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MODULO:
PSICOFARMACOLOGÍA
HUANUCO - PERU
2020
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TEXTO UNIVERSITARIO
ÍNDICE
PRIMERA UNIDAD
SEGUNDA UNIDAD
2. FARMACOCINÉTICA Y FARMACODINÁMICA
……………………………………………………………
TERCERA UNIDAD
3. NEUROTRANSMISORES……………………………………………………………
3.1. Concepto de Neurotransmisores. Serotonina, Noradrenalina, Dopamina,
Acetilcolina.
3.2. Glutamato, GABA (continuación)
CUARTA UNIDAD
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BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………………………
…………………………….
INTRODUCCIÓN
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DESARROLLO DEL CONTENIDO DEL MÓDULO
Este curso está dirigido a los alumnos del VI ciclo de Psicología, en el cual abordaremos
el tema de Psicofarmacología. El tema se tratará desde una perspectiva concreta y breve
para que el conocimiento que se adquiera pueda servir para comprender los contenidos
que se verán a lo largo del ciclo.
A continuación, daremos a conocer los principales temas el cual abordaremos durante el
ciclo. La primera unidad está relacionada con el Marco general de la farmacología de la
conducta, en la cual se desarrollará la Historia de la Psicofarmacología, el surgimiento de
la Psicofarmacología moderna, la definición actual de la Psicofarmacología. En la
segunda unidad desarrollaremos la Farmacocinética y Farmacodinámica, los
componentes principales de cada uno de ellos. En la tercera unidad desarrollaremos los
conceptos de Neurotransmisores, asimismo abordaremos los fundamentos de
neurobiología y de neurotransmisión química y la comunicación entre neuronas. Por
último, en la cuarta unidad abordaremos la Farmacología psiquiátrica de la Esquizofrenia,
estado de ánimo, ansiedad y la introducción a las bases biológicas de la drogadicción.
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UNIDAD DE APRENDIZAJE I:
Competencia
Conocer las principales técnicas de investigación psicofarmacológica, los métodos
conductuales, los principales efectos comportamentales y mecanismos de acción
de los fármacos más utilizados en el tratamiento de los trastornos mentales.
Capacidades
Conocimiento general de los psicofármacos y su efecto sobre la conducta.
Identificación de los efectos adversos de los medicamentos y los peligros
que puede generar su uso indebido o sin conocimiento previo.
Nociones elementales de terapéutica.
Describe las características y funcionalidad de los medicamentos
psiquiátricos.
Estrategias Metodológicas
Clases magistrales.
Enseñanza expositiva.
Uso de pizarra.
Multimedia.
Maquetas.
Contenido
Introducción. Historia de la Psicofarmacología. Surgimiento de la
Psicofarmacología moderna. Definición actual de la Psicofarmacología.
Definición actual de la Psicofarmacología. (continuación)
Fundamentos de neurobiología y de neurotransmisión química.
Comunicación entre neuronas. Tipos de sinapsis según su naturaleza.
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I. MARCO GENERAL DE LA FARMACOLOGÍA DE LA
CONDUCTA
Introducción
Cuando, en 1920, D.I. Match describía a la psicofarmacología como una "tierra
virgen, llena de promesas", se refería a un campo de conocimiento que
englobaba a todos aquellos estudios farmacológicos y psicológicos dedicados
a analizar los efectos psíquicos de los fármacos (Caldwell, 1978). Utilizaba
para ello un término novedoso que, no obstante, tenía un origen remoto,
habiéndose empleado por primera y probablemente única vez en 1548,
cuando Reinhard Lorichius publica su obra titulada “Psychopharmacon, hoc
est Medicina animae” (Lehmann, 1993; López-Muñoz y Álamo, 1998; Valzelli y
Ledesma, 1985). La perspectiva adoptada por Match al describir los objetivos
de la psicofarmacología no era, sin embargo, novedosa, dado que algunos
años antes ya se empezaban a usar términos similares para hacer referencia
a este nuevo ámbito del saber, interesado por el estudio científico de las
sustancias psicoactivas. Cabe citarse, en este sentido, los trabajos realizados
por E. Kraepelin a finales del siglo XIX, considerados por el propio autor como
pertenecientes al campo de la far-macopsicología (Healy, 1993).Años
después, y en una línea similar, W. Freeman escribe un artículo en el Journal
of the Ame-rican Medical Association dedicado a la psicoquímica. Por su
parte, Thorner publica en 1935 un trabajo en el que por primera vez se emplea
el término psicofarmacología desde una pers-pectiva clínica -“The Psycho-
pharmacology of Sodium amytal” (Lehmann, 1993; López-Muñoz y Álamo,
1998)-. No obs-tante, su uso generalizado no se extiende hasta mediados de
la década de los años 50 y principios de los 60, cuando una serie de factores
confluyen para darle a la psicofarmacología su empuje definitivo como
disciplina con entidad propia de-ntro de la neurociencia. En primer lugar, para
Dekiner (1969, citado en Bayés, 1977), el término psicofarmacología nace en
1956 como resultado del encuentro entre las ciencias del comportamiento y la
farmacología experimental, cuando Sidman bautizó con este nombre al ámbito
de conocimiento científico interesado por el estudio de las interacciones entre
las drogas y la conducta (un ámbito que será conocido poco después como
farmacología del comportamiento). En segundo lugar, el descubrimiento
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accidental de la LSD-25, la introducción de la reserpina en la medicina
occidental, y la demostración de la utilidad clínica de fenotiacinas,
antidepresivos tricíclicos e IMAOs, fueron también catalizadores del
establecimiento de la psicofarmacología como disciplina científica (Lipton, di
Mascio y Killam, 1982). De este modo, ya desde sus inicios, la
psicofarmacología se constituyó como un campo del saber con un carácter
tanto básico como aplicado. Por un lado, para los científicos básicos, las
drogas psicotrópicas eran variables cuantificables que podían emplearse como
herramientas químicas para el estudio de los problemas específicos del
metabolismo cerebral y de la relación existente entre estos aspectos y el
comportamiento (Russell, 1987). Y por otro, esta verdadera revolución
acontecida en la investigación de laboratorio se vio acompañada de una
mejora significativa en la comprensión y el tratamien-to de las enfermedades
mentales (Kety, 1982; Lipton, di Mascio y Killam, 1982). El concepto actual de
psicofarmacología no ha variado mucho desde aquellas palabras
premonitorias que pronunció D.I. Match en 1920. En términos generales, la
psicofarmacología puede definirse como una disciplina científica centrada en
el estudio de los fármacos que modifican el comportamiento y la función
mental a través de su acción sobre el sistema neuroendocrino. Se trata, así,
de un campo del saber que tiene un marcado carácter multidisciplinario, al
agrupar el interés que comparten farmacólogos, bioquímicos, psiquiatras y
psicólogos por el análisis de las sustancias que actúan modificando las
funciones del sistema nervioso que se manifiestan en la conducta de los
individuos (Shepherd, La-der y Rodnight, 1972). Numerosos autores definen a
la psicofarmacología desde esta perspectiva global que destaca el interés de
nuestra disciplina por el estudio de las interacciones entre los fármacos
psicotrópicos, el sistema nervioso, y el comportamiento normal y patológico.
