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DEL MAL AMOR

José Sbarra
Digitalizado por Boni Rayo
Te informo sobre la situación en casa, por si te interesa.
La persiana de nuestro dormitorio se trabó arriba y se niega a
bajar.
Las puertas del armario bostezan de noche y de día.
La parte de tu lado de la cama se muere de aburrimiento.
Una banda de polillas insensatas se comió la cortina azul.
Cuelgan de todos los cajones lenguas de trapo sedientas.
Las toallas que olvidaste en el suelo envejecieron
precipitadamente.
Los lirios de plástico que habías puesto sobre el calefactor se
marchitaron.
No quiero exagerar, pero alguno de los Rolling Stones
humedeció con sus lágrimas la pared donde pegaste el póster.
El cielorraso se descascara pidiendo que vuelvas.
(Y de mi corazón mejor no hablemos)
Alguien habrá acercado su mejilla
a una almohada usada por mí para recordar
el roce de mi piel?

Alguien habrá permanecido despierto


hasta la alta noche
para seguir amando con su mirada
mi egoísmo dormido?

Alguien habrá caminado por una calle desierta


de un país lejano murmurando mi nombre
llamándome?

Alguien habrá serenado su corazón


apretando contra su rostro
pequeñas ropas mías?

Alguien habrá preferido mi muerte


antes que verme
en brazos de otra persona?

Alguien habrá gozado


entrando al baño después de mí,
con el vapor,
la temperatura y los perfumes
de mi intimidad?

Alguien habrá deseado caer en el sueño


con mi sexo anclado en su
cuerpo?

O solamente yo
amé de esa manera?
No dejes que te impresionen las estrellas
que quizás estén todas muertas.
No te dejes corroer por las canciones añejas
Duerme y nada más.
Esta noche, duerme
Mañana una muchedumbre de arcoiris
con lo que haya quedado vivo, ya conoces el mecanismo
te fabricarán una sonrisa nueva.

Ahora duerme y nada más,


esta noche, duerme.
No te castigues con la luna,
ese transatlántico indiferente,
este silencio pasará
volverán las palabras como pájaros,
como veranos, como soles
volverán las palabras
y alguien dirá tu nombre.
Esta noche, duerme,
echa el ancla y duerme,
duerme.

Que por unas horas oscuras nada te hiera.


No llores, no implores, respira y duerme
concéntrate en la respiración
y acaríciate un hombro,
amate un poco y duerme
esta noche duerme.

