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República Bolivariana de Venezuela


Ministerios del Poder Popular para la Educación
Colegio Los Robles
4𝑡𝑜 “B”

o Estudiante: o Profesor:
Nirvana Ríos. Wilmer Joya.

Estado – Carabobo
Valencia, 13 de noviembre de 2020
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Introducción
¿En qué piensas cuando escuchas la palabra astronomía? Probablemente en el Sol, los
planetas, el Sistema Solar o la Vía Láctea, todo aquello que has aprendido desde pequeño en la
clase de naturaleza. Sin embargo, las noticias de los últimos años tal como la detección de las
ondas gravitacionales, la predicción por medio de ordenadores de la existencia de un noveno
planeta, el hallazgo de un sistema con 7 planetas en la zona habitable, también son aspectos
bastantes importantes de la astronomía.
Pero, alguna vez te has preguntado ¿Cuáles son las bases que sustentan lo que conocemos
del universo?, ¿Cuál es el lenguaje que entienden los físicos y los astrónomos para dar un
sustento teórico y experimental a sus hallazgos? Y ¿Por qué la matemática es tan importante?
Una numerosa cantidad de científicos han utilizado las matemáticas en sus teorías por
descubrir el universo y su composición (astros, planetas, meteoros, agujeros negros, el vacío,
entre otros).
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Desarrollo
Primeramente, la astronomía es la disciplina que estudia los cuerpos celestes, también
conocidos como astros, sus posiciones, movimientos y todo lo que se encuentre relacionado
con los mismos. La misión de la astronomía es por tanto la compresión y descripción de las
leyes que rigen el universo y que por supuesto son aquellas que determinan su comportamiento.
Cuando se habla de los cuerpos celestes u objetos astronómicos se refiere a cualquier entidad
física significativa para el universo, como el Sol, los planetas, la Luna, los asteroides, los
meteoroides, entre otros. Así pues, tendremos ideas de su existencia y datos sobre sus
principales características y origen a partir de temas como la radiación electromagnética o
cualquier otro medio acorde.
La astronomía se divide en diferentes ramas, como lo son la astronomía estelar, solar,
galáctica, de posición, la mecánica celeste, la astrofísica y la cosmología.
Es bien sabido que las matemáticas son una habilidad sumamente necesaria para cada uno
de nosotros, pues es la herramienta principal de compresión de nuestro alrededor. Cuando
somos estudiantes es común pensar ¿Por qué debo estudiar matemática? Se podría decir que
existen muchas actividades cotidianas como la cocina, o la administración de dinero que
requieren esta herramienta, pero en realidad el uso de la matemática va más allá. La matemática
analiza la relación y propiedad de los números y figuras geométricas, y aunque suene
descabellado esta es una habilidad que deberían conocer todos para poder aplicar su
funcionamiento correctamente en su vida cotidiana, puesto que aprender matemáticas nos
entrena a resolver problemas de manera lógica y desarrollar la toma de decisiones.
Las matemáticas solían encontrarse en el comercio, en la medición de terrenos, y
posteriormente, en la astronomía. Una causa que propició fuertemente el desarrollo de la
aritmética fue el auge comercial experimentado por las ciudades del norte de Italia a partir del
siglo XV, mientras que el redescubrimiento de los textos matemáticos griegos en el siglo XVI
hizo resurgir el interés por la geometría. Pronto estas disciplinas demostraron su utilidad como
herramientas de cálculo y análisis para quienes se interesaban por estudiar la naturaleza.
La aplicación de la matemática entre los siglos XVI y XVII tuvo dos grandes progresos: La
adopción del sistema de numeración decimal y el descubrimiento de los logaritmos. El primero
de esos hechos permitió la unificación y simplificación de la notación aritmética, a su vez el
segundo facilito el manejo de grandes cifras. Gracias a esos avances se logró reducir el tiempo
y el esfuerzo dedicado a la complicada construcción de las tablas numéricas utilizadas en las
operaciones matemáticas, lo cual resulto muy valioso y significativo para la astronomía, donde
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existía una necesidad de realizar extensos y complejos cálculos para determinar las posiciones
planetarias.
Galileo Galilei se dio cuenta de que el aspecto blanquecino y uniforme de la Vía Láctea se
debía a una gran aglomeración de estrellas. Y otras de sus observaciones dotaban de
credibilidad al modelo heliocéntrico propuesto por Copérnico a saber: Venus pasaba por un
ciclo completo de fases, y alrededor de Júpiter giraban cuatro astros. Así, mientras que las fases
de Venus solo se explicaban concibiendo su órbita centrada en el Sol, la existencia de satélites
en Júpiter despojaba a la Tierra del privilegio de ocupar el centro del cosmos.
Si suponen que estos hechos fueron muy importantes para la ciencia, en 1609 ocurrió otro
