de un diagnóstico participativo (DP) en el que se siguieron
los siguientes principios:

• Se interpreta el desplazamiento en su momento histórico, determi-


nando en él sus articulaciones espaciales y temporales.

• Las personas y los grupos en situación de desplazamiento, expre-


san, definen, describen y analizan sus percepciones sobre sus pro-
blemáticas.

• La reflexión sobre la situación de vida con las personas desplazadas


crea escenarios propicios para la generación y consolidación de re-
des y alianzas en torno a asuntos específicos del desarrollo de la co-
munidad.

Los anteriores aspectos permitieron:

• La promoción del aprendizaje compartido entre locales y extraños.

• Produjo la recolección rápida de información con grupos y personas


de diversos niveles de alfabetización mediante la visualización, el
uso de diagramas, mapas y materiales de la localidad.

• Se valoró el consenso y el disenso como una manera óptima de pro-


piciar el sentido de pertenencia, participación y empoderamiento de
los grupos en los planes, programas y proyectos.

• Se promovió la autogestión. Los grupos identificaron lo que podía


ser realizado por ellos mismos en la superación de sus problemas y, a

19
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

su vez, identificaron asuntos en los que requerían apoyo de otros


actores.

Las condiciones para el trabajo en campo se definieron a partir de


los siguientes aspectos:

• Teniendo en cuenta que los dueños de la información son los pro-


pios participantes, se exigió una oportuna devolución y retroalimen-
tación con las personas y grupos involucrados en la caracterización
ambiental y social de la zona.

• Se conformaron grupos homogéneos, según edad, género, estatus y


rol a fin de posibilitar, para su posterior análisis, posibles compara-
ciones de las diversas percepciones entre los distintos grupos.

• Se determinaron relaciones con otras fuentes, organizaciones de base


e instituciones públicas y privadas para reunir mayor información
sobre las condiciones locales.

• Las técnicas para la recolección de la información fueron: cartografía


social, dibujos, grupos focales y entrevistas semiestructuradas. Se
realizaron también diagramas de impacto, diagramas de Venn y
diagramas de niveles con la intención de conocer las propuestas de
la población y las necesidades de gestión institucional para llevarlas
a cabo.

• En cuanto a la exploración a las instituciones se aplicaron entrevistas


a funcionarios y se realizó un encuentro de socialización de expe-
riencias de acompañamiento con las organizaciones que trabajan en
la localidad.

La elección de esta metodología da cuenta de una apuesta analítica


con la que se pretenden hacer relevantes realidades y prioridades de las
personas en condiciones de vulnerabilidad. Estas realidades difieren,
con frecuencia, de las que les atribuyen los profesionales y los encarga-
dos de fijar las políticas públicas para su atención.

Por este hecho se adoptó la metodología participativa, con el fin de


otorgar la palabra a los desplazados y, así, brindarles la oportunidad de

20
PRESENTACIÓN

poder analizar sus condiciones e identificar sus prioridades y de esta


forma expresar libremente sus realidades, presentar sus propuestas; y
así lograr, mediante dicho procedimiento, el fortalecimiento de proce-
sos de reconstrucción comunitaria. Además, desde ahí, se pueden ge-
nerar espacios para la interlocución y la gestión con los encargados de
asignar las políticas que les atañen6 .

En definitiva, la apuesta en este tipo de trabajo, es la de poder abrir


la discusión ante un territorio que, irremediablemente, ha cambiado y
seguirá transformándose. En donde la alternativa para la reconstruc-
ción es la de asumir un pasado por restablecer, un presente que,
necesariamente, se debe transformar con acciones inmediatas que for-
talezcan las condiciones socioeconómicas y siembren oportunidades de
vida digna.

En palabras de AVENDAÑO, “sólo se podrá anhelar un reconstruir, por


lo menos de lo material, y eso en una mínima parte, porque lo cultural
ya se habrá transformado; lo medio ambiental, irreversiblemente, de-
gradado; y, lo simbólico será un patrimonio aniquilado”7 . ¿Cómo, en-
tonces, romper la brecha irreversible del cambio que somete a los
desplazados? Esta exploración es un intento.

6 Estas premisas siguen las contribuciones de CHAMBERS, ROBERT (1994). La significación


paradigmática del DRP. FÉLIX CHVITE-MATTHEWS (tr.) Santa Cruz, Bolivia: Dirección de
Programas de Investigación y Desarrollo (DPID), Universidad Nur; del mismo autor
(1998): Práctica y diagnóstico: ¿necesitamos ahora nuevos métodos?; FLOOD, ROBERT L. (1998).
La investigación: la acción y las ciencias de gestión y sistemas; ICFES, IEPRI, COLCIENCIAS. FALS
BORDA, ORLANDO (comp.). Participación popular. Retos del futuro. Bogotá: Tercer Mundo
Editores. Puede, también, consultarse: MAX NEEF, MANFRED (1986). Desarrollo a escala
humana. CEPAUR.
7 AVENDAÑO, FABIO (2003). La ciudad desplazada. En: Desplazamiento, ciudad y territorio.
Serie: Ciudad y hábitat. Barrio Taller. Año 9, doc. n° 10, marzo.

21
INTRODUCCIÓN

EL DESPLAZAMIENTO HACIA LA CIUDAD DE


BOGOTÁ Y SU PERIFERIA
El proceso migratorio hacia la ciudad de Bogotá se incrementó
exponencialmente desde mediados del siglo XX junto a migraciones vo-
luntarias inducidas por la industrialización y la urbanización en donde
simultáneamente se producía el desplazamiento de miles de campesi-
nos por todo el territorio nacional, producto de la violencia de los años
cincuenta.

Según los anuarios estadísticos de la capital, en 1951 Bogotá tenía


715.000 habitantes, a partir de 1964 su incremento alcanzó el 1.700.000,
para 1973, 2.900.000; en 1993 se calculaban 5.500.000 pobladores y se
estima que actualmente se llega a los 8 millones de habitantes.

Teniendo en cuenta este crecimiento vertiginoso, recientes estudios


han indicado que el fenómeno del desplazamiento, particularmente para
las dos últimas décadas del siglo XX, trajo consigo un dinámico y hete-
rogéneo proceso de poblamiento hacia zonas urbanas. Según la
Arquidiócesis de Bogotá y la Consultoría para los Derechos Humanos y
el Desplazamiento - CODHES, entre 1984 y 1994 llegaron a la ciudad de
Bogotá aproximadamente 600.000 migrantes por diferentes causas. Du-
rante ese período 117.000 eran desplazados por la violencia, cifra que
estimó un número de 11.700 pobladores por año8.

8 Véase: Arquidiócesis de Bogotá y CODHES (1997). Desplazados por violencia y conflicto


social en Bogotá. Kimpres, págs. 38 y sigs.

23
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

El índice de movilidad que se incrementó en el período 1995 - 1997,


es decir, sólo en 3 años llegaron poco más de 300.000 personas por di-
versas causas. De los cuales 108.000 eran desplazados por la violencia,
presentándose la llegada de 43.500 personas al año.

Solamente para 1998 se calcula que arribaron a la capital 9.700 fami-


lias que integran un núcleo humano de 50.000 personas. Es decir, unas
27 familias por día, lo que indica un promedio ligeramente superior a
un hogar cada hora. En los primeros seis meses de 1997 se produjo el
desplazamiento de alrededor de 6.200 familias integradas por 30.000
personas9.

En el primer semestre de 1998 se estima que la cifra alcanzó un nú-


mero de 29.500 personas de las cuales y según la Arquidiócesis de Bogo-
tá, las parroquias y las comunidades religiosas reportaron en zonas
subnormales de la capital un promedio diario de 25 hogares que llega-
ban a la ciudad.

Otro estudio asegura que las zonas de origen de los campesinos que
huían de la violencia comprendían particularmente los departamentos
del Meta, Santander y Antioquia. Casos que llegaron a la ciudad de Bo-
gotá entre 1987 y 199310.

Una de las evidencias más notorias en el proceso de inserción de la


población rural y de su consecuente efecto en los asentamientos urba-
nos en la capital, se encuentra detallada en la investigación de ALBEIRO
SALAZAR (1995). En el estudio se corrobora, a través de información en
Vicarias y entrevistas a sacerdotes y pastores, el origen de 50 barrios de
Bogotá que han nacido o se han consolidado, en buena parte, a condi-
ción de la llegada de familias desplazadas desde 1983 hasta 1995. Ba-
rrios que se ubican en 10 de las 20 localidades que conforman a Bogotá,

9 Véase ROJAS RODRÍGUEZ, JORGE (1997) Desplazamiento forzado, conflicto social y derechos
humanos. Ponencia presentada al seminario de Desplazamiento forzado y conflicto
social. Universidad Nacional de Colombia, noviembre 5-7.
10 Véase: SEGURA ESCOBAR, NORA (1996). Violencia, desplazamiento y conflicto armado.
En: Revista Cámara de Comercio de Bogotá, 97, págs. 71 y sigs.

24
INTRODUCCIÓN

la mayoría de ellos ubicados en zonas marginales y periféricas de la


ciudad11. (Véase adjunto. Cuadro 1 y mapa 1).

CUADRO 1. LA INSERCIÓN URBANA DE POBLADORES RURALES


DESPLAZADOS EN BOGOTÁ

Año de Localidad Barrios Número de familias y


origen lugares de procedencia
1983 San Cristóbal Las Malvinas. 300 familias provenientes del
Tolima y Santander.
Usme Diana Turbay.
1985 Rafael Uribe Marco Fidel Suárez. Urabá, Boyacá y Santander.
San Cristóbal Corinto, San Blas Alto, La Gloria,
Los Libertadores y Chircales.
Usaquén Buena Vista y El Codito. Barrancabermeja y
Magdalena Medio.
Engativá Villa Gladys y Granjas del Dorado. Boyacá.
1986 - 1988 Usme Alaska y Aurora. Santander y Meta.
(Ubicados en inmediaciones del
relleno sanitario Doña Juana).
1989 - 1990 Kennedy Patio Bonito y sectores ubicados Boyacá, Tolima, Urabá,
en el antiguo Botadero Gibraltar. Magdalena Medio y pueblos
aledaños a Bogotá. Así como
de lagunas, veredas de los
municipios de Soacha,
Mosquera, Anolaima,
Tocaima y Anapoima.
1990 - 1993 Kennedy La Riviera I, II y III sector Meta y Caquetá
1993 - 1994 Fontibón Refugio, Atahualpa y Versalles. Meta, Caquetá y El
Guaviare.
Límites entre Dindalito, Tintalito, Las Vegas,
Kennedy y Las Palmas, Paraíso y
Bosa Ciudad Granada.

continúa

11 Véase: SALAZAR, ALBEIRO (1995). El silencio de los desplazados en Bogotá. Bogotá, Kimpres.

25
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

continuación

Año de Localidad Barrios Número de familias y


origen lugares de procedencia
1993 - 1995 Cuidad Lucero Alto y Bella Flor, Alpes, Tolima, Quindío, Caldas,
Bolívar* Arabia, Potosí, Jerusalén. Risaralda y municipios
cercanos a Bogotá: Quetame,
Gutiérrez, Guayabal y Fosca.
Usme** Monte Blanco, Alfonso López, Municipios del Alto
Puerta al Llano, Nueva Esperanza, Sumapaz, La Uribe —
Los Puentes, La Reconquista, Meta— y municipios del
La Fortaleza, La Regadera, norte de Cundinamarca.
Casa Rey, Santa Sofía, Villa Diana,
Villa Liliana y Flora.
1994 - 1995 Usaquén Chaparral y La Estrellita. Santander, Arauca y Cesar.

Nota:
* En el barrio Bella Flor se ubicaron cerca de 700 familias venidas de San Vicente del Caguán
y de municipios del Magdalena Medio antioqueño y Santander tales como: Cimitarra,
San Pablo, San Vicente y el Carmen de Chucurí y de las zonas de Urabá y los Llanos Orien-
tales.
** La localidad de Usme recibe una cifra incalculable de desplazados a partir del mes de
diciembre de 1993 a consecuencia de la toma que realizó el gobierno a “Casa Verde” donde
operaba el Secretariado de las FARC. Produciendo una docena de asentamientos que se
ubicaron en el extremo sur oriental de la localidad de Usme, a la altura de la carretera que
se dirige a la ciudad de Villavicencio en el departamento del Meta.
Fuente: SALAZAR, ALBEIRO (1995). El silencio de los desplazados en Bogotá. Bogotá. Kimpres. Con-
solidación y sistematización de los datos Manuel Pérez (2003).

El avance de los desplazados hacia la capital no se detiene. Según un


estudio del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados -
ACNUR (2003) entre mayo de 1999 y agosto de 2002, en Bogotá se ha orien-
tado y atendido a 8.362 familias desplazadas, equivalentes a 35.000 per-
sonas aproximadamente12.

12 La sistematización se llevó a cabo a través de cifras del Sistema de Información de la


Unidad de Atención Integral a la Población Desplazada —UAID— del Distrito Capital,
fundamentados en los datos oficiales del Sistema Único de Registro de la Red de
Solidaridad Social. Véase: Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Refugiados —ACNUR— (2003). La población desplazada en Bogotá. Una responsabilidad
de todos. Proyecto Bogotá cómo vamos. “Foro sobre la población desplazada en Bo-
gotá”. Memorias. LitoCamargo. Ltda.

26
INTRODUCCIÓN

MAPA 1. DIVISIÓN POLÍTICO ADMINISTRATIVA DE BOGOTÁ Y


ASENTAMIENTOS DE POBLACIÓN RURAL DESPLAZADA

20 Municipio
de Soacha

LOCALIDADES
Asentamientos de
1. Usaquen. 12. Barrios Unidos. Población Rural Desplazada
2. Chapinero. 13. Teusaquillo. Río Bogotá
3. Santa fe. 14. Los Mártires.
4. San Cristóbal. 15. Antonio Nariño.
5. Usme. 16. Puente Aranda.
6. Tunjuelito. 17. Candelaria.
7. Bosa. 18. Rafael Uribe. Cerro Doña Juana
8. Kennedy. 19. Ciudad Bolívar.
9. Fontibón. 20. Sumapaz (Localidad rural fuera Autopista Villavicencio
10. Engativá. del mapa. Ubicada en la zona
11. Suba. sur y colinda con la frontera
entre la ciudad de Bogota y el
municipio de Soacha).

Fuente: Departamento Administrativo de Planeación Distrital. SALAZAR, ALBEIRO (1995)


Diseño y actualización: Manuel Pérez (2003)

No obstante, de acuerdo con los registros de la Consultoría para los


Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES) que datan de 1985,
para esa fecha (agosto de 2002) la cifra se acerca a las 480.000 personas,
las que habrían llegado a Bogotá huyendo del conflicto armado y de las
diversas formas de violencia política y social en el territorio nacional.

Se destacan, según los estudios consultados, como factores de vul-


nerabilidad de la población desplazada en la ciudad los siguientes:

27
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Según el origen étnico de los pobladores que llegan a Bogotá, un 92,2%


es mestizo. Aunque conforme a los procedimientos del registro oficial
no se tienen en cuenta las características culturales, no obstante, se
sabe que las personas que han recibido atención hasta el 2002 un
1,6% hace parte de comunidades indígenas y el 6,1% corresponde a
afrocolombianos. (ACNUR, 2003: 24)

La gran mayoría es joven ya que según su composición etárea cerca del


80% está por debajo de los 26 años: el 65,5% es menor de edad y el
14,9% corresponde a jóvenes que están entre los 18 y 26 años. El 16,6%
está en edad adulta y sólo el 3,0% corresponde a adultos mayores de 61
años y más. (ACNUR, 2003: 24)

La población desplazada en la capital del país presenta correspon-


dencia entre hombres y mujeres. Según las fuentes contrastadas ACNUR
(2003), SALAZAR (1995), Arquidiócesis de Bogotá (1997) y SEGURA (1996),
las cifras se ponderan en el tiempo, sin embargo, se encuentra una ten-
dencia mayor en la proporción de hombres, el 56,9%, frente a un 55%
de mujeres.

Contrastando las cifras entre 1995 y 2003 el acceso a la salud ha dis-


minuido en un 3,1%, mientras en 1995 el 86,6% tenían acceso a los ser-
vicios. Para el año 2003 el 83,5% no presenta afiliación al sistema de
seguridad social en salud. Por su parte, el 10,7% dice encontrarse en el
régimen subsidiado y solamente el 3,9% señala pertenecer al régimen
contributivo. (ACNUR, 2003: 27)

En cuanto a educación, para 1995 el 44% había accedido a la primaria.


El 24% llegó a la secundaria, el 18% presentaba algún tipo de conoci-
mientos técnicos y no tenían ningún tipo de preparación el 7%. Para el
2002, según datos de la Red de Solidaridad Social, el nivel de escolari-
dad de los padres es bajo, sólo el 11,5% ha cursado estudios de bachille-
rato completo y el 3,5% estudios superiores. Por su parte, una alta
proporción es iletrada y la mayoría sólo cuenta con estudios de prima-
ria.

Los desplazados se encuentran por debajo de los registros de acceso


a los servicios públicos del total de la población en Bogotá. Los estimativos
consideran que en promedio acceden a la electricidad en un 64%, a acue-

28
INTRODUCCIÓN

ducto un 60% y al servicio de alcantarillado sólo un 40%. Familias que


según ACNUR (2003: 29), se han ubicado principalmente en las localida-
des de Ciudad Bolívar, Kennedy, Bosa y Usme. Áreas en las que se pre-
sentan los más bajos niveles de pobreza y marginalidad. Por otra parte,
se conoce que el 1,2% se ubica fuera de Bogotá y un 5,3% prefiere no
dar información sobre su ubicación. (Véase tabla 1).

TABLA 1. LOCALIDAD DE UBICACIÓN INICIAL DE LAS


FAMILIAS EN BOGOTÁ

Localidad Familias Porcentaje

Ciudad Bolívar 2.190 26,2


Kennedy 958 11,5
Bosa 863 10,3
Usme 704 8,4
Rafael Uribe Uribe 452 5,4
San Cristóbal 447 5,3
Suba 384 4,6
Engativá 384 4,6
Tunjuelito 281 3,4
Santa Fe 276 3,3
Fontibón 181 2,2
Puente Aranda 150 1,8
Usaquén 138 1,7
Chapinero 109 1,3
Antonio Nariño 82 1,0
Los Mártires 75 0,9
Barrios Unidos 57 0,7
Teusaquillo 53 0,6
La Candelaria 38 0,5
Sumapaz 3 0,0
Fuera de Bogotá 97 1,2
Sin información 440 5,3
Total 8.362 100,0

Fuente: Unidad de Atención Integral a Población Desplaza-


da. Datos: mayo de 1999 a agosto de 2002. Tomado
de ACNUR, 2003: 29.

29
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Con relación a la vivienda poco más del 54% de la población era pro-
pietaria de vivienda. El 13,5% residía con familiares mientras que un
12% contaba con vivienda bajo la modalidad de arriendo y casi la mis-
ma vivía como aparceros. Actualmente, en la ciudad en una alta pro-
porción vive en arriendo o en inquilinatos y sólo un 0,8% dice ser
propietaria del lugar que habita. (ACNUR, 2003: 30).

Las condiciones habitacionales en Bogotá se distribuyen en un 39,5%


en piezas, el 21,9% en casa y el 19,8% en apartamentos. La casalote que
con anterioridad era lugar de vivienda de 1,6% de las familias se
incrementó a 7,0% en la capital del país. (ACNUR, 2003: 30)

Respecto al desempleo para el período comprendido entre 1995 y 1997,


los estudios consultados rebelaban que en un 29% los vínculos labora-
les se dan a través de las ventas ambulantes, opción de subsistencia
particularmente para los jefes de hogar. Otros oficios que se destacan
son el servicio doméstico y la recurrencia en los empleos temporales
han sido los más notables. Sin embargo, para el 2002 la cifra es alarman-
te, de hecho el 64,4% de los jefes de hogar se encuentran desempleados
(ACNUR, 2003: 31).

Respecto al retorno o la reubicación las personas desplazadas se en-


cuentran muchas veces en la situación de no poder regresar a sus luga-
res de origen por razones de seguridad. Un poco más de la mitad de las
familias desplazadas (55,1%) afirma que desea quedarse definitivamen-
te en Bogotá mientras que el 21,8% dice que su estadía será temporal y
el 7,5% no tiene claridad frente al tema (ACNUR, 2003: 35). Este tipo de
poblamiento en el cual, la probabilidad del regreso es baja y sus particu-
laridades son bastante complejas plantea para la ciudad fuertes deman-
das de servicios sociales y efectos notorios en el bienestar y la calidad de
vida de los nuevos habitantes.

En cuanto al tema de la seguridad, el tránsito de una violencia políti-


co - militar a una violencia por el conflicto que suscita el uso de la ciu-
dad, es la dinámica más sobresaliente a la que se ven avocados los
desplazados. La primera caracterizada por el destierro, el abandono del
patrimonio, el boleteo, la extorsión, las amenazas, torturas, asesinatos y
masacres; y la segunda expresada en razón a las situaciones que conlle-
va el desempleo, el acceso a la vivienda y los servicios públicos y socia-

30
INTRODUCCIÓN

les, el rompimiento del núcleo familiar, la prevención y la estigmatización


por parte de los pobladores de la ciudad.

Como puede apreciarse, los datos referidos al poblamiento de los


desplazados sobre la capital del país, nos aproximan a los efectos y mag-
nitudes del fenómeno, dejando como mayor evidencia territorios que
se van configurando en escenarios de marginalidad y pobreza en el que
se definen cambios que manifiestan la ruptura y recomposición de pro-
ceso básicos de socialización a los cuales se ven sometidos nuevos habi-
tantes en la ciudad y su periferia.

En síntesis, podemos afirmar que el desplazamiento y su inserción


en espacios urbanos, plantea; en términos de FLOR EDILMA OSORIO, “un
carácter dialéctico, en él se construyen las discontinuidades del destie-
rro”, reconociendo en ellas, diferentes escalas de territorialidad, las que
se traen en la memoria de un pasado rural, las actuales, ajenas y de
exclusión urbana, y las anheladas en un futuro incierto. Territorios y
desplazamientos que se recrean en el trasegar hacia el refugio, y se dila-
tan en formas de trashumancia que median entre la sobrevivencia, la
pobreza y la esperanza.

31
“Lo más importante para nosotros es el de considerar que
esto no está ocurriendo por primera vez. Una historia que se
repite y se repite, necesita una explicación y casi, yo diría un
conjuro… El éxodo arrebata y el lenguaje conserva, todo lo que
se pierde queda escrito en el alma y sin duda, cuando más
dolorosamente se perdió, tanto más arraiga en la memoria su
huella”.

(Extracto tomado de la intervención del poeta WILLIAM


OSPINA en la II Expedición por el Éxodo. Biblioteca Luis
Ángel Arango. Bogotá 4-6, septiembre de 2002).
1
EL DESPLAZAMIENTO HACIA LOS ESPACIOS
URBANOS: EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ,
MUNICIPIO DE SOACHA
“Todo es lo mismo... pero distinto: lo mismo nos lleva al mundo de los
patrones, lo distinto al mundo de los textos, contextos incluidos; de los dise-
ños y de las posibilidades. Comprender lo que el fenómeno del desplaza-
miento tiene de común con otros fenómenos, nos evita caer en su
focalización, encasillamiento y sobredimensionamiento; comprender lo
que tiene de distinto, nos evita caer en su generalización, en su simplifi-
cación y en el sentido extremo, en su trivialización. Reflexión similar
puede hacerse sobre el fenómeno urbano en general y sobre la ciudad o
alguna ciudad en particular. El pensar integrativo nos libera del dualismo
esquizofrénico”.

Extracto tomado de FRANCISCO JIMÉNEZ VELÁZQUEZ: “Desplazamiento


y ciudad: condiciones de posibilidad. Mirada prospectiva desde la
vida como gran pauta”. En: Desplazamiento, ciudad y territorio. Serie
Ciudad y Hábitat. Barrio Taller, 2003, pág. 109.

En este primer capítulo se describen las condiciones ambientales y so-


ciales de los lugares a donde se dirigen los pobladores rurales en situa-
ción de desplazamiento, destacando las formas de adaptación y
percepción sobre territorios ajenos a sus condiciones de vida tradicio-
nal. Con esto se busca discernir sobre el proceso de inserción territorial,
individual o colectiva que se construye posteriormente a la situación de
desplazamiento13.

13 Véase: AGIER, MICHEL y HOFFMANN, ODILE (1999). Pérdida de lugar, despojo y urbani-
zación. Un estudio sobre los desplazados en Colombia. En: CUBIDES, FERNANDO y

35
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Se va a considerar la nueva territorialidad con la que se enfrentan los


pobladores desplazados, como una categoría de análisis que explica las
condiciones espaciales y sociales a las que se ven sometidas las familias
desterradas. Lo que genera en ellas procesos de inserción, adaptación y
reconstrucción de sus proyectos de vida.

“Nosotros llegamos del campo y aquí las cosas son distintas.


En el campo las cosas eran firmes, uno quería cultivar, entonces no era sino más
que arreglar la tierra, sembrar y ya se tenía su maíz, su yuca y su plátano. El aire
era distinto. En las mañanas, eso era un sueño salir y respirar el rocío y ver ese
verdor. Que el agua —toda la que quiera— en la quebrada. Eso era cristalino para
el baño y para hacer los alimentos... Cuando hacía resolana uno buscaba un árbol
y en la sombra se descansaba después del trabajo… Pero con este peladero no le da
a uno ganas de nada. Ese tierrero lo jode a uno en los pulmones; y que me dice de
las casas, toditas amontonadas y, esto se puebla como el rastrojo; con decirle que en
un día pueden llegar hasta ocho o diez familias… y así, los problemas y la pobre-
za… Eso es lo que uno tiene que aguantar cuando se desplaza de allá para acá. Si
yo hubiera sabido cómo eran estas condiciones, palabra que me quedo arriesgando
hasta la vida” (campesino, 42 años. Roncesvalles, Tolima. Desplazado ubi-
cado en Altos de Cazucá).

Del ambiente al territorio


El municipio de Soacha se encuentra localizado en 4°35’03'’ latitud
norte y 74°13’23'’ longitud oeste. Presenta una temperatura de 14ºC y
posee un área de 24 hectáreas. Limita al norte con el área urbana de
Bogotá; al noroccidente con los municipios de Mosquera y Bojacá; al
oriente con el municipio de Pasca; y al sur con las municipalidades de
El Colegio, Granada, Silvania y Sibaté.

En el contexto regional se localiza al sur del territorio, en el valle del


río Bogotá a 18 kilómetros al sur occidente de la capital de la república,
extremo donde se cierra el sistema orográfico de los cerros orientales
con los cerros de Cheba, Quimba y Terreros, para dar comienzo a la
caída del Salto del Tequendama. Su área urbana está localizada so-

DOMÍNGUEZ, CAMILO (comps.). Desplazados, migraciones internas y reestructuraciones


territoriales. Bogotá: CES. Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional de
Colombia, pág. 105.

36
EL DESPLAZAMIENTO HACIA LOS ESPACIOS URBANOS: EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

bre la autopista sur, eje principal de comunicación con Bogotá 14 (véase


mapa 2).

MAPA 2: DEPARTAMENTO DE CUNDINAMARCA: MUNICIPIO DE SOACHA

COLOMBIA

Bogotá

Gobernación de Cundinamarca

Fuente: www.cundinamarca.gov.co/cundinamarca/plantillastandar.asp (2002)

El municipio presenta grandes áreas de bosque natural (6%) y vege-


tación de páramo en el extremo sur (8%). La mayoría de sus tierras se
encuentran en zonas de montaña fuertemente quebradas, factor que
limita las posibilidades de urbanización y fortalece la vocación de sus
tierras como reservas forestales.

El municipio pertenece a la vertiente de la cuenca del río Bogotá,


valle afluente del río Soacha y a la unidad geomorfológica del sistema

14 Fuentes consultadas para esta caracterización: Departamento Administrativo Nacio-


nal de Estadística -DANE-, Base digital Bogotá (1993), Instituto Geográfico Agustín
Codazzi -IGAC-, planchas 1:2500; Investigación CEDE, UNIANDES, COLCIENCIAS, goberna-
ción de Cundinamarca (1999). Tendencias recientes de ocupación territorial en Bogotá y la
región; CEDE, UNIANDES, Departamento Administrativo de Planeación Distrital -DAPD-
(1999). Directrices de ordenamiento territorial para Bogotá y la región como instrumento de
planeación. Alcaldía Municipal de Soacha: Plan de Desarrollo 1998-2000.

37
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

de cerros. En el costado oriental se localiza el valle del río Bogotá y sus


correspondientes áreas inundables; las áreas de montaña en el sector
medio occidental, comprendidas entre los 2.600 y 3.000 m.s.n.m; y, fi-
nalmente, las áreas de páramo y subpáramo del extremo sur con alturas
de más de 3.200 m.s.n.m15.

En general, el territorio presenta áreas con algún grado de erosión


en su parte norte, en las que se concentran superficies de montaña; el área
de sabana presenta pastizales representativos del altiplano. El sector de
Altos de Cazucá, área de trabajo de esta investigación, comprende la loma
de Sierra Morena y el embalse de Terreros. (Véase mapa 3).

Según los estudios consultados, inicialmente la ocupación del terri-


torio se caracterizó por haber sido muy compacta y nucleada hasta co-
mienzos del siglo XX. A mediados de este período, la estructura territorial
comienza a mostrar otra dinámica, en la cual su carácter disperso gene-
ra la aparición de nuevas vías de comunicación superpuestas a los anti-
guos caminos que, aún en la actualidad, permiten desplazamientos hacia
los núcleos urbanos y su respectiva periferia.

Entre 1938 y el 2002 se ha dado un amplio crecimiento demográfico


de la población sobre el territorio. En el área se han concentrado en este
período aproximadamente trescientos mil habitantes. Según la Organi-
zación de Médicos sin Fronteras y la Defensoría del Pueblo, regional
Cundinamarca, se considera a los sectores de Altos de Cazucá y Ciuda-
dela Sucre como las partes de mayor ocupación, donde se encuentran
aproximadamente unos 50.000 pobladores.

Las cifras muestran un amplio crecimiento demográfico sobre el te-


rritorio a partir de 1938 y hasta el 2003 (véase gráfica 1).

Estas zonas se han ocupado especialmente desde los ochenta, aun-


que más de la mitad de su población la ha habitado desde comienzos de
los años noventa. Actualmente, por la escasez de terrenos disponibles
dentro de la periferia urbana del Distrito Capital, gran parte de las ocu-
paciones suceden en las áreas periféricas del municipio, en las que el
control de las tierras es, sin duda, más difícil. De esta forma, se ha llega-

15 Gobernación de Cundinamarca (1999), op. cit., IGAC y Atlas Regional 1986.

38
EL DESPLAZAMIENTO HACIA LOS ESPACIOS URBANOS: EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA
MAPA 3. COBERTURA DEL MUNICIPIO DE SOACHA —ALTOS DE CAZUCÁ—
Y ÁREA METROPOLITANA DE BOGOTÁ (IMAGEN DE SATÉLITE)
CONVENCIONES

Áreas urbanizadas

Áreas con algún


grado de erosión

Pastizales del altiplano


(temporada seca)

Pastizales del altiplano


con regadío

Límite municipal

Cabecera municipal

Vías nacionales

Vías departamentales

Red hidrográfica
Imagen de Satélite (febrero de 1995) Escala: 1:1.250.000.
Sector de Altos de Cazucá

Fuente: Centro de Investigación e Información Georreferenciada - CIIG, Facultad de Estudios Ambientales y Rurales.
Diseño: Manuel Pérez (2002)
39
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

GRÁFICA 1. CRECIMIENTO POBLACIONAL EN EL MUNICIPIO DE SOACHA


1939 - 2003

Año Total población

1939 15.159
1951 20.441
1964 25.132
1973 39.405
1985 114.489
1990 169.000
1993 230.335
1996 283.000
1997 297.000
1998 301.000
2003 363.378

Fuente: tabulación y graficación de datos: Manuel Pérez (2002) a partir de estadísticas


registradas en Alcaldía Mayor de Bogotá (2000). Monografías territoriales. Soacha.
Región Bogotá, Sabana. Departamento Administrativo Nacional de Estadística
(DANE). Censo experimental mayo de 2003.

do a conformar una franja de conurbación entre la ciudad de Bogotá y


Soacha, precisamente en el territorio en el que se localizan los sectores 4
y 6 de Altos de Cazucá y Ciudadela Sucre16.

La demanda de ocupación de suelos de la zona de Soacha ha genera-


do en particular, impactos en su estructura ambiental. Este es el caso de
la pérdida de bosques y de los acuíferos que han sido desecados para
generar áreas urbanizables normalmente vinculadas a procesos de
ocupación ilegal (para observar el proceso de transformación terri-
torial producido por el uso y la ocupación urbana desde hace 40 años,
véase anexo 1).

16 La conurbación representa un conjunto de varios núcleos urbanos inicialmente in-


dependientes que, de forma espontánea, se desarrollan fuera de los principios de
planeación y que, en su crecimiento, van formando parte de una única unidad fun-
cional. Estos sectores fueron creados por el urbanizador Rafael Forero Fetecua, quien
era propietario del terreno, y comenzó por ocuparlo mediante la organización de
una invasión colectiva; luego dividió y vendió lotes de ese terreno.

40
EL DESPLAZAMIENTO HACIA LOS ESPACIOS URBANOS: EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Las formas y los usos del paisaje


A continuación se relaciona una caracterización de los usos y formas
del paisaje en el sector de Altos de Cazucá, a fin de describir las diversas
condiciones ambientales y sociales, inmersas en el proceso de
poblamiento de la zona de estudio:

Aspecto Característica
Área de poblamiento 12 km.
Composición 30 barrios que registran aprox. 53.823 habitantes (dato:
habitacional y número archivos estadísticas organización Médicos Sin Fronteras,
de habitantes 2002).
Clima Alto brillo solar, se presentan lluvias frecuentes, constan-
te brisa.
Tipos de suelo Seco árido.
Vegetación Gramíneas y arbustos (área aprox. 20%).
Fauna Perros, roedores, variedad de insectos, gallinas, burros,
aves (galletera piquirroja o tingua de pico rojo, garza
nivosa y golondrina vientrigris).
Tipo de explotación Canteras.
Vivienda La ocupación del suelo puede estimarse en 40% en áreas
construidas y 60% en terrenos no construidos.
Los lotes para construcción oscilan entre los 10 m² a
75 m².
Diferencia marcada de materiales de construcción.
Las construcciones son poco resistentes (tejas de zinc,
plásticos, tapia pisada, bloques y piedra); viviendas
unifamiliares (con 2 cuartos máximo).
Vías de acceso El 100% de las vías está sin pavimentar y en estado regu-
lar de conservación. Algunas se encuentran terminadas
en recebo o con la capa natural del suelo. Pocas zonas
pavimentadas o estabilizadas, pendientes muy altas im-
piden el acceso vehicular a algunos sectores.
Acueducto Bombeo de tanque y red de mangueras. El suministro es
quincenal en lapsos de 1 a 3 horas.
Alcantarillado El servicio se encuentra sectorizado, conforme a una red
de acueducto mínima. El agua llega cada 15 días y se paga
a las juntas de acción comunal.
Energía eléctrica Existe una cobertura del 70% legal a través de la empresa
de energía CODENSA. El 30% restante se estima es de con-
sumo ilegal. Iluminación pública y energía eléctrica son
constantes.

Fuente: archivos de sistematización de campo. Estudiantes ecología (2002).


Fotografías: archivos Manuel Pérez (2003).

41
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

La disposición territorial del poblamiento


Actualmente, el área habitada en el municipio de Soacha presenta
cuatro tipos de urbanización que se relacionan entre sí por la Autopista
Sur. Cada uno de estos espacios alberga usos comerciales, explotación
de canteras y equipamientos industriales. El proceso de conformación
de los núcleos ha sido impulsado por diferentes e independientes es-
quemas de asentamiento y usos producidos por el acceso a la vivienda.
La que se ha originado ligada a la migración por condiciones
socioeconómicas, crisis en el sector rural y absorción a fuentes de em-
pleo producto de la industrialización; así como, a la migración de los
desplazados por la violencia partidista, aquellos que terminaron arrai-
gándose en el municipio desde finales de los años setenta e, incluso,
durante la década de los ochenta, noventa y la del dos mil.

Se conforman así tres tipos de urbanización, que se diferencian, en


el municipio:

1. El centro tradicional, conformado por la unidad administrativa de la


localidad y la zona comercial. El sector de Compartir, urbanizado con
vivienda unifamiliar en serie.

2. El sector de León XIII, ocupado por formación de las invasiones en la


década de los ochenta y la instalación de una zona industrial. El sec-
tor de San Mateo, desarrollado bajo modelos de vivienda multifamiliar
en serie.

3. El sector de Altos de Cazucá y Ciudadela Sucre, que representa la zona


de mayor conurbación con Bogotá. En este lugar se ha presentado
un fuerte proceso de ocupación desde los años ochenta17. En la ac-
tualidad, la ocupación ilegal de tierras se lleva a cabo en los únicos
espacios libres de los sectores de Cazucá y Ciudadela Sucre, obede-

17 Según la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca en el Plan de Ordena-


miento Territorial para Soacha (1998-2010) -CAR- Bogotá, las zonas de Altos de Cazucá
y Ciudadela Sucre no se contemplan como áreas de planeación ni se tienen registros
de población para esta zona. A partir de una exploración realizada a los documentos
en mención, la zona está prevista como un área de conservación de bosques en la
que no aparecen sus habitantes recientes.

42
EL DESPLAZAMIENTO HACIA LOS ESPACIOS URBANOS: EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

ciendo a las dinámicas de apropiación y comercialización del suelo


por los denominados terreros: grupos de pobladores foráneos o habi-
tantes de la zona que han capitalizado las áreas desocupadas del sec-
tor. Éstos realizan adecuaciones a los terrenos para luego venderlos
a las familias que van ingresando a la zona (véase mapa 4).

“Como nos vieron la cara de no ser de por aquí,


le ofrecen a uno el lotecito.
Eso fue por los lados de la Isla, aquí en Altos (Cazucá). El terreno estaba bien
armadito, con su lindero bien cuadradito. Lo único era que estaba muy cerquita
a la peña; pero eso en medio de las angustias uno le hace… Parecía como si le
hubieran hecho un escalón a loma: le ponen piedra en las bases para que no se
deslice el ranchito. Lo ofrecieron con su cerca de alambre; eso tiene 20 x 25 de
área. Lo negociamos con un adelanto para apartarlo de 300.000 pesos y para
cerrar el negocio nos tocó dar 1’200.000.
La prueba de que el lote es nuestro, son
unos recibos por la compra y así que-
dó el negocio. Eso sí, nos dijeron que
la condición para entregar, con adelan-
to y todo, era que teníamos que ocu-
parlo rápido y que nos acomodáramos
como pudiéramos. Eso se lo dicen a uno
porque si otros ven desocupado, se vie-
ne el vivo y lo ocupa, o resulta dicien-
do que eso ya estaba negociado, o de
verdad aparece el dueño. Esto, mejor
dicho, es como todo, hay que guerrear
para poder conseguir un pedazo de lote donde vivir. Aquí entre los mismos
terreros se pelean la tierra. Hay sectores en los que se tiene claro qué pedazo
es de quién y cuál no le pertenece a nadie. Así las cosas, nos tocó bregar a
conseguir materiales; en eso nos ayudaron vecinos con tejas, plásticos y ma-
dera. La primera noche nos tocó sin techo. Al otro día se abrieron zanjas y se
levantaron columnas. Con lo del agua, afortunadamente, el lotecito tenía su
manguera y pudimos, por lo menos, esos días, recogerla. El baño sí se demo-
ró, al principio tocó abrir huecos y echar tierra, ahí no había de otra. Así fue
como nos instalamos por aquí: mi señora, los cuatro niños, dos primos de mi
mujer y la suegra… (campesino, 36 años. Solita, Caquetá. Desplazado
ubicado en Altos de Cazucá). Fotografía: Manuel Pérez. Altos de
Cazucá.

43
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Fuente: Alcaldía Municipal de Soacha. Plan de Desarrollo 98-00. Interpretación de datos


y diseño Manuel Pérez (2002).

44
EL DESPLAZAMIENTO HACIA LOS ESPACIOS URBANOS: EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Este tipo de intervención se hace de manera ilegal, principalmente


con el fin de mejorar las superficies que se localizan en áreas de alto
riesgo. Allí se invierte buscando acondicionar el lugar para el acceso a
los servicios de agua y luz.

En algunos casos, estos lugares se ofrecen en arriendo por valores


que oscilan entre los 100.000 ó 150.000 pesos. La oferta mayor se reserva
para la compra en áreas que superan los 80 m² y el valor de venta fluc-
túa entre los 500.000 y los 4’000.000 de pesos. Según los testimonios de
antiguos pobladores, los terreros han ganado los espacios producto de
redes de familias que se ocupan de detectar zonas desocupadas y les
informan para hacer los arreglos. Los mismos vecinos cuidan los terre-
nos hasta que llegan nuevos compradores. En los casos en que existan
otras personas que lleguen a realizar mejoras o a ocupar, sin el consen-
timiento de los terreros, se han presentado amenazas, persecuciones e,
incluso, asesinatos, para defender la propiedad.

Las formas del poblamiento son diversas y representan una estrate-


gia de adaptación y acomodamiento para los actores que controlan las
condiciones de ocupación en la zona. Esto ocurre tanto frente a las dis-
tribuciones del relieve como a las condiciones ilegales de ordenamiento
del territorio.

A partir de estimativos, consultados en las fuentes del gobierno y de


organizaciones gubernamentales, se conoce que la zona de Altos de
Cazucá comprende 30 barrios18 en los cuales habitan aproximadamente
53.826 personas; es decir, cada barrio presenta un promedio de 1.794
habitantes. Este hecho indica que si el promedio por familia es de 7
personas, en cada sector viven 257 hogares (véase tabla 2).

Sobre los antecedentes en las etapas del poblamiento se distinguen


tres momentos centrales:

18 Esta se conoce como una forma de ocupación y producción de la ciudad, basada en


la secuencia de operaciones que mantienen la parcelación y urbanización por parte
de más de un urbanizador para que, posteriormente, se edifique, predio a predio,
por cada nuevo propietario.

