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Consideraciones preliminares
1. Para una lectura inicial de texto es necesario precisar el contexto político y social
del autor, en ese sentido se alimentará el documento con información adicional
sobre la ilustración como punto de partida, el primer discurso escrito por el autor,
adicionalmente se hablará sobre el proyecto de la enciclopedia y las referencias
bibliográficas del autor.
2. En una tentativa de cumplir con el objetivo de la disciplina se hará la respectiva
aproximación del juicio estético al juicio político a través de los diferentes
interrogantes que el autor plantea a lo largo de la carta, dando una respuesta de
opinión construida por el estudio de esta y los textos adicionales.
3. Para hacer una lectura más clara del texto, se reescribe el artículo Ginebra, el
cual se incluirá como anexo al presente documento y el cual poseerá algunas
oraciones resaltadas (por fuera del texto), pertenecientes a las ideas que se
desarrollaran a lo largo de este escrito.
4. Conclusiones, preguntas abiertas para discutir en grupo, la información naciente
del debate será recolectada para realizar el documento final para la disciplina.
5. Bibliografía usada.
… “Todo ha sido discutido, analizado, removido, desde los principios de las ciencias hasta los fundamentos
de la religión revelada, desde los problemas de la metafísica hasta los del gusto, desde la música hasta la
moral, desde las cuestiones teológicas hasta las de la economía y el comercio, desde la política hasta el
derecho de gentes y el civil. Fruto de esta efervescencia general de los espíritus, una nueva luz se vierte sobre
muchos objetos y nuevas oscuridades los cubren, como el flujo y reflujo de la marea depositan en la orilla
cosas inesperadas y arrastran consigo otras”..(D´Alembert, 1758)
D´Alembert, en su ensayo sobre los elementos de la filosofía, señala que el siglo XVIII
denominado el siglo de la luz, desarrolló de una forma de pensamiento como resultado de la
trasformación espiritual que venía sucediendo tres (3) siglos atrás a causa de movimientos
literarios, religiosos y filosóficos correspondientes a cada época como fueron, el
renacimiento, la reforma religiosa, y el método cartesiano. Es en el siglo XVII donde hay
un incremento general de las ideas y la filosofía deja de situarse en un campo especial del
conocimiento y se torna un medio omnicomprensivo donde los principios del
conocimiento natural, jurídico y político se forman, se desenvuelven y se asientan.
Uno de los proyectos más trascendentales del siglos XVIII, fue llevado a cabo inicialmente
por Denis Diderot y Jean D´Alembert, quienes fueron llamados por el francés André
Le beton para realizar la traducción de la Cyclopaedia británica, elaborada por Ephraim,
sin embargo el proyecto se tornó más ambicioso, expandiéndose de manera significativa,
cuyo objetivo principal se transformó en realizar un sumario original y compresivo de
la filosofía, el arte, la ciencia y la tecnología, dejando como resultado la Enciclopedia, o
el diccionario racional de las ciencias, las artes y de las profesiones, publicada en 28
volúmenes entre 1751 y 1772, al respecto Diderot escribió: … “En la realidad el objetivo
de una enciclopedia es recolectar todo el conocimiento que se encuentra esparcido por la
1
Cassirer, E. (1932). Philosophie de Ausfklaung, New Haven (Trad. Cast.) Filosofía de la ilustración. Madrid,
fondo de la cultura económica, para España.
faz de la tierra y hacer que sea conocido, en su estructura general por todos los hombres
entre los cuales vivimos, e transmitir aquellos conocimientos que cambiaron después de
nosotros, donde el trabajo del pasado sea útil, a todas las épocas venideras, nuestros nietos,
en la medida que se hagan más educados, pueda al mismo tiempo ser más virtuosos y
felices” ...
La Carta a D´Alembert sobre los espectáculos, es una respuesta que va más allá de la
crítica sobre la escena teatral europea con tintes morales, fue una respuesta de un
ciudadano Ginebrino reconocido y apreciado que no fue convocado para hablar de su
ciudad natal en La Enciclopedia , fue para entonces una reacción política, un respuesta
contestataria a la diseminación de las “luces”, fue una comunicación abierta que expresa
su posición como pensador político y sus ideas sobre representación, tanto política como
general.
