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rquitectónicos
En la
• La CAH se ejecuta con un concreto hidrofugado. Esto es: un Mortero Cementicio dosaje 1:3 (cemento - arena gruesa)
con el agregado de aditivos hidrofugantes.
• El agua de amasado debe ser la mínima requerida. Recordemos que cuando comience el fragüe del cemento los
espacios ocupados por el agua quedarán virtualmente vacíos y a mayor cantidad de capilares generados por
evaporación de agua mayores posibilidades de ascensión tendrá la CAH. El hidrófugo es irreemplazable en esta tarea.
• El espesor mínimo de la CAH será de 2 cm y de 2,5 cm como máximo. Antes de aplicar el mortero es necesario mojar
abundantemente la mampostería donde se va asentar este. Una vez aplicado el mortero cementicio debe ser
compactado con golpes de cuchara y fratacho para cubrir cualquier espacio que pudiera haber quedado en su seno.
• Cuando el mortero empieza el fraguado se espolvorea cemento seco y se alisa con llana o cuchara produciendo así un
estucado de la superficie. Por último se lo pincela para emparejar y obturar porosidades y se lo debe dejar fraguar 24
hs. como mínimo.
• Como medida precautoria y para reforzar aun más la impermeabilidad de la CAH, puede pintarse con pintura asfáltica
en base acuosa o solvente y para darle cuerpo a la misma colocar un fieltro asfáltico terminando el sándwich con una
nueva mano de pintura asfáltica.
NOTA:
El control del profesional en esta etapa debe ser estricto e inspeccionar paso a paso el trabajo del operario. Una vez
ejecutada la capa aisladora y levantada la mampostería es muy dificultosa la reparación de las deficiencias que
pudieran aparecer.
Cumple la misma función de la CAH, aunque su extensión generalmente es mayor y cuentan con la ventaja de ser más
fácil (en general) su accesibilidad para reparar deficiencias.
La CAV trabaja en conjunto con la CAH obturando el paso de humedad propia del terreno que naturalmente tiende a
buscar la superficie aireada para evaporar, encontrando en la mampostería un radiador ideal para el cambio de estado.
Humedad capilar
La capilaridad es la succión del agua del terreno, sin presión y la succión de la humedad contenida en unos materiales
por otros en contacto. Si los poros de un material son capilares (diámetro menor o igual a 0,5 mm), se produce una
fuerza de ascensión por efecto de la tensión superficial entre el fluido y las paredes internas del conducto.
Para un mismo material los mayores valores de contenido de humedad corresponden a zonas próximas a la fuente de
humedad. En el caso de la humedad capilar, el agua no se manifiesta en la superficie con presión, o sea que no se
observa goteo.
Por lo general, deben eliminarse varias causas que actúan conjuntamente: una humedad creciente por capilaridad,
penetración de agua en los zócalos de fachada por salpicaduras, aguas a drenar embarradas en el subsuelo, problemas
de desagüe y conducciones de aguas pluviales en condiciones normales de agua, absorción higroscópica de la humedad
ante la presencia de sales perjudiciales, formación de condensaciones en el interior, filtraciones y fisuras en fachadas y
soleras, etc.
El agua de condensación y la formación de moho no son más que nuevas consecuencias del estado húmedo de las
paredes. Consecuencias a la cuales se les suma el descenso constante de la temperatura por el proceso natural de
evaporación de la humedad de las paredes. Evaporación que precisa de calorías del aire ambiente que motivan tal
Debe determinarse mediante estudios y análisis previos el causal de la humedad capilar: Si es causada por defectos de
la C.A.H., o bien, por la continuidad del revoque, que produce un puente hídrico entre la humedad propia del suelo o el
contrapiso, con el resto del paramento. En el caso de defectos en la C.A.H. la manifestación más común es la de
aparición de "abanicos" de humedad en forma localizada en aquellos puntos donde la capa está fallando. En el caso de
existir un puente hídrico, la manifestación será una franja húmeda de altura semi homogénea a lo largo de todo el
paramento.
