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NACAR- COLUNGA

BIBLIOTECADE AUTORES CRISTIANOS


LIBRARYOF PRINCEIO .

AÜG 8 :

THEOLOGICAL SEMINARY

BS 299 1944
Bible.
Sagrada Biblia
*• fiirnartJo,
113
ÜMU)
EN MEMO PIA DE
D.° GUMERSiNDA GARCIA
(Vda. cíe Modro
BILBAO

Sagrada Biblia
VERSIÓN DIRECTA DE LAS LEN-
GUAS ORIGINALES, HEBREA
Y GRIEGA, AL CASTELLANO
BIBLIOTECA
AUTORES CRISTIANOS
BAJO LOS AUSPICIOS Y ALTA DIRECCIÓN
DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

LA COMISIÓN DE DICHA PONTIFICIA


UNIVERSIDAD ENCARGADA DE LA
INMEDIATA RELACIÓN CON LA B. A. C,
ESTÁ INTEGRADA EN EL AÑO 1944
POR LOS SEÑORES SIGUIENTES:

PRESIDENTE:

Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. Fr. Francisco Barbado


Viejo, O. P., Obispo de Salamanca y Gran Canciller de
la Pontificia Universidad.

VICEPRESIDENTE: limo. Sr. Dr. D. LORENZO MlGUÉLEZ


Domínguez, Rector Magnífico.
VOCALES: Decano de la Facultad de Sagradas Escritu-
Sr.
ras, M. R. Alberto Colunga, O. P.; Sr. Decano de la
P.
Facultad de Teología, M. I. Sr. Dr. Gregorio Alastruey;
Sr. Decano de la Facultad de Derecho M. 1. Sr. Dr. Loren-
,

zo Pérez Mier; Sr. Decano de la Facultad de la Historia,


R. P. Dr. Ricardo García Villoslada, S. I.
SECRETARIO: M. I. Sr. Dr. Lorenzo Turrado, Profesor.

ASESORES TÉCNICOS AGREGADOS: Rvdo. D. Angel Sr.


Herrera Oria, Ortiz Mu-
Presbítero; limo. Sr. D. Luis
ñoz, Catedrático y Director-General de Enseñanza Superior
y Media.

LA EDITORIAL CATÓLICA, S. A. - Apartado 466


MADRID. MCMXLIV
Sagrada Biblia
VERSIÓN DIRECTA DE
LAS LENGUAS ORIGINALES

POR

ELOÍNO NÁCAR FUSTER


CANÓNIGO LECTORAL DE LA S. I. C.
DE SALAMANCA

Y EL MUY RVDO. P.

ALBERTO COLUNGA, O. P.
PROFESOR DE SAGRADA ESCRITURA
EN EL CONVENTO DE SAN ESTEBAN
Y EN LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD
DE SALAMANCA

PROLOGO DEL
EXCMO. Y RVDMO. SR. D
GAETANO CICOGNANI
NUNCIO DE SU SANTIDAD EN ESPAÑA

LIERARY CF PS1NCETON

BIBLIOT(íH&Ob3Gi©,T,b©EM!hlA{^T|lANOS
MADRID. ML MXLJA
'
NIHIL OBSTAT:
Fe. E. Cuervo, O. P.
Bac. S. Theol.

Fr. V. Berecibar, O. P.
S. Theol. Lect.

Salmanticae, 12 Martii 1944.

IMPRIMATUR:
b k. JosEPHrs Cuervo, O. P.
Prior Provincialis.

Salmanticae, 12 Martii 1944.

NIHIL OBSTAT:
Dr. L. Turrado.
Censor.

Salmanticae, 26 Februarii 1944,

IMPRIMATUR-
í« Fr. Franciscus, O. P.
Episc. Salmant.

Salmanticae, 7 Martii 1944.

UDUS. S. A. DE ARTES GRÍPICAS.—CaSTEU.6. 112— MADRID


Indice
Págs.

Prólogo del Excmo. y Rvdmo. Sr. Nuncio de S. S. en España. xiii

Encíclica «Divino Afflante Spiritu» de S. S. Pío XII. . . . xxxm


Prólogo de los traductores lxi
Consejos de San Agustín a los lectores de la Sagrada Es-
critura ... . : . lxv
Introducción general lxix
Introducción especial a los libros históricos lxxxiii
Nota acerca de los grabados xci
Fe de erratas xcin

Introducción al Pentateuco 1

Génesis . ,7
Exodo . . . ... . «¿ -.»'... -;í
*.*yív, 59
Levítico 104
Números 133
Deuteronomio 174
Introducción a Josué 213
ty Josué . 214
Introducción a los Jueces 241
Jueces 242
Rut 267
Introducción a los libros de Samuel 273
Samuel I .... 274
Samuel II 305
Introducción a los libros de los Reyes 331
Reyes I . . . t ..«,...,. . 332
Reyes II .... : 361
Introducción a los libros de las Crónicas o Paralipómenos 391
v
Crónicas I 392
Crónicas II 419
Introducción a los libros de Esdras y Nehemias 453
Esdras 454
Nehemias 465
VIII ÍNDICE
Pígs.

Introducción al libro de Tobías 481


Tobías 482
Introducción al libro de Judit 493
Judit 494
Introducción al libro de Ester 511
Ester 512
Introducción al libro I de los Macabeos 525
Macabeos I '.
526
Introducción al libro JI de los Macabeos 557
Macabeos II. . . . ., 557
Introducción a los libros proféticos 581
Introducción al profeta Isaías 589
Isaías : 591 )

Introducción al projeta Jeremías 637


Jeremías 638
Introducción a las lamentaciones de Jeremías 690
Lamentaciones 690
Introducción al libro de Baruc 695
*
Baruc . • 695
Introducción al profeta Ezequiel 702
Ezequiel 702

Introducción al profeta Daniel. 751


Daniel . 753

Introducción al libro de Oseas. 775


Oseas . . !? J&^^^^H
Introducción al libro de Amós 782
Amós . . • •
." •
782
Introducción al libro de Miqueas 787
Miqueas ....... 787

Introducción al libio de Nohuin 791


Nahum •
; ^í»j
1 ritruduce.ión al libro de Habacuc. 793
Habacuc 793
Introducción al libro de Sofonias .
/

Sofonías . . . . <

Introducción al libro de Joel • • • •


797

Joel. .'
;•
'^98
t
; J
Introducción al libro de Juruis 801

Jonás 801
ÍNDICE fx

Págs.

Introducción al libro de Abdías 803


Abdías s . . . , 804
Introducción al libro de Ageo 804
Ageo 805
Introducción al libro de Zacarías 806
i**'* Zacarías . . . . . ; 806
Introducción al libro de Maluquios 814
Malaquías. .
815'

Introducción general a los libros sapienciales ¿ . . . . 810


Introducción al libro de Job 821
Job 822
Introducción al libro de los Salmos : 853
Salmos 860
Introducción a los Proverbios . .
'
¿ 035
Proverbios . 936
Introducción al Eclesiastés 963
Eclesiastés 964
Introducción al Cantar de los Cantares 979
Cantar de los Cantares 979

Introducción al libro de la Sabiduría 987


Sabiduría de Salomón 988
Introducción al Eclesiástico 1005
Eclesiástico 1006
Introducción general al Nuevo Testamento 1053
Introducción general a los Evangelios 1063
Introducción al Evangelio de San Mateo 1065
Evangelio de San Mateo 1066
Introducción al Evangelio de San Marcos 1

. 1 109
San Marcos 1111
Introducción al Evangelio de San Lucas 1137
San Lucas 1139
Introducción al Evangelio de San Juan 1 181
San Juan. 1184
Introducción a los Hechos de, Apóstolts 1219
Hechos de Apóstoles 1221
Introducción general a las Epístolas de San Pablo 1255
Introducción a las Epístolas a los Tesalonicenses 1258
I a los Tesalonicenses 1259
II a los Tesalonicenses 1263
x 1 ND I C D

Pígs.

Introducción a la I a los Corintios 1265


I a los Corintios 1265
Introducción a la II a los Corintios 1279
II a los Corintios • •, 1279
Introducción a la Epístola a los Gálatas 1288
A los Gálatas 1290
Introducción a la Epístola a los Romanos 1295
A los Romanos 1297
Introducción a la Epístola a los Filipenses 1313
A los Filipenses 1313
Introducción a las Epístolas de la Cautividad _
1317
Introducción a la Epístola a los Efcsios 1318
A los Efesios 1319
Introducción a la Epístola a los Colosenses 1324
A los Colosenses 1325
Introducción a la Epístola aFilemón 1329
A Filemón 1329
Introducción a las Epístolas pastorales 1330
Introducción a la Epístola I a Timoteo 1330
I a Timoteo 1331
Introducción a la Epístola II a Timoteo 1335
II a Timoteo 1336
Introducción a la Epístola a Tito 1339
A Tito 1339
Introducción a la Epístola a los Hebreos 1341
A los Hebreos 1343
Introducción a la Epístola de Santiago 1357
Epístola de Santiago 1357
Introducción a la Epístola de San Pedro 1361
I de San Pedro 1362
II de San Pedro 1366
Introducción a las Epístolas de San Juan 1369
I de San Juan 1370
II de San Juan 1374
III de San Juan 1375
Introducción a la Epístola de San Judas 1375
Epístola de San Judas 1376
Introducción al Apocalipsis . 1379
Apocalipsis • 1383
PRÓLOGO
PRÓLOGO
Por ei. Excmo. y Rvdmo. Sr.

Dr. D. GAETANO CICOGNANI,


Arzobispo de Ancira,
Nuncio de Su Santidad en España.

primera versión completa de la Biblia, hecha de las!


LAlenguas originales,hebrea y griega, al castellano por au-{
tores católicos, con la que la Editorial Católica inicia,
bajo los auspicios y la alta dirección de la Pontificia Univer-
sidad de Salamanca, su Biblioteca de Autores Cristianos^.
no hubiese podido ser publicada en circunstancia más pro-
picia ni presentada con cartas credenciales más augustas y
autorizadas que la Encíclica Divino Afflante Spiritu, de
Su Santidad Pío XII.
El mundo católico, y de manera especial los que en la
Iglesia ejercen el magisterio o se dedican al apostolado, re-
cuerdan con íntimo júbilo y con ánimo agradecido el L ani-
versario de la Providentissimus de León XIII, el cual,
enfrentándose de lleno con errores y corrientes que pare-
cían triunfar y que daban a los pusilánimes y tímidos
la sensación de acabar con la Iglesia, proclamó el origen
divino de las Sagradas Escrituras en toda su integridad,
sin titubeos ni compromisos. «La solicitud de Nuestro cargo
apostólico— declara desde las primeras líneas del inmortal

documento Nos anima y en cierto modo Nos impulsa, no
solamente a querer que esté abierta con toda seguridad y
amplitud, para la utilidad del pueblo cristiano, esta pre-
ciosa fuente de la revelación católica, sino también a no
tolerar que sea enturbiada en alguna de sus partes, ya
por aquellos a quienes mueve una audacia impía y que
XIV PRÓLOGO
atacan abiertamente a la Sagrada Escritura, ya por los
que suscitan a cada paso innovaciones engañosas e im-
prudentes.»
El gran Pontífice, que en su largo y fecundo pontificado
no dejó de tratar con suprema visión ninguna de las cues-
tiones vitales que afectan a la Iglesia misma y al interés
de los pueblos y de las naciones, que habló magistralmente
del origen del Poder civil y de la constitución de los Es-
tados, de la verdadera y falsa libertad y de las obliga-
ciones de los ciudadanos, del matrimonio y de la familia,
de los errores funestos del socialismo y del comunismo,
proclamando en el magno problema social y económico
los grandes principios de la Rerun Novarum, el gran
propulsor de los estudios filosóficos según las doctrinas y
el método de Santo Tomás de Aquino, no podía menos de
fomentar y recomendar y dirigir, en conformidad con las
exigencias de los tiempos, el nobilísimo estudio de las Sa-
gradas Escrituras.
A la exaltación de la Biblia considerada como fuente
única de la Revelación y árbitro supremo de la verdad
divina a través de una interpretación puramente personal,
a esa exaltación enarbolada en el tiempo de la Reforma
como bandera y señal contra la Iglesia, se suceden en fuer-
za del mismo principio del libre examen, las desviaciones
del espíritu humano, que empieza por despojar a las Sa-
gradas Escrituras de su aureola más preciada, de su ca-
rácter de libros divinos, inspirados por el mismo Dios, y
en pos de sus cavilacionés, altanero e infatuado por los
progresos obtenidos en las ciencias físicas y en las disci-
plinas históricas, frente a las dificultades que surgen, acaba
por desvirtuarlo todo y por negarlo todo, arrebatando a
los Sagrados Libros hasta la fe y la autoridad humana,
que concede fácilmente a otros escritos de la antigüedad,
y dejándolos reducidos a un conjunto de mitos y leyendas.

«Miran a los Sagrados Libros decía León XIII no como —
el relato fiel de acontecimientos reales, sino como fábulas
ineptas y falsas historias. A sus ojos no han existido pro-
después de haber ocurrido
fecías, sino predicciones forjadas
los acontecimientos, o bien presentimientos producidos por
causas naturales; para ellos no existen milagros verdade-
ramente dignos de este nombre, manifestaciones de la om-
nipotencia divina, sino hechos asombrosos que no tras-
pasan en modo alguno los límites de las fuerzas de la Natu-
PRÓLOGO

raleza, o más bien ilusiones y mitos; y que, en una palabra,


los Evangelios y los escritos de los Apóstoles no han sido
escritos por los autores a quienes se atribuyen.»
Y para sostener todo ese cúmulo de negaciones y mons-
truosidades, se somete el texto a constante tortura, en
nombre de una crítica interna asentada sobre prejuicios
racionalistas, se mutilan a capricho partes integrantes de
los Libros Sagrados hasta dejarlos reducidos a un cuerpo
sin alma, mejor diríamos, a un esqueleto sin carne y sin
nerviosj del que vanamente podríamos esperar palabras
de vida.
Ni faltaron desprecios y sarcasmos scurriles ioci y toda
una propaganda baja y vulgar, si bien en los ambientes
intelectuales y de mediana cultura el tono era de mentida
serenidad y de aparato científico atrayente y seductor,
tan seductor, que causó a veces el desconcierto entre los
mismos escritores católicos, produciendo en unos vacila-
ciones; en otros, afán de componenda a base de sacrificar
y restringir el concepto y el alcance de la inspiración di-
vina y de la revelación, y empujando a algunos a aven-
turar hipótesis híbridas y aún a declararse ineptos y vencidos.
A pesar, sin embargo, del ropaje vistoso con que se
presentaba, toda esta inmensa construcción adolecía de
un defecto fundamental, radicado precisamente en el prin-
cipio erigido contra la Iglesia: el libre examen. Los siste-
mas se sucedían sin cesar, diferentes y aun contrarios los
unos de los otros, presentándose cada nueva teoría como
definitiva para resolver el problema de la Biblia, pero ce-
diendo el paso a los pocos años, si no a los pocos meses,
a una nueva explicación, destinada también a caer muy
pronto en el descrédito y en el olvido. Frente a este vér-
tigo de doctrinas y de contradicciones levanta su voz
augusta el Papa León XIII para infundir nueva vida a
todo aquel cúmulo de ruinas, para poner nuevamente
sobre los Libros Santos la aureola de su carácter divino,
invitando a colaborar en esta obra de defensa y de res-
tauración del auténtico sentido cristiano acerca de las
Sagradas Escrituras, a los cultivadores de las ciencias teo-
lógicas y a los dedicados al ministerio pastoral, y trazando
a este respecto todo un plan y programa de trabajo y de
estudio «de tal modo que a esa ciencia nueva, a esa falsa
ciencia, se oponga la doctrina antigua y verdadera que la
Iglesia ha recibido de Cristo por medio de los Apóstoles».
XVI PRÓLOGO

La Encíclica fué acogida con gran entusiasmo y aplauso,


aun por todo un sector protestante, fué estudiada y comen-
tada en las Universidades y Academias, divulgada y expli-
cada en libros y revistas. No faltaron, es verdad, como
no podían faltar, voces de crítica, y se volvió a lanzar al
rostro de la Iglesia el ya viejo dicterio de «oscurantista»;
pero, pese a esas voces discordantes, cuando a la distancia
de cincuenta años contemplamos la ubérrima cosecha pro-
ducida en el campo de por la Encí-
los estudios bíblicos
clica no podemos menos de unirnos
Providentissimus,
a los entusiasmos con que fué saludada su publicación
y de comprobar con íntimo regocijo que las esperanzas
concebidas por el Pontífice y compartidas por el mundo
catclico son hoy una consoladora realidad.
Esto mismo es lo que comprueba y pone de relieve el
Sucesor de León XIII en la Cátedra de la Verdad, Fío XI 1.
en su reciente Encíclica Divino Afflanlc Spiritw en la
cual, después de señalar cuál fuera el fin principal
de la Providentissimus, el de exponer la doctrina de
la verdad contenida en los Sagrados Libros y* vindi-
carlos de las impugnaciones, con el alma henchida de gozo
hace desfilar ante nosotros las instituciones y normas que
durante estos cincuenta años, por el impulso y vigilante
celo de los Sumos Pontífices, fueron creadas para el pro-
greso del estudio de la biblia: la Escuela Líblica de Jeru-
salén, la Comisión Líblica, la creación de grados acadé-
micos y programa de estudios bíblicos, el Instituto bíblico
de Roma, la revisión de la Vulgata, la difusión en el pueblo
de los Libros Sagrados.
De estas instituciones la Escuela Bíblica de Jerusalén
nació a la vida por obra personal de León \1U, y su pen-
samiento generador parece que estuvo inspirado en el
ejemplo y en la práctica del gran San Jerónimo. Conocido
es su axioma de que «desconocer las Sagradas Escrituras
es desconocer a Cristo», como conocido es también su cri-
terio de que para penetrar más lúcidamente en el sentido
y valor de los Sagrados Libros, contribuye en gran manera,
juntamente con el estudio de las lenguas en que fueron
escritos, la visión directa de los lugares en que se desarro-
llaron los hechos que prepararon y consumaron la Re-
dención. «Sanctam Scripluram —
dice escribiendo a Dom-
nione lucidius iníucbilur, qui Iudacam oculis contémplalas
est et antiquarum urbium memorias locorumque vcl cadan
PRÓLOGO XVJI

vocabula vel mutala cognoucrit. Unde et nobis curae fuit, cum


eruditissimis Hebratorum hunc laboran subiré, ut circumi-
rt nws provinciam quam universae Christi Ecclcsiae. sonant».

Por eso el gran Doctor, que pasó toda su vida dedicado


a estos estudios, se estableció definitivamente en belén,
dando de mano a todas las grandezas de Roma, cuyos
tesoros le parecían pequeños al lado del que encerraba
la -pequeña ciudad, cuna de Jesús: «Habeat Boma quod
angustior Urbe Romana possidet Belhlehetn!»; y sus discí-
pulas predilectas, las nobilísimas Paula y Eustoquio, de-
seando que la queridísima amiga Marcela las imitara fijando
como ellas su residencia en Palestina, describen en una
carta, escrita bajo el dictado del Maestro, el encanto espi-
ritual de la vida en Tierra Santa, donde cada lugar re-
cuerda un hecho de la Sagrada Escritura, cada nombre
suscita una visión y despierta un afán de perfección, donde
se puede orar en el mismo pesebre in quo infaníulus vagiit,
llorar en el mismo sepulcro en que lloraron las santas mu-
jeres, aspirar y sentirse elevados voto et animo hacia el
cielo en el Monte de los Olivos y donde hasta la gente más
humilde recuerda el ambiente en que se desenvolvió la
vida de Cristo. Hasta sus cánticos comunes, dicen, son
bíblicos y regocijantes: «Quocumque te verteris, arator stivam
tencns, Alleluia decantat; sudans messor psalmis se avocat,
et curva attondens vitem falce vinilor, aliquid Davidicum
canit.» («A dondequiera que fueres, el arador con la mano
en la esteva canta el Alleluia, el segador sudoroso se dis-
trae con salmos; el viñador, mientras poda la vid con el
corvo cuchillo, entona algún cántico de David.») No sé si
estos cuadros, de un dulce sabor virgiliano, se ofrecen hoy
al viajero que visita Palestina: tales y tantas -han sido
las vicisitudes de aquella tierra a lo largo de los siglos,
tales y tantas sus destrucciones materiales y sus convul-
siones políticas, que no creo empeño fácil, ni imaginarse
ante la realidad presente el cuadro que nos describen San
Jerónimo y sus discípulas, ni dar una reconstrucción exacta
de lo que fué la 1 ierra y la Ciudad Santa: sin embargo,
aun en el estado actual, el conocimiento de aquellos lugares
y las investigaciones, racionales y metódicas, de sus ruinas
venerandas, siguen siendo instrumento eficacísimo para la
inteligencia de las Sagradas Escrituras y para la contem-
plación del drama humano-divino de la Redención.
Y al hablar de este tema, prologando una versión de
ii
XVIII PRÓLOGO
la Eiblia nacida en tierra española, a la sombra augusta
de la Universidad salmantina, me complazco en recordar
aquí ciertos lazos, no por tenues menos gratos, que existen
entre la Escuela f íblica y aquella Universidad.
La Escuela h íblica de Jerusalén fué fundada en un con-
vento de dominicos, que lleva el mismo nombre del cele-
bérrimo convento de Salamanca, San Esteban, y que fué
construido por un español, por el Maestro General de la
Orden, Padre Larroca, con la intención primera de que
sirviera de noviciado, siendo luego ofrecido por el mismo
a Su Santidad León XIII, apenas supo que el Augusto
Pontífice deseaba fundar en Jerusalén una Escuela de
Estudios L ib lieos. Es verdad que el convento y la escuela
pasaron a pertenecer a la Provincia Dominicana francesa,
pero esta circunstancia no rompió, antes reforzó, aquellos
lazos al ser encargado de la dirección de aquel centro de
altos estudios el P. José M. Lagrange, el cual había hecho
su noviciado y sus estudios teológicos en el convento de
San Esteban, de Salamanca. En época aciaga para las
congregaciones religiosas en Francia, el P. Lagrange tuvo
que dejar su patria y vino a Salamanca, donde, además
de experimentar la generosa hospitalidad española, de la
que conservó siempre un agradecido recuerdo, pudo cono-
cer directamente y empaparse en la doctrina de los gran-
des teólogos y escrituristas españoles, que sin duda tem-
plaron y forjaron su espíritu para que, frente a las difi-
cultades, se mantuviera, como supo mantenerse, recio en
la fe y ardiente en el deseo de Dios. Lo que la Escuela
L íblica de Jerusalén ha contribuido al desenvolvimiento
y a la dignificación de los estudios de la Sagrada Escritura,
lo demuestran palmariamente los sabios volúmenes que ha
publicado, las excavaciones practicadas y la difusión en las
esferas intelectuales de los éxitos alcanzados.
Con el fin, sin embargo, de que estos estudios, que tan-
tas dificultades encierran y tantos peligros ofrecen, no se
apartaran del recto camino, fué instituida la Comisión Bí-
blica, ese alto Consejo de varones preclaros «que tuvieran
por encomendado a sí el cargo de procurar y lograr por
todos los medios que los divinos oráculos hallen entre los
nuestros en general aquella más exquisita exposición que
los tiempos reclaman y se conserven incólumes no sólo
de todo hálito de errores, sino también de toda temeridad
de opiniones».
PRÓLOOO XIX

Instituida por el mismo León XIII, la Comisión Bíblica


fué sucesivamente confirmada por los Sumos Pontífices y
de manera especial por Pío XII, el cual, en la Encíclica
que comentamos, le tributa un homenaje de estimación
y de complacencia. Los que siguen el creciente progreso
de los estudios bíblicos y se afanan con santa pasión por
penetrar cada día mejor el genuino sentido de los Libros
Sagrados, conocen la labor vigilante y delicada de la Co-
misión, su voz orientadora y tranquilizadora. Bastaría re-
cordar a este propósito su actuación tan eficaz en los agi-
tados tiempos del Modernismo, fuego fatuo que se creyó
iba a encender fatalmente una lucha difícil y duradera;
y la carta dirigida en agosto de 1941 a los Arzobispos y
Obispos de Italia para poner coto a tendencias de sabor
iluminista. Mientras el Modernismo, en nombre de la
Ciencia y del pretendido progreso humano, había inten-
tado repetir los errores que León XIII tan enérgicamente
anatematizara en su Carta, recientemente un alma des-
viada se pronunciaba contra todo estudio científico y eru-
dito de las Sagradas Escrituras, contra el estudio de las
lenguas orientales y de las ciencias auxiliares, contra los
esfuerzos de la crítica textual y la compulsa de códices y
manuscritos antiguos, abogando por el uso exclusivo de
la Vulgata, menospreciando la cuidadosa investigación del
sentido literal y defendiendo una exégesis y una herme-
néutica a base únicamente de sencilla lectura y de piadosa
meditación. El episodio quedó muy pronto truncado por
la vigilante intervención de la Comisión Bíblica y a él hace
clara alusión Pío XII en su reciente Encíclica.
La creación de esas dos grandes instituciones, la Es-
cuela de Jerusalén y la Comisión Eíblica, respondían a
fines específicos de la mayor importancia; pero ya la mente
previsora de León XIII, en su deseo de hacer todavía más
en orden a la restauración de los estudios bíblicos y a la
eficacia salvadora de la verdad revelada, había acariciado
la idea de fundar en el corazón mismo del mundo cristiano,
en Roma, un ateneo donde se formara toda una pléyade
de sabios sacerdotes, profunda y cuidadosamente prepa-
rados, que encendidos en un santo ardor llevaran por
todos los ámbitos del mundo y a todos los campos del
apostolado sacerdotal, al Seminario, a la cátedra, al pul-
pito, al libro y a la revista, la luz de una auténtica ciencia
escriturística y la hicieran servir eficazmente a los grandes
NX PRÓLOGO
finesque San Pablo señalara a las Sagradas Escrituras
ad docendum. ad arguendum, ad corrí piendum, ad erudien-
dum in iuslitia.
Esa idea de León XIII halló un munífico realizador en
el Pontífice Pío X, que instituyó primero los grados aca-
démicos en Sagrada Escritura, trazó después un completo
plan de estudios bíblicos para los seminarios y erigió, final-
mente, el Instituto Bíblico de Roma, que, confiado a la
ínclita Compañía de Jesús, puesto bajo la especial pro-
tección del Sagrado Corazón de Jesús, cuya hermosa esta-
tua domina el salón principal del Instituto, y organizado
sabiamente por un hombre de eminente sabiduría y de
gran fe, el ilustre P. Leopoldo Fonk, ha sido y es la forja
donde se forman y de donde salen para el mundo entero
los maestros de la Sagrada Escritura.
Juntamente con estas obras de alta formación y de
dirección, se inician por el impulso vigoroso del mismo
Papa Pío Xy se prosiguen con la decidida protección de
Pío XI, los pacientes trabajos de la revisión de la Vulgata
en el Monasterio de San Jerónimo de Roma, al cual va
gloriosámente unido el nombre del Cardenal Adriano Gas-
quet y en el cual continúan esta meritoria labor los Padres
benedictinos con su proverbial e infatigable laboriosidad;
y para que toda esta empresa cultural y al mismo tiempo
apostólica no quedara encerrada en las escuelas y en los
monasterios, surge la Sociedad de San Jerónimo para la
difusión de los Evangelios, se multiplican los Congresos
y las Semanas Fíblicas, se publican libros y revistas, y yo
me complazco en destacar aquí la contribución no pequeña
que España ha prestado a ese florecimiento de los estu-
dios bíblicos, contribución que, si se vió pasajeramente
truncada por el vendaval de la guerra civil, ha vuelto a
renacer con mayor pujanza y con renovados bríos, apenas
pasada la tempestad y serenado el ambiente nacional.

* * *

Perola Encíclica Divino Affiante Spiritu, antepues-


ta como pórtico insuperable a esta versión de la Sagra-
da I iblia, no es solamente un recuerdo y una evo-
cación de la Providintissimus y de los frutos por ella
producidos, ya que tiene una segunda parte, mucho
más importante, la parte doctrinal, en la cual el Santo
"PRÓLOGO XXI

Padre, siguiendo la trayectoria de sus antecesores, cons-


ciente del depósito sagrado que le fué confiado el día en
que el Espíritu Santo le escogió para regir la Iglesia de
Dios, con la autoridad de su palabra, con la amplia com-
prensión de su inteligencia y a pesar de las hondas preocu-
paciones que agobian su corazón y de las solicitudes pater-
nales que de El reclaman los sufrimientos de los pueblos,
nos traza y nos señala los caminos y los métodos, que las
condiciones actuales exigen, para que el estudio y la lec-
tura de las Sagradas Escrituras sean cada día más fecundos
en frutos de santificación y de conquista de las inteligen-
cias y de los corazones de los hombres.
Las nuevas e importantes excavaciones realizadas en
el suelo palestinense, el hallazgo de nuevos y valiosos docu-
mentos escritos, el conocimiento cada día más amplio de
las lenguas orientales «invita en cierta manera y amonesta
a los intérpretes de los Sagrados Lihros a aprovecharse
con denuedo de tanta abundancia de luz para examinar
con más profundidad los Divinos Oráculos, ilustrarlos con
más claridad y proponerlos con mayor lucidez».
Y hablando de los progresos modernos en el conoci-
miento de las lenguas orientales, y en particular de aque-
llas en que fueron originariamente escritos los Libros Sa-
grados, ve en ello el Santo Padre una nueva ayuda, a la
par que un poderoso estímulo, para que los intérpretes
católicos traten de acercarse lo más posible a la fuente
original de la verdad revelada, calificando de ligereza y
de desidia el descuido en aprender aquellas lenguas; y aún
la crítica textual, con su paciente rebusca y cotejo de códi-
ces y manuscritos, es plenamente justificada, loada y esti-
mulada por Su Santidad, como medio necesario para «que
se restituya a su ser el sagrado texto lo más perfectamente
posible», y todo ello «por la reverencia debida a la divina
palabra» y «por la misma piedad por la que debemos estar
sumamente agradecidos a aquel Dios providentísimo, que
desde el Trono de su Majestad nos envió estos libros a
manera de cartas paternales, como a propios hijos».
Por otra parte, como la mayoría de los fieles no pueden
llegar por sí mismos a esas fuentes de la Revelación en
su texto latino y menos aún en los textos originales, el
Santo Padre, al hablar de la declaración de la autentici-
dad hecha por el Concilio Tridentino a favor de la Vulgata,
dice expresamente: «Y ni aun siquiera prohibe el decreto
XXII prólogo'
del Concilio Tridentino que, para uso y provecho de los
fielesde Cristo y para más fácil inteligencia de la divina
palabra, se hagan versiones en lenguas vulgares, y eso aún
tomándolas de los textos originales, como ya en muchas
regiones vemos que loablemente se ha hecho, aprobándolo
la autoridad de la Iglesia.»
Eso que alaba y aprueba la Iglesia es justamente lo
que han pretendido hacer los preclaros y beneméritos tra-
ductores de esta primera versión de la Biblia en lengua
castellana sobre los textos originales, y eso es lo que la
Editorial Católica entiende brindar a España y a los
países del mundo hispanoamericano con la publicación del
Libro de los Libros en este primer volumen de su Biblio-
teca de Autores Cristianos. En su empresa les ha guia-
do el amoroso afán de poner al alcance de los fieles de
habla castellana el riquísimo tesoro de las Sagradas Escri-
turas, mediante una traducción lo más fiel y exacta posi-
ble del texto original, aprovechándose para ello de todos
los adelantos realizados en la ciencia escriturística y en
el conocimiento de las lenguas orientales durante los últi-
mos años, y dejándose guiar en la interpretación de los
pasajes más oscuros y difíciles por el Magisterio de la
Iglesia y por la luz y sabiduría de los Santos Padres y de
los grandes teólogos y escrituristas.

* * *

Al lograr los traductores su alto empeño, han realizado


una triple obra: de cultura, de piedad y de apostolado.
Esta versión completa de la Sagrada Biblia al caste-
llano constituye ante todo una auténtica obra de cultura,
que viene a enriquecer el ya espléndido acervo de saber
escriturístico cosechado por España desde los primeros
siglos de la Era Cristiana y desarrollado en los siglos pos-
teriores con asombrosa fecundidad. Desde los tiempos en
que el Papa Dámaso, el santo y culto Pontífice español,
se complacía en fijar en exámetros trozos del Antiguo y
del Nuevo Testamento y encargaba a San Jerónimo una
revisión general de los Libros Sagrados, sosteniéndole y
protegiéndole en sus dificultades y luchas; y el presbítero
Desiderio, nacido, según todas las probabilidades en la
ciudad de Barcelona, rogaba al mismo San Jerónimo que
emprendiera la versión de los Libros Sagrados, y {el noble
PRÓLOGO xxm

español Licinio enviaba amanuenses para que bajo la


dirección del mismo Santo copiaran la Biblia, y el enci-
clopédico Arzobispo de Sevilla, San Isidoro, considerado
como el heredero más fiel del pensamiento y de la obra
del gran Dálmata, salvaba en sus libros el rico tesoro de
la antigua cultura cristiana, y pasando luego a través de
un sinnúmero de códices bíblicos esparcidos en catedrales
y monasterios, en aulas regias y en casas señoriales, hasta
la gran Biblia Complutense y los excelsos exegetas que
florecieron en el Siglo de Oro y que aun causan asombro
por su portentosa erudición y por su fino sentido exegético,
España representa el supremo anhelo de conocer, de penetrar
y de defender los Sagrados Libros.
Considerando Menéndez y Pelayo este florecimiento
tantas veces secular de la ciencia bíblica en España, escri-
bía con harta razón en una famosa carta incluida en La
Ciencia Española: «El nombre sólo de Arias Montano basta
para llenar un siglo... Pero España posee, además, una
larga serie de cultivadores ilustres de las ciencias bíblicas,
serie que empieza con los colaboradores de la Poliglota
Complutense y con aquel Diego López- de Estúñiga que
tan malos días y tan malas noches hizo pasar a Erasmo,
y termina, bien entrado el siglo xvn, con Pedro de Va-
lencia y Fray Andrés de León.» «No hay libro de la Escri-
— —
tura afirma el gran pensador santanderino sobre el cual
no poseamos algún comentario de un español, célebre en
las escuelas católicas»; y en confirmación de su aserto hace
una larga enumeración de los más preclaros comentaristas.
Los dos siglos que siguieron fueron de tono menos ele-
vado y los estudios bíblicos en España participaron de la
general decadencia, si bien no dejaron de brillar algunos
esfuerzos, tan meritorios como aislados, ni faltaron muy
aceptables traducciones de la Vulgata, como las dos tan
conocidas y tantas veces impresas, en las que continuaron
alimentándose las almas deseosas de conocer la palabra
de Dios; pero cuando el vendaval del Modernismo, que
apenas salpicó la recia fe española, se desató para manchar
y debilitar la verdad cristiana, vuelven en España a cobrar
lozanía y vigor los estudios eclesiásticos, aparecen revistas
de cultura religiosa, cuyos nombres y cuyos méritos están
en el pensamiento de todos, y en el mismo terreno de la
ciencia escriturística sale a luz la revista Estudios Bíblicos,
se publica la Biblia de Montserrat, se reeditan con profu-
XXIV PRÓLOGO

sión y con muy útil aparato de notas e introducciones Jas


conocidas versiones castellanas, en particular las del Nuevo
Testamento, se constituye la A. F. E. B. E. para el fomento
de los estudios bíblicos, se publican muy estimables ma-
nuales, y tras la dolorosa pausa impuesta por la guerra civil
reflorecen con nuevo brío todas aquellas actividades y
apuntan otras nuevas de singular importancia, entre las
que merecen destacarse la fundación del Instituto «Arias
Montano» del Consejo Superior de Investigaciones Cien-
tíficas, la celebración de Semanas bíblicas organizadas con
mucho acierto y desarrolladas con gran provecho, nuevas
traducciones de los Salmos, de los Evangelios y de las
Epístolas de San Pablo, la reciente publicación de una
edición crítica del Nuevo Testamento en griego y en latín,
y finalmente esta versión del texto original de toda la
Biblia, que nO dudo ha de marcar un hito luminoso en la
historia de la ciencia bíblica española.
Sería presunción y desconocimiento de las dificultades
que ofrece siempre una versión de las Sagradas Escrituras
el que los traductores pensaran haberlas superado plena-
mente y consideraran su obra como acabada y perfecta.
Ellos saben que no han de faltarles ni observaciones ni
diversidad de criterios; pero de antemano piden indulgen-
cia por los yerros en que hayan podido incurrir, y la
esperan confiadamente en razón de lo difícil del empeño
que asumieron y de la buena voluntad que en lograrlo
han puesto.
Hablando precisamente el Santo Padre de las dificul-
tades que en este género de trabajos existen, «nadie se
— —
admire dice que no se hayan todavía resuelto y ven-
cido, sino que aún hoy haya graves problemas que preocu-
pan los ánimos de los exegetas católicos». Y después de
exhortar a los intérpretes catódicos a que, movidos de un
amor eficaz y decidido de su ciencia y sinceramente devo-
tos a la Santa Madre Iglesia, se esfuercen por hallar una
explicación sólida a aquellas dificultades, añade: «Y poT
lo que hace a los conatos de esos estrenuos operarios de la
Viña del Señor, recuerden los demás hijos de la Iglesia que
no sólo se han de juzgar con equidad y justicia, sino tam-
bién con suma caridad..., y estar alejados de aquél espíritu
poco prudente con el que se juzga que todo lo nuevo, por
elmismo hecho de serlo, debe ser impugnado o tenerse por
sospechoso.» Santas palabras que salen de un corazón solí-
PRÓLOGO xxv

cito y paternal y de una inteligencia comprensiva, deseosa


de hacer llegar a los espíritus apasionados por la busca
de la verdad una palabra de afectuosa concordia y de
santa emulación. La historia de las versiones de la Sagra-
da Escritura y de los problemas que a ésta atañen, no está
libre de fuertes divergencias y de acres polémicas, excu-
sables tan sólo porque la pasión por la verdad puede en-
cender a veces en demasía nuestros espíritus, pero siempre
se deben tener presentes los paternales consejos de Pío XII,
y en último término acudir al remedio supremo, en el que
San Jerónimo buscaba la luz y la concordia en sus tra-
bajos y en medio de sus graves polémicas: la oración.
«Ruégote ahora, carísimo Desiderio, que ya que me hiciste
emprender tamaña empresa y empezar mi labor desde el
Génesis, me ayudes con tus oraciones, a fin de que pueda
trasladar al latín los Santos Libros con el mismo espíritu
con que fueron escritos.»

* * *

Obra de cultura, es además esta versión de la Piblia


una obra eminente de piedad. En el pasaje de San Pablo
arriba citado, en el que expone las utilidades que la Sa-
grada Escritura ofrece, a saber: «para enseñar, convencer,
corregir y educar en la justicia», añade el Apóstol esta
finalidad suprema: «a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto y esté preparado para toda obra buena», ut per-
fectus sit homo Dei, ad omne opus bonum instrudus.
Demasiado poco representaría esta versión, si fuera
considerada únicamente como obra de cultura, aunque
nobilísima; demasiado poco, ya que estas Cartas paternales
dadas por Dios a la humanidad tienen por fin rehabilitar
al hombre, redimirle, elevarlo hasta las alturas del cono-
cimiento de los misterios de Dios y a la participación de
la vida divina, sostenerlo en las luchas del espíritu, santi-
ficarlo en todo momento, encauzarlo por los caminos que
conducen a las celestes moradas. Y eso mismo es lo que
los autores de esta versión han pretendido ofrecer a los
fieles.
San Juan Crisóstomo, que supo revestir sus inmensos

conocimientos bíblicos con una elocuencia portentosa, se


quejaba amargamente de que los fieles de su vastísima dió-
cesis no conocieran bastante ni leyeran los Sagrados Li-
XXVI PRÓLOGO
bros, quedando por ello privados de uno de los más pode-
rosos medios de santificación. El hubiese querido que exis-
tiese en cada casa cristiana una Biblia y que sus fieles
supiesen de memoria al menos algunos salmos o algunos
trozos escogidos del Santo Evangelio, pero comprueba dolo-

rosamente y su lamento pudiéramos repetirlo en nuestros
días —
que sus fieles saben muy bien los nombres y el his-
torial de los caballos y de los jinetes que toman parte en
las carreras, pero no saben siquiera cuántas son las E pis-
tolas de San Pablo y desconocen casi por completo el
Libro que encierra la fuente de la vida.
Unos alegan como excusa de su descuido y negligencia
que están muy ocupados con los negocios o con los queha-
ceres de la casa, otros que no tienen dinero; pero es un
— —
absurdo dice el Santo pretextar indigencia o exceso de
trabajo, cuando de la lectura de los Libros Sagrados se
saca tanta utilidad. Quomodo non absurdum fuerit... ubi
tanta decerpenda est utilitas, occupaíiones et inopiam defiere!
Junto a los que no compran el Libro Santo están los
que lo tienen, pero sólo como adorno de la casa, no como
alimento del espíritu. Muy bien describe a los tales el
santo Arzobispo y elocuentísimo orador: «¿Quién de vos-
otros, pregunto, toma en su casa un libro y examina sus
sentencias, o escudriña las Escrituras? Nadie, ciertamente:
sino que encontraremos en la mayoría de las casas dados
y tabas, pero libros nunca o muy raras veces. Y el mismo
reproche merecen los que los tienen, pero los conservan
atados o colocados en los armarios, y ponen todo su inte-
rés en la suavidad de las membranas o en la elegancia de
los caracteres, menospreciando, en cambio, su lectura.
Porque no los adquieren para ningún fin útil, sino sola-
mente para hacer presuntuosa ostentación de su opulen-
cia: ¡tan fuerte es el vano fausto de la gloria! A nadie oigo
que ambicione el comprender los Libros, sino más bien
jactarse de que posee libros escritos con letras de oro.
Y yo pregunto: ¿qué provecho puede haber en esto?» Et
quid, quaeso, hiñe lueri provenir?
Me haría interminable si quisiera citar todos los pasa-
jes en que San Jerónimo excita a sus discípulos y disci-
pulas a la lectura de -la Biblia, pero no quiero dejar de
consignar algunos, ya que el eco de sus encendidas pala-
bras puede animar también hoy a las almas, sedientas
de Dios y de la perfección cristiana, a frecuentar esta pro-
PRÓLOGO

vechosa lectura. Para el gran Doctor la palabra divina


contenida en la Sagrada biblia no sólo es alimento, sino
también fuerza del espíritu, arma segura contra todo lo
que abate y deprime, contra todo lo que puede rebajar
el alma y el cuerpo. Desde el Cenáculo del Aventino, donde
un grupo de selectísimas matronas cultivaba la vida de
perfección, se hace el gran propagandista de la lectura y
meditación de la Biblia e inculca su estudio a las vírgenes
para que sepan conservarse puras e intactas de las salpi-
caduras del mundo, a los religiosos para que sepan ele-
varse a las cumbres de la perfección, a las viudas para que
sepan llevar con dignidad su viudez, y a las madres, como
en su carta a Leta, para que con la Biblia en la mano
sepan formar desde los primeros años el corazón de sus
hijos. «Léela con frecuencia y aprende lo más posible de

ella escribía a la virgen Eustoquio — que el sueño te
;

sorprenda con el libro en la mano y que al inclinarse tu


cabeza la reciba la página santa»; y a la virgen Demetria-
des: «Ama las Santas Escrituras y te amará a ti la Sabiduría;
ámala y te guardará; hónrala y te abrazará. Estos adere-
zos cuelguen de tu pecho y de tus oídos.» Y en idénticos
términos se expresa, escribiendo al monje Rústico, al Pres-
bítero Nepociano, al santo Obispo de Ñola y a todos aque-
llos a los que favorecía con sus consejos y exhorta-
ciones.
San Agustín escribe sobre el particular un pequeño
pero admirable tratado: De doctrina cristiana, que puede
considerarse como una introducción al estudio y a la inter-
pretación de las Sagradas Escrituras, y en él se esfuerza
por convencer a los hombres de que el estudio que versa
acerca de la Sabiduría divina, ómnibus rebus est antepo-
nendus, se ha de anteponer a todas las demás cosas e inte-

reses. «Leed las Escrituras decía en otra ocasión con gran
vehemencia a sus ermitaños el santo Obispo de Hipona —
leedlas para que no seáis ciegos y guías de ciegos. Leed las
Santas Escrituras, porque en ellas encontraréis todo lo que
debéis practicar y todo lo que debéis evitar. Leedla, porque
es más dulce que la miel y más nutritiva que cualquier
otro alimento.»
Me he limitado a citar testimonios de estos tres insig-
nes Santos Padres, porque a ellos de manera singular los
señala León XIII como maestros en el estudio e interpre-
tación de las Sagradas Escrituras, pero análogos testi-
XXVIII PRÓLOGO
monios y recomendaciones podrían espigase a millares de
la riquísima literatura patrística.
Mas para que el estudio y la lectura de la Biblia pro-
duzcan aquellos frutos de santificación, que quiere Dios
y busca la Iglesia, no basta cualquiera disposición del
espíritu, sino que es necesaria aquella que tan acertada-
mente indicaba el Papa t enedicto XV en su Encícli-
ca Spiriíus Paraclitus; es decir, que hay que acercar-
se a estas fuentes sagradas de la verdad divina pia
mente, firma fide, humili animo eí volúntate proficicndi,
con mente piadosa, con fe firme, con ánimo humilde y con
voluntad de aprovechar. Así lo exige el carácter divino
de las Escrituras, así lo demandan el respeto y la sumisión
con que nuestra pequeñez humana ha de acercarse a Dios.
Y como este depósito sagrado ha sido confiado por Dios
a la Iglesia, a la que ha hecho intérprete infalible de sus
oráculos, es también necesario que nuestro estudio y nues-
tra lectura vayan iluminados y dirigidos por la luz que
brota del magisterio infalible de la Santa Madre Iglesia.
Altísimo ejemplo de esta sumisión al magisterio de la
Iglesia nos han dejado aquellos tres grandes Doctores,
cuyas palabras recogíamos hace poco. Conocedores pro-
fundos de la Jíiblia y propagandistas fervorosos de su lec-
tura y meditación, coinciden todos en afirmar la absoluta
necesidad de atenerse a las enseñanzas y normas de la
Mater nostra communis, Ecclesia, cuya solidez de cimien-
tos y seguridad en las direcciones ponderaba el Crisóstomo
frente al caos de las herejías que pululaban en Oriente.
En una gran cuestión acerca de la Trinidad, el gran
Dálmata escribía al Papa Dámaso: «Por esto he creído
que debía consultar a la Cátedra de Pedro y a la fe ala-
bada por labios apostólicos, pidiendo recibir el alimento
de mi alma de allí mismo de donde antes recibiera la ves-
tidura... Yo que a nadie sigo como a primero sino a Cristo,
me uno en comunión de espíritu con Vuestra Beatitud,
es decir, con la Cátedra de Pedro»; y en otra de sus cartas
declara: «Yo entretanto clamo: si alguno está unido a la
Cátedra de Pedro, ése es de los míos.» Cada vez que se
presentaban cuestiones acerca del Canon de los Libros
Sagrados, él, que tanto había estudiado y que tan autori-
zado estaba para exponer una opinión propia, sólo admite
una regla definitiva: Sed hace non recipit Ecclesia Dei,
pero esto no lo admite la Iglesia de Dios.
PRÓLOGO
Celebérrimo es también el en cierto modo paradójico
axioma de San Agustín: Ego vero Evangelio non crederem,
nisi me Catholicae Eeclesiae conmovcret auctoritas, yo no
creería en el Evangelio, si no me moviese a ello la autori-
dad de la Iglesia Católica.
Es verdad que la Iglesia limitó un tiempo y aun prohibió
la lectura de la t iblia en lengua vulgar a los fieles; pero
ésa fué una medida provisional, plenamente justificada
por la malicia de los tiempos. En una época de apasionadas
discusiones religiosas, en la que el principio del libre exa-
men 'y de la interpretación personal y subjetiva de las
páginas sagradas hacía brotar, aun entre los medios más
plebeyos e indoctos, intérpretes más o menos visionarios
y exaltados, la prudente medida de la Iglesia evitó en los
países católicos la frondosa exuberancia de divergencias
doctrinales, que hizo del Protestantismo un abigarrado
conjunto de sectas, a las que apenas queda más que un
disipado y movedizo fondo común de cristianismo.
Esta versión de la 1 iblia que estamos prologando no
está hecha con un fin de lucha y de combate, ni tampoco
de vana curiosidad o de estériles discusiones, sino con el
santo propósito de que los fieles puedan acercar sus labios
a la fuente purísima de la sabiduría divina y saciar en ella
su sed de Dios, de paz y de verdad.

* * *

Constituye, finalmente, esta versión una obra de apos-


tolado. Al final de su Encíclica, el Papa Pío XII exhorta
con acento apasionado al clero para que difunda las rique-
zas de los Libros Sagrados y para que sepa hacerlo «con
tanta elocuencia, con tanta distinción y claridad, que los
fieles no sólo se muevan y se inflamen a poner en buen
orden sus vidas, sino que conciban también en sus ánimos
suma veneración a la Sagrada Escritura». De una manera
especial el Santo Padre insiste en recomendar a los Pre-
lados «que favorezcan y presten su auxilio a todas aquellas
.pías asociaciones que tengan por fin editar y difundir
entre los fieles ejemplares impresos de las Sagradas Escri-
turas, principalmente de los Evangelios, y procurar con
todo empeño que en las familias cristianas se tenga, orde-
nada y santamente, cotidiana lectura de ellas; recomien-
den eficazmente la Sagrada Escritura, traducida en la
xxx PRÓLOGO

actualidad a las lenguas vulgares con aprobación de la


autoridad de la Iglesia, ya de palabra, ya con el uso prác-
tico, cuando lo permitan las leyes de la Liturgia».
La atención tan preferente que en la Encíclica Divi-
no A (fiante Spiritu ha dedicado Su Santidad a los
simples fieles, no sólo en lo tocante a la lectura y medita-
ción de las Sagradas Escrituras, sino también en lo que
atañe a esa forma de apostolado, que es su propaganda
y difusión por medio de adecuadas ediciones y traduccio-
nes, y la novedad muy significativa de que la tradicional
dedicatoria de la Encíclica vaya dirigida no solamente,
como de costumbre, «a los Patriarcas, Primados, Arzobis-
pos, Obispos y demás Ordinarios en comunión con la Santa
Sede Apostólica», sino también «a todo el Clero y fieles
del Orbe Católico» deben servir a todos los católicos de
motivos de gratitud y de legítima satisfacción, y al mismo
tiempo de poderoso estímulo para secundar con fervoroso
entusiasmo los deseos del Santo Padre y prestar a esta
alta empresa su más decidida colaboración.
Así lo ha entendido la Editorial Católica al encabe-
zar su Liblioteca de Autores Cristianos con esta ver-
sión de la Liblia, y santamente puede gloriarse de haberse
colocado con ella en la vanguardia de la colaboración pe-
dida por el Papa, ofreciendo a los millones de fieles que
en España y en Hispanoamérica hablan y rezan en español
este medio tan poderoso de conocimiento de la palabra
divina y de santificación de sus almas.
Ponderábamos al comienzo de este prólogo la oportu-
nidad con que salía a luz esta versión castellana del texto
original de las Sagradas Escrituras, en el L aniversario
de la Prouidcnlissimus y a raíz de la Encíclica Divino
A [fiante Spiritu; pero no quiero dejar de recordar aquí
otra razón de oportunidad, la misma que el Santo Padre
ha querido recoger al final de su Encíclica, a saber, la
terrible y dolorosa crisis por la que atraviesa en estos
momentos la humanidad.
En medio de este caos de opiniones encontradas y de
intereses antagónicos, en medio de tantas ruinas materia-
les y espirituales, de tantos dolores de los cuerpos y de
tantas amarguras de las almas, la luz sólo puede venir del
Unico que tiene palabras de Vida eterna, Cristo Jesús,
a quien nos dan a conocer las páginas sagradas; la paz
verdadera sólo puede esperarse del amor de Dios y del
PRÓLOGO XXXI

prójimo, en los que, en frase de San Agustín, está la ple-


nitud de las Escrituras. Bien venida sea esta versión de la
Biblia, si con ella contribuyen sus autores y editores a
que este mundo estremecido de dolor conozca más a Cristo
y aprenda a practicar mejor la ley suprema del amor de
Dios y del prójimo.
A España y a todo el mundo hispánico ofrece la Edi-
torial Católica esta nueva traducción de la Biblia; se
la ofrece con el mismo afecto y con el mismo celo evange-
lizador con que los primeros misioneros españoles llevaron
al Continente americano la luz y la caridad de Cristo, se
la ofrece con el cariño de hermanos que hablan una misma
lengua y tienen una misma cultura y comulgan en la misma
fe y en la misma liturgia, se la ofrece segura de que la aco-
gerán con entusiasmo cordial, para que, correspondiendo a
los deseos e invitaciones del Santo Padre, sea todo este
gran mundo hispanoamericano uno de los agentes más efi-
caces de la auténtica paz de Cristo en los espíritus y en
los corazones.
Y al presentársela parece que florecen en los labios de
autores y editores aquellas palabras con que hace trece
siglos el Abad Floro ofrecía al gran Isidoro de Sevilla un
trabajo semejante: la revisión del texto del Salterio, que
habia llevado a cabo por encargo suyo: «Por tus ruegos
comencé con mano escrupulosa y con gran sudor de fatiga
a buscar las primitivas lecturas de los Libros Divinos;
y ahora, devuelta su belleza al pensamiento hebraico y
renovada y hermoseada la frase griega, podremos, levan-
tando nuestras voces hasta más allá de las estrellas, cantar
los himnos sagrados con el mismo acento de los ángeles.»

Sed tamen hebraica rursus ratione poliía


ac simul Argolica denuo picta manu,
mellifluas coeli apargens trans sidera voces
concrepot Angélico carmina sacra sonó.

Sean mis últimas palabras a los que se disponen a


recorrer con ánimo piadoso las páginas de esta versión
de los Libros Santos, aquellas mismas que un día pro-
nunciara San Gregorio Magno: Disce cor Dei in verbis Dei,
ul ardenlius ad aeterna suspires. «Aprende a conocer el
corazón de Dios en las palabras de Dios, para que con
más ardor aspires a las cosas eternas.»
CARTA ENCÍCLICA
DE NUESTRO SANTÍSIMO SEÑOR
r

PIO
POR LA DIVINA PROVIDENCIA

PAPA XII
A LOS VENERABLES HERMANOS
PATRIARCAS, PRIMADOS, ARZOBISPOS, OBISPOS
Y OTROS ORDINARIOS
EN PAZ Y COMUNIÓN CON LA SEDE APOSTÓLICA
Y ASIMISMO A TODO EL CLERO
Y FIELES DE CRISTO DEL ORBE CATÓLICO

SOBRE EL PROMOVER OPORTUNAMENTE


LOS ESTUDIOS DE LA SAGRADA BIBLIA
(30 septiembre 1943)
A LOS VENERABLES HERMANOS
PATRIARCAS, PRIMADOS, ARZOBISPOS, OBISPOS
Y OTROS ORDINARIOS
EN PAZ Y COMUNIÓN CON LA APOSTÓLICA SEDE
Y ASIMISMO A TODO EL CLERO Y FIELES DE CRISTO
DEL ORBE CATÓLICO

PÍO PP. XII


VENERABLES HERMANOS, AMADOS HIJOS
SALUD Y BENDICIÓN APOSTÓLICA

INTRODUCCION
Ocasión de la Encíclica «Provideniissimus Deus».
Modo de celebrar su cincuentenario.

Por inspiración del divino Espíritu escribieron los Sagrados


Escritores aquellos libros, que Dios, conforme a su paterna cari-
dad con el género humano, quiso liberalmente dar «para enseñar,
para convencer, para corregir, para dirigir en la justicia, a fin
de que el hombre de Dios sea perfecto y esté apercibido para toda
obra buena» l No es, pues, de admirar que la Santa Iglesia, tra-
.

tándose de este tesoro dado del cielo, que ella posee como pre-
ciosísima fuente y divina norma de la doctrina sobre la fe y las
costumbres, así como lo recibió incontaminado de manos de los
Apóstoles, así lohaya custodiado con todo esmero, defendido
de toda falsa y perversa interpretación y empleado solícita-

1 II Tim. III, 16 s.
xxxvi ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII

mente en ministerio de comunicar a las almas la salud sobre-


el
natural, como lo atestiguan a toda luz casi innumerables docu-
mentos de todas las edades. Por lo que hace a los tiempos mo-
dernos, cuando de un modo especial corrían peligro las divinas
Letras en cuanto a su origen y recta exposición de ellas, la Iglesia
tomó a su cuenta el defenderlas y protegerlas todavía con mayor
diligencia y empeño. De ahí que ya el Sacrosanto Sínodo Triden-
tino pronunció con decreto solemne que «deben ser tenidos por
sagrados y canónicos los libros enteros con todas sus partes, tal
como se han solido leer en la Iglesia católica y se hallan en la
antigua edición vulgata latina» 2 Y
en nuestro tiempo el Con-
.

cilio Vaticano, a fin de reprobar las falsas doctrinas acerca de


la inspiración, declaró que estos mismos libros se han de tener
por sagrados y canónicos «no ya porque compuestos con la sola
industria humana hayan sido después aprobados con su autori-
dad, ni solamente porque contengan la revelación sin error, sino
porque escritos con la inspiración del Espíritu Santo tienen a
Dios por autor, y como tales fueron entregados a la misma Igle-
sia» 3 Más adelante, cuando contra esta solemne definición de
.

la doctrina católica, en la que a los libros «enteros con todas sus


partes» se atribuye esta divina autoridad inmune de todo error,
algunos escritores católicos osaron coartar la verdad de la Sa-
grada Escritura tan sólo a las cosas de fe y costumbres, y en
cambio lo demás que perteneciera al orden físico o histórico
reputarlo como «dicho de paso» y en ninguna manera — como ellos
pretendían — enlazado con la fe, nuestro Antecesor de inmortal
memoria León XIII en su Carta Encíclica Provideníissimus Deus,
dada el 18 de noviembre del año 1893, reprobó justísimamente
aquellos errores, y afianzó con preceptos y normas sapientísimas
los estudios de los Divinos Libros.
Y toda vez que es conveniente conmemorar el término del
año cincuentenario desde que fueron publicadas aquellas Letras
Encíclicas que se tienen como la ley principal de los estudios
bíblicos, Nos, según la solicitud que desde el principio del Sumo
Pontificado manifestamos respecto de las disciplinas sagradas *,
juzgamos que había de ser oportunísimo, confirmar e inculcar
por una parte lo que nuestro Antecesor sabiamente estableció
y sus sucesores añadieron para afianzar y perfeccionar la obra,
y decretar por otra lo que al presente parecen exigir las circuns-
tancias, para más y más incitar a todos los hijos de la Iglesia,
que se dedican a estos estudios, a una empresa tan necesaria y
tan loable.

* Sessio IV, decr. 1; Ench. Bibl. n. 45.


* Sessio III, Cap. 2; Ench. Bibl. n. 62.
4 Sermo ad alumnos Seminariorum... in Urbe (dic 24 Iunii 1939); Acta
Ap. Seáis XXXI (1939), p. 245-251.
xxxvii

PARTE HISTORICA
SOLICITUD DE LEON XIII Y SUS SUCESORES
POR LOS ESTUDIOS RIRLICOS

§ 1. — La obra de León XIII.

Doctrina de la inerrancia o exclusión de lodo error.

El primero y sumo empeño de León XIII fué el exponer la


doctrina de la verdad contenida en los Sagrados Volúmenes y
vindicarlos de las impugnaciones. Así fué que con graves pala-
bras declaró que no hay absolutamente ningún error, cuando el
hagiógrafo, hablando de cosas físicas, «se atuvo (en el lenguaje)
a las apariencias de los sentidos», como dice el Angélico 5 , ex-
presándose «o con cierta manera de traslación, o como se esti-
laba aquellos tiempos en el lenguaje común y aun hoy se usa en
muchas cosas de la vida cotidiana, aun entre los mismos hombres
más doctos». Añadiendo que ellos «los escritores sagrados, o por
mejor decir — son palabras de San Agustín 6 — el Espíritu de Dios
que por ellos hablaba, no quiso enseñar a los hombres estas cosas
— a saber, la íntima constitución de las cosas visibles — que de
nada servían para su salvación» '; lo cual «útilmente ha de apli-
carse a las disciplinas allegadas, principalmente a la historia»,
es a saber, refutando «de modo análogo las falacias de los adver-
sarios» y defendiendo «de sus impugnaciones la fidelidad histórica
de la Sagrada Escritura» 8 Y que no se ha de imputar el error
.

al Escritor Sagrado, si «en la transcripción de los códices se les


escapó algo menos exacto a los copistas», o si «queda oscilante
el sentido genuino de algún pasaje». Por último, que no es lícito
en modo alguno «o el restringir la inspiración de la Sagrada Es-
critura a algunas partes tan sólo, o el conceder que erró el mismo

4 Cf. I», q. 70, art. 1 ad 3.


« De Gen. ad litt. 2, 9, 20; PL. XXXIV, col. 270 s.; CSEL. XXVIII
(Sectio III, pars 2), p. 46.
7
Leonis XIII, Acta XIII, p. 355; Ench. Bibl. n. 106.
8
Cf. Benedictos XV, Ene. Spiritus Paraclitua, Acta Ap. Sedis XII
(1920), p. 396; Ench. Bibl. n. 471.
XXX VIH

sagrado escritor», siendo así que la divina inspiración «por sí


misma no sólo excluye todo error, sino que lo excluye y rechaza
con la misma necesidad absoluta con la que es necesario que Dios,
Verdad Suma, no sea en modo alguno autor de ningún error.
9
Esta es la antigua y constante fe de la Iglesia» .

Ahora bien: esta doctrina, que con tanta gravedad expuso


nuestro Predecesor León XIII, también Nos la proponemos con
Nuestra autoridad y la inculcamos a fin de que todos la retengan
religiosamente. Y decretamos que con no menor solicitud se obe-
dezca también el día de hoy a los consejos y estímulos que él
sapientísimamente añadió conforme al tiempo. Pues como sur-
gieran nuevas y no leves dificultades y cuestiones, ya por los
prejuicios del racionalismo que por doquiera perniciosamente
cundía, ya sobre todo por las excavaciones y descubrimientos
de monumentos antiquísimos, llevados a cabo por doquiera en
las regiones orientales, el mismo Predecesor nuestro, impulsado
por la solicitud del oficio apostólico, a fin que esta tan preclara
fuente de la revelación católica no sólo estuviera abierta con más
seguridad y abundancia para utilidad de la grey del Señor, sino
también para no permitir que en manera alguna fuese conta-
minada, ardientemente deseó «que fuesen cada vez más los que
sólidamente tomaran a su cargo y mantuviesen constantemente
el patrocinio de las Divinas Letras; y que aquéllos principalmente,
a los que la divina gracia llamó al sagrado orden, emplearan cada
día, como es justísimo, mayor diligencia e industria en leerlas,
meditarlas y exponerlas» 10 .

Impulso dado a los esludios bíblicos:

La Escuela Bíblica de Jerusalén, la Comisión Bíblica.

Por lo cual el mismo Pontífice, así como ya hacía tiempo había


alabado y aprobado la Escuela de Estudios Bíblicos fundada en
San Esteban de Jerusalén, gracias a la solicitud del Maestro Ge-
neral de la Sagrada Orden de Predicadores, Escuela de la qué,
como él mismo dijo, «el conocimiento de la Biblia recibió no leve
incremento y los espera mayores» u así el último año de su vida
;

añadió todavía una nueva razón, para que estos estudios, tan
encarecidamente recomendados por las Letras Encíclicas Pro-
videntissimus Dtus, pada día se perfeccionasen más y con la mayor
seguridad se adelantasen. Kn efecto: con las Letras Apostólicas
Yigilanliae, dadas el 30 del mes de octubre del año 1902, esta-
bleció un Consejo, o como se dice, Comisión, de graves varones,

• Leoni3 XIII, Acta XIII, p. 357 sq.; Ench. Bibl. n. 109 sq.
10 (,'f. Leonis XIII, Acta XIII, p. 328; Ench. Bibl. n. ti7 sq.
11 Apost. Hieroaolymae in coenobio, d. d.
Litt. 17 Scpt. 1892; Leo-
nis XIII, Acta XII, pp. 239-241, v. p. 240.
ENCICLICA DE 8. S. PÍO XTT xxxtx

«que tuvieran por encomendado a sí el cargo de procurar y lograr


por todos los medios, que los divinos oráculos hallen entre los
nuestros en general aquella más exquisita exposición que los
tiempos reclaman, y se conserven incólumes no sólo de todo hálito
12
de errores, sino también de toda temeridad de opiniones» el ;

cual Consejo también Nos, siguiendo el ejemplo de nuestros ante-


cesores lo confirmamos y aumentamos de hecho, valiéndonos,
como muchas veces antes, de su ministerio, para encaminar los
intérpretes de los Sagrados Libros a aquellas sanas leyes de la
exégesis católica, que enseñaron los Santos Padres y los Doc-
13
tores de la Iglesia y los mismos Sumos Pontífices .

§ 2. — La obra de los sucesores de León XIII.

Pío X: creación de grados académicos; pauta de estudios bíblicos;


el Instituto Bíblico.

Y aquí no parece ajeno del asunto recordar con gratitud las


cosas principales y más útiles para el mismo fin que sucesiva-
mente hicieron nuestros Antecesores, y que podríamos llamar
complemento o fruto de la feliz empresa Leoniana. Y en primer
lugar Pío X, queriendo «proporcionar un medio fijo de preparar
un buen número de maestros, que, recomendables por su grave-
dad y pureza de doctrina, interpreten en las escuelas católicas
los Divinos Libros», ...instituyó «los grados académicos de licen-
ciado y doctor en Sagrada Escritura... que habrían de ser con-
feridos por la Comisión Bíblica» 14 luego dió una ley «sobre la
;

norma de los estudios de Sagrada Escritura que se ha de guardar


en los Seminarios de Clérigos», con el designio de que los alum-
nos seminaristas «no sólo penetrasen y conociesen la fuerza, modo
y doctrina de la Biblia, sino que pudiesen además ejercitarse- en
el ministerio de la divina palabra con competencia y- probidad,
y defender... de las impugnaciones los libros escritos bajo la ins-
piración divina» 15 finalmente, «para que en la Ciudad de Boma
;

se tuviera un centro de estudios más elevados relativos a los


Sagrados Libros, que promoviese del modo más eficaz posible

12
Cf. Leonis XIII, Acta XXII, p. 232 ss.; Ench. Bibl. n. 130-141;
v. nn. 130, 132.
13 Pontificiae Commissionis de Re biblica Litterae ad Excmos. PP.
DD. Archiepiscopos et Episcopos Italiae d. d. 20 Aug. 1941; Acta Ap. Se-
áis XXXIII (1941), pp. 465-472.
14
23 Febr. 1904; Pn X, Acta I,
Litt. Apost. Scripturae Sanctae d. d.
pp. 176-179; Ench. 142-150; v. nn. 143-144.
Bibl. nn.
16
Cf. Litt. Apost. Quoniani in re biblica d. d. 27 Mart. 1906; Pn X,
Arta ÍTI, pp. 72-76; Ench. Bibl. nn. 155-173, v. n. 155.
ENCÍCLICA DE S. S. PlO XII

la doctrina bíblica y los estudios a ella anejos, según el sentido


de la Iglesia católica», fundó el Pontificio Instituto Bíblico, que
encomendó a la ínclita Compañía de Jesús y quiso estuviera «pro-
visto de las más elevadas cátedras y todo recurso de erudición
bíblica», y prescribió sus leyes y disciplina, declarando que en
este particular «ponía en ejecución el saludable y provechoso
propósito» de León XIII 16 .

Pío XI: prescripción de grados académicos;


el Monasterio de San Jerónimo para la revisión de la Vulgata.

Todo esto, finalmente, lo colmó nuestro próximo Predecesor»


de felizrecordación, Pío XI, al decretar entre otras cosas, que
ninguno «fuese profesor de la asignatura de Sagradas Letras en
los Seminarios, sin haber legítimamente obtenido, después de
terminado el curso peculiar de la misma disciplina, los grados
académicos en la Comisión Bíblica o en el Instituto Bíblico».
Y estos grados quiso que tuvieran los mismos efectos que los
grados legítimamente otorgados en la Sagrada Teología o en el
derecho canónico; y asimismo estableció, que a nadie se conce-
diese «beneficio en el que canónicamente se incluyera la carga de
explicar al pueblo la Sagrada Escritura, si, además de otras con-
diciones, el sujeto no hubiese obtenido o la licencia o la láurea
en Escritura». Y exhortando a la vez juntamente tanto a los Su-
periores mayores de las Órdenes regulares, como a los Obispos
del orbe católico, a enviar a las aulas del Instituto Bíblico, para
obtener allí los grados académicos, los más aptos de sus alumnos,
confirmó tales exhortaciones con su propio ejemplo, señalando
de su liberalidad para este mismo fin rentas anuales 17 .

El mismo Pontífice, después que con el favor y aprobación


de Pío X, de feliz el año 1907 «se encomendó a los mon-
memoria,
jes Benedictinos el cargo de investigar y preparar los estudios en
que haya de basarse la edición de la Versión Latina de las Es-
crituras, que recibió el nombre de Vulgata» 18 queriendo afianzar
,

con mayor firmeza y seguridad esta misma «trabajosa y ardua


empresa», que exige largo tiempo y subidos gastos, cuya gran-
dísima utilidad habían evidenciado los egregios volúmenes ya
dados a la pública luz, levantó desde sus cimientos el monas-

" Lltt. Apost. Vinea electa d. d. 7 Mail 1909; Acta Ap. Sedit I (1909),
pp. 447-449; Ench. Bibl. nn. 293-306, v. nn. 296 et 294.
17
Cf. Motu proprio Bibliorum scientiam d. d. 27 Aprilis 1924; Acta Ap.
Sedia XVI (1924), pp. 180-182.
18 Epistula ad Revmum. D. Aidanum Gasquet d. d. 3 I>c. 1907;
Pn X, Acta IV, pp. 117-119; Ench. Bibl. n. 285 s.
ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII XLl

terio Urbano de San Jerónimo, que exclusivamente se dedicase


a esta obra, y lo enriqueció abundantísimamente con biblioteca
y todos los demás recursos de investigación

§ 3. — Solicitudde los Sumos Pontífices por el uso


y difusión de la Sagrada Escritura.

Ni parece que aquí debe pasarse en silencio, con cuánto ahinco


los mismos Predecesores Nuestros, con diferentes ocasiones, reco-
mendaron ora el estudio, ora la predicación, ora, en fin, la pía lec-
tura y meditación de las Sagradas Escrituas. Porque Pío X, res-
pecto de la Sociedad de San Jerónimo, que trata de persuadir
a los fieles de Cristo la costumbre, en verdad loable, de leer y
meditar los santos Evangelios y hacerla más accesible según sus
fuerzas, la aprobó de todo corazón y la exhortó a que animo-
samente insistiera en su propósito, declarando «que esta obra
es la más útil y que mejor responde al tiempo», toda vez que con-
tribuye no poco «a extirpar la idea de que la Iglesia se resiste a
la lectura de las Sagradas Escrituras en lengua vulgar, o pone
para ello impedimento» 20 Por su parte, Benedicto XV, al cum-
.

plirse el ciclo del décimoquinto siglo, desde que dejó la vida


mortal el Doctor Máximo en exponer las Sagradas Letras, des-
pués de haber esmeradísimamente inculcado, ya los preceptos y
ejemplos del mismo Doctor, ya los principios y normas dadas por
León XIII y por Sí mismo, y recomendado otras cosas oportuní-
simas en estas materias y que nunca se deben olvidar, exhortó
«a todos los hijos de la Iglesia, principalmente a los clérigos, a
juntar la reverencia de la Sagrada Biblia con la piadosa lectura
y asidua meditación de la misma»; y advirtió que «en estas pá-
ginas se ha de buscar el alimento con que se sustente hasta llegar
a la perfección la vida del espíritu» y que «la principal utilidad de
la Escritura pertenece al ejercicio santo y fructuoso de la divina
palabra»; y el mismo de nuevo alabó la obra de la Sociedad lla-
mada del nombre del mismo San Jerónimo, gracias a la cual se
divulgan en grandísima extensión los Evangelios y los Hechos
de los Apóstoles, «de suerte que ya no haya' ninguna familia cris-
tiana que carezca de ellos, y todos se acostumbren a su lectura
y meditación cotidiana» n.

19
Const. Apost. Inter praecipuaa d. d. 15 Iun. 1933; Acta Ap. Se-
áis XXVI (1934), pp. 85-87.
Epist. ad Emum. Card. Cassetta Qui piam d. d. 21 Ian. 1907; Pn X,
20

Acta IV, pp. 23-25.


21 Litt. encycl. Spiritus Paraclitua d. d. 15 Sept. 1920; Acta Ap. Se-
áis XII (1920), pp. 385-422; Ench. Bibl. nn. 457-508; v. nn. 457, 495, 491, 497.
XlAl ENCÍCLICA DE 6. S. PÍO XII

§ 4- -^Frutos de esta acción múltiple.


Y a la verdad es cosa justa y grata el confesar que no sólo
con estas instituciones, preceptos y estímulos de nuestros Ante-
cesores, sino también con las obras y trabajos arrostrados por
todos aquellos que diligentemente los secundaron, ya en estu-
diar, investigar y escribir, ya en enseñar y predicar, como tam-
bién en traducir y propagar los Sagrados Libros, ha adelantado
no poco entre los católicos la ciencia y uso de las Sagradas Escri-
turas. Porque son ya muchísimos los cultivadores de la Escritura
Santa, que salieron ya y cada día salen de las aulas en las que
se enseñan las más elevadas disciplinas en materia teológica y
bíblica, y principalmente de Nuestro Pontificio Instituto Bíblico,
los cuales, animados de ardiente afición a los Sagrados Volú-
menes, imbuyen en este mismo espíritu el clero adolescente, y
constantemente le comunican la doctrina que ellos bebieron. No
pocos de ellos han promovido y promueven todavía con sus es-
critos los estudios bíblicos, o bien editando los sagrados textos
redactados conforme a las normas del arte crítica, y explicándolos,
ilustrándolos, traduciéndolos para su pía lección y meditación,
o bien, por fin, cultivando y adquiriendo las disciplinas profanas
útiles para la explanación de la Escritura. Así, pues, por estas
y otras empresas que cada día se propagan y cobran fuerza, como,
por ejemplo, las asociaciones en pro de la Biblia, los congresos,
las Semanas de asambleas, las bibliotecas, las sociedades para
meditar el Evangelio, concebimos la esperanza, nada dudosa, de
que en adelante crezcan doquiera más y más para bien de las
almas la reverencia, el uso y el conocimiento de las Sagradas Letras,
con tal que con firmeza, valentía y confianza retengan todos la
regla de los estudios bíblicos prescrita por León XIII, explicada
por sus Sucesores con más claridad y perfección, y por Nos con-
firmada y fomentada — que es en realidad la única segura y con-
firmada por la experiencia — sin dejarse arredrar en modo alguno
,

por aquellas dificultades, que, como en las cosas humanas suele


atontecer, nunca le faltarán tampoco a esta obra preclara.

II

PARTE DOCTRINAL
LOS ESTUDIOS BIBLICOS OE NUESTRO TIEMPO
Estado actuul de los estudios bíblicos.

No hay quien no pueda fácilmente echar de ver que las con-


diciones de los estudios bíblicos y de los que para los mismos son
útiles lian cambiado mucho en estos cincuenta años. Porque, pa-
ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII XT.ITI

sando por alto otras cosas, cuando Nuestro Predecesor publicó


su Letra Encíclica Provideníissimus Deus, apenas se había comen-
zado a explorar en Palestina uno u otro lugar de excavaciones
relacionadas con estos asuntos. Ahora, en cambio, las investiga-
ciones de este género no sólo se han aumentado muchísimo en
cuanto al número, sino que además, cultivadas con más severo
método y arte por el mismo ejercicio, nos enseñan muchas más
cosas y con más certeza. Y en efecto, cuánta luz brote de estas
investigaciones para entender mejor y con más plenitud los Sa-
grados Libros, lo saben todos los peritos, lo saben cuantos se
consagran a estos estudios. Crece todavía la importancia de estas
exploraciones por los documentos escritos hallados de vez en
cuando, que contribuyen mucho al conocimiento de las lenguas,
letras, sucesos, costumbres y cultos más antiguos. Ni es de menor
momento el hallazgo y la búsqueda, tan frecuente en esta edad
nuestra, de papiros, que han tenido tanto valor para el conoci-
miento de las letras e instituciones públicas y privadas, principal-
mente del tiempo de Nuestro Salvador. Se han hallado además
y editado con sagacidad vetustos códices de los Sagrados Libros;
se ha investigado con más extensión y plenitud la exégesis de
los Padres de la Iglesia; finalmente, se ilustra con innumerables
ejemplos el modo de hablar, narrar y escribir de los antiguos.
Todo esto, que, no sin especial consejo de la providencia de Dios,
ha conseguido esta nuestra época, invita en cierta manera y amo-
nesta a los intérpretes de las Sagradas Letras a aprovecharse
con denuedo de tanta abundancia de luz para examinar con más
profundidad los Divinos Oráculos, ilustrarlos con más claridad y
proponerlos con mayor lucidez. Y si, con sumo consuelo en el
alma, vemos que los mismos intérpretes estrenuamente han obe-
decido ya y siguen obedeciendo a esta invitación, ciertamente
no es éste el último ni el menor fruto de las Letras Encíclicas
Provideníissimus Deus, con las que Nuestro Predecesor León XIII,
como presagiando en su ánimo esta nueva floración de los estu-
dios bíblicos, por una parte invitó al trabajo a los exegetas cató-
licos, y por otra les señaló sabiamente cuál era el modo y método
de trabajar. Pero también Nos con estas Letras Encíclicas que-
remos conseguir que esta labor no solamente persevere con cons-
tancia, sino que cada día se perfeccione y resulte más fecunda,
puesta sobre todo Nuestra mira en mostrar a todos lo que resta
por hacer, y con qué espíritu debe hoy el exegeta católico em-
prender tan grande y excelso cargo, y en dar nuevo acicate y
nuevo ánimo a los operarios que trabajan constantemente en la
viña del Señor.
XLIV ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII

§ 1. — Recurso a los textos originales.


Estudio de las lenguas bíblicas.

Ya los Padres de y en primer término San Agustín,


la Iglesia,
al intérprete que emprendiese la tarea de entender y
católico
exponer las Sagradas Escrituras le recomendaban encarecida-
mente el estudio de las lenguas antiguas y el volver a los textos
primitivos M Con todo llevaba consigo la condición de aquellos
.

tiempos, que conocieran pocos la lengua hebrea, y éstos imper-


fectamente. Por otra parte, en la Edad Media, cuando la Teo-
logía Escolástica florecía más que nunca, aun el conocimiento
de la lengua griega desde mucho tiempo antes se había dismi-
nuido de tal manera entre los occidentales, que hasta los mismos
supremos Doctores de aquellos tiempos, al explicar los Divinos
Libros, solamente se apoyaban en la versión latina, llamada Vul-
gata. Por el contrario, en estos nuestros tiempos no solamente
la lengua griega, que desde el renacimiento de las letras huma-
nas en cierto sentido ha sido resucitada a nueva vida, es ya fami-
liar a casi todos los cultivadores de la antigüedad, sino que aun
el conocimiento de la lengua hebrea y de otras lenguas orientales
se ha propagado grandemente entre los hombres doctos. Es tanta,
además, ahora la abundancia de medios para aprender estas len-
guas, que el intérprete de la Biblia que, descuidándolas, se cierre
la puerta para los textos originales, no puede en modo alguno
evitar la nota de ligereza y desidia. Porque al exegeta pertenece
el andar como a caza, con sumo cuidado y veneración, aun de
las cosas más mínimas, que, bajo la inspiración del Divino Espí-
ritu, brotaron de la pluma del hagiógrafo, a fin de penetrar su
mente con más profundidad y plenitud. Procure, por lo tanto,
con diligencia adquirir cada día mayor pericia en las lenguas
bíblicas y aun en las demás orientales, y corrobore su interpre-
tación con todos aquellos recursos que provienen de toda clase
de filología. Lo cual, en verdad, lo procuro conseguir solícitamente
San Jerónimo, según los conocimientos de su época; y asimismo
no pocos de los grandes intérpretes de los siglos xvi y xvn, aun-
que entonces el conocimiento de las lenguas fuese mucho menor
que el de hoy, lo intentaron con infatigable esfuerzo y no me-
diocre fruto. De la misma manera conviene que se explique aquel
mismo texto original, que escrito por el sagrado autor tiene mayor
autoridad y mayor peso, que cualquiera versión, por buena que
sea, ya antigua, ya moderna; lo cual puede sin duda hacerse con
mayor facilidad y provecho, si, respecto del mismo texto, se junta
al mismo tiempo con el conocimiento de las lenguas una sólida
pericia en el manejo de la crítica.

M Cf. ex gr. S. Hieron., Praef. in IV Evang. ad Damasum. PL. XXIX,


col. 526-527; S. Auoust., De doctr. christ. II, Hi; PL. XXXIV, col. 42-43.
ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII

Importancia de la critica textual.

Cuánta importancia se haya de atribuir a esta crítica, atina-


damente lo advirtió San Agustín, cuando entre los preceptos
que deben inculcarse al que estudia los Sagrados Libros puso
por primero de todos el cuidado de poseer un texto exacto. «En
enmendar los Códices — así el clarísimo Doctor de la Iglesia —
debe ante todo estar alerta la vigilancia de aquellos que desean
conocer las Escrituras Divinas, para que los no enmendados cedan
su puesto a los enmendados» M Ahora bien, hoy este arte, que
.

lleva el nombre de crítica textual y que se emplea con gran loa


y fruto en la edición de los escritos profanos, con justísimo dere-
cho se ejercita también, por la reverencia debida a la divina pala-
bra, en los Libros Sagrados. Porque por su mismo fin logra que
se restituya a su ser el sagrado texto lo más perfectamente posi-
ble, se purifique de las depravaciones introducidas en él por la
deficiencia de los amanuenses, y se libre, cuanto se pueda, de
las inversiones de palabras, repeticiones y otras faltas de la misma
especie, que suelen furtivamente introducirse en los libros trans-
mitidos de uno en otro por muchos siglos. Y apenas es necesario
advertir que esta crítica, que desde hace algunos decenios no
pocos han empleado absolutamente a su capricho, y no pocas
veces de tal manera, que pudiera decirse haberla los mismos usado
para introducir en el sagrado texto sus opiniones prejuzgadas,
hoy ha llegado a adquirir tal estabilidad y seguridad de leyes,
que se ha convertido en un insigne instrumento para editar con
más pureza y esmero la divina palabra, y fácilmente puede des-
cubrirse cualquier abuso. Ni es preciso recordar aquí — ya que
es cosa notoria y clara a todos los cultivadores de la Sagrada
Escritura — en cuánta estima ha tenido la Iglesia ya desde los
primeros siglos hasta nuestros días estos estudios del arte crítica.
Así es que hoy, después que la disciplina de este arte ha llegado
a tanta perfección, es un oficio honorífico, aunque no siempre
fácil, el procurar por todos los medios que cuanto antes por parte
de los católicos se preparen oportunamente ediciones tanto de
los Sagrados Libros, como de las versiones antiguas, hechas con-
forme a estas normas, que junten, es a saber, con una reverencia
suma del sagrado texto la escrupulosa observancia de todas las
leyes críticas. Y ténganlo todos por bien sabido, que este largo
trabajo no solamente es necesario para penetrar bien los escritos
dados por divina inspiración, sino que además es reclamado por
la misma piedad, por la que debemos estar sumamente agradecidos
a aquel Dios providentísimo, que desde el trono de su majestad
nos envió estos libros a manera de cartas paternales, como a pro-
pios hijos.

M De doctr. ehriat. II, 21; PL. XXXIV, col. 46.


XLVI ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XIT

Sentido del decreto Tridentino sobre el uso de la Vulgata.


Versiones en lenguas vulgares.

Ni piense nadie que este uso de los textos primitivos, con-


forme a la razón de la crítica, sea en modo alguno contrario a
aquellas prescripciones que sabiamente estableció el Concilio Tri-
dentino acerca de la Vulgata Latina 24 Documentalmente consta
.

que a los Presidentes del Concilio se dió el encargo de rogar al


Sumo Pontífice a nombre del mismo Santo Sínodo — como, en
efecto, lo hicieron — mandase corregir primero la edición latina,
,

y luego, en cuanto se pudiese, la griega y la hebrea, con el desig-


nio de divulgarla al fin para utilidad de la Santa Iglesia de Dios 25 .

Y si bien, a la verdad, a este deseo no pudo entonces por las difi-


cultades de los tiempos y otros impedimentos responderse plena-
mente, confiamos que al presente, aunadas las fuerzas de los doc-
tores católicos, se pueda satisfacer con más perfección y amplitud.
Mas por lo que hace a la voluntad del Sínodo Tridentino de que
la Vulgata fuese la versión latina «que todos usasen como autén-
tica», esto en verdad, como todos lo saben, solamente se refiere
a la Iglesia latina y al uso público de la misma Escritura, y no
disminuye sin género de duda en modo alguno la autoridad y
valor de los textos originales. Porque no se trataba de los textos
originales en aquella ocasión, sino de las versiones latinas que
en aquella época corrían de una parte a otra, entre las cuales el
mismo Concilio con justo motivo decretó que debía ser preferida
la que «había sido aprobada en la misma Iglesia con el largo uso
de tantos siglos». Así, pues, esta privilegiada autoridad o, como
dicen, autenticidad de la Vulgata no fué establecida por el Con-
cilio principalmente por razones críticas, sino más bien por su
legítimo uso en las Iglesias durante el decurso de tantos siglos;
con el cual uso ciertamente se demuestra que la misma está en
absoluto inmune de todo error en materia de fe y costumbres;
de modo que, conforme al testimonio y confirmación de la misma
Iglesia, se puede presentar con seguridad y sin peligro de errar
en las disputas, lecciones y predicaciones; y por tanto este género
de autenticidad no se llama con nombre primario crítica, sino
más bien jurídica. Por lo cual esta autoridad de la Vulgata en
cosas doctrinales de ninguna manera prohibe — antes por el con-
trario, hoy más bien exige — que esta misma doctrina se compruebe
y confirme por los textos primitivos, y que también sean a cada
momento invocados como auxiliares estos mismos textos, por los
cuales dondequiera y cada día más se patentice y exponga el recto
sentido de las Sagradas Letras. Y ni aun siquiera prohibe el de-

** Decr. de editione et usu Sacrorum Librorum; Conc. Trid. ed. Soc.


Goerres, t. V, p. 91 s.
" Ib., t. X, p. 271; cf. t. V, pp. 29, 59, 65; t. X, p. 446 sg.
ENCÍCLICA DE S. 3. PÍO XII XLVII

creto tlel Concilio Tridentino que, para uso y provecho de los fie-

les de Cristo y para más fácil inteligencia de la divina palabra,


se hagan versiones en las lenguas vulgares, y eso aun tomándolas
de los textos originales, como ya en muchas regiones vemos que
loablemente se ha hecho, aprobándolo la autoridad de la Iglesia.

§ 2.— De ea interpretación.

Importancia e investigación del sentido literal.

Armado egregiamente con el conocimiento de las lenguas


antiguas y con los recursos del arte crítica, emprenda el exegeta
católico aquel oficio, que es el supremo entre todos los que se
le imponen: a saber, el hallar y exponer el sentido genuino de
los Sagrados Libros. Para el desempeño de esta obra tengan ante
los ojos los intérpretes que, como la cosa principal de todas, han
de procurar el distinguir bien y determinar cuál es el sentido de
las palabras bíblicas llamado literal. Sea este sentido literal de
las palabras el que ellos averigüen con toda diligencia, por medio
del conocimiento de las lenguas, valiéndose del contexto y de
la comparación con pasajes semejantes; a todo lo cual suele tam-
bién apelarse en favor de la interpretación de los escritos pro-
fanos, para que aparezca en toda su luz la mente del autor. Sólo
que los exegetas de las Sagradas Letras, acordándose que aquí
se trata de la palabra divinamente inspirada, cuya custodia e
interpretación fué por el mismo Dios encomendada a la Iglesia,
no menos diligentemente tengan cuenta de las exposiciones y
declaraciones del magisterio de la Iglesia, y asimismo de la expli-
cación dada por los Santos Padres, como también de la «analogía
de la fe», como sapientísimamente lo advirtió León XIII en las
Letras Encíclicas Providentissimus Deus 26 Traten también con
.

singular empeño de no exponer únicamente — cosa que con dolor


vemos se hace en algunos comentarios — las cosas que atañen a
la historia, arqueología, filología y otras disciplinas por el estilo;
sino que, sin dejar de aportar oportunamente aquéllas, en cuanto
puedan contribuir a la exégesis, muestren principalmente cuál
es la doctrina teológica de cada uno de los libros o textos respecto
de la fe y costumbres, de suerte que esta exposición de los mismos,
no solamente ayude a los doctores teólogos para proponer y con-
firmar los dogmas de la fe, sino que sea también útil a los sacer-
dotes para explicar ante el pueblo la doctrina cristiana, y final-
mente sirva a todos los fieles para llevar una vida santa y digna
de un hombre cristiano.

26 Leonis XIII, Acta XIII, pp. 345-346; Ench. Bibl. n. 94-96.


XLVIII ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII

Recto uso del sentido espiritual.

Una vez que hubieren dado tal interpretación, teológica ante


todo, como hemos dicho, eficazmente obligarán a callar a los
que, aseverando que en los comentarios bíblicos apenas hallan
nada que eleve la mente a Dios, nutra el alma, promueva la vida
interior, repiten que es preciso acudir a cierta interpretación espi-
ritual, que ellos llaman mística. Cuán poco acertado sea este su
modo de ver, lo enseña la misma experiencia de muchos, que,
considerando y meditando una y otra vez la palabra de Dios,
perfeccionaron sus almas, y se sintieron movidos de vehemente
amor a Dios; como también lo muestran a las claras la perpetua
educación de la Iglesia y las amonestaciones de los mayores Doc-
tores. Y no es que se excluya de la Sagrada Escritura todo sen-
tido espiritual. Porque las cosas dichas o hechas en el Viejo Tes-
tamento, de tal manera fueron sapientísimamente ordenadas y
dispuestas por Dios, que las pasadas significaran anticipadamente
las que en el nuevo pacto de gracia habían de verificarse. Por
lo cual el intérprete, así como debe hallar y exponer el sentido
literal de las palabras, que el hagiógrafo pretendiera y expresara,
así también el espiritual, mientras conste legítimamente que fué
dado por Dios. Ya que solamente Dios pudo conocer y revelar-
nos este sentido espiritual. Ahora bien, este sentido en los Santos
Evangelios nos lo indica y enseña el mismo divino Salvador; lo
profesan también los Apóstoles, de palabra y por escrito, imi-
tando el ejemplo del Maestro; lo demuestra la doctrina tradi-
cional perpetua de la Iglesia; lo declara por último el uso antiquí-
simo de la liturgia, dondequiera que pueda rectamente aplicarse
aquel conocido enunciado: La ley de orar es la ley de creer. Así,
pues, este sentido espiritual, intentado y ordenado por el mismo
Dios, descúbranlo y propónganlo los exegetas católicos con aque-
lla diligencia que la dignidad de la palabra divina reclama; mas
tengan religiosa cautela en no proponer como sentido genuino
de la Sagrada Escritura otros sentidos traslaticios. Porque aun
cuando, principalmente en el desempeño del oficio de predicador,
puede ser útil para ilustrar y recomendar las cosas de la fe cierto
uso más amplio del Sagrado Texto según la significación tras-
laticia de las palabras, siempre que se haga con moderación y
sobriedad, nunca, sin embargo, debe olvidarse que este uso de
las palabras de la Sagrada Escritura le es como externo y aña-
dido, y que sobre todo hoy no carece de peligro, cuando los fieles,
aquellos especialmente que están instruidos en los conocimientos
tanto sagrados como profanos, buscan qué es lo que Dios en las
Sagradas Letras nos da a entender, y no más bien qué es lo que
el facundo orador o escritor, expone, empleando con cierta des-
treza las palabras de la Biblia. Ni tampoco aquella «palabra de
Dios viva y eficaz y más penetrante que espadas de dos filos, y
ENCÍCLICA DE S. <5. PlO XII XI.IX

que llega hasta la división del alma y del espíritu, y de las co-
yunturas y medulas, discernidora de los pensamientos y conceptos
del corazón» 27 necesita de afeites o de acomodación humana, para
,

mover y sacudir los ánimos; porque las mismas Sagradas Páginas,


redactadas bajo la inspiración divina, tienen por sí mismas abun-
dante sentido genuino; enriquecidas por divina virtud, tienen
fuerza propia; adornadas con soberana hermosura, brillan por sí
mismas y resplandecen, con tal que sean por el intérprete tan ín-
tegra y cuidadosamente explicadas, que se saquen a luz todos
los tesoros de sabiduría y prudencia en ellas ocultos.

Cómo se debe fomentar el estudio de los Santos Padres


y de los grandes intérpretes.

En este desempeño podrá el exegeta católico egregiamente


ayudarse del industrioso estudio de aquellas obras, con las que
los Santos Padres, los Doctores de la Iglesia e ilustres intérpretes
de los pasados tiempos expusieron las Sagradas Letras. Porque
ellos, aun cuando a veces estaban menos pertrechados de eru-
dición profana y conocimiento de lenguas que los intérpretes de
nuestra edad, sin embargo, en conformidad con el oficio que Dios
les dió en la Iglesia, culminan por cierta suave perspicacia de
las cosas celestes y admirable agudeza de entendimiento, con
las que íntimamente penetran las profundidades de la divina
palabra, y ponen en evidencia todo cuanto puede conducir a la
ilustración de la doctrina de Cristo y santidad de la vida. De doler
es, en verdad, que tan preciosos tesoros de la antigüedad cristiana
sean demasiado poco conocidos a no pocos de los escritores de
nuestros tiempos, y que tampoco los cultivadores de la historia
de la exégesis hayan todavía llevado a término todo aquello que,
para investigar con perfección y estimar en su punto cosa de
tanta importancia, parece necesario. Ojalá surjan muchos, que,
examinando con diligencia los autores y obras de la interpreta-
ción católica de las Escrituras, y agotando, por decirlo así, las
casi inmensas riquezas que aquellos acumularon, contribuyan efi-
cazmente a que por un lado aparezca más claro cada día cuán
hondamente penetraron ellos e ilustraron la divina doctrina de
los Sagrados Libros, y por otro también los intérpretes actuales
tomen ejemplo de ello y saquen oportunos argumentos. Pues así,
por fin, se llegará a lograr la feliz y fecunda unión de la doctrina
y espiritual suavidad de los antiguos en el decir con la mayor
erudición y arte de los modernos, para producir, sin duda, nuevos
frutos en el campo de las divinas Letras, nunca bastantemente
cultivado, nunca exhausto.

17 Hebr. IV, 12.

IV
I.

§ 3» — Puntos a los que especialmente deben atender


los intérpretes de nuestro tiempo.

Condición actual de la exégesis.

Es además muy justo esperar que también nuestros tiempos


puedan contribuir en algo a la interpretación más profunda y
exacta de las Sagradas Letras. Puesto que no pocas cosas, sobre
todo entre las concernientes a la historia, o apenas o no suficien-
temente fueron explicadas por los expositores de los pasados siglos,
toda vez que les faltaban casi todas las noticias necesarias para
ilustrarlas mejor. Cuán difíciles fuesen y casi inaccesibles algunas
cuestiones para los mismos Padres, bien se echa de ver, por omi-
tir otras cosas, en aquellos esfuerzos, que muchos de ellos repi-
tieron, para interpretar los primeros capítulos del Génesis; y asi-
mismo por los repetidos tanteos de San Jerónimo para traducir
los Salmos de tal manera que se descubriese con claridad su sen-
tido literal, o expresado en las palabras mismas. Hay, por fin,
otros libros o sagrados textos cuyas dificultades ha descubierto
precisamente la época moderna, desde que por el conocimiento
más profundo de la antigüedad han nacido nuevos problemas,
que hacen penetrar con más exactitud en el asunto. Van, pues,
fuera de la realidad algunos que, no penetrando bien las condi-
ciones de la ciencia bíblica, dicen sin más que al exegeta cató-
lico de nuestros días no le queda nada que añadir a lo que ya pro-
dujo la antigüedad cristiana; cuando, por el contrario, estos nues-
tros tiempos han planteado tantos problemas, que exigen nueva
investigación y nuevo examen, y estimulan no poco el estudio
activo del intérprete moderno.

.SY ha de tener en cuenta la índole del escritor sagrado.

Porque nuestra edad, así como acumula nuevas cuestiones


y nuevas dificultades, así también, por el favor de Dios, suminis-
tra nuevos recursos y subsidios de exégesis. Entre éstos parece
digno de peculiar mención que los teólogos católicos, siguiendo
la doctrina de los Santos Padres y principalmente del Angélico
y Común Doctor, han explorado y propuesto la naturaleza y los
efectos de la inspiración bíblica mejor y más perfectamente que
como solía hacerse los siglos pretéritos. Porque partiendo del
principio de que el escritor sagrado al componer el libro es órgano
o instrumento del Espíritu Santo, con la circunstancia de ser
vivo y dotado de razón, rectamente observan que él, bajo el influjo
de la divina moción, de tal manera usa de sus facultades y fuerzas,
que fácilmente puedan todos colegir del libro nacido de su acción
«la índole propia de cada uno y por decirlo así sus singulares carac-
ENCÍCLICA DE S. S. PlO XII

teres y trazos» 28 Así, pues, el intérprete con todo esmero, y sin


.

descuidar ninguna luz que hayan aportado las investigaciones


modernas, esfuércese por averiguar cuál fué la propia índole y
condición de vida del escritor sagrado, en qué edad floreció, qué
fuentes utilizó, ya escritas, ya orales, y qué formas de decir em-
pleó. Porque a nadie se oculta que la norma principal de inter-
pretación es aquella en virtud de la cual se averigua con preci-
sión y se define quéque el escritor pretendió decir, como
es lo
egregiamente lo advierte San Atanasio: «Aquí, como conviene
hacerlo en todos los demás pasajes de la divina Escritura, se ha
de observar, con qué ocasión habló el Apóstol; se ha de atender
con cuidado y fidelidad cuál es la persona, cuál el asunto que le
movió a escribir, no sea que uno, ignorándolo, o entendiendo
29
algo ajeno a ello, vaya descarriado del verdadero sentido» .

Importancia del género literario, especialmente en la historia.

Por otra parte, cuál sea el sentido literal, no es muchas veces


tan claro en las palabras y escritos de los antiguos orientales
como en los escritores de nuestra edad. Porque no es con solas las
leyes de la gramática o filología, ni con solo el contexto del dis-
curso con lo que se determina qué es lo que ellos quisieron sig-
nificar con las palabras; es absolutamente necesario que el intér-
prete se traslade mentalmente a aquellos remotos siglos del Oriente,
para que, ayudado convenientemente con los recursos de la his-
toria, arquelogía, etnología y de otras disciplinas, discierna y
vea con distinción qué géneros literarios, como dicen, quisieron
emplear y de hecho emplearon los escritores de aquella edad ve-
tusta. Porque los antiguos orientales no empleaban siempre las
mismas formas y las mismas maneras de decir que nosotros hoy,
sino más bien aquellas que estaban recibidas en el uso corriente
de los hombres de sus tiempos y países. Cuáles fuesen éstas, no
lo puede el exegeta como establecer de antemano, sino con la escru-
pulosa indagación de la antigua literatura del Oriente. Ahora
bien, esta investigación, llevada a cabo en estos últimos dece-
nios con mayor cuidado y diligencia que antes, ha manifestado
con más claridad qué formas de decir se usaron en aquellos anti-
guos tiempos, ora en la descripción poética de las cosas, ora en
el establecimiento de las normas
y leyes de la vida, ora, por fin,
en la narración de los hechos y acontecimientos. Esta misma
investigación ha probado ya lúcidamente que el pueblo israelítico
se aventajó singularmente entre las demás antiguas naciones
orientales en escribir bien la historia, tanto por la antigüedad

28
Cf.Bentedictus XV, Ene. Spiritus Paraclitus; Acta Ap. Seáis XII
(1920), p. 390; Ench. Bibl. n. 461.
29
Contra Arlanos I. 54; PG. XX
VI, col. 123.
Til ENCICLICA DE S. S. PÍO XII

como por la fiel relación de los hechos, lo cual en verdad se con-


cluye también por el carisma de la divina inspiración y por el
peculiar fin de la historia bíblica, que pertenece a la religión. No
por eso se debe admirar nadie que tenga recta inteligencia de la
inspiración, de que también entre los Sagrados Escritores, como
entre los otros de la antigüedad, se hallen ciertas artes de expo-
ner y narrar; ciertos idiotismos, sobre todo propios de las lenguas
semíticas; las que se llaman aproximaciones, y ciertos modos de
hablar hiperbólicos; más aún, a veces hasta paradojas para impri-
mir las cosas en la mente con más firmeza. Porque ninguna de
aquellas maneras de hablar, de que entre los antiguos, particu-
larmente entre los orientales, solía servirse el humano lenguaje
para expresar sus ideas, es ajena de los Libros Sagrados, con esta
condición, empero, que el género de decir empleado en ninguna
manera repugne a la santidad y verdad de Dios, según que, con-
forme a su sagacidad, lo advirtió ya el mismo Doctor Angélico
por estas palabras: «En la Escritura las cosas divinas se nos dan
al modo que suelen usar los hombres» Porque así como el Verbo
30
.

substancial de Dios se hizo semejante a los nombres en todas las


cosas «excepto el pecado» 81 así también las palabras de Dios,
,

expresadas en lenguas humanas, se hicieron semejantes en todo


al humano lenguaje, excepto el error; lo cual en verdad lo en-
salzó ya con sumas alabanzas San Juan Crisóstomo, como una
sincatábasis o «condescendencia» de Dios próvido, y afirmó una
y varias veces que se halla en los Sagrados Libros 8 *.
Por esta razón, el exegeta católico, a fin de satisfacer a las
necesidades actuales de la ciencia bíblica, al exponer la Sagrada
Escritura y mostrarla y probarla inmune de todo error, válgase
también prudentemente de este medio, indagando qué es lo que
la forma de decir o el género literario empleado por el hagiógrafo
contribuye para la verdadera y genuina interpretación; y se per-
suada que esta parte de su oficio no puede descuidarse sin gran
detrimento de la exégesis católica. Puesto que no raras veces
— para no tocar sino este punto — cuando algunos reprochándolo
cacarean que los Sagrados Autores se descarriaron de la fide-
lidad histórica, o contaron las cosas con menos exactitud, se ave-
rigua que no se trata de otra cosa sino de aquellas maneras co-
rrientes y originales de decir y narrar propias de los antiguos,
que a cada momento se empleaban mutuamente en el comercio
humano, y que en realidad se usaban en virtud de una costumbre
lícita y común. Exige, pues, una justa equidad del ánimo, que,
cuando se encuentran estas cosas en el divino oráculo, el cual,
como destinado a hombres, se expresa con palabras humanas,
80 Comment ad Hebr. cap. I, lcctio 4.
81 Hebr. IV, 15.
32 4 (PG. LUI, col. 34-35); In Gen. II, 21 (ib.
Cf. v. gr. ín Gen. 1,
col. 121); In Gen. III, X (ib., col. 135); Hom. 15 in loan., ad 1, 18 (PG. LIX,
col. 97 sq.).
ENCICLICA DE S. S. PÍO XII LUI

no se las arguya de error, no de otra manera que cuando se em-


plean en el uso cotidiano de la vida. Así es que, conocidas y exac-
tamente apreciadas las maneras y artes de hablar y escribir en
los antiguos, podrán resolverse muchas dificultades, que se obje-
tan contra la verdad y fidelidad histórica de las Divinas Letras;
ni será menos a proposito este estudio para conocer más plena-
mente y con mayor luz la mente del Sagrado Autor.

Se han de promover los estudios de las antigüedades bíblicas.

Así, pues, nuestros cultivadores de estudios bíblicos pongan


también su atención en esto con la debida diligencia, y no omi-
tan nada de nuevo que hubieren aportado, sea la arqueología,
sea la historia antigua, o el conocimiento de las antiguas letras,
y cuanto sea apto para mejor conocer la mente de los escritores
vetustos y su manera, forma y arte de razonar, narrar y escribir.
Y en esta cuestión aun los varones católicos del estado seglar
tengan en cuenta que no sólo contribuyen a la utilidad de la
doctrina profana, sino que son también beneméritos de la causa
cristiana, si se entregan, como es razón, con toda constancia y
empeño a la exploración e investigación de la antigüedad, y ayu-
dan conforme a sus fuerzas a resolver las cuestiones de este género,
hasta ahora menos claras y transparentes. Porque todo conoci-
miento humano, aun no sagrado, así como tiene su como nativa
dignidad y excelencia— por ser una cierta participación finita de
la infinita ciencia de Dios — así recibe una nueva y más alta dig-
,

nidad y como consagración, cuando se emplea para ilustrar con


más clara lumbre las mismas cosas divinas.

§ 4. — Modo de tratar las cuestiones más difíciles.

Dificultades felizmente resueltas con los estudios modernos.

Por la exploración tan adelantada, que arriba dijimos, de las


antigüedades orientales, por la investigación más esmerada del
mismo texto primitivo, y asimismo por el más amplio y diligente
conocimiento, ya de las lenguas bíblicas, ya de todas las que per-
tenecen al Oriente, con el auxilio de Dios felizmente ha aconte-
cido que no pocas de aquellas cuestiones, que en la época de
Nuestro Predecesor de inmortal recordación León XIII susci-
taron contra la autenticidad, antigüedad, integridad y fidelidad
histórica de los Libros Sagrados los críticos ajenos a la Iglesia o
también hostiles a ella, hoy se hayan eliminado y resuelto. Puesto
que los exegetas católicos, valiéndose justamente de las mismas
armas de ciencia, de que nuestros adversarios no raras veces abu-
saban, han presentado por una parte aquellas interpretaciones
LIV ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII

que están en conformidad con la doctrina católica y la genuina


sentencia heredada de nuestros mayores, y por otra parecen ha-
berse al mismo tiempo capacitado para resolver las dificultades,
que o las nuevas exploraciones y nuevos inventos trajeren o la
antigüedad hubiere dejado a nuestra época para su resolución.
De aquí ha resultado, que la confianza en la autoridad y verdad
histórica de la Biblia, debilitada en algunos un tanto por tantas
impugnaciones, hoy entre los católicos se haya restituido a su
entereza; más aún, no faltan escritores no católicos, que, em-
prendiendo investigaciones con sobriedad y equidad, han llegado
al punto de abandonar los prejuicios de los modernos y volver,
a lo menos acá y allá, a las sentencias más antiguas. El cual cambio
de situación se debe en gran parte a aquel trabajo infatigable
con que los expositores católicos de las Sagradas Letras, sin de-
jarse arredrar en modo alguno de las dificultades y obstáculos
de todas clases, con todas sus fuerzas se empeñaron en usar debi-
damente de los medios que la investigación actual de los eruditos
proporcionaba para resolver las nuevas cuestiones, ora en el campo
de la arqueología, ora en el de la historia y filología.

Dificultades todavía no resuellan o insolubles.

Nadie, con todo eso, se admire que no se hayan todavía re-


suelto y vencido todas las dificultades, sino que aun hoy haya
graves problemas nue preocupan no poco los ánimos de los exe-
getas católicos. Y en este caso no hay que decaer de ánimo, ni
se debe olvidar que en las disciplinas humanas no acontece de
otra manera que en la naturaleza: a saber, que los comienzos
Van creciendo poco a poco y que no pueden recogerse los frutos
sino después de muchos trabajos. Así ha sucedido, que algunas
disputas que en los tiempos anteriores se tenían sin solución y
en suspenso, por fin en nuestra edad con el progreso de los estu-
dios se han resuelto felizmente. Por lo cual tenemos esperanza
que aun aquellas que ahora parezcan sumamente enmarañadas
y arduas, lleguen por fin con el constante esfuerzo a quedar pa-
tentes en plena luz. Y si la deseada solución se retarda por largo
tiempo, y el éxito feliz no nos sonríe a nosotros, sino que acaso se
relega a que lo alcancen los venideros, nadie por eso se incomode,
siendo, como es, justo que también a nosotros nos toque lo que
los Padres, y especialmente San Agustín >3 avisaron en su tiem-

po: a saber, que Dios con todo intento sembró de dificultades


los Sagrados Libros, que él mismo inspiró, para que no sólo nos
excitáramos con más intensidad a revolverlos y escudriñarlos, sino

33
Cf. S. Auo., Epiat. 149 ad Paulinuni, n. 34 (PL. XXXIII, col. 644);
De dirrraia quarationibua, q. 53, n. 2 (ib. XL, co). 36); Ennrr. in Pa. 146,
n. 12 (ib. XXXVII, col. 1907).
ENCÍCLICA DE 3. S. FÍO XII LV

también, experimentando saludablemente los límites de nuestro


ingenio, nos ejercitáramos en la debida humildad. No es, pues,
nada de admirar si de una u otra cuestión no se ha de tener
jamás respuesta completamente satisfactoria, siendo así que a
veces se trata de cosas oscuras y demasiado lejanamente remo-
tas de nuestros tiempos y de nuestra experiencia, y pudiendo
también la exégesis, como las demás disciplinas más graves, tener
sus secretos, que, inaccesibles a nuestros entendimientos, no puedan
descubrirse con ningún esfuerzo.

Se han de buscar las soluciones positivas.

Con todo, en tal condición de cosas, el intérprete católico, mo-


vido por un amor eficaz y esforzado de su ciencia, y sinceramente
devoto a la Santa Madre Iglesia, por nada debe cejar en su empeño
de emprender una y otra vez las cuestiones difíciles no desenma-
rañadas todavía, no solamente para refutar lo que opongan los
adversarios, sino para esforzarse en hallar una explicación sólida,
que de una parte concuerde fielmente con la doctrina de la Iglesia,
y nominalmente con lo por ella enseñado acerca de la inmunidad
de todo error en la Sagrada Escritura, y de otra satisfaga tam-
bién debidamente a las conclusiones ciertas de las disciplinas
profanas. Y por lo que hace a los conatos de estos estrenuos opera-
rios de la viña del Señor, recuerden todos los demás hijos de la
Iglesia, que no sólo se han de juzgar con equidad y justicia, sino
también con suma caridad; los cuales, a la verdad, deben estar
alejados de aquel espíritu poco prudente, con el que se juzga que
todo lo nuevo, por lo mismo de serlo, debe ser impugnado, o te-
nerse por sospechoso. Porque tengan en primer término ante los
ojos, que en las normas y leyes dadas por la Iglesia se trata de
la doctrina de fe y costumbres; y que entre las muchas cosas que
en los Sagrados Libros, legales, históricos, sapienciales y profé-
ticos se proponen son solamente pocas aquellas cuyo sentido haya
sido declarado por la autoridad de la Iglesia, ni son muchas aque-
llas de las que haya unánime consentimiento de los Padres. Que-
dan, pues, muchas, y ellas muy graves, en cuyo examen y expo-
sición se puede y debe libremente ejercitar la agudeza y el inge-
nio de los intérpretes católicos, a fin de que cada uno, conforme
a sus fuerzas, contribuya a la utilidad de todos, al adelanto cada
día mayor de la doctrina sagrada y a la defensa y honor de la
Iglesia. Esta verdadera libertad de los hijos de Dios, que retenga
fielmente la doctrina de la Iglesia, y como don de Dios reciba con
gratitud y emplee todo cuanto aportare la ciencia profana, levan-
tada y sustentada, eso sí, por el empeño de todos, es condición
y fuente de todo fruto sincero y de todo sólido adelanto en la cien-
cia católica, como preclaramente lo amonesta nuestro Antecesor,
de feliz recordación, León XIII, cuando dice: «Si no es con el con-
LVI
ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII

sentimiento de los ánimos y colocados en firme los principios, no


será posible esperar de los esfuerzos aislados de muchos grandes
frutos en esta ciencia» 8 *.

S .). — Uso de la Sagrada Escritura en la instrucción de


LOS FIELES.

Varias maneras de emplear la Sagrada Escritura en el ministerio


sagrado.

Quien considerare aquellos enormes trabajos, que la exégesis


católica se ha echado sobre sí por casi dos mil años, para que la
palabra de Dios concedida a los hombres por las Sagradas Letras
se entienda cada día con más profundidad y perfección y sea más
ardientemente amada, fácilmente se persuadirá que a los fieles
de Cristo, y sobre todo a los sacerdotes, incumbe la grave obli-
gación de servirse abundante y santamente de este tesoro, acu-
mulado durante tantos siglos por los más excelsos ingenios. Porque
los Sagrados Libros no se los dió Dios a los hombres para satisfa-
cer su curiosidad o para suministrarles materia de estudio e inves-
tigación, sino, como lo advierte el Apóstol, para que estos divinos
oráculos nos pudieran «instruir para la salud por la fe que es en
Cristo Jesús» y «a fin de que el hombre de Dios fuese perfecto
y estuviese apercibido para toda obra buena». 35 Los sacerdotes,
pues, a quienes está encomendado el cuidado de la eterna sal-
vación de los fieles, después de haber indagado ellos con diligente
estudio las Sagradas Páginas, y habérselas hecho suyas con la
oración y meditación, expongan cuidadosamente estas soberanas
riquezas de la divina palabra en sermones, homilías y exhorta-
ciones; confirmen asimismo la doctrina cristiana con sentencias
tomadas de los Sagrados Libros, ilústrenla con preclaros ejem-
plos de la historia sagrada, y nominalmente del Evangelio de
Cristo nuestro Señor, y todo esto — evitando con cuidado y dili-
gencia aquellas acomodaciones propias del capricho individual y
sacadas de cosas muy ajenas al caso, lo cual no es uso, sino abuso
de la divina palabra — expónganlo con tanta elocuencia, con tanta
distinción y claridad, que los fieles no sólo se muevan y se infla-
men a poner en buen orden su vida, sino que conciban también
en sus ánimos suma veneración a la Sagrada Escritura. Por lo demás,
esta veneración procúrenla aumentar más y más cada día los
sagrados Prelados en los fieles encomedados a ellos, dando auge
a todas aquellas empresas, con las que varones llenos de espíritu
apostólico se esfuerzan loablemente en excitar y fomentar entre


Litt. Apost. Vigilantiae; Leonis XIII, Acta XXII, p. 237; Ench.
Bibl. n. 136.
36 Cf. II Tim. III, 17.
15,
ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII LVII

los católicos el conocimiento y amor de los Sagrados Libros. Favo-


rezcan, pues, y presten su auxilio a todas aquellas pías asocia-
ciones que tengan por fin editar y difundir entre los fieles ejem-
plares impresos de las Sagradas Escrituras, principalmente de los
Evangelios, y procurar con todo empeño que en las familias cris-
tianas se tenga ordenada y santamente cotidiana lectura de ellas;
recomienden eficazmente la Sagrada Escritura, traducida en la
actualidad a las lenguas vulgares con aprobación de la autoridad
de la Iglesia, ya de palabra, ya con el uso práctico, cuando lo per-
miten las leyes de la liturgia, y o tengan ellos o procuren que las
tengan otros sagrados oradores de gran pericia, disertaciones o
lecciones de asuntos bíblicos. Y por lo que atañe a las revistas,
que periódicamente se editan en varias partes del mundo con
tanta loa y tanto fruto, ya para tratar y exponer cuestiones según
la norma científica, ya para acomodar los frutos de estas inves-
tigaciones o al ministerio sagrado o a la utilidad de los fieles,
todos los sagrados ministros les presten su ayuda según sus fuer-
zas, y divúlguenlos oportunamente entre los varios grupos y clases
de su grey. Y los mismos sacerdotes en general estén persuadidos
de que todas estas cosas y todas las demás por el estilo que el
celo apostólico y el sincero amor de la divina palabra inventare,
a propósito para este designio, han de serles un eficaz auxiliar
en el cuidado de las almas.

Formación bíblica en los Seminarios.

Pero a nadie se le esconde que todo esto no pueden los sacer-


dotes llevarlo a cabo en regla, si primero ellos mismos, mientras
permanecieron en los Seminarios, no bebieron este activo y perenne
amor de la Sagrada Escritura. Por lo cual los sagrados Prelados,
sobre quienes carga el paternal cuidado de sus Seminarios, vigilen
con diligencia para que también en este punto nada se omita,
que pueda ayudar a la consecución de este fin. Y
los maestros
de Sagrada Escritura de tal manera lleven a cabo en los Semi-
narios la enseñanza bíblica, que armen a los jóvenes que han de
formarse para el sacerdocio y para el ministerio de la divina pala-
bra con aquel conocimiento de las divinas Letras y los imbuyan
en aquel amor hacia ellas, sin los cuales no se pueden obtener
abundantes frutos de apostolado. Por lo cual la exposición exe-
gética atienda principalmente a la parte teológica, evitando las
disputas inútiles y omitiendo aquellas cosas que nutren más la
curiosidad que la verdadera doctrina y piedad sólida; propongan
el sentido llamado literal y sobre todo el teológico con tanta soli-
dez, explíquenlo con tal competencia e incúlquenlo con tal ardor,
que en cierto modo sus alumnos experimenten lo que los discí-
pulos de Jesucristo que iban a Emaús, los cuales, después de oídas
las palabras del Maestro, exclamaron: «¿No es cierto que nuestro
LVIIT ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII

corazón se abrasaba dentro de nosotros, mientras nos descubría


las Escrituras¿»
36
De este modo las divinas Letras sean para
.

los futuros sacerdotes de la Iglesia por un lado fuente pura y pe-


renne de la vida espiritual de cada uno, y por otro alimento y
fuerza del sagrado cargo de predicar que han de tomar a su cuenta.
Y a la verdad, si esto llegaren a conseguir los profesores de esta
gravísima asignatura en los Seminarios, persuádanse con alegría
que han contribuido en sumo grado a la salud de las almas, al
adelanto de la causa católica, al honor y gloria de Dios, y que
han llevado a término una obra la más íntimamente unida con
el ministerio apostólico.

Oportunidad de la palabra de Dios en este tiempo de guerra:


consuelo para los atribulados, camino de justicia para todos.

Estas cosas que hemos dicho, Venerables Hermanos y amados


hijos, si bien en todas las épocas son necesarias, urgen sin duda
mucho más en nuestros luctuosos tiempos, mientras los pueblos
y las naciones casi todas se sumergen en un piélago de calami-
dades, mientras la gigantesca guerra acumula ruinas sobre ruinas
y muertes sobre muertes, y mientras, excitados mutuamente los
odios acerbísimos de los pueblos, vemos con sumo dolor que en
no pocos se extingue no sólo el sentido de la cristiana benignidad
y caridad, sino aun el de la misma humanidad. Ahora bien: a
estas mortíferas heridas del comercio humano ¿quién otro puede
poner remedio, sino aquél, a quien el Príncipe de los Apóstoles,
lleno de amor y de confianza, invoca con estas frases: «Señor,
¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna»¿ 3 '. Es, pues,
necesario reducir a todos y con todas las fuerzas a este misericor-
diosísimo Redentor nuestro; porque Él es el divino consolador
de todos los afligidos; Él es quien a todos — sea que presidan con
pública autoridad, sea que estén sujetos con el deber de obedien-
cia y sumisión — enseña la probidad digna de este nombre, la
justicia integral y la caridad generosa; Él es, finalmente, y sólo
Él, quien puede ser firme fundamento y sostén de la paz y de
la tranquilidad. «Porque nadie puede poner otro fundamento,
fuera del puesto, que es Cristo Jesús» 38 Y a este Cristo, autor de
.

la salud, tanto más plenamente le conocerán los hombres, tanto


más intensamente le amarán, tanto más fielmente le imitarán,
cuanto con más afición se sientan movidos al conocimiento y
meditación de las Sagradas Letras, especialmente del Nuevo Tes-
tamento. Porque, como dijo el Estridonés: «El ignorar las Escri-
turas es ignorar a Cristo» 39 y «si algo hay que en esta vida inte-
,

89 Luc. XXIV, 32.


« Ioan. VI, 69.
38 I Cor. III, 11.
39 S. Kieronymüs, Jn Isaiam, prologua; Ph. XXIV, col. 17.
Encíclica de s. s. pío xii LIX

resé al hombre persuada a permanecer con igualdad


sabio, y le
de ánimo entre aprietos y torbellinos del mundo, creo que
los
más que nada es la meditación y ciencia de las Escrituras» 40 .

Porque de aquí sacarán los que se ven fatigados y oprimidos con


adversidades y ruinas verdadero consuelo y divina virtud para
padecer, para aguantar; aquí, en los Santos Evangelios, se pre-
senta a todos Cristo, sumo y perfecto ejemplar de justicia, cari-
dad y misericordia; y al género humano desgarrado y trepidante
le están abiertas las fuentes de aquella divina gracia, postergada
la cual y dejada a un lado, no podrán los pueblos ni los directores
de los pueblos iniciar, ni establecer ninguna tranquilidad de situa-
ción ni concordia de los ánimos; allí finalmente aprenderán todos
a Cristo, «que es cabeza de todo principado y potestad» 41 y «que
fué hecho para nosotros por Dios sabiduría y justicia y santifi-
cación y redención» 4a .

CONCLUSION

Exhortación a los cultivadores de los estudios bíblicos.

Expuestas, pues, y recomendadas aquellas cosas que tocan a


la adaptación de los estudios de las Sagradas Escrituras a las
necesidades de hoy, resta ya, Venerables Hermanos y amados
hijos, que a todos y cada uno de aquellos cultivadores de la Biblia,
que son devotos hijos de la Iglesia y obedecen fielmente a su
doctrina y normas, no sólo les felicitemos con ánimo paternal
por haber sido elegidos y llamados a cargo tan excelso, sino que
también les demos nuevo aliento, para que continúen en cumplir
con fuerzas cada día renovadas, con todo empeño, y con todo
cuidado la obra felizmente comenzada. Excelso cargo, decimos:
¿qué hay, en efecto, más sublime que escudriñar, explicar, pro-
poner a los fieles, defender contra los infieles la misma palabra
de Dios, dada a los hombres por inspiración del Espíritu Santo?
Se apacienta y nutre con este alimento espiritual el mismo espí-
ritu del intérprete «para recuerdo de la fe, para consuelo de la
esperanza, para exhortación de la caridad» 43 «Vivir entre estas .

ocupaciones, meditar estas cosas, no conocer, no buscar nada


más, ¿no os parece que es un goce anticipado en la tierra del reino
celeste?» **. Apaciéntense también con este mismo manjar las

40 Id., In Ephesios, prologus; PL. XXVI, col. 439.


41 Col. II, 10.
42 I Cor. I, 30.
43
Cf. S. Aug. Contra Faustum XIII 18; PL. XLII, col. 294; CSEL.
XXV, p. 400.
44 S. Hieron., Ep. 53, 10; PL. XXII, col. 549; CSEL. LIV, p. 463 .
LX ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII

almas de los fieles, para sacar de él conocimiento y amor de Dios


y propio aprovechamiento y felicidad desús almas. Entréguense,
el
pues, de todo corazón a este negocio los expositores de la divina
palabra. «Oren, para entender» "; trabajen para penetrar cada
día con más profundidad en los secretos de las Sagradas Páginas;
enseñen y prediquen, para abrir también a otros los tesoros de
la palabra de Dios. Lo que en los siglos pretéritos llevaron a cabo
con gran fruto aquellos preclaros intérpretes de la Sagrada Es-
critura, emúlenlo también según sus fuerzas los intérpretes del
día, de tal manera, que, como en los pasados tiempos, así también
al presente tenga la Iglesia eximios Doctores en exponer las Di-
vinas Letras; y los fieles de Cristo, gracias al trabajo y esfuerzo
de ellos, perciban toda la luz, fuerza persuasiva y alegría de las
Sagradas Escrituras. Y en este empleo, arduo en verdad y grave,
tengan también ellos «por consuelo los Santos Libros» 46 y acuér-
dense de la retribución que les espera: toda vez que aquellos «que
hubieren sido sabios brillarán como la luz del firmamento; y los
que enseñan a muchos la justicia, como estrellas por toda la eter-
nidad» 47 .

Entretanto, mientras a todos los hijos de la Iglesia, y nomi-


nalmente a los profesores de la ciencia bíblica, al clero adolescente
y a los sagrados oradores ardientemente les deseamos que, me-
ditando continuamente los oráculos de Dios, gusten cuán bueno
y suave es el espíritu del Señor * 8 a vosotros todos y a cada uno
;

en particular, Venerables Hermanos y amados hijos, como prenda


de los dones celestes y testimonio de Nuestra paterna benevo-
lencia, os impartimos de todo corazón en el Señor la Bendición
Apostólica.
Dado en Roma, en San Pedro, el día del mes de sep- XXX
tiembre, en la festividad de San Jerónimo, Doctor Máximo en
exponer las Sagradas Escrituras, el año MDCCCCXXXXIII, quinto
de Nuestro Pontificado.

PIO PP. XII

*• S. Aug., De doctr. chriat. III, 56; PL. XXXIV, col. 89.


" I Mach. XII, 9.
47 Dan. XII, 3.
48 Sap. XII,
Cf. 1.
PROLOGO DE LOS TRADUCTORES

NO es
verdadero
nada fácil el oficio de traductor, si el que traduce
el proverbio italiano: «Traduttore, traditore».
no ha de hacer

La dificultad es mucho mayor cuando lo que se ha de traducir es la


Sagrada Escritura, cuyos textos originales fueron escritos en hebreo o en griego
bíblico, y la traducción ha de hacerse a una lengua de tan distinta índole como
respecto de aquéllas es la castellana.
Si la primera cualidad de una versión ha de ser la fidelidad, mucho más
necesaria será ésta al traducir la Sagrada Escritura, por ser obra divinamente
inspirada, palabra de Dios, pues de no dar la versión fielmente el sentido de
de los originales, ofrecería el traductor, como palabra de Dios, lo que realmente
sería palabra humana. Por eso, al hacer esta versión, nos hemos propuesto
que sea en primer término enteramente fiel. Aun siendo firmísimo el propósito,
son a veces insuperables las dificultades que a su realización se oponen, por
no haber siempre exacta correspondencia entre las palabras de las lenguas
originales y las de nuestra lengua. No creemos, sin embargo, que la fidelidad
obligue al traductor a seguir servilmente la letra del original, reproduciéndola
exactamente con palabras castellanas. Esto, más que una traducción, sería una
trascripción, y en la mayor parte de los casos, un verdadero galimatías inin-
teligible y enteramente insoportable. De traducciones así podríamos aducir
numerosos ejemplos; pero atendiendo a la brevedad, nos limitamos a consignar
el hecho.
También a las palabras del texto ha de atender el traductor; pero más
que a ha de atender, y principalmente, al sentido de las construcciones,
ellas
para darlo con escrupulosa fidelidad en la lengua a que traduce. Esto es impo-
sible de conseguir, si no ha de tener el traductor cierta libertad; pero es al mismo
tiempo causa de que el traductor navegue siempre entre dos escollos a cual más
peligroso: El excesivo servilismo a la letra y la excesiva libertad en la inter-
pretación. En evitar el uno y el otro hemos puesto gran empeño; mas segura-
mente habremos dado no pocas veces en alguno de los dos.
Las lenguas originales empleadas en la Biblia tienen, como todas las
lenguas, sus modismos, hebraísmos principalmente, y los tiene también la
lengua castellana. Los de aquéllas se corresponden a veces exactamente con los
de ésta, o han pasado a ella por el influjo que sobre nuestra lengua ha ejercido
la literatura bíblica. Cuando así es, no hay dificultad en la traducción. Pero
son muchos los casos enque el hebraísmo es intraducibie, o solamente con muchos
rodeos podría traducirse de manera que lo entendiese el lector castellano. En
estos casos, o hemos dado en la versión el sentido del mismo, o lo hemos aclarado
en breve nota exegética. >

En la trascripción de nombres propios, personales o geográficos,hemos


seguido el camino que siguió nuestra lengua al apropiárselos, acomodándolos
LXI1 PRÓLOGO DE LOS TRADUCTORES
a su índole. Así, hemos trascrito siempre por nuestra j el Iod inicial, excepto
en el. nombre Yave, por parecemos intolerable a oídos castellanos la palabra
que de hacerlo resultaría. No trascribimos las semivocales, creyéndolas sufi-
cientemente representadas por nuestras vocales. Hemos, sin embargo, excep-
tuado el He, sobre todo en principio de palabra, por tener en nuestra ortografía
su correspondiente, la h. Hemos prescindido de la diversa pronunciación, dura
o suave, de ciertas consonantes hebreas, excepto en los casos en que esa pro-
nunciación tiene correspondencia en los sonidos consonantes de nuestra lengua.
Todas las sibilantes, en que tan rica es la lengua hebrea, las trascribimos por
nuestra s, fuera del Zain, que corresponde a nuestra z o a nuestra c suave.
Hemos prescindido de la duplicación o alargamiento de las consonantes,
tan frecuente en hebreo, fuera de los casos en que, por darse dos nombres distin-
tos, uno con la duplicación y otro sin ella, el suprimirla podía ser causa de
confusión.
Tampoco trascribimos el Ayin más que por su vocal, ya que esta conso-
nante, ni tiene correspondiente gráfico en nuestro alfabeto, ni es para nosotros
pronunciable.
La trascripción de los nombres propios griegos no ofrece ya tanta dificultad,
por la mayor afinidad de ambas lenguas. Al trascribirlos, hemos seguido
también el proceso que al apropiárselos siguió nuestra lengua, acomodándonos
a las normas corrientes en la derivación de tantas palabras griegas como han
entrado a formar parte de nuestro léxico.
Además de la fidelidad, ha de tener toda buena traducción la claridad,
pues de nada serviría todo si la traducción fuera ininteligible. Hemos puesto
nuestro empeño todo en procurarla, hasta el punto de sacrificar a veces en aras
de ella otras deseables cualidades. Hay, sin embargo, casos en que la claridad
es imposible, si la versión ha de ser fiel, por ser oscuro el texto mismo; y en
estos casos hemos preferido dar el texto con su propia oscuridad, antes que
exponernos a falsearlo con nuestra interpretación,. En casos tales hemos pro-
curado aclararlo en breve nota exegética. Afortunadamente esos casos no son
muchos.
No está todo conseguido si se lograuna versión fiel y clara. Es preciso que
la versión esté verdaderamente en lengua castellana, en frase castellana, con
períodos castellanos, conforme a la sintaxis de nuestra lengua. Mas al procurar
esto se corre el peligro de. quitar a la obra su color semítico o griego. Es. pues,
necesario armonizar lo uno con lo otro, dar a la versión color castellano sin que
pierda su color hebreo o griego, y esto sí que es arduo y difícil. Por conseguirlo
hemos hecho cuanto nos ha sido posible; mas no se nos oculta que muchas veces
no hemos alcanzado.
lo
Hemos, pues, pretendido, al hacer esta versión directa de los textos origi-
nales de la Sagrada Escritura, dar al lector una versión castellana lo más
fiel, clara y limpia que nosotros hemos podido y sabido hacer. Lo difícil del
empeño en sí, y la buena voluntad que en lograrlo hemos puesto, muevan al
lector, no a disimular, mas si a perdonar los yerros que hayamos cometido.
es que, tanto el texto hebreo masorético, cuanto la versión alejandrina,
Sabido
y aun el texto griego del Nuevo Testamento, no han llegado hasta nos-
mismo
otros enteramente puros, y que a veces sus lecciones no son las originales de
los hagiógrafos. Por eso, a la interpretación ha de preceder la crítica de los
textos. AÍ hacerla, hemos procurado seguir siempre con la mayor escrupulosidad
las normas de la más sana critica, rechazando sólo las lecciones evidentemente
erróneas, por no dar sentido o dar un sentido contradictorio del contexto. Si a
veces, para la reconstrucción del texto, hemos tenido que recurrir a la conjetura,
hemos procurado reducirla a lo menos posible. Dar razón de esta crítica textual,
más que de una versión, es propio del comentario, y por eso tan sólo algunas
PRÓLOGO DE LOS TRADUCTORES LMTI

veces damos razón de ella en breve nota critica. Cuando en el texto masorético
hemo3 creído ver omisiones, hemos suplido. Cuando en él hemos creído ver
las
traslocaciones, el orden del texto y el que a nuestro parecer tuvo antes, van
suficientemente indicados por la numeración de los versos.
La versión va precedida de una breve introducción general a todos los libros
de la Sagrada Escritura. Hemos procurado que, dentro de la brevedad, sea
lo más completa posible, dando al lector lo más necesario para entrar prepa-
rado en la lectura de los libros.
Las introducciones especiales son generalmente introducciones a grupos
de libros; mas hemos creído conveniente hacer preceder también cada libro
de una introducción especial. En todas ellas hemos procurado ser breves, pero
completos en cuanto a lo más necesario.
Por lo que hace al orden de los libros, hemos seguido el tradicional, aunque
introduciendo en él una ligera modificación. En cada grupo de libros van éstos
en el orden acostumbrado; mas nos ha parecido conveniente invertir en algo
el de los grupos, poniendo los proféticos a continuación de los históricos y dejando
los sapienciales para el fin, ya que los proféticos son principalmente la expli-
cación o inculcación de la Ley, que principalmente contienen los históricos,
y los sapienciales son como la corona, la flor diríamos más bien, de la Ley
y de la profecía. Cuanto al Nuevo Testamento, en la sucesión de los grupos de
las epístolas paulinas hemos seguido el orden cronológico.
CONSEJOS DE SAN AGUSTIN A LOS LECTORES
DE LA SAGRADA ESCRITURA

«Cuantos temen a Dios y por la piedad son mansos, buscan en todos


estos libros la voluntad de Dios.
Como ya hemos dicho, lo primero en este empeño y trabajo ha de ser
conocer estos libros, leyéndolos, aunque no todavía para entenderlos;
más bien, o para aprenderlos de memoria, o por lo menos para que no le
sean enteramente desconocidos.
Después se ha de investigar ya más solícita y cuidadosamente lo que
en ellos claramente se dice, ya sean reglas de vida, ya reglas de fe; y en esto,
tanto más podrá hallar cada uno, cuanto mayor capacidad de entender
tenga, pues en esto que claramente se dice en las Escrituras está cuanto
pertenece a la fe y a las costumbres de vida; es decir, a la esperanza y a la
caridad, de que tratamos en el libro anterior.
Luego, una vez ya adquirida cierta familiaridad con el lenguaje mismo
de las Divinas Escrituras, procédase a explicar y discutir lo que de oscuro
hay en ellas, tomando ejemplos de locuciones claras, para ilustrar por
ellas las locuciones más oscuras, y por las sentencias ciertas resolver las
dudas de las dudosas. En esto servirá de mucho la memoria; pero si ésta
falta, no se la darán a nadie estas reglas.»

De Doctrina Christiana, 1. II, c. 9.


INTRODUCCIONES
INTRODUCCION GENERAL A LOS LIBROS
DE LA SAGRADA ESCRITURA

LA REVELACION PROFETICA

1. Las Sagradas Escrituras, inestimable


don de Dios.
Las sagradas Escrituras son un inestimable don de Dios, que el hombre
no podrá nunca suficientemente agradecerle. Elevado al orden sobrenatural,
a la participación de la misma naturaleza divina, y caído de él por el pecado
de nuestros primeros padres, plugo a Dios en su infinita misericordia. redi-
mirle, elevándole de nuevo a una altura sobrenatural, mayor todavía
que aquella de que cayó. Estos sus amorosos designios sobre él, ha ido Dios
descubriéndoselos al hombre gradualmente, revelándoselos, dándole así
a conocer los inefables misterios de la vida divina, de su amorosa providen-
cia, especialmente en cuanto a la redención, en los cuales participaría el
hombre, por su incorporación como miembro al cuerpo místico de la Iglesia,
cuya cabeza es el Unigénito del Padre, hecho carne, que con su sangre pre-
ciosa había de redimir a la caída humanidad de la servidumbre del pecado.

2. —Principal contenido de las Sagradas


Escrituras. La revelación.

Esta revelación, hecha de una manera gradual y progresiva, es el prin-


cipal contenido de las Sagradas Escrituras, pues aunque en ellas se con-
tengan otras muchas cosas, accesibles a la humana inteligencia, que reveló
Dios al hombre para que con mayor facilidad y certeza pudiera conocerlas
sin mezcla de error, todas ellas se subordinan al fin principal de las Sagra-
das Escrituras: Dar a conocer al hombre los inescrutables amorosos desig-
nios de Dios sobre él.

3. IVo son las Sagradas Escrituras la


fuente única de la revelación.

No son solamente las Divinas Escrituras las que contienen este sagrado
depósito. Se contiene, además, en la tradición viviente de la Iglesia de
Cristo, que es la fiel depositaría del divino tesoro y el intérprete autorizado
de los sagrados libros.
INTRODUCCIÓN GENERAL
Sólo la Iglesia puede indicarnos con infalible certeza cuáles son los
libros que, escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, contienen el
sagrado depósito. Cualquier otro criterio será del todo insuficiente y sólo
podrá servir para confirmar la verdad de la doctrina de la Iglesia, pues
siendo la inspiración un hecho sobrenatural, sólo una autoridad de orden
sobrenatural' e infalible podrá suficientemente certificarnos de él.

4. Las Sagradas Escrituras son obra de


Dios y del hombre.

Todos y sólo los libros canónicos, es decir, los que ha incluido la Iglesia
en su canon de las Sagradas Escrituras, han sido escritos bajo la inspira-
ción del Espíritu Santo, y son, por tanto, obra divina. Tienen a Dios por
autor principal, aunque sean también al mismo tiempo obra humana,
cada uno del autor que, inspirado, lo escribió. Este doble carácter de los
libros santos, totalmente obra de Dios, totalmente obra del hombre, es
fundamental y capitalísimo para el conocimiento e interpretación de las
Divinas Escrituras, y, de no tenerlo en cuenta, tropezará el lector de estos
libros con innumerables c insolublcs dificultades.
El autor humano es órgano, instrumento del Espíritu Santo, pero instru-
mento vivo y racional, que bajo la acción de Dios desarrolla su actividad y
usa de sus facultades de tal manera que en el libro por él escrito queda como
grabada su personalidad, que fácilmente podrá de él deducir el lector. Es,
pues, necesario, al interpretar, penetrar en ello cuanto sea posible, sin pres-
cindir de nada que pueda contribuir a darnos a conocer al autor en todos
sus rasgos personales característicos y en el desarrollo de su actividad, su
índole, su carácter, su formación espiritual, sus condiciones de vida, el
tiempo en que vivió, las fuentes que utilizó, ya orales, ya escritas; las formas
de decir o géneros literarios que empleó. En cuanto posible sea, nos hemos
de hacer otro él. (Véase la Encíclica Divino ajflante Spiritu.)

."».
La profecía.

Sacra doctrina llama muy bien Santo Tomás a la Sagrada Escritura, y


por consiguiente, a la Teología, que de ella toma sus principios, ordenándo-
los sistemáticamente y desarrollándolos, y considerando cuanto trata
bajo la razón formal de la divinidad, sub ratione Deitatis, pues es Dios
mismo, o algo a El ordenado como a principio o como a fin; y siempre visto a
la luz de la divina revelación y en cuanto por ella cognoscible. Esta luz
es el lumen propheticum, pues no ha querido Dios revelarse inmediatamente
a todos y cada uno de los hombres, sino a algunos solamente que, como
intermediarios entre Dios y el resto de los humanos, recibiesen de él las
divinas enseñanzas, y en su nombre y con su divina autoridad las transmi-
tiesen a los demás.

<». Los profetas.

Por esto han sido llamados profetas o intérpretes de Dios, y en su nombre


y con su divina autoridad transmiten las verdades sobrenaturales que
sobrenaturalmente les dió Dios a conocer. Por haber sido hecha de este
INTRODUCCIÓN GENERAL I.XXT

modo, se llama también la divina revelación doctrina profética, principal-


mente la del Antiguo Testamento, pues la del Nuevo nos ha sido hecha
directa e inmediatamente por el mismo Verbo de Dios encarnado, aunque a

los que no pudimos oírla de sus divinos labios, nos haya sido trasmitida
por sus apóstoles y discípulos en los libros que divinamente inspirados es-
cribieron algunos de ellos y en las divinas tradiciones que, de ellos recibidas,
conserva fielmente la Iglesia, fundada sobre ellos como cimiento por Cristo
Nuestro Señor.

7. Objeta de la profecía:

El objeto de estas divinas comunicaciones se extiende, según Santo


Tomás, a todas aquellas cosas que pueden ser conocidas por vía sobrenatural:
Los misterios de la vida divina, de su providencia, especialmente de la
redención; las leyes de las buenas costumbres, por las que el hombre se
encamina a Dios; sucesos futuros, etc. Es, pues, el objeto de la profecía
el mismo que el de la fe, que define San Pablo: Sperandarum substantía
rerum, la firme certidumbre de las cosas que esperamos, indicando así que
la fe nos muestra aquí, tras el velo del misterio, lo que con su visión nos
hará bienaventurados. Las otras cosas que no sean la verdad divina, en
tanto pertenecen a la fe, en cuanto tienen relación con Dios y nos declaran
algo de su naturaleza. Los mismos misterios de la humanidad de Jesucristo
y de su Iglesia sólo caen dentro del objeto de la fe en cuanto que por ellos
nos encaminamos a Dios: ln quantum per haec ordinamur ad Deum.

8- — Los grados de la profecía.

Dentro del amplísimo objeto de la ciencia que comunica Dios a sus


profetas, cabe distinguir varios grados en la ilustración de la mente del
profeta y el conocimiento por él así adquirido. Es el primero aquella ilus-
tración divina, en virtud de la cual conoce el profeta las verdades sobre-
naturales, los misterios divinos que se ofrecen a su mente, en forma clara,
inteligible y sin los velos de imágenes sensibles, y juzga de ellos. El segundo
es la ilustración en que las cosas divinas se presentan a la mente del profeta
revestidas de imágenes sensibles. El tercero, finalmente, es la ilustración
por la cual el profeta juzga, con una verdad y certeza que excede las
fuerzas del humano entendimiento natural de cosas cuyo conocimiento ad-
quiere por medios naturales. Es propio este último grado de profecía
de aquellos escritores sagrados que tratan de cosas cuyo conocimiento
es asequible a la razón, verbi gratia, de materias históricas. En esta
misma categoría pueden incluirse los que tratan de cosas aun sobrenatura-
les, cuyo conocimiento han adquirido por la vía ordinaria del estudio o de
la fe, por ser enseñanzas de profetas anteriores.

9 — hagíógrafos.
conocimiento profétieo
F.l
de los

Este último grado de profecía es el más común a los autores sagrados,


aunque en muchos de los libros santos se contengan partes, de mayor o
menor extensión, en que se exponen revelaciones por ellos Tecibidas en el
INTRODUCCIÓN GENERAL
modo correspondiente al primero o al segundo grado de la profecía. Con
viene, pues, determinar con alguna mayor precisión qué significa ese cono-
cimiento profético y qué es lo que añade al adquirido por vía natural y or-
dinaria. Santo Tomás dice que esa luz profética se les concedía para conocer
las cosas y juzgar de ellas secundum veritatem divinam, secundum certitudinem
veritatis divinae; con divina verdad, con la certeza de la divina verdad. La
Fe, como la Teología, contempla todas las cosas bajo una razón formal
,

divina y sobrenatural. De un modo semejante, los hagiógrafos conocen las


cosas y juzgan de ellas a la luz de los altos principios divinos, y conocen
y juzgan con aquella claridad, verdad y certeza que dimana de la que de
esos principios divinos tienen. Esos principios son como su filosofía de la
historia, basada, no en la especulación, sino en el conocimiento sobrena-
tural de los atributos divinos: Del poder, de la justicia, de la misericordia,
de la bondad, de la veracidad de Dios, que todas las cosas las ordena a la
manifestación de su Verbo y a la salud de los predestinados. Tal es, por ejem-
plo, la filosofía divina en que se inspira Moisés al narrar el origen de las
cosas, la historia de la humanidad primitiva, la de los patriarcas, la de
Israel. Tal la de Josué, al describirnos el cumplimiento de las divinas pro-
mesas en la distribución de la tierra prometida, etc. Esa misma es la que,
camino de Emaús, exponía el Salvador a sus dos discípulos, mostrándoles
por los profetas, a partir de Moisés, cómo era preciso que Cristo muriese
y por la muerte entrase en su gloria. La misma era la que exponía el santo
Protomártir en su discurso ante el Sanedrín, que tantas dificultades en-
cierra para los exegetas demasiado esclavos de la letra. El Espíritu Santo,
que es quien inspira a los santos, es siempre el mismo, y siempre les mues-
tra las cosas a la luz de Dios y les hace en todas buscar a Dios.
Este aspecto del conocimiento de las cosas contenidas en la Sagrada Es-
critura es común a los Profetas y Hagiógrafos o Escritores Sagrados por ilu-
minación divina, y a los simples fieles por fe y teología, pues constituye el
objeto formal quod, o ratio formalis quae attingitur en todo conocimiento sobre-
natural, que versa acerca de Dios y sus misterios o acerca de las criaturas en
orden a Dios.
Mas en el conocimiento profético y hagiográfico hay otro aspecto, que les
es propio y singular y constituye como su objeto formal qno, y es la luz divi-
na (lumen propheticum) con el que juzgan con infalible certeza divina déla
verdad de las cosas que enseñan de palabra o por escrito, aunque se trate de
aquellas verdades cuyo conocimiento hayan adquirido por modo ordinario de
la razón o del magisterio de tradición o del estudio de anteriores libros
sagrados.
Esta luz sobrenatural, junto con la moción divina para escribir, constitu-
ye la inspiración de los libros sagrados, en virtud de la cual éstos son, al
— — —
mismo tiempo, obra de Dios autor principal y de los Hagiógrafos instru-
mentos racionales —toda de Dios, y toda de los autores sagrados,
:

10. — El progreso de la revelación


profética.

Esta revelación profética de las verdades divinas se ajusta a una ley


que importa mucho conocer. Es la ley del progreso, que expone admira-
blemente Santo Tomás, extendiéndola a todas las verdades, tanto a las
especulativas cuanto a las prácticas. La doctrina de la fe va desarrollándose I

a la manera como se desarrollan las verdades de una ciencia, procediendo de


los principios a las conclusiones. La razón de este progreso no está en Dios,
INTRODUCCIÓN GENERAL t.xxm

cjüfe desde el primer momento podía revelarlo todo, sino en el hombre,


que no era materia dispuesta para recibir de una vez todo cuanto Dios que-
ría comunicarle. Aun los mismos profetas, órganos del magisterio divino,
aunque más ilustrados que el pueblo a quien se dirigían, no siempre vieron
cuanto en sus conceptos y en las palabras con que los expresaban iba im-
plícito. También para ellos había un progreso correspondiente al del pueblo,
pues siendo el fin de la profecía el bien y la utilidad espiritual del pueblo,
tanto a cada uno de ellos se les comunicaba en términos claros o en imáge-
nes y símbolos, cuanto en cada tiempo convenía enseñar al pueblo. As
llevó Dios a plena ejecución su plan, comenzando la revelación desde los
orígenes mismos de la humanidad. Jesucristo, que es el fin y la consumación
de la antigua alianza, puso el sello a la divina revelación, por sí epor sus
apóstoles y discípulos, y entregó a su Iglesia esc divino tesoro de la reve-
lación, dándole al mismo tiempo su Espíritu, y asegurándola con la promesa
de su asistencia hasta el fin de los siglos. Con ella y por ella repite la Iglesia
día tras día al mundo las mismas divinas enseñanzas en forma acomodada
a las necesidades de cada época, para que nadie se vea privado del don
de Dios.

II

LA INSPIRACION Y LA VERACIDAD DE LAS


SAGRADAS ESCRITURAS

11. — La Sagrada Escritora es veras con


verdad divina.
Es doctrina de la Iglesia que cuanto se contiene en las Sagradas Es-
crituras ha sido inspirado por Dios, y es, por consiguiente, infaliblemente
verdadero en el sentido en que el autor inspirado intentó decirlo, sin que
en esto haya que distinguir entre cosas tocantes o no tocantes a la fe y
a las costumbres. Así dice León XIII que no puede tolerarse la conducta
de los que en la solución de las dificultades no vacilan en conceder que la
inspiración se extiende sólo a las cosas de fe y costumbres, y dicen que
cuando se trata de la verdad de las sentencias de la Escritura, no se ha
de atender tanto a lo que dice Dios cuanto a la razón por que lo dice.
Todos los libros que la Iglesia recibe y propone como canónicos y sagrados
han sido en todas sus partes escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo;
y está la divina inspiración tan lejos de admitir error alguno, y tanto por
su misma naturaleza lo excluye, cuanto es imposible que Dios, suma verdad,
esté sujeto a error. Tal es la antig'ua fe de la Iglesia, definida solemnemente
por los Concilios de Florencia y Trento, confirmada por fin y más solem-
nemente expuesta por el Concilio Vaticano. (Encíclica Providentiaaimva
Deua.)

18. —La verdad en las cosas de ie


y costumbres.
No se limita esta veracidad a las cosas de fe y costumbres, aunque sena
éstas el objeto propio y per ae de la Sagrada Escritura, al cual se ordena
todo lo demás que en ella se dice; pero en éstas ha de tenerse en cuenta prin-
LXXIV INTRODUCCIÓN GENERAL

cipalmente loque en el número 10 se dijo acerca del progreso de la reve-


lación, sin lo cual no sería posible establecer la concordia entre el Antiguo
y el Nuevo Testamento.

0 f.3.
-La verdad en las cosas naturales.

Los libros sagrados hablan con frecuencia de las cosas creadas, y en


ellasnos muestran la grandeza del poder, de la soberanía, de la providencia
y de la gloria de Dios; pero como la misión de los autores inspirados no era
enseñar las ciencias humanas, que tratan de la íntima naturaleza de las
cosas y de los fenómenos naturales, y acerca de ellas no recibían por lo gene-
ral revelación alguna, nos las describen, o en lenguaje metafórico, o según el
corrientemente usado en su época, como sucede todavía en muchos puntos
aun entre los más sabios. El lenguaje vulgar describe las cosas tal cual las
perciben los sentidos; y así también el escritor sagrado, advierte Santo Tomás,
expresa las apariencias sensibles, o aquello que Dios mismo, hablando a los
hombres, expresa de humano modo, para acomodarse a la humana capa-
cidad. (Encíclica Providentissimus Deus.)

14 — I.a verdad en las cosas históricas,

Es historia una gran parte de los libros sagrados. Contiene ésta, en pri-
mer término, la narración de hechos que forman parte del tesoro revela-
do, como, por ejemplo, el pecado de nuestros primeros padres, el nacimiento
de Cristo, su muerte y su resurreción, etc. Otros hay que, si no cada uno de
por sí, pero sí en su conjunto, constituyen el objeto de algún dogma, por ser
como la expresión de una ley de la sobrenatural intervención de Dios en
la economía de la salud. Tales son las profecías y los milagros. Estas cosas
vienen a ser la realización del artículo de la fe credo in Spiritum Sanctum,
qui locutus est per prophetas; pero la mayor parte de la historia sagrada la
forman sucesos naturales, que muestran la providencia de Dios sobre Israel
o sobre el mundo todo, ordenada a la realización de sus designios de salud
por Jesucristo. En la narración de estos hechos, los autores sagrados, como
inspirados, son del todo infalibles, como lo son en las cosas de fe y costum-
bres, ya que escriben la historia sagrada inspirados por el Espíritu Santo,
autor principal de la Sagrada Escritura, que ni puede engañarse ni enga-
ñarnos. Esta es la doctrina de la Iglesia, que hemos de retener firmemente
y siempre al interpretar la Escritura.
Para resolver las dificultades históricas que se presenten, hemos de exa-
minar con toda atención y rigor científico el texto sagrado y los documentos
profanos, no dando por cierto como sentido de la Sagrada Escritura lo que
realmente no lo es, ni dando por dato histórico cierto lo que en verdad no
dice monumento o documento.
el
En esto es preciso tener muy en cuenta las enseñanzas de la Encíclica
Divino af/lanle Spiritu. No es tan fácil muchas veces conocer lo que en
sus escritos intentan decir los antiguos orientales como lo es en nuestros
escritores contemporáneos, ni puede esto conocerse sólo por la gramática
o sólo por el contexto. Para entender lo que ellos quisieron significar con
sus palabras, le es necesario al intérprete trasladarse mentalmente a aquellos
remotos siglos del Oriente y ayudarse de todos los recursos de la Historia,
INTRODUCCIÓN GENERAL LXXV

de la Arqueología y de otras disciplinas, para ver con la posible claridad y


distinción qué géneros literarios quisieron emplear y emplearon aquellos
vetustos escritores, pues no fueron siempre las de las antiguos orientales
las mismas formas de decir que hoy nosotros usamos, sino otras recibidas
y corrientemente usadas en sus tiempos y países. Cuáles fueran éstas no
puede establecerlo el exegeta de antemano, sino que ha de deducirlo de
la escrupulosa investigación de la antigua literatura del Oriente, que, hecha
en los últimos decenios con mayor cuidado y diligencia, nos ha dado a cono-
cer con más claridad las formas de decir en aquellos antiguos tiempos usa-
das, ora en la poesía, ora en la legislación y en las normas de la vida, ora, por
fin, en la narración de hechos y acontecimientos.

III

SENTIDOS DE LA ESCRITURA Y REGLAS HERMEIVEL^TICAS

15. — El sentido literal.

Es sentido literal el pensamiento que las palabras de la Escritura


el
expresan según la intención de quien las dice. No importa que las palabras
estén tomadas en su significación propia o en una acepción metafórica;
el sentido "que según la intención del autor expresan es siempre literal, lite-
ral propio o literal metafórico. En la religión se dan también cosas o accio-
nes que se ordenan a expresar ideas y sentimientos del que las ejecuta.
Tales ideas y sentimientos son, por consiguiente, sentido literal de las
mismas. Pero la Sagrada Escritura es toda obra de dos autores: el autor
humano y el Espíritu Santo, que le ilustra y le mueve a escribir. Como
advierte Santo Tomás, la mente del autor sagrado es instrumento imper-
fecto del Espíritu Santo inspirante, y, por tanto, aun los verdaderos pro-
fetas no siempre alcanzan todo cuanto en las visiones que vieron o en las
palabras que oyeron quiso el Espíritu Santo encerrar. Dios no comunica
siempre a cada uno de los profetas toda la luz que por medio de ellos quiere
derramar sobre el mundo, y cada uno de ellos viene a representar una fase
en el progreso del magisterio divino, sin tener a veces por eso pleno cono-
cimiento de cuanto oscura e implícitamente se halla en sus profecías con-
tenido.
De aquí que en las Sagradas Escrituras puedan distinguirse dos
sentidos literales: uno, el propiamente literal histórico; el otro, más espi-
ritual, que, por tener en el Evangelio su pleno desarrollo, puede llamarse
evangélico. El primero depende de las circunstancias históricas del escri-
tor sagrado y de las de los destinatarios inmediatos de su obra. Tal, por
ejemplo, el sentido histórico de la Ley, es el que ésta tenía para los israelitas
que la practicaban y para quienes era norma de vida.
El segundo viene a ser el mismo literal histórico visto a la luz de reve-
laciones posteriores, principalmente de la revelación evangélica. Es, por
tanto, más amplio, más perfecto, pues el Espíritu Santo, que destinaba las
Sagradas Escrituras, aun las del Antiguo Testamento, para alimento espi-
ritual de la Iglesia de Cristo, no coartaba el sentido de la letra a la mente
del escritor sagrado, ni a la necesidad transitoria del pueblo de Israel, al
cual iban inmediatamente destinados los libros. Y así vemos qw en los
LXXVI INTRODUCCIÓN GENERAL
Salmos y en otros libros que a diario usa la Iglesia, hallan los fieles sublimes
enseñanzas religiosas y la expresión de los más exquisitos sentimientos
de piedad, como si para los cristianos directamente hubieran sido escritos,
pues, como dice Santo Tomás, «el Espíritu Santo fecundó la Sagrada Es-
critura con verdad más abundante que la que los hombres pueden com-
prender» (II, Sent. 12, 1, 2 ad 7).

16. — Reglas para la investigación del sentido


literal histórico y del evangélico.

Las reglas hermenéuticas que en la investigación del sentido histórico


se deben seguir están condensadas en estas palabras de Eutimio: «Los que
leen las Sagradas Escrituras deben inquirir la intención del que habla, las
disposiciones del que oye, atender a los lugares y a los tiempos, observar
los modismos, y no tomar de igual modo todas las cosas, si quieren alcanzar
el sentido y no quedarse en la superficie de la letra. » En cuanto al espiritual
o evangélico, más perfecto que el histórico, pues la tendencia a la espiritua-
lidad y a la perfección es la norma de la acción divina sobre el hombre, son
dos las reglas que en su investigación han de observarse. Es la primera la
unidad lógica que liga todas las verdades reveladas, haciendo de ellas un
perfecto organismo. La segunda es el progreso de la revelación, la tendencia
al desenvolvimiento lógico de esas verdades, partiendo de los más elemen-
para llegar a las más elevadas cumbres. Atendiendo a esta
tales principios
tendencia ascensional, y apoyados en el sentido histórico de los lugares
que sobre cada punto de la doctrina revelada forman como una cadena, po-
dremos ver implícitas en textos oscuros de los primeros libros verdades
que más claramente se contienen en libros posteriores, hasta llega' al Nuevo
-

Testamento, conforme al antiguo axioma: Vetua Testamentum in Novo patet,


Nomim in Vetere latet.

17. — El sentido tipleo.

La tradición judía y la cristiana reconocen que hay en la Escritura


además del sentido literal, un sentido en que no son las palabras, sino
las cosas o personas por ellas expresadas, las que inmediatamente signi-
fican. «El autor principal de la Escritura, dice Santo Tomás, es Dios, en
cuyo poder está emplear, para significar las ideas, no sólo palabras, sino
también cosas. Y
siendo común a todas las ciencias expresar las ideas con
palabras, ciencia de la Sagrada Escritura tiene esto de propio: Que
la
en ella también significan algo las cosas mismas, expresadas por las pala-
bras. Esa primera significación, por la que las palabras expresan las cosas,
pertenece al sentido literal <> histórico; aquella otra, en virtud de la cual
las cosas mismas contenidas en las palabras representan y expresan a su
vez otras cosas, se llama sentido típico, que supone el literal, y en él se
apoya.» La razón objetiva de este sentido la expone Santo Tomás como
sigue: «Dios, autor del orden sobrenatural y ordenador de los hechos
históricos, va disponiendo suavemente el curso de los sucesos, de suerte
que todo se dirija a la glorificación de su Verbo y a la realización de su
obra de salud.» La semilla de la verdad va disponiendo las almas a recibir
la revelación del gran misterio; las instituciones y observancias de la ley
fomentan la piedad y el fervor religioso, que recibirán de Cristo su última
porfección; las personas, los acontecimientos de la vida familiar o nació-
INTRODUCCIÓN GENERAL LXVVII

nal, que contribuyen a preparar la obra mesiánica, sirven por el mismo


caso para anunciar desde lejos al gran Rey de las naciones, y para ir,
aunque confusamente, dibujando el plan de su obra portentosa. Los pro-
fetas señalan repetidas veces la liberación de la servidumbre egipcia
como señal y prenda cierta de otra liberación más insigne; la de la cautivi-
dad babilónica o de la salud mesiánica. La bondad divina, mostrada
por algún hecho especial, era motivo para excitar la confianza de los fieles
en recibir otros más excelentes favores de Dios y prepararlos para ellos.
Así se cumple que la vida en la antigua Ley es en todo una preparación de
la vida cristiana, y la Ley misma, la primera etapa, la figura, el vaticinio
del Evangelio. Debe, sin embargo, advertirse que este sentido, por la mis-
ma imprecisión de los signos que lo expresan, aunque apto para fomentar
la piedad, no sirve para probar los dogmas de la fe, sino cuando ae su
existencia en un determinado lugar de la Escritura, nos conste por la
autoridad de un autor inspirado, la de la Iglesia o la unánime interpreta-
ción de los Padres. En estos casos tendrá el texto Ja autoridad de Jos intér-
pretes.

10 La Tradición y la Escritura.

Además de estas normas hermenéuticas, derivadas de la naturaleza


divina de las Escrituras, se impone a los católicos la autoridad de la Tra-
dición, representada por el magisterio de la Iglesia y las enseñanzas de
los Santos Padres. Podría parecer que esto es un elemento extraño a
la Escritura, y que, como dicen los heterodoxos, impide y coarta el estudio
científico de la misma. ¿Cómo justificar esta intrusión? No hay tal intru-
sión. La verdad divina, que es el objeto de la Sagrada Escritura, fué de-
positada primero en la mente de los profetas, órganos de Dios, para la
revelación de sus misterios. Los profetas, antes que nadie, recibieron la
vida que de esa revelación brota, y laboraron luego por infundirla en el
corazón del pueblo elegido, antes de que la escribieran en sus perga-
minos. No otra fué también la obra de Cristo y de sus apóstoles y discí-
pulos. De manera que la verdad revelada, alma y vida de la Iglesia, antes
que en los libros, fué escrita en la inteligencia y en el corazón de la misma.
Allí reside vivificada por el Espíritu Santo, libre de las mutaciones de los
tiempos y de la fluctuación de las humanas opiniones; no expuesta a los
descuidos de los amanuenses, ni a la ignorancia de los trascriptores y tra-
ductores, ni a la malicia de los herejes, manifiesta a los sencillos, oculta a
los soberbios y segura de los tiranos. El Espíritu Santo, que la depositó en
la Iglesia, es el que da a ésta la inteligencia de la misma, y, por la inteli-
gencia, la vida. Por eso el sentir de la Iglesia católica, la doctrina de los
Padres y Doctores, que son sus portavoces y testigos, la voz del mismo
pueblo fiel, unido a sus pastores y formando con ellos el cuerpo social de
la Iglesia, son el criterio supremo, según el cual se han juzgado siempre las
controversias acerca de los puntos doctrinales, así teóricos como prác-
ticos; y así decretó el Concilio Tridentino que en la exposición de la Sa-
grada Escritura, en las cosas de fe y costumbres, a nadie es lícito apartarse
del sentir de los Padres y de la Iglesia.
Pío XII, en su Encíclica «Divino afflante Spiritu», dice: «Es preciso
S. S.
que no se contenten con exponer lo que toca a la historia,
los intérpretes
a la arqueología, a la filología y otras disciplinas semejantes, como por des-
gracia sucede en ciertos comentarios, sino que usando de éstos en cuanto
pueda contribuir a la exégesis, se esfuercen principalmente por exponer
r.xxvrn INTRODUCCIÓN GENERAL
la doctrina teológica tocarte a la fe y las costumbres de cada libro o cada
texto, para que esta exposición suya pueda servir a los teólogos para pro-
poner y confirmar los dogmas, y sirva también a los sacerdotes para enseñar
al pueblo fiel la doctrina cristiana, y contribuir a que los fieles todos vivan
una vida santa y digna de un cristiano.»

IV
EL CANON DE LOS SAGRADOS LIBROS

19. — Criterio ile carionieidsíd.

Llamase canon a toda regla de la fe o de la disciplina eclesiástica.


De aquí procede la denominación de canónico» que se da a los libros sa-
grados como tales, pues son regla de nuestra fe y de la vida cristiana,
y, ademas, porque han sido incluidos en otra regla más alta y universal,
que es la tradición viva de la Iglesia. De esta regla decía San Agustín
que no creería en la Escritura si no le dijera la Iglesia que había que creer
en ella. Entradición de Ja Iglesia se contiene la doctrina, no sólo acerca
la
de la naturaleza de los libros santos, sino de cuáles son éstos. El medio
por el cual se nos transmite esto último es principalmente la lectura pública
de estos libros en la liturgia eclesiástica. Por eso los más antiguos docu-
mentos oficiales que poseemos sobre el canon de los libros sagrados re-
gulaban lectura pública en la Iglesia. En ella, sobre todo, se apoyaron
la
los Concilios de Florencia y de Trento para definir y declarar de fe el
siguiente:

30. Canon do los Libros Sagrados.

«Son los que a continuación se enumeran: Del Antiguo Testamento:


cinco de Moisés, a saber: El Génesis, El Exodo, El Levítico, Los Núme-
ros y El Dculeronomio; Josué, Jueces, Rut, cuatro de los Reyes, dos de
los Fnralipómenos; Esdias, el primero, y el segundo, que se llama Nchc-
ni ías; Tobías, Judil Esl er, Job; el Salterio davídico, que comprende 150 sal-
,

mos; Proverbios, Eclcsiaslcs, Cantar de los Cantares, Sabiduría, Eclc-


siáslico, Isaías; Jeremías con Baruc, Ezequiel, Daniel; doce profetas me-
nores, a saber: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nalium, Ha-
badle, Sofonías, Aseo, Zacarías y Malaquías; y dos de los Macabeos, pri-
mero y segundo. Del Nuevo Testamento: cuatro Evangelios: de San Mateo,
de San Marcos, de San Lucas y de San Juan; Hechos de Apóstoles,
escritos por el evangelista San Lucas; catorce Epístolas de San Pjblo Após-
tol: a los Romanos, dos a los Corintios, a los Calatas, a los Efcsios, a los
Filipenses, a los Coloscnses, dos a los Tcsaloniceitses, dos a Timoteo, a
Tilo, a Filcmón y a los Hebreos; dos de San Pedro Apóstol, tres de San
Juan Apóstol, una de Santiago Apóstol, una de San Judas Apóstol y el
Apocalipsis de San Juan Apóstol.»
A esta lista añadió el Concilio Tridentiiio el siguiente canon: «Si alguno
no recibiere por canónicos y sagrados estos libros, íntegros, con todas sus
partes, como en la Iglesia católica acostumbraron a leerse y se contienen
en la aufigua edición Vulgafa latina, sea anatema.»
INTRODUCCIÓN GENERAL LXXIX

Estos libros suelen distinguirse en protocanónicos y deuterocanónicos,


según que desde luego y sin vacilaciones fueron reconocidos como canó-
nicos, o fueron objeto durante algún tiempo de dudas y discusiones. Los
deuterocanónicos del Antiguo Testamento son: Tobías, Judit, los dos de
los Macabeos, Eclesiástico, Sabiduría y Baruc, con algunos fragmentos de
Ester y Daniel. Los del Nuevo Testamento son: Epístola a los Hebreos,
II de San Pedro, II y III de San Juan, la de Santiago, la de San Judas
y el Apocalipsis de San Juan.

V
TEXTOS Y VERSIONES

21. — Lenguas en que fueron escritos los


originales de la Sagrada Escritura.

Acerca de un libro, sobre todo si es antiguo, importa mucho conocer


dos cosas: La lengua en que fué escrito y la fidelidad con que su texto repro-
duce el original del autor. Esto impone a los estudiosos de la Sagrada Es-
critura larga y penosa labor. Los libros santos fueron escritos en la lengua
hablada por aquellos a quienes inmediatamente se. destinaron. Así, la ma-
yoría de los libros del Antiguo Testamento fueron escritos en hebreo. Al-
gunos de ellos tienen trozos en arameo, lengua afín y muy semejante al he-
breo, y que hablaron vulgarmente los judíos desde los tiempos de la cauti-
vidad babilónica. Finalmente, hay también algunos escritos en griego,
lengua hablada por los judíos después de la dispersión, sobre todo en
Egipto; y otros que, originalmente escritos en hebreo o en arameo, sólo
se han conservado en una versión griega. De los libros del Nuevo Testa-
mento sólo el Evangelio según San Mateo fué originalmente escrito en
arameo, como inmediatamente destinado a los judíos convertidos de Je-
rusalén; pero sólo en la versión griega se ha conservado, y en griego fueron
originalmjnte escritos todos los otros libros. Esta doctrina va resumida
en el siguiente cuadro sinóptico.

/ Daniel: Hebreo, con fragmentos árameos, y griegos


deuterocanónicos.
Esdras: Hebreo, con inserción de documentos
árameos.
Ester: Hebreo, con fragmentos griegos deuteroca-
nónicos.
I Eclesiástico y Libro 1 de los Macabeos: Hebreo,
Antiguo Testamento. ' pero conservados en griego.
Tobías y Judit: Hebreo o arameo, conservados en
griego.
Baruc, fragmentos deuterocanónicos de Daniel y
Ester: Hebreo, conservados en griego.
Sabiduría y Libro II de los Macabeos: Griego.
I Todos los demás: Hebreo y conservados en hc-
\ breo.

¡Evangelio según San Mateo: Arameo, conservado


en griego.
Todos los otros: Griego.
LXXX INTRODUCCIÓN GENERAL

22. — Versiones antiguas.


Los judíos de la dispersión primero, y luego los cristianos, que no en-
tendían la lengua original de los libros sagrados, hubieron de procurarse ver-
siones de ellos en su lengua vulgar, para poder leerlos en las sinagogas
y en las iglesias. A los judíos de Alejandría se debe la primera y más anti-
gua versión de la Biblia hebrea, hecha por varios autores, entre los si-
glos ni y i antes de Cristo. Es la versión llamada de los LXX, que los
Apóstoles autorizaron con su uso y entregaron a las iglesias por ellos
fundadas. De esta versión griega, por desconocer el hebreo, hicieron des-
pués versiones los latinos, los coptos y otros, mientras que los sirios, cuya
lengua es afín del hebreo, hicieron directamente de esta lengua la versión
a la suya.

23. — Orígenes de la Vulgata latina.

A
San Jerónimo, llamado por la Iglesia Doctor maximus in ir.terprctandis
debe un triple trabajo sobre ellas. Primeramente corri-
sacrifi scripturis, se
gió la versión latina del Salterio, según la edición griega corriente. Después
corrigió el mismo Salterio y otros libros del Antiguo Testamento, según
la edición hexaplar de Orígenes. Por último, tradujo directamente del he-
breo todos los libros del canon judío, y del arameo, los libros de Tobías y
Judit. Algunos de estos trabajos no pasaron al uso público de las iglesias
y sólo se conservaron en poder de los eruditos. Los demás fueron siendo
poco a poco adoptados por las iglesias, aunque mezclados con lecciones de
la primitiva versión latina y reteniendo otras de ésta que San Jerónimo
con sus correcciones había excluido. De estos elementos vino a formarse el
texto de la actual Vulgata, que el Concilio de Trento, apoyándose, no en
un examen crítico de la versión, sino en el uso tradicional de la Iglesia,
declaró auténtica, mandando que nadie, bajo ningún pretexto, osara recha-
zarla en los actos públicos del magisterio ordinario de la Iglesia, como
lecciones, predicaciones, etc. Elcuadro trazado a continuación como resu-
men indica los elementos de que consta la Vulgata, cuya corrección, des-
pués de la verificada por Sixto V y Clemente VIII, está actualmente enco-
mendada a la Orden Benedictina.

/ a) Libros protocanónicos: Traducidos del hebreo


por San Jerónimo, excepto el
b) Salterio: Corregido por San Jerónimo según el
texto hexaplar.
I c) Tobías y Judit: Traducidos por San Jerónimo
I del texto arameo.
I d) Baruc y los Macabeos: De la versión latina pri-
mitiva.
Antiguo Testamento. < e) Fragmentos deuterocanónicos de Daniel: Tra-
ducidos por San Jerónimo del texto griego de
Teodoción.
/) Fragmentos deuterocanónicos de Ester: Tra-
ducidos por San Jerónimo del texto griego
de los LXX.
g) Sabiduría y Eclesiástico: De la antigua latina,
ligeramente corregidos por San Jerónimo se-
\
gún el texto griego.
INTRODUCCIÓN GENERAL LXXXl

1 a) Evangelios: Corregidos ciertamente por San Je?


M T ) rónimo según el texto griego.

) 6) Los demás libros: Corregidos probablemente por
San Jerónimo según el texto griego

24. —Autenticidad do la Vulgata.

Respecto de la autenticidad de la Vulgata, más que decir nada por nuestra


cuenta, preferimos reproducir lo que respecto de ella dice S. S. Pío XII en
su Encíclica «Divino afilante Spíritu».
Nadie piense que el uso de los textos primitivos, hecho según las normas
de la critica, se opone en modo alguno a lo que sabiamente decretó ei Con-
cilio Tridentino acerca de la Vulgata latina, pues como lo atestigua la His-
toria, los Padres del Concilio, lejos de oponerse al uso de los textos primi-
tivos, expresamente rogaron al Pontífice que «en favor de las ovejas de
Cristo encomendadas a Su Santidad», procurase también que, además de
lá edición de la Vulgata latina, «tuviese la Santa Iglesia de Dios un ejem-
plar griego y uno hebreo, lo más corréelos posible», deseo al que, si por lo
difícil de los tiempos y por otros impedimentos no se pudo responder ple-
namente, al presente, como esperamos, unidos los esfuerzos de todos los
católicos doctos, podrá satisfacerse más perfecta y plenamente. Que el
Concilio mandara que la Vulgata latina fuese la versión latina «que todos
tuviesen por auténtica», sólo, como todos ven, afecta a la Iglesia latina y
al uso público en ella de la Escritura, y sin duda no disminuye en nada la
autoridad y la fuerza de los textos primitivos. Pues ni se trataba entonces
de textos primitivos, sino de las versiones latinas entonces divulgadas, entre
las cuales muy justamente mandó el Concilio preferir aquella que «por el
prolongado uso de tantos siglos ha sido aprobada en la Iglesia misma». Por
tanto, esta superior autoridad de la Vulgata o, como suele decirse, auten-
ticidad, no la fundó el Concilio en razones principalmente críticas, sino más
bien en el legítimo uso de la Iglesia por el decurso de tantos siglos, que
demuestra que está inmune de todo error en las cosas de fe y costumbres,
de modo que puede ser aducida, con el testimonio y la confirmación de la
misma Iglesia, seguramente y sin temor alguno de errar, y por tanto esta
autenticidad no se dice principalmente crítica, sino más bien jurídica. Por
lo cual esta autoridad de la Vulgata en las cosas doctrinales no prohibe —
sino

más bien hoy casi exige que esa misma doctrina se compruebe y confirme
también por los textos primitivos y que a esos mismos textos se acuda, para
que cada vez más se aclare y explane la significación de las Sagradas Letras.
Ni se prohibe tampoco por el decreto del Concilio Tridentino, que para
el uso y bien de los fieles de Cristo y para más fácil inteligencia de la divina
palabra, se hagan versiones en las lenguas vulgares, y se hagan también
éstas de los mismos textos primitivos, como ya, con la aprobación de la auto-
ridad de la Iglesia, sabemos que en muchas regiones se ha hecho.

25. — Versiones española».

Las múltiples versiones españolas, ya totales, ya parciales, de los libros


sagrados son, unas, del texto latino de la Vulgata; otras, de los textos origi-
nales. Las primeras contienen todos los libros, como hechas por autores ca-
tólicos; las segundas, como hechas por judíos o protestantes, sólo contienen

VI
UCXXI1 INTRODUCCIÓN GENERAL

los libros protocanónicos del Antiguo Testamento, es decir, aquellos cuyo


texto hebreo ha llegado hasta nosotros, las de judíos, o los protocanónicos
de uno y otro Testamento, las de protestantes.
1.° En su Crónica General, Alfonso X, el Sabio, incluyó la traducción
de casi toda la Escritura, hecha del latín: Biblia alfonsina.
2° En los siglos xiv y xv, los judíos hicieron hasta seis versiones de la
Biblia, la principal de las cuales, la única impresa, es la llamada Biblia de
Alba, editada en Madrid. Imprenta Artística, 1920.
3.° En el 1553, los judíos españoles residentes en Italia publicaron la
Biblia traducida «palabra por palabra» en dos ediciones, la una dedicada
a los judíos y la otra dedicada a los católicos. Del lugar de su impresión
lleva el nombre de Biblia de Genova.
r* 4 ° En Basilea (1567-1569), Casiodoro de Reina, protestante, publicó
una versión de toda la Biblia que es conocida por Biblia del Oso. Esta misma,
corregida luego por Cipriano de Valera, fué impresa en Amsterdam (1602).
Es la que acredita y difunde por España la Sociedad Bíblica inglesa.
5. ° Modificada la legislación eclesiástica, que desde el siglo xvi prohi-
bía la lectura, y por consiguiente, la impresión de los libros santos en len-
gua vulgar, publicó el P. Felipe Scio, escolapio, la traducción española
hecha del latín. (Valencia, 1791-1793.)
6. ° Don Félix Torres Amat, canónigo entonces de Barcelona, dió a luz
otra nueva versión de la Vulgata latina, hoy muy difundida, en Madrid
(1823-1825). Parece que en la preparación de su trabajo el Sr. Torres Amat
utilizó una traducción del P. José Miguel Petisco, S. J.
Fuera de estas versiones generales, ya del Antiguo Testamento hebreo,
ya de la Biblia toda, abundan las traducciones y ediciones de libros par-
ticulares o de grupos de libros de uno u otro Testamento.
No hay, pues, traducción alguna castellana total, hecha directamente
de los textos originales. Las totales son versiones de la Vulgata. Las hechas
sobre los textos originales no comprenden los libros deuterocanónicos,
que ni judíos ni protestantes admiten,
p' AI dar a la pública luz esta nueva versión castellana directa y completa
. de las Sagradas Escrituras, llenamos un vacío de tiempo ha sentido en
L nuestra España, y al encomendarla a la benevolencia de los lectores, les
pedimos y rogamos instantemente que la reciban y juzguen con la ecua-
nimidad y suma caridad que a todos los hijos de la Iglesia recomienda Su
Santidad Pío XII en su reciente Encíclica para con los conatos de los va-
lientes operarios de la viña del Señor en las cosas bíblicas, huyendo de ese
poco prudente prurito de impugnar o al menos de tener por sospechoso
todo lo nuevo, pues sólo en un ambiente de mutua confianza y caridad podrán
dar frutos los aunados esfuerzos, que manteniendo incólumes los principios
dogmáticos y la doctrina de la Iglesia, aporten cada uno lo que pueda para
el bien de todos, para provecho cada día creciente de la doctrina sagrada y
defensa y honor de la Santa Iglesia. La verdadera libertad de los hijos de
Dios, fomentada y sustentada por todos, es condición y fuente de todo fruto
verdadero y de todo progreso de la ciencia católica, como ya egregiamente
lo expuso Su Santidad León XIII, diciendo: «Sin la común conspiración y
la seguridad en los principios, no podrán esperarse para estos estudios gran-
des provechos de los esfuerzos aunados de muchos.»
INTRODUCCION ESPECIAL A LOS LIBROS
HISTORICOS

1. — La Historia Sagrada.

Se llama Historia Sagrada a la historia del pueblo de Israel, escogido


por Dios para preparar la obra de la salud mesiánica. El concepto de esta
historia depende del que de la misma salud se tenga. Para los racionalistas,
esta salud no implica nada sobrenatural, y asf, la historia de Israel no se
distingue sustancialmente de la historia de los otros pueblos. Según ellos,
Israel, por una selección lenta y natural, fué elevándose de su estado pri-
mitivo de ignorancia y barbarie hasta la perfección moral y religiosa de
que nos da testimonio la Biblia.
Mas para quien cree en los destinos sobrenaturales del hombre y en la
intervención sobrenatural y extraordinaria de Dios en la historia del
humano linaje, la Historia Sagrada es la historia de esta sobrenatural
intervención de Dios por medio de sus enviados, los profetas y legisladores
de Israel. Desde los comienzos de la humanidad depositó Dios en el cora-
zón del hombre una aspiración y una esperanza: La aspiración a participar
de la vida divina y la esperanza de poder algún día alcanzar el término
de esa aspiración, no obstante los impedimentos que a ello puedan opo-
nerse. Esta aspiración y esla esperanza van lomando forma cada vez
más clara en el corazón humano, hasta llegar a Jesucristo, que las lleva a
feliz Lérmino. Este desarrollo no se realiza sin enconada lucha, por opo-
nerse a él las mismas fuerzas humanas. Pues bien, la Historia Sagrada
es la historia de esa intervención divina, de sus luchas con las fuerzas ad-
versas y de sus progresos hasta llegar a la cumbre de la perfección en
Jesucristo. San Agustín nos ofrece esta historia como la historia' de dos
ciudades opuestas; la Ciudad de Dios, que vive del amor del sumo Bien y
lucha por él, y la ciudad del mundo, que vive del amor de sí misma y com-
bate por hacerle triunfar.

2. — Las leyes de la Historia sagrada.

La primera ley que rige el desarrollo de esta historia es la del progreso


de revelación proietica, de que antes hemos hablado en la «Introducción
la
general». San Cirilo de Alejandría compara la obra de Dios a la de uh
pintor, que al ejecutar un cuadro comienza por el dibujo, y va luego, poco
a poco, dándole el colorido, hasta dejarlo acabado. La segunda ley es la
de la adaptación. El progreso de la revelación es ya una adaptación a la
capacidad del hombre, como bcJlamente lo declara San Juan Crisóstomo.
lxxxiv INTRODUCCIÓN. LIBROS HISTÓRICOS

Pero hay, además, otra adaptación a las condiciones intelectuales, morales


y religiosas del hombre, en virtud de la cual va Dios elevando constante-
mente las ideas, los sentimientos, las instituciones, los ritos y ceremonias,
para cada vez mejor expresar la verdad revelada y ennoblecer los senti-
mientos que de ella brotan. Más lejos lleva todavía Dios esta adaptación,
llegando hasta condescender temporalmente con ciertas flaquezas huma-
nas, esperando a que la fuerza de su gracia venga a hacerlas desaparecer.
De aquí que las verdades de orden moral y religioso, como destinadas por
su naturaleza a informar y regir la vida humana, comiencen por tomar
cuerpo en la misma organización social, en las leyes e instituciones civi-
les, en las costumbres domésticas y en los ritos y ceremonias religiosas,
ya antes conocidos y practicados por Israel, y vaya purificándolos y ele-
vándolos en virtud de un nuevo principio de vida sobrenatural, elevando
mediante ellas la vida misma del hombre. Esto explica la gran semejanza
entre la vida de Israel y la de los otros pueblos, especialmente si son de
su misma raza o han vivido en estrecha relación con él. De ahí las coinciden-
cias de Israel con esos pueblos en cuanto al nacionalismo, la venganza per-
sonal, la poligamia, el divorcio y otras cosas tocantes a la religión y a la
moral, que va Dios por sus profetas poco a poco restringiendo, hasta que
del todo quedan corregidas con la promulgación del Evangelio.
Por esta incorporación de la revelación divina a la vida del pueblo se
explican también las influencias que han ejercido en el desarrollo de la
Historia Sagrada los sucesos históricos, como guerras, invasiones extranje-
ras, deportaciones, cambios de dinastía, etc.
Estas sencillas, pero fundamentales consideraciones, nos dan la solu-
ción de las dificultades y argumentos que oponen los racionalistas, y en que
apoyan éstos su teoría de la absoluta semejanza entre la Historia Sagrada
y la historia de los otros pueblos, por las analogías externas que entre una
otra se ofrecen.

3. — Clasificación de los libros históricos.

Del concepto que de la Historia Sagrada hemos expuesto se desprende


que los documentos primarios de la misma son los escritos de los pro-
fetas, por los que se comunica la divina revelación, y los textos legislati-
vos en los que esa revelación toma cuerpo para obrar sobre la vida del
pueblo. Pero no es de estos libros de los que ahora tratamos, sino de aque-
llos que formalmente narran la vida del pueblo, sus vicisitudes, sus gue-
rras, deportaciones, caídas y resurgimientos religiosos, en los que, como
importantes actores de la historia, intervienen los ministros de la revelación.
Estos libros son, en el Antiguo Testamento, los siguientes: El Génesis y,
en parte, los otros cuatro libros del Pentateuco; Josué, los Jueces, Rut,
los dos de Samuel, los dos de los Reyes, los dos de las Crónicas, común-
mente llamados Paralipómenos, Esdras y Nehemías, Judit, Tobías, Ester,
y finalmente los dos de los Macabcos. De ellos, la mayor parte contienen
la historia general de Israel; otros se limitan a episodios personales impor-
tantes en la vida del pueblo; por ejemplo, Judit y Ester; otros son biogra-
fías particulares, pero siempre relacionadas con la vida del pueblo; por
ejemplo, Rut y Tobías. Los que contienen la vida general del pueblo for-
man dos series, aunque con algunos vacíos. En el Pentateuco, El Génesis,
que es como la prehistoria de Israel, y el Deuteronomio, que es un resumen
de la historia y de la ley, forman dos obras literariamente distintas de los
INTRODUCCIÓN. LIBROS HISTÓRICOS. i,xxxv

otros tres libros, en que se nos cuentan la liberación de la servidumbre


egipcia, la legislación dada a Israel y las peregrinaciones por el desierto.
Entre El Génesis y El Exodo hay un vacío de varios siglos, correspondien-
tes a la estancia de Israel en el país de los Faraones. Josué, que cuenta la
conquista y la distribución de la tierra de Canaán entre las tribus, empalma
literaria e históricamente con el Deuteronomio. Los Jueces son literaria-
mente obra distinta, pero su historia enlaza con la que le precede y la que
le sigue; abarca el espacio de varios siglos que median entre Josué y Samuel.
Los dos que en hebreo llevan el nombre de este último, y que en los LXX y
en la Vulgata son los dos primeros de los Reyes, forman literariamente
una sola obra, que narra los orígenes y la consolidación de la monarquía,
precedida de la judicatura de Samuel, que es el órgano de Dios para la in-
troducción de este cambio de gobierno en Israel. Con esta obra enlazan
históricamente los dos libros de los Reyes, que en los LXX y en la Vulgata
son el III y el IV de los Reyes y forman literariamente una obra indepen-
diente en que se narra la historia de la monarquía davídica en tres períodos:
primero, el reinado de Salomón (I Reg., 1-1 1); luego, la historia paralela de
los dos reinos, hasta la destrucción de Samaría en 721 (I. Reg. 12, II Reg., 17);
y por fin, la historia de Judá hasta la cautividad en 587 (II Reg., 18-25).
Los libros siguientes a éstos forman una segunda serie paralela a la
primera. Los Paralipómenos o Crónicas resumen en forma de genealogías
toda la historia que media entre Adán y Samuel, y prosiguen luego en la
forma histórica ordinaria la historia de la monarquía de Jerusalén, en
sus relaciones con el Santuario, hasta la destrucción de la ciudad santa.
Literaria e históricamente, entroncan con el libro de Esdras, que narra los
esfuerzos para la restauración de Jerusalén, después de la vuelta de la cau-
tividad. Nehemías completa la historia de este período; pero ni literaria
ni históricamente enlaza con las dos obras precedentes. Los dos de los
Macabeos son dos libros independientes y, en parte, paralelos entre sí.
Por vía de introducción, comienza el primero contando la historia de Ale-
jandro Magno y de sus sucesores hasta Antíoco IV, que con su tiranía
originó la sublevación de los judíos, objeto principal de la obra. Cuenta las
hazañas de los tres hijos de Matatías: Judas, Jonatásy Simón, durante un
espacio de cuarenta años (175-136). El libro segundo toma el hilo de la
historia desde Seleuco IV, predecesor de Antíoco IV, y termina en 161,
con la victoria de Judas sobre Nicanor. Entre Esdras-Nehemías y los
de los Macabeos queda sin llenar un espacio bastante largo de tiempo.
En cuanto a las historias episódicas particulares, no cabe duda de que
la de Rut pertenece a la época de los Jueces; pero acerca de la de Judit, dis-
cuten mucho los críticos si pertenece a la época anterior o a la posterior a
la cautividad. La de Ester no cabe dudar que es de la época délos persas.
Tobías cuenta sucesos acaecidos bajo la dominación asiría.
En el Nuevo Testamento son históricos los cuatro Evangelios y los
Hechos de Apóstoles. Ninguno de los Evangelios es la perfecta y completa
biografía de Cristo Nuestro Señor, pues aunque todos ellos tengan por
objeto la narración de los sucesos de su vida, sus milagros y sus predica-
ciones, hay, como advierte San Juan al fin del suyo, otras muchas cosas
que hizo Jesús, y que si todas se consignaran por escrito, ni el mundo todo
podría contener tantos libros. Cada uno de los evangelistas consignó de los
hechos y de las predicaciones del Salvador, aquellos que más hacían al
fin doctrinal que cada uno se propuso. Los tres primeros tienen entre sí
gran semejanza en el material histórico que eligieron y aun en el orden que
siguieron en su narración. Por eso se llaman sinópticos, pues los tres nos
dan una común visión de la vida de Jesús, en su mayor parte durante su
LXXXVI INTRODUCCIÓN. LIBROS HISTÓRICOS
ministerio evangélico en la Galilea. El cuarto, el de San Juan, se distingue
notablemente de los otros tres, y el material histórico, principalmente ser-
mones del Salvador, lo toma de su ministerio evangélico en la Judea. El
no ser los cuatro Evangelios biografías propiamente dichas de Jesús, no
obsta para que contengan y de ellos se deduzca, una historia bastante com-
pleta, lo completa que quiso Dios que la tuviéramos, de la vida y del mi-
nisterio evangélico del Salvador, pues nos describen su origen, su ministe-
rio, sus dichos, su pasión y muerte, su gloriosa resurrección y su ascensión
a los cielos.
Los Hechos de Apóstoles son la narración de algunos acontecimientos
de capital importancia acaecidos en la Iglesia primitiva desde la Ascensión
del Señor hasta la cautividad de San Pablo en Roma, como son: La solemne
fundación de la Iglesia, la primera persecución contra ella desencadenada
por los judíos, la vocación de los gentiles, la conversión de Pablo, el Con-
cilio de Jerusalén y algunos de los principales hechos de la actividad apos-
tólica de Pedro y de Pablo.

4. — Concepción pragmática de la historia.


Por lo al método con que han sido escritos los libros históricos,
que hace
es preciso distinguir entre la concepción de la historia y su ejecución
literaria. La concepción de la historia es en los autores sagrados pragmá-
tica, es decir, de tesis doctrinal, y su pragmatismo se funda en lqs principios
religiosos enseñados por los profetas y expuestos en muy varias formas en los
libros de la Escritura. Estos principios son distintos en los distintos autores;
pero todos se derivan de la especial providencia que Dios había prometido a
Israel. En la primera parte del Génesis es manifiesto el propósito de narrar
algunos sucesos en que se manifiestan los divinos atributos, principalmente
aquellos que tienen más estrecha relación con el orden moral, y el de tejer las
humanas genealogías, hasta llegar a Abraham, en quien y en cuya descenden-
cia se concretan las divinas promesas. Los restantes libros del Pentateuco y el
de Josué demuestran cómo cumplió Dios la promesa hecha a Israel de to-
marle por pueblo suyo, sacándole de la servidumbre egipcia, haciéndo con él
una alianza y dándole la tierra prometida. El pragmatismo de los Jueces
se halla claramente formulado en la segunda introducción (2, 6-29).
Cuando Israel, olvidado de su vocación y de su pacto con Dios, se deja
seducir por el culto idolátrico de los Cananeos, el Señor le manda enemigos
que le castiguen, y el castigo le reduce a penitencia. Convertido, le envía
Dios un juez, que le libra de sus enemigos. El pragmatismo de Samuel
tiende a demostrar cuáles son los deberes de la monarquía teocrática de
Israel, cuyos Reyes no deben obrar como señores absolutos, a semejanza de
los de los otros pueblos, sino mostrarse dóciles a la ley divina y a la direc-
ción de los profetas. David es el modelo de los Reyes de Israel. Sobre este
mismo concepto está calcado el plan de los libros de los Reyes y de las Cró-
nicas. En general, puede decirse que los historiadores sagrados van siempre
guiados por un fin ddetrinal, inspirado en la ley y en los profetas. No sin
razón incluyeron los judíos sus escritos en la sección de profetas. De aquí
procede que para establecer su pragmatismo, su filosofía de la historia, no
necesitan hacer una completa exposición de los hechos, de los que poder
deducir científicamente sus conclusiones. Los hechos más bien que
material para una argumentación inductiva, son como ejemplos en los
que se realizan los principios conocidos por la revelación; y así la narra-
ción no necesita ser completa, ni en la exposición general de los hechos ni
INTRODUCCIÓN. LIBROS HISTÓRICOS txxxvn

en la detallada descripción de los mismos. Ya hemos indicado que hay lar-


gos lapsos de tiempo sobre los que nada nos dicen los historiadores, y
añadiremos que no pocas veces la narración está lejos de ser suficiente-
mente detallada y completa para darnos cabal conocimiento de los hechos.

5.— Ejecución literaria de la historia.

Dos métodos se muestran claramente en el modo que los historiadores


siguieron en la composición de sus obras: el de redacción personal y el de
compilación o trascripción de documentos. Judit, Tobías y I de los Maca-
beos nos ofrecen un ejemplo del primer modo. El segundo aparece clara-
mente en los Reyes, las Crónicas, Esdras-Nehemías y II de los Macabeos.
Según la opinión de algunos exegetas, esto último sucede también en los
restantes libros del Antiguo Testamento, desde El Génesis hasta los de
Samuel.
Acerca de este segundo método hay que advertir que la trascripción y
compilación de documentos se hace alguna vez sin ninguna indicación de
las fuentes, y aunque de ordinario se redactan adaptándolos al cuadro his-
tórico que el autor sagrado se ha propuesto, alguna que otra vez se trascri-
be tal y como se hallan en sus fuentes: pero con esto gana la historia, si no
en claridad, en autoridad humana, toda vez que se nos dan mejor a conocer
las fuentes en que la Historia se apoya; y éstas, cuanto son más antiguas que
el escritor que en ellas bebe y más cercanas a los hechos mismos, tanto
mayor crédito merecen ante el tribunal de la razón histórica.

0. — Kclacionesentre la Historia Sagrada


y la profana.

Debemos recordar el concepto que de la Historia Sagrada hemos ex-


puesto, según elcual es la historia de la verdad y de la gracia divinas, en-
carnadas en el pueblo de Israel, cuya vida tienden a elevar, a divinizar,
según la expresión de los místicos. Por esta incorporación a la vida de
Israel, la Historia Sagrada viene a ponerse en contacto con la profana y a
recibir sus influencias.
Primeramente hay que considerar en la historia de los pueblos gentiles
sus instituciones políticas, sociales, domésticas, etc., para compararlas
con las del pueblo hebreo. Asimismo se ha de atender a la vida moral y
religiosa, a la manera de concebir la divinidad y sus relaciones con el
hombre, a las ceremonias y ritos del culto, etc. Aun prescindiendo de lo
que en esto pudiera haber que se remontase a la tradición primitiva, se ha
de tener en cuenta que son con frecuencia manifestaciones de la razón
natural, que son un destello del Verbo divino y que algunas son buenas y
tienden a la perfección de la vida humana, aunque en ellas, como en todo
quepan no pocos errores. Participando Israel de la cultura antigua, y re-
cibiendo las influencias de otros pueblos, en muchas cosas más adelanta-
dos que él, es natural que tales influencias hayan alcanzado a sus costum-
bres y a !a manera de expresarlas. De aquí proceden las grandes seme-
janzas que en muchos puntos existen entre el pueblo de Israel y los otros
pueblos con quienes vivió en contacto. Pero al lado de estas semejanzas
hay una sustancial diferencia y una manifiesta superioridad en la verdad
sobrenatural que anima la vida del pueblo hebreo. Hay en la religión de
Israel un soplo de vida que tiende a elevar las almas a las altas regiones de
lxxxviu INTRODUCCIÓN. LIBROS HISTÓRICOS
lodivino. Y de aquí procede el término que una y oda cultura han tenido.
Murió la gentílica con los pueblos que la crearon, a no ser en aquellos ele-
mentos que fueron asimilados por la religión bíblica, mientras que ésta
va cada día progresando y contribuyendo al progreso espiritual del mundo.
En el primer aspecto de esta exposición, cuanto contribuya a ilustrar la
historia de la antigua cultura servirá para ilustrar Ja historia bíblica.
En segundo lugar, hemos de considerar los grandes sucesos históricos
de influencia universal que más resonancia han tenido en ía historia del
pueblo hebreo, tales como emigraciones, invasiones, guerras, nacimientos
y caídas de imperios, etc. Fueron éstos en gran número, porque la Pales-
tina ha sido el lugar de encuentro de las antiguas civilizaciones y de los
antiguos imperios. Por eso, cuantos documentos contribuyan a ilustrar la
historia de Egipto, de Asiría, de Caldea, del imperio de Alejandro Magno y
de sus sucesores, pueden contribuir a ilustrar la Historia Sagrada, que tan-
tas veces los menciona o los supone conocidos de los lectores. Al contrario,
son muy raros los casos en que los documentos de la histria profana hacen
mención del pueblo de Israel o de cosas tocantes a él; y cuando esto ocurre,
hablan de él sólo como objetivo de alguna de sus campañas; pero la vida
religiosa de Israel, lo que constituye su privilegiada grandeza, fué total-
mente desconocido de los escribas egipcios, asirios y babilónicos. Sola-
mente investigadores de las cosas extranjeras, se dieron
los griegos, curiosos
cuenta de este hecho, y juicio que de él formaron concuerda con el que
el
más tarde se hicieron del Evangelio. (I. Cor. 1. 22 sig.)

7> — Principales documentos históricos.

Entre los principales documentos que contribuyen a ilustrar la Historia


Sagrada indicaremos los siguientes:
1. ° El relato caldeo de la Creación, siquiera sea por el manifiesto con-
traste con la narración del Génesis.
2. " El del Diluvio, bastante más interesante que el de la Creación, y
cuyas semejanzas con el relato bíblico, fuera de lo que atañe a la noción
de Dios, son innegables.
3. ° La inscripción de Meneftá, único documento egipcio en que se
menciona a Israel, y que si en su estilo fuera más preciso, podría servil 1

para fijar mejor la época del éxodo.


4. " Para el estudio de la Ley contribuye el monumental código de
Hammurabí, juntamente con otros muchos documentos jurídicos y reli-
giosos que nos ofrece la literatura cuneiforme.
5. ° La correspondencia diplomática de El-Amarna nos da una idea
muy cumplida del estado político de la Palestina en la época de la inva-
sión de los hebreos, conducidos por Josué. No hay hasta hoy modo de ilus-
trar el período de los Jueces ni los comienzos de la monarquía.
6. ° Sesak nos dejó grabados en los muros de Karnak los nombres de
las ciudades de la Palestina por él conquistadas en la expedición de que
nos da cuenta el libro segundo de las Crónicas (12-3).
7. " Mesa, rey de Moab, celebra en su inscripción las victorias alcan-
zadas sobre Israel, de que hace mención el libro segundo de los Reyes
(4. 3 sig.).
Muy ricos en noticias son los archivos asirios, en los que hallamos
8. °
minuciosos relatos de las campañas de Salmanasar, Teglatfalasar IV,
Sargóu, Senaquerib, Asaradón y Asurbanipal.
INTRODUCCIÓN. LIBROS HISTÓRICOS I.XXX1X

9. " Otro tanto sucede con las crónicas de Babilonia, que ilustran la
historia de los imperios mesopotámicos hasta la conquista de Babilonia
por Ciro.
10. A la época de la restauración de Jerusalén pertenecen los papiros
de Elefantina, que esclarecen notablemente la historia de Esdras y Nehe-
mías.
ti. Para la época posterior tenemos los historiadores clásicos, prin-
palmente Flavio Josefo, que para trazar la historia de los últimos días de
su patria dispuso, sin duda, de más abundante documentación que los
extraños y presta una gran contribución a la Historia Sagrada.

8. —La cronología bíblica.

La historia describe los hechos, condicionados porel espacio y el tiempo;

por eso se dice que geografía y la cronología son los dos ojos de la historia.
la
Para muchos es casi un axioma que en la Escritura no hay cronología, y la ver-
dad es que las incertidumbres en la cronología bíblica son muchas, aunque no
las mismas en todos los libros. La cronología precedente a la época de Abraham
se halla en las dos genealogías de los diez patriarcas anteriores y posteriores
al diluvio. Adicionados los años que corren entre el nacimiento de cada uno
de estos patriarcas y el de su primogénito o sucesor, nos dan la duración de
cada uno de estos períodos. Pero la inseguridad de las cifras y la incertidum-
bre acerca de Ja naturaleza de estos números y de estas genealogías hace
aquí verdadera la anterior afirmación de que no hay cronología bíblica. El
historiador caldeo Beroso nos presenta también para los tiempos antedilu-
vianos una serie de diez Reyes, que reinaron en Caldea; pero la oscuridad de
la cronología bíblica no se disipa con este también oscuro documento. Los
datos generales de la historia de Caldea, de Egipto, de Elam, y sobre todo Jos
de la Prehistoria, parecen demostrar que estas genealogías bíblicas son muy
incompletas.
Ha sido bastante común aceptar Ja coincidencia de la época de Abraham
con la de Hammurabi; pero nuevos documentos han obligado a mudar de
sentencia. Los más recientes descubrimientos cuneiformes colocan el comienzo
del reinado de Hammurabi por el año 1870 ó el 1790. No hay, pues, hasta
ahora punto fijo de la cronología profana que pueda en este período servirnos
de apoyo para la cronología bíblica del mismo. Todos convienen en que la in-
migración de Israel en Egipto se verificó durante la dominación de los reyes
Hiksos; pero habiendo durado ésta varios siglos, y siendo muy oscura su his-
toria, en esa misma o mayor oscuridad quedamos respecto del tiempo de la
inmigración. El tiempo del éxodo tampoco puede con seguridad determinarse.
Las opiniones de los egiptólogos se dividen, optando unos por el reinado de
Amenofis II, en la postrera mitad del siglo xv a. O, y otros por el de Meneftá,
dos siglos más tarde, hacia el año 1230 a. C. La sentencia común hace recaer
en el año 1000 a. C, el reinado de David. La duración del período de los Jueces
queda sin determinar. Son bien conocidas las palabras de San Jerónimo sobre
la oscura cronología de los libros de los Reyes. Sin embargo, a la nueva luz
de los documentos asirios la cronología bíblica adquiere algunos puntos fijos
en este período. Así la campaña siro-efraimita, que tan importante lugar ocupa
en los vaticinios de Isaías, ocurrió por los años 734-732 a. C; la destrucción de
Samaría por Sargón, el año 722 a. C. Para el último periodo de la vida de Judá
no hallamos ya tantos datos en los documentos asirios. La destrucción de
xc INTRODUCCIÓN. LIBROS HISTÓRICOS

Nínive ocurrió en el 612 a. C; en 586 la de Jerusalén, y en 539 la conquista


de Babilonia por Ciro. Con ésta termina oficialmente la cautividad. La crono-
logía de la restauración, aunque más fija, tiene todavía sus dificultades, y
los doctos disputan sobre el orden que en la historia tienen las legaciones de
Esdras y Nehemías. En los libros de los Macabeos el cómputo de los años es
más preciso, pues ambos libros parten de la misma fecha, la de la batalla de
Gaza, comienzo de la era selcucida, que principia el primero de octubre del
año 312, antes de Cristo. Pero el libro primero comienza a contar a partir de
la pascua del dicho año, mientras que el segundo cuenta desde el otoño del
mismo, originándose asi una diferencia de seis meses en el cómputo del uno y
el del otro.
NOTA DE LOS GRABADOS
Los grabados escogidos para ilustrar esta edición de la Sagrada Biblia
de la Biblioteca de Autores Cristianos, son obra de famosos maestros
flamencos del siglo xvi, y han sido fotografiados expresamente de los guar-
dados en 'a Sección de Bellas Artes de la Biblioteca Nacional.

GRABADOS A PLANA ENTERA


ANTIGUO TESTAMENTO. — Acompañan a cada uno de sus libros,
a excepción del libro de la Sabiduría y del Cantar de los Cantares, grabados
que pertenecen a la obra Thesaurus sacrarum historiarum Veteris Testamenti,
clegintissimis imaginibus expressum, que de la editorial de Gerard de Iode
salió en 1585, y son debidos al buril de J. Sadeler, J. H. Wierix, Harmen
Müller y A. Collaert, según dibujos de Martin Vos, Martin Hecniskcrck
y Adriacn de Wcerdt.
Para el libro de los Salmos se ha elegido especialmente una lámina de la
Historia de Saúl y David titulada Patientiae Davidis Regia, dibujada por Vos
y grabada y editada por Sadeler en 1586.
De los mismos dibujantes y editor, es el precioso grabado que ilustra el
Cantar de los Cantares, y que está en colección aparte en nuestra sección.


IVUEVO TESTAMENTO. Durcro ilustra casi todo el Nuevo Testa-
mento, en su doble manifestación de grabador en madera y cobre.

Evangelios de San Mateo y San Marcos. «El Nacimiento de Cristo» y «Cristo
se despide de su madre» son las láminas 10 y 17 de la serie en madera Vida de
la Virgen, que posee la Biblioteca Nacional.
Evangelios de San Lucas y San Juan. — «El descendimiento» y la «Resu-
rrección» pertenecen a la Pequeña Pasión, serie grabada en cobre.
También de Durero es la ilustración del Apocalipsis (madera) y el San
Pablo de las Cartas (cobre).
Los «Hechos de los Apóstoles» son dibujados por M. de Vos y editados
por la Viuda de Gerard de Iode.

CABECERAS DE LIBRO
Las del Antiguo Testamento están tomadas de la obra Historiarum Veteris
Testamenti (Lyón, 1543), bella y rara edición grabada por Holbcin en madera.
Las del Nuevo, de una Biblia Sacra ad Hebraicam veritatem..., editada
por los herederos de Jacobo Giunta en Lyón, 1549.

COL O RON ES
Los colofones, dibujados por Martin de Vos y editados por Ph. Galle,
están grabados con extraordinaria delicadeza por Wierix, Callaert, Passe y
otros maestros del siglo xvi.

Elena Páez
Bibliotc caria de la Sección de Estampas
de la Biblioteca Nacional.
FE DE ERRATAS
No señalamos los errores que se han deslizado en la transcripción de algunos nombres personales
y geográficos, ni las erratas tipográficas, relativamente pocas, que con facilidad salvará el buen sentido
de los lectores. Consignamos tan sólo las que podrían ocasionar alteración o confusión en el sentido del
texto.

Página Columna Linea Dice Léase

21 1 34 acaneos cananeos
21 1 50 el de desierto el desierto
32 2 2 dos los
48 2 21 espinas espigas
77 2 33 lo le
83 2 46 violada violeta
85 i 2 de ella en ella
91 1 41 santuario Yave santuario de Yave
101 1 II cortina cortina con veinte columnas
y sus veinte
IOI 2 21 los las
144 1 19 fíenos llenos
156 1 13 vuestra familia vuestras familias
157 2 35 revista reviste
206 1 38 los les
206 2 31 grana grama
209 1 1 a la
209 1 44 óe- de
214 8 reatizada realizadas
214 9 hacérselas hacérsela
224 2 41 todo todos
229 1 32 Betsabe Berseba
231 2 36 Siclaj Siceleg
23 r 2 37 Jaseruso Josersua
233 2 22 e de
246 1 I Jereset Jaroset
246 1 13 Joreset Jaroset
257 1 7 el al
262 2 43 con a
274 2 14 consagré consagré a
288 2 51 y ti
288 2 52 ti y
291 2 53 en a
292 1 47 El Un
302 1 10 Jeerael Jezrael
311 1 48 él el
352 1 9 Mispa Masfa
421 a 34 libro lirio
640 2 II Baales Baales?
679 1 4 nerusalén Jerusalén
683 1 9 el él
683 1 14 refugiaros refugiaos
683 1 26 vida viña
683 X 44 fronda flauta
687 2 23 Sersá Serás
xciv FE DE ERRATAS

Página Columna Línea Dice Léase

688 2 *5 Sebaot Yave Sebaot


689 1 ü8
pu que es —era
2 tor-ado tor~nado
713 1 38 predicando prediciendo
761 1 j 1 un cielo un siclo
765 2 54 ungir al ungir el
780 28 nombre hombre
788 1 58 ejecutar ejecutarla
792 1 53 torno retomo
798 2 huido la huido de la
1221 1 ha sido así cumplimentado ha dado así cumplimiento
1224 2 54 hombre nombre
ANTIGUO TESTAMENTO
INTRODUCCION ESPECIAL AL PENTATEUCO

— Plan del Pentateuco.


1.

LOSquecinco primeros
judíos pusieron
los
libros,

siempre a la cabeza de
su canon, recibieron conjun-
tamente el nombre de Tora
o Ley, y cada uno de ellos
se denominaba con las pa-
labras por que comenzaba,
fuera del cuarto, Los Nú-
meros, que llamaron Bamid-
bar, «En el desierto». Los
judíos alejandrinos, que leían
los libros sagrados en la ver-
sión griega alejandrina, die-
ron al conjunto de los cinco
libros el nombre de Penta-
teuco, y a cada uno de. ellos
un que expresaba su
título
contenido: Génesis, Exodo,
Levitico, Números y Deute-
ronomio. San Jerónimo, en
su versión Vulgata, conservó
ambos nombres: así el pri-
mero: Génesis, liebraice Be-
resit, etc.
El Pentateuco tiene por
fin narrar los orígenes del pueblo de Israel «y su constitución corno pueblo
de Dios. a Esto, que es también su argumento, da su unidad general a toda
la obra, que el autor desarrolló del modo siguiente: El Génesis es como la pre-
historia de Israel. Tiene su unidad literaria, constituida por la serie
de diez genealogías, que comienzan por la del cielo y la tierra y terminan
con la de Jacob. Las cinco primeras pertenecen a la historia general: las otras
cinco, que comienzan con Tare, padre de Abraham, se refieren a los patriarcas del
pueblo elegido. En esta serie de generaciones nos traza el autor sagrado el
camino por el que. las divinas promesas de un Redentor se transmiten de Adán
i
PENTATEUCO
a Abraham y de éste al pueblo de Israel, que las conservará y preparará su cum_
plimiento. Tal es el pensamiento de San Agustín: propositum quippe scrip
toris illius fuit, per quem Spiritus Sanctus id agebat per suceessionem cer-
tarum generationum ex uno homine propagatarum, pervenire ad Abraham et
deinde ex ejus semine ad populum Dei, in quo distincto a coeteris gentibus
praefigurarentur» Los misterios del reino de Dios y de Cristo. (De Civ.
Dei. XV, 8.) Al mismo tiempo que teje la historia de estas diez generaciones,
va el autor inspirado intercalando algunas leyes fundamentales de Israel, como
la de no comer sangre (Gen. 9, sig.), y la de la circuncisión, como señal de la
alianza con Dios (Oen. 17). Termina el Génesis con el establecimiento de
Jacob en Egipto, donde, segt'in la promesa de Dios a Abraham y a Jacob, se
multiplicarla su descendencia, adquiriendo el suficiente desarrollo para consti-
tuir un pueblo capaz de recibir la ley.
Los tres libros que siguen forman un todo, y contienen la historia de la
opresión y la liberación de Egipto y la de la peregrinación por el desierto, con
todas sus peripecias. Ocupa en ellos un lugar preeminente la permanencia en
el Sinai. En el curso de esta historia va el autor intercalando la promulgación
de las leyes qtie formarán el Código mosaico. En el conjunto de esta obra po-
demos distinguir cuatro grupos de leyes, como si dijéramos cuatro Códigos
especiales. Es el primero el Código de la Alianza, que tiene por introducción la
primera teofanía del Sinaí con la promulgación del Decálogo (Exod. 19, 20),
seguido de una serie de disposiciones legales, religiosas, civiles y penales, pro-
mulgadas por Moisés, como base del pacto allí mismo establecido entre Dios
y el pueblo (20-23). El segundo Código, que podemos llamar levítico o sa-
cerdotal, comienza con la segunda teofanía (Exod. 24, 1, 9), y la permanencia
de Moisés en el monte por espacio de cuarenta días, dtirante los cuales le comu-
nica Dios toda la organización del culto. Viene luego la ejecución de ese plan,
hasta la erección del tabernáculo, con la cual termina el Exodo (25-40); y por
fin, las disposiciones del Levítico sobre los sacrificios y la consagración de los sa-
cerdotes, que constituyen la primera parte de este libro (1-16). La segunda ( 17-27
forma el llamado Código de santidad, que contiene diversos preceptos ordena-
dos a conservar la santidad interior y exterior del pueblo elegido, conforme
a la santidad de su Dios, repitiéndose muchas veces la fórmula: «Sed santos,
como yo, el Señor vuestro Dios, soy santo.»
Los Números, que abarcan un período de treinta y siete años, es el libro que
presenta menos unidad. Recibe el nombre este libro de los empadronamientos del
pueblo, con que comienza ( 1-4 ), y siguen luego algunas leyes, la peregrinación por
el desierto con algunos de sus episodios, la mayor parte de ellos desagradables, que
muestran la dura cerviz de aquel pueblo y justifican plenamente el reproche que
les dirigió San Esteban: «Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo» (5-26).
El Deuteronomio es una obra aparte, una recopilación histórica y legal de
todo lo sucedido desde la salida de Egipto hasta aquel momento en la llanura
de Moab, y está hecha por Moisés en tres discursos, en que recuerda al pue-
blo los beneficios recibidos de Dios y los exhorta a la observancia de su ley.
El primer discurso (1-4) es una recopilación de la historia, y termina con la
alianza del Sinaí. El segundo comienza con la. repetición del Decálogo, sigue
con apremiantes exhortaciones a la observancia de la ley (5-11), y termina
con la explicación de las leyes contenidas en los Códigos de la alianza y de la
santidad, que se refieren al pueblo, dejando las del Código levítico, que se refie-
ren a los sacerdotes (12-26). El tercer discurso contiene las sancionees divinas
de la Iry y la renovación del pacto en la llanura de Moab (27-30). Los últi-
mos capítulos vienen a ser como un apéndice de la obra, y contienen el gran
cántico de Moisés y la bendición de las doce tribus, terminando con la muerte
del profeta, a la vista de la tierra prometida (31-34).
PENTATEUCO 3

2. — Laautenticidad de la revelación
mosaica.

Repetidamente hemos dicho que la Historia Sagrada es la historia de la


divina revelación, comunicada al pueblo por el ministerio de los profetas.
Esto profesamos cuando decimos: Credo in Spiritum Sanctum qui locutus
est per prophetas. Moisés es el primero entre los profetas, pues como dice
Santo Tomás, habló a todo el pueblo en nombre de Dios y como promulgador
de la ley, mientras que todos los otros inculcaron la observancia de la misma,
según estas palabras de Malaquías (4,4 ): «Acordaos de la ley de Moisés, mi
siervo» (II* II.*q. 174, a. 4). Antes, pues, de tratar de la autenticidad literaria
del Pentateuco, conviene tratar de la autenticidad de la revelación en él con-
tenida, como cosa que está íntimamente ligada con la fe y que ha de servir
de base para determinar luego la autenticidad literaria del Pentateuco.
El Pentateuco mismo y el libro de Josué nos ofrecen testimonios de haber Moisés
recibido revelaciones de Dios; y son tantos estos testimonios, que para reproducirlos
todos habríamos de citar una buena parte de estos libros. También abundan
testimonios semejantes en los otros libros del Antiguo y del Nuevo Testa-
mento. En el primero de los Reyes exhorta David a Salomón a guardar la
Ley del Señor, andar por sus caminos y guardar sus preceptos, ceremonias y
testimonios, como están escritos en la Ley de Moisés (2, 3). En el segundo
de los Reyes se alaba la piedad y el celo de Ezequías, por haberse adherido a
la Ley del Señor, no haberse apartado de sus caminos y haber cumplido los
mandatos que dio Dios a Moisés (18, 6). Nehemías confiesa a Dios su pecado
y el de sus padres, por haber olvidado los preceptos, las ceremonias y los jui-
cios que dió a Moisés, su siervo (1, 7). En este mismo libro los representantes
del pueblo recuerdan los favores de Dios, que descendió y habló con ellos
desde el cielo y les dió sus juicios rectos, una ley de verdad y ceremonias y
preceptos buenos, por medio de Moisés, su siervo (9, 1; conf. 10, 28). El Ecle-
siástico termina el elogio de Moisés diciendo: «Y dió Dios por su mano sus
preceptos, una ley de vida y de inteligencia, para enseñar a Jacob sus esta-
tutos y a Israel sus testimonios y sus juicios» (46, 6). El joven mártir de la
ley habla así a sus verdugos: «No obedezco las órdenes del Rey, sino las pre-
ceptos de la ley, que nos ha sido dada por Moisés» (II. Mac. 7, 30).
Esta tradición del Antiguo Testamento la confirman testimonios del
Nuevo. El Señor pone en boca de Abraham estas palabras, dirigidas al rico
Epulón: «Tienen a Moisés y a los Profetas... Si a Moisés y a los Profetas no
oyen, tampoco oirán a un muerto que resucite» (Luc. 16, 29 sig.). El mismo
Salvador, camino de Emaús, les va explicando a los discípulos los vaticinios
que a El se referían, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profe-
tas (Luc. 24, 24). De estas explicaciones parece hacerse eco el Santo Proto-
mártir, al citar ante el Sanedrín, como dicho por Moisés, el pasaje del Deute-
ronomio 18, 15. Asimismo San Pedro, ante la asamblea de los fieles, declara que
ni ellos ni sus padres pudieron guardar la Ley de Moisés (Act. 15, 10). San
Pablo, en la cárcel de Roma disputaba con los judíos, probándoles por la
Ley de Moisés y por los Profetas que Jesús era el Mesías (Act. 28, 23). De
la misma suerte habla el Apóstol en sus Epístolas, como puede verse en
Rom. 5, 1; II. Cor. 3, 13 sigs.; Heb. 3, 2 sigs., 9, 19. Estos testimonios prueban
ser histórica y dogmáticamente cierto que Moisés es el legislador inspirado
de Israel y que su ley se halla contenida en el Pentateuco, único Código co-
nocido por el pueblo elegido. Esto ha de entenderse de la sustancia de la ley
y de la revelación mosaica, puesto que mucho de la una y de la otra lo habría
I PENTATEUCO
recibido ya Israel de sus patriarcas, y algo más pudieron añadir luego los
profetas posteriores, prometidos por Dios en la misma ley, como sucesores de
Moisés y perfeccionadores de su obra.

3. — La autenticidad mosaica d«l


Pentateuco.

Después de esta cuestión de la autenticidad de la revelación mosaica, que.


interesa primordialmente a nuestra Je, sigúese otra acerca de la autenticidad
del testimonio histórico de esa revelación, que debe provenir de Moisés, y
hallarse contenido en documentos que tendrán tanto más valor histórico
cuanto más cerca estén de la persona del projeta legislador.
Fuera de alguna pequeña parte, como el capitulo último del Deuterono-
mio, y algunas otras que se consideraron como glosas o adiciones por algunos
intérpretes, la total autenticidad mosaica del Pentateuco fué indiscutida en
la antigüedad. Es principalmente al fin del siglo xvm
cuando la crítica racio-
nalista comienza a impugnarla y acaba por negarla del todo. Del examen in-
terno del libro se deduce que son muchas las partes que indudablemente fue-
ron escritas por Moisés, precisamente lo principal de los Códigos legislativos,
a más de otros pasajes de menor importancia. Igualmente hay otros que prue-
ban haber tenido Moisés tanta parte en el resto de la obra, que puede con
verdad decirse el autor responsable de todo su contenido. Asi en Exod. 24, 4,
después de exponer Moisés las leyes por que quería Dios que Israel se gober-
nase en adelante, se dice que Moisés escribió todo aquello y a la mañana si-
guiente, lo leyó al pueblo, que protestó estar dispuesto a observarlo. Se trata
del Código de la alianza, llamado asi porque conforme a él se estableció el-
pacto del Sinaí entre Dios e Israel. Palabras semejantes se leen también en
el Deuteronomio (31, 9): "Escribió Moisés esta ley y la entregó a los sacerdotes
levíticos y a todos los ancianos de Israel», palabras que parece deben refe-
rirse al resumen de la ley, que es el Deuteronomio, aunque no faltan intér-
pretes que las extienden a todo el Pentateuco. Fuera de estas dos importan-
tes porciones, se. dice en el libro haber sido escritas por Moisés la historia
sobre los Amalecitas (Exod. 17, 4) y las etapas del paso de Israel por el de-
sierto (Núm. 33, 1).
La trama
general del libro y su redacción prueba en muchos casos que
procede de la época mosaica. El término a que todas sus páginas conver-
gen, es la liberación de la servidumbre de Egipto y la entrada en la tierra
de Canán. El gran conocimiento que de las cosas de Egipto y su civiliza-
ción muestra el autor prueba que éste ha vivido en él y en él se ha educado.
Otras cosas no se explica que puedan haber sido escritas sino por guien ha
vivido la vida del desierto y al tiempo en que la Palestina no había sido aún
ocupada por Israel.
A estos se añaden otros extrínsecos, deducidos
argumentos intrínsecos
de loa testimonios de otros libros de la Escritura, que atestiguan que es
Moisés el autor del Pentateuco. Recuérdense los testimonios antes aduci-
dos para probar la autenticidad de la revelación mosaica. Además, en el
libro de Josué se mencionan varios preceptos de la ley escritos por Moisés
(1,7 sigs.; 13, 6). Bartic, haciendo a Dios confesión de sus pecados y de los
beneficios que de él había recibido Israel, cuenta entre ellos el haber mandado
a Moisés escribir la ley para los hijos de Israel (2, 27). El divino Salvador,
echando en cara a los judíos su incredulidad, les anuncia que Moisés será su acu-
sador, diciendoles: «De mí escribió él, y si de verdad creyerais en sus escritos,
creeríais también en mí.» (Jn. 5, 45 sigs.) Finalmente el Apóstol, escribiendo
PENTATEUCO
a los cita la ley escrita por Moisés (10, 5). Todos convienen en que
Romanos,
tiempo de Cristo Nuestro Señor, tenían por cierto de toda certe-
los judíos, al
za que Moisés había escrito el Pentateuco. Esta convicción se refleja en el
Nuevo Testamento, por ejemplo, en Mat. 8, 4; 19, 7 sigs.; Maro. 7, 10; 12, 26;
Luc. 20, 28; Jn. 1, 46; Act. 3, 22; 14, 21.

\. — La hipótesis documentaría.

La crítica independiente, que para nada tiene en cuenta el testimonio


de la Escritura y de la Tradición, ateniéndose sólo a los argumentos internos,
de negación en negación ha venido a rechazar totalmente la autenticidad del
Pentateuco, y lo que para la fe importa más, la autenticidad de la misión profé-
tica y legislativa de su autor. Son sus argumentos: El carácter de composición
que dentro de su unidad general tiene el Pentateuco; la diversidad de estilo
y de lenguaje que se nota en sus distintas partes; la repetición de algunos episo-
dios históricos y de varias prescripciones legales, etc. Según la crítica, estos
hechos arguyen, o diversidad de autores, o diversidad de tiempos en que fue-
ron dadas las leyes, acomodadas a las varias condiciones de vida del pueblo.
Así, el Pentateuco, o por mejor decir el Hexateuco, incluyendo también el
libro de Josué, sería una compilación, en la cual pueden distinguirse cuatro
principales documentos: El Yavista, que comienza en Gen., 2, 4; y com-
prende toda la historia junto con la legislación del Sinaí, y podría haber sido
redactado en los comienzos de la monarquía; ti Elohista, que empieza en la
época de Abraham y corre paralelo al precedente, narrando la historia y la legis-
lación sinaítica, y sería un tanto posterior al Yavista; el Deuteronómico, que com-
prende todo el libro del Deuteronomio y se continúa luego en el de Josué,
escrito a fines de la monarquía; y finalmente, el Código Sacerdotal, que es el
que da el plan general al Pentateuco y abarca, por tanto, toda la obra, desde
el primer capítulo del Génesis hasta el fin del libro de Josué, incluyendo toda
la legislación levítica y sacerdotal, redactado en la época de la cautividad.
Posterior a estos cuatro documentos sería la composición del Pentateuco, que
pudiera haber sido obra de Esdras, a quien atribuye una antigua tradición
judía la restitución de los libros sagrados, perdidos en la universal ruina de la
nación.
Bien se ve cuan mermada queda en estas opiniones la autenticidad de
la obra mosaica, si es que algo queda de ella, y cuán poco crédito histórico se
da a los relatos del Pentateuco.

5. — Otros datos del problema.

Además de los testimonios que atrás dejamos indicados, tomados de la


Escritura, y además de los hechos alegados por la crítica independiente, que
proceden del examen interno de la Sagrada Escritura, conviene señalar un
tercer grupo de datos con que hay que contar para la posible resolución
del problema. Se debe advertir, ante todo, que la ley mosaica no es como la
ley evangélica, una ley que pudiéramos decir de principios (II. 11. a q. 106), des-
tinada a regir a los pueblos todos hasta el fin de los siglos. Es más bien una ley
de circunstancias, que ha de regir la vida moral, religiosa, litúrgica, social,
política, etc., del pueblo hebreo con preceptos muy concretos y circunstan-
ciales, amoldados a las condiciones de Israel.
El pueblo al que fué dada la ley es un pueblo medio nómada, medio seden-
tario, medio patriarcal, medio político, y es muy natural que la ley se adaptase
G PENTATEUCO
a estas circunstancias, y que en el transcurso del tiempo, al modificarse la si-
tuación social y religiosa del pueblo, recibiría la ley algunas explicaciones y
adaptaciones, hechas por los profetas y los sacerdotes, que se introdujeron en el
texto sagrado.
Ala luz de todos estos datos, podrá el discreto lector formarse idea clara
del siguiente decreto de la Comisión Pontifica Bíblica de 27 de junio de 1906.

6. — Fl decreto de la Comisión Pontifica


Bíblica.

Acerca de las teorías anteriormente expuestas y del problema que pretenden re-
solver, ha dado la Comisión P. Bíblica un decreto cuyo compendio es: I. Los argu-
mentos acumulados por la crítica para negar la autenticidad mosaica del Penta-
teuco, comparados con los testimonios de uno y otro Testamentos, con el asentimiento
del pueblo judío y con la tradición de la Iglesia y las pruebas que del texto
mismo del libro se deducen, no son de tal peso que autoricen para afirmar que
tales libros no tienen a Moisés por autor, sino que han sido compuestos de
fuentes en su máxima parte posteriores a Moisés. II. La autenticidad mosaica
del Pentatexíco no exige que Moisés haya escrito todas y cada una de sus par-
tes. Se puede permitir la hipótesis de qtie Moisés encomendara a diversos
amanuenses la ejecución de la obra, que él con divina inspiración había pla-
neado, confirmándola, después de la ejecución, con su autoridad. III. Puede
también concederse, sin perjuicio de la autenticidad del Pentateuco, que Moi-
sés haya hecho uso, en la composición de su obra, de documentos escritos
o tradiciones orales, sea transcribiéndolos a la letra, sea resumiéndolos o am-
pliándolos según viera convenir a su plan, todo bajo la divina inspiración.
IV. Salvo la autenticidad y la sustancial integridad del Pentateuco, puede
admitirse que en tan largo espacio de siglos se hayan introducido en él algunas
modificaciones, tales como adiciones posteriores a la muerte de Moisés, glo-
sas explicativas del texto, correcciones de palabras anticuadas y lecciones in-
correctas debidas al descuido de los amanuenses, y de las cuales puede juz-
garse conforme a las reglas de la critica.
GÉNESIS
GEN E S I S

La creación del universo las aguas de debajo de los cielos, y


aparezca lo seco. » Así se hizo; 10 y a
1 lo seco llamó Dios tierra, y a la reunión
1 Al principio creó Dios los cielos
1
y la tierra (1) 2 La tierra estaba de las aguas mares. Y vió Dios ser
confusa y vacía, y las tinieblas cu- bueno.
11
brían la haz del abismo, pero el espí- Dijo luego: «Produzca la tierra
ritu de Dios estaba incubando (2) brotes de hierba verde con semilla, y
sobre la superficie de las aguas. árboles frutales cada uno con su fruto,
3
Dijo Dios: «Sea la luz»; y hubo según su especie y con su simiente,
luz. 4 Y vió Dios ser buena la luz, y sobre la tierra.» 12 Y produjo la tierra
la separó de las tinieblas; 6 y a la brotes de hierba verde, cada uno con
luz llamó día, y a las tinieblas noche, sü semilla, y árboles de fruto con su
y hubo tarde y mañana, día primero. semilla cada uno. Vió Dios ser bueno;
6 13
Dijo luego Dios: «Haya firma- y hubo tarde y mañana, día tercero.
mento en medio de las aguas, que 14 Dijo luego Dios: «Haya en el
separe unas de otras.» 7 E hizo Dios firmamento de los cielos lumbreras
el firmamento, separando aguas ,de para separar el día de la noche, y
aguas, las que estaban debajo del servir de señales a estaciones, días y
firmamento, de las que estaban sobre años; 15 y luzcan en el firmamento
el firmamento. Yasí fué. 8 Llamó de los cielos, para alumbrar la tie-
Dios al firmamento cielo, y hubo rra. » Y
así fué. 16 Hizo' Dios los dos
tarde y mañana, segundo día. grandes luminares, el mayor para pre-
9
Dijo luego: «Júntense en un lugar sidir al día, y el menor para presidir
a la noche, y las estrellas; 17 y los
(1) La creación es el dogma fundamental puso en el firmamento de los cielos
de la religión, opuesto a todas las falsas reli-
para alumbrar la tierra 18 y presidir
giones y a todas las falsas filosofías.
al día y a la noche, y separar la luz
(2) La palabra hebrea significa propia-
mente el aletear del ave sobre los huevos, al de las tinieblas.
19
Y vió Dios ser bueno,
incubar. Con esta imagen se expresa la acción y hubo tarde y mañana, día cuarto.
del espíritu de Dios sobre el caos. 20 Dijo luego Dios: «Llénense las
,
GÉNESIS, 2

aguas de animales, y vuelen sobre la El Paraíso.


tierra aves debajo del firmamento de
los cielos.» 21 E hizo Dios los grandes AI tiempo de hacer Yave Dios la
monstruos del agua y todos los ani- tierra y los cielos, 6 no había aún
males que bullen en ella, según su arbusto alguno en el campo, ni ger-
especie, y todas las aves aladas, según minaba la tierra hierbas, por no haber
su especie. Y vió Dios ser bueno, todavía llovido Yave Dios sobre la
22
y los bendijo, diciendo: «Creced y tierra, ni haber todavía hombre que
8
multiplicaos y henchid las aguas del la labrase, ni rueda que subiese el
mar, y multipliqúense sobre la tierra agua con que regarla; 7 formó Yave
las aves.» 23
Y hubo tarde y mañana, :
Dios hombre del polvo de la tierra,
al
día quinto. y inspiró en el rostro aliento de
le
24
Dijo luego Dios: «Brote la tierra
I

vida, y fué así el hombre ser animado.


seres animados según su especie, bes- ¡
8 Plantó
luego Yave Dios un jardín
tias, reptiles y vivientes de toda es- en Edén, al oriente, y allí puso al
pecie.» Y así fué. 25 Hizo Dios todos hombre a quien formara. 9 Hizo Yave
los vivientes de la tierra según su Dios brotar en él de la tierra toda
especie, las bestias, según su especie, clase de árboles hermosos a la vista
y todos los reptiles de la tierra, según y sabrosos al paladar, y en el medio
su especie. Y vió Dios ser bueno. del jardín el árbol de la vida y el
28 Díjose entonces Dios: «Hagamos árbol de la ciencia del bien y del mal.
al hombre a nuestra imagen y a nues- 10 Salía de Edén un río que regaba el

tra semejanza, para que domine sobre jardín y de allí se partía en cuatro
los peces del mar, sobre las aves del brazos. 11 El primero se llama Pisón,
cielo, sobre las bestias, y sobre toda y es el que rodea toda la tierra de
la tierra y cuantos animales se mue- Evila, donde abunda el oro, 12 un
ven sobre ella.» 27 E hizo Dios al oro muy fino y a más también be-
hombre a imagen suya, a imagen de delio y ágata; 13 el segundo se llama
Dios lo hizo, y los hizo macho y Guijón, y es el que rodea toda la
hembra; 28 y los bendijo Dios, dicién- tierra de Cus; 14 el tercero se llama
doles: «Creced y multiplicaos, y hen- Gidequel, y corre al oriente de Asia;
15 Tomó,
chid la tierra; sometedla y dominad el cuarto es el Perat (1).
sobre los peces del mar, sobre las aves pues, Yave Dios al hombre, y le
del cielo, y sobre todo cuanto vive llevó al jardín de Edén para que lo
y se mueve sobre la tierra.» 29 Dijo cultivase y guardase, 16 y le dió este
también Dios: «Ahí os doy cuantas mandato: «De todos los árboles del
hierbas de semilla hay .sobre la haz paraíso puedes comer, 17 pero del
de la tierra toda, y cuantos árboles árbol de la ciencia del bien y del
producen fruto de simiente, para cjue mal no comas, porque el día que de
todos os sirvan de alimento. 30 Tam- él comieres, ciertamente morirás.»
bién a todos los animales de la tierra, 18 Y se dijo Yave Dios: «No es bueno
y a todas las aves del cielo, y a todos que el hombre esté solo, voy a ha-
ios vivientes que sobre la tierra están
y se mueven, les doy para comida contiene las principales verdades de la religión;
cuanto de verde hierba la tierra pro- la creación del universo, en el tiempo, por la

duce.» Y
así fué. omnipotencia y la sabiduría de Dios; la forma-
ción de los astros para servicio del hombre, no
31
Y
vió Dios ser bueno cuanto había
para ser por él adorados; el origen divino de
hecho, y hubo tarde y mañana, día toda fecundidad, también por error divinizada
sexto. en las religiones paganas; la formación del
hombre, a imagen y semejanza de Dios. Esta
Ȓ 1
Así fueron acabados los cielos semejanza, según la Escritura y los Padres,
^ y la tierra y todo su cortejo. 4
Y esti en el dominio y señorío vicario del hombre
sobre toda la creación, y radicalmente se funda
rematada toda la obra que había he-
en la naturaleza racional del hombre. La forma
cho, descansó Dios el séptimo día de literaria es una especie de parábola, en que la
3
cuanto y bendijo al día sépti-
hiciera; obra de Dios, a tenor del precepto sabático,
mo y porque
lo santificó, en él descan- se presenta cual modelo de la obra del hombre.
só Dios de cuanto había hecho y obrado. La obra de Dios se divide, no según la natura-
4 leza de las cosas, sino según éstas aparecen a
Este es el origen de los cielos y
los sentidos y conforme al lenguaje de la época.
la tierra cuando fueron creados (1).
(I. G. n. 13 y 15 )

(i) Los dos ríos primeros no se sabe cuáles


(i) En primer relato ha de distinguirse
este son; el tercero es probablemente el Tigris;
entre el fondo y la forma literaria. El fondo el cuarto, el Eufrates.
GÉNESIS. 3

cerle una ayuda semejante a él»; |


Yave Dios, que andaba por el jardín
19
pues habla Yave Dios traído ante |
al fresco del día, y se escondieron
Adán todos cuantos animales del de Yave Dios Adán y su mujer, en
campo y cuantas aves del cielo hizo ;

medio de la arboleda del jardín.


de la tierra, para que viese cómo los 9
Pero llamó Yave Dios a Adán, di-
llamaría, y fuese el nombre de todos ciendo: «Adán, ¿dónde estás?» 10 Y
los vivientes el que él les diera; 20 y ¡
éste contestó: «Te he oído en el
había dado Adán nombre a todas las jardín, y temeroso porque estaba des-
bestias y a todas las aves del cielo nudo, me escondí.» 11 «¿Y quién, le
y a todos los animales del campo; dijo, te ha hecho saber que estabas
pero entre todos ellos no había para desnudo? Es que has comido del árbol
Adán ayuda semejante a él. 21 Hizo de que te prohibí comer?» 12 Y dijo
pues Yave Dios caer sobre Adán un Adán: «La mujer que me diste por com-
profundo sopor; y dormido, tomó una pañera me dió de él y comí.» 13 Dijo,
de sus costillas, cerrando en su lugar pues, Yave Dios a la mujer: «¿Por qué
la carne, 22 y de la costilla que de , has hecho eso?», y contestó la mujer:
Adán tomara formó Yave Dios a la :
«La serpiente me engañó y comí.» 14
mujer, y se la presentó a Adán. Dijo luego Yave Dios a la serpiente:
23
Adán exclamó: «Por haber hecho esto,
«Esto sí que es ya hueso de mi Maldita serás entre todas las bestias
hueso y carne de mi carne. Y entre todos los animales del
Esto se llamará varona, porque campo.
del varón ha sido tomada. Te arrastrarás sobre tu pecho
24
Por esto dejará el hombre a su Y comerás el polvo todo el tiempo
padre y a su madre I de tu vida.
Y se adherirá a su mujer 15 Pongo perpetua enemistad entre
Y vendrán a ser los dos una sola ti y la mujer
carne. Y entre tu linaje (1) y el suyo;
Este te aplastará la cabeza,
Tentación, caída y primera pro-
Y tú le morderás a él el calcañal » (2).

mesa de redención.
16 A la mujer le dijo:
«Multiplicaré los trabajos de tus
preñeces;
25 Estaban ambos desnudos, Adán parirás con dolor los hijos,
y su mujer, sin avergonzarse de ello. y buscarás con ardor a tu marido,
que te dominará.»
3 1 Pero la serpiente, el más astuto 17 A Adán
le dijo: «Por haber es-
de cuantos animales del campo |
cuchado a tu mujer, comiendo del
hiciera Yave Dios, dijo a la mujer: '

árbol de que te prohibí comer, di-


«¿Conque os ha mandado Dios que I
ciéndote: no comas de él:
no comáis de los árboles todos del Por ti será maldita la tierra;
paraíso?" 2 Y respondió la mujer a con trabajo comerás de ella todo
la serpiente: «Del fruto de los árbo- el tiempo de tu vida;
del paraíso comemos, 3 pero del 18 te dará espinas
les y abrojos,
fruto del que está en medio del pa- y comerás de las hierbas del campo.
raíso nos ha dicho Dios: «no comáis '

de él, ni lo toquéis siquiera, no va-


(i) Nuestra palabra «linaje» no corresponde
yáis a morir.» 4 Y
dijo la serpiente exactamente a la palabra hebrea aquí empleada,
a la mujer: «No, no moriréis; 5 es pues aquélla significa no sólo posteridad, que
que sabe Dios que el día que de él es lo que significa la palabra hebrea, sino tam-
comáis, se os abrirán los ojos, y se- bién ascendencia; la hemos preferido, sin em-
réis como Dios, conocedores del bien bargo, por ser de género masculino, y convenir
mucho en este lugar hacer resaltar la contra-
y del mal.» 6 Vió, pues, la mujer posición que, de no distinguir entre los dos
que el árbol era bueno para comerse, géneros, queda oscurecida.
hermoso a la vista y deseable para |

(a) La palabra hebrea es la misma para


alcanzar la sabiduría, y cogió de él la acción del linaje de la mujer contra la ser-
fruto, y comió, y dió de él a su ma- piente y para la de la serpiente contra el linaje
rido, que también con ella comió. de la mujer. En ambos casos debería traducirse
7 del mismo modo. Sin embargo, como la pala-
Abriéronse los ojos de ambos, y
bra hebrea significa acechar o herir, prefiriendo
viendo que estaban desnudos, cosie- esta úlrima significación, la matizamos de aplas-
ron unas hojas de higuera y se hi- tar o de morder, según las circunstancias de la
cieron unos cinturones. 8 Oyeron a acción en el uno y el otro caso.
12 GÉNESIS, 4

19
Con
el sudor de tu rostro come- ;
dóse Yave de Abel y su ofrenda,
6
rás pan, hasta que vuelvas a la
el ! pero no de Caín y la suya Se
tierra, pues de ella has sido formado; enfureció Caín y andaba cabizbajo;
ya que polvo eres, y al polvo vol- 6
y Yave le dijo: «¿Por qué estás
verás» (1). enfurecido, y por qué andas cabiz-
20 Adán llamó Eva a su mujer, bajo? 7 ¿No es verdad que si obraras
por ser la madre de todos los vi- ! bien andarías erguido, mientras que
vientes. 21 Hízoles Yave Dios a Adán si no obras bien, estará el pecado a
y a su mujer túnicas de pieles, y los la puerta? Cesa, que él siente apego
vistió. a ti, y tú le dominarás a él.» 8 Dijo
22
Díjose Yave Dios: «He ahí a Caín a Abel, su hermano: «Vamos al
Adán hecho como uno de nosotros, campo.» Y
cuando estuvieron en el
conocedor del bien y del mal; que no campo, se alzó Caín contra Abel, su
vaya ahora a tender su mano al |
hermano, y le mató. 9 Preguntó Yave
árbol de la vida, y comiendo de él, ! a Caín: «¿Dónde está Abel, tu her-
viva para siempre. 23 Y le arrojó mano?» Contestóle: «No sé. ¿Soy yo
Yave Dios del jardín de Edén, a acaso el guarda de mi hermano?»
labrar la tierra de que había sido
24
10 «¿Qué has hecho? —
le dijo Yave —
tomado. Expulsó a Adán, y puso La voz de la sangre de tu hermano
delante del jardín de Edén un que- está clamando a mí desde la tierra.
11
rubín, que blandía flameante espa- Ahora, pues, maldito serás de la
da para guardar el camino del
(2), tierra, que abrió su boca para reci-
árbol de la vida (3). bir de mano tuya la sangre de tu
hermano. 12 Cuando la labres, te ne-
gará sus frutos, y andarás por ella
Caín y Abel. fugitivo y errante» (1). 13 Dijo Caín
a Yave: «Insoportablemente grande
I Conoció Adán a su mujer, que
1 es mi castigo. 14 Ahora me arrojas
concibió y parió a Caín, diciendo: de la tierra cultivada; oculto a tu
«He alcanzado de Yave un varón.» rostro, habré de andar fugitivo y
2 Volvió a parir,
y tuvo a Abel, su errante por la tierra, y cualquiera
hermano. Fué Abel pastor y Cain la- que me encuentre me matará.» "Pero
brador; 3
y al cabo de tiempo hizo Yave le dijo: «No será así. Si alguien
Caín ofrenda a Yave de los frutos matare a Caín, sería éste siete veces
de la tierra, 4 y se la hizo también vengado.» Puso, pues, Yave a Caín
Abel de los primogénitos de su ga- una señal, para que nadie que le
nado, de lo mejor de ellos; y agra- encontrase le matara. 16 Caín, ale-
jándose de la presencia del Señor,
(1) En estas palabras de Dios a la mujer habitó la región de Nod, al oriente
y al nombre resalta la diversa misión del uno de Edén.
y de la otra en la familia. La del hombre, ser
jefe de ella y su mantenedor; la de la mujer,
los afanes de la maternidad.
(2) En todo este relato, como en el de! a La deseendeneia de Caín.
creación, hay que distinguir entre el fondo y
la forma literaria. Esta es poética; y si absurdo 17
Conoció Caín a su mujer, que
seria tomar en sentido propio todas las palabras,
definir del todo los límites entre la imagen y
concibió y parió a Enoc. Púsose a
edificar una ciudad, a la que dió el
la realidad serla temerario. La C. P. Bíblica,
en decreto de 30 de junio de 1908, después
nombre de Enoc, su hijo. 18 A Enoc
de condenar los sistemas que niegan todo valor le nació Irad, e Irad engendró a
histórico a estos relatos, señala algunos puntos Maviael; Maviael a Matusael y Ma-
que en éste han de ser tenidos por históricos: tusael a Lamcc. 19 Lamec tomó dos
haber sido formada la mujer del cuerpo del mujeres, una de nombre Ada, otra
primer hombre; la unidad especifica del género de nombre Sela. 20 Ada parió a Jabel,
humano; la felicidad original de los primeros
padres en el estado de justicia, integridad e
que fué el padre de los que habitan
inmortalidad; el precepto dado por Dios al tiendas y pastorean. 21 El nombre
hombre para probar su obediencia; el primer de su hermano fué Jubal, el padre de
pecado cometido por el hombre, a instigación
del diablo en figura de serpiente; la pérdida,
por parte del hombre, del privilegio de la jus- (1) Está maravillosamente expresado el
ticia original, y la promesa de un futuro redentor. remordimiento del homicida, que, perseguido
(3) Son imágenes que expresan que no le siempre por la imagen de su victima y el temor
queda al hombre esperanza alguna de reco- de la venganza, huye, buscando lugar donde
brar la inmortalidad. I ocultarse.
GÉNESIS. 5 13

cuantos tocan la citara y el órgano. 10 vivió, después de engendrar a


22 También Sela tuvo un hijo, Tu- Cainán, ochocientos quince años, y
balcain, forjador de instrumentos engendró hijos hijas. 11 Fueron
e
cortantes de bronce y de hierro. todos los días de la vida, de Enós
Hija de Tuhalcaín fué Noema. 23 Dijo, novecientos cinco años, y murió.
pues, Lamec a sus mujeres Ada y 12
Era Cainán de setenta años cuando
Sela: engendró a Malaleel; 13 vivió, después
Oíd mi voz, mujeres de Lamec, de engendrar a Malaleel, ochocientos
Dad oídos a mis palabras. cuarenta años, y engendró hijos e
Yo mataré a cualquier hombre hijas. 14 Fueron todos los días de su
que me hiera, vida novecientos diez años, y murió.
Al joven que me hiciere un car- 15 Era Malaleel de sesenta
y cinco
denal. años cuando engendró a Jared. 16 Vi-
24 Si Caín sería vengado siete veces, vió, después de engendrar a Jared,
Lamec lo será setenta veces siete (1). ochocientos treinta años, y engendró
hijos e hijas. 17 Fueron todos los
días de su vida novecientos sesenta
Si-t y su descendencia. y dos años, y murió. 18 Era Jared de
ciento sesenta y dos años, cuando
25
Conoció de nuevo Adán a su engendró a Enoc. 19 Vivió, después
mujer, que parió un hijo, a quien de engendrar a Enoc, ochocientos
puso por nombre Set, diciendo: «Hame años, y engendró hijos e hijas. 20 Fue-
dado Yave otro descendiente por ron todos los días de su vida nove-
Abel, a quien mató Caín.» 26 Tam- cientos sesenta y dos años, y murió.
21
bién a Set le nació un hijo, al que Era Enoc de sesenta y cinco años
llamó Enós; entonces comenzó a lla- cuando engendró a Matusalén. 22 An-
marse con el nombre d* Yave (2). duvo Enoc en la presencia de Dios,
después de engendrar a Matusalén,
~ 1
Este es el libro de las genera- trescientos años, y engendró hijos e
*-' ciones de Adán. Cuando creó Dios hijas. 23 Fueron todos los días de la
al hombre le hizo a imagen de Dios. vida de Enoc trescientos sesenta y
2 Hízolos macho y hembra, y los cinco años, 24 y anduvo constante-
bendijo, y les dió, al crearlos, el mente en la presencia de Dios, y des-
nombre de Adán. 3 Tenía Adán ciento apareció (1), pues se lo llevó Dios.
treinta años cuando engendró un 24 Era Matusalén de ciento ochenta
hijo a su imagen y semejanza, y le y siete años, cuando engendró a
llamó Set. 4 Fueron los días de Lamec. 26
Vivió, después de engen-
Adán, después de engendrar a Set, drar a Lamec, setecientos ochenta y
ochocientos años, y engendró hijos í
dos años, y engendró hijos e hijas.
e hijas. 5 Fueron todos los días de 27 Fueron todos los
días de Matusalén
la vida de Adán novecientos treinta |
novecientos sesenta y nueve años, y
años, y murió. 6 Era Set de ciento murió. 28 Era Lamec de ciento ochen-
cinco años, cuando engendró a Enós; ta y dos años, cuando engendró un
hijo, 29 al que puso por nombre Noé,
7
vivió, después de engendrar a
Enós, ochocientos siete años, y en- diciendo: «Este nos consolará de
gendró hijos e hijas; 8 fueron los días nuestros quebrantos y del trabajo de
todos de su vida novecientos doce nuestras manos por la tierra que
años, y murió. 9 Era Enós de noventa maldijo Yave.» 30 Vivió Lamec, des-
años, cuando engendró a Cainán; pués de engendrar a Noé, quinien-
tos noventa y cinco años, y engendró
(i)En esta genealogía se pone de relieve hijos e hijas. 31 Fueron todos los
la tendencia de los descendientes de Caín al días de Lamec setecientos setenta y
cultivo de la civilización materiai con todos los
siete años, y murió. 32 Era Noé de
vicios que ésta suele llevar consiao. La poesía
de Lamec, el primer polígamo, es la explosión quinientos años, y había engendrado
feroz de un alma ensoberbecida poi 'a invención a Sem, Cam y Jafet (2).
de las armas de bronce y hierro.
(a) La interpretación es dudosa. Algunos (1) Esta desaparición de Enoc es para nos-
interpretan que entonces comenzó a invocarse otros un misterio. Aunque otras veces alude a
el nombre de Yave, es decir, que comenzó a ella la Escritura, no levanta el velo. Las fanta-
dársele culto público; nos parece preferible sías los apócrifos no merecen crédito alguno.
de
la interpretación de que entonces la descenden- (2)En esta genealogía, al contrario de la
cia elegida comenzó a llamarse la descendencia de los cainitas, se pone de relieve la piedad de
de los hijos de Dios. los setitas para con Dios, y se indica cuidadosa-
14 GÉNESIS, 6, 7

Kl diluvio. trescientos codos de largo, cincuenta


de ancho y treinta de alto: 16 harás
/i 1
Cuando comenzaron a multi- en ella un tragaluz, y a un codo
pilcarse
los hombres sobre la sobre éste acabarás el arca por arri-
tierra, y tuvieron hijos, 2 viendo los ba; la puerta la haces a un costado;
hijosde Dios que las hijas de los harás en ella un primero, un segundo
hombres eran hermosas, tomaron de y un tercerpiso, 17 pues voy a arrojar
entre ellas por mujeres las que bien sobre la tierra un dilu'vio de aguas
quisieron. 3 Y
dijo Yave: «No per- que exterminará cuanto bajo el cielo
manecerá por siempre mi espíritu en tiene hálito de vida. 18 Pero contigo
el hombre, porque no es más que car- haré yo mi alianza; y entrarás en
ne. Ciento veinte años serán sus días. el arca tíi y tus hijos, tu mujer y
4 Había entonces gigantes en la las mujeres de tus hijos, contigo.
19
tierra, y también después, cuando los De todos los animales meterás en
hijos de Dios se unieron con las hijas el arca parejas para que vivan con-
de los hombres, les engendraron los tigo, 20 de las aves, de las bestias y
héroes, que muy de antiguo son de toda especie de animales, macho
hombres famosos (1). y hembra. 21 Recoge alimentos de
8
Viendo Yave cuánto había cre- toda clase, para que os sirvan de
cido la maldad del hombre sobre la I
comida.» 22 Hizo, pues, Noé en todo
tierra, y cómo todos sus pensamien- 1

como Dios se lo mandó. Después


tos y deseos sólo y siempre tendían dijo Yave a Noé:
6
al mal, se arrepintió de haber hecho
al hombre enla tierra, doliéndose "7 1 «Entra en el arca tú y toda tu
grandemente en su corazón, 7 y dijo: casa, pues sólo tú has sido hallado
«Voy a exterminar al hombre que justo en esta generación. 2 De todos
hice de sobre la haz de la tierra; al los animales puros toma dos setenas,
hombre, a los animales, a los reptiles machos y hembras, y de los impuros
y hasta a las aves del cielo, pues me dos parejas, machos y hembras.
pesa de haberlos hecho.» 8 Pero Noé 3 También de las aves puras dos
halló gracia a los ojos de Yave. setenas, machos y hembras, para que
9
Estas son'las generaciones de Noé: se salve su prole sobre la haz de la
Noé era varón justo y perfecto entre tierra toda, 4 porque dentro de siete
sus contemporáneos, y siempre an- días voy a hacer llover sobre la tierra
duvo con Dios. 10 Había engendrado cuarenta dias y cuarenta noches, y
tres hijos, Sem, Cam y Jafet.
11 La
exterminaré de sobre ella cuanto hice
tierra estaba corrompida ante Dios, y vive. 6 Hizo Noé cuanto Dios le
y llena toda de iniquidad. 12
Viendo, mandara. 6 Era Noé de seiscientos
pues, Dios que todo en la tierra era años cuando las aguas del diluvio
corrupción, pues toda carne había inundaron la tierra. 7 Y ante el dilu-
corrompido su camino, 13 dijo a Noé: vio entró en el' arca Noé con sus hijos,
«Veo venir el fin de todos, pues la su mujer y las mujeres de sus hijos
I

tierra está llena toda de sus iniqui- y los animales limpios e inmundos;
j

dades, y voy a exterminarlos a ellos de las aves y cuanto vive sobre la


con la tierra.» 14 Hazte un arca de tierra 9 entraron con Noé en el arca
maderas resinosas, divídela en com- parejas, machos y hembras, según se
partimentos, y la calafateas con pez lo había ordenado Dios. 10 Pasados
por dentro y por fuera. 16 Hazla asi: los siete dias, las aguas del diluvio
cubrieron 11
los seiscien-
la tierra. A
mente tiempo en que fué engendrado el
el tos años de la vida de Noé,
el se-
patriarca, que entra después en la genealogía gundo mes, el dia diecisiete de él,
del Mesías. Cuanto a la longevidad y a la cro- se rompieron todas las fuentes del
nología que de estas genealogías se deduce,
abismo, se abrieron las cataratas del
véase Intr. Gral. n ° 8. 12
(i) La interpretación del lugar es difícil; cielo, y estuvo lloviendo sobre la
parece lo más probable que se trata de las unio- tierra durante cuarenta días y cua-
nes conyugales de los descendientes de la raza renta noches. 13 Aquel mismo día
elegida, los hijos de Dios, con las mujeres de entraron en el arca Noé y sus hijos,
la raza de Caín, las hijas de los hombres; unio- Sem, Cam y Jafet, su mujer y las
nes que aun a aquéllos llevaron la más profunda mujeres de sus tres hijos, ltr y los
corrupción. De los gigantes se hace después
mención en la Escritura (Num. 13. 33) y, aun- animales todos según su especie,
que con nombres distintos, también en otros todas las bestias, según su especie;
ugares. todo reptil que se arrastra por la
GÉNESIS, 8, 9 ir.

tierra, según su especie; toda ave, días, y volvió a soltar la paloma,


según su especie; todo pájaro, toda que ya no volvió más a él. 13 El
especie de volátil. 16 Entraron con año seiscientos uno, en el primer mes,
Noé en el arca, de dos en dos, de el día primero de él, estaba secán-
toda carne que tiene hálito de vida. dose la superficie de la tierra, y
16 De toda carne entraron macho
y abriendo Noé el techo del arca miró,
hembra, como se lo había mandado y vió que se secaba la superficie de
Dios, y tras él cerró Yave. 17 Dilu- la tierra. 14 El día veintisiete del
vió durante cuarenta días sobre la segundo mes estaba ya seca la tie-
tierra. Crecieron las aguas y levan- rra (1). 15 Habló, pues, Dios a Noé
taron el arca, que se alzó sobre la y le dijo: 16 «Sal del arca tú y tu
tierra. 18 Siguieron creciendo, cre- mujer, tus hijos y las mujeres de tus
ciendo las aguas sobre la tierra, y el hijos contigo. 17 Saca también todos
arca flotaba sobre la superficie de los animales de toda especie, aves,
las aguas. 19 Tanto crecieron las aguas, bestias y demás vivientes; llenad la
que cubrieron los altos montes de tierra, y multiplicaos sobre
creced,
debajo del cielo. 20 Quince codos su- ella.» 18
Salió, pues, Noé, con sus
bieron las aguas por encima de ellos. hijos, su mujer y las mujeres de sus
21 Perecieron cuantos animales se lijos, 19 y salieron también todos los
mueven en la tierra, aves, ganados, mímales, reptiles y aves según sus
bestias y todos los reptiles que se ;species. 20 Alzó Noé un altar a Yave,
arrastran por la tierra, todos los y tomando de todos los animales
hombres, 22 y todo cuanto vive sobre puros y de todas las aves puras,
la tierra seca. 23 Fueron destruidos ofreció sobre el altar un holocausto.
todos los vivientes sobre la superfi- 21
Y aspiró Yave el suave olor, y se
cie de la tierra, desde el hombre a dijo en su corazón: «No volveré ya
la bestia, y los reptiles y las aves del más a maldecir a la tierra por el
cielo, quedando sólo Noé y los que hombre, pues los deseos del corazón
con él estaban en el arca. 24 Ciento humano, desde la adolescencia tien-
cincuenta días estuvieron las aguas den al mal; no volveré ya a extermi-
altas sobre la tierra. nar cuanto vivo hice sobre la tierra.
22
Mientras dure la tierra, habrá se-
$ 1
Acordóse Dios de Noé y de mentera y cosecha, frío y calor, ve-
cuantos con él estaban en el rano é invierno, día y noche.»
arca, y mandó sobre la tierra un
viento, y menguaron las aguas. 2 Ce- Alianza de Dios con IVoé.
rráronse las fuentes del abismo y las
cataratas del cielo. Cesó de llover, í)
1
Bendijo Yave a Noé y a sus
3
y las aguas iban menguando, men- hijos, diciéndoles: «Creced y multi-
guando. Comenzaron a bajar a los plicaos, y llenad la tierra; 2 que os
lados del arca al cabo de ciento cin- teman, y de vosotros se espanten todos
cuenta días, 4 pues el arca se había los animales de la tierra y todas las
asentado sobre los montes de Ararat aves del cielo, todo cuanto sobre la
el día veintisiete del séptimo mes. tierra se mueve y todos los peces del
5 Siguieron
menguando las aguas has- mar: todos los pongo en vuestra
ta el mes décimo, y el día primero d< mano. 3 Cuantos animales viven y se
este mes aparecieron las cumbres d. mueven os servirán de comida; todo
los montes. 6 Pasados cuarenta día os entrego, así como las hierbas
lo
más, abrió Noé la ventana, que había y legumbres.
4
Solamente os absten-
hecho en el arca, 7 y soltó un cuervo, dréis de comer carne con su sangre
que volando iba y venía, mientras 5
porque ciertamente yo demandaré
se secaban las aguas sobre la tierra.
8
Siete días después, para ver si se
(i) El relato, en su sentido obvio, parece dar
habían secado ya las aguas, soltó una
un diluvio universal con que castiga Dios la
paloma, 9 que como no hallase donde universal corrupción de toda carne, y del cual
posar el pie, se volvió al arca. 10 Es- se salva sólo e! que en su generación era justo
peró otros siete días, y soltó otra vez ante Dios. Si en verdad el autor sagrado intenta
la paloma, 11 que volvió a la tarde, describir el diluvio del todo universal, con
trayendo en el pico una ramita verde universalidad geográfica, zoológica y antropoló-
gica, es muy dudoso y discutido. La mención
de olivo. Conoció por esto Noé que
que de él se hace varias veces en el A. y en el
las aguas no cubrían ya la tierra, Ñ. Testamento no parece exigir una estricta y
12
pero todavía esperó otros siete '
absoluta universalidad.
16 GÉNESIS, 10

vuestra sangre de mano de cualquier viña. 21 Bebió de su vino, y se em-


viviente, como la demandaré
de briagó, y se desnudó en medio de su
mano del hombre, extraño o deudo. tienda. 22 Vió Cam, el padre de Canán,
6
El que derramare la sangre del la desnudez de su padre, y fué a
hombre, por mano de hombre será decírselo a sus hermanos, que esta-
derramada la suya; porque el hom- ban fuera; 23 y tomando Sem y Jafet
bre ha sido hecho a imagen de el manto, se lo pusieron sobre los
Dios (1). 7 Vosotros, pues, creced hombros, y yendo de espaldas, vuelto
y multiplicaos 8 y henchid la tierra el rostro, cubrieron, sin verla, la
y dominadla.» Dijo también Yave desnudez de su padre. 24 Despierto
a Noé y a sus hijos con él: 9 «Ved, > í ( de su embriaguez, supo lo que
yo voy a establecer mi alianza con con él había hecho el más pequeño
vosotros y con vuestra descendencia de sus hijos, 25 y dijo:
después de vosotros; 10 y con todo «Maldito Canán,
ser viviente que está con vosotros, Siervo de los siervos de sus her-
aves, bestias, y animales, todos los manos será.
salidos con vosotros del arca. 11 Hago 26 Bendito Yave, Dios de Sem,
con vosotros pacto de no volver a Ysea Canán siervo suyo.
27
exterminar a todo viviente por las Dilate Dios a Jafet,
aguas de un diluvio, y de que no Yhabite éste en las tiendas de
habrá ya más un diluvio que des- Sem, y sea Canán su siervo (1).
truya la tierra.» 12 Y añadió Dios: 28 Vivió Noé después del diluvio

»Ved aqui la señal del pacto que trescientos cincuenta años, 29 siendo
establezco entre mí y vosotros, y todos los días de su vida novecientos
cuantos vivientes están con vosotros, cincuenta años, y murió.
por generaciones sempiternas: 13 pon-
dré mi arco (2) en las nubes, para
señal de mi pacto con la tierra, 14 y
l.os pueblos descendientes de IN'oé.

cuando cubriere yo de nubes la


tierra, aparecerá el arco,
15
y me [O 1 Estas son las generaciones de
acordaré de mi pacto con vosotros y Noé (2): Sem, Cam y Jafet.
con todos los vivientes de la tierra, Naciéronles hijos a estos después del
y no volverán más las aguas del dilu- diluvio. 2 Hijos de Jafet fueron
vio a destruirla. 16 Estará el arco Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal,
en las nubes, y yo lo veré, para acor- Mosoc y Tiras; 3 hijos de Gomer:
darme de mi pacto eterno entre Asquenaz, Rifat y Togorma; 4 hijos
Dios y toda alma viviente y toda de Javán: Elisa, y Tarsis, Quitim y
carne que hay sobre la tierra.» 17 "Esta Bodanim; 5 de éstos se poblaron
es —dijo Dios a Noé la señal —
del las islas de las gentes en sus tierras,
pacto que establezco entre mí y según sus lenguas, familias y nacio-
toda carne que está sobre la tierra.» nes. 8 Hijos de Cam fueron: Cus,
Misraim, Put y Canán. 7 Hijos de
Los hijos de Noé. Cus: Saba, Evila, Sabta, Rama y
Sableca. Hijos de Rama: Seba y
Fueron los hijos de Noé salidos
18 Dadán. 8 Cus engendró a Nemrod,
del arca, Sem, Cam y Jafet; Cam era que fué quien comenzó a dominar
padre de Canán. 19 Estos tres eran sobre la tierra, 9 pues era un robusto
los hijos de Noé, y de ellos se pobló
toda la tierra. 80 Noé, agricultor, (1) La bendición de Sem es indudable y
comenzó a labrar, y plantó una directamente mesiánica; la de Jafet lo es indi-
rectamente. La maldición recae no sobre Cam,
sino sobre Canán, su hijo; la razón de esto
(1) Repite Dios a Noé la bendición dada podría ser que fuera Canán el autor del desacato
a Adán (Gen. i. y repite igualmente el
28), a que parece referirse el hagiógrafo al decir:
mandato de respetar la vida del hombre, por «Despierto Noé, supo lo que con él habla hecho
ser éste imagen y semejanza de Dios. el más pequeño de sus hijos 1 que ciertamente
,

(2) El arco iris se nos da como señal del no era Cam, el segundo de los tres.
pacto entre Dios y Noé, y más que servir para (2) La tabla etnográfica
del Génesis está
traer a Dios el recuerdo del pacto, como en en forma de árbol genealógico; en ella los nom-
frase antropomórfica nos dice la Escritura, bres, más que personas, representan frecuente-
servirá para tranquilizar al hombre, con la mente naciones, tribus o ciudades, abarcando
seguridad de que no habrá un nuevo diluvio, el mundo conocido de los hebreos, desde el
seguridad que tendrá precisamente al llover, mar Caspio hasta España, limite occidental
que es cuando el arco se forma. de las colonias fenicias.
[8 GÉNESIS, 11

cazador ante Yave, y de ahí se dijo: y se establecieron allí. 8 Dijéronse


«Como Nemrod, robusto cazador ante unos a otros: «Vamos a hacer ladri-
Yave.» 10 Fué el comienzo de su llos, y a cocerlos al fuego»; y se sir-
reino Babel, Ereq, Acad y Calne, vieron de los ladrillos como de pie-
en tierra de Senaar. 11 De esta tierra dra, y el betún les sirvió de cemento;
4
salió para Asur, y edificó Nínive, y dijeron: «Vamos a edificarnos
Rejobothir, Calaj 12 y Resen, entre una ciudad y una torre, cuya cús-
Nínive y Calaj; ésta era la ciudad pide toque a los cielos y nos haga
más grande. 13 Misraim engendró a famosos, por si tenemos que divi-
los Ludim, los Anamim,
14
los Leabim, dirnos por la haz de la tierra.» 5 Y
los Naftujim, los Petrusim y los bajó Yave a ver la ciudad y la torre
Caslujim, de los cuales salieron los que estaban haciendo los hijos de
Pilistim y los Caftorim. 16 Canán los hombres, 6 y se dijo: «He aquí
engendró Sidón, su primogénito,
a un pueblo uno. y tienen todos una
y a Jet, 16 el
Jebuseo, el Amorreo, lengua sola. Se han propuesto esto,
17
el Guergueseo, el Jeveo, el Ara- y nada les impedirá llevarlo al cabo.
queo, el Sineo, 18 el Arvadeo, el 7 Bajemos, pues, y confundamos
Semareo y Jamateo, de los que des- su lengua, de modo que no se entien-
cendieron después las familias del dan unos a otros. » 8 Y los dispersó
Cananeo. 19 Los límites del Cananeo de allí Yave por toda la haz de la
eran desde Sidón, viniendo hacia tierra, y así cesaron de edificar la
Gerara, hasta Gaza, y viniendo hacia ciudad. 9 Por eso se llamó Babel,
Sodoma, Gomorra, Adama y Seboim, porque allí confundió Yave la lengua
hasta Lesa. 20 Estos son los hijos de la tierra toda, y de allí los dis-
de Cam, según sus familias, lenguas, persó por la haz de toda la tierra (1).
También le 21
regiones y naciones.
nacieron hijos a Sem, padre de todos
los Beneeber y hermano mayor de Genealogía de Abram.
22 Son hijos de Sem: Elam,
Jafet.
Asur, Arfacsad, Lud, Aram y Cai- 10 Estas son las generaciones de
nán (1). 23 Hijos de Aram: Uz, Jul, Sem: Era Sem de cieji años, cuando
Gueter y Mas 24 Arfacsad engendró engendró a Arfacsad, dos años des-
a Salaj, y Salaj a Heber. 25 A Heber pués del diluvio; 11 vivió Sem después
le nacieron dos hijos, el uno se llamó de engendrar a Arfacsad quinientos
Paleg, porque en su tiempo se dividió años, y engendró hijos e hijas. 12 Vi-
la tierra: su hermano se llamó Joctán; vió Arfacsad cincuenta años, y en-
28 Joctán engendró a Almodad, gendró a Sale; 13 vivió después de
Salar, Jasarmavet, Jaraj, 27 Ado- engendrar a Sale trescientos años,
ram, CJzal, Dicla, 28 Obad, Abimael, 14 Vivió
29 Ofir, Evila
y engendró hijos e hijas.
Jeba, y Jobab. Todos Sale treinta años, y engendró a He-
éstos son hijos de Joctán, 30 y habi- ber; 16 vivió después de engendrar
taron desde Mesa, según se va a a Heber cuatrocientos tres años, y
Sefar, el monte oriental. 31 Estos engendró hijos e hijas. 14 Vivió Heber
son los hijos de Sem, según sus fami- treinta y cuatro años, y engendró
lias, lenguas, regiones y naciones. a Paleg; 17 vivió después de engen-
32
Estas las familias de los hijos de drar a Paleg cuatrocientos treinta
Noé, según sus generaciones y nacio- años, y engendró hijos e hijas.
nes. De estos se dividieron los pue- 18 Vivió Paleg treinta años,
y engen-
blos en la tierra después del diluvio. dró a Reu; 19 vivió después de en-
gendrar a Reu doscientos nueve
años, y engendró hijos e hijas. 20 Vi-
La confusión de las lenguas. vió Reu treinta y dos años, y engen-
dró a Sarug; " vivió después de
i | 1
Era la tierra toda de una sola
' lengua y de unas mismas palabras.
*
mentó etnográfico más importante que nos ha
* En su marcha desde oriente halla- transmitido la antigüedad, pues por él conoce-
ron una llanura en la tierra de Senaar mos el lugar que ocupaba el pueblo de las
promesas en medio de las naciones.
(1) El relato nos presenta a los hombres
(i) Añadimos a la genealogía el nombre ensoberbecidos por su fuerza y su unidad,
de Cainán por hallarse en los LXX y haberlo basada en la unidad de lengua. Los castiga
incluido San Lucas en la de Cristo (Luc. 3. 36.) Dios, confundiendo su lengua y obligándolos
La genealogía, aunque incompleta, es el docu- asi a dispersarse
GÉNESIS, 12 i 9

engendrar a Sarug doscientos siete Abram el camino, conforme le había


22
años, y engendró hijos e hijas. Vi- dicho Yave, llevando consigo a Lot.
vió Sarug treinta años, y engendró Al salir de Jarán, era Abram de
a Najor; 23 vivió después de engen- setenta y cinco años. 6 Tomó, pues,
drar a Najor doscientos años, y Abram a Sarai, su mujer, y a Lot,
engendró hijos e hijas. 24 Vivió Najor su sobrino y toda su hacienda y la
veintinueve años, y engendró a Ta- familia y ganados que en Jarán
rej;
26 vivió después de engendrar habían adquirido. Salieron, para diri-
a Tarej ciento diecinueve años, y girse a la tierra de Canán, y llegaron
engendró hijos e hijas. 26 Vivió a ella. 6 Penetró en ella Abram hasta
Tarej setenta años, y engendró a el lugar de Siquem, hasta el encinar
Abram, a Najor y a Áram (1). de Moré. Entonces estaban los cana-
neos en aquella tierra. 7 Y se le
Emigración de Abram a la Pa- apareció Yave a Abram, y le dijo:
lestina. «A tu descendencia daré yo esta
tierra." Alzó allí un altar a Yave,
27
Estas son las generaciones de que se le había aparecido, 8 y sa-
Taréj: Tarej engendró a Abram, liendo hacia el monte que está frente
Najor y Arán. Arán engendró a Lot, a Betel, asentó allí sus tiendas,
28
y murió antes de Tarej, su padre, teniendo a Betel a occidente y a Hai
en la tierra de su nacimiento, en al oriente, y alzó un altar a Yave,
Ur Casdim. 29 Y tomaron Abram y e invocó el nombre de Yave.
Najor mujer cada uno; el nombre
de la de Abram, Sarai, y el de la de Bajada de Abram a Egipto.
Najor, Melca, hija de Arán, el padre
de Melca y de Jesca. 30 Era Sarai 9
Alzó Abram
sus tiendas para ir al
estéril y no tenía hijos. 31 Tomó, pues, Negueb; 10
pero hubo un hambre en
Tarej a Abram su hijo, a Lot, el aquella tierra, y bajó a Egipto para
hijo de Arán, hijo de su hijo y a peregrinar allí, por haber en aquella
Sarai su nuera, la mujer de su hijo tierra gran escasez. 11 Cuando estaba
Abram, y los sacó de Ur Casdim, ya próximo a entrar en Egipto, dijo
para dirigirse a la tierra de Canán, a Sarai su mujer: «Mira que sé que
y llegados a Jarán, se quedaron allí. eres mujer hermosa, 12 y cuando
32 Siendo Tarej de doscientos cinco
te vean los egipcios, dirán: «es su
años, murió en Jarán. mujer», y me mataran a mí y a ti
te dejarán la vida: 13 di pues, te lo
•jO 1
Había dicho Yave a Abram: ruego, que eres mi hermana, (1 ) para
* ^ «Salte de tu tierra, que así me traten bien por ti. y por
De tu parentela amor de ti salve yo mi vida. 14 Cuan-
De la casa de tu padre, do, pues, hubo entrado Abram en
Para la tierra que yo te indicaré; Egipto, vieron los egipcios que su
2 Yo te haré un gran pueblo.
mujer era muy hermosa; 15 y vién-
Te bendeciré y engrandeceré tu dola los jefes del Faraón, se la ala-
nombre baron mucho, y la mujer fué llamada
Que será bendición al palacio del Faraón.
16
A Abram
3
Ybendeciré a los que te bendigan. le trataron muy bien por amor de
Y maldeciré a los que te maldigan. ella, y tuvo ovejas, ganados y asnos,
Y te bendecirán todas las familias
4
siervos y siervas, asnos y camellos.
de la tierra» (2). Emprendió
i tiplicar su descendencia, hasta hacerla una gran
(1) Abram es el término de la genealogía nación; engrandecerle y darle por fuente de
patriarcal, que comprende además todo el bendición; bendecir a los que le bendigan
I

Cap. 5 del Gen. En cuanto al modo de la genea- : maldecir a los que le maldigan y ser objeto de
logía, su sentido mesiánico y su valor crono- bendición para todas las naciones de la tierra.
lógico, V. la nota a Gen. 5. 31. ¡
La razón de todas estas bendiciones es el Mesíasi
(2) Las palabras de Dios a Abram contie- que de Abram descenderá.
nen un mandato y una promesa, uno y otra (1) Según Gen. 20, 12, Abraham y Sara eran
dados en Ur Casdim (Act. 7. 2). La promesa se i
hermanos de padre, lo que no era en muchos
repite, en términos casi idénticos, tres veces i pueblos antiguos impedimento del matrimonio.
al mismo Abram y después a Isac y a Jacob. En Israel mismo, a pesar de la Ley (Lev. 18,
Promete Dios a Abram darle la tierra de Canán, 9, 11; Deut. 27, 22), tal vez no se consideraban
a él y a su descendencia; esto, si bien aquí está tales matrimonios como ilícitos, a iuzgar por las
sólo indicado, se halla luego terminantemente palabras de Tamar a su hermano Arrimón (II
en las promesas siguientes (13. 14 sgs.): mul- I
Sam. 13, 13).
GÉNESIS, 13, 14 2\

17 Pero Yave afligió con grandes Jordán, teniendo su morada en So-


plagas Faraón y a su casa, por
al doma. 13 Eran los habitantes de
Sarai, la mujer de Abram; 18 y Sodoma malos y pecadores ante Yave
llamando el Faraón a Abram, le en muy alto grado. 14 Dijo Yave a
dijo: «¿Por qué me has hecho esto? Abram, después que Lot se hubo
¿Por qué no me hiciste saber que separado de él: «Alza tus ojos, y
era tu mujer? 19 ¿Por qué dijiste: es desde el lugar donde estás, mira al
mi hermana, dando lugar a que la norte y al mediodía, a oriente y a
tomase yo por mujer? Ahora, pues, occidente. 15 Pues toda la tierra
ahí tienes a tu mujer, tómala y vete.» que ves te la daré yo a ti y a tu des-
20 Y dió el Faraón órdenes acerca cendencia para siempre. 16 Haré tu
de él a sus hombres, y éstos le con- descendencia como el polvo de la
dujeron a él y a "Su mujer con todo tierra; si hay quien pueda contar
cuanto era suyo. j
el polvo de la tierra, ése será quien
pueda contar tu descendencia. 17 An-
Subió, pues, de Egipto Abram
1 da, y camina por esta tierra a lo
I
I f> con su mujer, toda su hacienda, largo y a lo ancho, que a ti te la daré
y con Lot hacia el Negueb.
2
Era toda.» 18 Alzó, pues, Abram sus
Abram muy en ganados y en
rico '

tiendas, y se fué a habitar en el


3
plata y oro, y se volvió desde el í
encinar de Mambre, cerca de Hebrón,
Negueb hacia Betel, 4 hasta el lugar y alzó allí un altar a Yave.
donde estuvo antes acampado entre
Betel y Hai, el lugar del altar que Liberación de Lot;.
allí alzara al principio, e invocó allí
el nombre de Yave. A A Sucedió en tiempo de Amrafel,
1
l~ rey de Senaar, que Arioc, rey
de Elasar, Codorlaomor, rey de Elam,
Separación de Abram y Lot. 2 hicieron
y Tadal, rey de Goim,
5 También Lot, que acompañaba guerra a Bara, rey de Sodoma; a
a Abram, tenía rebaños, ganados y Bersa, rey de Gomorra; a Senab, rey
tiendas, 6 y no podían habitar juntos de Adama; a Semebar, rey de Se-
en aquella tierra, por ser muy gran- boim, y al rey de Bala, que es Segor.
3
des sus haciendas para poder habi- Estos se concentraron en el valle
tar juntamente. 7 Hubo contiendas I

de Sidim, que es el mar de sal.


