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Los lanzamientos de las bombas atómicas cambiaron el mundo y abrieron una puerta
a la destrucción absoluta a un solo botón de distancia. Aquí tienes las fotos de la
tragedia.
El equipo de bombardeo
Hongo nuclear
Un dudoso honor
Este famoso bombardero Boeing B-29 fue bautizado así en honor a la madre
del piloto de la misma, Paul Tibbets, la señora Enola Gay Tibbets. Actualmente
el avión se encuentra en el Steven F. Udvar-Hazy Center del Smithsonian
National Air and Space Museum.
El Coronel Paul Warfield Tibbets Jr, piloto del bombardero Enola Gay delante
del avión que lanzaría, ese mismo 6 de agosto de 1945, la primera bomba
atómica de la Historia sobre la población japonesa de Hiroshima. Se calcula
que dicho bombardeo causó la muerte a más de 166.000 personas, la mayoría
de ellos civiles.
Fat Man
'Fat Man', en castellano, 'hombre gordo'. Este fue el nombre en clave que
recibió la bomba nuclear que se lanzó sobre Nagasaki. La bomba (en la
imagen una réplica) medía 3,25 m de longitud por 1,52 m de diámetro,
pesaba 4.630 kg y su fuerza era de 25 kilotones. Fue detonada a una altitud
de 550 m sobre la ciudad.
Ruinas
Hiroshima, 1945
Ruinas de Nagasaki
Tras la explosión de la bomba nuclear cualquier sitio era bueno para atender a
los miles de heridos que provocó. Las ruinas de la ciudad se conocen
actualmente como Memorial de la Paz de Hiroshima y pasaron a engrosar los
sitios Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1996 con las objeciones de
China y Estados Unidos.
Víctimas de la explosión
George R. Caron
El protagonista de esta foto de archivo de 1945 es el Sargento George R. “Bob” Caron
(31 de octubre de 1919 - 3 de junio de 1995), artillero de cola en el Enola Gay, el
Bombardero B-29 que lanzó la bomba atómica sobre la ciudad Japonesa de Hiroshima
el 6 de agosto de 1945.
El mensajero de la muerte
El Enola Gay aterrizando en Tinian, al norte de las Islas Marianas después del
bombardeo de Hiroshima.
Cuando lo peor aún no ha pasado
Hiroshima, 1 de Septiembre de 1945. Científicos japoneses comprueban los niveles de
radiactividad en la zona cero.
Fat Man
Fat man fue el apodo dado a la segunda bomba lanzada – en este caso de plutonio-
por el ejército estadounidense sobre Nagasaki, el 9 de agosto de 1945. Detonado a
una altitud de 550 metros sobre la ciudad, el dispositivo de 3,25 metros de longitud por
1,52 de diámetro, pesaba 4.630 kilogramos y poseía una potencia de 25 kilotones. Los
ataques provocaron la rendición incondicional de Japón.
Nagasaki, la segunda bomba
Una columna de humo ondulante en forma de seta se eleva a kilómetros de
altura sobre la ciudad japonesa de Nagasaki. Fat man fue lanzada 3 días después del
ataque sobre Hiroshima, acabando instantáneamente con la vida de 70.000 personas.
Otros miles morirían después a consecuencia de la radiación.
En el centro de la catástrofe
Una flecha marca el punto sobre el que estalló la bomba arrojada en Nagasaki. Gran
parte de la zona bombardeada sigue asolada, los árboles en los alcores colindantes
permanecen carbonizados y empequeñecidos por la explosión. La reconstrucción del
lugar ha sido apenas testimonial.
Heridas sempiternas
En esta foto del 24 de marzo de 1980, Sunji Yamagushi, quien sobrevivió a la bomba
atómica sobre Nagasaki, muestra sus profundas cicatrices durante una conferencia de
prensa en Los Ángeles.
El avión que puso fin a la Segunda Guerra Mundial
Fat man, fue lanzada desde un bombardero B-29 apodado como “Bockscar”. Charles
Donald Albury que en la imagen sostiene una fotografía del avión, copilotó el avión que
arrojaría la segunda bomba sobre Nagasaki el 9 de agosto de 1945 y fue testigo del
despliegue de la primera bomba atómica sobre Hiroshima tres días antes en calidad
de piloto de reserva.
