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Cides-Umsa Umbrales #36 Web
Cides-Umsa Umbrales #36 Web
Coordinador de la publicación:
Guillermo Guzmán Prudencio
Cuidado de la edición:
Claudia Dorado Sánchez
Diagramación:
Marco A. Guerra Medrano
Ilustración de portada:
Francisco (Frank) Arbelo 2020
© cides-umsa, 2020
Primera edición: julio de 2020
d.l.: 4-3-27-12
issn: 1994-4543
Umbrales (La Paz)
issn: 1994-9987
Umbrales (La Paz, en línea)
Impreso en Bolivia
Índice
Presentación
Cecilia Salazar de la Torre..................................................................... 7
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Aportes
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Umbrales, número 36, 2020, pp. 7-12, ISSN 1994-4543
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Umbrales, número 36, 2020, pp. 13-43, ISSN 1994-4543
Resumen
La pandemia del coronavirus, que desata una profunda crisis económica global, produ-
ce el decrecimiento. Los pasivos, con los pobres y marginales, con el medioambientey
la naturaleza, se incrementan, mientras que el capitalismo de casino es cuestionado en
sus fundamentos. Entonces, toma fuerza la necesidad de deconstrucción, que requiere
una nueva arquitectura sistémica basada en la cooperación, que se preocupe por el
medioambiente y por el bienestar de la humanidad. Sin embargo, en las esferas del
poder mundial se produce una acumulación de tensiones que amenaza con generar in-
gobernabilidad y violencia. Situación parecida a la pre Segunda Guerra Mundial, que
derivó en una gran conflagración, superada a través de una hegemonía incuestionada,
económica, militar y política. Actualmente, los actores más destacados buscan acomo-
dos para definir una arquitectura del sistema favorable y no existe un liderazgo visible,
pero es deseable que estén en línea con las necesidades del planeta, la naturaleza y la
humanidad. En esa dinámica, las capacidades de interlocución de los pueblos en ge-
neral, y de Bolivia y de Sudamérica, hacen relación con aspectos esenciales: biodiver-
sidad, oxígeno para el mundo, recursos naturales, alimentos y pueblos culturalmente
auténticos. Pero su capacidad para empoderarse y deconstruirse, abandonando el ex-
tractivismo, es un tema axial. Los actores locales son fundamentales para una energía
que desde abajo produzca el cambio.
1 Alfredo Seoane Flores es docente investigador del Postgrado en Ciencias del Desarrollo-
Universidad Mayor de San Andrés (cides-umsa), donde actualmente es el director.
aseoane@cides.edu.bo
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Abstract
The covid-19 pandemic that is unleashing a deep global economic crisis, is producing de-
growth. Liabilities against the poor and marginalized, against the environment and nature
increase, while casino capitalism is questioned on its foundations. In consequence, there is a
strong need for deconstruction that requires a new systemic architecture based on cooperation,
which cares about the environment and the well-being of humanity. However, in the spheres
of world power there is an accumulation of tensions that threatens to generate ungoverna-
bility and violence. A similar situation to that of the pre-Second World War, which led to
a great clash, that was overcome through an unquestioned, economic, military and political
hegemony. Currently, prominent actors are looking for ways to define a favorable system
architecture and there is no visible leadership, but it would be desirable that this leadership
converges with the needs of the planet, nature and humanity. Within this dynamic, the in-
terconnection capacities of peoples in general, and of Bolivia and South America, are related
to essential aspects: biodiversity, oxygen for the world, natural resources, food and culturally
authentic peoples. But, the ability of these actors to empower and deconstruct themselves
by abandoning extractivism is an axial issue. Local actors are essential for an energy that
produces change from below.
“Long revered as a stalwart of a capitalist society the need to grow has come
to overshadow everything else. We prioritise it over our personal health, we
prioritise it over the health of the planet and we prioritise it over our happiness.”2
Jacinda Ardern (primera ministra de Nueva Zelanda) (2020)
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En Alemania el caso fue algo diferente, ya que ese incremento del gasto
gubernamental estuvo dirigido por un espíritu guerrerista, de manera que
el sector dominante fue el de la industria militar-armamentista. Esta ten-
dencia podría asumirse como una desviación del planteamiento de Keynes
o lo que algunos llamaron el “keynesianismo militarista”.
En efecto, una de las derivaciones perversas de este planteamiento fue
el incremento del gasto militarista de los Gobiernos, que tuvo un efecto
pernicioso, ya que, en varios países de Europa, en la década de 1930, la
producción de armas fue el hecho preparatorio de la guerra. También
es en ese periodo, caracterizado por las prácticas proteccionistas, que se
extendió y se generó una contracción del comercio internacional, y emer-
gieron disputas geopolíticas por espacios de influencia y de dominio de
las rutas comerciales y de las fuentes de recursos naturales. Así, la guerra
se hizo inevitable, con su legado de muertes y de activos productivos y de
infraestructura destruidos.
Es posible concluir que el keynesianismo de aquella década, sobre una
intervención centrada exclusivamente en la magnitud del gasto, no pudo
resolver otras cuestiones más agudas que afectaban la economía mundial,
como una liquidez internacional insuficiente, prácticas comerciales y cam-
biarias proteccionistas, el problema del financiamiento de los desequilibrios
de la balanza de pagos y la modalidad de ajuste recesivo, que implicaba la
tenaz problemática del colonialismo y la inexistencia de políticas de apoyo
al desarrollo de las periferias. Estos problemas se “solucionaron” de manera
harto conveniente a los intereses de Estados Unidos, con la construcción
del denominado “Nuevo Orden Económico Internacional”, que se produjo
en la Conferencia de Bretton Woods, en 1944.3
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sin parar mientes en las consecuencias que eso tiene sobre los equilibrios
entre actividad humana y naturaleza viva. Hace falta algo de mayor con-
tundencia en términos concretos, plasmado en regímenes internacionales,
políticas públicas y movilizaciones sociales a partir de acuerdos políticos
concretados, más allá de las generalidades abstractas, que solo puede surgir
de un claro liderazgo.
En ese escenario sistémico y global, las grandes fuerzas que se confrontan
tienen determinaciones históricas que nos pueden llevar a una inestabilidad e
ingobernanza global, a una profundización de la crisis, con escaladas cada vez
más violentas, lo que se conoce como una anarquía con graves desequilibrios
y amenazas de soluciones violentas. O podrían servir de oportunidad para
que se puedan llevar adelante agendas de reforma y de transformación para
limpiar las situaciones de factores adversos al cambio necesario.
A falta de certidumbres, en este artículo esbozaremos algunos indicios
que pueden ser extraídos de las manifestaciones que los principales actores
en el escenario global, regional y nacional tienen en torno al tema, a fin
de perfilar ciertas líneas gruesas de lo que podría acarrearnos el porvenir.
Como todo sistema, el internacional (y el de la globalización) tiende
a encontrar las bases para su establecimiento y trata de alcanzar un equi-
librio luego de que se producen los eventos desequilibrantes que frenan
la continuidad, a partir de catástrofes o de la toma de conciencia de las
consecuencias catastróficas que pueden sobrevenir. Un escenario de caos
y de confrontación permanente no es una posibilidad imaginable, pero sí
lo es uno temporal, emergente de una nula o una escaza cooperación entre
Estados, que incluso se confronten bélicamente sin poder definir consen-
sos y acuerdos duraderos, lo que en algún momento debe terminar en un
nuevo entendimiento, una nueva repartición del poder, que logre un nuevo
equilibrio, con un nuevo arreglo constitutivo, o, en el límite, la destrucción
total del sistema.
A esa transformación, que no implica la destrucción sino la mejora en
la calidad de la convivencia y de la relación de la vida humana con la natu-
raleza, en este artículo llamamos “deconstrucción sistémica”.
La falta de liderazgo global es un asunto peligroso para este tiempo,
como lo fue en la década de 1930, cuando los nacionalismos y las opciones
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4 Al respecto, véanse, entre otros, los trabajos de: Kissinger (1992), Morgenthau (1992), Baylis
et al. (2019) o Mingst (2006).
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vida planetaria. Por ello, debería ser un actor con mayor peso relativo en
las decisiones de carácter político a nivel global.
En ese marco, no es recomendable que se siga avanzando en el mo-
delo de desarrollo depredador del medioambiente, o extractivismo. Se
necesita un cambio de chip en la región, en el mundo, pero sobre todo
en cada país, porque la realidad es que las unidades componentes y con
capacidad de acción son los Estados de cada uno de los territorios que
componen la región.
Como proveedores de alimentos y de biodiversidad, de recursos mi-
neros y de generación de energía, aspectos de creciente importancia en
el mundo, el campo de acción debería ser menos limitado a lo que puede
acontecer en situaciones de aislamiento no cooperativos de la región. El
retroceso de los procesos de integración estuvo enmarcado primero en
una liberalización y una ampliación del comercio asimétrico con Estados
Unidos, que jugó un rol disolvente de los procesos propiamente latinoa-
mericanos, y luego se instaló una especie de renovada “guerra fría”, debido
a que los Gobiernos de diferente tendencia tuvieron posicionamientos
enfrentados. Esos dos factores hicieron que la integración regional se
estancara y retrocediera.
Algo que nos puede enseñar la historia es que, como países y no como
región, América Latina estuvo presente en la Conferencia de Breton Woods
y en la de San Francisco, que impulsó Naciones Unidas, lo que le permitió
cierto margen para agendar sus temas en el momento constitutivo del Nuevo
Orden Económico Internacional, poniendo lo referido al desarrollo y a la
reconstrucción como los asuntos encargados al Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento (hoy Banco Mundial), así como con la creación
de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, el Banco
Interamericano de Desarrollo y la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre Comercio y Desarrollo, entre otros. Asimismo, logró que se aceptara
y se financiara un ambicioso programa de industrialización en los países,
mediante la Estrategia de la Industrialización Sustitutiva de Importaciones,
en torno a la que se incorporó el tema de la integración como un intento que
acompañase a la política de transformación productiva y de modernización
de esa estrategia.
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Resumen2
La pandemia del coronavirus no será la mayor desgracia vivida, por lo que se la con-
textualiza en medio de otras críticas de la modernidad y del capitalismo, mostrando
que acumulativamente, junto a la depresión económica, ya presente y con agravantes
inmediatos, la degradación ecológica-ambiental y el calentamiento global, de manera
integrada y sistémica, representan un panorama de catástrofe civilizacional, como un
nuevo tiempo, propicio para deconstruir la economía y el desarrollo, recurriendo a la
termo/bioeconomía transdisciplinaria de Georgescu-Roegen, de interfaz entre la ley
física de entropía y economía, y la visión de Leff sobre una nueva racionalidad ambien-
tal, a la vez de husmear sobre las características y las posibilidades de estacionariedad y
decrecimiento sostenibles. Todo eso puede representar una posibilidad en prospectiva,
alentando a que ello sea debatido sistemáticamente por lo menos como hipótesis de
escenarios de simulación económica, tarea ineludible de la academia.
1 José Nuñez del Prado es investigador y docente de planta del Postgrado en Ciencias
del Desarrollo-Universidad Mayor de San Andrés (cides-umsa). Es doctor (PhD)
en Ciencias del Desarrollo por el cides-umsa/Universidad Nacional Autónoma
de México (unam), con maestría en Sociología por la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (flacso) de México y licenciatura en Economía por la Universidad
Católica Boliviana (ucb). Tiene varias publicaciones. pepenupra@gmail.com
2 Artículo original para la revista Umbrales (edición digital) del cides-umsa, mayo de
2020.
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Abstract
The coronavirus pandemic would not be the greatest misfortune experienced, while it is con-
textualized in the middle of modernity and capitalism criticism, showing that accumulatively,
together with economy depression, already present and with immediate aggravating circum-
stances, such as ecological-enviormental degradation and global warming, in an integrated and
systemic way, represents a panorama of civilizational catastrophe, as a new time, propitious to
economy and development deconstruction, drowning to Georgescu-Roegen’s transdisciplinary
thermo / bio-economy, as an interface between the physical law of entropy and economy, and
Leff’s vision of a new environmental rationality, while also snooping around the characteris-
tics and possibilities of sustainable and stationary degrowth situations, which may represent a
prospective possibility, encouraging this issues to be systematically discussed, at least as economic
simulation scenarios hypothesis, which is an unavoidable task of the Academy.
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siquiera que todas las teorías económicas en cuestión han sido inservibles,
inútiles o son desechables, pues a su turno contribuyeron en muchos sen-
tidos y de gran manera (Nuñez del Prado, 2019).
En un breve repaso de tales proposiciones veremos con claridad que, de
una inicial economía política –que de suyo ya contenía el “pecado original”
de concebir la naturaleza como una externalidad–, se pasó a una economía
a secas, para rematar en los hechos en recetas de política económica con
instrumental de macroeconomía y de microeconomía, sin tocar el meollo
de la teoría, solo acumulando aspectos, perspectivas y protagonismo de
actores y de agentes económicos.
