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Crismairy J Pérez Ramírez 100295031

EL ASMA
El asma es un proceso crónico inflamatorio de las vías aéreas en el que tienen un papel muchas
células y productos celulares. La inflamación crónica da lugar a una hiperrespuesta bronquial, que
conduce a episodios recurrentes de sibilancias, disnea, opresión torácica y tos, especialmente por
la noche y en las primeras horas de la mañana. Estos episodios se asocian habitualmente con una
obstrucción del flujo aéreo, que suele ser reversible de forma espontánea o con el tratamiento.
El asma puede debutar a cualquier edad. Sin embargo, existen estudios que sugieren que la gran
mayoría de los asmáticos experimenta sus primeros síntomas antes de los 5 años.

FACTORES DE RIESGO
 Factores Del huésped
 Obesidad
 Genéticos
 Sexo
 Factores perinatales
 Factores Ambientales
 Alérgenos
 Infecciones
 Polución
 Dieta
 Clima
 Exposición al tabaco

FISIOPATOLOGÍA
Como ya se apuntaba en la definición, en el asma se producen dos trastornos funcionales
característicos: la obstrucción al flujo aéreo de carácter variable y reversible y la hiperrespuesta
bronquial. La obstrucción es consecuencia de la contracción del músculo liso bronquial, el edema y
el aumento de la secreción mucosa. A diferencia de otras enfermedades respiratorias, suele ser
reversible espontáneamente o como resultado del tratamiento, y es la que determina sus
síntomas característicos (tos, opresión torácica, sibilancias). La hiperrespuesta bronquial consistiría
en un estrechamiento desproporcionado de las vías aéreas en respuesta a una serie de estímulos
(físicos, químicos o inmunológicos), como resultado de la inestabilidad del tono muscular de las
mismas. Constituye el trastorno fisiológico más relevante de la enfermedad, si bien no es exclusivo
de ésta y su mecanismo no está del todo aclarado. Vendría determinada en parte por el proceso
inflamatorio característico de la misma, aunque éste no sería el único, pues se han implicado
factores genéticos y medioambientales.

CLÍNICA
Los síntomas típicos del asma son: disnea, tos, sibilancias y opresión torácica. Pero hay que tener
en cuenta que, aunque característicos, no son específicos y, por tanto, no son exclusivos de la
enfermedad. Pero lo que sí caracteriza a esta enfermedad es que dichos síntomas suelen ser
variables, intermitentes, empeoran por la noche y son provocados por diversos desencadenantes
incluyendo el ejercicio.
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CLASIFICACIÓN
a) Asma alérgica
b) Asma no alérgica
c) Asma de inicio tardío
d) Asma con limitación fija del flujo aéreo
e) Asma con obesidad.

Clasificación del asma según la gravedad.


 Persistente grave
 Persistente moderada
 Persistente leve
 Intermitente

DIAGNOSTICO
Tras una primera sospecha clínica, estará dirigido a la detección de los trastornos fisiopatológicos
propios de la enfermedad. El estudio funcional del paciente asmático va a contemplar el análisis
de la hiperrespuesta bronquial, el estudio de la limitación al flujo aéreo, de la reversibilidad y de la
variabilidad.
Se evidencia mediante la realización de una espirometría forzada, procedimiento obligado en la
valoración inicial de la enfermedad.
La reversibilidad bronquial representa la capacidad de las vías aéreas para corregir la obstrucción
bronquial detectada mediante una espirometría forzada, tras la administración de diversos
agentes. Los fármacos empleados con mayor frecuencia son los broncodilatadores, tanto los
agonistas β2-adrenérgicos (salbutamol, terbutalina) como los anticolinérgicos.