4
entre los pastores del ganado de |
Por doce años habían estado some-
Abram y los del ganado de Lot. tidos a Codorlaomor, pero el año
Habitaban entonces aquella tierra trece se rebelaron. 5 El catorce vino
acnaneos y fereceos. 8 Dijo, pues, Codorlaomor y los reyes con él coa-
Abram a Lot: «Que no haya contien- ligados, y derrotaron a los Refaim
das entre los dos, ni entre mis pas- í en Astarot Carnaim, y a los Zurim
tores y los tuyos, pues somos her- ! en Sam, a los Emim en Save Caria-
manos. 9 ¿No tienes ante ti toda la taim 6 y a los jórreos en los montes
región? Sepárate, pues, de mí, te de Seir hasta el Paran, que está
lo ruego; si tú a la izquierda, yo a la j
junto al desierto; 7 y volviéndose,
derecha; si tú a la derecha, yo a la i
vinieron a la fuente de Mispat, que
izquierda.» 10 Alzando Lot sus ojos, es Cades, y talaron todos los campos
vió toda la olla (1) del Jordán, I

de los amalecitas, y los de los amo-


enteramente regada, antes de que rreos que habitaban en Jasason Ta-
destruyera Yave a Sodoma y Gomo- mar. 8 Saliéronles al encuentro el
rra, que era como un jardín de Yave, rey de Sodoma, el de Gomorra, el de
y a partir de Segor se parecía al Adama, el de Seboim y el de Bala,
Egipto. 11 Eligió, pues, Lot la olla que es Segor, y presentaron batalla
del Jordán, y se dirigió al oriente en el valle de Sidim 9 contra Codor-
separándose el uno del otro. 12 Abram laomor, rey de Elam; Tadal, rey de
siguió en la tierra de Canán, y Lot Goim; Amrafel, rey de Senaar, y
habitó en las ciudades de la olla del Arioc, rey de Elasar; cuatro reyes
contra cinco. 10 Había en el valle de
Sidim muchos pozos de betún. Los
(i) Una depresión rodeada de montes,
reyes de Sodoma y Gomorra se die-
como es la región del Jordán, se llama frecuente-
mente olla; por eso traducimos asi, pues tal
ron a la fuga, y cayeron allí muchos,
es el aspecto que presenta, vista desde Betel, y los que se salvaron huyeron al
desde donde la contemplan Abram y Lot. monte. 11 Saquearon todas las ha-
PÉNESIS," 15 23

cicadas de Sodoma y Gomorra y muy grande.» 2 Contestóle Abram:


todas sus provisiones, y se retiraron. «Señor, Yave: ¿qué me vas a dar?
12 Llevábanse también con toda su Yo me iré sin hijos, y será heredero
hacienda a Lot, el hijo del hermano de mi casa ese damasceno Eliezer.
3 No me has
de .Abram, que habitaba en Sodoma, dado descendencia, y
13
y fué uno de los fugitivos a decir- será mi criado quien me herede.»
4
silo a Abram, el hebreo, que habi- Pero en seguida le respondió Yave:
taba en el encinar de Mambre, amo- «No te heredará ése, sino al contrario,
rreo, hermano de Escol y de Aner, uno salido de tus entrañas, ése te
que habían hecho alianza con Abram; heredará.» 6 Y sacándole fuera le
14 y como supo Abram que había dijo: «Mira al cielo,
y cuenta, si
sido hecho cautivo su hermano, re- puedes, las estrellas; así de numerosa
unió los capaces de entre sus domés- será tu descendencia.» 6 Y creyó
ticos, trescientos dieciocho, y per- Abram a Yave, y le fué reputado
7
siguió a los aprehensores hasta Dan, por justicia (1). Díjole después
16
y dividiendo su tropa cayó sobre Yave: «Yo soy Yave, que te saqué
ellos por la noche, él y sus siervos y de Ur Casdim, para darte esta tierra
los derrotaron; persiguiéndolos hasta en posesión.» 8 Preguntóle Abram:
Joba, que está a la izquierda de «Señor, Yave, ¿en qué conoceré que
Damasco, 16 y recobró todo el botín he de poseerla?» 9 Y le dijo Yave:
y a Lot, su hermano, con toda su «Elígeme una vaca de tres años, una
hacienda, y mujeres y pueblo. 17 Des- cabra de tres años también, y un
pués que volvió de derrotar a Codor- carnero igualmente de tres años, y
laomor y a los reyes que con él una tórtola y una paloma.» 10 Tomó
estaban, salióle al encuentro el rey Abram todo esto, y partió los ani-
de Sodoma en el valle de Save, que males por la mitad; pero no las aves,
es el valle del rey; 18 y Melquisedec, y puso de cada uno una parte frente
rey de Salem, sacando pan y vino, a la otra. 11 Bajaban las aves sobre
pues era sacerdote del Dios Altí- las carnes muertas, y Abram las
simo. 19 bendijo a Abram, dicien- espantaba. 12 Cuando estaba ya el
do (1): sol para ponerse, cayó un sopor
«Bendito Abram del Dios Altísimo, sobre Abram, y fué presa de gran
dueño de cielos y tierra terror, y le envolvió densa tiniebla.
20 Y bendito el Dios Altísimo, que 13
Y dijo a Abram: «Has de saber que
ha puesto a tus enemigos en tus tu descendencia peregrinará en una
manos.» Y le dió Abram diezmo de tierra no suya, y estará en servidum-
todo. 21 Dijo el rey de Sodoma a bre, y los afligirán por cuatrocientos
Abram: «Dame las personas, la ha- años; 14 pero yo juzgaré al pueblo
cienda tómala para ti »; 22 pero Abram que los esclavizará, y saldrán de allí
dijo al rey de Sodoma: «Alzo mi mano después con mucha hacienda; 15 pero
a Yave, el Dios Altísimo, dueño de tú irás a reunirte en paz con tus
cielos y tierra, 23 si desde un hilo padres, y serás sepultado en buena
hasta una correa de zapato, tomare ancianidad. 16 A la cuarta genera-
yo nada de cuanto es tuyo, para que ción volverán acá, pues todavía no
no digas: yo enriquecí a Abram; se han consumado las iniquidades
24 salvo lo
que han comido los mozos de los amorreos. » 17 Puesto ya el sol,
y la parte de los que me han acom- y en densísimas tinieblas, apareció
pañado, Aner, Escol y Mambre. Estos una hornilla humeando y un fuego
cogerán sus partes.» llameante, que pasó entre las mita-
des de las víctimas (2). 18 En
Alianza de Yave con Abram. La fe de Abram en la divina promesa,
(1)

i C 1
Después de estos sucesos
contra toda humana esperanza, fué un acto
" de justicia gratísimo al Señor. San Pablo la
* habló Yave a Abram en visión, considera como expresión de la justificación por
diciéndole:«No temas, Abram, yo la fe. Santiago, como ejemplo de la sinceridad
soy tu escudo, tu recompensa será de la fe, que se muestra en las obras, como en
Abram, dispuesto a sacrificar a su hijo único
por obedecer a Dios.
(i) Melquisedec es rey y sacerdote, y como (3) El paso por entre las partes de las víc-
tal, tipo del Mesías. Salm. i io (Vulg. 109), v, 4. timas es la forma ritual de consagrar un pacto
Como sacerdote bendice a Abram y recibe entre hombres, poniendo a Dios por testigo.
de él las décimas, en que ve San Pablo señalado (Jer. 34. 18, 19.) Aquí el mismo Dios pasa
el sacerdocio levítico. (Hbr. 5. 7 sgs.) entre las víctimas, simbolizado por el fuego]
24 GÉNESIS, 16. ,17

aquel día hizo Yave pacto con Abram, Porque ha escuchado Yave tu
diciéndole: «A tu descendencia he 12
aflicción. Será un onagro de hom-
dado esta tierra desde el río de Egipto bre;
hasta el gran río, el Eufrates (1), Su mano contra todos, y las manos
19
al Quineo, al Quineceo, al Cadmo- de todos contra él.
neo, 20 al Jebeo, al Ferezeo, a los Y habitará frente a todos sus her-
Refaim, 21 al Amorreo, al Cananeo, manos.» 13 Dió Agar a Yave, que la
al Guergueseo y al Jebuseo. había hablado, el nombre de Atba-
El-Roi; pues se dijo: «¿No he visto
Nacimiento do Ismael. también aquí al que me ve?» 14 Por
eso llamó al pozo el pozo del viviente
1 /. 1 Sarai, la mujer de Abram, no vidente. Es el que está entre Cades
tenía hijos. Pero tenía una es- y Berad. 15 Parió Agar a Abram un
clava egipcia, de nombre Agar, 2 y hijo, y le dió Abram el nombre de
dijo a Abram: «Mira, Yave me ha Ismael. 16 Tenía Abram ochenta y
impedido concebir; entra, pues, a seis años cuando Agar le parió a
mi esclava, a ver si por ella puedo Ismael.
tener hijos» (2). Escuchó Abram
a Sarai. 3 Tomó, pues, Sarai, la mujer Renovación de la alianza. I.a cir-
de Abram, a Agar, su esclava egip- cuncisión.
cia, al cabo de diez años de habitar
Abram en la tierra de Cañan, y se 17 1
era Abram de noventa
Cuando
la dió por mujer a su marido, Abram. '
y años, se le apareció Yave,
seis
4
Entró éste a Agar, que concibió, y «Yo soy El-Sadai (1); anda
le dijo:
y viendo que había concebido, mi- en mi presencia, y sé perfecto. * Yo
raba con desprecio a su señora. haré contigo mi alianza, y te multi-
5 Dijo, pues, Sarai a Abram: «Mi plicaré muy grandemente.» 3 Cayó
afrenta sobre ti cae; yo puse mi es- Abram rostro a tierra, y siguió dicién-
clava en tu seno, y ella, viendo que dole Yave: 4 «Cuanto a mí, he aquí
ha concebido, me desprecia. Juzgue mi pacto contigo: serás padre de una
Yave entre tú y yo.» * Y Abram dijo muchedumbre de pueblos, 6 y ya
a Sarai: «Mira, en tus manos está tu no te llamarás Abram, sino Abranam,
esclava, haz con ella como bien te porque yo te haré padre de una mu-
parezca.» Corrigióla Sarai, y ella chedumbre de pueblos. • Te acre-
huyó de su presencia; 7 la encontró centaré mucho, mucho y te haré
el ángel de Yave junto a la fuente pueblos, y saldrán de ti reyes; 7 yo es-
que hay en el desierto, camino de tablezco contigo, y con tu descenden-
Sur, 8 y le dijo: «Agar, esclava de cia después de por sus generaciones,
ti
Sarai, ¿de dónde vienes y a dónde mi pacto eterno de ser tu Dios y el
vas?", y le respondió ella: «Voy hu- de tu descendencia, después de ti,
yendo de Sarai, mi señora.» 9 «Vuelve 8
y de darte a ti, y tu descendencia,
a
a tu señora —
le dijo el ángel de Yave después de ti, la tierra de tus pere-
y humíllate bajo su mano»; 10 y aña- grinaciones, toda la tierra de Canán,
dió: «Yo multiplicare tu descendencia, en eterna posesión. 9 Tú, de tu parte,
Que por lo numerosa no podrá guarda mi pacto, tú y tu descenden-
contarse. cia, después de ti, por sus genera-
11 Mira, has concebido y parirás ciones. 10 Esto es lo que has de ob-
un hijo, servar tú y tu descendencia después
Y le llamarás Ismael, de ti: 11 circuncidad todo varón (2).
Circuncidaréis la carne de vuestro
(:) Los límites naturales de la Palestina
son: el Libano y ante-Líbano, al norte; al sur,
el al oeste, el Mediterráneo, y al este
de desierto, (j) El nombre parece significar Dios Omn •

el Jordán. Este último parece ser el rio aquí potente, quizá Dios de la fecundidad. Con él
señalado. Si aquí y en otros lugares se dice el se manifestó Dios a los patriarcas. (Exod. 3. 6.)
río grande, y a veces el Eufrates, esto parece (3) Aunque la circuncisión era observada
ser una glosa interpretativa, fundada en la en otros pueblos, se da aquí como señal de la
universalidad del reino mesianico, según pro- alianza entre Dios y su pueblo. Por eso el que
fecías subsiguientes. la omite queda excluido de él. Los profetas
(2) Ajústase aquí Abram al código de hablan de la circuncisión del corazón y de los
Hammurabí, que parece regular la vida con- oídos, dignificando la obediencia y la docilidad
yugal de Abram e Isac. Según él, la mujer estéril a la divina ley. Este rito es, según la tradición,
podía dar a su marido una esclava por mujer, tipo del bautismo, por el cual somos incorpo-
perdiendo así éste el derecho a repudiarla. rados a la Iglesia, el pueblo de Dios.
GÉNESIS, 18 25

prepucio, y ésa será la señal del pacto la hora del calor, 2 y alzando los
entre mí y vosotros. 12 Dentro de los ojos, vió parados cerca de él a tres
ocho días de nacido, todo varón varones. En cuanto los vió, salióles
será circuncidado en vuestras gene- al encuentro desde la puerta de la
raciones; los siervos, ya los nacidos tienda, y se postró en tierra, 3 di-
en casa, ya los comprados, serán ciéndoles: «Señor mío; si he hallado
circuncidados, aunque no sean de gracia a tus ojos, te ruego que no
vuestra estirpe. 13 Todos, todos, pases de largo junto a tu siervo;
4 haré traer un poco de agua para
criados en casa o eomprados, se cir- í

cuncidarán, y llevaréis en vuestra lavar vuestros pies, y descansaréis


carne la señal de mi pacto por siem- debajo del árbol, 5 y traeré un bo-
pre; 14 y el incircunciso que no cir- cado de pan y os confortaréis; des-
cuncidare la carne de su prepucio, pués seguiréis, pues no en vano ha-
será borrado de su pueblo; rompió béis llegado hasta vuestro siervo.»
mi pacto.» 15 Dijo también Yave a I
Ellos contestaron: «Haz como has
Abraham: «Sarai, tu mujer, no se j
dicho». 6 Y se apresuró Abraham a
llamará ya Sarai, sino Sara, 16 pues llegarse a la tienda, donde estaba
la bendeciré, y te daré de ella un Sara, y le dijo: «date prisa; amasa
hijo, a quien bendeciré, y engendrará tres sea8 (1) de flor de harina, y
pueblos, y saldrán de él reyes de cuece en el rescoldo unos panes».
pueblos.» 17 Cayó Abraham sobre su 7
Corrió al ganado, y cogió un ternero
rostro, y se reía, diciéndose en su muy tierno y muy gordo, y se lo
corazón: «¿Conque a un centenario dió a un mozo que se apresuró a
le va a nacer un hijo, y Sara, ya nona- prepararlo; 8 y tomando leche cua-
genaria, va a parir?i> 18 Y dijo a jada y leche recién ordeñada y el
Yave: «Ojalá que viva a tus ojos ternero ya dispuesto, se lo puso todo
19
Ismael.» Pero le respondió Yave: delante, y él se quedó junto a ellos
«De cierto que Sara, tu mujer, te !
debajo del árbol, mientras comían.
9
parirá un hijo, a quien llamarás j
Dijéronle: «¿Dónde está Sara, tu
Isac, con quien estableceré yo mi mujer?» «En la tienda está», con-
10
pacto sempiterno, y con su descen- testó él; y dijo uno de ellos: «A
dencia después de él. 20 También otro año por este tiempo volveré sin
te he escuchado en cuanto a Ismael falta, si Dios quiere, y ya tendrá
Yo le bendeciré y le acrecentaré, un hijo Sara, tu mujer.» Sara oía
y multiplicaré muy grandemente. desde la puerta de la tienda, que
Doce jefes engendrará, y le haré estaba a espaldas del que hablaba.
un gran pueblo; 21 pero mi pacto lo 11
Eran ya Abraham y Sara ancianos,
estableceré con Isac, el que te parirá muy entrados en años, y hab a ce-
Sara el año que viene por este tiempo. sado ya a Sara la menstruación.
22
Y como acabó de hablarle, des- 12
Rióse, pues, Sara dentro, diciendo:
apareció Yave. 23 Tomó, pues, Abraham «¿Cuando estoy ya consumida, voy
a Ismael, su hijo, y a todos los sier- a remocear, siendo ya también viejo
vos, los nacidos en casa y los com- mi señor?» 13 Y dijo Yave a Abraham:
prados, todos los varones de su casa, \
«¿Por qué se ha reído Sara, dicién-
y circuncidó la carne de su prepucio I dose: de veras voy a parir, siendo
aquel mismo día, como se lo habíatan vieja? 14 ¿Hay algo imposible
mandado Yave. 24 Era Abraham de para Yave? A otro año por este
noventa y nueve años cuando cir- tiempo volveré, si Dios quiere, y
cuncidó la carne de su prepucio, Sara tendrá ya un hijo.» 15 Temerosa
25
e Ismael de trece años cuando fué Sara, negó haberse reído, diciendo:
circuncidado. 26 En el mismo día «No me he reído», pero él le dijo:
fueron circuncidados Abraham e Is- «Sí, te has reído.» 16 Levantáronse
mael, su hijo, 27 y todos los varones de los tres varones, y se dirigieron hacia
su casa, los nacidos en ella y los extraños Sodoma, y Abraham iba con ellos
comprados se circuncidaron con él. para despedirlos. 17 Yave dijo: «¿Voy

La aparición en el encinar de
Mambre. (i) Es medida de capacidad para sólidos.
Probablemente equivalía a unos 13 litros. Tanta
cantidad de harina para obsequiar a tres hués-
'I $ Aparecióscle Ya\ d un día en
1
pedes, se explica por el hecho de que entre los
encinar de Mambre. Estaba
el nómadas es común que del banquete participe
sentado a la puerta de la tienda a luego toda la casa del anfitrión.
26 GÉNESIS, 19

a encubrir yo a Abraam lo que voy pués de haber hablado así a Abraham.


a hacer, 18 "habiendo él de ser, como y éste se volvió a su lugar (1).
será, un pueblo grande y fuerte, y
habiendo de bendecirle todos los pue-
blos de la tierra? 19 Pues bien sé que Corrupción de Sodoma.
mandará a sus hijos, y a su casa
después de él, que guarden los ca- 1 Q 1
Llegaron a Sodoma los dos
minos de Yave, y hagan justicia y ángeles ya de tarde, y Lot es-
juicio, para que cumpla Yave a taba sentado a la puerta de la ciudad.
Abraham cuanto le ha dicho. 20 Y pro- Al verlos, se levantó Lot, y les salió
siguió Yave: «El clamor de Sodoma al encuentro, e inclinó su rostro a
y Gomorra ha crecido mucho, y su tierra, 2 diciendo: «Mirad, señores; os
pecado se ha agravado en extremo; ruego que vengáis a la casa de vues-
21
voy a bajar, a ver si sus obras han tro siervo, para pernoctar en ella,
llegado a ser como el clamor que ha i
y lavaros los pies. Cuando os levan-
venido hasta mí, y si no, lo sabré.» téis por la mañana, seguiréis vues-
22
Y partiéndose de allí dos de tro camino.» Y
le contestaron: «No,
los varones, se encaminaron a So- pasaremos la noche en la plaza.»
doma; Abraham siguió estando con 3 Instólos mucho,
y se fueron con él
Yave. a su casa, donde les preparó de comer,
y coció panes ácimos, y comieron.
!
* Antes que fueran a acostarse, los

Intercesión por Sodoma. hombres de la ciudad, los habitan-


tes de Sodoma, rodearon la casa,
mozos y viejos, todos sin excepción.
23 6 Llamaron a Lot, y le dijeron:
Acercósele, pues, y le dijo: «¿Pero
vas a exterminar juntamente al justo «¿Dónde están los hombres que han
con el malvado? 24 Si hubiera cin- venido a tu casa esta noche? Sáca-
cuenta justos en la ciudad, ¿los ex- noslos, para que los conozcamos.»
6 Salió Lot a la puerta,
terminarías acaso, y no perdonarías y cerrándola
al lugar por los cincuenta justos? tras sí, 7 les dijo: «Por favor, her-
25 Lejos de ti obrar así, matar al manos míos, no hagáis semejante
justo con el malvado, y que sea el maldad. 8 Mirad, dos hijas tengo (2) que
justo como el malvado; lejos eso de no han conocido varón, os las sacaré,
ti; el juez de la tierra toda ¿no va a para que hagáis con ellas como bien
hacer justicia?» 26 Y
le dijo Yave: os parezca; pero a esos hombres no
«Si hallare en Sodoma cincuenta les hagáis nada, pues para eso se
justos, perdonaría por ellos a todo han acogido a la sombra de mi techo.»
9
el lugar.» 27 Prosiguió Abraham, y Ellos le respondieron: «Quítate allá.
dijo: «Mira, te ruego, ya que he co- Quien ha venido como peregrino, ¿va
menzado a hablar a mi Señor, aun- a querer gobernarnos ahora? Te tra-
que soy polvo y ceniza: 28 Si de los taremos a ti peor todavía que a
cincuenta justos faltaran cinco, ¿des- ellos.» Forcejeaban con Lot violen-
truirías por los cinco a toda la ciu- tamente, y estaban ya para romper
10 sacando los
dad?» Y
le contestó: «No la destrui- la puerta, cuando,
ría, hallase allí cuarenta y cinco
si hombres su mano, metieron a Lot
justos.» 29 Insistió Abraham todavía dentro de la casa, y cerraron la
puerta. 11 A los que estaban a la
y dijo: «¿Y si se hallasen allí cua-
renta?» Contestóle: «También por los
cuarenta lo haría.» 30 Volvió a in- (i) En admirable diálogo se pone
este
Abraham: «No te incomodes, de relieve con que trata Dios a
la familiaridad
sistir
Abraham, la influencia que a éste da sobre sí,
Señor, si hablo todavía. ¿Y si se ha-
y la estima grande en que tiene Dios a los justos,
llasen treinta justos?» Repuso:
allí por los cuales, aun escasos en número, está
«Tampoco haría, si se hallasen
lo dispuesto a librar de la destrucción a muchos
treinta.» 31 Volvió a insistir: «Señor, pecadores
ya que comencé: ¿Y si se hallasen (a) Las palabras de Lot ponen ante todo de
Y
contestó: «No relieve el horror que le causa ver holladas de
allí veinte justos?»
38 To- aquel modo las leyes de la hospitalidad. La
la destruiría por los veinte.»
propuesta que él hace al pueblo no debía horro-
davía Abraham: «Perdona, Señor, sólo rizarle menos. San Agustín ve en esto una
una vez más: ¿Y si se hallasen allí grande perturbación de ánimo, que no le per-
diez?» Y
le contestó: «Por los diez mite hacerse cargo de lo que dice. Véase tam-
no la destruirla.» 33 Fuése Yave des- bién Juec. 19. 22-34.
GÉNESIS, 20 27

puerta de la casa los hirieron de ce- i Lot miró atrás, y se convirtió en un


guera, desde el menor hasta el mayor, bloque de sal.
27 Levantóse Abraham de mañana,
V no pudieron ya dar con la puerta.
*2
Dijeron los dos homhres a Lot: j
y fué al lugar donde había estado
«¿Tienes aquí alguno, yerno, hijo o con Yave, 28 y mirando hacia Sodoma
hija? Todo cuanto tengas en esta y Gomorra y toda la olla, vió que
c udad, sácalo de aquí, 13 porque salía de la tierra una humareda, como
vamos a destruir este lugar, pues es humareda de horno. 28 Cuando des-
grande su clamor en la presencia de truyó Yave las ciudades de la olla,
Yave, y éste nos ha mandado para se acordó de Abraham, y salvó a Lot
destruirla.» 14 Salió, pues, Lot para de la destrucción al destruir las ciu T
hablar a sus yernos, los que habían dades donde habitaba Lot.
de tomar por mujeres a sus hijas,
y les dijo: «Levantaos, y salid de La descendencia de Lot.
este lugar, porque va a destruir Yave
la ciudad»; y les pareció a sus yernos 30
Subió Lot desde Segor, y habitó
que se burlaba. en el monte con "sus dos hijas, porque
,

¡temía habitar en Segor, y moró en


una caverna con sus dos hijas. 31 Y
Destrucción de Sodoma dijo la mayor a la menor: «Nuestro
y
Gomorra. .padre es ya viejo, y no hay aquí
hombres que entren a nosotras, como
16 En cuanto salió la aurora, die- en todas partes sucede. 32 Vamos a
j

ron prisa los ángeles a Lot, diciéndole: 1

embriagar a nuestro padre, y a acos-


«Levántate, coge a tu mujer y a las tarnos con él, a ver si tenemos de él
dos hijas que tienes, no sea que pe- descendencia » 33 Embriagaron, pues,
rezcas tú también por las iniquida- a su padre aquella misma noche, y
des de la ciudad.» 16 Y como se re- se acostó con él la mayor, sin que
tardase, cogiéronlos de la mano los él la sintiera, ni al acostarse ella ni
hombres, a él, a su mujer y a sus dos al levantarse. 34 Ai día siguiente dijo
hijas, pues quería Yave salvarle, y la mayor a la menor: «Ayer me acos-
sacándolos, los pusieron fuera de la té yo con mi padre: embriaguémosle
ciudad. 17 Una vez fuera, le dijeron: también esta noche, y te acuestas tú
!

«Salva la vida. No mires atrás, y con él. para ver si tenemos descen-
no te detengas en parte alguna del dencia de nuestro padre. » 35 Embria-
contorno, sálvate en el monte, si no garon, pues, también aquella noche a
quieres perecer.» 18 Díjoles Lot: «No, su padre, y se acostó con él la menor,
por favor, señores: 19 vuestro siervo sin que ni al acostarse ella, ni al
ha hallado gracia a vuestros ojos, pues levantarse, la sintiera. 36 Y concibie-
!

me habéis hecho el gran beneficio ron de su padre las dos hijas de Lot.
de salvarme la vida, pero yo no podré 37 Parió la mayor un hijo, a quien
salvarme en el monte sin riesgo de llamó Moab, que es el padre del Moab
que me alcance la destrucción y pe- de hoy. 38 También la menor parió
rezca. 20 Mirad, ahí cerca está esa un hijo, a quien llamó Ben Ammi,
ciudad en que podré refugiarme; es que es el padre de los Bene Ammón
bien pequeña, permitid que me salve de hoy.
en ella; ¿no es bien pequeña? », así
viviría.» 21
Y le dijeron: «Mira, te Abraham en Girara. Ahimclec.
concedo también la gracia de no des-
truir esa ciudad de que hablas. 22 Pero i}fi 1
allí Abraham para
Partióse de
apresúrate a refugiarte en ella, pues Negueb, y habitó
la tierra del
no puedo hacer nada, mientras en entre Cades y Sur, y fué a Gerara.
ella no hayas entrado tú.» Por eso 2
Abraham decía de Sara, su mujer:
se dió a aquella ciudad el nombre de «Es mi hermana» (1). Abimelec, rey de
23
Segor. Salía sobre la tierra,
el sol Gerara, mandó tomar a Sara; 3 pero
cuando entraba Lot en Segor, 24 e
hizo Yave llover sobre Sodoma y Según los relatos que preceden, Sara
(i)
Gomorra azufre y fuego de Yave, muy anciana, siendo por eso extraño que
serla

desde el cielo. 25
Destruyó estas ciu- rey de Gerara pusiera en ella los ojos. San
el
Aeustín propone a esta dificultad la única so-
dades y todo el contorno, y cuantos lución posible: que los episodios de que consta
hombres había en ellas y hasta las la historia del Patriarca no están ordenados
plantas de la tierra. 26 La mujer de cronológicamente.
28 GÉNESIS, 21

vino Dios a Abimelec en sueños du- Nacimiento de lsac


rante la noche, y le dijo: «Mira que ¡

vas a morir, por la mujer que has •XI 1 Visitó, pues, Yave a Sara,
tomado, pues tiene marido.» 4 Abi- "* como le dijera, e hizo con ella
melec, que no se había acercado a lo que le prometió; 2 y concibió Sara,
ella, respondió: «Señor, ¿matarías y dió a Abraham un hijo en su ancia-
así aún al inocente? 5 ¿No me ha dicho nidad, al tiempo que le había dicho
él: es mi hermana? Con pureza de Dios. 3 Y
dió Abraham el nombre de
corazón y con manos inocentes hice lsac a su hijo, el que le nació de
yo esto.» * Y le dijo Dios en el sueño: Sara. 4 Circuncidó Abraham a lsac,
«Bien sé yo que lo has hecho con pu- su hijo, dentro de los ocho días, como
reza de corazón; por eso te he im- se lo había mandado Dios. 6 Era
pedido que pecaras contra mí, y no Abraham de cien años de edad cuando
he consentido que la tocaras. 7 Ahora, le nació lsac, su hijo. 6 Y dijo Sara:
pues, devuelve la mujer al marido, «Me ha hecho reír Dios., y cuantos
pues él, que es profeta, rogará por lo sepan reirán conmigo.» 7 aña- Y
ti, y vivirás; pero si Vio la devuelves, dió: «¿Quién había de decir a Abraham:
sabe que ciertamente morirás tú con amamantará hijos Sara? Pues yo le
todos los tuyos.» 8 Por la mañana Fie dado un hijo en su ancianidad.»
llamó Abimelec a sus servidores, y 8 Creció el niño, y le destetaron, y
les contó todo esto, y ellos fueron dió Abraham un gran banquete el día
presa de gran terror. 9 Llamó después del destete de lsac. 9 Vió Sara ju-
a Abraham, y le dijo: «¿Qué es lo gando al hijo de Agar, la egipcia,
que nos has hecho? ¿En qué te he el que le parió a Abraham; 10 y dijo a
faltado yo, para que trajeras sobre Abraham: «Echa a esa esclava y a
mí y sobre mi reino tan gran pecado? su hijo, pues el hijo de una esclava
Lo que has hecho con nosotros no no ha de heredar con mi hijo, con
debe hacerse.» 10 Y dijo Abimelec a lsac.» 11 Muy duro se le hacía esto
Abraham: «¿Qué es lo que has visto a Abraham, por causa de su hijo;
para que eso hicieras?» 11 Y le res- 12 pero le dijo Yave: «No te dé pena
pondió Abraham: «Es que me dije: por el niño y la esclava: haz lo que
De seguro que no hay temor de Dios te dice Sara, porque es por lsac por
en este lugar, y me van a matar por quien será llamada tu descendencia.
causa de mi mujer. 12 Aunque es 13 También al hijo de la esclava le
también en verdad mi hermana, hija haré un pueblo, por ser descendencia
14
de mi padre, pero no de mi madre, tuya» (1). Se levantó, pues,
y la tomé por mujer; 13 y desde que Abraham de mañana; y cogiendo pan
me hizo Dios errar fuera de ln casa y un odre de agua, se lo dió a Agar,
de mi padre, la dije: Has de hacerme poniéndoselo a la espalda, y con ello
la merced de decir en todos los lu- al niño, y la despidió. Ella se fué,
gares a donde lleguemos, que eres y erraba por el desierto de Berseba.
mi hermana.» 14 Tomó, pues, Abi- 15 Se acabó el agua del odre, y ella
melec rebaños y ganados, siervos y echó al niño bajo unos arbustos, 16 y
siervas, y se los dió a Abraham, y le fué a sentarse frente a él a la dis-
devolvió a Sara, su mujer, 15 y le tancia de un tiro de arco, diciéndose:
dijo: «Tienes la tierra a tu disposi- «No quiero ver morir al niño«; y se
ción, mora donde bien te parezca. sentó enfrente del niño, que lloraba
18 Y
a Sara le dijo: «Mira, a tu her- en voz alta. 17 Oyó Dios al niño, y
'

mano le he dado mil monedas de el ángel de Dios llamó a Agar desde


j

plata; sírvante de velo para los ojos los cielos, diciendo: «¿Qué tienes,
a ti y a cuantos contigo están, y todo Agar? No temas, que ha escuchado
así estará arreglado.» 17 Rogó Abraham Yave la voz del niño que ahí está.
por Abimelec, y curó Dios a Abime- 18 Levántate, toma al niño y cógele
lec, a su mujer, a sus siervos, y en- de la mano, pues he de hacerle un
gendraron, 18 pues había Yave ce- gran pueblo.» 19 Y abrió Dios los
rrado enteramente todo útero en la
casa de Abimelec por lo de Sara, la (i) La ley de Hammurabl excluye de la
mujer de Abraham (1). nerencia al hijo de la esclava. La expulsión
obedece a la necesidad de conservar la paz
doméstica, siempre perturbada por la poli-
(i) En todos estos episodios, el autor sa- gamia. En este caso se debe más Ijien al plan
grado mira a ponor de relieve la especial pro- divino de hacer a lsac el descendiente heredero
videncia de Dios sobre el Patriarca. de las promesas mes tánicas. (Rom. 9. 6 sigs.)
GÉNESIS, 22 29

ojos de Agar, haciéndola ver un pozo, y tomando consigo dos mozos y a


Isac, su hijo, partió la leña para el
j

a donde fué y llenó el odre de agua,


•dando de beber al niño. 20 Fué Dios holocausto, y se puso en camino para
con el niño, que creció y habitó en
'

el lugar que le había dicho Dios.


el desierto, y de mayor fué arquero.
4
Al tercer día alzó Abraham sus ojos,
21
Habitó en el desierto de Farán y y vió de lejos el lugar. 5 Dijo a sus
su madre tomó para él mujer de la dos mozos: «Quedaos aquí con el
tierra de Egipto. asno; yo y el niño iremos hasta allí,
y después de haber adorado, volve-
remos a vosotros.» 6 Y
tomando
Alianza de Abraliam con Abünclce. Abraham Ja leña para el holocausto,
se la cargó a Isac, su hijo; tomó él
22
Sucedió por entonces que Abi- en su mano el fuego y el cuchillo, y
melec y Picol, jefe de su ejército, siguieron ambos juntos. 7 Y
dijo
dijo a Abraham: «Dios está contigo Isac a Abraham, su padre: «Padre
en todo cuanto haces: 23 Júrame, pues, mío.» «¿Qué quieres, hijo mío?», le
ahora por Dios, que no me has de contestó. Y él dijo: «Aquí llevamos el
engañar, ni a mí, ni a mis descen- fuego y la leña, pero la res para el
dientes, y que como te favorecí yo holocausto, ¿dónde está? 8 Y Abraham
a ti, así harás tú conmigo y con la le contestó: «Dios se proveerá de res
tierra por donde andas.» 24 dijo Y para el holocausto»; y siguieron jun-
Abraham: «Yo te lo juro.» 25 Pero tos los dos. 9 Llegados al lugar que
reconvino Abraham a Abimelec por le dijo Dios, alzó allí Abraham el altar,
causa de un pozo de aguas, de que y dispuso sobre él la leña, ató a su
se habían apoderado los siervos de hijo y le puso sobre el altar, encima
Abimelec, 26 y contestó Abimelec: de la leña. 10 Tendió luego su brazo,
«No sé quién haya hecho eso, tú tam- y cogió el cuchillo para degollar a
poco me has dicho nada de ello, y su hijo. 11 Pero le gritó desde los
nada he sabido hasta ahora.» 27 Tomó, cielos el ángel de Yave, diciéndole:
pues, Abraham ovejas y bueyes y se «Abraham, Abraham. » Y éste contes-
los dió a Abimelec, e hicieron entre tó: «Heme aquí. » 12 «No extiendas tu
ambos alianza. 28 Apartó Abraam —
brazo sobre el niño le dijo y no le —
siete corderas del rebaño, 29 y le hagas nada, porque ahora he visto
preguntó Abimelec: «¿Para qué son que en verdad temes a Dios, pues
esas siete corderas que has aparta- por mí no perdonaste a tu hijo, a tu
do?» 30 Abraham le contestó: «Para unigénito.» 13 Alzó Abraham los ojos,
que las recibas de mi mano, y me y vió tras sí un carnero enredado por
sirvan de prueba de que yo he abierto los cuernos en la espesura, y cogió
este pozo.» 31 Por eso se llamó aquel el carnero y lo ofreció en holocausto
lugar Berseba, 32 porque allí juraron en vez de su hijo (1). 14 Llamó
amóos, e hicieron alianza, en Berseba. Abraham al lugar aquel: Yave ve; por
Y se levantó Abimelec y Picol, jefe lo que todavía se dice: «en el monte
de su ejército, y se volvieron a la de Yave ve». 16 Llamó el ángel de
i

tierra de los filisteos. 33 Abraham Yave a Abraam por segunda vez


plantó en Berseba un tamarindo, e desde los cielos, 16 y le dijo: «Por
invocó allí el nombre de Yave, el mí mismo juro, palabra de Yave,
Dios eterno, 34 y anduvo mucho que por haber hecho cosa tal, de no
tiempo Abraham por tierra de filisteos. perdonar a tu hijo, a tu unigénito,
17 te bendeciré largamente,
y multi-
plicaré grandemente tu descendencia
El sacrificio de Isac. como las estrellas del cielo y como
las arenas de las orillas del mar, y
f)0 1
Después de todo esto, quiso se adueñará tu descendencia de las
probar Dios a Abraham, y lla- puertas de sus enemigos, 18 y la ben-
mándole, dijo: «Abraham.» Y éste con- decirán todos los pueblos de la tie-
testó: «Heme aquí. » 2 «Anda, coge a
tu hijo, a tu unigénito, a quien tanto (i) La prueba de la fe y obediencia de
amas, a Isac, y ve a la tierra de Abraham es realmente suprema. Se le manda
Moria, y ofrécemelo allí en holo- sacrificar a su hijo único, tan pedido, tan de-
seado y al fin conseguido, en quien habían de
causto, sobre uno de los montes que tener realización las promesas
3
mesiánicas. Isac,
yo te indicaré.» Se levantó, pues, aceptando resignado el sacrificio, es figura de
Abraham de mañana, aparejó su asno, la sumisión de Cristo a la voluntad del Padre
30 GÉNESIS, 23, 24

rra, por haberme tú obedecido.» dolo todos: «Ciertamente, si tú te


19
Volvióse Abraham a los mozos, y dignas escucharme, yo te daré el
levantándose, fueron todos juntos, a precio del campo. Recíbelo tú y se-
Berseba, y habitó Abraham en Ber- pultaré en él a mi muerta.» 14 Y res-
seba. pondió Efrón a Abraham diciéndole:
20 Después de todo esto recibió 15 «Señor mío, óyeme:
¿Qué es para
Abraham noticia, diciéndole: «También mí ni para ti una tierra de cuatro-
Melca ha dado hijos a Najor, tu her- cientos siclos de plata? Sepulta a tu
mano; 21 Hus es el primogénito, Buz muerta.» 16 Oyó Abraham a Efrón y
su hermano, y Camuel, padre de pesóle la plata que éste había dicho,
Aram, 22 Cased, Azaud, Peídas, Gued- ante los hijos de Get, cuatrocientos
laf y Batuel. 23 Batuel fué el padre siclos de plata corriente en el mer-
de Rebeca. Estos son los ocho hijos cado. 17 Vino, pues, a ser propiedad
que dió Melca a Najor, hermano de de Abraham ante los hijos de Get y
Abraham. 24 También su concubina, de cuantos entraban por la puerta
de nombre Raumi, le parió a Tebaj, de la ciudad, 18 el campo de Efrón
Gajam, Tajas y Maaca. en Macpela, frente a Mambre, con la
caverna que hay en él, y todos los
árboles del campo y sus contornos.
19
Muerte de Sara. Después de esto sepultó Abraham
a Sara, su mujer, en la caverna del
íyo 1 Fueron los días de vida de campo de Macpela, frente a Mambre,
Sara ciento veintisiete años. que es Hebrón, en tierra de Canán.
2
Murió en Quiriat Arbe, que es 2°
El campo, con la caverna que hay
Hebrón, en la tierra de Cañan. Vino en él, vino a ser sepultura de propie-
Abraham a llorar a Sara y hacer duelo dad de Abraham, recibida de los hijos
3
por ella, y cuando se levantó de de Get.
junto a su muerta, habló así a los
hijos de Get: 4 «Soy entre vosotros
peregrino y huésped: Dadme en pro- Casamiento de Isac.
piedad una sepultura, donde pueda
sepultar a mi muerta, apartándola I
1
Era Abraham ya viejo, muy
de mi vista.» 5 Los. hijos de Get — entrado en años, y Ya ve le
contestaron a Abraham: 6 «Oyenos, había bendecido en todo. 2 Dijo, pues,
Señor, por favor: Tú eres entre nos- Abraham al más antiguo de los sier-
otros un príncipe de Dios; sepulta a la vos de su casa, el que administraba
muerta en el mejor de nuestros se- cuanto tenía: «Pon, te ruego, tu mano
pulcros; ninguno de nosotros te negará bajo mi muslo, 3 y júrame por Yave,
su sepulcro para que en él sepultes Dios de los cielos y de la tierra, que
a tu muerta. » 7 Alzóse Abraham, e no tomarás mujer para mi hijo de
entre las hijas de los cananeós, en
¡

inclinándose profundamente ante el


pueblo de aquella tierra, los hijos de medio de los cuales habito, 4 sino
Get, 8 les dijo: «Si de veras queréis que irás a mi tierra, a mi parentela,
que pueda yo apartar a mi muerta de a buscar mujer para mi hijo Isac.»
mi vista, sepultándola, escuchadme, 5
Y le dijo el siervo: «Y si la mujer
y rogad por mí a Efrón, el hijo de no quiere venir conmigo a esta tierra,
Seor, 9 que por su justo precio me ¿habré de llevar allí a tu hijo, a la
ceda para sepultura, en propiedad, en tierra de donde saliste?» * Dfjole
presencia vuestra, su caverna de Abraham: «Guárdate muy bien de
Macpela, que está al término de su llevar allá a mi hijo: 7 Yave, Dios de
campo. » 10 Efrón estaba sentado entre los cielos, que me sacó de la casa de
los hijos de Get, y respondió Efrón. mi padre y de la tierra de mi naci-
el geteo, a Abraham en presencia de miento, que me ha hablado, y me
los hijos de Get y de cuantos entra- juró, diciendo: a tu descendencia daré
ban por las puertas de la ciudad: yo esta tierra, enviará a su ángel
11 «No, señor mío, óyeme: yo te doy ante ti y traerás de allí mujer para
el campo y la caverna que se halla mi hijo. 8 Si la mujer no quisiere
a suextremo: te la doy ante los venir contigo, quedarás libre de este
juramento, pero de ninguna manera
¡

hijos de mi pueblo; sepulta a tu


muerta.» 12 Abraham volvió a pros- volverás allá a mi hijo.» 9 Puso, pues,
ternarse ante la gente de aquella el siervo su mano bajo el muslo de
tierra, 13 y habló así a Efrón, oyén- Abraham, su señor, y le juró.
GÉNESIS, 24 31

26 Pos-
10 Cogió el siervo diez de los came- dancia y lugar para pernoctar.»
llos de su señor, y se puso en camino, tróse entonces el hombre y adoró a
llevando consigo de cuanto bueno Yave, 27 diciendo: «Bendito sea Yave,
tenía su señor, y se dirigió a Arán i Dios de mi señor Abraham, que no ha
Naharaim, a la ciudad de Najor. !
dejado de hacer gracia y mostrarse
11 Hizo que los camellos doblaran sus fiel a mi señor, y a mí me ha condu-
rodillas fuera de la ciudad, junto a cido derecho a la casa de los herma-
un pozo de aguas, ya de tarde, a la nos de mi señor.» 28 Corrió la joven
hora de salir las que van a coger a contar en casa de su madre lo que
agua, 12 y dijo (1): «Yave, Dios de había pasado. 29 Tenía Rebeca un
mi amo Abraham, haz que me salga hermano, de nombre Labán, que se
ahora buen encuentro, y muéstrate apresuró a ir al pozo en busca del
30 Había visto el arillo
benigno con mi señor Abraham: 13 Voy nombre. y
a ponerme junto al pozo de aguas, los brazaletes en la mano de su her-
mientras las mujeres de la ciudad mana, y la había oído decir: «Así
vienen a buscar agua: 14 la joven a me ha hablado' el hombre.» Vino,
quien yo dijere: inclina tu cántaro, pues, a él, que seguía con sus came-
31
te ruego, para que yo beba; y ella me llos junto a la fuente, y le dijo:
respondiere: bebe tú y daré también «Ven, bendito de Yave, por qué
de beber a tus camellos, sea la que estás ahí fuera? Ya he preparado
destinas a tu siervo Isac, y conozca yo la casa y lugar para los camellos.»
32 Fué, pues, el hombre a casa. Labán
yo así que te muestras propicio a mi
señor.» 16 Y
sucedió, que antes de que desaparejó los camellos, dió a éstos
él acabara de hablar, salía con el paja y heno, y agua al hombre y a los
cántaro al hombro Rebeca, hija de 1
que le acompañaban, para lavarse los
Batuel, hijo.de Melca, la mujer de i
pies, 33 y después le sirvió de comer;
Najor, hermano de Abraham. 16 La ¡
pero el hombre dijo: «No comeré
joven era muy hermosa, y virgen, mientras no diga lo que tengo que
que no había conocido varón. Bajó decir.» Respondióle: «Di.» 34 Este
al pozo, llenó su cántaro, y volvió dijo: «Yo soy siervo de Abraham.
35 Yave ha bendecido largamente a
a subir. 17 Salióle al encuentro el
siervo, y le dijo: «Dame, por favor, mi señor, y le ha engrandecido, dán-
a beber un poco de agua de tu cán- dole rebaños y ganados, plata y oro,
taro.» 18 «Bebe, señor mío», le con- siervos y siervas, camellos y asnos.
testó ella; y bajando el cántaro lo 36 Parióle Sara, la mujer de mi señor,
cogió con sus manos, y le dió de un hijo en su ancianidad, y a él le
beber. 19 Cuando hubo él bebido, le ha dado todos sus bienes. 37 Mi señor
dijo: «También para tus camellos me ha hecho jurar, diciendo: No to-
voy a sacar agua, hasta que hayan marás para mi hijo mujer de entre
bebido lo que quieran.» 20 se apre- Y las hijas de los cananeos, de la tierra
suró a vaciar el cántaro en el abre- en que habito; 38 sino que irás a la
vadero, y corrió de nuevo al pozo a casa de mi padre, a mi parentela, y
sacar más, hasta que hubo sacado de allí traerás mujer para mi hijo.
39 Yo
para todos los camellos. 21 El siervo dije a mi señor: Quizá no quiera
la contemplaba en silencio, y se pre- venir conmigo la mujer; 40 y él me
guntaba habría prosperado Yave
si contestó: Yave, ante quien yo ando,
su camino, o no. 22 Cuando hubieron mandará contigo su ángel, y hará
acabado de beber los camellos, tomó que tu camino tenga buen éxito, y
el siervo un arillo de oro de medio tomarás mujer para mi hijo, de mi
siclo de peso y dos brazaletes de diez parentela y de la casa de mi padre.
siclos, también de oro, y dándoselos, 41 Quedarás desligado del juramento,
23
le preguntó: «¿De quién eres hija si fueres a mi parentela y no te la
tú? Dime, por favor, si no habría dieren; libre quedarás entonces. 42 Lle-
lugar en casa de tu padre para pasar gué hoy a la fuente, y dije: Yave,
allí la noche.» 24 Ella le contestó: Dios de mi señor Abraham, te ruego
«Soy hija de Batuel, el hijo que Melca que si en verdad quieres prosperar
dió a Najor.» 25 Y añadió: «Hay en el camino que traigo,
43 hagas que

nuestra casa paja y heno en abun- mientras yo me quedo junto a la


fuente, la joven que salga a buscar
(i) No es infrecuente en el A. T. esta agua y a quien diga yo: Dame de
manera de explorar la voluntad de Dios para beber, te ruego, un poco de agua de
conocerla. tu cántaro 44 y me diga ella: Bebe,
32 GÉNESIS, 25

sacaré también para tus camellos, 61


y Montaron, pues, Rebeca, sus don-
sea la mujer que Yave ha destinado cellas y su nodriza en dos camellos,
para mujer del hijo de mi señor. y se fueron tras el hombre, y éste
45 No había yo acabado de decir con Rebeca se partió.
esto en mi corazón, cuando salía Re- 62 Volvía un día Isac del pozo Jai
beca con su cántaro al hombro, bajó Roí, pues habitaba entonces en el
a la fuente y sacó agua. Yo le dije: Negueb, 63 y había salido por la tarde
dame de beber, te lo ruego. 46 Bajó al campo para lamentarse, y alzando
ella en seguida el cántaro de sobre los ojos vió venir camellos. 64 Tam-
i

su hombro, y dijo: bebe, y daré tam- bién Rebeca alzó sus ojos, y viendo
bién de beber a tus camellos. 47 Yo a Isac, se apeó del camello, 68 y pre-
,

le pregunté: ¿De quién eres hija? Ella guntó al siervo: «¿Quién es aquel
<

me respondió: Soy hija de Batuel, hombre que viene por el campo a


el hijo de Najor, que le dió Melca. ¡nuestro encuentro?» El siervo le res-
Entonces puse yo el arillo en su nariz pondió: «Es mi señor. » Ella cogió el
y los brazaletes en sus manos, 48 y velo y se cubrió. 66 El siervo contó a
me incliné postrándome ante Yave, Isac cuanto había ocurrido, 87 e Isac
y bendije a Yave, "Dios de mi señor condujo a Rebeca a la tienda de Sara,
Abraham, que me había traído por su madre, la tomó por mujer y la
camino derecho, para tomar a la hija amó, consolándose de la muerte de
de su hermano para mujer de su hijo. su madre.
49
Ahora, si queréis hacer gracia y
fidelidad a mi señor, decídmelo; si no,
decídmelo también, y me dirigiré a la .Muerte do Abraham»
derecha o a la izquierda. » 60 Labán 1 Volvió Abraham
.) r a tomar mu-
y Batuel contestaron, diciendo: «De jer, de nombre Quetura, 2 que •

Yave viene esto, nosotros no podemos


le parió a Zamrán, Jocsán, Madán,
decirte ni bien ni mal. 81 Ahí tienes
a Rebeca, tómala y vete, y sea la
Madián, Jesboc y Sué. 3 Jocsán en-
mujer del hijo de tu señor, como lo gendró a Saba y Dadán. Hijos de
ha dicho Yave.» 52 Cuando el siervo Dadán son los 4
Asurim, los Latusim
de Abraham hubo oído estas palabras, y los
Laumim. Los hijos de Madián
fueron Efa, Efer, Janoc, Abida y
se postró en tierra ante Yave; 83 y
Estos son todos los hijos de
sacando objetos de plata, objetos de Elda.
Quetura. 8 Abraham dió todos sus
oro y vestidos, se los dió a Rebeca,
bienes a Isac. * A los hijos de las
e hizo también presentes a su her-
les hizo donaciones, pero
mano y a su madre. 84 Pusiéronse concubinas
viviendo él todavía, los separó de su
I

luego a comer y a beber, él y los que


hijo Isac, hacia oriente, a la tierra de
con él venían, y pasaron la noche. 7
Los días de la vida de
A la mañana, cuando se levantaron, oriente.
Abraham fueron ciento setenta y cinco
dijo el siervo: «Dejad que me vaya a 8
Expiró, y murió Abraham en
mi señor.» 88 El hermano y la madre años.
senectud buena, anciano y lleno de
de Rebeca dijeron: «Que esté la joven
fué a reunirse con su pueblo.
con nosotros todavía algunos días, 9días, y
Isac e Ismael, sus hijos, le sepulta-
unos diez, y después partirá.» 86 El
ron en la caverna de Macpela, en el
les contestó: «No retraséis mi vuelta,
ya que Yave ha hecho feliz el éxito
campo de Efrón, hijo de Seor, el
geteo,frente a Mambre. 10 Es el
de mi viaje; dejadme partir, para
que vuelva a mi señor.» 87 Dijéronle, campo que compró Abraam a los
hijos de Gct. Allí fué sepultado con
pues: «Llamemos a la joven, y pre-
Sara, su mujer.
guntémosle lo que ella quiere.'» 88 Lla- 11 Después de la muerte de Abraam,
maron a Rebeca, y le preguntaron:
Dios bendijo a Isac, su hijo, y habitó
«¿Quieres partir luego con este hom-
Isac junto al pozo de Jai Roi.
bre?» Y ella respondió: «Partiré.»
89
Dejaron, pues, ir a Rebeca, su
hermana, y a su nodriza con el siervo Descendencia «le Ismael.
de Abrabam y sus hombres, 60 y ben-
12
decían a Rebeca diciendo; Estas son las generaciones de
«Hermana nuestra eres; Ismael, hijo de Abraham y de Agar,
Que crezcas en millares de millares, la egipcia, esclava de Sara.
18
He aquí
Y se adueñe tu descendencia los nombres de los hijos de Ismael,
De las puertas de sus enemigos.» según sus nombres y sus generaciones.
GÉNESIS, 26
El primogénito de Ismael fué Neba- Jacob; y juró Esaú, vendiendo a
yot; después Quedar, Adbel, Maba- Jacob su primogenitura. 34 Dióle en-
sam, Masema, Duma, Masa,
14 15 Adad, tonces Jacob pan y el guiso de len-
16 tejas; y una vez que comió y bebió,
Tema, Jetur, Nafir y Quedma. Estos
sonlos hijos de Ismael, estos sus se levantó Esaú y se fué, no dándose-
nombres, según sus pagos y campa- le nada de la primogenitura.
mentos; estos fueron los doce jefes
de sus tribus. 17 Los años de la vida
de Ismael fueron ciento treinta y Isac en Gerar. Alianza con Abl-
siete. Después expiró y murió, yendo '
melec. Casamiento de Esaú.
a reunirse con su pueblo. 18 Sus hijos
habitaron desde Evila hasta Sur, que 1
Hubo en aquella tierra un
está frente al "Egipto, según se va a 26 hambre, distinta de la primera
Sur, frente a todos sus hermanos. que hubo en tiempo de Abraham; y
fué Isac a Gerar, a Abimelec, rey de
los filisteos, 2 pues se le apareció
Jacob y Esaú. Yave, y le dijo: «No bajes a Egipto.
3
Sigue habitando en esta tierra, donde
18 yo te diga; peregrina por ella, que yo
Estas son las generaciones de
Isac, hijo de Abraham. Abraham en- estaré contigo, y te bendeciré, pues
gendró a Isac. 20 Era Isac de cua- a ti y a tu descendencia daré todas
renta años cuando tomó por mujer estas tierras, cumpliendo el jura-
a Rebeca, hija de Batuel, arameo, de mento que hice a Abraham, tu padre,
Padan Aram y hermana de Labán, 4
y multiplicaré tu descendencia
arameo. 21 Rogó Isac a Yave por su como las estrellas del cielo, y le daré
mujer, que era estéril, y fué oído por todas estas tierras, y la bendecirán
Yave, y concibió Rebeca, su mujer. todos los pueblos de la tierra, 6 por
22
Chocábanse en su seno los niños, haberme obedecido Abraham, y haber
y dijo: «Para esto, ¿a qué concebir?» guardado mi mandato, mis precep-
Y fué a consultar a Yave, 23
que le tos, mis ordenaciones y mis leyes.»
6
dijo: Habitó, pues, Isac en Gerar. 7 Pre-
«Dos pueblos llevas en tu seno, guntábanle los hombres del lugar por
Dos pueblos que al salir de tus su mujer, y él decía: (1) «Es mi her-
entrañas se separarán. mana.» Pues temía decir que era su
Una nación prevalecerá sobre la mujer, no fuera que le mataran los
otra nación, hombres del lugar por Rebeca, que
Y
24
el mayor servirá al mrr.or. era muy iiurnosa. 8 Como se prolon-
Llegó el tiempo del parto, y gase su estancia en Gerar, mirando
salieron de su seno dos gemelos. Abimelec, rey de los filisteos, por la
26 Salió el primero uno
rojo, todo él ventana, vió que estaba Isac jugando
como un manto peludo, y se le llamó con Rebeca, su mujer. 9 Llamó Abi-
26
Esaú. Después salió su hermano melec a Isac, y le dijo: «De cierto
agarrando con la mano el talón de que es tu mujer. ¿Por qué, pues, dices:
Esaú, y se le llamó Jacob. Era Isac es mi hermana?» Y le contesto Isac:
de sesenta años cuando los engendró. «Es que me dije, no vaya yo a morir
27 Crecieron
los niños, y fué Esaú por causa suya. » 10 Respondióle Abi-
diestro cazador y hombre agreste, melec: «¿Cómo nos has hecho eso?
mientras que era Jacob hombre apa- Hubiera podido alguno tomar a tu
cible y amante de la tienda. 28 Isac, mujer, y hubieras arrojado sobre nos-
porque le gustaba la caza, prefería a otros un delito.» 11 Dió, pues, Abime-
Esaú, y Rebeca prefería a Jacob. lec una orden a todo el pueblo, di-
29
Hizo un día Jacob un guiso, y ciendo: «El que toque a este hombre
llegó Esaú del campo, muy fatigado, o a su mujer, morirá.» 12 Sembró
30
y dijo Esaú a Jacob: «Por favor, Isac en aquella tierra, y cogió aquel
dame a comer ese guiso rojo, que
estoy desfallecido.» Por esto se le (i) Por tercera vez vemos repetirse la histo-
dió a Esaú el nombre de Edom. ria. Dios vela con cuidado sobre los patriarcas. En
31 este caso no nos ofrece el texto !a solución que
Contestóle Jacob: «Véndeme ahora
mismo tu primogenitura. » 32 Respon- en los de Sara. Cabe, sin embargo, pensar que
Isac dijera de Rebeca que era su hermana, apo-
dió Esaú: «Estoy que me muero; yándose en la significación amplia que la pala-
¿qué me importa la primogenitura?» bra hermano tiene en las lenguas semíticas. En
93
«Júramelo ahora mismo», le dijo efecto, Rebeca era prima carnal de Isac.

3
3 t
GÉNESIS, 27

año ciento por uno, pues le bendijo despidió Isac, yéndose ellos en paz.
32 Aquel mismo día vinieron los
Yave. 13 Engrandecióse y fué cre-
ciendo, creciendo cada vez más, hasta siervos de Isac a informarle acerca
hacerse muy poderoso. 14 Tenía mu- del pozo que estaban haciendo, y le
chos rebaños y ganados y mucha dijeron: «Hemos hallado agua», 33 e
servidumbre, y los filisteos llegaron Isac llamó al pozo Seba, por eso se
a envidiarle. 15 Todos los pozos abier- llamó la ciudad Berseba hasta el día
tos por los siervos de su padre Abraham de hoy. 34 Era Esaú de cuarenta años,
los cegaron los filisteos, llenándolos y tomó por mujeres a Judit, hija de
de tierra. 18 Dijo Abimelec a Isac: Beeri, geteo, y a Basemat, hija de
«Vete de aqui, porque has llegado a Elón, geteo, 35 que fueron para Isac
ser mucho más poderoso que nos- y Rebeca una amarga pesadumbre.
otros.» 17 Fuése Isac, y acampó en
el valle de Gerar, y habitó allí.
18 Volvió a abrir los pozos abiertos
Suplanta Jacob a Esaú en la
en tiempo de Abraham, su padre, y bendición paterna.
cegados por los filisteos después de
1
la muerte de Abraham, dándoles los ía't Cuando envejeció Isac, se de-
mismos nombres que les había dado — L sus ojos, y no veía.
bilitaron
su padre. 19 Cavaron los siervos de Llamó, pues, a Esaú, su hijo mayor
Isac en el valle, y alumbraron una y le dijo: «Hijo mío.» Este contestó:
fuente de aguas vivas; 20 pero los «Heme aquí.» 2 «Mira le dijo—, yo —
pastores de Gerar riñeron con los ya soy viejo, y no sé cuál será el día
de Isac, diciendo: «Estas aguas son de mi muerte. 3 Toma, pues, tus ar-
nuestras. » Y llamó al pozo Ezec, mas, la aljaba y el arco, y sal al
porque había habido riña por él. campo a cazar algo, 4 y me haces un
21 Excavaron sus siervos otro pozo, guiso como sabes que a mí me gusta,
por el cual hubo también un alter- y me lo traes, para que lo coma y
cado, y lo llamó Sitúa. 22 Yéndose después te bendiga antes de morir.
5 Rebeca estaba oyendo lo que
más lejos, excavó otro pozo, por el Isac
cual no hubo ya querellas, y le llamó decía a Esaú, su hijo. Esaú salió al
Rejobot, diciendo: «Ahora ya nos ha campo a cazar algo para traerlo; 8 y
dado Yave holgura, y prosperaremos Rebeca dijo a Jacob, su hijo: «Mira,
en esta tierra.» 23 Subió después a he oído a tu padre hablar a Esaú,
Bersabe, 24 y se le apareció Yave tu hermano, y decirle: 7 Tráeme caza-
aquella noche, y le dijo: «Yo soy el y prepáramela, para que la coma y
Dios de Abraham, tu padre; nada te bendiga delante de Yave antes de
temas, que yo estoy contigo: Yo te mi muerte. 8 Ahora, pues, hijo mío.
bendeciré, y multiplicaré tu descen- obedéceme, y haz lo que yo te mando.
dencia, por Abraham, mi siervo.» * Anda, vete al rebaño, y tráeme dos
25 Alzó allí un altar, e invocó el nom-
cabritos gordos y tiernos, para que
bre de Yave: plantó allí su campa- yo haga con ellos a tu padre un guiso
mento, y abrieron también allí sus como a él le gusta, 10 y se lo lleves
siervos un pozo. 28 Vinieron a él, a tu padre, y lo coma y te bendiga
desde Gerar, Abimelec, Ajurot, amigo antes de su muerte.» 11 Contestó
suyo, y Picol, jefe de su ejército; Jacob a Rebeca, su madre: «Mira
27 e Isac les dijo: «¿Para qué habéis que Esaú, mi hermano, es hombre
venido a mí vosotros, que me odiáis, velludo y yo soy lampiño, 12 y si
y me habéis arrojado de entre vos- me toca mi padre, apareceré ante él
otros? 28 Ellos dijeron: «Porque he- como un mentiroso, y traeré sobre
mos visto claramente que está Yave mí una maldición, en vez de la ben-
contigo, y nos hemos dicho: Haya dición.» 13 Díjole su madre: «Sobre
en medio de nosotros un juramento mí tu maldición, hijo mío, pero obe-
entre ti y nosotros, y queremos hacerdéceme, anda y tráemelo. » 14 Fué,
alianza contigo: 29 de no hacernos túpues, él, lo cogió y lo trajo a su
mal, como no te hemos tocado nos- madre, que hizo el guiso como a su
otros, haciéndote sólo bien, y deján-padre le gustaba. " Cogió Rebeca
dote partir en paz. Tú eres ahora el vestidos de Esaú, su hijo mayor, los
bendito de Yave.» 30 Isac les preparó mejores que tenía en casa, y se los
un banquete, y comieron y bebieron. vistió a Jacob, su hijo menor; 14 y
31 A la mañana siguiente se levanta- con las pieles de los cabritos le cu-
ron, y se juraron unos a otros, y los brió las manos y lo desnudo del
GÉNESIS, 27 35

cuello; puso el guiso y pan que habla tú vinieras, y le he bendecido, y ben-


hecho en manos de Jacob, su hijo, dito está?» 34 Al oír Esaú las pala-
18 bras de su padre, rompió a gritar y
y éste lo llevó a su padre, y le dijo:
«Padre mío.» «Heme aquí, hijo mío», a llorar amargamente, y le dijo:
contestó Isac. «¿Quién eres, hijo mío?»; «Bendíceme también a mí, padre
19
y le contestó Jacob «Yo soy Esaú,
-
mío.» Isac le contestó: «Tu hermano
tu hijo primogénito. He hecho como ha venido con engaño, y se ha llevado
me dijiste. Levántate, pues, te ruego, la bendición.» 36 Díjole Esaú: «¿No
Suélvete, y come de mi caza, para es su nombre Jacob? Dos veces me
que me bendigas.» 20 Y dijo Isac a ha suplantado: me quitó la primo-
su hijo: «¿Cómo tan pronto hallaste, genitura, y ahora me ha quitado mi
hijo mío?»; y le respondió: «Porque bendición», y añadió: «¿No tienes ya
hizo Yave que se me pusiera delan- bendición para mí?» 37 Respondió Isac
te.* 21 Dijo Isac a Jacob: «Anda, y dijo a Esaú: cMira, le he hecho
acércate para que yo te palpe, hijo señor tuyo, y todos sus hermanos se
mío, a ver si eres o no mi hijo Esaú.» los he dado por siervos; le he atri-
22
Acercóse Jacob a Isac, su padre, buido el trigo y el mosto. A ti, pues,
que le palpó y dijo: «La voz es la ¿qué voy a hacerte, hijo mío?» 38 Y
voz de Jacob, pero las manos son dijo Esaú a su padre: «¿No tienes
las manos de Esaú»; 23 y no le cono- más que una bendición, padre mío?
ció, porque estaban sus mano* vellu- Bendíceme también a mí, padre mío s
das como las de Esaú, su hermano, y lloró en voz alta. 39 Respondió Isac
y se dispuso a bendecirle. 24 Todavía diciéndole:
le preguntó: «¿De verdad eres tú mi «Mira, fuera de la grosura de la
hijo Esaú?»; y él contestó: «Yo soy.» tierra será tu morada,
25
Díjole, pues: «Acércame la caza Yfuera del roclo que baja de los
para que yo coma de ella, hijo mío, cie'os.
40 Vivirás
y te bendiga.» Acercósela Jacob y de tu espada, y servirás
comió, y le trajo también vino, y a tu hermano;
bebió 26 Díjole después Isac: «Acér- Y cuando te revuelvas romperás su
cate y bésame hijo mío.» 27 Acercóse yugo de sobre tu cuello.»
41
él y le besó; y en cuanto olió la fra- Concibió Esaú contra su herma-
gancia de sus vestidos, le bendijo, no Jacob un odio profundo, por lo de
diciendo: la bendición que le había dado su
«Oh, es el olor de mi hijo padre, y se dijo en su corazón: «Cerca
Como el olor de un campo están los días del duelo por mi padre;
Al que ha bendecido Yave. después mataré a Jacob, mi her-
28
Déte Dios el rocío del cielo y mano.» 42 Supo Rebeca lo que había
la grosura de la tierra, dicho Esaú, su hijo mayor; y mandó
Y abundancia de trigo y mosto. llamar a Jacob, su hijo menor, y le
29
Sírvante pueblos, dijo: que tu hermano Esaú
«Mira,
Y prostérnense ante ti naciones; quiere matarte. 13 Anda, pues, obe-
Sé el señor de tus hermanos, déceme, hijo mío, y huye a Jaran,
Y póstrense ante ti los hijos de a Labán mi hermano. 44 y estáte
tu madre. algún tiempo con él, hasta que la
Maldito quien te maldiga, cólera de tu hermano se aparte de
Y bendito quien te bendiga.» ti,
46
aplaque su ira y se haya
se
30 En cuanto acabó Isac de bende- olvidado de lo que le has hecho; yo
cir a Jacob, no bien había salido éste mandaré allí a buscarte. ¿Habría de
de la presencia de Isac, su padre, verme yo privada de vosotros dos en
Esaú, su hermano, que venía del un solo día?» (1).
campo 31 y había hecho su guiso y 46 Rebeca dijo a Isac: «jV3 e pesa
se lo traía a su padre, dijo a su la vida a causa de las hijas de Get;
padre: «Levántese mi padre y coma si Jacob toma mujer de entre las
de la caza de su hijo, para que me
bendiga.» 32 Díjole Isac, su padre: (i) En este relato se pone de manifiesto la
«¿Pues quién eres tú?» Contestóle: lucha entre las preferencias paternas y maternas
«Yo soy tu hijo primogénito, Esaú.» respecto de los dos hijos; pero al mismo tiempo,
33
Pasmóse Isac con pasmo muy y sobre todo, la providencia de Dios, que sin
atender a la primogenitura de la carne, elige
grande, y repuso: «¿Y quién es en-
a quien elige, para que en él se realicen las pro-
tonces el que me ha traído la caza mesas mesiánicas. (Mal. i. a. sig. y Rom. 9. 6.
y he comido de todo ello antes que sigs.)
36 GÉNESIS, 28, 29

hijas de Get, como éstas de esta! deciré donde quiera que vayas, y vol-
tierra, ¿para qué quiero vivir!» veré a traerte a esta tierra, y no te
abandonaré hasta cumplir lo que te
Huida de Jacob a Mesopotamía. digo.»
" Despertó Jacob de su sueño, y
28 1
Llamó, pues, Isac a Jacob y se dijo: «Ciertamente está Yave en
le bendijo, y le mandó: «No este lugar, y yo no lo sabia»; 17 y ate-
tomes mujer de entre las hijas de morizado añadió: «¡Qué terrible es
Canán. Anda, y vete a Padan Arán, este lugar! No es sino la casa de Dios
2

a casa de Batuel, el padre de tu y la puerta de ios cielos.» 18 Levan-


madre, y toma allí mujer de entre tóse Jacob por la mañana, y tomando
las hijas de Labán, hermano de tu la piedra que había tenido de cabecera,
madre; 3 el Dios omnipotente te ben- la alzó, como memoria, y vertió óleo
decirá, te hará crecer y te multipli- sobre ella. 18 Llamó a este lugar Betel,
cará, y te hará muchedumbre de aunque ciudad se llamaba al prin-
la
pueblos, 4 y te dará la bendición de cipio Luza. 20 E hizo Jacob un voto
Abraham a ti y a tu descendencia con- diciendo: «Si Yave está conmigo, y
tigo, para lúe poseas la tierra de me protege en mi viaje, y me da
tus peregrinaciones, que dió Dios a pan que comer y vestidos que ves-
Abraham.» 5 Despidió, pues, Isac a tirme, 21 y retorno en paz a la casa
Jacob, que se fué a Padan Arán, a de mi padre, Yave será mi Dios;
22
Labán, hijo de Batuel, arameo, her- esta piedra que he alzado como me-
mano de Rebeca, madre de Jacob moria será casa de Dios, y de todo
y Esaú. 8 Viendo Ésaú que Isac había cuanto a mi me dieres, te daré el
bendecido a Jacob, y que al bende- diezmo.
cirle, le había mandado irse a Padan \

Arán para tomar mujer de allí, di- !

Jacob en casa de Labán.


ciéndole: no tomes mujer de entre
las hijas de Canán; 7 y que obede- 1
Volvió a emprender Jacob su
•)()
ciendo a su padre y a su madre, se marcha, y llegó a la tierra de los
había ido Jacob a Padan Arán, 8 co- hijos de Oriente. 2 Vió en el campo un
noció Esaú que disgustaban a Isac, pozo, junto al cual descansaban tres re-
su padre, las hijas de Canán; 9 y se baños, pues era el pozo en que se abre-
í

fué a Ismael, y sobre las que ya vaban los ganados. 3 Reuníanse allí,
tenía, tomó por mujer a Majalat, hija se quitaba una gran piedra que le
de Ismael, hijo de Abraham y her- cubría, y se daba de beber al ganado,
mano de Nabaiot. volviendo a poner en su lugar la
10 Salió, pues, Jacob de Berseba,
piedra que cubría la boca del pozo.
para dirigirse a Jarán. 11 Llegó a 4 Jacob preguntó a los pastores:
un lupar donde se dispuso a pasar «¿De dónde sois, hermanos? » «De
la noche, pues el sol se ponía ya, Jarán somos», le respondieron ellos.
y tomando una de las piedras que en 6
«¿Conocéis a Labán hijo de Najor?>
el lugar había, la puso de cabecera «Le conocemos», contestaron. 6 «¿Y
1

y se acostó. está bien?» siguió preguntando Jacob.


«Sí, bien está, mira, ahí viene Raquel,
Visión de la escala. su hija, con su rebaño.» 7 El les
dijo: «Todavía es muy de día, no es
12
Tuvo un sueño, y veía una escala tiempo de recoger el ganado. ¿Por
que, apoyándose sobre la t'erra, to- qué no abreváis los rebaños y os
caba con la cabeza en los cielos, y: volvéis a que pasten?» 8 Ellos le
que por ella subían y bajaban los respondieron: «No podemos hacerlo
ángeles de Dios. 13 Sobre ella estaba, hasta que se reúnan todos los reba-
Yave, que le dijo: «Yo soy Yave, e^ ños y se quite la piedra de la boca
1

Dios de Abraham, tu padre, y el Dios' del pozo, y entonces damos de beber


de Isac; la tierra sobre la cual estás al rebaño.» 8 Todavía estaba Jacob
acostado te la daré a ti y a tu des- hablando con ellos cuando llegó Ra-
cendencia. 14 Será ésta como el polvo quel con el rebaño de su padre, pues
de la tierra, y te ensancharás a occi- ella era la pastora. 10 Y en cuanto
dente y a oriente, a norte y medio- vió Jacob a Raquel, hija de Labán,
día, y a ti y a tu descendencia os hermano de su madre y el rebaño de
bendecirán todas las naciones de la kLabán, hermano de su madre, se
tierra. 15 Yo estoy contigo, y te ben-' acercó, removió la piedra de sobre
GÉNESIS, 30 37

Los hijos de Jacob.


a boca del pozo, y abrevó el rebaño
de Labán, hermano de su madre.
u Besó Jacob a Raquel, y alzó la voz 32
Concibió Lia y parió un hijo,
llorando. 12 Hizo saber a Raquel que al que llamó Rubén, diciendo: «Yave
era hermano de su padre, e hijo de ha mirado mi aflicción, y ahora mi
Rebeca, y ella corrió a contárselo a marido me amará.» 33 Concibió de
su padre. 13 En cuanto oyó Labán nuevo y parió un hijo, diciendo:
lo que de Jacob, hijo de su hermana, «Yave ha visto que yo era odiada,
le decía, corrió a su encuentro, le y me ha dado este más»; y le llamó
Simeón. 34 Concibió otra vez, y parió
¡

abrazó, le besó, y le llevó a su casa,


Contó Jacob a Labán lo que ocurría, un hijo, y dijo: «Ahora mi marido
j

14 eres hueso se apegara a mí, pues le he parido


y éste le dijo: «Sí, y I

carne mía.» Y moró Jacob ron Labán tres hijos»; y por eso le llamó Leví.
35 Concibió
un mes entero. 15 Pasado éste, le dijo nuevamente, y parió un
Labán: «Acaso porque eres mi her- hijo, diciendo: «Ahora sí que he de
mano, ¿vas a servirme de balde? alabar a Yave»; y por eso le llamó
Dime cuál ha de ser tu salario.» Judá. Y cesó de tener hijos.

Lia y Raquel. 30 i
1
Raquel, viendo que no daba
hijos a Jacob, estaba celosa de
su hermana, y dijo a Jacob: «Dame
Tenía Labán dos hijas; una,
16 hijos o me muero.» 2 Airóse Jacob
la mayor, de nombre Lia; otra, la contra Raquel, y le dijo: «¿Por ven-
menor, de nombre Raquel. 17 Lia tura soy yo Dios, que te ha hecho
era tierna de ojos, pero Raquel era estéril?» 3 Ella le dijo: «Ahí tienes a
muy esbelta y hermosa. 18 Amaba Ja- mi sierva Bala; entra a ella, que para
cob a Raquel, y dijo a Labán: «Te sobre mis rodillas, y tenga yo prole
serviré siete años por Raquel, tu por ella.» 4 Dióle, pues, su sierva
hija menor.» 19 Y contestó Labán: por mujer, y Jacob entró a ella.
«Mejor es que te la dé a ti que dár- 6 Concibió Bala,
y parió a Jacob un
sela a un extraño. Quédate conmigo.» hijo, 6 y dijo Raquel: «Dios me ha
20 Y sirvió Jacob por Raquel siete hecho justicia, me ha oído y me ha
años, que le parecieron sólo unos dado un hijo»; por eso le llamó Dan.
días, por el amor que le tenía. 21 Ja- 7
Concibió otra vez Bala, sierva de
cob dijo a Labán: «Dame a mi mujer, Raquel, y parió un segundo hijo a
pues se ha cumplido el tiempo, y Jacob, 8 diciendo Raquel: «Lucha de
entraré a ella.» 22 Reunió Labán a Dios he luchado con mi hermana, y la
todos los hombres del lugar, y dió he vencido» por eso le llamó Neftalí.
,

un convite; 23 y por la noche, to- 9


Viendo Lia que había dejado de
mando a Lia, su hija, se la llevó a tener hijos, tomó a Zelfa, su esclava,
24
Jacob, que entró a ella. Dió y se la dió por mujer a Jacob. 10 Zelfa,
Labán a Lia, su hija, su sierva Silfa, esclava de Lia, parió a Jacob un
para que fuera sierva de ella. 25 Lle- hijo, y Lia dijo: 11 «|Qué buena for-
gada la mañana, vió Jacob que era tuna! »; y le llamó Gad. 12 Parió Zelfa,
Lia, y dijo a Labán: «¿Por qué me esclava de Lia, un segundo hijo a
has hecho esto? ¿No te he servido Jacob; 13 y dijo Lia: «Por dicha mía,
por Raquel? ¿Por qué me has en-i pues los hijos me han hecho fe-
gañado?» 26 Labán le respondió: «No liz»;y le llamó Aser. 14 Salió Rubén
es en nuestro lugar costumbre dar al tiempo de la siega del trigo, y
la menor antes que la mayor. 27 Acaba halló en el campo unas mandrágo-
esta semana, y te daré también ras, y se las trajo a Lia, su madre,
después la otra por el servicio quej y dijo Raquel a Lia: «Dame, por
me prestes de otros siete años.» favor, de las mandrágoras de tu
28 Hízolo
así Jacob, y cumplida la i
hijo.» 15 Lia le contestó: «¿Te parece
semana, dióle Labán a Raquel, su todavía poco haberme quitado el
hija, por mujer, y con ella a Bala,! marido, que quieres también qui-
su sierva, para sierva de ella. 30 Entró tarme las mandrágoras de mi hijo?»
también a Raquel Jacob, y la amó Y le dijo Raquel: «Mira; que duerma
más que a Lia, y sirvió por ella otros esta noche contigo, a cambio de las
siete años. 31 Viendo Yave que Lia mandrágoras de tu hijo.» 16 Vino
era odiada, abrió su matriz, mientras Jacob del campo por la tarde, y le
que Raquel era estéril. salió Lia al encuentro, y le dijo:
38 GÉNESIS. 31

«Entra a mí, pues te he comprado cabras manchadas, y cuantas tenían


por unas mandrágoras de mi hijo.» algo de blanco, y entre los corderos
Y durmió con ella Jacob aquella todos los negros y manchados, y se
noche, y oyó Yave a Lia, que con- los entregó a sus hijos, 36 haciéndo-
cibió, y parió a Jacob el quinto hijo. los llevar a tres días de camino de
18 Y dijo Lía: «Dios me ha
pagado donde estaba Jacob. Jacob siguió
mi salario por haber dado mi sierva apacentando el resto del ganado de
a mi marido»; y le llamó Isacar. Labán. 37 Cogió Jacob varas verdes
19 Concibió de nuevo Lia,
y parió a de estoraque, de almendro y de plá-
Jacob un sexto hijo, 20 y dijo: «Dios tano, y haciendo en ellas unos cortes,
me ha hecho un buen don; ahora mi las descortezaba, dejando lo blanco
marido morará conmigo, pues le he de las varas al descubierto. 38 Puso
dado seis hijos»; y le llamó Za- después las varas, así descortezadas,
bulón. en los canales de los abrevaderos a
21
Después parió una hija, a la donde venía el ganado a beber; 39 y
que llamó Dina. las que se apareaban a la vista de las
22
Acordóse Dios'de Raquel, la oyó, varas, parían crías rayadas y man-
y la hizo fecunda. 23 Concibió, pues, chadas. 40 Jacob separó el ganado,
y parió un hijo, y dijo: «Dios ha poniendo delante cuanto de negro y
quitado mi afrenta»; 24 y le llamó manchado había en los rebaños de
José, pues dijo: «Que me añada Labán, y puso su grey aparte, sin
Yave otro hijo.» dejar que se mezclara con la de Labán.
41
Era cuando las reses vigorosas
Prosperidad de Jacob en casa entraban en calor, cuando ponía
de Labán. Jacob las varas a su vista en los
abrevaderos, para que se apareasen
86 Cuando Raquel parió a José, dijo ante las varas, 42 pero ante las débiles
Jacob a Labán: «Déjame irme a mi no las ponía, y así las crías débiles
lugar, a mi tierra. 26 Dame mis mu- eran las de Labán y las fuertes las
43
jeres y mis hijos, por los que te he de Jacob. Vino a ser Jacob rico
servido, y me iré, pues bien sabes en extremo, dueño de numerosos
tú qué buen servicio te he hecho.» rebaños, de siervos y siervas, de
27 Respondióle Labán: «Mira, por camellos y asnos.
favor, si he hallado gracia a tus ojos,
yo sé por agüero que por causa tuya Vuelta de Jacob a la tierra de
me ha bendecido Yave. 28 Fíjame tu ( unan.

salario, y yo te lo daré.» 29 Contestóle


Jacob: «Tú bien sabes cómo te he 3T* (1 Oy° Jacob a los hijos de
servido, y lo que conmigo ha venido Labán decir: «Ha cogido Jacob
a ser tu ganado. 30 Bien poco era lo todo lo de nuestro padre, y con lo
que antes tenías, pero se ha aumen- nuestro ha hecho toda esa riqueza.»
tado grandemente, y Yave te ha 8 Vió que la cara de Labán no era
bendecido a mi paso. Ahora, pues, para él lo que había sido antes, 3 y
habré de hacer también yo por mi Yave le dijo: «Vuélvete a la tierra
casa.» 31 Labán le dijo: «Dime qué es de tu padre y a tu parentela, que yo
lo que he de darle, i «Xo has de darme estaré contigo.» 4 Mandó a llamar,

nada le contestó Jacob — , sino hacer pues, Jacob a Raquel y a Lia, para
lo que voy a decirte, y volveré a que fueran al campo a donde estaba
apacentar tu ganado y a guardarlo. con su ganado, y les dijo: «Veo que
32
Yo pasaré hoy por entre todos tus el semblante de vuestro padre no es
rebaños, y separaré toda res manchada para mí ya el que antes era, y el
o negra entre los corderos, y toda res Dios de nii padre ha estado conmigo.
manchada entre las cabras. Eso será 6 Bien sabéis vosotros que yo he
mi salario. 33 Mi probidad responderá servido a vuestro padre con todas
7
así por mí mañana, cuando vengas mis fuerzas, y que vuestro padre
a reconocer mi salario; todo cuanto se ha burlado de mí, mudando diez
no sea manchado entre las cabras, veces mi salario; pero Dios no le ha
8
y negro entre los corderos, será en permitido perjudicarme. Cuando él
mí un robo.» 34 Y respondió Labán: decía: tu salario serán las reses man-
«Bien, sea como dices». 36 Pero aquel chadas, todas las ovejas parían cor-
mismo día separó Labán todos los deros manchados; y si decía: las
machos cabríos manchados, todas las reses rayadas serán "tu salario, todas
GÉNESIS, 31 SO

las ovejas parían corderos rayados. has huido secretamente, engañán-


9 Es, pues, Dios el que ha cogido lo dome, en vez de advertirme, y te
de vuestro padre y me lo ha dado a hubiera despedido yo jubilosamente
mí. 10 Cuando las ovejas entran en con cantos, tímpanos y cítaras? 28 ¡Sin
calor vi yo en sueños que los carne- dejarme siquiera abrazar a mis hijos
ros que cubrían a las ovejas eran y a mis hijasl Has obrado insensata-
rayados y manchados, 11 y mi ángel mente. 29 Mi mano es lo suficiente-
me dijo en el sueño: «Jacob»; yo le mente fuerte para haceros mal, pero
respondí: «Heme aquí.» 12 Y
él dijo: el Dios de nuestro padre me ha ha-
«Alza tus ojos y mira: todos los car- blado la pasada noche, diciéndome:
neros que cubren a las ovejas son «Guárdate de decir a Jacob cosa
rayados y manchados, porque yo he alguna, ni en bien ni en mal. 30 Y
visto todo lo que te ha hecho Labán. si es que te vas, porque anhelas irte
13
Yo soy el Dios de Betel, donde a la casa de tu padre, ¿por qué me
ungiste tú un monumento, y me has robado mis dioses?»
31 Jacob respondió
hiciste el voto. Levántate, pues, sal a Labán, di-
de esta tierra, y torna a la tierra de ciendo: «Es que temía, pensando que
tu parentela.» quizá me quitarías tus hijas. 32 Cuanto
14 Raquel y Lia respondieron: a lo de los dioses, aquel a quien se
«¿Tenemos acaso nosotras parte o los encuentres, que muera. En pre-
herencia en la casa de nuestro padre?» sencia de nuestros hermanos busca
15 ¿No nos ha tratado como extra- cuanto sea tuyo, y tómalo.» Jacob
ñas, vendiéndonos y comiéndose nues- no sabía que era Raquel la que los
tro dinero? 16 Y
además, cuanto Dios había robado.
33 Labán
le ha quitado a él, nuestro es y de penetró en la tienda de
nuestros hijos. Haz, pues, ya lo que Jacob, en la de Lia y en la de las dos
Dios te ha mandado.» 17 Levantóse siervas, y no halló nada. Después
Jacob, e hizo montar a sus mujeres de salir de la tienda de Lia, entró
y a sus hijos sobre los camellos; y en la de Raquel; 34 pero Raquel había
llevando consigo todos sus ganados cogido los terafim y los había escon-
y todo cuanto en Padan Arán había dido en la albarda del camello, sen-
adquirido, 18 se encaminó hacia Isac, tándose ella encima. Labán rebuscó
su padre, a tierra de Canán. 19 Labán por toda la tienda, pero no halló
había ido al esquileo de sus ovejas nada. 35 Raquel le dijo: «No se irrite
y Raquel robó los terafim (1) de mi señor porque no pueda levantarme
su padre. 20 Jacob engañó a Labán, ante él, pues me hallo con lo que co-
arameo, y no le dió cuenta de su múnmente tienen las mujeres.» Así
huida. 21 Huyó con todo cuanto tenía, fué como, después de buscar y rebus-
y ya en camino atravesó el río y se car, no pudo hallar los terafim.
dirigió al monte de Galad. 36 Jacob montó en cólera, y repro-
22 Al tercer
día dijéronle a Labán chó a Labán, diciéndole: «¿Qué crimen
que Jacob había huido; 23 y tomando es el mío? ¿Cuál es mi pecado, para
consigo a sus parientes, le persiguió que así me persigas? 37 Después de
durante siete días, hasta darle alcance buscar y rebuscar en todas mis cosas,
en el monte de Galad. 24 Vino Dios ¿qué has hallado tuyo? Preséntalo
en sueño durante la noche a Labán, aquí ante mis hermanos y los tuyos,
arameo, 25 y le dijo: «Guárdate de y que juzguen ellos entre los dos.
decir a Jacob nada, ni en bien ni en 38 He
pasado en tu casa veinte años;
mal.» Cuando alcanzó Labán a Jacob, tus ovejas y tus cabras no abortaron,
había éste fijado sus tiendas en el y yo no me he comido los corderos
monte, y Labán fijó la suya y la de de tus rebaños. 39 Lo destrozado
sus parientes en el monte de Galad. no te lo llevaba, la pérdida iba a
26 Dijo, pues, Labán
a Jacob: «¿Qué cuenta mía. Me reclamabas lo que
es lo que has hecho? ¡Escaparte de me robaban de día y lo que me roba-
mí, llevándote mis hijas como si fue- ban de noche. 40 He vivido devorado
sen cautivas de guerra! 27 ¿Por qué por el calor del día y por el frío de
la noche, y huía de mis ojos el sueño.
(i) Parecen ser algo semejante a los dioses 41
He llevado en tu casa veinte años;
penates de los romanos. (I. Sam. 19. 13, 16;
Os. 3. 4; Ezeq. 21. 29; Zac. 10. 2.) El modo
catorce te he servido por tus dos
como Raquel los oculta en la albarda, sentándose hijas, seis por tus ganados, y me
encima, parece darnos el desprecio del autor sa- has mudado diez veces el salario.
42
grado hacia ellos. Si no hubiera sido por el Dios
10 GÉNESIS. 32
de mi padre, el Dios de Abraham, y y quiero hacerlo saber a mi señor,
por el temor de Isac, ahora me hubie- para hallar gracia a sus ojos.» 8 Los
ras dejado ir de vacío. Dios ha visto mensajeros volvieron, diciendo a Ja-
mi aflicción y el trabajo de mis manos, cob: «Hemos ido a ver a tu hermano
y ha juzgado la pasada noche.» Esaú, y él viene a tu encuentro con
43 Respondió Labán,
y dijo a Jacob: cuatrocientos hombres.» 7 Jacob se
«Las hijas, hijas mías son; los hijos, atemorizó grandemente, y se angus-
son hijos míos; el ganado es mío tió: dividió en dos partes a los que
también, y cuanto ves, mío es; a le acompañaban, a los rebaños, los
estas mis hijas y a los hijos que ellas ganados y los camellos, diciéndose:
han parido, ¿qué les haría yo hoy? 8 «Si encuentra Esaú una parte, y la
44 Ven, pues, hagamos alianza yo
y destroza, quizá podrá salvarse la
tú, y que haya testigo entre tú y yo.» otra»; 9 y dijo: «Dios de mi padre
45 Tomó, pues, Jacob una piedra,
y la Abraham, Dios de mi padre Isac, Yave.
alzó en monumento, 46 y dijo a sus que me dijiste: vuelve a tu tierra,
hermanos que cogieran piedras y las al lugar de tu nacimiento, que yo
reunieran en un montón, y comieron te favoreceré. 10 Muy poco soy para
sobre él. 47 Y le llamó Labán Jegar todas las gracias que a tu siervo has
Saaduta, mientras que le llamó Jacob hecho, y toda la fidelidad que con
Galad. 48 Y dijo Labán: "Este montón él has tenido, pues pasé este río
es hoy testigo entre tú y yo.» Por Jordán, llevando sólo mi cayado,
eso se le llamó Galad, 49 y también y vuelvo ahora con dos escuadras.
Mispa, por haber dicho Labán: «Que 11 Líbrame, te ruego, de la mano de
vele Yave entre los dos cuando nos mi hermano, de la mano de Esaú,
hayamos separado uno de otro. 60 Si pues le temo, no sea que venga a
tú maltratas a mis hijas, o tomas otras matarme a mí, y juntamente a ma-
mujeres además de ellas, no habrá dres e hijos. 12 Tú me has dicho:
hombre que pueda argüirte; pero Yo te favoreceré grandemente, y haré
mira que Dios es testigo entre tú tu descendencia como las arenas del
61 Y añadió Labán: «He aquí mar, que por numerosas no pueden
y yo.»
el monumento, y he aquí el testigo contarse.»
62 13 Pasó allí Jacob aquella noche,
que he alzado entre tú y yo. Este
montón es testigo de que yo no lo y de cuanto tenía tomó para hacer
pasaré yendo contra ti, ni tú lo presentes a Esaú, su hermano: dos-
pasarás para hacerme daño. 63 El cientas cabras y veinte machos; 14 dos-
Dios de Abraham, el Dios de Najor, cientas ovejas y veinte carneros;
juzgue entre nosotros.» Juró, pues, 15 treinta camellas criando, con sus
Jacob por el temor de Isac su padre, crías; cuarenta vacas y diez toros;
54 ofreció un sacrificio en el monte, veinte asnas y diez asnos; 16 y po-
e invitó a sus hermanos a comer. iniendo en manos de sus siervos cada
Comieron y pasaron la noche en el uno de los rebaños separadamente,
monte, y a la mañana siguiente 66 se ;les dijo: «Id delante de mí, dejando
levantó Labán, besó a sus hijas y a un espacio entre cada rebaño.» 17 Al
sus hijos y los bendijo. Después se primero le dió esta orden: «Si te
marchó para volverse a su lugar. encuentra Esaú, mi hermano, y te
pregunta: ¿De quién eres, a dónde
Temores de Jneob ni encuentro 18 vas y de quién es eso que llevas?,
ron Ksuú. le responderás: De tu siervo Jacob:
es un presente que envía a mi señor,
1 Jacob prosiguió su camino, a Esaú, y él viene también detrás
32 y le salieron al encuentro ánge- de nosotros.» 19 La misma orden dió
les de Dios.
2
Al verlos, dijo Jacob: ¡al segundo y al tercero y a todos
«Este es el campo de Dios»; y por cuantos llevaban el ganado, dicién-
eso llamó a aquel lugar Majanaim. doles: «Así habéis de hablar a Esaú,
3 Envió Jacob ante sí mensajeros a cuando le encontréis: 20 Le diréis:
Esaú, su hermano, a tierras de Seir, Mira, tu siervo, Jacob viene detrás
en los campos de Edóm, mandándo- de nosotros.» Pues se decía: Le apla-
les: 4 «Así habéis de decir a mi señor 'caré con los presentes que van de-
Esaú: He aquí lo que dice Jacob, lante y luego le veré; quizá me acoja
11 Los presentes pasaron de-
tu siervo: He estado con Labán como bien.
peregrino hasta hoy; 6 tengo bueyes cante de él, y el se quedó allí aquella
y asnos, ovejas, siervos y siervas, [noche en Majano; " y 'levantándose
GÉNESIS, 33 11

todavía de noche, y tomando a sus acercaron José y Raquel, y se pos-


8
dos mujeres, a sus dos siervas y a Esaú le preguntó: »¿Qué
traron.
sus once hijos, les hizo pasar el pretendes con todos esos rebaños
vado de Jaboc. 23 Pasó también que he ido encontrando?» «Hallar
después cuanto tenía. gracia a los ojos de mi señor». 9 Con-
testóle Esaú: «Tengo mucho, hermano
La lucha con el ángel. mío, sea lo tuyo para ti.» 10 «No, te

24

ruego respondió Jacob si es que —
Quedóse Jacob solo, y hasta he hallado gracia a tus ojos, acepta
salir la aurora estuvo luchando con de mi mano el presente, ya que he
él un hombre, el cual, 25 viendo visto tu faz como si viera la de Dios,
que no podía con él, le dió un golpe y me has acogido favorablemente.
en la articulación del muslo, y se i 1 Acepta, pues, el presente que te
relajó la articulación del muslo de hago, pues Dios me ha favorecido
Jacob, luchando con él. 26 El hom- y tengo de todo. » Tanto le instó, que
bre dijo a Jacob: «Déjame ya que aceptó Esaú. 12 Este le dijo: «Pon-
me vaya, qne sale la aurora.» Pero gámonos en marcha; yo iré delante
Jacob respondió: «No te dejaré ir, de ti.» 13 Jacob le respondió: «Bien
si no me bendices.»
27
El le preguntó:. ve mi señor que hay niños tiernos,
«¿Cuál es tu nombre?» «Jacob», con- y que llevo ovejas y vacas que están
testó éste. 28 Y él le dijo; «No te criando,y si un día se les hiciera
llamarás ya en adelante Jacob, sino marchar apresuradamente, todo el
Israel, pues has luchado con Dios y ganado moriría. 14 Pase, pues, mi
con hombres y los has vencido. señor delante de su siervo, y yo
29
Rogóle Jacob: «Dame, por favor, seguiré lentamente al paso de los
a conocer tu nombre»; pero él le rebaños que llevo delante y al paso
contestó: «¿Para qué preguntas por de los niños, hasta llegar a Seir, a
mi nombre?»; y se despidió. 30 Jacob mi señor.» 15 Dijo Esaú: «Dejare,
llamó a aquel lugar Panuel, pues pues, detrás de mí una parte de la
dijo: «He visto a Dios cara a cara, gente que llevo.» Pero Jacob res-
y se ha salvado mi vida.» 31 Salía pondió: «¿Y para qué eso, si he ha-
el sol, cuando pasó de Panuel, e iba llado gracia a los ojos de mi señor?»
cojeando del muslo. 32 Por eso los 16 Volvióse, pues,
a Seir Esaú aquel
hijos de Israel no comen, todavía mismo día. 17 Jacob partió para Socot,
hoy, el tendón femoral, que hay en y se hizo allí una casa, e hizo aprisa s
la articulación del muslo, por haber para sus ganados, por eso se llamó
sido herido en él Jacob. Socot aquel lugar. 18 Llegó Jacob
en paz a la ciudad de Siquem, en
Reconciliación con Esaú. tierra de Canán, de vuelta de Padan
Arán, y acampó frente a la ciudad.
1 Alzó Jacob
los ojos, y vió 19 Compró a los hijos de Jamor,
venir hacia él a Esaú con cua- padre de Siquem, el trozo de tierra
trocientos hombres. Había repartido donde había asentado sus tiendas
sus hijos entre Lia, Raquel y las por cien quesitas (1) 20 y alzó allí
dos siervas, 2 poniendo en cabeza un altar, y le llamó «El Elohe Is-
a estas dos con sus hijos; después rael ».
a Lia con los suyos, y en último lugar
a Raquel con José. 3 El se puso (i) Era un determinado peso de plata,
delante de todos, y se postró en cuya equivalencia no conocemos. En cuanto a
tierra siete veces antes de llegar los valores monetarios que aparecen citados en
cerca de su hermano. 4 Esaú corrió las Sagradas Escrituras, algunos son de equi-
a su encuentro, le abrazó, cayó sobre valencia dudosa. Así, el sido, más bien que una
su cuello y le besó. Ambos lloraban. moneda real, es una moneda ideal, un deter-
6 minado peso de
y plata oro, pero de conjunto.
Luego, alzando los ojos, vió Esaú Los nombres de los pesos que hallamos en la
a las mujeres y a los niños, y pre- Escritura son: el sido, la quesita, la mina, el
guntó: «¿Quiénes son éstos que traes talento, el bega y el guerah. El valor de la quesita
contigo?» Jacob le contestó: «Son nos es enteramente desconocido. La mina y el
los hijos que Dios ha dado a tu talento son múltiplos del siclo; el beqa y el
siervo.» 6 Aproximáronse las sier- guerah son divisores de él. La mina
equivalía
a cien siclos, y el talento, antes de la cautividad,
vas con sus hijos, y se postraron. a treinta minas, es decir, tres mil siclos. El
7
Aproximóse también Lia con los beqa era la mitad del siclo, y el guerah la vigé-
sima parte del siclo. La equivalencia de estos
42 GÉNESIS. 34

Dina y los siqucniitas. joven por mujer.» 5 Supo Jacob que


Dina, su hija, había sido violada,
34 parido1
Salió Dina, la hija que habla
Lia a Jacob, para ver"a las
pero como sus hijos estaban en el
campo con el ganado, se calló Jacob
hijas de aquella tierra; 2 y viéndola hasta su vuelta.
Siquem, hijo de Jamor, jeveo, la 6
Jamor, padre de Siquem, salió
cogió, se acostó con ella y la violó. para hablar a Jacob. 7 Cuando de
3
De tal modo se prendó de Dina¡ vuelta del campo lo oyeron los hijos
la hija de Jacob, que la amó y la de Jacob, se llenaron de ira y de
habló tiernamente. 4 dijo SiquemY furor por el ultraje hecho a Israel,
a Jamor, su padre: «Tómame esa acostándose con la hija de Jacob,
cosa que no debía hacerse. 8 Jamor
pesos en nuestro sistema es muy problemática; les habló, diciendo: «Siquem, mi hijo,
el sido, según las diversas opiniones, vendría está prendado de vuestra hija; dád-
a oscilar entre grs. 14,2 y 13,5; esto, antes de sela, os ruego, por mujer; 9 haced
la cautividad. En el N. T. hallamos mencio-
alianza con nosotros; dadnos vues-
nada la libra romana, de peso variable segur
tras hijas, y tomad las nuestras para
las diversas regiones, y dividida en doce onzas
Al peso se computaba el valor de la plata y ei vosotros y habitad con nosotros.
10 La tierra estará a vuestra dispo-
oro, sin que hasta después de la cautividad
hallemos mención de moneda alguna propiamente sición, para que habitéis en ella, la
dicha; las que después de la cautividad hallamos recorráis y tengáis propiedades en
mencionadas son: el darico, moneda persa de ella.» 11 Siquem, por su parte, dijo
un peso de grs. 8,42, y el dracma fenicio, de al padre y a los hermanos de Dina:
un peso de grs. 3,55, cuyo cuadruplo es el
tetradracma o estatera, que venía a equivaler «Halle yo gracia a vuestros ojos, y
al siclo. En el N. T. hallamos mencionados: os daré lo que me pidáis. 12 Acre-
el dracma griego, de peso variable, según las centad mucho la dote y las dádivas.
diversas épocas y regiones, con sus múltiplos Cuanto me digáis os lo daré, pero
el didracma y el tetradracma o estatera; la mina, dadme a la joven por mujer.» 13 Los
equivalente a cien dracmas, y el talento, equi-
hijos de Jacob respondieron a Siquem
valente a sesenta minas, o se¿n seis mil dracmas.
De monedas romanas hallamos el áureo, de y a su padre dolosamente, por el
grs. 7,80 de oro, y el denario. de grs. 3,90 de estupro de Dina, su hermana, y les
plata; y de monedas de bronce, el as, que era dijeron: 14 «No podemos hacer eso
la décima parte del denario; el doble as o di- de dar nuestra hermana a un incir-
pondio; el cuaarante, la cuarta parte del as, cunciso, porque eso sería para nos-
y el lepton o minutum, la octava parte del as. otros una afrenta. 18 Sólo podríamos
La cuestión de los pesos y medidas en uso
entre los hebreos tiene todavía muchos puntos
venir en ello con esta condición:
oscuros, sobre todo por lo que hace a las me- que seáis como nosotros, y se cir-
didas de capacidad. Los nombres de medidas cunciden todos vuestros varones.
16
de capacidad que hallamos mencionadas en la Entonces os daremos nuestras
Escritura son, para sólidos, el e/a, el sea y el hijas y tomaríamos las vuestras, y
omer ; para líquidos, el bal, el hin, el qab y el habitaríamos juntos y seríamos un
log. Como es natural, hay cierta corresponden-
cia entrt. <as de los sólidos y las de los líquidos.
solo pueblo; 17 pero si no consentís
La medida mayor cuyo nombre hallamos en la en circuncidaros, cogeremos nuestra
Escritura es el jomer o cor, que no hay que hija y nos iremos.» x " Estas palabras
confundir con el omer. Era el jomer un múl- agradaron a Jamor y a Siquem, hijo
tiplo del bat, equivalente a diez bats. La mitad de Jamor. 19 El joven no dió largas
del jomer era el letec; por tanto, cinco bats.
1 la cosa, por lo enamorado que
La unidad para sólidos era el bat, de igual
capacidad que el efa. La sistematización de
estaba de la hija de Jacob, y por
estas medidas es en parte ternaria, en parte ser el más respetado de la casa de
cuaternaria, en parte decimal. Asi el bat es la su padre. 20 Fueron, pues, Jamor y
décima parte del jomer; el hin la sexta parte Siquem, su hijo, a las puertas de la
del bat, el qab la tercera parte del hin, y el :iudad, y hablaron a los hombres
log la cuarta parte del qab. Igualmente, el efa, le su ciudad, diciendo: 21 «Estos
de la misma capacidad que el bat, es la décima
parte del jomer; sea la tercera parte del efa,
el
lombres son gente de paz en medio
y el omer la décima parte del efa. La exacta ie nosotros; que se establezcan en
equivalencia de estas medidas en nuestro sis- ;sta tierra y la recorran; la tierra es
tema es bastante incierta. Lo más probable i ambas manos espaciosa para ellos,
pa.-ece ser que el bat >
efa, equivalía a lits. o lomaremos por mujeres a sus hijas,
kls. 21,250, y que por tanto equivalían, el
i les daremos a ellos las nuestras;
hin a lits. 3. ^41; el qab a lits. 1,180. y el log
a
12
pero sólo consienten en habitar
0,2y5.
lits.
A
su vez el sea equivalía a lits. 7,083, y el *on nosotros y ser con nosotros un
omer a lits. 2,125. >ueblo solo, si se circuncida entre
GÉNESIS, 3fi 13

nosotros todo varón, como lo están que es Betel. 7 Alzó allí un altar y
ellos.
23
Sus ganados, sus bienes y llamó a este lugar El Betel, porque
todas sus bestias, ¿no serán así nues- allí se le apareció Dios, cuando huía
tros? Sólo falta que accedamos a su de su hermano.
8
petición, y habitarán con nosotros.» Murió Débora, la nodriza de Re-
24 Escucharon a Jamor y a Siquem beca, y fué enterrada por debajo de
cuantos salían por las puertas de la Betel, bajo una encina que se llamó
lindad, y todo varón fué circunci- la encina del llanto.
9
dado. 25 Al tercer día, cuando estaban Aparecióse de nuevo Dios a Jacob,
con los dolores, dos de los hijos de de vuelta de Padan Arán, y le ben-
10 «Tu nombre es
Jacob, Simeón y Leví, hermanos de dijo, diciendo:
Dina, penetraron sin peligro en la Jacob, pero no serás llamado ya Jacob:
ciudad, la espada en la mano, y tu nombre será Israel»; y le llamó
mataron a todos los varones. 26 Pa- Israel. 11 Y le dijo: «Yo soy el Dios
saron a filo de espada a Jamor y a omnipotente: sé prolífico y multiplí-
Siquem, su hijo; y sacando a Dina] cate. De ti saldrá un pueblo, un
de la casa de Siquem, salieron. 27 Los conjunto de pueblos, y de tus lomos
12
hijos de Jacob se arrojaron sobre los saldrán reyes. La tierra que di a
muertos, y saquearon la ciudad, por Abraham y a Isac, yo te la daré a ti,
haber sido deshonrada su hermana. y a tu descendencia después de ti.»
28 Lleváronse sus ovejas, sus bueyes, 13
Y ascendió Dios del lugar donde
sus asnos, cuanto había en la ciudad le había hablado, 14 en el que levantó
y cuanto había en los campos. 29 To- Jacob un monumento de piedras, y
dos sus bienes, todos sus niños, todas en él hizo una libación y derramó óleo
sus mujeres, los cautivaron y se los sobre él, 15 dando el nombre de Betel
llevaron, y robaron cuanto había al lugar donde Dios le había hablado.
en las casas.
30 Dijo Jacob a Simeón
y a Leví: Muerte de Raquel y de Isac.
«Habéis perturbado mi vida, hacién-
dome odioso a los habitantes de esta 16
Partiéronse de Betel, y cuando
cananeos y fereceos. Yo
tierra, a los estaban todavía a un quibrat (1) de
tengo poca gente. Ellos se reunirán
contra mí y me matarán, destruyén-
dome a mí y a mi casa. » 31 Ellos le{ (i) Era una medida longitudinal, de equi-
valencia desconocida. Las medidas longitudi-
respondieron: «¿Y había de ser tra-|
nales en uso entre los hebreos derivan sus nom-
tada nuestra hermana como una pros- bres de los de ciertas partes del cuerpo, lo
tituta?» mismo que las de tantos otros pueblos. Las que
hallamos mencionadas en la Escritura son:
el amma =codo; el zeret =
palmo; el tefa
Jacob en Betel. = coto, y el esba = dedo. En el codo se distin-
guían el vulgar y el sagrado o real. Este último
Q£ 1
Dijo Dios a Jacob: «Anda,
parece ser el codo de Egipto, oue según los
sube a Betel, para habitar allí monumentos egipcios equivalía a mms. 325;
y alza allí un altar al Dios que se mientras que el vulgar parece que ira el codo
te apareció cuando huías de Esaú, tu de Asiría, y equivalía a mms. 495. El palmo
hermano.» 2 Jacob dijo a su familia era la mitad del codo; el coto la tercera parte
palmo, y el dedo la cuarta parte del coto.
y a cuantos estaban con él: «Arrojad del
A más de estas medidas, hallamos mencionadas
todos los dioses extraños que haya
en el A. T. el de equivalencia desco-
gomed,
entre vosotros"; purificaos y mudaos nocida, y, sobre todo en Ezeq., la caña, que
de ropas, 3 pues vamos a subir a Betel, más que una medida real y corriente, era un
y a alzar allí un altar al Dios quel instrumento para medir, algo parecido, claro
me oyó el día de mi angustia, y que que no en la materia, a las cintas empleadas
me acompañó en el viaje que hice.»! entre nosotros, y tenía seis codos y un palmo,
4 Entregaron, es decir ms. 3,237. En el N. T. se mencionan
pues, todos los dioses!
el camino de sábado, unos 2.000 codos; el
extraños que pudieron haber a mano,i estadio, medida griega, equivalente a 600 pier,
y los pendientes de sus orejas a Jacob, o sean 400 codos, unos 185 metros; la braza
que los enterró bajo la encina que| = Vulg. passus, medida marina, equivalente,
hay en Siquem. 5 Partieron, y se aproximadamente, a ms. 1,85.
extendió el terror de Dios por las De medidas de superficie no hallamos en
la Escritura mencionadas más que el semed
ciudades del contorno, y no los per-
= Vulg. yugerum, yugada, que no es una me-
siguieron. dida exacta, sino solamente aproximada: el
6
Llegó Jacob, y cuantos con él espacio de tierra de labor que puede arar en
iban, a Luz, en la tierra de Canán, un día una yunta.
1

GÉNESIS. 36
distancia de Efrata, parió Raquel, de Esaú, padre de Edom, en el
teniendo un parto muy difícil. 17 En- monte Seir: 10
hijo de Ada,
Elifaz,
tre las dificultades del parto, la dijo mujer de Esaú; Rajel, hijo de Base-
que también 11
la partera: «No temas, mat, mujer de Esaú. Los hijos de
éste es hijo.» 18Y al dar el alma, Elifaz fueron: Teman, Ornar, Sefo,
pues estaba ya moribunda, le llamó Gatam y Quenez. 12
Tamna fué con-
Benoni, pero su padre le llamó Ben- cubina de Elifaz, hijo de Esaú, y
jamín. 19 Murió Raquel, y fué sepul- le parió a Amalee. Estos son los hijos
tada en el camino de Efrata, que es de Ada, mujer de Esaú. 13 Los hijos
Belén, 20
y alzó Jacob sobre la tumba de Rauel: Najat, Zaraj, Samma y
de Raquel un monumento, que toda- Meza. 14 Estos son los hijos de Base-
vía subsiste. mat, mujer de Esaú. Los hijos de
21 Partióse Jacob y plantó sus Olibama, hija de Ana, hija de Jebeón,
tiendas más allá de Migdal Eder. mujer de Esaú, fueron: Jebus, Jelón
22
Durante su estancia en esta región y Coré.
vino Rubén, y se acostó con Bala, 15 He aquí los jefes de tribu de los

la concubina de su padre, y lo supo hijos de Esaú: Hijos de Elifaz, pri-


Jacob. Los hijos de Jacob eran doce. mogénito de Esaú el jefe Teman, el
23 Hijos de Lia: Rubén, el primogé- jefe Ornar, el jefe Sefo, el jefe Quenez,
16 el jefe Coreaj, el jefe Gatam,
nito de Jacob, Simeón, Leví, Judá, el
Isacar y Zabulón. 24 Hijos de Ra- 1
jefe Amalee. Estos son los jefes de
quel: José y Benjamín. 26 Hijos de Elifaz en la tierra de Edom; son los
Bala, la sierva de Raquel: Dan y hijos de Ada. 17 Hijos de Rauel, hijo
Neftalí. 26 Hijos de Zelfa, la sierva de Esaú: el jefe Najat, el jefe Zaraj,
de Lia: Oad y Aser. Estos son los el jefe Sammay el jefe Meza. 18 Hijos
hijos que le nacieron a Jacob en de Olibama, mujer de Esaú: el jefe
Padan Arán. Jeus, el jefe Jelón, y el jefe Coré.
27 Fué Jacob Estos son los jefes de Olibama, hija
a donde estaba Isac,
19 Estos
su padre, a Mambre, a la ciudad de de Ana y mujer de Esaú.
Arbe, que es Hebrón, donde habi- son los hijos de Esaú, éstos sus jefes;
taron Abraham e Isac. 28 Fueron los es Edom. 20 Los hijos de Seir, el jorreo
29
días de Isac ciento ochenta años y que habitaba la región: Lotán, Sobal,
murió y se reunió con su pueblo, Sebeón, Ana, 21 Disón, Eser y Disán.
anciano y lleno de días. Esaú y Jacob, Estos son los jefes de los jórreos,
sus hijos, le sepultaron. hijos de Seir, en la tierra de Edom.
22 Los hijos de Lotán fueron: Jori

y Hernán: y Tamna era hermana de


Descendencia de Esaú. Lotán. 23 Los hijos de Sobal: Alván,
1
Estas son las generaciones de Manajat, Ebal, Sefó y Onam. 24 Los
OO Esaú, que es Edom. 2 Esaú hijos de Sebeón: Aya y Ana. Este
tomó sus mujeres de entre las hijas Ana es el que halló en el desierto
de Canán .» Ada, hija de Elón, geteo; los manantiales de agua caliente,
a Olibama, hija de Ana, hija de Se- mientras apacentaba el ganado de
beón, jeveo. 3 Además a Basemat, Sebeón, su padre. 26 Los hijos de
hija de Ismael, hermana de Ncba- Ana: Disón y Olibama, hija de Ana.
* Ada le parió a Elifaz; Basemat 26 Los hijos de Disón: Jemdam, Ese-
yot.
a Rauel,
6
y Olibama a Jeus, Jalón bán, Jetram y Caram. 17 Los hijos
y Corea. Estos son los hijos que de Eser: Balam, Zaavam y Acam.
28 Los hijos de Disán: Hus
ie nacieron a Esaú en tierra de Canán. y Aram.
6 Esaú tomó a sus mujeres, sus hijos 29 He aquí los jefes de los jórreos:

y sus hijas y todas las gentes de su el jefe Lotán, el jefe Sobal, el jefe
casa, sus ganados y todas sus bestias Sebeón, 30 el jefe Ana, el jefe Disón,
y todos los bienes que había adqui- el jefe Eser, el jefe Disán. Estos son
rido en la tierra de Canán, y se fué los jefes de los jórreos, cada uno de
a una tierra lejos de Jacob, su her- sus jefes en la tierra de Edom.
mano; 7 pues siendo muchos los bienes 31
He aquí los reyes que han reina-
de uno y otro, no podían habitar jun- do en tierra de Edom antes que reina-
tos, y la tierra en que se movían no ra un rey sobre los hijos de Israel:
32 Bela, hijo de Beor, reinó en Edom
les bastaba a causa de sus muchos
ganados. 8 Establecióse Esaú en el v nombre de su capital era Denaba.
el
monte de Seir. Esaú es Edom. 83Murió Bela y le sucedió Jobab, hijo
9
He aquí los nombres de los hijos de Zara, de Bosra. 34 Murió Jobab
i;
GENESIS. 37
y le sucedió Jusam, de la tierra de ciendo: «Mirad, he tenido otro sueño
Temani. 85 Murió Jusam y le suce- más, y he visto que el sol, la luna y
dió Adad, hijo de Badad, que derro- once estrellas me adoraban. » 10 Contó
tó a Madián en los campos de Moab; el sueño a su padre y a sus hermanos,
el nombre de su ciudad era Avit y aquél le increpó, diciéndole: «¿Qué
86 Murió Adad sueño es ése que has soñado? ¿Acaso
y le sucedió Semla,
de Masreca. 37 Murió Semla y le vamos a postrarnps en tierra ante ti,
sucedió Saúl de Rejabot, junto al yo, tu madre y tus hermanos?» 11 Sus
río. 38 Murió Saúl y le sucedió Baal- hermanos le envidiaban, pero a su
janam, hijo de Acbor. 39 Murió Baal- padre le daba esto que pensar.
12 Fueron
jamán, hijo de Acbor y le sucedió sus hermanos a apacentar
Hadar; el nombre de su capital era el ganado de su padre en Siquem;
Pau y el de su mujer Metabel, hija 13
y dijo Israel a José: «Tus herma-
de Matrad, hija de Mezaab. 40 Estos nos están apacentando en Siquem.
son los nombres de los jefes de Esaú, Ven que te mande a ellos.» El le
según sus tribus y sus territorios. respondió: «Heme aquí. 14 «Pues vete
El jefe de Tamma, el jefe de Alva, a ver si están bien tus hermanos y
el jefe de Jetet, 41 el jefe de Olibama, el ganado, y vuelve a decírmelo.» Y le
el jefe de Eta, el jefe de Finón, envió desde el valle de Hebrón y se
42
el jefe de Quenez, el jefe de Temán, dirigió José a Siquem. 15 Encontróle
43
el jefe de Mabsar, el jefe de Magdiel, un hombre errando por el campo, y
el jefe de Iram. Estos son los jefes le preguntó: «¿Qué buscas?», 16 y él íe
de Edom, según sus moradas en la contestó: «A mis hermanos busco.
tierra que ocupan. Es Esaú padre Haz el favor de decirme dónde están
de Edom. apacentando. 17 Contestóle el hombre:
«Se han ido de aquí, pues oí decir:
Vámonos a Dotain.» Fué José en
José. busca de sus hermanos, y los halló
««y 1
Habitó Jacob en la tierra por en Dotain. 18 Viéronle ellos desde
O ¿ donde peregrinó su padre, en la lejos, antes de que a ellos se aproxi-
tierra de Canán. mara, y le acechaban para matarle.
8
Estas son las generaciones de 19 Dijéronse unos a otros: «Mirad,
Jacob: ahí viene el de los sueños; 20 vamos
Cuando tenía José diecisiete años, a matarle y le arrojaremos a uno de
siendo todavía up niño, iba con sus estos pozos, y diremos que le ha
hermanos, los hijos de Bala y de devorado una fiera; así veremos de
Zelfa, mujeres de su padre, a apa- qué le sirven sus sueños. » 21 Rubén,
centar el ganado, e hizo llegar José que esto oía, quería librarle de sus
a su padre la pésima fama de aqué- manos y les dijo: «Matarle, no; 22 no
llos. 3 Israel amaba a José más que vertáis sangre; arrojadle a ese pozo
a todos sus otros hijos, por ser el que hay en el desierto, y no pongáis
hijo de su ancianidad, y le hizo una la mano sobre él.» Quería librarle de
túnica de muchos colores. 4 Viendo sus manos, para devolvérselo a su
sus hermanos que su padre le amaba padre. 23 Cuando llegó José hasta sus
más que a todos, llegaron a odiarle, hermanos, despojáronle de su túnica,
y no podían hablarle amistosamente. la túnica de varios colores que lle-
5 Tuvo
también José un sueño, que vaba, 24 y cogiéndole, le arrojaron al
eontó a sus hermanos, y que acre- pozo, un pozo vacío que no tenía
centó más todavía el odio de é-tos agua.
contra él. 6 Díjoles: «Oíd, si queréis,
este sueño que he tenido. 7
Estába-
mos nosotros en el campo, haciendo José, vendido por sus hermanos.
gavillas, y vi que se levantaba mi 26 Sentáronse
a comer, y alzando
gavilla, y se tenía en pie, y las vues- los ojos, vieron venir una caravana
tras la rodeaban, y se inclinaban ante de ismaelitas, que venía de Galad,
la mía, adorándola.» 8 Ysus herma- cuyos camellos iban cargados de esto-
nos le dijeron: «¿Es que vas a reinar raque, tragacanto y láudano, que lle-
sobre nosotros, y vas a dominarnos?» vaban a Egipto; 26 y dijo Judá a sus
Estos sueños y las palabras de José hermanos: «¿Qué sacaremos de matar
fueron causa de que le odiaran toda- a nuestro hermano y ocultar su
vía más. 9 Tuvo José otro sueño, que sangre? 27 Vamos a venderlo a esos
contó también a sus hermanos, di- ismaelitas, y no pongamos en él núes-
4 6
GÉNESIS, 38
tra mano, pues es hermano nuestro, mujer de su hermano, se derramaba
y carne nuestra.» Asintieron sus her-j en tierra, para no dar prole a su
manos; 28 y cuando pasaban los mer- hermano. 10 Era malo a los ojos de
caderes madianitas sacaron a José, Yave lo que hacía Onán, y le mató
subiéndole del pozo, y por veinte también a él. 11 Dijo entonces Judá
monedas de plata se lo vendieron a a Tamar, su nuera: «Quédate como
los ismaelitas, que le llevaron a viuda en casa de tu padre, hasta que
Egipto. 29 Volvió Rubén al pozo, pero sea grande mi hijo Sela.» Pues se
no estaba en él José, y rasgó sus ves- decía: «No vaya a morir también
tiduras; 30 y volviéndose a sus her- éste como sus hermanos.» Fuése,
manos, dijo: «El niño no parece, ¿a pues, Tamar, y habitaba en casa de
dónde iré yo ahora?» 31 Tomaron la su padre. 12 Pasó mucho tiempo, y
túnica de José, y matando un macho murió la hija de Sue, mujer de Judá.
cabrío, empaparon en la sangre la Pasado el duelo por ella, subió Judá
túnica; 32 y cogiendo la túnica de con su amigo Jiras, el adulamita,
varios colores, se la llevaron a su al esquileo de su ganado a Tamna.
padre, diciendo: «Esto hemos encon- 13 Hiciéronselo saber a Tamar, di-
trado, mira a ver si es o no la túnica ciéndole: «Mira, tu suegro ha ido a
de tu hijo.» 33 Reconocióla él y dijo: Tamna al esquileo de su ganado.»
«La túnica de mi hijo es; una fiera 14 Despojóse ella de sus vestidos de
le ha devorado, ha despedazado ente- viuda, se cubrió con un velo, y cu-
ramente a José.» 34 Rasgó Jacob sus bierta se sentó a la entrada de Enaim,
vestiduras, vistióse de saco, e hizo en el camino de Tamna, pues veía
duelo por su hijo durante mucho que Sela era ya mayor y no le había
tiempo. 35 Venían todos sus hijos y! sido dada por mujer. 15 Judá, al verla,
sus hijas a consolarle, pero él recha- la tomó por una meretriz, pues tenía
zaba todo consuelo, diciendo: «En¡ tapada la cara. 16 Dirigióse a don-
duelo bajaré al sepulcro con mi hijo.» de estaba, y le dijo: «Déjame en-
Y su padre le lloraba. 36 Los madia- trar a ti», pues no conoció que era
nitas le vendieron en Egipto a Puti- su nuera. Ella le respondió: «¿Qué
far, ministro del Faraón, jefe de la me vas a dar por entrara mi?», 17 y
guardia. él contestó: «Te mandaré un cabrito
del rebaño. » Ella .le dijo: «Si me das
una prenda hasta que lo mandes...»
Judá y Tamar. 18 «¿Qué prenda quieres que te dé?»,
nn 1
Sucedió por entonces que bajó le dijo él. Ella contestó: «Tu sello,
OO Judá, apartándose de sus her- el cordón de que cuelga, y el báculo
que llevas en la mano.» El se los
manos, y llegó hasta un adulamita,
de nombre Jira. 2 Vió allí a una dió, y entró a ella, que concibió de
19
cananea, llamada Sue, y la tomó, él. Luego se levantó, se fué, y
y entró a ella, 3 que concibió, y parió quitándose el velo, volvió a vestirse
un hijo, al que llamó Er. 4 Concibió sus ropas de viuda. 20 Mandó Judá
de nuevo y parió un hijo, a quien el cabrito por medio de su amigo el
llamó Onán; 5 Volvió a concebir y adulamita, para que retirase la prenda
parió un hijo, a quien llamó Sela; de manos de la mujer, pero éste no
cuando le parió -estaba en Quizib. la halló, 21 y preguntó a las gentes
8
Tomó Judá para Her, su primogé- del lugar, diciendo: «¿Dónde está la
nito, una mujer llamada Tamar. meretriz que se sienta en Enaim a
7
Her, primogénito de Judá, fué malo la vera del camino?» Y ellos le res-
a los ojos de Yave, y Yave le hizo pondieron: «No ha habido ahí nunca
morir. 8 Entonces dijo Judá a Onán: ninguna meretriz.» 22 Volvió, pues,
«Entra a la mujer de tu hermano, y a Judá, y le dijo: «No la he hallado,
tómala, como cuñado que eres, para y las gentes del lugar me han dicho
suscitar prole a tu hermano» (1). que no ha habido allí ninguna mere-
9
Pero Onán, sabiendo que la prole triz.» 23 Y dijo Judá: «Que se quede
no sería suya, cuando entraba a la con ello, no vaya a burlarse de nos-
otros; yo ya he mandado el cabrito,
(i) La ley del levirato, ya vigente entre los y tú no la has hallado.» 24 Al cabo
hebreos antes de la promulgaión de la ley mosai- de unos tres meses, hicieron saber a
ca, como por este lugar se ve. está consignada en
Dcm, 25. 5. sigs. Del nombre de Onán procede
Judá el asunto, diciéndole: «Tamar,
el de onanismo, vicio detestable y detestado por
tu nuera, se ha prostituido, y de sus
Dios. prostituciones está encinta.» Y Judá
GÉNESIS, 39. 40
47

contestó: «Sacadla y quemadla.» ¿voy a hacer yo una cosa tan mala


25 Cuando se la llevaban, mandó ella y a pecar contra Dios?» 10 Y como
a decir su suegro: «Del hombre
a hablase ella a José un día y otro día,
cuyas son estas cosas estoy yo en- y no la escuchase él, negándose a
cinta. Mira a ver de quién son ese acostarse con ella y a estar con ella:
11
anillo, ese cordón y ese báculo.» un día que entró José en la casa,
26 Los reconoció Judá,
y dijo: «Mejor para cumplir con su cargo, y no había
que yo es ella, pues no se la he dado nadie en ella, 12 le cogió por el manto,
a Sela, mi hijo.» Pero no volvió a diciendo: «Acuéstate conmigo.» Pero
conocerla más. 27 Cuando llegó el él, dejando en su mano el manto,
tiempo del parto, tenía en el seno huyó y se salió de la casa. 13 Viendo
dos gemelos. 28 Al darlos a luz, sacó ella que había dejado el manto en
uno de ellos una mano, y la partera sus manos, y se había ido huyendo,
14
la cogió, y ató a ella un hilo rojo, se puso a gritar, llamando a las
diciendo: «Este ha sido el primero

gentes de su casa, y les dijo con
en salir», 29 pero él retiró la mano grandes voces: «Mirad, nos ha traído
y salió su hermano. «¡Vaya rotura á ese hebreo para que se burle de
que has hecho!», dijo ella, y le llamó nosotros; ha entrado a mí para acos-
Fares (1); 30 luego salió su hermano, tarse conmigo, 15 y cuando vió que
que tenía el hilo atado a la mano, y yo alzaba mi voz, para llamar, ha
le llamó Zaraj. dejado su manto junto a mí y ha
huido fuera de la casa.» 16 Dejó ella
José en Egipto. el manto de José cerca de sí, hasta
que vino su señor a casa, 17 y le
39 1
Entretanto a José, que había habló así: «Ese siervo hebreo que
nos has traído, ha entrado a mí para
sido llevado a Egipto y com-
prado a los ismaelitas por Putifar, burlarse de mí, 18 y cuando vió que
ministro del Faraón y jefe de la guar- alzaba mi voz y llamaba, dejó junto
dia egipcia, 2 le protegió Yave, que a mí su manto y huyó fuera.» 19 Al
hizo prosperar todas sus cosas. Es- oír su señor lo que le decía su mujer,
taba en la casa de su señor, el egipcio, esto y esto es lo que me ha hecho
3
que vió que Yave estaba con él, y tu siervo, montó en cólera, 20 y co-
que todo cuanto hacía, Yave lo pros- giendo a José, le metió en la cárcel
peraba por su mano. 4 Halló, pues, donde encerraba a los presos del rey,
José gracia a los ojos de su señor, y y állí en la cárcel quedó José.
le servía a él. 5 Hízole mayordomo
de su casa, y puso en su mano todo José en I» cárcel.
cuanto tenía. Bendijo Yave por José
21
a la casa del egipcio, y derramó Pero estaba Yave con José, y
Yave su bendición sobre todo cuanto extendió sobre él su favor, haciéndole
tenía en casa y en el campo, 6 y él grato a los ojos del jefe de la cárcel,
lo dejó todo en mano de José, y no 22
que puso en su mano a todos los
se cuidaba de nada, a no ser de lo allí presos; y cuanto allí se hacía,
que comía. Era José de hermosa pre- era quien lo hacía. 23 De nada
él
sencia y bello rostro. se cuidaba por sí el jefe de la cárcel,
porque estaba Yave con José, y
Castidad de José. cuanto hacía éste, Dios lo prosperaba.
7
Sucedió después de todo esto, que •40 1
Sucedió después, que habien-
la mujer de su señor puso en él sus do faltado contra su señor, el
ojos, y le dijo: «Acuéstate conmigo.» rey de Egipto, el copero y el repos-
8
Rehusó él, diciendo a la mujer de tero del rey, 2 se encolerizó el Faraón
su señor: «Cuando mi señor no me contra sus dos ministros, el jefe de
pide cuentas de nada de la casa, y loscoperos y el jefe de los reposteros,
ha puesto en mi mano cuanto tiene, 3
y los encarceló en la casa del jefe
9
y no hay en esta casa nadie supe- de la guardia, en la cárcel donde
rior a mí, sin haberse reservado él estaba preso José. 4 Púsolos el jefe
nada fuera de ti, por ser su mujer, de la guardia bajo la custodia de
José, y éste les servía el tiempo que
(i) Fares, fruto de una
unión incestuosa, estuvieron en la cárcel. 5 El jefe de
es, sin embargo, uno de los anillos de la genea- los coperos y el jefe de los reposteros
logía de Cristo. Mat. i. 3. del rey de Egipto, que estaban presos
48 GÉNESIS, 41

en tuvieron ambos un sueñe los coperos no se acordó más de José'


la cárcel,
en la mismanoche, cada uno el suyo, sino que se olvidó de él.
y cada sueño de diversa significa-
ción. 6
Cuando José vino a ellos por Interpreta José los sueños del
la mañana, los vió que estaban tristes, Faraón.
7
y preguntó a los dos ministros, que
1
con él estaban presos en la casa de Al cabo de dos años, soñó el
su señor, diciéndoles: "¿Por qué te- Faraón que estando a orillas
néis hoy mala cara?» 8 Ellos le con- del río, 2 vió subir de él siete vacas
testaron: «Hemos tenido un sueño, hermosas y muy gordas, que se pu-
y no hay quien lo interprete.» Díjoles sieron a pacer la verdura de la tierra;
José: «¿No es de Dios la interpreta- pero he aquí que después subieron
ción de los sueños? Contádmelo, si del río 3 otras siete vacas feas y muy
queréis.» 9 El jefe de los coperos flacas, y se pusieron junto a las siete
contó a José su sueño, diciéndole: que estaban a la orilla del río, * y las
«En mi sueño tenía ante mí una vid siete vacas feas y flacas se comieron
10 con tres sarmientos, que estaban a las siete hermosas y gordas; y el
como echando brotes, subían y flo- Faraón se despertó. 5 Volvió a dor-
recían y maduraban sus racimos,. mirse, y por segunda vez soñó que
11
Tenía en mis manos la copa del veía siete espigas, que sallan de una
Faraón, y cogiendo los racimos, los sola caña de trigo muy granadas y
exprimí en la copa del Faraón, y puse hermosas, 6 pero detrás de ellas bro-
ésta en sus manos.» 12 José le dijo: taron siete espinas flacas y quemadas
«Esta es la interpretación del sueño: por el viento solano, 7 y las siete
Los tres sarmientos son tres días. espigas flacas y quemadas devoraron
13
Dentro de tres días el Faraón exal- a las siete espigas hermosas y gra-
tará tu cabeza y te restablecerá en nadas, y se despertó el Faraón. Este
tu cargo, y pondrás la copa del Fa- fué el sueño. 8 A la mañana, estaba
raón en sus manos, como antes lo perturbado su espíritu y mandó lla-
hacías, cuando eras copero. 14 ver A mar a todos los adivinos y a todos
si te acuerdas de mí, cuando te vaya los sabios de Egipto; les contó su
bien, y me haces la gracia de recor- sueño, pero no hubo quien lo inter-
darme al Faraón, para que me saque pretara. 9 Entonces habló al Faraón
de esta casa, 16 pues he sido furtiva- el jefe de los coperos diciendo: «Ahora
mente sacado de la tierra de los he- me acuerdo de mi falta. 10 Estaba el
breos, y aun aquí nada he hecho para Faraón irritado contra sus siervos, y
que me metieran en prisión.» 16 Mon- nos había hecho encerrar en la casa
do el jefe de los reposteros cuan favo- del jefe de la guardia a mí y al
rablemente había interpretado el sue- jefe de los reposteros. 11 Tuvimos
ño, dijo a José: «Pues he aquí el mío: ambos un sueño en la misma noche,
Llevaba sobre mi cabeza t canas-
<•»*<! yo y él, cada uno el suyo y de dis-
tillos de pan blanco.
17
En ei canastillo tinta interpretación. 12 Estaba allí
de encima había toda clase de pastas con nosotros un joven hebreo, siervo
de las que hacen para el Faraón los del jefe de la guardia, y le contamos
reposteros, y las aves se las comían nuestros sueños, y él nos dió la in-
del canastillo, que llevaba sobre mi terpretación; a cada uno le interpretó
cabeza.» 18 Contestó José, diciendo: el suyo,
13
y como lo interpretó el,
«Esta es la interpretación: Los tres así nos sucedió: yo fui restablecido
canastillos son tres días. 19 Dentro en mi cargo, él fué colgado. 14 Mandó,
de tres días te quitará el Faraón la pues, el Faraón llamar a José, y apre-
cabeza y te colgará de un árbol, y suradamente le sacaron de la prisión.
comerán las aves tus carnes. » 20 Al Se cortó el pelo, se mudó de ropas,
día tercero, que era el del natalicio y se fué a ver al Faraón. 14 Este le
del Faraón, dió éste un banquete a dijo: «He tenido un sueño, y no
todos sus servidores, y alzó en medio hay quien lo interprete, y he oído
de ellos la cabeza del jefe de los decir de ti que en cuanto oyes un
coperos y la del jefe de los reposteros, sueño lo interpretas.» 16 José res-
21 restableciendo al jefe de los cope- pondió al Faraón: «No yo, Dios será
ros en su cargo de poner la copa en el que dé una respuesta favorable al
manos del Faraón, 22 y colgando al Faraón.» 17 Habló, pues, el Faraón
jefe de los reposteros, como les había a José: «Este es mi sueño: estaba
interpretado José. 23 Pero el jefe de yo en la ribera del río, 18 y vi subir
GÉNESIS, 41
19

del río siete vacas gordas y hermo- tierra.» 37 Parecieron muy bien estas
sas, que se pusieron a pacer en la al Faraón y a toda su corte,
palabras
19 38Faraón dijo a sus cortesanos:
verdura de la orilla, y he aquí y el
que detrás de ellas suben otras siete «¿Podríamos por ventura encontrar
vacas malas, feas y flacas, como no un hombre como éste, lleno del espí-
las he visto de malas en toda la tierra ritu de Dios?»
39
Y dijo a José: «Toda
de Egipto, 20 y las vacas malas y feas vez que Dios te ha dado a conocer
se comieron a las primeras siete vacas estas cosas, no hay persona tan inte-
gordas, 21 que entraron en su vientre ligente y sabia como tú.
sin que se conociera que hablan en-
trado, pues el aspecto de aquéllas
era tan malo como al principio. me Y José, virrey de todo el Egipto.
desperté. 22 Vi también en sueños
que sallan de una misma caña siete 40 Tú serás quien gobierne mi
23
espigas granadas y hermosas, ycasa, y todo mi pueblo te obedecerá;
que salían después de ellas siete espi- sólo por el trono seré mayor que tú»;
gas malas, secas y quemadas del 41 y añadió: «Mira, te pongo sobre
viento solano, 24
y las siete espigasi toda la tierra de Egipto.» 42 Quitóse
secas devoraron a las siete hermosas. el Faraón el anillo de su mano, y
Se lo he contado a los adivinos, y lo puso en la mano de José; hizo
no ha habido quien me lo explique.» que le vistieran blancas vestiduras
25 José dijo al Faraón: «El sueño de lino, y puso en su cuello un collar
del Faraón es uno solo. Dios ha dado de oro, 43 y mandó que montado
a conocer al Faraón lo que va a su- sobre el segundo de sus carros, se
ceder. 26 Las siete vacas hermosas gritara ante él abrek, y así fué puesto
son siete años, y las siete espigas her- al frente de toda la tierra de Egipto.
mosas siete años; el sueño es uno 44 Díjole también el Faraón: «Yo
solo. 27 Las siete vacas flacas y malas soy el Faraón, y sin ti no alzará
que subían detrás de las otras son nadie mano ni pie en toda la tierra
otros siete años, y las siete espigas de Egipto.» 46 Llamó el Faraón a
secas y quemadas del viento solano José con el nombre de Znfnat Paneaj
son siete años de hambre. 28 Es lo y le dió por mujer a Asenet, hija de
que he dicho al Faraón, que Dios Putifar, sacerdote de On. Salió José
le ha hecho ver lo que va a hacer. por toda la tierra de Egipto. 46 Tenía
29
Vendrán siete años de gran abun- treinta años cuando se presentó ante
dancia en toda la tierra de Egipto, el Faraón, rey de Egipto, y le dejó
30
y detrás de ellos vendrán siete años para recorrer toda la tierra de Egipto.
de hambre, que harán se olvide toda 47 La tierra produjo a montones
la abundancia en la tierra de Egipto, durante los siete años de abundancia,
hambre consumirá 48 el producto de los
y el la tierra. y José recogió
31
No se conocerá la abundancia en sieteaños que de ella hubo en Egipto,
la tierra a causa de la escasez, porque y almacenó
lo en las ciudades, depo-
ésta será muy grande. 32 Cuanto a la sitando en cada una de ellas los pro-
repetición del sueño al Faraón por ductos de los campos que las rodea-
49
dos veces, es que el suceso está fir- ban, llegando a reunir tanto trigo
memente decretado por Dios, y que como arenas del mar; en tan
las
Dios se apresurará a hacerlo. 33 Aho- gran cantidad, que hubo que dejar
ra, pues, busque el Faraón un hom- ya de contar, porque no podía con-
bre inteligente y sabio, y póngale al tarse.
frente de la tierra de Egipto. 34 Nom-
bre el Faraón intendentes, que visi- Hijos de José.
ten la tierra y recojan el quinto de
la cosecha de la tierra de Egipto 60 Antes que llegara tiempo de
el
en los años de la abundancia; 36 reúnan la escasez, naciéronle a José dos
el producto de los años buenos que hijos, que le parió Asenet. hija de
van a venir, y hagan acopio de trigo Putifar, sacerdote de On. Dió al 51
a disposición del Faraón, 38 para man- primero el nombre de Manasés, por-
tenimiento de las ciudades, y lo con- que dijo: «Dios me ha hecho olvidar
serven para que sirvan a la tierra de todas mis penas y toda la casa de
reserva, para los siete años de ham- mi padre»; 62 y al segundo le llamó
bre que vendrán sobre la tierra de Efraim, diciendo: «Dios me ha dado
Egipto, y no perezca de hambre la' fruto en la tierra de mi aflicción.
50 GÉNESIS, 42

Modulas de ff nl> iov*no durante la 12


El repuso: «No, sois unos espías
escasez. que habéis venido a ver lo indefenso
53
de la tierra.» 13 Ellos dijeron: «Somos
Acabáronse los siete años de tus- siervos doce hermanos, todos
abundancia que hubo en Egipto, 64 y del mismo padre en la tierra de Ca-
comenzaron los siete años de escasez, nán; el más pequeño se quedó con
como lo había anunciado José; y nuestro padre, y el otro no vive ya.»
hubo hambre en todas las tierras, 14
Insistió José: «Es lo que os he
mientras había pan en toda la tierra dicho; sois unos espías. 15 Voy a pro-
de Egipto; 55 y clamaba el pueblo baros. Por la vida del Faraón, que
al Faraón por pan,, y el Faraón decía
no saldréis de aquí, mientras no
a todos los egipcios: «Id a José y venga vuestro hermano menor. 16 31 an-
haced lo que él diga.» 56 Cuando el dad a uno de vosotros a buscar a
hambre se extendió por toda la vuestro hermano, y los demás que-
superficie de aquella tierra, abrió daréis aquí presos. Así probaré si lo
José los graneros, y lo que en ellos que decís es verdad, y si no, por la
había, se lo vendía a los egipcios, vida del Faraón, que sois unos es-
pues crecía el hambre en la tierra de pías. » 17 Y los hizo meter todos jun-
Egipto. 57 De todas las tierras venían tos en prisión por espacio de tres
a Egipto a comprar a José, pues el días. 58
Al tercero dijo José:
les
hambre era grande en toda la tierra. «Haced esto y pues yo temo
viviréis,
19
a Dios. Si en verdad sois gente
Hajan a Ff|ipto los hermanos de buena, que se quede uno de los her-
José in busca de niaiiUiiiimciilos. manos preso en la cárcel donde estáis,
y los otros id a llevar el trigo, para
42 1
— enViendo Jacob que había trigo remediar el hambre de vuestras casas.
Egipto, dijo a sus hijos: 20
y me traéis a vuestro hermano
«¿Qué estáis mirándoos unos a otros? menor, para probar la verdad de
2
He oído decir que en Egipto hay vuestras palabras, y no moriréis.»
21
trigo. Bajad, pues, allá para comprár- Ellos se dijeron unos a otros: «Cier-
noslo, y vivamos y no muramos.» tamente somos nosotros reos de culpa
3
Bajaron, pues, diez de los hermanos contra nuestro hermano, a quien
de José a Egipto a comprar pan; vimos con angustia de su alma pe-
4
a Benjamín, el hermano de José,
.
dirnos compasión, y no le escucha-
no le mandó Jacob con sus herma- mos. Por eso ha venido sobre nosotros
nos, por temor de que le sucediera esta desventura.» 22 Rubén les dijo:
alguna desgracia. 5 Llegaron los hijos «¿No os advertí yo, diciéndoos: no
de Israel con otros que venían tam- pequéis contra el niño, y no me escu-
bién a comprar trigo, pues había chásteis? Ved cómo ahora se nos
hambre en toda la tierra de Canán. demanda su sangre.» 23 Ellos no
6 Como era José el jefede la tierra y sabían que José los entendía, pues él
el que vendía el trigo a cuantos ve- les había hablado por medio de intér-
nían a comprarlo, los hermanos de prete. 24 Alejóse José llorando, y
José entraron, y se postraron ante él, cuando volvió, les habló, y eligió a
rostro a tierra. 7 Al verlos, José los Simeón entre ellos, y le hizo atar
reconoció, pero disimuló y les habló ante los ojos de los otros. 25 Mandó
con dureza, diciéndoles: «¿De dónde José que llenaran de trigo sus sacos,
venisT»; y ellos respondieron: «De que pusieran en el de cada uno su
la tierra de Canán, para comprar dinero, y les diesen provisiones para
mantenimientos. » 8 Conoció José a el camino, y así se hizo. *• Ellos car-

sus hermanos, pero ellos no le cono- garon el trigo sobre los asnos, y se
cieron a él. partieron de allí. 27 Abrió uno de
9
Se acordó José de los sueños que ellos el saco para dar pienso a su asno
les había contado, y les dijo: «Vos- un el lugar donde pernoctaron, y vió
otros sois unos espías que habéis que su dinero estaba en la boca del
venido a reconocer las partes no >aco, 28 y dijo a sus hermanos: «Me
fortificadas de la tierra.» 10 Ellos le lian devuelto mi dinero, aquí está
dijeron: «No, señor mío, tus siervos ;n mi saco.» Quedáronse estupefac-
han venido a comprar mantenimien- los, y unos a otros se decían, tem-
tos; 11 todos nosotros somos hijos blando: «¿Qué será esto que ha hecho
del mismo padre; somos gente buena; Dios con nosotros?»
29
no son tus siervos unos espías." Llegaron a Jacob, su padre, a
51
GÉNESIS, 43

la tierra de Canán, y le contaron otro hermano? Y nosotros contes-


cuanto les había sucedido, diciendo: tamos según las preguntas: ¿Sabía-
30 nEl hombre que es el señor de mos acaso nosotros que nos iba a
aquella tierra, nos habló duramente y decir: traed a vuestro hermano?»
nos tomó por espías de la tierra. 8
Y Judá dijo a Israel, su padre:
31
Nosotros le dijimos que éramos «Deja ir al niño conmigo, para que
gente buena: no somos espías. 33 Era- podamos ponernos en camino, y po-
mos doce hermanos, hijos todos del damos vivir y no muramos nosotros,
mismo padre; uno ha desaparecido, tú y nuestros pequeños. 9 Yo te res-
el más pequeño está con nuestro pondo de él, tú le reclamarás de mi
padre en la tierra de Canán. 33 Y nos mano, y si no te lo vuelvo a traer
dijo el. hombre, señor de la tierra: y te lo pongo delante, seré reo ante
«Ved cómo sabré que sois gente buena: ti por siempre. 10 Si no nos hubiéra-
dejad aquí a uno de vosotros, tomad mos retrasado tanto estaríamos ya
11
con que atender a la necesidad de dos veces de vuelta.» Israel, su pa-
vuestras casas, y partid, 34 y traedme dre, les dijo: «Si es así, haced esto: to-
a vuestro hermano pequeño; así sabré mad de los mejores productos de esta
que no sois unos espías, sino gente tierra en vuestro equipaje, y bajád-
buena. Entonces os devolveré vues- selos al hombre aquél como presente:
tro hermano, y podréis recorrer la un poco de tragacanto, un poco de
tierra. » 38 Cuando vaciaron los sacos, miel, astrágalo, láudano, alfónsigos
cada uno encontró el paquete de su y almendras. 12 Coged dinero de
dinero en la boca de su saco. Y al nuevo, y el que hallásteis en la boca
ver los paquetes de dinero, ellos y su de vuestros sacos, devolvedlo, pues
padre se llenaron de temor. 36 Jacob, quizá ha sido un .error. 13 Tomad
su padre, les dijo: «¿Me váis a dejar a vuestro hermano, e id, y volved a
sin hijos? José desapareció, Simeón ver a aquel hombre. 14 Que el Dios
desapareció, ¿y os váis a llevar a omnipotente os haga hallar gracia
Benjamín? Todo esto ha venido sobre ante ese hombre, para que deje
mí.» 37 Rubén dijo a su padre: «Haz volver a vuestro hermano y a Ben-
morir a mis dos hijos, si yo no te jamín. Cuanto a mí, si he de verme
devuelvo a Benjamín. Entrégamelo, privado de mis hijos, sea,» 15 Toma-
38 El le con-
y yo te le devolveré.» ron ellos el presente y el dinero doble
testó: «No bajará mi hijo con vosotros. y a Benjamín; y bajaron a Egipto,
Su hermano murió, y no queda más y se presentaron ante José. 16 Ape-
que él. Si en el viaje que vais a hacer nas vió José con ellos a Benjamín,
le ocurre una desgracia, haréis des- dijo a su mayordomo: «Haz entrar en
casa a esas gentes, y mata mucho
cender en dolor mis canas al sepulcro.»
y prepáralo, pues esas gentes come-
el hambre era ya muy rán conmigo a mediodía.»
1 Pero 17 El ma-

4t> grande en la tierra, 2 y cuándo yordomo hizo lo que le ordenó José,


acabaron de comer las provisiones e introdujo a aquellas gentes en casa.
que habían traído de Egipto, les dijo 18 Mientras los llevaban a casa de
su padre: «Volved a comprarnos algo José, llenos de temor, se decían:
que comer.» 3 Pero Judá le contestó «Es por lo del dinero que volvió en
«Aquel hombre nos dijo terminan- nuestros sacos por lo que nos traen
temente: no me veréis, si no traéis aquí, para asaltarnos, caer sobre nos-
con vosotros a vuestro hermano me otros, y hacernos esclavos con nues-
ñor. 4 Si mandas con nosotros a núes tros asnos.» 19 Acercándose al mayor-
tro hermano, bajaremos y te com- domo, le dijeron: 20 «Perdone, mi
praremos provisiones, 5 pero si no señor. Nosotros vinimos ya una vez
no bajaremos, pues el hombre aquél a comprar víveres. 21 Al llegar al lugar
nos dijo: no veréis mi rostro, a no donde a le vuelta pasamos la noche,
ser que venga con vosotros vuestro abrimos los sacos y vimos que el
hermano.» 6 Y dijo Israel: «¿Por qué dinero de cada uno de nosotros estaba
me habéis hecho ese mal, de dar a justo a la boca de nuestros sacos.
conocer a aquel hombre que teníais 22 Lo hemos vuelto a traer con nos-
otro hermano?» 7 Y le contestaron otros, y traemos al mismo tiempo
«Aquel hombre nos preguntó insis- otra cantidad, para comprar pro-
tentemente sobre nosotros y sobre visiones. Nosotros no sabemos quién
nuestra familia, y nos dijo: «¿Vive puso nuestro dinero en los sacos.»
todavía vuestro padre? ¿Tenéis algún 23 «Que la paz sea con" vosotros -les —
52
GÉNESIS, 44
dijo
Ha
el mayordomo
vuestro Dios, el
sido
— ; no temáis.
Dios de
José dijo a su mayordomo: «Leván-
tate, y sal en persecución de esas
vuestro padre, el que os puso ese gentes, y cuando los alcances, diles:
tesoro en los sacos. Yo recibí vues- «¿Por qué habéis devuelto mal por
tro dinero.» 84 Hizo traer con ellos bien? 5 Es donde bebe mi señor, y de
a Simeón, y después de hacerlos en- laque se sirve para adivinar. Habéis
trar en la casa, les dió agua para que obrado muy mal.» 6 Cuando los
se lavaran los pies, y dió también alcanzó dijo estas mismas pala-
les
pienso a los asnos. 25 Ellos prepara- bras. 7
Ellos Je contestaron: «¿Por
ron su presente, esperando que vi- qué nos habla así mi señor? Lejos
niera José a mediodía, pues habían de tus siervos hacer semejante cosa.
8
sido advertidos de que comerían allí. Te hemos vuelto a traer desde la
26 Vino José tierra de Canán dinero que halla-
a casa, y le presentaron el
el regalo que habían traído con ellos, mos a la boca de nuestros saco-.;
postrándose ante él, rostro a tierra. ¿cómo íbamos a robar de la casa
27 El les preguntó
si estaban buenos, de tu señor plata ni oro? 9 Aquel de
y les dijo: «Vuestro anciano padre, tus siervos en cuyo poder sea ha-
de quien me hablásteis, ¿está bien, llada la copa, muera, y seamos tam-
vive todavía?» 28 Ellos le contesta- bién nosotros esclavos de tu señor.»
10
ron: «Tu siervo, nuestro padre, está El les dijo: «Bien está, que sea
bien, vive todavía», y se inclinaron como decís. Aquel a quien se le
profundamente. 29 José alzó los ojos, encuentre la copa será mi esclavo,
y vió a Benjamín, su hermano, hijo v vosotros quedaréis en libertad.»
de su madre, y dijo: «¿Es éste vues- 1 1 Bajó cada uno a tierra su saco a

tro hermano pequeño, de quien me toda prisa, y lo abrió. 12 El mayor-


habéis habladoT», y añadió: «Que domo los reconoció, comenzando por
Dios te bendiga, hijo mío.» 30 Apre- el del mayor y acabando por el del
suróse José a buscar dónde llorar, más joven, y se halló la copa en el
pues se conmovieron sus entrañas a saco de Benjamín. 13 Rasgaron ellos
la vista de su hermano, y se entró sus vestiduras, cargaron de nuevo
en su cámara, y allí lloró. 31 Salió los asnos, y volvieron a la ciudad.
después de haberse lavado la cara, 14 Judá llegó con sus hermanos a la

y haciendo esfuerzos por contenerse, casa de José, que estaba allí todavía,
dijo: «Servid la comida.» 32 Sirvieron 16 José
y postráronse rostro a tierra.
a José aparte, aparte a sus hermanos, ios dijo: «¿Qué es lo que habéis hecho?
y aparte también a los egipcios que ¿No sabíais que un hombre como
14
comían con él, pues los egipcios no yo habíade adivinarlo?» Judá
pueden comer con los hebreos, por respondió: «¿Qué vamos a decir a
ser esto para ellos una cosa abomi- mi señor? ¿Cómo hablar, cómo justi-
nable. 33 Pusieron a los hermanos de ficarnos? Dios Jia hallado la iniqui-
José frente a él: el primogénito, dad de tus siervos, y somos esclavos
según su primogenitura, y el más tuyos, tanto nosotros cuanto aquel
joven según su edad, y se miraban en cuyo poder se ha hallado la copa.»
atónitos unos a otros. 34 Cuando les 17 «Lejos
de mí hacer eso dijo José — —
pusieron delante las porciones, la de aquel a quien se le ha encontrado la
Benjamín era cinco veces mayor que la copa será mi esclavo, vosotros subi-
de todos los otros. Y bebieron y estu- réis en paz a vuestro padre. »
18 Acer-

vieron muy alegres en compañía suya. cóse entonces Judá, y le dijo: «Por
favor, señor mío; que pueda decir
¿ . José dió orden a su mayor-
1 tu siervo unas palabras en tu oído,
4*T domo de llenar cuanto pudiera sin que contra tu siervo se encienda
de víveres los sacos de aquellas gen- tu cólera, pues eres como otro Faraón.
19
tes, y de poner el dinero década uno Mi señor ha preguntado a tus sier-
en la boca de su saco. 3 «Pon también vos: ¿Tenéis padre todavía, y tenéis
mi copa le dijo— —
la copa de plata,
. algún otro hermano? 20 Y nosotros
en la boca del saco del más joven, le hemos contestado: Tenemos un
juntamente con el dinero.» El ma- padre anciano, y tenemos otro her-
yordomo hizo lo que le había man- mano, hijo de su ancianidad. Tenía
dado José. * Despuntaba el alba, éste un hermano, que murió, y ha
cuando despidieron a los hebreos con quedado sólo él de su madre, y su
sus asnos. a Habían salido de la padre le ama mucho. 11 Tu dijiste
ciudad, pero no estaban lejos, cuando a tus siervos: Traédmelo, que yo
GÉNESIS, 45 53

pueda verle. 22 Nosotros te dijimos: vuestro hermano, a quien vendis-


Mira, señor, no puede el niño dejar teis para que fuese traído a Egipto.
6 Pero no os aflijáis, y no os pese
a su padre; si le deja se morirá.
23
Pero tú dijiste a tus siervos: Si haberme vendido para aquí, pues
no baja con vosotros vuestro her- para vuestra vida me ha traído Dios
mano menor, no veréis más mi rostro. aquí antes de vosotros. 6 Van dos
24 Cuando subimos a tu servidor, años de hambre en esta tierra, y
mi padre, le dimos cuenta de las durante otros cinco no habrá arada
palabras de mi señor; 25 y cuando ni cosecha. 7 Dios me ha enviado
mi padre nos dijo: volved a bajar delante de vosotros para dejaros un
para comprar algunos viveres, 26 le resto sobre la tierra, y haceros vivir
contestamos: No podemos bajar, a para una gran salvación. 8 No sois,
no ser que vaya con nosotros nues- pues, vosotros los que me habéis
tro hermano pequeño, pues no pode- traído aquí; es Dios quien me trajo,
mos presentarnos a ese hombre si y me ha hecho padre del Faraón y
nuestro hermano no nos acompaña. señor de toda su casa, y me ha puesto
27 Tu siervo, nuestro padre, nos dijo: al frente de toda la tierra de Egipto.
Bien sabéis que mi mujer me dió 9
Apresuraos, y subid a mi padre, y de-
dos hijos; 28 el uno salió de casa y cidle: «Así dice tu hijo José: Me ha
seguramente fué devorado, pues no hecho Dios señor de todo el Egipto;
si me arrancáis baja, pues, a mí sin tardar, 10 y habi-
29
le he visto más;
también a éste, y le ocurre una des- tarás en la tierra de Gosen, y esta-
gracia, haréis bajar mis canas en dolor rás cerca de mí, tú, tus hijos y los
al sepulcro. 30 Ahora, cuando yo hijos de tus hijos con tus rebaños,
vuelva a tu siervo, mi padre, si no tus ganados y todo cuanto tienes;
11 allí te mantendré yo, pues quedan
va con nosotros el joven, de cuya
vida está pendiente la suya, 31 en todavía otros cinco años de hambre,
cuanto vea que no está, morirá, y y así no perecerás tú, tu casa y todo
tus siervos habrán hecho bajar en cuanto tienes. 12 Con vuestros mismos
dolor al sepulcro las canas de tu ojos veis, y ve mi hermano Benjamín
siervo, nuestro padre. 32 Tu siervo con los suyos, que soy yo mismo el
ha salido responsable del joven al que os habla. 13 Contad a mi padre
tomarlo a mi padre, y ha dicho: cuánta es mi gloria en Egipto y
Si yo no te lo traigo otra vez, seré todo cuanto habéis visto, y apresu-
reo contra ti para siempre. 83 Permí- raos a bajar aquí a mi padre.» 14 Y
teme, pues, que te ruegue que quede se echó sobre el cuello de Benjamín,
tu siervo por esclavo de mi señor, su hermano, y lloró; y lloraba tam-
en vez del joven, y que éste vuelva bién Benjamín sobre el suyo. 15 Besó
con sus hermanos. 34 ¿Cómo voy a también a todos sus hermanos, llo-
poder yo subir a mi padre, si no llevo rando mientras los abrazaba, y des-
al niño conmigoT No, que no vea pués sus hermanos estuvieron ha
yo la aflicción en que caerá mi blando con él. 16 Corrió por la casa
padre. del Faraón la voz de que habían
venido los hermanos de José, y se
complacieron de ello el Faraón y sus
José se da a conocer a sus her- cortesanos. 17 Y dijo el Faraón a
manos. José: «Di a tus hermanos: Haced
esto: cargad vuestros asnos, id a la
4¡»
1 Entonces José, viendo que tierra de Canán, 18 tomad a vuestro
D no podía contenerse más ante padre y vuestras familias, y venid a
todos los que allí estaban, gritó: mí. Yo os daré lo mejor de la tierra
«Haced salir a todos.» Y no quedó de Egipto, y comeréis lo mejor de la
nadie con él, cuando se dió a cono- tierra. 19 Mándalos que lleven de
cer a sus hermanos. 2 Lloraba José Egipto carros para sus hijos y sus
tan fuertemente, que le oyeron los mujeres, traigan con ellos a tu padre,
egipcios, y le oyó toda la casa del y vengan; 20 que no les pese de tener

Faraón. 3 «Yo soy José les dijo — que dejar algunas de sus cosas, pues
¿Vive todavía mi padre?» Pero sus suyo será lo mejor de la tierra de
hermanos no pudieron contestarle, Egipto.» 21 Hicieron así los hijos de
pues se llenaron de terror ante él. Israel, y les dió José carros, según la
4 El les dijo: «Acercaos orden del Faraón, y provisiones para
a mí.» Acer-
cáronse ellos, y les dijo: «Yo soy José, el camino. 22 Dióles también a todos
54 GÉNESIS, 46
vestidos para mudarse, y a Benja- Jamik, Ohad, Jaquin y Sojar, y Saúl,
mín trescientas monedas de plata y hijo de la Cananea. 11 Hijos de Leví:
cinco vestidos. 23 Mandó también a Gersón, Caat y Merari. 18 Hijos de
su padre asnos cargados con lo mejor Judá: Iber, Onán, Sela, Fares y Zaraj;
de Egipto, y diez asnos cargados pero Iber y Onán habían muerto
de trigo, de pan y de víveres para en la tierra de Canán. Hijos de Fares
su padre para el camino. 24 Des-j fueron: Jesrom y Jamul. 13 Hijos
pués despidió a sus hermanos que de Isacar: Tola, Fuá, Job y Semrón.
partían, diciéndoles: «No vayáis a 14 Hijos de Zabulón:
Sared, Elón y
reñir en el camino.» 25 Subieron, pues, Jajleel. 15 Estos son los hijos que
de Egipto, y llegaron a la tierra de Lia parió a Jacob en Padan Aran,
Canán, a Jacob, su padre, 26 y le con su hija Dina. Sus hijos e hijas
dijeron: «Vive todavía José, y esl eran en total treinta y tres personas.
el jefe de toda la tierra de Egipto.» 16 Hijos de Gad:Sefión, Jagui,
Pero él no se conmovió, pues no los Semi, Esebón, Heri, Arodi y Areli.
creía. 27 Dijéronle cuanto les había 17 Hijos de Aser: Gimna, Jesua,
mandado José y les había dicho; Jesui y Beria; y Saraj, su hermana.
y al ver los carros que le mandaba Hijos de Beria eran Jeber y Melquiel.
José para trasladarle, se reanimó 18 Estos son los hijos
de Zelfa, la
Jacob, 28 y dijo: «Basta, mi hijo esclava que había dado Labán a
vive todavía; iré, y le veré antes de Lia, su hija, y los parió a Jacob.
morir. Dieciséis personas.
19
Hijos de Raquel, la mujer de
Jacob: José y Benjamín. 20 Nacieron
Jacob a José, en Egipto, de Asenet, hija
y bus hijos en Egipto.
de Putifar, sacerdote de On, Álana-
j Partióse Israel con todo cuanto
1 sés y Efraim. 21 Hijos de Benjamín:
41) tenía, y al llegar a Berseba Bela, Bajor, Asbel, Gera, Namán,
ofreció sacrificios al Dios de su padre Eji, Ros, Mafim, Jufim y Ared.
22
Isac. 2 Dios habló a Israel en una Estos son los hijos de Raquel, que
visión nocturna, diciéndole: «Jacob, le nacieron a Jacob: en total catorce
Jacob», y él contestó: «Heme aquí», personas.
3
le dijo: «Yo soy el Dios fuerte,
y 23
Hijos de Dan: Jusim. 24 Hijos de
el Dios de tu padre: no temas bajan Neftalí, Jajsiel y Guni, Jeser y Sa-
a Egipto, pues yo te haré allí un lem. 25 Estos son los hijos de Bala,
gran pueblo. 4 Yo bajaré contigo a! que dió Labán a Raquel, su hija, y
Egipto y te haré volver a subir/ le nacieron a Jacob. En todo, siete
6 José te cerrará los ojos.» Levantóse! personas. 28 El total de las pesonas
Jacob y dejó a Berseba, y los hijos! que vinieron con Jacob a Egipto,
de Israel pusieron a Jacob, su padre, procedentes de él, sin contar las
y a sus mujeres e hijos, en los carros
1

mujeres de sus hijos, era de setenta


que había mandado el Faraón para y seis. 27 Los hijos de José nacidos
transportarlos. 6 Lleváronse también en Egipto eran dos. El total de las
sus ganados y los bienes que habían! personas de la familia de Jacob
adquirido en la tierra de Canán, y| que vinieron a Egipto fué de setenta.
28 Jacob había mandado delante
Jacob se encaminó a Egipto con toda:
su familia. 7 Llevó con él a Egipto de él a Judá, para que se presentase
a sus hijos y a los hijos de sus hijos,] a José, y se informase acerca de
a sus hijas y a los hijos de sus hijas;
1

Gosen; y ílegado a la tierra de Gosen,


29
toda su familia entró con él en; hizo José preparar su carro, y
Egipto. 8 He aquí los nombres de, subiendo en él se fué a Gosen al
los hijos de Israel que llegaron a encuentro de Israel, su padre. En
Egipto: Jacob y sus hijos (1): el! cuanto le vió, se echó a su cuello,
primogénito de Jacob, Rubén. 9 Hijos, y lloró largo tiempo sobre su cuello.
de Rubén: Janoc, Falú, Jesrón y 30 Israel dijo a José: «Ya puedo
Carmi. 10 Hijos de Simeón: Jamuei, morir, pues he visto tu rostro y vives
todavía.» 31 José dijo a sus hermanos
(i) Enumérame sin distinción todos los y a la familia de Jacob: «Voy a
hijos de Jacob; y sin distinción, en cuanto a la
subir a dar noticia al Faraón: han
condición de la madre, entrarán luego a parti-
cipar en la herencia paterna, siguiéndose en
venido mis hermanos y toda la casa
esto no el derecho caldeo, sino el derecho del de mi padre, que estaban en la tierra
desierto . de Canán. 32 bon pastores, y tienen
GÉNESIS, 47 55

rebaños de ovejas y bueyes que con cambio de trigo todo cuanto dinero
todo lo suyo han traído consigo. había en la tierra de Egipto y en la
33 Cuando el Faraón os llame tierra de Canán, e hizo entrar el di-
y os
pregunte: ¿cuál es vuestra ocupación?, nero en la casa del Faraón. 15 Cuando
34 le diréis, tus siervos somos gana- se acabó el dinero en la tierra de
deros desde nuestra infancia hasta Egipto y en la tierra de Canán, venían
-
ahora, nosotros y nuestros padres; todos los egipcios a José, diciéndole:
para que habitéis en la tierra de Cosen, «Danos pan. ¿Vamos a morir en tu
porque los egipcios abominan de todos presencia? Mira que nos falta dinero.»
16 José les dijo: «Puesto que os falta
los pastores.»
dinero, traedme vuestros ganados, y
•JT Fué José a anunciar al Faraón:
1 os daré pan a cambio de ellos. 17 Tra-
«Mi padre y mis hermanos, con jeron sus ganados, y José les dió pan
sus rebaños, susganados y cuanto tie- a cambio de caballos, rebaños de ove-
nen, han venido de la tierra de Canán, jas y bueyes, y de asnos. Aquel año
y están en la tierra de Cosen." 2 Ha- los proveyó de trigo a cambio de
biendo llevado consigo a cinco de todos sus ganados. 18 Pasado éste,
sus hermanos, se los presentó al vinieron al siguiente, y le dijeron:
Faraón; 3 y el Faraón les preguntó: «No que
se le oculta a nuestro señor
«¿Cuál es vuestra ocupación?» Ellos se nos ha acabado el dinero, y que le
respondieron: «Nosotros, tus siervos, hemos dado nuestros ganados; ni a
somos ganaderos desde nuestra infan- nuestro señor se le oculta que no nos
cia hasta ahora, y lo mismo fueron queda más que nuestro cuerpo y
19
¿Vamos a perecer
nuestros padres.» 4 Dijéronle tam- nuestras tierras.
bién: «Hemos venido para peregri- ante ti nosotros
y nuestras tierras?
nar por esta tierra, pues no tenemos Cómpranos y compra nuestras tie-
pasto para nuestros rebaños, por ser rras por pan; seremos nosotros y
grande el hambre en la tierra de nuestras tierras esclavos del Faraón;
Canán. Permite, pues, que habiten y danos para sembrar, para que po-
tus siervos en la tierra de Cosen.» damos vivir, y no muramos y no se
5
El Faraón dijo a José: «Tu padre queden yermas nuestras tierras.
20 José adquirió para el Faraón todas
y tus hermanos han venido; 6 tienes
a tu disposición toda la tierra de las tierras de Egipto, pues los egip-
Egipto; establece a tu padre y a tus cios, obligados por el hambre, ven-
hermanos en lo mejor de la tierra; dieron cada uno su campo, y la tierra
que habiten en la tierra de Cosen; vino a ser propiedad del Faraón, 21 y
y si sabes que hay entre ellos hombres sometió a la servidumbre del Faraón
capaces, hazlos jefes de los ganados tierras y pueblos, desde el uno al
que tengo.» 7 José hizo venir a su otro extremo de la tierra de Egipto.
padre y le presentó al Faraón. Jacob 22
Sólo dejó de comprar las tierras a
saludó al Faraón, 8 y éste le preguntó: los sacerdotes, porque éstos recibían
«¿Cuántos años tienes?» 9 Y Jacob del Faraón una porción, y no tuvie-
contestó: «Ciento treinta son los ron que vender sus tierras. 23 dijo Y
años de mi peregrinación. Corta y José al pueblo: «Hoy os he comprado
mala ha sido mi vida, y no llega al para el Faraón, a vosotros y a vues-
tiempo de la peregrinación de mis tras tierras. Ahí tenéis para sem-
padres.» 10 Jacob saludó de nuevo al brar; sembrad vuestras tierras. 24 Al
Faraón, y se retiró de su presencia. tiempo de la recolección daréis el
11
José estableció a su padre y a quinto al Faraón, y las otras cuatro
sus hermanos, asignándoles una pro- partes serán para vosotros, para sem-
piedad en la tierra de Egipto, en brar y para manteneros vosotros, los
la mejor parte de la tierra, en el dis- de vuestra casa y vuestras familias.»
trito de Rameses, como lo había 25
Ellos le dijeron: «Nos das la vida.
mandado el Faraón, 12 y proveyó Que hallemos gracia a los ojos de
de pan a su padre y a sus hermanos y nuestro señor, y seremos siervos del
a toda la casa de su padre, según Faraón.» 26 Dió José una ley, que to-
el número de las familias. davía hoy subsiste, por la cual perte-
13 Ya no
había pan en toda aquella nece al Faraón el quinto del producto
tierra, pues el hambre era muy de las tierras de Egipto. Sólo las tierras
grande, y el Egipto y la tierra de de los sacerdotes no son del Faraón.
Canán eslaban exhaustos por el 27 Habitó Israel
en la tierra de
hambre. 14 José llegó a recoger a Egipto, en la región de Cosen, y
56 GÉNESIS, 48, 49

adquirieron allí posesiones, creciendo sacó de entre las rodillas de su padre


28 Vi-
y multiplicándose grandemente. y postrándose ante él en tierra, 13 los
vió Jacob en la tierra de Egipto die- cogió, a Efraím a su derecha y a la
cisiete años, siendo todos los días de izquierda de Israel, y a Manasés a
su vida ciento cuarenta y siete años. su izquierda, y a la derecha de Israel,
29
Cuando los días de Israel se acer- y los hizo acercarse. 14 Israel extendió
caban a su fin, llamó a su hijo José su mano derecha y la puso sobre la
y le dijo: «Si he hallado gracia a tus cabeza de Efraím, que era el menor,
ojos, pon, te lo ruego, la mano bajo y su izquierda sobre la cabeza de
mi muslo, y ten conmigo favor y Manasés. De intento lo hizo, pues
fidelidad. No me sepultes en Egipto. Manasés era el primogénito. 15 Ben-
30 Cuando me duerma con mis padres, dijo a José, diciendo: «Que el Dios
sácame de Egipto y sepúltame en sus en cuya presencia anduvieron mis
sepulturas.» José le respondió: «Haré padres, Abraham e Isac, el Dios que
lo que me dices.» 31 «Júramelo», dijo me ha sustentado desde que existo
Jacob. José se lo juró, e Israel sel hasta hoy, 16 que el ángel que me ha
postró sobre la cabecera del lecho. librado de todo mal, bendiga a estos
niños. Que se llamen con mi nombre
Bendice Jacob a los hijos de José. y con el nombre de mi padre Abraham
e Isac, y se multipliquen grandemente
1
Después de todo esto, vinie- en medio de la tierra » 17 José, al
ron a decir a José: «Mira que tu ver que su padre ponía su mano
padre está enfermo»; y cogió José derecha sobre la cabeza de Efraím,
consigo a sus dos hijos, Manasés y se disgustó; y tomando la mano de
Efraím. 2 Anunciáronlo a Jacob, di- su padre de sobre la cabeza de Efraím,
ciéndole: «Mira que tu hijo José viene para ponerla sobre la de Manasés,
a verte»; y haciendo un esfuerzo, se 18 le dijo: «No es así, padre mío, pues
sentó en el lecho. 3 Después dijo a el primogénito es éste; pon la mano
José: «El Dios omnipotente se me derecha sobre su cabeza.» 18 Pero su
apareció en Luz, tierra de Canán,| padre rehusó, diciendo: «Lo sé, nijo
y me bendijo diciendo: 4 «Yo te acre-I mío, lo sé; también él será un pueblo,
centaré y te multiplicaré, y te haré! también él será grande; pero su her-
un conjunto de pueblos, y daré estaj mano menor será más grande que él,
tierra a tu descendencia después del y su descendencia vendrá a ser más
ti, para que por siempre la posea. muchedumbre de pueblos.» 20 Los
6 Los dos hijos, que antes
de mi ve-¡ bendijo, pues, Israel aquel día, di-
nida a ti a la tierra de Egipto te na-\ ciendo: «Por ti bendecirán a Israel,
cieron en ella, serán hijos míosJ diciendo: hágate Dios como a Efraím
Efraím y Manasés serán hijos míos y Manasés.» Y puso a Efraím antes
como lo son Rubén y Simeón; * pero de Manasés.
21 Israel dijo
los que tú has engendrado después a José: «Yo voy a
de ellos serán tuyos, y bajo el nom- morir, pero Dios estará con vosotros,
bre de sus hermanos serán llamados y os reconducirá a la tierra de nues-
a la herencia.7
A mí, cuando volvía tros padres. 22 Te doy a ti, a más
de Padan Arán se me murió Raquel de lo de tus hermanos, una parte que
en el camino en la tierra de Canánj yo tomé a los amorreos con mi espa-
a distancia de un quibrat de Efrataj da y mi arco.»
y allí la sepulté en el camino de!
Efrata, que es Belén.» Itendicc Jacob a sus hijos y muere»
8
Vio Israel a los hijos de José, y
preguntó: «¿Quiénes son éstos?' 8 José ^() 1
Jacob llamó a sus hijos, y
respondió a su padre: «Son mis hijos, les dijo (1): «Reunios, que os voy
los que me ha dado Dios aquí.»! a anunciar lo que os sucederá a lo
«Hazlos que se acerquen, te ruego,| último de los días.
para que yo los bendiga.» 10 Los ojos!
de Israel se habían oscurecido por la (i) Las bendiciones de lacob, más que a
edad, y no podía ya ver. José hizo las personas de sus hijos, miran a las tribus de
que se acercaran a él, y él los besó ellos descendientes. Tienen algún paralelo en
las bendiciones de Moisés. (Deut. 33.) El texto
y los abrazó, 11 diciendo a José: «Yo ha sufrido mucho y es de muy dudosa y difícil
no creí ver ya más tu rostro, y he interpretación. Aun teniendo que recurrir a
aquí que Dios me ha dejado verte a veces a la conjetura para su restitución, damos
ti y también tu prole.» 12 José los lo que mis probable nos parece.
GÉNESIS, 49 57

2 Reunios y escuchad, hijos de Como tribu de Israel.


17
Jacob, Es Dan como serpiente en el ca-
Escuchad a Israel, vuestro padre. mino,
3 Rubén, tú eres mi primogénito, Como víbora en el sendero,
Mi fuerza y el fruto de mi primer Que mordiendo los talones al ca-
vigor, ballo,
Cumbre de dignidad y cumbre de Hace caer hacia atrás caballero.
al
18 Tu salvación espero, joh Yave!
fuerza.
4 Herviste como el agua. No ten- 19
Gad: Salteadores le asaltan,
drás la primacía, porque subiste al Y él les pica los talones.
20 Aser: Su pan es suculento,
lecho de tu padre.
Cometiste entonces una profana- Hará las delicias de los reyes.
21 Neftalí
ción: Subió a mi lecho. es un terebinto, que echa
6 Simeón y Leví son hienas. Ins- muchas ramas,
trumentos de violencia son sus es- Ramas altas y espléndidas.
22
padas. José es un novillo hacia la fuente,
* No entre mi alma en sus desig- A la fuente se encamina,
23
nios, y no se una a ellos mi apro- Los arqueros le hostigan,
bación, Los tiradores de saetas le atacan,
24 Pero la cuerda de su arco se
Porque en su furor degollaron hom-
bres y caprichosamente desjarretaron rompe,
toros. Y su poderoso brazo se encoge,
7
Maldita sü cólera, por violenta, Por el poderío del fuerte de Jacob,
Maldito por cruel, su furor. Por el nombre del pastor de Is-
Yo los dividiré en Jacob y los dis- rael.
persaré en Israel. 25 En el Dios de tu padre hallarás
8 Tú eres en verdad Judá; te ala- tu socorro,
barán tus hermanos, En El-Sadai, que te bendecirá
Y tu mano pesará sobre la cerviz Con bendiciones del cielo arriba,
de tus enemigos. Bendiciones del abismo abajo,
Postraránse ante ti los hijos de Bendiciones del seno y de la ma-
tu padre. triz;
26
9
Cachorro de león, Judá, de la Las bendiciones de tu padre y
presa subes, hijo mío; de tu madre,
Posando, te agachas como león, Sobrepasan a las bendiciones de
como leona. mis progenitores.
¿Quien le hostigará para que se Suben por encima de los eternos
levante? i
collados.
10 No faltará de Judá el cetro, Que caigan sobre la cabeza de
Ni de entre sus pies el báculo, ¡
José,
Hasta que venga aquél cuyo es, Sobre la frente del príncipe de sus.
Y a él darán obediencia los pueblos. hermanos.
11
Atará a la vid su pollino, 27 Benjamín es lobo rapaz,

A la vid generosa el hijo de la Que a la mañana devora la presa,


asna; Y a la tarde reparte los despo-
Lavará en vino sus vestidos, jos.»
Y en la sangre de las uvas su ropa. 28
éstas son las tribus deTodas
12 Brillan por el vino sus ojos, doce, y esto es lo que les
Israel,
Y de la leche blanquean sus dien-
habló su padre, bendiciéndolos a cada
j

tes. juno con una bendición. 29 Después les


13 Zabulón habitará la costa de! ¡mandó: «Yo voy a reunirme con mi
mar, pueblo; sepultadme con mis padres
La costa de las naves, en la caverna que está en el campo
Y tendrá su flanco junto a Sidón. de Efrón, el geteo, 30 en la caverna
14 Isacar
es un robusto asno, del campo de Macpela, frente a Mam-
Que descansa en sus establos. bre, que es la caverna que compró
18 Vió que su lugar de reposo era Abraham
a Efrón, el geteo, con su
bueno, campo, para tener sepultura de su
Y que era deleitosa la tierra, propiedad. 31 Allí están sepultados
Y prestó sus lomos a la carga, Abraham y Sara, su mujer, Isac y
Y hubo de servir como tributario. Rebeca, su mujer, y allí sepulté yo
18 Dan juzgará a su pueblo, a Lia. 32 El campo y la caverna que
58 GÉNESIS, 50
en él hay fueron comprados a los la tierra de Canán, y sepultándole en
hijos de Get. » 33 Y
cuando acabó la caverna del campo de Macpela, que
Jacob de dar estas órdenes a sus había comprado Abraham con el cam-
hijos, juntó sus pies en el lecho, y po de Efrón, el geteo, para tener sepul-
expiró, yendo a reunirse con su tura de su propiedad, frente a Mambre.
pueblo. 14 Después
de haber sepultado a
su padre, José se volvió a Egipto
con sus hermanos y cuantos habían
Sepultura de Jacob. subido con él para sepultar a su
padre.
rn 1
Cayó José sobre el rostro de 15 Cuando los hermanos
de José
OU su padre, y lloró sobre él y le vieron que había muerto su padre,
besó. 2
Mandó José a los médicos se dijeron: «¿Si nos guardará rencor
que tenía a su servicio embalsamar José, y nos devolverá todo el mal que
a su padre, y los médicos embalsa- le hemos hecho?» 16 Y dijeron a José:
maron a Israel, 3 empleando en ello «Tu padre, antes de morir, nos mandó
cuarenta días,, ya que éste es el que te dijéramos: 17 Perdona el cri-
tiempo que se emplea para embal- men de tus hermanos y su pecado,
samar. Los egipcios hicieron duelo pues ciertamente te han hecho mucho
por él durante sesenta días. mal; pero, por favor, te ruego, per-
4
Pasados los días del duelo, habló dona ya el crimen de los servidores
José a las gentes de la casa del del Dios de tu padre. » José lloró al
Faraón, diciéndoles: «Si he hallado 18 Sus hermanos vinieron
oírlos. a
gracia a vuestros ojos, haced llegar prosternarse ante él, y le dijeron:
«Somos tus siervos.» 19
esto, os lo ruego, a oídos del Faraón: El les dijo:
5
Mi padre me hizo jurar, diciendo: «No temáis. ¿Estoy yo acaso en el
«Voy a morir; sepúltame en la sepul- lugar de Dios? 20 Vosotros creíais
tura que yo he hecho para mí en la hacerme mal, pero Dios ha hecho de
tierra de Canán. Que me permita, él un bien, cumpliendo lo que hoy
pues, subir a sepultar a mi padre, sucede, de poder conservar la vida
y volveré.» 6 Y
le contestó el Faraón: de un pueblo numeroso. 21 No temáis,
«Sube y sepulta a tu padre, según tu pues; yo seguiré manteniéndoos a
juramento.» 7 Subió, pues, José a vosotros y a vuestros niños.» Así los
sepultar a su padre; y subieron con consoló, hablándoles al corazón. 22 Ha-
él todos los servidores del Faraón, bitó José en Egipto, él y la casa de
los ancianos de su casa y los ancianos su padre. 23 Vivió ciento diez años,
de Egipto, 8 toda la casa de José, y vió a los hijos de Efraím hasta la
sus hermanos, y la casa de su padre, tercera generación; también recibió
no dejando en la tierra de Gosen sobre sus rodillas, al nacer, hijos de
más que a los niños, las ovejas y los Maquir, hijo de Manasés.
bueyes. • José llevaba también con-
sigo carros y caballeros, así que el
cortejo era muy grande. 10 Llegados Murrio de José.
a la era de Atod, que está al otro
lado del Jordán, hicieron allí muy 24
José dijo a sus hermanos: «Voy
grande llanto, e hizo José un duelo a morir, pero Dios ciertamente os
de siete días por su padre. 11 Los visitará y os hará subir de esta tierra,
moradores de la tierra, los cananeos, a la tierra que juró a Abraham, Isac
al ver este duelo en la era de Atod, y Jacob.» 2i H
izo jurar José a los
se dijeron: «Gran duelo éste de los hijos de Israel, diciéndoles: «Cierta-
egipcios»; por eso se dió el nombre mente os Dios, y entonces
visitará
de Abel Misraim a este lugar, que llevad de aquí mis huesos.» 26 Murió
está al lado de allá del Jordán. 12 Los José en Egipto r los ciento diez años,
hijos de Jacob hicieron con su padre lo y fué embalsamado y puesto en un
que él había mandado, 13 llevándole a ataúd de Egipto.
ÉXODO
EXODO
Dura servidumbre de Israel en rosos trabajos en la edificación de
Egipto. Pitom y Rameses, ciudades almace-
nes del Faraón. 12 Pero cuanto más
I
1
Estos son, pues, los nombres se les oprimía, tanto más crecían y
de los hijos de Israel, que vinie- se multiplicaban, y llegaron a detes-
ron a Egipto con Jacob, cada uno tar mucho a los hijos de Israel.
con su casa. 2 Rubén, Simeón, Leví 13 Sometieron los egipcios a los hijos
y Judá; 3 Isacar, Zabulón y Benja-| de Israel a cruel servidumbre, 14 ha-
mín; 4 Dan y Neftalí: Gad y Aser. ciéndoles amarga la vida con rudos
6
Eran todas las almas salidas del trabajos de mortero, de ladrillos y
muslo de Jacob, setenta y dos. José del campo, obligándolos cruelmente
estaba en Egipto. 6 Murió José, y a hacer cuanto les exigían. 15 Ordenó
murieron sus hermanos y toda aquella el rey de Egipto a las parteras de
generación. 7 Los hijos de Israel los hebreos, de las cuales una se
habían crecido y se habían multi- llamaba Sifra y la otra Fuá, dicién-
plicado, llegando a ser muchos en doles: 16 «Cuando asistáis al parto
número y muy poderosos, y llenaban a las hebreas, y al lavar la criatura
aquella tierra. 8 Alzóse en Egipto- un veáis que es niño, le matáis; si es
rey nuevo, que no sabía de José, y niña, que viva.» 17 Pero las parteras
dijo a su pueblo: 9 «Los hijos de Is- eran temerosas de Dios y no hacían
rael forman un pueblo más numeroso lo que les había mandado el rey d«
y más poderoso que nosotros. 10 Te- Egipto, sino que dejaban con vida a
nemos que obrar astutamente con él, los niños. 18 El rey de Egipto las
para impedir que siga creciendo y mandó llamar y les dijo: «¿Por qué
que, si sobreviene una guerra, se habéis hecho eso de dejar con vida
una contra nosotros a nuestros ene- a los niños?» 19 Y le dijeron las par-
migos y logre salir de esta tierra.» teras al Faraón: «Es que no son las
II
Pusieron, pues, sobre ellos capata- hebreas como las mujeres egipcias.
ces, para que los oprimiesen con one- Son más robustas, y antes que llegue
02 ÉXODO, 2, 3

la partera ya han parido.» 20 Y favo- tarme, como mataste al egipcio?»


reció Dios a las parteras, y el pueblo Moisés se atemorizó, y se dijo: «Es
seguía creciendo y multiplicándose. que la cosa se sabe.»
21
Por haber temido a Dios las par-
teras, prosperó sus casas. 22 Mandó,
él
pues, el Faraón a todo su pueblo Huida de Moisés a Madián.
que fueran arrojados al río cuantos
niños nacieran a los hebreos, preser- 15 El Faraón supo lo que había pa-
vando sólo a las niñas. sado, y buscaba a Moisés para darle
muerte; pero éste huyó del Faraón
y se refugió en la tierra de Madián.
Nacimiento de Moisés. le Estando sentado junto a un pozo

siete hijas que tenía el sacerdote de


O 1
Habiendo tomado un hombre Madián vinieron a sacar agua y llenar
de la casa de Leví una mujer de los canales, para abrevar el ganado
su linaje, 2 concibió ésta y parió un de su padre. 17 Llegaron unos pas-
hijo, y viéndole muy hermoso, le tores y las echaron de allí, pero
tuvo oculto durante tres meses. 3 No Moisés se levantó, salió en defensa
pudiendo tenerle ya escondido más de las jóvenes, y abrevó su ganado.
tiempo, cogió una cestilla de papiro, 18 De vuelta ellas
a la casa de Raguel :

la calafateó con betún y pez, y po- su padre, les preguntó éste: «¿Cómo
niendo en ella al niño, la dejó entrevenís hoy tan pronto?» 19 Ellas res-
pondieron: «Es que un egipcio nos
las plantas de papiro de la ribera del
río. 4 La hermana del niño estaba ha librado de la mano de los pas-
a poca distancia, para ver lo que tores, y aun él mismo se puso a sacar
pasaba. 5 Bajó la hija del Faraón agua y abrevó nuestro ganado.
a bañarse en el río, y sus doncellas 80 Dijo él a sus hijas: «¿Y dónde está?
se pusieron a pasear por la ribera. ¿Por qué habéis dejado allí a esc
Vio la cestilla entre las plantas de hombre? Id a llamarle, para que
papiro, y mandó a una de sus don- coma algo.» 21 Moisés accedió a que-
darse en casa de aquel hombre, que
cellas que la trajera. * Al abrirla, vió
al niño que lloraba, y compadecida le dió por mujer a su hija Séfora.
22 Séfora parió un hijo a quien llamó
del niño dijo: «Es un hijo de los
hebreos.» 7 La hermana del niño dijo él Gersam; pues dijo: «Extranjero
soy en tierra extranjera.»
entonces a la hija del Faraón: «¿Quie-
23 Pasado mucho tiempo, murió el
res que vaya a buscarte entre las
mujeres de los hebreos una nodriza, rey de Egipto, y los hijos de Israel
para que críe al niño?» 8 «Ve», le seguían gimiendo bajo dura servi-
dijo la hija del Faraón, y la joven dumbre, y clamaron. Sus gritos, arran-
fué a llamar a la madre del niño. cados por la servidumbre, subieron
9
La hija del Faraón le dijo: «Toma hasta Dios. 24 Dios oyó sus gemidos,
este niño, críamelo, y yo te daré y se acordó de su alianza con Abraham,
tu merced.» La mujer tomó al niño Isac y Jacob. 25 Miró Dios a los
10
y le crió. Cuando fué grandecito, hijos "de Israel, y atendió.
se lo llevó a la hija del Faraón y
fué para ella como uno de sus hijos.
I.a visión de la zurza que ardía
Dióle el nombre de Moisés; pues se
bin consumirse.
dijo: «De las aguas le saqué.»
11 Cuando
ya fué grande Moisés,
salía a ver a sus hermanos, siendo 3 1
Apacentaba Moisés el ganado
testigo de la opresión en que estaban; de Jetro, su suegro, sacerdote de
y un día vió cómo un egipcio mal- Madián. Llevólo más allá del de-
trataba a uno de sus hermanos, a un sierto; y llegado al monte de Dios,
hebreo; 12 miró a uno y otro lado, Horeb, 2 se le apareció el ángel de
y no viendo a nadie, mató al egipcio Yave en llama de fuego, de en medio
y le enterró en la arena. 13 Salió de una zarza. Veía Mo.sés que la
también al día siguiente, y vió a zarza ardía y no se consumía, 3 y se
dos hebreos riñendo, y dijo al agre- dijo: «Voy a ver qué gran visión es
sor: «¿Por qué maltratas a tu próji- ésta, y por qué no se consume la
mo?, 14 y éste le respondió: «¿Y quién zarza.» 4 Vió Yave que se acercaba
te ha puesto a ti como jefe y juez para mirar, y 6 Dios le llamó de
entre nosotros? ¿Ks que quieres ma- en medio de la zarza: «(Moisésl» El
ÉXODO, 4 63

19
respondió: «Heme aquí.» Dios le dijo: Bien sé yo que el rey de Egipto no
«No te acerques. Quita las sandalias os permitirá ir, sino en mano pode-
de tus pies, que el lugar en que estás rosa. 20 Pero yo tenderé la mía, y
6
es tierra santa»; y añadió: «Yo soy castigaré a Egipto con toda suerte
el Dios de Abraham, el Dios de Isac, de prodigios, que obraré en medio
el Dios de Jacob.» Moisés se cubrió de ellos; y después os dejará salir.
el rostro, pues temía mirar a Dios.
21
Yo haré que halle el pueblo gracia
7
Yave le dijo: «He oído los gritos a los ojos de los egipcios; y cuando
que le arranca su opresión, y conozco salgáis, no saldréis con las manos
sus dolores. 8 He bajado para librarle vacías, 22 sino que cada mujer pedirá
de las manos de los egipcios y subirle a su vecina y a la que vive en su cas:i
de esa tierra a una tierra fértil y objetos de plata, objetos de oro y
espaciosa, una tierra que mana leche vestidos, que pondréis vosotros a
y miel, la tierra que habitan cananeos, vuestros hijos y a vuestras hijas, y
geteos, amorreos, fereceos, jeveos y os llevaréis los despojos de Egipto.»
jebuseos. 9 El clamor de los hijos de
Israel ha llegado ya hasta mí, y he 1
Moisés respondió: «No me van
visto la opresión que sobre ellos hacen 4 a creer, no me van a escuchar;
pesar los egipcios. 10 Ve, pues; yo te en- me dirán que no se me ha aparecido
vío al Faraón, para que saques a mi Yave.» 2 Yave le dijo: «¿Qué es lo
pueblo, a los hijos de Israel, de Egipto.» que tienes en la mano?» El respon-
11 Moisés dijo a Dios: «¿Y quién dió: «Un cayado.» 3 «Tíralo a tierra»,
soy yo para ir al Faraón y sacar de le dijo Yave. El lo tiró, y el cayado
Egipto a los hijos de Israel?» 12 Dios se convirtió en serpiente, y Moisés
le dijo: «Yo estaré contigo; y para corrió de ella. * Yave dijo a Moisés:
señal de que soy yo quien te envía, Extiende la mano, y cógela por la
cuando hayas sacado de Egipto al cola.» Moisés tendió la mano y la
pueblo, sacrificaréis a Dios sobre esté cogió, y la serpiente volvió a ser
mismo monte.» 13 Mo'sés dijo a cayado en su mano. 5 «Para que crean
Dios: «Pero, si voy a los hijos de que se te ha aparecido Yave, el
Israel y les digo: el Dios de vuestros Dios de sus padres, el Dios de Abraham,
padres me envía a vosotros, y me Isac y de Jacob.»
6
preguntan cuál es su nombre, ¿qué Díjole además Yave: «Mete tu
voy a responderles?» 14 Y Dios dijo mano en tu seno.» Metióla él, y
a Moisés: «Yo soy el que soy. Así cuando la sacó estaba cubierta de
responderás a los hijos de Israel: El lepra, como la nieve. 7 Yave le dijo:
que es, Yave, me manda a vosotros.» «Vuelve a meterla.» El volvió a me-
15
Y prosiguió: «Esto dirás a los hijos terla, y cuando después la sacó
de Israel: Yave, Dios de vuestros estaba la mano como toda su carne.
padres, el Dios de Abraham, de Isac 8 «Si no te creen a la primera señal,
y de Jacob, me manda a vosotros. te creerán a la segunda; 9 y si ni aun
Este es para siempre mi nombre; a esta segunda creyeran, coges agua
éste mi nombre, de generación en del río, y la derramas en el suelo,
generación. 16 Ve, reúne a los ancia- y el agua que cojas se volverá en el
nos de Israel, y diles: Yave, Dios de suelo sangre.» 10 Moisés dijo a Yave:
vuestros padres, el Dios de Abraham, «Pero, Señor, yo no. soy nombre de
de Isac y de Jacob, se me ha apa- palabra fácil, y esto no es ya de ayer
recido y me ha encomendado que os ni de anteayer, y aun ahora, que
diga: Os he visitado, y he visto lo te estoy hablando, se me traba la len-
que hacéis en Egipto, 17 y he dicho: gua. » 11 Yave le respondió: «Y ¿quién
Yo os sacaré de la opresión de los ha dado al hombre la boca, y quién
egipcios, y os subiré a la tierra de hace al sordo y .al mudo, al que ve
los cananeos, de los geteos, de los y al ciego? ¿No soy por ventura yo,
amorreos, de los fereceos. de los Yave? 12 Ve, pues, yo estaré en tu
jeveos y de los jebuseos,' a una tierra boca y te enseñaré lo que has de
que mana leche y miel. 18 Ellos te decir.» 13 Moisés replicó: «¡Ah, Señor!,
escucharán, y tú, con los ancianos manda tu mensaje, te lo pido, por
de Israel, irás al rey de Egipto, y mano del que debas enviar.» 14 En-
le diréis: Yave, Dios de los hebreos, cendióse entonces en cólera Yave
nos llama. Deja, pues, que vayamos contra Moisés, y le dijo: «¿No tienes
camino de tres días por el desierto, a tu hermano Arón, el levita? El es
para sacrificar a Yave, nuestro Dios. de fácil palabra. Al encuentro te
64
ÉXODO, 5

sale, y al verte sealegrará su corazón. lo que Yave le había dicho, al enco-


16 Habíale
a
él,y pon en su boca [mendarle la misión, y todos los pro
las palabras, y yo estaré en tu boca jdigios que le había mandado hacer.
y en la suya, y os mostraré lo que 29 Prosiguieron Moisés y Arón su
habéis de hacer. 16 El hablará por camino; y llegados, reunieron a los
ti al pueblo y te servirá de boca, y tú ancianos de Israel. 30 Arón refirió todo
le servirás a él de Dios. 17 El cayado lo que Dios había dicho a Moisés,
que tienes en la mano, llévalo, y con y éste hizo los prodigios a los ojos
él harás las señales.» del pueblo. 81 El pueblo creyó, y al
ver que Yave había visitado a los
hijos de Israel y había atendido a
Vuelta do Moisés a Erjipto. su aflicción, postrándose, le adoraron.

18
Fuése Moisés, y de vuelta a casa
de su suegro, le dijo: «Hazme el Moisés
favor de dejarme partir, a ver a mis y Arón delante del Faraón.
hermanos de Egipto, si viven toda- _ 1 Presentáronse Moisés y Arón
vía.» .Tetro dijo a Moisés: «Vete en O al Faraón, y le dijeron: «He aquí
paz.» 19 En tierra de Madián dijo lio que dice Yave, Dios de Israel:
Yave a Moisés: «Ve, retorna a ¡deja ir a mi pueblo para que me
Egipto, pues han muerto ya los que ofrezca sacrificios en el desierto.»
i

buscaban tu vida.» í0 Tomó, pues, * Pero el Faraón respondió: «¿Y


Moisés a su mujer y a su hijo, y quién es Yave, para que yo le obe-
montándolos sobre un asno, volvió jdezca, dejando ir a Israel? No co-
a Egipto, llevando en sus manos el jnozco a Yave, y no dejaré ir a Israel.»
cayado de Dios. 21 Yave le dijo: «Al 3 Ellos le dijeron: «El Dios de los
partir para volver a Egipto, ten cuenta hebreos nos llama. Deja, pues, que
de hacer delante del Faraón los pro- vayamos al desierto, tres jornadas
digios que yo he puesto en tu mano. de camino, y ofrezcamos sacrificios
Yo endureceré su corazón (1), y a Yave, para que no venga sobre
no dejará salir al pueblo; M pero tu nosotros peste ni espada.» 4 Pero el
le dirás: Así habla Yave: Israel es rey de Egipto les dijo: «¿Por qué
mi hijo, mi primogénito. 43 Yo te vosotros, Moisés y Arón, distraéis
mando que dejes a mi hijo ir a ser- al pueblo de sus trabajos? Idos al
virme, y si te niegas a dejarle ir, trabajo que os hayan impuesto.)' 6 Y
yo mataré a tu hijo, a tu primogé- se dijo: «Ese pueblo es ya más nume-
nito.» 24 Por el camino, en un lugar roso que el de la región; ¿qué será
donde pasaba la noche, salióle Yave si se le deja holgar, relevándole de
26
a) encuentro, y quería matarle; pero sus trabajos forzados?»
Séfora, cogiendo en seguida un cuchi-
llo de piedra, circuncidó a su hijo,
y arrojo el prepucio a sus pies, di- Lo servidumbre de Israel se agra-
ciendo: «Eres para mí esposo de
28 va eada vez mas.
sangre», y le dejó, diciendo lo de
esposo de sangre por la circuncisión Aquel mismo día dió el Faraón a
*
de su hijo. los capataces de pueblo y a los escri-
27 Yave
dijo a Arón: «Ve al de- bas la orden 7 de no facilitar como
sierto, al encuentro de Moisés.» Par- hasta entonces al pueblo la paja
tió Arón, y encontrándose con su her- para hacer los ladrillos, sino que
mano en el monte de Dios, le besó. fueran ellos a buscarla y recogerla.
28 Moisés dió
a conocer a Arón todo 8
«Pero exigidles la misma cantidad
de ladrillos que antes, sin quitar
ni uno, 9 pues huelgan, y por eso
(i) En la lucha tenaz entablada entre
Moisés y el Faraón, defendiendo éste los inte- gritan: «Tenemos que ir a sacrificar
reses políticos de su pueblo contra la orden a nuestro Dios. Cargadlos de tra-
dada a Moisés por un Dios que él desconocía, bajo, que estén ocupados, y no den
muéstrase el Faraón cada vez más recalci- oídos a embustes.» 10 Fueron, pues,
trante, más endurecido de corazón; y este
los capataces y los escribas, y dije-
endurecimiento, previsto por Dios y ordenado
ron al pueblo: «Oid lo que dice el
por El para hacer muestra de su poder y de su
especial providencia para con Israel, es lo que Faraón: «No os daré en adelante la
expresa la Escritura con la frase tendureció Dios paja; 11 id vosotros mismos a cogerla
el corazón del Faraón' y otras semejantes. donde podáis, pero no se os dismi-
ÉXODO. 6 65

nuirá nada <le la tarea impuesta.» de Israel, que tienen los egipcios
la El pueblo se dispersó por toda la en servidumbre, y me he acordado
tierra de Egipto, en busca de cañas de mi alianza. 8 Di, por tanto, a los
secas de cereales con que hacer la hijos de Israel: «Yo soy Yave, yo os
paja. 13 Los capataces los apremia- libertaré de los trabajos forzados de
ban: «Acabad la tarea impuesta para los egipcios, os libraré de su servi-
cada día, como cuando se os daba la dumbre, y os salvaré a brazo ten-
paja.» 14 Fueron castigados los escri- dido y por grandes juicios. 7 Yo os
bas de los hijos de Israel, que los haré mi pueblo, y seré vuestro Dios,
exactores hablan puesto sobre ellos, y sabréis que yo soy Yave, vuestro
diciéndolcs éstos: «¿Por qué ni ante- Dios, que os librará de la servidum-
ayer, ni ayer, ni hoy, habéis com- bre egipcia, 8 y os introducirá en la
pletado la tarea de ladrillos como tierra que juré "dar a Abraham, a Isac
antes?» 16 Fueron a quejarse al Faraón, y a Jacob, y os la daré en posesión.
diciendo: «¿Cómo haces así con tus Yo, Yave.» 9 Así habló Moisés a
siervos? 16 A tus siervos no se les los hijos de Tsracl, pero ellos no le
da la paja y se nos dice: haced escucharon, por lo angustioso de su
los mismos ladrillos; y azotan a tus dura servidumbre.
que 10 Habló Yave a Moisés,
siervos, siendo el pueblo el falta.» y le dijo:
17 11 «Ve a hablar a Faraón, rey de
El Faraón respondió: «Es que hol-
gáis, holgáis, y por eso decís: «Que- Egipto, para que deje salir a los
18 Id,
remos ir a sacrificar a Ya ve. hijos de Israel fuera de su tierra.»
13
pues, a trabajar; no se os dará la Moisés le respondió: «Los hijos de
paja, y habéis de hacer la misma Israel no me escuchan; ¿cómo va a
cantidad de ladrillos.» 19 Los escribas escucharme el Faraón a mí, que soy
de los hijos de Israel vicronse angus- de labio incircunciso?» 13 Yave habló
tiados por decírseles que no se les a Moisés y a Arón, y les dió órdenes
disminuiría en nada la cantidad de para los hijos de Israel y para el
ladrillos, y que habían de hacer cada Faraón, rey de Egipto, con el fin
20
día la misma tarea. Encontráronse de sacar de Egipto a los hijos de Israel.
con Moisés y Arón, que estaban
esperando a que saliesen de la casa Genealogía de Moisés y Arón.
del Faraón, 21 y les dijeron: «Que
vea Yave y juzgue, pues vosotros 14 Estas son las cabezas de sus
habéis sido causa de que el Faraón linajes: Hijos de Rubén, primogé-
no nos pueda ver, y habéis puesto la es- nito de Israel: Janoc, Falu, Jesrón
pada en sus manos para que nos mate. y Carmi; estos son los linajes de Rubén.
15 Hijos de Simeón: Jamuel, Jasmin

Promesa de liberación. Oad, Jaguin, Sojar y Saúl, hijo de la


cananea: estos son los linajes de Simeón.
22
Entonces Moisés se volvió a 16 He aquí los nombres de los hijos

Yave, diciendo: «Señor, ¿por qué de Leví, con sus linajes: Gersón, Caat
has castigado a este pueblo? ¿Para y Merari. Los años de vida de Leví
qué me lias enviado? 23 Desde que fueron ciento treinta y siete años.
17 Hijos
fui al Faraón para hablarle en tu de Gersón, Lobni y Semei,
nombre, maltrata al pueblo, y tú con sus generaciones. 18 Hijos de
no haces nada por librar a tu pueblo.» Caat: Amran, Jishar, Hebrón y Oriel.
Los años de Caat fueron ciento treinta
C. Yave dijo a Moisés: «Pronto
1
y tres años. 19 Hijos de Merari: Majli
^ verás lo que yo voy a hacer al y ¡Musí. Estos son los linajes de los
Faraón. En mano fuerte los dejará ¡evitas, según sus familias.
20 Amram tomó por mujer
ir, en mano fuerte los echará él mismo a Joza-
de su tierra.» 3 Dios habló a Moisés bed, que le parió a Arón y Moisés.
y le dijo: «Yo soy Yave. Yo me mostré Los años de vida de Amram fueron
a Abraham, a Isac y a Jacob como ciento treinta y siete años. 21 Hijos
El-Sadai, pero no les di a conocer de Jishar: Core, Nefeg y Zicri. 22 Hi-
mi nombre de Yave. * No sólo hice jos de Oziel: Misael, Elisafán y Petri.
23 Arón tomó por mujer
con ellos mi alianza de darles la a Elisabet,
tierra de Canán, la tierra de sus pere- hija de Aminadab, hermana de Naj-
grinaciones, donde habitaron como són, la cual parió a Nadab, Abiu,
extranjeros, 5 sino que ahora he Eleazar e ltamar.
gemidos de 24 Hijos de Core: Aser, Elcana
escuchado los los hijos y
5
Gti ÉXODO, 7

Abiasat. Estas son las familias de res, los magos de Egipto, 18 y tam-
los coreilas. bién ellos echaron cada uno su báculo,
25 tomó por
Eleazar, hijo de Arón, que se convirtieron (1) en serpientes.
mujer a una hija de Futiel, que Pero el de Arón devoró a todos los
parió a Fines. Estos son los jefes de otros. 13 El corazón del Faraón se
los linajes de los levitas, según sus endureció, y no escuchó a Moisés y
familias. Arón, como se lo había dicho Yave.
26 Estos son el Arón y el Moisés
a quienes dijo Yave: «Sacad de Egipto
a los hijos de Israel, según sus escua-
Primera plaga
dras.' 27 Estos son los que hablaron 14 Yave «El corazón
dijo a Moisés:
al Faraón, rey de Egipto, para sacar de) Faraón
ha endurecido y rehusa
se
de Egipto a los hijos de Israel. Estos dejar salir al pueblo. 18 Ve" a verle
son Moisés y Arón. mañana por la mañana. Saldrá para
ir a la orilla de las aguas; tú te estás

Moisés y los magos de Egipto. esperándole a la orilla de las aguas,


tomas en tu mano el cayado que se
28 Cuando habló Yave
a Moisés convirtió en serpiente, 16 y le dices:
en tierra de Egipto, 29 dijo Dios a «Yave, Dios de los hebreos, me manda
Moisés: «Yo soy Yave: di al Faraón, a decirte: Deja ir a mi pueblo para
rey de Egipto," cuanto yo te diga: que me sirva en el desierto. Hasta
30 Y Moisés dijo a Yave: «Yo soy ahora no me has escuchado. 17 Pues
de labios incircuncisos. ¿Cómo va a he aquí lo que dice Yave: Para que
escucharme el Faraón?» sepas que yo soy Yave, voy a gol-
pear con el cayado que tengo en la
H 1
Dijo Yave a Moisés: «Mira, te mano las aguas del río, y se con-
• he puesto como Dios para el Fa- vertirán en sangre. 18 Los peces que
raón, y Arón, tu hermano, será tu hay en el río morirán, el rio se infec-
profeta. Tú le dirás a él lo que yo tará, y los egipcios repugnarán beber
te diga a ti, y Arón, tu hermano, el agua del río» (2).
será tu profeta" 2 Tú dirás lo que yo 18
Yave dijo a Moisés: «Dile a tu
te diga a ti, y Arón, tu hermano, hermano Arón: Toma el cayado, y
se lo dirá al Faraón, para que deje tiende tu mano sobre las aguas de
salir de Egipto a los hijos de Israel. Egipto, sobre sus ríos, sobre sus
3
Yo endureceré el corazón del Fa- canales, sobre sus estanques, y sobre
raón, y multiplicaré mis señales y todas sus reuniones de aguas. Todas
mis prodigios en la tierra de Egipto. se convertirán en sangre, y habrá
4
El Faraón no os escuchará, y yo sangre en todo Egipto, lo mismo en
pondré mi mano sobre Egipto, y los vasos de madera que en los vasos
sacaré de la tierra de Egipto a mis de piedra.» 20 Moisés y Arón hicie-
ejércitos, a mi pueblo, a los hijos de ron lo que Yave les había mandado,
Israel, por grandes juicios. Los egip- y Arón, levantando el cayado, golpeó
cios sabrán que yo soy Yave, cuando las aguas del río a la vista del Faraón
tienda yo mi mano sobre Egipto, y y de todos sus servidores, y toda el
saque de en medio de ellos a los agua del río se volvió sangre. 21 Los
hijos de Israel." • Moisés y Arón peces que había en el río murieron,
hicieron lo que Yave les mandaba; el río se inficcionó, los egipcios no
tal cual se lo mandó, asi lo hicieron. podían beber el agua, y hubo en vez
7
Tenia Moisés ochenta años, y de ella sangre en toda la tierra de
Arón ochenta y tres, cuando hablaron Egipto. 22 Pero los magos de Egipto
8
al Faraón. Yave dijo a Moisés y hicieron otro tanto con sus encanta-
Arón: 9 «Cuando el Faraón os diga:
Haced un prodigio, le dices a Arón: (l) Esto de hacer los sabios y encantadores
Coge tu cayado, y échalo delante egipcios cosas semejantes a las hechas milagro-
del Faraón, y se convertirá en ser- samente por Moisés parece debe tomarse como
piente.» 10 Moisés y Arón fueron al efectos de prestiJigitación, en que los egip-
Faraón e hicieron lo que Yave les cios ya de antiguo y aun ahora son famosos.
habla mandado. Arón arrojó su ca- (a) Las plagas, si exceptuamos la última,
muerte de todos los primogénitos, responden
yado delante del Faraón y de sus la a las calamidades que Egipto padece muy de
cortesanos, y el cayado se convirtió ordinario. Lo milagroso de ellas es el modo
11 Hizo llamar también
en serpiente! de producirlas Moisés y su extraordinaria
k

el Faraón a sus sabios y encantado- gravedad.


ÉXODO, 8 07

mientos, y el corazón del Faraón se Tercera plaga.


endureció, y no escuchó a Moisés y
18 Yave
Arón, como había dicho Yave. 23 El dijo a Moisés: '«Dile a
Faraón se volvió, y entró en su pala- Arón: «Extiende tu cayado, y golpea
cio sin hacer caso. 21 Los egipcios el polvo de la tierra, que se conver-
cavaron en las orillas del rio, para tirá en mosquitos en toda la tierra
buscar agua potable, pues no podían de Egipto.» 17 Hiciéronlo así: Arón
beber las del río. extendió su mano con el cayado y
golpeó el polvo de la tierra, y vinie-
Segunda plaga. ron mosquitos sobre hombres y ani-
males. Todo el polvo de la tierra se
Q 25
Pasaron siete días desde que convirtió en mosquitos en toda la
Yave había herido el río; 1 y tierra de Egipto. 18 Los magos qui-
Yave dijo a Moisés: «Ve a ver al sieron hacer otro tanto con sus encan-
Faraón, y dile: Deja salir a mi pueblo, tamientos, pero no pudieron. Había
para que me sirva. 2
Si rehusas dejarle mosquitos sobre hombres y anima-
ir ; voy a castigar con ranas a toda les, 19 y los magos dijeron al Faraón:
tú tierra. 3 En el río bullirán ranas, «El dedo de Dios está aqui.» Pero
subirán, y penetrarán en tu casa, el Faraón se endureció, y como había
en tu dormitorio y en tu lecho, en dicho Yave, no escuchó.
las casas de todos tus servidores y
de todo tu pueblo, en los hornos y en
las artesas; 4 subirán las ranas sobre Cuarta plaga.
ti, sobre tus servidores y sobre todo
tu pueblo.» 20 Y'ave dijo a Moisés: «Levántate
5
Yave dijo a Moisés: 'Dile a temprano, y preséntate al Faraón,
Arón: extiende tu mano con el enyado al tiempo que sale él para ir a la
sobre los estanques, y haz subir ranas ribera, y dile: «Así habla Yave: Deja
ir a mi pueblo, a que me sirva.
sobre toda la tierra de Egipto.» 21 Si
6
Arón extendió su mano sobre las no dejas ir a mi pueblo, voy a mandar
aguas de Egipto, y subieron las ranas, tábanos contra ti, contra tus servi-
y cubrieron toda la tierra de Egipto. dores y contra tu pueblo, contra tus
7
Pero los magos hicieron otro tanto casas, y se llenarán de ellos las casas
con sus encantamientos, haciendo de los egipcios y la tierra que éstos
subir ranas sobre ¡a tierra de Egipto. habitan; 22 pero distinguiré en ese
8
El Faraón llamó a Moisés y día el país de Cosen donde habita
Arón: 'Pedid a Yave que aleje de mí mi pueblo, y allí no habrá tábanos,
y de mi pueblo las ranas, y dejaré para que sepas que yo soy Yave en
ir al pueblo a sacrificar a Yave.» medio de la tierra. 23 Haré distin-
9
Moisés dijo al Faraón: «Dime cuándo ción entre mi pueblo y el tuyo.
he de rogar por ti, por tus servidores Mañana será esta señal. > 24 Hízolo
y por todo tu pueblo, para que aleje así una muchedumbre
Y'ave, y vino
Yave las ranas de ti y de tus casas, de tábanos sobre la casa del Faraón
y no queden más que en el río.» y las de sus servidores y sobre toda la
10 tierra de Egipto, y se corrompió
«Mañana», respondió él. Moisés
le dijo: «Así será; y para que sepas la tierra por los tábanos. 25 Llamó
que no hay como Yave, nuestro Dios, el Faraón a Moisés y Arón,- y dijo:
11
las ranas se alejarán de ti y de tus «Id y sacrificad a vuestro Dios en
casas, de tus servidores y de tu pue- esta tierra.» 26 Pero Moisés respon-
blo, y no quedarán más que en el dió: «No puede ser así, pues para los
río.» Salieron Moisés y Arón de la egipcios es abominación el sacrificio
casa del Faraón, y Moisés roeó a que nosotros ofrecemos, y si a su
Yave sobre lo que de las ranas había vista lo ofreciéramos, nos apedrea-
prometido al Faraón. 13 Hizo Yave rían. 27 Tenemos que ir por el desierto
como le pedía Moisés, y murieron tres días de camino, para sacrificar
las ranas en las casas, en los atrios y a Yave, nuestro Dios, como él nos
en los campos. 14 Reuniéronlas en diga.» 28 El Faraón contestó: «Yo os
montones, y se infestó la tierra. dejaré que vayáis a sacrificar a Y'ave,
ls
Pero el Faraón, viendo que se le vuestro Dios, en el desierto; pero
daba respiro, endureció su corazón ¡
no os vayáis más lejos y rogad por
y no escuchó a Moisés y Arón, como j
mí.» 29
Moisés respondió: «En sa-
Yave habla dicho. liendo de tu casa, yo rogaré por t.
68 éxodo, y

a Yave, y mañana se alejarán los sencia de Moisés, porque les salieron


I

táñanos del Faraón, de sus servi- tumores como a todos los egipcios.
,

dores y de su pueblo; pero que el 12 Y Yave endureció el corazón del


Faraón no nos engañe más, y per- Faraón, que no escuchó a Moisés y
mita al pueblo ir a sacrificar a Yave. Arón, como Yave se lo había dicho
30 Salió Moisés de casa del Faraón, a Moisés.
31
y rogó a Yave, y Yave hizo lo que
le pedía Moisés, y los tábanos se
alejaron del Faraón, de sus servido-
Séptima plana.
res y del pueblo, sin quedar ni uno.
32 Pero
el Faraón endureció su cora-
zón también esta vez, y no dejó 13
Dijo Yave a Moisés: «Leván-
salir al pueblo. tate temprano, preséntate al Faraón,
y dile: «Así habla Yave, Dios de los
hebreos: Deja ir a mi pueblo a que
Quinta plarja. me sacrifique, 14 porque esta vez
voy a desencadenar todas mis plagas
contra ti, contra tus servidores y
1
Yave dijo a Moisés: «Ve al contra tu pueblo, para que sepas que
9 Faraón, y dile: «Así habla Yave, no hay como yo en toda la tierra.
Dios de los hebreos: deja ir a mi 15 Si yo hubiera tendido mi mano
pueblo a que me sirva. 2 Si rehusas y te hubiera herido con la peste,
dejarlos ir y todavía le retienes, tú y tu pueblo habríais desaparecido
3
caerá la mano de Yave sobre los de la tierra; 16 pero te he dejado con
ganados que están en tus campos; vida, para que por ti brille mi poder,
sobre los caballos, sobre los asnos, y mi nombre sea celebrado en toda
sobre los camellos, sobre los bueyes la tierra. 17 Te opones todavía como
y sobre las ovejas, una peste muy un muro entre mí y mi pueblo para
mortífera. 4 Yave hará distinción no dejarle ir; 18 pues sabe que mañana
entre los ganados de Israel y los a esta hora yo haré llover una grani-
ganados de los egipcios, y nada zada tan fuerte, como no la hubo
perecerá de lo perteneciente a los jamás en Egipto, desde el día en que
hijos de Israel.» 5 Yave fijó el mo- se fundó hasta hoy. 19 Retira, pues,
mento, diciendo: «Mañana hará esto tus ganados y cuanto tienes en el
Yave en esta tierra » Hízolo así Yave campo; cuantos hombres y animales
al día siguiente. Pereció todo el ga- haya en el campo, y si no se retiran
nado de los egipcios, y no murió serán heridos por el granizo y mo-
un solo animal de los ganados de rirán. » 20 Aquellos de los servidores
7
los hijos de Israel. El Faraón se del Faraón que temieron la palabra
informó, y ni un animal de los ga- de Yave, mandaron retirar a su
nados de los hijos de Israel había casa s'ervos y ganados; 21 pero los
muerto. Pero el corazón del Faraón que no atendieron la palabra de
se endureció, y no dejó ir al pueblo. Yave, dejaron a sus siervos y a sus
ganados en el campo.
23 Yave dijo a Moisés: «Tiende tu
mano, para que caiga el granizo en
Sexta platja. toda la tierra de Egipto sobre hom-
bres y animales y sobre todas las
8 Yave dijo a Moisés y Arón: verduras del campo. » 23 Moisés ten-
«Coged un puñado de ceniza de un dió su cayado hacia el cielo, y Yave
horno, y que la tire Moisés hacia el mandó truenos y granizo, y el fuego
ciclo, a la vista del Faraón,
9
para se precipitó sobre la tierra. 84 Yave
!

que se convierta en un polvo fino hizo llover granizo sobre la tierra


'

sobre toda la tierra de Egipto, y pro- de Egipto, y mezclado con el gra-


duzca en toda la tierra de Egipto a nizo cayó fuego; y tan fuerte era el
hombres y animales pústulas erup- granizo, que no lo hubo semejante
tivas y tumores.» 10 Cogieron la en toda la tierra de Egipto, desde
j

25 El
ceniza de un horno, y se presentaron que comenzó a ser un pueblo.
al Faraón. Moisés la tiró hacia el granizo hirió en toda la tierra de
cielo, y se. produjeron en hombres y Egipto cuanto había en los campos,
animaíes pústulas y tumores. 11 Los hombres y animales. Machacó tam
I

magos no pudieron continuar en pre- bien todas las hierbas del campo, y
i
ÉXODO, 10 (¡'.i

destrozó todos los árboles del campo. hasta hoy. » Moisés se retiró y salió
28 Sólo en la tierra de Cosen, donde de la casa del Faraón.
7
habitaban los hijos de Israel, no Dijeron al Faraón sus servidores:
cayó granizo. 27 El Faraón mandó «¿Hasta cuándo vamos a padecer
llamar a Moisés y Arón, y les dijo: este escándalo? Deja a esa gente que
"Esta vez he pecado. Yave es justo, vaya a sacrificar a Yave, su Dios.
28 Rogad ¿Todavía no ves que va a perecer
y yo y mi pueblo, impíos.
a Yave para que cesen los truenos de Egipto?» 8 E hicieron venir a Moisés
Dios y el granizo, y os dejaré ir, y y Arón ante el Faraón, que les dijo:
no quedaréis más aquí.» 29 Moisés' «Id y sacrificad a Yave, vuestro
dijo: «Cuando haya salido de la ciu- I
Dios. ¿Quiénes sois los que habéis
dad, alzaré mis manos a Yave, y de ir?» 9 Dijo Moisés: «Hemos de ir
cesarán los truenos, y dejará de todos, con nuestros niños y nuestros
granizar, para que sepas que de Yave ancianos, con nuestros hijos y nues-
es la tierra, 30 aunque sé que ni tú tras hijas, con nuestras ovejas y
ni tus servidores teméis todavía a nuestros bueyes, porque es la fiesta
Yave, Dios.» 31 El lino y la cebada de Yave.» 10 El Faraón les contestó:
habían sido destrozados, pues la «Así sea Yave. con vosotros, como
cebada estaba todavía en espiga y os dejaré yo ir a vosotros y vuestros
el lino en flor, 32 pero el trigo y hijos. Tened cuidado, pues se ve
la escanda no, por ser tardíos. 33 Moi- que obráis con malicia. 11 No, no,
sés dejó al Faraón, y salió de la id los hombres solos, y sacrificad a
ciudad; alzó sus manos a Yave, y Yave, pues eso fué lo que pedisteis.»
cesaron los truenos y el granizo, y Y en seguida fueron arrojados de la
dejó de llover sobre la tierra. 34 Vien- presencia del Faraón.
12
do el Faraón que habían cesado la Pero Yave dijo a Moisés: «Tiende
lluvia, el granizo y los truenos, acre- tu mano a la tierra de Egipto, para
centó su pecado, 35 y endureció su que venga sobre ella la langosta:
corazón hasta el extremo, y no dejó que suba a Egipto y devore todo
salir a los hijos de Israel, como le lo que dejó el granizo.» 13 Moisés

mandaba Yave por boca de Moisés. tendió su cayado sobre la tierra


de Egipto, y Yave hizo soplar sobre
la tierra ei viento solano durante

Octava plaga. todo el día y toda la noche. A la


mañana el viento solano había traído
la langosta. 14 Subieron por toda la
1 Cí 1
Yave dijo a Moisés: «Ve al tierra de Egipto, y se posaron sobre
Faraón, porque yo he agravado todo el territorio de Egipto en tan
su corazón y el de sus servidores, para gran cantidad, como ni la hubo
obrar en medio de todos las señales ni la habrá nunca. 15 Cubrieron toda
que vas a ver, 2 para que cuentes a la superficie de la tierra, y oscu-
tus hijos y a los hijos de tus hijos recieron la tierra. Devoraron todas
cuán grandes cosas hice yo entre los las hierbas de la tierra, todos los
egipcios, y qué prodigios obré en frutos de los árboles, todo cuanto
medio de ellos, y sepan que yo soy había dejado el granizo; y no quedó
Yave.» 3 Moisés y Arón fueron al nada de verde, ni en los árboles, ni
Faraón, y le dijeron: «Así habla Yave, de las hierbas de los campos, en
Dios de los hebreos: ¿Hasta cuándo toda la tierra de Egipto. 16 El Fa-
no querrás someterte a mí? Deja ir raón llamó en seguida a Moisés y
a mi pueblo para que me sacrifique. Arón, y dijo: «He pecado contra
4 Yave, vuestro Dios, y contra vosotros.
\
Si te resistes y no quieres dejarle,
mañana traeré sobre todo tu terri- 17 Perdonadme por esta vez, y rogad
5
torio la langosta, que cubrirá toda a Yave, vuestro Dios, que aleje de
la tierra, sin que se vea nada de mí esta muerte.» 18 Salió Moisés de
: ella: y devorara todo el resto sal- la presencia del Faraón, y rogó a
. vado del granizo, royendo todos los Yave, 19 y éste hizo dar vuelta al
árboles que crecen en vuestros cam- viento, que sopló muy fuertemente del
pos. 6 Y llenarán tus casas y las ocaso, y arrastrando la langosta, la pre-
; casas de tus servidores y de todos cipitó en el Mar Rojo. No ouedó ni una
los egipcios. Tanta como no la vieron en todo el territorio de Egipto. 20 Pero
ni tus padres, ni tus abuelos, desde Yave endureció el corazón del Faraón
que comenzaron a ser sobre la tierra y éste no dejó salir a los hijos de Israel
70 ÉXODO, 11, 12

Novena plaga. 1 Yave


dijo a Moisés: «Sólo una
21
plaga más voy a hacer venir so-
Dijo Yave a Moisés: «Alza tu bre el Faraón y sobre Egipto, y
mano al cielo, y haya tinieblas sobre después de ella, no sólo os dejará
la tierra de Egipto, tan densas, que ir, sino que os echará de aquí.
se palpen. 22
Alzó Moisés al cielo 2
Di, pues, al pueblo que cada hom-
su mano, y hubo densísimas tinieblas bre pida a su vecino y cada mujer
en todo Egipto durante tres días. a su vecina, objetos de plata y oro.»
23
Durante ellos no se veían unos a 3
Yave hizo que hallase gracia el pue-
otros, y nadie se movía del sitio blo a los ojos de los egipcios, y aun el
donde estaba; pero los hijos de Tsrael mismo Moisés era muy estimado y
tenían luz en la región que habitaban. respetado por los servidores del Fa-
24 El
Faraón llamó a Moisés y raón y por el pueblo.
Arón, y dijo: «Id, sacrificad a Yave, 9
Yave había dicho a Moisés: «El
pero que queden aquí vuestras ove- Taraón no os escuchará, para que se
jas y vuestros bueyes; aun a los niños multipliquen mis prodigios en la
podéis llevaros con vosotros.» 25 Moi- tierra de Egipto.» 10 Moisés y Arón
sés respondió; «Tienes que poner habían obrado todos estos prodigios
en nuestras manos de qué hacer ante el Faraón, pero Yave endureció
sacrificios y holocaustos a Yave, nues- el corazón del Faraón, y no quería
tro Dios. 26 Nuestros ganados han dejar salir de su tierra a los hijos
de venir también con nosotros; no de Israel.
ha de quedar ni una uña; porque de
ellos hemos de tomar lo que ofrezca-
mos a Yave, nuestro Dios, y ni Institución de la pascua.
nosotros siquiera sabemos, hasta que I') 1
Yave dijo a Moisés y Arón
lleguemos allá, las victimas que a en tierra de Egipto: 2 «Este mes
Yave habremos de ofrecer.» 27 Yave será para vosotros el comienzo del
endureció el corazón del Faraón, y el año, el mes primero del año
(1).
Faraón no quiso dejarlos ir. 28 Dijo 8 Hablad a toda la asamblea de Is-
a Moisés: «bal de aquí, y guárdate rael,
y decidles: El día diez de este
de volver a parecer en mi presencia, mes tome cada uno según las casas
porque el día que parezcas delante paternas una res menor por cada casa.
de mi, morirás.» 29 «Tú lo has dicho 4 Si la casa fuere menor de lo nece-
— respondió —
Moisés no volveré a sario para la res, tome a su vecino, al
oarecer delante de ti.» de la casa cercana, según el número
de personas, computándolo para la
Anuncio de la deeima y ultima res según lo que cada cual puede co-
plaga. mer. 6 La res será sin defecto, macho,
primal, cordero o cabrito 6 Lo reser-
|1 4 Y añadió: «He aquí lo que varéis hasta el día catorce de este
* * dice Yave: En medio de la noche mes y todo Israel lo inmolará entre
pasaré por la tierra de Egipto, 5 y dos luces. 7 Tomarán de su sangre,
morirá todo primogénito de la tierra y untarán los postes y el dintel
8 Comerán
de Egipto, desde el primogénito del de la rasa donde se coma.
Faraón, que se sienta sobre su trono, la carne esa misma noche, la come-
hasta el primogénito de la esclava, rán asada al fuego, con panes ácimos
que está detrás de la muela, y todos y lechugas silvestres. 9 No comerán
8
los primogénitos del ganado. En- iiadu de él crudo, ni cocido al agua;
tonces se alzará en toda la tierra de todo asado al fuego, cabeza patas
Egipto gran griterío, como ni lo y entrañas. 10 No dejaréis nada para
hubo ni lo habrá. 7 Pero entre los el día siguiente; si algo quedare, lo
hijos de Israel, en hombres y en quemaréis. u Lo habéis de comer así:
animales, ni siquiera ladrará un perro, ceñidos los lomos, calzados los pies,
para que sepáis la diferencia que hace y el báculo en la mano, y comiendo
Yave entre Egipto e Israel. 8 Todos de prisa, pues es el paso de Yave.
12
cuantos servidores tuyos están aquí, Esa noche pasaré yo por la tierra
irán entonces a decirme, prosttT-
nandose ante mí: Sal tú, y tu pueblo (i) El comienzo y el fin del año varían
que te obedece. Después de eso yo mucho, según las diversas regiones y épocas.
saldré.» Y muy
encolerizado se retiró En la Escritura comienza con la primavera,
de la presencia del Faraón. el mes de Nisan, o con el otoño, el mes de Tisri.
ÉXODO, 12 71

de Egipto y mataré a todos los pri- Pascua de Yave, que pasó de largo
mogénitos de la tierra de Egipto, por las casas de los hijos de Israel
desde los hombres hasta los animales, en Egipto, cuando hirió a Egipto,
y castigaré a todos 13los dioses de salvando nuestras casas.» El pueblo
Egipto. Yo, Yave. La sangre se prosternó y adoró. 28 Los hijos de
servirá de señal en las casas donde Tsrael fueron e hicieron lo que Yave
estéis, pues yo veré la sangre y pasaré había mandado a Moisés y Arón.
de largo, y no habrá para vosotros
plaga mortal, cuando yo hiera la
tierra de Egipto. 14 Este dfa será
Muerte de todos los primogénitos
de ¡jipto.
I
para vosotros memorable, y lo cele-
braréis solemnemente en honor de 29
En medio de la noche mató
Yave, de generación en generación; Yave a todos los primogénitos de la
será una fiesta a perpetuidad. tierra de Egipto, desde el primogénito
16
Por siete días comeréis panes del Faraón, que se sienta sobre su
ácimos; desde el primer día no habrá trono, hasta el primogénito del preso
ya levadura en vuestras casas, y en la cárcel, y a todos los primo-
quien del primero al séptimo día génitos de los* animales. 3fl El Fa-
comiere pan con levadura, será bo- raón se levantó de noche, él, todos
rrado de Israel. 16 El día primero sus servidores y todos los egipcios,
tendréis asamblea santa, y lo mismo y resonó en Egipto un gran clamor,
el día séptimo. No haréis en ellos pues no había casa donde no hubiera
obra alguna, fuera de lo que perte- un muerto. 31 Aquella noche llamó
- nece a la comida, 17 y guardaréis los el Faraón a Moisés y Arón, y les
ácimos, porque fué en ese día mismo dijo: «Id, salid de en medio de nos-
cuando yo saqué vuestros ejércitos otros, vosotros y lo» hijos de Israel,
de la tierra de Egipto. Guardaréis e id a sacrificar a Yave, como habéis
ese día de generación en generación, dicho. 32 Llevad vuestras ovejas y
como institución perpetua. 18 El pri- vuestros bueyes, como habéis pedido;
mer mes, desde el día catorce del mes, idos, y dejadme.»
comeréis pan sin levadura hasta el
19
día veintiuno. Por
días no
siete
La salida del pueblo.
habrá levadura en vuestras casas,
y quien coma pan fermentado, será 33
Los egipcios apremiaban a los
borrado de la congregación de Israel, hebreos, teniendo prisa de que salie-
sea extranjero o indígena. 20 No co- ran de su tierra, pues decían: «Mo-
meréis pan fermentado; en todas riremos todos.» 34 Cogió, pues, el
vuestras moradas se comerán panes pueblo la masa, antes de que fer-
ácimos.» mentara, atando sus ropas a las
21 Convocó Moisés a todos los artesas, y se las echó a' hombro.
ancianos de Israel, y les dijo: «Tomad 35 Los hijos
de Israel habían hecho
del rebaño para vuestras familias, lo que les dijera Moisés, y habían
e inmolad la Pascua, 22 y tomando un pedido a los egipcios objetos de plata
manojo de hisopo lo mojáis en la y oro y vestidos. 38 Yave hizo que
sangre del cordero, untáis con ella hallaran gracia a los ojos de los egip-
el dintel y los dos postes,
y que nadie cios, que accedieron a su petición,
salga fuera de la puerta de su casa y se llevaron aquéllos los despojos
hasta mañana, 23 pues pasará Yave de Egipto (1).
por Egipto, para castigarle, y viendo 37 Partieron
los hijos de Israel de
la sangre en el dintel y en los dos Rameses para Socot en número de
postes, pasará de largo por vues- unos seiscientos mil infantes, (2) sin
tras puertas y no permitirá a nin- contar los niños. 38 Subía, además,
gún exterminador entrar en vues-
tras casas para herir. 24 Guardaréis
(1) Dios, como dueño supremo de todo y
este rito, como rito perpetuo para vos-
juez inapelable, da estos despojos a su pueblo
otros y para vuestros hijos; 25 y Ipara compensarlo de la dura servidumbre a
cuando hayáis entrado en la tierra j
que le habían reducido los egipcios durant:
que Yave os dará, según su promesa, ¡
muchos años.
guardaréis este rito. 26 Cuando os (2) Estas cifras, así como las correlativas
pregunten vuestros hijos: ¿Qué sig- que vienen después, parecen excesivas a muchos
intérpretes,aun católicos. Sabido es que del
nifica para vosotros este rito?. 27 les
texto sagrado lo que generalmente peor se ha
responderéis: Es el sacrificio de la conservado son los números.
72 ÉXODO, 13

5
ron ellos una gran muchedumbre de en el mes de Abib. Cuando te intro-
toda suerte de gentes, y muchas ove- duzca Yave en la tierra de los cana-
jas y bueyes y muy gran número neos, de los goteos, de los amorreos,
de animales. 39 Cocieron bajo la ce- de los jeveos y de los jebuseos, que
niza la masa que habían sacado de a tus padres juró darte, tierra que
Egipto, e hicieron panes ácimos, pues mana leche y miel, guardarás ese rito
la masa no había podido fermentar, en este mismo mes. 8 Durante siete
por la mucha prisa q:ie para que salie- días comerás pan ácimo, y el día
ran les daban, ni pudieron preparar séptimo será fiesta de Yave. 7 Se
nada para comer. comerá pan ácimo durante siete días,
40 La estancia de los hijos de Israel
y no se verá pan fermentado ni leva-
en Egipto duró cuatrocientos treinta dura en todo su territorio. 8 Dirás en-
años. 41 En
aquel mismo día salieron tonces a tus hijos: Esto es en memo-
de de Egipto todos los ejér-
la tierra ria de lo que por mí hizo Yave al
citos de Israel. Aquella noche en que salir de Egipto. 9 Esto será para ti
salvó Yave a Israel y le sacó de la como una señal en tu mano, como un
tierra de Egipto, 42 será noche de recuerdo a tus ojos, para que tengas
vigilias a Yave, y con vigilias a Yave en tu boca la ley de Yave, porque
le celebrarán todos los hijos de Israel con su poderosa mano te ha sacado
por todas sus generaciones. Yave de Egipto. 10 Observarás esto
al tiempo fijado, de año en año.
Ley de la Pascua. 11
Cuando te haya introducido Yave
en la tierra de ios cananeos, como
43
Dijo Yave a Moisés y Arón: lo juró a tus padres, y te la haya dado,
«Esta es la ley de la Pascua. No la
12
consagrarás a Ynve todo cuanto
comerá ningúnextranjero. 44 Al siervo abre la vulva; y de todo prinui
j

comprado a precio de plata, le cir- parto de los animales que tengas, el


cuncidarás y la comerá; 45 pero el macho lo consagrarás a Yave, 13 el
adventicio y el mercenario no la co- del asno lo redimirás por cordero, y
olerán. 48 Se comerá en una sola casa, si no le redimes le romperás la nuca.
y no sacaréis fuera de ella nada de También redimirás a todo primo-
SUS carnes, ni quebrantaréis ninguno génito humano de entre tus hijos.
de sus huesos, 47 Toda la asamblea' 14 Y cuando tu hijo te pregunte ma-
de Israel comerá la Pascua. 48 Si ñana, ¿qué significa esto?, le dirás:
alguno de los extranjeros q-.ie habite con su poderosa mano nos sacó Yave
contigo quisiera hacer la Pascua de de Egipto, de la casa de la servi-
Yave, deberá circuncidarse todo va- dumbre. " Como el Faraón se obsti-
rón en su casa, y entonces podrá cele- naba en no dejarnos salir, Yave mató
brarla, como si fuera indígena, pero a todos los primogénitos de la tierra
ningún incircunciso podrá celebrarla. de Egipto, desde los primogénitos
49 La misma ley será para el indí- de los hombres hasta los' primogé-
gena y para el extranjero que habita nitos de los animales; por eso yo
con vosotros. sacrifico a Yave todo primogénito
50 Todos los hijos de Israel hicie- de los animales, y redimo todo pri-
18 Esto será
ron lo que Yave había mandado a^ mogénito de mis hijos.
Moisés y Arón. 61 Aquel mismo día como una señal en tu mano, como
sacó Yave de la tierra de Egipto a un recuerdo a tus ojos, porque fué
los hijos de Israel por escuadras. con su poderosa mano cómo nos sacó
Yave de Egipto.
Ley sobre los primogénitos.
Paso de Israel por en medio del
"13 1 Habh) Yave a Moisés y le dijo: Mar Itojo.
8 ''Conságrame todo primogénito.
17 Cuando el Faraón dejó salir al
Todos los primogénitos de entre los
hijos de Israel, tanto de los hombres, pueblo, no le condujo Yave por el
cuanto de los animales, míos son.» camino de la tierra de los filisteos,
3 Moisés dijo al pueblo: «Acordaos aunque más corto, pues se dijo: «No se
siempre del día en que salisteis de arrepienta el pueblo si se ve atacado,
Egipto, de la casa de la servidumbre, y se vuelva a Eg>pto.» 18 Hfzole Yave
pues ha sido la poderosa mano del rodear por e! camino del desierto,
Yave la que os ha sacado. Xo se hacia el Mar Rojo. Los hijos de Israel
comerá pan fermentado. 4 Salís hoy subían en buen orden desde Egipto.
7 1 ÉXODO, 14

19
Moisés había cogido los huesos de nosotros servir en Egipto que morir
José, pues habla hecho jurar José en el desierto?» ls Moisés respondió
a los hijos de Israel que cuando Yave al pueblo: «No temáis, estad tran-
los visitara, se llevarían consigo su quilos, y veréis la victoria que en
huesos, lejos de allí. este día os dará Yave, pues los egip-
20 Partiendo de Socot, acampa- cios que hoy veis no volveréis a
ron en Etam, al extremo del desierto. verlos jamás. 14 Yave combatirá por
21 Iba Yave delante de ellos, de vosotros; vosotros estaos tranquilos.»
día
15 Yave dijo
en columna de nube¡ para guiarlos en a Moisés: «¿Por qué
su camino, y de noche en columna de me gritáis? Di a los hijos de Israel
fuego, para alumbrarlos, y pudiesen que se pongan en marcha. 18 Tú,
así marchar de día o de noche. 22 La alza tu cayado, y tiende el brazo sobre
columna de nube no se apartaba del el mar, y divídelo, para que los
pueblo de día, ni de noche la de fuego. hijos de Israel pasen por en medio,
en seco. 17 Yo endureceré el corazón
\\ 1
Yave dijo a Moisés:
a los hijos de Israel;
2 «Habla
que cam-
de los egipcios, para que entren tam-
bién detrás de ellos, y haré brillar
bien de rumbo y vayan a acampar mi gloria sobre el Faraón y sobre todo
en Piajirot, entre Migdol y el mar, su ejército; sus carros y sus caba-
frente a Peelsefón; allí acamparéis, lleros harán resplandecer mi gloria,
18
cerca del mar. 3 El Faraón se dirá, y los egipcios sabrán que yo soy
respecto de los hijos de Israel: «Andan Yave, cuando el Faraón, sus carros
errantes por la tierra; el desierto les y sus caballeros, hagan resplandecer
cierra el camino.» 4 Yo endureceré el mi gloria.» 19 El ángel de Yave. que
corazón del Faraón y él os perseguirá, marchaba delante ele las huestes de
y haré brillar mi gloria ante el Faraón Israel, se puso detrás de ellas, 20 entre
y ante todo su ejército, y sabrán las de los egipcios y las de Israel, y la
los egipcios que yo soy Yave.» Hi- nube se hizo tenebrosa y luminosa
cieron así los hijos de Tsrael. toda la noche, y las dos huestes no
8 Anunciaron ai rey de Egipto que se acercaron una a otra durante toda
había huido el pueblo, y el corazón la noche. 21 Moisés tendió su mano
del Faraón y el de sus servidores se sobre el mar, c hizo soplar Yave
trocaron en orden al pueblo, y dijeron: sobre el mar toda la noche un forti-
«¿Qué es lo que hemos hecho, de- simo viento solano, que le secó, y
jando salir a Israel, y privándonos de se dividieron las aguas (1). 82 Los
sus servicios!» 8 El Faraón hizo pre- hijos de Israel entraron en medio
parar su carro y llevó consigo a su del mar, a pie enjuto, formando para
pueblo. 7 Tomó seiscientos carros ellos las aguas una muralla a dere-
23
escogidos y todos los aurigas de cha e izquierda. Los egipcios se
Egipto y jefes para el mando de pusieron a perseguirlos, y todos los
todos. 8 Yave endureció el corazón caballos del Faraón, sus carros y
del Faraón, rey de Egipto, y el Fa- sus caballeros, entraron en el mar en
raón persiguió a los hijos de Israel; seguimiento suyo. 24 A la vigilia
pero é>tos habían salido por muy matutina, miró Yave desde la nube
alta mano. de fuego y humo a la hueste egipcia
* Los egipcios llegaron en su per- y la perturbó. 25 Hizo que las ruedas
secución al lugar donde acampaban de los carros se enredasen unas con
aquéllos cerca del mar. Todos los otras, de modo que sólo muy peno-
caballos de los carros del Faraón, samente avanzaban. Los egipcios di-
sus caballeros y su ejército, los alcan- jeron entonces: i.Huyamos ante Israel,
zaron en Piajirot, frente a licelsefón. que Yave combate por él contra
10 El Faraón se acercaba; los hijos los egipcios.» 28 Pero Yave dijo a
de Israel, alzando los ojos vieron a Moisés: «Tiende tu mano sobre el
los egipcios marchar contra ellos, y mar, y las aguas se reunirán sobre
llenos de terror clamaron a Yave, los egipcios, sus carros y sus caba-
11
y dijeron a Moisés: «¿Es que no lleros.» 27 Moisés tendió su mano
había sepulcros en Egipto, y nos sobre el mar, y al despuntar el día
has traído al desierto a morir? ¿Qué
es lo que nos has hecho al sacarnos (i) Estas palabras parecen indicar que
de Egipto? 12 ¿No te decíamos nos- el hecho fué prodigioso al menos en el modo
otros en Egipto: deja que sirvamos de prodjcirse y en el efecto extraordinario,
a los egipcios, que mejor es para romo las plagas.
r
ÉXODO, 15 7. )

el mar recobró su estado ordinario, maravillosas hazañas, obrador de


y los egipcios en fuga dieron en él, prodigios?
12
y arrojó Yave a los egipcios en medio Tendiste tu diestra, y se los
del mar. 28 Las aguas, al reunirse, tragó la tierra.
cubrieron carros, caballeros y todo En tu misericordia, tú acaudillas
13

el ejército del Faraón, que habían al pueblo que redimiste.


entrado en el mar en seguimiento de Y por tu poderlo lo conduces a tu
Israel, y no escapó uno solo. 29 Pero santa morada
14 Supiéronlo los pueblos
los hijos de Israel pasaron a pie enjuto y tem-
por en medio del mar, formando para blaron.
ellos las aguas una muralla a derecha El terror se apoderó de los filisteos.
e izquierda. 30 Aquel día libró Yave 15 Los príncipes de Edom se estre-

a Israel de los egipcios, cuyos cadá- mecieron, se apoderó la angustia dé-


veres vió Israel en las playas del los fuertes de Moab.
mar. 81 Israel vió la mano
potente Todos los habitantes de Canán
que mostró Yave para con Egipto, perdieron su valor.
16 Caerá sobre ellos
y el pueblo temió a Yave, y creyó el espanto y
en Yave y en Moisés, su siervo. la angustia.
Por la fuerza de tu brazo se que-
darán inmóviles como una piedra.
Canto triunfal do Moisés. Hasta que tu pueblo, |oh Yave!,
1 Entonces cantaron Moisés y pase, hasta que pase el pueblo que
15 los hijos de Israel a Yave este redimiste.
17
canto, diciendo: Tú le conducirás y le estable-
«Cantemos a Yave, porque se ha cerás sobre el monte de tu heredad,
mostrado sobre modo glorioso. Al lugar de que has hecho tu mo-
El arrojó al mar al caballo y al rada, |oh Yave!
caballero. Al santuario, ¡oh Señor!, que fun-
2
Yave es mi fortaleza, a Yave daron tus manos.
18
cantaré. Yave reinará por siempre jamás.
19 Entraron
El me ha salvado. en el mar los caballos
El es mi Dios, yo le alabaré; es el del Faraón, sus carros y sus caba-
Dios de mis padies, yo le exaltaré. lleros,
3
Yave un fuerte guerrero. Yave
es Y
echó Yave sobre ellos las aguas
es su nombre. del mar.
4
El precipitó en el mar los carros Mas
los hijos de Israel pasaron por
del Faraón y su ejército. en medio del mar a pie enjuto.»
La flor de sus capitanes se la tragó
Mar Rojo. 20 María,
el la profetisa, hermana de
6
Cubriéronlos los abismos, y ca- Arón, tomó en sus manos un tímpano,
yeron en el fondo como una piedra. y todas las mujeres seguían en pos
6
Tu diestra, ¡oh Yave!, destrozó de ella con tímpanos y en coros; y'
21
al enemigo. María respondía a los hijos de
7
En la plenitud de tu poderlo Israel:
derribas a tus adversarios. «Cantad a Yave, que ha hecho res
Das rienda suelta a tu furor y los plandecer su gloria,
devora como paja. Precipitando en el mar al caballo
8
Al soplo de tu ira amontonáronse y al caballero.»
las aguas, se pararon las corrientes
olas, cuajáronse los abismos en el
fondo del mar.
Las aguas de Mam.
9
Díjose el enemigo: «Los perse- Mandó Moisés que los hijos de
22

guiré, los alcanzaré, me repartiré sus Israel se partieran del Mar Pojo.
despojos, hartaré mi alma. Avanzaron hacia el desierto de Hur y
Desenvainaré la espada y los redu- marcharon por él tres días, sin hallar
servidumbre mi mano.» 23
cirá a la agua. Llegaron a Mará, pero no
10
Sopló tu soplo y los cubrió el podían beber el agua de Mará, por
mar, se hundieron como plomo en ser amarga. 24 El pueblo murmuraba
lo profundo de las aguas. contra Moisés, diciendo: «¿Qué va-
11 ¿Quién como tú, ;oh Yave!, mos a beber? » 25 Moisés clamó a
.

entre los dioses? ¿Quién como tú Yave, que le indicó una madera
magnífico en santidad, terrible en que él echó en el agua, y ésta se
ÉXODO, 16

volvió dulce. Allí dió al pueblo leyes Moisés: 12 «He oído las murmura-
y estatutos, y le puso a prueba. ciones de los hijos de Israel. Diles:
26 Les «Si escuchas a Yave,
düo: Entre dos luces comeréis carne y
tu Dios, obras lo que es recto a
si mañana os hartaréis de pan, y sa-
sus ojos,si das oído a sus mandatos bréis que yo soy Yave, vuestro Dios.»
y guardas todas sus leyes, no traeré
13
A la tarde vieron subir codornices
sobre ti ninguna de las plagas ron que cubrieron el campo, y a la ma-
que he afligido a Egipto, porque ñana había en todo él una capa de
yo soy Yave, tu sanador.» rocío. 14Cuando el rocío se evaporó,
27 Llegaron
a Elim, donde había vieron sobre la superficie del desierto
doce fuentes y setenta palmeras, y una cosa menuda, como granos, pa-
acamparon allí cerca de las aguas. recida a la escarcha. 15 Los hijos de
Israel, al verla, se preguntaban unos
a otros: «¿Manhu?», pues no sabían
Las codornices y el maná. lo qué era. 16 Moysés les dijo: «Ese
es el pan que os da Yave, para ali-
1 /i 1
Partieron de Elim, y toda la mento. Mirad que Yave ha mandado
congregación de los hijos de que cada uno de vosotros recoja la
Israel llegó al desierto de Zin, que cantidad que necesita para alimen-
esta entre Elim y el Sinaí, el día tarse, un gomer por cabeza, según
quince del segundo mes después de el número de personas; cada uno
su salida de Egipto. 2 Todo Israel recogerá para cuantos tenga en su
se puso a murmurar contra Moisés tienda.
17
y Arón. 3 Los hijos de Israel decían: Los hijos de Israel no obede-
«¿Por qué no hemos muerto de mano cieron, y recogieron unos más, otros
de Yave en Egipto, cuando nos sen- menos. 18 Pero al medir luego con
tábamos junto a las ollas de carne el gomer, hallaron que el que había

y nos hartábamos de pan? Hemos recogido de más no tenía nada de


sido traídos a este desierto para más, y el que había recogido de
matar de hambre a toda esta muche- menos no tenía nada de menos, sino
dumbre. » que tenía cada uno lo que para su
* Yave dijo a Moisés: «Voy a hace- alimento necesitaba.
19
ros llover comida de
alto de los
lo Moisés dijo: «Que nadie deje
cielos. El pueblo saldrá a recoger nada para mañana.» 20 No obede-
cada día la porción necesaria, para cieron a Moisés, y muchos dejaron
ponerle yo a prueba, viendo si mar- algo para el día siguiente; pero se
cha o no según mi ley. 5 El día sexto llenó de gusanos y se pudrió. Irritóse
preparen para llevar el doble de. lo Moisés contra ellos. 21 Todas las
que recogen cada día.» mañanas recogían el maná, cada uno
6 Moisés
y Arón dijeron a todos según su consumo, y cuando el sol
los hijos de Israel: «Esta tarde sa- dejaba sentir sus ardores, el resto se
bréis que es Yave quien os ha sacado liquidaba.
22
de Egipto, 7 y a la mañana veréis El día sexto recogieron doble
la gloria de Yave, pues ha oído vues- cantidad de alimento, dos gomer por
tras murmuraciones, que van contra cabeza. Todos los principales del
Yave; porque nosotros, ¿qué somos, pueblo vinieron a decírselo a Moisés,
23
para que murmuréis contra nosotros?» que les contestó: «Eso es lo que ha
8 Moisés dijo: «Esta tarde os dará mandado Yave. Mañana es sábado,
a comer Yave carnes, y mañana pan día de descanso consagrado a Yave.
a saciedad, pues ha oído vuestras Moled lo que hayáis de moler, y
murmuraciones contra él; pues ¿nos- coced lo que hayáis de cocer, y lo
otros, qué? No van contra nosotros que sobre guardadlo para mañana.»
vuestras murmuraciones, sino contra 24 Guardáronlo para el día siguiente,
Yave » y no se pudrió, ni se agusanó. 89 Moi-
Moisés dijo a Arón: «Di a toda sés dijo: «Comed eso hoy, que es
la congregación de Israel que se acer- sábado, y hoy no lo habrá en el campo.
que a Yave, pues ha oído Yave sus 26 Recogeréis seis días; el séptimo,
murmuraciones.» 10 Mientras hablaba sábado, no lo hallaréis.» 27 Al séptimo
Arón a toda la asamblea de los hijos día salieron algunos del pueblo a re-
de Israel, volviéronse éstos de cara coger, pero no lo habla. 28 Y Yave
al desierto y apareció la gloria de dijo a Moisés: «¿Hasta cuándo rehusa-
Yave en la nube. 11 Yave dijo a réis guardar mis mandatos y mis
ÉXODO, 17, 18 77

leyes? 2S
Mirad que Yave os ha dado 7
y dió a este lugar el nombre de
el sábado, y por eso el día sexto os Masa y Meriba, por de
la querella
da pan para dos días. Que se quede de Israel, y porque habían
los hijos
cada uno en su puesto, y no salga tentado a Yave, diciendo: «¿Está
de él el día séptimo.»
30 El pueblo Yave en medio de nosotros o no?»
descansó el día séptimo.
31 La casa de Israel dió a este ali-

mento el nombre de maná. Era pare- Victoria contra Amaice.


cido a la semilla del cilantro, blanco,
y tenía un sabor como de torta de
R
a Raridim a atacar
Amalee vino
harina de trigo amasada con miel. a los hijos de Tsrael, a y Moisés dijo
32 Moisés dijo: "Yave ha ordenado a Josué: «Elígenos hambres, y ataca
que se llene un gomer de maná para marain a Amalee. Yo estaré sobre
conservarlo, y puedan ver vuestros el vértice de la colina con el cayado
descendientes el pan con que yo os de Dios en la mano.» lü Josué hizo
he alimentado en el desierto, cuando lo que le había mandado Moisés,
os saqué de la tierra de Egipto.» y atacó a Amalee. Arón y Jur su-
33
Dijo, pues, Moisés a Arón: «Coge bieron al vértice de la colina. 11 Mien-
un vaso, pon en él un gomer de maná tras Moisés tenía alzada la mano,
lleno, y deposítalo ante Yave, que llevaba Israel la ventaja, y cuando
se conserve para vuestros descen- la bajaba, prevalecía Amalee. Moisés
dientes.» 34 Arón lo depositó ante el estaba cansado y sus manos le pe-
Testimonio, para que se conservase, saban; tomando, pues, una piedra,
como se lo había mandado Yave a la pusieron debajo de él para que se
Moisés. sentara, y al mismo tiempo Arón
63 Comieron de Israel el
los hijos y Jur sostenían sus manos, uno de
maná durante cuarenta años, hasta un lado, otro del otro, y así no se
que llegaron a la tierra habitada. Lo le cansaron las manos hasta la puesta
comieron hasta llegar a los confines del sol,
' 3
y Josué derrotó a Amalee
36 El gomer
de la tierra de Canán. al filo espada.
de la
14 Yave a Moisés: «Pon eso
es la décima parte del e'a. dijo
por escrito para recuerdo, y di a
Josué que yo borraré a Amalee de
Brota elagua de la roca debajo del cielo.» 15 Moisés alzó nn
de lloreb. altar, y lo dió el nombre de Yave
Kesi, 16 diciendo: «Pues que se alzó
1 7 1
la congregación de
Marchóse mi mano contra quien me tentó, estará
A ' de Israel dei desierto
los hijos Yave en guerra de generación en ge-
de Sin, según las etapas que Yave neración. »
les ordenaba, y acamparon en Ra-
fidim, donde no halló el pueblo agua
que beber. 8 Entonces el pueblo se Viene Jetro con la mujer y los
querelló contra Moisés, diciendo: Lijos de Moisc».
«Danos agua que beber.» Moisés íes
respondió: «¿Por qué os querelláis \ Jctro,sacerdote de Madián,
contra mí? ¿Por qué tentáis a Yave?» suegro de Moisés, supo lo que
3
Pero el pueblo, sediento, murmuraba había hecho Dios en favor de Moisés
contra Moisés y decía: «¿Por qué nos y de Israel, su pueblo, que había
hiciste salir de Egipto, para matar- sacado Yave de Egipto. 2 Tomó
nos de sed a nosotros, a nuestros hijos Jetro, suegro de Moisés, a Séfora,
4 Moisés
y a nuestros ganadost» mujer de Moisés, a quien éste había
clamó a Yave, diciendo: «¿Qué voy hecho volverse y a los dos hijos de
a hacer con este pueblo? Poco más Séfora, de los cuales uno se llamaba
y me apedrean.»
5 Yave dijo a Moi- Oersón, porque Moisés había dicho:
sés: «Vete delante del pueblo, y toma «Soy un extranjero en tierra extran-
contigo a ancianos de Israel; lleva jera», 4 y el otro Eliezer, porque había
en tu mano el cayado con que heriste dicho: «El Dios de mi padre me ha
el río, y vé,
6 que
yo estaré ante ti socorrido y me ha librado de la es-
en la roca aue nay en lloreb. Hiere la pada del Faraón.» 5 Jetro, suegro de
roca, y saldrá' de ella agua, para que Moisés, con los hijos y la mujer de
beba el pueblo.» Rizólo así Moisés Moisés, vino a éste al desierto, don-
en presencia de los ancianos de Israel, de estaba acampado, al monte de
78 ÉXODO, 19

Dios. B Mandó a decir a Moisés: «Yo, tuyelos sobre el pueblo como jefes
tu suegro Jetro, voy a ti con tu mujer, de millar, de centena, de cincuentena
y con ella sus dos hijos. » 7 Moisés y de decena. 22 Oue juzguen ellos
salió al encuentro de su suegro, y a! pueblo en todo tiempo y te lleven
después de haberse prosternado, le a ti los asuntos de mayor importan-
besó. Después de preguntarse uno a cia, decidiendo ellos mismos en los
otro por la salrd, entraron en la menores. Aligera tu carga, y que te
tienda de Moisés. 8 Moi.sés contó a ayuden ellos a soportarla. 23 Si esto
su suegro todo cuanto había hecho haces, podrás sostenerte, y el

Yave al Faraón y a los egipcios en pueblo podrá atender en paz a lo
favor de Israel, y todas las contrarie- suyo.» 24 Siguió Moisés el consejo
dades que en el camino habían tenido, de su suegro, c hizo lo que le había
y cómo Yave le había librado cíe eilas. dicho. ** Eligió de entre todo el
* Jetro se felicitó de todo el bien que pueblo a hombres capaces, que puso
Yave había hecho a Israel librándole sobre el pueblo como jefes de millar,
de la mano de los egipcios: 10 «Ben- de centena, de cincuentena y de
dito sea Yave dijo — —
que os ha decena. 26 Ellos Juzgaban al pueblo
librado de la mano de los egipcios en todo tiempo, y llevaban a Moisés
y de la del Faraón, y que ha librado los asuntos graves, resolviendo por
al pueblo de la mano de los egipcios. sí todos los pequeños. 27 Despidió
11 Ahora sé bien que Yave es más Moisés a su suegro, y J^tro se volvió
grande qnc todos los dioses, pues se a su tierra.
ha mostrado grande cuando los egip-
12
cios oprimían a Israel." Jetro,
sueííro de Moisés ofreció a Dios un Alianza de Dios con el pueblo
holocausto y sacrificios. Arón y todos en el s? i n ai.
los ancianos de Israel comieron con
él ante Dios. -»
q
El día primero del tercer mes
1

)
después de la salida de Egipto,
1
los hijos de Israel al de-
llegaron
Consejo de Jetro a Moisés. sierto del Smaí. 2 Partieron de Rafi-
dim, y llegados al desierto del Sinaí,
,3
AI día siguiente sentóse Moisés acamparon en el desierto. Israel
para juzgar al pt'ebio, y el pueblo acampó frente a la montaña. 8 Subió
estuvo de'ante de él desde la mañana Moisés a Dios, y Yave le llamó desde
hasta la tarde. 11 El suegro de Moi- lo alto de la montaña, diciendo:
sés, viendo lo que el pueblo hacía, «Kabla así a la casa de Jacob, di
dijo: «¿Cómo haces eso con el pue- esto a los hijos de Israei: 4 «Vosotros
blo? ¿Por qué te sientas tú sólo a hihéis visto lo que yo he hecho a
juzgar, y todo el mundo está delante Eeiplo, y cómo os he llevado sobre
de ti desde 13 mañana hasta la tarde?» alas de águila, y os he traído a mí.
** •Moisés respondió a su suegro: 6 Ahora, si oís mi voz y guardáis mi
«Es que 'el pueblo viene a mí para alianza, vosotros seréis mi pueblo
consultar a Dios. 18 Cuando tienen entre todos los pueblos; porque mía
alguna querella, vienen a mí, y yo es toda la tierra, * pero vosotros seréis
pronuncio entre ellos, haciéndoles para mí un reino de sacerdotes y
saber los mandatos de Dios v sus le- lina nación santa* (1). Estas son
yes. » 17 El suegro de Moisés dijo a las palabras que has de decir a los
éste: «I<o que haces no está uien. hijos de Israel.»
7 Moisés vino, y llamó a los an-
Te consumas neciamente y consumes
al pueblo que tiene que estar delante cianos de Israel, y les expuso todas
de ti. 18 Ese trabajo es superior a tus estas palabras, como Yave se lo
fuerzas, y no puedes llevarlo tú solo. había mandado. 8 El pueblo todo
18
Oyeme, yo voy a darte un consejo^ entero respondió: «Nosotros haremos
y que Dios sea contigo. Sé tú el re-
presentante de! pueblo ante Dios, y (i) Este concepto del sacerdocio y de la
lleva ante él los asuntos. 20 Ensé- santidad del pueblo esta estrechamente ligado
ñales el camino que han de seguir con el de ser Israel el pueblo primogénito de
Dios. (4. 23 Según el derecho primitivo, el
y lo que deben hacer. 21 Pero escoge sacerdocio estaba vinculado a la primogenitura,
)

de entre todo el pueblo a hombres y por tanto Israel, el primogénito de los pueblos,
capaces y temeroso* de Dios, íntegros, es ti pueblo sacerdote que, por consiguiente,
enemigos de la avaricia, y consti- ha de ser santo.
ÉXODO, 20 79

todo cuanto ha dicho Yave.» Moisés la montaña del Sinaí. pues lo has
fué a transmitir a Yave las palabras prohibido terminantemente, diciendo
del pueblo, 9 y Yave dijo a Moi- que señalara un límite en torno a la
sés '1): «Yo vendré a ti en una montaña y la santificara.» 24 Yave
densa nube, para que vea el pueblo le respondió- «Ve, baja, y subes luego
que yo hablo contigo, y tenga siem- con Arón;pero que los sacerdotes y
pre fe en ti.» Una vez qua Moisés el pueblo no traspasen los términos,
h*bo transmitido a Yave las palabras para acercarse a Yave, no los hiera.»
85
del pueblo, 10 Yave le dijo: «Ye al Moisés bajó y se lo dijo al
pueblo, y santifícalos hoy y mañana. pueblo.
Oue laven sus vestidos, 11 y estén pres-
tos para el día tercero, porque al
tercer día bajará Yave a la vista de
El Decálogo.
todo el pueblo, sobre la montaña del
Sinaí. 12 Tú marcarás al pueblo un 20 i
1
Y habl ° J^os t0d0 Cst0 >
di -

límite en torno, diciendo: Guardaos (ciendo:


de subir vosotros a la montaña y de 2
«Yo soy Yave, tu Dios, que te
tocar el límite, porque quien tocare ha sacado de la tierra de Egipto,
la montaña, morirá. 13 No pondrá de la casa de la servidumbre. 3 Tú
nadie la mano sobre él, sino que será no tendrás otro dios que a mí. 1 No
lapidado o asaeteado. Hombre o bes- te harás imágenes talladas, ni figu-
tia, no ha de quedar con vida. Cuando ración alguna de lo que hay en lo
se toque la trompeta, entonces subi- alto en los cielos, ni de lo que hay
rán a la montaña. 14 Bajó) Moisés abajo sobre la tierra, ni de lo que
de la montaña a donde estaba el hay en las aguas debajo de la tierra.
5 No te postrarás ante ellas,
pueblo, y le santificó, y ellos lavaron y no las
sus vestidos. 15 Después dijo al pueblo: servirás, porque yo soy Yave, tu
«Aprestaos durante tres días, y nadie Dios, un Dios celoso, que castiga en
toque mujer.» 18 Al tercer día hubo los hijos las iniquidades de los padres,
truenos y relámpagos, y una densa hasta la tercera y cuarta generación
nube sobre la montaña, y un muy de los que me odian, 6 y hago miseri-
fuerte sonido de trompetas, y el cordia hasta mil generaciones de los
pueblo temblaba en el campamento. que me aman y guardan mis man-
17 Moisés hizo salir de él al pueblo damientos.
para ir al encuentro de P'os, y se 7
No tomarás en falso el nombre
quedaron al pie de la montaña. 1? Todo de Yave, tu Dios, porque no dejará
el Sinaí humeaba, pues había descen- Yave sin castigo al que tome en falso
dido Yave en medio de luego, y su nombre.
subía el humo, como el humo de un 8
Acuérdate del día del sábado para
9
horno, y toda la montaña retemblaba santificarlo. Seis días trabajarás y
inertemente. 19 El sonido de la trom- harás tus obras, 10 pero el séptimo
peta se hacía cada vez más fuerte. día es día de descanso, consagrado
Moisés hablaba, y Yave le respondía a Yave, tu Dios, y no harás en él
con una voz. 20 Descendió Yave sobre trabajo alguno, ni tú, ni tu hija, ni
13 montaña del Sinaí, sobre la cumbre tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado,
de la montaña, y llamó a Moisés a ni el extranjero que esté dentro de
la cumbre, y Moisés rubió a ella. -tus puertas; 11 pues en seis días hizo
21
Yave dijo a Moisés: «Baja, y pro- Yave los cielos y la tierra, el mar y
hibe terminantemente al pueblo que. cnanto en ellos se contiene, y el sép-
traspase el término marcado, para timo descansó; por eso bendijo Yave
acercarse a Yave y ver no vayan a el día del sábado y lo santificó.
perecer muchos de ellos 22 Que aun 12
Honra a tu padre y a tu madre,
los sacerdotes, que son los que se para que vivas largos años en Ja
acercan a Yave, se santifiquen, no tierra que Yave, tu Dios, te da.
los hiera Yave.» 23 Moisés dijo a 13
No matarás.
YaA'e: «El pueblo iio podrá subir a 14 No adulterarás.
16 No robarás.
16 No testificarás contra tu prójimo
(i) En como en las siguientes,
esta teofanía,
falso testimonio.
preséntase Dios alpueblo en forma de nube,
figura que Israel no puede reproducir, queriendo
17
No desearás el bien de tu próji-
Dios con esto confirmar el segundo mandamiento mo, ni ¡a mujer de tu prójimo, ni su
¡

del Decálogo, como se nos explica en Deur. 4. 19. siervo, ni su sierva, ni su buey, ni
80 ÉXODO, 21

su asno, ni nada de cuanto Je per- saldrá libre, sin pagar nada. 3 Si entró
tenece.» (1). solo, solo saldrá; si teniendo mujer,
18 Todo
el pueblo oía los truenos saldrá con él su mujer. 4 Pero si el
y sonido de la trompeta, y veia
el amo le di ó mujer, y ella le dió a él
¡as llamas y la montaña humeante; hijos o hijas, la mujer y los hijos
y atemorizados, llenos de pavor, se serán del amo, y él saldrá solo 5 Si
estaban lejos. el siervo dijere: Yo quiero a mi amo,
19 Dijeron a mi mujer y a mis hijos, no quiero
a Moisés: «Háblanos tú,
y te escucharemos; pero que no nos salir libre; 6 entonces el amo le lle-
hable Dios, no muramos.» 20 Res- vará ante los jueces, y acercándose
pondió Moisés: «No temáis, que para a la puerta de la "asa o a la jamba
probaros ha venido Dios, para que de ella, le perforará la oreja con un
tengáis siempre ante vuestros ojos punzón, y el siervo lo será suyo de
su temor y no pequéis.» 21 El pueblo por vida.
7
se estuvo a distancia, pero Moisés Si vendiere un hombre a su hija,
se acercó a la nube donde estaba Dios. por sierva. no saldrá ésta como los
8
22
(2) Yave dijo a Moisés: "Habla otros siervos. Si ella desplace a su
así a los hijos de Israel: Vosotros amo, que estaba destinado, éste
al
mismos habéis visto como os he ha- permitirá que sea redimida; pero no
blado yo desde el cielo. 23 No os podrá venderla a extraños, después
hagáis "conmigo dioses de plata, ni de haberla despreciado. * Si la des-
os hagáis dioses de oro. 24 Me alzarás tinaba a su hijo, la tratará como se
un altar de tierra sobre el cual me trata a los hijos; 10 y si para éste
ofrecerás tus holocaustos, tus hostias tomare otra mujer, proveerá a l a
pacíficas, tus ovejas y tus bueyes. sierva de alimento, vestido y lecho .

