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Vida sencilla

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Los Amish son conocidos por su vida sencilla.

Vida sencilla o Modo de vida sencillo, Vida modesta o Minimalismo,


(en inglés: simple living)  hace referencia a una forma de vida no agresiva en su
?

más amplio sentido.


La simplicidad voluntaria o vida simple es un estilo de vida que las personas
pueden seguir por varias razones como la espiritualidad, la salud o el ecologismo.
Otros pueden seguir la simplicidad voluntaria por razones de justicia social,
rechazo al consumismo o simplemente porque es la forma de vida que más
felicidad les aporta.
El estilo de vida minimalista se plantea en muchas ocasiones como la
revalorización de las prioridades para eliminar el exceso de cosas, pueden ser
pertenencias, actividades y hasta relaciones. Es una forma de vida con las cosas
que las personas realmente necesitan.1
Algunos pueden enfatizar un explícito rechazo a los «valores occidentales»,
mientras otros escogen vivir de forma más sencilla por razones de gusto
individual, de un sentido de justicia social o de economía personal dentro de un
estilo de vida enmarcada en el anticonsumismo.
La simplicidad voluntaria, como concepto, se distingue de los estilos de vida de
aquellos que viven en condiciones de pobreza en que sus practicantes escogen de
forma consciente no centrarse en la obtención de riqueza asociada directamente
con el dinero, o en lo que se denomina economía basada en el dinero, como por
ejemplo, la orden franciscana al interior de la Iglesia católica, que mediante votos
de pobreza renuncian a sus posesiones materiales. Aunque el ascetismo puede
parecerse a la simplicidad voluntaria, no todos los practicantes de la simplicidad
voluntaria son ascéticos.
Es típico el paso hacia la simplicidad voluntaria desde estilos de vida propios a la
sociedad del capitalismo consumista actual; algunos pueden ser
incluso hedonistas, pero valoran más el contacto con otras personas y el tener
tiempo libre que el consumo o la riqueza.
Algunas personas que practican la simplicidad voluntaria actúan conscientemente
para reducir sus deseos de comprar servicios o cosas y, de esta manera, su deseo
de vender su tiempo por dinero. Unos emplearán el tiempo libre extra que esto
genera ayudando a su familia o a otros de una forma voluntaria. Otros pueden
emplear el tiempo libre para mejorar su propia vida, por ejemplo realizando
actividades creativas como: arte, artesanías, u otra actividad, o simplemente
dedicándose a pasar el tiempo con amigos o solos en actividades de ocio. Así en
algunos casos puede ser una opción motivada por el rechazo del
trabajo convencional de la sociedad contemporánea.

Índice

 1Historia
 2Política
 3Literatura
 4Véase también
 5Referencias
 6Enlaces externos

Historia[editar]
Desde el segundo milenio antes de nuestra era, grupos hindúes en Oriente
establecieron voluntariamente un modo de vida espiritual simplificado. Esta
práctica continuó con movimientos abrahámicos y budistas en Medio
Oriente, Europa y Asia.
Noé, Abraham, Moisés, Gautama Buda, Juan
Bautista, Jesús y Mahoma practicaron modos de vida simples y muchas de sus
enseñanzas recomiendan a sus seguidores seguir estas prácticas. Muchas
personas conocidas, como Rabindranath Tagore, Mahatma Gandhi o Francisco de
Asís, encontraron su inspiración espiritual llevados por un modo de vida sencillo.
El epicureísmo y el estoicismo son otras de las antiguas teorías filosóficas a favor
de este modo de vida. Epicuro concluía que la obtención de la felicidad y el
bienestar corporal debía hacerse al más mínimo coste de recursos, mientras que
todo aquello que pudiera considerarse superfluo debía moderarse o evitarse
completamente. La escuela cínica de Antístenes sostenía que la civilización y su
forma de vida era un mal y la felicidad venía dada siguiendo una vida simple y
acorde con la naturaleza.
En el siglo XX destacan los pensadores Iván Illich y Jacques Ellul, así como el
filósofo Pierre Rabhi, considerado uno de los fundadores de la agro-ecología.