Reportes de Guerra
De regreso de la Conferencia de Postdam, a bordo del crucero de guerra Augusta, el
presidente de los Estados Unidos Harry S. Truman, radio en mano, lee a la población
los primeros informes de la misión en la que fue lanzada la bomba sobre Hiroshima.
La rendición incondicional de Japón
El Secretario de Guerra, Henry Stimson, a la izquierda, observa como el presidente
Harry Truman sostiene los documentos firmados de la rendición incondicional
japonesa en la Casa Blanca un 7 de septiembre de 1945. Antes del ataque a
Hiroshima, Stimson presidió un comité para reflexionar sobre la necesidad de lanzar la
bomba. Stimson se mostraría consternado por los métodos de la guerra moderna en la
que el bombardeo de civiles se había convertido en algo común.
Juegos de espías
En la imagen, David Greengrass con 29 años, participante en el proyecto Manhattan y
espía confeso, se encuentra en la antesala de la Corte Federal, en Nueva York, un 12
de marzo de 1951 durante el receso del juicio por espionaje al que fue sometido.
Greengrass testificó pertenecer a una red de espionaje orquestada por la Unión
Soviética. Fueron también acusados de conspiración y espionaje al servicio de los
soviéticos en tiempos de guerra Morton Sobell, Julius Rosenberg y su esposa, Ethel,
hermana de Greengrass .
Un lugar en la memoria
Varias mujeres rezan durante una misa especial celebrada en la Iglesia Urakami en
Nagasaki, el 9 de agosto de 1983 con motivo del 38 aniversario de la destrucción
atómica de la ciudad.
MÁS INFORMACIÓN
LA BATALLA DE DUNKERQUE
Un 7 de mayo de 1945, el general Alfred Jodl, Jefe del Estado Mayor del Alto
Mando de las Fuerzas Armadas Alemanas, firmaría en el Cuartel General Supremo
de la Fuerza Expedicionaria Aliada, en Reims, Francia, el Acta de Rendición
Incondicional de la Alemania Nacionalsocialista ante las fuerzas aliadas. Sin
embargo, la rendición de los alemanes no pondría fin a la mayor guerra de la historia
de la humanidad, la Segunda Guerra Mundial. La contienda se trasladaría
exclusivamente al Pacífico, donde la Segunda Guerra Sino-Japonesa se venía
librando desde 1937.
Esta comenzaría el 7 de julio de 1937 con la invasión por Japón del noreste
de China. Con este acto bélico los nipones darían comienzo a una guerra particular en
la que pronto se verían involucradas varias naciones. Es desde este momento que
Japón trataría - con éxito- de expandirse por el continente asiático.
La aplastante superioridad militar de los japoneses respecto a sus vecinos pronto dio
sus frutos. Las ambiciones japonesas crecieron paulatinamente hasta que, unos años
después, continuando con su política bélica expansionista, firmarían con Alemania
e Italia el Tratado Tripartito, mediante el cual quedaba alineado con las potencias
del eje.
En julio de 1941, con el objetivo de conformar en la zona una coalición de naciones
asiáticas libres de la influencia europea y lideradas por Japón, lo que los
japoneses conceptualizaron bajo el término de "la Esfera de Coprosperidad de la Gran
Asia", los nipones decidieron dirigir su ejército hacia el sur de Indochina, territorio
controlado por Francia.
Ante este acto de beligerancia la respuesta de algunos países europeos, así como de
los Estados Unidos, -con intereses económicos en la zona- no se hizo de esperar. El
resultado fue una serie de embargos comerciales y una disminución del 90% en el
suministro de petróleo en detrimento del país del sol naciente.
El ataque a Pearl Harbor fue el acicate para que los Estados Unidos participaran en la
Segunda Guerra Mundial
Un hecho a tener en cuenta para comprender la alianza que hizo Japón con la
Alemania del Tercer Reich lo encontramos en el tratado Naval de Washington, un
documento que obligaba al país nipón a tener un límite en sus embarcaciones,
haciendo que los EEUU e Inglaterra obtuvieran la supremacía naval.
