Está en la página 1de 2

Antonio Reina Ramos

Museología musical

Lydia Goehr

● El “imperialismo conceptual” y el “museo musical”

La idea de museo musical no siempre ha existido, Franz Listz en 1835 declaró la


necesidad de tratar el arte de forma temporal en el museo del Louvre. Una forma de
perseverar el arte musical donde cada cinco años se realizará una valoración y las
mejores obras tendrían su sitio dentro del museo. Esta forma de pensar no nace con
Liszt ya que 30 años antes autores como Forkel ya exponían que la mejor forma de
perseverar las obras era la interpretación de las mismas ante un público numeroso.
La idea de museo musical nace por tanto de la necesidad de perseverar unas obras
que sino quedarían en el olvido, el intento de aumentar el mundo de lo musical, por
la búsqueda del desarrollo del gusto artístico de la sociedad y las motivaciones de
crear un espacio de encuentro para artistas musicales tanto profesionales como
aficionados. Lo que sí está claro es que Listz estaba muy interesado y desarrolló la
idea del museo musical de una forma bastante correcta, ya que atendía a las
propias limitaciones de la música pero también tenía en cuenta las ventajas de las
mismas. De esta forma se comenzó a generar la demanda de este tipo de museos
como una nueva perspectiva de museo donde las obras estarán en exhibición
permanente, pero no siempre siendo interpretadas. Se comenzó a generar una
demanda y las cosas empezaron a cambiar, lo musical ya no se veía únicamente
como un medio sino como un fin, la música dejaba de estar solamente en la sala de
conciertos.

Por otro lado se encuentra el imperialismo conceptual, algo que tiene gran relación
con los criterios de separatividad y la ilusión romántica, ya que ambos conceptos no
pueden sostenerse por sí solos necesitan de un organismo que justifique y difunda.
Y aquí es donde entra el imperialismo conceptual, si la visión dominante se
mantiene desde 1800 es gracias a este imperialismo y concretamente un
imperialismo contemporáneo que intenta reconstruir la historia de 1800 para
justificar la visión que predomina hoy. De esta forma se hace parecer que los
músicos ya en 1800 pensaban en la música desde la modernidad, de esta forma la
reconstrucción del pasado es en definitiva la forma de legitimar el presente y por
ende el imperialismo.

● El imperialismo cultural y la relación con Werkt Reúne y la obra de arte


musical.

Si el imperialismo es el encargado de justificar su propia superioridad, en el


imperialismo cultural los conceptos de Werkt Reúne y el de obra de arte musical son
completamente necesarios. Werkt Reúne consigue plantear la diferencia entre la
autenticidad y la copia, la falsificación de una obra de arte pictórica se lleva a otro
nivel con la llegada de la fotografía donde cabría preguntarse ¿Qué diferencia hay
entre una fotografía de La Gioconda y la pintura en sí? No es en realidad producto
de este imperialismo cultural. Por otro lado habría que preguntarse si esta diferencia
entre la autenticidad y la copia se puede plantear dentro del universo musical, por
un lado existen falsificaciones de ediciones ¿Pero hay falsificaciones o copias
dentro de la interpretación de la obra en sí? Al final podría afirmarse que la
reproductibilidad técnica de lo musical se da con los sistemas de grabación, donde
gracias a la tecnología se permite recrear un concierto aunque uno no esté allí
físicamente ¿Pero hay diferencia sigue siendo la grabación fiel a la obra? Parece
que esa necesidad de la búsqueda de una esencia en la obra musical original solo
sirve para alimentar a los criterios de separatividad y en definitiva al imperialismo
musical.

También podría gustarte