No es necesario señalar detalles de las ideas centrales de la denomi-
nada escuela clásica ni de sus principales representantes, Smith y Ricardo,
que en esencia hicieron economía política, sustentando sus postulados en
la teoría objetiva del valor-trabajo, el primero identificando con precisión
los aportes que significaban la división del trabajo y el intercambio, es
decir identificando el papel del mercado en la riqueza de las naciones, y el
segundo encarando y esclareciendo sobre las ventajas comparativas en el
comercio internacional, y el rol estratégico tanto de la producción como
de la distribución.
En segunda instancia está la escuela neoclásica-marginalista, que tra-
bajará la economía a secas, asumiendo la teoría subjetiva del valor-utilidad
y formalizando la economía sobre bases cuantitativas, a manera de ciencia
pura, donde el objetivo es maximizar ganancias del capital y utilidad de
los consumidores, prefigurando equilibrio de precios, tomando elementos
de la realidad para abstraerlos a partir de premisas y de supuestos. Todo
esto con principales enunciados a cargo de Jevons, Marshall, Menger,
Böhm-Bawerk, Walras, Pareto y Pigou, que devinieron en lo que luego
circuló como microeconomía, con postulados sobre mercados competitivos
y no competitivos, sobre mercado perfectamente competitivo, donde el
mercado sería la interacción de oferta, demanda y precios. Se contempló
seguidamente una competencia de monopolios, oligopolios, monopsonios
y oligopsonios. La microeconomía estudia mercados independientes y
separadamente, como equilibrio parcial, pero, en realidad, los mercados
están articulados y son interdependientes. El estudio de esos mercados
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clase de utopía, a partir de entender que la nueva base del orden social era
el consumo y no la producción, con rechazo del valor en todas sus formas
–de uso, de cambio y de signo– y la búsqueda de una alternativa sustentada
en el intercambio simbólico. El marxismo conllevaría con agravantes un
modelo productivista, en el que los conceptos de ‘producción’ y ‘trabajo’
asumen el papel de principios fundamentales, dejando inalterable la
producción como principio y forma, de donde resultaría una carencia
de alternativa real al capitalismo. Con Marx y el marxismo se habría
transhistorizado, universalizando secuencias y procesos distintos, visión
teleológica que implicaría despojar a las sociedades pasadas de toda
especificidad, como fases incompletas e inferiores, en un desarrollo
orientado hacia un fin específico. Su motivación, a nuestro juicio como
un remate débil, está en la pretensión radical de dinamitar todo vestigio
de economía (Baudrillard, 2000).
A pesar de la importancia dada a la visión ultracrítica de Baudrillard,
aquí hacemos un corte, reconociendo que brinda muchos elementos para
el propósito deconstructivo que nos ocupa, pero, a la vez, con muchas in-
coherencias en su remate, por lo que es obligatorio distinguirlo de otros dos
autores que resultan en fuente fundamental para encarar la deconstrucción
de la economía y del desarrollo. Se trata de Georgescu-Roegen y de Leff,
de quienes también reflejamos sus ideas fuerza.
Georgescu-Roegen inicia su entrega preocupado por la incidencia que
tiene en la vida la ficción del homo economicus, porque despoja a la conducta
humana de toda propensión cultural, actuando mecánicamente, en apego
a la perspectiva con el modelo exacto y mecanicista. Emprende su aporte
ilustrando pedagógicamente sobre la termodinámica, como física del valor
económico, con carácter más económico entre todas las leyes de la natura-
leza. El universo sería un estado eternamente constante que no evoluciona.
El proceso económico sería solamente una extensión de la evolución bioló-
gica, con dependencia, por tanto, de la especie humana respecto a algunos
recursos naturales muy escasos de materia y de energía, por lo que estaría
sujeto a todas las leyes biológicas conocidas, incluyendo la extinción. Esa
bioeconomía o termoeconomía tiene énfasis en el papel de la materia y de la
energía en los procesos productivos, y en una economía sustentable, donde
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¿La pandemia del coronavirus nos acerca o nos aleja de una posible
deconstrucción?
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sobre su destino, distribución y usos. Los países deben definir cuáles son
los sectores, las industrias y las ramas generadoras de excedente, igualmente
los ámbitos privilegiados de su destino y la forma de su distribución y de su
uso, donde claramente está, por ejemplo, la discusión sobre la “maldición
de los recursos naturales”, “la enfermedad holandesa”, el extractivismo y el
rentismo versus la transformación y la diversificación de la matriz produc-
tiva. Y en eso no solamente hay que pasar de una economía de mercado a
una con mercado, de economía plural con mercados regulados, repensando
esquemas de planificación renovada, a manera de gestión estratégica entre
sociedad-Estado-mercado.
En ese marco no tiene lógica pensar que economía estacionaria es
crecimiento cero siempre y generalizadamente, ni que decrecimiento
sostenible es decrecimiento negativo siempre y en todos los sectores y las
ramas, pudiendo haber crecimiento elevado en varios sectores clave, hasta
darse también momentos y circunstancias de crecimiento del conjunto
económico como totalidad. Así, el decrecimiento se entendería como
decrecimiento de la acumulación, del capitalismo, de la explotación y de
la depredación. Obligatoriamente se tendrán que dar reconversiones sec-
toriales y de ramas de la producción, y cambios drásticos en la estructura
del empleo de factores y de ocupación de la fuerza de trabajo. Se tendrá
que atender prioritariamente las necesidades vitales y esenciales, como
salud y educación, ni qué decir de seguridad y soberanía alimentaria, que
tendrían que crecer más que otros ámbitos, resguardando logros sin los que
posiblemente sea impensable convivir ya, como los adelantos tecnológicos
de telecomunicación, telefonía celular inteligente, internet y muchísimos
rubros e ítems más, a los que no podemos renunciar como patrimonio de la
sociedad, acostumbrándonos a nuevos parámetros, sabiendo que de seguro
el denominado “nivel de vida material” se reducirá drásticamente, afectando
expectativas de todos, aunque golpeando más a los segmentos sociales de
altos y de medianos ingresos. Sería una economía que nos haga prosperar,
así no haya crecimiento incesante.
Pero la ciencia no contempla solamente teoría, también contiene rea-
lidad concreta y, en ello, ya hay avances, incluyendo muchas pistas, perge-
ñando un boceto de ideas panorámicas, pero no con rasgos maximalistas,
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la huella hídrica, como las referidas a avanzar hacia organizarnos con base
en necesidades cubiertas por satisfactores; a reconceptualizar pobreza/
riqueza; a un nuevo reparto de trabajo; a acrecentar una economía con
bienes públicos, con bienes y recursos comunes; a repensar los sistemas
de intercambio y de comercialización, donde los recursos y los productos
recorren absurdamente lejanías siderales, en vez de relocalizar comercios
con base en economías locales de cercanía y de proximidad, a lo que se
podríanagregar otras iniciativasy prácticas, ya no globales o generales, sino
localizadas, como las relativas a las posibilidades de las llamadas “monedas
locales”, para otros “monedas alternativas”, sin desmedro de la moneda en
su concepción general (Nuñez del Prado, 2019). Por otra parte, también
está el repensar el relacionamiento rural-urbano, el gran viraje agroalimen-
tario, articulando y considerando el redimensionamiento de megalópolis,
conurbados, metrópolis, urbes y ciudades, hacia espacios manejables y
gobernables, más placenteros, incluyendo “ciudades verdes”, horticultura
urbana y periurbana, con ideas proactivas para un retorno hacia la rurali-
zación de hábitats con vida salubre y sencilla.
No se trata solo de ideas. Existe un movimiento decrecentista, en
medio del cual se alimentan postulados programáticos de transición
conexos, como el antiutilitarismo, la justicia ambiental y los derechos de
la naturaleza, la economía del cuidado, la desmaterialización, la frontera
de mercancías, los procomunes, la renta básica y la renta máxima, el nuevo
tratamiento de la deuda y de los subsidios, el combate a la despoliltización
y más (D’Alisa et al., 2018).
En todo esto adquieren especial lugar e importancia la academia, las
universidades y los centros de conocimiento, que de seguro irán asumiendo
este desafío como una tarea ética, desde nuestro punto de vista, sin posibili-
dad de eludir un paraguas mayor, el del joven Marx filósofo deconstruyendo
al viejo Marx economista, superando antropocentrismos y cosmocentrismos,
bajo el concepto sistémico de interdependencia entre naturaleza y socie-
dad, del equilibrio metabólico orgánico, que en los manuscritos de 1844
vislumbrara la transdisciplina inscribiendo: “La historia real es parte de la
historia natural, de la naturaleza que deviene en hombre y que la enfrenta
por enajenación. Habrá una sola ciencia”.
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Umbrales, número 36, 2020, pp. 79-114, ISSN 1994-4543
Resumen
En medio de una crisis mundial, provocada por la pandemia del coronavirus, surge
una gran cantidad de análisis de los efectos y de las propuestas de cómo afrontar esta
crisis y qué medidas tomar a futuro. Este artículo se concentra en reflexionar sobre
las causas que están originando el brote de esta y de otras pandemias, y en proponer
la necesidad de un cambio radical de los métodos y las formas de medir el desarrollo.
Estos nuevos retos representan un cambio de valores de los indicadores de medición,
principalmente los económicos, por otros que incorporen en una escala de valores
temas sociales, ambientales y culturales, desde un enfoque sistémico e integral, donde
la base de un nuevo paradigma de desarrollo esté inspirada en buscar el equilibrio
entre las necesidades sociales y las capacidades ambientales y ecosistémicas del planeta,
y, de no ser así, el mismo ser humano estaría provocando su destrucción.
1 Jorge Albarracin Deker es PhD en Estrategias de Desarrollo. Ejerce como docente in-
vestigador en el Postgrado en Ciencias del Desarrollo-Universidad Mayor de San Andrés
(cides-umsa), donde también es subdirector de formación y coordinador del doctorado
en Ciencias del Desarrollo Rural. jalbarracindeker@gmail.com
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Abstract
In the midst of a global crisis, caused by the coronavirus pandemic, a great deal of analysis of
the effects and proposals of how to deal with this crisis and what measures to take in the future
arise. This article concentrates on reflecting on the causes that are causing the outbreak of this
and other pandemics, and on proposing the need for a radical change in methods and ways of
measuring development. These new challenges represent a change in values from the measu-
rement indicators, mainly the economic ones, to others that incorporate social, environmental
and cultural themes on a scale of values, incorporating a systemic and comprehensive approach.
Where the basis of a new development paradigm is inspired, in seeking the balance between the
social needs and the environmental and ecosystem capacities of the planet, and if this is not the
case, the human being is causing its destruction.
Introducción
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la urgencia de buscar el cambio (…) o una crisis irreversible
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mundial sería, para ellos, lo mejor que podría ocurrir, ya que les evitaría
pensar en un programa de reducción y de control de la población mundial.
Asimismo, la necesidad por escribir este artículo está acompañada de
la preocupación de que una vez que se termine la cuarentena, que nos tiene
encerrados, la población salga con una voracidad y una sed de recuperar
los ingresos que se han perdido, y volver al ritmo de crecimiento que se
tenía antes de la crisis, lo que va a destrozar el planeta con más furia de la
que teníamos antes de la pandemia. Esto irá a generar y a agravar en la na-
turaleza y en la biósfera desastres peores a los que se vinieron ocasionando
antes y durante los últimos decenios. Esto no excluye considerar, como ya
lo vaticinan varios economistas, que como efecto de este freno repentino, en
el corto plazo, tendremos una ola de despidos y el aumento del desempleo,
producto del cierre de empresas, especialmente pequeñas y medianas, en
la medida del deterioro que vayan a sufrir las economías de los diferentes
países. Es en ese escenario, de incertidumbres y de altas probabilidades de
déficits económicos, que planteo las reflexiones en este texto.
Finalmente, y lo más importante, no podemos dejar de lado el análisis de
nuestro país que, por lo que se puede advertir, está saliendo, especialmente
en el tema económico, muy golpeado. Esta situación muestra, por un lado,
la fragilidad del modelo que tenemos y, por otro, la necesidad de dejar de
copiar y de imitar modelos desarrollados en otras realidades y contextos,
y generar, más bien, una estrategia de cambios que nos lleve a orientar el
desafío de reestructurar nuestra economía y nuestra sociedad a partir de lo
que nos toca vivir en el presente, pero con una mirada puesta en el mediano
y en el largo plazo.
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más pequeño del planeta. A medida que continuamos con nuestro implacable
tránsito hacia las áreas naturales, aumenta el contacto entre los humanos y las
especies portadoras de infecciones, ya sea como resultado de la urbanización,
la pérdida y la fragmentación de hábitats o los mercados de animales vivos,
todo lo cual aumenta la probabilidad de interacción entre esos vectores y los
humanos. Según la Plataforma Intergubernamental de Ciencia-Política sobre
Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas (ipbes, por su nombre en inglés),
cien millones de hectáreas fueron transformadas para la expansión agrícola
en los trópicos, entre los años 1980 y 2000, un tamaño aproximadamente
igual al de los territorios de Francia y de Alemania, combinados.
