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INCUMPLIMIENTO DE LA LEY

Una persona tiene diversas razones para cometer un acto ilícito, y aunque tenga
buenas intenciones, no dejará de ser un acto contrario a la ley. No importa qué tan
grave sea la infracción, pues sus efectos podrán incrementarse, generando un efecto
onda.

Sin embargo, las personas construyen una serie de excusas razonadas, esto es, un
elenco de justificaciones que utilizan cuando cometen un acto ilícito y pretenden
excusar su conducta. Con ello, distorsionan la realidad e incluso pueden llegar a
considerar como correcto el acto erróneo.

Una vez que tienen una razón y una justificación para su conducta, realizan en acto
ilícito, contraviniendo los principios del Estado de derecho y la cultura de la legalidad.
Por eso es importante que los Servidores Públicos actúen con integridad, asertividad y
de acuerdo con la normatividad.

Una consecuencia relevante de realizar actos ilegales es el efecto dominó de los


mismos (Leeson y Dean, 2009), el cual se puede definir como la caída o el descenso
que sufre el Servidor Público al cometer una infracción leve, la que, de forma
progresiva, derivará en una infracción cuyas consecuencias serán irreparables. De este
modo, una infracción iniciará una cadena de eventos que culminará en un evento
posterior indeseable.

En este sentido, una cultura de la legalidad, a saber, desembarazada del Estado de


derecho, no proporciona las condiciones suficientes y necesarias para edificar
estrategias para la prevención de espacios de violencia en Colombia, lo cual constituye
una de las consecuencias más complejas e impactantes de no contar con una cultura
de la legalidad activa y robusta.

En el 2016 los ingresos del narcotráfico fueron aproximadamente equivalentes al 2%


del PIB del país. Para 2017, equivalían el 5% del PIB del país. Los municipios
afectados con cultivos ilícitos registran mayores niveles de pobreza que los demás y
existe una mayor brecha en las necesidades básicas insatisfechas” (Ruta Futuro:
Política Integral para Enfrentar el Problema de las Drogas, p. 1).
Violencias secundarias

El aumento en el consumo de sustancias psicoactivas, siembra de cultivos ilícitos,


economía ilícita y crimen organizado generan otras formas de violencia (violencias
secundarias), pero del mismo nivel de gravedad que, al final, deterioran el desarrollo
humano y la vida cívica. Este documento aborda, en aras de delimitar objetos de
estudio, algunas de esas formas de violencias secundarias. Específicamente las
relacionadas con el aumento del consumo y las economías ilícitas, por tratarse de dos
violencias sintomáticas de la ilegalidad y la corrosión del tejido ciudadano. El aumento
en el consumo genera:

Síndrome motivacional. Las sustancias estimulan gratificadores neuroquímicos,


denominados, también, circuitos de recompensa (dopamina, serotonina, acetilcolina,
glutamato). Además, estimulan zonas importantes del cerebro (ganglios basales,
amígdala extendida, corteza prefrontal). El cerebro se acostumbra a estos métodos
(consumo) para sentir bienestar. Es lo que se denomina una “recompensa artificial” o
“recompensa ilegítima”. Al dejar de consumir, el cerebro disminuye su capacidad para
producir recompensas naturales, generando en la persona irritación, angustia,
desánimo y depresión (National Institute of Drug Abuse, 2019).

Tropismo. Por ser sustancias psicotrópicas generan tropismo en la psique. Esto


significa cambios en la percepción, reacción y relación de la persona consigo misma y
con sus entornos (Jaramillo, 2019).

Dependencia física y psíquica. El paso del consumo a la dependencia pasa


desapercibido por el consumidor mismo. Esto aumenta los riesgos para la salud y los
riesgos sociales y se hace necesario recurrir a la ayuda médica con la cual se le
propone a la persona seguir un tratamiento bajo control médico y psicológico, para que
la persona pueda retornar a una vida social normal. Los riesgos de recaídas son altos,
y varios episodios de atención médica suelen ser necesarios para poner fin a la
dependencia (Gómez, 2014).
Comorbilidad. El consumo de sustancias psicoactivas potencia los desórdenes de la
personalidad. Esto quiere decir que una persona que tenga cualquier trastorno de la
personalidad y consuma sustancias, tiene altas probabilidades de potenciar su
desorden psicológico (Jaramillo, 2019).

Deterioro cognitivo. Cambios en la estructura y función neuronal de la


neurotransmisión. Trastornos psicóticos. Trastornos relacionados con el consumo de
sustancias.
Los trastornos psiquiátricos concomitantes han sido encontrados en la mayoría de los
usuarios de drogas ilegales. En relación con el consumo de cannabis, en especial el
uso frecuente y prolongado, se ha observado una asociación con síntomas psicóticos y
se sospecha que el uso de cannabis cumple función causal como elemento detonador
en un pequeño número de episodios psicóticos (Gómez 2014).

1. Violencia. En el 2002 se publicó uno de los estudios referentes, hasta la fecha


(2019), sobre las violencias asociadas al problema de drogas. La investigación estuvo a
cargo de la Universidad de Maryland y analizó, concretamente, la violencia entre
individuos por abuso de cocaína. La investigación concluye así:

[…] este estudio examinó factores asociados con violencia expresada entre 125
hombres y 125 mujeres recientemente inscritos en tratamiento. Aproximadamente el
85% de la muestra reportó una situación significativa de conflicto, y más del 32%
reportó incidencia de violencia física (…) Los resultados proveen información
importante sobre los factores asociados con la expresión de la violencia entre hombres
y mujeres en tratamiento por abuso de sustancias ilícitas, y parecen estar
especialmente indicados para pacientes que reportan consumo de alcohol, y consumo
concurrente de alcohol y cocaína (Chemark y Blow, 2019).

2. Enfermedades infecciosas. “Las prácticas no seguras de inyección, los contactos


sexuales sin protección y las inyecciones diarias múltiples aumentan el riesgo de
enfermedades infecciosas, como las causadas por el virus de la hepatitis B (VHB), el
virus de la hepatitis C (VHC) y el VIH (Gómez, 2014).

3. Problemas familiares, sociales y laborales. […] La encuesta de la DNE del 2008


contiene algunas preguntas que permiten evaluar la magnitud y frecuencia de los
problemas y riesgos. La encuesta preguntó a quienes consumieron alguna sustancia
psicoactiva durante el último año si habían tenido algún problema en la casa, el trabajo
y el lugar de estudio. En promedio, 30% de los consumidores tuvieron problemas en el
hogar, el trabajo o con terceros. El tipo de problemas difiere según las drogas
consumidas (Camacho, Gaviria y Rodríguez, 2011).

Teniendo en cuenta lo anterior, algunas otras violencias secundarias relacionadas con


el consumo, son:

• Accidentes de tránsito.

• Enfermedades hereditarias.

• Disturbios públicos.

El aumento de la economía ilícita y el crimen organizado genera:

• Ilegalidad. Se practican modelos económicos ilícitos, esto es, contrarios a la ley.

• Ilegitimidad. Se imponen prácticas por vías de hecho.

• Homicidios.

• Desaparición forzada.

• Desplazamiento forzado.

• Ecocidios.

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