Está en la página 1de 12

18/3/2019 Charles Spurgeon / El Propio Llamado de Dios en el Evangelio / sermón 2092 del 30 de junio de 1889 / Tabernáculo Metropolitano

El Púlpito del Tabernáculo Metropolitano


El Propio Llamado de Dios en el Evangelio
NO. 2,092
Sermón predicado el Domingo 30 de Junio, 1889

por Charles Haddon Spurgeon

En el Tabernáculo Metropolitano, Newington, Londres.

"Inclinad vuestros oídos y venid a mí; escuchad, y vivirá vuestra alma. Yo


haré con vosotros un pacto eterno, las fieles misericordias demostradas a
David." Isaías 55:3 Sermones

Este capítulo tan memorable puede ser llamado el sermón evangélico propio de Dios. Al
leerlo nos olvidamos de Isaías, y sólo recordamos a Jehovah. Aquí no nos habla por medio
del profeta, sino en primera persona. El propio Dios dice: "Inclinad vuestros oídos y venid a
mí." Pues bien, nosotros valoramos cada palabra de la Santa Escritura, pero especialmente
esas palabras que nos vienen directamente de la boca del propio Dios: no tanto habladas a
nombre de Él sino por Él. Tengan cuidado y presten atención a Quien habla desde el cielo.
Estas no son mis palabras, sino las palabras del Dios viviente: no soy yo quien les dice que
me presten atención; sino su Hacedor, su Dios quien les dice: "Inclinad vuestros oídos y
venid a mí: escuchad, y vivirá vuestra alma. Yo haré con vosotros un pacto eterno, las fieles
misericordias de David."

Desde su comienzo, este capítulo es una súplica amorosa a los pecadores: quita las piedras
de tropiezo y elimina las objeciones. Tal vez alguien se lamente así: "¿Quién soy yo, para
acercarme a Dios? Soy un pobre pecador que no tiene ni un centavo." El Señor se anticipa a
ese lamento al decir: "Los que no tienen dinero, ¡venid, comprad y comed! Venid, comprad
sin dinero y sin precio, vino y leche." Si no tienen ningún mérito, si no tienen derecho a
nada, aun así, vengan. La gracia inmerecida toca su arpa de oro, y la misericordia la
acompaña cantando estas palabras: "Sin dinero y sin precio."

Si ustedes no se pueden mover porque contemplan con dolor su vida pasada diciendo: "¡Ay,
mi Dios, he desperdiciado mucho en otro servicio! Él te responde que conoce tu pasada
insensatez, y te llama para que termines con ella, diciendo: "¿Por qué gastáis el dinero en lo
que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no satisface?" Te pide que recibas ahora los dones
sustanciales de Su gracia; porque ellos darán satisfacción al alma.

Si alguien exclama: "Mis necesidades son extremadamente grandes; necesito las más
grandes y ricas misericordias o de lo contrario estoy perdido"; el Señor Dios admite esa
necesidad, pero se encarga de ella con una provisión completa diciendo: "Oídme
atentamente y comed del bien, y vuestra alma se deleitará con manjares." Él sabe que nada
te puede ayudar de manera suficiente sino gran misericordia; pero gran misericordia está
preparada para ti. No te ha traído nada que sea escaso o insignificante, sino "manjares
suculentos y refinados," una llenura de gozo.
http://www.spurgeon.com.mx/sermones.html 1/12
18/3/2019 Charles Spurgeon / El Propio Llamado de Dios en el Evangelio / sermón 2092 del 30 de junio de 1889 / Tabernáculo Metropolitano

Si hay alguien que se siente temeroso en presencia de una gracia tan sorprendente, y está
listo a exclamar: "Señor, no podemos entender que Tú quieras darnos tan grande salvación,
pues nosotros merecemos ira y destrucción." Vean cómo responde a esa duda en el cuarto
versículo. La prueba más elevada del amor de Dios a los hombres es esta, "Porque de tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito." Señala a Su amado Hijo, y
dice: "¡He aquí, Yo lo he dado! ¡Vean, en el pesebre, lo he dado; en la cruz, en el sepulcro, en
su resurrección, en su trono, vean, Yo lo he dado!" ¿Qué otra prueba de amor divino
requieren? ¿Qué otra prueba más convincente pueden imaginar? Vengan con toda
confianza, y crean que puesto que Dios no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó
por todos nosotros, también con Él nos dará gratuitamente todas las cosas.

Más aún, para que nadie diga: "yo soy un pobre gentil, pero el Antiguo Testamento fue
escrito para el pueblo elegido, los judíos"; el Padre habla a Su amado Hijo, y exclama: "He
aquí, llamarás a naciones que no conocías, y naciones que no te conocían correrán hacia ti,
por causa de Jehovah tu Dios, el Santo de Israel, que te ha llenado de gloria." No importa a
qué raza o nación pertenezcas, Cristo te llama a venir a Él, y quienes son semejantes a ti van
a venir a Él. ¡Que esa promesa se cumpla este mismo día en todos los inconversos que
escuchan o leen estas palabras!

Queridos hermanos, no tengo necesidad de predicar esta mañana; sólo tengo que seguir la
línea de la Palabra del propio Dios. Lo hago con gran confianza en el poder de esa Palabra.
Gozosamente voy a ampliar simplemente acerca de lo que el Señor dice, sin darles ninguna
sugerencia mía propia. ¡Mi palabra! ¡ah, es la debilidad misma! Pero la palabra del Señor es
potente como cuando dijo: "Sea la luz," y fue la luz y la noche primera fue dispersada. Es tan
potente como cuando Él hizo que la tierra muerta y apagada se llenara de hierba, y después
se llenara de ganado, y después colocó al hombre sobre todo. Di Señor tu "sea". Donde está
tu palabra, hay poder.

