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Rta Segato

Contra-pedagogías de la
crueldad

promet >
libr o s
Seato, Rt
Contrapedagogí de  celdad I Ra
Ra Sega
Segato.
to. - a ed  
Ciudad Autónoma de Buenos Ars: Prometeo Lbros 2018.
1 12 p ; 23 x 1 6 cm.

ISBN 978-9
978-987
87-5
-574
74-9
-911 1-5

 Gnero 2 . Feminimo 3  Filosofa


Filosofa de la Cultura.
Cultura. l  Ttulo.
CDD 30542

 Armado: Mónica Dombrover


Corrección de galeras: Liliana Stengele

©De esta edición, Prometeo Libros, 2018


Pringles 521 (C 183AEI), Buenos Airs, Argentina
Tel. (54-11) 4862-6794 /Fa: (5411) 4864-3297
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Derechos reseados
Índice
Presentacón
Crueldad: pedagogias y conta-pedagogias... .  . . ..... .9
.   .    

Contra-pedagogías de la rueldad lase l...  .  ..... .17


     

Contra-pedagogías de la ueldad lase 2............57

Cotrapedagogías de la ueldad lase 3 . ... .. . .   . 87


.       

(See de tres clases dctadas para la Facultad Lbe de Rosao el 25,


26 y 27 de agosto de 201)
Presentación
Crueldad: pedagogías y conta-pedagogías

L fr

Este libro coloca a disposición del lector tres cases oecidas en


l Facultad Libre de Rosario en agoso de 2 0 1 6 . Para los nes de
esta publicación, las clases eron reescrias en su totaidad. n di
ha reescritura acompañé el itinerario temáico de as exposiciones,
ero i competando as lagunas evitables que dejamos a hablar
Tbié gramaticalicé la expresió, porque la palabra hablada es,
unas veces, sorprendentemete a-gramaica y anieséia. Pero
tuve, en a medida de lo posible, el estilo de la oralidad.
E las clases he trazado u paorama de mi recorrido por emas
  debates desde la investigación para mi tesis doctoral hasa el pre
sete. A hacero, me he detenido en algunas experiecias y reexio
 es, bañadas aquí apenas por una luz de bastidores, uz esquiva a
teso co que delimita con claridad os bordes de las firas
uando son raadas por a tecnoogía teua qe se ha impuo
o en a academia n ee sentido, esas tres cases repreenan na
ubordinación, se acogen a Derecho a a Desobediencia y em
renden una huida no siempre exitosa en dirección a a conversa
ción iberaria pore no sjeta e o d discrso a otra coa que
 o sea s capacidad de nombrar o qe para e ineroor rá
econocibe. Nos han robado e iemo, y con e iempo e e e
Rita Segato

arte y e pacer de conersar Podemos recuperar todaa ago de su


creatia incerte.
Oecí las tres cases aquí transcriptas y reisadas en a Facultad
Libre de Rosario e 25 , 26 y 2 7 de agosto de 2016. Eas dan testi
monio de estímuo creatio que recií de los asistentes y de os
organadores Aproecho esta bree presentación ara hurgar en e
diccionario en bua de paabr capaces de exprer mi aadecimien
to y  admiración a los jóenes que me recibieron y eron antrio
nes en la Facuta Libre, representados en a gura de Adriano Pei
rone Aún e tiempos sombros, mi estao de ánimo se recupera
cuando recuerdo a dedicación de esos jóenes a a tarea de mante
ner o e espacio comunitario de a Facutad, que permite a circu
lación y el debate de os conocimientos a traés de los canales el
compañerismo y por medio de un gesto educatio que resiste y
rechaza a mercantiización del saber tan en la pauta teno-académi
ca e nuestros días.
A pesar de que reisé, eité, reescribí y complementé abunante
mente las notas transcriptas para garantiar su comprensión, las tres
cases que aquí se pubican representan bien a deria de mi manera
de exponer a lo largo e muchos años Uso e término deria para
describir o que en inglés llaman "stream of consciousess, tradu
cibe como "fujo de consciencia, y estoy conencia de que per
mite ago próximo a ua conersación en un nie no penamente
consciente con as presencias en a saa pio venia a los ectores
sin toerancia para todo lo que parezca esoterismo Naturalmente,
en a ersión escrita, como dije, por quedar suspendida hasta cierto
punto y soo hasta cierto punto a c-presencia de os interocutores,
e diálogo subterráneo entre a expositora y su público, he reisado
cada párra, cambiando su redacción y completando su sentido
Cor-o   

El tema

Lamo pedagogías de la creldad a todos los actos y prácticas que


sean, habitúan y programan a los suetos a transmutar lo vivo y
 vitaidad en cosas n ese sentido, esta pedagogía enseña algo
e va mucho más alá del matar, enseña a matar de una muerte
srituaizada, de una muerte que deja apenas residuos en el lugar
 into L trata y la explotacin sexual practicadas en estos días
 son os más perfectos ejemplos y, al mismo tiempo, aegorías de
 que quiero decir con pedagogía de la crueldad Es osible que
 explique el hecho de que toda empresa extractista que se esta-
ce en os campos y pequeos pueblos de América Ltina ara
rucir commodities destinadas a mercado global, a instaarse
ra consigo o es, inclusive, precedida por burdees y e cuero-
sa e las mueres que allí se oecen
Cuando habo de una pedagogía de a crueldad me reero a ago
y reciso, como es la captura e ago que uía errante e imprevi-
e, como es la vida, para instalar alí la inercia y la esterilidad de
a osa, mensurable, vendible, comprable y obsoescente, como con-
ee a consumo en esta fase apocaíptica del capital l ataque sexual
  a xotación sexual de las ujeres son hoy actos de rapia y
smicón de cuerpo que consttuyen el lenguaje más preciso
 qe a coscacón de la va se expresa. Sus deyectos no van a
eerios, van a basuraes
L repetición e la violencia roduce un efecto de normaación
  asaje e crueldad y, con esto, promueve e a ete os
a uraes de empatía indsensaes para a empresa rea-
ra La cead atua es irectamente proporcioa a rmas
 o narcisístico y consumsta, y a aislamiento de los cuaa-
 eante su esensiliación a suimiento de os otros Un
o stórco iriido or la mea el víncuo coo reala-
ó e a elcad uta aca un royecto histórico irido or a
a  a cosas coo ra e accón 1.

' Paa una extensión sbe el tema, ve " L pedaggía de l a cueldad", entevista que di
Rt egat

L sueción de l esons  l condición de mecncí imues-


ta  ls myoías or el cácte ecio del emleo y del slio, sí
como el etoo y ensión del tbo sel, semiesclo y es-
clavo, tmbién son ae de lo mismo L edción de teitoios
que hst ce oco enecín como escios de igo comu-
nl, y de aises como insciciones de la istoi, es deci, como
libos de histoi,  su conesión en commodities po l elo-
tción etctiista en ls mins y el gonegocio son cets de es
cosificación de la vitalidd chmámica Incluyo aquí tmbién l
alieación, robo o cncelción de l uenci del tiemo vitl, en-
uadrdo hora, encceldo , or los pecetos del capitalome-
titividd, roductidd, cálculo de costo/eneficio, acumulación,
concentación, que conscn l uenci que llmamos "tiempo
e la que toda itlidad está inmes L edgogí de l cueldd
s, etoes, la que nos hbitú a esa disección de lo ivo y lo
tal, y prece ser el camino inescapble de l modeidad, su últi-
mo destino
El aradiga de xplotción ctul suone una variedd enome
de rms de desprotección y pecaiedd de la vid, y esta modli-
dad de eplotación depende de un pinciio de celdad consisten
te en l disminución de la ematí de los sujetos. Como he aa
do en otas opounidades2, el capital hoy deende de que seams
capaces de acostumbraos al espectáculo de la cueldad en un sen-
ido muy preciso: que atualicemos la expopición de vida, la
predación, es deci, que no tengmos receptores paa el cto comu
icativo de quien es capturdo por el proceso de consumición E-
propia el aliento vital pasa a se visto como un mero trámite que
no comoa dolor, que no puede comunicarse, un acto maquinal,
como cualquier consumición Es o eso que podemos decir que
la estructura de personalidad de tipo psicoático , o vincular de
fectiva en lo que respecta a emociones y setimietos es la perso-
nalidad modal de uestra época o su ncionalidd a la fse actual

2 Patriarcado del borde al centro. Disciplinamiento, teritorialidad y crueldad en la


Contra-pedagogías de la celdad

extrem del oyecto stóico del tl: l relción ente eso


vaciada y transd en un relcón entre ncones, utlddes e
intereses.
Es muy dicil encontrar ls lbras adecuadas ara describir f
e no es nd, l nad maóea restnte del roceso de consm-
ción y obsolescencia en que se a transrmdo la ida en los cen-
ros de la modeidad ¿Acso no ercibimos qe todas las obras
 a más nuea tecnologa inician su roceso de degradación ape-
 as erigidas? ¿No es éste, entonces, un ambiente mortuorio, de de
caenci acelerada?
Natralmente, las relaciones de género y el patiarcado juegan
 papel relevante como escena prototica de este tiemo L ms-
linidad está más disonible para la crueldad orque la socializa-
ción y entrenamiento para la d del sjeto qu deberá cargar el
rdo de la msculinidad lo obliga a desrrollar una andd sgni-
caiva n un escal de tiempo de gran rondidd histórca
tre masculinidad y guerra, entre masclnidad y crueldad, entre
asclinidad y distancimiento, entre masculinidad y baja empa-
ía as mjeres somos empjadas al papel de objeto, disponible y
sechable, ya que la organización corortia de la msculinidad
c a los hombres a la obediencia incondicional haia sus pa-
r -y también opresores, y ncuentra en quélls las ctimas a
a para dar paso a la cadna ejemplaizante de mandos y exro-
piacines
 s sntido, es my importat no gticar la cestión de
r Esto qiere dcir, o cosiderrla nunca era del contexto
á mplio, no erla exclsiamente como na cestión de la rel-
ió tre hombres y mjeres, sino como el modo en qu e relacio-
 s prodcen  el contxo de ss circunstancias históricas No
icar la iolencia de género también qiere decir qe s carácter
imáico s ema y la iolencia deja de ser n miseo cando
ll  ilmia dsde  actalidad del mndo en qe viimos.
E ombre ampsinoindígna a l o largo de la historia colonial
 sro continnte, as como el de las masas rbanas de trabja-
r prcarados, se ven emasclados como efco de su subordi-
 ió a la regla del blanco , el primero , y del patrón, el segndo
Rita Segato

patrón blanco o blanqueado de nuestras cosas Ambos se redi


men de esta emasculación, de esta vulneración de su condición so
cial, laboral, incompatible con las exigencias de su género mediante
la olencia. Ante el avance de la pedagogía de las cosas, como tam
 bién podríamos llamarle a la pedagogía de la crueldad, el hombre
indígena se transrma en el colonizador dentro de casa, y el hom
 bre de la masa urbana se convierte en el patrón dentro de casa En
oras palabras, el hombre del hogar indígena-campesino se coner
te en el representante de la presión colonizadora y despojadora puertas
dentro, y el hombre de las masas trabajadoras y de los empleos
precarios se convierte en el agente de la presión productivista, com
petitiva y operadora del descarte puertas adentro
A esto se le agrega la expansión de los escenarios de las nuevas
rmas de la guerra en América Latin, con la proliferación del con
trol maoso de la economía, la política y de amplios secores de la
sociedad La regla violeta de las pandills, maras, sicariatos y to
dos los tipos de corporaciones armadas que actúan en una esfera de
control de l vida que he carcterizado como para-estatal, atraviesa e
inteee el ámbito de los vínculos domésticos de género, introdu
ce el orden vilento circudante detro de casa Es imposible hoy
aborda el problea de l violecia de géero y l letalidad e au
meto de ls mujeres como si era un tem separado de la situa
ció de itemerie de l vida, co l susesió de las ormativas
que d reisiildd y mro  ls getes detr de u gramáti
ca comartid
Al hablr de l edggía de la crueldd  odems olvidaos
de mecir  ls medios masivos de irmción, con su lecció
de raiñ, scio y taque  l digidd ejecitds sobre el cuerpo
de ls mujeres Existe u culo estech, u idetidd comú,
etre el sujeto que gole y mat a u uje y el lente televisio
Tambi rm rte d ese dañ l ictimizció de ls mujees 
ms de los femiicids co espectácul tlevisio de  de tr
de o de domigs desués de is Los medios os debe u
xlicció sre por qu  es sile retirr  la mujer de ese
lug de ctim sccil, exuesta  la piña e su cas, e l clle
y e l s de televisió de cd hogr, dode cda u de ests
Ctra-eaggla e a ruea

o por una agenda peiodstica que se ha vuelto ya indefendible e


oenible
A parir de lo dicho, ¿cómo enonces concebir y diseñar co n  ra
pedagogí capaces de rescaar una sensibilidad y vincularidad que
 oponerse a las presiones de la época y, sobre odo que
ian sualizar caminos aleaivos? Son uro los ema que
lo a la posibilidad de insalar en el mundo esas corapea
oí. Me referiré a ellos de rma muy sucina y ric má
  como una convocaoria para juar eserzos y eguir 
io El exo de las clase podrá dar pisas para neer mejor
o e propongo
1. L onrapedagoga de l cruelad endrá que ser una conr
peagoga del poder y por o ano ua conrpedagogía del
priarado, porque ella se onrapone a los elemenos di
iivo del orden pariarcal: mandao de maculinidad cor
poraivimo maculino, baja empaa, cruelad, inensibili
 buroraimo isiamieno ecnocracia rmalida,
uiversalia esarraigo eesibiizaión limiaa vincu
lridd El pariarcado omo e armo eriormee3, es
 primera peagogí e poer y expropiaió e valor ano
e u el logeéi omo oogeéi e l primera
eió de jerarqu auque la eura e ea jerarquía haya
io muado en la hiori4•
2. L experincia hisóric e la mujere porá enr el ejem
plo e ora rma e per y uar colecivamee Ua po
iiia e clve femein e -o por esencia sino por expe
riecia hiórica acumulaa5- en primer lugar ua políica
e arraigo espacial y comunirio ; o e uópi io ópica ;
prgmáic y orienada por la coningencia y no prinipia
 u moralidad; próxima y no burocráica ivsia en el

3 Vr  estructuras elementales de la violencia, Buos Aires: Prometeo 2003 y 2013


4 Vr L Crítica de la Colonialidad en Ocho Ensayos y una Antropología por Demanda,
Rita Sgato

ocso más qu n l oducto; y sob todo soluciodo


d oblms y sdo d l id n lo cotidino .
3. s mues mos idnticdo nusto oio sufiminto
y blmos d él. Los ombs no n odido clo. Un
d ls cles dl cmbio sá bl nt todos d l ictimi-
zción d los hombs o el mndto d msculinidd y
o la nst estuctu cooti d l ti msculin.
Eiste iolencia de géno intgéneo, y l ime ctim
del mndato de msculinidd son los ombes: obligados 
cuase l cto cootio y a obedece sus eglas y ea-
quías desde que ingesn a la d en sociedad. Es la mili
la que los ea  sto.  inicición  l msculinidd
es un ánsito iolentísimo. Es iolenci  más tde a e
ee al mundo Mucos ombs oy se están etiando del
acto cooatio, mcndo un cmino que a a tans-
ma la sociedad. Lo cen o sí, en ime luga. No o
nosotas Y así debe se
4. De una ma esquemática s osible deci que xisten dos
oyecos isóicos en cuso en el lanea, oientados po
concepciones divegentes de bienesta y felicidad el proyecto
histórico de la cosa y el proyecto histórico de los vínculos, di-
igidos a metas de satiscción disinas, en tensión, y n úl-
tima instancia incomatibles El poyeco históco cenrado
en ls cosas como meta de satiscción s ncional al caital
y oduce indiiduos, que a su ez s tansmaán n co-
sas. El oyecto istóico de los ínculos insa a la ecipoci
dad, que oduce comudd. Aune  iablete
de  bia, con un ie en cada camino, una conta
pedgogía de la cueldad tabja la consciencia de que sola
mente un mundo ncul y comunitaio one límites a la
cosicción de l d

En Bsili, 1 3 de febeo de 2018.


Cntra-pedagogías de la crueldad. lase 1

Psar n conversación

uenas tades a todos, muchas gacas po veni Ojalá que po-
os constui un pensamiento en conversación, que es la mejo
era de pensa, poque pensa no es ota cosa que contesta. Al
 o de muchos años de expeiencia como educadoa y confeen
 i he compendido que los cuepos en copesencia conversan, y
e la exposición nunca es, en ealidad, un monólogo en el esticto
eio de que el exposito habla solo, es un enunciado solitaio.
L presencia de su audiencia, con sus gestos, miadas y copoali
es, habla y se maniesta en el discurso del oado, basta con que
e tenga el coaje de abandona los papeles que ha pepaado y se
eregue a la deiva de es inteacción sutil que es la escena del
 oferencista con su público En ese sentido hay una dimensión
perrmática, y po lo tanto ocue también lo que se conoce como
tge fight, "miedo escénico, que es el sufimiento psíquico que
prouce el atavesamiento de la ontea ente un estado nomal de
 osciencia y un "estado alteado o "alteativo de consciencia al
ue he llamado "estado de habla y Mauice Blanchot, en su pecio-
o liro El Espacio Literario (1955) descibe también como un um
 rl que se ataviesa cruzando la expeiencia lmite de la muete del
ujeo cotidiano y el enacimiento en la piel del sujeto liteaio en-
e l papel en blanco n mis téminos: un "estado de escitua
E ésta una vaiante muy semejante, aunque no tan acional y sí
lgo ás esotéica, del concepto de dialogismo mulado po
Rita Segato

Mikhail Bakhtin Este concepto bahtiniano, lejos de hacer referen


ciaomo se malinterpreta muchas veces a una relación de diálogo
entre sujetos que conversan, exuma otra realidad subyacente al acto
de conversar: revela que cuando alguien habla, en su enunciado se
encuentra inscripta impresa como el negativo de una tografía,
podría decirse la figuraon sus proyectos e intereses de su inter
locutor: en l que dice puede leerse a quién se lo dice, y siempre hay
este "a quien. Se trata, en realidad, de dos voces que se entrelazan y
se oyen, a dúo la del hablante y la del interlocutor, siendo ese el
significdo real del dialogismo bakhtiniano En el caso de un profe
sor  de un conferencista, que creemos estar ente a un público
silecioso, el estar juntos aquí pemite la irpción, inesperda y no
provocaa eliberadamente en un principio, de una interlocución
subyacete, de una subyacencia e ujo que nos atrapa a todos y
os hace conversar en esa napa subterránea de la realidad Una poli
nía que va a ser registrada por mi voz.

Déjenme, entonces, en mi deriva, hasta que encuentre


su cauce, como el auvión en la quebrada
Me imagino que, como viene sucedie en los últimos tiem
pos, han venido a escucharme por mis trabajos sobre violencia y
género, pero quisiera dejar claro que nunca he tratado de ese tema
en aislamiento ni es ese el único tema a que me he dedicado En el
centro de mis preocupaciones se encuentra también la cuestión ra
cial y la pemanente colonialidad del pder y del saber, el eurocen
trism com ma de dominación itelectul que corroe nuestra
escala de valores y nuestra rma e enseñar e las escuelas y univer
sidades. Por eso incluí, entre la literatura e poyo para este semina
rio, mis libros L Nación y sus Otros (2007) y L Crítica de la Colo-
nialidad en Ocho Ensayos (2015), así com tras publicaciones
anteriores en las que venía ya trabjand el tema de la raza y de la
discimiación.
E esa líea,  sl ctenid, sino y  la pa, el modo e la
euciación e u saber es ccial Es indispensable preguntarse sie
pre de qué maera es posible representar mejr l que uno ha com
Corgog   

s rizado más que los hombres a entretejer el ensamieno


  vid No soy esencialista, ero creo que la historia de las
jrs y l hisoria de los hombres son dos hisorias diferentes,
 enretejidas y constituyendo un mundo único, y que la
r n que las mujeres estamo dentro del ensamieno es osi-
 menos burocráica L hisoria de l burocrci no es la
s  ls mujeres, no es la isori de los ems femeninos; es
 sri d priarcado Por lo ano, moco l isoria e es
 s  sori nuesra L istori del esdo es  sor d
ro  e ADN del esado es arircl
rmos, nonces, rabjr esas cuestiones deendiendo e
 rplciones que aqí suan Quiero datrme a las execta-
s  se úbico que no conozco, ero tmbién traer  ese
   visión mliad de as rmas de discriminación y
s  nos feca. Por n do, e venido rbjndo el
   iscrimnción rci, de s jerrquís no nombradas
  presenes denro de nuesrs nciones en Amérc Ltin
  c comprndo lo ue he llmado,  en un exo de
1999, " mrz de aleriddes de res nciones: Esdos Unidos,
Bs  Argn He comprdo  rm en que  léxico, ue es
 s   odos s píses e coninene  sor sus
rs lnco, negro, meszo, criolo, ndígen, meroolia
, prn, cpino, nerro,  pesr ser un vocbulo
  prec rmir  iaes smejans, se organiz e
s cines ifrs m rsdo e s isris 
gr  rgnizcón e ca ncón del coninee . E rs
rs,  d pís e sgic  rfrene de cd u  ss
s,    u se csel  ls curs u s sp
,   mbé ls jrruís  rpresa  e modo 
  rsonn, s parcur  prop, m resudo de
 sr 

1"Identidades plíticas y alteridades históricas. Una crítica a las certezas del pluralism
a Anuáo Antropológico 97, Temp Brasieir Rí de janeir, 999; más tarde
Rt Sgto

Po oto ldo , e estdo eeionndo sobe el géneo, y es inte-


esnte el eco de que solo muy ecientemente co cz los
dos cminos de un mne convincente  m mism: cuz el
oden ncionl eublicno y sus  r de disciminción y eclu-
sión, con el tem de l subodinción ticl y los cmenes con-
t ls mujees y cont todos quellos que desfn el oden ti-
cl oque consideo que tnto los feminicidios como los cme-
nes omobicos, los sesintos de tvestis y de esons t
son todos címenes de mismo tio, es deci, címenes del tic
do cont todo quello que desfí el oden, l jequí ticl
No e  m tn sencillo lleg  un hermenéutic de los cces
que esultn en lo que llmmos hoy "inteseccionliddes, oque
sin entende efectmente el cmino istóico en que se oiginn,
el discuso de l inteseccionlidd me ecí istiscoio , mec-
nicist y un tnto vcío
 llve  entende es elción, ese cce, es l esectiva d
l ctic decolonil; un esectiv que en mi cso lleg de ls
mnos de Aníbl Quijno,  quien consideo su rmuldo más
coheene Muchos utoes n habldo de aza, de cismo, de co-
loni, de colonizción En nuesto ís, uno d los imeos que
hbl sobe el cismo incstdo en l ley es el juist gentino
Eugenio Rúl Zoni, que, en su libo En busca de l pen perdi-
 (1998) clific de "neocolonilidd la elidd que ls cáceles
eesn. Zafoni se efiee al cáce neocolonil y concen
cionio de ls cáceles Los caibeños Fanon y Cesie son m
bién efeencis ndmentles  entende l vinculción ent
colonilismo y cismo No obstnte, consideo que es Quijano
quien, en su ntiva nlític, d un coheenci extodini a
todos los elementos de l constelción colonil y muest como
éstos gavitan en oo de l az Si bien este uto, como él mismo
h conocido úblicamen, ncuenta dicultdes l inent vin
cula su peseciv a los tmas de géneo y colocala en diálogo co
el ensamino fminisa, ha cuido a ensados como Maia
Lugones y quin aquí ls hal a bona el la ctica dcolonia
con el ensmieno feminist y viceves Eso se debe  que ensa
la cuestión de géneo es una de ls teas más comlejs, y ensla
Contra-pedgoglas de l cedad

l e ente el peamiento deolonal  la cítica del patiarca-


 es probablemente la más ceativa  soisticada de las contibu-
ines el emnismo contempoáneo,  es en esa pespectiva que
e sitú  desde ella les hablaé aquí. Entonces, la pespetiva de la
lnialidad nos permite entende las relaciones e géneo en su
le e sentio, que es la historia olonial.  flóso rgentina,
ente de la Uiversidad del Estado de Nueva York en Bigha-
tn, M Lugones ha sobresalio en ese campo . C ella, a pe-
ar e teer una relación amistosa, el heho e optr u en-
e semejante, como explicaré, o os ha llevao a un pleno acuer-
 antenemos, sí, u paril uero Creo que es posible expli-
r esa divergencia , a la que me eferié más tade, por la difeencia
e netras prácticas disciplinares. E mi caso, omo ntropólog,
el aterial etnogr áico me llev en un ireción que no ompeba
la prposición entral de la tesis e Lugoes2•

Género: ua atropóloga e bsca de u ombre


A ablar de m trabajo como antropóloga y l experiencias como
óra que me llevan en una dirección no coincidente con la au-
ra, isiera hace una breve retrospectiva de cómo e mi camino
 ómo, desde un principio, tomé una senda que me llevó hasta
is psiciones del presente El tema de mi tesis docoral, defendida
 1984, e una comunidad reliiosa ao basilea, una eligión de
Oras junto a la que realicé trabajo de campo en la ciudad de
Reif, en el nordeste de Brasil, en res oporunidades diferenes enre
976  1980, permaneciendo en la comunidad durante varios me-
e en da ocasión. Llamé al conjunto de sabe's y normas de esta
iead de culto aficano en Brasil "códice aoamericano  un ó-
ic africano en América, por la gan estabilidad y coherencia entre
rs spectos de su discurso sobre la vida. Mi co inicial e el
o de la uilización por parte de los eles, del panteón religioso
 ría nativa de l personalidad, es decir, una etnopsicoloa.

