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Objetivo de OA4: Analizar y evaluar las actitudes de los personajes en una narración. N° Clase: 7
la clase
1. ¿Qué aprendiste la clase anterior? Explica con tus palabras todo lo que aprendiste.
2. ¿Qué son las actitudes de los personajes? Explica con tus palabras.
● Son la disposició n que tienen respecto a una situación que vive o que los otros personajes hacen.
Me llamo José, José Antinao, y no soy indio, soy mapuche! ¿Te quedó claro?- le gritó .”
JOSÉ ANTINAO Le pegó un empujón Si bien se dice que José Antinao es un buen alumno y muy
a Muñoz que lo dejó tranquilo, tuvo una reacción un tanto agresiva. Ya que,
sentado en la Muñ oz lo trató de “indio malo” lo cual no corresponde,
cancha. reaccionar con agresividad nunca es la mejor opció n,
aunque este se haya ofendido, nunca debemos actuar con
agresividad ni muchos menos golpear a alguien.
“Aquel no era un domingo cualquiera del año 67. Era un domingo de clásico. El Club Santa Fé definía el campeonato
contra el Millonarios, y toda la ciudad de Bogotá estaba en las tribunas del estadio. Fuera del estadio, no había nadie que
no fuera paralítico o ciego. Ya el partido estaba terminando en empate, cuando en el minuto 88 un delantero del Santa
Fé, Omar Lorenzo Devanni, cayó en el área y el árbitro pitó penal. Devanni se levantó, perplejo: Aquello era un error,
nadie lo había tocado. Él había caído porque había tropezado.
Los jugadores del Santa Fé, llevaron a Devanni en andas hasta el tiro penal. Entre los tres palos, palos de horca, el arquero
esperaba. El estadio rugía, se venía abajo. Y entonces Devanni colocó la pelota sobre el punto blanco, tomó impulso y con
todas sus fuerzas disparó muy afuera, bien lejos”.
1. ¿Por qué crees que Devanni decidió patear el penal fuera del arco?
“Habiéndose extraviado un leó n por cierto bosque cubierto de zarzas, se clavó una espina en la mano. Lleno de
dolores, apenas podía dar un paso.
Quiso la casualidad que encontrase a un pastor, y llegando donde él comenzó a menear la cola y a enseñ arle la mano.
Temeroso el pastor, le puso delante algunas reses para que comiese. Pero el leó n, que no deseaba otra cosa sino que
le sacase la espina, se acercó má s. Así logró que le viese la mano tan hinchada; comprendiendo el pastor el deseo del
leó n, le arrancó la espina de sus manos. Tan pronto como se sintió aliviado, el leó n se sentó junto a su bienhechor y
le lamió las manos, marchá ndose al cabo de un rato.
Después de algunos añ os, el mismo leó n fue cogido en un lazo y custodiado con otras fieras destinadas a devorar
malhechores. Casualmente, el mismo pastor que lo había ayudado, había cometido un delito, por lo que estaba
condenado a muerte.
Lo pusieron en el anfiteatro en donde echaron a los leones. Aquel miso leó n, en vez de lanzarse hambriento sobre él,
se acercó mansamente, se sentó a su lado y lo defendió de las demá s bestias feroces.
Los espectadores admirados y conocida la causa de la relació n del pastor y el leó n, decidieron darles la libertad a
ambos.”