La Carta a D´Alembert sobre los espectáculos es una extensión de su teoría, una secuela
del primer discurso del autor3, en la cual se relacionan directamente, ya que en ambas
desarrolla las maneras claras y directas en las ciencias y las artes corrompen la moral-
costumbres, el autor Matthew Simpson en su libro Compreender a Rousseau, describe las
maneras de corrupción así … “em primer lugar, elas causam uma perda de tempo e esforço
que poderiam ser mais bem aproveitados”… …“Uma segunda maneira na qual a ciência
causa dano à sociedade é quando suas teorias são fortes ou incompletas”... ...“Outro
possível efeito nocivo das ciências e das artes, ele argumenta, é que elas causam um
declínio na virtude marcial, encorajando as pessoas a serem humildes e racionais”... ...
“Relacionado á perda de tempo e a virtude militar e o quarto argumento de Rousseau
para as ciências e as artes transformarem as pessoas em frívolas e triviais, o que
significa dizer que elas encorajam as pessoas a se preocuparem com coisas não
importantes enquanto ignoram aquilo que é realmente significativo”... siendo el cuarto
argumento uno de los más perfeccionados a lo largo de la carta cuando el autor hace
referencia a los efectos morales sobre los espectadores a causa del contenido de las cosas
representadas, los actores, esos hombres que viven en constaste duplicidad, en esa
2
Simpson M. Compreender Rousseau, (H, Magri y A, Drummond, Trans.), Petrópolis, Vozes, 2009
3
A carta constitui- se, assim, muito claramente - embora não consista apenas nisso-, como uma
complementação, um aprofundamento e especificação do primeiro Discurso ou como a ocasião para
aplicação ao caso especifico dos espetáculos do principio geral do comportamento das artes anteriormente
fixado. Simpson, M. 2009 p.p 152;153
división entre ser y parecer, y la forma de representación teatral al estilo clásico francés,
trata-se aquí da apoteose da representação, da cena ilusionista que separa radicalmente o
palco e a platéia; como se pode adivinar, é o grau máximo de afastamento en relação à
unidade da Natureza4; La carta también es una defensa al empresa de fundar un
espectáculo propio de las costumbres de Ginebra.
4
Salinas, L, (1997) Paradoxo do Espetáculo: Política e poética em Rousseau, San Paulo, Discurso Editorial
5
He ahí las razones que me impedirían censurar semejantes sentimientos en teólogos cabales, moderados,
quienes con su propia doctrina enseñarían a no forzar a nadie a adoptarla.
Con respecto a este segundo tema, el autor expresa una definición primaria, el
espectáculo es una diversión, una diversión inútil, que está hecho específicamente con el
fin de complacer al pueblo, de ahí que se tenga una cantidad de espectáculos igual a la
cantidad de pueblos existentes, cada pueblo recreará una variedad distinta del otro, debido
a la diversidad de costumbres, temperamentos y caracteres, formas de gobierno, religiones,
leyes, prejuicios y climas. … “De acordó con esta lógica, o teatro poderá ser julgado bom
ou mal ao mesmo tempo, dependendo da situação histórico social considerada: será bom
para um determinado povo e mau para outro”6... De donde se infiere que, no se puede
definir sí los espectáculos son buenos o malos en si o si existe un espectáculo considerado
bueno por todos y para todos, y que satisfaga las peculiaridades de cada pueblo, la
especie de los espectáculos esta determinado por el placer que proporcionan.
Rousseau precisa en la Carta, …“no se atribuya al teatro la facultad de cambiar
sentimientos y costumbres que no puede si no secundar y embellecer”…con este nos
refuerza la idea anterior, y añade que el autor dramático, no puede si no pintar aquello
que agrada al hombre7, aquello que complace8 y satisface sus necesidades, sigue los
sentimientos de su público, los halaga y los enaltece; en esta mis línea además de
responder a las necesidades, va a responder los intereses de cada pueblo 9. Siendo de esta
manera no se puede atribuir en este tipo de institución – El Teatro- la proeza benévola
que señala el Señor D´Alambert en el artículo cuando menciona … “Las
representaciones teatrales formarían el gusto de los ciudadanos, dándoles una finura de
tacto y una delicadeza de sentimiento difíciles de adquirir sin su auxilio”… Solo es obra de
la naturaleza y la razón odiar el vicio y hacer amable la virtud.