' Heterosexualism and the coloniamode gender system", Hypatia, Vol 22, Nº 21
Rita Segato

Entend que un complej nrti mtic sobre cd diinidd tr
zb su perl  medinte su tibución  los inicidos, permit
reconocer el "quién es quién de ls presencis en un unierso so-
cil muy cótico, en usenci de quells instituciones sociles que
estructurn ls utins y los nculos: mili, trbjo, escuel, i
iend y ecindrio Recife es un polo importnte de recepción de
migrción inte y lujo constnte de persons, y ese códice reli
gioso obrsilero oece un rcionlidd que pemite orgnizr y
dr estbilidd l mbiente humno, un mbiente difcil de ordenr.
All me encontré tmbién con ls mujeres y con un litertur
que y exist desde los ños 403 sobre l sexulidd msculin en
es religión, y con utores diersos que se refern  l homosexu
lidd de los hombres prcticntes de l religión obrsiler. No
obstnte, poco o nd se hb dicho sobre l sexulidd de ls
mujeres. Lo que en mi investigción encontré e un comunidd
en l que el género se orgniz de una rm otalmente diferente a
como se lo orgniz en el mundo occidentl, una rm ajena, en
quel empo,  mi propi sión en ese momento, odava muy
argenin y muy conservdor en lo que respecta  pauas de "nor
mlidd y diferenci, como he mosrdo en mi eo "Una vocació
de Minor , que luego incluí en La Nación y sus Otros Argentia,
sin embrgo, es preciso decir, ha cmido mucho desde eonces
en lo que respec a aquell ia ncional co relación a la difere
ci, al "diferene, o "ia tnica, como le he llamado e ese msmo
liro
Resultó, almee, edente que mascuidad y feminidad sig
ican, en ese códice, algo muy diferee al paró hegemóico
pariarcal, y organizaan u universo de afecos, deseos y papees
muy distantes y heterodoxos con relació a la paua ormativa e
oo y por era de la comuidad de culo Allí, como defed
primero em mi tesis doctoral de 1984 y despus en "Inveado a

3 Ver, por ejemplo Te City of Women, de Ruth Landes (1947)


• A Folh Teory of Personality Types. Gods and teir Symbolic Representation among members
of te Sango Cult of Rece, Brazil Ph.D Thesis In Social Anthropology he Queen's
Cntra-eaggas e a cruea

Nralza5d 1986, ael social, ael tual, al oltico, -


lidad y ointación sxual se esentan en estratos desamaa-
 y oinals d múltiles maneas, en un contast otente
  l rma n qu s ncuentan nyesados n nusto oden de
 loialmodooccidentalizado En sa comunidad eli
 rasilra no xista tal yso, omo tamoco xistan el
riiso iológico ni l sncialismo d la sxualidad y d la
lid Todos sos omonntes del "génro a allí, como
  sidolo , statos óvils que omonn a la prsona
   ropazas asante mutal , n l qu masulinidad y
id ostituyn los dos olos de un continuum ntr los
  s  la posiilidad d tránsios múltils . Dntro d los
  rfrias xtremas d sa polaidad masculinofmni
    vrdad nuesa manera d esarlo, lo qu existn son
ias d gado, transiciones Mi camino n la comrnsión
l r vin d lo que arnd all y omo suelo decir, tine un
ipio fliz, ¿en qué sntido? Digamos que se dmocratizó mi
i, s liró mi comrensión d lo qu s se mujr, de lo qu
  hor y d lo qu es la sxualidad. M nconté con un
 lir, innitamn más sostiado, omplejo y liaio
 l oidnal, inluyndo n sta ida de "occidental la mode-
  los Dchos Humanos
 rioso, y sto lo h rmorado muy reientmnte, ro
 o  ontré con u ampo dond lo que llamé "transitivi
  géro ra la noma, no tna a mano ningún oncepto
  pra dscriir lo qu haa acaado de ntndr Reordmos
  plara "génro o la ida d ua "toología d Géro o
 sios d géo no s encontraa resns  l voaula
i éio d los años 70. A lo sumo s haía hablado de la

' "nventand a Natureza: Famlia Sex e Gner ns Xans de Reife. uáo
Antropológico/85. Ri e janeir: Temp Brasileir 1986; más tarde publiad en mi
 Sntos e Dimoes (Brasilia EdUnB, 995 y 2005); en inlés m Inventin
ture Family Sex an ener In the Xan ult cta mecaa (Estlm) Vl. 5
º , 1997; y nalmente en españl m "L Inenión de la Naturaleza un de ls
Rta Sgato

 relatvdad de o "oe de géeo, de "Seo y epeaeo co


Margaret Med, y e epezaba a euda la "uje, ro e cocep-
to de géero o e abía etabecdo  e o a aropológ
 co  e la cítca feta al pcoal, o, po lo eo, ee
 proceo e ecotraba apea cado S be ya e abía publca
 do El segndo so, de Soe de Beauvor, la teozacó y deatu-
 ralzacó de lo que e er ua ujer recé epezaba y yo o e
 abía ecotrado aú co gú tpo de etudo que ablae de
 etos temas. olo uco depué, icluive depué de "L  ve-
 ción de la Naturaleza, oaete e 1990,udt Butler ublcaría
 su ndaetal obra Gender Tuble. Por lo tato, en la eguda
 itad de los año 70 o teía cóo tratar n como obrar lo que
 aía encontrado en i capo eogrfco Antroóloga de ra-
 ón, me regntaba: ¿cóo lo llao?, ¿co qué categoría, o
 qué vocabularo voy a ablar de esto que etoy vedo?, e decr, del
 e de que las persoa reenten artculacie aleatorias entre
 una orientacó sexual, una eronaldad dentfcada por la parcera
 entre un r de la abeza y un orxá coadyuvate o "adjuntó, u
 oransmo olóco ue solo uega un ael en la dvó del
trabaj rtual y un ael social que ermite a muer u hombre en sus
 mucas variedades ejercer el liderazg líti de la coudad.
Pr lo tant, me reguntaba: ¿dónde, en u estructura se abla de
 ner com una odcaión artrara, m una posió en u
 sistema de relaiones? Y  reordé la graátia, on sus sustatvs
 masulins  emeos, n sus artíulos masculnos y femen
 n, donde masulio y feenno on atruds or regla arbtra
 ras. Teniend omo referencia la raátca, y no cualquer etudo
 rev ue utl esta erspectva, me ropue ablar de géero
 como algo o deterado e la bioogía y í e ua etructura de
 designaión aritraria de scines en un amp relaional Me
 die: en esta siedad, el éner no tee ada que ver con el sex
 anatómi, el ner n está anlad, er sí está desgnad, por
 que ls oriss del culto son asul y femenos, auque alg
 ns de ells en las narratvas mtlógas, trasitarn etre la mas
 uldad y la feedad de dversas r o tuven aires que,
 en uestro tea de peaeto, llaaríao "ooexuales
Contra-pedagogias de la crueldad

 r es que am que es e e campo que descubí l que


  l inveció de la atualeza  lo que Butle etedó cm
 e rter erfrtvamete ctudo de l posices de gée-
 .  rtir de esa expeeca cal e icátca tda a lectua de
  vnce teóics que ecueto e Europa al llega paa cme-
  rnar ms mateaes y escbir la tess cm por ejeml
  ti eiista al pscaálss la lsfía femnista y la crítca
einit  l atrplogía me resulta ya mlares y de cil lectu
  e el camp me había eseñado a trasitar r esa cítica
 entctiva a ati de os pecepts del códce abrasiler.
L te e las autas posestctualstas y decstucstas cn
erea vinier a casa c l que e el campo ya estaba pla-
e l cplejdad y divesidad que puede asum la cotruc-
 i e ner
eá había e la lteatua festa que se estaba poduce-
  en ee etces y e mucha de la que se produce aú ho u
n eívc: ada teía que eseñales a las mujeres co las que
 ía cnvvdo e el campo. Fue muy dcl atavesa ese dis-
 r y difícl coca bajo u sgo de itegació el "po-
 e ttibudo po e pesamet de modedad avazada
  iicil cuestioa os aptes de esa modeidad Más dc
tví rque esa mdedad se vedía y ea cmpada a u pe-
  lt a edida que femsm iba saliedo de la calle y se tas-
a en u ch teóco paa la ctccó de caeras acadé-
   la mía també u ecía su cciment aha al
 er e empeo de las ONG, así cmo e múltples isttucio
e el estad A ese femsm emegete ya establecd y bie
 eunerad e a vestgacó e la doceca y e la gestió le
 elt uy dfícl etede y acepta que comuidades  ide-
iic c el pecept cloialmode vstas com clietela
tencial aa sus sabees o sempre se ecueta e la pscó
 e tener que apede so que muchas veces tee alg que ese-
s. Y es es así e pate poque la propa sobevveca a-
 ier de las las del femsmo blaco e sttucoa depedó y
ta deede pesadamete de su "msó czatoa
Rta Segato

L categoría "género y las trampas de la noción de


cultura
Se va colocando así el dilema de pensa los pblemas de la muje,
peo, al mismo tiempo, desencializa, desbiologizar la noción de
"muje en un pincipio mediante la categoía "géneo Es impo
tante entende, ente a los ataques po izquieda y po deecha, que
géneo no es ota cosa que una categoía analítica que petende dar
cuenta de cómo epesenaciones dominantes, hegemóicas, orga-
nan el mundo de la sexualidad, de los afectos, de los oles sociales
y de la pesonalidad En un pimer momento, lo que hicimos e
opone el sexo efeido al oganismo biológico, a lo que los biólo-
gos llaman "dimorsmo sexual al géneo, peeneciente al campo
simbólico como relación ente posicioes Luego, este pime mo-
delo encuenta su límite, poque pasamos a pecibi que es el dise-
ño del campo simbólico el que ogaiza la clasificación de los cue-
pos, captuándolos en el modelo dimóco, binaio, cuando s podí
habla de una vaiedad abiea de fr copoales Actualmente, l
discusión se sitúa en el hecho de que el mapa cognitivo que el géne-
o oece es binaio omo veemos más rde, binaio pa la es-
uctua de mundo de la colonialmodeidad, peo dual, y no bi-
naio, en las comunidades poduciendo posiblemente una ineci
en el intento de ompe la matiz heeosexual y libeta así la clau-
sua binaia de la clasicación de sexualidades, pesonalidades, se-
sibilidades, papeles y la ma en coche. Lo que sucede es que, como
oda categoía analítica, su papel es mapea los diseños que ancla
los compoamientos otogándoles vocabulaio, identifica las nor-
mas que pauan la vida social Ya en el último subtíulo del segundo
capítulo de L Estructuras Elementales de la Violencia, "Andogini
como ciculación po los egisos del géneo , hablaba yo pecisa-
mene del contaste ente el caácte jo del géneo como referencia
como pauta, y la uidez incontenible de la vivencia humana, qu
pemite a todo sujeto vivencia tánsitos afectivos, sexuales, com
potamentales y sociales mucho más libes, aunque ni siempe cons-
cienes o tansfeibles al lenguaje Como apendí de la gente de l
comunidad elios aobasilea con que tabajé, toda pesona tie
Cta-pedaggas de la ueldad

sición de géneo, y cula, en us venca, po egtos


 es de géneo, aunque e tate de tánitos caente de un
 aio especíco. M allá de l coplejdade del debate obe
   e acabo de eeña uy uaaente, tabén o
 rogeivaente de "ujee en plual, sin perdeo de
  sectia cítca fenta.
Hs entendido así que e po el pa del capo sbólco
 aún ransita p un oden que decbí en L Estructuras . . .
  rehitoa patriarcal de la huanidad ue leemos tanto
   como tabén nuesto popo ogano. En la rehist-
  acal de la huanidad la atófa, el odenaento de la
 st egido po la asietía de géneo. Se podía dec que este
  eruico de géneo es "cultual, po u caácte abtao,
 s ci, orue eaa de nor cultuale. Sn ebago, e nece
 i recaveos con elación a algunas tapas de la eplicacón
 ues ella "noaliza, e dec, paa de contabando la idea
   saos ente a alguna a etablizada de "noalidad o
"fr   ser ue e encuenta en una dienón inalcanzable po
  siento cítico. Es el eecto de un elativso cultual al
i, coo eplco en i teto sobre innticidio indíge
6 icdo en L Crtica de la Colonialidad en Ocho Eayos,  y
 itiz ntre los siete coolarios de i aguento allí. A parti de
  xión e emendí para contrur el aguento de ese teto,
 s c  aabra "cultua. Tomé esa decisión o razones políti
s   e término "cutura, a esa de tener un asecto ue
 sr a poyecto de a atdeena de los puebos enciea
i co dije ciertas trmas es tiende al ctraismo,
 s snónimo de ndamentaismo. L imortane es enender
 s s pueblos, toda as sociedades, se ncentran en el
  i, s decir, en un cnstante rcs de aandono,
cn  stam de costres. Y es mvimiento se da por
  cic ierati. Creer ue hay peo de histoia  puebls

6 Q cada peblo teja los hilos de su histoia: la colonialidad legislativa de los
R Sgto

de costumbrs es un desvío racisa. Todos los pueblos son de cos


tumbres y tienen hsoria. Así, un pueblo no es un pueblo porque
puede ser referio a un patrimonio jo de costumbres, sino porque
se ve a sí mismo como viniendo de una historia comun -aunque
pueda estar acurada por cciones en disensy yendo hacia una
historia común, es decir, porque compae el proyeco histórico de
continuar como pueblo, como sostengo, por ejemplo, en e subtí
ulo "Una palabra sobre indios en el capítulo "Ls uc Pondos
de l R tinoamerica de L Crta d la Coloni
Digo todo eso todo porque la interpreación habitual es que gé
nero es "cultura, e e setido de que sería la rma en que el di
morismo biológco es representado y reglado por la cultura de cada
sociedad Esa idea tiene por lo menos dos límites, si no m  Uno
de elos es que, por un lado, en el campo del género y la seualidad
existen por lo menos cinco universales que acaban comprometien
do los preceptos relaivistas básicos de la antropología, así como
también el relativsmo cuural de la construcción del género. Al
decir "universales no estoy armando que se encuenren en todas
las sociedades, pero sí que su dispersión es planetaria, en el sentido
de que su presencia se encuentra en culturas de los cinco continen
tes. Enumerados de una rma muy sintética, esos universales son:
1  experiencia del amor románico expresada en líricas halables
en odas as civilizaciones en general bajo la rma del amor inter
dicto o imposible, aun en civilizaciones en que la conyugalidad no
se consuma a pair de la elecció indivdual y en las que el indiv
duo, en el sentido occidental, no exise  lírica del amor románti
co es universal aun cuando la nción social de la narrativa pasiona
diere marcadamente de una civilación para otra y al inerior mis
mo de la istoria occidental, y a pesar de que la nción el amor
romántico como ideología n el sentido preciso de lsa cocien
cia- que ndamenta y legitima la unión marial es exclusiva del
Occidente modeo7• 2 .  ula mítica de la Vagna Dentata, que
alude a la peligrosidad de lo femeino. 3. El "mio de las amazonas

7 Existen interesantísimas investi g aciones antropoló g icas rescto de la universalidad


 de l de jona a Lobato, el bello lib Antropolia
Contra-pedagogas de la celdad

 icdo orgnao, cuya deota da nco a la historia de una


ición 4. L unversaldad del conocento de l experiencia
  ioción, un en sociedades en las que la indenci de esa
fr e vioenci tiende a ser nula 5. L adquisición del esttus
cino como esultado de u poceso iniciático de pobcón.
 cinco univesales contradcen el reltvismo o cululismo
oógico elativo al género, así como también l auesta de
s uos decolonaes en la inexstencia de u patacado
i  oceso de Conquista y Colonación de os pueblos tri-
 e Améica y Árca.
 endo límite de la culturlización del géneo es el que he
o  veces "chantaje caciqusta, una espece de extorsón cau-
 e ncla la identidad de un pueblo  sus "costumbres,
 e as costumbes elativas a las relacones de género. s
 e cultualismo es ndamentalsmo, en el sentido de la ten-
 e cncela la hstora, retrando del ujo temporal l hstora
  cicas sociales y abolendo l delbeción ntea s por
 eóeno que he entzado la dea de que un pueblo es un
 o con efeenc  un repeorio nmutable de costumbes,
 o e poyecto mismo de continuar siéndolo El vector de la
i e históico, no cultual, pues l cultur, concepto central
  ooogía, experimenta grndes dicultades en sus reitera-
 enos por retirar de l denicón de cultur el elemento en-
 y cosumbrista, especialmente a taspasa sus hllazgos a
o común del públco en genel He desarolldo esa discu-
 cilmente en el mencionado texto sobre innticidio indíge-
n,  o e los capítulos de  Crtica d la Colonialid.
Rt Segat

De la dicha etnográfca estudiando el género en e


Candomblé en os años 70, al tormeno persistente
de la violenci
 Se despede etoces que povego de ese apedzaje sobe el
tea de las elacoes de géeo que se do peo e el popo
 capo y solo después e el ecueto co los lbos que estaba,
 paa esa sa éoca, coezado a cula. Fue ua época felz,
 poque la socedad que e ecotaba estudado o presetaba
 casos de voleca cota las ujees. Muy po el cotao, e las
 coudades de culto las ujees teía autodad y ua a auto-
 oía de decsó. Muchas ea ldees elgosas de ga ueca
 y espeto. L  poscó de las ujees o ea e a algua subal-
tea o subodada. No obstate, es pecso decr que e tepos
 ás ecetes ha habdo tasacoes, y alguas tess epota
 la pédda de pode de las sacedotsas paa lídees elgosos ho-
 besª. Coo e otos lugaes, a edda que el Estado se expade
 co el "pogesso del PT oecedo secos, recusos y dee-
 chos, y expadedo el acceso al cosumo, e el ejor período que
 heos tedo a pesa de los uchos eroes que se coeteo, se
 costata ua caída de la poscó feea. Esta costatacó co-
tradce uestras cetezas Peo es evdete que, a edda que la s-
ttucoaldad va peetrado e la vda comtara y eso se da de
 la sa ra tato e el udo dígea cmo e el mudo de
l coudades eligosas aodescedete a medda que la ofeta
 sttucoal e co sus solucoes, q s remedos oo
 dgo en os luga, a medda que la moead etrega co a
 ao los remedos para corregi los males qe ya itrodujo co la
 otra, a mdda qe las isttcies rsa l tejo comtao 
 a cuado lo hacen trayendo ofrtas n tos de legslacón 
olítcas úblcas e sttucoes, ls rcesos que smltáeam
te se estalece e el tetoro, como la exasó emprsaral, l

8 Ver, por ejemplo la tesis doctoral de Ada Esther Bueno arduy El oco del liderazo
 sacerdotalfemenino en el XangD de Rec e: la ciudad de l mujeres que no será, defendida en
Contra-pedagoglas de a cruedad

sión medtca y la msionera, con su noción de pecado y otra


ción de la sexualdad, como he defenddo en mi texto El
  a norma", que rma parte de L Crítica de la Colonialidad,
 mres van toando el lugar de las mujeres en aquellos espa-
  tividades en los que éstas enían autonomía y utoridad.
N  olmente en la comunidad de culto aorasilera que he
 urrir ese proceso de expropiación y desalojo de ls mujeres
L  viso tamién en las comundades de la Que  a Puna
, nde la mujer tenía en sus manos e contro e ma
  en cincuenta años la caída de la posición de l muj
 í arupta. Asimismo, en Boliva, un país qu ha xi
 una impresonante democratización en térmnos étnico 
 o, donde las mujeres ocupan argos púlicos, son aproxi-
nte el 50% del parlamento drigen ministerios, y se en-
n en todas las ocinas del estado, es en términos proporcio-
  país con más feminicidios del mundo, poque la media
i de asesinatos e mujeres en relación con el total de os
idios es del 1 7%, ya que los homres mueren asesinados en
 mucho ms altos ue ls mujees en todos los países del
 xcepto en Bolivia donde ms del 50% de los asesinatos
 do con un nrme de a Defensoría del Puelo, son de
 no de hombres9• L  agresividad, las mas de domina-
 scuina han recrudeido extraordinariamente en este últmo
  pesar de los aparentes grandes avances en l sociedad.
S t, omo dje, de fenómeno que desafían nuestas certeza
 i e mo de pensar, si no evsamos nuestras creencia s no
 imos al espejo de la reina mala  que nos dice la vedad o
 oos ue sea, paramos de pensar y de indagar y aamos a
 vlts en círculo. ¿Cómo hacemos para salir d ese íulo sin
? Pues enentando el espejo y peguntndoe uáes de nues-
 nias nos están traiconando. Qué es o qu est ando en
 id que se han toado, qué es lo que toa incontenile la
i contra las mujeres.

9 FMICDIO EN BOUVA nforme Defensorial, publicado por la Defensoria del


Rt Segto

L  preguta que queda pediete de repoder e: ¿po qué a


 medida que el frente estatal-empresarial-mediático-cristiano,  como
he llamado a la otea del etado coloialmodeo e pemae-
te expaió, iumpe e la comuidade y raga el tejido de u
 relacioe de reciprocidad, la violecia de lo hombre hacia la
 mjere e elve má ecuete y la crueldad aumeta?

