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JUSTIFICACION Y DELIMITACION

Es importante entender que en los momentos de crisis todos los participantes dentro del

proceso educativo han sido afectados de una manera u otra. El estudiante está enfrentándose a

retos nuevos que lo potencializan a mejorar en sus habilidades socioemocionales.

La pandemia de COVID-19 es una prueba de estrés para los sistemas educativos de Colombia.

Debido a la crisis, las instituciones de educación superior se han enfrentado al cierre total y,

como resultado, 2.408.041 de estudiantes se han visto afectados y obligados a quedarse en casa.

La educación superior ha tenido grandes desafíos, uno de ellos es la transformación y

renovación de sus metodologías de enseñanza.

Al día de hoy, distintas Instituciones de Educación Superior, en el marco de su autonomía

universitaria, han implementado medidas que contribuyen a la contención de la propagación del

virus y al mismo tiempo garantizan la prestación de servicio público de educación

implementando todas las estrategias de mediación pedagógica disponibles que permitan el

desarrollo de los compromisos académicos con la menor alteración posible, garantizando los

criterios de calidad y rigor exigidos en el proceso formativo.

Esta investigación se presenta con información tomada desde Marzo del 2020 fecha en la que

se declara en emergencia sanitaria el país, hasta la presente y se realizó con el fin de conocer la

manera en que la pandemia del Covid-19 ha afectado la rama de la educación superior en

Colombia, como consecuencia a esto la educación superior se ha visto en la necesidad de

implementar nuevos métodos para la continuidad de las clases, como lo es la educación virtual.

Donde se están aplicando las herramientas necesarias para que los estudiantes sigan con su
formación académica. Las universidades públicas y privadas del país están llevan a cabo sus

clases por medio del acceso remoto, en Barranquilla, la CURN ha aplicado estos mecanismos

con los cuales la comunidad estudiantil ha seguido satisfactoriamente su proceso educativo.

MARCO TEÓRICO

A partir de la declaración de la pandemia el 11 de marzo por la Organización Mundial de la

Salud (OMS), los organismos encargados de regir los sistemas de educación superior anunciaron

las medidas a tomar dependiendo de las alertas establecidas en cada país, acopladas con las

recomendaciones de la OMS para minimizar el impacto del Coronavirus Covid-19.

Los anuncios oficiales divulgados contienen no solo las medidas sanitarias recomendadas para

evitar la expansión de la Covid-19 en los recintos universitarios, sino planes relativos a la

continuidad de los planes de estudio a través de campus virtuales, medios de comunicación u

otros entornos digitales, así como la reprogramación de los calendarios académicos.

Son precisamente estas características las que se han atribuido al uso de las tecnologías de la

información y la comunicación(TIC) en educación. Por ende, en la actual emergencia social las

TIC no pueden ser concebidas sólo como una forma de masificar la transmisión de contenidos

(enfoque instruccional clásico), sino como la manera de garantizar el derecho a recibir una

educación de calidad.

La educación ha tenido que enfrentar inmensos desafíos frente a la pandemia del COVID-19.

En tiempo récord, las universidades han tenido que adaptarse a la enseñanza remota y el

ministerio y secretarías de educación han tenido que responder a las necesidades emergentes de

las comunidades ante el cierre de las instituciones de educación superior. Esto ha llevado a
frecuentes conversaciones acerca de los efectos que esta coyuntura tendrá en un posible rezago

en el desempeño académico de los estudiantes y una posible ampliación de la brecha de

inequidad en la calidad de la educación. Pero hay una preocupación que ha surgido solo

tímidamente y que debería cobrar mucha más relevancia. Se trata de la pregunta sobre los efectos

que este contexto de emergencia y aislamiento físico puede tener sobre el desarrollo social y

emocional de los estudiantes. Es claro que solo una minoría de la población estudiantil en

Colombia tiene los recursos tanto instrumentales como afectivos para continuar sus procesos de

aprendizaje de manera virtual. Eso quiere decir, que una inmensa mayoría de estudiantes está

viviendo dificultades por la falta de conectividad y de recursos tecnológicos para poder seguir

con su formación.

Estos análisis con respecto a las brechas de aprendizaje causadas por el dispar acceso a la

educación virtual son particularmente relevantes en un contexto como el de Colombia en el que

“solo el 50,8 % de los hogares en las cabeceras municipales y el 9,6 % en zonas rurales tienen un

computador en casa (de escritorio, portátil o tableta); la penetración de internet en estrato uno es

de 15,8 %; y, en cambio, el 78,1 % de los colombianos tiene un teléfono inteligente, aunque

únicamente el 29,2 % utiliza internet móvil” (García, J. y Kairuz J., 2020). Para el caso de la

Educación Superior, UNESCO recomienda orientar las acciones de superación de la crisis por

varios principios orientadores, dentro de los cuales resulta particularmente relevante para guiar la

evaluación el de “no dejar a ningún estudiante atrás: en línea con el propósito principal de los

Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. La crisis impacta en grado distinto a los

diferentes perfiles de estudiantes, pero es innegable que profundiza las desigualdades existentes

y genera otras nuevas.


