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LA GUERRA FEDERAL

La Guerra civil boliviana, también denominada Guerra Federal, fue un conflicto


armado que tuvo lugar entre 1898 y 1899 en el territorio boliviano, entre el
bando conservador que ostentaba el poder del Estado boliviano con el apoyo
mayoritario de las fuerzas armadas, y la élite económica y religiosa que
defendían un modelo de orden unitario y del otro lado al bando liberal que se
oponía a las políticas de Estado que el entonces gobierno llevaba a cabo y
pretendía instalar un modelo de orden federativo, este último bando contaba
con el apoyo del campesinado, amerindios y pequeños empresarios de
mayoría cristiana católica.

Los antecedentes principales para el estallido de la guerra civil fue que Bolivia
se encontraba en una crisis política y social ante las diferencias que existía
entre los grupos sociales que habitaban el país desde la independencia, el
golpe de Estado contra el presidente Hilarión Daza Groselle por partidarios que
posteriormente se unieron al bando conservador, la disputa por llevar el término
de «Ciudad capital» entre La Paz y Sucre, y por último la pérdida del
departamento del Litoral en la Guerra del Pacífico además de no corresponder
al llamado realizado por la República Peruana de volver a implicar al Ejército
boliviano en la guerra a pesar de la presión de la oposición liberal que exigía
volver a la guerra contra Chile.
Durante la guerra ambos bandos realizaron persecuciones y cometieron
masacres a poblaciones civiles. Los intereses extranjeros se hicieron presentes
en el conflicto, pues los liberales tenían lazos con el Perú y los conservadores
con Chile. Dentro del territorio controlado por cada bando estallaron
revoluciones y contrarrevoluciones que complicaban la situación humanitaria de
los civiles.

La victoria del bando liberal supuso un cambio rotundo de la política en Bolivia,


pues se trasladaba a la fuerza los poderes ejecutivo y legislativo de la ciudad
de Sucre a La Paz, ciudad en donde se originó el bando liberal, aunque esto no
significó la instalación definitiva de una capital nacional.

ANTECEDENTES
Tras la derrota en el Alto de la Alianza (26 de mayo de 1880) Bolivia dejó de
participar en la Guerra del Pacífico, y la población se dividió entre los
"guerristas", partidarios de recobrar al menos parcialmente el litoral perdido
para tener salida propia al mar, y "pacifistas", que deseaban acabar el conflicto
y pactar con Chile. Los primeros tenían apoyo de militares y fuertes nexos
comerciales con el sur de Perú, los segundos eran comerciantes y
terratenientes con intereses mineros en el sur boliviano que poseían vínculos
con la economía chilena.
Los "guerristas" y "pacifistas" son los antecedentes inmediatos de los partidos
liberales y conservadores respectivamente. Unos agrupados en torno a
Eliodoro Camacho y otros alrededor de Aniceto Arce, Gregorio Pacheco y
Mariano Baptista El triunfo electoral de Pacheco en 1883 y la presión de los
mineros del sur boliviano permitieron alcanzar el Tratado de Tregua con Chile
un año después. El gobierno de Narciso Campero supo resistir la presión de
Arce y Baptista, que deseaban un tratado de paz definitivo. El primero quería
negociar la entrega de Tacna y Arica con Chile, el otro no se fiaba de los
chilenos. Los liberales rechazaron el llamado del aún presidente Campero de
ayudar a Perú. La pérdida del litoral fue un duro golpe a la élite criolla que
implicó una limitación al acceso al comercio internacional, algo que los liberales
usaron para ganar apoyo popular contra los conservadores partidarios del
tratado. Los conservadores mantuvieron el poder durante cuatro mandatos:
Pacheco (1884-1888), Arce (1888-1892), Baptista (1892-1896) y Severo
Fernández Alonso.