Sobre esta primera parte Rousseau definió en una primera versión lo que son a saber los
espectáculos, los cuales según la definición planteada refuerzan el carácter nacional,
aumentan las inclinaciones naturales y da nuevo bríos a todas las pasiones (valor, coraje,
frialdad, crueldad, ferocidad, galantería, amor, cortesía, jocosidad y más); y algunas de sus
consecuencias generales, en primera medida sobre las cosas representadas;… “o que é que
nos mostram os espectáculos? A escolha do tema, dos personagens, da intriga ou dos
valores transmitidos não se deve ao capricho ou ao arbitrío da imaginação criadora do
seu autor10. de este modo el teatro purga al hombre de las pasiones que no tiene y
fomenta las que tiene. El único instrumento para purgar es la razón.
6
Salinas, L, (1997) Paradoxo do Espetáculo: Política e poética em Rousseau, San Paulo, Discurso Editorial.
p.150.
7
Todos los autores quieren pintarnos costumbres extrañas ponen, sin embrago, buen cuidado en adaptar
su obra a las nuestras, Sin precaución no se triunfa nunca, e incluso el éxito de los que la han tomado tiene
a menudo causas bien distintas de las que le supone un observador artificial. Rousseau , J. Carta a D
´Alembert sobre los Espectáculos, p. 14
8
Lejos de escoger las pasiones que quieren hacernos amar tienen que escoger las que nosotros ya amábamos.
(ídem)
9
Si un autor choca contra esos principios, ya puede hacer una obra bellísima , que no ira nadie. ( ídem,
ibidem)
10
Salinas, L, (1997) Paradoxo do Espetáculo: Política e poética em Rousseau, San Paulo, Discurso Editorial.
p.155.
Con respecto a la idea …“Pero ¿no sería posible remediar este inconveniente mediante
leyes severas y bien aplicadas acerca de la conducta de los comediantes? De este modo
Ginebra tendría espectáculos y buenas costumbres, gozando de las ventajas de ambos”... el
autor considerará los argumentos anteriores y plantea: Existen tres (3) tipos de
instrumentos para influir en las costumbres de un pueblo, a). La fuerza de las leyes, las
cuales no tienen el menor acceso al teatro, que a la menor coacción daría más pena que
gloria, es posible que las leyes puedan determinar los temas, la forma de las obras y la
manera de interpretarlas pero no podrán forzar al público a complacerse en ellas. b).El
imperio de la opinión, la opinión no depende de ellas, ya que en lugar de hacer la ley para
el público, es el teatro quien recibe de éste y c). La atracción del placer, en cuanto al
deleite que puede proporcionársenos, todo su efecto consiste en llevarnos allí más a
menudo.
Hasta aquí el autor ha definido en una primera versión lo que son a saber los espectáculos
y algunas de sus consecuencias generales; a continuación se expone la segmentación de los
efectos generales del teatro, en primera medida sobre las cosas representadas;… “o que é
que nos mostram os espectáculos? A escolha do tema, dos personagens, da intriga ou dos
valores transmitidos não se deve ao capricho ou ao arbitrío da imaginação
Textos adicionales
«En Ginebra no se permite la comedia, y no porque se censuren los espectáculos en sí, sino porque —según
dicen— se teme la afición al ornato, disipación y libertinaje que las compañías de comediantes difunden entre
los jóvenes. Pero ¿no sería posible remediar este inconveniente mediante leyes severas y bien aplicadas acerca
de la conducta de los comediantes? De este modo Ginebra tendría espectáculos y buenas costumbres, gozando
de las ventajas de ambos. Las representaciones teatrales formarían el gusto de los ciudadanos, dándoles una
finura de tacto y una delicadeza de sentimiento difíciles de adquirir sin su auxilio. La literatura se beneficiaría
de ellas sin que el libertinaje progresara, y Ginebra reuniría a un mismo tiempo la sabiduría de Lacedemonia y
la educación de Atenas. Otra consideración, digna de una república tan razonable y culta, debería quizás
llevarla a permitir los espectáculos. El bárbaro prejuicio contra la profesión de comediante, la clase de
envilecimiento en la que hemos colocado a hombres tan necesarios para el progreso y sostenimiento de las
artes es, sin duda, una de las causas principales que contribuyen al desorden que les reprochamos: buscan
resarcirse en los placeres de la estima que su estado no les puede dar. En Francia un comediante de buenas
costumbres es doblemente respetable, pero apenas se le reconoce. En cambio, el recaudador que insulta la
indigencia pública al tiempo que vive de ella y el cortesano que se arrastra y no paga sus deudas son el tipo de
gente que más honramos. Si no sólo se tolerase a los comediantes en Ginebra, sino que, además, luego de
sujetados por sabios reglamentos, se los protegiese e incluso considerase cuando fueran dignos, en definitiva,
se los pusiese en las mismas condiciones que a los demás ciudadanos, esta ciudad tendría la ventaja de poseer
algo que se cree tan raro y que lo es sólo por nuestra culpa: una compañía de comediantes estimables.