En las últimas décadas, las enfermedades zoonóticas han ganado
atención internacional. El ébola, la gripe aviar, la gripe por el virus h1n1,
el síndrome respiratorio del Medio Oriente (mers), la fiebre del Valle
del Rift, el síndrome respiratorio agudo severo (sars), el virus del Nilo
Occidental, el virus del Zika, el arenavirus (que se dio recientemente en
Bolivia) y el nuevo covid-19 han causado pandemias, o han amenazado
con causarlas, dejando miles de muertos y grandes pérdidas económi-
cas. Específicamente, todas las enfermedades infecciosas emergentes en
humanos son de origen animal y dichas afecciones están estrechamente
relacionadas con la salud de los ecosistemas en los cuales estamos inter-
viniendo de manera agresiva.
La expansión de las tierras agrícolas, para satisfacer la creciente demanda
de alimentos de la población mundial, en constante crecimiento, supone
una gran carga para los ecosistemas naturales. Sin embargo, un estudio del
Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (2020) muestra
que aproximadamente la mitad de la tierra que se necesita en la actualidad
para cultivar alimentos podría ahorrarse si se lograran rendimientos de
cultivo alcanzables a nivel mundial y si los cultivos se realizaran donde son
más productivos. Esto podría revertir la actual situación, ya que, a medida
que la población crece, la competencia por la tierra se intensifica dentro
de los países y en todo el mundo, y el suministro de tierras saludables y
productivas se agota. Si vinculamos este último factor con la pandemia
que estamos viviendo, y que continuará, tal vez en menor medida, pero
no desaparecerá, nos lleva a entender que como seres humanos estamos
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2 En este artículo, esta y todas las citas textuales tomadas de The Guardian son presentadas
con una traducción tomada de Google Traductor.
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3 Datos publicados sobre más de diez mil especies de insectos, de un total de 1.676 ubicaciones
en todo el planeta, gracias a 166 estudios (The Guardian, 2020).
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4 Los insectos voladores son los polinizadores. Sin ellos, una vasta extensión del reino vegetal,
tanto silvestre como cultivado, no puede sobrevivir.
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5 Véase: Albarracin (2019), donde se presentan cuadros que muestran el aporte en volumen
de producción de los cultivos producidos en el departamento de Santa Cruz.
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Las crisis sirven para pensar en la pertinencia de las bases sobre las cuales
se asienta el paradigma de desarrollo que hemos estado construyendo o
sobre el cual nos hemos estado montando. Nos lleva a pensar y a buscar
otros criterios e indicadores para un nuevo paradigma, ya que la agenda
que se nos viene, que parecía simple y racional, resulta ser compleja y mul-
tidimensional (Kuhn, 1971). Esto es complejo porque pone en evidencia el
cuestionamiento a la homogeneidad y plantea pensar en la heterogeneidad.
Asimismo, cuestiona el determinismo, con sus etapas históricas que creía-
mos haberlas superado, mediante los alcances logrados en los indicadores
de desarrollo de la humanidad, la ciencia y la tecnología, que muestran
sociedades con avances en el reconocimiento de los derechos humanos y
de la naturaleza. Esta crisis también nos lleva a reflexionar si, a pesar de los
avances conseguidos, el camino que estábamos recorriendo es el correcto
o si no estábamos avanzando en la dirección que se necesita.
En el marco de estos cuestionamientos, que surgen sobre los principios
y los valores del paradigma y del desigual reconocimiento del rol de los dife-
rentes actores productivos, de servicios y de recreación, es necesario resaltar
el importante papel que han demostrado tener los pequeños productos de
la agricultura familiar, en escenarios de crisis, frente a los otros actores. A
pesar de todo el reconocimiento de su aporte en la producción de alimentos
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a nivel mundial,6 este es un debate que viene desde el siglo xx, en el cual la
agricultura familiar ha sido y es la gran perdedora respecto a la agricultura
moderna homogeneizante, aspecto que puede ser medido mediante el flujo
de inversiones que se canaliza en cada uno de los tipos de agricultura.
La realidad es que tanto las grandes inversiones como el número de
investigaciones y de profesionales dedicados a la agricultura se encuentran
trabajando bajo el modelo de la revolución verde (modelo de insumos de
altos resultados) (Albarracin, 2015). Producto de la influencia de la teoría
económica de la modernización, durante la segunda mitad del siglo xx, la
agricultura familiar fue caracterizada como tradicional e ineficiente, y, por
tanto, la consigna era que debía ser sustituida por la agricultura moderna.
Esto se concretó en un ambiente negativo, en el cual la agricultura moderna
(de cultivos industriales en grandes extensiones homogéneas, del agronego-
cio, de la agroindustria) tomó un rol central y se convirtió en el paradigma
del desarrollo agropecuario. Ante ese escenario negativo, la agricultura
familiar estuvo subsistiendo y perdiéndose en el abandono, con escasas o
nulas inversiones, escaso o nulo apoyo crediticio, investigaciones con un
papel secundario, poco apoyo gubernamental y de políticas reales. Un claro
ejemplo de sus efectos son los altos niveles de migración campo-ciudad.
La relevancia de la agricultura familiar, de los mercados locales o de la
denominada “agricultura de kilómetro cero” se puede identificar desde dos
miradas. La primera, que ya hemos planteado, es la seguridad alimentaria. Esta
no debe ser evaluada solamente desde una perspectiva del volumen de producción
y con el foco en tan solo unos pocos productos (agrícolas y pecuarios), sino desde
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7 Los cultivos sembrados en el departamento de Santa Cruz, que representan más del 70%
del volumen de producción en comparación con la producción nacional, son: arroz, sorgo,
limón, frijol, garbanzo, algodón, caña de azúcar, girasol, sésamo, soya y tabaco.
8 A este número se le puede sumar por lo menos una veintena de otros cultivos, los cuales no
entran en las estadísticas porque ocupan pequeñas superficies que en las cuentas nacionales
no son relevantes. Esto quiere decir que la diversidad es aún mayor.
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puede ser parte de una economía diferente que debe surgir. Se trata de una
economía en la que las finanzas y las acciones impulsen empleos sostenibles
y promuevan el crecimiento verde y la construcción de una forma distinta
de vida, porque la salud de las personas y la salud del planeta son “una y la
misma cosa a la vez”.
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naturales se encuentran entre los menos afectados por los impactos nega-
tivos directos de la degradación de la tierra y, por lo tanto, tienen el menor
incentivo para tomar medidas” (en Watts, 2018a).
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trabajo. Por tanto, a pesar de que sabemos que este modelo del sistema es
depredador, parece que no tenemos otro camino que seguir transitando en él.
Lo lógica heredada del modelo de desarrollo que queremos dejar atrás
es de la homogeneidad o, como dice Toffler9 (1989), los principios del siste-
ma industrial de hace dos siglos están sufriendo cambios que el modelo se
resiste a aceptar. La propuesta de cambio apunta a trabajar sobre la base de
los principios ecológicos, a los cuales le podemos agregar que la naturaleza
está construida a partir de la heterogeneidad (física y funcional). Algunas
culturas han generado una heterogeneidad antrópica que no ha respetado
la heterogeneidad natural y, por el contrario, ha buscado construir una
estructura homogénea (el desarrollo asentado en la homogeneidad no
funciona). Es en ese sentido que se propone la definición de políticas cuyos
fundamentos estén basados en el principio natural de la heterogeneidad.
Volviendo al modelo económico, dos de las críticas formulada por
Kahneman (2012) a la economía están muy relacionadas con sus investiga-
ciones psicológicas sobre los supuestos económicos, o sobre cómo funciona
la economía, y que vienen a ser elementos pertinentes que pueden orientar
la lógica y la línea de pensamiento de las propuestas pospandemia.
La primera crítica se refiere al papel central que le da la economía a
la supuesta racionalidad y con la cual se forma y se enseña a pensar a los
estudiantes de economía. En la teoría de la racionalidad, indica el autor, se
supone que los “econos” no cometen errores porque son seres racionales.
Pero lo que estamos haciendo con los sistemas ecológicos y con la naturaleza
muestra que no existe ninguna racionalidad, a no ser la supuesta raciona-
lidad de las utilidades. La teoría de las perspectivas, que forma parte de la
economía conductual, se centra en evaluar las decisiones de las personas con
relación a las pérdidas y a las ganancias que puedan tener como resultado de
las acciones y de las decisiones que tomen. El mismo autor aclara que, en
esa evaluación, las pérdidas son las que tienen el mayor peso, en contra de
lo que se cree normalmente. Si llevamos esta posición a la temática de las
plagas y de las pandemias, en ningún momento tal supuesta racionalidad ha
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10 Monbiot indica que “un estudio en Gran Bretaña sugiere que, si dejamos de usar productos
animales, todos en Gran Bretaña podrían ser alimentados con solo 3 millones de nuestras
18.5 millones de hectáreas de tierras agrícolas actuales (o en 7 millones de hectáreas si toda
nuestra agricultura fuera orgánica)” (2017).
11 Los cinco puntos propuestos por los holandeses son: 1) Pasar de una economía enfocada en
el crecimiento del producto interno bruto a diferenciar entre sectores que pueden crecer y
requieren inversión (sectores públicos críticos, energías limpias, educación, salud) y sectores
que deben decrecer radicalmente (petróleo, gas, minería, publicidad, etcétera). 2) Construir
una estructura económica basada en la redistribución, que establezca una renta básica universal,
un sistema universal de servicios públicos, un fuerte impuesto a los ingresos, al lucro y a la
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riqueza, horarios de trabajo reducidos y trabajos compartidos, y que reconozca los trabajos
de cuidados. 3) Transformar la agricultura hacia una regenerativa, basada en la conservación
de la biodiversidad, sustentable y con producción local y vegetariana, además de condiciones
de empleo y salarios agrícolas justos. 4) Reducir el consumo y los viajes, con un drástico cam-
bio de viajes lujosos y de consumo despilfarrador a un consumo y viajes básicos, necesarios,
sustentables y satisfactorios. 5) Cancelación de la deuda, especialmente de trabajadores y de
poseedores de pequeños negocios, así como de países del Sur Global (tanto la deuda a países
como a instituciones financieras internacionales) (El Clarín, 23 de abril 2020).
12 La agricultura regenerativa es un enfoque de conservación y de rehabilitación de los sistemas
alimentarios y agrícolas. Su objetivo es hacer rentables las explotaciones agroganaderas,
reduciendo sus gastos y aprovechando las asombrosas relaciones simbióticas entre animales,
plantas y vida en el suelo.
13 Una cultura humana regenerativa es saludable, resistente y adaptable; se preocupa por el
planeta y le importa la vida, consciente de que esta es la manera más efectiva de crear un
futuro próspero para toda la humanidad.
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15 Por moderno es necesario entender la aplicación de las tecnologías que están impulsando
la agricultura del futuro: sensores, big data, blockchain, agricultura de precisión, aplicaciones
(apps) y edición genética.
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Umbrales, número 36, 2020, pp. 115-141, ISSN 1994-4543
Resumen
Los esfuerzos por contener los efectos de la pandemia han dado lugar a un cambio
completo en la perspectiva económica de mediano y de largo plazo, y en el debate
sobre la eficiencia del diseño y de la implementación de diferentes políticas econó-
micas, sociales, institucionales, tecnológicas y ambientales (denominadas “estrategias
pospandemia”). En ese contexto, este artículo presenta un análisis sobre el desempeño
de la economía y la implementación de políticas, y sus posibles implicaciones econó-
micas, en un escenario pospandemia, teniendo como idea central que la crisis del coro-
navirus también puede ser fuente de oportunidades para el desarrollo de la economía.
De igual manera, en el caso boliviano, es factible revisar y evaluar las prioridades de
desarrollo considerando aspectos de orden económico, ambiental e institucional, los
cuales son planteados en este artículo. El proceso electoral en marcha, el debate aca-
démico y otras instancias pueden constituirse en escenarios de análisis y de discusión
para su posterior implementación en el proceso pospandemia.
1 Roger Edwin Rojas Ulo es economista, doctor en Ciencias del Desarrollo. Es coordinador/
docente del Postgrado en Ciencias del Desarrollo-Universidad Mayor de San Andrés
(cides-umsa). edwin.rojas@cides.edu.bo
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Abstract
Efforts to contain the effects of the pandemic have led to a complete change in the medium and
long-term economic perspective and in the debate on the efficiency of the design and imple-
mentation of different economic, social, institutional, technological, and environmental policies
(called “post-pandemic strategies”). In this context, this article presents the performance of
the economy and the implementation of policies and their possible economic implications in a
post-pandemic scenario, with the core idea that the coronavirus crisis may also be a source of
opportunities for economic development. Likewise, in the Bolivian case, it is feasible to review
and evaluate development priorities considering economic, environmental and institutional
aspects, which are proposed in this article. The electoral process underway, the academic debate,
and other instances, can become scenarios of analysis and discussion for its subsequent imple-
mentation in the post-pandemic process.