11
En todos los lugares donde yo haga y si de estas tres cosas no la pro-'
memorable mi nombre, vendré a ti veyere, podrá ella salirse sin pagar
y te bendeciré. 25 Si me alzas altar nada, sin rescate.
12
de piedras, no lo harás de piedras El que hiera mortalmente a otro,
labradas, porque al levantar tu cincel será castigado con la muerte; 13 pero
contra la piedra la profanas. 26 No si no pretendía él herirle, y sólo por-
subirás por gradas a mi altar, para que Dios se lo puso ante ¡a mano le
que no se descubra tu desnudez. hirió, yo le señalaré un lugar donde
podrá refugiarse. 14 Si de propósito
Leyes respecto de la vida y la mata un hombre a su prójimo tra'do-
libertad, ramente, de mi altar mismo le arran-
carás para darle muerte. 18 El que
OI 1
He aquí las leyes que les darás: hiera a su padre o a su madre, será
2
Si compras un siervo hebreo, muerto. 16 El que robe un hombre,
te servirá por seis años; al séptimo háyalo vendido o téngalo en su poder,
será muerto. 17 El que maldijere a
Este decálogo, que contiene los funda
su padre o a su madre, será muerto.
(1)
memos de la ley mosaica, no tiene paralele
18 Si riñen dos hombres,
y uno
alguno en las religiones gentílicas ni en la filo- hiere al otro con piedra o con el
sofía antigua. Fuera del que aquí es el quinto, puño, sin causarle la muerte, pero
todos sus preceptos tienen forma negativa, de modo que éste tuviese que hacer
de prohibición. Tampoco se le ha de considerai
cama: 19 si el herido se levanta, y
como idéntico al decálogo cristiano. Es a él
lo que la ley es al Evangelio. Su« preceptos puede salir fuera apoyado en su
pueden dividirse en tres grupos. El primero, bastón, el que le hirió será quito
que contiene los cuatro primeros preceptos, pagándole lo no trabajado y lo gas-
se refiere a Dios, excluyendo toda idolatría, tado en la cura.
las imágenes de Dios en el culto, el perjurio, 20 Si uno hiere con palo a su siervo
pues el juramento llama, invoca a Dios por o a su sierva, de modo que muriere
testigo, y el trabajo en el sábado, que es la pro-
fanación del día por él santificado. El quinto
a su mano, se le exigirá responsabi-
precepto prescribe la honra a los padres, y es lidad; 21 pero si sobreviviere un día
el único a que expresamente se une una pro- o dos, no, pues hacienda suya era.
mesa. El tercer grupo se refiere al bien del pró- 22 en riña de horrbres golpeare
Si
jimo, condenando el homicidio, el adulterio, uno a una mujer encinta,y el niño na-
el robo, la calumnia, y la codicia de los bienes multado en
ciere sin más daño, será
del prójimo, incluyendo en éstos a la mujer.
la entidad que el marido de la mujer
(2) El conjunto de leyes comprendiJo
entre 20. 22-23. 33. se llama comúnmente pida y decidan los jueces; 23 pero si
Código de la alianza» resultare algún daño, entonces dará
ÉXODO, 22 SI

vida por vida, 24 ojo por ojo, diente vivo en sus manos, restituirá ei doble.
por diente, mano por mano, pie por 6 uno daña un campo o una viña,
Si
pie, 26 quemadura por quemadura, dejando pastar su ganado en el campo
herida por herida, cardenal por car- o en la v ña de otro restituirá por
:

denal. lo mejor del campo o lo mejor de


26 uno diere a su siervo o a su la viña.
Si
6
sierva un golpe en un ojo, y se lo Si propagándose un fuego por los
hiciere perder, habrá de ponerle en espinos, quema mieses recogidas o
libertad en compensación del ojo. en pie, o un campo, el que encendió
27
Y si le hiciere caer al siervo o a el fuego pagará el daño. 7 Si uno
la sierva un diente, le dará libertad da a otro en depósito dinero o uten-
en 'compensación de su diente. silios, y fueren éstos robados de la
28 Si un buey acornea a un hombre casa del otro, el ladrón, si es hallado,
8
o a una mujer, y se sigue la muerte, restituirá el doble. Si no parece el
el buey será lapidado, no se comerá ladrón, el dueño de la casa se pre-
su carne, y e! dueño será quito. sentará ante Dios, jurando no haber
29
Pero si ya de mucho antes el buey puesto su mano sohre lo ajeno. 9 Toda
acorneaba, y requerido el dueño, no acusación de fraude, sea de buey, de
lo tuvo encerrado, el buey será lapi- asno, de oveja, de vestido, de cual-
dado, si mata a un hombre o a una quier cosa desaparecida, de que se
mujer, pero el dueño será también diga, «esto esn, decídase por jura-
reo de muerte. 30 Si en vez de la mento ante Dios. El que fuere con-
muerte le pidieran al dueño un pre- denado restituirá el doble.
10 Si uno entrega en depósito
cio como rescate de la vida, pagará a su
lo que se le imponga. 31 Si el buey prójimo, asno, buey, oveja o cual-
hiere a un niño o a una niña, se quier otra bestia, y lo depositado
aplicará esta misma ley; 32 pero si muere o se estropea, o es cogido
el herido fuese un siervo o una sierva, por los enemigos, sin que nadie lo
pagará el dueño treinta siclos de hava visto, 11 se interpondrá entre
plata al dueño del esclavo o de la ambas partes el juramento de Yave,
|

esclava, y el buey será lapidado. |


de no haber puesto el depositario
33 Si uno abre una cisterna, o cava mano sobre el bien de su prójimo.
una, y no la cubre, y cayere en elJa El dueño aceptará el juramento, y
I

un buey o un asno, 34 pagará el el depositario no será obligado a


¡

dueño de la cisterna en dinero el restituir; 12 pero si la bestia le fué


i

precio al dueño de la bestia, pero lo robada, restituirá al dueño. 13 Si la


j

muerto será para él. bestia fuere despedazada, preséntese


35 Si el buey de uno acornea a un lo destrozado,
j
y no tendrá que res-
buey de otro, y éste muere, se ven- tituir.
derá el buey vivo, partiéndose el 54 Si uno pide a otro prestada una
precio, y se repartirán igualmente el bestia, y ésta se. estropea o muere,
buey muerto. 36 Pero si se sabe que no estando presente el dueño, el
el buey acorneaba ya de mucho tiem- prestatario será obligado a restituir;
po atrás, y su dueño no lo tuvo ence- 15 pero si estaba presente el dueño,
rrado, dará éste buey por buey, y no tendrá que restituir el prestata-
el buey" muerto será para él, rio. Si el préstamo fué por precio,
reciba el dueño lo estipulado.
16
Si uno seduce a una virgen no
Leyes relativas a la propiedad. desposada, y tiene con ella comercio
carnal, pagará su dote y la tomará
1
Si uno roba un buey o una por mujer. 17 Si el padre rehusa
22 oveja, y la mata o la vende, res- dársela, el seductor pagará la dote
tituirá cinco bueyes por uno y cuatro que se acostumbra dar por las vír-
ovejas por oveja. 2 Si el ladrón fuere genes.
sorprendido forzando de noche, y 18 No dejarás con vida a los hechi-
fuese herido y muriese, no será el que ceros.
19
le hiere- reo de sangre; 3 pero si hu- El reo de bestialidad será muerto.
biese ya salido el sol, responderá cié 20 Los que ofrezcan sacrificios a
la sangre. 4 El ladrón restituirá; y dioses extraños serán exterminados.
si no tiene con qué, será vendido por 21 No
maltratarás al extranjero ni
lo que robó; y si lo que robó, buey, le oprimirás, pues extranjeros fuisteis
ásno u oveja, se encuentra todavía vosotros en la tierra de Egipto.
6
82 ÉXODO. 23

22
No dañarás a la viuda ni al la dejarás descansar, que coman los
huérfano. 23 Si eso haces, ellos cla- pobres de tu pueblo, y que quede lo
marán a mf, y yo oiré sus clamores: lo coman las bestias del campo. Eso
24 se encenderá mi cólera y os des- harás también con las viñas y los
truiré por la espada, y vuestras mu- olivares.
jeres serán viudas, y vuestros hijos, 12
Seisdías trabajarás, y descan-
huérfanos. sarás séptimo, para que descansen
al
26 Si prestas dinero a uno también tu buey y tu asno, y se
de mi
pueblo, a un pobre que habita en recobre el hijo de tu esclava y el
medio de vosotros, no te portarás extranjero.
con él como acreedor, y no le exigirás 13 Guardad cuanto os he mandado.
usura. No te acuerdes del nombre de dioses
26 Si
tomas en prenda el manto de extraños, ni se oiga de tus labios.
tu prójimo, se lo devolverás antes 14 Tres veces cada año (1) cele-
de puesta del sol, 27 porque con
la braréis fiesta solemne. 16 Guarda la
eso se cubre él, con eso viste su carne, fiesta de los ácimos, comiendo ácimo
y ¿con qué va a dormir! Clamará a mf, siete días, como os he mandado, en
y yo le oiré, porque soy misericordioso. el mes de Abib; pues en esc mes
28 No desacreditarás a los jueces, salistede Egipto. No te presenta;
ni denigrarás a los príncipes de tu rás ante mí con las manos vacías
pueblo. 14 También la solemnidad del co-
29 No
dilatarás ofrecerme las pri- mienzo de la recolección, de las pri-
micias de tus cosechas y de tu lagar. micias de tu trabajo, de cuanto
Me darás el primogénito de tus hijos. hayas sembrado en tus campos.
80 Así harás con el primogénito de 17 También la solemnidad del fin
tus vacas y tus ovejas; quedará del año y de la recolección, cuando
siete días con su madre, y al octavo habrás recogido del campo todos sus
me lo darás. frutos. 18 Tres veces en el año com-
81 Sed para mí santos. No comeréis parecerá todo varón ante Yave, tu
la carne despedazada en el campo, Dios.
se la echaréis a los perros. No acompañarás de pan fermentado
la sangre de tu víctima, ni dejarás
23 1
^° esparzas rumores falsos. la carne de ésta para el día siguiente.
No te tinas con los impíos para 19 Llevarás a la casa de Yave,
testificar en falso. 2 te dejes arras-No tu Dios, las primicias de los frutos
trar a ello por otros. de tu suelo.
En las causas no respondas porque No cocerás el cabrito en la leche
así respondan otros; 8 ni aun en las de su madre.
20 Yo mandaré a un ángel ante ti,
de los pobres mentirás por compa-
sión de ellos. para que te defienda en el camino
4
Si el buey o el asno
encuentras y te haga llegar al lugar que te he
de tu enemigo perdidos, llévaselos. dispuesto. 21 Acátale, y escucha su
5
Si encuentras el asno de tu enemigo voz, no le resistas, porque no per-
caído bajo la carga, no pases de donará vuestras rebeliones y porque
largo, ayúdale a levantarlo. lleva mi nombre. 22 Pero si le escu-
* No
tuerzas el derecho del pobre chas, y haces cuanto él te diga,
en sus causas. Aléjate de toda men- yo seré el enemigo de tus enemigos,
23 pues
tira, y no hagas morir al inocente y afligiré a los que te aflijan,
y al justo, porque yo no absolveré mi ángel marchará delante de ti y
al culpable. 8 No recibas regalos, te conducirá a la tierra de los amo-
que ciegan a los prudentes y tuercen neos, de los gcteos, de los fereceos
la justicia. de los cananeos, de los jeveos y de
9
No hagáis dafio al extranjero; los jebuseos, que yo exterminaré.
ya sabéis lo que es un extranjero,
pues extranjeros fuisteis vosotros en (i) Estas fiestas tienen un doble carácter;
la tierra de Egipto. son fiestas agrícolas, y en este aspecto, si no
todas, alguna se halla entre los pueblos gentiles.
Para Israel, el principa) aspecto es el histórico,
Diversas leyes ceremoniales. '.a pascua, conmemoración de la salida de Egip-
de los tabernáculos, memoria de la
to; la fiesta
estancia en el desierto; la de Pentecostés, si no
10
Sembrarás tu tierra seis años y lo fué desde el principio, quedó después como
recogerás sus cosechas; 11 al séptimo conmemoración de la promulgación de la ley.
ÉXODO, 24, 25 83

24No adores sus dioses ni los sirvas; diciendo: «Esta es la sangre de la


no imites sus costumbres, y derriba alianza que hace con vosotros Yave:
y destruye sus cipos.
25 Servirás a sobre todas estas palabras.» 9 Subió
Yave, tu Dios, y él bendecirá tu Moisés con Arón, Nadab y Abiú y
pan y tu agua, y alejará de en medio setenta ancianos de Israel, 10 y vieron
de vosotros las enfermedades, 26 y al Dios de Israel. Bajo sus pies había
no habrá en vuestra tierra mujer como un pavimento de baldosas de
que se quede sin hijos, ni sea estéril, zafiro, brillantes como el mismo cielo.
y largos años. 27 Mi terror
vivirás 11 No tendió su mano contra los que
te precederá, y perturbaré a todos de lejos le vieron. Comieron y be-
los pueblos a que llegues, y todos
.
bieron.
tus enemigos volverán ante ti las
espaldas, 28 y mandaré ante ti tába-
nos, que pondrán en fuga a jeveos, Sube Moisés solo a la cumbre
cananeos y geteos delante de ti. del Sinaí.
29
No los arrojaré en un solo año,
no quede la tierra desierta, y se 12
Dijo Yave a Moisés: «Sube a mí
multipliquen contra ti las fieras. al monte y estáte allí. Te daré
30 Poco
a poco los haré desaparecer unas tablas de piedra, escritas en
ante ti hasta que crezcas y poseas la ellas las leyes y mandamientos que
tierra. 31 Te doy por confines desde te he dado, para que se las enseñes.
el Mar Rojo hasta el Mar de Pales-
13Cuando iba a subir Moisés a la
tina y desde el desierto hasta el río. montaña con Josué, su ministro
Pondré en tus manos a los habitan- 14 a los ancianos: «Esperadnos
dijo
tes de esa tierra, y los arrojarás aquí hasta que volvamos. Quedan
de ante ti. No pactarás con ellos
32 con vosotros Arón y Jur; si alguna
ni con sus dioses; 33 no sea que habi- cosa grave hay, llevadla a ellos.»
tando en tu tierra, te hagan pecar 15 Subió Moisés a la montaña,
16 La gloria
y
contra mí y sirvas a sus dioses, que la nube la cubrió. de Yave
sería tu ruina.» estaba sobre el monte Sinaí y la
nube la cubrió durante seis días.
Al séptimo llamó Yave a Moisés de
Moisés, con los nucíanos, sube en medio de la nube. 17 La gloria de
al Slnui. Yave parecía a los hijos de Israel
como un fuego devorador sobre la
e\Á Dijo también a Moisés: «Sube
1 cumbre de la montaña. 18 Moisés
¿á'X aYave tú, Arón, Nadab y penetró dentro de la nube, y subió
Abiú, con setenta de los ancianos a la montaña, quedando allí cuarenta
de Israel, y adoraréis desde lejos. ''ías y cuarenta noches.
2 Sólo Moisés se acercará a Yave,
pero ellos no se acercarán, ni subi-
3
rá con ellos el pueblo.» Vino, pues, Mandato de construir el Taber-
Moisés, y trasmitió al pueblo todas náculo.
las palabras de Yave y sus leyes,
1
y el pueblo a una voz respondió: í)r Yave habló a Moisés, di-
«Todo cuanto ha dicho Yave, lo Ao
ciendo: 2 «Di a los hijos de
cumpliremos.» 4
Escribió Moisés to- Israel que me traigan ofrendas; vos-
das las palabras de Yave. Levantóse otros las recibiréis para mí, de cual-
de mañana, y alzó al pie de la mon- quiera que de buen corazón las ofrez-
taña un altar y doce piedras, por ca. 3 He aquí las ofrendas que reci-
las doce tribus de Israel; 5 y mandó a biréis de ellos: oro, plata y bronce;
algunos jóvenes, hijos de Israel, y 4 púrpura violada y púrpura escar-
ofrecieron a Yave holocaustos, inmo- lata, carmesí; lino fino y pelo de
laron toros, víctimas pacíficas a Yave. cabra; 6 pieles de carnero teñidas de
6 Tomó Moisés la mitad de la san- rojo y teñidas de violeta; madera de
gre, poniéndola en vasijas, y la otra acacia; 6 aceite para las lámparas,
mitad la derramó sobre el altar. aromas para el óleo de unción, y
7 Tomando después el Libro de la para los incensarios; 7 piedras de
Alianza, se lo leyó al pueblo, que ónice y otras piedras de engaste
respondió: «Todo cuanto dice Yave, para el efod y el pectoral. 8 Que me
lo cumpliremos, obedeceremos.» 8 To- hagan un santuario, y habitaré en
mó él la sangre y aspergió al pueblo, medio de ellos. 9 Os ajustaréis a
8 ÉXODO, 25

cuanto voy a mostrarte como modelo 17 Harás un propiciatorio


de oro
del santuarioy de sus utensilios (1). puro, de dos codos y medio de largo
un codo medio de 18 Harás
y y ancho.
El arca, el propiciatorio, los dos querubines de oro, de oro macizo,
querubines. a los dos extremos del propiciatorio,
19
uno al uno, otro al otro lado de él.
10
Se hará un arca de madera de Los dos querubines estarán a los
acacia, dos codos y medio de larga, dos extremos. 20 Estarán cubriendo
codo y medio de ancha y codo y cada uno con sus dos alas desde arriba
medio de alta. el propiciatorio, de cara el uno al
11 La cubrirás de oro puro, por mirando al propiciatorio. 21 Pon-
-
otro,
dentro y por luera, y en torno de drás el propiciatorio sobre el arca"

ella pondrás una moldura de oro. encerrando en ella el testimonio que


12 Fundirás para ella cuatro anillos yo te daré. 22 Allí me encontrarás,
de oro, que pondrás en los cuatro y de sobre el propiciatorio, de en
ángulos, dos de un lado y dos de medio de los dos querubines, te
otro. 13 Harás unas barras de madera comunicaré yo todo cuanto para los
de acacia, y las cubrirás de oro, hijos de Israel te mandare (1).
14
y las pasarás por los anillos de los
lados del arca para que pueda lle-
varse. 15 Las barras quedarán siempre La mesa.
en los anillos y no se sacarán.
19 En el arca pondrás el testimonio 23
Harás de madera de acacia una
que yo te daré. mesa de dos codos de largo, un
codo de ancho y codo y medio de
(i) Fué, pues, construido el tabernáculo
y sus utensilios con los despojos de Egipto, (i) Estas palabras expresan un hecho
fia. 34.) Minas de cobre para el bronce las fundamentalísimo en la religión mosaica, la
habla en la península del Sinaí, muy conocidas habitación de Dios en medio de su pueblo,
y explotadas por los egipcios. hecha sensible en el tabernáculo y después en
ÉXODO, 26 8.1

alto; 24 la revestirás de oro puro, y i


y todo de oro puro, ma-
solo cuerpo,
harás de ella una moldura de oro cizo. 87
Harás para él siete lámparas,
25
Harás también que pondrás sobre el candelabro,
todo en derredor. ;

un reborde de un codo de alto en para que luzcan de frente. 3S Las


!

torno, enguirnaldado de oro. 26 Le despabiladeras y la cazoleta donde se


¡

harás también cuatro anillos de oro, apaguen los pábilos cortados, serán
que pondrás en los cuatro ángulos,
cada uno a su pie 27 y por debajo
de la moldura de oro, para meter i) ) $
por ellos las barras, para llevar la !

mesa. 28 Las barras para llevar la I

mesa las harás también de madera


de acacia y las cubrirás de oro.
29 también sus platos, sus
Harás
sus copas, sus tazas para
navetas,
las libaciones, 30 y tendrás sobre J lililí) [1111)1
iüi
esa mesa perpetuamente ante mí los
panes de la proposición.
MUI» uji[:::d ¡PJ

El candelabro de oro. de oro puro. 39 Un talento de oro


puro se empleará para hacer el can-
31 Harás un candelero de oro puro, delabro con todos sus utensilios.
todo lo harás de oro puro, de oro 40 Mira, y hazlo conforme al modelo
macizo, con su base, su tallo, sus que en la montaña se te ha mostrado.
cálices, sus globos y sus lirios sa-
liendo de él. 32 Seis brazos saldrán
de sus lados, tres del uno y tres del La morada o habitáculo.
otro. 33 Tres cálices, a modo de flores
de almendro; tendrá el primer brazo, O/L 1 La morada la harás de diez
con sus globos y lirios; tres cálices, ~" cortinas; de hilo torzal de lino
a modo de flores de almendro, con fino, teñido de púrpura violeta, púr-
sus globos y lirios, el segundo; y pura escarlata y carmesí, entretejido
lo mismo todos los seis brazos que y representando querubines en tejido
salen del tallo. 34 El tallo llevará plumario. 2
Cada cortina tendrá
cuatro cálices, a modo de flores de veintiocho codos de largo y cuatro
almendro, con sus globos y lirios: codos de ancho; todas las cortinas
de cada dos brazos saldrá una flor, tendrán las mismas dimensiones. 3 Las
una sobre los dos inferiores, otra unirás de cinco en cinco, 4 y pondrás
sobre los dos siguientes, y otra sobre lazos de púrpura violeta en el borde
los dos superiores. 36 Todo hará un de la cortina que termina el primer
conjunto y lo mismo en el extremo
del segundo. 5 Cincuenta lazos en el
el templo, que la gloria de Dios llena, al inau-
gurarse. Esta es la principal gloria de Israel borde del primero y cincuenta en el
ante las naciones, ser el pueblo de Dios y ser borde del segundo, correspondién-
Dios el Dios de este pueblo. (Deut. 4. 7.) dose los lazos los unos a los otros.
ÉXODO, 26 87

Pondrás cincuenta anillas en uno sobre ésta, de pieles teñidas de color


de los conjuntos de cortinas y cin- violeta. 15 Harás también para la
cuenta en el otro, contrapuestas morada tablones de madera de aca-
entre sí. 8 Harás cincuenta garfios cia, que pondrás de pie, 16 y tendrán
de oro, y unirás con ellos una cortina cada uno diez codos de largo y codo
a la otra, para que hagan una sola y medio de ancho. 17 En cada uno
morada. 7 Harás también once tapi- habrá dos espigas paralelas entre sí.
ces de pelo de cabra para el taber- 18 De estos tablones, veinte estarán
náculo, que cubrirá la morada. 8 Cada en el lado del austro, hacia el medio-
tapiz tendrá treinta codos de largo día. 19 Harás cuarenta basas de plata
y cuatro de ancho. 9 Los unirás en para debajo de los veinte tablones,
|

•los grupos, uno de cinco y el otro dos basas para debajo de cada tablón,
|

de seis, de modo que el sexto tapiz para las dos espigas. 20 En el otro
del segundo se doble sobre el frente lado de la morada, que mira al aquilón,
del tabernáculo. 10 Harás cincuenta harás otros veinte tablones 21 y cua-
anillos de bronce, para el borde de renta basas de plata, dos basas para
uno de los conjuntos, para que pueda debajo de cada tablón. 22 Al lado
unirse otro, y cincuenta para e]
al que mira al occidente pondrás seis
borde del otro, para que pueda unirse tablones, 23 y otros dos en cada
11 Harás también cin- uno de los ángulos posteriores de
al primero.
cuenta garfios de bronce, para unir la morada, 24 unidos ambos desde
anillos con anillos, de modo que todo abajo hasta arriba, de modo que
haga un solo tabernáculo. 12 Lo cada dos vengan a hacer un tablón
que sobresale de los tapices del uno angular. 25 Son, pues, entre todos
que hay más, la mitad del tapiz ocho tablones con sus dieciséis basas
sobrante, penderá soLrf la parte pos- de plata. 26 Harás también barras
terior de la morada; y la otra mitad, traveseras de madera de acacia,
13
un codo de un lado, un codo del cinco para los tablones de un lado,
otro, que es lo que sobra de lo largo 27 cinco para los del otro,
y cinco
del tabernáculo, se extenderá sobre para los tablones de la morada del
los lados de lo morada, a uno y a lado que cierra el fondo hacia el
otro, para cubrirlos. occidente. 28 La barra travesera de
14 Harás también para el taber- en medio, que pasará por el medio
náculo una cubierta de pieles de de los tablones, se extenderá a todo
carnero, teñidas de escarlata, y otra lo largo de cada pared, desde el uno
88 ÉXODO, 26

al otro extremo. 29 Los tablones los arca del testimonio. 34 El velo ser-
recubrirás de oro, y harás de oro virá para separar el lugar santo del
los anillos en que han de entrar lugar santísimo. 35 Pondrás sobre
las barras traveseras, y éstas las el arca del testimonio el propicia-
torio, en el lugar santísimo. La mesa
la pondrás delante del velo; y frente
a la mesa, el candelabro. Este, del
lado meridional de la morada: la
mesa, del lado del norte.

recubrirás también de oro. 30 Toda


la morada la harás conforme al
modelo que en la montaña te ha
sido mostrado.

El velo de separación en
la murada.
31
Haz también un velo de lino
torzal, de púrpura violeta, púrpura
escarlata y carmesí, entretejido en
tejido plumario, figurando queru-
bines. 32 Le colgarás de cuatro colum-
nas de madera de acacia recubier-
tas de oro, provistas de corchetes La cortina para la entrada del
de oro, y sus cuatro basas de plata. habitáculo.
33 Colgarás el velo 36 Harás también para la entrada
de los corchetes,
y allí, detrás del velo, pondrás el del habitáculo un velo de lino torzal,
ÉXODO, 27 8Í)

púrpura violeta, púrpura escarlata y para el barras de madera de


altar
carmesí, entretejido en tejido plu- acacia, recubrirás de bronce,
y las
mario. 37 Para este velo harás cinco 7
Pasarán por sus anillos, y estarán
columnas de madera de acacia, recu- a ambos lados del altar cuando haya
biertas de oro y con corchetes de de transportarse. 8 Lo harás hueco,
oro, y fundirás para ellas cinco basnsj en tableros, como en la montaña te
de bronce. I ha sido mostrado.

El altar de los holocaustos. El atrio.

27 1
Harás un altar de madera 9
Harás para la morada un atrio.
de acacia de cinco codos de Del lado del mediodía tendrá el atrio
largo y cinco de ancho, cuadrado, y cortinas de lino torzal, en una exten-
tres codos de alto. 2 A cada uno de sión de cien codos a lo largo del lado,
10
sus cuatro ángulos pondrás un cuerno; y veinte columnas con sus basas
saldrán del altar, y los revestirás de bronce. Los corchetes de las co-
de bronce. 3 Harás para el altar un lumnas y sus anillos serán de plata.
11 Lo mismo
vaso para recoger las cenizas, paleta, en el lado del norte,
aspersorio, tenazas e incensario; todos tendrá cortinas en un largo de cien
estos utensilios serán de bronce. codos, y veinte columnas con sus
4
Harás para él una rejilla de bronce veinte basas de bronce. Los corchetes
en forma de malla, y a los cuatro de las columnas y sus anillos serán
ángulos de la rejilla pondrás cuatro de plata. 12 Del lado del occidente
anillos de bronce. 5 La colocarás tendrá cortinas a lo largo de cincuenta
debajo de la corona del altar, a la codos, y diez columnas con sus diez
mitad de la altura de éste. 6 Harás basas. 13 Del lado de oriente, tendrá
90 ÉXODO, 28

también cincuenta codos 14 y en él mente entretejidos. 7


Tendrá dos
habrá cortinas, a lo largo de quince hombreras para unirse la una con
codos desde un extremo 15 y quince la otra banda, dos por extremo, y
desde el otro, con tres columnas y así se unirán. 8 El cinturón que lle-
tres basas en una parte, y tres co- vará para ceñírselo será del mismo
lumnas y tres basas en la otra. tejido que él, de lino torzal, oro,
16 Para la entrada del atrio habrá púrpura violeta, púrpura escarlata
un velo de veinte codos, de lino y carmesí. 9 Toma dos piedras de
torzal en púrpura violeta, púrpura ónice, y graba en ellas los nombres
escarlata y carmesí, entretejido en de los hijos de Israel, 10 seis de ellos
tejido plumario, que colgará de cuatro en una y seis en la otra, por p\ orden
columnas con sus cuatro basas. 17 To- de su generación. 11 La 0 tallarás
das las columnas que cierran el atrio como se tallan las piedras preciosas,
tendrán corchetes de plata y basas y grabarás los nombres de los hijos
de bronce. 18 Será el atrio de cien de Israel, como se graban los sellos;
codos de largo, cincuenta de ancho y las engarzarás en oro, 12 y las pon-
de ambos lados y cinco de alto, de drás en los hombros del efod, una
lino torzal y basas de bronce. en cada uno, para memoria de los
19
Todos los utensilios para el ser- hijos de Israel; y asi llevará Arón
vicio de la morada, todos sus clavos sus nombres sobre los hombros ante
los clavos del atrio serán de Yave, para memoria. 13 Harás tam-
y todos
bronce. 20 Manda a los hijos de Tsracl bién engarces de oro 14 y dos cade-
que traigan aceite de olivas macha- nillas de oro puro, a modo de cordón,
cadas, para alimentar continuamente y las fijarás en los engarces.
la lámpara. 21 En el tabernáculo de
la reunión, del lado de acá del velo
tendido delante del testimonio, Arón El pectoral.
y sus hijos las prepararán, para que
ardan de la noche a la mañana en 15
Harás un pectoral de juicio, del
presencia de Yavc. Es ley perpetua mismo tejido del efod, de hilo torzal
para los hijos de Israel, de generación de lino, oro, púrpura violeta, púr-
en generación. pura escarlata y carmesí. 16 Será
cuadrado y doble, de un palmo de
largo y uno de ancho. 17 Le guarne-
Las vestiduras sacerdotales. cerás de pedrería en cuatro filas.
En la primera fila pondrás una
()0 1 Y
tú haz que se acerque Arón, sardónica, un topacio y una esme-
tu hermano, con sus hijí.s, de en ralda; 18 en la segunda un rubí, un
medio de los hijos de Israel, para que zafiro y un diamante; 19 en la ter-
sean mis sacerdotes: Arón y Nadab, cera un ópalo, un ágata y una ama-
Abiú, Eleazar c Itamar, hijos de tista; 20 y en la cuarta un crisólito,
21
Arón. un ónice y un jaspe. Todas estas
2
Harás a Arón, tu hermano, ves- piedras irán engarzadas en oro, cu-
tiduras sagradas, para gloria y orna- briendo el pectoral, doce en número
mento. 3 Te servirás para ello de los según el número de los hijos de Is-
hombres diestros que ha llenado el rael; como se graban los sellos, así
espíritu de sabiduría, y ellos harán se grabará en cada una el nombre de
las vestiduras de Arón, para consa- cada una de las doce tribus. 22 Harás
grarle, para que ejerza mi sacerdocio. para el pectoral cadenillas de oro
4 He aquí lo que han
de hacer: un puro, retorcidas a modo de cordón,
23
pectoral, un efod, una sobret única, y dos anillos de oro, que pondrás
una túnica a cuadros, una tiara y un a dos de los extremos del pectoral;
ceñidor. 6
Se emplearán para ellas 24 pasarán los dos cordones de oro
oro y telas tejidas en jacinto, púr- por los dos anillos fijados en los extre-
pura y carmesí, y lino fino. mos del pectoral; 26 y fijarás dos extre-
midades de los cordones a los engarces
del pectoral y las otras dos extremi-
I I efod. dades las unes a los engarces de la
parte anterior de las dos piedras de
9
El efod lo harán de oro, e hilo los hombros del efod. 24 Harás otros
torzal de lino, púrpura violeta, púr- dos anillos de oro, que pondrás a los
pura escarlata y carmesí, artística- dos extremos inferiores del pectoral,
ÉXODO, 29 91

en borde Interior que se aplica el La túnica, la tiara y los calzones.


el
efod, 27y dos anillos de oro, que pon-
39
drás en la parte superior de las hom- La túnica la harás de lino, y
breras del efod, por delante, cerca una tiara también de lino y un cin-
de la unión, y por encima del cin- turón de varios colores.
40 Para los hijos de Arón harás
turón del efod. 28 Se unirá el pectoral
por sus anillos a los anillos del efod túnicas, cinturones y tiaras, para
con una cinta de jacinto, para que gloria y ornamento. 41 De estas ves-
quede el pectoral por encima del tiduras revestirás a Arón, tu hermano,
cinturón del efod, sin poder separarse y a sus hijos. Los ungirás, les llenarás
de él. 29 Asi, cuando entre Arón las manos y los santificarás, para que
en el santuario, llevará sobre su me sirvan de sacerdotes. 42 Hazles
corazón los nombres de los hijos calzones de lino para cubrir su des-
de Israel en el pectoral de juicio, nudez, que lleguen desde la cintura
en memoria perpetua ante Yave. hasta los muslos. 43 Los llevarán Arón
30 Pondrás también en el pectoral
y sus hijos cuando entren en el ta-
de juicio los urim y los tnmmim, bernáculo de la reunión, y cuando
para que estén sobre el corazón de se acerquen al altar para servir en
Arón cuando se presente ante Yave, el santuario; así no incurrirán en
y lleve así constantemente sobre su falta y no morirán. Es ley perpetua
corazón ante Yave el juicio de los ésta para Arón y para sus descen-
hijos de Israel. dientes después de él.

La sobretúnica. La consagración de los sacerdotes.

31
2Q 1
He
aquí lo que has de hacer
La de la sobretúnica del
tela para
consagrarlos sacerdotes a
efod la harás toda enteriza de jacinto. mi servicio. Tomarás de entre el ga-
32 Tendrá
en medio una abertura nado un novillo y dos carneros, todos
para la cabeza, y esta abertura sin mácula; 2 panes ácimos, tortas
tendrá todo en torno un refuerzo, ácimas, amasadas con aceite, y fri-
tejido como el que llevan las orlas suelos ácimos untados de aceite, todo
de los vestidos para que no se rompan. ello hecho de flor de harina de trigo;
33
En la parte inferior pondrás gra- 3
y lo pondrás todo en un cestillo,
nadas de jacinto, de púrpura y de y lo presentarás así, al tiempo de la
carmesí, alternando con campani- presentación del novillo y de los dos
llas de oro, todo en derredor, 34 una carneros. 4
Haz a Arón y a sus hijos
campanilla de oro y una granada avanzar a entrada del tabernáculo
la
sobre la orla de la vestidura, todo de la reunión, y lávalos con agua.
en torno. 38 Arón se revestirá de 5 Después, tomando las vestiduras,

ella para su ministerio, para que se viste a Aróft la túnica, la sobretúnica,


haga oír el sonido de las campa- el efod y el pectoral, y cíñele el efod
nillas cuando entre y salga del san- con cinturón. 6 Pon sobre su cabeza
el
tuario Yave, y no muera. la y en la tiara la lámina de
tiara,
la santidad. 7 Toma el óleo de uncio-
nes, derrámalo sobre su cabeza, y
La diadema. le ungirás.
8
Haz que se acerquen sus
hijos, y les revistes las túnicas, 9 los
ciñes con los cinturones y Ies pones
36 Harás una lámina
de oro puro, las tiaras. A ellos les corresponderá
y grabarás en ella como se graban el sacerdocio por ley perpetua. Tú
los sellos: «Santidad a Yave.» 37 La instituirás Arón
y a sus hijos.
a
sujetarás con una cinta de jacinto 10 Trae luego novillo ante el ta-
el
a la tiara por delante. 38 Estará bernáculo de reunión, y Arón y
la
sobre la frente de Arón, y Arón sus hijos pondrán sus manos sobre
llevará las faltas cometidas en todo 11
la cabeza del novillo. Degüella el
lo santo que consagren los hijos de novillo ante Yave, a la entrada del
Israel en toda suerte de santas ofren- tabernáculo de la reunión; 12 toma
das; estará constantemente sobre la la sangre de) novillo, y con tu dedo
frente de Arón ante Yave, para que unta de ella los cuernos del altar,
hallen gracia ante él. v la derramas al pie del altar. 13 Coge
92 ÉXODO, 29

todo sebo que cubre las entrañas,


el darán los hijos de Israel, pues es
la redecilla del hígado y los dos rí- ofrenda de elevación, y en los sacri-
ñones con el sebo que los envuelve, ficios eucarísticos de los hijos de
y lo quemas todo en el altar. 14 La Israel, la ofrenda de elevación es
carne del novillo, la piel y los excre-de Yave.
29
mentos, los quemarás fuera del cam- Las vestiduras sagradas que
pamento. Este es el sacrificio por el usará Arón, serán después de él las
pecado. de sus hijos; con ellas serán ungidos,
15 Tomarás luego uno de los car-
y con ellas se les llenarán las manos.
neros, y Arón y sus hijos pondrán sus 30 Siete días las llevará el que de sus
manos sobre la cabeza de aquél; hijos sea sacerdote en lugar suyo,
16 degüella
el carnero, y riega con su y entre en el tabernáculo de la reunión
sangre el altar todo en derredor. para ministrar en el santuario.
17 31 Tomarás la carne del carnero
Descuartiza el carnero, y lavando de
las entrañas y las piernas, las pones inauguración, y la harás cocer en
sobre los otros trozos y la cabeza, lugar santo. 32 Arón y sus hijos co-
18 quemarás todo sobre el altar. merán a la entrada del tabernáculo
y lo
Es el holocausto a Yave, de suave olor, de la reunión la carne del carnero y
el sacrificio a Yave por el fuego. los ácimos del cestillo. 33 Comerán
19
Toma luego el otro carnero, y lo que ha servido para su expiación,
Arón y sus hijos le pondrán sus para llenarles las manos y consa-
manos sobre la cabeza. 20 Degüella grarlos. No comerá de ello ningún
el carnero, y tomando su sangre, unta extraño, porque son cosas santas.
de ella el lóbulo de la oreja derecha 34 Si algo queda de las carnes de la
de Arón y el lóbulo de la oreja dere- consagración o de los panes para el
cha de sus hijos, el pulgar de sus día siguiente, lo quemarás y no se
manos derechas y el pulgar de sus comerá, porque es cosa santa.
35 Cumplirás respecto
pies derechos, y regarás de sangre el de Arón y
altar todo en derredor. 21 Coge de de sus hijos todo cuanto te he man-
la sangre que habrá sobre el altar dado. 36 Durante siete días los con-
y el óleo de unciones, y asperge a sagrarás, y cada día ofrecerás el no-
Arón y sus vestiduras, y a sus hijos villo en sacrificio por el pecado sobre
y sus vestiduras, y así será consagrado el altar, para expiación, y le ungirás
él y sus vestiduras, sus hijos y sus y le santificarás. 37 Durante siete
vestiduras. 22 Coge el sebo del car- días expiarás el altar y lo santifi
nero, la cola, el sebo que cubre las carás, y el altar será santísimo, y
entrañas, la redecilla del hígado, los cuanto a él toque será santo.
dos ríñones con el sebo que los en-
vuelve y la pierna derecha, pues este
carnero es carnero de inauguración. El holocausto perpetuo.
23 También ácimos
del cestillo de
puesto ante Yave, toma un pan, una 38 He aquí lo que sobre el altar

torta y un frisuelo, 24 y pon todo ofrecerás: dos corderos primales cada


esto en las palmas de las manos de día perpetuamente, 39 uno por la
Arón y de sus hijos, y haz que las mañana, el otro entre dos luces;
agiten como ofrenda agitada ante 40 con el primero ofrecerás un décimo
Yave. 25 Luego los cogerás de sus de harina de flor, amasado con un
manos, y los quemarás en el altar cuarto de hin de aceite de oliva ma-
encima del holocausto, en suave olor chacada y una libación de un cuarto
ante Yave, para ofrecérselo. 28 To- de hin de vino.
41
marás el medio pecho del carnero de El segundo cordero lo ofrecerás
inauguración, que sería de Arón, y entre dos luces, con una ofrenda y
lo agitarás como ofrenda agitada una libación iguales a las de la ma-
ante Yave; esa será tu parte. 27 San- ñana, en olor de suavidad; 42 es sacri-
tificarás el otro medio pecho de agi- ficio por el fuego a Yave, holocausto
tación y el brazuelo de elevación, que perpetuo en vuestras generaciones, a
han sido agitados y elevados del la entrada del tabernáculo de la
carnero de inauguración, lo que cede reunión, ante Yave, allí donde yo
en favor de Arón y de sus hijos, y me haré presente para hablarte. 43 Allí
esa será la parte de Arón y de sus me haré yo presente a los hijos de
hijos. 28 Esa será la parte de Arón Israel, y será consagrado por mi glo-
y sus hijos por ley perpetua que guar- ria. 44 Yo consagraré el tabernáculo
CXODO, 30 93

de la reunión y el aliar, y consagraré oculta el arca del testimonio y el


a Arón y a sus hijos para que sean propiciatorio que está sobre el tes-
sacerdotes a mi servicio. 46 Habitaré timonio, allí donde yo me he de
en medio de los hijos de Israel, y encontrar contigo. 7 Arón quemará
seré su Dios. 46 Ellos conocerán que en él el incienso; lo quemará todas
yo soy su Dios, que los he sacado lasmañanas, al preparar las lámpa-
8
de la tierra de Egipto para habitar ras, y entre dos luces, cuando las
entre ellos, yo, Yave, su Dios. ponga en el candelabro. Así se que-
mará el incienso ante Yave perpe-
tuamente entre vuestros descendien-
tes. 9
No ofreceréis sobre el altar
ningún perfume profano; ni holocaus-
tos, ni ofrendas, ni derramaréis sobre
10
él ninguna libación. Arón hará la
expiación sobre los cuernos del altar,
una vez por año, con la sangre de la
víctima expiatoria; y la expiación la
hará una vez por año, de generación
en generación. Este altar es santísimo
de Yave.

El rescate de la vida.
11
Yave habló a Moisés diciendo:
12
«Cuando enumeres a los hijos de Is-
rael para hacer el censo, cada uno
ofrecerá a Yave un rescate por su
vida, para que no sean heridos de
plaga alguna al ser empadronados.
13
Lo que dará cada uno que ha de
comprender el censo será medio siclo,
del peso del siclo del santuario, que
es de veinte güeras, medio siclo será
el don a Yave.
14 Todo hombre com-

prendido en el censo, de veinte años


para arriba, hará ese don a Yave;
15 ni el rico
dará más, ni el pobre
menos del medio siclo, para pagar el
don a Yave, como rescate de vues-
tras vidas. 16 Tú recibirás de los hijos
de Israel este rescate, y lo aplicarás
al servicio del tabernáculo de la
El altar de los perfumes. reunión; será para los hijos de Israel
memoria ante Yave en expiación de
Harás taml?i én un altar para sus vidas.»
30 1

quemar en él el incienso. Lo
harás de madera de acacia, 2 de un
codo de largo, un codo de ancho, La pila de bronce.
cuadrado, y de dos codos de alto.
17
Sus cuernos harán un cuerpo con él. Yave habló a Moisés, diciendo:
3
Lo revestirás de oro puro por arriba, «Haz un pilón de bronce con su base
por los lados todo en torno y los de bronce, para las abluciones. Lo
cuernos, y harás todo en derredor pondrás entre el tabernáculo de la
una moldura de oro. 4 Harás para él reunión y el altar, y pondrás agua
dos anillos de oro para dos de sus en él, 19 de la que tomarán Arón y
lados, que pondrás debajo de la sus hijos para lavarse las manos y
moldura a ambos lados, para las los pies. 20 Con este agua se lavarán,
barras con que pueda transportarse. para que no mueran, cuando entren
5
Las barras serán de madera de en el tabernáculo de la reunión,
acacia, y las revestirás de oro. 6 Co- cuando se acerquen al altar para el
locarás el altar delante del velo que ministerio y para quemar un sacrifi
94 ÉXODO, 31

ció a 21
Se lavarán pies y Los artiíiccs destinados a la obra.
Yave.
manos y no morirán. Esta será
así
ley perpetua para ellos, para Arón
1 Yave habló
y su descendencia de generación en a Moisés, diciendi
3 «Sabrás que
generación. yo llamo por su
nombre a Bezalel, hijo de Uri, hijo
de Jur, de la tribu de Judá. 3 Le he
El óleo de unción. y el timiama. llenado del espíritu de Dios, de sa-
biduría, de entendimiento y de saber,
22
Yave habló a Moisés, diciendo: para toda clase de obras, para toda
23 «Toma -aromas; suerte de manufacturas, 4 para pro-
quinientos siclos
yectar, para labrar el oro, la plata
de mirra de primera; la mitad, es
decir, doscientos cincuenta siclos, y el bronce, 8 para tallar piedras y
de cinamomo aromático, y doscientos engastarlas, para tallar la madera y
cincuenta siclos de caña aromática; ejecutar trabajos de toda suerte. 6 Le
24 quinientos siclos asocio Odolias, hijo de Ajisamec, de
de casia, según el
la tribu de Dan. He puesto la sabidu-
peso del siclo del santuario, y un hin
ría en el corazón de todos los hom-
de aceite de oliva. 25 Con esto harás
un aceite para la unción sagrada, y un bres hábiles, para que ejecuten todo
lo que te he mandado hacer: 7 el ta-
perfume compuesto con arreglo al
arte de la perfumería, que será el bernáculo de la reunión, el arca del
óleo para la unción sagrada. 28 Con testimonio, el propiciatorio de enci-
él ungirás el tabernáculo de la reunión,
ma, y todos los muebles del taber-
el arca del testimonio, 27 la mesa,
náculo; 8 la mesa, con sus utensilios,
el candelabro de oro, con sus uten-
con todos sus utensilios, el candelero,
silios, el altar de lus perfumes, 9 el
con sus utensilios, el altar del incien-
altar de los holocaustos, con sus uten-
so, 28 el altar de los holocaustos,
silios, la pila con su base, 10 las ves-
con sus utensilios, y el pilón con su
base. 2 * Así los consagrarás, y serán
tiduras sagradas para Arón y sus
hijos, para ejercer los ministerios
santísimos; cuanto los tocare será
santo. 30 Con él ungirás a Arón y sacerdotales; 11 el óleo de unción y
el timiama aromático para el santua-
a sus hijos, y los consagrarás para mi
rio. Cuanto yo te he mandado hacer,
servicio como sacerdotes. 31 Hablarás,
ellos lo harán.»
así a los hijos de Israel; ese será el
óleo de la unción sagrada para mí,
de generación en generación. 32 No
se derramará sobre cuerpo de hom- Renovación de la ley <íel sábado.
bre alguno, ni haréis parecido a él
de la misma composición; será cosa
sagrada, y como cosa sagrada lo mi- 12
Yave habló a Moisés diciendo:
raréis. 33 Cualquiera que haga otro 13
«Habla a los hijos de Israel y diles:
semejante, o de él diere a un prorano, No dejéis de guardar mis sábados,
será borrado de en medio de mil porque el sábado es entre mí y vos-
pueblo.» otros una señal para todas vuestras
34 Yave dijo
a Moisés: «Toma aro- generaciones, para que sepáis que
mas, estacte, uña aromática, gálbano soy yo, Yave, el que os santifico.
e incienso purísimo. Aromas e in- 14 Guardaréis el sábado, porque es
cienso entrarán por cantidades igua- cosa santa. El que lo profane será
les, 38 y harás con ellos el timiama, castigado con la muerte; el que en él
compuesto según el arte de perfume- trabaje será borrado de en medio
ría, salado, puro, santo. 34 Lo pulve- de su pueblo. 18 Se trabajará seis días,
rizarás, y lo pondrás delante del pero el día séptimo será día de des-
testimonio en el tabernáculo de la canso completo^ dedicado a Yave. El
reunión, donde me he de encontrar que trabaje en sábado, será castigado
yo contigo. Será para vosotros cosa con la muerte. 18 Los hijos de Israel
santísima el perfume que hagas, 37 y guardarán el sábado y lo celebrarán
nadie hará para si otro de la misma por sus generaciones, ellos y sus des-
composición; lo mirarás como cosa cendientes como alianza perpetua;
sagrada, perteneciente a Yave. 38 Cual- 17 será entre mí y ellos una señal
quiera que haga otro semejante para perpetua, pues en seis dias hizo Yave
aspirar su aroma, será borrado de los cielos y la tierra, y el séptimo día
en medio de su pueblo.» cesó en su obra y descansó.»
ÉXODO, 32 95

El becerro de oro. dijiste: yo multiplicaré vuestra des-


cendencia como las estrellas del cielo,
18 Cuando hubo acabado Yave de y toda la tierra de que os he hablado
hablar a Moisés en la montaña del se la daré a vuestros descendientes
Sinal, le dió las dos tablas del testi- en eterna posesión.» 14 Y se arre-
monio, tablas de piedra, escritas por pintió Yave del mal que había dicho
el dedo de Dios. haría a su pueblo.
15 Volvióse Moisés
y bajó de la mon-
3ty 1
El pueblo, viendo que Moisés taña, llevando en sus manos las dos ta-
_ tardaba en bajar de la mon- blas del testimonio, que estaban escri-
taña, se reunió en torno de Arón y tas de ambos lados, por una y otra cara.
16 Eran obra de Dios, lo mismo que
le dijo: «Anda, haznos un dios que
vaya delante de nosotros. Porque ese la escritura grabada sobre las tablas.
17 Josué oyó el ruido que el pueblo
Moisés, ese hombre que nos ha sa-
cado de Egipto, no sabemos qué ha hacía lanzando gritos, y dijo a Moi-
sido de él.» 2 Arón les dijo: «Coged sés: «En el campamento resuena ruido
los anillos de oro que tengan en sus de batalla.» 18 Moisés respondió:
orejas vuestras mujeres, vuestros hijos «No son gritos de victoria, ni gritos
y vuestras hijas, y traédmelos.» 3 To- de derrota, oigo la voz de los que
dos se quitaron los anillos de oro que cantan. » 19 Cuando estuvo cerca del
llevaban en las orejas y se los traje- campamento, vió el becerro y las
ron a Arón. 4 El los recibió de sus danzas; y encendido en cólera, tiró
manos, hizo un molde y en él un las tablas, y las rompió al pie de la
becerro fundido, y ellos dijeron: «Is- montaña. 20 Cogió el becerro que
rael, ahí tienes a tu Dios, el que te habían hecho, y lo quemó, desmenu-
ha sacado de la tierra de Egipto.» zándolo hasta reducirlo a polvo, que
6 Al ver "esto Arón, alzó un altar ante mezcló con agua, haciéndosela beber
la imagen y clamó: «Mañana habrá a los hijos de Israel.
21
fiesta en honor de Yave.» 6 Al día Moisés dijo -a Arón: «¿Qué te
siguiente levantándose de mañana, ha hecho este pueblo, para que tú
ofrecieron holocaustos y sacrificios hayas echado sobre él tan gran pe-
eucarísticos, y el puebio se sentó cado?» 22 Arón respondió: «Que no
luego a comer y beber, y se levan- se encienda la cólera de mi señor.
taron después para danzar. Tú mismo sabes cuán inclinado al
7
Yave dijo entonces a "Moisés: mal es este pueblo. 23 Me dijeron:
«Ve, baja, que tu pueblo, el que tú haznos un dios, que marche delante
has sacado de la tierra de Egipto, de nosotros, porque ese Moisés, ese
ha prevaricado. 8 Bien pronto se han hombre que nos sacó de la tierra de
desviado del camino que les prescribí. Egipto, no sabemos qué ha sido de él.
Se han hecho un becerro de metal 24 Yo les dije: Que los que tienen oro se
y se han prosternado ante él, di- despojen de él, y me dieron, lo eché
lo
ciendo: Israel, ahí tienes a tu dios, al fuego, y de él salló ese becerro.»
el que te ha sacado de la tierra de 26 Moisés, viendo que
el pueblo
Egipto.» Yave dijo a Moisés: «Ya estaba desarmado, pues había des-
lo
veo que este pueblo es un pueblo de armado Arón para dejarle a merced
cerviz dura. 10 Déjame, pues, que se de quien le atacase, 26 se puso a la
desfogue contra ellos mi cólera, y los entrada del campamento, y gritó:
consuma. Yo te haré a ti una gran «¡A mí los de Yavel», y todos los
nación.» 11 Moisés imploró a Yave, hijos de Leví se reunieron en torno
su Dios, y le dijo: «¿Por qué ¡oh de él. 27 El les dijo: «Así habla Yave,
Yavcl vas a desfogar tu cólera contra Dios de Israel: cíñase cada uno su
tu pueblo, que sacaste de la tierra espada sobre su muslo, pasad y re-
de Egipto con gran poder y brazo pasad el campamento de la una a
fuerte? 12 ¿Por qué habrán de poder la otra puerta, y mate cada uno a
decir los egipcios: para mal suyo los su hermano, a su amigo, a su deudo.»
sacó de la tierra de Egipto, para ha- 28 Hicieron
los hijos de Leví lo que
cerlos perecer en las montañas, y les mandaba Moisés, y perecieron
para exterminarlos de sobre la tierra? aquel día unos tres mil del pueblo.
Apaga tu cólera, y perdona la ini- 29
Moisés les dijo: «Hoy os habéis
quidad de tu pueblo. 13 Acuérdate consagrado a Yave, haciéndole cada
de Abraham, Isac y Jacob, tus siervos, uno oblación del hijo y del hermano;
a los cuales jurando por tu nombre, por ello recibiréis hoy bendición.»
96 ÉXODO, 33, 34

Intercesión de Moisés por el traba en ella Moisés, bajaba la co


pueblo. lumna de nube, y se paraba a la
entrada de la tienda, y Yave hablaba
30 Al con Moisés. 10 Todo el pueblo, al ver
día siguiente dijo Moisés al
pueblo: «Habéis cometido un gran la columna de nube parada ante la
pecado. Yo ahora voy a subir a Yave, entrada de la tienda, se alzaba, y
a ver si os alcanzo el perdón.» 31 Vol- se prosternaba a la entrada de sus
vióse Moisés a Yave, y le dijo: tiendas. 11 Yave hablaba a Moisés
«¡Oh, este pueblo ha cometido un cara a cara, como habla un hombre
gran pecado! Se han hecho un dios a su amigo. Luego volvía Moisés al
de oro. 32 Pero perdónales su pecado, campamento, pero su ministro, el
o bórrame de tu libro, del que tú joven Josué, hijo de Nun, no se
tienes escrito.» 33 Yave dijo a Moisés: apartaba de la tienda.
«A él, que ha pecado contra mí, es 12
Moisés dijo a Yave: «Tú me
al que borraré de mi libro. 34 Ve dices: haz subir a este pueblo, pero
ahora, y conduce al pueblo a donde no me das a conocer a quién man-
yo te he dicho. Mi ángel marchará darás conmigo, a pesar de que me
delante de ti, pero cuando llegue el has dicho: te conozco por tu nombre
día de mi visitación, yo los castigaré y has hallado gracia a mis ojos. 13 Si,
por su pecado.» 35 Así castigó Yave pues, en verdad he hallado gracia a
al pueblo, por haberse hecho el be- tus ojos, dame a conocer el camino,
cerro de oro, que les hizo Arón. para que yo, conociéndolo, vea que
he hallado gracia a tus ojos. Consi-
dera que este pueblo es tu pueblo.»
Orden de partida. 14 Yave le respondió: «Iré yo mismo
contigo y te descansaré.» 16 Moisés
^'í 1
Habló Yave a Moisés, y le añadió: «Si no vienes tú delante, no
«Anda, sube ya de aquí,
dijo: nos saques de este lugar, 16 pues
tú y el pueblo que has sacado de ¿en qué vamos a conocer yo y tu
Egipto, y ve hacia la tierra que con pueblo que hemos hallado gracia a
juramento prometí yo a Abraham, a tus ojos, sino en que marches con
Isac y a Jacob, diciendo: a tu des- nosotros, y nos gloriemos yo y tu
cendencia se la daré. 2 Yo mandaré pueblo entre todos los pueblos que
delante de ti un ángel, que arrojará habitan sobre la tierra?" 17 Dijo Yave
al cananeo, al amorreo, al geteo, al a Moisés: «También a eso que me
fereceo, al jeveo, y al jebuseo. 3 Sube pides accedo, pues has hallado gracia
a la tierra que mana leche y miel, a mis ojos, y te conozco por tu nom-
pues yo no subiré en medio de ti, bre. Yo mismo iré delante de ti y
porque eres un pueblo de dura cer- te guiaré.» 18 Moisés le dijo: «Mués-
viz, no sea que te destruya en el trame tu gloria», 19 y Yave respondió:
camino, o 4 Al oír estas duras pala- «Yo haré pasar ante ti todo mi bien,
bras, el pueblo se puso a llorar y pronunciaré ante ti mi nombre,
y nadie se vistió sus galas. 6 Entonces Yave, pues yo hago gracia al que
dijo Yave a Moisés: «Di a los hijos hago gracia, y tengo misericordia de
de Israel: sois un pueblo de dura quien tengo misericordia; pero mi
cerviz, si yo subiera con vosotros os faz no podrás verla, porque no puede
aniquilaría. Depon, pues, tus galas, verla el hombre y vivir. » 80 añadió:Y
y ya sabré yo lo que he de hacer.» «Ahí en ese lugar te pondrás conmigo
Los hijos de Israel se despojaron sobre la roca. 21 Cuando pase mi
de sus galas, a partir del monte gloria, yo te el hueco de
meteré en
Horcb. la roca, 22 y con mi mano
te cubriré
23
7
Moisés cogió su tienda y la puso mientras paso, luego retiraré mi
fuera del campamento, a alguna dis- mano, y me verás las espaldas, pero
tancia; le dió el nombre de tienda de mi faz no la verás.»
reunión, y todo el que buscaba a Yave
iba a la tienda de reunión, que estaba
fuera del campamento. 8 Cuando salía Moisés sube de nuevo a la cima
Moisés para ir a la tienda, se levan- del Sinai.
taba el pueblo todo, estándose todos
a la puerta de sus tiendas, y seguían QJ,
1
Yave dijo a Moisés: Sai
con sus ojos a Moisés, hasta que él " * dos tablas de piedra como las
entraba en la suya. B Una vez que en- primeras y escribe en ellas lo que
ÉXODO, 34 97

tenían las primeras que rompiste, tren a tus hijos a prostituirse también
2
y está pronto para mañana subir ellos ante sus dioses.
17 No te harás dioses de metal
temprano y presentarte a mí en la
cumbre de la montaña. 3 Que no suba fundido.
18 Guardarás la fiesta de los áci-
nadie contigo, ni aparezca nadie en
ninguna parte de la montaña, ni mos, durante siete días comerás pan
oveja, ni buey paste junto a la mon- ácimo, como te lo he mandado en
taña.» 4 Moisés talló dos piedras el tiempo señalado, en el mes de
como las dos primeras, y levantándose Abib, pues en ese mes saliste de
muy temprano, subió a la montaña Egipto. 19 Todo masculino que abre
del Sinaí, como se lo había mandado la vulva es mío: De todos los animales,
Yave, llevando en sus manos las dos de bueyes, de ovejas, será mío.
20 El primogénito del asno lo redi-
tablas de piedra.
5
Yave descendió en la nube, y mirás con una oveja, y si no lo redi-
poniéndose allí con él, pronunció el mes a precio, lo matarás. Redimirás
al primogénito de tus hijos, y no
j

nombre de Yave, 8 y pasando delante j

de él exclamó: «lYave, Yave!, Dios te presentarás ante mí con las manos


misericordioso y clemente, tardo a vacías.
21 Seis días trabajarás, el séptimo
la ira, rico en misericordia y fiel,
7
que conserva su gracia para mil descansarás; no ararás ni recolec-
generaciones, y perdona la iniquidad, tarás.
22
la rebelión y el pecado, pero no los Celebrarás la fiesta de las sema-
deja impunes, y castiga la iniquidad nas, de las primicias de la reco-
de los padres en los hijos hasta la lección del trigo, y la solemnidad de
tercera y cuarta generación!» 8 Moi- la recolección de la mies al fin del
sés se echó en seguida en tierra y año.
23
se prosternó, 9 diciendo: «Señor, si Tres veces al año se prosterna-
•he hallado gracia a tus ojos, dígnate, rán ante el Señor, Yave, Dios de
Señor, marchar en medio de nos- Israel, todos los varones; 24 pues yo
otros, porque este pueblo es de dura arrojaré de ante ti las gentes y
cerviz; perdona nuestras iniquidades dilataré tus fronteras, y nadie insi-
y nuestros pecados, y tómanos por diará tu tierra mientras subas para
heredad tuya. » 10 Yave respondió: presentarte ante Yave, tu Dios, tres
«Mira, voy a pactar alianza. Yo haré veces al año.
ante todo tu pueblo prodigios, cuales 25 No asociarás a pan fermentado
no se han hecho jamás en ninguna la sangre de la víctima, y el sacri-
tierra, ni en ninguna nación, para ficio de la fiesta de la Pascua no lo
que el pueblo que te rodea vea la guardarás durante la noche hasta
obra de Yave, porque he de hacer el siguiente día.
contigo cosas terribles. 11 Atiende 26 Llevarás a la casa
de Yave, tu
bien a lo que te mando hoy: Yo arro- Dios, las primicias de los frutos de
jaré de ante ti al amorreo, al cana- tu suelo.
neo, al geteo, al fereceo, al jeveo y No cocerás un cabrito en la leche
al jebuseo. 12 Guárdate de pactar de su madre.
27 Yave
con los habitantes de la tierra contra dijo a Moisés: «Escribe
la cual vas, pues sería para vosotros tú estas palabras, según las cuales
la ruina. 13 Derribad sus altares, i
hago alianza contigo y con Israel.»
romped sus cipos, y destrozad sus 28 Estuvo Moisés allí cuarenta
aseras (1). 14 No adores otro Dios días y cuarenta noches, sin comer y
que yo, porque Yave se llama celoso, sin beber, y escribió en las tablas
es un Dios celoso. 15 No pactes con los los diez mandamientos de la ley.
29
habitantes de esa tierra, no sea que Cuando bajó Moisés de la montaña
al prostituirse ellos ante sus dioses, del Sinaí, traía en sus manos las
ofreciéndoles sacrificios, te inviten, y dos tablas del testimonio, y no sabía
comas de sus sacrificios, 16 y tomes que su faz se había hecho radiante,
a sus hijas para tus hijos, y sus hijas, desde que había estado hablando con
al prostituirse ante sus dioses, arras- Yave. 30 Arón y todos los hijos
de Israel, al ver cómo resplandecía
la faz de Moisés, tuvieron miedo
(i) Grupo de troncos de árboles, con el
arranque de algunas ramas, que simbolizaba de acercarse a él. 31 Llamólos Moisés;
un bosque, símbolo a su vez de Astarté, diosa y Arón y los jefes de la asamblea
de la fecundidad. volvieron y se acercaron, y él les

7
98 ÉXODO, 35

habló. 32 Acercáronse luego todos la pila y su base; 17 las cortinas del


los hijos de Israel, y él les comunicó atrio, sus columnas, sus basas y la
todo lo que le había mandado Yave cortina para la puerta del atrio;
en la montaña del Sinaí. 33 Cuando 18 los clavos del habitáculo
y del
Moisés hubo acabado de hablar, se atrio y sus cuerdas; 19 las vestiduras
puso un velo sobre el rostro. 34 Al sagradas para el servicio en el san-
entrar Moisés ante Yave para ha- tuario, las vestiduras sagradas para
blar con él, se quitaba el velo hasta el sacerdote Arón, y las vestiduras
que salía; después salía para decir de sus hijos para los ministerios sa-
a los hijos de Israel lo que se le había cerdotales. »
mandado. 35 Los hijos de Israel 20 Una vez que la asamblea de
veían la radiante faz de Moisés, y Israel salió de la presencia de Moisés,
Moisés volvía después a cubrir su vinieron todos los de corazón gene-
rostro con el velo, hasta que entraba roso, 21 y todos aquellos a quienes
de nuevo a hablar con Yave. impulsaba su ánimo a ofrecer dones
a Yave para la obra del tabernáculo
del testimonio y todo cuanto para
Ofrendas para laconstrucción el culto y las vestiduras sagradas era
del tabernáculo. necesario. 22 Vinieron hombres y mu-
jeres, y todos los de ánimo dispuesto
QHL 1 Convocó Moisés la asamblea ofrecieron pendientes, arillos, anillos,
de todo Israel, y les dijo: «He cadenas, brazaletes y toda suerte
aquí lo que Yave ha mandado hacer: de objetos de oro, presentando cada
2
Seis días trabajaréis, pero el sép- uno la ofrenda de oro que dedicaba
timo será para vosotros santo, día a Yave. 23 Cuantos tenían jacinto,
de descanso, consagrado a Yave. púrpura, carmesí, lino, pelo de cabra
El que en ese día haga un trabajo y pieles de carnero teñidas de rojo
cualquiera, será castigado con la y de jacinto, las trajeron. 24 Los que
muerte. 3 El sábado no encenderéis tenían plata o bronce se lo trajeron
la lumbre en ninguna de vuestras a Yave. Lo mismo hicieron los que
moradas.» 4 Moisés habló a toda la tenían madera de acacia para los
26 Todas
asamblea de los hijos de Israel, y objetos destinados al culto.
les dijo: «He aquí lo que ha mandado las mujeres que tenían habilidad para
Yave: 5 Tomad de vuestros bienes, ello, hilaron con sus manos lino, y
para hacer ofrenda a Yave. Ofrezcan trajeron su labor, el jacinto, la púr-
todos voluntariamente una ofrenda pura, el carmesí y el lino. 2 * Todas
de oro, plata, bronce, 6 jacinto, púr- las mujeres bien dispuestas y que
pura, carmesí, lino, pelo de cabra, tenían habilidad para ello hilaron
7
pieles de carnero teñidas de rojo pelo de cabra. 27 Los principales del
y jacinto, madera de acacia, 8 aceite pueblo trajeron piedras de ónice y
para el candelabro, aromas para el piedras de engaste para el efod y el
óleo de unción y para el timiama, pectoral; 28 aromas y aceite para el
9 candelabro, para el óleo de unción
piedras de ónice y piedras de en-
29 Todos los hijos
gaste para el efod y el pectoral. y para el timiama.
10 Cuantos de vosotros sean hábiles, de Israel, hombres y mujeres de co-
vengan para ejecutar todo lo que razón bien dispuesto para contribuir
Yave ha mandado; 11 el habitáculo a la obra que Yave había mandado
con su tabernáculo, su cubierta, sus hacer a Moisés, trajeron a Yave
anillos, sus tablones, sus travesaños, ofrendas voluntarias.
sus columnas y sus basas; 12 el arca 80 Moisés dijo a los hijos de Israel:

y sus barras; el propiciatorio y el «Sabed que Yave ha elegido a Besa-


velo de separación, 13 la mesa con lel, hijo de Uri, hijo de Jur, de la
sus barras y todos sus utensilios, y tribu de Judá. 31 El le ha llenado
14 el can- del espíritu de Dios, de sabiduría,
los panes de la proposición;
delabro con sus utensilios, sus lám- de entendimiento y de saber para
paras y el aceite para el candelabro; toda suerte de obras, 32 para pro-
18 el altar del timiama y sus barras; yectar, para trabajar el oro, la plata
el óleo de unción y el timiama aro- y el bronce, 33 para grabar piedras y
mático; la cortina de la puerta de engastarlas, para tallar la madera
entrada al habitáculo; 16 el altar de y hacer toda clase de obras de arte.
los holocaustos, su rejilla de bronce, 34 El ha puesto en su corazón el don
sus barras y todos sus utensilios; de enseñanza, asi como en el de
ÉXODO, 36

13
Oliab, hijo de Ajisamec, de la tribu Se hicieron cincuenta garfios de
de Dan. 35 El les ha llenado de inte- oro con los que se unían unas o.
ligencia, para ejecutar toda obra de otras las cortinas, de modo que el
escultura de arte, para tejer en diver- habitáculo hiciera un solo todo. 14 Se
sos dibujos el jacinto, la púrpura, el hicieron los tapices de pelo de cabra,
carmesí y el lino, para ejecutar toda para servir de tabernáculo sobre el
suerte de trabajos y para proyectar habitáculo; 15 cada uno de treinta
combinaciones. codos de largo y cuatro de ancho;
todos de la misma medida. Se unie-
syr 1 Besalel, Oliab y todos los ron estos tapices, cinco en una parte
OI) hombres hábiles, en cuyo co- y seis en otra. 17 Se pusieron cincuenta
razón había puesto Yave inteligencia, lazos en el borde de la cortina que
y se sentían impulsados en su corazón terminaba una parte y cincuenta
para trabajar en esta obra, hicieron en el borde de la que terminaba la
lo destinado al servicio del santuario otra, 18 y cincuenta garfios de bronce
como Dios se lo había mandado a para unir las cortinas, de modo que
Moisés. 2 Llamó Moisés a Besalel y formase un solo todo. 19 Se hizo para
Oliab y a todos los hombres hábiles el tabernáculo una cubierta de pieles
en quienes había puesto Yave enten- de carnero teñidas de rojo, y encima
dimiento y corazón dispuesto- a po- otra de pieles de carnero teñidas de
nerse a la obra para realizarla, 3 y jacinto.
ellos tomaron de Moisés los dones 20
Hiciéronse los tablones para el
que los hijos de Israel habían traído habitáculo; eran de madera de acacia,
para ejecutar las obras destinadas para ponerse de pie; 21 cada uno de
al servicio del santuario, y cada diez codos de largo y codo y medio
mañana seguía el pueblo trayendo a de ancho. 22 Cada tablón tenía dos
Moisés sus voluntarias ofrendas. espigas, cerca una de otra, y así
4
Pero un día los que hacían las obras se hicieron todos los tablones del
para el santuario dejaron el trabajo habitáculo. 23 Se hicieron veinte
5
y vinieron a decir a Moisés: «El tablones para el habitáculo para el
pueblo trae bastante más de lo que costado del mediodía, a la derecha.
se necesita para hacer lo que el Señor 24 Se pusieron las cuarenta basas de
ha mandado»; 6 y Moisés hizo publi- plata debajo de las veinte planchas,
car en el campamento que ninguno, dos para cada una, para sus dos es-
hombre ni mujer, trajera ya más pigas. 25 Para el segundo costado, el
dones para el santuario, y se impidió del norte, se hicieron otros veinte
al pueblo traer más. 7 Lo reunido tablones 26 con sus cuarenta basas
bastaba y sobraba para todo lo que de plata, dos para debajo de cada
había de hacerse. uno. 27 Se hicieron seis tablones para
el fondo del habitáculo, al lado de
occidente, 28 y dos para los ángulos
Construcción de todo lo mandado. del habitáculo en el fondo; 29 eran
dobles desde la basa hasta arriba,
8
Los hombres hábiles, de los que junto al primer anillo; así se hicieron
trabajaban en la obra, hicieron el estas planchas para los dos ángulos.
30 Había, pues, ocho tablones con
habitáculo de diez cortinas de hilo
torzal, de lino jacinto, púrpura y dieciséis basas, dos bajo cada tablón.
31
carmesí, con querubines, en un artís- Se hicieron cinco travesanos de
tico tejido. 9 El largo de cada cor- madera de acacia para los tablones
tina era de veintiocho codos, y el de un costado del habitáculo, 32 cinco
ancho de cuatro, todas de las mis- para el otro costado y cinco para los
mas medidas. 10 Uniéronse cinco de del fondo, del lado de occidente.
33
estas cortinas en un conjunto y cinco El travesaño de en medio se exten-
en otro. 11 Se pusieron los lazos de día a todo lo largo de los tablones del
jacinto al borde de la cortina que uno al otro extremo. 34 Se revistieron
terminaba el primer conjunto, y lo de oro Jas tablas, y se hicieron de
mismo se hizo al borde de la última oro los anillos por donde pasaban
cortina del segundo. 12 Cincuenta las barras traveseras, y se revistieron
lazos para la primera cortina y otros éstas de oro. 35 Se hizo el velo de
cincuenta para el borde de la última jacinto, púrpura, carmesí e hilo de
del segundo conjunto, correspon- lino torzal, con querubines trazados
diéndose los lazos unos con otros. en un artístico tejido. 36 Se hicieron
100 ÉXODO, 37. 38

para él cuatro columnas de madera i


el primer brazo tres cálices' de flor
de acacia revestida de oro, con gar- de almendro, figurando un botón
fios de oro, y se fundieron para ellas que se abre, y otros tres de la misma
cuatro basas de plata. forma en el segundo brazo, y lo
37
Se hizo para la entrada del taber- mismo en todos los seis brazos que
náculo un velo de jacinto, púr- salían del candelabro. 20 En el tallo
pura, carmesí e hilo torzal, en tejido del candelabro había otros cuatro
de vario dibujo. 38 Se hicieron para cálices de flor de almendro figu-
este velo cinco columnas con sus rando un botón que se abre, 21 el
garfios, revistiendo de oro los capi- primero en el arranque de los dos
teles y los anillos, siendo de bronce primeros brazos, el segundo en el de
las cinco basas. los dos siguientes, y otro en el arranque
de los dos últimos. 22 Los brazos y
»>-r Besalel hizo el arca de madera
1
sus cálices hacían todos un cuerpo
»> 1de acacia, de dos codos y medio I
con el candelabro, y todo él era una
de largo y uno y medio de ancho i sola masa de oro macizo. 23 Hizo
y uno y medio de alto. 2 La revistió siete lámparas con sus despabila-
de oro puro por dentro y por fuera deras y su plato, de oro puro todo.
e hizo en ella una moldura todo 24 Se empleó para hacer el cande-
I

en derredor. 3 Fundió para ella cuatro labro y sus utensilios un talento de


anillos de oro, poniéndolos a sus oro puro. 25 Hizo el altar del timiama,
cuatro pies, dos a un lado y dos al de madera de acacia, de un codo de
otro. 4 Hizo las barras de acacia, largo, un codo de ancho, cuadrado,
y las revistió de oro, 6 y pasó las y dos codos de alto; sus cuernos ha-
barras por los anillos de los lados cían con él un solo cuerpo; 26 le re-
para poder llevarla. 6 Hizo el pro- vistió de oro puro por encima, por
piciatorio de oro puro, de dos codos I los lados, todo en derredor, y los
y medio de largo y codo y medio de cuernos, y le adornó con una mol-
ancho; 7 y los dos querubines de dura de oro puro todo en derredor.
27
oro, de oro macizo, haciendo un Por debajo de la moldura colocó
cuerpo con los dos extremos del pro- I los anillos de oro a los dos ángulos,
piciatorio; 8 los dos querubines salían i
dos en cada lado para recibir las
del propiciatorio mismo en sus dos barras que servían para transportarlo.
extremos; 9 tenían las alas desplega- 28 Jlizo las barras de madera de aca-
29
das hacia lo alto y cubrían con ellas cia y las revistió de oro. Hizo
el propiciatorio, de cara el uno al también el óleo de unción y el ti-
otro y con el rostro vuelto hacia el miama, según las reglas del arte
propiciatorio. 10 Hizo la mesa de de la perfumería.
madera de acacia, de dos codos y
1
medio de largo, un codo de anclio y •>o Hizoel altar de los holocaus-
codo y medio de alto. 11 La revistió to tos, de madera de acacia, de cin-
de oro puro, e hizo la moldura todo co codos de largo, cinco de ancho
en derredor. 12 Hizo el reborde de oro cuadrado y tres codos de alto.
de un codo de alto, y en él una mol- 2
A los cuatro ángulos hizo los cuer-
dura de oro todo en derredor. 13 Fun- nos formando con él un solo cuerpo,
dió para la mesa cuatro anillos de y lo revistió de bronce. 8 Hizo todos
oro, y los puso a los cuatro pies de i sus utensilios, los vasos para la ce-
ella. 14 Los anillos estaban cerca del niza, las palas, las bandejas, los tene-
reborde, y servían para recibir las '
dores y los braseros. Todos estos
harí as con que transportarla. 15 Hizo utensilios eran de bronce. 4 Hizo para
las barras de acacia y las revistió el altar una rejilla de bronce, a modo
de oro; servían para llevar la mesa. de malla, y la colocó debajo de la
16 Hizo todos los utensilios de la cornisa del altar, hacia la mitad de
mesa, sus platos, sus cazoletas, sus él, por debajo. 5 Fundió cuatro
copas y sus tazas para las libaciones, anillos para las cuatro puntas de
todo de oro puro. la rejilla de bronce, para recibir
17
Hizo de oro puro el candelabro, las barras. 6 Hizo las barras de madera
con su pie y su tallo era de oro ba- de acacia, y las revistió de bronce,
7
tido; sus cálices, sus globos, y sus !
y pasó las barras por los anillos a
lirios hacían cuerpo con él.
18De los dos lados del altar, para trans-
su tallo salían seis brazos, tres de portarlo. Le hizo hueco, en tableros.
19 8 Hizo
un lado y tres de otro. Tenia en la pila de bronce, con su hasv
ÉXODO. 39 10

26 Era un beca por cabeza, medio


de bronce, con los espejos de las ,

mujeres que velaban a la entrada siclo, según el siclo del santuario,


del tabernáculo de la reunión. para cada hombre comprendido en
9
Hizo el atrio. Las cortinas del el censo, de veinte años para arriba,
atrio para el lado del mediodía, a la 0 sea de seiscientos tres mil qui-
derecha, eran de lino torzal y de cien nientos cincuenta. 27 Los cien talen-
codos de largo. 10 Había veinte co- tos de plata se emplearon para fundir
lumnas con sus veinte basas de bronce. las basas del santuario, las del velo;
Los garfios de las columnas y sus cien basas, un talento por basa.
28 Con los mil setecientos setenta y
anillos eran de plata. 11 Del lado del
norte había cien codos de cortina cinco siclos se hicieron los garfios
basas de bronce. Los garfios de las . para las columnas, y se revistieron
columnas y los anillos eran de plata. los capiteles. 29 El
bronce ofrendado
12
Del lado de occidente había cin- subió a setenta talentos y dos mil
cuenta codos de cortina y diez colum- cuatrocientos siclos. 30 De él se hi-
nas con sus diez basas. 13 En el lado cieron las basas de la entrada del
de delante, al oriente, había cin- tabernáculo de la reunión, el altar
cuenta codos; 14 quince codos de 1
de bronce con su rejilla, y todos
cortina de una parte y tres columnas I sus utensilios, 31 las basas del re-
con sus basas 16 y quince codos de I
cinto del atrio y los de la puerta,
cortina de la otra, con tres columnas y todas las otras piezas de bronce
y tres basas; una parte a un lado de del habitáculo y del recinto del
la entrada del atrio, la otra al otro. atrio.
16 Todas las cortinas que cerraban

el atrio eran de hilo de torzal de lino; OQ 1


Con el jacinto, la púrpura y
17 las basas de las columnas, de bronce; 5 " carmesí se hicieron las vesti-
el
los garfios y los anillos, de plata; duras sagradas para el ministerio
y los capiteles estaban revestidos de del santuario; las vestiduras sagra-
plata. 18 La cortina de la entrada das de Arón, como lo había manda-
del atrio estaba tejida en vario di- do Yave: 2 el efod, de oro, hilo tor-
bujo, en hilo torzal, jacinto, púr- zal de lino, jacinto, púrpura y car-
pura y carmesí; era de veinte codos mesí, en obra plumaria. 3 Laminó el
de largo y cinco de alto en lo ancho, oro, y cortó las láminas en hilos
según la medida de las otras cortinas para entretejerlos con el jacinto,
del atrio. 19 Sus Cuatro columnas y la púrpura y el carmesí, en obra
sus cuatro basas, de bronce; los gar- plumaria; 4 las dos hombreras que
fios y los anillos, de plata, y los capi- unían una a otra las dos bandas por
teles, revestidos de plata. 20 Todos los |
dos extremos; 5 la faja del efod que
clavos para el habitáculo y el recinto éste lleva unida y es del mismo tejido,
del atrio eran de bronce. oro, jacinto, púrpura y carmesí.
21
He aquí el cómputo de lo em- 6
Talló dos piedras de ónice, encerra-
pleado para el habitáculo; el habi- das en dos cápsulas de oro, para el
táculo del testimonio, hecho por los engaste, y con los nombres de los
levitas, de orden de Moisés y bajo hijos de Israel grabados según el
la dirección de Itamar, hijo del sa- j
arte de los grabadores de sellos,
cerdote Arón. 22 Besalel, hijo de Uri, 7
y los puso a los hombros del efod,
hijo de Jur, de la tribu d Judá, hizo para memoria de los hijos de Israel,
cuanto Yave había mandado a Moi- como a Moisés se lo mandó Yave.
sés, 23 teniendo por ayudante a Oliab, 8
Se hizo el pectoral, artísticamente
hijo de Ajisamec, de la tribu de Dan, trabajado, del mismo tejido del efod,
hábil escultor, dibujante, para tejido oro, jacinto, púrpura y carmesí, en
en vario dibujo en jacinto, púrpura, j
hilo torzal de lino. 9 Era cuadrado
y carmesí, de lino torzal. 24 El total y doble, de un palmo de largo y
del oro empleado en la obra del san- uno de ancho, doble. 10 Se le guarne-
tuario, producto de las ofrendas, ció de cuatro filas de piedras; en
veintinueve talentos con setecientos la primera fila una sardónice, un
treinta siclos, según el peso del siclo ¡
topacio y una esmeralda; 11 en la
del santuario. 26 La plata de los de la 1
segunda un rubí, un zafiro y un dia-
asamblea que fueron incluidos en mante; 12 en la tercera un ópalo, un
el censo se elevó a cien talentos y ágata y una amatista; 13 y en la
mil setecientos setenta y cinco siclos, cuarta un crisólito, una ónice y un
según el peso del siclo del santuario. jaspe. 14 Las piedras estaban engas-
102 ÉXODO, 40

tadas en cápsulas de oro y corres- reunión, y los hijos de Israel hicieron


pondían a los nombres de los hijos todo lo que Yave había mandado a
de Israel, las doce según, sus nombres, Moisés.
grabados en ellas como se graban los
sellos, un nombre en cada una. 15 Se
Presentación de toda la obra a
hicieron para el pectoral cadenillas
de oro torcidas en forma de cordones;
16
dos cápsulas de oro y dos anillos 33
Presentaron a Moisés el habi-
de oro, y se pusieron los anillos a táculo, el tabernáculo y todos los
los extremos superiores del pectoral. objetos que hacían parte de ellos,
17 Se pasaron los dos cordones de
los garfios, las tablas, los travesanos,
oro por los dos anillos de los extremos
las columnas y las basas, 34 la cubierta
del pectoral a las dos cápsulas colo- de pieles de carnero teñidas de rojo,
cadas delante de las hombreras del la cubierta de pieles teñidas de ja-
efod. 18 Se fijaron estos dos cordones 34 el
cinto, el velo de separación;
y
a las dos cápsulas puestas en las testimonio con sus barras
arca del
hombreras del efod. 19 Se hicieron propiciatorio; 36 la mesa con
y el
otros dos anillos de oro, que se pu-
todos sus utensilios, y los panes de
sieron a los extremos inferiores del
la proposición; 37 el candelabro de
pectoral, en el borde inferior al efod
oro puro con sus lámparas: las lám-
por de fuera, 20 cerca de la unión, paras que se habían de poner en él:
por encima de la cintura del efod, todos sus utensilios y el aceite para
21
y fijaron el pectoral, uniéndole las lámparas; 38 el altar de oro, el
por sus anillos a los anillos del efod óleo de unción y el timiama; el velo
con una cinta de jacinto, para que para la entrada del tabernáculo; el 39
se sostuviese el pectoral sobre la
altar de bronce, sus barras y todos
cintura del efod, sin separarse de él, sus utensilios; la pila con su base,
como Yave se lo había mandado a 40 las cortinas del atrio, sus columnas,
Moisés. sus basas; la cortina de la entrada
22
Se hizo la sobretúnica del efod, del atrio, sus cuerdas y sus clavos
toda de una pieza, tejida en jacinto.
23 Tenía en medio una abertura seme- y todos los utensilios para el servicio
del habitáculo, para el tabernáculo
jante a la de una cota y con un re- de la reunión; 41 las vestiduras sagra-
borde todo en torno para que no das para el servicio del santuario,
se rasgase. 24 Se pusieron en la orla
las del sacerdote Arón y las de sus
inferior granadas de jacinto, de púr-
hijos para las funciones sacerdotales.
pura y carmesí, en hilo de lino torzal, 42
Los hijos de Israel hablan hecho to-
25
y se hicieron las campanillas de oro das sus obras conforme a lo que Yave
puro, poniéndolas entre las grana- había mandado a Moisés. 43 Moisés lo
das, en el borde inferior de la ves- examinó todo, viendo lo qne habían
tidura, todo en derredor, 26 una cam- hecho, y todo lo habían hecho como
panilla y una granada, una campani- Yave se lo había mandado, y Moisés
lla y una granda, en el borde de la los bendijo.
vestidura todo en derredor, para el
ministerio, como se lo había man-
dado Yave a Moisés. Alza Moisés el tabernáculo.
27 Se hicieron las túnicas de lino

tejidas para Arón y sus hijos; 28 las i A 1


Yave habló a Moisés,
dicien-
tiaras de lino para el ministerio; los do:«El día primero del mes
2

calzones de hilo torzal de lino; 29 el prepararás el habitáculo y el taber-


cinturón de torzal de lino, jacinto, náculo de la reunión, 3 y pondrás en
púrpura y carmesí en tejido plumario, él el arca del testimonio y la cubri-
como se lo había mandado Yave a rás con el velo; * llevarás la mesa y
Moisés. dispondrás lo que en ella se ha de
30 Hicieron de oro puro la lámina, proponer; llevarás el candelabro, y
diadema sagrada y grabaron en ella, colocarás en él las lámparas; 6 pon-
como se graban los sellos, «Santi- drás el altar de oro para el timiama
31
dad a Yave», yse la ató con una delante del arca del testimonio, y
cinta de jacinto a la tiara, arriba, como colocarás el velo a la entrada del
se lo había mandado Yave a Moisés. habitáculo del tabernáculo de la
81 Así se acabó toda la obra del reunión. 6 Pondrás el altar de los
habitáculo y del tabernáculo de la holocaustos delante de la entrada
ÉXODO, 40 103

rtel tabernáculo de la reunión. 7 Pon- Moisés. 26 Puso el altar de oro en e


drás la pila entre el tabernáculo de tabernáculo de la reunión, delante
la reunión y el altar, y echarás agua del velo, 27
y quemó sobre él el
en ella; 8 alzarás el atrio en torno, titiama, como Yave se lo había man-
28 Puso
y pondrás la cortina a la entrada del dado a Moisés. la cortina a
atrio. 9 Tomarás óleo de unción, un- la entrada del habitáculo. 29 Colocó
girás el habitáculo y cuanto en él se el altar de los holocaustos a la en-
contiene; lo consagrarás con todos trada del habitáculo, y ofreció el ho-
sus utensilios y será santo; 10 ungi- locausto y la oblación, como Yave
rás el altar de los holocaustos y todos se lo había mandado a Moisés. 30 Puso
sus utensilios; consagrarás el altar la pila entre el tabernáculo de la
y será santísimo; 11 ungirás la pila reunión y el altar, y echó agua en
-

31 Moisés,
con su base, y la consagrarás 12 Harás ella para las abluciones;
avanzar a Arón y a sus hijos cerca Arón y sus hijos se lavaron en ella
de la entrada del tabernáculo, y los manos y pies. 32 Siempre que entra-
lavarás con el agua; l* y luego reves- ban en el tabernáculo de la reu-
tirás a Arón de sus vestiduras sagra- nión y se acercaban al altar, se la-
das, y le ungirás, y le consagrarás, vaban, como Yave se lo había man-
y será sacerdote a mi servicio; 14 harás dado Moisés. 33 Alzó el atrio en
a
acercar a sus hijos, y después de re- torno del habitáculo y del altar, y
vestirlos de sus túnicas, 15 los ungirás puso la cortina a la entrada del atrio.
como ungiste al padre, y serán sacer- Así acabó Moisés su obra.
dotes a mi servicio. Esta unción los
ungirá sacerdotes perpetuamente entre
sus descendientes." La gloría uc Dios llena
18 Moisés hizo todo lo que le or- el tabernáculo.
denó Yave; como se lo ordenó, así
lo hizo. 34 Entonces la nube cubrió el ta-
17
El día primero del año segundo bernáculo de la reunión, y la gloria
fué alzado el tabernáculo; 18 Moisés de Yave llenó el habitáculo. 35 Moi-
lo alzó, puso los tablones, las barras, sés no podía ya entrar en el taber-
los travesanos, y alzó las columnas; náculo de la reunión, porque estaba
19
extendió el tabernáculo sobre el encima la nube, y la gloria de Yave
habitáculo, y puso por encima la llenaba el habitáculo (1).
cubierta del tabernáculo como se lo 38 Todo el tiempo que los- hijos de
había mandado a Yave
Moisés. Israel hicieron sus marchas, se ponían
20 Tomó testimonio y lo puso dentro
el en movimiento cuando se alzaba la
del arca, y puso las barras del arca, nube sobre el tabernáculo, 37 y si la
y encima de ella el propiciatorio. nube no se alzaba, no marchaban,
21 Llevó el arca al habitáculo, y ha- hasta el día en que se alzaba. 38 Pues
biendo colocado el velo de separa- la nube de Yave se posaba durante
ción, ocultó el arca del testimonio, el día sobre habitáculo, y durante
el
como Yave se lo había mandado a la noche la nube
se hacía ígnea a la
Moisés. vista de todos los hijos de Israel,
22 Puso mesa en
tabernáculo
la el todo el tiempo que duraron sus
de la reunión, al lado norte del habi- marchas.
táculo por delante del velo, 23 y dis-
puso en ella los panes, como Yave (i) La gloria de Dios en forma de nube
se lo había mandado a Moisés. 24 Puso llena el tabernáculo, como llenará luego el
el candelabro en el tabernáculo de templo. Es como la toma de posesión de éstos
por Dios y una forma sensible de su habitación
la reunión, frente por frente de la
en medio del pueblo. Asi Israel, a quien se le
mesa, al lado meridional del habi- prohibe toda representación sensible de la
táculo, 26 y colocó en él las lámparas, divinidad, tiene algo sensible en que apoyar
como Yave se lo había mandado a su fe.
LE VITICO
Leyes acerca de los holocaustos. Inio, para ser grato a Yave; 4 pondrá
su mano sobre la cabeza de la víc-
•i
1 Llamó Ya ve
a Moisés y le habló jtima, y será acepta ésta para expia-
' tabernáculo de la reunión,
desde el |
ción suya, 4 e inmolará la res ante
2
diciendo: «Habla a los hiios de Is- í Yave. Los sacerdotes, hijos de Arón,
rael, y diles: Quien de vosotros ofre- !
llevarán la sangre y la derramarán
ciere a Ya ve una ofrenda de reses (1) en torno del altar que está a la en-
ofrecerá ganado mayor o ganado trada del tabernáculo de la reunión.
menor. 3 Si su ofrenda es de holo- 6 la víctima y la descuar-
Desollarán
7
causto de ganado mayor, será de un tizarán. Los hijos del sacerdote
macho inmaculado; lo traerá a la Arón pondrán fuego en el altar y
puerta del tabernáculo del testimo- dispondrán la leña sobre el fuego,
8
y ordenarán sobre ella los trozos
con la cabeza y lo pegado al hígado,
(i) El sacrificio es la oblación hecha a 9
Dios de un ser vivo, matándole, y en esto se las entrañas y las patas, lavadas
diferencia de la minia, que es la oblación de antes en agua, y todo lo quemará
frutos de la tierra. Hay cuatro especies de sacri- el sacerdote sobre el altar. Es holo-
ficio: el holocausto, en que toda la víctima se
j
causto y suave olor a Yave.
consume por el fuego, en honor de Dios; el 10 Si la ofrenda es de ganado menor,
sacrificio expiatorio del pecado, y el sacrificio
holocausto de oveja o cabra, ofrecerá
expiatorio del delito, en los cuales una parte 11
de la víctima cede en favor del sacerdote, ! un macho inmaculado, y lo inmo-
y por eso se dice que los sacerdotes comen los lará al lado del altar que mira al
pecados del pueblo; el sacrificio pacífico o norte, ante Yave; y los sacerdotes,
eucarístico, en que participa también el oferente, hiios de Arón, derramarán la sangre
en banquete sagrado de comunión. La distin- en torno del altar 12 Lo descuartizarán
ción entre el pecado y el delito parece estar en
la voluntariedad. El primero se comete sin
en torno del altar. 12 Lo descuartiza-
advertencia contra algo santo; el segundo con rán, y con la cabeza y el sebo lo dis-
advertencia, y es. además de contra' a santidad, pondrá el sacerdote sobre la leña
«-ontra la justicia. I
encendida del altar. 13 Las entrañas
1U6 LEVÍTICO, 2, 3

y las patas se lavarán con agua, y altar como ofrenda de suave olor.
todo lo quemará el sacerdote sobre 13
A toda oblación que presentes le
el altar. Es holocausto y olor suave pondrás sal; no dejarás que a tu
a Yave. ofrenda le falte la sal de la alianza
14 ofrenda a Yave fuere un
Si la de Yave; en todas tus ofrendas ofre-
holocausto de aves, ofrecerá tórtolas cerás sal.
o pichones. 16 El sacerdote llevará la 14 Si hicieres
a Yave una oblación
víctima al altar, y quitándole la ca- de primicias, la harás de espigas
beza, la quemará en el altar; la sangre tostadas al fuego y hechas una pasta.
la dejará correr sobre un lado del Asi ofrecerás la minja de tus primi-
altar; 16 los intestinos con sus excre- cias, 15 y derramarás aceite sobre
mentos los tirará junto al altar, al ella, y pondrás encima incienso. Es
lado de oriente, en el lugar donde se minja. 16 De ella quemará el sacer-
echa la ceniza. 17 Le romperá las dote la memoria, una parte de la
alas, sin separarlas del todo, y el pasta con aceite y todo el incienso
sacerdote la quemará sobre la leña combustión de Yave.
encendida en el altar. Es holocausto
y suave olor a Yave.
Leyes acerca de los sacrificios
eucaristicos.
Leyes acerca de las oblaciones.
Q Quien ofreciere un sacrificio pa-
1

O Quien ofrezca a Yave una obla-


1 " cífico, si lo que ofrece es de ganado
ción de ofrenda incruenta, su obla- mayor, macho o hembra, 9 sin de-
ción será de flor de harina, sobre la fecto lo ofrecerá a Yave. Pondrá la
cual hat.rá derramado aceite y pon- mano sobre la cabeza de la víctima
drá incienso. Es minja. " La llevará y la degollará a la entrada del taber-
al sacerdote de los hijos de Arón, náculo de la reunión; y los sacerdotes,
quien, tomando un puñado de la hijos de Arón, derramarán la sangre
harina con aceite y todo el incienso, en torno del altar. 3 De este sacrificio
lo quemará sobre el altar, como com- pacífico ofrecerá a Yave en combus-
bustión en memoria, en olor suave tión el sebo que envuelve las entra-
a Yave. 3 Lo que resta de la oblación, ñas y cuanto hay sobre ellas, 4 los
será para Arón v sus hijos, santísimo dos ríñones, con el sebo que los re-
de las combustiones a Yave. cubre y el que hay entre los ríñones
4 Si ofrecieres oblación de cosas
y los lomos, y el que hay en el hígado
cocidas al horno, será de pastas de sobre los ríñones, 6 y lo quemarán
flor de harina, sin levadura, amasa- los hijos de Arón en el altar, encima
das con aceite, o untadas con aceite, del holocausto puesto sobre la leña
sin levadura. 5 Si la oblación fuere de encendida. Es combustión de suave
frisuelos fritos en sartén, será de flor olor a Yave.
de harina amasada con aceite, sin que ofrece es ganado menor,
6 Si lo

levadura; 6 la partirás en trozos y macho o hembra, en sacrificio pací-


echarás aceite encima, es minja. 7 Si fico a Yave, lo ofrecerá inmaculado.
7 cordero, lo presentará ante
la oblación fuere de cosa cocida en Si es
la parrilla, será de flor de harina Yave, 8 pondrá su mano sobre la
amasada con aceite. 8
Llevarás la cabeza de la víctima, y la degollará
minja, hecha de estas cosas a Yave, ante el tabernáculo de la reunión.
y la entregarás al sacerdote, quien Los sacerdotes, hijos de Arón, derra-
la presentará ante el altar, y al ofre- marán la sangre en torno del altar.
cerla, • tomará de la minja la me- B
De este sacrificio pacífico ofrecerán
moria y la quemará sobre el altar a Yave en combustión la cola toda
en olor de suavidad a Yave. 10 El entera, se cortará desde la ra-
que
resto será de Arón y sus hijos, santí- badilla, sebo que envuelve las
el
simo de las oblaciones a Yave. entrañas y cuanto hay sobre ellas,
11 Yoda oblación que ofrezcáis a 10 los dos ríñones, el sebo que los

Yave ha de ser sin levadura, pues recubre y el que hay entre ellos y
nada fermentado,, ni que contenga los Ionios, y la redecilla del hígado
miel, se ha de quemar en el sacrificio sobre los ríñones. 11 El sacerdote lo
de holocausto a Yave. 11 Podréis, sí, quemará sobre el altar. Es manjar
presentarlo como ofrenda de pri- de combustión a Yave.
micias, pero no se pondrá sobre el 12 Si lo que ofreciere a Yavt ts
LEVÍTICO, 4 107

una cabra, la presentará a Yave, puro, donde se tiran las cenizas, y lo


13 pondrá su mano sobre la cabeza de quemará sobre leña. Se quemará en
la víctima y la degollará a la entrada el lugar donde se tiran las cenizas.
13 Si fuere
del tabernáculo de la reunión, y los la asamblea toda del
hijos de Arón derramarán la sangre pueblo la que por ignorancia pecare
en torno del altar. 14 De la víctima sin darse cuenta, haciendo algo que
se tomará, para ofrecer oblación de los mandatos de Yave prohiben, in-
combustión a Yave, el sebo que cu- curriendo así en culpa; 14 al darse
bre las entrañas y cuanto hay sobre cuenta la asamblea del pecado come-
ellas, 14 los dos ríñones, con el sebo tido, ofrecerá en sacrificio expiatorio
que los recubre y el que hay entre un novillo, que se llevará a la en-
ellos y los lomos, y la redecilla del trada del tabernáculo de la reunión.
hígado sobre los ríñones. 16 El sacer- 15 Los ancianos de la asamblea pon-

dote lo quemará sobre el altar, man- drán sus manos sobre la cabeza del
jar de combustión de suave olor a novillo ante Yave; 16 el sacerdote
Yave. Todo sebo a Yave. 17 Esta es ungido llevará la sangre del novillo
17
una ley perpetua para vuestros des- al tabernáculo de la reunión, y
cendientes, donde quiera que habitéis. mojando su dedo en la sangre, asper-
Vosotros no comeréis ni sangre ni ,
gerá siete veces ante Yave hacia el
sebo. velo; 18 untará de sangre los cuernos
del altar, que está ante Yave en el
tabernáculo de la reunión, y la de-
Leyes aceren de los sacrificios rramará ai pie del altar de los holo-
expiatorios por el pecado. caustos, que está a la entrada del
tabernáculo de la reunión. 19 Luego
A 1
Yave habló a Moisés, diciendo: cogerá todo el sebo del novillo y lo
a
«Habla a los hijos de Israel, y quemará en el altar, 20 haciendo con
diles: Si pecare alguno por ignoran- este novillo como con el novillo an-
cia, haciendo algo contra cualquiera terior. Así los expiará el sacerdote y
de los mandatos prohibitivos de Yave: les será perdonado. 21 Llevará el no-
?
Si es el sacerdote ungido el que villo fuera del campamento, y lo
peca, haciendo así culpable al pueblo, quemará como el anterior. Este es el
ofrecerá a Yave por su pecado un sacrificio por el pecado de la asam-
novillo sin defecto en sacrificio expia- blea de los hijos de Israel.
22
torio. 4 Llevará el novillo a la entrada Si el que pecó es un príncipe del
del tabernáculo de la reunión ante pueblo, haciendo por ignorancia algo
Yave, y después de poner la mano de lo que. los mandamientos de Yave,
sobre su cabeza, lo degollará ante su Dios, prohiben, incurriendo así en
Yave. 5 El sacerdote ungido tomará culpa; 23 al darse cuenta del pecado
la sangre del novillo, y la llevará al cometido, llevará como ofrenda un
tabernáculo de la reunión; 6 y mo- macho cabrío sin defecto; 24 pondrá
jando un dedo en la sangre, hará siete su mano sobre la cabeza, y lo dego-
aspersiones ante Yave hacia el velo llará en el lugar donde se degüellan
del santuario; 7 untará de ella los los holocaustos a Yave; es sacrificio
cuernos del altar del timiama, y de- por el pecado; 25 el sacerdote mojará
rramará todo el resto de la sangre su dedo en la sangre de la víctima
del novillo en torno del altar de los y untará de ella los cuernos del altar
holocaustos, que está a la entrada de los holocaustos, y la derramará;
del tabernáculo de la reunión. 8 Co- la derramará al pie del altar. 26 des-
gerá luego el sebo del novillo sacri- pués quemará todo el sebo en el altar,
ficado por el pecado, el sebo que cubre como quema en los sacrificios pa-
se
las entrañas y cuanto hay sobre cíficos. Así le expiará el sacerdote
ellas, 9 los dos ríñones con el sebo de su pecado, y le será perdonado.
que los cubre y el que hay entre ellos 27
Si el que por ignorancia pecó
y los lomos, y la redecilla del hígado es uno del pueblo, haciendo algo que
sobre los ríñones, 10 como se coge en Yave ha prohibido hacer, e incu-
el novillo del sacrificio pacífico, y lo rriendo así en culpa; 28 al caer en
quemará en el altar de los holocaustos. la cuenta de su pecado, llevará en
11 La piel del novillo, sus carnes, la ofrenda una cabra sin defecto, hem-
cabeza, las piernas, las entrañas y bra, por pecado cometido; 29 pondrá
el
12
los excrementos, lo llevará todo su mano sobre la cabeza de la vícti-
mera del campamento a un lugar ma por el pecado, y la degollará en
IU8 LEVlTICO. 5

el lugar donde se ofrecen los holo- después el otro lo ofrecerá en ho


caustos. 30 El sacerdote mojará su locausto, según suele hacerse, y as
|

dedo en la sangre de la víctima, un- hará el sacerdote la expiación del


tará de ella los cuernos del altar de pecado cometido, y le será perdonado.
11 Si tampoco pudiera
los holocaustos, y la derramará al ofrecer dos tór-
pie del altar. 31 Después, tomando tolas o dos pichones, llevará en ofren-
todo el sebo, como en el sacrificio da por 'su pecado un décimo de efa
pacífico, lo quemará en el altar en de flor de harina, como sacrificio por
suave olor a Yave. Así le expiará el su pecado; no pondrá en ella ni aceite
sacerdote, y le será perdonado. ni incienso, porque es sacrificio por
32 Si lo que ofrece en sacrificio por 12
el pecado; lo llevará al sacerdote,
el pecado es cordero, llevará una quien, tomando un puñado para me-
cordera sin defecto, 33 pondrá su moria, lo quemará en el altar, sobre
mano sobre la cabeza de la víctima las combustiones de Yave; así es el
por elpecado, y la degollará en sa- sacrificio por el pecado. 18 Así le ex-
crificio de expiación en el lugar don- piará el sacerdote por el pecado come-
de se ofrecen los holocaustos. 34 El !
tido en una de aquellas tres cosas, y
sacerdote mojará su dedo en la san- le será perdonado. El resto será para
gre de la víctima, y untará de ella el sacerdote, como en la oblación. '

los cuernos del altar de los holocaus-


tos, y derramará la sangre al pie del Leyes acerca del sacrificio expia-
altar. 38 Después, tomando el sebo, torio por el delito.
como en el sacrificio pacífico, lo que-
mará en el altar sobre las combus- 14 Yave habló a Moisés diciendo:
tiones de Yave. Así le expiará el 16 uno por ignorancia prevarica-
«Si
sacerdote por el pecado cometido, y i
se, pecando contra las cosas santas
le será perdonado. que son de Yave, ofrecerá por el de-
lito un carnero sin defecto, tomado
X 1 Si uno pecare oyendo a otro del ganado, estimado por lo menos
imprecar, y siendo testigo de lo en dos siclos, según el peso del siclo
que arranca la imprecación, porque del santuario, 16 y restituirá el daño
lo vió, o de otro modo lo conoció, causado, con el recargo de un quinto,
y sin embargo no lo denunció, con- entregándolo al sacerdote, quien hará
trayendo así reato; 2 o si tocare sin por él la expiación del reato, y le
darse cuenta algo impuro, sea el ca- será perdonado.
dáver impuro de una bestia, sea el 17
Si uno pecare por ignorancia,
cadáver impuro de un reptil; hacién- haciendo sin darse cuenta algo de lo
dose impuro él mismo y contrayendo prohibido por Yave, contrayendo rea-
reato; * o tocare sin darse cuenta to, y llevando sobre sí la iniquidad,
cualquier impureza humana, dándose 18 traerá al sacerdote un carnero sin
cuenta de ello después, contrayendo defecto del ganado, según la cuantía
así reato; 4 o vanamente jurare de del pecado. El sacerdote le expiará
ligero hacer algo, de mal o de bien, por el pecado cometido por ignoran-
de lo que uno suele jurar vanamente, cia, y le será perdonado. 18 Este es
sin darse cuenta, y cae después en sacrificio por el delito, pues se hizo
ella. 6 El que de uno de estos modos reo de delito contra Yave.»
incurre en reato, por el reato de uno 80 Habló Yave a Moisés diciendo:
21 oEl que con desprecio de Yave pe-
de estos modos contraído confesará
su pecado, 4 y ofrecerá a Yave por care, negando a uno de su pueblo un
su pecado una hembra de ganado depósito, una prenda puesta en sus
menor, oveja o cabra, y el sacerdote manos, que injustamente se apropió,
le expiará de su pecado.
7
Si no pu- o con violencia le quitase algo, 28 o se
diese ofrecer una res, ofrecerá a Yave apropiase algo perdido que encontró,
dos tórtolas o dos pichones, uno por y más si perjurase en cualquiera de
el pecado y otro en holocausto, 8 y estas cosas en que los hombres suelen
los llevará al sacerdote, que ofrecerá perjudicar, 23 pecando, y contrayen-
primero el que es por el pecado, qui- do reato, restituirá íntegramente a
tándole la cabeza sin separarla del su dueño lo robado, defraudado, con-
todo, • y haciendo con la sangre la fiadole en depósito, o encontrado y
aspersión de un lado del altar, de- negado, 24 o aquello sobre que fal-
jando que el resto fluya al pie del samente juró, con el recargo de un
altar; es sacrificio por el pecado; quinto del valor, el día de su sacrifi-
LEVÍTICO, 6. 7 ]()<>

cid por el delito; 25 y ofrecerá a Yave amasada con aceite, y la ofrecerá ca-
fen por el delito un carnero
sacrificio liente en suave olor a Yave. 15 Tam-
sin defecto de la grey, y lo llevará bién el sacerdote ungido de su linaje
al sacerdote según su estimación; ofrecerá esto como oblación. Es ley
26 el sacerdote hará por él la expia- perpetua ante Yave; toda se quemará.
18 Toda oblación de sacerdote se
ción ante Yave, y le será perdonado
el delito de que se hizo reo.» quemará toda, no se comerá.»
17
Yave habló a Moisés diciendo:
18 «Di a Arón
Leyes acerca de los holocaustos, y a sus hijos: Esta
oblaciones y sacrificios de diversa es la ley de la hostia por el pecado:
especie. Se inmolará donde se inmola ante
Yave el holocausto. Es cosa santí-
1
Yave habló a Moisés, diciendo: sima. 19 El sacerdote que la ofrece
" «Manda a Arón y a sus hijos, y la comerá en lugar santo, en el atrio del
diles: 2 Esta es la ley del holocausto: tabernáculo de la reunión. 20 Quien-
El holocausto arderá sobre el hogar quiera que tocare la carne, se santi-
del altar de la noche a la mañana, ficará. Si la sangre mojare alguna ves-
y el fuego del altar se tendrá siempre tidura, será lavada en lugar santo.
encendido. 3 El sacerdote, revestido 21 La vasija en que se cueza, si es de
de la túnica de lino, y puestos sobre barro se romperá, si es de bronce se
su carne los calzones de lino, quitará fregará y lavará en el agua. 22 La
la ceniza que deje el fuego que con- comerán los varones de los sacer-
sumió el holocausto, y la pondrá al dotes, es cosa santísima. 23 Pero n o
4 luego, quitándose se comerá ninguna víctima expiato -
lado del altar;
esas vestiduras, y poniéndose otras, ria cuya sangre se haya de llevar al
llevará la ceniza fuera del campa- tabernáculo de la reunión para hacer
mento a un lugar puro. 5 El fuego la expiación del santuario; ésa no se
arderá siempre en el altar, sin que se comerá, será quemada.»
apague: el sacerdote lo alimentará
con leña todas las mañanas, pondrá T 1
Esta es la ley del sacrificio por
2
sobre ella el holocausto, y quemará ^ el delito. Es cosa santísima. La
allí el sebo de los sacrificios pacíficos. víctima del sacrificio por el delito
6
Es fuego perenne que ha de arder será degollada en el lugar donde se
en el altar sin apagarse.» degüella el holocausto. La sangre se
' Esta es la ley de la minja: «Los derramará en torno del altar. 3 Se
hijos de Arón la presentarán a Yave ofrecerá todo el sebo: la cola, el sebo
ante el altar. 8 El sacerdote tomará que recubre las entrañas, 4 los dos
un puñado de flor de harina con su ríñones, con el sebo que los cubre y
aceite y todo el incienso puesto sobre el que hay entre los ríñones y los
la ofrenda, y lo quemará en el altar, lomos, y la redecilla del hígado sobre
en olor de suavidad, como memoria los ríñones. 5 El sacerdote lo quemará
9
a Yave. Lo que resta de la ofrenda en el altar. Es combustión de Yave,
10 comerán Arón y sus hijos. Lo co- víctima por el delito. 6 Comerán la
merán sin levadura, en lugar santo, carne los varones de entre los sacer-
en el atrio del tabernáculo de la dotes, en lugar santo: es cosa santí-
reunión. 10 No se cocerá con leva- sima. 7 Como el sacrificio por el pe-
dura. Es la parte que yo les destino cado, así se hará el sacrificio por el
de mis ofrendas de combustión: cosa delito. La ley para uno y otro es la
santísima, como el sacrificio por el misma. La víctima será del sacerdote
pecado, y el sacrificio por el delito. que la ofrezca. 8 Del sacerdote que
11 Lo comerán ofrezca un holocausto será la piel
los varones, hijos de
Arón. Es ley perpetua para vuestros de la víctima que ha ofrecido. 9 Toda
descendientes sobre las ofrendas he- minja, amasada con aceite o seca,
chas a Yave por el fuego. Quienquiera será de los hijos de Arón. 10 Se dis-
que la toque, se santificará.» tribuirá entre ellos por partes iguales.
12 Yave
habló a Moisés, diciendo: 11 He aquí
la ley del sacrificio pací-
13 «He aquí fico que se ofrece a Yave: 12 Si se ofre-
la ofrenda que han de
hacer los hijos de Arón el día de su ce en acción de gracias, con la víctima
unción: un décimo de efa de flor de eucarística ofrecerán panes ácimos
harina, como oblación perpetua, la amasados con aceite," tortas ácimas
mitad por la mañana, la mitad por untadas de aceite; frisuelos de flor
la tarde, 14 se freirá en la sartén, de harina^amasada con aceite. 13 Tam-
1 10 LEVÍTICO, 8

bién se podrán ofrecer con la victima U ir bién al sacerdote el brazuelo de-


del sacrificio pacífico ofrecido en ac- recho, como ofrenda reservada de
ción de gracias panes fermentados. vuestras hostias pacíficas. 33 El bra-
14 De cada una de estas ofrendas se zuelo será del sacerdote que ofrezca
presentará por elevación una pieza, la sangre y el sebo, 84 pues yo me he
reservada a Yave, que será del sacer- reservado de las víctimas pacíficas
dote que haya hecho la aspersión de los hijos de Israel el pecho de ba-
de la sangre de la víctima pacífica. lanceo, y la espalda de separación
15 La carne de la víctima del sacri- de las hostias pacíficas de los hijos
ficio pacífico eucarístico se comerá de Israel, y se los he dado a Arón
el día mismo en que se ofrece, sin y a sus hijos, como ley perpetua
dejar nada para el día siguiente. para los hijos de Israel.
16 Si la víctima se ofrece en cumpli- 35 Esa es la parte de Arón y de sus
miento de un voto, o como ofrenda hijos en las combustiones a Yave,
voluntaria, se comerá el día en que desde el día en que fueron promovi-
17 dos a ejercer ante mí el sacerdocio;
se ofrece, y lo que reste se comerá
el día siguiente; pero si algo queda
36 por eso ha mandado Yave a los
para el tercer día, se quemará. 18 Si hijos de Israel dársela desde el día
alguno comiere carne del sacrificio de su unción, y será ley perpetua
pacífico el día tercero, el sacrificio de generación en generación.
no ?erá aceptable, no se le compu- 87 Tal es la ley del holocausto
y
tará al que lo ofreció, sino que será la de la minja, del sacrificio por el
abominación, y el que así comió pecado y por el delito, del sacrificio
contraerá reato. 19 La carne que haya de consagración y del sacrificio pací-
tocado una cosa impura no se come- fico, 38 que dió Yave a Moisés en
el monte Sinaí, el día en que mandó
20 La carne podrá
rá,- se quemará.
comerla quien quiera que esté puro; a los hijos de Israel que ofrecieran
pero el que, estando impuro, comie- sus oblaciones a Yave en el desierto
re la carne de la víctima pacífica del Sinaí.
ofrecida a Yave, será borrado de
su pueblo, 21 y todo aquel que tocare
inmundicia de hombre, de animal, Consagración de Arón y sus hijos.
o cualquiera otra abominación in-
munda, y comiere de esta carne, será 1 Habló Yave a Moisés diciendo:
borrado de su pueblo. 8 2 «Toma a Arón. y con él a sus
22 Yave habló a Moisés diciendo: hijos, las vestiduras, el óleo de un-
«Habla a los hijos de Israel y diles: ción, el novillo para el sacrificio por
23 No comeréis sebo de buey, de ove-
el pecado, los dos carneros y el ces-
ja, ni de cabra. tillo de panes ácimos, 8 y convoca
24 Del sebo de un animal muerto
toda la asamblea a la entrada del
o destrozado por una alimaña, po- tabernáculo de la reunión.»
dréis serviros para cualquier uso, 4 Hizo Moisés lo que le mandaba
pero de ninguna manera lo comeréis, Yave y, reunida la asamblea a la
25 pues quienquiera que comiere sebo entrada del tabernáculo de la reunión,
de animales de los que se ofrecen a 6 les dijo Moisés: »He aquí lo que
Yave en holocausto, será borrado de Yave ha mandado hacer.»
6
su pueblo. Después hizo que se acercaran
26 No comeréis sangre, ni de ave, Arón y sus hijos y los lavó con agua.
ni de bestia, en ninguno de los luga- 7
Vistió a Arón la túnica, se la ciñó,
27
res en que habitéis. El que co- le vistió la sobreveste y el efod, que
miere sangre de cualquier especie, le ciñó con el cinturón del efod,
8
será borrado de su pueblo.» atándoselo; le puso el pectoral
28 Yave habló a Moisés diciendo: con los'wrtm y los tummim; * cubrió
29 «Habla a los hijos de Israel su cabeza con la tiara, poniendo en
y diles:
El que ofreciere a Yave, Dios, una la parte anterior de ella la diadema
víctima pacífica, 30 traerá él mismo de oro, la diadema de la santidad,
a Yave el don de su hostia pacífica, como le había mandado Yave; 10 y
tomará con sus manos el sebo de tomando luego el óleo de la unción,
la víctima y el pecho, balanceando ungió tabernáculo y cuanto en él
el
éste ante Yave; 31 el sacerdote que- había, y los consagró. 11 Aspergió
mará el sebo en el altar, y el pecho siete veces el altar, y le ungió con
será para Arón y sus hijos. 82 Daréis todos sus utensilios, como también
LEVÍTICO, 9 111

la pila los consagró.


y su base, y sés lotomó de sus manos y lo quemó
12
Derramó de la unción
el óleo en el altar encima del holocausto,
sobre la cabeza de Arón, y le ungió, pues era el sacrificio de inauguración
consagrándole. 13 Hizo luego que se de suave olor, combustión a Yave.
29 Moisés tomó luego el pecho del
acercaran los hijos de Arón, y les
vistió sus túnicas, los ciñó, y les carnero de inauguración y lo balan-
puso sus tiaras, como se lo había ceó ante Yave; ésta fué la porción
mandado Yave. 14 Hizo traer el no- de Moisés, como se lo había man-
villo para el sacrificio por el pecado, dado Yave.
y Arón y sus hijos pusieron sus 30 Tomó
Moisés el óleo de unción
manos sobre el novillo del sacrificio y sangre de la que había en el altar,
por el pecado. 16 Moisés le dego'ló; aspergió a Arón y sus vestiduras y
y tomando su sangre, untó con su a los hijos de Arón y sus vestiduras,
dedo los cuernos del altar todo en consagrando a Arón y sus vestiduras
torno, y lo purificó, derramando la y a los hijos de Arón y sus vesti-
sangre al pie del altar, y lo consagró duras.
31
Moisés dijo a Arón y a sus
para hacer sobre el el sacrificio ex-
piatorio. 16 Tomó todo el sebo que hijos: «Coced la carne a la entrada
recubre las entrañas, la redecilla del del tabernáculo de la reunión; es
hígado y los dos ríñones con su sebo, allí donde habéis de comerla con el
y lo quemó todo en el altar. 17 El pan que hay en el cestillo de la inau-
novillo, su piel, sus carnes y sus ex- guración, como yo lo he mandado,
crementos se quemaron fuera del diciendo: Arón y sus hijos lo come-
campamento, como se lo había man- rán. 32 Lo que reste de la carne y
dado Yave a Moisés. del pan, lo quemaréis. 33 Durante
J8 Hizo que acercaran siete días no saldréis de la entrada
el carnero
del holocausto, y Arón y sus hijos del tabernáculo de la reunión, hasta
le pusieron sus manos sobre la ca- que se cumplan los días de vuestra
beza. 19 Moisés lo degolló, y derramó inauguración, pues vuestra inaugu-
su sangre en torno del altar. 20 Lo ración durará siete días, 34 como se
dividió en trozos, y Moisés quemó la ha hecho hoy para expiaros. Os que-
cabeza y los trozos y el sebo. 21 Se daréis los siete días, día y noche,
lavaron en agua las entrañas y las 35 entrada del tabernáculo de
a la
patas, y Moisés quemó todo el car- la y guardaréis lo que ha
reunión,
nero en el altar; era holocausto de mandado Yave, para no morir, por-
suave olor, como se lo había man- que esto es lo que él me ha man-
dado Yave a Moisés. dado.» 36 Arón y sus hijos hicieron
22
Hizo que acercasen el otro car- todo lo que Yave les mandó por
nero, el de la inauguración, y Arón Moisés.
y sus hijos le pusieron la mano sobre
la cabeza. 23 Moisés lo degolló, tomó
su sangre y untó de ella el lóbulo Primeros sacrificios ofrecidos por
de la oreja derecha de Arón, el pul- Aróu y sus hijos.
gar de su mano derecha y el de su
pie derecho. 24 Hizo acercar a los Q 1
El día octavo Moisés llamó a
hijos de Arón, y untó de la sangre Arón, a sus hijos y a los ancianos
el lóbulo de su oreja derecha, el pul- de Israel, 2 y dijo a Arón: «Toma,
gar de su mano derecha y el de su un novillo para el sacrificio por el
pie derecho, derramando luego la pecado, y un carnero para el holo-
sangre en torno del altar. 26 Tomó causto, ambos sin defecto, y ofré-
después el sebo, la cola, todo el sebo celos ante Yave. 3 Hablarás a los
que encubre las entrañas, la redecilla hijos de Israel diciendo: Tomad un
del hígado, los dos riñones con su macho cabrio para el sacrificio de
sebo, y el brazuelo derecho. 26 Tomó expiación, un becerro y un cordero
del cestillo de los ácimos, puesto primales, para el holocausto, ambos
ante Yave, un pan ácimo, una torta sin defecto; 4 un buey y un carnero
ácima amasada con aceite, y un fri- para el sacrificio pacífico, para in-
suelo, y los puso sobre el sebo y so- molarlos ante Yave; y una ofrenda
bre el brazuelo derecho; 27 y después amasada con aceite; porque hoy se
de haber puesto todo esto en las os dará a ver Yave.
manos de Arón y sus hijos, lo balan- 8
Trajeron ante el tabernáculo de
cearon como ofrenda a Yave. 28 Moi- la reunión cuanto había mandado
112 LEVÍTICO, 10

Moisés, y toda la asamblea se acer- [holocausto y los sebos. A su vista


có, poniéndose ante Yave. * Moisés el pueblo todo lanzó gritos de júbilo
dijo: «Esto es lo que ha mandado y se postraron rostro a tierra.
I

Yave; hacedlo y se os mostrará la


7
gloria de Yave.» Dijo, pues, a Arón:
«Acércate al altar, ofrece tu sacrifi- Xadal» y Abiú, consumidos por
cio por el pecado y tu holocausto, el luego.
y haz la expiación para ti y para el
pueblo; presenta también la ofrenda A ' 1
Los hijos de Arón, Nadab y
1 f\" Abiú, tomaron cada
del pueblo, y haz la expiación para uno un
él, como lo ha mandado Yave.» incensario, y poniendo fuego en ellos
8
Arón se acercó al altar y degolló y echando incienso, presentaron ante
el novillo, víctima del sacrificio del Yave un fuego extraño; cosa que no
pecado ofrecido por él. 9 Los hijos les había sido ordenada. 2 Entonces
i

de Arón le presentaron la sangre; y salió de ante Yave un fuego que los


mojando él su dedo, untó de ella los abrasó, y murieron ante Yave. 3 Dijo
cuernos del altar y la derramó al Moisés a Arón: aEsto es lo que de-
pie del altar. 10 Quemó en el altar claró Yave al decir: Yo seré santifi-
i

el sebo, los ríñones y la redecilla del cado en aquellos que se me acercan


j

hígado de la víctima por el pecado, ¡y glorificado ante el pueblo todo.»


como Yave se lo había mandado a Arón calló.
11 4
Moisés; pero la carne y la piel Moisés llamó a Misael y Elisa-
las quemó fuera del campamento. fán, hijos de Oziel, tío de Arón, y
12
Degolló el holocausto, y sus hijos les dijo: «Venid, y llevad a vuestros
le presentaron la sangre, que él de- hermanos lejos del santuario, fuera
rramó en torno del altar. 13 Le pre- del campamento.» 5 Ellos se acer-
sentaron el holocausto descuartizado, caron, y los llevaron con sus túnicas
con la cabeza, y él los quemó en el fuera del campamento, como se lo
altar. 14 Lavó las entrañas y las patas, había mandado Moisés.
y las quemó encima del holocausto. 6 Moisés
dijo a Arón, a Eleazar y
15 Luego presentó la ofrenda del a 1amar: «No desnudéis vuestras
1

pueblo. Tomó el macho cabrío por cabezas, ni rasguéis vuestras vesti-


el pecado, ofrecido por el pueblo; y i
duras, no sea que muráis. Que vues-
degollándolo, ofreció la expiación tros hermanos, toda la casa de Israel,
I

como la víctima primera. 14 Ofreció lloren el incendio que ha encendido


!

el holocausto y lo sacrificó según su ! Yave. 7 Vosotros no salgáis del ta-


rito. 17 Presentó la ofrenda, y to- ! bernáculo de la reunión, no sea que
mando un puñado, lo quemó encima muráis, porque lleváis sobre vosotros
del holocausto de la mañana. 18 De- el óleo de la unción de Yave.» Ellos
golló el toro y el carnero del sacri- hicieron lo que Moisés les mandaba.
j

8
ficio pacífico por el pueblo. Los hijos Yave habló a Arón, diciendo:
de Arón le presentaron la sangre, * «No beberás vino ni bebida alguna
que él derramó en torno del altar; inebriativa, tú, ni tus hijos, cuando
y el sebo del toro y del carnero, entréis en el tabernáculo de la reunión,
la cola, el sebo que recubre las entra- para que no muráis. Es ley perpetua
ñas, los ríñones y la redecilla del hí- entre tus descendientes, 10 para que
gado, 20 las partes grasas las puso sepáis discernir entre lo santo y lo
sobre los pechos. Arón quemó los profano, lo puro y lo impuro, 11 y
sebos en el altar, 21 después balanceó enseñar a los hijos de Israel todas
los pechos ante Yave, y el brazuelo las leyes, que por medio de Moisés
derecho en ofrenda balanceada, como les ha dado Yave.»
lo había mandado Moisés. 12
Moisés dijo a Arón, a Eleazar
22 Arón, alzando su mano hacia el
y a ltamar, los dos hijos que le que-
pueblo le bendijo, y bajó después daban a Arón: «Tomad la ofrenda
de haber ofrecido el sacrificio por el que resta de los sacrificios hechos a
pecado, el holocausto y el sacrificio Yave, y comedia sin levadura cerca
pacífico. 23 Moisés y Arón entraron del altar, pues es cosa santísima.
en el tabernáculo de la reunión; y 13 La comeréis en lugar santo. Es tu
cuando salieron bendijeron al pueblo, derecho y el derecho de tus hijos
y la gloria de Yave se apareció a sobre las ofrendas hechas a Yave,
todo el pueblo, 24 y fuego mandado como me ha sido ordenado. 14 Come-
por Yave consumió en el altar el réis en lugar puro, tú y tus hijos y
LEVÍTICO. 11

tus hijas, el pecho balanceado y el tiene aletas y escamas en el mar y


brazuelo reservado, porque esos tro- en los de entre los animales que
ríos,
zos se te dan como derecho tuyo y se mueven en el agua y de entre
de tus hijos sobre los sacrificios pa- todos los vivientes que en ella hay.
15 Bra- 11
Serán para vosotros abominación,
cíficos de los hijos de Israel.
zuelo de separación, y pecho de ba- no comeréis sus carnes, y tendréis
lanceo, que con el sebo destinado al como abominación sus cadáveres.
12 Todo cuanto en las aguas no tiene
fuego se presentan a Yave para hacer
la ofrenda; a ti, pues, y a tus hijos aletas y escamas, lo tendréis por
os pertenecen por ley perpetua, como abominación. 13 He aquí entre las
lo ha mandado Yave.» 16 Moisés aves las que tendréis por abominación,
preguntó por el macho cabrío que i

y no las comeréis por ser cosa abomi-


había sido sacrificado por el pecado, nable: 14 el águila, el quebrantahue-
y se encontró con que había sido sos y el halieto; el milano y el buitre
quemado; y airado contra Eleazar e según sus especies; 15 toda clase de
16
ltamar, los hijos que de Arón que- cuervos; el avestruz, la lechuza,
daban, les dijo: 17 «¿Por qué no ha- el loro, la gaviota y el gavilán de
17
béis comido la víctima por el pecado toda clase; el buho, el mergo, el
18
en el lugar santo? Es cosa santísima, ibis; cisne, el pelícano, el
el cala-
19
y Yave os lo ha dado para que lle- món; la garza, la cigüeña en todas
véis vosotros la iniquidad de la asam- sus especies; la abubilla y el mur-
20 Todo que anda
blea, y os hagáis por ella expiación ciélago. volátil
ante Yave; 18 y más no habiendo sido sobre patas lo tendréis por
cuatro
abominación; 21 pero entre los in-
llevada la sangre dentro del santua-
rio, debíais haber comido la carne sectos alados que marchan sobre cua-
en lugar santo, como lo he mandado. tro patas, comeréis aquellos que tie-
19
Arón dijo a Moisés: «Hoy se nen más largas las de atrás, para
han ofrecido ante Yave la vícti- saltar sobre la tierra. 22 He aquí de
ma por el pecado y el holocausto, entre éstos los que comeréis: toda
y me ha pasado esto. ¿Podía comer especie de brugo, toda especie de ata-
hoy la víctima por el pecado? ¿Ha- cos, de ofiómacos y de langostas.
bría sido esto grato a Yave?» 20 Oyólo 23
Todo otro volátil de cuatro patas
Moisés, y se dió por satisfecho. lo tendréis por inmundo, y comién-
dolos os haréis inmundos. 24 Quien
tocare uno de sus cadáveres se conta-
Ley acerca de los animales puros minará y será inmundo hasta la tarde;
25
e impuros. y si tocare algo de esto muerto,
lavará sus vestiduras y será inmundo
1-1 1
Yave habló
a Moisés y Arón, I hasta la puesta del sol. 26 Todo ani-
* * diciendo: 2
«Hablad a los hijos mal que tenga pezuña, pero no par-
de Israel, y decidles: «He aquí los ani- tida, ni rumie, será para vosotros
males que comeréis de entre las bes- inmundo, y quien tocare su cadáver
tias de la tierra. 3 Todo animal de será inmundo. 27 Los que andan sobre
casco partido y pezuña hendida y que la planta de los pies serán para vos-
rumie, lo comeréis; 4 pero no come- otros inmundos, y quien tocare su
réis los que sólo rumian, o sólo tienen cadáver será inmundo hasta la tarde,
partida la pezuña. El camello que 28
y quien transportare su cadáver,
rumia, pero no tiene partida la pe- lavará sus vestiduras y será inmundo
zuña, será inmundo para vosotros; hasta la tarde. 29 También estos ani-
5
el conejo que rumia y no parte la males serán para vosotros inmundos,
pezuña es inmundo; 6 la liebre que de entre los que andan por la tierra:
rumia y no parte la pezuña es in- la comadreja, el ratón y el cocodrilo,
munda; 7 el cerdo que divide la pe- en todas sus especies; 30 el musgaño,
zuña y no rumia es inmundo para el camaleón, la salamandra, el lagarto
vosotros. 8 No comeréis su carne, ni y el topo; 31 estos son los para vos-
tocaréis sus cadáveres; serán inmun- otros inmundos entre los reptiles;
dos para vosotros. quien tocare su cadáver será inmundo
9
He aquí los animales que entre hasta la tarde. 32 Todo objeto sobre
los acuáticos comeréis: Todo cuanto el que cayere uno de estos cadáveres,
tiene aletas y escamas, tanto en el será manchado; y los utensilios de
mar como en los ríos, lo comeréis; madera, vestidos, pieles, sacos, todo
10 pero abominaréis de cuanto no objeto de uso, será puesto en agua
8
1 14 LEVÍTICO, 12, 13

y será inmundo hasta la tarde: 33 toda sangre de su purificación; no tocará


vasija de barro donde algo de esto nada santo, ni irá al santuario hasta
caiga quedara manchada, y la rom- que se cumplan los dfas de su puri-
peréis; 34 todo alimento preparado con ficación. 8
Si da a luz hija, será
agua quedará manchado, y lo mismo impura durante dos semanas, como
toda bebida, cualquiera que sea el el tiempo de su menstruación, y se
vaso que la contenga; 35 Todo aque- quedará en casa durante los sesenta
llo sobre lo cual caiga algo de estos y seis días de la sangre de su puri-
cadáveres quedará manchado y por ficación. 6 Cuando se cumplan los
manchado lo tendréis. 38 Las fuentes días de su purificación, según que
y Tas cisternas, donde hay cantidad haya tenido hijo o hija, presentará
de agua, quedarán puras, mas quien ante el sacerdote, a la entrada del
tocare el cadáver, será impuro. 37 Si tabernáculo de la reunión, un cor-
alguno de estos cuerpos muertos ca- dero prima) en holocausto y un pichón
yere sobre una simiente que ha de o una tórtola en sacrificio por el
sembrarse, la simiente quedará pura; pecado. 7 El sacerdote los ofrecerá
38 pero si se le hubiera echado agua ante Yave, y hará por ella la expia-
encima, y cae alguno de estos cuerpos ción, y será pura del flujo de su
muertos, la tendréis por manchada. sangre. Esta es la ley para la mujer
39 que da a luz hijo o hija. 8 Si no
Si muere uno de los animales
cuya carne podéis comer, quien to- puede ofrecer un cordero, tomará
care el cadáver lavará sus vestidos dos tórtolas o dos pichones, uno para
y quedará impuro hasta la tarde. el holocausto y otro para el sacrificio
40 Será para vosotros abominación por el pecado; el sacerdote hará por
todo reptil que repta sobre la tierra; ella la expiación, y será pura.»
no comeréis su carne. 41 No comeréis
ningún animal que repta sobre la Ley acerca de la lepra.
tierra, sea de los que se arrastran
sobre su vientre, 42 sea de los que 19
lfJ
1
Yave habló a Moisés y Arón,
marchan sobre cuatro o sobre muchas diciendo: 2 «Cuando tenga uno
patas; los tendréis por abominación. en su carne alguna mancha escamosa,
48 No os hagáis abominables por los o un conjunto de ellas, o una mancha
reptiles que reptan, ni os hagáis im- blanca brillante, y se presente así
puros por ellos; seréis manchados en la piel de su carne la plaga de la
por ellos. 44 Porque yo soy Yave, lepra, será llevado a Arón, sacerdote,
vuestro Dios, vosotros os santifica- o a uno de sus hijos, sacerdotes. 3 El
réis y seréis santos, porque yo soy sacerdote examinará la plaga de la
santo, y no os mancharéis con nin- piel de la carne; y si viere que los
guno de los reptiles que reptan sobre pelos se han vuelto blancos y que la
la tierra. 45 Pues yo soy Yave, que parte afectada está más hundida que
os ha sacado de la tierra de Egipto, el resto de la piel, es plaga de lepra;
para ser vuestro Dios. Vosotros seréis y el sacerdote que le haya examinado
santos, porque santo soy yo. le declarará impuro. 4 Si tiene sobre
4e Esta es la ley referente a los la piel de su carne una mancha blanca
cuadrúpedos, las aves, todos los seres que no aparece más hundida que el
vivientes que se mueven en las aguas resto de la piel, y el pelo no se ha
y todos los que reptan sobre la tierra, vuelto blanco, el sacerdote le recluirá
47 para que distingáis entre lo puro durante siete días. 6 El día séptimo
y lo impuro, entre lo que puede y le examinará; y si el mal no parece
io que no puede comerse.» haber cundido ni haberse extendido
sobre la piel, le recluirá por segunda
La purificación de la recién parida. vez otros siete días, 4 y al séptimo
día le examinará nuevamente; si la
IO 1
Yave habló
a Moisés dicien- parte enferma se ha puesto menos
do: a
«Habla a los hijos de Is- brillante y la mancha no se lia ex-
rael y diles: Cuando dé a luz una tendido sobre la piel, el sacerdote le
mujer y tenga un hijo, será impura declarará puro; es sarna. El enfermo
durante siete días; será impura como lavará sus vestiduras y será puro. -

en el tiempo de su menstruación. 8 El 7
Pero si, después de haber sido exa-
octavo día será circuncidado el hijo, minado por el sacerdote y declarado
4 pero ella quedará todavía en casa puro, la mancha se extendiere, será
durante los treinta y tres dfas de la llevado a él nuevamente para que le
LEVÍTICO, 13 115

vea; 8 y la mancha brillante ha


si cluirá durante siete días, y después,
27 séptimo, examinará. Si
crecido la piel, le declarará in-
en al le la
mundo, que es lepra. 9 Si uno tuviere mancha se ha extendido sobre la
la plaga de la lepra, será llevado al piel, el sacerdote declarará im-
le
sacerdote, 10 que le examinará; ysi puro; es lepra. 28 Si está como estaba,
viere éste en la piel la escama blanca, sin extenderse sobre la piel, y es de
y se ha vuelto el color de los pelos, color suboscuro, es la quemadura,
y en la mancha escamosa se nota la y le declarará puro, pues es la cica-
carne viva, 11 será juzgada lepra in- triz de la quemadura.
29
veterada en la piel de su carne, y el un hombre o una mujer tu-
Si
sacerdote le declarará impuro; no le viere una llaga en la cabeza o en la
12 30 el sacerdote la examinará.
recluirá, pues es impuro. Pero si barba,
la lepra se ha extendido hasta llegar Si está más hundida que el resto
a cubrir toda la piel del enfermo de la piel, y el pelo se ha vuelto
desde la cabeza hasta los pies, en rojizo y más delgado, el sacerdote
cuanto a la vista del sacerdote apa- lo declarará impuro, es netec, lepra
rece, le examinará; 13 y si, en efecto, de la cabeza o de la barba. 31 Pero
cubre todo su cuerpo, declarará puro si la llaga no se ha extendido, ni está

al enfermo, pues se ha puesto todo más hundida que el resto de la piel,,


blanco, será puro. 14 Si en el así afec- y el pelo no está rojizo, recluirá aí
tado aparece la carne viva, será im- afectado por siete días, 32 y al sépti-
puro, 15 y el sacerdote, al ver la mo examinará la llaga. Si ésta no
carne viva, le declarará impuro, pues se ha extendido y el pelo no ha mu-
la carne viva es impura, es lepra. dado el color, ni está la llaga más
16 Si la carne viva se pone otra vez hundida que la piel, 33 le hará que
blanca, se presentará el enfermo al se afeite, fuerade la parte afectada,
sacerdote, 17 que le examinará; y si y le por otros siete días,
recluirá
la llaga se ha puesto en verdad blanca, 34
y al séptimo examinará la llaga;
el sacerdote le declarará puro; es puro. si no se ha extendido ni está más
18 Cuando uno tenga en su cuerpo, hundida que la piel, le declarará puro;
sobre su piel, una úlcera cicatrizada, el hombre lavará sus vestiduras y
19
y apareciere en ella una escamosi- será puro. 35 Pero si, después de de-
dad blanca o rojiza, se presentará clarado puro, la Paga se extendiere
al sacerdote, 20 quien le examinará. sobre la piel, 36 le examinará el
Si la mancha está más hundida que sacerdote; y si en efecto se ha exten-
el resto de la piel y el pelo se ha dido, no hay ya que mirar si el pelo
vuelto blanco, le declarará impuro, ha mudado de color; es impuro.
es lepra, que se ha presentado en la 37 Mas si la llaga no se ha extendido
21
úlcera cicatrizada. Si el color de y el pelo está negro, la llaga está
los pelos no se ha vuelto, y la esca- curada, es puro, y puro le declarará
mosidad rojiza no está más hundida el sacerdote.
que el resto, le recluirá por siete días; 38 Si cualquier hombre o mujer
22 tiene en su piel manchas blancas,
y si se ha extendido, le declarará
impuro; es lepra; 23 pero si está como 39 el sacerdote
le examinará. Si las
estaba, sin extenderse la mancha, es manchas son de un color suboscuro,
la cicatriz de la úlcera, y el sacerdote -es bahaq que le ha salido en la piel;
le declarará puro. es puro.
24 uno tiene en su cuerpo, en 40 Si a uno
Si se le caen los pelos de
la piel, una quemadura producida por la cabeza y se queda calvo, es cal-
el fuego, y sobre la señal de la que- vicie de atrás; es puro. 41 Si los pelos
madura aparece una mancha blanca, se le caen a los lados de la cara, es
o de un blanco rojizo, 28 sacerdote el calvicie anterior; es puro. 42 Pero si
le examinará. Si el pelo se ha vuelto en la calva, posterior o anterior, apa-
blanco en la mancha, y ésta aparece reciere llaga de color blanco rojizo,
más hundida que el resto de la piel, es lepra que ha salido en el occipucio
es lepra que ha brotado en la quema- o en el sincipucio. 43 El sacerdote
dura; el sacerdote le declarará im- le examinará, y si la llaga escamosa
puro. 2B Pero si el sacerdote ve que es de un blanco rojizo, como el de
el pelo de la mancha no se ha vuelto la lepra en la piel de la carne, 44 es
blanco, y que ésta no aparece más leproso; es impuro, e impuro le decla-
hundida que el resto de la piel, y rará el sacerdote, pues es leproso de
fuere de un color suboscuro, le re- la cabeza.
LEVÍTICO 14

45 El leproso, manchado
de lepra, Será conducido al sacerdote, 3 que
llevará rasgadas sus vestiduras, des- saldrá a su encuentro fuera del cam-
nuda la cabeza, y cubrirá su rostro, pamento y le examinará. Si la plajía
e irá clamando: «¡inmundo, inmundo! de la lepra ha desaparecido del le-
46 Todo el tiempo que le dure la lepra 4
proso, mandará tomar para el que
será inmundo. Es impuro y habitará ha de purificar dos .avecillas vivas,
solo; fuera del campamento tendrá puras, madera de cedro, un hilo de
su morada. púrpura e hisopo; 5 degollará una de
47 Si
apareciere mancha de lepra las aves encima de una vasija llena de
en un vestido, sea de lana, sea de agua viva; 6 y tomando el ave viva,
lino; 48 o en hilo de trama o de ur- cedro, el hilo de púrpura y el
el
dimbre; o en una piel, o un objeto hisopo, los mojará, lo mismo que el
cualquiera de cuero; 49 si la mancha ave viva, en la sangre del ave de-
es de color verdoso o rojizo, es plaga gollada sobre el agua viva; 7 asper-
de lepra. 50 Se le enseñará al sacer- gerá siete veces al que ha de ser
dote, quien después de examinar la purificado de la lepra, y le declarará
mancha, encerrará el objeto por siete puro, dando suelta en el campo al
días. 51 El séptimo examinará de ave viva. 8 Luego, el que ha de ser
nuevo la mancha; si ésta se ha ex- purificado lavara sus vestidos, raerá
tendido sobre el vestido, el hilo de todo su pelo y se bañará en agua, y
trama o de urdimbre, la piel o el será puro. Podrá ya entrar en el
objeto de cuero, es plaga de lepra campamento, pero quedará por siete
tenaz; la cosa es impura. 52 Se que- días fuera de su tienda.
9
mará el vestido, el hilo de trama o El día séptimo raerá todo su
de urdimbre, la piel o el objeto de pelo, sus cabellos, su barba, sus cejas,
cuero en que se halla la mancha, todo su pelo, lavará sus vestidos, y
pues es lepra tenaz; el objeto será bañará su cuerpo en agua, y será
quemado al fuego. 83 Pero si ve que limpio. 10 El día octavo tomará dos
la mancha del vestido, la urdimbre, corderos sin defecto y una oveja
la trama, o el objeto de cuero no se primal sin defecto y tres décimos de
ha extendido, 64 mandará lavar aque- efa de flor de harina, amasada con
llo en que apareció la lepra y lo aceite, y un log de aceite. 11 El sacer-
encerrará por otros siete días. 65 Si dote que haga la purificación presen-
después de lavada, ve que la man- tará ante Yave al hombre que ha de
cha no ha mudado de aspecto, aun- purificarse, con todas esas cosas, a
que no haya cundido, es inmundo, la entrada del tabernáculo de la
y sequemará porque está infectado reunión. 12 Tomará uno de los dos
en reverso o en el anverso. 66 Pero
el corderos, para ofrecerle en sacrificio
si el sacerdote ve que después del expiatorio y el log de aceite, y lo
lavado la parte manchada ha mu- agitará ante Yave; 13 luego degollará
dado el color, la arrancará del ves- >
el cordero donde se inmola la vícti-
tido o del cuero, de la urdimbre o ma expiatoria y el holocausto, en
de la trama; 57 y si después de esto lugar santo, porque la víctima del
se viera que en el vestido o en la sacrificio expiatorio, como la del sa-
urdimbre o en la trama o en el ob- crificio por el pecado, es para el sacer-
jeto de cuero cunde todavía la man- dote, es cosa santísima. 14 El sacer-
cha, se quemarán. 58 Pero si después dote, tomando la sangre del sacrifi-
del lavado, en la urdimbre o la trama cio expiatorio, untará de ella el ló-
o el objeto de cuero la mancha ha bulo de la oreja derecha del que se
desaparecido, se lavará otra vez, y y el pulgar de la mano de-
purifica
será puro. 59 Tal es la ley de la recha y del pie derecho. 15 Tomará
lepra del vestido, de lana o lino, de el log de aceite, y echando de él en
la urdimbre o de la trama y de todo la palma de su mano izquierda,
el índice de su mano dere-
16 meterá
objeto de cuero, para declararlos
mundos o inmundos. cha en el aceite que tiene en la palma
de su mano izquierda, y hará con él
Ley acerca de la purificación del por siete veces aspersión ante Yave.
17 Después, del aceite que le queda
leproso.
en la palma untará el lóbulo de la
A 4 1 Yave habló a Moisés, dicien oreja derecha del que se purifica y
do: 2 «Esia
será la ley del le el pulgar de la mano derecha y del
proso para el día de su purificación: ib e derecho, encima de la sangre de
LEVÍTICO. 14 117
1

l
a víctima; 18 el resto del aceite que de la casa irá a ponerlo en conoci-
ie queda en la palma lo echará sobre miento del sacerdote, diciéndole: Noto
a cabeza del que se purifica, cum- que hay en mi casa una mancha.
pliendo asi la expiación por él ante 36 El sacerdote mandará desocupar
Yave. 19 Luego el sacerdote ofrecerá la casa antes de ir a examinar la
el sacrificio por el pecado, haciendo mancha, para que no se contamine
la expiación del que se purifica de cuanto hay en ella. Desocupada, irá
su mancha; 20 y después de inmolar el sacerdote a examinarla. 37 Exa-
el holocausto, lo ofrecerá en el altar minará la mancha, y si en las pare-
con la oblación, y así hará por él la des de la casa hallare cavidades ver-
expiación y será puro. dosas o rojizas como hundidas en la
21 Si fuere pobre
y no pudiere pro- pared, 38 saldrá a la puerta de la
curarse las víctimas ordinarias, to- casa, y la hará cerrar por siete días.
39
mará sólo un cordero, que se ofre- Al séptimo día volverá el sacer-
cerá en sacrificio expiatorio, en ofren- dote; y si ve que la mancha ha cun-
da de expiación. Llevará una décima dido en las paredes de la casa, 40 man-
de flor de harina amasada con aceite, dará quitar las piedras manchadas y
para la ofrenda, y un log de aceite; arrojarlas fuera de la ciudad, en un
22
también dos tórtolas o dos picho- lugar impuro; 41 hará raspar la casa
nes, según sus facultades, uno como toda en lo interior, arrojándose en
víctima expiatoria, el otro para el un lugar impuro el polvo que se ras-
holocausto. 23
Lo presentará el día pe. 42 Se tomarán otras piedras y se
octavo al sacerdote para su purifi- pondrán en el lugar de las quitadas,
cación, a la entrada del tabernáculo y se revocará de nuevo. 43 Si la
de la reunión, ante Yave. 24 El sacer- mancha reapareciere nuevamente en
dote tomará el cordero de la expia- la casa después de haber quitado las
ción y el log de aceite y los agitará piedras y de haberla raspado y revo-
ante Yave; 25 y después de haber cado de nuevo, 44 volverá el sacer-
inmolado el cordero del sacrificio de dote a examinarla. Si la mancha hu-
expiación, tomará de su sangre y la biere cundido en la casa, es lepra
pondrá en el lóbulo de la oreja dere- corrosiva de la casa: es impura. 45 Se
cha del que se purifica y sobre el demolerá, y las piedras, la madera y
dedo pulgar de la mano derecha y todo el mortero se llevarán fuera de
del pie derecho. 26 Echará luego aceite la ciudad a un lugar impuro. 46 Quien
en la palma de su mano izquierda, entrare en la casa durante el tiempo
27
y con el dedo índice de su mano que se ha tenido cerrada, será im-
derecha hará siete veces aspersión puro hasta la tarde. 47 Quien hubiere
ante Yave; 28 untará del aceite que dormido en ella lavará sus vestidos,
tiene en la mano el lóbulo de la oreja y quien en ella hubiere comido lavará
derecha del que se purifica y el pulgar sus vestidos.
de la mano derecha y del pie dere- 48 Pero si
el sacerdote, al volver
cho en el lugar donde puso la sangre a la casa, ve que la mancha no ha
de la víctima expiatoria. 29 Lo que cundido en ella después que la casa
le quede en la mano lo echará sobre ha sido revocada de nuevo, decla-
la cabeza del 'que se purifica, para rará pura la casa, pues el mal se ha
hacer por él la expiación ante Yave. curado. 49 Entonces tomará para ex-
30 Después
ofrecerá una de las tór- piar la casa dos avecillas, madera de
tolas o uno de los pichones que haya cedro, lana escarlata e hisopo: 50 de-
podido procurarse, 31 el uno en sacri- gollará una de las aves sobre una
ficio por el pecado, el otro en holo- vasija de barro con agua viva, 51 y
causto, con la ofrenda; y así el sacer- tomando luego la madera de cedro,
dote hará la expiación, ante Yave, el hisopo y la lana escarlata con la
del que se purifica. 32 Esta es la ley otra ave, lo mojará todo en la sangre
de la purificación del que tiene plaga del ave degollada sobre el agua viva,
de lepra y no puede presentar las y aspergerá la casa siete veces. 52 Pu-
víctimas ordinarias.» rificará la casa con la sangie del
33 Yave
habló a Moisés y Arón, ave, el agtia viva, el ave viva, la
diciendo: 34 «Cuando hayáis en- madera de cedro, el hisopo y la lana
trado en la tierra de Canán que yo escarlata 43 y dará suelta al ave viva
voy a daros en posesión, y mandare fuera de la ciudad, en el campo.»
yo la plaga de lepra a alguna casa de 54 Tal es la ley de toda clase de
la tierra que poseeréis, 35 el dueño mancha de lepra, o de netgc, 55 y
LEVÍTICO, 15, 16

de la lepra de los vestidos y de las con quien se acostare con emisión del
casas, 66 de las manchas brillantes, semen, se lavará como él, y como
de las escamosas y de las manchas, él será inmunda hasta la tarde.
57 mundo y 19
La mujer que tiene su flujo, flujo
para declarar lo lo in-
mundo. Esta es la ley de la lepra. de sangre en su carne, estará siete
días en su impureza. Quien la tocare
Inmundicia del hombre y de ln será impuro hasta la tarde. 20 Aque-
mujer. llo sobre que durmiere o se sentare
durante su impureza, será impuro,
21
1 ^ 1 Yave habló
2
a Moisés y Arón, y quien tocare su lecho, lavará
diciendo: «Hablad a los hijos sus vestidos, se bañará en agua y
de Tsrael y decidles: Cualquier hombre será impuro hasta la tarde. 22 Si algo
que padezca flujo seminal en su carne, hubiere sobre el lecho o sobre el asien-
será inmundo. 3 Esta es la ley de su to, quien lo tocare será impuro hasta
inmundicia en el finjo, ya sea por la tarde. 23 Lo que hubiere sobre su
destilar su carne el flujo, ya por lecho o sobre su asiento, quien lo
retenerlo, es inmundo. 4 Él lecho en tocare será impuro hasta la tarde.
24
que se acueste, el asiento en que se Pero si uno se acostare con ella,
siente, será inmundo. 5 Quien tocare será sobre él su impureza, y será
su lecho, lavará sus vestidos, se ba- inmundo por siete días, y el lecho en
ñará en agua, y será impuro hasta la que durmiere será inmundo.
25 La mujer
tarde. a Quien se sentare sobre un que tuviere flujo de
objeto sobre el que se sentó el que sangre por más tiempo del acostum-
padece el flujo, lavará sus vestidos, brado, prolongándose éste más allá
se bañará en agua, y será impuro de los días de su impureza, será im-
hasta la tarde. 7 Quien tocare la pura todo el tiempo que dure el flujo,
carne del enfermo, lavará sus vesti- como en e) tiempo del menstruo.
26
dos, se bañará en agua, y será im- El lecho en el cual durante él duer-
puro hasta la tarde. 8 Si el enfermo ma y todo objeto sobre el que se
escupe sobre un hombre puro, éste siente, será impuro, como en el
lavará sus vestidos, se bañará en tiempo del menstruo, 27 y quien los
agua, y será impuro hasta la tarde. toque será impuro y lavará sus ves-
9
El carro en que viaje el enfermo tidos, se bañará en agua, y será
será inmundo. 10 Quien tocare algo impuro hasta la tarde. 28 Cuando cu-
que haya estado debajo del enfermo rare de su flujo, contará siete días,
será impuro hasta la larde, y quien después de los cuales será pura. 29 Al
10 trasportare, lavará sus vestidos, octavo día tomará dos tórtolas o dos
se bañará en agua, y será impuro pichones, y los llevará al sacerdote
hasta la tarde. 11 Todo aquel a quien a la entrada del tabernáculo de la
el enfermo tocare sin haberse antes reunión. 30 El sacerdote los ofrecerá,
lavado las manos en agua, lavará uno en sacrificio expiatorio y el otro
sus vestidos, se bañará en agua, y será en holocausto, y hará por ella la ex-
impuro basta la tarde. 12 Toda vasija piación ante Yave de la inmundicia
de barro que tocare se romperá, y de su flujo.
31 Enseñad
la de madera se lavará en agua. a los hijos de Tsrael
13 Cuando
esté curado de su flujo, a purificarse de sus inmundicias, no
contará siete dias para su purifica- sea que por ellas mueran, por man-
ción: lavará sus vestidos, bañará su char el tabernáculo que está en medio
cuerpo en agua viva, y será puro. de ellos.
14 Al octavo día, tomando dos tór- 82
Esta es la ley del que padece
tolas o dos pichones, se presentará flujo y efunde el semen, naciéndose
ante Yave, a la entrada del taber- inmundo, 38 y de la mujer en su flujo
náculo de la reunión, y se los dará menstrual; de cuantos padecen flujo,
al sacerdote, 16 que los ofrecerá, uno hombres o mujeres, y del hombre
en sacrificio expiatorio, el otro en que se acuesta con una mujer impura.
holocausto, y hará por él la expia-
ción ante Yave, por su flujo. Ley aceren de In fiesta anual de
16
El hombre que efundiere su lu expiación.
semen, lavará con agua todo su cuer-
po, 17
y toda ropa o piel en que se 1 1
Después de la muerte de los
efunda será lavada con agua, y s^-á 1U
f>
dos hijos de Arón, heridos al
inmunda hasta la tarde. 18 La mujer acercarse ante Yave, 2 dijo Yave a
LEVÍTICO, 16 119

Moisés: «Di a tu hermano Arón, que con que hayan pecado. Lo mismo
no entre nunca en el santuario por hará con el tabernáculo de la reunión,
detrás del velo que está delante del que está entre ellos, en medio de sus
propiciatorio de sobre el arca, no sea impurezas. 17 Que no haya nadie en
que muera, pues yo me muestro en el tabernáculo de la reunión, desde
la nube sobre propiciatorio (1).
el que él entre para hacer la expiación
He aquí el rito según el cual en-
3 del santuario hasta que salga, lucha
trará Arón en el santuario: Tomará la expiación por sí y por su casa y
un novillo para el sacrificio por el por toda la asamblea de Israel.
pecado y ün carnero para el holocaus- 18 Después irá al altar que está ante
to. 4 Se revestirá de la túnica santa Yave y hará la expiación de él, y
de lino, y se pondrá sobre sus carnes tomando sangre del novillo y sangre
el calzón de lino; se ceñirá un cintu- del macho cabrío, untará de ellas
rón de lino y cubrirá su cabeza con los cuernos del altar todo en torno;
19 hará con su
la tiara de lino, vistiéndoselos des- dedo siete veces la
pués de haberse lavado en el agua. aspersión de sangre, y le santificará
5
Recibirá de la asamblea de los hijos y le purificará de las impurezas de
de Israel dos machos cabríos, para el los hijos de Israel.
sacrificio por el pecado, y un carnero 20 Hecha la expiación
del santua-
para el holocausto; 6 Arón ofrecerá rio, del tabernáculo de la reunión y
su novillo por el pecado, y hará la del altar, presentará el macho cabrío
expiación por sí y por su casa. 7 To- vivo; 21 y poniendo sus dos manos
mará después los dos machos cabríos, sobre la cabeza del macho cabrío
y presentándolos ante Yave a la vivo, confesará sobre él todas las
entrada del tabernáculo de la reunión, culpas, todas las iniquidades de los
8
echará sobre ellos las suertes, una hijos de Israel y todas sus trasgre-
la de a Yave, otra la de a Azazel. siones con que han pecado, y los
9
Arón hará acercar el macho cabrio echará sobre la cabeza del macho
sobre que recayó la suerte de a cabrío, y lo mandará al desierto por
Yave, y le ofrecerá en sacrificio por medio de un hombre designado para
10
el pecado; el macho cabrío sobre ello. 22 El macho cabrío llevará sobre
el que recayó la suerte de a Azazel, sí todas las iniquidades de ellos a
le presentará vivo ante Yave, para tierra inhabitada, y el que lo lleve
hacer la expiación y soltarle después lo dejará en el desierto. 23 Después
a Azazel. 11 Arón ofrecerá el novillo Arón entrará en el tabernáculo de
del sacrificiopor el pecado, haciendo la reunión y se desnudará de las ves-
la expiación por sí y por su casa. tiduras de lino, que se vistió para
Después de degollar su novillo por entrar en el santuario; 24 y quitadas,
el pecado, 12 tomará del altar un in- se lavará su cuerpo con agua en
censario lleno de brasas encendidas, lugar santo, y se pondrá sus vesti-
de ante Yave, y dos puñados de ti- duras. Saldrá luego, ofrecerá su holo-
miama pulverizado, y lo llevará todo causto y el del pueblo, hará la ex-
detrás de la cortina; 13 echará el piación por sí y por el pueblo, 25 y
timiama en el fuego ante Yave, para quemará en el altar el sebo del sacri-
que la nube de incienso cubra el pro- ficio por el pecado. 26 El que habrá
piciatorio que está sobre el testimo- ido a soltar el macho cabrío a Azazel,
nio, y no muera. 14 Tomando luego lavará sus vestidos y bañará en agua
la sangre del novillo, aspergerá con su cuerpo, después de lo cual podrá
su dedo el frente del propiciatorio, entrar en el campamento. 27 Serán
haciendo con el dedo siete aspersio- llevados fuera del campamento el
nes. 15 Degollará el macho cabrío novillo y el macho cabrío inmolados
expiatorio del pueblo; y llevando su por el pecado, cuya sangre se intro-
sangre detrás del velo, hará como dujo en el santuario para hacer la
con la sangre del novillo, aspergién- expiación, y se consumirán por el
dola sobre el propiciatorio y delante fuego sus pieles, sus carnes y sus
de él, 16 y así purificará el santuario excrementos. 28 El que los queme
de las impurezas de los hijos de lavará luego sus vestidos, bañará en
Israel y de todas las trasgresiones agua su cuerpo y después podrá entrar
en el campamento.
29
(i) Es el comienzo del llamado código Esta será para todos ley perpe-
sacerdotal, que tiene como introducción todo tua; el séptimo mes, el día diez del
lo referente a la construcción del tabernáculo. mes, mortificaréis vuestras personas
120 LEVlTICO. 1?. 18

y no haréis trabajo alguno, ni el olor de suavidad a Yave. 7 Así no


indígena ni el extranjero que habita ofrecerán sus sacrificios a los sátiros,
en medio de vosotros; 30 porque en con los cuales se prostituyen. Esta
ese día se hará la expiación por vos- será para ellos ley perpetua, de ge-
otros, para que os purifiquéis y seáis neración en generación.
8
purificados ante Yave de todos vues- Diles, pues: Todo hombre de la
tros pecados. 31 Será para vosotros casa de Israel o de los extranjeros
día de descanso, sábado, y mortifi- que habitan en medio de ellos que
caréis vuestras personas. Es ley per- ofrezca un holocausto o un sacrificio,
9
petua. y no llevare la víctima a la entrada
32 La expiación la hará el sacer- del tabernáculo de reunión, para ser
dote que haya sido ungido y haya sacrificado a Yave, será borrado de
sido iniciado para ejercer las funcio- en medio del pueblo.
nes sacerdotales en lugar de su padre.
Se revestirá de las vestiduras de lino,
33
las vestiduras sagradas, y hará la Frohihición de comer sangre, ani-
expiación del santuario de la santi- mal mortecino y desgarrado.
dad, del tabernáculo de la reunión
10
y del altar, la de los sacerdotes y la Todo hombre de la casa de
de todo el pueblo de la asamblea. Israel, o de los extranjeros que habi-
34 Será para vosotros ley perpetua, tan en medio de ellos, que coma san-
y
se hará la expiación una vez por gre de un animal cualquiera, yo me
año para los hijos de Israel por sus volveré contra el que come sangre,
I

pecados» (1). ¡y le borraré de en medio de su pueblo,


Hízose lo que Yave había man- II porque la vida de la carne es la
dado a Moisés. sangre, y yo os la he mandado poner
sobre el altar para expiación de vues-
tras almas, y la sangre expía, por
Lej acerea del Imjar del sacrificio. ser vida. 18 Por eso he mandado a
los hijos de Israel: Nadie de entre
1 ^ Yave habló a Moisés, diciendo: vosotros ni de los extranjeros que
1

* 8
«Habla a Arón y a sus hijos habiten en medio de vosotros, come-
y a todos los hijos de Israel, y diles: rá sangre. ¡

13 Todo hombre de entre los hijos


He aquí lo que ha mandado Yave:
8 A todo hombre de la casa de de Israel, o de los extranjeros que
Israel que en el campamento o fuera habitan en medio de ellos, que cazare
del campamento degüelle un buey, un animal o un ave puros, verterá
una oveja o una cabra, 4 sin haberla la sangre y la cubrirá de tierra;
llevado a la entrada del tabernáculo 14 porque la vida de toda carne es
de la reunión, para presentarla en la sangre. Por eso he mandado yo
ofrenda a Yave ante el santuario, le a los hijos de Israel: no comeréis la
será imputada la sangre; ha derra- sangre de carne alguna, porque la
mado sangre, y será borrado de en vida de toda carne es la sangre;
,

medio de su pueblo. quien la comiere será borrado.


8 15 Todo indígena o extranjero que
Por eso deben los hijos de Israel,
en vez de inmolar sus victimas en el comiere carne morticina o desgarrada,
campo, traerlas al sacerdote ante lavará sus vestidos, se bañará en
Yave a la entrada del tabernáculo agua, y será impuro hasta la tarde;
de la reunión, y ofrecerlas a Yave después será puro. 18 Si no lava sus
en sacrificio pacífico; 9 el sacerdote vestidos y su cuerpo, contraerá reato.»
derramará la sangre en el altar de
Yave a la entrada del tabernáculo
de la reunión, y quemará el sebo en Uniones ilícita* > pecado*, contra
natura.
(i) La alianza entreDios y su pueblo
podfa perturbarse por los pecados voluntarios |Q 1Yave habló a Moisés, dicien-
o involuntarios del pueblo y de los sacerdotes. do: 8 «Habla a los hijos de
Eita es la razón de la fiesta de la expiación, Israel y diles: 8 Yo soy Yave, vues-
restablecer la alianza borrando los pecados. El
tro Dios. No haréis lo que se hace
rito con que se celebraba se expone minucio-
samente en esn> capitulo. San Pablo (Hebr. 9. 15 en la tierra de Egipto donde habéis
sigsj la considera como cipo del sacrificio re- morado, ni haréis lo que se hace en
dentor de Cristo. la tierra de Canán, a donde yo os
LEVÍTICO. 19 121

llevo; no seguiréis sus leyes.


4 Prac- como con mujer; es una abominación.
ticaréis mis mandamientos y cum-
23
No te
ayuntarás con bestia, man-
pliréis mis leyes; las seguiréis. Yo, chándote con ella.
Yave, vuestro Dios. La mujer no se pondrá ante una
6 Guardaréis mis leyes
y mis man- bestia, prostituyéndose ante ella; es
damientos; el que los cumpliere vi- una perversidad.
virá por ellos. Yo, Yave. 24 No os manchéis con ninguna de
6 Ninguno de vosotros se acercará estas cosas, pues con ellas se han
a una consanguínea suya para des- manchado los pueblos que yo voy a
cubrir su desnudez. Yo, Yave. arrojar de delante de vosotros. 25 Han
7
No descubrirás la desnudez de manchado la tierra, yo castigaré sus
tu padre, ni la de tu madre; es tu maldades, y la tierra vomitará a sus
madre; no descubrirás su desnudez. habitantes. 26 Pero vosotros guardad
8
No descubrirás la desnudez de mis leyes y mis mandamientos, y
la mujer de tu padre; es la desnudez no cometáis ninguna de esas abomi-
de tu padre. naciones, ni indígena ni extranjero
9
No descubrirás la desnudez de de los habitan en medio de
que
27
Porque todas esas abo-
tu hermana, bija de tu padre o hija vosotros.
de tu madre; nacida en la casa o j
minaciones son las que han come-
nacida tuera de ella, no descubrirás tido los hombres de esa tierra que
su desnudez. la habitaron antes de vosotros, y la
10 No descubrirás la desnudez de tierra se ha manchado. 28 Que no
la hija de tu hijo o de la hija de tu os vomite la tierra por haberla man-
hija, porque es tu propia desnudez. chado, como vomitó a los pueblos
11 No descubrirás que antes de vosotros la habitaron;
la desnudez de
28
la hija de mujer de tu padre, nacida porque cualquiera que cometa una
de tu padre; es tu hermana. de esas abominaciones, será borrado
12 No descubrirás
la desnudez de de en medio de su pueblo 30 Guardad
la hermana de tu padre; es la carne mis mandamientos, no practicando
de tu padre. ninguna de esas prácticas abomina-
13 No
descubrirás la desnudez de bles que se practicaban antes de vos-
la hermana de tu madre; es la carne otros, y no os manchéis con ellas.
de tu madre. Yo, Yave, vuestro Dios.»
14 No descubrirás la desnudez del
hermano de tu padre, acercándote
a su mujer; es tu t'a. Diversa» leyes religiosas, cere-
15 No descubrirás la desnudez de moniales y morales.
tu nuera; es la mujer de tu hijo; no
descubrirás su desnudez. 1 Q 1
Yave habló a Moisés, di-
18 No descubrirás
la desnudez de * 7 ciendo: 2 «Habla a toda la
la mujer de tu hermano; es la des- asamblea de Israel y diles:
3
nudez de tu hermano. Sed santos, porque santo soy yo,
17 No descubrirás la desnudez Yave, vuestro Dios (1).
de
una mujer y la de su hija, ni tomarás
a la hija de su hijo, ni a la hija de (i) Comienza aquí el llamado código da
su hija para descubrir su desnudez; santidad, que termina en el c. 26, con una larga
son parientes; es un crimen. y apremiante exhortación. Es una miscelánea
18 No tomarás legal, en la cual se repiten no pocas leyes antes
a la hermana de dadas, pero que entran en él en un nuevo
tu mujer para hacer de ella Una rival aspecto: el de la santidad. Por ser santo Dios,
suya, descubriendo su desnudez con ha de ser santo el pueblo, en medio del cual
¡a de tu mujer en vida de ésta. habita el Santo, que es quien a él le santifica.
19
No te acercarás a una mujer Santo viene a ser puro, limpio, sin mancha, sin
defecto; y es, entre los atributos de Dios en lá
durante el tiempo de su impureza,
Escritura, el que más íntimamente ligado esta
para descubrir su desnudez. a la religión. «Tres veces santo» proclaman á
20 No tendrás comercio con la Dios los serafines. (Is. 6.) Pero esta santidad
mujer de tu prójimo, manchándote se nos presenta como algo terrible y mortal
con ella. para quien a ella se acerca no estando en con-
21 No sonancia con ella. (Is. 6. 5.) Y por eso lo impuro
darás hijo tuyo para ser
ha de santificarse antes, mediante una consa-
pasado en honor de Moloc; no pro-
gración; así, por ejemplo, se consagran el san-
fanarás el nombre de tu Dios. Yo,
-

tuario, el altar, la víctima, lós sacerdotes, el


Yave. pueblo, el tiempo, etc., que se santifican me-
22
No te ayuntarás con hombre diante una especial consagración a Dios. Hay
122 LEVÍTICO, 19
15 No
Tema cada uno a su padre y a hagas injusticia en tus jui-
su madre y guardad mis sábados. cios, favoreciendo al pobre, ni
ni
Yo, Yave, vuestro Dios. complaciendo al poderoso: juzga a
4
No vayáis tras los Idolos, y no tu prójimo según justicia.
18 No
os hagáis dioses fundidos. Yo, Yave, vayas sembrando entre el
vuestro Dios. pueblo la difamación; no depongas
6 Cuando ofrezcáis a Yave un contra la sangre de tu prójimo. Yo.
sacrificio pacifico, ofrecedlo de ma- Yave.
6 17 No odies en tu corazón
nera que sea aceptable. La víctima a tu her-
será comida el día de su inmolación mano, pero repréndele para no car-
o aldía siguiente; lo que quedare garte tú por él con un pecado.
18 No te vengues,
para día tercero será quemado por
el y no guardes
7 rencor contra los hijos de tu pueblo.
el fuego. Si alguno comiere de ello
al tercer día, es una abominación; Amarás a tu prójimo como a ti mis-
el sacrificio no será aceptable.
8
El mo <\). Yo, "Yave.
19
que lo haga contraerá reato, porque Guardad mis mandamientos.
profana lo consagrado a Yave, y No aparearás bestias de diversa
será borrado de en medio de su pueblo. especie, ni sembrarás en tu campo
9 Cuando hagáis la recolección simiente de dos especies, ni llevarás
de
vuestra tierra, no segarás hasta el vestido tejido de dos esnecies de
límite extremo de tu campo, ni reco- hilo.
20
gerás las espigas caídas. 10 ni harás Si alguno yaciere con mujer
el rebusco de tus viñas y olivares, esclava desposada a otro, no rescatada
ni recogerás la fruta calda de los ni puesta en libertad, castigúeseles,
frutales; lo dejarás para el pobre y el no con la muerte, pues ella no era
extranjero. Yo, Yave, tu Dios. libre. 21 Olrecerá por su pecado el
11
No hurlaréis, ni os haréis en- hombre ante Yave, a la entrada del
gaño y mentira unos a otros. tabernáculo de la reunión, un car-
12 No jures por mi nombre min- nero en sacrificio de expiación; 22 el
tiendo; es profanar el nombre de tu sacerdote hará por él la expiación
Dios. Yo, Yave. ante Yave, con el carnero del sacri-
No oprimas a tu prójimo ni le
13 ficio expiatorio por el pecado come-
despojes No quede en tu mano tido, y le será perdonado.
hista el siguiente dH el salario del 2a Cuando hubiéreis entrado en
jornalero. la tierra, y plantéis árboles frutales
14 No profieras maldición contra el de cualquier especie, sus frutos los
sordo, ni pongas ante el ciego tro- miraréis como incircuncisos; durante
piezos para hacerle caer; has de temer tres años serán para vosotros incir-
a tu Dios. Yo, Yave. cuncisos y no los comeréis. ** Al
cuarto año, todos sus frutos serán
consagrados a Yave. 28 Al quinto
cosas por naturaleza impuras, por ejemplo, un
cadáver, la mujer parida, etc.; los animales
año comeréis ya sus frutos, y el
inmundos, como el cerdo, etc. Estas cosas árbol aumentará vuestras utilidades.
comunican su impureza a quien las toca, a Yo, Yave, vuestro Dios.
modo de contagio, y para verse libre de esta 26 No comeréis carne con sangre,
inmundicia se exige una purificación. Hay ni practicaréis la adivinación ni la
una tercera clase de cosas, que pudiéramos magia. 27 No os raparéis en redondo
decir neutras, no son por si ni puras ni impuras,
pero son capaces de una especial consagración
la cabeza, ni raeréis los lados de
y sinticación, por ejemplo, el hombre, la vuestra barba. 28 No os haréis inci-
oveja, etc. Pueden, sin embargo, resultar siones en vuestra carne por un muerto,
impuras en ciertos momentos, en que por ni imprimiréis en ella figura alguna.
manera especial se manifiesta la santidad de Yo, Yave.
Dios, por ejemplo cuando Dios bajó al monte 29 No profanes
a tu hija, prostitu-
Sinai, el que ha de ofrecer el incienso en el
tabernáculo, etc. Aun las cosas santificadas
yéndola, que no se entregue la tierra
pueden adolecer a veces de este defecto; por a la prostitución y se llene de crí-
ejemplo, el sumo sacerdote ha de expiarse para menes.
entrar en el santísimo, etc. Es algo parecido
a lo que es para nosotros la santidad del óleo (i) El amor al prójimo como a si mismo
santo, del cáliz, de las imágenes bendecidas, no se limita aquí al amor de los connacionales:
de las iglesias consagradas, etc.; aunque este se extiende al extranjero que habita en medio
concepto de santidad, por decirlo así, dema- de ellos. Es un precedente del precepto evan-
siado material, es más propio del A. T. que gélico, pero dista mucho de él, pues en éste
del N. el amor se extiende aun a los mismos enemigos.
LEVÍTICO, 20 123

30 Observad mis sábados y reve- me volveré contra él y le exterminaré


renciad mi santuario. Yo, Yave. de en medio de su pueblo.
31 No acudáis a los que evocan a 7
Santifícaos y sed santos, porque
los muertos, ni a los adivinos, ni los yo soy Yave, vuestro Dios. " Guar-
consultéis, para no mancharos con dad mis leyes y practicadlas. Yo,
su trato. Yo, Yave, vuestro Dios. Yave, que os santifica.
32 Alzate ante una cabeza blanca 9
y Quien maldiga a su padre o a su
honra la persona del anciano. Teme madre, sea castigado con la muerte;
a tu Dios. Yo, Yave. caiga su sangre sobre él.
33
Si viene un extranjero para habi- 10 Si adultera un hombre con mujer

tar en vuestra tierra, no le opri- casada, si comete adulterio con la


máis; 34 tratad al extranjero que mujer de su prójimo, hombre y
habita en medio de vosotros como mujer adúlteros serán castigados con
al indígena de entre vosotros; ámale la muerte.
como a ti mismo, porque extranjeros 11 Sise acuesta con mujer de
uno
fuisteis vosotros en la tierra de Egipto. su descubriendo así la des-
padre,
Yo, Yave, vuestro Dios. nudez de su padre, los dos serán
36 No hagáis injusticia, ni en los castigados con la muerte; caiga sobre
juicios, ni en las medidas de longi- ellossu sangre.
13uno se acuesta con su nuera,
tud, ni en los pesos, ni en las medidas Si
de capacidad. 36 Tened balanzas jus- ambos serán castigados con la muerte;
tas, pesos justos, un e/a justo y un han cometido un crimen vergonzoso;
hin justo. Yo, Yave, vuestro Dios, caiga su sangre sobre ellos.
que os he sacado de la tierra de 13 Si uno se acuesta con otro como
Egipto. se hace con mujer, ambos hacen
87 Guardad todas mis leyes
y man- cosa abominable y serán castigados
damientos y practicadlos. Yo, Yave.» con la muerte. Caiga sobre ellos su
sangre.
14 Si uno toma por mujeres la
Algunas leyes penales. hija y la madre, es un crimen abo-
minable; serán quemados él y ellas,
OA 1 Yave habló
8
a Moisés, dicien- para que no se dé entre vosotros
do: «Di a los hijos de Israel: crimen semejante.
18 El que tenga comercio con una
Quienquiera que de entre los hijos
de Israel, o de los extranjeros que bestia será castigado con la muerte,
habitan en Israel, ofrezca a Moloc y la bestia la mataréis.
16 Si una mujer se acerca a una
un hijo suyo, será castigado con la
muerte; el pueblo le lapidará. 3 Yo bestia, prostituyéndose ante ella, ma-
me volveré contra ese hombre y le tarás a la mujer y a la bestia; ambas
exterminaré de en medio de su pue- serán muertas; caiga sobre ellas su
blo, por haber entregado a Moloc sangre.
a uno de sus hijos, manchando mi 17 Si uno toma
a su hermana, hija
santuario y profanando mi santo de su padre o de su madre, viendo
nombre. 4 Si el pueblo cerrase los él la desnudez de. ella y ella la des-
ojos cuanto a este hombre que ofre- nudez de él, es un crimen, y los dos
ció a Moloc a uno de sus hijos, y no serán borrados de su pueblo a la
le diera muerte, 5 yo me volveré vista de los hijos de su pueblo; él
contra él y contra su parentela, y le ha descubierto la desnudez de su
exterminaré de en medio de su pue- hermana; lleve sobre sí su iniquidad.
blo y a cuantos como él se prosti- 18 Si uno se acuesta con mujer
tuyan ante Moloc (1). mientras tiene ésta el flujo menstrual,
6 Si alguno acudiere a los que evo-
y descubre su desnudez, su flujo,
can a los muertos, y a los que adivi- y ella descubre el flujo de su sangre,
nan, prostituyéndose ante ellos, yo serán ambos borrados de en medio
de su pueblo.
(i) El sacrificio de niños por el fuego a
19
No descubras la desnudez de la
Moloc, dios fenicio, era entre los cananeos hermana de tu madre, ni la de la
frecuentísimo, y esta abominación la siguieron hermana de tu padre, porque es
muchas veces los hebreos. Si en este lugar descubrir tu propia carne. Llevarán
se trata de. verdaderos sacrificios por el fuego,
o de una mera ceremonia de consagración del sobre sí su iniquidad.
20 Si uno se acuesta con su tía.
niño a Moloc pasándolo por el fuego, es dis-
cutido entre los intérpretes. descubre la desnudez de su tío. Lleva-
124 LEVÍTICO. 21. 22

rán sobre sí su iniquidad; no tendrán ,


7
No tomarán mujer prostituida, ni
hijos. desposada, ni mujer repudiada por
21 uno toma mujer de su her-
Si su marido, porque el sacerdote está
mano, una inmundicia. Descubrió
es consagrado a su Dios. 8 Por santo
la desnudez de su hermano. No ten- le tendrás, pues él ofrece el pan de
drán hijos. tu Dios, y será santo para ti, porque
22 santo soy yo, Yave, que los santi-
Guardad todas mis leyes y todos
mis mandamientos y ponedlos por fico. 9 Si la hija de un sacerdote se
obra, para que no os vomite la tierra profana prostituyéndose, profana a
a donde os llevo. 23 No imitéis las su padre, y será quemada en el fuego.
10 El sumo sacerdote de entre sus
costumbres de las gentes que yo
voy a arrojar de delante de vosotros; hermanos, sobre cuya cabeza se de-
ellos hacían estas maldades, y yo los rramó el óleo de unción, a quien se
aborrecí. 24 Yo os he dicho: vosotros le llenó la mano para vestirse las
poseeréis esa tierra, yo os la daré vestiduras sagradas, no desnudará
en posesión, es una tierra que mana su cabeza, ni rasgará sus vestidos,
11 ni se acercará a ningún muerto,
leche y miel. Yo, Yave, vuestro Dios,
que os ha separado de las gentes. ni se contaminará, ni por su padre,
25 Distinguid entre animales puros ni por su madre.
e impuros, entre aves puras e impu-
12 No se saldrá del santuario, ni
profanará el santuario de su Dios,
ras, y no os hagáis abominables por
los animales, por las aves, ni porpues ha sido consagrado con el óleo
de la unción de su Dios. Yo, Yave.
cuanto repta sobre la tierra, que yo
os he enseñado a tener por impuro.
13
Tomará virgen por mujer, 14 no
26 Sed santos para mí, porque yo,
viuda, ni repudiada, ni desflorada,
Yave, soy santo, y os he separado ni prostituida. Tomará una virgen
de las gentes para que seáis míos.de las de su pueblo, 18 y no deshon-
27 rará su descendencia en medio de
Todo hombre o mujer que evoque
su pueblo, porque soy yo, Yave,
a los muertos y se dé a la adivina-
ción, será muerto, lapidado; caigaquien le santifico.»
16 Yave habló a Moisés, diciendo:
sobre ellos su sangre.»
17 «Habla a Arón,
y dile: Ninguno de
tu estirpe según sus generaciones,
Leyes acerca de la purera ritual que tenga una deformidad corporal,
de lo> sacerdotes. se acercará a ofrecer el pan de tu
Dios. 18 Ningún deforme
se acercará;
.y^t 1
Yave Moisés: «Habla
dijo a ni cojo, ni mutilado, ni
ciego, ni
& * a los sacerdotes hijos de Arón, monstruoso, 19
ni quebrado de pie o
y diles (1): 2 Que ninguno se con- de mano, 20 ni jorobado, ni enano, ni
tamine por un muerto de los de su bisojo, ni sarnoso, ni Uñoso, ni her-
pueblo, a no ser por un próximo nioso. 21 Ninguno de la estirpe de
consanguíneo, por su madre, por su Arón que tenga una deformidad cor-
padre, por su hijo, por su hija, por poral, se acercará para ofrecer las
su hermano; 3 por su hermana virgen, combustiones de Yave; es defectuoso,
que viva con él y no se hubiera no se acercará a ofrecer el pan de
casado, por ésa puede contaminarse; su Dios; 22 podrá comer el pan de su
4 pero no por sus otros parientes, Dios, lo santísimo y lo santo, 23 mas
profanándose. 6 No se raerán la ca- no entrar detrás dei velo, ni acercarse
beza ni los lados de la barba, ni se al altar, porque tiene defecto, y no
harán incisiones en la carne *. Serán debe contaminar mi santuario. Yo,-
santos para su Dios, y no profanarán Yave, que los santifico.» 24 Y así
su nombre, pues son ellos los que habló Moisés a Arón y a sus hijos
ofrecen las combustiones de Yave, y a todos los hijos de Israel.
pan de su Dios, y han de ser santos.

(i) Un cadáver es algo impuro, su contacto I.os que |>iM'd«'ii comer las r<>-.a>
contamina, y el que por necesidad tiene que santas.
tocarlo, ha de purificarse. A los sacerdotes se
les prohibe tocar cadáver que no sea de un
2. ) 1
Habló Yave a Moisés, di-
próximo consanguíneo, y al sumo sacerdote
se le prohibe tocar aun al del padre y la madre.
* 2
«Habla a Arón y a
ciendo:
La santidad del sacerdote ha de ser mayor que sus hijos, para que respeten las cosas
la de los demás. santas que me consagran los hijos de
LEVÍT1CO. 23 125

Israel, y 110 profanen mi sanio nombre. quiera (le la Casa de Israel o de los
Yo, Yave. extranjeros que presente su ofrenda,
3 Diles: Cualquiera de vuestra es- sea en cumplimiento de su voto,
tirpe en vuestras generaciones que i
sea como ofrenda voluntaria, si lo
tenga sobre sí alguna impureza, guár- que ofrece a Yave es holocausto,
19
dese de acercarse a las cosas santas para que sea aceptable, la víctima
que los hijos de Israel ofrecen a Yave; ha de ser sin defecto, de entre los
si lo hiciere, será retirado de mi pre- bueyes, las ovejas o las cabras. 20 No
sencia. Yo, Yave. 4 El que de la ofreceréis nada defectuoso, pues no
estirpe de Arón tuviere lepra o flujo, sería aceptable. 21 Cuando uno ofrezca
no comerá de las cosas santas, hasta a Yave ganado mayor o ganado
no quedar puro. 5 Lo mismo el menor en sacrificio pacífico, sea para
que haya tocado a un inmundo : cumplir un voto, sea como ofrenda
manchado por el contacto de un ca- i
voluntaria, la víctima para ser acep-
dáver, o que haya derramado el semen, table ha de ser perfecta, sin defecto.
o que haya tocado un reptil que le 22
Un animal ciego, estropeado o
impurificó, o que esté impurificado mutilado, ulcerado, sarnoso o tiñoso,
por haber tocado a un impuro, que le no se lo ofreceréis a Yave, ni que-
transmitió su impureza, cualquiera !
maréis nada de él en el altar a Yave.
que ésta sea. 6 Quien tocare algo de Podrás inmolar como oferta volun-
eso será impuro hasta la tarde y no , taria un buey o una oveja que tenga
comerá cosa santa; se bañará en agua, un miembro demasiado largo o de-
7
y después de la puesta del sol será masiado corto, pero esa víctima no
puro y podrá comer cosas santas, i
sería aceptable para el cumplimiento
pues son su comida. 8 No comerá de i
de un voto. 24 No ofreceréis a Yave
animal mortecino ni desgarrado, man- un anima] que tenga los testículos
chándose con ello. Yo, Yave. 9 Que aplastados, hundidos, cortados o
guarden todos mis mandamientos, no arrancados; no lo ofreceréis a Yave;
sea que por algo de esto incurran en eso no lo haréis nunca en vuestra
pecado y mueran por haber profa- tierra. 25 Ni de la mano de un extran-
nado las cosas santas. Yo, Yave, que jero recibiréis tales víctimas, para
los santifico. 10 Ningún extraño co- ofrecerlas como alimento de vuestro
merá las cosas santas; ni el que habite Dios, pues están corrompidas y man-
en la casa del sacerdote, ni el merce- chadas y no os serían aceptables.
nario, las comerán; pero el esclavo 26 Yave dijo a Moisés: 27 «Al nacer
comprado a precio por el sacerdote, ¡
un becerro, un cordero o un cabrito,
y el nacido en su casa, podrán comer, quedarán siete días a la ubre de la
pues son su alimento. 12 La hija de madre; a partir del día octavo, serán
un sacerdote casada con un extraño ya en adelante agradables para ser
no podrá comer de las cosas santas; ofrecidos a Yave en sacrificio por
13 pero si enviudare,
o fuese repu- el fuego;
28 sea buey o cordero, no
diada, sin tener hijos, y vuelve a la inmoléis en el mismo día el animal
casa de su padre, como estaba en |
y su cría. 29 Cuando ofrezcáis a Yave
ella en su juventud, podrá comer !
un sacrificio de acción de gracias,
de lo que come su padre; mas ningún lo ofreceréis de manera que sea acep-
extraño comerá. 14 Quien por inad- table; 30 la victima será comida el
vertencia comiere una cosa santa, I
día mismo, sin dejar nada para el
restituirá al sacerdote con un quinto día siguiente. Yo, Yave.
31
de más. Guardad mis mandamientos, y
15 No
profanen los sacerdotes las ponedlos por obra; yo, Yave. 32 No
cosas santas de los hijos de Israel, profanéis mi santo nombre; sea yo
lo reservado a Yave, 16 y se carguen santificado en medio de los hijos de
la fealdad del delito cuando coman Israel. Yo, Yave, que os santifico
cosas santas. Yo, Yave, que los 33
las y os he sacado de la tierra de Egipto,
santifico. para ser vuestro Dios. Yo, Yave.

Las víctimas para los sacrificios Las solemnidades. III sábado.


han de ser sin defecto. no 1
Yave habló a Moisés, di-
17 Yave
habló a Moisés, diciendo: — ó ciendo: 2 «Habla a los hijos de
«Habla a Arón y a sus hijos y a todos Israel, y diles: Estas son las solem-
los hijos de Israel, y diles: Quien- nidades, asambleas santas, que con-
126 LEVÍTICO, 23
3
vocaréis: Seis días trabajaréis, pero hechos con dos décimas de flor de
el séptimo, que es sábado, es santo, harina y cocidos con levadura. Son
día de descanso y de santa asamblea. las primicias de Yave. 18 Con estos
No haréis en él trabajo alguno. Es panes ofreceréis en holocausto a Yave
el descanso consagrado a Yave, don- siete corderos, acompañando la ofren-
dequiera que habitéis. da y libación, en sacrificio de com-
la
4
Estas son las fiestas de Yave, las bustión de suave olor a Yave. 19 In-
asambleas santas que convocaréis a molaréis también un macho cabrío
su tiempo: en sacrificio por el pecado, y dos
corderos primales en sacrificio pací-
fico. 20 El sacerdote agitará los cor-
La pascua.
deros, con los panes de las primicias,
5
El mes primero, el día catorce en ofrenda de agitación ante Yave:
del mes, entre dos luces, es la pascua y los panes, lo mismo que los dos
de Yave. 6 El quince del mes es la corderos consagrados a Yave, serán
fiesta de los ácimos de Yave. Du- para el sacerdote. 81 Ese mismo día
rante siete días comeréis pan sin convocaréis asamblea santa, y no
levadura. 7 El primer día convoca- haréis en él ningún trabajo servil.
réis asamblea santa y no haréis ningún Es ley perpetua para vuestros des-
trabajo servil. 8 Ofreceréis a Yave cendientes, dondequiera que habitéis.
22 Cuando
por siete días consecutivos sacrificios hagáis la recolección en
por el fuego. El séptimo día convo- vuestra tierra, no segaréis hasta el
caréis asamblea santa y no haréis límite extremo del campo, ni recoge-
en él ningún trabajo servil.» rás lo que queda para espigar; lo de-
jarás para el pobre y el extranjero.
Yo, Yave, vuestro Dios.»
Las primicias.
9
Yave habló a Moisés, diciendo: Fin de año.
10 «Habla a los hijos de Israel, y
diles: Cuando hayáis entrado en la K Yave habló a Moisés, diriendo:
24 «Habla a los hijos de Israel,
tierra que yo os daré y hagáis en y diles:
ella la recolección, llevaréis al sacer- Al séptimo mes, el día primero del
dote un manojo de espigas, primi- mes tendréis fiesta s«lenine anun-
:

cias de vuestra recolección; 11 y él ciada a son de trompeta, asamblea


agitará el manojo ante Yave, para santa. 25 No haréis en é) ningún
que os sea propicio, u y sacrifica- trabajo servil, y ofreceréis a Yave
réis en holocausto a Yave un cor- sacrificios de combustión.»
dero primal sin defecto; 13 acompa-
ñaréis la oblación de dos décimas
de flor de harina, como ofrenda de La expiación.
combustión de olor suave a Yave; la
libación será de vino, un cuarto de 28 Yave habló así a Moisés: " «El
hin. No comeréis ni pan, ni trigo día décimo del séptimo mes es el
tostado, ni espigas frescas de lo día de la expiación; tendréis asam-
nuevo, hasta el día en que llevéis blea santa, os mortificaréis, y ofre-
la ofrenda de vuestro Dios. Es ley ceréis a Yave sacrificios de combus-
perpetua para vuestros descendien- tión. 28 No haréis en ese día ningún
tes, dondequiera que habitéis. trabajo servil, porque es día de expia-
ción y se ha de hacer la expiación
por vosotros ante Yave, vuestro Dios.
29 Todo el que en ese día no se afli-
Pentecostés.
giere, será borrado de en medio de
15 A partir del día siguiente al su pueblo; 80 y todo el que en ese
sábado, de) día en que traigáis el día haga un trabajo cualquiera, yo
manojo de espigas para ser agitado, le extei minaré de en medio de su
contaréis siete semanas completas. pueblo. 81 No haréis trabajo alguno.
18 Contados así cincuenta días hasta Es ley perpetua para vuestros des-
el día siguiente al sábado de la cendientes, dondequiera que habi-
séptima semana, ofreceréis a Yave téis. 81 Será para vosotros sábado,
una nueva oblación. 17 Llevaréis de día de reposo ausoluto, y os afligi-
vuestra casa, para agitarlos, dos panes réis; el noveno día del mes, desde la
LEVÍTICO, 24 127

tardo hasta la tarde siguiente, guar- que está delante del testimonio, en
daréis vuestro sábado.» el tabernáculo de la reunión, Arón las
preparará, para que ardan continua-
mente, de la tarde a la mañana, en
Fiesta de los tabernáculos. presencia de Yave. Es ley perpetua
para vuestros descendientes. 4 Dis-
Yave habló a Moisés, diciendo:
33 pondrá siempre las lámparas en el
34 «Habla a los hijos de Israel y diles: candelabro de oro puro.
El día quince de este séptimo mes
es la fiesta de los tabernáculos, du-
rante siete días, en honor de Yave. Los panes de la propiciación.
38 El día primero asamblea santa; no
haréis en él ningún trabajo servil.
6 Tomarás de harina, \ cocerás
flor
38 Durante siete días ofreceréis a doce panes de dos décimas cada
Yave sacrificios de combustión. El uno; 8 y los colocarás, en dos rimeros
día octavo, asamblea santa, y ofre- de seis cada uno, sobre la mesa de
ceréis a Yave sacrificios de com- oro, delante de Yave.
7
Pondrás
bustión. Es asamblea santa; no haréis incienso puro sobre cada rimero, que
en él ningún trabajo servil. sea para el pan perfume de combustión
37 Estas son las fiestas de Yave
• a Yave. 8 Cada sábado, de continuo,
que convocaréis, para tener en ellas lo dispondrás así ante Yave, de parte
la asamblea santa y ofrecer a Yave de los hijos de Israel, en perpetua
sacrificios de combustión, holocaus- alianza. 9 Serán para Arón y sus
tos y oblaciones, víctimas y libacio- hijos,que los comerán en lugar santo,
nes, cada día lo que corresponda, porque es para ellos cosa santísima,
38 además de los sábados de Yave, entre las ofrendas de combustión
de vuestros dones, de vuestros votos hechas a Yave. Es ley perpetua.
y de todas las ofrendas voluntarias
que presentéis a Yave.
39
El día quince del séptimo mes, Castigo de un blasfemo
cuando hayáis recogido los frutos de
10
la tierra, celebraréis la fiesta de Yave El hijo de una mujer israelita ;

durante siete días. El primer día rjero de padre egipcio, que habitaba
será de descanso completo, e igual- entre los hijos de Israel, riñó en el
mente el octavo. 40 El primer día campo con el hijo de una mujer
tomaréis gajos de frutales hermosos, israelita y de padre israelita; 11 y
ramos de palmera, ramas de árboles profirió el Nombre y le maldijo. Su
frondosos, de sauces de ribera, y os madre se llamaba Salumit, hija de
regocijaréis ante Yave, vuestro Dios, Dabri, de la tribu de Dan. 12 Le encar-
durante siete días. 41 Celebraréis esta celaron hasta que Moisés pronun-
fiesta durante siete días cada año. ciase de parte de Yave lo que había
Es ley perpetua para vuestros des- de hacerse; 13 y Yave habló a Moisés,
cendientes, y la celebraréis el sép- diciendo: 14 «Haz sacar del campa-
timo mes. 42 Moraréis los siete días mento al blasfemo; que cuantos le
en cabanas; todo indígena de Israel han oído lé. pongan su mano sobre la
morará en cabañas, 43 para que sepan cabeza, y que toda la asamblea le
sus descendientes que yo hice habi- lapide. 15 Y hablarás a los hijos de
tar en cabañas a los hijos de Israel Tsrael, diciendo: Quienquiera que mal-
cuando los saqué ae la tierra de dijere a su Dios llevará sobre sí su
Egipto. Yo, Yave, vuestro Dios.» iniquidad: 18 y quien blasfemare el
44 Moisés promulgó las fiestas de nombre, de Yave será castigado con
Yave a los hijos de Israel. la muerte; toda la asamblea le lapi-
dará. Extranjero o indígena, quien
blasfemare el sagrado nombre, morirá.
Las lámparas del santuario.

04 1
Yave habló a Moisés, di- Penas contra los homicidas.
cien do: 2 «Manda a los hijos de
Israel que te traigan para el cande- 17
Quien hiera a otro mortalmente,
labro aceite puro de olivas macha- morirá. 18 Quien hiera mortalmente a
cadas, para alimentar continuamente una bestia, restituirá bestia por bes-
las lámparas. 8 Por defuera del velo 19
fJ a. Al que. maltrata a su¿prójimo
128 NÚMEROS. 25

se le hará como él ha hecho; 20 frac- toda vuestra tierra, 10 y santifica


tura por fractura, ojo por ojo, diente réis el año cincuenta, y pregonaréis
por diente: se le hará la misma herida la libertad por toda la tierra para
que él haya hecho a su prójimo. todos los habitantes de ella. Será
21 Quien matare una bestia, páguela; para vosotros junileo, y cada uno
pero quien matare a un hombre, de vosotros recobrará su posesión,
será muerto. 22 Una sola ley tendréis que volverá a su familia. 11 El año
para e! extranjero, igual que para el cincuenta será para vosotros jubileo;
indígena, porque yo soy Yave, vues- no sembraréis, ni recogeréis lo que
tro Dios.» 23 Moisés se lo comunicó de sí diere la tierra, ni vendimiaréis
a los hijos de Israel; y conducido el la viña no podada; 12 porque es el
blasfemo fuera del campamento, lo jubileo, que será sagrado para vos-
lapidaron, haciendo lo que Yave había otros. Comeréis el fruto que de sí
mandado a Moisés. dieren los campos. 13 En este año
jubilar volverá cada uro a su pose-
sión. 14 Si vendéis a vuestro prójimo
F.l año sabático. o le compráis alguna cosa, que nadie
perjudique a su hermano. 16 Compra-
tyz. x
(1) Yave habló a Moisés en el rás a tu prójimo conforme al número
monte Sinaí, diciendo: 2 «Habla de años transcurridos después del
a los hijos de Israel y diles: Cuando jubileo, y conforme al número de
hubiereis entrado en la tierra que años de cosecha te venderá él' a ti.
16 Cuantos irás años queden, tanto
Yave os da, descansará la tierra, será
un descanso en honor de Yave. más aumentarás el precio; cuantos
3 Seisaños sembrarás tu campo, y menos queden, tanto más le bajarás,
seis años vendimiarás tu viña y reco- , porque es el número de las cosechas
gerás sus productos; 4 pero el séptimo lo que se vende. 17 Que nadie de
año será un sábado de completo des- vosotros perjudique a su hermano;
canso para la tierra, sábado en honor teme a tu Dios, porque yo soy Yave,
de Yave. Ni sembrarás en él tu campo, i
vuestro Dios. 18 Cumplid mis leyes
ni podarás tu viña, 8 ni recogerás y poned por obra mis mandamientos,
lo que de sí dieren; ni el trigo que guardadlos y viviréis seguros en la
dé tu campo, ni las uvas que dé tu tierra. 19 La tierra dará sus frutos,
viña las vendimiarás; será para la comeréis a saciedad y habitaréis en
tierra año de descanso. 8 Lo que la ella en seguridad. 20 Si preguntáis-
tierra diere de si os servirá de comida ¿Qué comeremos el año séptimo,
a ti, a tu siervo y a tu sierva, a tu pues que no sembramos ni cosecha-
jornalero y al extranjero que habita mos nuestros frutos? 41 Yo os man-
contigo, 7 a tus bestias y a los ani- daré mi bendición el año sexto, y él
males de tu tierra; todo su producto producirá frutos para tres años.
os servirá de alimento. 22 Sembraréis el año octavo,
y come-
réis de la cosecha añeja; hasta la
cosecha del año venidero comeréis
I I nño jiiliiliir. frutos añejos.

8
(2) Contarás siete semanas de
años, siete veces siete años, viniendo F.l rescate «le I"** propiedades j

a ser tiempo de las siete semanas


el
los siervos.
de cuarenta y nueve años. • El día
23 Las tierras no se venderán a per-
décimo de! séptimo mes harás que
resuene el sonido de la trompeta, petuidad, porque la tierra es mía,
el sonido de la expiación; haréis y vosotros sois en lo mío peregrino 1:

24 En toda la tierra
resonar el sonido de la trompeta por y extranjeros.
de vuestra posesión daréis derecho a
(1) La razón del año sabático es, si no redimir la tierra. 18 Si tu hermano
única, principalmente, religiosa. Como en el empobreciere y vendiere algo de su
sábado descansan aun los animales, asf descan- propiedad, vendrá el que tenga de-
sará el año sabático la tierra. recho, su pariente más próximo, y
(2) El año jubilar, que viene a ser la última rescatará lo vendido por su hermano.
extensión de la ley sabática, es además una ins- 28 Si no tuviere rescatador, que bus-
titución de gran valor social, pues impide la
acumulación de la tierra en pocas manos y que él con qué hacer el rescate;
27 entonces descontará los años desde
mantiene la primitiva distribución.
LEVÍTICO 26, 129

la venta, y pagará al comprador io vuestro; de ellos compraréis siervos


45 También podréis com-
que volviendo a su propiedad.
reste, y siervas.
28 Sino halla de qué pagar el resto, prar de entre los hijos de los extran-
lo vendido quedará en poder del jeros que viven con vosotros y de
comprador, hasta el año del jubileo; entre los que de su linaje han nacido
y entonces será libre, y el vende- en medio de vosotros, y serán pro-
dor tornará a entrar en su pro- piedad vuestra. 46 Se los dejaréis en
piedad. herencia a vuestros hijos después de
29
Si vendiere uno una casa en vosotros, como posesión hereditaria,
ciudad amurallada, tendrá derecho sirviéndoos de ellos siempre; pero
al rescate durante un año, a partir de vuestros hermanos, los hijos de
de la venta; su derecho al rescate Israel, ninguno de vosotros será para
durará un año entero. 80 Si la casa su hermano un amo duro. 47 Si el
situada en una ciudad amurallada no extranjero o peregrino que vive entre
es rescatada dentro del año completo, vosotros se enriqueciere, y un her-
será por siempre del que la compró mano tuyo cerca de él empobreciere,
y de. sus descendientes; no quedará y se vendiere al extranjero que vive
libre el año del jubileo. 31 Las casas contigo o a uno de su linaje, 48 tendrá
de los pueblos no amurallados serán derecho a su rescate después de ha-
tenidas como feudo de tierra, podrán berse vendido; cualquiera de sus her-
49
ser rescatadas, y serán liberadas el manos podrá redimirle; su tío,
año del jubileo. 32 Por lo que hace o el hijo de su tío o un pariente pró-
a las ciudades de los levitas, las casas ximo podrá redimirle, o si él ganare
que en ellas tengan los levitas serán con qué, él mismo se redimirá. 60 Con-
perpetuamente rescatables. 33 Cuando tará al que le compró los años desde
la casa de un levita no fuere resca- su venta al año del jubileo, y el
tada, la casa vendida en ciudad de precio de venta se compulaiá según
las que les han sido dadas, quedará el número de años, valorando sus
liberada en el jubileo, porque las jornadas de trabajo como las de un
casas de los levitas en sus ciudades jornalero. 51 Si quedan todavía mu-
son su posesión en medio de los hijos chos años, pagará su rescate conforme
de Israel. 34 Los campos situados en al número de esos años, pagará el
derredor de las ciudades de los levi- precio en que se vendió; 52 si quedan
tas no podrán venderse, pues son pocos años hasta el del jubileo, hará
su posesión a perpetuidad. la cuenta, y conforme al número de
35 Si empobreciere tu hermano
y esos años pagará su rescate. 53 Le
te tendierc su mano, acógele, y viva tratará como a un ajustado por año,
contigo como extranjero y peregrino; y no consentirás que a tus ojos le
36 no le darás tu dinero a usura, ni trate su amo con dureza. 54 Si no es
de tus bienes a ganancia. Teme a tu rescatado por sus parientes, quedará
Dios y viva contigo tu hermano. libre el año del jubileo, él y sus hijos
37 No le prestes tu dinero
a usura, consigo. 66 Porque son míos los hijos
ni tus víveres a ganancia. 3a Yo, de Israel, son siervos míos, que saqué
Yave vuestro Dios, que os saqué yo de la tierra de Egipto. Yo, Yave,
de la tierra de Egipto, para daros vuestro Dios.
la tierra de Canán, para ser vuestro
Dios.
39 empobreciere tu hermano
Si El culto del verdadero Dio».
cerca de y se te vende, no le trates
ti
como siervo; 40 sea para ti como 2() No hagáis ídolos, ni os alcéis
1

criado o jornalero; te servirá hasta esculturas ni cipos sagrados,


el año del jubileo. 41 Saldrá de tu ni pongáis en vuestra tierra piedras
casa él y sus hijos con él, y volverá esculpidas, para prosternaros ante
a su familia, entrando de nuevo en ellos, porque soy yo, Yave, vuestro
la propiedad de sus padres. 42 Porque Dios. 2 Guardad mis sábados y reve-
son siervos míos que saqué yo de renciad mi santuario. Yo, Yave.
la tierra de Egipto, y no han de ser
vendidos como esclavos. 43 No le
dominarás duramente, sino que teme- Promesas a los fieles.
rás a Yave, tu Dios. 44 Los esclavos
o esclavas que tengas, tómalos de 3
Si cumplís mis leyes, si guardáis
las gentes que están en derredor mis mandamientos y los ponéis por
1 30 LEVÍTICO, 26

obra, 4
yo mandaré las lluvias a su bronce vuestra tierra. 20 Serán vanas
tiempo, la tierra dará sus frutos, y vuestras fatigas, pues no os dará
los árboles de los campos darán sus la tierra sus productos, ni los árboles
trutos. 6
La trilla se prolongará entre de ella sus frutos. 21 Y
si todavía me
vosotros hasta la vendimia, y la ven- os oponéis y no queréis obedecerme,
dimia hasta la sementera, y comeréis os castigaré otras siete veces más
vuestro pan a saciedad, y habitaréis por vuestros pecados; 22 lanzaré con-
en seguridad en vuestra tierra. 6 Daré tra vosotros fieras, que devoren a
paz a la tierra, nadie turbará vuestro vuestros hijos, destrocen vuestro ga-
sueño, y dormiréis sin que nadie os nado y os reduzcan a escaso número,
espante. Haré desaparecer de vuestra de modo que queden desiertos vues-
tierra los animales dañinos, y no tros caminos.
23
pasará por vuestro país la espada. Si con tales castigos no os con-
7
Perseguiréis a vuestros enemigos, vertís a mí y seguís marchando con-
que caerán ante vosotros al filo de tra mí, 24 yo a mi vez marcharé contra
8 Cinco
la espada. de vosotros per- vosotros y os rechazaré, y os heriré
seguirán a ciento, ciento de vosotros también yo siete veces más por
perseguirán a diez mil, y vuestros vuestros pecados; 25 esgrimiré contra
enemigos caerán ante vosotros al vosotros la espada vengadora de mi
filo de la espada.
9
Yo volveré a alianza; os refugiaréis en vuestras
vosotros mi rostro, y os haré crecer ciudades, y yo mandaré en medio
y multiplicaros, y afirmaré mi alianza de vosotros la peste, y os entregaré
con vosotros. 19 Comeréis lo añejo, en manos de vuestros enemigos,
26 quebrantando todo
añejo, y habréis de sacar fuera lo vuestro sostén
añejo para encerrar lo nuevo. 11 Es- de pan; diez mujeres bastarán para
tableceré mi morada entre vosotros cocer el pan en un solo horno y os
y no os abominará mi alma. 12 ¡Mar- lo darán tasado; comeréis y no os
charé en medio de vosotros y seré hartaréis.
27
vuestro Dios, y vosotros seréis mi todavía no me obedecéis y
Si
pueblo. 13 Yo, Yave, vuestro Dios, seguís oponiéndoos a mí, 28 yo me
que os saqué de la tierra de Egipto, opondré a vosotros con furor y os
para que no fueseis esclavos en ella, castigaré siete veces más por vues-
rompí las coyundas de vuestro yugo tros pecados: 29 Comeréis las carnes
y hago que podáis andar erguida la de vuestros hijos; comeréis las car-
cabeza. nes de vuestras hijas; 30 destruiré
vuestros altares; abatiré vuestras este-
las consagradas al sol; amontonaré
Amenazan contra lo-¡ infieles. vuestros cadáveres sobre los cadá-
veres de vuestros execrables ídolos,
14 Pero si no me escucháis 31
y no y mi alma os abominará. Conver-
ponéis en obra mis mandamientos, tiré vuestras ciudades en desiertos,
15
si desdeñáis mis leyes y menos- saquearé vuestros santuarios y no
preciáis mis mandamientos y no los aspiraré ya más el suave olor de
ponéis todos por obra, y rompéis vuestros perfumes. 32 Devastaré la
19 que también yo tierra, y vuestros enemigos, que se-
mi alianza, ved lo
17
echaré sobre rán los que la habiten, se quedarán
haré con vosotros:
vosotros espanto, la consunción
el pasmados de ello; 33 y a vosotros
y la calentura, que debilitan los os dispersaré yo entre las gentes y os
ojos y destrozan el alma; sembra- perseguiré con la espada desenvai-
réis en vano vuestra simiente, pues nada en pos de vosotros; vuestra
serán los enemigos los que la comerán; tierra será devastada, y vuestras
me volveré airado contra vosotros y ciudades quedarán desiertas.
34 Entonces disfrutará
seréis dcrrol ados por vuestros ene- la tierra de
migos; os dominarán los que os abo- sus sábados, durante todo el tiempo
rrecen, y huiréis sin que os persiga que durare su soledad y estéis vos-
nadie. otros en la tierra de vuestros ene-
18
Si después de esto no me obe- migos. Entonces descansará la tierra
36 Todo el
decéis todavía, echaré sobre vos- y gozará de sus sábados.
otros plagas siete veces mayores por tiempo que quedará devastada, ten-
vuestros pecados; 19 quebrantaré la drá el descanso que no tuvo en vues-
fuerza de vuestro orgullo; haré como tros sábados, cuando erais vosotros
de hierro vuestro cielo y como de los que la habitabais. 38 A los que
LEVÍTICO. 27 131

de vosotros sobrevivan yo les infun- veinte años, estimarás un mozo en


diré espanto tal en sus corazo es, veinte siclos, y una moza en diez.
6
en la tierra de sus enemigos, que el De un mes a cinco años, estimarás en
moverse de una hoja los sobresal- cinco siclos un niño y en tres siclos
tará y los hará huir como se huye una niña. 7 De sesenta años para
de la espada, y caerán sin que nadie arriba, estimarás en quince siclos un
los persiga; 37 y tropezarán los unos hombre y en diez una mujer. 8 Si
con los otros, como si huyeran de- el que hizo el voto es demasiado
lante de la espada, aunque nadie los pobre para pagar el valor de tu esti-
persiga; y no podréis resistir ante mación, será presentado al sacerdote,
vuestros enemigos; 38 y pereceréis que fijará el precio según los recursos
entre las gentes, y la tierra de vues- del hombre aquel.
tros enemigos os devorará. 39 Los 9
Si el voto es de animales de los
que sobrevivan serán consumidos por que ofrecen a Yave, cuanto así
se
sus iniquidades en la tierra enemiga, se ofrece en don a Yave, será cosa
y consumidos por las iniquidades de santa. 10 No será mudado, no se
sus padres, que sobre sí llevan. pondrá uno malo en vez de uno
40 Confesarán sus iniquidades bueno, ni uno bueno en vez de uno
y las
de sus padres por las prevaricaciones malo; si se permutare un animal por
con que contra mí prevaricaron, 41 y otro, ambos serán cosa santa. 11 Si
que por habérseme ellos opuesto a es de animal impuro, de los que no
mí me opuse yo a ellos, y los eché pueden ofrecerse a Yave, se le pre-
a tierra de enemigos. Humillarán su sentará al sacerdote, 12 que lo esti-
corazón incircunciso y reconocerán mará según sea bueno o malo, y se
sus iniquidades; 42 y yo entonces me estará a la estimación del sacerdote.
acordaré de mi alianza con Jacob, 13
Si se le quiere rescatar, se añadirá
de mi alianza con Isac, de mi alianza un quinto a su valor.
con Abraham, y me acordaré de su 14
Si uno santifica su casa, con-
tierra. 43 Ellos tendrán que abando- sagrándola a Yave, el sacerdote hará
nar la tierra, que gozará de sus sá- la estimación de ella, sagún que sea
bados, yerma, lejos de ellos. Serán buena o mala, y se estará a la esti-
sometidos al castigo de sus iniqui- mación del sacerdote. 15 Si se la qui-
dades, por haber menospreciado mis siere rescatar, se añadirá un quinto
mandamientos y haber aborrecido mis al precio de tu estimación, y será
leyes. 44 Pero aun con todo esto, suya.
cuando estén en tierra enemiga, yo 16
Si uno santifica parte de la tierra
no los rechazaré, ni abominaré de de su propiedad, tu estimación será
ellos hasta consumirlos del todo, ni conforme a su sembradura, a razón
romperé mi alianza con ellos, porque de cincuenta siclos por cada gomer
yo soy Yave, su Dios. 45 Me acor- de cebada de sembradura. 17 Si la
daré de ellos, de la alianza antigua, santifica antes del año del jubileo,
cuando los saqué de la tierra de Egip- habrá de atenerse a tu estimación;
to a los ojos de las gentes, para ser 18
pero si es después del jubileo
su Dios. Yo, Yave. cuando santifica su campo, el sacer-
46
Estos son los mandamientos, dote la estimará según el número de
estatutos y leyes que Yave estableció años que quedan hasta el jubileo,
entre sí y los hijos de Israel, en el haciendo la rebaja de tu estimación.
monte Sinaí, por medio de Moisés. 19
Si el que santificó el campo quiere
rescatarlo, añadirá un quinto al pre-
cio de tu estimación, y el campo
Votos y décimas. quedará suyo. 20 Si no lo rescata, o lo
vende a uno de otra familia, el campo
SY7 1
Yave habló a Moisés, di- no podrá ser rescatado más; 21 y
4 2
«Habla a los hijos de
ciendo: cuando al jubileo quede libre, será
Israely diles: Si uno hace voto a consagrado a Yave, como campo de
Yave, se estimarán para Yave las voto, y pasará a ser propiedad del
personas, como las estimas tú: 3 Un sacerdote.
hombre de veinte a sesenta años 22
Si uno consagra a Yave un campo
lo estimarás en cincuenta siclos de comprado por él, que no es parte de
plata, según el peso del siclo del san- su heredad, 23 el sacerdote calculará
tuario. 4 Una mujer la estimarás en el valor según tu estimación y los
treinta siclos. 5
De los cinco a los años que falten para el jubileo, y el
132 LEVÍTICO, 27

hombre pagará aquel mismo dfa lo sagra a Yave con anatema es cosa
fijado,como cosa consagrada a Yave. santísima. 29 Nada consagrado con
21 El año del jubileo el campo vol- anatema podrá ser rescatado, habrá
verá a quien lo habla vendido, y de de ser muerto. 30 Toda décima de la
cuya heredad era parte. 25 Toda esti- tierra, tanto de las semillas de la
mación se según el siclo del
hará tierra como de frutos de los árboles,
santuario, que de veinte güera*.
es es de Yave. es cosa consagrada a Yave.
26 Nadie, sin embargo, podrá con- 31
Si alguno quisiera rescatar parte
sagrar el primogénito de su ganado, de su décima, habrá de añadir el
que como primogénito pertenece a quinto. 82 Las décimas del ganado
Yave; buey u oveja, de Yave es. mayor o menor, de todo cuanto
27
Si se tratare de animal impuro, pasa bajo el cayado, son de Yave.
será redimido conforme a tu estima- 33 No se mirará si es bueno o si es
ción, añadiendo sobre ella un quinto, malo, ni se trocará; y si se trocare,
y si no lo redimieren será vendido el animal y su trueque serán ambos
conforme a tu estimación. 28 Nada cosa santa, y no podrán ser resca-
de aquello que se consagre a Yave tadosii

con anatema, sea hombre o animal 34 Estos son los mandamientos


o campo de su propiedad, podrá ser que dió Yave a Moisés para los hijos
vendido ni rescatado; cuanto se con- de Israel, en el monte Sinai.
NÚMEROS
NUMERO S
Censo de las tribus. sadai. 7
De Judá, Nasón, hijo de
Aminadab. 8 De lsacar, Natanael,
1
El día primero del segundo mes, hijo de Suar. 9 De Zabulón, Eliab,
10 De los hijos de José:
I del segundo año después de la hijo de Jelón.
salida de Egipto, habló Yave De Efraim, Elisama, hijo de Amiud.
a
De Manasés, Gamaliel, hijo de Peda-
Moisés en el desierto del Sinaí, en el
tabernáculo de la reunión, diciendo: sur. 11 De Benjamín, Abidán, hijo
2 «Haz un censo general de toda la
de Gedeón. 12 De Dan, Ajiezer, hijo
asamblea de los hijos de Israel, por de Amisadai. 13 De Aser, Feguiel,
familias y por linajes, describiendo hijo de Ocrán. 14 De Gad, Eliasab,
por cabezas (1) los nombres de todos hijo de Deuel. 15 De Neftalí, Ajira.
3
los varones de veinte años para hijo de Enán.
16 Estos serán los nombrados de la
arriba, de todos los aptos para el ser-
vicio de las armas (2) en Israel. Tú asamblea; son príncipes de sus tribus,
y Arón haréis el según sus
censo, jefes de los millares de Israel.»
4 17
escuadras. Tendréiscon vosotros Moisés y Arón tomaron a estos
para asistiros un hombre por cada varones designados por sus nombres,
tribu, jefe de un linaje. 18
y convocaron la asamblea toda
6
He aquí los nombres de los que os para el día primero del segundo mes,
han de asistir: y se hizo el censo por familias y lina-
De Rubén, Elisur, hijo de Sedeur. jes, registrándose por cabezas los
6 De Simeón, Selamiel, hijo
de Zuri- nombres de los de veinte años para
arriba. 19 Como se lo había mandado
(1) Esta organización familiar es la que Yave a Moisés, así se hizo el censo
todavía subsiste entre los nómadas del desierto al en el desierto del Sinaí.
oriente del Jordán, y conforme a ella se hace el 20 Hijos
recuento de la población.
de Rubén, primogénito
(2) El servicio militar era en Israel uni- de Israel, sus descendientes por fami-
versal, sin excepción, obligatorio e ilimitado, lias y linajes, contando por cabezas
desde los veinte años para arriba. los nombres de todos los varones de
NÚMEROS, 2

veinte años para


arriba, todos los veinte años para arriba, aptos para
hombres aptos para servirse de las servirse de las armas, 39 se contaron
armas: 21 fueron contados de la tribu de la tribu de Dan sesenta y dos mil
de Rubén, cuarenta y seis mil qui- setecientos.
nientos. 40
Hijos de Aser, por sus familias
22Hijos de Simeón: sus descendien- y linajes, contando todos los varo-
tes por familias y linajes, contando nes de veinte años para arriba, aptos
los nombres de todos los hombres para servirse de las armas, 41 se
de veinte años para arriba, aptos contaron de la tribu de Aser cuarenta
para servirse de las armas, 23 fueron y un mil quinientos.
42
contados de la tribu de Simeón cin- Hijos de Neftalí, por sus fami-
cuenta y nueve mil trescientos. lias y linajes, contando todos los
24 Hijos de Gad, sus descendientes varones de veinte años para arriba,
por familias y linajes, contando los aptos para servirse de las armas,
nombres de todos de veinte años 43 se contaron de la tribu de Neftalí
para arriba, aptos para servirse de cincuenta y tres mil cuatrocientos.
las armas, 25 fueron contados de la 44 Estos fueron todos los
contados
tribu de Gad cuarenta y cinco mil de los hijos de Israel, por sus linajes,
seiscientos cincuenta. los que contaron Moisés y Arón con
26 Hijos de Judá sus descendientes los doce principes de Israel, uno por
por familias y linajes, contando los cada tribu; 45 siendo todos los con-
nombres de todos los de veinte años tados de los hijos de Israel, según sus
para arriba, aptos para servirse de linajes, de veinte años para arriba,
las armas, 27 fueron contados de la aptos para hacer la guerra en Israel,
tribu de Judá setenta y cuatro mil 46 seiscientos tres mil quinientos
cin-
seiscientos. cuenta (6Ü3.550).
28 Hijos de 47 Los
Isacar, sus descen- levitas no fueron contados
dientes por familias y linajes, con- entre éstos según la tribu, 48 porque
tando los nombres de todos los varo- había hablado Yave a Moisés, di-
nes de veinte años para arriba, aptos ciendo: 49 «Sólo dejarás de contar
para servirse de las armas, 29 fueron la tribu de Leví; no los contarás entre
contados de la tribu de Isacar cin- los hijos de Israel, 50 sino que pondrás
cuenta y cuatro mil cuatrocientos. a los levitas en el tabernáculo del
30 Hijos
de Zabulón, sus descen- testimonio, sobre todos sus utensi-
dientes por familias y linajes, con- lios y sobre todo cuanto le pertenece.
tando los nombres de todos los varo- Ellos llevarán el tabernáculo y todos
nes de veinte años para arriba, aptos sus utensilios, y servirán en él y
para servirse de las armas, 31 fueron sentarán sus tiendas en derredor del
contados de la tribu de Zabulón tabernáculo. 61 Y cuando el taber-
cincuenta y siete mil cuatrocientos. náculo hubiere de trasladarse, los levi-
32 Hijos de José: de los hijos
de tas lo desarmarán; y cuando hubiere
Efraím, por sus familias y linajes, de pararse ellos lo armarán, y el extra-
contando los nombres de todos los ño que se acercare, morirá. 62 Los hijos
varones de veinte años para arriba, de Israel sentarán sus tiendas cada
aptos paro servirse de las armas, uno en su cuartel, bajo la propia en-
33
fueron contados de la tribu de seña, por orden de escuadras; 83 pero
Efraim cuarenta mil quinientos. los levitas sentarán las suyas alre-
34 Hijos
de Manases, por sus fami- dedor del tabernáculo del testimo-
lias y linajes, contando los nombres nio, para que la congregación de los
de todos los varones de veinte años hijos de Israel no incurra en ira;
para arriba, aptos para servirse de los levitas tendrán la guarda del taber-
las armas, 34 se contaron de la tribu náculo del testimonio. 64 Hicieron los
de Manasés treinta y dos mil dos- hijos de Israel todo cuanto mandó
cientos. Yave a Moisés; así lo hicieron.
38 Hijos de Benjamín, por sus fami-
lias y linajes, contando todos los
varones de veinte años para arriba, Orden de) campamento.
aptos para servirse de las armas,
3'
se contaron de la tribu de Benjamín 2 1
Habló Yave a Moisés, diciendo:
treinta y cinco mil cuatrocientos. * «Que acampen los hijos de Is-
88 Hijos de Dan, por familias
y lina- rael cada uno junto a su enseña, bajo
jes, contando todos los varones de las enseñas de sus linajes, frente al
NÚMEROS, 3 137

tabernáculo de reunión y en torno de cuarenta mil quinientos hombres.


de él (1). 20 A sus lados acampará la tribu de
3. Delante, al oriente, acampará Manasés; el jefe de la tribu de Mana-
Judá, con su enseña y sus escuadras. sés es Gamaliel, hijo de Pedasur,
De los hijos de Judá es jefe Nasón, 21
y su cuerpo de ejército es, según
hijo de Aminadab; 4 su cuerpo de el censo, de treinta y dos mil dos-
ejército, según el censo, es de setenta cientos hombres. 22 La tribu de Ren-
y cuatro mil seiscientos hombres. jamín; el jefe de los hijos de Benja-
8 A mín es Abidán, hijo de Gedeón, 23 y
sus lados acampará la tribu de
Isacar; el jefe de los hijos de Isa- su cuerpo de ejército es, según el
car es Natanael, hijo de Suar, 6 y censo, de treinta y cinco mil cuatro-
su cuerpo de ejército es, según el cientos hombres. 24 El total del campo
censo, de cincuenta y cuatro mil de Efraím es, según el censo, de
cuatrocientos hombres. 7 Después la ciento ocho mil cien hombres; se
tribu de Zabulón; el jefe de los hijos pondrán en marcha los terceros.
de Zabulón es Eliab, hijo de Jelón, 25 Al norte, la enseña del campo
de
8
y su cuerpo de ejército es, según Dan, con sus tropas. El jefe de los
el censo, de cincuenta y siete mil hijos de Dan es Ajiezer, hijo de Ami-
cuatrocientos hombres. 9 El total para sadai, 26 y su cuerpo de ejército es,
el campo de Judá es, según el censo, según censo, de sesenta y dos mil
el
de ciejito ochenta y seis mil cuatro- setecientos hombres. 27 A sus lados
cientos hombres, por sus escuadras. acampará la tribu de Aser; el jefe
Serán los primeros que se pongan en de los hijos de Aser es Feguiel, hijo
marcha. de Ocrán, 28 y su cuerpo de ejército
10 Al
mediodía la enseña del campo es, según el censo, de cuarenta y un
de Rubén, con sus escuadras. El jefe mil quinientos hombres. 29 La tribu
de los hijos de Rubén es Elisur, hijo de Neftalí; el jefe de los hijos de
de Scdeur, 11 y su cuerpo de ejército, Neftalí es Ajira, hijo de Enán, 30 y su
según el censo, es de cuarenta y seis cuerpo de ejército es, según el censo,
mil quinientos hombres. 12 A sus de cincuenta y tres mil cuatrocientos
lados acampará la tribu de Simeón; hombres. 31 El total del campo
de
el jefe de los hijos de Simeón es Dan según el censo, de ciento
es,
Salamiel, hijo de Zurisadai, 13 y su cincuenta y siete mil seiscientos hom-
cuerpo de ejército es, según el censo, bres. Se pondrán en marcha los últi-
de cincuenta y nueve mil trescientos mos, según sus enseñas. 32 Estos fue-
hombres. 14 La tribu de Gad; el ron los hijos de Israel inscritos en el
jeie de los hijos de Gad es Eliasab, censo, según sus linajes. El total de
hijo de Deuel, 15 y su cuerpo de ejér- todos los hombres inscritos, reparti-
cito es, según el censo de cuarenta ;
dos en varios campos, según sus cuer-
y cinco mil seiscientos cincuenta hom- pos de ejército, fué de seiscientos
bres. 16 El total del campo de Rubén tres mil quinientos cincuenta hom-
es, según el censo, de ciento cincuenta bres. 33 Los levitas no fueron com
y un mil cuatrocientos cincuenta hom- prendidos en el censo con los hijos de
bres. Se pondrán en marcha los se- Israel, según la orden que Yave
gundos. había dado a Moisés. 34 Los hijos de
17 Israel hicieron todo lo que a Moisés
Después avanzará el tabernáculo
de reunión, yendo el campo de los había mandado Yave. Así acampaban,
levitas en medio de los otros. Segui- según sus enseñas, y así se ponían en
rán en la marcha el orden de su marcha cada uno, según su familia
campamento, cada uno según su y su linaje.
puesto y su enseña.
18 A occidente,
la enseña de Efraím;
el jefe de los hijos de Efraím es Número y oficio de los levitas.
Elisama, hijo de Amiud, 19 y su
cuerpo de ejército es, según el censo, 1
He descendencia de
aquí la
Arón y Moisés, al tiempo, en que
(i) La organización del pueblo es militar, Yave habló a Moisés en la montaña
bajo la conducta de Dios, que es el jefe supremo,
del Sinaí.
y tiene su tienda en medio del campamento y
dirige los movimientos por medio de la nube.
2
He
aquí los nombres de los hijos
(9 15. sigs.) Los levitas, que acampaban inme- de Arón: Nadab, el primogénito, Abiú,
diatamente en torno del santuario, son la Eleazar e Itamar. 3 Estos son los
guardia de honor y de servicio. nombres de los hijos de Arón, sacer-
138 NÜMEROS, 3

dotes ungidos y consagrados para del linaje de los gersonitas es Eliasaf,


ejercer el
4
sacerdocio. Nadab y Abiú hijo de Lael. 25 Cuanto al tabernáculo
murieron al llevar ante Yave un de reunión, los hijos de Gersón tenían
fuego extraño, en el desierto del a su cargo la tienda, y sus cubiertas,
Sinaí, y no dejaron hijos. Eleazar e el velo de la entrada de la tienda, la
Itamar ejercieron el sacerdocio con cortina de la entrada del atrio 26 y
Arón, su padre. las de éste en torno del tabernáculo
6
Yave habló a Moisés, diciendo: y del altar y las cuerdas para todo
6 «Llama a la tribu de Levi, que se su servicio.
acerque a Arón, el sacerdote, y se 27 De Caat
proceden los linajes de
ponga a su servicio. 7
Ellos se encar- los amramitas y los azielitas; éstos
garán de todo cuanto sea necesario son los linajes de Caat. 28 El censo
para él y para toda la asamblea ante de todos los varones de un mes para
el tabernáculo de reunión, haciendo arriba dió ocho mil seiscientos, ads-
así el servicio del tabernáculo. 8 Ten- critos al servicio del santuario. 29 Los
drán a su cargo todos los utensilios linajes de los hijos de Caat acampa-
del tabernáculo de reunión y cuanto ban al mediodía del tabernáculo.
30
necesiten los hijos de Israel en el El jefe de los linajes de las fami-
servicio del tabernáculo. 9 Darás los lias de Caat era Elisafán, hijo de
levitas a Arón y a sus hijos, se los Oziel. 31 Estaban a su cargo el arca,
darás enteramente de entre los hijos la mesa, el candelabro, los altares y
de Israel. 10 A Arón y a sus hijos les los utensilios sagrados de su servicio
encomendarás las funciones de su y el velo con todo lo que pertenecía
sacerdocio; el extraño que se acer- a su servicio. 32 El jefe supremo de los
care al santuario será castigado con levitas era Eleazar, hijo del sacer-
la muerte. dote Arón, a quien correspondía la
11
Yave habló a Moisés, diciendo: superintendencia de todos los ads-
12
«Yo he tomado de en medio de critos al servicio del santuario.
33 De Merari
Israel a los levitas en lugar de todo proceden los linajes
primogénito, que abre la vulva de su de los mojlitas y los musitas. Estos
madre, entre los hijos de Israel, y son los linajes de Merari. 34 Los enu-
los levitas serán míos, 13 porque mió merados de ellos, conforme al censo
es todo primogénito; el día en que de todos los varones de un mes para
yo maté a todos los primogénitos arriba, fueron seis mil doscientos.
86 El jefe
en la tierra de Egipto, me consagré de los linajes de Merari
a mí todos los primogénitos de Israel, era Suriel, hijo de Abijad; acampaban
tanto de hombres como de animales; al lado norte del tabernáculo. 36 Al
son míos. Yo, Yave.» cargo de los hijos de Merari estaban
14 Y habló Yave a Moisés en el los tablones del habitáculo con sus
desierto del Sinaí, diciendo: 16 «Enu- barras, 37 sus columnas y sus basas
mera a los hijos de Leví, según sus y todo su servicio, y las columnas del
linajes y familias. 16 Haz el censo de atrio con sus basas, sus clavos y
todos los varones de un mes para sus cuerdas.
arriba.» Y
Moisés hizo el censo, 38 Delante del tabernáculo de re-

según la orden de Yave, como éste unión, a levante, acampaban Moisés,


se lo había mandado. 17 Estos fueron Arón y sus hijos, que velaban al
los hijos de Leví, por sus nombres: cuidado del santuario para los hijos
Gersón, Caat y Merari. 18 Nombres de Israel; todo extraño que se acer-
de los hijos de Gersón por sus fami- caba era castigado con la muerte.
39 Los levitas que Moisés y Arón
lias: Lcbni y Scmci. 19 Hijos de Caat:
Amram, Jesuar, Hebrón y Oziel. enumeraron de orden de Yave fueron,
Hijos de Merari: por familias: Mojli contando de todos los linajes los
y Musí Estas son las familias de varones de un mes para arriba,
Leví, según sus linajes. 21 De Gersón ventidós mil.
proceden la familia de Libní y la
de Sem'ei; éstos son los linajes de
Gersón. 22 Los enumerados de ellos, Rescate de los primogénitos
en el censo de todos los varones de de Israel.
un mes para arriba, fueron siete mil
quinientos. 23 Los linajes de Gersón 40 Yave dijo a Moisés: «Haz el
sentarán sus tiendas a espaldas del censo de todos los primogénitos de
tabernáculo, a occidente. 44 El jefe entre los hijos de Israel de un mes
NÚMEROS. 4 139

para arriba, contándolos por sus nom- tela jacinto y pondrán encima de
ines. 41 Tomarás para mf a los levi- ella los platos, los cálices, las cazo-
tas, en lugar de todos los primogé- letas y los vasos de las libaciones;
8
nitos de los hijos de Israel, y el ganado el pan perpetuo irá sobre ella; ten-
de los levitas, en lugar de los primo- derán encima una tela carmesí, con
génitos del ganado de los hijos de que la envolverán, y una cubierta
Israel. Yo, Yave.» de pieles curtidas, y pondrán las
42
Moisés hizo el censo de todos los barras de la mesa. 9 Tomarán una
primogénitos de los hijos de Israel, tela jacinto, con la que cubrirán
según la orden que Yave le había el candelabro con sus lamparas, sus
dado. 43 Todos los primogénitos, con- despabiladeras, sus platos para los
tados por sus nombres, de un mes pábilos cortados y todos los utensi-
para arriba, fueron veintidós mil lios para el aceite que se emplean
doscientos setenta y tres. en su servicio 10 y con todos sus uten-
44 Yave habló a Mosiés, diciendo: silios; los cubrirán de pieles curtidas
45 «Toma a los levitas en lugar de los
y lo pondrán sobre unas angarillas.
primogénitos de lo- hijos de Israel y el 11 Tenderán un paño jacinto sobre

ganado de los levitas en lugar de los el altar de oro, y después de cubrirlo


primogénitos de sus ganados. Los levi- con pieles curtidas, le pondrán las
tas son míos. Yo, Yave.» barras. 12 Tomarán todosuten- los
46 Para el rescate de los doscientos
silios para el servicio del santuario,
setenta y tres primogénitos de los y metiéndolos en una tela jacinto,
hijos de Israel, que sobrepasan el los cubrirán con pieles curtidas y
número de los levitas, 17 toma cinco los colocarán sobre unas angarillas.
siclos por cabeza, según el siclo del 13 Quitarán del altar las cenizas, y
santuario, que es de veinte güeras. tenderán sobre él un paño de púrpura
48
Ese dinero se lo entregarás a Arón escarlata; 14 pondrán encima de él
y a sus hijos, como rescate de los que todos los utensilios de su servicio,
sobrepasan el número de los levitas.» los braseros, los tenedores, las paletas
49
Moisés tomó el dinero de los pri- y las bandejas, todos los utensilios
mogénitos de los hijos de Israel, del altar, y lo cubrirán con pieles
50 mil trescientos sesenta y cinco curtidas y le pondrán las barras.
siclos, según el siclo del santuario. 15 Cuando Arón y sus hijos hayan
51 Moisés entregó a Arón y a sus acabado de santuario
cubrir el y
hijos el dinero del rescate, según la sus utensilios todos y se levante el
orden de Yave, según lo que Yave campamento, vendrán los hijos de
había dicho a Moisés. Caat para llevarlos, pero sin tocar
las cosas santas, no sea que mueran.
He aquí lo que del tabernáculo de
Obligaciones de los levitas. la reunión trasportarán los hijos
de Caat. 16 Eleazar, hijo de Arón, el
1
Yave habló Moisés y Arón,
a sacerdote, tendrá bajo su vigilancia
4 diciendo: 2 «Haz el censo de los el aceite del candelabro, el timiama,
hijos de Caat de entre los hijos de la oblación perpetua y el óleo de
Leví, según sus familias y linajes, unción, así como todo el tabernáculo
3
desde los treinta años para arriba y cuanto él contiene, el santuario
hasta los cincuenta, todos los que han con todos sus utensilios.»
17
de prestar servicio o cumplir alguna Yave habló a Moisés y Arón,
función en el tabernáculo de reunión. diciendo: 13 «Tened cuidado de que
4
Estos serán los servicios de los los hijos del linaje de Caat no sean
hijos de Caat en el tabernáculo de extirpados de en medio de los levitas,
reunión: consistirán en lo tocante 19
y haced de modo que tengan segura
a las cosas santísimas. 6 Cuando la vida y no mueran si se acercan
hubiere de levantarse el campamento, a las cosas santísimas; sean Arón y
vendrán Arón y sus hijos a bajar el sus hijos los que entren para encargar
velo, y cubrirán con él el arca del a cada uno su servicio y su cargo;
testimonio; 6 pondrán encima una 20 pero ellos que no entren para ver
cubierta de pieles curtidas y tende- un solo instante las cosas santas, no
rán por encima de toda ella un paño sea que mueran.»
21
de jacinto, y colocarán las barras Yave habló a Moisés, diciendo:
del arca. 7 Tenderán sobre la mesa 22
«Haz también el censo de los hijos
de los panes de la proposición una de Gersón según sus familias y lina-
1 10 NÚMEROS, 6

23
haciendo el censo de los de el tabernáculo de la reunión, que
jes,
treinta años par?, arriba hasta los Moisés y Arón enumeraron de orden
cincuenta, de todos los que han de de Yave dada a Moisés. 88 Hízose
prestar sus servicios y cumplir alguna el censo de los hijos de Gersón, por
función en el tabernáculo de la re- familias y linajes, 39 desde los treinta
unión. 24 He aquí los servicios de los años para arriba hasta los cincuenta,
linajes de Gersón, lo que habrán de de cuantos hacían servicio en el
hacer y lo que habrán de llevar. tabernáculo de reunión, 40 y fueron
26 Llevarán las cortinas del habitáculo enumerados por familias y linajes
y tienda de la reunión; su cubierta dos mil seiscientos treinta. 41 Estos
y la cubierta de pieles curtidas con son los enumerados de los linajes
que se cubren, 26 las cortinas del de Gersón todos los que hacían ser-
atrio y la de la puerta de entrada vicio en el tabernáculo de reunión
del atrio, todo lo que rodea la tienda que Moisés y Arón enumeraron de
y el altar, sus cuerdas y todos los orden de Yave. 42 Hízose el censo
utensilios de su servicio, y harán de las familias de los hijos de Merari
cuanto con ellos se ha de hacer. por familias y linajes 43 desde los
27 A las órdenes de Arón treinta años para arriba hasta los
y sus hijos
estará el servicio de los gersonitas cincuenta, de cuantos prestaban ser-
en lodo cuanto éstos han de hacer y vicio en el tabernáculo de la reunión,
llevar; vosotros asignaréis a cada uno 44
y fueron enumerados por familias
determinadamente lo que hayan de tres mil doscientos. 46 Estos son los
trasportar. 28 Este es el servicio enumerados de las familias de Me-
de los linajes de Gersón en el taber- rari, que Moisés y Arón enumeraron
náculo de reunión, y su vigilancia según la orden de Yave dada a
estirá a cargo de Itamar, hijo del Moisés. Todos los que fueron enu-
sacerdote Arón. merados en el censo que Moisés y
29
Haz el censo de los hijos de Me- Arón y los príncipes de Israel hicie-
rari según sus familias y linajes, ron de los levitas, por familias y lina-
30 contándolos desde los treinta años jes, 47 desde los treinta años para
para arriba hasta los cincuenta, todos arriba hasta los cincuenta, 48 todos
los adscritos al servicio y para cum- los que prestaban servicio de minis-
plir sus funciones en el tabernáculo terio o de trasporte en el taber-
de la reunión. 31 He aquí lo que ha- náculo de la reunión, vinieron a ser
hrán de trasportar, según sus ser- ocho mil quinientos ochenta. 49 Según
vicios, en el tabernáculo de la reunión: la orden dada por Yave a Moisés,
los tablones del habitáculo, sus tra- fueron designados cada uno para su
veseros, sus columnas y sus basas, propio ministerio y su propio cargo,
32
y las columnas, del atrio en derre- y los designados fueron aquellos que
dor, con sus Dasas, sus estacas y sus Yave había mandado.
cuerdas y todos los utensilios do sus
basas, y les indicaréis determinada-
mente los utensilios que han de tras- Leyes varias.
portar. 33 Este es el oficio del linaje
de los hijos de Merari, conforme a 1
Habló Yave a Moisés, diciendo:
su servicio en el tabernáculo de la ** * "Manda a los hijos de Israel que
reunión, bajo la vigilancia de Itamar, hagan salir del campamento a todo
hijo del sacerdote Arón.» leproso, a todo el que padece flujo,
v a todo inmundo por un cadáver.
3 Hombres o mujeres todos los haréis
Censo de los levitas. salir del campamento para que no
contaminen el campamento en que
34 Moisés y Arón y los príncipes habitan.» Asi lo hicieron los hijos
de la asamblea hicieron el censo de de Israel, haciéndolos s<dir del cam-
los hijos de Caat por linajes y fami- pamento; 4 como lo ordenó Moisés,
lias, 35 de cuantos eran de treinta así lo hirieron los hijos de Israel.
1 Habló Yave a Moisés, diciendo:
años para arriba hasta los cincuenta;
88 4 «Di
y los enumerados según sus fami- a lo<¡ hijos de Israel: Si uno,
lias y sus linajes fueron dos mil sete- hombre o mujer, comete uno de esos
87 éstos fueron los pecados que perjudican al prójimo,
cientos cincuenta;
enumerados del linaje de los caataitas, prevaricando contra Yave y hacién-
todos los que hacían el servicio en dose culpable, 7 confesará su pecado
NÚMEROS, 6

y restituirá enteramente el daño, el juramento de execración, diciendo:


añadiendo un quinto; restituirá a hágate Yave maldición y execración
8
aquel a quien perjudicó, y si no en medio de tu pueblo, púdranse
hubiere ya nadie a quien pertenezca tus muslos e hínchese tu vientre,
hará Yavc, 22 entre este agua
la restitución, la a y de maldición en
será entregada al sacerdote, además tus entrañas, para hacer que tu
del carnero expiatorio con que se vientre se hinche y se pudran tus
hará la expiación del culpable. 9 Toda muslos. La mujer contestará: Amén,
amén. 23
ofrenda de elevación de cosas con- El sacerdote escribirá estas
sagradas por los hijos de Israel que maldiciones en una hoja, y las diluirá
éstos presentan al sacerdote, de éste en el agua amarga, 24 y hará beber
es; 10 cuanto cada uno consagre, de él a la mujer el agua amarga de la mal-
es; lo que se presenta al sacerdote, dición. 25 Luego tomará de la mano
de éste es.» de la mujer la minja de los celos y
la agitará ante Yave, y la llevará
26
al altar; y tomando un puñado
Ley sobre los celos. de memoria, lo quemará en el altar,
haciendo después beber el agua a la
11 Habló Yave a Moisés, diciendo: mujer. 27 Darále a beber el agua;
12 «Habla a los hijos de Israel y diles: y si se hubiere contaminado, siendo
Si la mujer de uno fornicare y le infiel a su marido, el agua de mal-
fuese infiel, 13 durmiendo con otro dición entrará en ella Con su amargura,
en concúbito de semen, sin que lo se le hinchará el vientre, se le pudrirán
haya podido ver el marido ni haya los muslos, y será maldición en medio
testigos, por no haber sido hallada de su pueblo. 28 Si, por lo contrario,
en el hecho; 14 y se apoderase del no se contaminó y es pura, quedará
marido el espíritu de los celos y ilesa y será fecunda.»
29
tuviese celos de ella, háyase ella Esta es la ley de los celos, para
manchado en realidad o no se haya cuando una mujer haya sido infiel
manchado, 15 la llevará al sacerdote, a su marido y se haya contaminado,
30
y ofrecerá por ella una oblación de la o que el espíritu de los celos se
décima parte de una efa de harina haya apoderado de su marido y
de cebada, sin derramar aceite sobre tenga celos de ella; presentará a su
ella ni poner encima incienso, porque mujer ante Yave, y el sacerdote
es minja de celos, minja de memoria hará con ella cuanto en esta ley se
31
para traer el pecado a la memoria. prescribe. Así el marido quedará
16 El sacerdote hará que se acerque libre de culpa, y la mujer llevará
y se esté ante Yave; 17 tomará del sobre sí su pecado.»
agua santa en una vasija de barro,
y cogiendo un poco de la tierra del
suelo del tabernáculo, la echará en I>ey del nazareato.
el agua. 18 Luego el sacerdote, ha-
ciendo estar a la mujer ante Yave, 1
Habló Yave a Moisés, diciendo:
2
le descubrirá la cabeza y le pondrá «Habla a los hijos de Israel, y
en las manos la minja de memoria, diles: Si uno, hombre o mujer, hiciere
la minja de los celos, teniendo él voto de consagración, consagrándose
en la mano el agua amarga de la a Yave (1), 3 se abstendrá de vino
maldición (t), 19 y la conjurará, y de toda bebida embriagante; no
diciendo: Si no ha dormido contigo beberá vinagre de vino ni bebida
ninguno, y si no te has descarriado, embriagante; no comerá uvas, ni fres-
contaminándote y siendo infiel a tu
marido, indemne seas del agua amarga
Esta consagración personal, singularí-
de la maldición; 20 pero si te desca- (i)
sima, da al consagrado una especial santidad
rriaste, y fornicaste infiel a tu marido,
que le exige abstenerse de todo contacto de
contaminándote y durmiendo con cosa impura, aun del cadáver de los mismos
21
otro; el sacerdote la conjurará con padres, y la obligación de abstenerse de todo
fruto de la vid, cualquiera que sea. Al ter-
minar, tiene que despojarse de todo el pelo
(i) Sin negar, ni mucho menos, el carácter de su cuerpo, que por considerarse santificado,
sobrenatural que este rito pudiera tener, todo había de ser quemado en el altar, pues a) volver
este ceremonial parece que habla de influir a su estado ordinario había de despojarse de
grandemente en la mujer culpable, para moverla cuanto de santo o consagrado podía despo-
a declararse tal. jarse su persona.
142 NÚMEROS, 7

cas ni secas; 4 durante todo el tiempo y una torta ácima, y se


del cestillo
de su nazareato no comerá fruto los pondrá en las manos al nazareo,
alguno de la vid; desde la piel hasta después que se haya raído la cabeza
los granos de la uva. 6 Durante todo consagrada; 20 y el sacerdote lo agi-
el tiempo de su voto de nazareo no tará ante Yave. Es la cosa santa del
pasará la navaja por su cabeza; hasta sacerdote, además del pecho agitado
que se cumpla el tiempo por que se y del brazuelo reservado. Después
consagró a Yave, será santo y dejará ya podrá el nazareo beber vino.»
libremente crecer su cabellera. 6 Du- 21
Esta es la ley del nazareo que
rante todo el tiempo de su consagra- hace voto, y de su ofrenda a Yave
ción a Yave no se acercará a cadáver por su nazareato, fuera de aquello
alguno; 7 no se contaminará ni por que sus posibilidades le consientan
su padre ni por su madre, ni por su añadir. Hará de conformidad con su
hermano, ni por su hermana, si mu- voto, según la ley del nazareato.»
rieren; porque lleva sobre su cabeza
la consagración a su Dios. 8 Todo el
tiempo de su nazareato está consa- La bendición litúrgica.
grado a Yave. 9 Si ante él muriere
22
alguno repentinamente, manchándose Yave habló a Mosés, diciendo:
23
asi su cabeza consagrada, se raerá la «Habla a Arón y a sus hijos,
cabeza en el día de su purificación; diciendo: este modo habréis de
De
raerá 'séptimo día, 10 bendecir a los hijos de Israel; diréis:
se la el y al
octavo presentará al sacerdote dos 24 Que Yave te bendiga
y te guarde.
tórtolas o dos pichones a la entrada 28 Que haga resplandecer Yave su
del tabernáculo de la reunión. 11 El faz sobre ti y te otorgue su gracia.
sacerdote ofrecerá uno en sacrificio 26 Que Yave vuelva a ti su rostro
por e! pecado y el otro en holocausto, y te dé la paz.
haciendo por él la expiación de su 27 Así invocarán mi nombre sobre
pecado por el muerto. 12 Este día el los hijos de Israel, y yo los ben-
nazareo consagrará otra vez su ca- deciré.» (1).
beza, la consagrará de nuevo a Yave
por el tiempo de su nazareato, y ofre-
cerá un cordero primal en sacrificio Las ofrendas de los jefes de tribu.
de expiación; el tiempo precedente
quedará anulado, por haberse con- 1
El día en que acabó Moisés de
taminado su nazareato. 7 alzar el tabernáculo y de ungirlo
13
Esta es la ley del nazareo: El y consagrarlo con todos sus utensi-
día en que se cumpla el tiempo de su lios, el altar con todos sus utensi-
nazareato, se presentará a la entrada lios, ungiéndolos y consagrándolos,
del tabernáculo de la reunión, para 2
los príncipes de Israel, jefes de
hacer su ofrenda a Yave: 14 un cor- sus linajes, presentaron sus ofren-
dero primal, sin defecto, para el holo- das; eran los príncipes que habían
causto; una oveja, sin defecto, para el presidido el censo. 3 Llevaron sus
sacrificio por el pecado; un carnero, ofrendas ante Yave: seis carros cu-
sin defecto, para el sacrificio pacífico, biertos y doce bueyes, un carro por
15
y un cestillo de panes ácimos, de cada dos, y un buey por cada uno
tortas de flor de harina amasada de los príncipes, y los presentaron
con aceite, para la ofrenda y la liba- ante tabernáculo.
el
ción. 18 El sacerdote los presentará a 4
Yave habló
a Moisés, diciendo:
Yave, y ofrecerá su sacrificio por el 8 «Recibe
de ellos eso, y que se des-
pecado y su holocausto. 17 Después tine al servicio del tabernáculo de
presentará a Yave el carnero de su la reunión; se los darás a los hijos
sacrificio pacífico con el cestillo de de Leví, a cada uno según las nece-
panes ácimos, y hará la oblación y sidades de su servicio.»
la libación. 18 El nazareo raerá a * Moisés, tomando los carros y
la entrada del tabernáculo de la re- los bueyes, se los entregó a los levitas;
unión su cabeza consagrada, y to-
mando los cabellos de su cabeza
consagrada, los echará al fuego que (i) Esta bendición, que atrae sobre el
bendecido bienes puramente espirituales, está
ardo bajo el sacrificio pacífico. 19 Lue- en plena oposición con las bendiciones de las
go el sacerdote tomará la espalda que se limitan
religiones gentílicas, a la ad-
ya cocida del carnero, un pan ácimo precación de bienes materiales.
NÚMEROS, 7 143

7
dió dos carros y cuatro bueyes a macho cabrío, para el sacrificio ex-
los hijos de Gersón, como lo pedía piatorio; 29 y para el sacrificio pa-
su servicio; 8 cuatro carros y ocho cífico, dos bueyes, cinco carneros,
bueyes a los hijos de Merari, con- cinco machos cabríos y cinco cor-
forme a su servicio, bajo la vigilan- deros primales. Esta fué la ofrenda
cia de ltamar, hijo de Arón, el sacer- de Eliab, hijo de Jelón.
30 El cuarto día el príncipe de los
dote; 9 pero no dió ninguno a los
hijos de Caat, porque el servicio hijos de Rubén, Elisur, hijo de Se-
suyo de las cosas santas habían de deur, 31 ofreció: un plato de plata
hacerlo llevándolas sobre sus hom- de ciento treinta siclos; un jarro
bros. 10
Los príncipes hicieron su de plata de setenta siclos, al peso
ofrenda para la dedicación del altar del siclo del santuario, ambos llenos
cuando fué ungido, presentando su de flor de harina amasada con aceite,
ofrenda ante el altar. 11 Yave dijo a para la ofrenda; 32 un frasquito de
Moisés: «Que presenten los prínci- oro de diez siclos, lleno de perfumes;
33 un
pes su ofrenda uno a uno, para la de- novillo, un carnero, un cordero
dicación del altar.» 12 Aquel día, el primal, para el holocausto; 34 un
primero, presentó su ofrenda Nasón, macho cabrío, para el sacrificio ex-
hijo de Aminadab, de la tribu de piatorio; 35 y para el sacrificio pací-
Judá, 13 ofreciendo un plato de plata fico, dos bueyes, cinco carneros, cinco
de ciento treinta siclos de peso y un machos cabrios y cinco corderos pri-
jarro de plata de setenta siclos, según males. Esta fué la ofrenda de Elisur,
el peso del siclo del santuario, ambos hijo de Sedeur.
36 El quinto
llenos de flor de harina amasada con día el príncipe de los
aceite, para las ofrendas; 14 un fras- hijos de Simeón, Salamiel, hijo de
37 ofreció: un plato de
quito de oro de diez siclos, lleno de Surisadai,
perfumes; 15 un novillo, un carnero plata de ciento treinta siclos; un
y un cordero primal, para el holo- jarro de plata de setenta siclos, al
causto; 16 un macho cabrío, para el peso del siclo del santuario, ambos
sacrificio expiatorio; 17 y para el llenos de flor de harina amasada
sacrificio pacífico, dos bueyes, cinco con aceite, para la ofrenda; 38 un
carneros, cinco machos cabríos y frasquito de oro de diez siclos, lleno
cinco corderos primales. Esta fué la de perfumes; 39 un novillo, un car-
ofrenda de Nasón, hijo de Aminadab. nero y un cordero primal, para el
18 El segundo día hizo su ofrenda holocausto; 40 un macho cabrío, para
Natanael, hijo de Suar, principe de el sacrificio expiatorio; 41 y para el
Isacar. 19 Ofreció un plato de plata sacrificio pacífico, dos bueyes, cinco
de ciento treinta siclos; un jarro de carneros, cinco machos cabríos y
plata de setenta siclos, al peso del cinco corderos primales. Esta fué
siclo del santuario, llenos ambos de la ofrenda de Salamiel, hijo de Suri-
flor de harina amasada con aceite, sadai.
para la ofrenda; 20 un frasquito de 42
El sexto día el príncipe de los
oto de diez siclos, lleno de perfumes; hijos de Gad, Eliasaf, hijo de Deuel,
21 un novillo, un carnero 43
y un cor- ofreció un plato de plata de ciento
dero primal, para el holocausto; 22 un treinta siclos; un jarro de plata de
macho cabrío para el sacrificio expia- setenta siclos, al peso del siclo del
23
torio; y para el sacrificio pacífico, santuario; ambos llenos de flor de
dos bueyes, cinco carneros, cinco harina amasada con aceite, para la
machos cabríos y cinco corderos pri- ofrenda; 44 un frasquito de oro de
. males. Esta fué la ofrenda de Nata- diez siclos, lleno de perfumes; 46 un
nael, hijo de Suar. novillo, un carnero, un cordero pri-
24 El tercer dia el príncipe de los mal, para el holocausto; 46 un macho
hijos de Zabulón, Eliab, hijo de cabrío, para el sacrificio expiatorio;
47
Jelón, 29 ofreció: un plato de plata y para el sacrificio pacífico, dos
de ciento treinta siclos, un jarro bueyes, cinco carneros, cinco machos
de plata de setenta siclos, al peso del cabríos y cinco corderos primales.
siclo del santuario, llenos ambos de Esta fué la ofrenda de Eliasaf, hijo
flor de harina amasada con aceite, de Deuel.
para la ofrenda; 26 un frasquito de 48 El
séptimo día el príncipe de
oro de diez siclos, lleno de perfumes; los hijos de Efraím, Elisama, hijo
27
un novillo, un carnero, un cordero de Amiud, 49 ofreció: un plato de
primal, para el holocausto; 28 un plata de ciento treinta siclos; un
144 NÚMEROS, 7

jarro de plata de setenta siclos, la cinco corderos primales. Esta fué la


peso del siclo del santuario, ambos ofrenda de Ajieser, hijo de Ami-
llenos de flor de harina amasada sadán.
con aceite, para la ofrenda; 60 un 72 El
undécimo día el príncipe de
frasquito de oro de diez siclos, lleno los hijos de Aser, Feguiel, hijo de
de perfumes; 51 un novillo, un car- Ocrán, 73
ofreció: un plato de plata
nero y un cordero primal, para el de ciento treinta siclos; un jarro
holocausto; 62 un macho cabrío, para de plata de setenta siclos, ambos
53 llenos de flor de harina amasada
el sacrificio expiatorio; y para el
sacrificio pacifico, dos bueyes, cinco con aceite, para la ofrenda; 74 un
carneros, cinco machos cabríos y frasquito de oro de diez siclos, lleno
cinco corderos primales. Esta fué la de perfumes; 75 un novillo, un car-
ofrenda de Elisama, hijo de Amiud. nero y un cordero primal, para el
84 El octavo día el príncipe de los holocausto; 76 un macho cabrío, para
hijos de Manasés, Gamaliel, hijo de el sacrificio expiatorio, 77 y para el
Pedasur, 66 ofreció: un plato de plata sacrificio pacífico, dos bueyes, cinco
de ciento treinta siclos, un jarro de carneros, cinco machos cabríos y
plata de setenta siclos al peso del cinco corderos primales. Esta fué la
siclo del santuario, ambos fíenos de ofrenda de Feguiel, hijo de Ocrán.
78
flor de harina amasada con aceite, El duodécimo día el principe
para la ofrenda; 56 un frasquito de de los hijos de Neftalí, Ajira, hijo
oro de diez siclos, lleno de perfumes; de Enán, 79 ofreció: un plato de plata
57
un novillo, un carnero y un cor- de ciento treinta siclos; un jarro
dero primal, para el holocausto; 58 un de plata de setenta siclos, al peso
macho cabrío, para el sacrificio expia- del siclo del santuario; ambos llenos
torio; 59 y para el sacrificio pacifico, de flor de harina amasada con aceite,
dos bueyes, cinco carneros, cinco para la ofrenda; 80 un frasquito de
machos cabríos y cinco corderos pri- oro de diez siclos, lleno de perfumes;
81 un novillo,
males. Esta fué la ofrenda de Gama- un carnero y un cor-
liel, hijo de Pedasur. dero primal, para el holocausto; 82 un
60 El noveno día el príncipe
de los macho cabrío, para el sacrificio expia-
hijos de Benjamín, Abidán, hijo de torio; 83 y para el sacrificio pacífico,
61 ofreció: un plato de dos bueyes, cinco carneros, cinco
Gedeón, plata
de ciento treinta siclos; un jarro de machos cabríos y cinco corderos pri-
plata de setenta siclos, al peso del males. Esta fué la ofrenda de Ajira,
siclo del santuario; ambos llenos de hijo de Enán.
flor de harina amasada con aceite, 84 Estos fueron los dones de los

para la ofrenda; 62 un frasquito de príncipes de Israel para la dedica-


oro de diez siclos, lleno de perfumes; ción del altar el día en que se ungió;
63
un novillo, un carnero y un cor- doce platos de plata, doce jarros
dero primal, para el holocausto; 64 un de plata, doce frasquitos de oro;
macho cabrío, para el sacrificio expia- 85 cada plato
de ciento treinta siclos
torio; 65 y para el sacrificio pacífico, de peso; cada jarro de setenta siclos;
dos bueyes, cinco carneros, cinco total de la plata de estos utensilios,
machos cabríos y cinco corderos pri- dos mil cuatrocientos siclos, al peso
males. Esta fué la ofrenda de Abidán, del siclo del santuario; 86 doce fras-
hijo de Gedeón. quitos de oro llenos de perfume, de
66
El décimo día el príncipe de diez siclos cada uno, al siclo del san-
los hijos de Dan, Ajieser, hijo de tuario; total del oro de los frasquitos,
Amisadán, 87 ofreció: un plato de ciento veinte siclos. 87 Total de los.
plata de ciento treinta siclos; un animales para el holocausto: doce
jarro de plata de setenta siclos, al novillos, doce carneros y doce cor-
peso del siclo del santuario, ambos deros primales, con sus ofrendas, y
llenos de flor de harina amasada con doce machos cabríos para el sacri-
aceite, para la ofrenda; 68 un fras- ficio expiatorio. 88 Total de los ani-
quito de oro de diez siclos, lleno de males para el sacrificio pacifico: vein-
perfumes; 69 un novillo, un carnero ticuatro bueyes, sesenta carneros, se-
y un cordero primal, para el holo- senta machos cabríos y sesenta cor-
causto; 70 un macho cabrío, para el deros primales. Estos fueron los dones
sacrificio expiatorio, 71 y para el ofrecidos para la dedicación del altar
sacrificio pacífico, dos bueyes, cinco cuando se ungió.
89
carneros, cinco machos cabríos y Cuando Moisés entraba en el
NÜMEROS, 8, 9 145