45
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

• El primero tiene relación con el desplazamiento de población rural


que llega a la zona a partir de la década del setenta. Estos
asentamientos fueron promovidos por los programas de vivienda
social y por la oferta de empleo en las industrias de la capital. La
oleada se instala, especialmente, en las zonas planas del municipio
de Soacha y en las superficies de ladera de lo que hoy se conoce
como Ciudad Bolívar en Bogotá. El proceso de ocupación tuvo el
acompañamiento de organizaciones sociales del partido comunista,
permitiendo asegurar la legalización de los barrios y el acceso a ser-
vicios públicos. Este es el caso del sector de Julio Rincón I, II y III,
zona que concentra 12.880 habitantes. El barrio lleva el nombre del
promotor de esta ocupación.

• La segunda etapa se refleja en los años ochenta con el auge de la


construcción multifamiliar, la que capitalizaría el sector de la cons-
trucción, así como las cajas de ahorro y los grupos de compensación
familiar. Asimismo, con el aumento de locales de empresas y fábricas
se consolidó un proceso de concentración de pobladores comercian-
tes, empleados del sector servicios y empleados públicos, cuyos pues-
tos de trabajo están en la zona o, principalmente, en la ciudad de
Bogotá. Éstos son los que han dado origen a las áreas habitacionales
del sector de Compartir y Luis XIII, dentro de las cuales se ubican
jurisdicciones con más de 1.500 habitantes, entre las que están las
barriadas del Mirador de Corinto, Robles, Oasis, Isla, Santo Domin-
go, El Progreso, Luis Carlos Galán I, Minuto de Dios, Bella Vista, El
Arroyo, Villa Sandra, Altos de la Florida, Loma Linda, Villa Merce-
des I, Luis Carlos Galán II, Casa Loma, Balcanes y La Capilla.

• Por último, el tercer momento se da a partir de la década de los años


noventa y se cumple en dos etapas. La primera corresponde al pro-
ceso de ocupación que se genera luego de los pactos de paz con el
movimiento guerrillero M-19 en 1990. Esta negociación produjo pla-
nes de reinserción, amparando el acceso a predios y vivienda urba-
na para los excombatientes. Así se conformaron, en un lapso de cinco
a seis años, los barrios Santo Domingo, Corinto y Carlos Pizarro. La
segunda se manifiesta en los últimos años de la década de los noven-
ta y llega hasta nuestros días como producto del desplazamiento for-
zado. Allí se originan los barrios que se ubican en los alrededores del

46
EL DESPLAZAMIENTO HACIA LOS ESPACIOS URBANOS: EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

embalse Terreros: La Meseta, Villa Mercedes II, Luis Carlos Galán III,
Carlos Pizarro, La Esperanza, Villa Esperanza, Nueva Unión, Altos
del Pino, Terranova, Paraíso y Rincón del Lago (véase tabla 2).

TABLA 2. BARRIOS Y NÚMERO DE HABITANTES,


SECTOR DE ALTOS DE CAZUCÁ

Barrios Población por barrio


1 Rincón del Lago 517
2 Mirador de Corinto 2.111
3 Robles 1.532
4 Paraíso 830
5 Oasis 1.821
6 Isla 1.408
7 Santo Domingo 1.329
8 El Progreso 1.619
9 Luis Carlos Galán I 2.022
10 Minuto de Dios 2.686
11 Bella Vista 2.433
12 Arroyo 1.209
13 Terranova 600
14 Villa Sandra 1.800
15 Altos del Pino 700
16 Nueva Unión 874
17 Julio Rincón I, II, III 12.880
18 Villa Esperanza 786
19 La Esperanza 500
20 Altos de la Florida 2.300
21 Carlos Pizarro 741
22 Villa Mercedes I 1.007
23 Loma Linda 2.236
24 Luis Carlos Galán II 1.693
25 Casa Loma 1.968
26 Balcanes 2.636
27 La Capilla 1.495
28 Luis Carlos Galán III 557
29 Villa Mercedes II 837
30 La Meseta 699
Total 53.826

Fuente: Archivo estadístico organización Médicos sin


Fronteras (2002).

47
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

En el siguiente mapa 5, se localizan los barrios de Altos de Cazucá,


ubicados en dos franjas: una localizada al costado occidental de la loma
Sierra Morena y que colinda con la Autopista Sur (franja 1). Allí se en-
cuentran los barrios: Balcanes, La capilla, Casa Loma, Loma Linda, Mi-
nuto de Dios, Carlos Pizarro, Julio Rincón, Villa Mercedes, Luis Carlos
Galán I, Luis Carlos Galán II, Santo Domingo y Arrayanes. La otra zona
se encuentra localizada en la ladera frente al embalse de Terreros y la
Ciudadela Sucre (franja 2).

Las áreas que se van demarcando en la parte plana (franja 1) han


tenido un proceso de consolidación y densificación más acelerado. Su-
cede lo mismo en los sectores de ladera (franja 2) que ocupan pendien-
tes abruptas, sometidas a erosión y a un enorme riesgo de derrumbes,
precisamente, donde existe ocupación elevada de viviendas, construi-
das con materiales de desecho, que se conservan, incluso, durante va-
rios años.

A continuación se ilustran las dos zonas y la localización de los ba-


rrios. Las dos franjas fueron definidas por los mismos pobladores de la
zona, a través de talleres de cartografía social, con el fin de definir las
jurisdicciones de los sectores reconocidos por la municipalidad de
Soacha, así como las de aquellos pobladores excluidos del orden territo-
rial, debido a su ocupación espontánea e ilegal (véase mapa 5. Localiza-
ción de los barrios, sector de Altos de Cazucá).

Para describir el proceso pueden observarse las imágenes en las que


se ilustra, (fotografía 1), la expansión urbana de la ciudad de Bogotá.
Por una parte se observan barrios de Ciudad Bolívar (al fondo) hacia los
límites con el sector de Altos de Cazucá, en el municipio de Soacha; y,
(fotografía 2), una fase reciente de ocupación de familias provenien-
tes del campo, julio de 2002 (al fondo el municipio de Soacha).

48
EL DESPLAZAMIENTO HACIA LOS ESPACIOS URBANOS: EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

MAPA 5. LOCALIZACIÓN DE LOS BARRIOS, SECTOR DE ALTOS DE CAZUCÁ

FRANJA 2

Bogotá

Autopista sur
Fuente: taller de cartografía con pobladores de la zona. Septiembre de 2001.

49
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Fotografía 1

La ilustración revela la exten-


sa ampliación de la frontera ur-
bana de la ciudad de Bogotá, la
cual ha sufrido escalonados pro-
cesos de inserción de población,
así como de acceso a servicios
públicos. Dicho poblamiento, y
su planificación urbana, ha es-
tado mediado fundamental-
mente por las juntas de acción
comunal y por los grupos de ve-
cinos que han logrado exigir, a
las entidades municipales y ONG, la construcción de vías, acueductos,
alumbrado público y escuelas (véase Aerofotografía zona de Altos de
Cazucá, 2004, anexo 1).

Fotografía 2

La imagen muestra asentamientos sin ningún tipo de servicio domi-


ciliario, empotrados en zonas de excesiva inclinación, haciendo a estas
zonas vulnerables al deslizamiento por las lluvias o, por su cercanía a
las áreas de explotación de
canteras. Estos pobladores
se ven condicionados al
anonimato, lo cual los
hace ajenos a los mecanis-
mos de participación y del
beneficio de los servicios
comunitarios. Son vistos
como pobladores ajenos a
la zona y, en muchas oca-
siones, estigmatizados por
su situación de destierro
(véase Aerofotografía
Fotografías: estudiantes maestría en Desarrollo zona de Altos de Cazucá,
Rural —FEAR— PUJ. Salida de campo,
semestre II de 2002.
2004, anexo 1).

50
EL DESPLAZAMIENTO HACIA LOS ESPACIOS URBANOS: EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Según estudios sobre el poblamiento en la zona, se afirma que un


municipio periférico como Soacha, condenado a recibir a las franjas más
pobres del país, que no puede satisfacer sus necesidades de vivienda y
de bienestar, sino bajo condiciones de ilegalidad y marginalidad, debe
enfrentar el desarrollo de barrios de expansión de la capital con costos
de equipamiento muy altos por causa de su topografía particularmente
difícil19. En este lugar se hace evidente una profunda transforma-
ción de proyectos de vida individuales y colectivos, en los que no se
goza de ningún reconocimiento legal, político o económico.

Bajo estas condiciones, no se habla aquí de lugares de recepción de


migraciones forzadas, porque, de acuerdo con DONNY MEERTENS (1999),
se puede afirmar que estos sitios no se catalogan como municipios de
recepción o refugio, pues, en realidad, nadie los recibe: las familias
se insertan, “a la brava”, o como pueden, en los medios urbanos y éstos
se convierten, por lo menos inicialmente, en simples sitios de llegada20.

De esta manera, el flujo de la migración se interna en procesos de


inserción en los que las personas deben adaptarse a patrones territoria-
les extraños que, invariablemente, integran y vinculan otros territorios:

“Cuando llegamos esto era frío y oscuro.


Muchos carros y mucha gente que ni siquiera se tropieza con la vista. Perso-
nas que dicen ayudarlo a uno, que dizque son de instituciones y se presentan:
¡Aquí estamos para colaborarles y para que mejoren sus vidas! O los otros,
que creen que uno como desplazado trae es un problema encima para la gente
que ya vive desde hace tiempo en el barrio. Con esa situación nos tocó meter-
nos por aquí. Como extraños tocó abrir el espacio, y ahora uno ve cómo es que
nos ha cambiado la vida. Así mismo, tocó acomodarnos para bien o para mal…
yo todavía no sé en cuál de los dos estoy… (mujer campesina, 30 años.
Cunday, Tolima. Desplazada ubicada en Altos de Cazucá).

19 Véase: DUREAU, FRANCOISE y FLÓREZ, ELISA CARMEN (2002). Dinámicas demográficas en


Colombia: de lo nacional a lo local. En: BLANQUER, JEAN MICHEL y GROS, CHRISTIAN
(comps.). Las dos Colombias. Bogotá: Norma, pág. 210.
20 Véase: MEERTENS, DONNY (1999). Desplazamiento forzado y género. En: CUBIDES y
DOMÍNGUEZ, op. cit., pág. 415.

51
2
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

Como se mencionó anteriormente, el crecimiento poblacional de zo-


nas periféricas a la ciudad de Bogotá, en especial el caso del municipio
de Soacha, está determinado, en su mayoría, por las migraciones del
campo a la ciudad. Aspecto que obedece a las consecuencias del conflic-
to armado, la crisis del sector rural y la adecuación de la fuerza laboral,
los cuales giran conforme a las posibilidades que brinda el comercio en
las zonas urbanas, así como a las opciones de empleo que ofrezca el
sector industrial. A su vez estas condiciones se reproducen como resul-
tado del reacomodamiento anónimo de miles de personas que buscan
refugio y seguridad en la ciudad.

Según el CODHES, para el caso de Soacha, entre 1995 y 1998, se estima


un número aproximado de 25.000 nuevos pobladores por causas del
conflicto social que vive el país. Incidencia que se encuentra determina-
da por un extenso grupo de habitantes que afecta la ocupación del terri-
torio urbano y, por ende, la oferta de servicios sociales por parte del
Estado21.

Hacia el municipio se dirigen, principalmente, pobladores rurales


de los departamentos de Cundinamarca y Tolima. Otras zonas de pro-

21 Véase: Consultoría para los derechos humanos y el desplazamiento (CODHES) y


Arquidiócesis de Bogotá (1999). Huellas de nunca borrar. Casos de Bogotá y Soacha. Bogo-
tá: Editorial Kimpres, pág. 118. Datos obtenidos a partir de una consulta realizada
con algunas parroquias del municipio, con la Comisión Pastoral de Movilidad Hu-
mana de la Arquidiócesis de Bogotá, con asociaciones de desplazados y organizacio-
nes no gubernamentales que trabajan en la zona y en el trabajo de campo realizado
por el CODHES.

53
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

cedencia son los departamentos del Guaviare, Caquetá, Meta y


Putumayo, flujos de migración que se incrementaron por causa de la
iniciación de los diálogos entre el gobierno y las FARC a partir de 1998, así
como por la ruptura de las negociaciones, a finales de 2001, en la anti-
gua zona de distensión.

De acuerdo con el trabajo de campo realizado en la zona, uno de los


ejes de mayor población ha sido el sur oriente del país, área que mues-
tra altos índices de desplazamiento desde los años ochenta, período en
el cual los grupos paramilitares se fortalecieron en el departamento del
Meta, particularmente en los municipios de Puerto López, Puerto Gaitán
y San Martín.

Entre el año 1999 y 2000, la fuerte recuperación por parte del ejército
colombiano en la zona de Sumapaz, área de corredor de las FARC hacia el
Meta, Cundinamarca, Tolima, Huila y el sur del país, originó la movili-
zación de campesinos del sector, hacia la ciudad de Bogotá y al munici-
pio de Soacha en particular.

Otro de los ejes geográficos del desplazamiento se encuentra ubica-


do en el sur occidente, territorio que representa los municipios vecinos
a la zona del despeje, sur del Huila, norte del Tolima y los límites entre
Tolima y el Valle. Del otro lado se han encontrado fuertemente afecta-
dos los municipios de Cunday, Villa Rica y Tres Esquinas en el departa-
mento del Tolima.

Igualmente, inciden en el poblamiento, familias que emigran de la


zona de Urabá, del área metropolitana de Medellín, del bajo Cauca, del
Magdalena Medio y de la zona cafetera de Antioquia. Una exploración
realizada en el transcurso de esta investigación a 93 familias desplaza-
das, ubicadas en Altos de Cazucá, hace referencia a las zonas y departa-
mentos mencionados (véase tabla 3).

Según la organización Médicos sin Fronteras, para el año 2002 se


estima que el grupo de edad mayoritario en la zona es el de los jóvenes
que oscilan entre los 13 a 17 años y cuya cifra se aproxima a 32.731 per-
sonas. El grupo de pobladores entre 30 y 45 años llega a los 30.770, cifra
similar a la de los jóvenes en ese rango de edad. Esto nos lleva a consi-
derar que existe en la zona un potencial de fuerza de trabajo de 63.501

54
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

TABLA 3. LUGARES DE ORIGEN DE POBLACIÓN DESPLAZADA POR


FAMILIA HACIA BOGOTÁ (POBLACIÓN UBICADA EN ALTOS DE
CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA, SEMESTRE II DE 2001)

Departamento de origen y expulsión Número de familias

Antioquia 6
Arauca 1
Bolívar 7
Boyacá 1
Caldas 2
Caquetá 12
Casanare 1
Cesar 1
Córdoba 2
Cundinamarca 6
Guaviare 6
Huila 3
Magdalena 2
Meta 14
Norte de Santander 1
Putumayo 3
Santander 5
Tolima 18
Vichada 2
Total 93 (651 personas)

Fuente: Archivo estadístico. Corporación para la Educación, el Desarrollo


y la Paz (CEDEPAZ).
Nota: el número promedio de integrantes por familia es de 7 personas.

habitantes, de los cuales el 70% está vinculado a actividades económi-


cas informales y un 30% permanece en los hogares dedicado a activida-
des domésticas y al mejoramiento de las viviendas (véase tabla 4).

Sobre una muestra de 1.016 personas, el número de población con


mayor representación en el área es el de las mujeres con 529, frente al
de los hombres que llega a los 487 (véase tabla 5).

55
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

TABLA 4. ESTIMATIVOS DE POBLADORES POR


GRUPOS DE EDAD (ALTOS DE CAZUCÁ)

Grupo de edad Total grupo etáreo

Población menor de 1 año. 998


Población de 2 a 4 años. 3.309
Población de 5 a 12 años. 3.974
Población de 13 a 14 años. 12.068
Población mayor de 15 años. 20.663
Población mayor de 30 años. 16.527
Población mayor de 45 años. 14.243

Fuente: Archivo estadístico organización Médicos sin Fronteras


(2002).

TABLA 5. NÚMERO DE PERSONAS POR GRUPO ETÁREO Y SEXO

Personas Sexo
Grupo etáreo
Número % Masculino Femenino

0 a 3 años 107 10.53 52 55


4 a 13 años 334 32.88 162 172
14 a 17 años 103 10.13 65 38
18 a 40 años 323 31.80 137 186
41 a 70 años 138 13.58 65 73
Más de 70 años 11 1.08 6 5
Total 1.016 100.0 487 529

Fuente: Pérez, Manuel y Restrepo, Ofelia (2000). Sistematización de la experiencia de aten-


ción humanitaria de la Fundación para el Desarrollo Social, la Democracia y la Paz,
PROGRESAR, de los grupos de población en situación de desplazamiento por violencia: una
estrategia de reconstrucción del tejido social. Bogotá: Fundación para el Desarrollo
Social, la Democracia y la Paz (PROGRESAR).

Con base en estos datos se pudo constatar que el 70% de los residen-
tes posee bajos niveles de escolaridad y un 16.63% representa la por-
ción de personas que no saben leer ni escribir. Se destaca un 21.36% que
posee nivel de secundaria o que, por lo menos, ha realizado, en prome-

56
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

dio, tres años del bachillerato. En otros casos, el 1.08% posee título de
nivel técnico (véase tabla 6).

TABLA 6. NÚMERO DE PERSONAS POR


ESCOLARIDAD

Personas
Nivel de escolaridad
Número %

Preescolar 74 7.28
Primaria 533 52.47
Secundaria 217 21.36
Técnico 23 1.08
Ninguno 169 16.63
Total 1.016 100.0

Fuente: Pérez, Manuel y, Restrepo, Ofelia (2000). Sistematiza-


ción de la experiencia de atención humanitaria de la Funda-
ción para el Desarrollo Social, la Democracia y la Paz,
PROGRESAR, a grupos de población en situación de desplaza-
miento por violencia: una estrategia de reconstrucción del
tejido social. Bogotá: Fundación para el Desarrollo So-
cial, la Democracia y la Paz (PROGRESAR).

Territorio y cambio social


A continuación se analizan las definiciones y concepciones que tie-
nen los pobladores en situación de desplazamiento sobre sus lugares de
origen, así como del sitio que ocupan en la actualidad y del espacio que
anhelan habitar.

Territorios que se construyen a partir de sus componentes vitales de


socialización, así como de su relación con las condiciones del retiro y
subordinación, respecto a las acciones que los obligaron a salir de sus
zonas de origen22. En otros términos, siguiendo a OSORIO (2001), se pre-

22 Asumimos aquí el concepto de territorio como una apropiación y valoración simbó-


lica e instrumental del espacio geográfico en el cual se revisten procesos de acumula-

57
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

tende determinar cómo los desplazados construyen y reconstruyen su


entorno social de manera permanente o en formas de transición hacia
nuevas fronteras. Estas fronteras se superponen a las tradicionales
divisiones administrativas y geográficas que trae consigo el pobla-
dor rural23.

En este sentido, siguiendo a MONTAÑEZ (2001), el territorio que se


configura con el desplazamiento vendría a representar la existencia de
un lugar y de un sujeto social que ejerce sobre él cierto dominio. Se
adapta a él y lo transforma procurando cierta facultad de apropiación.
Relación que estaría no exclusivamente vinculada a la propiedad, sino,
también, a la reconstrucción de lazos subjetivos de identidad y afecto
existentes entre la población desplazada y su nuevo espacio geográfico.

En el nuevo espacio se manifiesta la territorialidad como un medio


de encuentros y desencuentros de diversas escalas: lo que las personas
traen en su memoria, a lo que tienen que adaptarse y a lo que imaginan
como un posible espacio de estabilidad y bienestar. Dichos escenarios
identifican la configuración de tres formas de territorialidad que
subyacen de manera discontinua en la situación ambiental y social del
desplazamiento. Estos son: los territorios reales (memoria); los territorios
pensados (adaptación) y los territorios posibles (imaginación), cada uno de
ellos sujeto a una percepción de temporalidad24.

ción histórica, incorporación, integración y apropiación de relaciones sociales que


transforman la biosfera terrestre. Por tanto, al hablar del territorio, indudablemente,
nos referimos a un sistema de acciones a través del cual hombres y mujeres ejercen
poder sobre él y pretende su control y dominación. Véase: MONTAÑEZ GÓMEZ, GUSTA-
VO (2001), Razón, pasión e imaginarios. En: Espacios y territorios. Red de Estudios de
Espacio y territorio. RET. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, págs. 16-20.
23 Véase: OSORIO, FLOR EDILMA (2001). Territorios, identidades y acción colectiva. Pistas
en la comprensión del desplazamiento. En: ACNUR, CODHES. Desplazamiento forzado in-
terno en Colombia: conflicto, paz y desarrollo. Bogotá: Memorias Seminario Internacio-
nal, junio, págs. 189-191.
24 Sobre el tema puede consultarse BOZZANO, HORACIO (2000). Territorios reales, territorios
pensados, territorios posibles. Aportes para una teoría territorial del ambiente. Buenos Aires:
Editorial Espacio; especialmente el capítulo 3, Instancias metodológicas y nociones
territoriales, págs. 55-80.

58
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

Se entiende como territorios reales aquellos en los cuales se depositan


los arraigos vitales conservados por la tradición y el reconocimiento
natural y social de lo conocido. Son el lugar legítimo en el que reposan
los objetos visibles, construidos por los sujetos comunes y/o por los he-
chos y representaciones invisibles que se comparten. Sean éstos de na-
turaleza física, biológica, social o simbólica, proyectada sobre una parte
o sobre la totalidad de la superficie terrestre que se habita.

Los territorios pensados se refieren a instancias sociales que se inser-


tan en espacios específicos y bajo condiciones de adaptabilidad econó-
mica. Es decir, a las lógicas de ocupación residencial, las áreas conurbanas
que cumplen patrones territoriales más amplios y en los cuales se com-
binan atributos sociales, económicos y físicos construidos. Sus sitios de
intervención hacen alusión a lugares de legalidad, diseñados por las lógi-
cas institucionales del orden social. Puede tratarse de un conjunto de
viviendas, parques, empresas, instituciones, vías, lotes, edificios, cen-
tros comerciales, zonas industriales, espacios públicos, entre otros.

Los territorios posibles se refieren a instancias espaciales propositivas


en las cuales se depositan o se reconstruyen la ocupación y la
sostenibilidad. Aspectos que integrarán las instancias de lo real (legíti-
mo) y lo pensado (legal), permitiendo establecer así territorios fuertes, por
ejemplo, el centro de una ciudad, un barrio o una colonia rural. Lugares
donde, aunque se encuentren rasgos tan diferentes, prevalece uno en
común. Se trata de los niveles de consolidación, reconocimiento y de
los pactos que no obstruyen las lógicas de la tradición con los ámbitos
geográficos que se proyectan ocupar.

En la lógica contraria, estarían los espacios frágiles o territorios débiles


como las periferias de una ciudad, una aglomeración industrial en
desaparición, una colonia agrícola en retroceso, un sitio en proceso
de deterioro ambiental o un ámbito rural casi deshabitado, por citar
algunos casos.

Estas tres formas de territorialidad se plasman como consecuencia


de las irregularidades que produce la migración forzada en la vida coti-
diana de la población, mediándose por la capacidad, habilidad de resis-
tencia y sobrevivencia que se encuentran inherentes a las condiciones
de orden económico, político y cultural.

59
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

“Mi familia y la comunidad eran el centro de todo en el campo;


pero con la violencia tocó volver a organizarnos.
La del campo era una actividad muy agradable. Yo sentía que mis hijos estaban
bien, se veían contentos con sus mascotas, con sus animales, tomando leche pura.
Iban a la escuela con facilidad, sin riesgos de que de pronto alguien los fuera a
atropellar o que se los fueran a robar. Había una tranquilidad, la familia se mante-
nía con lo que nos dejaban los cultivos; eso sí, para la alimentación y lo que dejaba
la venta de los productos. Esas cosas aquí (en Bogotá) no se les pueden ofrecer hoy
en día; ahora toca limitarnos y eso nos hace sentirnos frustrados por no poder
tener lo del día para la comida, o un cupo escolar o que tengan su ropa limpia. Esta
situación comenzó hace ya bastante tiempo. Mi labor era la del campo, con mi
ganado y una siembra grande de arroz y plátano. En Lejanías (Meta). Por allá la
actividad política no era mucha; mejor dicho, participaban los de siempre. Un
familiar de mi mujer le jalaba a la política con la Unión Patriótica* y eso era algo
nuevo para nosotros; pero como ya ese partido estaba en tantas partes le aposté a la
cosa y comenzamos a acompañar al primo. Ahí yo creo que me nació la vena de la
participación con la comunidad. La gente se entusiasmaba y por eso a uno le
daban muchas ganas de apoyar y promover cosas buenas para la gente. Pero eso
fue muy cortico. Las cosas se pusieron feas, había personas que nos veían muy
organizados y con apoyo. De todas formas, comenzó la represión y gente en el
pueblo que participaba en eso, resultó amenazada. Eso era sólo de rumores por ese
momento. A uno le daba miedo, eso sí al ver el apoyo de la gente uno seguía ade-
lante. Lo otro fue que comenzamos a ver mucho ejército y guerrilla. Nosotros,
como vivíamos cerca al río, veíamos pasar gente que llevaba y traía mercancía del
Guaviare; decían que el negocio duro era el de la coca y el comercio. Pero la cosa se
puso color de hormiga cuando al ejército y a la guerrilla le dio por poner retenes y
cobrar el paso de mercancías. Ahí se vino una guerra entre ellos, hubo mucha bala
y esa gente no preguntaba sino que lo confundían a uno; que si estaba apoyando a
la guerrilla, entonces, debía salir de la vereda; que si uno dejaba a los soldados
pasar por la finca, entonces que estaba con el gobierno. Tanto así que ponían plazos
para salir. Así las familias salieron de sus tierras. Después vinieron las matanzas
de familias enteras. Eso sí nos puso con un miedo de padre y señor mío; uno no
sabía si era la misma guerrilla o el ejército. A mí me daba la impresión de que eran
otras gentes. Ya no dormíamos, oíamos bombas en las noches y metralla al corte.
Eso nos puso a dudar de seguir en la vereda; pero me confié y dejé pasar el tiempo,
hasta cuando una noche me llegaron a la casa, me amordazaron y me sacaron
diciéndome que ¡¡¡¿por qué le colaboraba a la guerrilla?!!!, que a la zona la iban a
limpiar de comunistas. Ahí se me fue la vida, pensé en mi familia que se había
quedado sola. En el camino hubo una balacera y yo no sé cómo me les volé. Me
arrastraron y caí en el río. Ahí me solté y volví en mí entre los matorrales como
después de seis horas. Recuerdo que el dolor de cabeza era berraco; yo quedé muy
angustiado. A los tres días pude mandar razón a mi mujer. Afortunadamente, a la

60
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

familia no la tocaron. Entonces, decidimos salir de la vereda. Eso fue muy doloro-
so. Ahí mismo, con ayuda de un familiar, me empacaron en un guacal de papaya
entre un camión que venía para Bogotá. Yo llegué directo a donde mi suegra en
Santo Domingo (Ciudad Bolívar, Bogotá). La cosa era salvarse en la ciudad. Yo
sabía que muchos otros vecinos también estaban desplazados y les había tocado
adaptarse: bultiando en la plaza de mercado, en casas de familia, o se empleaban en
la construcción. Ya cuando tomamos la decisión de quedarnos, nos acogimos a las
ayudas del gobierno. Bueno, eso fue poco, pero qué se le hacía. La tierra que deja-
mos estaba recomendada; pero con el tiempo la desocuparon y se la repartieron
entre los mismos que nos sacaron. Mejor dicho, ahora eso está parcelado y viven
otras familias. En eso ya han pasado cómo unos 12 años. De estar en la ciudad
llevamos 4 años, en eso nos toca mirar cómo salimos adelante y tratar de volverse
a organizar con los que somos desplazados en estas tierras y así recuperarnos de
tanta violencia. Claro que con el temor de que aquí, por estar mirando a ver cómo
salimos adelante, también nos pueden llegar a desplazar” (campesino, 46 años,
Lejanías, Meta. Desplazado ubicado en Altos de Cazucá).
* Partido político de izquierda, fundado durante el período de 1982-1986,
producto de la concertación entre los movimientos guerrilleros y el go-
bierno colombiano. Proceso que fue arrasado años después con el asesina-
to de sus líderes y homicidios selectivos a sus bases populares.

Como podemos apreciar, las condiciones del desplazamiento se pro-


ducen en varias etapas en las que coinciden: la relación de los poblado-
res con su territorio y las organizaciones en sus zonas de origen y la
necesidad de volverse a organizar para definir nuevas territorialidades
en las zonas urbanas. De esta manera convergen, en las causas y
condicionamientos del desplazamiento, varios momentos:

1. Intrigas y sospechas por la manifestación explícita de campesinos


organizados o vinculados a algún proyecto político.
2. Rumores de amenazas a la comunidad organizada.
3. Manifestaciones de miedo que se contrarrestan por el apoyo de la
misma comunidad y los períodos de calma en las zonas.
4. Presencia del ejército y la guerrilla: implantación de retenes y co-
bros por el paso de alimentos y mercancías.
5. Enfrentamientos entre el ejército y la guerrilla.
6. Señalamientos, tácitos o implícitos, por apoyos de la comunidad a
los actores armados.

61
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

7. Fijación de plazos para que las familias salgan del territorio.


8. Confusión, individual y colectiva, al no precisar el origen de los
señalamientos y de las amenazas.
9. Duda permanente y terror ante los continuos enfrentamientos militares.
10. Agresión a los pobladores: allanamiento a las viviendas y violencia
física.
11. Efectos psicológicos: pánico e incertidumbre.
12. Búsqueda de ayuda de familiares y amigos.
13. Abandono del proyecto y los espacios de vida.
14. El desplazamiento a la ciudad.
15. Búsqueda de trabajos temporales como mecanismo de adaptación.
16. Identificación de instituciones de apoyo.
17. Integración relativa a nuevos territorios a traves de procesos
organizativos comunitarios.

En síntesis, los acontecimientos revelan que la población está lejos


de identificarse con los nuevos contextos, su mediación está dada por el
ideal de encontrar, a través de la organización comunitaria, una forma
de inserción al territorio, sometiéndose para ello al refugio; aunque,
incluso allí, están propensos a la inseguridad o al destierro. El miedo y
el terror, aún cuando se ubiquen en estos sitios, no los abandona. Por-
que la desconfianza subsiste hasta en las ciudades. Situación que argu-
menta DANIEL PECAUT (2001) como la expresión en la que los desplazados
no pueden soñar con escapar a la influencia de los protagonistas que
han conocido en el lugar de partida y, menos aún, de los que actúan en
el medio urbano25.
De esta manera, los territorios reales que se trasladan del medio rural
se trastocan con los territorios pensados, reflejos del medio urbano, ha-
ciéndose evidente, durante el proceso de inserción, la manifestación de
diversas formas de percepción, adaptabilidad y reconstrucción social
por parte de los desplazados: “Claro que con el temor de que aquí, por estar
mirando a ver cómo salimos adelante, también nos pueden llegar a desplazar”.

25 PECAUT, DANIEL (2001). Guerra contra la sociedad. Bogotá: Espasa, pág. 274.

62
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

EL TERRITORIO REAL
Para la población desplazada, sus lu-
gares de origen se componían de pun-
tos de referencia vitales, todos ellos
relacionados con las actividades produc-
tivas y de sostenibilidad de sus familias.
Por esta razón, su recuerdo está ligado a
espacios que vinculan múltiples núcleos
de referencia a partir de los cuales se cen-
traba toda su vida social.

Entre éstos se destacan: la vivienda,


la familia, la vegetación, los animales, los
cultivos, la tienda, los espacios
para el encuentro de la comu-
nidad, entre otros. Hecho que
demuestra el despliegue de un
capital memoria, que vendría a
ser una forma simbólica a par-
tir de la cual los pobladores
plasman la imagen del lugar
que habitan desde lo ausente,
el recuerdo y el presente.

Otra de las características de los producto-


res era el desarrollo de distintas estrategias de
acceso a la tierra para obtener ingresos. Es así
como subsistían bajo formas de arrendamien-
to, aparcería, comodatos y otros arreglos co-
munitarios que, como fuentes de ingresos,
generaban en especie o en dinero.

Fuente: taller “Nuestro pasado económico”. Altos de


Cazucá, mayo de 2002. Información recolectada
entre 16 hombres y 15 mujeres de 28 a 60 años.

63
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Estas categorías, tomando a ERNESTO LICONA (2001), configuran una


imagen patrimonial del lugar que se habita originalmente, establecien-
do un corpus de imágenes que hacen referencia a objetos locales que
edifican una imagen identitaria26.

Las actividades productivas esta-


ban definidas por modalidades de
multiocupación que giraban tanto
dentro del medio rural como en las
zonas urbanas de municipios con
vínculos rurales. Las labores repre-
sentaban ganancias que oscilaban
entre los 150.000 pesos y 1’800.000
mensual. Todas ellas relacionadas
con la siembra y recolección de pro-
ductos agropecuarios. Se destacaban
por parte de las mujeres los oficios del
hogar, el cuidado de los hijos y la vin-
culación a empleos temporales. Los in-
gresos de las unidades familiares
provenían de otras fuentes como
oficios variados, relacionados con
Fuente: taller “Nuestro pasado econó- l a construcción, el transporte, la
mico”. Altos de Cazucá. Mayo
de 2002. Información recolec- modistería, las ventas, el cuidado de
tada entre 16 hombres y 15 animales, entre otros.
mujeres de 28 a 60 años.
Los campesinos vinculados a las
actividades de servicios y comercio recibían remesas enviadas por sus
hijos, quienes con anterioridad habían emigrado hacia las ciudades.
Esto les ha facilitado, en algunos casos, tener acceso a ingresos por
empleos informales para el sostenimiento de sus familiares en las zo-
nas rurales.

26 Véase: LICONA, ERNESTO (2001). La imaginibilidad de un territorio a partir de la oralidad


y el dibujo. En: Territorio y cultura. Territorios de conflicto y cambio sociocultural. Memo-
rias, II Seminario Taller Internacional sobre Territorio y Cultura. Grupo de investiga-
dores territorialidades, Departamento de Antropología y Sociología, Universidad de
Caldas, Manizales, págs. 227-274.

64
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

“Afortunadamente los chinos ya se habían ido antes de


que nos cogiera el desplazamiento.
La hija mayor estudió el bachillerato y cogió camino vendiendo ropa de mujer y
cosméticos. El pelado, un poco menor, lo contrataron de hornero en una pollería.
Entre los dos, eso sí, para qué, fueron muy responsables y no se olvidaron de
nosotros. Nos mandaban lo que ahorraban en el trabajito, en esa época eran como
unos 100.000 pesos, eso, hará unos tres años, alcanzaba para los remedios de mi
marido y para pagar servicios. La fortuna fue que cuando nos sacaron del campo,
pues pegamos para Ibagué donde ellos y ahí nos ayudaron; luego terminamos por
aquí en Bogotá. Todavía estamos esperando si los chinos se vienen para acá; pero
ellos dicen que están más amañados allá y cómo será que todavía nos mandan la
ayudita. Ahora no alcanza para mucho; pero nos mantenemos con los 150.000
del mes. Eso nos sirve para la alimentación de mi esposo, la hija de 12 años y yo.
Pero, sobre todo, para el estudio de la niña, eso ha sido una bendición… Ahora
nos quedamos en la ciudad porque en Ibagué estábamos estorbando; ellos ya tie-
nen su familia y tienen los problemas del desplazamiento con el que seguimos a
cuestas” (campesina, 40 años. Planadas, Tolima. Desplazada ubicada en Altos
de Cazucá).

Las formas y los sistemas de


producción
Los campesinos definen tres ca-
tegorías de vinculación a las formas
de ocupación antes del desplaza-
miento. Una, ligada a actividades
directamente vinculadas a las la-
bores de producción agrícola;
otra, a diversos empleos desempe-
ñados en espacios comerciales de
las cabeceras municipales; y, por
último, la dedicación a actividades
de participación en organizaciones
comunitarias.

Fuente: taller “Nuestro pasado económico”. Altos de Cazucá. Mayo de 2002. Informa-
ción recolectada entre 16 hombres y 15 mujeres de 28 a 60 años.

65
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Se destacan las acciones colectivas para el desarrollo de la esta-


bilidad de las familias. Entre ellas: la vinculación a redes
interfamiliares, la interrelación con la agricultura, la ganadería y la di-
versificación ocupacional de la familia por medio de lazos laborales,
rurales, urbanos y en el ámbito de la organización comunitaria (véase
cuadro 2).

Otras actividades productivas en las familias se encontraban distri-


buidas en cada uno de sus miembros. Adultos, ancianos, mujeres y ni-
ños participaban en el acarreo de agua, el cuidado del ganado, la
extracción de leña, la preparación de los alimentos, el cuidado de los
más pequeños, la selección de semillas, el control de abonos y las mejo-
ras en la vivienda. En resumen, se destacan dentro de las actividades
productivas las relacionadas con los cultivos agrícolas y pecuarios: café,
plátano, arracacha, caña, papa, pescado, maíz, fríjoles, yuca, cacao, cer-
dos, gallinas, ganado y el cultivo de la coca (véase cuadro 2).

Fuente: taller “Nuestro pasado económico”. Altos de Cazucá. Mayo de 2002. Informa-
ción recolectada entre 16 hombres y 15 mujeres de 28 a 60 años.

66
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

CUADRO 2. TIPOS DE VÍNCULO LABORAL INDIVIDUAL Y FAMILIAR, ANTES


Y DESPUÉS DEL DESPLAZAMIENTO

Actividades antes del desplazamiento

Vínculos laborales Vínculos laborales urbanos Vínculos con la


rurales organización comunitaria

Cultivos agropecuarios: De administración y De dirección y participación:


• Café. comercialización: • Dirección en juntas de
• Banano. • Tenderos de abarrotes y acción comunal.
líchigo. • Liderazgo en grupos
• Cacao.
• Capataces de hacienda. asociativos veredales.
• Plátano.
• Administración de billares • Miembros de concejos
• Zanahoria. y canchas de tejo. municipales.
• Papa. • Distribución de gas • Madres comunitarias.
• Cebolla. natural. • Miembros de grupos
• Remolacha. • Peluquería. cooperativos de
• Habichuela. • Modistería. producción.
• Maíz. • Transporte público. • Participantes de
asociaciones de padres de
• Cebada. • Ebanistería. familia.
• Extracción de madera. • Mampostería.
• Cría de ganado • Mecánica automotriz.
lechero. • Venta de alimentos en
• Tabaco. plaza de mercado.
• Actividades de • Atención en restaurantes.
pastoreo. • Venta de comida
• Producción de panela. ambulante.
• Cultivo de frutas. • Panadería.
• Producción de cítricos. • Corsetería.
• Cría de pollos, cerdos y • Venta de ropa.
peces. • Docencia en primaria y
• Cultivo de coca. secundaria.
• Sistemas.
• Farmacia.
• Enfermería.
• Elaboración de jabón.

Fuente: Taller “El desempeño económico antes del desplazamiento”. Altos de Cazucá,
junio de 2002. Información recolectada entre 16 hombres y 15 mujeres entre 28
y 60 años.

67
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

El territorio real, productor de bienestar y estabilidad social, repre-


sentaba el lugar de los intercambios, de la producción y la inversión.
Transacciones que se realizaban en función de la compra de insumos
agrícolas, alimentación, educación, actividades cotidianas y recreativas,
la participación en actividades comunitarias, el mantenimiento de equi-
pos y herramientas, el pago de salarios a los trabajadores, pago de cré-
ditos con entidades bancarias y el vestuario.

En una familia con ganancias promedio al mes de 900.000 pesos, ori-


ginadas por sus actividades de producción, tenían mayores gastos, prin-
cipalmente, educativos, laborales, agrícolas, pecuarios y recreativos
(véase cuadro 3).

CUADRO 3. GASTOS Y TIPOS DE INVERSIÓN

Gastos Tipo de inversión


Alimentario (2%). Hacer mercado diario, comprar tamales, lechona,
natilla y pescado para la Semana Santa.
Afectivo (2%). Visitar a los amigos.
Agrícola (10%). Comprar insumos y/o materia prima:
• Semillas.
• Abono.
• Concentrado para animales.
• Fungicidas.
• Costales.
• Canastos para recolección.
Educativo (20%). Materiales de estudio y pensiones.
Equipos y herramientas (5%). Mantenimiento de equipos de producción:
• Motor para yate.
• Fumigadora.
• Máquina descerezadora.
Laboral (20%). Pagar salarios y créditos.
Participativo (3%). Reuniones del sector comunitario.
Pecuario (10%). Compra y cría de animales.
Recreativo (10%). Pescar, cazar, bailar, pasear, jugar billar, jugar tejo, salir
a ferias y descansar los fines de semana.
Servicios públicos (10%). Pagar servicios.
Vestuario (8%). Comprar ropa.

Fuente: taller “Nuestro pasado económico”. Altos de Cazucá, junio de 2002. Informa-
ción recolectada entre 16 hombres y 15 mujeres entre 28 y 60 años.

68
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

Estrategias de cooperación y solidaridad


Las condiciones de producción de los campesinos no sólo estaban
ligadas a los beneficios económicos, ellas requerían de un tipo de capi-
tal que se reproducía a partir de estrategias y relaciones de integración
y solidaridad, entre las familias y los vecinos. Dichas acciones definían
prácticas de negociación, basadas en la confianza y el reconocimiento
del apoyo colectivo; no únicamente en lo productivo, sino, también,
para beneficio de la comunidad. Configurando así, un sistema de
colaboración que se definía por la misma comunidad, con el fin de
mantener el bienestar y la sostenibilidad de los grupos familiares (véa-
se cuadro 4).

Gracias a estos datos se puede apreciar la combinación de diferentes


componentes y formas asociadas, entre las que se destacan: los financie-
ros (minga, financiación de entidades financieras y de comerciantes),
los comerciales (venta de productos, subproductos y alimentos prepara-
dos), los productivos (préstamo de trabajadores, tierra y animales; gana-
do a utilidad) y los de cooperación (entre familias, trabajo de equipo entre
padres e hijos). Aspectos que permitían un desarrollo complementario
a las condiciones socioeconómicas de las familias.

La propiedad y los bienes


Con relación a los bienes poseídos, se destacan patrimonios econó-
micos representados en extensión de tierra e inmuebles que conforma-
ban los insumos básicos para el bienestar de las familias. La situación
actual de estos bienes, luego del desplazamiento, es en muchos casos
incierta. Unos prefirieron abandonar todos sus bienes, otros los dejaron
recomendados a vecinos y familiares, otros lo perdieron todo a conse-
cuencia de la destrucción ocasionada por la guerra y, en definitiva, se
conoce que finalmente los bienes “están en manos de los actores armados”.