Pero todavía puede ser que algunos digan: "Nos sentimos sin fuerzas e incapaces." El Señor
de la gracia socorre tu debilidad poniéndote un yugo ligero: los preceptos que pone ante ti
son simples y fáciles. Él te ha dado oídos y te pide que los uses, diciendo: "Inclinad vuestro
oídos y venid a mí; escuchad, y vivirá vuestra alma." En este momento vamos a mirar los
preceptos que salvan que han sido colocados en el texto; y después, vamos a considerar las
promesas que salvan que acompañan a los preceptos: "Y vivirá vuestra alma. Yo haré con
vosotros un pacto eterno." Al final, con la ayuda de Dios, vamos a oír atentamente las
súplicas que salvan, que encontramos en abundancia en el resto del capítulo. ¡Oh, que
podamos hablar solamente en el poder del Espíritu Santo! ¡Oh, pedimos por la salvación, la
salvación de todos los que leen este sermón!

I. Aquí hay DOS PRECEPTOS SALVADORES, que son recalcados ante ustedes en este
momento; pues el Espíritu Santo dijo en todos sus preceptos, "Si oís hoy su voz, no
endurezcáis vuestros corazones." Estos preceptos son de carácter simple.

El primero es, "Inclinad vuestros oídos." Dicho de otra manera, "Oídme atentamente y
comed del bien, y vuestra alma vivirá." Ustedes tienen oídos para oír, por lo tanto oigan.
Algunos de ustedes están listos para oír el tintineo del dinero que los invita a alcanzarlo.
¡Oh, que ahora quisieran oír la voz de Dios! ¿Qué significa este "Inclinad vuestros oídos"?
http://www.spurgeon.com.mx/sermones.html 2/12
Significa, considera
18/3/2019
y piensa en las cosas eternas. Es la culpa y la insensatez de los hombres
Charles Spurgeon / El Propio Llamado de Dios en el Evangelio / sermón 2092 del 30 de junio de 1889 / Tabernáculo Metropolitano

del mundo considerar las cosas eternas como cosas sin mayor importancia, indignas de su
atención inmediata. Aun desde la cruz el Señor se queja, "¿No os importa a vosotros, todos
los que pasáis por el camino? Mirad y ved si hay dolor como el dolor que me ha sobrevenido
y con el cual Jehovah me ha angustiado en el día de su ardiente ira."

El más grandioso evento que ha sucedido alguna vez ya sea en el tiempo o en la eternidad
fue la muerte de Jesús, para salvar a los hombres de la calamidad eterna; y sin embargo este
prodigio de amor es despreciado. El ganador de almas tiene que pensar en todo tipo de
formas por medio de las cuales atraer la atención de los hombres hacia lo que es su principal
bendición. Están absorbidos en su propiedades y en sus mercancías: cualquier noticia en el
periódico sin mayor importancia, atraerá su atención y será tema de conversación; pero este
evento que les concierne tan cercanamente es olvidado. Ellos prestan su oído a cualquier
placer pasajero; pero cuando hablamos del cielo y del infierno no escuchan, sin importar la
sabiduría que invirtamos con el objeto de interesarlos. ¡Que el Dios de toda gracia atraiga al
descuidado, y lo obligue a inclinar su oído!

Oh, hombre insensato, sé como el invitado a la boda que fue encantado por el viejo
marinero, e impedido de poderse unir a la alegre compañía de la boda mientras escuchaba la
extraña historia del mar. Nosotros tenemos que contar algo de mayor peso que cualquier
historia del mar salado. No te niegues el beneficio de oír la verdad. No robes a tu alma la
salvación. Tu Dios te invita a que des toda tu atención a tu alma, a tu alma inmortal, y al
lugar donde pasará la eternidad, y la única forma en que esa eternidad se puede volver una
eternidad de bendición. Piénsenlo por favor, pues no son ni perros ni caballos; y den toda su
atención a lo que tiene la mayor importancia, es decir, su estado eterno. Puedo tener
esperanza en ustedes si quieren pensar. Oh almas, ¿por qué pierden su tiempo en relación a
lo que tiene tan infinito peso? ¿Por qué necesito suplicarles por eso que es únicamente por
su propio bien?

Pero cuando leen, "Inclinad vuestro oídos," quiere decir, Piensen en los asuntos divinos
como Dios los pone delante de ustedes. En estos días quienes se consideran a sí mismos
sabios desdeñan ser enseñados por la revelación de Dios, y más bien eligen seguir las
conjeturas de sus propias mentes. No quieren seguir la Biblia, sino sus propios cerebros, tal
como son. Ellos se esfuerzan por elaborarse mapas de navegación de un mar que
desconocen en su totalidad. Definen el camino de la felicidad de la manera que quisieran
que fuera. Ciertamente la voz de la sabiduría nos aconseja inclinar nuestros oídos ante quien
conoce más que nosotros. Dios ha hablado: debemos aprender de sus palabras en vez de
aprender de nuestros propios pensamientos. La ciencia es lo suficientemente buena, pero la
omnisciencia es mejor. Dios ha hablado, no necesitamos hacer conjeturas: Dios lo ha
revelado. ¿Acaso no quieres ser sabio? Este libro es inspirado por Él: sujeta tus poderes bajo
ese registro infalible. ¿Acaso estoy pidiendo demasiado? ¿Acaso el Señor requiere una cosa
que no es razonable? Si Él habla, ¿acaso no lo escucharemos? Especialmente cuando Él
habla sólo para nuestro bien.