15
tabernáculo de la reunión para hablar y vendrán luego a servir en el taber-
con Yave, oía la voz que le hablaba náculo de la reunión. Así los purifi-
desde encima del propiciatorio puesto carás, y los ofrecerás en ofrenda agi-
sobre el arca del testimonio, entre los tada, 19 porque son donados a mí

dos querubines; así le hablaba (1). enteramente de en medio de los hijos


de Israel, y yo los he tomado para
mí en lugar de todos los primogé-
El candelabro. nitos que abren la vulva de su madre,
de los primogénitos de entre los
1
Yave habló a Moisés, diciendo: hijos de Israel; 17 pues todo primo-
8 2
«Habla a los hijos de Arón, y di- génito de los hijos de Israel es mío;
les: Cuando pongas las lámparas del lo mismo los de los hombres que los
candelabro, ponías de modo que las de los animales; el día en que herí
siete lámparas del candelabro alum- a todos los primogénitos de la tierra
bren hacia adelante. » 3 Así lo hizo de Egipto me los consagré, 18 y he
Arón, y puso las lámparas en la tomado a los levitas en lugar de
parte anterior del candelabro, como todos los primogénitos de los hijos
Yave se lo había mandado a Moisés. de Israel, 19 y se los he dado entera-
4
El candelabro era de oro macizo; mente a Arón y a sus hijos de en
su pie, sus flores, todo de oro macizo; medio de los hijos de Israel, para que
lo había hecho Moisés conforme al hagan el servicio de los hijos de
modelo que le había mostrado Yave. Israel en el tabernáculo de la reunión,
y para que hagan la expiación de
los hijos de Israel, para que los hijos
Consagración de los levitas. de Israel no sean castigados con plaga,
acercándose al santuario.»
20 Moisés,
5 Habló Yave a Moisés, diciendo: Arón y toda la asamblea
6
«Toma a los levitas de en medio de de los hijos de Israel hicieron con los
los hijosde Israel y purifícalos. He 7 levitas cuanto Yave había mandado
aquí lo que harás para purificarlos: a Moisés; eso hicieron con ellos los
Haz sobre ellos una aspersión con hijos de Israel. 21 Los levitas se puri-
aRua expiatoria; que pasen la navaja ficaron, lavaron sus vestidos, Arón los
por todo su cuerpo, laven sus ves- ofreció en ofrenda agitada ante Yave;
tidos y se purifiquen. 8 Que tomen hizo la expiación para purificarlos,
22
un novillo, con su ofrenda de flor y luego vinieron los levitas a pres-
de harina amasada con aceite; y tar sus servicios en el tabernáculo
toma tú otro para el sacrificio por de la las órdenes de Arón
reunión a
el pecado.
9 Haz que se acerquen y sus hijos. Como Yave se lo había
los levitas a] tabernáculo, y convoca mandado a Moisés respecto de los
a toda la asamblea de los hijos de levitas, así se hizo con ellos.
83
Israel. 10 Una
vez que hayas hecho Yave habló a Moisés, diciendo:
24
a los levitas acercarse ante Yave, «Esto es lo que toca a los levitas:
los hijos de Israel pondrán sus manos desde los veinticinco años arriba, los
sobre ellos, 11 y Arón ofrecerá los levitas estarán al servicio del taber-
levitas en ofrenda agitada ante Yave náculo de la reunión para cumplir
de parte de los hijos de Israel, para en él sus funciones. 25 A los cincuenta,
que sirvan a Yave. 12 Los levitas saldrán del servicio y no cumplirán
pondrán sus manos sobre la cabeza sus funciones; 26 ayudarán a sus her-
de los novillos, y tú los ofrecerás, manos en el tabernáculo de la reunión,
uno en sacrificio por el pecado, el en la guarda de él, pero no prestarán
otro en holocausto a Yave, para más servicio. Así has de hacer con
hacer la expiación de los levitas. los levitas, en cuanto a sus fun-
13
Harás que los levitas estén en pie ciones.»
ante Arón y sus hijos, y los ofrece-
rás en ofrenda agitada a Yave. Así 14

lossepararás de en medio de los hijos La Pascua en el Sinaí.


de Israel, y los levitas serán míos,
Q Yave habló a Moisés en el
1

desierto del Sinaí, el primer mes


(i) El arca con
testimonio (las tablas
el
de la ley) es el símbolo material de la presencia del año segundo después de la salida
de Dios en medio de Israel, y por eso habla de la tierra de Egipto. Dijo: 2 «Que
Dios desde ella a su profeta. celebren los hijos de Israel la pascua
146 NÚMEROS, 10

a su tiempo. 3 El dia catorce de este Israel. 18 A la orden de Yave partían


mes, entre dos luces, a su tiempo, la los hijos de Israel, y a la orden de
'

celebraréis conforme a todas las leyes Yave sentaban su campo; cuanto


y todos los ritos que a ella se refieren. tiempo estaba la nube sobre el taber-
* Moisés habló a los hijos de Israel náculo, estábanse quietos. 19 Cuando
8
para que celebraran la pascua; y la nube se detenía muchos días sobre
la celebraron el día catorce del pri- el tabernáculo, guardaban los hijos
mer mes, entre dos luces, en el de- de Israel la orden de Yave y no se
sierto del Sinaí. Conforme a todo movían; 20 y cuando la nube estaba
cuanto había mandado Ya ve a Moi- pocos días sobre el tabernáculo, a la
sés, así hicieron los hijos de Israel. orden de Yave posaban, y a la orden
6
Había dos hombres que estaban de Yave partían. 21 Cuando la nube
impuros por un cadáver, y no pu- se detenía desde la tarde a la mañana,
dieron celebrar la pascua en ese y a la mañana se levantaba, partían;
i

día. Presentándose aquel mismo día y si se levantaba a la noche, enton-


ante Moisés y Arón, les dijeron: ces partían. 22 Fuesen dos días, un
7
«Estamos impuros por un cadáver; mes o un año, mientras la nube se
¿.por qué habremos de vernos pri- detenía sobre el tabernáculo, están-
vados de presentar nuestra ofrenda dose sobre él, los hijos de Israel
a Yave, a su tiempo, con los demás seguían acampados y no se movían;
hijos de Israel?» 8 Y Moisés les res- cuando ella se alzaba, se movían
pondió: "Esperad que sepa yo lo ellos. 23 A la orden de Yave acam-
que cuanto a vosotros dispone Yave.» paban, y a la orden de Yave partían,
9
Yave habló a Moisés, diciendo: guardando el mandato de Yave, como
I

10 «Habla a los hijos de Israel y Yave se lo había dicho a Moisés.


diles: Si alguno de vosotros o de
vuestros descendientes está impuro
por un cadáver, o está en viaje lejos, Las trompetas «lo piala.
celebrará la pascua de Yave. 11 En el
segundo mes, el día catorce de él, \ 1
0
Yave habló a Moisés, diciendo:
entre dos luces la celebrará. La 2 «Hazte dos trompetas de plata

comerán con pan ácimo y lechugas batida a martillo, que te sirvan para
amargas; 12 no dejarán de ella nada convocar la congregación, y para
para el día siguiente, ni quebranta- hacer mover el campamento. 3 Cuan-
rán ninguno de sus huesos; la cele- do se toquen las dos, acudirá a ti
¡

brarán conforme a todos sus ritos. toda la asamblea a la puerta del ta-
13
Si alguno, estando limpio y no bernáculo de la reunión; 4 cuando se
estando de viaje, dejare de cele- toque una sola, se congregarán a ti
brarla, ése será borrado de su pueblo; los príncipes jefes de los millares de
por no haber ofrecido a su tiempo Israel. s A un toque .estrepitoso, mo-
su ofrenda a Yave, llevará sobre sí verán su campamento los acampados
su culpa. 14 Si el extranjero que al oriente. 8 A un segundo toque de
habita entre vosotros celebra la pas- la misma clase, moverán su campa-
cua, guardará todas las leyes y ritos mento los acampados al mediodía;
que a ella se refieren. La ley será la y a un tercero los acampados a occi-
misma para vosotros, la misma para dente; estos toques son para ponerse
el extranjero que para el natural.» en movimiento.
7
También para reunir la congre-
gación las tocaréis, pero no con ese
La nube. toque. 8 Los hijos de Aron, los sacer-
dotes, serán los que toquen las trom-
15 El día en que fué alzado el petas, y éstas serán para vosotros de
tabernáculo, la nube cubrió el taber- uso obligatorio, por siempre en vues-
náculo, y desde la tarde hasta la tras generaciones. 9 Cuando en vuestra
mañana hubo sobre el tabernáculo tierra saliereis a la guerra contra el
como un fuego. 16 Así sucedía cons- enemigo que os atacare, tocaréis alar-
tantemente; de día lo cubría la nube, ma con las trompetas, y servirán de
y de noche la nube parecía de fuego. recuerdo ante Yave, vuestro Dios,
17 Cuando la nube se alzaba del taber- para que os salve de vuestros enemi-
náculo, partían los hijos de Israel; gos. 10 También en vuestros días de
y en el lugar en que se paraba la alegría, en vuestras solemnidades y
nube, allí acampaban los hijos de en las fiestas del comienzo de mes,
NÚMEROS, 11 147

tocaréis las trompetas; y en vuestros, pusieron en marcha, con sus escua-


holocaustos y vuestros sacrificios pa- dras, por este orden.
28 Moisés dijo entonces a Jobab,
cíficos, serán para vosotros un re-
cuerdo cerca de vuestro Dios. Yo, hijo de Ragüel, madianita, su suegro:
Ya ve. «Nosotros nos vamos para el lugar
que Yave nos ha dicho: «Yo os lo
daré»; ven con nosotros y te favo-
Partida del Hinaí. receremos; porque Yave ha prome-
tido favorecer a Israel.» 30 El res-
11
En el año segundo, el segundo pondió: «No, me iré a mi tierra y a
mes, a veinte del mes, se alzó la nube mi parentela.» 31 Moisés insistió: «No
de sobre el tabernáculo del testimo- nos dejes, pues tú conoces bien los
nio, 12 y los hijos de Israel marcharon lugares donde habremos de acampar
32 si
por etapas, del desierto del Sinai, al y podrás servirnos de guía (1);
desierto de Farán, donde la nube se vienes, nosotros te daremos parte de
paró, 13 moviéndose por primera vez lo que nos dé Yave.
33 Así se marcharon del monte de
a la orden de Yave por Moisés. 14 La
primera en moverse fué la enseña del Yave, e hicieron tres días de camino;
campo de los hijos de Judá, con sus y el arca de la alianza de Yave fué
escuadras. Jefe de las escuadras de con ellos tres días de camino, bus-
34 La nube
aquéllos era Nasón, hijo de Amina- cando donde acampar.
dab. 15 Jefe de las escuadras de la de Yave los acompañaba de día
tribu de los hijos de Isacar, Nata- desde que levantaron el campamento.
35 Cuando movían el arca, decía
nael, hijo de Suar; 16 y jefe de las
escuadras de la tribu de los hijos Moisés:
de Zabulón, Eliab, hijo de Jelón. «Levántate Yave; dispérsense tus
17 Desmontado que fué enemigos
el tabernácu-
lo, pusiéronse luego en marcha los Y huyan ante ti los que te abo-
hijos de Gersón y los hijos de Merari rrecen. »
36 Y cuando el arca se posaba,
llevando el tabernáculo.
18 Luego
se puso en marcha la en- decía:
seña del campo de Rubén, por sus «Pósate, oh Yave, entre las mi-
19 ríadas de Israel.»
escuadras. El jefe de sus escuadras
era Elisur, hijo de Sedeur; el jefe de
las escuadras de la tribu de los
hijos de Simeón, Selamiel, hijo de Descontento del pueblo.
Zurisadai; 20 y el jefe de las escua-
1
dras de la tribu de los hijos de Gad, * * Aconteció que el pueblo a
Eliasaf, hijo de Deuel. 21 Comenza- 1 I oídos de Yave se quejó, y al
ron luego a marchar los hijos de oírlo Yave ardió en ira, y encendió
Caat, llevando el santuario; y en contra ellos un fuego que abrasó una
tanto que ellos llegaban, se disponía de las alas del campamento. 2 Clamó
el tabernáculo. 22 Después se puso entonces el pueblo a Moisés, y Moisés
en marcha la enseña del campo de oró a Yave, y el fuego se apagó; 3 y
los hijos de Efraím, por sus escuadras; llamaron a aquel lugar Tabera, por-
jefe de sus escuadras era Elisama, hijo que allí se había encendido contra
23
de Amiud; jefe de las escuadras ellos el fuego de Yave.
4
de la tribu de Manasés, Gamaliel, El vulgo adventicio (2) que en
hijo de Pedasur; 24 jefe de las escua- medio de ellos habitaba tenía tantas
dras de la tribu de los hijos de Ben- ganas de comer carne, que aun los
jamín, Abidán, hijo de Gedeón.
25 Después se puso
en marcha la (1) A pesar de lo dicho en g. 15, de que
enseña del campo de los hijos de el campamento se movía a la señal de la nube,
este lugar nos indica que no quería Dios se
Dan, por sus escuadras, a retaguar- prescindiese del orden natural.
dia de los otros campos; jefe de las (2) Este vulgo adventicio que acompaña
escuadras de los hijos de Dan era a los hijos de Israel, y de que se hace mención
Ajiezer, hijo de Amisadai; 26 jefe de en varios lugares, estaría compuesto de asiá-
las escuadras de la tribu de los hijos ticos de diversas procedencias, sujetos a ser-
vidumbre, como los hebreos. Aprovechó la
de Aser, Feguiel, hijo de Ocrán;
27 jefe propicia ocasión que se le presentaba de escapar.
de las escuadras de la tribu Su presencia entre los israelitas podría servir
de los hijos de Neftalí, Ajira, hijo de explicación a no pocos de los episodios del
de Enán. 28 Los hijos de Israel se paso por el desierto.
148 NÜMEROS, 11

hijos de Israel se pusieron a llorar salga por la boca y os produzca náu-


y decir: «¡Quién nos diera carne que seas, por haber menospreciado a Yave,
comer! ¡Cómo nos acordamos de
8
que está en medio de vosotros, y
tanto pescado como de balde comía- haber llorado diciendo: ¿Por qué he-
mos en Egipto, de los cohombros, mos salido de Egipto?» 21 Moisés le
de los melones, de los puerros, de dijo: «Seiscientos mil infantes cuenta
las cebollas, de los ajos! 6
Ahora está el pueblo en medio del cual estoy,
en seco nuestro apetito, y no vemos y me dices: yo les daré carne, y la
sino el maná.» comerán todo un mes. 22 ¿Bastará
7
maná era parecido a la semi-
El para ello degollar todas las ovejas y
lla del culantro y tenía un color como todos los bueyes? ¿Se juntarán todos
de bedelio. 8 Esparcíase el pueblo los peces del mar para darles abasto?»
23
para recogerlo, y lo molían en mo- Yave replicó a Moisés: «¿Acaso se
linos o lo majaban en morteros, y ha acortado el brazo de Yave? Ya
cociéndolo en una caldera, hacían de verás si es o no es como te he dicho.»
24 Salió Moisés
él tortas, que tenían un sabor como y transmitió al pue-
de pasta amasada con aceite. 9 Cuan- blo lo que había dicho Yave; y eligió
do de noche caía el rocío sobre el los setenta varones de entre los an-
campo, caía también el maná. cianos de Israel y los puso en derre-
10
Oyó Moisés las lamentaciones dor del tabernáculo. 28 Descendió
del pueblo, que por familias se reunía Yave en la nube y habló a Moisés;
a las puertas de sus tiendas, encen- tomó del espíritu que residía en él
diendo el ardor de la ira de Yare: y lo puso sobre los setenta ancianos;
11 que dijo
y desagradó a Moisés, y cuando sobre ellos se posó el espí-
a Yave: »¿Por qué tan mal tratas a ritu, pusiéronse a profetizar, y no
tu siervo? ¿For qué no ha hallado cesaban. 26 Habíanse quedado en el
gracia a tus ojos, y has echado sobre campamento dos de ellos, uno lla-
mí la carga de todo este pueblo? mado Eldad y otro llamado Medad;
12 ¿Lo he concebido yo ni lo he en-
y también sobre ellos se posó el espí-
gendrado, para que me digas, llévalo ritu; eran de los nombrados, pero no
en tu regazo, como lleva la nodriza se presentaron ante el tabernáculo,
al niño a quien da de mamar, a la y se pusieron a profetizar en el cam-
tierra que juraste dar a sus padres? pamento. 27 Corrió un mozo a avisar
13
¿Dónde tengo yo carne para ali- a Moisés, diciendo: «Eldad y Medad
mentar a todo este pueblo? ¿Por están profetizando en el campamen-
qué me llora a mí, clamando: danos to.» 28 Josué, hijo de Nun, ministro
carne que comer? 14 Yo no puedo de Moisés desde su juventud, dijo:
soportar solo a este pueblo. Me pesa «Mi señor, Moisés, impídeselo»; 29 y
demasiado. 16 Si asi has de hacer Moisés le respondió: «¿Tienes celos
conmigo, dame la muerte, te lo por mí? ¡Ojalá que todo el pueblo de
ruego; y si es que he hallado gracia Yave profetizara y pusiese Yave sobre
a tus ojos, que no me vea ya más ellos su espíritu! » 30 Volvióse Moisés
así afligido.» 16 Entonces dijo Yave al campamento, y con él los ancianos
a Moisés: «Elígeme a setenta varones de Israel. 31 Vino un viento de Yave,
de los hijos de Israel, de los que trayendo desde el mar codornices,
tú sabes que son ancianos del pueblo que dejó sobre el campamento, hasta
y de sus principales, y tráelos a la la altura de dos codos sobre la tierra.
32 El pueblo estuvo todo el día, toda
puerta del tabernáculo; que esperen
allí contigo.
17
Yo descenderé, y con- la noche y todo el día siguiente, reco-
tigo hablaré allí, y tomaré deí espí- giendo codornices; el que menos re-
ritu que hay en ti y lo pondré sobre cogió diez montones, y las pusieron
ellos, para que te ayuden a llevar a secar en los alrededores del cam-
la carga del pueblo y no la lleves tú pamento. 33 Aún tenían la carne entre
solo. " Y di al pueblo: Santifícaos sus dientes, antes de que hubiesen
para mañana, y comeréis carne, ya podido acabar de comerlas; encen-
que habéis llorado a Yave diciendo: dióse en el pueblo el furor de Yave,
¡Quién nos diera carne que comer! y Yave hirió al pueblo con una
¡Mejor ciertamente estábamos en plaga; 34 siendo llamado aquel lugar
Egipto! Ya os dará Yave carne que Quibrat-Ha-Tava, porque allí quedó
comer. 19
No comeréis un día, ni dos, sepultado el pueblo glotón. ** De
20 la co- Quibrat-Ha-Tava partieron para Ja-
ni cinco, ni diez, ni veinte;
meréis todo un mes, hasta que se os serot y acamparon allí.
NÚMEROS, 12, 13 1 t9

Castigo de Mnrin, la hermana 8 manda a uno por cada tribu, y que


de Moisés. sean todos de los principales de entre
ellas.» 4 Mandólos Moisés desde el

1 O
María y Arón murmuraban de
1 desierto de Farán, según el mandato
Moisés por la mujer etíope que de Yave, todos de los jefes de los
éste había tomado, pues había to- hijos de Israel. 6 Sus nombres son:
mado Moisés por mujer una etíope. de la tribu de Rubén, Samua, hijo
2 Decían: «¿Acaso sólo con Moisés de Zecur; 6 de la tribu de Simeón,
habla Yave? ¿No nos ha hablado Safat, hijo de Juri; 7 de la tribu de
también a nosotros?» Oyó esto Yave. Judá, Caleb, hijo de Jefone; 8 de
3
Moisés era hombre mansísimo, más la tribu de Isacar, Jigal, hijo de
que cuantos hubiese sobre la haz José; 9 de la tribu de Efraím, Osea,
de la tierra. 4 Y dijo a Moisés, a hijo de Nun; 10 de la tribu de Ben-
Arón y a María: «Id los tres al taber- jamín, Falti, hijo de Rafu; 11 de la
náculo de la reunión.» 6 Una vez allí, tribu de Zabulón, Gadiel, hijo de
descendió Yave en la columna de Sodi^ 12 de la tribu de Manasés, Gadi,
nube, y poniéndose a la entrada del hijo de Susi; 13 de la tribu de Dan,
tabernáculo, llamó a Arón y a María. Amiel, hijo de Gucmalí; 14 de la tribu
Salieron ambos, 6 y él les dijo: «Oíd de Aser, Setur, hijo de Miguel;
mis palabras: Si uno de vosotros pro- 15 de la tribu de Neftalí, Najbi, hijo
fetizara, yo me revelaría a el en de Vapsi; 16 de la tribu de Gad,
visión y le hablaría en sueños. 7 No Güel, hijo de Maqui. 17 Estos son los
así a mi siervo Moisés, que es en nombres de los mandados por Moi-
toda mi casa el hombre de confianza. sés para explorar la tierra.
8
Cara a cara hablo con él, y a las A Osea, hijo de Nun, le dió Moisés
claras, no por figuras; y él contem- el nombre de Josué. 18 Mandólos,
pla el semblante de Yave. ¿Cómo, pues, Moisés a explorar la tierra de
pues, os habéis atrevido a difamar a Canán, diciéndoles: «Subid de aquí
mi siervo Moisés?» 9 Y encendido al Negueb; después subid a los mon-
en furor contra ellos, fuése Yave. tes 19 y observad la tierra cómo es, qué
10 Apenas se había retirado del ta- gente la habita, si fuerte o floja, si
bernáculo la nube, apareció María poca o mucha; 20 qué tal es la tierra
cubierta de lepra, como de nieve; habitada, si buena o mala; cuáles
y miró Arón a María y la vió toda son sus ciudades, si abiertas o amu-
cubierta de lepra. 11 Dijo entonces ralladas; 21 cuál su terreno; si fértil
Arón a Moisés: «¡Oh mi señor, no o pobre, si con árboles o sin ellos.
eches sobre nosotros el peso de nues- Haceos fuertes y traed algunos frutos
tro pecado! Neciamente hemos obra- de esa tierra.» Era esto al tiempo
do, hemos pecado. 12 Que no quede de las primeras uvas. 22 Subieron ellos
como el abortivo, que sale del vientre y reconocieron la tierra desde el de-
de su madre ya medio consumido.» sierto de Sin hasta Rejob, camino
13
Clamó entonces Moisés a Yave, de Emat. 23 Subieron al Negueb y
diciendo: «Ruégote, oh Dios, que la llegaron a Hebrón, donde estaban
sanes.» 14 Respondió Yave: «Si su Ajimar, Sesai y Tolmai, hijos de
padre la hubiera escupido en el rostro, Enac. Hebrón fué fundada siete años
¿no quedaría por siete días llena de antes que Tanis en Egipto. 24 Llegaron
vergüenza? Que sea echada fuera del hasta el valle de Escol (1), cortaron
campamento por siete días, y des- un sarmiento con racimos de uvas,
pués volverá.» 16 Fué, pues, María que trajeron dos en un palo, y gra-
echada fuera del campamento, y el nadas e higos. 25 Llamaron a aquel
pueblo no se movió hasta que no lugar Najal-Escol, por el sarmiento
hubo tornado. de vid que allí hallaron los hijos de
Israel. 2 * Volvieron de explorar la
1Q 1 Partióse después de Jaserot tierra al cabo de cuarenta días; 27 y
y acampó en el desierto de llegados, se presentaron a Moisés y
Farán. Arón y a toda la asamblea de los
hijos de Israel en el desierto de Farán,
Los exploradores. en Cades; 28 e hicieron relación a
ellos y a toda la asamblea, mostrando
2
Yave habló a Moisés, diciendo:
«Manda a algunos hombres a explorar (i) Está al Norte de Hebrón y se dan all'
de Canán que voy a daros:
la tierra todavía las mejores uvas de mesa de la Palestina
NÚMEROS, 14

los frutos de la tierra, y contaron así: rebeléis contra Yave, y no tengáis


«Hemos llegado a a donde
la tierra miedo de la gente de esa tierra, que
nos mandasteis; en verdad mana leche nos los comeremos como pan. Ellos
29
y miel; ved sus frutos. Pero la se han quedado sin amparo, y Yave
gente que la habita es fuerte, y sus está con nosotros. » 10 Toda la asam-
ciudades son muy grandes y están blea de Israel quería lapidarlos, pero
amuralladas; hemos visto también allí la gloria de Yave se mostró en el
a los hijos de Enac. 30 Los amaleci- tabernáculo de la reunión a todos
tas habitan la región del Negueb; los hijos de Israel, 11 y Yave dijo a
los geteos, jehuseos y amorreos, la Moisés: «¿Hasta cuándo me ha de
parte montuosa; los cananeos, las ultrajar este pueblo? ¿Hasta cuándo
costas del mar y a lo largo del Jor- no me ha de creer, después de todos
dán.» 31 Caleb, imponiendo silencio al los prodigios que en medio de ellos
pueblo que murmuraba contra Moi- he hecho. 12 Voy a herirle de mor-
sés, clamó: «¡Subamos, subamos lue- tandad y a hacer de ti una gran na-
go. La conquistaremos, seremos más ción más grande y más fuerte que
fuertes que ellos!» 32 Pero los" que ellos. » 13 Pero Moisés respondió a
habían subido con él, dijeron: «No Yave: «Y lo sabrán los egipcios, de
debemos subir contra aquella gente; cuyo poder sacaste a este pueblo,
esmás fuerte que nosotros. » 33 Y des- 14
y se lo dirán a los habitantes de
acreditaban entre los hijos de Israel esa tierra. Todos ellos saben que tú,
la tierra que habían explorado, di- |oh Yave!, habitas en medio de este
ciendo: «Es una tierra que se traga pueblo, que te dejas ver la cara, que
a sus habitantes, y todos cuantos de se posa sobre ellos tu nube, que vas
ella hemos visto eran de gran talla. delante de ellos, de día en columna
34 Hasta gigantes hemos visto allí; de nube y de noche en columna de
hijos de Enac, raza de gigantes, ante fuego. 15 Si, pues, destruyes a este
los cuales nos pareció a nosotros que pueblo, como si fuera un solo hombre,
éramos como langostas; y así les los pueblos a los que ha llegado tu
parecíamos nosotros a ellos.» fama dirán: 16 Por no haber podido
llevar a ese pueblo a la tierra que le
había prometido, los ha destruido
Sedición. Yave en el desierto. 17 Haz, pues,
mi Señor, que resplandezca la forta-
^ a Entonces toda la muchedum-
1 leza de Yave como tú mismo dijiste:
1 4 bre rompió a gritar, y e¡ pueblo 18 Yave, tardo a la ira
y grande en
se pasó toda la noche llorando; 2 y misericordia, que perdona la iniqui-
todos los hijos de Israel murmura- dad y la rebeldía, aunque no la
ban contra Moisés y Arón, y todos deja impune, y visita la iniquidad
decían: «|Ah, si hubiéramos muerto de los padres en los hijos hasta la
en la tierrade Egipto, o muriéramos tercera y la cuarta generación. 19 Per-
siquiera en este desierto! 3 ¿Por qué dona, pues, la iniquidad de este pueblo
quiere llevarnos Yave a esa tierra a según tu gran misericordia, como des-
perecer a la espada, y que sean nues- de Egipto hasta aquí le has perdo-
tras mujeres y nuestros hijos presa nado.» 20 Dijole entonces Yave: «Los
de otros? ¿No seria mejor que nos perdono, según me lo pides, al mas
volviéramos a Egipto? » 4 Y unos a por mi vida y por mi gloria que
otros se decían: «Elijamos un jefe hinche la tierra toda, 23 que todos
y volvámonos a Egipto.» aquellos que han visto mi gloria y
5
Entonces Moisés y Arón cayeron todos los prodigios que yo he obrado
sobre sus rostros ante toda la asam- en Egipto y en el desierto, y todavía
blea de los hijos de Israel. 6 .losué, me han tentado diez y diez veces,
hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefone, desoyéndome, 23 no verán la tierra
que eran de los que habían explorado que a sus padres juré dar. No, nin-
la tierra, rasgaron sus vestiduras;
7
y guno de los que así me han ultra-
hablaron a toda la asamblea de los jado la verá. 24 Sólo a mi siervo
hijos de Israel, diciendo: «La tierra Caleb, que con espíritu del todo dife-
por la que hemos pasado en recono- rente me siguió enteramente, le haré
cimiento es sobremanera buena. 8 Si yo entrar en esa tierra donde ha es-
agradamos a Yave, él nos hará entrar tado ya, y su descendencia la tendrá
en esa tierra y nos la dará. Es una en posesión, 25 aunque amalecitas y
tierra que mana leche y miel. 9
No os cananeos habiten en sus valles. Ma-
NÚMEROS, 15 151

ñaña mismo volveos y partid del de- ciendo: «Vamos a subir a la tierra
camino del Mar Rojo.»
sierto, de que nos habló Yave; porque
hemos pecado.» 41
Díjoles entonces
Moisés: «¿Por qué queréis contrave-
Castigo. nir a la orden de Yave? Eso no puede
saliros bien. 42 No subáis, porque no
29 Yave habló a Moisés
y Arón, va Yave en medio de vosotros, y
diciendo: 27 «¿Hasta cuándo voy a seréis derrotados por el enemigo.
43 Los
estar oyendo lo que contra mi mur- amalecitas y los cananeos están
mura esta turba depravada, las quejas del lado de allá, frente a vosotros,
contra mí de los hijos de Israel? y caeréis bajo su espada; porque ha-
28 Diles, pues: Por mi vida, palabra biendo vuelto vosotros las espaldas
de Yave, que lo que a mis oídos ha- a Yave, él no estará con vosotros.»
44 Ellos temerariamente
béis susurrado, eso haré yo con vos- se obstina-
otros; 29 en este desierto yacerán ron en subir a la cumbre del monte,
vuestros cuerpos. De todos vosotros, pero el arca de la alianza de Yave
los que en vuestro censo fuisteis con- y Moisés no se movieron de en medio
tados de veinte años arriba, que del campamento. 44 Bajaron los ama-
habéis murmurado contra mí, 30 nin- lecitas y los cananeos del monte y
guno entrará en la tierra que con los derrotaron, poniéndolos en fuga
juramento os prometí por habita- y persiguiéndolos hasta Jornia.
ción. Sólo Caleb, hijo de Jefone, y
Josué, hijo de Nun. 31 Pero a vuestros
hijos, los que dijisteis que serían Algunas leyes relativas a los
presa ajena, a ésos los introduciré sacrificios.
yo; y ellos disfrutarán la tierra que
vosotros habéis desdeñado. 32 Cuanto 'I ft
1
Yave habló a Moisés di-
a vosotros, en este desierto yacerán J " ciendo: 2
«Habla a los hijos de
vuestros cuerpos. 33 Vuestros hijos Israel y diles: «Cuando hayáis en-
errarán por el desierto cuarenta años, trado en la tierra de vuestra habi-
llevando sobre sí vuestras rebeldías, tación, que yo voy a daros, 3 y ha-
hasta que vuestros cuerpos se con- gáis a Yave ofrenda de combustión,
suman en el desierto. 34 Tantos como holocausto o sacrificio para cumplir
fueron los días de la exploración de un voto, o de vuestra libre voluntad
la tierra, cuarenta, tantos serán los o en una de vuestras solemnidades,
años que llevaréis sobre vosotros vues- presentando a Yave suave olor en
tras rebeldías; cuarenta años, año por bueyes u ovejas, 4 quien haga la
día; y experimentaréis así mi aversión ofrenda a Yave le presentará una
por vosotros. 35 Yo, Yave, yo lo he ofrenda de flor de harina, un déci-
dicho. Eso haré con esta perversa mo de efa amasada con un cuarto
muchedumbre que se ha confabula- de hin de aceite, que añadirá al ho-
do contra mí. En este desierto se locausto o al sacrificio, 5 y un cuarto
consumirán; en él morirán.» de hin de vino para la libación, por
36 Todos aquellos a quienes mandó cada cordero. 6 Si es por carnero,
Moisés a explorar la tierra, y de añadirá por cada uno la ofrenda de
vuelta concitaron a la muchedumbre dos décimas de efa de flor de ha-
a murmurar contra él, desacreditando rina amasada con un tercio de hin
la tierra, 37 todos cuantos habían de aceite; 7 y presentará un tercio
hablado mal de ella, murieron de de hin de vino para la libación, per-
mala muerte ante Yave. 38 Sólo Caleb, fume grato a Yave. 9 Si fuere de
hijo de Jefone, y Josué, hijo de buey el holocausto, ya en cumpli-
Nun, quedaron con vida, de todos miento de voto, ya de sacrificio pací-
aquellos hombres que fueron a ex- fico a Yave, presentará a más de él
plorar la tierra. a Yave, como ofrenda, tres décimas
de efa de flor de harina amasada con
medio hin de aceite, 10 y medio
Derrota. de vino para la libación, combustión
de olor agradable a Yave. 11 Así
39 Moisés refirió todo esto a los hará por cada buey, carnero, cor-
hijos de Israel, y el pueblo quedó dero o cabrito. 12 Cualquiera que sea
desolado. 40 Subieron por la ma- el número de las víctimas que ofrez-
ñana a la cumbre de un monte, di- cáis, eso haréis por cada una. 13 Así
152 NÜMEROS, 15

lo harán todos los naturales, al ofre- ofrecerá un cabrito primal por el


cer víctimas de combustión en olor pecado, 28 y el sacerdote hará la
grato a Yave. 14 Y si en vuestras expiación ante Yave por el que pecó
generaciones, un extranjero que ha- por inadvertencia, para expiarle, y
29
bite en medio de vosotros o esté entre le será perdonado. Para el indígena
vosotros, ofreciere ofrenda de com- de los hijos de Israel y para el extran-
bustión, de suave olor a Yave, lo jero que habita en medio de vos-
hará como lo hagáis vosotros. 15 Una otros tendréis la misma ley, cuanto
misma ley regirá ante Yave para al pecado cometido por inadverten-
vosotros, los de la congregación, y cia. 30 Pero cualquiera que sea,
para el extranjero que con vosotros indígena o extranjero, el que con
mora. 16 Una misma ley, un mismo altiva mano obrare, ultrajando a
derecho tendréis vosotros y el pere- Yave, 31 ése será enteramente borrado
grino» (1). de en medio de su pueblo; por haber
17 Habló Yave a Moisés, diciendo: menospreciado la palabra de Yave
18 «Habla a los hijos de Israel y y haber traspasado su mandato, será
diles: «Cuando hubiéreis entrado en exterminado y llevará sobre sí su
la tierra a la cual os llevo, 19 cuando iniquidad.
comáis el pan de esa tierra, ofrece-
réis de él ofrenda a Yave. 20 Como
primicia de vuestra masa, ofreceréis
Castigo de un violador del sábado
un pan, del mismo modo que ofre-
céis las primicias de vuestra era.
21
De las primicias de vuestras masas 32 cuando estaban los
Sucedió,
ofreceréis ofrenda a Yave en vues- hijos de Israel en el desierto, que
tras generaciones. 22 Si por inadver- encontraron a un hombre recogiendo
tencia ¡2) faltareis, no poniendo leña en sábado; 33 y los que le encon-
por obra todos estos mandamientos traron le denunciaron a Moisés y
que Yave os ha dado por Moisés, Arón y a toda la asamblea; 34 y le
23 todo lo que Yave os ha mandado encarcelaron, porque no había sido
por Moisés, desde el día en que para todavía declarado lo que se había
vosotros lo dispuso para todas vues- de hacer con él. 35 Yave dijo a Moisés:
tras generaciones en adelante, 24 en- «Sin remisión muera ese hombre.
tonces la inadvertencia cometida por Que lo lapide el pueblo todo fuera
la congregación será expiada por la del campamento." 36 Y fué llevado
ofrenda de ella toda, de un novillo fuera del campamento y fué lapi-
en holocausto de suave olor a Yave, dado, como se lo mandó Yave a
con la oblación y la libación de rito, Moisés (1).
37 Yave habló a Moisés, diciendo:
y un macho cabrío por el pecado.
25 El sacerdote que haga la expiación, 38 «Habla a los hijos de Israel, y
la por toda la congregación
hará diles que se pongan flecos en los
de los hijos de Israel, y Ies será per- bordes de sus mantos, y aten los
donado, porque fué por ignorancia flecos de cada borde con un cordón
y han presentado a Yave su ofrenda de color de jacinto, 39 para que les
de combustión y la victima expia- sirva, cuando lo vean, para acor-
toria por su inadvertencia ante Yave. darse de todos los mandamientos de
a*
Y le será perdonado a toda la Yave; para que los pongan por obra,
congregación de los hijos de Israel sin irse detrás de los deseos de su
y al extranjero que en medio de corazón y de sus ojos, a los que se
ellos habita, porque del pueblo todo prostituyen; 40 porque así, acor-
fué la inadvertencia. 27 Si el que por dándoos de mis preceptos y ponién-
inadvertencia pecó fuese uno solo, dolos por obra, seréis santos a vuestro
Dios. 41 Yo, Yave, vuestro Dios,
que os ha sacado de la tierra de
(i) Por la circuncisión, el extranjero se
incorpora a Israel. Esto, como también el ser Egipto, para ser vuestro Dios. Yo,
admitido el extranjero a ofrecer sacrificios Yave, vuestro Dios.»
(Núm. 14. 15), rompe el cerco de religión nacio-
nal y hace a la religión de Israel universal en
potencia. (1) violación del sábado, día consa-
La
(3) Esto de que aun pecado cometido
e! grado Dios, era un sacrilegio; y el sacrilegio,
a
por inadvertencia impurifique, pone de relieve no sólo en la religión de Israel, sino en las reli-
el altísimo concepto que de la santidad divina giones gentílicas, era generalmente castigado
quería Dios que tuviese el pueblo. con la muerte.
NÚMEROS, 16 153

Lu sedición do Coró y su castigo. traído; ni un trozo de tierra nos has


dado en posesión, ni una viña. ¿Crees
^) 1 (-;or ^> que están ciegos todos estos hombres?
16 ^ e ^ sar ni i° ^ e
»

Caat, hijo de Leví; Datán y Abi- No, no vamos.» 15 Moisés, muy eno-
rón, hijos de Eliab; y On, hijo de Felet, jado, dijo a Yave: «No atiendas a su
de los descendientes de Rubén, 2 se oblación. Ni un asno siquiera he
alzaron y se pusieron enfrente de tomado yo de ellos; a nadie he per-
Moisés, arrastrando tras sí a dos- judicado.» 16 Y luego dijo a Coré:
cientos cincuenta varones de los hijos «Tú y tus partidarios, presentaos
de Israel, todos de los principales mañana ante Yave; tú y ellos y Arón.
17 Tomad cada uno un incensario
de la asamblea, de los del consejo,
hombres distinguidos. 3 Se conjura- y poned en él el incienso, y llegaos
ron contra Moisés y Arón y dijeron a Yave cada uno con su incensario,
a éstos: «Básteos ser uno de tantos, doscientos cincuenta incensarios, tú
pues santos son todos los de la asam- también y Arón, con su incensario
blea, y en medio de todos está Yave. cada uno.» 18 Tomaron, pues, cada
¿Con qué derecho os levantáis vos- uno su incensario, pusieron en ellos
otros sobre la asamblea de Yave?» el fuego y echaron sobre él el incienso,
4 Apenas oyó esto Moisés, se echó y se presentaron a la entrada del
rostro a tierra. 6 Después habló a tabernáculo del testimonio con Moi-
Coré y a toda su facción, diciendo: sés y Arón. 19 Coré había llevado tras
«Mañana dará Yave a conocer quién sí a toda la muchedumbre, a la
es el suyo y quién es el santo que entrada del tabernáculo de la reunión,
quiere cerca de si; y al elegido, él y la gloria de Yave se mostró a toda
la muchedumbre. 20 Yave dijo a
a sí lo acercará: 6 Haced esto: Tomad .

vuestros incensarios, Coré y toda su Moisés y Arón: 21 «Apartaos de esa


facción; poned mañana fuego en
7 turba, que voy a destruirla en se-
ellos,y sobre el fuego el incienso guida.» 22 Ellos, postrándose rostro
ante Yave; aquel a quien elija Yave, a tierra, dijeron: «¡Oh Dios, Dios
ése será el santo. Esto os bastará, del espíritu de toda carnel ¿No es
hijos de Leví.» 8 Y volviéndose uno el que ha pecado? ¿Por qué
después a Coré, añadió: 9 «Oídme, airarte contra toda la congregación?»
23 Yave habló entonces a Moisés,
hijos de Leví: ¿Os parece todavía di-
poco el haberos Yave, Dios de Israel, ciendo: 24 «Habla a la congregación y
segregado de la congregación de di: Apartaos de en derredor del taber-
Israel, acercándoos a sí, para que le náculo, de donde está Coré.» 26 Le-
sirváis en el tabernáculo de Yave, vantóse Moisés y se fué a donde
y estéis delante de la comunidad estaban Datán y Abirón, yendo tras
como ministros suyos? 10 Porque él él los ancianos, 26 y habló a la con-
os ha allegado de ese modo a ti y gregación, diciendo: «Apartaos luego
a todos tus hermanos, hijos de Leví, de las tiendas de estos impíos, no
¿ambicionáis también ahora el sacer- toquéis nada suyo, para que no pe-
docio? 11 Tú y tus partidarios habéis rezcáis por sus pecados.» 27 Apartóse
conspirado contra Yave. ¿Qué es la muchedumbre de en derredor de
Arón, para que contra él vayan las tiendas de Datán y Abirón, y
vuestras murmuraciones?» 12 Moisés salieron éstos a la puerta de sus tien-
mandó llamar a Datán y Abirón, das, y se quedaron allí en pie con
hijos de Eliab; pero ellos respondie- sus mujeres, sus hijos y sus peque-
ron: «No queremos ir; 13 ¿todavía ños. 28 Dijo entonces Moisés: «Ahora
te parece poco habernos sacado de vais a saber que es Yave quien me
una tierra que mana leche y miel, ha enviado, para hacer cuanto he
para traernos a morir en un desierto, hecho, y que no lo hice de mi propio
que también quieres hacerte nuestro impulso. 29 Si éstos mueren de muerte
emperador y como emperador tira- natural, como mueren los hombres,
No es a una tierra que
nizarnos? 14 no ha sido Yave el que me ha enviado;
mana leche y miel a donde nos has 30 pero si haciendo Yave algo insó-
lito, abre la tierra su boca y se los
traga con todo cuanto es suyo, y
(i) En esta sedición intervienen dos fac-
bajan vivos al abismo, conoceréis
ciones, que se unen en la rebelión. La de Core,
levita, y sus seguidores, levitas, que aspiran
que estos hombres han irritado a
al sacerdocio, y la facción de Datán y Abirón, Yave.» 31 Apenas acabó de decir
rubenitas, que aspiran a la supremacía política estas palabras, rompióse el suelo
154 NÚMEROS, 17

debajo de ellos, 32 abrió la tierra su zado la plaga a hacer estragos en


boca y se los tragó, 33 a ellos, sus el pueblo; pero él tomó el incienso
casas y todos los partidarios de e hizo expiación por el pueblo, 48 y
Coré, con todo lo suyo. Vivos se se quedó entre muertos y vivos hasta
precipitaron en el abismo, y los cu- que cesó la mortandad. 49 Habían
brió la tierra, siendo exterminados perecido en aquella mortandad ca-
de en medio de la asamblea. 34 Todo torce mil setecientos, sin contar los
Israel que allí en torno se hallaba, que murieron por lo de Coré. 60 Des-
al oír sus gritos, huyó por miedo de pués, cuando hubo cesado la mortan-
que los tragase también a ellos la dad, se volvió Arón a la entrada del
tierra. 35 También los doscientos tabernáculo de la reunión, donde
cincuenta hombres que ofrecían el estaba Moisés.
incienso fueron abrasados por un
fuego de Yave. 36 Después Yave habló
a Moisés, diciendo: 37 «Manda a La vara de Arón.
Eleazar, hijo de Arón, sacerdote,
que saque del incendio los incen-
sarios, apartando el fuego, porque 17
1
1 Habló Yave a Moisés, di-
están santificados. 38 Los incensa- 'ciéndole: 2
«Habla a los hijos
rios de esos que contra sus vidas de Israel y haz que te entreguen una
pecaron, hazlos laminar y reviste vara por cada uno de los príncipes
con las láminas el altar, pues se de casa patriarcal, una por cada
ofreció con ellos a Yave quedando una de las doce casas patriarcales,
santificados, y servirán de recuerdo y escribe en cada una el nombre de
para los hijos de Israel.» 39 Tomó una de ellas. El nombre de Arón lo
Eleazar los incensarios de bronce escribirás en la vara de Leví, pues
con que habían ofrecido los abrasa- cada vara ha de llevar el nombre del
dos, y los mandó laminar para reves- cabeza de cada casa patriarcal. 4 Pon-
tir el altar, 40 para memoria de los las todas en el tabernáculo, delante
hijos de Israel, de que ningún extraño del testimonio, desde el cual yo hablo.
a la estirpe de Arón se acerque a 6 Florecerá la vara
de aquel a quien
ofrecer el timiama ante Yave, para elija yo, a ver si hago cesar de una
no incurrir en la muerte de Coré vez las quejas y murmuraciones de
y de sus secuaces, como lo había los hijos de Israel contra vosotros.»
mandado Yave por Moisés. 6 Habló Moisés
a los hijos de Israel,
y todos sus jefes le entregaron las
varas, una por cada casa patriarcal,
Otro tumulto. doce varas; a ellas se unió la vara de
Arón, 7 y Moisés las puso todas ante
41 Al día siguiente la muchedumbre Yave en el tabernáculo de la reunión.
de los hijos de Israel murmuraba 8 Al día siguiente vino Moisés al
contra Moisés y Arón, diciendo: tabernáculo; y la vara de Arón, la
«Vosotros habéis exterminado al pue- de la casa de Leví, había echado
blo de Yave.» 42 Y mientras la mu- brotes, yemas, flores y almendras.
9
chedumbre se reunía contra Moisés Sacó Moisés las varas a los hijos
y Arón, éstos se dirigieron al taber- de Israel, y tomó cada uno su
náculo de la reunión: y he aquí que vara.
10
Yave dijo a Moisés: «Vuelve
le cubrió la nube y apareció la gloria
de Yave. 43 Moisés y Arón se acer- la vara de Arón al testimonio, y
caron al tabernáculo de la reunión, guárdese en él, para que sirva de
44
y Yave habló a Moisés, diciendo: memoria a los hijos rebeldes, y que
45 Quitaos de en medio de esa turba, cesen así sus quejidos contra mí y
que voy luego a destruirla.» Ellos se no mueran.» 11 Hízolo así Moisés;
postraron rostro a tierra, y Moisés como Yave se lo había mandado,
dijo a Arón: 44 «Coge el incensario, así lo hizo.
12
pon en él fuego del altar y el incienso, Los hijos de Israel hablaron a
y corre a esa muchedumbre y expíala, Moisés, diciendo: «Está visto, muer-
porque se ha encendido la ira de tos somos, perdidos, perdidos todos;
13
Yave y ha comenzado ya la mortan- cuantos pretenden acercarse al
dad.» 47 Tomó Arón el incensario, tabernáculo de Yave, perecen. ¿En
como se lo mandara Moisés, y corrió verdad, habremos de perecer to-
a la muchedumbre: ya había comen- dos?»
NÚMEROS. 18 155

Deberes y derechos de los levitas. estén limpios, comerán de ellos


14 Todo cuanto en Israel
sea consa
1 íí 1
Dijo Yave a Arón: «Tú y tus grado anatema, te pertenecerá
al
hijos, y la casa de tu padre " Todo primogénito de toda carne,
contigo, llevaréis sobre vosotros la así de los hombres como de los ani-
iniquidad del santuario; tú y tus males que han de ofrecer a Yave,
hijos contigo, la de vuestro sacer- será tuyo. 16 Harás rescatar los pri-
docio. 2 Acerca a ti tus hermanos, la mogénitos de los hombres y los pri-
tribu de Leví, la tribu de tu padre; mogénitos de los animales impuros.
admítelos contigo al servicio del san- Harás que sean rescatados cuando
tuario como adjuntos, para que te tengan un mes, y según tu estima-
sirvan cuando tú y tus hijos estéis ción, en cinco siclos de plata, al si-
en el tabernáculo de la reunión. 3 Es- do del santuario, que es de veinte
17 pero
tarán a tu servicio y al de todo el güeras; no aceptarás rescate
tabernáculo; pero no han de acer- por primogénito de una vaca, de
el
carse, ni a los utensilios del santua- una oveja, ni de una cabra; serán
rio, ni al altar, para no morir ellos cosas santas; derramarás su sangre
y vosotros. 4 Los tendrás como ad- en torno del altar, quemarás su sebo
juntos, y tendrán a su cuidado el en sacrificio de combustión de olor
tabernáculo de la reunión, para hacer grato a Yave, 18 y su carne será para
todo el servicio. Ningún extraño se ti, como lo es el pecho que se agita
19
acercará a vosotros. 5 Tendréis el y el brazuelo derecho. Todo cuanto
cuidado del santuario y del altar, de las cosas santas se reserva, lo
para que no se desfogue ya más la que reservan los hijos de Israel para
ira contra los hijos de Israel. 6 Yo Yave, a ti te lo doy, a ti, a tus hijos
he tomado de entre los hijos de Israel y a tus hijas contigo, en estatuto
a los levitas, vuestros hermanos, y os perpetuo; es pacto de sal perpetuo,
los he dado a vosotros, don de Yave, ante Yave, contigo y con toda tu
para hacer el servicio del tabernáculo descendencia.
20 Dijo también Yave
del testimonio. 7 Pero tú y tus hijos a Arón: «Tú
ejerceréis vuestro sacerdocio en cuanto no tendrás tu parte de la heredad
concierne al altar y del velo adentro; en su tierra, y no habrá parte para
sois vosotros los que habéis de hacer ti en medio de ellos; soy yo tu parte
este servicio. Yo os he dado en puro y tu heredad en medio de los hijos
don vuestro sacerdocio, y el extraño de Israel. 21 Yo doy como heredad
que pretenda acercarse, morirá.» a los hijos de Leví todas las décimas,
8 por
Dijo también Yave a Arón: «Te el servicio que prestan, por el
encomiendo también la guarda de las servicio del tabernáculo de la re-
ofrendas a mí, y os doy todas las unión. 22 Los hijos de Israel no han
cosas santas de los hijos de Israel, de acercarse ya más al tabernáculo
por razón de la unción, a ti y a tus de la reunión, no lleven sobre sí su
hijos por ley perpetua. 8 He aquí pecado y mueran. 23 Serán los levitas
lo que de las cosas santísimas te co- los que harán el servicio del taber-
rresponderá, de las combustiones. To- náculo de la reunión, y ellos los que
das sus ofrendas, toda oblación, todo sobre si llevarán su iniquidad. Por
sacrificio por el pecado y todo sacri- ley perpetua entre vuestros descen-
ficio expiatorio que me ofrezcan, dientes, no tendrán heredad en medio
todo esto, como cosas santísimas, de los hijos de Israel, 24 pues yo. les
serán para ti y para tus hijos. 10 Las doy por heredad las décimas que los
comeréis en lugar santísimo, las co- hijos de Israel han de entregar a
merán todos los varones, y serán Yave; por eso les digo: no tendréis
cosas santas para vosotros. 11 Tam- heredad en medio de Israel.
bién será tuyo esto otro: lo que de 25 Habló Yave a Moisés, diciendo:
sus dones se reserva, de toda ofrenda 26 «Habla a los levitas y diles: Cuando
agitada de los hijos de Israel; os lo recibáis de los hijos de Israel las
doy a ti y a tus hijos y a tus hijos décimas de sus bienes, que yo os
contigo, por estatuto perpetuo; todo doy por heredad vuestra, presen-
el que sea puro de tu casa, lo comerá. taréis a Yave en ofrenda una décima
12
Todo lo mejor del aceite, del de la décima, 27 y esta ofrenda os
mosto y del trigo, 13 las primicias de será contada como si fuese el trigo
su tierra, que han de traer a Yave, de la era o el mosto del lagar. 28 Así
tuyos son; todos los que de tu casa ofreceréis también vosotros a Yave
156 NÚMEROS, 19, 20

una ofrenda de todas las décimas que impuro por siete días, 12 y se puri-
recibáis de los hijos de Israel, y esta ficará con este agua al tercer día
ofrenda reservada a Yave se la daréis y al séptimo será puro; no quedará
al sacerdote Arón. 29 De todos los limpio hasta el día séptimo. 13 Quien
dones que recibáis, reservaréis la tocare un muerto, el cadáver de un
ofrenda a Yave, de todo lo mejor, muerto, y no se purificare, contamina
la porción santa que de ello habéis el tabernáculo de Yave, y será bo-
de consagrarle. 30 Les dirás: Una vez rrado de Israel porque no se purificó
reservado lo mejor, la décima será con el agua lustral; será inmundo,
para los levitas, como fruto de la quedando sobre él su inmundicia.
tierra o fruto del lagar; 31 la come- 14 Esta es la ley: Cuando muriere
réis en cualquier lugar, vosotros y alguno en una tienda, todo el que
vuestra familia, porque es vuestro entre en la tienda y cuanto en ella
salario por el servicio que prestáis hay, será inmundo por siete días;
en tabernáculo de la 15 toda vasija que
el reunión. no tenga tapadera
32
Unavez ofrecido lo mejor en ofren- será inmunda; 16 y cualquiera que en
da, no incurrís ya en culpa ni profa- campo abierto tocare un muerto de
náis las cosas santas de los hijos de espada o un muerto cualquiera, o
Israel, y no moriréis.» huesos humanos, o un sepulcro, será
inmundo por siete días. 17 Para
quien esté inmundo, tomarán de la
El agua lustral. ceniza de la vaca quemada en sacri-
ficio expiatorio, y echarán sobre ella
1 Q Habló Yave a Moisés y Arón,
1 un vaso de agua viva; 18 uno que esté
1 ' diciéndoles: «He aquí la orde- limpio tomará hisopo, y mojándolo
nación de ley que prescribe Yave: en el agua aspergerá la tienda y todos
Di a los hijos de Israel que te traigan los muebles y todas las personas que
una vaca roja perfecta, sin defecto, en ella hubiere, o al que hubiere
y que no haya3 todavía llevado el tocado huesos humanos, o a) matado,
yugo sobre si; se la entregaréis a o al muerto, o al sepulcro. 19 El lim-
Eleazar, sacerdote, y él la sacará pio aspergerá al inmundo al tercero
fuera del campamento, la hará dego- y al séptimo día; y purificado el
llar en su presencia, 4 y tomando impuro al séptimo día, lavará sus
de su sangre con su dedo, aspergerá vestidos y a la tarde será puro.
20 El inmundo que no se purificare
con ella hacia el frente del taber-
náculo de la reunión siete veces. será borrado de la congregación, por
5
Hará quemar la vaca en su pre- haber contaminado el santuario de
sencia, quemando la piel, la carne Yave; no habiendo sido rociado con
21 Será
y la sangre y los excrementos. 6 To- el agua lustral, es inmundo.
mará luego el sacerdote madera de ley perpetua; y el que haga asper-
cedro, hisopo y púrpura, y lo echará sión al otro con el agua lustral,
en medio del fuego en que arde la lavará sus vestidos, y quien tocare
vaca. 7 El sacerdote lavará luego sus el agua lustral será inmundo hasta
vestidos y su cuerpo con agua, y la tarde. 22 Todo lo que tocare el
entrará después en el campamento; inmundo será inmundo, y quien algo
será inmundo el sacerdote hasta la de ello tocare, será inmundo hasta
tarde. 8 Lo mismo el que la quemó, la tarde.
lavará con agua sus vestiduras y su
cuerpo, y será inmundo hasta la
tarde. 9 Un hombre limpio recogerá Las aguas de Meriba.
las cenizas; las recogerá y las llevará
fuera del campamento a un lugar í\f\ 1 Llegaron los hijos de Israel,
limpio, y las guardarán los hijos de toda la congregación, al de-
Israel para el agua expiatoria. Es sierto de Sin, el primer mes, y acampó
una expiación. el pueblo en Cades (11. Allí murió
10 El que recogió las cenizas de María y allí fué sepultada. * No había
la vaca, lavará sus vestidos y será allí agua para la muchedumbre, y
inmundo hasta la tarde. Será ésta
para los hijos de Israel, y para el (i) Cades se halla en los limites entre el
extranjero que habita entre ellos, ley desierto y la tierra habitada de la Palestina;
perpetua. 11 El que tocare un muerto, todavla subsiste y con el mismo nombre. La
cualquier cadáver humano, se hace estancia del pueblo allí fué muy larga.
NÚMEROS, 21 157

ésta se amotinó contra Moisés y de tus fronteras. 17 Te rogamos, pues,


Arón. 3
El pueblo se quejaba contra que nos des paso libre por tu terri-
Moisés, y decía: «¡Ojalá hubiéramos torio. No atravesaremos tus sembra-
perecido cuando perecieron nuestros dos ni tus viñas, ni beberemos el
hermanos ante Yavel 4 ¿Por qué has agua de tus pozos; iremos por el
traído al pueblo de Yave a este de- camino real, sin apartarnos, ni a
sierto a morir, nosotros y nuestros derecha ni a izquierda, hasta que
ganados? 6 ¿Por qué nos sacaste de salgamos de tu territorio.» 18 Edom
la tierra de Egipto, para traernos respondió: «No pasarás, o me opon-
a un lugar tan horrible como éste, dré con las armas contra ti.» 19 Dijé-
que ni puede sembrarse, ni tiene ronle entonces los hijos de Israel:
viñas, ni higueras, ni granados, y «Iremos por el camino trillado, y si
donde ni agua siquiera hay para de tus aguas bebo, yo y mis ganados,
poder beber?» 6 Moisés y Arón se te daremos el precio de ellas; es cosa
apartaron de la muchedumbre, a la de nada; sólo con mis pies tocaré tu
entrada del tabernáculo de la reunión, tierra.» 20 Pero Edom respondió: «No
y postráronse rostro a tierra. Apa- pasarás.» Y salió Edom contra él
reció la gloria de Yave, 7 y Yave con mucha gente fuertemente ar-
habló a Moisés, diciendo: 8 «Coge mada. 21 No dió Edom paso por su
el cayado y reúne a la muchedumbre, territorio, e Israel se alejó de él.
tú y Arón, tu hermano, y en su pre-
sencia hablad a la roca y ésta dará
sus aguas; de la roca sacarás agua Muerte de Arón.
para dar de beber a la muchedumbre
22
y a sus ganados.» 9 Moisés tomó de Alzando de Cades el campamento,
delante de Yave el cayado, como se llegó Israel con toda muchedum-
la
había él mandado; 10 monte Or. 23
Yave habló a
lo y juntando bre al
Moisés y Arón a la muchedumbre Moisés y Arón en el monte Or, que
delante de la roca, les dijo: «¡Oíd, está en los confines de la tierra de
rebeldes! ¿Podremos nosotros hacer Edom, diciendo: 24 «Arón va a reunir-
brotar agua de esta roca?» 11 Alzó se con su pueblo, pues no ha de
Moisés su brazo e hirió con el cayado entrar en la tierra que yo he dado
la roca por dos veces, y brotaron de a los hijos de Israel, por haber sido
ella aguas en abundancia, y bebió rebelde a mi mandato en las aguas
La muchedumbre y sus ganados. de Meriba. 25 Toma a Arón, y a su
13
Yave dijo entonces a Moisés y hijo Eleazar, y sube con ellos al
Arón: «Porque no habéis creído en monte Or; y allí 26 que se des-
mí, santificándome a los ojos de los nude Arón de sus vestiduras, y re-
hijos de Israel, no introduciréis vos- vista de ellas a Eleazar, su hijo,
otros a este pueblo en la tierra que porque allí se reunirá Arón con los
yo les he dado.» 13 Estas son las aguas suyos; allí morirá.» 27 Hizo Moisés
de Meriba, donde los hijos de Israel lo que mandaba Yave, y a la vista
se querellaron contra Yave, que les de toda la muchedumbre subieron al
dió una prueba de su santidad. monte Or. 28
Moisés hizo que se
desnudara Arón de sus vestiduras y
revistió de ellas a Eleazar, su hijo;
Edom se niega a dar paso libre y allí murió Arón en la cumbre del
a Israel. monte. Moisés y Eleazar bajaron del
monte; 29 y viendo la muchedumbre
14
Mandó
Moisés embajadores desde que Arón había muerto, hicieron due-
Cades rey de Edom, para que le
al lo por él todas las familias de Israel,
dijesen: «Israel, tu hermano, te dice: por treinta días.
Tú sabes todas las peripecias que nos
han ocurrido: 15 cómo nuestros padres
bajaron a Egipto, y hemos estado Victoria contra el rey de Arad.
en Egipto largo tiempo, y cómo nos
maltrataron los egipcios a nosotros 1
(y^t El cananeo,
rey de Arad,
el
y a nuestros padres; ls cómo clama- —1 que habitaba en el Negueb, al
mos a Yave, y oyó éste nuestra oír que venía Israel por el camino
voz, y mandó a su ángel que nos de Atarim, los atacó y cogió prisio-
sacó de Egipto; y que estamos aquí neros. 2 Hizo entonces Israel voto a
en Cades, ciudad situada al extremo Yave, diciendo: «Si entregas a este
158 NÚMEROS, 21

pueblos en mis manos, yo destruiré «Contra Vaheb en Sufa,


sus ciudades. »
3
Oyó Yave la voz Contra las estrechuras del Arnón,
de Israel, y le entregó el cananeo, a 15 Las estrechuras de su curso,
quien dió al anatema, destruyéndo- Que se extiende hacia la región
los a ellos y a sus ciudades, por lo de Ar,
cual fué llamado aquel lugar Jorma. Y se apoya en los confines de
Moab.
16 De allí vinieron a Beer; es el
La serpiente de bronce. pozo a que Yave, cuando
se refería
dijo a Moisés: «Reúne al pueblo y
4 Partiéronse 17
del monte Or en di- yo le daré agua. » Entonces cantó
rección al Mar Rojo (1), rodeando Israel este canto:
la tierra de Edom; y el pueblo, im- «¡Sube, pozo: cantadle!
paciente, 5 murmuraba por el camino 18 Los príncipes del pueblo le exca-
contra Dios y contra Moisés, dicien- varon
do: «¿Por qué nos habéis sacado de Con sus cayados, con sus báculos.
Egipto a morir en este desierto? No Del desierto fueron a Matana, 19 de
hay pan ni agua, y estamos ya can- Matana a Najaliel, de Najaliel a
sados de un tan ligero manjar como Bamot, 20 de Bamot al valle que
éste. » 6 Mandó entonces Yave contra hay en los llanos de Moab, dominado
el pueblo serpientes venenosas que por el monte Fasga, que mira al
los mordían, y murió mucha gente desierto. 21
Israel mandó embajadores
de Israel. 7 Él pueblo fué entonces a Seón, rey de los amorreos, que le
a Moisés, y le dijo: «Hemos pecado, dijeran: 22 «Déjanos pasar por tu
murmurando contra Yave y contra territorio; no iremos ni por los cam-
ti; pide a Yave que aleje de nosotros pos ni por las viñas, ni beberemos el
las serpientes. » Moisés intercedió por agua de tus pozos; iremos por el ca-
el pueblo, 8 y Yave dijo a Moisés: mino real, hasta salir de tus fronte-
«Hazte una serpiente de bronce y ras. » 23 Seón se negó a dejar pasar a
ponía sobre un asta; y cuantos mor- Israel por su territorio; y reuniendo
didos la miren, sanarán.» 9 Hizo, a toda su gente, salió al encuentro
pues, Moisés una serpiente de bron- de Israel en el desierto, y le dió la
ce, y la puso sobre un asta; y cuando batalla en Jasa. 24 Israel le derrotó
alguno era mordido por una serpiente, al filo de la espada, y se apoderó de
miraba a la serpiente de bronce y se su tierra, desde el Arnón hasta el
curaba. Jaboc, junto a la frontera de los
hijos de Ammón, pues Jazer era fron-
tera de los amonitas. 25 Conquistó
Victoria contra los ainorreos. Israel todas estas ciudades, y habitó
en las ciudades de los amorreos, en
10 Partiéronse los hijos de Israel Hesebón y todas las ciudades que
y acamparon en Obot;
11
y partidos de ella dependen, 28 pues Hesebón
de Obot, acamparon junto a las fuen- era la residencia de Seón, rey de los
tes de Abarim, en el desierto que hay amorreos, que había hecho antes la
enfrente a Moab, al oriente. 12 Par- guerra al rey de Moab y se había
tidos de allí, acamparon junto al apoderado de toda su tierra hasta el
27 Por eso cantaban los tro-
torrente Zared; 13 y partidos de allí, Arnón.
acamparon a la otra orilla del Arnón, vadores:
en el desierto, fuera del territorio «Id a Hesebón, edificad y construid
de los amorreos, pues el Arnón es la ciudad de Seón;
28 Fuego ha salido de Hesebón,
confín de Moab, entre Moab y los
amorreos. 14 Por eso se decía en el llama de la ciudad de Seón;
libro «Guerras de Yave»: Que devoró las ciudades de Moab
y consumió las alturas del Arnón.
29 |Ay de ti, MoabI Has perecido,
(i)Desde Cades, marchando hacia Oriente,
el pueblo hubiera podido ir directamente a la pueblo de Camos,
tierra prometida por camino bien corto, atra- Fueron dados a la fuga sus hijos,
vesando el territorio de Edom. La negativa y sus hijas por cautivas.
de éste a darles paso, les obligó a seguir ro- 30 p er o al rey de los amorreos,
deando la frontera occidental de Edom, hasta
Seón, le han arrebatado el noval
llegar a Asiongaber, en la costa del Mar Rojo,
para continuar luego por su frontera oriental, desde Hesebón hasta Dibón.
hasta llegar a los limites de los amorreos. Y sus mujeres, humilladas hasta
NÚMEROS, 22 159

tener que encender el fuego en Ma- «Balac, hijo de Sefor, rey de Moab:
daba.» los ha mandado a mí para decirme,
31 11 El pueblo salido de Egipto está ya
Asf habitó Israel en la tierra de
los amorreos. aquí y cubre toda la superficie de
32 Mandó Moisés a reconocer a la tierra; ven, pues, luego a malde-
Jazer, y se apoderaron de las ciuda- círmelo, a ver si puedo derrotarle
des que de ella dependían, expul- y rechazarle.» 12 Pero Dios dijo a
sando de ellas a los amorreos que Balam: «No vayas con ellos; no mal-
33
allí habitaban; y volviéndose, su- digas a ese pueblo, porque bendito es.»
13 Balam, levantándose
bieron camino de Basán, saliéndoles de mañana,
al encuentro Og, rey de Basan, con dijo a los príncipes de Balac: «Idos
todo su pueblo, para dar la batalla a vuestra tierra, porque Yave se
en Edrai. 34 Yave dijo a Moisés: niega a dejarme ir con vosotros.»
«No le temas, que a tus manos te lo 14 Oído esto, los príncipes de Moab

entrego a él, a su pueblo, y toda su se levantaron; y tornados a Balac,


tierra, y harás con él lo que hiciste le dijeron: «Balam se ha negado a
de Seóu, rey de los amorreos, que venir con nosotros.» 15 Pero Balac
habitaba en Hesebón.» 36 Y le derro- mandó de nuevo a otros príncipes,
taron a él, a su hijo y a toda su más en número y más respetables que
gente, hasta no dejar ni uno, y se los primeros, 16 que llegados a Balam,
apoderaron de su tierra. le dijeron: «He aquí lo que te dice
Balac, hijo de Sefor: No te niegues
a venir a verme, 17 que yo te col-
Balam. ¡ maré de bienes, y haré todo lo que
tú me digas.» 18 Balam respondió
í)í)
1
Partieron los hijos de Israel a los siervos de Balac: «Aunque me
y acamparon en los llanos de diese Balac su casa llena de plata y
Moab, al otro lado del Jordán, frente de oro, no podría yo traspasar las
a Jericó. 2 Balac, hijo de Sefor, supo órdenes de Yave, mi Dios, ni en poco
cuanto había hecho Israel a los amo- ni en mucho; 19 pero podéis quedaros
rreos; 3 y Moab temió grandemente, aquí también esta noche, para saber
al aparecer aquel pueblo tan nume- lo que vuelve a decirme Yave.»
20 Durante la noche vino Dios a
roso, y se amedrentó ante los hijos
de Israel. 4 Moab dijo a los ancianos Balam, y le dijo: «Ya que ésos han
de Madián: «Este pueblo va a devo- venido otra vez a llamarte, levántate,
rar nuestros contornos, como devora y vete con ellos, pero no hagas más
un buey la hierba del campo » Era que lo que yo te diga.» 21 Levantóse
entonces rey de Moab, Bulac, hijo Balam de mañana, aparejó su asna
de Sefor. 6 Mandó, pues, mensajeros y se fué con los principes de Moab.
22 Pero Dios
a Balam, hijo de Beor, a Petur, que estaba indignado de que
está junto al río, en tierra de los hijos fuese, y el ángel de Yave se puso
de Ámmón, para que le llamasen, delante de él en el camino, para ce-
diciéndole: «Mira, ha salido de Egipto rrarle el paso. Iba Balam montado
un pueblo que cubre la superficie de en su asna y llevaba consigo a dos
la tierra, y está ya cerca de mí. de sus criados. 23 El asna, al ver al
6
Ven, pues, y maldíceme a este ángel de Yave parado en el camino
pueblo, pues es más fuerte que yo, con la espada desenvainada en la
a ver si así podemos hacer que le mano, se salió del camino y echó por
derrotemos, pues sé que es bendito el campo, y Balam se puso a fusti-
aquel a quien tú bendices, y maldito garla para retraerla al camino. 24 En-
aquel a quien maldices tú.» 7 Fueron, tonces el ángel se puso en una estre-
pues, ancianos de Moab, y ancianos chura entre las viñas, entre pared
de Madián, llevando en sus manos de un lado y pared de otro; 25 y al
el precio del conjuro; y llegados a verle el asna, echóse contra una de
Balam, le transmitieron las palabras las paredes, cogiendo entre ella y la
8
de Balac. El les dijo: «Pasad aquí pared el pie de Balam. Este se puso
esta noche y yo os responderé, según de nuevo a fustigarla. 26 El ángel
lo que me diga Yave.» Quedáronse volvió a ponerse en una angostura,
los príncipes de Moab con Balam; de donde ni a derecha ni a izquierda
9
Dios vino en la noche a Balam y podía desviarse; 27 y al verle el asna,
le dijo: «¿Quiénes son ésos que están se echó debajo de Balam, quien enfu-
contigo?» 10 Balam respondió a Dios: recido la fustigó más. 28 Abrió enton-
160 NÜMEROS, 23

ees Yave la boca del asna, que dijo dicho, e inmolaron un novillo y un
a Balam: «¿Qué te he hecho yo, para carnero en cada uno de los altares.
que por tres veces me hayas fusti- 3 Después dijo Balam a Balac: «Tú,
gado?» 29 Y Balam respondió: «¿Por quédate ahí junto a tu holocausto,
qué te burlas de mí? Si tuviera a mano mientras me alejo yo, a ver si me sale
una espada ahora mismo te mataría. Yave al encuentro; y lo que me dé
30 Y el asna dijo a Balam: «¿No soy a conocer, eso te diré.» Y
se alejó
yo tu asna? Tú me has montado hacia un monte desnudo. 4 Salió
desde que yo soy tuya hasta hoy. Dios al encuentro de Balam y éste
¿Te he hecho yo nunca cosa seme- le dijo: «He dispuesto siete altares
jante?» Y él le respondió: «No.» y he ofrecido en cada uno de ellos
31 Entonces abrió Yave los ojos a un novillo y un carnero.» 5 Yave Y
Balam y éste vió al ángel de Yave, puso en boca de Balam su palabra
que estaba en el camino con la espada y añadió después: «Tórnate a Balac
desenvainada en la mano. Balam se y dile esto.» 6 Vuelto a él, le vió
postró, echándose sobre el rostro, parado ante su holocausto, junto con
3 2
y el ángel de Yave le dijo: «¿Por los príncipes de Moab; 7 y comen-
qué por tres veces has fustigado a tu zando su parábola, dijo:
asna? Es que he salido yo para ce- «Del Aram me ha traído Balac,
rrarte el camino, porque es malo ante rey de Moab,
mí el que llevas. 33 El asna me ha De los montes del oriente;
visto y ha querido apartarse luego Ven a maldecirme a Jacob,
de delante de mí las tres veces; si Ven a execrar a Israel.
ella no me hubiera esquivado, te
8
¿Cómo voy a maldecir yo al que
hubiera matado a ti, dejándola a no ha maldecido Dios?
ella viva.» 31 Entonces Balam dijo ¿Cómo voy a execrar yo al que
al ángel de Yave: «He pecado, no Yave no ha execrado?
sabía que tú me cerrabas el camino; 9
Desde la cima de las rocas le veo,
si te parece mal, ahora mismo me Desde lo alto de los montes le
volveré.» 36 El ángel de Yave res- contemplo.
pondió a Balam: «Ve con esos hom- He ahí un pueblo que tiene aparte
bres, pero di solamente lo que te su morada
diga yo.» Siguió, pues, Balam con Y
que no se cuenta entre las gentes.
36 10
¿Quién es capaz de contar el
los príncipes de Balac. Este, en
sabiendo que venía Balam, le Salió al polvo de Jacob?
encuentro hasta Ir Moab, que está ¿Quién es capaz de enumerar un
en la frontera del Arnón, en lo últi- cuarto de Israel?
mo de la frontera. 37 Balac dijo a Muera yo la muerte del justo,
Balam: «He mandado a llamarte. Y mi fin semejante al suyo.»
sea
11Balac dijo a Balam: «¿Qué es
¿Por qué no viniste? ¿No estoy acaso
yo en situación de tratarte con la lo que conmigo has hecho? Te he lla-
debida honra?» 38 Balam respondió a mado para maldecir a mis enemigos,
Balac: «Aquí me tienes ya, pero, y no has hecho otra cosa que ben-
¿podré yo decir lo que quisieres? decirlos?» 12 El respondió: «¿No he
La palabra que Dios ponga en mi de tener yo el cuidado de proferir lo
boca, esa será la que te diga. » 38 Siguió que en mis labios pone Yave?»
13 Balac le dijo: «Ven conmigo a otro
Balam con Balac, y llegaron a Cariat
Jusot. 40 Balac inmoló bueyes y ove- sitio, desde donde puedas contem-
jas, mandándoselas a Balam y a los plarle, y maldícemelo desde allí.»
14 Llevóle al campo de Zofim, en la
príncipes que le acompañaban.
cumbre del monte Fasga; y después
Balam bendice a Israel. de alzar siete altares e inmolar en
cada uno un novillo y un carnero,
16 dijo Balam a Balac: «Estate ahí
41 A la mañana siguiente, tomó
Balac a Balam y le hizo subir a junto a tu holocausto, mientras voy
Bamot Baal, desde donde se veía yo allí a consultar a Dios.» 14 Salió
un ala del pueblo. Yave al encuentro de Balam y puso
en su boca la palabra, y le dijo:
23 1
Balam dijo a Balac: «Alzame «Vuelve a Balac y dile esto.» 17 Vol-
aquí siete altares y tenme pron- vióse él y vió que estaba Balac junto
tos siete novillos y siete carneros.» a su holocausto, y con él los prín-
2
Balac hizo lo que Balam le había cipes de Moab; y Balac le preguntó
NÚMEROS, 24 1C1

¿Qué es lo que ha dicho Yave?» ritu de Yave, 3


y tomando su pará-
18 Y tomando Balam su parábola, bola, dijo:
dijo: «Oráculo de Balam, hijo de Beor;
«Levántate, Balar, y oye; Oráculo del hombre que tuvo los
Dame oídos, hijo de Sefor: ojos cerrados,
19
No es Dios un hombre, para que 4 de quien oye palabra
Oráculo
mienta, de Dios,
Ni hijo de hombre, para arrepen- Del que ve visiones del Omnipo-
tirse. tente,
¿Lo ha dicho él y no lo hará? De quien, al caer, se le abrieron los
¿Lo ha prometido y no lo man- ojos.
5
tendrá? iQué bellas son tus tiendas, oh
20 De bendecir he recibido yo orden; Jacob!
Rendición ha dado él, yo no puedo iQué bellos tus tabernáculos, Israel!
revocarla. 6
Se extienden como un extenso
21No se ve iniquidad en Jacob, valle;
No hay en Israel perversidad; Como un jardín a lo largo de un río;
Yave, su Dios, está con él, Como áloe plantado por Yave;
Rey aclamado es en medio de él. Como cedro que está junto a las
M El Dios que de Egipto le ha
. aguas.
7
saca'do Desbórdanse de sus cubos las
Es para él la fuerza del unicornio. aguas;
23 No hay en Jacob hechicería, Sus ramas crecen como en aguas
Ni hay adivinación en Israel. abundantes.
A su tiempo se le dirá a Jacob Alzase rugiente su rey,
Y a Israel lo que Dios va a cum- Exaltaráse su reino.
8
plirle. El Dios que de Egipto le ha sa-
24 He ahí un pueblo que se alza cado
como leona, Es para él como la fuerza del
Y que se yergue como león, unicornio.
No se acostará sin haber devorado Devorará a las naciones enemigas;
su presa, Triturará sus huesos;
Sin haber bebido la sangre de sus Las traspasará con sus saetas.
víctimas. 9
Se agacha, se posa como un león,
25 Y
Balac dijo a Balam: «No le Como una leona. ¿Quién le. conci-
maldigas, pero al menos no le ben- tará?
digas.» 28 Balam, respondiendo, dijo El que te bendiga será bende-
a Balac: «¿No te dije ya que yo no cido;
puedo hacer sino cuanto me diga El que te maldiga maldito será.»
Yave?» 27 Entonces dijo Balac a 10 Encendido en ira Balac contra

Balam: «Ven, que te lleve a otro Balam y palmoteando, le dijo: «Te


sitio, a ver si quiere Dios de una vez he llamado para maldecir a mis ene-
que desde allí le maldigas.» 28 Y llevó migos, y tú los has colmado de ben-
a Balam a la cima del Fogor, que diciones, ya por tres veces. Está muy
mira al desierto. 29 Balam dijo a bien: 11 ahora huye pronto a tu tierra;
Balac: «Alzame los siete altares aquí yo pensaba honrarte grandemente,
y disponme los siete novillos y los pero Yave te ha privado de conse-
siete carneros.» 30 Hízolo Balac, guirlo.» 12 Respondióle Balam: «¿No
así
como Balam le decía, y ofreció un dije ya a tus mensajeros: 13 Aunque
novillo y un carnero en cada uno de me diera Balac su casa llena de plata
los altares. y oro, no podré yo contravenir a la
orden de Dios, haciendo por mí mismo
cosa alguna, ni buena ni mala, contra
Vaticinio de Balam. sus órdenes, y solamente lo que Yave
me diga eso le diré? 14 Ahora, pues,
S)A 1 Había visto Balam que Yave que voy a irme a mi pueblo, ven que
^ *
complacía en bendecir a Is-
se te diga lo que este pueblo ha de hacer
rael, y por eso no fué como las otras |
al tuyo al fin de los tiempos. 15 Y
veces en busca del presagio; sino que volviendo a tomar su parábola, dijo:
se volvió de cara al desierto, 2 y al- «Oráculo de Balam, hijo de Beor;
zando los ojos vió a Israel acampado, Oráculo del hombre de los ojos
tribu por tribu. Vino sobre él el espí- I
cerrados;
162 NÚMEROS, 25, 26

16
Oráculo del que oye palabras de príncipes del pueblo, y cuelga a ésos
Dios, del patíbulo ante Yave, cara al sol,
Del que conoce los consejos del para que se aparte su ira de Israel.»
6
Altísimo, Dijo, pues, Moisés a los jueces de
Del que ve visiones del Omni- Israel: «Matad a cualquiera de los
potente, vuestros que haya servido a Baal
De quien al caer, se le abrieron los Fogor.» 6 En esto llegó uno de los
ojos. hijos de Israel, e introdujo en medio
17 La veo, pero no ahora; de sus hermanos a una madianita,
La contemplo, pero no de cerca. a los ojos mismos de Moisés y en
Alzase de Jacob una estrella, presencia de toda la comunidad de
Surge de Israel un cetro (1), los hijos de Israel, mientras éstos
Que quebrantará las dos sienes de lloraban a la entrada del tabernáculo
Moab, de la reunión. 7 Viéndolo Fines, hijo
Y socavará a los hijos del tumulto. de Eleazar, hijo de Arón, sacerdote,
18 Edom será su posesión; se alzó de en medio de la asamblea;
Seir presa será de sus enemigos; y cogiendo una lanza, 8 se fué tras
Israel acrecentará su poder; el hijo de Israel, hasta la parte pos-
19
De Jacob saldrá el dominador I
terior de su tienda, y los alanceó a
Que devastará de las ciudades las los dos, al hombre y a la mujer, en
reliquias. sus vientres, y cesó el azote de entre
20Y mirando a Amalee, prosiguió: los hijos de Israel. 9 En aquella plaga
«La primera de las naciones es murieron veinticuatro mil.
10 Habló Yave
Amalee, a Moisés diciéndole:
11
Pero su fin será eterna ruina.» «Fines, hijo de Eleazar, hijo de
21 Luego, Arón, sacerdote, ha apartado mi furor
mirando a los quenitas,
prosiguió su discurso: de los hijos de Israel, por el celo con
«Por fuerte que sea tu morada, que ha celado mi honor; por eso no
Aunque pongas en las rocas tu he consumido yo en el furor de mi
nido, celo a los hijos de Tsrael. 12 Por tanto,
22 El quenita le dirás que yo hago con él una alianza
será devastado,
Hasta que Asur le lleve cautivo.» de paz, alianza de un sacerdocio
23 Y volviendo eterno, 13 para él y para su descen-
a tomar la palabra,
prosiguió: dencia, por haber sido celador de su
«¿Quién vivirá cuando Dios Jo Dios y haber hecho la expiación por
ponga por obraí los hijos de Israel.» 14 El israelita
24 Vendrán naves de los Quitim, que fué muerto juntamente con la
Que oprimirán a Asur y oprimirán madianita se llamaba Zamri, hijo de
a Heber; Salú, y era jefe de una de las fami-
También éste será dado a la ruina.» lias de la tribu de Simeón. ls La ma-
26 Partióse después Balam dianita se llamaba Cozbi, hija de Sur,
y se
volvió a su tierra, y también Balac jefe de tribu de una de las casas pa-
se fué por su caminí). triarcales de Madián.
16 Yave habló
a Moisés, diciéndole:
«Tratad a los madianitas como ene-
Corrupción idolátrica en Baal migos y destruidlos; porque como
Fogor. enemigos os han tratado ellos, 18 sedu-
ciéndoos con sus malas artes, por me-
») "l 1
Estuvo
Israel estacionado en dio de Fogor, por medio de Cozbi,
¿á ** bija del príncipe de Madián, su her-
Setim, y pueblo se prostituyó
el
por el trato con las hijas de Moab. mana, que murió cuando la plaga
* Invitábanle éstas a las fiestas de por lo de Fogor.»
sus dioses, y el pueblo comía y se
prosternaba ante sus dioses. 3 Israel
se fué tras Baal Fogor, y la ira de Nuevo censo (1).
Yave se encendió contra Israel. 4 Dijo
Yave a Moisés: «Reúne a todos los .}/ Después de esta plaga, habló
1

—" Yavea Moisés y a Eleazar, hijo


de Arón, sacerdote, diciéndolcs: * «Ha-
(i) En la estrella y el cetro está indudable-
mente simbolizado et futuro Mesías, siendo,
por tanto, este vaticinio de Balam estrictamente (i) El resultado de este nuevo censo, que
mesiánico. comprende la generación siguiente a la que salió
NÚMEROS, 26

ai de Fares, la familia de los faresitas


ced el censo de los hijos de Israel
por sus casas patriarcales y sus lina- de Zare, la familia de los zareítas.
jes, de veinte años arriba, de los há- Hijos de Fares: de Esrón, la familia
biles para el servicio de las armas. de los esronitas; de Jamul, la familia
3 Moisés
y Eleazar, sacerdote, habla- de los jamulitas. 22 Estas son las fa-
ron a los del pueblo en los llanos de milias de Judá. Fueron contados se-
Moab, cerca del Jordán, frente a Je- tenta y seis mil quinientos.
4 «Haced el censo 23 Hijos de Isacar, por sus familias:
ricó, diciéndoles:
de los de veinte años para arriba, de Tola, la familia de los tolitas; de
como Yave se lo manda a Moisés.» Fuá, la familia de los fuitas; 24 de
Los hijos de Israel salidos de la Jasub, la {amilia de los jasubitas:
tierra de Egipto eran: 6 Rubén, pri- de Semram, la familia de los semrani-
mogénito de Israel: Hijos de Rubén: tas. 25 Estas son las familias de Isa-
De Enoc, la familia de los enoquitas; car. Se contaron setenta y cuatro
de Falú, la familia de los faluítas; mil trescientos.
6 26
Hijos de Zabulón, por sus. fa-
de Esrón, la familia de los esronitas;
de Carmí, la familia de los carmitas. milias: de Sared, la familia de los
' Estas son las familias de los rube- sareditas; de Elón, la familia de los
nitas, y fueron contados cuarenta y elonitas; de Jajlel, la familia de los
tres mil setecientos treinta. jajlelitas. 27 Estas son las familias
8 9
Hijos de Falu, Eliab; hijos de de Zabulón. Se contaron sesenta mil
Eliab: Namuel, Datán y Abirón; el quinientos.
28 Hijos de José, por sus familias,
Datán y el Abirón, miembros del con-
sejo, que se rebelaron contra Moisés de Manasés y de Efraím: 29 Hijos de
y Arón con la facción de Coré, rebe- Manasés: de Maquir, la familia de
lándose contra Yaye, ^ cuando abrió los maquiritas. Maquir engendró a
la tierra sus fauces y se los tragó con Galad; de Galad, la familia de los
Coré, muriendo los de la facción, y galaditas. Estos son los hijos de
devorando el fuego a doscientos cin- Galad: de Jeser, la familia de los
cuenta hombres, para servir de es- jeseritas; de Jelec, la familia de los
carmiento. 11 Pero los hijos de Coré jelequitas; 31 de Asriel, la familia de
no perecieron. los asrielitas; de Siquem, la familia
12
Hijos de Simeón, por sus fami- de los siquenitas; 32 de Semida, la
lias: de Namuel, la familia de los na- familia de los semiditas; de Jefer,
muelitas; de Jamin, la familia de los la familia de los jeferitas. 33 Salfad,
jaminitas; de Jaquín, la familia de hijo de Jefer, no tuvo hijos varones,
los jaquinitas; 13 de Zare, la familia sino solamente hijas, y los nombres
de los zareítas: de Saúl, la familia de las hijas de Salfad son: Majla,
de los saulitas. 14 Estas son las fa- Noa, Jagla, Melca y Tersa. 34 Esas
milias de los simeonitas. Fueron con- son las familias de Manasés. Se con 1
tados veintidós mil doscientos. taron cincuenta y dos mil setecientos.
18 Hijos de Gad, por sus familias: 35 Hijos de Efraím, por sus familias;
de Safón, la familia de los safonitas; De Sutalaj, la familia de los sutal-
de Jagui, la familia de los jaguitas; jitas; de Bequer, la familia de los
de Suni, la familia de los sunitas; bequeritas; de Tajan, la familia de
16
de Ozni, la familia de los oznitas; los tajani'as. 36 Hijos de Sutalaj:
de Eri, la familia de los eritas; 17 de Erón, la familia de los eronitas.
37 Estas
de Arod, la familia de los aroditas; son las familias de Efraím.
de Ariel, la familia de los arielitas. Se contaron treinta y dos mil qui-
18 Estas son las familias de los hijos nientos. Estos son los hijos de José,
de Gad. Fueron contados cuarenta por sus familias.
mil quinientos. 38 Hijos de Benjamín, por sus fami-
19
Hijos de Judá: Er y Onán, que lias: de Bela, la familia de los belaitas;
murieron en la tierra de Canán. de Asbel, la familia de los asbelitas;
20 Hijos de Judá, por sus familias: de Ajiram, la familia de los ajira-
de Sela, la familia de los selitas; mitas; 39 de Sufam, la familia de los
sufamitas; de Jufam, la familia de
los jufamitas. 40 Hijos de Bela fueron
de Egipto, muestra cómo el pueblo, a pesar de
tantas muertes como produjeron los varios
Arde y Noamán; de Arde, la familia
castigos que sufrió, continuaba siendo tan de los arditas; de Noamán, la familia
numeroso como antes, pues los muertos per- de los noamitas. 41 Estos son los
tenecían a la generación anterior. hijos de Benjamín, por sus familias.
16 I NÚMEROS, 27

Se contaron cuarenta y cinco rail i


rieron cuando ofrecían ante Yave el
seiscientos. fuego profano. 62 Hecho el censo de
42 Hijos todos los varones de un mes arriba,
de Dan, por sus familias;
de Sujam, la familia de los sujami- se contaron veinte mil. No se con-
tas. Estas son las familias de Dan, taron entre los otros hijos de Israel,
por sus familias. 43 Se contaron de porque no había de asignárseles here-
la familia de Sujam sesenta y cuatro dad alguna en medio de los hijos
mil cuatrocientos. de Israel.
44
Hijos de Aser, por sus familias: 63
Este es el censo que lucieron
|

De Jemna, la familia de los jemnaítas; Moisés y Eleazar, sacerdote, en los


de Jesuí, la familia de los jesuítas; llanos de Moab, junto al Jordán,
de Brie, la familia de los brieítas. frente a Jericó. 64 Entre éstos no
45 Hijos de Brie: de Jeber, la fami- había ninguno de los enumerados en
lia de los jeberitas; de Malquiel, la el censo que hablan hecho en el
familia de los malquielitas. 46 La desierto del Sinaí, 65 pues les había
hija de Aser se llamaba Saraj. 47 Estas
|

j
dicho Yave que morirían en el de-
son las familias de los hijos de Aser. sierto; no quedó ni uno, excepto
Se contaron cincuenta y cuatro mil Caleb, hijo de Jefone, y Josué, hijo
cuatrocientos. de Nun.
48
Hijos de Neftali, por sus fami-
lias: De Jajseel, la familia de los
jajseelilas; de Guni, la familia de los Ley de las herencias.
gumías; 49 de Jeser, la familia dé
1
los jeseritas; de Sclem, la familia *yj Acercáronse las hijas de Sal-
de los selemitas. 50 Estas son las ^ 'fad, hijo de Jefer, hijo de
familias de Neftalí, por sus familias. Galad, hijo de Maquir, hijo de Mana-
Se contaron cuarenta y cinco mil sés, de las familias de Manasés, el
cuatrocientos. hijo de José, que se llamaban Majla,
51 Noa, Jagla, Melca y Tersa; 2 y pre-
Los hijos de Israel incluidos en
el censofueron: seiscientos un mil sentándose a Moisés ante Eleazar,
setecientos treinta hombres. sacerdote, y ante todos los prínci-
82 Habló Yave a Moisés, dicién- pes de la asamblea, a la entrada del
dole: 63 A éstos repartirás la tierra tabernáculo de la reunión, dijeron:
3
en heredad, según el número de sus «Nuestro padre ha muerto en el
nombres. 64 A los más numerosos les desierto, y no era de la tropa de los
dar ús una parte mayor, a los menos que se confabularon contra Yave,
numerosos una parte mas pequeña. de la tropa de Coré; pero ha muerto
A cada uno le será atribuida la here- por su pecado y no ha dejado hijos.
dad según el número de sus contados I
4 ¿Por qué va a ser el nombre de
en el censo. 65 La distribución de la nuestro padre borrado de en medio
tierra se hará, sin embargo, por suer- de su familia, por no haber dejado
tes. Recibirá cada una la tierra según hijos? Danos una heredad entre los
los nombres de las familias patriar- hermanos de nuestro padre.»
cales. 88 Por suertes se distribuirá &
Moisés llevó la cosa ante Yave,
la tierra entre el mayor y el menor.»
6
y Yave dijo a Moisés: 7 "Las hijas
67 Este es el censo de los levitas de Salfad piden una cosa justa.
por sus familias: De Gersón, la fami- Dales en heredad una propiedad entre
lia de los gersonitas; de Caat, la los hermanos de su padre, y que pase
familia de los caatitas; de Merari, a ellas la heredad de su padre.
58 Estas 8 Habla
a los hijos de Israel, y diles:
la familia de los meraritas.
son las familias de Leví: la familia Si uno muere sin dejar hijos, haréis
de los libnititas, la familia de los pasar su heredad a su hija; ' y si
hebronitas, la familia de los majlitas, no hay tampoco hija, pasará a sus
la familia de los amusitas, la familia hermanos la heredad. 10 Si no hay
de los coreítas. Caat engendró a hermanos, daréis la heredad a los
Amrom, 68 y la mujer de Ainrom hermanos de su padre; 11 y si no hay
se llamaba Joquebed, hija de Leví, hermanos de su padre, pasaréis la
que le nació a Leví en Egipto, 60 y heredad al más próximo pariente de
le parió a Amram, Aron y Moi- la familia; de éste será. Esta será
sés, y María, hermana de éstos. De para los hijos de Israel regla de dere-
Aróu nacieron Nadab y Abiú, Elea- cho, como se lo ha ordenado Yave a
zat e Itamar. 61 Nadab y Abiú mu- Moisés.
NÚMEROS, 28

Elección de Josué. |
corderos a la mañana y el otro entre
dos luces, 5 y por oblación un décimo
12 Dijo Yave a Moisés: «Sube a 1

de tfa de flor de harina, amasada con


este monte de Abarim, para ver la : un cuarto de hin de aceite de olivas
tierra que voy a dar a los hijos de machacadas. 6 Es el holocausto per-
Israel, 13 pues también tú te reunirás petuo que se ofrecía en el monte Sinaí,
con tu pueblo, como Ar'ón, tu hermano i
de olor suave, sacrificio de combus-
se ha reunido, 14 por haber sido rebel- I tión a Yave. 7 La libación será de
des á mi mandato en el desierto de |
un cuarto de hin por cada cordero,
Sin, al rebelarse la muchedumbre, I
y la libación de vino para Yave la
en vez de santificar ante ellos mi harás en lugar santo. 8 El segundo
nombre, con ocasión de las aguas de cordero lo ofrecerás entre dos luces;
Meriba, en Cades, en el desierto i

y harás su libación como para el de


de Sin.» la mañana; es sacrificio de combustión
15 Moisés habló a Yave, diciendo: de suave olor a Yave.
16 9
«Que Yave, el Dios de los espíri- El día del sábado, dos corderos
tus de toda carne, constituya sobre la primales sin defecto, y como obla-
17
asamblea un hombre, que los con- ción, dos décimas de flor de harina
duzca y acaudille, para que la mu- amasada con aceite, y su libación.
10 Este es el holocausto del
chedumbre de Yave no sea como re- sábado,
baño de ovejas sin pastor.» 18 Yave para cada sábado, a más del holo-
dijo a Moisés: «Toma a Josué, hijo causto perpetuo y su libación.
11
de Nun, hombre sobre quien reside Al comienzo de vuestros meses
el espíritu, y pon tu mano sobre él. ofreceréis como holocausto a Yave
19
Ponle ante Eleazar, sacerdote, y dos novillos, un camero y siete cor-
ante toda la asamblea, y le instala- deros primales, sin defecto; 12 y
rás ante sus ojos. 20 Trasmítele una como oblación, por cada novillo tres
parte de tu autoridad, para que la décimas de flor de harina amasada
asamblea de los hijos de Israel le ¡
con aceite; por el carnero, dos déci-
obedezca. 21 Que se presente al sacer- mas de flor de harina amasada con
dote Eleazar, que consultará por él aceite; 13
y por cada uno de los cor-
el juicio de los Urim ante Yave; y deros,una décima de flor de harina
según este juicio, Josué saldrá y amasada con aceite. Es holocausto
entrará, él y todos los hijos de Israel de agradable olor, sacrificio de com-
y toda la asamblea» (1). bustión a Yave. 14 Las libaciones serán
22 Hizo Moisés lo que le ordenó de un medio hin de vino, para un
Yave; y tomando a Josué, le llevó novillo; de un tercio de hin, para un
ante Eleazar y ante toda la asamblea; camero, y de un cuarto de hin, para
23
y poniendo sobre él sus manos, le un cordero. Este es el holocausto
instituyó, como se lo había dicho del comienzo de mes, para cada uno
Yave a Moisés. de los meses del año.
15 Se ofrecerá a Yave un macho
cabrío en sacrificio por el pecado,
Fiestas y sacrificios. a más del holocausto perpetuo y su
oblación. 16 El mes primero, a los
1
95i Yave habló a Moisés, di- catorce días del mes, será la pascua
riendo: 2
«Habla a los hijos de de Yave. 17 El día quince de ese
Israel y Cuidad de presentarme
diles: mes será día de fiesta. Se comerá
a sus tiempos mi ofrenda, mi ali-' durante siete días pan ácimo. 18 El
mentó, por los sacrificios de combus- primero habrá asamblea santa, y
tión de olor suave para mí. 3 Diles: no haréis ningún trabajo servil.
He aquí el sacrificio de combustión 19 Ofreceréis en sacrificio de comhus-
que ofreceréis a Yave. Cada día dos tión un holocausto a Yave, de dos
corderos primales, sin defecto, como novillos, un carnero y siete corderos
holocausto. 4 Ofrecerás uno de los primales, sin defecto; 20 y como
oblación, flor de harina amasada con
(i) Josué sucede a Moisés, pe r o sólo en aceite, tres décimas por novillo, dos
una parte de la autoridad de éste, enteramente por carnero, 21
y una por cada uno
extraordinaria. Dios sigue siendo el jefe supremo
de Israel; pero su lugarteniente, Josué, tiene ya
de los siete corderos.
22
que recurrir al sacerdote para conocer por los Ofreceréis también un macho
urim y tummim la voluntad de Dios. Ya no le cabrío en sacrificio por el pecado,
habla éste cara a cara, como a Moisés para expiaros; 23 y lo ofreceréis a más
1 1»<; NÚMEROS, 29

del holocausto de la mañana, el holo- tres décimas por el novillo,


aceite,
causto perpetuo. 24 Ofreceréis estos
|

dos por el carnero 10 y una por cada


!

sacrificios cada día durante siete días; uno de los siete corderos. 11 Ofrece-
es el alimento consumido por el réis un macho cabrío en sacrificio
fuego, de olor agradable a Yave; y |
por el pecado, a más del sacrificio
los ofreceréis sin perjuicio del holo- expiatorio, del holocausto perpetuo
25 El
causto perpetuo y de su libación. y de sus oblaciones y libaciones.
12
séptimo día tendréis asamblea santa, El día quince del séptimo mes
y no haréis en él trabajo servil tendréis asamblea santa y no haréis
alguno. en él trabajo servil alguno; y cele-
26 El día de las primicias presen- braréis la fiesta en honor de Yave
taréis a Yave una oblación de lo j
durante siete días, 13 ofreciendo en
nuevo; y en vuestra fiesta de las holocausto, sacrificio de combustión
semanas tendréis asamblea santa y de olor grato a Yave, trece novillos,
no haréis trabajo servil alguno. 27 Ofre- dos carneros y catorce corderos pri-
ceréis, como holocausto de olor suave males, sin defecto; 14 y como obla-
a Yave, dos novillos, un carnero y ción, flor de harina amasada con
28
siete corderos primales; y como aceite; tres décimas por cada uno
oblación, flor de harina amasada con de los catorce novillos, dos por cada
aceite; tres décimas por cada no- uno de los dos carneros, 15 y una por
29
villo, dos por el carnero y una por cada uno de los catorce corderos.
cada uno de los siete corderos. 16 Ofreceréis un macho cabrío en
30 Ofreceréis un macho cabrío para sacrificio por el pecado, a más del
expiaros. 31 Esto, sin perjuicio del holocausto perpetuo y de su oblación
holocausto perpetuo y de la obla- y sus libaciones. 17 El segundo día
ción, eligiendo las víctimas sin de- ofreceréis doce novillos, dos carneros
fecto, y añadiendo las libaciones ordi- y catorce corderos primales, sin de-
narias. fecto; 18 con la oblación y las liba-
ciones por los novillos, los carneros
y los corderos, según su número, y
Las fiestas de otoño. según la regla, 19 y un macho cabrío
por el pecado, a más del holocausto
perpetuo, su oblación y sus liba-
E1 séptimo mes, el día primero
1 ciones.
20 El
mes, tendréis asamblea santa
del día tercero ofreceréis once
y no haréis en él trabajo servil al- novillos, dos carneros y catorce cor-
guno. Será para vosotros el día del deros primales, sin defecto, 21 con
sonar de las trompetas. 2 Ofreceréis, su oblación y sus libaciones por los
como holocausto de suave olor a novillos, los carneros y los corderos,
Yave, un novillo, un carnero y siete según su número y conforme a la
corderos primales, sin defecto; 3 y regla; 22y un macho cabrío para el
como oblación, flor de harina ama- sacrificiopor el pecado, a más dej
sada con aceite, tres décimas por holocausto perpetuo, su oblación y
el novillo, dos por ef camero 4 y una sus libaciones.
23
por cada uno de los siete cor- El cuarto día ofreceréis diez no-
deros. villos, dos carneros y catorce cor-
6 Ofreceréis un macho cabrío en deros primales, sin defecto, 24 con
sacrificio por el pecado, para expia- sus oblaciones y libaciones por los
ros. 6 Lo ofreceréis a más del holo- novillos, los carneros y los corderos,
i alisto del mes y de su oblación, y según su número y conforme a la
del holocausto perpetuo y su obla- regla. 28 Ofreceréis un macho cabrío
ción, y de sus libaciones, según lo tu sacrificio por el pecado, a más del
prescrito. Son sacrificios de com- holocausto perpetuo, de su oblación
bustión, de olor grato a Yave. y de su libación.
26 El quinto día ofreceréis nueve
7
El día diez de ese mismo mes ten-
dréis asamblea santa, y afligiréis novillos, dos carneros y catorce cor-
vuestras almas, y no haréis en él deros primales, sin defecto, 27 con
trabajo alguno. 8 Ofreceréis, en holo- sus oblaciones y libaciones por los
causto de olor grato a Yave, un novillos, los carneros y los corderos,
novillo, un carnero y siete corderos según su número y conforme a la
primales, sin defecto; • y como obla- i regla. 28 Ofreceréis un macho cabrío
ción, flor de harina amasada con en sacrificio por el pecado, a más
NÚMEROS, 30. 31 167

del holocausto perpetuo y de su obligaciones que haya contraído serán


oblación y libación. nulos, y Yave la perdonará, por ha-
89
El sexto día ofreceréis ocho no- berlo desaprobado su padre.
7
villos, dos carneros y catorce cor- Si cuando se casa está ligada por
deros primales, sin defecto, 30 con algún voto o por palabra salida
sus oblaciones y libaciones, por. los de sus labios; 8 si al saberlo su ma-
novillos, los carneros y los corderos, rido se calla el día en que lo ha sa-
según su número y conforme a la bido, sus votos son válidos, así como
regla. 31 Ofreceréis un macho cabrío las obligaciones que haya contraído
en sacrificio por el pecado, a más del tendrán valor. 9 Pero si al saberlo
holocausto perpetuo y de su obla- su marido lo desaprueba, anula el
ción y su libac ón. voto que hizo y la palabra que salió
32 de sus labios, con la cual se obligó,
El séptimo día ofreceréis siete
novillos, dos carneros y catorce cor- y Yave la perdonará.
10
deros primales, sin defecto, 33 con El voto de una viuda o de una
sus oblaciones y libaciones por los repudiada, y la obligación que con-
novillos los carneros y los corderos, trayere, son válidos.
11 Si,
según su número y conforme a la ya en la casa de su marido,
regla. 34 Ofreceréis el macho cabrío una mujer hace un voto o se obliga
en sacrificio por el pecado, a más del a algo con juramento, 12 y su marido
holocausto perpetuo, de su oblación al saberlo nada dice y no desaprueba,
y de su libación. todos sus votos serán válidos, así
35 El día octavo tendréis asamblea como las obligaciones que contraiga;
13
solemne y no haréis en él trabajo pero si su marido, al saberlo, lo
servil alguno. 36 Ofreceréis en holo- anula, todo cuanto salió de sus labios,
causto, sacrificio de combustión de votos y obligaciones, quedan sin
olor grato a Yave, un toro, un car- valor; los anuló su marido, y Yave
nero y siete corderos primales, sin la perdonará. 14 Todo voto y todo
defecto 37 con sus oblaciones y sus juramento por el cual se obligara a
libaciones por el toro, el carnero y mortificar su persona, puede el ma-
los corderos, según su número y rido o anularlo. 15 Pero
ratificarlo
conforme a la regla. 38 Ofreceréis si marido un día y otro guarda
el
un macho cabrío en sacrificio por el silencio, ratifica todos los votos que
pecado, a más del holocausto per- ella haya hecho y todas las obliga-
petuo y de su oblación y su libación. ciones que haya contraído; los rati-
39 Estos son los sacrificios que fica por haber callado al tener cono-
en
vuestras fiestas ofreceréis a Yave, cimiento de ello. 16 Si en lo sucesivo
independientemente de vuestros vo- los anula, llevará sobre sí su ini-
tos y de vuestras ofrendas volunta- quidad.» Esta es la ley que Yave
17

rias, holocaustos, oblaciones y sacri- dió a Moisés para entre marido y


ficios pacíficos.» mujer, y para entre padre e hija,
mientras ésta es núbil en la casa de
su padre.
Ley acerca de los votos.
1
Moisés habló a los jefes de Guerra contra los madianitas.
v tribus de Israel, diciendo:
las
2
«He aquí lo que manda Yave: 3 Si O-i 1
Yave habló a Moisés, di-
uno hace un voto a Yave, o un jura- "* ciendo: 2
«Venga a los hijos de
mento por el cual se obliga a sí Israel de los madianitas, y después
mismo, no faltará a su palabra; te reunirás con tu pueblo.»
cuanto 3
salió de su boca, hágalo. Moisés habló a los hijos de Is-
4una mujer núbil en la casa
Si rael, diciendo: «Armad de entre vos-
de su padre hace un voto a Yave otros hombres para la guerra, que
y se obliga a alguna privación; 5 y marchen contra Madián para ejecu-
su padre, al conocer el voto o la tar en ellos la venganza de Yave;
4 mil
obligación contraída, nada dice, todo hombres por cada una de las
voto que haya hecho y toda obli- tribus de Israel.»
gación que haya contraído serán vá- 6
Hízose, pues, entre las tribus de
lidos; 6 pero si al tener conocimiento Israel la leva de mil hombres por
de ello el padre lo desaprueba, todos tribu, doce mil hombres armados
los votos que haya hecho y todas las en guerra. " Moisés los mandó al
l(i<S NÚMEROS. 31

combate, mil hombres por tribu, y Distribución del botín.


con ellos mandó a la lucha a Fines,
el hijo de Eleazar, el sacerdote, que 25 Habló Yave a Moisés, diciendo:
llevaba consigo los ornamentos sa-
1

26 «Tú y Eleazar, sacerdote, y todos


grados y las trompetas para tocarlas. los cabezas de familia de la comu-
7
Avanzaron contra Madián, con- nidad, haced el qómputo de todo lo
forme a la orden que Yave había cogido, tanto en hombres como en
dado a Moisés y mataron a todos animales, 27 y distribuye el botín
los varones. 8 A más de los que habían j
entre los combatientes que han ido
caído mataron a los reyes de Madián a la guerra y el resto de la comunidad.
Evi, Requem, Sur, Jur y Reba, 28 De lo de los combatientes que han

cinco reyes de Madián; y mataron I ido a la guerra tomarás como tri-


también al filo de la espada a Balam, buto a Yave (1), uno por cada qui-
hijo de Beor; 9 tomaron todas sus nientos, tanto en hombres como en
mujeres y sus niños, sus ganados y bueyes, asnos y ovejas; 29 lo tomarás
toda su posesión; 10 y quemaron de su mitad, y lo entregarás a Elea-
todas sus ciudades y aldeas y tien- zar, sacerdote, como tributo a Yave.
30 De la mitad de los hijos de Israel
das; 11 y cogiendo la presa, cuanto
habían tomado en hombres y ani- tomarás el uno por cincuenta, tanto
males, 12 llevaron a Moisés y Eleazar, en hombres como en bueyes, asnos,
sacerdote, y a toda la muchedumbre ovejas y animales de toda clase, y se
de Israel, los prisioneros, los despo- lo darás a los levitas que velan al
jos y el botín, al campamento en servicio del tabernáculo de Yave.»
31 Moisés
los llanos de Moab, junto al Jordán, y Eleazar, sacerdote, hi-
frente a Jericó. 13 Moisés, Eleazar cieron lo que Yave había mandado
a Moisés; 32 y resultó que del botín
1

y todos los príncipes de la asamblea


salieron a su encuentro fuera del cogido por las tropas combatien-
campamento; 14 y airado Moisés tes quedaban setenta y
seiscientas
contra los jefes de las centenas que cinco mil ovejas, 33 setenta y dos mil
venían del combate, 15 les dijo: «¿Por cabezas de ganado bovino 34 y se-
qué habéis dejado la vida a las mu- senta y un mil asnos; 35 y de mujeres
jeres? 16 Fueron ellas las que por que no habían compartido lecho de
consejo de Balam arrastraron a los varón, treinta y dos mil almas.
38 La
hijos de Israel a ser infieles a Yave mitad correspondiente a los
en lo de Fogor. 17 Matad de los niños que habían ido a la guerra fué: de
a todo varón, y de las mujeres a ovejas, trescientas treinta y siete
cuantas han conocido lecho de varón; mil quinientas, 37 y el tributo a
18 Yave, de seiscientas setenta y cinco;
las que no han conocido lecho de
varón, reserváoslas; 19 y vosotros 38 de bueyes, treinta
y seis mil, y el
acampad fuera del campamento du- tributo a Yave, setenta y dos; 39 de
rante siete días; quien hubiere ma- asnos, treinta mil quinientos, y el
tado a un hombre o tocado a un tributo a Yave, de sesenta y cinco;
muerto, purifiqúese al tercero» y al 40 de personas, dieciséis mil, y el
séptimo día, vosotros y vuestros pri- tributo a Yave, treinta- y dos almas.
sioneros. 20 Purificad también todos 41 Moisés dió a Eleazar, sacerdo-
los vestidos, todo objeto de cuero o te, el tributo reservado a Yave,
hecho de pelo de cabra, y todo uten- como este lo había mandado a
silio de madera.» Moisés.
21 42 La mitad correspondiente a los
Eleazar, el sacerdote, dijo a los
hombres de guerra que habían ido hijos de Israel, que Moisés había
al combate: «He aquí lo que manda separado de la de los combatientes,
43
la ley de Yave dada a Moisés: la mitad que tocaba a la comuni-
22 oro, la plata, bronce, hierro, dad, fué de treinta y siete mil qui-
el el el I

el estaño y el todo lo que


plomo, 23 nientas ovejas, 44 treinta y seis mil
puede resistir el fuego, pasadlo por bueyes, 45 treinta mil asnos 46 y
el fuego, y será puro, después de ser, dieciséis mil personas. 47 De esta
además, purificado por el agua lus- mitad correspondiente a los hijos de
tra!; lo que no resiste el fuego, lo
'

haréis pasar por el agua; i4 lavaréis Yave en distribución del


(i) Participa la
vuestros vestidos el día séptimo y botin, como jefe supremo del pueblo, que es
seréis puros, y ya podréis luego quien les da la victoria, y esta parte suya es la
entrar en el campamento." que da él a los sacerdotes y levitas.
NÚMEROS, 32 169

Israel, tomó Moisés el uno por cin- hicieron ya vuestros padres, cuando
cuenta cu hombres y animales, y se yo los mandé de Cades Barne a ex-
¡

lo dio a los levitas que velan al ser- plorar la tierra. 9 Subieron hasta el
vicio del tabernáculo de Yave, como valle de Escol, vieron la tierra, y
éste se lo había mandado a Moisés. acobardaron a los hijos de Israel,
48 Entonces los jefes déla expedición, para que no se atreviesen a ir a la
cabos de los millares y cabos de las tierra que les da Yave; 10 y la có-
centenas, se presentaron a Moisés lera de Yave se encendió aquel día,
49
y le dijeron: «Tus siervos han y juró, diciendo: 11 «Esos que han
hecho la lista de los hombres de subido de Egipto, de los veinte años
guerra que han estado a nuestras para arriba, no verán ,1a tierra que
órdenes, y no falta ni uno. 60 Trae- con juramento prometí yo a Abraham,
mos, pues, como ofrenda a Yave, Isac y Jacob, porque no han seguido
los objetos de oro que cada uno ha fielmente mis caminos, 12 fuera de
cogido; brazaletes, cadenas, anillos, Caleb, hijo de Jefone, el quenecita,
pendientes y collares, para hacer y Josué, hijo de Nun, que fielmente
la expiación por nosotros ante Yave.» lian seguido los caminos de Yave.
51 Moisés 13
y Eleazar, sacerdote, reci- Encendióse contra Israel la cólera
bieron de ellos el oro, todos objetos de Yave, y le ha hecho ir y venir
artísticamente trabajados. 52 Todo por el desierto durante cuarenta años,
el oro que presentaron a Yave, de hasta extinguirse toda la generación
parte de los cabos de los millares y que había obrado mal ante Yave.
de los cabos de las centenas, fué de 14 Y ahora vosotros sucedéis a vues-
dieciséis mil setecientos cincuenta si- tros padres, prole de pecadores, para
dos. 63 Los hombres de tropa tuvie- encender más todavía la cólera de
ron todos sus botín para cada uno. Yave contra Israel? 15 Porque si os
54 Mo sés
y Eleazar, sacerdote, to- negáis a seguirle, él seguirá dejando
mando el oro de los cabos de millares a Israel en el desierto, y seréis la
y de los cabos de centenas, lo llevaron causa de la ruina de todo el
al tabernáculo de la reunión, como pueblo.
memoria de los hijos de Israel ante 16 Ellos, acercándose a Moisés, le
Yave. dijeron: «Nosotros edificaremos aquí
apriscos para nuestros ganados y
-ciudades para nuestros niños; 17 pero
armados, iremos sin demora delante
División de la Transjordania. de los hijos de Israel, hasta que los
hayamos introducido en el lugar que
oo 1
Eran muy numerosos los re- ellos han de ocupar; nuestros hijos
0¿á baños de los hijos de Rubén quedarán en ciudades fortificadas a
y los de los hijos de Gad; extraordi- causa de los habitantes de esta tierra;
nariamente numerosos; 2 y viendo 18 pero nosotros no volveremos a
que la tierra de Jazer y la de Galad nuestras casas hasta que los hijos de
sería una tierra muy a propósito para Israel hayan tomado cada uno pose-
apacentarlos, vinieron a Moisés y a sión de su heredad, 19 pues.no que-
Eleazar y a los príncipes de la asam- remos tener heredad para nosotros
blea, y les dijeron: 3 «Alarot, Dibón, al otro lado del Jordán, ni más allá,
Jazer, Nemra, Hesebón, Eleale, Sa- porque tendríamos ya nuestra here-
bán, Nebo y Neón; 4 esa tierra que dad de este lado del Jordán, al orien-
Yave ha herido ante la congregación te.» 20 Moisés les dijo: «Si eso hacéis,
de Israel es tierra muy a propósito si armados para combatir ante Yave,
para los ganados, y vuestros siervos 21 todos vuestros hombres de guerra

los tienen. 6 Si, pues —
dijeron -,tus pasan el Jordán ante Yave, hasta
siervos han hallado gracia a tus ojos, que hayan arrojado de ante sí a sus
dése a tus siervos en heredad esta enemigos, 22 y no os volvéis a vuestras
tierra y no nos hagas pasar el Jordán. » casas hasta cjue la tierra quede some-
6
Moisés respondió a los hijos de tida a Yave, entonces inculpables se-
Gad y a los hijos de Rubén: «¿Van réis ante Yave y ante Tsrael, y esta
a ir a la guerra vuestros hermanos, tierra será vuestra posesión ante
y vais a quedaros vosotros aquí? Yave. 23 Pero si no hacéis lo que pro-
7
Por qué queréis desanimar a los metéis, pecaréis ante Yave, y estad
hijos de Israel, para que no pasen ciertos de que vuestro pecado os al-
a la tierra que les da Yave? 8 Así canzará. 24 Edificad, pues,' ciudades
17(1 NÚMEROS, 33

para vuestros hijos y apriscos para Las etapas del camino desde Egip-
vuestros ganados, y cumplid la pa- to al Jordán.
labra que ha salido de vuestra boca.»
25 Los hijos de Gad
y los hijos de QQ
u
1 He aquí las estaciones de los
Rubén dijeron a Moisés: «Tus sier- hijos de Israel, cuando salie-
vos harán cuanto mi señor les mande; ron según sus escuadras de la tierra
26 nuestros hijos de Egipto, conducidos por Moisés
y nuestras mujeres,
nuestros rebaños y nuestros ganados, y Arón. 2 Moisés describió su salida
quedarán en las ciudades de Galad; según sus estaciones a voluntad de
27 y tus siervos, todos nuestros hom- Yave, y son éstas las estaciones de
bres, armados para el combate, ire- su salida: 3 Partieron de Rameses
mos a la guerra ante Yave, como mi el primer mes, el día quince del
señor lo ha dicho.» 28 Entonces dió primer mes. Al día siguiente a la
Moisés órdenes acerca de ellos a pascua, los hijos de Israel salieron
Eleazar, sacerdote, a Josué, hijo de con mano alzada, a la vista de todos
Nun, y a los jefes de familia de las los egipcios. 4 Los egipcios estaban
tribus de Israel, 29 diciendo: «Si los sepultando a sus primogénitos, que
hijos de Gad y los hijos de Rubén había herido Yave entre ellos, ha-
pasan con vosotros el Jordán con ciendo así justicia conlra sus dioses.
5 Partieron, pues, los hijos
todos sus hombres armados, para de Israel
combatir ante Yave, una vez con- dé Ráméses y acamparon en Sucot.
quistada la tierra les daréis por here- 6
Partidos de Sucot, acamparon en
dad la tierra conquistada de Galad; Etam, que está en el extremo del
30 pero si no pasan con vosotros ar- desierto. 7 Partidos de Etam, volvie-
mados, se establecerán en medio de ron hacia Piajirot, que está frente a
vosotros en la tierra de Canán.» Balsefón, y acamparon frente a Mig-
31 Los hijos de Gad dol. 8 Partidos de Piajirot, pasaron
y los hijos de
Rubén respondieron: «Haremos lo que por en nudio del mar hacia el de-
Yave ha dicho a sus siervos. 32 Pa- sierto, e hicieron tres días de camino
saremos armados ante Yave a la en el desierto de Etam, y acamparon
tierra de Canán, y la posesión de en Mará. 9 Partidos de Mará, llega-
nuestra heredad quedará del lado acá ron a Elim, donde había doce fuentes
del Jordán.» y setenta palmeras, y acamparon allí.
33
Moisés dió a los hijos de Gad, 10 Partidos de Elim, acamparon junto

a los de Rubén y a la media tribu de al Mar Rojo. 11 Partidos del Mar


Manasés, hijo de José, el reino de Rojo, acamparon en el desierto de
Seón, rey de los amorreos, y el reino Sin. 12 Partidos del desierto de Sin,
de Og, rey de Basán; la tierra con sus acamparon en Dafca. 13 Partidos de
ciudades y el territorio en torno de Dafca, acamparon en Alus. 14 Par-
las ciudades. 34 Los hijos de Gad tidos de Alus, acamparon en Rafi-
edificaron Dibón, Atarot, Aroer, dim, donde no había agua para que
85 Atarot-Sofan, Jazer, Jegboa, 36 Bet- bebiera el pueblo. 15 Partidos de Ra-
nimra, y Betoron, ciudades fuertes, fidim, acamparon en el desierto del
e hicieron apriscos para sus ganados. Sinai. 18 Partidos del desierto del
37 Los hijos de Rubén edificaron He- Sinaí, acamparon en Quibrotatava.
sebón, Eleale, Cariataim, 38 Nabo y 17 Partidos de Quibrotatava, acam-

Balineón, cuyos nombres fueron mu- paron en Jaserot. 18 Partidos de Ja-


dados, y Sebama, y dieron nuevos serot, acamparon en Retina. 19 Par-
nombres a las ciudades que edifi- tidos de Retma, acamparon en Remón
caban. Pares. 20 Partidos de Remón Pares,
39 Los hijos de Maquir, hijo de acamparon en Lebna. 21 Partidos de
Manasés, marcharon contra Galad, y Lebna, acamparon en Resa. 22 Par-
conquistándola, arrojaron a los amo- tidos de Resa, acamparon en Quelata.
rreos que allí estaban. 40 Moisés dió 23 Partidos de Quelata, acamparon

Galad a Maquir, hijo de Manasés, en el monte Sefer. 24 Partidos del


que se estableció allí. 41 Jair, hijo de monte Sefer, acamparon en Jarada.
Manasés, marchó también y se apo- 25 Partidos de Jarada, acamparon en

deró de sus burgos, que llamó Javot Maquclot. 24 Partidos de Maquelot,


Jair. 42 También marchó Nobaj y acamparon en Tajat. 27 Partidos de
se apoderó de Canat y de las ciudades Tajat, acamparon en Taraj. 28 Par-
de ella dependientes, llamándola de tidos de Taraj, acamparon en Mitca.
29 Partidos
su nombre, Nobaj. de Mitca, acamparon en
NÚMEROS, 34 171

Jasmona. 30 Partidos de Jasmona, ,


que en suerte le tocare a cada una,
acamparon en Moserot. 31 Partidos ¡
esa será su heredad, y la recibiréis
de Moserot, acamparon en Bene Jacán. j
en posesión según vuestras tribus pa-
32 Partidos de Bene Jacán, acampa- triarcales. 88 Si no arrojáis de de-
ron en Jor Agadgad. 33 Partidos de lante, de vosotros a los habitantes de
Jor Agadgad, acamparon en Jatbata. la tierra, los que de ellos dejéis en
34 Partidos de Jatbata, acamparon medio de vosotros serán como espi-
35 Partidos de Ebrona, nas en vuestros ojos y aguijón en
en Ebrona.
acamparon en Asiongaber. 36 Partidos vuestros flancos, y os hostilizarán en
de Asiongaber, acamparon en el de- la tierra que vais a habitar, 86 y yo
sierto de Sin, que es Cades.
37 Par- mismo os trataré a vosotros como
tidos de Cades, acamparon en el había resuelto tratarlos a ellos.»
monte Or, al extremo de la tierra de
Edom. 38 Arón, sacerdote, subió al
monte Or por orden de Yave, y murió Las fronteras.
allí el año cuadragésimo después de
la salida de la tierra de Egipto, el O 4 1
Yave habló a Moisés, dicien-
2
quinto mes, el primero del mes. do: «Habla a los hijos de
39 Tenía Arón ciento veintitrés años Israel y diles: Cuando hayáis entrado
cuando murió en la cima del monte en Canán, he aquí el terri-
la tierra de
Or. 40 Fué entonces cuando el cana- torioque será vuestra parte: la tierra
neo, rey de Arad, que habitaba el de Canán según sus fronteras: 3 Del
Ñegueb, en la tierra de Canán, tuvo lado meridional, irá por el desierto de
conocimiento de la llegada de los Sin a lo largo de Edom, y vuestra
hijos de Israel. 41 Partidos del monte frontera meridional arrancará del ex-
Or, acamparon en Salmona. 42 Par- tremo del mar de sal, a oriente; 4 se
tidos de Salmona, acamparon en inclinará al sur, por la subida de
Punón. 43 Partidos de Punón, acam- Acrobim, pasará por Sin, llegando
paron en Obot. 44 Partidos de Obot, hasta el mediodía de Cades Barne,
acamparon en Jabarín en los confines y continuará por Jatsar Adar, pa-
de Moab. 45 Partidos de Jabarín, : sando por Asemón, 8 y desde Asemón
acamparon en Dibon Gad. 46 Partidos irá hasta el torrente de Egipto, para
de Dibon Gad, acamparon en Elmon morir en el mar. 6 Por frontera occi-
Deblataim. 47 Partidos de Elmon dental tendréis el Mar grande, que
Deblataim, acamparon en los montes por este lado os servirá de confín.
de Abarim, frente a Nebo. 48 Parti- 7
El confín septentrional será éste:
dos de los montes de Abarim, acam- A partir del Mar grande, le trazaréis
paron en los llanos de Moab, junto por el monte Or; 8 del monte Or le
49
al Jordán, frente a Jericó; acam- llevaréis hasta la entrada de Jamat,
paron a lo largo del Jordán, desde llegando a Jedada, 9 y continuará por
Bet Jcsinot hasta Abelsetim, en los Zeírón, para terminar en Hatsar Enón:
llanos de Moab. éste será vuestro confín septentrional.
10 La frontera oriental la llevaréis
desde Jasar Enán a Sefama; 11 bajará
Distribución de la tierra pro- de Sefama a Rebla, al este de Ain,
metida. descendiendo de aquí al oriente hasta
el Mar de Queneret, 12 y llegando
50 En los llanos de Moab habló hasta el Jordán, seguirá a lo largo de
Yave a Moisés, diciendo: 51 «Di a éste, para morir en el Mar de sal.
los hijos de Israel: Cuando hubiereis Esta será vuestra tierra y las fron-
pasado Jordán para la tierra de
el teras que la rodearán.
52 13
Canán, arrojad de delante de vos- Moisés dió esta orden a los hijos
otros a todos los habitantes de la |
de Israel: «Esta es la tierra que por
tierra, 63 y destruid todas sus escul- suertes habéis de distribuir y que
turas y todas sus imágenes fundidas, j
Yave ha ordenado dar a las nueve
y devastad todos sus excelsos. 54 To- y media tribus; 14 porque la tribu de
mad posesión de la tierra y habitadla, los hijosde Rubén y la de los hijos
pues para que la poseáis os la doy. de Gad han recibido ya su heredad
Distribuidla por suerte entre las fa- según sus familias, y la media tribu
milias.A las más numerosas les daréis I de Manasés ha recibido también la
mayor heredad, y una más pequeña suya. 18 Estas tribus y la media
heredad a las menos numerosas. La |
Lienen ya su heredad al lado de allá
172 NÜMEROS, 35

del Jordán, frente a Jericó, al oriente.» con sus lugares de pasto. En cuanto
lsHabló Yave a Moisés, diciendo: a las ciudades que de los hijos de
17 «He aquí los nombres de los que Israel habéis de dar a los levitas,
han dé hacer la distribución de la 8
tomaréis más de los que tengan más,
tierra entre vosotros: Eleazar, sacer- y menos de los que tengan menos.
dote, y Josué, hijo de Nun. 18 Toma- Cada uno cederá para los levitas sus
réis también un príncipe de cada ciudades en proporción de la heredad
tribu para distribuiros la tierra. 19
He que haya recibido.
aquí los hombres de éstos: Por la
tribu de Judá, Caleb, hijo de Jefone;
20 por la tribu de los hijos de Simeón,
Ciudades de refugio.
Samuel, hijo de Amiud; 21 por la tribu
de Benjamín, Elidad, hijo de Caselón; Yave habló a Moisés, diciendo:
9
22 10
por la tribu de los hijos de Dan, «Habla a los hijos de Israel y diles:
23 por
el príncipe Boqui, hijo de .Togli; Cuando hayáis pasado el Jordán, en
la tribu de los hijos de Manasés, el la tierra de Canán, 11 elegiréis ciuda-
príncipe Janiel, hijo de Efod; 24 por des que sean para vosotros ciudades
la tribu de los hijos de Efraím, el
'

de refugio, donde pueda refugiarse el


príncipe Gamuel, hijo de Seftán; homicida que hubiere muerto a algu-
28 por la tribu de los hijos de Za- no sin querer. 12 Estas ciudades os
bulón, el príncipe Elisafán, hijo de servirán de asilo contra el vengador
Parmac; 26 por la tribu de los hijos de la sangre, para que no sea muerto
de Isacar, el príncipe Paltiel, hijo el homicida antes de comparecer en
de Ozán; 27 por la tribu de los hijos juicio ante la asamblea. 13 Las ciu-
de Aser, el príncipe Ajiud, hijo de dades a esto destinadas serán seis,
Salomí; 28 por la tribu de los hijos que serán para vosotros ciudades de
14 Destinaréis tres del lado
de Neftalí, el príncipe Pedael, hijo de refugio.
Amiud. 29 Estos son aquellos a quie- de allá del Jordán, y tres en la tierra
nes manda Yave distribuir la tierra de Canán, para ciudades de refugio,
de Cauán entre los hijos de Israel. 15 para los hijos de Israel, para el
extranjero y para el que habita en
medio de vosotros, para que quien
Las ciudades levilicas. haya matado a alguno sin querer,
pueda refugiarse en ellas. 16 Si le
9C Habló Yave a Moisés en los
1 hirió con instrumento de hierro y
**** llanos de Moab, junto al Jordán, se sigue la muerte, es homicida, y el
frente a Jericó, diciendo: 2 «Manda í matador será muerto; 17 lo mismo si
a los hijos de Israel que de la heredad ! le hirió con piedra en la mano, capaz
de su posesión, cedan a los levitas 1

de causar la muerte, y ésta se sigue;


ciudades, en las que puedan habitar. i es homicida y será castigado con la
Dadles también lugares de pastos en muerte; 18 lo mismo si le hirió mane-
los contornos de esas ciudades. 3 Que '
jando un instrumento de madera,
tengan ciudades en que habitar y capaz de producir la muerte y ésta
pastos para sus animales, para sus : se sigue; es homicida y será muerto.
19
ganados y para todas sus bestias. '

El vengador de la sangre matará


* Los lugares de pastos en torno de por sí mismo al homicida, cuando le
las ciudades que daréis a los levitas, ;

encuentre, le matará. 20 Si por odio


serán: a partir de los muros de la le derribó o le arrojó de propósito
ciudad, para afuera, de mil codos en i
encima alguna cosa y se sigue la
torno; 6 y la extensión de fuera de
1

muerte, 21 o si por odio le golpea con


la ciudad, dos mil codos a la parte i
las manos y se sigue la muerte, el
de oriente, dos mil codos a la parte que hirió scíá castigado con la muer-
del mediodía, dos mil codos a la te: es homicida. El vengador de la
parle de occidente y dos mil codos a sangre le matará cuando le encuentre.
22
la parte del norte, quedando en medio Mas si, al contrario, por azar, sin
la ciudad. Estos serán los lugares de I odio, le derriba o le arroja encima
pastos de sus ciudades. 6 De las ciu- alguna cosa sin querer, 23 o sin verle
dades mismas que daréis a los levitas, le encima una piedra que puede
tira
seis serán las ciudades de refugio, causar la muerte, y la muerte se
donde pueda refugiarse el homicida; sigue, sin que fuera su enemigo, ni
y las otras, cuarenta y dos en número; buscase su mal, 24 juzgará la asam-
7
en total, cuarenta y ocho ciudades blea entre el que hirió y entre el
NÚMEROS, 36 173

vengador de la sangre, según las ron diciendo: «Yave ha mandado a


levos. 28 La asamblea librara al ho- mi señor dar por suertes la tierra de
micida del vengador de la sangre, le heredad a los hijos de Israel; mi
volverá a la ciudad de asilo donde señor ha recibido también orden de
se refugió, y allí morará hasta la dar la heredad de Salfad, nuestro
muerte del sumo sacerdote ungido hermano, a sus hijas. 3 Si ellas se
con elóleo sagrado. 26 Si homicida casan con uno de otra tribu de los
el
sale del territorio de la ciudad de hijos de Israel, su heredad se sus-
asilo en que se refugió, 27 y el venga- traerá a la heredad de nuestros pa-
dor de la sangre le encuentra fuera dres, yendo a aumentar la heredad
del territorio de su ciudad de refu- de la tribu a que ellos pertenezcan,
|

gio, y le mata, no será responsable y disminuirá lo que nos haya tocado


de su muerte; 28 porque el homicida en suerte. 4 Y aun cuando llegase el
debe morar en su ciudad de refugio jubileo para los hijos de Israel, la
hasta la muerte del sumo sacerdote, heredad quedaría añadida a la de la
y muerto ya el sumo sacerdote, podrá tribu a que pertenezcan y sustraída
retornar a la tierra donde está su de la de la tribu de nuestros padres.»
5 Moisés, por
posesión. mandato de Yave,
29
Estas disposiciones serán normas di ó esta orden a los hijos de Israel:
de derecho, y para todas vuestras «La tribu de los hijos de José dice
generaciones, en todas vuestras habi- bien. He aquí lo que respecto de las
taciones. 30 En todo caso de homi- hijas de Salfad 6 manda Yave: Po-
cidio, a deposición de testigos se qui- drán casarse con quien quieran, siem-
tará la vida al homicida; un testigo pre que sea dentro de una de las
sólo no basta para deponer contra familias de la tribu de sus padres.
uno y condenarle a muerte. 31 No 7 La heredad de los hijos de Israel
aceptaréis rescate por la vida del ho- no pasará de tribu a tribu, porque los
micida que deba ser condenado a hijos de Israel han de quedar ligados
muerte: ha de ser muerto. 32 Tampoco cada uno a la heredad de la tribu de
aceptaréis rescate para dejar salir al sus padres. 8 Toda hija que posea
refugiado de su ciudad de asilo y habi- una heredad en alguna de las tribus
tar en su tierra antes de la muerte de los hijos de Israel, tomará por
del sumo pontífice. 33 No dejéis que marido un hombre de una de las
se contamine la tierra en que habitéis; familias de la tribu de su padre,
porque la sangre contamina la tierra para que los hijos de Israel conser-
y no puede la tierra purificarse de la ven cada uno la heredad de sus pa-
sangre en ella vertidá, sino con la dres. 9 Ninguna heredad pasará de
sangre de quien la derramó. 34 No una tribu a otra tribu, sino que cada
profanéis la tierra que habitéis, donde una de las tribus de Israel estará
habitaré yo también, porque yo soy ligada a su heredad.
Ya ve, que habita en medio de los !
10 Como se lo ordenó Yave a Moi-
hijos de Israel.» sés, así lo hicieron las hijas de Salfad,
I

11 Majla, Tersa,
i
Jegla, Melca y Noa,
hijas de Salfad, se casaron con hijos
i

La heredad de las mujeres. I


de sus tíos. 12 Se casaron en las fa-
I milias de los hijos de Manasés, hijo
O/: 1
Presentáronse ante Moisés y I de José, y su heredad quedó en la
ante los príncipes jefes de las |
tribu de la familia de su padre.
casas de los hijos de Israel, los jefes 13
Estas son las órdenes y las leyes
de las casas de los hijos de Galad, i
que dió Yave, por Moisés, a los hijos
hijo de Maquir, hijo de Manasés, de I
de Israel en los llanos de Moab, junto
entre las familias de José, 2 y habla- ! al Jordán, frente a Jericó.
DEUTERONOMIO
DISCURSO PRIMF.RO Mirada retrospectiva. La elección
de los jueces.
Proemio. (Exod. 18, 13-26.)

1 1 Estas son las palabras que diri- 6


Yave, nuestro Dios, nos habló
1 a todo Israel, al otroj en Horeb, diciendo: «Ya habéis mo-
gió Moisés
lado del' Jordán, en el desierto, en rado bastante tiempo en este monte;
el Araba, que está frente a Suf, en- 7
Ea, levantad el campamento: id
tre Faran, Tofel, Labán, Jasero y a las montañas de los amorreos y
Dirab 2 a diez jornadas de camino de todos sus otros habitantes; al
del Horeb a Cadesbarne, por el ca- Araba, a la Montaña, a la Sefela,
mino de los montes de Seir. al Negueb, a las costas del mar, a
3
El año cuarenta, el undécimo la tierra de los cananeos y al Líbano
mes, el día primero del mes, había) hasta el gran río, el Eufrates. 8 Yo os
hablado Moisés a los hijos de Israel entrego esa tierra; id y tomad pose-
de todo aquello que Yave le man- sión de la tierra que a vuestros padres
dara hacer respecto de ellos, 4 después juró Yave darles, a ellos y a su des-
de haber sido derrotados Seón, rey cendencia después de ellos.»
9
de los amorreos, que habitaba en Entonces os hablé así: «Yo no
Hesebón, y Og, rey de Basán, que puedo por mí solo soportaros. 10 Yave,
habitaba en Astarot y Edrai. vuestro Dios, os ha multiplicado hasta
5
Al lado de allá del Jordán, en el punto de ser hoy tan numerosos
11
tierra de Moab, púsose Moisés a in- como las estrellas del cielo. Que
culcarles esta ley, y dijo: Yave, Dios de vuestros padres, os
170 DEUTERONOMIO, 1

multiplique mil veces os ben- Dios. 26 Sin embargo, vosotros os


más y i

diga, como él os ha prometido. negasteis a subir y fuisteis rebeldes


lo
12 Pero, ¿cómo soportar yo, por mí
a las órdenes de Yave, vuestro Dios.
solo, vuestra carga, vuestro peso y 27 Murmurasteis en vuestras tiendas,
13
vuestras lites? Elegid de vuestras diciendo: Nos odia Yave y por eso
tribus hombres sabios, inteligentes, nos ha sacado de Egipto, para entre-
probados, para cpie yo los constituya garnos en manos de los amorreos y
sobre vosotros. 14 Y vosotros me res- destruirnos. 28 ¿A dónde vamos a
pondisteis: Está bien lo que nos subir? Nuestros hermanos nos han
mandas hacer. 15 Entonces tomé yo acobardado, al decirnos: Es una gente
a cincuenta de los principales de más numerosa y de mayor estatura
vuestras tribus, hombres sabios y que nosotros; son grandes sus ciu-
probados, y los constituí vuestros dades, y las murallas de éstas se
cabos, jefes de millar, de centena, de alzan hasta el cielo, y hasta gigantes
cincuentena y de decena, y magis- hemos visto allí, los hijos de Enac.
trados en vuestras tribus. 16 Al mis- 29 Yo os dije: No os acobardéis, no
mo tiempo di a vuestros jefes este les tengáis miedo; 30 Yave, vuestro
mandato: «Oíd a vuestros hermanos, Dios, que marcha delante de vos-
juzgad según justicia las diferencias otros, combatirá él mismo por vos-
que pueda haber o entre ellos o con otros, según cuanto por vosotros a
peregrinos. 17 No atenderéis en vues- vuestros mismos ojos hizo en Egipto
tros juicios a la apariencia de las 31 y en el desierto, por donde has
personas; oíd a los pequeños, como a visto cómo te ha llevado Yave, tu
los grandes, sin temor a nadie, por- Dios, como lleva un hombre a su
que de Dios es el juicio; y si alguna hijo, por todo el camino que habéis
causa halláis demasiado difícil, lle- recorrido, hasta llegar a este lugar.
vádmela a mí para que yo la co- 32 Con todo, vosotros ni por esto
nozca. 18 Entonces os mandé cuanto confiasteis en Yave, vuestro Dios,
en esto habíais de hacer. 33 que delante
de vosotros marchaba
por el camino, buscándoos los luga-
res de acampamento, en fuego du-
En Cadesbarnc. (Núm. 13.) rante la noche, para mostraros el
camino que había.s de seguir, y
19
Partidos de Horeb, atravesamos en nube durante el día. 34 Yave oyó
todo el vasto y horrible desierto el rumor de vuestras palabras, y
que habéis visto, en dirección a las montando en cólera juró, diciendo:
36Ninguno de los hombres de esta
montañas de los amorreos, como nos
lo había mandado Yave, nuestro perversa generación llegará a la buena
Dios, y llegamos a Cadesbarnc. 20 En- tierra que yo juré dar a vuestros
tonces os dije: Habéis llegado ya a padres, 34 excepto Caleb, hijo de
las montañas de los amorreos, que Jefone; éste la verá, y yo le daré
Yave vuestro Dios va a daros. a él y a sus hijos la tierra que él ha
21 pisado, porque ha seguido fielmente
Mira; Yave, tu Dios, te da en
posesión esa tierra; sube y apodé- a Yave.
37
rate de ella, conforme a la promesa Yave se irritó también contra
que te ha hecho Yave, Dios de tus mí por vosotros, y dijo: Tampoco
padres. No temas, no te acobardes. tú entrarás en ella. 38 Josué, hijo de
22 Pero os presentasteis a mí todos, Nun, tu lugarteniente, entrará; for-
para decirme: Mandemos por de- talécele, porque él ha de poner a
lante hombres que nos exploren la Israel en posesión de esa tierra.
tierra y nos informen acerca del
39
Y vuestros niños, de quienes habéis
camino por donde debemos subir y dicho que serían presa del enemigo;
de las ciudades a donde hemos de vuestros hijos, que no distinguen
llegar. 23 Parecióme bien la pro- hoy todavía entre el bien y el mal,
puesta, y tomé de entre vosotros serán los que entren, a ellos se la
doce, uno por cada tribu. 24 Partieron, daré y ellos la poseerán. 40 Vosotros
y después de atravesar la parte mon- volveos y partid por el desierto,
tuosa, llegaron al valle de Escol y camino del Alar ROJO.
41
le exploraron. 25 Cogieron frutos de Vosotros respondisteis, dicién-
los de la tierra para traérnoslos; y dome: Hemos pecado contra Yave;
nos dijeron en su relato: Es una buena queremos subir y combatir como
ierra la que nos da Yave, nuestro Yave, nuestro Dios, ha mandado
DEUTERONOMIO, 2 17/

Y ciñéndoos vuestras armas, os dis- sión. 10 Antes habitaron allí los #

pusisteis inconsideradamente a subir emitas, pueblo grande, numeroso, de'


a la montaña. 48 Yave me dijo: alta talla, como los enaquitas; 11 tam-
Diles: No subáis y no combatáis, bién ellos, como los enaquitas, pasa-
porque yo no iré en medio de vosotros; ban por refaítas, pero los moabitas
no os hagáis derrotar por vuestros lesdaban el nombre de Emim. 12 Por
enemigos. 43 Yo os lo dije; pero vos- lo contrario, en Seir habitaron antes
otros no me escuchasteis, os resistis- los joritas; pero los hijos de Esaú los
teis a las órdenes de Yave; y fuisteis desposeyeron, y exterminándolos, se
tan presuntuosos, que os empe- establecieron en su tierra, como lo
ñasteis en subir a la montaña. 44 En- hace Israel en la tierra de su pose-
tonces los amorreos que habitan en sión, que le da Yave.
13 Ahora, pues, levantaos
esas montañas salieron contra vos- y atra-
otros, y os persiguieron como per- vesad el Zared. Y atravesamos el
siguen las abejas; os derrotaron en torrente Zared. 14 El tiempo que
Seir hasta Jorma. 45 Vinisteis y llo- duraron nuestras marchas desde Ca-
rasteis ante Yave; pero Yave no desbarne al torrente Zared fué de
escuchó vuestra voz, no os dió oídos. treinta y ocho años, hasta que hubo
46 Así estuvisteis tanto tiempo en desaparecido toda la generación de
Cades, todo el tiempo que allí habéis hombres de guerra de en medio del
morado. campamento, como Yave se lo ha-
bía jurado. 15 La mano de Yave pesó
sobre ellos en el campamento, hasta
A través del desierto hacerlos desaparecer a todos.
(Núm. 16 Cuando muerte hubo hecho
20, 14-21, 20.) la
desaparecer de en medio del pueblo a
1
Mudando de dirección, partimos todos aquellos hombres de guerra,
2 por el desierto, camino del Mar 17 me habló Yave, diciendo: 18 Hoy

Rojo, como Yave me lo había orde- vas a pasar la frontera de Moab, el


nado; y anduvimos largo tiempo, Ar, y vas a acercarte a los hijos de
dando vueltas en torno a las mon- Ammón, pero sin pasar sus confines.
tañas de Seir. 2 Yave me dijo: 3 Harto 18 No los ataques
y no les hagas la
tiempo habéis estado rodeando estas guerra, porque yo no he de darte
montañas; volved a tomar la direc- en posesión nada de la tierra de los
ción norte. 4 Da esta orden al pueblo: hijos de Ammón. Se la he dado en
Vais a pasar por la frontera de vues- posesión a los hijos de Lot. 20 Tam-
tros hermanos, los hijos de Esaú, bién era tenida esta tierra por tierra
que habitan en Seir. Ellos os temerán; de refaim; habitaron antes allí los
pero guardaos bien 5 de tener querellas refaim, que los amonitas llamaban
con ellos, porque yo no os daré zomzomin, 21 pueblo grande, nume-
nada de su tierra, ni siquiera lo que roso, de alta talla, como los enaquim.
puede pisar la planta de un pie. Yave los destruyó ante los amonitas,
Yo he dado a Esaú las montañas que los expulsaron y se establecie-
de Seir en posesión. 6 Compraréis de ron en su tierra. 22 Lo mismo hizo
ellos a precio de plata los alimentos Yave por los hijos de Esaú, que habi-
que comáis y aun el agua que bebáis; taban en Seir, destruyendo ante ellos
7
porque Yave, tu Dios, te ha ben- a los jórreos; los expulsaron y se
decido en todo el trabajo de tus manos establecieron en su lugar hasta el
y te ha provisto en tu viaje por este día de hoy.
23
vasto desierto, y ya desde cuarenta Los geteos, que habitaban en
años ha está contigo Yave, sin que chozas hasta Gora, fueron destruí-
nada te haya faltado. 8 Pasamos, pues, dos por los caftorim, que salidos de
flanqueando a nuestros hermanos, Caftor, se establecieron en su lugar.
que habitan en Seir, camino del Araba 24 Levantaos,
pasad el torrente del
a Elat y a Asiongaber, y dando Arnón; yo entrego en tus manos a
vuelta, avanzamos por el camino del Seón, rey de Hesebón, amorreo, con
desierto de Moab! su tierra; comienza la conquista;
9
me dijo Yave: No hos-
Entonces hazle la guerra. 24 Aquel día comenzó
tiguéisa los moabitas y no trabéis a extenderse el terror y el miedo a ti,
lucha con ellos, pues no he de darte entre los pueblos que hay bajo el
nada de su tierra en posesión; he cielo; al oír hablar de ti temblarán
dado a los hijos de Lot el Ar en pose- y se dolerán.

13
178 DEUTERONOMIO, 3

Victoria sobre Seón y Og, y con- taste a Seón, rey de los amorreos,
j

quista de sus territorios. I


que habitaba en Hesebón. 3 Y Yave,
(Núm. 21, 21-35). nuestro Dios, entregó también en
nuestras manos a Og, rey de Basán,
26
Entonces, desde el desierto de con todo su pueblo, y los derrota-
Cademot mandé embajadores a Seón, mos hasta destruirlos, 4 devastando
rey de Hesebón, que le dijeran en todas sus ciudades, sin quedar lugar
términos amistosos: 27 Déjame atra- de habitación que nos escapara; sesen-
vesar tu territorio, seguiré siempre el ta ciudades, toda la región de Argob,
camino, sin apartarme ni a la dere- el reino de Og, en Basán. 6 Todas
cha ni a la izquierda; 28 me venderás estas ciudades, que estaban amura-
por dinero los víveres que coma, y lladas con muy altas murallas, con
por dinero me darás el agua que beba; puertas y cerrojos, sin contar las
déjame sólo atravesar a pie, 29 como ciudades abiertas, que eran en gran
lo han hecho ya los hijos de Esaú, número, 6
las dimos al anatema,
que habitan en Seir, y los moabi- como habíamos hecho con Seón, rey
tas, que habitan en el Ar, hasta que, de Hesebón, dando al anatema ciu-
a través del Jordán, llegue a la tierra dades, hombres, mujeres y niños,
7
que Yave, nuestro Dios, nos da. pero conservamos para nosotros
30 Pero Seón, rey de Hesebón, no todo el ganado y el botín de las ciu-
quiso dejarnos pasar por su terri- dades.
torio, porque Yave, tu Dios, hizo 8
Tomamos, pues, entonces a los
inflexible su espíritu y endureció dos reyes de los amorreos toda la
su corazón, para entregarle en tus tierra del lado de allá del Jordán,
manos, como hoy lo está. 31 Yave desde el torrente del Arnón hasta
me dijo: Comienzo ya por entre- el monte Hermón. * Los sidonios al
garte a Seón y su tierra. Emprende Hermón le llaman Sarión, y los amo-
la conquista, para apoderarte de ella. rreos Sanir. 10 Todas las ciudades
32 Salió Seón a nuestro encuentro del llano, todo Galad y todo Basán,
con toda su gente, para darnos la hasta Selja y Edrai, capitales del
batalla en Jasa. 33 Yave, nuestro reino de Og, en Basán, " pues Og,
Dios, nos lo entregó, y le derrotamos rey de Basán, era el solo que de la
a él, y a todo su pueblo.
a su hijo raza de los refaim quedaba; su lecho,
34 Tomamos sus ciudades y
todas lecho de hierro, se ve en Rabat de
dimos al anatema todos sus lugares los hijos de Ammón, largo de nueve
de habitación, con las mujeres y los codos y de cuatro codos ancho,
niños, sin dejar con vida uno sólo. codos humanos.
35 Sólo tomamos para nosotros los
ganados y los despojos de las ciuda- Distribución de lo conquistado.
des que habíamos conquistado. 36 Des- (Núm. 32.)
de Aroer, que está al borde del valle
del Arnón, y desde las ciudades 12 Tomamos posesión de la tierra
que están en el valle, hasta Calad, que di a los rubenitas y a los gadi-
no hubo ciudad suficientemente fuerte tas, a partir de Aroer, en el valle
para poder resistirnos; Yave, nues- del Arnón, así como la mitad de la
tro nos las entregó todas.
Dios, montaña de Calad con sus ciudades.
37 13
Pero no te acercaste a la tierra de Di a la mitad de la tribu de Ma-
los hijos de Ammón, ni a ningún lugar nases el resto de Galad y toda la parte
de la orilla derecha del torrente de Basán que pertenecía al reino de
de Jaboc, ni a las ciudades de la Og: toda la región de Argob, todo
montaña, ni a ninguno de los luga- el Basán, lo que hoy se llama tierra
res de que Yave, nuestro Dios, te de refaim. 14 Jair, hijo de Manasés,
había prohibido apoderarte. obtuvo toda la región de Argob
hasta la frontera de los gesuritas y
Q 1 Volviéndonos, subimos por el de los macacitas, y dió su nombre a
*
camino de Basan; y Og, rey de los burgos de Basán llamados hasta
Basán, nos salió al encuentro con hoy Jovot-Jair. 15 A Maquir le di
toda su gente, para darnos la ba- Galad; 16 a los rubenitas y a los gadi-
talla en Edrai. 8 Yave me dijo: tas les di una parte de Galad y hasta
No le temas, le he entregado en el torrente Arnón, sirviendo de límite
tus manos, a él, a todo su pueblo el medio del valle, y hasta el torrente
y su territorio; trátalo como tra- de Jaboc, frontera de los hijos de
DEUTERONOMIO, 4 179

Ammón, 17 como también el Araba, Exhortación a la observancia de


con el limite, desde Que-
Jordán por la ley.
neret hasta el mar del Araba, el
mar de sal, al pie de las faldas del 1 Ahora, pues, Israel, guarda las
Pasga, a oriente. 4 leyes y mandamientos que yo
18 Entonces os di yo esta orden: te inculco, y ponías por obra, para
Yave, vuestro Dios, os ha dado esa que vivas, y entréis y os posesionéis
tierra para que sea posesión vuestra; I
de la tierra que os da Yave, Dios de
2 No añadáis
y vosotros todos, hombres robustos, vuestros padres. nada
marcharéis delante de vuestros her- a lo que yo os prescribo, ni nada qui-
manos, los hijos de Israel; 19 sólo téis, sino guardad los mandamientos
vuestras mujeres, vuestros niños y de Yave que yo os prescribo. 3 Con

——
vuestros ganados yo sé que tenéis vuestros ojos habéis visto lo que hizo
muchos ganados se quedarán en las Yave por lo de Baal Fogor. A cuantos
ciudades que os he dado, 20 hasta se fueron tras Baal Fogor, los exter-
que Yave conceda quieta morada a minó Yave, vuestro Dios, de en
vuestros hermanos, como a vosotros, medio de vosotros. 4 Por lo contrario,
y tomen también ellos posesión de vosotros, los que fuisteis fieles a
la tierra que Yave, vuestro Dios, Yave, vuestro Dios, estáis todavía
les da, al otro lado del Jordán. Vol- vivos todos. 5 Mirad: Yo os he ense-
veréis entonces cada uno a la here- ñado leyes y mandamientos, como
dad que os he dado. Yave, mi Dios, me los ha enseñado
21 Entonces
di también órdenes a a mí, para que los pongáis por obra
Josué, diciendo: Con tus ojos has en la tierra en que vais a entrar,
visto todo lo que Yave, vuestro Dios, para poseerla. 6 Guardadlos y poned-
ha hecho con esos dos reyes; así hará los por obra, pues en ellos está
Yave también a todos los reinos vuestra
sabiduría (1) y vuestro
contra los cuales vas a marchar. entendimiento a los ojos de los pue-
22 No
los temas, que Yave, vuestro blos, que al conocer todas esas leyes,
Dios, es quien combate por vosotros se dirán: Sabia e inteligente es, en
verdad, esta gran nación. 7 Porque
¡Moisés, privado de entrar en la ¿cuál es en verdad la gran nación
tierra prometida . que tenga dioses que a ella se acer-
(Núm. 27, 12 sgs.) quen, como Yave, nuestro Dios se
acerca a nosotros, siempre que le
23
Entonces pedí yo a Yave mise- invocamos? 8 ¿Y cuál la gran nación
ricordia, diciendo: 24 ¡Señor, Yavel que tenga leyes y mandamientos jus-
Tú has comenzado a mostrar a tu tos, como toda esta ley que yo os
siervo tu grandeza y tu potente propongo hoy? 9 Cuida, pues, con
brazo; pues ¿qué Dios hay, ni en gran cuidado, no olvidarte de cuanto
los cielos ni en la tierra, que pueda con tus ojos has visto, y no dejarlo
hacer las obras que tú haces y tan escapar de tu corazón por todos los
poderosas hazañas? 25 Déjame, te días de tu vida; antes bien, enséña-
pido, atravesar, para que pueda ver selo a tus hijos y a los hijos de tus
la excelente tierra del lado de allá hijos. 10 Acuérdate del día en que
del Jordán, esas hermosas monta- estuviste ante Yave, tu Dios, en
ñas del Líbano. 26 Pero Yave, como Horeb, cuando Yave me dijo: Con-
fuera de sí por causa vuestra, no voca al pueblo a asamblea, para que
me escuchó; antes bien me dijo: yo le haga oír mis palabras, y sepan
Basta, no vuelvas a hablarme de temerme todos los días de su vida
eso; 27 sube a la cima del monte
. sobre la tierra, y se lo enseñen a sus
Pasga y dirige tus ojos hacia el occi- hijos. 11 Vosotros os acercasteis, que-
dente, el septentrión, el mediodía y dándoos en las faldas del monte,
el oriente, y contémplala con tus mientras éste ardía en fuego, cuyas
ojos, pues no has de pasar este
Jordán. 28 Manda a Josué, infúndele (i) Israel, pueblo pequeño e insignifi-
valor y fortaleza, pues él es quien cante, comparado con otros muchos desde el
lo pasará a la cabeza de este pueblo punto de vista de la cultura material, es, sin
y le pondrá en posesión de la tierra, embargo, en el aspecto cultural religioso, la
nación más grande de toda la antigüedad; y su
que tú no puedes más que ver. patrimonio cultural religioso, perfeccionado
29
Nos quedamos, pues, en el valle, por el cristianismo, ha venido a ser el de todo
frente a Bet Fogor. el mundo civilizado.
180 DEUTERONOMIO, 4

llamas se elevaban hasta el corazón de que, pasado el Jordán, vais a pose-


del tiniebla, nube y oscuri-
cielo; sionaros; no
se prolongarán en ella
12
dad. Entonces os habló Yave de vuestros días; seréis enteramente des-
en medio del fuego y oísteis bien sus truidos. 27 Yave os dispersará entre
palabras, pero no visteis figura al- las gentes, y sólo quedaréis de vos-
guna; era sólo una voz. 13 Os pro- I otros un corto número, en medio
mulgó su alianza y os mandó guar- de las naciones a que Yave os arro-
darla; los diez mandamientos, que jará. 28 Allí serviréis a sus dioses,
escribió sobre las tablas de piedra. obra de las manos de los hombres,
14 Y a mí me mandó entonces Yave de madera y de piedra, que ni ven,
que os enseñase leyes y mandatos, ni oyen, ni comen, ni huelen. 29 Allí
que habíasis de guardar en la tierra buscaréis a Yave, vuestro Dios; y le
a que vais a pasar para poseerla. hallarás si con todo tu corazón y
15 Puesto que el día en que os habló con toda tu alma le buscas en medio
Yave de en medio del fuego, en de tus angustias. 30 Cuando todo
Horeb, no visteis figura alguna, esto haya venido sobre ti, 'en los
16 guardaos bien de corromperos, últimos tiempos, te convertirás a
haciéndoos imagen alguna tallada, Yave, tu Dios, y le oirás; 31 porque
ni de hombre ni de mujer, 17 ni de Yave, tu Dios, es Dios misericordioso.
animal ninguno de cuantos viven No te rechazará ni te destruirá del
sobre la tierra, ni de ave que vuela todo, ni se olvidará de la alianza
en el cielo, 18 ni de animal que repta que a tus padres juró. 32 Pregunta
sobre la tierra, ni de cuantos peces a los días que te han precedido, desde
viven en el agua debajo de la tierra; aquel en que Dios creó al hombre
19 ni
alzando tus ojos al cielo, al sol, sobre la tierra, y desde el uno al
a la luna, a las estrellas, a todo el otro cabo de los cielos, si se ha visto
ejército de los cielos, te engañes, jamás cosa tan grande ni se ha oído
adorándolos y dándoles culto; por- nada semejante. 33 ¿Qué pueblo ha
que es Yave, tu Dios, quien se los oído la voz de su Dios hablándole
ha dado a todos los pueblos de bajo en medio de fuego, como la has oído
los cielos. 20 Pero a vosotros os tomó tú, quedando con vida? 34 Jamás
Yave y os sacó del horno del hierro probó un dios a venir a tomar para
del Egipto, para que fuerais el pueblo sí un pueblo de en medio de pueblos,
de su heredad, como lo sois hoy. a fuerza de pruebas, de señales y
21
Yave se irritó contra mí por prodigios, de lucha, mano fuerte y
causa vuestra, y juró que yo no brazo extendido, de tremendas ha-
pasaría el Jordán y no entraría en zañas, como las que hizo por vos-
la buena tierra que Yave, tu Dios, otros en Egipto Yave, vuestro Dios,
te da en heredad. 22 Voy a morir viéndolas tú con tus mismos ojos.
en esta tierra, sin pasar el Jordán; 35 A ti se te hicieron ver, para que
vosotros lo pasaréis y poseeréis esa Conocieras que Yave es, en verdad,
buena tierra. 23 Guardaos, pues, de Dios, y que no hay otro Dios más
olvidaros de la alianza que Yave, que él. 36 Desde el cielo te habló, para
vuestro Dios, ha hecho con vosotros, enseñarte, y sobre la tierra te ha
y guárdate de hacerte imagen escul- hecho ver su gran fuego, y de en
pida de cuanto Yave, tu Dios, te medio del fuego has oído sus pala-
ha prohibido, 24 porque Yave, tu bras. 37 Porque amó a tus padres,
Dios, es fuego abrasador, es un Dios ¡
eligió después de ellos a su descen-
celoso. dencia; y con su asistencia, con su
!
gran poder, te sacó de Egipto, 38 arrojó
de ante ti a pueblos más numerosos
Conminaciones. y más fuertes que tú, para darte
entrada en su tierra, y dártela en
25 Cuando tengáis hijos, e hijos de heredad, como hoy lo ves. 89 Reco-
vuestros hijos, y ya de mucho tiempo noce, pues, hoy, y revuelve en tu
habitéis en esa tierra; si corrompién- corazón que Yave sí que es Dios,
doos os hacéis ídolos de cualquiera arriba, allá en los cielos, y abajo,
clase, haciendo el mal a los ojos de aquí sobre la tierra, y que no hay
Yave, vuestro Dios, y provocando su otro sino él. 40 Guarda sus leyes y
indignación —
26 yo invoco hoy como sus mandamientos, que hoy yo te
testigos a los cielos y a la tierra—; prescribo, para que seas feliz, tú y
tus hijos después de ti, y permanezcas
i

de cierto despareceréis de la tierra I


DEUTERONOMIO, 6

largos años en lo futuro en la tierra habló cara a cara, sobre la mon-


que te da Yave, tu Dios. taña, en medio de fuego. 6 Yo estaba
entonces entre Yave y vosotros, para
traeros sus palabras, pues vosotros
Ciudades de rcíiiffío al lado de teníais miedo del fuego y no subisteis
allá del Jordán a la cumbre de la montaña. El dijo:
(19, 1-10; Número 35, 9-15.) 6
«Yo soy Yave, tu Dios, que te he
sacado de la tierra de Egipto, de
41
Entonces Moisés eligió tres ciu- la casa de la servidumbre.
dades de la región al oriente del 7
No tendrás más Dios que a mí.
Jordán, 42 que sirviesen de refugio 8
No te harás imagen de escultura,
al homicida, que hubiese matado ni figura alguna de cuanto hay arri-
involuntariamente a su prójimo, sin ba, en los cielos, ni abajo, sobre la
ser de antes enemigo suyo; para que, tierra, ni de cuanto hay en las aguas,
refugiándose en una de ellas, tuviera más abajo de la tierra. 9 No las ado-
salva la vida: 43 Bosor en el desierto, rarás ni las darás culto, porque Yo,
en la altiplanicie, para los rubenitas; Yave, tu Dios, soy un Dios celoso,
Ramot en el Galad, para los gaditas; que castigo la iniquidad de los padres
y Golán en el Basán, para los mana- en los hijos, hasta la tercera y la
seítas. cuarta generación, para los que me
aborrecen, 10 y hago misericordia
por mil generaciones, para los que me
SEGUNDO DISCURSO aman y guardan mis mandamientos.
Proemio.
11
No tomarás el nombre de Yave,
tu Dios, en falso, porque Yave no
44 Esta es la ley que Moisés puso dejará impune al que tome en falso
su nombre.
ante los ojos de los hijos de Israel. 12 Guarda
45 Estos son, los estatutos, leyes el sábado, para santifi-
y carlo como te lo ha mandado Yave,
mandamientos, que Moisés había
tu Dios. 13 Seis días trabajarás y
dado a los hijos de Israel, a su salida
harás tus obras, 14 pero el séptimo
del Egipto, 46 al otro lado del Jordán,
es sábado a Yave, tu Dios. No harás
en el valle que hay frente a Bet
Fogor, en la tierra de Seón, rey de en él trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo,
ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva,
los amorreos, que habitaba en Hese-
'

ni tu buey, ni tu asno, ni ninguna de


bón y había sido derrotado por Moisés
tus bestias, ni el peregrino que está
y los hijos de Israel, a su salida de ;

dentro de tus puertas; para que tu


Egipto. 47 Se apoderaron de su tierra
siervo y tu sierva descansen, como
y de la de Og, rey de Basán, dos de j
descansas tú. 15 Acuérdate de que
los reyes de los amorreos que habi-
siervo fuiste en la tierra de Egipto,
taban al otro lado del Jordán, al
oriente, 48 desde Aroer a orillas del y de que Yave, tu Dios, te sacó de
allí con mano fuerte y brazo ten-
torrente del Antón, 49 con todo el
dido; y por eso Yave, tu Dios, te
Araba del otro lado del Jordán, al
oriente, hasta el mar del Araba,
manda guardar el sábado.
16 Honra
al pie. del Pasga.
a tu padre y a tu madre,
como Yave, tu Dios, te lo ha man-
dado, para que vivas largos años y
5 1
Convocado todo Israel, Moisés
seas feliz en la tierra que Yave, tu
les dijo:
Dios, te da.
El Decálogo 17 No matarás.
18 No adulterarás.
(Exod. 20.) 19
No robarás.
20 No darás falso testimonio contra
Oye, Israel, las leyes y los manda- tu prójimo.
mientos que hoy voy a hacer reso- 21
No desearás a la mujer de tu
nar en tus oídos; apréndetelos y pon prójimo, ni desearás su casa, ni su
mucho cuidado en guardarlos.' campo, ni su siervo, ni su sierva, ni
2
Yave, nuestro Dios, hizo con su buey, ni su asno, ni nada de
vosotros una alianza en Horeb. 3 No cuanto a tu prójimo pertenece."
hizo Yave esta alianza con nuestros 22
Estas son las palabras que Yave
padres, la hizo con nosotros, que hov dirigió a toda vuestra comunidad
vivimos todavía todos. 4 Yave nos desde la montaña, en medio de fuego,
182 DEUTERONOMIO, 6

de nube y de tinieblas, con fuerte ñase, para que la cumplas en la


voz, y no añadió más. Las escribió tierra en que vas a entrar y a poseer;
2
sobre dos tablas de piedra, que él para que temas a Yave, tu Dios,
me dió. tú y tus hijos y los hijos de tus
23 hijos, y guardando todos los días de
Cuando oísteis su voz de en
medio tinieblas estando la
de las tu vida todas sus leyes y todos sus
montaña toda en fuego, os acercas- mandamientos que yo te inculco,
teis luego a mí todos los jefes de vivas largos años. 3 Escúchalos, Is-
tribus y todos los ancianos, 24 y me rael, y ten sumo cuidado en ponerlos
dijisteis:Yave, nuestro Dios, nos ha por obra, para que seas dichoso y os
hecho ver su gloria y su grandeza, multipliquéis grandemente, según lo
y oír su voz de en medio del fuego; que ha dicho Yave, el Dios de tus
hoy hemos visto a Dios hablar al padres, de darte la tierra que mana
hombre, y quedar éste con vida (1). leche y miel.
25 ¿Por qué, pues, ya morir devora- 4
Oye, Israel: Yave, nuestro Dios,
dos por ese gran fuego, si seguimos es el solo Yave. 5 Amarás a Yave, tu
oyendo la voz de Yave, nuestro Dios? Dios, con todo tu corazón, con toda
26 Porque, de toda carne, ¿quién tu alma, con todo tu poder (1), 6 y
como nosotros ha oído la voz del '
llevarás muy dentro del corazón todos
Dios vivo, hablando de en medio del estos mandamientos que yo hoy te
7
fuego, y ha quedado con vida? i doy. Incúlcaselos a tus hijos; y
27 Acércate tú cuando estés en tu casa, cuando via-
y oye lo que te diga
Yave, nuestro Dios, y transmítenos jes, cuando te acuestes, cuando te
a nosotros cuanto Yave, nuestro Dios, levantes, habla siempre de ellos.
8
te diga, y nosotros lo oiremos y lo Atatelos a tus manos, para que te
haremos. sirvan de señal; póntelos en la frente,
28 Yave escuchó vuestras palabras, entre tus ojos; 9 escríbelos en los
cuando me hablabais, y me dijo: postes de tu casa y en tus puertas.
10 Cuando Yave, tu Dios, te intro-
«He oído las palabras que el pueblo
te ha dirigido; está bien lo que dicen. duzca en la tierra que a tus padres,
29
|Oh, si tuvieran siempre ese mismo Abraham, Isac y Jacob, juró darte,
corazón y siempre me temieran y ciudades grandes y hermosas que tú
guardaran mis mandamientos, para no has edificado, 11 casas llenas de
ser por siempre felices, ellos y sus toda suerte de bienes, que tú no has
hijos, 30 Ve y diles: Volveos a vues- llenado, cisternas que tú no has ex-
tras tiendas. 31 Pero tú quédate aquí cavado, viñas y olivares que tú no
conmigo, y yo te diré todas las leyes, has plantado; cuando comas y te
mandamientos y preceptos que tú hartes, 12 guárdate de olvidarte de
les has de enseñar, para que las Yave, que te sacó de la tierra de
pongan por obra en la tierra que yo Egipto, de la casa de la servidumbre.
les voy a dar en posesión.
32 Poned, 13
Teme a Yave, tu Dios, sírvele a él
pues, mucho cuidado en hacer cuanto y jura por su nombre. 14 No te vayas
Yave, vuestro Dios, os manda; no tras otros dioses, de los dioses de
15 porque
declinéis ni a la derecha ni a la iz- los pueblos que te rodean;
quierda; 33 seguid en todo los cami- Yave, tu Dios, que está en medio de
nos que Yave, vuestro Dios, os pres- ti, es un Dios celoso, y la cólera de
cribe, para que viváis y seáis dicho- Yave, tu Dios, se encendería contra
sos y duréis largos años en la tierra ti y te exterminaría de sobre la
que vais a poseer.» tierra.
18 No tentéis a Yave, vuestro Dios,
El amor de Dios y la observancia como le tentasteis en Masa. 17 Guar-
de la ley. dad con gran cuidado los manda-
de Yave, vuestro Dios, y mientos
/. 1
— —
Esla es la ley los maiidamien- las leyes que él os da.
" tos, los preceptos que Yave, tes recto y bueno a los ojos
18 Haz lo que

de Yave,
19
vuestro Dios, me mandó que os cnse- para que seas dichoso y entres,
(i) En la Escritura se dice frecuentemente
de quien tiene un? teofanía, que no puede (i) Este mandamiento es la síntesis per-
el hombre soportar visión de Dios sin morir. ¡fecta de toda la religión del A. T. El Evangelio
la
Esto expresa la persuasión de que es tan grande no ha hecho mis que revelarnos nuevos motivos
la majestad de Dios, que quien llegue a verla para amar a Díoe, sin mudar la forma del prc-
queda herido de muerte. cepto. I
DEUTERONOMIO. 7 183

para poseerla, en la buena tierra que y daréis al fuego sus imágenes talla-
Yavc con juramento prometió a tus das: 6 porque eres un pueblo santo a
padres, cuando ante ti arroje a todos Yave, tu Dios. •

tus enemigos, como él lo ha dicho. Yave, tu Dios, te ha elegido para


20 Cuando un día te pregunte tu ser el pueblo de su porción, entre
hijo, diciendo: ¿Qué son estos manda- todos los pueblos que hay sobre la
mientos, estas leyes y preceptos que haz de la tierra. 7 Si Yave se ha liga-
Yave, nuestro Dios, os ha prescrito?, do con vosotros, y os ha elegido, no
21
tú responderás a tu hijo: Nosotros es por ser vosotros los más en número
éramos en Egipto esclavos del Fa- entre todos los pueblos, pues sois el
raón, y Yave nos sacó de allí con su más pequeño de todos. 8 Porque
potente mano. 22 Yave hizo a nues- Yave os amó, y porque ha querido
tros ojos grandes milagros y prodi- cumplir el juramento que hizo a vues-
gios terribles contra Egipto, contra tros padres, os ha sacado de Egipto
el Faraón y contra toda su casa;
23
y Yave con mano poderosa, redimién-
nos sacó de allí, para conducirnos a doos de la casa de la servidumbre,
la tierra que con juramento había de la mano del Faraón, rey de Egip-
prometido a nuestros padres. 24 Yave to. 9 Has de saber, pues, que Yave,
nos ha mandado poner por obra tu Dios, es el Dios fiel, que guarda
todas sus leyes, y temer a Yave, la alianza y la misericordia hasta mil
nuestro Dios, para que seamos dicho- generaciones, a los que le aman y
sos siempre, y él nos conserve la vida, ¡
guardan sus mandamientos; 10 pero
como hasta ahora ha hecho; 25 y es retribuye en cara al que le aborrece,
para nosotros la justicia guardar sus destruyéndole; no tarda en darle en
mandamientos y ponerlos por obra cara su merecido. 11 Guarda, pues,
ante Yave, nuestro Dios, como él tú sus mandamientos, las leyes y
nos lo ha mandado. estatutos que te prescribe hoy, po-
niéndolos por obra.
12
Si escucháis sus mandatos y los
Condueta que habrán de seguir guardáis y los ponéis por obra, en
con los camíneos y su culto. retorno Yave, tu Dios, te guardará
su alianza y la misericordia que a
"7 1
Cuando Yave, tu Dios, te intro- tus padres juró. 13 Te amará, te ben-
duzca en la tierra que vas a po- decirá y te multiplicará; bendecirá
seer, y arroje delante de ti a muchos el fruto de tus entrañas y el fruto
pueblos, a geteos, guergueseos, amo- de tu suelo; tu trigo, tu mosto, tu
rreos, canancos, fereceos, jeveos y aceite, las crías de tus vacas y las
jebuseos, siete naciones más nume- crías de tus ovejas, en la tierra que
rosas y más poderosas que tú; 2 y a tus padres juró darte. 14 Serás ben-
Yave, tu Dios, te las entregue, y tú dito sobre todos los pueblos, no habrá
las derrotes, las darás al anatema, estériles en ti ni en tus ganados;
no harás pactos con ellas, ni les darás 15 Yave alejará de ti las enfermeda-
gracia (1). 3 No contraigas matri- des, no mandará sobre ti ninguna de
monios con ellas, no des tus hijas a las plagas malignas de Egipto, que
sus hijos, ni tomes sus hijas para tus tú conoces, y afligirá con ellas a los
hijos, 4 porque ellas desviarían a tus que te odien. 16 Devorarás a todos
hijos de en pos de mí, y los arras- los pueblos que Yave, tu Dios, va a
trarían a servir a otros dioses, y la entregarte; tus ojos no los perdona-
ira de Yave se encendería contra vos- rán y no servirás a sus dioses, porque
eso sería para ti la ruina. 17 Y si se
|

otros y os destruiría prontamente. '

6
Así, por lo contrario, habéis de hacer te ocurriere decir: ¿Cómo voy a poder
con ellos: derribaréis sus altares, rom- expulsar a esas naciones, que son más
peréis sus cipos, abatiréis sus aseras, numerosas que yo? 18 No las temas,
acuérdate de lo que Yave, tu Dios,
(r) La destrucción de estos pueblos, que hizo con el Faraón y con todo el
a primera vista puede parecer inhumana, se Egipto, 19 las grandes pruebas que
justifica principalmente en dos aspectos, fun- vieron tus ojos, los portentos y pro-
dados ambos en la crueldad e inmoralidad de digios, la mano fuerte y el brazo ten-
las religiones de estos pueblos. Por ello los
dido, con que Yave, tu Dios, te sacó;
castiga Dios y toma por instrumento a Israel
para destruirlos. El contacto de ellos con Israel así hará también Yave, tu Dios, con
era, además, peligrosísimo, como lo demuestra todos los pueblos que tú temes.
la Historia. 20 Aun tábanos mandaría Yave, tu
18-1 DEUTERONOMIO, 8, 9

Dios, contra ellos, hasta hacer pere- marchando por sus caminos y te-
cer a los sobrevivientes o a los que miéndole.
se escondiesen. 21 No los temas, por- 7
Ahora, Yave, tu Dios, va a intro-
que en medio de ti está Yave, tu ducirte en una buena tierra, tierra
Dios, el Dios grande y terrible. de torrentes, de fuentes, de aguas
22 Yave, tu
Dios, expulsará a esas na- profundas, que brotan en los valles
ciones poco a poco, no puedes exter- y en los montes; 8 tierra de trigo, de
1

minarlas en un día, no fuera que las cebada, de viñas, de higueras, de


fieras salvajes se multiplicaran contra ganados; tierra de olivos, de aceite y
23
ti. Yave, tu Dios, te los entregará de miel; 9 tierra donde comerás tu
y losconturbará con gran conturba- pan en abundancia y no carecerás de
ción, hasta que desaparezcan; entre- nada; tierra cuyas piedras son hie-
gará en tus manos sus reyes, y harás rro, y de cuyas montañas sale el
desaparecer sus nombres de debajo bronce. 10 Comerás y te hartarás;
de los cielos; nadie podrá resistirte bendice, pues, a Yave por la buena
hasta que los hayas destruido. 25 Con- tierra que te ha dado. 11 Guárdate
sumirás por el fuego las imágenes es- bien de olvidarte de Yave, tu Dios,
culpidas de sus dioses; no codicies dejando de observar sus mandamien-
la plata ni el oro que haya sobre tos, sus leyes y sus preceptos, que
ellas, apropiándotelo, y cayendo en hoy te prescribo yo; 12 no sea que
una trampa, porque es abominación cuando comas y te hartes, cuando
de Yave, tu Dios, 26 y no has de in- edifiques y habites hermosas casas,
13
troducir en tu casa abominación, para y veas multiplicarse tus bueyes y
no hacerte como ello es, anatema. tus ovejas y acrecentarse tu plata,
Detéstalo y abomínalo como abomi- tu oro y todos tus bienes, 14 te enso-
nación, por ser cosa dada al ana- berbezcas en tu corazón y te olvides
tema (1). de Yave, tu Dios, que te sacó de la
tierra de Egipto, de la casa de la
servidumbre, 16 ha conducido a
Agradecimiento a Dios por los y te
través de vasto y horrible desierto,
beneficios recibidos.
de serpientes de fuego y escorpiones,
1 Tened gran cuidado de poner tierra árida y sin aguas; que hizo
8 por obra los mandamientos que brotar para ti agua de la roca peder-
os prescribo hoy para que viváis y nalina, 16 y te ha dado a comer en
os multipliquéis, y entréis, para po- el desierto el maná, que tus padres
seerla, en la tierra que Yave juró dar no conocieron, castigándote y pro-
a vuestros padres. 2 Acuérdate de bándote para a la postre hacerte
todo el camino que Yave, tu D'os, bien, 17 no dijeras: Mi fuerza, y el
te ha hecho hacer estos cuarenta años poder de mi mano me ha dado esta
por el desierto, para castigarte y pro- riqueza. 18 Acuérdate, pues, de Yave,
barte, para conocer los sentimientos tu Dios, que es quien te da poder
de tu corazón, y saber si guardas o para adquirirla, cumpliendo como
no sus mandamientos. 3 El te afligió, hoy la alianza que a tus padres juró.
19
te hizo pasar hambre, y te alimentó Si olvidándote de Yave, te llega-
con el maná, que no conocieron tus ras a tras otros dioses, y les sir-
ir
padres, para que aprendieras que no vierasy te prosternaras ante ellos,
sólo de pan vive el hombre, sino de yo doy testimonio hoy contra vos-
cuanto procede- de la boca de Yave. otros, de que con toda certeza pere-
4
Tus vestidos no se envejecieron sobre ceréis; 20 como las naciones que Yave
ti, ni se hincharon tus pies durante hace perecer ante vosotros, así vos-
esos cuarenta años, para que reco- otros pereceréis, por no haber escu-
nocieras en tu corazón que Yave, tu chado la voz de Yave, vuestro Dios.
Dios, te instruye, como instruye un
hombre a su hijo, 6
y guardaras los
1
jEscucha, Israel Estáis hoy 1

mandamientos de Yave, tu Dios, 9 para pasar el Jordán y marchar


a la conquista de naciones más nu-
(i) Los premios y castigos con que se merosas y más poderosas que tú;
sanciona la ley son, por lo general, materiales. de grandes ciudades, cuyas murallas
En primer lugar, porque el suje o de ellos es se levantan hasta el cielo; 8 de un
principalmente el pueblo, y además por la
imperfección religiosa y moral de éste, incapaz
pueblo numeroso y de elevada esta-
de estimar los bienes morales, puramente tura, los hijos de los Enaquim que
espirituales. (S. Th. I. II" q. 99. a. 6.) ya conoces, y de quienes has oído
DEUTERONOMIO, 9 185

hablar: ¿quién podrá resistir contra ese pueblo.» 18 Yo me volví y bajé de


los hijos de EnacT 3 Has de saber la montaña, que estaba toda en fue-
desde hoy que Yave, tu Dios, irá trayendo en mis manos las dos
go,
él mismo delante de ti, tablas de la alianza; 16 miré y vi que
como fuego
devorador, que él los destruirá, los habíais pecado contra Yave, vues-
humillará ante ti, y tú los arrojarás tro DiOvs; os habíais hecho un becerro
y los destruirás pronto, como te lo fundido, apartándoos bien pronto del
lia dicho Yave.
4 No digas luego camino que Yave os había prescrito;
en tu corazón, cuando Yave, tu Dios 17 cogí entonces las dos tablas y con
los arroje de ante ti: Por mi justicia mis manos las tiré, rompiéndolas ante
me ha puesto Yave en posesión de vuestros ojos. 18 Luego me postré en
esta tierra. Por la iniquidad de esos la presencia de Yave, como la pri-
pueblos, Yave los arrojará de ante mera vez, durante cuarenta días y
de ti. 5 No, no por tu justicia ni cuarenta noches, sin comer pan y
por la rectitud de tu corazón vas sin beber agua, por todos los pecados
a entrar en posesión de esa tierra; que vosotros habíais cometido, ha-
por la maldad de esas naciones las ciendo lo malo a los ojos de Yave,
expulsa Yave delante de ti; para irritándole. 19 Yo estaba espantado
cumplir la palabra que con juramento de ver la cólera y el furor con que
dio a tus padres, Abraham, Isac, y Yave estaba enojado contra vosotros,
Jacob. 6 Entiende que no por tu hasta querer destruiros; pero todavía
justicia te da Yave la posesión esa esta vez me escuchó Yave. 20 Estaba
buena tierra, que eres pueblo de dura Yave también fuertemente irritado
cerviz. contra Arón, hasta el punto de querer
hacerle perecer, y yo intercedí en-
tonces también por Arón; 21 y cogí
Las infidelidades de Israel. vuestro pecado, el que os habíais
hecho, el becerro, y lo arrojé al fue-
7
¡Acuérdate! No
olvides cuánto go, y desmenuzándolo bien hasta re-
has irritado a Yave, tu Dios, en el ducirlo a polvo, eché el polvo en el
desierto; desde el día en que salisteis agua del torrente que baja de la
de la tierra de Egipto hasta que montaña.
habéis llegado a este lugar, habéis 22
En Tabera, en Masa, y en Quibrot
sido rebeldes a Yave. 8 Ya en Horeb Hatava, excitasteis también la có-
provocasteis la ira de Yave, y Yave lera de Yave; 23 y cuando Yave os
se irritó contra vosotros hasta que- hizo subir de Cades Barne, diciendo:
rer destruiros. 9 Cuando subí yo a «Subid y tomad posesión de la tierra
la cumbre de la montaña, para reci- que os doy», fuisteis rebeldes a las
bir las tablas de la alianza que Yave órdenes de Yave, vuestro Dios, no
hacía con vosotros, y estuve allí tuvisteis confianza en él y no obe-
cuarenta días con cuarenta noches decisteis su voz. 24 Habéis sido re-
sin comer pan ni beber agua, 10 y beldes a Yave, desde el día en que él
me dió Yave las dos tablas de piedra comenzó a poner en vosotros sus ojos.
escritas por el dedo de Dios, que 25 Yo me postré ante Yave aque-
contenían todas las palabras que él llos cuarenta días y cuarenta noches
os había dicho en la montaña, en que estuve postrado, porque Yave
medio de fuego, el día de la congre- hablaba de destruiros, 26 y le rogué,
gación; 11 al cabo de los cuarenta diciendo: ¡Señor, Yave, no destruyas
días y las cuarenta noches me dió a tu pueblo, a tu heredad, redimida
Yave las dos tablas de piedra, las por tu grandeza; sacándolo de Egipto
tablas de la alianza, 12 y me dijo con tu mano poderosa! 27 Acuérdate
entonces: «Anda, baja presto de aquí, de tus siervos Abraham, Isac y Jacob;
porque tu pueblo, el que has sacado no mires a la dureza de este pueblo,
de Egipto, se ha corrompido; pronto a su perversidad, a su pecado; 28 que
se ha apartado del camino que yo no puedan decir los de la tierra de
le mandé, y han hecho una imagen
se que nos has sacado: Por no poder
fundida.» 13
Y me
dijo Yave: «Ya Yave hacerlos entrar en la tierra que
veo que este pueblo es un pueblo les había prometido, y porque los
de cerviz dura; 14 déjame que le des- odiaba, los ha sacado fuera, para ha-
truya y que borre su nombre de bajo cerlos morir en el desierto. 29 Son tu
los cielos y te haré a ti una nación heredad, que con tu gran poder y
más poderosa y más numerosa que y brazo tendido has sacado fuera.
180 DEUTERONOMIO, 10, 11

-| rv 1
Entonces me dijo Yave: «Hazte cendencia después de ellos, a vos-
1" dos tablas de piedra como las otros, os ha elegido de entre todos
primeras, y sube a mí a la montaña; los pueblos, como hoy.
haz también un arca de madera; 2 yo 16
Circuncidad, pues, vuestros cora-
escribiré sobre esas tablas las pala- zones, y no endurezcáis más vuestra-
bras que estaban escritas sobre las cerviz; 17 porque Yave, vuestro Dios,
primeras que tú rompiste, y las guar- es el Dios de los dioses, el Señor de
darás en el arca.» 3 Hice, pues, un los señores, el Dios grande, fuerte y
arca de madera de acacia; y habiendo terrible, que no hace acepción de
cortado dos tablas de piedra como personas ni recibe regalos, 18 hace
las primeras, subí con ellas a la mon- I
justicia al huérfano y a la viuda,
19
taña. 4 El escribió sobre estas tablas ama al peregrino y le alimenta y
lo que estaba escrito en las primeras, le viste. Amad
también vosotros al
los diez mandamientos que Yave os peregrino, porque peregrinos fuisteis
había dichoen la montaña de en en la tierra de Egipto. 20 Teme a
medio del fuego, el día de la congre- Yave, tu Dios, sírvele, apégate a él
gación, y me las dió. 6 Yo me volví, y jura por su nombre. 21 El es tu
y bajando de la montana, puse las gloria, él es tu Dios, que por ti ha
tablas enel arca que había hecho, y hecho cosas grandes y terribles, que
allíhan quedado, como' Yave me lo con tus mismos ojos has visto. 22 Tus
,
.

mandó. padres bajaron a Egipto en número


6
Los hijos de Israel partieron de de setenta personas, y ahora Yave,
Berot Bene Jacan para Mosera. Allí tu Dios, ha hecho de ti una muche-
murió Arón y allí fué enterrado. dumbre, como las estrellas del cielo.
Eleazar, su hijo, fué sacerdote en
su lugar. 7 De allí partieron para
Gadgad, y de Gadgad para Jetebata, n 1
Ama, pues, a tu Dios, y cum-
ple lo que de ti demanda, sus
región rica en aguas. 8 En ese tiem- leyes, sus preceptos, sus mandamien-
po separó Yave la tribu de Leví, tos por siempre. 2 Reconoced hoy,
para llevar el arca de la alianza de pues no hablo ahora a vuestros hijos,
Yave, para que estuvieran en su pre- que no saben y no vieron, la ense-
sencia y le sirvieran y bendijeran su ñanza de Yave, vuestro Dios; su
nombre, como hasta hoy. 9 Por eso grandeza, su mano fuerte y su brazo
Leví no tiene parte ni heredad entre tendido; 3 los prodigios y portentos
sus hermanos, porque es Yave su que en medio de Egipto obró contra
heredad, como Yave te lo ha dicho. el Faraón, rey de Egipto, y contra
10 Yo me estuve en la montaña toda su tierra; 4 lo que hizo con el
como anteriormente, cuarenta días y ejército egipcio, con sus caballos y
cuarenta noches; y Yave me escuchó sus carros, arrojando sobre ellos las
esta vez también, y no quiso ya aguas del Mar Rojo, cuando os per-
destruiros. 11 Me dijo Yave: Leván- seguían, y destruyéndolos hasta hoy;
tate y ve a ponerte a la cabeza del 6 lo que por vosotros ha hecho en el
pueblo, para que entren y se pose- desierto, hasta que habéis llegado
'

sionen de la tierra que a sus padres a este lugar; 6 lo que hizo con Datán
juré darles. y Abirón, hijos de Eliab, hijo de
Rubén, cuando abriendo la tierra su
Exhortación a la observancia. boca se los tragó con sus casas, sus
Promesas y amenazas. tiendas y todos sus secuaces, en
medio de todo Israel. ' Porque con
12 Ahora, pues, Israel, ¿qué es lo vuestros ojos habéis visto todos los
que de ti exige Yave, tu Dios, sino grandes prodigios que ha hecho Yave.
que temas a Yave, tu Dios, siguiendo 8 Guardad, pues, todos sus manda-
por todos sus caminos, amando y mientos que hoy os prescribo yo, para
sirviendo a Yave, tu Dios, con todo que seáis fuertes, y entréis y os adue-
tu corazón, con toda tu alma, 13 y ñéis de la tierra a que vais a pasar,
9
guardando los mandamientos de Yave para tomar posesión de ella, y para
y sus leyes, que hoy te prescribo yo, que se dilaten vuestros días sobre la
para que seas dichoso? 14 Mira: De tierra que Yave juró dar a vuestros
Yave, tu Dios, son los cielos de los padres, a ellos y a su descendencia,
cielos, la tierra y todo cuanto en la tierra que mana leche y miel,
18 Y sólo con tus 10 Porque la tierra en que vais a
ella se contiene.
padres se ligó amándolos, y a su des- entrar para poseerla, no es como la
j

I
DEUTERONOMIO, 12 187

tierra de Egipto, de donde habéis pongáis vuestro pie. 26 Ved; yo os


salido, donde echabas tu simiente, pongo hoy delante bendición y mal-
27 cumplís
y la regabas con tu pie, como se riega dición; la bendición, si

una huerta. 11 La tierra en que vais los mandamientos de Yave, vuestro


a entrar para poseerla es una tierra Dios, que yo os prescribo hoy; 28 la
de montes y valles, que riega la lluvia maldición, si no cumplís los manda-
del cielo; 12 es una tierra de que mientos de Yave, vuestro Dios, y
cuida Yave, tu Dios, y sobre la cual apartándoos del camino que yo os
tiene siempre puestos sus ojos, desde prescribo hoy, os vais tras otros
el comienzo del año hasta el fin. dioses, que no habéis conocido. 29 Y
13
Si vosotros obedecéis los man- cuando Yave, tu Dios, te haya hecho
datos que yo os prescribo, amando entrar en la tierra de que vas a tomar
a Yave, vuestro Dios, y sirviéndole posesión, pronunciarás la bendición
con todo vuestro corazón y con toda I sobre el monte Garizim, y la maldi-
vuestra alma 14 yo daré a vuestra ción sobre el monte Ebal, 30 esas
j

tierra la lluvia a su tiempo, la tem- montañas del otro lado del Jordán,
prana y la tardía; y tú cosecharás detrás del camino de occidente en
j

tu trigo, tu mosto y tu aceite; 15 yo ! la tierrade los cananeos, que habitan


daré también hierba en tus campos en Araba, frente a Galgal, junto
el
31 Porque vais
para tus ganados, y de ellos comerás al encinar de Moré.
y te saciarás. 16 Pero cuidad mucho a pasar el Jordán y a posesionaros
de que no se deje seducir vuestro j
de la tierra que Yave, vuestro Dios,
corazón, y desviándoos, sirváis a os da, y la poseeréis y habitaréis
otros dioses, y os prosternéis ante en ella. 32 Tened, pues, gran cuidado
ellos; 17 porque la cólera de Yave en cumplir todos los mandamientos
se encendería contra vosotros y ce- que hoy os propongo.
rraría el cielo, y no habría más lluvia,
y la tierra no daría más sus frutos,
y desapareceríais presto de18la buena
tierra que Yave os da. Poned, LEYES ACERCA DEL CULTO
pues, en vuestro corazón y en vues-
tra alma las palabras que yo os digo;
atadlas por recuerdo a vuestras ma- El santuario único.
nos y ponedlas como frontal entre
vuestros ojos. 19 Enseñádselas a vues- 1 01 He aquí, pues,
las leyes y
tros hijos, habladles de ellas; ya
1 ^preceptos que cuidaréis de po-
cuando estés en tu casa, ya cuando ner por obra en la tierra que Yave,
vayas de viaje, al acostarte y al Dios de vuestros padres, os da en
levantarte. 20 Escríbelas en los postes posesión, todo el tiempo que viváis
de tu casa y en tus puertas, 21 para sobre la tierra.
2
que vuestros días y los días de vues- Destruiréis enteramente todos los
tros hijos, sobre la tierra que a lugares donde las gentes que vais a
vuestros padres Yave juró darles, desposeer han dado culto a sus dioses,
sean tan numerosos como los días sobre los altos montes, sobre los
de los cielos sobre la tierra. 22 Por- collados y bajo todo árbol frondoso;
3
que, si cuidadosamente guardáis estos abatiréis sus altares, romperéis sus
mandamientos que yo os prescribo, cipos, destruiréis sus aseras (1),
amando a vuestro Dios, marchando quemaréis sus imágenes talladas y
siempre por sus sendas y apegán- sus dioses, y haréis desaparecer de la
doos a él, 23 Yave arrojará de ante memoria sus nombres.
vosotros a todos los pueblos, más 4 No
haréis así cuanto a Yave,
numerosos y más poderosos que vos- vuestro Dios, 6 sino que le buscaréis
otros; 24 cuanto pise la planta de
vuestros pies vuestro será, y vues- (i) En este lugar tenemos una sucinta
tras fronteras se extenderán desde descripción de los santuarios cananeos. Situa-
el desierto Líbano, desde el río,
al dos, por lo general, en lugares altos, collados,
el Eufrates, hasta el mar occiden- colinas, y estaban al descubierto. Distingue
tal; todo será dominio vuestro. 25 Na- Moisés en ellos el altar, los ídolos, el mase-
die podrá resistir ante vosotros; Yave, ba = cipos, Este último era un gru-
y el asera.
po de troncos, con el arranque de algunas
vuestro Dios, esparcirá ante vos- ramas, que reunidos venían a simbolizar un
.

otros, como os lo ha dicho, el miedo bosque, símbolo a su vez de Astarté, la diosa


y el terror sobre toda tierra donde de la fecundidad.
188 DEUTERONOMIO, 12

en el lugar que
él elija entre todas ni los primogénitos de tus vacas y
para poner en él su santo
las tribus, ! tus ovejas, ni nada de cuanto ofrez-
nombre y hacer en él su morada, cas en cumplimiento de un voto,
allá iréis; 6 allí le presentaréis vues- ni tus ofrendas voluntarias, ni las
tros holocaustos y sacrificios, vues- oblaciones de elevación. 18 Delante
tras décimas y la ofrenda alzada de I
de Yave, tu Dios, en el lugar que
vuestras manos, vuestros votos y Yave, tu Dios, elija, las comerás,
vuestras oblaciones voluntarias, y los tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu
primogénitos de vuestras vacas y ¡
sierva, y el levita que more en tus
ovejas. 7 Allí comeréis delante de ciudades; allí te regocijarás ante Yave,
Yave, vuestro Dios, y os regocija- tu Dios disfrutando de. los bienes que
;

réis vosotros y vuestras familias, adquiera tu mano. 19 Guárdate de


gozando de los bienes que vuestras desamparar al levita en todo el tiempo
manos adquieran, y con que Yave, que vivas sobre tu tierra. 20 Cuando
tu Dios, te bendiga. 8 No haréis Yave, tu Dios, haya extendido tus
-

cada uno como bien le parezca, como fronteras, como te lo ha prometido,


10 hacemos nosotros aquí ahora, ¡y digas: Quiero comer carne, porque
9
porque no habéis llegado todavía sienta deseo de ella tu alma, podrás
al descanso y a la heredad que Yave,
I
comerla cuantas veces quieras. 21 Si
tu Dios, te da. 10 Mas pasaréis el el lugar que Yave, tu Dios, elija,
Jordán, y habitaréis en la tierra que para poner en él su nombre, está
¡

Yave, vuestro Dios, os dará en here- lejano, podrás matar tu ganado ma-
dad; y entonces os dará reposo contra yor y menor, que Yave te dé, según
todos vuestros enemigos que os ro- lo que te he prescrito, y comerlo
dean, y habitaréis en seguridad. en tu ciudad, á tu deseo. 22 Lo come-
11 Entonces,
en el lugar que Yave, rás como se come la gacela y el
]

vuestro Dios, elija, para que en él ciervo; el puro y el impuro podrán


more su santo nombre, allá llevaréis comerlo uno y otro; 23 pero atente
todo lo que yo os mando, vuestros siempre a la prohibición de comer
holocaustos, vuestros sacrificios, vues- sangre; es la vida, y no debes comer
tras décimas, las ofrendas' elevadas la vida de la carne; 24 no la comerás,
de vuestras manos y las escogidas la derramarás sobre la tierra como
ofrendas de vuestros votos a Yave. el agua; 25 no la comerás, para que
12 Allí os regocijaréis en la presencia seas dichoso, tú y tus hijos después
de Yave, vuestro Dios, vosotros y de ti, haciendo lo que es recto a
vuestros hijos, vuestros siervos y los ojos de Yave. 26 Pero las ofren-
vuestras siervas, y el levita que esté das sagradas que se te imponen, y
dentro de vuestras puertas, ya que las que tú hagas en cumplimiento
éste no ha recibido parte y heredad de un voto, ésas tómalas, y ve al
con vosotros. 13 Guárdate de ofrecer lugar que Yave elija; 27 y allí ofre-
holocaustos en cualquier lugar a que cerás tus holocaustos, carne y san-
llegues; 14 los ofrecerás en el lugar gre, en el altar de Yave, tu Dios;
que Yave haya elegido en una de en los sgerificios, la sangre será derra-
tus tribus; allí harás todo lo que yo mada en el altar de Yave, tu Dios,
te mando (1). y la carne la comerás tú. 28 Escucha
16 Pero cuando quieras, podrás y guarda lodo esto que yo te mando,
matar y comer la carne en todas tus para que seas dichoso tú, y tus hijos
ciudades, conforme a la bendición después de ti, por siempre, haciendo
que Yave, tu Dios, te haya otor- lo que es recto a los ojos de Yave,
gado. Podrán comerla lo mismo el tu Dios.
impuro que el puro, como se hace
con la gacela y el ciervo. 16 Mas no
comeréis sangre, la derramaréis sobre Contra los ritos gentílicos.
la tierra, como el agua.
17 No podrás comer en cualquiera 29
Cuando Yave, tu Dios, haya
de tus ciudades las décimas de tu exterminado a los pueblos que de
trigo, de tu mosto y de tu aceite, delante de ti va a arrojar, y ya los
hayas destruido, y habites en (a
tierra, 30 guárdate de imitarlos, ca-
(i) Es nota característica del Deuterono-
mio la insistencia en señalar como centro yendo en una trampa, después de
religioso el lugar elegido por Dios de entre haber desaparecido de delante de ti,
las tribus de Israel. y de indagar acerca de sus dioses,
DEUTERONOMIO, 13, 14 180

diciendo: ¿Cómo acostumbraban esas ciale irremisiblemente, y sea tu mano


gentes servir a sus dioses? Voy a primera que contra él se alce para
la
hacer también yo como ellos hacían. matarle, siguiendo después las de
31 No obres así con Yave, tu Dios; todo el pueblo; 10 le lapidaréis hasta
porque cuanto hay de aborrecible que muera, por haber buscado apar-
y abominable a Yave, lo hacían ellos tarte de Yave, tu Dios, que te sacó
para sus dioses; hasta quemar "en el de Egipto, de la casa de la servi-
11
fuego a sus hijos, en honor suyo. dumbre. Así todo Israel lo sabrá
32 Todo lo que yo te mando, guár- y temerá de hacer más una semejante
dalo diligentemente, sin añadir ni maldad en medio de ti.
12 Si de una de las ciudades que
quitar nada.
Yave, tu Dios, te ha dado por morada,
oyeres decir: 13 gentes malvadas, sali-
das de en medio de ti, andan sedu-
Prevenciones contra la apostasía. ciendo a los habitantes de la ciudad,
diciendo: Vamos a servir a otros
14 inquirirás, examinarás y
1 Q 1 alzare en medio de ti
Si se dioses;
un profeta o un soñador, que preguntarás cuidadosamente; si el
te anuncia una señal o un prodigio, rumor es verdadero y cierto el hecho,
2 aunque se cumpliere la señal o el si se ha cometido en medio de ti tal

prodigio de que te habló, diciendo: abominación, 15 entonces, dando al


Vamos tras de otros dioses dioses — anatema esa ciudad, con todo cuanto
que tú no conoces y sirvámosles;
3

no escuches las palabras de ese
hay en ella y sus ganados, no dejes
de pasarla a filo de espada;
16
y
profeta o ese soñador, porque te reuniendo todo su botín en medio
prueba Yave, tu Dios, para saber de la plaza, quemarás completamente
si amáis a Yave, vuestro Dios, con la ciudad con su botín, para Yave, tu
todo vuestro corazón y toda vuestra Dios; sea para siempre un montón
alma. 4 Tras de Yave, vuestro Dios, de ruinas y no vuelva a ser edifi-
habéis de ir; a él habéis de temer, cada. 17 Que no se te pegue a las
guardar sus mandamientos, obede- manos nada de cuanto fué dado al
cer su voz, servirle y allegaros a él. anatema, para que se vuelva Yave
8 Yese profeta o soñador será conde- del furor de su ira, y te haga gracia
nado a muerte (1), por haber acon- y misericordia, y te multiplique, como
sejado la rebelión contra Yave, vues- a tus padres se lo juró, 18 si guardas
tro Dios, que os sacó de Egipto y todos sus mandamientos que yo hoy
os libró de la casa de la servidumbre, te prescribo, haciendo lo que es recto
para apartaros del camino por donde a los ojos de Yave, tu Dios.
Yave, tu Dios, te ha mandado ir.
Así harás desaparecer la maldad de
en medio de ti. Animales puros y animales
6
Si tu hermano, hijo de tu madre,
impuros.
o tu hijo o tu hija, o la mujer que
descansa en tu regazo, o tu amigo,
aunque le quieras como a tu propia (Lev. 11, 2-23.)
alma, te incitare en secreto, diciendo:
Vamos a servir a otros dioses dioses — 1i 1 Vosotros sois hijos de Yave,
que no conocisteis ni tú ni tus padres, vuestro Dios. No os hagáis in-
7
de entre los dioses de los pueblos cisiones, ni os decalvéis entre los
que os rodean, cercanos o lejanos, ojos, por un muerto. 2 Porque tú
del uno al otro cabo de la tierra
8
no asientas ni le escuches, ni tenga
— eres un pueblo consagrado a Yave,
tu Dios, y te ha elegido Yave para
tu ojo piedad de él, ni le tengas que seas su pueblo singular, de entre
compasión ni le encubras; 9 denún- todos los pueblos que hay sobré la
haz de la tierra.
(i) Como la existencia misma del pueblo
3
No comas abominación alguna.
pendía de la observancia de su religión, todo 4
He aquí los animales que comeréis:
delito grave contra ésta era, al mismo tiempo, 5
el buey, la oveja y la cabra; el
un atentado contra aquélla. Por eso se castigan
ciervo, la gacela y el corzo; la cabra
tan rigurosamente los delitos contra la religión.
En el mismo cap., v. 13, se expone cómo ha montés, el antílope, el búfalo, la
de ser castigada la ciudad en que tal delito se gamuza; 6 todo animal que tenga la
cometa. pezuña dividida y el pie hendido y
íyu DEUTERONOMIO, 15

rumie; ' pero no comeréis los que ras; y comerás allí, delante de Yave,
solamente rumian, ni los que sola- y te regocijarás, tú y tu casa. 27 No
mente tienen la pezuña dividida y dejarás de lado al levita que mora
el pie hendido; el camello, la liebre, en tu ciudad, porque él no tiene
elconejo, que rumian, pero no tienen parte ni heredad contigo.
28 Al fin
la pezuña dividida, son inmundos de cada tercer año, sepa-
para vosotros; 8 el puerco, que tiene rarás todas las décimas de los pro-
'

la pezuña hendida, pero no rumia, ductos de aquel año y las depositarás


es inmundo para vosotros. come- No en tu ciudad; 29 allá vendrá el levita,
réis sus carnes ni tocaréis sus cadá- que no tiene parte ni heredad con-
veres. tigo y el peregrino, el huérfano y la
9
De
los animales que viven en el viuda que habita en tus ciudades
agua, comeréis los que tienen ale- y comerán y se saciarán, para que
tas escamas; 10 pero cuantos no Yave, tu Dios, te bendiga en todas
y
tienen aletas y escamas, no los come- las obras de tus manos II).
réis, son para vosotros inmundos.
11 Comeréis
toda ave pura. 12 He aqui
las que no comeréis: el águila, el
quebrantahuesos, el buitre, 13 el mi- El año de la remisión.
lano y toda suerte de halcones;
14 toda suerte de cuervos; 15 el aves- 1
\ ¿) Al fin de cada séptimo año,
truz, el mochuelo, la lechuza; 16 el harás la remisión. 2 He aquí
buho y 17
ibis, el el pelícano; la cer- cómo se ha de hacer la remisión:
ceta, el mergo, la cigüeña; 18 la Todo acreedor que haya prestado,
garza de todas clases, la abubilla condonará al deudor lo prestado; no
19 Tendréis también
y el murciélago. [
lo exigirá ya más a su prójimo, una
por inmundo todo insecto alado, no vez publicada la remisión de Yave;
lo comeréis. 20 Comeréis los volátiles 3
podrás exigirlo del extranjero, pero
puros. 21 No comeréis morticino de no de tu hermano, al que harás la
ningún animal; podrás dárselo a comer remisión, 4 para que no haya entre
al peregrino que reside en tus ciu- ti pobres; porque Yave te bendecirá
dades o vendérselo al extranjero; seguramente en la tiérra que Yave,
vosotros sois un pueblo consagrado tu Dios, te ha dado en heredad,
a Yave, tu Dios. No cocerás el ca- para que la poseas, 5 siempre que
brito en la leche de su madre. oigas la voz de Yave, tu Dios, po-
niendo por obra cuidadosamente todos
que yo hoy te pres-
sus mandatos,
6
Porque Yave, tu Dios, te
cribo.
Décimas. bendecirá, como él te lo ha dicho,
y prestarás a muchos pueblos, y no
(Exod. 22, 20; Lev. 27, 30-33.) l'tendrás que tomar prestado de nadie;
dominarás a muchas naciones y ellas
22 Diezmarás todo producto
de tus no te dominarán a ti.
sementeras, de lo que dé tu campo
cada año; 23 y comerás delante de
Yave, tu Dios, en el lugar que él Los pobres y los esclavos.
elija, para hacer habitar en él su
nombre, la décima de tu trigo, de
7
tu mosto y de tu aceite, y los pri- Si hubiere en medio de ti un
mogénitos de tus vacas y ovejas, necesitado de entre tus hermanos,
para que aprendas a temer siempre en tus ciudades, en la tierra que
a Yave, tu Dios; 24 pero si el camino Yave, tu Dios, te da, no endurecerás
fuere largo para poder llevarlos allá, tu corazón ni cerrarás tu mano a tu
por estar tú demasiado lejos del hermano pobre, 8 sino que le abri-
lugar que elija Yave para hacer habi- rás tu mano y le prestarás con que
tar en él su nombre, cuando Yave te poder satisfacer sus necesidades, según
bendecirá, 25 lo venderás; y tomando lo que necesite. • Guárdate de que
el dinero en tus manos, irás con él
al lugar que Yave, tu Dios, elija.
28 Allí comprarás con el dinero lo (i) Es de notar, como característica del
Deuteronomio. el gran cuidado del legislador
que desees, bueyes, ovejas, vino u por el pobre, incluyendo entre estos al levita,
otro licor fermentado, lo que quie- al huérfano, a la viuda y al peregrino.
DEUTERONOMIO, 16 191

se alce en tu corazón este bajo pen- LAS TRES SOLEMNIDADES


samiento: Está ya cercano el año ANUALES
de la remisión; y de mirar con malos
ojos a tu hermano pobre y no darle (Exod. 12; 23, 14-16; 34, 18-23;
nada, no sea que él clame a Yave Lev. 23; Núm. 28 sig.)
contra ti y te cargues con un pecado.
10 Debes sin que al darle se
darle,
entristezca tu corazón; porque por l.u pascua.
ello Yave, tu Dios, te bendecirá en
todos tus trabajos y en todas tus I -i y
1 mes de Abib, ce-
Guarda el
empresas. 11 Nunca dejará de haber 10 lebrando pascua de Yave,
la
pobres en la tierra, por eso te doy tu Dios; porque precisamente en el
este mandamiento: abrirás tu mano mes de Abib te sacó Yave, tu Dios,
a tu hermano, al necesitado y al de Egipto, de noche. 2 Inmolarás la
pobre de tu tierra. pascua a Yave, tu Dios, de las crías
12
Si uno de tus hermanos, un de las ovejas y de las vacas, en el
hebreo o una hebrea, se te vende, i lugar que Yave, tu Dios, haya ele-
te servirá seis años, pero al séptimo gido para poner en él su nombre;
13 3 no comerás con ella pan fermentado,
le despedirás libre de tu casa; y i

al despedirle libre de tu casa, no le sino que por siete días comerás pan
mandarás vacío, 14 sino que le darás ácimo, el pan de la aflicción, porque
algo de tus ovejas, de tu era y de tu de prisa saliste de Egipto; para
lagar, haciéndole partícipe de los que así te acuerdes toda tu vida del
bienes con que Yave, tu Dios, te día en que saliste de Egipto. 4 No
bendice a ti. 16 Acuérdate de que se verá levadura esos siete días en
esclavo fuiste en la tierra de Egipto, toda la extensión de tu territorio,
y de que Yave, tu Dios, te libertó; y nada de la víctima que a la tarde
por eso te doy yo este mandato. inmolares quedará para la noche
16 Y si tu esclavo te dice: No quiero hasta la mañana siguiente. 5
No
salir de tu casa, porque te amo a ti sacrificarás pascua en cualquiera
la
y a tu casa, y se halla bien contigo, de las ciudades que te dará Yave,
6
i' entonces, tomando un punzón, tu Dios; sólo en el lugar que Yave,
le agujerearás la oreja junto a la tu Dios, elija, para hacer habitar
puerta, y será esclavo tuyo para en él su nombre, sacrificarás la pas-
siempre; lo mismo harás con tu cua, a la tarde, al ponerse el sol, al
sierva. 18 Que no te pese darle por tiempo de tu salida de Egipto. 7 La
libre, porque sirviéndote seis años, asarás y la comerás en el lugar que
te ha valido el doble del salario de Yave, tu Dios, elija, y de allí te vol-
un jornalero, y Yave, tu Dios, te verás a la mañana siguiente, para irte
bendecirá en cuanto hagas. a tus tiendas. 8 Durante seis días come-
rás pan ácimo, y el día séptimo será
la solemnidad de Yave, tu Dios,
Los primogénitos. y no harás en él trabajo alguno.
(Exod. 13, 11-16; Núm. 13, 14-19.)
Pentecostés.
19
Consagrarás a Yave, tu Dios,
9
todos los piimogénitos, todo primo- Contarás siete semanas; desde
génito macho de tus vacas y ovejas; el en que comienza a meterse
día
no harás trabajar al primogénito la hoz en el trigo, comenzarás a contar
de tu vaca, ni esquilarás al primo- las siete semanas; 10 y celebrarás la
génito de tus ovejas, 20 sino que lo fiesta de las semanas en honor de
comerás cada año, tú y tu familia, Yave, tu Dios, con ofrendas volun-
delante de Yave, tu Dios, en el lugar tarias, que harás conforme Yave,
que él elija. 21 Pero si es defectuoso, tu Dios, te haya bendecido. 11 Te
si ciego o cojo o con otro defecto, regocijarás en la presencia de Yave,
no se lo ofrecerás en sacrificio a tu Dios, en el lugar que elija para
Yave, tu Dios. 22 Lo comerás en hacer habitar en él su nombre, tú y
tus ciudades, como se come la gacela tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva,
o el ciervo; 23 pero no comerás la el levita que mora en tus ciudades,
sangre, la derramarás sobre la tierra |
así como el peregrino, el huérfano
como el agua. I
y la viuda que habitan en medio
192 DEUTERONOMIO, 17

12
de ti. Acuérdate de que siervo las ciudades que Yave, tu Dios, te
fuiste en Egipto, y cuida de poner |
da, hubiere hombre o mujer que hi-
en obra estos mandamientos. ciere lo que es malo a los ojos de
Yave, tu Dios, traspasando su alianza,
3
yéndose tras otros dioses para ser-
virles y postrarse ante ellos, ante el
La fiesta de los tabernáculos.
sol o la luna o cualquier astro del
13
Celebrarás la fiesta de los taber- ejército de los cielos (1), cosa que
yo no he mandado; 4
náculos durante siete días, una vez cuando la cosa
recogido el producto de tu era y de ¡legue a ti, harás una escrupulosa
tu lagar; 14 te regocijarás en esta investigación; si el rumor es verda-
dero y el hecho cierto, si se cometió
fiesta tú, tu hijo, tu hija, tu siervo
tal abominación en Israel, 5 llevarás
y tu sierva, así como el levita, el
peregrino, el huérfano y la viuda a tus puertas al hombre o mujer
que habitan en tu ciudad. 15 Cele- que tal maldad ha cometido y los
brarás la fiesta en honor de Yave, lapidarás, hasta que mueran.
i

6 Sólo sobre palabra de dos o tres


tu Dios, en el lugar que haya elegido,
testigos se condenará a muerte al
para que Yave, tu Dios, te bendiga
en todas tus cosechas y en todo
que haya de ser condenado; no será
trabajo de tus manos, y te darás condenado a muerte sobre la pala-
todo a la alegría. bra de un solo testigo. 7 Las manos de
16 Tres veces los testigos se alzarán las primeras
al año, todo varón
contra él, para hacerle morir, y
de entre vosotros se presentará de-
lante -de Yave, vuestro Dios, en el
después seguirán las del pueblo. Has
lugar que él haya elegido; en la de extirpar el mal de en medio de ti.
festividad de los ácimos, en la de las
semanas y en la de los tabernáculos; Diversas categorías de jueces.
y no se presentará ante Yave con las
manos vacías. 17 Cada cual hará sus 8
Si una causa te resultare difícil
ofrendas, conforme a las bendiciones
que Yave, tu Dios, le haya otorgado. de resolver, entre sangre y sangre,
entre contestación y contestación,
entre herida y herida, objeto de liti-
gio en tus puertas, te levantarás y
La administración de justicia.
subirás al lugar que Yave, tu Dios,
18
haya elegido, 9 y te irás a los sacer-
Te constituirás jueces y escri- dotes hijos de Leví, al juez entonces
bas, en todas las ciudades que Yave,
'

en funciones, y le consultarás; él
tu Dios, te dará, según tus tribus, te dirá la sentencia que haya de
que juzguen al pueblo justamente. darse, conforme a derecho. 10 Obra-
19 No tuerzas el derecho, no hagas rás según la sentencia que te hayan
acepción de personas, no recibas rega- dado en el lugar que Yave, ha ele-
los, porque los regalos ciegan los gido, y pondrás cuidado en ajus-
ojos de los sabios y corrompen las farte a lo que ellos te hayan ense-
palabras de los justos. 20 Sigue estric- ñado. 11
Obrarás conforme a la ley
tamente la justicia, para que vivas que te enseñen y a la senten-
ellos
y poseas la tierra que te da Yave, cia que te hayan dado, sin apartarte
tu Dios. ni a la derecha ni a la izquierda,
de lo que te hayan dado a conocer.
12 El que, dejándose llevar de la
Represión de la apostasfa. soberbia, no escuchare al sacerdote,
que está allí para servir a Yave,
No plantarás arboleda alguna
21 tu Dios, o no escuchare al juez,
junto al altar que elevarás a Yave, será condenado a muerte. 13 Así extir-
tu Dios; 22 ni alzarás cipos, que eso parás el mal de en medio de Israel,
lo detesta Yave, tu Dios. I

y tu pueblo, al saberlo, temerá, y no


se dejará llevar de la soberbia.
"1
"J
No sacrificarás a Yave, tu
1

Dios, buey ni oveja que tengan culto de los astros no era propio
El
(i)
defecto, porque es abominación ante de lasreligiones cañoneas. Lo era más bien
Yave, tu Dios. de lascaldeas, cuyo influjo se dejó también
2 Si en medio de ti,
en alguna de sentir en Palestina.
DEUTERONOMIO, 18 193

El rey. de su alma al lugar que Yave elija,


7
ministrará en nombre de Yave, su
14 Cuando hayas entrado en la Dios, como todos sus hermanos, los
tierra que Yave, tu Dios, te da, y levitas, que allí estén delante de
te hayas posesionado de ella y esta- Yave, 8 y comerá una porción igual
blecido en ella tu morada; si te dices: a la de los otros, excluyendo a los
Voy a poner sobre mt un rey, como sacerdotes de la iniquidad y a los
lo tienen todas las naciones, que me magos.
rodean; 15 pondrás sobre ti el rey
que Yave, tu Dios, elija; uno de tus Los profetas.
hermanos tomarás para hacerle rey
9
sobre ti; no podrás darte por rey un Cuando hayas entrado en la tie-
extranjero, que no sea tu hermano; rra que Yave, tu Dios, te da, no
16 pero que no tenga gran número imites las abominaciones de esas na-
de caballos, ni pretenda volver al ciones, 10 y no haya en medio de
pueblo a Egipto; porque Yave, tu ti quien haga pasar por el fuego a
Dios, ha dicho: no volváis nunca su hijo o a su hija, ni quien se dé
jamás allá por ese camino. 17 Que no a la adivinación ni a la magia, ni
tenga mujeres en gran número, para a hechicerías 11 y encantamientos;
que no se desvíe; ni grandes cantida- ni quien consulte a encantadores, ni
des de plata y oro. 18 En cuanto se a espíritus, ni a adivinos, ni pregunte
siente en el trono de su realeza, escri- a los muertos. 12 Es abominación
birá para sí en un libro una copia de ante Yave cualquiera que esto hace,
esta ley, en presencia de los sacer- y precisamente por tales abomina-
dotes levitas. 19 Lo tendrá consigo ciones arroja Yave, tu Dios, de de-
y lo leerá todos los días de su vida, lante de ti a esas gentes. 13 Sé puro
para que aprenda a temer a Yave, ante Yave, tu Dios. 14 Esas gentes
su Dios, y a guardar todas las pala- que vas a desposeer consultan a he-
bras de esta ley y todos estos man- chiceros y adivinos, pero a ti nada
datos, y los ponga por obra, 20 para de eso te permite Yave, tu Dios.
que no se alce su corazón sobre el 15 Yave, tu Dios, te suscitará de en
de sus hermanos, y no se aparte ni medio de ti, de entre tus hermanos,
a la derecha ni a la izquierda, y así un profeta como yo; a él le oirás,
prolongue los días de su reinado, él 10 precisamente como a Yave, tu
y sus hijos, en medio de Israel. Dios, pediste en el Horeb, el día
de la congregación, diciendo: Que
no oiga yo la voz de Yave, mi Dios,
Los sacerdote*. y no vea este gran fuego, para no
morir. 17
Entonces me dijo Yave:
1
Los sacerdotes levitas, toda Dicen bien, hablando así. i8 Yo les
la tribu de Leví, no tendrán suscitaré de en medio de sus her-
parte y heredad con Israel; se man- manos un profeta, como tú, pondré
tendrán de los sacrificios de combus- en su boca mis palabras, y él les co-
tión a Yave y de la heredad de éste. municará todo cuanto yo le mande.
a No tendrán heredad
en medio de 19
A quien no escuchare las palabras
sus hermanos; Yave es su heredad, que él dirá en mi nombre, yo le pe-
como él se lo ha dicho. 3 Estos serán diré cuenta. 20 Pero el profeta que
los derechos de los sacerdotes sobre ose decir en nombre mío lo que yo
el pueblo, sobre aquellos que ofrez- no le haya mandado decir, o hable
can en sacrificio un buey o una oveja: en nombre de otros dioses, ha de
se dará al sacerdote el brazuelo, las morir. 21
Y si te dices en tu corazón:
mandíbulas y el cuajar. 4 También ¿cómo voy a conocer yo la palabra
le darás las primicias de tu trigo, que no ha dicho Yave? 22 Cuando un
de tu mosto y de tu aceite, y las profeta te hable en nombre de Yave,
primicias del esquileo de tus ovejas; si lo que dijo no se cumple, no se
8 porque a él ha elegido Yave, tu realiza, es cosa que no ha dicho
Dios, de entre todas las tribus, para Yave; en su presunción habló el pro-
estar ante él y ministrar en nombre feta,no le temas (1).
de Yave, él y sus hijos por siempre.
* Si un levita sale de alguna de tus
(i) Se refiere aquí el legislador, no a un
ciudades de todo Israel, donde pere- profeta particular y determinado, sino a una
grinó, para venir con todo el deseo '
verdadera institución, como es la de la ju-

13
194

Ciudades de refugio. dad de él, quitarás de Israel sangre


inocente y prosperarás.
14 No moverás los términos
1 Q 1
Cuando Yave, tu Dios, haya de tu
prójimo de donde los pusieron los
exterminado las naciones cuya
tierra te da, y las hayas desposeído antepasados en la heredad de tu
y habites en sus ciudades y en sus propiedad, en la tierra que Yave,
casas, 2 te separarás tres ciudades de tu Dios, va a darte en posesión.
en medio de la tierra que Yave, tu
Dios, te da en posesión; 3 allanarás
los caminos y dividirás en tres re- Lu prueba testifical.
giones el territorio que Yave, tu
Dios, te da en heredad, para que 15 Un
solo testigo no vale contra
todo homicida pueda refugiarse en uno en cualquier delito o en cual-
esas ciudades. 4 He aquí el caso en quier pecado, cualquiera que sea el
que el homicida que allí se refugie pecado. En la palabra de dos o tres
tendrá salva la vida: Si mató a su testigos se apoyará siempre la cosa.
prójimo sin querer, sin que antes 16 Si surgiere contra uno un testigo

fuera enemigo suyo, ni ayer ni ante- malo, acusándole de un delito, 17 los


5 uno va a cortar leña
Así, dos interesados en la causa se pre-
ayer. si
en el bosque con otro, y mientras sentarán ante Yave, ante el sacer-
maneja con fuerza el hacha para dote 18 y los jueces en funciones en
derribar el árbol, salta del mango el ese tiempo, quienes, si después de
hierro y da a su prójimo y le mata, una escrupulosa investigación, ave-
ése huirá a una de las ciudades y riguasen que el testigo, mintiendo,
tendrá salva la vida. 8 Si no, el ven- había dado falso testimonio contra su
gador de la sangre perseguiría en su hermano, 19 le castigarán haciéndole
furor al homicida, y si el camino a él lo que él pretendía se hiciese
era demasiado largo, le alcanzaría y con su hermano; así quitarás el mal
de muerte; y sin embargo,
le heriría de en medio de Israel. 20 Los otros,
ese hombre no merecía
la muerte, al saberlo, temerán y no cometerán
pues que ni de ayer ni de anteayer esa mala acción en medio de ti; 21 no
tenía odio. Por eso te doy este tendrá tu ojo' piedad: vida por vida,
7

mandato: Separa tres ciudades; 8 y ojo por ojo, diente por diente, mano
si Yave, tu Dios, ensancha tus fron- por mano, pie por pie
teras, como a tus padres se lo ha
jurado, y te da toda la tierra que
a tus padres juró darte, 9 siempre La guerra.
que guardes y pongas por obra todos
los mandamientos que yo te pres- •)A 1 Cuando hagas la guerra a tus
cribo hoy, amando a Yave, tu Dios,
— " enemigos, al ver los caballos y
y siguiendo todos sus caminos, aña- los carros de un pueblo más pode-
dirás a esas tres, otras tres ciudades, roso que tú, no los temerás; porque
10 para que no sea derramada sangre Yave, tu Dios, que te sacó de Egipto,
inocente en medio de la tierra que está contigo. 2 Cuando se vaya a
Yave, tu Dios, te da por heredad, y dar la batalla, avanzará el sacerdote
no caiga sangre sobre ti. 11 Pero si y hablará al pueblo, 3 y le dirá:
uno que odiaba a su prójimo le ace- |Oye, Israel! Hoy vais a dar la bata-
chare, se echare sobre él y le hiere lla a vuestros enemigos; que no des-
mortalmente y huye a una de esas fallezca vuestro corazón; no temáis,
ciudades, 12 los ancianos de la ciudad no os asustéis ni os aterréis ante
le mandarán prender y le entregarán ellos; 4 porque Yave, vuestro Dios,
en manos del vengador de la sangre, marcha con vosotros, para combatir
para que muera. 13 No tendréis pie- con vosotros contra vuestros enemi-
! gos, y él os salvará. 8 Luego hablarán
dicatura, la del sacerdocio y la de la realeza. al pueblo los escribas, diciendo: ¿Quién
Comprende a todos los profetas que en el trans- ha construido una casa nueva y no
'

curso del tiempo mandará Dios a su pueblo; la ha estrenado? Que se vaya y vuel-
pero no se excluye, antes por modo especiall- va a su casa, no muera en la batallá
simo se incluye, al profeta por antonomasia,
el Mesías. Uno de los fines de esta institución
y sea otro el que la estrene. 6 ¿Quién
es apartar al pueblo de acudir a hechiceros y
ha plantado una viña y no la ha
adivinos, como acostumbraban los cananeos, vendimiado todavía? Que se vaya y
y en general los gentiles. vuelva a su casa, no sea que muera
DEUTERONOMIO, 21

en la batalla y la vendimie otro. son de fruto podrás destruirlos y de-


7
¿Quién se ha desposado con una rribarlos,para hacer ingenios con que
mujer y todavía no la ha tomado? combatir a la ciudad en guerra con-
Que se vaya y vuelva a su casa, no tigo, hasta que caiga.
sea que muera en la batalla y la tome
otro. 8 Los escribas seguirán hablando
al pueblo y le dirán: ¿Quién tiene Expiación del homicidio cometido
miedo y siente desfallecer su cora- por mano desconocida.
zón? Que se vaya y vuelva a su casa,
1
para que no desfallezca como el suyo Si en la tierra que Yave, tu
el corazón de sus hermanos (1). Dios, te da en posesión, fuere
9
Cuando los escribas hayan acabado encontrado un hombre muerto en el
de hablar al pueblo, los jefes de las campo, sin que se sepa quien lo mató,
2 tus ancianos
tropas pasarán lista del pueblo por y los jueces irán a
cabezas. medir las distancias del lugar donde
10 Cuandote acercares a una ciu- esté el cadáver, hasta las ciudades
dad para atacarla, le brindarás la del contorno. 3 Los ancianos de la
paz. 11
Si la acepta y te abre, la ciudad más cercana al lugar del ca-
gente de ella será hecha tributaria dáver tomarán una becerra que no
y te servirá. 18 Si en vez de hacer haya trabajado, que no haya llevado
paces contigo quiere la guerra, la sobre sí el yugo, 4 y la llevarán a
sitiarás; 13 y cuando Yavc, tu Dios, la un valle inculto, que nunca haya
pusiere en tus manes, pasarás a sido arado ni sembrado; y allí, en
5 Entonces
todos los varones al filo de la espada; el valle, la degollarán.
14 pero las mujeres, los niños vendrán los sacerdotes, hijos de Leví,
y los
ganados y cuanto haya en la ciudad, porque a ellos los eligió Yave, tu
todo su botín, lo tomarás para ti Dios, para que le sirvan, y para ben-
y podrás comer los despojos de tus decir el nombre de Yave, y por su
enemigos, que Yavc, tu Dios, te da. palabra ha de decidirse toda contes-
19
Así harás con todas las ciudades tación y toda percusión. 6 Vendrán
situadas lejos de ti, que no sean de todos los ancianos de la ciudad que
las ciudades de estas gentes (2). esté más cerca del muerto, y lavarán
16 Pero en las ciudades de las gentes sus manos sobre la becerra degollada
7
que Yave, tu Dios, te da por here- en el y responderán diciendo:
valle,
dad, no dejarás con vida a nada de «No han derramado nuestras manos
cuanto respira; 17 darás al anatema esta sangre, ni lo han visto nuestros
esos pueblos, a los jéteos, amorreos, ojos; 8 expía a tu pueblo Israel a
cananeos, fereceos, jeveos y jebu- ¡
quien redimiste, oh Yave, y no im-
seos, como Yavc, tu Dios, te lo ha putes la sangre inocente a tu pueblo
mandado, 18 para que no
aprendáis Israel." Y la sangre les será per-
a imitar las abominaciones a que donada. 9 Así quitarás de en medio
esas gentes se entregan para con sus de ti la sangre inocente, y harás lo que
dioses, y no pequéis contra Yave, es recto a los ojos de Yave (1).
vuestro Dios.
19
Si para apoderarte de una ciu-
dad enemiga tienes que hacer un Las mujeres apresadas en la
largo asedio, no destruyas la arbole- guerra.
da, metiendo en ella el hacha; come
sus frutos y no los tales, que no es 10 Cuando hagas la guerra
a los
un hombre el árbol del campo, para pueblos enemigos, y Yave, tu Dios,
que pueda reforzar la defensa contra te los dé en tus manos y hagas cau-
20 Los árboles que veas que 11
ti. no tivos; entre ellos vieres a una
si
mujer hermosa y la deseas, la toma-
Aunque la ley del servicio militar era rás por mujer; 12 la entrarás en tu
(1)
universal, pónense aquí estas excepciones, para casa, y ella se raerá la cabeza y se
el momento mismo en que se va a dar la batalla,
y parecen tender todas a "retirar de en medio (1)Tan grave delito se considera el homi-
de las tropas a los que pudieran ser causa de cidio, que, cuando no puede ser descubierto
desmoralización y cobardía. el autor, cuantos por estar cerca del lugar en
(2) Esta era entonces la ley común de la que se cometió pudieran creerse complicados,
guerra; como el servicio de las armas en todos manda la ley que se purguen de la responsa-
aquellos pueblos era universal, todos los varo- , bilidad, mediante el juramento dado por sus
nes en edad de empuñarlas eran combatientes. representantes.
196 DEUTERONOMIO, 22

cortará las uñas, 13 y quitándose los ahorcado es maldición de Dios, y no


vestidos de su cautividad quedará en has de manchar la tierra que Yave,
tu casa; llorará a su padre y a su tu Dios, te da en heredad (1).
madre por tiempo de un mes (1);
después entrarás a ella y serás su
marido y ella será tu mujer. 14 Si Las cosas perdidas.
después te desagradare, le darás la
libertad y no la venderás por dinero (Exod. 23, 4-9.)
ni la maltratarás, pues tú la humi-
llaste. 1 Siencuentras perdidos el buey
í\s\
o la oveja de tu hermano, no te
retires, llévaselos a tu hermano. 2 Si
Derechos del primogénito. tu hermano habita lejos de ti y no
le conoces, recoge, al animal en tu
15
Cuando un hombre tenga dos casa y tenlo contigo hasta que tu
mujeres, la una amada, la otra abo- hermano venga a buscarlo, y devuél-
rrecida, si la amada y la aborrecida veselo. 3 Lo mismo harás cotí su asno,
le dieran hijos y el primogénito fuere con su manto y con todo cuanto
de la aborrecida, 16 el día en que dis- perdido encontrares. * Si ves el asno
tribuya sus bienes entre sus hijos de tu hermano o su buey caído en el
no podrá dar a los hijos de la amada camino, no te desentiendas, ayúdale
el derecho de la primogenitura con a levantarlo.
preferencia al de la aborrecida, si
éste es el primogénito; 17 mas habrá
de reconocer por primogénito al hijo Prohibición de ciertos usos.
de la aborrecida, dándole de sus bie-
nes dos tantos, porque es el primogé- 6
No
llevará la mujer vestidos de
nito de su robustez, y suyo es el hombre, ni el hombre vestidos de
derecho de la primogenitura. mujer, porque el que tal hace es
abominación a Yave, tu Dios.
6
Si en tu camino encuentras un
l'A hijo rebelde. nido de pájaros, en un árbol o en
tierra, con pollos o con huevos y
18 Cuando uno tenga unhijo indó- la madre sobre ellos, no cojas la
cil y rebelde, que no obedece la voz madre con los pollos; ' deja libre a
de su padre ni la de su madre, y la madre, y no cojas más que los
aun castigándole no los obedece, 19 lo pollos, para que seas dichoso y vivas
cogerán su padre y su madre y lo largos años.
8 Cuando construyas una casa nue-
llevarán a los ancianos de su ciudad;
y a la puerta de ella, 20 dirán a los va, pondrás un pretil en derredor de
ancianos de la ciudad: «Este hijo tu terrado; no eches sangre sobre tu
nuestro es indócil y rebelde y no casa, si alguien se cayera de él.
obedece nuestra voz; es un desenfre-
nado y un borracho»; 21 y le lapida-
rán todos los hombres de la ciudad. Mescolanzas prohibidas.
Así quitarás el mal de en medio de
ti, y todo Israel, al saberlo, temerá. (Lev. 19, 19.)

No
siembres en tu viña simientes
IA cadáver del ajusticiado. de dos clases, porque todo serla de-
clarado cosa santa, lo sembrado y el
22
Cuando uno que cometió un de- producto de la viña.
10 No ares
litodigno de la muerte, sea muerto con buey y asno unci-
colgado de un madero, 23 su cadáver dos juntos.
no quedará en él la noche, no dejarás 11
No lleves vestido tejido de lana
de enterrarle el día mismo, porque el y de lino Juntamente.
12
Te harás borlas en las cuatro
puntas del vestido con que te cubras.
(i) Esta cautiva de guerra pasa de su
nación a una nación nueva, cosa en cierto modo
equivalente a la muerte, para su nación, y por (i) Un cadáver, ya por sí, es un foco de
eso ha de despojarse de cuanto recuerda su impureza. Lo es mucho más el del ajusticiado,
aación propia. por razón de su crimen.
DEUTERONOMIO, 23

Delitos de los cónyuges y sus posada, la coge y yace con ella y


penas. fueren sorprendidos, 29 el hombre
que yació con ella dará al padre de
13 Si
un hombre, después de haber la joven cincuenta siclos de plata, y
tomado mujer y haber entrado a ella será su mujer, por haberla él
14 deshonrado, y no podrá repudiarla
ella, la aborreciere y la imputare
falsamente delitos y la difamase, di- en su vida.
30 Nadie tomará mujer de su padre,
ciendo: «He tomado a ésta por mujer,
y cuando a ella entré no la hallé ni levantará la cubierta del lecho
virgen»; 16 el padre y la madre de paterno.
ella tomarán las pruebas de su vir-
ginidad y las presentarán a los an-
cianos de la ciudad en las puertas. Inclusión y exclusión de la comu-
16 El padre de
la joven dirá: «Yo he nidad de Israel.
dado por mujer mi hija a este hom-
bre, y él, habiéndola aborrecido, le ¿)o No será admitido en la asam-
1

imputa cosas deshonrosas, 17 dicien- Yave aquel cuyos órga-


blea de
do: no la he hallado virgen. Ahí están nos genitales hayan sido aplastados
las pruebas de la virginidad de mi o amputados.
2
hija», y desplegarán la sábana ante El fruto de una unión ilícita no
los ancianos de la ciudad. 18 Estos será admitido en la samblea de Yave;
cogerán al hombre y le castigarán; ni aun a la décima generación entrará.
19 3
Amonitas y moabitas no serán
le impondrán una multa de cien
siclos de plata, que entregarán al admitidos, ni aun a la décima gene-
padre de la joven, por haber espar- ración; no entrarán jamás, 4 porque
cido la difamación de una virgen de no vinieron a vuestro encuentro con
Israel; tendrá que tomarla por mujer, el pan y el agua al camino, cuando
y nunca en la vida podrá repudiarla. salisteis de Egipto, y porque
trajeron
20 Pero si la acusación fuera verdad contra ti a Balam, hijo de Beor, de
habiéndose hallado no ser virgen Ja Petur, de Aram Naharaim, para que
joven, 21 la llevará a la entrada de te maldijera; 5 aunque Yave, tu Dios,
la casa de su padre, y las gentes de no quiso oír a Balam y mudó su mal-
la ciudad la lapidarán hasta matarla, dición en bendición, porque Yave,
por haber cometido una infamia en tu Dios, te ama. 6 No buscarás su
Israel, prostituyéndose en la casa amistad ni cuidarás de su bienestar,
paterna; así quitarás el mal de en jamás en los días de tu vida. 7 No
medio de ti. detestes al edomita, porque es her-
22
Si un hombre fuere cogido ya- mano tuyo; no detestes al egipcio,
ciendo con una mujer casada, serán porque peregrino fuiste en su tierra:
muertos los dos, el hombre que yació 8 sus hijos,
a la tercera generación,
con la mujer, y la mujer. Así quita- podrán ser admitidos en la asamblea
rás el mal de en medio de Israel. de Yave.
23
Si una joven virgen se desposa a
un hombre y encontrándola en tanto
otro en la ciudad, yace con ella, Limpieza en los campamentos.
24 los llevaréis a los dos a las puertas
9
de la ciudad y los lapidaréis hasta Cuando salgas en guerra contra
matarlos; a la joven, por no haber tus enemigos, guárdate de toda cosa
gritado en la ciudad; al hombre, por mala. 10 Si hubiere alguno impuro
haber deshonrado a la mujer de su por accidente nocturno, sálgase fuera
prójimo. 25 Pero si fué en el campo del campamento 11 y no entre hasta
donde el hombre encontró a la joven que, al caer de la tarde, se bañe en
desposada, y haciéndola violencia agua. A la puesta del sol podrá entrar
yació con ella, será sólo el hombre en el campamento.
el que muera.
26 A ella nada 12 Tendrás
le harás; fuera del campamento
no hay en ella reato de muerte, por- un lugar donde agacharte, para hacer
que es como si un hombre se arroja tus necesidades, 13 llevando a más
s ibre otro y le mata, el caso es de las armas un palo, con el que
igual. 27 Cogida en el campo, la harás un hoyo para agacharte; y
joven gritó, pero no había nadie que después de haberte agachado taparás
la socorriese. 28 Si un hombre en- tus excrementos; 14 porque Yave, tu
cuentra a una joven virgen, no des- Dios, anda en medio de tu campa-
DEUTERONOMIO, 24

mentó para protegerte y entregar en |de repudio, y poniéndoselo en la


tu poder a tus enemigos, y tu cam- mano, la mandará a su casa. * Una
I

pamento debe ser santo, para que vez que de la casa de él salió, podrá
i

Yave no vea en ti nada de indecente ella ser mujer de otro hombre (1).
3 Si también
y no aparte de ti sus ojos. el segundo marido la
aborrece, y le escribe el libelo de re-
pudio, y poniéndoselo en la mano, la
Humanidad. manda a su casa, o si el segundo ma-
rido que la tomó por mujer muere,
15 No entregarás a su amo un es- 4 no podrá
j
el primer marido volver
clavo huido, que se haya refugiado a tomarla por mujer, después de ha-
en tu casa. 16 Tcnle contigo en medio berse ella manchado, porque esto
de tu tierra, en el lugar que él elija, es una abominación para Yave, y
en una de tus ciudades, donde bien no has de llevar el pecado a la tierra
le viniere, sin causarle molestias (1). que Yave, tu Dios, te da en heredad.
17 Que no haya prostituta de entre 8 Cuando
un nombre sea recién
las hijas de Israel, ni prostituto de casado, no irá a la guerra ni se le
entre los hijos de Israel. 18 No lleves ocupará en cosa alguna: quede libre
a la casa de Yave ni la merced de en su casa durante un año, para con-
una ramera ni el precio de un perro, tentar a la mujer que tomó.
para cumplir un voto, que lo uno y
lo otro es abominación para Yave,
tu Dios. Equidad, humanidad y mode-
19 No exijas de tus
hermanos inte- ración.
rés alguno, ni por dinero ni por ví-
veres, ni por nada de lo que con usura 6
No tomarás en prenda las dos
se presta. 20 Puedes exigírsclo al ex- piedras de una muela, ni la piedra
tranjero, pero no a tu hermano, para de encima de ella, porque es tomar
que Yave, tu Dios, te bendiga en la vida en prenda.
7
todas tus empresas, en la tierra en Si se descubriere que alguno se-
que vas a entrar para poseerla. cuestró a su hermano de entre los
21 Cuando hicieres un voto
a Yave, hijos de Israel para hacerle esclavo,
tu Dios, no relardes el cumplirlo; o que le vendió, el ladrón será con-
pues Yave, tu Dios, de cierto te pe- denado a muerte. Quitarás el mal
dirá cuenta de ello y cargarías con de' en medio de ti.
un pecado. 22 Si no haces voto, no 8
Ten cuidado con la plaga de la
cometes pecado; 23 pero la palabra lepra, guardando escrupulosamente y
salida de tus labios, la mantendrás cumpliendo cuanto te digan los sacer-
y la cumplirás conforme al voto libre- dotes levitas; todo cuanto yo les
mente hecho a Yave, tu Dios, que he prescrito, lo pondréis escrupulo-
tu boca pronunció. samente por obra. 9 Acuérdate de
24 Si entras en la viña de tu pró- lo que con María hizo Yave, tu Dios,
jimo, podrás comer uvas hasta saciar durante el camino, a la salida de
tu apetito, pero no guardarlas en re- Egipto.
10 Si prestas algo a tu prójimo, no
cipiente alguno tuyo.
25 Si entras en la mies de tu pró- entrarás en su casa para tomar
jimo, podrás coger unas espigas con prenda; 11 esperarás fuera de ella
j

la mano, pero no meter la hoz en la a que el deudor te saque fuera la


mies de tu prójimo. prenda.
12 Si éste es pobre,
no te acostarás
sobre la prenda, 13 se la devolverás
El repudio. al ponerse el sol, para que él se acueste
sobre su vestido y te bendiga, y esto
*)A 1
Si un hombre toma una mujer, será para ti justicia ante Yave, tu
y es su marido, y esta luego no Dios.
le agrada, porque ha notado en ella
algo de torpe, le escribirá el libe'lo
(i) La ley tiende a impedir la separación
de los cónyuges; por eso prescribe que se entre-
(i) En contraposición con el derecho de |
gje a la mujer el repudio por escriio, no sólo
otros pueblos, entre cilos el romano, se manda para que tenga ésta una prueba de su libertad,
respetar la libertad de quien huyendo de su sino para dar lugar a que intervenga el escriba,
amo la recobró. I
que pueda procurar la reconciliación.
DEUTERONOMIO, 25, 26

14 No oprimas al mercenario pobre extraño; su cuñado irá a ella y la


e indigente, sea uno de tus hermanos, tomará por mujer, 8 y el primogé-
sea uno de los peregrinos que moran nito que de ella tenga se alzará en
en tu tierra, en tus ciudades. 15 Dale el nombre del hermano muerto, para
cada dia su salario, sin dejar pasar que su nombre no desaparezca de
sobre esta deuda la puesta del sol, Israel. 7 Si el hermano se negase a
porque es pobre y lo necesita. De tomar por mujer a su cuñada, subirá
otro modo clamaría a Yave contra ésta a la puerta, a los ancianos, y
ti y tú cargarías cqii un pecado. les dirá: «Mi cuñado se niega a sus-
No morirán los padres por la
í* citar en Israel el nombre de su her-
culpa de los hijos, ni los hijos por mano; no quiere cumplir su obli-
la culpa de los padres; cada uno sea gación de cuñado, tomándome por
condenado a muerte por pecado mujer.» 8 Los ancianos de la ciudad
suyo (1). le harán venir y le hablarán. Si
i7 No
hagas injusticia al peregrino persiste en la negativa, y dice: «No
ni al huérfano, ni tomes en prenda me agrada tomarla por mujer»; 9 su
las ropas de la viuda. 18 Acuérdate cuñada se acercará a él en presencia
de que esclavo fuiste en Egipto, de los ancianos, le quitará del pie
y de que Yave, tu Dios, te libró; un zapato y le escupirá en la cara,
por eso te mando hacer así. diciendo: «Esto se hace con el hom-
19 tu campo siegues tu
Cuando en bre que no sostiene la casa de su
mies, olvidas alguna gavilla, no
si hermano.» 10 Y
su casa será llamada
vuelvas a buscarla; déjala para el en Israel la casa del descalzado.
peregrino, el huérfano y la viuda,
para que te bendiga Yave, tu Dios, Honestidad.
en todo trabajo de tus manos.
20 Cuando sacudas tus olivos, no 11 mientras riñen dos hombres
Si
hagas tras de ti rebusco en sus ramas; uno con otro, la mujer del uno, inter-
déjalos para el peregrino, el huér- viniendo para librar a su marido de
fano y la viuda. 21 Cuando vendimies las manos del que le golpea, cogiere
tu viña, no hagas en ella rebusco; a éste por las partes vergonzosas,
12 le cortarás las manos sin piedad.
déjalo para el peregrino, el huérfano
13 No
y la viuda. 22 Acuérdate de que tendrás en tu bolso pesa
esclavo fuiste en Egipto, y por eso grande y pesa chica.
14 No tendrás en tu casa dos efas,
te mando hacer así.
uno grande y otro chico. 15 Tendrás
OET 1
Si cuando entre algunos hu- pesas cabales y justas, y efas cabales
biere pleito, y llegado el juicio, y justos, para que se alarguen tus
absolviendo los jueces al justo días sobre la tierra que Yave, tu
y
condenando al reo, 2
fuere el delin- Dios, te da. 16 Porque es abomina-
cuente condenado a pena de azotes,
la ción para Yave, tu Dios, quien eso
el juez le hará echarse en tierra y hace, cometiendo una iniquidad.
17 Acuérdate de lo que te hizo
le hará azotar conforme a su delito,
llevando cuenta de los azotes, 3 pero Amalee en el camino, a la salida de
no le hará dar más de cuarenta, no Egipto; 18 cómo sin temor de Dios
sea que pasando mucho de este nú- te asaltó en el camino, y cayó sobre
mero, quede tu hermano afrentado los rezagados que venían detrás de
ante ti. ti, cuando ibas tú cansado y fati-
4 No
pongas bozal al buey que gado. 19 Cuando Yave, tu Dios, te
trilla. dé el reposo, librándote de todos tus
enemigos en derredor, en la tierra
Ley del Ievirato.- que él te da en heredad, para que
la poseas, extinguirás la memoria
5
Cuando dos hermanos habitan de Amalee de debajo del cielo; no
uno junto al otro, y uno de los dos lo olvides.
muere sin dejar hijos, la mujer del
muerto no se casará fuera con un Primicias y décimas.
Esta ley, enteramente justa, se opone
(i) (14, 22-29; Núm. 18.)
a la entonces muy general, de hacer pagar a 1
justos por pecadores, y que aun hoy es ley de 2íí Cuando hubieres entrado en
los que se dejan dominar por la pasión y la la tierra que Yave, tu Dios, te
barbarie. da por heredad, y tomares posesión
200 DEUTERONOMIO, 27

de ella y te establecieres, 2 tomarás Hoy Yave, tu Dios, te manda


una parte de las primicias de todos que pongas por obra estos preceptos,
los productos de tu suelo, que coseches y mandatos, que los guardes y prac-
en la tierra que Yave, tu Dios, te da, tiques con todo tu corazón y toda
y poniéndola en una cesta, irás al tu alma. 17 Hoy has hecho que Yave
lugar que Yave, tu Dios, haya ele- te diga que él será tu Dios; y has
gido para establecer en él su nombre. prometido seguir sus caminos, guar-
3
Te presentarás al sacerdote enton- dar sus leyes, sus mandamientos, sus
ces en funciones, y le dirás: «Yo preceptos, y obedecer su voz. 18 Yave
reconozco hoy ante Yave, tu Dios te ha dicho hoy que serás para él
que he entrado en la tierra que un pueblo singular, como ya te lo
Yave juró a nuestros padres darnos.» había dicho antes, guardando todos
4 El sacerdote recibirá de tu mano la sus mandamientos; y dándote el Altí-
cesta ypondrá delante del altar
la simo, sobre todas las naciones que
de Yave, tu Dios; 6
y tomando de él ha hecho, la superioridad en gloria,
nuevo la palabra, dirás: «Un arameo en fama y en esplendor, para que
errante fué mi padre, y bajó al Egipto vengas a ser un pueblo santo para
en corto número para peregrinar Yave, tu Dios, como El te lo ha
allí, y creció hasta hacerse gran dicho.
muchedumbre, de mucha y robusta
gente. 6 Afligiéronnos los egipcios y
nos persiguieron, imponiéndonos rudí-
simas cargas, 7 y clamamos a Yave, TERCER DISCURSO
Dios de nuestros padres, que nos oyó
y miró nuestra humillación, nuestro
trabajo y nuestra angustia, 8 y nos Solemne promulgación de la ley.
sacó de Egipto con mano poderosa
y brazo tendido, en medio de gran 0*7 1
Moisés, con todos los ancia-
pavor, prodigios y portentos, ' y ^ * nos de Israel, dió al pueblo
nos introdujo en este lugar, dándonos esta orden: «Guardad todo el manda-
una tierra que mana leche y miel. miento que yo os prescribo hoy.
10 Por eso ofrezco ahora las primicias 2 Cuando hayáis
pasado el Jordán,
de la tierra que Yave me ha dado»; a la tierra que Yave, tu Dios, te
y las dejarás ante Yave, tu Dios; da, levantarás grandes piedras, que
y adorado Yave, tu Dios, 11 te regó- revocarás de cal, 3 y escribirás en
j

eijarás con los bienes que Yave, tu ellas todas las palabras de esta ley,
Dios, te ha dado a ti y a tu casa,
j

apenas hayas pasado para llegar a


tú y el levita y el peregrino que mora la tierra que Yave, tu Dios, te da,
en medio de ti. 12 Cuando hubieres tierra que mana leche y miel, como
acabado de separar la décima de los I Yave, tu Dios, se lo prometió a tus
frutos de tus campos, el año ter- |
padres. 4 Cuando paséis el Jordán
cero, año de doble décima, darás de alzaréis esas piedras, como yo te lo
ella al peregrino, al huér-
levita, al mando hoy, sobre el monte Ebal,
6
fano y a la viuda, para que coman y las revocarás con cal. Alzarás
y se sacien en tu ciudad, 13 y dirás allí un altar a Yave, un altar de pie-
ante Yave, tu Dios: «He tomado dras a las que no haya tocado el
de mi casa lo santo, y se lo he dado hierro; alzarás con piedras brutas el
al levita, al peregrino, al huérfano altar a Yave, tu Dios, y ofrecerás sobre
y a la viuda, conforme a lo que me j
él holocaustos a Yave, tu Dios;
7
le
has mandado; no he traspasado tus |
ofrecerás sacrificios pacíficos, y allí
mandatos ni los he olvidado; 14 no comerás y te regocijarás ante Yave,
8
he comido nada de ello impíamente; tu Dios; escribirás sobre esas pie-
no he consumido-nada Inmundamente, dras todas las palabras de esta ley,
no lo he dado a los muertos; he obc- I
con caracteres bien claros.
9
decido la voz de Yave, mi Dios, y i Moisés y los sacerdotes levitas i

en todo he hecho lo que tú ine has hablaron a todo Israel, diciendo:


mandado; 15 mira desde tu santa Guarda silencio, y escucha:
Israel,
morada, desde los cielos, y bendice Hoy eres el pueblo de Yave, tu Dios.
10 Obedece, pues, la voz de Yave,
a tu pueblo, Israel, y la tierra que
nos has dado, como juraste a nues- tu Dios, y pon por obra sus manda-
tros padres, la tierra que mana leche mientos y sus leyes, que yo hoy
y miel.» te prescribo.
DEUTERONOMIO. 28 20)

Maldiciones. tu Dios, te pondrá en alto sobre todos


los pueblos de la tierra, y vendrán
11
El mismo día dió Moisés al sobre ti 2 y te alcanzarán todas estas
pueblo esta orden: 12 Cuando hayáis bendiciones, por haber escuchado la
pasado el Jordán, Simeón, Leví, Judá, voz de Yave, tu Dios.
3
Isacar, José y Benjamín, se estarán Serás bendito en la ciudad y
sobre el monte Garizín, para la ben- bendito en el campo.
dición de) pueblo; 13 los otros, Rubén, 4
Será bendito el fruto de tu vien-
Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí, tre y el de tus bestias, las crías de
sobre el monte Ebal, para la maldi- tus vacas y las de tu grey.
ción. 14 Los levitas alzarán la voz, 6
Bendita será tu panera y ben-
y en voz alta dirán a todos los hom- dita tu artesa.
bres de Israel: 15 ¡Maldito quien 6 Bendito serás en tu entrar y
haga escultura o imagen fundida, bendito en tu salir.
abominación a Yave, obra de artí- 7 Pondrá Yave a tus enemigos,
fice, y la ponga en lugar ocultol Y los que contra ti se alcen, en derrota
todo el pueblo responderá: Amén. delante de ti; vendrán contra ti por
16 Maldito quien deshonre a su un camino, y por siete caminos huirán
padre y a su madre; y todo el pueblo delante de ti.
8
responderá: Amén. Yave mandará la bendición para
17 Maldilo quien reduzca los tér- que te acompañe en tus graneros y
minos de su prójimo; y todo el pueblo en todo trabajo de tus manos. Te
responderá: Amén. bendecirá en la tierra, que Yave, tu
18 Maldito quien lleve al ciego fuera Dios, te da.
de su camino; y todo el pueblo res- 9
Yave te confirmará por pueblo
ponderá: Amén. santo suyo, como te lo ha jurado,
si guardas los mandamientos de Yave,
19 Maldito quien haga entuerto al

peregrino, al huérfano, y a la viuda; tu Dios, y andas por sus caminos;


y todo el pueblo responderá: Amén. io
y verán todos los pueblos de la
20 Maldito quien yace con la mujer tierra que está sobre ti el nombre de
de su padre, para alzar la cubierta Yave, y te temerán.
11 Yave te colmará de
del lecho de su padre; y todo el pue- dones y
blo responderá: Amén. bendecirá el fruto de tus entrañas,
21
Maldito quien tuviere parte con el fruto de tus ganados, el fruto de
una bestia cualquiera; y todo el tu suelo, en la tierra que a tus padres
pueblo responderá: Amén. juró darte.
22 Maldito quien yace con su her- 12
Yave te abrirá sus tesoros, el
mana, hija de su padre o de su madre; cielo, para dar a tu tierra la lluvia
y todo el pueblo responderá: Amén. a su tiempo, bendiciendo todo el
23
Maldito quien yace con su suegra; trabajo de tus manos. Prestarás a
y todo el pueblo responderá: Amén. muchas gentes, y de ninguna tomarás
24 Maldito quien ocultamente hiera prestado. 13 Pondráte Yave a la
a su prójimo; y todo el pueblo res- cabeza, no a la cola; estarás siempre
ponderá: Amén. en alto y nunca debajo, si obedeces
25 Maldito quien reciba dones para
los mandamientos de Yave, tu Dios,
herir de muerte una vida, sangre ino- que yo te prescribo hoy, y los guar-
cente; y todo el pueblo responderá: das y los pones por obra, 14 sin apar-
Amén. tarte ni a la derecha ni a la izquierda
26 Maldito quien no mantenga las
de todos los mandamientos que yo
palabras de esta ley, cumpliéndolas; te prescribo hoy, no yéndote tras
y todo el pueblo responderá: Amén. otros dioses para servirles.
15 Pero si no obedeces la voz de
Yave, tu Dios, guardando todos sus
Sanciones de la ley. Bendiciones mandamientos y todas sus leyes que
y maldiciones. yo te prescribo hoy, he aquí las mal-
diciones que vendrán sobre ti, y te
(Lev. 26.) alcanzarán:
16 Maldito
serás en la ciudad y
OO 1 Si de verdad escuchas la voz maldito en el campo.
17 Maldita tu panera
de Yave, tu Dios, guardando y maldita tu
diligentemente todos sus manda- artesa.
mientos, que hoy te prescribo, Yave, 18 Maldito será el fruto de tus en-
20 2 DEUTERONOMIO, 28

trañas, el fruto de tu suelo y las crías que no curará, y te cubrirá de ellas


de tus vacas y de tus ovejas. desde planta de los pies hasta la
la
19
¡Maldito en tu entrar y en tu coronilla de la cabeza.
36 Yave te hará ir a ti
salir. y a tu rey,
20 Y
Yave mandará contra ti la al que sobre ti pongas, a pueblo
maldición, la turbación y la amenaza, que no has conocido ni tú ni tus
en todo cuanto emprendas, hasta padres, y allí servirás a otros dioses,
que seas destruido y perezcas bien a leños y a piedras, 37 y serás objeto
pronto, por la perversidad de tus de pasmo, de fábula y de burla,
obras, con que te apartarás de mi. en todos los pueblos a que Yave te
21 Yave hará que se te pegue la llevará.
mortandad, hasta consumirte sobre 38 Echarás en tu campo mucha si-

la tierra en que vas a entrar para miente y cosecharás poco, porque se


22
poseerla. Yave te herirá de tisis, lo comerá la langosta. 39 Plantarás
de fiebre, de inflamación, de ardor, viñas y las labraras, pero no beberás
de sequía, de quemadura y de podre- su vino ni vendimiarás nada, porque
dumbre, que te perseguirán hasta se lo comerá el gusano. 40 Tendrás
destruirte. 23 Tu cielo, sobre tu cabeza, en todo tu término olivos, pero no
será de bronce, y el suelo, bajo tus te ungirás con su aceite, porque la
pies, de hierro. 24 Yave mandará aceituna se caerá.
11
sobre tu tierra, en vez de lluvia, Engendrarás hijos e hijas, pero
polvo y arena, que bajarán del cielo no serán para ti, porque serán lleva-
sobre ti, hasta que perezcas. dos cautivos.
25 Yave hará que seas derrotado 42 Todos tus árboles
y todos los
por tus enemigos; marcharás contra frutos de tu suelo los roerá la lan-
ellos por un camino y huirás por gosta.
43
siete delante de ellos, y serás vejado El extranjero que habita en
en todos los reinos de la tierra. medio de ti subirá por encima de ti
26 Tu cuerpo será pasto de todas las cada vez más alto, y tú bajarás
aves del cielo y de todas las bestias cada vez más bajo; 44 te prestará él,
de la tierra, sin que haya nadie pero tú no le prestarás; el vendrá a
que las espante. ser cabeza, y tú cola.
27 Yave te herirá con las úlceras 45 Vendrán sobre ti todas estas

de Egipto, con almorranas, con sarna, maldiciones y te perseguirán y te


con tiña, de que no curarás. 28 Yave alcanzarán, hasta que del todo pe-
te herirá de locura, de ceguera y de rezcas, por no haber obedecido la
delirio; 29 en pleno día andarás pal- voz de Yave, tu Dios, guardando las
pando, como palpa el ciego en tinie- leyes y los mandamientos que él
blas. No tendrá éxito ninguno de tus te prescribía, 46 y serán prodigio y
proyectos, y te verás siempre opri- portento en ti y en tu descendencia,
mido y despojado, sin que nadie te para siempre.
47
socorra. 30 Tomarás una mujer y Por no haber servido a Yave
otro la gozará; construirás una casa alegre y de buen corazón, en abun-
y no la habitarás tú; plantarás una dancia de bienes, 48 habrás de servir
viña y no la vendimiarás tú. 31 Tu en hambre, en sed, en desnudez y
buey será degollado a tus ojos y en la indigencia de todo, a los enemi-
no lo comerás tú; tu asno te lo qui- gos que Yave mandará contra ti;
tarán y no te lo devolverán; tus ovejas él pondrá sobre tu cuello un yugo
las tomarán tus enemigos y nadie de hierro, hasta que te destruya.
49 Yave hará venir contra ti
te socorrerá; 32 tus hijos y tus hijas desde
serán presa de otro pueblo, tus ojos lejos, desde el cabo de la tierra, una
lo verán y los buscarán todo el día, nación que vuela como el águila,
pero tu mano no tendrá fuerza para cuya lengua no conoces, 60 gente de.
traértelos. feroz aspecto, que no tiene mira-
33 El fruto mientos con el anciano ni perdona
y el producto
de tu suelo
61
de tu trabajo se lo comerá un pueblo al niño, que devorará las crías
que no conoces; serás siempre opri- de tus ganados y el fruto de tu suelo,
mido y aplastado. hasta que seas exterminado; no te
84 Te volverás loco a la vista de lo dejará ni trigo, ni mosto, ni aceite,
que con tus ojos verás. ni las crías de tus vacas y de tus
35 Yave te herirá en tus rodillas ovejas, hasta hacerte perecer. 82 Pon-
y en tus piernas de úlcera maligna, drá sitio a todas tus ciudades, hasta
DEUTERONOMIO, 29 203

que caigan en tierra las alias y fuer- que tú ni tus padres conocisteis,
ni
tes murallas en que habrás puesto leño piedra. 65 Tampoco en medio
y
tu confianza, te asediará en todas tus de estos pueblos tendrás tranquili-
ciudades, en toda la tierra que Yave, dad ni hallarás punto donde posar
tu Dios, te habrá dado. 53 Comerás tranquilamente la planta de tus pies;
el fruto de tus entrañas, la carne de por lo contrario, te dará Yave un
tus hijos y tus hijas, que Yave, tu corazón pávido, unos ojos decaídos
Dios, te habrá dado: tanta será la an- y un alma angustiada, 66 y tendrás
gustia y el hambre a que te reducirá día y noche la vida pendiente como
tu enemigo. 54 El hombre de entre de un hilo ante ti; día y noche esta-
vosotros más delicado y más hecho rás temeroso y no tendrás seguridad;
al lujo, mirará con malos ojos a su
67 a la mañana dirás: ¡Oh, si fuese
hermano, a la mujer que en su seno de nochel Y
a la noche dirás: ¡Oh, si
reposa, y a los hijos que todavía le fuese de día!; por el miedo que se
queden, 55 para no tener que dar apoderará de tu corazón y por lo
ninguno de ellos de la carne de sus que tus ojos verán. 68 Acabará Yave
hijos, que comerá, por no que-
él se por haceros volver en naves a Egipto,
darle otra cosa que comer en el por el camino de que te había dicho:
cerco y en la angustia a que te redu- no volverás más por él; allí seréis
cirá tu enemigo en todas tus ciuda- vendidos a vuestros enemigos como
des. 86 La mujer de en medio de ti esclavos, y no habrá quien os compre.
más delicada, la más hecha al lujo,
demasiado blanda y delicada para
probar a poner sobre el suelo la
planta de su pie, mirará con malos CUARTO DISCURSO
ojos al marido que en su seno reposa,
a su hijo y a su hija, 67 a las secun-
dinas que salen de entre sus pies y Recapitulación.
al hijo que acabará de dar a luz;
porque faltos de todo, llegaréis hasta 1
Estas son las palabras de la
comer todo eso en secreto, tanta será que mandó Yave a
alianza
la angustia y el hambre a que te . I Moisés hacer con los hijos de Israel
reducirá el enemigo dentro de tus I
en la tierra de Moab, además de la
ciudades. alianza que con ellos hizo en Horeb.
68 Si no cuidas de poner por obra 2 Convocó Moisés a los hijos de
todas las palabras de esta ley, escri- Israel y les dijo: «Habéis visto todo
tas en este libro, temiendo este glo- cuanto a vuestros ojos hizo Yave
rioso y terrible nombre, el de Yave, en la tierra de Faraón,
Egipto al
tu Dios, 59 hará Yave portentosos a todos sus servidores toda su y a
tus azotes y los azotes de tu descen- tierra; 3
los grandes portentos que
dencia; azotes grandes y continuos, tus ojos vieron, los milagros y los
enfermedades graves y obstinadas; prodigios grandes. 4 Pero Yave no
60 arrojará sobre ti todas las plagas os ha dado todavía hasta hoy un
de Egipto, ante las cuales te aterro- corazón que entienda, ojos que vean,
rizaste, y se pegarán a ti. 61 Vendrán y oído que escuche. 6 Por cuarenta
sobre ti toda otra clase de enferme- años os ha conducido a través del
dades y azotes, no escritos en el desierto; vuestros vestidos no se han
libro de esta ley. 62 Yave te los echará envejecido sobre vosotros; tu zapato
encima, hasta que seas exterminado; no se ha envejecido en tu pie; 6 no
quedaréis pocos, cuando erais como habéis comido pan ni habéis bebido
las estrellas del en muchedum-
cielo vino ni licor, para que sepáis que
bre, por no haber escuchado
la voz soy yo, Yave, vuestro Dios; 7 y al
de Yave, tu Dios. 63 Así como se llegar a esta región, Seón, rey de
gozaba Yave en vosotros haciéndoos Hesebón, y Og, rey de Basán, salie-
beneficios y multiplicándoos, así se ron contra ti en guerra, pero los
gozará sobre vosotros, arruinándoos derrotamos 8 y nos apoderamos de
y destruyéndoos. Así seréis exter- su tierra, dándosela en posesión a
minados de la tieira en que vais a los rubenitas y gaditas y a media
entrar para posesionaros de ella, 64 y tribu de la de Manasés. 9 Por eso
te dispersara Yave por entre todos debéis guardar todas las palabras de
los pueblos, del uno al otro cabo de esta alianza, para asegurar el feliz
la tierra; y allí servirás a otros dioses, éxito de cuanto emprendáis.
204 DEUTERONOMIO, 30

Amenazas contra los infieles. I sido éste? 25 Y les contestarán: Es


por haber roto el pacto de Yave, el
10 Hoy estáis todos ante Yave; Dios de sus padres, que con ellos hizo
vuestros jefes, vuestros jueces, vues- cuando los sacó de Egipto, 26 se fue-
tros ancianos, vuestros oficiales, todos ron a servir a dioses extraños y los
los varones de Israel; 11 y vuestros sirvieron, dioses que no conocían y
hijos y vuestras mujeres y todos los a los que nadie los había atribuido,
27
peregrinos que se hallan dentro de y se encendió el furor de Yave
tu campamento, desde tu leñador contra esta tierra, y echó sobre ella
hasta tu aguador, 12 para que hagas i
todas las maldiciones que están es-
con Yave, tu Dios, tu alianza y tu critas en este libro, 28 y los arrancó
juramento, de hacerte él su pueblo Yave de esta tierra, con cólera, con
y de tenerle tú a él por tu Dios, furor, con gran indignación, y los
como se lo prometió y juró por ti a arrojó a otras tierras, como están
29
Abraham, Isac y Jacob. 13 Pero no hoy. Las cosas ocultas sólo son
sólo con vosotros, hago yo esta para Yave, pero las reveladas son
alianza y este juramento, 14 sino con para nosotros y para nuestros hijos
todos los que estáis hoy con nosotros por siempre, para que se cumplan
ante Yave, nuestro Dios, y los que todas las palabras de esta ley.
no están hoy aquí con nosotros.
15 Sabéis cómo hemos morado en la
tierra de Egipto, y cómo hemos pa- Promesas de redención.
sado por entre los pueblos por que
habéis pasado; 18 habéis visto sus on 1
Cuando te
sobrevengan todas
abominaciones y sus ídolos, leño y y traigas a la me-
estas cosas,
piedra, plata y oro, que hay entre moria la bendición y la maldición
ellos. 18 No haya, pues, entre vos- que hoy te propongo, y en medio de
otros hombre ni mujer, familia ni las gentes a las que te arrojará Yave,
tribu, que se aparte hoy de Yave, tu Dios, 2 te conviertas a Yave, tu
nuestro Dios, para ir a servir a los Dios, y obedezcas su voz, conforme a
dioses de esos pueblos; no haya entre todo lo que yo te mando hoy, tú y
vosotros raíz que produzca veneno tus hijos, con todo tu corazón y toda
ni ajenjo; 19 nadie al oír las palabras tu alma, 3 también Yave, tu Dios,
de este juramento se bendiga en su reducirá a tus cautivos, tendrá mise-
corazón, diciéndose: paz tendré, aun- ricordia de ti (1), y te reunirá de
que persista en el propósito de mi nuevo de en medio de todos los pue-
corazón; de modo que se una la sed blos entre los cuales te dispersó.
a la gana de beber. 20 Yave no per- 4 Aunque se hallasen tus hijos dis-

donará a ése, sino que se encen- persos en el último cabo de los cie-
derán contra él la cólera y el celo de los, de allí los reunirá Yave, tu Dios,
Yave, se echarán sobre él todas las y de allí irá a tomarlos. 5 Yave, tu
maldiciones escritas en este libro, 21 y Dios, volverá a traerte a la tierra
Yave borrará su nombre de debajo que poseyeron tus padres, y volverás
de los cielos. 22 Yave le elegirá para a poseerla, y él te bendecirá y te
entregarle a la desventura, de entre multiplicará más que a ellos. 4 Cir-
todas las tribus de Israel, conforme cuncidará Yave, tu Dios, tu corazón
a las maldiciones de esta alianza, es- y el corazón de tus descendientes,
critas en el libro de esta ley. 23 Las para que ames a Yave, tu Dios, con
generaciones venideras, los hijos que todo tu corazón y con toda tu alma,
duspués de vosotros nacerán, y los y vivas. 7 Por lo contrario, Yave, tu
extranjeros que de lejanas tierras Dios, arrojará todas estas maldicio-
vengan, a la vista de las plagas y nes sobre tus enemigos, sobre los que
de las calamidades con que habrá te odiaron y te persiguieron, 8 y tú
castigado Yave a esta tierra —
azufre obedecerás la voz de Yave, tu Dios,
y sal, quemada toda la tierra, sin
sembrarse, ni germinar, sin que nazca (i) Por muchos y graves que sean los
en ella la hierba, como la catástrofe castigos con que por sus pecados aflija Dios al
de Sodoma y Gomorra, de Adama y pueblo, siempre acaba por prevalecer la mise-
ricordia y por cumplirse las divinas promesas
Seboim, que destruyó Yave en su
en el resto de los salvados. Este concepto, que
furor— 24 dirán todos: ¿Cómo es que
,
desarrollan después tanto los profetas, esti
así ha dejado Yave a esta tierra? Intimamente ligado con el plan de la redención
¿Qué ira y qué furor tan grande ha por el Mesías.
DEUTERONOMIO. 31

cumpliendo todos sus mandamientos no puedo ya entrar ni salir; además


que hoy te propongo. 9 Te hará abun- me ha dicho Yave: Tú no pasarás el
dar Yave en toda obra de tus manos, Jordán. 3 Yave, tu Dios, pasará de-
en elfruto de tu vientre, en el fruto lante de ti y destruirá delante de ti
de tus ganados, en el fruto de tu a todas esas gentes, y tú las here-
tierra,y te bendecirá, porque volverá darás. Josué pasará delante de ti,
a complacerse Yave en hacerte bien, como te lo ha dicho Yave, 4 y hará
como se complacía en hacérselo a tus Yave con ellos como hizo con Seón
padres, 10 si obedeciendo a la voz y Og, reyes de los amorreos, y con
de Yave, tu Dios, guardas todos sus su tierra, destruyéndolos; y os las
preceptos y mandatos, lo que está entregará Yave, y haréis con ellos
escrito en esta ley, y te conviertes conforme a todo cuanto yo os he
a Yave, tu Dios, con todo tu corazón mandado; 6 esforzaos, pues, tened
y con toda tu alma. 11 En verdad ánimo y no temáis ante ellos, ni les
esta ley que hoy te impongo no es tengáis miedo, que Yave, tu Dios,
muy difícil para ti ni es cosa que va contigo, y no te dejará ni te
este lejos de ti. 12 No está en los desamparará.
7
cielos para que puedas decir: ¿Quién Llamó, pues, Moisés a Josué, y
puede subir por nosotros a los cielos, le dijo ante todo Israel: Esfuérzate
para cogerla y dárnosla a conocer, y ten ánimo, porque tú has de entrar
y que así la cumplamos?
13
No está con este pueblo en la tierra que a
al otro lado de los mares, para que sus padres juró Yave darles, y tú
puedas decir: ¿Quién pasará por nos- I los pondrás en posesión de ella; 8 y
otros al otro lado de los mares, para Yave marchará delante de ti, estará
cogerla y dárnosla a conocer y que contigo y no te dejará ni te aban-
así la cumplamos? 14 La tienes en- donará; por esto no has de temer ni
teramente cerca de ti, la tienes en acobardarte.
tu boca, en tu mente, para poder
cumplirla. 15 Mira; hoy pongo ante ti
la el bien, la muerte con el
vida con Lectura periódica de la ley.
mal. 16
Haciendo lo que hoy te man-
do, amar a Yave, tu Dios, seguir sus Escrita esta ley, entregósela Moi-
caminos y guardar sus mandamientos, - sés a los sacerdotes hijos de Leví,
decretos y preceptos, vivirás y te i
que llevan el arca de la alianza de
multiplicarás, y Yave, tu Dios, te Yave, y a todos los ancianos de Is-
bendecirá en la tierra en que vas a rael, 10 mandándoles: Al fin de cada
entrar para poseerla. 17 Pero si se septenio, al llegar el año de la remi-
aparta tu corazón, y no escuchas, sino sión, en la fiesta de los tabernáculos,
que te dejas arrastrar a la adoración 11
cuando vendrá todo Israel a pre-
y el servicio de otros dioses, 18 hoy sentarse ante Yave, tu Dios, en el
te anuncio que irás a tu segura ruina lugar que él elija, leerás esta ley ante
y que no durarás largo tiempo sobre todo Israel, a sus oídos. 12 Reunirás
la tierra a cuya conquista vas pa- ;
al pueblo, hombres, mujeres y niños,
sando el Jordán. 19 Yo invoco hoy ¡
y a todos los peregrinos que se hallen
por testigos a los cielos y a la tierra, en tus ciudades, para que la oigan
de que os he propuesto la vida y la y aprendan a temer a Yave, vuestro
muerte, la bendición y la maldición. Dios, y estén siempre atentos a
Escoge la vida para que vivas, tú y cumplir todas las palabras de esta
tu descendencia, 20 amando a Yave, ley. 13 Especialmente vuestros hijos,
tu Dios, obedeciendo su voz y adhi- que nada saben de ella, habrán de
riéndote a él, porque en eso está tu oírla, para aprender a temer a Yave,
vida y tu perduración en habitar la vuestro Dios, todo el tiempo que
tierra que Yave juró a tus padres, viváis sobre la tierra a la cual os
Abraham, Isac y Jacob, que les darla. dirigís, pasando el Jordán, para apo-
I deraros de ella.

