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Ecología: definición y origen del término ECOLOGIA: Ciencia que estudia las relaciones
entre los seres vivos, entre ellos y su ambiente.
El término “Ecología” tiene su origen en dos palabras griegas: “oikos”, que significa casa o
entorno, y “logos” estudio o tratado, por lo que etimológicamente podría traducirse en
“estudio de la casa o del entorno”.
El término Ecología (Oekologie), fue propuesto por Ernst Haeckel (figura 1. 1) en 1869 para
“ una ciencia de las relaciones de los organismos entre sí y con su mundo circundante ”. D
ELÉAGE (1993) considera que Haeckel estableció el término ya en 1866 en “Generelle
Morphologie des Organismen”, una obra en tres volúmenes que incluye un capítulo
titulado “Oekologie und Chorologie” (segundo volumen).
En 1869 en una conferencia dictada en la Universidad de Jena define ecología y da las
ideas conceptuales de la nueva ciencia. Haeckel, que nunca hizo un trabajo ecológico, da
el nombre a una disciplina que en los hechos existía ya desde mucho tiempo antes. Este
zoólogo, que vivió en Alemania entre 1834 y 1919, era especialista en radiolarios; ejerció
como profesor de Zoología en la Universidad de Jena entre 1862 y 1909. Reconoció que
Darwin tenía razón sobre la evolución y mantuvo así encontradas discusiones con
Virchow, reconocido antidarwinista.
Defendía la selección natural y compartía con Lamarck la idea de que los organismos se
comportaban activamente frente el ambiente y se oponía a la idea de que eran producto
de la influencia directa del ambiente Figura 1. 1 . Ernst Haeckel (1834 – 1919). Ecología y
Economía tienen en común el término oikos (casa).
Economía deriva de“oikos” (casa) y “nomía” o “nemein” que significa administrar, por lo
que podríamos definirla etimológicamente como la administración de la casa . Así,
encontramos una estrecha relación entre Economía y Ecología; relacionando estos dos
términos podemos definir la Ecología como el estudio de la Economía de la Naturaleza.
Ernst Haeckel (1834 – 1919).
Los precursores.
Conrad von Gesner (Zürich, 1516 - 1565). Las raíces más antiguas de lo que hoy llamamos
“Ecología” podemos encontrarlas en un trabajo del naturalista, físico y filólogo suizo von
Gesner, quien observó la diferenciación de la flora de los Alpes boreales según altitud y
clima. En 1555 distinguió pisos climáticos basándose en la fenología (plantas relacionadas
con el ambiente): un piso hibernal (para las nieves eternas, hoy piso nival); un piso
primaveral con una corta primavera (hoy piso alpino); un piso otoñal con una primavera
corta y un verano fresco (hoy piso subalpino); y un piso estival donde se radican las
poblaciones (hoy piso del valle). Gesner también escribió un “ Diccionario de animales ”,
en el que reunió los conocimientos publicados hasta esa época. Se lo considera como uno
de los fundadores de la zoología moderna.
Joseph Pitton de Tournefort (Francia, 1656-1708). Escaló el Monte Ararat (Armenia, el
monte bíblico donde según la tradición encalló el Arca de Noé). Estudió los distintos pisos
de vegetación comparándolos entre sí según la flora y con otros pisos de otras montañas,
Fue profesor de Botánica en el Jardin des Plantes de Paris. Entre sus obras podemos citar a
Relation d'un voyage du Levant fait par ordre du roy (París, 1717, 2 vol. ).
Carl von Linné (Suecia, 1707-1778). Fue el creador de los sistemas modernos de
clasificación de plantas y animales, inicialmente presentado en la publicación “ Systema
Naturae ”, editada en Leyden, Holanda, en 1735, en forma de un fascículo de tan sólo 14
páginas. En su juventud hizo un viaje por Laponia (N de Suecia), coleccionando plantas y
anotando los sitios donde crecían (bosque, pantano, pradera) y las condiciones bajo las
que se desarrollaban (suelo, formación vegetal, ritmo vital, etc. ). En “El equilibrio de la
Naturaleza” avanza hacia consideraciones ecológicas al escribir sobre planta
Objeto de estudio de la PA
De lo anterior se desprende una posición muy clara: la psicología ambiental se ubica, en
cuanto a su objeto de estudio, dentro de los parámetros clásicos de la psicología general y
tiene por objeto de análisis los procesos psicológicos que desarrolla el individuo en
situaciones ambientales. Sin embargo, existen corrientes psicológicas como las de la
psicología del espacio de A.A. Moles o de la psicología ecológica de R.G. Barker, que
rompen esquemas tradicionales de la psicología.
