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Trabajo de Español
Periodo I
Grado: 11-1
De parte de Agamenón, el rey itacense Ulises trata de convencer a Aquiles para que se una a la
campaña. En un principio, Aquiles se niega a luchar para Agamenón, a quien odia por considerarlo
un tirano sediento de poder, pero accede cuando su madre, Tetis, predice que, aunque morirá en
Troya, su nombre y sus hazañas se recordarán por siempre. En Troya, Héctor, Paris y Helena
reciben una gran bienvenida por parte de los troyanos. El rey Príamo recibe amablemente a
Helena, pero luego habla a solas con Héctor para decidir qué hacer con ella. Héctor insiste en que
lo más inteligente sería devolver a Helena a Esparta, pero Príamo descarta la idea, argumentando
que si lo hicieran, Paris iría con ella y Menelao lo mataría. Finalmente, decide enfrentarse a los
griegos cuando lleguen, confiando en que Troya se encuentra protegida por sus altas murallas y
por el dios Apolo. Cuando los griegos llegan a la playa de Troya, son combatidos por soldados
troyanos dirigidos por Héctor. Los griegos se hacen rápidamente con la playa, teniendo especial
protagonismo en el combate Aquiles y sus mirmidones. Aquiles permite que Héctor y los soldados
troyanos supervivientes regresen a la ciudad. Los mirmidones saquean el templo de Apolo y
capturan a una sacerdotisa troyana llamada Briseida (prima de Héctor y Paris) y se la entregan a
Aquiles, pero Agamenón rencorosamente se la arrebata con la intención de abusar de ella como
esclava. Indignado por esto, Aquiles decide que él y los mirmidones no intervendrán en la guerra
hasta que Agamenón se lo implore. Al día siguiente, el enorme ejército griego se presenta ante las
murallas de Troya, y Héctor y Paris se enfrentan a Agamenón, Menelao y los demás reyes griegos.
Paris, quien se siente culpable por la situación, propone que él y Menelao luchen en un combate a
muerte por el derecho a Helena. Ansioso de vengarse y contando con que vencerá, Menelao
acepta, no sin antes planear en secreto con Agamenón que los griegos atacarán Troya en cuanto
Menelao mate a Paris. Menelao humilla y hiere a un inexperto Paris, quien finalmente no puede
contener su miedo e intenta huir.
Indignado por la actitud cobarde de Paris, Menelao se dispone a matarlo, pero es asesinado a
traición por Héctor. En la batalla que sigue, los arqueros troyanos matan a muchos griegos y
Héctor mata al poderoso Áyax. Por insistencia de Ulises, Agamenón ordena a regañadientes la
retirada a los barcos. Una vez allí, Ulises dice a Agamenón que, si quieren tener posibilidades de
ganar la guerra, deben hacer lo posible por recuperar la lealtad de Aquiles. Algunos hombres de
Agamenón intentan torturar a Briseida, pero Aquiles la defiende y se la lleva a su tienda. Se
convierten en amantes, y Aquiles decide que él y los mirmidones regresarán a Grecia al día
siguiente, pese a las súplicas de Ulises a Aquiles para que se quede y luche.
Esa noche, durante el consejo y a pesar de la opinión de Héctor de que es mala idea, Príamo
ordena retomar la playa de Troya y obligar a los griegos a huir. Para sorpresa tanto de los griegos
como de los troyanos, los mirmidones se unen a la batalla, dirigidos en apariencia por Aquiles.
Héctor lucha contra él y le corta la garganta, pero al quitarle el yelmo descubre que en realidad es
Patroclo, el joven primo y aprendiz de Aquiles. Devastados, los griegos y los troyanos deciden no
luchar más por ese día, y Ulises hace saber a Héctor que Patroclo era el primo de Aquiles.
Cuando el verdadero Aquiles se entera de que Héctor ha matado a Patroclo, se enfurece y jura
venganza. Haciéndose una idea de lo que le va a pasar, Héctor enseña a su mujer, Andrómaca un
túnel secreto para salir de Troya, diciéndole que lo use para escapar con su hijo y con todos los
troyanos que pueda en caso de que él muera y caiga la ciudad.
Al día siguiente, Aquiles se presenta ante las murallas de Troya y llama enfurecido a Héctor, quien
sale a enfrentarse con él y resulta ser un digno rival, pero aun así Aquiles lo mata y se lleva su
cadáver al campamento griego, arrastrándolo con su carro.
Disfrazado, Príamo entra furtivamente en el campamento y se reúne con Aquiles, a quien suplica
que le permita llevarse el cadáver de Héctor a Troya para organizarle un funeral apropiado a su
hijo, además de que le hace ver que sus ansias de venganza contra Héctor no estaban del todo
justificadas. Conmovido y avergonzado por sus acciones, Aquiles accede y además permite que
Briseida regrese con Príamo a Troya y promete 12 días de tregua mientras duren los funerales de
Héctor. Posteriormente, Aquiles da permiso a sus mirmidones para regresar a Grecia, pero él
decide quedarse en Troya, argumentando que tiene una batalla pendiente.
Al enterarse de las acciones amistosas de Aquiles con Príamo, Agamenón se enfurece y afirma que
conquistará Troya 'aunque le cueste 40000 griegos'. Alarmado porque Agamenón podría llevarlos
a la destrucción, a Ulises se le ocurre una forma de conquistar Troya sin que más griegos mueran.
Durante los 12 días que dura la tregua, los griegos construyen un gran caballo de madera y
esconden sus naves para dar la impresión de que se han ido, dejando en la playa soldados griegos
muertos por la peste.Creyendo que los griegos se han ido y que el caballo es una ofrenda para el
dios Poseidón, Príamo decide introducir el caballo en la ciudad para llevarlo al templo de
Poseidón, a pesar de que Paris no está de acuerdo.