Introducción
A finales de 2019 el mundo se anotició del brote de una nueva cepa de co-
ronavirus en el distrito industrial de Wuhan, provincia de Hubei, República
Popular China. El nuevo coronavirus ha sido denominado “sars-cov-2”
y la enfermedad que causa ha sido llamada “covid-19” (Coronavirus Infec-
tious Disease-19, el número en referencia al año 2019) por la Organización
Mundial de la Salud.
Frente a la proliferación del virus, los Gobiernos aplicaron una gama
de políticas para contener su propagación, como el distanciamiento social,
buscando que la infraestructura médica para tratar a los enfermos no sea des-
bordada y para evitar procesos de inestabilidad social, política y económica.
En Bolivia, las autoridades nacionales efectuaron una respuesta tímida
y dosificada ante el brote de la pandemia, probablemente explicada por la
capacidad limitada del país en materia de salud pública, así como por el
proceso de transición gubernamental y el periodo electoral que se vienen
atravesando desde fines de la gestión pasada. De esa manera, al principio
de la pandemia no se aplicó una política activa que implicara, por ejemplo,
el cierre de fronteras u obligara al distanciamiento social. A medida que los
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Desde que el mundo se anotició del brote de una nueva cepa de coronavirus,
los Gobiernos han aplicado diferentes políticas para contener su propa-
gación, con el objetivo de que la infraestructura médica para tratar a los
enfermos no sea desbordada. Por otra parte, en diferentes países se están
realizando investigaciones para hallar la vacuna que permita enfrentar a la
brevedad los efectos del coronavirus.
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Gráfico 1
Crecimiento económico mundial y perspectivas 2020 y 2021
(En porcentajes)
8
Enero 2020
6
4,4
3,3
4
1,6
2
0
-1,0 -2
-3,0 -4
-6
-6,1
-8
2019 2020(p) 2021(p) 2019 2020(p) 2021(p) 2019 2020(p) 2021(p)
Economía mundial Economías avanzadas Economías emergentes y desarrollo
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Gráfico 2
Crecimiento del PIB real en Bolivia, 2009-2019
(En porcentajes)
8,0
6,78
7,0
5,46
6,0 5,17 5,18
4,86
5,0 4,26 4,20 4,22
4,13
4,0 3,36
3,0 2,22
2,0
1,0
0,0
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017(p)
2018(p)
2019(p)
PIB
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Gráfico 3
Evolución de las Reservas Internacionales Netas, 2008-2019
(En millones de dólares)
18.000
15.123
14.430
13.927
16.000
13.056
12.019
14.000
10.261
10.081
12.000
9.730
8.946
8.580
10.000
7.722
6.468
8.000
6.000
2.289
2.403
1.908
4.000
1.150
693
503
2.000
858
180
0
2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019
-2.000
-1.315
-2.067
-4.000
-2.478
-2.975
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Tabla 1
Metas cuantitativas del Programa Fiscal Financiero 2020
(Flujos acumulados desde el 1 de enero de 2020)
T1 T2 T3 T4
En millones de bolivianos
Déficit del sector público 1.338 2.793 8.373 19.679
(En porcentaje del pib) 6.6
Financiamiento interno al sector público 51 -6.626 -2.389 6.302
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Políticas de contención
129
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Tabla 2
Principales medidas adoptadas por el Gobierno de Bolivia
Declaración de emergencia Medidas tributarias y de Ley para la protección, Decreto Supremo 4214:
sanitaria (cuarentena parcial) urgencia frente al COVID-19 la contención y el tratamiento Ampliación de la cuarentena
del COVID-19 hasta el 30.04.2020
• Los reguladores del Sistema • Diferimiento y flexibilización Decreto Supremo 4215:
Financiero, Tributario para el pago del IUE • Fuentes de financiamiento Se crea el Bono Universal
y Aduanero podrán • IVA flexible para profesionales para el Estado: créditos, y se amplía el Bono Familia
establecer mecanismos independientes donaciones externas o Decreto Supremo 4216:
de flexibilización y • Por seis meses el IVA no internas Programa de apoyo a la
reprogramación formará parte de los ingresos • Se autoriza al Ministerio de microempresa y a las PYME
imponibles para el IT Economía y Finanzas Públicas Decreto Supremo 4217:
realizar transferencias directas Seguro para el sector de salud
a los Gobiernos Autónomos Decreto Supremo 4218:
Municipales Regulación del teletrabajo
Decreto Supremo Decreto Supremo Decreto Supremo Decreto Supremo Decreto Supremo
Ley 1293 Ley 1294
4196 4197 4198 4199 4214
1 de abril 1 de abril
17 de marzo 18 de marzo 18 de marzo 21 de marzo 14 de abril
131
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133
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Contexto global
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que está afectando a casi todas las industrias en todos los países, en tanto
que la amplitud y la profundidad anuncian la transformación de sistemas
completos de producción, gestión y gobierno (Ídem).
La nueva revolución tecnológica genera mucha incertidumbre en
diferentes ámbitos. Al respecto, Sala-i-Martin (2019) fundamenta que, en
términos laborales, el efecto neto de las tres revoluciones industriales previas
no ha sido la destrucción de la ocupación, sino la creación sustancial de puestos
de trabajo. Sin embargo, es posible que la Cuarta Revolución Industrial sea
diferente, por cuanto todo cambio tecnológico hace que algunas capacidades
productivas queden obsoletas. Al respecto, recomienda a los Gobiernos
generar nuevas políticas en el ámbito de la educación, enfatizando en la
flexibilidad y en la adaptación constante al cambio tecnológico (Ídem).
Otro aspecto que afecta el presente y el futuro del planeta en general
y de nuestro país en particular es el vinculado a la problemática ambiental.
El ecosistema global es la principal fuente de recursos para el desarrollo
de los procesos productivos, el consumo, la generación de ingresos y, por
tanto, la economía en su conjunto. La actividad industrial y el estilo de
vida contemporáneos han acelerado el deterioro del medioambiente y esto
no solamente se presenta mediante el cambio climático, sino también por
medio de la contaminación, la deforestación y la pérdida de biodiversidad,
cuyas consecuencias amenazan íntegramente el desempeño global.
El cambio climático se expresa mediante el ascenso de las temperaturas
medias y provoca cambios en los diversos sistemas naturales al producir
desequilibrios ecológicos. Pero también impacta en la sociedad porque
cambia los escenarios de las actividades económicas y afecta la salud humana
por la emergencia de nuevas enfermedades. Para evitar un cambio climático
peligroso, en la Conferencia de París sobre el Clima (cop21) la mayoría de los
países firmaron el primer acuerdo vinculante de alcance mundial para poner
el límite del calentamiento global por debajo de los 2ºC sobre los niveles
preindustriales, estableciéndose la revisión periódica de los compromisos
nacionales y el estado de su implementación, comenzando en 2023.
Acerca del cambio climático en el caso boliviano, diferentes estudios
presentados por Naciones Unidas Bolivia señalan que Bolivia es uno de los
países que menos incide en el cambio climático global, al tener muy bajas
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Contexto nacional
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Conclusiones
137
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Bibliografía
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140
estrategias de salida a la crisis del covid-19
141
Umbrales, número 36, 2020, pp. 143-170, ISSN 1994-4543
Resumen
Abstract
The covid-19 pandemic will change the correlation of forces in the world, in different areas:
health, economic, political, social, cultural, environmental and labor. The crisis directly affects the
health system, but indirectly its effect materializes in other areas of the economy, so in this article
we focus on the implications that are being felt in the Bolivian economy, after the restrictionsand
143
umbrales
the threat of the Coronavirus pandemic, and we not refer to all the changes that will occur in the
world economy. To do this, we evaluate the behavior that is reflected in Gross Domestic Product
(gdp), income, employment, investment and trade in goods and services.
Introducción
La pandemia del covid-19 (acrónimo del inglés Coronavirus disease 2019),
declarada como tal por la Organización Mundial de la Salud en marzo de
2020, desafía seriamente no solo al sistema sanitario, sino a la economía
mundial, debido a su impacto en el conjunto de actividades económicas
(sector real). Además de causar una recesión profunda, la crisis también está
impulsando el derrumbe de los precios de las materias primas, entre ellas el
petróleo y los metales industriales.2 Frente a este escenario de incertidumbre,
América Latina es una de las regiones de mayor impacto, debido a una posi-
ción más débil que la del resto del mundo (Fondo Monetario Internacional,
2020; Organización Mundial del Comercio, 2020). En efecto, para hacer
frente a la gravedad y a la complejidad de la crisis actual, los gobernantes
han recurrido a una serie de medidas necesarias para contener el brote de la
epidemia, pero con resultados de shocks de oferta y de demanda con diversas
implicaciones en el mercado de bienes y de factores.
La economía ha sido sensible a la evolución de la pandemia, tanto en
las economías industrializadas como en las de los países emergentes y en
desarrollo. Ello no solamente por las restricciones de la demanda, por el
riesgo al desempleo, y de los ingresos, sino ante la amenaza de la oferta por
la falta de productividad, mano de obra y capital de inversión, así como por
la problemática relacionada con el comercio internacional y con otros temas
tan acuciantes, entre ellos los servicios de transporte y de viajes.
2 Por ejemplo, la repentina caída del precio internacional de petróleo el 20 de abril de 2020.
144
economía tras la pandemia del covid 19
3 En Bolivia, al 2 de junio de 2020, los casos totales de infección por COVID-19 llegaban a
10.991, siendo el departamento de Santa Cruz el más afectado, con 7.235 contagiados; es
decir, el 66% del total registrado en el país (Ministerio de Salud de Bolivia, 2020).
4 En general, se utiliza el PIB como el índice principal para medir el comportamiento de una
economía.
145
umbrales
de Asia, como Japón y Corea del Sur, tampoco crecerán este año; lo mismo
pasará en Europa.5 Asimismo, Estados Unidos, la economía más grande del
mundo, es probable que crezca menos del 1%. La región de América Latina
tampoco presentará un crecimiento este año. Según la Comisión Económica
para América Latina (2020a), se estimaba que la región crecería el 1,3%
en 2020, pero ante el impacto del virus se pronostica una caída del -5,3%,
comparable a la magnitud de 1930 (-5%) o de 1914 (-4,9%).
Las estimaciones más optimistas luego del estallido del covid-19 preveían
que la tasa de crecimiento de la economía mundial disminuiría al 1,0% o menos.
Por ejemplo, Goldman Sachs (en Europa Press, 2020) indica caídas anuales del
pib del 3,8% en Estados Unidos, del 9% en la zona del euro y del 2,1% en
Japón, y una desaceleración en China a un crecimiento de solo un 3%.6 Sin
embargo, a medida que la pandemia se fue extendiendo, las previsiones fueron
reduciendo el crecimiento esperado. La Organización Mundial del Comercio
(2020) señala caídas anuales del 3,3% en América del Norte, del 3,5% en la zona
del euro y del 0,7% en Asia, y un crecimiento negativo en América Central y
en América del Sur del -4,3%, tal como se muestra en la tabla 1.
Tabla 1
PIB real a tipo de cambio de mercado, 2018-2021
(Variación porcentual anual)
146
economía tras la pandemia del covid 19
147
umbrales
Tabla 2
Volumen del comercio mundial de mercancía, 2020-2021
(Variación porcentual anual)
148
economía tras la pandemia del covid 19
8 La crisis actual, a diferencia de la crisis de 1929, presenta otro problema junto a la crisis
económica: la crisis sanitaria del covid-19, también de alcance global.
9 Véanse: Crespo (2020) y González Briceño (2019).
10 Síntomas ocasionados de importancia económica. Véase: Riquelme et al. (1998).
11 Véase: Diario Financiero (2020).
12 Véase: bbc News Mundo (2020).
149
umbrales
150
economía tras la pandemia del covid 19
151
umbrales
Gráfico 2
Bolivia: Reservas Internacionales Netas, déficit fiscal y deuda externa, 2017-2020
(En porcentajes de PIB)
50,0
40,4 40,5 39,3 40,1
40,0
27,6
30,0
22,4
15,9 15,5
20,0
10,0
0,0
-10,0
-7,8 -8,1 -7,2 -8
-20,0
2017 2018 2019 2020(e)
rin (%/pib) Déficit fiscal (%/pib) Deuda externa (%/pib)
Fuente: Elaboración propia a partir de datos tomados en mayo de 2020 del Banco Mundial (2020b), del
Banco Central de Bolivia (2020a) y del Instituto Nacional de Estadística de Bolivia (2020a).
(e): Estimado.