Con el tiempo se dio un agrupamiento regional de ambas fuerzas: los liberales


se hicieron fuerte en La Paz, Cochabamba y Oruro, mientras que los
conservadores en las regiones mineras de Potosí y Sucre. También hay otro
social: los primeros suelen ser comerciantes o industriales medios,
funcionarios, profesores, abogados, periodistas y escritores; los conservadores
son banqueros, aristócratas, grandes industriales y eclesiásticos influyentes.
Los abusos electorales de los conservadores y las campañas proselitistas de
liberales entre las comunidades campesinas indígenas o ayllu, especialmente
aimaras, duramente presionadas por la expansión de las haciendas lentamente
hizo crecer el apoyo popular de los radicales, prometiéndoles recuperar las
tierras pérdidas.
Además, La Paz empezó a convertirse en la región hegemónica del país
después que la economía aurífera entrara en crisis desde 1887 en favor de la
explotación de estaño. Al carecer de la riqueza minera o agraria de otras
provincias, la economía paceña estaba más diversificada y vinculada a Perú,
volviéndose el principal aporte a las arcas fiscales y por lo tanto, con más
deseos de controlarlas.

LEY RADICATORIA
El presidente Fernández Alonso quería acabar con el problema de la
capitalidad boliviana. Hasta 1880 la sede del poder ejecutivo se encontraba
donde estaba el presidente de turno. De ahí que el Congreso se reuniera, entre
1825 y 1900, en 29 oportunidades en Sucre, 20 en La Paz, 7 en Oruro, 2 en
Cochabamba y 1 en Tapacarí. Oficialmente, la capital de Bolivia era Sucre
desde los tiempos de Antonio José de Sucre, manteniéndose durante el paso
de los años por problemas de recursos para construir una nueva capital o por la
influencia de su aristocracia. Desde los años 1880 los presidentes
conservadores tendieron a asentarse en Sucre, convirtiéndola en capital de
facto.
El 31 de octubre de 1898 los diputados de Sucre propusieron instalar
definitivamente la capital ejecutiva en Sucre, la Ley Radicatoria, pero sus
contrapartes paceños propusieron que el Congreso debía trasladarse a
Cochabamba (lugar neutral) pero el oficialismo lo rechazó. Los liberales
parecieron apoyar la capitalidad de Sucre, si la vetaban provocarían a los
capitalinos, pero si se aprobaba podían convencer al pueblo y la guarnición de
La Paz (a las órdenes del coronel José Manuel Pando) de alzarse. El 6 de
noviembre hay un gran motín en La Paz exigiéndose el federalismo y trasladar
el gobierno a su ciudad y el 14 se crea un Comité Federal presidido por el
coronel Pando a la vez que sus diputados defienden en el Congreso su causa
(gobierno y autonomía económica para cada departamento). Tres días después
se aprobaba la Ley Radicatoria, con Sucre como capital y sede del poder
ejecutivo. El 19 era oficialmente promulgada.
En respuesta, el 12 de diciembre, con el pueblo paceño a su favor, se forma
una Junta Federal de liberales y algunas autoridades que pasaron de bando (el
prefecto y comandante general Serapio Reyes Ortiz y el ministro de instrucción
Macario Pinilla). Los liberales de Pando se aliaron con Pablo Zárate Willka,
cacique del Altiplano.

GUERRA CIVIL
Tras estos hechos, los diputados paceños se replegaron a su departamento por
orden de la Junta Federal. El pueblo recibió a sus representantes con exaltados
vítores y aclamaciones. El deseo de crear un estado federal pasaba a significar
el derrocar a Fernández Alonso. Mientras en Sucre hubo manifestaciones
públicas en apoyo al gobierno.

El presidente boliviano decidió marchar sobre La Paz con los tres escuadrones
acantonados en la capital (Bolívar, Junín y Húsares). En Challapata se enteró
que los rebeldes habían adquirido más de dos mil armas, por lo que la
campaña sería muy difícil así que pidió el reclutamiento de voluntarios en la
capital (14 de diciembre). Después decidió continuar hasta Oruro. Se formaron
dos brigadas, la primera se componía del batallón 25 de Mayo y el escuadrón
Sucre, formadas por jóvenes de clase alta con caballos y armas de su
propiedad, y la segunda se componía del batallón Olañeta y el escuadrón
Monteagudo, integrados por jóvenes de clases populares. Durante su marcha a
reforzar al presidente los chuquisaqueños saquearon las poblaciones
indígenas.
La primera brigada se encontró con Pando y numerosos guerreros en Cosmini,
viéndose obligados a refugiarse en la parroquia de Ayo Ayo, donde fueron
masacrados (24 de enero de 1899). La violencia de los indios fue explicada
como respuesta a la represión conservadora.16 Mientras en Potosí la población
se mostraba abiertamente en contra de ayudar a los chuquisaqueños, en Santa
Cruz y Tarija había clara neutralidad y en las comunidades indígenas de
Cochabamba, Oruro, La Paz y Potosí hay levantamientos a favor de los
liberales.12