Ultimas disposiciones. Elección


de Josué. La futura apostasía de Israel,
precedente del canto.
Q-1 1 Anduvo Moisés esparciendo
1 por todo Israel estas palabras: 14 Entonces dijo
Yave a Moisés:
1

Yo ya tengo ciento veinte años, «Mira que ya se acerca para ti el día


206 DEUTERONOMIO, 32

de tu muerte: llama, pues, a Josué, j


Dios, que esté allí como testimonio
y esperad a la entrada del taber- contra ti; 27 porque yo conozco tu
náculo de la reunión, que le dé yo rebeldía y tu dura cerviz; aun vivien-
mis órdenes.» Fueron, pues, Moisés ¡
do yo hoy con vosotros, sois rebel-
y Josué, y esperaron a la entrada del i des a YaVe; (cuánto más después que
tabernáculo de la reunión. 15 Apare- yo mueral 28 Congregad a todos los
cióse Yave en el tabernáculo, en la ancianos de vuestras tribus y a vues-
columna de nube, poniéndose la co- tros prefectos, que quiero proferir,
lumna de nube a la entrada del oyéndolo ellos, estas palabras, invo-
tabernáculo; 16 y dijo Yave a Moisés: cando como testigos contra ellos a
«He aquí que vas ya a dormirte con los cielos y a la tierra; 29 pues sé bien
tus padres, y este pueblo se levan- que después de mi muerte os perver-
tará y se prostituirá ante dioses aje- tiréis del todo y os apartaréis del ca-
nos, los de la tierra a donde va, en ¡
mino que os he mandado, y que en
medio de ellos, y me dejará y rom- tiempos venideros os alcanzará la
perá mi pacto, el que con él he hecho; desventura, por haber hecho lo que
" y se encenderá entonces mi furor es malo a los ojos de Yave, irritándole
contra él, y yo los abandonaré y es- con las obras de vuestras manos.»
conderé de ellos mi rostro, y los devo- 30 Moisés pronunció a oídos de
rarán y vendrán sobre ellos muchos la asamblea de Israel las palabras
males y aflicciones; y entonces se j
de este cántico, hasta el fin.
dirán: ¿No es por no estar ya mi
Dios en medio de mí, por lo que sobre
mí han venido todos estos males y Cántico de ¡Moisés.
aflicciones? 18 Y
yo entonces ocul-
taré mi rostro de ellos, por tanto 1 Escuchad, cielos, y hablaré.
mal como hicieron, yéndose tras otros Oiga la tierra las palabras de
dioses. 19 Escribid, pues, este cántico; mi boca,
enseñádselo a los hijos de Israel, 2 Caiga a gotas como la lluvia mi
ponédselo en su boca, para que este doctrina.
cántico me sirva de testimonio contra Destile como el rocío mi discurso,
los hijos de Israel; 20 porque cuando ;
Como la llovizna sobre la yerba,
yo los haga entrar en la tierra que Como las gotas de la lluvia sobre
con juramento prometí a sus padres, la grana;
tierra que mana leche y miel; cuando 3
Porque voy a celebrar el nombre
hayan comido y se hayan hartado de Yave.
y engrasado, se volverán a otros |Magnificad a nuestro Diosl
dioses y y a mí me des-
los servirán, 4 |Oh Dios defensor! Su obra es

preciarán y romperán mi alianza. perfecta;


21
Y cuando venga sobre ellos una Todos sus caminos son justísimos;
muchedumbre de males y aflicciones, Es fidelísimo y no hay en él ini-
este cántico dará testimonio contra quidad;
ellos,porque no se dará al olvido en Es justo, es recto.
la boca de sus descendientes. Porque 5 Indignamente
se portaron con él,
yo conozco su índole, y veo lo que no-hijos suyos, hijastros,
hoy hace, aun antes «le haberle intro- Generación malvada y perversa,
ducido en que
juré.»
la tierra le • ¿Así pagas a Yave,
22
Escribió, pues, Moisés este cán- Pueblo loco, necio?
tico aquel día, y se lo enseñó a los ¿No es él el padre que te crió,
hijos de Israel. El que por sí mismo te hizo y te
23 A Josué, hijo de Nun, le mandó
formó?
y dijo: «Esfuérzate y ten ánimo, que 7
Trae a la memoria los tiempos
tú introducirás a los hijos de Israel pasados;
en la tierra que les he jurado, y yo Atiende a los años de todas y cada
seré contigo.» una de las generaciones;
24 Y acabado que hubo Moisés de Pregunta a tu padre, que él te en-
escribir en un lihro las palabras de señe;
esta ley, hasta terminarla, 25 mandó A
tus ancianos, que te digan ellos.
8
a los levitas (pie llevaban el arca do la Cuando distribuyó
el Altísimo su
alianza de Yave, diciendo: «Tomad 26 heredad entre las gentes,
este libro de la ley y ponedlo en Destinó tierras a los pueblos,
el arca de la alianza de Yave, vuestro I Al número de los hijos de Israel;
DEUTERONOMIO, 32

• Pero de cierto Jacob es su pue- Me han irritado con vanidades,


blo, la parte propia de Yave; Yo los provocaré a ellos con no-
La suerte de su heredad es Israel. pueblo,
10 Le halló en tierra de desierto, Y los irritaré con gente insensata.
En región inculta, hórrida, abra- 22
Ya se ha encendido el fuego de
sada; mi ira,
Y le rodeó, le enseñó, Y arderá hasta lo profundo del in-
Y le guardó como a la niña de sus fierno,
ojos; Y devorará la tierra con sus frutos,
11
Como el águila, que incita a sus Y abrasará los fundamentos de los
polluelos a volar montes.
Y revolotea sobre ellos, 23 Amontonaré
sobre ellos males
Y extiende sus alas, y los coge, y más males,
Y los lleva sobre sus plumas. Lanzaré contra ellos todas mis
12 Sólo Yave le guiaba; saetas,
No estaba con él ningún dios ajeno. 24 Los consumirá el hambre, la
13
Le subió a las alturas de la ardiente fiebre,
tierra, La nauseabunda pestilencia.
Le nutrió de los frutos de los Mandaré contra ellos los dientes de
campos, las fieras,
Le dió a chupar miel de las rocas Y el veneno de los reptiles que se
Y
aceite de durísimo sílice. arrastran por polvo. el
14La nata de la leche de vacas y A los que fuera estén los matará
25

de ovejas, la espada,
Con la gordura de los corderos, de Y
dentro, en sus estancias, el es-
los carneros, panto,
Criados en Basán; y la de los ma- Lo mismo a mancebos que a don-
chos cabríos, cellas,
Con la flor de trigo; Lo mismo al que mama que al
Y
bebió la sangre de las uvas, la encanecido.
26 Ya hubiera yo
espumosa bebida. dicho: Voy a ex-
Comió Jacob y se hartó, terminarlos del todo,
15 Y engordó el Jesurún (1), y Voy a borrar de entre los hombres
tiró coces, su memoria,
27 Si no hubiera
Engordaste, te cebaste, te hin- sido por la arro-
chaste, gancia de los enemigos,
Y volvió las espaldas a Dios, su Porque se envanecerían sus per-
Hacedor, seguidores,
Y
despreció al Dios tutelar de su Y
dirían: Ha vencido nuestra mano,
salvación, No es Yave quien ha hecho todo
16 Provocándole con dioses ajenos esto.
Irritáronle con abominaciones; 28 Es gente sin consejo,
17 Inmolaron
a demonios, a no- No tienen conocimiento,
29
dioses, Si fueran prudentes, comprende-
Adioses que no habían conocido, rían esto,
Nuevos, de a poco advenedizos, Y atenderían a lo que les espe-
A los que no sirvieron sus padres. ra.
18 Del Dios tutelar que 30 ¿Cómo puede uno
te crió, te solo perseguir
olvidaste, a mil,
Diste al olvido a Dios, a tu Hacedor.
19
Y
dos poner en fuga a diez mil,
Violo Yave y te rechazó, 31
Si no porque su Dios tutelar los
Provocado a ira por sus hijos y haya vendido,
sus hijas.
20 Y
Y
Yave los haya entregado?
dijo: «Esconderé de ellos mi Porque no es como nuestro de-
rostro, fensor el defensor suyo,
Veré cuál será su fin, Sean jueces nuestros mismos ene-
Porque es una generación perversa, migos.
Hijos sin fidelidad alguna, 32 De cierto su vid es de la vid
de
21
Ellos me han provocado con Sodoma,
no-dioses, De los campos de Gomorra sus sar-
mientos,
(i) El predilecto, el niño mimado. Sus uvas son uvas ponzoñosas,
208 DEUTERONOMIO, 33

Sus racimos son racimos amarguí- do hubo acabado de dirigir al pueblo


simos, estas palabras, 46 añadió: «Meted en
33 Veneno de dragones es su vino, vuestro corazón todas las palabras
Veneno mortal de áspides. que hoy os he pronunciado y enseñád-
84 Todo lo tengo yo selas a vuestros hijos, para que es-
guardado,
Encerrado en mis archivos, crupulosamente pongan por obra to-
38Para el día de la venganza y la das las palabras de esta ley. 47 Por-
retribución, que no es cosa indiferente para vos-
Para el tiempo en que resbalarán otros; es vuestra vida, y cumplién-
sus pies, dolo prolongaréis vuestros días sobre
Y
se acercará día de su perdición.
el la tierraque vais a poseer, pasando
Y ya
30
lo que les espera se aproxima. el Jordán.
De cierto hará Yave justicia a
su pueblo,
Y tendrá misericordia de sus siervos, El último día de la vida de Moisés.
Cuando verá que desaparece ya
toda fuerza, 48
Aquel mismo día habló Yave a
Y que no hay ya ni diciendo: 49
esclavo, ni «Sube a este
Moisés,
libre. monte
de los Abarim el monlc —
37 Y dirá entonces: «¿Dónde rstán Nebo, en tierra de Moab, frente a
ahora sus dioses, Jericó —
y mira desde ahí la tierra de
Los dioses en quienes ellos con- Canán, que voy a dar en posesión
fiaban? a los hijos de Israel; 60 y muere en
38 Los que
comían las grasas de ese monte a que vas a subir, y reúnete
sus víctimas, con tu pueblo, como murió Arón,
Y bebían el vino de sus libaciones? tu hermano, en el monte Or, y se
Que se levanten ahora y os socorran, reunió allí a los suyos; 61 porque
Que os defiendan ellos. pecasteis contra mí en medio de los
38 Ved, pues, que soy yo, yo sólo, hijos de Israel, en las aguas de
Y que no hay Dios alguno más Meriba, en Cades, en el desierto de
que yo. Sin, no santificando mi nombre en
Yo doy la vida, yo doy la muerte, medio de los lujos de Israel. 68 Tú
Yo hiero, y yo sano, verás ante ti la tierra, pero no en-
Sin que haya nadie que pueda trarás en esa tierra que doy yo a los
librar a nadie de mi mano. lujos de Israel.»
40 Ciertamente yo alzo
al cielo mi
mano,
Y41
juro por mi eterna vida: Uenriieiones de Moisés.
Cuando yo afile el rayo de mi
espada, oo
He aquí las bendiciones (l) 1

Y tome en mis manos el juicio, *'•'


con qm- antes de morir bendijo
Yo retribuiré con mi venganza
a! Moisés a los hijos de Israel.
8
Dijo:
mis enemigos, «Yave, saliendo del Sinaí,
Y daré su merecido a los que me Vino a Seir en favor nuestro.
aborrecen. Resplandeció en la montaña de
42
Emborracharé de sangre mis Farán,
saetas, Y llegó a las aguas de Meriba en
Y mi espada se hartará de carne, Cades.
De la sangre de los muertos y de Fuego en su diestra...
los cautivos, ...para ellos.
De las cabezas de los jefes del
3
Ha hecho gracia a su pueblo,
enemigo. bendijo a todos sus santos,
43 Regocijaos, pueblos, por su pue- Que reanudando su marcha a pie,
blo, prosiguieron por en medio del de-
Porque ha sido vengada la sangre sierto.
4
de sus siervos, Dió Moisés su. tora a su heredad
Le ha vengado de sus enemigos, de la casa de Jacob.
Y hará la expiación de la tierra 6
Hízose él rey de su Jesurún en
de su pueblo.
v ino Moisés e hizo oír al pueblo
:

(t) Son paralelas a las de Jacob; su texto


•odas las palabras de este canto. Con nos ha llegado tan deformado, que es de muy
ei estaba Josué, hijo de Nun. 46 Cuan- difícil interpretación.
DEUTERONOMIO, 34 2U9

a reconciliación de los jefes del pue- ellas susciten su nombre e inmolen


blo, de todas las tribus de Israel. víctimas de justicia,
6
Viva Rubén, y no se extinga, aun- Por la abundancia de los mares
que sean pocos sus varones. que ellos chupan, por los escondidos
7
Esto para Judá, dijo: tesoros de las costas.
20 A Gad
Oye, ¡oh Yavel, la voz de Judá, y le dijo:
tráele a su pueblo. Bendito sea el que ensancha a Gad,
Por luchó su mano, sea su fuerza
él como un león se sienta, y desgarra
contra sus enemigos. el brazo con parte de la cabeza.
8 A Levf le dijo: 21 Miró primero por
sí, allí en se-
Tus lummim y uritn al varón favo- creto dividiste la tribu, y se fué a
recido a quien probaste en Masa, los jefes del pueblo.
En cuyo favor diste sentencia en 22 A Dan le dijo:
las aguas de Meriba, Dan un cachorro de león, que
es
9
El que dijo a su padre y a su salta de Basán.
mndre: No os conozco; y a sus her- 23
A Neftalí le dijo:
manos no consideró, y desconoció a Colmad de favores a Neftalí, lle-
sus hijos. nadle de las bendiciones de Yave,
Por haber guardado tus palabras, posea el mar y el mediodía.
por haber observado tu pacto. 24 A Aser le dijo:
10 Ellos enseñaran tus juicios a Bendito en hijos Aser, sea grato
Jacob y tu ley a Israel, a sus hermanos; en el aceite meterá
Y pondrán a tus narices el timiama sus pies.
25 De hierro
y elholocausto en tu altar. y bronce serán sus ce-
Bendice, 'oh Yavel, a Leví, y rraduras; dure mientras vivas tu
acepta las obras de sus manos. prosperidad.
Hiere el dorso de los que contra 26No hay para Jesurún otro Dios,
él se alcen y de los que le odien, que el que en auxilio suyo marcha sobre
no se levanten. los cielos, y en su majestad sóbrelas
12
A Benjamín le dijo: nubes.
27
Amado de Yave, reposará siempre Su morada son los eternos taber-
en seguridad. náculos, debajo de él lo que desde
Es el Altísimo su protección y siglos sembró.
morará en los desfiladeros de sus Expulsa delante de ti al enemigo,
montes. y dice: (Extermina!
13 A José Te adularán los enemigos, pero tú
le dijo:
Bendita de Yave sea su tierra, les pisarás el cuello.
de lo mejor del cielo, arriba; abajo, 28 Habite Israel en seguridad, more
de las aguas del abismo; aparte la fuente de Jacob;
14 De lo mejor
de los frutos que Enla tierra del trigo y del mosto,
madura el sol, de los frutos selectos cuyos cielos difunden el rocío.
de los meses, 29 Venturoso tú, Israel, ¿quién se-
16 De lo mejor
de los viejos montes, mejante a ti, pueblo salvado por Yave?
óe lo mejor de los de lo antiguos El es tu escudo de defensa, él es
collados, la espada de tu gloria:»
16 De los dones exquisitos de la
tierra de su abundancia, gracioso
;

don del que se apareció en la zarza. Muerte de Moisés.


Desciendan sobre la cabeza de José,
sobre la frente del príncipe de sus 1 Subió Moisés desde
los llanos
hermanos, 34 de Moab al monte Nebo,
a la
17
La primogenitura, el poder, la cima del Pasga, que está frente a Jeri-
majestad; sean sus cuernos, los cuer- có; y Yave le mostró la tierra toda,
nos del búfalo, desde el torrente de Egipto hasta
Con que postre a las gentes, a los Dan, 2 todo Neftalí, la tierra de Efraím
términos todos de la tierra. con Manasés, toda la tierra de Judá,
Son las miríadas de Efraím, son hasta el mar occidental; 3 el Negueb
las miríadas de Manasés. y todo el campo de Jericó, la ciudad
18 A Zabulón le dijo: de las palmas, hasta Segor; 4 y le
Gózate, Zabulón, en tus negocios, dijo Yave: «Ahí tienes la tierra que
y tú, lsacar, en tus tiendas; juré dar a Abraham, Isac y Jacob,
19
Exterminen a las gentes y por diciendo: A tu descendencia se la
14
210 DEUTERONOMIO, 34

daré; te la hago ver con tus ojos, puesto Moisés sus manos sobre él.
pero no entraras en ella.» Moisés, 1

Los hijos de Israel le obedecieron,


el siervo de Dios, 5 murió allí en la I como Yave se lo había mandado a
tierra de Moab, conforme a la volun- Moisés.
tad de Yave (1). 6 El le enterró 10 Xo ha vuelto a surgir
\
en Israel
en el valle, en la tierra de Moab, profeta semejante a Moisés, a quien
frente a Bet Eogor, y nadie hasta cara a cara conociese Yave, 11 ni en
hoy conoce el sepulcro ' Tenía, I
cuanto a las maravillas y portentos
cuando murió, ciento veinte años, que Yave le mandó hacer en la tierra
y ni se habían debilitado sus ojos, de Egipto contra el Faraón y contra
ni se había mustiado su vigor. 8 Los todos sus servidores y todo su terri-
hijos de Israel lloraron ? Moisés en torio, 12 ni en cuanto a su mano
los llanos de Moab, durante treinta poderosa y a tantos terribles pro-
días, cumpliéndose los días de llanto digios como hizo a los ojos de todo
por el duelo de Moisés. Israel (1).
9
Josué, hijo de Nun, estaba lleno
del espíritu de sabiduría, pues había
(1) Santo Tomás (II. II. q. 174. a. 4.)
concluye que Moisés fué el más eximio de los
(i) La triste muerte de Moisés, a la profetas, en cuanto al oficio profético en general,
vista de la tierra de Carian, sin poner en ella aunque en alguna de las cosas que és e com-
el pie, y sobre todo su sepultura por el mismo prende haya habido algún otro profeta superior
Yave, es uno de los misterios his;óricos que nos a él, por ejemplo, David, en cuanto al cono-
ha dejado el A. T.. parecido a la desaparición cimiento de los misterios mesiánicos. Funda
de Enec y al rapto de Elias en el carro de fuego. su conclusión en cuatro razones: En la superio-
San Judas (9. sigs.) nos habla de un altercado ridad de la visión intelectual de Dios; en la
entre San Miguel y Satanás, por el cuerpo de familiaridad del trato con Dios; en ser el pri-
Moisés, que lejos de explicar el misterio, lo mero y universal legislador, y en haber sido
acrecienta. obrador de numerosos y portentosos prodigios.
JOSUÉ
INTRODUCCION AL LIBRO DE JOSUE

r¡L libro de Josué recibe su nombre de este capitán, que en el Pentateuco


•C se nos presenta como ayudante de Moisés (Ex. 24, 13) y su lugarteniente
en las empresas guerreras (Ex. 17, 9). Por eso luego le sucede, con la misión
de llevar a cabo la conquista de la tierra prometida. (Núm. 20, 12.)
Canán estaba dividido en infinidad de reinos, independientes unos de
otros y muy de ordinario enemigos y en guerra. Así nos los presentan las cartas
de Tell-el-Amarna en los siglos xv-xiv, cuando el Egipto ejercía en Canán
poderosa influencia (Intr. Ls. hists.); y esta situación no habia mudado cuando
Josué los acometió. La conquista de las primeras ciudades cañoneas (Jericó
y
Hai) les hizo comprender la necesidad de unirse para resistir al invasor. Los
gabaonitas no quisieron entrar en esta coalición defensiva y fueron atacados
por los demás. Esta, fué la ocasión de la primera victoria de Josué en Gabaón,
en la que la coalición de los reyes de Mediodía quedó deshecha y entregado cada
principe a sus propias fuerzas (10, 8-43). Otra batalla, junto a las aguas del
Merón, acabó con la coalición de los del Norte, y con esto se allanó el camino
para la ocupación de 1% tierra (11, 1-15).
Josué la dividió toda en diez partes, excluidas las tribus que habían sido
heredadas en la Transjordania. Cada tribu hubo de ocupar su porción por
sus propios esfuerzos. No fueron iguales los hechos por las diversas tribus
para conseguirlo, ni iguales tampoco las dificultades que todas hallaron (17, 16
(18, 3). Por esto, la división de Israel quedó al cabo de algún tiempo tan irre-
gular.
Dios había prometido a Josué que estaría con él
y que autorizaría ante el
pueblo su persona con grandes prodigios. No puede dudarse que el Señor cum-
21-4 JOSUÉ, 1

pliría su palabra. Tres son los hechos prodigiosos que se consignan en el libro:
El paso del Jordán, la toma de J tricó y la victoria de Oabaón. los tres el En
texto, seapor su deficiente conservación, sea por su oscuridad, no nos ofrece elemen-
tos suficientes para hacernos una idea exacta de los milagros. Aun los intérprctef
católicos, que no rehuyen el milagro, dan de ellos explicaciones muy diversas.
La conquista de Canán, desde el punto de vista bíblico, está plenamente
justificada por los juicios de Dios a favor de Israel (Ex. 23, 27; 33, 2; Deut. 9, 4 ).
Desde el punto de vista humano, la conquista no se diferencia de las realizada,
per tantos pueblos que, careciendo de patria, buscan un territorio donde hacérselas
apoyándose en su propia fuerza.
Ignoramos cuándo el libro haya sido escrito y por quién; lo que si podemos
comprobar es que su autor dispuso de documentos anteriores a la conquista
de Jerusalén por David (Jos. 15, 63) y de Guezer por el Faraón, suegro de
Salomón (Jos. 16, 10; I Rey. 9, 17).

JOSUE
La orden de partida. i nada temas, porque Yave, tu Dios,
irá contigo a dondequiera que tú
1
Después de la muerte de Moisés, vayas.»
I siervo de Yave, habló Yave a 10
Dió, pues, Josué a los oficiales
Josué, hijo de Nun, ministro de del pueblo esta orden: «Recorred el
Moisés, diciendo: 2 «Moisés, mi siervo, campamento y dad esta orden al
ha muerto. Alzate ya, pues, y pasa pueblo: 11 Preparaos y proveeos,
ese Jordán, tú y tu pueblo* a la porque dentro de tres días pasaréis
tierra que yo doy a los hijos de Israel. ese Jordán, para ir a ocupar la tierra
I

8 que Yave, vuestro Dios, os da en


Cuantos "lugares pise la planta de
vuestros pies, os los doy, como pro- posesión.
metí a Moisés. 4 Desde el desierto, A rubenitas y gaditas y a la
los
desde ese Líbano, hasta el río grande, media tribu de Manasés, les dijo:
el Eufrates, toda la tierra de los 13
«Acordaos de lo que os mandó
geteos, y hasta el mar grande, a Moisés, siervo de Yave, diciéndoos:
occidente, será vuestro territorio. Yave, vuestro Dios, os ha concedido
6 Nadie podrá resistir ante ti, por el reposo, dándoos esta tierra. Vues-
todos los días de tu vida; yo seré I tras mujeres, vuestros niños y vues-
contigo, como fui con Moisés; no te tros ganados, quedarán en la tierra
dejaré ni te abandonaré. * Esfuér- I
que Moisés os dió; y vosotros, ar-
zate y ten ánimo, porque tú has de j
mados, iréis delante de vuestros her-
introducir a este pueblo a posesio- manos, torios vuestros hombres fucr-
narse de la tierra que a sus padres i
tes y valientes, y los auxiliaréis,
juré darle. 7 Esfuérzate, pues, y ten 15 hasta que Yave haya dado a vucs-
j

gran valor para cumplir cuidadosa- i


tros hermanos el reposo, como a vos-
mente cuanto Moisés", mi siervo, te otros, tomando también ellos pose-
ha prescrito. No le apartes ni a la sión de la tierra que Yave, vuestro
derecha, ni a la izquierda, para que '

Dios, les da. Después volveréis a


triunfes en todas tus empresas. 8 Que la tierra que os pertenece y que Moi-
ese libro de la ley no se aliarte nunca sés, siervo de Yave, os dió, al lado
de tu boca, tcnle presente día y noche, |
de allá del Jordán, a oriente.»
16 Ellos respondieron a Josué di-
para procurar hacer cuanto
en él
está escrito, y así prosperarás en ciendo: «Cuanto nos mandas lo ha-
todos tus caminos y tendrás buen remos, y a donde quiera que nos
suceso. ' ¿No te mando yo? Esfuér- envíes, iremos. 17 Como en todo obe-
1

zate, pues, y ten valor; nada te asuste, ¡


decimos a Moisés, así te obedeceré-
JOSUÉ, 2, 3 215

mos ati. Que quiera Yave estar con- como yo he tenido misericordia de
tigo, como con Moisés estuvo. 18 Quien vosotros, la tendréis vosotros también
rebelándose contra tus órdenes te de la casa de mi padre 13 y dejaréis
desobedezca, morirá. Esfuérzate y ten la vida a mi padre, a mi madre, a
valor. mis hermanos y a todos los suyos,
y que nos libraréis de la muerte.»
14 Los hombres la dijeron: «Te jura-
Espías a Jericó. Rahab. mos por nuestra vida que, si no nos
denuncias, cuando Yave nos entregue
O Josué, hijo de Nun, mandó en
1 esta tierra tendremos contigo mise-
secreto dos espías desde Setim, ricordia y fidelidad.»
15 Ella los bajó con una cuerda por
diciéndoles: «Id a explotar la tierra.»
Puestos en camino, llegaron a Jericó, la ventana, pues su casa estaba ado-
a casa de una cortesana de nombre sada a la muralla. Antes les dijo:
Rahab pararon Al 2 16 «Idos al monte, no sea que los
(1) y allí.
rey de Jericó le dieron noticia, di- que os persiguen den con vosotros;
ciendo: «Hombres de entre los hijos estad allí escondidos durante tres
de Israel han llegado aquí durante la días, hasta que aquéllos estén de
noche, para explorar la tierra.» 3 El vuelta, y luego id vuestro camino.»
17
rey mandó decir a Rahab: «Saca a Los hombres le dijeron: «Mira
esos hombres que han venido a ti cómo habrás de hacer, para que
y han entrado en tu casa, porque cumplamos «1 juramento que te he-
han venido para explorar la tierra.» mos hecho: 18 Cuando entremos en
4
Cogió ella a los dos hombres y los esta tierra, ata este cordón de hilo
escondió en el terrado, y dijo: «Cierto de púrpura a la ventana por la cual
que han venido hombres a mí, pero nos has descolgado, y reúne contigo
yo no sabía de dónde eran, 6 y cuando en tu casa á tu padre, a tu madre,
esta tarde se iban a cerrar las puer- a tus hermanos y a toda la casa de
tas han salido y no sé a dónde han tu padre. 19 Si alguno sale fuera de
ido; daos prisa a perseguirlos y de la puerta de tu casa, su sangre será
seguro los encontraréis.» 6 Tero ella sobre su cabeza y nosotros seremos
los había subido al terrado y los inocentes; pero si alguien pone la
había escondido debajo de tascos mano sobre ninguno de los que con-
de lino, que para ello dispuso en el tigo estén en tu casa, su sangre sea
terrado. 7 Aquellos hombres fueron sobre nuestra cabeza. 20 Si nos de-
en su persecución por el camino que nuncias, seremos libres del juramento
va a los vados del Jordán, y una vez que nos has pedido.» 21 Ella respondió
que salieron, se cerraron las puertas. «Sea como decís.» Luego los despidió.
8 22
Antes de que los espías se acos- fueron al monte y
Los espías se
tasen, subió Rahab al terrado y les se estuvieron escondidos allí tres días.
dijo: 9 «Yo sé que Yave os ha entre- Los que los perseguían los estuvieron
gado esta tierra; el terror de vuestro buscando por el camino, sin hallarlos.
nombre se ha apoderado de nos- 23 Los dos
espías, bajando del monte,
otros, 10 pues hemos sabido cómo repasaron el Jordán, se fueron a
Yave, a vuestra salida de Egipto, Josué, hijo de Nun, y le contaron
secó las aguas del Mar Rojo, y cómo todo lo sucedido, 24 diciendo: «Cierto
habéis tratado a los dos reyes de los es que Yave ha entregado en nues-
amorreos del lado de allá del Jordán, tras manos toda esa tierra, pues los
Seón y Og, que disteis al anatema. habitantes de ella están acobardados
11 Al saberlo, nuestro corazón ha des- de nosotros.
mayado, y todos se han acobardado
ante vosotros; porque Yave, vuestro
Dios, es Dios arriba en los cielos y Paso del Jordán.
abajo sobre la tierra. 12 Ahora, pues, os
pido que me juréis por Yave que, 1
Josué, levantándose bien de
3 mañana, partió de Setim, él y
(i) Probablemente la razón de ir los todos los hijos de Israel; y llegados
espías a la casa de Rahab fué que entonces, por
al Jordán, hicieron allí alto, antes
lo general, las cortesanas eran las mesoneras.
La epístola a los Hebreos (11.31.) pondera la de pasar. 2 Al cabo de tres días, los
fe de Rahab en los destinos de Israel, y que por oficiales recorrieron el campamento
3
eso fué incorporada a este pueblo y mereció fi- y dieron al pueblo esta orden:
gurar en la genealogía del Salvador. (Mat. 1. 4.) «Cuando veáis el arca de la alianza
216 JOSUÉ, 4

de Yave, vuestro Dios, llevada por los pueblo pasó frente a Jericó. 17 Los
sacerdotes, hijos de Leví, partiréis sacerdotes que llevaban el arca de
de este lugar donde estáis acampados la alianza de Yave se estuvieron en
y os pondréis en marcha tras ella, seco a pie firme, mientras todo Israel
4 pero dejando entre vosotros pasaba en seco, hasta que todo el
y ella
una distancia de unos mil codos, pueblo hubo acabado de pasar el
sin acercaros a ella, para que podáis Jordán.
ver el camino que habéis de seguir,
pues no habéis pasado nunca por él.»
5 Y Josué dijo al pueblo: «Santifí- Monumento conmemorativo del
caos, porque mañana Yave hará pro- paso del Jordán.
digios en medio de vosotros.» 6 Des-
1
pués habló Josué a los sacerdotes, Cuando toda gente hubo aca-
diciendo: «Llevad el arca de la alianza, ~4 bado de pasar
la
elJordán, Yave
e id delante del pueblo. » Ellos lleva- dijo a Josué: 2 «Tomad de entre el
ron el arca de la alianza, adelan- pueblo doce hombres, uno por cada
tándose al pueblo. tribu, 3 y dadles esta orden: De ahí,
7
Yave
dijo a Josué: «Hoy voy a del lecho del Jordán, donde los sacer-
comenzar a engrandecerte a los ojos dotes han estado a pie firme, coged
de todo Israel, para que sepan que doce piedras, traedlas y depositadlas
yo estoy contigo, como estuve con en el lugar donde acampéis esta
Moisés. 8 Tú da esta orden a los noche.» 4 Josué llamó doce hombres,
sacerdotes que llevan el arca de la que eligió entre los hijos de Israel,
alianza: Cuando lleguéis al borde de uno por tribu, 5 y les dijo: «Id al
las aguas del Jordán, os paráis en el medio del Jordán, ante el arca de
Jordán.» 9 Josué dijo a los hijos de Yave, vuestro Dios, y echaos al
Israel: «Acercaos, y oíd las palabras hombro una piedra cada uno, según
de Yave, vuestro Dios.» 10 Y dijo el número de las tribus de los hijos
Josué: «En esto vais a conocer que de Israel, para que sea señal en medio
el Dios vivo está en medio de vosotros, de vosotros. 6 Cuando un día os
y que no dejará de arrojar delante pregunten vuestros hijos: ¿Qué sig-
de vosotros a los camíneos, los geteos, nifican para vosotros estas piedras?,
los fereceos, los guergueseos, los amo- 7
les responderéis: Las aguas del
rreos y los jebuseos. 11 El arca de la Jordán se partieron ante el arca de
alianza del dueño de toda la tierra la alianza de Yave; cuando ella pasó
va a entrar delante de vosotros en el el Jordán, las aguas del río se divi-
Jordán. 12 Tomad doce hombres de dieron; y esas piedras serán para
entre las tribus de Israel, uno por siempre jamás un memorial para
cada tribu; 13 y cuando los sacerdotes los hijos de Israel.»
8 Los hijos de Israel cumplieron
que llevan el arca de la alianza del la
dueño de toda la tierra pongan la orden de Josué. Cogieron del medio
planta de sus pies en las aguas del del Jordán doce piedras, como se lo
Jordán, las aguas del Jordán se par- mandó Yave a Josué, según el nú-
tirán, y las que bajan de arriba se mero de las tribus de los hijos de
pararán en montón.» Israel, y llevándolas consigo al lugar
14 Cuando hubo salido el pueblo donde pasaron la noche, las deposi-
de sus tiendas para pasar el Jordán, taron allí.
9 Josué alzó doce piedras en el lecho
precedido por los sacerdotes que lle-
vaban el arca de la alianza, 15 en el del Jordán, en el lugar donde habían
momento en que los que llevaban el estado a pie firme los sacerdotes que
arca llegaron al Jordán, -y los pies llevaban el arca de la alianza, y allí
de los sacerdotes que llevaban el han estado hasta hoy.
arca se mojaron en la orilla de las 10 Los sacerdotes que llevaban el


aguas pues el Jordán se desborda
por todas sus orillas durante el tiempo
arca se estuvieron a pie quieto en
medio del Jordán, hasta que se hizo
de la siega —
16 las aguas que bajaban todo cuanto Yave había mandado
de arriba se pararon, se amontonaron a Josué decir al pueblo, conforme a
a mucha distancia, cerca de la ciudad todo cuanto Moisés había ordenado
de Adam, que está junto a Sartán; a Josué, y el pueblo se apresuró a
y las que bajaban hacia el mar del pasar. 11 Cuando el pueblo hubo
Araba, el mar de sal, quedaron ente- acabado de pasar, el arca de Yave y
ramente partidas de las otras, y el los sacerdotes se pusieron al frente
JOSUÉ, 5, 6 217

del pueblo. u Los hijos de Rubén, aquí por qué los circuncidó Josué:
los de Gad y la media tribu de Mana- Todos los salidos de Egipto, los varo-
ses, armados, iban en vanguardia nes, todos los hombres de guerra,
delante de los hijos de Israel, como habían muerto en el desierto, du-
13
se lo había mandado Moisés. Unos rante el camino, después de la salida
cuarenta mil hombres de ellos, arma- de Egipto. 5 El pueblo que salió
dos en guerra, pasaron ante Yavc a estaba circuncidado; pero los nacidos
14 Aquel día en el desierto durante el camino
los llanos de Jericó.
engrandeció Yave a Josué, a los ojos después de la salida de Egipto, no
de todo Israel, y éstos le respetaron, habían sido circuncidados; 6 pues los
como habían respetado a Moisés, hijos de Israel anduvieron durante
todos los días de su vida. cuarenta años por el desierto, hasta
15 Yave habló a Josué, diciendo: que perecieron todos los hombres de
16 «Manda a los sacerdotes que llevan guerra salidos de Egipto, por no
el arca del testimonio, que salgan del haber escuchado la voz de Yave.
Jordán»; 17 y Josué dió a los sacer- Yave les había jurado que no les
dotes esta orden: «Salid del Jordán»; dejaría ver la tierra que con jura-
18 mento había prometido a sus padres
y en cuanto los sacerdotes que
llevaban el arca de la alianza de Yave darles, la tierra que mana leche y miel.
7
salieron del medio del Jordán y asen- Los hijos de aquéllos les sucedieron
taron la planta de su pie' en la tierra en su lugar; y éstos son los que cir-
seca, las aguas del río volvieron a su cuncidó Josué, porque estaban sin
lugar y se desbordaron, como antes circuncidar, pues no habían sido cir-
estaban, por todas las orillas. cuncidados durante el camino. 8 Cuan-
19 El pueblo salió del Jordán el do todos se circuncidaron, quedáronse
día diez del mes primero, y acampó en el campamento hasta curarse; 9 y
en Gálgala, al límite oriental de Jericó. Yave dijo a Josué: «Hoy he quitado
20 Josué alzó en Gálgala las doce de sobre vosotros el oprobio de Egipto.
piedras que habían cogido del Jordán, Y aquel lugar fué llamado Gálgala,
21 hasta hoy (1).
y dijo a los hijos de Israel: «Cuando
un día os pregunten vuestros hijos:
¿Qué significan esas piedras?. 22 ins-
truid a vuestros hijos, diciendo: Israel La pascua.
pasó este Jordán a pie enjuto; 23 por-
que Yave, vuestro Dios, secó delante 10 Los hijos de Israel acamparon
de vosotros las aguas del Jordán, en Gálgala; y allí, el día catorce del
como lo había hecho Yave, vuestro mes, celebraron la pascua, a la tarde,
Dios, con las aguas del Mar Rojo, en los llanos de Jericó. 11 Comieron
que secó delante de nosotros, hasta de los frutos de la tierra desde el día
que hubimos pasado, 24 para que después de la pascua, panes ácimos
todos los pueblos de la tierra sepan y trigo tostado ya aquel mismo día;
que es poderosa la mano de Yave 12
y al día siguiente de comer de los
y vosotros conservéis siempre el temor frutos de la tierra no tuvieron ya el
de Yave, vuestro Dios. maná, y comieron ya aquel año de
los frutos de la tierra de Canán.
1
Cuando todos los reyes de los
'* amorreos, a occidente del Jordán,
y todos los reyes de los cananeos de Aparición a Josué.
cerca del mar, supieron que Yave
había secado las aguas del Jordán 13
Estando Josué cerca de Jericó,
hasta que ellos pasaron, desmayó su j
alzó los ojos, y vió que estaba un
corazón y perdieron todo su valor hombre delante de él en pie, con la
j

ante los hijos de Israel. espada desnuda en la mano; y Josué


se fué hacia él y le dijo: «¿Eres de
Circuncisión, los nuestros o de los enemigos?» Y él

Entonces dijo Yave a Josué:


* I
(i) No
deja de ser sorprendente que
«Hazte con cuchillos de piedra y cuando con tanta instancia se dió a Abraham
vuelve a circuncidar a los hijos de (Gen. 17. 14) el mandato de circuncidar a
toda su casa, pasaron los israelitas tanto tiempo
Israel.» 3 Hízose Josué con cuchillos
sin circuncidar a sus hijos; por eso el autor
de piedra y circuncidó a los hijos sagrado se siente obligado a dar la explicación de
de Israel en el monte Aralot. 4 He I este hecho.
218 JOSUÉ, 6

le respondió: 14 «No, soy un príncipe dado pueblo esta orden: No gritéis,


al
del ejército de Yave, que vengo ni hagáis oírvuestra voz, ni salga de
ahora.»' Entonces Josué se prosternó vuestra boca una palabra, hasta el
rostro a tierra, y adorando, dijo: día en que yo os diga: Gritad. En-
«¿Qué es lo que manda mi señor a tonces gritaréis.» 11 El arca de Yave
15
su siervo?» El príncipe del ejército dió una vuelta en derredor de la
de Yave dijo a Josué: «Descalza tus ciudad, una vuelta sola, y se vol-
pies, pues el lugar que pisas es santo.» vieron al campamento, donde pasa-
Hízolo así Josué. ron la noche.
12 Al día siguiente
se levantó Josué
y los sacerdotes llevaron el arca de
Toma de Jericó. Yave. 13
Los siete sacerdotes que
llevaban las siete trompetas reso-
1
Estaba Jericó cerrada; y cerrada nantes delante del arca de Yave se
" permanecía, por miedo a los hijos pusieron en marcha tocando las
de Israel; y nadie salía ni entraba trompetas. Los hombres de guerra
en ella (1). iban delante de ellos, y detrás la
2 Yave dijo a Josué: «Mira, he retaguardia seguía al arca de Yave;
puesto en tus manos a Jericó, a su y durante la marcha iban tocando
rey y a todos sus hombres de guerra. las trompetas.
3 Marchad vosotros, todos los hom- 14 Dieron el segundo día la vuelta
bres de guerra, en torno a la ciudad, en derredor de la ciudad y se volvie-
dando una vuelta en derredor suyo. ron al campamento; esto mismo hi-
Así haréis por seis días. 4 Siete sacer- cieron por seis días.
15 Al día séptimo se levantaron
dotes llevarán delante del arca siete
trompetas resonantes. Al séptimo con el alba, y dieron del mismo modo
día daréis siete vueltas en derredor siete vueltas en derredor de la ciudad;
de la ciudad, yendo los sacerdotes aquel día dieron siete vueltas. 16 A la
tocando sus trompetas. 6 Cuando ellos séptima, mientras los sacerdotes to-
toquen repetidamente el cuerno po- caban las trompetas, Josué dijo al
tente, y oigáis el sonar de las trom- pueblo: «Gritad, porque Yave os en-
petas, todo el pueblo se pondrá a trega la ciudad. 17 La ciudad será
gritar fuertemente, y las murallas dada a Yave en anatema, con todo
de la ciudad se derrumbarán. En- cuanto en ella hay. Sólo Rahab, la
tonces subirá el pueblo, cada uno cortesana, vivirá, ella y cuantos con
enfrente de sí.» ella estén en su casa, por haber es-
8
Josué, hijo de Nun, llamó a los condido a los exploradores que ha-
sacerdotes y les dijo: «Llevad el bíamos mandado. 18 Guardaos bien
arca de la alianza, y que siete sacer- de lo dado al anatema, 110 sea que
dotes vayan con siete trompetas reso- tomando algo de lo que así habéis
nantes delante del arca de Yave.» consagrado, hagáis, anatema el cam-
7
Dijo también al pueblo: «Marchad pamento de Israel y traigáis sobre él
19
y dad también una vuelta a la ciudad, la confusión. Toda la plata, todo
yendo los armados delante del arca el oro y todos los objetos de bronce
de Yave. y de hierro, serán consagrados a
8
Así que Josué hubo hablado al Yave y entrarán en su tesoro.»
20 Los sacerdotes tocaban las trom-
pueblo, los siete sacerdotes con las
siete trompetas resonantes iban to- petas; y cuando el pueblo, oído el
cando las trompetas delante de Yave. sonido de las trompetas, se puso a
9
Los hombres de guerra iban delante gritar clamorosamente, las murallas
de los sacerdotes que tocaban las de la ciudad se derrumbaron; y cada
trompetas, y la retaguardia detrás uno subió a la ciudad frente de sí.
21 Apoderándose
del arca. Durante la marcha se toca- de la ciudad, dieron
ban las trompetas. 10 Josué había al anatema todo cuanto en ella había,
hombres y mujeres, niños y viejos,
(i) El emplazamiento y la forma de la y los bueyes, ovejas y asnos, al filo
primitiva ciudad cananea son hoy suficiente- de la espada. 22 Pero Josué dijo a
mente conocidos, por las excavaciones que los exploradores: «Entrad en la casa
allí se han hecho desde el año 1907. El relato
de Rahab, la cortesana, y sacad a
de la caída de la ciudad presenta notables dife-
esa mujer con todos los suyos, como
rencias en los textos hebreo y griego. En cuanto
a lo milagroso del derrumbamiento de las
se lo habéis jurado.» 43 Los jóvenes,
murallas, véase Intr. Gral. los espías, entraron y sacaron a los
JOSUÉ, 7 219

de la familia y los pusieron en lugar se- tiéndolos en la bajada. El corazón


guro, fuera de) campamento de Israel. del pueblo desmayó y perdió todo
84 Los hijos de Israel quemaron la valor.
ciudad con todo cuanto en ella había,
salvo la plata y el oro y todos los
objetos de bronce y de hierro, que pu- El castigo de Acán.
sieron en el tesoro de la casa de Yave.
25 Josué dejó la vida a Rahab, 6 Josué
rasgó sus vestiduras, y se
la cortesana, y a la casa de su padre; postró rostro en tierra ante el arca
y ella habitó en medio de Israel, hasta de Yave, hasta por la tarde, él y
hoy, por haber ocultado a los envia- los ancianos de Israel, y echaron
dos por Josué a explorar a Jericó. polvo sobre sus cabezas. 7 Josué dijo:
26 Entonces juró Josué, diciendo: «¡Oh Señor, Yave, ¿por qué has hecho
«Maldito de Yave quien se ponga a pasar el Jordán a este pueblo, para
reedificar esta ciudad de Jericó. Al entregarnos en manos de los amo-
precio de la vida de su primogénito rreos, que nos destruyan? ¿Por qué
ponga los cimientos, al precio de la de no hemos sabido quedarnos al otro
su hijo menor ponga las puertas» (1). lado del Jordán? 8 Por favor, Yave,
27 Yave' fue con Josué,
y su fama ¿qué voy a poder decir yo, después
se extendió por toda la tierra. de haber vuelto Israel las espaldas
ante los enemigos? 9 Lo sabrán los
cananeos y todos los habitantes de
Pecado de Acán. esta tierra, y nos envolverán y harán
desaparecer de la tierra nuestro
1 Los hijos de Israel cometieron nombre. ¿Y qué harás tú por la
Y una prevaricación en lo del ana- gloria de tu nombre?»
10 Yave dijo
tema. Acán, hijo de Jarmi, hijo de a Josué: «Levántate;
Zabdi, hijo de Zaré, de la tribu de ¿por qué te echas sobre tu rostro?
11 Israel ha pecado
Judá, se apropió objetos de los dados y ha llegado a
al anatema, y la cólera de Yave se traspasar mi alianza, la que yo le
encendió contra los hijos de Israel. he mandado guardar, hasta tomar
cosas de las dadas al anatema, robar-
las, mentir y guardarlas entre sus
Desastre en Hal. enseres. 12 Por eso los hijos de Israel
no han podido resistir ante sus ene-
2 Josué mandó desde Jericó hom- migos y les dieron las espaldas, por-
bres hacia Hai, que está cerca de que son anatema. Ya no estaré yo
Bet Aven, al oriente de Betel, y les en adelante en medio de ellos, si no
dijo: «Id a explorar la tierra.» Lle- quitáis de en medio de vosotros el
garon y reconocieron Hai. 3 De vuelta anatema. 13 Levántate, santifica al
a Josué, le dijeron: «No se necesita pueblo, y diles: Santifícaos para ma-
que el pueblo todo se ponga en mar- ñana, porque así dice Yave, Dios de
cha contra esa ciudad. Dos o tres Israel: Hay en medio de ti, oh Israel,
mil hombres que suban bastarán para un anatema; y no podrás resistir
tomar Hai, pues sus habitantes son ante el enemigo mientras no hayas
pocos en número; no es preciso que quitado el anatema de en medio de
14 Os mañana
todo el pueblo se fatigue.» 4 Pusié- vosotros. acercaréis
ronse, pues, en marcha unos tres por tribus; y la tribu que Yave se-
mil hombres, que emprendieron la ñale, se acercará por familias; y la
fuga ante los hombres de Hai. 5 Las familia que señale Yave, se acercará
gentes de Hai les mataron unos treinta por casas; y la casa señalada por
y seis hombres y los persiguieron Yave, se acercará por cabezas. 15 El
desde las puertas hasta Sebarim, ba- que fuere cogido en el anatema, será
consumido por el fuego, él y todo
(i) La conminación de Josué viene a lo suyo, por haber traspasado la
significar que, si se reedificara Jericó, habría alianza de Yave y haber cometido
de ser esto considerado, no como reedifica- en Israel una maldad» (1).
ción, sino más bien como fundación, la que, 16 Al siguiente día, de mañana,
por tanio, habia de ir acompañada de las cere-
monias con que acompañaban las cananeos,
la fundación de una ciudad, es decir, el sacri- (1) Es quizá uno de los puntos en que
ficio de niños. Que se cumplió la conminación más se muestra la intervención de los copistas,
siglos después, consta de I. Reg. 16. 34. tendiendo a agravar el castigo del sacrilegio
220 JOSUÉ, 8

Josué hizo que se acercara Israel por 2


Trata a Hai como trataste a Jericó:
tribus, y fué señalada la tribu de pero el botín y el ganado, tomadlo
Judá. 17 Hizo acercarse a las familias para vosotros. Pon una emboscada
de Judá, y fué señalada la familia detrás de la ciudad. » s Josué se dis-
de Zare. Hizo acercarse a la familia puso a subir con todos los hombres
de Zare, por casas, y fué señalada la de guerra contra Hai. Escogió treinta
casa de Zabdi. 18 Hizo acercarse a la mil, todos ellos hombres valerosos, y
casa de Zabdi, por cabezas, y fué seña- los hizo partir de noche, dándoles esta
lado Acán, hijo de Jarmi, hijo de Zabdi, orden: 4 «Estad sobre aviso; poneos en
hijo de Zare, de la tribu de Judá. emboscada detrás de la ciudad, sin
19 alejaros mucho, y estad todos pron-
Josué dijo a Acán: «Hijo mío,
anda, da gloria a Yave, Dios de tos. 5 Yo, con la gente que llevo
Israel, y ríndele honor. Confiésame conmigo, nos acercaremos a la ciu-
lo que has hecho, no me lo ocultes.» dad, y cuando salgan a nuestro en-
20 Acán respondió a Josué, diciendo: cuentro como la primera vez, huire-
«Es cierto, soy yo el que ha pecado mos ante ellos. 6 Ellos saldrán en
contra Yave, Dios de Israel. He aquí persecución nuestra; y cuando los
lo que he hecho: 21 Vi entre los des- hayamos atraído lejos de la ciudad,
pojos un hermoso manto de Senaar, porque se dirán: Huyen delante de
doscientos siclos de plata y una barra nosotros, como la primera vez; 7 en-
de oro de cincuenta siclos de peso; tonces, saliendo vosotros de la em-
y codicioso los cogí, y los enterré boscada, os apoderáis de la ciudad.
en medio de mi tienda, poniendo de- Yave, vuestro Dios, la entregará en
bajo el dinero.» 22 Josué mandó en- vuestras manos. 8 Cuando la hayáis
tonces comisionados que fueron co- tomado, la incendiaréis. Haced según
rriendo a la tienda y vieron los lo que ha dicho Yave. Ved ésas son
;

objetos enterrados en la tienda de mis órdenes.» 9 Josué los hizo partir;


Acán, y debajo el dinero. 23 Tomá- y ellos fueron a ponerse en embos-
ronlos de en medio de la tienda y se cada entre Betel y Hai,. al occidente
los llevaron a Josué y a todos los hijos de Hai. Josué pasó la noche en medio
de Israel, y los depositaron ante Yave. del pueblo.
24 Josué, 10 Levantóse Josué bien de mañana;
y todo Israel con él, co-
gieron a Acán, hijo de Zare, el di- y después de revistar al pueblo, avan-
nero, el manto y la barra de oro; zó a la cabeza de él, él y los ancia-
a los hijos y las hijas de Acán, sus nos de Israel, contra Hai. 11 Todos
bueyes, sus asnos, sus ovejas, su los hombres de guerra que estaban
tienda y todo cuanto le pertenecía; con él subieron y se acercaron; llega-
y subieron al valle de Acor: 25 Josué dos trente a Hai, se detuvieron al
dijo: «¿Por qué nos has puesto en norte de la ciudad, teniendo el valle
perturbación 1 Pertúrbete a ti hoy entre ellos y Hai. 12 Tomó Josué unos
Yave.» Y todo Israel le lapidó. Des- cinco mil hombres, y los puso en
pués de lapidado, fué quemado en el emboscada a occidente. 13 Luego que
I

fuego, 24 y echado sobre Acán un gran todo el pueblo hubo tomado posicio-
montón de piedras, que todavía hoy nes al norte de la ciudad, y la embos-
subsiste. Por eso se llamó a aquel lugar cada al occidente de ella, avanzó Josué
valle de Acor, hasta el día de hoy. durante la noche al medio del valle.
14 Cuando el rey de Hai vi ó esto,

las gentes de la ciudad se levantaron


Toma de Hai. de prisa, bien de mañana, para com-
batir a los hijos de Israel, sin saber
}{ 1
Yave dijo a Josué: «No temas que detrás de la ciudad había una
ni te acobardes. Toma contigo a emboscada contra ella. 16 Josué y
todos los hombres de guerra, leván- todo Israel, fingiéndose derrotados
tate, y sube contra Hai. Mira, pongo por ellos, huyeron por el camino del
en tus manos al rey de Hai, a su desierto; 18 se reunió toda la gente
pueblo, su ciudad y su territorio. que había en la ciudad, para perse-
guirlos con gran griterío, y persiguie-
ron a Josué, que los alejó así de la
con glosas que lo hacen extensivo a la familia ciudad. 17 No hubo ni uno de Hai
y a la hacienda del sacrilego. El texto de los LXX,
de Betel que no saliera tras de
que está más libre de estas intervenciones, y
reduce el castigo a la lapidación del culpable, Israel y le persiguiera, dejando abierta
conforme al precepto de la ley. (Deut. 34. tGjh la ciudad.
JOSUÉ, 9 221

18 Yave dijo a Josué: «Tiende hacia había dado a los hijos de Israel,
Hai la lanza que llevas en la mano, como estáescrito en el libro de la
porque voy a poner en tu poder la ley de Moisés; un altar de piedras
ciudad.» Josué tendió hacia la ciudad en bruto, a las cuales no había to-
19 cado el hierro. Ofrecieron en él ho-
la lanza que tenía en la mano; y
las gentes de la emboscada se levan- locaustos a Yave y sacrificios euca-
taron prestamente del lugar donde risticos. 32 Allí, sobre las piedras,
estaban, y corriendo, entraron en la escribió Josué una repetición de la
ciudad, se apoderaron de ella, y le ley que Moisés había escrito delante
pusieron fuego. 20 Cuando los de Hai de los hijos de Israel. 33 Todo Israel,
miraron atrás y vieron el humo que ¡
sus ancianos, sus oficiales y sus jue-
de la ciudad subía al cielo, ya no I ees, estaban a los dos lados del arca,
pudieron ponerse en salvo por ningún ante los sacerdotes hijos de Leví, que
lado; pues el pueblo que huía camino llevaban el arca de la alianza de Yave;
del desierto se volvió contra los que y los peregrinos e indígenas, lo mismo
le perseguían. 21 Josué y todo Israel, que los hijos de Israel, una mitad del
viendo que la ciudad había sido to- lado del monte Garizin, otra mitad
mada por los emboscados, y cómo del lado del monte Ebal, según la
subía el humo de la ciudad, se vol- !
orden que Moisés, siervo de Dios,
vieron y derrotaron a los de Hai; había dado antes, para comenzar a
22
los otros salieron de la ciudad a bendecir al pueblo de Israel. 34 Leyó
su encuentro; los de Hai se vieron después Josué todas las palabras de
envueltos por los de Israel, de un la ley, la bendición y la maldición,
lado por unos, del otro por otros; ¡ conforme a todo lo que está escrito
y los de Israel los batieron, sin dejar i en el libro de la ley. 35 Ni una pala-
ni un superviviente ni un fugitivo: bra de cuanto había prescrito Moi-
23 cogieron
vivo al rey de Hai y se sés se omitió en la lectura que hizo
lo llevaron a Josué. Josué, en presencia de toda la asam-
24 Cuando Israel hubo acabado de blea de los hijos de Israel, de mujeres
exterminar en el campo a todos los y niños, y de los peregrinos que iban
habitantes de Hai, camino del de- en medio de Israel.
sierto, por donde los había perse-
guido, y todos hasta el último hubie-
ron sido pasados a filo de espada, Estratagema de los gabaonitas.
todo Israel se volvió a la ciudad y
1
la pasaron a filo de espada.
25 El número de muertos aquel día
i

Q* Cuando supieron estos sucesos


I
todos los reyes del lado acá del
fué de doce mil, hombres y mujeres, Jordán, los de la montaña y los del
todas las gentes de Hai. 26 Josué llano y los de las costas del mar
no retiró la mano que tenía tendida grande, frente al Líbano, los geteos,
con la lanza, hasta que no hubo dado los amorreos, los cananeos, los fere-
el anatema a todos 'os habitantes ceos, los jeveos y los jebuseos, se
de Hai. 27 Los de Israel sólo reser- unieron todos para combatir a Josué
varon para ellos el ganado y el botín y a Israel, de común acuerdo.
de esta ciudad, como Yave se lo 3
Los habitantes de Gabaón, al
había mandado a Josué. 28 Josué saber cómo había tratado Josué a
quemó a Hai, convirtiéndola en un Jericó y a Hai, 4 recurrieron a la
montón de ruinas, que todavía hoy astucia y se pusieron en camino, lle-
subsiste. 29 Hizo colgar de un árbol vando provisiones para el viaje. To-
al rey de Hai y le dejó allí hasta la •
marón sacos viejos sobre sus asnos,
tarde; a la puesta del sol dió orden cueros viejos de vino, rotos y remen-
de coger el cadáver y arrojarlo a la dados; 5 zapatos viejos y recosidos
puerta de la ciudad, echando sobre para sus pies, y se pusieron vestidos
él un gran montón de piedras, que viejos; todo el pan que traían para
todavía subsiste hoy. el camino estaba duro y hecho migas.
6
Llegaron a Josué, al campamento
de Gálgala; y le dijeron a él y a los
Confirmación de la alianza. de Israel: «Venimos de muy lejanas
tierras, para hacer alianza con vos-
80Entonces Josué edificó un altar otros; hagámosla, pues.» 7 Y los de
a Yave sobreel monte Ebal, 31 según Israel respondieron a aquellos jeveos:
la orden que Moisés, siervo de Dios. i
«Quizá vosotros habitáis en medio
JOSUÉ, 10

nuestro; ¿cómo vamos a poder hacer I habéis engañado, diciendo: estamos


alianza con vosotros?» 8 Ellos res- muy alejados de vosotros, cuando
pondieron a Josué: «Somos siervos habitáis en medio de nosotros? 23 Aho-
tuyos.» Y
Josué les dijo: «¿Quiénes ra, pues, malditos sois, y no dejaréis
sois y de dónde venís?» 9 Respon- nunca de ser esclavos, para cortar
dieron ellos: «Tus siervos vienen de la leña y sacar el agua para la casa
muy lejanas tierras, por la fama de de mi Dios.»
Yave, tu Dios, pues hemos oído ha- 24 Ellos respondieron
a Josué, di-
blar de cuanto hizo en Egipto 10 y de ciendo: «Es que supimos la orden que
lo que ha hecho a los reyes de los Yave, tu Dios, había dado a Moisés,
amorreos de la otra parte del Jordán, su siervo, de que toda la tierra se os
Seón, rey de Hesebón, y Og, rey de entregara, y de que todos sus habi-
Basán, que habitaba en Astarot. 11 Por tantes fueran exterminados delante
eso nuestros ancianos y todos los de vosotros. Al aproximaros, tuvimos
habitantes de nuestra tierra nos han gran miedo por nuestras vidas, y
dicho: «Tomad con vosotros provi- por eso hemos hecho esto. 24 Esta-
siones para el camino, e id a su mos en tus manos, trátanos como
encuentro y decidles: Somos siervos te parezca bueno y justo tratarnos.»
vuestros, haced alianza con nosotros. 26 Josué hizo de ellos lo que había
12
Aquí tienes nuestro pan; estaba dicho, y los libró de la mano de los
caliente cuando lo cogimos en nues- hijos de Israel, para que no los ma-
tras casas para el camino, el día en tasen. 27 Josué los destinó desde en-
que partimos para venir a vosotros; tonces a cortar la leña y a sacar el
y ahora, como véis, está seco y en agua para la asamblea y para el
migajas; 13 estos odres de vino eran altar de Yave, en el lugar que Yave
nuevos cuando los llenamos: y ya eligiese, lo que hacen todavía hoy.
los veis, rotos; nuestros vestidos y
nuestros zapatos se han hecho viejos Coalición tle Id- royes del Me-
por lo largo riel camino.» 14 Los de diodía y batalla de Gabaón
Israel tomaron de sus provisiones, y
sin consultar a Yave, 15 Josué les
otorgó la paz y concertó con ellos 10 1
Al saber Adonisedec, rey de
que lesdejaría la vida, y también Jerusalén, que Josué se había
los príncipes de la asamblea les ju- apoderado de Hai y que la había
raron.
16 Tres días después de concertada

dado al anatema como había hecho
con Jericó y su rey, asi hizo con
la alianza, supieron que eran veci- Hai y su rey— y que ios habitantes de
nos suyos y que habitaban en medio Gabaón habían hecho paces con los
de ellos. 17 Los hijos de Israel par- de Israel y moraban entre ellos,
tieron y llegaron a sus ciudades al 2
temieron mucho, porque Gabaón
tercer día. Eran sus ciudades Gabaón, era una gran ciudad, como una de
Catira, Beriot, y Cariatiarim. 18 No las ciudades reales, más grande toda-
los destruyeron, por el juramento vía que Hai, y sus hombres eran va-
que los príncipes de la asamblea les lientes. 3 Adonisedec, rey de Jeru-
habían hecho por el nombre de Yave, salén, mandó a decir a Oham, rey de
Dios de Israel; pero toda la asamblea Hebrón, a Faram, rey de Jerimot,
murmuraba contra los príncipes. ltf Los a Jafia, rey de Laquis, y a Dabir,
príncipes todos dijeron a la asamblea: rey de Eglón: 4 «Subid a mí y pres-
«Nosotros les hemos jurado por el tadme vuestra ayuda, para com-
nombre de Yave, Dios de Israel; batir a Gabaón, que ha hecho paces
no podemos, pues, tocarlos; 20 pero con Josué y con los hijos de Israel.»
s Cinco reyes de los amorreos, el rey
he aquí cómo los trataremos: les de-
jaremos la vida, por no traer sobre de Jerusaíén, el rey de Hebrón, el
nosotros la cólera de Yave, por el rey de Jerimot, el rey de Laquis
juramento que les hemos hecho: 21 y y el rey de Eglón, se juntaron y
añadieron los príncipes: «Que vivan, subieron con todos sus ejércitos, y
pues, pero que sirvan de leñadores acamparon cerca de Gabaón, ase-
y aguadores para toda la congrega- diándola. 8 Los de Gabaón manda-
ción»; y se hizo como los príncipes ron a decir a Josué, al campamento
dijeron. de Gálgala: «No rechaces acudir a
22 Josué hizo llamar a los gabaoni- tus siervos; sube prestamente a nos-
tas, y les habló así: «¿Por qué nos otros y socórrenos, porque se han
JOSUÉ, 10 223

coligado contra nosotros todos los la guarden, 19 pero vosotros no os


reyes de los amorreos que habitan paréis: perseguid al enemigo y pi-
en la montaña.» Josué subió de (¡ál- cadle la retaguardia; no los dejéis
gala, él y todo» los hombres de guerra entrar en sus ciudades, porque Yave,
con él, todos los valientes guerreros. vuestro Dios, los ha entregado en
8 Yave había dicho a Josué: «No los vuestras manos.
20 Cuando Josué
temas, porque te los entregaré en tus y los hijos de Israel
manos y ninguno de ellos podrá re- los hubieron enteramente derrotado
sistir ante ti.» * Josué se echó sobre y batido, hasta exterminarlos, y se
ellos de improviso; había hecho la refugiaron en las ciudades fuertes los
marcha desde Gálgala, andando toda que pudieron escapar, 21 se vino todo
la noche. 10 Yave arrojó en medio de el pueblo tranquilamente al campa-
ellos la turbación ante Israel, e Israel mento, a Josué en Maceda, sin que
les dió una gran derrota cerca de hubiera quien moviese la lengua con-
Gabaón; y. persiguiéndolos por el ca- tra los hijos de Israel.
23 Josué
mino que va a Betorón, los batió
1

dijo: «Abrid la boca de la


hasta Azeca y Maceda. 11 Cuando caverna, sacad a los ciuco reyes, y
iban huyendo delante ele los hijos traédmelos. » 23 Lo hicieron así, lle-
de Israel en la bajada de Betorón, vando a los cinco reyes, que sacaron
Yave hizo caer sobre ellos grandes de la caverna: el rey de Jerusalén,
piedras hasta Azeca, y murieron mu- el rey de Hebrón, el rey de Jerimot,
chos, siendo mas los muertos por las el rey de Laquis y el rey de Eglón.
piedras de granizo que los muertos 24 Una vez delante de Josué, llamó

por la espada de los hijos de Israel. éste a todos los hombres de Israel y
12 Aquel día, el día en que Yave dijo a los jefes de los hombres de
entregó a los amorreos en las manos guerra que le habían acompañado:
de los hijos de Israel, habló Josué a «Acercaos y poned vuestro pie sobre
Yave; y a la vista de Israel, dijo: sus cuellos.» Ellos se acercaron y pu-
«;Sol, detente sobre Gabaón; sieron su pie sobre sus cuellos, 25 y
Y tú, Juna, sobre el valle de Ayalón; Josué dijo: «No temáis y no os aco-
13
Y el sol se detuvo, y se paró la bardéis, sed firmes y valientes, pues
luna, así tratará Yave a todos vuestros
Hasta que la gente se hubo ven- enemigos, contra los cuales comba-
26 Después Josué hizo darles
gado de sus enemigos.» tís.»
¿No está esto escrito en el libro muerte y los mandó colgar de cinco
de Jaser? (1). El sol se detuvo árboles, y allí estuvieron colgados
27
en medio del cielo, y no se apresuró hasta la tarde. Al ponerse del sol
a ponerse, casi un día entero. 14 No los hizo bajar de los árboles y echar-
hubo, ni antes, ni después, día como los en la caverna donde se habían
aquel en que obedeció Yave a la voz escondido, y pusieron a la boca de
de un hombre, porque Yave combatía la caverna grandes piedras, que to-
por los hijos de Israel. 15 Josué, con davía se ven hoy allí.
todos los hijos de Israel, se tornó al
campamento, a Gálgala. Conquista de los territorios del
16
Los cinco reyes huyeron y se mediodía.
refugiaron en la caverna ele Maceda.
17
Se lo comunicaron a Josué, di- 28 Aquel mismo
día se apoderó
ciendo: «Han sido hallados los cinco Josué de Maceda y la destruyó con
reyes, escondidos en la caverna de todos los vivientes que en ella había
Maceda.» 18 Josué dijo: «Rodad gran- y su rey, pasándola a filo de espada.
des piedras a la boca de la caverna, Dió al anatema la ciudad y a todos
y poned a unos cuantos hombres que los vivientes que en ella había, sin
dejaruno solo, y trató a su rey
(i) Otros traducen justorum»,
«in libro
como había tratado al de Jericó.
29
o en singular, el libro del justo. Nos parece Pasó Josué con todo Israel de
mejor transcribirlo como nombre propio per- Maceda a Lebna y la atacó. 30 Yave
sonal. No vuelve a mencionarse tal libro en la la entregó también a las manos de
Escritura más que en II. Sam. i. 18, y quizá, Israel, con su rey, y la pasó a filo
más que un libro, fué una colección de cantos
bélicos. Desde luego, las dos citas prueban
de espada a ella y a cuantos en ella
que se trata de una composición poética. Por había, sin dejar escapar uno, y a
lobreve de la mucho más difícil todavía
cita, es su rey le trató como había tratado
determinar el sentido de las palabras citadas. al de Jericó.
224 JOSUÉ, 11

81 Pasó luego Josué, y con él todo i al rey de Seberón, al rey de Acsaf


de Lebna
Israel, a Laquis y la atacó, ¡
* y a los reyes que estaban al norte
acampando ante ella. 82 Yave entregó de la montaña y en el Araba, al sur
a Laquis en las manos de Israel, que de Queneret, en la llanura, y en las
la tomó al segundo día, y la pasó a alturas de Dor, al occidente, 3 y a
filo de espada con todos los vivientes los cananeos de oriente y de occidente,
que en ella había, como había hecho a los amorreos, a los geteos, a los
en Lebna. 33 Entonces Oram, rey fereceos, a los jebuseos de la montaña,
de Gazer, subió para socorrer a La- y a los jeveos del pie del Hermón,
quis; pero Josué le derrotó a él y a en el territorio de Masfa.
su pueblo, sin dejar escapar a nadie. 4
Salieron con ellos todos sus ejér-
34 Josué, como las
y con él iodo Israel, citos, gente innumerable,
pasó de Laquis a Eglón; pusieron su arenas que hay a orillas del mar,
campo junto a la ciudad y la ataca- con una gran muchedumbre de caba-
ron. 35 Aquel mismo día la tomaron llos y carros. 5 Reuniéronse todos y
y pasaron a de espada a todos los
filo vinieron a acampar concentrados
vivientes que había en ella, y la die- junto a las aguas de Mcrom, para
ron al anatema, como habían hecho combatir a Israel. 6 Yave dijo a
con Laquis. Josué: «No los temas, porque mañana,
38 Josué, con todo Israel, subió de a esta misma hora, yo te los daré
Eglón a Hcbrón y atacaron la ciudad; traspasados delante de Israel; des-
37 tomada, la pasaron a filo de espada jarretarás sus caballos y quemarás sus
a ella y a su rey, a todas las ciudades carros.» 7 Josué y todos sus hombres
de ella dependientes, y a todos los de guerra se echaron sobre ellos de
vivientes que con ellos se hallaban, improviso, cerca de las aguas de
sin dejar a nadie, como lo había Merom, y se precipitaron contra ellos.
8 Yave
hecho Josué en Eglón, y la dió al los dió enteramente en manos
anatema con todos los vivientes que de Israel, que los batió y los persi-
en' ella había. guió hasta Sidón, la grande, hasta
38 Josué,
y todo Israel con él, se las aguas de Masrefot y hasta el
volvió contra Dabir y la atacó. valle de Masfa, a oriente. Los batió,
39
Tomada, con su rey y todas las sin dejar escapar uno solo. 9 Josué
ciudades de ella dependientes, las los trató como Yabe se lo había
pasaron a filo de espada, y dieron al , dicho; desjarretó sus caballos y dió
anatema a todos los vivientes que ¡
al fuego sus carros. 10 Entonces se
allí había, sin dejar escapar a nadie. i volvió Josué y tomó y pasó a su rey
Josué trató a Dabir y a su rey como al filo de la espada. Asor era antes
habla tratado a Hebrón, y como había la capital de todos estos rc'iios.
tratado a Lebna y a su rey. 11 Pasaron
a filo de espada a todos los
40 Josué batió toda la tierra, la vivientes que en ella se hallaban,
montaña, el mediodía, los llanos y dándolos todo al anatema; nada quedó
las pendientes, con todos sus reyes, de cuanto vivía, y Asor fué dada a las
sin dejar escapar a nadie y dando i llamas. 12 Josué tomó todas las ciu-
al anatema a todo viviente, como lo dades de estos reyes, y cogió a todos
había mandado Yave, Dios de Israel. sus reyes y los pasó a filo de espada,
41 Batiólos Josué, desde Cadesbarne
¡
dándolos al anatema, como se lo
hasta Gaza, y todo el territorio de había mandado Moisés, siervo de
Gosen hasta Gabaón. 42 Cogió Josué Yave. 13 Israel no quemó ninguna
a todos sus reyes y toda su tierra en de las ciudades de la montaña, fuera
una sola expedición, porque Yave, de Asor, que incendió Josué. 14 Todo
Dios de Israel, combatió por Israel. el botín de estas ciudades, sus gana-
43 Después Josué, y todo Israel con dos, los cogieron los hijos de Israel
él, tornó al campamento, a Gálgala. para ellos; pero pasaron a filo de
espada a todos los hombres, hasta
exterminarlos, sin dejar uno. 16 Lo
Coalición de los reyes del iV'ortc. que habla mandado Yave a Moisés,
feu derrota y conquista de sus su siervo, lo ejecutó Josué, sin quitar
territorios. palabra de cuanto Yave había man-
dado a Moisés.
i| 1
Al tener noticia de estos suce- u Así se apoderó Josué de todo este
* * sos Jabín, rey de Jasor, mandó territorio de la montaña, de todo el
una embajada a Jobab, rey de Madón, mediodía, de todo el distrito de Go-
JOSUÉ, 12, 13 225

sen, de la tierra baja, de la montaña de Seón, rey de Hesebón. • Moisés,


de Tsrael y de sus llanos, 17 desde la siervo de Dios, y los hijos de Tsrael
montaña desnuda que se. alza hacia los batieron; y Moisés, siervo de Yave,
Seir, hasta Baal Gad en el valle del dió sus territorios en heredad a los
Líbano, al pie del monte Hermón. rubenitas y gaditas y a media tribu
Cogió a todos sus reyes y les dió de Manasés.
muerte. 18 La guerra que hizo Josué 7
Reyes de la tierra que batió
contra todos estos reyes duró largo Josué y los hijos de Israel, de este
tiempo; 19 no hubo ciudad que hiciese lado del Jordán, a occidente, desde
paces con los hijos de Israel, fuera Baal Gad, en el valle del Líbano,
de los jeveos que habitaban en Ga- hasta la montaña desnuda que se alza
bnón; todas las tomaron por la fuerza hacia Seir, cuyos territorios dió Josué
de las armas; 20 porque era designio en heredad a las tribus de Israel,
de Ya ve que estos pueblos endure- según sus familias, 8 en la montaña,
ciesen su corazón, en hacer la guerra en la tierra baja, en las pendientes,
a Israel, para que Israel los diese en el desierto, en el Negueb; de los
al anatema, sin tener para ellos mise- geteos. de los amorreos, de los cana-
ricordia v los destruyera, como Yave neos, de los fereceos, de los jeveos
se lo habla mandado a Moisés. y de los jebuseos; 9 el rey de Jericó,
21
En este tiempo se puso Josué el rey de Hai, cerca de Betel.
10 el
en marcha y exterminó a los enaquim rey de Jerusalén; el rey de Hebrón;
de la montaña de Hebrón, de Dabir 11 el rey de Jerimot; el rey
de Laquis;
12
y de Anab, de toda la montaña de el rey de Eglón; el rey de Gazer;
Judá y de toda la montaña de Tsrael. 13
el rey de Dabir; el rey de Gueder;
22 No quedó un enaquim en todo el 14 el rey de Jorma; el rey de Arad;
territorio de los hijos de Tsrael; sólo 15 él rey de Lebna; el rey de Odnlam;
quedaron en Gaza, en Oet y en Azoto. 16 e i re
y (j e Maceda; el rey' de Betel;
23 Se apoderó Josué ríe todo el 17
el rey de Tafua; el rey de Ofer;
territorio, conforme a todo lo que 18 el rey de Afeq; el rey de Lasaron;
Yave había dicho 19
a Moisés, y se lo el rey de Madón; el rey de Asor;
dió en heredad a Israel por partes, 2n el rey
de Semerón; el rey de Acsaf;
según sus tribus, y la tierra des- 21
el rey de Tanac; el rey de Mageddo;
cansó de la guerra. 22
el rey de Cades: el rey de Jaeneam,
en el Carmelo: 23 el rey de Dor, en
las alturas de Dor; el rey de Goím, en
Los reyes vencidos. Gal gal; 24 el rey de Tersa. En todo
treinta y un reyes.
1 O 1
He aquí los reyes de la tierra
que batió Tsrael, apoderán-
dose de -sus territorios, al otro lado Distribución de la tierra.
del Jordán, a oriente, desde el torrente
del Arnón, hasta el monte Hermón, 19 1 Josué era ya viejo, entrado
y todo el Araba, a oriente: 2 Seón, en años, y Yave le dijo: «Eres
rey de los amorreos, residente en ya viejo, de edad avanzada, y queda
Hesebón; su dominio se extendía todavía mucha tierra por conquis-
desde Aroer, a orillas del torrente del tar. 2 Mira lo que queda: todos los
Arnón, y desde el medio de este distritos de los filisteos y todo el
valle, sobre la mitad de Galad, hasta territorio de Gesur; 3 desde el Sija,
el torrente de Jaboc, en la frontera que corre al oriente de Egipto, hasta
de los hijos de Ammón; 3 sobre el la frontera de Acarón, hacia el
Araba hasta el mar de Queneret, a norte, que se reputa como de los ca-
oriente, y sobre el mar del Araba, naneos; los cinco príncipes de los
el mar de sal, a oriente, hacia Bet- fMisteos, el de Gaza, el de Azot, el de
jerimot, y del lado del mediodía, al Ascalón, el de Get y el de Acarón;
pie de las pendientes del Pasga. 4 El los jeveos al mediodía; 4 toda la
territorio de Og, rey de Basán, de tierra de los cananeos, y Mará que es
los restos de los refaim, residente en de los sidonios, hasta Afee, hasta la
Astarot y en Edrai. 6 Su dominio se frontera de los amorreos; 5 la tierra
extend'a sobre la montaña de Her- de los gelitas y todo el Líbano a
món, sobre Saleja, sobre todo Basán, oriente, desde Baal Gad, al pie del
hasta la frontera de Gesur y de Macat monte Hermón, hasta la entrada
y hasta la mitad de Galad, territorio de Hamot; 6 todos los habitantes de
15
22Ü JOSUÉ, 14

la montaña, desde el Líbano hasta los que


los hijos de Israel pasaron a
las aguas de Mazrefot; todos los si- filode espada. 23 Asi el territorio de
donios. Yo los arrojaré delante de los hijos de Rubén llegaba hasta el
los hijos de Israel. Pero distribuye Jordán y sus riberas. Esta fué la
por suertes esta tierra en heredad a heredad, las ciudades y sus pueblos,
los hijos de Israel, como yo lo he de los hijos de Rubén y sus fami-
mandado. lias.
7
Ahora, pues, distribuye esta tierra
entre las nueve tribus y la media Gad.
de Manasés.» 8 Con la otra mitad,
los rubenitas y gaditas recibieron 24 Moisés dió a la tribu de Gad,

ya su heredad, que les dió Moisés a los hijos de Gad, una parte según
al otro lado del Jordán, a oriente, sus familias. 25 Su territorio compren-
como se la distribuyó Moisés, día: Jaser, todas las ciudades de
siervo de Yave: 8 desde Aroer, a Galad, la mitad de la tierra de los
orillas del torrente del Arnón, y desde hijos de Ammón
hasta Aroer, que
la ciudad que está en medio del valle, está enfrente de Raba, 28 desde Hese-
toda la llanura de Madaba, hasta bón hasta Rabot, Masfe y Betonim,
Dibón; 10 todas las ciudades de Seón, y desde Majanaim hasta la frontera
rey de los am"orreos, que reinaba en de Dcbir; 27 y en el valle Bet Aram,
Hesebón, hasta la frontera de los Bet Nemra, Socot y Safán, partes
hijos de Ammón; 11 Galad, el terri- del reino de Seón, rey de Hesebón,
toriode Gesur y de Macat, toda la el Jordán y sus riberas hasta el cabo
montaña de Hermón y todo el Basán, del mar de Queneret, del otro lado
12
hasta Saleja; todo el reino de Og, del Jordán, a oriente.
28
en Basán, que reinaba en Astarot, Esta fué
la heredad, ciudades con
y en Edrai, y eran los últimos restos sus pueblos, de los hijos de Gad,
de los refaim. Moisés batió a estos según sus familias.
reyes y los desposeyó; 13 pero los
hijos de Israel no desposeyeron a
los gesuritas y a los macatitas, y Media tribu de Manasés.
Gesur y Macat habitan en medio de
ellos hasta hoy. 14 La tribu de Leví 29
Moisés dió a media tribu de
fué la sola a que Moisés no dió Manasés, a los hijos de Manasés,
heredad, porque las combustiones de una parte según sus familias. 30 Tu-
Yave, Dios de Israel, son su heredad, vieron por territorio, a partir de
como él se lo dijo. Majanaim, todo Basán, todo el reino
de Og, rey de Basán, y todos los
burgos de Jair en Basán, sesenta
Rubín. ciudades; 31 la mitad de Galad,
Aslarot y Edrai, ciudades del reino
15
Moisés habla dado a los hijos de Og en Basán, fueron dadas a
de la tribu de Rubén una parte Maquir, hijo de Manasés, a la mitad
según sus familias. 16 Tuvieron por de los hijos de Maquir, según sus
territorio, a partir de Aroer, a ori- familias.
32 que
llas del torrente del Arnón y de la Estas son las partes distri-
ciudad situada en medio del valle, buyó Moisés, cuando estaba en los
toda la llanura cerca de Madaba. llanos de Moab, del otro lado del
17 Hesebón
y todas las ciudades del Jordán, frente a Jericó, a oriente.
llano, Dibóu, Bamot Baal, Bet Baal, 33 Pero Moisés no dió parte a la
Maón, 18 Jas, Quedamot, Mefat, 19 Ca- tribu de Leví: Yave, Dios de Israel,
riataim, Sabama, Sarat Asar, en el es su parte, como él se lo ha dicho.
monte del valle, 20 Bel Fognr, las pen-
dientes del Pasga, Bet Jesimot, 21 to-
das las ciudades del llano y todo el rei- Ilebrón, para Caleb.
no de Seón, rey de los amorreos, que
reinaba en Hesebón; Moisés le derrotó 1 A 1
He
aquí lo que los hijos de
1 * Israel recibieron en heredad en
a él y a los príncipes de Madián,
Evi, Requem, Sur. Jur y Rebe, tri- la tierra de Canán; lo que les distri-
butarios de Seón, que habitaban la buyeron Eleazar, sacerdote, Josué,
tierra. 22 El adivino Balam, hijo de hijo de Nun, y los jefes de familia de
Rcor. fué también del número de las tri bus de los hijos de Israel. * Fué
£ D O M
228 JOSUÉ, 15

la suerte la que asignó su heredad, Judá.


como Yave se lo había mandado
a Moisés, a nueve tribus y a la
las A r 1
La parte que en suerte tocó
media tribu de Manasés. 3 Pues Moi- 1" a de los hijos de Judá,
la tribu
sés había ya dado su heredad a dos según sus familias, se extendía desde
tribus y a media de la de Manasés, la frontera de Eclóm, en el desierto
al otro lado del Jordán. No dió nada de Sin, a mediodía, hasta el coniía
de la heredad a los levitas en medio meridional. 2 Su frontera meridional
de ellos. 4 Los hijos de José formaban partía desde la extremidad de! mar
dos tribus, Manasés y Efraím, y no se de sal, de la parte de este mar que
dió a los levitas parte en el territorio, se vuelve hacia el sur, 3 y se prolon-
fuera de las ciudades de su habitación gaba al mediodía de la subida de
y ios campos de pastos para sus gana- Acrabim, pasaba a Sin, y subía al
dos y rebaños. 6 Los hijos de Israel mediodía de Cades Barne; pasaba a
cumplieron lo que Yave había manda- Esron, subía hacia Adar, y se volvía
do a Moisés y distribuyeron la tierra. a Cacá; 4 pasaba luego a Asmón
8 Algunos de los hijos de Judá y continuaba hasta el torrente de
se acercaron a Josué, en Caígala; y Egipto, para morir en el mar. Esta
Caleb, hijo de Jefone, el qumeceo, os será la frontera meridional. 5 La
le dijo: «Ya sabes lo que a Moisés, frontera oriental fué el mar de sal,
siervo de Dios, dijo Yave respecto hasta la desembocadura del Jordán.
de mí y de ti. 7 Cuarenta años tenia La frontera septentrional partía de
yo, cuando Moisés, siervo de Yave, la parte del mar de sal donde des-
me mandó de Cades Barne para ex- emboca en el Jordán, 6 subía hacia
plorar la tierra, y yo le hice relación, Bet Agía, pasaba al norte de Bet
según la sinceridad de mi corazón. Araba, subía basta la peña de Boén,
8
Mientras que mis hermanos, los hijo de Rubén; 7 seguía subiendo
que conmigo habían subido, desco- a Deberá, a partir del valle, a Ajor,
razonaron al pueblo, yo seguí ente- y volvía hacia el norte del lado de
ramente a Yave, mi Dios. 9
Aquel Gálgala, que está frente al monte
día hizo Moisés este juramento; la de Adornan, al sur del tórrenle;
tierra que han pisado tus pies será pasaba a En Semes y llegaba a
tu heredad y la de tus hijos perpe- En Rogel; 8 de allí subía por el
tuamente, porque tú has seguido ente- valle de Ben Hinón, viniendo del
ramente a Yave. 10 Ahora, pues, Yave mediodía hasta tocar el limite de
me ha conservado la vida, como lo Jebus, que es Jerusalén; y subía
prometió, durante los cuarenta y luego por la cima del monte que está
cinco años transcurridos desde que frente al valle de Hinón, a occidente,
Yave dirigió a Moisés esta palabra, y al extremo del valle de Refaim,
mientras caminaba. Israel por el de- al norte. * Desde la cima del monte se
sierto, y tengo ahora ochenta y cinco inclinaba hacia los manantiales de
años; 11 pero ya ves que estoy robusto agua de Mefloa, seguía hacia las
hoy, como lo estaba al tiempo en que ciudades de la montaña de Efrón,
Moisés me mandó; mi fuerza es ahora y se volvía en dirección a Bala, que
la misma de entonces para luchar, es Caratiarim. 10 De Bala se vol\ia
para saín y para entrar. 12 Dame, pues, la frontera a occidente, hacia el
este monte, de que habló Yave aquel monte ¡Seir; pasaba por la vertiente
día, pues allí están los enaquim, y septentrional del monte Jarim, que
tienen ciudades grandes y fuertes; es Quesalón; bajaba a Befsames y
quizá quiera Yave estar conmigo y pasaba por Timna; 11 continuaba al
logre arrojarlos, según la palabra norte por la vertiente de Acarón y
de Yave.» 13 Josué bendijo a Caleb, se dirigía hacia Secrona; pasaba por
hijo de Jefone, y le dió Hebrón en el monte de Bala y llegaba a Jcbnel,
heredad. 14 Por eso Hebrón perte- para morir en el mar. 12 La frontera
nece en heredad a Caleb, hijo de occidental era el mar grande; éste
Jefone, el queneceo, hasta el día de era el límite. Estas fueron las fron-
hoy, porque siguió enteramente a teras de los hijos de Judá, según sus
Yave, Dios de Israel. 15 Hebrón se familias.
13 Se había dado a Caleb, hijo de
llamó antes Cariat Arbe.
Arbe fué el hombre más grande Jefone, una parte en medio de los
entre los enaquim. hijos de Israel, como Yave se lo había
La tierra descansó de la guerra. mandado a Josué; Cariat Arbe, del
JOSUÉ, 16

49
padre de Enac, que es Hebrón. Socot, Dana, Cariat Sena, que es
*4 Caleb arrojó de allí a los tres hijos Dabir, Anab, Istemo, Anim, " Go-
60

de Enac; Sesai, Ajiman y Tolmai, sem, Delon y Gilo; once ciudades


descendientes de Enac. 15 De allí con sus pueblos. 62 Arab, Duma,
subió contra los habitantes de Dabir, Esan, 63 Janim, Bet Tafua, Afeca,
64 Janta, Cariat Arbe, que es Hebrón
que se llamaba antes Cariat Scfcr.
18 Caleb dijo: «Al que bata y tome
y Sión; nueve ciudades con sus pue-
Cariat Sefer, le daré por mujer mi blos. 65 Maón, Carmel, Zif, Juta,
66 Jezrael, Jocdam, Zanoe, 57 Acain,
hija Acsa.» 17 La tomó Otoniel,
hijo de Qucnaz, hermano de Caleb y Gueba, Zamna; diez ciudades con
¿ste le dió su hija Acsa por mujer. sus pueblos. 58 Jaljul, Besur, Guedor,
59
18 Cuando iba ella a la casa de Oto- Marat, Bet Anot y Eltecón; seis
que pidiera a su
niel, incitóla éste a ciudades con sus pueblos. 60 Cariat
padre un campo; inclinóse ella sobre Baal, que es Jearim y Areba; dos
su asno, y Caleb le dijo: «¿Qué ciudades con sus pueblos. 61 En el
tienes?» 19 Ella le respondió: «Hazme desierto, Bet Araba, Medin, Secaca,
un don; pues que me has heredado en 62 Nebsan, Hir Armelaj
y Engaddi;
tierra de secano, dame también tierra seis ciudades con sus pueblos.
63 Los hijos de Judá no pudieron
de regadío. » El le dió el Gulot supe-
rior y el inferior. expulsar a los jebuseos; habitan en
20Esta fué la heredad de la tribu Jerusalén con los hijos de Judá,
de los hijos de Judá, según sus fami- hasta hoy.
21 Las ciudades situadas al
lias.
extremo de los hijos de Judá, hacia
la frontera de Edom, en el Negueb, José (Eíraím y Manasés).
son: Cabsel, Edel, Jagur, 22 Quina,
Dimona, Adada, 23 Cades, Asor y A C. La parte que tocó en suerte
1

Jetnan; 24 Zif, Telem, Balot, 26 Asor a los hijos de José comenzaba


el nuevo y Cariot Esrom, que es en el lado de oriente, en el Jordán de
Asor; 26 Aman, Sama, Molada, 27 Aser- Jericó, en las aguas de Jericó; es el
gada, Asemon, Bet Felet, 28 Asar- desierto, que por la montaña sube
sual, Betsabe y Baciotia; 29 Bala, de Jericó a Betel; 2 la frontera seguía
Jim, Esem, 30 Eltolad, Quesil, Jornia, de Betel a Luz y pasaba a lo largo
31
Siceleg, Madmana, Sansana, 32 Le- del territorio de los Arqueos, a As-
baot, Seljim, Ain y Remon; en todo, torot; 3 bajaba a occidente hacia la
veintinueve ciudades con sus pueblos. frontera de los jcfletitas hasta la de
33 En el Sefela: Estaol, Sarea, Betoron de abajo y hasta Gazcr, para
Asena, 34 Zanoe, Ain Ganim, Tafua, morir enel mar. 4 Esta es laheredad
Enaim, 35 Jerimot, Adulam, Socó, que recibieron los hijos de José,
Azeca, 36 Saraim, Aditaim, Gedcra Manasés y Efraím.
y
Gederotaim; catorce ciudades con sus
pueblos. Efraim.
37Sanan, Adasa, Migdal Gad,
38 Delean, Masefa, Jactel, 39 Laquis, He aquí la frontera de los hijos
6

Bascat, Eglón, 40 Cabón, Lejma, de Efraím, según sus familias. El


Cetlis, 41 Guiderot, Bet Dagón, Na- límite de su heredad era, a oriente,
hama y Maceda; dieciséis ciudades Atarot Adar hasta Betoron de arriba;
con sus pueblos. 42 Lebana, Eter, Asán 6
se dirigía al lado de occidente hacia
43 Jefta, Esna, Ncsib. 44 Queila, Macnetat, al norte; volvía luego a
Ajzob, Maresa; nueve ciudades con oriente hacia Tanat Selo y pasaba por
sus pueblos. 45 Acarón, con las ciu- delante de ella, al oriente, hasta Ja-
dades de ella dependientes y sus noc; 7 de Janoe bajaba a Atorot y Ka-
pueblos. rata, tocaba en Jericó, y llegaba
46 A partir de Acarón, del lado hasta el Jordán; 8 de Tafua iba a
de I

occidente, todas las ciudades cer- occidente al torrente de Cana, para


canas a Azoto, con sus pueblos; morir en el mar. Esta era la heredad
47 Azoto,
las ciudades dependientes de los hijos de Efraím, según sus
de ella y sus pueblos; Gaza, las ciuda- familias. 9 Los hijos de Efraím tuvie-
des de su dependencia y sus pueblos, ron también ciudades separadas en
hastá el torrente de Egipto y el mar medio de la heredad de los hijos de
grande, que es la frontera. Manasés. 10 No expulsaron a los
48 En la montaña, Samir,
Jeter, cananeos que habitaban en Gnzer
JOSUÉ, 17. 18

y los cananeos han habitado hasta Dor y las ciudades de su dependen-


hoy en medio de Efraim, pero some- cia; los habitantes de Tenac y las
tidos a tributo. ciudades de su dependencia, y los
habitantes de Mageddo y las ciuda-
des de su dependencia: éste es el
Manaré». distrito de las tres colinas.
12
Los hijos de Manasés no pu-
-i n
La tribu de Manasés tuvo
1 dieron expulsar a los habitantes de
' este territorio, pues era el pri-
' estas ciudades; 13 sometieron a los
mogénito de José. Maquir, primogé- cananeos a tributo, pero no los ex-
nito de Manasés, y padre de Galad, pulsaron.
había recibido Galad y Basán, pues 14 Los hijos de José hablaron
a
era hombre de guerra. 2 También Josué, diciendo: «¿Cómo nos has dado
fué atribuida una parte a los otros en heredad una sola suerte y una
hijos de Manasés, según sus familias; sola parte, a nosotros que somos un
a los hijos de Abiezer, a los hijos de pueblo numeroso, al que Yave ha
Elec, a los hijos de Esricl, a los hijos bendecido hasta ahora?" 15 Josué les
de Scqucm, a los hijos de Jefa y dijo: «Puesto que eres un pueblo
a los hijos de Semida; éstos eran los numeroso, sube al monte y rotura
hijos varones de Manasés, hijo de una parte en la tierra de los fereceos
José, según sus familias. 3 Salfad, ¡y los refaim, ya que la montaña de
hijo de Jefcr, hijo de Galad, hijo Efraim te viene demasiado estrecha.»
de Maquir, hijo de Manasés, no tuvo 18 Los hijos de José dijeron: «La
hijos, sino hijas, cuyos nombres son: montaña no nos basta, y todos los
Majla, Noa, Jegla, Melca y Tersa; cananeos que habitan en el valle
4 disponen de carros de hierro, lo
presentáronse a Elcazar, sacerdote,
delante de Josué, hijo de Nun, y de- mismo que los de Betsán y las ciu-
lante de los príncipes, y dijeron: dades de su dependencia, y los que
"Ya ve mandó a Moisés que nos diera habitan el valle de Jezrael." 17 Josué
heredad en medio de nuestros her- respondió a la casa de José, a Efraim
manos.» Se les dió, pues, según el y Manases: «Eres un pueblo nume-
mandato de Ya ve, heredad en medio roso, tu fuerza es mucha: no puedes
de los hijos de su padre. 6 Tocaron tener una sola suerte, 18 pero la
a Manasés diez suertes, además del montaña será tuya; tú roturarás el
territorio de Galad y de Basán, que bosque y sus términos te pertene-
está al otro lado del Jordán, 8 pues cerán: expulsarás a los cananeos por
las hijas de Manasés tuvieron su carros de hierro que tengan y por
heredad entre los hijos; la tierra de fuertes que sean.»
Galad fué para los oíros hijos de Ma-
7
nasés. La frontera de Manasés par-
tía de Aser hacia Majncfat, que está El tabernáculo en Silo.
frente a Siquem, e iba después a
1
derecha hacia los habitantes de Ta- 10 Se reunió en Silo toda la asam-
fua; 8 el territorio de Tafua tocó a O blea de los hijos de Israel y al-
Manasés; pero Tafua, en la frontera zaron allí el tabernáculo de la reunión.
de Manasés, fué para los hijos de El territorio estaba sometido. 2 Que-
Efraim; * bajaba la frontera del to- daban siete tribus, de entre los hijos
rrente de Cana, hasta el medio del de Israel, que todavía no habían
torrente. Las ciudades de este terri- recibido su heredad. 3 Josué dijo a
torio que tocaron a Efraim estaban los hijos de Israel: «¿Hasta cuándo
en medio de las ciudades de Manasés. vais a ser negligentes en apoderaros
la frontera de Manasés pasaba al de la tierra que Yave, Dios de vues-
norte del torrente y terminaba en el tros padres, os ha dado? 4 Elegid tres
mar; 10 el territorio al mediodía era hombres por cada tribu, y yo los
de Efraim y el del norte de Manasés, enviaré para que vayan a recorrer
y su término era el mar; hacia el la tierra y hagan de ella una des-
norte tocaban con Aser, hacia orien- cripción, con vistas a la distribución
te ion I sacar. 11
Manasés tuvo en que hay que hacer, y me la traigan.
de Isacar y de Aser:
los territorios • La dividiréis en siete partes; Judá
Bctsán y las ciudades que de ella quedará dentro de sus fronteras, al
dependen, Jeblam y las ciudades de mediodía, y la casa de José dentro
su dependencia: los habitantes de de las suyas, al norte. 8 Describid,
- JOSUÉ, 19

pues, la tierra en siete partes, traed- está frente a la subida de Adomim,


nie la descripción, y yo haré el sor- y bajaba a peña de Boen, hijo de
la
teo de ellas para vosotros, aquí ante Rubén; 18 pasaba por la vertiente
Yavc, nuestro Dios; 7 pues para los septentrional, frente al Araba, ba-
levitas no ha de haber parte en medio jaba del Araba, 19 y seguía por la
de vosotros, por ser el sacerdocio de vertiente septentrional de Bet Agía,
Yave su heredad; Gad, Rubén y para morir en el extremo norte del
media tribu de Manasés han recibido mar de sal, hacia la desembocadura
ya su heredad al otro lado del Jor- del Jordán, al mediodía. 20 Esta era
dán, a oriente, la que les dió Moisés, la frontera meridional. El Jordán
siervo de Yave.» era límite de la frontera oriental.
el
8 Levantáronse los hombres y se Esta fué
la heredad de los hijos
pusieron en camino; y al partirse de Benjamín con todas sus fronteras,
para hacer la descripción de la tierra, según sus familias.
21
les dió Josué sus órdenes, diciendo: Las ciudades de la tribu de Ben-
«Id, recorred la tierra, describidla y jamín, según sus familias, eran: Je-
volved a mí, y yo os haré el sorteo ricó, Bet Agía, Emec Casis, 22 Bet
aquí, ante Yave, en Silo.» 9 Partie- Araba, Samoraim, Betel, 23 Avim
ron, pues, recorrieron la tierra, la Afara, Ofera, 24 Quefar Emona, Ofru
describieron en un libro según sus y Gucba; doce ciudades con sus pue-
ciudades, dividiéndola en siete partes, blos. 25 Gabaón, Rama Berot, 26 Mesfe,
y volvieron a Josué, al campo de Silo. Cafara, Amosas, 27 Requem, Jarfel,
10 Josué les hizo el sorteo en Silo, Tárela, 28 Sela, Elef, Jebus, que es
en presencia de Yave, y distribuyó Jcrusalén, Gabat y Cariat; catorce
allí la tierra entre los hijos de Israel, ciudades con sus pueblos. Esta fué
según sus familias. la heredad de los hijos de Benjamín,
según sus familias.

Benjamín,
Simeón.
11 La parte de la tribu de Benja-
1
mín fué sacada a suerte según sus La
suerte atribuyó la segun-
familias, y el territorio que les tocó IQ * da parte a Simeón, a la tribu
en suerte tenía sus fronteras entre de los hijos de Simeón, según sus fa-
los hijos de Judá y los hijos de José. milias; tuvieron su heredad en medio
12
Del lado del norte partía su fron- de la heredad de los hijos de Judá. 2 Su
tera del Jordán, subía al norte sobre heredad fué: Beersabe, Sabe, Molada,
3
la vertiente de Jericó, se elevaba Aser Sual, Bala, Asem, 4 Eltolad,
por la montaña a occidente, y ter- Betul, Jarma, 5 Siclaj, Bet Marca-
minaba en el desierto de Bet Aven; bot, Jaserusa, 6 Bet Lebaot, y Sa-
13
de allí iba a Luz, al mediodía, rujen; trece ciudades con sus pueblos;
que es Betel; luego bajaba a Atarot 7
Ain, Remon, Afar y Asar, cuatro
Adar, por la montaña que hay al ciudades con sus pueblos, 8 así como
mediodía de Bctorón de abajo. todos los burgos de los alrededores
14 Del
lado de occidente, se prolon- de estas ciudades, hasta Baalat Beer,
gaba la frontera volviendo hacia el que es la Ramat del sur. Esta fué
mediodía, desde la montaña situada la heredad de la tribu de los hijos
frente a Betorón, al sur, y terminaba de Simeón, según sus familias. 9 La
en Cariat Baal, que es Cariat Jearim, heredad de los hijos de Simeón se
ciudad de los hijos de Judá; esto tomó de la parte de los hijos de
por el lado de occidente. 15 Por el Judá, por ser la heredad de los hijos
lado del mediodía, partía del extre- de Judá demasiado grande para ellos,
mo de Cariat Jearim hasta la fuente y fué en medio de su territorio donde
de aguas de Neftoa; 16 bajaba al los hijos de Simeón recibieron su
extremo de la montaña que está heredad.
frente al valle de Ben Hinón, y al
norte del valle de Refaim, y bajaba
luego por el valle de Hinón hacia el Zabulón.
límite meridional de los jebuseos,
hasta la fuente de Rogel; 17 vol- 10
La tercera parte tocó en suerte
víase al norte y pasaba luego por a los hijos de Zabulón, según sus fa-
Rn Semes, seguía por Guelitot, que milias; la frontera de su heredad se
232 JOSUÉ, 19

extendía hasta Sarid; 11 subía al occi- Neftalí.


dente hacia Merala y tocaba en De-
baset, y luego al torrente, ante Jac- 32 La sexta parte tocó en suerte a
nam. 12 De Sarid se volvía a oriente, de Neftalí, según sus fami-
los hijos
ai sol levante, hasta los confines de lias. 33
Su frontera iba desde Jelef,
Queselet Tabor; se prolongaba hacia a partir del encinar <iue hay en
Daberet y subía a Jafia; 13 de allí Senanim,' hacia Adami; Negueb y
pasaba a oriente, a Guita Jefer y Jabnel hasta Lccum, y terminaba
Tacasin, y se dirigía a Remon, que en el Jordán; 34 volvía hacia occidente,
confina con Noa; 14 volvía del lado a Azonot Tabor, y de allí seguía a
norte hacia Anaton, v terminaba en Jucoca; tocaba a la de Zabulón, al
el valle de Jeftael;
15 Catet, Nalal, mediodía, a la de Aser, a occidente,
Semeron, Jedala y Betlejem; doce y a la de Judá, cerca del Jordán, a
ciudades con sus pueblos. 16 Esta oriente. 35 Las ciudades fuertes eran:
fué la heredad de los hijos de Zabu- Asedim, Ser, Jamat, Recat, Quene-
36 37
lón, según sus familias; las ciudades ret, Edema, Arama, Jasor, Que-
y los pueblos. des, Edrai, En Jasor, 38 Jeron, Mag-
dalet, Joren, Bet Anat y Bet Sames;
diecinueve ciudades y sus pueblos.
39
Esta fué la heredad de la tribu de
Isacar. los hijos de Neftalí, según sus fami-
lias; sus ciudades y sus pueblos.
17 La cuarta parte tocó en suerte a

Isacar, a los hijos de Isacar, según


sus familias. 18 Su territorio era: Dan.
Jczrael, Hacsulot, Semen, 19 Jnfa-
40
raim, Sión, Anajcrat, 20 Rabot, Qucs- La séptima parte tocó en suerte
yon, Abes, 21
Ramet, En Ganim, a la tribu de los hijos de Dan, según
En Jadda y Bet La frontera
Fases. 22 sus familias. 41 El territorio de su
tocaba en el Tabor, en Sejesima y heredad comprendía Saraa, Estaol, Ir
en Betsamcs, y se extendía hasta Sainas, 42 Selebin, Ayalon, Jétela,
43 Elon, Temna, Acron, 44 Elteque,
el Jordán, dieciséis ciudades con sus
pueblos. 23 Esta fué la heredad de la Guibeton, Balat, 46 Jud, Bene Barac,
tribu de los hijos de Isacar, según Gat Renom, 46 Mejarcon y Racón,
sus familias; las ciudades y los p ueblos con territorio
el frente a Joppe.
47 El territorio
de los hijos de Dan
se extendió más allá de sus límites,
Ascr. pues los hijos de Dan subieron a
combatir contra Lesem, se apode-
raron de ella y la pasaron a filo de
24 La quinta parte tocó en suerte espada; posesionáronse de ella, se
a la tribu de los hijos de Aser, según establecieron allí, y llamaron Dan,
la
sus familias. 25 Su territorio fué Jcl- del nombre de su padre. 48 Esta fué

cat, Jali, Beten, Acsaf, 28 Elmelec, la heredad de la tribu de los hijos


Amad y Mesa; la frontera tocaba a de Dan, según sus familias; sus ciu-
occidente al Carmelo y a Sijor Le- dades y sus pueblos.
49 Terminada la distribución de la
bauat; 27 después se tornaba a oriente
hacia Bet Dagón, tocaba a la de tierra, según sus límites, los hijos de
Zabulón y al valle de Jeftael, al Israel dieron a Josué, hijo de Nun,
norte de Bet Emec, y de Nejiel, y una heredad en medio de ellos. 60 Por
se prolongaba hacia Cabul, a la iz- mandato de Yave, le dieron la ciudad
28 que él pidió, Tamnat Sara, en la
quierda, y hacia Abrón, Rejob
Jamón y Cana, hasta Sidón, la grande; montaña de Efraím. Josué reedificó
29
se dirigía luego hacia Rama, hasta la ciudad y habitó allí. 61 Estas fue-
la ciudad fuerte de Tiro, y hacia Josa, ron las heredades que Eleazar, sacer-
para morir en el mar, cerca del dis- dote, Josué, hijo de Nun, y los jefes
trito de Acziba; 30 además Ama, de familias de las tribus de los
Afee, y Rejob; veintidós ciudades hijos de Israel, distribuyeron por
con sus pueblos. 31 Esta fué la here- suerte en Silo, en presencia de Yave,
dad de la tribu de los hijos de Ascr, a la entrada del tabernáculo de la
según sus familias: sus ciudades y sus reunión, terminando la distribución
pueblos. de la tierra.
JOSUÉ, 20, 21 233

Las ciudades de refugio. i ron en Silo, en tierra de Canán, di-


ciendo: «Yave mandó a Moisés que
1 Yave habló a Josué diciendo: nos diese ciudades donde habitar,
2 «Habla a los hijos de Israel, y con sus campos para nuestros gana-
di: Designad, como os lo mandó Moi- dos.» 3 Los hijos de Israel dieron a
sés, las ciudades de asilo, 3 donde pue- los levitas, de sus heredades, según
da refugiarse el homicida que haya ma- el mandato de Yave, estas ciudades,
tado a alguno sin querer, sin saberlo, con sus campos.
4 Salió
y le sirvan de refugio contra el ven- la suerte para la familia
gador de la sangre (1). 4 El homi- de los caatitas; y los hijos del sacer-
cida huirá a una de estas ciudades, dote Arón, de entre los levitas, ob-
se detendrá a la puerta de la ciudad, tuvieron por suerte trece ciudades de
y expondrá su caso a los ancianos de la tribu de Judá, de la de Simeón
ella; éstos le recibirán entre ellos en y de la de Benjamín; 6 Los otros
la ciudad, y le darán habitación donde hijos de Caat obtuvieron por suerte
more con ellos-. 6 Si el vengador de diez ciudades de las familias de la
la sangre le persigue, no le entre- tribu de Efraím, de la tribu de Dan
garán en sus manos, porque sin querer y de la media tribu de Manasés.
mató a su prójimo, a quien de antes 6 Los hijos de Gersón obtuvieron por
6
no odiaba. El homicida quedará en suerte trece ciudades, de las familias
la ciudad, hasta que comparezca ante de la tribu de Isacar, de la tribu
la asamblea para ser juzgado, y hasta i.e Aser, de la tribu de Neftalí y de
la muerte del sumo sacerdote que la media tribu de Manasés, en Basan.
entonces lo sea. Luego se volverá y 7 Los hijos de Merari, según sus fa-

entrará en su ciudad y en su casa, milias, obtuvieron doce ciudades de


en la ciudad de donde huyó. la de Rubén, de la tribu de
tribu
7
Consagraron, pues, a Cades en Gad y de la tribu de Zabulón. 8 Los
Galilea, en la montaña de Neftalí; hijos de Israel dieron por suerte a
a Siquem, en la montaña de Efraím, los hijos de Leví esas ciudades y sus
y a Cariat Arbe, que es Hebrón, contornos, como Yave se lo había
en la montaña de Judá. 8 Del otro mandado a Moisés.
9
lado del Jordán, a oriente de Jericó, Dieron de la tribu de los hijos de
designaron Bosor, en el desierto, en Judá y de la tribu de los hijos de
la llanura, ciudad de la tribu de Simeón estas ciudades; 10 pues la
Rubén; Ramot, en Calad, de la tribu suerte de los hijos de Arón, de la
de Gad; y Golán, en Basán, de la familia de Caat, de los hijos de Leví,
tribu de Manasés. 9 Estas fueron las fué la primera. 11 Diéronles, pues, en
ciudades señaladas a todos los hijos la montaña de Judá la ciudad de
de Israel y a los peregrinos que habi- Arbe, padre de Enac. que es Hebrón,
tan en medio de ellos, para que con sus contornos; 12 pero los campos
cualquiera que matase a alguno im- de esta ciudad y las ciudades de ella
pensadamente pudiera refugiarse en dependientes se las dieron a Caleb,
ellas, y no muriera a manos del ven- hijo de Jcfone, en heredad. 13 Dieron
gador de la sangre antes de compa- a los hijos del sacerdote Arón la
recer ante la asamblea. ciudad de refugio para los homicidas,
Hebrón y su contorno; así como
Lebna y su contorno; 14 Jeter y su
Las ciudades Icrítieas. contorno; Estemo y su contorno;
15 Jclón
y su contorno; Dabir y su con-
ey-t 1 Los jefes de familia de los torno; Asin, 16 Juta, Betsames con sus
^•l levitas se acercaron a Eleazar, contornos; nueve ciudades de estas
sacerdote, a Josué, hijo de Nun, y dos tribus.
17 De la tribu de Benjamín, Ga-
a los jefes de familia de las tribus
de los hijos de Israel, 2 y les habla- baón y su contorno; Gueba y su con-
torno, 18 Anatot y Almón y sus con-
(i) Como la ejecución del castigo, en tornos; cuatro ciudades.
los delitos de sangre, la atribuye la ley al más 19
En todo, las ciudades de los
próximo pariente de la víctima, el vengador de sacerdotes, hijos de Arón, trece ciu-
la sangre (Núm. 35.), para impedir en los casos
de homicidio involuntario que prevaleciera la
dades y sus contornos; 20 pero a las
pasión sobre la justicia, se constituyen las familias de los hijos de Caat hijos
ciudades de refugio, en las cuales el tribunal de Leví, a los otros hijos de Caat,
competente juzgará el caso. les señaló la suerte ciudades de la
23-1 JOSUÉ, 22

tribu de Efraím. 11 Se les dió la ciu- lo había jurado a sus padres; ningu-
dad de refugio para los homicidas, no de sus enemigos pudo resistir, y
Siquem y su contorno, en la mon- Yave los entregó a todos en sus manos.
taña de Efraím, y Gazer, 22 Quisaim 4S De todas las palabras buenas que

y Betorón, con sus contornos; cuatro Yave había dicho a la casa de Israel,
ciudades. 23 De la tribu de Dan, El- ni una quedó sin efecto, todas se
teco, Guibeton, 14 Ayalon y Gat cumplieron.
Remon, con sus contornos; cuatro
ciudades. 25 De lamedia tribu de
Manasés, Tanac y Jibleam con sus
Vuelta de las tribus orientales a
contornos; dos ciudades. 26 En todo,
diez ciudades con sus contornos para
su territorio.
las familias de los otros hijos de
Caat. 27 Se dió a los hijos de Gersón, 99 1 Entonces llamó Josué a los
de entre las familias de los hijos de rubenitas, a los gaditas y a la
Levi, de la media tribu de Manasés, media tribu de Manasés, y les dijo:
2
la ciudad de refugio para los homi- «Habéis guardado todo lo que os
cidas, Golán, en Basan, y su con- mandó Moisés, siervo de Yave; ha-
torno; como también Belestera y su béis obedecido a mi voz en todo
contorno; dos ciudades. 28 De la cuanto os he mandado. 3 No habéis
tribu de Isacar, Quisyon, Daberet, abandonado a vuestros hermanos du-
29 Jaramut
y En Ganim y sus con- rante este largo espacio de tiempo,
tornos; cuatro ciudades. 30 De la hasta hoy, y habéis observado fiel-
tribu de Aser, Masal, Abdón, 31 Jelcat mente el mandato de Yave, vuestro
y Rcjob, 32 con sus contornos; cuatro Dios. 4 Ahora, pues, que Yave, vues-
ciudades. De la tribu de Neftalí, tro Dios, ha concedido a vuestros
la ciudad de refugio para los homi- hermanos el descanso, como se lo
cidas, Cades, en Galilea, con su con- había prometido, volveos, y tornad
torno, como también Jamot, Dor y a vuestras tiendas en la tierra que
Cartan, con sus contornos; tres ciu- os pertenece, que Moisés, siervo de
dades. 33 En todo, las ciudades de Yave, os dió al otro lado del Jordán.
8 Pero
los gersonitas, según sus familias, tened gran cuidado de poner
trece ciudades y sus contornos. por obra los mandamientos y las
34 A las familias de los hijos de leyes que Moisés, siervo de Dios, os
Merari, al resto de los hijos de Levi, ha prescrito, amando a Yave, vues-
en la tribu de Zabulón, Jocncam, tro Dios, marchando por todos sus
Carta, 36 Damna y Nalol, con sus caminos, apegándoos a él y sirvién-
contornos; cuatro ciudades; 38 de la dole con todo vuestro corazón y con
tribu de Rubén, Besor, Jasa, 37 Quc- toda vuestra alma." * Josué los ben-
demot y Mefat, con sus contornos; dijo y los despidió, y ellos se fueron
cuatro ciudades; 38 y de la tribu de a sus tiendas.
Gad, la ciudad de refugio para los 7
Moisés había dado a una mitad
homicidas, Ramot en (¡alad, y su de la tribu de Manasés un territorio
contorno; así como Majnnaim, 39 Je- en Basan, y Josué dió a la otra mitad
sebón y Jazer, con su contorno; cua- un territorio en medio de sus her-
tro ciudades. 40 En todo, las ciudades manos del lado de acá del Jordán,
señaladas por la suerte a los hijos de a occidente. Al mandarlos a sus
Merari, según sus familias, al resto tiendas, Josué los bendijo, 8 dicién-
de las familias de los hijos de Levi, dolcs: «Volvéis a vuestras tiendas
doce ciudades. con grandes riquezas, rebaños muy
41 Todas
las ciudades de los hijos numerosos y mucha plata, oro, bronce
de Lev!, en medio de las posesiones y hierro y vestidos; partid con vues-
de los hijos de Israel: cuarenta y tros hermanos los despojos de vues-
ocho ciudades y sus contornos. 42 Cada tros enemigos.»
una de estas ciudades tenía en torno Los hijos de Rubén, los hijos de

suyo un campo, y así para todas las Gad y la media tribu de Manasés,
ciudades. dejando en Silo a los hijos de Israel,
43 Yave dió a Israel toda la tierra en la tierra de Canán, se volvieron,
que a sus padres había jurado darles, para ir a la tierra de Galad, que era
y se posesionaron de ella y se esta- la propiedad que habían recibido,
blecieron allí. 44 Yave les concedió como Yave se lo mandó a Moisés.
10 Cuando llegaron a las regiones del
el descanso en torno suyo, como se
JOSUÉ, 22 235

Jordán que pertenecen a la tierra de las cosas dadas al anatema, y la


Canán, los hijos de Rubén, los hijos cólera de Yave vino sobre toda la
de Gad y la media tribu de Manasés asamblea de Israel, y no fué él sólo
edificaron allí un altar en la ribera el que pereció por su crimen.»
del Jordán, un altar muy grande (1).
21
Los hijos de Rubén, los hijos de
11 Los hijos de Israel lo supieron, Gad y la media tribu de Manasés
cuando se les dijo: «Mirad que los respondieron así a los jefes de los
hijos de Rubén, los hijos de Gad y millares de Israel: 22 «El Todopo-
la media tribu de Manasés han edi- deroso Dios, Yave, sabe; el lodo-
ficado un altar delante de la tierra poderoso Dios, Yave, sabe, y sabrá
de Canán, en los distritos del Jordán, toda la asamblea de los hijos de
del lado de los hijos de Israel.» Israel: Si ha sido por rebelión y por
12 Cuando hijos de Israel lo su-
los infidelidad contra Yave, que no nos
23
pieron, reunió en Silo toda la
se salve. Si hemos edificado un altar
asamblea de los hijos de Israel, para para apartarnos de Yave, para ofre-
subir contra ellos y hacerles la guerra. cer allí holocaustos y oblaciones y
13 Los hijos
de Israel mandaron a hacer sacrificios eucarísticos, que Yave
los hijos de Rubén, a los hijos de nos pida cuenta de ello. 24 Más bien
Gad y a la media tribu de Manasés, hemos ob.ado por temor de que
en tierra de Galad, a Fines, hijo llegara algún día en que vuestros
del sacerdote Eleazar, 14 y con él hijos nos dijeran: «¿Qué hay de común
a diez príncipes, un príncipe de casa entre vosotros y Yave, el Dios de
por cada una de las tribus de Israel, Israel? 26 Yave ha puesto el Jordán
todos jefes de casa patriarcal en como frontera entre vosotros y nos-
medio de los millares de Israel. otros, hijos de Rubén y de Gad; no
18 Llegados a los hijos de Rubén, a tenéis parte alguna con Yave.» De
los hijos de Gad y a la media tribu ese modo vuestros hijos serían causa
de Manasés, en tierra de Galad, les de que nuestros hijos no temieran
hablaron diciendo: 16 «Asi habla toda ya a Yave. 26 Y nos dijimos: Pongá-
la asamblea de Yave: ¿Qué infide- monos a edificar un altar, no para
lidad es la que habéis cometido ofrecer holocaustos y sacrificios, 27 sino
contra el Dios de Israel, apartán- para que sea testimonio entre nos-
doos asi de Yave y edificándoos un otros y vosotros, y nuestros descen-
altar, volviéndoos contra Yave? 17 ¿No dientes después de nosotros, de que
nos basta la maldad de Fogor, de que servimos a Yave en su pr sencia,
no nos hemos purificado todavía hasta con nuestros holocaustos, nuestros
hoy, a pesar de la plaga que afligió sacrificiosy nuestras víctimas pací-
a la asamblea de Yave, 18 para que ficas, para que vuestros hijos no
os apartéis hoy vosotros de Yave? digan un día a los nuestros: No tenéis
Si hoy os volvéis vosotros contra parte con Yave. 28 Nos d jimos: Si
Yave, mañana se volverá la ira de algún día llegaran a decirnos eso a
Yave contra toda la asamblea de nosotros o a nuestros descendientes,
Israel. 19 Si miráis como malo el terri- les responderíamos: Mirad la forma
torio que es vuestra propiedad, pasad del altar que nuestros padres edifica-
a la tierra que es propiedad de Yave, ron, no con el fin de que sirviera para
donde Yave ha establecido su mora- holocaustos y sacrificios, sino para ser
da, y estableceos en medio de nos- testimonio entre nosotros y vosotros.
29
otros, pero no os volváis contra Yave Lejos de nosotros querer rebelarnos
y contra nosotros, edificándoos un contra Yave y apartarnos hoy de él,
altar distinto del altar de Yave, alzando un altar para holocaustos,
nuestro Dios. 20 Acan, hijo de Zare, oblaciones y sacrificios, distinto del
cometió una infidelidad cuanto a altar de Yave, nuestro Dios, que está
ante su tabernáculo.» 30 El sacerdote
(i) Está el en
lugar, bien claro, el fin
Fines y los príncipes de la asamblea,
con que habitantes de la Trasjordania
los jefes de los millares de los hijos de
alzaron este altar. Es para que sirva de monu- Israel, que le acompañaban, al oír
mento, que recuerde siempre la comunidad las palabras de los hijos de Rubén,
nacional y religiosa con los que habitan en de los hijos de Gad y de la media tribu
Canán. Al mismo tiempo aparece en el lugar
de Manasés, se dieron por satisfechos;
que la Trasjordania no forma propiamente 31
parte de la tierra prometida y santificada por y Fines, hijo del sacerdote Eleazar,
la presencia de Dios, y que el limite de ésta es dijo a los hijos de Rubén, a los hijos
el natural de la Palestina, el Jordán. de Gad y a la media tribu de los
23fi JOSUÉ, 23, 24

hijos de Manasés: «Reconocemos ahora des y poderosas, y ninguna ha po-


que está Yave en medio de nosotros, dido resistiros hasta hoy. 10 Uno solo
puesto que no habéis cometido contra de vosotros perseguía a mil, porque
Yave esa infidelidad, librando así Yave, vuestro Dios, combatía por
de la mano de Yave a los hijos de vosotros, como os lo había dicho.
11 Tened gran cuidado de vosotros
Israel.
32
Fines, hijo del sacerdote Elea- mismos, amando a Yave, vuestmDios;
12
zar, y los príncipes dejaron a los porque si os apartáis de él y os
hijos de Rubén y a los hijos de Gad ligáis con los restos de esas naciones,
y a la media tribu de Manases, y se que han quedado entre vosotros; si
volvieron de la tierra de Calad, a contraéis matrimonios con ellas, mez-
la tierra de Canán, a los hijos de clándoos con ellas' y mezclándose
Israel, a los cuales hicieron relación. |
ellas con vosotros, 18 sabed bien que
33 Yave, vuestro Dios, no seguirá arro-
La cosa agradó a los hijos de Israel;
bendijeron a Dios y no hablaron más jándolas delante de vosotros, sino
de subir armados contra ellos, para que serán para vosotros un lazo y
devastar la tierra que habitaban los una trampa, aguijón en vuestros
hijos de Rubén y los hij.is de Gad. costados y espinas en vuestros ojos,
84 Los hijos de "Rubén hasta que desaparezcáis de sobre
y los hijos
de Gad llamaron al altar Ed, porque esta excelente tierra que os ha dado
es testimonio para nosotros de que Yave, vuestro Dios.
Yave es Dios. 14 Yo estoy ya para irme por el
camino de todos. Reconoced con todo
vuestro corazón y toda vuestra alma
Exhortación de Josué al pueblo. que lod s las buenas promesas que
Yave, vuestro Dios, os ha hecho,
OO 1
Había pasado largo tiempo se han cumplido; ninguna ha que-
desde que Yave diera a los hijos dado sin ninguna ha caído.
efecto,
18 Lo mismo, que todas las
pues,
de Israel el descanso, librándolos en
derredor de todos sus enemigos; y buenas palabras que Yave, vuestro
Josué era ya viejo, de edad avan- Dios, os ha dado se han cumplido,
zada. 2 Convocó entonces Josué a lo mismo también cumplirá Yave
todo Israel, a sus ancianos, sus jefes, contra vosotros sus palabras de ame-
sus jueces y sus oficiales, y les dijo: naza, hasta que os haga desaparecer
«Yo soy ya viejo, de edad avanzada. de sobre esta excelente tierra que
* Vosotros habéis visto todo cuanto Yave, vuestro Dios, os ha dado;
16 si traspasáis la alianza de Yave,
Yave, vuestro Dios, ha hecho con
todas las naciones que teníais ante vuestro Dios, la que él os ha prescrito,
vosotros; porque es Yave, vuestro y os vais a servir a otros dioses y os
Dios, el que por vosotros ha comba- prosternáis ante ellos, la cólera de
tido. Ved: Yo os he distribuido por Yave encenderá contra vosotros,
se
suerte en heredad para vuestras tri- y desapareceréis bien pronto de sobre
bus esas naciones que han quedado, la tierra buena que él os ha dado.»
y todas aquellas que yo exterminé,
desde el Jordán hasta el mar grande,
a occidente, 6 Yave, vuestro Dios, las Itt-spedida de Josué.
rechazará y las expulsará ante vos-
otros, y os dará en posesión su terri- •) 1
l Josué reunió en Siquem a
torio, como Yave, vuestro Dios, os
— **
todas las tribus de Israel y
lo ha dicho. * Esforzaos, pues, en convocó a los ancianos, a los jefes,
guardar y poner por obra todo lo a los jueces y a los oficiales. Todos se
que está escrito en el libro de la ley presentaron ante Dios, 8 y Josué
de Moisés, sin apartaros ni a la dere- dijo a todo el pueblo: «He aquí lo
cha ni a la izquierda. 7 No os mezcléis que dice Yave, Dios de Israel: Vues-
con esas naciones que han quedado tros padres, Tarej, padre de Abraham
en medio de vosotros, no invoquéis y de Najor, habitaron al principio
el nombre de sus dioses ni juréis al otro lado del río, y servían a otros
por ellos ni les sirváis ni os proster- dioses. 3 Yo tomé a Abraham del lado
néis ante ellos, 8 sino adherios a Yave, allá del río, y le conduje a través
vuestro Dios, como hasta ahora lo de toda la tierra de Canán, y mul-
habéis lucho. 9 Yave ha arrojado tipliqué su posteridad dándole Isac.
de delante de vosotros naciones gran- 4
A Isac le di Jacob y Esaú, y yo di
JOSUÉ, 24 237

a Esaú en posesión la montaña de nos sacó de la tierra de Egipto, de


Seir, y Jacob y sus hijos bajaron a la casa de la servidumbre; el que ha
Egipto. * Después envié a Moisés hecho a nuestros ojos tan grandes
y Arón, y herf a Egipto con mi mano, prodigios; el que nos ha guardado
como en medio de él lo hice, y os durante todo el largo caminó que
saqué de allí. • Saqué de Egipto a hemos recorrido, y entre todos los
vuestros padres, y llegasteis al mar. pueblos por en medio de los cuales
Los egipcios persiguieron a vuestros hemos pasado. 18 Yave ha arrojado
padres con carros y caballos hasta delante de nosotros a todos los pue-
el Mar Rojo.
7
Clamaron ellos a Yave, blos, a los amorreos, que habitaban
y Yave puso tinieblas entre vosotros en esta tierra. También nosotros ser-
y los egipcios y redujo sobre éstos las viremos a Yave, nuestro Dios.»
19 Josué dijo al pueblo: «Vosotros
aguas del mar, que ios cubrió. Vues-
tros ojos han visto lo que yo hice no podéis servir a Yave, que es un
en Egipto y habéis estado largo tiem- Dios santo, un Dios celoso; él no
po en el desierto. 8 Yo os traje a la perdonará vuestras transgresiones y
tierra de los amorreos, que habi- vuestros pecados; 20 si os apartáis
taban del otro lado del Jordán, y de Yave, y servas a dioses extraños,
ellos combatieron contra vosotros. Yo él se volverá, y después de haberos
os los entregué en vuestras manos y hecho el bien, os hará el mal y os
os posesionasteis de su tierra, y yo consumirá.
21
los destruí delante de vosotros. 9 Balac, El pueblo respondió: «No, no,
hijo de Sefor, rey de Moab, se alzó queremos servir a Yave.» 12 Y Josué
para luchar contra Israel, e hizo dijo al pueblo: «Testigos sois hoy
llamar a Balam, hijo de Beor, para contra vosotros mismos, de que ha-
que os maldijera. 10 Pero yo no quise béis elegido a Yave, para servirle»;
dar oídos a Balam, y él os bendijo y ellos respondieron: «Testigos.»
23 «Quitad, pues, los dioses ajenos que
y yo os libré de las manos de Balac.
11 Pasasteis el Jordán hay en 're vosotros, y volved vues-
y llegasteis a
Je icó. Las gentes de Jericó comba- tros corazones a Yave, Dios de Israel.»
tieron contra vosotros, los amorreos, 24 Y el pueblo dijo a Josué: «Servi-
los fereceos, los cananeos, los geteos, remos a Yave, nuestro Dios, y obe-
los guergueseos, los jeveos y los jebu- deceremos su voz.»
seos, y vo os los puse en vuestras 25 Josué concluyó aquel día una
manos. 14 Mandé delante de vosotros alianza con el pueblo y le dió en
tábanos, que los echaron de delante Siquem leyes y mandatos: 26 y escri-
de vosotros, a los dos reyes de los bió estas palabras en el libro de la
amorreos. No ha sido vuestro arco ley de Dios, y tomando una aran
ni vuestra espada. 13 Yo os he dado piedra, la alzó allí, debajo de la
una tierra que no habíais cultivado, encina que hay en el lugar consa-
ciudades que no habéis edificado, y grado a Yave. 27 Dijo a todo el pue-
en ellas habitáis, y coméis el fruto blo: «Esta piedra servirá de testi-
de viñas y olivares que no habéis monio contra vosotros, pues ella ha
plantado. oído todas las palabras que Yave os
14 Temed
a Yave y servidle con ha dicho, y será testimonio contra
integridad y en verdad; quitad los vosotros, para que no neguéis a
dioses a quienes sirvieron vuestros vuestro Dios.» 28 y Josué mandó al
padres al otro lado del río y en Egipto, pueblo que se fuese cada uno a su
y servid a Yave. 15 Y si no os parece heredad.
bien servirle, elegid hoy a quién
queréis servir, sean los dioses a quie-
nes sirvieron vuestros padres al lado
allá del río y en Egipto, sean los
Muerte de Josué.
dioses de los amorreos, cuya tierra
habéis ocupado. En cuanto a mí y *9
Después de esto, Josué, hijo de
a mi casa loca, nosotros serviremos Nun. siervo de Yave, murió a la
a Yave. edad de ciento diez años. 30 Fué se-
16 El pueblo respondió, diciendo: pultado en la tierra de su posesión,
«Lejos de nosotros querer apartarnos en Tamnat Saré, en la montaña de
de Yave, para servir a otros dioses, Efraím, al norte del monte Gas.
17 porque Yave
es nuestro Dios, el
31 Yave durante toda
Israel sirvió a
que a nosotros y a nuestros padres la vida de Josué y durante toda la
238 JOSUÉ, 24

vida de los ancianos que le sobre- prado por cien queaita* a los hijos de
vivieron y conocían cuanto había Jemor, padre de Siquem, y fueron
hecho Ya ve en favor de Ismel propiedad de los hijos de José.
32 Los huesos 33
de José, que los hijos Eleazar, hijo de Arón, murió,
de Israel hablan traído de Egipto, y fué sepultado en Gueba, ciudad de
fueron enterrados en Siquem, en el riñes, su hijo, a quien le había sido
trozo de tierra que Jacob había com- dada, en la montaña de Efraím.
JUECES
INTRODUCCION AL LIBRO DE LOS JUECES
Y AL DE RUT

T OS jueces son personajes que Dios, en momentos difíciles, suscitó para


librar a las tribus de Israel de sus opresores. Obtenida la victoria y la liber-
tad, con el prestigio que esto les daba, quedaban reconocidos como gobernantes,
que ejercían su poder principalmente juzgando al pueblo, de donde les vino el
nombre de Jueces.
Las tribus, aunque conscientes de su unidad étnica y religiosa, no formaban
por esta época una unidad políticamente organizada. Cada tribu vivía por sí,
luchando con los cañoneos por adueñarse del territorio, o en paz con ellos, re-
signada en la estrechez de los límites que desde el principio había logrado. Esto
había traído otro mal más grave, que el Legislador había puesto ya empeño
en evitar: El trato íntimo con los cañoneos, las alianzas matrimoniales y, con
esto, la contaminación con los idólatras e inmorales cultos camíneos.
Este libro es continuación del de Josué, aunque no está enlazado literaria-
mente con él. Tiene dos prólogos. El primero, histórico (1, 1-2. 5), nos pinta
la situación política y religiosa del pueblo, reproduciendo a veces a la letra
textos de' Josué. El segundo (2, 6-3. 6.) nos presenta las normas de let Pro-
videncia divina con Israel y el plan del libro. Israel prevarica, dándose al culto
de los dioses camíneos, y Dios le castiga con invasiones; esto le induce a peni-
tencia, y movido por ello, Dios le enría un libertador. Sigue luego la historia
de los Jueces, de los que unos, los mayores, tienen su historia más o menos
desarrollada, y de los otros, los menores, no se hace más que una breve mención.
Dos apéndices históricos (17-18 y 19-2) nos refieren sucesos de la misma
época, pero que están fuera del plan general del libro.

16
242 JUECES, 1

Quién sea el autor, se desconoce en absoluto; ni aun de la época de su com-


posición sabemos cosa cierta. Pero si que los documentos empleados eran anti-
guos, anteriores, a lo menos algunos, a la conquista de Jerusalén por David
(1. 21; 19. 1.011).
La cronología resulta oscura. Todos coinciden en que no se pueden sumar
los años de gobierno de los J ueces y los de las invasiones. Por excesiva, la suma
no se ajustaría a la realidad histórica. Alguien la reduce, suponiendo la coexis-
tencia de varios Jueces; pero como no sabemos cuáles sean, quedaríamos sin
cronología alguna. Más razonable parece suponer que no entran en ésta los años
de invasión, como de poder ilegítimo, y que esos años van incluidos en los de
los Jueces, según el uso corriente en la antigüedad. En la cronología oficial
de España no figura José Bonaparte. El rey legítimo de España era Fer-
nando VII.
Otra particularidad de la cronología del libro es la naturaliza de las cifras,
casi todas de una generación, de cuarenta años, su duplo, ochenta, o los sub-
múltiplos, veinte, diez, etc. Como la Naturaleza no procede con esta regularidad,
hay que suponer aquí algún artificio. El autor, no disponiendo de datos preci-
sos, ordenó de este que poseía. Eso 7nismo veremos en el libro siguiente.
modo los
Al libro de los Jueces suele ir unido el de But. Es un bello idilio, cuya fina-
lidad parece ser darnos la genealogía de David, en la que aparece como abuela
de éste una moabita, que por esto figurará después en la genealogía del Salva-
dor. Mateo 1, 5.

JUECE S
Xucvas conquistas. que yo les hice a ellos»; y le llevaron
a Jerusalén y allí murió. 8 Atacaron
1
Después de muerto Josué, con- los hijos de Judá a Jerusalén: y
I sultaron los hijos de Israel a habiéndola tomado, pasaron a los
Yave. diciendo: «¿Quién de nosotros habitantes a filo de espada y pegaron
subirá antes contra el cananeo y le fuego a la ciudad. * Bajaron luego
combatirá?» * Y respondió Yave: los hijos de Judá, para combatir a
«Judá subirá, pues he dado la tierra los cananeos que habitaban en el
en sus manos.» 3 Y dijo Juda a Si- monte, en el Negueb y en e! Sefela.
meón, su hermano: «Sube conmigo a 10 Marchó contra los cananeos que
la parte que me ha tocado, a hacer habitaban en Hcbrón, antes llamado
la guerra al cananeo, y también iré Cariat Arbc, y batió a Scsai, Jimón
luego yo contigo a la que te ha tocado y Tolmai. 11 De allí marchó contra
a ti.» Y fué con él Simeón. los habitantes de Dabir, que se llamó
4 Subió,
pues, Juda, y puso Yave antes Cariat Sefer. lí Calcb dijo:
en sus manos al cananeo y al fereceo, «Al que ataque y tome a Cariat Sefer,
y derrotaron en Bezec a diez mil le daré por mujer mi hija Acsa.»
nombres. 6 Habiendo encontrado en 13 "Otoniel, hijo de Quencz, el herma-
Be7.ec a Adoni Bezec, le atacaron y no menor de Caleb, se apoderó de ella,
derrotaron a los cananeos y fereccos. y Calcb le dió su hija Acsa por mujer.
* Huyó Adoni Bezec y ellos le persi- *4
Cuando era llevada a la casa de
guieron, y cogiéndole, le amputaron Otonicl, él la excitó a que pidiera
los pulgares de las manos y de los a su padre un campo. Inclinóse ella,
pies. 7 Y dijo Adoni Bezec: «Setenta según iba montada, sobre el asno,
reyes con los pulgares de manos y y Caleb le preguntó: «¿Qué tienes?»
pies amputados, migajeaban debajo IS Ella dijo: «Hazme una gracia.
de mi mesa. Me devuelve Dios lo Ya que ra<> has dado tierra de se-
JUECES, 2 243

cano, dame también regadíos.» Y le 80 Zabulón no expulsó a los habi-


dio Caleb el Gulot superior y el Gulot tantes de Quetrom ni a los de Nalol,
inferior. y los cananeos siguieron habitando
18 Los hijos de Jeser,Quineo, el cu medio de Zabulón, pero fueron
suegro de Moisés, subieron de la hechos tributarios.
31
. ciudad de Tamarim, con los hijos de Aser no expulsó a los habitantes
Judá, al desierto que está al medio- de Acó ni a los de Sidón, ni a los de
día de Judá, según se baja a Arad, Ajelab, de Aczib, de Jelba. de Afee
y vinieron a habitar con el pueblo. y de Rojob: 32 y los hijos de Aser
17 Marchó después Judá con Si- habitan en la tierra en medio de los
meón y batieron a los cananeos que cananeos, porque no los expulsaron.
habitaban en Sel'at, la destruyeron 33 Neftalí no expulsó a los habi-

totalmente, y se llamó la ciudad tantes de Bet Sames ni a los de Bet


Jorma. 18 Apoderóse también Judá Anot, y habitó en medio de los cana-
de Gaza y de su territorio, de Asra- neos, habitantes de aquella tierra;
lón y Acarón con los suyos. 19 Fué pero los habitantes de Bet Sames
Yave con Judá y se apoderó Judá de y de Bet Anot fueron sometidos a
la parte montañosa, pero no pudo tributo. 34 Los amorreos rechazaron
expulsar a los habitantes del llano, a los hijos de Dan hacia los montes
que tenían carros de hierro. 20 Atri- y no los dejaban bajar al llano;
buyóse Hebróu a Caleb, como lo 35 arriesgáronse los amorreos a que-
había dicho Moisés, y aquél arrojó darse en el Har Jeres, en Ayalón
de allí a los tres hijos de Enac. y en Selebim pero la mano de la
25
Los hijos de Benjamín no expul- casa de José pesó mucho sobre ellos
saron a los jebuseos que habitaban y fueron sometidos a tributo. 36 El
en Jcrusalén, y los jebuseos han territorio de los amorreos se extendía
habitado hasta el día de hoy con los desde la subida de Acrabim y desde
hijos de Benjamín. Sela para arriba.
22
También la casa de José subió
contra Betel, y Yave estuvo con
ellos. 23 La casa de José hizo una explo- Infidelidad del pueblo.
ración cerca de Betel, que antes se
llamó Luz, 24 y los centinelas cogie- O 1 Subió el ángel de Yave de Galgal
ron a un hombre que salía de la a Boquim «Yo os he
y dijo:
ciudad, y le dijeron: "Enséñanos por hecho subir de Egipto y os he traído
dónde se entra en la ciudad y te a la tierra que juré a vuestros padres,
haremos gracia.» 25 El les enseñó y he dicho: No romperé mi pacto
por dónde podrían entrar en la ciudad, eterno con vosotros, 2 si vosotros
y ellos la pasaron a filo de espada, no pactáis con los habitantes de esta
pero dejaron en libertad a aquel tierra; habéis de destruir sus altares.
hombre y a toda su familia. 26 Este Pero vosotros no me habéis obede-
hombre se fué a tierra de geteos y cido: ¿por qué habéis obrado así?
edificó allí una ciudad, a la que dió 3
Pues yo también me he dicho: No
el nombre de Luz, y así se llama los arrojaré de ante vosotros, y los
todavía hoy. tendréis por enemigos, y sus dioses
serán para vosotros un lazo. » 4 Cuando
el ángel de Yave hubo dicho estas
Cananeos no expulsados. palabras a todos los hijos de Israel,
lloraron todos a voces. 8 Llamaron
27
Manasés no expulsó a los habi- a este lugar Boquim, y ofrecieron
tantes de Betsán y de las ciudades allí sacrificios a Yave.
de ella dependientes, ni a los de Tanac,
Dor, Jeblam, Mageddo y las ciudades
dependientes de ellas, y los cananeos Los jueces.
se arriesgaron a permanecer en esta
tierra. 28 Cuando Israel fué suficien- 8
Cuando Josué despidió
al pueblo
temente fuerte los hicieron tributa- y se fueron los hijos de Israel cada
rios, pero no los arrojaron. uno a su heredad, para posesionarse
29
Efraím no expulsó a los cananeos de la tierra, 7 el pueblo sirvió a Yave
que habitaban Cazer, y los cana- durante toda la vida de Josué y la
neos siguieron habitando en medio de los ancianos que le sobrevivieron
de Efraím. y habían visto toda la grande obra
244 JUECES, 3

que Yave había hecho en favor de yo a arrojar de ante ellos a ninguno


Israel. Josué, hijo de Nun, siervo
8 de los pueblos que dejara Josué al
de Yave, murió a la edad de ciento morir, 22 para por ellos poner a Israel
diez años 9 y fué sepultado en el terri- a prueba, si procuraría o no seguir
torio de su heredad, en Tamnat los caminos de Yave, como los pro-
Jefer, en los montes de Efraim, al curaron sus padres.» 23 Y Yave dejó
norte del monte Gas. 10 Toda aquella en paz, sin apresurarse a expulsarlos,
generación fué a reunirse con sus a aquellos pueblos que no había
padres, y surgió una nueva genera- entregado en manos de Josué.
ción, que no conocía a Yave ni la
obra que este había hecho en favor He aquí los pueblos que dejó
1

de Israel. 3 Yave, para probar por ellos a


11
Los hijos de Israel hicieron el Israel, a cuantos no conocieron las
mal a los ojos de Yave y sirvieron guerras de Canán; 2 sólo para probar
a los baales. 12 Se apartaron de Yave, a las generaciones de los hijos de
el Dios de sus padres, que los había Israel, acostumbrando a la guerra a
sacado de Egipto, y se fueron tras los que no la habían hecho antes:
3
otros dioses, de entre los dioses de Cinco príncipes de los filisteos;
los pueblos que los rodeaban, y se todos los cananeos; los sidonios, y
postraron ante ellos, irritando a Yave. los jeveos que habitaban el monte
13 Apartándose de Yave, sirvieron Líbano, desde el monte Baal Her-
a
Baal y Astarte. 14 Encendióse en món hasta la entrada de Hamat.
4
cólera Yave contra Israel, y los en- Estos pueblos habían de servir
tregó en manos de salteadores, que para por ellos probar a Israel, y
los asaltaban y los" vendían a los saber si obedecería los mandatos que
enemigos del contorno, y llegaron a Yave había dado a sus padres por
no poder ya resistir a sus enemigos. medio de Moisés. 5 Los hijos de
15 En cualquier salida que hacían Israel habitaban en medio de los
pesaba sobre ellos para mal la mano cananeos, de los getcos, de los amo-
de Yave, como él se lo había dicho, rreos, de los fereccos, de los jeveos
como se lo había jurado, y se vieron y de los jebuseos 6 Tomaron por
en muy gran aprieto. mujeres a las hijas de éstos y dieron
16
Yave suscitó jueces, que los a los hijos de ellos las hijas propias
libraron de los salteadores; 17 pero y sirvieron a sus dioses.
desobedeciendo también a los jueces
se prostituyeron, yéndose detrás de
Otuiiíel, Aod, Samgar.
dioses extraños; y los adoraron, apar-
tándose bien pronto del camino que Hicieron el mal los hijos de Israel
'

habían seguido sus padres, obede- a los ojos de Yave, y olvidándose


ciendo los preceptos de Yave; no de Yave, su Dios, sirvieron a Baal y
hicieron ellos así. 18 Cuando Yave les Astarte. 8 Encendióse la cólera de
suscitaba un juez, estaba con él Yave contra Israel y los entregó a
y los libraba de la opresión de sus manos de Cusán Rasataim, rey de
enemigos durante la vida del juez, Edom, y los hijos de Israel sirvieron
porque se compadecía Yave de sus a Cusán Rasataim ocho años. 9 Cla-
gemidos, a causa de los que los opri- maron a Yave los hijos de Israel; y
mían y los vejaban. 18 En muriendo suscitó Yave a los hijos de Israel un
el juez, volvían a corromperse, más libertador, que los libertó; Otoniel,
todavía que sus padres, yéndose tras hijo de Queuez, el hermano menor
de los dioses extraños para ser- de Caleb. 10 Vino sobre él el espíritu
virlos y adorarlos, sin dejar de come- de Yave, y juzgó a Israel y salió a
ter sus crímenes, y persistían en sus hacer la guerra. Puso Yave en sus
caminos (1). manos a Cusán Rasataim, rey de
80 Encendióse la de Yave
cólera Edom, y pesó su mano sobre Cusán
11
contra Israel, y dijo: «Pues que Rasataim; y estuvo en paz la
este pueblo ha roto el pacto que yo tierra durante cuarenta años, y murió
había establecido con sus padres y Otoniel, hijo de Quenez.
no me obedece, 21 tampoco volveré 12 Vol
vieron otra vez a hacer mal
los hijos de Israel a los ojos de Yave,
(i) Esta constante alternativa de pecado y Yave hizo fuerte a Eglón, rey de
y castigo, conversión y misericordia, es el tema Moab, contra los hijos de Israel,
fundamental de este libro. (V. not. Deut. 28.) porque hacían el mal a los ojos de
JUECES, 4 245

Yave. 13 Eglón se unió con los hijos todos robustos y valientes, no escapó
de Ammón y con Amalee; y marchó uno sólo. 30 Aquel día quedó Moab
contra Israel, le derrotó y conquistó humillado bajo la mano de Israel;
la ciudad de Tamarin;
14
y sirvieron y la tierra quedó en paz durante
los hijos de Israel a Eglón, rey de ochenta años, mientras vivió Aod.
15 31 Después de Aod, Samgar, hijo
Moab, dieciocho años. Clamaron los
hijos de Israel a Yave, y Yave les de Anata derrotó a seiscientos filis-
suscitó un libertador: Aod, hijo de teos con una aijada de bueyes, liber-
Gera, benjaminita, zurdo. Los hijos tando también él a Israel.
de Israel enviaron por medio de él
un presente a Eglón, rey de Moab.
16 Habíase hecho Aod un puñal de Débora.
dos filos, de un palmo de largo, que
1
se ciñó bajo sus vestidos, sobre el i Volvieron los hijos de Israel a
muslo derecho. 17 Presentó los dones hacer mal a los ojos de Yave,
a Eglón, rey de Moab, que era un * y los entregó Yave en mano de
hombre muy gordo; 18 y hecha la Jabin, rey de Cañan, que reinaba en
presentación, despidió a los que ha- Asor y tenía por jefe de su ejército
bían traído el presente. 19 Venía él de a Sisara, que residía en Jaroset Goím.
Ha Pesilim, cerca de Gálgala, y le 3
Clamaron los hijos de Israel a Yave,
dijo: «Tengo que decirte, ¡oh rey!, pues tenían aquéllos novecientos ca-
una cosa en secreto.» El dijo: «Salid»; rros de hierro, y desde hacía veinte
y se salieron todos los que estaban años oprimían duramente a los hijos
con él. 20 Estaba tomando el fresco de Israel. 4 Juzgaba en aquel tiempo
en el cenador alto, que era sólo para a Israel Débora, profetisa, mujer de
él, y le dijo: «Tengo que comuni- Lapidot. 5 Sentábase para juzgar
carte una palabra de parte de Dios, debajo de la palmera de Débora,
¡oh rey!» Eglón se levantó de su silla; entre Rama y Betel, en el monte
21
y entonces Aod, cogiendo con su de Efraím; y los hijos de Israel
mano izquierda el puñal que sobre iban a ella a pedir justicia. 6 Mandó
el muslo derecho llevaba, se lo clavó a llamar Débora a Barac, hijo de
en el vientre, 22 entrándole también ¡
Abinoem, de Cades, de, Neftalí, y le
el puño tras la hoja y cerrándose la i dijo: «¿No te ha mandado Yave, Dios
gordura en derredor de la hoja, pues de Israel: Ve a ocupar el monte
no sacó del vientre el puñal. 23 Salió Tabor y -lleva contigo diez mil hom-
Aod al pórtico, cerrando tras sí las bres, de los hijos de Neftalí y de los
puertas del cenador y echando el de Zabulón? 7 Yo te traeré allí, al
cerrojo. 21 Una vez que hubo salido, torrente de Cjson, a Sisara, jefe del
vinieron los servidores; y viendo que ejército de Jabín, y a sus carros y
las puertas del cenador tenían echado sus tropas, y los pondré en tus ma-
el cerrojo, se dijeron: «Seguramente nos.» 8 Díjola Barac: «Si vienes tú
está haciendo alguna necesidad en conmigo, iré; si no vienes tú, no iré.»
el cubículo de verano.»
25 Esperaron 9
Ella le contestó: «Iré, sí, iré con-
mucho tiempo, hasta darles vergüenza, tigo; pero ya no será gloria tuya la
y como las puertas del cenáculo alto expedición que vas a emprender,
no se abrían, cogieron la llave y porque a mano de una mujer entre-
abrieron, viendo que su amo yacía :

:
gará Yave a Sisara.» Levantóse Dé-
en tierra, muerto. 26 Mientras esta- bora y se fué con Barac a Cades.
ban ellos perplejos, huyó velozmente 10 Convocó Barac a Zabulón
y Nef-
Aod, pasó de Ha Pesilim y -se puso talí a Cades, y subió con diez mil
en salvo en Seirat. 27 En cuanto llegó, i hombres, subiendo también con él
hizo tocar las trompetas en el monte Débora.
de Efraím. Los hijos de Israel baja- 11 Jeber, quineo, se había separado
ron con él de la inontaña, y él se de los otros quíneos, hijos de Jobab,
puso al frente de ellos 28 y les dijo: suegro de Moisés, y había plantado
«Seguidme, que Yave ha entregado sus tiendas en el encinar de Sesira,
en vuestras manos a vuestros ene- cerca de Cades.
migos, los moabilas. » Bajaron tras él 12
Hicieron saber a Sisara que Barac,
se apoderaron de los vados del hijo de Abinoem, subía al monte
ordán, frente a Moab, sin dejar Tabor; 13 y Sisara reunió todos sus
pasar a nadie. 29 Derrotaron entonces carros, novecientos carros de hierro,
a Moab. De unos diez mil hombres, y todo el ejército de que disponía,
246 JUECES, 5

y salió de Jereset Goim al torrente 4


Cuando tú, |oh Yavel, sallas de
de Cison. 14 Dijo entonces Débora Seir,
a Barac: «Anda, que hoy es el día Cuando subías desde los campos
en que Yave entrega a Sisara en de Edom,
tus manos. ¿No va él delante de ti?» Tembló ante ti la tierra,
18 Bajó Barac del monte Tabor con los Destilaron los cielos,
diez mil hombres que llevaba, y puso Y
las nubes se deshicieron en agua.
Yave en fuga a Sisara, a todos sus 5
Derritiéronse los montes a la
carros y lodo su ejército, a filo
a presencia de Yave,
de espada ante Barac. Sisara se bajó Este, el Sinaí, a la presencia de
de su carro y huyó a pie. 16 Barac
' Yave, Dios de Israel.
persiguió con su infantería a los 6
En los días de Samgar, hijo de
carros y al ejército hasta Joresct Anat, en los dias de Jael,
Goím, y todo el ejército de Sisara Estaban desiertos los caminos;
cayó a filo de espada, sin que quedara Los que antes andaban por caminos
ni un solo hombre. 17 Sisara huyó a tr. liados,
pie a la tienda de Jael, la mujer de Ibanse por senderos desviados;
7
Jeber, el quineo, pues había paz Desiertos estaban los lugares
entre Jabin, rey de Jasor, y la casa indefensos,
de Jeber, quineo. 18 Salió Jael al Desiertos en Israel,
encuentro de Sisara, y le dijo: «Entra, Hasta que me levanté yo,
señor mío, entra en mi casa y no Hasta que me levanté yo, madre en
temas.» Entró él en la tienda, y ella Israel.
8
le tapó con una alfombra. Díjola él: Elegidos dioses nuevos, estaba a
«Dame, por favor, un poco de agua, las puertas la guerra;
que tengo sed.» Y sacando ella el Y no se veía ni un escudo ni una
odre de la leche, le dió de beber y lanza.
volvió a cubrirle. 20 Díjola él: «Estáte Entre los cuarenta mil de Israel.
a la puerta de la tienda, y si viene • Se va mi corazón tras los príncipes

alguno preguntando si hay aquí algún de Israel.


hombre, dile que no.» 21 Cogió Jael, Los que del pueblo os ofrecisteis
mujer de Jeber, un clavo de los de ! al peligro,
fijar la tienda; y tomando en su Bendecid a Yave.
10
mano un martillo, se acercó a él Los que montáis blancas asnas,
calladamente y le clavó en la sien Los que os sentáis sobre tapices.
el clavo, que penetró en la tierra; Los que ya vais por los caminos,
y profundamente dormido, des-
él, cantad.
falleció y murió. 22 Llegó entonces El que fué lugar de rapiña,
Barac, que iba persiguiendo a Sisara. Es ya lugar de regocijo.
11 Cantad en él las justicias de Yave,
Jael salió a su encuentro y le dijo:
«Ven, que te enseñe al hombre a Las justicias que ha hecho Yave,
quien vienes buscando.» Entró y A los lugares indefensos de Israel.
halló a Sisara en tierra, muerto, cla- Entonces pudo ya el pueblo de
vado el clavo en la sien. 23 Aquel día Yave bajar a sus puertas.
12
humilló Yave a Jabín, rey de Canán, Despierta, despierta, Débora,
ante los hijos de Israel, 24 y la mano Despierta, despierta, entona un
de los hijos de Israel pesó cada vez canto.
más sobre Jabín, rey de Canán, Levántate, Barac,
hasta que le destruyeron. Apresa a los que te aprisionaban,
hijo de Abinoem.
13 Entonces vencieron los pequeños

Cántico triunfal do Débora. a los grandes;


Prevaleció el pueblo de Yave contra
£ 1 Aquel día cantaron Débora y los fuertes.
14 Los de Efraim exterminaron
Barac, hijo de Abinoem, este los
canto: en el valle.
2 «Los príncipes de Israel al frente, Detrás de ti (Débora) iba Benjamín
Ofrecióse el pueblo al peligro. con tu ejército.
Bendecid a Yave. De Maquir bajaron los jefes, de
8
Oid, reyes, dadme oído, príncipes. Zabulón los capitanes;
16 Los príncipes de Isacar están
Yo, yo cantaré a Yave.
Yo cantaré a Yave, Dios de Israel. con Débora.
JUECES, 6 •247

Isacar y Barac se precipitaron Por entre las celosías y grita:


con los infantes en el valle. ¿Por qué tardan en venir sus carros?
En Rubén hay división, ¿Por qué tardan en oírse los pasos
Hay en el corazón grandes pro- de sus cuadrigas?
29
pósitos. Las más avisadas de sus mujeres
6 ¿Por qué te quedaste en tus le contestan,
apriscos, Y ella se repite las mismas palabras:
30
Seguramente están repartién-
Oyendo las flautas de tus pastores?
En Rubén hay división, dose los despojos,
Hay en su corazón grandes pro- Una joven, dos jóvenes para cada
pósitos. uno, presa:
17
Gad descansaba al otro lado del Un vestido de varios colores para
Jordán. Sisara, presa;
Y Dan; ¿por qué se quedó junto Un vestido, dos vestidos de colores
a sus naves? para mis hombros.
31
Aser, a orillas del mar, descansaba Perezcan así todos tus enemigos,
en sus puertos; ¡oh Yave!
18 Pero Zabullón es un pueblo que Y sean, los que te aman, como el sol
ofrece su vida a la muerte. cuando nace con toda su fuerza.
Lo mismo es también Neftalí, desde La tierra estuvo en paz durante
lo alto de sus campos. cuarenta años.
19
Vinieron los reyes, combatieron;
Lucharon entonces los reyes de
Canán, Gcdcón.
En Tanac, junto a las aguas de
Mageddo. f Los hijos de Israel hicieron mal
1

No cogieron plata por botín. ^ a los ojos de Yave, y Yave los


20 Desde los cielos combatieron las entregó en manos de Madián, durante
estrellas; siete años. 2 La mano de Madián
Desde sus órbitas combatieron las pesó fuertemente sobre Israel. Por
estrellas, m¡edo a Madián se hicieron los hijos
Contra Sisara. de Israel los antros que hay en los
21
El torrente de Cisón los arrastró, montes, las cavernas y las alturas
El viejo torrente de Cisón. fortificadas. 3 Cuando Israel había
Pisa firme, alma míal sembrado, subía Madián con Amalee
22 Entonces resonaron los cascos de y con los Bene Quedem y marchaban
los caballos, contra ellos; 4 acampaban en medio
En la velozhuida de los guerreros. de Israel y devastaban los campos
Maldecid a Meroz, dijo el ángel hasta cerca de Gaza, no dejando
de Yave, subsistencia alguna en Israel, ni ove-
23
Maldecid, maldecid a sus habi- jas, ni bueyes, ni asnos, 6 pues subían
tantes, con sus ganados y sus tiendas, como
Porque no cooperaron a la vic- una nube de langostas. Ellos y sus
toria de Yave, camellos eran innumerables, y venían
A la ayuda de Yave a sus valientes. a la tierra para devastarla. 6 Israel
24 Bendita entre las mujeres Jael, vino a ser muy débil, a causa de
Mujer de Jaber, el quineo; Madián, y los hijos de Israel clamaron
Bendita entre las mujeres de su a Yave. 7 Cuando los hijos de Israel
tienda. clamaron a Yave contra Madián,
25 La pidió agua, y 8
ella le dió leche; Yave les envió un profeta, que les
En el vaso de honor le sirvió leche; dijo: «Así habla Yave, Dios de Israel:
26
Cogió el clavo con la izquierda, Yo os hice subir de Egipto y os saqué
Con la derecha el pesado martillo, de la servidumbre. 9 Yo os libré de
Y golpeó a Sisara, la mano de los egipcios y de la mano
Rompióle la cabeza, de todos vuestros opresores; yo los
Le atravesó la sien. arrojé ante vosotros, y os di su tierra.
27 El 10
se retorció, cayó, yació, Entonces os dije: (Yo soy Yave,
A sus pies se retorció, vuestro Dios; no temáis a los dioses
Cayó donde se retorció, de los amorreos, en cuya tierra habi-
Allí mismo quedó exánime. táis. Pero vosotros no habéis escu-
28 Mira por la ventana la madre chado mi voz.» 11 Vino el ángel de
de Sisara, "Yave y se sentó bajo el terebinto de
248 JUECES, 6

Ofra, que era propiedad de Joas, el toro segundo, lo ofreces en holo-


abiaserita, cuando Gedeón, su hijo, causto sobre la leña que cortarás.
estaba batiendo el trigo en 27 Tomó, pues, Gedeón diez hombres
el lagar
para esconderlo de Madián. 12 de entre sus criados, e hizo como le
Apa-
reciósele el ángel de Yave y le dijo: había mandado Yave; pero como no
«Yave contigo, valiente héroe.» 13 Ge- se atreviese a hacerlo de día, por
deón le dijo: «Por favor, mi señor, si temor de la casa de su padre y de
Yave está con nosotros, ¿por qué las gentes de la ciudad, lo hizo de
nos sucede todo esto? Dónde están noche. 28 Cuando, al levantarse a la
todos los prodigios que nos contaron mañana siguiente, las gentes de la
nuestros padres, diciendo: Yave nos ciudad vieron que el altar de Baal
hizo subir de Egipto? Y ahora Yave había sido destruido, cortado el ase-
nos ha abandonado, y nos ha puesto ra que había cerca, y el toro se-
en las manos de Madián.» 14 Yave se gundo ofrecido en holocausto sobre
29
volvió a él y le dijo: «Ve., y con esa el altar construido, se preguntaban
fuerza que tú tienes, libra a Israel unos a otros: «¿Quién ha hecho esto?»
de las manos de Madián; ¿no soy Inquirieron, buscaron, y alguien dijo:
yo quien te envía?» 15 Gedeón le dijo: «Gedeón, el hijo de Joás, ha hecho
«De gracia, Señor, ¿con qué voy a esto.» Entonces dijeron a Joás las
libertar yo a Israel? Mi familia es gentes de la ciudad: 30 «Saca a tu
la más débil de las de Manasés, y hijo para que muera, pues ha derri-
yo soy el más pequeño de la casa de bado el altar de Baal y ha cortado
mi padre.» 16 Yave le dijo: «Yo el asera que estaba cerca. » 31 Joás
estaré contigo y derrotarás a Madián, respondió a todos los que estaban
como si fuera un solo hombre.» contra él: «¿Os toca a vosotros defen-
17 Gedeón le dijo: «Si he hallado der a Baal? ¿Sois vosotros los que
gracia a tus ojos, dame una señal le habéis de salvar a él? Quien tome
de que eres tú quien me habla, 18 y partido por Baal, será muerto hoy
no te vayas de aquí hasta que vuelva mismo. Si Baal es dios, que se de-
yo con una ofrenda y te la presente." fienda a sí mismo, ya que le han derri-
Yave le dijo: «Aquí me estaré hasta bado su altar.» 82 Aquel día dieron
que tú vuelvas.» 19 Entróse Gedeón y a Gedeón el nombre de Jerobaal,
preparó un cabrito, y con un eja diciendo: «Que sea Baal quien se
de harina hizo panes ácimos; y po- vengue de él, pues que ha derribado
niendo la carne en un cestillo y el su altar.»
caldo en una olla, los llevó debajo 33 Todo Madián, Amalee y los
del terebinto y se los presentó. 20 El Bcnequcdcin, se juntaron, y pasando
ángel de Dios le dijo: «Coge la carne el Jordán, vinieron a acampar en
y los ácimos, ponlos encima de aquella el valle de Jezrael. 34 El espíritu
piedra y vierte sobre ellos el caldo.» de Yave revistió a Gedeón, que tocó
Hízolo asi Gedeón; y el ángel de Yave, la trompeta, y los abiescritas le
21
alzando el báculo que en la mano siguieron. 35 Envió mensajeros a todo
tenia, tocó con la punta la carne y Manasés, que se reunió también para
los panes. Surgió en seguida fuego seguirle. Mandólos también a Aser,
de la piedra, que consumió la carne y a Zabulón y a Neftalí, que subieron
los panes, y el ángel de Yave des- a su encuentro.
apareció de su vista. 22 Viendo Ge- 36 Dijo Gedeón a Dios: «Si en ver-

deón que era el ángel de Yave, dijo: dad quieres salvar a Israel por mi
«|Ay, Señor, Yavel ¿Entonces he mano, como me has dicho, 37 voy a
visto cara a cara al ángel de Yave?» poner un vellón de lana al sereno;
23 Díjole sólo el vellón se cubre de rocío,
Yave: «La paz sea contigo, si
no temas, no morirás. » 24 Gedeón quedando todo el suelo seco, conoceré
alzó allí un altar, y le llamó Yave que libertarás a Israel por mi mano,
Salom, que todav'a existe en Ofra como me lo has dicho.» Así sucedió.
de Abiezer. 25 Aquella misma noche 38 A la mañana siguiente levantóse
le dijo Yave a Gedeón: «Coge el muy temprano, y exprimiendo el
toro de tu padre, el segundo toro, vellón, sacó de rocío, una cazuela
él el
39
de siete años; derriba el altar de Baal llena de agua. Gedeón dijo a Dios:
que tiene tu padre, y corla el ase- «Qué no se encienda tu cólera contra
ra que hay cerca, 26 y construye mi, si hablo todavía otra vez; qui-
con la leña un altar a Yave, tu Dios, siera hacer otra prueba con el vellón;
en lo alto de este fuerte; y tomando que sea el vellón el que se quede seco,
JUECES, 7 249

y caiga el roclo sobre todo el suelo.» dero, hasta el extremo del campa-
40 Así lo hizo Dios aquella noche: mento, donde estaban los hombres
sólo el vellón quedó seco, y todo el de armas. 12 Madián, Amelec y los
suelo estaba cubierto de rocío. Bcne Qucdem se habían extendido
por el valle, numerosos como lan-
gostas, y sus camellos eran innume-
rables, como las arenas del mar.
Victoria contra los mndianitas. 13 Cuando llegó Gedeón, estaba un
hombre contando a su compañero
1
A la mañana siguiente, Jerobaal, un sueño, diciéndole: «He tenido un
' que es Gedeón, fué a acampar sueño. Rodaba por el campamento
con toda la gente que estaba con él, de Madián un pan de cebada, que
por encima de la fuente de Jarod. llegó hasta una tienda y chocó contra
El campamento de Madián estaba ella, la. derribó y la hizo rodar por
debajo del de Gedeón, al norte de tierra, y la tienda quedó por tierra.»
las colinas de More, en el valle. 14 El compañero le dijo: «Eso no es
2 Y
dijo Ya ve a Gedeón: «Es dema- sino la espada de Gedeón, hijo de
siada la gente que tienes contigo, Joás, de Jezrael. Dios ha puesto en
para que yo entregue en sus manos a sus manos a Madián y a todo el
Madián y se glorie Israel contra mí, campamento.» 15 Como Gedeón oyó
diciendo: Ha sido mi mano la que el sueño y la explicación, se pros-
me ha librado. 3 Haz llegar esto a ternó; y volviéndose al campamento
oídos de la gente: el que tema y de Israel, les dijo: «A riba, que Yave
tenga miedo, que se vuelva y se ha entregado en nuestras manos el
retire.» Veintidós mil hombres se campamento de Madián.» 17 Dividió
volvieron, y quedaron sólo diez mil. en tres escuadras los trescientos hom-
4
Yave dijo a Gedeón: «Todavía es bres, y les entregó a todos trom-
demasiada la gente. Hazlos bajar al petas, cántaros vacíos, y en los cán-
agua y allí te los seleccionaré; y taros, teas encendidas, 18 diciéndoles:
aquel de quien yo te diga: Ese irá «Miradme a mí y haced como me veáis
contigo, vaya; y todos aquellos de hacer. En cuanto llegue yo a los
quienes te diga: Esos no irán con- límites del campamento, hacéis lo que
tigo, que no vayan.» 6 Hizo bajar al yo haga. Cuando toque yo la trom-
agua Gedeón a la gente, y dijo Yave peta y la toquen los que van con-
a Gedeón: «Todos los que en su mano migo, la tocaréis también vosotros
laman el agua con la lengua, como la en derredor de todo el campamento,
lamen los perros, ponlos aparte de los y gritaréis: «[Por Yave y por Ge-
que para beber doblen su rodilla.» deón! »
6 Trescientos fueron 19
los que al beber Gedeón y el centenar de hombres
lamieron el agua en su mano, lleván- que le acompañaban llegaron a los
dola a la boca; todos los demás searro- límites del campamento al comienzo
dil'aron para beber. 7 Y dijo Yave a de la segunda vigilia, en cuanto aca-
Gedeón: «Con esos trescientos hom- baban de relevarse los centinelas, y
bres que han lamido el agua, os tocaron las trompetas y rompieron
libertaré y entregaré a Madián en los cántaros que llevaban en la mano.
tus manos. Todos los demás, que 20 Los tres cuerpos tocaron las trom-
se vayan cada uno a su casa.» 8 Se petas, rompieron los cántaros; y co-
proveyeron de víveres y cogieron giendo las teas con la mano izquierda
'

las trompetas, y a todos los otros y las trompetas con la derecha para
israelitas los mandó a cada uno a tocarlas, gritaban: «¡Espada por Yave
su tienda, quedándose con los tres- y por Gedeónl» 21 Quedáronse cada
cientos hombres. El campamento uno en su puesto en derredor del
de Madián estaba abajo, en el campamento, y todo el campamento
valle. se puso a correr, a gritar y a huir.
9
Aquella noche le dijo Yave: 22 Mientras los trescientos hombres
«Levántate y baja al campamento, tocaban las trompetas, hizo Yave
porque te los entrego en tus manos. que volviesen todos su espada los
10 Y si temes atacar,
baja con Fara, unos contra los otros en todo el
tu escudero, al campamento, 11 y campamento, y huyó el campamento
escucha lo que dicen, y se fortale- hasta Bet Seta, hacia Sederata, hasta
cerán tus manos y atacarás el cam- los límites del Abel Mejula, junto a
pamento." Bajó con Fara, su escu- Tabat. 23 Reuniéronse los hombres
250 JUECES, 8

de Israel, de Neftalí, de Aser y de que se creía a seguro. 11 Zebe y


todo Manasés, y persiguieron a los Salmana huyeron. El los persiguió
de Madián. 84 Gedeón mandó mensa- y se apoderó de los dos reyes de
jeros por todo el monte de Efraim, Madián, Zebe y Salmana, y derrotó
T
para decirles: «Bajad al encuentro a todo su ejército. 13 V olvióse Gedeón,
de Madián y tomad, antes que lle- hijo de Joás, de la batalla, por la
guen, los vados hasta Betbera y los subida de Jares; 14 y habiendo cogido
del Jordán. » Reuniéronse todos los a un joven de los "de Socot, le inte-
hombres de Efraim y tomaron los rrogó y éste le dió por escrito los
vados hasta Betbera y los del Jor- nombres de los jefes y ancianos de
dán. 25 Se apoderaron de dos prínci- Socot, setenta y siete hombres. 15 En-
pes de Madián, Oreb y Zebe, y die- tonces vino Gedeón a las gentes de
ron muerte a Oreb en la roca de Socot y dijo: «Ved aquí a Zebe y
Oreb, y a Zebe en el lugar de Zcbe. Salmana, con los que me zaheristeis
Persiguieron a Madián y llevaron a diciendo: ¿Acaso tienes ya en tu poder
Gedeón las cabezas de Oreb y Zebe, el puño de Zebe y Salmana, para que
del otro lado del Jordán. demos de comer a tus tropas fatiga-
das?» 18 Cogió, pues, a los ancianos
1
Dijéronle los hombres de Efraim: de la ciudad, y con espinas del de-
8 «¿Cómo has hecho con nosotros sierto y cardos castigó a los de Socot.
17 Arrasó la fortaleza
eso de no llamarnos cuando ibas a de Fanuel y
combatir contra Madián?», y se quere- mató a los hombres de la ciudad.
18 Dijo a Zcbe
llaron violentamente contra él.
2
El y Salmana: «¿Cómo
les dijo: «¿Qué es que he hecho
lo eran los hombres que matasteis en
yo, para lo vuestro? No ha sido mejor el Tabor?» Ellos respondieron: «Eran
el rebusco de Efraim que la vendi- como tú. Cada uno de ellos parecía
mia de Abiezer? 3 En vuestras manos un hijo de rey.» 19 El les dijo: «Eran
ha puesto Dios a los príncipes de hermanos míos, hijos de mi madre.
20 Vive Yave, que no os mataría si
Madián, Oreb y Zebe. ¿Qué he po-
dido yo hacer comparable a lo vues- no les hubierais dado muerte.» 21 Y
tro?» Calmóse su cólera contra él, dijo a Jeter, su primogénito: «Anda,
cuando así les habló. 4 Llegó Gedeón mátalos.» El joven no desenvainó la
al Jordán, lo pasó con los trescientos espada, por tener miedo, pues era
hombres que llevaba, cansados de todavía muy niño; y Zebe y Salmana
la persecución, 5 y dijo a las gentes dijeron: «Levántate y mátanos tú,
de Socot: «Dad, os ruego, unos panes pues como es el hombre, es la fuerza.»
a la gente que me sigue, que están Levantóse Gedeón y los mató, y cogió
cansados y van en persecución de las lunetas que llevaban al cuello
Zebe y Salmana, reyes de Madián.» sus camellos.
8 22 Las gentes
Respondiéronle los jefes de Socot: de Israel dijeron a
«¿Acaso tienes ya en tus manos el Gedeón: «Reina sobre nosotros, tú,
puño de Zcbe y Salmana, para que tu hijo y los hijos de tu hijo, pues
demos pan a tu tropa?» 7 Y Gedeón nos has libertado de las manos de
les dijo: «Si! Cuando Yave haya pues- Madián.» 23 Respondióles Gedeón:
to en mis manos a Zebe y Salmana, «No reinaré yo sobre vosotros, ni
yo desgarraré vuestras carnes con reinará tampoco mi hijo. Yave será
espinas del desierto y cardos.» vuestro rey», 24 y añadió: «Voy a
8
Desde allí subió a Fanuel, e hizo |
pediros una cosa. Dadme cada uno
a las gentes de Fanuel la misma pe- de su bolín los arillos de nariz que
tición, recibiendo la misma respuesta habéis cogido.» Los enemigos, como
de los hijos de Socot. 9 Y
dijo también ismaelitas, llevaban arillos de oro en
a las gentes de Fanuel: «Cuando vuel- la nariz. 28 Ellos respondieron: «Con
va vencedor, arrasaré esta fortaleza.» mucho gusto te los daremos»; y ex-
10 Zebe
y Salmana estaban en Carcor tendiendo un manto, fueron echando
con su ejército, unos quince mil en cada uno los arillos del botín.
él
hombres, los que habían quedado de 28 Y el peso de los arillos de oro
fué
todo el ejército de los Benc Quedem, que habla pedido Gedeón, de tres
pues habían perecido ciento veinte mil setecientos siclos de oro, sin
mil hombres de armas. 11 Gedeón contar las lunetas y los pendientes,
subió por el camino de los que moran ni los vestidos de púrpura que lle-
en tiendas, al oriente de Nobal y vaban los reyes de Madián, ni los
de Jegboa, y atacó el campamento, collares que al cuello llevaban sus
JUECES, 9 251

camellos. 27 Con este oro hizo Gedeón siclos de plata de la casa de Baal
un Efod (1) que puso en su ciudad, Berit, con los que asoldó a hombres
en Eira. Todo Israel iba a prostituirse vagos y pervertidos que le siguieron.
5
ante este Efod, que fué un lazo para Bajó con ellos a la casa de su padre,
Gedeón y para su casa. 28 Madián a Efra, y mató 'a sus hermanos, los
quedó humillado ante los hijos de hijos de Jerobaal, setenta hombres,
Israel y no volvió a levantar la ca- a todos sobre una misma piedra.
beza, quedando la tierra en paz du- Sólo se salvó Jotán, el hijo menor
rante cuarenta años, los días de de Jerobaal, que pudo esconderse.
6 Reuniéronse entonces todos los ha-
Gedeón.
29 Jcrobaal, hijo de Joás, se volvió bitantes de Siquem y todos los de
a su casa; 30 y tuvo Gedeón setenta Bet Meló, y viniendo, proclamaron
hijos, todos nacidos de él, pues fue- rey (1) a Abimelec, junto al tere-
ron muchas sus mujeres. 31 Una con- binto de Misab, que está en Siquem.
cubina (2) que tenía en Siquem le
parió también un hijo, al que puso
por nombre Abimelec. 32 Murió Ge- Apólogo de Jotán.
deón, hijo de Joás, en buena ancia-
nidad, y fué sepultado en la sepul-
7
tura de Joás, su padre, en Efra de Súpolo Jotán, y fué a ponerse
Abiezer. en la cresta del monte Garizim; y
33
Muerto Gedeón, los hijos de Israel alzando su voz, les dijo a gritos desde
se prostituyeron de nuevo ante los allí: «Oídme, habitantes de Siquem,
baales y tomaron por su dios a Baal así os oiga Dios a vosotros. 8 Pusié-
Berit, 34 y no se acordaron más de ronse en camino los árboles para
Yave, su Dios, que los había librado ungir un rey que reinase sobre ellos,
de los enemigos que los rodeaban. y dijeron al olivo: Reina sobre nos-
35 No se mostraron agradecidos a la otros. 9 Contestóles el olivo: ¿Voy yo
casa de Jerobaal, Gedeón, según el a renunciar a mi aceite, que es mi
mucho bien que éste había hecho por gloria ante Dios y ante los hombres,
Israel. para ir a mecerme sobre los árboles?
10 Dijeron, pues los árboles a la hi-

Abimelec. guera: Ven tú, y reina sobre nosotros.


11 Y les respondió la higuera: ¿Voy
1
Abimelec, hijo de Jerobaal, se a renunciar yo a mis dulces y ricos
9 fué a Siquem, y habló a los her- frutos, para ir a mecerme sobre los
manos de su madre y a toda la fa- árboles? 12 Dijeron, pues, los árboles
milia de la casa del padre de su a la vid: Ven tu, y reina sobre nos-
madre, diciéndoles: 2 «Hablad al oído otros: 13 Y les contestó la vid: ¿Voy
a todos los varones de Siquem: ¿Qué yo a renunciar a mi mosto, alegría
es mejor para vosotros: que os do- de Dios y de los hombres, para ir a
minen setenta hombres, todos hijos mecerme sobre los árboles? 14 Y
di-
de Jerobaal, o que os domine uno jeron todos los árboles a la zarza es-
solo? Acordaos de que yo soy hueso pinosa: Ven tú, y. reina sobre nos-
vuestro y carne vuestra.» 3 Habiendo otros. 15 Y dijo la zarza espinosa a
hablado de él los hermanos de su los árboles: Si en verdad queréis un-
madre a todos los habitantes de girme por rey vuestro, venid y poneos
la ciudad, conforme a aquellas pala- a mi sombra, y si no, que salga fuego
bras, se inclinó su corazón hacia Abi- de la zarza espinosa y devore a los
melec, pues se dijeron: «Este es her- cedros del Líbano.
mano nuestro»; 4 y le dieron setenta 16 Ahora bien, si al elegir rey a
Abimelec habéis obrado bien y justa-
mente; si os habéis portado con Je-
(i) Indudablemente el efod, en este caso,
robaal y su casa como ella merecía
no es la vestidura sacerdotal
bre. Es probabillsimamente
que
un
lleva este nom-
ídolo, en rela-
— 17 pues mi padre combatió por vos-

ción con los terafim, destinados a la adivina-


ción. Lo que era, no podemos determinarlo (i) El deseo de Israel de darse un rey,
exactamente. que obtiene satisfacción en tiempo de Samuel,
(a) Parece caso, todavía frecuente
ser el comienza ya a manifestarse después de la vic-
entre los nómadas del desierto de Moab, de toria de Gedeón 8. 32, con el ofrecimiento
una mujer que no habita en la casa del marido, que- hacen a éste de que se proclame rey, pero
sino que, por razones particulares, sigue habi- más todavía en la proclamación efectiva de
tando en su propia casa. Abimelec por les siquemitas.
2.52 JUECES, 9

otros, y exponiendo su vida, os libró las palabras de Gaal, hijo de Obed;


del poder de Madián
doos hoy contra la
;

18 levantán-

de mi padre
casa
y montando en cólera, 31 mandó
tamente mensajeros a Abimelec, para
secre-

y matando a sus hijos, setenta sobre decirle: «Mira que ha venido Gaal,
una misma piedra, 'y haciendo rey hijo de Obed, a Siquem con sus her-
de las gentes de Siquem a Abimelec, manos, y está sublevando la ciudad.
hijo de una esclava suya, porque es 32 Sal, pues,
de noche tú y la gente
hermano vuestro; 19 si habéis obrado que tienes contigo, y ponte en el
leal y justamente hoy con Jerobaal campo en emboscada. 33 Por la maña-
y su casa, que haga Abimelec vuestra na, al salir del sol levántate, y cae so-
felicidad y que hagáis vosotros la bre la ciudad; y cuando Gaal y los que
suya. 20 Pero si no, que salga de le siguen salgan contra ti, haz contra
Abimelec un fuego que devore a los ellos lo que puedas.» 34 Levantóse
habitantes de Siquem y de Bet Milo, Abimelec y toda la gente que con él
y salga de Siquem y de Bet Milo un tenía, de noche, y se pusieron en
fuego que devore a Abimelec.» emboscada cerca de Siquem, dividi-
dos en cuatro cuerpos. 36 Salió Gaal,
hijo de Obed, a la puerta de la ciu-
dad; y se alzó Abimelec y el cuerpo
Desastroso lin de Abimelec. que con él estaba de la emboscada.
36 Vió Gaal a la gente,
y dijo a Zebul:
21 Retiróse Jotán
y emprendió la «Mira cómo baja gente de las cumbres
huida, yéndose a Bera, donde habi- de los montes » Y le dijo Zebul:
tó, por miedo de Abimelec, su her- «Son las sombras de los montes, que
mano. se te hacen hombres.» 37 Volvió a
22 Tres años dominó Abimelec sobre mirar Gaal, y dijo: «Es gente que
Israel. 23 Mandó Dios un mal espí- baja de Tabor Arez, y otro cuerpo
ritu entre Abimelec y los habitantes que viene por el camino de Elon
de Siquem, e hicieron traición los Ncconenim. » 38 Díjole entonces Zebul:
habitantes de Siquem a Abimelec, «¿Dónde está ahora tu boca, con que
24 para que el asesinato de los setenta dijiste: Quién es Abimelec, para que
hijos de Jerobaal y la sangre de ellos le sirvamos? ¿No es ésa la gente para
cayese sobre Abimelec, su hermano, ti despreciable? Sal, pues, a ¿irle
39 Salió
que los había matado, y sobre los la batalla.» Gaal, y a la vista
habitantes de Siquem, que le habían de los habitantes de Siquem combatió
prestado ayuda, para matar a sus contra Abimelec, que le puso en fuga.
hermanos. 40 Gaal huyó de él,
y cayeron muchos
25 Pusieron los habitantes de Si- hasta la puerta de la ciudad. 41 Abi-
quem en lo alto de los montes ase- melec se quedó en Haruma, mientras
chanzas, que despojaban a cuantos que Zebul impidió a Gaal y los suyos
pasaban cerca de ellos por los cami- permanecer en la ciudad. 42 Al día
nos, y llegó esto a conocimiento de siguiente salió el pueblo al campo,
43 que cogiendo
Abimelec. y lo supo Abimelec,
26 Vino a Siquem Gaal, hijo de su gente, la había dividido en tres
Obed, con sus hermanos. Los de cuerpos, los había puesto en el campo
Siquem pusieron en él su confianza; en emboscada, y cuando vió que el
27
y salieron al campo, vendimiaron pueblo salía de la ciudad, se levantó,
sus viñas, pisaron e hicieron gran arremetió contra ellos, 44 y avan-
fiesta; y entrando en la casa de su zando Abimelec con el cuerpo que le
dios, comieron y bebieron, maldi- seguía, se puso a la puerta de la
ciendo a Abimelec. «¿Quién es Abi- ciudad, mientras que los otros dos
melec, y quién es Siquem 28 dijo cuerpos se extendían por el campo y

Gaal, hijo de Obed para que le sir-
vamos? ¿No sirvieron el hijo de Je-
destrozaban a cuantos en él había.
45 Abimelec combatió a la ciudad
robaal y Zebul, su gobernador, a los durante todo aquel día y se apoderó
hombres de Jemor, padre de Siquem? de ella, dando muerte a cuantos allí
¿Por qué, entonces, vamos a servirles había, la destruyó y la sembró de sal.
a ellos nosotros? 2 * [Quién me diera 46 Los que estaban en la fortaleza

este pueblo en mis manosl Yo expul- de Siquem se fueron a la torre de la


sarla a Abimelec. Le diría: Refuerza casa de El Berit. 47 Supo Abimelec
tu ejército y sal.» 80 Llegaron a oídos que se habían reunido todos los habi-
de Zebul, gobernador de la ciudad, tantes de la fortaleza de Siquem;
JUECES, 10, 11 25a

48 al monte Sclmón con toda


y subió .lefté.
la gente que llevaba; y tomando en
su mano un hacha, cortó una rama * Volvieron los hijos de Israel a
de un árbol y se la puso al hombro, hacer mal a los ojos de Ya ve, y sir-
mandando a su gente que hiciera vieron a los baales y Astartes, a los
prestamente lo que le veía hacer a 61. dioses de Sidón, a los de Moab, a
49 Cortó, pues, también toda la gente los de los hijos de Ammón, a los de
cada uno su rama; y siguiendo a Abi- los filisteos, y se apartaron de Yave,
7
melec, las pusieron contra la forta- no sirviéndole más. Encendióse la
leza, y prendiéndolas fuego, la in- irade Yave contra Israel y los en-
cendiaron, muriendo allí todos los tregó en manos de los filisteos y en
habitantes de la fortaleza de Siquem, manos de los hijos de Ammón, 8 que
unos mil entre hombres y mujeres. los oprimieron, y afligieron con gran
60 Fué luego Abimelec a Tebcs, que violencia a los hijos de Israel, durante
sitió y tomó. 61 Pero había en Tebes, i dieciocho años. 9 Los hijos de Ammón
en medio de la ciudad, una fuerte oprimieron a todos los hijos de Israel
torre, en la que se refugiaron todos que habitaban al otro lado del Jor-
los habitantes de la ciudad, hombres dán, en la tierra de los amorreos,
y mujeres, y cerrando tras sí, se su- en Galad, y hasta pasaron el Jordán
bieron a lo alto de la torre. 62 Abi- para combatir a Judá, & Benjamín
melec llegó a la torre, la atacó y se y la casa de Efraím, viéndose Israel
aproximó para pegar fuego a la muy apretado,
puerta; 53 y entonces una mujer le 10 Clamarona Yave los hijos de
lanzó contra la cabeza un pedazo Israel, diciendo: «Hemos pecado con-
de rueda de molino y le rompió el tra ti, porque hemos dejado a nues-
cráneo. 64 Llamó él en seguida a su tro Dios y hemos servido a los baales.»
11 Yave dijo
escudero y le dijo: «Saca tu espada a los hijos de Israel:
y mal ame, para que no pueda de- «¿No os liberté yo de los egipcios, de
cirse que me mató una mujer. » El los amorreos, de los hijos de Ammón,
joven le traspasó, y murió Abimelec. de los filisteos? 12 Y
cuando os opri-
55 Viendo los hijos de Israel que había mían de Sidón, Amalee y Madián,
los
muerto Abimelec, fuéronse cada uno y clamasteis a mí, ¿no os libré yo
a su casa. 66 Así hizo caer Dios sobre de sus manos? 13 Pero vosotros me
la cabeza de Ab>melec el mal que habéis dejado a mí para servir a
había hecho a su padre, asesinando dioses extraños. Por eso no os libraré
a sus setenta hermanos; 67 y sobre ya más. 14 Id e invocad a los dioses
las gentes de Siquem todo el mal que que os habéis dado; que os libren
habían hecho, cumpliéndose en ellos ellos al tiempo de vuestra angustia.»
la maldición de Jotán, hijo de Je- 15 Los hijos de Israel dijeron a Yave:
robaal. «Hemos pecado, castíganos como quie-
ras, pero líbranos ahora. » 16 Quitaron
Tola. de en medio de ellos los dioses extraños
y sirvieron a Yave, pero su alma no
1Después de Abimelec, surgió
1|j podía soportar la aflicción de Israel.
l "
para librara Israel Tola, hijo de 17 Reuniéronse
los hijos de Ammón
Fuá, hijo de Dodo, hombre de lsacar. y acamparon en Galad; y se reunie-
Habitó en Samir, en los montes de ron también los hijos de Israel, acam-
Efraím. 2 Juzgó a Israel durante pando en Masía. 18 El pueblo, los
veintitrés años y murió, siendo se- jefes de Israel, se dijeron unos a
pultado en Samir. otros: «¿Quién será el que comen-
zará a combatir a los hijos de Ammón?
Que sea él quien mande a todos los
Jair. habitantes de Galad.»

8 Después
de él surgió Jair, de 11
11
1 Era
Jefté, el galadita, un fuer-
Galad, que juzgó a Israel por veinti- te hijo de una me-
guerrero,
4
dós años. Tuvo treinta hijos, que retriz, y tuvo por padre a Galad.
montaban treinta asnos y eran due- 2
La mujer de Galad dió a éste otros
ños de treinta ciudades, llamadas hijos, que cuando fueron grandes
todavía Javot Jair, en la tierra de arrojaron de casa a Jefté, diciendo:
Galad. 6 Murió Jair y fué sepultado «No vas tú a heredar en la casa de
en Camón. nuestro padre, pues eres hijo de otra
254 JUECES, 11

mujer.» * Jcfté huyó de sus herma- en tierra de Moab, pues el Arnón


19
nos y habitó en tierra de Tob. Unié- era el límite de Moab. Israel envió
ronse con él gentes perdidas, que mensajeros a Seón, rey de los amo-
sallan con él. 4 Al cabo de días, hi- rreos, rey de Hesebón, para decirle:
cieron guerra los hijos de Ammán Te ruego que nos dejes pasar por tu
contra Israel; 6 y fueron entonces los tierra, hasta nuestro lugar. 20 Pero
ancianos de Galad a la tierra de Tob, Seón no se fió de Israel dejándole
en busca de Jefté, 6 y le dijeron: pasar por su tierra, y reuniendo a
«Ven, serás nuestro jefe en la guerra toda su gente, acampó en Jasa y
contra los hijos de Ammón.» 7 Res- luchó contra Israel. 21 Yave, Dios de
pondió Jefté a los ancianos de Galad, Israel, puso a Seón con todo su
diciéndoles: «¿No sois vosotros los pueblo en las manos de Israel, que
que me aborrecéis y me arrojasteis los derrotó y se apoderó de la tierra
de la casa de mi padre? ¿A qué venís de los amorreos, que habitaban en
a mí ahora, cuando os veis en aprie- aquella región. 22 Se apoderó de toda
to?» 8 Los ancianos de Galad res- la tierra de los amorreos, desde el
pondieron: «Por eso venimos a ti Arnón hasta Jaboc y desde el desierto
ahora, para que vengas a combatir hasta el Jordán. 23 Ahora, pues, que
con nosotros a los hijos de Ammón Yave, Dios de Israel, desposeyó a los
y sí/as nuestro jefe, el de todos los amorreos ante su pueblo, Israel, ¿pre-
habitantes de Galad.» 9 Contestóles tendes tú apoderarte de su tierra y
Jefté: «Si me lleváis con vosotros a seríamos despojados de cuanto Yave,
combatir contra los hijos de Ammón, nuestro Dios, nos dió en posesión?
en el caso de que Yavc me los entre- 24 ¿Eso que Gamos, tu Dios, te ha
gue, seré vuestro jefe.» 10 Dijéronle dado en posesión, no lo posees tú?
los ancianos de Galad: «Sea Yave ¿Y no vamos a poseer nosotros lo
testigo entre nosotros, si no hiciére- que Yave, nuestro Dios, nos ha dado
mos lo que dices.» 11 Partió Jefté en posesión? 25 ¿Querrás tú ser mejor
con los ancianos de Galad y le hicie- que Balac, hijo de Sefor, rey de
ron su jefe y caudillo, y repitió Jefté Moab? ¿Acaso ha disputado éste a
sus palabras en presencia de Yave, Israel su tierra? ¿Le ha hecho acaso
en Masía. la guerra? 26 Hace trescientos años
12
¡Mandó Jefté mensajeros al rey que habita Israel en Hesebón y en
de los hijos de Ammón, que le dije- Aroer y en las ciudades que de ellas
ran: «¿Qué hay entre tú y yo, para dependen, lo mismo que en todas las
que hayas venido contra mí a com- que están a orillas del Arnón. ¿Por
batir la tierra?" 13 El rey de los hijos qué no las habéis tomadlo durante
de Ammón respondió a los mensa- todo ese tiempo? 27 Yo no te he hecho
jeros de Jefté: «Cuando subió Israel mal alguno; pero tú obras mal con-
de Egipto, se apoderó de mi tierra, migo, haciéndome la guerra. Que
desde el Arnón hasta Jaboc y hasta Yave, el Juez, juzgue hoy entre los
el Jordán. Devuélvemela, pues, ahora hijos de Israel y los hijos de Ammón.»
pacíficamente.» 14 Jefté mandó nue- 28 El rey de los hijos de Ammón

vos mensajeros al rey de los hijos de desoyó lo que Jefté le mandó a decir.
Ammón, 15 que le dijeran: «He aquí 29
El espíritu de Yave fué sobre
lo que dice Jefté: Israel no se apo- Jeflé fl) y pasando por Galad y
deró de la tierra de Moab, ni de la Manasés, llegó hasta Masfa de Galad,
tierra de los hijos de Ammón. 16 Cuan- y de Masfa de Galad marchó contra
do Israel subió de Egipto, marchó los hijos de Ammón. 30 Jefté hizo
por el desierto hasta el Mar Rojo voto a Yave, diciendo: «Si pones en
y llegó a Cades.
17 Entonces envió mis manos a los hijos de Ammón,
31
Israel mensajeros al rey de Edom, el que a mi vuelta, cuando venga
para que le dijeran: Te ruego que me yo en paz de vencerlos, salga de las
dejes pasar por tu tierra; pero el puertas de mi casa a mi encuentro,
rey de Edom no se lo consintió; será de Yave y se lo ofreceré en ho-
también se los envió al rey de Moab, locausto.» 32 Avanzó Jefté contra los
que chuso; c Israel se quedó en Cades.
i hijos de Ammón y se los dió Yave
18 Después, marchando por el de- en sus manos, batiéndolos desde Aroer
sierto, rodeó la tierra de Edom y hasta según se va a Menit, veinte
la tierra de Moab, y llegó al oriente
de la tierra de Moab y acampó del (i) Esta frase no significa sino que Dios
lado de alia del Arnón, sin entrar le movió a realizar la hazaña referida.
JUECES, 12, 13 255

ciudades, y hasta Abel Queramim. hijos de Ammón, y Yave me los


Fué una gran derrota, y los hijos de entregó. ¿Por qué, pues, venís hoy
Ainmún quedaron humillados ante los a hacerme la guerra? > 4 Reunió Jefté
hijos de Israel. a todas las gentes de Calad y libró
batalla contra Efraim. 6 Los hombres
La hija de Jefté. de Calad derrotaron a los de Efraim,
que decían de ellos: «Vosotros, gala-
34
Al volver Jefté a Masía, salió ditas, soishuidos de Efraim; ni sois
a recibirle su hija con tímpanos y de Efraim, ni de Manasés. » Los gala-
danzas. Era su hija única, no tenía ditas se apoderaron de los vados del
más hijos ni hijas. 35 Al verla rasgó Jordán del lado de Efraim; y cuando
él sus vestiduras y d j<>: «|Ah, hija
;
llegaba alguno de los fugitivos de
mia, me has abatido del todo, y tú Efraim, diciendo: «Dejadme pasar»,
misma te has abatido al mismo le preguntaban: «¿Eres efraimita?»
tiempol He abierto mi boca a Yave Respondía: «No»; 6 entonces ellos le
y no puedo volverme atrás.» 36 Ella decían: «A ver, di: schibbolet», y el
le «Padre mío, si has abierto
dijo: decía sibbolet, pues no podían pro-
tu boca a Yave, haz conmigo lo que nunciar así. Los hombres de Galad
de tu boca salió, pues te ha vengado le cogían y le degollaban junto a los
Yave de tus enemigos, los hijos de vados del Jordán. Murieron entonces
Ammón.» 37 Y
añadió: «Hazme esta cuarenta y dos mil hombres de
gracia: Déjame que por dos meses Efraim.
7
vaya con mis compañeras por los Juzgó a Israel Jefté, galadita,
montes, llorando mi virginidad.» durante seis años, y murió, siendo
38 contestó se fué sepultado en una de las ciudades de
«Ve», le él, y ella
por los montes con sus compañeras, Galad.
y lloró por dos meses su virginidad.
39 Pasados los dos meses, volvió a su Abesán.
casa, y él cumplió en ella el voto que
había hecho (1). No había cono- 8 Después
de él fué juez en Israel
cido varón. 40 De ahí viene la cos- Abesán, de Belén. 9 Tuvo treinta
tumbre en Israel, de que al terminar hijos y treinta hijas. Casó a éstas
el año, se reúnan todos los años las con gente de fuera, y trajo de fuera
hijas de Israel para llorar a la hija mujeres para sus hijos. 10 Juzgó a
de Jefté, galadita, por cuatro días. Israel siete años, murió, y fué sepul-
tado en Belén. ,

Guerra civil entre círaimitas y


ijaladitas. Elón.

lO 1
Los hijos de Efraim se reunie- 11 Después de
él juzgó a Israel
ron, y pasando a Safón, dijeron Elón, de Zabulón, durante diez años;
12 murió
a Jefté: «¿Por qué fuiste a combatir Elón, de Zabulón, y fué se-
a los hijos de Ammón, sin habernos pultado en Ayalón, en tierra de
llamado a combatir contigo» Vamos Zabulón.
a pegar fuego a tu casa.» 2 Jefté les
respondió: «Estaba yo y estaba mi Abdón.
pueblo en gran contienda con los
hijos de Ammón. Entonces os llamé 13 Después
de él juzgó a Israel
yo, pero no me habéis librado vos- Abdón, hijo de Faratón. 14 Tuvo
otros de sus manos. 3 Viendo que no cuarenta hijos y treinta nietos, que
me librabais vosotros, puse mi vida montaban sobre setenta asnos. Juzgó
en mis manos, marché contra los a Israel durante ocho años, 15 murió,
y fué sepultado en Faratón, en el
(i) Son muchos los intérpretes que expli-
monte de Efraim, en tierra de Salim.
can este sacrificio como simbólico, no real.
Sin embargo, toda la descripción que del voto
y de su cumplimiento se hace parece convencer Sansón. Su nacimiento.
de que Jepté realmente sacrificó su hija a Yave.
De aquí no se deduce que el acto fuera legí-
timo; fué contra la ley. Ni parece esto de 13 1
Volvieron los hijos de Israel
el mal a los ojos de
a hacer
extrañar, dado el ambiente religioso-moral que
Israel respiraba y de que muchas veces se dejó Yave, y Yave los dió en manos de
inficionar. los filisteos durante cuarenta años.
256 JUECES, 14

2
Habla un hombre de Sara, de la 17 le dijo:«¿Cuál es tu nombre, para
familia de Dan, de nombre Manué. que te honremos cuando tu palabra
Su mujer era estéril y no le había se cumpla?» 18 El ángel de Yave le
dudo hijos. 3 El ángel de Yave se respondió: «¿Para qué me preguntas
apareció a la mujer y le dijo: «Eres mi nombre, que es admirable?» 19 Ma-
estéril y sin hijos, pero vas a con- nué tomó el cabrito y la oblación,
cebir y parirás un hijo. 4 Mira, pues, para ofrecerlo a Yave en holocausto
que no bebas vino ni licor alguno sobre la roca, y sucedió un prodigio
inebriante, ni comas nada inmundo, a la vista de Manué y su mujer.
6 20 Cuando subía la llama
pues vas a concebir y a parir un de sobre el
hijo, a cuya cabeza no ha de tocar altar hacia el cielo, el ángel de Yave
la navaja, porque será nazareo de se puso sobre la llama del altar. Al
Dios el niño, desde el vientre de su verlo Manué y su mujer, cayeron
madre, y será el que primero librará rostro a tierra 21 y ya no vieron más
a Israel de la mano de los filisteos.» al ángel de Yave. Entendió entonces
6 Fué la mujer y dijo a su marido: Manué que era el ángel de Yave, 22 y
«Ha venido a mf un hombre de Dios. dijo a su mujer: «Vamos a morir,
Tenía elaspecto de un ángel de Dios, porque hemos visto a Dios.» 23 La
muy temible.No le pregunté de dónde mujer le contestó- «Si Yave quisu-m
era y él no me di ó a conocer su nom hacernos morir, no habría recibido
bre, 7
pero me dijo: Vas a concebir de nuestras manos el holocausto y
y a parir un hijo. No bebas, pues, la oblación, ni nos hubiera hecho ver
vino ni otro licor inebriante, y no todo esto, ni oír hoy todas estas
comas nada inmundo, porque el niño cosas.
será nazareo de Dios, desde el vientre 24 Parió la mujer un hijo y le dió
de su madre hasta el día de su el nombre de Sansón ( \). Creció el
muerte.» 8 Entonces Manué oró a 25
niño, y Yave le bendijo, y comenzó
Yave, diciendo: «De gracia, Señor: a mostrarse en Yave,
él el espíritu de
que el hombre de Dios que enviaste en Majane Dan, entre Sara y Estaol.
venga otra vez a nosotros, para que
nos enseñe lo que hemos de hacer
con el niño que ha de nacer.» 9 Oyó Boda de Sansón con una filistea.
Dios la oración de Manué y volvió
el ángel de Dios a la mujer de Manué. \X Bajó Sansón a Tamna, y vi ó
1

cuando estaba ésta sentada en el una mujer de entre las


allí
campo y no estaba con ella su ma- hijas de los filisteos; 2 y cuando volvió
rido. 10 Corrió ella en seguida a anun- a subir, dijo a su padre y a su madre:
ciárselo a su marido, diciéndole: «El «He visto en Tamna una mujer de
hombre que vino a mí el otro día entre las hijas de los filisteos; id a
acaba de aparecérseme. • 11 Levan- tomármela por mujer.» 3 Dijéronle
tóse Manué, y siguiendo a su mujer su padre y su madre: «¿Acaso no
fué hacia el hombre y le dijo: «¿Eres hay mujeres entre las hijas de tus
tú el que has hablado a esta mujer?» hermanos y en mi pueblo, para que
El respondió: «Yo soy.» 12 Repuso vayas tú a tomar mujer de los filis-
Manué: «Cuando tu palabra se cum- teos, incircuncisos?» Repuso Sansón
pla, ¿qué hay que guardar y qué y dijo a su padre: «Tómame ésa,
habremos de hacerle? » 13 El ángel de pues me gusta.» 4 Su padre y su'
Yave dijo a Manué: «La mujer, que madre no sabían que aquello venía
se abstenga de cuanto le he dicho: de Yave, que buscaba una ocasión de
14 que no tome nada de cuanto pro- parte de los filisteos, que eran los
cede de la vid, no beba vino ni otro
licor inebrativo, y no coma nada in-
(1) Sansón es entre los jueces un caso
mundo: cuanto la mandé, ha de ob- enteramente singular. No es el héroe que acau-
servarlo.» 16 Manué dijo al ángel de dilla al pueblo y le lleva a la victoria. Es él
Yave: «Te ruego que permitas que solo quien realiza sus hazañas contra los filis-
te retengamos, mientras te traemos teos, que oprimían a los israelitas del mediodía.
preparado un cabrito.» 18 El ángel Su fuerza extraordinaria estaba ligada a su
de Yave dijo a Manué: «Aunque me consagración como nazareo, cuyo signo prin-
cipal es el no tocar la navaja a la cabeza del
retengas, no comerla tus manjares;
consagrado, y la conservación, por tanto, de
pero si quieres preparar un holocaus- su cabellera. Cuando perdió ésta perdió su
to, ofréceselo a Yave.» Manué, que fuerza. Y la causa de la pérdida fué eJ amor de
no sabia que era el ángel de Yave. las mujere-.
JUECES, 15 257

19
que entonces oprimían a Israel. 8 Bajó El les contestó:
Sansón a Tamna, cuando al llegar a «Si no hubierais arado con mi no-
los olivares de Tamna le salió al en- villa,
cuentro un joven león, rugiendo. Nohubierais descifrado mi enigma.»
6 Apoderóse de Sansón el espíritu de 20
Apoderóse de él el espíritu de
Yave; y sin tener nada a mano, des- Yave; y bajando a Ascalón, mató allí
trozó el león como se destroza un a treinta hombres, los despojó y dió
cabrito. No dijo nada a su padre ni las túnicas a los que habían desci-
a su madre de lo que había hecho. frado el enigma. Muy enfurecido, se
7
Bajó y habló a la mujer que le había subió a casa de sus padres. 21 La
gustado. 8 Tiempo después, bajando mujer de Sansón fué entregada a uuo
para desposarse con ella, se desvió de ios mozos que le habían servido de
para ver el cadáver del león, y vió compañeros.
que había un enjambre de abejas
con miel en la osamenta del león. 1 £ 1
Al cabo de días, al tiempo de
9 Cogióla en sus manos siega, fué Sansón a visitar
y siguió an- la
dando y comiendo; y cuando llegó a su mujer, llevando un cabrito, y
a su padre y a su madre, les dió de dijo: «Quiero entrar a mi mujer en
ella, sin decirles que la había cogido su cámara. » 2 Pero el padre le negó
de la osamenta del león, y ellos la la entrada, diciendo: «Yo creí que la
10 Bajó, pues, el padre de habías aborrecido enteramente, y se
comieron.
Sansón a casa de la mujer, y Sansón la he entregado a tu compañero. Su
dió allí un banquete, según la cos- hermana menor es más hermosa to-
tumbre de los mozos. 11 En cuanto davía que ella. Tómala por mujer
le vieron, invitaron a treinta mozos en lugar suyo.» 3 Sansón le dijo:
para acompañarle. 12 Sansón les dijo: «Ahora, ya sin culpa de mi parte
«Quisiera que me permitierais pro- contra los filisteos, podré hacerles
poneros un enigma. Si dentro de los daño.
siete días del convite me lo desci-
fráis acertadamente, yo tendré que Hazañas de Sansón.
daros treinta camisas y treinta túni-
cas; 13 pero si no podéis descifrármelo, 4 fué, y cogiendo trescientas
Se
seréis vosotros los que habréis de zorras teas, ató a las zorras dos
y
darme a mí treinta camisas y treinta a dos, cola con cola, y puso entre
túnicas.» Ellos le dijeron: «Propon ambas colas una tea. 5 Encendió luego
tu enigma, que lo oigamos.» 14 El las teas, y soltó a las zorras en las
les dijo: «Del que come salió lo que mieses de los filisteos, abrasando los
se come, y del fuerte la dulzura.» montones de gavillas, los trigos toda--
Tres días pasaron, sin que pudieran vía en pie, y hasta los olivares. 6 Los
descifrar el enigma. 15 Llegó el día filisteos se preguntaban: «¿Quién ha
séptimo. A la mujer de Sansón le hecho esto?» Y
se les dijo: «Ha sido
habían dicho ellos: «Persuade a tu Sansón, yerno de Tamnat, porque
el
marido a que te dé la solución del éste le ha quitado su mujer y se la
enigma; si no, te quemaremos a ti ha dado a un compañero suyo.» Los
y la casa de tu padre. ¿Nos habéis filisteos subieron y la quemaron a
invitado para robarnos?» 16 Ella llo- ella 7
Sansón les dijo:
y a su padre.
raba y le decía: «Me aborreces, has «¿Eso habéis hecho? Pues yo no pa-
propuesto un enigma a los hijos de raré hasta vengarme de vosotros.
mi pueblo y no quieres explicármelo 8
Y los tundió ancas y muslos, ha-
a mí. » El la respondió: «No se lo he ciendo en ellos gran destrozo, y se
explicado ni a mi padre ni a mi bajó luego a la caverna del roquedo
madre, ¿y voy a explicártelo a ti?» de Etam. 9 Subieron entonces los
17 Así le había estado llorando du- filisteos y acamparon en Judá, ex-
rante los siete días del convite; pero tendiéndose por Leji. 10 Los de Judá
el séptimo día, tanto le importunó, les preguntaron: «¿Por qué habéis
que él le dió la explicación, y ella se subido contra nosotros?» Ellos res-
la comunicó a los hijos de su pueblo. pondieron: «Hemos venido a atar a
18 Los de la ciudad dijeron a Sansón Sansón, para tratarle como él nos
el día séptimo, antes de la puesta ha tratado a nosotros.» 11 Bajaron,
del sol: pues, tres mil hombres de Judá a
«¿Qué más dulce que la miel? la caverna del roquedo de Etam, y
¿Qué más fuerte que el león?» dijeron a Sansón: «¿No sabes que los
17
JUECES, 16

8 Los
filisteos nos dominan? ¿Por qué nos príncipes de los filisteos subie-
has hecho eso?» El les respondió: ron a ella y la dijeron: «Sedúcele,
«He hecho con ellos como ellos han para saber en- qué está su gran
hecho conmigo.» 12 Ellos repusieron: fuerza y cómo podríamos apoderar-
«Hemos bajado para atarte y entre- nos de él, para atarle y castigarle.
garle atado en manos de los filisteos.» Si lo haces, te daremos cada uno mil
Sansón respondió: «Jurad que no cien siclos de plata.» Dijo, pues,
6
vais a matarme.» 13 Ellos le dijeron Dalila a Sansón: «Dime, te ruego,
«Xo, solamente a atarte, para entre- en qué está tu gran fuerza, y con qué
garte a los filisteos, pero no te ma- habrías de ser atado para sujetarte.»
taremos.» Y
atándole con dos cuer- 7
Sansón respondió: «Si me atasen
das nuevas, le hicieron subir del ro- con siete cuerdas húmedas, que no
quedo. 14 Llegados a Leji, los filis- se hubieran secado todavía, me que-
teos les salieron al encuentro, lan- daría sin fuerzas y sería como otro
zando gritos de júbilo. Apoderóse en- hombre cualquiera.» 8
Subiéronle los
tonces de él el espíritu de Yave, y príncipes de los filisteos las siete cuer-
las cuerdas que a los brazos tenía das húmedas, sin secar todavía, y
fueron como hilos de lino quemados ella le ató con ellas. 9 Como tenía
por el fuego; las ligaduras cayeron en su cuarto gentes en acecho, le
de sus manos, 15 y viendo cerca una gritó: «¡Sansón, los filisteos sobre tí!»
quijada de asno fresca, la cogió y El rompió las cuerdas como se rompe
derrotó con ella a mil hombres. un cordón de estopa cuando se le
16 Dijo Sansón: pega fuego, y quedó desconocido el
«Con una quijada de asno los he secreto de su fuerza.
10 Dalila
puesto rojos del todo; dijo a Sansón: «Te has
Con una quijada de asno he derro- burlado de mi y me has engañado.
tado a mil hombres». 17 Y
dicho esto, Dime, pues, ahora con qué hay que
tiró la quijada y llamó a aquel lugar atarte.» 11 El le dijo: «Si me atan
Ramat Leji. 18 Devorado por la sed, con cuerdas nuevas que no hayan sido
clamó a Yave, diciendo: «Eres tú el empleadas para ningún otro uso, me
que por la mano de tu siervo has quedaré sin fuerzas y seré como otro
hecho esta gran liberación; ¿voy a hombre cualquiera.» 12
Dalila cogió
caer ahora, muerto de sed, en la cuerdas nuevas y ató con ellas.
le
mano de los incircuncisos?» 19 Y abrió Después le gritó: «¡Sansón, los filis-
Yave el mortero que hay en Leji, teos sobre til», pues tenía en el cuarto
y brotó de él agua. Bebió, se recobró gentes en acecho. El rompió como un
y vivió, y la llamó por eso la fuente hilo las cuerdas que tenía en los bra-
de En Hacore, que es la que hay to- zos. 13 Dalila dijo a Sansón: «Hasta
davía en Leji. 20 Sansón juzgó a ahora te has burlado de mi y no me
Israel en tiempo de los filisteos, du- has dicho más que mentiras. Dime
rante veinte años. de una vez con qué hay que atarte.»
El le dijo: «Si entretejes con un lizo
1s 1 Fué Sansón a Gaza, donde las siete trenzas de mi cabeza y las
O había una meretriz, a la cual fijas con una clavija de tejedor, me
entró. 2 Se les dijo a las gentes de quedaré sin fuerzas y seré como otro
Gaza: «Ha venido aquí Sansón.» Y le hombre cualquiera.» 14 Entretejió Da-
cercaron, y estuvieron toda la noche lila con un lizo las siete trenzas, las
en acecho cerca de la puerta de la fijó con la clavija de tejedor y le
ciudad. Se estuvieron tranquilos du- gritó: «¡Sansón, los filisteos sobre til»
rante la noche, diciéndose: «Al alba Y despertando de su sueño, arrancó
3
le mataremos. » Sansón estuvo acos- la clavija y el tretejido.
tado hasta medianoche. A media- 15 Ella «¿Cómo puedes decir
le dijo:
noche se levantó, y cogiendo las dos que me quieres, cuando tu corazón
hojas de la puerta de la ciudad con no está conmigo? Por tres veces te
las jambas y el cerrojo, se las echó has burlado de mí y no me has des-
al hombro y las llevó a la cima del cubierto en qué está tu gran fuerza.»
16 Y
monte que mira hacia Hebrón. le importunaba incesantemente,
siempre insistiendo en su demanda,
hasta llegar a producirle un tedio de
Dalila.
muerte. 17 Y
le abrió de par en pnr
4 Después amó a una mujer del su corazón, diciendo: «Nunca ha to-
valle de Sorec, de nombre Dalila. cado la navaja mi cabeza, pues soy
JUECES, 17

nazareo de Dios, desde el vientre de I mí, devuélveme la fuerza sólo por esta
mi madre. Si me rapasen, perdería |
vez, para que ahora me vengue de
mi fuerza, me quedaría débil, y sería los filisteos por mis dos ojos.» 29 San-
como todos los otros hombres.» 18 Da- ! són se agarró a las dos columnas cen-
lila vio que en verdad le había abierto I trales, que sostenían la casa; y ha-
de par en par su corazón: y mandó ciendo fuerza sobre ellas, sobre la
a llamar a los príncipes de los filis- una con la mano derecha, sobre la
teos, diciéndoles: «Subid, que esta !
otra con la mano izquierda, 30 dijo:
vez ya me ha abierto de par en par j
«|Muera yo con los filisteos!» Tan
su corazón.» Subieron, llevando el I
fuertemente sacudió las columnas,
dinero en sus manos. 19 Le durmió ¡ que la casa se hundió sobre los prín-
ella sobre sus rodillas, y llamando |
cipes de los filisteos y sobre todo el
al hombre, hizo que rapara las siete pueblo que allí estaba, siendo los
trenzas de la cabellera de Sansón y muertos que hizo al morir más que
comenzó a mortificarle. Había per- los que había hecho en vida. 31 Sus
20 hermanos y toda la casa de su padre
dido su fuerza, y ella le dijo en-
tonces: «¡Sansón, los filisteos sobre bajaron y se lo llevaron, y le sepul-
ti!» El se despertó, diciendo: «Saldré taron entre Sata y Estaol, en la se-
como tantas otras veces y me sacu- pultura de Manué, su padre. Juzgó
diré», pues no sabía que Yave se a Israel durante veinte años.
había apartado de él.
Culto sacrilego.
Prisión de Sansón.

21
\^ Había un hombre de los mon-
1

Cogiéronle los filisteos, le saca- tes de Efraím, Mica de nombre.


2 Dijo
ron los ojos, y llevándole a Gaza, le éste a su madre: «Los mil cien
encadenaron con doble cadena de siclos de plata que habías puesto
bronce, y en la cárcel le pusieron a aparte, por los que te lamentabas a
hacer dar vueltas a la muela. 22 Entre- veces, aun oyéndote yo, yo
los tengo,
3
tanto, volvieron a crecerle los pelos yo Dijole su madre:
te los quité.»
de la cabeza, después de haber sido «Bendito de Yave seas, hijo mío.»
rapada. 23 Los príncipes de los Devolvió, pues, los mil cien siclos
filisteos se congregaron para ofrecer de plata a su madre, que dijo: «Quiero
un gran sacrificio a Dagón, su dios; consagrar a Yave este dinero y que
y para regocijarse, decían: «Nuestro de mi mano pase a mi hijo, para que
dios ha puesto en nuestras manos a se haga una imagen tallada y chapea-
Sansón, nuestro enemigo.» 24 El pue- da. Ahí, pues, te lo entrego.»
blo, al verle, alababa a su dios, di- 4 Habiendo, pues, devuelto él a
ciendo: «Nuestro dios ha puesto en su madre el dinero, tomó su madre
nuestras manos a nuestro enemigo, doscientos siclos y se los dió a un
al que asolaba nuestra tierra, y mató orífice, y este hizo una imagen ta-
a tanta gente.» 23 Cuando su corazón llada y chapeada, que quedó en la
se alegró, dijeron: «Que traigan a casa de Mica; 5 y así un hombre
Sansón para que nos divierta.» 26 San- como Mica vino a tener una casa de
són fué sacado de la cárcel y tuvo que Dios. Hízose también un efod y unos
bailar ante ellos. Habíanle puesto terafim, y llenó la mano de uno de
entre las columnas, y Sansón dijo al sus hijos para que hiciera de sacer-
mozo que le hacía de lazarillo: «Dé- dote. 6 No había entonces rey en Is-
jame tocar las columnas que sostienen rael, y hacía cada uno lo que bien
la casa, para apoyarme.» le parecía.
Un joven de Belén de Judá, de
7

nombre Jonatán, levita, que habi-


Su última venganza. taba allí, 8 saliendo de la ciudad de
Belén de Judá, se puso a recorrer la
27
Estaba la casa llena de hombres tierra para buscar dónde vivir; y pa-
y mujeres. Allí estaban los príncipes sando por los montes de Efraím,
de los filisteos, y había entre todos llegó en su camino a la casa de Mica.
más de tres mil personas hombres ,
9
Preguntóle Mica: «¿De dónde vie-
y mujeres viendo bailar a Sansón. nes?», y el levita le contestó: «Soy
28 Entonces invocó Sansón a Yave, de Belén de Judá, y ando a ver si
diciendo: «jSeñor, Yave, acuérdate de encuentro dónde vivir. • 10 Dijole
2<Í0 JUECES, 18

Mica: «Quédate conmigo y me ser- todo.» 11 Salieron, pues, de Sara >


virás de padre y de sacerdote. Te de Estaol seiscientos hombres de las
daré diez siclos de plata al año, vesti- familias de Dan, armados en guerra;
12
dos y comida», e instó al levita. y subiendo, acamparon en Caratia-
11
Consintió éste en quedarse con Mica, rim, de Judá, por lo cual se llamó
para quien fué el joven como otro hasta hoy este lugar Majanc Dan, al
hijo. 12 Llenó, pues, Mica la mano occidente de Caratiarim. 13 Pasaron
del levita, y el joven hizo con él de de allí a los montes de Efraím y lle-
sacerdote, quedándose en casa de garon hasta la casa de Mica. 14 Los
Mica. 13 Dijo Mica: «Ahora sí que de cinco hombres que habían ido a ex-
cierto me favorecerá Yave, pues ten- plorar la tierra de Lais dijeron a sus
go por sacerdote a un levita.» hermanos: «¿Sabéis que en esta casa
hay un efod, terafim y una imagen
tallada y chapeada? Ved vosotros
Conquista de Lais. lo que se ha de hacer.» 15 Pasaron
adelante; y entrando en la casa del
1Q 1
No había por aquel entonces joven levita, la casa de Mica, le pre-
rey en Israel, y la tribu de Dan guntaron por su salud. 16 Los seis-
andaba buscando dónde establecerse, cientos hombres de los hijos de Dan,
pues no le había tocado hasta en- armados en guerra, se quedaron a la
tonces heredad en medio de las otras entrada de la puerta. 17 Subieron los
tribus de Israel. 2 Mandaron, pues, cinco exploradores y entraron para
los hijos de Dan de entre los suyos apoderarse del efod, de los terafim
a cinco exploradores, hombres fuer- y de la imagen chapeada, mientras
tes; los mandaron de Sara y de Es- estaba el sacerdote a la entrada de
taol, para que recorriesen la tierra la puerta con los seiscientos hombres
explorasen, diciéndoles: «Id a armados en guerra. 18 Después que,
y la
reconocer la tierra.» Llegaron los entrando en la casa de Mica, se apo-
cinco hombres por los montes de deraron del efod, de los terafim y de
Efraím, hasta la casa de Mica, y la imagen tallada y chapeada, les
pasaron allí la noche. 3 Estando cerca dijo el sacerdote: «¿Qué hacéis?»
19
de la casa de Mica, conocieron por Ellos le dijeron: «Cállate, ponte la
la voz al joven levita; y acercándose mano a la boca, vente con nosotros,
a él, le preguntaron: «¿Quién te ha y serás nuestro padre y nuestro sacer-
traído a ti aquí? ¿Que haces aquí, y dote. ¿Qué te es mejor, ser sacerdote
qué tienes aquí?» 4 El les contestó: de la casa de un solo hombre o serlo
«Mica ha hecho por mí esto y lo otro, de una tribu y de las familias de
y me he ajustado con él y le sirvo Israel?» 20 Alegrósele al sacerdote el
de sacerdote.» 6 Ellos le dijeron: corazón; y cogiendo el efod, los tera-
«Entonces, consulta a Dios, para que fim y la imagen tallada, se fué con
sepamos si prosperará el viaje que aquella gente. 21 Pusiéronse en marcha
hemos emprendido.» 8
Y les dijo el de nuevo, llevando por delante a los
sacerdote: «Id tranquilos, está ante niños, a los animales y las cosas de
Yave camino nue seguís. » 7 Reem-
el precio; 22 y estaban ya lejos de la
prendieron su camino los cinco hom- casa de Mica, cuando éste y los
bres y llegaron a Laís. Vieron que la hombres que habitaban las casas ve-
gente de ella vivía en seguridad, a cinas de la de Mica se reunieron para
modo de los sidonios, pacífica y tran- salir en persecución de los hijos de
quilamente, sin que nadie dañase a Dan. 23 Gritaron a los hijos de Dan;
nadie, y que eran ricos y estaban y éstos, volviendo la cara dijeron a
alejados de los sidonios y no tenían Mica: «¿Qué te ocurre, para que nos
relación con nadie. 8 Volviéronse, pues, vengas dando voces?» 24 El contestó:
a sus hermanos, a Sara y a Estaol, «Mis dioses, los que yo he hecho, me
que les preguntaron: «¿Qué traéis?» los habéis quitado junto con el sacer-
Ellos contestaron: 9 «Subamos luego dote y os marcháis. ¿Qué me queda
contra ellos. Hemos visto la tierra entonces? Y todavía me preguntáis
y es muy buena. ¿Os estáis callados? qué me ocurre?» 25 Dijéronle los
.No dilatéis la ida, para apoderarnos hijos de Dan: «No nos hagas oír
de esa tierra. 10 Jjaréis con un pueblo más tu voz, si no quieres que hom-
que vive seguro. La tierra es amplia bres irritados se arrojen sobre vos-
y Dios la ha puesto en vuestras ma- otros y pierdas tu vida y la de los
nos. Es una tierra que produce de de tu casa.» Prosiguieron los hijos
JUECES, 19 261

de Dan su camino; y Mica, viendo para hablarla al corazón y reducirla.


que eran más fuertes que él, se volvió Hízole entrar ella en la casa de su
y tornó a su casa. 27 Lleváronse, pues, padre, 4 que al verle, salió muy con-
lo que había hecho Mica y al sacer- tento a recibirle. Instóle su suegro,
dote que tenía; y marcharon contra el padre de la joven, y se quedó allí
Lais, contra el pueblo tranquilo y por tres días, comiendo, bebiendo y
confiado, y los pasaron a filo de es- pasando la noche allí. 8 Al cuarto
pada y prendieron fuego a la ciudad. día se levantó de mañana y se dis-
28 No hubo quien la librara, por lo puso a marchar; pero el padre de la
lejos que estaba Sidón y por no tener joven dijo a su yerno: «Toma antes
relación con nadie. Estaba en el valle un bocado de pan, para refocilarte, y
que se extiende hacia Bet Rejobot. luego partirás. » 6 Sentáronse ambos
Los hijos de Dan reedificaron la ciu- y comieron y bebieron; y el padre
dad y habitaron en ella, 29 y la llama- de la joven dijo al marido: «Anda,
ron Dan, del nombre de su padre, quédate hoy a pasar aquí la noche
hijo de Israel, pero antes se llamaba alegremente.» 7 Levantóse el marido
Lais. para marcharse, pero le instó aún
su suegro, y se quedó a pasar la
noche allí. 8 Levantóse de mañana
Culto sacrílcuo c ilegítimo en Dan. el día quinto, para emprender la
marcha; y le dijo el padre de la joven:
30 Los hijos de Dan se erigieron la «Anda, toma un refrigerio y diferid
imagen tallada de Mica; y Jonatán, la marcha hasta el caer del día»;
hijo de Gersón, hijo de Moisés, él y se pusieron a comer juntos. 9 Le-
y sus hijos, fueron sacerdotes de la vantóse el marido para marcharse él,
tribu de Dan, hasta el tiempo de la la concubina y el mozo; pero el suegro,
cautividad del arca 31 Permaneció el padre de la joven, le dijo: «Mira,
entre ellos la imagen tallada de Mica, comienza ya a caer la tarde; anda,
que él se había hecho, todo el tiempo pasad la noche aquí, que el día se
que estuvo en Silo la casa de Dios (1). acaba ya; pasa aquí la noche, que
se te alegre el corazón, y mañana os
levantáis bien temprano, para vol-
Crimen de los de Gueba de veros a tu casa.» 10 El marido rehusó
Benjamín. pasar allí la noche, se levantó y partió.
Llegó frente a Jebús, que es Jeru-
| Q 1 Sucedió por aquel tiempo, salén, con el par de asnos y la con-
' cuando no había rey en Israel, cubina. 11 Cuando estaban cerca de
que un levita, que peregrinaba en el Jebús, el día había ya bajado mucho,
límite septentrional de los montes y dijo el mozo a su amo: «Será mejor
de Efraím, tomó por mujer a una que nos desviemos hacia la ciudad de
concubina de Belén de Judá (2). los jebuseos, para pasar allí la noche.»
2
Fuéle infiel la concubina y le dejó, 12 El amo le respondió: «No, no torce-
para irse a la casa de su padre, a remos hacia una ciudad extraña, en
Belén de Judá, donde se estuvo por la que no hay hijos de Israel; 13 lle-
espacio de cuatro meses. 3 Su marido, guemos a Gueba»; y añadió; «Anda,
llevando consigo un mozo y dos asnos, vamos a acercarnos a uno de esos
se encaminó a donde ella estaba, dos lugares, y pasaremos la noche
en Gueba o en Rama.» 14 Prosiguie-
(i) El objeto de este pasaje parece ser ron la marcha, y al ponerse el sol
darnos el origen histórico del santuario que, llegaron cerca de Gueba, que es de
contra la ley, erigieron los danitas en la ciudad Benjamín. 15 Tomaron, pues, hacia
de Lais, en el cual puso después Jeroboam uno allá, para pasar la noche en Gueba.
de los becerros que alzó; la gran prevaricación
con que Jeroboam hizo prevaricar a Israel.
Entraron y se sentaron en la plaza
(I. Reg. 12. 28.)
de la ciudad; y no hubo quien los ad-
(a) Los episodios que a continuación se mitiera en su casa, para pasar en ella
relatan muestran cuánto habla cundido en la noche. 16 Llegó en esto un anciano,
Israel la corrupción; hasta llegar a ser Gueba que venía de trabajar en el campo; era
una nueva Sodoma. Este crimen lo castiga un hombre de los montes de Efraím,
la ley con la muerte. El haber aprobado toda la
tribu a la ciudad criminal, agrava todavía el
que se hallaba en Gueba; los habitantes
pecado (Rom. i. 32), y explica lo cruenlo de del lugar eran benjaminitas. 17 Cuando,
la represión, que llega casi al total exterminio al levantar los ojos, vió al viajero en
de Benjamín. la plaza de la ciudad, le dijo: «¿A
JUECES, 20

dónde vas y de dónde vienes?» 18 El Of) 1


Salieron, pues, los hijos de
le contestó: «Vamos de Belén de Judá Israel, desde Dan hasta Ber-
al límite septentrional de los montes seba y la región de Galad, y se reunie-
de Efraím, de donde soy yo. Había ron como un solo hombre en Masía,
ido a Belén de Judá y voy a mi casa, delante de Yave.
pero nadie me admite en su casa.
19
Sin embargo, tenemos paja y fo-
rraje para los asnos, y también pan Guerra de Israel contra Benjamín.
y vino para mí, para tu sierva y para
el mozo que acompaña a tus siervos;
2
Los jefes de todo el pueblo y
20 El anciano
no necesitamos nada.» todas las tribus de Israel estuvieron
le dijo: «Sea contigo la paz; de cuanto presentes en la asamblea del pueblo
te es necesario te proveeré yo; no de Dios; cuatrocientos mil hombres de
te quedes en la plaza.» 21 Hízolos a pie, armados. 3 Supieron los de
entrar en su casa y dió forraje a los Benjamín que los hijos de Israel
asnos. Laváronse los pies los viajeros, habían subido a Masía. Los hijos de
y después comieron y bebieron. Israel dijeron: «Sepamos cómo se ha
22 Mientra^ estaban refocilándose, los cometido el crimen.» 4 Tomó enton-
hombres de la ciudad, gente perversa, ces la palabra el levita, marido de
aporrearon fuertemente la puerta, la mujer que había sido muerta, y
diciendo al anciano, dueño de la dijo: «Yo había entrado en Gueba
casa: «Sácanos al hombre que ha de Benjamín con mi concubina, para
entrado en tu casa, para que le pasar allí la noche. 6 Los habitantes
conozcamos.» 23 El dueño de la casa de Gueba se levantaron contra mí
salió a ellos y les dijo: «No, hermanos y rodearon de noche la casa donde
míos, no hagáis tal maldad, os lo estaba, con intención de matarme.
pido: pues que este hombre ha entrado Hicieron fuerza a mi concubina, que
en mi casa, no cometáis semejante murió. 6 La cogí y la corté en trozos,
crimen. 24 Aquí están mi hija, que que mandé por todo el territorio de
es virgen, y la concubina de él: yo la heredad de Israel, porque han
os las sacaré fuera, para que abuséis cometido un crimen infame en Israel.
de ellas y hagáis con ellas como bien 7
Todos estáis aquí, hijos de Israel:
os parezca; pero a este hombre no deliberad y decidid aquí mismo.
le hagáis semejante infamia. »
25 Aque- 8
Y poniéndose el pueblo todo en
llos hombres no quisieron escucharle; pie, como un solo hombre, dijeroiu
y entonces el levita cogió a su con- «No vuelva nadie a sus tiendas ni
cubina y la sacó fuera.» La cono- se vaya nadie a su casa. 9 Lo que hay
cieron y estuvieron abusando de ella que hacer con Gueba, es ir contra
toda la noche, hasta la mañana, ella a la. suerte. 10 Tómense de tedas
dejándola al romper la aurora. 26 Al las tribus de Israel diez hombres
venir mañana, cayó la mujer a la
la por cada ciento, ciento de cada mil
entrada de la casa donde estaba su y mil de cada diez mil, que vayan en
señor, y allí quedó hasta que fué busca de víveres para la gente; y
27 Su marido se levantó de cuando estén de vuelta, que sea
de día.
mañana y abrió la puerta de la casa, tratada Gueba de Benjamín, con-
para salir y continuar su camino; forme con toda la infamia que ha
y vió que la mujer, su concubina, cometido en Israel.» 11 Quedáronse,
estaba tendida a la entrada de la pues, reunidos en torno a la ciudad
casa, con las manos en el umbral. todos los hijos de Israel, unidos como
28 El le dijo: «Levántate
y vámonos»; un solo hombre. 12 Habían enviado
pero nadie respondió. Púsola enton- las tribus de Israel mensajeros a
ces el marido sobre su asno, y partió todas las familias de Benjamín, que
para su lugar. 29 Llegado a su casa, les dijeran: «¿Qué crimen es éste
cogió un cuchillo y la concubina, que se ha cometido entre vosotros?
13
y la partió miembro por miembro, Entregad luego a los perversos
en doce trozos, que mandó por toda de Gueba para que les demos muerte,
30 A su vista, extirpemos el mal de en medio de
la tierra de Israel. y
dijeron todos: «Jamás ha sucedido Israel »; pero los benjaminitas no
cosa parecida, ni se ha visto tal, accedieron a demanda de sus her-
la
desde que los hijos de Israel subieron manos, de Israel; 14 y saliendo
los hijos
de Egipto, hasta hoy; miradlo bien, de sus ciudades, se reunieron en
deliberad y resolved.» Gueba para combatir contra los hijos
JUECES, 20

Gueba una emboscada; 30


de Israel. 18 Los hijos de Benjamín, y al tercer
que salidos de sus ciudades se reunie- día subieron los hijos de Israel contra
ron entonces en Gueba, fueron vein- los hijos de Benjamín, y se ordenaron
tiséis mil hombres de guerra, sin en batalla ante Gueba, como las
contar los habitantes de Gueba. 16 Ha- otras veces. 31 Los hijos de Benjamín
bía, de entre éstos, setecientos hom- salieron al encuentro del pueblo,
bres escogidos, zurdos, todos capaces dejándose arrastrar lejos de la ciudad.
de lanzar con la honda una piedra Comenzaron a herir y matar gente
contra un cabello, sin errar el blanco. en el campo, como las otras veces,
17 El número de los hijos de Israel en los dos caminos, de los cuales el
reunidos, no contando a los de Ben- uno sube a Betel y el otro a Gabata,
jamín, fué de cuatrocientos mil; todos unos treinta hombres de Israel. 32 Los
hombres de guerra. hijos de Benjamín se decían: «Derro-
18 Levantáronse, pues, los hijos de tados ante nosotros como antes.»
Israel y subieron a Betel, y consultan- Y los hijos de Israel dijeron: «Huya-
do a Dios, preguntaron: «¿Quién subirá mos y atraigámoslos sobre estos cami-
primero a combatir a los hijos de nos, lejos de la ciudad; y abando-
Benjamín?» Respondió Yave: «Judá nando todos sus posiciones, se pusie-
primero.» 19 Pusiéronse en ron en orden de batalla en Baal
subirá el
marcha de mañana los hijos de Israel, Tamar. 33 Los emboscados
de Israel,
20 Avan-
y acamparon contra Gueba. al occidente de Gueba, se echaron
zaron los hijos de Israel, para com- fuera de su puesto; 34 y llegaron
batir a los de Benjamín, y se pusieron contra Gaba diez mil hombres esco-
en orden de batalla contra ellos, de- gidos de todo Israel. El combate fué
lante de Gueba. 21 Salieron los hijos duro, pues los hijos de Benjamín
de Benjamín de Gueba, y echaron no se dieron cuenta del gran desastre
por tierra en aquel día a veintidós mil que les amenazaba. 36 Yave batió
hombres de Israel. 22 Los hombres de a Benjamín ante Israel, y los hijos
Israel luciéronse fuertes y presen- de Israel mataron aquel día veinti-
taron nuevamente batalla en el mismo cinco mil cien hombres de Benjamín,
lugar donde se pusieron el primer hombres de guerra. 36 Viéronse derro-
día; 23 habían subido antes a llorar tados los hijos de Benjamín, y se
ante Yave, hasta la tarde, y habían dieron cuenta de que Israel había
consultado, diciendo: «¿Marchamos cedido terreno ante ellos porque con-
todavía a combatir a Benjamín, nues- fiaba en la emboscada que había
tro hermano?»; y Yave había res- puesto contra Gueba. 37 Los embos-
pondido: «Marchad contra él. » 24 Acer- cados se echaron rápidamente sobre
cáronse, pues, los hijos de Israel a los la ciudad, y avanzando contra ella,
hijos de Benjamín el segundo día; la pasaron a filo de espada. 38 Los
85
y salieron a su encuentro de Gueba hijos de Israel habían convenido con
los hijos de Benjamín, y echaron los de la emboscada en una señal,
por tierra esta vez a dieciocho mil diciendo: «Haced subir de la ciudad
hombres de los hijos de Israel, todos una gran nube de humo.» 39 Al verla,
hombres de guerra. 26 Subió todo los hijos de Israel simularon la fuga.
el pueblo, todos los hijos de Israel, a Los de Benjamín habían ya matado
Betel; y allí lloraron ante Yave, ayu- unos treinta hombres y se decían:
naron aquel día hasta la tarde, y ofre- «Helos ahí batidos ante nosotros,
cieron holocaustos y hostias pacíficas como en la primera batalla.» 40 Cuan-
ante Yave. Luego consultaron a Yave. do la nube de humo comenzó a al-
zarse como una columna sobre la
Derrota y casi total extinción de ciudad, volvieron los ojos atrás y
lo» benjaruinitas. vieron que toda la ciudad subía
en fuego hacia el cielo. 41 Diéronles
27 Por
entonces estaba en Silo el entonces la cara los hijos de Israel;
arca de la alianza de Dios; 28 y Fines, y -los de Benjamín, aterrados ante
hijo de Eleazar, hijo de Arón, servía el desastre que se les venía encima,
ante ella. Preguntaron pues: «¿Mar- 42 volvieron las espaldas ante los
charé todavía otra vez para combatir hijos de Israel y emprendieron la
a los hijos de Benjamín, mi hermano, huida, camino del desierto; pero la
o debo desistir?» Yave respondió: batalla los apretaba y los que venían
«Marcha, que mañana lo pondré en de la ciudad los exterminaron. 43 Cer-
tu mano.» 29 Israel puso en torno ;l caron a Benjamín, le persiguieron
'-lili JUECES, 21

sin descanso, le aplastaron, hasta el tizad a todo hombre y a toda mujer


orientede Gueba. 44 Dieciocho mil que haya conocido varón.» 12
Halla-
hombres cayeron de Benjamín, todos ron entre los habitantes de Jabes
gente valiente. 45 De entre los que Galad cuatrocientas jóvenes vírgenes,
huían hacia el desierto, hacia la que no habían conocido varón com-
roca de Remón, mataron los de Israel partiendo su lecho, y las llevaron al
por las subidas cinco mil, y siguieron campo de Silo en la tierra de Canán.
persiguiéndolos hasta Guidom y ma- 13
Mandó entonces toda la asamblea
taron otros dos mil. 46 El número mensajeros que hablaran a los hijos
total de los de Benjamín que pere- de Benjamín, que estaba en la roca
cieron aquel día fué de veinticinco de Remón, y les ofrecieran la paz.
mil hombres de guerra, todos valien- 14 Volvieron los de Benjamín enton-
tes. 47 Seiscientos hombres, de los ces, y se les dieron por mujeres las
que emprendieron la huida hacia el que habían sobrevivido de las mu-
desierto y pudieron llegar a la roca jeres de Jabes Galad, pero no hubo
de Remón, permanecieron allí du- bastantes. 15 El pueblo se compadecía
rante cuatro meses. 48 Los hijos de de Benjamín, porque había abierto
Israel se volvieron sobre Benjamín Yave una brecha en las tribus de
y pasaron a filo de espada las ciuda- Israel; 16 y los ancianos de la asam-
des, hombres y ganados y todo cuanto blea se preguntaron: «¿Cómo hare-
hallaron, e incendiaron cuantas ciu- mos para procurar mujeres a los de
dades encontraron. Benjamín, puesto que sus mujeres
han sido muertas? 17 Y decían:
1 Los hombres de Israel «Quede en Benjamín la heredad de
habían
¡y*
^ 1 jurado en Masfa, diciendo: «Nin- los que han escapado, para que no
guno de nosotros dará por mujer su desaparezca una de las tribus de
18 pero nosotros no podemos
hija a uno de Benjamín.» 2 Vino el Israel;
pueblo a Betel y estuvo allí ante darles por mujeres nuestras hijas,
Dios toda la tarde. Alzando su voz, porque los hijos de Israel han jurado
lamentábase grandemente, diciendo: diciendo: Maldito quien dé a los de
3 «¿Por qué, |oh Yave, Dios de Is- Benjamín su hija por mujer. 19 Y
rael!, ha sucedido que en Israel dijeron: «Cerca está la fiesta de Yave,
venga hoy a faltar una tribu?» 4 Al que de año en año se celebra en Silo »
día siguiente, levantándose de ma- — ciudad situada al norte de Betel,
ñana, alzaron allí un altar, ofrecieron al oriente del camino que de Betel
holocaustos y hostias pacíficas, 5 y sube a Siquem, y al mediodía de
se preguntaron: «¿Quién de entre las Lebona —20 Y dieron a los de Ben-
.

tribus de Israel no ha subido a la jamín esta orden: 21 «Id, y poneos


asamblea de Yave?» Porque habían en emboscada en las viñas. Estad
jurado solemnemente contra quien atentos; y cuando veáis salir a las
no subiera ante Yave a Masía, di- hijas de Silo, para danzar en coro,
ciendo: «Será castigado con la muerte. salís vosotros de las viñas y os lleváis
6 Los hijos de Israel se compadecían cada uno a una de ellas para mujer,
de Benjamín y se decían: «Hoy ha y os volvéis a la tierra de Benjamín.
22 Si los padres o los hermanos vienen
sido amputada de Israel una tribu.
7 ¿Qué haremos por ellos, para pro- a reclamárnoslas, les diremos: Dejad-
curar mujeres a los que quedan? nos en paz, pues con las de Jabes
Porque hemos jurado por Yave no Galad tomadas en guerra no lia
darles por mujeres nuestras hijas.» habido una para cada uno, y no
8 Dijéronse, pues: «¿Hay alguno entre habéis sido vosotros los que se las
las tribus de Israel que no haya habéis dado, que, sólo entonces se-
subido ante Yave a Masfa?» Y nin- ríais culpables.» 23 Hicieron así los
guno de Jabes Galad había venido hijos de Benjamín, y cogieron de
al campo, a la asamblea.
9
Hicieron entre las que danzaban una cada
un recuento del pueblo, y no se halló uno, llevándoselas y volviéndose a
ninguno de Jabes Galad. 10 Entonces su heredad. Reedificaron las ciudades
envió contra ellos la asamblea doce y habitaron en ellas.
mil hombres de los más valientes, Fuéronse entonces los hijos de
con esla orden: «Id, y pasad a filo Israel cada uno a su tribu, a su fami-
de espada a los habitantes de Jabes lia, volviendo todos a su heredad.
Galad, con sus mujeres y niños. No había entonces rey en Israel, y
11
Pero habéis de hacer así: Anatema- hacía cada uno lo que bien le parecía.
RUT
RUT
^ Al tiempo en que gobernaban
1 estaba y emprendió el camino para
los
I jueces, hubo hambre en la volver a la tierra de Judá. 8 Y dijo
tierra;y salió de Belén un hombre Noemí a sus dos nueras: «Andad,
con su mujer y dos hijos, para pere- volveos cada una a la casa de vuestra
grinar por los campos de Moab: madre, y que os haga Yave gracia,
2 Llamábase el hombre Elimelcc, como la habéis hecho vosotras con
la mujer Noemí, y los dos hijos, losmuertos y conmigo. 9 Que os dé
Majalón el uno y Quelyón el otro; Yave hallar paz cada una en la casa
ef ra Leos, de Belén de Judá. Llegaron de su marido.» Y las besó. Alzando
a los campos de Moab y se estuvieron la voz pusiéronse a llorar, 10 y le
3
allí. Murió Elimelec, marido de decían: «No, nos iremos contigo a
Noemí, y se quedó la mujer con los tu pueblo.» 11 Noemí les dijo: «Vol-
dos hijos, 4 que habían tomado mu- veos, hijas mías; ¿para qué habéis
jeres moabitas, una de nombre Oria, de venir conmigo? ¿Tengo por ven-
y la otra Rut. Permanecieron allí tura todavía en mi seno hijos, que
por unos diez años 5 y murieron puedan ser maridos vuestros? 12 Vol-
ambos, Majalón y Quelyón, quedán- veos, hijas mías, andad. Soy ya
dose la mujer sin hijos y sin marido. demasiado vieja para volver a ca-
sarme. Y aunque me quedara todavía
esperanza, y esta misma noche estu-
Piedad filial de Rut. viera casada y tuviera hijos, ¿ibais a
esperar vosotras hasta que fueran
8
Levantóse la mujer con sus dos grandes? 13 Ibais por eso a dejar
nueras para tlejar los campos de de volveros a casar? No, hijas mías,
Moab, pues había oído decir en los mi pena es más grande que la vues-
campos de Moab que había mirado tra, porque pesa sobre mí la mano
Yave a su pueblo, dándole pan. 7 Salió de' Yave. » 14 Y alzando la voz, se
con las dos nueras del lugar donde pusieron otra vez a llorar. Después
26X RUT, 2

Orfa besó a su suegra, pero Rut mañana hasta ahora está aquí, y
15 Noemí
se abrazó a ella. le dijo: bien poco que ha descansado en la
«Mira, tu cuñada se ha vuelto a su cabaña. » 8 Dijo Boz a Rut: «¿Oyes,
pueblo y a su Dios; vuélvete tú hija mía? No vayas a otros campos a
como ella.» 16 Rut le respondió: espigar ni te apartes de aquí. 9 Únete
«No insistas en que te deje y me vaya a mis criadas y vete con ellas al
lejos de ti; donde vayas tú, iré yo; campo donde se siege. Ya diré a mis
donde mores tú, moraré yo; tu pueblo criados que nadie te toque; y si
será mi pueblo y tu Dios será mi tienes sed, te vas al hato y bebes de
Dios; 17 donde mueras tú, allí moriré lo que beban los criados.» 10 Postróse
y seré sepultada yo. Que Yave me Rut, rostro a tierra, y dijo: «¿De
castigue con dureza si algo, fuera de dónde a mí, haber hallado gracia a
la muerte, me separa de ti. » 18 Viendo tus ojos y serte conocida yo, una
que Rut estaba decidida a seguirla, mujer extraña?» 11 El le contestó:
cesó Noemí en sus instancias. 19 Jun- «Sé lo que has hecho por tu suegra,
tas hicieron el camino hasta llegar después de muerto su marido, y
a Belén; y cuando entraron, toda la que has dejado a tus parientes y la
ciudad se conmovió al verlas, y las tierra en que naciste, para venir
mujeres se declan: «¿Es ésta Noemí?» con ella a un pueblo para ti desco-
20 Y ella les contestaba: «No me lla- nocido.
méis más Noemí; llamadme Mará, 12
Que Yave te pague lo que has
porque el Omnipotente me ha llenado hecho y recibas plena recompensa de
de amargura. 21 Salí con las manos Yave, Dios de Israel, a quien te has
llenas, y Yave me ha hecho volver confiado y bajo cuyas alas te has
-

con las manos vacías. ¿Por qué, pues, refugiado.» 13 Ella le dijo: «Que
habríais de llamarme más Noemí, halle yo gracia a tus ojos, mi señor,
una vez que Yave da testimonio que me has consolado y has hablado
contra mí y me ha afligido el Omni- al corazón de tu sierva, aunque no
potente?» soy yo ni como una de tus siervas.
22 Así
se volvió Noemí con Rut, 14 A la hora de comer, dijo Boz a
la moabita, su nuera, y vino de los Rut: «Acércate acá, come, y moja
campos de Moab, llegando de los tu pan en el vinagre.» Ella se sentó
campos de Moab a Belén cuando al lado de los segadores, y él le dió
comenzaba la siega, de las cebadas. una porción de trigo tostado, de que
comió ella hasta saciarse, y le sobró;
y guardando lo que le había sobrado,
16 se levanló para seguir espigando;
Casamiento de Rut con Hoz,
Boz mandó a sus criados, dicién-
y ueneulojjíu de David. doles: «Dejadla espigar también entre
16
los haces, sin reñirla, y sacad vos-
O 1 Tenía Noemí un pariente, por otros mismos algunas espigas de las
* parte de su marido Elimelec, gavillas y tiradlas, para que ella las
17 Estuvo
hombre poderoso, de nombre Boz. recoja, sin decirle nada.»
2 Dijo Rut
a Noemí: «Si quieres, iré espigando Rut en el campo hasta por
a espigar al campo donde me acojan la larde; y después de batir lo que ha-
benévolamente»; y Noemí le dijo: bía espigado, había como un efa de
18 Cogiólo
«Ve, hija mía.» 3 Fué, pues, Rut, y cebada. y se volvió a la
se puso a espigar en un campo detrás ciudad, y mostró a su suegra lo que
de los segadores. Dióse precisamente había espigado. Sacó también lo que
el caso de que el campo era de Boz, había guardado, lo que después de
el pariente de Noemí; * y he aquí comer le sobrara, y se lo dió. 19 Su
que vino éste de Belén, para visitar suegra le dijo: «¿Dónde has espigado
a los segadores, a quienes dijo: «Yave hoy y dónde has trabajado? Bendito
sea con vosotros», contestándole ellos: sea el que se ha interesado por ti.»
«Yave te bendiga.» 6 Y preguntó Rut dió a conocer a su suegra donde
Boz al criado suyo que estaba al había trabajado, diciendo: «El nom-
frente de los segadores: «¿De quién bre del hombre en cuyo campo he
es esa joven?»; 6 y él le contestó: trabajado es Boz»; 20 y dijo Noemí
«Es una joven moabita, que se ha a su nuera: «Bendito él de Yave,
venido con Noemí, de los campos de que la gracia que hizo a los vivos
Moab. ' Me dijo: Déjame espigar se la ha hecho también a los muertos»;
detrás de los segadores. Desde la y añadió Noemí: «Es pariente cer-
RUT, 3. 4 269

cano nuestro ese hombre, es de los de que los hombres puedan recono-
que tienen sobre nosotros el derecho cerse unos a otros. El mandó: «Que
del levirato»; 21 Rut añadió: «Tam- no se sepa que esta mujer ha venido
bién me ha dicho: «Sigue con mis a la era.» 15 Y añadió: «Coge el manto
gentes, hasta que se sieguen todas que te cubre y sostenlo. » Sostúvolo
mis cosechas.» 22 Y
Noemí dijo a ella, y le echó él seis medidas de
Rut, su nuera: «Mejor es, hija mía, cebada, que le cargó, y ella entró en
16 Cuando Rut
que vayas con sus criados, no te la ciudad. llegó a casa
vayan a tratar mal en otro campo.» de su suegra, le preguntó ésta: «¿Qué
23 Siguió, pues, Rut espigando con has hecho, hija mía?» Ella le contó
los criados de Boz, hasta el fin de la lo que el hombre había hecho por
siega de las cebadas y de los trigos, ella, 17 y añadió: «Me ha dado, además,
y habitando con su suegra. estas seis medidas de cebada, dicién-
dome: «No vuelvas a casa de tu
O 1 Dijo Nocmí, la suegra de Rut, suegra con las manos vacías. 18 Noemí
" a ésta: «Hija mía, voy a procu- le dijo: «Estate tranquila, hija mía,
rarte una posición, para que seas hasta ver cómo acaba la cos:i, pues
feliz. 2 Boz, con cuyos criados has ese hombre no descansará hasta ter-
estado, es pariente nuestro, y esta minar hoy mismo este asunto.»
noche va a hacer en su era la limpia
de la cebada. 3 Lávate, úngete, vís- 1 Boz subió a la puerta de la
tete y baja a la era. Procura que 4 ciudad y se sentó allí. Vió pasar
no te vea hasta que no haya acabado al pariente mencionado y le dijo:
de comer y beber; 4 y cuando vaya «Detente y siéntate aquí, fulano.»
a acostarse, mira bien dónde se Detúvose el hombre y se sentó.
acuesta; y entra después, y levantando 2
Llamó Boz
a diez de los ancianos de
la cubierta de sus pies, te acuestas a la ciudad y dijo: «Sentaos aquí.»
ellos. El mismo te dirá qué es lo que Una vez sentados, 3 dijo al pariente
has de hacer.» 5 Ella la respondió: próximo: «Noemí, que ha vuelto de
«Haré cuanto tú me mandes.» la tierra de Moab, vende la porción
6
Bajó, pues, a la era, e hizo todo de campo que fué de nuestro her-
cuanto la había mandado su sue- mano Elimelec. 4 He querido darte
gra. 7 Boz comió y bebió y se alegró cuenta de ello, para decirte: Cóm-
su corazón. Fué a acostarse al ex- prala si quieres, en presencia de
tremo de la hacina, y Rut se acercó los ancianos de la ciudad que están
calladamente, descubrió sus pies y aquí sentados. Si quieres usar de
se acostó. A medianoche, tuvo el tu derecho de levirato, usa; y si no
hombre un sobresalto; e incorporán- quieres, manifiéstamelo, para que yo
dose, vió que a sus pies estaba acos- lo sepa, pues no hay nadie que antes
9
tada una mujer, y preguntó: «¿Quién que tú tenga ese derecho; después
eres tú?.> Ella respondió: «Soy Rut, de ti vengo yo.» El respondió: «La
tu sierva; extiende tu manto sobre compraré. » 5 Boz le dijo: «Al comprar
tu sierva, pues tienes sobre ella el a Noemí el campo, tendrás que reci-
derecho del levirato.» 10 El dijo: bir a Rut, la moabita, por mujer,
«Bendita de Yave seas, hija mía; tu como mujer del difunto, para hacer
proceder ha sido a lo último mejor vivir el nombre del difunto en su
todavía que al principio, pues no has heredad.» 6
El otro respondió: «Así
buscado ningún joven, pobre o rico. no puedo comprarlo, por temor de
11 No temas, hija mía,
yo haré por perjudicar a mis herederos. Cóm-
ti cuanto me digas, pues sabe muy pralo tú, pues yo no puedo hacerlo.»
bien todo el pueblo que habita dentro 7
Había en Israel la costumbre, en
de las puertas de mi ciudad, que eres caso de compra o de cambio, para
una mujer virtuosa. Yo tengo
12
convalidar el contrato, de quitarse
en verdad el derecho del levirato, el uno un zapato y dárselo al otro.
pero hay otro que es pariente más Esto servía de prueba en Israel.
próximo que yo. 13 Pasa ahí la noche, 8 El pariente próximo había dicho a

y mañana, si él quiere hacer uso Boz: «Cómpralo tú por tu cuenta.»


de su derecho, que lo haga, y si no Y se quitó el zapato. 9 Boz dijo a los
quiere hacerlo, yo lo haré, vive ancianos y a todos los presentes:
Yave. Acuéstate hasta la mañana.» «Testigos sois hoy de que yo compro
14 Quedóse
ella acostada a sus pies a Noemí cuanto perteneció a Eli-
hasta ía mañana, levantándose antes melec, a Quelyón y a Majalón, 10 y
270 RUT. 4

que tomo al mismo tiempo por mujer «Bendito Yave, que no ha consen-
a Rut, la moabita, mujer de Majalón, tido que te faltase hoy un redentor.
para que no se borre de entre sus Que su nombre sea celebrado en
hermanos y de la puerta de la ciudad Israel. 15 Que sea el consuelo de tu
el nombre del difunto. Testigos sois alma y el sostén de tu vejez; pues te
de ello.» 11 Respondió todo
el pueblo lo ha dado tu nuera, que tanto te
que estaba en la puerta, y los an- quiere, y es para ti mejor que siete
cianos: «Somos testigos. Haga Yave hijos.» 16 Noemí tomó al niño, se
que la mujer que entra en tu casa lo puso al seno y fué su madrina.
sea como Lia y Raquel, que edifi- 17 Las vecinas le dieron nombre,
caron la casa de Israel. Que por ella al decir: «A Noemí le ha nacido un
seas poderoso en Efrata y tengas hijo», y le llamaron Obed. Este fué
renombre en Belén. 12 Que sea tu padre de Isaí, padre de David. 18 He
casa como la casa de Fares, el que aquí la posteridad de Fares: Fares
Tamar dió a Judá, por la descen- engendró a Esrom; 19 Esrom engendró
dencia que de esa joven te dé a Aram; Aram engendró a Aminadab;
|

Yave. so Aminadab engendró a Nasón;


13 Tomó Boz a Rut
y la recibió ¡Nasón engendró a Salmón; 21 Salmón
|

por mujer; y entró a ella y Yave engendró a Boz; B»z engendró a


la concedió concebir y parir un hijo. Obed; 22 Obed engendró a lsaí; e
14 Las mujeres decían a Noemí: Isaí engendró a David.
|
SAMUEL
INTRODUCCION A LOS LIBROS DE SAMUEL

libros que en la Vulgata, como en la versión griega de los LXX, llevan


LOS nombre
el de I-II de los Beyes o de los Reinos, se denominan en hebreo Sa-
muel y forman un solo libro, sin enlace literario con los precedentes. Ha sido
luego dividido en dos, conforme a la división de las versiones latina y griega.
Es su argumento uno de los periodos más importantes de la historia hebrea,
aquel en que salió Israel de su estado de disgregación política para constituir
una verdadera nación organizada. Se divide en tres partes, según los perso-
najes que en ellas dominan: Samuel (I Sam. I-XIII), Saúl (XIV-XXXI
y David (II Sam. I-XXII). Al fin tenemos también dos capítulos de apén-
dices (XXXII y XXIV).
Cuando nació Samuel, ejercía la suprema autoridad en Israel Helí, Sumo
sacerdote. Por este tiempo comenzaron los filisteos a apretar al pueblo, subiendo
del llano a la montaña de Judd. Samuel, a título de profeta, sucede a Helí. Su
autoridad es religiosa y judicial; pero, llegado el caso, hace también la guerra
contra los invasores. La persistencia de éstos en el ataque induce al pueblo a
desear un rey que con mano fuerte los defienda. La petición del pueblo de tener
un rey, «como las demás naciones*, es mirada por Dios y su profeta como una
protesta contra la organización teocrática que hasta entonces había tenido; pero
al fin Dios les otorga el rey, que será su vicario y el salvador de Israel. Saúl,
a pesar de sus proezas contra los filisteos, es rechazado, por su falta de docilidad
a las órdenes del profeta, que en nombre de Dios conserva la dirección espiritual
del reino y del rey. Le sucede David, varón según el corazón de Dios, que es
considerado como el más grande rey de Israel. En premio a su piedad, le pro-
18
274 SAMUEL I, 1

mete Dios la perpetuidad de su dinastía, promesa que implica la promesa me-


siánica.
Del autor y de la época de la composición del libro no tenemos noticia cierta.
Pero sin duda que el autor dispuso de documentos antiguos y muy próximos
a los sucesos. La historia no está completa, pues no se cuenta de cada perso-
naje más que algunos episodios de su vida. También la cronología es deficiente,
bastando para darse cuenta de ello considerar que, según ésta, Hclí juzgó a
Israel cuarenta años (I Sam. 4. 18 ); David reinó cuarenta años (II Sa?n. 5. 4.).
Y nos faltan los años de Samuel y Saúl. (Cfr. Intr. Is. Arist.)