Más aún, observen que esta atención a las cosas eternas, este oír lo que Dios el Señor
hablará, debe ser de manera sincera, honesta, continua, atenta y con fe. "Inclinad vuestros
oídos," tal como lo hacen los hombres cuando se inclinan hacia delante para captar cada
sílaba, temerosos de no poder quedarse con todo el significado. "Oídme atentamente." No
http://www.spurgeon.com.mx/sermones.html 3/12
como lo haceCharles
18/3/2019
el hombre que oye y olvida. Oigan más bien como lo hacían los que eran
Spurgeon / El Propio Llamado de Dios en el Evangelio / sermón 2092 del 30 de junio de 1889 / Tabernáculo Metropolitano

encerrados en Lucknow (una prisión) y ansiaban su libertad. ¡Cómo la mujer escocesa se


alegró cuando oyó, o pensó que había oído el sonido de las gaitas de los gaiteros escoceses en
la distancia! ¡Caramba! La simple esperanza de rescate de manos de feroces enemigos los
inclinaba rápidamente a oír.

Queridos hermanos, presten al Evangelio su mejor atención. Oigan diligentemente: estén


atentos y resueltos. Cuando su mente ha estado atenta durante la reflexión, traten de que
retenga todo posteriormente. Traten de captar el significado que Dios da a su Palabra, y
vean lo que Cristo quiere mostrarles. Repito nuevamente, les estoy pidiendo aquí, en el
nombre de Dios, lo que Le es debido. Quisiera caminar por todo el templo, alrededor de sus
galerías y a lo largo de los pasillos, y hacerle la pregunta a cada inconverso: ¿Acaso no es
razonable que consideres tus caminos y oigas atentamente a tu Dios? Les suplico, amigos
míos, que no se nieguen a ustedes mismos este favor, y que ahora presten atención a los
mejores intereses de sus almas.

El segundo precepto surge del primero: "Inclinad vuestros oídos y venid a mí." Este debe ser
el resultado de inclinar el oído. Vengan a Dios. "¿Cómo puedo venir a Dios?" pregunta
alguien.

Ven a Él al menos pensando mucho en Él. Ahora Dios no está en todos tus pensamientos.
Algunos de ustedes están muy ocupados en este mismo momento recorriendo puntos de
interés, pero no están buscando venir a Dios: ¿debe ser así? Otros están ocupados en ganar
dinero; se van temprano a la oficina, y regresan a casa muy tarde, y todas esas horas están
tan poco preocupados del cielo como si Dios no existiera. Tal vez no compartamos el ateísmo
como doctrina, pero estamos remojados con un ateísmo práctico. Las naciones olvidan a
Dios. El Señor te pide que vuelvas tu rostro hacia Dios, y lo busques. Considera la eternidad,
y cómo la pasarás, y qué pasará contigo cuando vayas a la eternidad sin Dios.

Cuando hayas venido a Él en el pensamiento, entonces ven por tus deseos. El hijo pródigo
en el país lejano inició su retorno a la casa de su padre, donde había pan suficiente hasta
para compartir, aún antes de haber dado el primer paso para ir allá; su corazón estaba en
camino antes que su pie. Si sientes como si no pudieras venir a Dios de ninguna otra
manera, ven al menos por el deseo; desea ser reconciliado con Dios, ansía convertirte en Su
hijo, ten hambre de probar su amor. Este es un verdadero venir.

Ven a Dios por la confesión del pecado. Has vivido hasta aquí sin Él; confiesa esa
indiferencia. Has pensado que el arrepentimiento y la fe pueden posponerse para una
estación más conveniente sin ningún riesgo, y así le has dado a tu Dios largas de manera
despreciativa. Confiesa tu equivocación en esto. Has violado la ley, pues no has amado al
Señor "con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente."
Además de esto, has quebrantado cada mandamiento. Así, has insultado a tu Hacedor; sin
embargo, ven a Él con dolor filial y di: "Padre, he pecado."

Ven a Dios en oración humilde y llena de fe; pídele que te salve, y cree que el que pide,
recibe. ¡Qué! ¿No lo vas a hacer? El que no pide cuando la bendición está disponible para
que se pida, ¿cómo puedo excusarlo, cómo puedo tenerle compasión, si se muere de
necesidad? Vengan al Señor por medio de la oración y que no se diga, "No tenéis, porque no
http://www.spurgeon.com.mx/sermones.html 4/12
pedís." ¡Oh, de
18/3/2019
qué manera oro para que ustedes vengan con sus oraciones mientras yo les
Charles Spurgeon / El Propio Llamado de Dios en el Evangelio / sermón 2092 del 30 de junio de 1889 / Tabernáculo Metropolitano

estoy suplicando por medio de mi predicación! ¡Vengan y echen sus cargas a los pies del
grandioso Llevador-de-cargas! Vengan con todos sus pecados y dejen ese peso en la cruz.
Abandonen sus malos caminos y sus pensamientos perversos, y vuélvanse al Señor, quien
perdonará en abundancia.

Estos son los dos preceptos: OIGAN Y VENGAN. No son ni pesados ni poco razonables.
¡Con cuánto empeño quisiera urgirlos para que los cumplan! Me siento avergonzado de mí
mismo, puesto que no puedo predicar con mayor emoción; pero no permitan que mis fallas
sean la ruina de cualquiera de ustedes. Tengan inclusive mayor empeño que yo, puesto que
su propia alma es la que está en peligro. Quisiera salvarlos, si pudiera. Quisiera ganarlos
para mi Señor. Estén convencidos de oír diligentemente a su Dios y Salvador ahora mismo.

II. Para animarlos en esto, paso a mi segundo punto, que tiene que ver con LAS PROMESAS
QUE SALVAN. Aquí hay dos promesas correspondientes a los dos preceptos.

