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"ENSÉÑENLES A COMPRENDER"

Mensaje dado por el Élder David A. Bednar, en el Devocional por la Semana de la


Educación del Ricks College, el 04 de junio de 1998

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Hermanos y hermanas, es maravilloso estar con ustedes hoy. Sólo


mencionaré algunas reglas antes de empezar: Primero, espero que
esta no sea una ocasión en la que yo les hable, sino que esta sea una
invitación al Espíritu Santo para que nos enseñe a todos. Segundo,
si tienen sus Escrituras consigo, el sonido de las páginas abriéndose
es una música dulce para mis oídos. Si tienen sus Escrituras hoy, les
sugiero que las pongan en su regazo. Probablemente deseen tener
una hoja de papel y un bolígrafo, no para escribir todo lo que voy a
decir, sino para tomar particular atención y escribir los
pensamientos que vendrán a su mente y los sentimientos que vendrán a su corazón. El
Señor indica en la sección 8 de la Doctrina y Convenios, que la revelación con frecuencia
viene como pensamientos a la mente y sentimientos al corazón. De manera que
escucharme a mi no es importante, lo importante es prestar atención a las impresiones del
Espíritu Santo.

Por favor, veamos los versículos 13 y 14 de la sección 50 de Doctrina y Convenios: “Por


tanto, yo, el Señor, os hago esta pregunta: ¿A qué se os ordenó? A predicar mi evangelio
por el Espíritu, sí, el Consolador que fue enviado para enseñar la verdad." Voy a dirigir
su atención a una distinción muy importante en el versículo 14. Cuando ustedes y yo
somos llamados a una posición y apartados para servir en la Iglesia, nuestra
responsabilidad no es enseñar. Es predicar. A la palabra predicar, en nuestro vocabulario
contemporáneo se le asocia con ideas preconcebidas negativas. Nos viene la idea de
personas hablando fuerte, de manera alterada y exagerada, golpeando el púlpito. Pero
esto no es todo lo que significa. Predicar es explicar y declarar la doctrina de Cristo por el
poder del Espíritu. Si ustedes y yo, al ser apartados, cumplimos con la responsabilidad de
predicar, entonces, ¿quién cumplirá con la responsabilidad de enseñar? La respuesta se
encuentra en el versículo 14: “El Consolador que fue enviado para enseñar la verdad.”
Somos enseñados por el Espíritu Santo, el tercer miembro de la Trinidad. Esta es la razón
por la que es tan importante que nos reunamos como estamos ahora, para recordar y estar
muy atentos a los pensamientos que vienen a nuestras mentes y a los sentimientos que
vienen a nuestros corazones. Estos pensamientos y sentimientos son puestos en las
mentes y corazones por la influencia del Espíritu Santo. Esta es la enseñanza a la que
debemos responder. De manera que invito y oro por la compañía del Espíritu Santo. Les
pido que oren por mí, aún como yo oro por ustedes ahora, para que podamos contar con
ese don espiritual, mientras nos encontremos reunidos hoy.

Cada Hogar es una Casa de Instrucción. Mientras reflexionaba en el tema del Élder
Wirthlin, vino a mi mente la siguiente pregunta: “¿Por qué el hogar es tan crucial para la
enseñanza del evangelio?" Considero que todos estaríamos de acuerdo que el hogar
puede y debe ser el lugar más efectivo para el aprendizaje del evangelio. Solamente hago
la siguiente pregunta: "¿Por qué?" Permítanme sugerir unos cuantos pensamientos que
han venido a mi mente mientras meditaba en esta pregunta.

La primera razón es que el hogar es el único lugar donde no podemos ocultar quienes
realmente somos. El hermano Mack Shirley dijo algunas cosas muy amables de la
hermana Bednar y de mi hoy. Yo trabajo con el hermano Shirley; yo firmó sus cheques.
No tiene otra opción que decir cosas buenas de mí. Ahora, les diré lo que al hombre
natural en mi le encantaría creer. Me gustaría creer que el hermano Shirley tiene razón en
todas aquellas cosas lindas que dijo. Sin embargo, al regresar a casa y al hablar con mi
esposa o con mi hijo de 16 años, recordaré las cosas como realmente son.

