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TALLER OBLIGACIONES

-Diego Fernando Saavedra


-Sergio Daniela Rivera
-Ana Sofia Velandia Rojas
PREGUNTAS
1- Ante la ausencia de patrimonialidad del matrimonio, ¿cuáles serían los mecanismos de
revisión de los deberes y obligaciones entre cónyuges?

RESPUESTA: El matrimonio el ser un contrato solemne posee una serie de deberes y


obligaciones ya sea de dar , hacer o no hacer que se encuentran establecidos en el Artículo 113
donde describe que el matrimonio tiene como fin la unión de un hombre y una mujer para vivir
juntos, procrear y auxiliarse mutuamente.
Además del título VII del código civil donde se evidencia que obligaciones al ser incumplidas
suponen un daño para la contraparte y pueden llevar a la disolución y liquidación de la sociedad
conyugal, Por lo tanto al tratarse de un contrato y que goza de solemnidad está regulado bajo la
normatividad que rige los negocios jurídicos.

2- Si el matrimonio carece de patrimonialidad, ¿por qué se aplican consecuencias con


efectos patrimoniales?
RESPUESTA: La ley ha establecido efectos patrimoniales para el divorcio “La obligación ya
es perfecta por la sola voluntad de los contratantes, sin la intervención de la ley, la cual solo
interviene, para garantizar la ejecución o cumplimiento de la obligación, haciendo que el
obligado cumplir su promesa en caso de que la niegue que o que la viole, pero no interviene
para dar nacimiento a la obligación”.
En el Artículo 1494 del código civil - Fuente de las obligaciones en los contratos
“Las obligaciones nacen, ya del concurso real de las voluntades de dos o más personas, como en
los contratos o convenciones; ya de un hecho voluntario de la persona que se obliga, como en la
aceptación de una herencia o legado y en todos los cuasicontratos; ya a consecuencia de un
hecho que ha inferido injuria o daño a otra persona, como en los delitos; ya por disposición de la
ley, como entre los padres y los hijos de familia.”

El matrimonio al ser un contrato genera una serie de derechos y obligaciones o


responsabilidades las cuales nacen de la presunta voluntad de los contrayentes y en caso de no
cumplirlas suponen un daño para la contraparte y en consecuencia, es necesaria una
indemnización.
Mediante la Sentencia C-985/10 se da a conocer las clasificaciones de las cúsales de divorcio
siendo estas las causales objetivas y subjetivas , las cúsales objetivas se relacionan con la
ruptura de los lazos afectivos que motivan el matrimonio lo que conduce al divorcio y las
causales subjetivas se relacionan con el incumplimiento de los deberes conyugales y por ello
pueden ser invocadas solamente por el cónyuge inocente dentro del término de caducidad
previsto por el artículo 156 del Código Civil –modificado por el artículo 10 de la Ley 25 de
1992, con el fin de obtener el divorcio a modo de censura; por estas razones el divorcio al que
dan lugar estas causales se denomina “divorcio sanción”.
En la Sentencia C-1495/00- encontramos el DIVIRCIO SANCION
El divorcio sanción es contencioso, porque para acceder a la disolución del vínculo el actor debe
probar que el demandado incurrió en la causal prevista en la ley y éste, como sujeto pasivo de la
contienda, puede entrar a demostrar que no incurrió en los hechos atribuidos o que no fue el
gestor de la conducta.
Las causales de divorcio se encuentran en el art 154 del código civil y las consecuencias
previstas por la ley es la disolución del contrato o vinculo marital y la posibilidad de que se le
interponga al sujeto de incumplimiento la obligación de pagar alimentos al cónyuge como lo
indica el Art. 411 N°4 del código civil tutelares del derecho de alimentos, lo que significaría una
sanción con afectación patrimonial
para el cónyuge culpable del incumplimiento.

3- ¿Qué otros elementos hacen parte del contenido ético de las obligaciones?

En la obligación se encuentran inmerso varios principios los cuales son: principios generales del
derecho reconocidas en las naciones unidas, entre estas está el principio de la justicia
conmutativa o principio de equivalencia, el principio del trato equitativo o el equilibrio del
derecho, el principio de buena fe, el principio de protección de confianza, y el principio de la
justicia general o del bien común.

Los principios de justicia operan en el momento de la creación de la ley, inspirando las reglas
del derecho positivo legal, y también operan a la hora de aplicar del derecho positivo,
restringiendo o ampliando, a la luz del principio, el alcance de los enunciados legales, ya sea en
una actividad de interpretación, ya sea en una integración del derecho.

 El principio del trato equitativo o del equilibrio de derechos

No nos referimos ahora al equilibrio entre la cosa o hecho que uno da y la cosa o hecho que
recibe, o sea a la equivalencia entre las contraprestaciones propias del contrato del cual se trate
(lo cual ya hemos analizado en el artículo anterior), sino al equilibrio que ha de haber, en
general, entre todos los demás derechos y obligaciones de las partes que fluyen del acuerdo
contractual. Un ejemplo para ilustrar la aplicación de este principio: Si se pacta que uno de los
contratantes tiene la facultad de resolver el compromiso en caso de que después no le
conviniere, también debe estipularse la misma prerrogativa a favor de la otra parte.

 El principio de protección de la confianza

Trata Karl Larenz, en su obra Derecho justo, después del principio de autonomía de la voluntad
y del principio de equivalencia, del “principio de confianza”, como uno de los imperativos
fundamentales del derecho justo en lo que respecta a los contratos. Son muchas las aplicaciones
de este principio. Una de ellas es la “teoría de la declaración”, según la cual el contratante autor
de la declaración queda ligado a las consecuencias de la expectativa suscitada en otro; el sentido
usual de lo declarado prevalece sobre la voluntad real, de modo que si él en realidad había
querido otra cosa, pero se expresó con error, o con términos ambiguos, se tiene en cuenta el
sentido de la declaración en el cual el otro contratante se ha confiado.
 El principio de la “justicia social”

Nos hemos detenido un tanto en el contrato de trabajo en relación de dependencia, porque en él


está entrañada esencialmente la justicia social. Pero este principio también puede tener
aplicación en otros contratos, si se dan las circunstancias. Así por ejemplo, no se admite que el
cumplimiento de las obligaciones contractuales se exija a rajatabla, al punto de colocar al
deudor «en la miseria», sino que hay un límite, que deja a salvo lo que el deudor necesita para la
satisfacción de sus necesidades vitales fundamentales. El derecho positivo ha plasmado este
principio en la institución de los bienes inembargables, en beneficio de todo deudor.

 El principio de la justicia general o del bien común

Este principio de supremacía del bien común es regulador de todo el derecho. Con frecuencia lo
que es debido por el miembro a la comunidad política, está preceptuado por las leyes. Aunque
hay también deberes de los miembros hacia la comunidad hacia ésta que no están indicados en
las leyes civiles, lo cierto es que la mayor parte de los deberes de la justicia general o justicia
del bien común están establecidos en la legislación positiva. Por esta característica accidental
pero muy común, se ha denominado tradicionalmente a esta especie de justicia como “justicia
legal”. Una aplicación de este principio es la intervención del legislador para determinar o
modificar el contenido de los contratos que celebren los particulares, con el fin de preservar
algún aspecto del bien común político.

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