Supongamos además que dicha compañía se convirtiera enseguida en la mejor de Europa: gentes con sumo
gusto y disposición para el teatro, que entre nosotros temen deshonrarse con él, acudirían a Ginebra para
cultivar no sólo sin vergüenza sino incluso con estima un talento tan agradable como poco común. La vida en
esta ciudad, que muchos franceses ven triste por la falta de espectáculos, se convertiría en la estancia de los
placeres honorables, como lo es de la filosofía y la libertad; y los extranjeros no se sorprenderían de ver que
en una ciudad donde los espectáculos están prohibidos se permiten farsas groseras y sin inteligencia, tan
contrarias al buen gusto corno a las buenas costumbres. Y eso no es todo. Poco a poco el ejemplo de los
comediantes de Ginebra, lo ordenado de su conducta y la consideración de la que aquélla les permitiría gozar,
servirían de modelo a los de otras naciones y de lección a los que hasta aquí les han tratado con tanto rigor y
aun inconsecuencia. No se les vería, por un lado, subvencionados por el gobierno y, por otro, objeto de
anatema; nuestros sacerdotes perderían la costumbre de excomulgarlos y nuestros burgueses de mirarlos con
desprecio; y una pequeña república tendría la gloria de haber reformado Europa en este punto, más importante
quizá de lo que se piensa.»
Conclusiones:
Em parís o teatro, assim como na monarquia, são convenientes. Será que o seriam
igualmente em uma pequenha cidade e para uma republica?
Como é que este domínio especifico da expressão estética e social se comporta na
sua relação com os costumes dos povos?
Os espectáculos contribuem ou não parapufificação dos costumes
As grandes ciudades precissa de espetáculos e os povos corrompidos de romances
A análise da vida social segundo o esquema ser/ parecer é central em Rousseau, desde o
primeiro Discurso: “Antes que a arte tivesse conformado nossas maneiras e ensinado
nossas paixões a falr uma linguagem afetada, nossos costumes eram rústicos, mais
naturais; e a difefença dos procedimientos anunciava, desde o primeiro golpe de vista, a dos
caracteres. A natureza humana, no fundo, não era melhor; mas os homens encontravam sua
segurança na facilidade de se penetrar reciprocamente a esta ventagem, de que não
sentimos mais o preço, poupava- lhes muitos vícios11.
Assim como o teatro clásico francés, cuja introdução em Genebra se quer evitar, será a
Representação no seu mais alto grau de intensidade, na qual completa a separação
espectador- espetáculo, a festa contituirá o mínimo possível de espetáculo ou o grau sero
da representação12.
De: Rousseau
Para: D´Alembert
Em resposta a D´Alembert quanto à instalação de um teatro em Genebra, Rousseau
esclarece o teor de sus análise: irá preocupar; se com os efeitos morais dos espetáculos
sobre os costumes, temperamentos e caracteres do povo genebrino. não se trata, portanto,
de examinar o teatro como uma variável independente, e sim, como uma variável
articulada a outras que compõem um contexto particular: uma Genebra, na visão de
Rousseau, feliz, ainda não totalmente corrompido, zelosa dos bons costumes e com a
chance real de preservá-los.
Partindo, então, da singularidade dos usos e costumes genebrinos e, ao mesmo tempo,
tomando o teatro como uma modalidade de arte deformadora de valores, Rousseau irá a
11
Bronislaw,B.Rousseau, solitude et communauté. Paris, Mounton, La Haye, 1974.