El enfrentamiento decisivo fue la batalla del Segundo Crucero, el 10 de abril,


donde el presidente y el coronel rebelde se encontraron, venciendo el segundo
tras cuatro horas de combate. Los perdedores se retiraron a Oruro, poco
después Fernández Alonso se exiliaba en Chile mientras los soldados
chuquisaqueños volvieron a su ciudad.

CONSECUENCIAS
Primero, la guerra había sido una expresión del conflicto entre el norte (La Paz)
y el sur (Sucre), y significó la muerte del sueño de Sucre de ser capital, esta se
radicó de facto y definitivamente en La Paz. Sin embargo, salvo ese cambio el
triunfo liberal no tuvo mayores consecuencias sociales y tampoco se adoptó un
modelo de estado federal.2 Después de la guerra, indios y mestizos
comprendieron que los liberales no podían (o no querían) devolverles sus
tierras y empezaron a distanciarse de ellos. Ese proceso ya había comenzado
durante la guerra, cuando muchas veces los indios desobedecían a sus
comandantes criollos y cometieron varias atrocidades. Algo muy parecido a lo
sucedido durante la guerra de republiquetas entre 1810 y 1825.

Según el censo de 1901 la población boliviana se distribuía en 800.000


quechuas y aimaras, 100.000 mestizos o "cholos" y 200.000 blancos que
monopolizaban el poder político, económico y cultural del país. Nótese que los
criollos hacían diferencias entre los indígenas, considerando a los quechuas
más civilizados que los aimaras, estos últimos siempre involucrados en
revueltas. Frente a esa diferencia numérica los blancos temían el estallido de
una guerra social y empezaron a cerrar filas, en el mismo proceso que se dio
en 1781 (un sector de criollos pide ayuda de los indios para enfrentar a las
autoridades de la época, provocando una insurrección indígena que lleva a la
unión de la clase dominante para defender el orden). Las revueltas indianas
fueron aplastadas con varias matanzas del ejército y el principal cacique,
Zárate Willka, que había sido elevado al rango de general por los liberales, fue
arrestado. En 1903 escapó pero un año después es nuevamente capturado y
ejecutado en 1905 de forma irregular.
Los indígenas del Altiplano quedaron relegados a ser unos «nuevos
yanaconas» en grandes «latifundios "neofeudales"» creados en nombre de las
«ideas "liberales" de igualdad ciudadana», trabajando sin remuneración 3 a 5
días semanales las tierras de la hacienda para poder usufructuar en su tiempo
libre un pequeño terreno que antes había sido suyo. Mantuvieron algún tipo de
vida comunitaria subordinada al patrón, pero pasarían décadas hasta
verdaderas reformas agrarias. En cuanto a las tribus del Chaco, empezaron a
sufrir la violencia del ejército que apoyaba la expansión de los grandes
ganaderos (los prisioneros pasaban a ser peones que vivían en peores
condiciones que los altiplánicos) o a verse obligadas a trabajar en las
plantaciones de azúcar. Algunos «grandes capitanes» o mburuvicha guasu
intentaron una rápida modernización a imitación de los «blancos» o karai. Las
comunidades buscaron refugio en las antiguas misiones pero pronto los
liberales las secularizaron y se hicieron con sus tierras (1915-1928). Por último,
la autonomía de los pueblos amazónicos se acabó con la explotación del
caucho, en un proceso que sucedió en todos los países de la región, muchos
acabaron encadenados y vendidos como trabajadores forzados en la
recolección de látex o sufrieron las consecuencias de la llegada de nuevos
colonos.

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