Hace más de un año, el Élder Henry B. Eyring me habló telefónicamente. En medio de la


conversación me hizo una pregunta: “Élder Bednar, nos encontramos en el proceso de
buscar un Nuevo presidente para el Ricks College, ¿estaría usted interesado? Yo le
respondí, “Me encantaría aprender acerca de ese puesto y que se me tome en
consideración.” A lo que replicó, “Bien”. Hablemos del asunto. Mañana, usted y su
esposa necesitan estar en la ciudad del Salt Lake City. Cuando llamé a mi esposa y le
dije, “Susan, acabó de recibir una llamada telefónica del Élder Eyring, mañana tenemos
que estar en la Salt Lake City. Ella me dijo, “¡David, has bromeado conmigo durante 23
años y esta es la broma más grande que me has hecho y no voy a caer en ella! Me tomó al
menos quince minutos, tratar de convencer a mi esposa de que no estaba bromeando y
que teníamos que hacer los arreglos para estar en Salt Lake City. Esa tarde durante la
cena le dije al menor de nuestros hijos, "Jeffrey, hoy he recibido una llamada telefónica
del Élder Eyring. Tu mamá y yo viajaremos mañana a Salt Lake City para tener una
entrevista y ver la posibilidad de mudarnos a Rexburg, Idaho para trabajar como
presidente del Ricks College." Mi hijo guardó silenció por un momento, me miró y me
dijo: “¡Papá debe haber un montón de hombres en la Iglesia mejor calificados que tú para
ese trabajo!" Alguien que no me conociera bien hubiera pensado: “El podría ser un buen
candidato para ese trabajo." Mientras que mi hijo estaba diciendo: ¿Estás bromeando?
¿Mi papá?"

¿De qué manera esta experiencia ilustra el aprendizaje de los principios del Evangelio en
el hogar? La verdad es el conocimiento de las cosas como fueron, como son y como
serán. Usted aprende la verdad acerca de usted mismo en el hogar, y usted no puede
esconderse de las verdades que no quiere ver, ni evitar recordar las verdades que usted
no desea que se le recuerde. Algunas veces esto puede ser muy doloroso. A veces no
manejamos bien esta realidad. Pero en el hogar no podemos escondernos de esto. En
consecuencia, el vernos confrontados con las verdades que preferiríamos evitar, nutrimos
el proceso continuo de nuestro arrepentimiento personal.

El hermano Shirley podría indicar: "Debe haber algo en particular que el Élder Bednar
haga muy bien." Pero mi esposa podría decir algo que no hice bien hoy. Sabiendo que no
puedo esconderme de quien realmente soy, el estar en la presencia de mi esposa y de mis
hijos produce en mí un deseo de ser mejor de lo que normalmente soy.
Entonces, ¿Por qué es el hogar el lugar más natural y efectivo para el aprendizaje del
Evangelio? Porque allí encontramos la verdad sobre nosotros mismos, y no podemos
escondernos de ella.

Tomaremos un tiempo identificando en las Escrituras la segunda razón por la que el


hogar es el mejor lugar para aprender principios del Evangelio. El Salvador ha enfatizado
que el hogar es un lugar especial para el aprendizaje de los principios y de las doctrinas
del Evangelio. Por favor, veamos el capítulo 17 de 3 Nefi. Mientras vamos a estos
versículos, nos enfocaremos en una palabra. Resaltaré esta palabra cuando lleguemos a
ella. En el capítulo 17 el Salvador esta enseñando a las personas de la Tierra de
Abundancia, cerca del templo. Este es uno de los capítulos más poderosos de la escritura
sagrada. Empezando con el versículo1:

“He aquí, sucedió que cuando Jesús hubo hablado estas palabras, de Nuevo miró
alrededor hacia la multitud, y les dijo: He aquí, mi tiempo está cerca.

“Veo que sois débiles, que no podéis comprender todas mis palabras…

Comprender es la palabra hacia la que quiero dirigir su atención. Noten que el Salvador,
aún en el medio de Su prédica, se percató de que las personas no podían comprender todo
lo que estaba siendo presentado.

“. . . no podéis comprender todas mis palabras que el Padre me ha mandado que os hable
en esta ocasión.