Puente hídrico
por
continuidad de
revoque
Acción Correctiva
1. Hidrofugación superficial
Al aplicar este tratamiento sobre una superficie afectada por humedad capilar, sólo evitaremos que evacue por esa
zona, pero no evitaremos la ascensión y que la humedad aparezca sobrepasando el límite del tratamiento.
Podría ser efectivo únicamente en casos de potencia capilar muy pequeña, y sobrepasándola con la capa de mortero
aplicado a la altura máxima de capacidad de ascensión.
Esta es la solución errónea que suele darse a humedades ascendentes, creando capas aisladoras verticales para
“esconder” la humedad superficial.
Un sistema antiguo y eficaz, aunque costoso, y con seria oposición por parte de los estructuralistas, es la reparación
con hojas de plomo sobre una capa de asfalto en caliente. Este método genera una barrera importante e infranqueable
para el ascenso de humedad por capilaridad pero también materializa una junta constructiva que hace las veces de
separador de la continuidad estructural.
2.2 Resina epoxi:
Otro sistema consiste inyectar una mezcla de resina epoxi o resina poliester y polvo de mármol (marmolina) en el
interior de una ranura horizontal ejecutada con una máquina cortadora especial. El producto así incorporado detendrá
la ascensión capilar.
Se efectúan cortes alternados de aproximadamente 0,15 m. de altura y longitud máxima 1 m. en primera etapa y en
toda la profundidad de la albañilería, o sea cortando todo el muro existente.
Limpiar, regularizar, ejecutar la barrera en espesor de 2 cm. Mortero 1:3 de cemento y arena mediana bien limpia con
incorporación de hidrófugo inorgánico (según especificaciones del fabricante).
Se ejecutan cortes alternados de la segunda etapa repitiendo el procedimiento anterior. La barrera de quedar
conformada con un solape asegurado de 10 a 15 cm en cada extremo de los cortes.
Una vez bien seca, se puede pintar con pintura bituminosa elástica. Se reconstruye la albañilería acuñando bien y
utilizando mortero 1:4 de cemento y arena en una longitud menor, o sea dejando sin completar las extremidades.
Se infiltra previo picado del revoque en la zona a tratar. Altura sobre el zócalo, en general, 0.30 m.
Se taladra la pared en dos o más líneas efectuando perforaciones alternadas y con inclinación descendente de
aproximadamente 45° de la horizontal. Dependiendo del espesor del muro, se procede por una o por las dos caras de
éste.
La longitud e inclinación de las perforaciones las determinan las especificaciones del líquido a emplear. Generalmente
la separación entre perforaciones puede variar entre los 15 a 25 cm., entre ejes tanto en horizontal como en vertical.
El diámetro de la perforación nunca menor a los 10 milímetros.
La electro-ósmosis se produce al provocar una corriente de baja intensidad entre los materiales saturados de un muro,
obteniéndose una diferencia de potencial que va del polo positivo al negativo y que puede llegar a los 600 o 700
milivoltios. Esto produce un desplazamiento del líquido a través de los materiales porosos, o sea, con cualidades
osmóticas, desde el muro en dirección a la tierra.
La aplicación práctica de este principio se efectiviza con los llamados sifones de desecamiento, el más conocido de los
cuales es el Raem, formado por una pieza de cerámica especial hueca, de sección triangular, muy porosa, provista de
electrodos de una aleación especial de cobre y plomo cuya disposición provoca un campo magnético, dentro del cual se
forman espontáneamente corrientes eléctricas debido a la diferencia de humedad entre la rejilla exterior del sifón de
desecamiento y la lámina metálica interior, que se halla en contacto directo con la obra.
Al instalar el sifón de desecamiento en un muro afectado por humedad ascendente, el artefacto producirá una corriente
continua de acción electro-osmótica que invierte la subida capilar del agua, haciéndola descender en parte por la
misma vía de acceso. Al mismo tiempo, es dirigida hacia el interior del Raem, lo que origina la constante evaporación
del agua.
Estos sifones se aplican tanto en paramentos exteriores como interiores, situándolos a unos 30 cm. del suelo,
introduciéndolos en orificios practicados en la obra dispuestos en línea recta horizontal a intervalos de unos 25 a 30 cm
entre uno y otro. Se pueden disimular pintándolos del mismo color que la pared, o empapelando encima.
