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 La crisis hipertensiva es una elevación aguda de la presión arterial (PA) capaz de producir

lesiones en órganos diana. Según la presencia o no de esta afectación, se clasifica en emergencia


hipertensiva (EH) o urgencia hipertensiva (UH), respectivamente.
 Debe interrogarse al paciente sobre la existencia previa de hipertensión arterial (HA) y
adherencia al tratamiento, ya que una de sus causas frecuentes es el abandono terapéutico.
 Las UH pueden iniciarse sin o con síntomas. Los más frecuentes son: cefalea, mareo,
palpitaciones, epistaxis.
 En las EH hay percepción de compromiso vital del paciente y requieren traslado urgente al
hospital.
 Aunque es fundamental confirmar las cifras elevadas de PA, la gravedad de la situación
debe ser valorada por la afectación de órganos diana y no por las cifras tensionales
exclusivamente.
 La UH puede tratarse inicialmente en Atención Primaria (AP), considerando el captopril por
vía oral como fármaco de primera elección. Deben evitarse actitudes agresivas a la hora de
descender la PA.
 
DefiniciónLa hipertensión arterial (HTA) constituye uno de los factores de riesgo
cardiovascular más importantes en la sociedad occidental. Es una enfermedad de curso crónico y
generalmente asintomática, pero puede presentar distintas complicaciones agudas que precisan
atención médica inmediata.Se define la crisis hipertensiva (CH) como aquella elevación aguda de
la presión arterial (PA) que puede producir lesiones en órganos diana. Arbitrariamente se han
establecido cifras de PA sistólica ≥ 180-210 mmHg y PA diastólica ≥ 110-120 mmHg (que varían en
función del documento de consenso consultado, tabla 1).

Una mención específica merece la hipertensión en el embarazo, ya que a diferencia de otras crisis
hipertensivas, cifras de PA > 170/110 mmHg son suficientes para producir preeclampsia y
eclampsia.
 
Dentro del concepto de CH, cabe diferenciar cuatro situaciones que precisan un abordaje distinto:
 
• Emergencia hipertensiva (EH): elevación aguda de la PA que se acompaña de
alteraciones orgánicas graves (fundamentalmente a nivel cardíaco, cerebral o renal).
Suponen un riesgo de lesión irreversible, amenazan la vida del paciente y requieren un
descenso precoz de las cifras de PA en el plazo de pocas horas con la administración de
tratamiento endovenoso a nivel hospitalario. Entre las EH se incluye la eclampsia.
• Urgencia hipertensiva (UH): elevación aguda de la PA en un paciente asintomático o con
síntomas inespecíficos que no implica una afectación grave de órganos diana y que, por
tanto, no supone un riesgo vital inmediato. Permite un tratamiento menos inmediato (horas-
días) con medicación oral y un abordaje inicial extrahospitalario.
• HTA acelerada o maligna: CH que se acompaña de exudados retinianos o edema de
papila y puede asociarse a nefropatía o encefalopatía. Suele manifestarse con alteraciones
visuales o del sedimento urinario. Aunque generalmente no supone un riesgo vital inmediato
y se considera una forma de UH, el manejo inicial será hospitalario.
• Seudocrisis hipertensiva o falsa UH: elevación tensional aguda asintomática sin
repercusión orgánica, reactiva a estímulos agudos como dolor intenso o cuadros de
ansiedad. Habitualmente no precisa tratamiento específico ya que los valores de PA se
normalizan cuando desaparece el factor desencadenante.
 
EpidemiologíaLa HTA es una enfermedad de alta prevalencia. Afecta al 25% de la
población adulta, con porcentajes más elevados en personas de mayor edad 1. Si se consideran las
UH, su prevalencia se sitúa entre el 1 y el 7% del total de urgencias atendidas en medios
ambulatorios u hospitalarios. Un estudio realizado por el Grupo de HTA de la Sociedad Andaluza
de Medicina Familiar y Comunitaria (SAMFyC) encontró que la prevalencia de CH representó el 2%
del total de asistencias atendidas en un período de 6 meses en un punto de urgencias
extrahospitalarias de un centro de salud rural2.

