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Roberto Gil Hernández

Sábado, 21 de noviembre de 2020

26 Opinión LA PROVINCIA | DIARIO DE LAS PALMAS

Cuando la mayor victoria


es asumir la derrota
El blanqueamiento
de lo guanche
DESDE LA SALA
Myriam Z. Albéniz

H
ablar de lo guanche tie- PUNTO DE VISTA
ne que ver inevitable-
mente con el racismo. Roberto Gil Hernández

N
adie se libra de las derrotas. En nuestro día a Mucho de lo que sabemos de
día lo habitual es afrontar situaciones en las quienes habitaban las Islas
que no alcanzamos la meta deseada. Por lo antes de la conquista nos ha
tanto, cuanto antes cambiemos la percepción sobre sido legado desde el punto de dado el caso, tampoco quie- cen en el documental perso-
ellas y dejemos de asociarlas a la idea de fracaso, vista de aquellos que propi- nes vienen de Asia o Latinoa- nas con una trayectoria cientí-
más pronto alcanzaremos nuestra versión óptima. ciaron su “desaparición”. Por mérica. fica más que contrastada. Sin
Pasar página y ponerse de nuevo manos a la obra se eso no es fácil abstraerse de Afortunadamente esta vi- embargo, en sus intervencio-
alza como actitud clave, así como proceder a una au- los sesgos con que fueron y sión no coincide con lo que nes tienen un peso mayor los
tocrítica a fin de corregir los posibles errores cometi- aún son descritas estas pobla- nos cuentan quienes estudian argumentos que refuerzan los
dos. La ansiedad por ganar resulta tan perjudicial ciones. actualmente el pasado de Ca- lazos de origen que los nati-
que ni siquiera ostentar el rol de favorito beneficia Al analizar la primigenia in- narias. A partir del análisis del vos comparten con las anti-
siempre a quien lo posee. En la mayoría de los casos teracción entre las sociedades ADN de los primeros insula- guas poblaciones mediterrá-
representa un arma de doble filo, pues ese empeño precoloniales de África y res, por ejemplo, se cree que neas que la incidencia de lina-
en aborrecer el punto medio y apostar por el “todo o América con Europa, cada vez estos compartieron sus oríge- jes como el subsahariano. Y
nada” nos conduce a una idea muy discutible de la son más quienes aluden al nes de raigambre amazigh no esta omisión se vuelve inso-
victoria. Véase en el fútbol. Ni la Selección Española concepto de colonialidad co- solo con el mundo mediterrá- portable con cada aparición
es la mejor del mundo por su reciente goleada a la mo patrón de poder que im- neo, sino también en alguna del protagonista principal de
de Alemania, ni sus jugadores serán unos fracasados pone una violenta jerarquía medida con el África subsaha- la cinta, el cuerpo de la momia
cuando los resultados futuros no les acompañen. racial que hace posible el so- riana. Así mismo lo corrobo- guanche expoliada del barran-
(Abro paréntesis. Ser hincha de un club que gane metimiento de sus habitantes ran quienes exhuman el con- co de Herques, reseñado en la
partidos a menudo, que no llegue a las últimas jor- en términos socioeconómi- tenido de
nadas rezando por no descender y que a sus jugado- cos, de sexo/género y de cono- sus fuentes
res sea la cabeza y no el corazón la que inspire sus cimiento. Y este proceso, co- etnohistóri- A partir del análisis del ADN de los
patadas debe ser toda una experiencia. En mi caso mo sostiene el escritor Euge- cas y restos primeros insulares, por ejemplo, se
particular, osasunista hasta la médula, no ha habido nio Padorno, debe aplicarse arqueológi-
suerte históricamente. Demasiadas sombras para también a Canarias por exacta cos cuando cree que estos compartieron sus
tan pocos gozos. Sin embargo, un verdadero aficio- cronología histórica. afirman que orígenes de raigambre amazigh no
nado -y yo lo soy desde hace medio siglo- lo de- Abordar de esta manera la la población solo con el mundo mediterráneo,
muestra en lo bueno, en lo malo, en la salud y en la conquista y colonización de indígena ya sino también en alguna medida con
enfermedad. Todos los días de su vida. Perdonen el las Islas permite empezar a era diversa
arrebato, pero era una obligación homenajear a mi cuestionar cómo el imagina- antes de la
el África subsahariana
club en su centenario. Aúpa, Osasuna. Cierro parén- rio moderno ha moldeado la llegada de
tesis). forma en que concebimos los euro-
Dadas las circunstancias, aprender a perder debe- nuestro pasado. No en vano, peos. Un fe-
ría ser una de las primeras lecciones que nos incul- la colonialidad es imprescin- nómeno que
caran desde niños, tanto en el ámbito familiar como dible para entender, por ejem- se mantiene
en el entorno escolar. Véase en Donald Trump, a plo, por qué científicos fran- tras la impo-
quien esta pedagogía le hubiera venido como anillo ceses quisieron ver en los an- sición de un modelo de explo- literatura arqueológica, para-
al dedo, pues nada resulta más insufrible y bochor- tiguos insulares descendien- tación colonial del territorio y dójicamente, como un indivi-