SAMUEL I

Ana. dignas reparar en la angustia de tu


esclava, y te acuerdas de mí y no
1
Había en Ramataim Sofim, en te olvidas de tu esclava, y das a tu
los montes de Efraím, un hombre esclava hijo varón, yo lo consagraré
llamado Elcana, hijo de Jeroam, Yave por todos los días de su vida,
hijo de Eliú, hijo de Toú, hijo de Sur, y no tocará la navaja a su cabeza.»
efrateo. 2 Tenía dos mujeres, de 12 Mientras así oraba reiteradamente
nombre una Ana y otra Penena. a Yave, Helí la estaba mirando la
Penena tenía hijos, pero Ana era cara. 13 Ana hablaba para sí, movien-
estéril. 3 Subía de su ciudad este do los labios, pero sin que se oyera
hombre de año en año, para adorar a su voz, y Helí la tomó por ebria
Yave Sebaot, y ofrecerle sacrificios 14 y le dijo: «¿Hasta cuándo te va a
en Silo. Estaban allí los dos hijos de durar la embriaguez?; anda a que
Helí, Ofni y Fines, sacerdotes de se te pase el vino.» 15 Ana contestó:
Yave. 4 El día en que ofrecía Elcana «No, mi señor, soy una mujer que
su sacrificio, daba a Penena, su mujer tiene el corazón afligido. No he bebi-
su porción y la de sus hijos e hijas. do vino ni otro ningún licor inebrian-
6
A Ana le daba solamente una por- te; es que estaba derramando mi
ción; pues aunque amaba mucho a alma ante Yave. 14 No tomes a tu
Ana, Yave había cerrado su útero. sierva por una mujer cualquiera.
6 Irritábala su rival
y la exasperaba, Lo grande de mi dolor y mi aflición,
por haberla Yave hecho, estéril. 7 Así exponía yo de ese modo.» 17 Dljole
hacía cada año cuando subían a la entonces Helí: «Vete en paz, y que
casa de Yave, y siempre la morti- el Dios de Israel te otorgue lo que
ficaba del mismo modo. Ana lloraba tanto le has pedido.» 18 Ella le dijo:
y no comía. 8 Elcana, su marido, «Que halle gracia a tus ojos tu sierva.»
le decía: «Ana, ¿por qué lloras y no Fuése y comió, y no hizo ya la cara
comes? ¿Por qué está triste tu cora- de antes. 19 Levantáronse de mañana,
zón? No soy yo para ti mejor que y después de postrarse ante Yave se
diez hijos?» marcharon, volviendo a su casa, a
Rama.
El voto de Ana.
Nacimiento «le Samuel.
• Unaño, después que hubieron
comido y bebido en Silo, se levantó Elcana conoció a Ana, su mujer,
Ana. Hclí, el sacerdote, estaba sen- y Yave se acordó de ella. 20 Al volver
tado en una silla ante la puerta del del tiempo, había concebido y parido
tabernáculo de Yave. 10 Ella, amar- Ana un hijo, al que puso por nombre
gada el alma, oraba a Yave, llorando Samuel, porque a Dios se lo había
muchas lágrimas, 11 e hizo un voto pedido; 2 * y subió Elcana con toda
diciendo: «¡Oh Yave Sebaot!, si te su casa a sacrificar a Yave el sacri-
SAMUEL I, 2 275

ficio anual' y cumplir sus votos.


22 Ana Y darle parte en un trono de gloria;
no subió, sino que dijo a su marido: Pues suyos son los fundamentos
«Cuando el niño se haya destetado de la tierra,
yo le llevaré, para presentárselo a
9
Y él sobre ellos puso el orbe.
Yave y para que se quede ya allí El atiende a los pasos de los pia-
para siempre.» 23 Elcana, su marido, dosos,
«Haz lo que mejor te parezca.
le dijo: Y los malvados callarán entre ti-
Quédate hasta que le destetes; en nieblas,
verdad que Yave ha cumplido su No vence el hombre por su fuerza.
10 Aterrados serán los enemigos de
promesa.» Quedóse la mujer en casa,
amamantando a su hijo hasta que Yave;
le destetó. 24 Destetado, le subió Desde los cielos tronará contra ellos.
consigo, llevando un toro de tres Yave juzga los confines de la tierra.
años, un efa de harina y un ánfora Robustecerá a su rey,
de vino, y le condujo a la casa de Y erguirá la frente de su ungido.
Yave en Silo. El niño era todavía
pequeñito. 25 Inmolaron el toro, y
niño a Helí. 26 Ana
llevaron el le dijo: Los hijos de Heli.
«Oyeme por tu mi señor: Yo
vida,
soy aquella mujer que estuve aquí 11 Volvióse Elcana a Ramata, a
cerca de ti, orando a Yave. 27 Este su casa, y el niño quedó sirviendo
niño le pedía yo, y Yave me ha con- en el ministerio de Yave, en presencia
cedido lo que pedí; 28 también ahora de Helí, sacerdote.
12
quiero yo dárselo a Yave, por todos Los hijos de Helí eran hombres
de su vida, para que sea siem-
los días perversos, que desconocían a Yave
pre donado a Yave. » adoraron allí Y y las obligaciones de los sacerdotes
a Yave. para con el pueblo. 13 Cuando alguno
ofrecía sacrificios, venía un criado
del sacerdote, mientras se estaba
Cántico de Ana. cociendo la carne, con un tenedor
en la mano; 14 lo metía en la caldera,
1 Oró Ana diciendo: caldero, olla o puchero, y cuanto
2 «Mi alma salta de júbilo en Yave; sacaba con el tenedor era para el
Yave ha levantado mi frente sacerdote. 15 Así hacían con cuantos
Y ha abierto mi boca contra mis de Israel venían allí a Silo. Aun
enemigos, antes de que se quemara el sebo,
Porque esperé de él la salud. venía el criado del sacerdote y decía
2 No «Dame la carne
hay santo como Yave, al que sacrificaba:
No hay fuerte como nuestro Dios. para asársela al sacerdote; no reci-
3
Dejaos de hablar altaneramente; birá de ti carne cocida, sino cruda.»
No salgan de vuestra boca arro- 16 Ysi el hombre le decía: «Espera
gancias, a que se queme el sebo, como siempre,
Que Yave es Dios sapientísimo, y luego cogerás lo que tú quieras»;
Y no se ocultan a su vista las mal- le respondía el criado: «No, tienes
dades. que dármela ahora mismo, y si no,
4 17 Muy
Rompióse el arco de los pode- la cojo yo por fuerza.» grande
rosos, era el pecado de aquellos jóvenes ante
Ciñéronse los débiles la fuerza, Yave, pues hacían odioso a los hom-
5 Los hartos
pusiéronse a servir bres el ofrecer ante Yave. 18 Samuel
por la comida, ministraba ante Yave, vestido de
Y
se holgaron los hambrientos. un efod de lino. 19 Hacíale su madre
Parió la estéril siete hijos, un mantito y se lo traía de año en
Y se marchitó la que muchos tenía, año, cuando subía con su marido a
6
Que Yave da la ofrecer el sacrificio anual. 20 Helí
muerte y da la
vida, bendijo a Elcana y a su mujer, di-
Hace bajar al sepulcro y subir de él. ciendo: «Que te dé Yave hijos de
A uno empobrece o enriquece, esta mujer por el que le pediste.»
7
Humilla y exalta, Volviéronse ellos a su casa; 21 y
8
Levanta del polvo al pobre, Yave visitó a Ana, que concibió
De la basura saca al indigente, y parió tres hijos y dos hijas.
Para hacer que se. siente entre los El joven Samuel iba creciendo en
22
príncipes, lia presencia de Yave. Helí era
276 SAMUEL I, 3

ya muy viejo, y supo lo que sus hijos cendientes, de modo que se consu-
nacían a todo Israel, y cómo dormían man tus ojos y desfallezca tu alma;
con las mujeres que velaban a la pero todos los de tu casa morirán
puerta del tabernáculo de la con- en edad viril; 34 te servirá de señal
gregación (1); 23 y les dijo: «¿Por lo que sucederá a tus hijos Ofni y
qué hacéis cosas tales y tan malas Fines; ambos morirán en el mismo
como las que de vosotros he oído día. 36 Yo me suscitaré un sacerdote
a todo este pueblo? 24 No, hijos míos, fiel, que obrará según mi corazón
que no es bueno lo que de vosotros y según mi alma; le edificaré una
oigo. Estáis haciendo que el pueblo casa estable, y él andará siempre en
de Ya ve se aparte de él. 26 Si un presencia de mí ungido; 36 y cuantos
hombre ofende a otro hombre, está de tu casa queden vendrán a proster-
de por medio Dios, que puede apla- narse ante él, pidiéndole una moneda
car al ofendido; pero si el hombre de plata y un pedazo de pan; y- le
ofende a Yave, ¿de quién puede dirán: Haz el favor de colocarme en
esperar la intervención?» No hicie- alguna de tus funciones sacerdotales,
ron caso de lo que les decía su padre, para que tenga un pedazo de pan que
pues quería Yave matarlos. 26 Entre comer. 11

tanto el niño Samuel iba creciendo,


y se hacía grato, tanto a Yave como
a los hombres. Primera visión de Samuel.
Q 1
El joven Samuel ministraba a
Predicción de la ruina de la casa *^ Yave
en presencia de Helí. Era
de 11. Ii. por entonces rara la palabra de Yave,
y no era frecuente la visión. 2 Un día,
27
Vino a Helí un hombre de Dios estando acostado en su lugar Heli,
y dijo: Así habla Yave: «¿No me
le cuyos ojos se habían oscurecido y no
revelé yo claramente a la casa de tu podían ver, cuando todavía no se
padre, cuando eran esclavos en Egipto, había apagado la lámpara de Dios
en la casa del Faraón? 28 Yo me le en el santuario, 3 Samuel, que dormía
elegí de entre todas las tribus de en el santuario de Yave, donde estaba
4 oyó la voz de
Israel para sacerdote, para que su- el arca de Dios, Yave
biese al altar a qu< mar el incienso que le llamaba: «[Samuel!»; él con-
y para que llevase ante mí el efod. testó: «Heme aquí»; 6
y corrió a Helí,
Yo di a la casa de tu padre todas las y le dijo: «Aquí estoy; me has lla-
combustiones de los hijos de Israel. mado» Helí contestó: «No te he
29 ¿Por qué, pues, acoceáis mis víc- llamado, vuelve a acostarte.» Y fué
timas, las que yo mandé se ofreciesen a acostarse. 6 Yave lli.mó otra vez a
en mi casa, y tienes en más a tus Samuel; y éste se levantó, y yendo
hijos que a mí, engordándoos de lo a donde estaba Helí, le dijo: «Hi me
mejor de todas las oblaciones de aquí, pues me has llamado.» Helí
Israel, mi pueblo? 30 Por eso, he aquí npuso: «No te he llamado, hijo mío:
lo que dice Yave, Dios de Israel: vuélvete y acuéstate.» 7 Samuel no
Yo había dicho y repetido a tu casa conocía todavía a Yave, pues todavía
y a la casa de tu padre que minis- no se le había revelado la palabra
traríais ante mí por siempre; pero de Yave. 8 Yave volvió a llamar a
ahora dice Yave: Lejos de mí eso, Samuel, por tercera vez; y éste se
porque yo honro a los que me honran levantó y fué a Helí, y le dijo: «Heme
y desprecio a los que me desprecian. aquí, pues que me has llamado.-
31 Tiempo vendrá en que yo amputaré * Comprendió entonces Helí que era

tu brazo y el brazo de la casa de tu Yave quien llamaba al joven, y le


padre, de modo que ya no haya nunca dijo: «Anda, acuéstate, y si vuelven
ancianos en tu casa 32 y siempre veas a llamarte, di: «Habla, Yave, que
ante ti un rival. Aun en las prospe- tu siervo escucha.» Samuel se fué y
ridades de Israel, no habrá nunca se acostó en su lugar. 10 Vino Yave,
ancianos en tu casa. 33 No haré des- se paró y llamó como las otras veces:
aparecer de mi altar a todos tus des- «¡Samuei, Samuel!» Samuel contestó:
«Habla, Yave, que tu siervo escucha»;
(i) Cuál fuera la función que a la pueita
11
y dijo Yave a Samuel: «Voy a
del tabernáculo ejercían estas mujeres (Véase hacer en Israel una cosa, que a cuan-
Exod. 38. 8) no podemos determinarlo. tos la oigan les retiñirán ¿,mbos oídos.
SAMUEL I, 4 211

12 Entonces cumpliré cuanto a Helí le baot (1), que se sienta sobre los
he dicho, todo lo que de su casa le querubines, y con ella fueron los
he dicho; comenzaré y acabaré. 13 Yo los dos hijos de Helí, Ofni y Fines.
6
le he dicho que iba a castigar a su Cuando el arca de la alianza de
casa para siempre, por el crimen que Yave entró en el campamento, todo
sabía cometían sus hijos, de hacer Israel lanzó tan grandes gritos de
odiosos los sacrificios, y que él no júbilo, que hacían retemblar la tierra.
corrigió. 14 Por eso he jurado a la 6 Oyeron los filisteos el vocerío, y
casa de Helí que su crimen no será dijeron: «¿Qué vocerío es éste tan
expiado, ni con sacrificios ni con obla- grande que se oye hoy en el campa-
ciones. » 15 Samuel siguió acostado mento de los hebreos? » Y supieron
hasta la mañana, y después abrió que había sido traída al campamento
las puertas de la casa de Yave. No el arca de Yave.
7
Atemorizáronse
se atrevía a contar a Helí su visión; los filisteos, y decían: «Ha venido
16 pero éste llamó a Samuel, diciendo: Dios al campamento. ¡Desgraciados
«Samuel, hijo mío»; y éste contestó: de nosotros! Cosa tal no había suce-
«Heme aquí.» 17 Helí le preguntó: dido hasta ahora. 8 ¡Desgraciados de
«¿Qué es lo que te ha dicho Yave? nosotros! ¿Quién nos librará de la
Te ruego que no me ocultes nada. mano de esos dioses poderosos? Son
Que Yave te castigue si me ocultas ésos los que castigaron a Egipto con
algo de cuanto te ha dicho. » 18 Samuel toda suerte de plagas y con peste!
9
se lo contó todo, sin ocultarle nada; Esforzaos y sed hombres, filisteos,
y Helí dijo: «El es Yave, haga lo no tengamos que servirles nosotros a
que parezca bien a sus ojos.» ellos, como os sirven ellos a vosotros.»
19
Samuel llegó a ser grande, y Yave 10 Combatieron, pues, los filisteos,
estaba con él y no dejó que cayera y fué derrotado Israel, huyendo cada
por tierra nada de cuanto él decía. uno a sus tiendas. Fué una gran
20 Todo Israel, desde Dan hasta derrota, en la que cayeron de Israel
Berseba, reconoció que era Samuel treinta mil peones, 11 y fué cogida
un verdadero profeta de Yave. 21 Yave el arca de Dios, y murieron los dos
siguió apareciéndosele en Silo. Helí hijos de Helí, Ofni y Fines. 12 Un
estaba ya muy viejo, y los hijos de hombre de Benjamín, de los huidos
éste seguían por el mismo camino, del campo de batalla, vino corriendo
pésimo ante Yave. a Silo aquel mismo día, con los ves-
tidos desgarrados y la cabeza cu-
bierta de polvo. 13 Cuando llegó,
estaba Helí sentado en una silla,
Derrota de Israel, cautiverio del
a la vera del camino, cerca de la
arca y muerte de Helí y »us hijos.
puerta, esperando, pues su corazón
temblaba por el arca de Dios. Entró
A 1 Sucedió por entonces que los el hombre en la ciudad para infor-
se reunieron para hacer
filisteos marla; y toda ella fué un grito. 14 Al
la guerra a Israel. Samuel dirigía su oírlo Helí, preguntó: «¿Qué ruido,
palabra a todo Israel: Israel salió al qué tumulto es ése?» Entonces vino el
encuentro de los filisteos para com- hombre para darle la noticia. 15 Helí
batir. Acamparon cerca de Eben tenía noventa y ocho años, sus ojos
Ezer, y los filisteos estaban acampa- se habían quedado rígidos, y no veía.
16 El hombre dijo a Helí: «Vengo del
dos en Afee. 2 Habiendo presentado
batalla los filisteos contra Israel, se campo de batalla, de donde he huido
empeñó el combate, e Israel fué derro- hoy. » Helí le preguntó: «¿Y qué ha
tado por los filisteos, que mataron pasado, hijo mío?» 17 El le contestó:
en el combate, en el campo, unos «Israel ha huido ante los filisteos;
cuatro mil hombres. 3 El pueblo se ha habido muchos muertos del pueblo;
recogió en el campamento, y los también tus dos hijos, Ofni y Fines,
ancianos se preguntaron: «¿Por qué han sido muertos, y el arca de Dios
nos ha derrotado Yave hoy ante los ha sido tomada. »
18 Apenas hubo
filisteos? Vamos a traer de Silo el
arca de la alianza de Yave, para
que esté entre nosotros y nos salve (i) El arca es el símbolo de la presencia
de Dios y de su hibitación en medio del pueblo.
de }a mano de nuestros enemigos.» La derrota sufrida por el ejército de Israel
4
Mandaron a Silo, y se trajo de allí mueve a éste a llevar al campamento el arca
el arca de la alianza de Yave Se- de Yave, jefe supremo de los ejércitos de Israel.
278 SAMUEL I, 5, 6

mentado arca de Dios, cayó Helí 8


el tro y convocando a todos
dios»;
de su hacia atrás, junto a la
silla los príncipes de los filisteos para que
puerta, y se desnucó y murió, pues vinieran, se preguntaron: «¿Qué ha-
era ya muy anciano y estaba muy remos con el arca del Dios de Israel?»
pesado. H;ibia juzgado a Israel du- Ellos contestaron: «Que lleven el arca
rante cuarenta años. 19 Su nuera, la del Dios de Israel a Get. » 9 La lleva-
mujer de Fines, estaba encinta, ya ron, y la mano de Yave se dejó sentir
para dar a luz. Al saber la noticia sobre la ciudad, y hubo en ella gran
de la toma del arca de Dios, de la espanto, pues hirió a las gentes de
muerte de su suegro y de su marido, la ciudad, pequeños y grandes, ha-
se doblegó y parió, pues le sobrevi- ciendo que les salieran tumores. 10 En-
nieron los dolores del parto. 20 Como tonces mandaron el arca de Dios a
se veía morir, las mujeres que estaban Acarón. Pero en cuanto entró el arca
junto a ella le decían: «Animo, que de Dios en Acarón, los acaronitas
has parido un hijo»; pero ella ni se pusieron a gritar: «Han traído aquí
respondía ni atendía. 21 Llamó al el arca del Dios de Israel, para que
hijo, Tcabod, 22 diciendo: «Ha pasado nos mate a todos, a nosotros y a
de Israel la gloria,» por haber sido nuestro pueblo»; 11 y convocaron a
tomada el arca de Dios y por la todos los príncipes de los filisteos,
muerte de su suegro y de su marido. que dijeron: «Devolved el arca del
Ella dijo: «Ha pasado la gloria de Dios de Israel; que vuelva a su sitio,
Israel, porque ha sido tomada el para que no nos mate a nosotros y a
arca de Dios. nuestro pueblo»; pues habla en toda
la ciudad un terror mortal, y la mano
de Dios pesaba sobre ella muy fuer-
I I arca, cu tierra de los filisteo*. temente. 12 Los que no morían eran
heridos de tumores, y los desespera-
1
Cogieron, pues, los filisteos el dos gritos de la ciudad subían hasta
5 arca (t) de Dios y la llevaron de el cielo.
Eben Ezer a Azoto, * y la metieron
en el templo de Dagón y la pusieron
junto a Dagón (2). 3 Al día siguien- Devolución del arca a Israel.
te, levantándose de mañana, vieron
1
los filisteos a Dagón tendido en tierra Siete meses estuvo
el arca de
y con la cara contra ella, delante del Yave en de los filisteos.
la tierra
arca de Yavc. Le cogieron, y le vol- Congregaron éstos a sacerdotes y
vieron a poner en su sitio; 4 pero al adivinos, y les preguntaron: «¿Qué
otro día, cuando se levantaron, en- hemos de hacer con el arca de Yave?
contraron a Dagón tendido en tierra Decidnos cómo hemos de devolverla
boca abajo, y cortadas la cabeza a su sitio.» 3 Ellos respondieron: «Si
y las manos, que yacían en el um- volvéis el arca del Dios de Israel,
bral, sin quedar de Dagón mas que no la mandéis de vacío, y no dejéis
el tronco.
5
Por esto los sacerdotes de hacerle una ofrenda de desagravio;
de Dagón, y cuantos entran en el si os curáis, sabréis que era su mano
templo de Dagón en Azoto, no pisan la que pesaba sobre vosotros sin al-
todavía el umbral del templo de zarse.» * Preguntaron los filisteos:
Dagón. • La mano de Yavc pesó «¿Y qué desagravio hemos de ha-
grandemente sobre los de Azoto, y cerle?» Respondieron: «Cinco tumores
los desoló e hirió con tumores a Azoto de oro y cinco ratas de oro, según el
y su territorio. 7 Viendo los de Azoto número de los príncipes de los filis-

lo que pasaba, dijeron: «Que no teos, pues una misma es la plaga


quede entre nosotros el arca del Dios que a vosotros y a vuestros prínci-
de Israel, porque su mano pesa mucho pes aflige. 6 Haced, pues, una ima-
sobre nosotros y sobre Dagón, nucs- gen de vuestros tumores y de las
ratas que asuelan la tierra, y honrad
(1) La presencia del arca no produjo los al Dios de Israel; quiza deje así
efecios que de ella esperaba Israel. Dios quierede hacer sentir su mano sobre vos-
castigar al pueblo por sus pecados; sin embargo,otros, sobre vuestros dioses y sobre
aun en la cautividad del arca, muestra Dios su vuestra tierra. 9 ¿Para qué endurecer
:

poderlo en medio de los filisteos.


Idolo cuyo cuerpo era de hombre de
vuestro
i
corazón, como endurecieron
(2)
la cintura para arriba, y de pez de la cintura el suyo Egipto y el Faraón? ¿No tu-
para abajo. Ivieron que dejar salir a los hijos de
SAMUEL I, 7 279

Israel, después que los hubo casti- al ver el arca de Yave, e hirió éste
gado? Haced, pues, un cano nuevo,
7 de entre ellos a setenta hombres.
tomad dos vacas que estén criando El pueblo hizo gran duelo, por ha-
y no hayan sido nunca puestas al berlos herido Yave con tan gran 1

yugo; uncid las vacas al carro, y plaga; 20 y las gentes de Bet Sames
dejad los terneros lejos de ellas, en se decían: «¿Quién puede estar de-
el establo. 8 Coged luego el arca, la lante de Yave, este Dios santo? iY a
ponéis sobre el carro, y junto a ella, dónde habrá de ir, al alejarse de
en un objetos que haréis
cotre, los nosotros?» 21 Mandaron mensajeros
como ofrenda de desagravio, y la a los habitantes de Cariatiarim, para
devolvéis; que ella se vaya. 9 Seguidla que les dijeran: «Los filisteos han de-
con los ojos: si sube por el camino vuelto el arca de Yave: bajad para
de su tierra hacia Bet Sames, será subirla con vosotros.»
que Yavc nos ha infligido tanto mal;
si no, sabremos que no ha sido su T 1 Las gentes
de Cariatiarim (1)
mano la que nos ha herido, y que * vinieron y subieron el arca, depo-
esto ha sucedido por casualidad.» sitándola en la casa de Abinadad, que
10 Hiciéronlo así;
y tomando dos está sobre una colina; y consagraron
vacas que estaban criando, las un- a Eliezer, su hijo, para que custodiase
cieron al carro y dejaron los terne- el arca de Yave.
ros en el establo. 11 Pusieron sobre
el carro el arca de Yave y el cofre,
Derrota de los filisteos en Masía.
con las ratas de oro y la figura de
sus tumores. 12 Las vacas tomaron
el camino de Bet Sames y siguieron
2
Mucho tiempo
pasó, veinte años,
siempre por él; e iban andando y desde que arca fué depositada en
el

mugiendo, sin declinar ni a la dere- Cariatiarim, y toda la casa de Israel


cha ni a la izquierda. Los príncipes gemía. 3 Dijo, pues, Samuel: «Si de
de los filisteos fueron tras ella, hasta todo corazón os convertís a Yave,
llegar al territorio de Bet Sames.
quitad de en medio de vosotros los
13 Las gentes dioses extraños y los astartes; ende-
de Bet Sames estaban
segando el trigo en el valle; y alzando rezad vuestro corazón a Yave y ser-
los ojos, vieron el arca con gran ale- vidle sólo a él, y él os librará de las
gría. 14 El carro llegó al campo de
manos de los filisteos.» 4 Los hijos
Josué, betsamita, y se paró en él. de Israel quitaron todos los Baales
Había allí una gran piedra, y partie- y Astartes, y sirvieron sólo a Yave.
6 Samuel les dijo: «Congregad a
ron las maderas del carro y ofrecie-
ron las vacas a Yave en holocausto. todo Israel en Masía, y yo rogaré
15 Los levitas, bajando
del carro el
a Yave por vosotros.» 6 Reuniéronse
arca de Yave y el cofre que estaba en Masía, y sacando agua, la derra-
junto a ella, los pusieron sobre la maron ante Yave; y ayunaron aquel
gran piedra. Las gentes de Bet Sames día, y clamaban: «Hemos pecado
ofrecieron aquel día holocaustos y contra Yave.» 7 Samuel juzgaba a
sacrificios a Yave. 16 Los cinco prín- los hijos de Israel en Masía. Ha-
cipes de los filisteos, después de ver biendo sabido los filisteos que los
esto, se volvieron a Acarón aquel hijos de Israel se habían congregado
mismo día.
en Masía, subieron sus príncipes con-
17
Estos son los tumores tra Israel. Tuvieron miedo de los filis-
de oro
que los filisteos donaron a Yave, teos los hijos de Israel, 8 y dijeron a
como ofrenda de desagravio: uno por Samuel: «No ceses de clamar por nos-
Azoto, uno por Gaza, uno por As- otros a Yave, nuestro Dios, para que
calón, uno por Get y uno por Acarón. nos libre de la mano de los filisteos.»
18 También
las ratas de oro eran
9
Samuel tomó un cordero de leche
según el número de las ciudades de y lo ofreció entero en holocausto a
los cinco príncipes, tanto de las for- Yave, y clamó a Yave por Israel, y
tificadas como de las no amuralladas Yave le escuchó. 10 Mientras Samuel
Testigo la gran piedra, que todavía ofrecía el holocausto, se acercaron los
hoy queda en el campo de Josué,
betsamita, sobre la cual se depuso (i) Restituida el arca, es llevada a Caria-
tiarim, no a Silo, que no aparece ya más como
el arca de Yave.
19 lugar del santuario, probablemente por haber
Los hijos de Jeconías no se ale- sido destruido por los filisteos. (Jer. 7. 12, 14;
graron con las gentes de Bet Sames 26. 6. 9.)
2X11 SAMUEL I, 8, 9

filisteos para atacar a Israel; pero un rey para que nos juzgue», y oró
Yave hizo tronar muy fuertemente ante Yave; 7 pero Yave dijo a Sa-
aquel día sobre los filisteos y los puso muel: «Oye la voz del pueblo en
en derrota, siendo batidos por los cuanto te pide, pues no es a ti a
hijos de Israel. 11 Los hombres de quien rechazan, sino a mí, para que
Israel, saliendo de Masfa, persiguie- no reine sobre ellos. 8 Como han
ron en derrota a los filisteos hasta hecho conmigo, desde que los saqué
12
más abajo de Bet Horón. Samuel de Egipto hasta ahora, dejándome
cogió una piedra y la puso entre Masfa para irse a servir a otros dioses, así
y Jesana; la llamó Eben Ezer, diciendo: hacen ahora contigo. 9 Escúchalos,
«Hasta aquí nos. socorrió Yave.» pues; pero da testimonio contra ellos
13
Así humillados, no volvieron los y dales a conocer cómo los tratará
filisteos más contra la tierra de Israel; el rey que reinará sobre ellos.»
10 Sa-

y pesó la mano de Yave sobre ellos muel transmitió al pueblo que le


durante toda la vida de Samuel. pedía rey todo lo que le había dicho
14 Las ciudades quelos filisteos habían Yave, 11
y les dijo: «Ved cómo os
tomado a Israel volvieron a poder de tratará rey que reinará sobre vos-
el
éste, desde Acarón hasta Get. Israel otros: Cogerá a vuestros hijos y los
arrancó de las manos de los filisteos pondrá sobre sus carros y entre sus
su territorio, y hubo también paz aurigas, y los hará correr delante su
entre Israel y los amorreos. carro. 12 De ellos hará jefes de mil,
de ciento y de cincuenta; los hará
labrar sus campos, recolectar sus mie-
Petición de rey. ses, fabricar sus armas de guerra y
13 Tomará
el atelaje de sus carros.
15
Samuel juzgó a Israel todo el a vuestras hijas para perfumeras, co-
tiempo de su vida. 16 Cada año hacía cineras y panaderas. 14 Tomará vues-
un recorrido por Betel, Gálgala y tros mejores campos, viñas y oliva-
Masfa, y allí, en todos estos luga- res, y se los dará a sus servidores.
17 Volvíase
res, juzgaba a Israel. 16 Diezmará vuestras cosechas
y vues-
luego a Rama, donde estaba su casa, tros vinos, para sus eunucos y servi-
y allí juzgaba a Israel. Alzó allí un I dores. 14 Cogerá vuestros siervos y
altar a Yave. vuestras siervas, vuestros mejores
bueyes y asnos, para emplearlos en
O 1
Cuando envejeció Samuel, puso sus obras. 17 Diezmará vuestros re-
" para juzgar a Israel a sus dos baños y vosotros mismos seréis es-
hijos; 2 el primogénito, de nombre clavos suyos. 18 Entonces clamaréis
Joel, y el segundo, de nombre Abia, a Yave, pero Yave no os oirá.» 19 El
3
y juzgaban en Berseba. Pero los pueblo desoyó a Samuel, y dijeron:
hijos de Samuel no siguieron los ca- «No, no, que haya sobre nosotros un
minos de éste, sino que se apartaban rey, 20 y así seremos como todos los
de ellos por avaricia, recibiendo pre- pueblos: nos juzgará nuestro rey, y
sentes y juzgando injustamente. 4 Re- saldrá al frente de nosotros para com-
uniéronse todos los ancianos de Israel, batir nuestros combates.» 21 Samuel,
y vinieron a Samuel en Rama, 6 y después de oír las palabras del pue-
le dijeron: «Tú eres ya viejo y tus blo, se las repitió a Yave; 22 y Yave
hijos no siguen tus caminos; danos le dijo: «Escúchalos y pon sobre ellos
un rey. para que nos juzgue, como un rey.» Entonces dijo Samuel al
todos los pueblos.» 6 Desagradó a pueblo: «Váyase cada uno a su ciu-
Samuel (1) que le dijeran: «Danos dad.»

(i) Hasta ahora el gobierno de Israel


ha sido puramente teocrático. Sólo Dios gober-
Saúl.
naba a su pueblo, y de cuando en cuando
suscitaba legados suyos a quienes encomendaba
1
Había en Benjamín un hombre,
funciones de gobierno. Por eso la petición del 9
llamado Quis, hijo de Abitl, hijo
pueblo supone el deseo de mudar la forma de de Scror, hijo de Becorat, hijo de
gobierno y, por tanto. Dios manda al pro- Afia, de Gueba de Benjamín. Era
feta que acceda a la petición, porque el hombre valiente; 2 y tenía un hijo
cambio en si se habla hecho casi necesario, para de nombre Saúl, robusto y alto. No
que Israel, politicamente organizado de un
modo permanente, pudiera rechazar los per-
habla hijo de Israel más alto que él,
sistentes ataques de sus enemigos, principal- y a todos les sacaba la cabeza. 3 Ex-
mente los filisteos. (Os. 8. 3 sigs.; 13. 10, 11.) traviáronse las asnas de Quis, padre
SAMUEL I, 10

de Saúl; y dijo Quis a Saúl: «Lleva llegado hasta mí sus clamores.»


17 Luego que Samuel vió a Saúl, le
contigo un mozo y vete en busca de
las asnas.» 4 Recorrió los montes de dijo Yave: «Este es el hombre de
Efraím y atravesó la tierra de Salisa, quien te hablé ayer. Este reinará sobre
sin hallarlas. Recorrieron también la mi pueblo. » 18 Saúl se acercó a Sa-
región de Salim, y tampoco estaban muel dentro de la puerta, y le dijo:
allí; volvieron a tierra de Benjamín, «¿Harías el favor de indicarme dónde
y tampoco las hallaron. 5 Cuando lle- está la casa del vidente?» 19 Samuel
garon a la región de Suf, dijo Saúl le contestó: «Soy yo el vidente; sube
al mozo que le acompañaba: «Vamos delante de mí a la altura y comeréis
a volvernos, no sea que mi padre, hoy conmigo. Mañana te despediré
más que por las asnas, esté ya in- y te diré cuanto tienes en tu corazón.
tranquilo por nosotros.» 6 El mozo le 20 Por las asnas que hace tres días

dijo: «Mira, en esta ciudad hay un perdiste, no te inquietes, han sido


hombre de Dios muy famoso. Cuanto halladas. ¿De quién va a ser cuanto
él dice seguramente sucede.
7
Vamos, de precioso hay en Israel? ¿No va a
pues, allá, que quizá él nos diga el ser tuyo y de toda la casa de tu padri ?
camino que hemos de seguir.» 7
Saúl 21 Saúl respondió: «¿Pues no soy yo
dijo al mozo: «Vamos allá, pero ¿qué benjaminita? ¿No soy yo de la mí-
vamos a llevarle? Ya no hay provi- nima tribu de Israel, de Benjamín,
siones en las alforjas, y nosotros no y no es mi familia la menor de las
tenemos nada que podamos ofrecerle familias de Benjamín? ¿Por qué me
como presente.» 8 El mozo le dijo: dices eso?» 22 Samuel, tomando a
«Mira, he encontrado un cuarto de Saúl y a su mozo, los introdujo en el
siclo de plata; se lo daré al hombre comedor y les dió el primer lugar, a
de Dios, y él nos indicará nuestro la cabeza de los invitados, que eran
camino.» 9 En otro tiempo, en Israel, unos treinta hombres. 23 Samuel dijo
los que iban a consultar a Dios se al cocinero: «Dame la porción que te
decían unos a otros: «Venid, vamos mandé pusieras aparte.» 24 El coci-
a consultar al vidente»; pues al que nero cogió un brazuelo y el rabo y
llaman hoy profeta le llamaban antes lo puso ante Saúl. «Es la porción que
vidente. 10 Saúl dijo al mozo: «Has se te reservaba», dijo a éste Samuel:
tenido buena idea, vamos»; y se diri- «Ponió delante de ti y come, pues
gieron a la ciudad, donde estaba el la hice guardar cuando convoqué al
hombre de Dios. 11 Cuando subían el pueblo, para el momento oportuno.»
repecho que conduce a la ciudad, en- Comió Saúl con Samuel aquel día.
contraron a unas jóvenes que habían 25 Bajaron de la altura a la ciudad,
salido a coger agua, y les pregunta- y Samuel estuvo hablando con Saúl
ron: «¿Está aquí el vidente?» 12 Ellas en la terraza, y luego se acostaron.
les respondieron, diciendo: «Sí, aquí 26 Al
día siguiente, a la aurora, llamó
está; mira allí delante; pero ve pronto, Samuel a Saúl a la terraza, y le
porque ha venido hoy a la ciudad dijo: «Levántate y te despediré.» Le-
por tener el pueblo un sacrificio en vantóse Saúl y salieron ambos juntos.
la altura. 13 En cuanto entréis en la 27 Cuando hubieron bajado al extre-
ciudad id a verle, antes que suba a mo de la ciudad, dijo Samuel a Saúl:
la altura para la comida, pues el «Dile al mozo que pase delante de
pueblo no comerá antes que llegue nosotros.» Tomó el mozo la delantera,
él, que es quien ha de bendecir el y dijo Samuel: «Detente ahora, que
sacrificio, y después comerán los in- te dé a conocer lo que dice Yave.»
vitados. Subid, pues, ahora mismo
y le hallaréis.» 14 Ellos subieron a la
ciudad. Cuando entraban en ella en- Unción de Saúl.
contraron a Samuel, que salía para
subir a la altura. 15 Un día antes de 1
Cogió Samuel una redoma de
1 í\
la llegada de Saúl, había hecho Yave 1U óleo, la vertió sobre la cabeza
una revelación a Samuel, diciéndole: de Saúl, y le besó diciendo: «Yave
16
«Mañana, a esta hora, yo te man- te unge (1) por príncipe de su here-
daré a un hombre de Benjamín, y tú
le ungirás por jefe de mi pueblo, de
(i) La unción es una consagración. Ade-
Israel, y él librará a mi pueblo de
más, en Israel la unción del rey vino a tener una
la mano de los filisteos, pues he visto significación equivalente a lo que nosotros
la humillación de mi pueblo y han decimos coronación. Es signo del especial
282 SAMUEL I, 10

dad. Tú
reinarás sobre el pueblo de habéis ido?» Saúl respondió: «A bus-
Yave y salvarás de la mano de los
le car las asnas, pero no las hemos
enemigos que le rodean. Esto te será visto por ninguna parte y fuimos
señal de que Yave te ha ungido como a casa de Samuel.» 15 El tío le
jefe de su heredad: 2 Cuando hoy dijo: «Cuéntame lo que te ha dicho
me dejes, encontrarás dos hombres Samuel»; 16 y Saúl respondió: «Nos
cerca del sepulcro de Raquel, en tierra dió a saber que las asnas habían
de Benjamín, al mediodía, que te parecido»; pero en cuanto a lo del rei-
dirán: Las asnas que has ido a bus- no, nada le dijo de lo que le había ha-
car han parecido, y tu padre no piensa blado Samuel.
ya en ellas, sino en vosotros, y dice:
¿Cómo haré yo para saber de mi hijo?
3 Siguiendo tu camino, llegarás a
la encina de la lamentación de Dé- Elección de Saúl a la suerte.
bora, y te encontrarás con tres hom-
bres subiendo a Dios a Betel, y lle- 17 Samuel convocó al pueblo ante
vando uno tres cabritos, el otro tres, Yave en Masía, 18
y dijo a los hijos
panes, y el otro una bota de vino; de Israel: «Así habla Yave, Dios de
4 después de preguntarte por tu salud, Israel: Yo os saqué de Egipto; yo
te darán dos de los panes, que tú os he librado de la mano de los
tomarás de su mano; 6 luego llegarás egipcios y de la de cuantos reyes os
a Gueba Elohim, donde hay una guar- oprimieron; 19 y vosotros hoy recha-
nición de filisteos; y al entrar en la záis a vuestro Dios, que os ha libra-
ciudad te encontrarás con un grupo do de vuestros males y de vuestras
de profetas, bajando dd excelso, aflicciones, y le decís: ¡No, pon sobre
precedidos de salterios, tímpanos, nosotros un rey! Presentaos ahora
flautas y arpas, y profetizando. 6 El ante Yave, por tribus y por fami-
espíritu de Yave se apoderará de lias» (1). 20 Samuel hizo que Se acer-
tí, y profetizarás con ellos y te casen todas las tribus de Israel, y
transformarás en otro hombre. 7 Cuan- fué sacada la tribu de Benjamín.
do todas estas señales se hayan 21
Hizo que se acercara la tribu de
cumplido en ti, haz lo que te •Benjamín, por familias, y fué elegida
venga a mano, pues Dios estará con- la familia de Metri; e hizo acercar a
tigo. 8 Baja antes que yo a Gálgala, la familia de Metri, por varones, y
a donde iré a reunirme contigo, fué elegido Saúl, hijo de Quis. Bus-
para ofrecer holocaustos y sacri- cáronle, pero no le hallaron. 22 Pre-
,

ficios eucarísticos. Espera siete días, guntaron entonces de nuevo a Yave:


hasta que yo vaya y te diga lo que «¿Ha venido?» Y Yave respondió:
has de hacer.» «Está escondido entre los bagajes.»
9
En cuanto volvió Saúl las espal- 23
Corrieron a sacarle de allí, y cuan-
das para apartarse de Samuel, se do estuvo en medio del pueblo so-
sintió otro, y todas las señales aque- bresalía de entre todos, de los hom-
llas le sucedieron el mismo día. bros arriba. 24 Samuel dijo al pueblo:
10 Cuando llegaron a Gueba encon- «No hay entre todos otro como él.»
tráronse con un tropel de profetas, Y el pueblo se puso a gritar «|Viva
y le arrebató el espíritu de Dios y se el rey!». 25
Entonces expuso San uel
puso a profetizar en medio de ellos. al pueblo el derecho real y lo esen-
11 Cuantos de antes le conocían se bió en un libro, que depositó ante
preguntaban: «¿Qué le ha pasado al Yave; 26 y despidió Samuel al pueblo
hijo de Quis? ¡Saúl entre los profe- todo, cada uno a su casa.
tas!» 12 Uno de los presentes con- También Saúl se fué a su casa, a
testó: «¿Y quién es el padre de esos Gueba, acompañado de una tropa
otros?» Por eso ha quedado en pro- de hombres robustos, cuyos corazo-
verbio: «¿También Saúl entre los pro- nes había tocado Dios. 27 Sin embar-
fetas?» 13 Cuando hubo acabado de go, algunos perversos decían: «¿Este
profetizar, subió a Gueba. 14 Un tío va a salvarnos?» Y despreciándole,
de Saúl preguntó a éste: «¿A dónde no le hicieron presentes.

carácter que en Israel tenia la realeza. No es el (i) Saúl, que habla sido ungido en pri-
rey un poder meramente polilico, como en las vado, es ahora públicamente elegido a la suerte,
demás naciones, sino el ministro de Dios, que es un medio de que se manifiesre 'a volun-
que vicariamente rige su pueblo. tad de Dios. (Prov. 16. 33.)
SAMUEL I, 11, 12 283

Derrota de los amonitas y libe- gala,para renovar allí el reino. 16 Todo


ración de Jabea (¿alad. elpueblo fué a Gálgala, y restablecie-
ron a Saúl rey ante Yave en Gálgala
14' 1
Pasó cosa de un mes, y subió y ofrecieron sacrificios eucarísticos,
Najas, amonita, y silió a Ja- dando Saúl y todo el pueblo mues-
bes Calad. Los habitantes de Jabes tras de gran regocijo.
dijeron a Najas: «Pacta con nosotros
y te serviremos.» 2 Pero Najas, amo-
nita, les respondió: «Pactaré, a con- Samuel resigna la judicatura.
dición de sacaros a cada uno de
vosotros el ojo derecho y hacer de lO 1
Dijo Samuel a todo Israel:
esto oprobio para todo Israel.» 3 Di- «Ya veis que os he oído en
jéronle los ancianos de Jabes: «Danos cuanto me habéis dicho, y que he
tregua de siete días, para mandar puesto sobre vosotros un rey. 2 Ahora,
mensajeros por todo Israel; si no pues, tenéis ya rey que marche a vues-
viene nadie a socorrernos, nos ren- tra cabeza. Yo ya soy viejo y he en-
diremos a ti.» 4 Vinieron mensajeros canecido, y mis hijos ahí los tenéis
a Gueba, de Saúl, y contaron al pue- entre vosotros, como unos de tantos.
blo esto, y el pueblo todo alzó la voz He estado al frente de vosotros, desde
y lloró. 5 Venía entonces Saúl del mi juventud hasla hoy. 3 Aquí me
campo tras de sus bueyes, y pregun- tenéis. Dad testimonio de mí ante
tó: «¿Qué tiene el pueblo para llorar Yave y ante su ungido. ¿He quitado
así?» Contáronle lo que decían los a nadie un buey? ¿He quitado a nadie
de Jabes. 6 En cuanto lo oyó, le un asno? ¿He oprimido a r.adie? ¿He
arrebató el espíritu de Yave y se perjudicado a nadie? ¿He aceptado
encendió en cólera. 7 Cogió un par de nadie presentes que no me dejaran
de bueyes, los cortó en pedazos y ver lo que él hacía? Os lo restituiré.»
4 Ellos
mandó éstos por todo el territorio respondieron: «No nos has
de Israel, por medio de mensajeros perjudicado, no nos has oprimido,
que dijeran: «Así serán tratados los de nadie has aceptado nada.» 5 El
bueyes de cuantos no se pongan en les dijo: «Testigo Yave contra vos-
marcha tras Saúl y Samuel.» El terror otros, y lo es también hoy su ungido,
de Yave cayó sobre el pueblo, que se de que nada habéis hallado en mis
puso en marcha como un solo hombre. manos.» El pueblo respondió: «Tes-
8 Saúl los revistó
en Bezec; y los hijos tigo.» 6 Samuel añadió: «Yave, que
de Israel eran trescientos mil; los de hizo a Moisés y Arón y sacó a vues-
Judá, treinta mil. 9 Dijo a los men- tros padres de Egipto, es testigo.
7
saje] os que habían venido de Jabes: Ahora, pues, poneos delante de
«Decid a los hombres de Jabes Calad: Yave, que quiero juzgaros ante Yave
Mañana, a medio día, seréis socorri- por los beneficios que os ha hecho
dos.» Los mensajeros llevaron la no- a vosotros y a vuestros padres.
8
ticia a los hombres de Jabes, que se Cuando Jacob con sus hijos entró
llenaron de alegría, 10 en Egipto y los humillaron los egip-
y dijeron a los
amonitas: «Mañana nos rendiremos cios, y vuestros padres clamaron a
a vosotros, para que con nosotros Yave, Yave les mandó a Moisés y
hagáis lo que bien os parezca.» 11 Al Arón, que los sacaron de Egipto, y
día siguiente, dividió Saúl el pueblo los establecieron en este lugar. 9 Pero
en tres cuerpos; y a la vigilia matu- se olvidaron de Yave, su Dios, y éste
tina penetraron en el campamento los entregó en manos de Sisara, jefe
de los amonitas y los estuvieron ba- del ejército de Jasor, en manos de
tiendo hasta la hora de más calor. los filisteos, en manos del rey de Moab,
Los que escaparon se dispersaron de que les hicieron la guerra. 10 Clama-
tal modo, que no quedaron dos hom- ron a Yave, diciendo: «Hemos peca-
bres juntos. do, porque hemos abandonado a Yave
12
El pueblo decía a Samuel: «¿Quié- y hemos servido a los Baales y los
nes son los que decían: Saúl va a Astartes. Líbranos ahora y nosotros
reinar sobre vosotros? Entréganos te serviremos. 11 Mandóles Yave a
esas gentes para que les demos muer- Jerobaal, Bedan, Jefté y Samuel, y
te.» 13 Pero Saúl dijo: «Nadie será os libró de manos de los enemigos
muerto hoy, pues hoy ha salvado que teníais en torno vuestro, y habéis
Yave a Israel.» 14 Ydijo Samuel al habitado vuestras casas en seguridad.
pueblo: «Venid y vayamos a Gál- 12
Y ahora, cuando habéis visto que
284 SAMUEL i. 13

2
Najas, rey de los hijos de Arrimón, se Israel. Saúl eligió para sí tres mil
ponia en marcha contra vosotros, hombres de Israel. Dos mil estaban
me habéis dicho: No, que reine un con él en Mi j mas y sobre el monte
rey sobre nosotros; cuando Yave, de Betel, y mil con Jonatán, en Gueba
vuestro Dios, era vuestro rey. 13 Ahí de Benjamín. El resto del pueblo
tenéis, pues, el rey que habéis que- lo mandó cada uno a su tienda.
rido y habéis pedido; Yave le ha 3 Jonatán batió a la guarnición de
puesto por rey vuestro. 14 Si teméis filisteos que había en Gueba; y al
a Yave, si le servís y obedecéis, si saberlo dijeron los filisteos: «Se han
no sois rebeldes a los mandatos de rebelado los hebreos.» Saúl hizo que
Yave, viviréis vosotros y vuestro tocasen la trompeta por toda la
rey, que reinará sobre vosotros. tierra; 4 y todo Israel supo la no-
15 p er0 s ¡ n0 obedecéis a Yave, si ticia: «Saúl ha batido a la guarni-
sois rebeldes a sus mandatos, tendréis ción de los filisteos»; e Israel se hizo
contra vosotros la mano de Yave, odioso a los filisteos, y fué convo-
como contra ellos la tuvieron vues- cado el pueblo por Saúl a Mijmas.
tros padres. 16 Quedaos todavía, para 5
los filisteos para com-
Reuniéronse
que veáis el prodigio que va a obrar batir contra Israel; mil carros y
Yave a vuestros ojos. 17 ¿No estamos seis mil caballeros, y de pueblo un
en el tiernp 0 de la siega de los trigos? número comparable a las arenas del
Pues yo voy a invocar a Yave, y mar. Vinieron a acampar en Mijmas,
6 Los hom-
Yave tronara y lloverá, y veréis así al oriente de Bet Horon.
cuán grande es a los ojos de Yave el bres de Israel se vieron en gran
mal que habéis hecho pidiendo un rey. aprieto, pues estaban casi cercados,
18 Invocó Samuel a Yave, y se ocultaron en las cavernas, en
y aquel
mismo día dió Yave truenos y lluvia, la maleza y en las peñas, en las torres
y todo el pueblo tuvo gran temor y en las cisternas; 7 y los de más
de Yave y de Samuel; 19 y dijeron lejospasaron el Jordán y se inter-
a éste: «Ruega por tus siervos a Yave, naron en tierra de Gad y de Galad.
tu Dios, para que no muramos, pues
a todos nuestros pecados hemos aña-
dido el de pedimos un rey.» 20 Samuel Pecado de Saúl.
les dijo: «No temáis; habéis hecho
todo ese mal, pero no ceséis de seguir Saúl estaba todavía en Gálgala,
a Yave y servirle con todo vuestro y la gente que estaba ton él se dis-
corazón. 21 No os apartéis de él, persaba. 8 Esperó siete días, según
porque será ir tras vanidades que el término que había fijado Samuel;
no os darían provecho ni ayuda pero Samuel no venía, y la gente se
alguna, porque de nada sirven. 22 Ya- dispersaba cada vez más. 9 Entonces
ve, por la gloria de su nombre, no dijo Saúl: «Traedmc el holocausto
abandonará a su pueblo, ya que ha y las hostias pacíficas»; y ofreció el
querido haceros el pueblo suyo. 23 Le- holocausto (1). 10 Apenas ofrecido
jos también de mí pecar contra Yave, el holocausto, vino Samuel y Saúl
dejando de rogar por vosotros; yo os salió a su encuentro para saludarle.
11 Samuel
mostraré el camino bueno y derecho. le dijo: «¿Qué has hecho?»
24 Temed sólo a Yave, servidle Saúl respondió: «Viendo que la gente
fielmente y con todo vuestro cora- se dispersaba, que tú no venías en
zón, pues ya habéis visto los prodi- el término fijado y que los filisteos
gios que ha hecho en medio de vos- acampaban en Mijmas, 12 me dije:
otros. 28 Pero si perseveráis en el Los filisteos van a venir a atacarme
mal, pereceréis vosotros y vuestro a Gálgala y yo no he implorado a
rey.» Yave. Entonces, obligado por la ne-
cesidad, he ofrecido el holocausto.»
13 Samuel dijo a Saúl: «Has obrado
Nueva invasión de los filisteos.
neciamente y has desobedecido el
1o 1
Era Saúl de (1) años mandato de Yave, tu Dios. Estaba
" cuando comenzó a reinar, y (i) Esta intromisión de Saúl, asi como la
había ya reinado dos años sobre desobediencia en el cumplimien:o de la orden
de Dios, de dar al anatema todo lo de Amalee,
(i) Ni el texto ni las versiones antiguas son muestras de la indocilidad de Saúl, indoci-
nos dan el número, que parece haber desapa- lidad que se da como causa de su reprobación
recido. y del cambio de dinastía.
SAMUEL 1, 14

Yave para afirmar tu reino sobre al norte enfrente de Mijmas, y el


Israel, para siempre; 14 pero ahora otro al mediodía, enfrente de Gueba.
ya tu reino no persistirá. Ha bus- 6 Jonatán dijo a su escudero: «Anda,

cado Yave un hombre según su vamos a pasar al puesto de los incir-


corazón, para que sea jefe de su cuncisos; puede ser que Yave nos
pueblo, porque tú no has cumplido ayude, pues nada le impide salvar
lo que Dios te había mandado.» con muchos o con pocos.» 7 Su escu-
15 Levantóse Samuel,
y de Gálgala dero le respondió: «Haz lo que quieras.
subió a Gueba de Benjamín. Saúl Donde tu vayas, pronto estoy a
revistó su tropa, y quedaban con seguirte.» 8 Jonatán le dijo: «Vamos
16 Saúl, Jona- a pasar hacia ésos y a dejarnos ver
él seiscientos hombres.
tán, su hijo, y la gente que con ellos de ellos. 9 Si nos dicen: «Esperad a
quedaba, se apostaron en Gueba de que vayamos», nosotros nos queda-
Benjamín, mientras los filisteos acam- remos donde estemos y no subiremos
paban en Mijmas. 17 Salieron del a ellos; 10 pero si nos dicen: «Subid
campamento de los filisteos tres tro- acá», subiremos, porque Yave nos los
pas en algara, para saquear la tierra. ha entregado en nuestras manos.
Una tomó el camino de Ofra, hacia Esa será para nosotros la señal.»
la tierra de Saúl; 18 otra el de Bet
11 Hiciéronse ver ambos del puesto
Horón, y la tercera el de Gueba, de los filisteos, y éstos dijeron: «Mirad,
que domina el valle de Seboim, hacia los hebreos salen de los agujeros
el desierto. 19 No había en toda la donde se habían metido»; 12 y diri-
tierra de Israel herrero alguno, pues giéndose a Jonatán y a su escudero,
los filisteos se habían dicho: «Que dijeron: «Subid a nosotros y os ense-
no puedan los hebreos forjar espadas ñaremos una cosa.» Jonatán dijo al
ni lanzas.» 20 Todo Israel tenía que escudero: «Sube detrás de mí, que
bajar a tierra de los filisteos, para Yave los ha puesto en nuestras ma-
aguzar cada uno su reja, su segur, nos.» 13 Y sirviéndose de manos y
su azadón o su pico. 21 No se disponía pies, subió Jonatán, seguido de su
más que de la lima, para sacar el escudero. Los filisteos, unos caían
filo atoda clase de segures, tridentes delante de Jonatán, y otros detrás
y hoces, y para aguzar las aijadas. de él, los mataba el escudero. 14 Esta
22 Llegado el día del combate, no primera matanza que hizo Jonatán
había en mano del pueblo todo que fué de unos veinte hombres; en un
estaba con Saúl y Samuel espada ni espacio como de la mitad de una
lanza, más que las de Saúl y las de yugada. 15 Trascendió el espanto al
Jonatán, su hijo. 23 Los filisteos campamento, al llano y a todos los
habían salido para guarnecer el paso puestos de los filisteos, y aun las
de Mijmas. tres columnas de saqueadores fueron
Temblaba la tierra.
presa del terror.
Fué un espanto de Dios. 16 Los cen-
Hazaña «le Jonafan y derrota de tinelas de Saúl, que estaban en Gueba
los lili* Icos. de Benjamín, vieron cómo la mu-
chedumbre se dispersaba y corría de
* a 1 Un día Jonatán dijo a su un lado para otro. 17 Saúl dijo a la
1 x escudero: «Anda, vamos a pasar gente que tenía con él: «Pasad re-
al puesto de los filisteos que está vista y ved quién falta de entre
allídel otro lado.» Nr.da había dicho nosotros.» Pasáronla, y se halló que
a su padre. 2 Saúl estaba apostado al faltaban Jonatán y su escudero.
extremo de Gueba, bajo el granado 18 Dijo
entonces Saúl a Ajías: «Trae
de Magrón, y tenía con él unos seis- el efod»; pues había llevado el efod
cientos hombres. 3 Ajías, hijo de y lo tenía allí aquel día ante Israel.
Ajijot, hermano de Icabod,hijo de 19
Mientras Saúl hablaba con el sacer-
Fines, hijo de
era sacerdote
Helí, dote, iba extendiéndose y creciendo
de Yave en Silo, y llevaba el efod. el tumulto en el campamento de los
Tampoco la gente sabía nada de a y Saúl dijo al sacerdote:
filisteos;
dónde había ido Jonatán. 4 Entre los «Retira tu mano.» 20 Saúl y cuantos
pasos por donde Jonatán tentaba con él estaban se reunieron y avan-
llegar al puesto de los filisteos había zaron hasta el lugar de la lucha, y
un diente de roca de un lado y otro vieron que los filisteos habían vuelto
del otro, el uno de nombre Boses y el sus armas unos contra otros y la
otro Sene. 5
Uno de ellos se alza confusión era grandísima. 21 Los he
286 SAMUEL I, 14

breos que de antes estaban con los y no pecaréis contra Yave comiendo
filisteos y habían subido con ellos la carne con sangre.» Llevó cada cual
al campamento, se pusieron también de la mano durante la noche su buey,
del lado de los de Israel,que estaban y le degolló sobre la piedra. 35 Saúl
con Saúl y Jonatán. 22 Los que de alzó un altar a Yave. Fué el primer
Israel se habían ocultado en los altar que alzó Saúl.
montes de Efraím, al tener noticia 36 Saúl dijo: «Vamos a salir
a per-
de la huida de los filisteos se pusie- seguir a los filisteos durante la noche,
ron igualmente a perseguirlos. 23 Así a destrozarlos hasta que luzca el día,
libró Yave aquel día a Israel. El sin dejar uno solo con vida.» Y
le
combate siguió hasta Bet Horón. dijeron: «Haz cuanto bien te parezca»
24 Vinieron a ser los que se reunieron Y él dijo al sacerdote: «Acércate»;
con Saúl unos diez mil hombres, y se 37
y consultó a Dios: «¿He de bajar
extendió la lucha por todos los mon- en persecución del enemigo? ¿Los en-
tes de Efraím. tregarás en manos de Israel?» Pero
Yave no dió aquel día respuesta.
38 Saúl «Acercaos aquí todos los
dij'>:
Temerario juramento de Saúl. jefes de tribus del pueblo, y buscad,
a ver por quién haya sido cometido
Saúl cometió aquel día una gran el pecado; 39 pues por vida de Yave,
imprudencia, pues conjuró al pueblo, el salvador de Israel, que si hubiera

diciendo: «Maldito el hombre que sido por Jonatán, mi hijo, sin remi-
coma nada hasta la tarde, mientras sión morirá.» Nadie del pueblo osó
no me haya vengado de mis ene- responderle. 40 Dijo, pues, a todo
migos.» Y nadie probó bocado. 25 El Israel: «Poneos todos vosotros de un
pueblo estaba extenuado por la fati- lado, y yo y mi hijo nos pondremos
ga; 26 y llegó a un bosque donde había del otro.» El pueblo contestó: «Haz
mucha miel en el suelo. A pesar de como bien te parezca.» 41 Saúl dijo:
ver la miel corriendo por el suelo, «Yave, Dios de Israel, ¿cómo es que
nadie la tomó para llevársela a la no respondes hoy a tu siervo? Si en
boca, por temor del juramento hecho. mí o en Jonatán, mi hijo, está este
27 Pero Jonatán, que nada sabía pecado, Yave, Dios de Israel, da
del juramento que su padre había urirn; y si está la iniquidad en el
hecho hacer al pueblo, metió la punta pueblo, da himim. Y fueron señala-
del bastón que llevaba en la mano dos por la suerte Jonatán y Saúl y
en un panal de miel, y se la llevó a librado el pueblo. 42 Saúl dijo: «Echad
la boca con la mano, y le brillaron ahora la suerte entre mí y Jonalán,
los ojos. 29 Uno del pueblo le advirtió: mi hijo»; y fué señalado Jonatán.
«Tu padre ha hecho jurar al pueblo, 43 Saúl dijo a Jonatán: «Dime qué
diciendo: «Maldito el hombre que has hecho.» Y Jonatán respondió:
coma hoy.» 29 Jonatán respondió: «He gustado un poco de miel con
«Mi padre ha hecho hoy mucho mal la punta del bastón que llevaba en
al pueblo. ¿No veis cómo han bri- la mano, ¿y por eso voy a morir?»
44 Saúl dijo: «Que me castigue Dios
llado mis ojos sólo con haber pro-
bado un poco de miel? 30 Si el pueblo con todo rigor si no mueres, Jonatán.»
48 El pueblo dijo entonces a Saúl:
hubiera comido hoy del botín cogido
a los enemigos, ¡cuánto mayor habría «¿Va a morir Jonatán, el que ha
sido la derrota de los filisteos! hecho en Israel esta gran liberación?
31 Batieron aquel
día a los filisteos iJamásl Vive Yave, no caerá a tierra
desde Mijmas hasta Ayalón. El pue- un solo cabello de su cabeza, pues
blo, desfallecido, 32 cuando volvió hoy ha obrado con Dios.» Así salvó
sobre el botín, cogió ovejas, bueyes el pueblo a Jonatán y no murió.
48 Saúl desistió de salir en persecu-
y terneros; y matándolos en el suelo,
comió la carne con su sangre. 33 Dijé- ción de los filisteos, y éstos llegaron
ronlc a Saúl que el pueblo había a su tierra. 47 Mientras Saúl reinó
pecado contra Yave, comiendo la sobre Israel, hizo la guerra a todos
carne con su sangre; y dijo: «Habéis los enemigos de en torno; a Moab,
prevaricado. Traedmc luego una pie- a los hijos de Ammón, a Aram Bet
dra grande», 34 y añadió: «Id por Rejob, al rey de Soba y a los filis-
todo el pueblo y decidle que me traiga teos, venciendo en todas partes a
cada uno su buey o su oveja, y que donde se volvía. 48 Llegó a ser muy
la degüelle aquí. Después comeréis, fuerte: derrotó a Amalee y libró a
SAMUEL I, 15 287

Israel de las manos de cuantos antes a Agag y las mejores ovejas y los
le saqueaban. mejores bueyes, los más gordos y
49 Los hijos de Saúl fueron Jonatán, cebados, no dándolos al anatema y
Jesui y Melquisua; sus dos Lijas se destruyendo solamente lo malo y
llamaron: Merob la mayor y Mithol sin valor.
60 La mujer de Saúl se
la menor.
llamaba Ajinoam, luja de Ajimas.
El nombre del jefe de su ejército era Sanl, rechazado por Dios.
Abner, hijo de Ncr, tío de Saúl.
10Yave dirigió a Samuel su pala-
51 Quis, padre de Saúl,
y Ner, padre
de Abner, eran hijos de Abicl. bra, diciendo: 11 «Estoy arrepentido
62
La guerra contra los filisteos de haber hecho rey a Saúl, pues se
fué encarnizada, durante toda la vida aparta de mí y no hace
lo que le
de Saúl; y en cuanto veía Saúl un Samuel se entristeció y estuvo
digo.»
hombre robusto y valiente, le ponía clamando a Yave toda la noche;
a su servicio.
12
y levantándose de mañana, para
ir al encuentro de Saúl, supo que
había ido al Carmelo, donde se había
Desobediencia de Saúl al mandato alzado un monumento, y de vuelta,
de Vave. pasando más allá, había bajado a
Gálgala. 13 Dirigióse, pues a donde
1
Samuel dijo a Saúl: «A mí estaba Saúl, y le dijo Saúl: «Bendito
15 me envió Yave para que te seas de Yave. He cumplido la orden
ungiera rey de su pueblo, de Israel. de Yave.» 14 Samuel le contestó:
Escucha, pues, ahora lo que te dice «¿Qué es entonces ese balar de ovejas
Yave: 2 Así habla Yave Sebaot: que llega a mis oídos, y ese mugir
Tengo presente lo que hizo Amalee de bueyes que oigo?» 15 Saúl res-
contra Israel, cuando le cerró el pondió: «Los han traído de Amalee,
camino a su salida de Egipto: Ve, pues el pueblo ha reservado las me-
pues, ahora, y castiga a Amalee; jores ovejas y los mejores bueyes,
3
y da al anatema cuanto es suyo (1). para los sacrificios de Yave, tu Dios;
?\o perdones; mata a hombres, muje- el resto ha sido dado al anatema.»
16 Samuel dijo entonces a Saúl:
res y niños, aun los de pecho; bueyes
4 Dió, «Basta; voy a darte a conocer lo que
y ovejas, camellos y asnos.»
pues, Saúl la orden al pueblo y lo Yave me ha dicho esta noche.»
congregó en Telaim. Contó doscien- Saúl le dijo: «Habla.» 17 Samuel dijo:
tos mil infantes y diez mil hombres «¿No es verdad que, hallándote tú
de Judá. 5 Avanzó Saúl hasta las pequeño a tus propios ojos, has
ciudades de Amalee y puso una em- venido a ser el jefe de las tribus de
boscada en el torrente; 6 y dijo a Israel y te ha ungido Yave rey sobre
18 Yave te dió una misión,
los quíneos: «Id, retiraos, salid de Israel?
en medio de Amalee, no sea que. os diciéndote: Ve y da al anatema a
veáis envueltos con él; pues vosotros esos pecadores de Amalee, y combá-
19
tratasteis con benevolencia a los hijos telos hasta exterminarlos. ¿Por
de Israel cuando subían de Egipto.» qué no has obedecido al mandato
Retiráronse, pues, de Amalee, los de Yave, y te has echado sobre el
quíneos. 7 Saúl batió a Amalee, botín, haciendo mal a los ojos de
desde Evila hasta Sur, frente a Egipto. Yave?» 20 Saúl contestó a Samuel:
8 Cogió vivo
a Agag, rey de Amalee, «Yo he obedecido el mandato de
y dió al anatema a todo el pueblo, Yave, y he seguido el camino que
pasándolo a filo de espada. 9 Pero me ordenó Yave, y he traído a Agag,
Saúl y el pueblo dejaron con vida rey de Amalee. 21 El pueblo ha tomado
del botín esas ovejas y esos bueyes,
(i) Entre Amalee, pueblo nómada, siempre como primicias de lo dado al anatema,
dispuesto a echarse sobre un pueblo sedentario para sacrificarlos a Yave, su Dios,
como ya era Israel, y este último, no podía en Gálgala.» 22 Pero Samuel repuso:
menos de haber perpetua guerra. Ya a la salida «¿No quiere mejor Yave la obedien-
de Egipto se echó traidoramente Amalee sobre cia a sus mandatos, que no los holo-
la retaguardia de Israel y apresó y mató a los
caustos y las víctimas? Mejor es la
rezagados por la fatiga; y después constante-
mente se registran incursiones de los amale- obediencia que las víctimas. Y mejor
citas contra Israel. (Exod. 17 8 sigs. Deut. 26. escuchar que ofrecer el sebo de los
17 sigs. I. Sam. 30.) carneros. 03 Tan pecado es la rebelión
288 SAMUEL I, 16

como la superstición, y la resistencia ungiendo al que yo te señale.» 4 Hizo


como la Pues que tú has
idolatría. Samuel lo que le mandaba Yave,
rechazado el mandato de Yave, él y llegó a Belén. Los ancianos acu-
te rechaza también a ti como rey.» dieron inquietos a él y le dijeron:
24 Dijo entonces Saúl a Samuel: «¿Tu llegada es para bien?» 8 El
«He pecado, traspasando el mandato contestó: «Sí, he venido para ofrecer
de Yave y tus palabras; temi al un sacrificio a Yave. Santifícaos y
pueblo y le escuché. Perdona, pues, venid conmigo al sacrificio.» Santi-
ruego, mi pecado, 25 y vuélvete
te ficó a Isaí y a sus hijos y los invitó
conmigo para adorar a Yave.» 26 Sa- al sacrificio. 6 Cuando se presentaron
muel le contestó: «No me volveré ante él, al ver a Eliab, se dijo Samuel:
contigo, porque tú rechazaste el man- «Seguramente se halla ante Yave su
dato de Yave, y Yave te rechaza a ungido.» 7 Pero Yave dijo a Samuel:
ti para que no reines en Israel.» «No tengas en cuenta su figura y
27 Volvióse Samuel para irse, pero su gran talla, que yo le he descar-
Saúl le cogió por la orla del manto, tado. No ve Dios como el hombre;
que se rompió; 28 y le dijo Samuel: el hombre ve la figura, pero Yave
«Hoy ha roto Yave de sobre ti el mira el corazón.» 8 Isaí llamó a Abi-
reinó, para entregáiselo a otro mejor nadab y le hizo pasar ante Samuel.
que tú; 29 y el Esplendor de Israel Samuel dijo: «Tampoco es éste el
no se doblegará, no se arrepentirá, que ha elegido Yave.» 9 Hizo Isaí
pues no es un hombre para que se pasar a Sama, y Samuel dijo: «Tam-
arrepienta.» 30 Saúl dijo: «He pecado; poco éste es el que ha elegido Yave.»
pero hónrame ahora, te lo ruego, 10 Isaí hizo pasar ante Samuel a sus
en presencia de los ancianos de mi siete hijos, y Samuel le dijo: «A
pueblo y en presencia de Israel, y ven ninguno de éstos ha elegido Yave.»
conmigo a adorar a Yave, tu Dios.» 11 Preguntó entonces Samuel: «¿Son
31 Volvióse Samuel
y siguió a Saúl, éstos todos tus hijos?» Y él le res-
y éste adoró a Yave. 32 Samuel dijo: pondió: «Queda el más pequeño, que
«Traedme a Agag, rey de Amalee»; está apacentando las ovejas.» Samuel
y Agag se acercó a él con rostro com- le dijo: «Manda a buscarle, pues no
placiente, diciendo: «Seguramente se nos sentaremos a comer mientras
j

apartó la amarga muerte. » 33 Samuel no venga él.» 12 Isaí mandó a bus-


repuso: «Así como a tantas madres carle. Era rubio, de hermosos ojos
i

privó tu espada de hijos, así será y muy bella presencia. Yave dijo a
entre las mujeres tu madre privada Samuel: «Levántate y úngele, pues
de su hijo.» Y destrozó a Agag ante ése es.» 13 Samuel, tomando el cuerno
Yave, en Oálgala. 34 Partióse Samuel de óleo, le ungió a la vista de sus
para Rama, y Saúl subió a su casa de hermanos: y desde aquel momento
Gueba de Saúl. 35 No volvió Samuel en lo sucesivo, vino sobre David el
a ver a Saúl hasta el día de su muerte. espíritu de Yave. Samuel se levantó
y se volvió a Rama.
Unción de David.
David, al servicio de Saúl.
1 (i Como
lamentase Samuel de
se
* "
que se hubiera Yave arrepentido 14 El espíritu de Yave se retiró de
de haber hecho a Saúl rey de Israel, 1 Saúl, y le turbaba un mal espíritu,
15 Y dijeron a
dijo Yave a Samuel: «¿Hasta cuándo mandado de Yave.
vas a estar tú llorando sobre Saúl, a Saúl sus servidores: «Te ves turbado
quien he rechazado yo para que no por un mal espíritu de Dios; 18 per-
reine más sobre Israel? Llena tu mite, señor, que tus siervos te digan
cuerno de óleo, y ve; te envío a casa que se busque a un diestro tañedor
de Isaí de Belén, pues he elegido de arpa, que cuando se apodere de y
entre sus hijos al rey que yo quiero.» el mal espíritu de Dios, la toque ti
2 «¿Cómo voy a ir? —
contestó Sa- halles alivio.» 17 Saúl les dijo: «Bus-
muel
Yave
— ; lo sabrá Saúl y me matará.»
dijo: «Lleva contigo una
cadme, pues, un buen músico, y
traédmelo.» 18 Tomando uno de los
le
ternera, y dirás: He venido para servidores la palabra, dijo: «Yo he
ofrecer a Yave un sacrificio. 3 Invi- visto a un hijo de Isaí, de Belén,
tarás al sacrificio a Isaí, y ya te que sabe tocar el arpa. Es hombre
indicaré yo luego lo que has de hacer, fuerte y valiente, hombre de guerra
SAMUEL I. 17 289

11 Saúl
v discreto en el hablar, y está Yave del filisteo, y todo Israel se
con él.» 19 Saúl envió mensajeros a asombraron y se llenaron de miedo.
casa de Isaí, para decirle: «Mándame
a David, tu hijo, el que está con las
ovejas.» 20 Isaí tomó un omer de Mata David al ;i¡«|"»»<'
pan, un odre de vino y un cabrito,
y se lo mandó a Saúl por David, su 12 David era hijo
de un efrateo,
21 Llegado a casa de Saúl,
hijo. de Belén de Judá, que tenía ocho
David se presentó a él. Saúl le22 cogió hijos, llamado Isaí, y era al tiempo
cariño y le hizo escudero suyo. Saúl de Saúl uno de los hombres rrjras
dijo a Isaí: «Que se quede, te ruego, ancianos. 13 Los tres hijos mayores
conmigo David, a mi servicio, pues de Isaí habían salido para la guerra,
23 Cuan-
ha hallado gracia a mis ojos. » y se llamaban el mayor Eliab, el
do el mal espíritu de Dios se apode- segundo Abinadab, y Samma el ter-
raba de Saúl, David cogía el arpa, cero. 14 David era el menor; y cuando
la tocaba, y Saúl se calmaba y se las tropas marcharon tras de Saúl,
ponía mejor, y el espíritu malo se 15 David iba
y venía y apacentaba
alejaba de él. las ovejas de su padre en Belén. 16 El
filisteo salía de su campo mañana y
tarde, y estuvo haciendo así por cua-
El gibante Goliat. renta días. 17 Isaí dijo a David, su
hijo: «Toma ese rfa de trigo tostado
1 ^ 1 Los filisteos, juntando sus y esos diez panes,y corre al campa-
'
tropas para hacer la guerra, se mento donde están tus hermanos;
18 lleva
reunieron en Soco, que pertenece a también esos diez requesones,
Judá. Acamparon entre Soco y Azeca, para el jefe de su millar. Visitas a tus
en Efes Domim. 2 Reuniéronse tam- hermanos para ver cómo están, y
bién Saúl y los hombres de Israel, y 19
les preguntas si quieren algo.» Saúl,
vinieron al valle del Terebinto, y ellos y todos los hombres de Israel,
pusiéronse allí en orden de batalla estaban en el valle del Terebinto,
contra los filisteos. 8 Estaban éstos en campaña contra los filisteos.
acampados en un monte y los de 20 David se levantó
de madrugada;
Israel en un monte opuesto, mediando y dejando las ovejas al cuidado de
entre ellos el valle, que los separaba. un pastor, se fué, cargado de lo que
4 Salió al medio, de las filas de los le mandara Isaí. 21 Llegó al campa-
filisteos,un hombre llamado Goliat, mento cuando el ejército salía a
de Get, que tenía de talla seis codos ordenarse en batalla, lanzando sus
y un palmo. * Cubría su cabeza un gritos de guerra. 22 Israelitas y filis-
casco de bronce y llevaba una coraza teos se ordenaban en batalla, ejér-
escamada, de bronce también, de cito contra ejército. David dejó los
cinco mil siclos de peso. 6 A los pies objetos que traía, en mano de un
llevaba botas de bronce, y a las espal- guardia del bagaje, y corrió hacia las
das un escudo, también de bronce. filas del ejército. En cuanto llegó,
7
El asta de su lanza era como el preguntó a sus hermanos cómo esta-
enjullo de un telar, y la punta de la ban; 23 pero mientras hablaba con
lanza, de hierro, pesaba seiscientos ellos, el filisteo de Get, Goliat, de
siclos. Delante de é! iba su escudero. nombre el filisteo, salió de las filas
8 Goliat se paró, y dirigiéndose a las de los filisteos y se puso a decir
tropas de Israel, ordenadas en bata- lo de los otros días, oyéndolo David.
lla, les gritó: «¿Para qué os habéis 24 En viendo a aquél, todos los hom-
puesto en orden de batalla? ¿No bres de Israel se retiraron ante él,
soy yo un filisteo y vosotros siervos temblando de miedo. 25 Decíanse
de Saúl? Elegid un hombre que unos a otros: «¿Veis a ese hombre que
baje a pelear conmigo. 9 Si en la avanza? Viene a desafiar a Israel.
lucha me vence, que me mate y os Al que le mate le colmará el rey de
quedaremos sujetos; pero si soy yo riquezas, le dará su hija por mujer
el que le venzo y le mato a él, seréis y eximirá de tributos la casa de su
vosotros los que nos quedaréis suje- padre.
10 26 David preguntó
tos y nos serviréis.» El filisteo a los que tenía
añadió: «Yo arrojo hoy este reto al cerca: «¿Qué darán al que mate a ese
ejército de Israel. Dadme un hombre filisteo y arranque a Israel la afrenta?
y lucharemos.)! Al oír las palabras ¿Quién es ese filisteo, ese incircun-
290 SAMUEL I, 17

ciso, para insultar así al ejército perro, para venir contra mí con un
del Dios vivo?» 27 La gente le repitió —
cayado?» «No contestó David eres— ,

las mismas palabras, diciendo: «Esto todavía peor que un perro.» 44 Mal-
es lo que harán al que le mate.» díjole el filisteo por sus dioses, y
28 Eliab, su hermano, que había añadió: «Ven, que dé tus carnes a
oído hablar a aquellos hombres, se las aves del cielo y a las bestias del
encendió en cólera contra David, y campo.» 45 David "respondió al filis-
le dijo: «¿Para qué has bajado y teo: «Tú vienes contra mí con espa-
a quién has dejado tu pequeño reba- da y lanza y venablo, pero yo voy
ño en el desierto? Conozco tu orgullo contra ti en el nombre de Yave
y la malicia de tu corazón. Para ver Sebaot, Dios de los ejércitos de Israel,
la batalla has bajado tú.» 29 David a los que has insultado. 46 Hoy te
le contestó: «¿Qué he hecho? Sen- entregará Yave en mis manos; yo
cillamente hablar una palabra.» 30 Y te heriré, te cortaré la cabeza y daré
apartándose de él se dirigió a otro, tu cadáver y los del ejército de los
haciéndole la misma pregunta, y filisteos, a las aves del cielo y a los
recibió la misma respuesta. animales de la tierra; y sabrá así
31 Los que habían oído las pala- toda la tierra que Israel tiene un
bras de David se las repitieron a Dios, 47 y sabrán todos éstos que
Saúl, que le mandó venir. 32 David no por la espada ni por la lanza salva
dijo a Saúl: «Que no desfallezca el Yave, porque él es el Señor de la
corazón de mi señor, por el filisteo guerra, y os entregará en nuestras
ése. Tu siervo irá a luchar contra él.» manos.» 48 El filisteo se levantó, se
33 puso en marcha y avanzó hacia Da-
Saúl le dijo: «Tú no puedes ir a
batirte con ese filisteo; eres todavía vid. David echó a correr a lo largo del
un niño, y él es hombre de guerra frente del ejército, para ir al encuen-
desde su juventud.» 34 David dijo tro del filisteo; 49 metió la mano en
a Saúl: «Cuando tu siervo apacen- su zurrón, sacó de él un chinarro y
taba las ovejas de su padre, y venía lo lanzó con la honda. El chinarro se
un león o un oso, y se llevaba una clavó en la frente del filisteo, y éste
oveja del rebaño, 35 yo le perseguía, cayó de bruces a tierra. 60 Así David,
le golpeaba y le arrancaba de la boca con una honda y una piedra, venció
la oveja; y si se volvía contra mí, al filisteo y le hirió de muerte. 51 Co-
le agarraba por la mandíbula, le rrió, parándose ante el filisteo; y
38 Tu siervo ha no teniendo espada a la mano, cogió
hería y le mataba.
matado leones y osos; y ese filisteo, la de él, sacándola de la vaina, le
ese incircunciso, será como uno de mató y le cortó la cabeza. Viendo los
ellos, pues ha insultado al ejercito filisteos muerto a su campeón, pusié-
del Dios vivo.» 37 Y añadió: «Yave, ronse en fuga, M y los hombres de
que me libró del león y del oso, me Israel, levantándose, y lanzando los
librará también de la mano de esc gritos de guerra, persiguieron a los
filisteo.» Saúl entonces le dijo: «Ve, filisteos, hasta la entrada de Get,
y que Yave sea contigo.» y hasta las puertas de Acarón y ca-
38 Saúl hizo que vistieran a David yeron filisteos en el camino de Saraim
sus ropas, púsole sobre la cabeza un hasta Get y Acarón (1).
83 A la vuelta de la persecución de
casco de bronce y le cubrió de una
coraza. 39 Después David se ciñó la los filisteos, los hombres de Israel
espada de Saúl sobre sus ropas y saquearon su campamento. 84 David
probó de andar, pues nunca había cogió la cabeza y las armas del filis-
ensayado la armadura; y dijo a Saúl: teo, y tiempo después llevó a Jeru-
«No puedo andar con estas armas, salén la cabeza, y las armas las puso
no estoy acostumbrado»: y deshacién- en el tabernáculo. 66 Cuando Saúl
dose de ellas, 40 cogió su cayado, había visto a David avanzar contra
eligió en el torrente cinco chinarros
bien lisos y los metió en su zurrón (i) No podemos menos de reconocer que
de pastor; y con la honda en la mano en este relato del episodio David Goliat hay
avanzó hacia el filisteo. 41 El filisteo, ciertas divergencias en el texto, que no pueden
se acercó poco a poco a David, pre- explicarse mas que suponiendo que en él se
han diversos documentos. Quizá
contraído
cedido de su escudero. 42 Miró, vió divergencia, no fácilmente explicable,
esta
a David, y le despreció por muy movió a los copistas de ciertos códices griegos
joven, de blondo y bello rostro. a suprimir los Vs. 17. 55 a 18. 6. (V. Int. Hist. y
43 Dljolc, pues: «¿Crees que soy yo un la esp. a Sam.)
SAMUEL I, 18 291

el filisteo, dijo a Abner, el jefe de su otras veces. Tenía Saúl en la mano


ejército: «¿De quién es hijo ese joven, su lanza, 11 y blandiéndola, la lanzó
69
Abner?» Abner respondió: «Por contra David, diciendo: «Voy a cla-
tu vida que no lo sé, oh rey.» el Y var a David en la pared. » Pero David
rey le dijo: «Infórmate, pues, a ver esquivó el golpe por dos veces. 12 Co-
67 De vuelta David
de quién es hijo.» menzó Saúl a temer a David, pues
de la muerte o.el filisteo, Abner le veía que estaba Yave con éste, mien-
cogió, y le llevó ante Saúl, teniendo tras que de él se había apartado.
todavía en la mano la cabeza del 13 Alejóle de sí, haciéndole jefe de
filisteo. 58
Saúl le preguntó: «¿De millar, y David entraba y salía, a
quién eres hijo, mozo?» Y David le la vista de todo el pueblo;
14 en todas

contestó: «Soy hijo de tu siervo Isaí, sus empresas se mostró acertado.


de Belén.» 15 Vió, pues, Saúl que era muy pre-

cavido, y le temía. 16 Todo Israel y


todo Judá amaba a David, que a su
Amistad más que fraternal entre vista entraba y salía. 17 Dijo Saúl
David y Jonatán. a David: «Mira, te daré por mujer a
mi hija mayor, Merob; pero has de
1 O 1
Cuando hubo acabado David mostrarte valiente y hacer la guerra
1
de hablar con Saúl, el alma de de Yave»; pues se decía: «No quiero
Jonatán se apegó a la de David, y poner mis manos sobre él, que le
le amó Jonatán comoa sí mismo (1). maten las de los filisteos.»
18 David respondió a Saúl: «¿Quién
2 Aquel
día tomó Saúl a David, y no
le dejó que se fuera a la casa de su soy yo, y qué es mi vida, qué la casa
padre. 3 Jonatán hizo pacto con de mi padre, para que sea yo yerno
David, pues le amaba como a su del rey?» u Pero cuando llegó el"

y quitándose el manto que tiempo en que Merob, la hija mayor


4
alma,
llevaba, se lo puso a David, así como de Saúl, había de ser entregada a
sus arreos militares, su espada, su David, se la dió por mujer a Hadiiel,
arco y su cinturón. 5 David salía de Mejola. 20 Mico], la otra hija de
a combatir donde le mandaba Saúl, Saúl, amaba a David; lo supo Saúl,
21
y siempre procedía con acierto. Saúl y esto le agradó, pues se decía:.
le puso al mando de hombres de «Se la daré para que le sirva de lazo,
guerra, y toda la gente estaba con- y le haga caer en las manos de los
tenta con él, aun los servidores de filisteos.» Dijo, pues, Saúl a David:
Saúl. «Por segunda vez voy a darte oca-
sión de ser yerno mío.» 22 Al mismo
tiempo dió orden a sus servidores,
Enemiga de Saúl contra David. diciéndoles: «Hablad a David a es-
condidas de mí, y decidle: El rey te
6 Cuando hicieron su entrada, des- estima, y todos sus servidores te que-
pués de haber muerto David al filis- remos; haz por ser yerno del rey.»
teo, salían las mujeres de todas las 23 Dijéronle a David esto los servi-
ciudades de Israel, cantando y dan- dores, y respondió David: «¿Os pa-
zando delante del rey Saúl con tím- rece cosa fácil eso de ser yerno del
panos y triángulos alegremente, 7 y rey? Yo soy hombre de poco, y de
alternando, cantaban las mujeres en poca hacienda.» 24 Fuéronle a contar
coro: a Saúl sus servidores lo que decía
«Saúl mató sus mil, David, 26 y él les dijo: «Habladle
Y
8
David sus diez mil.» así: No necesita el rey dote, sólo
Saúl se irritó mucho, y esto le quiere cien prepucios de filisteos, para
desagradó, pues decía: «Dan diez mil vengarse.» Así pensaba Saúl que cae-
a David, y a mí mil: nada le falta, ría David en manos de los filisteos.
si no es el reino.»
8
Desde entonces 26 Cuando los servidores dijeron a
miraba Saúl a David con malos ojos. David las palabras que había dicho
10 Al otro día se apoderó de Saúl Saúl, le agradó a aquél la condición
el mal espíritu, y desvariaba en su puesta para ser yerno del rey; 27 y a
casa. David tocaba el arpa, como los pocos días salió con los que esta-
ban a su mando, y mató a doscientos
El mutuo afecto de David y Jonatán
(i)
filisteos,trayéndose sus prepucios,
es un verdadero modelo de amistad más que y entregó al rey el número completo
fraternal. para ser su yerno. 28 Dióle, pues, Saúl
292 SAMUEL I, 19

por mujer su hija Mico]. Saúl vio cla- esta misma noche, mañana mismo
ramente que Yave estaba con David, te matarán», 12 y le descolgó por la
29
y que todo Israel le amaba. Te- ventana.
míale Saúl mas y más cada vez, y David huyó, poniéndose en salvo.
fué toda su vida enemigo de David. 13 Micol cogió luego los terafim y los
30 Los príncipes de los filisteos hacían metió en el lecho, puso una piel de
incursiones; pero cada vez que salían, cabra en el lugar de la cabeza, y echó
David, por su habilidad, alcanzaba sobre ella una cubierta. 14 Cuando
mejor suceso que todos los otros ser- Saúl mandó gente para prender a
vidores de Saúl, y su nombre llegó David, ella les dijo: «Está malo.»
a ser muy celebrado. 15 Saúl volvió a mandarlos, para que
viesen a David, y les dijo: «Traédmelo
Intervención de Jnnatán en favor en su lecho, para que lo haga matar.»
18 Volvieron ellos, pero hallaron en
de David.
el lecho los terafim y la piel de cabra
1
1 Propuso Saúl a Jonatán y en el sitio de la cabeza. 17 Saúl dijo
a todos sus servidores matar a a Micol: «¿Por qué me has enga-
David; y Jonatán, hijo de Raúl, que ñado así, y has dejado escapar a mi
amaba mucho a David, a se lo comu- enemigo, para que se ponga en salvo?»
nicó a éste, diciéndole: «Saúl, mi Micol respondió a Saúl: «Me dijo:
padre, busca matarte. Ponte, pues, Déjame ir o te mato.»
en guardia; mañana, por favor, no 18 Así huyó David y se salvó.
te dejes ver y escóndete. 3 Yo saldré Fuése a casa de Samuel, en Rama, y
con mi padre al campo, a donde tú le contó cuanto le había hecho Saúl.
estés, hablaré de ti a mi padre, veré Después se fué con Samuel a habitar
qué piensa y te lo comunicaré.» 4 Jo- en Nayot, en Rama.
natán habló a su padre en favor de
David, diciéndole: «No peque el rey Otra vez SuAl entre los profetas.
contra su siervo David, pues él no
ha pecado contra ti. Por lo contrario, 19 Dijéronle a Saúl: «Mira, David

cuanto hace es para bien tuyo; 5 ha está en Nayot, en Rama.» 20 Saúl


expuesto su vida, ha derrotado al mandó gente para prenderle, y vien-
filisteo, y Yave ha obrado por él do a la tropa de profetas profetizando,
una gran liberación en todo Israel. con Samuel a la cabeza, se apoderó
Tú lo has visto, y te has alegrado. de ellos el espíritu de Yave, y pu-
¿Por qué, pues, vas a hacerte reo de siéronse ellos también a profetizar.
sangre inocente, haciendo morir a 21 Dieron a conocer esto a Saúl, y
David, sin culpa suya?.' 8 Saúl escu- éste mandó nueva gente, y también
chó a Jonatán, y juró: «|Vive Yave! éstos se pusieron a profetizar. Por
No morirá David.» 7 Jonatán llamó a tercera vez envió otros, pero también
David y le transmitió estas palabras; éstos profetizaron. 22 Entonces fué
le llevó luego a Saúl, y se quedó David Saúl en persona a Rama, y al llegar
a su servicio, como estaba antes. a la gran cisterna que hay en Soco,
preguntó: «¿Dónde están Samuel y
David huye de Saúl. David?» Y
le respondieron: «Están
en Nayot de Rama. » 12 Dirigióse allá,
8 Comenzó de nuevo la
guerra, y a Nayot de Rama. El espíritu de Dios
David marchó contra los filisteos y se apoderó de él; e iba profetizando,
les dió la batalla, Infligiéndoles una hasta que llegó a Nayot de Rama;
gran derrota y poniéndolos en fuga. 24 y quitándose sus vestiduras, pro-
9
El espíritu malo de Yave se apo- fetizó él también ante Samuel, y se
deró de Saúl: y estando éste sentado estuvo desnudo por tierra todo aquel
en su casa con la lanza en la mano, día y toda la noche. De ahí el pro-
mientras tocaba David el arpa, 1(1 qui- verbio: «¿También Saúl entre los
so Saúl clavar a David en la pared, profetas?» (1).
pero esquivó éste el golpe, y la lanza
quedó clavada en el muro. Huyó (i) En estas 'turbas de profetas parece
David; 11 aquella roche Saúl mandó que debe distinguirse entre fondo y formas exte-
gente a la casa de David para pren- riores. El primero era indudablemente
religioso,
deducido de la misma religión mosaica, pues
derle, y maturle a la mañana; pero eran hombres dedicados de una manera espe-
Micol, mujer de David, le informó cial al culto de Yave, por el canto de sus ala-
de ello, diciéndole: «Si no te escapas banzas. Las formas exteriores, el acompaña-
SAMUEL I, 20

Alianza «Mitre Ha vid y Jonatán. gue Yave a Jonatán con todo rigor.
Si mi padre trata de hacerte mal, te
OH 1 David huyó de Nayot de informaré también, para que te vayas
Rama, y fue a ver a Jonatán, en paz, y que te asista Yave, como
y le dijo: «¿Qué he hecho yo? ¿Qué asistió antes a mi padre. Si todavía
crimen he cometido contra tu padre, vivo entonces, usa conmigo de la
para que de muerte me persiga?» bondad de Yave; y si he muerto, no
2 Jonatán le dijo: «No, no será así, dejes de usarla jamás con mi casa;
no morirás. ¿Había de celarme a mí y cuando Yave haya arrancado de la
eso mi padre? No hace mi padre cosa tierra a todos los enemigos de David,
alguna, ni grande ni pequeña, sin persista la alianza de Jonatán con
dármela a conocer. ¿Por qué había la casa de David, y vengue Yave a
de ocultarme ésta? No hay nada de David de todos sus enemigos.»
eso. » 3 Y juró nuevamente a David. Jonatán adjuró, una vez más a
Pero éste dijo: «Sabe muy bien tu David, por el grande amor que le
padre que me quieres, y se habrá tenía, pues le amaba como a su pro-
dicho: Que no lo sepa Jonatán, no pia vida. 18 Dijo Jonatán: «Mañana
vaya a darle pena; pero por Dios y es el novilunio; se notará que está
por tu vida, que no hay más que vacío tu asiento; 19 al tercer día se
un paso entre mí y la muerte.» 4 Jo- notará más; vienes y te escondes en
natán dijo a David: «Di qué quieres el mismo lugar donde te esconderás
que haga, que yo liaré cuanto me mañana, junto a la piedra hito. 20 Yo
pidas.» 6 David le respondió: «Ma- lanzaré tres flechas hacia allá, como
ñana es el novilunio, y yo debería si tirara al blanco, y mandaré al
sentarme junto el rey en el convite. mozo que vaya a buscarlas. 21 Si le
6
Me iré, y me ocultaré en el campo, digo: «Mira, las flechas están más
hasta la tarde del tercero día. 6 Si acá de ti, cógelas; entonces vienes,
tu padre advierte mi ausencia, le que es señal de que las cosas van
dices: David me rogó que le per- bien para ti, y no hay nada que
mitiera ir de una escapada a Belén, temer, vive Yave. 22 Pero si le digo:
su ciudad, porque se celebra el sacri- Mira, las flechas están más allá de
ficio anual de toda la familia.» 7 Si ti, entonces vete, porque es que
contesta: «Bien está», será que a tu Yave quiere que te vayas. 23 En
siervo no le amenaza mal ninguno, cuanto a lo que uno a otro nos he-
pero si se enfurece, sabrás que tiene mos prometido, Yave es testigo entre
resuelta mi pérdida. Hazme, pues, los dos.»
ese favor, ya que hemos hecho entre 24 David se escondió en el campo.

los dos alianza por el nombre de Llegado el novilunio, el rey asistió


Yave. Si algún crimen hay en mí, a la comida del festín. 24 Sentóse en
quítame tú mismo la vida. ¿Para qué su sitio, como de costumbre, en la
llevarme a tu padre?» silla cercana a la pared. Jonatán se
Jonatán le dijo: «Lejos de ti ese sentó enfrente, y Abner al lado de
pensamiento; pero si llego a saber Saúl, pero la silla de David estaba
que verdaderamente mi padre tiene vacía. 26 Saúl nada dijo aquel
día,
resuelta tu perdición, te lo daré a pensando que algo le habría pasado,
conocer, te lo juro.» Preguntó David y que se habría contaminado: «Se-
a Jonatán: «¿Y quién me va a infor- guramente es eso, que no estará puro»,
mar de la cosa, y de si tu padre decide se dijo. 27 Al siguiente día, segundo
algo contra mí?» Jonatán le contestó: del novilunio, la silla de David estaba
«Ven, vamos al campo. » Jonatán dijo también vacía, y preguntó a
Saúl
allí a David: Yave, Dios de
«Por Jonatán: «¿Cómo el hijo de Isaí no
que yo sondearé a mi
Israel, te juro ha venido a comer ni ayer ni hoy?»
padre mañana o pasado mañana. Si 28 Jonatán contestó a Saúl: «David
la cosa va bien para David, y no me pidió poder ir con premura a
mando quien te informe, que casti- Belén. Me elijo: Te ruego que me des
permiso para ir, pues tenemos ma-
miento de músicas estrepitosas, el danzar y ñana en la ciudad un sacrificio de
bailar prolongados, etc., parecen tomadas de familia, y mi hermano me ha con-
los falsos profetas de las religiones cananeas.
No todo en ellos era divino, y no debemos
vocado. Si, pues, he hallado gracia
dejarnos engañar por la denominación de pro- a tus ojos, permíteme que vaya de
feta, ya que la significación de este nombre una escapada, a ver a mis hermanos.
en la Escritura es múltiple. Esta es la causa de que no haya ve-
294 SAMUEL I, 21

nido a sentarse a la mesa del rey. nadie te acompañe?» 2 David le res-


30 Entonces se encendió en cólera pondió: «Me ha dado el rey una orden,
Saúl contra Jonatán y le increpó: y me ha dicho: Que nadie sepa nada
«¡Hijo perverso y contumaz! ¿No sé del asunto por que te he enviado, ni
yo bien que tú prefieres al hijo de de la orden que te he dado. A los
Isaí, para vergüenza tuya y ver- mozos les he dicho que se reúnan en
güenza de la desnudez de tu madre? tal lugar. 3 Mira, pues, lo que tienes
31 Pues mientras el hijo de Isaí viva a mano, y dame cinco panes, o lo
sobre la tierra, no habrá seguridad que encuentres.» 4 El sacerdote res-
ni para ti ni para tu reino. Manda, pondió a David: «No tengo a mano
pues, a prenderle, y tráemele, porque pan del ordinario; pero hay pan santo,
hijo es de la muerte. » 32 Jonatán res- siempre que tus mozos se hayan abs-
pondió a Saúl, su padre, diciéndole: tenido de trato con mujeres.» 8 David
«¿Por qué ha de morir? ¿Qué ha he- le contestó: «Eso sí, nos hemos abs-
cho?» 33 Saúl blandió contra él su tenido ayer y anteayer, desde que
lanza, para -herirle. Comprendió Jo- salimos. Los vasos de los mozos,
natán que su padre estaba entera- están puros, y como el camino que
mente resuelto a hacer morir a David. llevamos es desviado, es seguro que
34 Levantóse, pues, de la mesa muy hoy están puros sus vasos.» 6 Dióle
enojado, y no asistió a la comida del entonces el sacerdote pan del santo,
segundo día del novilunio, por estar por no tener más que panes de los
muy apenado por David y haberle de la proposición, de los que habían
ofendido su padre. sido retirados de la presencia de
35 Al siguiente día por la mañana, Yave, para reemplazarlos por otros
salió Jonatán al campo, como había recientes.
convenido con David, acompañado ' Estaba allí aquel día uno de los

de un mozo, 36 a quien dijo: ('Corre servidores de Saúl retenido en el


a cogerme las flechas que tiro.» Corrió santuario, y de nombre Doeg, edo-
el mozo, y Jonatán entretanto dis- mita, jefe de los cursores de Saúl.
8
paró otra flecha, de modo que pasase Preguntó David a Ajimclec: «¿Tie-
más allá de él.
37 Cuando el mozo nes a mano una lanza o una espada?,
llegaba al lugar donde estaba la fle- pues no he traído mis armas, porqiu'
cha que Jonatán había tirado, éste urgía la orden del rey.» 8 El sacer-
le gritó: «La flecha está más allá de dote respondió: «Ahí está la espada
ti», 38
y siguió diciendo, como si al de Goliat, el filisteo, que tú mataste
mozo se dirigiera: «Pronto, date prisa, en el valle del Terebinto. Allí la
no te detengas.» El mozo de Jonatán tienes envuelta en un paño, detrás
recogió \a flecha, y se vino a donde del cfod; si ésa quieres, cógela, pues
estaba su señor. 3 * Nada sabía el otra no hay. David le dijo: «Ninguna
mozo. Sólo Jonatán y David lo en- mejor, dámela.»
tendían. 40 Jonatán dió sus armas al
mozo que le acompañaba, y le dijo:
«Anda, llévalas a la ciudad.» 41 Ido David en Get.
el mozo, se alzó David de junto a
la piedra, y echóse cara a tierra por 10 Levantóse, pues, David, y hu-
tres veces. Después ambos se abra- yendo de Saúl, se encaminó aquel
zaron y lloraron, derramando David mismo día a Aquis, rey de Get.
muchas lágrimas. Jonatán dijo a 42 11
Los servidores de Aquis dijeron
David: «Vete en paz, ya que uno a a éste: «Aid está David, rey de la
otro nos hemos jurado, en nombre tierra; aquel de quien cantaban:
de Ya ve, que él estará entre tú y yo Mató Saúl sus mil, pero David SUS
12 David comprendió lo
y entre mi descendencia y la tuya, diez mil.»
para siempre. » 43 David se levantó que aquellas palabras encerraban, y
y se fué; y Jonatán se volvió a la temiendo mucho de Aquis, rey de
ciudad. Get, 13 fingió haber perdido la razón,
y hacía entre ellos el loco; hacía que
David en N©1>. tocaba el tambor en las puertas y
dejaba caer la saliva sobre su barba.
14 Aquis dijo a sus servidores: «¿No
'2\ Llegó David a Xob, donde
1

estaba Ajimclec, sacerdote, que veis que esc hombre está loco? ¿Para
le salió asustado al encuentro, y le qué me lo habéis traído? 18 ¿Me faltan
dijo: ¿Cómo vienes tú solo, sin que a mí locos, y me traéis n ése para que
SAMUEL I, 22, 23 295

vea sus locuras? ¿Voy a tenerlo yo tienes, mi señor.» 13


Y añadió Saúl:
en mi casa?» «¿Por qué os habéis ligado contra mi,
tú y el hijo de Isaí? Tú le has dado

"
•)•) 1
Partióse de allí David, y huyó
a la caverna de Odolam. Al
saberlo sus hermanos y toda la casa
pan y una espada, y consultaste por
él a Yave, para que él se sublevara
contra mí, y me tendiera emboscadas,
de su padre bajaron a él, 2 y todos como lo está haciendo.» 14 Ajimelec
los perseguidos, los endeudados y des- respondió al rey: «¿Quién de entre
contentos, se le unieron (1), llegan- todos tus servidores, como David,
do asi a mandar a unos cuatrocientos de una probada fidelidad, yerno del
hombres. 3 De allí fuése David a rey, admitido a sus consejos y tan
Masía, en tierra de Moab, y dijo al honrado por toda tu casa? 15 ¿Es
rey de Moab: «Te ruego que acojas acaso ese día el primero en que he
entre vosotros a mi padre y a mi consultado yo a Yave por él? Lejos
madre, hasta que yo sepa lo que de de mí semejante cosa. No me haga el
mí hará Dios.» 4 Y trajo a su padre rey cargos, que pesarían sobre toda
y a su madre al rey de Moab, y allí la casa de mi padre, pues tu siervo
con él habitaron, mientras estuvo no sabe nada de todo eso, ni poco
David en la fortaleza. 5 El profeta ni mucho.» 16 El rey le dijo: «Vas
Gad dijo a David: «No sigas en la a morir, Ajimelec, tú y toda la casa
fortaleza, ve y vuelve a tierra de de tu padre»; 17 y mandó a los guar-
Judá. » Volvióse David, y se refugió dias que tenía cerca: «Volveos y dad
en el bosque de Jaret. muerte a los sacerdotes de Yave,
pues han dado mano a David, y sa-
Da Saúl muerte de los sacerdotes biendo bien que huía, no me infor-
de INob. maron de ello.
Los guardias del rey no quisieron
6 Supo Saúl que David
y los suyos poner su mano sobre los sacerdotes
habían sido vistos, y estando en de Yave; 18 y entonces dijo el rey a
Gueba, bajo el Tamarindo, en la al- Doeg, edomita: «Vuélvete y mata a
tura, con la lanza en la mano, y los sacerdotes.» Y
Doeg, edomita,
rodeado de todos sus servidores, 7 les se volvió, y él mató aquel día a los
dijo Saúl: «Escuchad, benjaminitas: sacerdotes: ochenta y cinco hombres
¿Va a daros también a vosotros el de los que vestían efod de lino.
19
hijo de Isaí campos y viñas, y va Saúl pasó también a cuchillo a
a haceros a todos jefes de mil y jefes Nob, ciudad sacerdotal; hombres y
de ciento, 8 para que así todos os mujeres, niños, hasta los de pecho,
hayáis conjurado contra mí, y no bueyes, asnos y ovejas; todos fueron
haya nadie que me informe de que pasados a cuchillo. 20 Un hijo de
mi hijo se ha ligado con el hijo de Ajimelec, hijo de Ajitob, pudo es-
Isaí, y nadie de vosotros se duela capar. Llamábase Abiatar; fué a re-
de mí y me advierta que mi hijo fugiarse a David, 21 y le dió la noti-
ha sublevado contra mí a un servi- cia de que Saúl había matado a los
dor mío, para que me tienda ase- sacerdotes de Yave. 22 David dijo a
chanzas, como está haciendo?» 9 Doeg, Abiatar: «Ya pensé yo aquel día que
el edomita, que estaba entre los ser- Doeg, edomila, que estaba en Nob,
vidores de Saúl, respondió: «Yo he no dejaría de informar a Saúl. Soy
visto al hijo de Isaí en Nob, con Aji- yo la causa de la muerte de toda la
melec, hijo de Ajitob. 10 Ajimelec casa de tu padre. 23 Quédate conmi-
consultó por él a Yave, y le dió ví- go y nada temas, que quien a ti te
veres y la espada de Goliat, el filisteo.» persigue es quien me persigue a mí,
11
El rey hizo llamar a Ajimelec, y aquí estarás bien guardado.»
sacerdote, hijo de Ajitob y a toda la
casa de su padre, los sacerdotes que
había en Nob, y todos vinieron al Libra David a Queila.
rey, 12 que dijo: «¿Oyes, hijo de
Ajitob?», y éste contestó: «Aquí me 1
23 que
Vinieron
los
a
estaban ata-
filisteos
decirle a David

(i) Hay entre los seguidores de David cando a Queila, y habían saqueado
2
gentes perdidas, como lo eran también los de las eras; y David consultó a Yave,
Jefté (Juec. II. 3), fenómeno muy común preguntando: «¿Iré a batir a los
en la historia de las revueltas políticas. filisteos?» Y Yave respondió; «Ve,
296 SAMUEL I, 24

batirás a los filisteos y liberarás á 1 diciéndole: «Nada temas, pues la


Queila.» 3 Pero la gente de David mano de Saúl, mi padre, no te alcan-
le «Aquí en Judá tenemos que
dijo: zará. Tú reinarás sobre Israel, y yo
guardarnos; ¿qué será si vamos a seré tu segundo. Saúl, mi padre, lo
Queila contra las tropas de los filis- sabe muy bien.» Renovaron ambos
teos?» 4 Consultó David otra vez su pacto ante Yave, y quedándose
a Yave, y Yave le respondió: «Alzate David en Jaresa, Jonatán sé volvió
y baja a Queila, pues te he dado los a casa.
6
tílist eos en tus manos.» Fué, pues, Los de Zif habían ido a Gueba
David a Queila con su gente, y a decir a Saúl: «David está escon-
atacó a los filisteos, los puso en fuga dido entre nosotros en los lugares
apoderándose de su ganado, y ha- fuertes, en Jaresa, en la colina de
ciéndolos experimentar una gran de- Ajila, que está al mediodía del de-
rrota, liberando así a los habitantes sierto. Baja, pues, |oh reyl, como estás
de Queila. 6 Abiatar, hijo de Ajime- deseándolo, que ponerle en tus manos
lec, que se había acogido a David, es cosa nuestra.» Saúl les dijo: «Ben-
bajó con él a Queila, llevando con- dígaos Yave, por haberos dolido de
sigo el efod. mi suerte. Pero id, os ruego, y obser-
vad mejor todavía por dónde anda,
inquirid y ved cuáles son sus an-
Saúl, en persecución de David, danzas
y quién le ha visto; porque,
según me han dicho, es muy astuto.
7
Cuando Saúl supo que David Examinad y reconoced todos los es-
había ido a Queila, se dijo: «Dios me condrijos donde se oculta, y volved
lo entrega, pues ha ido a encerrarse luego a mí con informes exactos; y
en una ciudad que tiene puertas y entonces iré con vosotros, y si allí
8 Saúl reunió al pueblo está, yo le descubriré entre todas las
cerrojos.»
para guerra, para bajar a Queila
la familias de Judá.» Fuéronse, pues,
y en ella a David y a los suyos;
sitiar otra vez a Zif, precediendo a Saúl;
* pero David supo el mal designio pero David con los suyos .se había
que contra él tramaba Saúl, y dijo retirado al desierto de Slaón, al me-
al sacerdote Abiatar: «Trae el efod»; diodía, al desierto.
10 Saúl salió con su gente en busca
y luego preguntó: «Yave, Dios de
Israel; tu siervo sabe que Saúl se de David; y habiéndolo sabido éste,
dispone a venir a Queila, para des- bajó de la colina, quedándose en el
truir la ciudad por causa mía. 11 ¿Será desierto de Maón. 28 Informado de
sitiada la ciudad? ¿Bajará contra ella ello Saúl, fué en persecución de David
Saúl, como a tu siervo le han dicho? al desierto de Maón. Marchaba él por
Yave, Dios de Israel, dígnate des- un lado de la colina, y David y sus
cubrírselo a tu siervo.» Y Yave res- gentes por el opuesto lado. Mientras
pondió: «Bajará.» 12 Volvió a pre- se apresuraba David, para escapar
guntar David: «Los habitantes de de Saúl, y éste y sus gentes perse-
Queila, ¿me entregarán a mí y a los guían a David y los suyos para apo-
míos en manos de Saúl?» Y Yave res- derarse de ellos, 27 vino un mensa-
pondió: «Te entregarán. » 13 Entonces jero a decir al rey: «Apresúrate, pues
se levantó David con su gente, unos los filisteos han invadido la tierra»;
28
seiscientos hombres; y saliendo de y Saúl hubo de desistir de perseguir
Queila, iban y venían a la ventura. a David, para salir al encuentro de
Informado de que David había salido los filisteos. Por eso se llama todavía
de Queila, suspendió Saúl su marcha. hoy aquel lugar Scla Hammajlecot.
14 David andaba por eldesierto,
acogiéndose a los lugares fuertes,
y seestableció en la montaña del David, cu la caverna de Engadi.
desierto de Zif. 15 Saúl no dejaba de Respeta la vida de Saúl, tenién-
perseguirle constantemente, pero Dios dola cu su ulano.
no le puso en sus manos. Mientras
1 Subió David,
andaba David por el desierto, temió, *)«| y so estableció
por saber que Saúl se había puesto ~ en los lugares fuertes de Engadi.
2 De vuelta Saúl de perseguir a los
en campaña para quitarle la vida;
y estando en el desierto de Zif, en filisteos, supo que David estaba en
¿
Jaresa, 16 fué en su busca Jonatán. el desierto de Engadi, y tomando
hijo de Saúl, a Jaresa, y le animo Saúl tres mil hombres escogidos de
SAMUEL I, 25 297

entre todo Israel, iba en busca de. y yo. Que él vea, que él tome mi
David y los suyos por el roquedo de causa, y que su sentencia me libre
Jealim: 4 y llegado a unos rediles que de tus manos.
17 Cuando hubo acabado de hablar
había junto al camino, entró en una
caverna que allí había, para hacer David, dijo Saúl: «¿Eres tú, hijo mío,
una necesidad. David y sus gentes David?» Y alzando la voz se puso
estaban en el fondo de la caverna, a llorar, y dijo: 18 «Mejor eres tú
5
y los hombres de David decían a que yo, pues tú me has hecho bien
éste: «Ahí tienes el día que Yave y yo te pago con mal.
19
Tú has
te anunció, diciéndote que entregaría probado hoy que obras benévola-
a tu enemigo en tus manos; trátale mente conmigo, pues que Yave me
como bien te parezca.» David se ha puesto en tus manos y tú no me
20 ¿Quién es el que se
levantó, y acercándose calladamente, has matado.
cortó la orla del manto de Saúl. encuentra con su enemigo y le deja
6 Luego le latía fuerte el corazón, seguir en paz su camino? Que Yave
por haber cortado la orla del manto te pague lo que conmigo has hecho
de Saúl; 7 y dijo a sus hombres: hoy. 21 Bien sé ya que tú reinarás,
(Líbreme Yave de hacer cosa tal y que la realeza de Israel se afirmará
contra mi señor, el ungido de Yave; en tus manos. 22 Júrame, pues, por
poner mi mano sobre el que es Yave, que no destruirás a mi des-
ungido de Yave» (1). cendencia después de mí, y que no
8 Reprimió David con sus palabras borrarás mi nombre de la casa de mi
a los suyos, y no dejó que se echasen padre.» 23 David se lo juró a Saúl,
obre Saúl. Levantóse luego Saúl para y éste se volvió a su casa, y David
proseguir su camino; 9 y entonces y sus hombres subieron a un lugar
se levantó también David, y saliendo fuerte.
de la caverna, se puso a gritarle:
;Oh rey, mi señor!» Saúl miró atrás, Muerte de Samuel.
y David se echó rostro a tierra, pros-
ternándose; 10 y dijo luego a Saúl: f)r 1 En tanto murió Samuel, y
«¿Por qué escuchas lo que te dicen todo Israel se reuiró para llo-
'

algunos, de que yo pretendo tu mal? rarle, y fué sepultado en su ciudad,


11
Hoy ven tus ojos cómo Yave te en Rama. David bajó al desierto de
ha puesto en mis manos en la caverna. Farán. 2 Había en Maón un hombre
Decíanme que te matara, pero yo muy rico, cuyos bienes estaban en
te he preservado, diciéncíome: «No el Carmel; tenía tres mil ovejas
pondré yo mi mano sobre mi señor, y mil cabras, y estaba en el Carmel
que es el ungido de Yave. 12 ¡Mira, para el esquileo de sus ovejas. 3 Lla-
padre mío, mira! En mi mano tengo mábase el hombre Nabal, y su mujer
la orla de tu manto. Yo la he cor- Abigail; era una mujer de mucho
lado con mi mano, y cuando no te entendimiento y muy hermosa, mien-
he matado, reconoce y comprende tras que él era un hombre duro y
que no hay en mí ni maldad ni rebel- malo; era del linaje de Caleb. 4 Supo
día, y que no he pecado contra ti. David en el desierto que Nabal
IYi, por el contrario, andas a la caza estaba de esquileo, 5 y le mandó diez
13
de mi vida, para quitármela. Que mozos, a los que dijo: «Subid al Car-
juzgue Yave entre tú y yo, y sea mel e id en busca de Nabal; y después
Yave el que me vengue, que yo no de saludarle de mi parte, 6 le habláis
pondré mi mano sobre el ungido de de esta manera: «Vivas muchos años;
Yave. 14 De los malos, la malicia, la paz sea contigo, con tu casa, y
uice el proverbio, pero yo no pondré con cuanto tienes. 7 He sabido que
nunca mi mano sobre ti. 15 ¿Y contra estás de esquileo. Pues bien, tus
quien se ha puesto en marcha el pastores han estado tiempo con nos-
rey de Israel? ¿A quién persigues? otros; nunca les hemos hecho ningún
v un perro muerto, a una pulga. mal, ni les ha faltado nada del gana-
lli
Juzgue y pronuncie Yave entre tú do mientras han estado en el desierto.
8
I
Pregúntales a ellos y te lo dirán.
Que hallen, pues, gracia a tus ojos
(i) David dió siempre muestra de su
espíritu religioso, en el respeto a la unción
estos mozos, ya que llegamos en un
sagrada, que hacia que poner la mano sobre el día de júbilo. Da, pues, a tus sier-
rey fuese no sólo un homicidio, sino un ver- vos y a tu hijo David lo que halles
dadero sacrilegio. a mano.»
298 SAMUEL I, 25

9
Cuando llegaron los hombres de «Caiga sobre mí, mi señor, la falta.
David, y en nombre de éste repi- Deja que te hable tu esclava y es-
tieron todas sus palabras, se queda- cucha sus palabras. 25 No haga cuenta
ron esperando; 10 pero Nabal les res- mi señor de ese malvado de Nabal,
pondió: «¿Quién es David, y quién porque es lo que su nombre signi-
el hijo de Isaí? Son hoy muchos los fica, un necio, y está loco. Yo, mi
siervos que andan huidos de su señor. señor, no vi a los que mi señor envió.
26 Y ahora, mi señor, como vive
¿ v °y a tomar yo mi comida y mi
12

bebida y el ganado que he matado Yavc y vivas tú, que te ha preser-


para mis esquiladores, para dárselo vado Yave de derramar sangre y
a gente que no sé de dónde es?» tomar por tu mano la venganza,
13 Los servidores de David, dando ojalá que todos tus enemigos y cuan-
media vuelta, tomaron el camino y tos te persiguen sean como Nabal.
27
se tornaron; y una vez llegados, Ahí tienes este presente, que tu
repitieron a David lo que Nabal sierva trae a mi señor; que se reparta
les había dicho. Entonces David entte la gente que sigue a mi señor.
dijo: «Cíñase cada uno su espada.» 28 Perdona, te ruego, la falta de tu
Ciñéronsela, y se ciñó también David sierva, pues de cierto Yave hará a
la suya, y salió con unos cuatro- mi señor casa estable, ya que mi
cientos hombres, dejando doscientos señor combate los combates de Yave,
custodiando el bagaje. 14 Uno de los y no vendrá sobre ti el mal en todo
criados de Nabal fué a decirle a Abi- el tiempo de tu vida. 29 Si alguno se
gail: «David ha mandado del de- levanta para perseguirte y buscar
sierto unos mensajeros a saludar a tu vida, la vida de mi señor estará
nuestro amo, que los ha tratado_ atada en el ramillete de los vivos
duramente. 15 Siempre esas gentes' ante Yave, tu Dios, y la de tus ene-
se mostraron buenas con nosotros, migos será volteada dentro de lo cavo
y nunca nos molestaron, ni nada de la honda. 30 Cuando Yave haga a
nos faltó de nuestros rebaños cuando mi señor todo el bien que le ha pro-
estábamos en el campo. 19 Antes metido y le haga jefe de Israel,
nos servían de defensa de noche y 31 no sentirá mi señor el remordi-
de día todo el tiempo que estuvimos miento de haber derramado sangre
con ellos guardando el ganado. 17 Mira inocente y de haberse vengado por
tú lo que has de hacer, porque la su mano. Cuando, pues, Yave favo-
pérdida de nuestro amo y de su casa rezca a mi señor, acuérdate de tu
es segura, y es tan malo, que no se esclava.
32 David dijo a Abigail: «[Bendito
le puede hablar.
18 En seguida Abigail cogió dos- Yave, Dios de Israel, que te ha man-
cientos panes, dos odres de vino, dado hoy a nuestro encuentrol 33 ¡Ben-
cinco carneros ya compuestos, cinco dita tu sabiduría, y bendita tú que
medidas de trigo tostado, cien atados me has impedido hoy derramar san-
de uvas pasas y doscientas masas de gre y vengarme por mi mano! 34 De
higos secos; y haciéndolo cargar todo otro modo, [vive Yave, Dios de Israel,
sobre asnos, 19 dijo a sus criados: que no me dejó hacer el malí, si tú
«Pasad vosotros delante, que yo os no te hubieras apresurado a venir
sigo.» Nada dijo a su marido; 20 y a mi encuentro, que de aquí al alba
cuando montada en su asno bajaba no le hubiera quedado a Nabal hom-
por lo cubierto del monte, se encon- bre vivo. 35 David recibió de la mano
tró con David y su gente, que bajaban de Abigail lo que ella había traído, y
frente a ella. 21 David se había le dijo: «Sube en paz a tu casa; te he
dicho: «Muy en vano he guardado oído y he acogido tu petición.»
36 Vol% ióse Abigail a casa de Nabal.
yo todo cuanto ese hombre tiene r

en el desierto, y he hecho que nada Hallábase éste sentado a un gran


de lo suyo le faltara; me ha pagado banquete, como de rey, y estaba
mal por bien. 22 Que castigue Dios enteramente ebrio. Nada le dijo ella,
a su siervo David, si de aquí al alba ni poco ni mucho, hasta ser de día;
queda con vida un solo hombre en 37 pero a la mañana, cuando ya habla
todo lo de Nabal.» 23 En cuanto digerido el vino, le contó su mujer
Abigail se dió cuenta de la presencia lo que había pasado, y el corazón
de David, bajóse del asno; y echán- se le quedó como muerto, como una
88 Unos después
dose ante David rostro a tierra, piedra. diez días
24 se prosternó a sus pies, y le dijo: Yave hirió a Nabal y murió éste.
SAMUEL I, 26

David toma a Abijjail por mujer. junto a la cabecera. Abner y la gente


dormían en torno de la tienda. 8 Abi-
39 Cuando supo David la muerte sai dijo a David: «Dios ha entregado
de Nabal, se dijo: -(¡Bendito Yave, hoy en tus manos a tu enemigo.
que ha defendido mi causa contra el Déjame que ahora mismo le atra-
ultraje que me hizo Nabal, e impi- viese con mi lanza, y de un golpe
dió a su siervo hacer el mal! Yave ha le clave en la tierra, no tendré que
hecho que la maldad de Nabal reca- repetir.» 9 Pero David le dijo: «No
yera sobre su cabeza.» Después mandó le mates. Quien pusiere su mano
mensajeros a Abigail, para propo- sobre el ungido de Yave, ¿quedaría
j
nerla que queria tomarla por mujer. impune?»; 10 y añadió: «Tan cierto
40 Llegados como vive Yave, que si no le hiere
a casa de Abigail, en el
Carmel, los mensajeros la hablaron él y le llega su día y muere, o muere
de esta manera: «David nos envía en la guerra, 11 Yave me libre de
a ti para decirte que quiere tomarte poner la mano sobre su ungido.»
por mujer.» 41 Ella se levantó, y Coge la lanza y el jarro que está
postrándose rostro a tierra, dijo: junto a la cabecera, y vámonos.«
12
'Que tu sierva sea una esclava para Llevóse David la lanza y el jarro
lavar los pies a los servidores de mi que estaban junto a la cabecera de
señor.» 42 Levantóse luego Abigail, y Saúl, y se fueron. Nadie los vió,
montando sobre su asno, acompañada ni se dió . cuenta de nada:
nadie
de cinco de sus mozas, siguió a los nadie se despertó, todos dormían,
mensajeros de David, y fué su mujer. pues había hecho caer Yave sobre
43
David tomó también por mujer ellos un profundo sopor.
a Ajinoam, de Jezrael. Una y otra 13
David pasó al otro lado y se
fueron mujeres de David. 44 Saúl puso lejos, sobre la cumbre de una
había dado su hija Micol, mujer de colina, separándoles largo trecho, 14 y
David, a Paltí, de Calim, hijo gritó a la gente y a Abner, hijo
de Lais. de Ner: «¡Abner! ¿No contestas?»
Abner respondió: «¿Quién eres tú,
que así me llamas?» 15 David dijo
Respeta otra vez David la vida a Abner: «¿No eres tú un valiente?
de Saúl teniéndola en sus manos. ¿Quién como tú en Israel? ¿Cómo
no guardas a tu rey y señor? 16 Al-
1 guien ha venido a matar al rey, tu
Vinieron los de Zif a Saúl a
Gueba, y le dijeron que David señor. Eso no está bien. Como vive
estaba en la colina de Jaquila, al Yave, que mereces la muerte, poí-
mediodía del desierto; 2 y levan- no guardar a tu señor, el ungido
tándose, bajó al desierto, llevando de Yave. Busca la lanza y el jarro
consigo tres mil hombres escogidos que tenía el rey junto a su cabecera.»
de Israel, al desierto de Zif, en busca 17 Saúl conoció la voz de David,
de David. 3 Acampó sobre la colina y dijo: »¿Eres tu, hijo mío, David?»
de Jaquila, frente al desierto, junto David contestó: «Yo soy, ¡oh rey
al camino. David andaba por el mi señorl» 18 Y añadió: «¿Por qué
19
desierto. Sabiendo David que había persigue el rey a su siervo? Si es
venido Saúl al desierto en busca Yave quien te excita contra mí,
4
suya, mandó espías que le infor- dale a oler el sacrificio; pero si son
maran de si había llegado a Nacón. hombres, malditos sean de Yave,
5
Levantóse y fué al campo donde pues me echan ahora de mi puesto
acampaba Saúl, y exploró el lugar en la heredad de Yave, diciendo:
donde dormía con Abner, hijo de «Vete a servir a dioses ajenos.»
Ner, jefe de su ejército. Dormía 20 Que caiga mi sangre sobre la tierra
Saúl en su tienda, en derredor de la delante de Yave; ya que el rey se
cual acampaba la gente. 6 Dirigién- ha puesto a perseguirme como se
dose, pues, a Ajimelec, geteo, y a persigue por los montes a una perdiz.
Abisai, hijo de Sarvia, hermano de 21 Saúl dijo: «He pecado. Vuelve,
Joab, les dijo: «¿Quién baja conmigo David, hijo mío, que yo no te haré
al campo de Saúl?» Abisai contestó: ya mal, puesto que mi vida ha sido
«Yo bajaré contigo.» hoy preciosa a tus ojos. He obrado
7
Llegaron David y Abisai, y en- como un insensato y he faltado
contraron a Saúl durmiendo en su mucho.» 22 David respondió: «Aquí
tienda, con la lanza clavada en tierra, tienes tu lanza, rey. Que venga un
:¡<>n SAMUEL I; 27, 28

mozo a buscarla; 23 Yave dará a está haciendo odioso a su pueblo,


cada uno según su justicia y su fide- y será para siempre mi servidor. •

lidad. Hoy te ha puesto en mis ma-


nos, y yo no he querido alzar mi Nueva invasión de los filisteos.
mano contra el ungido de Yave.
24 Como ha sido hoy preciosa tu 1
*yu a Q ue l tiempo reunieron
vida a mis ojos, así lo sea la mía a . tropas en un
los filisteos sus
los ojos de Yave, y me libre él de solo ejército, para ir
contra Israel.
toda angustia.» 25 Saúl dijo a David: Aquis dijo entonces a David: «Sabrás
«¡Bendito seas, hijo mío, David! Afor- que has de venir conmigo a la cam-
tunado serás er todas tus empresas.» paña, tú y tus hombres.» 2 David
David prosiguió su camino y Saúl le contestó: «Ya verás lo que hace
se volvió a su casa. tu .siervo.» Aquis añadió: «Yo te
confiaré la guardia de mi persona
David, al ser\icio de los filisteos. para siempre.
1
David se dijo: «Un día u otro Va Saúl a consultar a la pitonisa
*
voy a perecer a manos de Saúl; de Endor.
lo mejor será que luego me refugie
3
en la tierra de los filisteos, para que Había muerto Samuel. Todo Israel
desista Saúl de buscarme en la de le había llorado, y había sido sepul-
Israel, así escaparé de sus manos.» tado en Rama, su ciudad. Saúl había
2 Levantóse, pues,
y pasó con los hecho desaparecer de aquella tierra
seiscientos hombres que le seguían a todos los evocadores de los muertos,
a la tierra de Aquis, hijo de Maoc, y adivinos. 4 Los filisteos, reunién-
en Get. 8 Quedóse con sus gentes en dose, vinieron a acampar en Sunam;
Gct, cada uno con su familia. David y Saúl, reuniendo a todo Israel,
con sus dos mujeres, Ajinoam de acampó en Gelboe. 6 A la vista del
Jezrae) y Agibail de Carmel, mujer campamento de los filisteos, Saúl
de Nabal. 4 Sabiendo Saúl que David tembló, y se le agitó el corazón.
había huido a Oet, no volvió a per- ' Consultó a Yave, pero Yave no le
seguirle. * David dijo a Aquis: «Si respondía, ni por sueños, ni por los
he hallado gracia a tus ojos, que me urim, ni por profetas; 7 y dijo a sus
designen en una de las ciudades del servidores: «Buscadme una pitoni-
campo un lugar donde habitar: ¿Para sa (1), para que vaya a consul-
qué ha de habitar tu siervo en la tarla.» Sus servidores le dijeron: «En
ciudad real? 6 Entonces le designó Endor hay una pitonisa»; 8 y Saúl,
Aquis Siceleg, y por eso Siceleg per- disfrazándose, fué allá, acompañado
tenece hasta hoy a los reyes de Judá. de dos hombres. Llegados de noche
7
El tiempo que pasó David entre los a la casa de la mujer, Saúl le dijo:
filisteos fué de un año y cuatro meses. «Predime lo por venir, evocando a
8 David
y sus gentes subían y hacían un muerto, el que que yo te diga.»
excursiones contra los de Oesur, con- * Ella contestó: «Bien sabrás lo que
tra los de Guerz y contra los amale- ha hecho Saúl, que ha borrado de
citas, pues todos éstos habitaban la esta tierra a todos los evocadores y
región, desde Telaim, según se va a adivinos. ¿Me tiendes un lazo para
Sur, hasta el Egipto. ' David aso'aba hacerme morir?» 10 Saúl le juró por
estas tierras, sin dejar vivos hombre Yave, diciendo: «Como vive Yave,
ni mujer, apoderándose de ovejas, que por esto no te ha de venir ningún
bueyes, asnos, camellos y vestidos, mal.» 11 Díjole la mujer: «¿A quién
y se volvía a Aquis. 10 Éste le pre- he de evocar?» Y
Saúl contostó:
guntaba: «¿A quién habéis atacado «Evócame a Samuel.»
hoy?» David contestaba: «Al medio- 14 A la vista de Samuel, la mujer
día de Judá, al mediodía de Jerameel, lanzó un grito, y dijo a Saúl: 13 «¿Por
al mediodía de los quineos.»
u David qué me has engañado? Tú eres Saúl.»
no dejaba con vida hombre ni mujer El rey le dijo: «No temas. ¿Qué es
trayéndolos a Get, por temor de que
informasen contra ellos, diciendo: (i) Saúl, viendo que por ningún medio
licito le contestaba Oíos, recurre al reprobado
«Esto es lo que ha hecho David.
por la ley, la evocación de los muertos. La evo-
Así procedió todo el tiempo que estuvo cación de Samuel es diversamente concebida
en la tierra de los filisteos. 12 Aquis por los Padres e interpretes, sin que podamos
se fiaba de David y se decía: «Se dar como cierta ninguna de las interpretaciones.
'
SAMUEL I, 29, 30 301

o que ves?» La mujer dijo a Saúl: príncipes de. los filisteos a la cabeza
«Veo un dios que se alza de la tierra.» de sus centenas y sus millares, David
14
Saúl
«¿Y cual es su figura T preguntó

Ella respondió: «Es un an-
.
— y los suyos marchaban a retaguardia
con Aquis; 3 y los jefes de los filisteos
ciano que sube envuelto en su manto. preguntaron: «¿Qué hacen aquí los
Comprendió Saúl que era Samuel y hebreos?» Aquis les dijo: «¿No veis
15 Samuel que es David, siervo de Saúl, rey de
se prosternó rostro a tierra.
dijo a Saúl: «¿Por qué has turbado Israel, que está conmigo hace días
mi reposo, evocándome?» Saúl res- y años, sin que haya hallado yo
-

pondió: «Estoy en gran aprieto. Los ía menor cosa que reprocharle, desde
filisteos me
hacen la guerra, y Yave que se pasó a nosotros basta ahora?»
se ha retirado de mi. No me ha res- 4 Pero los jefes de los filisteos se en-

pondido, ni por profetas ni por sue- furecieron contra Aquis, y le dijeron:


ños. Te he evocado, para que me «Despide a ese hombre, y que se
digas qué he de hacer. 16 Samuel dijo: vuelva al lugar que le has designado;
«¿Cómo me consultas tú, siendo así que no venga a la batalla, no se re-
que Yave se ha retirado de ti y se vuelva contra nosotros durante el
ha hecho enemigo tuyo? u Yave combate. ¿Cómo podría él volver a
hace lo que te habia predicho por la gracia de su amo, mejor que ofre-
mi boca: arranca el reino de tus manos, ciéndole cabezas de nuestros hom-
para dárselo a otro, a David. 18 Por- bres? 6 ¿No es ese David del que
que no obedeciste a Yave y no tra- cantaban danzando: Saúl mató sus
taste a Amalee según el ardor de su mil, pero David sus diez mil?»
6 Aquis llamó
cólera, por eso hace ahora Yave a David, y le dijo:
eso contigo. 19 El entregará a Israel, «Como vive Yave, que tú eres hombre
juntamente contigo, a manos de los leal, y que yo veo con buenos ojos
filisteos. Mañana tú y tus hijos esta- toda tu conducta en esta expedición,
réis conmigo, y Yave entregará el sin haber visto en ti nada malo, desde
campamento de Israel a los filis- que llegaste a mí hasta hoy; pero a
teos. » los príncipesno les agradas. 7 Vuél-
20 Cayó Saúl por tierra,
luego vete, pues,y torna en paz, para no
cuan largo era, pues las palabras de desagradar a los príncipes.» 8 David
Samuel le llenaron de espanto, y respondió: «¿Pero qué te he hecho
faltáronle las fuerzas, pues no había yo, y qué has hallado tú en tu siervo,
tomado nada ni en el día ni en la desde que estoy junto a ti hasta hoy,
noche. 21 La mujer se acercó a Saúl, para que no marche yo a combatir
y viendo su gran turbación, le dijo: a los enemigos de mi señor, el rey?»
9
«Tu sierva no ha hecho más que Aquis respondió a David: «Yo sé
obedecerte, exponiendo su vida. 22 Es- bien que tú has sido bueno conmigo,
cucha, pues, tú también a tu sierva, como un ángel de Dios; pero los jefes
y permite que te ofrezca un trozo de los filisteos dicen: Que no suba
de pan, para que tengas fuerzas para con nosotros a la batalla. 10 Así que,
proseguir tu camino.» 23 E1 contestó: levántate de mañana tú y los siervos
«No comeré nada.» Sus servidores, de tu señor, que han venido contigo;
uniéndose a la mujer, insistieron, levántate bien de mañana, y partid
y él se rindió a sus instancias. Le- en cuanto sea de día.» 11 David y
vantóse de tierra y se sentó sobre sus gentes se levantaron bien tem-
el diván.
24 Tenía en casa la mujer prano, y partieron de vuelta a la
un ternero gordo; matóle luego, y tierra de los filisteos, y los filisteos
tomando harina, coció unos ácimos subieron a Jezrael.
26
y lo presentó a Saúl y a sus ser-
vidores, quienes, después de comer,
se levantaron y partieron aquella Saqueo e incendio de Sioclcji por
misma noche. los amalecitas.

David, despedido del ejército «ti-


3() 1 Cuando al tercer día llegó
los filisteos. David con sus hombres a Sice-
leg, los amalecitas habían irrumpido
1
Reunieron los filisteos todas en Negueb y en Sic'eleg, y la
el
sus tropas en Afee, e Israel habían tomado e incendiado. 2 Habían
acampaba cerca de la fuente de apresado a las mujeres que allí es-
2
Jezrael. Mientras avanzaban los taban y a pequeños y grandes, pero
302 SAMUEL I, 31

sin matar a nadie, y llevándoselos, vaban, y rescató a sus dos mujeres.


se habían puesto en camino.
3
Cuando 19
No
faltó nadie, ni chico ni grande,
llegaron David y sus gentes a la ni niño, ni niña, ni nada del botín
ciudad y vieron que había sido que- y de cuanto se habían llevado. David
mada, y que sus mujeres, hijos e hijas lo recobró todo; 20 y cogiendo el ga-
habían sido llevados cautivos, 4 al- nado mayor y menor, se pusieron
zaron la voz y lloraron hasta más no en marcha delante de él, diciendo:
poder. Habían sido llevadas las
5 «Este es
el botín de David.»
21
dos mujeres do David, Ajinoam, de '
Llegó David a los doscientos
Jeerael, y Abigail, de Carmel, mujer hombres que, fatigados, no habían
de Nabal. podido seguirle y se quedaron junto
8 David se vió muy angustiado, al torrente de Besor. Salieron éstos
pues la gente hablaba de lapidarle, al encuentro de David y de los que
ya que todos estaban muy amar- venían con él, y David se acercó a
gados, cada uno por sus hijos y sus ellos y los saludó amistosamente.
22 Pero
hijas. Pero David se confortó en lo peor de cuanto de malo
Yave, su Dios. 7 Dijo, pues, al sacer- había en la tropa de David, se puso
dote Abiatar, hijo de Ajimelec: «Apli- a decir: «Pues que no han venido
ca el efod. » Aplicó Abiatar el efod, con nosotros, no les daremos parte
8
y David consultó a Yave, diciendo: del botín que hemos cogido; que coja
«¿He de perseguir a esa banda? ¿La cada uno su mujer y sus hijos y se
alcanzaré?» Yave respondió: «Per- los lleve.» 23 Pero David dijo: «No,
sígnela, porque de cierto la alcanza- hermanos míos, no hagáis eso con
rás y recobrarás.» 9 Púsose David en lo que nos ha dado Yave; porque el
marcha, con los seiscientos hombres nos ha guardado y ha puesto en nues-
que le seguían. Cuando llegaron al tras manos la banda que vino contra
torrente de Besor, doscientos queda- nosotros. 24 Eso, ni oírse siquiera.
ron sin pasar más allá, rezagados por La parte debe ser la misma para el
la fatiga. 10 David continuó la per- que combate y para el que custodia
secución con cuatrocientos hombres. el bagaje. Todos partirán por igual.»
11
Encontraron en el campo a un egip- 25 Y así se hizo aquel día
y en lo su-
cio, que llevaron a David; 12 diéronle cesivo, quedando esto como ley y
pan que comiera y agua que bebiera, norma, que todavía se observa.
28 De vuelta a Siceleg, David
y un trozo de torta de higos secos y mandó
un racimo de pasas. Una vez que con parte del botín a los ancianos de Judá,
el alimento se recobró, pues había sus amigos, diciendo: «Ahí va para
estado tres días y tres noches sin vosotros un presente, del botín de
comer ni beber, 13 le preguntó David: los enemigos de Yave.» 87 Mandó a
«¿De quién y de dónde eres tú?» los de a los de Bamot del
Betel,
El respondió: «Soy un esclavo egip- Negueb, a los de Jeter, 28 a los de
cio, al servicio de un amalecita, y Aroer, a los de Sefamot, a los de
hace tres días me abandonó mi amo, Estamo, 29 a los de Recaí, a los de las
porque enfermé. 14 Habíamos hecho ciudades de Jerameel, a los de las
una incursión en el Negueb de Queret, ciudades de Quene, 30 a los de Jorma,
en Judá, y en el Negueb de Caleb, y a los de Borasán, a los de Atac,
hemos incendiado Siceleg. » 16 David 31
a los de Hebrón, y a los de to-
le preguntó: «¿Quieres guiarme hacia dos los lugares por donde David y
donde está la banda?» El le respondió: sus gentes habían estado.
«Júrame por Dios, que no me mata-
rás ni me entregarás a mi amo, y te
guiaré a donde está la banda. 14 Guió- Derrota v muerte «le Saúl.
los, y vieron que estaban los amale-
citas esparcidos por todo el campo, ^1
'
1
Libraron batalla los filisteos,
comiendo, bebiendo y bailando, pues los hijos de Israel se pusieron
y
era muy grande el botín que habían en fuga ante los filisteos, y cayeron
cogido en la tierra de los filisteos y muchos en los montes de Gelboe.
en la de Judá. 17 David los batió 2 Los filisteos se pusieron a perseguir

desde la aurora hasta la tarde, y no a Saúl y a sus hijos, y mataron a


escapó ninguno de ellos, fuera de Jonatán, a Abinadab y a Melquisua,
cuatrocientos mozos, que huyeron hijos de Saúl. 8 El peso de la batalla
montados en camellos. * 8 David re- cargó principalmente sobre Saúl. Ha-
cobró cuanto los amalecitas se lle- biéndole descubierto los arqueros, y
SAMUEL I, 31
303

viéndose muy apretado por ellos, que yacían sobre los montes de Gel-
4
dijo a su escudero: "Saca tu espada boe. 9 Cortaron la cabeza de Saúl
y traspásame, no me hieran esos y se apoderaron de sus armas, e hi-
incircuncisos y me afrenten.» El escu- cieron publicar esta buena noticia
dero no obedeció por el gran temor por toda la tierra de los filisteos, en
que tenía; y cogiendo Saúl su propia los templos de sus ídolos y entre el
espada, se echó sobre la punta de pueblo. 10 Las armas de Saúl las
ella. 5 El escudero, viéndole muerto, depositaron en el templo de Astarte,
se arrojó igualmente sobre la suya, y su cabeza la colgaron de las murallas
y murió con él. 6 Así murieron aquel de Betsán.
11
día juntos Saúl y sus tres hijos y su Los habitantes de Jabes Galad,
escudero. 7 Los de Israel, que estaban habiendo sabido lo que los filisteos
del lado acá del llano, y del lado acá habían hecho con Saúl, 12 reunieron
del Jordán, viendo huir a los hijos a los más valientes; y después de
de Israel y sabiendo que Saúl y sus marchar durante toda la noche, lle-
hijos habían muerto, abandonaron garon hasta Betsán; y cogiendo de
sus ciudades, para emprender tam- sus murallas el cadáver de Saúl y
bién la fuga, y viniendo los filisteos, los de sus hijos, se volvieron con ellos
las ocuparon. a Jabes, donde los quemaron. 13 Co-
8
Al día siguiente vinieron los fi- gieron sus huesos y los sepultaron
listeos para despojar a los muertos, bajo el taray de Jabes, y ayunaron
y hallaron a Saúl y a sus tres hijos, siete días.
SAMUEL II

Comunican a David la noticia de carros y caballeros, que estaban ya


la muerte de 8aúl. para alcanzarle; 7
y volviéndose, me
vió y me llamó. Yo «Aquí
respondí:
|
1
Después de la muerte de Saúl, me tienes.» 8 Me «¿Quién eres
dijo:
cuando hacía dos días que David, tú?» Yo le respondí; Soy un amale-
victorioso de los amalecitas, estaba cita.» 9 Y él me dijo: «Acércate a mi
en Siceleg, 4
llegó el tercer día al y mátame, porque me siento presa
campamento un hombre, que venía de un espasmo, mientras todavía
del campo de Saúl, desgarrados los tengo en mí toda la vida.» 10 Yo me
vestidosy cubierta la cabeza de polvo. acerqué a él y le maté, pues sabía
Cuando estuvo cerca de David, se muy bien que no sobreviría a su
echó en tierra, prosternándose, 3 y derrota; y cogiendo la diadema que
David le preguntó: «¿De dónde vie- llevaba en la cabeza y el brazalete
nes?» El respondió: «Vengo huido del que tenía en su brazo, se los he traído
campamento de Israel.» 4 David pre- aquí a mi señor» (1).
guntó: «¿Qué ha sucedido? Cuénta- 11
David, cogiendo sus vestiduras,
melo. » El respondió: «El pueblo huyó las rasgó, y también todos los hom-
de la batalla, y gran número de bres que con él estaban. 12 Hicieron
hombres han caído y han perecido. duelo, llorando y ayunando hasta la
Saúl mismo y Jonatán, su hijo, han i
tarde, por Saúl, por su hijo Jonatán
sido muertos.» 6 David dijo al joven i
y por el pueblo de Yave y la casa de
que le daba estas noticias: «¿Y cómo Israel, que habían caído bajo la espada.
sabes tú que han muerto Saúl y su
hijo Jonatán?» 6 El joven que le
daba las noticias respondió: «Yo me (i) En su relato, el amalecita se atribuye
falsamente la muerte de Saúl a petición de é?te,
hallaba por casualidad en el monte
creyendo que asi se congraciaría con David,
Gelboe, y vi a Saúl, apoyado sobre y éste le recompensaría. Por lo contrario, su
su lanza, mientras se acercaban a él '
falsa confesión es causa de su catiigo.

20
300 SAMUEL II, 2

13 David dijo al joven que le había 28 ¿Cómo han caído los héroes en
|

traído las noticias: «¿De dónde eres medio de la batalla?


tú?» El respondió: «Soy hijo de un ¿Cómo fué traspasado Jonatán en
extranjero, de un amalecita. » 14 Y las alturas?
26
David le dijo: «¿Y cómo te atreviste Angustiado estoy por ti, ]oh
a tender tu mano para dar muerte al Jonatán, hermano mío!
ungido de Yave?» 15 llamando aY Me eras carísimo,
uno de los suyos, le dijo: «Echate so- Y tu amor era para mí dulcísimo,
bre él y mátale.» El hombre hirió al Más que el amor de las mujeres.
27
amalecita, que murió. 16 David dijo: ¿Cómo han caído los héroes?
«Caiga tu sangre sobre tu cabeza! ¿Cómo han caído los fuertes gue-
Tu misma boca ha atestiguado contra rreros?»
ti al decir: Yo he dado la muerte al
ungido de Yave.»
David, rey de Judá.
Elegía de David por Saúl y Jo-
natán. •) 1 Después de esto, consultó David
«¿He de subir
a Yave, diciendo:
17 David cantó una elegía por Saúl a alguna de las ciudades de Judá?»
y Jonatán, su hijo,
18
y mandó que Y Yave respondió: «Sube.» Preguntó
se la enseñasen a los hijos de Judá. David: «¿A cuál de ellas subiré.»
Es el canto del arco, y está escrito Y Yave respondió: «A Hebrón.»
en el libro de Jaser (1): 2
Subió, pues, allá David, con sus
19 «Tu
gloria, Israel, ha perecido dos mujeres, Ajinoam de Jezrael y
en tus montes; Abigail de Carmel, mujer de Nabal.
¿Cómo cayeron los héroes? 3 Hizo también que subieran los que
20 No lo propaléis en Get;
estaban con él, cada uno con su fa-
No lo publiquéis por las calles de milia, y habitaron en la ciudad de
Ascalón, Hebrón. 4 Vinieron los hombres de
Que no se regocijen las. hijas de Judá, y ungieron allí a David, rey
los filisteos, de la casa de Judá. Supo David que
Y no salten de júbilo las hijas de las gentes de Jabes Galad habían
los incircuncisos. dado sepultura a Saúl; 6 y David envió
21
de Gelboel No caiga
jMontes mensajeros a los hombres de Jabes
sobre vosotros ni rocío ni lluvia, Galad, que les dijeran: «Benditos
Ni seáis campos de primicias, seáis de Yave por la misericordia que
Porque allí fué abatido el escudo habéis hecho con vuestro señor Saúl,
de los héroes, dándole sepultura. 6 Que haga Yave
El escudo de Saúl, como si no fuera con vosotros misericordia y verdad.
el ungido con el óleo. Yo también os pagaré con favores
22 De la sangre de los muertos, de lo que habéis hecho. 7 Fortaleced
la grasa de los valientes, vuestras manos y tened valor, pues
El arco de Jonatás no se hartaba que, muerto Saúl, los hombres de
nunca, Judá me han ungido por rey suyo.'
La espada de Saúl no se blandía
en vano.
23
Saúl y Jonatán, amados y queri- Oposición «le la t a-u <!«' Saúl.
dos, inseparables en vida,
Tampoco se separaron en la muerte.
Más ágiles que las águilas, 8 Pero Abner, hijo
de Ner, jefe del
Más fuertes i|ue los leones. ejército de Saúl, tomó a Isbosct, hijo
24 Hijas
de Israel, llorad por Saúl, de Saúl; y llevándole a Majanaim,
Que os vestía de lino fino, 9
le alzó por rey de Galad, de Aser, de
Y adornaba de oro vuestros ves- Jezrael, de Efraím, de Benjamín y
tidos. de todo Israel.
10 Cuarenta años tenía Isboset, hijo
(i) La nobleza de sentimientos de David, de Saúl, cuando comenzó a reinar en
tantas veces mostrada en su proceder para con
Israel y reinó dos años.
Saúl, se manifiesta en este canto elegiaco, en 11
que David se lamenta no sólo de la muerte de El tiempo que David reinó en
Jonatán, su entrañable amigo, sino de la de Hebrón, sobre la casa de Judá, fué
Saúl, su encarnizado perseguidor. de siete años y seis meses.
SAMUEL II, 3 307

La batalla do < ¿alción. tú, el pueblo no habría dejado de


perseguir a sus hermanos hasta ma-
12
Abner, hijo de Ner, y los segui- ñana.» 28 Y
Joab hizo sonar la trom-
dores de Isboset, salieron de Maja- peta, y el pueblo se detuvo, y no per-
naim para Gabaón. siguieron ya a Israel, cesando el com-
13 Joab, hijo de Sarvia,
y los se- bate. 29 Ábner y sus gentes, después
guidores de David se pusieron en de marchar toda la noche por el Ara-
marcha. Encontráronse cerca del es- ba, pasaron el Jordán, cruzaron todo
tanque de Gabaóti y acamparon los el Bitrón, y llegaron a Majanaim.
unos de un lado del estanque y los 30 Joab, cesando en la persecución
otros del otro. 14 Abner dijo a Joab: de Abner, reunió a todo el pueblo.
«Salgan unos cuantos jóvenes y com- Faltaban de los seguidores de David
batan a nuestra vista.» Joab res- diecinueve hombres y Azael. 31 Los
pondió: «Que salgan.» 15 Y salieron, seguidores de David habían herido
avanzando en igual número, doce de de muerte a trescientos sesenta hom-
Benjamín, por Isboset, hijo de Saúl, bres de los de Benjamín, de los de
y doce de los seguidores de David; Abner. Llevaron a Azael y le sepul-

y cogiendo cada uno a su adver- taron en el sepulcro de su padre en
sario por la cabeza, le hundió la es- Belén. 32 Joab y sus hombres marcha-
pada en el costado, y cayeron todos ron toda la noche, y llegaron a He-
a una, llamándose por eso aquel lugar brón al despuntar el día.
Elcatusurim, que está en Gabaón.
17 Hubo aquel día muy recia batalla, Guerra entre la casa de David
civil
y Abner y los hombres de Israel fue- y la de Saúl.
ron vencidos por los seguidores de
David. 18 Estaban allí los tres hijos Q 1 Fué guerra entre la
larga la
de Sarvia: Joab, Abisai y Azael. '
casa de David y
la casa de Saúl,
Azael era ligero de pies, como un pero David iba fortaleciéndose cada
corzo de los campos, 19 y persiguió vez más, y la casa de Saúl cada vez
a Abner, sin apartarse de él, ni a más debilitándose.
20 Abner
la derecha ni a la izquierda. 2
En Hebrón naciéronle hijos a
mi ró detrás de sí, y le dijo: «¿Eres David: su primogénito fué Amnón,
tú, Azael?» El respondió: «Yo soy.» hijo de Ajinoam de Jezrael; 3 el se-
21
Y Abner le dijo: «Apártate o a la gundo Jeleab, de Abigail, del Carmel,
derecha o a la izquierda, coge a uno mujer de Nabal; el tercero Absalón,
de esos mozos, y toma sus despojos.» hijo de Maca, hija de Tolmai, rey
Pero Azael no quiso apartarse de él, de Gesur; 4 el cuarto Adonías, hijo de
22
y Abner dijo entonces a Azael: Agit; el quinto Safatía, hijo de Abi-
«Apártate de mí o te derribo en tie- tal; 6 el sexto Jetram, de Egla, mujer
rra, ¿y cómo podría yo levantar mis de David. Estos son los hijos que na-
ojos delante de Joab, tu hermano?» cieron a David en Hebrón.
23 Pero Azael rehusó retirarse,
y Abner 6 Durante la guerra entre la casa
le hirió entonces con el regatón de de Saúl y la casa de David, era Abner
la lanza en el abdomen, saliéndole la el que se hacía fuerte por la casa de
lanza por detrás, y allí cayó y murió. Saúl. 7
Había tenido Saúl una concu-
Todos, al llegar al lugar donde había cubina, de nombre Resfa, hija de
caído Azael, se detenían. 24 Joab y Aya; e Isboset dijo a Abner: «Por qué
Abisai persiguieron a Abner, llegando has entrado a la concubina de mi pa-
al ponerse del sol a la colina de Anima, dre?» Abner, muy irritado por lo que
que está frente a Guiaj, del lado del le decía Isboset, respondió: «¿Soy yo
desierto de Gabaón. acaso hoy una cabeza de perro? Has-
25 Los hijos de
Benjamín se reunie- ta hoy he favorecido yo a la casa de
ron detrás de Abner en apretado haz, Saúl, tu padre, y a sus hermanos y
y se apostaron en lo alto de la colina; amigos, y no te he puesto en las manos
26
y Abner llamando a Joab, le dijo de David; ¿y tú rae recriminas hoy
a voces: «¿Hasta cuándo no dejará por causa de esa mujer? 9 Así haga
de devorar la espada? ¿No sabes que Dios a Abner, y así le añada, si no hago
al fin viene la desesperación? ¿A yo con David, conforme a lo que le
cuándo esperas, para decir a los tuyos ha jurado Yave, que quitaría el reino
que dejen de perseguir a sus her- a la casa de Saúl, y confirmaría el
manos?» 27 Y Joab respondió: «Por trono de David, sobre Israel y sobre
Dios vivo, qne si no hubieras hablado Judá, desde Dan hasta'Berseba.-'
308 SAMUEL II, 4

11
No pudo Isboset responder a 26 Y en saliendo de estar con David,
Abner palabra, porque le temia. 12 En- mandó Joab algunos tras Abner.
vió, pues, Abner mensajeros de su que le trajeron desde la cisterna de Sira,
parte a David, diciéndole: «¿Cíiya es sin que David supiera nada. 27 Cuando
la tierra?», y para que le dijeran: «Haz Abner estuvo de vuelta en Hebrón,
alianza conmigo y mi mano te ayudará Joab, llevándole aparte dentro de la
a traer a ti a todo Israel. puerta, como para hablarle en se-
13
David respondió: «Está bien, secreto, le hirió en el vientre y le
yo haré alianza contigo, pero te pido mató, en venganza de la sangre de
una cosa: Que no vengas a verme, Azael, su hermano. 28 Al saberlo Da-
sin traer contigo a Micol, la hija de vid, dijo: «Inocente soy yo para siem-
Saúl, cuando vengas a verme.» 14 Des- pre, yo y mi reino delante de Yave,
pués de esto mnndó David mensaje- de la sangre de Abner, hijo de Ner;
29
ros a Isboset, hijo de Saúl, que le di- caiga su sangre sobre la cabeza de
jeran: «Devuélveme mi mujer, Mi- Joab, y sobre toda la casa de su pa-
col, que adquirí a costa de cien pre- dre. Haya siempre en la casa de Joab
pucios de filisteos.» 15 Mandó Isboset quien padezca de flujo, leproso, quien
a quitársela a su marido Paltiel, hijo ande con báculo, quien muera a cu-
de Laín, y 16 el marido se fué tras ella chillo, quien carezca de pan.»
siguiéndola y llorando hasta Baju- 30 Joab y Abisai, su hermano, ma-
rim. Abner le dijo: «Anda y vuélvete», taron a Ábner, porque éste había
y él entonces se volvió. 17 Habló Abner muerto a Azael, hermano de los dos,
a los ancianos de Israel, diciendo: «No en la batalla de Gabaón.
31
es de ayer vuestro deseo de que David David dijo a Joab y a todo el pue-
reinase sobre vosotros: 18 cumplidlo, blo que con él estaba: «Rasgad vues-
pues, ahora, pues que Yave ha hablado tras vestiduras, ceñios de saco, y
a David, diciendo: Por mano de mi haced duelo por Abner.» 32 Sepulta-
siervo David libraré yo a mi pueblo ron a Abner en Hebrón. El rey iba
Israel, de la mano de los filisteos y detrás del féretro: y lloró en alta voz
de la mano de todos sus enemigos.» sobre la tumba de Abner, y todo el
19
Habló también Abner a los hijos pueblo lloró con él. 33 El rey cantó
de Benjamín, y fué luego a Hebrón, a una elegía por Abner, y dijo: «¿Ha
comunicar a David la disposición en muerto acaso Abner la muerte del
que estaba Israel y toda la casa de criminal?
34 No
Benjamín. 40 Vino, pues, Abner a estaban atadas tus manos,
David, a Hebrón, con veinte hombres, Ni encadenados tus pies.
y David dió un banquete a Abner y a Caíste como
cae el inocente,
a los que con él habían venido. 21 Y A manosde malvados.»
Abner dijo a David: «Voy a levan- Todo el pueblo siguió llorando a
tarme, y partiré para reunir a todo Abner, 36 y se acercaron a David para
Israel, y traerle a mi señor el rey. Ellos hacerle tomar algún alimento antes
harán alianza contigo, y tú reinarás de que acabase el día; pero David
como deseas.» David despidió luego juró: «Hágame esto Yave, yesto me
a Abner, y éste se fué en paz. añada, si cómo nada antes de
la pues-
22 Vinieron los seguidores de Da- ta del sol.» 36 Todo el pueblo
lo supo,
vid Joab, de vuelta de expedi-
y viendo con agrado lo que hacía el rey;
37
ción, trayendo consigo gran botín. y comprendió aquel día, que no
No estaba ya Abner con David en habla sido obra del rey la muerte de
Hebrón; ya le había despedido Da- Abner, hijo de Ner. El rey dijo a sus
vid y ya se había ido él en paz; 23 pero servidores: «¿No veis que ha caido hoy
al llegar Joab con el ejército que man- en Israel un gran capitán y un gran

daba, dieron aviso a Joab, diciendo: hombre? Por lo que a mí hace, yo soy
«Abner, hijo de Ner, ha venido a es- todavía débil, aunque ungido, y esos
tar con el rey, y éste le ha despedido, hombres, los hijos de Sarvia, son más
y él se ha ido en paz». 24 Vino enton- poderosos que yo. Que Yave pague al
ces Joab al rey, y le dijo: «¿Cómo has que.ha hecho el mal, según su malicia.»
hecho esto? Ha venido a estar con-
tigo Abner. ¿por qué, pues, le has de- Muerte de Isboset.
jado irse en paz? 25 No sabes tú que
Abner, hijo de Ner, ha venido a en- ¿1 Cuando supo Isboset que Abner
1

gañarte y a espiarte en tus entradas y habia muerto en Hebrón, se le


salidas y sorprender tus planes?» cayeron los brazos, y todo Tsrael
SAMUEL H, 5 :i09

quedó consternado. 1 Estaban con bas a Israel él. Ade-


y entrabas con
el hijo de Saúl dos jefes de bnndidos más Yave ha dicho: .Apacienta a
te
uno de nombre. Baña y otro de nom- mi pueblo, y sé el jefe de Israel.»
3
bre Recab, hijos de Rcmón, de Berot, Vinieron, pues, todos los ancianos
de los hijos de Benjamín, pues Berot de Israel a David, a Hebrón; y David
so cuenta también como parte de hizo con ellos alianza en Hebrón
Benjamín. 3 Estos berotitas hablan ante Yave, y ungieron a David rey
huido a Guitaim, y hablan habitado de Israel. 4 Treinta años tenía David
allí hasta entonces. 4 T7n hijo de cuando comenzó a reinar, y reinó
Jonatán, hijo de Saúl, tenia cinco cuarenta años. 5 Reinó en Hebrón,
años; y al llegar de Jezrael la noti- sobre Judá, siete años y seis meses,
cia de la muerte de Saúl y Jonatán, y treinta y tres años en Jerusalén,
le cogió la nodriza para huir con él, sobre todo Israel y Judá.
6
y en la precipitación de la fuga El rey se dirigió con su gente a
le dejó caer, y quedó cojo; se lla- Jerusalén, contra los jebuseos que
maba Mifisboset. 5 Los hijos de la habitaban, que dijeron a David:
Remón, de Berot, Recab y Baña, «No entrarás tú aquí: ciegos y cojos
vinieron durante las horas del calor bastarán para impedírtelo.» Con lo
6
y entraron en la casa de Tsboset, que querían decir: «Jamás entrará
oue estaba durmiendo la siesta; la David aquí.» 7 Pero David se apoderó
portera, limpiando trigo, se habla dor- de la fortaleza de Sión, que es la
mido; y Becab y Baña 7 llegaron sin ciudad de David; s pues había dicho:
ser vistos hasta la alcoba donde Tsbo- «¿Quién, batiendo al jebusco, llegará
set dormía, e hiriéndole, le mataron, a alcanzar por el túnel a los ciegos
y cortándole la cabeza, huyeron por el y cojos, aborrecidos del alma de Da-
camino del desierto toda la noche. vid?» Por eso quedó en proverbio: «No
8 Trajeron a David, a Hebrón, volverán a casa los ciegos y los cojos.»
9
la cabeza de Isboset, y dijeron al David estableció su residencia
rey: «Ahí tienes la cabeza de Isbo- en la fortaleza, y la llamó la ciudad
set, hijo de Saúl, tu enemigo, que te de David (1), y edificó en derre-
persegufa; Ya ve ha vengado hoy a dor, desde el terraplén para adentro.
10 David iba creciendo en poder
mi señor, el rey, de Saúl y de su
descendencia. » 9 Pero David, res- cada vez más, y Yave Sebaot estaba
pondiendo a Recab y Baña, su her- con él. 11 Hirán, rey de Tiro, envió a
mano, hijos de Remón de Berot, les David una embajada y maderas de
dijo: «Vive Yave, que me salvó de cedro, carpinteros y canteros, que
toda angustia; 10 que si al que me edificaron la casa de David.
12 Conoció
anunció, diciendo: «Ha muerto Saúl, David que Yave le había
creyendo anunciarme cosa grata para confirmado rey de Israel, y que
mí, le cogí, y le maté en Siceleg, realzaba su reino por amor de Israel,
cuando parecía que era digno de su pueblo. 13
Tomó David más con-
albricias por la noticia, 11 ¿cuanto cubinas y mujeres, de Jerusalén,
más ahora, que unos malvados han después de venir de Hebrón, y le
quitado la vida a un hombre ino- nacieron hijos e bijas. 14 He aquí
cente, su casa, en su lecho, no
en los nombres de los que le nacieron
habré de demandar su sangre de en Jerusalén: Samua, Sobab, Natán,
vuestras manos, exterminándoos de Salomón, 15 Jebar, Elima, Nefeg,
sobre la tierra?" 12 Dió, pues, orden 16 Jafia,
Elisama, Elijoda y Eüfelet.
David a sus gentes, de matarlos; 17
Cuando los filisteos supieron
y cortándoles manos y pies, los col- que David había sido ungido rey de
garon junto a la piscina de Hebrón. Israel, subieron todos en busca suya,
La cabeza de Isboset, la cogieron y y David, que lo supo, bajó a su en-
la sepultaron en el sppulcro de Abner, cuentro. 18 Los filisteos hicieron una
en Hebrón. incursión en el valle de Refaim,
19
y David consultó a Yave, diciendo:
Reina David sobre todo Israel. «¿Subiré contra Jos filisteos? ¿Los
1 Jerusalén viene a ser centro político
,5 Vinieron a David, a Hebrón, (;) el

todas las tribus de Israel, y ha- de Israel, como será también poco después
e! centro religioso, con el traslado del arca.
blaron, diciendo: «Hueso tuyo y David mostró en la elección su buen ojo, pues
carne tuya somos; 2 ya antes, cuando nunca después perdió Jerusalén su preponde-
reinaba Saúl sobre nosotros, tú saca- rancia en Israel.
310 SAMUEL II, 6, 7

entregarás en mis manos?» Y


Ya ve llevar a casa de Obededón, de Oet.
11
dijo a David: «Sube, pues de cierto Tres meses estuvo el arca de Yave
20
los entregaré en tus manos.» Vino, en casa de Obededón, y Yave le
pues, David, a Baal Parasim, donde bendijo a él y a toda su casa. 12 Dijé-
los derrotó, y dijo: «Yave ha roto ronle a David: «Yave ha bendecido
a mis enemigos como rompen las a la casa de Obededón y a cuanto
aguas.» Por eso se dió a aquel lugar tiene con él, por causa del arca de
21
el nombre de Baal Parasim. Deja- Dios»; y poniéndose David en ca-
ron allí sus ídolos, que David y su mino, subió el arca de Dios, de la
gente se llevaron. ?2 Volvieron los casa de Obededón a la ciudad de
filisteos a subir, y a invadir el valle David, un jubiloso cortejo.
con
de Refaim. 23 Consultó David a 13
Como que llevaban el arca de
los
Yave: «¿Subiré contra los filisteos? Yave hubieron andado seis pasos,
¿Los entregarás en mis manos?» se sacrificaron un buey y un becerro
Y él le respondió: «No subas a su cebado. 14 David danzaba con toda
encuentro, rodea por detrás de ellos su fuerza delante de Yave, y vestía
y atácalos por la espalda, desde el un efod de lino. 15 Así subieron David
lado de las balsameras. 24 Cuando y toda la casa de Israel, entre gritos
entre las balsameras oigas ruido de de júbilo y sonar de las trompetas.
el
pasos, ataca fuertemente, porque es 16 arca de Yave llegó
Cuando el
Yave que marcha delante de ti, a la ciudad de David, Mi col, hija de
para derrotar al ejército de los filis- Saúl, miró por la ventana; y al ver
teos.» 25 David hizo lo que Yave al rey David, saltando y danzando
le mandaba, y batió a los filisteos delante de Yave, le menospreció en
desde Oabaón hasta Quezer. su corazón. 17 Una vez que el arca
de Yave fué introducida y puesta
en su lugar, en medio del tabernáculo
que David había alzado para ella,
Traslado del arca a Jerusalén.
David ofreció a Yave holocaustos
y sacrificios eucarísticos. 18 Acabado
1
Volvió a reunir David a los que hubo de ofrecer los holocaustos
selectos de Israel, treinta mil y los sacrificios eucarísticos, bendijo
hombres; 2 y acompañado de todo al pueblo en nombre de Yave Sebaot.
19
el pueblo congregado tras él, se puso Repartió a todo el pueblo, a toda
en marcha desde Baalc Judá, para la muchedumbre de Israel, hombres
subir el arca de Dios, sobre la cual y mujeres, a cada uno una torta, un
se invoca el nombre de Yave Se- pedazo de carne y uu racimo de uvas,
baot, sentado sobre los querubines. y el pueblo se fué cada uno a su casa.
20 Cuando se volvió David a la
3
Pusieron sobre un carro nuevo el
arca de Dios, y la sacaron de la casa suya para bendecirla, Micol, la hija
de Abinadab, que está sobre la de Saúl, le salió al encuentro, di-
colina. 4 Oza y Ajio, hijos de Abina- ciendo: «¡Qué gloria hoy para el
dab, guiaban el carro nuevo; iba rey de Israel, haberse desnudado a
Oza lado del arca, y Ajio iba de-
al los ojos de las siervas de sus siervos,
lante; 5
David y toda la casa de Israel como se desnuda un juglar!» 21 David
iban danzando delante de Yave con respondió a Micol: «Delante de Yave,
todas sus fuerzas, con arpas, sal- que con preferencia a tu padre y a
terios, adufes, flautas y címbalos. toda su casa me eligió para hacerme
6 Cuando llegaron a la era de Nacón, jefe de su pueblo, de Israel, he
tendió "Oza la mano hacia el arca danzado yo. 22 aún más vil queY
de Dios, y la cogió, porque los bueyes esto quiero parecer todavía, y reDa-
daban sacudidas. 7 Encendióse de jarme más a tus ojos, y seré así
pronto contra Oza la cólera de Yave, honrado a los ojos de las siervas de
y cayó allí muerto, junto al arca de que tú has hablado.» 23 ya Micol, Y
Dios. 8 Entristecióse David de que hu- hija de Saúl, no tuvo más hijos hasta
biese herido Yave a Oza, y fué llama- el día de su muerte.
do aquel lugar Pere Oza, hasta hoy
9
Atemorizóse entonces David de Promesa del trono eterno.
Yave, y dijo: «¿Cómo voy a llevar a
mí el arca de Yave?» 10 Y desistió 7 i Cuando el rey se hubo estableci-
ya de llevar a sí el arca de Yave, do en su casa y le hubo dado Yave
a la ciudad de David, y la hizo el descanso, librándole de todos sus
SAMUEL II, 8 311

enemigos en derredor, 2 dijo a Natán, bras y toda esta visión, habló


a
profeta: «Ya ves; yo habito en casas Natán David; 18 y entrándose el
a
de cedro, y el arca de Yave está en rey David, puesto delante de Yave,
una tienda.» 3 Natán respondió al dijo: «Señor, Yave, ¿quién soy yo,
rey: «Anda, haz lo que tienes en tu y qué es mi casa, para que hasta
corazón, pues que Yave está con- tal punto me hayas traído?
19
Y aun
tigo.» 4 Pero aquella misma noche; esto ha sido poco a tus ojos, Señor,
tuvo Natán palabra de Yave: «Anda Yave, y has hablado acerca de la
6
y ve a decir a David, mi siervo: casa de tu siervo para lo por venir,
Así habla Yave: ¿Vas a edificarme aventajándome sobre los otros hom-
tú una casa, para que yo habite en bres, |Señor, Yavel 20 ¿Qué más
ella? Mira, yo no he "habitado en podrá decirte David? Tú, ¡oh Señor,
casa desde el día en que saqué de Yave!, conoces a tu siervo. 21 Todas
Egipto a los hijos de Israel, hasta estas grandezas las haces según tu
hoy, sino que he andado en una palabra y según tu corazón, y se las
tienda, en un tabernáculo. Y en has dado a conocer a tu siervo.
22
todo el tiempo en que anduve con ¡Qué grande eres, Señor, Yave!
los hijos de Israel, ¿he dicho yo pala- No hay nadie que se te asemeje, ni
bra a ninguno de los jefes de Israel, hay Dios fuera de ti, como lo hemos
a quienes mandé que apacentaran oído con nuestros oídos. 23 ¿Y hay
mi pueblo de Israel, de hacerme una sobre la tierra pueblo, como tu pue-
casa de cedro? 8 Di, pues, a David, blo Israel, que haya rescatado Dios
mi siervo: Así habla Yave Sebaot: para hacerle el pueblo suyo, dándole
Yo te tomé de la majada, de detrás su nombre y haciendo por él tan
de las ovejas, para que fueses prín- terribles y portentosas maravillas
cipe de mi pueblo, de Israel. 9 He como en favor de tu pueblo hiciste,
estado contigo por dondequiera que redimiéndole de Egipto, de las gentes
has ido; he exterminado delante de y de sus dioses? 24 Has confirmado
ti a todos tus enemigos, y te estoy a tu pueblo Israel, por pueblo tuyo,
haciendo un nombre grande, como para que sea tu pueblo para siempre
el de los grandes de la tierra,
10 esta- jamás, y seas tú su Dios. 25 Mantén,
bleciendo a mi pueblo Israel y plan- pues, siempre, Señor, Yave, la pala-
tándolo en su lugar, para que habite bra que has dicho de tu siervo y
en él y no sea ya perturbado, y los de su casa, y obra según tu palabra,
hijos de la iniquidad no le aflijan 26 y sea glorificado por siempre tu
como antes, 11 desde el día en que nombre; y dígase: Yave Sebaot es
constituí jueces sobre mi pueblo, el Dios de Israel. Sea firme ante ti
Israel, y dándote descanso de todos la casa de tu siervo David, 27 pues
tus enemigos. Hácete, pues, saber que tú mismo, Yave Sebaot, Dios
Yave, que él te edificará casa a ti; de Israel, te has revelado a tu siervo,
12
y que cuando se cumplieren tus diciendo: Yo te edificaré a ti casa.
días y te duermas con tus padres, 28 Por eso se atreve tu siervo a diri-
suscitaré a tu linaje, después de ti, girte esta plegaria: ¡Oh Señor, Yave!
el que saldrá de tus entrañas, y afir- Tú eres Dios, y tus palabras son
maré su reino. 13 El edificará casa verdaderas, y has prometido a tu
a mi nombre, y yo estableceré su siervo hacerle esta gracia. 29 Tenlo,
trono por siempre. 14 Yo le seré a pues, a bien, y bendice la casa de
él padre, y él me será a mí hijo. tu siervo, para que subsista siempre
Si obrare él mal, yo le castigaré delante de ti; porque tú, Señor, Yave,
con varas de hombres y con azotes has hablado, y con tu bendición
de hijos de hombres; 15 pero no será por siempre bendita la casa de
apartaré de él mi misericordia, como tu siervo.
la aparté de Saúl, arrojándole de
delante de ti. 16 Permanente será
tu casa para siempre ante mi rostro, Guerras y triunfos de David.
y tu trono estable por la eterni-
dad» (1). 1
Después de esto batió David
17 Conforme
a todas estas pala- a los filisteos y los humilló, arre-
batando de las manos de los filisteos
(il Es la promesa de la perpetuidad de la Get 2y las ciudades de su
dependen-
dinastía davídica, que tendrá su más perfecta cia. Batió también a los moabitas,
realización en el Mesías, hijo de David. y haciéndolos postrarse en tierra,
312 SAMUEL n, 9, 10

Jos midió,echando sobre ellos las cuer- Mifiboset, el hijo de .Jonatán.


das; y dos de las medidas las condenó
a muerte, y a la otra le dejó la vida. O David preguntó: «¿Queda toda-
1

Los moabitas quedaron sometidos a vía alguno de la casa de Jonatán,


David y le pagaron tributo. a epiien pueda favorecer por amor a
3
Batió a Hadadezer, hijo de Rojob, Jonatán?» 2 Habia un servidor de
rey de Soba, cuando iba camino la casa de Saúl, de nombre Siba;
para restablecer su dominio hasta luciéronle, pues, venir a David, y
el Eufrates. 4 Tomóle David mil el rey le dijo: «¿Eres tú Siba?» Él
setecientos caballeros y veinte mil respondió: «Tu siervo.» 3 El rey le
infantes; desjarretó a todos los caba- preguntó: «¿No queda ninguno de
llos de los carros de guerra, no de- la casa de Saúl, a quien pueda hacer
jando más que cien tiros de carros. yo misericordia de Dios?» Siba res-
5
Habiendo venido en socorro de pondió al T¿y: «Queda todavía un
Hadadezer, rey de Soba, los sirios hijo de Jonatán, que está lisiado de
de Damasco, batió David a veinte ambos pies.» 4 «¿Dónde está?», pre-
mil de ellos; 6 puso guarniciones guntó el rey; y Siba respondió: «Está
en la Siria de Damasco, y se le some- en casa de Maquir, hijo de Amiel,
tieron los sirios, haciéndose tributarios. en Lodabar.
Yave dió a David la victoria por 5
El rey David mandó a buscarle
dondequiera que fué. a la casa de Maquir, hijo de Amiel,
7
Tomó David losescudos de oro a Lodabar; 6 y llegado a David
que llevaban los de Hadadezer, y Mifiboset, hijo de Jonatán, se echó
los trajo a Jerusalén. 8 Tomó tam- sobre su rostro, prosternándose, y
bién gran cantidad de bronce en David le dijo: «Mifiboset.» El le
Belaj y Berotai, ciudades de Hada- respondió: «Aquí tienes a tu siervo.»
dezer. 7
David le dijo: «Nada temas, porque
9
Cuando Toú, rey de Amat, supo quiero favorecerte por amor de Jona-
que David había derrotado a todas tán, tu padre. Te devolveré todas las
las fuerzas de Hadadezer, 10 mandó tierras de Saúl, tu padre, y comerás
a Jodorán, su hijo, al rey David, siempre a mi mesa.» 8 El se pros-
para saludarle y felicitarle por haber ternó y dijo: «¿Qué es tu siervo, para
atacado y vencido a Hadadezer, pues que pongas tu vista en un perro
Toú estaba constantemente en guerra muerto como yo?» * El rey llamó a
con Hadadezer. Jodorán trajo vasos Siba, servidor de Saúl, y le dijo:
de oro, vasos de plata y vasos de «Todo cuanto pertenece a Saúl, toda
bronce; 11 y el rey David los consa- su casa, se lo doy al hijo de tu amo.
gró también a Yave, como habia 10 Tú cultivarás para él las tierras,

hecho con la plata y el oro de las tú, tus hijos y tus siervos, y le traerás
gentes que habla sometido, " de la cosecha, para que la casa de tu.
Siria, de Moab, de los hijos de Ammón, amo tenga de qué vivir, y Mifiboset,
do los filisteos, de Amalee, y el botín tu amo, comerá siempre a mi mesa.»
que había tomado a Hadadezer, hijo Siba tenía quince hijos y veinte sier-
de Kojob, rey de Soba. vos; 11 y dijo al rey: «Todo se hará
13
David adquirió gran fama, y de como el rey, mi señor, se lo manda
vuelta de la victoria de Siria, com- a su siervo.» Mifiboset comió a la
batió en el valle de la sal, derrotando mesa de David, como uno de los
a dieciocho mil edomitas. 14 Puso hijos del rey. Mifiboset tenía un
12

guarniciones en Edom, y todo Eriom hijo pequeño, que se llamaba Mica,


le quedó sometido. Yave le daba y todos los que vivían en la casa
la victoria por dondequiera que iba. de Siba eran siervos de Mifiboset;
15 Reinó David sobre todo Israel, 13
pero éste moraba en Jerusalén,
haciendo derecho y justicia a todo porque comía siempre a la mesa del
su pueblo. 18 Joab hijo de Sarvia, rey; y era cojo de ambos pies.
era el jefe del ejército; Josafat, hijo
de Ajilud, cronista; 17 Sadoc,
era
hijo de Ajimelec, hijo de Ajitob, Guerra contra los amonitas y los
y Abiatar, fueron sacerdotes; y Saraia sirio-, -u- aliados.
secretario. 18 Banaias, hijo de Joiada,
1
era el jefe de los cereteos y los fele- |[| Después de esto murió el rey
teos, y los hijos de David eran los de los hijos de Ammón y le .

áulicos. sucedió Janón, su hijo. 8 David dijo:


SAMUEL II, 11 313

«Voy a mostrar benevolencia a Janón, zas; 16 y Hadadezer hizo venir a los


hijo de Najas, como su padre me la sirios que estaban al otro lado del
mostró a mi.» Y
envió David emba- río, que vinieron a Jelam, mandados
jadores para darle el pésame por la por Sobac, jefe del ejercito de Hada-
17
Súpolo David, y reuniendo
muerte de su padre. Cuando los em- dezer.
bajadores de David llegaron a la a todo Israel, pasó el Jordán y vino
tierra de los hijos de Ammón, 3 dije- a Jelam. Los sirios presentaron ba-
ron los príncipes de los hijos de talla a David, y se trabó el combate,
18 pero huyeron delante de Israel,
Ammón a su Señor: «¿Crees tú que
para honrar a tu padre ha mandado y David les mató los caballos de
David consoladores? ¿No los ha man- setecientos carros, mil caballeros y
dado más para explorar la
bien cuarenta mil hombres de a pie. Mató
ciudad, con el fin de destruirla?» también al jefe del ejército, Sobac,
* Entonces Janón, cogiendo a los que quedó muerto allí. 19 Todos los
embajadores de David, rapóles la reyes vasallos de Hadadezer, vién-
mitad de la barba, y les cortó los dose vencidos por Israel, hicieron la
vestidos hasta la mitad de las nalgas, paz con Israel y se le sometieron, y
y los despachó. 8 En cuanto lo supo los sirios no osaron ya socorrer a los
David, mandó quienes les salieran hijos de Ammón. .

al encuentro, porque aquéllos estaban


en gran confusión, y les dijeran:
«Quedaos en Jericó, hasta que os Adulterio y homicidio de David.
vuelva a crecer la barba, y entonces
volveréis, i 11 1
Al año siguiente, al tiempo
6
Viendo los de Ammón
hijos
11 en que los reyes suelen ponerse
que se habían hecho odiosos a David, en campaña, mandó David a Joab
concertaron tomar a sueldo a veinte con todos sus servidores y todo Israel,
mil infantes de los sirios de Bet a talar la tierra de los hijos de Ammón,
Rojob y de Soba, mil de los de Maca, y pusieron sitio a Raba, pero David
y doce mil de los de Tob. 7 Súpolo se quedó en Jerusalén.
David, y mandó salir contra ellos 2
Una tarde, levantóse del lecho
a Joab y a todo el ejército, gente y se puso a pasear en la terraza de
aguerrida. 8 Salieron los hijos de la casa real; y vió desde allí a una
Ammón, y se ordenaron en batalla mujer, que estaba bañándose y era
a la entrada de la puerta; los sirios mil*- bella. 3 Hizo preguntar David
de Soba y de Rojob, así como las quién era aquella mujer, y le dijeron:
gentes de Tob y de Maca, estaban «Es Betsabé, hija de Eliam, la mujer
aparte en el campo. 9 Al ver Joab de Urías, el geteo. » 4 David envió
que tenía un frente de batalla delante gentes en busca suya, vino ella a
de sí y otro detrás, escogió entre lo su casa, y él durmió con ella. Puri-
mejor de su ejército un cuerpo que ficada de su inmundicia, volvióse a
oponer a los sirios, 10 y puso el resto su casa. 5 Quedó encinta, y lo hizo
del pueblo a las órdenes de Abisai, saber a David, mandando a decirle:
su hermano, para hacer cara a los «Estoy encinta.» 6 Entonces David
hijos de Ammón, 11 y dijo: «Si ves expidió a Joab esta orden: «Mán-
que los sirios me superan, vienes en dame a Urías, el geteo.» Y
Joab
mi ayuda, y si los hijos de Ammón mandó Urías a David. 7 Presentóse
te superan a ti, yo iré a socorrerte. Urías a David, y el rey le pidió
12 Esfuérzate,
y luchemos valiente- nuevas de Joab, del ejército y de las
mente por nuestro pueblo y por las operaciones militrres; 8 y después
ciudades de nuestro Dios, y que haga dijo a Urías: «Baja a tu casa y lávate
Yave lo que mejor le parezca.» los pies.» Salió Urías de la casa
13 Avanzó Joab con su hueste, del rey, y detrás de él un obsequio
para atacar a los sirios, pero éstos del rey; 9 pero Urías se acostó a la
se pusieron en fuga ante él; 14 y los puerta del palacio real con los demás
hijos de Ammón, viendo que huían servidores de su señor, y no bajó a
los sirios, huyeron también ellos ante su casa.
Abisai, entrándose en la ciudad. Joab 10 Dijéronle
a David: «Urías no
se volvió de contra los hijos de ha bajado a su casa.» Y David le
Ammón, y retornó a Jerusalén; dijo: «¿Después de haber estado fuera,
16 pero los sirios, viéndose cómo no has bajado a tu "casa?»
vencidos
por Israel, reconcentraron sus fuer- 11
Urías respondió a David: «El arca,
314 SAMUEL II, 12

Israel y Judá habitan en tiendas; Refuerza el ataque contra la ciudad,


mi señor, Joab, y los servidores de y destruyela.» Y alentóle así.
mi señor acampan al raso, ¿e iba 26 La mujer
de Urías supo la muerte
yo a entrar en mi casa, para comer de su marido, y le lloró. 27 Pasado el
y beber y dormir con mi mujer? duelo, mandó David a buscarla y
Por tu vida y por la vida de tu alma, la introdujo en su casa, y la tomó
que no haré yo cosa semejante.» por mujer, y ella le dió un hijo.
12 David dijo a Urías: «Quédate aquí

todavía hoy, y mañana te despa-


charé.» Quedóse, pues Urías en Jeru- Reproches de Natán a David.
salén aquel día; 13 y al siguiente
David le convidó a comer con él, 1*) 1 Lo que había hecho David
1 —
y Urías se embriagó, y salió ya tarde fué desagradable a los ojos de
a acostarse con los servidores. Yave; y Yave le envió a Natán, para
A la mañana siguiente escribió decirle: «Juzga este caso: Había en
David Joab una carta, y se la
a una ciudad dos hombres, el uno rico
mandó por manos de Urías. 15 En y otro pobre. 2 El rico tenía mu-
el
esta carta había escrito: «Poned a chas ovejas y muchas vacas, 3 y el
Urías en el punto donde más dura pobre no tenía más que una sola
sea la lucha, y cuando arrecie el ovejuela, que él había comprado y
combate, retiraos y dejadle solo, para criado, que con él y con sus hijos
que caiga muerto.» 16 Joab, que ase- había crecido juntamente, comiendo
diaba la ciudad, puso a Urías en el de su pan y bebiendo de su vaso y
sitio donde sabía que estaban los durmiendo en su seno, y era para él
más valerosos de los defensores. como una hija. 4 Llegó un viajero
17 Los de la ciudad hicieron una salida
a casa del rico; y éste, no queriendo
contra Joab, y cayeron muchos del tocar a sus ovejas ni a sus bueyes,
pueblo, de los servidores de David, para dar de comer al viajero que a
y entre ellos cayó muerto Urias, el su casa llegó, tomó la ovejuela del
gcteo. 18 Joab mandó uno que infor- pobre, y se la aderezó al huésped.»
mara a David de lo sucedido en el 5 Encendido David fuertemente en
combate, 19 y le dió esta orden: cólera contra aquel hombre, dijo a
«Cuando hayas acabado de contar Natán: «¡Vive Yave, que el que tal
al rey lo sucedido en el combate, hizo es digno de la muerte, 6 y que
20 si se enciende su cólera, ha de pagar la oveja con siete tantos
y dice:
«¿Por qué os habéis acercado a la encima, por haber hecho tal cosa,
ciudad, para trabar combate? ¿No obrando sin piedad!» 7
Natán dijo
sabíais que los sitiados habían de entonces David: «¡Tú eres ese
a
arrojar sus tiros contra vosotros? hombre! He aquí lo que dice Yave,
21 ¿Quién mató a Abimelec, hijo de Dios de Israel: 8 Yo te ungí rey de
Jerobaal? ¿No fué una mujer, que Israel, y te libré de las manos de
lanzó sobre él un pedazo de rueda Saúl; yo te he dado la casa de tu
de molino, de cuya herida murió en señor, y he puesto en tu seno las
Tebcs? ¿Por qué, pues, os acercas- mujeres de tu señor, y te he dado la
teis a la muralla?» Le dirás: «Tu casa de Israel y de Judá; y por si
siervo Urías ha muerto también.» esto fuera poco, te añadiría todavía
22 Partió el mensajero,
y a su lle- otras cosas mucho mayores. 9 ¿Cómo,
gada contó a David todo lo que pues, menospreciando la palabra de
Joab le había ordenado 23 diciendo Yave, has hecho lo que es malo a
a David: «Aquellas gentes, en más sus ojos? Has herido a espada a
número que nosotros, hicieron una Urías, geteo; tomaste por mujer a su
salida, pero los rechazamos hasta la mujer, y a él le mataste con la es-
la puerta. 24 Sus arqueros tiraban pada de los hijos de Ammón. 10 Por
contra tus servidores desde lo alto eso, no se apartará ya jamás de tu
de la muralla, y muchos de los ser- casa la espada, por haberme menos-
vidores del rey fueron muertos: entre preciado, tomando por mujer a la
ellos tu siervo Urías, el geteo, quedó mujer de Urías, geteo. 11 Así dice
muerto también.» 26 David dijo al Yave: Yo haré surgir el mal contra
mensajero: «He aquí lo que dirás a ti, de tu misma casa, y tomaré ante
Joab: No te apures demasiado por tus mismos ojos tus mujeres, y se
este asunto, porque la espada devora las daré a otro, que yacerá con ellas
unas veces a uno, otras veces a otro. a la cara misma de este sol; 12 porque
SAMUEL II. 13 315

tú has obrado ocultamente, pero yo todo, y ven a acampar contra la


haré esto a la presencia de todo ciudad, para que no sea yo quien
Israel y a la cara del sol.» por mí mismo la tome, y se me atri-
13 David Natán: «He pecado
dijo a buya a mí la victoria.» 29 David
contra Yave. » Y Natán
dijo a David: reunió al pueblo, y marchando contra
nYave te ha perdonado tu pecado. Raba, la atacó y se apoderó de ella.
30 Quitó de sobre su cabeza la corona
No morirás; 14 mas por haber hecho
con esto que menospreciasen a Yave de su rey, que pesaba un talento de
sus enemigos, el hijo que te ha na- oro y estaba guarnecida de piedras
cido, morirá. » 15 Y
Natán se fué a preciosas, y fué puesta en la cabeza
su casa. Hirió Yave al niño que de David, que tomó de la ciudad muy
había dado a luz la mujer de Urías, gran botín. 31 A los habitantes los
enfermando gravemente. 16 Entonces sacó de la ciudad, y los puso a las
rogó David a Dios por el niño, y sierras, a los trillos herrados, a las
ayunó y se recogió, pasando las no- hachas, a los molinos y a los hornos
ches acostado en tierra. 17 Los an- de ladrillos. Eso mismo hizo con todas
cianos de su casa fueron a él, para las ciudades de los hijos de Ammón.
hacer que se levantase de la tierra, Después se tornó David a Jerusalén
mas él no quiso y ni comía con ellos. con todo el pueblo.
18 Al sétimo día murió el niño, y
los servidores no se atrevían a darle
la noticia de su muerte, pues se de- Incesto de Amnón.
cían: cuando aún vivía el niño,
«Si
1
le hablábamos y no quería oír nues-
^ *-J Después de esto, sucedió que
tra voz, ¿cuánto más no lo hará cuan- teniendo Absalón una herma-
do le digamos que el niño ha muerto?» na, que era muy bella y se llamaba
19
Mas David, al ver que sus servi- Tamar, se prendó de ella Amnón, hijo
dores cuchicheaban entre sí, com- de David. 2 Amnón andaba por ella
prendió que el niño había muerto, atormentado, hasta enfermar por
y preguntó a sus servidores: «¿Ha Tamar, su hermana; pues siendo ella
muerto el niño?» Y ellos le respon- virgen, le parecía a Amnón difícil
dieron: «Ha muerto.» obtener nada de ella. 3 Tenía Amnón
20 Levantóse entonces de tierra un amigo, de nombre Jonadab, hijo
David; se bañó, se ungió, se mudó de Simea, hermano de David, que
sus ropas, y entrando en la casa de era muy astuto, 4 y que le dijo:
Yave, oró. Cuando hubo vuelto a «Hijo del rey, ¿cómo y por qué de
casa, pidió que le trajeran de comer, día en día vas enflaqueciendo? ¿No
y comió. 21 Dijéronle sus servidores: me lo descubrirás a mí?» Y Amnón
«¿Qué es lo que haces? Cuando el niño le dijo: «Es que estoy enamorado de
aún vivía, ayunabas por él y llora- Tamar, la hermana de Absalón, mi
bas, y ahora* que ha muerto te has hermano.» 5 Jonadab le dijo: «Métete
levantado y has comido.» 22 Y él en cama y hazte el enfermo, y cuando
respondió: «Cuando aún vivía el niño, tu padre venga a verte, dile: Ruégote
ayunaba y lloraba, diciendo: ¡Quién que venga mi hermana Tamar, para
sabe si Yave se apiadará de mí y darme de comer, y preparando de-
hará que el niño viva! 23 Ahora que lante de mí algún manjar, lo coma
ha muerto, ¿para qué he de ayunar? yo de su mano.»
¿Podré ya volverle la vida? Yo iré 6
Amnón se metió en cama, fin-
a él, pero él no vendrá ya más a mí.» giéndose enfermo. Vino el rey a verle,
24 Consoló David a Betsabé, su Amnón «Te ruego que
y le dijo:
mujer; y entrando a ella, durmió Tamar mi hermana venga a hacerme
con ella, y ella le dió un hijo, a delante de mí un par de hojuelas,
quien llamó Salomón, 25 al que amó y las coma yo de su mano.» 7 David
Yave, que envió a Natán, profeta, mandó a decir a Tamar a sus habita-
el cual le dió el nombre de Jedidya, ciones: «Vete a las habitaciones de
por causa de Yave. tu hermano Amnón, a prepararle algo
26 Joab que asediaba Raba,
de los de comer. » 8 Fué Tamar a las habi-
hijos de Ammón, se apoderó de la taciones de Amnón, que estaba en
ciudadela, 27 y mandó mensajeros a la cama; y tomando la harina, la
David, para decirle: «He atacado a amasó, hizo las hojuelas delante de
Raba y ya me he apoderado de la él;
9
y tomando la sartén, las frió
ciudadela; 28 reúne, pues, al pueblo y se las presentó, pero él no quiso
316 SAMUEL II, 13

comerlas, y dijo: «Que salgan todos Absalón a todos los hijos del rey.
24 Vino Absalón
de aquí», y todos se salieron. 10 En- al rey y le dijo:
tonces dijo Amnón a Tamar: «Trae «Tu siervo tiene ahora el esquileo,
las hojuelas a la alcoba, para que yo te ruego que venga el rey y sus sier-
las coma allí de tu mano», y tomando vos a la casa de tu siervo.» 45 El rey
Tamar las hojuelas que había prepa- respondió a Absalón: «No, hijo mío,
rado, se las llevó a su hermano a la no iremos todos para no serte gra-
alcoba. 11 Cuando se las puso delante vosos.» Y aunque le porfió, no quiso
para que las comiese, él, cogiéndola, ir, y le bendijo. 26 Entonces le dijo
le dijo: «Ven, hermana mía, acuéstate Absalón: «Al menos, permite que
conmigo.» 12 Ella le dijo: «No, her- venga Amnón, mi hermano. » «¿Y para
mano mío, no me hagas fuerza, mira qué ha de ir}», le dijo el rey; 27 mas
que no se hace eso en Israel. No como le importunase Absalón, dejó
hagas tal infamia, 13 porque ¿adonde ir con él a Amnón y a todos los hijos
iría yo con mi deshonra? Y tú serías del rey.
uno de los perversos de Israel. Mira, Absalón había preparado un gran
habla al rey, que seguramente no banquete, como banquete de rey,
rehusará darme a ti» (1). 14 Pero él 28
y había dado orden a sus criados,
no quiso darle oídos; y como era más diciendo: «Estad atentos, y cuando
fuerte que ella, la violentó y se echó el corazón de Amnón se haya alegrado
con ella. con el vino, y os diga yo: Herid a
15 Aborrecióla luego Amnón, con Amnón; matadle, y no temáis, que
tan gran aborrecimiento, que el odio yo os mando. Esforzaos, pues, y
lo
29
que le tomó fué todavía mayor que tened valor.» Los criados de Ab-
el amor con que la había amado; y salón h.cieron con Amnón lo que Ab-
le dijo: «Levántate y vete.» 16 Ella salón les había mandado; y luego
le respondió: «Al mal que me has todos los lujos del rey se levantaron,
hecho no añadas ahora el mayor to- montaron en sus mulos, y huyeron.
davía de echarme. » 17 Pero él no 80 Cuando todavía no estaban de
quiso oírla, y llamando al mozo que vuelta, llegó a oídos de David el
le servía, le dijo: "Echame a ésta fuera rumor de que Absalón había matado
de aquí, y cierra la puerta.» 18 Estaba a todos los hijos del rey, sin que
ella vestida con una amplia túnica, ninguno quedara; 31 y levantándose
traje que llevaban las hijas del rey David, rasgó sus vestiduras y se
vírgenes. El criado la echó fuera, y echó en tierra, y todos sus servidores
cerró tras ella la puerta. 19
Tamar rasgaron delante de él sus vestiduras.
32 Jonadab, hijo
echó ceniza sobre su cabeza, rasgó la de Simea, hermano
amplia túnica que vestía, y puestas de David, habló y dijo: «No crea mi
sobre la cabeza las manos, se fué gri- señor que han muerto todos los jó-
tando. 80 Su hermano Absalón le venes hijos del rey; es Amnón solo
dijo: «¿De modo que tu hermano el que ha muerto, porque era cosa
Amnón ha estado contigo} Pues calla que estaba en ios labios de Absalón,
por ahora, herma a; es tu hermano; desde que Amnón forzó a Tamar, su
no dés demasiada mportancia a la hermana. 33 No crea, pues, mi señor
cosa»; y Tamar se quedó desconsolada el rey, ese rumor que dice: «lian
en la casa de Absalón, su hermano. muerto todos los hijos del rey», por-
21
Cuando el rey supo todo esto, eno- que es sólo Amnón el muerto.» ** Ab-
jóse grandemente, pero no quiso cas- salón huyó.
tigar a Amnón, porque le amaba El joven que hacia de centinela,
como a primogénito. 22 Absalón no alzando los ojos, vió venir gran tropel
dijo a Amnón nada, ni de bueno ni de gentes por el camino de Jorouaim,
de malo, pero le odió por la violación del lado de la montaña, y lo anunció.
de su hermana Tamar. s& Entonces dijo Jonadab al rey:
43 «Ya vienen los hijos del rey, es lo
Al cabo de dos años tenía Ab-
salón el esquileo en Háljasor, que está que tu siervo ha dicho» 36 y apenas
cerca de ESÍrafm, y quiso convidar acabó de hablar, llegaron los hijos
del rey, y alzando la voz, lloraron.
También el rey y sus servidores llo-
(i) Nada nos autoriza a suponer que esta raron con grandes lamentos.
esperanza de Tama, se hubiera realizado, per- 37 Absalón fuese huido a Talmai,
mitiendo D ..: un matrimonio entre hermanos,
.

reprobado por la ley, aunque autorizado por hijo de Amiud, rey de Uesur, y David
el ejemplo de Abraham. lloraba todos los días la ausencia de
SAMUEL II, 14 317

su hijo. 88 Estuvo allí Absalóu, des- ha pronunciarlo, se hace como reo,


pués que huyó a Gesur, tres años; por no hacer el rey que vuelva su
89
y el rey David se consumía por ver fugitivo. 14 Porque todos morimos y
a Absalón, pues de Amnón, el muerto, somos como agua que se derrama
ya se había consolado. en la tierra, que no puede volver a
recogerse. Deja Dios la vida, y es
que quiere que el fugitivo no quede
Vuelta de Absalón. arrojado de su presencia. 15 Si he
venido yo a decir esto al rey, mi
1 J 1
Conociendo Joab, hijo de señor, es porque el pueblo me dió
Sarvia, que el corazón del rey miedo, y me dije: «Voy a hablar al
estaba por Absalón, 2 mandó a Tecua, rey, a ver si hace lo que su sierva le
y trajo de allí una mujer ladina, y diga. 16 Seguramente e! rey escuchará
le dijo: «Mira, enlútate, vístete las a su sierva y la librará de la mano
ropas de duelo, no te unjas con óleo, del que quiere raerme a mí, junta-
antes preséntate como mujer que de mente con mi hijo, de la heredad de
tiempo atrás lleva luto por un muer- Dios. 17 Tu sierva ha dicho: Que me
to; 3 y entrando al rey, háblale de tranquilice la palabra de mi señor
esta manera; y puso Joab en boca el rey, ya que es el rey, mi señor,
de mujer lo que había de decir.
la como el ángel de Dios, para discer-
4
Entró, pues, la mujer de Tecua al nir entre lo bueno y lo malo. Y ahora,
rey; y postrándose en tierra, le hizo que Yave tu Dios, sea contigo.»
reverencia y dijo: «¡Oh rey, sálvamel» 18 El rey entonces dijo
a la mujer:
5
El rey le dijo: «¿Qué tienes?», y «Mira, no me ocultes nada de lo que
ella respondió: «Soy una mujer viuda, voy a preguntarte. » Y la mujer res-
murió mi marido, 6 y tenía tu sierva pondió: «Hable el rey, mi señor. >

19
dos hijos. Riñeron los dos en el El rey le dijo: «¿No anda en todo
campo, donde no había quien los esto la mano de Joab?s y la mujer
separase, y el uno, hiriendo al otro, respondió: «Por tu vida, oh rey mi
7
le mató; y he aquí que toda la señor, que no se aparta lo que el rey
parentela, alzándose contra tu sierva, mi señor dice, ni a la derecha ni a
dice: Entréganos al que mató a su la izquierda. 20 Joab, tu siervo, me
hermano, para que le demos muerte, ha mandado, y ha puesto en la boca
por la vida de su hermano, a quien de tu sierva todas estas palabras.
mató él; y quieren matar al heredero, Joab, tu siervo, ha hecho esto para
apagando así el ascua que me ha ver de mudar el aspecto de las cosas.
quedado, y no dejando a mi marido Pero mi señor es sabio, con la sabi-
ni nombre ni sobreviviente sobre la duría de un ángel de Dios, para co-
tierra.» 8 El rey dijo a la mujer: nocer cuanto pasa en la tierra.
«¡Vete a tu casa, que ya daré yo 21 Entonces el rey dijo a Joab:
órdenes sobre eso tuyo.» 9 Entonces «Voy a hacer según tu palabra: Ve,
dijo la mujer de Tecua al rey: «Rey pues, y haz que vuelva el joven Ab-
mi señor, yo querría que la respon- salón.» 22 Joab se echó rostro a tierra
sabilidad recayera sobre mí y sobre y se prosternó, y bendiciendo al rey,
la casa de mi padre, no sobre el rey dijo: «Ahora comprendo que tu sier-
y sobre su trono. » 10 El rey entonces, vo "ha hallado gracia a tus ojos, oh
respondió: «Si alguno sigue inquie- rey, mi señor, pues ha hecho el rey
tándote, tráelo a mí, que no te in- lo que su siervo le ha dicho. •>
23 Le-

quietará más.» 11 Ella entonces dijo: vantóse luego Joab y se fué a Gesur,
«Ruégote, oh rey, que interpongas y trajo consigo a Absalón a Jeru
el nombre de Yave, tu Dios, y no salén. 24 Tero el rey dijo: «Que se
dejes que el vengador de la sangre vaya a su casa y no se me presente ,

aumente la ruina matando a mi hijo.» y íuése Absalón a su casa sin ver


Y él respondió: «Vive Yave, que no al rey.
caerá en tierra ni un cabello de la No había en todo Israel hombre
25
cabeza de tu hijo » 12 La mujer aña- tan hermoso como Absalón; desde la
dió: «Permite, oh rey, a tu sierva que planta de los pies hasta la cabeza,
diga una palabra a mi señor.» El no había en él defecto; 26 y cuando
rey dijo: «Habla.» 13 Y
la mujer en- se cortaba el pelo, cosa que hacía al
tonces dijo: «¿Por qué, pues, piensas fin de cada año, porque le molestaba
tú de otro modo contra el pueblo de y por eso se lo cortaba, pesaba el
Dios? Pues con el juicio que el rey cabello de su cabeza doscientos siclos,
318 SAMUEL II, 15

peso real. 27 a Absalón


Naciéronle do tu siervo estaba en Gesur, en
tres hijos y una de nombre
hija |
Siria, prometí: «Si Yave me vuelve
Tamar, que era hermosísima. 28 Por a Jerusalén, sacrificaré a Yave.» 8 El
dos años estuvo AbsaJón en Jerusa- rey le dijo: «Ve en paz»; y él se le-
lén, sin poder ver al rey. vantó y se fué a Hebrór. 10 Absalón
29 JVlandó Absalón por Joab, para mandó mensajeros por todas las tri-
que éste fuera por él al rey, pero bus de Israel, diciendo: Guando
Joab se negó a ir, y aunque por se- oigáis sonar la trompeta, gritad: «Ab-
gunda vez le llamó, no quiso ir. salón reina en Hebrón.» 11 Fueron
30 Entonces dijo a sus siervos: «Ya con Absalón a Hebrón doscientos
sabéis que el campo de Joab está hombres invitados, con corazón sen-
junto al mío, y que tiene allí su ce- cillo, que nada sabían. 12 También
bada; id y prendedle fuego.» Y los mandó a llamar Absalón a Ajitofel,
siervos de Absalón pegaron fuego a gilon'ta, del consejo de David, a su
las tierras de Joab. Vinieron enton- ciudad de Giló.
ces los siervos de Joab, rasgadas las Mientras hacía sus sacrificios, la
vestiduras, y le dijeron: «Los siervos conjuración iba creciendo, y llegó a
de Absalón han pegado fuego a tu ser grande, pues iban aumentando los
campo. » 31 Levantóse Joab y vino a secuaces de Absalón. 13 Vinieron a
casa de Absalón, y le dijo: «¿Por avisar a David, diciendo: «Todo Is-
14 Enton-
qué han pegado fuego tus siervos a rael se va tras Absalón. *
mis tierras?» 32 Y Absalón le respon- ces David dijo a todos sus servidores,
dió: «Dos veces te he mandado a que estaban con él en Jerusalén:
llamar, para que vinieses, y fueses «Levantaos, y huyamos, porque no
por mí al rey a decirle: ¿Para qué he podríamos escapar delante de Absa-
venido de Gesur? Mejor me hubiera lón. Daos prisa a salir, no sea que nos
sido estarme allí. Que pueda yo ver sorprenda él y eche sobre nosotros
a mi padre, y si soy culpable, máteme. el mal, y pase la ciudad a filo de
33 Fué, pues, Joab al rey,
y le dijo espada.» 15 Los servidores le dijeron:
esto, y el rey llamó a Absalón, que «Tus siervos están dispuestos a hacer
inclinó a tierra su rostro ante el rey, cuanto mande el rey nuestro señor.»
16 Partióse, pues, el rey a pie, se-
y el rey besó a Absalón.
guido de toda su lamilia, dejando
diez concubinas al cuidado de la
Kehelión de Absalón. casa. 17 El rey salió con toda su gente,
Fu<ja de David. a pie, y se detuvieron en un lugar
alejado." 18 Todos sus servidores iban
1 ^ Después de esto se hizo Ab-
1
a sus lados; los cereteos, los feleteos
salón con carros y caballos, y y los getcos, en número de seiscientos,
cincuenta hombres iban delante de que desde Get le habían seguido, mar-
él.
2
Levantábase Absalón bien de chaban a pie delante del rey. 19 El
mañana, y poniéndose junto a la rev dijo a Itai, el geteo: «¿Por qué
puerta, a cualquiera que tenía un has de venir tú también con nosotros?
pleito y venía a juicio ante el rey, Vuélvete y quédate con el rey. pues
le llamaba Absalón y le decía: «¿De tú eres un extranjero y estás fuera
20 Ayer
dónde eresí» Y él le contestaba: de tu tierra, sin domicilio.
«Tu siervo es de tal o cual de las llegaste, ¿y voy a hacerte hoy errar
tribus de Israel.» 3 Entonces Absalón con nosotros, cuando ni yo mismo
le decía: «Mira, tu causa es buena y sé siquiera a dónde voy? Vuélvete,
justa, pero no tendrás quien por el y lleva contigo a tus hermanos, y
rey te oiga. * ¡Quién me pus'era a sea contigo la gracia y la verdad.»
21 Pero ltai respondió al rey, di-
mí por juez de la tierra, para que
viniesen a mí cuantos tienen algún ciendo: «Vive Dios, y vive mi señor
pleito o algún negocio, y yo les haría el rey, que donde mi señor esté, vivo
22 En-
justicial» * Y cuando alguno quería o muerto, allí estará tu siervo.»
postrarse ante él, él le tendía la ma- tonces dijo David a Jtai: «Ven y
no, le cogía y le besaba; 6 y así ro- pasa», y pasó ltai, geteo, con toda
baba el corazón de los de Israel. su gente y su familia.
23 Todos' iban llorando en alta voz,
7
Al cabo de cuatro años dijo Ab-
salón al rey: «Te ruego que ine per- y pasaron el torrente de Cedrón el
mitas ir a Hebrón, a cumplir un voto rey v todo el pueblo, camino del
que he hecho a Yave; 8 porque cuan- desierto. 24 Iba también Sadoc, y
SAMUEL II. 16 319

con él todos los levitas, que lleva- y un pellejo de vino; 2 y dijo el rey
ban el arca de la alianza de Dios. a Siba: «¿Qué es esto?» Y Siba res-
Detuviéronse con el arca de la alian- pondió: «Los asnos son para la fa-
za de Dios, mientras subía Abiatar, milia del rey, para que monte en
y hasta que toda la gente se hubo ellos; los panes y las tortas de higos
salido de la ciudad. 25 Entonces dijo y las pasas, para que coman; y el
el rey a Sadoc: «Vuelve el arca de vino, para que beban los que desfa-
Dios a la ciudad. Si hallo gracia a llezcan en el desierto. » 3 El rey le
los ojos de Yavc, él me volverá a preguntó: «¿Con quién está el hijo
traer, y me hará volver a ver el arca de tu amo?»; y Siba respondió: «Se
y el tabernáculo. 26 Pero si él dice: ha quedado en Jerusalén, diciendo:
No me complazco en ti, aquí' me Hoy me devolverá la casa de Israel
tiene; haga él conmigo lo que bien el reino de mi padre.» * Y el rey dijo
le parezca.» 27 Y
siguió diciendo a a Siba: «Tuyo será cuanto fué de
Sadoc: «Tú, vuélvete en paz a la Mifiboset.» Siba respondió: «Que halle
ciudad, con Ajimas, tu hijo, y con yo gracia a los ojos del rey mi ;

Jonatán, hijo de Abiatar. Vayan Señor.


vuestros dos hijos con vosotros. 28 Yo
esperaré en las llanuras del desierto,
hasta que me llegue de vosotros algún Semci ultraja a David.
aviso. 29 Volviéronse entonces Sadoc
y Abiatar a Jerusalén, llevando el 5 Cuando
llegó el rey a Bajurim,
arca de Dios, y se quedaron allí. salióle encuentro un hombre de
al
30 Subía David la pendiente del
los de la casa de Saúl, de nombre
monte de los olivos; y subía llorando, Semei, hijo de Gera, que se adelantó
cubierta la cabeza y descalzos los profiriendo maldiciones 6 y tirando
pies. También cuantos le seguían cu- piedras a David y a los servidores
briéronse todos la cabeza, y subían de David, aunque iban los hombres
llorando. 31 Dieron aviso a David de de guerra a la derecha y a la izquierda
que Ajitofel estaba entre los conju- del rey. 7 Semei decía, maldiciendo:
rados, y dijo David: «Confunde, oh «¡Vete, vete, hombre sanguinario y
Yave, el consejo de Ajitofel.» 32 Cuan- malvado! 8 Yave hace recaer sobre
do llegó David a la cumbre, donde tu cabeza toda la sangre de la casa
se adora a Yave, llegó ante él Cusai, de Saúl, cuyo reino has usurpado,
el araquita, rasgadas las vestiduras y ha entregado tu reino en manos
y cubierta de polvo la cabeza. 33 y le de Absalón, tu hijo. Te ha dado lo
dijo David: «Si vienes conmigo, me que tú mereces, porque eres un hom-
serías una carga; 34 si, por lo contra- bre sanguinario.» 9 Entonces Abisai,
rio, te vuelves a la ciudad y dices a hijo de Sarvia, dijo al rey: «¿Cómo
Absalón: — [Oh rey, siervo tuyo soy, se atreve ese maldito perro muerto
como he servido a tu padre, así te ser- a maldecir al rey? Déjame, te ruego,
viré a ti!, podrás confundir el consejo que vaya a cortarle la cabpza»; 10 pero
de Ajitofel en favor mío— 35 tendrás
, el rey le respondió: «¿Qué vamos a
contigo a los sacerdotes Sadoc y Abia- hacerle yo y vosotros, hijos de Sar-
tar, y podrás comunicarme cuanto via? Déjale que maldiga, que si Yave
sepas de la casa del rey. 36 Y como le ha dicho: Maldice a David, ¿quién
tendrán consigo a sus dos hijos, Aji- va a decirle: por qué lo haces?»
mas, hijo de Sadoc, y Jonatán, hijo 11 David dijo a Abisai
y a todos
de Abiatar, por ellos podréis infor- sus seguidores: «Ya veis que mi hijo,
marme de lo que sepáis.» 37 Cusai, salido de mis entrañas, busca mi
amigo de David, se tornó a la ciu- vida; con mucha más razón ese hijo
dad, cuando Absalón hacía su en- de Benjamín. Dejadle maldecir, pues
trada en ella. se lo ha mandado Yave. 12 Quizá
Yave mirará mi aflicción y me pagará
Fidelidad de Siba, el siervo de con favores las maldiciones de hoy.»
Mifiboset. «-y David y sus gentes prosiguieron
su camino, mientras iba Semei por
1
"1 (•» Cuando David hubo traspues- el lado del monte, detrás de David,
to la cumbre, Siba, el siervo de sin dejar de maldecirle y tirarle
Mifiboset, vino a él con dos asnos piedras y tierra. 14 El rey y los que
aparejados y cargados de doscientos con él iban llegaron extenuados, y
panes, cien colgajos de uvas pasas descansaron allí.
320 SAMUEL II, 17

16 Cuando Absalón, llevando con rra, y seguramente no pasará la


él a Ajitofel, entró en Jerusalén con noche entre los suyos. 9 De cierto
todo pueblo, los hombres de Israel,
el que estará escondido en alguna ca-
16 Cusai, el arquita, amigo de David, verna o en otro lugar, y si a los co-
vino a su encuentro, diciendo: «[Viva mienzos cayeran algunos de los tuyos,
17
el rey, viva el rey!» Absalón dijo los que lo oyeran seguramente dirían:
a Cusai: «¿Es ése el pago que das Han sido derrotados los secuaces de
10
a tu amigo? » ¿Por qué no te has ido Absalón; y entonces, aun el va-
con tu amigo?» 18 Cusai dijo a Ab- liente, cuyo corazón sea como él
salón: «No, yo soy de aquel a quien corazón de un león, desmayaría, por-
Yave y todo su pueblo, todos los que todo Israel sabe que tu padre
hombres de Israel, han elegido, y es un valiente, y que son valientes
con ése quiero estar. 19 Por lo demás, también los que con él están. 11 Acon-
¿a quién voy a servir? ¿No es a un séjote, pues, que reúnas a todo Israel,
hijo suyo? Como serví a tu padre, desde Dan
hasta Berseba, en mu-
así te serviré a ti.» chedumbre como las arenas que están
20 Absalón dijo a Ajitofel: «Tened en la orilla del mar, y que tú en
consejo, para ver lo que conviene persona vayas a darle la batalla.
hacer»; 21 y Ajilofel dijo a Absalón: 12 Entonces le atacaremos donde-
«Entra a las concubinas que tu padre quiera que esté; y daremos sobre él
ha dejado al cuidado de la casa, y como rocío que cae sobre la tierra,
así sabrá todo Israel que has roto y no dejaremos ni uno de cuantos
del todo con tu padre, y se fortale- con él están. 13 Y
si se acogiere a
cerán las manos de cuantos te siguen. ciudad, todos los de Israel llevarán
22 Levantóse, pues, para Absalón allá cuerdas, y la arrastraremos al
una tienda en la terraza, y entró arroyo, hasta no quedar de ella
a las concubinas de su padre a los piedra sobre piedra.»
ojos de todo Israel. 23 Consejo que 14 Entonces Absalón
y todos los
daba Ajitofel, era mirado como si de Israel dijeron: «El consejo de
fuera palabra de Yave; tal era la Cusai, arquita, es mejor que el de
confianza que el consejo de Ajito- Ajitofel •; porque había dispuesto Yave
fel inspiraba, lo mismo a David que frustrar el acertado consejo de Aji-
a Absalón. tofel, para traer Yave el mal sobre
Absalón. 18 Dijo luego Cusai a Sadoc
y Abiatar, sacerdotes: «Esto y esto
II consejo de Ajitofel, ilustrado
ha aconsejado Ajitofel a Absalón y
por Cusai> a los ancianos de Israel, y esto y esto
aconsejé yo: 18 Enviad, pues, inme-
1 7 1 Ajitofel
dijo a Absalón: «Y<>\ diatamente a dar aviso a David,
k
a elegir doce mil hombres, para diciendo: «No te quedes esta noche
salir esta noche en persecución de en el campo del desierto; pasa en se-
David, * y cargaré sobre él cuando guida, para que no sea destruido el
esté cansado y flaco de fuerzas; le rey con todos los que le siguen.»
17 Jonatán
atemorizaré, y cuantos le siguen hui- y Ajimas estaban junto
rán, y heriré al rey sólo, * y haré a la fuente de Rogel, porque no
que vengan a ti todos sus partida- podían dejarse ver, viniendo a la
rios, el pueblo todo, como viene la ciudad; y allá fué una sierva para
novia a su novio. darles aviso, y ellos lo hicieran luego
18
4 Agradó consejo a Absalón
este llegar al rey David. Viólos, sin
y a todos los ancianos de Israel; embargo, un mozo, que dió cuenta
*
pero Absalón dijo: «Llamad a Cusai de ello a Absalón; pero ellos se apre-
y sepamos su parecer. » • Vino Cusai suraron y llegaron a la casa de un
a Absalón, y Absalón le dijo: «Esto hombre de Bajurim, que tenía un
ha dicho Ajitofel. ¿Hemos de hacer pozo en el patio, y en él se metieron.
lo que él dice? Si no, habla tú.»
19 Tomó la mujer una manta y
7
Y
Cusai respondió a Absalón: «Por cubrió con ella la boca del pozo,
esta vez, el consejo de Ajitofel no poniendo sobre ella el grano trillado,
es bueno. 8 Tú sabes bien que tu y asi nadie pudo percatarse de la
padre y sus gentes son unos valien- cosa. 20 Llegaron los seguidores de
tes, y exasperarlos serla como si Absalón a la casa de la mujer, y le
en el campo a una osa le arrebataran preguntaron: «¿Dónde están Ajimas
su cría. Tu padre es hombre de gue- y Jonatán?» Y la mujer respondió:
» »

SAMUEL II, 18 32 1

«Ya han pasado el vado.» Y aunque vose el puerta, mien-


rey cerca de la
los buscaron, no los hallaron, y se tras por grupos de mil y de ciento
21 Cuando 6
volvieron a Jerusalén. se salía la gente, y dió esta orden a
hubieron ido, salieronpozo, ydel Joab, a Abisai y a Itai: «Preservad
fuéronse luego a dar el aviso a David, por amor mío la vida del joven
diciéndole: «Pasad luego el vado, Absalón», y todo el pueblo oyó esta
porque Ajitofel ha dado este con- orden que dió David a todos los jefes.
sejo contra vosotros.» 22 Levantóse 6
Salió, pues, la gente al campo
entonces David con todo el pueblo contra Israel, y trabóse la batalla
que con él estaba, y pasaron el en los bosques de Majanaim. 7 Allí
Jordán. 23 Ajitofel, viendo que no se sucumbió el pueblo de Israel ante
había seguido su consejo, aparejó su los seguidores de David, y se hizo
asno, levantóse, se fué a su casa una gran matanza, de veinte mil
de la ciudad, y después de tomar hombres. 8 Dispersóse la gente por
disposiciones acerca de su casa, se toda aquella tierra, y fueron más
ahorcó; y muerto, fué sepultado en los que devoró el bosque que los que
el sepulcro de su padre. aquel día hirió la espada. 9 Al encon-
trarse Absalón con las gentes de
David, iba montado en un mulo; y
Absalón, derrotado y muerto. al pasar en el mulo debajo de una
encina muy grande y copuda, se
24 Llegó David a Majanaim, y enredó su cabellera en el ramaje de
Absalón pasó el Jordán con toda la la encina, quedando colgado entre
gente de Israel. 26 Absalón hizo jefe el cielo y la tierra, mientras el mulo
de su ejército a Amasa, en vez de en que iba montado escapaba. 10 Vió
Joab. Era Amasa hijo de un varón esto uno, y le dijo a Joab: «He visto
de Israel, llamado Jitrai, que había a Absalón pendiente de una encina.»
11 Joab
entrado a Abigail, hija de Nasa, le dijo: «¿Y por qué no le
hermana de Sarvia, madre de Joab. echaste a tierra, y yo te hubiera
26 Asentó su campo Israel con Absa- regalado diez siclos de plata y un
lón en tierra de Galad; 27 y en cuanto talabarte?» 12 Pero aquel hombre le
llegó David a Majanaim,
28 Sobi, dijo: «Aunque me pesaras mil de
hijo de Najas, de Raba, de los hijos plata, no pondría yo la mano sobre
de Ammón, y Maquir, hijo de Amiel, el hijo del rey, pues bien oímos todos
de Lobedan con Barzilai, galadita, que a ti, a Abisai y a Etai os dijo el
de PvOgelim, trajeron a David y a rey: Guardadme a Absalón. 13 Ade-
la gente que con él estaba, camas, más, haría yo traición a mi vida,
calderas y vasijas de barro, trigo, pues al rey nada se le esconde, y tú
cebada y harina, grano tostado, habas, mismo testificarías contra mí. 14 Joab
lentejas 29 y miel, terneros y vacas; dijo entonces: «No será así, yo mismo
y ofrecieron todo esto a David y a le atravesaré delante de ti»; y co-
los que con él estaban, pues se dije- giendo tres dardos en sus manos,
ron: «Seguramente están hambrien- se los clavó en el corazón a Absalón,
tos, fatigados y sedientos en el que todavía vivía, pendiente de la
desierto. encina. 15 Cercáronle luego diez mo-
zos, escuderos de Joab, que hirieron
\8 1
David revistó sus tropas, y a Absalón, acabándole.
16 Entonces
puso al frente de ellas jefes de tocó Joab la trompeta,
2
millares y de centenas; una tercera y el pueblo cesó en la persecución
parte a las órdenes de Joab, una de Israel, porque Joab di" esta orden;
17
tercera a las de Abisai, hijo de Sarvia, y cogiendo a Absalón, echáronle
hermano de Joab, y la otra tercera en un gran hoyo en el bosque y le
a las de Itai, el geteo. El rey dijo cubrieron con un gran montón de
a su gente: «Yo saldré con vosotros.» piedras, e Israel huyó cada uno a su
3 Pero
la gente respondió: «No, no casa. 18 Habíase alzado Absalón en
salgas tú, porque si somos vencidos, vida un monumento en el valle del
no importaría mucho, aunque sucum- rey, diciendo: «Para que se conserve
biéramos la mitad de nosotros. Pero la memoria de mi nombre, pues que
tú, tú eres para nosotros como diez no tengo hijos»; y dió al monumento
mil, y es mejor que puedas salir de su nombre, y así se llama hoy todavía
la ciudad a socorrernos. 4 El rey res- el lugar de Absalón.
pondió: «Haré como os parece.» Estú- 19
Ajimas, hijo de Sadoc, dijo:
SAMUEL II, 19

«Déjame correr al rey, para darle que había sobre la puerta, lloraba y
lanoticia de que Yave le ha hecho decía: «[Absalón, hijo mió! ¡Hijo mío!
justicia de las manos de sus enemi- ¡Hijo mío, Absalón! ¡Quién me diera
gos.» 80 Joab le dijo: «No le llevarás que fuera yo el muerto en vez de li!
tú hoy la noticia; ya se la llevarás ¡Absalón, hijo mío, hijo mío!»
otra vez, pero no lo hagas hoy, pues
que ha muerto el hijo del rey.» 21 Y I 0 1
Dijeron a Joab: «El rey llora
•Tuab dijo a un cusita: «Ve y anuncia a su hijo y se lamenta.» 2 La
al rey lo que has visto.» El cusita victoria se trocó aquel día en luto
se prosternó ante Joab y corrió. para todo el pueblo, porque todos
22
Ajimas, hijo de Sadoc, dijo a pesar supieron que el rey estaba afligido
de todo a Joab: «Ocurra lo que ocurra, por la muerte de su hijo; 3 y la gente
déjame que corra tras el cusita.» entró en la ciudad calladamente, como
Y Joab le dijo: «¿Por qué te empeñas entra avergonzado el ejército que
en correr a él, hijo mío? Este men- huye de la batalla. 4 El rey, cubierto
saje no te aprovecharía. » 23 «Ocurra el rostro, gemía: «¡Absalón, hijo mío!
lo que ocurra, yo voy», repuso Ajimas, ¡Hijo mío, Absalón! ¡Hijo mío!»
y Joab le respondió: «Ve.» Ájimas 6 Entró
Joab en casa del rey, y le
corrió por el camino del llano, y se dijo: «Hoy has llenado de confusión
adelantó al cusita. a todos tus siervos, que han salvado
24 Estaba David sentado entre las tu vida y la vida de tus hijos y tus
dos puertas. 25 El centin'la que estaba hijas, la de tus mujeres y tus concu-
en la torre sobre la puerta alzó los binas. 6 Amas a los que te aborrecen
ojos, y miró, y vió al hombre que y aborreces a los que te aman, pues
corda solo hacia la ciudad, y gritó has demostrado hoy que nada te
para advertir al rey. El rey dijo: importan tus príncipes y tus siervos
«Si viene solo, es que trae buenas y que si viviera Absalón, aunque
noticias.» En tanto el hombre siguió todos nosotros hubiéramos muerto,
acercándose a la ciudad, 26 y el estarías contento. 7 Levántate, pues,
centinela descubrió al otro que corría y sal fuera, y habla con el corazón a
también y gritó del lado de la puerta: los que te siguen; pues de lo con-
«Otro que corre solo.» El rey dijo: trario, por Yave juro que si no sales,
«Es que también trae buenas noti- ni uno quedará esta noche contigo;
cias.» 27 El centinela dijo: «Por el y te habrá de pesar de esto, más que
modo de correr, el primero me parece de cuantos males han venido sobre
Ajimas, el hijo de Sadoc.» Y el rey ti, desde tu mocedad hasta ahora.»
8
dijo: «Es hombre de bien, segura- Levantóse el rey, se sentó a la
mente trae buenas noticias. puerta, y todo el pueblo se enteró
28 Ajimas, gritando, dijo alrey: de que el rey estaba sentado a la
«¡Victoria!» Prosternóse luego ante puerta, y todos vinieron ante el rey.
el rey, rostro a tierra, y dijo: «Ben- Los de Israel habían huido cada uno
dito Yave, tu Dios, que ha entregado a su casa.
a los que alzaban su mano contra
mi señor, el rey.» 29
El rey preguntó: Vuelta de David a Jcrusalén.
«Y el joven Absalón, ¿está bien?»
9
Ajimas respondió: «Yo vi un gran Todo el pueblo, en todas las tribus
alboroto cuando Joab envió al rey de Israel, se acusaba diciendo: «El
a su siervo y a mí, tu siervo, pero rey nos ha librado de la mano de
no pude saber lo que pasaba.» 30 Y el nuestros enemigos; nos ha salvado
rey le dijo: «Pasa y ponte allí.» del poder de los filisteos, y ahora
Pasó él, y se paró. 31 Llegó luego el ha tenido que huir de la tierra por
cusita, y dijo: «Recibe, oh rey, mi miedo a Absalón; 10 y Absalón, a
señor, la nueva de que Yave ha quien habíamos nosotros ungido, ha
defendido hoy tu causa, contra todos muerto en la batalla. ¿Por qué, pues,
los que se alzaron contra ti.» 32 Y el no tratáis de hacer volver al rey?»
rey preguntó al cusita: «Y el joven II
El rey David mandó quien dijera
Absalón, ¿está bien?» Y el cusita a Sadoc y Abiatar, sacerdotes: «Ha-
respondió: «Que lo que es de ese blad a los ancianos de Judá, y decid-
mozo sea de los enemigos de mi señor, les: ¿Vais a ser vosotros los últimos
el rey, y de todos cuantos para mal en volver al rey a su casa? Pues lo
se alcen contra ti.» 33 Turbóse enton- que por todo Israel se decía había
ces el rey; y subiendo a la estancia llegado a la casa del rey». 12 «Vosotros
SAMUEL II, 19 323

sois mis hermanos, sois hueso mío de Dios, hará lo que bien le parezca;
28 pues todos los de la casa de mi
y carne mía. ¿Por qué, pues, habréis
de ser los últimos en volver al rey padre no podían esperar de mi señor,
a su casa? 13 Decid asmismo a Amasa: el rey, otra cosa que la muerte;
¿No eres tú también hueso mío y car- y sin embargo, tú has puesto a tu
ne mía? Eslo me haga Dios, y esto me siervo entre los que comen a tu mesa.
añada, si no te hago jefe de mi ejér- ¿Qué derecho tengo yo a pedir nada
29 El rey «Para
cito para siempre, en lugar de Joab.» al rey?» le dijo:
14 David inclinó el corazón de qué tantas palabras? Ya lo he dicho.
todos los de Judá, para que como un Tú y Siba os repartiréis las tierras.»
30 Y Mifiboset dijo «Que
solo hombre mandasen a decir al al rey:
rey: «Vuelve con todos tus servi- las coja todas, ya que mi señor el
dores.» 15 Volvióse, pues, el rey; y rey ha vuelto a entrar en paz en
llegado al Jordán, vino Judá a Galgal, su casa.»
31
a recibir al rey y acompañarle en el Barzilai, el galadita, bajó de
paso del Jordán. 16 Semei, hijo de Rogelim para acompañar al rey -en el
Cera, hijo de Benjamín, que era paso del río. 32 Barzilai era muy
de Bajurim, apresuróse a venir con viejo, tenía ya ochenta años, yhabía
los hombres de Judá a recibir al rey proporcionado alimentos al rey du-
David, 17 trayendo consigo mil hom- rante su estancia en Majanaim, pues
bres. Asimismo Siba, siervo de la casa era hombre muy rico. 33 El rey le
de Saúl, con sus quince hijos y sus dijo: «Vente conmigo, y yo te man-
veinte siervos, que pasaron el Jordán tendré en Jerusalén.» 34 Pero- Barzi-
delante del rey. 18 Pasaron a la fami- lai respondió al rey: «¿Cuántos años
lia del rey. Semei, hijo de Gera, se voy a vivir yo, para ir con el rey
echó a los pies del rey en el momento a Jerusalén? 35 Tengo ya ochenta
en que el rey iba a pasar el Jordán, años. ¿Puedo ya distinguir entre lo
19
y le dijo: «Que mi señor no me bueno y lo malo? ¿Puede tu siervo
impute la iniquidad, y olvide las saborear lo que come y lo que bebe?
ofensas de su siervo el día en que mi ¿Puedo ya oír la voz de cantores y
señor salió de Jerusaléu: ]Oh rey!, cantoras? ¿Y por qué tu siervo ha
no atiendas a ellas, 20 pues tu siervo de ser una carga para mi señor el
reconoce que ha pecado, y hoy vengo rey? 36 Tu siervo acompañará hasta
el primero de toda la casa de José un poco más allá del Jordán al rey.
delante del rey, mi señor.» ¿Y por qué el rey me ha de conceder
31 Abisai, hijo de Sarvia, tomó la esta recompensa? 37 Permite, te lo
palabra, y dijo: «¿Pero no va a ruego, que tu siervo se vuelva, y
morir Semei por haber maldecido al muera yo en mi ciudad, cerca del
ungido de Yave?» 22 Mas David res- sepulcro de mi padre y de mi madre.
pondió: «¿Qué os hace a vosotros 38 Pero ahí tienes a tu siervo Quimam,
conmigo, hijos de Sarvia? ¿Por qué que vaya él con el rey mi señor, y
habéis de oponeros hoy a mí? ¿Hoy haz por él lo que quieras.» El rey
va a morir nadie en Israel? ¿No soy le dijo: «Que venga conmigo Quimaní,
yo hoy rey de Israel?» 23 Y dijo y yo haré por él cuanto tú quieras, .

a Semei: «No morirás»; y se lo juró y todo cuanto tú me pidas, yo te lo


el rey. 24 También bajó a recibir concederé.
39 Cuando todo
al rey Mifiboset, hijo de Saúl; no se el pueblo hubo pa-
había lavado los pies, ni se había sado Jordán, lo pasó también el
el
afeitado, ni .había lavado sus ves- rey, y el rey abrazó a Barzilai y le
tidos desde el día en que el rey bendijo, y Barzilai se volvió a su
salió de Jerusalén hasta el día en casa. 40 Dirigióse luego el rey a Gál-
que llegó la paz. 26 Vino de Jerusalén gala, acompañado de Quimam, y de
a recibir al rey, y éste le dijo: «Mifi- todo el pueblo de Judá y la mitad de
qué no viniste conmigo?»
boset, ¿por Israel, que escoltaban al rey. 41 Pero
-h
Y él respondió: «Mi señor y rey, he aquí que todos los hombres de
mi siervo rae engañó, porque tu Israel se ltegaron al rey y le dijeron:
servidor se había dicho: aparejaré «¿Por qué nuestros hermanos, los
el asno y montaré en él, para ir hombres de Judá, te han secuestrado,
con el

rey
27
— pues que ta siervo esta y han pasado por el Jordán al rey
cojo y él ha calumniado a tu y su casa? ¿No son pueblo de David
siervo ante mi señor, el rey, pero mi todas sus gentes? 42 Los hombres ¿e
señor, el rey, que es como un ángel Judá respondieron a los de Israel:
324 SAMUEL II, 20

«Es que el rey nos toca a nosotros que hay en Gabaón, les salió al
más de cerca; ¿por qué os ha de encuentro Amasa.
enojar eso? ¿Hemos vivido nosotros Iba Joab vestido de una túnica,
a costa del rey? ¿Hemos recibido algo y sobre ella llevaba ceñida a sus lomos
de él?» 43 Los hombres de Israel una espada en su vaina, y según
respondieron a los de Judá: «Nos- avanzó, se cayó de ella la espada.
otros tenemos en el rey diez partes, 9
Joab dijo a Amasa: «¿Estás bien,
y aún nos pertenece David más que hermano?»; y con la mano derecha
a vosotros. ¿Por qué nos habéis hecho tomó a Amasa de la barba, como
esta ofensa? ¿No hemos sido nosotros para besarle. 10 Amasa no hizo aten-
los primeros en proponer el restable- ción a la espada que tenía Joab en
cimiento del rey?» Y la contestación la mano, y éste le hirió con ella en el
de los de Judá fué todavía más vientre, echándole a tierra las entra-
fuerte que la de los de Israel. ñas, sin repetir el golpe. Amasa murió.
Después Joab y Abisai, su hermano,
fueron en seguimiento de Seba, hijo
Revuelta de Seba. de Becri. 11 Uno de los servidores de
Joab se quedó junto a Amasa, y
Oí) 1 Había allí un hombre per- decía: «Los de Joab, los de David,
verso, llamado Seba, hijo de Be- que sigan tras Joab.» 12 Amasa,
cri, benjaminita, que se puso a tocar la bañado en sangre, yacía en el ca-
trompeta, diciendo: «No tenemos nos- mino. Viendo aquel hombre que todos
otros nada que ver con David, ni se paraban, apartó a Amasa del ca-
con el hijo de Isai. ¡Israel, a tus mino, lo llevó al campo y echó sobre
tiendas! ¡Cada uno a su casa!» 2 Y él una cubierta, porque vió que cuan-
se fueron de con David todos los tos venían se paraban junto a él.
hombres de Israel, siguiendo a Seba, 13 Una vez apartado del camino,
hijo de Becri. Pero los de Judá se iban ya todos tras Joab, en segui-
adhirieron a su rey, desde el Jordán miento de Seba, hijo de Becri.
hasta Jerusalén (1). 14 Pasó por todas las tribus de
3
Cuando llegó David a Jerusalén, Israel, hasta llegar a Abel Bet Maca,
cogió a las diez concubinas que y los hombres escogidos que le seguían
había dejado al cuidado de su casa, se reunieron. 15 Encerraron a Seba en
y las puso bajo guardia. Proveyó Abel Bet Maca, y alzaron contra la
a su mantenimiento, pero no volvió ciudad un baluarte, que llegaba a la
a entrar a ellas, y encerradas estu- explanada de la muralla. lu Dió en-
vieron hasta el día de su muerte, tonces voces desde la ciudad una
viviendo como viudas. avisada mujer: «¡Oíd, oíd! Os pido
4
El rey dijo a Amasa: «Convócame que digáis a Joab que se llegue aquí,
para dentro de tres días a los hom- para que yo le hable. 17 Y una vez
bres de Judá, y hállate tú también que se acercó, le dijo ella: «¿Eres tú
aquí presente.» 8 Fué, pues, Amasa a Joab?» Y el respondió: «Yo soy.»
reunir a Judá, pero se detuvo más Ella siguió: «Pues oye las palabras
del tiempo señalado; 6 y David dijo de tu sierva. » Y él respondió: «Oigo.»
a Abisai: «Seba, hijo de Becri, va a 18 Entonces volvió ella a hablar,
hacernos ahora más mal que Absa- diciendo: «En otros tiempos bahía
lón. Toma, pues, a los siervos de tu costumbre de decir: «Quien pregun-
señor, y ve tras él, no sea que se tare, pregunte en Abel» y las quere- ,

acoja a las ciudades fuertes y se as se arreglaban. 19 Yo soy una ciudad


escape de nuestra vista.» 7 Mar- pacífica y fiel a Israel, y tú procuras
charon con Abisai las gentes de Joab, destruir una ciudad que es madre de
los cereteos y péleteos, y todos los Israel. ¿Por qué lias de destruir la
valientes, y saliendo de Jerusalén, heredad de Yave?» 20 Joab respondió:
fueron tras Seba, hijo de Becri. «Lejos de mí querer destruirla y arrui-
8
Cuando llegaron a la gran piedra narla. 21 No es eso; es que un hombre
de la montaña de Efraim, Seba,
hijo de Becri, ha alzado su mano
(i) Esta revuelta de Seba, así como las pre- contra el rey David; cntregadle a
cedentes disensiones y rivalidades entre Israel
él sólo, y yo me alejaré de la ciudad.»
y Judá, y ta tendencia de Efraim a la supremacía
política, que aparece ya por primera vez en La mujer dijo a Joab: «Se te echará
Itiec. 8. i sig., a, i sigs., explican perfectamente
. i
su cabeza por encima de la muralla.
22
la definitiva separación de los reinos. I. Rey. 12. La mujer se dirigió a todo el pue-
SAMUEL II, 21 325

blo con mucha sabiduría, y cortando 7


No entregó el rey a Mifiboset
la cabeza de Seba, hijo de Becri, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, por el
se la echaron a Joab. Joab hizo sonar juramento de Yave que habían hecno
la trompeta, y lejos ya de la ciudad, entre sí David y Jonatán, hijo de
las gentes se dispersaron, cada uno Saúl. 9
Y tomó el rey a los dos hijos
a su casa, y Joab volvió a Jerusalén, que Resta, hija de Aya, había dado a
al rey. Saúl, Armoni y Mifiboset, y a los
23
Joab mandaba todo el ejército cinco hijos que Merob, hija de Saúl,
de Israel; Banaias, hijo de Joiada había dado a Adriel, hijo de Barzilai,
era el jefe de los cereteos y téleteos; de Mejola, 9 y se los entregó a los
24 Adoram, gabaonitas, que los colgaron en el
el inspector de los tri-
butos; Josafat, hijo de Ajilud, cro- monte ante Yave. Todos siete mu-
25
nista; Siva, escriba; Sadoc y rieron juntos en los primeros días de
Abiatar, sacerdotes, e Ira, el jaireíta la cosecha, al comienzo de la siega
consejero áulico de David. de las cebadas. 10 Resta, hija de Aia,
tomando un saco, se lo tend ó sobre ;

Los gabaonitas y la rasa de Saúl. la tierra, y estuvo desde el comienzo


de la cosecha hasta que sobre ellos
OI 1 Hubo en tiempo de David cayeron del cielo las aguas de la
un hambre que duró tres años lluvia, espantando durante el día a
continuos; y David consultó a Yave, las aves del cielo y durante la noche
que le respondió: «Es por la casa a las bestias del campo.
11
de Saúl y por la sangre que hay Dieron noticia a David de lo
sobre ella, por haber hecho perecer que había hecho Resfa, hija de Aia,
a los gabaonitas» (1). 2
El rey llamó concubina de Saúl; 12 y fué David
a los gabaonit&s y les dijo: «Los a recoger los huesos de Saúl y los
gabaonitas no eran de los hijos de de Jonatán, su hijo, a la ciudad de
Israel; eran un resto de los amo- Jabes, en Galad, cuyos habitantes
rreos, con el cual estaban los hijos los habían cogido de los muros de
de Israel ligados con juramento; y Betsán, donde los habían colgado los
sin embargo, Saúl había procurado filisteos después de derrotar a Saúl
extinguirlos, por celo de los hijos en Gelboe. 13 Llevó de allí los huesos
de Israel y de Judá.» 3 Dijo, pues, de Saúl y los de Jonatán, su hijo,
David a los gabaonitas: «¿Qué que- y recogió también los de los que
réis que os haga para expiaros, y habían sido colgados; 14 y fueron
que bendigáis a la heredad de Yave?» enterrados con los huesos de Saúl
4
Los gabaonitas le dijeron: «Nuestra y de su hijo Jonatán en tierra de
querella con Saúl y su casa no es Benjamín, en Sel a, en el sepulcro
cuestión de plata ni oro, ni preten- de Quis, padre de Saúl, cumpliéndose
.

demos que muera nadie en Israel.» las órdenes del rey. Después de esto
Y él preguntó: «Decid, pues, lo que se apiadó Yave de la tierra.
queréis, para que yo lo haga.» 5 Ellos
respondieron al rey: «Aquel hombre
nos destruyó y quería exterminarnos, Hazañas de algunos valientes de
haciéndonos desaparecer de toda la lia vid.
tierra de Israel; 6 que se nos entreguen
15
siete de sus hijos, para que nosotros Hubo todavía guerra entre los
'

los colguemos ante Yave en Gabaón, filisteos e Israel, y bajó David con
en el monte de Yave.» El rey dijo: los suyos para combatir a los filis-
«Los entregaré.» teos. En el combate, David, muy
cansado, 16 estaba para ser muerto
(i) Esta cruenta persecución de Saúl contra por Josbi Benob, uno de los hijos de
los gabaonitas era un quebrantamiento oficial
del juramento oficialmente hecho a los de Ga-
Rafa, que tenía una lanza que pe-
baón por las autoridades del pueblo, aunque saba trescientos siclos de bronce y
hubiera sido arrancado con engaño (Jos 9). El ceñía una espada nueva. 17 Abisai,
derramamiento de sangre inocente exigía el hijo de Sarvia, vino en socorro de
castigo cruento del culpable, y la ejecución David, hirió al filisteo y le mató.
se dejaba al vengidor de la sangre, que en este
caso eran los
Entonces las gentes de David le con-
gabaonitas; que ahora tal prin-
cipio prevaleciera sobre el precepto de no hacer
juraron, diciendo: «No salgas ya más
p"agar a los hijos la culpa de los padres, quizá con nosotros al combate, para que
se debió a la extraordinaria gravedad de la no extingas la lámpara de Israel.»
18
culpa de Saúl. Hubo después de esto en Gob
326 SAMUEL II, 22

una batalla con los filisteos, y enton- Negra oscuridad tenía bajo sus
ces Sobacai, jusatita, mató a Saf, pies,
uno de los hijos de Rafa. 11 Subió querubines
sobre los y
Hubo otra segunda batalla en
19
voló,
Gob con los filisteos, y Eljanan, hijo Voló sobre las alas del viento.
de Jari, betlemita, mató a Lajmi, 12
Puso en derredor suyo tinieblas
hermano de Goliat, que tenia una por velo,
lanza cuya asta era como un enjullo Se cubrió con calígine acuosa y
de tejedor. densas nubes.
20 Hubo también una batalla 13
Ante su resplandor se deshicie-
en Get, en que se halló un hombre de ron sus nubes,
gran talla, que tenía seis dedos en En granizo y centellas de fuego.
cada mano y en cada pie, veinti- 14 Tronó Yave desde los cielos,
cuatro en todo, descendiente también El Altísimo hizo resonar su voz,
de Rafa. 21 Insultó a Israel, y Jona- 15 Lanzó sus saetas
y los desbarató,
tán, hijo de Sima, hermano de David, Fulminó sus muchos rayos y los
le mató. 22 Estos cuatro hombres consternó.
eran de los hijos de Rafa, de Get, 16 Y
aparecieron arroyos de aguas,
y todos perecieron a manos de David Yquedaron al descubierto los fun-
y de sus servidores. damentos del orbe,
Ante la increpadora ira de Yave,
Al resoplido del huracán de su furor.
17
Cántico de David cu ¡vción de Extendió su mano desde lo alto,
gracias. y me cogió,
Me sacó de la muchedumbre de
•)»)
1
David dirigió a Yave las pa- las aguas,
—— labras de este cántico, cuando 18 Me arrancó de mi feroz enemigo,
le hubo librado Yave de la mano De los que me aborrecían y eran
de todos sus enemigos y de la mano más fuertes que yo.
19
de Saúl. 2 Dijo: Querían asaltarme en día fatal
«Yave es mi roca, ini fortaleza, mi para mí.
refugio, Pero fué Yave mi fortaleza,
20 Y me puso en seguro,
Mi Dios, la roca en que me amparo,
3

Mi escudo, el cuerno de mi salva- Salvándome, porque se agradó de mí.


ción, mi inaccesible asilo, 21 Remunerábame Yave conforme a
Mi salvador de la violencia. mi justicia,
4
Yo invoco, alabándole, a Yave, Según la pureza de mis manos me
Y quedo a salvo de mis enemigos. pagaba,
5
Ya me rodeaban con estrépito 24 Pues yo había seguido los ca-

las olasde la muerte, minos de Yave,


Ya me
aterrorizaban los torrentes Y no me había impíamente apar-
del Averno, tado de mi Dios.
6
Ya me aprisionaban las ataduras 23
Tenía ante mis ojos todos sus
del sepulcro, mandatos,
Ya me habían
cogido los lazos de Y no rehuía sus leyes,
muerte, 24 Sino que fui íntegro con él,
la
Y en mi angustia invocaba a
7
Y me guardé de la iniquidad.
25 Y me retribuyó Yave conforme
Yave,
Imploraba el auxilio de mi Dios. a mi justicia,
El me oyó mi voz desde sus pa- Y según la limpieza de mis manos
lacios, ante sus ojos.
Mi clamor a él llegó a sus oídos. ** Con el piadoso muéstrase piadoso,
8 Conmovióse,
y tembló la tierra, Integro con el íntegro,
27 Muéstrase limpio con el limpio,
Vacilaron los fundamentos de los
montes, Y
sagaz con el perverso astuto.
Y se estremecieron, porque se airó 28 Tú salvas al humilde,

contra ellos. Pero humillas al soberbio.


29 Tú haces lucir mi lámpara, oh
9
Subía de sus narices el humo de
su ira, Yave,
Y de su boca fuego abrasador, Mi Dios ilumina mis tinieblas.
30 Ciertamente fiado en ti,
Carbones encendidos por él. soy
10
Y abajo los cielos, y descendió, capaz de romper ejércitos.
SAMUEL II. 23

Fiado en mi Dios, asalto murallas. 49


El que me libra de mis enemigos.
31Es perfecto el camino de Dios, El que me hace superar a los que se
La palabra de Yave es acrisolada. alzan contra mí,
Es el escudo de cuantos a él se El que me libra del hombre violento,
81
acogen. El que da grandes victorias a su
82¿Qué Dios hay fuera de Yavc? rey,
¿Qué Dios hay fuera de nuestro El que hace misericordia a su un-
Dios? gido, David,
33 El Dios fuerte, que me ciñó de Y a su descendencia por la eter-
fortaleza, nidad. »
Y prosperó mis caminos,
34 Que me dió pies Como los de los
ciervos, Ultimas palabras de David.
Y me puso sobre las alturas,
1
35 Que adiestró mis manos para la Estas son las últimas palabras
lucha, de David:
Y mis brazos para tender el arco «Oráculo de David, hijo de Isai,
de bronce. Oráculo del hombre puesto en lo
36 Me entregaste tu escudo salvador, alto,
Tu diestra me fortalecía, Del ungido del Dios de Jacob,
Y tu solicitud me engrandecía, Del dulce cantor de Israel.
37 Me hacías correr a largos pasos, 2
El espíritu de Yave habla por mí,
Sin que se cansaran mis pies. Y su palabra está en mis labios.
38 Perseguía a mis enemigos, y los 3
Ha hablado el Dios de Israel.
alcanzaba, La roca de Israel me ha dicho:
Y no me volvía sin haberlos des- Un justo dominador de los hombres,
baratado. Dominador en el temor de Dios,
39 4 Como
Los machacaba, sin que pudie- la luz de la mañana cuando
ran levantarse, se levanta el sol,
Caían bajo mis pies. En una mañana sin nubes.
40 Me
ceñiste de fortaleza para la A sus rayos, después de la lluvia,
guerra, Yérguese la hierba de la tierra.
Sometiste a los que se alzaban con- 5 ¿No
es así mi casa para con D os? :

tra mí, Porque él ha hecho conmigo una


41
Obligaste a mis enemigos a darme eterna alianza,
las espaldas, En todo ordenada, y que será cum-
Y reducías al silencio a los que me plida.
odiaban. El hará germinar toda mi salud y
42 Vociferaban, pero no había quien
todo su buen deseo,
6
les socorriese, Mientras que los impíos serán
A Yave, pero él no los oía. todos como espinas detestadas,
43 Y los dispersaba como el polvo Que nadie toca con sus manos.
lo dispersa el viento, 7
El que las coge se arma de un
Y como al 'lodo de las plazas los hierro o de un asta de lanza,
pulverizaba. Y son luego arrojadas al fuego.»
44 Me libraste de las sediciones del
pueblo,
Me pusiste por cabeza de gentes. Los valientes de David.
Pueblos que no conocía me servían,
45 Obedecíanme
con diligente oído. 8
He aquí los nombres de los héroes
Los extr.años me halagaban, de David:
46 Los extraños palidecían,
Jesbal, jacamonita, era el prime-
Y salían de sus refugios.
50 Por
ro de los tres; éste desnudó su es-
eso te daré gracias, oh Yave, pada contra trescientos hombres, y
entre las gentes, los derrotó de un solo ímpetu.
Y
47
cantaré salmos en tu honor. 9
Después de éste, Eleazar, hijo de
¡Viva Yave, y bendito sea su Dodo, ajojita; era uno de los tres más
nombre! valientes que estaban con David en
Ensalzado sea el Dios, mi salvador. Las Damim, cuando los filisteos pre-
48 El es el fuerte, que me otorga sentaron allí batalla, y huyendo los
la venganza, de Israel, 10 se quedó él a pie firme,
El que me somete los pueblos, blandiendo su espada, hasta que se
328 SAMUEL II, 24

lecansó mano y se le quedó pega-


la Elica, de Jarod; 26 Jeles, de Bet Palti;
da a ella espada, consiguiendo aquel
la Ira, hijo de Iques, de Tecua; 27 Abie-
día una gran victoria, pues el pueblo ser, de Anatot; Mebonai, jusatita;
se tornó a donde estaba Eleazar, pero 28 Selmón, ajojita; Marai, de Netofat;
29
sólo tuvo que recoger los despojos. Jeleb, hijo de Baña, de Netofat;
11 Después de él, Sama, hijo de Age, Itai, hijo de Ribai, de Gueba de
jaradita. Habíanse concentrado los los hijos de Benjamín; 30 Banaia, de
filisteos en un
cuerpo, en un
solo Paratón; Edi, de los valles de Gas;
31
lugar donde había un trozo de terre- Abi Albón, del Araba; Azmavet,
no sembrado de lentejas, y el pueblo de Barjum; 22 Elyajba, de Salabona;
iba huyendo ante los filisteos; 12 Sama Jasén, de Guni; Jonatán; 33 Sama,
se puso en medio del campo aquél, arorita; Ajiam; hijo de Sarar, faro-
le defendió y derrotó a los filisteos, rita; 34 Élifelet, hijo de Ajasbai,
obrando Yave por él una gran vic- macatita; Eliam, hijo de Ajitofel,
toria. de Gilon; 36 Jesra de Carmel; Para,
,
13 Estos tres, los más valientes de de Arba; 36 Jigal, hijo de Natán, de
los treinta, habían antes bajado al Soba de Gad; 37 Selec, amonita; Na-
tiempo de la cosecha a reunirse con jarai, de Betot, escudero de Joab,
Dav d, en
;
la caverna de Odolam, hijo de Sarvia; Ira, jetrita; Gareb,
mientras acampaba una tropa de 39
jet rita; Urías, geteo. En todo,
filisteos en el valle de Refaim. 14 Es- treinta y siete.
taba entonces David en la fortaleza,
y los filisteos tenían guarnición en
Relén. 15 Se le antojó a David decir: Censo del pueblo. Peste.
«¡Quién me diera poder beber agua
de la cisterna que está a la puerta de OI 1 Volvió
a encenderse el furor
Belén!» 16 Y luego los tres valientes, de Yave contra Israel, impul-
atravesando el campamento de los sando a David a que hiciera el censo
filisteos, cogieron agua de la cisterna de Israel y de Judá. 2 Dijo, pues,
de Belén y se la llevaron a David; David a Joab, jefe de su ejército:
pero David no la bebió, e hizo con «Recorre todas las tribus de Israel,
ella una libación a Yave diciendo: desde Dan hasta Berseba, y haz el
17 «¡Lejos de mí, oh Yave, hacer censo del pueblo, para saber su
tal cosal ¿No sería beber la sangre número. » 3 Joab dijo al rey: «Aumente
de estos hombres, que con peligro Yave, tu Dios, el pueblo, cien veces
de su vida han ido a buscarla?» se Y otro tanto como son, y véalo mi
negó a bebería. Esto hicieron los tres señor el rey. Mas ¿para qué quiere
valientes. 18 Abisai, hermano de Joab, esto mi señor el rey?» 4 Pero prevale-
hijo de Sarvia, era el jefe de los ció la orden del rey sobre Joab
treinta. Blandiendo su lanza contra y sobre los jefes del ejército; y salió
trescientos hombres, los derrotó, y joab con los jefes del ejército de la
adquirió gran renombre entre los presencia del rey, para hacer el
treinta. 19 Era el más considerado censo del pueblo de Israel; 5 y pasado
entre los treinta y jefe de ellos, pero el Jordán, comenzaron por Aroer,
no igualaba a los tres. la ciudad que está en medio del valle,
20
Banaias, hijo de Joyada, hombre y por Gad hasta Jazer. 6 Y fueron a
valiente y hazañoso, de Cabsel. Este Galad, y a la tierra de los geteos
mató a los dos Ariel, de Moab, y hasta Cades, y luego desde Dan hasta
bajando a una cisterna en un día Sidón la grande; 7 fueron a la ciudad
de nieve, mató en ella a un león. fuerte de Tiro y a todas las ciudades
21 También mató a un egipcio de de los geteos y cananeos, y por fin
gran talla, que blandía una lanza; al Negueb de Judá, a Berseba.
8
acometiéndole con un palo, le arrancó Cuando hubieron así recorrido toda
de las manos la lanza, y con su pro- la tierra, volvieron a Jerusalén, al
pia lanza le mató. 22 Ésto hizo Ba- ( aho de nueve meses y veinte (lía--:
9
naias, hijo de Joyada, de fama entre y Joab remitió al rey el rollo del
los treinta 23 y glorioso entre ellos, censo del pueblo. Había en Israel
pero que no llegaba tampoco a los ochocientos mil hombres de guerra
tres. Hízole David jefe de su guardia. que esgrimían la espada, y quinientos
24 Azael, hermano de Joab, era de mi! en Judá.
los treinta; también Eljanán, hijo de 10 David sintió latir su corazón
Dodo, de Belén; 26 Sama, de Jarod; cuando hubo hecho el censo del pueblo,
SAMUEL II, 24 320

y dijo a Yave: «He pecado grave- perecer al pueblo: «Basta, retira ya


I

mente al hacer esto. Ahora, [oh Yavel, tu mano.»


perdona, te ruego, la iniquidad de El ángel de Yave estaba cerca de
tu siervo, pues he obrado como un la era de Areuna, el jebuseo. 17 A la
insensato. vista de) ángel, que hería al pueblo,
11
Al día siguiente, cuando se levan- dijo Dav'd a Yave: «Yo he pecado,
tó David, había llegado a Gad, pro- pero éstos, las ovejas, ¿qué han hecho?
feta, el vidente de David, palabra Caiga tu mano sobre mí y sobre la
de Yave, diciendo: 12 «Ve a decir a casa de mi padre. 18 Aquel día vino
I

David: Así habla Yave: Te doy a Gad a David, y le dijo: «Sube, y alza
elegir entre tres cosas la que he de a Yave un altar en la era de Areuna,
hacer yo, a tu elección.» 13 Vino Gad el jebuseo. 19 Subió David conforme
a David y se lo comunicó, diciendo: a la orden de Gad, como se lo había
«¿Qué quieres: Siete años de hambre mandado a éste Yave. 20 Areuna, al
sobre la tierra, tres años de derro- mirar, vió al rey y a sus servidores
tas ante los enemigos que te persi- que se dirigían hacia él; y saliendo,
guen, o tres días de peste en toda la se prosternó delante del rey, rostro
tierra! Reflexiona, pues, y ve lo a tierra, 21 diciendo: «¿Cómo mi señor,
que he de responder al que me el rey, viene a su s'ervo?» David res-
envía» (1). pondió: «Vengo a comprarte esta era
14 David respondió a Gad: «Estoy
y alzar en ella un altar a Yave, para
en una cruel angustia. Caigamos en que se retire la plaga de sobre su
las manos de Yave, cuya misericor- pueblo.» 22 Areuna dijo a David: «Tó-
dia es grande; pero que no caiga yo mela mi señor, y ofrezca cuantos sacri-
en las manos de los hombres.» 15 Yficios le plazca. Allí están los bueyes
Yave mandó sobre Israel la peste, para el holocausto; los trillos y los yu-
desde la mañana de aquel día hasta gos darán la leña; 23 todo eso, ]oh rey!,
el tiempo fijado. Murieron, desde se lo regala Areuna al rey. Que Yave,
Dan a Berseba, setenta mil hombres tu Dios, te sea favorable. » 24 Pero el
del pueblo. 16 El ángel de Yave tendía rey respondió a Areuna: «No, quiero
ya su mano sobre Jerusalén para comprártelo por precio de plata; no
destruirla, pero se arrepintió Yave voy a ofrecer yo a Yave, mi Dios,
del mal, y dijo al ángel que hacía holocaustos que no me cuesten nada.
Y
compró David la era y los bueyes
(i) Que la confección de un censo, ya por en cincuenta siclos de plata; 25 alzó
dos veces hecha antes (Nura. i; 26) inculpa-
allí el altar a Yave, y ofreció holo-
blemente, sea ahora culpa que recae sobre el
pueblo y es castigada con !a peste, es para caustos y sacrificios pacíf'cos. Así
nosotros un misterio. Quizá quiso Dios castigar se aplacó Yave con su pueblo, y cesó
así un acto de vanagloria de David. la plaga en Israel.
INTRODUCCION A LOS LIBROS DE LOS REYES

pORMAN una sola obra, dividida, como la anterior, según


estos dos libros
en las versiones. Abarcan toda la historia de Israel
la división introducida
bajo la monarquía, durante unos cuatro siglos, que terminan en 587 con la
cautividad babilónica.
Se divide la obra en tres partes: La primera nos cuenta la historia de Sa-
lomón, que reinó cuarenta años sobre las doce tribus. (I Reg. 2-XI.) La se-
gunda comprende la historia paralela de los dos reinos en que a la muerte de
Salomón se dividió Israel, sus relaciones casi siempre hostiles, hasta la des-
aparición del reino de Samaría, en 721, en que el pueblo fué llevado a Asiria
(I Reg. XII-22; Reg. XVII), y sustituido en la tierra por otras naciones
orientales. La última parte cuenta la historia de Judá, ya sólo desde la caída
y cautividad de Samaría, hasta su propia ruina, en 587. El autor es descono-
cido. La época de la composición está próxima al cautiverio. El plan de la
primera parte es semejante al de los libros de Samuel, y asimismo la crono-
logía. En el resto tiene parecido con los Jueces. Sirve de marco a los sinceros
historiadores un esquema sobre la conducta religiosa de los reyes, tomado de
las Crónicas de ambos reinos, que expresamente cita el autor. El juicio sobre
los reyes de Israel o Samaría es constantemente el misino, desfavorable,
y por
esto las dinastías se suceden unas a otras en medio de guerras civiles
y regicidios.
En J udá se distinguen algunos reyes piadosos, si bien los bruscos cambios en
la vida religiosa del pueblo nos hacen ver la gran influencia del paganismo
de las naciones vecinas o invasoras, Asiria y Caldea. A pesar de esto, Dios
mantii ne la promesa de la perpetuidad de la dinastía davídica, hasta el fin.
Los profetas, sobre todo Elias y Elíseo en el reino del Norte, ocupan una parte
importante en la historia del pueblo.
332 REYES I, 1

La cronología de las partes segunda y tercera, basada en los años de coda


reinado, es más detallada, aunque de difícil armonización, a causa de la deficiente
conservación del texto o de los diferentes cómputos. Los documentos cuneiformes
nos dan aquí gran luz, tanto en la parte histórica como en la cronológica-
Cf. Intr. hist.

REYES I

(Vul. III Reg.)