152
economía tras la pandemia del covid 19
153
umbrales
Por otro lado, los sectores que podrían sufrir mayores contracciones son
la construcción, el comercio, el transporte, la administración pública y los
servicios sociales, que proveen el 56% del empleo formal. El 69% del em-
pleo total en Bolivia, en cambio, se da en actividades informales,15 que serán
significativamente afectadas por estar basadas en contactos interpersonales.
Para este segmento de la población, los bonos de 400 bolivianos o de 500
bolivianos no suplen lo que ganan en el día para sobrevivir, considerando
el tiempo que dure la cuarentena.
En ese marco, para que la economía no pase a una recesión profunda
en 2021, dependerá de que hoy se tomen buenas decisiones. Para ello, es
necesario definir nuevamente el rol del Estado en la economía. Por lo pronto
tenemos un gobierno de transición limitado para ejecutar grandes programas
de política económica, por lo que corresponderá al siguiente diseñar y ejecutar
programas que garanticen la estabilidad económica y el empleo.
154
economía tras la pandemia del covid 19
155
umbrales
Gráfico 3
Precios de los productos básicos de exportación, 2018-2010
(Valor en dólares americanos)
10,00
5,00
0,00
-5,00
-10,00
-15,00
-20,00
Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
Enero
156
economía tras la pandemia del covid 19
157
umbrales
17 El significado de capital es amplio y variado. Sin embargo, con el fin de reducir la dispersión
de su contenido, acudimos a la definición de ‘Cuentas Nacionales’, que incluye construcciones
(comerciales y residenciales), infraestructura, maquinaria y equipos (Comisión Europea
et al., 2008).
158
economía tras la pandemia del covid 19
et al., 2015), debido a que dicha inversión es afectada por las variables
relacionadas con la facilidad para hacer negocios.
En Bolivia, la ied, si bien ha sido un componente importante del
crecimiento (2006-2013), al participar de manera activa mediante créditos
e inversiones se concentró en los sectores de hidrocarburos y de minería,
según el reporte de la balanza de pagos del Banco Central de Bolivia
(2015), pero los flujos de capital hacia Bolivia cayeron de manera gradual
desde mediados de 2014, no solo por la disminución de los precios de
las materias primas, sino por la falta de ventajas organizacionales (bene-
ficios de escala, técnicas de producción y derechos de propiedad) y por
los atractivos locales (materia prima, salarios e impuestos), por lo que el
crecimiento fue cubierto por inversionistas nacionales, privados y públicos.
Por ejemplo, en los últimos seis años (2014-2019), la ied representó el
0,79% de la formación bruta de capital fijo; en otras palabras, nada (véase
el gráfico 4). Incluso el dinero que se genera por concepto de las remesas
supera con creces la ied.
En 2019 Bolivia sufrió una desinversión de capitales extranjeros por
160 millones de dólares; en 2013 la cifra fue la más alta, 1.750 millones de
dólares,18 lo que significa una mayor salida de capital respecto al que ingresó
al país. Tal desinversión se repite después de 14 años, dado que en 2005 el
indicador se situó en -288 millones de dólares. De acuerdo con el informe
del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (2020), en los últimos seis
años la ied fue de solamente 1,28% del pib, resultado que se explica por
la situación de incertidumbre política, económica y social que se vivió en
Bolivia en la gestión pasada. Estas cifras muestran para 2020 un ambiente
de desaceleración económica en el país.
En síntesis, en el gráfico 4 se puede apreciar que en la formación de
capital la ied no ha jugado a lo largo del periodo un papel tan determinante
del crecimiento como en otras economías de América Latina.
159
umbrales
Gráfico 4
Bolivia: Formación bruta de capital fijo, nacional y extranjero,
y crecimiento del pib, 2000-2019
(En porcentajes)
25
21,37
20,98
21,27
20,67
20,17
18,98
17,89
18,97
18,36
17,25
19,06
20
16,48
16,57
16,14
15,65
14,30
13,93
12,66
12,99
15
11,69
8,77
8,56
8,67
10
6,8
6,15
5,71
5,46
4,56
5,12
4,86
4,8
5,2
4,42
4,17
3,91
4,22
2,45
2,51
2,49
2,71
2,44
2,79
3,07
3,36
2,44
4,13
3,17
3,58
4,26
4,2
5
1,90
1,99
2,22
1,68
1,68
1,29
1,14
0,99
1,37
0,75
0,75
0,69
0,54
0,39
0
-0,30
2005 -2,50
-5
2000
2001
2002
2003
2004
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
Crecimiento del pib (a precios constantes) ied en porcentaje del pib
Formación bruta de capital fijo (fbcf) en porcentaje del pib (a precios corrientes) ied/fbcf
Fuente: Elaboración propia a partir de datos tomados en abril de 2020 del Instituto Nacional de Estadística
de Bolivia (2020b) y del Banco Mundial (2020b) para ied/pib.
160
economía tras la pandemia del covid 19
Gráfico 5
Participación del turismo en el pib y en exportaciones, 2011-2020
(En porcentajes)
12,00
10,36 10,13
9,76
10,00 9,09 9,06
7,93
8,00
5,49
6,00 5,08
4,46 4,55
4,00
2,11 2,19 2,16 2,04 2,19
2,10 1,96 1,83 2,00 1,96
2,00
0,00
2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018(p) 2019(p) 2020(p)
Fuente: Elaboración propia a partir de datos tomados en abril de 2020 del Instituto Nacional de Estadística
de Bolivia (s. f.) y de Valda y Poma (2020).
(p): Preliminar
20 Ídem.
21 Ídem.
161
umbrales
De acuerdo con los datos analizados en este texto, y tomando en cuenta las
dimensiones abordadas acerca del impacto del covid-19 en el comercio,
la inversión y los servicios en Bolivia, podemos concluir que la economía
nacional se contraerá en 2020; en consecuencia, los recursos para la
economía boliviana se reducirán. Esta situación, al parecer, es muy dura para
la economía nacional, una economía con casi el 80% del aparato productivo
paralizado por la inmovilización de la ciudadanía debido a la pandemia,
lo que ha ocasionado, entre otras cosas, que muchas personas no tengan
ingresos suficientes, especialmente las del sector informal o las que reciben
su salario conforme el desarrollo de la actividad productiva. Es por esto
que se requiere dinamizar la demanda interna, para así generar mayores
estímulos a la economía, mediante cambios en el ámbito de la política.
162
economía tras la pandemia del covid 19
163
umbrales
Bibliografía
164
economía tras la pandemia del covid 19
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coyuntura-adversa/
170
Umbrales, número 36, 2020, pp. 171-191, ISSN 1994-4543
Resumen
El objetivo de este artículo es explorar cómo y hasta qué punto se puede efectivamente
enfrentar y vencer la tormenta del covid-19 desde diferentes barcos; es decir,
con diferentes capacidades, limitaciones y oportunidades. El análisis se basa en la
literatura, desde la economía, sobre la acción colectiva y el manejo de los comunes
(Hardin, 1968; Olson, 1965; Ostrom, 1990). Específicamente se centra en los aportes
de Ostrom (1990, 2009 y 2010) y en sus más recientes contribuciones para entender
el manejo de males comunes, como aquellos ocasionados por los impactos globales del
cambio climático. En este artículo se plantea el manejo de la dispersión del covid-19
en términos de un dilema social, que necesariamente tiene que ser afrontado mediante
la acción colectiva en diferentes grados y niveles, que incluyen lo local (comunidad,
barrio) hasta llegar a la sociedad globalizada.
171
umbrales
Abstract
The objective of this article is to explore the extent that a storm, such as the one caused by
the spreading out of covid-19, can be managed from different boats, that is dealing with
different capacities, limitations and opportunities. The analysis focusses on the literature
of collective action and the commons from the economic perspective (Hardin, 1968; Olson,
1965; Ostrom, 1990). Specifically, the analysis takes Ostrom’s more recent contributions
(1990, 2009 y 2010) on common problems such as the world-wide impacts of climate
change. In this article, managing the dispersion of covid-19 is characterized as a social
dilemma, one that necessarily has to be managed collectively and considering different levels
that go from the local (neighborhood, community) to the globalized community.
Introducción
172
el manejo de los comunes en tiempos del covid-19
173
umbrales
Las políticas adoptadas en países en desarrollo han seguido las que se to-
maron primero en China, donde surgió la emergencia por el coronavirus,
y luego las de Europa, donde su propagación ya era inminente, y recien-
temente las de países en desarrollo, donde se esperan las crisis de salud y
económicas más severas y apremiantes.
Lo común de esas medidas es que están orientadas a frenar la propaga-
ción del contagio restringiendo la movilidad de la población y encapsulando
a ciudades y a regiones enteras del resto del país y del resto del mundo.
Frente a una espiral de contagios y a la necesidad de servicios médicos de
terapia intensiva, el objetivo es lograr el aplanamiento de la curva de in-
cidencia de contagios logrando tres efectos: 1) aumentar la dispersión en
ambos extremos de la curva, 2) reducir el pico de la distribución –el mayor
nivel de casos de contagio– y 3) no rebasar las capacidades de los servicios
de salud existentes y, por tanto, no generar el colapso de los sistemas de
salud con ya insuficientes capacidades.
El segundo paquete de medidas aplicadas en Bolivia consiste en un
conjunto de programas de protección social orientados a compensar la
pérdida temporal de ingresos que resulta de la paralización de las actividades
económicas. Estos incluyen transferencias monetarias mediante bonos
(Bono Familia, Bono Canasta Familiar y Bono Universal), cancelación
parcial del pago de servicios públicos y apoyo a la pequeña y a la mediana
empresa a través de la reprogramación de sus créditos. Las políticas de
protección social, por su naturaleza y sus características, no tienen por
objetivo incidir en los niveles de pobreza estructural, en la precarización del
empleo y/o en la desigualdad en los ingresos y en el acceso a oportunidades.
En este caso, lo esperado es que ayuden a paliar temporalmente los
impactos negativos de la falta de ingresos producto de la cuarentena y del
distanciamiento social.
174
el manejo de los comunes en tiempos del covid-19
175
umbrales
3 “La cuarentena con empleada” (Molina, 2020) es el título de un reciente artículo publicado
en la prensa boliviana que resume claramente las significativamente diferentes formas de
vivir en cuarentena en la ciudad de La Paz.
4 La diversificación de los ingresos responde a la necesidad de mitigar los impactos de la
variabilidad climática asociada a la producción agrícola, lo que reduce los ingresos agrope-
cuarios, y a compensar por insuficientes ingresos generados por la agricultura.
176
el manejo de los comunes en tiempos del covid-19
El rol de la globalización
177
umbrales
178
el manejo de los comunes en tiempos del covid-19
179
umbrales
Uno de los más importantes aportes del amplio trabajo de Ostrom (1990)
es que ni el Estado ni el mercado pueden dar soluciones efectivas y sos-
tenibles al manejo colectivo de los recursos naturales. Partiendo de un
enfoque inductivo y a través del desarrollo de un conjunto de estudios de
caso, Ostrom demuestra que la cooperación y el trabajo colectivo son po-
sibles y están mucho más presentes de lo que se puede inferir de la teoría
económica convencional. Desde esa perspectiva, la propiedad individual
y el mercado no garantizan la sostenibilidad en el manejo de los recursos
productivos. De igual manera, las leyes, las regulaciones y las estructuras
organizativas diseñadas por el Estado tampoco representan soluciones
óptimas para todos los casos.
180
el manejo de los comunes en tiempos del covid-19
El rol de la desigualdad
181
umbrales
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el manejo de los comunes en tiempos del covid-19
183
umbrales
184
el manejo de los comunes en tiempos del covid-19
Esquema 1
Importancia relativa de la acción colectiva en el manejo del COVID-19
Desigualdades
Sociedad Global
globalizada
Espacio/territorio
Acción colectiva
Comunidad
Barrio Local
Corto plazo Largo plazo
Tiempo
185
umbrales
186
el manejo de los comunes en tiempos del covid-19
Conclusiones
187
umbrales
188
el manejo de los comunes en tiempos del covid-19
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Umbrales, número 36, 2020, pp. 193-213, ISSN 1994-4543
Resumen
Este artículo propone una revisión teórica y cuantitativa de la posible relación entre el
miedo social generado por la pandemia del covid-19 y el proceso de construcción de
la estatalidad en Bolivia. La hipótesis principal plantea que la pandemia del covid-19
puede fortalecer dicha estatalidad, bajo determinadas condiciones. En la primera parte
se desarrolla un breve análisis de la teoría política del Estado y su relación con un
elemento emocional como es el miedo, siguiendo principalmente a Hobbes. En la
segunda parte se plantea una propuesta analítica sobre los posibles momentos sociales
asociados a los conceptos desarrollados. En la tercera parte se presentan algunos
datos mediante hechos estilizados, como elementos para apuntalar la evidencia en
torno a la propuesta teórica. En la cuarta parte se caracteriza al Estado boliviano
desde diferentes aproximaciones, buscando acercarnos a él a partir de definiciones de
estatalidad cuantitativas. Finalmente se presentan los hallazgos más importantes junto
con algunas interrogantes a modo de discusión.