El estudio de la variabilidad consiste en demostrar un cambio en el calibre de las vías aéreas, De


forma habitual, la variabilidad se evalúa mediante la determinación del flujo espiratorio máximo
(PEF o peak expiratory flow). El registro del PEF es una técnica sencilla y reproducible que
mantiene una buena correlación con la espirometría. El PEF se utiliza en el diagnóstico del asma,
para confirmar la variabilidad, clasificar por gravedad, determinar la respuesta al tratamiento,
controlar el deterioro funcional en los casos asintomáticos y para detectar la existencia de factores
desencadenantes.
El diagnóstico diferencial del asma comprende:
enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC),
bronquitis crónica o enfisema,
insuficiencia cardiaca congestiva,
obstrucción mecánica de las vías respiratorias,
tumor o neoplasia y
disfunción de las cuerdas vocales.
Las causas poco frecuentes de las sibilancias pueden ser:
embolia pulmonar,
infiltrados pulmonares con eosinofilia y
algunos medicamentos (p. ej., inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina
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TRATAMIENTO
En el dominio control actual:
– Prevenir los síntomas diurnos, nocturnos y tras el ejercicio
– Uso de agonista β2 adrenérgico de acción corta no más de 2 días a la semana
– Mantener una función pulmonar normal o casi normal
– Sin restricciones en la vida cotidiana y para realizar ejercicio físico
– Cumplir las expectativas de los pacientes (y sus familias)
En el dominio riesgo futuro:
– Prevenir las exacerbaciones y la mortalidad
– Minimizar la pérdida progresiva de función pulmonar
– Evitar los efectos adversos del tratamiento

Tipos de fármacos más habituales en el tratamiento del ASMA


 Broncodilatadores β2 adrenérgicos de acción corta Salbutamol y formoterol
 Broncodilatadores β2 adrenérgicos de acción prolongada Formoterol y salmeterol
 Corticoides inhalados Beclometasona, budesonida, fluticasona, ciclesonide
 Combinaciones de agonistas β2 de acción prolongada Salmeterol + fluticasona y corticoides
inhalados Formoterol + budesonida Formoterol + beclometasona
 Antagonistas de los receptores de los leucotrienos Montelukast Zafirlukast
 Otros Teofilinas
MEDICAMENTOS DE ALIVIO DEL ASMA
Agonistas β2-adrenérgicos de acción corta
Los agonistas β2-adrenérgicos de acción corta (Aβ2-A-AC) más utilizados son el salbutamol y la
terbutalina, pero también pertenecen a este grupo el fenoterol, el reproterol, el pirbuterol y el
levalbuterol. Son broncodilatadores que relajan el músculo liso bronquial y que son el tratamiento
de elección para el alivio de los síntomas durante las crisis, así como para la prevención del asma
inducida por el ejercicio (AIE). Se utilizan prácticamente siempre de forma inhalada, ya que por
esta vía son más eficaces y los efectos secundarios (temblor y taquicardia) son menos habituales
que por vía oral o parenteral. El uso excesivo de los Aβ2-A-AC (más de dos veces en 1 semana)
para aliviar los síntomas (queda excluida la prevención del AIE) generalmente indica que se ha
perdido el control de la enfermedad, por lo que se hace necesario iniciar o aumentar el
tratamiento preventivo. El uso de forma continua a largo plazo de estos fármacos nunca debe
recomendarse.
Anticolinérgicos de acción corta
Son broncodilatadores que actúan inhibiendo los receptores muscarínicos y reduciendo el tono
vagal de la vía aérea. En el asma se utilizan los de acción corta, es decir, el bromuro de ipratropio y
el bromuro de oxitropio. Son menos eficaces que los Aβ2-A-AC. Un metaanálisis de ensayos
clínicos reciente demostró que producen un beneficio adicional (mejoran ligeramente la función
pulmonar y reducen el riesgo de hospitalización) si se añaden a los Aβ2-A-AC en las crisis
moderadas o graves cuando se emplean en los servicios de urgencias. Pueden causar sequedad y
amargor de boca, como únicos efectos secundarios.
Teofilinas de acción corta
Son broncodilatadores con un mecanismo de acción que no se conoce totalmente. En los
pacientes con un asma aguda, la aminofilina intravenosa es menos eficaz que los Aβ2-A-AC y no se
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ha demostrado que mejore los resultados al añadirla a un tratamiento con broncodilatadores y