Abieag Adonías, hijo de Jaguit, pretende


reinar, sin que nuestro señor David
1
1 Era ya viejo el rey David, lo sepa? 12 Ven, pues, y sigue ahora
1
entrado en años, y por más que mi consejo, para que salves tu vida
le cubrían con ropas, no podía entrar y la de tu hijo Salomón. 13 Ve y
en calor. 2 Dijéronle entonces sus entra al rey David, y dile: ¡Oh rey,
servidores: «Que busquen para mi mi señor! ¿No has jurado tú a tu
señor, el rey, una joven virgen, que sierva, diciendo: Salomón, tu hijo
le cuide y le sirva; durmiendo en su reinará después de mí, él se sentará
seno, el rey mi señor entrará en sobre mi trono? ¿Cómo, pues, reina
calor.» 3 Buscaron por toda la tierra Adonías?» 14 Y
mientras tú hablas
de Israel una joven hermosa, y baila- con el rey, entraré yo detrás y con-
ron a Abisag, sunamita, y la tra- firmaré tus palabras.»
jeron al rey. 4 Era esta joven muy 15 Betsabé fué a la cámara del
hermosa, y cuidaba al rey y le servía, rey. Estaba ya muy viejo, y le servía
pero el rey no la conoció. Abisag, la sunamita. 16 Inclinóse y
prosternóse ante el rey, que le pre-
guntó: «¿Qué quieres?» 17 Ella le
Pretensiones de Adonías al trono. respondió: «¡Oh señor! Tú has jurado
a tu sierva por Yave, diciendo: Salo-
5 Adonías, hijo de Jaguit, había món, tu hijo, reinará después de mí,
levantado sus pensamientos y decía: él se sentará sobre mi trono; 18 y he
«Yo reinaré.» Se había hecho con aquí que Adonías se ha hecho rey,
carros y caballos, y cincuenta hom- sin que tú sepas nada. 19 Ha inmolado
bres que corrieran delante de él; bueyes, becerros cebados y ovejas,
6
y su padre nunca se lo había repro- en gran número, y ha invitado a
cha do, diciéndole: «¿Por que haces Abiatar, sacerdote, a Joab, jefe del
eso?» Era, además, Adonías de her- ejército, pero no ha invitado a Salo-
mosa presencia, y había nacido des- món, tu siervo. 20 En tanto, los
pués de Absalón. 7 Se entendía con ojos de todo Israel están puestos
Joab, hijo de Sarvia, y con Abiatar, en ti, ¡oh rey!, mi señor, esperando
sacerdote, que se hicieron partida- que tú des a conocer quién es el que
rios suyos; 8 pero el sacerdote Sadoc, se ha de sentar sobre el trono del
Banaias, hijo de Joyada, Natán, rey, mi señor, después de él; 21 pues
profeta, Semeí, Reí y los valientes de de lo contrario, cuando el rey mi
David, no le seguían. señor se duerma con sus padres,
9 Inmoló Adonías ovejas, bueyes
y mi hijo Salomón y yo seremos teni-
becerros cebados, junto a la piedra dos por culpables.»
de Zojelet, que está al lado de En 22 Mientras todavía estaba ella
Rogel, e invitó a todos sus hermanos, hablando con el rey, llegó Natán,
los hijos del rey, y a todos los hom- profeta. 23 Anunciáronselo a David,
bres de Judá que estaban al servicio diciendo: «Natán, profeta, está ahí.»
del rey; 10 piro n<> invitó a Natán, Entró a la presencia del rey, y se
profeta, ni a Banaias, ni a los va- prosternó ante él, rostro a tierra,
24
lientes, ni a Salomón, su hermano. y dijo: «¡Oh rey, mi señorl ¿Has
11 Entonces dijo Natán dicho tú: Adonías reinará después
a Betsabé,
madre de Salomón: «¿No sabes que de mí, y se sentará sobre mi trono?
REYES I, 2 333

26 Porque hoy ha bajado, y ha inmo- blo, tocando las flautas y haciendo


lado bueyes, becerros cebados y ove- gran fiesta,, y parecía retemblar la
jas en gran número, y ha invitado tierra con sus aclamaciones.
a todos los hijos del rey y a los jefes 41
Oyólo Adonías, así como sus
del ejército, y al sacerdote Abiatar, invitados, cuando terminaba su ban-
que están comiendo y bebiendo con quete; y Joab, al oír el sonido de las
él,y han dicho: ¡Viva Adonías, rey! trompetas, dijo: «¿Por qué con tanto
26 p ero n me ha invitado a mí, tu
j estrépito se alborota la ciudad?»
42 Todavía estaba él hablando, cuando
siervo, ni al sacerdote Sadoc, ni a
Banaias, hijo de Joyada, ni a Salo- llegó Jonatán, hijo del sacerdote
món, tu siervo. 27 ¿Se ha hecho esto Abiatar. Díjole Adonías: «Acércate,
por voluntad del rey mi señor, sin que tú eres un valiente, y de seguro
dar a saber a tus siervos quién es el traerás buenas nuevas." 43 Respon-
que se ha de sentar en el trono del dió Jonatán a Adonías: 44 «De cierto
rey, mi señor, después de él?» que nuestro señor el rey David ha
28 El rey David respondió: «Que hecho rey a Salomón. Ha hecho que
venga Betsabé. » Entró ella y se puso montado en la muía del rey, fueran
ante el rey, 29 y el rey hizo este jura- con él Sadoc, sacerdote; Natán, pro-
mento: «Vive Yave, que libró mi feta; Banaias, hijo de Joyada; los
alma de toda angustia, 30 que asi como cereteos y péleteos; 45 y Sadoc,
he jurado por Yave, Dios de Israel, sacerdote, y Natán, profeta, le han
diciendo: Salomón, tu hijo, reinará ungido rey en Guijón, y de allí han
después de mí, y se sentará en mi subido con grandes muestras de jú-
trono en lugar mío, ahora mismo lo bilo, y toda la ciudad está en con-
haré.» 31 Betsabé se inclinó rostro a moción; ése es el estrépito que habéis
tierra, prosternándose ante el rey, oído. 46 Además, Salomón se ha sen-
y dijo: «Viva por siempre mi señor, tado en trono real, 47 y los servi-
el
el rey David.» 32 Luego dijo el rey: dores del rey han ido a felicitar al
«Que vengan Sadoc, sacerdote; Natán, rey David, diciendo: «Que haga tu
profeta, y Banaias, hijo de Joyada.» Dios el nombre de Salomón más
Cuando estuvieron éstos en presencia grande que el tuyo, y eleve su trono
del rey, 33 el rey les dijo: «Tomad con sobre tu trono.» 48 El rey mismo se
vosotros a los servidores de vuestro prosternó en su lecho, y habló asi:
señor, montad a Salomón sobre mi «Bendito Yave, Dios de Israel, que
muía, y bajadle a Guijón. 34 Allí el ha hecho sentarse hoy sobre mi trono
sacerdote Sadoc y Natán, profeta, un sucesor, viéndolo mis ojos.»
49
le ungirán rey de Israel, y tocaréis Todos los convidados de Ado-
las trompetas, gritando: ¡Viva el rey nías se llenaron de miedo, y levan-
Salomón! 36 Después volveréis a subir tándose, fuéronse cada uno por su
tras él, y se sentará en mi trono, lado. 60 Adonías, temiendo de Salo-
para que reine en mi lugar; pues a él món, se levantó y fué a cogerse de
le instituyo jefe de Israel y de Judá. los cuernos del altar.
36 Banaias, hijo 51
de Joyada, respondió Vinieron a decir a Salomón:
al rey: «Amén. Hágalo así Yave, el «Adonías tiene miedo del rey Salo-
Dios de mi señor, el rey, 37 y como món, y ha ido a cogerse délos cuernos
estuvo Yave con el rey, mi señor, del altar, diciendo: Que el rey Salomón
esté igualmente con Salomón, y alce me jure hoy que no hará morir por
su trono sobre el trono de mi señor, la espada a su siervo.» 62 Salomón
el rey David.» respondió: «Si él se porta lealmente,
ni uno de sus cabelllos caerá a tierra;
Unción dé Salomón. pero si algo malo trama, morirá.»
53
Mandó, pues, Salomón gentes que
38 Bajó el sacerdote
Sadoc, con le hicieron bajar del altar, y Adonías
Natán, profeta, Banaias, hijo de Jo- vino a postrarse ante el rey Salomón,
yada, los cereteos y los péleteos; y que le dijo: «Vete a tu casa.»
montando a Salomón sobre la muía
de David, le llevaron a Guijón: 39 y Ultimas instrucciones de David
tomando Sadoc, sacerdote, el cuerno a ¡salomón.
de óleo del tabernáculo, ungió a Salo-
món, al son de las trompetas, y gritó 2 1
Llegaron los días de la muerte
todo el pueblo: «;Viva Salomón, rey!» para David, y dió sus instruccio-
40 Después subió
con él todo el pue- nes a Salomón, su hijo, diciéndole
334 REYES I, 2

2 «Yo me voy por el camino de todos; mano, porque Yave se lo había


esfuérzate, pues, y sé hombre. 3 Sé destinado. 16 Una sola cosa te pido
fiel a Yave, tu Dios, marchando ahora; no me la niegues.» Ella res-
por sus caminos, guardando sus man- pondió: «Di.» 17 Y
él prosiguió:
damientos, sus leyes y sus preceptos «Te pido que digas a Salomón, porque
y testimonios, como están escritos él no te lo negará, que me dé por
en la ley de Moisés, para que seas mujer a Abisag, la sunamita. » 18 Bet-
afortunado en cuanto hicieres y don- sabé sijo: «Bien, yo hablare por ti
dequiera que vayas; 4 de manera que al rey.» 19 Betsabé fué a hablar a
cumpla Yave su palabra, la que a Salomón por Adonías, y el rey se
mí me ha dado, diciendo: Si tus levantó para salir a su encuentro, se
hijos siguen su camino ante mí en prosternó ante ella, y sentándose
verdad y con todo su corazón y toda sobre su trono, hizo poner otro para
su alma, no te faltará jamás un des- la madre del rey, y la sentó a su
cendiente sobre el trono de Israel. derecha.
5 Bien sabes también tú mismo lo 20 Ella le dijo entonces: «Tengo •

que me ha hecho Joab, hijo de Sarvia; una cosita que pedirte; no me la


10 que hizo con los dos jefes del niegues.» Y el rey la dijo: «Pide,
ejército de Israel, Abner, hijo de madre mía, que yo no te negaré nada. •
21 Ella dijo:
Ner, y Amasa, hijo de Jeter, que «Que des por mujer a
los mató, derramando en la paz la Adonías, tu hermano Abisag, la su-
sangre de la guerra, y manchando con namita.» 22 El rey Salomón preguntó
la sangre de la guerra el cinturón a su madre: «¿Por qué pides tú para
que ceñía sus lomos y los zapatos Adonías a Abisag, la sunamita? Pide
que calzaban sus pies. 6 Haz, pues, ya el reino para él, pues que es mi
con él, conforme a tu sabiduría, y no hermano mayor, y tiene con él a
dejes que sus cabellos blancos bajen Abiatar, sacerdote, y a Joab, hijo
en paz a la morada de los muertos. de Sarvia.» 23 Yjuró por Yave, di-
7
Trata con benevolencia a los hijos ciendo: «Así me haga Yave y así
de Barzilai, el galadita, y sean de me añada, si no ha sido pronunciada
los invitados a tu mesa, pues hicie- contra su vida esta palabra de Ado-
ron así bien conmigo, cuando yo nías 24 Ahora, pues, vive
(1).
iba huyendo de Absalón, tu hermano. Yave, que me ha confirmado y me
8
Ahí está contigo también Semeí, ha establecido sobre el trono de
hijo de Gera, benjaminita, que pro- David, mi padre, y me ha edificado
firió contra mí violentas maldiciones, casa, según su promesa, que hoy
el día que iba yo a Majanaim. Cuando mismo morirá Adonías.»
luego me encuentro al Jordán,
salió al 25 El rey Salomón mandó a Banaias,
yo le juré por Yave, diciendo: No hijo de Joyada, que le hirió, y Ado-
te haré morir a espada.
9 Pero ahora
nías murió. 26 Luego dijo el rey al
no le dejes impune, pues como sabio sacerdote Abiatar: «Vete a tus tierras
que eres, sabes cómo has de tratarle, de Anatot. Tú merecías la muerte,
y harás que con sangre bajen sus pero yo no quiero hacerte morir
canas al -sepulcro.» ahora, por haber llevado el arca del
10 Durmióse David con sus padres, Señor, Yave, delante de David, mi
y fué sepultado en la ciudad de David. padre, y porque participaste en los
11 El tiempo que reinó David sobre trabajos de mi padre.» 27 Echó, pues,
Israel, fué de cuarenta años; siete Salomón a Abiatar, para que no
años reinó en Hebrón y treinta y tres fuese sacerdote de Yave, cumplién-
en su Jerusalén. 12 Sentóse Salomón, dose así la palabra que había pro-
en el trono de David, su padre, y nunciada Yave contra la casa de
su reino quedó muy firme. Helí, en Silo.
13 Adonías, hijo "de Hagit, fué en 28 Llegaron estas noticias a Joab,

busca de Betsabé, madre de Salomón. que había seguido el partido dé Ado-


Ella le dijo: «¿Vienes de paz?» Y él nías y no había seguido el de Salomón,
respondió: «De paz», 14 y añadió: y se refugió en el tabernáculo de
«Quisiera decirte una palabra.» «Ha- Yave, cogiéndose a los cuernos del
bla»— le dijo ella—. 15 Y él dijo: «Tú
sabes que el reino era mío, y que todo (i) La petición de Adonias. de que se le
Israel había puesto en mí sus ojos diera por mujer la que habla sido mujer de
para hacerme rey; pero el reino ha su padre, parece incluir aspiraciones al trono;
sido traspasado, y dado a mi her- asi al menos la interpretó Salomón.
REYES I, 3 &5
altar. 29Dijeron a Salomón que Joab te advertí que el día en que salidas
se había refugiado en el tabernáculo acá o allá sería el de tu muerte?
de Yave, y estaba junto al altar; Y me dijiste tú: La orden es buena
y Salomón' mandó a Banaias, hijo y la obedeceré. 43 ¿Por qué, pues, rio
de Joyada, diciendo: «Ve y hiérele.» has guardado el juramento de Yave,
44 Y siguió
30 Llegado al tabernáculo de Yave, y la orden que yo te di?»
Banaias dijo a Joab: «Así habla el diciendo el rey a Semeí: «Bien sabes
rey; sal.» Pero él respondió: «No, tú, tu corazón lo sabe muy bien,
quiero morir aquí.» Banaias, llevó todo el mal que hiciste a David,
al rey esta respuesta, diciendo: Esto mi padre. Yave hace recaer tu maldad
he dicho a Joab, y esto me ha con- sobre tu cabeza, 45 mientras que el
testado.» 31 El rey dijo a Banaias: rey Salomón será bendecido, y el
«Haz como él dice: hiérele y sepúl- trono de David afirmado por siempre
tale,y quita de sobre mí y de sobre ante Yave.»
46 Dió el rey orden a Banaias, hijo
la casa de mi padre la sangre ino-
cente que Joab ha derramado. 32 Haga de Joyada, que salió e hirió a Semeí,
caer Yave esa sangre sobre su cabeza, y Semeí murió. El reino se afirmó
pues mató a dos hombres más rectos en las manos de Salomón.
y mejores que él, dándoles la muerte
con la espada, sin que nada supiera
mi padre David: a Abner, hijo de Ner, Casamiento de Salomón
jefe del ejército de Israel, y Amasa,
1
hijo de Jcter, jefe del ejército de <> Emparentó Salomón con el
Judá. 33 Su sangre caerá sobre la O Faraón, rey de Egipto, tomando
cabeza de Joab y sobre la de sus a una hija del Faraón por mujer.
descendientes, por siempre, mientras Trájola a la ciudad de David, hasta
que sobre David y su descendencia, acabar de edificar su casa, la casa
sobre su casa y su trono, dará siem- de Yave, y las murallas de Jerusalén
pre Yave su paz.» en derredor. 2 El pueblo sacrificaba
34 Subió entonces Banaias, hijo en los altos (1), porque no había
,

de Joyada, y le hirió, matándole (1), sido hasta entonces edificada casa


y Joab fué sepultado en su sepulcro a Yave. 3 Salomón amaba a Yave
en el desierto. 36 Puso el rey en su y marchaba según las órdenes de
lugar, por jefe del ejército, a Banaias, David, su padre, pero sacrificaba y
hijo de Joyada, y al sacerdote Sadoc quemaba perfumes en los altos.
en el lugar de Abiatar. 4 Fué el rey a sacrificar a Gabaón,
36 Hizo el rey llamar a Semeí, que era uno de
y le los principales altos.
dijo: «Hazte una casa en Jerusalén Mil holocaustos ofrecía Salomón en
y habita en ella, sin salir ni entrar aquel altar. 5 Yave se le apareció
para nada. El día en que salgas y en Gabaón durante la noche, en
pases el torrente de Cedrón, 37 sabe sueños, y dijo Dios a Salomón: «Píde-
que con toda certeza morirás; sea me lo que quieras que te dé.» 6 Salo-
tu sangre sobre tu cabeza.» 38 Semeí món respondió: «Tú hiciste gran mise-
respondió al rey: «La orden es buena. ricordia a David, mi padre, conforme
Como lo dice mi señor el rey, así hará marchaba él en tu presencia en la
tu siervo. fidelidad, en la justicia y en la recti-
Semeí estuvo mucho tiempo en tud de corazón ante ti; le has guar-
Jerusalén; 39 pero al cabo de tres años, dado esta misericordia, dándole un
dos siervos de Semeí huyeron a hijo que se sentara sobre su trono,
refugiarse junto a Aquis, hijo de como lo está hoy. 7 Ahora, pues, \oh
Maca, rey de Get. Le dijeron a Semeí: Yavel, mi Dios, que has hecho reinar
«Tus siervos están en Get»; 40 y a tu siervo en el lugar de David,
levantándose, montó en su asno y
se fué a Get, a Aquis, en busca de
sus siervos, y de vuelta, se los trajo (1) El Deuteronomio insiste mucho en que
con él. 41 Informaron a Salomón de no se ha de sacrificar más que en el lugar ele-
que Semeí había ido de Jerusalén gido por Dios; el tabernáculo, primero, y des-
a Get y estaba ya de vuelta; 42 y pués, el templo de Jerusalén. Sin embargo,
esta ley no parece haberse cumplido siempre,
mandando llamar a Semeí, le dijo:
aun en el fempo de los reyes más piadosos.
<í¿Xo te conjuré yo, por Yave, y no
Se nos dice muchas veces que seguía sacrifi-
cándose en los altos. Sólo en tiempo de Josias
(i) Es el cumplimiento de la ley. Exod. 31. 14. se cumplió rigurosamente.
336 REYES I, 4

mi padre, no siendo yo más que un Y así disputaban en presencia del rey.


mocito, que no sabe por dónde ha 23
Tomó entonces el rey la palabra:
de entrar y por dónde ha de salir, «La una dice: Mi hijo es el que vive,
8
y que está tu siervo en medio del el tuyo ha muerto; y la otra dice:
pueblo que tú te elegiste, un pueblo No, es el tuyo el que ha muerto,
grande, que por su muchedumbre y el mío vive»; 24 y añadió: «Traedme
no puede contarse ni numerarse, una espada.» Trajeron al rey la
9
da a tu siervo un corazón prudente, espada, 25 y él dijo: «Partid por el
para juzgar a. tu pueblo y poder dis- medio al niño vivo, y dad la mitad
cernir entre lo bueno y lo malo; de él a la una, y la otra mitad a
porque ¿quién, si no, podrá gobernar la otra.»
26 Entonces la mujer, cuyo era el
a un pueblo tan grande?»
10 Agradó a Yave que Salomón le niño vivo, dijo al rey, pues se le
hiciera esta petición; 11 y Dios le dijo: conmovían todas las entrañas por
«Por haberme pedido esto, y no su hijo: «¡Oh, señor rey, dale a ésa
haber pedido para ti, ni vida larga, el niño, pero vivo, que no le maten.
ni muchas riquezas, ni la muerte Mientras que la otra decía: «Ni para
de tus enemigos, sino haberme pedido mí, ni para ti, que le partan.» 27 En-
entendimiento para hacer justicia, tonces dijo el rey: «Dad a la primera
12 yo te concedo lo que me has pedido, el niño vivo, sin matarle; ella es su

y te doy un corazón sabio e inteli- madre. » 28 Todo Israel supo la sen-


gente, tal como antes de ti no ha tencia que el rey había pronunciado,
habido otro, ni lo haya en adelante y todos temieron al rey, viendo que
después de ti. 13 Y aún te añado había en él una sabiduría divina
10 que no has pedido; riquezas y glo- para hacer justicia.
ria, tales que no habrá en tus días
14
rey alguno como tú; y si andas
por mis caminos, guardando mis leyes Altos funcionarios de Salomón.
y mis mandamientos, como lo hizo
1
David, tu padre, prolongaré tus días.» 4 Reinaba Salomón sobre Israel,
15 Despertóse Salomón de su sueño, ** 2 Los jefes que tenía a su servicio

y de vuelta a Jerusalén, se presentó eran: Azarías, hijo de Sadoc, su pri-


ante el arca de la alianza de Yave, y mer ministro; 3 Elijoret y Ajias,
ofreció holocaustos y sacrificios euca- hijos de Sisa, eran los secretarios;
rísticos, v dió un banquete a todos Josafat, hijo de Ajilud, cronista;
4
sus servidores. Banaias, hijo de Joyada, mandaba
14 Vinieron por entonces al rey,
y el ejército; Sadoc y Abiatar eran sacer-
6
se presentaron ante él, dos mujeres dotes; Azarías, hijo de Natán, super-
17 Dijo una
de mala vida. de ellas. intendente; Zabud, hijo de Natán,
«Escucha, mi señor: Yo moraba con era el consejero íntimo del rey.
esta mujer en la misma casa, y allí
8
Ajisar, mayordomo del palacio;
18 A los tres días Adoniram, hijo de Abdar, el prefecto
di a luz un niño.
dió también ella a luz un niño. Habi- de los tributos.
tábamos juntas, y ningún extraño 7
Tenía Salomón sobre todo Israel
había entrado en la casa, no había doce intendentes, que proveían al
19 El hijo de rey y a su casa, cada uno durante
allí más que las dos.
8
esta mujer murió una noche, por un mes del año. Sus nombres
haberse ella acostado sobre él; 20 y eran: Ben Har, en la montaña de
ella, levantándose en medio de la Efraím; * Ben Decar, en Minees, en
noche, me quitó de mi lado a mi Salebin, en Bctsames, y el Elón de
mientras tu sierva dormía, Betanán; 10 Ben Jeset,
hijo, y en Arubot;
púsolo a su lado, dejando al mío a éste tenía también Soco y toda la
su hijo muerto.
21 Cuando
yo me región de Jefer; 11 Ben Abinadad,
levanté por la mañana, para dar el que tenía todas las alturas de Dor,
pecho a mi hijo, halléle muerto; mas estaba casado con Taíet, hija de
mirándole atentamente durante la Salomón; 11 Baña, hijo de Ajilud,
mañana, vi que no era mi hijo, el tenía Tanac y Mageddo y todo Bctsán,
que había yo parido.» que está cerca de Sartana, por debajo
22 La otra mujer dijo: «No, mi hijo Jezrael, desde Betsán hasta Abel-
es el que vive, es el tuyo el que ha mejula y más allá de Jocmeán;
muerto.» Y la primera replicaba: «No, 13 Ben Gabcr, en Ramot Galad, tenía
lu hijo es el muerto, y el mío el vivo. los burdos de Jair, hijo de Manasés,
REYES I, 5 337

en Galad, sesenta grandes ciudades el cedro del Líbano hasta el hiiopo


muradas y con cerrojos de bronce; que nace en el muro, y acerca de los
14 Ajinodab, hijo de Ido, en Maja- animales, de las aves, de los reptiles
naim: 15 Ajimas, en Neftalí, también y los peces. 34 De todos los pueblos
casado con una hija de Salomón, venían para oír la sabiduría de Salo-
de nombre Basemat; 16 Baña, hijo món, de parte de todos los reyes de
de Jusi, en Aser Alot; 17 Josafat, la tierra, a los que había llegado la
hijo de Farua, en Isacar; 18 Scmeí, fama de su sabiduría.
hijo de Ela, en Benjamín; 19 Gebar,
hijo de Urí, en la región de Galad,
la tierra de Seón, rey de los amorreos Alianza de Salomón con Hiram,
y de Og, rey de Basán; para esta rey de Tiro.
región había un solo intendente.
20 Judá e Israel eran numerosos como
^ Hiram, rey de Tiro, mandó
1

las arenas aue hay en la orilla del sus embajadores a Salomón, cuan-
mar, y comían, bebían y se alegra- do supo que había sido ungido rey
ban. 21 Salomón señoreaba sobre todos en lugar de su padre, pues siempre
los reinos desde el río hasta la tierra había sido amigo de David. 2 Salomón
de los filisteos y hasta la frontera dijo a Hiram: 3 «Tú sabes que David,
de Egipto; todos le pagaban tributo, mi padre, no pudo hacer casa para
y le estuvieron sometidos todo el Yave, su Dios, por las guerras que
tiempo de su vida. tuvo en torno, hasta que Yave los
22 Consumía Salomón cada día puso bajo la planta de sus pies. 4 Ahora
treinta coros de harina común; diez Yave, mi Dios, me ha dado la paz
23
bueves cebados; veinte bueyes de por todas partes; no tengo enemigos
pasto y cien carneros, sin contar ni querellas, 5 y quiero edificar a
los ciervos, las cabras, los búfalos Yave, mi Dios, una casa, como se lo
y las aves cebadas. 24 Señoreaba manifestó Yave a mi padre, diciendo:
toda la tierra al lado de acá del río, «Tu hijo, el que pondré yo en tu lugar
desde Tafta, hasta Gaza y sobre sobre tu trono, edificará casa a mi
todos los reyes del lado de acá del nombre.» 6 Manda, pues, cortar para
río, y tuvo paz por todos lados en mí cedros en el Líbano; mis siervos
derredor suyo. 26 Judá e Israel habi- se unirán a los tuyos, y yo te daré
taban seguros, cada uno debajo de lo que tú me pidas para el salario
su parra y de su higuera, desde Dan de los tuyos, pues bien sabes que no
hasta Berseba, durante toda la vida hay entre nosotros quien sepa labrar
de Salomón. la madera como los sidonios.
26 Tenía Salomón en sus caballerizas 7
Alegróse mucho Hiram cuando
cuarenta mil pesebres, para los caba- oyó las palabras de Salomón, y dijo:
llos de sus carros y doce mil caballos «Bendito Yave, que ha dado a David
de silla. 27 Los intendentes proveían un hijo sabio, para ese gran pueblo.»
al rey Salomón y a cuantos se sen-
8
Y mandó a Salomón esta respuesta:
taban a su mesa, cada uno un mes, «He oído lo que me has mandado a
sin dejar que nada faltara. 28 Hacían decir. Haré lo que me pides, en cuanto
llegar también la cebada y la paja a la madera de cedros y cipreses.
9
para los caballos de tiro y de carrera Mis siervos los bajarán del Líbano
allí donde se hallaran, cada uno según al mar, y yo los haré llegar en balsas
las órdenes recibidas. hasta el lugar que tú me digas. Allí
29 Dió Dios
a Salomón sabiduría se desatarán, y tú los tomarás, y
y un gran entendimiento y anchura cumplirás mi deseo proveyendo de
de corazón, como la arena que está víveres a mi casa.»
a orillas del mar. 30 La sabiduría de 10 Hiram facilitó
a Salomón cuanta
Salomón sobrepasaba la de todos los madera de cedro y de ciprés quiso
11
hijos del oriente y la sabiduría toda éste; y Salomón daba a Hiram
del E B ipto. 31 Fué más sabio que veinte mil coros de trigo para el
hombre alguno; más que Etán, el mantenimiento de su casa, y veinte
ezraíta; más que Eraan, Calcol y coros de aceite de olivas molidas.
Dorda, hijos de Majo], y su fama se Esto que cada año entregaba
es lo
extendió por todos los pueblos en Salomón a Hiram. 12 Yave dió a
32
derredor. Profirió tres mil pará- Salomón la sabiduría, como se lo
bolas, y sus cantos fueron mil cinco; había prometido, y hubo entre Hiram
33
disertó acerca de ios árboles, desde y Salomón paz, e hicieron una alianza.
22
REYES T, 6

Salomón hizo en todo Israel una


13 mento de hierro. 8 La puerta de '

leva de treinta mil hombres para el entrada a las habitaciones del piso I

trabajo, 14 que enviaba al Líbano. inferior estaba al costado derecho


Diez mil por mes alternativamente, de la casa, y por un caracol se subía al 1
estando un mes en el Líbano y dos del medio, y de éste al tercero.
9 Cuando
en sus casas. El prefecto de estos hubo acabado de edificar I

trabajadores obligados era Adoni- la casa, recubrió las paredes por 1


ram. 15 Tenía además Salomón setenta dentro con tablas de cedro,' desde el j
mil hombres dedicados al transporte, suelo hasta el techo. 10 A cada uno 1
y ochenta mil cortadores en el monte, de los pisos de habitaciones qüe ro- 1
16 sin contar los principales jefes deaban la casa les dió cinco codos 1
que había puesto Salomón al frente de altura, y los unió a la casa con I

de las obras, en número de tres mil vigas de cedro. 15 Revistió Salomón I

trescientos, que mandaban a los los muros de la casa, al interior, I

grupos de trabajadores. 17 Mandó el con planchas de cedro, desde el ]


rey traer grandes piedras, escocidas, suelo hasta el techo, revistiendo asi
]
para los cimientos de la casa, y los de madera todo el interior; y el suelo |

carpinteros 18 y canteros de Salomón lo revistió de planchas de ciprés.


Hiram cortaban y labraban 16 a Revistió también de planchas
y los de I

ía madera y la cantería para la casa. de cedro los veinte codos del fondo j

de la casa, desde el suelo, todo lo


alto de los muros. 18 El revestimiento
interior de cedro iba tallado con enta- •

Edificación del templo. lladuras de flores abiertas y en botón,


1
El año cuatrocientos ochenta, y todo era cedro, sin que se viera
fj después de la salida de
los hijos nada de piedra.
29
de Israel de Egipto, el cuarto año Hizo esculpir todo en torno de
del reinado de Salomón sobre Israel, la casa en los muros, por dentro y
el mes de Ziv, que es el segundo mes, por fuera, querubines, palmas y guir-
comenzó a edificar la casa de Yave. naldas de flores. 21 Recubrió luego
.

2
Tenia la casa que Salomón edificó de oro fino el interior de la casa, e
a Yave sesenta codos de largo, veinte hizo se colgara de anillos de oro el
de ancho y treinta de alto. que recu-
velo, delante del santuario,
19 Dispuso dentro, en lo mas inte- brió 20 b Hizo
también de oro puro.
rior de la casa, el santuario para el para delante del santuario un altar
arca de la alianza de Yave, 16 b re- de madera de cedro, y lo recubrió
servando este espacio para el san- de oro puro. 22 Toda la casa la recu-
17 Los cuarenta brió de oro puro, de arriba abajo,
tuario, el santísimo.
codos de delante eran el largo de la y recubrió también de oro todo el
casa, es decir, del templo. 20 a El altar, que estaba ante el santuario.
30 También recubrió de oro el piso
santuario teñía veinte codos de largo,
veinte codos de ancho y veinte de de la casa, lo mismo en el espacio
alto. 3 El vestíbulo, delante del tem- interior que en el exterior.
23 a Hizo en
plo, de la casa, era veinte codos de el santuario dos queru-
largo, el ancho de la casa, y diez bines de madera de olivo. 28 La altura
de profundidad, por delante de la del uno era de diez codos, 23b e
casa. 4 Hizo en la casa ventanas enre- igualmente de diez codos la del otro.
24 Cinco codos era el largo de una
jadas. 6 Edificó también en derredor
de la casa tres órdenes de habita- de las alas del querubín, y cinco
ciones, que rodeaban los muros de el de la otra, haciendo en todo diez
la casa, el templo y el santuario, en codos, desde la punta de un ala
tres pisos. 6 El inferior era de cinco hasta la punta de la otra. 26 El se-
codos de ancho, el de en medio de gundo querubín tenía también diez
seis codos de ancho, y el tercero de codos. La medida y la forma eran
siete codos, pues había hecho retallos las mismas para timbos querubines.
27 Puso los querubines en medio de
en el muro, por fuera, para no tener
que empotrar en los muros. la casa, en el espacio interior. Te-
7
Cuando se construyó la casa, nían las alas desplegadas, y la punta
hízose de piedras ya labradas, de del ala del primero tocaba a uno
modo que durante la edificación no de los muros, y la punta del ala del
se oyó allí el golpe del martillo, ni segundo al otro muro, tocándose una
el del pico, ni de ningún otro instru- a otra las otras dos nías en el medio
REYES I, 7 330

28 También cubrió de oro puertas y ventanas eran cuadradas, y


de la casa.
los querubines. 31 A la entrada del en las tres naves se correspondían unas
santuario hizo una puerta de dos a otras. 6 Hizo además un pórtico
hojas, de madera de olivo, y el dintel de columnas de cincuenta codos de
y las jambas eran de cinco esquinas. largo y treinta de ancho, y delante
32
Las dos hojas eran de madera de éste, otro pórtico con columnas
7 Hizo asimismo
de olivo, y talladas con entalladuras y techo. el salón
de querubines, palmas y botones de del trono, donde juzgaba, pórtico
el
flores; y todo, querubines, palmas y de la justicia, cubriéndolo de cedro
botones de flores, cubierto de lámi- desde el suelo hasta el techo. 8 Del
nas de oro. 33 Hizo igualmente para mismo modo fué construida la casa
las puertas de entrada del templo donde había de habitar, en otro patio,
postes de madera de olivo, cuadra- detrás del pórtico. Hizo también otra
dos, y dos hojas de madera de ciprés. casa habitación, de obra semejante
34 Ambas puertas eran de madera a la del pórtico, para la hija del Fa-
de ciprés, de dos hojas giratorias la raón, que había tomado por mujer.
9 Para
una, y de dos hojas giratorias la todas estas construcciones
otra. 35 Hizo esculpir en ellas queru- se emplearon grandes piedras, que
bines, palmas y botones de flor, y habían sido cortadas con la sierra,
todo lo recubrió de láminas de oro. a la medida, por el lado de dentro
36 Hizo también atrio interior, de
el y el de fuera, y esto desde los cimien-
tres órdenes de piedras labradas, y tos hasta las cornisas, y asimismo
uno de vigas de cedro. en el exterior, hasta el gran atrio.
11 Entonces dirigió Yave la pala- 10 Los cimientos eran de excelentes

bra a Salomón, diciendo: 12 «Tú estás y muy grandes piedras de diez y de


edificando esta casa. Si sigues mis ocho codos. 11 De ahí arriba se em-
leyes, y pones por obra mis manda- plearon también excelentes piedras
mientos, y guardas y observas todos cortadas a la medida, y madera
mis preceptos, yo cumpliré contigo mi de cedro. 12 En el gran atrio había
palabra, la promesa que hice a David, todo en torno tres órdenes de piedras
tu padre, 13 y habitaré en medio de labradas, y uno de vigas de cedro.
los hijos de Israel, y no abandonaré Lo mismo' que en el atrio interior
a mi pueblo, Israel.» 14 Así, pues, de la casa de Yave, así también en el
edificó Salomón la casa y la terminó. atrio de la casa.
37 El año cuarto, el mes de Ziv,
quedaron puestos los cimientos de
la casa de Yave; 38 y el año undé- Utensilios para el templo,
cimo, el mes de Bul, que es el octavo
mes, estaba terminada en todas sus 13
Trajo Salomón de Tiro a Hiram,
partes y don todo lo necesario. La una viuda de la tribu de
hijo de
construyó en el espacio de siete años. y de padre natural de Tiro,
Neftalí
que trabajaba el bronce. 14 Estaba
Hiram lleno de sabiduría, de enten-
Construcción del palacio de dimiento y de conocimiento, para
Salomón. hacer toda suerte de obras de bronce;

y vino al rey Salomón, y fué quien
3 1 También edificó Salomón su hizo para él toda la obra. 15 Fundió
casa, durando trece años la edi- dos columnas de bronce. Tenía cada
ficación, hasta que estuvo completa- una dieciocho codos de alto, y un
mente terminada. Construyó la casa hilo de doce codos era el que podía
2

«Bosque del Líbano de cien codos rodear a cada una de las columnas.
>
.,

de largo, cincuenta codos de ancho 16 No eran macizas, sino huecas:


y treinta codos de alto, sobre tres el grueso de sus paredes era de cuatro
filas de columnas de cedro y capi- dedos. Fundió capiteles de bronce
teles de cedro sobre las columnas. para encima de las columnas, de
3 Estaba cubierta de tablones de cinco codos de alto el uno, y cinco
cedro, arriba, sobre arquitrabes que codos de alto el otro. 17 Hizo para
se apoyaban en las cuarenta y cinco los capiteles de encima de las colum-
columnas, quince columnas en cada hi- nas reticulados y trenzados, de tren-
4
lera, pues había tres naves, y en cada zas a modo de cadenas, uno para
una de ellas ventanas que se correspon- cada capitel. 18 ab Hizo g añadas
dían unas enfrente de otras. 5 Todas las todo en derredor del reticulado y el
340 REYES I, 7

trenzado de los capiteles en dos filas. las cuatro esquinas de cada basa
2°b Había doscientas granadas en las había cuatro repisas, que hacían un
filas que rodeaban un capitel, 18 c y mismo cuerpo con la basa. 35 La
las mismas en las que rodeaban el parte superior de la basa terminaba
otro. 19 b Eran en todo cuatrocientas en un cilindro de medio codo de altu-
19 a Los capiteles eran por
granadas. ra, cuyos apoyos y entables eran una
arriba de forma de flor de loto... sola pieza. 36 Esculpió en los tableros
20 a Erigió las columnas en el pórtico
y en los marcos querubines, leones y
del templo. 21 Alzó la primera al lado palmas, en todos los espacios vacíos
de la derecha, y la llamó Jaquin, y molduras en derredor. 37 Así fué
luego la del lado de la izquierda, y la como hizo las diez basas; la fundición,
llamó Boaz. 22 Encima de las colum- lamedida y la forma eran las mismas
nas había una flor de loto. Así ter- para todas.
minó la obra de las columnas. 38 Hizo también diez fuentes de
21
Hizo asimismo un mar de fun- bronce, cada una de cuarenta bat
dición, de diez codos del uno al otro de cabida, y de cuatro codos cada
lado, redondo, y de cinco codos de una, para asentarlas en las diez
alto, y ceñíalo en derredor un cordón basas; 39 y puso cinco basas al lado
de treinta codos. 24 Por debajo del derecho de la casa y cinco al lado
borde llevaba todo en derredor colo- izquierdo, y el mar de bronce lo puso
quíntidas, diez por cada codo, dis- al lado derecho, al sudeste.
40
puestas en dos órdenes, y fundidas al Hizo también Hiram los ceni-
mismo tiempo que mar. 25
Estaba
el ceros, las tenazas y
copas. Así
las
asentado sobre doce bueyes, de los terminó Hiram toda la obra de bronce,
cuales, tres miraban al norte, tres al que Salomón le encargó para la casa
poniente, tres al mediodía y tres al de Yave; 41 dos columnas, con sus
naciente. Sobre éstos se apoyaba el capiteles para encima de las colum-
mar, y la parte posterior de sus nas; sus reticulados y trenzados para
cuerpos quedaba por dentro. 26 Tenía los capiteles; 42 las cuatrocientas gra-
un palmo de grueso, y su labio estaba nadas para los reticulados y trenza-
en forma de cáliz, como una flor de dos; dos filas de granadas para cada
loto. Hacía dos mil bat. una en derredor de los capiteles;
27 43
Hizo también diez basas de las diez basas y las diez fuentes
bronce. Cada una tenía cuatro codos para poner sobre estas basas; 44 el
de largo, cuatro codos de ancho y mar y los doce bueyes que iban
tres de alto. 28 He aquí cómo eran: debajo de él; 45 los ceniceros, las
Estaban hechas de tableros, ence- tenazas y las copas. Todos estos uten-
rrados dentro de sus marcos y unidos. silios que el rey Salomón mandó
29
En los tableros, dentro de los mar- hacer a Hiram para la casa de Yave
cos, había leones, bueyes y queru- eran de bronce bruñido. 48 Hízolos
bines, y en los marcos, lo mismo por fundir el rey en las llanuras del Jordán,
encima que por debajo de los leones de suelo arcilloso, entre Sucot y
y bueyes, había adornos en relieve. Sartán. 47 Salomón no inquirió el
30 Cada basa tenía cuatro ruedas de peso de bronce de estos utensilios,
bronce con sus ejes de bronce, y en por su gran cantidad. 48 Salomón
las cuatro esquinas había repisas de ínzD, además, todos los otros uten-
fundición, sobre las cuales iba la silios para la casa de Yave: el altar
fuente, y que sobresalían de los fes- de oro, la mesa de oro, sobre la cual
tones. 31 El coronamiento de las basas se ponían los panes de la proposición;
49
tenía en lo interior un hueco, con los candelabros de oro macizo,
una prolongación de un codo hacia cinco a la derecha y cinco a la iz-
arriba; este hueco era redondo, de la quierda del santuario, con sus flores,
misma hechura del remate y de medio sus lámparas y sus despabiladeras
codo de altura, y también esculpido, de oro; °° las fuentes, los cuchillos,
pero los tableros eran cuadrados, no las copas, las tazas y los braseros
redondos. 32 Las cuatro ruedas esta- de oro macizo; los goznes de oro para
ban debajo de los tableros, y los la puerta del interior de la casa,
ejes de las ruedas, fijos en la basa. a la entrada del santísimo, y para la
Tenía cada rueda codo y medio de puerta de entrada del templo.
61
altura, 33 y estaban hechas como las Así se acabó toda la obra que
de un carro; sus ejes, llantas, rayos hizo el rey Salomón para la casa
y cubos, todo era fundido:
34
y en de Yave. Después tomó el dinero, el
REYES I, 8 3 ti

oro y los utensilios que David, su 18 «Bendito Yave, Dios de


y dijo:
padre, habia consagrado, y los puso Israel, que con su misma boca habló
en el tesoro de la casa de Yave. a David, mi padre, y ha cumplido
con su mano lo que había prometido,
diciendo: 16 «Desde el día en que yo
Dedicación del templo. saqué de Egipto a mi pueblo, Israel,
no he elegido ciudad de entre todas
$ 1
Entonces convocó Salomón a los las tribus de Israel, para que en ella
ancianos de Israel, a todos los se me edificase una casa donde resi-
cabezas de las tribus y a los príncipes diera mi nombre, aunque elegí a
de las familias de los hijos de Israel, David para que reinase sobre mi
para trasladar el arca de la alianza pueblo, Israel.» 17 David, mi padre,
de Yave, de la ciudad de David, que tuvo en su corazón edificar una casa
es Sión. 2 Reuniéronse con el rey al nombre de Yave, Dios de Israel;
18 pero Yave dijo a David, mi padre:
Salomón todos los varones de Israel
en el mes de Etanim, que es el sép- «Tú tenías en tu corazón el deseo de
timo mes, en el día solemne de la edificar una casa a mi nombre; has
fiesta; 3 y llegados' todos los ancianos hecho bien en tener esa voluntad,
19
de Israel, llevaron los sacerdotes el pero no edificarás tú la casa; tu
arca. 4 Llevaban el arca de Yave, hijo, salidode tus entrañas, edificará
el tabernáculo de la reunión y todos casa a mi nombre. » 20 Yave ha cum-
los utensilios sagrados del taber- plido la palabra que dió. Yo me he
náculo. Los sacerdotes y los levitas levantado en el lugar de David, mi
los llevaban. 8 El rey Salomón y toda padre, y me siento sobre el trono de
la asamblea de Israel, convocada por Israel, como se lo había anunciado
él, iban delante del arca. Sacrifica- Yave, y he edificado la casa al nombre
ron ovejas y bueyes en número in- de Yave, Dios de Israel. 21 He dis-
contable por su muchedumbre. 6 Los puesto un lugar para el arca de la
sacerdotes pusieron el arca de la alianza de Yave, de la alianza que
alianza de Yave en su sitio, en el san- hizo con nuestros padres al sacarlos
tuario de la casa, en el lugar santí- de la tierra de Egipto.»
22
simo, bajo las alas de los querubines; Púsose Salomón ante el altar de
7
pues los querubines tenían las alas Yave, en presencia de toda la asam-
extendidas sobre el lugar del arca blea de Israel; y tendiendo sus manos
y la cubrían por encima, el arca y sus al cielo, 23 dijo (1): «Yave, Dios de
barras. 8 Se había dado a las barras Israel: No hay Dios semejante a ti,
una longitud suficiente para que sus ni en lo alto en los cielos, ni abajo
extremidades se viesen desde el lugar sobre la tierra. Tú guardas la alianza
santo, que está delante del santuario, y la misericordia con tus siervos,
pero sin que pudieran verse desde los que de todo corazón andan en tu
fuera, y así quedaron hasta el día presencia. 24 Así has mantenido tu
de hoy. 9 No había en el arca nin- palabra a tu siervo David, mi padre,
guna otra cosa más que las dos ta- y lo que por tu boca dijiste lo has
blas de piedra, que Moisés depositó cumplido hoy con tu mano. 25 Ahora,
en ella en Horeb, cuando hizo Yave pues, ¡oh Yave!, Dios de Israel,
alianza con los hijos de Israel, a su guarda la promesa que a David mi
salida de Egipto. padre hiciste, .diciendo: No faltará
10
En cuanto salieron los sacer- de ti varón delante de mí, que se
dotes del santuario, la nube llenó siente en el trono de Israel, siempre
Yave, 11 sin
la casa de que pudieran que tus hijos sigan mis caminos, y
permanecer allí los sacerdotes para
el servicio, por causa de la nube,
pues la gloria de Yave llenaba la (i) Es de notar, en la oración de Salomón,
el ciaro concepto de la inmensidad de Dios.
casa.
12
Ya más que considerar el templo como la
Entonces dijo Salomón: «Yave morada de Dios, se le da por Jugar donde Dios
ha dicho que habitaría en la oscuri- ha querido que se invoque su nombre; y le
dad. 13
Yo he edificado una casa para pide Salomón que ponga en él sus ojos desde
que sea tu morada, el lugar de tu los cielos y oiga las plegarias que desde él se
le dirigen. Se nota igualmente el concepto
habitación para siempre.»
14 Volvióse universalista de la religión de Yave, pidiendo
el rey y bendijo a toda
que oiga Dios al extranjero que venga a orar
la asamblea de Israel, mientras toda en aquel lugar, incorporándose asi, en cierto
la asamblea de Israel se tenía en pie, modo, al pueblo de Israel.
342 REYES í, 8

anden delante de mí como has andado tú que escudriñas


ellos retribuyeles,
tú. 26 Cúmplase ahora, ¡oh Yave!, la el corazón de todos los hijos de los
palabra que a David, tu siervo, mi hombres, 40 y ellos te temerán du-
padre, dijiste. 27 Pero, en verdad, ¿mo- rante todo el tiempo que habiten
rará Dios sobre la tierra? Los cielos, en la tierra que diste a nuestros
y los cielos de los cielos, no son capa- padres.
ces de contenerte. [Cuánto menos 41 «Cuando el extranjero, el que
esta casa que yo he edificado! 28 Mas no es de tu pueblo Israel, venga de
con todo, atiende a la plegaria de tierra lejana, por la fama de tu
tu siervo, :oh Yave, Dios mío!, y oye nombre, 42 porque se sabrá que tu
el clamor y la oración que ante ti hace nombre es grande, fuerte tu mano y
hoy tu siervo. 29 Que estén abiertos tendido tu brazo; cuando venga a
tus ojos noche y día sobre este lugar, a orar a ti en esta casa, 43 óyele
del que has dicho: «En él estará mi desde los cielos, desde el lugar de tu
nombre», y oye la oración que tu morada, y otorga a ese extranjero
siervo haga en este lugar. 30 Oye, lo que pida, para que todos los pue-
pues, la oración de tu siervo y la de blos de la tierra conozcan tu nombre,
tu pueblo Israel; cuando oren "en este para temerte como tu pueblo, Israel,
lugar, óyela tú también desde el y sepan que tu nombre es invocado
lugar de tu morada de los cielos, y en esta casa que yo he edificado.
oyendo, perdona. 44 «Cuando salga el pueblo para
31 «Cuando pecare alguno contra combatir a sus enemigos por el
su prójimo, y haciéndole jurar, le camino que tú les señalares, si diri-
tomen juramento delante de tu altar gen a Yave sus plegarias, vueltos
en esta casa, 32 oye tú desde los cielos, sus ojos a la ciudad que tú has ele-
y obra, juzgando a tus siervos, con- gido y a la casa que yo he edificado
denando al impío, haciendo recaer a tu nombre, 45 oye desde los cielos
su maldad sobre su cabeza, y jus- sus oraciones y súplicas, y hazle
tificando al justo, para retribuirle justicia. 46 Si hubieren pecado contra
según su justicia. 33 Cuando tu ti, pues no hay hombre que no peque,
pueblo Israel cayere ante sus ene- y estuvieres tú airado contra ellos,
migos, por haber pecado contra ti, y los entregares al enemigo, para
y vueltos a ti confiesen tu nombre y que los cautive y los lleve a tierra
oren, y te rueguen y te supliquen en enemiga, lejana o cercana; 47 si ellos
esta casa, 34 óyelos tú en los cielos, vuelven en sí en la tierra de su
y perdona el pecado de tu pueblo, cautividad, y dicen: Hemos pecado,
Israel, y restitúyelos a la tierra que hemos hecho el mal, hemos cometido
diste a sus padres. impiedad, 48 y se convierten a ti
35 «Cuando se cierre el cielo y no de todo su corazón y de toda su
llueva, por haber ellos pecado contra alma, en la tierra de los enemigos
ti, y te ruegen en este lugar, invo- que los cautivaron, y oran a ti, hacia
cando tu nombre, convertidos del su tierra, la que diste a sus padres,
pecado por haberlos tú afligido, 36 oye y hacia la ciudad que elegiste y la
tú en los cielos, y perdona el pecado casa que yo he edificado a tu nombre,
49 oye en los cielos, en la habitación
de tus siervos y de tu pueblo Israel,
enseñándoles el recto camino por de tu inorada, su oración y su súplica,
donde han de ir, y dando las lluvias y lia/les justicia.
40
a su tierra, la que por heredad diste «Perdona, pues, a tu pueblo,
a tu pueblo. 37 Cuando haya en la que ha pecado contra ti, todas las
tierra hambre o pestilencia; o tizón, infracciones con que contra ti se
añublo, pulgón invadan
langosta o rebelaron, y haz que hagan con ellos
y cuando el enemigo asedie
la tierra; misericordia los que los hubieran lle-
a tu pueblo en su tierra, en sus ciu- vado cautivos; 61 porque son tu
dades; cuando haya enfermedades y pueblo y tu heredad, que tú sacaste
plagas de cualquier clase; 38 si cada de Egipto, de en medio del horno
uno, si todo tu pueblo, Israel, reco- del hierro. 62 Que estén abiertos tus
nociendo la llaga de su corazón y al- ojos a las oraciones de tu siervo y a
zando las manos hacia este lugar, te la plegaria de tu pueblo, Israel,
hiciere oraciones súplicas, 39 óyelas
y para oírlos en todo aquello en que te
desde los cielos, desde el lugar de tu invoquen, 63 pues que tú los sepa-
morada, y perdona. Obra con cada raste para ti, por heredad tuya, de
uno según sus caminos, y según entre todos los pueblos de la tierra,
REYES I, 9 343

como lo dijiste por medio de Moisés, Segunda aparición de Yave


tu siervo, cuando sacaste de Egipto a Salomón.
a nuestros padres, ¡oh Señor, Yave!»
54 Cuando hubo acabado Salomón 1
Cuando hubo acabado Salomón
de hacer esta oración y súplica, / de Yave, la casa real y
la casa
levantóse de delante del altar de todo cuanto se había propuesto hacer,
2
Yave, donde estaba arrodillado; y con se apareció Yave por segunda vez
las manos tendidas al cielo, 55 puesto a Salomón, como se le había apare-
en pie, bendijo a toda la asamblea cido en Gabaón, 3 y le dijo: «He oído
de Israel, diciendo: 56 «Bendito Yave, tu oración, el ruego que has hecho
que ha dado el reposo a su pueblo, ante mí. He santificado esa casa
conforme a lo que él había dicho; que has edificado, para poner en
ninguna de las promesas hechas por ella mi nombre para siempre, y en
medio de Moisés, su siervo, ha fallado; ella estarán siempre mis ojos y mi
57 que corazón. 4 Si andas en mi presencia,
Yave, nuestro Dios, sea con
nosotros, como lo fué con nuestros como anduvo David, tu padre, en
padres; que no nos deje ni nos aban- integridad de corazón y en equidad,
done, 58 sino que incline nuestros haciendo cuanto yo te he mandado
corazones hacia él, para que mar- y guardando mis leyes y mandamien-
chemos por todos sus caminos y tos, 5 yo afirmaré el trono de tu reino
sigamos sus mandamientos, sus leyes sobre Israel, para siempre, como se
y sus mandatos, los que él prescribió lo prometí a David, tu padre, di-
a nuestros padres. 59 Que éstas mis ciendo: No faltará de ti varón en el
palabras y el objeto de mis súplicas trono de Israel. 6 Pero si os apartáis
estén delante de Yave, día y noche de mí vosotros y vuestros hijos, si
presentes a Yave, nuestro Dios, para no guardáis mis mandamientos, mis
que defienda la causa de su siervo y leyes, las que yo os he prescrito, y os
la de su pueblo, Israel, en todo tiempo; vais tras dioses ajenos, para servirles
60 7
yo exter-
para que todos los pueblos de la y prosternaros ante ellos,
tierra sepan que Yave es Dios, y no minaré a Israel de la tierra que le
hay otro. 61 Que vuestro corazón he dado, y echaré lejos de delante
sea todo para Yave, nuestro Dios, de mí esta casa, que he consagrado
como lo es hoy, para seguir sus leyes a mi nombre, e Israel será el sarcasmo
y guardar sus mandamientos.» y la burla de todos los pueblos.
82 El rey 8 Y por alta que estuviera esta casa,
y todo Israel ofrecieron
«sacrificios a Yave. 63 Salomón inmoló cuantos pasen cerca de ella se que-
veintidós mil bueyes y cien mil ovejas darán pasmados, y silbarán. Se dirá:
en sacrificios eucarísticos que ofreció ¿Por qué ha tratado así Yave a esta
a Yave. Así hizo el rey, y con él todos tierra y esta casa? 9 Y responderán:
los hijos de Israel, la dedicación del Porque abandonaron a Yave, su Dios,
templo. 64 Aquel día consagró el que sacó de la tierra de Egipto a sus
rey el atrio que está delante de la padres, y se ligaron a otros dioses,
casa de Yave, pues ofreció allí holo- prosternándose ante ellos y sirvién-
caustos y ofrendas y los sebos de doles. Por eso ha hecho venir Yave
los sacrificios eucarísticos, porque el sobre ellos todos estos males.»
altar de bronce que hay delante de
Yave era demasiado pequeño para
contener los holocaustos, las ofren-
Ciudades edificadas por Salomón.
das y los sebos de los sacrificios euca-
rísticos. 66 Celebró entonces la fiesta, 10
Al cabo de veinte años de haber
y todo Israel con él. Una gran muche- edificado Salomón la casa de Yave
dumbre, venida de todas partes, des- y la casa real, 11 para las cuales
de Hamat hasta el torrente de Egipto, Hiram, rey de Tiro, había mandado
se reunió ante Yave, nuestro Dios, a Salomón madera de cedro y de
durante siete días y otros siete días, ciprés y cuanto oro quiso, dió Salo-
66
es decir, catorce días. El día octavo món a Hiram veinte ciudades en
despidió al pueblo, y ellos bendijeron tierra de Galilea. 12 Salió Hiram de
al rey, yéndose cada uno a su morada, Tiro, para ver las ciudades que le
alegre y lleno de gozo el corazón, daba Salomón; y no gustándole,
por todos los beneficios que Yave 13 dijo: «¿Qué ciudades me has dado,
había hecho a David, su siervo, y a hermano?" Y las llamó tierras de
su pueblo, Israel. Cabul, nombre que tienen todavía
344 REYES I, 10

hoy. 14
Había mandado Hiram a La reina de Snba, en
Salomón ciento veinte talentos de oro. Jerusalén.
15 He
aquí cómo se reguló el ser-
vicio personal impuesto por el rey 1
Salomón a los hombres cuya leva Llegó a la reina de Saba la
hizo para edificar la casa de Yave fama que para gloria de Yave
tenía Salomón, y vino para probarle
y su propia casa, el terraplén y las con enigmas (1). 2 Llegó a Jeru-
murallas de Jerusalén, y además,
salén con muy numeroso séquito y
Hasor, Megiddo y Guezer.
16 Había subido con camellos cargados de aromas,
el Faraón, rey de
Egipto; y apoderándose de Guezer, de oro, en gran cantidad, y de piedras
la había incendiado, matando a los
preciosas. Vino a Salomón, y le
cananeos que habitaban la ciudad. propuso cuanto quiso proponerle: 3 y
a todas sus preguntas respondió Salo-
Después se la dió en dote a su hija,
la mujer de Salomón; 17 y Salomón
món,- sin que hubiera nada que el
edificó a Guezer, Betorón de abajo,
rey no pudiera explicarle. 4 La reina
18 Balat de Saba, ver la sabiduría de Salo-
al
y Tamar, en el desierto del món, casa que había edificado,
la
mediodía; 19 todas las ciudades de 5 los
almacenes, que le pertenecían, y las
manjares de su mesa y las habi-
taciones de sus servidores, sus come-
destinadas a los carros y a la caba-
tidos y los vestidos que vestían, los
llería, y todo cuanto quiso Salomón
edificar en Jerusalén, en el Líbano
de los coperos, y los holocaustos que
se ofrecían en la casa de Yave, fuera
y en toda la tierra de su dominio.
20 Toda la gente que había que- de sí, 6 dijo al rey: «Verdad es cuanto
dado de los amorreos, de los geteos, en mi tierra me dijeron de tus cosas
de los fereceos, de los jeveos y de y de tu sabiduría. 7 Yo no lo creía
los jebuseos, que no pertenecían al
antes de venir y haberlo visto con
pueblo de Israel, 21 y sus descen- mis propios ojos. Pero cuanto me
dijeron, no es ni la mitad. Tienes
dientes, que habían quedado después
de ellos en la tierra y que los hijos más sabiduría y prosperidad que
la fama que a mí me había llega-
de Israel no habían podido dar al
do. 8 Dichosas tus gentes, dichosos
anatema, los hizo Salomón escla-
tus servidores, que están siempre
vos de servicio como lo han sido has-
ante ti, y oyen tu sabiduría. • Ben-
ta hoy; 22 no empleó Salomón como
dito Yave, tu Dios, que te ha hecho
tales a los hijos de Israel, que eran sus
la gracia de ponerte sobre el trono
hombres de guerra, sus servidores,
sus jefes, sus oficiales y los coman-
de Israel. Por el amor que Yave
tiene siempre a Israel, te ha hecho
dantes de sus carros y su caballería.
23 su rey, para que hagas derecho y
Los jefes que Salomón puso al
justicia.» 10 Dió al rey ciento veinte
frente de las obras eran quinientos
talentos de oro, una gran cantidad
cincuenta, encargados de vigilar a
los trabajadores.
de aromas y de piedras preciosas.
24 La hija del Faraón subió
de la
No se vieron nunca después tantos
aromas, como los que la reina de
ciudad de David a la casa que Salo-
món le había edificado. Entonces fué Saba dió al rey Salomón.
11 Las flotas de Hiram, que traían
cuando se hizo el terraplén.
25 el oro de Ofir, trajeron también de
Tres veces cada año ofrecía
Ofir gran cantidad de madera de
Salomón holocaustos y sacrificios pací-
sándalo y de piedras preciosas. 12 Con
ficos sobre el altar que él edificó a
la madera de sándalo hizo el rey las
Yave, y quemaba perfumes sobre el
balaustradas de la casa de Yave
que estaba delante de Yave. El
acabó toda la casa. y de la casa del rey, y arpas y salte-
26 rios para los cantores. No vino después
Construyó también Salomón na-
nunca más madera de ésta, y no se
ves en Asion Gaber, que está junto
ha vuelto a ver hasta hoy. 13 El rey
a Elat, en la costa del Mar Rojo, en Salomón dió a la reina de Saba todo
la tierra de Edóm; 27 mandó Hiram
y cuanto ella deseó y le pidió, hacién-
para estas construcciones a sus sier-
dole, además, presentes dignos de
vos, diestros marineros, con los sier-
vos de Salomón, 28 y fueron hasta
üfir, y trajeron de allí oro, cuatro-
(i) Serían probablemente parecidos al que
cientos veinte talentos, que llevaron propuso Sansón. (Juec., 14, 14). Esta especie de
al rey Salomón. sabiduríala estiman mucho los orientales.
REYES I, 11 345

un rey como Salomón. Después se siclos de plata, y un caballo ciento


volvió ella a su tierra con sus ser- cincuenta siclos. Traíanlos también
vidores. al mismo tiempo para los reyes de
14 El peso de oro que cada año los geteos y los de Siria.
llegaba a Salomón era de seiscientos
sesenta y seis talentos de oro, además
del que como tributo recibía de los Las mujeres extranjeras.
grandes mercaderes, de los impuestos,
16 de los traficantes, de los príncipes
de los beduinos y de los intendentes 11 1
El rey Salomón, además de la
de la tierra. 16 Hizo también el rey hija del Faraón, amó a muchas
Salomón doscientos grandes escudos mujeres extranjeras, moabitas, amo-
de oro macizo, para cada uno de los nitas, edomitas, sidonias y geteas,
2
cuales empleó seiscientos siclos de de las naciones de que había dicho
oro, 17 y otros trescientos escudos de Yave a los hijos de Israel: «No entréis
oro macizo, para cada uno de los a ellas, ni entren ellas a vosotros,
cuales empleó tres minas de oro, poroue de seguro arrastrarán vues-
y los puso en la casa «Bosque del tros corazones tras sus dioses. » A
Líbano». 18 Hizo también el rey un éstas, pues, se unió Salomón con
gran trono de marfil que cubrió con amor. 3 Tuvo setecientas mujeres de
láminas de oro purísimo. 19 Seis sangre real y trescientas concubinas,
gradas tenía el trono, y por arriba y las mujeres torcieron su corazón.
4 Cuando envejeció Salomón, sus
cabezas de toros, y tenía dos brazos,
uno a cada lado del asiento, y junto mujeres arrastraron su corazón hacia
a los brazos dos leones, 20 y doce leones los dioses ajenos; y no era su corazón
en las gradas, uno a cada lado de cada enteramente de Yave, su Dios, como
una de ellas. No se ha hecho nada lo había sido el de David, su padre;
semejante para rey alguno. 21 Todas 5
y se fué Salomón tras de Astarte,
las copas del rey Salomón eran de diosa de los sidonios, y tras de Mal-
oro, y toda la vajilla de la casa com, abominación de los amonitas;
6
«Bosque del Líbano» era de oro e hizo Salomón el mal a los ojos
macizo. No había nada de plata, no de Yave, y no siguió enteramente
se hacía caso alguno de ésta en tiem- a Yave, como David, su padre.
7
pos de Salomón, 22 porque el rey Entonces edificó Salomón, en la
tenía en el mar naves de Tarsis montaña que está frente a Jerusalén,
con las de Hiram, y cada tres años un excelso a Camos, abominación
llegaban las naves de Tarsis, tra- de Moab, y a Moloc, abominación
yendo oro, plata, marfil, monos y de los hijos de Ammón; 8 y de modo
pavones. semejante hizo para todas sus mu-
23
el rey Salomón más grande
Fué jeresextranjeras, que allí quema-
que todos los reyes de la tierra, ban perfumes y sacrificaban a sus
por las riquezas y la sabiduría. 24 Todo dioses.
el mundo buscaba ver a Salomón,
9
IrritóseYave contra Salomón,
para oír la sabiduría que había porque había apartado su corazón
puesto Yave en su corazón; 25 y de Yave, Dios de Israel, que se le
todos le llevaban presentes, objetos había aparecido dos veces, 10 y le
de plata, de oro, vestidos, aromas, había mandado cuanto a esto que
caballos y mulos, y todos los años no se fuese tras los dioses ajenos;
era lo mismo. 26 Reunió carros y pero él no siguió lo que Yave le
caballos. Tenía mil cuatrocientos ca- había mandado. 11 Yave dijo a Salo-
rros y doce mil jinetes, que puso en món: «Pues que así has obrado, y
las ciudades donde tenía los carros, has roto mi alianza y las leyes que
y en Jerusalén, cerca del rey. 27 El yo te había prescrito, yo romperé
rey hizo que en Jerusalén abundara de sobre ti tu reino y se lo daré a
la plata como las piedras, y ios cedros un siervo tuyo. 12 No lo haré, sin
fueran tan numerosos como los sicó- embargo, en tus días, por amor de
moros que crecen en el llano. 28 Los David, tu padre; lo arrancaré de las
caballos los traía de Egipto, de Coa; manos de tu hijo. 13 Ni le arrancaré
una caravana de comerciantes del rey tampoco todo el reino, sino que
los compraba a un precio determi- dejaré a tu hijo una tribu, por amor
nado; 29 un tiro de carro venía a de David, mi siervo, y por amor de
costar, al salir de Egipto, seiscientos Jerusalén, que yo he elegido.
346 REYES I, 11

Enemigos de Salomón. habiéndole visto Salomón a la obra,


dió al joven el mando de todas las
14 Suscitó Yavc a Salomón un gentes de trabajo de la casa de José.
enemigo, Adad, amonita, de la sangre
real de Edom. 15 Cuando David batió
a Edom, Joab,jefe del ejército, subió Ajias predice a Jeroboam que
para enterrar a los muertos, y mató reinará sobre Israel.
a todos los varones de Edom, 16 que-
dándose con todo Israel durante seis
meses en Edom, hasta exterminar a 29
Por aquel tiempo salió Jeroboam
todos los varones. 17 Entonces Adad, de Jerusalén y le halló en el camino
con algunos edomitas, siervos de su el profeta Ajías, de Silo. Iba éste
padre, huyó para refugiarse en Egipto, cubierto con un manto nuevo, y
siendo todavía muchacho. 18 Par- estaban los dos solos en el campo.
tiendo de Madián, se fueron a Farán, 80 Ajías cogió el manto nuevo que

y uniéndose allí a algunos de Parán, llevaba sobre sí, lo partió en doce


llegaron a Egipto, junto al Faraón, pedazos, 31 y dijo a Jeroboam: «Coge
rey de Egipto. El Faraón dió a diez pedazos, porque así habla Yavc,
Adad una casa, proveyó a su sub- Dios de Israel: Voy a romper el
19 Fué Adad
sistencia y le dió tierras. reino en manos de Salomón, y a
muy grato al Faraón, que le dió por darte a ti diez tribus. 32 El tendrá
mujer Ano, hermana mayor de su una tribu, por amor de David, mi
mujer, hermana de la reina Tafnes. siervo, y de Jerusalén, que yo he
20 La hermana de Tafnes le dió su elegido entre todas las tribus de
hijo Ouenubat, a quien Tafnes educó Israel. 33 Porque me han abando-
en la casa del Faraón, estando en ella nado, y se han prosternado aiite
Guenubat como un hijo del Faraón. Astarte, diosa de los sidonios, ante
21 Cuando supo Adad, Gamos, dios de Moab, y ante Mal-
en Egipto,
que David se había dormido con sus com, dios de los hijos de Ammón.
padres, y que Joab, jefe del ejército, No han marchado por mis caminos,
había muerto, dijo al Faraón: «Dé- haciendo lo que es bueno a mis ojos
jame ir a mi tierra»; 22 y el Faraón y guardando mis leyes y manda-
le respondió: «¿Qué te falta cerca mientos, como lo hizo David, padre
de mí, para que quieras irte a tu de Salomón. 34 No quitaré de sus
tierra?» Y él contestó: «Nada me manos todo el reino, pues mantendré
falta, pero déjame ir.» Adad se volvió su reinado todos los días de su vida,
a su casa. Este fué el mal que hizo por amor de David, mi siervo, a
Adad, que odiaba a Israel, y se hizo quien elegí yo y que guardó mis
rey de Edom. 23 Suscitó Dios a Salo- mandamientos y mis leyes. 35 Pero
món otro enemigo, Rezón, hijo de quitaré el reino de las manos de su
Elyada, que había huido de su señor hijo, y te daré a ti diez tribus, 38 de-
Adadczer, rey de Soba. 24 Reunió jando a su hijo una tribu, para que
gente y se hizo jefe de banda, cuando David, mi siervo, tenga siempre una
David derrotó a las tropas arameas. lámpara ante mí en Jerusalén, la
Fuese entonces a Damasco y se esta- ciudad que yo he elegido para poner
37 A ti te tomaré
bleció allí, y reinó en Damasco, allí mi nombre.
25 siendo enemigo de Israel todo el yo, dominarás sobre cuanto tu cora-
tiempo de la vida de Salomón. Al zón desea, y serás rey de Israel.
mismo tiempo que Adad, le hacía 38 Si me obedeces en cuanto yo te

el mal que podía, porque aborrecía mande y sigues mis caminos, mis
a Israel y reinaba en Siria. leyes y mandamientos, como lo hizo
26 También Jeroboam, siervo de David, mi siervo, yo seré contigo y
Salomón, se alzó contra el rey. Era te edificaré casa estable, como se la
hijo de Nabat, efrateo, de Screda, edifiqué a David, y te daré Israel.
39
siervo de Salomón, y tenía por ma- Humillaré a la descendencia de
dre a una viuda llamada Serna. David, mas no por siempre.» 40 Salo-
27 He aquí la ocasión de alzarse món procuró dar muerte a Jeroboam,
contra el rey. Estaba Salomón cons- pero Jeroboam huyó, refugiándose en
truyendo el terraplén para rellenar Egipto, cerca de Sesac, rey de Egipto,
la depresión que había en la ciudad hasta la muerte de Salomón.
de David, su padre. 28 Jeroboam 41 Lo demás de los hechos de Salo-

era hombre muy capaz y fuerte; y món, de lo que hizo y de su sabiduría,


REYES I. 12 347

¿no está escrito en el libro de los consejo de los jóvenes: «Mi padre
hechos de Salomón? hizo pesado vuestro yugo, y yo lo
42
Reinó Salomón en Jerusalén haré más pesado todavía; mi padre
cuarenta años sobre todo Israel, os azotó con azotes y yo os azotaré
43
y luego se durmió con sus padres, con escorpiones.» 15 Desoyó, pues,
y fué sepultado en la ciudad de David, el rey al pueblo, porque así lo dis-
su padre. Le sucedió Roboam, su ponía Yave, para cumplir la palabra
hijo. que Yave había dicho por medio de
Ajías, de Silo, a Jeroboam, hijo de
Nabat.
16 Entonces todo Israel, viendo que
División del reino.
el rey no le escuchaba, dijo al rey:
1 Roboam fué «¿Qué tenemos que ver nosotros
Jrt a Siquem, por
* haberse reunido en Siquem todo con David? ¿Ni qué heredad es la
Israel para proclamarle rey. 2 Jero- nuestra con el hijo de Isaí? |A tus
boam, hijo de Nabat, que había tiendas, Israel! ¡Provee ahora a tu
venido de Egipto, donde moraba por casa, Davidl»
haber huido lejos de Salomón, reci- Fuése Israel a sus tiendas, 17 y
bió estas noticias, 3 y le mandaron a Roboam no reinó sobre más hijos
llamar. Vinieron Jcroboam y toda la de Israel que los que habitaban en
asamblea de Israel a Roboam, y le las ciudades de Judá. 18 Mandó enton-
hablaron así: ces Roboam a Adoram, que era
4 «Tu padre hizo muy pesado nues- prefecto de los tributos; pero éste
tro yugo; aligera tú, pues, ahora esta fué lapidado por todo Israel, y murió.
dura servidumbre, y te serviremos. Apresuróse Roboam a montar en su
5
El les respondió: «Id, y volved a mí carro, para huir a Jerusalén; 19 y
dentro de tres días. » Fuése el pueblo. así se de la casa de
separó Israel
6 El rey Roboam consultó David hasta de hoy (1).
a los an- el día
20
Sabiendo que había vuelto Jero-
cianos que habían estado cerca de
Salomón, su padre, durante su vida, boam, todo Israel le mandó a llamar
diciéndoles: «¿Qué me aconsejáis que a la asamblea, y le hicieron rey de
haga con este pueblo?» 7 Y ellos le todo Israel. La tribu de Judá fué la
dijeron: «Si ahora te rindes a este sola que siguió a la casa de David.
21 Llegado Roboam
pueblo, y le complaces hablándole a Jerusalén, con-
blandas palabras, te estará siempre vocó a toda la casa de Judá y a la
sujeto.» 8 Pero Roboam no siguió el tribu de Benjamín, ciento ochenta
consejo de los ancianos, y consultó mil hombres de guerra, para hacer
a los jóvenes que se habían criado la guerra a la casa de Israel y redu-
con él y le rodeaban, 9 diciéndoles: cirla a la obediencia de Roboam,
«¿Qué me aconsejáis que responda hijo de Salomón; 22 pero Semeias,
a este pueblo que así me habla? varón de Dios, recibió palabras de
Aligera el yugo que tu padre nos Yave, diciendo: 23 «Habla a Roboam,
impuso.» 10 Y los jóvenes que se hijo de Salomón, rey de Judá, y a
habían criado con él, le dijeron toda la casa de Judá y de Benjamín,
así: «Habla de este modo al pue- y a todos los del pueblo, diciendo:
blo que te ha dicho: Tu padre 24 «He aquí lo que dice Yave: No
hizo muy pesado su yugo sobre nos- subáis a hacer la guerra a vuestros
otros, aligéralo tú. Háblales así: Mi hermanos, los hijos de Israel. Vuél-
dedo meñique es más grueso que los vase cada uno de vosotros a su casa,
lomos de mi padre. 11 Ahora, pues, porque de mí ha venido esto»; y ellos,
mi padre os cargó con pesado yugo, obedeciendo la palabra de Dios,
y yo haré vuestro yugo más pesado se volvieron, según la palabra de
todavía. Mi padre os azotó con azo- Yave.
tes, y yo os azotaré con escorpio-
nes. »
(t)Prescindiendo de los divinos designios,
12
Vinieron, pues, Jeroboam y todo la profunda y defini iv.i, que no
escisión, tan
el pueblo, al día tercero, según lo tuvo soldadura en la vida de Israel, histórica-
que había dicho el rey: «Volved mente se explica por el concurso de varias
causas. La rivalidad entre judá y Efralm, como
dentro de tres días»; 13 y el rey res-
causa remota; los gravámenes a que Salomón
pondió al pueblo duramente, dejando sometió al pueblo, como causa inmediata. La
el consejo que le habían dado los persistencia principalmente se debió a la polí-
ancianos, 14 y le habló así, según el tica de los reyes de Israel.
348 REYES I, 13

Reinado de Jeroboam en Israel. en ti queman perfumes, y sobre ti

quemarán huesos humanos.» 3 Y dió


25 Jeroboam edificó Siquem, en la entonces mismo una señal, diciendo:
montaña de Efraím, y residió allí; «Esta es la señal que da Yave: El
salió después y edificó Penuel. 26 Je- altar se quebrará y se derramará la
roboam se dijo en su corazón: «El ceniza que hay en él.»
reino podría muy bien volver otra 4
Al oír el rey Jeroboam las pala-
vez a la casa de David. 27 Si este bras del varón de Dios, lo que había
pueblo sube a Jerusalén para hacer gritado contra el altar de Betel,
sus sacrificios en la casa de Yave, extendió su brazo desde el altar,
el corazón del pueblo se volverá a diciendo: «Detenedle»; pero la mano
su señor, Roboam, rey de Judá; que contra él extendió se quedó
me matarán a mí y se volverán a rígida, y no pudo volverla a sí. 5 El
Roboam, rey de Judá.» 28 Después altar se quebró, y las cenizas que
de pensarlo, hizo el rey dos becerros sobre él había se derramaron, según
de oro, y dijo al pueblo: «Bastante la señal que el hombre de Dios había
tiempo habéis subido a Jerusalén; dado, conforme a la palabra de Yave.
6
ahí tienes a tu dios, el que te sacó Entonces el rey, dirigiéndose al
de la tierra de Egipto.» 29 Hizo poner hombre de Dios, dijo: «Implora a
uno de los becerros en Betel y el Yave, tu Dios, y ruégale por mí,
otro en Dan; 30 y esto indujo al para que pueda volver a mí la mano, i
pecado, pues iba el pueblo hasta El hombre de Dios imploró a Yave,
Dan para adorar. 31 Edificó también y el rey pudo volver a sí la mano,
Jeroboam lugares excelsos, e hizo, que quedó como estaba antes. 7 En-
sacerdotes a gentes del pueblo, que' tonces dijo el rey al hombre de Dios:
no eran de los hijos de Leví. 32 Ins- «Vente conmigo a mi casa para tomar
tituyó Jeroboam una solemnidad en algo, y te haré un presente.» 8 Pero
el mes octavo, el quince del mes, el hombre de Dios dijo al rey: «No
conforme a las de Judá, y sacrificó iré contigo a tu casa, aunque me
sobre el altar. Así puso también en dieras la mitad de tu casa, y no comeré
Betel sacerdotes en los altos que pan ni beberé agua en este lugar,
había construido, para que sacrifica- 9
porque esa orden me ha sido dada
sen a los becerros que había hecho; por la palabra de Yave: No comas
33 pan, ni bebas agua, ni tomes para
y subió al altar que se había hecho
en Betel, el día quince del octavo tu vuelta el camino por donde vayas.
mes, que él a su voluntad eligió. 10 Fuése, pues, por otro camino,
Instituyó una fiesta para los hijos no tomando para volver el camino
de Israel, y subió al altar para que- por donde había venido a Betel.
11
mar perfumes (1). Habitaba en Betel un viejo pro-
feta, cuyos hijos vinieron a contarle
lo que el hombre de Dios había
Un profeta reprende a Jeroboam. hecho aquel día en Betel y lo que
había dicho al rey; 12 y su padre les
Llegó de Judá a Betel un
1 «¿Por qué camino ha ido?»
13 dijo:
Indicáronle sus hijos el camino por
hombre de Dios, por mandato
de Yave, mientras estaba Jeroboam donde se volvió el hombre de Dios
én el altar para quemar perfumes; venido de Judá; 13 y él les dijo:
2
y alzando su voz contra el altar, «Aparejadme el asno.» Ellos se lo
según la palabra deYave, gritó: aparejaron, y él, subiendo en el asno,
Yave: Nacerá
«¡Altar, altarl Así habla 14 se fué tras Dios;
el hombre de
de la casa de David un hijo, que se y una vez que alcanzo, mientras
le
llamará Josías, que inmolará sobre, estaba sentado bajo una encina, le
ti a los sacerdotes de los altos que preguntó: «¿Eres tú el hombre de
Dios que ha venido de Judá?» El le
15 Díjole enton-
(i) Jeroboam erige en estos dos santuarios, respondió: «Yo soy.»
opuestos al santuario nacional, dos becerros ces el otro: «Ven conmigo a casa,
18 Pero
de oro, repitiendo la prevaricación del desierto. para tomar algún alimento.»
Esta prevaricación persiste durante todo el él respondió: «No puedo ir contigo,
tiempo de la vida de Israel y es considerada 17 porque
ni entrar en tu casa, la
por el hagiógrafo como el principal pecado palabra de Yave me ha dicho: No
con que todos los reyes de Israel hicieron pecar
a su pueblo, sin que ninguno se apartara de la
comas pan, ni bebas agua, ni tomes
conducta de Jeroboam. para la vuelta el camino de la ida.»
349
REYES I, 14

18 Pero él «Yo también soy


le dijo: Betel, y contra todos los altares de
profeta como un ángel me ha
tú, y la ciudad de Samaría.»
33 A pesar de esto, no se apartó
hablado de parte de Yave, dicién-
dome: «Tráele contigo a tu casa, Jeroboam de su mal camino; creó
para que coma pan y beba agua.» nuevos sacerdotes de entre todo el
Mentía. 19 Volvióse entonces con él, pueblo para los altos. A cualquiera
y en su casa comió pan y bebió agua. que quisiera serlo, le consagraba él
20 Pero mientras estaban sentados a sacerdote de los altos.
la mesa, fué palabra de Yave al
profeta que le había hecho volver,
21 que gritó al venido de Judá: «Asi

habla Yave: Por haber sido rebelde


al mandato de Yave, y no haber
guardado la orden que Yave, tu
Dios, te había dado, 22 y porque
volviéndote has comido pan y bebido
agua en el lugar de que te había
dicho: No comas pan allí, ni bebas
allí agua, no entrará tu cadáver en la
sepultura de tu padre.»
23 Cuando el profeta que le había

hecho volver acabó de comer pan y


de beber agua, hizo que aparejaran
para el otro su asno, y el hombre
de Dios se fué. 24 Encontró en el
camino un león que le mató, que-
dando su cadáver tendido en el ca-
mino; el asno siguió junto a él, y el
león junto al cadáver. 25 Los que
pasaban vieron el cadáver tendido
en el camino, y junto a él el león,
y hablaron de ello en la ciudad donde 34
26 Cuando Esto fué causa de pecado para
moraba el viejo profeta.
el profeta que le había hecho volver la casa de Jeroboam, y por eso fué
lo supo, dijo: «Es el hombre de Dios, exterminada y borrada de sobre la
que ha sido rebelde a la orden de haz de la tierra.
Yave, y por eso le ha entregado Yave
al león, que le ha destrozado y muer-
to, conforme a la palabra que Yave Ajías predice a Jeroboam su ruina.
había dicho.» 27 Después, dirigién-
le
dose a sus hijos, dijo: «Aparejadme
un asno.» Aparejáronlo ellos, 28 y
H
* *
1
Enfermó por entonces Abiya,
hijo de Jeroboam; 2 Jeroboam
se fué. Halló el cadáver tendido en dijo a su mujer: «Anda, levántate y
el camino, y el asno y el león que disfrázate de modo que nadie sepa
estaban junto al cadáver. El león ni que eres la mujer de Jeroboam, y
había devorado el cadáver ni había vete a Silo. Allí está Ajías, profeta,
destrozado al asno. 29 El profeta le- el que me anunció que sería rey de
vantó el cadáver del hombre de Dios, este pueblo. 3 Coge contigo diez panes,
y poniéndolo sobre el asno, se lo tortas y una vasija de miel, y entra
llevó, y vino con él a la ciudad, en su casa, y él te dirá lo que va a
donde le lloró y le sepultó. 30 Puso ser del niño.» 4 Hízolo así la mujer de
su cadáver en la sepultura, y le llo- Jeroboam. Se levantó, fué a Silo, y
raba, diciendo: «lAy, hermano mío!» entró en la casa de Ajías. Ajías no
31 Después que le sepultó, dijo a veía ya, pues por la vejez se le ha-
sus hijos: «Cuando yo muera, me se- bían quedado fijos los ojos; 5 pero
pultaréis en la sepultura donde está Yave había dicho a Ajías: «La mujer
enterrado el hombre de Dios, ponien- de Jeroboam va a venir a consultarte
do mis huesos junto a los suyos, para acerca de su hijo, que está enfermo;
que mis huesos se conserven intactos cuando llegue querrá hacerse pasar
junto a los suyos; 32 porque se ha por otra.»
de cumplir la palabra que de parte 6
Cuando oyó Ajías el ruido de sus
de Yave gritó él contra el altar de pasos, en el momento en que tras-
350 REYES I, 15

ponía la puerta, dijo: «Entra, mujer con sus padres. Le sucedió Nadab,
de Jeroboam. ¿Por qué te finges su hijo.
otra? Estoy encargado de anunciarte
cosas muy duras. 7 Ve y dile a Jero-
boam: Así habla Yave, Dios de Is- El reino de Judá bajo Roboam.
rael: «Yo te alcé de en medio del pue- 21 Roboam, hijo de Salomón, reinó

blo, y te hice jefe de mi pueblo, sobre Judá. Tenía cuarenta y un


Israel, 8 rompiendo el reino de la años cuando comenzó a reinar en
casa de David y dándotelo a ti. Pero Jerusalén, la ciudad que Yave se
tú no has sido como mi siervo David, había elegido de entre todas las tribus
que guardó mis mandamientos y me de Israel para poner allí su nombre.
siguió de todo su corazón, no hacien- Su madre se llamaba Noama, amonita.
do más que lo recto a mis ojos; 9 an- 22 Roboam hizo el mal
a los ojos
tes hiciste el mal, más que cuantos de Yave, irritando su celo con los
han sido antes'de ti, haciéndote otros pecados que cometía, más que cuanto
dioses y fundiendo imágenes para lo habían hecho antes sus padres.
irritarme, echándome tras de tus es- 23 Edificáronse altos, con cipos y
paldas. 10 Por eso voy a hacer venir aseras sobre todas las alturas y
el mal sobre la casa de Jeroboam, y bajo todo árbol frondoso. 24 Hasta
exterminaré a todos cuantos a Jero- consagrados a la prostitución idolá-
boam pertenecen, al esclavo y al trica hubo en la tierra. Imitaron todas
libre en Israel, y barreré a la casa las abominaciones de las gentes que
de Jeroboam, como se barren las Yave había echado delante de los
basuras, hasta que del todo desapa- hijos de Israel.
rezca. 11 El que de la casa de Jero- 26El año quinto del reinado de
boam muera en la ciudad, será devo- Roboam, Sesac, rey de Egipto, subió
rado de los perros, y el que muera contra Jerusalén. 26 Pilló los tesoros
en el campo, será comido por las de la casa de Yave y los tesoros de
aves del cielo. Porque habla Yave.» la casa del rey; todo lo pilló, con
12
Y tú álzate y vete a tu casa. En todos los escudos de oro que había
cuanto tus pies entren en la ciudad, hecho Salomón. 27 El rey Roboam
morirá el niño: 13 todo Israel le llo- hizo en su lugar escudos de bronce,
rará, y será sepultado, pues será el y se los entregó a los jefes de la
único de la casa de Jeroboam que
. guardia de la entrada de la casa del
será sepultado, por ser el único de la rey. 28 Cuantas veces iba el rey a
casa de Jeroboam en que se ha halla- la casa de Yave, los llevaban los de
do algo de bueno a los ojos de Yave, la guardia, y luego los volvían al
Dios de Israel. 14 Yave alzará sobre cuartel de la guardia.
Israel un rey, que exterminará en su 29
El resto de los hechos de Roboam,
día a la casa de Jeroboam. ¿Y qué cuanto hizo, ¿no está escrito en el
es lo de ahora? 15 Yave sacudirá a libro de las crónicas de los reyes de
Israel como en el agua se agita una Judá? 30 Siempre hubo guerra entre'
caña, y arrancará a Israel de esta Roboam y Jeroboam. 31 Durmióse
buena tierra que dió a sus padres, Roboam con sus padres, y fué sepul-
y le dispersará al otro lado del río, tado en la ciudad de David. Su madre
por haberse hecho ídolos, irritando a se llamó Noama, amonita. Le suce-
Yave. 16 Entregará a Israel por los dió Abiam, hijo suyo.
pecados que ha cometido Jeroboam,
y los que ha hecho cometer a Is- Abiam, rey de Judá.
rael, i

17
Levantóse la mujer de Jero- 1(r El año octavo del reinado de
1

boam, y se fué. Llegó a Tirsa, y " Jeroboam, hijo de Nabat, co-


cuando tocaba con sus pies el umbral menzó a reinar en Judá Abiam.
de la puerta, murió el niño. 18 Se 2 Reinó tres años en Jerusalén. Su

le enterró, y todo Israel le lloró, madre se llamaba Maca, hija de Abi-


8
según la palabra que Yave había salón. Dióse a todos los pecados
dicho por su siervo Ajías, profeta. que antes de él había cometido su
18
Lo demás de los hechos de Je- padre, y su corazón no estuvo ente-
roboam, de las guerras que hizo, y ramente con Yave, como lo había
de cómo reinó, todo ello está escrito estado el de David, su padre. * Mas
en las crónicas de los reyes de Israel. por amor de David, Yave, su Dios,
-u
Reinó veintidós años, y se durmb dió a éste una lámpara en Jerusalén,
REYES I, 15
353

estableciendo a su hijo después de él se habían hecho; ls y hasta despojó


y sosteniendo a Jerusalén; 5 porque a su madre, Maca, de la dignidad de
David había hecho lo recto a los ojos reina, porque se había hecho un as-
de Yave, y no se había apartado de era abominable; cogió la abomina-
ninguno de sus mandamientos du- ción y la quemó en el torrente de
rante toda su vida, fuera de lo de Cedrón. 14 Pero no desaparecieron
Urías, el geteo. 4 Hubo guerra entre todos los altos, aunque el corazón
Koboam y Jcroboam mientras vivió de Asa estuvo enteramente con Yave
aquél. durante toda su vida. 16 Llevó a la
7
El resto de los hechos de Abiam, casa de Yave cosas consagradas por
lo que hizo, ¿no está escrito en el su padre y por él mismo, plata, oro
libro de las crónicas de los reyes de y utensilios.
16 Hubo guerra entre Asa
Judá? y Basa,
Hubo guerra entre Abiam y Jero- rey de Israel, durante toda su vida.
8 17 Basa, rey
boan. Abiam se durmió con sus de Israel, subió contra
padres, y fué sepultado en la ciudad de Judá, y fortificó Rama para impedir
David. Le sucedió Asa, su hijo (1). a Asa, rey de Judá, salir y entrar.

Reinado de Asa en Judá. 18 Asa tomó toda la plata y todo el


oro que habían quedado en el tesoro
9
El año veinte del reinado de Je- de la casa de Yave y en el tesoro
roboam, comenzó a reinar Asa en de la casa del rey, y se lo entregó
Judá. 10 Reinó cuarenta y un años a sus servidores, que envió a Ben
en Jerusalén, y su madre se llamaba Adad, hijo de Tabrimón, hijo de
Maca, hija de Abisalam. Jezyón, rey de Siria, que residía en
11
Asa hizo lo recto a los ojos de Damasco. El rey Asa le dijo: 19 «Que
Yave, como David, su padre. 12 Arran- haya alianza entre tí y mí, como la
có de la tierra a los consagrados a la hubo entre mi padre y tu padre.
prostitución idolátrica, e hizo des- Te mando este presente de plata y
aparecer los ídolos que sus padres oro. Rompe tu alianza con Basa, rey de
Israel, para que éste se aleje de mí.»
20 Ben Adad escuchó a Asa, y
(i) Tenemos en
los vs. 1-8 el modelo del
esquema adoptado por el autor en esta segunda
mandó a los jefes de su ejército contra
parte, para encuadrar los hechos históricos las ciudades de Israel; y devastó a
de cada uno de los reinados. Iyón, Dad, Abel, Bet Maca, todo el
352 REYES I, 16

Quinerot, y toda la tierra de Neftalí. 1 £


1W
1 Recibió
Jehú, hijo de Janani,
21 Cuando Basa supo ésto, cesó de palabra de Yave contra Basa,
fortificar a Rama y se volvió a Tirsa. diciendo: 2 «Yo te he levantado del
22 El rey Asa convocó a todo Judá polvo, y te hice jefe de mi pueblo
sin excepción, y se apoderó de las Israel; mas por haber tú marchado
piedras y de la madera que Basa em- por el camino de Jeroboam, y haber
pleaba en las fortificaciones de Rama, hecho pecar a mi pueblo, Israel, irri-
y el rey Asa se sirvió de ellas para for- tándome con sus pecados, 3 voy yo
tificar a Gueba de Benjamín y Mispa. a barrer a Basa y a su casa, y liaré
23
El resto de los hechos de Asa, tu casa semejante a la de Jeroboam,
todas sus hazañas, cuanto hizo, las hijo de Nabat. 4 El que de la casa
ciudades que edificó, ¿no está escrito de Basa muera en la ciudad, será
en el libro de las crónicas de los devorado por los perros; y el que de
reyes de Judá? Al tiempo de su vejez los suyos muera en el campo, será
estuvo enfermo de los pies. comido por las aves del cielo.
24 Durmióse Asa con sus padres, 5
El resto de los hechos de Basa,
y
fué sepultado con sus padres en la cuanto hizo, sus hazañas, ¿no está
ciudad de David, su padre. Le suce- escrito en el libro de las crónicas de
dió Josafat, su hijo. los reyes de Israel?
8
Basa se durmió con sus padres,
y fué sepultado en Tirsa. Le sucedió
Reinados de Nadab y Basa en Ela, su hijo.
Israel. 7
La palabra de Yave había sido
dirigida por medio del profeta Jehú,
25 Nadab, hijo de Jeroboam, reinó hijo de Janani, contra Basa y contra
sobre Israel, comenzó a reinar el se- su casa, no sólo por todo el mal que
gundo año de Asa, rey de Judá, y reinó él había hecho a los ojos de Yave,
dos años sobre Israel. 26 Hizo lo malo irritándole con la obra de sus manos
a los ojos de Ya ve, y marchó por el y haciéndose semejante a la casa de
camino de su padre, dándose a todas jeroboam, sino también por haber
las abominaciones que su padre había destruido a la casa de Jeroboam.
hecho cometer a Israel.
27 Basa, hijo
de Asiya, de la casa
de Isacar, conspiró contra él, y le Reinados de Ela, Zimri y Omri
mató en Guibetón, que pertenecía a en Israel.
los filisteos, mientras Nadab y todo
Israel asediaba a Guibetón. 28 Le
mató el año tercero de Asa, rey de 8
El año veintiséis de Asa, rey de
Judá, y reinó en lugar suyo. 29 Cuando Judá, comenzó a reinar sobre Israel
reinó, destruyó toda la casa de Jero- en Tirsa, Ela, hijo de Basa, y reinó
boam, sin dejar escapar a nadie, ma- dos años. 9 Conspiró contra él Zimri,
tando a cuanto respiraba, según la su siervo, jefe de la mitad de los
palabra que Yave había dicho por carros. Estaba Ela en Tirsa, comiendo
medio de Ajías, de Silo, su siervo, y embriagándose en casa de Arsa, su
30 por los pecados que Jeroboam había mayordomo en Tirsa; 10 y entró
cometido y los que había hecho co- Zimri y le hirió, matándole, el año
meter a Israel, irritando así a Yave, veintisiete de Asa, rev de Judá, y
Dios de Israel. reinó en su lugar. 11 Hecho rey, una
31
El resto de los hechos de Nadab, vez que se sentó sobre el trono, 12 des-
cuanto hizo, ¿no está escrito en el truyó a toda la casa de Basa, sin
libro de las crónicas de los revés de iK- jar (pie escapara nadie de cuantos
Israel? le pertenecían, ni pariente ni amigo.
32 Hubo Destruyó Zimri toda la casa de Basa,
guerra entre Asa y Basa
todos los días de su vida. según la palabra que Yave había
33 El año
tercero de Asa, rey de dicho contra Basa, por medio de Jehú,
Judá, reinó sobre todo Israel en Tirsa profeta, 13 por todos los pecados que
Basa, hijo de Ajiya. Reinó veinti- Basa y Ela, su hijo, habían cometido
cuatro años. 34 Hizo lo malo a los y habían hecho cometer a Israel, irri-
ojos de Yave, y marchó por el ca- tando con sus ídolos a Yave, Dios
mino de Jeroboam, dándose a los de Israel.
pecados que Jeroboam había hecho 14 El resto de los hechos de Ela,

cometer a Israel. cuanto hizo, ¿no está escrito en el


REYES I, 17 353

libro de las crónicas de los reyes de cuanto hizo, sus hazañas, ¿no está
Israel? escrito en el libro de las crónicas de
16 El año veintisiete de Asa, rey los reyes de Israel? 28 Se durmió
de Judá, reinó siete días Zimri en Omri con sus padres, y fué sepultado
Tirsa. 16 Estaba el pueblo acampado en Samaría. Le sucedió Ajab, su hijo.
contra Guibetón, que pertenecía a
los filisteos, y supo la noticia: »Zimri Iteinado de Ajab en Israel.
ha conspirado contra el rey, y aun
le ha dado muerte»; y aquel mismo
día todo Israel alzó en el campamento Ajab, hijo de Omri, comenzó a
29

por rey a Omri, jefe del ejército. reinar en Israel el año treinta y
17 Omri,
y con el todo Israel, subieron ocho de Asa, rey de Judá, 30 y reinó
de íruibetón, y pusieron cerco a Tirsa. sobre Israel en Samaría veintidós
18 Cuando Zimri vió que era tomada años.
la ciudad, se metió en el palacio real, Ajab, hijo de Omri, hizo el mal a
y puso fuego 19a la casa con el dentro, los ojos de Yave, más que lodos
y así murió, por los pecados que él cuantos le habían precedido; 31 y
había cometido, haciendo lo malo a como si fuese todavía poco para él
los ojos de Yave, y marchando por el darse a los pecados de Jeroboam,
camino de Jeroboam, y dándose a hijo de Nabal, tomó por mujer a
los pecados que Jeroboam había co- Jezabel, hija de Etbal, rev de Sidón,
metido, para hacer pecar a Israel. y se fué tras Ría!, le sirvió y se pros-
20 El resto de los hechos de Zimri, ternó ante él. 32 Alzó a Buní un altar
la conspiración que tramó, ¿no está en la casa de Raal que edificó en
escrito en el libro de las crónicas de Samaría, 33 hízosc además un ascra,
los reyes de Israel? haciendo más que cuantos reyes le
21 Entonces el pueblo de Israel se precedieron para provocar la ira de
dividió en dos partidos; una mitad Yave, Dios de Tsrael (1).
34 En su tiempo, Jiel, de Retel,
del pueblo quería hacer rey a Tibni,
hijo de Ouinat, y la otra mitad es- reedificó a Jerieó; echó los funda-
taba por Omri. 2S Los partidarios de mentos, al precio de su primogénito,
Omri vencieron a los partidarios de Abiram: y puso las puertas, al precio
Tibni, hijo de Ouinat, y Tibni fué de Segub, su hijo menor, según la
muerto, y reinó Omri. palabra que Yave había dicho por
23
El año treinta y uno de Asa, medio de Josué, hijo de Nun.
rey de Judá, comenzó a reinar Omri
i
sobre Israel, y reinó doce años. Reinó
en Tirsa seis años; 24 luego compró
El profeta Elias.
a Semer la montaña de Samaría, por
j
dos talentos de plata, y edificó sobre 17 1
Elfas, tesbíta, habitante en
la montaña, dando a la ciudad que Galad, dijo a Ajab: «Vive Yave,
edificó el nombre de Samaría, del Dios de Israel, a quien sirvo, que no
¡
monte de Semer, el dueño del mon- habrá en estos años ni rocío ni lluvia,
te (1). 26 Omri hizo el mal a los sino por mi palabra.» 2 Y dirigió Yave
3
ojos de Yave, y obró todavía peor a Elias su palabra, diciendo: «Pár-
'
que los que le habían precedido. tete de aquí, vete hacia el oriente,
26 Marchó por todos los caminos de
y escóndete junto al torrente de Que-
Jeroboam, hijo de Nabat, y se dió a rit,que está frente al Jordán. 4 Be-
todos los pecados que Jeroboam había berás el agua del torrente, y yo man-
¡
hecho cometer a Israel, irritando con daré a los cuervos que te den de
|
sus ídolos a Yave, Dios de Israel. comer allí.» 5 Hizo según la palabra
27 El resto de los hechos de Omri, de Yave, y fué a asentarse junto al
torrente de Querit, que está frente
6
(i) Omri uno de los principales reyes de
es
al Jordán. Los cuervos le llevaban
punto de que, en ¡os monumen-
Israel, hasta el por la mañana pan y carne, y pan y
tos asirios, es generalmen'e llamado
Israel carne por la tarde, y bebía del agua
Bet Omri = la casa de Omri. La edificación
de Samarla es igualmente un suceso importan- (i) Con Ajab se da en Israel una nueva y
tísimo en la historia de Israel, que con ello protunda invasión de la religión cananea, favo-
tiene ya su capital que oponer a la del reino recida por la reina Jezabel, sidonia. Para com-
de Judá. La elección del lugar, por su centra- batirla manda Dios a Eltas, que con razón es
lidad y su natural fortaleza, es muestra del considerado como el príncipe de los profetas
buen ojo poHticomilitar de Omri. que se oponen a la corrupción idolátrica.
REYES í. 18

del torrente; 7 pero al cabo de cierto Dios míol Que vuelva, te ruego, el
tiempo se secó el torrente, pues no alma de este niño a entrar en él.»
22 Yave oyó
había caído lluvia alguna sobre la :
la voz de Elias, y volvió
tierra. dentro del niño su alma, y revivió.
23 Tomó
8
Entonces 1c dirigió Yave su pala- entonces al niño Elias, bajó
9
bra, diciendo: «Levántate y vete a y entrególo a su madre diciendo:
'•

Sarepta, que pertenece a Sidón, y «Mira, tu hijo vive.» 24 La mujer dijo


mora allí. Yo he dado orden a una a Elias: «Ahora conozco que eres
mujer viuda para que te mantenga hombre de Dios, y que es verdad en
allí. » 10 Levantóse y fuése a Sarepta. tu boca la palabra de Yave.»
Al llegar a la entrada de la ciudad,
vió a una mujer viuda, que recogía
leña; la llamó, y le dijo: «Vete a Elias v los profetas de Baal.
I

buscarme, por favor, un poco de


agua en un vaso para que beba»; 11
y | O 1 Pasado mucho tiempo, al ter-
* "
I

ella fué a buscarla. Llamóla de nuevo cer año, dirigió Yave su palabra
cuando iba a traérselo, y le dijo: a Elias, diciendo: «Ve, preséntate a
«Trácme también, por favor, un bo- Ajab, que voy a hacer que caiga la
cado de pan»; 12 pero ella le contestó: lluvia sobre la haz de la tierra.»
«Vive Yave, tu Dios, que no tengo 2 Fué, pues, Elias, para presentarse

nada de pan cocido, y que no me ante Ajab.


queda más que un puñado de harina El hambre era grande en Samaría,
en la tinaja, y un poco de aceite en 3
y Ajab mandó a llamar a Abdías, su
la vasija; precisamente estaba ahora mayordomo. Abdías era muy teme-
cogiendo unos trozos de leña, para roso de Yave; 4 y cuando Jezabel
ir a preparar esto para mí y para mi exterminaba a los profetas de Yave,
hijo; lo comeremos, y después nos escondió a cien profetas, de cincuenta
dejaremos morir.» 13 El le dijo: «No en cincuenta, por cincuenta días en
temas, ve y haz lo que has dicho, cavernas, proveyéndoles de pan y de
pero prepárame para mí antes una agua. 6 Ajab dijo a Abdías: «Vete
tortita, y tráemela, y luego ya harás por la tierra a todas las fuentes de
para ti y para tu hijo; 14 pues he aquí agua y a todos los torrentes, a ver
10 que dice Yave: No faltará la hari- si por allí hay alguna hierba para que
na que tienes en la tinaja, ni dismi- podamos conservar con vida a los ca-
nuirá el aceite en la vasija, hasta el ballos y mulos, y no nos quedemos
día en que Yave haga caer la lluvia sin ganado.» 6 Dividiéronse, pues, la
sobre la haz de la tierra.» 16 Fué ella, tierra para recorrerla, y Ajab se fué
e hizo lo que le había dicho Elias, y solo por un camino, y Abdías se fué
durante mucho tiempo tuvieron que solo por otro camino.
16
comer, ella y su familia y Elias, sin 7 Cuando iba Abdías por su ca-
que faltase la harina de la tinaja, ni mino, encontróse con Elias, y como
disminuyese el aceite de la vasija, le reconoció, echóse sobre el rostro,
según lo que había dicho Yave por diciendo: «¿Eres tú, mi señor, Elias?»
8
Elias. El le respondió: «Sí, yo soy; vete a
17
Después de esto enfermó el hijo decir a tu señor: Ahí está Elias.»
de la mujer, dueña de la casa; y su 0 Y Abdías le contesté: «¿Qué pecado
enfermedad era tan violenta, que he cometido yo, para que tú me en-
no podía resollar. 18 La mujer dijo tregues en manos de Ajab, que segu-
entonces a Elias: «¿Qué hay entre ti ramente me hará morir? 10 Vive Yave,
y mí, hombre de Dios? ¿Has venido tu Dios, que no hay nación ni reino
por ventura a mi casa para traer a a donde no haya mandado mi amo
memoria mis pecados y hacer morir a buscarte; cuando venían diciéndole
a mi hijo?» 19 El le respondió: «Dame que no estabas allí, hacia jurar al
acá tu hijo.» El le tomó del regazo reino y a la nación que no te habían
de su madre, le subió a la habitación hallado. 11 ¿Y ahora tú me dices:
donde él dormía, y le puso en su cama, Ve a decir a tu amo, ahí está Elias?
20 e invocó a Yave, diciendo: «[Oh 12 Además, en cuanto yo te deje, el

Yave, mi Dios! ¿Vas a afligir a la espíritu de Yave te llevará yo no sé


viuda que en su casa me ha recibido dónde, y cuando vaya a informar a
i

como huésped, matando a su hijo?» Ajab, él no te hallará y me matará.


11
Tendióse tres veces sobre el niño, Sin embargo, tu siervo teme a Yave
invocando n Yave, y diciendo: «[Yave, desde su juventud. 15 ¿No le han dicho
1
REYES I. 18 35i

47
a mi señor lo que yo hice cuando Al mediodía burlábase de ellos
Jezahel mataba a los profetas de Elias, diciendo: «Gritad bien fuerte;
YaveT Yo oculté a cien profetas de dios es, pero quizá está entretenido
Yave, de cincuenta en cincuenta, en conversando, o tiene algún negocio,
cavernas, y los proveí de pan y de o está de viaje. Acaso esté dormido,
agua. 11 Y ahora me mandas: Ve a y así le despertaréis.» 28 Ellos daban
decir a tu amo, ahí está Elias. Me voces y más voces, y se sajaban con
matará. cuchillos y lancetas, según su cos-
15 Pero Elias le dijo: «Vive Yave tumbre, hasta chorrear la sangre
29
Sebaot, a quien sirvo, que hoy mismo sobre ellos. Pasado el mediodía,
me presentaré yo delante de Ajab.» siguieron enfurecidos hasta la hora
16 Abdias, yendo al encuentro de en que suele hacerse la ofrenda de la
Ajab, le informó, y Ajab se volvió tarde; pero no hubo voz, ni quien
para ir al encuentro de Elias. 17 Ape- escuchase ni respondiese.
30 Entonces dijo Elias
nas le vió Ajab, le dijo: «¿Eres a todo el
tú, ruina de Israel?» 18 Y Elias le pueblo: «Acercaos.» Y
todo el pueblo
respondió: «No soy yo la ruina de se acercó a él. Preparó el altar de
Israel, sino tú y la casa de tu padre, Yave, que estaba en ruinas; 31 y
apartándoos de los mandamientos de tomando Elias doce piedras, según
Yave y yéndoos tras los Baales. el número de las tribus de los hijos
19 de Jacob, a quien había dicho Yave:
Anda, convoca a todo Israel al
monte Carmel, y a los cuatrocientos «Israel será tu nombre», 32 alzó con
cincuenta profetas de Baal, y a los ellas un altar al nombre de Yave.
cuatrocientos profetas del asera, Hizo en derredor una zanja, tan
que comen de la mesa de Jezabel.» grande como la superficie en que
40 Convocó, pues, Ajab a todos los . se siembran dos atos de simiente;
33 compuso la leña, cortó el buey en
hijos de Israel y a todos los profetas
al monte Carmel; 21 y acercándose j
pedazos y púsolo sobre la leña.
Elias a todo el pueblo, le dijo: «¿Hasta 34 Dijo luego: «Llenad de agua cuatro
cuándo habéis de estar vosotros clau- cántaros, y echadla sobre el holo-
dicando de un lado y de otro? Si causto y sobre la leña.» Después
Yave es Dios, seguidle a él; y si lo |
dijo: «Haced lo mismo otra vez.»
es Baal, id tras él.» El pueblo no Otra vez lo hicieron. Dijo aún: «Ha-
respondió nada. cedlo por tercera vez». Y por tercera
22 Volvió
a decir Elias al pueblo: vez lo hicieron. 35 Corría el agua
«Sólo quedo yo de los profetas de todo en derredor del altar, y había
Yave, mientras que hay cuatrocien- llenado el agua también la zanja.
tos cincuenta profetas de Baal. 23 Que 36 Cuando llegó la hora de ofrecerse
traigan bueyes, para que escojan ellos el holocausto, llegóse el profeta Elias,
uno, lo corten en pedazos y lo pongan ¡
y «Yave, Dios de Abraham, de
dijo:
sobre la leña, pero sin poner fuego Isac y de Israel: Que se sepa hoy que
debajo; yo prepararé otro sobre la tú eres Dios de Israel, y que yo soy
leña, sin poner fuego debajo. 24 Des- tu siervo, que todo esto hago por
pués, invocad vosotros el nombre de mandato tuyo. 37 Respóndeme, Yave,
vuestros dioses, y yo invocaré el respóndeme, para que todo este pue-
nombre de Yave. El Dios que res- i
blo conozca que tú, joh Yave!, eres
pondiere con el fuego, ése sea Dios»; Dios, y que tú conviertes a ti su
y todo el pueblo respondió: «Está |
corazón.» 38 Bajó entonces fuego de
muy bien.» i
Yave, que consumió el holocausto
25 Entonces dijo Elias a los profetas
y la leña, las piedras y el polvo, y
j

de Baal: «Escogeos el buey, y haced aun lamió las aguas que había en la
!

vosotros primero, pues que sois los zanja. 39 Viendo esto el pueblo, caye-
i

más, c invocad el nombre de vues- ron todos sobre sus rostros, y dije-
tros dioses, pero sin poner fuego ron: «¡Yave es Dios, Yave es Dios!»
debajo.» 86 Tomaron ellos el buey 40 Y díjoles Elias: «Coged a los pro-
I

que les entregaron, aprestáronlo, y fetas de Baal, sin dejar que escape
estuvieron invocando el nombre de ninguno.» Cogiéronlos ellos, y Uevó-
Baal, desde la mañana hasta el me- los Elias al torrente Cisón, donde
j

diodía, diciendo: «Baal, respóndenos.» los degolló.


I

Pero no había voz, ni quien respon- 41


Entonces dijo Elias a Ajab:
diese, mientras estaban ellos saltando «Sube a comer y a beber, porque ya
en torno del altar que habían hecho. 'se oye gran ruido do lluvia." 42 Y
35b REYES I. 19

subió Ajab a comer y a beber. Elias dado yo, y me están buscando para
subió a la cumbre del Carmel y se quitarme la vida.» 11 Díjole Yave:
postró en tierra, poniendo el rostro «Sal afuera y ponte en el monte ante
entre las rodillas; 43 y dijo a su siervo: Yave.» Y he aquí que pasó Yave, y
«Sube y mira hacia el mar.» Subió delante de él un viento fuerte y pode-
él, miró y dijo: «No se Ve nada.» roso que rompía los montes y que-
Elias le dijo: «Vuelve a hacerlo braba las peñas; pero no estaba Yave
siete veces.» 44 Y a la sétima vez en el viento. Y vino tras el viento un
dijo el «Veo una nubccilla,
siervo: terremoto; pero no estaba Yave en
como palma de la mano de un
la el terremoto.
12
Vino tras el terremoto
hombre, que sube del mar.» El le un fuego, pero no estaba Yave en
dijo: «Ve y dile a Ajab: «Unce, y el fuego. Tras el fuego vino un ligero
baja, no te lo impida luego la lluvia.» y blando susurro. 13 Cuando lo oyó
45 Y
en esto se cubrió el ciclo de nu- Elias, cubrióse el rostro con su manto,
bes, soplóel viento, y cayó gran lluvia. y saliendo, se puso en pie a la entrada
Subió Ajab y vino a Jczrael. de la caverna, y oyó una voz que le
46 Fué sobre Elias la mano de Yave,
dirigía estas palabras: «¿Qué haces
que ciñó sus lomos, y vino corriendo aquí, Elias?» 14 Y él respondió: «He
a Jezrael delante de Ajab. sentido vivo celo por Yave Sebaot,
poique los hijos de Israel han roto
tu alianza, han derribado tus altares
'
Va Elias a Horeb, huyendo de
Jezabel. y han pasado a cuchillo a tus pro-
fetas, de los que sólo quedo yo, y me

| Q 1 Ajab hizo saber a Jezabel lo buscan para quitarme la vida.»


15 Díjole entonces Yave:
I "
que había hecho Elias, y cómo «Vete,
había pasado a cuchillo a lodos los vuélvele por tu camino, por el de-
profetas; 2 y. Jezabel mandó a Elias sierto de Damasco; y cuando llegues,
un mensajero, para decirle: «Así me unge a Jazael por rey de Siria, 18 y
hagan los dioses y así me añadan, a Jchú, hijo de Nimsi, le unges por
si mañana a estas horas no estás rey de Israel. A Elíseo, hijo de Safat,
tú como uno de ellos.» 3 Huyó, pues, de Abclmeula, le ungirás, para que
Elias, para salvar su vida, y llegó a sea profeta en lugar tuyo. 17 Al que
Berscba, (pie está en Judá; y dejando escapare de la espacia de Jezael, le
allí a su siervo, 4 siguió él por el matará Jchú; y al que escapare de
desierto un día de camino, y sentóse la espada de Jchú, le matará Elíseo.
bajo una mata de retama; deseó 18 Voy a dejar con vida en Israel a

morirse, y dijo: «¡Basta, Yave] Lleva siete mil, cuyas rodillas no se han
ya mi alma, que no soy mejor que doblado ante Baal, y cuyos labios no
mis padres.» s Y echándose bajo la le han besado.
19
planta de retama, se quedó dormido.* Partió de allí y halló a Elíseo,
Y lie aquí que un ángel le tocó, di- hijo de Safat, que estaba arando
ciéndolc: «Levántate y come.» 0 Miró con doce yuntas, una de las cuales
él, y vio a su cabecera una torta cocida era la suya; y pasando Elias junto
y una vasija de agua. Comió y bebió, a él, echóle su maulo (1); 20 y él,
7
y luego volvió a acostarse; pero el dejando los bueyes, se vino corriendo
ángel de Yave vino por segunda vez, tras Elias y le dijo: «Déjame ir a
y le tocó, diciendo: «Levántate y abrazar a mi padre y a mi madre,
come, poique le queda todavía mu- y te seguiré.» Elias le respondió: «Ve,
cho camino. y vuelve, pues ya ves lo que he hecho
8 Levantóse, pues, comió
y bebió, contigo. 21 Alejóse de Elias, y cuando
y anduvo con la fuerza de aquella volvió cogió un par de bueyes, y los
comida cuarenta días y cuarenta ofreció en sacrificio; con el yugo y
noches, hasta el monte de Dios, el arado de los bueyes coció
la carne,
Horeb. 9 Allí metióse en una cueva, e invitó a comer
pueblo; y levan-
al
donde pasó la noche, y le dirigió tándose, siguió a Elias y se puso a
Yave su palabra, diciendo: «¿Qué su servicio.
haces aquí, Elias?» 10 El respondió:
•He sentido vivo celo por Yave Se-
baot; porque los hijos de Israel han
(i) Como la invasión religiosa del culto
de Baal se prolongaba, Elias elige y se prepara
roto tu alianza, han derribado tus un sucesor, que continuará su lucha contra
altares, y han pasado a cuchillo a ella, mediante prodigios y milagros que carac-
tus profetas, de los que sólo he que- terizan la misióu de estos dos profetas.
REYES I. 20 357

Victorias de Ajab sobre Beiiadad, guntó más: «¿Quién comenzará el


rey de Siria. combate?» Y él respondió: «Tú mis-
mo.» ls Entonces Ajab revistó a
íyf\ Ben Adad, rey de Siria, re-
1 los servidores de los jefes de pro-
unió todo su ejército. Tenía vincia, en todo doscientos treinta
consigo treinta y dos reyes vasallos, y dos. Luego revistó a todo el pueblo,
caballos y carros. Subió y puso a todos los hijos de Israel, que fueron
sitio a Samaría, 2 y mandó a la ciudad siete mil.
16 Hicieron una salida al mediodía,
mensajeros, que dijesen a Ajab, rey
de Israel: 3 «Así habla Ben Adad: mientras Ben Adad estaba bebiendo
Tu plata y tu oro son míos, mías y embriagándose en las tiendas con
tus mujeres y los más hermosos de ios treinta y dos vasallos, sus auxi-
tus hijos.» 4 El rey de Israel respondió: liares. 17 Salieron los primeros los
«Rey, mi señor, yo soy tuyo, y tuyo servidores de los jefes de provincia.
es, como tú dices, todo lo que yo Ben Adad fué informado, y le dije-
tengo.» 6 Volvieron los mensajeros, ron: «Los de Samaría han hecho una
y dijeron: «Así habla Ben Adad: salida.» 18 Y
él respondió: «Si han
Yo te he mandado a decir: Entré- salido de paz, traédmelos vivos, y si
game tu plata y tu oro, tus mujeres han salido en guerra, traédmelos
y tus hijos. 6 Mañana, pues, a estas vivos.
yo mandaré a ti mis servi- 19 L'na vez que los servidores de
horas,
dores, para que pongan su mano los jefes de provincia salieron de la
sobre cuanto de precioso tienes, y ciudad, 20 cada uno de ellos mató
me lo traigan.» a su hombre, y los sirios emprendie-
7
El rey de Israel convocó a todos ron la fuga. Israel los persiguió.
los ancianos de Israel, y les dijo: Ben Adad, rey de Siria, se salvó
«Oíd bien, y entended que este hom- en un caballo con algunos de la
bre nos quiere mal; porque él me ha caballería. 21 El rey de Israel salió
pedido mis mujeres y mis hijos, mi y destrozó a la caballería y a los
plata y mi oro, y yo no se los he carros, haciendo en los sirios gran
rehusado.» 8 Todos los ancianos del estrago.
pueblo dijeron a Acab: «No le oigas y 22 Entonces se acercó al rey de

niégate a ello.» * Y él les dijo a Israel el profeta, y le dijo: «Ve y


losmensajeros de Ben Adad: «Decid fortifícate, y mira lo que debes hacer,
a vuestro señor, el rey: Yo haré porque el rey de Siria volverá contra
todo lo que has mandado a decir ti a la vuelta del año.» 23 Los servi-
;

a tu siervo la primera vez, pero dores del rey de Siria dijeron a éste:
esto otropuedo hacerlo.» Los
no «Su dios es un dios de monte, por eso
mensajeros se fueron, y le llevaron nos han vencido; pero si peleamos
la respuesta. 10 Ben Adad mandó con ellos en el llano los venceremos.
a decir a Ajab: «Que esto me hagan 24 Haz, pues, así: Quita a los reyes
los dioses y esto me añadan, si el auxiliares sus mandos, y pon jefes
polvo de Samaría basta para llenar en lugar de ellos, 25 y hazte un ejér-
el hueco de la mano del pueblo todo cito semejante al que has perdido,
que me sigue.» 11
Y elrey de Israel, con otros tantos caballos y otros tan-
respondió: «Decidle que no ha de tos carros. Después daremos la batalla
alabarse el que se ciñe, como el que en el llano, y se verá si no los ven-
12
se dcsciñe. » Cuando Ben Adad cemos.» El rey les dió oídos, e hizo
recibió estarespuesta, estaba be- así. 26 Pasado el año, Ben Adad
biendo en su tienda con los reyes reunió a los sirios y vino a Afee, a
vasallos, y dijo a sus servidores: dar la batalla a Israel. 27 Reunié-
«Preparaos.» E hicieron sus prepa- ronse también los hijos de Israel, y
rativos contra la ciudad. aprovisionándose, saliéronles al en-
13
Acercóse a Ajab, rey de Israel, cuentro. Asentaron su campo frente
un profeta, y le dijo: «Asi habla Yave, a ellos, como dos rebañitos de cabras,
Dios de Israel: ¿Ves toda esa mu- mientras que los sirios llenaban la
chedumbre! Voy a entregarla en tierra.
tus manos, y así sabrás que yo soy 28 Un hombre de Dios se acercó
Yave.» 14 Ajab preguntó: «¿Por mano al rey de Israel, y le dijo: «Así habla
de quién?» Y él respondió: «Así dice Yave: Porque los sirios han dicho:
Yave: Por mano de los servidores de Yave es un dios de monte, y no de
los jefes de provincia.» Ajab pre- llano, entregaré en tus manos toda
REYES I. 21

esa muchedumbre, y así sabréis que i


te juzgas, ésa es tu sentencia.» 41 Qui-
29
yo soy Yave. » Siete días estuvieron l
tóse entonces el profeta el velo de
acampando los unos frente a los sobre los ojos, y vió el rey que era
otros. El séptimo día se trabó el un profeta. 42 Éste le dijo entonces:
combate; y los hijos de Israel hicie- «Así dice Yave: Por haber dejado
ron a los sirios cien mil muertos de ir de tus manos al que yo había
la infantería, en un día. 30 El resto dado al anatema, tu vida responderá
huyó a la ciudad de Afee, y las mura- de suya, y tu pueblo de su pueblo.»
la
43 Fuése
llas se les caían encima a los veinti- el rey para su casa, triste
siete mil hombres que quedaban. e irritado, y líegó a Samaría.
También Ben Adad se refugió en
la ciudad, y andaba de cámara en
cámara. 31 Sus servidores le dijeron: La viña de Nabot.
«Nosotros hemos oído que los reyes
de la casa de Israel son reyes mise- OI 1
Después de esto, Nabot, de
ricordiosos; vamos a vestirnos sacos "*
tenía en Jezrael una
Jezrael,
sobre nuestros lomos, y a ponernos viña, junto al palacio de Ajab, rey de
sogas al cuello, y a ir así al rey de Samaría; 2 y Ajab dijo a Nabot:
Israel, a ver si te deja la vida.» Cédeme tu viña, para hacer un
32
Vistiéronse sacos sobre los lomos, huerto para legumbres, pues está
y pusiéronse sogas al cuello, y se •
muy cerca de mi casa. Yo te daré
fueron al rey de Israel, y le dijeron: otra viña mejor, y si esto no te con-
Tu siervo Ben Adad dice: «Déjame viene, te daré en dinero su valor.»
la vida.» Ajab respondió: «¿Vive to- 3
Pero Nabot le respondió: «Guár-
davía? Es mi hermano.» 33 Tuvieron deme Yave de cederte la heredad
esto los hombres por. buen agüero, y se de mis padres.» 4 Volvióse Ajab a
apresuraron a tomarle por la palabra, su casa, entristecido e irritado por
diciendo: «Ben Adad es tu hermano.» la respuesta que le había dado Nabot
Y él dijo: «Id, y traédmelo.» Vino- de Jezrael: «No te cederé la heredad
a él Ben Adad, y Ajab le hizo subir de mis padres.» Acostóse en su lecho,
a su carro. 34 Ben Adad le dijo: vuelto el rostro, y no quiso comer.
«Yo te devolveré las ciudades que Jezabel, su mujer, vino a él y le dijo:
mi padre tomó al tuyo, y tendrás «¿Por qué estás triste y no quieres
en Damasco calles para ti, como las comer?» ' El le respondió: «He ha-
tuvo mi padre en Samaría.» Y
yo, blado a Nabot, de Jezrael, y le he
repuso Ajab, te dejaré ir libre, hecha dicho: «Cédeme tu viña en venta,
esta alianza.» Hizo, pues, alianza y si no quieres, yo te daré otra viña
con él, y le dejó ir. en su lugar. Pero él me ha contes-
35 Uno de los profetas dijo a un su tado: No te daré mi viña.» 7 Enton-
compañero, por mandato de Yave: ces Jezabel, su mujer, le dijo: «¿Y
«Hiéreme, te lo ruego»; pero éste eres tú el rey de Israel? Levántate,
se negó a herirle. 36 Entonces le dijo come, y que se alegre tu corazón.
el otro: «Por no haber obedecido la Yo te haré con la viña de Nabot
voz de Yave, en cuanto me dejes, de Jezrael.»
8 Escribió ella unas cartas en nom-
te herirá un Icón»; y cuando se alejó,
encontróse con un león, que le hirió. bre de Ajab, sellólas con el sello de
37
Encontró el otro hombre,
otro a éste, y se las mandó a los ancianos
y le dijo: lo ruego»;
«Hiéreme, te y a los magistrados que habitaban
y éste le dió un golpe, y le hirió. con Nabot en su ciudad. * He aquí
38 Fué a ponerse el profeta en el lo que escribió en las cartas: «Pro-
camino del rey, y se disfrazó, cu- mulgad un ayuno, y traed a Nabot
briéndose el rostro con un velo. delante del pueblo, 10 y poned ante él
s-
Cuando pasaba el rey, le gritó di- a dos malvados que depongan contra
ciendo: «Tu siervo estaba entre las él, diciendo: Tú has maldecido a Dios
tropas, y apartándose uno, me en- y al rey; y sacadle luego y lapidadle
tregó a un hombre, diciendo: Guarda hasta que muera.»
11 Las gentes de
a este hombre. Si llega a faltar res- la ciudad de Nabot,
ponderás de su vida con la tuya, ancianos y magistrados que habita-
o con un talento de plata. 40 Mien- ban en la ciudad, hicieron como Jeza-
tras tu siervo andaba de una parte bel les decía, según las cartas que les
para otra, el hombre desapareció.» mandó. 12 Promulgaron un ayuno,
El rey de Israel le dijo: «Tu mismo trajeron a Nabot ante el pueblo,
REYES I, 22 35i»

ls
y dos malvados vinieron a ponerse Porque se ha humillado ante mí, yo
ante él, y depusieron asf contra Nabot no haré venir el mal durante su vida:
delante del pueblo: «Nabot ha mal- durante la vida de su hijo haré yo
decido a Dios y al rey.» Luego le venir el mal sobre su casa.»
sacaron fuera de la ciudad y le lapi-
daron, y murió. 14 Mandaron a decir
a Jezabel: «Nabot ha sido lapidado Alianza de Ajab con Josafat.
y muerto.» 15 Cuando Jezabel supo
1
que Nabot había sido lapidado y Tres años pasaron, sin que hu-
muerto, dijo a Ajab: «Levántate, biera guerra entre Siria e Israel.
2
y ve a posesionarte de la viña de Al tercer año, Josafat, rey de Judá,
Nabot de Jezrael, que se negó a bajó a ver al rey de Israel. 3 El rey
cedértela por su precio, porque Nabot de Israel dijo a sus servidores: «¿No
no vive ya, ha muerto.» 16 Ajab, al sabéis que Ramot Galad es nuestra?
oír que Nabot había muerto, se Y nosotros nada hacemos para tomár-
levantó para bajar a la viña de Nabot sela al rey de Siria.» 4 Y
dijo a Josa-
de Jezrael y tomar posesión de ella. fat: «¿Quiéres venir conmigo, para
17 Entonces fué
la palabra de Yave atacar a Ramot Galad?» Josafat res-
a Elias, tesbita, diciendo: 18 «Leván- j
pondió al- rey de Israel: «Iremos: yo
tatc, y baja ante Ajab, rey de Israel, i
como tú, mi pueblo como tu pueblo,
a Samaría. Está en la viña de Nabot, y mis caballos como tus caballos.
6 Luego dijo Josafat al rey de Israel:
a donde ha bajado para posesionarse
de ella. 19 Dile: Así habla Yave: J
«Consulta, te ruego, la palabra de
¿No eres tú un asesino y un ladrón? i Yave.
Y le dirás: Así habla Yave: En el I
6
El rey de Israel reunió a los pro-
lugar mismo donde han lamido los I
fetas, en número de unos cuatrocien-
perros la sangre de Nabot, lamerán tos, y preguntó: «¿Iré a atacar a
les
los perros tu propia sangre.» 20 Ajab Ramot Galad, o he de desistir de
dijo a Elias: «¿Me has hallado, ene- ello?» Y ellos le respondieron: «Sube,
migo mío?» Y Elias le respondió: que el Señor la entregará en manos
«Te he hallado. Porque tú te has del rey.» 7 Pero Josafat preguntó:
vendido para hacer el mal a los ojos «¿No hay aquí ningún profeta de
de Yave, 21 yo haré venir el mal Yave, para que podamos consultarle?
sobre ti, yo te barreré, yo extermi-
j

8
El rey de Israel respondió a Josafat:
naré a cuantos pertenecen a Ajab, j
«Queda todavía aquí un hombre, por
esclavo y libre en Israel, 22 y haré quien podríamos consultar a Yave,
tu casa semejante a la de Jeroboam, pero yo le aborrezco, porque no me
hijo de Nabat, y a la casa de Basa, profetiza bien alguno; nunca me pro-
j

hijo de Ajiya, porque tú me has pro- fetiza más que mal; es Miqueas, hijo
vocado, y has hecho pecar a Israel. de Jimia»; y Josafat dijo: «No hable
83 Así habla Yave
de Jezabeel: Los así el rey.» 9 Entonces el rey de Israel
perros comerán a Jezabeel cerca del j
llamó a un eunuco, y le dijo: «Trae
muro de Jezrael. 24 El que de la casa i luego a Miqueas, hijo de Jimia.»
de Ajab muera en la ciudad, será 10 Estaban el rey de Israel
; y Josafat
comido por los perros, y el que muera rey de Judá, sentados, cada uno en
en el campo, será comido por las I
su trono, vestidos de sus reales ves-
aves del cielo. tiduras en" la plaza, cerca de la en-
25 Nadie hubo que como Ajab se trada de la puerta de Samaría, y
vendiera para hacer el mal a los todos los profetas estaban delante
ojos de Yave. Jezabel, su mujer, de ellos profetizando. 11 Sedéelas,
le incitaba a ello. 26 Obró de manera hijo de Canana, se había hecho unos
enteramente abominable, yéndose tras cuernos de hierro, y decía: «Así habla
los ídolos, como lo hacían los amo- Yave: Con estos cuernos heriré yo
rreos, que arrojó Yave de delante a los sirios, hasta destruirlos»; 12 y
de los hijos de Israel. todos los profetas profetizaban igual-
27
Cuando hubo oído Ajab las i mente, diciendo: «Sube a Ramot
palabras de Elias, rasgó sus vesti- j
Galad y tendrás buen suceso, pues
duras, se vistió de saco y ayunó; Yave la pondrá en manos del rey.
dormía con saco y caminaba humi- 13
El mensajero que había ido
Hado; 28 y Yave dirigió a Elias, tes- en busca de Miqueas le habló asi:
bita, su palabra, diciendo: 29 «¿Has «Todos los profetas a una voz profe-
visto cómo se humilla Ajab ante mí? 1

tizan el bien al rey: quesea, pues, tu


REYES I, 22

palabra como la de todos ellos; anun- derte.» 2 * El rey de Israel dijo:


cíale elbien.» 14 Pero Miqueas le «Coge a Miqueas, y llévalo a Ammón,
respondió: «Vive Yave, que yo anun- prefecto de la ciudad, y a Joás,
ciaré lo que Yave me diga.» 16 Lle- hijo del rey, 87 y diles: Así dice el
gado al rey, díjole éste: «Miqueas, rey de Israel: Poned preso a este
¿iremos a atacar a Ramot Galad, o hombre, y mantenedlo con pan escaso
hemos de de ello?» El res-
desistir y agua tasada, hasta que yo vuelva
pondió: «Sube, tendrás buen éxito, en paz.» 28 Y Miqueas respondió:
y Yave la entregará en manos del «Si tu vuelves en paz, no ha hablado
rey.» 16 El rey le dijo entonces: Yave por medio de mí.» Y añadió:
«¿Cuántas veces habré de conjurarte «Vosotros todos, |oh pueblo!, oíd.»
que no me digas más que la verdad 29
Subieron a Ramot Galad el rey
en nombre de Yave?» 17 Miqueas res- de Israel y Josafat, rey de Judá.
pondió: «Yo he visto a todo Israel El rey de Israel dijo al de Judá:
,
disperso por los montes, como ovejas «Voy a disfrazarme para ir al combate,
sin pastor, y Yave me dijo: Son pero tú vístete tus vestiduras.» 30 El
gentes que no tienen señor, que 'se rey de Israel se disfrazó, y fué al
vuelva cada uno en paz a su casa.» combate. 31 El rey de Siria había
18 El rey de Israel dijo a Josafat: dado a los treinta y dos jefes de sus
«¿No te lo había dicho yo? No me carros esta orden: «No ataquéis a
profetiza nada bueno, no me pro- ninguno, ni chico ni grande, sino
fetiza más que mal.» 19 Dljole enton- sólo al rey de Israel.» 32 Cuando los
ces Miqueas: «Oye, pues, la palabra jefes de los carros vieron a Josafat
de Yave: He visto a Yave sentado se dijeron: «Seguro que éste es el rey
sobre su trono, y rodeado de todo de Israel», y todos se dirigieron a el
el ejército de los cielos, que estaba para atacarle. Josafat gritó, 33 y
a su derecha y a su izquierda; 20 y viendo los jefes de los carros que
Yave decía: ¿Quién inducirá a Ajab, no era el rey de Israel, le dejaron.
para que suba a Ramot Galad, y 34 Entonces uno disparo su arco al

perezca allí? Unos respondieron de azar, e hirió al rey de Israel por entre
un modo, otros de otro; 21 pero vino las junturas de la armadura, y el
un espíritu a presentarse ante Yave, rey dijo a su auriga: «Vuélvete y
y dijo: «Yo, yo le induciré. ¿Cómo?, sácame del campo, porque estoy
preguntó Yave. 21 Y
él respondió: herido. •

Yo iré, y seré espíritu de mentira El combate fué muy encarnizado


35

en la boca de todos sus profetas. aquel día. El rey estuvo retenido en


Yave le dijo: Sí, tú le inducirás y su carro frente a los sirios, y por la
saldrás con ello. Ve, pues, y haz tarde murió. La sangre de la herida
así. 23 Ahora, pues, he aquí que Yave corría por dentro de su carro. 34 A
ha puesto el espíritu de mentira en la puesta del sol, se gritó por todo
boca de todos tus profetas, y ha el campo: «Cada uno a su ciudad,
decretado perderte» (1). cada uno a su tierra.»
24 Llegóse entonces Sedéelas, hijo 37 Así murió el rey, que fué llevado

de Cañan, que golpeó a Miqueas en la a Samaría, y sepultaron al rey en


mejilla, diciendo: «¿Por dónde ha Samaría. 38 Cuando lavaron el carro
salido de mí el espíritu de Yave, para en el estanque de Samaría, los perros
hablarte a ti?" 25 Y Miqueas respon- lamieron la sangre de Ajab, y las ra-
dió: «Ya lo sabrás, el día en que vayas meras se bañaron en ella, según la
de cámara en cámara, para escon- palabra que había dicho Yave.
39 El resto de los hechos de Ajab,

dí Este episodio pone de relieve, además lo que hizo, la casa de marfil que
de la necesidad que sentían de consultar a Dios construyó, las ciudades que edificó,
antes de emprender cualquier empresa, cómo
¿no está escrito en el libro de las
eran los prot» tas falsos de Yave, siempre pron-
tos a lisonjear a los principes y a los pueblos,
crónicas de los reyes de Israel? 40 Ajab
y cómo el verdadero profeta de Dios, que sólo se durmió con sus padres, y le sucedió
contra tantos, lucha, guiado de la verdad, aun Ocozías, su hijo.
a riesgo de tener que sufrir la prisión y la
muerte. Es curiosa la representación que fe Josafat, rey de Judá. Oeozías,
nos hace del consejo de Dios, en el que hasta
el espiri'u malo toma parte, como en el prólogo
rey de Israel.
del libro de Job. Dios, que todo lo tiene en sus
manos, se vale hasta de los malos para realizar
41 Josafat, hijo de Asa, comenzó
ns planes de misericordia y justicia a reinar en Judá el año cuarto de
REYES II, 1

Ajab, rey de Israel. 42 Tenía treinta de oro; pero no fueron, porque las
y cinco años cuando comenzó a reinar, naves se destrozaron en Asion Ga-
y reinó en Jerusalén veinticinco años. ber. 60 Entonces Ocozfas, hijo de
Su madre se llamaba Azaba, hija Ajab, dijo a Josafat: «¿Quieres que
de Silji. 43 Marchó por todos los cami- que vayan mis servidores con los
nos de Asa, su padre, sin apartarse, tuyos en las naves?» Pero Josafat
haciendo lo que es recto a los ojos se negó.
81
de Yave. 44 Pero no desaparecieron Josafat se durmió con sus padres,
los altos, y el pueblo siguió ofreciendo y fué sepultado con sus padres en
sacrificios y perfumes en ellos. 45 Jo- la ciudad de David, su padre. Le
safat estuvo en paz con el rey de sucedió Joram, su hijo.
62 Ocozías, hijo de Ajab, comenzó
Israel.
46 El resto de los hechos de Josa- a reinar sobre Israel en Samaría,
íat, sus gestas y sus guerras, ¿no el año diecisiete de Josafat, rey de
está escrito en el libro de las crónicas Judá, y reinó dos años sobre Israel.
de los reyes de Judá? 47 Barrió 63
Hizo el mal Yave,
a los ojos de
también de la tierra el resto de los y marchó por caminos de su
los
consagrados a la prostitución ido- padre y los de su madre, y por el
látrica, que quedaban del tiempo de camino de Jeroboam, hijo de Nabat,
Asa su padre. 48 No había entonces que hizo pecar a Israel. 54 Sirvió a
rey en Edom; un gobernador la Baal y se prosternó ante él, y pro-
gobernaba. 49 Josafat construyó na- vocó a Yave, Dios de Israel, como
ves de Tarsis, para ir a Ofir, en busca lo había hecho su padre.

REYES II
(Vul. IV. Reg.)

1 7
^ Después de la muerte de Ajab, Ocozías les preguntó: «¿Qué
1 Moab se contra Israel.
rebeló trazas tenía el hombre que ha subido
2 Ocozfas
se cayó por una ventana a vuestro encuentro, y os ha dicho
del piso superior de su casa en eso?» 8 Ellos le respondieron: «Era
Satnaria, y se hirió; y envió mensa- un hombre vestido de pieles, y con
jeros, diciéndoles: «Id a consultar a un cinlurón de cuero a la cintura.»
Baal Zebub, dios de Acarón, para Ocozías dijo: Es Elias, tesbita.»
saber si curaré de esta enfermedad»; 9
Mandó contra el un quincuage-
8 pero
el ángel de Yave dijo a Elias, nario con sus cincuenta hombres.
tesbita: «Levántate y sube al en- Subió el jefe a Elias, que estaba sen-
cuentro de los mensajeros del rey tado en la cumbre de la montaña, y
de Samaría, y diles: ¿No hay Dios le dijo: «Hombre de Dios, el rey dice:
en Israel, para que vayáis a con- «Baja.» 10 Elias respondió al jefe He
sultar a Baal Zebub, dios de Aca- los cincuenta: «Si soy hombre de
rón? 4 Por eso, así dice Yave: «No Dios, que baje fuego del cielo, y te
bajarás del lecho en que has subido, abrase a ti y a tus cincuenta hombres.
pues morirás.» Y
Elias se fué. «Y bajó fuego del cielo, y le devoró
6 Volvieron los mensajeros con sus cincuenta hombres. 11 Oco-
a Oco-
zías, y él les preguntó: «¿Cómo os ha- zías mandó contra él a otro quincua-
béis vuelto?» 6
Y ellos respondieron: genario con sus cincuenta hombres.
«Ha salido a nuestro encuentro un El quincuagenario habló a Elias, y
hombre, y nos ha dicho: Id, y vol- le dijo: «Hombre de Dios, he aquí
veos al rey que os ha mandado, y 10 que dice el rey: «Baja en seguida.»
decidle: Así habla Yave: ¿No hay 12
Elias le respondió: «Si soy hombre
Dios en Israel, para que mandes de Dios, que baje fuego del cielo,
tú a consultar a Baal Zebub, dios y te devore a ti y a tus cincuenta
de Acarón? Por eso, no bajarás tú hombres.» Y bajó del cielo fuego
del lecho a que has subido, pues de Dios que le devoró a él y a sus
morirás.» cincuenta hombres.
REYES II, 2

13
Mandó de nuevo Ocozías, por por tu vida, que no te dejaré.» Y si-
tercera vez, a un quincuagenario con guieron ambos su camino.
7
sus cincuenta hombres. Este tercero Vinieron cincuenta hombres de
subió, y a su llegada se prosternó los hijos de los profetas, y se pararon
ante Elias suplicándole, y le dijo: enfrente, a distancia, y ellos dos si-
"Hombre de Dios, sea preciosa a guieron, parándose a la orilla del
tus ojos mi vida y la vida de mis Jordán. 8 Cogió entonces Ellas su
cincuenta hombres. 14 Fuego del 1

manto, lo dobló, y golpeó con él las


cielo ha bajado y ha devorado a los aguas, que se partieron de un lado
dos primeros quincuagenarios y a y de otro, pasando los dos a pie
sus cincuenta hombres; pero ahora enjuto. 9 Cuando hubieron pasado,
sea a tus ojos preciosa mi vida.» dijo Elias a Eliseo: «Pídeme lo que
15 El ángel de Yave dijo quieras que haga por ti, antes que
a Elias:
«Baja con él. Nada temas de él.» sea apartado de ti.» Y
Eliseo le
Elias se levantó, y bajó con él, dijo: «Que tenga yo dos partes en tu
para dirigirse al rey; y dijo a éste: espíritu.» 10 Elias le dijo: «Difícil
16 «Así habla Yave: Por haber man- cosa has pedido. Si cuando yo sea
dado mensajeros para consultar a arrebatado de ti, me vieres, así será;
Baal Zebub, dios de Acarón, como si no, no.» Siguieronandando y ha-
si no hubiera en Israel Dios a quien blando, 11 y he aquí que un carro
poder consultar, no bajarás del lecho de fuego con caballos de fuego
a que has subido, pues morirás.» separó a uno de otro, y Elias subía
17 Ocozías murió, según la palabra al cielo en el torbellino. 18 Eliseo
de Yave por medio de Elias, y le miraba y clamaba: «¡Padre mío,
sucedió Joram, el año segundo de padre mío! ¡Carro de Israel, y auriga
Joram, hijo de Josafat, rey de Judá, suyol» Y no le vió más; y cogiendo
pues aquél no tenía hijos. sus vestidos los rasgó en dos trozos,
18 El resto de los hechos de Oco- 13
y cogió el manto de Elias, que éste
zías, lo que hizo, ¿no está escrito había dejado caer. Volvióse después,
en el libro de las crónicas de los y parándose a la orilla del Jordán,
reyes de Israel T 14 cogió el manto que Elias había
dejado caer, y golpeó con él las
aguas, diciendo: «¿Dónde está ahora
l'.líus. arrebatado «I Cielo. Yave, el Dios de Elias?» Y
en cuanto
golpeó las aguas, se partieron éstas
.)
1
Aconteció que cuando quiso de un lado y de otro, y pasó Eliseo.
— Yave arrebatar al cielo a Elias 15 Los hijos de los profetas que

en un torbellino, salió Elias de Gál- había en Jericó, frente por frente,


gala con Eliseo, * y dijo a Elíseo: habiéndole visto, dijeron: «El espí-
«Quédate aquí, te ruego, pues Yave ritu de Elias reposa sobre Eliseo.»
me manda ir a Betel.» Eliseo res- Y le salieron al encuentro, y se pros-
pondió: «Vive Yave, y vives tú, ternaron ante él, rostro a tierra,
que no te dejaré.» Y
bajaron ambos 16 diciendo: «Hay entre tus siervos

a Betel. 3 Los hijos de los profetas cincuenta hombres fuertes que, si


que había en Betel salieron ál en- quieres, irán en busca de tu señor;
cuentro de Eliseo, y le dijeron: «¿Sabes quizá el espíritu de Yave le ha lle-
tú que Yave alzará hoy a tu señor vado, y le ha echado contra algún
sobre tu cabeza?» El respondió: «Sí monte o algún valle.» El les respon-
17 Pero
lo sé; callad.» 4 Elias le dijo: «Eliseo, dió: «No, no los mandéis.»
quédate aquí, te lo ruego, pues Yave ellos le importunaron, hasta que por
me manda ir a Jericó. » El le respondió: fin dijo; «Mandadlos.» Mandaron ellos
«Por la vida de Yave, y por tu vida, a los cincuenta, que estuvieron du-
?ue no te dejaré.» Y llegaron a Jericó. rante tres días buscando a Elias, pero
Los hijos de los profetas que había no le hallaron. 18 Cuando estuvieron
en Jericó se acercaron a Eliseo, y de vuelta, Eliseo, que continuaba en
le dijeron: «¿Sabes tú que hoy va a Jericó, les dijo: «¿No os decía yo
elevar Yave señor sobre tu
a lu que no fuerais?»
cabeza?» Y respondió: «Sí,
él les
19 Las gentes de la ciudad dijeron

lo sé; callad.» • Elias le dijo: «Qué- a Eliseo: «El sitio de la ciudad es


date aquí, te lo ruego, pues Yave bueno, como lo ve mi señor, pero las
me manda ir al Jordán.» él le res- Y aguas son malas, y la tierra estéril.»
pondió: «Por la vida de Yave, y 10 El les dijo: «Traedme un plato
REYES II, 3 *
363

nuevo, y poned sal en él.» Traje- |


profeta de Yave, por quien podamos
ronselo ellos, 21 y yendo a la fuente consultar a Yave?» Uno de los ser-
de las aguas, echó en ellas la sal, vidores del rey de Israel dijo: «Sí,
diciendo: «Asf dice Yave: Yo saneo
¡

aquí está Elíseo, hijo de Safat, que


estas aguas, y no saldrá de ellas en es el que daba aguamanos a Ellas.»
12 Josafat dijo: «La palabra de Yave
adelante ni muerte ni esterilidad»;
22 aguas quedaron saneadas es con él.» El rey de Israel, Josafat y
y las
hasta el día de hoy, como lo había el rey de Edom, bajaron en busca
dicho Elíseo. suya. 13 Eliseo dijo al rey de Israel:
23
De allí subió a Betel; y según iba «¿Qué tengo yo que ver contigo?
por la pendiente, salieron de la ciudad Ve a los profetas de tu padre y de
unos muchachos, y se burlaban de él, tu madre.» El rey de Israel le dijo:
diciendole: «¡Calvo, calvo! |Sube, cal- «No, es que ha reunido Yave tres
vo!». 24 Volvióse él a mirarlos, y los reyes para entregarlos en manos de
maldijo en nombre de Yave, y sa- Moab.» 14 Eliseo dijo: «Vive Yave
liendo del bosque dos osos, destro- Sebaot, a quien sirvo, que si no fuera
zaron a cuarenta y dos de los mu- por respeto a Josafat, rey de Judá,
chachos. a ti ni te atendería ni te miraría
25 De allí subió al monte Carmel siquiera. 15 Traedme, pues, un tañe-
desde donde se volvió a Samaria. dor de arpa.»
Mientras el arpista tocaba el arpa,
fué sobre Eliseo la mano de Yave,
Joram, rey de 16
Israel. y dijo: «Así habla Yave: Id, y
haced en el valle muchas zanjas.
17 Porque así dice Yave: No veréis
O 1 Joram, hijo de Ajab, comenzó
" a reinar sobre Israel en Samaria, viento, ni veréis lluvia, y el valle
el año dieciocho de Josafat, rey de se llenará de agua, y beberéis vosotros,
Judá, y reinó doce años. 2 Hizo el vuestros ganados y vuestras bestias
mal a los ojos de Yave, no tanto, de carga. 18 Pero todo esto es poca
sin embargo, como su padre y su cosa a los ojos de Yave. Yave entre-
madre. Derribó las estatuas de Baal, gará a Moab en vuestras manos;
que había hecho su padre, 3 pero se 19 tomaréis todas las plazas fuertes

dió a los pecados coi; que Jeroboam, y todas las ciudades de importan-
hijo de Nabat, había hecho pecar a cia, talaréis todos los árboles fruta-
Israel,y no se apartó de ellos. les y cegaréis todos los manantiales
4 Mesa, rey de Moab, tenía muchos
de agua, destruiréis con piedras toda
ganados, y pagaba al rey de Israel la tierra fértil.» 20 Por la mañana, a
un tributo de cien mil corderos y la hora de la presentación de la
cien mil carneros con su lana. 5 A ofrenda, vino el agua de la parte de
la muerte de Ajab, el rey de Moab Edom, y la tierra toda se llenó de
se rebeló contra el rey de Israel. agua.
6
Entonces el rey Joram salió de 21
Entretanto los moabitas, sa-
Samaria, y reunió a todo Israel, y biendo que subían los reyes a ata-
se puso en marcha, 7 mandando a carlos, reunieron a cuantos estaban
decir a Josafat, rey de Judá: «El en edad de empuñar las armas, y se
rey de Moab se ha rebelado contra se pusieron en la frontera. 22 Al levan-
mí. ¿Quieres venir conmigo, para tarse por la mañana, al brillar el
atacar a Moab?» Josafat respondió: sol sobre las aguas, a los de Moab
«Iré, yo como tú; mi pueblo como les parecieron las aguas desde lejos
tu pueblo, y mis caballos como tus como si fueran sangre;
23
y se dijeron:
caballos.» 8 Y preguntó: «¿Por qué «Es sangre de espada; los reyes se
camino subiremos?» Y Joram dijo: han vuelto uno contra otro, y unos
«Por el camino del desierto de Edom. a otros se han matado. Hala, pues,
9 Partieron
el rey de Israel, el rey Moab, a la presa. »
24 Mas cuando lle-
de Judá y el rey de Edom; y después garon al campo de Israel, alzá-
de siete días de marcha, faltó el agua ronse los israelitas, y destrozaron a
para el ejército y para las bestias los de Moab, que se pusieron en
de carga que le seguían. 10 Entonces huida delante de ellos. Siguieron en
el rey de Israel dijo: «|Ay! Yave ha la fuga hiriendo a los de Moab, 25 y
reunido a tres reyes, para entre- asolaron sus ciudades, y en todas las
garlos en manos de Moab.» 11 Pero tierras fértiles echó cada uno su
Josafat dijo: «¿No hay aquí ningún piedra, llenándolas de ellas; cegaron
REYES II, 4

los manantiales de aguas y talaron retirarse a ella, cuando venga a


los árboles frutales. Sólo quedó Quir nuestra casa.» 11 Habiendo vuelto
Jareset, que rodearon los honde- Eliseo a Sunam, se retiró a la habi-
ros, arrojando sobre ella sus tiros. tación alta, y se acostó. 18 Dijo a su
86 Viendo el rey de Moab que lle- siervo Guejazi: «Llama a esa suna-
vaba lo peor en la batalla, hizo una mita. » Llamóla Guejazi, y ella se
salida con setecientos hombres de presentó a él. 13 Eliseo dijo a Guejazi:
guerra, para ver de desbaratar al Dile: «Tú nos has mostrado toda esta
rey de Edom. No pudo conseguirlo; solicitud por nosotros y este esmero;
87
y entonces, tomando a su primogé- ¿qué quieres que haga por ti? ¿Ne-
nito, al que había de reinar después cesitas que hable por ti al rey o al
de él, le ofreció en holocausto sobre jefe del ejército?» Y ella respondió:
la muralla. Hubo entonces gran cólera «Yo habito en medio de mi pueblo.»
en Israel, que retirándose de allí, 14Y él dijo: «¿Qué haremos, pues,
se volvió a su tierra. por ella?» Y Guejazi respondió: «Mira,
no tiene hijos, y su marido es viejo.»
14 Entonces dijo Eliseo: «Llámala.»

Los prodigios de Elíseo. La llamó, y ella se paró a la puerta.


16 El le dijo: «El año que viene, por

1
1
Una mujer
de las de los hijos este tiempo, abrazarás a tu hijo.»
de profetas, clamó a Eliseo,
los «No, por favor, hombre de Dios,
diciendo: «Tu siervo, mi marido, ha no engañes a tu sierva.» 17 La mujer
muerto y bien sabes lú que mi marido quedó encinta, y al año siguiente,
era temeroso de Yave; ahora un como se lo anunciara Eliseo, por
acreedor ha venido para cogerme a aquel mismo tiempo
dió a luz un
18
Creció el niño, y un día fué
mis dos hijos y hacerlos esclavos.» hijo.
2
Eliseo le dijo: «¿Qué puedo yo a donde estaba su padre con los
hacer por ti? Dime: ¿Qué tienes en segadores, 19 y dijo a su padre:
tu casa?» Ella le respondió: «Tu «|Ay, mi cabeza; ay, mi cabeza!»
sierva no tiene en casa absolutamente El padre dijo a un criado: 20 «Llévalo
nada más que una vasija de aceite.» a su madre.» El criado lo cogió y se
8 lo llevó a su madre. El niño estuvo
El le dijo: «Vete a pedir fuera a
todos los vecinos vasijas vacías, y sobre las rodillas de su madre hasta
21
no pidas pocas. * Cuando vuelvas el mediodía, y luego murió. Ella
a casa, cierra la puerta tras de ti subió, le acostó en el lecho del hom-
y tras de tus hijos, y echa en todas bre de Dios, cerró la puerta y se fué.
esas vasijas el aceite, poniéndolas 23 Llamó a su marido y le dijo:
aparte, conforme vayan llenándose.» «Mándame, te ruego, un criado y
5
Entonces ella se alejó, cerró la una asna, que quiero ir en seguida al
puerta tras de sí y de sus hijos; y hombre de Dios, y luego volveré.»
23
éstos fueron presentándole las vasi- El le dijo: «¿Para qué quieres ir
jas, y ella las llenaba. 6 Cuando estu- a verle hoy? No es ni novilunio ni
vieron llenas todas las vasijas, dijo sábado.» Eila respondió: «Está bien.»
24 Hizo enalbardar la borrica,
a su hijo: «Dame otra vasija»; pero y dijo
él la respondió: «Ya no hay más.» al criado: «Cógela y anda, y no te
Estacionóse entonces el aceite, 7 y detengas para que monte, más que
ella fué a dar cuenta al hombre de cuando yo te lo diga.»
28 hombre de
Dios, que le dijo: «Vete a vender el Partió, pues, y llegó al
aceite y paga la deuda; y de lo que Dios en el monte Carmel. Cuando el
te quede, vive tú y tus hijos.» hombre de Dios la vió de lejos, dijo a
8 Pasaba un día Eliseo por Sunam. su criado Guejazi: «Allí esta la sunami-
84
Había allí una mujer distinguida, ta. Vete corriendo a recibirla, y pre-
que insistentemente le invitó a comer, gúntale si está bien ella y su marido
y siempre que por allí pasaba iba y su hijo.» Y
ella contestó: «Si, bien.»
87 Llegó luego al hombre de Dios en
a comer a su casa. * Ella dijo a su
marido: «Yo sé que este hombre, el monte, y cogiéndose de sus pies,
que viene siempre a comer a nuestra llegó Guejazi para desasirla, pero
casa, es un santo hombre de Dios. el hombre de Dios le dijo: «Déjala,
10 Vamos a prepararle en lo alto una que su alma está angustiada, y Yave
habitación con paredes, y a ponerle me lo ha ocultado y no me lo ha
allí una cama, una mesa, una silla revelado.» " Ella le dijo: «¿Pedí yo
y un candclcro, para que él pueda a mi señor un hijo? ¿No te dije ya
REYES II, 5 365

que no me engañaras ?» 29
Entonces dijo: «Da a esas gentes que coman.
dijo éla Guejazi: «Cíñete los lomos, 43 Su criado le contestó: «¿Cómo voy
toma en tu mano mi bordón, y si a poder dar a cien personas?» Pero
a alguno encuentras, no le saludes Eliseo le repitió: «Da a esas gentes
siquiera, y si alguno te saluda, no le que coman. Así dice Yave: Comerán
respondas, y pon mí bordón sobre y sobrará.» 44 Puso entonces los panes
la cara del niño.» 30 La madre del ante ellos, comieron y quedaron
niño le dijo: «Por la vida de Yave y sobras, según la palabra de Yave.
la tuya, que no te dejaré.» 31 Levan-
tóse entonces él y la siguió. 1 Namán, jefe del ejército del
Guejazi había llegado antes que rey de Siria, gozaba
favor de el
ellos, y había puesto el bordón sobre su señor, y era tenido en mucha
el rostro del niño, pero éste no tenía estima, pues por medio de él había
voz ni sentido; así que se había salvado Yave a Siria. Pero este
vuelto para decírselo a Elíseo, y se hombre, robusto y valiente, era le-
lo manifestó, diciendo: «El niño no proso. 2 Habían salido los sirios, por
despierta. » 32 Llegado Elíseo a la escuadras, y habían cautivado a una
casa, el niño estaba tendido, muerto, jovencita de tierra de Israel, que
en la cama. 33 Entró entonces él, estaba al servicio de la mujer de
cerró la puerta tras los dos, y oró a Namán; 3 y djjo un día a su señora:
Yave. 34 Subió a la cama y se acostó «Oh, si mi señor estuviese cerca de
sobre el niño, poniendo su boca un profeta que hay en Samaría,
sobre la boca del niño, sus ojos sobre el profeta le curaría de su lepra.»
los del niño y sus manos sobre las 4 Fué ella
a su señor, y le dijo: « Esto
manos del niño, y se tendió sobre él. y esto ha dicho una jovencita de
La carne del niño se recalentó, tierra de Israel»; 6 y el rey de Siria
35
y Eliseo se alejó, yendo y viniendo dijo: «Pues anda, vete a la tierra de
por la habitación, y luego volvió Israel, y yo mandaré una carta al
a subirse en la cama, y se tendió rey de Israel.» Partió él, .llevando
sobre el niño. El niño estornudó diez talentos de plata, seis mil sidos
siete veces y abrió los ojos. 36 Llamó de oro, diez vestidos nuevos, 6 y una
entonces Eliseo a Guejazi, y le dijo: carta para el rey de Israel, en (pie
«Llama a esa sunamita.» Llamóla se decía: «Cuando recibas esta carta,
Guejazi, y ella vino a Eliseo, que sabrás que te mando a mi servidor,
le dijo: «Toma a tu hijo.» 37 Ella se Namán, para que le cures de la lepra.»
echó a sus pies, y se prosternó ante 7
Leída la carta, el rey de Israel
él rostro a tierra, cogió a su hijo y salió. rasgó sus vestiduras, y dijo: «¿Soy
38 Eliseo volvió
a Gálgala. Había yo acaso Dios, para dar la vida
gran hambre en la región, y estando o la muerte, que así se dirige a mí,
los hijos de los profetas sentados para que yo cure a un hombre de su
ante él, dijo a su criado: «Coge la lepra? Sabed, pues, y ved, que me
olla grande, y pon a cocer un potaje busca querella.» 8 Cuando supo Eliseo
para los hijos de los profetas.» 39 Salió que el rey de Israel había rasgado
uno de ellos al campo, para coger sus vestiduras, mandó a decir al
hierbas, y encontró una vid silvestre, rey: «¿Por qué has rasgado tus ves-
y cogió de ella coloqúíntidas, h 'sta tiduras? Hazle venir a mí, y sabrá
llenar su vestido. Cuando estuvo que hay en Israel un profeta.»
de vuelta, las cortó en pedazos en la 9
Vino Namán con sus caballos y
olla donde estaba el potaje, pues él su carro, y se detuvo a la puerta de
no las conocía. 40 Sirvióse la comida la casa de Eliseo. 10 Eliseo le mandó
a aquellos hombres; pero en cuanto a decir por un mensajero: -«Ve, y
hubieron probado el potaje, se pusie- lávate siete veces en el Jordán, y tu
ron a gritar: «La muerte está en la carne sanará y quedarás puro. 11 Eno-
olla, hombre de Dios», y no pudieron jóse Namán, y se fué, diciendo:
comerlo. 41 Eliseo dijo: «Coged ha- «¡Cómo! Yo esperaba que saldría él
rina.» El la echó en la olla, y dijo: en persona, se presentaría a mí, invo-
«Servid a esas gentes, que coman.» caría el nombre de Yave, su Dios,
Y ya no había en la olla nada de malo. me tocaría, y curaría así al leproso.
42
Llegó de Bal Salisa un hombre a 12 Los de Damasco, el Abana y
ríos
traer al hombre de Dios el pan de las el Parpar, ¿no son mucho mejores
primicias, veinte panes de cebada, que todas las aguas de Israel? ¿No
y espigas nuevas en un saco. Eliseo podía yo lavarme allí, y quedar
REYES II. 6

limpio?» Y se iba muy enojado. dos se los llevasen a Guejazi. 24 Lle-


13 Pero sus siervos se acercaron a gado a la altura, tomólos Guejazi de
él para hablarle, y le dijeron: «Padre sus manos y los metió en casa, des-
mío: Si el profeta te hubiera mandado pidiendo a aquellas gentes, que se
algo muy difícil, ¿no lo hubieras fueron. 25 Luego fué a presentarse a
hecho? ¿Cuanto más no debes hacer su señor, que le dijo: «¿De dónde
lo que ha dicho: Lávate y quedarás vienes, Guejazi?» El le respondió:
limpio?» 14 Bajó él entonces y se «Tu siervo no ha ido a ninguna
lavó siete veces en el Jordán, según parte.» 26 Pero Elíseo le dijo: «¿Es-
la orden del hombre de Dios; y su taba yo ausente en espíritu cuando
carne quedó como la carne de un el hombre se bajó de su carro para
niño, quedó limpio. salirte al encuentro? ¿Es tiempo éste
15 Volvió Namán al hombre de Dios de tomar dinero y vestidos, y luego
con todo su séquito, y cuando llegó olivares, viñas, ovejas y bueyes, sier-
se presentó a él diciendo: «Ahora vos y siervas? 27 La lepra de Namán
conozco que no hay en toda la tierra se te pegará a ti y a tu descendencia,
Dios, sino en Israel. Dígnate aceptar para siempre.» Y
Guejazi salió de la
un presente de parte de tu siervo.» presencia de Elíseo, blanco de lepra
14 Elíseo respondió: «Vive Yave, a como la nieve.
quien sirvo, qne no aceptaré. » Namán
insistió, pero él senegó. 17 Entonces s 1
Los hijos de los profetas dije-
Namán «Pues te niegas, per-
le dijo: ron a Elíseo: «El lugar en que
mite que den a tu siervo tierra de ésta, moramos contigo nos es demasiado
la carga de dos mulos, pues en ade- estrecho. 2 Vamos a ir al Jordán, y
lante no ofrecerá tu siervo sacrificio tomaremos de allí una viga cada
ni holocausto a otros dioses, sino a uno, para hacernos una habitación.»
Yave (1). 18 Yave perdonará a tu Elíseo les respondió: «Id.» 3 Uno de
siervo, que cuando mi señor entre ellos le dijo: «Ven tú también con
en el templo de Rimón para adorar, nosotros.» El dijo: «Iré»; 4 y partió
y se apoye en mi mano, me prosterne con ellos. Llegados al Jordán, corta-
yo también en el templo de Rimón. ron los árboles; * y mientras uno es-
Perdone Yave a tu siervo, si me pros- taba cortándolos, el hierro fué a caer
terno en el templo de Rimón.» 12 Elí- en las aguas. Se puso a clamar: «|Ah,
seo le dijo: «Vete en paz.» mi señor! Era prestado.» 6
Y el hom-
Cuando Namán hubo dejado a Elí- bre de Dios le preguntó: «¿Dónde ha
seo y estaba ya a cierta distancia, caído?» El le indicó el lugar; y Elíseo,
80 Guejazi, el criado del hombre de cortando un trozo de madera, lo arro-
Dios, Elíseo, dijo para sí: «Mi señor jó al mismo lugar y el hierro sobre-
ha tratado demasiado bien a Namán, nadó. 7 Entonces le dijo: «Cóge'o»;
ese sirio, no queriendo aceptar de él y él tendió la mano y lo cogió.
8
lo que traía: Vive Yave, que voy a El rey de Siria estaba en guerra
correr tras él, a ver si me da algo.» con Israel; y en un consejo que tuvo
21
Y Guejazi echó a correr tras Namán. con sus servidores, dijo: «En tal lugar
Viéndole Namán correr tras él, bajó acamparemos.» * El hombre de Dios
de su carro para ir a su encuentro, mandó a decir al rey de Israel:
y preguntó: «¿Hay novedad?»; 22 y
le «Guárdate de ir a tal lugar, porque
él respondió: «No, todo está bien; los sirios bajarán allá.» 10 El rey de
pero me manda mi señor, para de- Israel mandó gentes al lugar que el
cirte: Acaban de llegar a mi casa hombre de Dios había señalado, para
dos jóvenes de la montaña de Efralm, que estuvieran al acecho, y esto su-
de los- hijos de los profetas; haz el cedió, no una ni dos veces solamente.
11
favor de darme para ellos un talento El rey de Siria se inquietó con esto,
de plata y dos vestidos nuevos. y preguntó a sus servidores: «¿No me
23
Namán dijo: «Toma dos talentos», diréis vosotros, quién de los nuestros
y los metió en dos sacos, y le dió es del rey de Israel?» 12 Uno de los
dos vestidos, haciendo que sus cria- servidores le dijo:«Nadie, oh rey,
mi señor. Es Eliseo, el profeta que
hay en Israel, que lleva al rey de
(i) Quizá movido de la idea, tan general- Israel las palabrasque tú pronuncias
mente extendida entre los pueblos antiguos, de
considerar a un Dios como ligado a su tierra,
en tu misma alcoba.» 13 El rey le
quiere Namán llevar tierra de Palestina, para dijo: «Id, y ved dónde está, y yo le
sobre ella adorar a Yave. Dios de la Palestina. i haré prender.» Vinieron, pues, a de-
REYES II, 7

cirle: «Está en Dotana.» 14 Mandó él mi señor!» 27


Y el rey le respondió:
entonces caballos y carros, una gran «Si Yave no te salva, a¿cómo voy
tropa, que llegaron de noche y cer- salvarte yo? ¿Con algo de la era, o
caron la ciudad. con algo del lagar?» 28 Preguntóle
15 El siervo del hombre de Dios luego el rey: «¿Qué te pasa?» Y ella
se levantó muy de mañana, y vió respondió: «Esta mujer me dijo: Trae
que la ciudad estaba cercada por una a tu hijo, y lo comeremos hoy, y
tropa con caballos y carros, y dijo al mañana comeremos el mío. 29 Coci- ~

hombre de Dios: «|Ah, mi señor!, mos, pues, mi hijo y lo comimos, y


¿qué haremos?» 16 El le respondió: al día siguiente yo le dije: Trae a
«Nada temas, que los que están con tu hijo, para que lo comamos, pero
30 Cuan-
nosotros son más que los que están ella ha escondido a su hijo.»
con ellos.» 17 Elíseo oró, y dijo: «¡Oh do oyó el rey las palabras de esta
Yavcl Abrele los ojos para que vea.» mujer, rasgó sus vestiduras, mien-
Y Yave abrió los ojos del siervo, y tras iba por la muralla, y la gente vió
vió éste la montaña llena de caballos que por dentro estaba vestido de saco.
31 El rey dijo: «Que esto me haga
y carros de fuego, que rodeaban a
Elíseo. Yave y esto me añada, si la cabeza
18 Los sirios bajaron de Eliseo, hijo de Safat, quedare
al valle en
busca de Elíseo, y éste dirigió enton- hoy sobre sus hombros.» 32 Estando,
ces a Yave esta súplica: «Dígnate pues, Eliseo sentado en casa, rodeado
herir de ceguera a esta gente. » Y Yave de los ancianos que se sentaban con
los hirió de ceguera, conforme a la él, mandó el rey a uno delante de él,
súplica de Eliseo. 19 Eliseo les dijo: y antes que el mensajero llegara, dijo
«No es éste el camino, ni ésta la Eliseo a los ancianos: «¿No veis cómo
ciudad. Seguidme y yo os llevaré a ese hijo de asesino manda a que me
donde está el hombre a quien buscáis»; quiten la cabeza? Oíd: Cuando llegue
y los condujo a Samaría. 20 Entrados el mensajero, cerrad la puerta y re-
en Samaría, dijo Eliseo: «|Oh Yavel chazadle con la puerta; ¿no se oye
Abre lo? ojos de esta gente para que ya tras él el ruido de los pasos de
vea»; y Yave les abrió los ojos,' y su amo?» 33 Todavía estaba hablán-
vieron que estaban en medio de Sa- doles, cuando ya el rey llegó a él, y
maría. le dijo: «De Yave ciertamente nos
21
El rey de Israel, viéndolos, pre- ha venido este mal. ¿Tendré yo toda-
guntó a Eliseo: «¿Los hiero, padre vía que esperar más de Yave? i»

mío?» 22 Y Elíseo respondió: «No los


hieras. ¿Hieres tú acaso a los que con 7 1
Entonces dijo Eliseo: «Oíd, la
tu espada y tu arco haces prisioneros? '
palabra de Yave: Así dice Yave:
Dales pan y agua, para que coman Mañana a estas horas estará en las
y beban, y que se vayan luego a su puertas de Samaría el sea de harina
señor. » 23 El rey de Israel hizo que de flor, a un siclo, y dos seas de
les sirvieran una gran comida, y ellos harina de cebada, a un siclo.» 2 El
comieron y bebieron, y luego los des- oficial sobre cuyo brazo se apoyaba
pidió, para que se fueran a su señor. el hombre de Dios:
rey, respondió al
Las tropas sirias no volvieron más a «Cuando Yave abra ventanas en los
la tierra de Israel.
24
cielos, sucederá eso.». Y
él le dijo:
Después de esto, Ben Adad, rey «Con tus ojos lo verás, pero no lo
de Siria, reunió todo su ejército, y comerás.
subiendo, puso cerco a Samaría. 3
Había en la entrada de la puerta
25 Hubo
en Samaría mucha hambre, cuatro leprosos, que se decían unos
y de tal modo la apretaron, que un a otros: «¿Por qué nos vamos a es-
jomer de mosto valía ochenta siclos tar aquí hasta morirnos? 4 Si nos
de plata, y el cuarto de un cab de decidimos a entrar en la ciudad, mo-
harina fina cinco siclos de plata (1). riremos por el hambre que en ella
26 Pasando
el rey por la muralla, le hay, y si nos quedamos aquí, mori-
gritó una mujer: «(Sálvame, oh rey, remos igualmente. Vamos a pasarnos
al campamento de los sirios, y si nos
(i) Aunque en el texto y en las versiones dejan vivir, viviremos, y si nos
antiguas hallamos «una cabera de asno y un
cuarto de cab de palomina», traducimos con
matan, moriremos.» 5 Partieron, pues,
algunos autores modernos como hemos hecho, al anochecer para el campamento de
por parecemos enteramente inverosímil lo que los sirios; y cuando llegaron a la en-
dice el texto. trada del campamento, no había en
368 REYES II, 8

él nadie. 6
El Señor había hecho oír saqueó el campamento de los sirios,
en campamento de los sirios estré-
el y se puso el sea de flor de harina a
pito de carros y estrépito de caballos, un siclo, y a un siclo los dos «cas de
el estrépito de un gran ejército, y harina de cebada, según lo que había
se habían dicho unos a otros: «Es el dicho Yave.
17
rey de Israel, que ha tomado a sueldo El rey había entregado la cus-
contra nosotros a los reyes de los todia de la puerta al oficial sobre
getcos y a los reyes de los egipcios, cuyo brazo se apoyaba el día antes,
y viene a atacarnos.» 7 Y se levan- pero éste fué atropellado por el pueblo
taron, y al anochecer, se pusieron a la puerta, y murió según la palabra
en fuga, abandonando sus tiendas, que había pronunciado el hombre de
sus caballos y sus asnos, el campa- Dios, cuando el rey bajó a él. 18 El
mento tal cual estaba, y huyeron hombre de Dios había dicho al rey:
para salvar la vida. «Mañana a estas horas estarán a siclo
8 Los leprosos, llegados al campa- los dos seas de harina de cebada, y
mento, penetraron en una tienda, co- a siclo el ncn de flor de harina; 19 y el
mieron y bebieron, y se llevaron de oficial había respondido al hombre de
allí plata, oro y vestidos, que fueron Dios: «Cuando Yave abra ventanas
a esconder. Volvieron y penetraron en los ciclos, veremos eso.» Y Elí-
en otra tienda, y se llevaron cosas, seo le había dicho: «Con tus ojos lo
que fueron a esconder. 9 Después se verás, pero no lo comerás.» 20 Fué
dijeronuno a olro: «No está bien lo en verdad lo que sucedió, pues el pue-
que hacemos. Este día es un día de blo le atropello a la puerta, y murió.
buena nueva, y si nosotros nos esta-
1 Eliseo dijo
mos callados y esperamos la luz del o a la mujer a cuyo
día, nos sucederá mal. Venid, pues, O hijo había resucitado: «Levántate,
y vayamos a dar cuenta a la casa del y vete, tú y tu casa, y mora donde
rey.» 10 Partieron a la ciudad e hi- puedas, porque Yave llama al ham-
cieron este reíalo: «Hemos entrado bre, y vendrá sobre la tierra por siete
en el campamento de los sirios, y años.» 2 Levantóse la mujer, e hizo
allí no había nadie, ni se -oye voz lo que le decía el hombre de Dios,
alguna de hombre; no hay más que y se fué ella y su casa, y habitó
caballos atados, asnos atados y las siete años en tierra de filisteos. 3 Al
tiendas intactas.» cabo de siete años, volvió la mujer
11 Los centinelas de la puerta die- de la tierra de los filisteos, y fue a
ron voces, y transmitieron este relato implorar al rey por su casa y su
al interior de la casa del rey.
12 El campo. 4 Estaba el rey hablando con
rey se levantó de noche, y dijo a sus Guejazi, servidor del hombre de Dios,
servidores: «Voy a deciros lo que pre- y le decía: «Anda, y cuéntame todas
tenden los sirios: Como saben que esas grandes cosas que ha hecho Eli-
estamos hambrientos, se han salido seo», 6 y mientras estaba contando al
del campamento para esconderse en rey cómo Eliseo había vuelto a la
los campos, diciéndose: Cuando sal- vida a un muerto, llegó la mujer
gan de la ciudad, los cogeremos vivos cuyo hijo había resucitado Eliseo,
y entraremos en la ciudad.» 13 Uno para implorar al rey por su casa y
de los servidores del rey dijo: «Que su campo; y dijo Cuejazi: «Oh, mi
cojan cinco de los caballos que toda- señor, ésa es la mujer, y ése es su
vía quedan en la ciudad —
porque tam-
bién a ellos les sucede lo que a la
hijo,
el
que Eliseo resucitó.» • Preguntó
rey ala mujer, y ella le hizo el
muchedumbre, también son ellos como relato; el rey le dió un eunuco a
la muchedumbre de Israel, que ha quien dijo: «Haz que le sea devuelto

perecido y mandemos a ver.» 14 Co-
gieron, pues, dos carros con sus ca-
a esta mujer todo lo que le pertenece,
con todos los frutos de su campo,
ballos; y el rey mandó gente que desde el día en que dejó la tierra has La
siguiera tras los sirios, diciendo: «Id hoy.
y ved. 7
Fué Eliseo a Damasco. Estaba
14 Fueron tras ellos hasta el Jordán; enfermo Bcn Adad, rey de Sitia, y
y todo el- camino estaba sembrado le avisaron, diciendo: «Está aquí el
de vestidos y objetos, que en su pre- hombre de Dios. » 8 El rey dijo a
cipitación habían tirado los sirios. Jazael: «Toma contigo un presente
Volvieron los mensajeros, y dieron y vete a ver al hombre de Dios, y
cuenta al rey. 16 Salió el pueblo, y consulta por mi a Yave si curaré de
REYES II. 9

9 Fué Jazael al hom- cuanto hizo, /.no está escrito en el


esta enfermedad.»
bre de Dios, llevando consigo un pre- librode las crónicas de los reyes de
sente, todo mejor que había en
lo Judá?
24 Joram se durmió con sus padres,
Damasco, lacarga de cuarenta came-
llos. Llegado, se presentó a él, y le y fué sepultado con sus padres en la
dijo: «Tu hijo Ben Adad, rey de ciudad de David. Le sucedió su hijo
Siria, me manda a ti para pregun- Oeozías.
24 El año doce de Joram, hijo de
tarte: ¿Curaré de esta enfermedad?»
10 Elíseo le respondió: «Ve y dilc: Ajab, rey de Israel, comenzó a reinar
No curarás, pues Yave me ha reve- en Judá Oeozías, hijo de Joram, rey
lado que morirás.» 11
El hombre de de Judá. 26 Tenía Oeozías veintidós
Dios puso sus ojos sobre Jazael 12 y años cuando comenzó a reinar, y
los fijó en él, hasta hacerle enroje- reinó un año en Jerusalén. Su madre
cer; luego se puso a llorar. El le se llamaba Atalía, hija de Omri, rey
preguntó: «¿Por qué llora mi señor?» de Israel. 27 Marchó por los cami-
Y Eliseo le respondió: «Porque sé el nos de la casa de Ajab, e hizo el mal
mal que vas a hacer a los hijos de a los ojos de Yave, como la casa de
Israel; incendiarás sus ciudades fuér- Ajab, con la que estaba emparentado.
28 Acompañó a Joram, hijo de Ajab,
tes, pasarás a cuchillo a sus mance-
bos, estrellarás a sus niños, y abrirás en la guerra contra Jazael, rey de
13 Y Jazael Siria, a Ramot Galad. Los sirios hi-
el seno a sus preñadas. »
dijo: «¿Pues qué es tu siervo, este rieron a Joram, 29 y el rey Joram se
perro, para hacer tan grandes cosas?» volvió, para hacerse curar en Jezrael
Y Eliseo respondió: «Yave me ha re- de las heridas que los sirios le habían
velado que serás rey de Siria.» 14 Ja- hecho en Rama, cuando combatía
zael dejó a Eliseo y volvió a su señor, contra Jazael, rey de Siria. Oeozías,
que le preguntó: «¿Qué te ha dicho hijo de Joram, rey de Judá, bajó a
Eliseo?» Y él respondió: «Me ha dicho: Jezrael para ver a Joram, hijo de
Curarás.» 15 Al día siguiente, cogió Ajab, que estaba allí herido.
Jazael una manta, la empapó en agua
y la puso sobre el rostro del rey, que Los reyes de Israel y de Judá,
murió. Jazael le sucedió.
asesinados por Jehú.
1
Eliseo, profeta, llamó a uno de
Joram y Oeozías, reyes de Judá. 9 los hijos de los profetas y le dijo:
16
El año quinto de Joram, hijo de «Cíñete los lomos, toma esta redoma
Ajab, rey de Israel, comenzó a reinar de óleo, y vete a Ramot Galad.
Joram, hijo de Josafat, rey de Judá. 2 Cuando llegues, busca
a Jehú, hijo
17
Treinta y dos años tenía cuando de Josafat, hijo de Nimsi. Le haces
comenzó a reinar, y reinó ocho años que se levante de entre sus compa-
en Jerusalén. 18 Marchó por los ca- ñeros, y le llevas aparte, a una cá-
minos de los reyes de Israel, como mara retirada; 3 y tomando la redoma
había hecho la casa de Ajab, pues de óleo, derramas sobre su cabeza,
lo
tuvo por mujer a una hija de Ajab, diciéndole: «Así habla Yave: Yo te
e hizo el mal a los ojos de Yave. unjo por rey de Jsracl. Abres luego
19 Pero
Yave no quiso destruir a la puerta, y huyes sin detenerte.»
Judá, por amor de David, su siervo, 4 El joven servidor del profeta partió
según la promesa que le había hecho, para Ramot Galad; 5 y cuando llegó,
de darle siempre una lámpara entre estaban los jefes del ejército reuni-
sus hijos. 20 En su tiempo se rebeló dos, y dijo: «Jefe, tengo que decirte
Edom contra el dominio de Judá, y una cosa.» Jehú, le preguntó: «¿A
se dió un rey. 21 Joram marchó a quién de nosotros?» El respondió:
Jair con todos sus carros. Una noche «A ti, oh jefe.» 6 Levantóse Jehú
arriesgó combate con los edomitas, y entró, y el joven derramó sobre su
que le tenían cercado, y le derrota- cabeza la redoma de óleo, diciéndole:
ron juntamente con los jefes de los «Así habla Yave, Dios de Israel: Yo
carros, y el pueblo huyó a sus tien- te unjo rey de Israel, del pueb.o de
tiendas. 22 La rebelión de Edom con- Yave. 7
Tú herirás a la casa de Ajab,
tra el dominio de Judá dura hasta tu señor, y vengarás en Jezabel la
hoy. Entonces se rebeló también sangre de mis siervos, los profetas, y
Lobna. la sangre de todos los siervos de
23
El resto de los hechos de Joram, Yave. 8 Toda la casa de Ajab pere-
24
371 REYES II. 9

eerá; yo exterminaré a todos cuantos cha, el que viene es Jehú, hijo de


pertenecen a Ajab, al esclavo y al Nimsi, porque viene con mucho ím-
libre en Israel, 9 y haré la casa de petu.» 21 Entonces Joram dijo: «En-
Ajab semejante a la casa de Jero- gancha», y enganchado que fué su
boam, hijo de Nabat, y a la casa de carro, salió Joram, rey de Israel, y
Basa, hijo de Ajiya. 10 Los perros Ocozías, rey de Judá, cada uno en
comerán a Jczabel en el campo de su carro. Salieron al encuentro de
Jezrael, y no habrá nadie que la dé Jehú, a quien hallaron en la heredad
sepultura.» de Nabot, de Jezrael. 22 En cuanto vió
11 hombre
Después el abrió la puer- Joram a Jehú, le preguntó: «¿Hay
ta y huyó. paz, Jehú?» Y éste respondió: «¿Qué
Cuando salió Jehú para reunirse paz, mientras duren las prostitucio-
con los servidores de su señor, le nes de Jezabel, tu madre, y sus
dijeron éstos: «¿Va todo bien? ¿Por muchas hechicerías?» 23 Entonces
qué ha venido a ti ese loco?» Jehú Joram, grupas, huyó y
volviendo
respondió: «Seguramente conocéis al dijo a Ocozías: «¡Traición, Ocozías!»
hombre y sabéis lo que me ha dicho.» 24 Pero
Jehú tendió su arco, e hirió
12
Ellos respondieron: «No es verdad. a Joram entre las espaldas, saliéndole
Explícanos lo que ha dicho. » El en- la flecha por el corazón, y Joram
tonces dijo: «Esto y esto es lo que cayó en su carro. 25 Jehú dijo a su
me ha dicho: Así habla Yave: Yo oficial, Bidcar: «Cógele, y tírale en
te unjo por rey de Israel.» 13 En se- el campo de Nabot de Jezrael, pues
guida tomaron todos sus ropas y las acuérdate de que cuando yo y tú
pusieron debajo de él en las gradas, íbamos juntos a caballo detrás de
y haciendo sonar las trompetas, gri- Ajab, su padre, Yave pronunció con-
taron: «| Jehú, rey!» 14 Así conspiró tra él la sentencia diciendo: 2 * Yo he
Jehú, hijo de Josafat, hijo de Nimsi, visto ayer la sangre de Nabot y de
contra Joram. sus hijos, dice Yave, y yo te daré
Joram defendía con todo Israel a tu merecido en esa misma heredad.
Ramot Calad contra Jazacl, rey de Cógele, pues, y tírale a ese campo
Siria; 15 pero el rey Joram había según la palabra de Yave.»
tenido que volverse, para curarse en 27 Ocozías, rey de Judá, que vió
Jezrael de las heridas que los sirios esto, huyó por el camino de la casa
le habían hecho, cuando combatía del jardín, pero Jehú le persiguió,
contra Jazael, rey de Siria. Jehú diciendo: «Heridle también a él en
dijo: «Pues que lo queréis, sea, pero el carro.» Y
le hirieron en la subida
que no salga de la ciudad nadie que de Gur, cerca de Jibleam; él siguió
pueda llevar la noticia a Jezrael.» hasta Mageddo, pero allí murió. 28 Sus
16 Jehú subió servidores le trasladaron en un carro
a su carro y partió para
Jezrael, pues Joram estaba allí he- a Jerusalén, y le sepultaron en la
rido, y Ocozías, rey de Judá, había sepultura de sus padres, en la ciudad
bajado a verle. 17 El centinela que de David. 29 Ocozías había comenzado
estaba en la torre de Jezrael, vió a reinar el año once de Joram, hijo
venir a la tropa de Jehú, y dió la de Ajab.
noticia: «Veo venir una tropa.» Jo-, 30 Jehú entró en Jezrael. Sabiéndolo

rain dijo: «Manda que salga a su Jczabel, se pintó los ojos, se peinto'
encuentro uno de a caballo, para y se puso en mirar a una ventana.
saber si es de paz.» 18 Salió el jinete, 81 Al pasar Jehú por la puerta le

se presentó a Jehú, y preguntó: «Así gritó: «¿Le salió bien la cosa a Zimri,
habla el rey: ¿Es la paz.?» Jehú res- asesino de su señor?» 38 El alzó el
pondió: «¿Qué te importa a ti la paz? rostro hacia la ventana, y preguntó:
Vuélvete detrás de mí.» El centinela «¿Quién eres tú para que quieras
dió luego el aviso, diciendo: «El men- contender conmigo?» Entonces mi-
sajero lia llegado hasta ellos, pero raron por la ventana dos o tres eunu-
no vuelve.» 18 Entonces se mandó otro cos, 33 y él mandó: «Echadla abajo»;
a caballo, que llegado a ellos y pre- y ellos la echaron, y su sangre salpicó
guntó: «Así habla el rey: ¿Hay paz?» los muros y los caballos. Jehú la pi-
Y Jehú contestó: «¿Qué te importa soteó con sus pies, 34 y después entró,
a ti la paz? Vuélvete detrás de mí.» comió, bebió, y dijo: «Id a ver a esa
*° El centinela volvió a decir: «Tam- maldita, y enterradla, que al fin es
bién éste ha llegado a ellos, y no hija de rey.» 38 Fueron para enterrar-
vuelve; mas al parecer, por la mar- la, pero no hallaron de ella más que
REYES II. 10 371

el y las palmas de
cráneo, los pies Yave ha pronunciado contra la casa
las manos. 36 Volvieron a dar cuenta de Ajab. Yave cumple lo que declaró
a Jehú, que dijo: «Es la amenaza que por medio de su siervo Elias.» 11 Y
había hecho Yave por su siervo Elias, Jehú mató a todos cuantos de la
tesbita, diciendo: Los perros comerán casa de Ajab quedaban en Jezrael, a
la carne de Jezabel en el campo de todos sus parientes, a sus familias
Jezrael, 37 y el cadáver de Jezabel y a sus sacerdotes, sin dejar escapar
será como estiércol sobre la superfi- a uno solo.
campo, en el campo de Jezrael,
cie del 12 Después se levantó para ir a

de modo que nadie podrá decir: Esta Samaría; y llegado a un albergue


es Jezabel.» de pastores que había en el cami-
13 encontró a los hermanos
no,
de Ocozías, rey de Judá, y les pre-
•lehú, rey de Israel. guntó: «¿quiénes sois vosotros?» Y
ellos le dijeron: «Somos los hermanos
in 1
Había en Samaría setenta de Ocozías, que hemos venido a salu-
hijos de Ajab. Jehú escribió dar a los hijos del rey y a los hijos
cartas, que mandó a Samaría, a los de la reina.» 14 Jehú dijo: «Cogedlos
jefes de Jezrael, a los ancianos, y a vivos.» Cogiéronlos vivos, y los de-
los ayos de los hijos de Ajab. En ellas gollaron en número de cuarenta y dos,
decía: 2 «En cuanto recibáis esta en la cisterna del albergue. Jehú no
carta, pues que tenéis con vosotros a dejó escapar ni a uno solo.
los hijos de vuestro señor, y además 15 Partido de allí, encontró a Jona-

carros y caballos, una ciudad forti- dab, hijo de Recab, que venía a su
ficada y armas, 3 ved cuál de los hijos encuentro, le saludó y le dijo: «¿Es
de vuestro señor queréis mejor y os sincero conmigo tu corazón, como lo
conviene poner en trono de su
el es el mío contigo?» Y Jonadab le
padre, y combatid por la casa de respondió: «Sincero.» «Si es asi repli-—
vuestro señor.» 4 Ellos se llenaron de có Jehú —
dame la mano.» Jonadab
miedo, y se dijeron: «Dos reyes no le dió la mono, y Jehú le hizo subir
han podido resistirle, ¿cómo vamos a a su carro junto a él, 16 y dijo: «Ven
rcsislirle nosotros?» 5 Y el jefe de conmigo, y verás mi celo por Yave.»
la ciudad, los ané anos y los ayos de Llevóle, pues, en su carro; 17 y cuando
los niños, mandaron a decir a Jehú: llegó a Samaría, mató a, cuantos de
«Nosotros somos servidores tuyos, y Ajab quedaban en Samaría, exter-
haremos cuanto tú nos digas. No ele- minándolos del todo, según la pala-
giremos a ninguno por rey. Haz tú bra que Yave había di< lio a Elias.
lo que bien te parezca.» 6 Entonces 18 Después reunió a todo el pueblo,

les escribió Jehú una segunda carta, y le dijo: «Ajab sirvió poco a Baal;
en que les decía: «Obedeccdme, y Jehú le servirá más. 19 Llamad, pues,
tomad las cabezas de esos hombres, a mí a todos los profetas de Baal,
hijos de vuestro señor, y venid a a todos los sacerdotes, sin que quede
mí mañana a estas horas a Jezrael.» ni uno solo, porque quiero ofrecer
Los setenta hijos del rey estaban en a Baal un gran sacrificio. El que falte
las casas de los grandes de la ciudad, no vivirá.» Jehú obraba arteramente,
que los educaban. 7 Cuando éstos para exterminar a los servidores de
recibieron la carta, cogieron a los Baal. 20 Dijo, pues: «Promulgad una
hijos del rey, los degollaron a los fiesta en honor de Baal.» Promul-
setenta, pusieron sus cabezas en ca- gáronla, 21 enviando mensajeros por
nastillas, y se las mandaron a todo Israel, y llegaron todos los
Jehú, a Jezrael. 8 Vino uno a infor- servidores de Baal, sin que ni uno
marle, diciendo: «Han traído las ca- dejara de venir, y entraron en la
bezas de los hijos del rey»; y él dijo: casa de Baal, que se llenó de bote en
«Ponedlas en dos montones a la en- bote. 22 Jehú dijo al que estaba al
trada de la puerta, hasta mañana.» cuidado del vestuario: «Saca vesti-
9
Por la mañana salió, y presentán- duras para todos los siervos de Baal.»
dose ante el pueblo todo, dijo: «Vos- El las sacó, 23 y entró Jehú con Jo-
otros sois justos. Yo he conspirado nadab en la casa de Baal, y dijo
contra mi señor, y le he dado muerte. a los servidores de Baal: «Mirad, y
Pero ¿quién ha matado a todo> ved si por acaso hay aquí entre vos-
éstos? 10 Sabed, pues, que no caerá otros algún servidor de Yave; a
por tierra ni una de las palabras que ver si todos son sólo servidores de
REYES II. 11

Baal. »
24 Y entraron para ofrecer la real. 2 Pero Josaba,
descendencia
sacrificios y holocaustos. hija rey Joram y hermana de
del
Jehú había apostado fuera a ochenta Ocozías, cogió a Joás, hijo de Oco-
hombres, diciéndoles: «Cualquiera que zias, y le sacó furtivamente de entre
dejare escapar a alguno de estos los hijos del rey, cuando los estaban
que yo pongo en vuestras manos, asesinando, ocultándole de Atalía, a
me responderá de su vida con la él y a su nodriza, en la cámara dor-
suya.» 25 Cuando hubieron acabado mitorio, y asi pudo aquél escapar a
de ofrecer los sacrificios y holocaus- la muerte. 3 Seis años estuvo oculto
tos, Jehú dijo a los de su guardia con Josaba en la casa de Yave, y
y a los oficiales: «Entrad y matadlos, entre tanto reinó Atalía en la tierra.
4
sin que ni uno quede.» Los de la El año séptimo, Joyada mandó a
guardia, y los oficiales pasáronlos a llamar a los jefes de las centenas, de
todos a cuchillo, y echaron por tierra los cereteos y de la guardia, y los in-
los oseras. Penetraron luego en el trodujo en la casa de Yave. Hizo liga
santísimo del templo de Baal, 26 sa- con ellos, juramentándolos en la
caron fuera los aseras del templo casa de Yave, y les mostró el hijo
de Baal, y los quemaron. 27 Destro- del rev, 5 dándoles esta orden: «He
zaron los cipos de Baal, y derribando aquí ¡o que habéis de hacer: La
el templo, hicieron de él una cloaca, que guardia del palacio real la haréis
todavía subsiste hoy. 28 Así exterminó por tercios: Vno en el palacio, otro
Jehú a Baal de en medio de Israel. en la puerta de Sur, 8 y otro en la
29 Con todo, no se apartó Jehú de puerta trasera del cuartel de la guar-
los pecados con que Jeroboam, hijo dia; 7 pero el sábado sois dos tercios
de Náhat, hizo pecar a Israel, y dejó los que salís del palacio real, para
en pie los becerros de oro que habla hacer la guardia en la casa de Yave.
8
en Betel y Dan. Ese día rodearéis al rey por todas
30 Yave dijo a Jehú: «Por haber partes, todos con las armas en la
hecho lo que es recto a mis ojr>s, mano, y mataréis a cualquiera que
haciendo desaparecer a la casa de pretenda penetrar en las filas. Esta-
Ajab, conforme a mi voluntad, tus réis junto a) rey, donde quiera que
hijos se sentarán en el trono de Israel vaya.
hasta la cuarta generación. • Cumplieron los jefes de las cen-
31 Pero Jehú no
se cuidó de andar tenas las órdenes que les habla dado
10 Tomó cada
con todo su corazón en la ley de el sacerdote Joyada.
Yave, Dios de Israel, ni se apartó uno sus gentes, las que hacían el
de los pecados con que Jeroboam servicio el sábado, y se fueron al
había hecho pecar a Israel. sacerdote Joyada. Este entregó a los
32 En aquellos rites comenzó Yave jefes de las centurias las lanzas y
a cercenar el territorio de Israel, los escudos del rey David, que se
33 desde el Jordán, a oriente, toda la hallaban en la casa de Yave; 11 y
tierra de Calad, de Gad, de Rubén cuando los soldados de la guardia,
y de ¡Manasés, desde Aroer, que está todos con las armas en la mano,
junto al torrente del Anión, hasta desplegaron desde el lado sur al
Calad y Basán. lado norte, entre el altar y el templo,
34 El resto de los hechos de Jehú, 13 sacó al rey, púsole la diadema
y los
cuanto hizo, sus hazañas, ¿no está brazaletes, y le ungió. Torios enton-
escrito en el libro de las crónicas ces palmolearon y gritaron: *|Viva
de los reyes de IsraeIT 3 * Jehú se el rey!»
13
durmió con sus padres, y fué sepul- Cuando oyó Atalía el estrépito
tado en Samaría. Le sucedió Joacaz, del pueblo, se vino a donde estaba
88 Había reinado Jehú veintiocho la gente reunida en la casa de Yave,
años sobre Israel en Samaría. 14 y miró. Y estaba el rey sobre el
estrado, según costumbre, y cerca
Atalía, reina de Judá. de él los jefes y las trompetas, y todo
el pueblo daba muestras de gran
\\ 1 Atalfa ' 1), madre de Oco- júbilo, mientras sonaban las trom-
zías, viendo que había muerto petas. Alalia rasgó sus vestiduras y
su hijo, levantóse y exterminó a toda
davldica; pero Dios cumple la promesa hecha a
(i) El go.'pe de Estado de la impla Atalla, David, preservando al niño Joás, en el cual es
«idonia. está a punto de extinguir la dinastía bien pronto restaurada la dinastía.
REYES II, 12 373

clamó: mTraiciónl» 18 Entonces el haga la reparación de la casa." 8 Los


sacerdote Joyada dió orden a los sacerdotes asintieron a no ser ellos
jefes de las centurias, que estaban los que recogieran el dinero del pue-
a la cabeza de las tropas: «Sacadla blo para hacer las reparaciones de
de las filas, y matad a quienquiera la casa. 9 Entonces el sacerdote Jo-
que la siga.» Pues el sacerdote había yada tomó un cofre, hizo en su tapa
dicho: «Que no la maten en la casa un agujero, y le puso al lado del altar,
de Yave.» 16 Hiciéronla sitio, y cuando a la derecha, en el paso para la en-
llegó al palacio real, por la puerta trada en la casa de Yave. Los sacer-
de los caballos, allí la mataron. dotes de guardia metian allí todo
17 Joyada intervino en la alian/a el dinero que se traía a la casa de
que con Yave hicieron el rey y el Yave; 10 y cuando se veía que en el
pueblo, de ser el pueblo de Yave. cofre había bastante dinero, subía
18 Todo el pueblo pendró en el el secretario de! rey con el gran sacer-
lemplo de Baal y lo demolió, des- dote, y contaban el dinero que había
truyendo del todo su altar y sus esta- en la casa de Yave. 11 Iban entre-
tuas; y al sacerdote de Baal, Matan, gando a los encargados de las obras
le dieron muerte delante del altar. de reparación lo necesario para pagar
10 Después, dejando una guardia en a los carpinteros y demás obreros,
el templo de Yave, tomó a los jefes que trabajaban en la casa de Yave
12
de los cerdeos y a los guardias y a a los al bañiles y a los canteros, para
todo el pueblo, y llevaron al rey el pago de las maderas y el tallado
desde el templo de Yave al palacio de las piedras necesarias para las
real, donde entró por la puerta de reparaciones. 13 Pero con todo lo
la guardia. Rentóse allí sobre el trono que entraba en la casa de Yave, no
real, 2(1 y todo el pueblo estaba lleno hubo para hacer ni fuentes de plata,
de alegría, y la ciudad se quedó ni cuchillos, ni copas, ni trompetas;
tranquila. Atalia había sido muerta en suma, nada de oro, ni de plata,
en el palacio real. 21 Tenia .Toas siete 14 sino que hubo que emplearlo todo
años cuando comenzó a reinar. en pagar a los encargados de las
obras de reparación de la casa. 15 No
Reinado de Joás. se tomaban cuentas a 'os que recibían
el dinero para entregarlo a los que
19 1 Comenzó a reinar Joás el hacían las obras, porque eran perso-
séptimo año de Jchú, y reinó nas de fidelidad 18 El dinero por el
cuarenta años en Jerusalén. Su madre delito y el dinero por los pecados
se llamaba Sibia, de Berseba. 2 Hizo no entraba en la casa de Yave,
Joás lo que era recto a los ojos de porque era de los sacerdotes.
Yave, todo el tiempo que le dirigió 17 Entonces
subió Jazael, rey de
3
el sacerdote Joyada; pero no des- Siria, y atacó a Oet y la tomó.
aparecieron los altos; y seguía el Jazael tenía el designio de subir
pueblo sacrificando y quemando per- contra Jerusalén. 18 Joás, rey de
fumes en ellos. 4 Joás di jo a los sacer- Judá, tomó todas las cosas consa-
dotes: «Todo el dinero que como gradas, lo que habían consagrado
ofrenda sagrada ha entrado en el Josaíat, Joram y Ocozías, sus padres,
templo de Yave, el dinero del rescate reyes de Judá, y lo que él mismo
de personas según estimación, y el había consagrado, y todo el oro que
que voluntariamente se ofrece a la habla en el tesoro de la casa de Yave,
casa de Yave, 5 tómenlo los sacer- y en el riel real palacio, y enviólo
dotes, y empléenlo en reparar la todo a Jazael, rey de Siria, que desis-
casa de Yave, en todo lo que nece- tió de subir contra Jerusalén. 19 El
site reparación.» 6 Pero sucedió que resto de los hechos de Joás, cuanto
el año veintitrés del reinado de Joás, hizo, ¿no está escrito en el libro de
los sacerdotes no habían hecho las las crónicas de los reyes de Judá?
reparaciones necesarias en la casa. 20 Sus
servidores conspiraron con-
7
Llamó entonces el rey al "sacerdote tra él, y rebelándose, le mataron,
Joyada y a los otros sacerdotes, y les cuando bajaba a la casa del terra-
dijo: «, .Por qué no habéis reparado lo
:
plén. 21 Josasar. hijo de Simat, y
que había que reparar en la casa? En Jos;ibab, hijo de Somer, sus siervos,
adelante no seréis vosotros los que le hirieron, y murió. Fué sepultado
dispongáis del dinero del pueblo, con sus padres en la ciudad de David,
sino que lo entregaréis, para que se y le sucedió Amasias, su hijo.
374 REYES II. 13-14

•Joacaz y Joás, reyes de Israel. y su auriga!» 18 Elíseo le dijo:


Israel
«Toma tu arco y unas flechas.» El
-JO El año veintitrés de Joás, tomó el arco y flechas. 18 Luego dijo
1

hijo de Ocozías, rey de Judá, Eliseo al rey de Israel: «Pon tus manos
comenzó a reinar Joacaz, hijo de en el arco,» Y él las puso, y puso
Jehú, en Samaría, y reinó diecisiete Eliseo las suyas sobre las del rey.
17 Luego añadió: «Abre
años. la ventana
2
Hizo el mal a los ojos de Yave, que da oriente.» Abrióla, y Eliseo
al

y siguió los pecados de Jeroboam, le dijo: «Dispara»; y disparó. Eliseo


hijo de Nabat, con que hizo pecar exclamó: «Es una flecha de liberación
a Israel, y no se apartó de ellos. de Yave; de liberación contra Siria.
s
Encendióse el furor de Yave contra Tú batirás a los sirios, en Afee,
entregó en manos de hasta exterminarlos.» 18
Israel, y los Eliseo le
Jazacl, rey de Siria, y en manos de dijo nuevamente: «Coge las flechas.»
Bcn Adad, hijo de Jazael, todo el El las tomó, y Eliseo le mandó:
tiempo que estos reyes vivieron. «Hiere la tierra», y el rey la hirió
4
Joacaz imploró a Yave, y Yave le tres veces, y se detuvo. 19 El hombre
oyó, pues vió la opresión en que los de Dios se irritó contra él, y le dijo:
reyes de Siria tenían a Israel. 5 De- «Debieras haber herido cinco o seis
paró a Israel un libertador, que los veces, y entonces hubieras llegado a
sacó de las manos de los sirios, y batir a los sirios hasta la extermi-
habitaron en sus tiendas como antes; nación; ahora sólo tres veces los
6 pero no se apartaron de los pecados batirás.
20 Eliseo murió,
de la casa de Jeroboam, que había y fué sepultado.
hecho pecar a Israel, sino que se Por entonces hacían incursión en la
dieron a ellos y aun un aaera tierra, un año y otro, las tropas de
quedaba en medio de Samaría. 7 De Moab; 21
y sucedió que, mientras
todo el ejército que tenía Joacaz no estaban unos sepultando a un muerto,
le dejó Yave más que cincuenta caba- vieron de pronto venir una de estas
y diez mil infantes,
lleros, diez carros tropas, y arrojaron al muerto en el
porque el rey de Siria los habla sepulcro de Eliseo; y en cuanto el
aniquilado, como si los redujera a muerto llegó a locar los huesos de
polvo. Eliseo, resucitó y se puso en pie.
8 22 Jazael, rey
El resto de los hechos de Joacaz, de Siria afligió a
cuanto hizo, sus hazañas, ¿no está Israel todo el tiempo de la vida de
estrilo en el libro de las crónicas Joacaz, 23 pero Yave tuvo miseri-
de los reyes de Judá? cordia de ellos y los miró, por amor
• Joacaz se durmió con sus padres, de su alianza con Abraham, Isac y
y fué sepultado en Samaría. Le suce- Jacob, y no quiso destruirlos del
dió Joás, su hijo. todo, y hasta el presente no los ha
10 El año treinta arrojado de anlc sí.
y siete de Joás,
21 Murió Jazael, rey de Siria,
rey de Judá, comenzó a reinar Joás, y le*
hijo de Joacaz, en Israel, en Samaría, sucedió su hijo Ben Adad. 25 Joás,
y reinó dieciséis años. 11 Hizo el mal nijo de Joacaz, reconquistó de manos
a los ojos de Yave, y no se apartó de Bcn Adad, hijo de Jazael, las
de ninguno de los pecados de Jero- ciudades conquistadas por Jazael a
boam, hijo de Nabat, que liabia Joacaz, su padre, durante la guerra.
hecho pecar a Israel, sino que se dió Joás batió tres veces a los sirios, y
a éstos como él. recobró las ciudades de Israel.
12
El resto de los hechos de Joás,
cuanto hizo, sus hazañas, y la guerra
contra Amasias, rey de Judá, ¿no Amasias, rey de Judá. Jeroboam,
está escrito en el libro de las crónicas rey de Israel.
de los reyes de Israel?
13 Joás se durmió con sus padres,
14* 1
El año segundo de Joás, hijo
y le sucedió Jeroboam. Joás fué de Joacaz, rey de Israel, co-
sepultado en Samaría con los reyes menzó a reinar Amasias, hijo de Joás,
de Israel. rey de Judá. 2 Tenía veinticinco años
14
Enfermó Elíseo de la enfermedad cuando comenzó a reinar, y reinó
de que murió; y Joás, rey de Israel, veintinueve años en Jerusabín. Su
bajó a verle, lloró sobre él, y dijo: madre se llamaba Joadán, de Jeru-
ejPadre mfo, padre mío! |Carro de salén. * Hizo lo recto a los ojos de
REYES II. 15 375

Yave, no, sin embargo, como David, Judá, vivió quince años después de
su padre. Obró enteramente como ha- la muerte de Joás, hijo de Joacaz,
bla obrado Joás, su padre. 4 No des- rey de Israel.
aparecieron los altos, y el pueblo 18 El resto de los hechos de Amasias,
siguió ofreciendo sacrificios y per- ¿no está escrito en el libro de las
fumes en ellos. 6 Cuando hubo afir- crónicas de los reyes de Judá?
mado en sus manos el reino, castigó 19
Se tramó contra él una conjura-
a los servidores que habían matado ción en Jerusalén, y huyó a Laquis,
6
al rey su padre; pero no hizo morir pero le persiguieron hasta Laquis,
a los hijos de los asesinos, según lo y allí le dieron muerte. 20 Le trajeron
que está escrito en el libro de la ley en caballos, y fué sepultado en Jeru-
de Moisés, donde manda Yave: «No salén con sus padres, en la ciudad
se hará morir a los padres por los de David. 21 Todo el pueblo de Judá
hijos, ni se hará morir a los hijos tomó a Azarías, hijo de Amasias,
por los padres; sino que se hará morir y le puso sobre el trono, a la edad de
a cada uno por su pecado.» dieciséis años, en lugar de Amasias,
7
Batió a diez mil edomitas en el su padre. 22 Azarías reedificó a Elat
valle de la sal. Conquistó en la guerra y la restituyó al dominio de Judá,
Sela, y la llamó Joctel, nombre que después de dormirse el rey con sus
conserva hoy todavía. padres.
8 Entonces mandó Amasias men- 23
El año quince de Amasias, hijo
sajeros a Joás, hijo de Joacaz, hijo de Joás, rey de Judá, comenzó a
de Jehú, rey de Israel, para decirle: reinar en Samaría Jeroboam, hijo
«Ven, que nos veamos las caras. de Joás, rey de Israel, y reinó cua-
9
Joás, rey de Tsrael, hizo decir a renta y un años.
Amasias: «El cardo del Líbano mandó 24 Hizo
el mal a los ojos de Yave.
a decir al cedro del Líbano: Dame tu No apartó de ninguno de los pe-
se
hija por mujer para mi hijo. Las cados de Jeroboam, hijo de Nabat,
fieras del Líbano pasaron y piso- que había hecho pecar a Israel.
tearon el cardo. 10 Tú has batido -a 25 Recobró el territorio de Israel,
los edomitas, y tu corazón se ha desde la entrada de Amat hasta el
envanecido. Goza tu gloria y qué- mar del Araba, según la palabra que
date en casa. ¿Para qué meterte en había dicho Yave, Dios de Israel,
una empresa desafortunada, que será por medio de su siervo Jonás, profeta,
tu ruina y la de Judá?» 11 Pero Ama- hijo de Amitai, de Gat Efcr. 26 Por-
sias no le escuchó, y Joás, rey de que había visto Yave la aflicción de
Israel, subió, y se vieron las caras él Israel, a la que todos, esclavos y
y Amasias, rey de Judá, en Bet- libres, habían sido reducidos, sin que
sames, que está en Judá. 12 Judá fué hubiera quien pudiera socorrer a
batido por Israel, y cada uno huyó Israel. 27 No había resuelto Yave
a su tienda. 13 Joás, rey de Israel, todavía raer el nombre de Israel de
cogió prisionero en Betsames a Ama- debajo del cielo, y le libró por medio
sias, rey de Judá, hijo de Joás, hijo de Jeroboam, hijo de Joás.
de Oeozías, y vino a Jerusalén e hizo 28 El resto de los hechos de Jero-
una brecha de cuatrocientos codos boam, cuanto hizo, sus hazañas en
en la muralla de Jerusalén, desde la la guerra, y cómo restituyó al domi-
puerta de Efraím hasta la puerta de nio de Israel Damasco y Amat, ¿no
la esquina. 14 Se apoderó de todo el está escrito, en el libro de las crónicas
oro y plata, y de los vasos que había de los reyes de Israel? 29 Jeroboam
en la casa de Yave y en el tesoro del se durmió con sus padres, los reyes
palacio real, y tomando rehenes, re- de Israel, y le sucedió Zacarías,
tornó con ellos a Samaría. su hijo.
15 El resto de los hechos de Joás,
cuanto hizo, sus hazañas y la guerra Azarías, rey de Judá.
que hizo a Amasias, rey de Judá, ¿no
1
está escrito en el libro de los crónicas 1(r El año veintisiete de Jeroboam,
de los reyes de Israel? <5 rey de Israel, comenzó a reinar
16 Joás se durmió con sus padres, Azarías, hijo de Amasias, rey de
y fué sepultado en Samaría con los Judá. 2 Tenía dieciséis años cuando
reyes de Israel. Le sucedió Jeroboam, comenzó a reinar, y reinó cincuenta
su hijo. y dos años en Jerusalén. Su madre
17 Amasias, hijo se llamaba Jolía, de Jerusalér.
de Joás, rey de
REYES II. 15

3
Hizo lo que es recto a los ojos de en Israel Manajem, hijo de Gadi,
Yave, enteramente como lo había y reinó diez años en Samaría.
hecho Ama.sías, su padre, 4 pero los 18
Hizo lo malo a los ojos de Yave,
altos no desaparecieron, y el pueblo y no se apartó, mientras vivió, de
seüuía ofreciendo sacrificios y per- los pecados de Jeroboam, hijo de
fumes en ellos. 5 Yave hirió al rey, Nabat, que había hecho pecar a
que estuvo leproso hasta el día o> Israel. 19 Ful, rey de Asiria, vino a
su muerte, y moraba en una habita- Israel, y Manajcm le dió a Ful mil
ción ais'ada. Joatán, su hijo, estaba talentos de plata, para que le ayu-
a la cabeza del palacio y juzgaba al dase a consolidar el reino en sus
pueblo. manos. 20 Manajem, para obtener
6 El
resto de los hechos de Azarías, esta cantidad, hizo una derrama sobre
cuanto hizo, ¿no está escrito en el todos los que en Israel eran ricos,
libro de las crónicas de los reyes imponiendo a cada uno cincuenta
de_ Judá? siclosde plata, para dárselos al rey
7
Azarías se durmió con sus padres, de Asiria. El rey de Asiria se volvió,
y fué sepultado con sus padres en la y por entonces no se quedó en la
ciudad de David. Le sucedió Joatán, tierra.
21
su hijo. El resto de los hechos de Manajcm,
cuanto hizo, ¿no está escrito en el
libro de las crónicas de los reyes de
?2
Zacarías, Selum, Manajcm, Pe- Israel? Manajem se durmió con
cajya y Peeaj, reyes de Israel. sus padres, y le sucedió Pecajya,
su hijo.
8
El año treinta y ocho de Azarías, 23 El año cincuenta de Azarías,
rey de Judá, comenzó a reinar sobre rey de Judá, comenzó a reinar en
Israel en Samaría, Zacarías, hijo de Israel, en Sainaría, Pecajya, hijo de
Jeroboam, y reinó seis meses. 9 Hizo Manajcm, y reino dos años. 24 Hizo
lo que era malo a los ojos de Yave, lo malo a los ojos de Yave, y no se
como lo habían hecho sus padres, apartó de los pecados de Jeroboam,
v no se apartó de los pecados de hijo de Nabat, que hizo pecar a
Jeroboam, hijo de Nabat, que había Israel. 25 Pccaj, hijo de Romelía,
hecho pecar a Israel. 10 Selum, hijo su oficial, conspiró contra él, y le
de Jabes, conspiró contra el, y Je hirió en Samaría, en el palacio del
hirió delante del pueblo, dándole rey, en unión de Argob, y Arie, y de
muerte. El le sucedió. cincuenta hombres de entre los hijos
11
El resto de los hechos de Zaca- de Galad, que le seguían. Así dió
rías, escrilo está en el libro de las muerte a recajya. y le sucedió.
crónicas de los reyes de Israel. 26 El resto
de los hechos de Pecajya,
12
Así se cumplió lo que Yave había cuanto hizo, escrito está en el libro
declarado a Jehú, diciendo: «Tus de las crónicas de los reyes de Israel.
hijos se sentarán en el trono de Israel, 27
El año cincuenta y dos de Aza-
hasta la cuarta generación.» rías, rey de Judá comenzó a reinar
13
Selum, hijo de .Tabes, comenzó en Israel, en Samaría, Peeaj, hijo
a reinar el año treinta y nueve de de Romelfa, y reinó veinte años.
Ozías (Azarías), rey de Judá, y 28 Hizo lo malo a los ojos de Yave,
reinó un mes en Samaría. 14 Manajcm, y no se apartó de los pecados de
hijo de Gadi, subió de Tirsa a Sama- Jeroboam, hijo de Xabat, que habla
ría, hirió a Selum, hijo de Jabes. hecho pecar a Israel. 9i En tiempo de
matándole, y le sucedió. Pccaj, rey de Israel, Teglat Falasar,
15 El
resto de los hechos de Selum, rey de Asiría, vino y tomó Yyon,
y la conspiración que tramó, está Abel Bct Maca, Janoaj, Quedes y
escrito en el libro de las crónicas de Gasor, Galad y la Galilea, todo el
los reyes de Israel. territorio de Neftalí, y llevó a sus
16 Entonces Manajcm castigó a habitantes cautivos a Asiria. 30 Oseas,
Tifsaj y cuanto en ella había, con su lujo de Ela, conspiró contra Peeaj,
territorio, desde Tirsa, poique no hijo de Romelía, .y le hirió, dándole
había querido abrirle sus puertas, muerte, y sucediéndole el año veinte
y abrió el vientre de todas las mujeres de Joatán, hijo de Ozías (Azarías).
encintas. 31
El resto de los hechos de PecaJ,.
17
El año treinta y nueve de Aza- cuanto hizo, escrito está en el libro
rías, rey de Judá, comenzó a reinar de las crónicas de los reyes de Israel.
REYES II, 16, 17 Sil

82 El año segundo de Pecaj, hijo rey, y se lo mandó en presente


del
de Romelía, rey de Israel, comenzó rey de Asiria. 9 El rey de Asiria
al
a reinar Joatán, hijo de Ozías (Aza- le dió oídos, y subió contra Damasco,
das), rey de Judá. 83 Tenía veinti- la tomó, y llevó a sus habitantes
cinco años cuando comenzó a reinar, cautivos a Quir, y dió muerte a
y reinó dieciséis años en Jerusalén. Rasín.
10 El rey Ajaz fué
Su madre se llamaba Jerusa, hija a Damasco, para
de Sadoc. 34 Hizo lo recto a los ojos ver a Teglafalasar, rey de Asiria, y
de Yave, enteramente como lo había habiendo visto el altar que había en
hecho Ozías, (Azarías) su padre; Damasco, mandó luego al sacerdote
35 pero no desaparecieron los altos, Urías el modelo y la forma exacta del
y el pueblo seguía ofreciendo sacri- altar. 11 El sacerdote Urías construyó
ficios y perfumes en ellos. Joatán uno, ajustándose al modelo enviado
edificó la puerta superior de la casa de Damasco por el rey Ajaz, aca-
de Yave. 36 El resto de los hechos bándole antes de que Ajaz volviese
de Joatán, cuanto hizo, ¿no está de Damasco. 12 Llegado de Damasco,
escrito en el libro de las crónicas de vió el rey el altar, y acercándose,
los reyes de Judá?
37
En este tiempo subió a él; 13 hizo quemar en él su
comenzó a mandar Yave contra Judá ofrenda y su holocausto, y libó en
a Rasin, rey de Siria, y a Pccaj, él sus libaciones y derramó en él la
hijo de Romelía. sangre de sus sacrificios eucarísticos.
38 Joatán se durmió con sus padres, 14 Quitó de ante la
casa el altar de
y fué sepultado con ellos en la ciudad bronce que había ante Yave, para
de David, su padre. Le sucedió Ajaz, que no estuviese entre el nuevo altar
su hijo. y la casa de Yave, y le puso cerca
del nuevo altar, hacia el norte.
Ajaz, rey de Judá. 15 El rey Ajaz dió
al sacerdote
Urías esta orden: «Quema en el gran
1 t\ 1
año diecisiete de Pecaj,
El altar el holocausto de la mañana y
de Romelía, comenzó a
hijo la ofrenda de la tarde, el holocausto
reinar Ajaz, hijo de Joatán, rey de del rey y su ofrenda, el holocausto
Judá; 2 tenía Ajaz veinte años cuan- de todo el pueblo y sus ofrendas;
do comenzó a reinar, y reinó dieciséis derrama en él sus libaciones y la
años en Jerusalén. No hizo lo recto sangre de todos los holocaustos y
a los ojos de Yave, su Dios, como lo todos los sacrificios. Del altar de
había hecho David, su padre. 3 Mar- bronce ya dispondré yo.» 16 El sacer-
chó por el camino de los reyes de dote Urías hizo en todo conforme a
Israel, y hasta hizo pasar a su hijo lo que el rey Ajaz le había mandado,
17
por el fuego, según las abominaciones y el rey Ajaz rompió los tableros de
de las gentes que Yave había expul- las basas, y quitó las fuentes que
sado ante los hijos de Israel. 4 Ofre- había sobre ellas. Quitó el mar de
cía sacrificios y perfumes en los encima de los toros de bronce, que
altos, en los. collados, y bajo cualquier estaban debajo, y le colocó sobre
árbol frondoso. un solado de piedra; 18 y para agra-
5 Entonces Rasín, rey de Siria, y dar al rey de Asiria, mudó de la
Pecaj, hijo de Romelía, rey de Israel, casa de Yave el pórtico del sábado,
subieron contra Jerusalén para ata- que se había construido en ella, y
carla, y sitiaron a Ajaz, pero no la entrada exterior del rey.
19
pudieron vencerle. 6 En el mismo El resto de los hechos de Ajaz,
tiempo Rasín, rey de Siria, sometió cuanto hizo, ¿no está escrito en el
a Elat al dominio de los sirios, expul- libro de las crónicas de los reyes de
sando de ella a los judíos, y los sirios Judá?
20 Ajaz se durmió con sus
se establecieron en Elat, y allí habi- padres,
tan hasta el día de hoy. y fué sepultado con ellos en la ciudad
7
Ajaz mandó mensajeros a Teglat de David. Le sucedió Ezequías, su
Falasar, rey de Asiria, para decirle: hijo.
«Tu siervo soy, y tu hijo. Sube y
líbrame de las manos del rey de Siria Oseas, último rey de Israel.
y de las del rey de Israel, que se
alzan contra mí.» 8 Ajaz cogió la 17 1
El año doce de Ajaz, rey de
k
plata y el oro que había en la casa Judá, comenzó a reinar en Israel,
de Yave y en el tesoro del palacio en Samaría, Oseas, y reinó seis años.
378 REYES II. 17

* Hizo lo malo a los ojos de Yave, tos de Yave, su Dios, y se hicieron


aunque no tanto como los reyes de imágenes fundidas, dos "becerros, as-
Israel que le precedieron. 8 Subió eras, y se postraron ante todo el
contra él Samanasar, rey de Asiria, ejército de los -cielos, y sirvieron a
y Oseas se le. sometió y le pagó tri- Baal. 17 Hicieron pasar por el fuego
buto; 4
pero el rey de Asiria descu- a sus hijos y a sus hijas, se dieron
brió luego una conspiración que tra- !

a la adivinación y a los encantamien-


maba Oseas, que había mandado em- j
tos, y se entregaron a cuanto era malo
bajadores a So, rey de Egipto, y a los ojos de Yave, para irritarle.
18 Por eso Yave
había dejado de pagar el tributo
¡

se irritó fuertemente
anual al rey de Asiria, y el rey de contra Israel, y le arrojó de su pre-
Asiria le hizo encarcelar y encadenar sencia, y no quedó más que la tribu
en una prisión. 5 Recorrió el rey de de Judá. 19 Pero tampoco Judá
Asiria todo el territorio, y subió contra guardó los mandamientos de Yave,
Samaría, que tuvo asediada durante su Dios, y ha imitado las costumbres
tres años. 6
El año noveno de Oseas, de Israel. 20 Por eso arrojó Yave de
el rey de Asiria tomó a Samaría, y sí a toda la descendencia de Israel,
llevó cautivos a sus habitantes a Asi- la ha humillado, y la entregó en manos
ría, haciéndoles habitar en Calac, y j
de salteadores, hasta arrojarla de su
Jabor, junto al río Gozan, y en las presencia. 21 Israel se separó de la
ciudades de la Media. 7 Los hijos de casa de David y se dió por rey a
Israel habían pecado contra Yave, Jcroboam, hijo de Nabat, que los
su Dios, que los había sacado de la apartó de Yave, e hizo cometer a
tierra de Egipto, de bajo el dominio Israel un gran pecado. 22 Los hijos
del Faraón, rey de Egipto, temiendo de Israel se dieron a todos los peca-
a dioses ajenos. 8 Siguieron las cos- dos de Jcroboam, que él comenzó,
tumbres de las gentes que Yave había y no se apartaron de ellos 23 hasta que
expulsado ante los hijos de Israel, y Yave arrojó a Israel lejos de su pre-
las que habían introducido los reyes i sencia, como lo había anunciado por
de Israel. 9 Los hijos de Israel hicie- todos sus siervos los profetas. E Is-
ron contra Yave ocultamente cosas rael ha sido llevado cautivo lejos de
detestables, edificaron altos en todas su tierra, a Asiria, donde ha quedado
sus ciudades, desde la torre de ata- hasta el día de hoy (1).
24 El rey de Asiria mandó gentes de
laya hasta la ciudad murada. 10 Se
alzaron cipos y oseras en todo co- Babilonia, de Cuta, de Ava, de Amat
Hado alto y bajo todo árbol frondoso, y de Sefarvaim, y las estableció en
11
y quemaron perfumes en todos los I
las ciudades de Samaría, en lugar de
altos como las gentes que Yave había los hijos de Israel. Se posesionaron
expulsado ante ellos, e hicieron mal- de Samaría y habitaron en sus ciu-
dades con las que irritaron a Yave. dades. 28 Cuando comenzaron a habi-
12 Sirvieron a los ídolos, de quienes I
tar allí, no temían a Yave, y Yave
había dicho Yave: «No haréis tal.»; mandó contra ellos leones, que los
13
Yave advertía a Israel y a Judá devoraron. 28 Dijeron, pues, al rey
por todos sus profetas, por todos sus de Asiria: «Las gentes que tú has
videntes, y les decía: «Convertios de trasladado, para establecerlas en las
vuestros perversos caminos, y guar- ciudades de Samaría, no conocen el
dad mis leyes y mis mandamientos, modo de servir al Dios de aquella
siguiendo fielmente la ley que yo tierra, y éste ha mandado contra
prescribí a vuestros padres y os he ellas leones, que los devoran, porque
inculcado por medio de mis profetas. > no saben el modo de servir al dios de
14 Pero ellos no le escucharon, y en-
|

durecieron su cerviz, como lo habían


(i) Es la definitiva destrucción y desapa-
hecho sus padres, que no creyeron rición de' reino del norte. Las causas de esta
en Yave, su Dios. 16 Rechazaron sus ruina fueron muchas. La principal de todas,
leyes y la alianza que había hecho la corrupción religiosa. No dejaron de influir
con sus padres, y las amonestaciones también poderosamente las constantes revueltas
que les había hecho. Se fueron tras políticas, acompañadas muchas v<.ces de regi-
cidios y cambios de dinas las. La persistencia
las vanidades, y cayeron así ellos
de esta desaparición se explica f or la paganiza-
mismos en la vanidad, como los pue- ción de la inmensa mayoría del pueblo, que se
blos que los rodeaban, y a quienes | diluyó luego entre los pueblos a que fué llevado
Yave les había prohibido imitar. ,

cautivo. Los pocos que se conservaron fieles se


18 Traspasaron todos los mandamien- incorporaron después a Judá.
REYES II. 18 379

la tierra.»
27
El rey de Asiría dió esta obedecido, y siguen sus antiguas cos-
orden: "Mandad que vaya allá uno tumbres; 41 estas gentes temen a Yave,
de los sacerdotes que de allí habéis y sirven a sus ídolos, y sus hijos y
traído en cautividad, que vaya a los hijos de sus hijos han seguido
establecerse allí y les enseñe el modo haciendo siempre hasta hoy, como
de servir al dios de aquella tierra.» (1) hicieron sus padres.
28 Vino, pues, a establecerse en
Betel un sacerdote de los que habían
sido llevados cautivos de Samaría, y Ezequías. rey de Judá.
les enseñó cómo habían de servir a
Yavc. 29 Pero las gentes aquéllas se A O 1
El año tercero de Oseas, hijo
hicieron cada una sus dioses en las * "de Ela, rey de Israel, comenzó
ciudades que habitaban, y los pusie- a reinar Ezequías, hijo de Ajaz, rey
ron en los altos edificados por los de Judá. 2 Tenía veinticinco años
samaritanos. 30 Las gentes de Babi- cuando comenzó a reinar, y reinó
lonia se hicieron su Sucot Benot, las veintinueve años en Jerusalén. Su
de Cuta, su Nargal, 31 las de Amat sus madre llamaba Abi, hija de Za-
se
Nibjab y Tartac, y las de Sefarvaim carías. 3 Hizo lo que es recto a los
pasaban a sus hijos por el fuego, en ojos de Yave, enteramente como lo
honor de Adramelec y Anamelec, había hecho David, su padre. 4 Hizo
dioses de Sefarvaim. 32 También ser- desaparecer los altos, rompió los ci-
vían a Yave, y se dieron sacerdotes y destrozó la
pos, derribó los aseras,
de los altos de entre todo el pueblo; serpiente de bronce que había hecho
estos sacerdotes ofrecían por ellos Moisés, porque los hijos de Israel
sacrificios en los templos de los altos. hasta entonces habían quemado in-
33
Así que, temían a Yave, y le ser- cienso ante ella, dándole el nombre
vían al mismo tiempo que a sus de Nejustan (1).
6 Puso su confianza en Yave, Dios
dioses, según la costumbre de las
gentes de que provenían. 34 Todavía de Israel; y de todos los reyes de
hoy signen haciendo como hicieron Judá que le sucedieron o le prece-
al principio. Ni temen a Yave, ni se dieron, no hubo ninguno semejante
conforman con sus leyes y manda- ja él. 6 Se allegó a Yave y no se
mientos, dados por Yave a los hijos apartó de él, y guardó todos losi
de Jacob, a quien dió el nombre de mandamientos que Yave había pres-
Israel. crito a Moisés. 7 Yave fué con Eze-
35 Yave había hecho alianza con quías, que salió bien en todas sus
ellos y les había dado este mandato: empresas. Se rebeló contra el rey de
«No temeréis a Otros dioses, ni os Asiria, y no le estuvo sujeto. 8 Batió a
prosternaréis ante ellos, ni los servi- los filisteos, hasta Gaza, y devastó
réis, ni les ofreceréis sacrificios. 36 Te- su tierra, desde las torres de atalaya
meréis a Yave, que os ha sacado de hasta las ciudades fuertes.
9
la tierra de Egipto, con gran poder El año cuarto del rey Ezequías,
y brazo tendido. Sólo ante él os pros- que era el año séptimo de Oseas,
ternaréis, y sólo a él ofreceréis sacri- hijo de Ela, rey de Israel, Salmana-
37 Guardaréis sar, rey de Asiria, subió contra Sa-
ficios. y pondréis por
obra las leyes y mandamientos, los 1

maria y la asedió. 10 La tomó al cabo


estatutos y decretos que él ha escrito í de tres años, el año sexto de Eze-
para vosotros, y no serviréis a otros quías, que era el año noveno de
dioses. 38No olvidaréis la alianza que Oseas, rey de Israel; entonces fué
yo he hecho con vosotros, y no teme- tomada Samaría. 11 El rey de Asiria
réis a otros dioses, 39 sino que teme- llevó cautivo a Israel a Asiria, y los
réis a Yave, vuestro Dios, y él os estableció en Cala, en Cabor, junto
librará de las manos de todos vues- al río Gozan, y en las ciudades de
tros enemigos.» 40 Ellos no le han Media, 12 porque no habían escu-
chado la voz de Yave, su Dios, y
(i) Estas casi universales transmigraciones
eran pirte de la política de los reyes de Asiría. (i) La actuación de Ezequías nos muestra
Los nuevos colonos se creen obligados a adorar en compendio la enorme corrupción religiosa
al Dios de la tierra, pero al mismo tiempo siguen a que había llegado el reino de Judá. Su obra
dando culto a sus dioses, originando esa incon- queda enteramente anulada por su hijo y sucesor,
cebible mezcla cultural religiosa que caracterizó Manases, que todrvía aumentó la corrupción,
a los samaritanos y los hizo tan odiosos a los lo cual prueba cuan arraigada estaba en el
judíos. S. Juan 4. 9 '
pueblo la idolatría.
38U REYES II, 18

hahían roto su alianza, y no habían Asiria, y yo te daré dos mil caballos,


obedecido y puesto por óbra todo lo si estás en condiciones para proveer-
que Yave había mandado a Moisés, los de caballeros. 24 ¿Cómo podrás
su siervo. resistir ni a un solo jefe de los meno-
res entre los siervos de mi señor?
¿Confías en que Egipto te mandará
carros y 25 Y además:
caballeros?
Invasión de Senaquerib.
¿ha sido voluntad de Yave
sin la
13
El año catorce del rey Ezequías, cómo lie subido yo a este lugar, para
Senaquerib, rey de Asiria, subió destruirlo? Es Yave quien me ha
contra todas las ciudades fuertes de dicho: Sube contra esa tierra, y des-
Judá y se apoderó de ellas. 14 Eze- truyela. »
quías, rey de Judá, mandó decir al 2S Elyaquín, hijo
de Helcías, Sobna
rey de Asiria, a Luquis: «He pecado. y Joaj, dijeron al copero mayor:
Déjame, y haré todo lo que me im- «Habla a tus siervos en arameo, que
pongas.» El rey de Asiria impuso a loentendemos; no nos hables en judío
Ezequías, rey de Judá, trescientos delante de todo el pueblo que está
talentos de plata y treinta talentos en las murallas.» 27 Entonces el co-
de oro. 15 Ezequías entregó toda la pero mayor respondió: «¿Acaso es a
plata que había en la casa de Yave tu señor y a ti a quienes mi señor
y en el tesoro del palacio real. 16 Fué me ha mandado decir estas palabras,
entonces cuando Ezequías destruyó y no más bien a la gente que hay en
las puertas del templo de Yave y los la muralla, para comerse sus propios
d nteles que el mismo Ezequías, rey de excrementos y beberse su propia
Judá, había cubierto láminas de oro, orina?- 28 Entonces se acercó el co-
para entregárselas al rey de Asiria. pero mayor, y gritó en alta voz, en
judio: «Escuchad la palabra del rey
grande, del rey de Asiria: 29 Así habla
*>¡tio «le .lerusalón. el rey de Asiria: No os dejéis engañar
de Ézequias, que no podrá libraros
17
El rey de Asiria mandó desde de mi mano. 30 Que no os haga con-
Laquis a Ezequías, al generalísimo, fiartampoco Ezequías en Yave, di-
al mayordomo mayor y al copero ciendo:Yave nos librará, y esta ciudad
mayor, con un fuerte ejército a Jc- no será entregada en manos del rey
rusalén.Pusiéronse en marcha, y de Asiria. 31 No
deis oídos a Ezequías,
cuando seacercaron a Jcrusalcn, hi- porque habla el rey de Asiria:
así
cieron alto en el acueducto del es- Haced paces conmigo, rendios a mí,
tanque superior, en el camino del y cada uno de vosotros comerá de
campo del batanero, 18 y preguntaron su viña y de su higuera, y beberá
32 hasta que
por el rey. Vino entonces Elyaquín, el agua de su cisterna,
hijo de Helcías, mayordomo del rey,, yo venga y os lleve a otra tierra
con Sobna, el secretario, y Joaj, hijo como vuestra, a una tierra de trigo
la
de Asaf, cronista; 19 y el copero ma- y de vino, tierra de pan y de viñas,
yor les habló, diciendo: «Decid a de olivos, de aceite y de miel; y allí
Ezequías: Así habla el rey grande, el viviréis y no moriréis. No escuchéis
rey de Asiria: 20 ¿Qué confianza es a Ezequías; no hace más que enga-
esa que manifiestas? ¿Crees tú que ñaros cuando dice: Yave nos librará.
33 ¿Han librado los dioses de los pue-
las meras palabras son prudencia y
fuerza para la guerra? ¿En quién blos a su tierra del poder del rey
realmente confías, para querer rebe- de Asiria? 34 ¿Dónde están los dioses
larte contra mi? 21 ¿Confias en Egipto, de Emat y de Arfad? ¿Dónde los
en la caña rota, que pincha y hiere dioses de Sefarvaim, Ana y Ava?
la mano de quienquiera que en ella ¿Dónde están los dioses de la tierra
se apoya? Así les sucede con el Fa- de Samaría? ¿Han librado a Samaría
36 ¿Qué dios de éstos
raón, rey de Egipto, a cuantos con- de mi poder?
fían en él. 22 Y si me decís: Confiamos ha librado a su tierra de mi poder,
en Yave, nuestro Dios, ¿no ha he- para que pueda Yave librar de mi
cho desaparecer Ezequías sus altos mano a Jerusalén?"
38
y sus altares, diciendo a Judá y a El pueblo estuvo callado, y no
Jerusalén: Ante este altar de Jeru- dijo una sola palabra, porque el rey
salén habéis de ofrecer? 23 Haz, pues, había dado esta orden: «No les res-
un convenio con mi señor, el rey de pondáis." 27 Elyaquín, hijo de Hel-
381
REYES II, 19

cías, mayordomo del palacio, Sobna, a los hijos de Edén, que habitan en
secretario, y Joaj, hijo de Asaf, cro- Telasar? 13 ¿Dónde están
el rey de
nista, vinieron a Ezcquias, rasgadas Jamat, rey de Arfad y el rey de
el
las vestiduras, y le refirieron las pa- la ciudad de Sefarvaím, de Hena y
labras que el copero mayor había de Tva?»
14 Ezequías tomó las cartas de mano
dicho.
de los mensajeros y las leyó. Luego
subió a la casa de Yave, y las des-
Jerusalén, libertada, y el ejército plegó ante Yave, 15 a quien hizo esta
de Senaquerib, destruido. plegaria: «Yave, Dios de Israel, que
te sientas sobre los querubines: Tú
1Q 1
Cuando Ezequías lo oyó, rasgó que eres el solo Dios de todos los
1 ^ sus vestiduras, se cubrió de reinos de la tierra; tú, que has hecho
saco, y fué a la casa de Yave.
2
Mandó los cielos y la tierra, oh YT ave, 16 in-
a Elyaquín, mayordomo del palacio clina tu oído y escucha. Abre, ]oh
del rey, a Sobna, secretario, y a los Yave!, tus ojos y mira. Oye las pala-
sacerdotes más ancianos, cubiertos bras que Senaquerib ha mandado a
de saco, al profeta Isaías, hijo de decir, para insultar al Dios vivo.
Amos, 3 para que le dijeran: «A<;1 17 Es verdad, ¡oh Yave!, que los reyes
habla Ezcquias: Hoy es día de an- de Asiria han destruido pueblos y
gustia, de castigo y de oprobio, como asolado tierras, 18 y que han quema-
si los hijos estuvieran para salir del do sus dioses; pero ésos no eran dioses,
seno de sus madres, y no hubiera eran obra de la mano del hombre,
fuerza para el alumbramiento. 4
¿No leño y piedra; y ellos los aniquilaron.
habrá oído Dios las palabras del co- 19 Líbranos, pues, Yave, Dios nues-
pero mayor, que el rey de Asiria, su tro, líbranos de la mano de Senaque-
señor, ha mandado para insultar al rib, y que todos los reinos de la tie-
Dios vivo, y dejará Yave, tu Dios, rra sepan que sólo tú eres Dios, ¡oh
de castigar las palabras que ha oído? Yave!»
Haz, pues, subir a él una plegaria, 20 Entonces Isaías, hijo de Amos,

por el resto que aún queda.» mandó a decir a Ezequías: «Así


6
Los servidores del rey Ezequías habla Yave, Dios de Israel: He escu-
fueron a Isaías, 8 e Isaías les dijo: chado la plegaria que tú me has di-
«He aquí lo que diréis a vuestro señor: rigido a causa de Senaquerib, rey de-
Así habla Y'ave: No te asusten las Asiria. 21 He aquí la palabra que
palabras que has oído, y con las que Yave ha pronunciado contra él:
los servidores del rey de Asiria me El te desprecia y se burla de U,
han ultrajado. ' Yo voy a poner virgen hija de Sión,
sobre él un espíritu tal, que al oír Detrás de ti él mueve la cabeza,
una noticia que recibirá, se volverá hija de Jerusalén.
22
luego a su tierra, y allí, en su tierra, ¿A quién lias insultado y ultra-
yo le haré morir a espada.» 8 El co- jado tú? ¿Contra quién has alzado
pero mayor se retiró, y se vió con el tu voz?
rey de Asiria, que estaba atacando ¿Contra quién alzaste tus ojos?
a Lobna. pues se le dijo que se había ¡Contra el Santo de Israel!
9 23
retirado de Laquis. Diéronle noti- Por tus mensajeros has ultrajado
cia de Taraca, rey de Etiopía, di- al Señor y has pensado:
ciendo: «Se ha puesto en marcha para Con el poder de mis carros subo
atacarte. yo a las altas montañas, a las cimas
El rey de Asiria mandó entonces del Líbano,
de nuevo mensajeros a Ezequías, di- Derribo los altos cedros, los selec-
ciendo: 10 «Hablad así a Ezequías, tos cipreses,
rey de Judá: Que tu Dios, en quien Penetro en los más remotos luga
confías, no te engañe, diciendo: Je- res, en los más espesos bosques.
rusalén no será entregada en manos 24 Yo alumbro las aguas extranje-
del rey de Asiria. 11 Bien sabéis lo ras, para refrescarme con ellas,
que los reyes de Asiria han hecho Y con la planta de mi pie seco
con todos los pueblos, y cómo los todos los ríos de Egipto.
han destruido; ¿y vas a librarte tú? 26 ¿No lo
has oído tú? Desde mucho
12 Los dioses de los pueblos
que mis ha, lo he preparado yo;
padres han destruido, ¿los libraron Desde muy antiguo lo he planeado
en fxozán, Harán, Betser, y libraron yo, y ahora lo realizo;
382 REYES II. 20

Que sirva para reducir a monto- Enfermedad de Exequias.


nes de ruinas las ciudades fortificadas,
29 Sean sus habitantes reducidos
a OQ
v
1 Por entonces enfermó de muer-
la impotencia, aterrorizados y con- te Ezequías, y el profeta Isaías,
fusos, hijo de Amos, vino a él y le dijo:
Como
la hierba de los campos, como «Así dice Yave: Dispon de tu casa,
lahierba tierna, porque vas a morir y no vivirás más.
Como las hierbas de los tejados, 2 Ezequías
volvió su rostro contra la
como el pasto quemado por el viento pared, y oró a Yave, diciendo:
3
solano. «¡Oh Yavel Ten en cuenta que he
27 Yo sé muy bien cuándo te le- andado ante ti fielmente y con cora-
vantas y cuándo te sientas, y cuándo zón íntegro, y que he hecho lo que
vienes y cuándo vas. es bueno a tus ojos.» Y Ezequías
28 Porque te has enfurecido contra lloraba" con gran llanto.
mí, y han llegado a mis oídos tus 4
Isaías había salido, pero antes
bravatas, que llegase al atrio de en medio, reci-
Por eso yo pondré mi anillo en tus bió palabra de Yave, que le dijo:
narices, y mi freno en tus labios, 5 «Vuelve a Ezequías, jefe de mi pue-
Y te haré volver por el camino que blo, y dile: He escuchado tu oración
has traído. y he visto tus lágrimas. Te curaré.
29
Y he aquí lo que te servirá de Dentro de tres días subirás a la casa
señal: de Yave. 6 Te añadiré otros quince
Este año se comerá lo que retoñe, años a tus días, y te libraré a ti y
y el año que viene lo que de sí a esta ciudad de la mano del rey de
brote. Asiria, y protegeré a esta ciudad por
Pero al tercer año sembrarás, y amor de mí, y por amor de David,
cosecharás, plantaréis viñas y come- mi siervo.»
réis su fruto, 7
Isaías dijo: «Tomad una masa de
30 Pues el resto de higos.» Tomáronla, y se la pusieron
la casa de Judá
que se salve y quede, echará raíces sobre la úlcera, y Ezequías sanó.
8 Ezequías había preguntado a
por debajo, y dará frutos por arriba.
31 Isaías: «¿En qué señal conoceré yo
Porque saldrá de Jerusalcn un
resto, y de la montaña de Sión los que Yave me curará, y que al tercer
escapados, día subiré a la casa de Yave?» 9 Isaías
Y el celo de Yave hará esto. le respondió: «He aquí la señal por
32 Por eso, así diceYave del rey la que conocerás que Yave cumplirá
de Asiría: la palabra que ha pronunciado: La
No entrará él en esta ciudad, ni sombra avanzará diez grados o retro-
meterá en ella una flecha, cederá diez grados.» 10 Y Ezequías
Ni la acordonará con escudos, ni dijo: «Poca cosa es que avance diez
alzará contra ella empalizadas. grados; no así que retroceda diez
33 Se volverá por el camino por grados.» 11 Entonces Isaías, profeta,
donde ha venido. No entrará en esta invocó a Yave, que hizo retroceder
ciudad. Palabra de Yave. diez grados la sombra en el reloj
34 Yo protegeré esta ciudad, de Ajaz.
y la
12 Por este tiempo Merodac Bala-
salvaré por amor de mí, y por amor
de David, mi siervo.» dán, hijo de Baladán, rey de Babi-
35 Aquella misma noche salió el lonia, mandó una carta y un pre-
ángel de Yave, e hirió en el campa- sente a Ezequías, pues había tenido
mento de los asirlos a ciento ochen- noticia de su enfermedad. 13 Eze-
tay cinco mil hombres, y al levan- quías dio audiencia a los mensajeros,
tarse por la mañana, todo eran y les enseñó todos sus tesoros, la
muertos. plata, el oro, los aromas y el aceite
36 Entonces Senaquerib, rey de Asi- refinado, el arsenal, y todo cuanto de
ría, levantó el campo y partió; se precioso había en el tesoro. Nula
volvió y se quedó en Nínive. 37 Mien- hubo que Ezequías no les enseñara,
tras estaba prosternado en el templo en la casa y en todas sus depen-
de Nisroc, su dios, Adrainelec, su dencias.
14 Isaías, profeta, vino luego a
hijo, y Sarasar, le hirieron con la
espada, y huyeron a la tierra de Ezequías y le dijo: «¿Qué han dicho
Ararat. Su hijo Asaradón reinó en esas gentes que han venido a ti?»
su lugar. Ezequías contestó: «Vienen de tierra
REYES II. 21

lejana, de Babilonia.» 15 Isaías añadió: de Israel, yo pondré para siempre


«¿Qué es lo que han visto de tu casa?» mi nombre. * No haré errar más el
Ezequías respondió: "Han visto todo pie de Israel fuera de la tierra que
cuanto hay en la casa, les he ense- yo le he dado, siempre que ellos
ñado todo mi tesoro, sin dejar nada.» cuiden de poner por obra los manda-
16 Entonces Isaías le dijo a Eze- mientos y las leyes que yo he pres-,
quías: «Escucha la palabra de Yave: crito a mi siervo Moisés.» 9 Pero
17 Tiempo vendrá, en que será lle- ellos no obedecieron, y Manasés fué
vado a Babilonia todo cuanto hay causa de que se descarriaran e hicie-
en esta casa, todo cuanto atesoraron ran el mal, más todavía que las gen-
tus padres hasta hoy, sin quedar tes que Yave había destruido ante
nada. 18 Y de los hijos que de ti los hijos de Israel.
10 Entonces Yave habló por medio
saldrán, de los engendrados por ti,
tomarán para hacer de ellos eunucos de sus profetas, diciendo: 11 «Por
del palacio del rey de Babilonia.» haber cometido Manasés todas esas
19 Ezequías respondió a Isaías: «Buena abominaciones, por haber obrado peor
es la palabra de Yave que has pro- que antes de él obraron los amorreos,
nunciado.» Pensando: «Con tal que por haber hecho pecar a Judá con
durante mi vida haya paz y segu- sus ídolos, 12 he aquí lo que dice
ridad... » Yave, Dios de Israel: Voy a echar
20 El resto de los hechos de Eze- sobre Jerusalén y sobre Judá males,
quías, todas sus hazañas, cómo hizo que a quien los oyere le retiñirán
el estanque y el acueducto y trajo los oídos. 13 Yo echaré sobre Jerusa-
las aguas a la ciudad, ¿no está escrito lén la cuerda de Samaría, y la plo-
en el libro de las crónicas de los reyes mada de la casa de Ajab, y fregaré
de Judá? 21 Ezequías se durmió a Jerusalén como se friega un plato,
con sus padres, y le sucedió Manasés, volviéndolo de un lado y de otro.
14 Abandonaré
su hijo. el resto de mi heredad,
y se lo entregaré a sus enemigos;
y serán la presa y el botín de todos
Manasés, rey de Judá. sus enemigos, 15 por haber hecho lo
malo a mis ojos y haberme irritado,
e\A 1 Doce años tenía Manasés desde el día en que sus padres salie-
~ ' cuando comenzó a reinar, y ron de Egipto hasta hoy.»
16 Derramó también
reinó cincuenta años en Jerusalén. Manasés mu-
Su madre se llamaba Jasiba. 2 Hizo cha sangre inocente, hasta llenar a
el mal a los ojos de Yave, según todas Jerusalén de un cabo al otro, sobre
las abominaciones de las gentes que los pecados que él cometió y que
Yave había arrojado ante los hijos hizo cometer a Judá, haciendo el
de Israel. 3 Reedificó los altos, que mal a los ojos de Yave.
¡

17 El resto
Ezequías su padre había destruido, de los hechos de Mana-
a Baal, levantó un sés, cuanto hizo, los pecados a que
j

alzó altares
asera, como había hecho Ajaz, rey se entregó, ¿no está escrito en el
de Israel, y se prosternó ante todo libro de las crónicas de los reyes
el ejército de los cielos, y le sirvió. de Judá?
4 Alzó altares en la casa de Yave, 18 Manasés se durmió con sus
de la qúe Yave había dicho: «Pondré padres, y fué sepultado en el jardín
5
nú|nombre en Jerusalén.» Alzó alta- de su casa, en el jardín de Uza. Le
res a todo el ejército de los cielos en los sucedió Ammón, su hijo. -

dos atrios de la casa de Yave. 6 Hizo |

pasar a su hijo por el fuego; se dió


a la observación de las nubes y de Animón, rey de Judá.
las serpientes, para obtener pronós-
ticos, e instituyó evocadores de los 19 Veintidós años tenía Ammón
espíritus y adivinadores del porve- cuando comenzó a reinar, y reinó
nir. Hizo enteramente lo que es malo dos años en Jerusalén. Su madre
a los ojos de Yave, para irritarle. se llamaba Mesalemet, hija de Jarus,
7
También alzó en la casa de Yave de Jotba.
aacra, en la casa de que Yave 20 Hizo
el el mal a los ojos de Yave,
había dicho a David y a Salomón, como lo había hecho Manasés, su
su hijo: «En esta casa, en Jerusalén, padre, 21 y siguió en todo el camino
¡

que. he elegido entre todas las tribus que había seguido su padre. Sirvió
|
384 REYES II, 22

a los ídolos a que habia servido su gados de hacer las obras en la casa
padre y se prosternó ante ellos, de Yave.» 10 Y
añadió: «El sacerdote
22
apartándose de Yave, Dios de sus Helcías me ha entregado este libro»;
padres, y no siguiendo sus caminos. y lo leyó delante del rey.
23 Los
servidores de Ammón cons- 11 Cuando oyó
el rey las palabras
piraron contra él y mataron al rey del libro de la ley, rasgó sus vesti-
en su casa; 24 pero el pueblo castigó a duras, 12
y dió esta orden al sacer-
todos los que hablan conspirado dote Helcías, a Ajicam, hijo de
contra el rey Ammón, y puso por rey Safan, a Acbor, hijo de Miqueas,
a Josfas, su hijo, en lugar suyo. a Safán, secretario, y a Asaya, mi-
25 El resto de los hechos de Ammón, nistró del rey: 13 «Td a consultar
lo que hizo, ¿no está escrito en el por mí a Yave, respecto de las pala-
libro de las crónicas de los reyes bras del libro que se ha encontrado,
de Judá? porque seguro que es grande la cólera
28 Fué sepultado en su sepulcro de Yave contra mí, contra el pueblo
en el jardín de Uzá, y le sucedió y contra Judá, por las palabras del
Josías, su hijo. íibro que se ha encontrado, pues
grande es la cólera de Yave que se
ha encendido contra nosotros, por
.
Josías, rey de Judá. no haber obedecido nuestros padres
las palabras de este libro, y no baber
00
" ""
1
Ocho años tenía Josías cuando puesto por obra cuanto en él se
comenzó a reinar, y reinó treinta nos manda» (1).
14
y un años en Jerusalén. Su madre sacerdote Helcías, Ajicam,
El
se llamaba Jcdida, hija de Adaya, Acbor, Safán y Asaya fueron a la
de Boscat. profetisa Jolda, mujer de Salum,
2 Hizo lo que es recto a los ojos hijo de Ticra, hijo de Jarjam, guar-
de Yave, y siguió en todo el camino darropa, que moraba en Jerusalén,
de David, su padre, sin apartarse en el otro barrio de la ciudad. Una
ni a la derecha ni a la izquierda. vez que la hablaron, 15 les dijo ella:
3 El año dieciocho del reinado de «Así habla Yave, Dios de Israel:
Josías, mandó el rey a la casa de Decid al que a mí os ha enviado:
18 Así dice Yave: Yo voy a hacer
Yave a Safán, secretario, hijo de
Asalía, hijo de Mesulam, diciéndole: venir sobre este lugar y sus habitan-
4 «Sube
a Helcías, sumo sacerdote, tes los males de que habla este libro,
y que reúna el dinero que haya en que el rey de Judá ha leído; 17 porque
la casa de Yave y que han recaudado me han "dejado y han quemado per-
del pueblo los guardias de la puerta, fumes a otros dioses, irritándome
6
y lo entregue a los encargados de con la obra de sus manos, y mi cólera
hacer las dinas cu la casa de Yave, se ha encendido contra este lugar,
empleándolo en pagar a los que tra- y no se apagará; 18 pero diréis al rey
bajan en las obras de reparación de Judá, que os envía para consul-
de la casa de Yave, • a los carpin- tar a Yave: Así dice Yave, Dios de
teros, a los maestros y albañiles, Tsrael, acercade las palabras de este
y en pagar la madera y las piedras libro, que túhas oído: 19 Por haberse
talladas para la reparación de la conmovido tu corazón y haberte
casa. 7 Pero que no se les exijan humillado ante Yave, al oír lo que
cuentas del dinero que se les entregue, yo he anunciado contra este lugar
por ser gente de probidad.» y contra sus habitantes, que serán
objeto de espanto y de execración;
por haber rasgado tus vestiduras y
Ilalhi/<j" del libro lie la ley. haber llorado ante mf, yo también
20
te he oído a ti, dice Yave, y por
8 Entonces Helcías, el sumo sacer- eso yo te recogeré a tus padres y
dote, dijo a Safán, secretario: «He
encontrado en el templo de Yave el fi) Discuten los autores si lo hallado fué el
libro de la ley.» Helcías dió el libro Pentateuco, el Deuteronomio o una parte de
éste. Sea de ello lo que quiera, la sorpresa y
a Safán, y Safán, escriba, lo leyó;
gran conmoción que en el rey y en el pueblo
9
y fué luego a dar cuenta al rey, produce el hallazgo, muestran claramente hasta
y le dijo: «Tus siervos han reunido qué punto hablan dado al olvido la ley de Dios
él dinero que había en el templo, La reforma de Josias parece enteramente aius-
v se lo han entregado a los encar- tada al Deuteronomio
REYES II. 23 385

serás sepultarlo en paz, y no verán i altos no subieron al altar de Yave en


tus ojos todos los males que yo haré Jerusalén, pero comían panes ácimos
venir sobre este lugar.» Ellos llevaron con sus hermanos. 10 El rey profanó
al rey esta respuesta. el Tofet del valle de los hijos de
Hinón, para que nadie hiciera pasar
1
El rey Josias hizo reunir a sus hijos por el fuego en honor de
¿O junto a él a todos los ancianos j
Moloc. 11 Hizo desaparecer de la
de Judá y de Jerusalén, 2 y subió entrada de la casa de Yave los caba-
hirco con todos los hombres de Judá llos que los reyes de Judá habían
y todos los habitantes de Jerusalén, dedicado al sol, cerca de la habi-
ios sacerdotes, los profetas, y todo tación del camarero Natanmelec en el
el pueblo, desde el más pequeño Farvarím. Quemó los carros del sol,
hasta el más grande; y leyó delante 12
demolió los altares que había en
de ellos todas las palabras del libro j
la terraza de la cámara alta de Ajaz,
de la alianza que se había encontrado que habían alzado los reyes de Judá,
eti la casa de Yave. Estaba el rey y los altares que había hecho Mana-
junto a la columna en su estrado; sés en los dos atrios de la casa de
3
y puesto en pie, hizo alianza con Yave; y después de destrozarlos y
Yave, de seguir a Yave y guardar quitarlos de allí, arrojó el polvo al
sus mandamientos, sus preceptos y valle de Cedrón. 13 Profanó el rey
sus leyes, con todo su corazón y toda los altos que había al oriente de
su alma, poniendo por obra las pala- Jerusalén, al mediodía del monte de
bras de esta alianza escritas en el los olivos, que Salomón, rey de Israel,
libro. Todo el pueblo confirmó esta I
había erigido a Astarte, la abomi-
alianza. nación de los sidonios, a Camos, la
abominación de los moabitas, y a
Melcom, la abominación de los amo-
nitas. 14 Destrozó los cipos, derribó
Destrucción dr la idolatría. los asaras, y llenó los lugares donde
estaban de huesos humanos. 15 De-
4
El rey mandó al sumo sacerdote, rribó también el altar de Betel, el alto
Helcías, a los sacerdotes de segundo que había hecho Jeroboam, hijo de
orden y a los que hacían la guardia Nabat, que había hecho pecar a
a la puerta, que sacaran del templo Israel; destrozó sus piedras y las
de Yave todos los enseres que habían redujo a polvo, y quemó el asna.
16 Cuando Josías se volvía de allí,
sido hechos para Baal, para el as-
era y para toda la milicia del cielo, vió los sepulcros que había en la
y los quemó fuera de Jerusalén, en j
montaña, y mandó sacar de ellos los
el valle de Cedrón, e hizo llevar las huesos y los quemó sobre el altar,
cenizas a Betel. 5 Expulsó a los sacer- profanándolo, conforme a la palabra
dotes de los ídolos, puestos por los de Yave, pronunciada por el hombre
reyes de Judá para quemar perfumes i de Dios, que había anunciado esto
en los altos, en las ciudades de Judá cuando estaba Jeroboam ante el altar.
17
y en los alrededores de Jerusalén; Al volverse, puso sus ojos sobre el
a los que ofrecían perfumes a Baal, sepulcro del hombre de Dios que
al sol, a la luna, a Venus y a toda había anunciado esto, y preguntó:
6
la milica de los cielos. Sacó el «¿Qué es aquello que veo allí?» Los
asera fuera de Jerusalén, al valle habitantes de la ciudad le respon-
de Cedrón, y lo quemó allí, reducién- ¡
dieron: «Es el sepulcro del hombre de
dolo a ceniza, que hizo arrojar a la Dios, que vino de Judá, y anúnció
sepultura común del pueblo. 7 De- estas cosas que tú has hecho con el
rribó los lugares de prostitución ido- altar de Betel.» 18 Entonces dijo él:
látrica del templo de Yave, donde las «Dejadle en paz. Que nadie remueva
mujeres tejían para el asera. 8 Hizo sus huesos.» Así se conservaron in-
venir de las ciudades de Judá a todos tactos sus huesos, juntos con los del
los sacerdotes, profanó los altos donde |
profeta que procedía de Samaría.
los sacerdotes quemaban perfumes, 19
Josías hizo también desaparecer
desde Gueba hasta Berseba; derribó todos los templos de los altos de las
los altos de los sátiros, que había ciudades de Samaría, que habían
delante de la puerta del gobernador hecho los reyes de Israel para irritar
Josué, a mano izquierda de la puerta a Yave; hizo con ellos enteramente
de la ciudad. Los sacerdotes de los
fl
como había hecho con Betel. 20 Tu
25
:txt> REYES II, 24

molo sobre los altares a todos los Joacaz, Joaquim y Joaquín,


sacerdotes de los altos que había allí, reyes de Judá.
y q'iemó huesos humanos en el sitio
31
donde habían sido elevados. Después Veintitrés años tenía Joacaz
se volvió a Jerusalén. cuando comenzó a reinar, y reinó
tres meses en Jerusalén. Su madre
se llamaba Jamital, hija de Jeremías,
de Lobna. 32 Hizo el mal a los ojos
Celebración de la pascua.
de Yave, enteramente como lo habían
hecho sus padres. 33 El Faraón Necao
21
Luego mandó Josías a todo el le encadenó en Ribla, en tierra de Ha-
pueblo: «Celebrad la pascua en honor mat, y le destronó, e impuso a las
de Yave, vuestro Dios, como está gentes de la tierra una contribución
escrito en el libro de esta alianza.» de cien talentos de plata y un talento
22
Ninguna pascua semejante a ésta de oro.
34 El Faraón Necao puso por rey
se había celebrado desde el tiempo
en que los jueces juzgaban a Israel, a Elyaquín, hijo de Josías, en lugar
ni durante todo el tiempo de los de Josías, su padre, y le mudó el
reyes de Israel y de los reyes de Judá. nombre, poniéndole el de Joaquim.
23
El año dieciocho del reinado de Cogió a Joacaz y lo llevó a Egipto,
Josías se celebró esta pascua en donde murió. 35 Joaquim entregó
honor de Yave, en Jerusalén. al Faraón la plata y el oro; mas para
24 Además, hizo Josías desapare- reunir este dinero, según la imposi-
cer a los evocadores de los espíritus ción del Faraón, hubo de sacarlo al
y a los adivinos, los terafim, los ídolos pueblo, determinando lo que cada
y todas las abominaciones que se uno había de dar; y exigió al pueblo la
veían en la tierra de Judá y en Jeru- plata y el oro que tenía que entregar
salén, para poner por obra las pala- al Faraón Necao.
36
Veinticinco años tenía Joaquim
bras de la ley, escritas en el libro
que el sacerdote Helcias había en- cuando comenzó a reinar, y reinó
contrado en la casa de Yave. 23 Antes once años en Jerusalén. Su madre
de Josías no hubo rey que como él se llamaba Sebuda, hija de Pcdaya,
volviera a Yave con todo su corazón de Ruma. 37 Hizo el mal a los ojos
y con toda su alma y con todas sus de Yave, enteramente como lo habían
fuerzas, conforme a toda la ley de hecho sus padres.
Moisés; y después de él no la ha
habido tampoco semejante. 26 Pero OJ, En su tiempo, Nabucodonosor,
1

con todo, no desistió Yave del ardor rey de Babilonia, se puso en


de su gran cólera, encendida contra campaña. Joaquim le había estado
Judá, por todo lo que había hecho sujeto durante tres años, pero luego
Manases para irritarle. 27 Yave dijo: se volvió y se rebeló contra él. 2 En-
Quitaré también de mi presencia tonces mandó Yave contra Joaquim
a Judá, como lo he hecho con Israel, trepas caldeas, tropas de los sirios,
y rechazaré a esta ciudad de Jeru- tropas de los moabitas y de los amo-
salén, que yo había elegido, y la casa mitas; las envió contra Judá para
de que yo dije: Allí estará mi nom- destruirle, según la palabra que Yave
bre. » había pronunciado por sus siervos,
28
El resto de los h?chos de Josías, los profetas. 3
No
sucedió esto, sino
cuanto hizo, ¿no está escrito en el por orden de que quería
Yave,
libro de las crónicas de los revés de arrojar a Judá de su presencia, a
Judá? causa de los pecados cometidos por
29
En su tiempo el Faraón Necao, Manases, 4 y de la sangre inocente
rey de Egipto* subió contra el rey derramada por Manasés, que había
de Asiría, hacia el río Eufrates. El llenado a Jerusalén. No quiso Yave
rey Josías le salió al paso, y el Faraón perdonar.
le mató en el Mageddo, en cuanto le
5
El resto de los hechos de Joaquim,
vió. 30 Sus servidores le llevaron cuanto hizo, ¿no está escrito en el
muerto en el carro, trayéndolo de libro de las crónicas de los reyes
Mageddo a Jerusalén, y le sepultaron de Judá?
en su sepulcro. El pueblo tomó a * Joaquim se durmió con sus pa-
Joacaz, hijo de Josías, y le Ungid dres, y lesucedió Joaquín, su hijo.
ey en lugar de su padre. 7
El rey de Egipto no salió ya más
REYES II, 25

de su tierra, porque el rey de Babi- contra Jerusalén y contra Judá, cpie


lonia se había apoderado de cuanto Yave quería arrojar de su presencia.
era del rey de Egipto, desde el torrente Sedéelas se rebeló contra el rey de.
de Egipto hasta el Eufrates. Babilonia.
8 Dieciocho años tenía Joaquín
cuando comenzó a reinar, y reinó tres f>r 1
El año noveno del reinado de
meses en Jerusalén. Su madre se Sedecías, el día diez del mes
llamaba Nejusta, hija de Elnatán, décimo, Nabucodonosor, rey de Ba-
de Jerusalén. 9 Hizo el mal a los bilonia, vino con todo su ejército
ojos de Yave, enteramente como lo contra Jerusalén, acampó ante ella,
había hecho su padre. y levantaron contra ella ingenios
10 En este tiempo subieron contra en derredor. 2 La ciudad estuvo
Jerusalén los servidores de Nabuco- cercada hasta el año undécimo del
donosor, rey de Babilonia, y la ciu- reinado de Sedecías. 3 El día nueve
dad fué asediada. 11 Nabucodonosor, del cuarto mes de) año undécimo de
rey de Babilonia, llegó a la ciudad Sedecías, era grande el hambre en
mientras sus servidores la asediaban. la ciudad, y no había ya pan para
12
Entonces Joaquín, rey de Judá, la gente del pueblo. 4 Entonces
salió al rey de Babilonia con su madre, abrieron brecha en la ciudad, y toda
sus servidores, sus jefes y sus eunu- la gente de guerra huyó de noche
cos. El rey de Babilonia le prendió por el camino de la puerta entre los
13 dos muros, cerca del jardín del rey,
el octavo año de su reinado. Sacó
de allí todos los tesoros del templo mientras los caldeos tenían cercada
de Yave y los tesoros del palacio la ciudad. Los huidos tomaron el
real; rompió todos los utensilios que camino del Araba; 5 pero el ejército
Salomón, rey de Israel, había hecho de los caldeos persiguió al rey y le
para el templo de Yave, conforme dió alcance en los llanos de Jericó,
a lo que Yave había anunciado. y todo su ejército se dispersó, deján-
14 Llevó dole. 6 Apresaron al rey y le llevaron
cautiva a toda Jerusalén,
a todos los jefes y a todos los hom- al rey de Babilonia, a Ribla, y le
bres de importancia, en número de sentenciaron. 7 Los hijos de Sedecías
diez mil, con todos los carpinteros fueron degollados en su presencia;
y herreros, no dejando más que a la a Sedecías le sacaron los ojos, y
gente pobre de la tierra. 15 Deportó cargado de cadenas de bronce, le
a Joaquín a Babilonia, y llevó cau- llevaron a Babilonia.
tivos, de Jerusalén a Babilonia, a 8
El día séptimo del quinto mes era —
la madre del rey, a las mujeres del el año diecinueve del reinado de Nabu-
rey, a sus eunucos, a los grandes —
codonosor en Babilonia Nebuzardán,
de la tierra; 16 a todos los hombres de jefe de la guardia, servidor del rey
armas, en número de siete mil, y a de Babilonia, entró en Jerusalén,
los carpienteros y hirreros, en nú- 9
quemó el templo de Yave, el pala-
mero de mil. A todos los hombres cio real y todas las casas de Jeru-
de valer, aptos para la guerra, el salén ele alguna importancia. 10 Todo
rey de Babilonia los llevó cautivos el ejército de los caldeos, que estaba
a Babilonia. 17 El rey de Babilonia con el jefe de la guardia, demolió
puso por rey, en lugar de Joaquín, las murallas que rodeaban a Jerusalén.
11
a Matanya, su tío, mudándole el Nebuzardán, jefe de la guardia,
nombre en el de Sedecías. llevó cautivos a les que habían que-
dado en la ciudad, de los que se rin-
dieron al rey de Babilonia, y al resto
Scdccías, último rey de Judá. de la gente, 12 fuera de algunos pobres
Asedio, toma y destrucción de que dejó como viñadores y labra-
Jerusalén. dores.
13
Los caldeos rompieron las colum-
18 Veintiún nas de bronce que había en la casa
años tenía Sedecías
cuando comenzó a reinar, y reinó de Yave, los vasos, el mar de bronce,
once años en Jerusalén. Su madre que había en la casa de Yave, y se
se llamaba Jamital, hija de Jeremías, llevaron el bronce a Babilonia. 14 Co-
de Lobna. gieron los ceniceros, las tenazas, las
19
Hizo el mal a los ojos de Yave, palas, los cuchillos, las tazas y todos
enteramente como lo había hecho los utensilios de bronce, con que se
Joaquín. 20 Por la cólera de Yave hacía el servicio. 15 El jefe de la
REYES II. 25

guardia cogió también los braseros dolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán.
!

y las copas y todo cuanto era de 23 Cuando los jefes de las tropas su-
oro y cuanto era de plata. 16 Las dos pieron, ellos y sus hombres, que Go-
columnas, el mar, las basas que Salo- dolías había sido puesto por el rey
l

món había hecho para la casa de de Babilonia como gobernador del


Yave; todos los utensilios de bronce territorio, vinieron a Godolías a Masfa,
tenían un peso incalculable. 17 La Ismael, hijo de Netanía, Jojanán,
altura de una columna era de dieciocho hijo de Careaj, Seraca, hijo de Tan-
codos, y tenía encima un capitel de jumet, de Neftoa, y Jozanía, hijo
bronce de tres codos de altura, y en de un macateo, con sus gentes. 24 Go-
derredor del capitel había trenzados dolías les juró a ellos y a sus hom-
y granadas, todo de bronce; y lo bres, diciéndoles: «No temáis nada de
mismo la otra columna. parte de los caldeos; quedaos en la
lá El jefe de la guardia cogió a tierra, servid al rey de Babilonia,
y
Sarayas, el sumo sacerdote, a Sofo- os irá bien.» 25 Pero el séptimo mes,
nías, el segundo sacerdote, y a los Ismael, hijo de Xetanía, hijo de Eli-
tres guardias del atrio; 19 y de la sama, de sangre real, vino acompa-
ciudad a un eunuco, que tenía a sus ñado de diez hombres, e hirieron mor-
órdenes la gente de guerra, a cinco talmente a Godolías, así como a los
hombres de los consejeros del rey, judíos y caldeos que estaban con él
que fueron encontrados en la ciudad, en Masía. 26 Entonces todo el pueblo,
al secretario del jefe del ejército pequeños y grandes, los jefes y sus
encargado del alistamiento, y a sesenta tropas, se levantaron y se fueron a
más del pueblo, que se hallaban en Egipto, por temor que tenían de los
la ciudad. 20 Nebuzardán, jefe de la caldeos.
27
guardia, los cogió y los llevó a Ribla, El año treinta y siete de la cauti-
21
al rey de Babilonia. El rey de vidad de Joaquín, rey de Judá, el
Babilonia les dió muerte en Ribla, día veintisiete del duodécimo mes,
en tierra de Hamat. Evil Merodac, rey de Babilonia, el
Así fué llevado cautivo Judá lejos año primero de su reinado, alzó la
de su tierra (1). 22 Nabucodonosor cabeza de Joaquín, rey de Judá, y
puso el resto del pueblo que quedaba le sacó de la prisión. 28 Le habló con
en la tierra bajo el gobierno deGo- benevolencia, y puso su trono por
encima de los tronos de los reyes que
(i) La causa de la ruina y la cautividad es con él estaban en Babilonia. 29 Le
la corrupción religiosa. Los reyes ue Babilonia hizo quitar sus vestidos de preso, y
siguieron la política de los de Asina. Al fin
vino la piometida restauración, en la cual no
,
ya siempre comió a su mesa todo el
participó sino un corto número de los cautivos,
tiempo de su vida. 30 El rey proveyó
quedando otros muchos en medio de los pueblos constantemente a su mantenimiento
paítanos. todo el tiempo de su vida.
CRÓNICAS I
INTRODUCCION A LOS LIBROS DE LAS CRONICAS
O PARALIPOMENOS

T OS libros precedentes vienen a ser una historia seguida, desde el princi-


pió del mundo, hasta la cautividad babilónica. Los Paralipómenos, con
Esdras y Nehemías, contienen una historia paralela de la precedente, hecha con
criterio distinto. Los dos de los Paralipómenos formaban en el texto hebreo
un solo libro, que luego se dividió en dos, tomada de las versiones la división.
El nombre hebreo equivale a Crónicas, Anales. El de Paralipómenos les viene
del griego, y vale tanto como cosas preteridas, omitidas, porque los traductores
creyeron erróneamente que el fin del autor había sido consignar las cosas omi-
tidas de los libros de Samuel y de los Beyes. Siendo tan clara la repetición de
cosas, tomadas, según todas las apariencias, de aquellos libros, es manifiesto
el error del nombre y su fundamento. Es, sin embargo, el nombre admitido.
Los Paralipómenos contienen una historia de Israel, narrada desde el punto
de vista del templo y del culto legitimo. El género de su composición es de com-
pilación de documentos, retocados con adiciones aclaratorias, supresiones, correc-
ciones, para amoldarlos mejor a su propósito, aunque con alguna divergencia,
para cuya explicación habrá que recurrir a la doctrina de la reciente Encíclica
de Pío XII acerca de los géneros literarios. El autor cita cuidadosamente
sus fuentes. Los títulos de éstas llegan a catorce, aunque tal vez se reduzcan
todas a una o dos obras generales de la historia de Israel.
Se dividen en cuatro partes: la primera (I. Par. I-IX), que se extiende
hasta David, está formada por listas genealógicas tomadas de los libros pre-
cedentes y de otros documentos particulares. Las listas, a veces repetidas y
discordantes, muestran que tales documentos son más bien empadronamientos
de las tribus o familias, realizados en distintas épocas, y que reflejan el estarlo
CRÓNICAS I, !•

de las mismas en cada una. La segundaparte (X-XXIX), omitido Saúl,


abarca de David, como fundador
la historia del reino y del nuevo tabernáculo
de Jerusalén, y preparador de todo lo necesario para la construcción del templo.
Omite los pecados del rey. La tercera parte (II Par. I-IX) nos cuenta la eje-
cución de la gran obra preparada por David y realizada por Salomón. También
guarda silencio sobre las caídas de éste. La cuarta parte (X-XXXVI ) nos
refiere la historia de Judá hasta el decreto de Ciro, que permitió la restaura-
ción del templo. Insiste en la historia de aquellos reyes que en diversas épocas
más intervinieron en la reforma religiosa.
Para resolver ciertas dificultades históricas que algunos oponen, a causa de
varios documentos que se citan y de sucesos que se narran, el lector tendrá una
solución general en la Introducción núm. 15.
El autor de la obra es desconocido, aunque muchos la atribuyen a Esdras.
La época de su composición, a juzgar por las genealogías de Zorobabel, que
nos dan las versiones antiguas, no sería anterior al siglo iv, en la época griega.

