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Escuela Superior de Tarot

Academia Virtual EST
Curso de Arcanos Mayores del Tarot Rider
Facilitadora: Lic. Marinela Ramírez A.

Yin y Yang, principios del Universo

Analizaremos el principio Yin y Yang, como unidad

dinámica presente en todas las manifestaciones de la
vida, que se expresan como los opuestos que se
complementan y retroalimentan. A manera de ejemplo
tomaremos para este análisis la relación Yin-Yang que se
expresa en la dualidad femenino - masculino en el tarot,
ya que éste es nuestro tema de estudio.
Todos tenemos energía femenina y energía masculina. La energía femenina, o
energía Yin, es pasiva y se manifiesta en la ternura, la intuición, la receptividad, la
contemplación, la sensibilidad, la empatía, lo subconsciente, la inspiración, entre
otras.
Mientras que la energía masculina, o energía Yang, es activa, y se expresa a través
de la razón, la acción, la conquista, la competitividad, el pensamiento práctico, la
iniciativa, lo consciente, la materialización, entre otras.
Como ves, todos los seres humanos tenemos un poco de ambas formas de energía,
no sólo las mujeres son intuitivas y empáticas, ni sólo los hombres son competitivos
y activos. Todos tenemos Yin y Yang combinados en diferente grado e integrados
en nuestra personalidad de una manera única y particular. Hacerlas armónicas y
equilibradas a nivel individual es lo que nos permite que podamos funcionar en las
relaciones con otros, ya sea en el ámbito de la pareja, en lo laboral, familiar, social,
etc.
Cuando una persona se conduce en su vida de tal manera que expresa
preponderantemente su energía Yin, termina por ser demasiado pasiva, introvertida,
dependiente, falta de iniciativa, lo cual la conduce al estancamiento y al letargo.
En cambio, cuando una persona manifiesta en su vida exceso de energía Yang,
puede convertirse en una persona dominante, voluntariosa, sobreprotectora o sobre
exigente, impositiva, invasiva e incapaz de conectar sus emociones.
Ambos extremos son perjudiciales para sí mismo y para su mundo de relaciones.
Como ejercio personal recomiendo a los estudiantes preguntarse: ¿Cuánto de
receptividad y empatía soy capaz de experimentar? ¿Soy capaz de reconocer lo
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que me dicta mi intuición? ¿Doy rienda suelta a mi inspiración e imaginación en mi

vida?
Y como complemento de ello, ¿Qué tanto soy capaz de expresar esto que siento?
¿Cuánta iniciativa y capacidad de materialización imprimo a las ideas que concibo?
¿Logro expresar lo que mi inspiración me dicta? ¿Tomo las iniciativas necesarias
para dar forma a mis proyectos y avanzar?
Con estas reflexiones haces un balance de tus polaridades Yin y Yang, que podrás
alternar según las circunstancias lo exijan, recordando lo que expresa la Biblia en el
Eclesiastés: hay un tiempo para todo, un tiempo para callar y un tiempo para hablar,
"Tempus tacendi et tempus loquendi"-.
Lo masculino y lo femenino son conceptos contrapuestos, distintos, pero también
complementarios. Los taoístas distinguen en el universo estos dos principios, Yin y
Yang. Uno sería el principio femenino, bello, fecundo, lleno de sensualidad, pero un
tanto falto de voluntad masculina; y el otro, guerrero, transformador, guía del
universo, que aprovecha la materia informe del principio femenino, le da forma con
la guía del principio formador masculino.

Yin y Yang, principios que rigen el Universo

Los principios masculino y femenino están implícitos en la vida desde la propia
concepción. Al igual que han dado explicación a la propia concepción del
cosmos que nos cobija. Hay quien ha llegado a comparar los meteoros que
arrastran la vida de un planeta hacia otro a espermatozoides; y los planetas serían
inmensos óvulos. Sea esto fantasía o no, lo que no hay duda es que hay dos
grandes principios que rigen el universo: lo masculino y lo femenino; uno disemina
y otro acoge, incluso en sus propias entrañas.