evento crucial que permanecería por el tiempo. Se trataba de un logro matemático hecho por
Johannes Kepler (1571-1630), tras una década de investigaciones, publicaba Astronomía nova.
En esta obra se muestran dos resultados rotundos a los que se conoce como primera ley de
Kepler y segunda ley de Kepler. (La tercera apareció diez años más tarde). Conviene aquí
recordar sus enunciados:
Primera ley: Los planetas se mueven según órbitas elípticas que tienen al Sol como uno de
sus focos. Esta primera ley tenía como tema principal que todos los planetas siguen en su
movimiento orbitas elípticas, encontrándose con el Sol, localizado en uno de sus focos. Es
decir, describiendo que todos los planetas se mueven de manera elíptica alrededor del Sol.
Popularmente se le llama la ley de las orbitas.
Segunda ley: El radio que une un planeta con el Sol barre áreas iguales en tiempos iguales.
Establecía que la velocidad ejercida por los planetas al moverse en sus orbitas no es uniforme,
sino que lo hacen de tal forma que una línea imaginaria desde el centro de cada planeta al Sol
tendrá áreas iguales en tiempos iguales. Esta ley también es conocida como la ley de las áreas,
Su representación gráfica, es utilizada para aclarar que las áreas A, B y C, las cuales son
barridas por el radio vector R, son iguales.
Tercera ley: Los cubos de los radios medios de las órbitas de los planetas son proporcionales
a los cuadrados de los tiempos que invierten en recorrerlas. Sirvió para relacionar la trayectoria
de los planetas: el cuadrado del período de la órbita de un planeta es directamente proporcional
al cubo de la distancia promedio de la órbita. Es decir, el tiempo que un planeta tarda en recorrer
su órbita está relacionado con la distancia que le separa del Sol (cuanto más lejos, más tiempo
tardará). Esta ley por toda su información, fue llamada comúnmente como la ley de los
periodos.
Sin embargo, la matemática griega ya había aportado toda una teoría acerca de esto.
Apolonio de Perga, quien nació alrededor del 262 a. de C., tuvo en su tiempo reputación como
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excelente astrónomo, pero alcanzó en realidad la fama por su tratado sobre Secciones cónicas,
del que nos han llegado 7 de sus 8 libros. Apolonio adoptó los nombres elipse, hipérbola y
parábola de los antiguos términos pitagóricos para la aplicación de áreas.
Lo importante de este asunto es que, de nuevo, y sin pensarlo, se había establecido con
antelación un soporte matemático eficaz para modelar el universo, y así muchas veces
posteriores. En la actualidad hay un gran número de matemáticos que trabajan en esta línea,
llamada geometría de Lorentz, y colaboran con lo físicos en cuestiones cosmológicas. La
astrofísica Janna Levin (1968) describe con humor las diferentes mentalidades de unos y otros.
Según ella asevera, los matemáticos, al estar desprovistos de prejuicios empíricos, se atreven a
aventurar hipótesis que jamás formularía un físico, y que con frecuencia se convierten en la
clave buscada. Hasta aquí se han expuesto algunos casos en los que se evidencian las relaciones
entre astronomía y matemáticas.
Recíprocamente, la astronomía ha espoleado por su parte a la matemática, la ha urgido a
desarrollar lo que le hacía falta, logaritmos, técnicas de cálculo, modelos teóricos,
trigonometría esférica. En este punto, no ha de sorprender que en medio de los razonamientos
de Kepler, Galileo, Copérnico o Newton se encuentre un nuevo teorema de geometría sintética
que ha necesitado su autor para proseguir con el discurso.
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Conclusión
La matemática es parte del mundo, del funcionamiento de cada parte de nuestras vidas, e
incluso sin saberlo o estar interesados en ello es muy bueno conocer y entender lo mucho que
ha hecho por nosotros al dar respuesta a algunas de las más grandes incógnitas, tanto pequeños
detalles de la vida cotidiana como las mayores invenciones y teorías.
Esta área de estudios, la matemática, debería ser fomentada e impulsada a tener una mayor
cantidad de admiradores, puesto que es básico y esencial, y junto con la astronomía forma una
relación que tiene como base la importancia del conocimiento de la evolución de nuestra
especie en el universo y conocer más sobre el espacio exterior. Si muchos otros científicos han
podido resolver incógnitas mundiales, todos pueden, solo falta disposición.
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Bibliografía
https://en.calameo.com/read/0049220480d9ee866cff4
http://hyperphysics.phy-astr.gsu.edu/hbasees/kepler.html#c6
http://www.fisem.org/www/union/revistas/2009/20/Union_020_014.pdf
https://astronomia.konradlorenz.edu.co/2017/04/la-matem%C3%A1tica-y-la-
astronom%C3%ADa.html
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Anexos

Copérnico

Ley de las Orbitas


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Ley de las Áreas

Ley de los Periodos

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