Sin embargo, es posible encontrar ciertas diferencias de matiz en las
conceptualizaciones actuales de la psicofarmacología que reflejan el énfasis
que pone cada una de ellas en uno u otro aspecto de la disciplina, destacando
su carácter básico o aplicado. En primer lugar, algunas definiciones del
término se centran en la posibilidad que nos brindan los psicofármacos de
comprender mejor las funciones del sistema nervioso (Puerto, 1981). En esta
línea, por ejemplo, Berger (1978) conceptualiza a la psicofarmacología como
aquella disciplina científica que utiliza las drogas para aumentar nuestro
conocimiento y nuestra comprensión acerca de cómo funciona la mente. Para
Snyder (1996), por su parte, las drogas psicoactivas se emplean en
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neurociencia para descifrar los fenómenos de procesamiento de información
que tienen lugar en el cerebro. Igualmente, Bloom (1995, 1996) destaca como
uno de los principales objetivos de la psicofarmacología el empleo de
fármacos para dilucidar los mecanismos que operan en el sistema nervioso
central y las bases biológicas de procesos mentales complejos. Esta
afirmación coincide plena-mente con la de Willner (1991; citado en Alguacil,
Pérez-García, Morales y Sancho, 1998), quien considera que la
psicofarmacología no sólo persigue determinar el efecto de los fármacos sobre
las enfermedades centrales, sino también identificar los fenómenos
subyacentes a los procesos menta-les. Otras definiciones de
psicofarmacología dan más importancia al estudio sistemático del efecto de
los fármacos, dejando en un segundo plano las consecuencias que dicho
estudio puede tener en la comprensión de los sustratos neurales del
comportamiento normal y anormal. Desde esta perspectiva, por ejemplo,
Baldessarini (1996) considera que la psicofarmacología se dedica al estudio
de la química, disposición, acciones y farmacología clínica de los agentes
psicotrópicos. Igualmente, López-Muñoz y Álamo (1998) opinan que esta
especialidad se ocupa del estudio de las acciones farmacológicas, tanto
terapéuticas como adversas, del mecanismo de acción, de las características
farmacocinéticas y de las vías y pautas de administración de las sustancias
que tienen efectos psicótropos. Estas definiciones parecen enfatizar más la
dimensión farmacológica que la comportamental o la neurológica, haciendo
que el psicofármaco ocupe un lugar preponderante en el objeto de estudio de
nuestra disciplina (Fishbein, 1996). En otros casos, por el contrario, estas
dimensiones aparecen más equilibradas. Así, por ejemplo, Stahl (2002) afirma
que la psicofarmacología se orienta al descubrimiento de fármacos y a la
comprensión de sus acciones en el sistema nervioso central. En una línea
similar, Rosenzweig, Leiman y Breedlove (2001), o Carlson (2002) consideran
que se dedica al estudio de los efectos de los fármacos sobre el sistema
nervioso y la conducta. Para Pinel (2003), finalmente, esta disciplina focaliza
su interés en la manipulación de la actividad neural y la conducta con drogas.
Desde este enfoque, en definitiva, la psicofarmacología pone al descubierto
las complejas relaciones entre psicofármacos, cerebro y comporta-miento. Por
otra parte, es posible encontrar en la literatura especializada diversas
definiciones de psicofarmacología que des-tacan el marcado carácter clínico
que para muchos tiene nuestra disciplina (Domino, 1999; Judd, 1998; Pinel,
2003). De hecho, el surgimiento de la psicofarmacología moderna coincide en
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el tiempo con los primeros trabajos clínicos realizados a mediados de la
década de los años 50, en los cuales se demostraba la eficacia de numerosos
agentes psicotrópicos en el tratamiento de diferentes alteraciones mentales
(Schatzberg y Nemeroff, 1995). Entre estas definiciones puede citar la de
Constentine (1996), para quien la neuropsicofarmacología tiene por objeto
seleccionar y estudiar los medicamentos destinados a los trastornos o
dolencias neurológicas o psiquiátricas. Del mismo modo, de Pablo (1996)
considera que esta disciplina se dedica al estudio de las sustancias que
presentan una acción en el sistema nervioso, y que son susceptibles de ser
usadas en el tratamiento de las enfermedades mentales. Álamo, López-
Muñoz, Sanz-Galeote y Cuenca (1998), por su parte, utilizan el término
psicofarmacología para referirse a la terapéutica farmacológica de los
trastornos mentales. Tal dimensión aplicada de la psicofarmacología es
también resaltada por autores de relevancia como Floyd Bloom (1995), para
quien la psicofarmacología une las fronteras de la neurociencia básica con el
tratamiento de los trastornos psiquiátricos y neurológicos. En definitiva, la
variedad de definiciones que pueden encontrarse en torno al término
psicofarmacología no hace más que poner de manifiesto la naturaleza
multidisciplinaria de este ámbito del saber, y la riqueza de contenidos que
aporta nuestra disciplina al campo más amplio de la neurociencia, en el que se
encuentra plenamente integrada.
Historia de la Psicofarmacología
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todos los aspectos de la historia farmacéutica son el punto de partida para el
definitivo arranque de esta ciencia.
Hasta el nacimiento de la farmacia como ciencia independiente, existe una
evolución histórica, desde la antigüedad clásica hasta nuestros días que
marca el curso de esta ciencia, siempre relacionada con la medicina.
La antigüedad clásica
En el tercer milenio antes de Cristo se inicia el desenvolvimiento simultáneo
en: India, Mesopotamia, Egipto y China. Entre losfármacos que se utilizaron
están: el ruibarbo, el opio y la ephedrina sínica.
En el caso de India estuvieron influenciados por la filosofía védica, por lo que
la botánica tenía una función prominente y se crearon el SOMA y el KUSA. De
acuerdo con la filosofía budista, los remedios eran dulces (acónito, jengibre,
lino…).
En Mesopotamia existen testimonios del uso y preparación de medicamentos
de más de cuatro mil años. De hecho en la cultura babilónica-asiria están los
primeros indicios del uso de fármacos y detectaron la peligrosidad y
dosificación de las sustancias administrándoselas a esclavos. Utilizaban
ungüentos a base de planta haoma para una bebida sagrada, belladonacontra
los espasmos o excrementos humanos como curativos. Los sumerios llevaron
a cabo las primeras operaciones farmacéuticas (desecación, pulverización,
molienda, prensado, filtración, decantación, etc) y propusieron formas
farmacéuticas como pomadas, lociones, cataplasmas, enemas, infusiones,
vinos, emplastos…
En Egipto los códices describen la sintomatología y la prescripción para una
enfermedad, así como los principios activos de plantas, animales y minerales,
los alimentos que los contienen (leche, vino, miel…) y la formulación y
preparación de medicamentos. Además, establecían unas pautas de
administración de los medicamentos, a saber de uso interno (tisanas,
decocciones, maceraciones, píldoras…) y de uso externo (cataplasmas,
ungüentos, emplastos, colirios, pomadas, inhalaciones…). Las enfermedades
más comunes eran las oftálmicas, parasitarias y enfermedades de bajo vientre
que se trataban con supositorios, enemas o laxantes. Los procedimientos
torácicos se trataban con inhalaciones y las enfermedades de la piel con
ungüentos. Como herramientas de trabajo usaban molinos de mano, morteros,
tamices fabricados con papiro, balanzas, y para la conservación: recipientes
de barro, vidrio, alabastro y serpentina, así como cajas de madera.
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En Grecia y Roma (desde el siglo IV a. C. al año 476 d. C) se inicia la
medicina racional con Alcmeón de Crotona hasta la medicina posterior con
Galeno. En este período se hace notar la influencia religiosa, no existía la
figura del farmacéutico como tal, pero aparece la farmacia Galénica.
Galeno da las bases técnicas para la preparación de las principales formas
farmacéuticas y se conocen los primeros auxiliares de la medicina: Rizotomos,
Farmacopolos, los picmentarios y los ungüentarios. Se distinguen igual que en
Egipto los fármacos de uso externo (pomadas, esparadrapos, ungüentos…) y
los de uso interno (infusiones, decocciones, fermentaciones…) y se descubre
la “terra sigillata”, que permite crear pastillas preparadas con la base de una
arcilla blanca, el bolus alba, y empastadas con sangre de cagra. Es también
en la Antigua Grecia donde surgen importantes grupos de expertos en plantas
medicinales como Dioscórides y el botánico Teofrasto.
Este hombre es el llamado padre de la farmacología y es quien consolida la
separación de la farmacia y la medicina en el medio oriente, siendo los árabes
los encargados de esta separación. Por otra parte, Avicena describe varias
formas farmacéuticas para administrar los medicamentos: papelillos, tabletas,
jarabes, polvo, ungüentos, baños aromáticos, aceites, tinturas, gotas
medicinales, laxantes, lavativas, etc.
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desde el momento que se crea el laboratorio, se decide poner a disposición
del público los medicamentos elaborados, esto es en 1422, que ya llevaban
dos siglos funcionando los frailes de Florencia, pero aún no habían abierto al
público.
