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Arte paleocristiano

Conjunto de manifestaciones figurativas y simbólicas realizadas en el Imperio Romano


desde el siglo II d.C., hasta la llegada, en el 476, de las hordas bárbaras. Comprende dos
etapas: la primera, primitiva, de clandestinidad y escaso desarrollo artístico, que se
extiende hasta el edicto de Milán (313), fecha en la que el Estado reconoce la legalidad
de la religión cristiana, y una segunda, de desarrollo o paleocristiana, entre los siglos IV
y VI.

Nace fuera de la ley y como instrumento colaborador para mantener y transmitir la fe;
es un arte impregnado de romanidad que acentúa el mundo de lo espiritual, tratando de
reflejar en la plástica el Más Allá y la igualdad de todos ante Dios.

Hasta el año 313, sus manifestaciones fundamentales radican en las pequeñas


construcciones y en los símbolos, quedando todo encerrado en el mundo de las
catacumbas y en los “tituli” o casas patricias que sirven de lugar de reunión a los
primeros cristianos. Entre las catacumbas más antiguas de Roma están las de Domitila y
las de Priscila. En la segunda etapa del Paleocristiano, nace la arquitectura cristiana,
levantándose como monumentos fundamentales las basílicas, los baptisterios,
destacando el de San Juan de Letrán, y los mausoleos. Su pintura se caracteriza por
intentar visualizar conceptos que transmitieran su contenido con facilidad a los
creyentes, por lo que sólo el iniciado puede interpretarla. Desde ahora se presta más
atención a los significados, iconología, que a las imágenes en sí, iconografía, por lo que
se incorporan figuras clásicas expresando contenidos totalmente nuevos. En escultura,
destacan por su producción de relieves para sarcófagos, encontrados por todo el
Imperio, y por los marfiles de finísima labra. Tanto en pintura como en escultura, se
repiten constantemente temas emblemáticos como el pez, la espiga, el racimo o la vid, y
el delfín, mientras que los anagramas más difundidos son el Crismón o la interposición
de las dos primeras letras griegas de Cristo; el JHS o tres primeras letras de Jesús en
griego, y la Cruz.

El arte paleocristiano en España


En España el desarrollo arquitectónico del paleocristiano se da durante los siglos V y
VI, destacando las basílicas de San Pedro de Alcántara (Málaga) y la de Segóbrida en
Cabeza de Griego (Cuenca). La escultura es en gran parte funeraria, y consiste
fundamentalmente en sarcófagos esculpidos con representaciones de los primeros
milagros de Cristo y escenas del Antiguo Testamento. De gran tradición son los
mosaicos paleocristianos, que decoran los sepulcros o los pavimentos de las basílicas.
Aunque su origen está en África, Tarragona se convierte en el principal taller musivario
español, siendo constante en su labor los motivos geométricos o florales.

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