De la etnografía clásica a una Antro p ología p or


Demanda: l encuentro con la "violencia contra las
 mujers
A inici e la écada de 90, ya eeñado atropología e la
Uiversia e Brailia, recibí, juto a otra colega, ua covoca-
ta para per a dipoició de la Secretaría de Seguridad Pública
 de la ciudad lo que llamo mi caja de herramieta" como atropó-
 loga Se o pedía repoder ua preguta. Ea y otra olicitacio-
 e que iguiero a lo largo de lo año me llevaro a utilizar la
 expreió Una antropologa por demanda  y co ella ubtitular el li-
 bro L Crítica de la Colonialidad en Och Ensayos.  Se o pedía ayu-
 dar a eteder lo alto úmero de violacie e ua ciudad tra-
 parete, ivetada, aicial y my cutodiada cmo e Brailia, co-
truida e lo año 60  para er la ede modeita del gobieo y de
 lo orgaim iteacioale. E Brailia o hay idutria, e de-
 cir, o hay prcció, olamete hay ervici creció e lo már-
gee, pero  plao cetral e pequeño; e ua ga aldea Y,  i
 embargo, el Secretario de Seridad percibe, e 1993, que el úme-
 ro de la queja por violacioe callejera e  rpredetemete alto
 Se acerca etoce a la iveridad reo que fe u pioero por-
 que e  época o era ua práctica comú que u epretate de
 la policía viiera a tocar la puea a ua uiveridad para peguta
 algo a coultao, a la ivetigadora que trabajábamo co
tema relativo a la muje, qué paaba y por qué e Baiia paecía
haber m  deucia por violació qe e Sa Pablo, que e Ro, o
 que e cualquie metópoli del Brail, aú cuado mucho má
 caótica que Braiia
Aí coieza i caio de o que aé atopoog po de-
Contra-pdagogas de la celdad

a  le sentid: el de epond a una "deanda coo "o-


licición"   al hacerlo, taién enta a paicipa activaente en
 lii rencativo o deanda, en e entido de "pleito 
" quer lla . Pr e le añado  endoo la idea de una antropooga

que sne las pregunta que poenen de lo nteese de aque-


os  hasta ahra haban ido u "natvo, u "bjetos de b-
eación   esto , al oecer eas repusta pasa tamén a ju-
gar u  ael e sus reivindicacines y litigio En na nersó del
ode  sa ss ntepelados en el poceo clásco de la es-
tigación  oráca se tanman aí en intepeladores, es ecr
  la  la lentela patocinadora del taajo antopológco. In-
rmción,  calaio y retóicas útle paa u litiio y reivindi
cacio,  ecos a quenes ante fueon nueto "objeto de
studi,  a sentd a nueto taaj co tabajadoe de la pala-
ba L slidad paa a a pae del étodo Solo a una
iscipin  o la antopología puede continua en la ea de los
Derech Hano, en la cual lo pueo no neceitan ya d po-
tavc  es y halan por í o. El pape del antopólogo
como  eedaio e vuelve dipenale, a no er cuando e oli-
ciad   xlar en la contucción de lo aguentos y en a i-
aición  e ls conociento que la gent nceita paa defend-
se  l ndo del lanco
l si ente anécdota uestra en lo que etá en juego Uno de
m antes cuo te ea a olencia policial en Bail, en una
oponi a paicpó coo eado en una eunión ente ce-
tífcos scales  repeentante de counidadefavelad  de Ro de
jaeir. Allí, no d lo lidees counitaio inteupó la exp-
sició  n de lo acadéico paa decile: "Nooto no nece-
tam  stedes, antopólogo y ociólogo, nos digan por qué
som lents Ya abe lo que no paa. Nooto neceita-
mos  stedes no expliquen có nciona el Etado para po-
der  rlacnao con intitucone que no copendeo toa-
  cn la que necitao trabaja Eo  una deanda.
Soo  cesta que cooqueo a dpoición nueta caja d a-
mie scplina y no dejeo intepela.
Rta Segato

"Disponibilidad y Antropología por demanda: la


preeminencia del otr
He dedicado algunos de m úlimos exos a hacer una críica de
la universidad, a su sumisión al sisema de evaluación dirigido por
ecnócraas impueso por la rerma universiaria de los años 90 y,
en paicular, a su acaamieno acríico a la disión mundial del
trabajo inelecual. Hay sociedades, espacios geopolíicos desina-
dos a producir cegorías eóricas. Y oros espios, los nuesros,
que esán desinados a consumir caegorías eóris. Una de las ra
zones por las que eso pasa es porque, nsiosos por engnchaos
on los linjes de pensadores del nore geopolíico, no escuchamos
ls peguns que nos llegan de las inmedioes desde donde pen
smos nosoros. Si escucháramos las preguns que nos llegan, nos
veríamos oligados a raajar de ora rma. Y no sería posible
responder esas pregunas con fichas de leur e uores europeos
o noeamericanos Si lo hiciéramos, el coomeno limiado por
una cama de Procuso, en la cual las imensiones del sujeo pen
sane se encuenran prejadas de anemno y l exensión de su
cuerpo se verá ampuad si osa exceder esos límies, o serí
pra responde las preguns que os llegn el msmo suelo que
pismos. N el onenido de ess respuess ni el esilo del disurso
al conesr podrían sobrevir a la inevle mpución. En m
io, cundo nos hacemos disponibles ene l osro el oro , par
usar l expresión levinasiana que inspiró m exo Antrop ologia e
Direitos Humanos: Alteridade e Ética no Movimento de Eanso dos
Direitos Universais1 0, accedemos a pensar lo que l visera eurocén
ric haía siuado era de nuesro campo de sión, habí ampua
do de nuesro cuerpo cognoscene.
En el exo que acabo de ciar, propongo ese rierio para el cam
po del Derecho y, en especial, pra los Derechos Humanos Argu
meno que el moor de la expansión de los Derechos Universales es
la resisencia que el rosro del otro nos opone: su desafío, su opaci
Conta-paoa  Ja a

 dad y su preguta. Su iterpelació y su diferecia. Cada puebo,


ada uo de osotros, represeta ua uaidad parcia, iitada;
 solo al abrirse a a icoodidad de otro, co su diferecia y su
 deada, e ese gesto expasivo, acogedor, atrió, esa uai-
 dad expade su iteigecia y su capacidad de copresió de
 setido de a vida.  ese texto deedo a idea de que asta e la
 adea m pequeña existe dos pulsi étic: l de l confordad,
l ética coeadora, odiete; y la de la isatiscció, iquieta en
 la búsqueda de caios acia u udo ás beigo para más
gete. sa ética isatisfeca es estiulada, desecadeada, por el
 desafío de otro, co su diferecia. s ua ética peraeteete
 insatisfeca co lo que so co lo que e eseñar a ser y ve e a
 diferecia del otro, co sus demadas, lo que todavía le lta. Lo
 lleva tabié, al sujeto, a preder o tatos persoajes de la
lmografía coteporáea: sspear de sus cips impatados,
 de memorias ipatadas, localizar esos prograas, evaluarlos éti
amete, y desactivarlos cuado reproduce u udo ás dañi
 o que beevolete. Aí sí, mi disciplia, que es la atropología,
iee u papel ativ que, cuad ooad e disurso coo va
 lr, puede llegar a ser iegablemene éti y plític, pues la deo
olgía que rige el trabaj del antrpólog es y debe ser, por su
 episteme discipliar, la idenifiaión y la defesa de u udo
humao que es, por naturaleza, plura.
Durate asi uatro años, entre 2 0 1 3 y 2017, trabajé e la elabo
 raión de u peritaje atroplógi ara un Tribual de Mayr
Riesg" e Guaemala que uzgó l que e noce com E Cas
eur Zar"11. ¿Pr qué l reuerd ahra? Prque el argument
 pluralisa e, al al de cuentas, el eement enral de eritae
 antrplgi y e éner que tuve a mi ar. Fue n e argu

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R Sgto

 mento pluralsta que advertí, en esa parte de m exposcón, qu


tocaba la voluntad del trunvrato de jueces, y no con la razón bené-
ca, ya que, como sabemos ho la teología del captal despreca las
 razones cartatvas, y los valores que su teología sustenta mpregnan
 las conscencas de los actores más nsospechados. Lo que advertí
 es que la razón benéca hoy no es una raón suciente porque es un
 valor dsnconal al proyecto hstórco del captal y sus dspost-
 vos asocados: la razón compettva, la razón modeadora, la ra-
 zón desarrollsta, la razón calculadora, la razón acumuladora y la
 razón concentradora Pues éste es un mundo defuertes,  regdo por
 el mercado. Por eso, me parecó mportante en el juco señalar que
 esa guea, ese genocdo, esa contundente prueba de la contempo-
 raneidad permanente de la Conqusta, con todos sus modos de ac-
 ón, con todas sus  de celdad, que tuvo lugar en Guatema-
 la en los años 80 l Vetnam de Amérca Latna qe elmnó pue-
 blos, aldeas enteras, sn remordmento, e un "atentado contra el
 pluralismo También explcar que los atentados contra el plurals-
 mo tenen consecuencas para toda la humandad como espece, es
 decr, consecuencas con relacón a un nosotros en nuestra caldad
 de homo sapien.
La cuestón es que, s la razón pluralsta es, para algunos, los de
 buen corazón, entendda como una razón benéfca, para aquellos
 que no ven en el corazón una lógca aceptable no representa un
 argumento convncente ¿Cómo entonces, los vamos a convencer?
No será fácl, debdo tambén al nmedatsmo, cortoplacsmo, de
 su manera de operar Un antropólogo clásco, Claude LévStrauss,
 a quen nade tomaría como un antropólogo crítco, oece, sn em-
 bargo, a partr de su dos grandes conferencias en l Unesco12, un
 argumento que nos se Dcho de manera muy sucinta, el argu-
 mento que LéStrauss con sus conferencas posiblta parte de la
 dea de que sempre hubo catástrofes en la hstora natural a lo ue
 yo le sumaría que ho en pleno antrpoceno, últma era de la hsto-
 ra natural, en la que la presenca humana hace ya su mpacto en el
 ecosstema, la ocuenca de catástrofes podrá ser todavía más e
Contra-pedagogas de la celdad

cuente, siempre hubo catástroes cuas consecuencis e imposi-


ble predecir qué especie podría sobrevirlas; cuáles sucumbirían
 historia natural, después de Darwn, no es mu diferente a una
leta sa de impresibilidad radical Y nada nos hace pensar que
esas catástroes dejarán de existir; todo parece indicar, como dije,
que con l a presencia hun  incluso m ecuentes Con es-
cto a l posibilidad para una especie de sobrevivis, no e u
superioidad, como el dainismo social interpretó, sino su pe-
culiariddes adaptativas a l nuev situació causd por l ct-
trofe Por lo tanto, en l histori presente  en un turo de catásto-
fe, como iempre eon los tuos, es imposible decir cuál de os
pueblos, qué comunidad de la especie tendrá un turo o podrá
alcaar la era tura del planet. Posiblemente no estrá ni en París
ni en Nuev York, posiblemente estrá en un santuario amazónico,
o en una alta montaña, es deci, en un luga aislado No es posibe
sabero, pues la historia naturl siempre e así: una lotería
Por consiguiente, el valor pluralista, la razón para deender un
mundo en plural, es una razón pragmátic, una razón de orden
cientíicopragmático, deivda del hecho de que no sabemos en
qué nicho del planeta ni a pair de qué modalidad de convivencia,
de qué reglas de parentesco , conugalidad  socibilidad resultará
un gpo humano capaz de ctapultarse l tuo poscatástofe
Por eso , en mi argumentación ente a los jueces, me reerí al hecho
de que destir sociedades, comunidades  modos diversos de exis-
tencia siguiendo a LéviStruss, es deci, detir un proyecto
histórico de ser otro, ser d otraforma dentro de la nación, es atent
sobre el valor de la diversidd ccial pra el turo de un nación y
para el turo de la especie

L  violencia me atrapa en el camino


Retomo, entonces, el te del desrol de i investigcio-
nes Hablab de mi pimer expeienci cn un pegunta, o de-
manda, que llegab desde l sociedad, en ese cso, un Coronel de la
Policí Militar por qué en Bsili los números de l violación c-
llejera eran tan altos llá po 1993. Me he dado cuent mu recien-
temente de que, cuando comencé a tb a para responder esa pre
Rit Segato

 gnta, estaba convencida de que se trataba de un problea circun-


tancial, pasajero. Un problea del oento, en una ciudad parti
 cular, la ciudad donde a. Peaba que algo ocasional estaba po-
 vocando una situación de violencia excepcional, que, si bien co-
 prendida y abordada, luego se resolvería, en otras palabras, que
 nuestra contribución tenía por objetivo superar un accidente de la
hitoria En otras palabras, no veía entonces a la olencia de género
 coo un fenóen estructural, hasta que el tiempo, estos casi vein-
ticinco años que pasaron, acabaron por ostraos hoy que no se
trataba de un fenóeno accidental, coyuntural o pasajero, sino
 estructural Sin uda eso e decepcionante, porque un tea que
 me e ropuesto coo algo propio de un momento gaz, que iría
 a ser rápiamente aandonado, se estableció en mi vida y nunca
 más pue ejarlo: el tea de la olencia de género
Fue así que solamente publiqué L Estructuras Elementales d la
Violencia  espués de una década de haber iniciao mi trabajo en la
 cárcel Durante años de trabajo en la penitenciaria e Brasilia, con
 equipos de estudiantes, escuchaos a preos sentenciados con pron
tuario cerrado, con condena cerada por olación Una uena parte
 el libro L estructuras elementales de la violencia  es restao e la
 reexión sobre esas escuchas que de nuevo interpelaron y erosiona
 ron vaias e mis certezas, que son asiism las certezas e los
 meios, e los jeces, e los policías, ue son rmas u i-
 mentarias y superficiales e coprender la violencia sexal y la agre-
 sión a las mujeres
lanteamos, en esas conversaciones con los resos, e nestra
rioria sería llegar, a través el iálogo, a la nteligiia el
 acto e agresión ontra las mujeres Y nestra rmera sopresa e
 encontraos con que el reso tamn sa la neigiiia e
 su ato O  eo es al menos o e nosoros encontrao en la cárcel
 e Brasi: os resos por oain, al sr onona on s "ato ,
 manestaron iulta en entenerlo La nrstas e realizaron
 en oniiones poco suales: on la prta nrara, amohao
 nes en l pso y el garia penitenario ara l rino Como
e na nagacn soliitaa or a oa ma, na on
Contra-pedagoglas de a cedad

 codicioes adecuadas para dialogar cortablemete co los i-


teos Tumos largas coversacioes, si límite de tiempo, lo que
 costituyó ua oportuidad úica de escudriñar el uiverso metal
 de u olador. Y uo de los temas cetrales e precisamete la
 iiteligibilidad de su acto.
Mietras, a partr de mis preconcepciones sobre el tm espera-
 ba respuestas de oto tipo, comezaro a llegar irmaiones que
 resultaro y resulta para muchos, sorprendetes has hoy,  
 sar de los años que llevo intentando explicar lo que allí omn 
 eender, y que se resume e lo sguiete: Yo teía ua sposa
teía varias oas, con mis amigos iba al burdel los vees a l
 oche Etoces, s o teía nsda de ua mujer ¿po qu vio-
 l?" Esa es la respuesta tomda ltalmente de un etvistado que
 me coloca e el camo d omprenón de la violecia sexual hasta
ho Ese camino etra e cotracón co la compresión nstru
 mental de la violació qu es lmntada po los medios y que ani-
 da y domia el stido común dl público y de las autordades. L
 violación es pesada como nsrumental en la satisccón de una
 necesidad, de obo de un scio sxual indspensabl al agresor y
 por lo tato un acto libinal. Pro ninun de ls espuestas de los
 presos conmaba esa ceenc d obo  un seico que es la
 manra habitual con que lo vmos El preso ía no necsiar un
 seicio de es tipo. Y es así qu  suno lntmn sa 
que ataviesa todos mis ttos inlso mis escitos ostrios so-
 bre olencia sexual en ambints contolados po maas y n los
 uevos cotextos bélicos e la volenia omo un nunio s
 deci, l violecia como una imnsón más exps qu nst-
 mental que es ua difeecia cetral para comenr l imen d
 violació. Esto es así porque somos inucdos pmannmnt
 po los mdos a entn todo d un ma simplista e ua
 manea imediata e instrumental mentas, n l muno contm-
 poráeo, el crime más icil d ntender s la volación porque
 o es un crime para algo n el plano materal, so u cimen
 euciaivo que dice algo a alguen. Entonces ¿qu dce la viola-
 ción y a qui?
Rta Sgto

L violación siue esa lóic es or un lado un hecho un aco


n sociedad un aco comunicaivo cuo enunciado ano el enun-
ciador como los desinaarios enienden aunque no por medio de
na conciencia analíica discursiva sino por medio de una con-
ciencia páctica Y o el otro lado la olación no reite exclsiva-
mene a la relacón del aesor con su víctima sino que lo hace 
princialmente a la relación del areso con sus paes los otros
hobres Si l pimera de ess araciones se encontaba ya pre-
sene n los análisis feminisas como el clásico libro de Susan Brow-
ille Agat out W (1975, "Cona Nesta Volnad) la se-
guda es lo qe i odelo le arega o lo qe odica en la con-
cción clásic del feinismo pes retira la centralidad de la rela-
ció agesocta y la transere a la elación agresopares colo-
cdo  los otos hobres como los inteloctoes pivilegiados en
l cicito de inteacciones qe reslan en el acto de violación. De la
er amación conclimos que ese sjeto no es un sujeo anó-
lo coo los medios  el sentido común el iaginario colectivo 
lo etatan: ao solitario aislado desviante y con na sinlar vo-
ccón para el crimen El psiqiara noeamericano Mecher An
tbién ciado por Ssan Bwmiller a había robado en 197 1
qe la mao pae de los violadores actúa en gpo Y eso hoy está
 lejos de aber cambiado Por lo tanto no es n sjeto nóma-
lo  es un sujeto que ejecua s acción en compaña. De la segunda
afimación resla mi crica a la manera en qe las mujeres hemos
aislado la elación hombreujer la relación de géneo  la relación
aesoraredida de n conexo maor prente en ese aco  que es
la elación agresorpaes es deci la heandad mlina la coa-
día de los hombres la loia rmada por el herano aor el veci-
no de enente el rimo  todos aqellos de qienes emana lo que
h llamado mandao de mculindad.
El mandato de masculinidad exie al hombre probase hombre
odo el tiempo; porque la masculinidad a diferencia de la feminei-
dad es n estatus una jerarquía de resiio  se adquiere como n
tlo  se debe enovar  comrobar su viencia como al Esas son
las tesis que ndamenan todas mis otras interreaciones sobre
violencia de género a pai de esa rimea investición Ls inicia-
Contr-pdgoglas de a ced

necesidad de iulación mediane desaos  bas que incluen la


anisocialidad, la celdad de aluna   el ieso. L inicia-
ción emenina en las sociedades ibales se cena  en los en-
dajes elacionados con l madación oánica  los ciclos de vida
de la mujer. Enonces, ese sueo violador esá exueso a un man-
dao de masculinidad, un mandao que le exie exhibir s capaci-
dad, su íulo, su osición masculina ane los ojos de los demás Y
anque el olado acúe solo, oras esencias se hacen senir jnto
a él. Es lo qe he llamado inerlocores en la sombr" . Esa comp-
a qe le exie, que lo reba, qe lo ina. L preba de qe es
hombe es qe será caaz de exraer" o exaccionar n tribo" de la
osición femenina. En la economía simbólica del género, na osi-
ción es femenina porqe de ell circla n tribo en dirección a la
posición masclina, qe lo excciona  de él se nre. L violación
coloca a su vcima mujer m ecenemene, ero a veces hom-
be en la osición femenina, y se nre con el tribto reslane de
es dominación, por ese proceso de redcció. No ha masclini-
dad sin la circlación de ese ribo qe la conse. Y no ha
feminidad sin esa condcción  l posició redcid, sbada:
és es la mariz heterosexl", l mtriz patriarcal, el énero. o
qe hace la violación es, precismente, condcir el cero de mujer
en na posici n femenina; la violción es na acción feminizadora
qe reprodce n aco rcaico.
Cando hablo de masclinidd  de femineidad, como se sabe,
no hablo de esencias, sino de hisorias diferentes: la hisoria de los
hombres  la hisoria de las mjeres Siempre considerando am-
bién la exisenci de vaiaciones imporanes con relación a lo qe
se eniende or n hombe  n mjer. Por ejemplo, la admisión
del ánsio  caraceización de n cero doado de genialidad
masculina a la osición social, sexal  a los roles  rabajos feme-
ninos e  es osible en los peblos ameindios L colonia cance-
la esa liberad  enesa los géneros a pair del dimorsmo biolói-
co Nuesro ejuicio acista, aniindígen  anicomuniario nos
hace ensar que la modeidad ha avnzado Neso ejuicio o-
siivo en elación a la modeidad  negivo en elación a socieda-
des de oanización comniaria nos hacen creer que hemos ro
Rita Segato

gresado, cuando en realidad la transitividad de género, las rmas


de travestismo, la aceptación del carácter andrógino de los seres
humanos y de la naturaleza perrmática de las posiciones de géne
ro se encuentran en las sociedades tribales y no entre nosotros, donde
necesitan la protección de la ley para poder ser Los casamientos
entre personas que consideraríamos del mismo sexo existen en nu
merosas sociedades amerindias, aunque van siendo cancelados por
el proceso de colonización L criollización o "patriarcalización y
"racialización de las relaciones sociales ha sido lo peor que le ha
pasado a nuestras sociedades Somos ciegos con relación al criollo,
sujeto de la patria, fundador de los estados republicanos Su posi
ción heroica en la ndación de las repúblicas nos impide ver que se
trata de un sujeto inseguro y por eso pérdo, cruel, volento y do
minador Criollo es sinónimo de racista, misógino, homobico,
transbico y especta. En su papel blanqueado de patriarc, el criollo
irá a castigar todo aquello que percibe en desacato con su ley patriar
cal, por eso, debemos entender los crímenes misóginos, homobi
cos y transbicos como el mismo tipo de violencia, que es la vo
lencia del patriarca hacia todo lo que lo desacata Rcismo y especis
mo se constelan como parte de la misma embestida punitiva contra
todo aquello que e sujeto maldito sacrica para entronarse.
En los mitos de origen de multitud de pueblos, distribuidos
ampliamente en los cinco continentes del planeta, se narra un episo
dio que nda la economía simbólica que acabo de describir13 Ese
motivo mítico toma la rma del mito adánico o, también, del mito
psicoanaltico, como argumenté en L Estructur Cuando replica
el mito adánico del Génesis, con variantes diversas, pero con idénti
ca estructura, relata la historia de una inacción delito o desobe
diencia femenina seguida de castigo y de reducción de la gura
femenina a una posición subordinada como respuesta a su quiebra
de la moral establecida el Génesis es un ejemplo clásico: la des-

13El lider kurdo Abdullah calan, preso en Turquía desde 1999, sitúa la caída de las
ujeres en el fn del neolítico y arma que l liberación de las ujeres es l piedra angular
de ualur liración (caln Abdullah (2013) Liberar la vida: la revolución d las
Contra-pedagogas de la crueldad

 obedenca de va provoca la pérdda del Paraíso. Cuando asu


 me la rma del mito psicoanalítico   el "error o nmoraldad fe-
 menna escudo n las tareas propas de su papel de género des-
 cudo del rebaño descudo con la sangre menstrual etc. es cast-
 gada con el robo del poder femenno, la usuracón de su osción
 soberana como en el clásco caso del robo de la lauta or los ho
 bres baya de Nueva Gunea relatado por Maurce Godeler al qu
hago referenca en L Estructuras Elementales de la Violencia ara
 los baruya de Nueva Gunea las mujeres habían sdo las iventor
 de la auta y sus prmeras dueñas; eran ellas quienes toca es
 instrumento hoy sagrado de la Casa de los Hombres ero com
 ran nsciplnadas, no cuaban del rebaño se permtían holgaza-
 near más de la cuenta y h jbn la lauta junto  l sangre
 mnstrual, os hombres coirro y les robaron es instrumento
hoy ele de l atri suia. Naa más análog a l célebre
rmula e Lacan cuano m que si "l 'homme a le phallus, "la
femm est le phallus. 14
osiblemente tos ss it h  un ri guerr
 d conc que reuj   ujr  l sición e mujer y ndó
 sí  esece humana stas nati ren iicar que e prier
 pso hci l humnid    l urnción e l
hbr al cho en  yr t  ls esecies d rmates no
toas en rzón de la may  usca y  la grsda
 ay e l achs c ció   hs  tr r e
 irs  rl  r     qu l qu   
E, qi hst e eii   z    
r  ju, cih  Aán (qu  hh   i
 ng  l i  A  r  tii  i)  E
 ii   z i   si  iió
  hi r ti    lij       l
hiri L  fiiz   i  q    i
 izió: l i   i i   rn
  lz lta Dih    i l inaión
   uj qui h     xt uj
Rta Sgato

sino persona. Y ese es el problema que hasa ho nos persigue des-
de el pincipio de la prehisoria pariarca de a humanidad an -
gente: las mujeres somos  no somos persona. Y los hombres, en
su mandato de masculinidad, que inclue el mandato de olación,
son los dueños de la vara moral. s en el conexto de esa hisoia de
origen  de la economa simbólica que ella estabilia, que he afi-
do, ane el escándalo de muchos, que el violador no e otra coa que
un moraizador. sa idea del olador como aquel que juga a su
vcima  la condena (a la violación, como castigo) se esrucura de
la misma rma que el mio adánico, en el cual el acto con la Divi-
nidad es de Adán y no de Eva, quiás desde un rinciio  de a
definitia a arti del destino desobediene" de Eva.