Renacimiento (1453-1600)
Se inicia la ciencia moderna con la recuperación del mundo clásico. Además
Vesalio,Paré y Paracelso hacen nuevas aportaciones a la anatomía humana,
la cirugía y la química, respectivamente. Se inventan nuevas formas
farmacéuticas como extractos sólidos o tinturas líquidas, evolucionan las
farmacias y los boticarios y se descubren nuevos fármacos, pero también se
abusa de los “remedios secretos”.
Barroco (1600-1740)
Nace la ciencia moderna, gracias a las aportaciones de Bacon, Descartes y
Galileo Galilei. En medicina destaca el nacimiento de la filosofía moderna y en
terapéutica el auge de la yatroquímica (utilización de la química para hacer
medicamentos). Aparecen diversas farmacopeas y la farmacia deja de ser un
arte.
Ilustración (1740-1800)
Se produce en Francia el movimiento llamado enciclopedismo, que
preconizaba la divulgación del saber al pueblo y que todos lo aprendieran. Se
dan además los primeros pasos de la revolución industrial y se inicia la
medicina preventiva por introducción de la vacuna.
Romanticismo (1800-1848)
Pasteur da un nuevo concepto de enfermedad: la microbiología médica. Se
desarrolla la higiene pública y medicina social. Nace así la farmacología
experimental, la química moderna que desarrolla el estudio de los gases.
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extractos fluidos, tabletas y cápsulas. John Newport Langley desarrolla
trabajos sobre la relación del Sistema Nervioso y los fármacos.
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Química para que pudiera desarrollarse posteriormente), John Dalton y Jöns
Jacob Berzelius (las dos grandes figuras de la química moderna) y el
avanzado a su época Dmitri Mendeléyev (autor del sistema periódico natural
de los elementos químicos, la tabla periódica que sigue vigente en nuestros
días).
Desde finales del XIX el farmacéutico avanzado tiene detrás del mostrador, no
una rebotica amable y acogedora, capaz de albergar agradables tertulias más
o menos científicas, sino un auténtico laboratorio químico-farmacéutico donde
puede con toda solvencia preparar nuevos medicamentos. Otros
farmacéuticos se salen de la oficina de farmacia para crear laboratorios
independientes. Posteriormente será la industria farmacéutica la que prepare
los nuevos medicamentos relegando la actividad galénica de los farmacéuticos
de Oficina de Farmacia a una importante decadencia durante el siglo XX.
La química era fundamentalmente química orgánica aplicada a la Farmacia y
la botánica era una farmacognosia y fitoquímica. Tuvo un enorme impulso la
Química Biológica por varios farmacéuticos que fueron pioneros en
incorporarla y desarrollarla en sus planes de estudios como curso obligatorio
de doctorado (antes que los químicos, biólogos e incluso médicos). En la
España de la II república la Bioquímica fue protagonizada e impulsada por
farmacéuticos y médicos españoles (incluso a nivel mundial).
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Sneader, 1990). El descubrimiento de los principios activos permitió por vez
primera dosificar exactamente el producto utilizado, multiplicándose así los
márgenes de seguridad para el usuario. Muchos de ellos se comercializaron
rápidamente, empleándose de forma generalizada en el tratamiento de
numerosos cuadros patológicos (como el alivio del dolor, la inducción de
sueño o la ansiólisis, entre otros). Inevitablemente, el consumo a menudo
poco controlado de sustancias como la morfina, heroína, cocaína, cloroformo,
éter, hidrato de cloral o barbital dio lugar a la aparición de los primeros casos
de tolerancia, adicción y muerte por sobredosis (Escotado, 1999). Por otro
lado, el siglo XIX también va a ser testigo de los primeros estudios
experimentales dedicados a analizar de forma sistemática los efectos de las
sustancias psicoactivas. De este modo, numerosos trabajos científicos
realizados en esta época constituyen para muchos autores el inicio de la
psicofarmacología moderna. Son conocidos, por ejemplo, los artículos que
sobre la cocaína publicó Sigmund Freud a finales del siglo XIX, en los que
destacaba sus múltiples utilidades como estimulante, antiasmático, afrodisíaco
y anestésico, aconsejando su utilización en el tratamiento del alcoholismo y la
adicción opiácea (Baldessarini, 1996). Son asimismo destacables las
investigaciones sobre el hachís realizadas por Moreau de Tours, que fueron
publicadas en 1845 en un monográfico titulado “Du hachisch et de l’aliénation
mentale”. El citado autor exploró la utilización de este alucinógeno en Egipto y
en el Cercano Oriente, concluyendo que sus efectos se parecían a ciertos
trastornos mentales, y sugirió que esta sustancia podía ser empleada para
desarrollar modelos experimentales de psicosis (Caldwell, 1978; Conesa y
Brugger, 1998; Schultes y Hofmann, 1993). Estos trabajos propiciaron un
intenso debate acerca de si algunos de los efectos relacionados con el
consumo de hachís, alcohol y opiáceos podían ser de utilidad en el estudio de
la psique. Algunos autores, como William James, estaban convencidos de que
los estados de éxtasis experimentados tras ingerir diferentes compuestos
podían revelar información útil sobre la constitución de la naturaleza humana.
Otros, como H. Mandsley, pensaban que la obtención de estados de éxtasis
mediados farmacológicamente permitía revelar los constituyentes naturales de
los mismos, y demostraba la ausencia de causas sobrenaturales que pudieran
explicarlos (Healy, 1993). Un autor esencial en este contexto va a ser Emil
Kraepelin, un estudiante formado en el laboratorio de Wil-heim Wundt que se
interesará por estudiar de forma sistemática la acción de diversas sustancias
psicoactivas sobre procesos intelectuales básicos (Baldessarini, 1996). Para
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ello creó el que es considerado el primer laboratorio de psicofarmacología,
donde llevó a cabo estudios experimentales utilizando sustancias como café,
alcohol, té, bromina y trional. Sus hallazgos fueron publicados en 1892 en un
trabajo en el que el propio autor bautiza a esta nueva línea de investigación
con el nombre de farmacopsicología, y destaca la utilidad que puede tener
para la psicología el estudio de las medicinas psíquicas (Carlsson, 1990;
Hordern, 1970; López-Muñoz y Álamo, 1998). El énfasis puesto por Kraepelin
en el estudio de las operaciones de la psiqueno va a tener, sin embargo, una
clara continuidad en años posteriores, debido a la dominancia del paradigma
conductista y el rechazo a la introspección que marcaron el destino de la
psicología durante décadas (Healy, 1993). Por otro lado, los trabajos
realizados con animales también cobran una especial relevancia en esta
época, de la mano del farmacólogo Match. Este autor y sus colaboradores
emplearon diferentes pruebas experimentales para explorar los efectos
conductuales de numerosas sustancias psicoactivas. Entre tales pruebas
pueden destacarse la observación de la conducta del sujeto en un laberinto, o
el estudio de diversas modalidades de respuesta condicionada asociadas con
recompensa (Healy, 1993). Sus trabajos fueron denominados por el propio
autor con el término de psicofarmacología, refiriéndose así a un ámbito de
investigación, la farmacología de la conducta, que ocupa un lugar central en la
psicofarmacología actual. Finalmente, es preciso destacar los avances que en
esta época se suceden en el campo de la psiquiatría, que se asienta de forma
definitiva como especialidad médica con entidad propia. Tras el fracaso del
tratamiento moral tan en boga en el siglo XVIII, en el siglo XIX se asiste a un
cambio de mentalidad en virtud del cual el estudio de las psicopatologías es
abordado ahora desde una perspectiva positivista y humanista, que asimila la
fisiología de la mente a las funciones del cerebro (Martínez-Pérez, 1998;
Rubio y López-Trabada, 1998). De este modo, dado que la enfermedad mental
debía tener necesariamente un correlato en alguna alteración cerebral, se
hace posible la implantación de terapias que van dirigidas a la manipulación
directa de dicha alteración, a pesar de que a menudo ésta no era conocida de
forma precisa. Las alternativas terapéuticas disponibles no eran, sin embargo,
muy innovadoras, y así, en la práctica asilar se siguieron aplicando
procedimientos tradicionales como la inmovilización, la silla giratoria, la
inducción de náuseas y vómitos como terapia antiagitación, e incluso las
duchas frías y el castigo físico (Barona, 1998a; Rollin, 1990). En este marco
de referencia surgieron nuevas terapias de corte más biológico y somático que
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sin duda abrirían el camino a la futura farmacoterapia, facilitando su rápida
instauración a partir de la segunda mitad del siglo XX (Hordern, 1970). En
efecto, durante la mayor parte del siglo anterior había tenido lugar una
progresiva implantación de métodos terapéuticos de carácter sedante,
enfocados a calmar a enfermos agitados o agresivos. La bromina, por
ejemplo, fue descubierta en el agua de mar por Balard en 1826, empleándose
años después en el tratamiento de la epilepsia, el insomnio, la excitación
nerviosa y la irritabilidad. De igual modo se había extendido en algunos países
europeos la prescripción de opiáceos, que se ingerían en forma de tabletas o
como láudano. Por su parte, la introducción de metales pesados tuvo cierta
importancia en la terapéutica psiquiátrica, destacando el uso del litio como
estabilizador del humor, o del estaño como sedante eficaz para ciertas
enfermedades mentales. La investigación farmacológica también condujo al
descubrimiento de los alcaloides de la rawolfia serpentina, utilizados por
pueblos primitivos y culturas asiáticas por su capacidad de producir sedación
sin disminuir el nivel de consciencia (Barona, 1998a).