 
EtiopatogeniaLas CH pueden producirse en pacientes con HTA previa o aparecer sin
antecedentes de PA elevadas. Cualquier alteración en los múltiples sistemas de control de la PA
(sistema nervioso autónomo, eje renina-angiotensina-aldosterona, equilibrio endotelio-óxido nítrico,
sustancias vasodilatadoras-vasoconstrictoras, resistencias vasculares periféricas, etc.) pueden
desencadenarlas.

 
CausasEn la tabla 2 se detallan las situaciones clínicas que con mayor frecuencia pueden

asociarse a CH.

Anamnesis orientativaAntecedentes personales y familiares. Interrogar sobre la


existencia de antecedentes y tiempo de evolución de la HTA, CH previas, tratamiento
antihipertensivo y adherencia, cifras habituales de PA, presencia de otros factores de riesgo
cardiovascular o enfermedad cardiovascular conocida, circunstancias psicosociales, enfermedades
concomitantes y antecedentes de patologías asociadas a HTA (feocromocitoma,
hiperaldosteronismo, hipertiroidismo, insuficiencia aórtica, etc.), uso de fármacos que pueden
elevar la PA (antinflamatorios no esteroideos [AINE], corticosteroides, venlafaxina, etc.), consumo
de drogas (alcohol, cocaína, anfetaminas).

 Síntomas acompañantes. Interrogar sobre síntomas que puedan sugerir la afectación de órganos


diana: cefalea, mareo, vómitos, dolor torácico, disnea, síntomas visuales o neurológicos. Debemos
dedicar especial atención a la detección de: disminución del estado de conciencia, síndrome
confusional agudo, focalidad neurológica, dolor torácico agudo, síntomas de insuficiencia cardíaca,
shock y embarazo. En la UH el paciente puede estar asintomá-
tico.
 
Exploración física

En primer lugar, es importante


confirmar las cifras de PA para determinar si se trata de una verdadera CH (realizar varias lecturas
en condiciones basales, postura correcta, brazal adecuado).
 
La exploración física sistemática irá encaminada a identificar la existencia de signos sugerentes de
una EH, de acuerdo con lo que se detalla a continuación y se complementa en la tabla 3:
 
• Frecuencia cardíaca, frecuencia respiratoria, saturación de oxígeno.
• Exploración cardiopulmonar: identificar signos de insuficiencia cardíaca congestiva.
• Exploración abdominal básica, descartando soplos abdominales, examen de pulsos
femorales.
• Exploración neurológica básica: descartar alteraciones que sugieran encefalopatía
hipertensiva o enfermedad cerebrovascular aguda.
• Fondo de ojo: descartar el diagnóstico de hipertensión acelerada-maligna.
 
Exploraciones complementarias
En la gran mayoría de las UH no será imprescindible practicar ninguna exploración
complementaria. De todos modos, según la sospecha etiológica de la elevación tensional, se
dispone de la determinación de la glucemia capilar, del electrocardiograma (para descartar
cambios isquémicos, signos de hipertrofia ventricular izquierda o arritmias) y de la tira de orina
simple (para valorar la hematuria y la proteinuria). Algunos autores consideran que, en centros
dotados de equipo de radiología, sería aconsejable realizar una radiografía de tórax (Rx) en
proyección posteroanterior y lateral, siempre que el estado del paciente lo permita 3. Las pruebas
complementarias más completas (hemograma y bioquímica con marcadores de lesión miocárdica,
gasometría arterial, tomografía computarizada [TC] craneal o toracoabdominal) irían encaminadas
a descartar una etiología secundaria de la HTA y, sobre todo, a discriminar una situación clínica
sugerente de EH, que implicaría una atención a nivel hospitalario 3.
 
Manejo en Atención Primaria

Una vez descartada la EH, el


objetivo del manejo de la UH es intentar reducir la PA a niveles seguros < 210/120 mmHg (o
disminución entre un 20-25% de los valores iniciales) en 2-3 horas, sin pretender normalizar
totalmente su valor, lo cual deberá alcanzarse en días o semanas.
 
Se mantendrá al paciente unos 30 minutos en reposo en un lugar tranquilo y se volverá a medir la
PA, teniendo en cuenta las condiciones idóneas. Con 30-60 minutos de reposo se pueden controlar
el 45% de las CH que se remiten a los hospitales. Es preferible una actitud expectante tras reducir
la PA a 160/100 mmHg en los primeros momentos antes que descender por debajo de la PA
habitual del paciente3.
 