L estructura elemental de  violencia

El tea eta del L Etructura . . . es entonces la nseción del


agso en el cuce de dos ejes de intelocuci En uno de ellos él
daloga, ediate su enunciado violento o su íctma, a que
ue disclina y conduce a la posicin subyugada fenndola .
Aquí es evido, evisitado el arcaísmo a que e efeí hae un
oeto. Coo aguento en aquel libro, los testioios ecogi-
dos en la ccel sugieren que el iolado es u sueto oalista y
uitano que e en su ctia el desío oal que lo onoca. De
odo que su acto con elacin a la íctia es ua eesalia. l
hobe qu esode y obedece al aato de asculnidad se
stala e el edestal de la ley y se atibuye e deeho de uni a la
u a que atibuye desaato o desvío ol Po eso amo
que el olado es u oalizado.
Po acc del so gsto el ageso ee e ese ueo su-
onado u tbuto que uy hca él y que onstuye su ascu-
dad oque oueba su otencia en su caacdad de extor-
soa y usu utonoa del cueo soeto El estatus asu
o deede de l ada e exhb esa otea, dode scu
lnad y oteci so siios. Eteeds, taables
otaindose utuete, seis so os tios e ote que he
osegudo detia sexual, bélia olít eo telec-
tua y oal ésta últi la el  la del legslado y tbié la
Contra-pedagogas de la crueldad

del violador Esas poencias ienen que ser considas, probadas 


exhibidas, especacularizadas , como expliqué, se alimenan de un
ribuo, de una exacción, de un impueso que se reira de la posi-
ción femenina, cuo ícono es el cuerpo de ujer, baj o la rma del
miedo femenino, de l obedienci femenina, del servico feenino
 de l seducción que el poder ejerce sobre l subjevidad feena.
En eso ha una econoía sibóica que se repoduc  uede
ser obseada, tnto en la histori de l especie , co tbé e e
día  día de la vda cotidaa. Es en ese puno que m tess se df-
renc de la tesis de María Lugones, que aa juno a alguns ts
autoras, qu e parircd es un nvención colonial Yo cre, e
cambio, especalmene por l uvesalidad n el senido de exen-
sa disrbución paneari de ito dánico  del mio psicoanalíi-
co, que el ptiarcado se h cisazado en  especie con much
anteriordd  a lo arg de teo; peo tabén ce que es hisó-
rico porque necesia de et ítc, de a nrtva, par justica-
se  legiimarse. S el patriarcado ese de orden aura, no necesi-
taría narrar sus ndentos
Podeos esabece, etnces, que  ocón gr en too 
ds ejes que se rerolimentn Uno, que he grcado como eje
veical, de la relación del agreso co su vcia, es el eje por el que
ue el ribuo L acción  o lgo de ese eje vetica especaculari-
z  poenci y cpcdd de cedd del gres E oto eje es e
que he llado horizont, poque espnde  l elacón enre p-
es ebos de a at scul y  ecesidd de dar cuentas 
oto,  cde,  cóce, d qu se es ptente par ecnt e
l d de ese oto e recncento de hbe culd cn 
exigenci del mandao de scundd: ser cpz de u ct d
doincón, de vnds, de tubarse un n", d ct
que se desó un pegr; e n, ess detos pequeñs que hcen 
 fcón de un hombre,  t de  dct d madato de
masculinidad. Es có" d ho, que  cnduce  un
estctu de  pesondd de tp scptc n el sedo de
sl u cpcdd vincul u ltd st ereente aso-
cd y cente se tnspe   cón ilit: ostr 
des que s tiene l e gs", ncecd, desensitzd,
Rita Segato

amamos "compasión y por o tanto, que se es capaz de cometer


actos crueles con muy baja sensibilidad a sus efectos Todo esto
rma parte de a historia de l mlidad que e también l historia
d a da de sodado
E grupo de pares o coades, constituy, n términos socioógi-
cos, una corporación. Los dos trazos idiosincráticos de grupo d
asociados que constituy na corporación
corporación son: 1 . L fideidad a a
corporación y a sus mimbros es, en un sentio axioógico, su vaor
centra, inapelab y dominant sobre toos os oros valores, es
decir
dec ir que canca cuaqir otraotr a leatad u obdincia a otro valor
valo r qu
se cooque n conficto con sus égida y os intrss asociativos qu
rotg (s po sto q tindo a no utiizar a xprsión "sororidad
para os ncos ntr m mj eres.
eres . Me resisto a tazo corporativo qu
a noció d sororia podría imponer en nusra manera de rea
cioaos); y 2. a corpoación es inteamn
inteamnt t j árqica
árqica.. Esas dos
caracrísticas m van a armar
ar mar que a primra víctima d manda
o  mascuinidad son os mismos hombres, qu hay hay una violencia
viole ncia
 génro q s intragénero hoy habamos d bullying- y que a
oncia contra as mujeres se deriva d a vioncia tr hombrs,
e as rmas de coacción que sun para qu no s sqivn a
riesgo de perder s títuo de participación n  stats mascino,
conndio atávicament con a propia paticipación   satus 
a humanidad
humanidad de a atadatad a a corporación, a s manao
manao , a s
strctura jerárq
je rárqica
ica,, a su repertorio d xigcias y roacions,
roacions , y
a a emuación d nana modización  o mascmascino ino ncaada po p o
sus miemros paraigmáticos. Esto va a s  os hombrs
b entrar
entrar n as uchas contra  atriacao,
atriacao , ro  no 
hacro por nosotras
nosotras y para protgos  simio  a vio
ncia  génro os inig, sio por ellos mismos,mismos, para librarse dl
mandato de mculinidad  os va   m prmatra 
mchos casos y a na oorosa sccia  cions d o
 a
a  F n Bnavra
Bnavra,,  a Costa Pacífic
Pacífic omiaa
omiaa , o
as aramiit
aramiits
s  sio  caia imoii
imoiirio
rio,, co
co   
caro
car o  impiar
impiar  trritorio haido ra más   io o
oacios aoscnints, han masaco omis  ha
Contra-pedagogías de la cueldad

ratado
ratad o con crueldad inconcebi
inconcebible
ble y ejemplarizane el cuerpo de sus
 mujeres, que recibí la siguiee
siguie e preguna
pregu na ¿Cómo se acaba con esta
 guea? una guea que no puede ser deenida dee nida por acuerdos
acuerdo s de
 paz. Nunca
Nunca lo había
habí a pensado.
pensado. Dónde esá lala raí
raí de una
una erra
err a como
como
 ésta, sin fr  denida, sin reglas, sin raadra adosos humaniarios
humani arios la
 guerra del
de l capial
capi al desquiciado,
desquic iado, obedeciendo
obedeci endo solamen
so lamenee al iero
i ero
 de la dueñdad concenradora.
concenradora. Peé, muy sorprendida,
sorprendida, qué odr
 coestar
 coesta r. Y  solamene
 solam ene una idea que hasta hoy me esimul y me
 ilusiona vino en mi auxilio: desmontando el mandato de mculn-
dad. Más arde ses e me ocurrió,
ocurrió, y odaía lo pienso, queq ue desmonar el
 mandao
 mand ao de masculinida
ma sculinidad,
d, si que ni de lejos
lejo s esto
esto signique des
 aparecer
 aparecer a los hombres, es la soluc
solución
ión para una serie muy grande de
ormenos que sue nuesro iempo Porque desmonar el manda-
o de masculinidad no es ora osa que desmontar el mandato de
 dueñdad
 dueñdad

De la violación de las calles de Brasilia a Ciudadjuárez


E n 2003,  duran
 dur ane
e el Crso
Cr so d Ver
Vero o de la Uie
U ieri
rida
dadd Co
 pluense
 pluen se en El Escorial orgado or el eno en oee  jue de la RealRea l
Audiecia Balasar Garón, eré n conco con dos grupos de
 mujeres
 mujeres que organiaban
organ iaban u aiiso
aiis o e  oo de lo que esaba esab a
 sucediedo e e Ciudadu
Ciud aduáre,áre, cid
cid  ori
o ri del Esado
Esad o de Chi
huahu, e el nore de Méxco, o lo q io a conocers e el
 mundo como los fem fem  o
 o  Cd
C dd
d J áre.
áre . L  noiia
 noi ia l
horror me habí llgdo  oo , l oír l exposició d Ro
 sa Reguillo en u u ro  l l  Fculad
F culad de Derecho d l Ui
ersdd de Tex
Tex  e
e Aui.
Au i. Er l mujere prese presee
e 
 El E 
 corial 
  enconrb l l  gr dom
d ome elis
lis chi
chi
 Lor
Lo rdd Pori
Por i
 llo, qun,
qu n, ademá
ade má d hber
h ber ido l primera
primer a  hr
h r  el
e ll
l
 obr l
l  Mdr
M dr
 d Pl
P l d Myo, obo bii y rg
r g Sñorita
Sñ orita x-
x-
travada,  u
 u grn dou
dou l l l mejor, d lo h  ho o que hoy
 crul
 crul  obr Cad
C ad Juár
J uár También  o  orb
rb ll I bel
b el
Vric, e e moo l prid d l ONG EPIKEIA Fue de
 la o
 o d I sbel qe llgué
llgué  Cudd
Cu dd  ár  2004.
Lenamene, l conersar
conersar co co 
  mjr
mj r y en el empo que
 siguió,
 sig uió, cl do mi ii
i i Cd
C dd d  ár  reela re elando
ndo que
Rta Sgato

esta corporación mulina y su economa simólica, a la que me


reero en  Estuct , es tamién la economa simólica de
. . . d e l
anación
anación maosa
maosa  E decir,
decir, que la corporación
corpora ción maosa replica
replica la
estructu
estructurara de la corporación
co rporación masculna
masculna , con las caractersticas que
mapeé hace un un moment
momentoo . Amas
Amas orgaorgani
nicion
ciones
es,, l patrir
patr ircal
cal y la
maosa,
aosa , son análogas
análogas en cuanto a su estctr y ncionamiento
ncionamiento..
Respecto
Respecto de la situación de Ciudad Ciuda d uárez , en l primera
primera década
del siglo XI, ha multiplicidad de hipóesis, unas 42 según un
estudiante
estudiante una vez me dij dij o . L que rmulé e una entre todas elas, e las,
y dio continuidad  esa idea de la violencia
viol encia conra ls mu muj ere como
com o
una violenci
viol enci expresiv
expresiv,, que expresa
expre sa un domii territorial
territor ial y,
y, en el
caso de Ciudad
Ciudad uárez, arma la existencia
existencia de una j urisdicción ma-
os.
os . Pdríms decir que que el cuerpo de la mu muj er es na
na especie de
pizrr
pizrr sre e cual el poder
pode r escrie
escrie,, un stidor
stido r en
en e que clava
clav a sus
iii  berní
berní tertorial, de cntr jurisicci.
jurisi cci. Ese es el
e crl de L escritura en el cueo cue o de las mujeres asesinad en
Ciud]uárez, donde evito plantear una hipótesis instmental
Ciud]uárez, instmental,, comoc omo
serí, pr ejemplo, quella que sña que  lenci en Ciud
urez
ure z iene que verver con un represli mscui
mscui por e ech e
que ls mu
muj eres se instalron
instalro n en el mercad de trjtrj  e s maqui-
m aqui-
ladoras. Esa hipótesis hace hace referenc
referencia ia al hc de ue s cerpos
c erpos
comienzan
comienzan  ser halldos j usto despu de la rm de NAFTA, el
acuerdo
acuerdo de comercio entreentre Méxic y Estados Unids s iene como
consecuencia la instalación de las maquilas o mquiadrs
mquiadrs , fárics
de ensamla
ensamlajj e de aparatos
aparatos electrónicos
el ectrónicos y rop e dnde la mano de
ora es, mayormente, femenina. Esta tesis de l represlia masculina
apnta
apnta  que l mu muj er es castigada
castigada porque   cceid
cceid al empleo . Si
ien es verdd lo del cceso
cce so al empleo
empl eo de la m de r femenina,
emenina ,
me parece
parece una tesis simplista, porque porque ls crmenes
crmenes pradigmáticos
de Ciudaduárez
Ciudad uárez no son crmenes
crmenes domésticos, en ls que un mri-
do se elve violento por el ascenso ocupacionl de su mujer, sino
crmenes plenamente púlicos en que se agrede a mujeres que no
mantiene
mantienen n ni han mntenido
mntenido relación alguna alguna con sus gresores.
gr esores. Por
lo tanto
tanto,, esta
es ta hipótesis
hipótesis parece
parece suponer que los homreshomres,, como cate- cat e-
gora
gora , han podido
podi do pactar,
pactar , acordar venga
vengarse
rse de las muj eres porque
éstas s han salido de su lugar dependiente
dependiente,, suordinado,
suordinado , al a l acceder
Contra-pedagoglas de a ceda

este tipo, y considero que el pacto masculino y su mandato entran


aquí de otra rma. De la misma rma, otra tesis vnculada con la
represalia de género es a idea del crimen de odio"
No es que no crea que e odio exista en algunas agresiones, o
que e brote violento no pueda estar acompañado de virulencia o
ira. Lo que desestimo es a explicación monocausal y vinculada
ecusivamente a o emociona, atribuida a lo íntimo, a campo de
los sentimientos y de as moiaciones personales Aceptaro sería
aceptar que soo uno de os os ejes que anterioente mencioné,
el eje veical e agresor co a víctima, estaría pulsando, y olviar
el mandato que fuye por e eje oonta de la relación de agresor
con su atria mascuia, presene o en sombras Mi análisis es de
cuño político , y un anáisis que iene como co a poítica patriar-
ca. Aprendí a percibir que es el poder o que se esconde por detrás
de la esoserona, que a dimensió ibidina es a que menos ayu-
da en la comprensión de os crímees de género Mi análisis me
leva a comprender que lo que se expresa aí es a armación de
poder exigida por un mandato, que es un mandato masculino de
violación, de dominación, de corol de terrioriocuerpo y de
cuerpo como índice de un territorio. Su espectacuarización", su
exhibicionismo es nciona e indispensable a a reproducción de
la posición masculina. Por último, a agresión de género no ocurre
porque ay impunidad, sino que es a exibición misma dela im-
punidad, la declaración púbica e a inocabilidad mascuina, en
Ciudad Juárez transrmada e la decaración pública de que as
maas son intocables en su soberanía jurisdiccional sobre a ocali-
dad onteriza. Es éste, por lo tano, un análisis político que apunta
al carácter obigatorio, eigido, demandado de este tipo de crimen
con una nalidad asociativa seada por un pacto de siencio carac-
terístico de poder.
Este esquema, que ya estaba pateado en L estructuras ele-
mentales, es llevado a un momento siguiente en el análisis de lo
acontecido en Ciudaduárez: a interpretación de a organización,
del pacto masculino, de a ermandad, ya no soo de ombres,
sino de personas que están en un mismo negocio , y en diferentes
posiciones en ese negocio: los dueños y los sicarios, en posición
Rita Segat

e mandar y obedecer; personas que e alguna  r sellan su pac-


o e alianza y de silencio encima de una vctima sacricial
Conversé con muchas de las mares e las vícimas acerca e
os crímenes contra las mujeres en Ciua uárez, y también me
interioricé al respecto a partir de la obra de varios autores, estacán-
ose Diana Washington, una perioista e El Po Times e Texas,
que urante muchos años escribió una columna sobre los mici-
ios al otro lado de la ontera Diana Washingon escribió regular-
mente una columna sobre esos ataques curiosos e ininteligibles,
sobre los crímenes opacos contra las mujeres e Ciua uárez, y
más are compiló ss crónicas en su libro Cosecha de mujeres15
(he Harvest of Women). Oro perioista, e  mexicano Sergio Gon-
zález Roríguez, pbicó el libro Huesos en el desierto16• Ambos
oecen na gran riqueza e aos sobre esos crímenes, que tienen
na característica iferenciaa.
Ciuauárez e por algunos años la ciua más violenta el
muno, anque acualmente ha sido superaa por San Pero Sula,
en Honuras. En nuestro continente se encuenra la mayor parte e
as ciuaes violentas del mundo. Es un continente violeno, parti-
carmente en términos e esta guerra oculta, e la que hablaré en la
próxima clase. Una guerra que tiene que ver con la acumulación e
capital a partir e entes no eclaraas. Si con referencia a Ciua
Juárez hablé e "un Seguno Estao para sugerir una esfera subte-
rránea e control y aministración ela va, e gesión e a va,
conectaa por "vasos comunicantes, como lo he escripto, con la
esfera estatal pero acuando en paralelo con ella Naturalmente, per-
sonajes de la via estatal actúan también en esta esfera subestatl, en
este Seguno Esao , en e que existe una organización, una regula-
ria constatable e las acciones, y las personas e la localidad
saben quién actúa allí Es por eso que, urane la primera década
el siglo, era posible encontrar a las mares de las mjeres asesina-
as en Ciua uárez, manifesando en las cales e la ciua e
México, para peir el n e la impunida, que se encuenre a los

5 Océano 2005.
Contra-pedagogías de la crueldad

 culpables y que se suelte a los que están presos ¿Por qué? Porque
 sabían que son crímenes del poder, que no son crímenes de los que
 están encarcelados, pues no son, precisamente, personas con po-
 der Saben muy bien que no son crímenes de asesinos seriales, de
 locos, de anómalos, ni de maridos celosos, sino crímenes de un
 poder organizado que en ellos se expresa y manda sus mensajes.
En este proceso tan complicado, entiendo que estamos ete a una
 escena bélica, un tipo de guerra que no tiene nobr, eo ue se
 expande como un agelo capturando la vida de la gente ás vne
 rable, la gente desprotegida por habitar espacios sociales y gegrá
fcos donde la luz de Estado no iumina.
Así se extiende la tesis de L Estructuras  primero a Ciudad
. 

Juárez y luego al continente. U acto de silencio amarra, sedimen


ta, cohesiona las alianzas entre as diversas erzas que actúan en el
 negocio mafoso y exhibe en a vioenia que inscriben en e cuer-
 po de las mujeres su capacidad de control jurisdicciona, o espec
tacularizan. Más tarde constataría que no solamente a cuepo de las
 mujeres es es asignado este papel, sino también al cuero de os
 niños, cmo sucedió en e caso de Candela Rodríguez, en 2 0 1 1 ,  en
 el conurbano de Buenos Airs Esos cuerpos así marcados por la
 crueldad son e prducto d un tipo de asesinato que se separa de
 los demás or traer la fa de  oder corporativo, mancomuna-
 do, de una corporació aaa ue, epicando y amliando la
 estructura de a coporació ascia, se expresa  distrbuye sus
 bandos de esta rma. Las desaaricios d os 43  jóvens de Ao
tzinapa ustra esta isa aivaencia, s  q  
ema de ipunidad,  ata  a ipuia cacua
 d a exhiición púica  airi  de a capacidad  a
É ste es un ensaj e ns haa, como  as iaua  s
tro cotinete,  a icia d oer aaaa  a
 asid e conto  a tió de a via  s aa  ás
 aio de a gograa  ustr  aí, a  as tatas mas
  araaaida qu estr tit ha aera. E exhibi-
ii, a ecacuaida  a aaia  crdad  e mé
to dl Segun Esad ara i  oini  reglar a vida
 d sectres caa vez más ampi   Aérica Latina.
Rta Sgato

Abrimos las pregntas:


 ¿Qué es el feminismo racista?
 RS : Vemos en muchos países, por ejemplo, en Bolivia, don
de estuve dos veces este año, la persistencia de lo que denomino
feminismo racista"  Un aspecto de  proyecto actual de investiga
ción es comprender por qué junto a su aparente democratización
étnica y de género, Bolivia muestra una exaerbación del orden pa
triarcal Mi interés radica en poder encontrar respuestas a preguntas
que son muy importantes: ¿qué pasa con el Estado? , ¿puede el Es
tado dar una respuesta? , ¿las respuestas están, de o, en el Esta-
do?, ¿qué estructura s esa que ns dice que nos da bnecios, pero
que en realidad, no csigue protegeos? Estas son preguntas im
portantíia n sl ara un país determinado, sino para todo el
cntinnt Enntrams, pr ejemplo, que mujres que actúan n
el ren statal o en las ONG sostenidas con recursos estatales 
supraestatales de diversos Estados o de organismos inteaciona
les, n algún momento de su argumentaión dirán que l mun
d comuntario , el mundo indígena, es presivo para la muje
res Considero que este argumento es interesado, que es un aru
mento racista, eurocéntrio porque eurocntrism y rais sn
sinónimos Es decir, existiría un mundo cilizad, ivilizaor, de
donde vienen los recursos, que nos auta y nos permite brevi
vir como alguien que hará llegar a los pueblos la mission civilisatr-
ce, la misión civilizatoria feminista eurocéntrica Para legitimar esa
misión y esa posición es indispensable entizar qu las mujeres de
los pueblos han sufrido desde siempre y deben ser rescatadas por el
proyecto modeadr, por el desarrollo  Ese disurso parte de un
prejuiio y reerza una erteza; y todo l que rrza nuestras cer
tezas debe ser visto on sspeha Pr esa razón, io que existen
feminismos racistas, que son, en denitiva, feiniss urcéntri
os, alimentads por recursos instituinales qu traen buens suel
dos, nrt y un buen pasar para us representants
 ¿Por qué las mujers son y no sn personas?
 R. S   He armad que las mujeres son y no son persnas,
prqu realmente nustra posición en la sedad tiene se carácter
Contra-pedagoglas de a cruedad

tos somos moneda de teque, somos cosa, nuestro cuerpo es cosa


y en el mundo actual, el de la fase apocalptica del capital, en donde
las cosas han avaado como nunca, y en donde la naturaleza es
cosa, la tiea es cosa y los cuerpos sn más cosa de lo que nunca
eron, la mujer está ah, no es persna. Sin embarg, a mism
tiemp, también somos persnas; y esa ambivalenia está terizad
en e estructuralismo de la tesis de LéviStrauss y en el lái aná
isis de Gaye Rubin. Para Rubin, a mujer tiene esa psición dbe
de ser csa y persona, ser mneda y persona, una posición ue 
ha perdido hasta e presente in muy por el contrari, se 
agravad.
 Al habar de feminim munitari, ¿l hce dsde una pers-
pectva similar a la deuieta Paredes?
 R.S. : Identico tres perpectivas feministas ees en este mo-
ment. Una es la euréntria, racita, a de a misión civilizatria,
representada por una mujere ue supnen que u prpia ciia
ción ha dad mejores respuesta para a vida ue tras, mujeres que
presumen que pueden eneñar in aprender. En e otr extrem
está, pr ejemp, la piión de Lugnes, cn su entes, que
arman ue en e mund prenia n exista e ptriarcad. L
ente más importante de Lugne e  utra nigeriana radicada
en ls Estads Unids. Oyernke Oyewumi. En el últim captu
de L estructuras elementales de la violencia g una rítia  Oye
rnke prque su ibr, The Invention of Women: Making an African
Sense of Western Gender Discourses (1997) ntiene ntradii
ne ue inaidan a tei entral. Por ejempl, señaa ue en e
mund yruba,  ritules para  muert e reizan r 
das separdas mauina y femeninas, per nieg  exiteni e
la entidad mujer" . Tambin, m exi en ee ítu e e
am Géner , pi e ibidim en a trnniaizión de
a utur Yruba", en ri aje de ex e ree un ímite
par a nmutabii de iine entre mbres y mujere
Adem, ¿óm exirím  mit de rigen de distribución
panetri   ue hie refereni, ue reatan e mment nda
ina en ue a mujer es diiina , feminizd y nyugiz-
da"  Pr útim la terera pereti, ue e a mí, deconial í
Rita Segato

 centrismo de la misión ciilizatoria feminista, pero no niega la asi-


 metría de género en los pueblos originarios, en e caso deulieta, su
 pueblo amara Paredes acuñó la interesante imagen de entronque
 de los patriarcados" . Por mi parte, como explicaré, yo hablo de un
 patriarcado de baja intensidad, el comunitario, y un pararcado de
 alta intensidad, el de las sociedades colonalmoeas. Y hablo del
hombre indígena, en su proceso de acriollaminto, como un sujeto
 bisagra, debilitado ante el blanco y violento ane los suyos. Hubiera
 resultado imposible la conqusta sin un orn e género que per-
itiera la captura del hombre noblanco por l lógica del hombre
 blanco. En suma, tano paraulieta como para mí xis un patriar-
 cado en  mundo no aectado por la colonación. Es decir, e hom-
 br amrino n alidd, no solamente e domnado bélicamen-
t sno mbién sducido y captado por la lógica corporatia de la
 masculiniad lanca; sindo esto posible porque él ya detentaba
 una posición d prestigio en sus sociedades que o redispuso y l
 pemitó asocarse a la mirda del hombre anco sobre el muno
Por eso digo que el hombre amerindio es el sujeto bsara ntre os
 dos mundos. É l es presa cil; la mujer es más nulnrale. En
 otras palabras, el hombe es mucho más lnel a a seucción
 coona que la mujer
 ¿Por qué rechaza hacer una proesionalizacón  a ioencia de
 género?
- R. S . : Hablé d la proesionazacó como lo que me re-
 pugna en un sentido personal porque prosonizarse en ese tema
 es aceptar que ese ema seá denitio y s amién acepta una
 sión, un aboraj urocrático del tm E smo juno a a
 refexión consantes son cisios así como  spo y  reconoci-
 mento a as psoas que han co imo y  í a pensar
hablar y actua para detner a oenca conta as u es. Me re-
 ro a mujers y homs Pero con specto   osoaización
 o más  o e a burocrizacón de nsmo y   s
suestas qu le damos al proma H sto muos os
 rmamen buocrácos y mucs psons qu  o  
ra n sa uocracia sin para ra us s a po 
un camino eptno mecánicamnt sós y es. M
Contra-pedagogías de la crueldad

que eva a mucha gente a acomodarse a rutinas de pensamiento y


 acción, parar de pensar y peanecer dando vueta en círcuos, cuan-
 do, sin embargo, e problema que tratamos está muy ejos de ceder
 a nuestras estrategias.
Contra-pedagogías de la crueldad. Clase 2

