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Pandemia; catalizador de desigualdades de clase y género.

El decreto de la pandemia ha significado para muchos, si bien una oportunidad para


reencontrarse desde nuestros familiares hasta consigo mismo, esta situación extraordinaria ha
permitido a muchos desempolvar hábitos y experimentar otros; ya sean formativos o de
distensión. Sin duda alguna, la pandemia por otro lado, ha agudizado la diferenciación entre las
clases sociales de nuestro país y a nivel global, para la mayoría de la población, es decir los pobres,
los de a pie, los que nunca descansan porque se los come el capitalismo. Esta situación ha
significado un desafío de supervivencia el cual, peor que una pesadilla aún no se ve el fin, es por
esto que muchos se refieren a estos momentos de confinamiento como una problemática
evidentemente de clase.

Folletos para el seguimiento de medidas para la prevención del covid.-19

Los medios de comunicación y los gobiernos de todos los países se han encargado de
promover medidas de seguridad para que nadie pueda verse envuelto en esta enfermedad que es
para algunos mortal. Entre las campañas contra el covid-19, un lema sobresale de todo lo demás y
es el #QuedateEnCasa. Sin embargo, estos cuidados no se producen por fotosíntesis, en
Venezuela el trabajo informal se ha convertido en la principal forma de obtener dinero de una
forma más lucrativa, y si no trabajas, dejas de comer, y si no comes, dejas de vivir. Esta cadena de
sinsabores, muchas veces no son ni pensadas, cómo decía Alí “El que come, olvida quien no”.
Fuente: Caritasvenezuela.org

Esto ha traído consigo una serie de desencajados hechos, de los que la humanidad poco
debería orgullecerse. Aunque siendo específicos, y osando entre señalamientos, se vuelve injusto
meter a pobres y ricos en el mismo saco, por lo que poco deberían enorgullecerse las clases
dominantes y hegemónicas, que guardan para sí las riquezas de todo un mundo. Aunque, siendo
sinceros, de humanidad no tienen ni un pelo. Ahora, no podemos utilizar los términos ‘pandemia’,
‘dominantes’ y ‘hegemónicos’ sin tocar el patriarcado, pues si bien, viene representando un
enemigo mortal de las mujeres y diversidades sexuales desde tiempos inmemorables,
acomodándose y enraizándose entre unas culturas más que otras.

Fuente: La izquierda diario


Las consecuencias de ésta otra pandemia aunque son palpables, son pocos los que
pueden relacionarlo con el machismo, debido a la normalización de la violencia, considerando
privado todo aquello que se genera dentro del hogar, y entre estos “secretos familiares” que no es
más que un velo que se usa para no exponer a los agresores y violadores en la comunidad, y con
este mutismo cultural se torna difícil poder reconocer a la sociedad que esta problemática no se
trata de un tema aislado, sino que es un problema estructural y político que nos afecta a todas y a
todos, que beneficia directamente a los perpetradores y convierte en cómplices a aquellos que
bajo cualquier circunstancia no han tomado cartas en el asunto.

Fuente: Fundación Género con clase

Venezuela, aunque teniendo leyes y mecanismos para imputar la violencia contra las
mujeres, niñas y adolescentes, no está absenta de presentar diariamente amenazas que atentan
contra la vida y el libre desenvolvimiento de nuestras hermanas, pues el hecho de que esté escrito
en un papel que la violencia atenta de diversas formas en la vida de las víctimas y que representa
un daño muchas veces mortal para ellas, no significa que la población paralelamente desarrollará
una consciencia anti-violencia, creer que esto será suficiente para garantizarle paz a las mujeres
sería una ilusión, muy bonita de por sí, más no real.

Fuente: La tribu
El patriarcado, entendiéndose como un sistema de dominación que se fortalece a través
de la subordinación de aquello que se considera “débil” o “inferior” imponiendo a diestra y
siniestra una ideología cargada de hábitos y costumbres (generalmente inconscientes) que hacen
de este fenómeno, un cáncer cada vez más difícil de extirpar, mutando y encubriéndose hasta en
aquello que parece inofensivo, como el chiste y ahora en forma de memes a través de las redes
sociales que usamos diariamente.

Patriarcado y confinamiento

Señalábamos anteriormente algunos aspectos del patriarcado y su imposición de


costumbres y normas que ponen en manifiesto una política de odio que menosprecia todo aquello
que parezca femenino, aunque lo femenino y masculino sean términos hoy en día, bastante difícil
de precisar, puesto a que es una construcción social la cual puede variar de un pueblo a otro. Una
de las características que sienta los pilares del patriarcado, es la posición de un poder viciado en el
que su ser masculino presenta fuertes rasgos de una falsa superioridad, y legitimidad de
apropiación de aquello, aquel o aquella.

Aumento de feminicidios durante la pandemia

El confinamiento ha significado para muchas mujeres, niñas y adolescentes estar


constantemente expuestas a agresores ya sea en las calles, pues los caminos desolados son el
terreno perfecto para poder violentar con el bajo riesgo de ser observados. Por otro lado, aquellos
que hacen vida dentro de un mismo espacio con sus víctimas, que por razones materiales y/o
subjetivas no han visto una forma de poder salir de un círculo de constante violencia, igual hay que
considerar y resaltar que muchas lo consideren un comportamiento normal o aceptable debido a
su posición como mujer en la sociedad.

Durante el año 2020 se ha denunciado y reportado a través de distintos medios el


aumento exacerbado de feminicidios en Venezuela (256), hecho totalmente repudiable, el
feminicidio es la forma materializada más extrema de la violencia contra las mujeres, la mayoría
de éstos casos han sido perpetrados por aquellos que juraban y prometían amarlas, una ceguera
que llamaron amor, pero que éste último fue solo un instrumento de control y al verse socavado el
estado de frustración y desesperación de perder aquello que crían que les pertenecía, derramando
con la sangre de la víctima su estado de impotencia. El año 2021, ha llegado abriendo paso a estas
tragedias de la forma más brutal, resaltando el mes de febrero en donde se registraron 5
feminicidios durante 5 días.

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