La psicología del espacio es una concepción antropológico-psicológica que parte de una
genuina visión fenomenológica del mundo, del ser contemplado a través de sus actos
cotidianos en espacios creados por él y que a su vez inciden en sus comportamientos.
Antropológicamente hablando, el hombre necesita espacio, un lugar, un punto central de
referencia: el Punto Aquí, marco de referencia para la identidad de lugar de la persona,
que se puede entender también en términos de apropiación de territorios, de arraigo, de
enconchamiento.
La perspectiva antropológico-psicológica de Moles y, en general, de la corriente
fenomenológica, aborda la problemática del hombre-espacio en el aquí y ahora, con base
en el axioma de la centralidad y de la libertad, por medio del estudio minucioso
(micropsicológico) de los productos y miniproductos culturales producidos por el ser a lo
largo de su vida cotidiana. En estos enfoques fenomenológicos del hombre ambiental,
más que de procesos psicológicos, se trata del estudio del hombre-temporal en su
totalidad existencial y cotidiana que se inscribe dentro del contexto más amplio de la
dinámica de la cultura de la cual se nutre el hombre y que él transforma
permanentemente.
Para abordar este punto de manera exhaustiva, examinaremos los aportes de las
diferentes áreas psicológicas a los principales paradigmas investigativos de la
psicología ambiental. El paradigma de la representación cognoscitiva del ambiente
espacial se ha nutrido de la psicología general y, en especial de la psicología del
pensamiento. Teorías como las de Jean Piaget, sobre las estructuras y etapas de
desarrollo del pensamiento, o la de D.O. Hebb, sobre la organización neuropsicológica
del comportamiento por medio de redes neurales, han servido de bases conceptuales
a muchos trabajos ubicados en esa revolución cognoscitiva de la psicología ambiental,
más interesada en conocer los mecanismos psicológicos de la comprensión humana
acerca del ambiente molar que los de la percepción del individuo en general
(concepción molecular de laboratorio, con estímulos puntuales). La psicología
cognoscitiva ha contribuido, por ejemplo, a diferenciar entre cognición ambiental y
cognición espacial.
La primera se refiere a los procesos psicológicos (percepción, pensamiento y
afectividad), por medio de los cuales la gente conoce los ambientes sociofísicos
naturales; p.ej., cómo percibe y evalúa la persona un paisaje o un parque.
La segunda, más restringida, se refiere a los procesos específicos por medio de los
cuales el individuo adquiere, codifica, repertoria, recuerda y descodifica información
sobre ubicación y atributos de fenómenos dentro del ambiente espacial; p.ej., cómo el
individuo percibe su vivienda, o un entorno urbano, o un ambiente escolar.
En la misma revista, en 1986, Charles J. Holahan hace una nueva reseña sobre este mismo
campo investigativo y cita 150 títulos, de los cuales hemos podido ubicar 20 en disciplinas
afines como: • • • •
Criminología.
Sociología.
Planificación, antropología, geografía humana.
Varios: diseño, gerontología.
Desarrollos históricos del concepto calidad de vida
El interés por las condiciones de vida (CV) ha sido reiterativo desde tiempos muy remotos.
Hipócrates (460-375 años antes de Cristo), en su obra Aires, aguas y lugares, resalta la
importancia del ambiente como causa de enfermedad. Thomas Sydenham (1624-1689) y
Giovanni María Lancisi (1654-1720), formulan la teoría miasmática, en la que el miasma es
un conjunto de emanaciones fétidas de suelos y aguas impuras que son causa de
enfermedad. En el siglo XIX con Chadwick, William Farr (1807-1883) con la mortalidad de
los mineros, John Snow (1813-1858) con “Sobre el modo de transmisión del cólera”, se
consolida la importancia del ambiente en epidemiología y la necesidad de utilizar métodos
numéricos.