Raza y Género: la importancia de nombrar las


 representacones sociales hegemónicas

Retomo la escena primorial e los mitos e origen: la primera


jerarqua, la apropiación iferencial e prestigio y e poer, la es-
cena e género, en una esala logenética, en una escala tan larga
como la histoia e la espeie. Ese episoio mtico, ue probable-
mente sea un episoio histório e el proceso e humanización,
e tránsito e la animalia a la humania, se reproue iaria-
mente en la escala ontogenéti, es eir, en la emergencia e aa
iniviuo a la va en sociea, pues en el interior el ontexto
miliar surge también a una esen marada por la asimetría. Por
que la escena miliar es una esena asimétric, patriarcal, o sus
variaciones, con sus nuevas rmas, pero aún moelaa omo u
teatro e sombras por un imaginario araico, por un simbólio
arcaico n el sentio lacaniano e la ley patea omo brújula e
la noalia psquica, pautaa por un valor ierenial atribui-
do a sus personajes. ¿Será que existe la milia igualitaria, es ecir,
aquella en la que la heteronormativa no se inltra por alguna
ieta, en la que la simbólica o estctura esigual el género no
organiza las relaciones no mueve los hilos? Ese aprenizaje e
asimetra de poer y prestigio, e un iferencial e valor e las
voces al interior de la eena miliar, e subordinación y de domi-
Rita Segato

seres humanos pasamos al ingresar en el nicho social a través de la


vida miliar Ese orden asimétrico que matea el psiquismo, sus
odelos, sus aspiraciones y r de satiscción, como argumento
en L Estructuras  se transpone más tarde a las otras escenas de
.  

desigualdad por las que el sujeto irá a transitar, como por ejemplo,
la asimetría racial
Género y raza son análogos en la estctura de producción de la
diferencia como desigualdad, aunque la raza lo hace en un tiempo
histórico mucho más corto, en un tiempo de quinientos años, pues
la invención de raza es obra de la conquista y colonización. Pues
raza, siguiendo a Quijano, además de ser el enro de gravedad, el
epicentro de l reorginlación del mundo que siue a a Conquis-
ta, es también e resulado de la convergencia entre a ciencia moder-
n y l nue rilla u ordenamiento planetario que se instala. Racis-
o o es, oo vugrente se piensa, l era discrinación de
 iereni iztori  xenobia, la tensió triba el oito
enre naciones, sino un conepo mucho más preciso e histór-
ente situado, engendrado. L raza no es otr cos que la ribu-
ción de una biología, de un ndamento orgáio , a una desiual-
dd que se ha instalado como onseuen e un tor b 
En otras palabras: primero se estblece la esigu or eio de
a sujeción y la erza,  luego se la ja, remitiendo es desualad
a una razón cientíca, biológica. L biologí etr quí oo un
ideologí que se ipone a la rionlidd cooiode con-
solida y cilita la dominación. Así la raza es l "biologizción de la
desigualdad. Y el género es exactamente lo iso pero en un lapso
teporal mucho myor, e tiempo de la espee robblemente es-
de la historia de la vitoria e imposición e un ore ptiarca so-
bre las mujeres naada por los mitos de origen  os que me rferí
en la clase de yer ya que el mito es una nrrativ histórica com-
pactda por la enorme prondidad temporal transcurida desde los
eventos que relata. Ambos conceptos tienen, por o nto una es-
tctura muy semejante
Sin embargo, dentro de las las del feminismo deoonial omo
mencioné al hablar de ugones, hay quien ara que e género
también tiene solo quinientos años de historia es decir, que tam
Contra-pedagogas de a crueldad

ién, como la raza, es de origen colonial, ya que el patriarcado es


una invención colonial. Lo que armo es diferente y diverge de
aquella posición: en mi análisis, patriarcado y género son sinóni-
mos por el tiempo que dure la prehistoria patriarcal de la humani-
dad, es decir, considero que no hay edencias documentales, ni
históricas ni etnográcas, de otra a de estar en el género que no
sea patriarcal. Por otro lado, varios feminismos críticos, desde u-
dith Butler en su Ge r Troule ya citado hasta Ochy Curiel, repre-
sentante del feminismo negro, en diversas presentaciones públicas,
arman que la biología y la diferenciación seual no dejan de ser el
ndamento de la diferenciación de género. L rilla binaria del di-
morISmo sexual permanecerían, así como referencia para la tei-
nología de género. Por otro lado , el binarismo de género naturali-
zaría y consolidaría una determinada mirada sobre los cuerpos. Yo
estoy en desacuerdo con esta postura porque generar un concepto ,
una categoría como el género, e un gran eserzo para el pensa-
miento feminista, justamente para poder libertar la seualidad, los
roles, la personalidad y los afectos, como ya mencioné en l primera
clase, de l deterinación biológca.
Esto me remite otra vez a una comparación con la raza que per-
mite comprender más fácilmente la cuestión. Como dije, para algu-
nas feministas hoy el género es una categoría que debería ser aban-
donada porque, como expliqué, estabiliza el binarismo, transpone
irreexivamente el dimorsmo sexual en binarismo ideológico y a
su vez, este último enyesa y binaa nuestra mirada sobre los cuer-
pos. Mi argumento contra esa crítia parte de un debate semejante
en too de la raza del que participé L raza y el género, omo
epliqué, son creaciones históricas par la dominación, ncionales
par la extracción de valor no reconocido, no remunerdo una
plusvalía racial y patarcal os productos y saberes que emanan de
ciertos cuerpos, ya sea los cuerpos racialiados o feminizados , son
saberes y productos que tienen menos valor, que pueden ser apro-
piados por medio de una menor remuneración Cuando comenza-
mos en Brasil, en 1999, la lucha por las uotas, es decir, la lucha
por la resea de cupos para estudiantes negros e indígenas en la
universidad, esa lucha implicó tocar el corredor por el que es nece
R Sgato

sario transitar para llegar a ocupar las oficinas desde las cuales se
decide el desino e los recursos de a Nación, pues  a través e a
uniersidad que se llega a las posiciones de autoridad burocrática y
al poder de decisión L éltes prontamente reaccionaron al amena-
zar la uniersidad con la distribución de sus escasos cupos también
entre estudiantes negros, excluidos masiamente por pruebas de
ingreso groseramente excluyentes de las mayorías pobres, casi en su
totalidad aodescendientes Atraesar esas pebas significaba, con
raras excepciones, haber tenido los medios para pagar escuelas par-
ticulares o cursillos preuniersitarios muy caros Cuando la primera
propuesta de una política de cotas o resea de cupos, de la cual soy
coautora, surge, una gran cantidad de objeciones son interpuest,
y uno de los prinipales argumentos de la posición anticotas y el
argumento ue permaneció hasta el nal para intentar bloquear la
media lleando el caso ante la Coe Suprema (el Supremo Tribu-
al Federal de Bril) se centró en que la categora ra no debería ser
usada, pues armaba y justamente instalaba en la ley y en la repre-
sentación de la nación la existencia de las razas. Este armento re-
plica exactamente aquel que objeta el uso de la palabra géner, por-
ue, de la misma rma, arma y consolida en las representaciones
sociales el orden binario. Pero, las categorías que sien para discri-
minar y excluir, que cotituyen representaciones sociales poder
sas y peiciosas para la expropiación de valor no retribuido, deben
ser nombradas. Sin sus nombres, no podemos analizarlas, trabajar
en su crítica y alcanzar su abolición Dejar de nombrarlas no l hace
desaparecer  l dtituye en su papel de mantener en pie un orden
asimétrico de género y raza. Esa ha sido históricamente una de las
estrategias m ecaces de las élites: no nombrar, pues los nombres
llean al reconocimiento de los problemas El trabajo de los Dere-
hos Humanos es, justamente, un trabajo nominativo, es decr, los
grandes avances de los derechos humanos se han dado en el mpo
de los nombres, en la lista de nombres del sufrimiento humano, en
el descubrimiento y la ulación de nombr para aquello que no
debera tar ahí.
Hasta ce muy poco tiempo no se hablaba de la iolencia contra
las mujeres, para muchas y muchos e extraño el primer día en que
Contra-pedagoglas de a cruedad

apareció una pulicidad sore los Derechos Humanos de las Muje-


res mostrando un rostro de mujer con un ojo morado. Se comea-
a a nomrar, a dar imagen a algo que hasta entonces haía sido . . .
una costumre, alo que a veces sucedía . Imagínense el salto hasta
nomrar algo tan sutil como la violencia psicológica, esa violencia
que a veces hasta con un pequeño gesto casi imperceptibe coloca a
cada persona en su ugar, que le impide salir del lugar en donde a
costumre en el ámito doméstico o e ojo púico en a cae 
coloca, y reproduce esa atriución de lugar y posición en un igi-
nario haitual, en el que no existen nomres para esa rma de
tratar y ser tratado  Suee ecirse que e pescado no ve el agua" , y
nosotros no vemos la vioencia psicológica hasta que comenzamos
a nomrar sus procedimientos Porque, como armé en Ls Estc-
ra .  .  a violencia psicológica y moral son la argamasa que man-
tiene el edicio de las asimetrías en pie, a atmósfera en a que he-
mos aprendido a vir. Por ejempo, la Convención de Belém do
Pará" ( 1994)  uego seguida en su tipicación por la mayor parte de
as eyes del continente contr a oencia doméstica, es reamente
exhaustiva al nomrar todas as modaidades de violencia sufridas
or as mujeres, incluyendo a violenci nanciera. Sin emargo,
no hace mucho, me encontré con un tio , omnipresente en las re-
giones rurales de toda América Latina, que haía permanecido sin
ese instmento centra para e tratmiento anaítico y pra el acti-
vismo que es e nomre:  vioencia aimentar, por  cua , en mu-
chos hogares del camo, os homres e la casa  pre, os hijos
varones y los visitantes, si los hay omen primero y omen mejor
dejando, en tiempos de carencia, soo sobras Esa es un vioencia
materia no nomrada en ninguna de as eyes ue conozco , pero es
tamién una violencia simólica, una manera de sigir a atriu-
ción de vaor diferencial a las personas seún el género. Entonces,
sin nomrar el género y sin nomrar a raza no tendremos como
halar de las as de tratamiento diferenciado que reproducen la
desiguadad, ni podremos, por ejempo, poner en práctica la dis-
criminación positiva" como instrumento nivelador y reparador de
a discriminación negativa.
Ria Segato

Dejar atrás la prehistoria patriarcal


El camino es, como los postestructuralistas sugieren, el de las
desobediencias capilares, de las desobedencias posibles. Un cam-
no de inacciones, de malas prácticas, de deslizamentos hacia era
del orden y de errores constantes con los cuales podemos erosionar
las jerarquías desestablizadas, esa realidad que, tal como es, nos
estctura la sentimentalidad y l cogción Con esto, también, será
inevtable tocar el orden burocrático El camino dseñado por el
pensamiento posestcturalista es también el camino de una políti-
ca en clave femenina, como también de una política decolonial por-
que, en verdad, el pensamiento decolonial y el posestructuralsmo
tenen grandes afinidades, especialmente en lo que rpecta al modo
de la insurgencia. Es el camino del desmonte, de la erosión, de la
movda de piso, con pequeños temblores y evitando el distancia-
mento de  vngardias. Porque no debemos reproducir los errores
que ya cometimos y que nos llevaron a perder muchas vidas y a ser
derrotados en innumerables batallas
Un de las grandes diferencas entre la perspectiva de la crítica de
la colonialidad y el marxismo a pesar que la perspectiva de la colo-
nialidad es explicitamente crítica de lo que llamo "proyecto históri-
co del capital es que en la modalidad marxsta del pensamiento
crítico hay una imagen nal de la sociedad como debera ser Es
decir, hay un diseño preconcebido de la sociedad a la que se preten-
de llegar igualitaria, sin separación entre trabajo manual e intelec-
tual, sin clase propietaria de los medios de produción y clase ven-
dedora de la erza de trabajo, sin trabajo alienado, sin plusvalía,
etc Esto no deja de representar la idea de un destino prejado de la
historia que conlleva a lo que me gusta llamar "autoritarismo de la
utopía . Por el contrario, la perspectiva decolonial se propone reatar
on lo que existe, con los jirones de comunidad que continúan su
camino histórico: los pueblos indígenas, campesinos, aodescen
dientes, la americanidad de nuestro continente. Abrir brechas, fisu-
ras en el tejido estabilizado de la colonial modeidad, y dar cami-
no de continuidad a los proyectos históricos de los pueblos. Como
en el caso del postestructuralismo desestabilizar lo que hay para
Contra-eagogas e la cela

Abdicar del autoritarismo de la utopía pregurada implica en


tender y soportar el espíritu trágico que es característico de la vida
humana pero que la modeidad cancela, pues implica aprender a
vivir en la "incerteza , en la indeterminación, en un margen de inde-
cisión  vanuardias políticas proponen certezas y así nos captu
ran con la promesa de separar con precisión el bien del mal, la
verdad de la mentira, el camino correcto e incorecto haia la socie
dad perfecta os pueblos, en su capacidad de sobrevivenia de 500
años en las condiciones más atroces, han dominado la inteligencia
estratégica afín al espíritu trágico, en ellos asociada y hecha posible
por una existencia en una temporalidad lenta, una mirada a lo lejos,
en el largo plazo mientras el capital y la modeidad son por natu
raleza cortoplacistas Ellos nos enseñan que la buena rma de ca
minar es soportar la ambivalencia, la realidad de lo inconsecuente,
de lo incoherente , de lo contradictorio, como es vir en el mundo
del blanco y también vir por era de él No buscar tierra rme ni
puerto seguro El sujeto comunitario acepta la simultaneidad de A y
NOA sin perturbarse En nuestro mundo, la estrategia es erosio
nar, desestructurar, desontar, desobedecer, errar, desceremoniali
zar Son dos caminos copletaente diferentes el de los marxis
os y el del feminiso y de la comunialidad decolonial: dentro y
en contra, dice Quijano. Una desobediencia capilar diaa, una in
rmalidad desobediente, sin la necesidad de la guillotina zekiana
al contestar la creencia deudith Butler en la eciencia que la instan
cia sígnica tiene para ipulsar una dialéctica capaz de abiar la
historia1.
Como sostengo en un texto llaado Raza es signo, inluido en
L Nación y sus Otros, la única utopía de la historia reside en su
incerteza, es su imprevisibilidad Ni la nación que onentra el ma
yor poder de muerte y una capacidad bélica mayor que la suatoa
de todos las otras ha podido controlar la historia de los países que
ha invadido. L utopía que nunca nadie consiguió desbancar no es

1 Ver las osiciones iversas a respecto del camino osestructuralista en BUTLER,


udith, Eesto U Slavoj ZIZEK Contingency, Hegemony, Universality. Londres:
R Sgto

otra que la iprevisibilidad  libertad de la historia, su abertura.


Son los procesos lo que importa  la única realidad en la mano: las
pequeñas insurgencias que desestabiln las no r  jerarquas en
l da a da. os resultados son meras apuestas. E proceso es enton-
ces, ante la imposibilidad de la captura del turo, lo único que
xiste. Privilegiar las metas por sobre el métoo conuce  un auto-
tarismo del bien, tan peudicia a veces coo os utoritrismos
del mal. En el caso el feminismo, no poeos reicar el estilo e
la poltica patriarcal. Debeos poner en prácic un altetiva par
su cultura política. Muchs e l prácticas feminists, especialmen
te en Euro, se encuentrn impregnadas e thos triarcal e l
polític y tmién e las aspiraciones patriarces. Es innegable que
e oer, e el sentido que éste adquiere en el oren ptriarcl: po-
er e Esto, oer maoso , poder territoril, ctur as aspira-
ciones e muchas feinists. Debeos soñar, ero no os sueños
el ptriarca. Debeos inspiraos en el tiempo  en os pueblos en
que las mujeres tenían  aún tienen sueños propios, es ecir, en un
mundo en que la pluralidad de aspiraciones  mets e satiscción
es todava posible. L colonialmoeidad  el citaismo hn te-
nido el efecto de reducir, unicar la pluralida de los sueños.
Expliqué, en la clase anterior, por qué consie que s prime
rs víctimas e mandato de masculinidad son los homres. Creo
que eso se conrma con el hecho de que los homres viven menos
en todos los países de mundo. Suen  no ueen percibir su
propio sufrimiento, por lo ue tampoco pueen trtarlo. Al no po-
der expresaro , cnceln a percepción e su oor físico  de su
dolor psquico. El narcisismo masulino, coo ha explicado Kaja
Silven en su Male Subjecv a t the Margns (1 992) , hace que e
hombre no pueda tener consciencia de lo que le ta, ues clausur,
nmara  silencia sus carencias. Nosotras, las mujeres, nos reco-
noceos cilmente  sin medo coo seres ltantes, en necesidad.
os homres no pueden encontrarse con su propio sufrimiento 
Contra-pedagogías de la cldad

no pueden representarlo . La muj er tiene frmas de amistad , de


vincularidad , que le permiten encontrar aoyo y contención y,
po encima de todo, no tiene que vérselas co e prblema de la
honr como el hombre E un gra aio  teer hona, en el
sentid en que el hmbre  dee El hbe e s arcio,
no uede er e en u r t, o uede  c 
aglidd, u suciec Tee que ecec z
ante o ros, e cet, et    
neceitos dratia gu coetit. Scee  
que cd alcanam  pció isituci, e e E 
por ejepl, o también en  cdemia, uestro comportae
psa  putarse por el ethos asculino, unque semos ujere
quiee cupemo esos crgos, especialente  upone e ejerci-
co de gua utridad Pues  géner  slo e un trbu de
lo cuerpos sino que corre or l nge de las institucione, que
acaba arcndo cuerpo y accones de quiees las cupan
Cuado me reero al hbe y a la uje, cmo dvertí e l
case de ayer, no lo hago desde una mirad esecilista. Mi mrda
es histórica, porque hobes y ujeres tenes uestras propias
hr evlutivas, etdas, convientes er diferenciadas.
N stitucine h i diferenciadas a lo lrgo de una an
prodidd teporal,  qu  rígid disión de los roles por
sexo e, e el convincee gumento que LéviStrauss expone en
su eyo sobre la mlia l única fr de garantiar la sexulidad
heterexualmente oietd coo fr dominante e inerca
bi sexual y con est   eroducción de la especie3 Esas historis
poi ustamente ecuetra su oento m dicil en  huma
nism deo, cuado,  igual que en el caso de l rz  
curs uiversalista  gualitrio provendrá de un sue cior
con racterst paicular y que, s embargo s v  istalar en l

1 -Strauss, Clude ( 1 9 7 1 ) , "The fmily  H. Sairo (comp), Man, Culture and


Rta Segat

posición de paradig universal de lo humano, es decir, como ícono


y emblema del sujeto titulado para hablar en nombre de la Humani-
dad A partir de esa entronizazión de un particular en representa-
ción de tods, toda diferencia necesitará ser digerida, ecualizada y
reducida al rmato establecido por ese personaje que, por la histo-
ria que lo ha llevado al ocupar tal pedestal, no es otra cosa que
aquel que previamente e hombre con minúscula, es decir, una ca-
tegoría entre las otras, un grupo corporado entre otros, uno entre
dos en la dualidad procreadora de los géneros con sus roles, y aho-
ra, a partir del Renacimiento, la Conquista, el Iluminismo y la mo-
deidad resultante, se ha transrmado en Hombre con mayúscula,
sujeto universl E dualismo pluralista del mundo precolonial se
transa así en e binaismo modeo: dos estructuras completa-
mene dierenes, pues el orden binaio es e orden del Uno, de ese
sujeo universa al cual pasan a referirse todas las dierencias, ahora
minorizadas: la mujer será el otro del hombre, el heterodoxo en sus
prácicas sexuales será el otro del héteronormal, el negro será e
otro del blanco, el primitivo será el otro del civiizado. Es ane e
sujeto mascuino, blanco, propietario, letrado y pater-familias que
deberán gestionar su inscripción en la ley y en la política, y tendrán
que hacerlo en el lenguaje de aquél, imitando su gestualidad y sus
modos, adopando sus rituales. L lengua no engaña, sino revela
con notable precisión la genealogía de la esera púbica y del Esta-
do, y del mato paticular del cuerpo enunciador de os Derechos,
a pesa de ser, en intención, "universales  Podemos decir, al com
prender este proceso descripto por mí en varios texos, conferen-
cias y entrevistas4, que el ADN del Estado es masculino
L que es de suma importancia mencionar aquí es que la otra az
del proceso históico a través del cual el sujeto mascuino se trans-
rma en el sujeto representane de la Humanidad, es decir, deja de
ser hombre con minúscula para ocupar el pedestal de Hombre con