En el primer precepto se les pide que oigan e inclinen su oído, y la promesa dada es esta: "Y
vivirá vuestra alma." ¡Qué! ¿Vivir por oír? Sí, vivir como resultado de oír; pues "la fe es por
el oír, y el oír por la palabra de Cristo." Si algún hombre se entrega al estudio de la
revelación de Dios con diligencia, si se dedica a escudriñar la Palabra de Dios, y a escuchar
una predicación llena de amor, sincera, verdadera, espiritual, con toda certeza encontrará
vida para su alma. Si con un corazón resuelto a encontrar a Cristo en la Palabra un hombre
oye diligentemente, tiene la promesa, "Escuchad, y vivirá vuestra alma." Algunos se resisten,
y dicen, "Yo no puedo creer." Por supuesto que no pueden creer si no saben qué es lo que
deben creer. Pero mientras oyen lo que es, la Palabra inspirada actúa sobre ustedes con un
poder que se manifiesta de manera evidente, y su conciencia y su mente y su corazón son
afectados por ella. El Espíritu Santo da la vida por medio de la Palabra, y cumple la
promesa, "Escuchad, y vivirá vuestra alma."

Hay tal poder en la Palabra de Dios, que cuando entra en contacto con el corazón que está
buscando vida eterna, infunde la vida eterna en él. Voy a intentar bosquejar la manera de su
operación. El hombre está oyendo con sinceridad, y se dice a sí mismo: "¡Cómo quisiera
poderme encontrar con la salvación de Dios!" Mientras oye, siente una ternura que se
desliza sobre él; tal vez una lágrima se escurre por su mejilla. Se queda absorto en la verdad
que está oyendo, y se vuelve serio, ansioso y capaz de ser impresionado. La Palabra de Dios
es como un fuego que derrite. Cuando el Espíritu Santo está presente, la influencia de la
Palabra actúa sobre el alma para quitar el corazón de piedra y formar un corazón de carne.
Estén expuestos durante largo tiempo a oír la Palabra de Dios, y a reflexionar sobre ella, y
un sentimiento mejor se introducirá en ustedes. A este sentimiento seguirá una medida de
esperanza en el Señor. Al principio será como una simple chispa. Se dirán a ustedes mismos
en un susurro: "Pienso que, después de todo, puedo ser perdonado y aceptado." Esta
pequeña esperanza será como la primera gota de una lluvia. Esta temblorosa esperanza será
la semilla de un gozo muy grande, o la semilla de mostaza del árbol de la santa confianza.

La esperanza que viene al oír la Palabra con atención, es algo que vive y crece, y aumentará
hasta llegar a un descanso bendito. Muy pronto la esperanza llevará al alma a suplicar. Tú,
que al principio oíste la Palabra sin poner ninguna atención, y que después la oíste
atentamente, con mucho sentimiento y con esperanza, comenzarás a orar para que sea
http://www.spurgeon.com.mx/sermones.html 5/12
cumplida en Charles
18/3/2019
ti. MeSpurgeon
parece que te oigo exclamar: "¡Oh, Dios, bendice tu Palabra para mi. He
/ El Propio Llamado de Dios en el Evangelio / sermón 2092 del 30 de junio de 1889 / Tabernáculo Metropolitano

llegado a una encrucijada, Señor guíame por el camino correcto. Oh, Señor, que Tú quieras
darme la vida para correr en él!" Esta oración continuará surgiendo dentro del corazón, y ya
no va a cesar hasta que sea escuchada, y el alma reciba de Dios la vida.

Habiendo llegado hasta aquí, el corazón pronto poseerá una medida de confianza en el
Señor Jesús, quien es la revelación de la gracia de Dios. Antes de que te des cuenta tú
mismo, te encontrarás confiando en el grandioso sacrificio por el pecado. Yo no conozco la
manera en que la fe es creada por el Espíritu en la mente humana. Para muchos es un
proceso muy gradual. ¿Quién puede decir cuándo la primera luz de la mañana se proyectó
sobre esta ciudad? Quienes estaban cuidando cansadamente a sus enfermos vieron una luz
gris que se resbalaba sobre el cielo; pero el sol todavía no se había levantado. Después la luz
se volvió más clara, y todavía más clara; pero si habían nubes en el este, aun los que estaban
mirando no hubieran podido decir exactamente cuándo el sol se había levantado sobre el
horizonte, y el día realmente había llegado. La luz vino por grados, pero vino en realidad. Oh
queridos lectores, quiero que mientras están escuchando la palabra, estén orando:

"Mientras veo que estás herido, sangrando,


Muriendo en el maldito madero,
Quiero poder sentir que mi corazón cree
Que Tú sufriste así, por mí."

Así, por la luz de la Palabra, el hombre se convierte en un creyente antes que lo sepa. ¿No
ocurre lo mismo con otros asuntos? Sentimos que una cosa es verdadera, y lo creemos sin
ningún esfuerzo.

Con esa pequeña fe vendrán rayos de gozo; o si la fe es más fuerte, un día completo estallará
sobre el alma, iluminando toda la naturaleza con un brillo celestial. ¡Oh, que el Señor quiera
darles gozo y paz por medio de la fe en este mismo momento! ¡Oro porque así sea! Me da
gusto que ustedes estén oyendo la Palabra. "Escuchad, y vivirá vuestra alma."

Yo recuerdo que cuando yo buscaba al Señor, me dije a mí mismo: "Si el Señor es


encontrado al oír, voy a estar oyendo todo el tiempo." Ustedes pudieran haberme
encontrado tres veces cada Domingo, cuando era sólo un muchacho, en un lugar de
adoración o en otro; y nunca dejé escapar ninguna palabra. Prestaba sincera atención a todo
lo que se decía. De la manera que el vellón de Gedeón absorbió todo el rocío, así recibía yo la
Palabra. Al fin vino a mí la vida divina, mas no al principio. Así será con ustedes, pues está la
promesa, la promesa de Dios que no puede mentir: "Escuchad, y vivirá vuestra alma." ¡Que
ustedes puedan entender esa primera promesa al tener su cumplimiento en ustedes mismos!