noso que soportar a un perdedor fuera de sí. Si aca- tes del hombre de Cromañón, sus habitantes que ha conver- duo de rasgos negroides.
so, padecer a un vencedor presuntuoso. Aunque mientras sus colegas alema- tido, tanto la base como la Es positivo que se divulgue
nunca es tarde si la dicha es buena, sería la etapa in- nes hacían lo propio con los cúspide de su pirámide social el saber producido sobre Ca-
fantil la más idónea para aclarar a los más pequeños sajones y los españoles con la en lo que es hoy: una sociedad narias más allá de sus círculos
que no siempre van a ganar y que, por cierto, tampo- cultura iberomauritana. Como pluriétnica. académicos, pero ello nunca
co pasa nada. De su capacidad de enfrentar los reve- se puede apreciar, el racismo Esta es la razón por la que puede estar reñido con la res-
ses y aprender levantarse una y otra vez dependerá impregna la antropología y la muchas isleñas e isleños he- ponsabilidad social y moral
que eviten los bloqueos y las furias existenciales arqueología desarrollada en mos sentido malestar ante la que entraña una tarea tan ne-
porque una persona que no sabe contenerse es, co- Canarias en la procura de un reciente emisión de un docu- cesaria. Es importante que la
mo mínimo peligrosa, amén de insoportable, tanto solo anhelo: emparentar a sus mental enteramente dedicado producción de este tipo de pe-
por lo que manifiesta como por lo que gesticula. primeros habitantes con Eu- a lo guanche en Televisión Es- lículas traslade a la sociedad
Por esa razón, frases recurrentes como “si pierdes ropa. pañola. Centrado en el cuerpo preguntas que, por norma ge-
es porque eres un perdedor”, “perder es humillante” Este intento deliberado de de un nativo momificado que neral, solo se harían grupos
o “has fracasado y ya no podrás volver a conseguir- blanquear nuestros orígenes se exhibe en el Museo Ar- expertos. Pero es indispensa-
lo” reflejan una equivocación demostrable, dado aún tiene implicaciones para queológico Nacional, el filme ble que quienes promueven
que aprender a perder nos ayuda a comprender que, el Archipiélago. Durante si- trata de mostrar el estado ac- tales debates no obvien los as-
para triunfar, en ocasiones se torna imprescindible glos sirvió para apuntalar la tual de las investigaciones so- pectos menos amables que
fallar, no una, sino varias veces. La manera más ade- supremacía imperial que en bre dicho periodo, reprodu- estos entrañan, como el futu-
cuada de recuperarnos de las caídas es asumirlas las Islas ejercieron diferentes ciendo sin cautela plantea- ro del patrimonio no europeo
cuanto antes, analizar sus motivos, calibrar quiénes potencias occidentales. Y aho- mientos problemáticos que que aún atesoran expotencias
nos apoyan y quiénes no, entender que el que no ra, que estamos en pleno apo- insisten en la colonialidad del coloniales como España o el
arriesga no gana, plantearse metas viables a corto, geo de lo que algunos deno- Archipiélago. Tal es el caso de racismo que todavía impreg-
medio y largo plazo, establecer un plan de acción y, minan colonialidad global, las tesis difusionistas asumi- na determinadas formas de
por encima de todo, volver a creer en uno mismo. promueve una imagen este- das en su metraje para subor- conocimiento científico.
Véase en cada uno de nosotros y nuestros procesos reotipada de lo que fuimos dinar a la cultura premoderna En definitiva, el blanquea-
evolutivos. No se puede perder siempre, igual que que se presta con facilidad a de las Islas al influjo del anti- miento de lo guanche es una
no se puede ganar siempre, pero sí se puede luchar reproducir tal statu quo. Lue- guo Egipto, sin mencionar hi- mácula que cercena una parte
siempre. En consecuencia, no debemos avergonzar- go, no es extraño que desde pótesis alternativas que con- importante de la tradición in-
nos de nuestras pérdidas, pues son parte de nues- posiciones xenófobas se pre- textualizan prácticas como la digenista de las Islas. Por eso,
tros futuros logros. La vida se parece a una montaña tenda que, en un territorio li- momificación en regiones para hablar del pasado con ri-
rusa en la que, para alcanzar las cimas más altas, hay gado remotamente al contex- africanas más próximas a Ca- gor es ineludible reparar en
que descender primero a las simas más oscuras. to europeo (según algunos, narias, y no sólo geográfica- una herida que en nuestro Ar-
Ahora bien, aceptadas las reglas del juego, no perda- mediante ataduras genéticas mente. chipiélago todavía supura co-
mos por el camino la educación, el buen tono y la y como antigua colonia pro- Para dar cuenta de los ha- lonialidad.
dignidad. Que con un Trump basta y sobra. ductiva o de destierro), no llazgos más recientes que se
“tengan lugar” quienes proce- han producido desde el punto ROBERTO GIL HERNÁNDEZ.
WWW.LOQUEMUCHOSPIENSANPEROPOCOSDICEN.BLOGSPOT.COM den del África continental y, de vista de la genética, apare- ANTROPÓLOGO

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