esteroides inhalados. Tiene importantes efectos secundarios, como vómitos y arritmias cardíacas,
por lo que su uso en el tratamiento de las crisis de asma es bastante polémico.
Glucocorticoesteroides sistémicos
No se pueden considerar como medicamentos de alivio, al no tener una acción rápida, pero son
importantes en el tratamiento de las crisis moderadas y graves (añadidos a los Aβ2-A-AC), al
prevenir la progresión de las exacerbaciones y de las recurrencias, disminuyendo el riesgo de
acudir a urgencias y las hospitalizaciones. Su administración por vía oral es tan eficaz como por vía
intramuscular o intravenosa y, por tanto, es la más recomendable. Las reacciones adversas de una
dosis única son infrecuentes. Los efectos secundarios, si se dan por vía sistémica, se detallan más
adelante.
MEDICAMENTOS DE CONTROL O PREVENTIVOS
DEL ASMA Glucocorticoesteroides inhalados Los glucocorticoesteroides que pueden usarse por vía
inhalatoria (GCI) son la beclometasona, la budesonida, la fluticasona, la ciclesonida, la flunisolida,
la mometasona y la triamcinolona. Son fármacos que actúan a varios niveles del proceso
inflamatorio y son la medida terapéutica más efectiva en el tratamiento del asma. Reducen los
síntomas, mejoran el control de la enfermedad, la calidad de vida y la función pulmonar,
disminuyen la hiperrespuesta bronquial, previenen las exacerbaciones, aminoran el número de
pautas cortas de esteroides orales que se necesitan y reducen las visitas a urgencias, las
hospitalizaciones y las muertes por asma. La sensibilidad a los GCI y, en consecuencia, la respuesta
clínica pueden variar entre individuos en relación con el grado de inflamación, las alteraciones
estructurales de las paredes bronquiales o la respuesta celular existentes.
Cromonas (cromoglicato disódico y nedocromil sódico)
El efecto antiinflamatorio de estos compuestos es débil. Su mecanismo de acción se produce a
través de la estabilización de los mastocitos y de la interferencia de la función de los canales del
cloro. Son eficaces para prevenir el broncoespasmo ocasionado por la provocación alergénica y
para inhibir el AIE. Pueden ser una alternativa (nunca el fármaco de elección) en el asma leve y
pueden usarse para prevenir el AIE o una crisis asmática ante la exposición inevitable a algún
alergeno conocido. Los efectos secundarios se limitan a la tos tras su inhalación y, en algunas
personas, al sabor desagradable en el caso del nedocromil.

Modificadores de los leucotrienos


Se incluyen aquí los antagonistas del receptor del cisteinil-leucotrieno-1 (CysLT1) (montelukast y
zafirlukast) y el inhibidor de la 5-lipooxigenasa (zileutón). Interfieren en la vía de los mediadores
leucotriénicos, que se liberan por los mastocitos, los eosinófilos y los basófilos. Disminuyen la
inflamación bronquial, tienen una mínima acción broncodilatadora, reducen los síntomas
asmáticos y mejoran la función pulmonar. Su efecto es menor que el que tienen los GCI en dosis
bajas cuando se administran aisladamente. Como tratamiento adicional pueden conseguir que se
reduzcan las dosis de los GCI y mejorar a los pacientes que no emplean GCI, pero son menos
efectivos que la adición de un agonista β2-adrenérgico de acción larga (Aβ2-A-AL).
Teofilinas de acción sostenida
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Aunque son broncodilatadores en dosis bajas, por ser inhibidores no selectivos de la


