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La actitud correcta
Las personas en el mundo ayunan por muchas razones, pero casi ninguna lo hace con la
actitud correcta. Ellos ayunan para hacer declaraciones políticas, o por ésta o aquella
causa. O ayunan para forzar su voluntad sobre Dios. Durante un ayuno, debemos buscar la
voluntad de Dios — ¡no la nuestra!
Entonces ¿Qué clase de actitud es la que Dios busca? La segunda mitad de Isaías 66:2
revela la respuesta: “…pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y
que tiembla a mi palabra”.
Isaías también registra lo que Dios pide para el ayuno: “¿No es más bien el ayuno que yo
escogí, desatar las ligaduras de impiedad [huir del pecado], soltar las cargas de opresión
[pruebas y tribulaciones]…y que rompáis todo yugo [la esclavitud del pecado]?” (58:6).
El ayuno es una gran herramienta de liberación, cuando usted está limitado por el pecado.
AYUNE CON FRECUENCIA: Lea II Corintios 11:27. Mientras más ayune, más fácil
será. Su cuerpo se irá acostumbrando a esto. En un sentido, la práctica hace la
perfección. Mientras más ayune, más eficaz será. Pero tenga en cuenta que
la actitud, no la frecuencia, es lo que verdaderamente cuenta.
En los versículos 1-4, Dios condena a aquellos que ayunan por motivos egoístas, toman
placer en su propio ayuno, o tiene una agenda política. Estas actitudes no son aceptables
para Él. Estos tipos de ayunos no son más que huelgas de hambre.
El ayuno siempre debe lograr un buen fin. Debe ayudarle a ver que usted no es más que
carne débil. Debe ayudarle a ver la necesidad de ayudar y servir a otros (vs. 7). Si usted
ayuna con una actitud correcta, Dios promete grandes bendiciones (vs. 8-12).
INTRODUCCIÓN:
Ya hemos dicho que el ayuno es la abstinencia total o parcial de alimentos con el propósito de
buscar con mayor intensidad al Señor y recibir una bendición grande de parte de Él.