Yin y Yang en el Tarot

El emblema del tao (Figura de la derecha) representa a los opuestos en perfecto
equilibrio. En él Yin (segmento negro) y Yang (segmento blanco) poseen una parte
del contrario. De ese mismo modo en el Carta del Arcano II La Sacerdotisa, la
columna negra tiene la letra “B” inscrita en blanco, mientras la columna blanca lleva
la “J” en negro. Los opuestos en equilibrio forman la totalidad, uno conduce al otro.
En ese sentido, son una unidad La Emperatriz y El Emperador (madre y padre), La
Luna y El Sol (el día y la noche), La Torre y La Estrella (destrucción y renacimiento),
el Diablo y la Templanza (lo material y lo espiritual).
Sin el opuesto no hay unidad como, no hay luz sin sombra. La vida se gesta por la
unión de una célula femenina y otra masculina. Por se afirma que Yin y Yang son
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energías opuestas, pero no opositoras o contrapuestas: se complementan, se

necesitan mutuamente y cooperan entre sí.
De la igual manera estos principios se muestran en múltiples circunstancias y
facetas de nuestra vida. Siempre hay alguien produce algo y alguien más que lo
recibe; alguien toma iniciativas y otro se beneficia o se perjudica con ello. Esto
significa que siempre hay un yang (activo) y un yin (pasivo) en cada interacción
humana. Incluso en nosotros mismos actúan estos principios de manera
coordinada, como por ejemplo en nuestro cerebro.

ATRIBUTOS DE LO FEMENINO Y LO MASCULINO

A lo largo del Tarot, las energías Yang y Yin están presentes de diversas maneras.
Comprender estas energías permite captar mejor lo que los arcanos significan y
cómo se relacionan. La siguiente tabla resume los atributos de lo masculino y lo
femenino que serán desarrollados más adelante a través de os aportes de diversas
fuentes. La tabla ha sido dividida en dos sectores por razones de espacio.

Atributos de las energías

Yang / masculina Yin / Femenina Yang / masculina Yin / Femenina
Hombre Mujer Mundo material Mundo espiritual
Dador Receptivo Realización Imaginación
Acción Contemplación Actividad externa Impulsos internos
El sol La luna Razón Intuición
Seco Húmedo Cerebral Visceral
Trabajar Soñar Luz Sombra
Creación Inspiración Calor Frío
Dinamismo Calma Independiente Integrador
Lado derecho Lado izquierdo Verano Invierno
Activo Pasivo Fuego Agua
El ánimus El ánima Abierto Cerrado
Consciente Subconsciente Superficie Profundidad
Racional Emocional Rápido Pausado
Consciente Subconsciente Vigilia Sueño
Racional Emocional Rudo Suave
Argumentativo Espontáneo Ruido Silencio
Conquista Seducción Celebración Oración
Intelectual Sensible Social Familiar
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Fuentes que aportan información más detallada al respecto.

1. Como se lee en El Kybalión, obra fundamental de La filosofía hermética, el
principio de género “…encierra la verdad de que al género se manifiesta en todas
las cosas, los principios masculino y femenino están siempre presentes y en plena
actividad en todos los fenómenos y en cada uno de los planos de la vida.” 1
Según estos principios, todo tiene un polo masculino y otro femenino. Ellos son
opuestos, pero no opositores. Son complementarios.
El Principio masculino (yang) es: positivo, creativo, firme, inteligencia.
Principio femenino (yin) es: negativo, receptivo, blando, amor.
Cada vez que en clases menciono el calificativo de “negativo” se presta a confusión,
ya que la mayoría de las personas consideran que negativo es sinónimo de malo,
dañino, perverso e incluso destructivo. Pero no es así. Se emplea el término
“negativo” para hacer referencia a lo no revelado. Como en la fotografía, la imagen
en negativo es el resultado fotográfico no visible aun, pero la imagen está latente en
él. Se requiere de un último proceso químico para que la imagen sea evidente,
reconocible, clara: el positivo. La fotografía, para ser revelada, necesita del negativo.
Igualmente lo masculino y lo femenino coexisten y se complementan.
Estos dos principios nunca están solos, en toda la creación están presentes ambos
y se manifiestan de forma complementaria, se necesitan y se entrelazan para formar
un todo armónico. La vida sería imposible si no se unieran una célula masculina y
otra femenina para formar un embrión; la corriente eléctrica es imposible si no se
unen un polo negativo y uno positivo.
2. En la filosofía oriental son denominados Yin, elemento femenino, y Yang
elemento masculino. De acuerdo al I Ching, el libro de las mutaciones, ambas
fuerzas, energías básicas del Universo, están en constante movimiento y se
combinan para impulsar los cambios constantes de los patrones de vida. Yin y Yang
se manifiestan en la naturaleza, en el tiempo, en la vida humana. Todo en nuestro
mundo es Yin o Yang, energías que se muestran como noche y día, oscuro y claro,
negativo y positivo, femenino y masculino, frío y calor, pasivo y activo. No se puede
entender el uno sin el otro. Se necesitan entre sí y juntos le dan equilibrio y armonía
al universo.
3. En la concepción Wicca, y en general todas las religiones paganas, se venera
a un Dios y a una Diosa; dos poderosos aspectos de la tierra y el Universo. Las