Ahora consideren la segunda promesa, que es algo muy maravilloso: "Yo haré con vosotros
un pacto eterno." Se une al segundo precepto: "Venid a mí." El alma exclama: "Señor, si yo
viniera, ¿me recibirías Tú a mí?" "¡Recibirte!" dice el Señor, "Yo haré contigo un pacto
eterno." Si vienes a Dios, tan simple como parece ese venir, eso va a implicar resultados
infinitos; pues el Señor hará por ti cosas en abundancia que excederán por mucho lo que
pides o aun lo que piensas. Escucha esta promesa, tú que quieres oír la palabra de Dios; y
pídele al Señor que cumpla esa promesa en ti de inmediato.
http://www.spurgeon.com.mx/sermones.html 6/12
18/3/2019 Charles Spurgeon / El Propio Llamado de Dios en el Evangelio / sermón 2092 del 30 de junio de 1889 / Tabernáculo Metropolitano

Primero, observen cómo Él promete una relación condescendiente: "Yo haré con vosotros
un pacto eterno." En el original hebreo dice: "Voy a cortar un pacto." Los pactos se hacían
cortando a una víctima en dos partes, y quienes hacían un pacto pasaban entre las dos
mitades del sacrificio para ratificar el pacto. El Señor en efecto dice: "¡Pobre pecador
arruinado, tú que no tienes ni un centavo para comprar agua, si quieres venir a mí, voy a
hacer un sagrado acuerdo y un pacto contigo!" "¡Un pacto conmigo!" dice alguien, "¡Qué!
¿Dios y yo nos convertimos en las partes que hacen el pacto?" Sí. Él hará un pacto contigo.
Oh, corazón mío, ¿cómo puedes quedarte fuera? Esto significa vida; esto significa
misericordias ciertas; esto significa bendición eterna. "Yo haré con vosotros un pacto
eterno," contigo, un oscuro don nadie, que sólo puedes verte a ti mismo como un montón de
suciedad e inmundicia. "Yo haré con vosotros un pacto eterno."

Dios está listo para hacer contigo un contrato obligatorio. Te va a ligar a Él, y Él se va a ligar
a ti. "Yo haré con vosotros un pacto eterno." Si vienes a Él alguna vez, Él pondrá su temor en
tu corazón, para que no te apartes de Él. Él extenderá alrededor tuyo los lazos de su amor y
se comprometerá contigo en una unión matrimonial que nunca será disuelta. ¿Tienes
preguntas acerca del tenor de ese contrato? Bien, no puedo decirte todo lo relacionado a él
esta mañana, pues no me alcanza el tiempo; pero va más o menos de esta manera: "Yo seré
su Dios, y ellos serán mi pueblo. Nunca más me acordaré de los pecados e iniquidades de
ellos. Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de
vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Aunque los montes se
debiliten y las colinas se derrumben, mi misericordia no se apartará de ti. Mi pacto de paz
será inconmovible, ha dicho Jehovah, quien tiene compasión de ti."

Este es un pacto de misericordias. Sí, de "misericordias" en plural, como el texto lo expresa.


Dios hará un contrato contigo para darte todo tipo de misericordias desde ahora hasta el
cielo, y para ponerte a salvo en su diestra. ¡Oh, qué promesa es esta!

Así, Dios va a establecer una alianza contigo que no tiene fin. "Yo haré con vosotros un
pacto eterno." Yo verdaderamente recuerdo cómo esto me atrajo hacia Cristo. Cuando vi que
su gracia era eterna, deseaba gozarla. Si alguna vez llegaba al Señor Jesús, nunca dejaría que
me alejara de Él; esto creaba en mí un vehemente deseo de Él.

"Una vez en Cristo, en Cristo para siempre;


Nada puede separarnos de Su amor."

La eternidad de la misericordia es un ingrediente esencial para hacerla de mucho valor. No


me interesaría predicarles un evangelio que fuera sin valor y de carácter temporal, que
trajera esperanza por una corta temporada; pero me gozo en proclamar el pacto eterno de
mi Señor. Ven, pobre pecador, ven a Jesús, y tendrás vida eterna. No te estamos ofreciendo
un boleto para la mitad del camino de aquí al cielo; sino un boleto hasta tu destino final, un
boleto sin regreso. Si te subes a este tren del pacto, va a llegar a su destino sin sufrir
desperfectos. Entrégate al Señor, para ser suyo para siempre, y Él hará contigo un pacto
eterno.

"Oh," dices, "¿pero qué pasa si vengo a Dios, y confío en Él, y sin embargo no ocurren estas
http://www.spurgeon.com.mx/sermones.html 7/12
cosas?" No pueden
18/3/2019
fallar, pues Él las llama "las fieles misericordias demostradas a David." Si
Charles Spurgeon / El Propio Llamado de Dios en el Evangelio / sermón 2092 del 30 de junio de 1889 / Tabernáculo Metropolitano

crees en Jesús, tú estás perdonado ahora. Tan ciertamente como Dios es Dios, si vienes a Él
por medio de Cristo Jesús tú eres salvo, no solamente por un tiempo, sino por la eternidad.
El pacto es ordenado en todas las cosas y seguro. Dios ha dicho: "Nunca te abandonaré ni
jamás te desampararé." "¡Oh, la misericordia de Dios en esto!"