“Por tanto, id a vuestras casas, y meditad las cosas que os he dicho, y pedid al Padre en
mi nombre que podáis entender, y preparad vuestras mentes para mañana, y vendré a
vosotros otra vez.” (3 Nefi 17:1-3, énfasis añadido)

¡Qué formula tan maravillosa! (1) Ir a su hogar, (2) Meditar las cosas que han sido
dichas, (3) pedir al Padre en el nombre de Cristo para que podamos entender, y (4)
preparar la mente para recibir instrucción adicional.

Jesucristo, el maestro más poderoso que ha vivido en la tierra, al estar en medio de su


pueblo instruyéndolo, sabía que la comprensión verdadera provenía del hogar. Encuentro
significativo y lleno de poder el hecho de que el Cristo enfatizara la importancia del
hogar para comprender las doctrinas del Evangelio.

Ahora fijémonos en la sección 68 de Doctrina y Convenios. Quisiera unir varios


versículos que todos conocemos y con los que estamos familiarizados. Quizás no hemos
examinado con cuidado la palabra comprender en estos versículos. Prepárense porque
voy a predicar una doctrina poderosa.

“Y además, si hay padres que tengan hijos en Sión en cualquiera de sus estacas
organizadas, y no les enseñen a comprender la doctrina del arrepentimiento, de la fe en
Cristo, el Hijo del Dios viviente, del bautismo y del don del Espíritu Santo por la
imposición de manos, al llegar a la edad de ocho años, el pecado será sobre la cabeza de
los padres.

“Porque ésta será una ley para los habitantes de Sión, o en cualquiera de sus estacas que
se hayan organizado.” (D y C 68:25-26, énfasis añadido)

Esta es la doctrina poderosa: No dice que enseñemos a nuestros hijos. La enseñanza es


una actividad. Dice que debemos enseñarles a comprender. El entendimiento es una
consecuencia; es un resultado. Resulta fácil decir: “Enseño a mis hijos en mi hogar” Pero
ese no es el trabajo que se nos ha asignado. Esa no es la admonición. Estos versículos
dicen que debemos enseñar a nuestros hijos a comprender.

Ahora la pregunta que sigue a esta doctrina poderosa es: ¿Puede un padre asegurar o
garantizar que su hijo entenderá? La respuesta es “No”. Retrocedamos a la sección 50 y
continuemos con lo que hemos visto acerca del proceso de aprender por el Espíritu. Ya
hemos leído los versículos 13 y 14. Toda esta sección describe el proceso a través del
cual tanto el que predica como el que recibe, cuando lo hacen bajo la influencia del
Espíritu, son edificados y se regocijan juntamente. Existe otra consecuencia importante
¿Pueden adivinar cuál es? Ellos se comprenden el uno al otro. Vamos al versículo 17 de
la sección 50:

“De cierto os digo, el que es ordenado por mí y enviado a predicar la palabra de verdad
por el Consolador, en el Espíritu de verdad, ¿la predica por el Espíritu de verdad o de
alguna otra manera?

“Y si es de alguna otra manera, no es de Dios.

“Por tanto, ¿cómo es que no podéis comprender y saber que el que recibe la palabra por
el espíritu de verdad, la recibe como la predica el Espíritu de verdad?

“De manera que, el que la predica y el que la recibe se comprenden el uno al otro, y
ambos son edificados y se regocijan juntamente (D y C 50:17-18, 21-22, énfasis
agregado)

Yo creo, hermanos y hermanas, que la sección 68, versículos 25-26, es una admonición
dirigida a los padres para que establezcan un hogar que sea convierta en una casa de
instrucción donde more la influencia del Espíritu Santo. Es en esta clase de hogar, donde
el Espíritu Santo les enseñará a nuestros hijos a comprender. No son los padres los que
llevan a cabo la enseñanza. Los padres tienen un rol, ellos crean, invitan y facilitan. ¿Pero
quién es realmente el maestro? El Espíritu Santo y es a través de la enseñanza por el
Espíritu que se consigue la comprensión.