Ello hizo que los japoneses se sintieran ninguneados, obligándolos a tomar una
alternativa que fue expandirse por lo que denominarían su esfera de influencia, un
hecho muy parecido a lo que los alemanes utilizaron para anexionar varias partes de
Europa. Una vez comenzó su expansión por territorio colonial francés a partir de julio
de 1941, los EEUU propusieron el veto comercial al país nipón reduciendo sus
ingresos en un 75%, hecho que supuso el fin de las relaciones entre ambos países.
Todo ello daría como resultado el inicio de la guerra entre Japón y los EEUU, siendo el
detonante el ataque sobre la base de Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941.
El bombardeo de Hiroshima
A partir del inicio del enfrentamiento bélico entre ambas potencias, los EEUU
comenzaron a examinar los puntos más débiles del Imperio nipón, o por lo menos los
lugares dónde se podría hacer más daño para terminar rápido la guerra con este país
asiático. Por ello, el Laboratorio Nacional Los Álamos fue el encargado de buscar unas
áreas perfectas para el lanzamiento de un “castigo ejemplar”. Dentro de la búsqueda
de las localizaciones, se vio gracias a los barridos de radares norteamericanos que la
ciudad de Hiroshima poseía un gran depósito de armas, además de poseer un
puerto bastante importante.
Así a las 08:15h era lanzado el ataque, el cual dejó una enorme bola de fuegoque
tuvo como foco principal el Hospital quirúrgico de Shima, haciendo que todos los
edificios en un radio de 16 km perdieran todos los cristales al momento de la
explosión. Según narran los testimonios de la época, se pudo sentir a 60 km de
distancia. El resultado de esto fue, que el 69% de la ciudad fue destruida al instante,
haciendo que entre 70.000-80.000 personas perdieran la vida.
El bombardeo de Nagasaki
Seguimos la lección pasando ahora a hablar sobre lo ocurrido en la ciudad de
Nagasaki. Dicha ubicación era un fuerte núcleo industrial y que había servido
durante todo el periodo bélico a crear armas para el ejército japonés, además de ser
un puerto bastante importante para el transporte de las mercancías y personal.
Imagen: Slideshare
años siguientes.
heridos y mutilados.
súbditos, mis hijos, y cómo podría solicitar el perdón ante los sagrados
más que marcar el comienzo de una nueva odisea . Los muertos fueron
radiación podía ser contagiosa (se les llamaba los Hibakusha), y también se
decía que habían quedado condenados a tener una descendencia con
malformaciones.
por ejemplo, un incremento del riesgo de padecer cáncer del 44 por ciento,
entre 1958 y 1998, entre aquellos que estuvieron expuestos a unas dosis
más altas de radiación (del orden de 1 Gray, 1.000 veces por encima de los
afectados por varios tipos de cáncer, y que su vida se acortó. Es cierto que
investigación.
mucho menos sobre las consecuencias de una guerra nuclear. Tan solo
indica, tal como ha dicho, que «hay un gran salto entre los resultados de los
Miedo a lo desconocido
que analizó los daños sobre las víctimas de los ataques nucleares desde
tiene siempre más miedo a los peligros nuevos frente a los conocidos .
silenciosa, «es más fácil detectar» que un producto químico tóxico, por
radiación que no suponen ningún riesgo». Pero no ocurre así con los
importante papel. Pero también los dos accidentes nucleares más famosos
Pero Jordan también ha tratado de dejar claro que sus cautelas no son un
que el detabe sobre la energía nuclear sea racional . Por eso, preferiria
Sea como sea, quizás todo el sufrimiento humano causado por las
irracionales , sino con datos comprobables: «Lo único que podemos hacer
especulaciones».
informes redactados por los Estados Unidos entre 1945 y 1947 sobre las
publicar.
Conoce la historia de Paul Tibbets, el piloto que lanzó la bomba sobre Hiroshima
El 6 de agosto de 1945, Paul Tibbets recibió la orden de subir a su avión para dar
inicio al bombardeo que causó la muerte de más de 140 mil personas.