En una muestra de 30 hogares se logró verificar que el costo de los


bienes poseídos ascendía en promedio, por unidad familiar, entre los
$10.000.000.oo y los $40.000.000.oo. Según los datos suministrados, los
bienes estaban representados por la posesión de fincas de entre 5 y 80
hectáreas. Las propiedades se encontraban dotadas de obras de infra-

69
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

CUADRO 4. ESTRATEGIAS Y RELACIONES DE INTEGRACIÓN Y SOLIDARIDAD

Estrategias de integración y Relaciones de integración y


solidaridad solidaridad

Canje. Cambio de mercados por cosecha: actividad que se


realizaba con los tenderos.

Comercialización de productos Capacidad adquisitiva para la compra de insumos,


agrícolas. materias primas, animales, equipos, herramienta,
vestuario, educación, mercado, etc.

Convite. Ayudas en trabajo a vecinos para sembrar entre las


familias.

Créditos. Solicitud de créditos a entidades financieras.

Doméstico. Actividades para la preparación y venta de alimentos


a trabajadores de la finca.

Mano vuelta. Ayuda entre las familias para salvar las cosechas.

Minga. Asociación entre finqueros o familias para apoyar el


trabajo productivo. (Vacunación de ganado, criadero
de pescado, recolección de cosechas, cría de animales
y ordeño). Construcción de viviendas y obras de
infraestructura.

Partija. Contrato celebrado con otra persona para realizar la


cosecha. La producción se repartía en una
proporción de 50/30. También, se define como la
tercera y cuarta en la división de ganancias.

Préstamo de bestias o animales. Para transportar insumos y productos.

Préstamo de la tierra. Para sembrar o levantar ganado.

Serrucho. Apoyo para producir entre vecinos, poner los


mismos precios y no hacerse competencia a la hora
de la venta.

Fuente: taller “Nuestras acciones solidarias”. Altos de Cazucá. Junio de 2002. Informa-
ción recolectada entre 11 hombres y 9 mujeres entre 35 y 50 años.

estructura tales como: establos, sistemas de agua, cocheras, coberti-


zos, bodegas, cercas, herramientas y maquinaria. Otros bienes que se
destacan son: casas, electrodomésticos, animales e insumos para las siem-
bras y para los procesos de recolección de cosechas. Base económica
que revelaba un patrimonio social para la producción económica y la

70
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

satisfacción de las necesidades básicas de las familias (véanse tabla 7 y


gráfica 2).

TABLA 7. CAPITAL INVERTIDO EN BIENES


POSEÍDOS

Tipo de bien Valor promedio


Finca 229’300.000.oo
Cultivos 39’500.000.oo
Casa 85’000.000.oo
Animales 84’550.000.oo
Electrodomésticos 5’600.000.oo
Total 443’950.000.oo
Fuente: taller “El pasado y nuestros bienes”. Altos de
Cazucá. Marzo de 2002. Información recolec-
tada entre 16 hombres y 14 mujeres entre 28
y 50 años.

GRÁFICA 2. BIENES POSEÍDOS ANTES DEL DESPLAZAMIENTO

1% Finca
19%
Cultivos

Casa
52%
Animales
19%
9% Electrodomésticos

Fuente: taller “El pasado y nuestros bienes”. Altos de Cazucá. Marzo de 2002. In-
formación recolectada entre 16 hombres y 14 mujeres entre 28 y 50 años.

Con el desplazamiento los bienes y la propiedad desaparecen.

Aspectos que luego se ven reflejados en carencias vitales y de proce-


sos de inhabilitación que colocan a la población en situaciones que
quebrantan la capacidad de resolver los problemas que plantean la
subsistencia en la guerra y la pérdida de una calidad de vida satis-
factoria.

71
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

EL TERRITORIO PENSADO
Los desplazados, solos o en familia, ingresan silenciosamente a la
ciudad, pasan así de zonas rurales a hacinamientos urbanos, de relacio-
nes de vecinos conocidos por años a relaciones con habitantes extraños
y anónimos. Provenientes de comunidades tradicionales, se enfrentan
a los determinantes de una ciudad moderna en los que todas sus rela-
ciones varían o se modifican notoriamente.

Los oficios aprendidos cambian y se adaptan a las nuevas exigen-


cias. Los desplazados abandonan sus conocimientos para sustituirlos
por conflictos que transforman sus hábitos, costumbres y creencias. El
nuevo territorio se define, entonces, como un área restringida por las
barreras urbanas; fronteras que representan la diferencia entre el afue-
ra; la ciudad, y el adentro; el barrio. Se destacan en aquellas demarca-
ciones las avenidas, la autopista y las barriadas cercanas. La centralidad
del espacio se piensa en función del refugio que procura la cercanía a
componentes básicos para la supervivencia. Por ello “aquí en el barrio es
clave ubicarse cerca al puesto de salud, donde estén las escuelas y, por lo menos,
que lo reconozcan a uno los de la junta del barrio”27.

27 Surge así la definición de vastas zonas urbanas marginales que albergan a poblado-
res considerados como urbanos; pero a los cuales la ausencia de integración econó-
mica, social y política les niega su estatus de ciudadanos. Algunos de ellos han
emigrado de manera voluntaria o de un modo más espontáneo (migraciones más o
menos organizadas: aquellas en las que las personas buscan ciertas oportunidades
de la vida urbana, tales como mejoras en salud, en educación, en trabajo, en seguri-
dad, etcétera). Otras migraciones, en cambio, ocurren en situaciones extremas de
exclusión (violencia, conflicto armado, desastres). Se materializan así formas urba-
nas ligadas a las capacidades económicas, a los referentes de los pobladores (mundo
rural), a las posibilidades de ocupación de terrenos disponibles, a la accesibilidad a
ciertos materiales, y a la lucha por la supervivencia en sociedades con principios
explícitos y/o implícitos de exclusión política, económica, socioespacial y territorial.
Véase: ROJAS, JUAN CARLOS (2001). Relaciones entre espacio y violencia. La violencia
de los espacios y los espacios de la violencia. En: Territorio y cultura. Territorios de
conflicto y cambio sociocultural. Memorias, II Seminario Taller Internacional sobre Te-
rritorio y Cultura. Grupo de investigadores territorialidades, Departamento de An-
tropología y Sociología, Universidad de Caldas, Manizales, págs. 227 y sigs.

72
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

Los usos y transformaciones del


nuevo espacio geográfico
La continua inserción a los nuevos espacios, en este caso, urbanos,
revela un contexto que nada les promete, sólo es advertido como una
necesaria ubicación para salvaguardar su existencia. En el nuevo con-
texto, se les exigen saberes adversos a los que habían adquirido a partir
de sus relaciones tradicionales, todos ellos vinculados al medio rural, lo
cual les exige una forzosa readaptación para entrar a una dinámica de
vida ajena:

“En el pueblito uno iba mirando las cosas y así se aprendía a relacionarse. Ahora,
aquí en la ciudad, a uno no le queda tiempo ni de mirar; hay que hacer lo que a
uno le dicen y esperar a que a uno le den. Antes eso no lo mirábamos así: las colas
para recibir un mercado o una droga, que los papeles y los trámites con un poco
de condiciones para que a uno le pongan cuidado. Eso es mucho depender, y el
tiempo que se pierde. Pero como no había de otra, pues, por la vida, tocó pegar
para la ciudad” (campesino, 56 años. Lejanías, Meta. Desplazado ubicado
en Altos de Cazucá).

La ciudad se convierte en una idea en la que pretenden asegurarse


algún tipo de oportunidad. Aunque se presenta como inalcanzable y
adversa, otra lucha se hace notable para los desplazados: la de inte-
grarse a las arduas condiciones económicas y culturales del medio
urbano.

Incluso la pobreza les es diferente, la que vivían se sobrellevaba; en


cambio las nuevas condiciones resultan ser más opresivas y destructivas.
Así, crecen, día a día, en la ciudad seres anónimos con carteles en el
pecho: “Soy desplazado, una ayuda por favor”. Con rostros y cuerpos en los
que persiste la identidad de otras latitudes: negros, campesinos, indíge-
nas, personas que carecen de una imagen urbana, de un arraigo, de una
identidad con su sitio de residencia.

La continua realización de un mundo provisional, adverso y fortui-


to, en el que se está salvando el hoy, ya es toda una hazaña. Pero su
situación, atada a la incertidumbre, hace que terminen ignorando lo ya
establecido, desplazándose a la ciudad para resolver sus necesidades de
vida.

73
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Estas razones recrean, tanto en ellos como en los “otros” —en mu-
chas ocasiones funcionarios del Estado o de la sociedad en general—,
imágenes en las que los desplazados son vistos como los que

“No entienden”; “no aceptan”; “son un estorbo”; “no se adaptan”; “quieren que
se haga lo que ellos dicen”; “siempre andan utilizando esa imagen de dolor”; “se
debe tener cuidado, porque en los desplazados hay de todo”.

Y, del otro lado,

“Nos sacó el Estado; por tanto, él debe responder”; “es que ellos nos deben reco-
nocer es como desplazados, o si no, para que la ley”; “nosotros no comemos ente-
ro cuando vienen a ofrecer ayuditas. La ayuda verdadera es cuando nos den la
seguridad para volver al campo”; “a uno lo tratan como a un trapo de quitar y
poner; así es, porque como uno no comprende, ni tampoco tenemos por qué saber
todo ese teje maneje de las instituciones”; “ellos creen que uno es intransigente;
terco, pero es que nuestras necesidades requieren soluciones inmediatas, o es que
¿la guerra la estamos haciendo nosotros?”.

Bajo las visiones encontradas e imaginadas de los “otros” hacia los


desplazados y, viceversa, dentro del nuevo contexto, la persona en si-
tuación de desplazamiento se encuentra en un mundo sin historia co-
mún, en el que no existe eco para compartir con los “otros” su miseria,
pues su contexto está saturado de competencia por la vida. Así las con-
tradicciones se hacen manifiestas, desde el momento mismo de buscar
el refugio y de darle a él sostenibilidad; entonces, el desplazado es atra-
vesado por las restricciones de una estructura económica que impide
alcanzar una fuente de ingreso.

La evocación del desplazado no sólo se limita al entorno al que per-


tenecía y del que huyó, sino que permanecen en ellos los horrores de la
violencia, las amenazas, la persecución, las estrategias de fuga y los se-
res que se abandonaron. Todo lo cual expresa en su condición de vida,
un ir y venir, entre el temor y la incertidumbre.

El desplazamiento es, entonces, siguiendo a AVENDAÑO (2003), no la


sola trashumancia y el dejar los territorios de tradición, es el detonante
para la generación de múltiples conflictos, psicológicos, económicos,
políticos, culturales y ambientales que nefastamente transforman el
porvenir de un país.

74
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

De esta manera, el ser desplazado no significa perder sus referentes


vitales, definidos en el pasado, significa, igualmente, el desvanecimien-
to de un futuro que algún día se pensó. La nueva condición los conduce
a salvaguardar la vida en medio de una búsqueda constante por alcan-
zar el porvenir. Todo ello en medio de una aventura en la que casi ni se
piensa, no se planifica; se vive en el acomodamiento continuo, sin mu-
cho pensar, en medio de una vida que se configura en instantes.

El acercamiento a los sujetos sociales del desplazamiento, demues-


tra, como uno de sus perfiles centrales, el alto grado de fragmentación
de su identidad; condición que los ubica como una categoría social sub-
jetiva, desvinculada de los ámbitos de la sociedad en general. Por ejem-
plo, podemos observar que los desplazados tienen dificultades para
apropiarse o sentirse insertos dentro de un espacio social concreto. Esto
es, en una relación específica de escalas espaciales y temporales; o tam-
poco pueden, fácilmente, articular en su subjetividad lo que se refiere a
proyectos de futuro. Desde esta perspectiva, las reivindicaciones socia-
les de los desplazados están estrechamente relacionadas con la apari-
ción de un nuevo sujeto social.

El desplazado experimenta la ruptura, hace continua su condición


de desarraigo; pero persiste en lograr conservar su vida en el destierro,
obligándose a establecerse de nuevo. Parafraseando a AVENDAÑO (2003),
lo coloca bajo la premisa de “quedar imposibilitado de prolongar un
pasado, de quedar vacío de futuro y desarmado de la mayor parte
de los saberes que, dentro de su contexto social anterior, había desarro-
llado”.

Con la llegada de los desplazados, el territorio toma relevancia para


la reconstrucción de su identidad, cuestión que es atravesada por múl-
tiples formas de apropiación y valoración de los grupos humanos sobre
sus lugares de inserción, aspectos que estarían siendo materializados
por formas institucionales sumadas a sus saberes, representaciones, ac-
titudes y valores.

Lo cual estaría definiendo, en términos de GILBERTO GIMÉNEZ (2000) la


conformación de un territorio cultural, en donde el espacio habitado
por los desplazados, pasado y presente, puede considerarse

75
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

“como zona de refugio, como medio de subsistencia o como circunscripción polí-


tico-administrativa; pero también como paisaje, como entorno ecológico, como
objeto de afecto, como “lugar” de inscripción de una memoria colectiva que pue-
de proyectarse al futuro”28.

Al definir al sujeto social del desplazamiento amerita el discernimien-


to de su compleja realidad social bajo la condición de asumir, en ella, su
validez como alternativa de vida. Situación que persiste entre la inesta-
bilidad, el escepticismo y lo momentáneo. Circunstancias que demues-
tran las pocas posibilidades de llegar a disfrutar a plenitud las múltiples
oportunidades que debería brindar la ciudad.

En los encuentros con la comunidad, las condiciones de posibilidad


se hicieron estratégicas, se diluyeron las múltiples corazas de lo norma-
tivo, de lo establecido por el medio urbano e institucional, dando paso a
los intersticios que propicia el “cara a cara”, en el trabajo riguroso, com-
prometido y responsable con la gente.

El conocimiento del territorio y apropiación del mismo por parte de


los desplazados se da como un proceso de adaptación a los nuevos lu-
gares en los que ahora desarrollan su existencia. Por ejemplo, un grupo
de adultos entre 30 y 65 años, habitantes de los barrios El Arroyo, Santo
Domingo, La Isla, Tres Reyes, Santa Viviana y Luis Carlos Galán perci-
ben y piensan su territorio de la siguiente forma: (véase ilustración
página siguiente).

El barrio se encuentra atravesado por un sinnúmero de recorridos


que realmente amarran los diversos puntos que lo constituyen y limi-
tan y que, a su vez, lo cohesionan y le dan consistencia. En ese sentido
cada esquina, cada calle, cada casa, cada detalle que, en la repetición del
recorrido, se ha logrado fijar en la memoria, siempre queda más o me-
nos cerca de uno de los dos extremos de algunos de los innumerables
itinerarios que se originan en cada residencia. O, por otro lado, de cada

28 Véase: GIMÉNEZ, GUILBERTO (2000). Territorio, cultura e identidades. La región


sociocultural. En: M ARTÍN B ARBEN JESÚS , L ÓPEZ DE LA R OCHE Y R OBLEDO Á NGELA .
Cultura y región. Bogotá: CES, Universidad Nacional de Colombia y Ministerio de
Cultura, págs. 87-101.

76
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

Fuente: taller “Mapeo y transecto”. Altos de Cazucá. Julio de 2002. Información recolec-
tada entre 5 hombres y 5 mujeres entre 30 y 65 años.

uno de los sitios cuyos habitantes han logrado ubicar en la memoria del
colectivo social.

Los sitios de mayor pertenencia e identidad, por el hecho de vivir


cerca…; coger el transporte…; trabajar ahí mismo…; reunirnos con la comuni-
dad…; comprar el mercado..., son:

• El paradero de los colectivos del barrio El Arroyo.


• El puesto de salud de Médicos sin Fronteras (organización no guber-
namental española de asistencia en salud y saneamiento básico).
• La casa de la Junta de Acción Comunal.
• Escuela de Formación Solidaria que es en la casa de Federico
Huependo, uno de los líderes y representantes de la población en
situación de desplazamiento de la zona.
• La escuela.
• La cantera.

77
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

• La laguna de Terreros: “Es encantada: el que se mete no sale”, testimonio


que dan los pobladores por su alto grado de contaminación.
• La zona de alto riesgo alrededor de la laguna y los cerros que suben
hacia el barrio.

Reconocen, además, como zonas que definen los límites del espacio,
a los barrios a los que pertenecen o que colindan con el lugar en donde
viven sus vecinos:

• El Arroyo.
• Luis Carlos Galán.
• Por el lado de la cantera es Villa Sandra.
• Por el sur, Los Pinos.
• Por el occidente, Villa Esperanza y el Progreso.
• Los Tres Reyes en Santo Domingo (Ciudad de Bolívar).
• Ciudadela Sucre.
• Santa Viviana.

Existen algunos puntos de referencia que son primordiales y repre-


sentan escenarios en los que tienen lugar las organizaciones y el trabajo
de la comunidad:

El centro educativo, por ejemplo, “es de la organización Médicos sin


Fronteras; la mitad donde trabajamos se hizo en una brigada de CEDEPAZ, en la
que nosotros pusimos la mano de obra
para ampliar más el centro de salud y
Médicos Sin Fronteras puso los mate-
riales”. Estos lugares hacen también
referencia a sus actividades domés-
ticas: “llevar a los hijos a la escuela…;
mejorar las fachadas y el acceso de los
caminos de las casas…” entre otras.
Fuente: taller “Nuestro territorio”. Altos de
Cazucá. Agosto de 2002. Información reco-
lectada entre 16 hombres y 15 mujeres en-
tre 28 y 60 años.

78
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

Estos procesos hacen que en el mismo sector la gente se conozca


mucho entre sí, por otro lado, el mismo movimiento migratorio se ex-
tiende en el tiempo; es decir, se mantiene en el transcurso de consolida-
ción del barrio, y grupos determinados de conocidos resultan esparcidos
sobre el terreno del asentamiento, presentando cada núcleo familiar un
cubrimiento de la superficie ocupada. Los nexos establecidos y la
situación económica y social que obligan a compartir muchos recur-
sos, crean, entonces, redes más o menos extensas de comunicación
y de movimientos. De esta manera, el espacio habitado deja de ser or-
gánico, como lo eran sus antiguos espacios rurales. Ocurre, como cuan-
do se designan los sitios con los nombres de los integrantes de los círculos
individualizados, o, cuando los nombres son los de los accidentes natu-
rales: cañadas, quebradas, cerros, etc., para alcanzar un nivel más racio-
nal, que está más cerca del orden social en el conjunto. Así se consolida
una manera muy importante de urbanización de la población.

Fotografía: Manuel Pérez, julio de 2002.

Con relación a las condiciones de servicios públicos, uno de los pro-


blemas es el de la recolección de basuras. Comentan que hay un carro
que la recoge tres veces a la semana: los lunes, miércoles y viernes.

79
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Fotografía: Manuel Pérez, julio de 2002.

“Sin embargo, hay gente que la saca otros días y, hay gente degenerada que no le
importa el día y llegan los perros y la riegan… muchas veces uno encuentra a los
niños escarbando entre la basura para ver qué encuentran. Otros la reutilizan,
porque aquí tampoco es que se bote cualquier cosa. En eso tenemos cuidado,
porque los desechos a veces sirven para cuadrar una puerta, colocar un piso,
forrar una pared. Aquí, mejor dicho, todo se reutiliza”. (campesina, 25 años.
Cunday, Tolima. Desplazada ubicada en Altos de Cazucá)

Las mangueras que llevan el


agua a las casas, en su mayoría son
elevadas en postes; aunque unas
van por el suelo, a veces enterra-
das y otras superficiales. La gente
muestra esto y cuenta que el agua
se trae del tanque de Sierra Morena.

Se comentan los tipos de traba-


jo que se hacen en la comunidad,
los cuales se pagan con los merca-
dos, dados por la Red de Solidari-
dad. Se concluye diciendo que esa
construcción “es un elefante blanco”.
Fotografía: Manuel Pérez, septiembre de
2001.

80
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

Se tiene un curso de Médicos sin Fronteras sobre saneamiento bási-


co, en el que, al final, se regala un tanque. Se observa que muchos de
ellos lo han hecho por la cantidad de tanques que se encuentran en las
casas.

Fotografía: estudiantes de ecología, Fotografía: archivo. Organización


noviembre de 2002. Médicos sin Fronteras, 2000.

v Las canteras y la vivienda


Sobre la conformación de los barrios se dice que “se componen de mu-
chas canteras y las explotan. Esto antes era tapado y abrieron el hueco. Esta
arena que se ve blanca la utilizan para hacer bombillos y loza”. También se
aclaró que los dueños de las canteras compran el terreno y, en la medi-
da que separan el material, lotean y le venden a la gente el pedazo.

Fotografía: estudiantes de ecología, noviembre de 2002.

81
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Las viviendas se adaptan a las superficies, en muchas ocasiones con


alto grado de riesgo, por la manera en que muchas de las construccio-
nes, prácticamente, quedan suspendidas de las pendientes de la mon-
taña.

Fotografía: estudiantes de ecología, noviembre de 2002.

“El terrero que hizo la invasión se llamaba Álvaro Arroyo (…)”.

“Aquí llegan 2 y 3 familias por semana; algunas llegan pagando arriendos


a donde amigos, de 20.000 pesos a 35.000 y, en otros casos, dependiendo del
sector, pagan hasta
150.000 pesos (…).
Una casa cuesta
entre uno y dos mi-
llones, según el ma-
rrano”.

Fotografía: Manuel Pérez,


julio de 2002.

82
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

v Otros lugares importantes


El depósito de materiales ubicado por los lados de la Isla, de allí se ex-
traen todos los enseres para las edificaciones, se vende la madera y los
materiales tradicionales para la construcción. Sobre la madera que utili-
zan para construcción se comenta que la traen de “lotes o fincas especia-
les; se da mucho en los páramos”. Otro lugar clave es el sitio donde se
expende el gas. Se conoce que algunos tienen estufas de gas y electrici-
dad; pero que también a veces usan la leña para cocinar, “ya cuando quie-
re asadito se prende candela. Es muy rico”. Finalmente, el lugar de mayor
tránsito es la zona comercial del barrio Santo Domingo, en ésta se en-
cuentran supermercados, droguerías, tiendas, panaderías, sitios de jue-
go (maquinitas, billares). En este lugar se ubican los fines de semana
puntos de venta donde se mercadean hortalizas, pescado, carne, papa
y variados alimentos básicos de la canasta familiar.

v El embalse de Terreros
“En la zona donde el buchón
está trozado, donde se ve café,
es porque hay unos patos de la-
guna que se lo comen. Mantie-
nen también garzas y tinguas”.

“Lo único que tiene la gente por


aquí es la tiendita”.

Fotografía: Manuel Pérez, julio de 2000.

“Las mujeres están trabajando más que los


hombres. Los hombres se quedan durmien-
do, ya que hay más trabajo para las muje-
res”.

“Aquí se consume mucho la cerveza y la chi-


cha. La cerveza está a 700 pesos u 800 y la
cocada de chicha a 1.000. Sin embargo, con
dos cocadas de chicha ya está uno al otro
lado”.
Fotografía: estudiantes de ecología,
abril de 2002.

83
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Los lavaderos que hay al lado del embalse de Terreros usan agua que
acumulan en unos tanques y surten a 40 lavaderos comunitarios:

“La gente tiene que esperar su turno desde las cuatro de la mañana para ir
lavando por allá a las 10 de la mañana. Sólo pueden ir a lavar los que no tengan
que trabajar por ese tiempo. Otros que trabajan, tienen que ir los fines de sema-
na” (campesino, 35 años de Útica, Cundinamarca. Desplazado ubicado
en Altos de Cazucá).

Se encuentran varias canchas de tejo y las competencias de gallos


son comunes, aunque no se realizan en el barrio. Esta actividad se lleva
a cabo en el barrio León XIII que tiene una gallera.

Con respecto al alcantarillado, se explica que se había hecho hacía


poco por la organización Visión Mundial y que el agua estaba en pro-
yecto. Esto se hace con trabajo comunitario: “Se contrata a la gente para
abrir las zanjas y ellos nos dan comida”.

Entre los lugares que identifican como sitios de trabajo para los po-
bladores están las “minas, canteras, depósitos, tiendas y misceláneas”.

Se presentan allí, como puede contrastarse, construcciones que


tienen un marcado acento rural, tanto en la distribución espacial
como en la utilización de materiales y colores. Así mismo, se han
erigido construcciones que
poseen características urba-
nas como: balcones, esca-
leras que, más allá de la
utilización funcional, exterio-
rizan el afán de expresar el ac-
ceso a un estatus urbano con
el cual el constructor habitan-
te se encuentra positivamente
identificado.

Fotografía: Estudiantes de maestría


Desarrollo Rural, marzo de 2001.

84
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

Fotografía: estudiantes de maestría Fotografía: Manuel Pérez, julio de 2002.


Desarrollo Rural, marzo de
2001.

Resumiendo, la ocupación del espacio significa, según los análisis


realizados: primero, la perspectiva de construir un contexto de identi-
dad con respecto al lugar (el barrio). Al mantener como norma de refe-
rencia espacial la citación personal, es posible lograr, más allá del control
del espacio, el conocimiento no sólo de los individuos sino de los nú-
cleos (y no sólo familiares) a los cuales ellos están adscritos. En un ba-
rrio en el que la gente proviene de diversas regiones rurales, se podrían
establecer reconstrucciones y complejizaciones de redes culturales que
incidirían, inevitablemente, en la formulación conceptual del hábitat
del conjunto.

Segundo, la vigencia en el tiempo de estas redes de interconexión


espacial permite la permanencia de la transmisión de contextos cultu-
rales. Los cuales, no tienen por qué mantenerse inmodificables. En todo
caso, ayudan a que el desarraigo tanto individual como colectivo, pro-
ducido por los embates del urbanismo dominante, no sea tan fuerte y
se pueda enfrentar de una manera, relativamente, controlada.

El trabajo: la génesis del cambio


“A muchos de nosotros se nos ha volteado el Cristo y nuestras condiciones son
totalmente diferentes a las de antes. Nos obligaron a salir del campo y venir a la
ciudad, y llegamos sin empleo” (hombre adulto desplazado).

La informalidad del empleo y la carencia de trabajo se han converti-


do en las condiciones de vida para la población en la zona. La primera,

85
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

como única alternativa para la generación de ingresos; la segunda, como


un obstáculo que se ha acrecentado como consecuencia de la fragmen-
tación productiva y la ruptura de proyectos económicos familiares, to-
dos ellos relacionados con labores antes desempeñadas en zonas rurales.
Lo que ha relegado a los hombres al desempleo, y a las mujeres a asu-
mir la responsabilidad de la sostenibilidad económica del hogar.

Como se ha mencionado, el perfil social de la población consultada


estaba relacionado con actividades agrícolas. Vivían en fincas propias o
en arriendo, situación que los lleva a considerar, hoy, un mejor vivir en
las condiciones rurales que en el medio urbano. Sobre este tema un
hombre adulto corroboró:

“Teníamos más cuando estábamos en el campo; cuando no teníamos la car-


ga de café o banano, vendíamos una vaca o un marrano. En cambio hoy no
tenemos nada”.

Según los testimonios de las personas entrevistadas, el cambio se


comenzó a sentir a partir del año 2000; fecha en la que, para la gran
mayoría, el tránsito de las actividades agrícolas, la ocupación de la mu-
jer en el hogar y el estudio de los hijos tuvieron su mayor transforma-
ción debido a su ocupación en oficios relacionados con la informalidad
y la inestabilidad laboral.

Con relación a la proporción de ingresos y a su variabilidad en el


tiempo, según los cambios ocurridos como consecuencia del desplaza-
miento, se menciona, por parte de un hombre de 53 años desplazado,
que los mayores ingresos representados entre los años de 1997 y 1999 y
su decrecimiento luego del año 2000 hasta la fecha

“Fueron los ahorritos con los que nos pudimos venir para instalarnos en la
ciudad. De esa misma forma, llegan todas las familias aquí. Con algún ca-
pital se llega y se puede mantener por un tiempo. Eso se invierte, por ejem-
plo, para lo del arriendo. Otros que tienen más suerte o que tienen más
platica, compran el terreno o hacen arreglos a los ranchos. Pero mire, esos
ahorritos no duran mucho y ahora está uno manicruzado”.

Recapitulando, los efectos sociales más relevantes, producto del cam-


bio en la generación de ingreso, según los grupos entrevistados son:

86
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

• Ser desplazado.

• El desempleo.

• La edad es una limitante para conseguir empleo.

• Falta de capacitación.

• Falta de dinero para empezar negocios.

• La imposibilidad de volver al campo por la inseguridad.

• La ayuda alimentaria por tres meses es insuficiente.

• No hay programas de vivienda.

• Muchas personas que habitan en el barrio son discapacitadas.

v El cambio de roles entre hombres y mujeres


“Metámonos en la realidad, hoy muchas de nuestras señoras han asumido el
rol de ver del hogar y a los hombres nos ha tocado asumir el rol de ellas en la
casa” (hombre adulto desplazado).

En la ocupación entre hombres y mujeres, se hizo evidente, para el


caso de la mujer, un desempeño más dinámico y efectivo en la obten-
ción de ingresos para la familia frente al caso de los hombres. Cuestión
que ha propagado una fuerte sumisión y dependencia de los últimos ya
que, en algunos casos, las mujeres hacen referencia a que:

“A ellos les da pena salir a conseguir, les da pena que los vecinos sepan que están
de desocupados y mucho menos ir a pedir”.

En ese sentido afirmó una mujer desplazada de 28 años:

“A mí sí no me ha dado pena. Yo por los chinos hago lo que sea, hasta pedir
en la calle me ha tocado. Eso mi marido lo ve como algo feo y prefiere que-
darse en la casa; claro, y de eso se aprovechan y se vuelven muérganos”.

Al respecto, un adulto de 35 años, desplazado, afirmó:

87
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

“Son ellas las que más trabajan por aquí, a nosotros nos queda de p’arriba
conseguir camello ahora. En el campo sí teníamos por lo menos la contrata del
mes asegurada y las mujeres en eso se quedaban en la casa”.

Frente a dicha situación, las mujeres afirman que esto se debe a que

“El desplazamiento ha cambiado las relaciones de la pareja: ahora a nosotras


nos toca bandeárnosla como sea. La ventaja es que nos contratan más rápido.
Un hombre no se va a trabajar lavando ropa o cuidando niños, ni mucho menos
de camarera o por ese estilo”.

Los hombres reconocen la situación y revelan, en el caso particular


de un adulto:

“Eso lo reconocemos. Hay quienes se dejan llevar por esta situación tan jodida
y se vuelven hasta locos; otros no. Hay casos de quienes tenemos una contrata;
por lo menos yo en un taller arreglando baterías”.

Otro adulto desplazado aseguraba:

“A mí, como no tengo trabajo y, lo único que sé hacer son las labores del
campo, pues no me queda otra que estarme en la casa viendo por las cosas
del hogar. Yo lavo la loza y limpio las cosas de la casa. También me toca
estar pendiente de los niños, sobre todo por lo de las tareas; mientras eso, mi
mujer trabaja todo el día (...). Yo creo que eso es colaborar o ¿no? Otra cosa
es que no se nos reconozca que con eso estamos colaborando”.

Es reiterativo encontrar cómo las mujeres manifiestan una fuerte dis-


crepancia con los hombres, ya que, en las actuales condiciones, como
afirma una mujer de 32 años recientemente desplazada:

“Él, que tenía que conseguir lo de la yuquita, ahora se queda como un pará-
sito en la casa. Esto sólo se ha visto aquí, porque en el campo era a otro
precio, nos tocaba a nosotras estar siempre en la casa con los oficios y ellos
no se aguantaban tener una platica, que se la ganaban jornaleando, cuando
ya se la estaban bebiendo. Por ahí, entonces, cogían mal camino y de pronto
resultaban con maltrato, le pegaban a los niños y hasta se desaparecían por
un tiempo para después volver a la casa a pedir disculpas y, entonces, uno
de tonta les aceptaba”.

Dicha situación ha causado controversia, aspecto que es definido por


una mujer de 30 años, que asevera:

88
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

“Los hombres eso lo hacen y es una buena ayuda; pero se están volviendo
atenidos de nosotras y ahora no salen a buscar trabajo. Eso es porque les da
pena, entonces, uno los encuentra ahí, quietos en la casa, y no se la estén
rebuscando”.

En ese sentido los hombres han reclamado que, en palabras de un


desplazado de 45 años:

“Ellas no reconocen que, de todas formas, a nosotros nos tocan otras cosas
más duras, como cuando vamos a cargar bultos a la plaza. Eso no lo hace-
mos en las horas del día, eso nos toca hacerlo desde la una de la mañana
hasta el otro día. Entonces, yo no me explico cómo ellas hacen esos reclamos
de que no aportamos (....)”.

Aunque en la discusión se han manifestado diferencias entre uno y


otro caso, las mujeres sí destacan el aporte que hacen los hombres al
hogar, a pesar de que, como lo mencionó una mujer de 35 años recién
llegada:

“Eso pasa igualito que en el campo, se tiran la plata en un momentico.


Reciben la plata van y se la beben o se ponen a buscar mujeres, y lo que les
queda se lo gastan en leche, pan o huevos para la familia. Pero eso sí, cuan-
do uno va y les reclama que por qué tan poquito para la familia, lo tratan a
uno con malas palabras y amenazan con irse de la casa. Entonces, a noso-
tras nos toca no decir nada para evitar las garroteras”.

A los hombres la actual condición los hace vulnerables. Las mujeres


generan el ingreso empleándose, principalmente, en el servicio domés-
tico en casas de familia, como camareras en residencias o en servicios
de aseo, mientras que los hombres mayores de 40 años se enfrentan a la
desocupación. En el caso de los adultos mayores de 25 años, se obtienen
vínculos laborales de carácter temporal en la construcción, como ayu-
dantes en las plazas de mercado o en servicios de vigilancia.

Sobre lo anterior, es destacable el crecimiento de los conflictos fami-


liares debido a la carencia. No se dan acuerdos mínimos de aceptación
en la función de hombres y mujeres respecto a la sostenibilidad del ho-
gar, producto de una falta de reconocimiento y valoración respecto a
los procesos de cambio y adaptabilidad inherentes a la situación del
desplazamiento.

89
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

v Las nuevas ocupaciones y la generación del ingreso


“Mire aquí todos trabajamos en todo, y, cuando a uno le toca le toca darle a
todo”.

Dentro de las actividades de mayor ocupación se destaca “el trabajo


por días”, oficios varios realizados por mujeres en casas de familia en la
ciudad. Al respecto una mujer desplazada de 37 años, empleada, confir-
ma:

“Con eso se puede ganar uno, por un trabajo de medio tiempo, 8.000 pesos
y, entre 10.000 y 12.000 pesos cuando se está todo el día y, hay que cuidar
niños, lavar, planchar y cocinar”.

Las cifras anteriores son variables según los sectores de la ciudad y


los tiempos en que pueden ser ocupadas. Con relación a ello una mujer
desplazada de 32 años, empleada, aseguró:

“Por ejemplo, en el norte uno puede que gane 15.000 pesos y eso no es per-
manente, a veces lo llaman a uno para ir un día o dos a la semana y puede
que lo vuelvan a llamar por ahí a los quince días o al mes otra vez”.

Las ocupaciones en la generación de ingresos, para el caso de los


hombres mayores, se distribuyen en la vigilancia, ayudantes de fonta-
nería29, coteros, vendedores de dulces y la albañilería. Los jóvenes entre
los 13 y 20 años se desempeñan como vendedores de líchigo30 y vende-
dores ambulantes de discos compactos, entre otros.

Uno de los hallazgos significativos fue el encontrar que una de las


actividades de mayor participación, por parte de los hombres, es la de

29 Persona que se encarga de administrar y controlar el suministro de agua potable a las


viviendas. Su labor es la de abrir y cerrar las mangueras de distribución en un tiem-
po no mayor a cuatro horas cada quince días. Cada fontanero está a cargo de un
número de 20 a 30 casas, de las cuales recoge, según el sector, una cuota mensual que
oscila entre $3.000 y $4.000 por familia. Valor que se establece por la distancia entre
los tanques de abastecimiento y los lugares en donde se encuentran ubicados los
hogares.
30 Persona que se encarga de comercializar los residuos de hortalizas, frutas y papa,
productos que se recolectan en las plazas de mercado.

90
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

“coteros” o “alza bultos” en la plaza de mercado de la ciudad. En dicha


actividad participan los hijos y, como lo mencionaba un adulto despla-
zado de 40 años desempleado,

“Se aprovecha para recoger las sobras de los alimentos, plátano, tomate,
frutas y otras cositas para reciclar y llevarlas a la casa para poder alimentar
a la familia”.

Una de las dificultades más sentida y compartida por el grupo está


relacionada con la incertidumbre de los empleos que se consiguen:

“Uno no sabe si lo van a llamar o no; eso pasa en todo lado por aquí. Me ha
tocado esperar dos o tres meses para conseguir un trabajo de vigilante y
mientras no se está haciendo nada pues toca rebuscársela”.

Como ejemplo de las dificultades a las que se enfrentan las per-


sonas que consiguen estos oficios, un adulto desplazado de 65 años
comentó:

“Yo soy el ayudante del fontanero, a mí me pagan 3.000 pesos por cada casa
a la que le hago llegar el servicio de agua. Son 22 casas que están en mi
responsabilidad; de ahí mensual recojo 66.000 pesos y debo entregarle 15.000
al propio fontanero. Lo que me queda entonces al mes es 51.000 pesos (...).
Usted cree que con eso se puede vivir teniendo la responsabilidad de mi
señora y los tres nietos. Por eso es que yo digo que uno tiene que buscar el
pan como sea y en eso tiene que estar la familia, desde los más pequeños
hasta uno que es el viejo (...)”.

Con relación a otras actividades para el mantenimiento del hogar, se


pudo identificar, en el caso de los adultos mayores con dificultades para
emplearse, un apoyo en dinero que reciben de sus hijos. Al respecto,
una mujer desplazada de 60 años aseguró:

“Los hijos mandan una mesada que nos alcanza para el arriendo que es de
120.000 pesos y para la comida (...). Lo otro lo consigue mi marido con los
turnos de vigilancia. Él se gana entre 10.000 y 15.000 pesos el turno; claro
que eso sólo se ve para los servicios: ahí uno se gasta de luz 9.000 pesos, de
teléfono unos 14.000 y de agua, 4.000”.

En otros casos las mujeres ofrecen los servicios de modistería, obte-


niendo ingresos que no superan los 50.000 pesos mensuales y que están

91
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

sujetos a la necesidad de la gente en la zona. Una mujer, modista por


experiencia, afirmó:

“Cuando recién llegamos las mujeres le tiramos a la costura, no falta que se


traigan la máquina de coser, eso lo desvara a uno mucho cuando no hay trabajo
en las casas de familia. Yo recuerdo que duré en el 2001 mucho rato desempleada,
pero puse un aviso ahí afuera y como al mes me llegó trabajito”. Otra mujer
comentó: “Yo con mi modistería, ahí consigo para el arriendo. El señor trabaja
ahí con unas mangueritas, gana 3.000 pesos al día y un hijo trabaja como vende-
dor ambulante y con eso alcanza para el sancocho... lo demás es pasarle un punto
a la correa”.

En otros casos las evidencias de obtención de ingresos estables son


prácticamente fortuitas. Sobre el tema una mujer de 22 años, desplaza-
da y recién llegada al barrio, manifestó:

“Eso fue una bendición de Dios. Mire, nosotros llegamos el 14 de enero de


este año por aquí y no traíamos nada. Yo estaba muy angustiada porque de
qué íbamos a vivir si mi marido sólo sabe cosas del campo. Afortunadamen-
te, un vecino nos ayudó y lo recomendó en un taller para arreglar baterías y
ése como tenía idea; no ve que prestó el servicio militar, pues consiguió el
trabajo. Ahora se gana 90.000 pesos a la semana y con eso vivimos los dos y
mi niña de dos meses de nacida. Pagamos el arriendo que es de 100.000
pesos y hasta compramos una nevera General por 20.000 pesos, que la con-
seguimos con un chatarrero, imagínese (...)”.

En un esfuerzo por recopilar las nuevas formas de generación


del ingreso, con relación al proceso de inserción laboral en la ciu-
dad, se pudo identificar que persisten actividades desarrolladas,
específicamente, por hombres y por mujeres. Aunque el rango de ma-
yor valoración está relacionado con ocupaciones en donde uno y otro
realizan el mismo trabajo sin ninguna distinción de género. Se argu-
menta que aproximadamente el 47% son actividades realizadas tanto
por hombres como por mujeres, el 32% desarrolladas exclusivamente
por mujeres y el 21% actividades emprendidas sólo por hombres. Pro-
porciones en las que se muestra el compromiso mayoritario de las mu-
jeres en la generación de ingresos familiares (véase cuadro 5).

92
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

CUADRO 5. TIPOS Y VALORACIÓN DE ACTIVIDADES DESARROLLADAS


POR HOMBRES Y MUJERES

Actividades Actividades
desarrolladas por desarrolladas por Actividades mixtas
hombres mujeres

• Radiotécnico. • Ama de casa. • Vendedores de tiendas.


• Chatarreros. • Trabajo por días en • Vendedores de líchigo.
• Pañetador. casas de familia.
• Vendedores ambulantes de:
• Cotero. • Cuidar niños. discos compactos, tamales,
• Conductores. • Camarera de arepas, empanadas, dulces,
residencias. cigarrillos, helados, leche en
• Ayudantes de colectivos.
cantina y envueltos.
• Empleados en: • Empleada en salas de
belleza. • Reciclaje.
Obras de construcción.
Depósitos de madera. • Modistería. • Compra-venta de oro por
ropa.
Talleres de mecánica. • Capacitarse.
Colchonería. • Fritanguería.
• Venta de cosméticos.
Jardinería.
Plomería. • Trabajos en producción
de alimentos en
Carpintería.
empresas.
Panadería.
Zapatería.

Proporción de pobladores en cada una de las actividades

21% 32% 47%

Fuente: taller “Las actividades de trabajo entre hombres y mujeres”. Información reco-
lectada entre desplazados y desplazadas, empleadas domésticas, amas de casa
y empleados estables. Rangos de edad: 22-32 años. 15 hombres y 17 mujeres.
Barrio El Arroyo, Altos de Cazucá, julio de 2002.

v Variación de ingresos a lo largo del año


Las personas ubicaron sus diferentes oficios durante el año en un
calendario estacional, identificando la manera como varían los ingresos
a lo largo de los diferentes meses. Los siguientes puntos resumen la
información obtenida en términos de la variación del ingreso:

• La mayoría de estos oficios se desarrollan de manera informal.

