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La clasificación de los daños en la

responsabilidad civil
FIORELLA PASTRANA ESPINAL

1. Premisas generales

El daño como elemento constitutivo clave en el análisis


material[1] de un caso de responsabilidad civil, supone siempre el
acaecimiento de un hecho que lesiona un interés jurídicamente
protegido, provocando siempre un perjuicio y
generando consecuencias negativas en la esfera jurídica de un
sujeto de derecho, ya sean estas de contenido patrimonial o no.

Por lo tanto, cada vez que nos encontremos frente a un daño


resarcible, que cumpla con los requisitos de certeza, subsistencia,
especialidad e injusticia, y concurran a su vez los otros elementos
configuradores de responsabilidad civil (hecho generador, relación de
causalidad y criterio de imputación), se activará la tutela
resarcitoria, como mecanismo de defensa frente al sufrimiento de
un daño injusto, la que siempre debe expresarse en términos
económicos[2] o patrimoniales (indemnización), sea cual fuere la
naturaleza del daño.

2. Las clasificaciones del daño

El daño como unidad conceptual puede ser analizado desde su


naturaleza como perjuicio y lesión a un interés jurídicamente tutelado
(daño evento) o desde sus consecuencias o efectos negativos, ya
sean estos patrimoniales o no (daño consecuencia)[3]. De este
modo, el interés lesionado y las consecuencias negativas de su lesión
son momentos vinculados entre sí, mas no coincidentes, pues de una
lesión sobre el patrimonio de un sujeto, pueden derivarse
consecuencias también de índole personal y viceversa.
Por lo tanto, siguiendo a una doctrina autorizada[4], consideramos la
siguiente clasificación con fines didácticos:

2.1. Daño evento: Se trata de la constatación fáctica del daño o la


lesión en sí misma considerada sobre la esfera jurídica del sujeto. En
este sentido, el daño es el resultado o evento material del hecho
generador de responsabilidad. Aquí el requisito de la certeza material
del daño cobra vital importancia, distinguiéndose únicamente por
la naturaleza del ente afectado a raíz del evento lesivo en:

2.1.1.Daño no patrimonial o extrapatrimonial: Es la lesión a la


integridad psicosomática del sujeto de derecho, así como el daño que
atenta contra los derechos fundamentales reconocidos en la norma
constitucional y los tratados internacionales[5].

Dentro de este catálogo de daños podemos encontrar al daño a la


persona y al daño moral, que explicaremos más adelante.

2.1.2. Daño patrimonial: Es el que afecta directamente el


patrimonio del sujeto, es decir derechos de naturaleza económica
como el de propiedad y otros conexos.

Un ejemplo de la diferencia entre ambos tipos lo encontramos en


el daño que se genera a la integridad física cuando sufrimos un
atropello y perdemos un miembro del cuerpo (daño no patrimonial)
o el menoscabo a nuestro patrimonio cuando sufrimos un robo (daño
patrimonial).

2.2. Daño consecuencia: Desde esta perspectiva se analizan los


efectos económicos negativos generados por el daño evento, que
pueden tener una causalidad material económica en sí misma o
una de naturaleza jurídica o atributiva dispuesta por la norma[6].

2.2.1. Daño emergente: Representa la extracción de una utilidad


preexistente del patrimonio del sujeto; es decir, el empobrecimiento
o disminución que sufre el damnificado en su patrimonio como
consecuencia directa del daño evento. V. gr., el daño generado al
patrimonio producto de los gastos médicos y de hospitalización en los
que haya que incurrir con ocasión de un accidente automovilístico.

2.2.2. Lucro cesante: Importa la pérdida de una utilidad


previamente inexistente que el sujeto presumiblemente conseguiría
de no haberse verificado el daño; es decir, la presumible ganancia o
incremento en el patrimonio cuyo ingreso a la esfera patrimonial se
impide. Ejemplo, el daño generado al patrimonio producto de la
pérdida o disminución de la capacidad de trabajo en caso de ocurrir
un accidente de tránsito[7].

2.2.3. Daño moral (en sus efectos patrimoniales): Pese a que el


daño moral como daño no patrimonial pone énfasis en el daño
evento, por disposición legal basada en criterios de justicia y de
acuerdo con la función aflictivo-consolatoria de la responsabilidad
civil, este mismo debe ser indemnizado a través de una reparación
económica, destinada a mitigar los efectos del daño, pues este es
imposible de ser reparado[8] por su naturaleza no cuantificable.
Ejemplo, la indemnización que se otorga a un sujeto que perdió un
familiar muy cercano producto de un choque vehicular.