193
umbrales
Abstract
This article proposes a theoretical and quantitative review of the possible relationship between the
social fear generated by the covid-19 pandemic and the process of building statehood in Bolivia.
The main hypothesis suggests that the covid-19 pandemic can strengthen that statehood, under
certain conditions. In the first part, a brief analysis of the political theory of the State and its
relationship with the emotional element of fear is developed, mainly following Hobbes. In the second
part, an analytical proposal is made about the possible social moments associated with the concepts
developed. In the third part, some data are presented using stylized facts, as elements to support
the evidence around the theoretical proposal. In the fourth part, the Bolivian State is characterized
from different approaches, seeking to approach it from quantitative definitions of statehood. Finally,
the most important findings are presented along with some questions for discussion.
Introducción
194
la debilidad del estado boliviano y el miedo a la pandemia…
195
umbrales
para violar los derechos humanos durante estos periodos; y Neumayer (2013)
caracteriza estos potenciales comportamientos en función de la naturaleza más
o menos democrática de los diferentes regímenes. Un paso más allá, Lührmann
y Rooney (2020) demuestran (con evidencia estadística) que los estados de
emergencia incrementan sustancialmente la probabilidad de erosión de las
instituciones democráticas. Finalmente, el estudio de Lührmann et al. (2020),
mediante la construcción de un índice de riesgo y analizando 142 países, ha
catalogado a los países con mayor riesgo de sufrir retrocesos democráticos a
causa de la pandemia del covid-19 (Bolivia está entre ellos).
Mas allá del notable interés académico por comprender los cambios
institucionales provocados por los estados de emergencia, son pocas las
aproximaciones que ven en las crisis profundas (como la actual pandemia)
una oportunidad para el fortalecimiento de las instituciones políticas, sin
olvidar posiciones (nada desdeñables) que añaden elementos históricos y
contingentes a la posibilidad de este cambio (Acemoglu y Robinson, 2012).
Con el propósito de contribuir de alguna manera a llenar este vacío, y con
un enfoque pleno en el caso boliviano, el presente artículo plantea la hipó-
tesis de que la actual pandemia del covid-19, más en concreto el miedo
que genera, puede convertirse en un factor de fortalecimiento del proceso
de construcción de la estatalidad en Bolivia.
A fin de contrastar la hipótesis planteada, se parte analizando algunos
elementos teóricos que pueden ayudar a comprender la posible relación
entre la pandemia y la estatalidad. En la primera sección se discuten
los conceptos ‘miedo’ y ‘Estado’, a partir de la teoría de Hobbes. En la
segunda se desarrolla una propuesta analítica que esboza momentos sociales
asociados a los conceptos anteriores, buscando la creación de un marco de
compresión sintético y fácilmente trasladable a una lectura cuantitativa.
En la tercera sección, mediante la presentación de algunos hechos
estilizados (construidos sobre datos y variables cercanos a los conceptos
teóricos), se pretende demostrar la existencia empírica de las relaciones
teóricas previamente planteadas. En la cuarta parte se analiza el problema
concreto de la estatalidaden Bolivia, a la luz de todos los elementos previos.
Finalmente, en la sección de discusión se presentan brevemente algunos
hallazgos relevantes y se plantean muchas de las interrogantes consiguientes.
196
la debilidad del estado boliviano y el miedo a la pandemia…
Son muchas las aproximaciones que intentan explicar, desde una construcción
teórica, la constitución de los Estados como elementos esencialesde la orga-
nización política de las sociedades –es inevitable pensar en Rousseau(2010),
Bodin (1986), Weber (1984) o Locke (2010)–. En este marco, la teoría de
Hobbes (1987 [1642], 1992 [1668] y 2005 [1651]) es, sin lugar a dudas, una
de las más significativas y, al mismo tiempo, la que posiblemente explica más
temprano y con mayor nitidez el papel del miedo (como elemento emocional)
en la construcción del Estado.
Hobbes (2005) parte del planteamiento de una realidad hipotética para
ilustrar la existencia de los individuos en ausencia de un Estado, el deno-
minado “estado de naturaleza” y comúnmente conocido como la “selva de
Hobbes”. Ese estado contingente, entendido, no obstante, como posibilidad
latente perfectamente posible, ilustra la ausencia absoluta de cualquier poder
que gobierne a los seres humanos y, consecuentemente, la resultante guerra
(civil) de todos contra todos.
En el estado de naturaleza de Hobbes las personas viven sumidas en una
existencia conflictiva, violenta e incierta, donde todas están potencialmente
expuestas a una muerte violenta en manos de otra persona. Hobbes resume
esta situación caracterizando la vida humana como “solitaria, pobre, tosca,
embrutecida y breve” (2005: 103). Tal vida miserable, caracterizada por
el miedo hacia el otro, se sintetiza en el concepto ‘el hombre es el lobo del
hombre’(Hobbes, 1987); sin embargo, encuentra el camino de su superación
justamente en el miedo de los hombres.
Los seres humanos, hartos de vivir en el estado de naturaleza y movidos
esencialmente por su miedo, están dispuestos a ceder sus libertades a un
tercero (el Estado) en busca de estabilidad y de protección, y a cambio de
que ese tercero les garantice algunos derechos. Hobbes personifica a ese
nuevo Estado como el Leviatán, un monstruo bíblico imaginado como un
gigante compuesto de pequeños hombres y que gobierna sobre todos ellos.
Lo realmente importante en la constitución del Leviatán de Hobbes
es, de modo manifiesto, la naturaleza del acuerdo o pacto social que hacen
los hombres para garantizar la paz entre ellos. Y ese acuerdo, como se ha
197
umbrales
198
la debilidad del estado boliviano y el miedo a la pandemia…
Esquema 1
Momentos sociales a partir de la teoría de Hobbes
Estado de Leviatán:
Miedo Estado
naturaleza: Mecanismo
guerra civil de constituido
estatalidad Paz
Miedo a los
Confianza
otros: Homo Causa
en los otros
homini lupus externa
Fuente: Elaboración propia a partir de datos tomados de Hobbes (1987, 1992 y 2005).
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la debilidad del estado boliviano y el miedo a la pandemia…
2 Si bien el Índice de Estado de Derecho (wjp, 2020) se calcula para más de cien países, no es
así con las variables de la Encuesta Mundial de Valores (wvs). De esa forma, para el nivel
territorial Mundial solo es posible lograr coincidencia para 64 países; para el nivel Occidente,
33; y para América, 13 (véase la tabla 1). De cualquier manera, la cantidad de observaciones
es sustantiva y, dada la naturaleza algo esquiva de las variables de análisis, no son datos
desdeñables. Nótese además que las observaciones de ambas variables para cada uno de
los países (promedio nacional) llevan detrás la realización de sendas encuestas con miles de
observaciones para cada caso.
201
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Tabla 1
Correlación (Spearman) entre el Índice de Estado de Derecho (wjp, 2020)
y la Confianza en los vecinos (wvs, 2005-2017)3
Correlación P-value N
Mundo 0,0142 0,9114 64
Occidente 0,6098 0,0002 *** 33
América 0,9011 0,0000 *** 13
*p<0,01, **p<0,05, ***p<0,001.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos tomados de Inglehart et al.
(2014) (wvs) y de wjp (2020).
3 América comprende a: Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Ecuador, Estados
Unidos, Haití, México, Perú, Trinidad y Tobago, y Uruguay. Occidente comprende a América
más: Alemania, Australia, Bulgaria, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Georgia,
Hungría, Italia, Noruega, Países Bajos, Polonia, Reino Unido, Rumania, Serbia, Sudáfrica,
Suecia y Ucrania. Y, finalmente, Mundo comprende a Occidente más: Singapur, Japón, Hong
Kong, Corea del Sur, Ruanda, Malasia, Jordania, Ghana, Túnez, Indonesia, Kazakstán, India,
Burkina Faso, Tailandia, Marruecos, Moldavia, Argelia, Vietnam, Kirguistán, China, Filipinas,
Uzbekistán, Rusia, Líbano, Zambia, Mali, Turquía, Nigeria, Irán, Pakistán y Egipto.
202
la debilidad del estado boliviano y el miedo a la pandemia…
relación existente entre mayor confianza y mayor Estado. Sin embargo, los
resultados no clarifican del todo el segundo estado social, el intermedio
(véase también el esquema 1); entonces, aunque se pueden caracterizar los
puntos de partida y de llegada, no existe suficiente claridad sobre el camino
de transición entre ellos.
Gráfico 1
Relación entre el Índice de Estado de Derecho (wjp, 2020) y la Confianza
en los vecinos (wvs, 2005-2017) en países de América4
01
01
Confianza en los vecinos (wvs, 2005-2017)
Canadá
01
Argentina Uruguay
Estados Unidos
01
Trinidad y Tobago Chile
01 Ecuador
Brasil
México Colombia
00
00
Bolivia Perú
00
Haití
00
000 000 000 001 001 001 001 001 001
Índice de Estado de Derecho (wjp, 2020)
Fuente: Elaboración propia a partir de datos tomados de Inglehart et al. (2014) (wvs) y de wjp (2020).
203
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El Estado en Bolivia
Respecto al grado de desarrollo del Estado en Bolivia, son varias las pers-
pectivas analíticas que abordaron el tema desde aproximaciones más o
menos coincidentes. Destacan, en primer lugar, los estudios enfocados en
la institucionalidad boliviana. Al respecto, la investigación del Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud) (2007) señalaba, hace más de
una década, la urgencia por lograr avances en algunos de los elementos más
sensibles de la institucionalidad nacional, destacándose aquellos en torno a
la democracia, la representatividad y la gobernabilidad. Los posibles logros
en esos campos, a la luz de la actual crisis política boliviana, son, cuando
menos, cuestionables; si bien en algún momento se observaron avances en
el ámbito de la representatividad y, por ende, en la legitimidad institucional,
no hay evidencia clara de que esos avances hayan perdurado más allá de
momentos políticos concretos. En tal sentido, el estudio de Zuazo (2019)
muestra que la institucionalidad boliviana, medida a partir de la confianza de
los bolivianos en sus instituciones, tuvo un momento cúspide en 2009 con
la promulgación de la actual Constitución, pero que, a partir de entonces,
siguió una tendencia decreciente que se acentuó en el último lustro. Es más,
el estudio sostiene que no es posible establecer una tendencia de desarrollo
institucional en lo que llevamos del siglo, señal por demás negativa. Por otra
parte, el estudio de Machicado (2019), que se aproxima a la medición de la
institucionalidad con herramientas econométricas más sofisticadas, señala
que la institucionalidad boliviana ha estado sistemáticamente por debajo
de sus pares latinoamericanos y que se sitúa entre las más bajas del mundo.
Esas investigaciones apuntalan la idea de la existencia de un Estado débil,
con una capacidad institucional muy limitada.
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Gráfico 2
Índices de estatalidad en Bolivia (2004-2019)5
0,5
0,48
0,46
0,44
0,42
0,4
0,38
0,36
2004 2006 2008 2010 2012 2014 2015 2016 2017 2018 2019
Índice de estatalidad (Guzmán y Fernández, 2015) Índice de Estado de Derecho (wjp, 2020)
Fuente: Elaboración propia a partir de datos tomados de wjp (2020), de Guzmán y Rodríguez (2015)
y de lapop (2004, 2006, 2008, 2010, 2012, 2014, 2017 y 2019).
Por otra parte, resulta relevante verificar los valores de confianza in-
terpersonal en Bolivia, los cuales deberían ser (de acuerdo con la presente
5 Los datos actualizados del índice de estatalidad de Guzmán y Fernández (2015), corres-
pondientes a los años 2015, 2016 y 2018, son promedios de las dos observaciones más
cercanas. Esto significa que las observaciones de 2015 y de 2016 son promedios de los datos
de lapop de 2014 y de 2017; de la misma manera, el dato de 2018 se construye a partir de
las observaciones de lapop de 2017 y de 2019. Ambos índices toman valores entre 0 y 1.
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Gráfico 3
Confianza interpersonal en Bolivia y en Latinoamérica (2004-2017)6
65
60
55
50
45
2004 2006 2008 2010 2012 2014 2017
Bolivia Latinoamérica
Fuente: Elaboración propia a partir de datos tomados de lapop (2004, 2006, 2008, 2010, 2012, 2014
y 2017).
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Discusión
7 La urgencia por la constitución de un Estado pleno en Bolivia se hace incluso más priori-
taria si se entiende que la institucionalidad y el establecimiento de una centralidad política
inclusiva son el camino para el desarrollo de largo plazo, siguiendo en esto la aproximación
de la economía institucional propuesta por Acemoglu y Johnson (2005), Acemoglu et al.
(2005) y Acemoglu y Robinson (2012). Al respecto, para el caso boliviano, el estudio de
Machicado (2019) muestra cierta evidencia en el sentido de que el bajo nivel de desarrollo
económico nacional puede estar estrechamente vinculado al bajo desarrollo institucional.