•Ver po ejemplo, mi ensayo "Género y colonialdad: del patriarcado comunitaio de


baja intensidad al patriarcado colonial modeo de alta intensidad' en Crtica de l
Contra-pedagoglas de a cruedad

mayúscula, es la minorización de tods quienes no coinciden con


sus características. Su diferencia, a partir de allí, se transrmará en
un problema a ser resuelto, como acabo de explicar El caso de la
mujer y de su ambiente, el espacio doméstico, que no era ni es
hoy ni íntimo ni privado en el orden comunitario , es vaciado de
su politicidad precedente, despolitizado Ni siempre doméstico
signicó ni signica aún era de la égida de la ley y desrovisto
de politicidad El espacio doméstico e y en las comunidades l
sigue siendo un espacio de deliberación y decisión , que luego al
canza e inuye en el espacio deliberativo de los hombres o público
Existe sí una jerarquía de valor, una asimetría explícita pero no un
englobamiento de lo doméstico por lo público como después del
advento de la colonialmdeidad L asimetría explícita en los
nichos no intervenidos por la colonialidad pasa a ser una asimetría
enmascarada por el er englobante del sujeto universal y su dis-
curso igualitario. En el espaci doméstico las mujeres desarrollan
su politicidadad, su gestión, su estilo de resolución de conictos y
de administración de ls recursos disponibles Allí se da el blindaje
de su espaciomund, n  exento de conictos propios, así como
las tareas, juegos, rituales, activdades artísticas y del cuidado del
cuerp que sirven de casio para su comunicación en separado
con relación a la vda general de la aldea Quiere decir que cuando
ese espacio se privatiza, despolitiza y margina, trarmado en res
to, residu y anomalía cn relación al Sujeto Universal, es engloba
do ngullido , devorad , se podría decir por el Estado y la esfera
pública con su diseño modeo, y se cancela el camino históric
del estilo de politicidad femenino. Quedan, sí, algunos de sus ras
tros y "maneras de ser entre nosotras    alnas "maneras de resol
ver las cosas, artunadamente
Esa politicidad en clave femenina casi perdida se vuelve hoy más
relevante que nunca prque estamos ente al derrumbe del canon
político patrarcal Ha quedad expuesta la cción institucional Urge
entonces reencontraos y reatar los hilos con lo que perdimos en
el camino de la historia: las maneras de las mujeres hacer y resolver
la vida, la política en clave femenina que el monismo humanista
enclausuró
Rta Segato

L storia masculina es la historia de la volencia

Es e Ciudaduárez, como ya dije, que comienzo a percibir que


e dato de asculiidad se trapoe cilmete e u madato
de filidad" porque la estructura de la muiidad e aáloga a
la de la corporació maosa. Es ahí tambié que compredo que
os crímees de poder so aquellos que uca se resuelve, da-
dos e ese pacto corporativo de los ombres, los iembros de a
atria o coaría mascua Yo o puedo arma que la hipótesis
que propogo e el esayo L Escritura en e cue o de las mujeres
asesinadas en Cudad]uarez aya sido comprobada por los hechos.
No puedo arao porque e poder se caracterza or o ser obser-
vable  estte ricipa del poder es la opacidad y el ecubri-
eto, y os cios y acuerdos etre aquelos qe compaen sus
o crece de trasparecia o puede se vistos, compro-
dos y uco meos etografiados ".  ra e que el poder
ct y decde es iaccesibe por los ajeos a s estrecho cíco.
Pero o que uo sí puede hacer so apuestas acerc de o e debe
esta or detrás de ua ra catidad de episoios de a gra
ctidad de evetos dispersos, que sí so observbes que se di-
de e los periódicos y e otros medos, y ue as persoas
ceta. He lamado a estas eecias epifeóeos" , e l seti-
do de efectos de las decisioes de poder E e caso de Ciudad
árez hablamos de cuerpos que aprece ecotrados por miia-
res y pobadores si que a poicía jas los haya ecotrado e sus
búsquedas, de poicías que mezca evidecias, que mezcla paes
cuerpos, cuerpos y opas y se equivoca e las señas para la locali-
zació de ua tumba cuado hay que hacer ua exhumació para
ivestar.  catida de errores idica la exsteca de persoas
autoidades podra decirse, que trabaja costatemete para que
los casos o pueda ser esclarecidos . Crímees costates, del s-
mo tpo, que ocurriero durate ua gra catidad de años, por
m de ua década pero que uca se resolviero ocialmete i a
los ojos de los deudos de las víctimas puede ser leídos de difere-
tes maeras Eso es lo que yo he hecho y tabié otras persoas .
Como dije, hay hipótesis sobre el caso de Cudad uárez, pero i-
Contr-pdgogls de  ceda

L yor parte de l iterpretacion son de cuo itmenl:


asesinos seriales acción de oladores comunes novios posesivos
venganza masculina porque las mujeres tienen más empleo en las
ul el uncipio , ráfico de órgano, comercialiación de
snu movie" un tipo de poografía que ermin en muere; es
decir, poografía sádic. Hay una gran cantiad e hóei osi-
bles, y la mí es solo un ero con una peculri    l
nstmentalidad del crmen, no ve los femnicdos e C uá-
rez como una violenca uiaria en ningún senido; no pecbe un
rédo e érmino e mercado (de poogrfía) ni un uo  un
ervico. Má ben rendo de mi lecur e l violación en L
Estructur Elementales d la Violencia, eniendo qe ese io de
aque l cuerpo de as mujeres, stemáicos y euene, con
eecho de los cdávere en baldío, es un exibición e rbirio ,
un eecáculo de unia ne oda l ocie , e oberanía
rsdiccional, de dueñidad sobre un erritorio y del cuero de sus
mujere como prte y emblem e ese erriorio.  ueños el
lugr exren u conol errirl l ecribr" en el cue de la
ujee, como sobre n bor o un zrrón, u cpci de
esrecer, hacer ufrir y mr Proong, í, leer el peco ex
esiv comunciv e e e que po  er llmados
feicio e Ciurez y igo bén ue hí se establiza
n je ore e s  eees e l cultura el lenguaje
es el eco ás umco e oos. De modo al que, cun
n lenguje e esbiz merlo, reirrlo e es poición, es
y icil .  be  ujere con nuestros eerzos con-
ane  esebizr n enguaje binario, binalizador", y l un-
verslzción e ríco y e lo uanivos culinos, ue lu-
chs erneneene co el enguje etabiliz ue binli-
z" nuero no. De  mism mner, ar Cu uárez, las
olacone muluiri, cele, l our h  muerte e las
mujere por mei exle el menje e esos cuerpo que son
enconrdo en el eero, en lo badío, cnsuyen, por encima
de cualquer ora cos, un lenguje con el que el poder bla y dice
acá estoy. Esa es  lectura, y de aln mera lo ha sido para l
madre que etaban hí con l qe bjé y dilogué
Rita Segato

En e presente, a pesar de la Sentencia de a Coe nteramericana


e Derecos Humanos a estado mexicano por e uicio de Campo
Agodonero en noviembre de 2009, a infeizmente, nuevas ma-
dres y otras hijas muertas, y sucede incuso ago que, a constataro
cuando actué como jueza del Tribunal Permanente de os Puebos
en Ciuaua, me sumió una gran tristeza: a ruptura de a memo-
ria, a descontinuidad de la experiencia, la situación actua de a
ocaidad y e momento en que sité Ciudad uárez y rmué la
ipótesis que aquí expongo y que uego me sió para mi coabo-
ración con diversos países centroamericanos. Hoy os cuerpos ya
no se desecan en os "capos agodoneros, como son amados
os badíos en México, sino en un nuevo ugar de ese extenso de-
sieo que es a ontera noe e Arroyo Navajo. Y un nuevo grupo
de adres busca a sus ijas y uca por justicia Sospeco que se
vovió a punto cero de debate que existió en esa ocalidad durante
a primera década del siglo XI. Las madres de entonces se disper-
saron porque es mataron parientes, es mataron miia, as aena-
zaron de muerte o e oecieron una indemnización impoante De
esa manera se disoó ese gupo que convirtió a Ciudaduárez en
una ciudad conocida por e activismo mundia Hoy ese grado de
poitización de as madres de Ciudaduárez, que supieron seguir e
ejempo de as Madres de Paza de Mayo, a cedido paso a acciones
más convencionaes
Aque momento permitió visibiizar a eergencia de un tipo
nuevo de vioencia contra as mujes, un nuevo pape para su cuer-
po agredido por vioaciones mutitudinarias, un crimen de caracte-
rística singular que me evaría más tarde, al anaizar otros casos en
América Centra, a habar de una discontinuidad en a rma de a
guerra Porque e daño a cuerpo de as mujeres en e contexto de l
nuev form de la guerra, en bosones de América Latina donde se
observa a expansión a esfera paraestatal de contro de a da de
sectores cada vez más numerosos de a población, ya no es un daño
colateral de conicto como e en as gueras convencionaes, tri-
baes o entre estadoa, sino es un objetivo estratégico de a guerra,
como e arado en mi ensayo L Nuevas Form de la Guerra y
Cntr-peggl e  crue

el cue o de las mujeres5 Es necesario entender que hay ciertos


crímenes que afectan a las mujeres que suceden en la calle, y que, si


bien son crímenes de género, no tienen que ver con las relaciones
interpersonales, íntimas, ni con el espacio doméstico. A estos crí-
menes los llamé en ese entonces "crímenes públicos de género,
crímenes en los que l mujer muere solamente por ser mujer, fei-
niidios y, m tarde, para dejar clao que se trataba de un tipo dife-
renciado de los íntimos, "femigenocidios En ese oeno, e
  l u e Cudd uárez  use u eorme énsis
en est distincn, porque ¿mo proucir protocolos eudo
de investigción policil sin entener es ere? El er e
lo edios y de los poderes mezlabn en su discurso fenóeos
todos reltivos  l posición y signicdo de l ujer e l soie-
dad, pero es imposible armar que es lo miso el uerpo e u
noi sesid por los celos que u cuerpo e el desiero, e l
oera, on marcs e orur exul y de abuso oleivo, ao-
muo A ear e er oos crimenes de énero si o hilmos
no en sus diferencias, o será posible diseñr protooos e inves-
igación policial ni de exáenes médicolegles e os ititutos
renses; tampoco se podrá instruir a los jueces y sle pr que
coprendan la sinlaridd del crimen de que tán rdo Como
suede, por ejemplo, e Brsil, donde ni el vocbulrio einista ni
el juríiopolicil h oseguido incorporar  ide de que hay
un número reiene de mujeres que mueren asesinadas en otex-
tos no domésicos i ítimos, no se podrá proseguir la ivestig-
ción i inluir e ls estadísticas a los cuerpos econtrados en las
calles, nu recldos por deudos, con señales de crueldd y de
violación Esos feminicidios, al escapa al entendimiento del sentido
común públio , policil y jurídico , pasarán sin registro y serán in-
mediatamente olvidados.
Rta Sgato

Esa es la tarea de los analistas, crear un vocabulario que permita


nombrar las diferencias con las que el patriarcado actúa. Son todos
crímenes del patriarcado , pero son crímenes diferentes en el a
to, en a manera de su produccón. Todos son crímenes que nos
ponen a as meres e u lugar subordinado , que amena nues
tra vida sin uda, pero es indispensabe entender meor sus m-
dalidades diversas En Ciudadjuáre descbr eso, descbro tam-
bién la presón qe se desató, tanto por parte de femnismo como
por pare de ls medios y de los poderes establecidos de la scalía
y de la policía , para bligaos a colocar toos s crímenes en n
mismo sac, e na misma categoría.
Lo qe las meres asesinadas en Ciudad járe sufrieron y su-
en aí y e ats tros lugares no pertenece al reno de la inimi
dad e s gares  de as relaciones. Los egcos y el control
terra e ls maas y los diverss tipos de para-estados se ex
presa aí. S embargo, como efecto de la mizacó de las
mueres y la privatiación del espacio doméstic cn el asae a la
colonialmodeidad, todo o que nos pasa a las meres es emp-
ado al campo de la intimidad, al campo de lo privad y como se
constata repetidamente, expulsado de la égida de Dereco. Es muy
difíci ar de este arrinconamiento en lo íntim de lo que os
vulnera, incluyendo los ataques taes, porque uesra minoria
ción y privatiación se encuentran muy inclcadas e el imagiario
popuar, en el nconsciente coectivo , y esta concepcó es rerada
a diario. Eso ace que nuestr destino sea cmprendido no como
un destino poítico o público, sino como un destin privado, ínti
mo. Así, todo o que sufrimos, aunque sea un asesinato , que es un
crimen plenamente púbico , inmediatamente es traducdo al voca
buario, a la explicación, a la comprensión propia de los tem de la
intimdad. Lcar contra eso no es tarea cil. ¿Por qué? Porque lo
que ns pasa a nosotras, en la reducción binaria efectuada por el
Humanismo modeo a que me referí hace un momento, no es de
interés general, no es un tema universal. El esquema binario de la
colonialmodeidad, como expliqué en esta sma clase, separa el
mundo en temas de interés general y de valor niversal, considera
Contra-pedagoglas de a cruedad

dos como os temas de sujeto univesa paadigmático, e Hombe


 economa, a potica, a cienci   técnica  temas d un su-
puesto inteés paticua, temás de minoas os temas d os suje-
tos minoraos a ue me ee o. E esa casifcación uivocada
 peiciosa esie a cusa de o ue os toa nebes  nos
invisbiiza es ese e binismo estctu u impid ue usue
mos  consigamos justicia  vedad paa nuestos temas, siemp
acoaados en  piege de intés paicua. E conta e bini-
mo ndaciona de occidet oeno ue tenemos u isu-
nos. No a un Sujeto Univsa con H mayúscu, y no a temas
de inteés genea y vao enunciativo univesa Y si os ha son
peciamente nuestos tmas.
En e cocepto de emignocidio podemos engoba una gan
cntidd d cmenes ue tieen u ve con as  r paaestata-
es de ctu, o muco más divesiicdas ue en os ños 70
Un seie mpi d    jecicio de a vioenci  conto de
pobciones vunebes, dsde as eras epesivas, e ma ama-
do conicto inteo", e teoismo d Estado, y a dupicación de
Estado en r estta  paestataes de conto socia po pae
de sus gentes, as coo tbién e avnce de s copoaciones
ms de tipo maioso , co sus tentácuos y vsos comunicantes
con  gestión estata Aí apac a noción qu me sie, la catego-
 nuvs  r d  " , ue utiicé en e nso  citdo.
En e cso d Ciudduáez, no entend ue estos cuepos oja-
do s a desito e  oducto de una guea ente gpos mio-
sos ino que os i como mensajes de su pode intecambiados
nt os y nvidos   socidd, en ea ocaidad otiz te
dos mundos, pes sepda, en 2004, po e Río Gnde o Río
Bavo (ni muy gnd ni muy bavo) según lo nombn o sta-
dounidenses o os mexicnos, esectivmente De do mexicano
s encuentn l muiados que ojan una gn podución de

iueza Los dueños de es iqueza, os empesaios d Ciudaduá-


ez, viven casi todos os en E Paso, Tejas Es una otera entre
dos mundos: e mundo en donde están as cosas con que la gente
sueña; y el mundo del desierto y de a vida pecaria sa ontera
Rita Segato

traza un límite, es ahí donde termina no solo Méico, sino todo


nuestro continente latinoamericano, y donde comienza el Norte A
través de esa ontera atraviesa una gran cantidad de riqueza que se
produce de nuestro lado y se acumula del otro. El mapa es como un
gran tobogán por donde se deslizan hacia el norte los capitales e-
traídos de nuestros territorios A través de esa ontera se tracan
cuerpos, drogas y capital Se trata de una ontera blindada pero
simultáneamente porosa , y esa porosidad necesita de un pacto de
silencio y de lealtades maosas que considero asociadas a este tipo
de muertes. Necesita, como arumenté en el ensayo L escritura en
el cue o, de una coparticipación no siempre voluntaria en un
tipo de crimen que sella este pacto riguroso 
Separo y diferencio así este tipo de crimen de toda eplicación
referida al deseo, al placer, a la seualidad Mi eplicación no es
libidinal, y si la inversión libidinal eiste, ella está puesta en el pacto
corporativo, masculinomaoso, y no en el cuerpo de la víctima
sacricial Es por eso que la epresión "crmenes seuales es pro-
blemática, pues nos lleva a una comprensión equivocada de lo que
se trata L motivación de estos crímenes no es sexual, aunque sí
son crímenes perpetrados por medios seuales ¿Por qué?, porque
por medio de la sujeción seual se mata moralmente a la persona y
a la sociedad que la cobija El crimen seual es un crimen prona-
dor, capaz de destruir la conanza moral y de agilizar una sociedad
entera Eso es así porque en un imaginario arcaico la moral social
está muy anclada en la capacidad de custodia de los cuerpos de las
mujeres por parte de sus tutores Ese imaginario arcaic es muy
difícil de desmontar En el centro del mismo se encuentra el presu-
puesto de que las mujeres no somos enteramente personas, porque,
si por un lado sí lo somos, por el otro somos íconos, es decir,
representantes de la integridad de nuestros pueblos y sus comuni-
dades Si por un lado es innegable que un ataque seual al cuerpo
de una mujer es un crimen contra su persona, por el otro es ua
pronación de la sociedad a la que pertenece, a su milia, a la co-
munidad y también al Estado , es decir, a todas aquellas instancias
que deberían estar en capacidad de protegerla De la posición de la
mujer depende un amplio entramado social Por eso digo que la
Contra-pedagogias de la crueldad

mujer es persona, pero también que no lo es; porque la violación


es también una agresión al tutor, al hombre que tiene el deber de
custodiar la moral y la honra, de cuidar y tutelar ese cuerpo. Desha-
cer ese sietema de creencias es una tarea hercúlea, pero es la tarea
que tenemos por delante  Esa tarea es la de desmontar el pacto de
mlidad, que es el que tiñe l agrión sl de agresión morl,

constyendo la escena de poder y subyugación moral que resulta


en la idea de una victoria moral sobre la víctima y su entoo social.
¿Ya nos preguntamos or qué el agresor es visto como u derrota-
d moral por la sociedad, y sí s víctima? Es el pacto de masculini-
dad, la atmósfera patriarcal que respiramos en la era ya larga de la
prehistoria patriarcal de la humanidad lo que tiñe este crimen de e
cáz de ronación y riun bélico. Como los presos ya arma-
ban n la cárcel de Brasilia, su crimen no había sido un acto desti-
nado a satiscer un deseo imerioso, sino alguna otra cosa Esa
otra cosa solo uede explicarse si consideramos la relación corpo-
rativa y exigete que s establece enre los hombre, los complices
en la masculinidad, y que demanda hombría, vrilidad, denida
como caacidad e crueldad, de aproiación y de rapiña. L viola-
cón, la raiña y el cou o conceto qe rman pae de un
mismo uiverso de etdo. Violacó es consumción de un cuer-
o Sr caaz de consuirlo y e alimenar del tribto que viene
d . L otacó   xual:  olítica y tiene que vr con la
ca  trar dr a ra el ctrol d u cur-
.
H aa  a an a Aca Cntra y a M.
H ara c  ovimiet ia  E Saar Ga-
mala, Hra, Ncaraa y Cta Rica   aí  -
ró  t i d ómn aral  aló , y  a
arir  a ació  l qu  aa a r  a ure
q  a a   r aa a a q ara-
ao    í  a" y alar  
segndo estado, q  í  segnda realidad,
  tido d ra araaa q xade u crol
 ra ri l     úim me rir a
q algun aci d a a  raria, saios done e
Rt e g ato

Estado como definido en los manuales de Ciencias Políticas no se


hace presente no protege la vida de las personas no urbaniza no
ilumina y no gila son entregados a un egndo etado, en el senti
do de una entidad subterránea con sus normativas propias y sus
agentes de seguridad a cargo del orden en ese territorio submerso
Este concepto e muy debatido y en un inicio poco aceptado por
los juristas a quienes les cuesta acepar que una ley única y univer
sal no impera para toda nación Pero luego e siendo lentamente
aceptado M tarde substituí aquella expresión y pasé a hablar de
una egnda realid.
L primera realid es aquella en donde se encuentran los dine-
ros declarados los bancos los impuestos los sueldos en blanco;
es decir los bienes y caudales a la sta del Estado y sobre todo las
leyes que protegen la sociedad y las erzas públicas a cargo de la
violencia legítima Pero existe también una segunda economía que
crcula por la segnda reali cotituida por los caudales y bienes
no declarados Sin embargo ¿cuáles son y dónde se legislan las
noativas las rmas de control  de vigilancia de seguridad para
esas riquezas cuyo tamaño no puede medirse pero que podrían ex
ceder en magnitud a la riqueza declarada? ¿Cómo se garantiza en
tonces la cusodia de esos bienes y caudales en la segnda realid?
¿quién los protege? Se la garantiza con la tculencia con la demos
tración y el especáculo del terror en un régimen de obediencia es-
tricto Es eso lo que estamos viendo en diversos lugares de nuestro
continente en una escena que se expande que crece. En los años
90, la Conferencia de la ONU de 1994 sobre el Crimen Global
Organizado estimó que solo el narcotráco ya rendía cias anuales
mayores que las transacciones globales de petróleo Eso nos da una
idea de la importancia de esa segunda economía6 Si solo la droga
produce una riqueza mejane ¿a cuánto enderá la ganancia que

6 Castes, Manue: "L Conexión Peersa L Economa de Crimen Goba" en Fin de
útimo voumen de su trilo ía sobre a Era de a Infrmación (México Si
Contra-peagogas de la crueldad

produce la raa, el ráfico de personas, el ráco de efedrina, de


remedios legales, de armas, de inluencia, y de anas cosas más?
Exise, en una gran pae de nuesro coninene, incluyendo Brasil,
un universo bélico que no esá nombrado. Si consideramos que,
según los úlimos números de la ONU, en 20 1 6 sadísicas le-
vanadas hasa 20 1 5, de las cincuena ciudades más violenas del
mundo la mayor pae esá en América Lina, y veinina son bra
sileras, esamos enonces ane números de guerra, números qe
nada ienen que ver con peleas en  esquinas o en los bares, ni con
enemisades personales, o robos y huos al menudeo . Es necesao
que haya, por derás, una máquina de guerra para que se puedan
producir números de esa envergadura en érmnos de lealidad Es-
amos ene a una escena bélica que se expande pero que no iene
nombre de guerra"; lo vemos en las columnas marginales de los
periódicos, y en las columnas cenrales: la políica, la economía, la
sociedad, la políica exerior. Sin embargo, si presamos aención
vamos a ver que ese escenario bélico esá vinculado a la acmula-
ción de capial, es decir, pduce niveles de acumulación an impor-
anes como los del capialismo de superficie. Enonces , es posible
pensar que hoy el capial se produce arriba y abajo , que exise una
acumlación de gran magniud que s produce en el subsuelo de la
realidad, en una segunda realidad que iene dueños, y que esá aso-
ciado a la muee y s expresa en el somimieno arbirario de aque
llos cuerpos que no ienen un papel en el conico bélico en oo
de inereses, en los cuerpos inocenes" de aquellos, mujeres y am-
bién niños, en quienes a crueldad se aisla como mensje.
En mi análisis sobre Ciudaduárez sosuve que los empresarios
enían un pie en la economa legal y el oro en la economa ilegal, y
que, como acabo de decir, por esa fnera las ganancias luían hacia
el Norte  Fui criicada por esa afiación por quienes dijeron que
el dinero no viaja en ch no viaja en especie, sino en rma viual
Tiempo despés, en 20 1 6, por una coincidencia sorprendene en
una espera de 14 horas en el aeropueo de Bogoá, el elevisor de la
sl VP dio l noicia del hallazgo de un gp de aas de Avian
y de N que habían raficado a los Esados Unidos, en ndos
lsos de valijas vedados al pasaje de los rayos X por una nueva
R Segato

tecooga, milloes de dólares oriinados e distintas variates de


crime orgaizado. Ates de eo, cuando preparaba mi texto sobre
L Nuevs formas de la guerra, encotré a declaración de u s-
ca estadounidese pubicada por The New York Times y mencio-
ada e  libr dode sostiee que la justicia de su pas o puede
auditar a todos os bacos por lavado, porque eso hara desequii-
brar toda la ecooma del pas; es decir, o so auditabes porque
ua parte de a ecooma de orte depede de este tobogán que
desiza la riqueza de sur a orte.
Por otro lado, tambié se trata de u golpe a a democracia; esa
es la otra parte de agumeto. Porque, como afirmó u ato mando
de a poica feera basiera a diario O Globo y cito e L Nuev
Form de la Guerra: No existe e Brasi nigú cadidato, de nin-
ga e as tedecias de espectro político , i de izquierda, i de
cetro, ni e deecha, que pueda hoy candidatarse a ua eecció si
cota co ua caja de campaña cuyo origen o puede e ecarado
y creo que esto váido para América Ltina en geera. Ua cama-
ña se hace, por o tato, co dos que proviee e esa segunda
realidad. Toda victoia eectora depede de os actos qe se see
e ese ámito. Cotro e a potica artidaria y caacidad e com-
a está, por lo tato, ertemete cuados L democracia repu-
bicaa y sus epresetates tiene os pies asetaos e os brde-
es de a tata de os cuaes as cajas e campaña extae sus dos .
So redimientos que, sea a través de ecadacioes" e soboo a
cargo de as poicías, o dectamete por medio e egaos" y 'co-
ticioes" de cime ogaizado a os oítico asa a os -
o eectoaes e os caiatos a cagos eesetaio, coata-
o así os estaos de a cotiea. De modo e e a emocracia
real a democacia de a realpolitik o existe e vea na votad
oítica e ea etas rms e eiqecimeto e ego va a
a a a caja e caae de a oítica y  ofeoaes. Aí
cote los budele, e tco y e cotaao e toas s
fr y mecacías, a casas e juego y todos o eabecimieto
e o caes es imobe ace  coto e co, icyo
a igesa es . . . ¿i ee cotoa e iezmo?
Contra-pedagogías de a crueldad