Si el paciente presenta ansiedad o nerviosismo, debemos valorar la administración de sedación por
vía oral con diazepam 5-10 mg. Si transcurridos 30 minutos persisten valores de PA ≥ 200 y/o 120
mmHg, debería iniciarse tratamiento hipotensor, que se administrará por vía oral.
 
La elección del tratamiento hipotensor dependerá de si se trata de un paciente con diagnóstico
previo de HTA y tratamiento crónico respectivo o bien de una UH en un paciente sin antecedentes
de HTA.
 
Son numerosos los grupos farmacológicos hipotensores disponibles para el tratamiento de las UH,
sin un consenso definido sobre el fármaco de elección. La vía de administración de elección es la
oral, ya que no existen razones suficientes para seguir recomendado el uso de la vía sublingual
para el tratamiento de las crisis hipertensivas 2, si bien el captopril puede utilizarse por esta vía. En
la tabla 4 se muestran los fármacos más útiles para el tratamiento de la UH en Atención Primaria
(AP).
 
Como norma general, en pacientes sin antecedentes de HTA ni de tratamiento hipotensor, se
administrará alguno de los siguientes antihipertensivos por vía oral: captopril 25-50 mg, labetalol
50-100 mg, atenolol 50 mg o amlodipino 5-10 mg (grado de recomendación C) 2,5-6. Los centros de
salud suelen disponer de un inhibidor de la enzima conversora de angiotensina (IECA) (captopril)
y/o de un betabloqueador (atenolol, si intolerancia a IECA), que son suministrados por el servicio
de farmacia de AP de referencia territorial.
 
El captopril en dosis de 25 mg se administra por vía oral o sublingual. Inicia su acción a los 15-30
minutos, ejerce su máximo efecto hipotensor a los 50-90 minutos y tiene una duración de 6-12
horas. Si a pesar del tratamiento la PA se mantiene ≥ 200/120 mmHg, se podrá repetir la dosis 2-3
veces a intervalos de 30 minutos hasta un máximo de 100 mg 3. El IECA estaría contraindicado en
pacientes con insuficiencia renal (creatinina > 2 mg/dl), hiperpotasemia (potasio > 5,5 mEq/ml),
sospecha de HTA renovascular, pacientes monorrenos, embarazo o historia de angioedema.
 
La reducción brusca de la PA está contraindicada por el riesgo de provocar isquemia cerebral,
miocárdica o renal, especialmente en hipertensos crónicos, ya que suelen presentar alteraciones
en los mecanismos de autorregulación de la PA5-7. Estudios de cohortes retrospectivos han
sugerido que algunos bloqueadores de canales de calcio de acción corta en dosis altas se pueden
asociar a un incremento de la mortalidad global, infarto de miocardio y otros efectos
adversos (grado de recomendación B)8,9. Por este motivo, se desaconseja el nifedipino oral o
sublingual5-7,10.
 
En el caso de que se trate de un paciente con tratamiento antihipertensivo previo que lo hubiese
abandonado, se debería reinstaurar de nuevo. Si la adherencia terapéutica es correcta, debe
valorarse incrementar la dosis permitida de forma progresiva o añadir otro fármaco.
 

introducción
La toma de Presión Venosa Central (PVC) consiste en la medición de la presión que existe en la
aurícula derecha para valorar la volemia y el tono vascular del paciente, se mide en cm de agua. Esta
medición sólo será posible realizarla si el paciente tiene canalizada una vía central.

Material
 Guantes desechables no estériles.
 Palo de suero.
 Suero fisiológico de 500cc.
 Sistema de Presión Venosa Central (equipo doble de infusión y regleta graduada en cm de
agua).
 LLave de tres pasos.