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Umbrales, número 36, 2020, pp. 215-242, ISSN 1994-4543
Resumen
¿Cuáles son las razones por las que en Bolivia aún existe un sistema de salud básico?
¿Cuáles son las raíces del problema? ¿En qué han influido los vaivenes políticos a lo
largo de la historia, en la situación tan precaria de los servicios médicos en el país?
Las respuestas a estas interrogantes parten de la premisa de que el sistema de salud
boliviano sufre de una constante politización poco investigada que debe ser estudiada
por cientistas sociales. Para comenzar a explorar dicha politización, en este artículo se
abordan los siguientes puntos: 1) la relación entre la política y los sistemas de salud
pública; 2) un escueto y general repaso histórico sobre cómo durante los últimos cien
años el sistema de salud boliviano ha estado sujeto a la política; 3) un análisis del
sistema de salud vigente; 4) el Sistema de Salud Familiar Comunitario Intercultural
(safci) diseñado por los gobiernos del Movimiento al Socialismo. Finalmente, se hace
una reflexión con respecto al impacto de dicho sistema en la crisis de la pandemia del
covid-19 que vivimos hoy en Bolivia.
1 Juana Roca Sánchez es candidata a PhD en Ciencias Sociales del Centro de Estudios
y Documentación Latinoamericanos-Universidad de Amsterdam (Países Bajos). Tiene
estudios de maestría en Antropología y Desarrollo, por el London School of Economics
(Reino Unido), y en Gestión Pública, por la Universidad de Potsdam (Alemania). Es
coordinadora de la Maestría en Estudios Críticos del Desarrollo y docente investigadora en
el Postgrado en Ciencias del Desarrollo-Universidad Mayor de San Andrés (cides-umsa).
jroca@cides.edu.bo
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Abstract
Why is the Bolivian healthcare system still so basic? What are the roots of the problem?
How has political instability throughout history, determined the precarious medical services
available in the country today? The answers to these questions start from the premise that the
Bolivian healthcare system has suffered from the general political uncertainty and instability,
which has not yet been researched, and must be studied by social scientists. In order to explore
the politicization of the healthcare system in Bolivia, this article addresses the following issues:
1) The relationship between politics and the public health systems; 2) A brief general historical
review on how, during the last century, the Bolivian healthcare system has been subjected to
politics; 3) An analysis of the current healthcare system; 4) Examines the main health policy
introduced by Evo Morales Ayma’s government, known as the Intercultural Community
Family Health System (safci). Finally, the impact of these policies during the covid-19
crisis are assessed.
216
la politización del sistema de salud
2 Este artículo fue escrito entre fines de marzo y comienzos de abril de 2020, cuando comenzó
a manifestarse la pandemia del coronavirus en La Paz.
217
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la politización del sistema de salud
219
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220
la politización del sistema de salud
3 Las enfermedades epidémicas fueron las principales causas de muerte en las zonas urbanas
y rurales durante el siglo xix y a comienzos del siglo xx en Bolivia. En 1796 se desarrolló
una vacuna contra la viruela en Europa, y Bolivia intentó primero ponerla a disposición
después de la independencia en 1826. En 1902, una nueva ley obligó a la vacunación, pero
tuvo que volver a promulgarse en 1909 ante epidemias graves. Incluso entonces la vacuna-
ción era limitada, y la mayoría de los bolivianos seguían siendo vulnerables a la enfermedad.
La fiebre tifoidea era endémica en el país, y a principios de 1900 se produjeron oleadas de
epidemias que causaron muchas muertes (Zulawski, 2000: 113).
4 La traducción de esta y de las demás citas de artículos escritos originalmente en inglés son
de la autora.
221
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la politización del sistema de salud
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la politización del sistema de salud
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la politización del sistema de salud
11 Introducido también con el apoyo del Banco Mundial en 2003, el Seguro Universal Ma-
terno Infantil (sumi) añadió la cobertura de la atención terciaria al seguro, en la atención
relacionada con el embarazo y la salud de menores de cinco años. Para el año 2004, el sumi
había alcanzado al 74% de su población objetivo (Banco Mundial, 2015: 2).
12 Según la ops, en el 2004 más del 70% de la población boliviana estuvo excluida de alguna
manera del acceso a la salud. Bolivia además obtuvo el puntaje más bajo de América Latina
en salud e indicadores de equidad (ops, 2009, en Banco Mundial, 2015: 3).
227
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la politización del sistema de salud
[…] ‘propia de las culturas originarias e indígenas de Bolivia’; pero ‘se postula
una visión cosmocéntrica que supera los contenidos etnocéntricos tradicionales
229
umbrales
del desarrollo’. Con este fin, se plantea a la ‘interculturalidad’15 como otro eje
sustancial en la política de desarrollo, junto con la ‘descolonización’ (Gaceta
Oficial de Bolivia, 2006: vii-viii).16
230
la politización del sistema de salud
A diferencia del sus18 que estuvo planteado desde el inicio del primer go-
bierno del mas –pero cuyo inicio de aplicación recién se llevó a cabo apenas
algunos meses antes de las elecciones nacionales de 2019–, el safci como
paso previo a la implementación del sus constituye la piedra angular del
sistema de salud de los cuatro gobiernos del mas, adoptado formalmente
por el Decreto Supremo 29601, en 2008. La política se sustenta bajo cuatro
principios rectores: participación social, cooperación intersectorial (entre
sectores como educación, vivienda, agricultura y justicia), interculturalidad
y la idea de que la salud es parte integral de todos los demás aspectos de la
familia y la comunidad.
El objetivo principal del safci es:
18 A partir de 2013, el Gobierno boliviano tomó medidas para garantizar la cobertura universal
a través de un sistema nacional de pagos centralizado, comenzando con la unificación del
sumi y a través de la Ley 475 sobre la provisión de servicios integrales de salud, que entró
en vigencia en marzo de 2014 (Gaceta Oficial del Estado Plurinacional de Bolivia, 2013).
231
umbrales
Esto último para cumplir el objetivo final de lograr una Bolivia ‘mo-
vilizada por el derecho a la salud y vida para vivir bien’. De acuerdo a los
lineamientos del safci, la promoción de la salud es un proceso político
de desmovilización social, intersectorial, transformador de determinantes
de la salud, realizado en corresponsabilidad entre la población organizada,
autoridades, el sector salud y otros sectores para “Vivir Bien” (msd, 2013).
El punto anterior, entre varios, refleja claramente un discurso ideológico
explícito, donde la intención es de alguna manera reordenar la sociedad
en función al supuesto objetivo común compartido por los miembros de
esta, para una supuesta transformación del sistema de salud hacia una con-
cepción culturalista y a la vez enmarcado en el Socialismo del Siglo xxi.
No obstante, la aplicación del nuevo modelo demostró haber heredado las
bases del anterior sistema en cuanto a lo que se refiere la descentralización
municipal, además de programas con la cooperación internacional como
la del Banco Mundial para apoyar la reducción de la mortalidad materna-
infantil (Banco Mundial, 2018), que se inició antes del comienzo del ciclo
masista, tal como se infirió páginas atrás.
Siguiendo esta línea, en cuanto a los precedentes históricos de enfoque
del safci, estos se pueden encontrar principalmente en la Declaración
de Alma-Ata sobre atención primaria de salud, promulgada por la oms
y unicef en 1978.19 Según el antropólogo médico Brian Johnson, quien
realizó un estudio sobre el safci correspondiente a su primera etapa de
ejecución, antes de los 14 años de gobiernos del mas, organizaciones no
gubernamentales (ong) intentaron implementar periódicamente algo
232
la politización del sistema de salud
233
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A pesar de que la pugna entre el sector salud y los gobiernos del mas
fue más notoria a partir de 2017, ya desde el 2006 el Colegio Médico de
Bolivia se pronunció en contra de la propuesta para el sector salud. Como
medida preventiva, para supuestamente no perder espacios laborales, el
gremio boliviano exigió a los médicos cubanos que se registraran en su
colegio profesional, antes de poder ejercer en Bolivia. Esta medida era para
proteger plazas disponibles por año para el ejercicio médico en el sistema
público. Para levantar esta restricción, el Gobierno reaccionó creando una
entidad paralela (tal como lo hizo con organizaciones indígenas y sindicales),
lo cual implicó un control estatal férreo para obtener plazas para ejercer
especialidades, puesto que el acceso estaba controlado por la asociación
médica paraestatal.
Según seis informantes profesionales de la salud, quienes prefieren
mantener el anonimato, todos los médicos que se especializan o realizan
una maestría en algún tema médico dentro del marco de las políticas del
safci están además obligados a hacer dos años de trabajo rural después de
terminar su especialidad. Esto último perjudica el entrenamiento y per-
feccionamiento de los especialistas en sus respectivos campos, ya que les
impide trabajar dentro de sus especialidades en hospitales de tercer nivel
o en clínicas privadas. Este es además uno de los temas que ha provocado
los choques que surgieron entre los gremios médicos no afiliados al Estado
y los gobiernos del mas. Estos se agudizaron el 2017, cuando además la
Asamblea Legislativa, con una mayoría oficialista, aprobó un código penal
que después tuvo que ser derogado como consecuencia de las presiones de
las movilizaciones de los médicos. Estos argumentaban que la negligencia
médica no debía ser juzgada por jueces ordinarios y vinculados al partido
gobernante, sino por peritos especiales entendidos en salud.
Otro asunto relevante en relación a la implementación del safci se
trata de los conflictos que surgieron a raíz de visiones políticas diferentes
dentro de los mismos gobiernos masistas con respecto a este. Uno de estos
se trata de la presencia de los médicos cubanos y su mirada desconfiada a los
programas de interculturalidad que intentaban, al menos en teoría, rescatar
la medicina indígena tradicional. Esto creó roces dentro del mismo Minis-
terio de Salud, donde las visiones diferentes entre aquellos que apoyaron
234
la politización del sistema de salud
20 La diplomacia médica es uno de los ejes de la política exterior de Cuba. En 2008, más de
30 mil médicos y otros profesionales de la salud cubanos colaboraban en setenta países de
todo el mundo. La estrategia, sustentada en los éxitos del sistema de salud construido luego
del triunfo de la revolución, le ha permitido a Cuba ganar prestigio internacional y capital
político, reflejado por ejemplo en las votaciones contra el bloqueo en la Asamblea General
de las Naciones Unidas (Feinsilver, 2008).
235
umbrales
21 Una de las consecuencias de esta oposición fue la creación de uno de los sindicatos paralelos
llamados Confederación Médica de Bolivia a fines de 2017 por ‘médicos de base’ afines al
Gobierno, tal como ocurrió con la mayoría de las organizaciones sociales que se opusieron
al gobierno del mas.
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Aportes
Aportes
Umbrales, número 36, 2020, pp. 245-268, ISSN 1994-4543
Resumen
El covid-19 afectará los sistemas de salud y se esperan peores impactos en los países
que experimentan fragilidad del sistema sanitario y que tienen indicadores preocupan-
tes, como la alta tasa de mortalidad materna y contextos de desigualdad social, como es
el caso de Bolivia. Las afectaciones en el derecho a la salud y en todas las esferas de los
derechos humanos, entre ellos los derechos sexuales y reproductivos, tienen impactos
más acentuados y terminan afectando de forma diferenciada a las personas en situación
de vulnerabilidad. Este artículo aborda la salud sexual y reproductiva en tiempos del
covid-19 y coloca en cuestión el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sos-
tenible, al esperarse un incremento de la mortalidad materna y neonatal, de las necesi-
dades insatisfechas de planificación familiar, del embarazo intencional en adolescentes,
del número de abortos en condiciones de riesgo, de la frecuencia y la intensidad de la
violencia sexual y doméstica en los hogares, poniendo en riesgo la vida y el bienestar de
mujeres, niños y niñas. Dados los múltiples efectos, sostenemos que las decisiones para
atender esta pandemia tendrán que, necesariamente, abordar un conjunto de medidas
integrales, más allá de las preocupaciones en materia de medicina y de salud pública.
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Summary
covid-19 will affect health systems, and worse impacts are expected in countries that expe-
rience fragility on their health systems and have worrying indicators such as high maternal
mortality rates and contexts of social inequality, such as the case of Bolivia. Impacts on the
right to health and all areas of human rights, including sexual and reproductive rights, have
more accentuated impacts and end up affecting in a differentiated way people in a situation
of vulnerability. This article addresses sexual and reproductive health in times of covid-19
and questions the fulfillment of the Sustainable Development Goals, by expecting an increase
in maternal and neonatal mortality, unsatisfied needs with family planning, intentional teen
pregnancy, number of unsafe abortions, frequency and intensity of sexual and domestic violence,
putting at risk the life and well-being of women, boys and girls. Given the multiple effects, we
hold that decisions to attend this pandemic will necessarily have to address a set of comprehen-
sive measures beyond medical and public health concerns.