5. Electro-ósmosis activa
Con un CAMBIO DE POLARIDAD DEL SUELO/ PARED se consigue hacer descender hasta el subsuelo el agua que invadía
los poros y capilares de la pared. El sistema manda impulsos eléctricos desde los electrodos [ánodo (+)] a la toma de
tierra [cátodo (-)], por lo que desplaza el agua contenida en la pared hacia masa: el terreno.
En el caso de las humedades de filtración se instalan dos hileras de electrodos en vez de una.
El aparato conectado a la red, transforma la corriente alterna en continua y a una muy baja intensidad ioniza el agua,
haciéndola descender por poros y capilares.
Forma de aplicación:
En el tratamiento del suelo es quizás donde se han desarrollado las técnicas mas espectaculares. Así el arquitecto
polaco Cobertowitz aplicó para la consolidación de la catedral de Poznan el procedimiento de inyectar soluciones de
silicatos alcalinos en el suelo sobre el que se cimenta el monumento y posteriormente lo sometió al paso de una
corriente eléctrica, de esta forma convirtió en una roca aquel relajado terreno. Con su logro obtuvo motivos para
denominar a su método como de “electropetrificación del suelo”. El sistema está ahora siendo estudiado para su
aplicación en Pisa y Venecia.
En 1885 Vánt Haff formuló por primera vez el valor de la presión osmótica. Si dos disoluciones se ponen en contacto a
través de una membrana semi permeable, se establece una circulación de un disolvente al otro. Por la membrana semi
permeable pasan las moléculas del disolvente pero no las del soluto, las cuales se aglomeran en las caras de la
membrana, generando la fuerza que impulsa la circulación de aquel. La fuerza que origina esta circulación es
denominada como presión osmótica y puede ponderarse por la altura hidrostática que se crea entre las superficies de
las disoluciones.
Hacia el año 1935 se puede fijar la fecha en que las investigaciones de prof. Paul Erns realizadas en la Escuela Superior
Politécnica de Zurich, encontraron realizaciones prácticas y satisfactorias en relación con la aplicación de una corriente
El efecto o experimento de ERNS consiste en cerrar el circuito de manera que, potenciando la diferencia del potencial y
colocando electrodos conectados, los electrones circulan desde el suelo (ánodo) al muro (cátodo) por fuera de este, a
través del cable de conexión y regresando del muro al suelo a través del material de construcción, cerrándose de esta
forma el circuito
• Si es pared de piedra o ladrillo visto no se precisa ningún complemento. En caso contrario revocar con mortero
microporoso para substituir el enyesado o revoque.
• La instalación queda totalmente invisible ya que los cables quedan cubiertos por el grueso de 2 cm del mortero o se
refunden en la junta del ladrillo visto.
En el caso de subsuelos, el comportamiento es similar al de una piscina, pero invertido. Aquí la impermeabilización en
caso de ser viable, debería realizarse por el exterior. En caso de no ser posible esta solución se puede optar por una
doble envolvente.
Un primer cajón interior de hormigón armado calculado para los esfuerzos existentes o bien de mampostería armada y
un segundo cajón, también de hormigón armado con granulometría y dosificación adecuada para lograr una buena
impermeabilización o bien de mampostería, con la superficie exterior hidrofugada. Siempre es bueno dejar una cámara
de aire materializada con telgopor que impida puentes hídricos producidos por morteros.
En los casos en que pueda temerse una fisuración o acción de aguas corrosivas hay que proteger al conjunto con una
capa impermeable, ubicada no directamente sobre la tierra, sino entre otras capas de hormigón, mortero o camada de
ladrillos.
Cuando las condiciones del ambiente de un subsuelo deban ser estrictas se suele proceder a crear un muro falso por el
interior del local con ventilación por convección que mantenga la atmósfera en buenas condiciones aún si la aislación
del cajón exterior no sea óptima.
Impregnaciones - Impermeabilizaciones
La labor previa a toda tarea de rehabilitación comienza con la limpieza del polvo y suciedades y el tratamiento de las
superficies que impida la entrada del agua líquida con sustancias que, sin alterar mayormente el aspecto del sustrato,
confieran propiedades de hidrorepelencia.
