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Primera trampa: Una canción hace milagros

El ruido político del que tanto se habían quejado los empresarios y economistas se convirtió en una
melodía sonora y contagiosa sobre la fortaleza de la economía peruana.

 Los compositores del milagro.


Michael Michalak se refirió a la economía peruana como un “milagro económico” y la reunión de
APEC sería una “excelente vitrina” para que el mundo conozca los éxitos económicos peruanos.
A partir de ahí comenzó la viralizacion de la canción.
El 12 de diciembre de 2007, en el vigésimo quinto encuentro de economistas del Banco Central de
Reserva, Raymundo Chirinos, sugería que el país podía crecer 7% a más n los próximos siete años.
En abril de 2008, el Perú se convirtió en el tercer país latinoamericano en obtener el grado de
inversión para su deuda soberana. Solo Chile y México tenían ese certificado.
En noviembre, durante la APEC, el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, dijo que el Perú es el
“tigre de Latinoamérica”.
En 2012, María Anastasia O’ Grady del Wall Street Journal, acuño un término para la economía
peruana: “puma del Pacifico”.

 El diablo en los detalles.


Para que un crecimiento acelerado sea milagroso, importa que se estén sentando las bases de un
desarrollo sostenido. Esto implica descartar casos en los que no hay desarrollo económico gestándose,
como los países que crecen solamente porque descubrieron recursos naturales.
Los milagros son de desarrollo económico más que de crecimiento.
Detrás de desarrollo económico hay fuerzas que intervienen y lo impulsan. Pueden ser impulsos de
una mano invisible, intervenciones de la mano estatal o una mezcla de ambos. Operan de forma sutil, y
sus resultados no son fáciles de observar en tiempo real.
No es fácil saber que ocurre en el caso peruano. Podríamos estar viviendo el milagro del desarrollo
económico o atravesando un proceso de crecimiento acelerado, la pregunta finalmente es a cual nos
aproximamos más.
Un buen abogado del diablo debería preguntarse si el milagro le ocurrió solo al Perú o si fue un
fenómeno regional, tendría que preguntarse si no fue más bien el resultado de elementos mundanos
que no guardan relación con un proceso de desarrollo sostenido.

 La gran lotería latinoamericana.


El Perú no fue el único país que tuvo un crecimiento. Ocurrió en la mayoría de países
latinoamericanos. El crecimiento promedio anual de la región fue casi el doble de aquel producido entre
1980 y 2003.
No requiere mucha imaginación pensar que factores externos podrían haber afectado al Perú y a la
región; son los mismos sospechosos de siempre: el precio de las materias primas, las tasas de interés
internacionales y el crecimiento económico de los países avanzados.
Ernesto Talvi (economista uruguayo): casi dos tercios del crecimiento del grupo LAC 7 se debe a las
condiciones externas.
¿Cuánto le toco al Perú? El país avanzo mucho más rápido que la región. Hay buenas razones para
pensar que es porque gano un pedazo mayor del premio.

 Los años locos.


No hay país latinoamericano que siquiera se le acerque en presencia en los rankings globales de
producción minera. Entre 2003 y 2013, el precio del oro se multiplico por 3,8, el del cobre por 4, el del
zinc por 2,3 y el de la plata por 4,9.
El Perú estuvo parado justo debajo de una piñata cuyo volumen aumento casi cuatro veces, con una
mucho mejor ubicación que los demás.
Bertrand Gruss (economista del FMI): durante la década dorada la inversión respondió mucho a los
cambios en el precio de los commodities.
Luis Castilla (ex ministro de economía) en 2011: “prende velitas todos los días y reza” para que la
economía china no se caiga por el efecto que eso tendría sobre el precio de los commodities. Si algún
milagro había no era en el Perú, sino en China.
Por otro lado, la estabilidad fiscal del país y la obtención del grado de inversión en 2008 lo ubicaron
en una muy buena posición para recoger los premios de una segunda piñata: la del financiamiento.
Ben Bernanke (ex presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos): abrió las puertas a la
mayor inyección de dinero que ha conocido el sistema financiero mundial conocida como “facilitación
cuantitativa”.
Esto permitió que las empresas de países como el Perú se endeudaran masivamente a tasas ínfimas.
Esa deuda barata fue un impulso grande a los planes de inversión corporativos y permitió a las empresas
acelerar su expansión.
Los precios crecientes de los commodities que el país exporta llevaron a un aumento sostenido de la
rentabilidad de la inversión minera. Esto genero los aumentos en los ingresos del fisco que permitieron
mayor gasto fiscal e inversión pública. Las divisas que entraron por las exportaciones impulsaron el tipo
de cambio a la baja y ayudaron así a controlar la inflación.
El resultado es que en los últimos años hemos vivido una combinación de cuatro booms: de inversión
minera, de inversión corporativa e inversión inmobiliaria y un boom de inversión bursátil.
Las utilidades de las empresas peruanas se multiplicaron varias veces. Eso repercutió directamente
en los bolsillos de los consumidores, lo que a su vez estimulo a los sectores de comercio y servicios.
Fueron los años locos de la economía peruana.
La evidencia del milagro peruano esta en todos lados menos en las estadísticas económicas.

 El día después del boom.


Es muy difícil que las extraordinarias condiciones globales que beneficiaron al Perú durante la década
dorada se vuelvan a repetir. Estas condiciones estuvieron relacionadas con un fenómeno único en la
historia de la economía mundial: el 11 de diciembre de 2001 China entra a la Organización Mundial de
Comercio, con lo que se integra totalmente al sistema de comercio internacional y comienza a abrir su
mercado financiero al resto del mundo.
El efecto de un aumento tan masivo en la fuerza laboral del planeta fue que el precio de las
manufacturas intensivas en mano de obra se redujo, mientras que la demanda por las materias primas
necesarias para fabricarlas aumento. Ambas cosas favorecieron al Perú.
El efecto de China poco a poco se va a ir atenuando, en la medida en que el mercado ya lo asimilo, y
no hay otro país igual aguardando para entrar a la economía global. Además, sigue existiendo el riesgo
de que China colapse por sus problemas financieros y políticos.
Esta realidad se refleja en las proyecciones de las tasas de interés, de los precios de los commodities
y del crecimiento de China.
¿Qué significa esto para el crecimiento en los próximos años?
Sebastián Sosa: si la inversión y la productividad crecen a tasas más cercanas a las que tuvo el país
entre 1990 y 2004, el crecimiento económico promedio entre 2013 y 2017 podría estar en torno al 2%.
Esta predicción ya se cumplió en 2014, y en 2015 parecía probable que se repita.
La reacción de muchos economistas y empresarios con los que hemos conversado sobre este
escenario es de negación. Atribuyen el bajón de 2014 y el de 2015 a errores circunstanciales del
Gobierno y, por lo tanto, esperan que pronto recuperemos un crecimiento alto. Históricamente, los
episodios de crecimiento acelerado en el Perú han sido seguidos por episodios en los que crece a su
promedio histórico (que en los últimos cincuenta años ha sido de poco más de 3%).
Larry Summers y Lant Pritchett (economistas y profesores en la Universidad de Harvard): las tasas
altas son muy poco persistentes en el tiempo y los episodios de crecimiento rápido tienden a ser
seguidos por episodios de crecimiento promedio. “La extrapolación de tasas de crecimiento actuales
hacia el futuro riñe con toda la evidencia empírica existente sobre la fuerza de la regresión a la media”,
eso significa que los países en desarrollo casi siempre tienden a regresar a su crecimiento promedio.
La suerte del Perú no está echada. Es necesario que supere la segunda trampa: la de la baja
productividad.

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