Keywords: Pandemic, rights, sexual and reproductive health, Development Sustainable Goals.
Introducción
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Salud materna
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Planificación familiar
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países, con rentas bajas y medianas, podrían dejar de tener acceso a anti-
conceptivos modernos, lo que provocaría siete millones de embarazos no
planeados, si es que las medidas de aislamiento continuaran durante seis
meses (Perú21, 2020).
Respecto a la provisión de insumos de planificación familiar y de
salud sexual y reproductiva, las cadenas de suministros están sometidas a
alteraciones como resultado de la respuesta a la pandemia y, por tanto, la
disponibilidad se ve afectada. En la actualidad, no se cuenta con informa-
ción oficial sobre la situación de la distribución y del abastecimiento de
insumos de salud sexual y reproductiva en el país. Igualmente, las personas
que solicitan servicios de anticoncepción y que requieren, por ejemplo, la
continuidad de los métodos anticonceptivos que están utilizando o un nuevo
método para evitar un embarazo no deseado, no pueden acceder o tienen
limitaciones para movilizarse y hacer la búsqueda.
De acuerdo con entrevistas informales realizadas a prestadores de salud,
en algunos seguros sociales de corto plazo la atención de las especialidades
ha sido paralizada y solo se atienden emergencias. En los casos en los que
no es necesaria la presencia de las mujeres en los establecimientos de salud,
es importante la comunicación, lo cual no siempre está ocurriendo, porque
las llamadas a números de teléfono asignados en su mayoría no son respon-
didas. Asimismo, en ocasiones, se ha recurrido a teleconsultas, aunque no
es una modalidad usada frecuentemente.
Personal del sistema público de salud consultado refirió que la dis-
ponibilidad de atenciones y de horarios de atención es desigual; algunos
continúan con 12 horas y otros tienen horarios más restringidos. Todavía
se escuchan y se leen mensajes por las redes sociales de médicos y médicas
que requieren referir a pacientes por emergencias obstétricas y neonatales,
debido a que las capacidades de infraestructura en sus centros han sido
rebasadas, razón por la que esas mujeres no siempre son atendidas y, en
ocasiones, deben recurrir a establecimientos privados, cuyos costos son altos.
Las y los adolescentes, como también las y los jóvenes, se ven afectados
en la actualidad por el cierre de espacios sociales, entre ellos escuelas, centros
comunitarios y centros de salud, donde muchos de ellos reciben educación
sexual y servicios de salud sexual y reproductiva, al igual que acceden a
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Otro de los ods que está siendo afectado es el relacionado con los efectos
en las mujeres, dejando en cuestión los temas de igualdad de género y de
su empoderamiento. Ciertamente, el covid-19 está intensificando las
desigualdades existentes para las mujeres, las adolescentes y las niñas, y la
discriminación de grupos de por sí ya marginados, como los refugiados,
las personas con discapacidades y aquellos que sufren de extrema pobreza
(ippf, 2020).
La Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (felcv) confirmó que
en Bolivia, durante la primera y la segunda fase de la cuarentena debido al
coronavirus, se registraron 1.872 casos de violencia familiar. Por otro lado,
organizaciones de defensa de los derechos de los niños y de las niñas, entre
ellas Munasim Kullakita y el Movimiento Vuela Libre, señalaron que hasta
el 25 de abril se habían registrado 49 violaciones a menores.
De acuerdo con el Servicio Plurinacional de la Mujer,6 los hechos de
violencia en razón de género entre 2013 y 2018 crecieron en el 130%, siendo
2017 el año con mayor número de casos (42.237). En 2018 el registro subió
en casi 110 hechos de violencia en razón de género.
Para 2018 Bolivia llego a tener la tasa más alta de feminicidios en
América del Sur, alcanzando a 2,3 por cien mil mujeres, en contraposición
con Chile y Colombia que registraron las tasas más bajas, llegando a 0,5
por cien mil mujeres. En 2019, en promedio, una mujer al día fue víctima
de feminicidio o de tentativa de asesinato y en la primera quincena de
2020 se registraron 1,5 feminicidios por día (Servicio Plurinacional de la
Mujer, 2020).
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Los seres humanos somos una especie de incubadoras para los millones
de microorganismos que pululan en el ambiente o dentro de pequeños
bichos vectores que los trasportan en sus entrañas. Nuestra sangre es
apetecida por las hembras de los mosquitos que trasmiten la malaria,
el dengue, el zika y otros males infecciosos. A los virus del ébola y a los
coronavirus les encanta introducirse o adherirse a nuestras células para
provocar su entropía.
Las enfermedades infecciosas trasmisibles, tanto las emergentes (sars-
2/covid-19) como las reemergentes (sars-1, ébola, influenzas), cuando
desencadenan epidemias o pandemias, alteran no solamente el desempeño
de los sistemas de salud, sino también del resto de las estructuras de la
sociedad y del Estado.
Uno de los primeros hechos verificables es el acaparamiento de me-
dicamentos y de suministros sanitarios por los países más poderosos en el
contexto global y por las personas con mayores recursos a nivel de los países.
Cuando una epidemia o una pandemia ocasionan elevadas tasas de
ataque (número de personas infectadas en la población total) y de letalidad
(porcentaje de decesos entre los infectados), la disrupción social es una
constante, debido a que en las personas primero se activa el temor y después
el sentido común.
Las bajas tienen lugar no solamente entre la población civil, sino
también entre los trabajadores sanitarios y de otros sectores, que prestan
servicios esenciales y cuya necesidad de continuar trabajando les impide
acogerse a medidas de prevención como la cuarentena.
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En el contexto internacional
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En el contexto nacional
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Bibliografía
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Perú21
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Umbrales, número 36, 2020, pp. 269-283, ISSN 1994-4543
Resumen
Este artículo analiza la pandemia del covid-19 como síntoma del capitaloceno (Moore,
2015), una nueva etapa del capitalismo con impacto en el sistema Tierra a nivel social,
ecosistémico y geológico. Resultado de la articulación de colonialismo, patriarcado
y capitalismo, esa nueva etapa ha mercantilizado la vida y la naturaleza, y ha quebrado
los ciclos vitales en el planeta. Aunque algunos analistas han dicho que el covid-19
acabará con el capitalismo (Žižek, 2020), el peligro es que puede ser un momento para
su reconfiguración, a menos que las sociedades interpelen, incidan y generen un cambio
profundo. Las expectativas de cambio deben surgir de una perspectiva “situada”, donde la
vulnerabilidad, la interdependencia y la ecodependencia sean puntos de partida apoyados
en la noción de ‘cuerpo-territorio’ –concebida por la epistemología feminista anticolonial–
como base para recomponer la relación con la naturaleza. El texto destaca la economía del
cuidado, la gestión de los bienes comunes, la recuperación de lo público y el decrecimiento
como acumulados para transformar hacia modelosalternativos. Reflexiona también sobre
1 Elizabeth Peredo Beltrán es psicóloga social, por la Universidad Católica Boliviana. Con
el Taller de Historia y Participación de la Mujer ha publicado sobre sindicalismo femenino
anarquista del siglo XX y sobre identidades y derechos de las mujeres indígenas. Coordinó
el Comité Impulsor de los derechos de las trabajadoras del hogar (1999-2004). Fue direc-
tora ejecutiva de la Fundación Solón (2006-2015), abordando temas de ecología, cultura
y política. Actualmente es investigadora asociada del Observatorio Boliviano de Cambio
Climático y Desarrollo. Colabora con revistas académicas, organizaciones, campañas y redes
internacionales. elyperedo@gmail.com
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Abstract
This article analyzes the covid-19 pandemic as a symptom of the capitalocene (Moore, 2015),
a new stage of capitalism that has impacted on the planet at social, ecosystemic and geological
level. This stage is the result of the articulation of colonialism, patriarchy and capitalism that,
under the mandate of commodifying human life and nature, has broken the vital cycles of life
in the whole planet. Instead of thinking this crisis is going to finish with capitalism, as some
philosophers have suggested (Žižek, 2020), this can be the moment for a new reconfiguration
of capitalism of chaos unless societies begin profound transformative systemic changes. Proposals
for change should emerge from a “situated” perspective where vulnerability, interdependence
and eco dependence are starting points to build social collective responses recovering the notion
of “cuerpo-territorio” (body territory), an antocolonial feminist epistemic support for social
and environmental change. The author stresses care economics, commons and public goods and
degrowth as existing proposals for crating alternative models for society. The article reflects on
the “Sanitary Leviatán” (Svampa, 2020), to face the pandemic in allusion to Hobbes concept,
and rises some questions on how will democracy, collective masses and social transformation be
reshaped under the “new normal” already installed.
Introducción
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Mucho se ha dicho que esta crisis podría dar fin con el capitalismo. El colapso
de las cadenas productivas y de consumo, de los nichos de acumulación dados
por las ventajas comparativas de la globalización, detiene la maquinaria
momentáneamente. En pocas semanas de cuarentena, China había bajado
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2 Žižek (2020) considera que el covid-19 es un golpe final al capitalismo, “al estilo Kill Bill”,
y Dussel (2020) avizora optimista el fin de la era capitalista.
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Los virus –que existen por billones en el planeta– “saltan” a la especie hu-
mana en circunstancias particulares para alojarse en un huésped donde se
tornan patógenos. En la medida en que se pierde la biodiversidad se están
creando circunstancias apropiadas para que surjan nuevos virus que lleguen
a la especie humana y a otras especies, dado que las barreras de la biodiver-
sidad ecológica se están degradando. Estas “condiciones” proclives para el
surgimiento de estos y de otros vectores de plagas y de enfermedades son
construidas; la pérdida de bosques y de ecosistemas producen cambios que
abren la posibilidad de estos llamados “desequilibrios” patogénicos, como
ha señalado recientemente un extenso informe del World Wide Forum for
Nature (2020). El cambio climático y la pérdida de biodiversidad son dos
crisis que están llevando rápidamente a estos escenarios.
Nuevas cepas de virus, cada vez más frecuentes, han dado origen a
enfermedades de enorme impacto social en las últimas décadas: la sars “gripe
aviar” h5n1 (2002-2003), la “gripe porcina” h1n1 (2009), el mers-cov
(Síndrome Respiratorio de Medio Oriente) (2012) y el ébola (2013), habiéndose
producido algunos de ellos en circunstancias vinculadas a la producción
industrial de alimentos, como ha señalado pertinentemente Ribeiro (2020),3
del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración.
3 Ribeiro, en “Los hacendados de la pandemia” (2020), nos dice lo siguiente: “En México vimos
cómo se originó la gripe porcina en 2009, a la cual le pusieron el aséptico nombre de Gripe
a h1n1, para desvincularla de su puerco origen. Originó en la fábrica de cerdos llamada
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Preguntas en el tintero
Algunos análisis advierten que tal vez se podría “aplanar la curva” del coro-
navirus en dos años, si se toman medidas radicales de “aislamiento social”,
con periodos de cuarentenas inéditas para lograr no solo la contención de
la pandemia, sino la mitigación y su eliminación (Lichfield, 2020). Otros
afirman que estamos apenas en el pico de un iceberg y que podríamos
enfrentar otros episodios similares debido a los cambios globales, entre
los que se cuentan la pérdida de biodiversidad y el cambio climático como
vectores críticos de una disrupción a gran escala.
¿Cómo se sostendrán estas medidas de confinamiento prolongado al
mismo tiempo que se aseguran la vida, la democracia y la libertad de acción
política? ¿Cómo se abastecerán las poblaciones de alimentos, servicios, salud,
agua, saneamiento, respetando los derechos de las personas que trabajan en
estas áreas? ¿Cómo se tomarán las decisiones para gestionar las ciudades,
los pueblos, las comunidades?
¿Cómo se plantea esta realidad en contextos como América Latina, India,
Asia o África, donde los confinamientos no son posibles, como lo imagina
el Occidente moderno? ¿Cómo se tomarán las decisiones para la necesaria
transformación de la economía, de las matrices energéticas y productivas?
La reflexión sobre democracia es central. Estamos en un tiempo en el
que se están restringiendo los espacios de interacción y de tejido social de
manera dramática, y no solo excluyendo la participación de los pueblos. Se
está reconfigurando el espacio público callejero hacia un espacio público
virtual; un cotidiano reformulado que da paso a la reestructuración de
los actores sociales y del inconsciente colectivo. El espacio virtual aislado
–aunque tiene un potencial de articulación– puede crear subjetividades
políticas fragmentadas y enfrascarnos en una dinámica en la que el abismo
seduce más que la posibilidad de cambiar el mundo.
¿Como garantizaremos la democracia? ¿Cuál es el “Estado de Derecho”
que queremos restituir? Pero, además, ¿esta democracia no es ya obsoleta?
¿Acaso no se ha demostrado incapaz de recoger la tradición deliberativa de las
comunidades, de las mujeres? Y… ¿cómo se incluye a los seres de la naturaleza,
al mundo no humano, a la naturaleza misma como “sujeto de derechos”?
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