MARCO LEGAL

-Bogotá D.C., 14 de mayo de 2020. El Gobierno Nacional expidió el Decreto Legislativo 660

del 13 de mayo de 2020 con el fin de garantizar la prestación del servicio educativo en todo el

territorio nacional, para lo cual, bajo las orientaciones y autorización del Ministerio de

Educación Nacional, durante la emergencia sanitaria, las semanas de trabajo académico se

podrán organizar en períodos diferentes a los previstos de manera previa en el artículo 86 de la

Ley 115 de 1994.

Este desarrollo normativo permite que el Ministerio de Educación, durante el tiempo de la

emergencia sanitaria pueda atender eventuales necesidades de flexibilización del calendario

académico del presente año, que se identifiquen con las Entidades Territoriales Certificadas para

atender necesidades específicas que algunas regiones puedan requerir según la evolución de la

pandemia.

La Ministra María Victoria Angulo, afirmó que "este Decreto entrega al Ministerio de

Educación Nacional y a las autoridades territoriales ,como responsables de la prestación del

servicio educativo, herramientas para alcanzar los logros de aprendizaje previstos a ser

desarrollados durante el año y que estos se adelanten con base en la adecuación curricular

implementada y según condiciones particulares que en algunos territorios se requieran por la

evolución de la pandemia".

El Ministerio de Educación impartirá orientaciones dirigidas a los alcaldes, gobernadores y

los respectivos secretarios de educación para que cuenten con los elementos necesarios para

valorar las eventuales necesidades de flexibilización del calendario académico para el año 2020.
-Bogotá, marzo 22 de 2020. Ante la emergencia sanitaria declarada por el Presidente de la

República, Iván Duque Márquez, el Ministerio de Educación Nacional expidió la Directiva 04

del 22 de marzo de 2020 dirigida a Instituciones de Educación Superior y aquellas autorizadas

para ofrecer y desarrollar programas académicos de educación superior, en la cual entrega una

serie de orientaciones para el desarrollo de los programas académicos con registro calificado en

modalidad presencial.

-En el marco de la emergencia sanitaria decretada por el Gobierno Nacional, el Ministerio de

Educación Nacional ha brindado orientaciones para el manejo de la emergencia por COVID-19

en la prestación del servicio de Educación Superior, a través de las Directivas 04, 06 y 08 del

2020, tendientes a evitar la propagación del virus mediante la implementación del aprendizaje en

casa. Esas orientaciones, implicaban desarrollar el componente teórico de los programas de

manera asistida por las herramientas que ofrecen las Tecnologías de la Información y las

Comunicaciones TIC, así como ajustar el componente práctico de los programas, para que su

cumplimiento, fuera realizado por los estudiantes después de superado el periodo de emergencia

sanitaria.

-En el marco del Decreto 749 del 28 de mayo del 2020 que ordenó la continuación del

aislamiento preventivo hasta el 01 de julio del 2020, se permitió la activación de los laboratorios

prácticos y de investigación en las Instituciones de Educación Superior como un avance en el

restablecimiento de actividades del sector.

-Decreto 660

Por el cual se dictan medidas relacionadas con el calendario académico para la prestación del

servicio educativo, en el marco del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica.

-Decreto 662
Por el cual se crea el Fondo Solidario para la Educación y se adoptan medidas para mitigar la

deserción en el sector educativo provocada por el Coronavirus COVID-19, en el marco del

Estado de Emergencia Económica, Social y Educativa.

MARCO CONCEPTUAL

Virus: es un agente infeccioso microscópico acelular que solo puede replicarse dentro de las

células de otros organismos. Los virus están constituidos por genes que contienen ácidos

nucleicos que forman moléculas largas de ADN o ARN, rodeadas de proteínas.

Pandemia: Enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos

los individuos de una localidad o región.

Educación: La educación es la institución social que permite y promueve la adquisición de

habilidades, conocimientos y la ampliación de horizontes personales y que puede tener lugar en

muchos entornos.

Universidad: es una institución académica de enseñanza superior e investigación que otorga

títulos académicos en diferentes disciplinas. Se puede ubicar en uno o varios lugares llamados

campus.

Estudiante: se refiere al aprendiz dentro del ámbito académico. Y que se dedica a esta

actividad como su ocupación principal.

Contagio: Transmisión de una enfermedad por contacto con el agente patógeno que la causa.