Es posible, entonces, hablar de una paraestatalidad creciente, de


una especie de captura de la vida o, en otras palabras, de rmas de
administración de la vida y de control de la riqueza que operan en
una esfera diferente a la del Estado aunque no desconexa con el
mism, en una segunda realidad. De ahí se desprende que es nece-
sario enviar señales a la sociedad de que algo esá actuando allí, algo
se incuba y se preanunca, algo acecha, como el huevo de la ser-
piente, al mismo tiempo secreto y visible. Lo que esá del la s
ble es n oder que eist y dicta sus reglas y senencias, y l qe
está dl lado nvisil es l modo en que se constituye , alimena y
reroduce ese poder. Ese lado invisible arroja, desde las somas,
cueos inertes de mujres a la supercie, como evidencia de su
caacidad de cnrol y der de abitrio sobre la vida . No podía
hae mnsaje más clar y cil de cmprender
Po eso , consdero qu s un error circunscibir lo qu nos pasa
a las mujeres al camo  la ntimidad, como ambién co que es
equivocado que geqms el tema, como he dicho muchas ve-
ces, pues tenemos que ntenderlo como un temómero d los tiem-
pos, cmo un ídic aa diagnsicar la s hisóca or la que
esams aavsand L rldad reciente n solo en la rma de
come ls crímns msógnos sino ambién en el modo de des
cata ls cerps en los asrales y sumideros, representan cabal
m l ds mais or la vida y ehiben e la rma más
ela sibl una aacdad d ndiferencia qu a n ovca
asm A a no senti, aprender a no recono l dlo
  aj, denszase, al calr de las rueas igdas 
el madao av d la masclinidad  d las as
armadas d vas s, saales  paraestatals,  a la sa
ldad d sucta sicoátca ncional a esa s hsa  ao
calíta dl aal. l mund de dueños que haitams sa de
personalidaes  máias, d sujos incaacs de ementar
la conmutabilda  las oscioes, s dec,  nrs en el lugar
delo ro. No s taa smlemene d vla, sno de un io de
vilenca muy arcular or la cual la va, la aniquilación, no
resulta de una muerte humana sno d la subsracción de la huma-
nidad de lo aniquilado Maar m roo de la sacralidad de la
Rita Segato

vida, atr sin cnsecenc re  d e e ser er era-
ment csa y ss rests cta Mtr sn e se ee ee
human Sn ees sin rtl e ns recerdn y de cerc 
gura tan bien anizd r Giri Aben Homo saccer: s
eliinción n es n cidi  sesinr n es crien.

Ls preguntas:
 Planteas ue dl Estado rácticaent no s pude eserar
nada . . .
- R . S . : En n und de deñs la cnecencia inediat es
la lencia institucnal re las institcines colapsan ente a
su ilimitad pder d cmpra. E und de dueñs assorad r
inligncias corporativas se especaiza en bscar esas brechas r
dond las institucions s quibran y se vuelvn porosas. No dig
qu no s pd sprar nada dl Esd ni qu dbamos rtiraos
compamnt d toda lucha n l campo statal Lo qu sosngo
s q db sr un camino anbi es dcir dntr y ra dl Esta
do. L lncia institucional n nuestros aíses vn d muy ljos.
Nsros Estados criollos nuestros estados rpublicanos concbi
dos por elits criollas más continuistas u pturistas para rcibir
la hrncia colonial ern cnstidos prcisamnt para su apro-
piabilid Esa s una caractrística d nustra historia y d la natu-
ralza d nustros stados rpublicanos ron consridos pra
qu una lit hrdra, la lit criolla pudise administrar ss bie-
ns qu pasarn d mano d la adinistración ultramarina a nos
d la administración lcal. Entoncs dsd l principio, dsd su
ndación sos stados nacionals sn ágiles vulnrabs a a apr-
iación por las élits. Por otr ado aun cn ls gobis más
populars qu hmos tnido cm s l cas d los progrsisos
a sión d la istoria dsd l Estado es cooplacista: s ntrega l
trritorio a ls xtractiviss s hace na auesta rápida a rcad
global cn las mrcancías dl su agrediendo l arraig cuni-
tario y territrial y la sberanía aintr de l gent para ue ntren
las divisas ue ermitirán la expansión del cnsu co frma
d "prgres y enriecient.  gent  h vivid en s ár-
Contra-pedagogfas de la celdd

aea c  he aa e n e antiene tavía n


rganización cnitaria cn  cectivist e estencia ve
a htria en n az ch m ent en n tie s arg y
se escne e esta: tiiza e Esta ae qe es arvecha-
be y naa m Es  qe aé "cniaes a puea seiabier-
.

ta, es han peranecien en a canestinidad pr sigs en


una se de octaient de isi  de insibilidad cmo es-
trategia de sbrevivencia. Ahra can a fase uticultral pos-
gerra fría7 es ice "visibiícense igan iénes sn identiquen-
se, clasifíquense: ¿negrs? ¿inis? ¿jeres? les demanda ue
suspenan a estrategia qe ls antv vivs hasta el presene
Porqe es cand se nan as reúbicas crilas chs pue-
bos inígenas s enen y asan a  e ebe ciderarse como
una arga clandestiniad. Mstrarn s extrardinaa ineligencia
estratégica a ercibir esas reúbicas ue s habían cnvcad a
char en las guerras de la ineenencia n cirían s paabra
y venrían r más. Negrs e indígenas nnca bajarn a gardia
cn reación al estad  nunca dejarn e entender que ls hils del
esta están en las manos de na eite gestra cria y traicinera.
En síntesis: el Estado es el tr y tiene dueñs. Si ece n recurs
entreabr la uerta, mo e recurs y cierr a puera de inmedia,
no me dejo inervenir, pernezc en el pliegue. Prqe e estad
tiene una htria criolla que nunca ha efecuad a tra esera-
da con respeco al orden cnia. Y jaás erió a exteriria
con relación a lo administrad, l qe es recisaente inherente a
a relación colonia Poner tdas as chas de nuestr jeg en e
campo esata es un eor y es es  e s puebs amefricanos o
afroindígen, cn su inteigencia estratégica y su caacidad de so-
brevivir a quinients añs e asacre ns enseñan. Dich est
agreg: ¿y cuánd se ha vist a n Esta reintegrar y servisar a
restaración de tejido cmunitari?, ¿cánd se l ha vist ev-
ver cniad?
Rita Segato

Considero que el proceso de la conquista no se encerró nunca.


Al hacer el peitaje para el tribunal del caso Sepur Zarco en Guate-
mala, pude comprobar que la guerra represiva del estado autoritaio
de los años 80 contra los pueblos mayas e muy similar a la con-
quista del siglo XI: el mismo espectáculo de la barbarie de los
conquistadores en el genocidio americano  Todas las regiones del
continente donde existen comunidades asentadas sobre el territoio
están bajo la permanente amenaza de la acometida de grupos arma-
dos, pistoleros, bandas de asesinos a sueldo a mando de empresas
interesadas en tomar sus tierras Los métodos no ieren en mucho
de los de la Conquista del Nuevo Mundo, cuyas acciones efectivas
no se realizron, omo enseñan los libros de histoia, en dependen-
cia y obeencia  las lyes de Indias, sino por bandas sueltas que
o respro ngua le  iezmaron las aldeas por las que pasa-
ro lpio l erno pa su apropiación En Brasil, los céle-
bres  hoenajeados bandeirantes eron esto, y no otra cosa plan-
o ber en meo de una anomia generl Es por eso que, sin
desesr el fecundo concepto de colonialidad, he epezao  ha-
blar e la conquistualidad permanente, porque veo en el presente el
modus operandi de la conquista en pleno vgor entre nosotros
Por otro ado, Estado y epresa so dos caras e la misma mo-
neda. El discurso de los Derechos Humanos intenta ser un cerco y
blindar, presear el Estado de la presión empresaial Ahora bien,
¿lo cosigue?; ¿cuál es el grado de ecacia de ese discurso y de
eficiencia e sus métodos? Esto debe ser evaluao onstatemente
porque, unque no se debe abandonar el cmpo esttl, debemos
sr lo más objetivos posible para evaluar la agilidd del discurso
 los Drechos Humnos en relaión a esa gran alianza entre el
Estao y ls pesas L pregunta serí ¿cómo psr n u ges-
tión,  u gobieo, n lgun rma e adminstción en la ual
n l pacto on los intereses corporativos n el o y la expetativ
pusos  l ro globl íe l políi? U ma es apren
r  los publos qu h onseguio gnz l i  ls
pors oios  sr U   sustetón counit
ri  por ilires  veinos res  los más vulables e
impi l isri absolut Etre nosotos, n uestro otite,
Contra-pedagogías de la celdad

inclusiv n las grands urbs, palpitan rmas d xistncia a las


qu h caractrizado como "tcnologas d sociabilidad propias,
d raz colctista y comunitaria, rtazos y jirons d tjido comu-
nitario qu no son ncionals al proycto histórico dl capital por-
qu no son productivistas ni consumistas, y priorizan la rlación y
no las cosas, l nriquciminto y lucro. A partir d sos agmn-
tos hay qu rconstruir las rmas o "tcnologas de sociabilidad,
d afctividad  incluso d corporalidad qu prsean s talidad
n sos nichos. Eso s impoant porqu las rspusas y os cai
nos vndrán d la sociedad y no dl Estado.
 ¿Cuál sra l rol de la intlctualidad para podr trabaar en
esos spacios de confección d lo grupal sin car n lo staal, en
las corporacions? Y n s scnario, ¿d dónd surrán los lide
razgos si lo poltico stá dstruido?
- R. S . : H pnsado mucho acrca d cuál s mi papel n estos
casos. Lo primro s la docilidad o disponibilidad ant la intrpla
ción d quins ans, n l quhacr antropológico, ra l "nativo ;
djars prguntar y ponr a su disposición lo qu sabmos hacr.
L otra tara s producir rtóricas d valor. Nusro mundo conti
n omo acabo d dcir tecnologas de sociabilidad d gran valor
para la prsación d la da y lccions por pa d sus socida
ds q van n sentido divrgnt, contrario y disncional con
rlación l prodciso y a a acmulación. Pus s posible con
raoner dos ndos, organiados n oo d dos grands pro
yecos hisóricos con sus as propias y divrgntes de felicidad,
d buena da: no d ellos apunta a un sntido de realizción cyo
cnro son "as cosas: s el proycto hisórico de cai s r
mas de feicidd de oro undo inen su centro en  socibiidad
y en e cao relacion. ¿Esaos dispuesos, cos de noso
ros,  scrificr rie y consuo, or oras rs de feicidad,
de bienestar, e deenden de la inversión en n undo reacional,
en el cal l reciprocidad ntiene los aos couniarios en pie?
En nustro coninene exise y es cosbe es oción. Sin embar
go, careceos de reórics de vor  ndo del nore, de los
vaores eurocénricos, iene n reórica oderosísima: produci
smo, desarrollo y creciieno econóico se han acrditado coo
Rita Segato

valres iperativs, inisctibles, ás alá e calier a Es


se ebe a e s retórica es canaizaa a iai a través e ls eis
y la ecación. Ests valres sn ncinaes al para aprtar al pr-
yect históric el capital El tr pryect carece e retóricas. Si
bien existe en la experiencia e las persnas, n hes teni la
capacia e ienticar cáles sn ss características y ss ecanis-
s e prucción y reprcción ni e tarl de un vcablari
e valr. N sabes ecir qe invertir en la peranencia e n
n en el e pririzan ls víncls es apstar a tra ra e
felicia. N sabs arar e existe n valr en l principi e
nclaria, en la razón vinclar, pre ns han rba ese vca-
blari sin que ns iéras centa y n hes abi recns-
tirl a partir d la experiencia y las eleccines e en el ía a ía en
vrdad hacos N sabes naa acerca e rmas d bienestar
que están entr nosotros y cnstityen nstras "tecnogías e s
ciabilida ni có argentar en s vr y cntra t l qe las
dstiuye. Ese s el trabaj e ls intelectales, cntribuir con la
vrbaliación y l lar e retóric e vlr e ns tán ltand.
En l e respecta a ls tips e lierazgs, cre que hay s: el
qe se transrma en n líer plític e btiene privilegis y ss
erechs aentan pr encia el rest e la cnida pr estar
en n psición e cacicazg, y e íer e tiene cnciencia e esa
psibilia peersa e interpne estrategias para inviabilizarla, para
prtegerse Pr tr la , en chs ns cnitaris cnti-
núan en pie estrategias en la ra e nr para el ejercici e ls
anats. Esas nras sn e varis tips, sien las ás c-
nes, la e garantiza e el papel e atia s entiena m c
una bigación, n sacrifici , e na prebena  beneci para el
cupante l carg, y hacien e el lierazg sea necesariaente
rtativ En general, en e ei geninaente cnitari , en el
e esas nrmas están vgentes, a gente n iere ser atria,
pre en el perí en e ejerce c tal, ebe ejar e cparse
de sus cltivs y e ss negcis. Est es y intersante, pes hay
na ifeencia y grane en s cncepcines istints e atri
a: a atia c gien a ien e pesa tener e nar s
tiep, s enera y  inteigencia par n bien cectiv, y la at
ridad qe entiende qe cand pasa a cpar n carg cnsige
acceder a m pnidades y m privilegis. Se trata de na dife-
rencia my ndamental, qe ls atres qe trabajan en el camp
antrplógic del plralism jrídic perciben en las jrisdicci-
nes indígenas. Hay diferentes tips de derechs. Es necesari hir
del atesramient del pder y de las vanguardias qe, an cand
esclarecidas, desprecian la inteligencia de qienes han sbrevivido
qinients as de penria y, pr es mism, tienen mch
enseñar.
Contra-pedagogías de la crueldad. Case 3
-

F L R : En nuesro úlimo ' encuenro se planeó una pre-


. .

guna que nos gusaría reomar: la cuesión del ingreso de las


minorías énicas a las universidades 
- R. S . : Cualquier visiane exranjero en una universidad de
élie en Brasil s decir, una universidad pública, porque las univer-
sidades públicas en Brasil son o, mejor dicho, eran, hasa hace poco,
solamene ecuenadas por quienes podían pagar una educación
muy cara desde los primeros años de escolaridad noa que el Bra-
sil no esá en la universidad. L universidad hasa hace muy poco
era un universidad blnca, en país donde la mayoría iene la marca
racil de la aodescendencia. Como consecuencia de la reproba-
ción sumaria de un alumno negro nuesro primer alumno negro ,
sin mbigüedd de color, en el programa de docorado por pare
de un proesor de Anropología en 1 9 9 8 , comenzamos una lucha
que, inicialmene, fe por la revsión de la nota y la aprobación de
ese esudiane en quella maeria obligaoria, y al año siguiene por
lo que se llamó en Brasil la lucha por l cuot (a luta pel cota).
Era edene que la universidad enía que ennegrecerse Ese fe un
proceso que deniivamene nombró la raza en Brsil y que, más
arde, como inené mosrr en mis exos El color de la cárcel en
América Latina y Los Cauces p rofundos de la raza latinoamericana,
Rita Segato

m prmitiron ntndr qu la raza s una dimnsión n nmbra-


da n nustr cntinnt, xcpt dntr d l guts dl mvi-
mint scial ntra l racism Y la prpusta d una plítica d
cutas para studiant ngs n Bril nró l ra rqu am-
zó cn dmcratizar racialmnt l vivr d las élits, s dcir, l
útro n qu  élits blanquadas s rprducn: la nivrsidad
Dig élits blanquadas y n blanc prqu n nustr conti-
nnt nadi s blanc , ni aqullas prsnas qu cabllos rubis y
js clars. Quin cruzó la lína ntsur y vivió n ls paíss dl
nrt gplítico, n Euopa o ls Estads Unids, sab my bin
qu sms manacins d un paisaj colnial, colonizado, qu
ns imprgna d s nblancura indpndintmnt dl colr d
nustra pil Po l ojo  atriby raza, l jo  racializa,
cooc la historia y sab a ué paisaj prtnc nstro cp y
qé paisaj lo ti con su clor. Es jo ns atriby na raza u
s a , muchos d nostros, hijos  nits d ropos, o sa-
bíamos  níamos. D mdo qu hay u pnsa la nivrsidad
y lo q hacmos n la univrsidad dsd la cnstatación d sa
vdad,  intntar mvr l pis dl urocntrism u s, n rali-
dad, l otr nmbr para l racism. Si l racism s l acism d
los curps, l urcntrismo s l racism d los sabrs y pr-
ducts qu ss curps prducn.
Es así qu lo u ls curps qu sn una manación d st
paisaj pinsan nunca alcanza la catgría d teora. n la stricta
división mundial d trabaj intlctual, soms consmidors pr
nunca prductrs d pnsaminto, d catgrías tócas Lo impi-
d una rsa d mrcado d la producción tórica. Pnsar s para
l Nrt, rptir s para l ur. . . ¿Y a qué s db la stricta vigilan-
cia sbr l trizar? Al hch d qu quin triza frmata la ra-
lidad. Fular catgras s dar frma al csmos, mdlar l mun-
d y ncaminar la histria. L capacidad tórica, la imainación tó-
rica s la más pdrsa d tdas las actiidads humanas in m-
barg, acatams sa xpulsión dl rin dl pnsamint d frma
inacptablmnt dócil ls nsñams a nustrs alumns qu la
univrsidad s para apndr, n l sntid d adquirir cnocimn-
t ¿Y d aprndr qué? Aprndr l ya pead Cn un subtxt
Ctra-peaggas e a e

inaudibe er resente: l ya ensad en tr lugar En un ugar


ue n es au, ue está es de au, en tra arte, r gente inac-
cesible L tera es banca, la reetición es nbanca. Ls dei
adres de und sn bancs, s cnsuidres de sus categ-
ras ss nbancs. Esa reaidad es l ue describe la idea de
una colonialidad del sabe Es r es ue a lucha r la incusión de
s indgenas y adescendientes en a educación suerir e y es
un as clave ara iras en algún ese que ns diga, de ver
dad, uiénes ss
L.R: L nda nta  acina cn el bajo au ue
uiste ara cular la ería de la cnaidad cn l civ de
g
R S . : Mi ayo eóric es la ersectiva de a clnialidad del
der y el enaien de su gran ruadr, Anbal Quijano As
l exres en i libr L ctica de la colonialidad en ocho ensayos2
eseciaente en su rier catu: "Anbal uian y la ersec
tiva de a colonialidad del poder". Ese text rdena y uestra la ex
trardinaria cherencia y cejidad del ensaien de ese au-
r. L escrib inicialmente ara a anlga rganizada r Jsé
Luis Coraggi y ean Louis avile Reinventar la izquierda en el siglo
veintiuno3, dnde se ublicó c "L ersectiva de a cniai-
dad del der y el gir declnia. Lueg e reublicad en a
Revista Ca l Améric Finaente, en una versión ás ce-
ta y cn algunas dificacines, ró arte del ibr de 2 0 1 6 .
L iranes es decir ue en el centr d e la erseciva de la
cnialidad esá la raza. Crend la irtancia de eso rinci
alene por las reaccines del úbic, ue uchas veces sn muy
lentas cuand se aa ue en el centr de la acuulación y de
a exriación se encuentra la raza, ue es, ara Quijano, la ás