Mañana tendrás la oportunidad,


flamante y renovada de volverte a equivocar.
Alaridos en el ventrículo de las torturas.
El amor desollado pide a gritos que le devuelvan las epidemias.
La memoria decapita los nombres de los fracasos.
Alaridos en el ventrículo de las torturas.
Se arrastra la tristeza por los túneles de las arterias.
Los errores que cometí flotan en el pantano de mis
pensamientos.
Aúlla la traición en la bruma de mis ilusiones.
Alaridos en el ventrículo de las torturas.
En mi cuerpo, donde se celebraron los ritos del placer,
monjes funerarios ofician la misa del adiós.
No te llevaste solamente
tu paraguas, tus ropas
y el cepillo de dientes.
Te llevaste también
la música
el telón de las noches
y la escenografía de los días
arrasaste con todo.
Mientes.
Nada de lo que respondes es verdad.
Nada es cierto.
Lo único cierto es que te anudarías a sus pies,
que le besarías en todo momento hasta fastidiarlo,
hasta perderlo.
Haces estrategias.
Haces estrategias para que alguien no se vaya de tu lado.
Mientes para que no te abandonen.
Tienes la certeza de que tu espontaneidad ahuyenta.
Nunca más un gesto sincero.
Estaba en una fiesta. Sabía que existían personas interesadas en
hacer el amor con él, del mismo modo que él intentaba hacer el
amor con otras.
Entonces visualizo un círculo de seres humanos, cada uno
intentando seducir a otra persona que no era la que tenían
delante, y así hasta el infinito.
Es sábado
y es de noche
vos estás sola
yo estoy solo
abracémonos desnudos
digamos palabras excitantes
y llamémoslo amor.
No.
No conocí el amor.
Solo conocí
el exasperante deseo de que el amor existiese.
Alguien pronuncia mi nombre
la grúa detiene su acción devastadora
alguien pronuncia mi nombre
los obreros se quitan los cascos y abandonan su tarea
alguien pronuncia mi nombre
soy una demolición en suspenso.
Y si solo piensas en él
ámalo más
Y si te descalifica con una diferencia imprevista
ámalo más
Y si te lastima con su mirada
ámalo más
Y si te golpea con sus palabras
ámalo más
Y si te traiciona
ámalo más
Y cuando sienta que eres la única persona imprescindible en su
vida
abandónalo.
Cuando veo mis pies allá tan lejos de donde suceden las
ceremonias, las tomas de decisiones y los bacanales, no puedo
evitar un sentimiento de angustia por ellos.
Me pregunto si podría acercarlos anotándome en un curso de
contorsionismo y acrobacia. Pero no creo que el resto de mi
cuerpo, tan habituado al desorden, soporte el método y los
esfuerzos.
Cuando yo muera sé que ellos se enfriarán primero, tendrán sus
minutos de muerte solitaria hasta que reciban la compañía final
de todo el andamiaje de mi esperpento.
Pobres pies estos pies, tuvieron peor suerte aún que mi corazón.
Lo cual no es decir poco.
Recuerdo los tiempos felices que pasé a tu lado.
Nunca olvidaré lo dichoso que fue en esos tiempos en los que,
por lo menos, te tomabas la molestia de mentirme.
Cuando mi deseo era tu deseo
y nuestro amor una locura
cuando coincidía mi cuerpo
en tu cuerpo
como el agua
en el hueco
de una roca
Ando por la casa buscando tus olores como cuando rastraba tus
engaños.
Busco aromas. Durante la primera semana encontré un par de
medias y varias ropas que dejaste tiradas. Las huelo. Las beso.
Al principio lo hacía con
vergüenza. Después empecé a hacerlo con naturalidad. Ahora
lo hago con
desesperación.
Las aplasto en mi boca y en mi nariz para extraerles
algo de lo que amé.
Sigo encontrando ropas tuyas, pero ya no huelen
Contienen apenas el recuerdo
del olor.
Con el tiempo, menos el deseo, todo se diluye.
¿Por qué no construí una jaula? ¿Por qué no tejí una red para
que dependieras
solo de mí?
Odio las teorías sobre el amor y la libertad. Debería haberte
construído una
sólida jaula. Y llevarte ahí el plato de comida, el agua y el sexo.
Serte imprescidible.
Ahora me he quedado sin tus olores
Y para colmo en el prostíbulo de mi corazón
están reclamando aumentos desmesurados.
Me entrenaste para navegar esquivando estrellas.
Me enseñaste el salto en largo
por el desierto de los tristes y la zambullida en picada sobre los
arrecifes de la
locura. Yo aprendía. Era un delfín enamorado de su entrenador.
Saltaba por una
sonrisa tuya. Aprendía con rapidez. Eras el domador más
exigente del mundo. Yo
besaba tu látigo. Tu placer era domesticarme. Y el mío estar a
tu lado a
cualquier precio.
Su cuerpo no seduce a nadie. Por un hombro joven se mete en
su cama. Él no
desea a esa mujer. Alcanza con el dese de ella
para que sobre el deseo en esa
habitación.
Él no humilla. Ni siquiera imagina que una mujer mayor
necesita que la deseen.
Se reiría con la crueldad del mes de abril si se lo dijeran.
Admira la mente de esa mujer. La admiración no es amor, pero
ella la recibe
como si. Es algo. Ella no está en condiciones de exigir todo o
nada. Necesita de
ese algo. De ese poco.
Se desnudan. Él no la mira, le muestra sus ojos. Se deja adorar.
No le da lo que
necesita
Pero ella sabe que ya no podría vivir sin lo que le da.
Que vuelvas
para enfadarte, para quedarte dormida y dejarme solo y
deseándote.
Que vuelvas para hacerme reproches, para decirme
que mi ropa es espantosa,
que no triunfo como escritor porque en mis libros
hay muchas mentiras.
Que vuelvas para obligarme a que me peine y me bañe y me
cambie las medias.
Que vuelvas para no coincidir en nada conmigo,
pero que vuelvas y te siga
encontrando única la noche en que no te quedas
dormida y no me dejás solo
deseándote.
O que vuelvas para quedarte dormida.
Que vuelvas para dejarme despierto a tu lado.
Lleno de amor y deseándote, pero que vuelvas.
¿Alguien habrá acercado su mejilla a una almohada
usada por mí para recordar el roce
de mi piel?
¿Alguien habrá permanecido despierto hasta la
alta noche para seguir amando con su
mirada mi egoísmo dormido?
¿Alguien habrá caminado por una calle desierta
de un país lejano murmurando mi
nombre, llamándome?
¿Alguien habrá serenado su corazón apretando
contra su rostro pequeñas ropas
mías?
¿Alguien habrá preferido mi muerte antes de
verme en brazos de otra persona?
¿Alguien habrá gozado entrando al baño después
de mí con el vapor y la temperatura
y los perfumes de mi intimidad?
¿Alguien habrá deseado caer en el sueño con mi
sexo anclado en su cuerpo?
¿O solamente yo amé de esa manera?

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