93
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

• Un oficio, al que acuden la mayoría de personas al quedar


desempleadas, es el de las ventas, las que cambian a lo largo del año
de acuerdo con las modas y las fechas comerciales.

• Cuando los padres quedan sin empleo, niñas y niños entran a des-
empeñar labores, especialmente las relacionadas con las ventas.

• En la vigilancia hay pocas personas con vinculación laboral. La ma-


yoría de las veces se los ocupa por uno, dos o máximo tres meses.
Este oficio se convierte en una alternativa de empleo en los meses de
junio y diciembre por las vacaciones, pues la gente que sale a otras
ciudades busca vigilantes para el cuidado de sus casas.

• Los tenderos reportan ingresos a lo largo de todo el año, pero se


registran mejores ventas en mayo, por el mes de las madres; en ju-
nio, por la cancelación de primas; y, en diciembre, por las fiestas.

• Para los conductores la actividad es muy mala en enero. En febrero


mejora por el inicio de las actividades escolares y el consiguiente
transporte de estudiantes. Se mencionó que, hace unos años, activi-
dades como el Día de la Madre afectaban favorablemente a los con-
ductores; pero ahora la gente hace celebraciones más modestas, sin
salir de sus viviendas. Esto ha significado que personas que tienen
su vehículo lo dejen estacionado en algunas épocas del año.

• La actividad de la construcción fue recordada como una de las que


más ha generado empleo desde 1994. Se destacan los meses de junio
y diciembre porque las personas realizan arreglos locativos a sus vi-
viendas, especialmente, quienes están empleados y reciben las pri-
mas de mitad y fin de año.

En conclusión, las condiciones de ocupación para la generación de


ingresos en la comunidad están sujetas a las limitaciones de inmediatez
e incertidumbre, producto de la necesidad por conseguir recursos dia-
rios para suplir las necesidades básicas de la familia. En el mismo senti-
do, la temporalidad e inseguridad de las labores los hace vulnerables a
cambios repentinos de oficios, en los que se subestiman las capacida-
des, habilidades y conocimientos propios de la población rural, lo cual

94
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

ocasiona la adaptación forzosa e incierta en actividades nada rentables


y con pocas posibilidades de estabilización hacia el futuro.

De la violencia del destierro a la violencia del día a día

v La violencia doméstica
Es una percepción común en las mujeres, tanto adultas como jóve-
nes, la existencia de situaciones frecuentes de maltrato en las relaciones
de pareja. Una mujer desplazada de 32 años comentaba:

“Yo aguanté mucho, ese hombre me pegaba, me celaba todo el tiempo, me gritaba
cosas en la calle y un día casi me saca un ojo de los golpes que me dio. Yo le tenía
mucho miedo, temblaba cuando lo veía... un día no aguanté más y cuando me
intentó pegar yo saqué una pata de cabra y lo chucé; hasta hoy no lo he vuelto a
ver. Cuando las cosas se pusieron feas en el campo yo me vine con mis cinco hijos
y aquí estoy intentando trabajar en algo para salir con ellos adelante”.

Esta situación es tan generalizada que, según la Fundación para la


Educación y el Desarrollo Social (FEDES), hay un 40% de hogares con
mujeres cabeza de familia, de los cuales un alto porcentaje llegó a esta
condición por situaciones de violencia intrafamiliar. Varias de las muje-
res entrevistadas relataron su paso por múltiples relaciones de pareja,
pero el maltrato ha sido el detonante para la finalización de las mismas.

Las principales causas que encuentran las mujeres para explicar la


situación de maltrato son la infidelidad, los celos, la desconfianza y los
problemas económicos. Incluso, aseguran, que con la llegada a Bogotá,
algunos de los esposos que no eran agresores, ahora lo son. La infideli-
dad se junta con los celos como lo expresa una mujer adulta que dice
que “como ellos tienen sus pasantas creen que uno hace lo mismo” (mujer
desplazada, 36 años).

Un hombre adulto desplazado, acompañado de su mujer, aconseja,


frente al problema de los chismes como elemento generador de violen-
cia entre las personas

“Que porque de pronto la señora comenta afuera, y a lo que la gente la oye, le


gusta y así empiezan muchas veces el lío. El enemigo más grande que tenemos en
la vida es la lengua”. Y agrega: “Sea callado y silencioso y hasta luego a los

95
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

chismes. Esa es la mejor forma de vivir, aunque uno sea pobre; pero puede vivir
bien... bien pobre” (hombre desplazado, 62 años).

Si bien las condiciones económicas generan situaciones de maltrato;


paradójicamente, según la comunidad, también pueden tener efectos
positivos. El alcohol sigue siendo una de las grandes causas del maltra-
to a las mujeres. Sin embargo, la situación de pobreza, a la que se ven
abocados los desplazados, reduce el consumo de alcohol y, a veces, el
maltrato, como lo relata una mujer de 35 años:

“A mí sí que me ha dado mala vida este hombre: se emborracha y ahí queda


todo. Cuando vivíamos en el campo no hacía más que beber y el sueldo se le
desaparecía. Yo le reclamaba, y se la montaba, y él me daba en la jeta. Cuan-
do conseguía trabajo me humillaba y hasta decía que la niña no era de él.
Cuando nos tocó venirnos para Bogotá vivíamos en arriendo y un día uno
de mis cuñados le dijo que yo tenía mozo y, llegó y casi me mata. Mis ami-
gas me decían que ellas me daban el pasaje para que me fuera para mi tierra;
pero yo les decía que él era la luz de mis ojos, que no lo podía dejar... Por
fortuna ha cambiado y ahora se preocupa más por los niños y no ha vuelto a
tomar. Creo que esta situación lo ha cambiado un poquito”.

v Maltrato psicológico a los hombres


Los hombres, por su parte, manifestaron su preocupación por otro
tipo de maltrato. Tiene que ver con el cambio de rol frente al trabajo, el
que ha traído consigo que el hombre ya no sea el abastecedor principal
del hogar. Esto se ha convertido en factor de conflicto por el maltrato
psicológico del que consideran son objeto:

“Cuando uno era el que traía la comida a la casa, uno no les decía nada porque
estaban en la casa. Ahora que uno no consigue trabajo lo acusan de perezoso, de
no querer conseguir trabajo y desconocen todo lo que uno hace en la casa. Mire,
yo me levanto a las cuatro de la mañana a preparar los pelados para bajarlos a la
escuela y de paso acompañarla, —a mi mujer—, hasta la autopista para que coja
transporte. Después, vuelvo al rancho a cuadrar lo del almuerzo, que me toca
hacerlo a mí. Mientras los pelados llegan, yo voy a ocuparme en las mejoras de la
casa, que cuadrando materiales para cambiar el portón, las tejas o las ventanas.
Asisto a las reuniones de la comunidad en los tiempitos que quedan. Después,
toca ponerse a la pata con los hijos para lo de las tareas, después bajo a la autopis-
ta a recoger a mi mujer de la venida se la pasa diciendo que yo ando desocupado
(…)” (hombre desplazado, 50 años).

96
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

Una mujer desplazada de 40 años, frente al tema, dice que

“Ellos se sienten mal; algunos nunca habían hecho ningún oficio en la casa,
ahora les toca para que uno pueda ir a trabajar y eso les duele...”.

v Los niños se han vuelto más agresivos


Las familias desplazadas han visto a sus hijos volverse cada vez más
violentos. Algunos de los niños, según sus padres, no le encuentran ya
sentido a estudiar, a trabajar ni a nada. “Son violentos porque no le ven
sentido a vivir”.

La relación con los hijos ha cambiado notablemente, según las muje-


res, con la situación de desplazamiento. Ellas sienten que es más difícil
cuidarlos aquí. Las condiciones de inseguridad las obligan a dejarlos
encerrados en la casa. Los niños son agresivos, no quieren ir a la escue-
la; extrañan el campo, los amigos, los profesores y los espacios en las
escuelas. Constantemente hay discusiones. Algunos de ellos intentan
irse de la casa:

“Mi hijo se me ha escapado varias veces. Yo ya no sé qué hacer, incluso hoy


estuve en Bienestar Familiar porque lo encontraron en Corabastos; él se me esca-
pa y se va para allá. Yo he hecho de todo, pero él no quiere estar aquí...” (mujer
desplazada, 38 años).

Los padres se quejan de que los llaman mucho por las agresiones
entre los niños en el colegio. El colegio María Auxiliadora, que tiene un
programa educativo para niños desplazados, por su parte, plantea su
preocupación frente a la situación de agresividad de los niños. Para esto
no han servido las medidas represivas, llamar a los papás, hacer com-
promisos de comportamiento. Hoy en día han optado por la atención
psicológica y, en algo, ha disminuido la agresividad.

Un niño de once años, entre varios que hicieron comentarios sobre


esta situación, decía:

“En mi colegio los niños pelean mucho... por helados y otras cosas. Los
profesores nunca dicen nada ni lo anotan en el observador porque si lo lle-
gan a anotar lo sancionan a uno como 10 días”.

97
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

v “Yo quiero ser soldado y acabar con todos los que matan...”

Son muchas las expresiones de violencia que se observan en los ni-


ños. Cuando se hizo la pregunta: ¿qué quiero ser cuando grande? Cua-
tro de los seis niños del grupo afirmaron que querían ser soldados o
policías. Al preguntarles el porqué, contestaron que, “necesitan tener un
arma para defender a los niños, salvar secuestrados y defender a Colombia”.
Están asustados, tienen miedo y consideran que tener un arma les da
poder.

“Yo quiero ser soldado,


tener un arma y matar
a todos los malos. Dar
bala como loco...” (niño
desplazado, 11 años).

“Yo quiero ser militar y


defender al gobierno y a
los niños y a los despla-
zados...” (niño despla-
zado, 13 años).

Fuente: taller “El imaginario de los niños”. Información


recolectada entre 5 niños y 6 niñas entre 6 y 12 años.
Altos de Cazucá, julio de 2002.

Las condiciones en las que viven estos niños inducen al maltrato


entre ellos y con los demás. “Los niños son muy agresivos tanto verbal como
físicamente. Su corporalidad es agresiva porque el medio los lleva a eso”. Son
niños con muchas dificultades escolares desde su alimentación hasta
un lugar para hacer sus tareas en la casa; todas sus condiciones para
rendir en el colegio son muy bajas. Esta situación hace que “pierdan la

98
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

confianza en sí mismos, tienen muy baja autoestima, tampoco confían en los


otros y así los problemas cognitivos se disparan”31.

No obstante, estos imaginarios se cruzan con la esperanza de mu-


chos otros niños de tener y ser alguien en la vida: bailarina, odontólogo,
médico, entre otras, son las ilusiones que se atraviesan en medio de la
formalización de un ambiente de violencia y diferencia que perciben
los niños.

Sobre la relación entre padres e hijos, se tienen diversas impresiones


de cómo se está actuando frente a las dificultades a las que se enfrentan
los menores. Un testimonio al respecto afirma: “Como sean los padres así
son los hijos, de ahí depende lo que vayan a ser ellos. A mis hijos les enseño
honradez, delicadeza y respeto”, y comenta que por eso él no sufrió con
ellos, “porque no le salieron viciosos”.

Comparando a muchas de las familias que habitan en el sector se


confirma en algunos testimonios que “la agresividad la aprenden los hijos
en la propia casa. El ejemplo de los padres se les va grabando a ellos y, de acuer-
do con lo que ellos vean, ellos aprenden”. Después llegan a los 10 ó 12 años y
no se les puede manejar. Es necesario tener la capacidad de manejar los
problemas de la familia: “No es el caso de que les haya tocado duro, sino que
la familia haya sabido superar la crisis que les causó el desplazamiento”.

v Niños, desnutrición y trabajo


Las personas en situación de desplazamiento y las instituciones edu-
cativas y de atención humanitaria han tenido en cuenta que una de las
situaciones de maltrato hacia los niños es la mala nutrición. Algunos
padres envían a los niños a la escuela sin desayuno y asumen que ellos
deben rebuscarse la comida.

Los niños tienen que dejar de estudiar porque deben trabajar para
conseguir el alimento. Una mujer adulta afirmaba sobre ello:

31 Extracto de la entrevista a Karin Zúñiga, psicóloga terapeuta de la organización SOS


Aldea de Niños, Soacha, julio 2002.

99
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

“Unos trabajan en reciclaje con los papás; otros, recogiendo piedras en las cante-
ras; otros, venden agua en Soacha durante el fin de semana o, bien, se dedican a
la venta de frutas”.

Algunos casos son críticos como lo comenta una funcionaria del Cen-
tro Social Cazucá:

“Hay, por ejemplo, un caso de niñas que trabajan porque sus papás son muy
viciosos. Entonces, ellas tienen que hacerlo para conseguir su comida durante el
fin de semana”.

v Los jóvenes
Los jóvenes se mostraron sensibles a los problemas que se originan
al interior de la familia, muchos de los cuales se agudizaron a conse-
cuencia del desplazamiento. Al respecto un joven de 23 años manifestó:

“Cuando estábamos en el campo las relaciones familiares eran muy buenas, te-
níamos trabajo y estudio. Un día llegó el ejército y la situación se puso mala y
nos tocó salirnos porque los combates estaban cerquitica. Llegamos a vivir de
arrimados donde un tío y allí tuvimos muchos problemas familiares, nos sentía-
mos mal, mi papá se sentía aburrido, compró una finca que después se derrumbó
con la montaña y otra vez tuvimos que irnos”.

Otro problema que viven, en especial, las mujeres jóvenes es el abu-


so sexual. Debido a que sus madres han tenido que cambiar de compa-
ñero, es muy frecuente encontrar niñas que han sido abusadas por sus
padres adoptivos y, a veces, por los naturales o por hermanos. Este es
uno de los factores principales del porqué abandonan sus hogares de
forma temprana. Prefieren irse a vivir con otro joven, o solas, para evi-
tar estar en presencia del abusador.

En el caso de los jóvenes, éstos también huyen de sus casas, y una de


las causas es el maltrato físico por parte de padrastros o de sus mismos
padres. Las instituciones y los padres identifican que los antecedentes
de maltrato en los adultos hacen que haya maltrato con los jóvenes. La
situación del barrio lleva a que muchos padres se preocupen, traten de
controlar que sus hijos no “caigan en malos pasos”; y, al no saberlo hacer,
aceleran que éstos lleguen a la calle.

100
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

v La violencia en el barrio
Entre los hechos que denunciaron recientemente las ONG y otras
organizaciones que trabajan en la zona de Cazucá, extraemos de un
documento de denuncia pública el siguiente aparte que describe la si-
tuación:

En lo que va corrido del año 2002 se tiene conocimiento de la ejecución de cerca


de 50 jóvenes entre 16 y 24 años, habitantes de los barrios Julio Rincón, Loma
Linda, Villa Mercedes, La Esperanza, Luis Carlos Galán I, La Capilla, Carlos
Pizarro y Villa Sandra. Las características de los homicidios fueron similares:
ocurrieron en lugares públicos, vías poco iluminadas y con disparos certeros en
la cabeza. Las víctimas en su mayoría son jóvenes desescolarizados que no cuen-
tan con un empleo seguro y que se agrupan con otros jóvenes del sector, en las
esquinas, parques y canchas, a realizar actividades propias de su edad, como
escuchar música, hacer fogatas y charlar32.

Dichos acontecimientos los confirma una mujer adulta:

“Aquí el barrio está muy complicado. Yo a veces me quedo hasta tarde viendo
televisión, y como a las once apago y me salgo de la casa a mirar. Como aquí no
hay luz, nadie me ve. Pero yo sí veo abajo pasar a los encapuchados. Ellos pasan
vigilando, cogiendo a la gente que está por ahí de noche haciendo malas cosas.
Un día una vecina me llamó para que fuéramos a ver un ladrón que tenía cogido
la policía. Le estaban pegando y lo habían metido en las aguas negras desnudo y
le habían hecho tomar de esa agua. Yo le dije al policía: ustedes, a veces, también
la cagan. Si lo van a matar háganlo de una vez y no le hagan todas esas cosas. Si
robó, mátenlo de una vez. Él me miró y no me dijo nada. Al muchacho se lo
llevaron como a las once de la mañana y no lo llevaron al médico. Se lo llevaron
pegándole patadas y golpeándolo. Al otro día supimos que se había muerto como
a las cinco de la tarde porque no quisieron llevarlo al médico. La policía hace
cosas aquí”.

“Los encapuchados también hacen cosas. Aquí hubo un día que mataron a 21
muchachos. Ocho aquí y otros por ahí abajo. Ahora hay una lista de 46 jóvenes
para matar. Esas listas las van haciendo con los jóvenes que encuentran en la
calle vendiendo droga, o acusados de robar, etcétera” (mujer desplazada, 36
años).

32 Véase: Denuncia pública. Hechos de violencia en Altos de Cazucá. Fundación para la


Educación y el Desarrollo Social —FEDES— (julio 16/2002). Archivo.

101
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

La gente a veces piensa, por la desesperación, que no hay otra forma


de acabar con la delincuencia que hay en el barrio que los paracos, con lo
que están haciendo le traen tranquilidad al barrio; pero otros ven en
aceptar esto, una amenaza.

En toda la zona hay letreros que anuncian los asesinatos: “Muerte a


viciosos” y “muerte a auxiliadores de la guerrilla”. Según los habitantes del
barrio los letreros pintados en las paredes tienen que dejarse un mes.
En las tiendas y billares también aparecen listas con nombres propios
que avisan los asesinatos con advertencias como “si no se porta bien se
muere”.

Fotografía: Manuel Pérez, 2002.

Según un informe, reportado por la Fundación para la Educación y


el Desarrollo Social (FEDES), en julio del año 2002, que ha sido corrobora-
do por los mismos pobladores, se presume la existencia de grupos de
limpieza social en la zona, “los llamados encapuchados”, a quienes se
responsabiliza por las muertes.

Es importante señalar el desplazamiento constante de jóvenes del


sector y de líderes de organizaciones sociales que, debido a la labor co-
munitaria que realizan, han sido amenazados de muerte, impidiéndo-
les así, ejercer el derecho a la libertad de asociación y a la participación
social. Algunos de estos hechos evidencian la intencionalidad de accio-

102
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

nes de exterminio contra sectores que representan un “peligro social”,


por su condición de ser jóvenes, pobres, y desplazados, lo que lleva a
que sean considerados objetivos de limpieza social.

A pesar de que en el sector hay patrullaje esporádico de soldados, de


la base militar de Ciudad Bolívar y presencia de agentes de inteligencia
del CTI, los hechos de violencia se siguen presentando, sin que hasta el
momento se investigue quién o quiénes están interesados en su exter-
minio33.

v La violencia sociopolítica
Para la familia desplazada el tema de la violencia sociopolítica ha
significado un cambio de contexto. Sale de su territorio por las amena-

33 Los hechos de violencia: El día sábado 22 de junio (2002) en el barrio Villa Sandra,
exactamente en el billar ubicado en la zona del terminal de transportes, fueron muer-
tos, aproximadamente a las 11 de la noche, los jóvenes José Edison Galindo Pinilla y
Uvaldo Galindo Pinilla. Igualmente, en esta acción, un tercer joven de la misma fa-
milia fue herido de gravedad y trasladado al hospital del barrio Bosa, donde fue
atendido y luego trasladado a otro lugar por cuestiones de seguridad; de este otro
lugar no se tiene conocimiento. Estos jóvenes eran integrantes de una misma fami-
lia. Un hermano menor de 14 años, quien presenció la acción violenta, en el que
murieron sus hermanos, tuvo que salir del barrio buscando su seguridad. Estos jóve-
nes vivían en el barrio Julio Rincón e integraban la Red de Jóvenes Unidos por la Paz
y sus edades oscilaban entre los 17 y 25 años. El domingo 23 de junio, a plena luz del
día, 11:30 a.m., un hombre dio muerte en presencia de algunos habitantes del barrio
El Progreso a los jóvenes Luis Eduardo Espitia, Javier Espitia y Salvador Espitia. El
día 29 de junio en las horas de la noche, del barrio El Progreso desapareció el joven
José Leonel Tejedor de 22 años de edad, quien apareció muerto el día domingo 30 de
junio en el barrio Jerusalén de Ciudad Bolívar de Bogotá; luego fue trasladado a
Medicina Legal. El mencionado joven pertenecía a una familia que está desplazada
por la violencia sociopolítica del municipio de Yacopí (Cundinamarca). En el mo-
mento de la velación del joven Tejedor, la familia recibió serias amenazas de muerte,
hecho que los obligó nuevamente a desplazarse del municipio de Soacha con rumbo
desconocido, por el temor a que se hagan efectivas las amenazas, debido a que el
Estado no les puede garantizar la seguridad e integridad de sus vidas. Recientemen-
te circuló una lista con los nombres y presuntos “alias” de 180 jóvenes. Dicha lista
continúa circulando firmada con el símbolo de una mano pequeña negra. Tememos
por la vida y seguridad de los jóvenes que aparecen en dichos listados. (Apartes de la
denuncia pública enviada al presidente de la República ÁLVARO URIBE VÉLEZ por parte
de organizaciones nacionales e internacionales que trabajan en la zona. — FEDES—
julio 16/2002, op. cit. Archivo).

103
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

zas de grupos paramilitares o guerrilleros y llega a una zona donde la


“limpieza” es el pan de cada día. La diferencia está en que la amenaza
no está dirigida (aparentemente) directamente hacia ellos. Algunos se
sienten más tranquilos en este nuevo lugar. En cambio, otros, que tie-
nen hijos jóvenes en la familia y que no les pueden dar la educación ni
consiguen trabajo, sienten el temor por sus hijos. “Venimos huyendo de la
violencia y aquí nos encontramos con más... parece que nunca vamos a
descansar”.

Algunos llevan dos o tres años; otros cuatro meses. Unos vienen del
Tolima; otros, de los Llanos; otros, de Cundinamarca; y, otros, de Cór-
doba. Unos fueron desplazados por las autodefensas; otros, por la gue-
rrilla. Sin embargo, las narraciones sobre cómo se dio el desplazamiento
tienen mucha similitud y demuestran que la población se encuentra en
medio de una encrucijada frente a los grupos que actúan en su región.
Los testimonios que a continuación presentamos muestran cómo una
organización al margen de la ley reacciona a lo que la otra está hacien-
do, pero que al final significa que al campesino esté del lado que esté,
sólo le queda desplazarse.

Una mujer de 40 años, que tiene 5 hijos, comenta que llegó con su
esposo el 14 de enero de este año, con 50 familias más, que se vinieron
en éxodo masivo ante los combates y las amenazas en Cunday y Tres
Esquinas en el departamento del Tolima. Ella y su esposo tenían una
finca de 5 hectáreas; sembraban café, plátano, yuca, fríjol, tenían una
vaca, pollos y gallinas de engorde. Lo dejaron todo...

“Cuando la situación empeoró y aparecieron los panfletos de las AUC nosotros


decidimos venirnos. Además, la guerrilla empezaba a decir que iba a cobrar el
10% por la arroba de café, un día de jornal, y se llevaría un hijo... Yo de pensar
que se llevaran mi muchacho mayor le dije a mi esposo que nos viniéramos”
(mujer desplazada, 40 años).

Otra familia relata que:

“Nosotros llegamos en un grupo de 60 familias —según el número de perso-


nas por familia se estima que llegaron aproximadamente 360 personas—
el 14 de enero de este año (2002). Veníamos de Cunday, Villa Rica y Tres Esqui-
nas en el Tolima (...) Eso fue desde el 24 de diciembre del año pasado que nos
llegó una carta de las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) diciéndonos

104
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

que éramos auxiliadores de la guerrilla y que teníamos que salir o si no nos


mataban. Después ya nos llegó la misma carta, pero con flores, ya con eso decidi-
mos salir corriendo. Por allá se quedó mi suegro cuidando la tierrita; pero él nos
cuenta que, de todas maneras, esos señores se entraron a las fincas y se robaron
todo: pollos, ganado, caballos, cerdos, patos; mejor dicho, todo lo que teníamos.
De ahí corrimos para acá y nos juntamos varias familias”.

La estigmatización de que es objeto la población desplazada es senti-


da por ellos inmediatamente. Un hombre adulto, recientemente des-
plazado, manifiesta con amargura:

“A nosotros no nos quieren recibir en las ciudades. El otro día oí un comentario


en Soacha... Ahora vienen 1.000 desplazados de la Palma y ¿dónde los vamos a
meter?... Como si fuéramos animalitos, y eso es muy triste”.

La población receptora, el pobre histórico como algunas institucio-


nes los denominan, siente con la llegada del desplazado una amenaza.
Se creía que tras ellos venían los grupos al margen de la ley. Sin embar-
go, un funcionario de las instituciones que hicieron la denuncia arriba
mencionada, dice que

“Ahora se ve más tolerancia en las familias acogedoras, porque en un principio se


tenía un gran rechazo puesto que se creía que detrás del desplazado venían las
amenazas y los paracos. Ahora se sabe que no hay esa linealidad en la causalidad”
(director SOS Aldea de Niños).

De todos modos, para el desplazado, la permanencia del conflicto es


algo que les impide pensar en el futuro. En las historias de las familias,
frecuentemente aparece, que han sido desplazados dos o tres veces.
Esto hace que no se quiera volver a empezar. En las propuestas siempre
aparece el retorno al campo, pero muchos lo piensan dos veces. Algu-
nos hombres consideran que en Bogotá no se consigue trabajo y que lo
que saben hacer está en el campo; sin embargo, lo han intentado; han
sido reubicados en zonas rurales y, al poco tiempo, los han desplazado
nuevamente, tanto por guerrilleros como por paramilitares. Las muje-
res, por su parte, se preocupan por sus hijos; no quisieran volver, pero
aceptan que era más fácil cuidar de ellos en el campo.

Existe también una queja de quienes tienen programas con la pobla-


ción desplazada, y de su itinerancia: “Vienen, se inscriben en el programa,

105
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

luego lo abandonan sin avisar”. (Funcionario, Programa de la Red de Soli-


daridad Social. Seccional Cundinamarca) A varios, el conflicto armado
los persigue. Son buscados en los barrios una vez llegan a Bogotá por
los grupos que los desplazaron y tienen que huir hacia otros barrios o
incluso deben salir de la ciudad.

Los efectos psicológicos, por lo tanto, son evidentes para adultos y


niños. Y esto es algo que las entidades que les prestan ayuda, la mayoría
de las veces, no saben cómo trabajar. Aparentemente, es más fácil resol-
ver el problema de la alimentación, el vestido y el ingreso, bajo el su-
puesto de que “lo demás vendrá por añadidura”; pero para el desplazado
las imágenes del conflicto armado que tiene Colombia no desaparecen.

Muchos sufren de depresiones que no les permiten seguir con su


vida cotidiana. Conseguir trabajo es algo complicado en estas circuns-
tancias; no quieren salir a la calle, se desesperan por la situación y se
confunden o se enredan de distinta manera. Una de las mujeres adultas
nos mostraba y comentaba sobre el “árbol del ahorcado”:

“Allá, en ese árbol, frecuentemente, se encuentra gente ahorcada. ¿Y por qué se


ahorcan? Porque se desesperan de no conseguir nada” (mujer desplazada, 52
años).

Los niños no escapan a esta situación. Muchos no quieren ir a la


escuela, cuando la consiguen, porque no le encuentran sentido. Prefie-
ren ser gamines y ven que ellos están mejor. Es la sensación de no futu-
ro. Y esta es una de las explicaciones de la actitud retaliadora de los
niños, la que se mencionaba en el acápite de la violencia doméstica. Es
un elemento más que se adiciona al complejo de violencias que se refle-
ja en el niño. No basta con que sus padres tengan peleas. “Hacia donde
miran las cosas son igual o más graves que lo que se ve en la casa”.

La educación: un escenario de incertidumbres


Una opinión que comparten los habitantes de la zona, los padres de
familia, jóvenes y niños desplazados con los que se ha trabajado, es que
la situación de la educación, tanto para la población desplazada como
para aquella que se encontraba asentada con anterioridad en los Altos
de Cazucá y los barrios vecinos, es crítica. Esto no sólo por su escasa
cobertura frente a la población en edad de estudiar, sino, también, por

106
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

las características sociales y económicas de la población y la calidad mis-


ma de la educación que se está impartiendo.

La educación es deficiente. Existe una escuela pública en El Arroyo


que es la única y, por lo tanto, no alcanza a cubrir las demandas de la
población en el barrio. También hay varios colegios privados, en espe-
cial de primaria. Aún así hay muchos niños sin estudiar; algunos por-
que no tienen plata y otros porque no consiguen cupo.

Como en muchos barrios marginales de Bogotá, en Altos de Cazucá,


la infraestructura de los colegios y las escuelas es precaria. No existen
zonas verdes ni parques para la recreación de niños y jóvenes; no hay
seguimiento de la calidad educativa; y, además, no hay atención psico-
lógica ni refuerzo escolar para los niños.

En todas partes es importante estudiar; pero mucho más en la ciu-


dad. Aquí se hace necesaria la educación profesional o una capacitación
que permita tener empleo. Así lo expresan las madres de familia:

“Estudiar para ser alguien en la vida, unos profesionales, doctores. Los profesio-
nales tienen un futuro definido; a ellos no se les dificulta trabajar. Ojalá pudié-
ramos tener recursos para pagarles el colegio. En el campo no era tan costoso y, si
uno no tenía, el vecino le prestaba. Aquí nadie tiene nada...” (mujer desplaza-
da de 38 años).

Los principales problemas que enfrentan para la educación de sus


hijos son:

“La discriminación de alumnos y profesores hacia los niños desplazados”; “el no


tener profesores profesionales en las escuelas. Dizque les da miedo venir a ba-
rrios peligrosos”; “la falta de recursos económicos para pagar matrículas, unifor-
mes y libros”; “los pocos cupos para bachillerato y para otros cursos y talleres
para jóvenes”; “los salones son muy chiquitos. Los niños no tienen espacio para
nada. No hay espacios de recreación”; “a los niños no los reciben en la escuela por
estar atrasados en la pensión y muchas veces es la Red que no les pasa la plata a
tiempo” (relatos madres de familia desplazadas).

La falta de recursos económicos les hace sentir que

“Por ahora no podemos reclamar una buena educación para nuestros hijos, tan
solo queremos que les den la oportunidad de estudiar y a nosotros que nos den la

107
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

oportunidad de tener empleo para pagarles su educación...” (mujer desplaza-


da, 34 años).

Los problemas de acceso a la educación generan problemas de vio-


lencia intrafamiliar. Las madres tienen miedo de que sus hijos salgan a
la calle; y los que no estudian se quedan encerrados en casa, mientras
los padres se rebuscan el diario. La calle es insegura y los grupos de
limpieza social están actuando fuertemente en la zona.

Actualmente en Cazucá algunas de las familias desplazadas tienen


becas para sus hijos en los colegios y escuelas de primaria que existen
en los barrios; sin embargo, algunas de estas escuelas no los reciben
porque no confían en que la Red de Solidaridad realice el pago oportu-
no. Además, los padres deben comprar los uniformes y los libros y, dada
la situación de desempleo, esto es imposible (grupo mujeres madres de
familias desplazadas).

v Dificultad para adaptarse a la vida y a


la educación en la ciudad
“Nos discriminan mucho. A los niños nos dicen saca yucas o saca papas” (relato
niño desplazado, 12 años).

Aún cuando los niños desplazados logren entrar a estudiar, su situa-


ción, en la mayoría de los casos, es supremamente difícil porque, ade-
más, de la salida violenta de sus lugares habituales de residencia, los
extrañan y resienten el trato que reciben por parte de las personas de la
ciudad. En el barrio y en la escuela hay maltrato; los discriminan por ser
del campo y sus padres no tienen recursos para enviarlos a las escuelas
y colegios del barrio. En SOS les dan alimentación y talleres para que
estén tranquilos y ocupados; sin embargo, hay muchas madres que no
llevan a sus hijos a estos programas. Algunas, según ellas, por dejadas;
otras, porque viven muy arriba y les queda lejos el centro.

Uno de los padres comentó que su hijo

“se siente mal..., él no quiere estar en la ciudad y dice: no me gusta el colegio, no


me gusta estar encerrado. Allá podía montar en bicicleta con mis amigos y estar
tranquilo. Aquí no...” (hombre desplazado de 40 años y su hijo de 12).

108
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

Las condiciones de los niños desplazados y de muchos de los niños


que viven en esta zona tienen muchas raíces. Una de las psicólogas de
las organizaciones que trabaja en la zona34 las describe:

“El mundo familiar también es complicado y esto los hace desconfiados, se sien-
ten perseguidos y aceptan mal la exigencia. Viven en una zozobra muy grande”.

Así, también, una madre comentaba que uno de sus hijos que

“Tiene 12 años es muy indisciplinado y han tenido varios problemas con él en el


colegio. Estuvo con una psicóloga un tiempo. Parece que la situación de violencia
lo ha afectado mucho... El menor tiene apenas 7 años y va a la escuela primaria.
Es perezoso, no le gusta estudiar, todavía medio lee y escribe” (madre de fami-
lia desplazada, 34 años).

v “La educación en las zonas de donde veníamos era mejor”


Con respecto a la calidad de la educación, los jóvenes afirman que
en las escuelas y colegios rurales se sentían mejor:

“En el campo enseñaban con guías y así entendíamos más... aquí uno copia y
copia y al final no entiende nada” (joven desplazado, 14 años).

La entrada a la escuela, no es un proceso fácil para los jóvenes de 13


a 16 años. Reiteran que no les gustan los colegios de Altos de Cazucá,
pues los profesores y niños los discriminan por ser del campo. Los jóve-
nes que estaban terminando su bachillerato rural no han conseguido
cupos ni recursos para terminar sus estudios aquí, por lo que preferi-
rían regresar.

Las madres consideran también que los profesores que tienen sus
hijos son muy jóvenes (normalistas y bachilleres) y que ellos no están
capacitados para manejar los problemas que traen los niños, la situa-
ción de violencia que han vivido y su llegada a la ciudad. En esto están
de acuerdo algunos de los niños y jóvenes: “Aquí los profesores son bachi-
lleres... Cambian mucho a los profesores y no se ve continuidad en lo que se nos
enseña”.

34 Funcionaria de la organización SOS Aldea de Niños.

109
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Entre los jóvenes que han logrado entrar a estudiar, que son pocos,
hay algún conocimiento que les ha agradado aprender: “A mí me gusta
estudiar. Aquí enseñan también un pocotón de cosas: conjuntos, relieve,
potenciación; esas me gustan...” (joven desplazado, 16 años).

Un hombre de 56 años comenta que sus hijos están contentos estu-


diando. Uno de ellos, que tiene 15 años, dice que aquí, por lo menos,
tiene la oportunidad de terminar el bachillerato: “Yo había acabado la pri-
maria y no había seguido el bachillerato porque no había escuela cerca. Ahora
estudio en el María Auxiliadora de Soacha y, aunque, tenemos que caminar
larguito, estoy estudiando bachillerato”. Él y su hermana forman parte de
un grupo ecológico en Altos de Cazucá y piensan que con su trabajo
van a mejorar las cosas; piensan que la situación del barrio se puede
cambiar. De todas maneras, aunque les guste la escuela, la nostalgia del
campo es permanente: “Sí le gusta el colegio en el que está, dice que aprende
cosas; pero extraña sus amigos y la libertad del campo” (madre de familia
desplazada, 37 años).

Por otra parte, los jóvenes y adultos manifiestan que la llegada a la


ciudad y el abandono obligado de sus actividades en el mundo rural; lo
que ellos veían como su futuro, se ve truncado por el desplazamiento
forzado. Entonces, todo eso que sabían y aprendieron de sus padres no
puede realizarse aquí, donde tienen que volver a aprender a trabajar
para lograr una vida, un ingreso:

“Antes sabíamos hacer las labores del campo como recoger el café, manejar el
ganado, desyerbar... Ahora nos toca conseguir otros empleos” (joven desplaza-
do, 20 años).

De acuerdo con las madres de familia, las habilidades y capacidades


que desarrollaron en las áreas rurales no les sirven para buscar empleo
en la ciudad o sólo en algunos sectores:

“La mayoría se va a buscar trabajo en Corabastos o en las plazas de mercado, a


bultear o a revender, eso es lo que sabemos hacer” (mujer desplazada, 37 años).

Muchos de estos jóvenes han tenido que abandonar sus estudios


para buscar capacitarse en otras cosas. “Una de mis hijas estaba en su ba-
chillerato, hizo hasta décimo grado”, cuando llegaron estuvo estudiando en
un colegio en Soacha; pero no tenían recursos para pagar los uniformes

110
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

y el transporte, así que “tuvo que dejarlo. Ahora está intentando entrar a
algunos de los programas de Jóvenes en Acción para aprender pintura, belleza o
sistemas, pero hay pocos cupos” (madre de familia desplazada, 34 años).

Además del problema de falta de cupos, algunos jóvenes no pueden


pagar el transporte hasta los sitios de capacitación. Otras veces, la edu-
cación compite con el trabajo, sobre todo para los jóvenes: “El hijo mayor
se retiró de estudiar para poder trabajar”, pero “quiere seguir estudiando cuan-
do se pueda” (mujer desplazada jefe de hogar, 37 años).

Esta situación se refleja en sus percepciones cuando, aunque indiquen


que poseen lo básico para vivir, techo, alimentación y educación, reite-
ran que sus condiciones de vida cambiarían si: “Volvemos al campo y, re-
cuperamos los amigos y la escuela”. En otras palabras, aliviar el desarraigo
es, para los jóvenes, uno de los impactos más duros del desplazamiento.

v El papel de los padres en la formación de los jóvenes


Para prevenir la violencia intrafamiliar opinan que

“Es importante el trato que se da a los menores, como decirles las cosas sin ofen-
derlos. Los padres deben colaborar para que los hijos desarrollen la capacidad de
manejar los problemas”.

Las mujeres consideran que, contar con ingresos para poder dar la
educación a los hijos, es clave: “La educación empieza por casa y sería bueno
tener ingresos para pagarles el colegio a nuestros hijos”. Para ellas el ambien-
te en el barrio y la ciudad también podría contribuir a que la educación
mejorara. Así, una buena educación debería enseñar a los niños de la
ciudad a no despreciar a los niños desplazados que vienen del campo.

El papel de las redes familiares, en situaciones de crisis como las que


genera el desplazamiento continúa siendo importante en el cuidado de
los hijos y por lo tanto en la formación:

“Afortunadamente, yo tengo a mi mamita aquí en el barrio. Entonces, ella me


socorrió por unos días, hasta que apareció uno de los papás de los niños y me
ayudó. Ahora estamos viviendo juntos. Él trabaja en la construcción, en la rusa
que llaman (...) yo, mientras eso, me tocó parar el trabajo y cuidar a los hijos,
estar pendiente de las tareas y del colegio” (mujer desplazada, 38 años).

111
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

No obstante, las personas mayores desconfían de la educación que


se imparte en los colegios y se quejan de la poca atención que los padres
dan a este aspecto:

“Ahora en el colegio no se enseña el respeto a los mayores. Se les oye decir malas
palabras y eso ¿dónde lo aprenden? En la calle (...). Ahora a los padres nos les
queda tiempo de estar pendientes de esos muchachos; eso se despreocupan y des-
pués los tienen metidos en la droga o en malos pasos (...), por eso es que se los
llevan los de las pandillas (...). A mí me da mucha tristeza ver eso. Ahora yo he
visto descarrilarse a muchos y, sobre todo, duele más cuando son de la familia
(...). No ve como ahora una nieta terminó embarazada y con 17 añitos; no pudo
terminar el colegio y ahí se le fregó la vida (...). O a los niños que se vuelan de la
casa a buscar calle, los llama la plata (...). Eso se ve muy seguido por aquí”
(mujer desplazada, 62 años).

El bienestar: ser y poder en comunidad35


“Vivir bien es siempre estar añorando eso que teníamos...” (hombre desplaza-
do, 45 años).

Las percepciones de bienestar de la población desplazada que vive


en el sector fueron discutidas en diferentes sesiones de trabajo con gru-
pos de hombres y mujeres. De acuerdo con esto, el bienestar es asocia-
do, especialmente por las mujeres, al ser con los demás, con lo
comunitario, con lo familiar, con lo grupal, que son espacios en los que
se permite ser y vivir bien: “Ser amigable con los demás, respetar a los otros
y ser respetada” (mujer desplazada, 28 años).

El bienestar unido a la posibilidad de ser, se expresa en la preocupa-


ción por los hijos. Se considera que las condiciones de pobreza y de
desplazamiento han afectado a adultos y jóvenes; pero, sobre todo, a
los niños, quienes, se enfrentan a situaciones nuevas de exclusión que
no les permiten ser ni vivir bien. Vivir bien es, en últimas, para las muje-
res, ser personas comprensivas y enseñar a sus hijos a ser respetuosos
con los demás.

35 Se sigue, para la sistematización de los resultados conforme a la idea de bienestar de


los desplazados, las categorías axiológicas de necesidades y satisfactores en MANFRED
MAX NEEF (1986) Desarrollo a escala humana, Buenos Aires, CEPAR.

112
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

El ser, como condición de bienestar para los hombres, es poder ejer-


cer sus capacidades para el trabajo y el empleo. La situación actual ha
hecho que las mujeres tengan que asumir la responsabilidad económi-
ca de las familias: “Nosotros somos campesinos y eso sabemos hacer. Aquí nos
toca ser otra cosa y eso no es fácil...”. (Mujer desplazada, 26 años).

Hombres y mujeres se aferran a la esperanza de volver al campo:

“Hay dos formas de vivir y sentirse bien. La una tiene que ver con lo que uno
tenía en el campo; allá todo era a dos manos. La comida y el trabajo no faltaba,
uno vivía en paz. Ahora a uno le parece que vivir bien es volver a tener esas
cosas. Uno aquí no vive bien porque anda recordando lo que tenía y como eso ya
no está con nosotros, pues vivir bien es siempre estar añorando eso que tenía-
mos” (hombre desplazado, 45 años).