Observen que comparamos lo que Él da al pecador a lo que dio a David. David ya viejo
estaba por morir; su fuerza lo había abandonado, era un hombre gastado, y pronto se iría a
la eternidad. Es interesante verlo. Hay lágrimas en sus ojos cuando piensa en Absalón y en el
resto de su familia descarriada, y exclama: "¿No es así mi casa para con Dios? Pues él ha
hecho conmigo un pacto eterno, ordenado en todas las cosas y seguro." Ese es el tipo de
pacto que Dios hará contigo. No estoy hablando del hombre de la luna, sino de ustedes que
están a mi alrededor, de ustedes culpables que inclinan su oído a Él. El Señor les dice a
ustedes: "Yo haré con vosotros un pacto eterno, las fieles misericordias demostradas a
David." Cuando llegues a la hora de tu muerte, espero que no tengas que confesar los
pecados de David; pero espero que tengas este pacto en el que apoyarte. Estoy agradecido
que David no era un hombre perfecto ni mucho menos, pues ahora puedo encontrar
consuelo en su confianza. Él estaba lleno de debilidades y pecados, y sin embargo se podía
gozar en el pacto de la gracia; y también yo, con todas mis faltas, me puedo aventurar a
hacer lo mismo. Yo también puedo decir, "Pues Él ha hecho conmigo un pacto eterno."
¡Cuánta cantidad de consuelo evangélico hay en estas palabras! Esperamos que todos
ustedes quieran venir a Dios de tal manera que Él haga con ustedes un pacto eterno!

El pacto es todo en Cristo. Jesús, Emanuel, Dios con nosotros. Con Él es hecho este pacto.
Un Hijo más grande que el gran David nos es dado para que sea nuestro líder. El pacto es
con Él. Él estuvo en nuestro lugar en ese terrible día cuando el Juez de toda la tierra ejecutó
la justicia sobre nuestra Garantía. La tormenta fue dirigida para que estallara sobre Su
cabeza; la espada de la justicia encontró su vaina en Su corazón; y ahora es la cabeza del
pacto de todos los creyentes; y Dios ha hecho con nosotros en Cristo "un pacto eterno, las
fieles misericordias demostradas a David." Así he presentado ante ustedes el precepto y la
promesa.

III. Nuestro tercer trabajo es presentar LAS SÚPLICAS DE SALVACIÓN DEL PROPIO
SEÑOR. No deben ser mías, sino del Señor. Continúo con el capítulo.

La primera súplica por la que pido su atención es, que Dios mismo les habla a ustedes. Es Él
quien dice: "Inclinad vuestros oídos y venid a mí." ¿Pueden darse cuenta por un momento
de la presencia de Dios? ¡Oh, que Él se haga aparente a ustedes! No estoy pidiendo ni por
truenos ni por relámpagos, para hacerles sentir el terror de su majestad; ¡pero ustedes
pueden saber con certeza que el Señor está aquí! Supongan que oyeran una extraña y
misteriosa voz desde aquel domo, diciendo: "Inclinad vuestros oídos y venid a mí; escuchad,
y vivirá vuestra alma." Me temo que el único resultado sería que ustedes se sobresaltarían en
vez de ser impresionados de manera salvadora. Pero, ciertamente, es el Señor Dios
Todopoderoso quien dice: "Inclinad vuestros oídos y venid a mí." Les ruego
encarecidamente que no rechacen a Quien habla desde el cielo. Por la paciencia que los ha
mantenido con vida hasta ahora, por el amor que les ha aguantado su mal comportamiento y
sus provocaciones, les suplico encarecidamente que ahora inclinen sus oídos a la
misericordia del Señor. Ustedes escucharían a su madre. ¡Ah! cómo desearían que ella
http://www.spurgeon.com.mx/sermones.html 8/12
estuviera aquí
18/3/2019
en la tierra para rogarles, aunque ustedes despreciaron sus advertencias
Charles Spurgeon / El Propio Llamado de Dios en el Evangelio / sermón 2092 del 30 de junio de 1889 / Tabernáculo Metropolitano

cuando aún vivía! Alma, ¿acaso no quieres oír a tu Dios, a tu benefactor? Vuélvete, te ruego,
a su llamado.

¡Acepta su tierna invitación! Ven ahora y no te demores. Di de una vez:

"Señor, Tú has ganado, por fin me rindo;


Mi corazón, impulsado por la gracia poderosa,
Se rinde todo a Ti;
Contra tus terrores me enfrenté por mucho tiempo
Pero ¿quién puede enfrentarse a Tu amor?
El amor me conquistó también a mí."

Más aún, el Señor te ruega por el hecho de que tu día de misericordia no ha terminado.
Lean el versículo número seis: "¡Buscad a Jehovah mientras puede ser hallado! ¡Llamadle en
tanto que está cercano!" Dios puede ser encontrado. ¡Cuán bendito es eso! ¿Acaso has sido
tú un borracho? Sin embargo Dios puede ser encontrado. ¿Estuviste anoche compartiendo
con malas compañías? Sin embargo todavía no estás encerrado en el infierno, y el Señor de
amor todavía puede ser encontrado. ¿Acaso eres ya muy viejo, y durante mucho tiempo has
despreciado a tu Salvador? Él todavía no ha cerrado la puerta de la misericordia: Él puede
ser encontrado. Búscalo de inmediato, cuando la búsqueda todavía puede tener éxito.
"¡Llamadle en tanto que está cercano!" Dios todavía puede escuchar nuestro llamado. No
está lejos de ninguno de ustedes. Aunque no hables, Él oirá los latidos de tu corazón. Oh,
hombres y mujeres, invoquen a su Dios mientras Su oído está inclinado hacia ustedes.

La muerte viene en camino, y puede adueñarse de ustedes antes de que concluya este día.
Entre una reunión de servicio de la congregación y la siguiente, alguien de ustedes caerá
abatido por la jabalina de la muerte. Busquen a Dios, queridos lectores, mientras haya
tiempo de buscar. Antes de que el sudor de la muerte se plante en su rostro, y que su alma
revolotee en el borde de la oscura eternidad, busquen al Señor con todas sus fuerzas.
Mientras Él está cerca de ustedes, invóquenlo: mientras pueda ser encontrado, búsquenlo.
¿Acaso no les pide la voz de la sabiduría que hagan esto?