1 Tres Iniciados, El Kybalión, México, Edit. Oriçon, 1995, pág. 119.

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fuerzas de la Diosa y el Dios hacen una especie de yin yang, energías femenina y
masculina, dos fuerzas opuestas y complementarias, interacción de fuerzas que no
pueden existir una sin la otra. El Dios y la Diosa son el aspecto masculino y femenino
de las fuerzas de la naturaleza. El Gran Espíritu es la Unión de ambos Poderes.
4. De la filosofía Junquiana se desprenden los conceptos de ánimus y ánima que
son las energías masculinas y femeninas que todos tenemos internamente. El
ánima es el aspecto femenino en el inconsciente de todo hombre y el ánimus es el
aspecto masculino presente en el inconsciente de toda mujer.
El ánima puede ser representada, o personificada, como una joven chica,
espontánea e intuitiva; usualmente se asocia con una emocionalidad profunda y con
la fuerza de la vida misma. El ánimus puede personificarse como un viejo sabio, un
guerrero, etc., y tiende a ser lógico, muchas veces racionalista e incluso
argumentativo.
Ánima y ánimus son los arquetipos a través de los cuales nos comunicamos con el
inconsciente colectivo en general y es importante armonizar con él. De estos
arquetipos depende nuestra vida amorosa, pues cuando nos enamoramos, en
especial a primera vista, ese impulso amoroso obedece a que nos hemos
encontrado con alguien que ha llenado nuestro arquetipo ánima o ánimus de forma
satisfactoria. Obviamente se trata de algo inconsciente.
En nuestra sociedad, desde muy pequeño, al hombre se le reprime la expresión de
su lado sensible y emocional (“los hombres no lloran”); es decir su lado femenino.
De ese modo se les enseña a identificarse exclusivamente con su lado masculino
que expresa sentido práctico, fuerza, decisión, agresividad, actividad,
intelectualidad, generador de forma y estructura, dinámico, conquistador, dirección,
acción. Por su parte, a la mujer se le inculcan las funciones tradicionalmente
femeninas, con lo cual aprenden a identificarse en forma exclusiva con su lado
femenino que se manifiesta en intuición, expresión de las emociones, sensibilidad,
receptividad, cooperación, belleza, pasividad, delicadeza, nutrición, fertilidad,
entrega, servicio, fluidez y empatía.
En virtud de ello, tanto el hombre como la mujer se sienten incompletos, pues no
han aprendido a expresar su propia energía complementaria, y terminan por buscar
en sus relaciones alguien que les aporte el equilibrio interno del cual carecen. Para
poder encontrar la armonía necesaria, ambos sexos tienen que aprender a
encontrar y desarrollar en sí mismos aquellas cualidades que buscan en su
compañero del sexo opuesto. Esto es la integración de las energías masculinas y
femeninas dentro de nosotros.
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5. En Feng Shui 2 para comprender las implicaciones de las energías Yin y Yang
vale la pena ahondar un poco en la forma como se conciben en Fen Shui.
La energía yin
El Yin denota profundidad, tranquilidad, oscuridad relacionándose con la luna, la
noche, el agua, el lado femenino, el color negro o azul, la voz suave, los movimientos
tranquilos, la tierra, el sueño, el alma, invierno y otoño, etc. Además se asocia con
la sombra, los sentimientos, el sexo femenino, la calma y la quietud. Asimismo
corresponde al clima frío y los sabores dulces. La música suave, relajante,
armoniosa, de compases largos. Los aromas florales también contribuyen a crear
un espacio yin. Se le considera ideal en recámaras y áreas de descanso, masaje y
relajación; es por ello que, en lo referido a la vivienda, la parte yin de la casa
corresponde al área trasera, más alejada del ajetreo de las calles.
Los materiales y texturas que nos sirven para este tipo de atmósfera son los pisos
de madera, los tapetes y las alfombras hechas con materiales naturales.
La luz tenue e indirecta, las plantas, gasas y cortinas de tela, al igual que los
edredones, conviene que sean suaves y afelpados, de algodón o lino. Todos
aquellos motivos o patrones textiles de hojas, flores, rectángulos y la gama de
colores oscuros o conocidos como tonos fríos, mejor si son azules, verdes, grises,
en tono pastel o negro. Los muebles de madera, ya sea natural u oscura, platos, así
como la cubertería o ensaladeras, conviene que sean de ese material o de bambú.
La energía yin evoca a los sentimientos, los pensamientos, la filosofía, la meditación
y la comunicación. En negocios y profesiones se relaciona con psicología,
astrología, filosofía, terapias, masajes, psiquiatría, literatura y arte.
Los jardines también son áreas que nos proveen de este ambiente yin, que nos
permite nutrirnos, recargar "pilas", para luego dar paso a la energía yang, la de
actividad, movimiento y dinamismo. Ambas se dan vida y lugar la una a la otra. El
yin sin el yang no es posible que se dé, ni viceversa. Las dos se nutren y
complementan a la perfección.
Combinando ambas energías yin y yang, se desarrollan espacios balanceados y en
armonía. Es recomendable evitar caer en excesos: ni muy yin, ni muy yang. Dentro
de un espacio yin existe yang y dentro de un entorno yang existe yin, así como el
día da lugar a la noche y viceversa, así fluye nuestro entorno.
Patrones hacia extremo yin: Algunos síntomas de una actividad en exceso yin
pueden ser falta de movilidad, depresión, tristeza, gusto insano por la oscuridad,