Pero la mayoría de ellos sabe que un posible retorno es lejano, por


eso tratan de asociar el vivir bien a las condiciones que les exige la ciudad
en términos de empleo, salud, educación, vivienda y nuevas relaciones:

“Ser capaz de coger un bus e ir a otros lados de la ciudad”; “ser capaz de conse-
guir cupo en los colegios para nuestros hijos”; “ser capaz de tener otras habilida-
des para poder trabajar aquí y tener ingresos”.

v Bienestar es: “tener”


El bienestar es, para hombres y mujeres, tener las necesidades bási-
cas satisfechas; es decir, tener una vivienda propia, tener empleo, tener
educación y salud. También es tener paz. La tranquilidad y la paz son de
vital importancia para hombres y mujeres, jóvenes y adultos que hoy
viven en Cazucá y que llegan de situaciones de violencia que los obligan a
vivir en barrios marginales en los que se encuentran con otros tipos de
violencia: social, económica, de exclusión y de inseguridad en las calles.

Tener espacios amplios en las escuelas y parques, es vivir bien para


los niños, quienes siempre aluden a la tristeza de no poder jugar en las
calles tranquilos:

“Los salones son chiquitos y hay un montón de niños. No hay parques, todo
tiene tierra, y no nos dejan salir a jugar porque a las mamás les da miedo que nos
pase algo...” (niña desplazada, 9 años).

113
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Nos llama la atención que al discutir el tema de vivir bien, hombres y


mujeres de estos barrios lo asocian a ser, tener y poder. Ellos saben y reite-
ran que lo que necesitan es oportunidades para poder satisfacer sus
necesidades.

Al intentar clasificar el tipo de personas que viven en el barrio y sus


condiciones de bienestar o pobreza, se encuentran, nuevamente gran-
des diferencias en la percepción de hombres y mujeres. Para las muje-
res lo afectivo, el ser, es de vital importancia; la clasificación que se hace
alude a estas características: “Pobres felices, amargados, ricos llorones y arrui-
nados” (véase: jerarquización del bienestar en el grupo de mujeres, cua-
dro 6).

Consideran que su condición de pobreza está dada por no poder


tener satisfechas sus necesidades básicas; pero reiteran que la felicidad
no se alcanza sólo con lo material. Por eso, las características que le asig-
nan al pobre feliz son: “capaces de dar amor y brindar ayuda a otros; sencillos
y tranquilos; honestos y trabajadores; amables y amigables; comprensivos y so-
lidarios”.

Mientras que las características de ricos llorones, arruinados y amar-


gados son: “Tacaños, interesados, envidiosos, humillantes, incapaces de dar
amor, egoístas; faltos de amor, comprensión y cariño”. Las mujeres piensan
que en el barrio hay de todo; pero la mayoría son pobres felices que
intentan sobrevivir unidos: “Trabajar unidos nos da más confianza” (mujer
desplazada, 27 años).

Para las mujeres, las condiciones actuales de bienestar se encuentran


vinculadas a diversos comportamientos y estados de ánimo de los po-
bladores, los cuales van ligados a las condiciones de satisfacción que
posean.

Para los hombres adultos y jóvenes, existe una directa relación entre
bienestar y generación de ingresos. De esta manera, identifican en esta
categoría a las personas que pueden tener rentas fijas como los dueños
de tiendas: “Esos sí viven felices”; los que tienen un trabajo estable y, se
mencionan aquellos que viven de la violencia. Sobre este último punto,
algunos de los hombres afirman: “Aquí hay quienes viven de la seguridad,
dizque haciendo las limpiezas, matando jóvenes o personas que se portan mal; a

114
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

CUADRO 6. JERARQUIZACIÓN DE BIENESTAR. GRUPO DE MUJERES

Acomodados Pobres felices Los ricos llorones Arruinados


Tacaños. Brindan amor. Amargados. Amargados.
Interesados. Comprensivos y Tacaños. Hacen negocios
Envidiosos. solidarios. Interesados. sucios.
Amarrados. Son amables. Humillantes. Ambiciosos.
Inservibles. Sencillos y Presumidos. Viciosos.
No conocen a Dios. tranquilos. Se creen más que Miserables y
Niegan lo que Nos gusta otros. arrogantes.
tienen. colaborar. Comen poco. Faltos de amor,
No comparten con Creemos en Dios. No le brindan amor comprensión y
los pobres. Somos agradecidos. a los demás. cariño.
Responsables y No tienen paz. Se creen más que
honrados. otros.
Desgalamidos.
No podemos dar Egoístas hacia la
Piensan que todo
estudio a nuestros realidad.
es plata.
hijos por falta de
ingresos.
Somos más
berracos.

Fuente: taller “Jerarquización de bienestar” con mujeres desplazadas entre 18 y 35 años.


Desempleadas y vinculadas a oficios informales. Cazucá, julio de 2002.

esos les pagan por hacer ese trabajo”. Factor que hace relevante las condi-
ciones de vulnerabilidad a las que se ven sometidos diariamente los
pobladores de la zona.

Las demás condiciones están relacionadas con actividades informa-


les que se clasifican en rangos que fueron representados con caritas de
tristeza, conformidad y de extrema amargura. Se destaca la situación de
extrema amargura y el conformismo, como los estados de ánimo de
mayor relevancia en la zona con respecto al bienestar:

“Aquí uno anda es en zozobra a todo momento; no se tiene tranquilidad por lo del
asunto de las muertes. Aquí si uno se descuida puede terminar en alguna lista y
le caen a la casa y lo matan. Entonces, cómo puede uno dormir. Hay que estar
velando por los niños para que no los vayan a confundir con drogadictos o, si no,
aparecen muertos al otro día”.

En el siguiente cuadro se ilustra una categorización realizada por un


grupo de hombres respecto a los sectores sociales que habitan en el ba-
rrio y su estado de bienestar (véase cuadro 7).

115
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Los adultos consideran que en estos momentos los niños son los que
menos bienestar tienen:

“A los niños les toca salir a pedir; uno los ve pidiendo una limosna y hasta
vendiendo botellas, martillos para conseguir qué comer (...). En cambio, otros se
dedican es a robar para conseguir moneditas y jugar máquinas en la tienda”.

Para niños y jóvenes, el vivir bien se asocia con la posibilidad de ir a


la escuela, terminar el bachillerato, poder jugar y estar con los amigos,
poder capacitarse en lo que les gusta y en lo que les dará posibilidad de
empleo. Por ahora esto no existe, así que consideran que no tienen bien-
estar y que están en condiciones difíciles.

CUADRO 7. JERARQUIZACIÓN DE BIENESTAR. GRUPO DE HOMBRES

Felicidad Tristeza Conformidad Extrema amargura

• Dueños de • Sin trabajo. • Coteros. • Los que tienen


tiendas grandes. que pedir
• Los que reciben • Los dueños de
limosna.
• Trabajadores ayuda tiendas pequeñas.
estables. provisional. • Los recién
• Las empleadas del
(Programas de llegados.
• Los que viven del servicio doméstico.
trabajo por
pago de arriendo. • Los amenazados.
comida). • Albañiles.
• Los terreros. • Los enfermos.
• Los que viven del • Colchoneros.
• Los que viven de reciclaje. • Niños que tiene
• Los vendedores
la seguridad. que salir a pedir.
• Los que revenden ambulantes.
el líchigo. • Vigilantes.
• Los que trabajan • Ayudantes de
en modisterías. fontanero.
• Las que trabajan • Los trabajadores
cuidando niños. de ornamentación.

Fuente: taller “Jerarquización de bienestar”. 12 hombres desplazados de 27 a 56 años.


Desempleados y personas vinculadas a oficios informales. Cazucá, julio de 2002.

116
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

EL TERRITORIO POSIBLE
“Obedece, déjame guiarte. Acepta, déjame enseñarte. No intervengas, déjame
ayudarte. No luches, déjame protegerte. Sométete, permíteme salvarte. Habrá
que contestar un día en detalle este discurso, habrá que mostrar que la mejor
manera de idiotizarse es dejarse enseñar, que la mejor manera de permanecer
inválido es dejarse ayudar, que el peor peligro es dejarse proteger y quien acepte
que lo salven ya está condenado”.
ESTANISLAO ZULETA: extracto tomado de FRANCISCO JIMÉNEZ VELÁZQUEZ
“Desplazamiento y ciudad: condiciones de posibilidad. Mirada pros-
pectiva desde la vida como gran pauta”. En: Desplazamiento, ciudad
y territorio. Serie Ciudad y Hábitat. Barrio Taller, 2003, pág. 121.

El espacio al que aspiran los desplazados está ligado a la idea del


retorno o la reubicación rural. Para ellos es claro que no todos están
dispuestos a volver; las condiciones de inseguridad del país son la cau-
sa más clara que justifica su permanencia en el barrio. La adaptabilidad
se asume como una condición del lugar de refugio. Sienten que este es
un espacio construido con esfuerzo en el cual han afianzado lazos de
afecto, vecindad y seguridad.

El ideal no es el desvincularse de la zona, saben que allí sus hijos se


han aclimatado más rápidamente y que, bajo las condiciones actuales,

“Mal que bien han tenido educación y muchas ONG, como SOS Aldea de Niños,
ayudan con alimentación y los tienen mientras uno trabaja. Hay programas que
ni en el campo se veían”.

Asunto que les permite la incorporación a programas especiales de


asistencia humanitaria, así como el acceso a la educación.

Consideran que siendo el municipio de Soacha una zona que posee


áreas aptas para la agricultura, ellos mismos podrían trabajar allí duran-
te el día y, en las noches, volver al barrio. En la ilustración se presenta la
idea de conectar una senda que sale del barrio y que lleva el nombre de
“Avenida de los Sueños”. Para ellos este camino los conduce a unas fincas
en el mismo municipio, a manera de granjas integrales, en las que ten-
drían sus cultivos para el consumo y algunos otros productos para la
venta (huevos, pollos, cerdos, hortalizas). Piensan que este sitio podría
convertirse en una escuela para los jóvenes, en donde se mantuvieran
las costumbres del campo sin salir de la ciudad. (Véase ilustración).

117
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Fuente: Dibujo sobre el territorio posible. Taller “Condiciones de vida”. 10 hombres y 8


mujeres entre 25 y 50 años, Altos de Cazucá, mayo de 2002.

“Para nosotros esto sería un ejemplo para demostrar que seguimos siendo cam-
pesinos y que podemos salir adelante”. La otra avenida lleva el nombre de
“Esperanza” (área central del dibujo). Refleja la ilusión por volver a sus
lugares de origen: “Allá sí que podemos mantener nuestra identidad como cam-
pesinos que somos; pero eso está tan lejos que ni siquiera la pintamos en el dibu-
jo, porque eso sí que lo vemos inalcanzable” (hombre de 48 años,
desplazado).

Otros mantienen la idea de permanecer en el lugar, con la ilusión de


acceder a una casa propia y emprender algún negocio familiar:

“Eso aquí con poner un bulto de papa en la puerta le llueve gente a que les venda
tres o cuatro papitas. Aquí se pone un supermercado a bajos precios y seguro a
uno le llega platica. Esa sería una buena manera de quedarse por aquí” (mujer
de 45 años, desplazada).

118
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

v El ideal: regresar al campo o estabilizar


las condiciones de vida en la ciudad
En las distintas sesiones y entrevistas, aquellas personas que llega-
ron hace 3 años y las que apenas llevan 6 meses, coinciden en afirmar su
deseo por regresar a sus actividades agrícolas. No necesariamente a sus
lugares de origen, porque temen la represalia de actores armados y no
soportarían más desplazamientos. Volver al campo es el sueño de hom-
bres, mujeres, niños y jóvenes, quienes prefieren enfrentar los proble-
mas y las dificultades que tienen los pequeños productores en la gran
ciudad, sin ningún referente:

“Yo quisiera regresar, tener un mejor futuro económico, tener a mis hijos cerca y
salir y dejarlos solos y que no tengan peligro” (mujer desplazada, 38 años).
“Quiero volver; yo sí quisiera volver a mi finquita y sembrar mis matas, y ver mi
café y mi caña; pero esta guerra es lenta... muy lenta” (hombre desplazado, 54
años).

Para ellos las acciones para la protección y apoyo a las familias des-
plazadas que llegan a las distintas ciudades son insuficientes; las dife-
rentes entidades de atención están desarticuladas, no hay programas
que posibiliten la adaptación de las familias al espacio urbano y, ni si-
quiera, con proyección a programas de retorno:

“Nos dan mercado, cosa que agradecemos, porque si no no podríamos vivir; pero
después de un tiempo ya no hay más ayuda con alimentos, no hay programas
que nos ayuden con proyectos productivos ni nos ayudan a conseguir empleos…
después de un tiempo las entidades hacen de cuenta que no existimos” (mujer
desplazada, 38 años).

Para hombres, mujeres, jóvenes y niños es necesario, en las actuales


condiciones de “recién llegados” y “desplazados”, tener acceso a la educa-
ción, la salud, la alimentación y la vivienda y, para ello, tener empleo y
generar ingresos se convierte en una condición necesaria. Las alternati-
vas productivas para la generación de ingresos, son, en este momento
lo más importante. Éstas se buscan a través de organizaciones comuni-
tarias, entendiendo que, en las actuales circunstancias, estar organiza-
dos les permite sobrevivir y gestionar sus propuestas.

119
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

La idea de un territorio posible está relacionado con ser acogidos en


la ciudad como seres humanos, sin exclusión, sin discriminación; y, so-
bre todo, poder tener tranquilidad y olvidar la zozobra que les ha traído
el destierro:

“Con el apoyo de trabajo uno podría ir saliendo adelante. Luchar sin dejar perder
el ánimo. Qué se gana uno con hartos bienes y lleno de zozobra y desconfianza,
si uno teniendo gallinas y reses no se las come con tranquilidad” (hombre des-
plazado, 67 años).

Alcanzar el bienestar requiere también buenas relaciones familiares


y apoyo mutuo; relaciones que se han deteriorado después del despla-
zamiento: “Una familia puede ser feliz a pesar de las dificultades, como no
tener trabajo estable, no tener una vivienda digna”. Los adultos hacen cons-
tantemente referencia a los niños y sienten “culpabilidad” al no poder
darles una mejor calidad de vida. Saben que los niños son en este mo-
mento muy vulnerables a la violencia, a otro tipo de violencia que antes
en el campo no conocían; la causada por las pandillas, la limpieza social
y la discriminación.

La reconstrucción del tejido social entre personas con distintas his-


torias de diferentes lugares del país se hace necesaria para todos. El
bienestar es colectivo: “Estar unidos nos da confianza”.

En síntesis, las categorías de bienestar se definen por condiciones de


subsistencia que se entrecruzan con anhelos y acciones para el mejora-
miento de su calidad de vida. Sobre ello se distinguen las condiciones
del estar, hacer, tener y ser. Las cuales están definidas por los siguientes
satisfactores relacionados con la salud, la alimentación, la vivienda y el
afecto (véase cuadro 8).

Las propuestas para la reconstrucción comunitaria:


un escenario para la conformación de territorios posibles
La situación de pobreza de la población desplazada se ve agravada
por las circunstancias que genera el desarraigo, la ruptura de redes so-
ciales y afectivas en sus lugares de origen y el truncamiento de sus pro-
yectos productivos y de vida. Todo esto se agudiza por la discriminación
y marginalidad al que se ven sometidas cuando llegan a la ciudad, por-
que sienten que la gente en la ciudad los estigmatiza.

120
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

CUADRO 8. CONDICIONES DE SUBSISTENCIA Y SATISFACTORES

Estar Hacer Tener Ser


Bien. Poder dormir Vivienda propia. Amigable.
Alimentado. tranquilos. Empleo. Comprensivo.
Alentado. Dar estudio a los Estudio. Ser bueno y no
Bien con Dios. hijos. Paz. hacerle mal a nadie.
Compartir con los Un buen ambiente Enseñarle a los
demás. para los hijos fuera hijos a respetar a
Dar amor. de casa. los demás.
Brindar la mano a Ser buenos hijos y
otros si se puede. respetar a los
padres.

Fuente: grupo de 20 mujeres desplazadas entre 16 y 38 años. Altos de Cazucá, julio de


2002.

Enfrentados a este nuevo ambiente, sus posibilidades de hacer una


vida se ven afectadas por la imposibilidad de conseguir trabajos remu-
nerados que les permitan solucionar aunque sean sus más mínimas ne-
cesidades. Las habilidades que tenían en el campo les sirven muy poco
en un ambiente urbano. En otros casos la edad y la falta de capacitación
para intentar la búsqueda de trabajo, los inmoviliza.

Es importante subrayar que para la mayoría de los desplazados, la


experiencia del desarraigo, la ruptura de sus redes de solidaridad y amis-
tad, el cambio abrupto de paisaje y posibilidades, son situaciones que
dejan huellas muy profundas. Así, la añoranza por el regreso al campo,
a lo que se conoce y se sabe hacer es una constante en todos los proyec-
tos de vida. Sin embargo, en medio de las circunstancias los desplaza-
dos plantean condiciones y propuestas concretas para la superación de
sus necesidades.

v Las condiciones necesarias


Las condiciones representan un conjunto de saberes y elementos de
organización, actitudes e incluso garantías por parte del Estado. Estas
condiciones son necesarias para poder pensar en proponer y actuar.
Una vez discutidas y analizadas, los desplazados de los Altos de Cazucá
establecieron que ellas son:

121
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

• “Capacitarnos para estar unidos”.

• “Estar unidos y podernos entender”.

• “Establecer reglas claras desde el comienzo”.

• “Tenerse confianza”.

• “Responsabilidad y cumplimiento”.

• “Capacitarnos para conocer la realidad de la ciudad”.

• “Seguridad social al desplazado”.

• “Tener mayor información sobre los proyectos y programas que tienen las
entidades para que puedan ser vigiladas por la comunidad”.

• “Orientación y capacitación para mejorar la convivencia”.

v Las propuestas de la gente


Durante el análisis de las propuestas, discutidas con las personas
que participaran en este estudio, es evidente que trabajo y empleo, edu-
cación y capacidades y el tema de la violencia, están íntimamente arti-
culados. Es tal la urgencia de satisfacer las necesidades mínimas, que
son muchas, que parecería que la sola generación de fuentes de trabajo
remuneradas podría resolver, “de un solo tajo”, los demás problemas.

Las dos propuestas integradoras que se construyeron reflejan con


toda nitidez estas relaciones. El regreso al campo es en todo caso una
esperanza presente en todo momento y podría asegurarse, sería la me-
jor solución a muchos de los problemas que aquejan hoy a los desplaza-
dos.

Estas propuestas se resumen en:

• Organización, capacitación y empleo para la generación de proyec-


tos productivos y retorno al campo.

• Capacitación y orientación para el trabajo y la convivencia y, mejo-


ramiento de la calidad de la educación y recreación.

122
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

Es importante mencionar dos elementos que condicionan la capaci-


dad de integrar a las instituciones con la comunidad. Si bien los despla-
zados saben de la existencia de varias de las instituciones, no conocen
claramente cuál es el tipo de apoyo que les pueden brindar.

Aunque, las instituciones tienen responsabilidades, los desplazados


sienten que es a ellos a quienes les corresponde dar el primer paso por-
que, muy pocas veces, éstas llegan por voluntad propia a la comunidad.
Por esto afirman:

• “Nos toca a las comunidades ir a las instituciones a golpear fuerte y no al


revés”.

• “En la gobernación nos dijeron que se perdieron 400 millones porque las
comunidades no los gestionaron. Pero las comunidades ni saben dónde es
que está esa plata para pasar los proyectos”.

• “El mundo está como al revés; la gente debería ir a las universidades a apren-
der y las universidades son las que están yendo a las comunidades; en cam-
bio las instituciones, que son encargadas de atender a la comunidad, no lo
hacen y le toca a la comunidad ir a exigir lo que le corresponde”.

En la propuesta de “organización, capacitación y empleo para la ge-


neración de proyectos productivos y retorno al campo”, se identifican
el INCORA, la comunidad, la UMATA, la Red de Solidaridad Social, el SENA y
el alcalde, como las instituciones y actores que pueden apoyar la conse-
cución de la tierra, que es la base para los proyectos productivos y para
la asistencia técnica, la búsqueda de recursos financieros y la gestión de
los proyectos.

Para tener acceso a la tierra, la función del INCORA es importante y la


ven muy relacionada con el problema de los desplazados. Simultánea-
mente, con la tierra, es necesario asegurarse la alimentación mientras se
puede poner a producir la tierra. La Cruz Roja ha de dar, entonces, los
apoyos alimentarios. “Ya establecidos, sería ahora sí importante el Banco
Agrario: para los terrenos, la vivienda y el crédito”.

Otra institución importante para las propuestas es la Secretaría de


Planeación. A ésta:

123
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

“Le toca pavimentar la carretera de donde vamos a quedar ubicados, para que
conozcan nuestro proyecto y, además, si nos toca a pie se nos va a dificultar más.
También haría las tareas del plan de vivienda, porque allá reposa la base de datos
de inmuebles del municipio y tienen la información de las tierras del municipio
y de particulares que puede gestionar para los proyectos productivos de noso-
tros”.

Es unánime el reconocimiento de la necesidad de capacitación, en la


que instituciones como las universidades, el SENA, el Ministerio de Edu-
cación y el INCORA cumplen un papel relevante. Dos temas planteados
alrededor de estas instituciones fueron la capacitación en administra-
ción de empresas y la orientación en adquisición de predios. La UMATA
es vista como una institución “que da capacitación, apoya los proyectos y
hace donaciones a la gente más necesitada”. Finalmente, se planteó que la
Iglesia es importante como contacto para retornar al campo y por el
acompañamiento que puede hacer.

v La capacitación para el trabajo y la convivencia


Para la segunda propuesta “capacitación y orientación para el traba-
jo y la convivencia y mejoramiento de la calidad de la educación y re-
creación”, surgieron otras instituciones relacionadas con la solución de
problemas que tienen que ver con la educación de los niños y los
jóvenes.

En el nivel local, estas instituciones son el Instituto de Recreación y


Deporte, el Centro Social Cazucá (SOS Aldea de Niños), la Oficina de
Prevención de Desastres, la personería y el Instituto de Bienestar Fami-
liar.

En el ámbito nacional, aparece como contraparte, la Defensoría del


Pueblo. También el Plan Colombia, específicamente, con los programas
de Jóvenes en Acción y Familias en Acción a nivel departamental.

En lo internacional se reitera la necesidad de articular la propuesta


con entidades como UNICEF, Agencia de Cooperación Alemana GTZ y SOS
Aldea de Niños, que es la contraparte a nivel internacional del Centro
Social Cazucá que actúa a escala local.

124
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

La Oficina de Atención de Desastres, sobre la que aparentemente no


habría tanta relación, es vista por la comunidad como entidad impor-
tante debido a que “estamos en zona de alto riesgo y puede caerse el rancho y
se desbarata todo”.

En lo que se refiere a la UNICEF plantean que “tiene que ver con los niños,
con comedores y orientación psicológica”. Por su parte, la Agencia de Co-
operación Alemana GTZ “tiene alianzas con varias instituciones de capaci-
tación y financia programas para jóvenes”.

v Los obstáculos y sus posibles soluciones


Como ya se mencionó, uno de los primeros obstáculos que se pre-
senta frente a las instituciones es el del desconocimiento de la función
de las mismas.

La reflexión pasó de considerar dejar la responsabilidad de la ges-


tión y trámite a los líderes visibles de las comunidades, a darse cuenta
que, frente a la cantidad de instituciones con las que hay que interactuar,
más personas deben aprender a gestionar sus propuestas. Su mayor
temor es no saber cómo decir las cosas.

También es claro para todos que debe haber una capacitación sobre
las funciones de cada institución. Esto para que no tengan que dar mu-
chas vueltas a la hora de gestionar un recurso y evitar que las institucio-
nes tengan como excusa que eso no hace parte de sus funciones: “por eso
los políticos se roban las partidas”.

Otro obstáculo es la desconfianza en los programas que los benefi-


cian, pues hay muchas ONG e instituciones de gobierno ofreciendo pro-
gramas y esto se ha prestado para engaños: “No se debe jugar con los
sueños de la gente”.

Las bases territoriales de la población como fundamentos


para la reconstrucción comunitaria
Considerando las limitaciones sociales de los pobladores rurales en
situación de desplazamiento en el proceso de inserción territorial (real,

125
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

pensado y posible) descritas, surge lo que podríamos llamar “la configu-


ración de un enfoque comunitario del desarrollo”. Visión que se posiciona,
desde las perspectivas de las propias personas desplazadas, como un
patrón de vida que se reconstruye bajo condiciones de marginalidad,
en las cuales subyacen destrezas individuales y colectivas de adapta-
ción a los nuevos contextos de vida y bienestar. Aspectos sociales de
vital importancia para que sean considerados como esenciales para la
reconstrucción vital de la población.

v Imagen del territorio presente


La imagen del presente aparece como un permanente cruce de
temporalidades. En él hay un diálogo constante entre un pasado que a
veces duele y que fue negado en la posibilidad de construir el presente.
Hoy se muestra como un desconocido al que hay que aceptar e ir que-
riendo por el camino y que, sin embargo, tampoco es capaz de recrear
un mañana. El pasado se revela al olvido permeando un futuro que se
rehace, cada día, de las más variadas maneras.

El presente resulta de la permanente yuxtaposición de tiempos, en


la que es difuso y no una consecuencia deseada del pasado. Necesaria-
mente no es percibido como el insumo del futuro; el presente es más el
espacio de la supervivencia, la conciencia sobre lo que se quiere. El an-
claje en el hoy pasa, necesariamente, por las organizaciones comunita-
rias que se convierten en catalizadoras de múltiples historias, futuros y
tiempos de las personas.

Aspectos que se conjugan, en razón a los hallazgos de orden am-


biental, cultural, económico y político; presentes en las reflexiones que
las personas realizan del territorio en el que habitan y de su situación
social:

· Lo ambiental: es un paso largo entre el pasado rural y el futuro ur-


bano. Los mapas muestran elementos de su tradición campesina. Los
elementos de futuro están dados por la interrelación con la vivien-
da, la vecindad, la organización comunitaria y la familia.

· Lo cultural: la dimensión cultural, al igual que la ambiental, está cru-


zada por una historia campesina expresada en la comida, la música

126
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

y, mediada por la organización comunitaria; no obstante, las figuras


que hacen parte de ese encuentro aparecen casi como sombras a la
espera de un rostro, de un nombre, de una identidad.

· Lo económico: es el espacio en el que se resuelve el día a día. Lo


económico es percibido como el lugar del trabajo y los ingresos.

· Lo político: se representa como un espacio referido a las institucio-


nes, al gobierno, pero carente de interlocutores. La dimensión políti-
ca se visualiza como una forma de violencia a la cual le confieren el
origen de su situación de exclusión y marginalidad.

Ésta se expresa como el espacio en la que se resuelve el problema de


la educación y el de la salud. Cuando se interrelaciona con lo económi-
co toman fuerza los ámbitos autogestionados, pero también los actores
y la vida barrial. Lo político y la infraestructura se relacionan fuerte-
mente, mostrando que los alcances obtenidos hasta el momento son
fruto del trabajo comunitario.

v Imagen del territorio futuro


Los sueños individuales se plantean por el acceso a la vivienda, el
empleo y la educación de los hijos. Debido a que la ilusión del retorno o
la reubicación se encuentran medidos por el pasado rural y se perciben
como lejanos, el espacio urbano se define como el ámbito actual de rea-
lización de sus expectativas. En él se han logrado redefinir comporta-
mientos que han configurado una base social en la que se establecen
valores desde los cuales se resiste y sobrevive en la zona.

En este orden de ideas, surgen y se reviven múltiples aspectos de la


vida cotidiana a los que se atribuyen valores:

Valores relacionados consigo mismo:

· Valorarse a sí mismo.
· La vida.
· Confianza en sí mismo.
· La salud.

127
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Los valores relacionados consigo mismo muestran la importancia de


la autoestima y del amor propio, y la confianza en sus capacidades. Asun-
tos que se ven fraccionados ante las dificultades actuales como obtener
un puesto de trabajo. Asunto difícil, si no imposible, debido a que sus
habilidades en cuanto a sembrar o manejar fincas y animales, son inser-
vibles en la ciudad.

Valores relacionados con otros:

· Los compañeros.
· La amistad.
· Los demás.
· Las mujeres.
· Los líderes que representan a los desplazados.
· La comunidad.
· El esfuerzo de las personas que vienen a ayudarlos.
· El entendimiento entre todos.

En este punto creemos que es importante el papel que cumplen las


organizaciones comunitarias con su liderazgo, ya que se constituyen en
un lugar de reconocimiento mutuo.

Es reiterado en esta comunidad que el bienestar de los hijos está por


encima del bienestar propio. En varias ocasiones se mencionó el hecho
de que estaban trabajando para los hijos y que si no fuera por los hijos
no estarían allí.

Valores relacionados con la vida familiar:

· El hogar.

· El esposo.

· Los hijos.

· Los padres.

128
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

El trabajo es visto como una absoluta prioridad al ser un medio de


subsistencia, no una posibilidad de desarrollo personal. Esto se eviden-
cia en el hecho de que no fuera fundamental el tipo de trabajo que tu-
vieran en el futuro, sino solamente tener un trabajo.

Valores relacionados con el trabajo:

· El trabajo propio.
· El trabajo de los demás.

En cuanto a valores relacionados con el pasado, llama la atención el


hecho de la referencia a los padres y a los aspectos de su vida producti-
va. En cuanto al presente, se hace referencia a la importancia de valorar
lo que se ha conseguido.

Valores relacionados con el tiempo:

· La memoria de los padres.


· Valorar lo que se tiene ahora.

Cuando se habla de valores relacionados con el comportamiento, a


diferencia de cuando se habla de los otros tipos de valores, se es muy
ambiguo. No se menciona ser responsable o sincero en qué ámbito, sino
en general.

Valores relacionados con el comportamiento:

· La responsabilidad.

· El respeto.

· La confianza.

· La sinceridad.

129
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

v Noción de desarrollo a partir de los valores


En líneas generales el desarrollo significa, para esta comunidad, avan-
zar, cambiar, mejorar. El sentido de este desarrollo, cambio o avance, es
determinado por patrones temporales, de encuentro entre lo individual
y lo colectivo, y a través de las diferentes dimensiones. Asimismo, en la
noción de desarrollo encontrada se combinan los deseos por un futuro
ideal, las acciones del presente a través de las organizaciones comunita-
rias y el encuentro con los otros. Todo ello en un collage de deseos, emo-
ciones y creencias a veces desarticuladas entre sí.

En este sentido, bien se podría decir que este grupo comparte ideas
acerca de lo que significa “estar mejor en el futuro”: tener casa propia,
un empleo estable y educación.

Se podría resumir, entonces, que la noción de desarrollo es el cam-


bio, el movimiento realizado para mejorar sus condiciones de vida de
acuerdo a lo que valoran como importante.

La relación definida por los pobladores está referida a una


complementariedad entre el desarrollo, la acción y el territorio. Dimen-
siones que ellos mismos expresan en satisfactores específicos; pero que
se encuentran restringidos por las condiciones de inmediatez e incerti-
dumbre de su actual situación de vida. Sin embargo, reconocen que la
posibilidad para alcanzar el mejoramiento de sus condiciones de vida
está sujeto al fortalecimiento de sus organizaciones comunitarias y al
ensamble entre sus intereses individuales y colectivos (véase esquema).

v La temporalidad atraviesa la noción de desarrollo:


pasado, presente y futuro
En este caso se ha hecho evidente que siempre que se mira al futuro,
éste se proyecta a partir de los antecedentes del pasado y las condicio-
nes que establece la realidad presente. Además, en la situación de las
personas que han sido desplazadas por la violencia, el parámetro tem-
poral se hace muy importante. Pasado, presente y futuro se entremez-
clan para coincidir en un estado de vida que se matiza entre las nostalgias,
los recuerdos y los dolores del pasado, con las limitaciones y necesida-
des del presente y las ilusiones de un futuro de bienestar.

130
LA INSERCIÓN SOCIAL AL TERRITORIO

ESQUEMA. DESARROLLO, ACCIÓN Y TERRITORIO EN EL DESPLAZAMIENTO

DESARROLLO
Avanzar.
Cambiar. ACCIÓN
Mejorar. Vivienda.
Mantener la identidad Educación. TERRITORIO
del origen campesino. Empleo. Transición.
Definitivo.
Regreso al campo.

El desarrollo se da en el campo relacional


de lo individual y lo colectivo,
representado por la organización Tiempo: apegos,
comunitaria. inmediatez,
incertidumbre y
no planeación.

Fuente: Gama, Soledad; León, Sonia Alexandra; Molina, Adriana; Ocampo, Ana María;
y, Quiroga, Natalia. Imaginando el futuro en Cazucá. Informe final. CIDER. Univer-
sidad de Los Andes, diciembre de 2001.

Para la población desplazada el presente y el futuro están relaciona-


dos; pero les es muy difícil establecer planes que superen el plazo de
una semana. El plazo es inmediato y el proceso de construcción del
futuro resulta de difícil concepción.

Pensamos que el desplazado debe reconstruir su vida desde su exis-


tir sociocultural. Circunstancia de vacío, en la que no se le puede exigir
que en meses reconstruya lo que había construido a lo largo de su vida
y, menos aún, dentro de territorios ajenos.

v Noción de desarrollo individual y colectivo


El imaginario de desarrollo se expresa en dos ámbitos: el individual
y el colectivo. En el individual el desarrollo significa mejorar, cambiar

131
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

para conseguir el sueño de futuro. En el plano colectivo o, más bien


comunitario, se espera contar con mejor entorno y oportunidades para
realizar los deseos individuales, sin embargo, se muestra una fractura
entre la construcción individual de futuro y el futuro de las organiza-
ciones.

Al referirse al futuro de la comunidad, expresan que esperan “que


cumplan con lo que han prometido”. En este punto se hace evidente una
relación entre lo individual y lo colectivo, en la que buscan ser objeto de
su desarrollo y no sujeto, puesto que los desplazados prefieren una
mayor interlocución y protagonismo con el Estado en la construcción
de su futuro.

En el plano, tanto individual como colectivo, es muy importante re-


saltar el encuentro en torno a valores y la conjunción de éstos con el
horizonte del desarrollo. En este caso es posible afirmar que los valores
juegan un papel fundamental en la determinación del horizonte y la
meta del desarrollo que se anhela.

132
3
EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES
PÚBLICAS Y PRIVADAS

La oferta institucional para el restablecimiento


de la población desplazada
Teniendo en cuenta la naturaleza de las propuestas planteadas por
la población desplazada, lastimosamente no asimiladas por las institu-
ciones, es necesario dar una mirada a la estructura, de la intervención
pública y privada a fin de contrastar sus divergencias y convergencias
con lo que realmente piensa y desea la población. Dichas entidades
actúan bajo los lineamientos de la Ley 387 de 1997, para el restableci-
miento36 .

36 El restablecimiento está definido como “el proceso que se inicia con la atención hu-
manitaria a las familias desplazadas y culmina cuando se han generado condiciones
que les permitan contar con alternativas para atender integralmente su proyecto de
vida y lograr su estabilización progresiva, aprovechando sus propios recursos y po-
tencialidades y la oferta institucional disponible”. Véase: Unidad Técnica Conjunta.
Red de Solidaridad Social (2001). Protocolo para la gestión de programas de restableci-
miento de la población en situación de desplazamiento forzado. Bogotá: mimeo.
La Ley 387 establece la responsabilidad del Estado frente a la ayuda humanitaria, la
creación del Sistema Nacional de Atención a la Población Desplazada por la violen-
cia, el Plan Nacional de Atención Integral, la Red Nacional de Información, el Fondo
Nacional para la Atención Integral, la estabilización socioeconómica, la prevención,
la reubicación y el retorno.
En el uso de los conceptos, la Ley 387 y los Decretos Reglamentarios 2569/00 y 173/
98, integran al tema del restablecimiento, los términos de consolidación y estabiliza-
ción socioeconómica. Aspecto que se refiere a acciones y medidas de mediano y lar-

133
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

El pronunciamiento de la ley se dio, por parte del Estado, desde 1991


ante el crecimiento de la problemática del desplazamiento forzado, des-
pués de que algunas ONG y la Iglesia Católica señalaran la crisis y magni-
tud del conflicto armado, en términos de sus efectos en la población
civil. Estas instituciones exigieron al gobierno respuestas inmediatas y
claras ante la situación.

En el Decreto Reglamentario 2569, título VII, artículo 25, se desarro-


lla aún más la idea, de la responsabilidad del Estado:

“Situación mediante la cual la población sujeta a la condición de despla-


zada accede a programas que garanticen la satisfacción de sus necesida-
des básicas en vivienda, salud, alimentación, educación, a través de sus
propios medios o de los programas que para tal efecto desarrollen el go-
bierno nacional y las autoridades territoriales, en el ámbito de sus pro-
pias competencias y de acuerdo con la disponibilidad presupuestal”37.

Por tanto, los programas o proyectos de restablecimiento tienen como


objetivo ofrecer a la población oportunidades para reconstruir sus siste-
mas sociales y económicos y, donde sea posible, acceder a oportunida-
des de bienestar superiores a las existentes en el momento del
desplazamiento.

Frente a la situación real, lo cierto es que la ejecución de la política


demuestra escasos logros en su aplicación. Se ha avanzado de manera
determinante en la creación de una base institucional a nivel nacional,
regional y local en el marco de la atención humanitaria. Aspecto que
afronta hoy fuertes dificultades en la proyección de la estabilización
socioeconómica.

En este sentido, las limitaciones de la política estatal son analizadas


por algunos expertos como un proceso marcado por profundas ambi-
güedades y contradicciones. Según DONNY MEERTENS (2001), no se ha

go plazo, con el propósito de generar condiciones de sostenibilidad económica y


social para la población desplazada, en el marco del retorno voluntario o el
reasentamiento en otras zonas rurales o urbanas.
37 Véase: Red de Solidaridad Social. Presidencia de la República (2001). Guía de atención
integral a la población desplazada por la violencia, Bogotá.

134
EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS

concretado una política pública fundamentada en la prevención de las


causas estructurales del desplazamiento forzado. Para ella el criterio fun-
damental debe ser el cumplimiento del deber estatal de protección y la
atención integral a las personas en riesgo o en situación de desplaza-
miento. Tampoco se ha establecido una política basada en la plena vi-
gencia y realización de derechos38.

Según los informes de la Red de Solidaridad, cada desplazado (cal-


culando que durante 1998 y 2002 hubo un promedio anual de 300.000
desplazados) habría recibido del Estado, en atención humanitaria, unos
194 dólares al año. Contando, claro está, que todos los desplazados es-
tuviesen registrados ante la Red de Solidaridad. En efecto, la inversión
para la atención a la población en el período 1998-2002 era, y aún lo
sigue siendo, una limitación para la financiación de programas durade-
ros y efectivos a la solución de los problemas sociales que genera el
desplazamiento.

v La atención humanitaria de emergencia


La atención humanitaria, según la Ley 387/97, se define como una
ayuda temporal e inmediata encaminada a acciones de socorro, asisten-
cia y apoyo a la población desplazada, a fin de mitigar las necesidades
básicas de alimentación, salud, atención psicológica, transporte de emer-
gencia, elementos de hábitat interno y salubridad pública. Se tiene de-
recho a la atención humanitaria de emergencia por espacio máximo de
tres meses, prorrogable excepcionalmente por tres meses más39.

38 Véase: MEERTENS, DONNY (2001). Encrucijadas urbanas. Población desplazada en Bogotá y


Soacha: una mirada diferenciada por género, edad y etnia. Informe de consultoría para la
oficina en Colombia del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados,
ACNUR. Bogotá, pág. 12.

39 Esta ayuda ha estado compuesta por un mercado familiar que contiene 15 produc-
tos: 10 kilos de arroz, 3 kilos de pasta, 12 unidades de panela, 8 bolsas de leche, 4
kilos de fríjol, 2 kilos de lenteja, 3 latas de atún, 3 latas de sardinas, 2 libras de choco-
late, 2 litros de aceite, 2 kilos de café, 1 kilo de sal, 1 kilo de harina de maíz, 1 paquete
de esponjas y 1 kilo de cuchuco de trigo (posteriormente, para la segunda entrega, se
incluyó gelatina, azúcar y condimentos). El kit de hábitat interno (por persona) está
compuesto por: una cobija, un juego de sábanas, una colchoneta, una toalla, y un
cepillo de dientes. El kit de aseo (por persona) incluye: tres jabones, cuatro cuchillas

135
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

En el municipio de Soacha se han entregado ayudas humanitarias


en dos modalidades: una a través de ONG que operan mediante una
administración delegada por el Estado; y la otra, mediante recursos de
caja menor de la Unidad Territorial40.

v La atención en salud
Como consecuencia del desplazamiento, muchas personas llegan a
padecer enfermedades diversas. Aumentando con ello los traumas psi-
cológicos producidos por la violencia o, incluso, por el solo hecho de
pasar de una adaptación física y social a otro medio totalmente desco-
nocido.

Ante la magnitud del fenómeno y los trámites, las entidades del Es-
tado ofrecen el acceso a los servicios de urgencias del hospital, median-
te un documento que confirma su situación jurídica como desplazado.

v La atención en educación
Durante el año 2001 se registraron 442 solicitudes de cupos educati-
vos para primaria, con niños en edades entre los 4 y 14 años. De esta
demanda se han ubicado 163 en el Proyecto Educativo María Auxiliadora
para los grados entre preescolar y quinto de primaria. Estos cupos se
han gestionado a partir del proyecto de atención humanitaria financia-
do por la Red de Solidaridad Social, el cual cuenta con el apoyo del

de afeitar, diez rollos de papel higiénico, dos paquetes de toallas higiénicas, tres ja-
bones de ropa y dos paquetes de crema dental. El kit de cocina contiene: una olla de
cocina, una olleta chocolatera, una cuchara de palo, un sartén; y por persona, un
plato hondo, un plato pando, un pocillo y un juego de cubiertos. Se atiende un fon-
do para el pago de arriendos del orden de los $90’000.000.oo, un fondo funerario del
orden de $3’000.000.oo y un fondo de reubicación y retorno de $4’000.000.oo. (Datos
suministrados por familias desplazadas que han recibido Atención Humanitaria en
la zona de estudio).
40 La Unidad Territorial está encargada de identificar en el departamento las ONG inte-
resadas en trabajar con la Red, bajo el sistema de administración delegada y convo-
carlas a la prestación de propuestas. Además, tiene otras actividades de coordinación,
evaluación de proyectos e intercambio de información entre las unidades de aten-
ción y orientación locales (UAO), las ONG y los comités para la atención integral a la
población desplazada.

