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El 2 de junio de 1866, 

falleció en Caracas la heroína de la gesta independentista,


Luisa Cáceres de Arismendi, quien desde muy joven fue una ferviente partidaria de la
patria.

Participó en la Emigración a Oriente y se casó con el principal cabecilla de


los patriotas en la isla de Margarita, coronel Juan Bautista Arismendi. Fue
arrestada por los realistas quienes pretendieron usarla para conseguir la rendición de
su esposo. Pasó mucho tiempo prisionera del ejército español, y durante su reclusión el
Castillo de San Rosa, en la Asunción, abortó a su primera hija.

Regresa a Margarita en 1818, siendo recibida con el justo homenaje de un pueblo que
la veía como un símbolo de fe, de valentía, la Patria encarnada en una mujer. A partir
de entonces, mantuvo esa justa preeminencia de fundadora de la patria, de máxima
heroína y mujer de una refunda sabiduría, atenta a intervenir en los grandes
acontecimientos con su presencia, su influencia y su palabra, siempre certera, acatada
y respetada.

En junio de 1866, a la edad de sesenta y siete años, murió en Caracas. La


República agradecida le acordó los honores del Panteón Nacional a sus restos y
numerosas instituciones, plazas y monumentos perpetúan su nombre ejemplar.
Nació el 25 de septiembre de 1799 en Caracas (capital) y fue uno
de los personajes femeninos más importantes durante la gesta
independentista de Venezuela. 
Con 15 años de edad, su familia huyó hacia el oriente del país
luego de que las tropas realistas asesinaran a su padre en la
guarnición de Ocumare. Llegó a la isla de Margarita (estado
Nueva Esparta), donde fue recibida por el general Juan Bautista
Arimendi, quien fue su esposo y con quien tuvo 12 hijos.
Juan Bautista Arismendi, quien fue nombrado gobernador de la
isla, logró escapar en 1815 de los realista que ordenaron su
aprehensión. Sin embargo, Luisa, quien estaba embarazada, fue
encerrada en un calabozo y allí dio a luz a una bebé que nació
muerta debido a las condiciones del encierro. Permaneció
prisionera hasta que fue traslada a Cádiz, España. 
0En Cádiz fue presionada para firmar un documento donde
declaraba su lealtad al rey y renegaba de la afiliación patriota de
Juan Bautista, a lo que contestó que el deber de su esposo era
servir a la patria y luchar por su libertad.
0
Tras quedar en libertad en 1818, regresó a Venezuela y fue
recibida con honores de heroína al continuar apoyando los
ideales libertarios de su esposo. Actualmente, sus restos
descansan en el Panteón Nacional al ser reconocida por jamás
doblegarse ante el Ejército español. 

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