Redacción
06 de agosto del 2015 - 12:10 PM
El mundo entero recuerda hoy el terrible bombardeo atómico que sufrió Japón a
manos de Estados Unidos. Si bien la decisión de lanzar el ataque contra suelo japonés
fue tomada por el presidente norteamericano Harry S. Truman, fue Paul Warfield
Tibbets, el piloto del bombardero B-29 Enola Gay, el avión que lanzó la bomba
atómica sobre Hiroshima, quien tuvo que realizar tan difícil misión.
El 6 de agosto de 1945, Tibbets recibió la orden de subir a su avión para dar inicio al
bombardeo que causó la muerte de más de 140 mil personas y convirtiendo a esa
zona de Japón en una sucursal del infierno.
Por entonces teniente coronel de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, solo tenía 30
años cuando despegó con el B-29 junto a 11 tripulantes de una base estadounidense
en las islas Marianas. El bombardero fue bautizado como Enola Gay, el nombre de
pila de la madre de Tibbets.
El piloto que lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima falleció en Ohio (Estados
Unidos) en el 2007, a la edad de 92 años.
Fotos impactantes del ataque atómico a
las dos ciudades de Japón
Re
stos de la Iglesia Protestante Nagarekawa en Hiroshima tras el ataque de la bomba
atómica.
Una enorme nube en forma de hongo mató a 70 mil personas. Se trató del
lanzamiento de la segunda bomba en Nagasaki el 9 de agosto de 1945
Víctima de la primera
bomba atómica de Hiroshima. Los rayos térmicos emitidos por la explosión quemaron
su espalda atravesando su kimono
FCEBOOK
ITTER
Fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa
Antecedentes de la rendición
El 25 de abril de 1945, las tropas soviéticas y estadounidenses entraron por primera
vez en contacto directo, cortando a Alemania en ocho (Día del Elba). Las primeras
unidades en hacer contacto fueron de la 69.ª División de Infantería norteamericana y la
58. División de Guardias soviética del 5.º Ejército de Guardias, cerca de Torgau, sobre
el río Elba, localidad donde soldados de ambas nacionalidades realizaron una breve
celebración por encontrarse personalmente tras meses de avances desde extremos
opuestos.1 Contra lo que esperaba la propaganda nazi, el contacto entre ambas tropas
no fue hostil, mas todo la contrario.
En azul, territorios de Europa bajo control efectivo del nazismo tras la muerte de Hitler.
El 4 de mayo de 1945, el mariscal británico Montgomery aceptó la rendición militar de
todas las fuerzas alemanas que aún resistían en el norte y oeste de Holanda, y el
extremo noroeste de Alemania, comprendiendo a las guarniciones alemanas aún
situadas en Dinamarca. Esta capitulación se celebró en el cuartel general británico
situado en la ciudad de Luneburgo, situada en un área entre las ciudades
de Hamburgo, Hannover y Bremen. Como el comandante operacional de algunas de
estas fuerzas era el almirante Dönitz, él mismo señaló a sus subordinados de la zona
que la guerra europea había terminado y no tenía sentido resistir. Mientras tanto,
fuerzas navales británicas se lanzaban a la ocupación de Dinamarca con apoyo de
la resistencia danesa, desarmando y apresando a las fuerzas alemanas que
encontraron, sin hallar resistencia apreciable.
El 5 de mayo, Dönitz ordenó a todos los submarinos de la Kriegsmarine cesar las
operaciones ofensivas y regresar a sus bases. El mismo día las fuerzas alemanas
de Noruegase rindieron en todo el país ante los británicos y la resistencia local, que
días antes controlaba ya varias localidades rurales, mientras el extremo norte de
Noruega era ocupado por los soviéticos. Ese mismo día estalló la sublevación de la
resistencia checa en Praga que atacó a las tropas alemanas que aún resistían en las
regiones centrales de Bohemia, atrapadas entre las tropas estadounidenses y
el Ejército Rojo.
Al día siguiente, 6 de mayo, se rindió la guarnición alemana de Breslavia al mando del
general Hermann Niehoff; esta ciudad de Silesia se hallaba cercada por tropas
soviéticas desde mediados de febrero y las sucesivas ofensivas del Ejército Rojo la
habían alejado paulatinamente del territorio bajo control nazi.