2 Fuente: www.fengshuinatural.com
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consumo de alimentos fríos, uso de colores grises y apagados, voz baja, frecuentar
vida nocturna, etc.
En referencia al espacio, las soluciones podrían ser incrementar la luz en
determinadas áreas de la vivienda, evitar una distribución de mobiliario que crease
obstáculos, eliminar objetos estancados y trasteros, buscar colores más luminosos
o alegres, ventilar adecuadamente el espacio, no abusar de cuadros y objetos
otoñales (el simbolismo influye de una forma sutil), revisar la cercanía de lugares
como cementerios, zonas ruinosas, agua estancada, etc. En definitiva se buscaría
una dosis de energía más activa y vital (yang) creando un nuevo equilibrio.

La energía yang
El yang denota actividad, movimiento, luz, y por tanto se relaciona con el Sol, el día,
el color rojo, la voz fuerte, el estrés, la vigilia, la vida, el fuego, el ruido, el verano, lo
masculino. La energía yang corresponde a la alegría, la festividad. Se asocia con el
calor, con los sabores salados y picantes, así como nuestra manifestación externa
y la relación social. Es la fuerza masculina, la música rítmica, bailable, alegre.
Despierta emociones y sentimientos ligados a una gran actividad, aquella en la que
la persona se siente deseosa de moverse, de hacer cosas, de no parar. Los aromas
frutales, fuertes y frescos, contribuyen a diseñar una atmósfera yang.
El espacio yang es ideal en áreas en las que habitualmente se reúnen varias o
muchas personas, como en una simple sala o salón de una casa, un comedor, un
estudio o un gimnasio, da igual que se trate de espacios públicos o privados. En las
viviendas o en cualquier otro tipo de edificación, el yang corresponde a la parte
frontal, a la fachada, la más cercana a la calle. Ya dentro de la casa o inmueble, los
materiales y texturas asociados a esta energía son los pisos de loseta, mármol,
piedra, texturas duras y firmes; mesas de cristal, los objetos metálicos, las
persianas. Las paredes con texturizados o terminados lisos. La luz brillante, directa
y los muebles firmes y rígidos. Todos aquellos motivos o patrones textiles de
triángulos, cuadrados, círculos y la gama de colores brillantes o conocidos como
tonos cálidos: amarillos, rojos, naranjas y blancos. Asimismo, se asocian a la
energía yang las vajillas realizadas en cristal o porcelana, todos los objetos de barro
y las cuberterías de acero o plata.
La energía yang fomenta y facilita las relaciones públicas, la interacción social, la
alegría, la fiesta, la fama, la imagen social, la comunicación y el brillo. En negocios
y profesiones se relaciona con ventas, comercio, relaciones públicas, publicidad,
atletas y comunicólogos. Influye con fuerza en la forma de actuar y en las modas.
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Patrones hacia extremo yang: Algunos síntomas de una actividad en exceso yang
pueden ser el estrés, el nerviosismo, consumo desequilibrado de alimentos fuertes
como carnes, alcohol, mariscos o picantes, falta de sueño, uso de colores rojos,
ausencia de cortinas y protección en la vivienda, música demasiado alta, abuso de
juegos, apuestas, conducción rápida y temeraria, etc.
Consejos de aplicación al espacio, serian luz suave e indirecta, uso de tonos
pasteles, cortinas que procuren intimidad, dormitorios sencillos sin elementos de
dispersión como televisión u ordenador, música tranquila, cocina con abundancia
de frutas y verduras, entornos de poco ruido, etc. Se trata de buscar patrones yin
positivos que corrijan la balanza.

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