Considero que cada una de estas Escrituras se refieren al hogar como el contexto para la
enseñanza por el Espíritu. En un hogar centrado en Cristo, el amor y la confianza invitan
la influencia del Espíritu Santo. Creo que estas Escrituras resaltan la importancia de
formar un hogar donde el Espíritu Santo pueda enseñar. Como padres tenemos la
responsabilidad de establecer una casa de instrucción.
Me gustaría captar su atención hacia el Segundo capítulo de Mosíah. Antes de pedirles
que lean estos versículos, quisiera pedirles que piensen en el Rey Benjamín. Cuando el
pueblo vino a oírle predicar, ¿cómo estuvieron organizados? Ellos vinieron en familias.
¿No resulta esto interesante? Ahora busquemos una norma El Salvador dijo: “Vayan a
sus hogares. Mediten” Considero que esta norma incluye un análisis en familia sobre las
cosas que han sido predicadas, La admonición de la Sección 50 es predicar por el
Espíritu. La instrucción, aún el mandamiento, que recibimos en la sección 68 es enseñar a
nuestros hijos a comprender. Ambos pasajes resaltan la misma norma de crear un hogar
centrado en Cristo, una casa de instrucción llena de la influencia del Espíritu, donde el
Espíritu Santo pueda enseñar y testificar.

Leamos el capítulo 2 de Mosíah, Empezando por el versículo 5:

“Y aconteció que cuando llegaron al templo, plantaron sus tiendas en los alrededores,
cada hombre según su familia, que se componía de su esposa, y sus hijos y sus hijas, y los
hijos e hijas de éstos, desde el mayor hasta el menor, cada familia separada la una de la
otra.

“Y plantaron sus tiendas alrededor del templo, cada hombre con la puerta de su tienda
dando hacia el templo, para que así se quedaran en sus tiendas y oyeran las palabras que
el rey Benjamín les iba a hablar; (Mosíah 2:5-6)

¿Qué palabra resalta en estos versículos? Comprender. Ahora busquen esta palabra en el
versículo 9:

“Y estas son las palabras que él habló e hizo escribir: Hermanos míos, todos los que os
habéis congregado, vosotros que podéis oír las palabras que os declararé hoy; porque no
os he mandado subir hasta aquí para tratar livianamente las palabras que os hable, sino
para que me escuchéis, y abráis vuestros oídos para que podáis oír, y vuestros corazones
para que podáis entender, y vuestras mentes para que los misterios de Dios sean
desplegados a vuestra vista. (Mosíah 2:9, énfasis agregado)

Es en el hogar, cuando usted se muestra como realmente es; donde el amor y la confianza
invitan la influencia del Espíritu Santo, el lugar donde se abren nuestros oídos para oír,
nuestros corazones para entender la enseñanza del Espíritu y donde nuestras mentes se
abren para que los misterios de Dios sean desplegados a nuestra vista. ¿Es una
coincidencia que la sección 8 de la Doctrina y Convenios enfatice que la revelación viene
a la mente y al corazón y que aquí el rey Benjamín diga que nuestros corazones y
nuestras mentes se abrirán para ver los misterios de Dios?

Hermanos y hermanas. Considero que el abrir nuestras mentes y corazones es parte del
énfasis que el Élder Wirthlin ha sugerido en nuestro tema, Cada hogar es una Casa de
instrucción. Permítanme sugerir algunas cosas que podemos hacer para crear esta clase
de hogar.

Primero, comprenda y ame la doctrina de Cristo. Al viajar alrededor del mundo, he


encontrado que la palabra “doctrina” no es bien entendida. Algunas veces pensamos que
la doctrina se refiere a aspectos abstractos, misteriosos o extraños del Evangelio de
Jesucristo. Cuando me refiero a doctrina, no me refiero a los años luz de distancia que
hay hasta Kólob ni a quiénes viven allí. Sino que, me refiero a las sencillas verdades del
Evangelio de Jesucristo, que no varían, y que son eternas. Encontramos varias palabras en
esta definición: eterno, que no varía, sencillo y verdadero. Las doctrinas nunca cambian.
Nunca varían. Siempre son las mismas. Siempre puedes confiar en ellas. Tenemos, por
ejemplo, la doctrina de la Expiación. Tenemos una doctrina sobre el Sacerdocio y las
llaves del Sacerdocio, una doctrina sobre la revelación continua y la norma sobre cómo el
Padre Celestial se comunica con nosotros y como nosotros nos comunicamos con Él.
Estas doctrinas son verdades eternas del Evangelio de Jesucristo y nunca cambian.