Hay impregnaciones oclusivas con sustancias que forman precipitados (soluciones de silicatos, fluorosilicatos), que más
que hidrofugar se emplean para consolidar morteros, hormigones o piedras desmenuzables en su superficie. La capa de
protección así lograda es deficiente, ya que no anula la capilaridad y suele dejar cierta pegajosidad superficial que
favorece el ensuciado posterior.
Las impregnaciones con sustancias tensioactivas constituidas por compuestos sílicoorgánicos, como las dispersiones de
siliconas y silanos modifican aumentándolo el ángulo de contacto (>90º) entre el material y el agua, disminuyendo
marcadamente el ingreso por capilaridad. Las gotas que caen sobre la superficie impregnada permanecen perladas.
Las siliconas son incoloras, y químicamente afines con los materiales de construcción. Pueden aplicarse sobre
superficies lisas o porosas confiriendo repelencia al agua en poros de hasta 3 mm de abertura superficial. Es factible su
empleo existiendo fisuras menores a 0,1 mm. La aplicación se efectúa con pincel, pulverizador o soplete.
La aplicación debe impregnar toda la superficie, saturarla por zonas en forma pareja, sin excesos (chorreaduras) para
que la posterior absorción no forme manchas.
Son preferibles las dispersas en solvente no acuoso, que tienen mayor penetración en el material por cuanto permiten
dos manos (6 mm de penetración en el ladrillo y 2 mm en el hormigón) y cuyo plazo de duración en el exterior se
extiende a 6 años.
En general, exigen que la pared esté seca para su aplicación. Los siliconatos (silicona base agua) metálicos de sodio y
potasio son solubles en agua, lo cual permite su aplicación sobre superficies no totalmente secas, pero su duración en
exteriores se reduce a 2 años.
• No resisten la entrada del agua bajo presión hidrostática, ya sea por estancamiento, por acción de napa freática
o por humedades persistentes del suelo.
• Como no impiden la entrada de agua, vapores o gases a alta presión, no pueden usarse como barrera hidrófuga
única o primaria.
• Son inflamables
1. "Los Materiales de Construcción" - Prof. F. Orús Asso - 7ª. Edición, Edit. Dossat S.A. Madrid
2. “Saber Construir: Habitabilidad, Durabilidad, Economía de los edificios” Blachère Gérard - 3a. Edición Editores
Técnicos Asociados, S.A. Barcelona, España
3. “Evaluación de Patologías Constructivas en Sistemas Industrializados” Bardi, Darío A. 1990 - Revista Vivienda
336-7 Bs. As.
4. "Patología de las Construcciones" Ing. Friedrich Eichler - Ed. Blume
5. "Mantenimiento de los Edificios de Vivienda Individual y Colectiva" Arq. Celso Oscar Pizzi - CEPCO Ediciones,
1986
6. "Patología de la Piedra y los Materiales de la Construcción" Dr. Felipe Monk - Editado por CEPRARA.
7. "Las Humedades en la Construcción" F. Ulsamer y J.M. Minovas - Ed. CEAC
8. "Rehabilitación de Viviendas" Juan de Cusa - Ed. CEAC
9. "Fenómenos Degresivos en Edificios - Introducción al análisis, evaluación y registro" Arq. Roberto Tiscornia Ed.
Univ. de la Rep. - Facultad de Arquitectura - Instituto de la Construcción de Edificios - Area de Patología R.O.U
10."Fenómenos Degresivos en Edificios - 1ª Entrega" Arq. Roberto Tiscornia - Arq. Luisa Martorell - Ed. Univ. de la
Rep. - Facultad de Arquitectura - Instituto de la Construcción de Edificios - Area de Patología R.O.U
11."Fenómenos Degresivos en Edificios - Impermeabilizaciones" Arq. Luisa Martorell - Ed. Univ. de la Rep. - Facultad
de Arquitectura - Instituto de la Construcción de Edificios - Area de Patología R.O.U
12.“Dirección de obras de arquitectura de pequeña y mediana envergadura” Arq. Carlos Grisolía. Ed. Apuntes de
Curso de Capacitación profesional