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INFORME LECTURA GENESIS CAPÍTULO 17 AL 20

Dios le aparece nuevamente a Abram para afirmar su pacto con él, ratifica luego de muchos
años que el cumplimiento a su promesa será en un corto tiempo (1 año), Sarai tendrá un
hijo suyo, sin embargo, él, postrado en tierra internamente duda de ello, pues eran ellos de
edad avanzada.
A partir de ese momento Dios cambio sus nombres, desde entonces ellos se convertirían en
padres de muchas naciones (por el cumplimiento de la promesa); Abram será llamado
Abraham y Sarai será llamada Sara.
Como sello del pacto con Dios, él pide a Abraham que todo hombre de su casa debe ser
circuncidado, al igual que todo recién nacido.

Así como le pasó a Abram en este capítulo que dudo y hasta se río por lo que Dios le había
dicho, así nos pasa a nosotros a menudo, nuestra carnalidad nos limita a lo visible y
generalmente posible, si no se cumplen esas dos características lo damos ya por imposible,
pero nos debemos cuestionar ¿existe algo imposible para Dios?, por supuesto que no, Dios
es rey justo por excelencia, grande en majestad e inmenso en misericordia, cuida de
nosotros y no condena a justos por pecadores, así lo expresó en cada una de las citas
existentes entre génesis 18:26-32.

Debemos cuidarnos de no generar aflicción al corazón de Dios por nuestros actos, como
imagino que sintió cuando envió a sus ángeles a destruir Sodoma y Gomorra en el capítulo
19, era una población corrompida por el pecado, y no solo porque no había para ellos
distinción de géneros para llevar a cabo el acto sexual, también lo vemos en los últimos
versículos (génesis 19:31-38) donde las hijas de Lot acuerdan emborrachar a su padre para
tener sexo con él y engendrar una nueva descendencia.

Sabemos que nuestra naturaleza carnal nos incita a pecar, sin embargo, Dios por medio del
espíritu santo día a día nos instruye en sus caminos, nos redarguye para vivir conforme
cristo lo hizo.

En el capítulo 20 vemos como Abraham y Sara llegan a Gerar, donde Abraham presenta a
Sara su esposa como si fuera su hermana ante el rey Abimelec.
Sara era de apariencia hermosa, para lo que invade un gran temor a Abraham pensando que
en aquel pueblo lo matarían para poder casarse con ella, olvidó en aquel momento como en
muchos otros que Dios le había prometido cuidarlo, bendecirlo y multiplicarlo, lo cual no
es de juzgar (tampoco somos quien), pero creo que nadie está libre de sentirse en situación
similar en algún momento, pero es ahí donde ponemos a prueba nuestra fe, ¿qué tanto
creemos en el cumplimiento de lo que no sabemos a través de alguien que no vemos?,
como fue el caso de Abraham y Sara, ellos mintieron saliendo a salvo de allí pero dejando
gran cantidad de males al rey y su familia; lo mismo puede ocurrirnos a nosotros, quizás
hacemos las cosas sin pensar en las consecuencias, las cuales pueden no ser buenas y en
muchos de los casos no seremos nosotros los afectados.

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