Celebraciones
Karl Dönitz.
La noticia de la rendición de Reims llegó a Occidente el 8 de mayo y las celebraciones
brotaron a lo largo de Europa. En los Estados Unidos, los norteamericanos
despertaron con la noticia y declararon el 8 de mayo el día V-E (Victory in Europe).
Las celebraciones ocurrieron de manera espontánea en algunos lugares, al faltar
confirmación oficial de la rendición final del Tercer Reich. El diario Stars and Stripes,
de las tropas estadounidenses en Europa, publicó la noticia en su edición del 8 de
mayo, mientras que en horas de la tarde (por la diferencia horaria) se realizaron
celebraciones espontáneas en Nueva York y Chicago. En la mañana del 8 de mayo
hubo una concentración popular en Londres para celebrar el triunfo, mientras ocurrían
similares conmemoraciones en París.
Mientras tanto en la Unión Soviética, al este de Alemania, hubo festejos espontáneos
entre las tropas soviéticas desde la tarde del 8 de mayo, tras oír noticias de la radio
estadounidense, pero el gobierno de Stalin exigió esperar a la rendición alemana
celebrada en Karlshorst para aceptar celebraciones oficiales. Precisamente, según la
hora de Moscú cuando la rendición militar alemana se hizo efectiva era ya 9 de mayo y
en esa fecha se realizaron las celebraciones del triunfo en Moscú y otras ciudades
soviéticas. La Segunda Guerra Mundial es conocida como la Gran Guerra
Patriótica en Rusia, y este país y muchos otros países europeos al este de Alemania,
conmemoran hasta hoy el Día de la Victoria el 9 de mayo.
Hitler se suicidó el 30 de abril de 1945. Con gran parte de las tropas aliadas
ganando posiciones en Europa, los rusos a las puertas de Berlín y el reciente
asesinato de su mayor aliado, Mussolini, no vio otra salida. Con el dictador fuera de
juego, ¿por qué no finalizó el conflicto hasta septiembre de ese mismo año?
Tras el suicidio del artífice y mayor impulsor de esta guerra, le sucedió al mando su
número dos, Goebbels, el famoso ministro de propaganda. La situación de Alemania
con él al frente no fue a mejor, tras fracasar en su intento de llegar a un acuerdo con la
URSS, acabó suicidándose también. La esperada e inminente rendición se
produjo el 7 de mayo de 1945, a manos del último presidente de la Alemania
nazi, Karl Dönitz, que se rindió ante los americanos.
días felices. Cabe pensar que el 8 de mayo de 1945, martes, día soleado y
Todo eso fue posible porque unos ocho días antes, el 30 de abril,
pasar los tanques y las tropas vencedoras camino de Berlín, y tiene que
violan.
«el derecho debe reinar en Alemania y la meta tiene que ser pertenecer a la
permite sólo un agrio comentario: «El rechazo del nazismo no pasa de ahí».
Hitler» .
millón sin copiar los métodos nazis». Y un mes antes confiesa en una carta:
alemana».
problemas con otras figuras alemanas, con el filósofo Jaspers, por ejemplo,
colaboración que no fue compartida por otros, como Einstein, quien escribió
una durísima carta contra Alemania. Ya Brecht había hecho, según cuenta
son los grandes criminales políticos, lo son, más bien, los generadores de
había escrito a sus padres en 1943: «Casi hay que pedir que la cosa no
vaya muy rápida: que no se produzca un colapso político que les ahorre a
los alemanes la clara derrota militar, para que sientan en su propio cuerpo
«Radiaciones»
que había escrito una narración titulada «Sobre los acantilados de mármol»
destino. Ese «mi buen niño» está constantemente presente en los Diarios:
«El dolor es como una lluvia que primero discurre como una torrentera y
que este hombre, igual que Mussolini, era desde hace tiempo sólo
notifica que «el cuclillo canta por primera vez en las lagunas» y, tras larga y
gélida poética, esa que a tantos soliviantó, cuenta que ha vuelto, tras años,
está metido en el sótano con la cara cubierta. «Oí el discurso del rey de
vuelve sobre Goebbels para concluir: «El espíritu del mundo trabaja
Y finaliza: «Vi al Doctor [Goebbels] una vez más, ya como ministro, en… la
ho-ra?, fueron las últimas palabras que me dirigió, una pregunta. ¿Podría
Wagnerismo político
Federico el Grande o Bismarck; les cuenta también que estaba muy dotado
Alemania».