El Señor lleno de gracia menciona todavía otro hecho más, que debería conducirlos a venir a
Él, es decir, que Él quiere y está listo para perdonar todas sus ofensas pasadas. "Deje el
impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos. Vuélvase a Jehovah, quien tendrá de
él misericordia; y a nuestro Dios, quien será amplio en perdonar." Yo no sé lo que piensan
de esas últimas palabras, "amplio en perdonar"; pero para mí son tan dulces que yo
utilizaría toda la orquesta del Festival de Händel para acompañar el canto de esas palabras.
"¡Amplio en perdonar! ¡Amplio en perdonar!" ¡Ustedes tienen pecado en abundancia;
abundancia fatal! Pero aquí hay abundante perdón. ¡Ustedes se duelen de la abundante
dureza de corazón! Sí, pero el perdón abundante disolverá la piedra. Cuán abundante es ese
perdón, el Señor no nos lo dice; pero ciertamente es superabundante. "Pero en cuanto se
agrandó el pecado, sobreabundó la gracia." Noten la palabra: la gracia no solamente abundó,
sino que "sobreabundó." ¡Qué Dios es éste que nos llama a Él! Ven, tú pecador ennegrecido;
¡Jesús quiere y puede hacerte blanco! Ven, tú el primero de los pecadores; pues Él es el
primero de todos los Benefactores, y te puede bendecir de tal manera que tus peores
http://www.spurgeon.com.mx/sermones.html 9/12
manchas saldrán,
18/3/2019
y cada una de las virtudes y la gracia adornarán tu carácter. Tal seguridad
Charles Spurgeon / El Propio Llamado de Dios en el Evangelio / sermón 2092 del 30 de junio de 1889 / Tabernáculo Metropolitano

llena de gracia, nos debería motivar a venir a Él; ¿Acaso no es así? ¿Qué otra campana con
un sonido tan dulce nos puede llamar a la mesa del Señor sino ésta, cuyos sonidos de plata
repiten: "amplio en perdonar"?

Después viene el gran elemento de persuasión de la magnanimidad de Dios. Oigan las


palabras: "Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son
mis caminos, dice Jehovah. Como son más altos los cielos que la tierra, así mis caminos son
más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más altos que vuestros pensamientos."
Ningún hombre sabe cuán grandes cosas Dios ha destinado para él. Ustedes pobres
pecadores que inclinarán sus oídos y vendrán a su Dios, muy poco saben de las grandes
bendiciones y honores que el Señor ha decretado para ustedes, ¡ni qué hay en su mente en
relación a ustedes! ¿Les digo un secreto? Antes de que ustedes nacieran y antes de que fuera
hecho este mundo redondo, el Señor pensó en ustedes; el nombre de ustedes estaba en su
libro, la persona de ustedes estaba en su corazón; el Señor los amó, y los eligió para Él desde
tiempo antiguo. ¿Oyen eso? Ustedes son sus elegidos: Él los ordenó para vida eterna, y Él da
gratuitamente esa vida. ¿Les digo un poco más de ese secreto? Él los entregó a Su Hijo, para
que fueran Su porción, Su recompensa, Su Novia; y ese Hijo Divino tomó a su cargo el
redimirlos, salvarlos, y traerlos de manera segura a Su eterna gloria. En este momento Dios
ordena para ustedes su servicio aquí abajo, y su presencia en el mundo venidero. Si ustedes
ciertamente oyen atentamente Su voz, Él los hará Sus hijos; y, como un hijo, serán herederos
de Dios, herederos conjuntamente con Jesucristo. Ustedes se consideran lo peor de lo peor,
y los que menos merecen entre todos los hombres, y puede ser que así sea; pero la infinita
gracia de Dios los pondrá entre la simiente real; pues toma al mendigo del basurero y lo
coloca en medio de sus príncipes, entre los principales de su pueblo. Oigan sus palabras
llenas de gracia: "Puesto que ante mis ojos tú eres de gran estima, y eres honorable, y yo te
amo." "¡Honorable! Da la impresión que no está hablando de mí!" Aunque así sea, Él puede
ennoblecer al caído, y es Él quien dice: "Puesto que ante mis ojos tú eres de gran estima, y
eres honorable." El Señor determina hacer por ti nada menos que sentarte en Su trono, en la
imagen de Cristo, sin mancha ni arruga, ni cosa parecida. ¿No es cierto que sus
pensamientos son elevados y sus caminos celestiales?

"Tú verás pronto mi gloria,


Cuando la obra de la gracia haya sido terminada;
Participante de mi trono serás.
Dime, pobre pecador, ¿me amas?"

Tu respuesta debe ser: "Oh, Señor, yo debo venir a Ti; pues Tú me atraes con lazos tiernos
pero a la vez poderosos." ¡Oh, la gloria de la gracia divina! ¡Oh que tú quisieras venir y saber
cuán profundas son las minas del amor de Jehovah, cuán grandes las bendiciones de Su
favor!

¿Acaso oí que alguien exclamaba: "Me siento tan torpe y tan necio; no puedo venir como
pudiera desearlo"? Muy bien, vayamos al primer precepto: "Escuchad, y vivirá vuestra
alma." "Yo he sido un oidor durante mucho tiempo," dice alguien. ¿Acaso has sido un oidor
sincero y atento? ¿Has oído la Palabra de Dios como la verdad segura e infalible? Entonces
debes ser un oidor con más fe. Ten la esperanza que la Palabra te va a bendecir. Oye cómo el
http://www.spurgeon.com.mx/sermones.html 10/12
Señor argumenta
18/3/2019
el poder de su Evangelio: "Así será mi palabra que sale de mi boca: No
Charles Spurgeon / El Propio Llamado de Dios en el Evangelio / sermón 2092 del 30 de junio de 1889 / Tabernáculo Metropolitano

volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para lo cual
la envié." Oigan atentamente la voz de Dios, y dejen que penetre en su corazón; entonces les
dará vida y los salvará de manera tan cierta como la nieve y la lluvia traen agua a la tierra. La
nieve no se derrite de inmediato, pero se vuelve agua al cabo de un tiempo, y entonces es
doblemente efectiva suministrando agua a la tierra.