136
EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS

sector privado, de la alcaldía municipal, la Secretaría de Educación del


departamento, la Cruz Roja Colombiana, el ICBF, el Programa Mundial
de Alimentos (PMA) y las organizaciones de desplazados en especial la
Corporación para el Desarrollo, la Educación y la Paz —CEDEPAZ—.

Uno de los elementos más difíciles de manejar ha sido el de la acep-


tación por el resto del colegio de la situación de estos niños. En un prin-
cipio se cometió el error de no trabajar con niños y profesores del colegio
lo que iba a significar la llegada de los niños de las familias desplazadas.
Hubo, luego, que iniciar un proceso de sensibilización para que enten-
dieran por qué los niños huelen mal, vienen sin uniforme, etc. Incluso
se estableció un programa de madrinato, en el que una niña del colegio
acompañaba a uno de los niños desplazados a compartir un espacio
para que asistieran a algunas clases.

v Los programas de capacitación


La Red de Solidaridad Social ha financiado la capacitación en habili-
dades laborales para la vinculación de 100 puestos de trabajo. El pro-
grama se inició en octubre de 2001 con la participación de la Academia
Nacional de Aprendizaje e ITELCO, entidades que capacitaron en tres áreas
específicas: técnicas de aseo, bodegaje y correo.

Para los desplazados estos programas son una esperanza; pero, al no


promoverse la generación de empresas a partir de lo aprendido, a la
población no le queda otro camino que el rebusque o esperar alguna
vacante en las empresas afrontando las condiciones del desempleo41.

41 Según el Servicio Sidutal de Estadística, Colombia mantuvo un promedio porcen-


tual en el tasa de desempleo del 17.56% en el período 1998-2002. Véase http://utal.org/
servicidutes31.htm. El asunto se viene agravando de manera notoria ya que, según
otros estudios, en las 10 ciudades principales del país se llegó a 1’645.745
desempleados. En Colombia el número de personas sin empleo supera los tres mi-
llones. Los más golpeados son los jóvenes (34,3%) y las mujeres (23,3%). El 40,7% de
las mujeres entre 15 y 24 años está buscando empleo. Entre 1996 y 1999 el subempleo
se elevó del 18,4 al 27% y los contratos de trabajo temporales subieron del 20 al 27%.
Aumentó en 500.000 el número de quienes ganan menos del salario mínimo. La con-
tratación de “servicios personales” ha disfrazado contratos laborales por debajo del
salario mínimo. Entre 1998 y el 2000 la población en situación de pobreza aumentó

137
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

“Uno por la necesidad va dejando lo que sabe hacer.


Yo era campesina de profesión. Pero si no hay de otra, pues algo nuevo se tiene que
aprender. Uno aprende a manejar las máquinas y hasta lo ponen a prueba en
alguna empresa; pero después, cuando el curso termina, queda uno suelto porque
no tiene la maquinaria para hacer el aseo y eso vale mucho. A uno le deberían
enseñar esas cosas y de paso que le dieran una financiación para montar su propia
microempresa de aseo…o si no eso da lo mismo…” (mujer campesina, 30 años.
Solita, Caquetá. Desplazada ubicada en Altos de Cazucá).

No obstante, los esfuerzos por generar espacios de restablecimiento


desde las instituciones, la población desplazada encuentra vacíos e
incomprensiones en la política pública para las organizaciones de des-
plazados (OD) en el municipio:

“Eso es más de lo mismo.


El programa Alianzas Estratégicas sólo le apunta a una alternativa, la del reciclaje,
cuando nosotros hemos trabajado esa iniciativa y muchas más desde hace mucho
tiempo. Y ahora se nos viene a decir que trabajemos como recicladores, como em-
pleados de una empresa, cuando lo que nosotros queremos es fomentar nuestra
propia empresa en la transformación de las basuras. No necesitamos tener inter-
mediarios, necesitamos crear microempresas, y esa alternativa que ellos dicen sólo
beneficia a unas 40 familias. Vea, por ejemplo, hemos insistido con la propuesta de
una granja integral, cerca al municipio, donde podamos producir y procesar ali-
mentos; pero vea, a eso no le ponen cuidado. Al programa Alianzas le hace falta
concertar más con las organizaciones que estamos presentes en el municipio, es
que uno se pregunta: ¿ellos sabrán qué es lo que quiere realmente la gente? A
nosotros nos parece que eso lo pasan por alto” (testimonio del vocero de las
organizaciones de desplazados CEDEPAZ, GERMINAR, USCOL, Revivir al Futuro,
AFRODES y ASODECOL. Julio de 2003).

Otras apreciaciones de las OD tienen que ver con:

• El programa pretende vincular laboralmente por un año a las perso-


nas desplazadas, lo cual hace que inmediatamente quien ingrese a él

del 51,5 al 55%, la que está en la indigencia pasó del 17,9 al 20,9% y el ingreso por
persona bajó el 16%. Véase: http://www.gratisweb.com/ciclocrisis/

138
EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS

sea retirado de la base de datos de la Red de Solidaridad Social. Per-


diendo todos los beneficios de la ley de atención a población despla-
zada.

• El programa no tiene recursos para acciones tendientes al tema de la


salud y la vivienda.

• Se requiere mayor información sobre los programas de restableci-


miento y de retorno.

• Desconocimiento de los procesos de reconstrucción, organización y


de apoyo logrado con organizaciones no gubernamentales y demás
instituciones.

• No existen propuestas de proyectos productivos sostenibles.

• El programa está enfocado a la generación de empleo, al proceso de


retorno y reubicación sin tener en cuenta las condiciones de seguri-
dad que afectan a todo el territorio nacional.

• Existen limitantes en el proceso de vinculación laboral (edad y nivel


académico) y de capacitación para generar competencias técnicas en
la comunidad desplazada.

Sobre el tema del retorno y la pérdida de derechos como población


desplazada, las OD reiteran:

“Se está proponiendo el retorno sin aceptar la realidad.


Esa propuesta es como someter a las familias a que las maten. A las familias les
preguntan: ¿usted está de acuerdo con devolverse? Entonces, si está de acuerdo,
pues firme aquí y se devuelve de manera voluntaria. Ahora dicen que para eso les
dan lo del transporte y como 150.000 pesos para que se lleven sus corotos y pare de
contar. Sin embargo, por lo que se conoce del gobierno, se está diciendo que apun-
tan a retornar 30.000 familias; pero lo que nosotros creemos que lo que hay que
decirle al gobierno es: ¿en qué condiciones? Y al mismo tiempo proponerles. Noso-
tros consideramos que dentro del tema del retorno debe prevalecer el de la seguri-
dad para que no las maten. A parte de eso deben incluirse los programas de
reestablecimiento a las familias que llegan. Porque, cuando llegan a sus regiones,

139
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

ya todo se ha acabado: sus animales, sus cultivos, sus tierras están completamente
abandonadas y prácticamente tendrían que comenzar de nuevo. Ese no es el cami-
no. Con esto podemos decir que es que o no se ha informado bien o es que no se ha
diseñado una política real sobre el tema. Están es como bailando sobre el tema a ver
cómo lo aplican. Ahora, la otra propuesta que se ventila por el gobierno, es derogar
la Ley 387 y meter a la población en situación de desplazamiento como población
vulnerable. Ya que se supone que no se puede discriminar a una población despla-
zada y vulnerable; ahora eso parece que se quiere meter en un mismo costal. Así las
cosas van por otro lado” (testimonio del vocero de las organizaciones de des-
plazados CEDEPAZ, GERMINAR, USCOL, Revivir al futuro, AFRODES y ASODECOL.
Julio de 2003).

Como puede apreciarse, el programa revela interesantes ajustes para


mantener el patrón de desarrollo institucional en la política de aten-
ción. Sin embargo, la tendencia se orienta a suplir las necesidades indi-
viduales e inmediatas en la generación de ingresos, mostrando, según
los testimonios, fuertes restricciones respecto al tema de la cobertura e
intereses del bienestar colectivo de la población organizada que, busca
el reconocimiento de sus intereses. Lo cual muestra un panorama des-
alentador en el que no se terminan por resolver los problemas estructu-
rales que padecen los desplazados y no se tienen en cuenta sus
propuestas.

En definitiva, lo que se aprecia en la actual política del presidente


ÁLVARO URIBE VÉLEZ son acciones con las que, más que solucionar, se tiende
a prorrogar el problema sin una propuesta social de fondo. Por eso la
suerte de los desplazados sigue sujeta a la cooperación internacional
antes que a esfuerzos propios del Estado.

Las competencias del gobierno: alcances y limitaciones


Comoquiera que la urgente competencia de las instituciones del go-
bierno se ha venido adelantando mediada por los cambios en las políti-
cas y el gobierno, éstas se han limitado a adelantar las disposiciones
legislativas de una política de asistencia, emergencia y estabilización
socioeconómica para la población.

140
EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS

Se manifiesta un escenario, desde el cual se han implementado me-


ritorios procesos de apoyo y acompañamiento, pero que, ante la magni-
tud de los efectos inherentes al desplazamiento, no se han garantizado
las condiciones sociales, económicas y de seguridad necesarias para rea-
lizar efectivamente procesos de prevención, asistencia humanitaria, re-
torno y consolidación.

El apoyo gubernamental se hace presente por medio de:

• Ministerio del Interior con la Unidad Administrativa Especial de


Derechos Humanos.
• Ministerio de Defensa a través del Ejército Nacional, Batallón No.
13, estación de policía y la SIJIN.
• Ministerio de Salud en convenio con el Hospital de Soacha.
• Procuraduría General de la Nación.
• Personería municipal.
• Alcaldía de Soacha y Secretaría de Desarrollo Social.
• Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
• Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA).

Sin embargo, la asistencia para la población desplazada no ha podi-


do superar las acciones de ayuda humanitaria. No obstante, su persis-
tencia en la sobrevivencia y su empeño en la vida les ha llevado a buscar,
por su propio esfuerzo y de manera cotidiana, posibilidades de subsis-
tencia. Los amigos, las familias y los paisanos parecen constituir las fuen-
tes primarias e inmediatas de apoyo y ayuda.

En un balance realizado por las organizaciones de desplazados so-


bre la efectividad del Estado en la atención a la población, se coincide
en afirmar que las entidades de mayor injerencia, tanto en Bogotá como
en el municipio de Soacha, han sido: la Red de Solidaridad Social, la
Defensoría del Pueblo, la personería y las alcaldías de las dos localida-
des. Se anota, al respecto, que a través de dichas entidades participan
otras instituciones, como el Ministerio de Salud, algunas secretarías y
ONG, que han desarrollado sus programas a través de convenios.

141
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Las entidades han llevado a cabo diversos tipos de apoyo, con los
cuales se han logrado alcanzar beneficios para la comunidad, pero que
aún requieren de ajustes efectivos, a fin de superar las limitaciones que
se han presentado.

Respecto a las limitaciones del trabajo, las organizaciones de despla-


zados mencionan:

• Demoras hasta por un año en la ayuda de emergencia.

• No se han dado prórrogas para familias con personas de la tercera


edad y discapacitados.

• La atención psicológica ha desaparecido.

• La falta de definición para concertar y acordar las obligaciones y com-


promisos de cada institución.

• Todos los programas son temporales y no se plantean acciones para


su sostenibilidad.

• La suspensión de capitales semillas no reembolsables para la ejecu-


ción de proyectos productivos.

• No existe una reparación moral, con justicia y verdad, a las víctimas.

• El recorte presupuestal en las entidades.

• No existe una discriminación positiva para el acceso a los progra-


mas, según género, grupos etáreos y vulnerabilidad.

• Falta de interés por parte de la Procuraduría General de la Nación a fin


de hacer cumplir a los entes territoriales con las obligaciones de ley.

• No existe una capacitación técnica y profesional para competir en el


mercado laboral.

• No se han tenido en cuenta las propuestas de la población desplaza-


da.

142
EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS

• No existe reconocimiento de las organizaciones de desplazados como


interlocutores en la formulación de políticas.

• Falta de espacios para la concertación de las propuestas que plan-


tean las organizaciones de desplazados.

Según los testimonios, en las instituciones estatales existe una noto-


ria burocratización en los trámites para el acceso a los servicios sociales
y centralización en la toma de decisiones a nivel local. Muchos recono-
cen la falta de preparación e incluso la insensibilidad de los funcionarios
sobre el fenómeno del desplazamiento, las circunstancias y traumatismos
de la población afectada y, además, la dificultad para abordar los cana-
les y procedimientos para la búsqueda de posibles alternativas.

“Uno llega a golpear puertas…


Las ayudas que se reciben son para el corto plazo. Entonces, las instituciones se
limitan a donar cosas muy básicas. Muchas veces los funcionarios desconocen el
mismo daño que causan con eso, pues piense que con un mercado qué hace la gente
después de cinco días, que con $400.000 nos van a solucionar las condiciones. Eso
para mí es un error gravísimo. No hay hasta ahora, yo pienso, propuestas concre-
tas y cada uno jalona para su lado. Esa es la verdad, hay que reconocerlo, comen-
zando por las mismas organizaciones que representan a los desplazados y a las
entidades del Estado. Otra cosa es que los desplazados se han visto sometidos a
una situación penosa, frustrante, por no decir humillante, que sólo ha arrojado
como resultado la incredulidad en las instituciones y en la voluntad real del Esta-
do. A uno le toca con los funcionarios de la Red rendirles pleitesía, haciéndoles
lobby, rogándoles una cita, para dejarnos siempre con la sensación de un nuevo
fracaso” (campesino 38 años. El Castillo, Meta. Desplazado ubicado en Al-
tos de Cazucá).

Otros argumentan que los beneficios recibidos por la solidaridad de


las ONG demuestran cómo estas organizaciones han ido asumiendo la
atención al problema en la localidad. La preocupación de estas organi-
zaciones se ha centrado en programas de ayuda con cierta especifici-
dad. Las principales acciones a este respecto tienen que ver con
investigaciones sobre el tema, la asesoría jurídica, la generación de fuen-
tes de ingreso, la asistencia psicológica y la salud.

143
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

“Las ONG han participado en programas de apoyo


para uno poderse sostener.
Algunas ONG con programas de capacitación, otras en asistencia en salud,
donaciones de droga. Eso lo hace Médicos sin Fronteras. Ahora, de un tiempo para
acá, están construyendo un acueducto. Ese programa es bien interesante, en eso se
han beneficiado el barrio Altos de los Pinos y nosotros. Esta ONG puso todos los
materiales, el cemento, la tubería y la comunidad pone la mano de obra a través de
otra ONG (Visión Mundial). Esa actividad se ha denominado “comida por trabajo”.
De esta manera sé que se está haciendo que toda la población desplazada se meta en
el cuento y se reconozcan los beneficios” (campesino, 42 años. Sevilla, Valle del
Cauca. Desplazado ubicado en Altos de Cazucá).

Estas acciones han exigido un arduo y permanente trabajo por parte


de los promotores de las organizaciones que, de manera incondicional,
se han aventurado en las zonas a desarrollar estas labores. Se resalta en
muchas de estas actividades una trascendencia imperceptible, pero de
considerable valor, en la reconstrucción comunitaria que se gestiona a
través de múltiples programas.

El apoyo del sector no gubernamental se deriva de las siguientes


organizaciones:

• Fundación para el Desarrollo de Altos de Cazucá (FUNDAC).


• Fundación Social Colombiana (CEDAVIDA).
• Fundación Dos Mundos.
• Fundación Educativa Amor.
• Fundación para la Educación y el Desarrollo (FEDES).
• Central Nacional Provivienda (CENAPROV).
• Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

Según los testimonios de algunos promotores sociales de las organi-


zaciones, se resalta cómo una de las restricciones para el éxito de sus
trabajos ha sido enfrentar la heterogeneidad cultural de la población y
el permanente duelo, inseguridad y desconfianza hacia los demás miem-
bros de la población.

144
EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS

Los valores de solidaridad desaparecen y hacen difíciles los procesos


de integración. Surgen conductas de desapego, marginación y acciones
ventajosas frente a los demás que, en muchas ocasiones, se expresan en
agresiones verbales, calumnias y descrédito de las labores que desarro-
llan las organizaciones.

Estos comportamientos se han venido mitigando a través de


acercamientos personales con las personas poco integradas y con acti-
vidades de recuperación de la autoestima, además de, la vinculación de
amistad y confianza hacia los demás miembros de los grupos beneficia-
dos. Estas actividades se han logrado expresar por medio de talleres de
autovaloración, reconocimiento y socialización de sus derechos como
desplazados, educación en salud, asistencia psicosocial, valoración del
trabajo comunitario, educación básica para los hijos, recreación y even-
tos de integración cultural a partir de las tradiciones y costumbres de la
comunidad.

Otras de las instancias de apoyo han sido las comunidades religiosas


católicas como las Hermanas de Nuestra Señora de la Paz, las Herma-
nas Teresitas, e iglesias no católicas como la Iglesia Menonita de Colom-
bia. Según los testimonios, éstas contribuyen al encuentro con la fe y a
la recuperación emocional y afectiva de las familias:

“A través de algunas iglesias se ha querido llegar un poco más cerca en las perso-
nas, se ha motivado a la gente a ir a misa. Ellos lo hacen cada ocho días. De
domingo a domingo están en un barrio diferente llevando la eucaristía y la gente
siempre acude. Algunas familias se han aferrado profundamente a la palabra del
Señor y se han involucrado en las organizaciones religiosas como Testigos de
Jehová y evangélicas” (campesina, 38 años. Fortul, Arauca. Desplazada ubi-
cada en Altos de Cazucá).

Las ONG: sus fortalezas y restricciones


Respecto al trabajo de las organizaciones no gubernamentales en la
zona, se llevaron a cabo talleres de evaluación con la comunidad y gru-
pos focales con las instituciones, respecto a las alternativas de futuros
procesos de acompañamiento. Para la realización de este proceso se
entrevistó a funcionarios de las organizaciones: Visión Mundial, SOS Al-
deas Infantiles Colombia, Médicos Sin Fronteras, Fundación Proyecto

145
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Banco Grameen, Fundación Educación, Investigación y Desarrollo


(FIDHAP), la Fundación para la Educación y el Desarrollo (FEDES) y a las
organizaciones de desplazados (OD): Corporación para la Educación, el
Desarrollo y la Paz (CEDEPAZ), Integración de Desplazados Colombianos
por la Violencia (INTERDECOL), Asociación de Afrocolombianos Desplaza-
dos por la violencia (AFRODES), Asociación de Desplazados Unidos
(ASODESUN), Unión Solidaridad por Colombia (USCOL), la Asociación de
Padres de Familia del Proyecto Promundo Activo (para niños de fami-
lias desplazadas), GERMINAR42.

Con el propósito de indagar respecto a las percepciones sobre la pro-


blemática social en la zona, así como de los programas que se han desa-
rrollado por parte de las instituciones, observando la incidencia que
tiene la acción no gubernamental en el sector y el papel que ésta juega
en la coordinación institucional para la reconstrucción comunitaria de
la población desplazada en Altos de Cazucá, se relacionan en seguida
los hallazgos más representativos respecto a este tema:

• Desatención a las propuestas que hace la comunidad desde sus con-


diciones reales de sobrevivencia. Prevalece el distanciamiento en-
tre lo deseable, el retorno al campo y el restablecimiento económico,
frente a los acompañamientos puntuales en el ámbito de la edu-
cación, el liderazgo, capacitaciones técnicas en manejo de ma-
quinaria, elaboración de productos artesanales, derechos
humanos y apoyo a la interlocución y negociación con las entida-
des públicas y privadas.

• La falta de capacitación en las organizaciones que intervienen en la


zona ha limitado el acompañamiento efectivo para las comunida-
des. Por ejemplo, cuando se trabajan proyectos productivos, la ad-
ministración de éstos se convierte en un problema, porque si no hay
capacitación, con una escolaridad tan baja, se tiende a fracasar. Por
lo cual se requiere de un gran esfuerzo por parte de las organizacio-

42 Para un mayor detalle de los programas y proyectos que adelantan estas organiza-
ciones véase el anexo 2. Los programas sociales de las organizaciones no guberna-
mentales en Altos de Cazucá y, anexo 3, presentación de la Mesa de interlocución,
gestión y desarrollo del municipio de Soacha.

146
EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS

nes acompañantes en el sentido de la promoción de empresas y de la


asociación.

• La brevedad en los procesos de las organizaciones es una debilidad


inmensa, ya que responde a los tiempos de las instituciones que no
son los mismos tiempos de las necesidades reales de la población.
Las necesidades de la gente son diversas; por tanto, los procesos de-
ben ser ágiles en su respuesta dadas las condiciones de necesidad
que vive la población.

• El estigma que rodea a la gente desplazada en los sitios de llegada,


“qué inseguridad va a traer…, si me junto con ellos qué van a pensar los
vecinos”, auspician el reflejo de la no reciprocidad o de la colabora-
ción y la cooperación, ya que éstas se encuentran mediadas por el
miedo a ofrecer auxilio a las familias.

• La dificultad para acceder a la oferta pública. Los requisitos son como


una muralla que, tanto a la población en situación de desplazamien-
to como a las ONG los contiene para hacer efectivo el trabajo. Síntoma
que se percibe a nivel de las autoridades locales y nacionales.

• La tendencia a la ayuda humanitaria genera dependencia. Con esto


no se ayuda a que la gente se desarrolle, autónomamente, a partir de
sus habilidades y potencialidades. Lo que conlleva a la falta de com-
promiso de las personas, “si no me van a dar nada, a qué va uno por allá
(…) la gente prefiere recibir el mercado que asistir a una capacitación”.

• Los recursos que provienen del Plan Colombia para los desplaza-
dos. Muchas ONG se niegan a trabajar con esos fondos. “Las organiza-
ciones consideran que este es un plan para la guerra y no para la paz, y con
esos fondos lo que se va a hacer es recibir desplazados que vienen de otras
partes, precisamente por la estrategia de guerra contra el narcotráfico. Estas
ONG no pueden recibir estos dineros ni administrarlos, pero, por otra parte,
les gustaría que llegaran directamente a las organizaciones de desplazados,
pero esto es muy complicado debido a los requisitos” (testimonio funcio-
nario de ONG nacional que trabaja en la zona de Altos de Cazucá).

A partir de las acciones, experiencias y propuestas, derivadas de las


percepciones y demandas de la población desplazada y del trabajo de

147
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

las instituciones, exponemos en seguida varios lineamientos a tener en


cuenta en la discusión y formulación de una política de atención a los
grupos de población ubicada en la zona de Altos de Cazucá.

Con este propósito se han definido las fortalezas, restricciones y pro-


yecciones de aquellos aspectos que se entrecruzan en los procedimien-
tos de atención a la población, la logística, la toma de decisiones entre
las instituciones, las relaciones con las entidades del Estado y con los
grupos de trabajo. Resultados que hemos reconocido luego de un pro-
fundo análisis de las experiencias de trabajo a fin de prever futuras
interacciones tendientes al acompañamiento de las comunidades.

En síntesis, para las organizaciones que han tenido mayor presencia


y participación en la zona, su intervención puede evaluarse a partir de
los siguientes hallazgos:

Las fortalezas:
• Interdisciplinariedad en la metodología y complementariedad pro-
fesional entre los gestores y asesores de los proyectos de las ONG.

• Experiencia en el trabajo comunitario con un sentido de cambio so-


cial.

• Entendimiento, por parte del grupo de trabajo de que las


interacciones con las comunidades, se asumen como un proceso de
atención, aprendizaje e investigación.

Restricciones:
Aspectos externos

• Falta de claridad y limitaciones presupuestales de la RSS respecto a


los procedimientos, políticas y coordinación en la asignación de re-
cursos.

• No existe complementariedad entre las ONG, la Red de Solidaridad y


las organizaciones de desplazados (OD).

148
EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS

• Puntos de vista diferentes entre lo ofrecido por el gobierno y las ex-


pectativas de la población.

• Inexistencia de una visión compartida del problema del desplaza-


miento entre las entidades del Estado y las organizaciones no guber-
namentales; desconocimiento de las demandas reales y propuestas
de cambio que plantean las propias comunidades.

• Dependencia en la gestión de recursos financieros a la cooperación


internacional.

• No hay una planificación respecto a un programa de capacitación


hacia el desarrollo de los desplazados por parte del Estado.

Aspectos internos

• Poca coordinación con otras instancias que atienden a la población


en la ciudad y en el municipio.

• Indefinición de políticas y acciones de proyección económica para la


atención de los grupos de desplazados.

• Predisposición de las familias desplazadas frente al proceso y a la


atención de parte de las ONG.

• Falta de mayores espacios comunes de discusión sobre los avances


de los trabajos de las ONG y la comunidad.

• Falta de comunicación y de gestión con otro tipo de instituciones


nacionales e internacionales.

Dichas restricciones han ocasionado principalmente que:

• El papel de las ONG se restringe a las disposiciones que definen las


instancias del gobierno.

• En ocasiones se asume una actitud pasiva frente a las problemáticas


de la población.

149
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Un miembro de la comunidad sobre las desventajas afirma:

“Aquí uno presenta un proyecto hecho por


la misma comunidad y no le creen.
A nosotros, que estamos organizados como comunidad desplazada, nos dicen que
se busque un padrino, una organización que ponga algo de plata y que así sí los
proyectos entran a evaluación. Pero uno, sin contactos, queda siempre por fuera.
Ahora los proyectos que se han aprobado los hacen organizaciones y hasta empre-
sas que prometen a la comunidad vincularla; pero uno conoce que en esos proyec-
tos quieren es emplear a los desplazados como obreros. Nosotros proponemos
microempresas que se puedan hacer en fincas cercanas al municipio. Pero da lásti-
ma porque la gente, por la necesidad, termina metida en cosas que ni sabe hacer o
en puras capacitaciones. Porque para eso es que gastan la plata los de la alcaldía y
las fundaciones que han aparecido; para luego contratarlos, para darles un míni-
mo que no alcanza para nada. Porque eso es lo que terminan prometiendo. Por eso
yo digo que a nosotros, los de las organizaciones de desplazados, no nos reconocen
nuestras propias propuestas y siempre quedamos por fuera” (campesino, 43 años.
Icononzo, Tolima. Desplazado ubicado en Altos de Cazucá).

Las organizaciones de desplazados (OD)


En desarrollo de las iniciativas de las OD, son ellas las que han
diligenciado y coordinado, en conjunto con las ONG FIDAPH, FEDES y
Consejería en Proyectos (PCS), un proceso de integración y fortalecimien-
to institucional de las organizaciones de desplazados que integran la
Mesa de Interlocución, Gestión y Desarrollo —MIGD— en el municipio
y las áreas periféricas de la ciudad de Bogotá.

Dentro de las acciones que se han venido adelantando en lo que va


corrido del año 2003, se decide emprender actividades de acercamiento
y divulgación del proceso ante las entidades públicas y privadas, con el
fin de generar espacios de sensibilización, reflexión y concertación so-
bre alternativas que surgen de las propias comunidades en la supera-
ción de los efectos personales, familiares y comunitarios que han sufrido
con el desplazamiento.

150
EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS

El balance que realizan tanto las OD como las ONG, que han apoyado
el proceso, se destacan los siguientes aspectos de evaluación del trabajo
emprendido:

Debilidades Oportunidades
• Falta de consolidación y cohesión por • Voluntad de continuar el proceso de
parte de las OD. fortalecimiento organizacional.
• Carencia de recursos para la • Posibilidad de discutir y proponer
sostenibilidad de los procesos. políticas para la solución al problema del
desplazamiento desde las mismas OD.
• Ausencia de espacios para la
interlocución con el Estado. • Definición de criterios para construir
espacios de inclusión a la población
• Inasistencia de los funcionarios del
afectada por el desplazamiento forzado.
Estado a las reuniones y cuando asisten
no tienen poder de decisión.

Fortalezas Amenazas
• Unidad de criterios entre las OD, FIDHAP, • Falta de voluntad política del Estado para
PCS, Facultad de Estudios Ambientales y definir una solución efectiva del
Rurales de la Pontificia Universidad desplazamiento.
Javeriana.
• Desconocimiento del Estado a las
• Unidad de criterios a fin de emprender consecuencias del conflicto armado en
un acercamiento con las entidades del términos del desplazamiento forzado.
Estado y organizaciones de cooperación.
• Desconocimiento de los procesos
• Voluntad política de las organizaciones. organizativos de la población
desplazada.
• Identidad y organización en planes de
trabajo. • Señalamientos y amenazas a los líderes
de las OD.
• Gestión de un proyecto de
funcionamiento de la Mesa con recursos
aprobados por un monto de 10.000
dólares para un año.
• Visión propositiva de las OD para el
beneficio colectivo.
• Corresponsabilidad.

Fuente: taller “Los logros y limitaciones del proceso organizativo”. Junio de 2003. Facul-
tad de Estudios Ambientales y Rurales. Pontificia Universidad Javeriana.

151
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Se valora por parte de las OD, la labor emprendida por la Facultad de


Estudios Ambientales y Rurales de la Pontificia Universidad Javeriana,
en el acompañamiento a la comunidad, en especial al fortalecimiento
de la organización CEDEPAZ. Proceso que ha contribuido al acercamiento
y sensibilización sobre el tema del desplazamiento a profesores y estu-
diantes a través de prácticas sociales, investigativas y de extensión. (Véase
anexo 4).

De otra parte se reitera en las OD, una visión restrictiva de la res-


ponsabilidad del gobierno frente al tema de los desplazados, argu-
mentando que:

“En la alcaldía le dicen a la gente que la magnitud del problema, no permite


visualizar un resultado, y tendrán razón; pero es inconcebible que, siendo que
más de un centenar de instituciones que viven del problema del desplazamiento,
se gastan casi un 80% de la plata destinada a los desplazados en su propio fun-
cionamiento, no sea posible mostrar un proyecto piloto como ejemplo válido de
su intervención en Cazucᔠ(campesino, 40 años. Sur de Bolívar. Desplaza-
do ubicado en Altos de Cazucá).

Para las OD “el Estado no conoce, no se interesa por conocer, lo que han
producido estos procesos de concertación con las entidades del mismo Estado y
las ONG”. Se han hecho innumerables acciones de interlocución y nego-
ciación en las que se logra identificar un mapa institucional que mues-
tra una forma de aplicar la ley. Lo que ocurre bajo un complejo proceso
de participación en el cual se reitera, una labor de responsabilidad por
parte de las ONG y un activismo de reivindicación y logros concretos por
parte de las OD (véase gráfica 3).

El resultado de identificación y ubicación de las instituciones públi-


cas y privadas en el diagrama manifiesta, sin detenernos a evaluar la
eficacia de los programas implementados, que existe una infraestructu-
ra institucional poco visible, incluso para la población desplazada, como
también para las mismas ONG y entidades del Estado. Pero al descifrarla
y conocer en detalle su lógica, se muestra un proceso de intervención
institucional en el que se requieren ajustes y compromisos a fin de
dinamizar las propuestas que emanan de los propios pobladores en
desplazamiento.

152
GRÁFICA 3. DIAGRAMA DE LA INTERVENCIÓN INSTITUCIONAL PÚBLICA Y PRIVADA EN
EL MUNICIPIO DE SOACHA

ICBF Red de Solidaridad Social


Sector Privado:
CODENSA, DINERS,
SENA
Unión Manantial y

EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS


Alcaldía de Soacha y
Secretaría de Desarrollo Servigenerales OIM
CODHES S. A.
Social.
Personería Municipal Defensoría
FEDES UAO del Pueblo
Visión
Mesa de Trabajo Mundial
Universidad FIDAPH Banco
Javeriana Personería
CICR Mundial
FUNDAC Organizaciones de Desplazados
Universidad Min.
(OD) Defensa,
Nacional y Médicos
Santo Tomás Sin Ejército
CEDEPAZ Revivir al
CEDAVIDA Fronteras Nacional,
Futuro
Población en situación Batallón ACNUR
Colegio de desplazamiento ASODESUN N° 13,
Fundación SOS
María estación de
Educativa USCOL AFRODES Aldea
Auxiliadora policía y la
Amor de Niños
INTERDECOL Promundo Activo SIJIN
Hnas.
Megabanco Dos Mundos GERMINAR Mencoldes Consejería
Teresitas
en Proyectos
PSC
CENAPROV Proyecto Hnas. Nuestra
REDEPAZ Banco Señora de la Paz Padres
Grameen Dominicos
Minsalud
Convenciones Fundación Convenio Programa
Procuraduría Hospital
Nivel internacional Biocosmos Mundial de
General de la de Soacha Diseño y Diagramación:
Alimentos
Nivel nacional y Nación Manuel Pérez (2003).
departamental ○ ○ ○
PUJ/FEAR/DDRyR
Nivel municipal Cooperación
153

Nivel local Alemana GTZ


Población desplazada
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Los ajustes, según la percepción de esta investigación, deben partir


del fortalecimiento, por parte del Estado, de la relación entre la
intencionalidad de las OD y la infraestructura institucional que se ha
señalado a fin de superar la brecha entre el gobierno y la comunidad.
Lo cual requiere entonces de una mirada, desde la gestión pública mu-
nicipal y departamental, con el fin de promover una mejor capacidad
de respuesta y así recuperar la confianza, potenciar la participación so-
cial y reestructurar el tejido social fracturado con el desplazamiento.

Todos estos aspectos deben estar articulados a las capacidades loca-


les generadas por las OD, lo cual conllevaría, además de la integralidad,
oportunidad, accesibilidad, eficiencia y confluencia local en la entrega
de servicios, la capacidad de anticiparse a los sucesos que deterioran los
derechos humanos y que tienen que ver con la administración eficiente
de los recursos. Asunto que amerita la preparación de planes y presu-
puestos municipales, adecuados a las características de los distintos gru-
pos de desplazados, particularmente en donde éstos participen en la
toma de decisiones y seguimiento a los proyectos.

v Posibilidades para el surgimiento de


proyectos de restablecimiento
Abreviando la identificación de fortalezas y restricciones del trabajo
emprendido, pueden plantearse algunas sugerencias para el desarrollo
de futuros tratamientos sobre el tema:

1. Cuanto más diversa es la tarea de atención humanitaria y del resta-


blecimiento, más importante es que el grupo de trabajo en las orga-
nizaciones tenga una representación adecuada de sus metas. Por lo
tanto, es esencial que los objetivos que se plantearon, como fines
comunes de la labor, sean claros y compartidos por todas las perso-
nas del equipo: funcionarios, directivas, acompañantes y población
atendida. En los contextos del desplazamiento es frecuente que se
cuestione, por parte de los beneficiarios, la reflexión sobre el tipo de
trabajo que se hace. La incertidumbre del desarraigo, junto con los
cambios sociales frecuentes, pueden hacer que el grupo tenga que
redefinir en el proceso sus prioridades.

154
EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS

2. Los ONG acompañantes tienen que contar con una estructura


organizacional adecuada teniendo en cuenta tanto la tarea que se va
realizar —siguiendo por ejemplo un criterio de eficacia— como las
condiciones del contexto y la orientación del trabajo, en un solo tér-
mino: coherencia y participación. Los equipos de trabajo deberán
tener claridad en sus funciones y responsabilidades, incluyendo aque-
llas compartidas. El cuidado, en la forma en que se toman decisio-
nes, es importante en el contexto de tensión política o cuando las
posibilidades de comunicación entre los miembros es escasa. La
planeación flexible es importante frente a situaciones cambiantes o
en las que se pueden dar emergencias que necesiten una respuesta
inmediata.

3. Los miembros de los equipos de trabajo deben desarrollar una capa-


cidad de apoyo mutuo y resistencia ante los inconvenientes y/o con-
diciones que se pueden presentar ante la capacidad de respuesta a
las necesidades de la población. Para ello deben cuidarse las relacio-
nes dentro del grupo. Cuando se logra un clima de confianza y acep-
tación, las personas pueden ayudarse. Es así como lo hacen
intercambiando ideas y sugerencias; compartiendo sentimientos y
percepciones del trabajo; confrontando experiencias y actitudes; es-
tableciendo y fortaleciendo las relaciones entre sí.

Dentro de la labor de autovaloración del trabajo se identificaron va-


rios aspectos a proyectar, dentro de los que se destacan como estrate-
gias que complementen los programas de atención humanitaria:

• Difusión de sus proyectos en instancias gubernamentales, ONG y agen-


cias internacionales.

• Crear una red de apoyo con universidades.

• Convocar y estrechar vínculos con el sector financiero y empresa-


rial.

• Fortalecer las organizaciones de desplazados desde un enfoque de


servicios hacia ellas.

155
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

• Mantener un espacio de discusión a través del cual se piense qué


hacer y cómo seguir adelante y reconstruir el compromiso de solida-
ridad.

• Construir en la zona, entre todas las ONG, un sentido de pertenencia


a la comunidad que haga posible reintegrar las experiencias vividas,
durante el proceso de atención a la población en situación de des-
plazamiento.

Un llamado a la responsabilidad del Estado


La situación que hemos ilustrado, plantea un profundo y urgente
debate respecto a la responsabilidad del Estado frente a los intereses de
los desplazados. En este sentido, se exige concebir seriamente la cues-
tión de la política pública como agente generador de la conciliación de
intereses; la cual ahora, y en la experiencia de los desplazados, muestra
su ausencia, señalándose, entonces, con urgencia el actuar del Estado
en su condición más literal, la de su capacidad de responder.

En términos de GABRIEL COHN (2003), esto no es sólo en el sentido de


que el agente, individual o institucional, pueda ser exigido a raíz de sus
actos. En las condiciones del desplazamiento, la responsabilidad debe ser
vista como lo es en esencia; es decir, lo opuesto a la indiferencia43.

Como lección del panorama institucional en la zona, podemos afir-


mar que, con los desplazados estamos ante una forma emergente de
civilidad política, que, por obvias razones, no se ajusta al plano estricta-
mente administrativo y técnico del Estado en el que, por supuesto, no
se entienden las reivindicaciones de las OD, haciéndolas más bien res-
tringidas y marginales.

Para ello se requiere, de forma definitiva, adoptar un programa de


acogida a las propuestas de las organizaciones de desplazados, asumién-

43 Véase: COHN, GABRIEL (2003). “Civilización, ciudadanía y civismo: la teoría política


ante los nuevos desafíos”. En: B ORON , ATILIO A. (compilador). Filosofía política
contemporánea. Controversias sobre civilización, imperio y ciudadanía. Buenos Aires:
FLACSO , págs. 23 y 24.

156
EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS

dolos como actores políticos, aspecto que incluso puede mostrarse como
un escenario propicio para la reconstrucción de la legitimidad en el Es-
tado. Así las cosas, el proceso de ordenamiento de la gestión
interinstitucional comenzaría a indicar un espacio en el que las capaci-
dades de las OD se relacionan con las capacidades locales y con las polí-
ticas públicas que estimulan y norman la descentralización del Estado.

En ese orden de ideas, los municipios afectados con los procesos de


inserción de la población desplazada enfrentan el desafío de redefinir,
en el corto plazo, su diseño institucional para ampliar las competencias
y los nuevos roles que han adquirido a través de las leyes, las normas y
los hechos de facto que se presentan. Lo cual muestra serias dificulta-
des, ya que, las instituciones tienen diferentes niveles de descentraliza-
ción/centralización, diversas culturas y prioridades institucionales, lo
que hace difícil la confluencia del sistema a nivel local.

Para afrontar las dificultades deben, entonces, desarrollarse estrate-


gias y mecanismos expeditos de coordinación local, como el que se in-
tenta emprender para el caso de Soacha, en el que los distintos
componentes de la política puedan llegar simultáneamente e
integralmente a los grupos de población desplazada44.

Desde la perspectiva mencionada, los distintos comités y mesas de


trabajo con desplazados, deben ser escenarios de articulación con las
entidades locales, departamentales e incluso regionales (corporaciones
regionales).

La indagación sobre las prácticas locales institucionales, en especial


las relacionadas con la capacidad instalada y la accesibilidad de los ser-
vicios y sus rutas de atención, permiten ahondar en las capacidades de
respuesta institucional y en los “cuellos de botella” que impiden o limitan
la prestación de dicha atención.

44 Los aspectos aquí tratados han sido material de reflexión en el documento: Red de
Solidaridad Social ACNUR (2003). Los procesos de restablecimiento con población desplazada:
políticas y reflexiones. Aproximación preliminar. Documento en construcción, insumo
para los participantes en los conversatorios regionales promovidos por la Universi-
dad Nacional de Colombia. Mimeo.

157
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Como meta, el gobierno tiene la responsabilidad de crear las capaci-


dades institucionales adecuadas, así como la sinergia entre políticas,
organizaciones y recursos, permitiendo responder a las circunstancias
particulares de la población. Se deben, por ello, tener en cuenta su com-
posición social y cultural, sus dinámicas de género, su filiación política
y sus orígenes étnicos.

En definitiva, es necesario fomentar y propender por una cultura


institucional de acción afirmativa, como parte de los valores
institucionales y de sentido de equidad y reparación con la población
en situación de desplazamiento.

158
REFLEXIONES FINALES

A continuación se indican algunas consideraciones derivadas del tra-


bajo de investigación:

Aspectos Territoriales:
• El desplazamiento, como proceso de agregación, desarraigo y des-
pojo, aumenta la brecha entre los excluidos y los sectores que aún
pueden mantener su ciudadanía, supliendo sus necesidades y al-
canzado sus expectativas. Como tal, el desplazamiento es factor y
resultado, de la profunda exclusión social, inequidad e injusticia que
ha caracterizado a nuestro país.

• Los desplazados en las ciudades agudizan estructuras de exclusión,


intolerancia e inequidad, todos ellos, fenómenos que ponen en en-
tredicho la planificación de las ciudades y el papel de las institucio-
nes en la acogida de nuevos sujetos sociales portadores de derechos.

• Los territorios reales que se trasladan del medio rural se trastocan con
los territorios pensados, reflejos del medio urbano, haciéndose evidente,
durante el proceso de inserción, una perturbación de tiempos que
limitan a través de la idealización y la incertidumbre en la construc-
ción de territorios posibles. No obstante, su acción, en el aquí y ahora,
presenta diversas formas de percepción, adaptabilidad y reconstruc-
ción social de los desplazados, aspectos que pueden ser utilizados
en términos de su sobrevivencia: “Claro que con el temor de que aquí,
por estar mirando a ver cómo salimos adelante, también nos pueden llegar a
desplazar”.

159
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

• La interpretación del territorio presente, representa un espacio de


posibilidades y restricciones para los desplazados. Aspectos que son
mediados a través de formas de recursividad e informalidad, con las
cuales se crean alternativas para la generación de ingresos, la forma-
ción de redes vecinales, así como la defensa de sus condiciones de
vida.