que pasen los días de tu sufrimiento, tras las nubes está ya el Sol de tu
felicidad, que lucirá muy pronto». Comenta Goebbels: «El Führer tenía
lágrimas en los ojos». Pero, con Hitler, la historia no estaba por los
Tras el suicidio del artífice y mayor impulsor de esta guerra, le sucedió al mando su
número dos, Goebbels, el famoso ministro de propaganda. La situación
de Alemania con él al frente no fue la mejor, tras fracasar en su intento de llegar a un
acuerdo con la URSS, acabó suicidándose también. La esperada e inminente
rendición se produjo el 7 de mayo de 1945, a manos del último presidente de
la Alemania nazi, Karl Dönitz, que se rindió ante los americanos.
Portada del 2 de mayo de 1945 del diario militar estadounidense The Stars and
Stripes, con la noticia de la muerte de Hitler.
La muerte de Adolf Hitler, jefe del Partido Nazi y canciller de
Alemania de 1933 a 1945, se produjo el 30 de abril de 1945; Hitler se suicidó por
medio de un disparo en la cabeza junto a su esposa, Eva Braun, que recurrió al
envenenamiento con cianuro. La falta de información pública referente al paradero de
sus restos y los informes confusos al respecto animaron los rumores de que Hitler
podía haber sobrevivido al fin de la Segunda Guerra Mundial. La duda se suscitó
intencionadamente por las autoridades de la Unión Soviética, que ocultaban
información relevante sobre el suceso.
En 1992, la publicación de los registros mantenidos por la KGB soviética y por
la FSB rusa confirmó la versión ampliamente aceptada de la muerte de Hitler, como
fue descrita por el historiador británico Hugh Trevor-Roper;1 sin embargo, los archivos
rusos no muestran lo que sucedió con el cadáver de Hitler.
Suicidio
Al amanecer del 30 de abril de 1945, Hitler pidió reunir a todo el cuerpo médico y se
despidió de él, ante la estupefacción y sollozos de los presentes. Según Junge, Hitler
quedó contemplando pensativo un cuadro de Federico el Grande en su despacho y
luego a continuación ordenó que el personal que no fuese indispensable abandonara
el Búnker. Hizo llamar a Otto Günsche y a Heinz Linge, sus ayudantes, y les dio
estrictas instrucciones de cómo debían actuar en el momento del suicidio y qué hacer
con su cuerpo y el de Eva Braun. Günsche inició los preparativos y llamó a Erich
Kempka, el chófer de Hitler, para que de inmediato subiera bidones de gasolina hacía
la salida del jardín de la cancillería.
Hacia el mediodía, se reunió con sus secretarias y almorzó silenciosamente una
comida basada en pastas; luego se despidió de cada una de ellas regalándole una
cápsula de cianuro. Posteriormente se despidió de la familia Goebbels, sin hacer caso
a las peticiones de Magda Goebbels de que no se suicidase.
Hacia las 15:30 horas, Hitler y Eva Braun se reunieron frente a la sala de mapas
contigua al despacho privado y se despidieron de sus edecanes, Heinz Linge y Otto
Günsche, quienes cerraron la puerta; un par de minutos después se escuchó un solo
disparo ahogado.
Los edecanes esperaron unos 15 minutos y encontraron a Hitler doblado sobre sí
mismo en un sillón exhibiendo una mueca deformada en su boca, con una
pistola Walther PPK de 7,65 mm caída de su mano derecha y con un hilo de sangre
manchando la cara del líder. Eva Braun no alcanzó a percutir su arma y estaba tendida
a lo largo del diván con los ojos aún abiertos; el efecto del cianuro no le permitió el uso
del arma.7
Linge8 relató de primera mano lo que vio en el despacho de Hitler:
Cuando abrí la puerta de su habitación, me encontré con una escena que nunca
olvidaré: a la izquierda del sofá estaba Hitler, sentado y muerto. A su lado, también
muerta, Eva Braun. En la sien derecha de Hitler se podía observar una herida del
tamaño de una pequeña moneda y sobre su mejilla corrían dos hilos de sangre. En la
alfombra, junto al sofá, se había formado un charco de sangre del tamaño de un plato.