La Psicofarmacología actual
Los principales descubrimientos farmacológicos en psiquiatría, como en
muchos otros campos de la medicina, se han realizado en forma serendípica
(antipsicóticos, antidepresivos). El uso de los psicofármacos ha partido de
hechos clínicos fortuitos y su empleo en el trabajo médico ha precedido a su
conocimiento científico.
Factor importante en contra del avance en terapia psicofarmacológica ha
dependido del divorcio existente entre la psiquiatría, la neurología, la biología y
la investigación científica. Sólo recientemente, el progreso de las
neurociencias, al permitir una mejor comprensión del funcionamiento mental y
su representación en las diferentes regiones del cerebro humano así como de
la acción de los medicamentos en el sistema nervioso, viene facilitando la
integración de estas tres especialidades (2). Más aún, aunque se puede
argumentar que un marco conceptual completamente basado en la biología y
alineado con la neurología es prematuro para la psiquiatría, no podrá negarse
que se han comenzado a comprender las más simples funciones mentales en
términos biológicos aunque todavía estamos muy lejos de una neurobiología
de los síndromes clínicos y, aún más lejos, de una neurobiología de la
psicoterapia.
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En tal sentido, la psiquiatría, la neurología y las psicoterapias se orientan a
una integración de saberes apoyados en bases biológicas tal como se señala
en la parte general de esta revisión.
En los últimos años, a pesar de los esfuerzos, salvo excepciones, no se han
producido medicamentos claramente más potentes o efectivos, aunque sí con
menores efectos colaterales o de menor riesgo. El hecho de tener nuevos
medicamentos con similar eficacia y menores efectos colaterales, sin
embargo, no ha disminuido los costos; muy por el contrario, estos se han
incrementado sostenidamente.
La investigación actual que puede recoger datos con diferentes metodologías
no invasivas, permite analizar con más profundidad el funcionamiento
cerebral. Así, por ejemplo en la depresión, se intenta corroborar los efectos de
los antidepresivos en el proceso de la neuroplasticidad, alteraciones en el
hipocampo, la región dorso lateral de la corteza prefrontal, con sus conexiones
el núcleo accumbes y el área tegmental ventral.
Lo que sí debe considerarse un avance es el descubrimiento de nuevos usos
para diferentes fármacos; por ejemplo, el empleo de los antipsicóticos atípicos
como estabilizadores del ánimo y el uso de antidepresivos en cuadros
obsesivo compulsivos, desórdenes de ansiedad o trastorno de estrés
postraumático. Por ello, el avance en psicofarmacología no debe estimase
sólo por la aparición de nuevos medicamentos sino, fundamentalmente, por la
mejor comprensión de su actuación sobre el sistema nervioso.
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subdisciplinas. Los científicos que estudian la neurobiología se llaman
neurobiólogos.
Las propiedades básicas, la actividad, y la regulación de las corrientes de
membrana, la plasticidad sináptica, la neurotransmisión, la neurogénesis, la
sinaptogénesis y los canales iónicos de las células son algunos campos
estudiados por los neurobiólogos.
La anatomía celular y la subcelular se estudian para dar una visión del retraso
mental en el Mental Retardation Research Center (MRRC).
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sináptico y se une a los receptores postsinápticos incrustados en la membrana
postsináptica de la otra neurona. Hay dos familias de receptores: los
receptores ionotrópicos y los metabotrópicos. Los receptores ionotrópicos son
la combinación de un receptor y un canal iónico. Cuando se activan los
receptores ionotrópicos, ciertas clases de iones como Na+ entran en la
neurona postsináptica, lo que despolariza la membrana postsináptica. Si más
del mismo tipo de receptores postsinápticos se activan, entonces, más Na+
entrará en la membrana postsináptica y despolarizará la célula. Los receptores
metabotrópicos en cambio, activan los sistemas de cascada de segundos
mensajeros que dan lugar a la apertura del canal iónico situado en otro lugar
en la misma membrana postsináptica. Aunque más lentos que los receptores
ionotrópicos que funcionan como interruptores de encendido y apagado, los
receptores metabotrópicos tienen la ventaja de cambiar la capacidad de
respuesta de la célula hacia los iones y otros metabolitos, siendo ejemplos el
ácido gamma-aminobutírico (transmisor inhibidor), el ácido glutámico
(transmisor excitativo), la dopamina, la norepinefrina, la epinefrina, la
melanina, la serotonina, la melatonina y la sustancia P.
Las despolarizaciones postsináptica pueden ser excitadoras o inhibidoras. Las
que son excitadoras se les conoce como potencial excitatorio postsináptico
(PEPS). Por otra parte, algunos receptores postsinápticos permiten a los iones
de Cl- entrar en la célula o a los iones de K+ salir de la célula, lo que resulta
en un potencial inhibitorio postsináptico (PIPS). Si el PEPS es dominante, el
umbral de excitación en la neurona postsináptica puede ser alcanzado, lo que
resulta en la generación y propagación de un potencial de acción en la
neurona postsináptica.
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UNIDAD DE APRENDIZAJE II:
FARMACOCINÉTICA Y FARMACODINÁMICA
Competencia
Conocer las principales técnicas de investigación psicofarmacológica, los métodos
conductuales, los principales efectos comportamentales y mecanismos de acción
de los fármacos más utilizados en el tratamiento de los trastornos mentales.
Capacidades
Conocimiento general de los psicofármacos y su efecto sobre la conducta.
Identificación de los efectos adversos de los medicamentos y los peligros
que puede generar su uso indebido o sin conocimiento previo.
Nociones elementales de terapéutica.
Describe las características y funcionalidad de los medicamentos
psiquiátricos.
Estrategias Metodológicas
Clases magistrales.
Enseñanza expositiva.
Uso de pizarra.
Multimedia.
Maquetas.
Contenido
Consideraciones generales de Farmacocinética. Componentes: LADME
Consideraciones generales de Farmacodinámica. Mecanismos de acción,
Potencia – Acción. Interacciones medicamentosas. Reacciones adversas.
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II. FARMACOCINÉTICA Y FARMACODINÁMICA
Definición de Farmacocinética
La farmacocinética es el estudio de cómo el organismo procesa el fármaco, es
decir estudia el curso temporal de las concentraciones de los fármacos en el
organismo y construye modelos para interpretar estos datos y por tanto para
valorar o predecir la acción terapéutica o tóxica de un fármaco.
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Componentes
1. Liberación
El medicamento ingresa al organismo por diferentes vias de admistracion,
entre ellas tenemos:
- Via enteral: se puede dar por vía oral, sublingual, rectal.
- Vía Parenteral: intramuscular, endovenosa, subcutanea.