• Las aspiraciones territoriales de los desplazados se encuentran me-


diadas por fronteras de incertidumbre, que oscilan entre los deseos
del retorno o la reubicación rural, aspectos que se entremezclan con
el ideal de alcanzar nuevas formas de bienestar.

• El miedo y el terror, aun cuando se ubiquen en estos sitios, no los


abandonan, porque la desconfianza subsiste hasta en las ciudades.
Expresión según la cual los desplazados no pueden soñar con esca-
par a la influencia de los protagonistas, que han conocido en el lugar
de partida y, menos aún, de los que actúan en el medio urbano.

• La profundización sobre las percepciones de la población frente a


los cambios sociales que han experimentado las personas asentadas
en Altos de Cazucá, indica una concepción del desarrollo que estaría
integrando: valores, individuales, familiares y comunitarios; territo-
rios, reales, pensados y posibles; y acciones, éstas últimas entendidas
como procedimientos para alcanzar beneficios en la generación de
ingresos, la educación y la construcción de vivienda.

• La organización espacio-temporal interna de las ciudades, es el pro-


ducto de luchas entre fuerzas sociales opuestas por mantener o cam-
biar el orden social. Lo cual equivale a definir, un nuevo proceso de
“colonización urbana” en la que se configuran espacios de urbaniza-
ción, economías informales, culturas populares y organizaciones co-
munitarias de diverso tipo45.

45 Se toma aquí el término de “colonización urbana” del trabajo de Gloria Naranajo Giraldo
y Deicy Hurtado Galeano en Desplazamiento forzado y reconfiguraciones urbanas.
En: Destierro y desarraigo. Memorias del II Seminario Internacional Desplazamiento:
implicaciones y retos para la gobernabilidad, la democracia y los derechos humanos.
Bogotá, Colombia, 4, 5, 6 de septiembre de 2002, págs. 271-287.

160
REFLEXIONES FINALES

• Desde la perspectiva territorial, la situación del desplazamiento plan-


tea retos en términos de planificación y ordenamiento local de los
espacios ocupados, desde los cuales se den las posibilidades de re-
construir proyectos de vida.

• Los desplazados, como portadores de cultura, deben ser asumidos


como promotores del desarrollo territorial, para así asegurar el or-
den, la regularidad y la predictibilidad en sus patrones de compe-
tencia y cooperación, y así asegurar la supervivencia de los grupos.

Aspectos Institucionales
• Aunque las políticas de atención a la población desplazada han
tenido algunos desarrollos en el municipio de Soacha, y de ma-
nera particular en Altos de Cazucá, sus alcances son demasiado
cortos en lo que tiene que ver con respuestas duraderas. La ayuda
humanitaria no ofrece, por sí sola, una posibilidad de reconstruc-
ción social efectiva.

• La experiencia investigativa llama la atención sobre la urgente nece-


sidad de potencializar la participación de las personas en situación
de desplazamiento, involucrándolas en cada una de las fases de pre-
paración, desarrollo y seguimiento de las propuestas que permitan
integrar los esfuerzos, buscando el bienestar y la reparación moral y
social de la población. Por tanto, fortalecer la participación implica
estimular y cualificar los procesos organizativos de las OD, lo cual
exige que el Estado garantice la protección de los líderes y el respal-
do y respeto a su autonomía.

• El sentido social del desarrollo que se propone desde la voz de las


familias, debe ser leído a partir del reconocimiento colectivo de los
efectos históricos del desplazamiento, lugar en el que se entrecruzan
temporalidades entre el pasado y el presente, todas ellas sujetas a
una yuxtaposición de tiempos que son percibidos por la población
como acontecimientos no deseados. Situaciones que se reflejan en
los espacios de la supervivencia, anclaje a través del cual las organi-
zaciones comunitarias comienzan a tener sentido como mecanismos
autónomos que brindarían, a partir de su reconocimiento político y

161
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

práctico, la construcción de la legitimidad y la confianza para el me-


joramiento de sus condiciones de vida.

• El sentido social del desarrollo necesitará por tanto, desde el ámbito


territorial e institucional, la creación de espacios de participación y
gestión en aspectos tales como:

- Generar nuevos conocimientos en los actores locales frente al tema


de los derechos humanos, el tratamiento psicosocial, la planifica-
ción local y el fortalecimiento comunitario para el abordaje y el
tratamiento de las familias en situación de desplazamiento. Desa-
rrollo de instrumentos metodológicos-participativos que permi-
tan ligar la construcción de bases locales de apoyo en información
y participación en procesos de gestión local.

- Emprender, desde la gestión local, un tratamiento de la diversi-


dad que permita la convivencia tanto de las manifestaciones cul-
turales específicas como de los puntos de encuentro (festivales,
dinámicas organizativas, construcción de hábitat, diálogos públi-
cos entre los habitantes de la ciudad y las poblaciones rurales re-
fugiadas en la urbe, entre otros mecanismos) expresados en
prácticas novedosas y constantes que permitan a las políticas de
desarrollo de las comunidades y municipios nutrirse de la diver-
sidad cultural. Se deben, entonces, incorporar las necesidades y
demandas culturales de las comunidades desplazadas y recepto-
ras.

- Avanzar en una visión integral que incorpore las periferias y las


zonas marginales al fortalecimiento de la ciudad misma, así como
la de asumir iniciativas de uso a espacios rurales cercanos a la
ciudad. Se trata de construir redes de generación de ingresos y
seguridad alimentaria que puedan ser administradas por las fa-
milias que se integran al espacio urbano local. Así como lo plan-
tean las mismas organizaciones de desplazados: “Crear espacios de
educación y producción agrícola y pecuaria a las afueras de la ciudad,
donde se fortalezcan las habilidades y capacidades rurales de la población
campesina que ha migrado a las ciudades. Como finalidad del proceso se
podría lograr el acceso a nuevos procesos técnicos y la divulgación de la
experiencia en centros universitarios, colegios, escuelas y en las insti-

162
REFLEXIONES FINALES

tuciones en general. Esto lo proponemos porque es lo que sabemos hacer”


(testimonio recogido durante el taller: “Los logros y limitaciones
del proceso organizativo”, junio de 2003. Facultad de Estudios
Ambientales y Rurales. Pontificia Universidad Javeriana).

- Tomar en cuenta el liderazgo que asume la mujer como agente


urbano del desarrollo comunitario.

• Cabe anotar la importancia del hecho de que entre las ONG se presen-
ten espacios de acercamiento para la coordinación local de acciones,
aspecto que debe intensificarse, a fin de permitir el desarrollo de
planes y programas articulados, así como el intercambio de expe-
riencias.

Los retos interpretativos y metodológicos:


Acudimos aquí a la consideración que realizan GLORIA NARANAJO
GIRALDO y DEICY HURTADO GALEANO (2002), en cuanto a que “el desplaza-
miento ha tenido mayores desarrollos teóricos y analíticos desde la perspectiva
de las regiones y municipios donde se producen lo hechos del desplazamiento;
pero el impacto de este fenómeno en la ciudad y sus periferias, las dinámicas que
genera, los conflictos que produce y el tipo de ciudad que por esta vía se produce,
es un campo que requiere nuevas exploraciones”.

Por tanto, el enfoque deberá partir de una mirada multidimensional,


en la cual es necesario comprender las dinámicas espacio-temporales y
territoriales, en las que se insertan y sitúan los pobladores, su historia,
sus necesidades, sus afectos y sus proyectos de vida. Ello permite defi-
nir que el problema de los desplazados sea también una cuestión de
inclusión o exclusión de entornos geográficos específicos que le dan así
mismo, continuidad y ruptura a una producción social del espacio.

Lo anterior implica atender a las prácticas de inserción social de los


desplazados como productores de territorios. En otras palabras, las re-
presentaciones del espacio en esta experiencia tienen que ver con la
manera en que los desplazados interpretan su lugar de vida, lo cual da
cuenta de un espacio que se diferencia del espacio conceptualizado por
los científicos, planificadores, urbanistas y tecnócratas, generándose,

163
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

incluso, fuertes divergencias interpretativas, desde las cuales también


se expresa una hegemonía de imágenes mentales del espacio que con-
tienen representaciones de poder y de la ideología dominante. Por tan-
to, los espacios de representación o espacios vividos por los desplazados,
se revelan como un lugar de resistencia, como espacios simbólicos (la
periferia) y contra espacios (la ciudad) que contienen simultáneamente
otros espacios que sobreviven en la cotidianidad del desarraigo.

Dicha perspectiva de análisis posibilita el aterrizaje detallado de la


dimensión local territorial del fenómeno y, por tanto, desde allí, la defi-
nición de instrumentos que orienten el desarrollo de acciones específi-
cas y la construcción de mecanismos de integración activa y positiva de
los pobladores.

Es claro que esta apuesta metodológica e interpretativa requiere del


acercamiento y acompañamiento a las organizaciones de desplazados
—OD—, a través de procesos de investigación-capacitación, desde los
cuales se configuren espacios de formación en los que se superen las
reivindicaciones materiales de los pobladores. Buscando con ello la re-
troalimentación entre los saberes populares y especializados.

Para lo cual se debe desarrollar sistemas de información cualitativos


y cuantitativos que brinden una visión amplia de las percepciones,
saberes y deseos de la gente.

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http://utal.org/servicidutes31.htm.

http://www.grameen-info.org

http://www.gratisweb.com/ciclocrisis/

http://www.ucsm.edu.pe/rabarcaf/enas06.htm

http://www.cundinamarca.gov.co/

169
ANEXO 1

TRANSFORMACIONES ECOLÓGICAS
DEL TERRITORIO1

1 La interpretación de las planchas de aerofotografía fue realizada en colaboración de


la estudiante Johana Herrera, estudiante de 7º semestre, carrera de Ecología (FEAR)
Pontificia Universidad Javeriana (2003).

171
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Aerofotografía zona de Altos de Cazucá, 1955

Embalse
de
Terreros

Fuente: IGAC, Año 1955. Escala: 1:7.000

Descripción
Cobertura
Hacen presencia en esta etapa los cuerpos de agua; el ejemplo más claro es el
del embalse de Terreros, con gran contenido de sedimentos como consecuencia
de la explotación de canteras así como por fenómenos aluviales. Existen en la
zona pajonales compuestos de arbustales abiertos y altos, claramente conte-
nidos en matrices de pastizales, muy cercanos a las áreas de explotación de
canteras. Se evidencian suelos desnudos, encontrados en zonas altas o de
pendiente consecuentes de explotación e incrementado por la erosión (eólica).
Son torios los arbustales abiertos en las partes más altas de las montañas con
límites claros entre las zonas de explotación de canteras.

Geoformas
Presenta montañas, colinas y valles que existen bajo una fuerte relación de
impacto ambiental con la explotación de canteras.

Convenciones: A: Altos de Cazucá


B: Ciudadela Sucre

172
ANEXO 1

Aerofotografía zona de Altos de Cazucá, 1978

Embalsede
Terreros

Fuente: IGAC. Año 1978. Escala: 1:50.000

Descripción
Cobertura
Se destaca en esta etapa la presencia de pastizales abiertos, algunos arbustos
medios, separados por suelos desnudos cerca a la explotación de canteras y al
área que empieza a urbanizarse. Aparición de las primeras zonas de expan-
sión urbana: construcción agregada con baja densidad en el área total. Se
definen en el extremo occidental algunos cultivos semejantes a pequeñas
parcelas. Aumento de los contenidos de sedimentación en el embalse de Te-
rreros.

Geoformas
Continúan las geoformas sin ninguna transformación. La cobertura más rele-
vante y en expansión es la extracción de canteras que se ubica principalmen-
te en las colinas y montañas.

Convenciones: A: Altos de Cazucá


B: Ciudadela Sucre

173
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Aerofotografía zona de Altos de Cazucá, 1996

Embalsede
Terreros

Fuente: IGAC. Año 1996. Escala: 1:20.000

Descripción
Cobertura
Permanecen los pastizales, los arbustales abiertos y surgen arbustales densos
observados con más detalle en la fotografía de 1978. Éstos se ubican en el
costado oriente de la Ciudadela Sucre y el extremo norte y sur de Altos de
Cazucá.
Los cuerpos de agua, en el caso del embalse de Terreros, sufren una transfor-
mación en sus componentes, dado que su contaminación predominante es la
sedimentación, como ocurría en las fotografías de años anteriores. Para este
año el contenido de materia orgánica aumenta considerablemente en la tota-
lidad de este cuerpo de agua. Este es un fenómeno que se relaciona con el
poblamiento urbano, dado que se cuenta con un sistema de alcantarillado en
el que las aguas residuales tienen su destino final en el cuerpo de agua.
La zona urbana aparece en el costado sur del embalse Terreros, Ciudadela
Sucre; y, también, en el costado norte, Altos de Cazucá. Aparecen ya cons-
trucciones sobre terrenos de alta pendiente; se incrementan, además, las vías

continúa

174
ANEXO 1

continuación

de acceso, desde la Autopista Sur y a partir de los límites municipales con


Bogotá.

Geoformas
Se hacen cada vez más evidentes las marcas del drenaje observadas en foto-
grafías pasadas, dado que las construcciones empiezan a ocupar esta superfi-
cie. Áreas consideradas como de alto riesgo. Pertenecen a suelos aluviales o
de escorrentía que conforman terrenos poco compactos y propensos a des-
moronarse. Predominan las montañas y colinas y algunas mesetas que se han
ocasionado por el desgaste de los suelos y por su adecuación para la ocupa-
ción humana.

Convenciones: A: Altos de Cazucá


B: Ciudadela Sucre

175
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Aerofotografía zona de Altos de Cazucá, 1998

Embalse
de
Terreros

Fuente: IGAC. Año 1998. Escala: 1:21.000

Descripción
Cobertura
Se centra en la ocupación urbana, siendo ésta una gran matriz en expansión.
El fenómeno de ocupación transforma significativamente el principal cuerpo
de agua. Éste se interpreta como una zona mucho más oscura, lo que indica
los incrementos en las tasas de transformación de la materia orgánica. Tales
incrementos se encuentran relacionados con el aumento de plantas macrófitas,
lo cual indica que empieza a presentarse eutroficación en esta área (dato com-
probado en campo). Se mantienen los arbustales densos y abiertos, pero cada
vez más limitados o más cerca a la ocupación urbana.

Geoformas
Los cambios entre 1996 y 1998 son significativos, la evidencia de mayor rele-
vancia es el crecimiento urbano que se ubica tanto en las montañas y colinas
como en los valles.

Convenciones: A: Altos de Cazucá


B: Ciudadela Sucre

176
ANEXO 1

Aerofotografía zona de Altos de Cazucá, 2004

Embalse
de
Terreros
B

Fuente: IGAC. Año 1998. Localización de nuevos barrios


al año 2004.
Escala: 1: 21.000

Descripción
Cobertura
Propagación de centros urbanos que se localizan en los filones de las colinas
que le han dado forma al relieve en la zona. Áreas tradicionalmente dedica-
das a la extracción de arena y piedra para la construcción. La disgregación
poblacional ha sido producto de la presión de asentamientos que se han pro-
pagado desde el norte hacia el sur, teniendo como eje el barrio de Ciudad
Bolívar. Avance que ha dado como origen las barriadas de Potosí y Jerusalén.
Zonas que han irrumpido en la periferia del municipio de Soacha de manera
acelerada en los últimos seis años, ocasionando la conformación de nuevos
centros poblados sobre el sector de Altos de Cazucá, entre los cuales se desta-
can: La Isla, El Oasis, Luis Carlos Galán I, II y III sector, Mirador de Corinto y
los Robles. (Datos comprobados en campo)

Convenciones: A: Altos de Cazucá


B: Ciudadela Sucre

Nuevos centros poblados (1998 – 2004)

177
ANEXO 2

LOS PROGRAMAS SOCIALES DE LAS


ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES EN
ALTOS DE CAZUCÁ1

A continuación se presentan los programas sociales de las ONG frente


a la problemática del desplazamiento para el caso de Altos de Cazucá.
Contenido desde el cual se han relacionado los alcances, limitaciones y
proyecciones que tiene la acción no gubernamental en el sector y el
papel que ésta juega en la coordinación institucional para la reconstruc-
ción comunitaria.

La organización Visión Mundial2


Visión Mundial es una ONG cristiana con presencia en 125 países, se
encuentra trabajando en Altos de Cazucá desde hace diez años y con
desplazados desde hace tres. Aunque en su actividad no predica nin-
gún credo religioso, sí está muy interesada en recuperar los valores hu-
manos en todas sus actividades.

1 El texto se realizó con base en los resultados de sistematización del “Primer encuen-
tro de intercambio sobre experiencias de acompañamiento a población en situación
de desplazamiento en el municipio de Soacha”, junio 21 y 22 de 2001. Departamento
de Desarrollo Rural y Regional de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de
la Pontificia Universidad Javeriana y la Fundación para la Educación y el Desarrollo,
FEDES.

2 Texto escrito con base en la entrevista realizada a Orlando Pardo. Coordinador de


programas de Visión Mundial, julio de 2002.

179
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Uno de sus principios es ofrecer a las familias “bienes tangibles de la


mano de bienes intangibles”. Para eso ofrecen talleres de recuperación
de valores, en hábitos personales, espirituales, manejo de alimentos,
promoción y prevención médica y oral, primeros auxilios y emergen-
cias, planificación familiar (con el ICBF y PROFAMILIA), autoestima, desa-
rrollo empresarial, recreación y otros.

Su actividad se financia de lo que países como Estados Unidos, Aus-


tralia, Canadá e Inglaterra generan como excedente para ser invertido
en países de África, Suramérica, y Asia, entre otros.

Los programas:
• En el año 2001 en convenio con la Fundación Producir se implementó
un programa de “microcréditos” que implicaba una formación em-
presarial. Los préstamos oscilaban entre los $50.000 y el $1.000.000.
Los créditos debían pagarse semanalmente en cuotas de $10.000.

El resultado no fue exitoso, un 50% de los acreedores cancelaron sus


créditos y se presentaron problemas con las tasas de interés que se
cobraban. En definitiva, el argumento de la gente para no cancelar
sus deudas es que se tiene la idea de que “Visión Mundial administra
recursos del Estado y, por lo tanto, no hay problema que no lo paguemos,
porque eso nos pertenece por derecho propio”. Es claro que esta posición
no es general, pero sí se presenta entre los pobladores.

• Otro programa implementado fueron las “EAT (empresas asociativas de


trabajo)”. Entre los resultados que se destacan está la microempresa
“Caminando Juntos”, que surge de un grupo de 45 mujeres. Ahora,
incluso, “están enviando productos a otras ciudades. Visión Mundial, por
ejemplo, les encargó la elaboración de un kit de hábitat interno que ellos
repartieron, lo que demuestra una forma de fomentar los esfuerzos de la
comunidad y ayudar a darles sostenibilidad”. (Testimonio funcionario de
la organización, julio 2002).

Las personas que se vincularon a esta propuesta provienen princi-


palmente de los barrios Santo Domingo, La Isla, El Arroyo y Ciudadela
Sucre.

180
ANEXO 2

Se creó, además, una EAT con hombres, para elaborar “productos de


moda”; es decir, para las épocas en las que, por ejemplo, están vendién-
dose las cometas.

• Se destaca igualmente el programa “Niños constructores de paz”, en el


que uno de los elementos principales es el de los talleres del “Buen
trato”, en los que se analizan temas acerca de los efectos del alcohol
y el consumo de sustancias psicoactivas.

• El programa de “Trabajo por alimento” se desarrolla con desplazados.


Éste consiste en que la gente realiza trabajos comunitarios, como
adecuación de calles, alcantarillados y, en contraprestación, se les
entregan dos raciones individuales de mercado por día. Al respecto
un funcionario menciona: “Si la familia tiene 7 personas, tendrán que
aportar trabajo durante tres días para tener mercado suficiente para toda la
familia”.

• Una de las actividades de mayor relevancia es el “Plan padrino”, pro-


grama que busca la incorporación de niños a la educación formal,
obteniendo adicionalmente recursos para elevar su nivel nutricional
(comedores comunitarios), darles vestuario y llevarlos a participar
en eventos de formación.

Esto se ha logrado a través de donaciones nacionales e internaciona-


les, en las que una persona apadrina a un menor con $30.000 mensua-
les. Algunos testimonios de niños que han hecho parte de este programa
son importantes, ya que han alcanzado el nivel profesional y algunos se
encuentran trabajando dentro de los programas de la organización. El
impacto es de aproximadamente un 50% de los niños, varios de ellos,
de hecho, han sido apadrinados hasta su edad adulta.

• Se han desarrollado otras iniciativas entre las que se destaca una


comercializadora, “SODESI”, con la cual se facilita el obtener produc-
tos de buena calidad a buenos precios para abastecer a las familias
de alimentos y drogas.

• Con cerca de 12.000 niños de familias desplazadas en Bogotá se


han desarrollado los talleres llamados “Guerreros de paz”, en los
que se trabajan terapias psicoemocionales, educación en valores,

181
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

manualidades, música. En ellos se realizan, generalmente, activida-


des en pro de que los muchachos hagan catarsis de sus problemáti-
cas personales y familiares. Para el año 2002 se desarrolló el programa
con 150 niños de Altos de Cazucá, entre los 5 y 16 años de edad en
convenio con la caja de compensación Colsubsidio de Ciudad Roma,
en danzas, teatro y manualidades.

Se ha logrado que la comunidad vea en Visión Mundial un canal de


información sobre casos relacionados con la violación de derechos funda-
mentales. Para ello se implementó el programa “Advocacy” en el que se
promociona la justicia y se realizan asesorías sobre este tipo de proble-
máticas.

Sobre el tema, las fuentes de información en la organización, plan-


tean que se requiere “crear espacios más sanos para desarrollar estas activi-
dades y alternativas productivas; es decir, que se den proyectos de alta
productividad en zonas rurales cercanas al municipio”. Se está estudiando la
posibilidad de adquirir un lote en zona rural; aunque, en esta propues-
ta, se insiste en que no se busca generar una expectativa de reubicación,
si no, más bien, que la gente continúe viviendo en los barrios y labore
en actividades agropecuarias.

En el trabajo con jóvenes ha sido importante no presionar procesos


como los que tienen que ver con la participación en pandillas. Por ejem-
plo, al apadrinar a los niños, se hacen paralelamente talleres en valores
que han tenido éxito ya que luego de su participación se han retirado
de las pandillas por voluntad propia.

La organización SOS Aldeas Infantiles Colombia, Cazucá3


Hacia 1949, HERMAN GEMEINER funda en Austria las aldeas infantiles,
creadas para tener familias substitutas para los niños huérfanos de la
guerra. En Colombia inicia desde 1971, año desde el cual se han creado
5 aldeas infantiles localizadas en Bogotá, Ibagué, Rionegro, Floridablanca
e Ipiales.

3 Texto escrito con base en la entrevista realizada a Gustavo Bejarano Aguado, director
SOS Aldeas Infantiles Colombia, Cazucá, julio de 2002.

182
ANEXO 2

Se han establecido granjas ecológicas con indígenas en Córdoba,


Cauca y en Armero y Guayabal. Asimismo un colegio en Ibagué. Ade-
más hay cinco comunidades juveniles (2 en Bogotá y 3 en Ibagué) y tres
centros sociales (2 en Bogotá y uno en Nariño).

Los programas
El centro social en la zona de Altos de Cazucá, tiene por objetivo
mitigar la situación que genera el desplazamiento, aminorando su po-
breza y promoviendo la autogestión en beneficio de los niños, niñas y
jóvenes en la localidad.

El centro social tiene por objetivos la asistencia que consiste en la


entrega de comida. Con los jóvenes se desarrolla el componente artísti-
co-recreativo; con adultos se trabaja lo organizativo y lo productivo me-
diante el diseño y formulación de proyectos económicos.

Se trabaja con niños de 4 a 13 años en actividades de estimulación


temprana, aprestamiento y apoyo escolar. El objetivo de este proceso es
que no se presente el fracaso escolar. Se considera que en la zona de
Cazucá hay una alta deserción por la movilidad de las familias.

Para el año 2002 se atendieron a 120 niños pertenecientes a 47 fami-


lias. Según la información suministrada, se pretende alcanzar una co-
bertura no focal (no sólo en el sitio donde hoy funciona), sino que se
espera llegar a atender a 2.000 niños en el 2005.

Con los adultos se quiere desarrollar un proyecto de atención a la infan-


cia, en el que este grupo de población asuma los proyectos y les dé con-
tinuidad. La idea es crear un comedor escolar, un jardín de infantes y
una escuela en el marco de un proyecto productivo asociativo. En ese
sentido, SOS colaboraría con asesoría profesional. Sin embargo, la inver-
sión en infraestructura tiene el problema del riesgo topográfico, lo que
hace que no se pueda comprar ni construir en la zona una sede.

Sobre este aspecto, las directivas de la organización se encuentran


creando un programa diseñado para padres y madres. Se reitera que el
programa se ha pensado tanto para hombres como para mujeres, ya
que en la zona se ridiculiza la imagen paterna. Se considera

183
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

culturalmente que los padres son sólo proveedores y que, por tanto, no
se involucran en la crianza de los niños. El que lo hace es mirado por los
otros, como algo no muy corriente. Para la organización este tipo de
actividad es importante en función de resolver problemas de fondo en
la familia, ya que en el 60% de las familias hay presencia paterna.

La organización Médicos sin Fronteras4


Médicos sin Fronteras es una ONG de carácter internacional, que bus-
ca ayudar a la población vulnerable en épocas en las que tienen dificul-
tades de adaptación y estabilización social. Como organización nació
de la Cruz Roja Internacional y se siguen principios similares como la
imparcialidad, la universalidad, entre otros. La única diferencia es en
cuanto al testimonio que se presenta con relación a los hechos que suce-
den en los sitios en donde hacen presencia. Según testimonio de un
funcionario:

“Existe en la institución un mandato en el cual se pone en duda el tema de la


neutralidad ya que aquella no se entiende como quedarnos callados frente a los
hechos que vemos a diario en los sitios en los que trabajábamos. Frente a este
aspecto diferimos, en nuestro caso brindamos testimonio acerca de toda aquella
situación de violación de derechos humanos y manifestamos las acciones de in-
justicia que se presenten”.

El proyecto en Altos de Cazucá lleva cerca de 3 años. Inicialmente se


concentró en asentamientos de grupos de desplazados; pero sus princi-
pios impedían enfocar el trabajo únicamente a este tipo de población.
Por lo cual se amplió la cobertura indistintamente entre desplazados y
no desplazados.

Médicos Sin Fronteras normalmente ofrece atención en momentos


de emergencia, lo cual implica una acción rápida y no sostenida en el
tiempo. Facilita que la población pueda acceder al sistema de salud,
apoyo a la infraestructura en saneamiento básico y promoción de la
participación comunitaria.

4 Texto escrito con base en la entrevista realizada a Jaime Pedraza, director de progra-
mas de Médicos sin Fronteras en Cazucá, julio de 2002.

184
ANEXO 2

Los programas
Acceso al sistema de salud:

Para facilitar el acceso de mayor cantidad de personas, se ha trabaja-


do en la encuesta de SISBEN para ampliar su cobertura, donando dos equi-
pos de cómputo para el municipio y colocando el personal necesario
para realizar las encuestas y sistematizarlas.

Prestación del servicio de salud:

Para la prestación del servicio se tienen tres puntos de atención, con


sus correspondientes equipos están conformados por un médico, una
enfermera jefe, una enfermera auxiliar, un promotor de salud, un odon-
tólogo con su auxiliar y dos higienistas orales.

Se hace consulta gratuita y se entregan medicamentos. Esto ha lleva-


do a ciertos conflictos con las Empresas Prestadoras de Salud y Asegu-
radora del Régimen Subsidiado que tienen trabajo en la zona,

“Ya que se les está ahorrando recursos al atenderlos, porque la gente no quiere ir
muy lejos a la consulta. Les cuestan mucho las cuotas moderadoras o tienen
muchas trabas para la consulta y la entrega de los medicamentos. La gente ter-
mina recurriendo a Médicos sin Fronteras que está en la zona y es gratuita”.
(Testimonio funcionario de la organización).

En el presente se ha tratado de controlar la situación compaginando


la atención que se da con la del sistema de salud, colocando cuotas
moderadoras algo más bajas y llevando el registro de las personas que
están afiliadas a otras EPS o ARS. También asesorá para que reclamen los
derechos que tienen frente a esas entidades.

Según los relatos de promotores de la organización:

“Se está haciendo presión, además, sobre otras entidades de salud del municipio
(como el hospital de Soacha), con el fin de que se cumplan con niveles mínimos
de salud. Por ejemplo, se tuvo una alerta de sarampión, la cual había estado
controlada; pero al abandonarse las jornadas de vacunación, el problema ha vuelto
a estar presente. Por ejemplo, en los puestos de salud de Santillana y Luis Carlos
Galán se hicieron jornadas puntuales de vacunación, pero no se hacen perma-

185
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

nentemente. Las enfermeras vacunan los viernes de 2 a 4 de la tarde, y si la gente


va en otros horarios no se les atiende”.

Saneamiento básico:

En el programa de saneamiento básico se tiene un proceso de capacita-


ción que dura 7 semanas, en el que se dicta un taller semanal de dos
horas. Se trabaja el manejo del agua dentro de la casa, el aseo, la nutri-
ción, las enfermedades de la piel, el tema del agua hervida, etcétera. Se
invita a realizar una labor comunitaria, que puede ser sembrar árboles,
adecuar un parque, aseo de la zona, entre otras actividades. Se explican
los requisitos que deben cumplir para poder instalar un tanque con ca-
pacidad para almacenar agua de 500 litros. Luego se corrobora que se
hayan cumplido los requisitos y la organización realiza la donación del
servicio.

En relación con el aspecto anterior se recalca que;

“La labor es educativa y no la de regalar el tanque. Hasta el momento, en el 2000


se entregaron 400 tanques; en el 2001 se entregaron 600 tanques; y en el 2002
van 500 tanques, teniendo como meta 900 para el año 2003”.

Sobre el tema del agua ha habido mucha negligencia por parte del
municipio en el cumplimiento de los acuerdos realizados. Uno de ellos
tiene que ver con el tanque de 300 m3 que debería suministrar agua para
Altos del Pino, Paraíso, La Arenera y Luis Carlos Galán III sector. Médi-
cos sin Fronteras se comprometió a colocar la tubería, cumpliendo con
los requerimientos del Acueducto de Bogotá, lo que se le convirtió al
municipio en un macroproyecto frente a lo que habitualmente maneja.
Según los relatos de funcionarios de la organización:

“Lo malo fue que la alcaldía no cumplió con lo que debía. El acueducto, en vez de
colaborar en lo que era su responsabilidad, se puso a poner obstáculos y a exigir.
Sólo por cumplir las normas del acueducto el proyecto pasó de 120 millones a
480 millones. Además, se está financiando el estudio de riesgos y diseños, para
que se pueda legalizar el barrio y se le pueda suministrar el servicio. Por el lado
de la alcaldía, que tenía que poner en funcionamiento el tanque antes menciona-
do, no lo hizo, por lo que tocó construir uno de 30 m3 que permitiera que tuvie-
ran agua mientras tanto. También les prestaron una motobomba para subir el

186
ANEXO 2

agua al tanque y la comunidad tiene que reunir una cuota de $3.000 a $4.000,
para el fontanero, el mantenimiento y el combustible”.

Hasta la fecha este es un asunto no resuelto y las comunidades pade-


cen su escasez sin tener clara una solución concreta al tema del agua.

La Fundación Proyecto Banco Grameen5


El Grameen Bank nació en 1972 en Bangladesh, India, como una
entidad creada con la idea de MUHAMMAD YUNUS, profesor de economía,
quien le propuso a sus alumnos diseñar un programa de crédito para
asistir a personas pobres.

Sobre esta iniciativa, actualmente el Grameen Bank tiene créditos


por cerca de US$2.500 millones, a través de una red de 1.100 oficinas
que atienden a 2.3 millones de clientes. Su historial revela que el 98% de
los créditos que el banco ha prestado los ha recuperado6.

Objetivos del proyecto Grameen en


la zona de Altos de Cazucá
• Propiciar el desarrollo humano de las comunidades marginales me-
diante la concesión de créditos y prestación de servicios y demás
medios necesarios.

5 Texto escrito con base en la entrevista realizada a Aura Lucía Nivia, promotora del
proceso comunitario de la Fundación Proyecto Grameen, Colombia, durante el 2001,
y la entrevista realizada a Carlos Zamorano, coordinador en campo, julio de 2002.
6 Grameen Bank, ha sido un éxito estimulante que ha permitido la extensión de su
mecanismo en una sexagésima de países como los Estados Unidos y Francia. Su la-
bor se dirige a las mujeres más pobres, que no tienen acceso a los créditos clásicos, y
no acepta a sus clientes sino por grupo solidario de cinco personas del mismo sexo y
de la misma categoría social o profesional. Al principio, los miembros de grupo pue-
den recibir. Si los reembolsos son efectuados normalmente, dos pueden beneficiarse
y así sucesivamente. En efecto, el Banco mundial creó en 1995 una filial según el
espíritu del Grameen Bank, la CGAP (Consultative Groupe to Assit the Poor), cuyo
objetivo para el año 2000 fue prestar 30 millones de dólares en pequeños-préstamos.
Véase http:/www.ucsm.edu.pe/rabarcaf/enas06.htm y http:/www.grameen-info.org

187
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

• Asesorar a la comunidad en la formulación y ejecución de proyectos


productivos que permita la creación de microempresas y de una es-
tabilidad socioeconómica.

• Hacer el debido seguimiento a los diferentes proyectos financiados


por la fundación, para que éstos se cumplan exitosamente.

• Crear lazos de seguridad grupal que les permita emprender proyec-


tos de orden superior con el apoyo del proyecto Grameen.

• Fortalecer los lazos solidarios entre el grupo de deudores en común


y entre los distintos grupos que se forman en cada una de las comu-
nidades.

• Promover, entre los grupos de créditos, el empleo de capacidades y


recursos con los que ya cuentan.

La Fundación Proyecto Grameen Colombia se fundó hace dos años


en la zona con la filosofía del Banco de los Pobres. En la fundación tra-
bajan tres personas, un coordinador en campo y el encargado de la rela-
ción con los diferentes grupos, un representante legal y un contador. La
fundación recibe dineros de personas individuales que hacen sus
donaciones al proyecto, hasta el momento no tienen financiación inter-
nacional.

En Altos de Cazucá se han estado incentivando los microcréditos solida-


rios que van desde $100.000 a $500.000 pesos por persona. Los partici-
pantes deben pertenecer a un grupo solidario que es quien asume la
deuda total.

Según Carlos Zamorano, coordinador en la zona,

“En sus inicios el trabajo tuvo muchos problemas de recuperación de cartera, ya


que los grupos no eran sólidos y no estaban organizados. Por ejemplo, las cinco
personas que se unían para recibir los recursos no entendían el compromiso soli-
dario que implicaba. Así muchos pagaban las primeras cuotas y después abando-
naban los grupos. El resto de personas se negaban a pagar la deuda del socio
asumiendo que “no tenían por qué pagar lo que no se habían comido”. Frases
como éstas eran comunes en los grupos a la hora de responder por los microcréditos
solidarios”.

188
ANEXO 2

A medida que fue avanzado el proceso, se hizo un trabajo previo de


capacitación en valores solidarios y se adelantó un mayor seguimiento
a los negocios que se instalaban con los dineros. Según Zamorano,

“Ahora se hace un esfuerzo conjunto por analizar cada proyecto y se evalúa su


factibilidad”.

Los programas
El proceso de inducción se hace a través de talleres de capacitación
administrativa, contable y de economía solidaria. Este proceso de capa-
citación/inducción dura entre cuatro y seis semanas.

La fundación ha identificado cuatro líneas de microcrédito:

• Tiendas pequeñas, panaderías.

• Producción de comidas rápidas/venta de alimentos: arepas, tamales,


pescado crudo, frutas.

• Miscelánea: vendedores ambulantes de distintos productos como


discos, joyería de fantasía, entre otros.

Sobre la información suministrada acerca de los negocios, se ha ob-


servado que las misceláneas y las comidas rápidas se han sostenido en
el tiempo y generan ingresos rentables. También a las personas que te-
nían negocios (sobre todo tiendas y panaderías) se les proporciona fi-
nanciación para ampliar su mercado.

Actualmente hay cinco grupos para un total de 15 personas. Al año


se apoyan en promedio diez grupos. En los dos últimos años se han
favorecido más o menos 60 familias.

En esta etapa, según los testimonios,

“Ha habido mayor recuperación de cartera, los negocios han sido más sólidos y
existe un mayor compromiso individual y colectivo. Esto debido a que en la
actualidad se trabaja sobre la base de la participación, se parte de las expectativas
de la gente, se analiza la situación con ellos y se les ayuda a evaluar y a poner en
práctica sus proyectos”.

189
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Las etapas del proceso son:

1. Formación
microempresarial y
solidaria.

5. Se hace seguimiento permanente, el


pago es semanal con un interés del 5
por mil, se otorgan créditos hasta por
26 semanas y dos créditos por año.
2. Cada grupo
prepara sus
propuestas.

4. Se entrega el crédito (dos personas


3. Se evalúa el
inicialmente, a las seis semanas a otras dos y
proyecto.
por último, se entrega al líder del grupo).

Carlos Zamorano piensa que

“Se debe seguir apoyando la parte organizativa de la propuesta para ampliar y


rotar más fácilmente los microcréditos, actualmente se están discutiendo varias
alternativas que les permita mejorar los ingresos de las familias y de los grupos
solidarios”.

Estas propuestas son:

• Para las personas que tienen tiendas y panaderías se está buscando


hablar con los proveedores para buscar conjuntamente disminuir
los costos de los productos que ellos compran.

“Actualmente, han pedido varias cotizaciones y condiciones de descuento a los


proveedores para decidirse por la que más les convenga a todos. Además, en las
tiendas se están haciendo avisos de un metro por ochenta para promocionar las
ventas y para que la gente sepa que se tiene el apoyo y respaldo de la fundación”.

“Para los que trabajan con la línea de misceláneas, se está pensando en hacer un
catálogo que les permita a todos ofrecer también los productos que venden sus
compañeros y ampliar el mercado”.

190
ANEXO 2

• Para vendedores de frutas, verduras y comidas

“Se está hablando con la Cámara de Comercio para organizar mercados móviles
por toda la ciudad o en el municipio de Soacha”.

La Fundación Educación, Investigación y


Desarrollo (FIDHAP)7
La Fundación Educación, Investigación y Desarrollo (FIDHAP) es una
institución creada para la promoción del desarrollo social, desde una
perspectiva integral de intervención en distintos ámbitos del hábitat
humano y la calidad de vida (los derechos humanos, lo público, lo am-
biental y la productividad).

Desarrolla su trabajo a través de un plan urbano regional de consti-


tución de ciudad y ciudadanía, con programas de gestión urbana am-
biental: de hábitat y vivienda; y de derechos humanos y partición
política; proyectos de incidencia territorial; y, también, de prestación de
servicios de vivienda.

Uno de sus programas ha sido el plan de mejoramiento de vivienda,


con el que se ha alcanzado la atención a 1.200 personas aproximada-
mente en los municipios de Soacha, con 90 casos; y Barrancabermeja,
en el departamento de Santander, con 150 casos.

El programa pretende acondicionar las viviendas de las familias en


situación de desplazamiento a partir de la entrega de materiales para el
saneamiento básico (baños, cocinas, redes hidráulicas y sanitarias, lava-
dero y patio); reforzamiento de estructuras (cimentación, columnas,
vigas); seguridad (muro de cerramiento, puertas, ventanas, rejas); y
remodelaciones.

7 Texto elaborado con base en la sistematización de la experiencia: “El mejoramiento


del hábitat y la vivienda en la ciudad desplazada, una práctica social”. En: Barrio
taller, desplazamiento, ciudad y territorio (marzo de 2003). Serie Ciudad y hábitat. Bogo-
tá. Año 9, Doc. no 10: págs. 34-43.

191
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Los programas
Según la organización, la realidad habitacional en la zona de Altos
de Cazucá es, en términos generales, tugurial, carente de servicios bási-
cos, pisos en tierra, hacinamiento.

“Situación en la que se discute el concepto de hábitat y habitabilidad del despla-


zado. Lo cual merece una respuesta social amplia, donde confluyan distintos
esfuerzos públicos y privados, donde agentes interesados acudan con sus respec-
tivos acumulados a la construcción de oportunidades de sobrevivencia, desde el
territorio que se ocupa”.

El trabajo se emprende por la iniciativa entre agencias de coopera-


ción, ONG y, en especial, con las organizaciones de desplazados. Desde
los cuales se unifica la perspectiva de atender la reconstrucción del teji-
do social de la población, diseñándose así el Plan de Intervención en el
Mejoramiento de Vivienda para la Población Desplazada por la Violencia.

Desde el mes de julio del año 2000, entre la coordinación para Bogo-
tá de la Agencia de Cooperación Consejería en Proyectos (PCS), la Mesa
distrital de organizaciones de desplazados (OD), entre las que se encuen-
tran ADESCOOP, AFRODES, GERMINAR, CEDEPAZ y USCOL; y la Fundación Educa-
ción, Investigación y Desarrollo (FIDHAP). Se inicia el proceso con 45
soluciones de vivienda existentes para un total de 90 casos, desarrolla-
das en su gran mayoría en barrios de las localidades de Ciudad Bolívar
y Usme en la ciudad de Bogotá. Algunas de estas soluciones se han
realizado en la zona de Altos de Cazucá en el municipio de Soacha.

No obstante a que los rubros fueron dispuestos para los materiales y


la asistencia técnica (levantamiento de planos, diseños de tipologías,
presupuesto, programación de las obras, entre otros), así como la admi-
nistración del proyecto, fueron las organizaciones de desplazados quie-
nes implementaron la extensión y acceso al programa de los beneficiarios
mediante estrategias de selección, por aportes de las organizaciones
y por participación. Acciones que motivaron encuentros de la co-
munidad para discutir sobre los compromisos y cumplimiento de los
requisitos.

Toda la labor promovió el acercamiento entre las familias pertene-


cientes a distintas organizaciones, quienes vinculándose al proyecto

192
ANEXO 2

iniciaron un acercamiento de vecindad colaborándose y apoyándose


de manera solidaria en la ejecución de las obras.