 Varios grupos religiosos —como los amish, cuáqueros, menonitas, la Sociedad


Unida de Creyentes en la Segunda Aparición de Cristo, conocidos como Shakers o
Shaking Quakers, Huteritas y Iglesia de los hermanos— llevan siglos practicando
estilos de vida donde la riqueza y la tecnología están excluidas. La mayoría de estos
grupos religiosos son conocidos por hablar deitsch, un dialecto del alemán, como
idioma principal, sobre todo los amish y los menonitas.
o Antigua orden. Su idioma principal es el deitsch. Conservan tradiciones
centenarias. Llevan estilo de vida sencilla, gente llana y indumentaria llana. La
historia de este grupo de anabaptistas se caracteriza por sus reiteradas
migraciones, en busca de lugares donde establecerse y donde sus prácticas se
acepten sin interferencia del estado o la sociedad (a más de 50 kilómetros de la
civilización moderna). Rechazan las nuevas tecnologías, la electricidad, internet,
teléfono móvil... Son según la comunidad y variedad de grupo religioso más o
menos radicales. Además rechazan el servicio militar, ser militares, ser de fuerza
de seguridad y tomar partido en cualquier clase de guerra.
o Nueva orden. Actúan como una iglesia protestante tradicional. Algunas
comunidades usan el deitsch exclusivamente para sus servicios religiosos, otras
ni siquiera para eso. Aceptan la vida moderna, aunque con limitaciones. Según la
comunidad, pueden rechazar la radio, la TV, internet, la informática, los
ordenadores, tener coche propio, telefonía móvil... O no rechazar nada de nada.

Política[editar]
Aunque algunos movimientos religiosos y políticos promueven este tipo de
práctica como apolíticas, no existe ningún conflicto de esta filosofía con diversas
teorías políticas. Por ejemplo, una persona podría practicar un capitalismo intenso
y a la vez vivir de modo sencillo, ya que el capital que se genera por rentas
(propiedades, acciones, etc.) no implican una forma de consumismo en sentido
estricto sino más bien capitalismo y estoicismo. De todas formas, las perspectivas
ecologistas, libertarias y anticapitalistas de simplicidad voluntaria suelen desear
una autodeterminación local, lo cual se puede ver amenazado por el capitalismo
financiero y las inversiones extranjeras, y por lo tanto podrían considerar
inaceptables este tipo de actividades.
Por otro lado, una persona podría quizá pertenecer a un Estado totalitario que
fomente una vida sencilla para sus súbditos mediante la aplicación de
leyes anticonsumistas.
Muchos partidos verdes o ecologistas llaman a la vida sencilla como consecuencia
del triángulo ecología, anticonsumismo o frugalidad y salud, el cual promueve un
desarrollo sostenible para la humanidad en su conjunto. En muchos casos, estos
modelos se pueden aplicar de una forma más sencilla a escala municipal. Como
ejemplo están las ecoaldeas, donde se realiza una crítica a la globalización como
capitalismo industrial sin fronteras, el colonialismo neoliberal, etc, mediante la
reducción drástica del consumo de bienes y servicios superfluos.
Literatura[editar]
El libro blanco de los cuáqueros que trata sobre la vida sencilla es “Testimonio de
sencillez”. Desobediencia civil y otros escritos (Thoreau, Henry David)
Se suele considerar al naturista y escritor Henry David Thoreau como el fundador
del movimiento en un contexto no religioso, como puede verse en su libro Walden,
publicado en 1854. En un párrafo de esta obra, Thoreau se expresa de esta forma
al ver a una familia pobre de inmigrantes irlandeses que vivían cerca de él:
Intenté ayudarle con mi experiencia, [...] que yo no tomaba té, ni café, ni mantequilla, ni leche, ni carne
fresca, de modo que no tenía que trabajar para conseguir todo eso y que, como no tenía que trabajar
mucho, tampoco tenía que comer mucho, y que mi comida apenas me costaba nada; pero como él
empezaba con té, café, mantequilla, leche y carne de vaca, tenía que trabajar duro para pagarlo y que,
como había trabajado mucho, tenía que comer mucho para reparar el gasto de energía, de modo que
daba lo mismo, o no lo daba, pues estaba descontento y había malgastado su vida con el trato, aunque
había creído que salía ganando al venir a América y poder conseguir aquí té, café y comida todos los
días. Pero la única América verdadera es aquel país donde somos libres para seguir un modo de vida
que nos capacite para pasarnos sin esas cosas y donde el Estado no intente obligarte a mantener la
esclavitud y la guerra y otros gastos superfluos que directa o indirectamente resultan del consumo de
todo esto.2

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