2. Absorción
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La absorción de la droga en la circulación sistémica ocurre desde cualquier
sitio en el que sea administrada, excepto cuando se administra
directamente en un compartimiento fluido fisiológico (fluido cerebrospinal o
torrente sanguíneo) donde evidentemente la infusión es directa; esta
definición incluye la vía intramuscular, subcutánea, tópica y gastrointestinal
después de la administración por vía oral, rectal u otra vía que la lleve al
tracto gastrointestinal. La velocidad y el grado de absorción es altamente
dependiente de las propiedades físico-químicas de la droga así como del
ambiente en el sitio de administración. Propiedades como tamaño
molecular, solubilidad, lipofilicidad, estabilidad, influencian la velocidad y
extensión de la absorción. La cantidad del antimicrobiano que alcanza la
circulación sistémica se expresa en porcentaje de la cantidad total que
pudo ser adsorbida; este porcentaje se define como biodisponibilidad de la
droga. Los medicamentos que se adsorben desde el intestino delgado son
afectados por el efecto de primer paso por el hígado a través de la
circulación portal; drogas administradas por la vía intravenosa, e
intramuscular no son afectadas por este fenómeno y tienen mayor
biodisponibilidad. La disminución en la perfusión gastrointestinal,
subcutánea y muscular que se observa en pacientes sépticos, puede
reducir significativamente la absorción de fármacos, y por tanto, su
biodisponibilidad, generando concentraciones plasmáticas insuficientes de
antimicrobianos; en estos pacientes debe priorizarse la administración por
vía intravenosa en cuyo caso se alcanza 100 % de absorción.
3. Distribución
La distribución de una droga, es descrita más comúnmente por su volumen
de distribución (Vd), el cual no es un volumen real, es un parámetro
cinético, permite relacionar la cantidad en el organismo con la
concentración en este, es un espacio de dilución. Puede definirse como el
volumen que debería tener el organismo para que la cantidad presente al
equilibrio estuviera a la misma concentración; existen factores que afectan
Vd como solubilidad lipídica, coeficiente de partición de la droga entre
diferentes tipos de tejidos, flujo sanguíneo en el tejido, pH, y unión a
material biológico (ej., proteínas plasmáticas, componentes celulares); el
Vd se puede calcular de la siguiente manera:
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El Vd es variable entre personas, se afecta por factores como, disfunción
de órganos excretores u obesidad, y puede tener severas variaciones en
un mismo individuo, como consecuencia del aumento de la permeabilidad
vascular que acompaña a enfermedades graves, sepsis, quemaduras,
cirrosis hepática, insuficiencia cardiaca, renal, etc, esto agravado por el
aporte masivo de fluidos.
Es importante para el clínico el conocimiento del concepto Vd; las drogas
con pequeños Vd tienen limitada distribución, mientras que las de grandes
Vd se distribuyen extensamente por todo el organismo; de este modo se
puede inferir que antimicrobiano, se restringe al espacio intravascular y
extravascular, lo cual implica en su distribución el medio intracelular.
El ritmo con que la droga se mueve de la sangre al tejido se describe como
aclaramiento distribucional; este describe el volumen de sangre del cual el
medicamento es transferido al tejido por unidad de tiempo, el aclaramiento
distribucional es un proceso bidireccional que refleja el equilibrio en el
movimiento de la sangre al tejido y del tejido a la sangre.
4. Metabolismo
Los antimicrobianos son metabolizados por reacciones que ocurren en el
hígado y en otros órganos. Las reacciones metabólicas son clasificadas
como de fase I y fase II. Las reacciones de fase I pueden inactivar, activar
o convertir un sustrato activo en otro activo, con mayor, menor o igual
actividad; estas reacciones están controladas por el sistema del citocromo
P-450; generalmente inactivan al sustrato, lo hacen más polares, lo que
facilita su eliminación. Las reacciones de fase II son procesos en los que
interviene la conjugación de estos compuestos con grandes moléculas,
incluye glucoronidación, sulfatación y acetilación, esto aumenta la
polaridad y facilita la excreción.
5. Eliminación
La eliminación de sustancias extrañas ocurre por 2 mecanismos
fundamentales de excreción, aclaramiento renal (CLr) descrito como el
ritmo con que es eliminada una sustancia del organismo a través de los
riñones, incluye filtración glomerular, secreción tubular, y difusión pasiva;
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diferentes antimicrobianos son eliminados por uno o más de estos
procesos.
Aclaramiento no renal, es un término genérico que describe la suma de
vías de aclaramiento que no incluyen al riñón; estos mecanismos incluyen
vías biliares (ej., ceftriaxone) o intestino (ej., azitromicina); otros
mecanismos menos comunes como la eliminación del alcohol a través de
la piel y pulmones y la ionización e inactivación de los aminoglucósidos por
el esputo y eliminación por la expectoración en fibrosis quística.
El ritmo de aclaramiento renal y no renal se combina para determinar el
ritmo con que es eliminado el antimicrobiano del organismo, esto se
conoce como aclaramiento corporal total. Del concepto de eliminación
deriva el de tiempo de vida media del antimicrobiano (t1/2), la vida media
de la droga es el tiempo que se requiere para que la concentración en
sangre del compuesto decrezca a la mitad. Se considera que la estabilidad
en la concentración de una droga se alcanza cuando el paciente la ha
estado tomando por un periodo igual a 5 o 7 veces su t1/2 (ej., 5 a 7 días
para una droga con una vida media de 24 h); de manera similar se
considera que se ha eliminado cuando desde la última dosis ha pasado un
tiempo similar a 5 o 7 veces su t1/2; la vida media de una droga varía de
paciente a paciente, en ocasiones se reporta como rangos; la unión a
proteína y estados de fallos finales de órganos alteran la t1/2 de una droga,
Ej. la eliminación de antimicrobianos como betalactámicos, vancomicina,
aminoglucósidos y quinolonas puede reducirse significativamente en casos
de insuficiencia renal, se generan concentraciones plasmáticas más
elevadas; en el caso de drogas con margen terapéutico estrecho como
aminoglucósidos, puede dar origen a toxicidad, la dosificación de estos
fármacos debe ajustarse en forma proporcional a la función renal; los
antimicrobianos de eliminación hepática como lincosaminas y
antituberculosos deben ajustarse en la disfunción hepática; sin embargo, el
aclaramiento de fármacos en casos de insuficiencia hepática es mucho
más difícil de estimar. Los antibacterianos que tienen eliminación mixta,
como cloxacilina o ceftriaxona, en general no requieren ajuste de dosis
frente a la falla de un órgano excretor, por un aumento compensatorio de la
depuración por el otro órgano.
Definición de Farmacodinámica
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La farmacodinamia es el estudio de la acción de los medicamentos en el
organismo. La mayoría de los fármacos se incorporan a la sangre una vez
administrados por vía oral, intravenosa o subcutánea, y circulan a través del
cuerpo, al tiempo que tienen una interacción con un determinado número de
dianas (órganos y tejidos).
Algunos fármacos son poco selectivos, es decir que su acción se dirige a muchos
tejidos u órganos. Por ejemplo, la atropina, un fármaco administrado para relajar
los músculos del tracto gastrointestinal, también relaja los músculos del ojo y de la
tráquea, y disminuye el sudor y la secreción mucosa de ciertas glándulas.
Receptores
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La configuración de un receptor es tan específica que sólo le permite adherirse al
fármaco con el cual encaja perfectamente (como la llave encaja en su cerradura).
A menudo se puede explicar la selectividad de un fármaco por la selectividad de
su adherencia a los receptores. Algunos fármacos se adhieren tan sólo a un tipo
de receptor y otros son como una llave maestra y se adhieren a varios tipos de
receptores en todo el organismo.
Seguramente los receptores no fueron creados por la naturaleza para que los
fármacos se les pudieran adherir. Sin embargo, los fármacos se aprovechan de la
función natural (fisiológica) que tienen los receptores.
Por ejemplo, el fármaco agonista carbacol se adhiere a los receptores del tracto
respiratorio denominados colinérgicos, causando la contracción de las células del
músculo liso, lo cual origina broncoconstricción (estrechamiento de las vías
respiratorias).
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del adrenérgico, que relaja el músculo liso bronquial, puede utilizarse junto con el
ipratropio, antagonista del receptor colinérgico, el cual bloquea el efecto
broncoconstrictor de la acetilcolina.