12
Salinas, L, (1997) Paradoxo do Espetáculo: Política e poética em Rousseau, San Paulo, Discurso Editorial
posicionar-se. Para o mais absoluto escárnio de Voltaire, contra a instalação de um teatro
em sua terra natal. Se, em paris, o teatro pode preencher o tempo ocioso dos homens,
impedir que estes homens comentam mais crimes e perfídias, ou ainda , ser uma espécie
de sedativo para aliviar as dores e tristezas da alma humana, o mesmo não vale Genebra
“...quando um povo é corropido , os espetáculo são bons para ele, maus quando o próprio
povo é bom@ * Rousseau, 1958>383(. Segundo Rousseau, é preferível prevenir as
mudanças quando elas não são para o bem, do que tentar remediar o mal causando por
elas, assim como é mais fácil conservar os bons costumes do que pôr termo aos maus.
Seria mais ou menos como perguntar assim> porque estragar o que é ou o que está
bom_ esta máxima seria também aplicada à educação de Emílio.
Sua posição ampara-se no que julga ser o potencial de corrupção que a atividade artificial
do teatro carrega consigo, seja incitando aos vícios e comportamentos imorais ou
representando a virtude. Esta última, quando representada, sugere a ilusão de estar sento
sentida e praticada. Quer dizer, a ação é substituída pela imaginação. Para Rousseau, há
uma diferença entre a representação teatral da virtude -que distrai o público e o leva, para
utilizar a linguagem contemporânea, a opera-la virtualmente- e a realidade, domínio que
apresenta concretamente as chances para a prática da virtude no seio da sociedade.
Não. A realização plana das potencialidades do coração humano não tem como espaço
o palco de um teatro. E sim a própria vida e as relações entre os homens. A ficção não
pode tomar o lugar da ação real, porque, se assim for, oferece tão-somente a ilusão de
dever cumprido e uma felicidade artificial e efêmera. Escreve Rousseau: “de modo
algum aprecio a possibilidade de contestante mente ter-se de levar o coração à cena, como
se não estivesse dentro de nós” (1958,p346).
Não são os personagens cômicosde Moliere, nem os heróis de Racin, representados por
atores e atrizes de comportamento “duvidoso”, que irão formar o bom cidadão. Este não e
forjado pela admiração estéril das virtudes simples e modestas. Disso depende a sua
verdadeira felicidade, cujo sentido reside no sentimento humano e inato nome dessa
felicidade, Rousseau tem a ousadia de perguntar em pleno século das Luzes “como?
Platão baniu Homero de sua República e nós suportaremos Molière na nossa? (1958,
p.422).
Os efeitos maléficos que o teatro poderia causar nos habitantes de Genebra estendem -se
ä sua organização política. A decadência moral e proporcional a decadência do governo.
Nessa direção, alerta Rousseau: “Seria melhor, repito, ser sóbrio e verdadeiro, não somente
para consigo mesmo, mas para com a sociedade, pois tudo quanto é mal no terreno moral e
satisfeitos com o lugar que ocupam na organização social, os indivíduos, enquanto forças
particulares, reúnem-se em prol do bem público e da solidez do Estado.
Ficaria, então, opovo denebrino limitado ao trabalho e ao cumprimento de sues deveres
humanos e civis? Ë claro que não. Rousseau sugere que o próprio povo escolha suas formas
de descanso e distração, ao mesmo tempo em que defende as festas publicas como
alternativa ao teatro. Além de oportunidade para a manifestação de uma alegria autêntica
por parte do povo, tais festas confirmariam os valores e as virtudes morais, e estreitariam os
laços afetivos entre os cidadãos e os destes com a pátria. Rousseau vai expressar .se
sentimentalmente quanto a isso numa recordação de infância na praça de Saint-Gervais.
Onde soldados, a caráter, puseram-se a cantar e dançar uniformemente. A eles juntaram .se
mulheres e filhos que, despertados pela musica e pelo canto, saíram às ruas para celebrar
aquele mento. O pai de Rousseau também presente, exorta-o. amar o seu país e a admirar os
laços fraternos que unem os genebrinos. Ao comentar sobre a impressão que lhe causaram
este acontecimento. Rousseau escreve: “Sei muito bem que este espetáculo que me
impressionou tanto seria sem atrativos para muitos outros. São necessários olhos feitos para
vê-lo e um coração apropriado para senti-lo” (1958, p.436). Mais tarde, as impressões do
Rousseau menino iriam inspirar uma busca. Solitária e apaixonada, dos meios para formar
homens com estes olhos e este coração.
Marlene de Souza Dozol
Rousseau, educação: uyA máscara e o rosto.
Editora vozes.
Pagina 40, 41 é 42.