Las paredes y el sofá también estaban salpicados con chorros de sangre. La mano
derecha de Hitler descansaba sobre la rodilla, con la palma mirando hacia arriba. La
mano izquierda colgaba inerte. Junto al pie derecho de Hitler, había una pistola del
tipo Walther PPK calibre 7,65 mm. Al lado del pie izquierdo, otra del mismo modelo,
pero de calibre 6,35 mm. Hitler vestía su uniforme militar gris y llevaba puestas la
insignia de oro del Partido, la Cruz de Hierro de Primera Clase y la medalla de los
heridos de la Primera Guerra Mundial; además, llevaba puesta una camisa blanca con
corbata negra, un pantalón de color negro, calcetines y zapatos negros de cuero.
Heinz Linge
Walther PPK
Hitler eligió el cianuro por consejo del médico de las SS Werner Haase (muerto en
diciembre de 1945 como prisionero de los soviéticos), a quien pidió consejo sobre una
forma efectiva de suicidio. Previamente lo probó con 'Blondi', su perra pastor alemán,
que murió en el acto. Después, Hitler distribuyó ampollas de veneno entre parte de
quienes le acompañaban en el bunker.
En torno a las 15:30 de la tarde Hitler se encerró en su despacho junto a Eva Braun.
Su asistente, el Sturbannfürher de las SS Otto Gunsche, de dos metros de alto, quedó
de guardia en la puerta. Debió hacer frente al intento de Magda Goebbels de suplicar a
Hitler que no se suicidara. No permitió a la esposa del Ministro de Propaganda del
Reich entrar al despacho de Hitler, pero sí le transmitió su presencia, sin que el Führer
quisiera recibirla.
Al cabo se escuchó un disparo. Tras unos minutos Gunsche entró al despacho y
encontró a Hitler y Eva Braun sentados en un sofá. Ambos habían mordido una
cápsula de cianuro y él se había disparado simultáneamente en la sien con una pistola
Walther PPK. Junto a él conservaba el retrato de su madre. Eva Braun no había
llegado a usar su propia arma por los efectos fulminantes del veneno.
En una suerte de justicia poética, Hitler se había suicidado con el mismo compuesto
empleado para dar muerte a millones de inocentes en los campos de exterminio que él
impulsó. El Zyklon B que se usaba en el mismo es gas de cianuro. Semanas
después, Himmler se suicidó también con cianuro para no ser hecho prisionero. Y al
cabo de unos meses hizo lo mismo Goering, horas antes del momento en iba a ser
ahorcado por sus crímenes tras el veredicto del Tribunal de Nuremberg.
Spandau
En Núremberg fue condenado a perpetua. Lo enviaron a la prisión de máxima
seguridad custodiada por los Aliados. La dura convivencia con seis criminales de
guerra, los aullidos en la noche y el cable de un velador que -el 17 de agosto de 1987-
usó para terminar con su vida
Por Matías Bauso
17 de agosto de 2018
Adolf Hitler y su “niño mimado” Rudolf Hess
Fue la prisión con menor densidad demográfica de la historia. Tanto es así que en sus
últimos veinte años albergó a un solo recluso. Un hombre grande, perdido, con las
facultades mentales alteradas, con manías persecutorias, que creía estar viviendo en
1924.
Pero era 1987 y Rudolf Hess merodeada bajo una gran custodia rotativa integrada
por soldados de cuatro de las naciones más poderosas: Estados Unidos, la Unión
Soviética, Francia e Inglaterra.
Hess, el ex jerarca nazi, tenía 93 años. Era el único que permanecía en la prisión de
Spandau, creada por los Aliados para alojar a los nazis juzgados en Nuremberg.