2 Bueno Ae Pometeo, 2015.


3 Lo Polvone Univeidad Nacional de Geneal SamientoSO, 2014 , luego

taducido al fancé jean-Lou vlle


Rta Segato

importante invención del proceso de conquista y colonización. Es


la raza lo que permite la narrativa del dsarrollo y la subdivisión del
undo en desarrollado y subresarrolado. Esos dos conceptos, a
pesar de ser aparentemente técnicos, tienen color. Asimismo, la raza
y la cuestión del desarrollo se encuentran en el centro de a divsión
del trabao intelectual a que hice referencia: la división mundial en-
tre cuerpos que producen vaor, que agregan vaor a sus saberes y
productos, cuerpos con capital racial, y cuerpos cuyos saberes y
productos son desprovistos de vaor. Por consiguiente, la raza es
central como instrumento que permite, por una parte, a apropia-
ción de valor no reconocido, y por otra, una divsión de mundo
que no se ha roto nunca ás, ue se ha instalado con e proceso de
conquista y coonización y peranece Es ese un paradiga de lec-
tura y casicación de undo que se instala en uy poco tiempo a
partir de moento del "descubrimiento. Si bien nuestro enguae
naturaente se desliza a habar de un descubriiento, s e trata de
na constrcción lsa e pasado En primer lugar, porue, coo
dice Quiano, "no existía un descubridor, no existía Eoa y no
existía España, una entidad política que se e constituyendo a is-
mo tiempo. No se trató de una invasión desde una nación, sino de
la propia construcción de esa nación mediante una guerra Sin em-
bargo, nos deslizamos, ¿por ué?; y es ahí donde encontramos e
giro decolonial. Se conoce por "giro porque es una inversión tan
radical de la rma en que habitualmente pensaos a historia y a
sociedad, que su anaogía es e giro copeicano: un virae coso-
lógico.
Podríamos resumir ese virae así: toda narrativa de o sucedido
tiene necesariamente que usar un vocabuario posterior a o ue su-
cedió. Es prácticamente imposibe narrar la historia de a conquista
y de a coonización con un vocabuario ue no haya sido generado
a partir de evento y ue por o tanto no existía antes o durante e
iso. Todo e vocabuario con el que contaos para conta esa
historia es posterior e incapa de describira Coo aa Quijano:
"Aérica, Europa  e negro e blanco, e ndio , a odeidad y e
capitaiso nacieron e iso día. Es na ase extraordinaria ue
cuando a pensamos en toda su prondidad, nuestra posición y
Contra-pedagogías de la crueldad

perspectiva se transrma. Es decir, hacemos una pirueta y caemos


en tiera rando en otra dirección, algo sucede que camba nuestra
visión del mundo ¿Por qué? El mismo Marx lo dce: "Sin las minas
americanas no existe la acumulación primitiva  Es decir, sin Poto
sí, no hay capitaismo. Tambén, dice Quijano, sin América no hay
modeidad. Y esa es la gran torsión que le impone a a lectura
habitua de a historia, que ve en los descubrimienos europeos el
camino de la modeidad. Sin embargo, esos descubrimienos ne-
cesian conar con la aprobación de a hisoria sagrada, un pasado
cuya lave custodiaba la Igesia. Solamente cuando as áges cara
bes ocan estas cosas , se inaugura un valor que no exisía aes e
valor de a novedad.  aor se trasada, así, dice Quano, de pas
do a uro. A partir de ese momento lo que valida será el turo, y
ese es es e valor por exceencia que define la modeidad. No exise
odeidad, dice Quijao, sin e valor de lo nueo, de escuri
ieto, de  inveción. s en Améica que se inaugura y se hace
posible a modeidad. Quijano publica, en 1993 en coautoría con
mmanue Walerstei, uno de los textos ndacionaes de este pen
samieno; "L amerianidad como concepo , o América en el mo-
deo sistea mundi. Por lo que alí dicen, queda claro que Wa-
ersein acepa que e sisemamundo descripto en su obra solo
puede oiginarse a parir el evento americano Eso es muy impor-
ante ra osoros. Por eso esta perspectiva es muy distina de la
perspeiv pocoonia asiáica o africana, a pesar de ener aspec
os en oú
 F.R.   u Aía Quijano no se reee al suje oso
oia
 R. S   Quijo ua ice "osooni, y cuano se e pre
gu o ué ee ue ara é o pooia  exise Re
e ue  ii   e e u 
i e u  u  e ii e u eí
 oi    L ieei á eie
e e  e i y  eie ei au
ee e ue   eee e eie e ues e
ioes dadas  iipi e siglo X, e  ue  adis
i oo propiamente d  s ee hc apadamene
Ra e

un siglo, mientras las naciones latinoamericanas tienen dcintos


años de "independencia Esos autores escriben en sus lenuas de
colonización, que son lenguas hegemónicas, pues corresponden a
imperios coloniales que se mantuvieron en pie hasta recientemente
y que presean hasta hoy su inuencia en los territorios que admi-
nistraron. Escribí "independencia entre comillas para hacer notar
que debemos considerar la así llamada gesta independentista con
escepticismo, ues a pesar de que e una empresa que congregó
una an variedad de actres, incluyendo también la masiva paici-
pación de indígenas y decendientes de esclavos africanos, con su
consumación los sectores rupturistas con el orden colonial eron
traicionados y expulsados del papel que hubieran merecido en la
constcción de los estados republicanos, y el sector continuista se
apropió de las luchas y de la herencia colonial por medio de una
ititucionalidad diseñada a su medida, y propicia para ser apropia-
da por la élite criolla heredera del botín colonial.
"Tampoco la idea de subalteo me usta , dice Aníbal Yo mis-
ma ya había hecho una crítica a la idea de subalteidad, porque los
autores de la perspectiva poscolonial no dudan en ninn momen-
to de que el centro del mund está en Europa, y cuando arman que
Europa necesita de su alte su ot subordinado, su sub-alternizado
para poder constituirse cmo el centro, lo analan desde la perspec-
tiva de Eurpa y parecen creer que e otro queda totalmente devora-
do por su ncionalidad al proyecto eurpeo Pero, como he ar-
mado algunas vece\ a pesar de que Europa va construyend su
referencia a pair de quienes etamos era de Europa - muy inte-
resante esa idea, de manera que la palanca que la arremesa a la
posición central se ncuntra en la priferia y por lo tanto , la exis-
tencia de una periferia le es indspensable, sin embarg , en sa

•Ver la entrevista realizada para el ciclo Lectura Mundi de la Universidad Nacionl de


San Man, Argentina, en noviembre de 2013 coo pae del seminario  Lengua
Subaltea, en la ocasión de la visita de Gayatri Spivak a esa Universidad, en https:/
Cotra-peagogas e la cruela

cotcció tórica,  ta modlizació, lo autor pocoloia-


l o roioa la crtza d la uprmacía uropa E Quijao la
cotcció  dirt, pu coty u prpctiva dd acá,
dd utro paiaj, qu o contituyn, d los cual noo-
tro omo maacio5 y dd dond dirigimo nutra mirada
al mudo
Si hay ua ertise n l ojo uropeo s la erse d la racia-
lización; ab muy bin adjudicar y ditribuir statu relativos, po
icion  un quié e quié aimétrico y dcidir qué dicuro
validar y a cuál dtituir d valor El capital racial  ua dciión
uropa, política, arbitraria L ubaltización, por lo tanto, es
ua cotrucción dl ojo d Europa obr el mundo, y el eurocen-
trimo, como h xplicado, no  otra coa qu l valor negativo
atribuido a lo producto, abr y tcnología d ociabilidad d
lo ouropo o oblanco, por lo tato, no s otra coa que
racimo tambié E dicil tdr por qué Quao no ua el con-
cpto d ubalto" Mi f d xplicar e gativa part d 
propia xpricia  l campo, co la gt co qu h trabaja-
do, pus h vivido, como atropóloga, co publo, con comui-
dad, qu ti l ombligo adtro E dcir, co proa qu
cuado al a traajar, icuiv  bolo ciudadao, como
lavadra, como tibador dl purto, ditribuidor d cza,
ab muy bi qu o tá n u propio mudo, pro cuado
vulvn a u trro, a u caa y a u comuidad, qu pud r
urbaa y barrial o campio idíga, cirra la purta, y  ocul-
ta n l pligu trritorial por dod u hitoria, u proycto hitó-
rico, sigu u camino. En l mundo amefrcano6, para uar la pre-
cioa categoría d la padora aoidobrailra Llia González, o
afoindígena, xit ua cocicia muy clara d qu hay un mundo

' Lo cauce rofndo de a raza atinoamericaa" Ibidm.


6 Gonzalz, Llia A caeoria oicocutura de  amfricanidad In: Tem Braieiro
Temo Braero Temo Braero Ro dejaneiro Nº 92/93 (an/un) 1988b, 
Rita Segato

intracomunitario que lleva su existencia por fera de la Nación y


del Estado, siempre eurocéntrico, siempre traidor7 Es por eso que
sualteizar la nolancura es prolemática, porque esa nolan
cura lleva una existencia ania de la cual deeríamos aprender aprender
solo es sualtea cuando se ve obligada a transitar por el mundo
del lanco
lanc o o inteenida
inteenida en su su mundo pero,
pero , en e pliegue
plieg ue o escondi
escond i
te que la hospeda, habla, deliera y decide De lo contrario, por
ej emplo, ¿cómo podríamos entender que que pueos enteros como los
huarpes de San uan y Mendoza, o los tupí nama en en Brasil, entre
tantos otros tantos,
tantos , hayan decidido entrar a una clandestinidad de
doscientos años, camuándose
camuándose como campesinos, pastores y pues
teros, para sorevir durante as repúlicas?, ¿cómo o delieraron,
cómo lo decidieron?, ¿cómo legaron, entre todos os miemros
sorevvientes d as masacres de cada uno de estos puelos, a la
saia conclusión de ue as repúlicas criollas emestirían aún con
más contumacia en su codicicod iciaa por apropiarse de cada miga
migajj a restan
te de a herencia
herencia colonia? Aquí me remito a la ora de de Digo
Dig o Esco
Es co
a, qu reata este proceso de ocultamiento y aoramiento de os
huarpes Diego, que pasó su adoescencia en a provincia de San
Juan,
Juan , y convivió
convivió en proximidad
proximidad con puesteros
puester os trasandinos acompa-
ñando, desde muy j oven, sus travesías
travesías por los pisos cordiranos
co rdiranos
con el camio de estaciones, reciió un día a revelación del gran
secreto de estos pastores: Nosotros somos os huarpes, y acá esta
mos. Existi
Existimos.
mos. Lo hemos
hemos ocultado"
ocultado"  ¿y cómo
cómo no lo irían a ocultar
si su acta
ac ta de defnción ya estaa sellada por Sarmiento? Digo Dig o enton
ces:
ces : ¿acso no es ésta una decisión de clandestinidad
clandestinidad necesariamente
necesariamente

7 Me he referido otras veces a la vision de la naturaleza desleal y traicionera del Estado


encaada en la figura de Iemanjá, ver por ejemplo "A vida privada de Iemanjá e seus
ilhos. Fragmentos de um discurso politico
politico para compreen
compreender
der o Brasil  en Segato
Segato Rita
Santos e Daimones. O politeísmo afro-brasileiro e a tradi,o arquetipal Braslia: EdUnB
1995 e 2005
8 Ver entre otros bellos textos Escolar Diego Dones étnicos de la Nación Identidades
Conra-pedagoglas de a edad

esultante
esultante de unauna deliberación
deliberación colectiva? Po lo tanto , ¿es posible
decir que estas gentes son subalteas, y que "no hablan po sí?
Pues el "subalteo lo es solo ente a Estado y sus operadoes,
siempre eurocéntricos en sus valores y sus pactos, pero cuando
delibea inteamente, intracomunitariamente, no hay subaltei-
dad aguna y tiene muy muy claamente
claamente su proyecto hisórico de conti- conti -
nuar como puebo baj baj o la uz de sol.
sol . Son un mundo con el ombli
go adenro.
E nueso es un coninente de desetoes, la mayo pae e sus
haiantes eva sange
sange amefcana,
amefcana, y ha decidido taicionar esa san
ge, correrse de ella, disimuara, es deci, desetaa. Sin embago,
exisen odava quienes no han desertado. Compender esa deci-
sin no es ci, pero es posile suponer que p detás de ella se
encuenra
encuenra una inteligencia
inteligencia de oo orden
orde n y una capacidad
capacida d e miada
a ago pazo, oa  de esta en la temporaidad que amamos
histoia. Po deás e esa decisión se encuenta a adhesión a un
"poyecto históico
históico popio, disncional
disncional a proyecto hisóico
hisóico de
capital po azones que que detao en mi texto " Que cada pueblo tej tej a
os hilos de sus u histia9
histia9 peeo en genea
geneall haba de "poyecto
"poyecto
hisóico ás que que de "culua
"culua.. L idea de que existen "pueblos de
sumes y "pues e histoia es lsa y es acisa. Pensa que
e anco
anco iene histia y e noblano tiene costumbes es acismo
episémi, eucenrismo. Esa gente ha pensado cómo continua
on su hisa
his a,, eiando conc on gran inteligencia cómo soevivi
soevivi
a a masa, a eniio
eniio y a etnocidio  . . sin dese
desea
a,, poque
poque no
desea siifi
siifiaa antene
antene en pie valoes
valoe s que podrán sava a espe
es pe
cie y a vida en e paneta Po oo lado, muchos mies e
iias qu haían adiado y enegado de su penenia a esos
linaj
linaj es y opa po sus ina
inaj es ancos están
están hoy ean
ean  SoSoa
a
mente a pespectiva
pespectiva de a cooniaidad de de  pode nos da un vocau
lario paa haa de de esa eatadua on os his
hi s e a emoa y os
caues  a aa qu haían sid ausuas p e poyeco
oonia
Rt Seglo

Respecto de los modos o modelos de esstenca, en el sem-


nario
nario nos hablaste de desobedencas
desobed encas caplaes  de obsea m las
práctcas.
práctcas. Y queríamos pegunta sobe estos modelos de d e ressten-
cia, que deben se pensados desde lógcas lógcas colectvas, que rescaten el
aspecto ded e la dimeón polítca de d e las luchas que se están llevando
llevando
a cabo; lo estábamos pensando sobre todo en elacón a las luchas
de género
género,, a la dfeenciacón
dfeenciacón y la la necesidad de especca lo em-
nentemene polítco en las luchas de géneo;  tambén nos gustaía
pensarlo en vnculación con modelos de esstenca que busquen
no solame
solamentente inc
incide
idenc
ncia
ia en el ámbto
ámbto estatal
estatal.. . .
 R. S . : Todos nosoros y en la la Ag
Agentn
entnaa , desde la geneac
geneacón
ón
del 80-
80 - estamos mados en los moldes que la élie opeadoa ope adoa del
estado diseñó
dise ñó para rar una nacón única en el espaco conquta conqu ta
do . sos oldes son la la escuela,
escuela , el
e l servco
servco miltar  el higen
higensmo
smo 
orge Salesi, en su ibro Médicos, maleantes y maricas10 raa sobe
e pape de higiensmo, del seco mlta  de l escuela en nues
ro país  oloa e énss prncpalmente en el rol que uvo el
hienis
hienisoo para euopezaos. Los moldes del poyecto unicador
de as naiones han han sdo poderosos
po derosos en nueso contnene y en es-
pecial en la Argentna, como he defenddo en L Nación y sus otros   .
n un exto
exto odavía
o davía inconcuso
inconcuso analizo los cuadros hsóricos
hsórico s em
blemátcos
blemátcos de trestre s nacones del continente, entre elos elo s e de abldo
de Mao para la Agentna. Consdeo una pntua histórca como
emblemátic
emblemáticaa de una u na nacón aquella que es evstada
evstada hasa el pesen-
te en una gran
gran dversdad
dversdad de medios y sopoes
sopo es.. Su prncpal caac
teística es
es que captura una estctura de elacones
elac ones ndacional
ndacio nal de
la nacón que
que repreena
repreena,, que se va a mantene
mantene estable a lo lagolag o de la
hstoa y será actualzada  comentada cíclcamente. Po ejemplo,
como magen de una nacón uncada por el Estado, los guardapol-
vos blanos representan una ncón análoga a la de los paraguas de
mayo ante el cabldo en 1 8 1 0 . Los paaguas de mao emten a una

10 Buenos Aires Beatriz Viterbo, 1995


  Especialmente, en el captulo Una vocación de minora" en L Nación sus Otros
Contr-pedgogfs de la crueldd

nción clon, omogene, msic ese el blcón el es


to, lsm en l tel cien ños esés e s nción n
1 9 1 O y revisit en iverss otr sitciones istórics e rma
my semejnte. o qe está reresento ll es recismente l
nción el Estdo y s relción con l gente, mei or n
referente niversl qe ecliz, qe tm or s grill omoge
neizor   oblción: los rs, y m tr los grol
vos escolres El lado lminoso y el lo sombro de la "igl
Y voy  esto: todo lo qe no orá ser rocesdo , digerido y trd
cio de lgna mner or el tmiz el referente niversl se trns
rmrá en resto, en resio, en nomla e l ms ciddn. De
all en delnte, ls mjeres y toos los "otros el Hombre-Hm
nidd esttl niversl, tenremos qe ejectr innmrbles ra
vestismos r oer blr rofesorlmente, r oder hablr b
rocráicmente, r oer hblr olticmente, en n, para ad
cos l comortmiento el sjeto omologdo del Estado y d
l esfer úblic. El roceso moeo igiere l iferenci, la roce
s en n máqina rirdor r trnsrmrl en algun variant

e este sjeo del ágora esttl.


En el mndo dl Uno, como ije en l clse asada, odo lo qe
no eda ser homologao or el ltro del Hombre, sjeo d la
oltica, srá ransrmado en noml, exelido como resido,
n reso d la políica En ese mno no ay democrci ricl, ni
tmoco hay oltica de ls ientid, orqe, como rmento en
La Nación y sus otros, n el mlticltrlismo nodino y global las
ientidades oltics son n atción rocesd, asuzada,
el mndo del no, qe las enlt y ls transrma en ipos cali
zads aos ar s igestión. L iferenci ricl d proyecos
istóricos, e mets e bienestr ivergentes, ah s exingu
L esfera úblic es el mno del referente nivrsal y dl cnon
e l coerenci. En otrs sociedes no existe el roblem d la
coerenci . El em e ls religiones es n ben ejemlo. Algien
qe ici toos los ños el clto l cosmos cmámico m
bién ee ser ctólico, y en lgnos csos rros ee entrr in
clso  lgn iglesi evngélic. Pee ser bist, no br nin
gún roblem. L gente el cnomblé, qél con l qe me en-
Rita Segato

contré en Recife en mi primer paso en la comprensión de la diferen-


cia, va a la iglesia. Les he dicho: "Pero ¿cómo?, ¿sos católico?, y la
respuesta e: "Cuando deseo pensar que podré ir al cielo . . . voy a
la iglesia  No hay un problema de coherencia allí. En el hinduismo
tampoco lo hay; en m años como estudiante en Europa, veía cómo
mis colegas ecuentaban el ritual de cualquier iglesia que estuviera
disponible. Por el contrario, las reliciones monoteístas son mono-
póicas, son excluyentes. Las religiones no monoteísas no lo son
ni procesan las diferencias buscando compatibilarlas. Simpemente
transitan entre diferentes registros de emocionaidad, de sentimen-
talidad e inclusive de ógica. No hay una búsqueda de coherencia. A
esa experiencia Europa no puede acceder: su pura lógica se lo impi-
de. La gran deciencia e ese oro mundo, el mundo nuestro, que
habita nuesros paisajes, donde A y noA pueden ser verdades al
mismo tiempo y no se excuyen, es que carece de una retórica para
defender su grandeza. Ese es, como ya dije aquí, nuesro pape, el
pape de os ue rabajamos con la palabra: rmuar una reórica
para a grandeza que existe en un mundo no coherente , e un un-
do múlp, e  muo rdc plural, mientras la colonia mo-
deidad del occidente es, como he explicado, e mundo de Uno.
¿A dónde es han dirigido nuestras luchas, nuestros eserzos en
el campo de la política? ¿Cuál ha sido nuestra apuesta como movi-
ientos sociales? A introducir cambios en el campo esaal, a obte-
ner avances en e campo de la letra. Pero ese campo esaal iene el
ADN sculino, está construido a imagen y semejanza e hombre,
pertenece a la historia de la masculinidad. De ahí decorre también
su agilidad, su vunerabilidad al eurocentrismo. Tano durante la
conquista y el período coonial, como después, en a república, los
hombres han estado en o que llamé posición bisagra entre dos mun-
dos: un pie entre su gente, y un pie en la relación con e blanco,
pues son o que han llevado la guerra y, después de la derroa, a
negociación con el ente coonial. Es por eso que son os hombres
que han sido los conquistados, y también los cooptados y seduci-
dos más cimente por el hombre blanco. Las mujeres de as socie-
dades originarias son las sujetas de arraigo; en muchos pueblos se
les prohibe habar a lengua del colonizador, el español o el portu
Contra-pedagogas de la crueldad

gués, asta desués de los sete años . Esta obcón es mucas


veces condenada o el emnsmo euocéntco, ues aece colo-
ca a las muees en desventaa aa lleva sus lucas a la esea
blca y al estado  Sn embago, esea su ael, al gaantiza
que emaneceán aagadas y a cago de la custoda del oyecto
stóco de su pueblo de eanece deenciado dento de la
nacón. Esta egla no coloca a la mue ea de la olítica, como
odía pnr, sno que la eaa aa erentar el poyecto de
una polítca otra, de una altetva aa la olítca colonialpatria-
calestatal. Muy deente es la stuacón de los ombes, po su
doble lealtad, po un lado a su mla, a su comundad y su pue-
blo, pero, por el otro, al códgo cooratvo de su masculinidad,
; que sueta al ombe al canon de la masculndad vencedoa . Es
por eso que cuando llega el blanco y vence en la guera, su mascu-
linidad y concecón de la sexualdad se elve aadgmátca aa
el ombe ndígena tambén. El vencdo asa a acata el non de la
mulindad ctoosa El ndo aende la sexualdad del blanco.

En otas palabras, se criolliza, se aciolla  en su insegudad racial


y viil, pasa a ejercer una olencia emanada del más lento pre-
juicio patiarcal. Tardé muco tiempo en entender que crollo . . . e
un la palabra.
 FL.R.  ¿Por qu "criollo es una mala palabra?
 R. S . : Porque criollo es sinónimo de racista, de misógino, de
homobico, de transbico y de especista. Lo vemos en la calle
odos los días, no hace lta ninguna explicación. Me impresiona
que las udiecias, cuando lo digo, se llevan un susto, parece que
les diera un golpe en la boca del estómgo, y al iante . . . les cae la
cha . . . Reconocen lo que acabo de decir. Esta escena se repie cada
e que hablo. Es ua verdad autoevidente, la vemos en la calle, en
la aciud de las personas, que ni saben que so misóginas y racis-
tas, porque e el aire que respiran, son las normas de convivencia y
el produco de su socialiación en la casa y en la escuela. Y esa
paia que adoctrina a sus gerentes de esa rma, pra expurgar al
indio, al negro y lo femenino de denro de sí, es criolla.
Es el ethos de la república y la prdica del estado , através de sus
dispositivos. El pariarcado colonialmodeo es lo que está den
Rit Segalo

tr y pr detrás de esa ititucinaiad, su ADN, e resutad de su


histria evlutiva de su geneagía s, c l la en is tex-
ts, un patriarcad de ata intensidad y de ata letalidad una uta-
ción de aquel patriarcad prpi de tejid cunitari, de aja
inteidad y aja letalidad, pues hacía ae de un und n uni-
cad un und divers en un sentid radica y pura en e que
las ujeres s res, tareas y juegs feenins pdían tener y
aún pueden ne este tejid existe intitucines prpias y espa-
cis privativs  espaci déstic era e escenari de su prpia
pliticidad, cuyas ras de gestión, su oikonomia y su idegía
de arraig cre que tenes que recuperar hy para arire un nue-
v can a la plítica De ahí la iprtancia de pape de as uje-
res para recuperar y ctir una retórica de var de la pliticiad
déstica y la a en que la eergencia del stad cnia-
de interceptó su cain históric, a clcó a censura y la
vació. En ese prces, c de anteriente, el epaci púlic,
que era un entre varis en e un tria, se transra en una
esfera englante, sede de un suet universa, que era hre y
muta a Hre en cuya iaen y semejaa esa esfera se const-
ye, disimulando su orign particular y parcial  imprsonando re
presentativdad universal y capacidad para enunciar verdades y re-
lants de interés genera Para ser ías nuestras deanas ten-
dremos ennces que pasar a cntrus taién a iagen y se-
mejaa de ese sujeto e imitar su enunciación distanciada , severa y
ceñuda; a risa y el gest de teura quedarán prscripts de la ges-
tión s es la efera púica y su intercutr principal, e stad, y
quien quiera haar ahí, quien quiera ser escuchad ahí, tendrá que
hacer adaptacines de su cuerp, de sus gests, de su anera e ser
y relacinarse, supriir sus ecines y disiular su afect n-
tnces, ¿qué sucede cn e espaci déstic? Sue taién una
transación letal, prque pasa de ser un espaci atravesad pr
una pluraidad de presencias, sin urs, sead pr el j c-
unitari, cn sus prpias as de cnict y aneras de res-
lución, dnde se deiberaa y se atravesaan reslucines al tr
espaci per sin la rituaidad prtcar de s parlaents de ls
hbres a ser un espaci residua y sin pes en as decisines que
Contra-pedagoglas de a cruedad

afectan al clectiv Al utar a la estructura clnialea cn


el nli esttal e la ltica el esaci éstic se rivatiza
y se tra en un esaci nti Es r causa e esa rivatiza-
ción y arrincnaient en l "nti l encasulaient e la
via liar entre catr aree que auenta nuestra lnerabi-
lia y tabién la iunia e quien ns agree Ingresas as
en una era e gran riesg el riesg que hy sue y aece el cuer
e las ujeres Enujuy se ice "ls e aera sn de palo, tíic
ich crill, que aunta a la nuclearización de la milia y al des-
nte e la cunia El rgresiv acrillaient del hobre
inígena es un e ls rces s vilentgéncs el cntinente.

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