Como lección, en la autoconstrucción dirigida, la experiencia divul-


gada por FIDHAP demuestra cómo el impacto hacia la demás comunidad
del barrio, mejoró la imagen de las familias al ver las mejoras en sus
casas: “Los ven como iguales, permitiendo que a la población desplazada le sea
más fácil involucrarse en el tejido social del barrio”. Esta, por último, es una
de las iniciativas que muestra en la zona una de las más claras propues-
tas para la creación de las condiciones que conlleven a establecer una
política clara para los desplazados.

La Fundación para la Educación y el Desarrollo (FEDES)


La fundación FEDES busca la promoción de las personas a través de la
educación y el desarrollo, su función principal es el mejoramiento de la
calidad de vida. Los propósitos de la organización se promueven a tra-
vés de dos programas, uno de educación e investigación social y otro en
la promoción de la organización comunitaria.

La fundación cuenta con el respaldo de agencias de cooperación in-


ternacional, dentro de las cuales se destacan Mujeres Católicas de Aus-
tria, Terre des Hommes de Alemania, SCIAF de Escocia, Trocaire de Irlanda,
Agir Ensemble de Francia, la Fundación Santa María de España y MLAL
de Italia.

Se destacan, dentro del proceso de acompañamiento, los procesos


de formación y capacitación en el contexto del desarrollo social y los
derechos humanos y el trabajo de interlocución interinstitucional para
el fortalecimiento de las organizaciones de desplazados (OD).

Posee una larga trayectoria, desde 1994, en el trabajo con población


desplazada, principalmente en Urabá y Medellín. Desde el año 2000 el
programa se ha llevado a la zona de Altos de Cazucá, y con el cual se ha
buscado volver a situar políticamente a las comunidades y facilitar su
empoderamiento para que puedan ser autogestoras de su propio desa-
rrollo.

Los ejes estructurales del trabajo en el sector han sido:

193
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

La formación política a las comunidades a través de procesos de edu-


cación popular, enfocados hacia la restitución de los derechos civiles y
la convivencia; la organización de diversos grupos comunitarios (des-
plazados, mujeres, jóvenes) y organizaciones de base (juntas de acción
comunal y asociaciones de padres)8.

Dentro de sus frentes de trabajo se encuentran la población en situa-


ción de desplazamiento, las mujeres, los jóvenes, las organizaciones de
base y la gestión interinstitucional, dentro de los cuales se identifican
varios logros en el proceso:

Los programas
Fortalecimiento organizacional

Constitución de la Asociación de Desplazados Revivir al Futuro.

• Formación en proyectos productivos.

• Resolución de conflictos y aumento de los niveles y mecanismos de


comunicación.

• Reconstrucción de relaciones interpersonales, interfamiliares, veci-


nales y comunitarias.

• Aplicación de mecanismos de exigibilidad y protección de derechos.

• Participación de 198 mujeres en procesos de educación popular.

• Constitución de 11 comités de mujeres en igual número de barrios.

• Elaboración conjunta de los estatutos de la red y gestión para su


reconocimiento jurídico.

• Organización de la Red de Mujeres de Altos de Cazucá.

8 Véase: HERRERA, JOSÉ DARÍO, y, GARZÓN, JUAN CARLOS (2003). Organización y promoción
comunitaria. Bogotá: Fundación Educación y Desarrollo (FEDES): págs. 39 y sigs.

194
ANEXO 2

• Coordinación de la mesa de trabajo de ONG y organizaciones de des-


plazados en Altos de Cazucá.

Jóvenes:

• Construcción y fortalecimiento de identidades.

• Conformación del grupo juvenil Raíces de Paz.

• Integración de los jóvenes a procesos comunitarios a través de acti-


vidades culturales y deportivas.

195
ANEXO 3

PRESENTACIÓN DE LAS ORGANIZACIONES DE


DESPLAZADOS INTEGRANTES DE LA MESA DE
INTERLOCUCIÓN, GESTIÓN Y DESARROLLO
DEL MUNICIPIO DE SOACHA (MIGD)

El texto que se presenta a continuación fue elaborado durante el mes


de septiembre de 2003 y contó con el apoyo de representantes de las
organizaciones de desplazados: Corporación para la Educación, el De-
sarrollo y la Paz (CEDEPAZ); Integración de Desplazados Colombianos por
la Violencia (INTERDECOL); GERMINAR; Asociación de Afrocolombianos Des-
plazados por la Violencia (AFRODES); Asociación de Desplazados Unidos
(ASODESUN); Unión Solidaridad por Colombia (USCOL); Asociación de Pa-
dres de Familia del Proyecto Promundo Activo (para niños de familias
desplazadas); Asociación de Desplazados Revivir al Futuro. Se contó
con la asesoría de Sandra Morales Barragán del Instituto de Estudios
Rurales de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Pontificia
Universidad Javeriana y; Fernando Vargas, asesor independiente.

Introducción
Para las organizaciones desplazados (OD) que integran la Mesa de
Trabajo de Interlocución Gestión y Desarrollo de pobladores afectados
por la violencia que se encuentran ubicados en el municipio de Soacha
y áreas periféricas de la ciudad de Bogotá se hace decisivo, en lo que va
corrido del año 2003, emprender actividades de acercamiento y divul-
gación del proceso organizativo ante las entidades públicas y privadas.

197
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Su objetivo central pretende generar espacios de sensibilización, con-


versación, reflexión y concertación sobre alternativas que surgen de las
propias comunidades en la superación de los efectos personales, fami-
liares y comunitarios que han sufrido miles de pobladores que se han
visto forzados a abandonar sus lugares de origen por las condiciones de
violencia producidas por el conflicto colombiano.

Para ello, el escrito que se expone a continuación tiene como objeti-


vos:

1. La caracterización social de las organizaciones y de su proceso de


fortalecimiento.

2. Proponer acciones para la interlocución, gestión y negociación de


programas sociales que consoliden la representatividad y restaura-
ción de las comunidades desplazadas en la construcción del bienes-
tar y del acceso a mejores condiciones de vida.

Se espera con este trabajo de comunicación y diálogo, alcanzar un


mayor acercamiento con las diversas instituciones que formulan y eje-
cutan las políticas de atención y solución definitiva a las comunidades
desplazadas.

La caracterización social de la MIGD:


La población desplazada, en su mayoría, es de origen campesino,
con una fuerte vinculación a la tierra y al territorio por lo que la ciudad
no aporta grandes posibilidades de empleo. De ahí que las oportunida-
des de trabajo se ubiquen fundamentalmente en el sector informal que
no permite ingresos estables, garantías laborales ni sociales, por lo que
la MIGD plantea la creación de empresas como un factor que coadyuva
para la estabilización socioeconómica de los desplazados.

El crear empresas desde los desplazados tiene ventajas como son:

• Estabilización socioeconómica.
• Formación de tejido social.
• Aporte a la generación de empleo.

198
ANEXO 3

• Freno a la estigmatización como víctimas.


• Superación de las soluciones individuales, primacía de soluciones
grupales.

• Consolidación organizativa.
• Autonomía de las organizaciones de desplazados.

LA MIGD Y SUS INTEGRANTES

No. aproximado
de familias y
Organización Representante legal distribución local
Soacha Bogotá
Corporación para la Educación, Federico Huependo 60
el Desarrollo y la Paz (CEDEPAZ).

Integración de Desplazados José Eduardo Romero 159 450


Colombianos por la Violencia
(INTERDECOL).

GERMINAR. Hermes Ariza 114 139

Asociación de Afrocolombianos Geiler G. Romaña Cuesta 276 276


Desplazados por la Violencia
(AFRODES).

Asociación de Desplazados Doris Calderón 40 60


Unidos (ASODESUN).

Unión Solidaridad por Daniel Enrique Rendón 32 46


Colombia (USCOL).

Asociación de Desplazados Orlando Grajales 39


Revivir al Futuro.

Asociación de Padres de Virginia Tique y Moisés Rátiva 150


Familia del Proyecto Promundo
Activo (para niños de familias
desplazadas).

Fuente: Taller “Los logros y limitaciones del proceso organizativo”, junio de 2003.
Facultad de Estudios Ambientales y Rurales. Pontificia Universidad Javeriana.

199
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

PONDERACIÓN DE LA DISTRIBUCIÓN LOCAL POR


NÚMERO DE FAMILIAS

Localidad Número de familias

Soacha 870

Bogotá 971

TOTAL 1.841

Fuente: Taller “Los logros y limitaciones del proceso


organizativo”, junio de 2003. Facultad de Estudios
Ambientales y Rurales. Pontificia Universidad
Javeriana.

Número de familias y distribución local

Soacha
Bogotá 46%
54%

Fuente: Taller “Los logros y limitaciones del proceso


organizativo”, junio de 2003. Facultad de Estudios
Ambientales y Rurales. Pontificia Universidad
Javeriana.

Según las organizaciones cada familia está compuesta, en promedio,


por 6 personas, lo cual mostraría un aproximado de 11.046 personas
que se encuentran vinculadas directa e indirectamente al proceso
organizativo.

200
ANEXO 3

Lugares de Procedencia
Huila Meta
6% 9%
C/marca S/der
9% 9%

Tolima
Chocó 10%
15%

Costa caribe
Caquetá 15%
13%
Antioquia
13%

Fuente: Taller “Los logros y limitaciones del proceso organizativo”,


junio de 2003. Facultad de Estudios Ambientales y Rurales.
Pontificia Universidad Javeriana.

BENEFICIOS QUE PRESTAN LAS OD A LA POBLACIÓN DESPLAZADA

Organización Beneficios a la comunidad

Corporación para la • Apoyo y formación solidaria.


Educación, el Desarrollo y la
• Interlocución ante organizaciones y autoridades del
Paz
municipio y el departamento.
(CEDEPAZ).
• Gestión para capacitación.
• Gestión para cobertura en salud y vivienda.

Integración de Desplazados • Proyecto de vivienda cubrimiento de 150 familias.


Colombianos por la Violencia
• Reubicación de la comunidad con proyectos
(INTERDECOL).
agrícolas localizados en los Llanos Orientales, Tolima
y Cundinamarca.

GERMINAR. • Apoyo a procesos productivos para 80 familias.


• Gestión para el mejoramiento de vivienda.
• Capacitación, actualización y formación permanente.

continúa

201
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

continuación

Organización Beneficios a la comunidad

Asociación de • Lograr nuestros derechos perdidos.


Afrocolombianos Desplazados
por la Violencia (AFRODES). • Apoyar a las víctimas.
• Propender por la estabilidad familiar.
• Fortalecer la organización.
• Interlocución, gestión y representación.

Asociación de Desplazados • Banco de vivienda con proyecto de


Unidos (ASODESUN). autoconstrucción, Vivienda digna.

Unión Solidaridad por • Gestionar proyectos ante las entidades estatales y no


Colombia (USCOL). gubernamentales.
• Desarrollar proyecto de vivienda para la comunidad
desplazada.
• Fortalecimiento organizativo.
• Orientación y capacitación a las familias.

Asociación de Desplazados • Gestión de procesos de educación en áreas temáticas


Revivir al Futuro. como derechos humanos, DIH; legislación sobre
desplazamiento forzado, participación, resolución
pacífica de conflictos; y artes y oficios para la
población en situación de desplazamiento.
• Gestión en la interposición de acciones legales
necesarias para la protección de los derechos de las
personas en situación de desplazamiento.
• Gestión sobre el acceso a la oferta pública de
atención al desplazamiento forzado.

Asociación de Padres de • Participación, apoyo y gestión para la continuidad


Familia del Proyecto del proyecto con el propósito de seguir beneficiando
Promundo Activo (para niños a las familias y niños que integran la asociación.
de familias desplazadas).

Fuente: Taller “Los logros y limitaciones del proceso organizativo”, junio de 2003.
Facultad de Estudios Ambientales y Rurales. Pontificia Universidad Javeriana.

202
ANEXO 3

INSTITUCIONES PRIVADAS, TIPO DE APOYO Y ALCANCES


OBTENIDOS EN EL FORTALECIMIENTO DE LAS OD

Organización Institución Tipo de apoyo Alcances

FIDHAP. Asesoría en adminis- Recursos para mejora-


tración de recursos, miento de vivienda.
capacitación y acom-
pañamiento de la or-
ganización y de la mesa
de trabajo en el muni-
cipio.
Colegio María Educativo. Capacitación y fortaleci-
Auxiliadora. miento organizacional.
Capacitación en educa-
ción básica primaria y ca-
pacitación de adultos en
administración.
Total de niños capacita-
dos: 441.
Sol Aldea Niños. Alimentario, psicológi- Comedor comunitario
co y de refuerzo esco- para menores de edad.
lar. Total de niños beneficia-
Corporación para dos: 895.
la Educación, el
Desarrollo y la Médicos sin En salud e interlocu- Materiales y mano de
Paz Frontera. ción interinstitucional. obra de la comunidad
(CEDEPAZ). para establecer una sala
de espera en el puesto de
salud.
Hogares juveniles. En salud. Donación de medica-
mentos y vitaminas.
Universidad Educativo, interlo - Capacitación, acompaña-
Javeriana. cución y asesoría en miento y fortalecimiento
fortalecimiento orga- organizacional y comuni-
nizacional y comuni- tario e interlocución con
tario a través de las otras instituciones.
facultades de estudios
rurales y ambientales,
psicología, adminis-
tración de empresas,
diseño y arquitectura y
sensibilización con es-
tudiantes.
Programa Mundial Alimentario. Ración alimentaria para
de Alimentos (PMA). la comunidad.

continúa

203
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

continuación

Organización Institución Tipo de apoyo Alcances

Integración de Fundación Logística. Desarrollo de reuniones y


Desplazados Construyamos. formulación de proyectos.
Colombianos por Megabanco. Logística y apoyo ope- Recurso económico asegu-
la Violencia rativo. rado en la entidad para 150
(INTERDECOL). familias.
MENCOLDES (Iglesia Asesoría, apoyo psicoló- Capacitación y fortaleci-
Menonita). gico y alimentario. miento comunitario.
Nuevo Arco Iris. Logística. Fortalecimiento organiza-
cional.
FIDHAP. Asesoría y gestión de Mejoramiento de vivienda
recursos. y habitabilidad.

PCS(Consejería en Asesoría y gestión de Capacitación en la elabora-


GERMINAR.
Proyectos Sociales). recursos. ción de proyectos.
Recursos para arrenda-
miento, administración y
dotación de una sede para
fortalecimiento institucio-
nal.
REDEPAZ. Logístico. Espacio para la discusión de
políticas y problemática de
la población desplazada.
Consejería en Fortalecimiento organi- Capacitación a los afiliados.
Proyectos (PCS). zacional y educativo.
Asociación de FIDHAP. Mejoramiento de vi- Mejorar las condiciones de
Afrocolombianos vienda y capacitación. vida y habitabilidad.
Desplazados por
la violencia ILSA, trabajadora Trabajo social. Apoyo a mujeres y jóvenes.
(AFRODES). Social.
CODHES. Fortalecimiento organi- Estadística organizativa.
zacional.
Asociación de Fundación Logístico y jurídico. Fortalecimiento institu-
Desplazados Biocosmos. cional.
Unidos
(ASODESUN).
Consejería en Fortalecimiento insti- Capacitación y organiza-
Proyectos (PCS). tucional. ción.
Unión Colectivo de Asesoría jurídica. Tutelas, interposición de
Solidaridad por abogados, José mecanismos de exigibilidad.
Colombia (USCOL). Alvear Restrepo
Humanidad
Vigente.

continúa

204
ANEXO 3

continuación

Organización Institución Tipo de apoyo Alcances

FEDES. Capacitación. Fortalecimiento a la organi-


zación.
FIDHAP. Mejoramiento de vi- Elevar las condiciones de
vienda y capacitación. vida y habitabilidad.
Asociación de Escuela Normal Educativo. Educación a los niños de la
Padres de Familia Superior María asociación.
del Proyecto Auxiliadora.
Promundo Activo
(para niños de
familias
desplazadas).
FEDES. Proceso de formación Desarrollar la capacidad de
en desarrollo humano y gestión.
sociopolítico y acom- Fortalecer la organización.
pañamiento en el
fortalecimiento orga- Aumentar la capacidad de
nizacional. liderar e interlocutora.

Defensoría del Capacitación. Ampliar conocimiento en


Pueblo. los mecanismos de protec-
ción legislación sobre tierras
y vivienda.
ACNUR. Capacitación. Derechos humanos
En las políticas sobre des-
plazamiento forzados.
Asociación de
Desplazados SENA. Capacitación. En proyectos agrícolas y en
Revivir al Futuro. avicultura, huertas caseras
y ganadería.
Capacitación en adminis-
tración de empresas.
FIDHAP. Capacitación y mejora- En derechos humanos y
miento de vivienda. apoyo para el mejoramien-
to de la vivienda.
Padres Dominicos. Ayuda humanitaria. 48 alojamientos temporales.

Programa Mundial Ayuda alimentaria. Aporte alimentario para la


de Alimentos (PMA). comunidad desplazada.
Embajada de Aporte de recursos econó-
Canadá. micos para la atención de
emergencias.

Fuente: Taller “Los logros y limitaciones del proceso organizativo”, junio de 2003.
Facultad de Estudios Ambientales y Rurales. Pontificia Universidad Javeriana.

205
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Objetivos, plan de trabajo, proyección y requerimientos


financieros e institucionales en la Mesa de Interlocución,
Gestión y Desarrollo del municipio de Soacha
Objetivos
Objetivo general

Implementar un programa interinstitucional para la gestión de pro-


cesos y proyectos en el fortalecimiento (reubicación, retorno, estabiliza-
ción) de las organizaciones de desplazados desde la perspectiva del
desarrollo integral.

Objetivos específicos Plan de trabajo Proyección Requerimientos


financieros
• Formular y ejecutar • Alianzas estratégicas El programa Inversión de
proyectos para la ge- interinstitucionales interinstitucional doscientos
neración de ingresos con agencias públicas pretende una treinta millones
con énfasis en granjas y privadas. proyección de de pesos
integrales, manejo in- • Información, promo- diez (10) años. ($230.000.000.oo)
tegral de residuos só- ción y divulgación. para su fase
lidos, montaje de café inicial que
internet y empresas • Establecer convenios.
correspondería
de prestación de servi- • Generar sostenibilidad al primer año de
cios. e identidad corporati- ejecución.
• Generar y participar va.
en procesos continuos • Infraestructura, logís-
de capacitación y for- tica, equipamiento.
mación básica, técnica • Gastos de funciona-
y especializada. miento.
• Consolidar una me- • Sistema de informa-
sa de interlocución, ción.
gestión y desarrollo
• Gestión interinstitu-
para elevar la capaci-
cional.
dad de propuestas de
concertación, negocia- • Planes de formación,
ción e incidencia en las actualización y capaci-
políticas y ejecución tación permanente.
de proyectos de aten- • Generación de espa-
ción, estabilización y cios participativos
solución definitiva a la para la comunidad
situación de desplaza- desplazada.
miento forzado.

Fuente: Mesa de Interlocución, Gestión y Desarrollo del municipio de Soacha (2003).

206
ANEXO 3

El proceso relacionado al tema de lo productivo estará regido por los


criterios de una empresa privada donde la rentabilidad, eficiencia y
sostenibilidad son condicionantes fundamentales. La característica in-
herente es que serán sociedades empresariales cuyos accionistas princi-
pales o propietarios son organizaciones de desplazados que, en calidad
de dueños, determinarán las políticas de las empresas. El manejo admi-
nistrativo, contable y gerencial estará en manos de profesionales que se
encargarán de ejecutar las políticas emanadas de la junta directiva,
planeación y demás acciones pertinentes para el buen funcionamiento
empresarial.

Por tanto, esta propuesta requiere de un proceso de capacitación para


que la autoridad máxima, las organizaciones de desplazados adquieran
una visión gerencial y empresarial que les posibilite tomar decisiones
de este carácter y que incluya la formulación y evaluación de proyectos
productivos.

Las empresas aquí planteadas buscan proporcionar empleos esta-


bles, con condiciones dignas, derechos y beneficios legales para los tra-
bajadores y, en principio, cubrirán áreas que permitan la máxima
vinculación de población desplazada de acuerdo a su capacitación y
preparación. Este panorama comprende las siguientes propuestas em-
presariales:

· Empresa de recolección de basuras y manejo integral de residuos


sólidos. El primer componente permite acceder a la prestación del
servicio de recolección que, por sí mismo, es una actividad rentable.
Permite una negociación separada de su complemento que es el
manejo integral de residuos sólidos, lo que de manera anexa impli-
caría el tratamiento de circuitos de recolección, selección, acopio,
transformación y venta de residuos sólidos. Esta empresa puede te-
ner un accionar en poblaciones de Cundinamarca, especialmente en
Soacha, si se logra una negociación adecuada con el municipio.

· Empresa prestadora de servicios generales. Tendría un portafolio


variado que comprende servicios puntuales y otros de mantenimien-
to, desde unipersonales hasta agrupaciones como edificios, barrios,
conjuntos residenciales, juntas de acción comunal, universidades,
pues cubre oficios de aseo, jardinería, conservación de áreas verdes

207
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

y parques, lavado de vidrios y fachadas, mantenimiento de zonas


comunales, arreglos locativos: pintura, plomería, electricidad, eba-
nistería, construcción, albañilería y, posiblemente, mensajería y trá-
mites.

· Empresa de atención y prestación de servicios prioritarios a des-


plazados. Para emprender acciones de respaldo, dada la vulnerabili-
dad de la población desplazada, así como la necesidad de acceder a
servicios tanto de emergencia como de estabilización para la pobla-
ción que arriba cotidianamente al municipio y la ya establecida. Com-
prende atenciones de emergencia tales como alojamiento, jardín
infantil, alimentación y asesoría en trámites en un centro de aten-
ción y otras áreas específicas de acción o componentes productivos
que apuntan a la estabilización. Entre otros los siguientes:

· Salud: conformación de una IPS que tenga como población obje-


tivo a los desplazados, brinde servicios de calidad y que actúe
con sensibilidad frente a su situación de alta vulnerabilidad.

· Vivienda: su objetivo es una empresa solidaria de gestión de sub-


sidios y recursos para construcción de vivienda nueva y mejora-
miento de la existente. Esta empresa ha de redundar en la
estabilización y la dignidad habitacional, posibilita el mejoramien-
to de la calidad de vida de los grupos familiares desplazados.

· Café internet: propuesta productiva centrada a dar oportunida-


des de incorporación social, trabajo y cualificación a la población
de jóvenes.

· Educación: convenios con instituciones para la formación conti-


nua en educación informal y técnica; y con cursos de formación
permanente en DIH y exigibilidad de derechos, liderazgo, género,
entre otros.

· Montaje de una granja integral piloto: espacio de educación y


producción agrícola y pecuaria, en el que se fortalezcan las habi-
lidades y capacidades rurales de la población campesina que ha
migrado a las ciudades. Como finalidad del proceso se pretende
el acceso a nuevos procesos técnicos y la divulgación de la expe-

208
ANEXO 3

riencia para centros universitarios, colegios, escuelas y las institu-


ciones en general.

Los proyectos serán el sustento para la concertación con institucio-


nes que tienen que ver con el buen curso de la propuesta como son las
gubernamentales (presidencia, ministerios, institutos descentralizados,
gobernaciones, alcaldías, Red de Solidaridad, etc.), cooperación inter-
nacional, ONG, centros de formación académica (SENA, universidades,
institutos y entidades educativas), empresa privada y demás estamentos
de la sociedad.

209
ANEXO 4

EL ACOMPAÑAMIENTO DESDE LA
PRÁCTICA UNIVERSITARIA1

El papel de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales


de la Pontificia Universidad Javeriana: una apuesta por la
investigación y la capacitación comunitaria
La Pontificia Universidad Javeriana a través del Departamento de
Desarrollo Rural y Regional de la Facultad de Estudios Ambientales y
Rurales, en su línea de investigación sobre conflicto, región y sociedad
rurales, emprende desde el año 2000 un trabajo de acompañamiento y
extensión a las comunidades desplazadas, asentadas en la zona de Al-
tos de Cazucá. El trabajo ha procurado el fortalecimiento institucional a
las organizaciones de desplazados; la definición de alternativas econó-
micas para la generación de proyectos productivos comunitarios; la cons-

1 La síntesis de este texto fue posible gracias las personas de la comunidad que hicie-
ron parte del proceso y organización del trabajo en campo: Amadeo Zárate, Calixto
Díaz, Martha Gaspar, Manuel Robayo, Ananías Duarte, Marcos Pulido, Néstor Hernán
Rodríguez, Elsy Gaspar, Marha Cecilia Santa, José Joaquín Morales, María Beatriz
Aguirre, Lorena Mensura, Mary Gómez, María Edilia Castaño, María Estela Avendaño,
Eliana Quiroga, Romelia Tonguino, Dalia Zarate, Víctor Jiménez, Jorge Pineda, Efrén
Villegas, María Adelfa Valencia, Alfredo León, María Aidé Hernández, Ibeth Polo,
Aidu Lombana, Dalila Zárate, Tito Parra, Wilson Roncayo, Fernando Herrera, Sandra
Manjares. A los jóvenes: Derly Astrid, Sandra, Fredy, Nelly, Arley, Yimmer, Amadeo,
Jhon, Johana, Olga, David y Felipe.

211
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

trucción de redes de apoyo y la reafirmación de la identidad a través de


la educación ambiental con jóvenes de la zona.

En este sentido se ha asumido el acompañamiento como una forma


de “caminar con”, de “estar con”, de “vivir el proceso en lo cotidiano”,
de escuchar y entrar en la cotidianidad de las personas en situación de
desplazamiento desde el respeto y el silencio para saber oír. Facilitando
con ello la toma de decisiones para la reconstrucción de su vida en to-
das las dimensiones de su ser, como hombres y mujeres, en el ámbito de
su interioridad y sus relaciones con el mundo.

En otros términos, seguimos las trayectorias de un trabajo en el que


reconocemos, como lo plantea el Servicios Jesuita a Refugiados, la
interiorización de que estamos frente a hombres y mujeres que por años
han sido obligados a callar por su condición de campesinos, de pobres y
analfabetas. Los dueños de la palabra los han condenado a guardar si-
lencio. De esta manera, nosotros como compañeros asumimos una acti-
tud paciente, saber esperar para que, con ellos y ellas, se puedan
proponer iniciativas y hacerlas realidad2.

Se asume como punto de partida las enseñanzas del mensaje del


padre FRANCISCO DE ROUX en cuanto a que “La gente no es lo que se dice
de ella”. Lo que se dice comúnmente nos impide, no pocas veces, cono-
cer lo que las personas son. Lo que se dice o escribe sobre las personas
crean en nosotras estereotipos y distancias que nos dificultan llegar con
desprevención y conocer sin prejuicios3.

La apuesta fue entonces: construir con y desde la gente. Enfoque a


partir del cual se ha procurado llegar a formular con la comunidad hi-
pótesis pertinentes, y alcanzar conclusiones que valgan por sí mismas y
explican lo que ocurre. Todo ello a fin de permitir responder a cuáles

2 Véase: Servicio Jesuita a Refugiados (2001). Una propuesta de acompañamiento. En:


ACNUR , Pontificia Universidad Javeriana. Atención a los desplazados: experiencias
institucionales en Colombia. Bogotá, págs. 83 y sigs.
3 Véase: DE ROUX, FRANCISCO (1998). La responsabilidad de los científicos sociales en la
actual situación del país. Lección inaugural de agosto de 1998. Facultad de Ciencias
Sociales. Pontificia Universidad Javeriana.

212
ANEXO 4

son las dinámicas que llevan a la pobreza, la guerra, o la destrucción del


ambiente, y cuáles las que están empujando al desarrollo humano sos-
tenible, a la convivencia y a la construcción de un hogar común.

La labor se emprende a par-


tir de continuas visitas de cam-
po que desde el año 2001 hasta
la fecha han propiciado el acer-
camiento a la problemática social
y ambiental de los desplazados
a un número cercano de 680 es-
tudiantes de las carreras de
ecología, administración de em-
presas, psicología, arquitectura y Fotografía: “Sensibilidad y concientización
ante el desplazamiento”.
de las maestrías en desarrollo ru- Manuel Pérez.
ral y gestión ambiental de la
Pontificia Universidad Javeriana; asimismo a estudiantes de las carreras
de ingeniería ambiental de la Universidad del Bosque y de la carrera de
agronomía de la Universidad Nacional de Colombia. Espacio que se ha
propiciado como producto de la investigación y la docencia que sobre
el tema se realiza en el Departamento de Desarrollo Rural y Regional de
la Pontificia Universidad Javeriana.

Fotografía: “Lo que se construye se aprende”.


Manuel Pérez. 2002.

213
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Los supuestos del proceso:


La actividad del investiga-
dor y de los estudiantes se ha
asumido bajo el reconoci-
miento y la credibilidad de las
personas, a partir del cumpli-
miento de la palabra y la
transmisión de conocimiento.
Asumiendo para ello, los rit-
mos, espacios, palabras y sím-
bolos de los desplazados, en
Fotografía: “Lo que se concerta se dialoga”. el ámbito del fortalecimiento
Manuel Pérez. 2000. de sus organizaciones.

La relación transparente que se crea con esta nueva forma de


interacción logra establecer acuerdos mínimos para el camino con-
junto y mecanismos de exigencia mutua para el cumplimiento de
los mismos.

En esta medida el trabajo de capacitación que se ha compartido con


los estudiantes y la población se asume a partir de las siguientes
premisas4:

1. El reconocimiento del “lugar” (espacio geográfico) en el cual la trans-


misión del conocimiento se hace posible.

2. Se adjudica al territorio la materialización de formas institucionales


que sumadas a los saberes de las personas, representaciones, actitu-
des y valores inherentes al aprendizaje permanente, representa acti-
vos fijos para el desarrollo de la comunidad. Lo cual define una forma
de capacitación que parte de la identificación y caracterización de

4 Se siguen aquí las principales contribuciones teóricas de GIMÉNEZ, GILBERTO (2000),


Territorio, cultura e identidades. En: MARTIN BARBERO, JESÚS; LÓPEZ DE LA ROCHE, FABIO
y ROBLEDO, ÁNGELA. Cultura y región, Bogotá: CES. Universidad Nacional, y SANTOS,
MILTON (1996). Metamorfosis del espacio habitado, Barcelona, Oikos-Tau.

214
ANEXO 4

tres elementos básicos que habitan indemnes en las formas de rela-


ción entre la población y su entorno: primero, las formas de expresión
comunicativas, signos, representaciones, señales, lenguajes, hábitat;
segundo, el stock cognitivo, no sólo el de la ciencia formal, sino, tam-
bién, el de otros modos de discernimiento como las creencias, la in-
tuición, la contemplación y el conocimiento práctico del sentido
común; y tercero, la cultura como visión del mundo de las poblacio-
nes, en donde podemos incluir la religión, la ideología y, en general,
todas las reflexiones que implican un sistema de valores de la misma
comunidad.

3. La formación con y para los desplazados se convierte en herramien-


ta clave para la construcción de identidad, pertenencia y arraigo de
su desarrollo cultural y territorial. En otros términos, este tipo de
acompañamiento representa la apertura hacia un campo de posi-
bilidades en las que la población inserta en el territorio, pueda
pensarlo como posibilidad de apropiación y progreso. Dando así,
a los espacios de asentamiento de los grupos de desplazados, una
valoración que se expresa mediante medios y formas creativas de
producción.

4. Se especifica entonces la relación entre territorio y desplazamiento;


se presenta como una posibilidad para la apropiación-valoración es-
tratégica para el desarrollo; en este sentido, se acompaña con un do-
ble carácter. El primero de tipo instrumental-funcional y, el segundo,
de tipo simbólico-expresivo. En el primer caso prima la relación utilitaria
con el espacio, por ejemplo, en términos de explotación económica o
de ventajas geopolíticas que brindan los nuevos espacios habitados;
y en el segundo, se destaca un papel instructivo ligado a formas de
comprensión producidas desde lo simbólico-cultural, desde el cual
se estaría sustentando la reconstrucción dinámica de identidades in-
dividuales y colectivas.

215
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

La aplicación del proceso:


El plan de trabajo se diseñó
a parti r de dos a ct iv id a d e s
formativas, buscando en ellas el
aprendizaje de principios y meca-
nismos para la consolidación de
formas asociativas para la recons-
trucción comunitaria. El trabajo se
implementó con el acompaña-
miento a las 30 familias vincula-
das a la Corporación para la Fotografía: “La comunidad define el
trabajo”. Manuel Pérez. 2000.
Educación, el Desarrollo y la Paz,
CEDEPAZ, organización a través de la cual se implementa la Escuela de
Formación Solidaria I y II. En ellas se definieron objetivos y actividades
relacionadas con la capacitación y la formación en la generación de pro-
yectos económicos.

La Escuela de Formación Solidaria I


Objetivos:

• Identificar referentes comunes de reconocimiento para la genera-


ción de vínculos solidarios y de confianza dentro de la comunidad.

• Identificar y fortalecer las aptitudes, habilidades y conocimientos de


los miembros de CEDEPAZ.

• Promover al interior de la organización el diseño, organización, pla-


nificación y gestión de proyectos productivos.

Metodología:

El plan de trabajo se realizó a través de actividades de integración,


aplicación de las técnicas de dibujo, grupos de discusión, reflexión y
planificación. Las sesiones tuvieron como fundamento la construcción
de conocimiento bajo un “aprender a hacer desde la experiencia personal y
colectiva”. Se trató de un proceso de fortalecimiento común que brindó

216
ANEXO 4

el camino para pensar y preparar acciones para el futuro, fortaleciendo


la organización y el liderazgo de la organización.

El proceso se acompañó con la realización de


talleres en los campos de:
• Nuestros orígenes, nuestra identidad.

• La familia y la administración de nuestros recursos.

• La solidaridad y la organización.

• Nuestro desarrollo económico y los retos del presente.

• Tejiendo nuestros sueños y preparándonos para el futuro.

• Los proyectos productivos y la planificación para nuestro desarrollo


económico.

Escuela de Formación Solidaria II


Objetivos:

• Proporcionar elementos conceptuales de la administración de em-


presas para emprender proyectos económicos comunitarios.

• Aportar procedimientos e instrumentos económicos para la genera-


ción y gestión comunitaria de proyectos productivos.

• Fomentar y promover al interior de la organización el diseño, orga-


nización y planificación de proyectos productivos comunitarios.

• Asesorar en la elaboración y el diseño de los proyectos económi-


cos.

217
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

Metodología:

• El plan de trabajo se realizó a


través de actividades teórico-
prácticas dirigidas por estu-
diantes de administración de
empresas de la Pontificia Uni-
versidad Javeriana.

• Se entregaron cartillas que se


Fotografía: “La formación: entre apren- utilizaron como guías para el
dizajes y enseñanzas”. trabajo y reflexión práctica de
Manuel Pérez. 2002.
los conocimientos adquiridos.

• Durante el proceso de capacitación los participantes recibieron la


asesoría en la elaboración de los proyectos económicos, por parte de
los estudiantes.

Los talleres de formación se concentraron en los siguientes aspectos:

• Valores solidarios y coopera-


ción para el desarrollo econó-
mico comunitario.

• Organización e información
como fuentes del desarrollo
productivo.

• Recursos económicos en el Fotografía: “La toma de decisiones es


mercadeo y las ventas. comunitaria”.
Manuel Pérez. 2000.
• ¿Cómo formalizar una empresa?

• ¿Cómo invertir en una empresa económica?

Los alcances
Como producto del proceso de formación solidaria se diseñó un por-
tafolio de proyectos productivos. Insumo con el cual se realizan activi-

218
ANEXO 4

dades de gestión, para la financiación, ante organizaciones públicas y


privadas. Acciones que han fortalecido la interlocución y la negociación
con diversas entidades públicas y privadas.

Proyectos Costos

Proyecto fabricación y distribución $19.916.700.oo


de colchones.
Proyecto taller de confecciones $24.364.250.oo
Mundiestilo.
Proyecto granja integral $214.911.990.oo
Prodicampo.
Proyecto depósito de materiales. $ 69.886.180.oo

Fuente: Portafolio de Proyectos Productivos. CEDEPAZ,


2002.

Fotografía: “Los conocimientos se aplican”.


Manuel Pérez. 2002.

219
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

En el ámbito de fortalecimiento organizacional y capacitación, el prin-


cipal logro está dado por la vinculación de estudiantes de diferentes
carreras en un trabajo que los involucra con la situación del desplaza-
miento y con acciones de proyección profesional en el ámbito comuni-
tario.

Fotografía: “El día del grado: mucho lo que se aprende”.


Manuel Pérez. 2000.

220
ANEXO 4

Como resultados en el proceso


de expansión del trabajo con la co-
munidad, los estudiantes de la ca-
rrera de ecología: Johana Herrera,
Manuela Palacios, Bibiana Duarte,
Oriana Serrano, Pedro Linares, An-
drés Portilla, Rafael Hernández y
Catherine Gamba, gestionaron
ante la Agencia de Cooperación
Alemana, GTZ, un proyecto de edu-
cación ambiental a través del cual
se exploró: la concepción, valora-
ción y apropiación del territorio por
parte de los jóvenes, la consolidación de líderes ambientales juveniles y
la conformación del “Parche Ecológico Cazucᔠpara la solución de pro-
blemas ambientales locales. El trabajo se desarrolló entre agosto de 2002
y marzo de 20035.

Fotografía: “Los ecológos de Cazucá”. Manuela Palacios. 2003.

5 Los resultados del trabajo se encuentran en: Agencia de Cooperación Alemana GTZ
(2003). Jóvenes opción y acción por la paz y el verde. Informe de investigación proyecto.
Abril. Mimeo. Archivo Departamento de Desarrollo Rural y Regional. Facultad de
Estudios Ambientales y Rurales. Pontificia Universidad Javeriana.

221
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

El proceso descrito hace referencia a los hechos más destacados y


tangibles en la relación que la universidad ha tenido en la zona. Sin
embargo, existen enseñanzas y aportes que no son susceptibles de cuan-
tificar y que han contribuido a la proyección de la comunidad así como
para los estudiantes que se han vinculado al proceso:

Los aprendizajes y alcances de la comunidad

Aprendizajes

• “Valoración del consenso y las contradicciones”.

• “Ser portadores de conocimientos para la investigación de la universidad y


de organizaciones como el Banco Mundial”.

• “A ser promotores de un acercamiento entre la sociedad en general y nuestra


realidad”.

• “Acercamiento al conocimiento profesional y valoración de nuestros propios


conocimientos”.

• “Acceso a la información y a procesos administrativos y políticos de las ins-


tituciones”.

Aportes

• Reconocimiento de entidades nacionales e internacionales de la ex-


periencia.

• Diseño y gestión del Portafolio de Proyectos Productivos para el res-


tablecimiento socioeconómico.

• Liderazgo en la Mesa de Interlocución y Negociación de población


desplazada en el municipio de Soacha.

• Gestión para la puesta en marcha del programa humanitario y de


alimentos de la Organización SOS Aldea de Niños en la localidad.
(Atención a 250 niños).

222
ANEXO 4

• Beneficiados con una donación de $8.000.000.oo del Banco Mundial


al proceso de Fortalecimiento Institucional. (Asesoría DDRYR /FEAR /
PUJ).

Aprendizajes y aportes en los estudiantes


Aprendizajes

• Interpretación de los efectos sociales y ambientales del conflicto


sociopolítico colombiano.

• Gestión de la organización comunitaria.

• Valoración de la heterogeneidad cultural.

• Sentido de la disciplina profesional y de su pertinencia para el desa-


rrollo de la comunidad.

• Mediación y resolución de conflictos.

• Estrategias para la socialización del conocimiento.

• Superar la indiferencia colectiva frente a los efectos del abandono


por parte del gobierno.

Aportes

• Seis (6) tesis de pregrado en el área de la administración de empre-


sas6.

6 DÁVILA, FRANCESCA (2004). La responsabilidad social empresarial mecanismo necesa-


rio para el fortalecimiento y dirección de proyectos productivos de comunidades
desplazadas. El caso de la Corporación para la Educación, el Desarrollo y la Paz
—CEDEPAZ— [Microficha]. Tesis (Administración de Empresas). Pontificia Universi-
dad Javeriana.
MORA ÁLVAREZ, CLAUDIA MARCELA (2002). Viabilidad de la introducción de productos
en el desarrollo de proyectos productivos en población desplazada de los Altos de
Cazucá: una perspectiva desde los valores cooperativos. [Microficha]. Tesis (Admi-
nistradora de Empresas). Pontificia Universidad Javeriana.

223
TERRITORIO Y DESPLAZAMIENTO. EL CASO DE ALTOS DE CAZUCÁ, MUNICIPIO DE SOACHA

• Un trabajo de Educación Ambiental con jóvenes desplazados finan-


ciado por la GTZ (véase cita 5 página 221).

• Una investigación que tiene como producto la publicación de este


libro.

Como conclusión final podemos afirmar que:

• Las alianzas y propuestas entre la comunidad, el investigador y los


grupos de estudiantes, revelan una forma de trabajo que supera las
reivindicaciones materiales. Se trasciende el reconocimiento de la
comunidad facilitando el consenso entre los conocimientos popula-
res y especializados, en la búsqueda de soluciones para el mejora-
miento de sus condiciones de vida.

MOSQUERA NAVIA, FERNANDO ANDRÉS y TEJADA GÓMEZ, MARÍA ALEJANDRA (2003) Evalua-
ción de capacidades asociativas y generación de aprendizaje organizacional en po-
blación en situación de desplazamiento en Altos de Cazucá: caso CEDEPAZ.
[Microficha]. Tesis (Administrador de Empresas). Pontificia Universidad Javeriana.
ESCORCIA CALDERÓN, ROSA PAOLA Y OSCAR JAVIER RODRÍGUEZ YÁÑEZ (2002). Viabilidad de
conformación de proyectos productivos de economía solidaria con personas en si-
tuación de desplazamiento forzoso [Microficha] Tesis (Administradora de Empre-
sas). Pontificia Universidad Javeriana.
PRIETO JIMÉNEZ, CIRA ISABEL. (2002)La constitución de una cooperativa de trabajo aso-
ciado: una alternativa viable de estabilización socioecónomica de una comunidad de
desplazados por la violencia en Colombia. (Microfichas). Tesis (Administradora de
Empresas). Pontificia Universidad Javeriana
MIRANDA, MARÍA ISABEL y NORIEGA MEJÍA, PAOLA (2001). Economía solidaria una pro-
puesta para las comunidades desplazadas en Bogotá: caso ONG Progresar
[Microficha]. Tesis (Administradora de Empresas). Pontificia Universidad Javeriana.

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