Procedimiento
Lo primero que haremos en informar al paciente de la técnica que vamos a practicarle. Colocaremos al
paciente en decúbito supino, pondremos la cama en horizontal y retiraremos las almohadas. Nos
lavaremos las manos y nos pondremos los guantes. Purgaremos el sistema de PVC con el suero salino
y cerraremos la llave. A continuación, ajustaremos la regleta al palo de suero y haremos que el cero de
la regleta coincida con la línea auricular del paciente (línea media axilar). La llave de tres pasos será la
unión del sistema de PVC, regleta y la luz más distal de la vía central del paciente. Giraremos la llave de
manera que la luz del paciente quede cerrada y que podamos llenar la regleta con suero (hasta unos 20
cm), después giraremos la llave en posición paciente-regleta, observaremos como en la regleta va
descendiendo la columna de líquido con pequeñas oscilaciones, cuando se pare definitivamente
observaremos el valor numérico que nos da y esperaremos varios movimientos respiratorios para
confirmar el valor, ese será el resultado de la toma de PVC. Los valores normales en aurícula derecha
van de 0 a +5 cm de agua, si nos da un valor a partir de -5 o de +15, tendremos que repetir la medición
para asegurarnos que son valores reales.

3.Puertos para catéteres venosos centrale    


Un catéter venoso central es una sonda que se introduce en una vena en el pecho y termina
en el corazón.
Algunas veces, este tipo de catéter está conectado a un dispositivo llamado puerto, que está
bajo la piel. El puerto y el catéter se colocan en su lugar por medio de una cirugía menor.
El catéter ayuda a transportar nutrientes y medicamentos hacia su cuerpo. También se utiliza
para tomar muestras sanguíneas cuando necesite hacerse exámenes de sangre. El hecho de
tener un puerto conectado al catéter provocará menos desgaste y ruptura en sus venas que
tener simplemente el catéter.
¿Cuál es el propósito de un catéter venoso central y un puerto?
Los catéteres se utilizan cuando se necesita tratamiento médico durante un largo período de
tiempo. Por ejemplo, usted puede necesitar:
 Antibióticos u otros medicamentos durante semanas a meses
 Nutrición adicional porque sus intestinos no están funcionando correctamente
O puede estar recibiendo:
 Diálisis renal varias veces por semana
 Medicamentos para el cáncer con frecuencia
Su proveedor de atención médica hablará con usted sobre otros métodos para recibir
medicamentos y líquidos dentro de una vena y le ayudará a decidir cuál es el mejor para
usted.
Colocar el puerto
Un puerto se coloca bajo la piel en una cirugía menor. La mayoría de los puertos se colocan
en el pecho. Pero también se pueden poner en el brazo.
 Puede que a usted lo duerman profundamente para que no sienta dolor durante la
cirugía.
 Puede permanecer despierto y recibir medicamentos para ayudarle a relajarse e
insensibilizar el área para que no sienta dolor.
Usted puede irse a su casa después de que el puerto esté puesto.
 Podrá sentir y ver una protuberancia del tamaño de una moneda de 25 centavos de
dólar bajo la piel donde está el puerto.
 Puede que esté un poco dolorido durante unos pocos días después de la cirugía.
 Una vez que haya sanado, el puerto no debe doler.
Cuidado y uso del puerto
El puerto tiene 3 partes:
 Portal o reservorio. Una bolsa que está hecha de metal duro o plástico.
 Cubierta de silicona. Donde se introduce una aguja en el portal.
 Sonda o catéter. Transporta medicamento o sangre desde el portal hasta una vena
grande y hacia el corazón.
Para recibir medicamentos o nutrición a través del puerto, un proveedor entrenado punzará
con una aguja especial a través de la piel y la cubierta de silicona hacia el portal. Se puede
usar una crema anestésica en la piel para disminuir el dolor de la punción con la aguja.
 El puerto puede utilizarse en su casa, en una clínica o en el hospital.
 Se colocará un apósito (vendaje) estéril alrededor del puerto cuando se utilice para
ayudar a prevenir una infección.
Cuando el puerto no se esté utilizando, usted puede bañarse o nadar, siempre y cuando su
proveedor diga que usted está listo para la actividad. Consulte con su proveedor si planea
practicar cualquier deporte de contacto, como el fútbol y el fútbol americano.
Nada va a sobresalir de su piel cuando el puerto no se esté utilizando. Esto disminuye la
posibilidad de infección.
Aproximadamente una vez al mes, será necesario que haga lavar el puerto para ayudar a
prevenir coágulos. Para hacer esto, el proveedor utilizará una solución especial.
Los puertos pueden utilizarse durante un largo tiempo. Cuando ya no se necesite, su
proveedor lo retirará.

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