También tenemos principios. Los principios son recomendaciones, directrices, guías,


sobre lo que tenemos que hacer. De este modo, si tenemos la doctrina de la Expiación, el
primer principio del Evangelio es fe en el Señor Jesucristo. El arrepentimiento es el
segundo principio o las guías con base doctrinal sobre cómo deberíamos vivir. Ambos
principios están unidos a la doctrina de la Expiación. Hermanos y hermanas, la doctrina
da respuesta a los ¿Por qué? de nuestras vidas. Los principios nos proporcionan dirección
sobre el ¿Qué? y el ¿Cómo? En los tiempos en los que vivimos, sólo el Evangelio
restaurado de Jesucristo provee las respuestas a los ¿Por qué? de nuestras vidas y éstas
son las preguntas más importantes.

Mi esposa Susan y yo hemos pasado en el campo misional toda nuestra vida adulta y
hemos encontrado personas maravillosos en otras denominaciones quienes hacen muchas
cosas bien pero no entienden plenamente el por qué. Me preocupa ver a los Jóvenes en
nuestra Iglesia quienes conocen todas las cosas correctas que deben hacer y no tienen la
más mínima noción del por qué lo hacen. Ellos tienen una lista mental de cosas por hacer:
“Hacer mis oraciones en la mañana y en la noche. Leer las Escrituras” Pero ¿Por qué lo
hacen? Algunos podrían contestar, porque supongo que hay que hacerlas. Porque el
profeta lo dijo. Porque papá y mamá se enfadarían si no las hago. Permítanme sugerir que
estas actividades se relacionan con la doctrina de la revelación. Oramos cada mañana de
manera significativo para invitar la compañía del Espíritu Santo. Al terminar el día
damos un informe y rendimos cuenta de nuestras acciones. Expresamos gratitud por la
compañía del Espíritu y por la guía recibida. Estudiamos las Escrituras diariamente para
regocijarnos en las palabras de Cristo, para invitar al Espíritu y recibir su instrucción y
guía. Estas cosas se relacionan con la doctrina de recibir revelación. ¿Hacemos estas
cosas sin conocer que se encuentran unidas doctrinalmente? ¿Entendemos por qué lo
hacemos? Si no entendemos el por qué, el poder que se encuentra disponible a través de
la doctrina de Cristo no se evidenciará en nuestras vidas.

Esto se advierte de manera particular en la gente joven y la ley de castidad. Ellos conocen
lo que no deben hacer, pero ¿Saben el por qué no deben hacerlo? ¿Dónde está el mejor
lugar para enseñar la ley de Castidad? En nuestros hogares.

Aquí tenemos otra doctrina poderosa. Quizás ustedes y yo no estemos “predicando” la


doctrina en nuestros hogares de manera frecuente, o al hacerlo no somos tan eficaces y
esto se debe a que no conocemos la doctrina tan bien como deberíamos.
No conozco a una persona joven que realmente entienda la doctrina referida a “la
simiente de Abraham” que viole la ley de castidad. Fuimos pre ordenados en la vida pre
terrenal para tener las bendiciones que se reciben al nacer a través de un linaje
determinado, el linaje escogido de Abraham – no porque seamos mejores, ni porque
seamos especiales, sino debido a que convenimos cumplir con determinadas
responsabilidades. Es por esto que venimos a la tierra a través de este linaje con el
derecho de primogenitura de contar con la bendición del Sacerdocio. Cada hombre que
posee el sacerdocio en esta tierra fue preordenado para esta responsabilidad en la vida pre
terrenal. ¿Puede un joven que entienda esta doctrina, escoger ir a la misión? Recuerde, el
ya tomó la decisión antes de nacer.

Venimos a la tierra como la simiente de Abraham para participar en bendecir a las


familias de la tierra. Al padre Abraham se le prometió que a través de él y de su
posteridad, que somos nosotros, serían bendecidas todas las familias de la tierra. ¿Cómo
haríamos esto? A través de nuestra ministración, que es la responsabilidad de proclamar
el Evangelio y de este Sacerdocio, esto significa las ordenanzas salvadoras del Evangelio
de Jesucristo. Prometimos llevar este mensaje a las naciones de la tierra. Hermanos y
hermanas, ustedes y yo nacimos para consumir nuestras vidas proclamando el Evangelio
y sirviendo a los demás. Si usted tiene 65 años, es jubilado, y piensa servir en una misión,
recuerde que usted tomó esa decisión antes haber nacido. Es a través del linaje de
Abraham que vinimos a la tierra. Nacimos para bendecir a otros al proclamar el
Evangelio.