Enzimas
Además de los receptores propios de las células, las enzimas son también otras
dianas importantes para la acción de los fármacos. Éstas ayudan a transportar
sustancias químicas vitales, regulan la velocidad de las reacciones químicas o
realizan otras funciones estructurales, reguladoras o de transporte. Mientras que
los fármacos dirigidos a los receptores se clasifican en agonistas o antagonistas,
los fármacos dirigidos a las enzimas se clasifican en inhibidores o activadores
(inductores).
Potencia y eficacia
Tolerancia
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receptores o su afinidad hacia el fármaco. El término resistencia se usa para
describir la situación en que una persona deja de responder a un antibiótico, a un
fármaco antivírico o a la quimioterapia en el tratamiento de cáncer. Según el grado
de tolerancia o resistencia desarrollado, el médico puede aumentar la dosis o
seleccionar un fármaco alternativo.
Competencia
Conocer las principales técnicas de investigación psicofarmacológica, los métodos
conductuales, los principales efectos comportamentales y mecanismos de acción
de los fármacos más utilizados en el tratamiento de los trastornos mentales.
Capacidades
Conocimiento general de los psicofármacos y su efecto sobre la conducta.
Identificación de los efectos adversos de los medicamentos y los peligros
que puede generar su uso indebido o sin conocimiento previo.
Nociones elementales de terapéutica.
Describe las características y funcionalidad de los medicamentos
psiquiátricos.
Estrategias Metodológicas
Clases magistrales.
Enseñanza expositiva.
Uso de pizarra.
Multimedia.
Maquetas.
Contenido
Concepto de Neurotransmisores. Serotonina, Noradrenalina, Dopamina,
Acetilcolina. Glutamato, GABA
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Desarrollo del contenido
III. NEUROTRANSMISORES
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Además de su relación con el estado de ánimo, el 5-HT desempeña
distintas funciones dentro del organismo, entre los que destacan: su papel
fundamental en la digestión, el control de la temperatura corporal, su
influencia en el deseo sexual o su papel en la regulación del ciclo sueño-
vigilia.
El exceso de serotonina puede provocar un conjunto de síntomas de
distinta gravedad.
2. Dopamina
La dopamina es otro de los neurotransmisores más conocidos, porque
está implicado en las conductas adictivas y es la causante de las
sensaciones placenteras. Sin embargo, entre sus funciones también
encontramos la coordinación de ciertos movimientos musculares, la
regulación de la memoria, los procesos cognitivos asociados al
aprendizaje y la toma de decisiones
3. Endorfinas
¿Te has dado cuenta de que después de salir a correr o practicar ejercicio
físico te sientes mejor, más animado y enérgico? Pues esto se debe
fundamentalmente a las endorfinas, una droga natural que es liberada por
nuestro cuerpo y que produce una sensación de placer y euforia.
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6. Glutamato
El glutamato es el neurotransmisor excitatorio más importante del sistema
nervioso central. Es especialmente importante para la memoria y su
recuperación, y es considerado como el principal mediador de la
información sensorial, motora, cognitiva, emocional. De algún modo,
estimula varios procesos mentales de importancia esencial.
Las investigaciones afirman que este neurotransmisor presente en el 80-
90% de sinapsis del cerebro. El exceso de glutamato es tóxico para las
neuronas y se relaciona con enfermedades como la epilepsia, el derrame
cerebral o enfermedad lateral amiotrófica.
7. GABA
El GABA (ácido gamma-aminobutírico) actúa como un mensajero inhibidor,
por lo que frena la acción de los neurotransmisores excitatorios. Está
ampliamente distribuido en las neuronas del córtex, y contribuye al control
motor, la visión, regula la ansiedad, entre otras funciones corticales.
8. Acetilcolina
Como curiosidad, este es el primer neurotransmisor que se descubrió.
Este hecho ocurrió en 1921 y el hallazgo tuvo lugar gracias a Otto Loewi,
un biólogo alemán ganador del premio Nobel en 1936. La acetilcolina
ampliamente distribuida por las sinapsis del sistema nervioso central, pero
también se encuentra en el sistema nervioso periférico.
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- Gases: Óxido nítrico es el principal neurotransmisor de este grupo.
- Péptidos: Los péptidos están ampliamente distribuidos en todo el encéfalo.
Por ejemplo: las endorfinas, las dinorfinas y las taquininas.
- Ésteres: Dentro de este grupo se encuentra la acetilcolina.
Competencia
Conocer las principales técnicas de investigación psicofarmacológica, los métodos
conductuales, los principales efectos comportamentales y mecanismos de acción
de los fármacos más utilizados en el tratamiento de los trastornos mentales.
Capacidades
Conocimiento general de los psicofármacos y su efecto sobre la conducta.
Identificación de los efectos adversos de los medicamentos y los peligros
que puede generar su uso indebido o sin conocimiento previo.
Nociones elementales de terapéutica.
Describe las características y funcionalidad de los medicamentos
psiquiátricos.
Estrategias Metodológicas
Clases magistrales.
Enseñanza expositiva.
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Uso de pizarra.
Multimedia.
Maquetas.
Contenido
Psicofarmacología de la Esquizofrenia. Historia y uso de los fármacos
antipsicóticos. Principales clases de antipsicóticos.
Psicofarmacología de los trastornos del estado de ánimo. Hipótesis sobre
la psicobiología de la depresión. Antidepresivos: mecanismo de acción y
perfil farmacológico. La manía y el trastorno bipolar: litio.
Psicofarmacología de la ansiedad. Trastornos de ansiedad. Diferentes
sustancias con perfil ansiolítico. Acción de las benzodiacepinas sobre el
complejo receptor GABA-A benzodiacepínico y otros sistemas.
Introducción a las bases biológicas de la drogadicción. Drogas
psicoactivas: Cocaína, anfetaminas y derivados, psicodélicos y drogas de
síntesis, cannabis, alcohol y opiáceos.
Psicofarmacología de la Esquizofrenia
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Debido a la gran relación de la dopamina con este trastorno, gran parte de los
tratamientos químicos de la esquizofrenia tienen que ver con la regulación de los
niveles de dopamina en el cerebro.
Los síntomas positivos vienen dados por una alteración dopaminérgica en la vía
mesolímbica. Cuando esta vía es estimulada en exceso es cuando aparecen los
delirios y alucinaciones. Esto se debe a que hay una cantidad basal de dopamina
en esta área superior a lo normal.
Sin embargo, ¿cómo es posible que la dopamina sea alta en una vía mientras que
en otra sea altamente escasa? Esto es precisamente lo que intenta explicar la
hipótesis glutamatérgica de la esquizofrenia. Esta interpretación de los resultados
de diversas investigaciones defiende que el causante del desequilibrio son los
receptores del neurotransmisor glutamato.
37
No obstante, es importante mencionar que esta hipótesis no está actualmente
contrastada, pero entre todas las posibilidades existentes es la que cuenta con
más evidencia científica. Las alteraciones de glutamato explican de forma muy
precisa todos los síntomas de la esquizofrenia.
Tratamiento de la esquizofrenia
Al conseguir reducir los niveles en la vía mesolímbica, gran parte de los síntomas
positivos se ven aliviados. Pero estos fármacos no eran selectivos, y reducían la
dopamina en todo el cerebro. Si sumamos esto al déficit mesocortical existente,
aparte de un empeoramiento de los síntomas negativos, aparecían diversos
efectos secundarios. El más típico es el SEP (síndrome extrapiramidal), un
trastorno similar a la enfermedad de Parkinson. Ejemplos de estos antipsicóticos
convencionales son la clorpromacina, Haloperidol o Sulpirida.
Debido a que los antipsicóticos tradicionales causaban más problemas de los que
resolvían, aparecieron los antipsicóticos atípicos. Estos nuevos fármacos, aparte
de ser antagonistas de la dopamina, incluyen diferentes interacciones con otros
neurotransmisores. Entre todos ellos lo más frecuente es añadir un antagonismo
con la serotonina. Esto se debe a que, a través de diversos procesos, un nivel
reducido de serotonina en ciertas zonas provoca un aumento de la dopamina en
la vía mesocortical.
Parece ser que estos antipsicóticos atípicos solucionan algunos de los problemas
de los antiguos fármacos, pero la realidad es mucho más complicada: cada
individuo reacciona de forma distinta a cada fármaco, lo que complica en exceso
esta situación. Por ello, hay que adaptar la medicación al individuo y no al revés.