Todo cambió cuando llegó la orden de evacuar a todos los prisioneros. La cárcel debía
quedar vacía e iniciar un proceso fulminante de reconstrucción para alojar a los siete
prisioneros que habían logrado salir con vida, pero con largas condenas, de los
Juicios de Nuremberg.
¿Dónde se los alojaría? ¿En qué condiciones? ¿Desde qué día comenzaba a
correr el cómputo? Esos y muchos otros interrogantes debieron ser respondidos
sobre la marcha navegando entre las tensiones políticas de los cuatro países que
decidían.
Si bien cada país tenía poder de veto en las grandes decisiones, mes a mes la
situación cambiaba dado que la administración de Spandau rotaba cada treinta días.
Así durante tres meses (salteados) por año soviéticos, norteamericanos, ingleses y
franceses tenían el poder en la cárcel.
Spandau fue la última empresa de manejo conjunto que le quedó a los Aliados luego
del divorcio producido después de la Segunda Guerra Mundial. El último bien
ganancial de los Aliados. Casi el único punto de contacto de las potenciales a lo largo
de la Guerra Fría.
un
número de identificación. Del 1 al 7. Premonitoriamente a Hess le otorgaron el
7. Como si alguna fuerza superior hubiera sabido que él sería el último en salir. El que
perpetuaría por veinte años, hasta el límite del ridículo, esta cárcel de un hombre solo.
Rudolf Hess combatió en la Primera Guerra Mundial. Fue condecorado por su
coraje. Luego conoció a Hitler y compartió prisión con él -allí le dictó el
infame Mi Lucha–.
Con los años llegó a ser el segundo en la jerarquía nazi, ocupando varios ministerios y
siendo el presidente del partido. Hasta su misterioso viaje en avión a Escocia en
medio de la Segunda Guerra Mundial.
Nadie supo bien nunca cuál era el estado mental de Hess. Logró despistarlos a
todos. ¿Estaba completamente loco? ¿Era un eximio simulador? ¿O alternaba
periodos lúcidos con ataques maníacos?
En los diarios de Albert Speer muchas entradas mencionan los aullidos nocturnos de
Hess. Las autoridades en algún momento pensaron en cambiarlo de sector para que
no afectara la salud mental de los otros seis.
En sus cuarenta años de reclusión Hess pasó por los más variados estados de ánimo.
Y porvarios intentos de suicidio, aunque la mayoría fueron algo tímidos y poco
convincentes.
En sus últimos años creía ser el mismo que había sido en 1924. Las
circunstancias se asemejaban: ese año también lo había pasado en prisión; su
compañero de celda le dictaba a Hess un largo escrito: así escribió Hitler Mi Lucha.
Las potencias occidentales durante los últimos diez años de vida del
criminal nazi intentaron liberarlo para que regresara a su hogar por
razones humanitarias -lo mismo pidieron los diferentes gobiernos
alemanes- por lo que no se ve cuál era la utilidad de asesinarlo.
La muerte de Adolf Hitler tiene, como todo hecho histórico, una historia oficial y,
por no haber información pública concreta sobre el destino de sus restos,
cuenta también con numerosas teorías alternativas que intentan responder a
las preguntas que el mito genera.
-La historia oficial: a las 15:30 horas del 30 de abril de 1945, Adolf Hitler y su
esposa, Eva Braun, se encerraron en una sala. 15 minutos más tarde sus
ayudantes ingresaron y encontraron a Hitler muerto por un disparo y a Eva
Braun muerta por efecto del cianuro. Sus cuerpos fueron quemados y los
restos que no se consumieron fueron enterrados superficialmente. 9 días más
tarde una unidad especial soviética encontró los restos, que fueron llevados a
un cuartel en Magdeburgo, donde se los enterró en un jardín. En 1970 fueron
exhumados y destruidos.
-Huida a la Argentina: una teoría muy difundida afirma que Estados Unidos
salvó a Hitler de la muerte para contar con su información, que sería valiosa en
una esperable confrontación con el comunismo ruso. Por eso Hitler habría sido
evacuado y conducido a la Patagonia, en un submarino, donde habría muerto
de muerte natural, 17 años más tarde.