Cuando visito a los Jóvenes, me gusta hablar sobre el significado de “la simiente de
Abraham” con la esperanza de que el Espíritu del Señor pueda tocar sus corazones, hago
énfasis en la historia de Jacob y de Esaú. Esaú cambió las bendiciones de su
primogenitura por un guisado de lentejas. Y les hago la siguiente pregunta: ¿Realmente
quieren perder su primogenitura como la ‘simiente de Abraham’ –pre ordenada en la vida
pre mortal - viviendo en esta época particular para bendecir a las familias de la tierra, que
es el destino espiritual más glorioso que ustedes podrían esperar? ¿Realmente quieren
renunciar a estas bendiciones y oportunidades por un revuelo de pocos minutos de
duración? Si entendemos la doctrina de quiénes somos y de por qué estamos aquí,
Entonces ese entendimiento cambiará la forma como hacemos las cosas.

Escuchen esta declaración del Presidente Boyd K. Packer: "La doctrina verdadera una
vez entendida, cambia las actitudes y la conducta. El estudio de las doctrinas del
Evangelio mejorará la conducta más rápido que el estudio de la conducta para mejorarla."
(Boyd K. Packer, "Little Children," Ensign, November 1986, pg. 17).

No pretendo ser severo, pero en la Sociedad de Socorro, el Sacerdocio, los Hombres


Jóvenes y las Mujeres Jóvenes, algunas veces solo tenemos clases centradas en temas
como auto estima, auto evaluaciones y establecimiento de metas. Esta instrucción de
hecho puede resultar buena y valiosa. Pero ustedes Pueden encontrar la misma
información en el Rotary Club o en un gran número de organizaciones seculares. Sin
embargo, en el Rotary Club no vas a encontrar la sencilla y pura doctrina de la Expiación
de Cristo. La autoestima y la habilidad de fijarse y cumplir metas, finalmente son una
consecuencia de entender la doctrina, y no solo una aplicación mecánica.
Escuchen la siguiente declaración hecha por el presidente Ezra Taft Benson:

El Señor obra de adentro hacia afuera. El mundo obra de afuera hacia adentro. El mundo
quiere sacar a la gente de los suburbios. Cristo saca los suburbios del interior de la gente,
y después ésta sale por si misma de los suburbios. El mundo busca moldear al hombre
cambiando su ambiente. Cristo cambia al hombre y éste luego cambia su ambiente. El
mundo puede conformar la conducta humana, pero Cristo puede cambiar la naturaleza del
hombre. (Teachings of Ezra Taft Benson, pg. 79)

Como padres ¿cómo llegamos al interior? Este es el desafío Porque tenemos la


responsabilidad de enseñar a nuestros hijos a entender. Si el Señor obra del interior hacia
fuera ¿pueden los padres llegar al interior? La respuesta se encuentra en la sección 50.
Ustedes y yo predicamos no me estoy refiriendo a hablar fuerte, de manera alterada o
exagerada, ni a golpear el púlpito. Nosotros declaramos, explicamos, damos un ejemplo
digno y testificamos de la sencilla doctrina de Cristo- de manera particular en nuestros
hogares – de modo tal que el Espíritu Santo pueda enseñar, trayendo pensamientos a la
mente y sentimientos al corazón. Esta es la forma como el Señor llega al interior. En
resumen, ustedes y yo tenemos la oportunidad de ser el vaso o el vehículo a través del
cuál el Espíritu pueda venir y tocar los corazones de nuestros seres queridos.

Finalmente esta declaración del Presidente Marion G. Romney:

La única seguridad que tenemos para nuestros hijos es la que ellos construyan por sí
mismos. Les podemos poner restricciones para consumir bebidas alcohólicas o fumar.
Podemos dar lineamientos para guiarlos. Podemos poner toda la protección posible
alrededor de ellos. Pero después de todo, lo que les sostendrá en la prueba final, es lo que
esté dentro de ellos. Ellos deben ser capaces de permanecer solos. (F. Burton Howard,
Marion G. Romney: His Life and Faith, pg. 153)

