El paradigma no es más que un modelo utilizado para resolver problemas el
cual es adaptado y aplicado de manera general por comunidades o sociedades completas. El error esta en pensar que es la única forma de resolverlo. Situación que cobra mayor relevancia en un mundo en constante y acelerada transformación porque lo que sirve hoy no necesariamente es útil mañana.
Debemos estar abiertos a nuevas opiniones, además de ser flexibles para
comprender y tolerar a quienes no tienen los mismos paradigmas que nosotros. O sea, ser tolerantes con quienes ven al mundo de manera diferente, bien lo dijo Campoamor hace mas de 300 años: “En este mundo traidor nada es verdad, ni mentira; todo es según el color del cristal con que se mira”. También debemos volver a revisar nuestras perspectivas a ver si encontramos ideas nuevas en las cosas que conocemos desde hace tiempo, también debemos aventurarnos a buscar nuevas ideas, sin importar que cambien nuestra forma de ver las cosas.
En tiempos de crisis, la gente espera, en realidad exige, grandes cambios.
Esta situación prepara el escenario para el cambio radical y la siguiente secuencia planteada por el autor ayuda definitivamente a adoptar nuevos paradigmas o flexibilizar el propio.
La comunidad afectada se siente cada vez más satisfecha con el nuevo
paradigma, y en ese momento el grado de tolerancia a las nuevas ideas sube dramáticamente completándose el ciclo.
Cuando se lleva esta conceptualización a la gerencia se podrá entender por
qué en los tiempos actuales se impone el estudio de lo integral a través de las instituciones (organización) como un sistema abierto, flexible, que depende de los cambios del entorno y de la tecnología, no solamente da respuesta a los problemas de productividad y eficiencia, sino a los problemas de eficacia organizacional