Internet: es un conjunto descentralizado de redes de comunicación interconectadas que

utilizan la familia de protocolos TCP/IP, lo cual garantiza que las redes físicas heterogéneas que

la componen constituyan una red lógica única de alcance mundial.

Distanciamiento: es un conjunto de medidas no farmacéuticas de control de las infecciones,

con el objetivo de detener o desacelerar la propagación de una enfermedad contagiosa. 


Prevención: el conjunto de medidas necesarias para evitar el desarrollo o progreso de

enfermedades.

Virtualidad: es una apariencia de la realidad y esta definida como un proceso imaginario; por

ello lo que aprendemos de un sistema de computo aparenta ser real porque se estudia de la

realidad pero no es real debido que no estamos en tiempo real; esto es lo que llamamos realidad

virtual.

Covid-19: es la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más

recientemente. Tanto el nuevo virus como la enfermedad eran desconocidos antes de que

estallara el brote en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

ARTICULOS ESTADO DEL ARTE

La educación superior y su acelerado proceso de virtualización, favorecido por la

pandemia del COVID-19, se dan en un marco de condiciones sociales y económicas específicas.

Es bien conocida la paradoja del país con respecto a sus logros en reducción de la pobreza en un

contexto de elevados índices de desigualdad económica y social.

Lamentablemente, el primer factor de esta paradoja ha mostrado toda su fragilidad: después

de tres meses de pandemia, Colombia podría retornar a los niveles de pobreza de hace 20 años, y

habría que esperar una década para que la tasa de desempleo vuelva a ser de un dígito.

La pandemia ha permitido que actores económicos que comprenden la educación

superior como un negocio: interpreten esta coyuntura como una oportunidad para superar la

caída en la demanda que se venía presentando en las instituciones privadas, incluso antes de la
llegada del nuevo coronavirus. Esto último ha favorecido la aparición de profecías de

transformación radical de la educación por la virtualidad.

Dichas profecías, ligadas a la introducción de alguna tecnología educativa, se han reeditado

desde el siglo xviii y, más recientemente, con la promesa de los audiovisuales (radio y televisión

educativas, sonovisos) y la enseñanza programada en los años cincuenta y sesenta, la

racionalización de todos los procesos en los setenta, la fascinación por la digitalización y los

multimedia en los noventa, y ahora la educación virtual.

El Ministerio de Educación esté acudiendo a las tecnologías educativas que se ofrecían

como la gran promesa del cambio y la innovación educativos en los sesenta: la radio y la

televisión. De esta manera, el goce efectivo del derecho a la educación se reduce, en muchos

casos, al diligenciamiento y la entrega de guías u otro tipo de materiales similares para constatar,

evidenciar o medir el trabajo autónomo de los estudiantes.

Lo anterior contribuye al aumento de las desigualdades socioculturales entre quienes tienen

acceso a internet y quienes no, lo que supone la validación estatal de la inexistencia de criterios

para promover y garantizar la calidad en la prestación del servicio educativo, además de la

inobservancia de la aceptabilidad.

El profesorado se haya visto obligado a tener que utilizar internet para dictar sus clases

durante la pandemia, ha favorecido el surgimiento de posturas que defienden la vuelta a la vida

universitaria tradicional. Sin embargo, la virtualidad ha puesto en evidencia la inoperancia de

ciertas formas de enseñanza, basadas en el empleo de didácticas expositivas en las que el docente

tiene un marcado protagonismo.


La vida universitaria prepara a los estudiantes de mejor manera para afrontar los

desafíos de vivir y trabajar en sociedad. Las salidas de campo y las prácticas posibilitan

aprendizajes vivenciales y altamente significativos. Son los ejercicios colaborativos y grupales

en los que se realizan proyectos o se resuelven problemas, y aquellas prácticas pedagógicas que

favorecen la experimentación, investigación, deliberación, contrastación y ampliación de los

saberes previos, las pautas formativas que permiten justificar la idea de que la virtualidad sea

comprendida como complemento y no como sustituto de la formación presencial integral.

La virtualización está siendo hoy también un instrumento en estos ejercicios, pero

requiere mayor acceso a conectividad y a dispositivos electrónicos. Pero, por otra parte, y de

forma incluso más evidente que para los procesos de formación, la virtualidad resulta

insuficiente cuando se trata de generar confianza, negociar, participar, realizar trabajo de campo,

experimentar, desarrollar proyectos y transformar entornos concretos.

Por ejemplo, en 2018, solo la Universidad Nacional de Colombia realizó 71 actividades de

extensión solidaria en 21 departamentos del país en torno a la generación de comunidades

sostenibles en las diferentes regiones del territorio nacional. La extensión en contextos rurales y

con deficiente conectividad plantea retos inmensos para su sostenibilidad.

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