Inhibidores de la monoaminooxidasa
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Los primeros antidepresivos clínicamente eficaces descubiertos eran inhibidores
inmediatos del enzima monoaminooxidasa. Fueron descubiertos accidentalmente
cuando se observó que un fármaco antituberculoso mejoraba la depresión que
coexistía en algunos pacientes con tuberculosis. Este hallazgo pronto llevó a la
síntesis, en las décadas 50 y 60, de más fármacos que inhibían a la MAO pero
que carecían de las propiedades adicionales no deseadas (p.e. antituberculosas).
Aunque mejor conocidos como potentes antidepresivos, los inhibidores de la MAO
(IMAO) son también agentes terapéuticos para algunos trastornos de ansiedad,
como el trastorno de pánico y la fobia social.
Los IMAO originales son todos irreversibles del enzima, que se unen a la MAO
irreversiblemente y destruyen para siempre su función, de manera que la actividad
enzimática sólo puede recuperarse por medio de la síntesis de un nuevo enzima.
Algunas veces a estos inhibidores se les denomina “inhibidores suicidas” porque
una vez el enzima se une al inhibidor, prácticamente el primero se “suicida” ya
que nunca puede volver a funcionar hasta que una nueva proteína enzimática sea
sintetizada por el ADN neuronal en el núcleo de la célula.
Existen dos subtipos de MAO, la A y la B. Ambas formas son inhibidas por los
IMAO originales, que, por tanto no son selectivos.
En los últimos años se han dado avances respecto a los IMAO. Uno es la
producción de inhibidores selectivos de la MAO-A o de la MAO-B. El otro es la
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producción de inhibidores de la MAO-A reversibles. Las implicaciones de estos
avances son múltiples.
41
Con los IRMA, si se come queso, la tiramina todavía liberará aminas
simpaticomiméticas, pero estas aminas ahuyentarán al inhibidor reversible fuera
del enzima MAO, permitiendo que las aminas peligrosa sean destruidas. Los
IRMA tienen los mismos efectos terapéuticos que los inhibidores suicidas, sin el
peligro de la reacción al queso.
Antidepresivos tricíclicos
Los ATC bloquean también los canales de sodio del corazón y el cerebro, lo que
puede causar arritmias cardiacas y parada cardiaca por sobredosis, además de
ataques.
Por lo que respecta a los efectos secundarios de los ATC, el bloqueo de los
receptores adrenérgicos alfa 1 origina hipotensión ortostática y mareos. Las
acciones anticolinérgicas en los receptores colinérgicos muscarínicos causan
sequedad en la boca, visión borrosa, retención urinaria y estreñimiento, así como
trastornos de memoria. El bloqueo de los receptores de histamina H1 causa
sedación y aumento de peso.
Los ISRS constituyen una clase de fármacos con cinco miembros prominentes,
que en conjunto integran la mayoría de las prescripciones de antidepresivos en
EEUU y en varios países más. Estos son:
Fluoxetina
Sertralina
Paroxetina
Fluvoxamina
Citalopram
Aunque cada uno de estos cinco ISRS pertenece a una familia químicamente
distinta, todos ellos tienen una importante característica en común, a saber, su
potente y selectiva inhibición de la recaptación de serotonina, más fuerte que sus
acciones en la recaptación de NE o en los receptores alfa 1, de histamina H1 o
colinérgicos muscarínicos, y su prácticamente nula capacidad para bloquear los
canales de sodio, aún en caso de sobredosis.
Todos los ISRS comparten importantes características que los diferencian de los
ATC, a los que han reemplazado en gran medida en la práctica clínica. Es decir,
los ISRS tienen propiedades inhibitorias de la recaptación de 5HT más potentes y
selectivas que los ATC. Al eliminar las propiedades farmacológicas indeseables
43
de los ATC, los ISRS eliminan también los efectos secundarios indeseables a
ellos asociados.
En particular, los ISRS carecen del peligro de sobredosis que comparten todos los
ATC (mientras que la administración de un ATC durante 15 días puede
representar una dosis letal, los ISRS, en cambio, raramente –por no decir nunca-
causan por sí solos la muerte por sobredosis.
También es posible que la neurona serotoninérgica sea normal pero que los
eventos desencadenados por los ISRS contrarresten las deficiencias
neuroquímicas en otras partes del cerebro.
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un nivel mucho más elevado en el área de los cuerpos celulares del rafe
mesencefálico que en las áreas cerebrales donde terminan los axones. El área
somatodendrítica de la neurona serotoninérgica es donde se incrementa primero
la serotonina, y los receptores serotoninérgicos presentan una farmacología
5HT1A. A la larga, el incremento de 5HT en los autorreceptores
somatodendríticos 5HT1A tiene el efecto de regularlos a la baja y de
desensibilizarlos. La reacción del genoma a esta información consiste en dar
instrucciones que hacen que esos mismos receptores se desensibilicen con el
tiempo. El curso temporal de esta desensibilización se corresponde con el inicio
de las acciones terapéuticas de los ISRS.
Esta teoría sugiere un mecanismo farmacológico en cascada por el cual los ISRS
ejercen sus acciones terapéuticas, a saber, una potente desinhibición de la
liberación de 5HT en las vías clave de todo el cerebro. Por otra parte, los efectos
secundarios se deben hipotéticamente, a las acciones agudas de la serotonina en
receptores no deseables situados en vías no deseables. Finalmente, los efectos
secundarios pueden atenuarse a la larga debido a la desensibilización de los
propios receptores que median dichos efectos.
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Vías y receptores serotoninérgicos que median las acciones terapéuticas y los
efectos secundarios de los ISRS
Los ISRS causan tanto sus acciones terapéuticas como sus efectos secundarios
aumentando la serotonina en las sinapsis, donde se bloquea la recaptación y se
desinhibe la liberación de serotonina.
Dado que diversas vías parecen mediar las distintas acciones terapéuticas de los
ISRS, no resultaría sorprendente que los papeles terapéuticos de la serotonina
difieran de una indicación terapéutica a otra.
De hecho, éste parece ser el caso, y ello podría constituir la base de los diferentes
perfiles terapéuticos de los ISRS de unas indicaciones a otras.
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Nota del equipo docente: No se precisan los contenidos de este aptdo., aunque es
conveniente conocer la explicación relativa a los ISRS con selectividad parcial.
47
trastorno obsesivo-compulsivo, trastornos de la alimentación, el pánico, la fobia
social e, incluso el trastorno de estrés postraumático.
Dado que hace muy poco que se dispone de los inhibidores selectivos de la
recaptación noradrenérgica, esta teoría se basa en la investigación con animales.
Por otra parte, la reboxetina puede resultar útil para la depresión grave, para la
depresión que no responda a otros antidepresivos y como complemento de los
antidepresivos serotoninérgicos cuando se necesitan mecanismos
neurotransmisores duales para tratar los casos más difíciles
Psicofarmacología de la ansiedad
48
importante de lo que originariamente se creía y que merece ciertamente un
reconocimiento diagnóstico, puesto que generalmente representa un estado de
recuperación incompleta de una serie de trastornos de ansiedad y trastornos
afectivos. La expresión “respuesta ansiosa” alude a un paciente con depresión
ansiosa cuyo trastorno mejora pero no presenta una remisión completa, ya que la
ansiedad generalizada, la inquietud, la tensión, el insomnio y los síntomas
somáticos persisten. Cuando una forma de depresión ansiosa continúa de modo
más benigno, sigue causando incapacidad y estrés, y lo que es peor, puede ser el
presagio de la aparición de otro episodio de depresión. El TAG no constituye,
pues, una afección trivial.
49
La ansiedad depresión mixta subsindrómica (ADM) puede ser un estado
psicológico inestable, caracterizado por la vulnerabilidad en condiciones de estrés
a la descompensación hacia trastornos psiquiátricos más graves, como un TAG,
un síndrome completo de ADM o un TDM.
¿Antidepresivos o ansiolíticos?
Ansiolíticos serotoninérgicos
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Por otra parte, un agonista parcial de la serotonina, la buspirona, se reconoce
como ansiolítico generalizado, pero no como tratamiento de la depresión o de los
diversos subtipos de trastorno de la ansiedad.