fosfodiesterasa tienen una pequeña actividad antiinflamatoria. Son menos eficaces que los GCI en
dosis bajas. Añadiéndolas a estos últimos inducen una mejoría en la función pulmonar similar a la
que supondría doblar la dosis de los GCI. Pueden ser una alternativa (nunca el fármaco de
elección) en el asma leve persistente. Son medicamentos baratos y, por eso, muy utilizados en los
países con pocos recursos económicos. También pueden emplearse como alternativa o como un
fármaco adicional en el asma más grave. En dosis altas provocan muchos efectos secundarios, por
lo que es esencial la monitorización de su concentración plasmática. En dosis bajas producen
menos efectos adversos (intolerancia gástrica), por lo que en este caso no se requiere control
plasmático alguno.
Anticolinérgicos de acción larga
En el tratamiento del asma recomendado por las diferentes guías de práctica clínica que han
aparecido hasta la fecha, no se incluyen los fármacos anticolinérgicos de acción prolongada
(tiotropio, aclidinio, glicopirronio, umeclidinio) en ninguno de los escalones terapéuticos
establecidos. En los últimos años, sin embargo, se han publicado algunos trabajos en los que se
sugiere que el tiotropio, un compuesto anticolinérgico de acción prolongada, puede tener algún
papel en el tratamiento de mantenimiento de esta enfermedad, al menos en algún subgrupo de
pacientes. Así, en uno de esos estudios se ha constatado que añadir el tiotropio a los GCI en el
asma moderada conseguía unos resultados que no eran inferiores a los logrados con un Aβ2-A-AL.
Si estos datos se confirmaran, el tiotropio podría ser una alternativa a esos fármacos. Asimismo,
en dos ensayos clínicos recientes se evaluó la eficacia del tiotropio para disminuir la tasa de
exacerbaciones en el asma grave. Entre los dos trabajos se analizaron 912 pacientes con un asma
grave mal controlada, todos tratados con GCI en dosis altas y con un Aβ2-A-AL, que se siguieron
durante 48 semanas. En la aleatorización a un grupo se le añadió tiotropio en el tratamiento y al
otro un placebo.
Omalizumab
Es un anticuerpo monoclonal recombinante humanizado frente a la inmunoglobulina E (IgE). Se
liga con la IgE libre de forma selectiva, evitando la unión de esta última a los receptores de alta
afinidad (FcεRI) de los mastocitos y los basófilos. Consigue así que disminuya la liberación de
mediadores como reacción a la exposición alergénica. Inhibe la respuesta precoz y la tardía. Su
indicación actual se encuentra en el tratamiento, como un fármaco adicional, de los pacientes que
tienen un asma alergénica en los que no se logra el control de la enfermedad, a pesar de dar dosis
altas de esteroides y de Aβ2-A-AL. En algunos trabajos se ha demostrado que mejoran el control
del asma en este grupo de pacientes al reducir el número de agudizaciones y las visitas al servicio
de urgencias. Apenas tiene efectos indeseables. Se ha descrito la posibilidad de una urticaria o, en
muy pocos casos, de una anafilaxia, así como de dolor en la zona de la inyección en el 20% de las
ocasiones.
AGONISTAS β2-ADRENÉRGICOS DE ACCIÓN LARGA
Pertenecen a este grupo el salmeterol y el formoterol. El indacaterol, aparecido más
recientemente, es de acción ultralarga (su efecto dura 24 horas). No son antiinflamatorios, sino
broncodilatadores, pero la duración de la broncodilatación que producen es de, al menos, 12
horas. Relajan el músculo liso por estimulación de los receptores β2. Al no actuar sobre la
inflamación, no deben usarse nunca como una monoterapia. Por el contrario, han de prescribirse
siempre en combinación con un GCI.
Crismairy J Pérez Ramírez 100295031

Glucocorticoesteroides orales
Los glucocorticoesteroides orales (GCO) suprimen, controlan y revierten la inflamación bronquial.
Como medicación de mantenimiento a largo plazo solo deben usarse en los enfermos que tienen
un asma de control difícil, debido a los importantes efectos secundarios que ocasionan
(osteoporosis, diabetes mellitus, supresión del eje hipotálamo-suprarrenal, obesidad, cataratas,
glaucoma, adelgazamiento de la piel, pérdida de masa muscular, etc.).

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