Si ellos llegan a conocer el por qué, Entonces aprenderán muy rápido el cómo. ¿Estoy
insinuando que nunca debemos analizar el cómo? No. Estoy sugiriendo que quizás no
dedicamos el tiempo suficiente al por qué. Cuando era presidente de estaca, entrevisté a
muchas personas acerca de sus noches de hogar y sobre lo que hacían mientras estaban
juntos en familia. Para muchos miembros, esta era la noche del futbol y de las donuts. Me
contaron en las entrevistas sobre las maravillosas y divertidas actividades que tenían
como familias. Tener actividades divertidas es correcto, bueno y verdadero. Pero esto no
es suficiente. Todos podemos divertirnos en familia. Todos podemos ir al parque, pero si
estando en el parque con los niños pequeños, dedicamos dos o tres minutos dedicado a
ilustrar de manera simple una doctrina o un principio y luego expresamos el testimonio
puro de un padre, entonces vendrá a la mente y al corazón de los niños un entendimiento
que dará frutos eternos. Me temo que en nuestros hogares. No estamos suficientemente
enfocados en la doctrina. Deberíamos evaluar nuestra habilidad y eficiencia para predicar
la doctrina a nuestras familias, en nuestros hogares.

Cuando entrevistaba a los miembros de la Iglesia, con frecuencia les decía: "Cuénteme
sobre las oraciones personales y familiares en su hogar”. Con frecuencia les oía decir:
“Bueno presidente, sabemos que debemos hacerlas pero no lo hacemos
permanentemente como nos gustaría. También les preguntaba ¿Cómo está el estudio
diario de las Escrituras en familia? A los que respondían: “Pareciera que con nuestros
horarios vertiginosos todos vamos en diferentes direcciones que nunca podemos
reunirnos para hacerlo”. Luego sin ánimo de ser severo o sobredimensionar las cosas, me
gustaba preguntar: ¿Ayúdeme a entender que cosa es tan importante en su vida que le
impide tener tiempo para estas actividades espirituales esenciales?

Estas actividades invitan la influencia del Espíritu Santo. No solo se trata de marcar una
lista de cosas por hacer para intentar ocultar nuestra culpabilidad. Se trata de invitar al
Espíritu de revelación, la protección del Espíritu Santo para mí, para ustedes y para
nuestros hijos.

Hermanos y hermanas, piensen en cuanto tiempo a la semana, nuestros jóvenes reciben


una instrucción basada en la doctrina y llena del Espíritu. Asumamos que van a
Seminario. Eso hará unas 03 o 04 horas de instrucción de calidad durante la semana.
¿Qué reciben en la Iglesia el Domingo? Treinta minutos en la Reunión Sacramental ,
treinta minutos en la Escuela Dominical; y treinta minutos en los Hombres Jóvenes,
Mujeres Jóvenes y Doctrina del Evangelio. Lo que hace un total, siendo optimista, de
seis o siete horas a la semana. Piensen en las influencias del mal en el mundo. ¿Puede
solo la Iglesia y sus programas protegerme a mí, a ustedes y a nuestros hijos de un mundo
con la iniquidad en aumento? La respuesta es no. Por favor, no malinterpreten esta
declaración – no voy a confiar a mis hijos exclusivamente a los programas de la Iglesia-.
Amo a la Iglesia, pero la Iglesia opera como una ayuda para usted y para mí en el proceso
de establecer un hogar que sea una casa de instrucción. Al fin y al cabo, la
responsabilidad es nuestra como padres de establecer un ambiente en el hogar centrado
en Cristo, lleno del espíritu, donde el Espíritu Santo pueda enseñar y testificar a nuestros
hijos. Si ellos logran comprender el por qué, entonces rápidamente aprenderán el cómo.

Hermanos y hermanas, con toda la energía de mi alma, expreso mi agradecimiento por


haber estado con ustedes hoy. He ganado mucho por causa de su fe al haberse reunido
aquí. Espero que el Espíritu haya instruido a cada uno de ustedes sobre las cosas que
podemos mejorar para seguir la admonición del Élder Wirthlin de establecer un hogar
que sea una casa de instrucción.

Testifico que Jesús es el Cristo. Yo se que Él vive. Yo sé que se apareció junto con su
Padre al joven José Smith. Testifico que el Salvador vive y que dirige los asuntos de Su
Iglesia viviente a través de apóstoles y profetas en estos últimos días. De esto doy
testimonio en el nombre de Jesucristo. Amén.

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