Ansiolíticos noradrenérgicos
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La clonidina resulta especialmente útil para bloquear los aspectos
noradrenérgicos de la ansiedad (taquicardia, pupilas dilatadas, sudoración y
temblor). Sin embargo, resulta menos potente a la hora de bloquear los aspectos
subjetivos y emocionales de la ansiedad. Se ha utilizado con éxito para reducir los
síntomas adrenérgicos provocados durante la desintoxicación del alcohol, los
barbitúricos, la heroína o las benzodiacepinas.
Receptores benzodiacepínicos
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Hay múltiples formas moleculares de receptores benzodiacepínicos, y existe un
continuo debate acerca de cómo las diferencias en la composición de
aminoácidos de los receptores benzodiacepínicos pueden dar lugar a diferencias
farmacológicas en la unión de los ligandos y en la actividad funcional. Pueden
existir hasta cinco subtipos de receptores benzodiacepínicos, incluyendo tres con
perfiles farmacológicos claramente diferenciados.
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Los receptores GABA A están dispuestos como columnas helicoidales alrededor
de un canal de cloro que es, en sí mismo, una columna de columnas. Tras la
ocupación del sitio receptor GABA A por las moléculas de GABA, las columnas
del receptor GABA A interactúan a su vez con el canal de cloro para abrirlo un
poco. El aumento resultante de la conductancia del cloro que se produce en la
neurona tiene lugar rápidamente, y es inhibidor de la descarga de esa neurona.
Cerca del sitio del receptor para el GABA no se encuentra únicamente el canal de
cloro, sino también otro receptor de neurotransmisor, denominado sitio de unión
del receptor benzodiacepínico. Los sitios de unión del receptor benzodiacepínico
también afectan a la conductancia del cloro a través del canal de cloro. Sin
embargo, el sitio de unión del receptor benzodiacepínico no logra esto modulando
directamente el canal de cloro, sino modulando alostéricamente el sitio de unión
del receptor GABA A, que a su vez modula al canal de cloro. De este modo,
cuando una benzodiacepina se liga a su propio sitio de unión en el receptor
benzodiacepínico, un sitio de unión vecino al del receptor GABA A, no ocurre
nada si el GABA no se encuentra unido también a su propio receptor GABA A.
Por otra parte, cuando el GABA está unido a su receptor GABA A, la unión
simultánea de la benzodiacepina a su sitio de unión benzodiacepínico alostérico
causa un gran aumento en la capacidad del GABA para incrementar la
conductancia del cloro a través del canal.
54
cloro. Cabría esperar que los agonistas inversos benzodiacepínicos fueran no sólo
ansiógenos (que crean ansiedad), sino también proconvulsivos, activadores (lo
opuesto a sedantes) y promnésicos (que promueven la memoria, contrariamente a
los amnésicos). Estas últimas acciones han sido consideradas incluso como una
posible estrategia terapéutica para trastornos de la memoria como la enfermedad
de Alzheimer. No obstante, estos agentes serían potencialmente peligrosos si
promovieran simultáneamente la ansiedad y los ataques convulsivos. De hecho,
las pruebas clínicas iniciales en humanos han inducido algunas reacciones graves
de ansiedad a los agonistas benzodiacepínicos inversos.
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en gran medida, y puede que su uso a largo plazo no esté justificado a la luz de
otras posibles opciones de tratamiento.
Bases Biológicas
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ansiedad, generando que se refuerce negativamente la conducta adictiva
(Carlson, 2006).
Tipos de Drogas
sedantes
estimulantes
alucinógenos
afrodisíacos
Algunas son herbales, es decir, que provienen de una planta. Otras son sintéticas,
o lo que es lo mismo, están hechas por el hombre a partir de sustancias químicas.
Muchas son una mezcla de productos herbales y sintéticos.
Estas drogas son sustancias psicoactivas, lo que significa que alteran cómo
piensas, sientes y te comportas. Su efecto en la salud mental es impredecible y
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existe un alto riesgo de adicción. Muchas de estas drogas están etiquetadas como
"no aptas para el consumo humano", de modo que los que las venden y las
suministran pueden burlar la ley y evitarse las responsabilidades de cualquier
consecuencia negativa o riesgos. Algunas de ellas se utilizan de manera legítima
en la industria y el cuidado animal.
Algunas hacen que sientas confusión y turbación, por lo que tienes más
probabilidades de sufrir un accidente o ponerte en situaciones peligrosas.
Estas drogas tienen efectos nocivos para la salud mental. A menudo, los que las
han tomado dicen estar “hechos polvo de la cabeza” después de haberlas
consumido.
Pueden ser tóxicas para los humanos. Incluso las sustancias “naturales” o
“herbales” pueden causar problemas de salud, como fallo renal, coma o en
algunos casos la muerte.
gluglutabis
El cannabis es una planta natural que se utiliza en tres formas principales. El tipo
más común se llama la resina, que viene en bloques o trozos sólidos de color
oscuro. El menos común son las hojas y los tallos de la planta, llamado hierba o
maría. El tercer tipo, aceite de cannabis, apenas se ve en Irlanda.
El cannabis se suele liar con tabaco formando un ‘porro’ o ‘canuto’ y fumar, pero
también se puede cocinar y comer. Hay personas que sienten que el tiempo va
más despacio y también hablan de una apreciación mayor de los colores, sonidos
y sabores. Se puede sentir un apetito desmedido o hambre feroz llamado en
inglés ‘the munchies’.
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Efectos secundarios – El cannabis puede afectar a la memoria y a la
concentración y puede dejarte cansado y sin motivación. Si no estás
acostumbrado al cannabis o tomas un tipo más fuerte al que estás habituado,
puedes sentir ansiedad, pánico o confusión. O tener delirios o alucinaciones.
Éxtasis
Efectos: El éxtasis puede hacer que te sientas más alerta y sintonizado con el
ambiente. Te sientes feliz y tranquilo, con una sensación de cariño hacia otras
personas. Los sonidos, colores y emociones son más intensos. Tienes más
energía, lo que te permite bailar durante períodos más largos de tiempo.
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Heroína
Cocaína
La cocaína es un polvo blanco que se elabora a partir de las hojas de la coca, una
planta que crece principalmente en Suramérica. Se suele consumir inhalando el
polvo a través de la nariz. El ‘crack’ no es una droga distinta, sino que es una
forma más adictiva de la cocaína. El crack, también llamado ‘roca’, ‘piedra’ o ‘base
libre’ se suele fumar. La cocaína a veces se inyecta o se come.
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Efectos secundarios: Debido a sus potentes efectos, los consumidores de cocaína
con frecuencia desean tomar más. Las dosis grandes pueden hacerte sentir
fatigado, ansioso y deprimido, además de agresivo en ocasiones.
Anfetaminas
Efectos: Dependen de cómo se tome la droga. Una pequeña dosis por la boca te
hace sentir más alerta y activo. Dosis mayores inyectadas o fumadas dan la
sensación de una ráfaga de placer. Algunos usuarios de anfetas consumen
cantidades excesivas y se sienten hiperactivos y habladores.
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situaciones peligrosas. Los riesgos de inyectarse la droga son los mismos que los
de las otras sustancias, como la heroína.
Disolventes
LSD
Efectos: El LSD es una droga alucinógena. Algo así como una hora después de
tomar la dosis, provoca un viaje en el cual lo que te rodea parece distinto y los
colores, los sonidos y los objetos parecen irreales o anormales. Durante el viaje
se pueden tener visiones y escuchar voces; el tiempo parece ir más lento o
acelerarse. Los efectos pueden durar unas 12 horas.
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Efectos secundarios: Es difícil de predecir qué tipo de viaje se experimentará.
Durante un viaje malo, puedes sentirte aterrorizado, tener la sensación de que
pierdes el control, te estás volviendo loco o muriendo. Es probable que se
experimente un viaje malo si uno ya se siente ansioso o deprimido antes de tomar
la droga.
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BIBLIOGRAFÍA
a. Bibliografía Básica
Brunton, Laurence; Lazo,John; Parker, Keith. Goodman y Gilman. Las
Bases Farmacológicas de la Terapéutica. 11ª Edición. Mc Graw and Hill,
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