3. Diferencias y coincidencias entre el daño a la persona y el


daño moral

De acuerdo con Juan Espinoza[9], “el daño a la persona es entendido


como la lesión a los derechos existenciales o no patrimoniales de las
personas”. En este sentido, es el daño ocasionado a la entidad
misma del sujeto de derecho, desde que afecta su entidad psicofísica
y los derechos fundamentales de su personalidad, tales como la
integridad, la salud, la intimidad, entre otros. Ahora bien, respecto
al daño moral, este se define como aquella lesión o padecimiento
psíquico que crea sufrimiento en el sujeto de derecho producto de la
ocurrencia del daño.

La definición elaborada de daño moral o también llamado pretium


doloris, responde a un concepto restrictivo, pues de acuerdo con su
naturaleza histórica y con la intención de hacer el deslinde conceptual
respecto al daño a la persona, este siempre debe ser de carácter
temporal y afectar únicamente la esfera interna del sujeto. De este
modo, para cierto sector de la doctrina[10], la voz daño a la persona
resulta inútil, pues no tuvo nunca cabida en nuestro ordenamiento
jurídico, pudiendo ser fácil y convenientemente erradicado del Código
Civil sin mayor problema. Otro sector[11], sin embargo, considera
que la relación entre ambos conceptos es de género a especie y, en
ese sentido, el daño moral en tanto daño psíquico-emocional es una
de las modalidades del genérico daño a la persona.

Finalmente, de acuerdo con la reciente clasificación de daños


propuesta y reseñada en el presente texto, el daño a la persona y
el daño moral, pese a tener una relación de género a especie,
guardan una diferencia sustancial, pues mientras el primero siempre
responde a la función reparatoria de la responsabilidad civil a través
de una indemnización, por ser normalmente valuable; el segundo, es
siempre de naturaleza temporal y afecta la psiquis interna del sujeto,
por lo cual no es susceptible de valuación económica en términos
objetivos.

Por lo que la indemnización otorgada en este caso responde


únicamente a la necesidad de consolar o mitigar el sufrimiento
causado al sujeto producto del daño, esto es, a la función aflictivo-
consolatoria de la responsabilidad civil.

4. Palabras finales

Más allá de las distinciones conceptuales expuestas, corresponde


analizar la clasificación de los daños que realiza la judicatura en sus
distintos fallos emitidos sobre la materia, motivo por el cual queda
pendiente una segunda parte.
[1] Buendía De Los Santos, Eduardo.“¿Cómo resolver un Caso de
Responsabilidad Civil?” Consulta: 08 de marzo del 2017.
http://www.ius360.com/columnas/como-resolver-un-caso-de-
responsabilidad-civil/.
[2] Fernández Cruz, Gastón. “La dimensión omnicomprensiva del
daño no patrimonial”. En: V Congreso Internacional de Derecho Civil
Patrimonial. Lima: IUS ET VERITAS, 2014, p. 237.
[3] Espinoza Espinoza, Juan. Derecho de la Responsabilidad Civil.
Sétima Edición. Lima: Rhodas, 2013, p. 252.
[4] Fernández Cruz, Gastón. “La dimensión omnicomprensiva del
daño no patrimonial”. Op. cit., p.240.
[5] León Hilario, Leysser. La responsabilidad Civil: Líneas
Fundamentales y Perspectivas. Segunda Edición. Lima: Jurista, 2007,
p. 232.
[6] Fernández Cruz, Gastón. “La dimensión omnicomprensiva del
daño no patrimonial”. Ibídem.
[7] Campos García, Héctor. “Apuntes sobre la certeza y la prueba del
daño”. Actualidad Jurídica. Lima, Nº 246, p.102. Consulta: 08 de
marzo del 2017.
[8] León Hilario, Leysser. La responsabilidad Civil: Líneas
Fundamentales y Perspectivas. Op. cit., p. 240.
[9] Espinoza Espinoza, Juan. Derecho de la Responsabilidad Civil. Op.
cit., p. 253.
[10] León Hilario, Leysser. La responsabilidad Civil: Líneas
Fundamentales y Perspectivas. Op. cit., p. 275.
[11] Espinoza Espinoza, Juan. Derecho de la Responsabilidad Civil.
Op. cit., p. 257. Del mismo modo, Fernández Sessarego, Carlos. El
“daño al proyecto de vida” en la doctrina y la jurisprudencia
contemporánea. En: Daño Extrapatrimonial; Daño Moral; Daño a la
personaLima: JURIVEC, 2015, p. 267.

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