El diablo los tienta para que dejen de oír el Evangelio. No le presten atención. Oigan con
doble diligencia; pues si no quiere que ustedes oigan es porque tiene miedo de perderlos.
Oigan con diligencia, y crean con firmeza, y muy pronto ustedes estarán saturados con el
poder de la gracia de la manera que la tierra es remojada por la nieve y la lluvia, que caen del
cielo, pero que no regresan allá. Recuerden, es la Palabra de Dios, y en ese hecho se basa su
esperanza de obtener la vida por su medio.

Por último, el Señor persuade a los hombre a venir a Él hablándoles del gozo que obtendrán
al venir. Sé que me estoy dirigiendo a almas que están buscando, que se sienten miserables
y casi en la desesperación. "¡Ay!" exclama alguien, "pronto estaré fuera del alcance de la
esperanza." "No," dice el Señor, "saldrás con gozo." "¡Ay!" suspiras, "seré conducido a mi
ejecución." "De ninguna manera," dice el Señor, "serán conducidos en paz." Estas no son mis
palabras; estas son las propias palabras del Dios viviente; escúchalas con atención:
"ciertamente, con alegría saldréis y en paz os iréis. Los montes y las colinas irrumpirán en
cánticos delante de vosotros, y todos los árboles del campo aplaudirán." Hace mucho tiempo
que no aplauden; pero lo harán en éxtasis y todos los árboles se unirán a ustedes en su
júbilo. Hasta ahora el mundo ha parecido no tener ningún brillo al igual que ustedes; pero se
pondrá brillante. Ustedes caminaron, el otro día, por los campos, pero encontraron poco
descanso en medio de las ovejas y de los corderos, pues se sentían más bien como lobos. Los
propios pájaros en las ramas de los árboles parecían burlarse de ustedes al permanecer
callados debido a su ingratitud para con Dios. A veces, el río que corre silencioso con toda su
chispa de gozo, medio los tentaba a lanzarse a sus profundidades y encontrar así una tumba
líquida. La tierra no es sino el vestíbulo del infierno para la conciencia que no tiene paz; pero
si oyen atentamente a su Dios, Él puede convertirla en el pórtico del cielo. Escuchen esta
promesa. Crean en ella y se darán cuenta que es verdadera. Entrarán en una nueva vida, y el
mundo será un mundo nuevo para ustedes.

"¡Ah!" dice alguien: "Dios no logrará mucho conmigo. Aun si tuviera un poco de gozo y de
alegría, nunca podría ser verdaderamente un honor para Él." Él te llama a venir a Él por la
naturaleza efectiva de su obra. Cierto, tú eres una tierra espinosa, cubierta con zarzas, y
espinos y ortigas. Si fueras abandonado en la esterilidad te lo tendrías muy bien merecido;
pero Sus pensamientos no son tus pensamientos, ni sus caminos son tus caminos. Esto es lo
que Él va a hacer contigo: "En lugar del espino crecerá el ciprés; y en lugar de la ortiga, el
mirto. Esto servirá de renombre a Jehovah, y de señal eterna que nunca será borrada." Ese
temperamento lleno de espinos que tienen ustedes se volverá tierno y generoso. Esa malicia
sobre los cardos dará lugar al perdón y a la compasión. La blasfemia cederá ante la devoción,
el vicio ante la santidad, la mentira ante la verdad y el orgullo ante la humildad.

Ese pecado de la borrachera, que ha sido como una valla de espinos para ti, y para tu esposa
y tu familia, dará lugar a la sobriedad, al trabajo, al ahorro, a la piedad, al amor de Dios, y al
gozo en el Espíritu Santo. Si oyes y vives, y vienes a Dios para entrar en pacto con Él, el día
http://www.spurgeon.com.mx/sermones.html 11/12
vendrá en que
18/3/2019
no te conocerás a ti mismo, porque tu cambio será muy grande. Misericordia,
Charles Spurgeon / El Propio Llamado de Dios en el Evangelio / sermón 2092 del 30 de junio de 1889 / Tabernáculo Metropolitano

en el "Progreso del Peregrino" de Bunyan, se echó a reír cuando vio lo que el Señor iba a
hacer por ella; y si algunos de ustedes vieran lo que el Señor está a punto de hacer con
ustedes, se reirían también. No se reirían como Sara, que no podía creer lo que se le había
dicho; sino como Abraham, que sintió el gozo de la bendición que iba a recibir a través de la
fe. Amados hermanos, en este momento yo me gozo porque yo, un pecador sin ningún
mérito, voy a habitar con el Señor Dios en la gloria.

"Voy a contemplar su rostro,


Voy a adorar su amor;
Y cantaré las maravillas de Su gracia
Por toda la eternidad."

Sí, yo voy a hacer eso; y también todos ustedes que creen en la promesa de nuestro Dios fiel.
¡Que su dulce Espíritu tiernamente los lleve a Él! y si es así, "Esto servirá de renombre a
Jehovah." Él recibirá una grandiosa reputación a causa de su grandiosa gracia; de la misma
manera que un doctor se hace de un gran nombre curando enfermedades terribles. Lo dirán
en el cielo, que tú eres salvo, y a través de toda la eternidad los ángeles y los principados en
los lugares celestiales verán en ti un monumento de gracia, un trofeo del amor que todo lo
conquista.

Que así sea; y al nombre de Jehovah, cuya misericordia permanece para siempre, sea la
gloria y el honor por toda la eternidad. Amén.

Imprimir

http://www.spurgeon.com.mx/sermones.html 12/12

También podría gustarte