Dante Paz
Biblia
22 marzo 2020
Discipulado #1 de Romanos
a Dios porque su pecado le obliga entrar en un círculo vicioso de actos carnales, como
Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;”,
queriendo decir que como ya rechazaron a Dios, conociendo quién Él es, fueron
sometidos a pecar aún más porque ya estaban perdidos en el mundo. Sin embargo,
Dios le otorgó al hombre un oportunidad para ser salvos, el cual es “[...] por medio de
la fe en Jesucristo,” (Romanos 3:22), por lo cual, puede recibir perdón por su pecado
atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de
Dios”, lo que asegura que para todo aquel que no deje su vida pecaminosa y se vuelva
a Dios, lo único que le espera cuando Cristo venga por segunda vez es muerte y
mucho “ira” como lo que el hombre enfrentará, como Romanos 2:8, “pero ira y enojo
a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad”, resaltando que eso es lo que
Dios había sentido hacia cada uno de nosotros durante toda nuestra vida pecaminosa.
Condena en el juicio final, donde solamente habrá “ira y enojo a los que son
existía pero decidieron seguir viviendo en la satisfacción de sus deseos carnales. Esto
sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido”, lo que muestra aún más el
nivel de pecado en que estaban llenos. Porque sabiendo que había una alternativa a
este mundo carnal, desecharon la oportunidad de recibir una vida santa y espiritual.
la muerte y resucitación del Hijo, quien se sacrificó para darle una oportunidad al
hombre. De esa manera, “la justicia de Dios [se obtiene] por medio de la fe en
Jesucristo, para todos los que creen en él” (Romanos 3:22), entonces deben creer en
que Cristo se bajó al nivel del hombre, aún siendo un Ser divino, para traer salvación
al mundo. Sin embargo, muchos se equivocan en creer que es por obras, como el
justificado por las obras, tienen de qué gloriarse, pero no para con Dios” (4:2). Con
esto, tenemos claro que podemos vivir por las obras y no por fe, pero la persona a
contada por justicia” (Romano 4), por simplemente creer en la divinidad de Dios y
reconociendo que Él es el Ser más alto, recibió lo que un seguidor de Cristo anhela
tener, la aceptación del Padre. Y Dios, con tanto amor hacia la humanidad, envió a Su
Hijo para morir por el pecador, “por quien hemos recibido ahora la reconciliación”
(Rom. 5:11).