CRONICAS I

21 Adoram, Uzal, 22
< ienealogías. Dicla, Eva!, Abi
mael, Seba, 23 Ofir, Abila y Jobab.
1
Set, Enos, 2 Cainán, Ma-
Adán, Todos éstos son hijos de Joctán.
f
* lalccl, Jaree!, 3 Janoc, Mctusela,
Lamec, 4 Noé: Scm, Cam y Jafet.
5 Hijos
de Jafet: Gomer, Magog, j
Los diez patriarcas desde Sem
Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras. [
a Abraham.
8
Hijos de Gomer: Asquenas, Difat
7 24 26
y Togorma. Hijos de Javán: Elisa, Sem, Arfacsad, Selaj, Eber,
Tarsisa, Quitim y Rodaniin. Peleg, Reu, 26 Sarug, Najor, Teraj,
8 Hijos de
Cam: Misraim, Put y Ca- 27 Abram que es Abraham.
nán. 9 Hijos de Cus: Saba, Javila,
Sabta, Raema, Sabteca. Hijos de
Raema: Scba y Dadán. Descendientes de Abraham.
10 Cus engendró a Ximrod; éste co-

menzó 28
Hijos de Abraham: Isac e Ismael.
a ser potente sobre la tierra.
11 Misraim engendró a los Ludim, 29
Su posteridad:
los Anamim,los Leabim, los Naftu- N'abot, primogénito de Ismael,
jim, 12
Patrusim y los Caslujim,
los Quedar, Adbeel, Mibsam, 30 Misma,
de los que salieron los Pelistim y los Duma, Masa, Jadad, Tema, Jetur,
Caftorim. 13 Gañán engendró a Sidón, Nafis y Qucdma. Estos son los hijos
su primogénito, 14 y a Jet, a los de Ismael.
31 Hijos de Quetura, concubina de
Jebuseos, los Amorreos, los Guergue-
seos, 15 los Jeveos, los Arqueos, los Abraham: Tuvo a Zimram, a Mccsam,
Siin os, 16 los Arvadeos, los Scmareos a Medán, a Madián, a Jisbac y a
y los Jámateos. Suaj. 32 Hijos de Jocsam: Seba y
17 Hijos Dadán. 33 Hijos de Madián: Efa, Efer,
de Sem: Elam, Asur, Ar-
facsad, Lud y Aram; Us, Jul, Gucter Janoc, Abida y Elda. Estos son todos
18 Arfacsad engendró a Salaj los hijos de Quetura.
y Mesec.
y Salaj engendró a Eber.
19
A Eber 34 Abraham engendró a Isac. Hijos

le nacieron dos hijos, el nombre del de Isac: Esaú e Israel.


uno Peleg, porque en su tiempo 35 Hijos de Esaú: Elifaz, Reucl,
se
dividió la tierra, y el nombre de su Jeús, Jelam y Coré. 88 Hijos de Elifaz:
hermano, Joetán. 20 Joctán engendró Teman, Ornar, Sefi, Guetam, Quenaz,
37 Hijos de Reuel:
a Almodad, Selef, Jasarmavet, Jeraj, Timna y Amalee.
CRÓNICAS I, 2

Najat, Zeraj, Samma y Miza. 38 Hijos * Hijos que le nacieron a Esrón:

de Seir: Lotán, Sobal, Sibeón, Ana, Jerajmeel, Ram y Quelubai. 10 Ram


Disón, Escr y Disan. 39 Hijos de Lo- engendró a Aminadab. Aminadab en-
tán: Jori y Omán. Hermana de gendró a Nacsón, príncipe de los
Lotán, Timna. 40 Hijos de Sobal: hijos de Judá; 11 Nacsón engendró
Abian, Manajat, Ebal, Sefi y Onam. a Salma; Salma engendró a Booz;
12 Booz engendró a Obed; Obed en-
Hijos de Sibeón: Aya y Ana. Hijo de
Ana: 41 Disón. Hijos de Disón: Jam- gendró a Isaí, 13 Isaí engendró a
ram, Esbam, Jitram y Queram. 42 Hi- Eliab, su primogénito, a Abinadab,
jos de Eser: Bilán, Zaván y Jacán. su segundo; a Simea el tercero; 14 a
Hijos de Disán: Uz y Arán. Netaneel, el cuarto; a Radai, el quinto;
43 He aquí los reyes que reinaron 15
a Osen, el sexto, y a David, el
en la tierra de Edom antes que reina- séptimo. 16 Sus hermanas fueron Sar-
se rey alguno sobre los hijos de Israel: via y Abigail.
Bela, hijo de Beor; el nombre de su Hijos de Sarvia: Abisai, Joab y
ciudad fué Dinaba. 44 Murió Bela y Azael; tres. 17 Abigail parió a Amasa
le sucedió Jobab, hijo de Zeraj, de El padre de Amasa fué Jeter, ismae-
Bosra. 45 Murió Jobab, y le sucedió lita.
18
Caleb, hijo de Esrón, tuvo hijos
Jusam, de la tierra de los Temanitas.
46 Murió Jusam
y le sucedió Adad, hijo de Azuba, su mujer, y de Jeriot.
de Bedad. Este es el que destrozó a Los hijos que tuvo de Azuba fueron:
Madián en los campos de Moab. El Jeser, Sobab y Ardón. 19 Murió Azuba
nombre de su ciudad fué Avit. 47 Mu- y Caleb tomó a Efrat, que le parió
rió Adad y le sucedió Samla, de Mas- a Jur. 20 Jur engendró a Uri, y TJri
reca. 48 Murió Samla y le sucedió engendró a Betsael. 21 Luego entró
Saúl, de Rejobot del río. 49 Murió Esrón a la hija de Maquir, padre de
Saúl y le sucedió Baal-Jonán, hijo Galad, cuando tenía sesenta años, y
de Acbor. 50 Murió Baal-Jonán y le ella le parió a Segub. 22 Segub en-
!

sucedió Hadad. El nombre de su ciu- gendró a Jair, que tuvo veintitrés


dad fué Pahi, y el nombre de su ciudades en la tierra de Galad. 23 Los
mujer Mctabeel, hija de Matred, hija Guesureos y los Sirios les tomaron
de Mezahab. 51 Murió Hadad. los burgos de Jair, con Quenat, y
Los jefes de Edom fueron: el jefe las ciudades de su dependencia: se-
Timna, el jefe Alya, el jefe Jetet, senta ciudades. Todos éstos eran
52
el jefe Olibama, el jefe Ela, el hijos de Maquir, padre de Galad.
53 24 Después de
jefe Pinon, el jefe Quenaz, el jefe j
la muerte de Esrón
Teman, el jefü Mibsar, 54 el jefe vino Caleb a Efrata; Abiya, mujer
¡

Magdiel y el jefe Iram. Estos son los de Esrón, le parió a Asjur, padre de
jefes de Edom. Tecoa.
25 Los hijos de Jerajmeel, primo-

génito de Esrón, fueron: Ram, el


1

Los doce hijos de Jacob y los primogénito, Buna, Orén y Otsén,


descendientes de Jndá. nacidos de Ajiya. 26 Jerajmeel tuvo
!

otra mujer llamada Atara, que fué


j

•) 1 He aquí los hijos de Israel: madre de Onam. 27 Los hijos de


!

Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isa- Ram, primogénito de Jerajmeel, fue-


¡

car, Zabulón, 2 Dan, José, Benjamín, ron: Maas, Jamín y Equer. 28 Los
Neftalí, Gad y Aser. hijos de Onam fueron: Samai y Jada.
3
Hijos de Judá: Er, Onán y Sela; Hijos de Samai: Nadab y Abisur.
estos tres le nacieron de la hija de 29 El nombre de la mujer de Abisur
Sua, la cananea. El primogénito de era Abijail y le parió a Ajbán y Molid.
Judá fué malo a los ojos de Yave, 30 Hijos de Nadab: Seled y Apaim.
'

que le hizo morir. 4 Tamar, nuera Seled murió sin hijos. 31 Hijo de
de Judá, le dió Fares y Zeraj. En todo, Apaim, Iseí. Hijo de Iseí: Sesán.
los hijos de Judá, cinco. Hijo de Sesán, Ajlai. 32 Hijos de Jada,
5 Hijos de Fares: Hesrón
y Jamul. hermano de Samai: Jeter y Jonatán.
6
Hijos de Zeraj: Zimri, Hetán, Jeter murió sin hijos. 33 Hijos de
Hernán, Calcol y Dará. En todo, Jonatán: Pelet y Zasa. Estos son los
cinco. 7 Hijo de Carmi: Acar, que hijos de Jerajmeel. 34 Sesán no tuvo
conturbó a Israel cuando fué infiel hijos, pero sí hijas. 35 Sesán tenía un
acerca de las cosas dadas al anatema. esclavo egipcio llamado Jarja, y Sesán
8
Hijo de Etán: Azaría. dió su hija por mujer a Jarja, su
1
CRÓNICAS I, 3, 4

esclavo, a quien le parió ella a Atai. allí siete años y seis meses, y en
36
Atai engendró a Natán; Natán Jerusalén treinta y tres años.
engendró a Zabad; 37 Zabad engendró 5
He aquí los que le nacieron en
a Efal; Efal engendró a Obed; 38 Obed Jerusalén: Simea, Sobab, Natán y
engendró a Jehú; Jehú engendró a Salomón, cuatro de Betsabé, hija de
Azarías; 39 Azarías engendró a Jales; Ammiel; 6 Jibjar, Elisama, Elifelet,
Jales engendró a Elasa; 40 Elasa en- 7
Noga, Nefeg, Jafia, 8 Elisama,
gendró a Sismai; Sismai engendró a Elyada y Elifelet: nueve. 9 Todos es-
Salum; 41 Salum engendró a Jecamya; tos fueron hijos de David, y además
Jecamya engendró a Elisama. los hijos de las concubinas. Tamar
42 Hijos de Caleb, hermano fué su hermana. 10 Hijos de Salomón:
de Je-
rajmeel: Mesa, su primogénito, que Roboam; Abiya, su hijo; Asa, su hijo;
fué padre de Zif, y los hijos de Ma- Josafat, su hijo; 11 Jorr.m, su hijo;
resa, padre de Hebrón. 43 Hijos de Ococias, su hijo; Joás, su hijo; 12 Ama-
Hebrón: Core, Tapuaj, Requen y sias, su hijo; Azarías, su hijo, Jotán,
Sama. 44 Sama engendró a Rajam, su hijo; 13 Ajaz, su hijo; Ezequías, su
padre de Jorqueam. Requen engen- hijo; Manasés, su hijo: 14 Amón, su
dró a Samai. 45 Hijo de Samai: Aaón; hijo; Josías, su hijo. 15 H.jos de
46 Efa, con-
y Maón, padre de Betsu. Josías: el primogénito, Jojanán; el
cubina de Caleb, parió a Jarán, Mosa segundo, Joaquim; el tercero, Sede-
y Gazez. Jarán engendró a Gazez. cías; el cuarto, Salum. 16 Hijos de
47 Hijos de Jodaim: Reguem, Jotán, Joaquim: Jeconías, su hijo; Sedecías,
Guesam, Pelct, Efa y Saaf. 48 Maaca, su hijo; 17 Hijos de Jeconías: Asir,
concubina de Caleb, parió a Seber y cuyo hijo fué Salatiel, 18 Malquiram,
Tircana. 49 También parió a Saaz, Pedaya, Scnasar, Jeconías, Hosama
padre de Madmana, y a Seba, padre y Nedabia. 19 Hijos de Pedaya: Zoro-
de Majbena y padre de Guibea. Hija babel y Simei. Hijos de Zorobabel:
de Caleb fué Acsa. Mesulam y Hananía; Selomit, su her-
60 Estos fueron hijos de Caleb: mana; 20 y Hasaba, Ohel, Bcrcquía,
Sobal, hijo de Jur, primogénito de Jasadía, Jusab, Jesed, cinco. 21 Hijos
Efrata, y Sobal, padre de Quiryat- de Jananía: Pclatia y Jisaya; los hijos
Jearim; " Salma, padre de Betlejem; de Rcfaya, los hijos de Arnan, los
Jaret, padre de Bet-Gader. hijos de Abdías, los hijos de Secanía.
62 Los hijos de Sobal, padre de 22
Hijos de Secanía: Semaeya. Hijos
Quiryat-Jcarim, fueron: Aroe, Jasi de Semaeya: Jatus, Jigueal, Bariaj,
el menajita.
63 Las familias de Quiryat- Ncaria y Safat, seis. 23 Hijos de Nea-
Jearim fueron: los Jeturianos, los ria: Elyoenai, Ezequías y Azricam,
Pucianos, los Sumacianos y los Mis- tres. 24 Hijos de Elyoenai: Jodavía,
reenos; de estas familias salieron los Elyosib, Pelaya, Acub, Jojanán, De-
Soreacianos y los Estatolianos. 84 Hi- laya y Anani, siete.
jos de Salma: Betlejem y los Ncto-
pacianos, Astoret, Bet-Joab, Jasi,
los manajleos, los sorenos, 65 y las Descendientes de Judá.
familias de escribas que habitan en
Jabes; los Tireacianos, los Simeacia- 4 1
Hijos de Judá: Peres, Jesrón,
nos y los Sucacianos. Estos son los Carmi, Jur y Sobal. 2 Reaya, hijo
Quencos, descendientes de Jamat, de Sobal, engendró a Jajat; Jajat
padre de la casa de Recab. engendró a Ajumai y Lahad. Estas
son las familias de los Sareatitas.
3
He aquí los descendientes del padre
Los descendientes de David. de Etam: Jezrael, Jisma y Jidbas.
El nombre de su hermana era Hasel-
3 1
He
aquf los hijos de David que poni. 4 Penuel fué padre de Guedor,
nacieron en Hebrón: el primo-
le y Ezer padre de Jusa. Estos son los
génito, Amuón, de Ajinoám, de Jez- hijos de Jur, primogénito de Efrata,
rael; el segundo Daniel, de Abigail, padre de Bethlejem.
6 Asjur, padre de Tecoa, tuvo dos
de Carmel; * el tercero Absalón, de
Maaca, hija de Talmai, rey de Gesur; mujeres: Jetea y Naara. 6 Naara le
.

el cuarto Adoniya, hijo de Agit;


3
el parió a Ajuzam, Jefer, Temeni y
quinto Sefatya, de Abital; el sexto Ajastiiri; éstos son los hijos de Naara.
Jilream, de Egla, su mujer. 4
Estos 7 Hijos de Elca: Seret, Jesojar v
seis le nacieron en Hebrón. Reinó' Etnán.
CRÓNICAS I, 5 396

• Cos engendró a Annut y Aso- hijo; Zacur, su hijo: Simei, su hijo.


27
beba y las familias de Ajarjel, hijo Simei tuvo dieciséis hijos y seis
de Arum. 9 Jaebes fué más ilustre que hijas. Sus hermanos no tuvieron mu-
sus hermanos. Su madre le dió el chos hijos y sus familias no se mul-
nombre de Jaebes, diciendo: «Porque tiplicaron tanto como las de los hijos
le he parido con dolor.»
10 Jaebes de Judá. 28 Habitaban en Berscba,
invocó al Dios de Israel, diciendo: en Molada, en Jasar, en Sual, 29 en
«Si me bendices y ensanchas mis tér- Bila, en Esen, en Tolad, 30 en Batuel,
minos y está conmigo tu mano y me en Jorma, en Siceleg, 31 en Bet-Mar-
preservas de mal de modo que yo jabot, en Jasar, en Susim, en Bet-
no padezca...» Y Dios le dió lo que Birei y en Saaraim. Estas fueron sus
le había pedido. ciudades hasta el reino de David, y
11
Queiub, hermano de Suja, en- sus pueblos. 32 Tenían también Etam,
gendró a Maquir, que fué padre de Ain, Rimmón, Toquen y Asán, cinco
Estón. 12 Estón engendró la casa de ciudades, 33 y todos los pueblos en
Rafa, Paseaj y Tejina, padre de la derredor de estas ciudades, hasta
ciudad de Najas. Estos son los hom- Baal. Estas son sus habitaciones y
bres de Reca. 13 Hijos de Quenaz: sus genealogías.
34 Mescbab, Jamlec; Josa, hijo de
Otoniel y Serai. Hijo de Otcniel:
Jatnt. 14 Mconatai engendró a Ofra. Amasia; 35 Joel, Jehú, hijo de Josibia;
Farvia engendró a Joab, padre del hijo de Seraya, hijo de Ariel; 36 Elyoe-
valle de las herrerías, pues eran nai, Jacoba, Jesojaia, Asaya, Adiel,
herreros. Jesimiel, Benaya, 37 Ziza, hijo de
15 Hijos de Caleb, hijo de Jefone: Sifei, hijo de Aon, hijo de Jedaya,
Iru, Ela y Naán; y el hijo de Ela, hijo de Simri, hijo de Semaya. 38 Estos,
Quenaz. por sus nombres, eran príncipes en
16 Hijos de Heleleel: Zif. Zifa, sus familias, y sus casas paternas
Tirya y Asarel. tomaron gran incremento. 39 Fueron
17 Hijos de Esdras: Jeter, Mered, del lado de Guedor, hasta el oriente
Efer y Jalóm. La mujer de Mered del valle, en busca de pastos para sus
parió a Miriam, Samai y Jisbaj, ganados. 40 Hallaron hierba y buenos
padre de Estemoa. 18 Su mujer, Odia, pastos y una región vasta, tranquila
parió a Jered, padre de Guedor, a y apacible; los que antes la habitaron
Jeber, padre de Soco, y a Jecutiel, descendían de Cam. 41 Estos, descritos
padre de Zanoaj. Estos son los hijos por sus nombres, vinieron en tiempo
de Bitia, hija de Haraón, que Mered de Ezequías, rey de Judá, y atacaron
tomó por mujer. 19 Hijos de la mujer sus tiendas y las habitaciones que allí
de Odias, hermana de Najam: el hallaron, y los destruyeron hasta hoy,
padre de Queila, el Garmita, y Es- habitando en su lugar, por haber allí
temoa, el Macateo. pastos para sus ganados. 42 También
20 Hijos de Simón": Ammón, Riña, quinientos de ellos, de los hijos de
Ben-Janán y Tiloa. Hijos de Jisei: Simeón, se fueron al monte de Seir,
Zojet y Ben-Zojet. llevando por jefes a Pelatia, Nearias,
21 Hijos de Sela, hijo de Judá: Er, Rofaias y Oziel, hijos de Isi; 43 y
padre de Leca; Laeda, padre de Ma- derrotaron a las reliquias que habían
resa; y las familias de la casa donde quedado de Amalee, y habitaron allí
se trabaja el lino, la casa de Arseba, hasta hoy.
22
y Joaquim y los hombres de Coze-
ba, y Joas y Sarat, que dominaron
en Moab y Jasubí Lejem. Estas son Descendientes de Rubén.
casas antiguas. 23 Estos eran alfare-
ros y habitaban en plantaciones y ^ Hijos de Rubén, primogénito de
1

parques, cerca del rey, y trabajaban 1


Era el primogénito; mas
Israel.
para él. por haber manchado el lecho de su
padre, el derecho de primogenitura
fué dado a los hijos de José, hijo de
Descendientes de Simeón. Israel, y no fué contado en las genea-
logías como primogénito. 2 Judá fué
24 Hijos de Simeón: Nemuel, Jamín, en verdad poderoso entre sus herma-
Jarib, Zeraj y Saúl. Hijos de Saúl: nos, y el príncipe de ellos, pero el
25 Salum, Mibsam, su hijo; Misma, su derecho de primogenitura fué de José.
hijo. 26 Hijos de Misma: Hamuel, su 3
Hijos de Rubén, primogénito de
396 CRÓNICAS I. 6

Israel: Janoc, Palu, Hesrón y Carmi. bate venía de Dios. Se establecieron


4 en su lugar, hasta el tiempo en que
Hijos de Joel: Semeia, su hijo,
Gog, su hijo; Simai, su hijo; 5 Mical fueron llevados a la cautividad.
su hijo; Reaya, su hijo: Baal, su hijo.
6
y Beera, su hijo, que llevó cautivo a
Asiría Teglat-Falasar, rey de Asiria; Descendientes de la media tribu
era príncipe de los rubenitas. 7 Herma- de Manasés.
nos de Berám, según sus familias, ta-
como fueron registrados en las genea- 23
Los hijos de la media tribu de
logías según sus generaciones: el prime- Manasés habitaban la región desde
ro Jeiel; Zacarí: s; 8 Bela, hijo de Azaz, Basán hasta Baal Hermón, y Sanir,
hijo de Sema, hijo de Joel. Nela ha- y la montaña de Hermón. Eran nu-
bitó en Aroer, hasta Nebo y Baal, merosos. 24 He aquí los jefes de las
Meon; 9 al oriente habitaba hasta la casas de sus padres: Efer, Jisui, Elici,
entrada del desierto, desde el río Azriel, Jeremías, Jodavía y Jajdiel,
Eufrates, pues tenía muchos ganados hombres valerosos, gente de fama,
en la tierra de Galad. 10 En tiempo jefes de las casas de sus padres.
de Saúl hicieron la guerra a los Aga- 24 Pero pecaron contra el Dios de
reos, que cayeron en su poder, y ha- sus padres y se prostituyeron tras
bitaron en sus tiendas en todo el los dioses de las gentes de la tierra,
lado oriental de Galad. que Dios había destruido ante ellos:
25 y el Dios de Israel incitó contra
ellos el espíritu de Pul, rey de Asiria,
Descendientes de Gad. y el espíritu de Teglat-Falasar, rey
de Asiria; y Teglat-Falasar llevó cau-
11
Enfrente de ellos habitaban los tivos a rubenitas, gaditas y a la
hijos de Gad, en la tierra de Basán, media tribu de Manasés, y los con-
hasta Salea. 12 Joel, el primero; Safán, dujo a Calaj, Jabor, Jara y al río
el segundo: Jaenai y Safat, en Basán. Gozán, donde habitan hasta hoy.
13
Sus hermanos, según las casas de
sus Micael, Mesulam, Seba,
padres:
Joraim, Jaecan, Zia y Eber; siete. Descendientes de Leví.
14
He aquí los hijos de Abigail, hijo
1
de Juri, hijo de Jaroaj, hijo de Galad, f\ Hijos de Gersón, Caat
Leví:
hijo de Micael, hijo de Jcsisai, hijo y Merari. 2
de Caat: Am-
Hijos
de Jajdo, hijo de Buz; 15 Aji hijo de ram, Jitsear, Hebrón y Uziel. 3 Hijos
Abdiel, hijo de Guni, era el jefe de de Amram: Arón, Moisés y María.
las casas de sus padres. 16 Habitaban Hijos de Arón: Nadab, Abiú, Eleazar
en Galad, en Basán y en las ciudades e Itamar. 4 Eleazar engendró a Fines;
de su dependencia, y en los ejidos de Fines engendró a Abisúa; 6 Abisúa
Sarón, hasta sus límites. 17 Fueron engendró a Buqui; Buqui engendró
registrados todos en las genealogías a Uzi; * Uzi engendro a Zerajya;
en tiempo de Jotam, rey de Judá, Zcrajya engendró a Merajot; 7 Mcra-
y en tiempos de Jeroboam, rey de jot engendró a Amaría; Amaría en-
Israel. gendró a Ajitub; 8 Ajitub engendró
18
Los hijos de Rubén y de Gad y a Sadoc; Sadoc engendró a Ajimas;
9
de la media tribu de Manases eran Ajimas engendró a Azaría; Azaría
valerosos, llevaban escudo y espada engendró a Jojanán; 10 Jojanán en-
y eran diestros en la gueira, en nú- gendró a Azarías, que ejerció el
mero de cuarenta y cuatro mil sete- sacerdocio en la casa que Salomón
cientos sesenta, aptos para la guerra; y edificó en Jerusalén; 11 Azarías en-
19
Hicieron la guerra a los Agareos, gendró a Amarías; 12 Amarías en-
Nodab. 20 Fueron
a Jetur, a Nafis, y a gendró a Ajitub; Ajitub engendró a
ayudados contra ellos, y los Adareos Sadoc; Sadoc engendró a Salum;
13 Salum engendró
y cuantos estaban con ellos cayeron a Helcías; Hel-
en sus manos, pues durante la lucha cías engendró a Azarías; 14 Azarías
clamaron a Dios, que los oyó por engendró a Scraia; Scraia engendró
haber confiado en él. 21 Tomaron sus a Jcosadac; 15 Jeosadac fué a la
ganados, cincuenta mil camellos, dos- cautividad, cuando Yave trasladó a
cientas cincuenta mil ovejas, dos mil Judá y a Jerusalén por mano de
asnos y cien mil personas, — pues Nabucodonosor.
19
hubo muchos muertos, porque el com- Hijos de Leví: Gersón, Caat y
CRÓNICAS r, 6 397

He aquí los nombres de


17 48 Sus hermanos los levitas fueron
Merari.
los de Gersón: Libni y Simei.
hijos puestos a todo el ministerio del
18 Hijos de Caat: Amram, Jitsear, ,
tabernáculo de la casa de Dios.
49 Arón
Hebrón y Uzicl. 19 Hijos de Merari: i
y sus hijos eran los que ofre-
Majli y Musí. Estas son las familias cían los sacrificios en el altar de los
de Leví, según sus padres. holocaustos y el incienso en el altar
20 De Gersón: Libni, su hijo; Jajat, de los perfumes, cumpliendo estos
su hijo; Zimina, su hijo; 21 Joaj, I servicios en el lugar santísimo y
su hijo; Ido, su hijo; Zeraj, su hijo; haciendo la expiación por Israel,
Jeatrai, su hijo; 22 Hijos de Caat: según cuanto había mandado Moisés,
Aminadab, su hijo; Core, su hijo; siervo de. Dios.
Asir, su hijo; 23 Elcaiia, su hijo; 60 He aquí los hijos de Arón:
Ebyasaf, su hijo; Asir, su hijo; Eleazar, su hijo; Fines, su hijo;
24 Tajat, su hijo; Oriel, su hijo; Abisúa, su hijo; 51 Buqui, su hijo;
Ozías, su hijo; Saúl, su hijo. 25 Hijos Uzi, su hijo; Zerajya, su hijo; 52 Me-
de Elcana: Amasaí y Ajimot; Elcana, rajot, su hijo; Amaría, su hijo; Ajitub,
su hijo; 26 Elcana Sofaim, su hijo; su hijo; 53 Sadoc, su hijo; Ajima,
Najat, su hijo; 27 Eliab, su hijo su hijo.
Jerojam, su hijo; Elcana, su hijo; 64 He aquí sus habitaciones según
28
y los hijos de Samuel, el primo- sus términos y los límites que les
génito, Joel, y el segundo, Abiya. fueron señalados: a los hijos de Arón,
29
Hijos de Merari: Majli; Libni, su I de la familia de los caatitas, que
hijo; Simei, su hijo; Uza, su hijo; fueron los primeros señalados por la
30 Simea, su hijo; Jaguiya, su hijo; suerte, 55 se les dió Hebrón, en la
Asuya, su hijo. tierra de Judá, y sus contornos;
31 He aquí los que puso David 66 pero el territorio de la ciudad
| y
para dirigir el canto en la casa sus pueblos fueron atribuidos a Caleb,
de Yave, después que el arca tuvo hijo de Jefone. 67 A los hijos de Arón
un lugar de reposo. 32 Servían de can- se les dieron: la ciudad de refugio de
tores ante el tabernáculo, ante la ;
Judá, Hebrón y Lobna con sus con-
tienda de la reunión, hasta que Salo- tornos; Asan, con sus contornos;
món edificó la casa de Yave en Jeru- 88 Jeter
y Estemo, con sus contor-
salén, en la que hicieron su servicio nos; Jelón y sus contornos; Davir
según las reglas que les fueron pres- y sus contornos; 69 Asán y sus con-
critas. 33 He aquí los que asistían tornos; Betsames y sus contornos.
con sus hijos: De entre los hijos de 60 De la tierra de Benjamín, Gueba,
Caat, Hernán, cantor, hijo de Joel, con sus contornos, y Anatot, con
hijo de Samuel, 34 hijo de Elcana, sus contornos. Todas sus ciudades
hijo de Jerojam, hijo de Eliel, hijo fueron trece, según sus linajes.
de Toaj, 35 hijo de Suf, hijo de 61
A los otros hijos de Caat dió
Elcana, hijo de Majat, hijo de Ama- la suerte diez ciudades de familias
saí, 36 hijo de Elcana, hijo de Joel, de la tribu de Efraím, de la tribu
hijo de Azaría, hijo de Sofonía, de Dan y de la media tribu de Mana-
37 hijo de Tajat, hijo de Asir, hijo
sés. 62 Los hijos de Gersón, según
de Ebiasaf, hijo de Core, 38 hijo sus familias, tuvieron trece ciuda-
de Jitsear, hijo de Caat, hijo de des de la tribu de Isacar, de la tribu
Leví, hijo de Israel. 39 Su hermano de Aser, de la tribu de Neftalí y
Asaf estaba a su derecha: Asaf, de la tribu de Manasés en Basán.
hijo de Baraquías, hijo de Sima, 63 Los hijos de Merari, según sus
40
hijo de Micael, hijo de Basías, familias, tuvieron por suerte doce
hijo de Malaquías, 41 hijo de Aramei, ciudades de la tribu de Rubén, de
hijo de Zeraj, hijo de Adaya, 42 hijo la tribu de Gad y de la tribu de Za-
de Etán, hijo de Zima, hijo de Simei, bulón.
43 64 Los hijos de Israel dieron a los
hijo de Jojat, hijo de Gersón,
hijo de Leví. 44 Además, los hijos levitas estas ciudades y sus con-
de Merari estaban a su izquierda: tornos. 65 Diérónles por suerte de la
Etán, hijo de Cusi, hijo de Abdi, tribu de los hijos de Judá, de la tribu
hijo de Maluc, 45 hijo de Asabías, de los hijos de Simeón, y de la tribu
hijo de Amasias, hijo de Helcías, de los hijos de Benjamín, las ciudades
46 hijo de Amasaí,
hijo de Bani, que designaron con sus nombres.
hijo de Semer, 47 hijo de Majalí, hijo 66 Para las otras familias de los hijos
de Musí, hijo de Merari, hijo de Leví. de Caat, las ciudades de su terri-
CRÓNICAS I, 7

torio fueron de la tribude Efraím. Descendientes de Benjamín.


47 Les dieron la ciudad de refugio,
a
Siquem, y sus contornos en la mon- Hijos de Benjamín: Bela, Bequer
taña de Efraím; Ouezer y sus con- y Jediael, tres. 7 Hijos de Bela:
tornos: 68 Jocmeam y sus contornos; Esbón, Uziel, Jerimot e Irir, cinco
Betorón y sus contornos; 69 Ayalón jefes de las casas de sus padres,
y sus contornos: Gat Rimón y sus hombres valerosos, registrados en las
contarnos; 70 y de la media tribu de genealogías, en número de veintidós
Manases, Aner y sus contornos: Bi- mil treinta y cuatro. 8 Hijos de Be-
leam y sus contornos, para las otras quer: Zemira, Joós, Eliezer, Elyocnai,
familias de los hijos de Caat. Omri, Jeremot, Abiya, Anatot y
71 Alamct, todos hijos de Bequer, 9 regis-
Se dió a los hijos de Gcrsón:
de las familias de la media tribu trados en las genealogías según sus
de Manases, Golán en Basán y sus generaciones, como jefes de las casas
contornos: Astarot y sus contornos; de sus padres, hombres valerosos, en
72 número de veinte mi) doscientos.
de la tribu de fsacar, Quedes y
10 Hijo de Jediael: Bilán. Hijos de
sus contornos; Dobrat y sus con-
tornos; 73 Ramot y sus contornos, Bilán: Jehús, Benjamín, Ehud, Que-
y Anem y sus contornos; 74 de la nana, Zetán, Tarsis y Ajisajar, 11 todos
tribu de Aser, Masal y sus contornos; hijos de Jediael, jefes de las casas
Abdón y sus contornos; 75 Jacot y de sus padres, hombres valerosos en
sus contornos; y Rcjah y sus con- número de diecisiete mil doscientos,
tornos; 76 y de la tribu de Neftalí: en estado de tomar las armas para
Quedes de Galilea y sus contornos; ir a la guerra.
Jammón y sus contornos, y Quirya- 12 Los Supim y los Jnpim fueron
taím y sus contornos. hijos de Ira; y los Jusim, hijos de
77
Él resto de los levitas, a los Ajer.
13 Hijos
hijos de Mcrari, se les dieron: de la de Neftalí: Jajasiel, Guni,
tribu de Zabulón, Rimono y sus Jerer y Salum, hijos de Bila.
contornos y Tabor y sus contornos;
78
y del otro lado del Jordán, frente
"a Jericó, al oriente del Jordán: de Descendientes de Manases.
la tribu de Rubén, Betser, en el
desierto, y sus contornos; Jasa y sus 14
Hijos de Manases: Asriel, que
contornos; 79 Quedetnot y sus con- le dió su concubina
siria, que parió
tornos; Mcfat y sus contornos; 80 y también a Maquir, padre de Galad.
de la tribu de Gad, Ramot de Galad 16 Maquir tomó una mujer de los

y sus contornos, y Jazer y sus con- Jupim y Supim. La hermana se


tornos. llamaba Maaca. El nombre de su
segundo hijo fué Selofjad. Selofjad
tuvo hijas. 18 Maaca, mujer de Ma-
Descendientes de Isncar. quir, parió un hijo y le llamó Peres;
su hermano se llamó Seres, 17 y
7 1
Hijos de Isacar: Túa,
Tola, fueron sus hijos Ulam y Rcquem.
Jasub v Simrom, cuatro. Hijos 2 Hijo de Ulam: Bedán. Estos son los
de Tola: Uzi, Refaya, Jeriel, Jajmai, hijos de Galad, hijo de Maquir, hijo
Jibsan y Samuel, jefes de las casas de Manases. 18 Su hermana Hamo-
de sus padres, de Tola, hombres Icquet parió a Isjod, a Abiczer y a
valerosos en sus generaciones. Su Majla. 19 Los hijos de Sentida fueron:
número al tiempo de David, era de Ajiam, Siquem, Liqji y Aaviam.
veintidós mil seiscientos. 3 Hijo de
Uzi: Jizraya. Hijos de Jizraya: Mi-
cael, Abdías, Joel, Jisya, en todo Descendientes de Efraím.
cinco jefes. 4 Tenían según sus gene-
20 Hijos de Efraím: Sutelaj, Bercd,
raciones, según las casas de sus pa-
dres, treinta y seis mil hombres su hijo: Tajar, su hijo; Eleada, su
armados para la guerra, pues eran hijo; Tajat, su hijo; 21 Zabad, su
muchas sus mujeres e hijos. 6 Sus hijo; Sutelaj, su hijo; Ezer y Elcad.
hermanos de todas las familias de Los hombres de Gat naturales del
Isacar, hombres valerosos, hacían mataron cuando baja-
territorio los
un total de ochenta y siete mil, ban para recoger sus ganados.
registrados en las genealogías. 22 Efraím, su padre, hizo mucho tiem-
CRÓNICAS I, 8

po duelo por ellos, y sus hermanos man, Ajoaj, 8 Güera, Sefufán y


vinieron a consolarle. 23 Después entró Juram. • He aquí los hijos de Ejud,
a su mujer, que concibió y parió un que eran jefes de familias entre los
hijo, llamándole Beria, porque su habitantes de Gueba, y fueron a
casa estaba en la desgracia. Manajat: 7 Namán, Ajías y Güera.
24 Tuvo por hija
a Sera, que edi- Este los condujo y engendró a Uza
ficó a Betorón, el bajo y el alto, y a y Ajud.
Uzenscra. 25 Rea), su hijo, y Reset; 8
Sajaraín engendró hijos en la
Telaj, su hijo; Tajan, su hijo; 26 Lae- tierra de Moab, después de haber
dán, su hijo; Ainihud, su hijo; Eli- dejado a Jusim y a Bara, que eran
sama, su hijo; 27 Nun, su hijo; Josué, sus mujeres. 9 Tuvo de Jodes, su
su hijo. mujer: a Jobab, Sibia, Mesa, Malcam,
28 10
Tenían por posesión y habitación Jeus, Seqiiya y ¡Mirma. Estos son
Betel y las ciudades de su depen- sus hijos, jefes de familia. 11 Tuvo
dencia; al oriente, Narón; al occi- de Jusim: Abitub y Elpaa!. 12 H.jos
dente, Guezcí y las ciudades de su de Elpaal: H^ber, Misan y Scmed¡
dependencia; Siquem y las ciudades que edificó Ono, Lod y las ciudades
de su dependencia, hasta Gaza y las de su dependencia. 13 B¿ria y Sema,
ciudades de su dependencia. 29 Los que eran jefes de familia entre los
hijos de Manasés poseían Bet-Sean habitantes de Ayalón, hicieron huir
y las ciudades de su dependencia. a los habitantes de Get.
14 Ajio,
Tanac y las ciudades de su depen- Sasac, Jeremot, 15 Zeba-
dencia, Megiddo y las ciudades de su días, Arad, Heder, 16 Micael, Jispa y
dependencia, Dor y las ciudades de Joja, hijos de Beerías. 17 Zebadías,
su dependencia. En estas ciudades Mesulam, Jizgui, Jeber, 18 Jismerai,
habitaron los hijos de José, hijo de Jizlia y Jobab, hijos de Elpaal.
Israel. 19
Jaquim, Zicri, Zal)di, 20 Elyoenai,
21
Silitai, Eliel, Adaia, Baraya, Sema-
rat, hijos de Semeí. 22 Jispán, Eber,
Descendientes de Aser. Eliel, 23 Adón, Zicri, Janán, 24 Jana-
nía, Hetam, Anatotías, 25 Jifdaías
30
de Aser: Jimna, Jisva, y Peniel, hijos de Sasac. 26 Samserai,
Hijos
Jisvi, y Beria, y Seraj su hermana. Setarias, Atalía, Atolía, 27 Jarsias,
31
Hijos de Beria: Jeber y Malquiel. Elias, Zicri, hijos de Jerojam.
Malquiel fué padre de Birzavit, 32 y 28 Estos eran jefes de familias
Jeber engendró a Jaflet, Somcr, Jotán según sus linajes. Habitaban en Jeru-
33 H.jos de salén.
y a Súa, su hermana.
29
Jaflet: Pasac, Bimal y Asevat. Estos El padre de Gabaón habitaba
son los hijos de Jaflet. 34 Hijos de en Gabaón. El nombre de su mujer
Somer: Ají, Roega, Juba y Aram. fué Maaca, 30 Abdón su hijo primo-
35
Hijos de Elcm, su hermano: Sofaj, génito: después Sur, Quis, Baal, Na-
Jimna, Seles y Ama!. 36 Hijos de dab, 31 Guedor, Ajía y Zequer.
Sofaj: Suaj, Jarnefer, Sual, Biri, 32 Mielot engendró a Simea. Estos
Jimra, 37 Bascr, Hod, Samma, Silsa, habitaron también con sus hermanos
Jitrán y Beera. 38 Hijos de Jeter: en Jerusalén. 33 Ner engendró a
Jefone, Pispa y Ara. 39 Hijos de Ula: Quis; Quis engendró a Saúl; Saúl
Araj, Janiel y Risya. 40 Todos estos engendró a Jonatán, Malquisua, Abi-
hijos de Aser, jefes de las casas de nadab y Esbal. 34 Hijo de Jonatán
sus padres, hombres selectos y vale- fué Meribaal, y Meribaal engendró
rosos, jefes de príncipes, registrados a Mica. 35 Hijos de Mica: Pitón, Me-
en número de veintiséis mil hombres lec, Tarea y Ajaz. 36 Ajaz engendró
en estado de tomar las armas para a Joada; Joada engendró a Alemet,
la guerra. Azmavet y Zimri; Zimri engendró a
Mosa, 37 y Mosa engendró a Bina;
Rafa, su hijo; Eleasa, su hijo; Asel,
Descendientes de Benjamin. su lujo; 38 Asel tuvo seis hijos: Arri-
cam, Bocru, Ismael, Searías, Oba-
1 Benjamín engendró a Bela, su días y Jonán. Estos fueron hijos de
8 primogénito; el segundo;
Asbcl, Asel. 39 Los hijos de Escc, su hermano;
2
Ajraj, el tercero; Noja, el cuarto, UJán, su primogénito; Jehú, el se-
y Rafa, el quinto. 3 Hijos de Bela: gundo; Elifelet, el tercero. 40 Los
Adar, Güera, Abihud, 4 Abisúa, Ña- hijos de Ulán eran fuertes y valero.
1011 CRÓNICAS I, 9

sos, diestros arqueros. Tuvieron mu- hermanos de la casa de su padre.


chos hijos y nietos, ciento cincuenta. Los coreítas tenían a su cargo la
guardia de la entrada de la tienda;
sus padres habían hecho la guardia
Habitantes de Jcrusalén a la vuelta de la entrada al campo de Yave,
de la cautividad. 20
y Fines, hijo de Eleazar, fué antes
su jefe. Y
Yave estuvo con él. 21 Za-
i)
1
Todo Israel está registrado en carías, hijo de Meselemía, era por-
'
las genealogías e inscrito en el tero de la entrada de la tienda de la
libro de los reyes de Israel. reunión. 22 Eran, en todo, ciento
Judá fué por sus infidelidades lle- doce elegidos para porteros de la
vado cautivo a Babilonia. 2 Los entrada, y registrados en las genea-
primeros habitantes que entraron en !
logías según sus ciudades. David y
sus posesiones, en sus ciudades, eran Samuel, el vidente, los habían nom-
israelitas, sacerdotes, levitas y neti- brado para sus funciones. 23 Ellos y
neos. 3 En Jerusalén habitaron hijos sus hijos guardaban las puertas de
de Judá, hijos de Benjamín e hijos la casa de Yave y de la casa de la
de Efraím y Manases. De los hijos tienda. 24 Había porteros a los cuatro
de Peres, hijo de Judá: 4 Utai, hijo vientos, a oriente y a occidente, a
de Amiud, hijo de Omri; hijo de Imri, norte y a mediodía. 25 Sus hermanos,
hijo de Bani. 5 De los silonitas: Asaya, que habitaban en sus ciudades, tenían
6 De los que venir de tiempo en tiempo por
el primogénito, y sus hijos.
hijos de Zerej: Jthuel y sus hermanos, siete días; 26 pero estos cuatro jefes
seiscientos noventa. 7 De los hijos de los porteros, estos levitas, estaban
de Benjamín: Salu, hijo de Mesulan, siimpre en funciones, y tenían además
hijo de Jodavía, hijo de Asenúa; a su cargo la vigilancia de las cáma-
8 Jibnea, hijo de Jerojam; Ela, hijo ras y de los tesoros de la casa de Dios;
27 pasaban la noche en torno a la
de Uzi, hijo de Micri; Mcsulam, hijo
de Scíatya, hijo de Beuel, hijo de casa de Dios, cuya guarda tenían,
Jibniya; 9 y sus hermanos, según sus y habían de abrir cada mañana.
generaciones, novecientos cincuenta 28 Algunos levitas estaban al cui-

y seis. Todos éstos eran jefes de fami- dado de los utensilios de servicio,
lias en las casas de sus padres. que recibían por cuenta y entregaban
10 Sacerdotes: Jedaya, Jeoyarib; por cuenta. 29 Otros cuidaban de
Jaquim, 11 Azaría, hijo de Helcías, todos los utensilios del santuario,
hijo de Mesulan, hijo de Sadoc, hijo sobre la harina de flor, el vino, el
de Merayot, hijo de Ajitub, jefe de aceite, el incienso y los aromas.
12
Adaya, hijo de 30 Los hijos de los sacerdotes hacían
la casa de Dios;
Jerojam, hijo de Pasjur, hijo de la mezcla de los perfumes aromáti-
Malquiya; Maesai, hijo de Adiel, hijo cos. 31 Matitiya, uno de los levitas,
de Jajzerat, hijo de Mcsulam, hijo primogénito de Salum, coreíta, se
de Mesilamit, hijo de Immer, 13 y cuidaba de las tortas fritas en sartén;
32
sus hermanos, jefes de las casas de y algunos de sus hermanos de
sus padres, mil setecientos sesenta entre los caatitas tenían a su cargo
hombres vigorosos, ocupados en el preparar para cada sábado los panes
servicio de la casa de Dios. de la proposición. 33 Estos son los
14
De los levitas: Scnuya, hijo de cantores, jefes de familia de los levi-
Jasub, hijo de Arricam, hijo de Ja- tas, que moraban en las cámaras,
sabla, de los hijos de Merari: 15 Bac- exentos de toda otra función, porque
bacar, Jcrcs, Gala], Matania, hijo de día y de noche estaban en la suya.
34 Eran los jefes de familia de los
de Miqueas, hijo de Zicri, hijo de
Asaf; 16 Abdías, hijo de Semcya, levitas, jefes según sus generaciones.
hijo de (¡alai, hijo de Jedutum: Bcrc- Habitaban en Jcrusalén.
35 El padre de
quías, hijo de Asa, hijo de Elcana, Gabaón, Jeiel, habi-
que habitó en los poblados de Neto- taba en Gabaón, y el nombre de su
pat. 17 Y los porteros: Salum, Acub, mujer era Maaca. 36 Abdón, su hijo,
Talmón, Ajmán y sus hermanos; primogénito; después Sur, Quis, Baal,
Salum era el jefe, y hasta ahora i
Ner, Ñadab, 37 Gedor, Ajio, Zacarías
está a la puerta del rey, a oriente. I
y Miclot. 38 Miclot engendró a Samán.
18 Estos son los porteros
de entre Estos habitaban también en Jerusa-
19
los levitas. Salum, hijo de Core, I lén junto a sus hermanos, con sus
hermanos. 39 Ner engendró
hijo de Ebiasaf, hijo de Coraj, y sus a Quis;
CRÓNICAS I, 10, 11 luí

Quis engendró a Saúl; Saúl engendró Saúl, 12 se levantaron todos los hom-
a Jonatán, Malquisúa, Abinadab y bres útiles, y tomaron el cuerpo de
Esbaal. 40 Hijo de Jonatán: Meribaal; Saúl y los de sus hijos, y los transpor-
Meribaal engendró a Mica. 41 Hijos ta* on a Jabes, y allí los sepultaron
de Mica: Pitón, Melec y Tajrea. bajo la encina de Jabes, y ayunaron
42 Ajaz engendró a Jaera, Jaera en- por siete días.
13 Murió Saúl porque se había
gendró a Alemet, Azmavet y Zimri;
Zimri engendró a Mosa; 43 Mosa hecho culpable de infidelidad hacia
engendró a Binca; Rafaya, su hijo; Yave, cuyas palabras no guardó, y
Eleasar, su hijo; Asel, su hijo. 44 Asel por haber preguntado y consultado
tuvo seis hijos, cuyos nombres son: a los evocadores de los muertos.
14 No obedeció a Yave,
Azricam, Bocru, Ismael, Searía, Ab- y Yave le
días y Janán. Estos son los hijos hizo morir, y transfirió el reino a
de Asel. David, hijo de Isaí.

David, rey.
HISTORIA DE DAVID
1-1 1
Todo
Israel se congregó en
* * torno a David en Hebrón, di-
Muerte de Saúl. ciendo: «Mira: tú eres hueso de nues-
tro hueso y carne de nuestra carne.
| i\
"
1
Los filisteos dieron la batalla 2
Ya antes, aun reinando Saúl, eras
' a Israel, y los hombres de tú el que sacabas y volvías a Israel.
Israel huyeron ante los filisteos, y Yave, tu Dios, te ha dicho: «Tú apa-
cayeron muc hos muertos en el monte centarás a mi pueblo, Israel, y tú
de Gelboe. 2 Los filisteos persiguieron serás el jefe de mi pueblo, Israel.»
3
a Saúl y a sus hijos, y mataron a Así todos los ancianos de Israel
Jonatán, Abinadab y Malquisúa, hijos vinieron al rey a Hebrón, y David
de Saúl. 3 El peso de la batalla cargó hizo con ellos alianza en Hebrón,
sobre Saúl; y viéndose descubierto ante Yave. Ungieron a David por rey
por los arqueros, se apoderó de él la de Israel, según la palabra de Yave,
angustia ante sus dardos. 4 Enton- pronunciada por Samuel.
4
ces dijo Saúl a su escudero: «Saca Marchó David con todo Israel
tu espada y traspásame con ella, contra Jerusalén, que es Jebús. Habi-
no vengan esos incircuncisos y me taban allí los jebuseos; 5 y los de Jebús
escarnezcan; pero su escudero no dijeron a David: «No entrarás tú
quiso, por temor. Entonces cogió aquí.» Pero David se apoderó de la
Saúl su espada, y se echó sobre ella. fortaleza de Sión, que es la ciudad
5
El escudero de Saúl, viéndole muer- de David. 6 David había dicho: «El
to, se echó también sobre su espada, que primero hiera al jebuseo será
y murió. 6 Así perecieron Saúl y sus jefe y príncipe.» Y fué el primero en
tres hijos, pereciendo con ellos toda subir Joab, hijo de Sarvia, y fué
su casa. 7 Todos los de Israel que hecho jefe. 7 David se estableció en
estaban en el valle, viendo que habían la fortaleza, que por esto se llamó
huido los hombres, y que Saúl y sus la ciudad de David. 8 Edificó la
hijos eran muertos, dejaron sus ciu- ciudad en derredor, desde el terraplén,
dades para ponerse también en fuga, y Joab reconstruyó el resto de la
y los filisteos se apoderaron de ellas. ciudad. 9 David vino a ser de día
8
Al día siguiente vinieron los filis- en día más grande, y Yave Sebaot
teos para despojar a los muertos, y estaba con él.
hallaron a Saúl y a sus hijos caídos
en el monte de Gelboe. 9 Los despoja-
ron y se llevaron su cabeza y sus Los valientes de David.
armas, e hicieron pregonar las buenas
noticias por toda la tierra de los 10 He aquí los primeros de los va-
filisteos, ^a sus ídolos y al pueblo. lientes que seguían a David y que
10 Pusieron
las armas de Saúl en el le ayudaron con todo Israel a ase-
templo de su dios, y colgaron su gurar su dominación, y hacerle rey
cabeza en el templo de Dagón. 11 To- de Israel según la palabra de Yave.
dos los de Jabes Galad, al saber lo 11
He aquí por sus nombres los va-
que los filisteos habían hecho con lientes que seguían a David:

26
402 CRÓNICAS I, 12

Jasobán, hijo de Jacmoni. jefe de Haror, y Eles, pelonita; 28 Ira, hijo


los treinta. Blandió su lanza contra de Iques, tecuita; Abiezcr de Anatot;
29
trescientos hombres, que derrotó de Sibeca, jusatita; llai, ajusita;
una vez. 30 Maharai, netofatita; Jeled, hijo de
12 Después
de él Eleazar, hijo de Baana, netofatita; 31 Itai, hijo de
Dodo, ajojita, otro de los tres. Ribai, de Gueba, de los hijos de
13 Estalla éste con David en Pas Benjamín; Banaías, faratonita; 32 Ju-
Damim, donde los filisteos se habían rai, de los valles de Gas; Abiel, arba-
reunido para la lucha; había allí tita; 33Azmavet, bajarumita; Eliajba,
una haza llena de cebada, y huyendo salbonita; 31 Jascm, agunila; Jona-
ya el pueblo ante los filisteos, 14 se tán, hijo de Sague, de Haror; 35 Aliam,
puso en medio de la haza y la defen- hijo de Sacar, de Haror, Elifal, hijo
dió, derrotando a los filisteos, y de Ur; 36 Efer, de Mequera; Ajiya,
obrando Yave una gran salvación. de Palón; 37 Jcsro, del Carmel; Naraí,
15 Tres de los treinta bajaron a hijo de Esbaí; 38 Joel, hermano de
donde estaba David, a la roca de Natán; M:hjar,hijo de Hagri; 39 Seleco,
la caverna de Odolám, cuando esta- amonita; Najraí, de Berot, escudero
ban acampados los filisteos en el de Joab, hijo de Sarvia; 40 Ira, de
valle de Refaim. 18 Estaba David Jeter; Gareb, de Jeter; 41 Urías, gcteo;
en la fortaleza y los filisteos tenían Zabad, hijo de Ajlaí; 42 Adina, hijo
una guarn'ción en Bctlejem. 17 Se le de Sira, rubenita, jefe de los rube-
ocurrió a David decir: «¡Quién me nitas, y treinta con él; 43 Jonán, hijo
diera poder beber agua de la cisterna de Maaca; Josafat, de Mitul; 44 Ozías,
que está a la puerta de Betlcjcm!» de Astarot; Sama y Jetiel, hijos de
18 Y entonces los tres, pasando a Jotam, de Haror; 45 Jediael, hijo de
través del campamento de los filis- Simrí; Joja, su hermano, fisalta;
46 de Majavim, Jeribaí y Jo-
teos, cogieron agua de la cisterna Eliel,
que hay a la puerta de Bctlejem; y savía, hijos de Elnaam; Jitma, moa-
47 Eliel, Obed y Joasiel, de
llevándola, se la presentaron a David; bita,
pero David se negó a bebería y la Mesobía.
derramó ante Yave, diciendo: 19 «Lí-
breme Dios de hacer tal cosa. ¿Voy Guerreros que se unieron a David
a beber yo la sangre de estos hombres, ya en tiempos de Saúl.
que a riesgo de su vida han ido allá?»
Porque era ciertamente con riesgo de 10 1
Estos son los que vinieron a
la vida como la habían traído, y no unirse a David, en Siceleg, cuan-
quiso bebería. Esto hicieron los tres do estaba alejado de Saúl, hijo de
valientes. Quis, y fueron parte de los valientes
20 Abisai, hermano de Joab, era que le prestaron su ayuda durante
jefe de los treinta. Blandió su lanza la guerra. 2 Eran arqueros que tira-
contra trescientos, que mató, 21 y ban piedras lo mismo con la mano
tuvo renombre entre los treinta, y derecha que con la izquierda, y dis-
era entre ellos muy considerado, pero paraban flechas con el arco. Eran
no llegaba a los tres primeros. de Benjamín, del número de los
22
Banaia, hijo de Joyada, que era hermanos de Saúl. 3 El jefe era Ajie-
hombre de mucho valor y célebre por zar; Joás, hijo de Sema, de Guibea;
sus hazañas, un día de nieve, bajando Jeriel y Pelet, hijos de Azmavet;
a una cisterna, mató a un león. Beraca; Jchú, de Anatot; 4 Jismaeya,
23 Mató también
a un egipcio que de Gabaón, valiente entre los treinta
tenía cinco codos de estatura, y cuya y jefe de los treinta; Jeremías, Jaja-
lanza era como un enjullo de tejedor. ziel, Jojanán, Jozabad, de Gucder;
8 Eluzai, Jerimot, Bealia, Senvirías,
Bajó contra él con un palo y le arran-
có de la mano la lanza, con la que le Sefatías, de Jarif; 8 Elcana, Jisjiva,
mató. 24 Esto hizo Banaia, hijo de Azazel, Joezer y Jesobeam, corejitas;
Joyada, que tuvo gran renombre 7
Joela y Zcbadías, hijos de Jerojam,
entre los treinta. 25 Fué muy consi- de Guedor.
derado entre los treinta, pero no lle- * También de entre los gaditas
gaba a los tres primeros, David le fueron hombres valientes « unirse
puso al frente de su guardia. a David, en la fortaleza del desierto,
28 Los valientes del ejército: Azacl, soldados diestros en la guerra, ar-
hermano de Joab; Ele ana, hijo de mados de escudo y lanza, semejantes a
Dodo, de Betlehem; 27 Samot, de leones y ligeros como cabras mon teses
CRÓNICAS I, 13 J(I3

' el jefe; Abrlías, el segundo;


Ezcr, cudo y lanza, seis mil ochocientos
Eliab, tercero; 10 Mismana, el cuar-
el hombres de guerra. 25 De los hijos de
to; Jeremías, el quinto; 11 Ataí, el Simeón, hombres valerosos para la
sexto; Eliol, el séptimo; 12 Jojanán, guerra, siete mil ciento. 26 De los
el octavo; Elzabad, el noveno; 13 Je- hijos de Leví, cuatro mil seiscientos;
27
remías, el décimo; Macbanai, el un- y Joyada, príncipe de Arón, y con
décimo. 14 Eran hijos de Gad, jefes él y Sadoc, joven
tres mil setecientos;
del ejército. Uno solo, el menor de valeroso, con veintidós de los princi-
todos, era capaz de atacar a cien pales de la casa de su padre. 29 De
hombres, y el mayor Estos 15 los hijos de Benjamín, herm; nos de
a mil.
fueron los que pasaron el Jordán en Saúl, tres mil, pues hasta entonces
el mes primero, cuando se desborda- la mayor parte de ellos habían per-
ba por todas sus márgenes, y pusie- manecido fieles a la casa de Saúl.
ron en fuga a todos los habitantes 30 De los hijos de Efraím, veinte mil

de los valles, a oriente y a occidente. ochocientos hombres valientes, gen-


16 Hubo también tes de renombre, según las casas de
de entre los hijos
de Benjamín y de Judá quienes se sus padres. 31 De la media tribu de
unieron a David en la fortaleza. Manasés, dieciocho mil, que fueron
17 David nominal mente designados para ir a
les salió al encuentro y les
dijo: «Si venís a mi con buenas inten- proclamar rey a David. 32 De los
ciones, para ayudarme, mi corazón se hijos de Isacar, doscientos jefes,
apegará a vosotros; pero si es para hombres inteligentes, sabedores de
engañarme en provecho de mis ene- lo que había de hacer Israel, y cuyo
migos, estando mis manos limpias consejo era respetado por todos. 33 De
de iniquidad, véalo el Dios de nues- Zabulón, cincuenta mil, en estado de
tros padres y que él os lo demande.» tomar las armas y provistos de toda
18 Entonces clase de armas para el combate, pres-
se revistió del espíritu
Amasaí, uno de los jefes principales, tos a librar batalla con ánimo re-
34 De
y dijo: «A ti y a tu pueblo, hijo de suelto. Neftalí, mil jefes, y
Isaí, paz. Paz a ti ya
cuantos te con y siete mil soldados,
ellos treinta
ayudan, pues te ayuda a ti tu Dios.» que llevaban escudo y lanza. 35 De
David los recibió, y los hizo jefes Dan, armados para la guerra, veintio-
de las tropas. cho mil seiscientos. 36 de Aser, hom-
19
También de los hijos de Manasés bres de guerra prestos para el com-
vinieron a unirse a David, cuando bate, cuarenta mil. 37 Y
del otro lado
vino con los filisteos a la batalla del Jordán, de los rubenitas, gaditas
contra Saúl, aunque no combatió, y de la media tribu de Manasés,
porque los principes de los filisteos, ciento veinte mil armados de todas
habido consejo, le despidieron di- armas.
ciendo: «Se pasaría a Saúl con peligro 38 Todos estos hombres, gente de
de nuestras cabezas.» 20 Cuando re- guerra, prestos para el combate, lle-
tornó a Siceleg, éstos fueron los que garon a Hebrón con leal corazón
de Manasés se le unieron: Adnas, para hacer a David rey de todo Israel,
Jozabad, Jediael, Micael, Jozabad, y todo el resto de Israel estaba igual-
Elital, y Siltaí, jefes de millares de mente unánime en querer a David por
Manasés. 21
Ayudaron a David a or- rey. 39 Estuvieron allí tres días con
ganizar las tropas, pues eran todos David, comiendo y bebiendo, pues sus
hombres valerosos y fueron jefes en hermanos los habían provisto de ví-
el ejército. 22 De día en día llegaban veres, 40 y aun los que habitaban
gentes a unirse a David, hasta que cerca, hasta Isacar y Zabulón y Nef-
vino a tener un gran ejército, como un talí, trajeron en asnos, camellos, mu-
ejército de Dios. los y bueyes, pan, harina, masas de
higos y pasas, vino, aceite, bueyes y
Guerreros de las doce tribus que ovejas en abundancia, porque Israel
viuieron a Hcbrón para haecr rey estaba en alegría.
a David.
El arca, depositada por David
23
He aquí el número de hombres en la casa de Obcdcdom.
de guerra que armados vinieron a Da-
vid, a Hebrón, para transferirle el rei- 1Q 1 Tuvo David consejo con los
no de Saúl, según el mandato de Yave: jefes de millares y de centenas,
41 Hijos de 2
Judá, armados de es- con todos los príncipes, y dijo a
10 i CRÓNICAS I, 14, 15

toda la asamblea de Israel: «Si os ces mujeres en Jerusalén, y tuvo


parece bien, y que la cosa viene de hijos e hijas. 4 Los nombres de los
Yave, nuestro Dios, vamos a mandar que le nacieron en Jerusalén son:
a todas partes a nuestros hermanos Samua, Sibab, Natán, Salomón, 5 Jib-
que están por todo Israel, a los sacer- jar, Elisúa, Elfelet, 6 Noga, Nefeg,
dotes y a los levitas en las ciudades Jafia, 7 Elisama, Beeliada y Elifelet.
que habitan, para que vengan a 8
Cuando los filisteos supieron que
reunirse con nosotros 3 y traigamos David había sido ungido rey de todo
el arca de nuestro Dios, pues no nos Israel, subieron todos en busca suya,
hemos cuidado de esto desde el tiem- y David, que lo supo, les salió al paso.
po de Saúl.» 4 Toda la asamblea re- 9 Llegaron los filisteos y se desparra-

solvió hacer así, pues la cosa pareció maron por el valle de Refaim. 10 David
conveniente a todo el pueblo. consultó a Dios, preguntando: «¿Su-
5 Reunió, pues, David a todo el
biré contra los filisteos, y los entre-
pueblo, desde el Sijor de Egipto hasta garás en mis manos?» Y Yave le
el camino de Hamat, para traer de dijo: «Sube, y los entregaré en tus
Cariatiarim el arca de Dios; 6 y subió manos.» 11 Subieron ellos a Baal Pe-
David con todo Israel a Baala de rasim, donde David los derrotó. Luego
Cariatiarim, que está en Judá, para dijo: «David ha dispersado por mi
trasladar de allí el arca de Dios, ante mano a mis enemigos, como rotura
la cual se invoca el nombre de Yave, de aguas que se derraman. » Por eso
que se sienta entre los querubines. se dió a aquel lugar el nombre de
7
Pusieron el arca de Dios sobre un Baal Perasim. 12 Se dejaron allí sus
carro nuevo, y la llevaron de la casa dioses, que por orden de David fueron
de Abinadab. Conducían el carro Uza quemados en el fuego. .

y Ajió. 8 David y todo Israel danza- 13 Los filisteos invadieron de nuevo

ban ante el arca con todas sus fuer- el valle, 14 y David consultó de nuevo
zas y cantaban y tocaban arpas, sal- ¡a Dios, y Dios le dijo: «No subas
terios y tímpanos, címbalos y trom- contra ellos. Rodéalos, y échate sobre
petas. ellos desde delante de las balsameras.
9
Cuando llegaron a la era de Cidón, 15 Cuando entre las balsameras oigas
'

Uza tendió la mano para coger el un estruendo, sal luego y atácalos,


arca, porque los bueyes la ladeaban; que irá Dios delante de ti, para de-
10 se encendió la cólera de Yave rrotar el campo de los filisteos.
contra Uza, y Yave le hirió por haber 16 Hizo David como Dios le mandara,
tendido la mano sobre el arca. Uza y derrotó a los filisteos, desde Ga-
murió allí ante Dios. 11 David se baón hasta Guezer. 17 La fama de
apesadumbró porque había herido David se extendía por todas aque-
Dios a Uza con tal castigo, y aquel llas tierras, y puso Yave sobre todas
lugar se llamó hasta hoy Peres Uza. las gentes el temor de David.
,

12 David entró aquel día en temor,


y
dijo: «¿Cómo voy a traer a mí el
arca de Dios?»; 13
y no llevó el arca, Traslado del urca a Jerusalén.
de Dios con él a la ciudad de David
sino que la hizo llevar a la casa de ií 1
David hizo casa para si en
Obededom, de Oet. 14 Allí quedó por ciudad de David, y preparó
la
tres meses el arca en la casa de Obe- un lugar para el arca de Dios, alian-
dedom, y Yave bendijo la casa de do para ella una tienda. 2 Entonces
Obededom y cuanto le pertenecía. se dijo: «El arca de Dios no debe
ser transportada sino por los levitas,
porque son los que eligió Yave para
Victorias «le David sobre los trasladarla y para hacer su servicio
Ulisteos. por siempre. 3 Reunió, pues, David
a todo Israel en Jerusalén, para subir
1 A Hiram, rey de Tiro, mandó
1
el arca de Yave al lugar que le había
embajadores a David y le pro- dispuesto. 4 Reunió a los hijos de
porcionó madera de cedro, canteros Arón y a los levitas. 6 De los hijos
y carpinteros, para que edificaran su de Caat, a Uriel, el jefe y sus her-
casa. 2 Conoció David que Yave afir- manos, ciento veinte; 6 de los hijos
maba su dominio sobre Israel, y que de Merari, Asaya, jefe y sus herma-
ensalzaba su reino, por amor de Is- nos, doscientos veinte; 7 de los hijos
3 David tomó
rael, su pueblo. enton- de Gersón, Joel, jefe y sus hermanos,
CRÓNICAS I, 16 405

ciento treinta; 8 de los hijos de Eli- Dios, llevaban el arca de la alianza


safán, Semeya, jefe y sus hermanos, de Yave, y se sacrificaron siete novi-
doscientos; 9 de los hijos de Hehrón, llos y siete carneros. 27 David iba ves-
Eliel, jefe y sus hermanos, ochenta; tido de un manto de byso, lo mismo
10 de
los hijos de Uziel, Aminadab, que todos los levitas que llevaban el
jefe y sus hermanos, ciento doce. arca, cantores y Quenanía, jefe
los
11
David llamó a los sacerdotes Sadoc de la música entre los cantores. Lle-
y Abiatar, y a los levitas Uriel, Asaya, vaba David también sobre sí el efod
12
Joel, Semeya, Eliel y Aminadab, y de lino.
28
les «Vosotros sois los jefes de
dijo: De esta manera llevó todo Israel
familias de los levitas; -santifícaos el arca de la alianza de Yave entre
vosotros y vuestros hermanos, para gritos de júbilo, al son de las bocinas,
subir el arca de Yave, del Dios de las trompetas, los címbalos, los sal-
Israel, al lugar que yo le he prepa- terios y las cítaras. 29 Cuando el arca
rado. 13 Por no estar vosotros allí la de la alianza de Yave llegó a la ciu-
primera vez, Yave, nuestro Dios, nos dad de David, Micol, hija de Saúl,
castigó, porque no fuimos a buscarle mirando por una ventana, vió al rey
según la ley. David saltando y bailando delante
14 Santificáronse los sacerdotes
y del arca, y le menospreció en su
los levitas para subir el arca de Yave, corazón.
Dios de Israel. 15 Los hijos de los
1 Traída
levitas llevaban el arca de Dios en -1 el arca de Dios, pusié-
hombros, con sus barras, como lo lw ronla en medio de la tienda que
había ordenado Moisés, según el man- David había alzado para ella, y ofre-
dato de Yave. 16 David mandó a los cieron ante Dios holocaustos y sacri-
jefes de los levitas que dispusieran ficios eucarísticos. 2 Cuando hubo
a sus hermanos los cantores, que hi- acabado David de ofrecer los holo-
ciesen resonar los instrumentos mú- caustos y los sacrificios eucarísticos,
sicos, arpas, salterios y címbalos, en bendijo al pueblo en nombre de Yave,
3
señal de regocijo; 17 y los levitas de- y distribuyó a todo Israel, hom-
signaron a Hernán, hijo de Joel, y de bres y mujeres, a cada uno una por-
sus hermanos, a Asaf, hijo de Ñere- ción de pan, de carne y de uvas
quia; y de entre los hijos de Merari, pasas.
de sus hermanos, a Etán, hijo de -
4
Puso levitas al servicio del arca
Cusaya; 18 después, con ellos, sus her- de Yave, para que invocaran, alaba-
manos del segundo orden: Zacarías, ran y ensalzaran a Yave, Dios de
Joaziel, Semiramot, Jejiel, Uní, Eliab, Israel. 5 Fueron Asaf, el jefe; Zaca-
Banaias, Maaseyas, Matatías, Elifele, rías, el segundo después de él; Uziel,
Miemas, Obededom y Jeiel, porteros. Semiramot, Jejiel, Matatías, Eliab,
19
Los catorce, Hernán, Asaf y Etan, 6
Banaya,' Obededom y Jeiel, con
llevaban címbalos de bronce para ha- instrumentos músicos, salterios y ar-
cerlos resonar; 20 Zacarías, Aziel, Se- pas, y Asaf era el que hacía sonar los
miramot, Jejiel, Uni, Eliab, Maaseyas címbalos. Los sacerdotes Benaya y
y Benaya, llevaban salterios templa- Jojaziel tocaban continuamente las
dos para las voces altas; 21 y Mata- trompetas delante del arca de la
tías, Elifele, Mieneya, Obededom, alianza de Dios. 7 Aquel día dió David
Jijiel y Azazías, con cítaras acorda- a Asaf y a sus hermanos por primera
das a la octava; 22 y Quenayas, jefe vez, para cantar las alabanzas de
de los levitas, dirigía el canto, pues Yave, este canto (1):
tenía mucho conocimiento de él. 23 Be- 8
«Alabad a Yave, invocad su
requías y Elcana eran los porteros nombre,
del arca; 24 y Sebanías, Josafat, Na- Pregonad a los pueblos sus hazañas.
tanael, Amasaí, Zacarías, Benayas y
Eliezer, sacerdotes, tocaban las trom-
(i) El canto entregado por David a Asaf
petas delante del arca de Dios. Obe- y sus hermanos es, con ligeras variantes, el
dedom y Jijías eran también porteros salmo 106 (Vulg. 105). El verso: «dad gracias
del arca. a Yave, que es bueno, y es eterna su miseri-
25 David, pues, los ancianos de Is- cordia», es puesto luego numerosas veces en
los jefes de millares, fueron a boca de los levitas y del pueblo todo, para ala-
rael y bar y bendecir a Yave.
traer el área de la alianza de Yave
Los versos 28-33 son mesiánicos, por refe-
desde la casa de Obededom, con gran rirse al reinado universal de Yave, que habla de
alegría. 28 Los levitas, asistidos de realizar el Mesías.
406 CRÓNICAS I, 17

8
Cantadle, cantad salmos en su Adorad a Yave en ornamentos
honor, santos,
Contad todos sus portentos. 30 Temblad ante él todos los de la
10 Gloriaos en su santo nombre, alé- tierra.
grese el corazón de los que buscan a El afirmó el orbe, y firme está.
Ya ve. 31
Alégrense los cielos y regocíjese
11
Buscad a Yave y fortaléceos, la tierra,
Buscad siempre su rostro. Pregónese entre las gentes: Yave
12
Recordad cuántas maravillas ha reina.
32
obrado, Truene el mar con cuanto lo llena,
Sus prodigios, los juicios de su boca, Salte de gozo el campo y cuanto
13 Descendientes de Abraham, su hay en él,
33 Den gritos
siervo, de júbilo los árboles
Hijos de Jacob, su elegido. de las selvas,
14 Es Yave nuestro Dios, Al venir Yave, pues viene para
Por la tierra toda prevalecen sus juzgar a la tierra.
juicios. 34 Dad gracias a Yave, que es
15
Fielmente se ha acordado siem- bueno,
pre de su alianza, Y
es eterna su misericordia.
De sus promesas para mil gene- ss Decid: Sálvanos, |oh DiosI, salud
raciones, nuestra,
16 De lo que pactó con Abraham, Reúncnos y líbranos de las gentes,
De loque juró a Isac, Para que confesemos tu santo
17 De lo que firmemente estableció nombre,
con Jacob, Y nos gloriemos alabándote.
Y
con Israel como pacto eterno, 38 Bendito Yave, Dios de Israel,
18 Diciendo: A ti te daré la tierra Por eternidad de eternidades.
de Canán Y diga todo el pueblo: Amén,
Como porción de vuestra heredad. Alabad a Yave.»
19 37
Eran entonces poco numerosos, David dejó allí, delante del arca
Poco numerosos y extranjeros en ella, de la alianza de Yave, a Asaf y a sus
20 Iban hermanos, para que constantemente
de una gente a otra gente,
Y de un reino a otro pueblo. ministrasen delante del arca, cada
21
Pero no consintió que nadie los cosa a su tiempo, 38 y a Obcdedom
oprimiese, y sus hermanos, sesenta y ocho.
Y por causa de ellos castigó a 89 Estableció al sacerdote Sadoc
y
reyes. a los sacerdotes sus hermanos ante
22Xo toquéis a mis ungidos, el tabernáculo de Yave en la altura
No hagáis mal a mis profetas. de Gabaón, 40 para que allí ofreciesen
23
Cantad a Yave, habitantes todos continuamente a Yave holocaustos y
de la tierra, cumpliesen cuanto está escrito en la
Pregonad uno y otro día su sal- ley de Yave, dada por Yave a Israel.
41 Con ellos estaban Hernán
vación, y Jedu-
24 Contad apueblos su gloria,
los tun y los otros que nominalmente
los pueblos todos.
Sus maravillas a habían sido designados para alabar
28
Porque Yave es grande, digno a Yave: «Porque su misericordia es
de toda alabanza, eterna.» 42 Estaban Hernán y Jedu-
Temible sobre todos los dioses. tun con ellos, y las trompetas y los
26 Porque los dioses de las gentes címbalos para los que las tocaban,
son Ídolos, y los instrumentos para los cantos
Pero Yave es el Hacedor de los en honor de Dios. Los lujos de Jedu-
cielos. tun eran los porteros.
27 43 Todo el pueblo se fué luego cada
La gloria y la majestad sean I

ante él, uno a su casa, y David se volvió a


La alabanza y el honor en su san- bendecir a la suya.
tuario.
28 Dad a Yave, joh familias de los Proyecto de David de edificar
pueblos!, el templo.
Dad a Yave la gloria y la alabanza,
28Dad gloria al nombre de Yave, -1 *T 1
Una vez que David se hubo
'
Traed ofrendas, y entrad en sus establecido en su casa, dijo a
^

atrios. Natán, profeta: «Yo estoy habitando


CRÓNICAS í, 18 4U7

18 |oh Yave,
en una casa de cedro, mientras que hombre de excelencia,
el arca de la alianza de Yave está Dios! ¿Qué más podrá decirte David
bajo una tienda.» 2 Natán respondió a de la gloria que concedes a tu siervo?
David: «Haz lo que tienes en tu co- Tú conoces a tu siervo, |oh Yave!
razón, pues Dios está contigo.» 3 Pero 19 Ypor amor de tu siervo y conforme
aquella noche fué dirigida a Natán a tu corazón has hecho todas eslas
la palabra de Dios: 4 «Ve, y dilc a grandes cosas, revelando todas estas
David, mi siervo: Así habla Yave: grandezas, ioh Yave! 20 No hay se-
No serás tú quien a mí me edifique mejante a ti, no hay otro Dios como
casa para que more en ella. B Nunca, tú, como con nuestros oídos hemos
desde que saque a Israel hasta hoy, oído. 21 ¿Hay sobre la tierra una sola
he habitado en casa, sino que anduve nación que sea como tu pueblo, Is-
de una parte a otra en una tienda, y rael, cuyo Dios fuese a rescatar un
adondequiera que iba con todo Is- pueblo, para hacerse nombre con tan-
rael. 6 ¿Dije yo nunca a ninguno de tos milagros y prodigios, y arrojando
los jueces de Israel, a quienes mandé a naciones delante de tu pueblo, al
apacentar a mi pueblo: Por qué no que redimiste de Egipto? 22 Tú has
me hacéis una casa de cedro? 7 Di, hecho de tu pueblo, Israel, tu pueblo
pues, ahora a mi siervo David: Así para siempre y tú, ¡oh Yave!, tú
habla Yave Scbaot: Yo te cogí de eres su Dios. 23 Ahora, pues, ]oh Yave!,
la majada, de detrás del ganado, que la palabra que has dicho de tu
para que fueras jefe de mi pueblo, siervo y de su casa sea durable por la
Israel; 8 he estado contigo por donde- eternidad, y cúmplela. 24 Que perdure,
quiera que tú has andado; he exter- para que tu nombre sea glorificado
¡ minado ante ti a todos tus enemigos, por siempre, y se diga: Yave Sebaot,
y he hecho tu nombre semejante al Dios de Israel, es en verdad un Dios
i de los grandes que hay en la tierra; para Israel. Y
que la casa de David,
* he dado un lugar de habitación a tu siervo, sea firme ante ti, 25 pues
mi pueblo, Israel, y le estoy plan- que tú mismo, Dios mío, has revelado
tando para que se fije y no sea ya a tu siervo que le edificarás casa.
conmovido, ni los hijos de la iniqui- Por eso ha osado tu siervo orarte así.
dad le destruyan, 10 como antes en 26 Ahora, pues, ¡oh Yave!, tú eres
el tiempo en que establecí los jueces Dios, y tú has prometido esta gracia
sobre mi pueblo Israel. He humillado a tu siervo. 27 Bendice, pues, la casa
a todos tus enemigos, y te anuncio de tu siervo, para que subsista para
que Yave te edificará a ti casa. siempre delante de ti. Porque tú,
11 Cuando cumplan tus [oh Yave!, la has bendecido, y ben-
se días y
vayas a rcunirte con tus padres, yo dita será por la eternidad.»
! alzaré tu descendencia, después de
ti, a uno de entre tus hijos, y yo Victorias de David sobre filisteos,
afirmaré su reino. 12 El será quien me moabitas, sirios y cdomitas.
edifique casa, y yo afirmaré para
siempre su trono. 13 Seré padre para 'I O1
Después de esto batió David
,
él y él será para mí un hijo, y no a los filisteos y los humilló,
apartaré de él mi gracia, como la arrebatándoles de las manos Get y
aparté del que te precedió. 14 Le esta- las ciudades de su dependencia. 2 Ba-
bleceré para siempre en mi casa y tió a los moabitas, que quedaron
en mi reino, y su trono será firme sujetos a David, pagándole tributo.
por toda la eternidad» (1). 3 Batió también David
a Haderezer,
15 Natán transmitió a David todas
rey de Soba, cuando iba éste a esta-
estas palabras y toda la visión, 16 y el blecer su dominio sobre el Eufrates.
1

rey David fué a ponerse ante Yave 4 Le tomó David mi) carros, siete mil

y dijo: «¿Quién soy yo, Yave Dios, caballeros y veinte mil infantes; des-
y qué es mi casa, para que tú me jarretó a todos sus caballos de tiro,
h¡iyas traído a donde estoy? 17 to- Y no conservando más que los de cien
"
davía esto es poco a tus ojos: Hablas carros. 5 Vinieron los sirios de Da-
de la casa de tu siervo para tiempo masco en socorro de Haderezer, rey
lejano, y te dignas mirarme como un de Soba, y David derrotó a veinte
6
mil sirios, puso guarniciones en la
(i) La promesadel trono eterno, hecha a Siria de Damasco, y
los sirios queda-
David, es estrictamente mesiánica, y de Cristo ron sujetos a David, pagándole tri-
Nuestro Señor la interpreta San Pedro. Act. a, 30. buto.
108 CRÓNICAS I. 19

Yave protegía a David por donde- venido a ti sus servidores?» 4 En- ;

quiera que iba. 7 Cogió David los tonces Janún, cogiendo a los servi- I

escudos de oro que llevaban los ser- dores de David, los rapó y les cortó
vidores de Haderezer, y los llevó a los vestidos por el medio hasta las
]
Jerusalén. 8 También se apoderó de nalgas, y luego los despachó. 5 David, I

una gran cantidad de bronce en que supo lo que a sus hombres había
Tibcat y en Cun, ciudades de Hade- sucedido, mandó gentes que les sa- ]
rezer. De él hizo Salomón el mar de lieran al encuentro, pues se hallaban I

bronce, las columnas y los utensilios en gran confusión, y les dijeran:


de bronce. «Quedaos en Jericó hasta que os j
9
Supo Tohú, rey de Hamad, que crezca la barba, y volved luego.» I
David había derrotado a todo el 6
Los hijos de Ammón vieron que ]
ejército de Haderezer, rey de Soba; se habían hecho odiosos a David,
]
10
y le mandó como embajador a y Janún y de Ammón man- ]
los hijos
Hadoram, su hijo, para saludarle y daron mil talentos de plata para |
felicitarle por haber atacado a Hade- asoldar a los carros y a los caba- I
rezer, venciéndole,pues Tohú estaba lleros de los sirios de Mesopotamia y
en guerra con Haderezer. Mandóle de los sirios de Maaca y Soba. 7 To-
también toda suerte de vasos de oro, maron a sueldo treinta y dos mil '

de plata y de bronce, 11 que el rey carros y al rey de Maaca y su pueblo, I

David consagró a Yave, con el oro que vinieron a acampar delante de


y la plata que había tomado a todas Madaba. Los hijos de Ammón se i

las naciones, a Edcm, a Moab, a reunieron en sus ciudades, y salieron


los hijos de Ammón, a los filisteos y a .para combatir. 8 Al recibir David
Amalee. estas nuevas, mandó contra ellos a 1
12 Abisai, hijo de Sarvia, batió en Joab y todo el ejército, hombres
el valle de la sal a dieciocho mil valerosos.
edomitas, 13 puso guarniciones en 9
Salieronlos hijos de Ammón y
Edom, y todo Edom quedó sometido se ordenaron en batalla a la entrada
a David. Yave protegía a David de la ciudad; los reyes que habían
por todas partes donde iba. venido tomaron posición aparte en
14 David reinó sobre todo Israel, el campo. 10 Viendo Joab que Unia
haciendo derecho y justicia a todo contra quién combatir de frente y I
15 Joab, hijo de Sarvia,
el pueblo. a la espalda, escogió de lo más selecto
era jefe del ejéicito. Josafat, hijo de Israel un cuerpo que oponer a
de Ajilud. era cronista, lfi Sadoc, los sirios, 11 y el resto del pueblo lo I
hijo de Ajitub, y Abimelec, hijo de puso a las órdenes de su heimano
Abiatar, eran sacerdotes; Savsa era Abisai, para hacer cara a los hijos
secretario; 17 Banaias, hijo de Joyada, de Ammón, 12 diciéndole: «Si los R
era jefe de los ccreteos y péleteos, sirios son más fuertes que yo, vas
y los hijos de David sus áulicos. tu en socorro mío; y si los hijos de
Ammón son más fuertes que tú, iré
(íuerra «untra los amonitas > sus yo en socorro tuyo. 13 Esfuérzate y
aliados. esforcémonos por nuestro pueblo y fl
por las ciudades de nuestro Dios,
1*) Después de esto, murió Najas,
1
y haga Yave lo que bien le parezca.» I
14 Avanzó Joab con los suyos paral
de los hijos de Ammón, suce-
Rey
diéndolc su hijo. 2 David dijo: "Voy a atacar a los sirios, que huyeron ante
mostrar mi benevolencia a Janún, hijo él;
15
y los hijos de Ammon, cuando
de Najas, pues su padre se mostró vieron que habían huido los sirios,
conmigo benévolo»; y le envió una se pusieron también en fuga delante
embajada para consolarle por la de Abisai, hermano de Joab, y sel
muerte de su padre. Cuando los en- encerraron en la ciudad. Joab sel
viados de David llegaron a la tierra volvió a Jerusalén.
16
de los hijos de Ammón, y se presen- Viendo los sirios que habían
taron a Janún para consolarle, 3 los sido derrotados por Israel, mandaron
jefes de los hijos de Ammón dijeron a buscar a los sirios del otro lado
a Janún: «¿Crees tú que para honrar del río, que vinieron al mando de
a tu padre te manda David conso- Sofac, jete del ejéicito de Hade-
ladores? ¿No será más bien para rezer. 17 Súpolo David, y reunió a
reconocer la ciudad y destruirla y todo Israel; y pasando el Jordán,
explorar la tierra, para lo que han marchó contra ellos y se preparó a

¿
CRÓNICAS I. 20, 21

atacarlos. Ordenóse David en batalla jefes del ejército: «Id a hacer el


contra los sirios; 18 y los sirios, des- censo de Israel, desde Berseba hasta
pués de haberse batido con él, se Dan, y traédmelo, para que sepa
pusieron en huida delante de Israel, yo su número.» 3 Joab respondió a
y David Ies mató siete mil hombres David: «[Ojalá hiciera Yave a su
de los carros y cuarenta mil infantes, i
pueblo cien veces más numeroso!
Mató también a Sofac, jefe del ejér- Pero, rey y señor mío: ¿no son todos
cito. 19 Los hombres de Haderezer, servidores tuyos? ¿Para qué pide
viéndose derrotados por Israel, con- esto mi señor? ¿Para qué hacer una
certaron paces con David y se le cosa que será imputada como pecado
sometieron. No volvieron más los a Israel?» 4 El rey persistió en la
sirios a socorrer a los hijos de Ammón. orden que había dado a Joab; y
Joab partió y recorrió todo Israel,
')í)
1
^quean0suelen
g uien
si te, al tiempo y vino luego a Jerusalén. Joab en-
tregó a David el rollo del censo del
en los reyes salir
a campaña, Joab, a la cabeza de pueblo, 5 y había en todo Israel once
un fuerte ejército, fué a talar la veces cien mil hombres de guerra,
tierra de los hijos de Ammón, y y en Judá cuatrocientos setenta mil.
6 No hizo
puso sitio a Raba. David se quedó entre ellos el censo de Leví
en Jerusalén. Joab se apoderó de y Benjamín, porque abominaba Joab
Raba, y la destruyó. la orden del rey. 7 Desagradó la
2
Quitó David la coronade su rey orden a Dios (1), y castigó a
de encima de su cabeza, y hallóla Israel.
8
del peso de un talento de oro y Entonces dijo David a Dios:
guarnecida de piedras preciosas. Fué «He cometido con esto un gran pe-
puesta sobre la cabeza de David, cado. Perdona, te ruego, la iniquidad
que obtuvo de la ciudad un gran de tu siervo, pues he obrado como
botín. 3 Sacó de ella a los habitantes un insensato.»
9
y los puso a serrar con las sierras y a Yave habló así a Gad, el vidente
los trillos y a las hoces. Lo mismo de David: 10 «Ve a decir a David:
hizo con todas las ciudades de los Así habla Yave: Tres plagas te pro-
hijos de Ammón. Volvióse luego Da- pongo para que elijas una con que
vid con todo el pueblo a Jerusalén. te heriré. » 11 Gad vino a David y
le dijo: «Así habla Yave: 12 Elige: -

Victorias contra los filisteos. o tres años de hambre, o tres años


durante los cuales serás deshecho por
4 Después
de esto hubo en Guezer tus enemigos y alcanzado por su
una batalla contra los filisteos. En- espada, o tres días durante los cuales
tonces fué cuando Sibecai, jusatita, la espada de Yave y la pesté estarán
mató a Sipí, uno de los Refaim. Los sobre la tierra, y el ángel de Yave
filisteos quedaron humillados. 5 Tam- llevará la destrucción a todo el terri-
bién hubo otra batalla con los filis- torio de Israel. Ve, pues, lo que he
teos, la que Eljanán, hijo de Jair,
en de responder al que me envía.
13 David respondió
mató un herm ino de Goliat, Lajmí,
a a Gad: «En gran
de Gct, que llevaba una lanza cuya aprieto me veo. Pero caiga yo en
asta era como un enjullo de tejedor. las manos de Yave, cuya misericor-
6
Hubo otra batalla más en Get, dia es inmensa, y no caiga en las
en la que se halló un hombre de alta manos de los hombres.»
14 Mandó Yave
talla, que tenía seis dedos en cada la peste sobre
mano y en cada pie, veinticuatro Israel, y cayeron setenta mil hombres
en todo, y que descendía también de Israel. 15 Dios mandó un ángel
de Rafa. 7 Retó a Israel, y Jonatán, a Jerusalén para destruirla; y cuando
hijo de Simea, hermano de David, ya estaba destruyéndola, miró Yave
le mató. 8 Estos hombres eran hijos y se arrepintió de aquel mal; 18 y
de Rafa, de Get, y perecieron a manos dijo al ángel destructor: «Basta. Re-
de David y de sus servidores. tira ya tu mano. » El ángel de Yave
estaba junto a la era de Qrnáuj
Censo y peste.
1 (i) El censo ordenado por David atrae sobre
•)i Alzóse Satán contra Israel e ¿Por qué? No lo sabemos.
Israel la ira del Señor.
incitó a David a hacer el censo Quizá quiso Dios castigar la vanagloria de parte
df Israel. 2
David dijo a Joab y a los de David.
41U CRÓNICAS I, 22

jebuseo, 17
y David alzó los ojos OO 1
Y
dijo David: «Esta será la
y vió al ángel
entre la tierra y el casa de Yave Dios, y aquí
cielo, teniendo en su mano des- estará el altar de los holocaustos
nuda la espada, vuelta contra Jeru- para Israel» (1).
salén.
Entonces David y los ancianos de
Jerusalén, vestidos de saco, cayeron Preparativos de David para la
sobre sus rostros; 18 y David dijo a construcción del templo.
Dios: «¿No soy yo el que he mandado
hacer el censo del pueblo? Yo soy 2
Mandó David que se reuniesen
quien ha pecado y ha hecho el mal: todos los extranjeros que había en
pero estas ovejas, ¿qué han hecho? la tierra de Israel, y encargó a los
[Yave, Dios miol Pese tu mano sobre canteros que fuesen preparando pie-
mí y sobre la casa de mi padre, y no dras talladas para la construcción
haya plaga en tu pueblo.» 10 El ángel de la casa de Dios. 3 Preparó también
de Yave dijo a Gad que hablase a hierro en abundancia para la clava-
David, para que subiese a alzar un zón de las puertas y para la's grapas,
altar en la era de Ornán, jebuseo, y bronce en cantidad imponderable,
20
y subió David, cumpliendo la y madera de cedro innumerable, 4 pues
orden que Oad había dado en nombre los sidonios y los tirios habían traído
de Yave. 21 Omán, que estaba tri- a David maderas de cedro en abun-
llando el trigo, se volvió y vió al dancia. 5 David se decía: «Mi hijo
ángel, y se escondió con sus cuatro Salomón es todavía joven e inexperto,
hijos. y la casa que ha de edificarse a
22 Cuando llegó David cerca de Yave ha de ser, por la grandeza,
Ornán, miró Ornán y vió a David, por la magnificencia, por la belleza,
y saliendo de la era, se prosternó reputada en todas las tierras; por eso
ante David, rostro a tierra. 23 David quiero hacer preparativos»; y los
dijo a Ornán: «Cédeme el campo de hizo antes de su muerte, en abun-
tu era, para que yo alce en ella un dancia. 6 David llamó a Salomón,
altar a Yave; cédemela por su precio su hijo, y le dió orden de edificar
en plata, para que se retire la plaga una casa a Yave, Dios de Israel.
de sobre el pueblo.» 24 Ornán res- 7 Le dijo: «Hijo mío. Yo tenía el
pondió a David: «Tómala, y que mi propósito de edificar un templo al
señor el rey haga en ella lo que bien nombre de Yave, mi Dios; 8 pero
le parezca: mira, te doy los bueyes Yave me dijo: Tú has derramado
para el holocausto, los trillos para mucha sangre y has hecho grandes
leña, y el trigo para la ofrenda. Todo guerras. No serás tú quien edifique
te lo doy.» 26 Pero el rey dijo a Ornán: una casa a mi nombre, porque has
«No, quiero comprártela por su valor derramado ante mí mucha sangre
en plata, pues no voy a presentar yo sobre la tierra. * He aquí que te.
a Yave lo que es tuyo, ni a ofrecerle nacerá un hijo, que será hombre de
un holocausto que no me cuesta nada.» paz, y a quien daré yo paz, librán-
24 Y dió David a Ornán seiscientos dole de todos sus enemigos en derre-
siclos de oro por el lugar, a ' y edificó dor. Su nombre será Salomón, y ditl
allí un altar a Yave, y le ofreció rante su vida haré yo venir sobre
holocaustos y sacrificios eucarlsticos. Israel la paz y la tranquilidad. 10 Ese]
Invocó a Yave, y Yave le respondió edificará una casa a mi nombre.
por el fuego que del cielo descendió Será para mí un hijo, y yo seré
sobre el altar del holocausto. 28 En- para él un padre, y afirmaré para
tonces habló Yave al ángel, que volvió siempre el trono de su reino enl
la espada a la vaina. Israel. 11 Ahora, pues, hijo mío, que
29
Viendo David que Yave le había Yave sea contigo, para que prosperes'
oído en la era de Ornán, jebuseo, y edifiques la casa de Yave, ta Dios,
sacrificaba allí, 30 pues el tabernáculo como él de ti lo ha declarado. 12 Quiera
de Yave, que Moisés había hecho darte Yave la sabiduría y la inteli-
en el desierto, y el altar de los holo-
caustos, estaban entonces en la altura
(t) David, en su celo por la gloria de Yave.
de Oabaón; 31 y David no podía ir una vez que no pudo edificar el templo, hizo
allá a buscar a Yave, pues la espada para ¿I ingentes preparativos, y aun los planos
del ángel le había llenado de es- y proyectos del mismo y de sus utensilios, que
panto: entregó a Salomón
CRÓNICAS I, 23,

gencia, para reinar sobre Israel en primero, Zetam y Joel. Hijos de


la observancia de la ley de Yave, Simeí, tres: Selomit, Jaziel y Harán.
tu Dios. 13 Prosperarás, si cuidas Estos son los jefes de las familias
de poner por obra los mandamientos de Ladán. 9 Hijos de Simeí: Jajat,
y preceptos que mandó Yave a Moi- Zina, Jeus y Beria. 10 Estos cuatro
sés para Israel. Esfuérzate, pues, son los hijos de Simeí. 11 Jajat era el
ten ánimo, y no temas ni desmayes. primero y Zinsa el segundo. Jeus y
14 Yo con mis esfuerzos he reunido Bería no tuvieron muchos hijos y
para la casa de Yave cien mil talen- formaron en el censo una sola casa
tos de oro, un millar de millares de paterna. 12 Hijos de Caat: Amram,
talentos de plata, y una cantidad Jiscar, Hebrón y Usicl, cuatro. 13 Hi-
imponderable de bronce y de hierro, jos de Amram: Arón y Moisés. Arón
en gran abundancia. He aprestado fué elegido para santificar el santí-
asimismo madera y piedra, que tú simo, él y sus hijos perpetuamente,
acrecentarás. 15 Tienes a la mano para ofrecer los perfumes ante Yave,
un gran número de obreros, de can- para hacer su ministerio y bendecir
teros, carpinteros y hombres exper- por siempre su nombre.
14 Los hijos de
tos en toda clase de obras. 16 El oro, . Moisés, hombre
la plata, el bronce y el hierro son de Dios, fueron contados en la tribu
15 Los hijos de Moisés
sin número. Levántate, pues, ponte de Leví.
a la obra y que Yave sea contigo.» fueron Gersón y Eliezer. 16 Hijo de
17 Mandó también David a todos Gersón fué Sebuel, primogénito.
17 Hijo
los principales de Israel que pres- de Eliezer fué Rejabía, pri-
tasen su ayuda a Salomón, su hijo. mogénito. Eliezer no tuvo más hijos,
18 «¿No está con vosotros Yave, pero los hijos de Rejabía fueron
vuestro Dios, y no os ha dado él muchos. 18 Hijo de Jisear fué Selo-
paz de todas partes? El ha puesto en mit, primogénito. 19 Los hijos de
mis manos a los moradores de la Hebrón: Jeería, el primero; Amarías,
tierra, y la tierra está sometida el segundo; Jejaziel, el tercero, y
ante Yave y ante su pueblo. 19 Poned, Jacamán, el cuarto. 20 Hijos de
pues, todo vuestro corazón y vuestro Uziel: Mica, el primero; Jisía, el
ánimo en buscar a Yave, vuestro Dios: segundo. 21 Hijos de Merari: Majlí
levantaos y edificad el santuario de y Musí. Hijos de Majlí: Eleazar y
Yave, Dios, para traer el arca de la Quis. 22 Murió Eleazar sin hijos, pero
alianza de Yave y los utensilios con- dejó hijas; y los hijos de Quis, sus
sagrados a Dios, a la casa edificada hermanos, las tomaron por mujeres.
al riombre de Yave.» 23 Hijos de Musí: Majlí, Eder y
Jerimot, tres. 24 Estos son los hijos
de Leví, según las familias de sus
Los levitas: su número y sus padres, cabezas de las casas pater-
funciones. nas, según el censo hecho contando
por cabezas. Estaban dedicados al
1
Viejo ya David, y harto de ministerio de la casa de Yave desde
días, hizo a Salomón, su hijo, los veinte años arriba. 25 Pues David
rey de Israel. 2 Reunió a todos los dijo: «Yave, Dios de Israel, ha dado
jefes de Israel, a los sacerdotes y a el reposo a su pueblo, Israel, y habi-
los levitas. 3 Hízose el censo de los tará por siempre en Jerusalén, 26 y
levitas de treinta años arriba, y su los levitas no tendrán ya que trans-
número, contado por cabezas uno a portar el tabernáculo y todos los
uno, fué de treinta y ocho mil. utensiliosde su servicio.» 27 Y así,
4 Y dijo David: «Que conforme a las últimas disposicio-
de ellos veinti-
cuatro mil se dediquen a los oficios nes de David, se hizo el censo de
de la casa de Yave, seis mil sean jueces los hijos de Leví desde los veinte
y magistrados, 5 cuatro mil porteros, años para arriba.
28
y cuatro mil dedicados a alabar a Puestos a las órdenes de los
Yave con los instrumentos que yo hijos de Arón, para el servicio de la
he hecho para ello.» casa de Yave, tenían a su cuidado
6
David los distribuyó en órdenes los atriosy las cámaras, la limpieza
según los hijos de Leví, Gersón, de todas las cosas santas, y las obras
Caat y Merari. del servicio de la casa de Yave;
7
Hijos de Gersón: Ladán y Simeí. 29
los panes de la proposición, la
8
Hijos de Ladán, tres, Jejiel, el harina de flor para las ofrendas, las
CRÓNICAS I. 24. 25

tortas de pan
ácimo, las hojue- simaprimera a Jaquim; la vigésima-
las fritas en
sartén y las cocidas, segunda a Gamul; 18 la vigésimatercera
y todas las medidas de capacidad a Delaya; la vigésimacuarta a Mazía.
y de longitud. 30 Tenían que pre- 19
Así fueron distribuidos para su
sentarse cada mañana y cada tarde ministerio, para que entrasen en la
para alabar y celebrar a Yave 31 y casa de Yave a las órdenes de Arón,
ofrecer continuamente los holocaus- conforme a los mandatos que les
tos a Yave los sábados, los novilu- había dado Yave, Dios de Israel. -

nios y las fiestas, según elnúmero


y los ritos prescritos. 32 Daban la
guardia al tabernáculo de la reunión Jefe* de las familias de los levitas
a las órdenes de los hijos de Arón,
sus hermanos, en el servicio de la 20 He aquí
los jefes de las otras
casa de Yave. familias de los levitas: Subael, de
los hijos de Amram, y Jejdaya, de
los hijos de Subael. 21 De los hijos de
Los sacerdotes, distribuidos en Rejabia el jefe era Jisía. 22 Salemot
veinticuatro clases. era hijo de Isab, y Jojat hijo de
Salemot. 23 El primogénito de Jajat
24 1
He
aquí las clases de los hijos fué Jeriyán; el segundo Amarías, el
de Arón: Hijos de Arón: Nadab, tercero Jajaziel, el cuarto Jacmán.
Abiú, Eleazar e Itamar. 2 Nadab y 24 Hijo
de Uziél fué Mica, e hijo de
Abiú murieron antes que su padre Mira Samir. 25 Jisiya era hermano de
y no dejaron hijos. Eleazar e Itamar Mica, y Zacarías hijo de Jisiya.
cumplieron las funciones sacerdota- 26 Los
hijos de Merari son: Majlí
tales. 3 David distribuyó a los hijos y Musí. Uzías tuvo un hijo llamado
de Arón, a Sadoc, de los hijos de Beño. 27 Merari tuvo además a
Eleazar y a Ajimelec, de los hijos Uzián, Soam, Zacur y Jibrí. 48 Majlí
de Itamar, en turnos para el servicio. tino un hijo llamado Eleazar, que
4
Hubo entre los hijos de Eleazar no tuvo hijos. 29 Quis tuvo un hijo
más jefes que entre los hijos de Ita- llamado Jeramuel. 30 Los hijos de
mar, y se hizo esta división: Los hijos Musí son: Majlí, Eder y Jerimot.
de Eleazar tenían dieciséis jefes de Estos son los hijos de Leví según
31
casas paternas y los hijos de Itamar sus familias. También ellos, como
ocho. 5 Hízose la distribución por los de Arón, fueron sorteados
hijos
suerte, unos con otros, y fueron ante David, Sadoc, Ajimelec y los
jefes del santuario y jefes de Yave, jefes de las casas paternas de sacer-
tanto los hijos de Eleazar como los dotes y levitas. Todo se hizo por
hijos de Itamar. suerte para distribuir igualmente los
8 Semeyas, siendo el jefe de familia
hijo de Natanael, secre- oficios,
tario, de la tribu de Leví, los inscri- como el menor de sus hermanos.
bid delante del rey y de los principes,
delante de Sadoc, sacerdote, y de
Ajimelec, hijo de Abiatar, y de los Los cantores, distribuidos en
jefes de familias de sacerdotes y veinticuatro clases.
levitas, y se iba sacando por suerte
1
una casa paterna para Eleazar y una 2i> David y los jefes del ejér-
(asa paterna para Itamar. 7 La pri- separaron a los que, de
cito
mera suerte tocó a Jojarib; la se- entre los hijos de Asaf, de Hemau y
gunda a Jidaya; 8 la tercera a Jorim; de Jedutun, hablan de hacer el
la cuarta a Seorim; • la quinta a oficio de cantores acompañándose del
Malaquías; la sexta a Miamln; 10 la arpa, del salterio y de los címbalos,
séptima a ("os; la octava a Abías; cumpliendo cada uno el oficio a
11
la novena a Jesúa; la décima a que se le destinaba en proporción de
Secanía; 12 la undécima a Elyasib; su número. De los hijos de Asaf:
la duodécima a Jacim; 13 la décima- Zacur, José, Natanía y Asarela, bajo
tercera a Jupa; la décimacuarta a la dirección de Asaf, cantor del rey.
Jebab; 14 la décimaquinta a Bilga; 3 De Jedutun: los hijos de Jedutun,
décimasexta a Imer; 1& la
décima- (íodolías, Jcscías, Josabfas, Matatías
la
séptima a Jcrir; la décimaoclava a 1

y Sira, bajo la dirección de su padre


Afses; 18 la décimanona a Detaya; jedutun, que cantaba con el arpa
¡

17
la vigésima a Jezaquiel: la vigé- para alabar y celebrar a Yave.
CRÓNICAS 1, 26

1
De Hernán: sus hijos, Buquías, i sus hijos y hermanos en número de
Matanias, Ozicl, Sabuél, Jerimot, Ja- doce; 25 el décimooctavo Jananí, con
nanfas, Jananí, Eliata, Griiedeltí, Ro- l
sus hijos y hermanos en número de
memtiezer, Jcsbacasa, Melotí, Otir doce; 26 el décimonono Melotí, con
y Majariot.
6
Todos éstos eran hijos |
sus hijos y hermanos en número de
de Hernán, vidente del rey (1), para doce; 27 el vigésimo Eliata, con sus
cantar las alabanzas de Dios y en- hijos y hermanos en número de doce;
28 el vigésimoprimero Otir, con sus
salzar su poder, pues Dios había dado
a Hernán catorce hijos y tres hijas. hijos y hermanos en número de doce;
29
6
Estos hijos de Asaf, de Jedetun y el vigésimosegundo Guedeltí, con
de Hernán, fueron puestos bajo la sus hijos y hermanos en número de
dirección de sus padres para cantar ;
doce; 30 el vigésimotercero Majariot,
en el templo de Yave tocando ios '

con sus hijos y hermanos en número


címbalos, las arpas y los salterios, de doce; 31 el vigésimocuarto Romem-
cumpliendo los ministerios de la casa tiezer, con sus hijos y hermanos en
de Yave según el orden prescrito por número de doce.
el rey.
7
El número de ellos, con sus
hermanos hábiles en el arte y que
enseñaban a los otros a cantar las
alabanzas a Yave, era de doscientos
Ordenes de los porteros del
templo.
ochenta y ocho. 8 Fueron sorteados
en cada clase sin acepción de per-
sonas, jóvenes y viejos, hábiles y me- t)/_ 1
También fueron distribuidos
nos hábiles. los guardas de las puertas.
9
El primero por suerte fué José, De los hijos de Core: Meseelemías,
de la casa de Asaf; el segundo Godo- hijo de Core, de los hijos de Asaf.
2
lías, por él y por sus hijos y herma- Hijos de Meseelemías: Zacarías, el
nos, en número de doce; 10 el tercero primogénito; Jediael, el segundo; Ze-
Zacur, y sus hijos y hermanos en badías, el tercero; Jataniel, el cuarto;
número de doce; 11 el cuarto Jisrí, 3 Elam, el quinto; Jeojanán, el sexto;
con sus hijos y hermanos en número Elyoenai, el séptimo. 4 Hijos de Obe-
de doce; 12 el quinto Natanías, con dedom: -Semeyas, el primogénito; Jo-
sus hijos y hermanos en número de zabad, el segundo; Joaj, el tercero;
doce; 13 el sexto Buquías, con sus hijos Sacar, el cuarto; Netaneel, el quinto;
y hermanos en número de doce: 14 el 5
Amiel, el sexto; Isacar, el séptimo;
séptimo Jisreela, con sus hijos y her- Peultai, el octavo; pues Dios le había
manos en número de doce; 15 el oc- bendecido. 6 A Semeyas, su hijo, le
tavo Jesaya, con sus hijos y herma- nacieron hijos, que prevalecieron en
nos en número de doce; 16 el noveno la casa de su padre y eran hombres
Matanias, con sus hijos y hermanos fuertes. 7 Hijos de Semeyas: Otni y
en número de doce; 17 el décimo Se- Refael, Obed, Elzabad y sus herma-
meya, con sus hijos y hermanos en nos, hombres valerosos, Eliu y Sa-
número de doce; 18 el undécimo Aza- maquías. 8 Todos éstos eran hijos de
reel, con sus hijos y hermanos en Obededom. Ellos, sus hijos y sus her-
número de doce; 19 el duodécimo manos, fueron hombres vigorosos y
Asabías, con sus hijos y hermanos de mucha fuerza para el servicio;
en número de doce; 20 el décimo- sesenta y dos de Obededom. 9 Los
tercero, Sabael, con sus hijos y her- hijos y los hermanos de Meselemía,
manos en número de doce; 21 el dé- hombres valientes, eran en número
cimocuarto Matatías, con sus hijos de dieciocho.
10 De
y hermanos en número de doce; los hijos de Merarí: Josa,
22 que tuvo por hijos: Simrí, el jefe,
el décimoquinto Jerimot, con sus
hijos y hermanos en número de doce; hecho jefe por su padre, a pesar de
23
el décimosexto Jananías, con sus no ser el primogénito; 11 Jilquiya, el
hijos y hermanos en número de doce; segundo; Tebalía, el tercero; Zaca-
24 el décimoséptimo Jesbacasa, con rías, cuarto. Los hijos y los her-
el
manos de Josa eran, en todo, trece.

(i) El título de «vidente del Rey», que se


12
A
estos órdenes de porteros, a
los jefes de ellos y a sus hermanos,
da aquí a Hernán, en 21, 9, a Gad y en II Par.
35, i5> a Jedutún, parecen indicar un profeta
fué encomendada la guardia para el
áulico, órgano de las divinas revelaciones cerca servicio de la casa de Yave. 13 Fue-
de David. ron sorteados para cada puerta, pe-
CRÓNICAS I, 27

qucños y grandes, según sus casas bernaban a los israelitas del lado de
paternas. allá del Jordán, en su parte occiden-
14 Tocó por suerte a Selemía el tal, tanto en lo concerniente al ser-
lado de oriente. Se echó la suerte para vicio de Yave, cuanto en lo concer-
Zacarías, su hijo, que era un pru- niente al servicio del rey. 31 Por lo
dente consejero, y le tocó el lado que hace a los hebronitas, de quienes
del norte. 15 A Obededom, con sus era jefe Jeriya, se hicieron el año
hijos, le tocó el lado del mediodía, cuarenta del reinado de David inves-
donde estaba también la casa de las tigaciones en Jazer de Galad,. según
asambleas. 16 A Supín y a Josa les sus genealogías y sus casas paternas;
tocó el lado de occidente, la puerta 32 y se halló que los hermanos de
que sale al camino de la subida. Jeriya, hombres valientes y robus-
Estos cuerpos de guardia se corres- tos, eran dos mil setecientos, jefes
pondían unos a otros. 17 La puerta de casas paternas. El rey David los
de oriente estaba guardada por seis constituyó sobre los rubenitas, los
levitas, y la del norte por cuatro, gaditas y la media tribu de Manases,
que se renovaban todos los días. para lo tocante a Dios y lo tocante al
Había también cuatro por día a la rey.
puerta del mediodía, y otros cuatro
que servían de dos en dos en el lugar Los jefes del ejército.
de las asambleas. 18 Había también
cuatro guardas al occidente para la 0"7 1 El número de los hijos de
subida, dos en cada puesto. 19 De este *
• Israel que entraban en servi-
modo fueron distribuidos los porteros, cio de tropa para la guardia del rey,
que eran todos hijos de Coré y de que se relevaba todos los meses del
Merarí. 20 Ajías tenía la guarda de año según la distribución que de
los tesoros de la casa de Dios y de ellos se había hecho, era de veinti-
los utensilios sagrados. 21 De entre cuatro mil cada vez; cada tropa tenía
los hijos de Lacdam, los hijos de sus jefes de casas paternas, sus jefes
Gersón. descendiente de Laedam, jefe de millar y de centena, y sus oficia-
de las casas paternas de Lacdam, ger- les al servicio del rey.
sonita, eran: .Tejielí y Zetán. 22 Los 2
A la cabeza de la primera divi-
hijos de Jejielf, Zetán y Joel, su her- sión para el primer mes estaba Ja-
mano, que guardaban los tesoros de sobeam, hijo de Zabdiel; mandaba
la casa de Yave. 23 De entre los amra- una división de veinticuatro mil
mitas, jisearitas, hebronitas y uze- hombres. 3 Era de los hijos de Peres
litas, 24 Sebucl, hijo de Gersón, hijo y mandaba a todos los jefes de la
de Moisés, era intendente del tesoro. tropa del primer mes.
25 De entre sus hermanos 4 A
los des- la cabeza de la división del
cendientes de Eliczcr, cuyo hijo fué segundo mes estaba Dodal, ajotita:
Kejabía, hijo de éste Jcsaya, hijo de y tenía bajo él a Mielot, que mandaba
éste Joram, hijo de éste Zicií, hijo una parte de esta tropa, que era de
de éste Selomit; 26 Selomit y sus her- veinticuatro mil hombres.
manos guardaban los tesoros de las 6
El jefe de la tercera división, la
cosas santas que habían sido consa- del tercer mes, era Banaias, hijo de
gradas por el rey David, por los Joyada, sacerdote, y tenia a su
jefes de las casas paternas, los jefes mando veinticuatro mil hombres.
de millares y de centenas, y los jefes • Este es el Banaias que era el más
2'
del ejército, del botín de guerra valicnte.de los treinta, y los supera-
y de los despojos para la casa de Yave. ba a todos. Su hijo Ámisadab era
28 Todo lo que había sido consagrado uno de los jefes de su división.
7
por Samuel, el vidente, por Saúl, El cuarto jefe, para las tropas
hijo de Quis, por Abner, hijo de Ner, del cuarto mes, era Azael, hermano
por Joab, hijo de Sarvia, todas las de Joab; y Zabdías, su hijo, fué su
cosas consagradas, estaban bajo la sucesor. El número de sus tropas era
custodia de Selomit y sus hermanos. de veinticuatro mil.
29
De entre los Jisearitas, Quenayas 8
El quinto jefe para el mes quinto
y sus hermanos ejercieron funciones era Samaot, de Jezer, y su tropa
exteriores, como magistrados y jue- era de veinticuatro mil.
ces en Israel. 30 De entre los hebro- • El sexto para el sexto mes era

nitas, Josabía y sus hermanos, hom- Jira, hijo de Iques de Tema, y tenía
bres valientes, mil setecientos, go- en su tropa veinticuatro mil hombres.
CRÓNICAS I, 28 A Ir,

10 El sétimo para el sétimo mes ciudades, en los pueblos, y en las


era Jeles, de Faloní, de la tribu de torres, estaba Jonatan, hijo de Ozías.
26 Ezri, hijo de Jelub, estaba sobre
Efraím; su tropa era de veinticuatro
mil hombres. los obreros del campo, que labraban
27 Siineí,
11
El octavo para el octavo mes era las tierras; de Rama, sobre
Sibcaf, de Jusat, del linaje de Zarjí, las viñas; Sabdí, de Sefam, sobre el
que tenía bajo él veinticuatro mil fruto de las viñas en las bodegas;
28
hombres. Baal Anarn, de Gueber, sobre los
12
El noveno para el noveno mes olivares e higuerales, en el llano;
era Abiezer, de Anatot, de los hijos Joás, sobre las provisiones de aceite;
29
de Jcminf, que mandaba veinticuatro Sitraí, de Sarón, sobre el ganado
mil hombres. vacuno, que se apacentaba en Sarón;
13
El décimo para el décimo mes Safat, hijo de Adlaí, sobre el ganado
era Maraí, de Nctofat, descendiente vacuno que
se apacentaba en los
30
Obid, ismaelita, sobre los
de Zarjí, y tenía bajo sí veinticuatro valles;
mil hombres. camellos; Jejdía, de Meronot, sobre
14 El undécimo para el undécimo los asnos; 31 Jazis, agareno, sobre las
mes era Banaias, de Faratón, de la ovejas. Todos éstos eran intendentes
tribu de Efraím; su tropa era de de la hacienda de David.
32
veinticuatro mil hombres. Jonatan, hijo de David, era
15 El duodécimo para el duodécimo consejero, hombre de sentido y de
mes era Joldaí, de Netofat, descen- saber; Jcjiel, hijo de Jacmoní, era
diente de Otoniel, y su tropa era de mayordomo de los hijos del rey;
veinticuatro mil hombres. 33 Ajitofel era consejero del rey;
Jusaí, era amigo del rey;
arguita,
34 además de Ajitofel, eran conse-
Los jefes de las doce tribus.
jeros Joyada, hijo de Banaías, y
16 Estos eran los jefes en las doce Abiatar. Joab era el jefe supremo del
tribus: ejército del rey.
En la de Rubén, Eliezer, hijo de
Zicrí; en la de Simeón, Safatías, hijo Recomendaciones de David a Sa-
de Maaca; 17 en la de Leví, Josabías, lomón para la edificación del
hijo de Carmel; de los aronitas, Sadoc; templo.
18 en
la de Judá, Elihu, hermano de
David; en de Isacar, Am/.i, hijo
la (yo 1
David convocó a Jerusalén
de Micael; 19 en la de Zabulón, Jis- a todos los jefes de Israel; a
maías, hijo de Abolías; en la de Nef- los jefes de las tribus, a los jefes de
talí, Jerimot, hijo de Azriel; 20
en la las divisiones al servicio del rey, a
de Efraím, Oseas, hijo de Azacías; los jefes de millares y de centenas,
en inedia tribu de Manasés, Joc!,
la a los intendentes de la hacienda y de
hijo de Pedaya; 21 en la media tribu los ganados del rey, a los hijos del
de Manasés en Galad, Jidom, hijo rey, a los eunucos y oficiales del pa-
de Zacarías; en la tribu de Benjamín, lacio, a todos los hombres de valer;
Jasiel, hijo de Abner; 22 en la tribu 2
y levantándose en pie, dijo: «Oídme,
de Dan, Ezriel, hijo de Jerojafn. Estos hermanos míos y pueblo mío: Yo
eran los príncipes de las ti ibus de Israel. tenía propósito de edificar una casa
el
23 David no quiso contar
a los que de reposo para el arca de la alianza
estaban por debajo de los veinte años, de Yave, para el escabel de los pies
poique Yave le había dicho que mul- de nuestro Dios, y había ya hecho
tiplicaría a Israel como las estrellas aprestos para ello; 3 pero me dijo
del cielo. 24 Joab, hijo de Sarvia, Dios: Tú no edificarás casa a mi
había comenzado a hacer el censo; nombre, porque eres hombre de guerra
mas no le acabó, porque esto trajo y has derramado mucha sangre. 4 Pero
la ira sobre Israel, y por eso el nú- Yave, Dios de Israel, me eligió de
mero de los que habían sido contados toda la casa de mi padre, para que
no está escrito en las crónicas de David. perpetuamente fuese rey de Israel,
pues eligió a Judá por caudillo, y de
Otros funcionarios de David. la casa de Judá, a la familia de mi
padre, y de entre los hijos de mi
"
Azmavet, hijo de Adiel, tenía padre, se agradó de mí, para hacer-
a su cargo el tesoro del rey; sobre me rey de todo Israel. 6 De todos mis
los almacenes del campo, en las hijos, pues me ha dado Yave muchos
416 CRÓNICAS I, 129

hijos, eligió a mi hijo Salomón para querubines, que tienden sus alas y
sentarse en trono de Yave, sobre
el cubren el arca de la alianza de Yave.
Israel; y me ha dicho: Salomón, tu
6 19
Todo esto, dijo, me ha sido mos-
hijo, edificará mi casa y mis atrios, trado por la mano de Yave, que me dió
porque yo le he elegido por hijo, y a entender el diseño de todas las obras.»
yo seré padre para él. 7 Yo afirmaré 20
Lijo después David a Salomón,
su reino para siempre, si él se esfuerza su hijo: «Esfuérzate y anímate, y
en poner por obra mis mandamientos ponte a la obra; no temas ni desma-
y mis juicios como hoy. 8 Ahora, yes,porque Yave Dios, mi Dios, es-
pues, ante todo Israel, ía congrega- tará contigo y no te dejará ni te des-
ción de Yave, y ante nuestro Dios, amparará hasta que acabes toda la
que nos oye, guardad y observad obra para el servicio de la casa de
todos los mandamientos de Yave, Yave. 21 Los órdenes de sacerdotes
vuestro Dios, para que poseáis la y levitas, para todo el ministerio de
buena tierra y la dejéis en heredad la casa de Yave, y todos los hombres
a vuestros hijos después de vosotros de buena voluntad y de habilidad
a perpetuidad. 9 Y tú, Salomón, hijo para toda suerte de obras, y los prín-
mío, conoce al Dios de tu padre, y cipes y todo el pueblo, estarán con-
sírvele con corazón perfecto y ánimo tigo para ejecutar todas tus órdenes.»
generoso; porque Yave escudriña los
corazones de todos y penetra todos
los designios y todos los pensamien- Ofrenda* voluntarías para el
tos. Si tú le buscas, le hallarás; mas templo.
si le dejas, te rechazará para siempre.
10 Mira que Yave te ha elegido para
*)Q Después dijo David a toda
1

edificar casa que sea su santuario: asamblea: «Sólo a Salomón,


la
esfuérzate y hazlo.» mi ha elegido Dios; es joven y
hijo,
11 Entregó David a su hijo la traza de corta edad, y es grande la obra,
del pórtico y sus dependencias y ofi- porque la casa no es para hombres,
cinas, de las salas, de las cámaras y sino para Yave Dios. 2 Yo, con todo
de la casa del propiciatorio. 12 Asi- mi esfuerzo, he preparado para la
mismo la traza de cuanto él quería casa de mi Dios, oro para lo de oro,
hacer para los atrios de la casa de plata para lo de plata, bronce para
Yave, para las cámaras de alrededor, lo de bronce, hierro para lo de hierro,
para los tesoros de la casa de Yave, madera para lo de madera, y piedras
y para los tesoros de las cosas consa- de ónice y piedras preciosas, y piedras
gradas. 13 Dióle también la distribu- blancas como el alabastro, y piedras
ción de los órdenes de los sacerdotes de diversos colores, toda suerte de
v los levitas, para todo el ministerio piedras preciosas y mármol de Sais.
3 Además, en mi devoción para la
de la casa de Yave, y de los utensi-
lios del ministerio de la casa de casa de Yave, guardo en mi tesoro
Yave; 14 el modelo de los utensilios particular oro y plata, además del
de oro, con el peso que cada uno había preparado para la casa del santuario,
de tener, y el de los utensilios de que doy para la casa de mi Dios.
4 Tres
plata, con el peso de ella que había mil talentos de oro, de oro
de tener cada uno de los utensilios de Ofir, y siete mil talentos de plata
para el servicio. 15 El peso de los fina, para recubrir las paredes de la
candeleros de oro, el de las lámparas casa. 6 Oro, pues, para las cosas de
de oro, con el peso de cada candelero oro, plata para las cosas de plata.
y de cada lámpara; el peso de los |
¿Quién quiere hacer hov ofrenda a
candeleros de plata y de sus lámparas, Yavt T
6
según el uso a que se destinaba cada Entonces todos los príncipes <le
candelero. 16 Le dió el peso de oro j
las familias, los príncipes de las tribus
para las mesas de los panes de la de Israel, los jefes de millares y de
proposición, para cada mesa, y la centenas y los intendentes de la ha-
17 Le cienda real, ofrecieron voluntariamen-
plata para las mesas de plata. !

dió el modelo de los tenedores, de te sus ofrendas, 7 dando para el ser-


las fuentes, de los cálices de oro puro, vicio de la casa de Dios cinco mil
el de las copas de oro, con el peso talentos de oro, diez mil dáricos ( 1 ), diez
de cada copa; 18 el del altar de los
perfumes de oro puro, con su peso (i) El dinco era una moneda persa de oro.
de oro: el modelo del carro y de los '

común entre los judíos después de la cautividad.


CRÓNICAS I, 29
JI7

mil talentos de plata, dieciocho mil de tu pueblo esta voluntad, y enca-


talentos de bronce y cinco mil talen- mina a ti su corazón. 19 Da asimismo
tos de hierro. 8 Y
todo el que se halló a mi hijo Salomón corazón perfecto,
con piedras preciosas, diólas para el para que guarde todos tus manda-
tesoro de la casa de Yave, entregán- mientos, tus leyes y tus mandatos,
doselas a Jejiel, gersonita. 9 Gozóse y que todos los ponga por obra, y te
el pueblo de haber contribuido vo- edifique la casa para la que yo he
luntariamente con sus ofrendas, por- hecho aprestos.»
que con entero corazón se las hacían 20 Luego dijo David a toda la asam-
a Yave, y el rey 10 David tuvo de blea: «Bendecid ahora a Yave, vues-
ello gran alegría. tro Dios»; y toda la asamblea bendijo
a Yave, Dios de sus padres, y pos-
Oración de David. trándose, oraron ante Yave y ante
el rey. 21 Sacrificaron víctimas a
Yave, y al día siguiente ofrecieron a
David bendijo a Yave ante toda Yave holocaustos, mil becerros, mil
la asamblea, diciendo: carneros, mil corderos, con sus liba-
«Bendito tú, joh Yavet, Dios de Is- ciones v muchos sacrificios, por todo
rael, nuestro padre de. siglo en siglo. Israel; 82
y comieron y bebieron ante
11 Tuya es, joh Yavel, la majestad, Yave aquel día con gran gozo. Die-
el poder, la gloria y la victoria: tuyo ron por segunda vez la investidura
el honor, y tuyo cuanto hav en los del reino a Salomón, hijo de David,
cielos y en la tierra. Tuyo, joh Yavet, y le ungieron rey ante Yave, y a
es el reino; tú te alzassoberanamente Sadoc, sacerdote. 23 Sentóse Salomón
sobre todo. 12
Tuyas son las riquezas por rey en el trono de Yave, en lugar
y la gloria, tú eres el dueño de todo. de David, su padre; y fué prosperado,
En tu mano está la fuerza y el po- obedeciéndole todo Israel. 24 Todos
derío. Es tu mano la que todo lo los príncipes y grandes, y todos los
afirma y engrandece. 13 Por eso, hijos del rey David, prestaron home-
Dios nuestro, nosotros te confesa- naje al rey Salomón, 25 a quien Yave
mos, y alabamos tu santo nombre. engrandeció en extremo a los ojos
14 Porque, ¿quién soy yo, y quién de todo Israel, dándole un reinado
es mi pueblo, para que podamos ha- glorioso, cual ningún rey lo tuvo
certe estas voluntarias ofrendas? Todo antes de él en Israel.
viene de ti, y lo que voluntariamente
te ofrecemos, de ti lo hemos recibido. Muerte de David.
15 Romos ante ti extranjeros
y adve-
nedizos, como lo fueron nuestros pa- 28 Así reinó David, hijo
de Isaí,
dres. Son como la sombra nuestros sobre todo Israel, 27 siendo cuarenta
días sobre la tierra, y no dan espera. años el tiempo que reinó sobre Israel;
16 ¡Oh Yave, Dios nuestro!
Toda esta siete años reinó en Hebrón y treinta
abundancia, que para edificar la casa y tres años reinó en Jerusalén.
a tu santo nombre te hemos ofrecido, 28 Murió en buena
vejez, lleno de
tuya es, de tu mano la hemos reci- días, de riquezas y de gloria. Suce-
bido. 17 Yo sé, Dios mío, que tú es- dióle Salomón, su hijo.
cudriñas el corazón y que amas la 29 Los
hechos del rey David, los
rectitud; por eso te he hecho yo todas primeros y los postreros, están es-
mis ofrendas voluntarias en la recti- critos en el libro de Samuel, vidente,
tud de mi corazún, y veo""ahora con y en las crónicas de Natán, profeta,
alegría que todo tu pueblo, que está y en las de Gad, vidente, 30 con todo
aquí, te ofrece voluntariamente sus su reinado, su poder, y los tiempos
dones. 18 Yave, Dios^de'Abraham, de que pasaron sobre él y sobre Israel y
Isac y de Israel, nuestros padres; sobre los otros reinos de aquellas
conserva para siempre en el corazón tierras.

37
ARTAJERJE S
CRONICAS II

7
Salomón pido y obtiene Durante la noche aparecióse Dios
la sabiduría. .
a Salomón, y le dijo: «Pide lo que
quieres que te dé»; 8 y Salomón res-
1Salomón, hijo de David, se afir- pondió a Dios: «'1 ú hiciste coa David,
I mó en su reino; Yave, su Dios, mi padre, gran miseriu rdia, y a mí
estaba con el y le engrandeció sobre- me has hecho reinar en su lugar.
9
manera. Ahora, pues, |oh Yavet, cumple
2
Salomón convocó a todo Israel, tu palabra a David, mi padre, ya que
a los jefes de millares y de centenas, me has hecho rey de un pueblo nu-
a los jueces, a los príncipes de todo meroso como el polvo de la tierra.
10 Dame
Israel, a los jefes de las casas pater- la sabiduría y el entendi-
nas; y fué Salomón con toda la
3 miento, para que yo pueda conducir
asamblea al alto de Gabaón, donde a este pueblo; porque ¿quién podrá
estaba el tabernáculo del testimonio gobernar a éste tu gran pueblo?»
11 Dios dijo a Salomón: «Pues que
de Dios, que Moisés, siervo de Yave,
había hecho en el desierto. 4 El arca esto es lo que más deseas, y no me
de Dios había sido ya trasladada has pedido riquezas, hacienda o glo-
por David, de Cariatiarim al lugar ria, ni la vida de tus enemigos, ni
que él la había preparado, pues había muchedumbre de días, sino que me
alzado para ella una tienda en Jeru- has pedido la sabiduría y el enten-
salén. 6 Allí estaba también ante el dimiento para gobernar a mi pueblo,
tabernáculo de Yave el altar de cuyo rey te he hecho, 12 la sabiduría
bronce, que había hecho Besalel, hijo y el entendimiento te doy; pero te
de Uri, hijo de Jur. 6 Salomón y la daré también, además, riquezas, ha-
asamblea adoraron a Yave y Salo- cienda y gloria, tales como no las
món ofreció allí en el altar de bronce, tuvieron nunca los reyes que te han
que estaba ante el tabernáculo del precedido, ni las tendrán los que te
testimonio, mil holocaustos a Yave. sucedan. >
420 CRÓNICAS II. 2

13
Tornóse Salomón a Jerusalén del empresa de edificarle una casa? Gra-
alto de Gabaón, delante el taber- cias que sólo es para quemar el in-
náculo del testimonio, y reinó sobre cienso en su presencia. 7 Envíame,
Israel. pues, un hombre hábil, que sepa
trabajar el oro, la plata, el bronce, el
hierro, la púrpura, la escarlata y el
Carros y caballos de Salomón. jacinto, que sepa hacer toda suerte
de cincelados, para que dirija a los
14 Salomón juntó carros y caballe- maestros que tengo yo en Judá y en
ría; tuvo mil cuatrocientos carros y Jerusalén, los cuales previno ya mi
doce mil jinetes, que distribuyó entre padre. 8 Envíame también maderas
las ciudades donde tenía los carros, de cedro, de ciprés y de sándalo;
15 Hizo pues yo sé que tus siervos entienden
y Jerusalén, cerca del rey.
la plata y el oro en Jerusalén tan de cortar los árbolés del Líbano; y
común como las piedras, y los cedros los míos trabajarán con los tuyos,
tan numerosos como los sicómoros, • para preparar gran cantidad de
que se dan con abundancia en los madera, pues la casa que yo deseo
campos. 18 De Egipto traía Salomón construir ha de ser grande y magní-
los caballos. Iban a buscarlos a Egip- fica. 10 Yo daré a los siervos tuyos,
to, a Coa, mercaderes del rey, que que se ocupen en cortar y derribar
los compraban allí a un precio de- los árboles, veinte mil coros de trigo,
terminado. 17 Un tiro de cuatro ca- y otros tantos de cebada, veinte mil
ballos costaba seiscientos siclos de bata de vino y veinte mil de aceite.»
11
plata, y un caballo ciento cincuenta, Hiram. rey de Tiro, respondió
y los compraba también para todos en un escrito que dirigió a Salomón:
los reyes de los geteos y para los de «Porque amó Yave a su pueblo, te
Siria. ha hecho rey de él.» 12 decía tam- Y
bién: «Bendito Yave, Dios de Israel,
que ha hecho los cielos y la tierra,
Concierto de Salomón ron Iliram. y ha dado al rey David un hijo
sabio, entendido, cuerdo y prudente,
4-v Resolvió, pues, Salomón edi-
1
que edifique casa a Yave y casa real.
13
_. una casa al nombre de Yave,
ficar Yo, pues, te envió ün hombre
y un palacio real para sí. 2 Destinó hábil y entendido, a Hiram, 14 hijo
setenta mil hombres para trans- de una mujer de las hijas de Dan,
portar las cargas, ochenta mil para pero cuyo padre era de Tiro, que sabe
los trabajos de las canteras en los trabajar el la plata, el bronce,
oro,
montes, y tres mil seiscientos capa- el hierro, piedra, la madera, la
la
taces para ellos. púrpura, el jacinto, el lino y la escar-
3
Mandó también a decir a Hiram, íala, y grabar toda suerte de figuras;
rey de Tiro: «Lo que hiciste con y es ingenioso en inventar cuanto se
David, mi padre, mandándole ma- necesita para toda clase de obras.
dera de cedro para edificar el pala- El trabajará con tus obreros y con
cio en que habitara, 4 hazlo también los de David, mi señor, tu padre.
16 Manda tú, pues, mi señor, a tus
conmigo, para que pueda yo edifi-
car un templo al nombre de Yave, siervos el trigo y la cebada, el aceite
mi Dios, y consagrarlo, para quemar y el vino que has ofrecido. 18 Nosotros
incienso y aromas delante de él, cortaremos en el Líbano toda la
tener siempre ante él los panes de madera que necesites, y la pondremos
la proposición, y ofrecerle holo- en balsas, para llevarla por mar
caustos mañana y tarde, así como hasta Jope, y tú la harás llevar de
también los sábados, los novilunios allí a Jerusalén.»
17 Salomón hizo el censo de todos
y las otras solemnidades de Yave,
nuestro Dios, por siempre, como él los extranjeros que había en la tierra
se lo ha mandado a Israel; 6 pues el de Israel, después del hecho por
templo que quiero edificar ha de ser David, su padre, y fueron hallados
grande, ya que grande es nuestro ciento cincuenta y tres mil seiscien-
Oíos, mas que todos los dioses; tos. 18 Destinó de ellos setenta mil

¿y quién se creerá capaz de edifi- para los transportes, y ochenta mil
car una casa digna de él? Si el cielo, para las canteras en los montes, y
y los cielos de los cielos no bastan tres mil seiscientos capataces para
a contenerle, ¿quién soy yo para la vigilar a los obreros.
CRÓNICAS II, 3, 4 121

Construcción del templo. treinta y cinco codos de altura, con


sus capiteles, cada uno de los cuales
1
Comenzó, pues, Salomón a edi- tenía cinco codos de alto. 16 Hizo
3 ficar la casa en Jerusalén, en también en ellos cadenetas, como las
el monte Moria, que había sido mos- del santuario, y las puso en los capi-
trado a su padre; en el lugar que teles, y con ellas se enlazaron cien
David había dispuesto en la era de granadas. 17 Alzó las columnas en
Ornan, jebuseo. 2 Comenzó la edifi- el vestíbulo del templo, la una
cación a dos días del mes segundo a la derecha y la otra a la izquierda.
del año cuarto de su reinado. 3 He A la que estaba a la derecha la llamó
aquí el plano seguido por Salomón Jaquín, y a la de la izquierda Boaz.
para la construcción de la casa de
Yave: el largo era de sesenta codos
según la medida antigua, el ancho de El altar de bronco, el mar de
vemte codos. 4 El vestíbulo, que iba bronce y otros utensilios.
delante, tenía un largo correspon-
1
diente al ancho de la casa, de veinte Hizo además el altar de bronce,
codos, y su anchura era de diez codos; 4 de veinte codos de largo y veinte
lo recubrió interiormente de oro puro. de ancho y diez de alto. 2 'también
5
Revistió la parte mayor de la casa hizo un mar de fundición, que tenía
de madera de ciprés, y la recubrió diez codos del una al otro borde,
de láminas de oro puro, haciendo enteramente redondo; su altura era
grabar en ellas palmas y cadenetas de cinco codos, y un cordón de treinta
que se enlazaban unas con otras. codos lo ceñía en derredor. 3 Había
6
Hizo el pavimento del templo de debajo de él figuras de toros, y es-
mármoles preciosos y de gran belleza. taba todo en derredor adornado de
Las láminas de oro de que recubrió dos filas de figuras de toros, diez
los artesonados, las vigas, las pilas- por cada codo, todo en torno, y todo
tras, los muros y las puertas, eran de la misma fundición. 4 El mar
de lo más fino. 7 Hizo también cin- descansaba sobre doce toros, de los
celar querubines sobre los muros. cuales tres miraban al norte, tres al
8
Hizo también la paite menor, occidente, tres al mediodía y tres
el santísimo, cuyo largo, que corres- al oriente, todos soportando el mar,
pondía a la anchura de la casa, era y la parte posterior.de los toros es-
de veinte codos, y su ancho igual- taba oculta debajo del mar. 8 El
mente de veinte codos; y lo recubrió grueso de este vaso era de un palmo
todo de láminas de oro, que venían y su borde era como el de una copa
a pesar seiscientos talentos. 9 Hizo o como el de un libro abierto; hacía
también de oro los clavos, cada uno tres mil bata. 6 Hizo igualmente diez
de los cuales pesaba cincuenta siclos fuentes y puso cinco de ellas a la
de oro. También los techos estaban derecha y cinco a la izquierda, para
revestidos de oro. 10 Hizo también lavar allí lo que había de ser ofrecido
para la casa del santísimo dos que- en holocausto. Los sacerdotes se lava-
rubines, en figura de jóvenes, cu- ban en el mar.
biertos de oro. 11 El largo de las alas 7
Hizo diez candeleros de oro,
de los querubines era de veinte de la forma que se le había orde-
codos, pues era cada una de cinco nado, y los puso en el templo, cinco
codos, y la una tocaba al muro de a un lado y cinco al otro. 8 Igual-
la casa y la otra llegaba hasta el ala mente diez mesas, y las puso en el
del olro querubín; 12 y de igual modo templo, cinco a la derecha y cinco a
las del otro querubín, de cinco codos la izquierda, y cien tazas de oro.
de largo, tocaba la una al muro y la 9 Hizo a más el atrio de los sacerdo-
otra a la del otro querubín. 13 Las tes y el gran atrio, y las puertas del
alas de ambos querubines estaban mismo, que cubrió de bronce. 10 Asen-
desplegadas, y tenían en todo veinte tó el mar al lado derecho del templo,
codos de largo. Estaban en pie y con al sudeste. 11 Hizo también Hiram
los rostros vueltos a la parte exterior las calderas, las palas y las tazas,
del templo 14 Hizo también el velo, y acabó toda la obra que el rey había
de jacinto, de púrpura, de escarlata emprendido hacer en el templo de
y de linó, en el cual hizo dibujar Dios, es decir: 14 las dos columnas,
querubines. 15 Hizo además, ante la los entrelazados, los dos capiteles
puerta del templo, dos columnas de que las coronaban y entrelazados con
422 CRÓNICAS II, 5, 6

las granadas que los cubrían. ls Hizo sin número, tanta fué la muchedum-
cuatrocientas granadas y dos retícu- bre de víctimas.
las
las, de modo que' habla dos filas de 7
Los sacerdotes pusieron el arca
granadas unidas a cada una de estas de la alianza de Yave en el lugar para
retículas, que cubrían los capiteles ella destinado, es decir, en el oráculo
de columnas. 14 Hizo también del templo, en el santísimo, bajo las
las
basas, sobre las que asentó las fuen- alas de los querubines; 8 de modo que
tes, 15 y el mar; los doce toros sobre los querubines cubrían con sus alas
los que se asentaban, 16 las calderas, el lugar en que había sido puesta,
las palas, los tenedores; todos los así como las barras; 9 y como las
enseres se los hizo Hiram al rey Salo- barras con que había sido trasladada
món para la casa de Yave, de bronce l eran un poco largas, salían las cabezas
mejor. 17 Hízolos fundir el rey en de ellas un poco fuera del santuario,
los llanos del Jordán, en tierra arci- pero no se veían en cuanto uno se
llosa, entre Sucot y Sercdat. 18 La alejaba un poco de él. Allí ha estado
muchedumbre de estos utensilios era siempre el arca, hasta hoy.
10 No había en el arca más que las
grande, y no pudo saberse su peso
de bronce. dos tablas que en ella fueron pues-
19 Hizo,
pues, Salomón de oro todos tas por Moisés, en Horeb, cuando
los utensilios del templo de Yave, Yave dió su ley a los hijos de Israel,
con el altar y las mesas de los panes a su salida de Egipto. 11 Cuando los
de la proposición. 20 Hizo también sacerdotes salieron del santuario, pues
de un oro purísimo los candeleros todos los sacerdotes que allí se en-
con sus lámparas, para que ardieran contraban fueron santificados, por
delante del oráculo según costumbre; no haberse hecho todavía entonces
21 lamparillas y las entre ellos la distribución de los ser-
las flores, las
despabiladeras, todo de oro purí- vicios, 12 los levitas cantores, los de
simo. 42 Igualmente las jofainas, las Asaf, de Hernán y Jedetún, con sus
cucharillas y los incensarios, de oro hijos y hermanos, vestidos de lino
puro. Las puertas del templo inte- fino, 13 hacían resonar los címbalos,
rior, del santísimo, estaban cince- los salterios y las cítaras, puestos al
ladas, y como las del templo exte- oriente del altar, con ciento veinte
rior, eran de oro. Así terminó Salo- sacerdotes que tocaban las trompe-
món todo lo que había determinado tas. Todos al mismo tiempo cantaban
hacer para la casa de Yave. a una, entre sonar de las trompe-
el
címbalos y los otros instrumen-
tas, los
tos músicos, y alababan y confesaban
Traslado del arca al santuario.
a Yave: «¡Alabad a Yavel Porque es
» 1 Salomón hizo traer al templo bueno, porque su misericordia es
todo cuanto su padre había con- eterna. >
sagrado, y puso el oro, la plata y todos La casa de Yave se llenó de una
14
los vasos en el tesoro de la casa de nube; y no pudieron ya estar allí
Dios. 2 Después convocó a Jerusa- los sacerdotes, para ministrar, por
lén a todos los ancianos de Israel, causa de la nube, porque la gloria
a todos los príncipes de las tribus de Yave llenaba la casa de Dios.
y a los jefes de familias de los hijos
de Israel, para trasladar el arca de IMcgaria de Salomón en la dedi-
la alianza de Yave, de la ciudad de cación del templo.
David, que es Sión. 3 Así se reunió
1
Entonces dijo Salomón: «Yave
todo Israel en torno del rey el día d
') ha dicho que habitaría en la
de la solemnidad del séptimo mes;
*
y cuando hubieron venido todos oscuridad, 2 y yo he edificado una
los ancianos de Israel, tomaron los casa de morada para que él la habite
levitas el arca 5 y la llevaron al tem- para siempre.* 3 Luego el rey, vol-
plo, con el tabernáculo de la reunión viéndose a toda la asamblea, la ben-
y todos los utensilios del tabernáculo. dijo, estando toda en pie; 4 y prosi-
Los sacerdotes y los levitas llevaron guió (1):
todos los vasos del santuario que
había en el tabernáculo. 6 El rey Sa- (i) La plegaria de Salomón (véase I Rey. 8)
lomón y todo el pueblo, cuantos se pone bien de relieve el concepto de la inmen-
habían reunido, iban delante del sidad de Dios, a quien no puede contener un
arca, e Inmolaron carneros y bueyes templo, que no es mas que un lugar donde se
CRÓNICAS II, 6 423

«Bendito Ya ve, Dios de Israel, como has andado tú delante de mí.


17
que ha cumplido lo que por su boca Ahora, pues, ¡oh Yave, Dios de
prometió a David, mi padre, diciendo: Israel!, que se cumpla la palabra
* Desde que saqué de Egipto a mi dada a tu siervo David.
18 «¿Pero en verdad habitará Dios
pueblo, ninguna ciudad elegí de las
tribus de Israel para edificar casa con el hombre en la tierra? Los
donde estuviese mi nombre, ni elegi cielos, y los cielos de los cielos, no
varón que fuese príncipe de mi pueblo pueden contenerte; icuanto menos
Israel; 6
pero elijo a Jerusalén, para esta casa que yo he edificadol 19 Pero
que en ella esté mi nombre, y elijo atiende, ¡oh Yave, mi Dios!, a la
a David, para que esté a la cabeza oración de tu siervo y a su súplica;
de mi pueblo, Israel. 7 David, mi oye el clamor y la oración con que
padre, tuvo el propósito de edificar tu siervo ora delante de ti, 20 y que
casa al nombre de Yave, Dios de tus ojos estén siempre abiertos sobre
Israel; 8 pero Yave dijo a David, esta casa día y noche, sobre este
mi padre: Bien has hecho en querer lugar de que has dicho: allí estará mi
edificar casa a mi nombre; bueno ha nombre; 21 y que oigas la oración
sido este propósito, 9 pero no serás que en este lugar ora tu siervo.
tú quien edifique la casa, sino tu Oye asimismo el ruego de tu siervo
hijo, salido de tus entrañas; ése será y de tu pueblo Israel, cuando oren
quien edificará casa a mi nombre. en este lugar; oye tú desde lo alto
10 Yave ha cumplido lo que dijo, de los cielos, desde el lugar de tu
pues me levanté yo en lugar de David, morada; oye y perdona.
22
mi padre, y me he sentado en el alguno pecare contra su pró-
«Si
trono de Israel, como Yave había di- jimo, él le pidiere que jure con
y
cho, y he edificado, casa al nombre de juramento, y vinieren a jurar ante
Yave, Dios de Israel, 11 y he puesto tu altar en esta casa, 23 óyele desde
en ella el arca, en la cual está el pacto los cielos, y obra y juzga a tu siervo,
de Yave, concertado con los hijos dando su merecido al impío, haciendo
de Israel.n recaer su impiedad sobre su cabeza,
12
Púsose luego Salomón delante y justifica al justo, retribuyéndole
del altar de Yave, en presencia de según su justicia.
toda la asamblea de Israel; y ten- 24 «Cuando tu pueblo Israel
cayere
diendo sus manos 13

pues había delante de sus enemigos, por haber
hecho un estrado de bronce de cinco prevaricado contra ti, y convir-
codos de largo, otro tanto de ancho tiéndose, confesaren tu nombre y
y tres de alto, que había mandado rogaren delante de ti en esta casa,
poner en medio del templo y puesto
en pie, arrodillóse luego, vuelto a
— 25

el
óyelos desde los cielos, y perdona
pecado de tu pueblo Israel, y
toda la muchedumbre; y alzando las vuélvelos a la tierra que a ellos y a
manos al cielo, dijo: sus padres les diste.
14 «Yave, Dios de Israel: 26 »Si
no hay se cerraren los cielos y no
Dios semejante a ti, ni en el cielo hubiere lluvias, por haber pecado
ni en la tierra; tú guardas la alian- contra ti, y oraren a ti en este lugar,
za y la misericordia a tus siervos y confesaren tu nombre, convirtién-
que andan delante de ti con todo dose de sus pecados al afligirlos tú;
su corazón: 1¿ otorgaste a David, 27
oye en los cielos, y perdona el pe-
mi padre, todo cuanto le prometiste, cado de tus siervos y de tu pueblo
y has puesto por obra cuanto de Israel, y enséñales el buen camino,
palabra le dijiste, como lo vemos para que anden por él, y dales la
hoy. 16 Cumple, pues, ahora, Yave, lluvia sobre tu tierra, la que por here-
Dios de Israel, todo cuanto a David, dad diste a tu pueblo.
mi padre, tu siervo, prometiste, di- 28 »Si hubiere hambre en
la tierra,
ciendo: No faltará de ti varón de- o pestilencia o tizón, o añublo, o
lante de mí, que se siente en el trono langosta, o pulgón, o el enemigo
de Israel, siempre que tus hijos guar- los cercare en su tierra, en sus ciu-
den sus caminos, andando en mi ley, dades, o hubiere otra cualquiera
plaga o enfermedad; 29 si un hombre,
o todo Israel, hace oraciones y súpli-
invoca su nombre y se da una especial mani-
festación de su omnipresencia. Al mismo tiem- cas, y reconociendo su llaga y su
po se halla en la oración la nota de la univer- dolor, tendiere sus manos hacia esta
salidad en potencia de la religión de Israel. casa; 80 óyele desde los cielos, desde
CRÓNICAS II, 7

el lugar de tu morada, y perdona y 7 Cuando Salomón acabó d£ orar,


1

da a cada *uno conforme a sus cami- descendió del cielo fuego que con-
nos, según su corazón; pues sólo tú sumió los holocaustos y las vícti-
conoces el corazón de los hijos de mas, y la gloria de Yave llenó la
los hpmbres; 31 para que te teman, casa. 2
No podían los sacerdotes estar
y anden por tus caminos todos los en la casa de Yave, porque la gloria
días de su vida, en la tierra que de Yave llenaba la casa de Yave.
diste a nuestros padres. 3
Y al ver los hijos de Israel descender
32 «Cuando el extranjero, que no el fuego y la gloria de Yave sobre la
es de tu pueblo Israel, venido de casa, cayeron a tierra sobre sus ros-
lejanas tierras por la fama de tu tros en el pavimento, y adoraron y
nombre y de tu fuerte mano y tu confesaron a Yave: «Porque es bueno,
tendido brazo, viniere a orar en esta porque es eterna su misericordia.»
casa; 33 óyelo tú desde los ciclos, 4
Entonces el rey y todo el pueblo
desde el lugar de tu morada, y haz sacrificaron víctimas delante de Yave,
5
lo que con clamores te pida el ex- y ofreció el rey Salomón en sacri-
tranjero, para que todos los pueblos ficio veintidós mil bueyes y ciento
de la tierra conozcan tu nombre y veinte mil ovejas, y así fué dedicada
te teman, como tu pueblo Israel, la casa de Dios por el rey y todo el
y sepan que tu nombre es invocado pueblo. 8 Los sacerdotes asistían en
sobre esta casa que yo te he edifi- su ministerio, y los levitas con los
cado. instrumentos de música de Yave,
34 »Si saliere tu pueblo a la guerra que había hecho el rey David, para
contra sus enemigos, por el camino alabar a Yave, «cuya misericordia
que les señales, y oraren a ti, hacia es eterna» y con los que le alaba-
esta ciudad que tú has elegido, hacia ba también David. Asimismo los
la casa que a tu nombre he edificado; sacerdotes tocaban trompetas delan-
35 oye tú te de ellos, y todo el pueblo estaba
desde los cielos su oración,
su ruego, y ampara su derecho. -
en pie.
38 pecaren contra ti pues no
»Si — 7
También santificó Salomón el atrio,
hay hombre que no peque —
y airado
contra ellos los entregares a sus ene-
,
que está delante de casa de .Yave,
la
ofreciendo allí los holocaustos y el sebo
migos, que los lleven cautivos a tierra de las víctimas, por ser el altar de bron-
enemiga, lejana o cercana, 37 y ellos ceque Salomón había hecho insuficien-
volviendo en sí en la tierra a donde tepara tantos holocaustos, la ofrenda
fueren llevados cautivos se convir- y el sebo. 8 Hizo Salomón fiesta con
tieren y oraren a ti en la tierra de todo Israel por siete dias, reunién-
su cautividad, y dijeren: Hemos pe- dose una gran muchedumbre, desde
cado, hemos obrado inicua e impía- la entrada de Hamat hasta el torrente
mente; 38 si se convirtieren a ti de de Egipto. 9 Al octavo día celebraron
todo corazón y con toda su alma en asamblea santa, pues habían hecho
la tierra de su cautividad, donde los la dedicación del altar durante siete
hubieren llevado cautivos, y oraren días y celebrado por siete días la
hacia su tierra, la que diste a sus solemnidad. 10 A veintitrés del sép-
padres, hacia la ciudad que tú has timo mes, envió al pueblo a sus
elegido, y hacia esta casa que yo he estancias, alegres y gozosos en su
edificado a tu nombre; 39 oye tú corazón, por los beneficios que Yave
desde los cielos, desde el lugar de había hecho a David, a Salomón y a
tu morada, su oración y su ruego, su pueblo, Israel.
y perdona a tu pueblo que pecó Respuesta «le Yave a la plegarla
contra ti. 40 Ten, pues, |Oh Dios
mío!, abiertos tus ojos y atentos de Salomón.
tus oídos a la oración hecha en este
11
lugar. Acabó, pues, Salomón la casa
41
«]Oh Yave, DiosI Levántate, y de Yave y la casa del rey; y todo
ven a tu lugar de reposo, tú y el arca cuanto se había propuesto hacer en
de tu majestad. Que tus sacerdotes, la casa de Yave y en su casa, lo
Yave Dios, se revistan de salud, y consiguió. 12 Entonces se le apareció
tus santos gocen de tus bienes. Yave durante la noche, y le dijo:
41
«lYave, Dios, no rechaces a tu «He oído tu plegaria, y he elegido
ungido; acuérdate de tus misericor- este lugar como la casa en que se
dias a David, tu siervo. ->
me habrán de ofrecer sacrificios,
CRÓNIC AS II. 8

13 Cuando yo cierre el cielo y no haya Líbano y en toda la tierra de su


lluvia, cuando mande yo a la lan- dominio. 7
Todo el pueblo que había
gosta devorar la tierra, cuando mande quedado de los geteos, amorreos, fe-
14
la peste entre mi pueblo, si mi receos, jeveos y jebuseos, que no
pueblo, sobre el que se invoca mi era parte de Israel; 8 sus descendien-
nombre, se humilla, ruega y me busca tes que habían quedado con ellos en
la cara, si se aparta de sus malos ca- la tierra y no habían exterminado
minos, yo oiré desde los cielos y le los hijos de Israel, los hizo servir en
perdonaré su pecado y curaré a la los trabajos, y así se sigue haciendo
tierra. 15 Mis ojos estarán siempre hasta hoy. 9 No empicó Salomón
abiertos y atentos mis oídos a la como para sus trabajos a
esclavos
plegaria hecha en este lugar. 16 Yo ningún hijo de Israel, pues éstos eran
elijo y santifico esta casa, para que hombres de guerra, jefes, oficiales,
en ella sea invocado mi nombre, y comandantes de los carros y de la
para morar en ella por siempre, y la caballería.
10 puestos por Salomón
tendré siempre ante mis ojos y en Los jefes
mi corazón. 17 Y tú, si andas en mi a la cabeza del pueblo y encargados
presencia como anduvo David, tu de la vigilancia eran doscientos cin-
padre, haciendo todo cuanto yo he cuenta.
11 Salomón subió a la hija del Fa-
mandado, y guardas m¡s leyes y mis
preceptos, 18 yo afirmaré el trono raón, de la ciudad de David, a la casa
de tu reino, como se lo prometí a que para ella había edificado, pues
David, tu padre, diciendo: No fal- dijo: «Mi mujer no ha de habitar
tará jamás un hijo tuyo que reine en la casa de David, rey de Israel,
19
en Israel. Pero, si os volvéis y porque los lugares en que ha estado
dejáis los mandamientos y preceptos el arca de Yave son sagrados.»
12 Entonces ofreció Salomón
que yo os he prescrito, y os vais a a Yave
servir a dioses ajenos, adorándolos, holocaustos en el altar de Yave, que
20 yo os arrancaré de mi tierra, que había alzado delante del pórtico,
os he dado; y esta casa, que a mi 13 ofreciendo lo que para cada día
nombre he santificado, la rechazaré prescribió Moisés, para los sábados,
de ante mí, y será la burla y el escar- los novilunios y las tres solemnidades
nio de todas las gentes; 21 y por ilus- del año; la de los ácimos, la de las
tre que haya sido, será el espanto semanas y la de los tabernáculos.
de cuantos cerca de ella pasen, que 14 Estableció en sus funciones, como
dirán: ¿Por qué ha hecho Yave las había determinado David, su
así con esta tierra y esta casa? 22 Y padre, a los sacerdotes según su ofi-
se responderá: Porque dejaron a Yave, cio, a los levitas según su cargo de
Dios de sus padres, que los había alabar a Yave, y servir cada día a
sacado de la tierra de Egipto, y se los sacerdotes en el ministerio, e igual-
adhirieron a dioses ajenos, y los mente a los porteros asignados a cada
adoraron y los sirvieron; por eso ha puerta, según sus clases, como lo
traído él sobre ellos todos estos males. había ordenado David, hombre de
Dios. 15 Nada escapó a la ordenación
del rey en cuanto a los sacerdotes y
Otras construcciones de Salomón. levitas, ni en cuanto a cosa alguna
1
Al cabo de veinte años, en los tocante a los tesoros. 17 Así fué diri-
8 que edificó Salomón la casa de gida toda la obra de Salomón, desde
Yave y su propia casa, 2 reconstruyó las el día en que se pusieron los cimien-
ciudades que le había dado Hiram, y tos de la casa de Yave, hasta el día
estableció en ellas a los hijos de Israel. en que fué terminada. Acabóse, pues,
3
Después marchó Salomón contra la casa de Yave.
Hamat de Soba y la tomó. 4 Edificó 18 Entonces partió Salomón
para
a Tadmor, en el desierto, y todas las Asion-Gucber, y Elat, a orillas del
ciudades de municiones en Hamat. mar, en tierra de Edom; pues Hiram,
5 Edificó Betliorón, el alto y el bajo, por medio de sus siervos, le había
ciudades fuertes, amuralladas, con enviado navios y marineros diestros,
puertas y barras; 6 Balat y todas las conocedores del mar. Fueron éstos
ciudades de munición que le perte- con los siervos de Salomón a Ofir,
necían, y las ciudades óe los carros y trajeron de allí cuatrocientos cin-
y de la caballería, y todo lo que cuenta talentos de oro, que entre-
quiso edificar en Jerusalén, en el garon a Salomón.
420 CRÓNICAS II, 9

La reina de Saba, en Jcrusalén. sesenta talentos de oro, 11 fuera del


que recibía de negociantes y comer-
q "
1
Llegó a la reina de Saba la ciantes, de todos los reyes de Arabia
fama de Salomón; y vino a Jeru- y de los gobernadores de la tierra,
salén para con enigmas,
probarle que recaudaban oro y plata para
acompañada de muy gran séquito de Salomón.
camellos, cargados de aromas y oro 16 Hizo el rey Salomón doscientos

en abundancia y piedras preciosas. grandes escudos de oro batido, para


Vino a Salomón y le dijo cuanto se cada uno de los cuales empleó seis-
le ocurrió, 2 y Salomón respondió a cientos sidos de oro; 18 y otros tres-
todas sus preguntas, sin que hubiera cientos escudos de oro batido, para
nada que él no pudiera explicarle. cada uno de los cuales empleó tres-
s La reina de Saba,
viendo la sa- cientos síelos de oro, y los puso en
biduría de Salomón, la casa que la casa «Bosque del Líbano». 17 Hizo
4 un gran trono de marfil, que recu-
había construido, los manjares de
su mesa, el asiento de sus servidores, brió de oro puro. Tenía el trono seis
el porte y los vestidos de la servi- gradas y un dosel de oro. 18 Había
dumbre, y la subida a la casa de brazos a uno y otro lado de la silla,
Yave, 6 fuera de sí dijo al rey: y cerca de los brazos dos leones,
«Verdad es cuanto de tu estado y tu 19
y otros doce leones sobre las seis
sabiduría había oído en mi tierra. gradas, de una y otra parte. Para
6
Xo lo creía hasta que he venido ningún rey se hizo cosa semejante.
20 Todos los vasos del rey Salomón
y lo he visto con mis ojos; y hallo
ahora que no me habían dicho ni la eran de oro, y toda la vajilla de la
mitad de tu grandeza, de tu sabiduría, casa «Bosque del Líbano» era de
pues sobrepujas la fama que a mí oro puro. Nada de plata. No se hacía
nabía llegado. 7 Dichosas tus gentes, de ella estima alguna en tiempo de
dichosos tus servidores, que conti- Salomón, 21 pues tenía el rey naves
nuamente están delante de ti y oyen de Tarsis que navegaban con las de
tu sabiduría. 8 Bendito Yave, tu los siervos de Hiram; y llegaban cada
Dios, que te ha hecho la gracia de tres años las naves de Tarsis, tra-
ponerte sobre su trono, por rey para yendo oro, plata, marfil, monos y
Yave, tu Dios. Por amor de Yave a pavos reales. 22 Fué el rey Salomón
su pueblo, y por querer que por más grande que todos los reyes de
siempre subsista, te ha hecho rey de él, la tierra, por riquezas y por sabi-
para que le hagas derecho y justicia. duría. 23 Todos los reyes de la tierra
• Dió al rey ciento veinte talentos buscaban ver a Salomón, para oír la
de oro, gran cantidad de aromas y sabiduría que había puesto Dios en
de piedras preciosas, y no hubo su corazón, 24 y cada uno le traía su
nunca aromas como los que la reina presente, objetos de plata, de oro,
de Saba dió a Salomón. vestidos, armas, aromas, caballos y
10 los siervos de Hiram
También mulos. Y así cada año.
de Salomón, que habían traído 25 Tenía Salomón cuatro mil caba-
y los
él oro de Ofir, trajeron madera de llerizas, para sus caballos y sus carros,
sándalo y piedras preciosas. 11 Con y doce mil jinetes, que puso en las
la madera de sándalo hizo el rey las ciudades de los carros y cerca de sí
gradas de la casa de Yave y de la en Jcrusalén. 28 Se extendió su do-
casa del rey, e hizo también de ella minio sobre todos los reyes, desde
arpas y salterios para los cantores. el río hasta la tierra de los filisteos
Nunca en Judá se había visto seme- v hasta las fronteras de Egipto.
jante. 27 Hizo que la plata fuera tan común
12
El rey Salomón dió a la reina de como las piedras, y que los cedros
Saba cuanto ella quiso y pidió, más fuesen tantos como ¡os sicómoros, que
que lo que ella había traído al rey. se dan en los campos. 28 Traíanle los
Después volvióse ella a su tierra con caballos de Egipto y de todas partes.
29 El resto de los hechos de Salo-
sus siervos.
món, los primeros y los postreros,
¿no está escrito en los libros de
Hiquezas, maflniffrcncia y gloria Natán, profeta, en los de Ajías, silo-
de Salomón. nita, y en las profecías de Ido, vi-
18
El peso del oro que cada año dente, contra Jeroboam, hijo de Na-
.

80 Reinó Salomón en Jerusalén,


llegaba a Salomón era de seiscientos bat?
CRÓNICAS II, 10, 11 427

sobre todo Israel, cuarenta años. yo lo agravaré más todavía; mi padre


81 Se durmió con sus padres, y fué os castigó con azotes, y yo os azotaré
sepultado en la ciudad de David, su con escorpiones.» 16 No escuchó el
padre. Le sucedió Roboam, su hijo. rey al pueblo, porque era cosa de
Dios, para que se cumpliera la pala-
bra que había dicho Yave por medio
de Ajías, silonita, a Jeroboam, hijo
DIVISION DEL REINO de Nabat.
16 Viendo todo Israel que no los

había escuchado el rey, respondió el


ltoboam, rey de .luda. Jeroboam, pueblo al rey, diciendo: «¿Qué tene-
rey de Israel. mos que ver nosotros con David ni
con el hijo de Isaí? ¡A tus tiendas,
f Q 1
Fué Roboam a Siquem, donde Israell Mira tú ahora por tu casa,
se había reunido todo Israel David.» Y todo Israel se fué a sus
para proclamarle rey. 2 Súpolo Jero- estancias. 17 Reinó Roboam sobre
boam, que estaba en Egipto, a donde los hijos de Israel, que habitaban en
había huido por causa del rey Sa- las ciudades de Judá. 18 Mandó luego,
lomón, y volvió de Egipto, 3 pues el rey Roboam a Adoram, prefecto
fueron a llamarle. Vino, pues, Jero- de los tributos, pero los hijos de
boam y todo Israel, y hablaron a Israel le lapidaron, y murió. Enton-
Roboam, diciendo: 4 «Tu padre hizo ces se apresuró Roboam a subir a su
grave nuestro yugo. Afloja tú, pues, carro, y huyó a Jerusalén. 19 Así se
ahora la dura "servidumbre y el pe- apartó Israel de la casa de David,
sado yugo con que tu padre nos hasta hoy.
oprimió, y te servil emos.» 8 El les
respondió: «Volved a mí de aquí a Vino Roboam a Jerusalén, y
1

tres días. » El pueblo se fué. 6 Enton- reunió a la casa de Judá y a


ces Roboam pidió consejo a los an- la de Benjamín, ciento ochenta mil
cianos que habían servido a Salo- hombres de guerra escogidos, para
món, su padre, mientras vivió, y combatir contra Israel y reducirle al
díjoles: «¿Qué me aconsejáis vosotros dominio de Roboam; 2 pero dirigió
que responda a este pueblo?» 7 Ellos Yave su palabra a Semeyas, hombre
le hablaron diciendo: «Si tú hoy te de Dios, diciéndole: 3 «Habla a Ro-
conduces humanamente con este pue- boam, hijo de Salomón, rey de Judá,
blo, y le complaces, y le das buenas y a todos los de Israel en Judá y
palabras, ellos te servirán perpetua- Benjamín, y diles: 4 Así habla Yave:
mente.» 8 Pero él, dejando el consejo No subáis a luchar con vuestros her-
que los ancianos le dieron, lo pidió manos; vuélvase cada uno a su casa,
a los mancebos que se habían criado porque soy yo quien ha hecho esto.
con él y le asistían, 9 diciendo: «¿Qué Y ellos, escuchando la palabra de
aconsejáis vosotros que responda a Yave, se tornaron y no fueron contra
este pueblo, que me ha hablado di- Jeroboam.
ciendo: Alivia el yugo que tu padre
nos impuso?» 10 Los mancebos que se
habían criado con él le hablaron así: ltoboam afirma su reinado.
«Diles a los que te han pedido que
aligeres su yugo: Lo más flaco mío 5 Habitó Roboam en Jerusalén y
es más grueso que los lomos de mi edificó y fortificó ciudades en Judá.
padre. 11 Si mi padre os cargó de pe- 6
Fortificó Betlejcm, Etán, Tecoa,
sado yugo, yo lo agravaré. Mi padre 7
Betsur, Socó, Adulam, 8 Oet, Ma-
os castigó con azotes, y yo os azotaré resá, Ziv, 9 Adoram, Laquis, Azeca,
con escorpiones.» 10 Sora, Aynlón
12
y Hebrón, que eran
Vino, pues, Jeroboam con todo de Judá, y otras en Benjamín. 11 Guar-
el pueblo a Roboam el tercer día, neció también las fortalezas, y puso
según lo que mandara el rey, diciendo: en ella jefes, y las avitualló de aceite
«Volved a mí de aquí a tres días»;
13
y vino, 12 las proveyó de armas, es-
y el rey les respondió ásperamente, cudos y lanzas, fortificándolas en
pues se apartó el rey Roboam del gran manera, y Judá y Benjamín le
consejo de los ancianos, 14 y siguió estuvieron sujetos.
el consejo de los jóvenes, diciendo: 13
Los sacerdotes y levitas de todo
«Mi padre agravó vuestro yugo, y Israel,venian a él de todos sus térmi-
1'2X CRÓNICAS II, 12, 13

nos, 14 y dejaban sus heredades y dos en Jerusalén por causa de Sesac,


posesiones, para venirse a Judá (1) y y les dijo: «Así dice Yave: vosotros
a Jerusalén, pues Jeroboam y sus me habéis dejado a mí, y por eso
hijos los echaban del ministerio de también yo os he dejado a vosotros
Yave. 15 El se hizo sacerdote para en manos de Sesac.
6
los altos, para los demonios, y para Los príncipes de Israel y el rey
los becerros que se había fabricado. se humillaron, y dijeron: «Justo es
16
Tras de aquéllos vinieron también, Yave.» 7 Y viendo Yave que se
de todas las tribus de Israel, los que habían humillado, dirigió su palabra
tenían puesto su corazón en seguir a a Semeyas, diciendo: «Se han humi-
Yave, Dios de Israel, para poder llado; no los destruiré, antes los sal-
sacrificar en Jerusalén a Yave, el varé pronto, y no se derramará mi
Dios de sus padres. 17 Así se fortale- ira sobre Jerusalén por medio de
ció el reino de Judá y afirmaron a Sesac; 8 pero habrán de servirle, para
Roboam en el reino por tres años, que sepan distinguir entre lo que es
pues tres años siguieron por el cami- servirme a mí, y servirla los reyes de
no de David y Salomón. las gentes.»
18 Tomó Roboam por mujer a Ma- 9
Subió, pues, Sesac, rey de Egipto,
jalat, hija de Jcrimot, hijo de David, a Jerusalén, y pilló los tesoros de la
y a Abigail, hija de Eliab, hijo de casa de Yave y los de la casa del
Isaí, 19 que le parió hijos: Jeus, Sa- rey; todo se lo llevó. Tomó los escu-
maría y Zaham. 20 Tomó después dos de oro que había hecho Salomón,
a Maaca, hija de Absalón, que le 10 y en vez de ellos hizo el rey Roboam
parió a Abías, Ataf, Zisa y Selomit. escudos de bronce, para los jefes de
21 Amó Roboam a Maaca, hija de la guardia que custodiaban la entra-
Absalón, más que a todas sus mujeres da de la casa del rey. 11 Cuando iba
y concubinas, pues tuvo dieciocho el rey a la casa de Yave, tomábanlos
mujeres y sesenta concubinas, y en- los de la guardia, y los volvían luego
gendró veintiocho hijos y sesenta al cuartel de la guardia.
12 Como se humilló, apartóse de
hijas.
22 Puso Roboam a Abías, hijo de él la ira de Yave, por no destruirle
Maaca, por cabeza y príncipe de sus del todo, y las cosas mejoraron en
hermanos, pues quería hacerle rey; Judá. 13 Fortalecióse, pues, Roboam,
23
y le hizo educar y esparció a sus y reinó en Jerusalén. Cuarenta y un
otros hijos por todas las tierras de años tenía Roboam cuando comenzó
Judá y Benjamín, y por todas las a reinar, y reinó diecisiete años en
ciudades fuertes, dándoles víveres en Jerusalén, la ciudad que eligió Yave
abundancia y pidiendo para ellos entre todas las tribus de Israel, para
muchas mujeres. poner en ella su nombre. El nombre
de su madre fué Naama, amonita.
14 Hizo el mal, porque no aprestó su
La idolatría de rtoltoam, castigada. corazón para buscar a Yave. 15 Los
hechos de Roboam, los primeros y
12 1
Cuando Roboam se hubo afir- los postreros, ¿no están escritos en
mado en el reino y se sintió los libros de Semeyas, profeta, y de
fuerte, se apartó de la ley de Yave, Ido, el vidente, en los registros de
y con él todo Israel. 2 El año quinto las genealogías? Hubo perpetuamente
del reinado de Roboam, subió Sesac, guerra entre Roboam y Jeroboam.
18 Durmióse Roboam con sus padres,
rey de Egipto, contra Jerusalén, por
haberse rebelado contra Yave, 3 con y fué sepultado en la ciudad de David,
mil doscientos carros y sesenta mil y le sucedió Abías, su hijo.
jinetes; y el pueblo que con él venía
de Egipto no tenía número, de lubim,
suquiyim y cusim. 4 Tomó las ciu- ttclnado de Alib«. Guerra contra
dades fuertes de Juda y llegó hasta Jeroboam.
Jerusalén. 6 Entonces Scmcyas, pro-
feta, se presentó a Roboam y a los
príncipes de Judá, que estaban reuni- J 1
A los dieciocho años del rei-
3
nado de Jeroboam, comenzó a
2
(l) La parte todavía sana de Israel se acoge reinar en Judá Abías, y reinó tres
en su mayoría al reino de Judá, huyendo del años en Jerusalén. Su madre se lla-
culto ilegitimo e idolátrico del reino de Israel. maba Micaya, hija de Uziel, de Gaba.
CRÓNICAS II, 14
429

Hubo guerra en Abías yjeroboa tn (


t re 1
Judá por espalda, atacándolos así
la
• ejército de hombres
Reunió Abfas un la espalda; 14 y cuando
de frente y por
de guerra escogidos y valientes, de Judá se percató, tenía a fsrael de
cuatrocientos mil hombres, y Jero- frente y a las espaldas. 15 Clama-
boam se ordenó en batalla contra él ron los de Judá a Yave, y los sacer-
con ochocientos mil hombres de gue- dotes tocaron sus trompetas, dieron
rra escogidos y valerosos. 4 Alzóse sus gritos, y así como alzaron sus
Abías en el monte de Semarom, de gritos, Dios desbarató a Jeroboam
las montañas de Efraím, y gritó: y a todo Israel delante de Abías,
«Oídme, Jeroboam y todo Israel: y de Judá. 16 Huyeron los hijos de
6
¿No sabéis vosotros que Yave, Dios Israel ante Judá, y Dios los entregó
de Israel, dió a David el reino sobre en sus manos; 17 y Abías y sus gentes
Israel para siempre, a él y a sus hijos hicieron en ellos gran mortandad, ca-
en pacto de sal? 6 Pero Jeroboam, yendo de Israel quinientos mil hom-
hijo de Nabat, siervo de Salomón, se bres escogidos. 18 Así fueron humi-
levantó y rebeló contra su señor; 7 y llados entonces los hijos de Israel,
allegándose a él hombres vanos y mientras que los de Judá se fortale-
perversos, se sobrepusieron a Roboam, cieron, porque se apoyaron en Yave,
hijo de Salomón, porque Roboam, el Dios de sus padres. 19 Persiguió
mozo e inexperto, no se defendió con- Abías a Jeroboam, y le tomó ciuda-
tra ellos. 8 Ahora tratáis vosotros de des: Betel, con las ciudades de su
triunfar contra el reino de Yave, que dependencia, Jesana, con sus depen-
está en manos de los hijos de David, dencias, y Efrón, con sus depen-
porque sois muchos. Pero tenéis con dencias. 20 No tuvo ya Jeroboam
vosotros a los becerros de oro, que fuerza en tiempo de Abías; le hirió
Jeroboam os hizo por dioses. 9 ¿No Yave, y murió.
21
habéis arrojado de entre vosotros a Abías fué poderoso, tuvo catorce
los sacerdotes de Yave, a los hijos mujeres y engendró veintidós hijos
de Arón, y a los levitas, y os habéis y dieciséis hijas. 22 El resto de los
hecho sacerdotes a la manera de las hechos de Abías, lo que hizo y dijo,
gentes de la tierra, para que cual- está escrupulosamente escrito en el
quiera pueda consagrarse con un be- libro de Ido, profeta.
cerro
dote de
nosotros,
y
siete carneros, y ser así sacer-
los que no son dioses? 10 Para
Yave es nuestro Dios; no
W 1
Durmióse Abías con sus pa-
dres,y fué sepultado en la
le hemos dejado, y los sacerdotes ciudad de David. Le sucedió Asa,
ministros de Yave son los hijos de su hijo, en cuyo tiempo tuvo paz la
Arón, y los levitas cumplen sus fun- tierra durante diez años.
ciones. 11 Queman a Yave. los holo-
caustos cada mañana y cada tarde
ilo Jmlá. Victoria contra
y los perfumes aromáticos; ponen los Asa, rey
panes sobre la mesa limpia, y el
Zerac y loa etiope».
candelero de oro con sus lámparas
cada tarde, para que ardan; porque 2
Asa hizo lo que es bueno y recto
nosotros guardamos los mandatos de a los ojos de Yave, su Dios. 3 Hizo
Yave, nuestro Dios, mientras que desapí>recer los altares de los cultos
vosotros los habéis dejado. 12 Dios extranjeros (1), y los altos, demolió los
está, pues, con nosotros a nuestra cipos y abatió los aaeras. 4 Mandó
cabeza, y están con nosotros los a Judá buscar a Yave, el Dios de sus
sacerdotes con sus trompetas, para padres, y practicar la ley y sus man-
hacerlas resonar contra vosotros. Hijos damientos. 6 Hizo desaparecer de
de Israel, no hagáis la guerra a Yave, todas las ciudades de Judá los altos
el Dios de vuestros padres, porque no y los simulacros del sol, y su reinado
os irá bien.» fué reinado de paz. 6 Edificó ciuda-
13
Jeroboam hizo que rodeara una des fuertes en Judá, pues la tierra
emboscada, para acometer a los de estaba tranquila, y no hubo guerra
(i) La reforma religiosa de Asa hace des-
(i) El estado de guerra entre Israel y Judá aparecer los excelsos que durante tanto tiempo
es casi constante; son pocos los intervalos de persistieron ilegítimamente en Judá, pues aun-
relación pacífica, y éstos no hacen sino con- que en ellos se sacrificaba a Yave, eran ente-
tribuir a que las apostasías de Israel inficionen ramente contra la Ley, que mandaba sacrificar
i Judá. únicamente en e lugar elegido por Dios.
430 CRÓNICAS II, 15

contra durante aquellos años, puesl


él otros le abandonáis, él os abandona-
Yave ledió paz. 7 Dijo a Judá:l rá a vosotros. 8 Durante mucho tiem-
«Edifiquemos estas ciudades y rodeé- po ha estado Israel sin verdadero
moslas de murallas, de fuertes y de Dios, sin sacerdote que enseñase su
y
torres, con puertas y barras, mien- ley; 4
pero cuando en medio de la
tras no estamos en guerra, porque tribulación se volvían a Yave, Dios
hemos buscado a Yave, nuestro Dios, de Israel, y le buscaban, siempre le
y por haberle buscado, nos ha dado hallaron. 8 No había en aquellos
el reposo de todas partes.» Edificá- tiempos paz, ni para quien entraba,
ronlas, pues, sin que nadie lo impi- ni para quien salía, sino muchas
diera. 8 Tenía Asa un ejército de tres- aflicciones sobre todos los moradores
cientos mil hombres de Judá, arma-] de la tierra; * y una gente destruía
dos de escudo y lanza, y doscientos a otra gente, y una ciudad a otra
ochenta mil de Benjamín, armados ciudad, porque las conturbaba Dios
de escudo, y arqueros, todos hombres con toda suerte de calamidades. 7 Es-
valerosos. forzaos, pues, vosotros y no desfallez-
9
Subió contra ellos Zerac, etíope, can vuestras manos, porque merced
con un ejército de mil millares y hay para vuestra obra.»
trescientos carros, y llegó hasta Ma- 8 Cuando oyó Asa las palabras
y
resa. 10 Entonces le salió Asa al la profecía de Azarías, hijo de Obed,
encuentro, y le presentó batalla en profeta, se sintió fortalecido e hizo
el valle de Sefata, junto a Maresa. desaparecer las abominaciones de toda
11
Clamó Asa a Yave, su Dios, di- la tierra de Juná y Benjamín, y de las
ciendo: «Yave, no hay para ti dife- ciudades que había tomado en la
rencia entre socorrer al que tiene montaña de Efraím, y restauró el
muchas fuerzas o al que tiene pocas. altar de Yave que estaba delante del
Ven, pues, en ayuda nuestra, Ynve, pórtico de Yave. ' Convocó a todo
nuestro Dios, porque en ti nos apo- Judá y Benjamín, y a los de Efraím.
yamos nosotros, y a combatir en tu Manasés y Simeón, que habitaban
nombre hemos venido contra toda entre ellos, pues gran número de
esta muchedumbre. Yave, tú eres gentes de Israel se unieron a él
nuestro Dios, que no sea el hombre cuando vieron que con él estaba Yave,
quien triunfe de ti.» 12 Yave deshizo su Dios; 10 y se reunieron en Jerusa-
a los etíopes, ante Asa y ante Judá, lén el tercer mes del año quince del
y los etíopes se pusieron en fuga. reinado de Asa.
13 11 Aquel día sacrificaron a Yave,
Asa y la gente que llevaba los per-
siguieron hasta Gerar y cayeron los del botín que había traído, setecien-
li
etíopes sin poder salvar su vida, por- tos bueyes y siete mil ovejas, y
que fueron destruidos por Yave y juraron buscar a Yave, el Dios de
14 Asa y su gente cogie- sus padres, con todo su corazón
su ejército. y
ron gran botín, y batieron todas las toda su alma; 13 y que cualquiera
ciudades que había cerca de Cerar, que no buscase a Yave, Dios de Israel,
porque el terror de Yave se había muriese, fuese grande o pequeño,
apoderado de ellos, y saquearon todas hombre o mujer. 14 Este juramento
las ciudades, siendo muchos los des- hicieron a Yave en medio de voces
pojos. ls Dieron también contra los de júbilo y al son de trompetas y
apriscos y establos de los ganados, bocinas. 16 Alegráronse de este jura-
llevándose gran cantidad de ovejas mento todos los de Judá, porque
y camellos. Después se volvieron a de todo corazón lo juraron y de lodo
Jerusalén. corazón le buscaban; y así le halla-
ron, y les dió Yave reposo de todas
parles. a Maaca, madre del
18 Aun
Celo del rey Asa pura destruir rey Asa, depuso él de la dignidad
la
la idolatría.
de reina, porque habla hecho un
ídolo y un atiera. Abatió el ídolo,
1 ,) Fué el espíritu de Yave sobre
1 lo redujo a polvo, y lo quemó en
17 Pero
Azarlas, hijo de Obed, * y se el valle de Cedrón. los altos
presentó Azarías a Asa, y le dijo: no desaparecieron de Israel, a pesar
«Oyeme, Asa, y todo Judá y Ben- de que el corazón de Asa fué per-
jamín' Yave está con vosotros, cuan- fecto todos los días de su vida.
18 Metió en la casa de \avc lo que
do vosotros estáis con él; si vosotros
le buscáis, le hallaréis; pero si vos- había sido consagrado por su padre
CRÓNICAS II. 16. 17 ZÜ
18
Durmióse Asa con sus padres,
él mismo, de plata, oro y vasos.
y por
" No hubo guerra hasta los treinta muriendo el año cuarenta y uno de
y cinco años del reinado de Asa. su reinado, 14 y fué sepultado en el
sepulcro que él había hecho para sí,
Se le puso 16
en la ciudad de David.
Pecado de Asa. Su muerte. en un lecho lleno de aromas y per-
fumes, preparados según el arte de
1
El año treinta y seis del rei- la perfumería, y se quemó además
1,
O nado de Asa subió contra Judá en honor suyo una cantidad muy con-
Basa, rey de Israel, y edificó Rama, siderable de ellos.
para impedir la entrada y la salida
a los de Asa, rey de Judá. 2 Asa sacó
de los tesoros de la casa de Yave y Josafat, rey dé Judá.
de los de la casa del rey la plata y el
oro, y se los mandó con una embajada 1
A Asa
le sucedió Josafat, su
al rey do Siria, Benadad, que habi- í Se fortificó contra Israel
hijo.
taba en Damasco. Hizo que le dije- 2
y puso guarniciones en todas las
ran: 3 «Hagamos alianza entre los ciudades fuertes de Judá, así como
dos, como la hubo entre mi padre en las de Efraím, de que Asa, su
y tu padre. Te mando esta plata y padre, se había apoderado.
este oro. Rompe tu alianza con Basa, 3
Estuvo Yave con Josafat, por-
rey de Israel, para que se retire de que éste anduvo por los caminos
mí. » 4 Benadad escuchó a Asa, y primeros de David, su padre, y no
mandó a los jefes de su ejército buscó a los baales, 4 sino que se
contra las ciudades de Israel, y ba- acogió al Dios de sus padres y siguió
tieron a Iyan, Dan, Ahelmain y las sus mandatos, sin imitar lo que hacía
ciudades fuertes de Neftalí. 6 Cuando Israel. 6 Yave afirmó el reino en las
lo supo Basa, cesó en la edificación manos de Josafat, a quien traía
'de Rama, suspendió su obra. 6 En- presentes todo Judá, y tuvo gran
tonces el rey Asa mandó a todo Judá abundancia de riquezas y mucha
a llevarse la piedra y la madera que gloria. 6 Su corazón se fortaleció en
empleaba Basa en la edificación de los caminos de Yave, e hizo también
Rama, y se sirvió de ellas para edi- desaparecer de Judá los excelsos y los
ficar a Gueba y Masía. aseras.
7
Entonces Janani, el vidente, fué 7
El año tercero de su reinado mandó
a Asa, rey de Judá y le dijo: «Por a sus príncipes Benjail, Abdías, Za-
haberte apoyado sobre el rey de carías, Nataniel y Miqueas, por las
Siria, y no sobre Yave, tu Dios, se ciudades de Judá, para que enseña-
te ha escapado de las manos el ejér- sen, 8 y con ellos a los levitas Semeyas,
cito del rey de Siria: 8 ¿No eran un Netanías, Zebadía, Asael, Semira-
gran ejército los etíopes y los libios, mot, Jonatán, Adonías, Tobías, levi-
con carros y una muchedumbre de tas, y con ellos a los sacerdotes Eli-
jinetes? Y con todo, Yave los puso sama y Joram, * que enseñaron
en tus manos, porque te apoyaste por las ciudades de Judá, teniendo
en él. 9 Pues tiende Yave sus ojos consigo el libro de la ley de Yave,
por toda la tierra, para sostener a los y recorriendo las ciudades de Judá,
que tienen para con él corazón perfec- enseñando al pueblo. 10 Cayó terror
el
to. Has obrado en esto insensata- de Yave sobre todos los reinos de las
mente, y desde ahora tendrás guerra.» tierras que había en torno de Judá,
10 Irritóse
Asa contra el vidente, y y no osaron hacer la guerra contra
le puso en prisión porque se encole- Josafat. 11 Los filisteos traían a
rizó mucho contra él, y al mismo Josafat presentes y tributos de plata.
tiempo oprimió también Asa a al- Traíanle también los árabes ganados,
gunos del pueblo. 11 Los hechos de siete mil setecientos carneros y siete
Asa, los primeros y los postreros, mil setecientos machos cabríos. 12 Cre-
están escritos en los libros de los cía, pues, Josafat grandemente y
reyes de Judá y de Israel. edificó en Judá fortalezas y ciudades
12
El año treinta y nueve de su de depósito. 13 Tuvo además muchas
reinado enfermó Asa de los pies, pa- obras en las ciudades de Judá, y
deciendo mucho de ello, pero tam- hombres de guerra muy valerosos
poco en su enfermedad buscó a Yave, en Jerusalén. 14 Este es el número
sino a los médicos. 1 de ellos, según las casas paternas:
X.Í2
PÚ NI CAS TI, 18

En Juda, jefes de millares, cuyo jefe hijo de Juma.» V respondió Josafat:


supremo era Adna, y con él trescien- «No diga eso el rey.» 8 Llamó enton-
tos mil hombres "muy esforzados; ces el rey de Israel a un eunuco, y le
16 después de «Haz que venga luego "Mi-
él, el jefe Jojanán, y dijo:
con 16 queas, hijo de Jimia.»
doscientos ochenta mil;
él tras
9
éste, Amasias, hijo de Zicrí, que se El rey de Israel y Josafat, rey
había consagrado voluntariamente a de Judá. estaban sentados cada uno
Yave, y con él doscientos mil hom- en su trono y vestidos de sus vesti-
bres valientes; 17 de Benjamín: Elia- duras reales, en la plaza que hay a
da, hombre muy valeroso, y con él la entrada de puerta de Samarla,
la
doscientos mil armados de escudo y y estaban delante de ellos todos los
arco; 18 después de éste Josabat, y profetas. 10
Sedecías, hijo de Que-
con él ciento ochenta mil dispuestos uana, se había hecho cuernos de hie-
para la guerra. 19 Estos eran los que rro, y decía: «Así dice Yave: Con éstos
hacían el servicio del rey, sin contar los acornearás a los sirios hasta destruir-
que el rey había puesto de guarnición los del todo.» 11 Lo irismo profeti-
en todas las ciudades fuertes de zaban también todos los profetas,
Judá. diciendo: «Sube a Ramot Galad, y
triunfarás, porque Yave la entregará
en manos del rey.»
12
El mensajero que había ido a
Expedición de Josnfat, rey de Judá, buscar a Miqueas, le habló diciendo:
y Ajab, rey de Israel, coiilra lo? «Mira que todos los profetas a una
sirios. profetizan bienes; habla, pues, como
ellos, y anuncia bienes.» 13 Miqueas
* n 1
Tuvo Josafat mucha riqueza respondió: «Vive Yave, que yo anun-
lo y poder, y emparentó con Ajab; ciaré lo que Yave me diga.» Llegó,
4
y al cabo de algunos años bajó a pues, a la presencia del rey, 14 que
ver a Ajab a Samaría (1). Ajab mató le preguntó: «Miqueas, ¿iremos a
para él y para su séquito gran número combatir a Ramot Galad, o he de
de ovejas y bueyes, y le persuadió estarme quieto?» Y él respondió:
que subiese con él contra Ramot «Subid, que la lograréis y serán en-
Galad. 3 Dijo Ajab, rey de Israel, a tregados en vuestras manos.» 15 En-

Josafat, rey de Judá: «¿Quieres mar- tonces le dijo el rey: «¿Hasta cuántas
char conmigo a Ramot Galad T» Y veces tendré que conjurarte, por el
éste respondió: «Yo como tú, y mi nombre de Yave, que no me digas
pueblo como tu pueblo; iremos con- sino la verdad?» 14 Y él le contestó:
tigo.! 4 Y dijo Josafat al rey de Is- «He visto a todo Israel disperso por
rael: «Pero consulta, te niego, la los montes, como ovejas sin pastor»;
palabra de Yave.» 5 Juntó entonces y dijo Yave: «Es que no tienen señor,
el rey de Israel cuatrocientos profe- que se vuelva cada uno en paz a su
tas, y les preguntó: «¿Iremos contra casa. •
Ramot Galad, o me estaré quieto?» 17 Y el rey de Israel dijo n Josafat:

Ellos le dijeron: «Sube a Ramot «¿No te decía yo que no profetiza


Galad, que Dios la entregará en bien, sino mal?» 18 Y dijo entonces él:
manos del rey.» 4 Pero Josafat dijo: «Oíd, pues, la palabra de Yave:
¿Queda todavía aquí algún pro- Yo he visto a Yave sentado en su
feta de Yave, por quien podamos trono, y a su derecha y a su izquierda
preguntarle?» 7 El rey de Israel res- estaba todo el ejército de los cielos»;
pondió a Josafat: «Aún hay aquí un 19 y Yave dijo: «¿Quién inducirá a
hombre, por quien podemos pregun- Ajab, rey de Israel, a que suba, para
tar a Yave; pero yo le aborrezco, caer en Ramot Galad?* Y uno decía
porque nunca me profetiza cosa bue- una cosa, y otro decía otra; 10 pero
na, sino siempre males. Es Miqueas, salió un espíritu, que se puso delante
de Yave y dijo: Yo le induciré. Y
(i) losafat, a pesar de su piedad y su celo Yave le preguntó: ¿Cómo? Y él
por continuar la reforma religiosa de su padre. dijo: 21 Saldré y me haré espíritu
Asa, inicia las relaciones amistosas entre Israel de mentira en la boca de todos sus
y ludí y se alia con Ajab, siendo por ello profetas. Y Yave le dijo: Tú le indu-
reprendido por los profetas Miqueas y Jehú.
cirás; tú saldrás con la tuya; ve, y
Es curiosa la forma literaria en que se nos pre-
senta la inducción a Acab para que vaya a atacar haz así. ** Y ahora ha puesto Yave
a Ramot Calad, donde hallará la muerte. el espíritu de mentira en la boca de
43.1
CRÓNICAS II. 19, 20

todos éstos, tus profetas, pues ha Reformas en la administración


decretado Yave el mal contra ti.» de justicia.
23
Entonces Sedéelas, hijo de Que-
4
nana, se llegó a Miqueas y le dió una Habitaba Josafat en Jerusalén;
bofetada en la mejilla, diciendo: pero salió a recorrer el reino desde
«¿Por que camino se ha ido de mí el Berseba hasta la montaña de Efraím,
espíritu de Yave (> para hablarte a para traerlos a todos a Yave, el Dios
ti?» 24 Y Miqueas "le respondió: «Ya de sus padres. 5 Puso en la tierra
lo verás un día, cuando andes de cá- jueces por todas las ciudades fuer-
mara en cámara para esconderte.» tes de Judá, por todos los lugares,
25 Entonces 6
el rey de Israel dijo: y les dijo: «Mirad lo que hacéis,
«Coged a Miqueas y- llevadlo a Anión, porque no juzgáis en lugar de hom-
gobernador de la ciudad, y a Joás, bres, sino en lugar de Yave, que está
hijo del rey, 26 y decid: Ésto dice el cerca de vosotros cuando sentenciáis.
rey. Meted a éste en la cárcel, y 7
Sea, pues, sobre vosotros el temor
mantencdle con pan de aflicción y de Yave, y cuidad de guardarlo;
agua de angustia, hasta que yo porque no hay en Yave, nuestro
vuelva en paz. » 27 Miqueas le dijo: Dios, iniquidad ni acepción de per-
«Si vuelves tú en paz, no ha hablado sonas, ni recibir cohecho.» 8 Puso
Yave por mí. » Y añadió: «Oíd, pue- también Josafat en Jerusalén levi-
blo todo, y sed testigos.» tas, sacerdotes y jefes de las fami-
28 Subió, pues, el rey de Israel,
y lias de Israel, para que diesen a los
con él Josafat, rey de Judá a Ramot habitantes el juicio de Yave, y deci-
Galad; 29 y dijo el rey de Israel a diesen las causas. 9 Les dió sus órde-
' Josafat: «Yo me disfrazaré para nes, diciendo: «Haced en todo con
entrar en la batalla; tú vístete tus temor de Yave, fielmente y con cora-
vestiduras. » Disfrazóse el rey de zón perfecto. 10 En toda causa que
Israel y entró así en la batalla. 30 El venga a vosotros, de vuestros her-
rey de Siria había mandado a los manos que habitan en las ciudades,
jefes de los carros que con él tenía, trátese de causas de sangre, de cues-
diciendo: «No ataquéis a ninguno, tiones de la ley, de los mandamientos,
ni chico ni grande, sino sólo al rey ceremonias y preceptos, instruidlos,
de Israel.» 31 Y cuando los jefes de para que no pequen contra Yave y
los carros vieron a Josafat, dijeron: caiga su cólera sobre vosotros y sobre
«Este es el rey de Israel», y le cer- vuestros hermanos, y así no pecaréis.
caron para combatirle. Entonces cla- 11
Amarías, sacerdote, os presidirá
mó Josafat, y Yave le socorrió apar- en toda causa tocante a Yave; y
32
tándolos Dios de él. Los jefes de Zebadías, hijo de Ismael, príncipe
los carros se percataron de que no de la casa de Judá, en las causas to-
era el rey de Israel, y se alejaron de cantes al rey; tenéis entre vosotros
33
él. Entonces disparó un hombre su a los levitas, que serán vuestros maes-
arco al azar, e hirió al rey de Israel tros. Esforzaos, pues, y a la obra,
por entre las junturas de la armadura. y que Yave sea con quien bien lo
El rey dijo entonces a su auriga: haga.
«Da la vuelta y sácame del campo,
que estoy herido.» 34 El combate fué
encarnizado aquel día y el rey de Victoria de Josafat contra moabi-
Israel estuvo en su carro hasta la tas y amonitas.
tarde frente a los sirios, muriendo
a la puesta del sol. 1
syr\ Después de esto, los hijos
**yJ de Moab y los hijos de Ammón
1
J° saiat re y de Judá, se volvió y algunos mineos, vinieron en guerra
O
11 y en paz >

a su casa, a Jerusalén. contra Josafat. 2 Dieron noticia a


2
Salióle al encuentro Jehú, el vi- Josafat, diciendo: «Viene contra ti,
dente, hijo de Jananí, que dijo a desde el otro lado del mar, una gran
Josafat: «¿Socorres al impío y ayudas muchedumbre de Edom y están ya
a los que aborrecen a Yave? Por eso en Jasasón Tamar, que es Engadi.
Yave está irritado contra ti. 3 Pero 3 En su temor, se dispuso Josafat a
hay en ti buenas obras, porque has buscar a Yave y promulgó un ayuno
arrancado de la tierra los aseras, para todo Judá. 4 Reuniéronse los
y has puesto tu corazón en buscar de Judá para clamar a Yave, y
a Yave.» vinieron para buscar a Yave de todas
«8
C RÓNICAS II, 20

las ciudades de Judá. 8 Puesto en- i a tierra, y todo Judá y todos los mo-
tonces en pie Josafat, en medio de [
radores de Jerusalén se postraron
la asamblea de Judá en Jerusalén, ante Yave, adorándole. 19 Los levi-
en la casa de Yave, delante del atrio tas de los hijos de Caat y de los
nuevo, 6 dijo: «Yave, Dios de nuestros hijos de Core se levantaron, para
padres: ¿No eres tú Dios en los cielos, alabar a Yave, Dios de Israel, con
y no eres tú quien domina a todos los fuerte y alta voz.
reinos de las gentes? ¿No eres tú 20
Levantáronse por la mañana y
quien tiene en su mano la fuerza y salieron por el desierto de Tccua;
la potencia, a que nadie puede re- y mientras salían, Josafat, en pie,
sistir? 7 ¡Dios nuestro! ¿No arrojaste dijo: «Oídme, Judá y habitantes de
tú delante de tu pueblo Israel a los Jerusalén. Confiad en Yave, vuestro
moradores de esta tierra, y la diste Dios, y seréis seguros; creed a sus
para siempre a la posteridad de profetas y prosperaréis.» 21 Después,
Abraham que te amaba? 8 Ellos la habido consejo con el pueblo, puso
habitan, y han edificado a tu nombre cantores de Yave para alabar la
un santuario, diciendo: 9 Si nos sobre- hermosura de su santuario delante del
viene alguna calamidad, la espada, ejercito:
el castigo, la peste o el hambre, nos «Alabad a Yave, porque es eterna
presentaremos en esta casa delante su misericordia.»
de ti, pues tu nombre está en esta Y en rúan t o comenzaron los
22

casa, y clamaremos a ti en la tri- cantos y alabanzas, arrojó Yave, dis-


bulación, y tú nos oirás y nos sal- cordia sobre Ammón, Moab y los del
varás. 10 Ahora, pues, he aquí que monte Seir, que habían venido contra
los hijos de Ammúii y los de Moáb, Judá, y se mataron unos a otros.
y los del monte Seir, a cuyas tierras 23
Echáronse los hijos de Ammón y
no dejaste que fuese Israel cuando Moab sobre los moradores del monte
venía de Egipto, sino que se apartase Seir, para destruirlos y exterminar-
y no los destruyese, 11 nos pagan los; y cuando hubieron acabado con
ahora queriendo echarnos de tu he- los habitantes del monte Seir, unos
redad, que tú nos diste en posesión. a otros se destruían. 24 Cuando Judá
12
¡Oh Dios nuestro! ¿No los juzgarás llegó a la altura desde la cual se des-
tú? Porque nosotros no tenemos fuerza cubre el desierto, y miraron del lado
contra tanta muchedumbre como, donde estaba la muchedumbre, no
contra nosotros viene, y no sabemos vieron más que cadáveres por tierra;
qué hacer; nuestros ojos se vuelven ninguno había escapado. 25 Josafat
a ti.» y su gente fueron a apoderarse de
18
Todo Judá estaba en pie delante los despojos,hallando entre los cadá-
de Yave, con sus niños, sus mujeres veres muchas riquezas y objetos
sus hijos. 14 Estaba allí Jajaziel, preciosos; cogiendo tantos, que no
y
hijo de Zacarías, hijo de Benaya, pudieron llevárselo todo de una vez
hijo de Jeiel, hijo de Matanfas, le- y emplearon tres días en recoger el
vita, de los hijos de Asaf, sobre quien botín; tan considerable fué. 28 Al
vino el espíritu de Yave en medio de cuarto día, se reunieron en el valle
la asamblea, 18 y dijo: «Oíd, Judá de Beraca, donde alabaron a Yave.
todo, y vosotros los moradores de Por eso llamaron a este valle Be-
Jerusalén, y tú, rey Josafat: Así raca, nombre que lleva todavía hoy.
dice Yave: No temáis, ni os amedren- 27 Los hombres de Judá y de Jeru-
téis ante tan gran muchedumbre, salén, con Josafat a la cabeza, par-
porque no es vuestra la guerra, sino tieron gozosos para volverse a Jeru-
de Dios. 18 Mañana bajaréis contra salén, pues Yave los había llenado de
ellos; ellos van a subir por la cuesta j
alegría, librándolos de sus enemigos.
28
de Abis, y los hallaréis al extremo Entraron en Jerusalén, en la casa
del valle, frente al desierto de Jeruel. de Yave, al son de las citaras, los
17 No habrá por qué peleéis en esto salterios y las trompetas. 29 El terror
vosotros; paraos, estaos quedos, y de Yave se apoderó de todos los reinos
veréis la salvación de Yave con vos- de las otras tierras, cuando supieron
otros. |Oh Judá y Jerusalén, no te- que Yave había combatido contra
30
máis, ni desmayéis; salid mañana los enemigos de Israel. El reinado
contra ellos, que Yave estará con de Josafat fué tranquilo y su Dios
vosotros! le dió la paz en todas partes.
18 Echóse entonces Josafat rostro 81 Josafat reinó sobre Judá. Tenia
CRÓNICAS II, 21 435

treinta y cinco años cuando comenzó le tenían cercado a él y a los jefes de


a reinar, y reinó veinticinco años sus carros. 10 Sin embargo, la rebe-
en Jerusalén. Su madre se llamaba lión de Edom contra el dominio de
Azuba, hija de Silji. 32 Anduvo por Judá dura hasta hoy. También se
el camino de Asa, su padre, sin apar- rebeló contra su dominio Lobna,
tarse de él, haciendo lo recto a los porque había dejado a Yave, Dios
ojos de Yave. 33 Pero los altos no de sus padres.
11
Joram se hizo altos en los mon-
desaparecieron y el pueblo no tenía
su corazón firmemente apegado al tes de Judá, incitó a los habitantes
Dios de sus padres. de Jerusalén a la prostitución ido-
34 El resto de los hechos de Josafat, látrica (1), e impelió a ella a Judá.
12
los primeros y los postreros, están Recibió un escrito del profeta Elias,
escritos en la historia de Jehú, hijo que decía: «He aquí lo que dice Yave,
de Jananf, que fué inserta en el libro Dios de tus padres: «Por no haber
de los reyes de Israel. 36 Josafat, rey andado por los caminos de Josafat,
de Judá, se alió con el rey de Israel, tu padre, ni por los de Asa, rey de
Ocozías, que fué un impío, 36 y se Judá, 13 antes bien por los de los
asoció con él para construir naves reyes de Israel; por haber hecho
que fueron a Tarsis, haciéndose las fornicar a Judá y a los moradores de
naves en Asion-Gueber. 37 Entonces Jerusalén, como fornica la casa de
Eliezer, hijo de Dodava, de Maresa, Ajab, y por haber dado muerte a tus
profetizó contra Josafat, diciendo: hermanos, a la casa de tu padre, que
«Por haberte asociado con Ocozías, eran mejores que tú, 14 Yave casti-
Yave destruirá tu obra. » Las naves se gará a tu pueblo con una plaga muy
destrozaron y no pudieron ir a Tarsis. grande, y a tus hijos y a tus muje-
res y a tu hacienda, 16 y a ti con una
21 1
Josafat se durmió con sus violenta enfermedad, con enfermedad
padres, y fué sepultado en la ciu- de tus entrañas, que aumentará de
dad de David. Le sucedió Joram, su día en día, hasta que las entrañas
hijo. se te salgan por la fuerza del mal.»
18 Despertó entonces Yave contra
Joram, rey de Judá. Joram el espíritu de los filisteos y de
los árabes, que habitan cerca de los
2
Joram, hijo de Josafat, tuvo por etíopes; 17 los cuales subieron contra
hermanos a Azarías, Jejicl, Zacarías, Judá, invadieron la tierra y pillaron
Azarías, Micael y Sefatías, todos toda la hacienda que hallaron de la
hijos de Josafat, rey de Israel. casa del rey, y se llevaron a sus hijos
3 Habíales hecho su padre grandes y a sus mujeres, no quedándole otro
donaciones de plata, oro y objetos hijo que Joacaz, el menor de todos.
18 Después de esto,
preciosos, con ciudades fuertes en le hirió a él Yave
Judá; pero dejó el reino a Joram, en las entrañas de una enfermedad
19
por ser el primogénito. 4 Cuando incurable, que fué creciendo de
Joram se posesionó del reino y se día en día, hasta que al fin del año
afirmó en él, pasó a cuchillo a todos segundo se le salieron a Joram las
sus hermanos y a algunos jefes de entrañas, por la violencia del mal.
Israel. 8 Tenía Joram treinta y dos Murió en medio de los más acerbos
años cuando comenzó a reinar, y dolores, y su pueblo no quemó per-
reinó ocho años en Jerusalén. 4 An- fumes en su honor, como lo había
duvo por los caminos de los reyes de hecho con sus padres.
Israel; como había hecho la casa de 20 Treinta
y dos años tenía cuando
Ajab, pues tuvo por mujer a una hija comenzó a reinar, y reinó ocho años
de Ajab, e hizo lo malo a los ojos de
Yave. 7 Pero no quiso Yave destruir
Al piadoso Josafat le sucede un hijo
(i)
la casa de David, por la alianza que
impío, Joram, que destruye todo cuanto su
había hecho con David y la promesa padre había hecho por reformar religiosamente
que le hizo de darle siempre una lám- a Judá. Lo mismo ocurre luego al suceder a
para a él y a sus hijos. Exequias su hijo Manases, siendo esto muestra
8
En tiempo se rebeló Edom
su de que las varias reformas religiosas tuvieron
contra dominio de Judá, y se dió
el
más de externas y políticas que de internas y
9
un rey. Marchó Joram con sus jefes A Joram le envía el profeta Elias
religiosas.
una carta reprochándole su impía conducta y
y todos sus carros, y levantándose anunciándole severos castigos contra él y su
de noche derrotó a Jos de Edom, que casa.
CRÓNICAS II, 22, 23

en JerusaJén. Se fué sin ser llorado 11


Judá; pero Joscbet, hija del rey,
de nadie, y le sepultaron en la ciudad cogió a Joás, hijo de Ocozías, y le
de David, pero no en los sepulcros de arrebató de en medio de los hijos" del
los reyes. rey cuando los mataban, escondién-
dole a él y a su nodriza en el dormito-
rio. Así Josebet, hija del rey Joram,
Ocozfas, rey de Judá, mucre a mujer del sacerdote Joyada y her-
manos de Jeliú. mana de Ocozías, le escondió de Ata-
12
lía, que no pudo matarle. Seis años
22 1
k° s habitantes de Jerusalén
proclamaron sucesor de Joram
estuvo escondido con ellos en la casa
de Dios, y era en tanto Atalía la que
a Ocozías, el menor de sus hijos, reinaba en la tierra (1).
porque la tropa que había venido
al campo con los árabes había dado
muerte a todos los mayores que él. Proclamación de Joás. Muerte de
Así, Ocozías, hijo de Joram, fué rey Alalia.
de Judá. 2 Tenía Ocozías veintidós
años cuando comenzó a reinar, y 1
sétimo año revistióse Jo-
.Al
reinó un año en Jerusalén. Su madre yada de valor, y se concertó
se llamaba Atalía, hija de Omrí. con los de centenas: Azadas,
jefes
8
Anduvo por los caminos de la casa hijo de Jerojam, Tsmael, hijo de Jo-
de Ajab, pues su madre le aconsejaba janán, Azarías, hijo de Obcd, Masaya,
impíamente. 4 Hizo lo malo a los hijo de Adaya, y Elisafat, hijo de
ojos de Yave, como la casa de Ajab, Zicrí. 2 Recorrieron Judá y reunieron
que después de la muerte de su padre a los levitas de todas las ciudades
le sirvió de consejero para su perdi- de Judá, y a los jefes de las familias
ción. 6 Llevado de sus consejos, fué de Israel, que vinieron a Jerusalén;
3
con Joram, hijo de Ajab, rey" de y toda la asamblea hizo alianza con
Israel, a la guerra contra Jazaeí, rey el rey en la casa de Dios. Joyada
de Siria, a Ramot Calad, y los sirios les dijo: «Ahí tenéis al hijo del rey,
hirieron a Joram. * Volvióse éste a que reinará, como lo ha dicho Yave,
Jezrccl para curar las heridas que de los hijos de David. 4 Mirad lo que
los sirios lehabían hecho en Rama, habéis de hacer. El tercio de vosotros,
cuando luchaba contra Jaz:iel, rey que el día del sábado entra de ser-
de Siria. Bajó Ocozías a ver a Jora ni, vicio con los sacerdotes y levitas,
hijo de Ajab, a Jezreel, donde esta- hará la guardia en los atrios; 6 otro
ba herido; 7 y por voluntad de Dios, tercio estará en el palacio del rey,
para su ruina, bajó Ocozías a ver a y el otro en la puerta de Jesod. Todo
Joram; pues llegado allí, salió con el pueblo se reunirá en el atrio de
Joram al encuentro de Jehú, hijo de la casa de Yave. 6 Que no entre ni
Nimsi, a quien Yave había ungido salga nadie de la casa de Yave, fuera
?ara exterminar a la casa de Ajab; de los sacerdotes y levitas que están
y mientras Jehú hacía justicia con de servicio; éstos podrán entrar, por-
la casa de Ajab, dió con los jefes de que están consagrados. 7 Todo el
Judá y con los hijos de los herma- pueblo hará la guardia de Yave, y
nos de Ocozías, que estaban al ser- los levitas rodearán al rey por todas
vicio de Ocozías, y los mató; • buscó partes; cada uno tendrá las armas en
a Ocozías, que fué hallado en Sama- su mano, y quienquiera que entrare
ría, donde se había escondido; y le en la casa, morirá. Estaréis con el
cogieron y llevaron a Jehú, que le rey cuando éste entre y salga.»
dió muerte; sepultáronle, porque di- 8 Los levitas
y todo Judá hicieron
jeron: «Es hijo de Josafat, que todo lo que el sacerdote Joyada había
buscó a Yave de todo corazón. mandado; y cada uno tomó a los
suyos, los que entraban en servicio
y los que salían de servicio el sábado,
Alalia, reina de Judá. pues el sacerdote Joyada no exeep-

No quedaba de la casa de Ocozías


edad de reinar: 10
(i) La impla Atalia, de origen fenicio, está
persona en y Atalía, a punto de extinguir la dinastía davldica. pero
madre de Ocozías, viendo que era Dios asegura la sucesión y la transmisión de
muerto su hijo, se alzó y exterminó las promesas mesiánicas hechas a David, sal-
altoda la estirpe real de la casa de vando al niño Joás.
CRÓNICAS II, 24 437

tuó a ninguna de las divisiones. * El inmundo. 10 Y


tomando luego a los
sacerdote Joyada entregó a los .jefe* jefes de centena, a los jefes del pue-
de centenas las lanzas y los escudos, blo y al pueblo todo de la tierra,
grandes v pequeños, que provenían llevaron al rey de la casa de Yave;
del rey David y se hallaban en la y llegados al medio de la puerta prin-
casa de Dios. 10 Hizo que rodeasen cipal de la casa del rey, sentnron al
al rey, poniendo a todo el pueblo rey sobre el trono del reino. 21 Todo
cada uno con las armas en la mano, el pueblo de la tierra estaba lleno de
desde el lado derecho hasta el Jado júbilo, y la ciudad se estuvo tranquila.
izquierdo de la casa, junto al altar Atalía había sido muerta a espada.
11
y por toda la casa; y adelantando
al hijo del rey, pusieron sobre su
cabeza la diadema y el testimonio, Joás, rey de Judá.
y proclamaron rey. Joyada y sus
le
hijos le ungieron, y gritaron: «¡Viva 94 1 Siete años tenía Joás cuando
el revi» comenzó a reinar, y reinó cua-
12
Átalfa oyó el estrépito del pueblo, renta años en Jerusalén. Su madre
que corría y aclamaba al rey; vino se llamaba Sibya, de Berseba.
2
Hizo Joás lo qtie es recto a los
a donde estaba el pueblo en la casa
de Yave, 13 y miró. Estaba el rey ojos de Yave, todo el tiempo de vida
sentado en su estrado, a la entrada, del sacerdote Joyada. 3 Joyada tomó
y los jefes y las trompetas estaban para Joás dos mujeres, y Joás en-
junto al rey; y todo el pueblo de la gendró hijo e hijas.
4 Después de esto vino a Joás el
tierra daba muestras de gran ale-
gría, y sonaban las trompetas, y los pensamiento de reparar la casa de
cantores con los instrumentos de mú- Yave: 5 y reuniendo a los sacerdotes
sica entonaban cánticos de alabanza. y levitas', les dijo: «Salid por todas
Atalía rasgó sus vestiduras y gritó: las ciudades de Judá, y recoged cada
•¡Conspiración, conspiración! » 14 En- año, de todo Israel, dinero para re-
tonces el sacerdote Joyada, llamando parar la casa de vuestro Dios, y poned
a los jefes de centena que estaban al en esto gran diligencia.» Pero los
frente de las tropas, les dijo: «Sacadla levitas no se dieron prisa; * y lla-
de las filas, y a quienquiera que mando el rey a Joyada, sumo sacer-
la siga le matáis.» Pues el sacerdote dote, le dijo: «¿Por qué no has cui-
dijo: «No la matéis en la casa de dado de que los levitas trajesen de
Yave.» 15 Hízosele lugar, y se enca- Judá y de Jerusalén el tributo im-
minó al palacio real por la entrada puesto por Moisés, siervo de Dios, a
de la puerta de los caballos, y allí toda la congregación de Tsrael, para
la mataron. 18 Joyada hizo alianza el tabernáculo del testimonio?
7
Pues
entre Yave, el pueblo todo y el rey, la impía Atalía y sus hijos han sa-
de ser el pueblo de Yave. 17 Después queado la casa de Dios, empleando
de esto entró todo el pueblo en el para servir a los baales todo lo con-
templo de Baal y lo derribaron, echan- sagrado a la casa de Yave.»
do por tierra sus altares, haciendo pe- 8 Mandó entonces el rey que se

dazos sus imágenes, y mataron de- hiciera un arca, y la pusieran fuera


lante del altar a Matan, sacerdote a la entrada de la casa de Yave;
de Baal (1). • y se pregonó por Judá y Jerusalén
18 Luego ordenó Joyada los oficios que trajesen a Yave el tributo que
en la casa de Yave, por mano de los Moisés, de Dios, había im-
siervo
sacerdotes y levitas, según la ordena- puesto a Tsrael en el desierto. 10 Todos
ción hecha por David en la casa de los jefes y el pueblo todo se compla-
Yave, para ofrecer a Yave holocaus- cieron en ello, y traían y echaban en
tos, como está escrito en la ley de el arca lo que había de pagarse.
Moisés, en medio de cantos de jú- 11 En el momento oportuno, cuando
bilo, conforme a la ordenación de los levitas veían que en el arca había
David. 19 Puso también los porte- mucho dinero, que había que entre-
ros a las puertas de la casa de Yave, gar a los intendentes del rey, el se-
para que por ninguna entrase ningún cretario del rey y el comisario del
sumo sacerdote venían a vaciar el
(i) El sacerdote Joyada renueva la alianza arca, y luego volvían a ponerla en
de Yave con el pueblo, de ser éste el pueblo su sitio, haciendo así todos los días
de Yave. y recogiendo^dinero en abundancia.
438 CRÓNICAS II, 25

12
El rey y Joyada se lo entregaban él el ejército de Siria, que vino a
a los encargados de hacer las obras Judá y Jcrusalén. Mataron de entre
en la casa de Yave, para pagar a los el pueblo a todos los príncipes de él,
canteros y carpinteros, para la repa- y llevaron todos sus despojos al rey
ración de la casa de Yave, asi como de Damasco. 24 El ejército de Siria
a los herreros y broncistas para repa- había venido con poca gente; pero
rar la casa de Yave. Yave entregó en sus manos un ejér-
13 Los oficiales trabajaron
e hicie- cito muy considerable, porque habían
ron las reparaciones necesarias, res- abandonado a Yave, Dios de sus pa-
tituyendo a su estado la casa de Dios dres. 25 Los sirios hicieron justicia en
y consolidándola. 14 Cuando se ter- Joás; y una vez que se retiraron,
minaron las obras, llevaron al rey y dejándole en gran dolor, conspiraron
a Joyada el resto del dinero, y de contra él sus servidores, para vengar
él se hicieron utensilios para la casa la sangre de los hijos de Joyada,
de Yave, los utensilios para el ser- sacerdote, y le dieron muerte en su
vicio, para los holocaustos, copas y lecho. Murió, y fué sepultado en la
otros utensilios de oro y de plata. ciudad de David, mas no en los se-
Durante toda la vida de Joyada se pulcros de los reyes. 26 Los que cons-
ofrecieron continuamente holocaus- piraron contra él fueron Zabud, hijo
tos en la casa de Yave. de Simat, amonita, y Jozabad, hijo
,
15 Murió Joyada viejo y harto de Simrit, moabita.
27 Lo que toca
de días; tenía al morir ciento treinta a sus hijos, a las
años. 16 Fué sepultado en la ciudad grandes cargas que hubo de soportar
de David, con los reyes, pues había y a las reparaciones hechas en la casa
hecho mucho bien a Israel, y por Yave de Dios, escrito está en las historias
y su casa. de los libros de los reyes. Le sucedió
Amasias, su hijo.
Idolatría y castigos.
Amasias, rey de Judá.
17
Después de la muerte de Joyada,
comenzaron los principes a adular al 25 1
^ cmliri,,co :lnos tenía Ama-
rey, y éste los escuchó, 18 y dejando sias cuando comenzó a reinar,
la casa de Yave, Dios de sus padres, y reinó veintinueve años en Jerusalén.
sirvieron a los aseraa y a los ídolos; Su madre se llamaba Joadán, de
y vino la ira de Dios sobre Judá Jerusalén.
Jcrusalén, porque se habían 2 Hizo lo recto
y sobre a los ojos de Yave,
hecho culpables. 19 Yave les mandó pero no con un corazón perfecto del
pr- fetas para reducirlos a él, pero todo. 3 Luego que se afirmó en el
no escucharon sus protestaciones. trono, dió muerte a los siervos que
20 El espíritu de Dios descendió sobre
habían asesinado a su padre, 4 pero
Zacarías (1), hijo del sacerdote Joyada, no mató a sus hijos; conforme a lo
que presentándose ante el pueblo, que está escrito en la ley, en el
dijo: «Así habla Dios: ¿Por qué que- libro de Moisés, donde manda Yave:
brantáis los mandamientos de Yave? «No morirán los padres por los hijos,
No os vendrá bien por ello, pues si ni los hijos por los padres, sino que
vosotros dejáis a Yave, Yave os de- cada uno morirá por su pecado.»
jará a vosotros." 21 Conjuráronse con- 1 Reunió Amasias a Judá
y cons-
tra él, y de orden del rey le lapida- tituyó según las tasas paternas, jefes
ron en el atrio de la casa de Yave. de millares y de centenas, por todas
22 No se acordó el rey Joás del bien las ciudades de Judá y Benjamín.
que le había hecho Joyada, padre Hizo el censo desde los veinte años
de Zacarías, y dió muerte a su hijo. arriba, y fueron hallados trescientos
Zacarías dijo al morir: «Vea Yave, mil aptos para la guerra, armados
y él lo requiera.» de lanza y escudo. 4 Tomo de Israel
23
A lavuelta del año, subió contra a sueldo cien mil hombres valientes,
por cien talentos de plata. 7 Vino a
(i) Zacarías, hijo de Joyada, es el profeta él un hombre de Dios y le dijo: «¡Oh
a quien se refiere Cristo Nuestro Señor en
reyl Que no vaya contigo el ejército
Mt. 23, 35- Según San Jerónimo, en el Evan-
gelio de los nazarenos se leia hijo de Joyada, de Israel, pues no está Yave con Is-
en vez de hijo de Baraquias, como se dice en rael, con todos esos hijos de Efraírn.
8
este lugar. Si vas con ellos, aunque tú hagas
CRÓNICAS II, 26 439

en el combate esfuerzos de valor, ¿Para qué has de meterte en una em-


Dios te hará caer ante el enemigo, presa desgraciada, que será tu ruina
porque tiene Dios poder para levan- y la ruina de Judá?» 20 Pero Amasias
tar y para derribar.» 9 Amasias dijo no le escuchó, porque había resuelto
entonces al hombre de Dios: «¿Qué Dios entregarle en sus manos, por
será, pues, de los cien talentos que haber buscado a los dioses de Edom.
21
he entregado a las tropas de Israel?» Subió, pues, Joás, rey de Israel,
Y el hombre de Dios le respondió: y viéronse las caras él y Amasias,
Mucho más que eso puede darte rey de Judá, en Betsames, que está
Yave.» 10 Entonces Amasias apartó en Judá; 22 y cayó Judá delante de
la tropa que había venido de Eíraím, Israel, y huyeron cada uno a su casa.
23
para que se volvieran a sus casas; Joás, rey de Israel, apresó en Bet-
ellos se irritaron fuertemene contra sames a Amasias, rey de Judá, hijo
Judá, y se volvieron a sus casas enfu- de Joás, hijo de Joacaz, y le llevó a
11 Jerusalén, donde abrió una brecha
recidos. Amasias se esforzó, y a la
cabeza de su pueblo vino al valle de de cuatrocientos codos, desde la puer-
la sal, y deshizo a diez mil hombres ta de Efraím hasta la puerta de la
de los hijos de Seir. 12 Los hijos de esquina. 24 Tomó el oro y la plata y
Judá apresaron vivos a diez mil, y todos los vasos sagrados que había
llevándolos a la cresta de una roca en la casa de Dios al cuidado de Obe-
los despeñaron, y todos se hicieron dedom, y los tesoros del palacio real,
pedazos. y a los hijos de los príncipes, y se
13
Los de la tropa que Amasias volvió a Samaría.
había despedido, para' que no fuesen 25 Amasias, hijo de Joás, rey de

con él a la guerra, se derramaron por Judá, vivió quince años después de


las ciudades de Judá, desde Samaría la muerte de Joás, hijo de Ocozías,
hasta Betorón, y mataron a tres mil rey de Israel.
personas y tomaron muchos despo- 26
El resto de los hechos de Ama-
jos. 14 Al regresar Amasias, de la de- sias, los primeros y los postreros, ¿no
rrota de los edomitas, trajo también está escrito en el libro de los reyes
consigo los dioses de los hijos de Seir, de Judá y de Israel? 27 Después que
y se los puso por dioses ( 1 ), prosternán- Amasias se apartó de Yave, trama-
dose ante ellos y quemándoles per- ron una conjuración contra él en
fumes. 15 Encendióse el furor de Yave Jerusalén; y como huyera a Laquis,
contra Amasias, y le mandó un pro- mandaron tras él a Laquis los con-
feta que le dijo: «¿Por qué has bus- jurados, y le mataron allí. 28 Trajé-
cado los dioses de esas gentes, que ronle en caballos, y le sepultaron con
no pudieron librar a su pueblo de sus padres en la ciudad de David.
manos?» 18
tus Cuando esto le dijo
el respondió él: «¿Y quién
profeta,
te ha hecho a ti consejero del rey? Ozías, rey de Judá.
¿Es que quieres que te maten?» El
profeta se retiró, diciendo: «Yo
sé n/ 1 Todo
el pueblo de Judá tomó a
que Dios ha decretado destruirte, ¿Ai Ozías, de edad de dieciséis años,
por haber hecho eso y no haber es- y le puso por rey en lugar de su padre,
cuchado mi advertencia.» Amasias. 2 Ozías reconstruyó EIat y
17 Amasias,
después de haber te- la restituyó al dominio de Judá, de-
nido consejo, mandó a decir a Joás, pués que el rey se durmió con sus
hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de 3
padres. Dieciséis años tenía Ozías
Israel: «Ven, que nos veamos las cuando comenzó a reinar, y reinó
caras.» 18 Entonces Joás, rey de Israel, cincuenta y dos años en Jerusalén.
envió a decir a Amasias, rey de Judá: Su madre llamaba Jecolía, de
se
«El cardo del Líbano mandó a decir Jerusalén. 4
Hizo lo recto a los ojos
al cedro del Líbano: da tu hija por de Yave, enteramente como lo había
mujer a mi hijo. Pero vinieron las hecho Amasias, su padre. 6 Se dió
fieras del Líbano, pisaron y holla- a buscar a Yave durante la vida de
ron el cardo. 19 Tú te dices: he derro- Zacarías, que le educó en el temor
tado a Edom; y tu corazón se ha en- de Dios; y mientras él buscó a Yave,
soberbecido. Quédate en tu casa. Dios le protegió. 6 Tuvo guerra con-
tra los filisteos, y derribó las mura-
(i) Este hecho de Amasias muestra la arrai- llasde Get, las de Jabne y las de
gada tendencia de los israelitas a la idolatría. Azoto, y reconstruyó ciudades en el
CRÓNICAS II, 27, 28

territorio de Azoto y en el de los ron precipitadamente fuera. El mismo


filisteos. 7 Dios le ayudó contra los apresuróse a salir, porque le había
filisteos, contra los árabes, que habi- herido Yave. 21 El rey Ozías fué le-
taban en Gur Baal, y contra los proso hasta el día de su muerte, y
mineos. vivió apartado en una casa, excluido
8
Los amonitas traían presentes a de la casa de Yave. Jotán, su hijo,
Ozías, y su fama se extendió hasta estaba al frente de la casa del rey,
las fronteras de Egipto, pues llegó y juzgaba al pueblo de la tierra.
a ser muy poderoso. 9 Alzó en Jeru- 22
El resto de los hechos de Ozías,
salén torres en la puerta de la es- los primeros y los postreros, fué es-
quina, y las fortificó. 10 Construyó crito por Isaías, hijo de Amos, profeta.
torres en el desierto y excavó muchas 23
Ozías se durmió con sus padres,
cisternas, porque tenía muchos ga- y fué sepultado en el campo de los
nados en los valles y en el llano, y sepulcros, no con los reyes de Israel,
labradores y viñadores en la montaña por ser leproso. Le sucedió Jotán,
y en el Carmel, pues era muy aficio- su hijo.
nado a la agricultura. 11 Tuvo un
ejército de soldados, que iban a la
guerra por bandas, contadas según Jotán, rey de Judá.
el censo que de ellas hicieron el se- ¿ymf
1
años tenía Jotán
Veinticinco
cretario Jeiel y el comisario Maseya, _ i cuando comenzó a reinar, y
a las órdenes de Jananía, uno de lo reinó dieciséis años en Jerusalén. Su
jefes del rey. 12 El número total de madre se llamaba Jerusa, hija de
los jefes de casas paternas, de gue- Sadoc. 2 Hizo lo recto a los ojos de
rreros valientes, era de dos mil sete- Yave, enteramente como había hecho
cientos, 13 que mandaban un ejército Ozías, su padre, pero no entró como
de trescientos siete mil cinco solda- él en el templo de Yave. Seguía, sin
dos, capaces de sostener al rey contra embargo, la corrupción del pueblo.
enemigo. 14 Ozías proveyó a todo 3
el Jotán construyó la puerta su-
el ejercito de escudos, lanzas, cascos, perior de la casa de Yave, e hizo
15 Construyó
corazas, arcos y hondas. bastantes edificaciones sobre los mu-
en Jerusalén máquinas inventadas ros de Ofcl. * Edificó ciudades en la
por un ingeniero, destinadas a las montaña de Judá, y fortalezas y
6
torres y a los ángulos, para lanzar torres en los bosques. Hizo la
flechas y gruesas piedras. Su fama guerra contra el rey de los hijos de
se extendió lejos, porque supo ayu- Ammón, y los venció. Los hijos de
darse maravillosamente hasta llegar Ammón le entregaron aquel año cien
a ser fuerte. 16 Mas cuando se hubo talentos de plata, diez mil coros de
fortalecido, se ensoberbeció su cora- trigo y diez mil de cebada, y siguieron
zón hasta corromperse, y se rebeló pagándole el segundo y el tercer año.
contra Yavc, su Dios, entrando en 8
Jotán llegó a ser poderoso, porque
el templo de Yave para quemar in- se afirmó en los caminos de Yave,
cienso en el altar de los perfumes. su Dios.
17 7
El sacerdote Azarías entró tras él El resto de los hechos de Jotán,
con ochenta sacerdotes de Yave, hom- todas sus guerras, todo cuanto hizo,
bres valerosos, 18 que se opusieron está escrito en el libro de los reyes
al rey Ozías, y le dijeron: aTú, Ozías, de Israel y de Judá. 8 Tenía veinti-
no tienes derecho a ofrecer perfumes cinco años cuando comenzó a reinar,
a Yave. Eso pertenece a los sacer- y reinó dieciséis años en Jerusalén.
9
dotes, hijos de Arón, que han sido Se durmió con sus padres, y fué se-
consagrados para ello. Sal del san- pultado en la ciudad de David. Le
tuario, porque estás prevaricando, y no sucedió Ajaz, su hijo.
le será esto de honor ante Yave, Dios.
19
Enfurecióse Ozías, que tenía un
incensario en la mano; y en ésta su Ajuz, rey de Judá.
ira contra los sacerdotes, brotó la 1
Veinte años tenía Ajaz cuando
lepra en su frente, en presencia de los ¿O comenzó a reinar, y reinó die-
sacerdotes, en la casa de Yave, cerca ciséis años en Jerusalén. No hizo
20 sumo como
del altar de los perfumes. El 10 recto a los ojos de Yavc, lo
sacerdote, Azarías, y todos los sacer- hizo David, su padre. * Marchó por
dotes, pusieron en él sus ojos, vieron los caminos de los reyes de Israel,
a lepra sobre su frente, y le arroja- y aun se hizo imágenes fundidas de
CRÓNICAS II, 29

Baal, *
y quemó perfumes en el valle los cautivos, empleando el botín en
de los hijos de Hinón, y pasó a sus vestir a los desnudos; les dieron ves-
hijos por el fuego, según las abomi- tidos y calzado, les dieron de comer
naciones de las gentes que Yave ha- y de beber, los ungieron; y montando
bía arrojado ante los hijos de Israel. en asnos a los que estaban fatigados,
4
Ofrecía sacrificios y perfumes en los condujeron a Jericó, la ciudad
los altos, sobre los collados y bajo de las palmas, a sus hermanos, y
todo árbol frondoso. 5 Yave, su Dios, luego se volvieron a Samaría.
14 En aquel tiempo el rey Ajaz
le entregó en manos del rey de Siria,
y los sirios le derrotaron haciéndole mandó a pedir socorros al rey de
gran número de prisioneros, que se Asiría. 17 Los edomitas volvieron
llevaron a Damasco. Fué entregado otra vez y derrotaron a Judá, lle-
también en manos del rey de Israel, vándose cautivos. 18 Los filisteos
que le hizo experimentar una gran invadieron las ciudades del llano y
derrota (1). * Pecaj, hijo de Bomelía, del mediodía de Judá, tomaron a
mató en un solo día, en Judá, a Betsamcs, Ayalón, Ouederot, Soco y
ciento veinte mil hombres, todos va- las ciudades de su dependencia, Guim-
lientes, porque habían dejado a Yave, zo y las ciudades ríe su dependencia,
Dios de sus padres. 7 Zicrí, guerrero y se establecieron en ellas. 19 Así
de Efraím, mató a Maseya, hijo del humillaba Yave a Judá por causa
rey, a Azricam, jefe de la casa del de Ajaz, rey de Israel, que había
rey, y a Elcana, segundo después del arrojado la disolución en Judá y
rey. 8 Los hijos de Israel hicieron pecado contra Yave. 20 Teglat-Fala-
entre sus hermanos doscientos mil sar, rey de. Asiría, vino contra él
prisioneros, mujeres, hijos e hijas, y y le estrechó sin darle respiro.
les hicieron mucho botín, que se lle- 21
Ajaz despojó la casa de Yave.
varon a Samaría. la del rey y las de los príncipes, para
9
Había un profeta de Yave lla- hacer un presente al rey de Asiría,
mado Obed, que fué al encuentro pero no le sirvió de nada. 22 A pesar
del ejército, que volvía a Samaría, de verse en gran aprieto, el rey Ajaz
y les dijo: «Yave, Dios de vuestros seguía pecando contra Yave; 23 sa-
padres, en su cólera contra Judá, los crificaba a los dioses de Damasco,
ha entregado en vuestras manos, y que le habían herido, diciéndose:
vosotros los habéis matado con furor, «Puesto que los dioses de los reyes
que ha subido hasta el cielo. 10 Ahora de Siria los ayudan, voy a sacrifi-
queréis hacer de los hijos de Judá carles, para que me socorran a mí.»
vuestros esclavos y vuestras esclavas. Pero fueron la ocasión de su ruina,
Pero vosotros, ¿no sois culpables y de la de todo Israel. 24 Ajaz reunió
contra Yave, vuestro Dios? 11 Oídme, los utensilios de la casa de Dios, y
pues, y devolved esos cautivos que los hizo pedazos; cerró las puertas
habéis hecho entre vuestros hermanos, de la casa de Yave, se hizo altares
porque os amenaza la cólera encen- en todos los rincones de Jerusalén,
dida de Yave.» 12 Algunos de entre 28 y levantó altos en todas las ciu-
los jefes de Efraím, Azarías, hijo de dades de Judá, para ofrecer allí
Jojanán, Berequías, hijo de Bese- perfumes a otros dioses, irritando así
limot, Ecequías, hijo de Salum, y a Yave, Dios de sus padres.
Amasa, hijo de Adíaí, se opusieron 28
El resto de sus hechos, todos sus
a los que venían en el ejército, 13 y caminos, los primeros y los postre-
les dijeron: «No entréis con esos cau- ros, está escrito en el libro de los
tivos, porque sería añadir pecados reyes de Judá y de Israel.
sobre pecados, a los que nosotros 27
Ajaz se durmió con sus padres,
hemos cometido contra Yave. Dema- y fué sepultado en la ciudad de
siado culpables somos ya, y la cólera Jerusalén, pues no se le sepultó en
encendida de Yave está sobre Israel. los sepulcros de los reyes de Israel.
14 Los soldados abandonaron los cau-
Le sucedió Ezequías, su hijo.
tivos y el botín ante los jefes y ante
toda la asamblea, 16 y los hombres Ezcquias, rey de Judá.
de que se ha hecho mención tomaron
29 1
Veinticinco años tenía Eze-
(i) Esta guerra de Siria y Efraím contra quías cuando comenzó a reinar,
Judá, es la que está enlazada con la profecía y reino veintinueve años en Jerusa-
de Isaías sobre el Emmanuel. Is. 7. 13 y ss. lén. Su madre se llamaba Abiya,
442 CRÓNICAS II, 29

hija de Zacarías. * Hizo lo recto a en el templo de Yave, y las arroja-


los ojos de Ya ve, enteramente como ron al atrio de la casa de Yave,
lo habla hecho David, su padre (1). donde las recibieron los levitas, para
3
En el primer mes de su reinado, llevarlas fuera, al valle del Cedrón.
17 Comenzaron
el mes primero, abrió las puertas las purificaciones el
de la casa de Yave y las reparó. día primero del primer mes; el octavo
4
Hizo venir a los sacerdotes y levi- día del mismo mes entraron en el
tas, que reunió en el atrio oriental, pórtico del templo de Yave, y em-
5 plearon ocho días en purificar el
y les dijo: «Oídme, levitas: santifí-
caos y santificad la casa de Yave, templo; el día dieciséis del mismo
el Dios de vuestros padres, y echad mes acabaron lo que habían comen-
la impureza fuera del santuario. zado. 18 Fueron luego a la casa del
6 Porque han pecado nuestros padres, rey Ezequias, y le dijeron: «Hemos
y han hecho el mal a los ojos de Yave, purificado (oda la casa de Yave,
nuestro Dios; le han abandonado, el altar de los holocaustos y todos
han apartado sus ojos del taber- sus utensilios, y la me«a de los panes
náculo de Yave, y le han vuelto las de la proposición y todos sus uten-
espaldas. 7 Hasta cerraron las puer- silios, que el rey Ajaz profanó duran-
tas del pórtico, apagaron las lám- te su reinado con sus transgresiones,
paras y dejaron de ofrecer a Yave, y todos están ya ante el altar de
Dios de Israel, perfumes y holocaus- Yave.
20 El rey Ezequias
tos en el santuario. 8 Por eso la cólera se levantó bien
de Yave pesa sobre Judá y sobre de mañana, y reunió a los jefes de
Jerusalén, y los ha entregado a la la ciudad, y subió a la casa de Yave.
21
confusión, a la desolación y a la burla, Ofrecieron siete novillos, siete car-
como lo estáis viendo con vuestros neros, siete corderos y siete machos
ojos. * Ya veis que por eso han caído cabríos, en sacrificio expiatorio por
nuestros padres por la espada, y el reino, por el santuario y por Judá.
nuestros hijos v nuestras hijas están El rey mandó a los sacerdotes hijos
en cautividad. ío Yo quiero que haga- de Arón que los ofreciesen en el altar
mos alianza con Yave, Dios de Israel, de Yave. 22 Los sacerdotes inmola-
para que se aparte de nosotros su ron los novillos, recibieron su sangre
encendida cólera. 11 Ahora, pues, y la derramaron en torno del altar;
hijos míos, basta de negligencias, inmolaron los carneros y derramaron
pues habéis sido elegidos por Yave su sangre en el altar; 23 inmolaron
para ministrar ante él en su servicio, los corderos y derramaron su sangre
para ser sus servidores y ofrecerle en el altar. 23 Presentaron luego los
perfumes. machos cabríos expiatorios ante el
12 Levatáronse los levitas, Maeat, rey y ante la asamblea, que pusieron
hijo de Amasal, Joel, hijo de Aza- sus manos sobre ellos, 44 y los sacer-
das, de los hijos de Caat; y de los dotes los inmolaron y derramaron
de Merarl, Quis, hijo de Abdl, Aza- la sangre al pie del altar, en expia-
das, hijo de Jelaleel; y de los gerso- ción por los pecados de todo Israel,
nitas, Joaj, hijo de Simfa; Edén, pues por todo Israel había ordenado
hijo de Joaj; 13 y de los hijos de Elit- el rey el holocausto y el sacrificio
safan, Rimrí v Jehicl; y de los hijos expiatorio.
de Asaf, Zacarías y Matanías; 14 y 25 Hizo que
los levitas se pusieran
de los hijos de Hernán, Jejiel y Simeí; en casa de Yave con címbalos,
la
y de los hijos de Jedutun, Semaeya y salterios y arpas, según la ordenación
15 Reunieron a sus hermanos; de David, de Oad, vidente del rey,
UZiel.
y después de santificarse ellos, vi- y de Natán, profeta, porque tal era
nieron a purificar la casa de Yave, la orden de Yave, transmitida por
sepún las órdenes del rey y según medio de sus profetas. 88 Los levitas
18 Entraron ocuparon su sitio con los instru-
las palabras de Yave.
los sacerdotes en el interior de la mentos de David, y los sacerdotes
27 Eze-
casa de Yave para purificarla; saca- el suyo con las trompetas.
ron todas las impurezas que hallaron quias mandó ofrecer el holocausto
sobre el altar; y en cuanto comenzó
el holocausto, comenzó también el
(i) Ezequias fué uno de los más piadosos
reyes de Judá. Sucedió al implo Azaj. Una
canto de Yave al son de las trompetas
más de tantas alternativas de piedad e impiedad y con el acompañamiento de los
que llevaron a Judá a su ruina. Instrumentos de David, Jreyjde Israel.
CRÓNICAS II, 30 443

** Prosternóse toda la asamblea, se de hacer publicar por todo Israel,


cantó el canto y se tocaron las trom- desde Berseba hasta Dan, que vinie-
petas, todo hasta que el holocausto sen a Jerusalén a celebrar la pascua
se terminó. 29 Cuando se hubo aca- de Yave, porque en mucho tiempo
bado de ofrecer el holocausto, el no la habían celebrado al modo pres-
rey con toda la asamblea doblaron las crito. 6 Fueron, pues, emisarios con
rodillas y se prosternaron. 30 Después letras de mano del rey y de los prín-
el rey Ezequías y los jefes dijeron cipes, por todo Israel y Judá, como
a los levitas que alabasen a Dios con el rey lo había mandado, en que se
palabras de David y de Asaf, vidente, decía: «¡Hijos de Israel!: Volveos a
y ellos lo hicieron con gran júbilo, Yave, Dios de Abraham, de Isac y de
e inclinándose, adoraron. 31 Luego Israel, y él se volverá a las reliquias
dijo Ezequías: «Vosotros habéis lle- que os han quedado de las manos de
nado seguramente vuestras manos los reyes de Asiría. 7 No seáis como
para Yave. Llegaos, pues, a ofrecer vuestros padres y como vuestros her-
víctimas y sacrificios eucarísticos en manos, que se rebelaron contra Yave,
la easa de Yave.» Y así toda aquella Dios de sus padres, por lo que los
muchedumbre ofreció hostias, sacri- entregó él a la desolación, como estáis
ficios eucarísticos y holocaustos con viendo. 8 No endurezcáis, pues, ahora
gran piedad y liberalidad. vuestra cerviz, como vuestros padres.
M Los holocaustos que ofreció la Dad vuestras manos a Yave, y venid
asamblea fueron setenta novillos, cien a su santuario, que él ha santificado
carneros y doscientos corderos. 33 Con- para siempre, y servid a Yave, vues-
sagraron también a Yave seiscien- tro Dios, y la ira de su furor se apar-
tos bueyes y tres mil ovejas. 34 Como tará de vosotros. 9 Porque si os vol-
los sacerdotes eran pocos, y no bas- véis a Yave, vuestros hermanos y
taban para desollar lis víctimas des- vuestros hijos hallarán misericordia
tinadas al holocausto, ayudáronlos ante los que los tienen cautivos, y
sus hermanos los levitas, hasta aca- volverán a esta tierra; pues Yave,
bar y hasta que se hubieron parifi- vuestro Dios, es clemente y miseri-
cado los sacerdotes, pues los levitas co.d.oso, y no apartará de vosotros
se mostraban con corazón dispuesto su rostro, si vosotros os volvéis a él.»
10 Fueron, pues,
a purificarse más que los sacerdotes. los emisarios de
35 Ofreciéronse, pues* muchos holo- ciudad en ciudad por tierra de Efraím

caustos, muchos sebos y muchos sa- y de Manasés, hasta Zabulón, pero


crificios eucarísticos, quedando ente- las gentes se reían y se burlaban de
ramente restablecido el culto de la ellos. 11 Con todo, m ichos de Aser,
casa de Yave. 36 Ezequías, lo mismo de Manasés y de Zabulón, se humi-
que todo el pueblo, dieron muestras llaron y vinieron a Jerusalén. 12 Tam-
de gran júbilo por haber Yave dis- bién en Judá la mano de Dios se
puesto al pueblo al restablecimiento, dejó sentir sobre ellos, dándoles cora-
pues la resolución de hacerlo había' zón pronto y dispuesto a cumplir
sido tomada de pronto. el mensaje del rey y de los príncipes,
conforme a la palabra de' Yave.
13
Juntóse macha gente en Jerusalén
Solemne celebración de la pascua. para celebrar la solemnidad de los
ácimas, eñ el segundo mes: una gran
OA 1
Mandó el rey Ezequías por muchedumbre. 14 Levantáronse y
todo Israel y Judá, y escribió quitaron los altares que había en
cartas a Efraím y Manasés, para Jerusalén, también los altares de per-
que viniesen a la casa de Yave a fumes, y los echaron al torrente de
celebrar la pascua de Yave, Dios de Cedrón. 15 Sacrificaron la pascua el
Israel. 2 Habíase aconsejado .el rey día catorce del mes segando; y los
de los príncipes y de toda la asam- sacerdotes y levitas, que llenos de
blea en Jerusalén, para celebrar so- confusión, se santificaron por fin,
lemnemente la pascua en el mes ofrecieron holocaustos en la casa de
segundo, 3 pues no habían podido Yave. 16 Se dispusieron por sus clases,
celebrarla antes la otra vez,, por no según la ordenación y la ley de Moi-
haberse santificado muchos sacer- sés, hombre de Dios. Los sacerdotes
dotes y no haberse reunido el pueblo recibían de mano de los levitas la
en Jerusalén. 4 Agradó esto al rey y sangre que había de derramarse;
a toda la asamblea, 8 y determinaron 17 y como muchos del pueblo no se
«4 CRÓNICAS II, 31

2
habian santificado todavía, los^levi- Ezequias restableció las clases de
tas inmolaron la pascua por los que los sacerdotes y de los levitas, según
no habían tenido el cuidado de santi- sus divisiones, cada uno según sus
ficarse para Yave. 18 Una gran parte funciones, sacerdotes y levitas, para
del pueblo de Efraím, de Manases, de los holocaustos y los sacrificios euca-
isacar y de Zabulón, que no se había rísticos, para el servicio, para los
purificado, comió la pascua sin ajus- cantos y alabanzas, y las puertas de
tarse a lo prescrito; pero Ezequias la casa de Yave. 3 El rey dió una
rogó por ellos, diciendo: «C¿uiera lave, parte de sus bienes para los holo-
que es bueno, perdonar a todos aque- caustos, para los holocaustos de la
llos que de todo corazón buscan mañana y de la tarde, para los holo-
19
al .Dios de sus padres, y no les caustos de los sábados, de los novi-
impute el no estar suficientemente lunios y de las fiestas, como están
purificados. » 20 Escucho Yave a Eze- prescritos en la ley de Yave. 4 Mando
quias, y perdonó al pueblo. 21 Así al pueblo y a los habitantes de Jeru-
celebraron los hijos de Israel que salen que dieran su porción a los
se hallaron en Jerusalen la solemni- sacerdotes y a los levitas, para que
dad de los ácimos durante siete dias, éstos observasen fielmente la ley de
con gran gozo cantando todos los Yave.
6
días las alabanzas de Yave, y tocando Cuando la cosa se extendió, los
los levitas y Jos sacerdotes los instru- hijos de Israel dieron en abundancia
mentos con toda fuerza, a Yave. las primicias del trigo, del mosto, del
22
Ezequias habló con bondad a aceite, de la miel y de todos los pro-
los levitas que conocian mejor el ductos del campo, y trajeron también
culto de Yave, y éstos comieron las en abundancia el diezmo de todo.
6
víctimas durante los siete días que Igualmente los hijos de Israel y
duro la solemnidad, inmolando hostias de Judá que habitaban en las ciu-
pacificas y alunan do a Yave, Dios dades de Judá, dieron el diezmo
de sus padres. 2J También la muche- del ganado mayor y menor y el diezmo
dumbre decidió alegremente cele- de las cosas santas que eran consa-
brar la fiesta otros siete dias, hacién- gradas a Yave, su Dios, y de que se
24 pues había hicieron muchos montones. 7 Comenzó
dolo con gran regocijo,
regalado .b.zequias al pueblo mil a hacerse el cúmulo el tercer mes
toros y siete mil ovejas; y también y se acabó el mes séptimo. 8 Ezequias
los principes, por su parte, dieron al y los jefes vinieron a ver los montones
pueolo mu bueyes y diez mil ovejas, y bendijeron a Yave y a su pueblo,
liubo, pues, gran número de sacer- Israel. * Preguntó Ezequias a los
dotes que se habían santificado. sacerdotes y a los levitas acerca de
26 Todo el pueblo de Judá estaba los montones, 10 y el sumo sacerdote
rebosando de alegría, lo mismo sacer- Azarias, de la casa de Sadoc, le res-
dotes y levitas, que la muchedumbre pondió: «Desde que se ha comen-
venida de Israel, que los peregrinos zado a traer ofrendas a la casa de
que habían venido de la tierra de Yave, hemos comido, nos hemos sa-
Israel o habitaban en Judá. 26 Fué ciado, y hemos dejado mucho de
grande la solemnidad celebrada en sobra, porque Yave ha bendecido a
Jerusalen, tal cual nunca la hubo su pueblo, y he aquí la gran cantidad
desde los dias de Salomón, lujo de que todavía queda.»
11 Ezequias
David, rey de Israel. dió orden de preparar
27 Levantáronse después los sacer- las cámaras de la casa de Yave, y se
dotes y levitas, y bendijeron al pue- prepararon. u Lleváronse a ellas fiel-
blo, y fué oída su voz, y llego su mente las ofrendas, el diezmo y las
oración al santuario de los cielos. cosas consagradas. El levita Cana-
nías tuvo la intendencia de ellas,
9^1 1
Después de todo esto los de y su hermano Simeí era su segundo.
"* Israel que habían venido fueron *3 Jejiei, Azarias, isajat, Azael, Jeri-
por las ciudades de Judá, y destro- mot, Josabad, Elicl, Jismaquia, Majat
zaren los cipos, abatieron los asera» y benaya estaban empleados bajo
y derribaron del todo los altos y los la dirección de Calíanlas y de su
altares en todo Judá y Benjamín, hermano, ¡Simeí, según las órdenes
y cu Efraira y Manasés. Luego todos del rey Ezequias y las de Azarias,
los hijos de Israel se volvieron a jefe de la casa de Dios. 14 El levita
sus ciudades, cada uno a su posesión. Core, hijo de Jimna, portero de la
CRÓNICAS II, 32

puerta de oriente, tenía la intenden- arroyo que corría por en medio det
cia de las donaciones voluntarias territorio, para que si venían los
hechas a Dios, para distribuir lo que reye^ de Asiria, no hallasen tanta
se presentaba a Yave por elevación abundancia de agua.
y las cosas santísimas. 15 En las ciu- 5 Reparó también con gran cui-
dades sacerdotales, Edén, Minyamín, dado todas las murallas que habían
Jesua, Semaeya, Amarías y Seca- sido derribadas, alzó en ellas torres y
mías, estaban a sus órdenes para una antemuralla; reparó el terraplén
hacer fielmente las distribuciones a en la ciudad de David, c hizo armas
sus hermanos, grandes o pequeños, de toda suerte y escudos. 8 Nombró
según lo que les correspondía; 16 a jefes para mandar al ejército; y
los varones registrados de tres años reuniendo luego a todo el mundo en
arriba, y a todos los que diariamente la plaza de la puerta de la ciudad,
entraban en la casa de Yave, para les habló al corazón, diciendo: 7 «Es-
hacer su servicio según sus funciones forzaos y confortaos, no temáis, no
y según sus divisiones, 17 y a los os dé miedo el rey de Asiria y toda
sacerdotes registrados según sus casas esa muchedumbre que trae, porque
paternas, y a ios levitas de veinte más son los que con nosotros están,
años arriba según sus funciones y que los que están con él. 8 El tiene
según sus divisiones; 18 y a los de toda el brazo de carne: pero con nosotros
la congregación registrados con todos está Yave, nuestro Dios, para ayu-
sus niños, sus mujeres, sus hijos y darnos y combatir nuestros comba-
sus hijas, porque se consagraban fiel- tes.» El pueblo cobró valor con las
mente al servicio del santuario. 19 Y palabras de Ezequías, rey de Judá.
9
para los hijos de Arón, los sacerdotes, Después de esto, Senaquerib, rey
que habitaban en los campos, en los de Asiria, que combatía a Laquis
suburbios de sus ciudades, había en con todo su poder, mandó emisarios
cada ciudad hombres nominalmente a Jerusalén para decir a Ezequías,
designados para distribuirles sus por- rey de Judá y a todos los de Judá
ciones a todos los varones de los que estaban en Jerusalén: 10 «Así
sacerdotes y a todos los levitas regis- dice Senaquerib, rey de Asiria: ¿En
trados. quién confiáis vosotros para estaros
20 quietos, cercados en Jerusalén? 11 ¿No
Esto hizo Ezequías en todo
Judá; hizo lo bueno y lo recto y lo os engfiña Ezequías, para entregaros
verdadero ante Yave su Dios. Obraba a la muerte, al hambre, a la sed,
con toda la rectitud de su corazón, diciendo: Yave, nuestro Dios, nos
21 librará de la mano del rey de Asiria?
y prosperó en cuanto emprendió,
buscando a su Dios, para el servicio 12 ¿No
es Ezequías el que ha hecho
de la casa de Dios, por la ley y por desaparecer sus altos y sus altares,
los mandamientos. diciendo a Judá y a Jerusalén: Sólo
ante este altar adoraréis y quemaréis
perfumes? 13 ¿No sabéis lo que yo
Invasión de Pcnnqucrib, rey de y mis padres hemos hecho con todos
Asiría. los pueblos de la tierra? 14 ¿Pudieron
acaso los dioses de esas gentes librar
QO 1 Después de estas cosas y de sus tierras de mis manos? 15 Que no
estos actos de fidelidad, vino os engañe, pues, Ezequías; cuando
Senaquerib, rey de Asiría, que invadió tal cosa quiera persuadiros, no le
Judá y puso sitio a las ciudades creáis; que si ningún dios de los de
fuertes para apoderarse de ellas. todas esas naciones y reinos pudo
2 Ezequías, viendo
que había venido librar a sus pueblos de mis manos y
Senaquerib y que se proponía atacar de las manos de mis padres, ¿cuánto
3
a Jerusalén, tuvo consejo con los menos podrá vuestro Dios libraros de
príncipes y los más valerosos de los mis manos?» 16 Otras cosas más aña-
oficiales, proponiendo si se cegarían dieron los emisarios contra Yave y
las fuentes de aguas que había fuera contra Ezequías, su siervo.
de la ciudad, 4 diciendo: «¿Por qué 17
Escribió, además, cartas en que
habrán de hallar los reyes de Asiría, blasfemaba de Yave, Dios de Israel
cuando vengan, provisión de agua?» y hablaba contra él, diciendo: «Lo
Todos rueron de su parecer; y él mismo que los dioses de las gentes
entonces reunió una gran muchedum- de las tierras no pudieron librar a
bre, y cegaron todas las fuentes y el sus puebjos de mis manos, tampoco
U6 CRÓNICAS II, 33

el Dios de Ezequías librará al suyo tiales de las aguas de Guijón de Arriba,


de mis manos.» 18 Y hablaban en y condujo las aguas bajo tierra a
voz muy alta en judío, al pueblo de occidente de la ciudad de David, y
Jerusalén que se hallaba en las mura- salió con cuanto emprendió. 81 Dios,
llas, para asustarles y hacerles entrar sin embargo, para probarle y para
en temor, para apoderarse de la que descubriese lo que tenía en su
ciudad. 19 Hablaron contra el Dios corazón, le dejó en lo de los emba-
de Jerusalén, lo mismo que contra jadores de los príncipes de Babilo-
los dioses de las gentes de la tierra, nia, que vinieron a él para infor-
obra de manos de hombres. marse del prodigio que había acae-
20
Pero el rey Ezequías y el pro- cido en la tierra.
32
feta Isaías, hijo de Amos, opusieron El resto de los hechos de Eze-
sus oraciones a estas blasfemias y quías, de todas sus buenas obras,
clamaron al cielo; 21 y Yave envió un escrito está en las profecías de Isaías,
ángel, que mató a cuantos fuertes y profeta, hijo de Amos, y en el libro
valerosos había en el ejército del de los reyes de Judá y de Israel.
33
rey de los asirios y al jefe que los Durmióse Ezequías con sus pa-
mandaba; y Senaquerib se volvió dres, y fué sepultado en un lugar
con afrenta a su tierra, y allí, entrando más eminente que los sepulcros de
en el templo de su dios, hijos suyos, los reyes, hijos de David; y todo
que de él habían salido, le mataron Judá y Jerusalén celebraron sus fune-
a espada. rales. Le sucedió Manasés, su hijo.
22
Así libró Yave a Ezequías y a
los moradores de Jerusalén de la
mano de Senaquerib, rey de los asi-
rios, y de las manos de todos, y les Manastés, rey de Judá.
dió la paz con todos sus reinos.
23 1
Muchos de éstos aún trajeron a o •> Doce años tenia Manasés
Jerusalén víctimas para ofrecer allí »>») cuando comenzó a reinar, y
sacrificios a Yave y presentes a reinó cincuenta y cinco años en Jeru-
Ezequías, rey de Judá, cuya fama salén. 2 Hizo el mal a los ojos de
fué luego muy grande entre todas Yave, conforme a las abominaciones
las naciones. de las gentes que Yave había arrojado
24 Por
aquel entonces cayó enfermo ante los hijos de Israel, 3 y volvién-
de muerte Ezequías, y rogó a Yave, dose reedificó los altos que había
que le escuchó, dándole una señal djrribado Ezequías, su padre; levantó
de su curación. altares a los baales, se hizo ascras
25 Pero no correspondió Ezequías
y adoró a toda la milicia de los cielos
al bien que le había sido hecho, antes y les sirvió. 4 Alzó también altares
se ensoberbeció su corazón, y se en la casa de Yave, de la que había
encendió la ira de Yave contra él y dicho Yave: «En Jerusalén estará
contra Judá y Jerusalén. ** Pero Eze- mi nombre perpetuamente"; & pero
quías, después de haberse engreído los alzó en honor de toda la milicia
su corazón, se humilló, y se humi- del cielo, en los dos atrios del templo
llaron con él los moradores de Jeru- de Yave. 6 Pasó a sus hijos por el
salén, y no vino sobre ellos la ira de fuego en el valle de los hijos de
Yave en los días de Ezequías. Hinnón; observaba los sueños y los
27
Tuvo Ezequías riquezas y gloria augurios, se dió a la magia, teniendo
sobremanera, y reunió tesoros de cerca de sí magos y encantadores,
plata y oro, de piedras preciosas, de e hizo mucho mal ante Yave, irri-
aromas, de escudos y de cuantas tándole. 7 Puso además un ídolo, una
alhajas son de desear. 28 Asimismo estatua fundida, en la casa de Dios,
tuvo depósitos para almacenar las de la que había dicho Yave, hablando
rentas de trigo, vino y aceite, y esta- a David y a Salomón, su hijo: «Esta-
blos para las bestias y apriscos para bleceré para siempre mi nombre en
sus ginados. esta casa y en Jerusalén, que he ele-
29
Hizose también ciudades para él, gido entre todas las tribus de Israel,
pues tenía una gran muchedumbre 8 y no removeré el pie de Israel de la
de rebaños, de ovejas y de toda suerte tierra que yo di a vuestros padres,
de ganado mayor, por haberle dado siempre que ellos guarden y pongan
Dios mucha hacienda. 80 Este mismo por obra cuanto yo les he mandado,
Ezequías fué el que cubrió lo.s manan- toda la ley, mandamientos y pre-
CRÓNICAS II, 34 447

ccptos que les he dado por mano y fué sepultado en el Jardín de su


de Moisés. « casa. Le sucedió Ammón, su hijo.
9
Descarrió Manasés a Judá y a
los moradores de Jerusalén, para ha-
cer peor todavía que las gentes que
Ammón, rey de Judá.
Yave destruyó ante los hijos de Is-
rael. 10 Habló Yave a Manasés y
80 Veintidós años tenía Ammón
a su pueblo, pero ellos no le escucha- cuando comenzó a reinar, y reinó
21
ron; por lo que trajo Yave contra dos años en Jerusalén. Hizo el
ellos a los jefes del ejército del rey mal a los ojos de Yave, como lo
de los asirios, que apresaron a Mana- había hecho Manasés, su padre, pues
sés, y cargado de grillos y cadenas, sirvió y sacrificó Ammón a todos los
le llevaron a Babilonia. 11 Cuando ídolos que había hecho su padre;
22 pero nunca se humilló delante de
se vió en la angustia, oró a Yave,
su Dios, humillándose grandemente Yave, como se humilló Manasés, su
ante el Dios de sus padres. 12 Gimió padre; antes cometió crímenes mucho
y le dirigió instantes súplicas, y fué más grandes.
23 Conspiraron contra él sus ser-
atendido, pues oyó su oración y le
volvió a Jerusalén, a su reino. Enton- vidores; y le mataron en su casa.
24
ces conoció Manasés que Yave es El pueblo dió muerte a los que
Dios (1). habían matado a Ammón, y puso por
13 Después de esto reedificó la mu- rey en su lugar a Josías, su hijo.
ralla exterior de la ciudad de David,
a occidente de Guijón, en el valle,
desde la entrada de la puerta del
Josfas, rey de Judá.
pescado, continuándola hasta Ofel,
y elevándola considerablemente, y 34 Ocho años tenía Josías cuan-
1

puso jefes del ejército en todas las do comenzó a reinar, y reinó


ciudades fuertes de Judá. treinta y un años en Jerusalén. 2 Hizo
14 Hizo desaparecer los dioses aje- lo recto a los ojos de Yave, y anduvo
nos, y quitó de la casa de Yave el por los caminos de David, su padre,
ídolo y todos los altares que había sin apartarse de ellos ni a la derecha
alzado en el monte de la casa de Yave ni a la izquierda. 3 A los ocho años
de Jerusalén, y los hizo arrojar todos de su reinado, siendo aún mozo, co-
fuera de la ciudad. 15 Restableció el menzó a buscar al Dios de David, su
altar de Yave, y sobre él ofreció padre, y a los doce años comenzó
victimas y sacrificios pacíficos y euca- a limpiar a Judá y Jerusalén de altos,
rísticos, y mandó a Judá que sirvjese oseras, esculturas e imágenes de
a Yave. 16 Pero el pueblo seguía fundición. 4 Derribaron en su presen-
sacrificando en los altos, aunque a cia los altares de los baales, e hizo
Yave, Dios de Israel. pedazos los ídolos que estaban en
17
El resto de los hechos de Mana- ellos, abatió los oseras y desmenuzó
sés, su oración a Dios, y las palabras las esculturas y fundiciones, espar-
de los videntes que le hablaron en ciendo el polvo sobre las sepulturas
nombre de Yave, Dios de Israel, es- de los que les habían sacrificado.
crito está en el libro de los reyes de 6
Quemó los huesos de los sacerdotes
Israel. 18 También su oración, y cómo de los ídolos sobre sus altares, y limpió
fué oído, y todos sus pecados y pre- a Judá y a Jerusalén. 6 Tgual hizo
varicaciones, los lugares donde edi- en las ciudades de Manasés, Efraím
ficó altos y puso ascraa e ídolos y Simeón, hasta Neftalí; 7 y después
antes de humillarse, todo esto está de haber derribado los altares y los
escrito en la historia de los videntes. aseras y de haber roto y desmenu-
19
Durmióse Manasés con sus padres, zado las esculturas y destruido todos
los ídolos por la tierra de Israel, se
(i) El cautiverio de Manasés, de que no volvió a Jerusalén.
hace mención el libro de los Reyes, te fué 8
A los dieciocho años de su reina-
saludable y en el hizo a Dios una plegaria, do, después de haber limpiado la
que, como ateseigua este lugar, fué consignada tierra y el templo, mandó a Safán,
por escrito. Esra fué quizá la ocasión de que se
hijo de Asalías, y a Maasías, gober-
escribiera la apócrifa oración de Manasés, que
en muchas ediciones de la Vulgata se pone a nador de la ciudad, y a Joaz, hijo
continuación de las Escrituras canónicas, aun- de Joajaz, cronista, que reparasen la
que fuera de éstas. casa de Yave. • Vinieron éstos a
4 48 CRÓNICAS II, 34

Helcías, sumo sacerdote; y recibido por obra todo lo que en este libro está
de dinero que habla sido puesto
él el escrito.»
en la casa de Yave y el que los levitas 22
Helcías y los que con él habfa
y porteros habían recaudado de Jla- designado el rey fueron a la profetisa
nasés y Efraím y de todo el resto de Jolda, mujer de Salum, hijo de To-
Israel, asi como "de todo Judá y Ben- queat, hijo de Jasra, guarda d^l ves-
jamín y de habitantes de Jeru-
los tuario, que habitaba en Jerusalén,
salén, io lo entregaron a los encar- en el otro barrio de la ciudad Des-
gados de las obras de reparación del pués que ellos le manifestaron lo
templo, para restaurarlo y reparar que tenían que decirle, 23 ella les
las ruinas. Estos dieron el dinero a respondió: «Así habla Yave, Dios de
los maestros encargados de las obras Israel: Decid al que a mí os envía:
de la casa de Yave; 11 los cuales lo Así habla Yave: 24 Yo voy a traer
entregaban a los obreros que traba- sobre este lugar y sobre sus habitan-
jaban para restaurar y reparar la casa; tes todos los males y maldiciones es-
a los carpinteros y canteros, para que critos en el libro que ha sido leído
comprasen piedra en las canteras y ante el rey de Judá, 25 porque me
maderas para las techumbres de los han abandonado y han ofrecido per-
edificios que habían destruido los fumes a otros dioses, irritándome con
reyes de Judá. 12 Estos hombres se todas las obras de sus manos; mi
portaron con probidad en sus traba- cólera se derramará sobre este lugar,
jos. Estaban bajo la vigilancia de y no se extinguirá. 26 Pero decid al
Jajat y Abdías, levitas, de entre los rey de Judá, que os ha mandado a
hjios de Merari, y de Zacarías y Mc- consultar a Yave: Así habla Yave,
sulam, de entre los caatitas, todos Dios de Israel, acerca de las palabras
ellos hábiles músicos, 13 que vigila- que has oído: 27 Por haberse conmo-
ban las obras y dirigían a los obreros vido tu corazón y haberte humillado
ocupados en los diversos trabajos; ante Dios al oír sus palabras contra
había además otros levitas que ha- este lugar y contra sus habitantes;
cían de secretarios, comisarios y por- porque has rasgado tus vestiduras y
teros. has llorado ante Yave, también yo
14 Cuando se sacaba el dinero lle- he oído, dice Yave, 28 y tú te reco-
vado a la casa de Yave, Helcías, sacer- gerás a tus padres y bajarás en paz
dote, encontró el libro de la ley de al sepulcro, y no verán tus ojos todas
Yave, dado por mano de Moisés. las desventuras que yo he de hacer
16 Entonces Helcías, tomando la pa- venir sobre este lugar y sobre sus
labra, dijo a Safán, secretario: «He habitantes.
encontrado el libro de la ley en la Ellos llevaron al rey esta respuesta.
29
casa de Yave»; y se lo entregó a El rey hizo reunir a todos los an-
Safán. 16 Safán llevó el libro al rey cianos de Judá y de Jerusalén; 30 y
y le dió cuenta del hallazgo, diciendo: subió luego a ki casa de Yave con
«Tus siervos han hecho cuanto les todos los hombres de Judá y los ha-
has mandado, 17 reuniendo el dinero bitantes de Jerusalén, los sacerdotes
que había en la casa de Yave, y en- y y todo el pueblo desde
los levitas,
tregándoselo a los inspectores y a el más grande al más chico, y leyó
los obreros.» 18 Y Safán, secretario, delante de lodos las palabras del libro
añadió: «El sacerdote Helcías me ha de la alianza que había sido encon-
dado este libro»; y Safán lo leyó trado en la casa de Yave. 31 Estaba
ante el rey. 19 Cuando el rey oyó las el rey sobre su estrado, y renovó
palabras del libro de la ley, rasgó sus la alianza ante Yave, obligándose a
vesliduras 20 y dió esta orden a Hel- seguir a Yave y a guardar sus man-
cías, a Ajicam, hijo de Safán, a damientos, sns preceptos y sus leyes,
Abdón, hijo de Miquca, a Safán, se- con todo el corazón y toda el alma,
cretario, y a Asaya, servidor del rey: poniendo por obra las palabras de la
11 «Id
a consultar a Yave por mí y alianza escritas en el libro. 32 Hizo
por el resto que queda en Israel y en entrar en el pacto <j todos los que
Judá, acerca de las palabras de este se hallaban en Judá y Picnjamín, y
libro que se ha encontrado; porque los moradores de Jerusalén hicieron
grande es la cólera de Yave, que se según la alianza de Yave, Dios de
ha derramado sobre nosotros, por no sus padres. 33 Josías hizo desapare-
haber guardado nuestros padres la cer todas las abominaciones de toda
palabra de Yave y no haber puesto la tierra de los hijos de Israel, y
CRÓNICAS II, 38 449

obligó a todos cuantos se hallaban pueblo, para que se los ofreciesen a


en Israel a servir a Yave, su Dios. Yave, como está escrito en el libro
Durante toda su vida no se apartó de Moisés. Lo mismo hicieron con
de Yave, Dios de sus padres. los bueyes. 18 Asaron la pascua al
fuego, como está ordenado, y cocie-
ron las cosas santas en calderas, cal-
deros y sartenes, distribuyéndolas
Solemne celebración de la pascua. diligentemente al pueblo. 14 Luego
prepararon lo que era para ellos y
»>r 1
Josias celebró la pascua en para los sacerdotes; pues los sacer-
honor de Yave en Jerusalén, y dotes, hijos de Arón, estuvieron hasta
se inmoló la pascua el día catorce la noche ocupados en ofrecer holo-
del primer mes. 2 Estableció a los caustos y los sebos; por eso los le-
sacerdotes en sus funciones y los ani- vitas hubieron de preparar para ellos
mó al servicio de la casa de Yave. y para los sacerdotes, hijos de Arón.
15 Los cantores, hijos de Asaf, esta-
8
Dijo a los levitas que enseñaban a
Israel y estaban consagrados a Yave: ban en sus puestos, según las órde-
«Colocada el arca santa en la casa nes de David, de Asaf, de Hernán y
que edificó Salomón, hijo de David, de Jedutun, a la vista del rey; y los
rey de Israel, ya no tenéis que tras- porteros, cada uno en su puerta; no
ladarla en hombros. Servid ahora a tuvieron que abandonar sus oficios,
Yave, vuestro Dios, y a su pueblo, porque sus hermanos, los levitas, pre-
Israel. 4 Aprestaos todos según vues- pararon lo que era para ellos.
16
tras casas paternas, según vuestras Así se organizó aquel día todo
divisiones, conforme a la ordenación el servicio de Yave, para celebrar
escrita por David, rey de Israel, y la pascua y para ofrecer holocaustos
de Salomón, su hijo; ' ocupad vues- en el altar de Yave, según las órde-
tros puestos en el santuario según las nes del rey Josías.
diversas casas paternas de vuestros 17 Los hijos de Israel que se halla-

hermanos, los hijos del pueblo, y ban allí celebraron entonces la pas-
según la clasificación de las casas cua y la fiesta de los ácim s durante
paternas de los levitas. 6 Inmolad siete días. 18 Ninguna pascua seme-
la pascua, santifícaos, y preparadla jante a ésta se había celebrado en
para vuestros hermanos, conformán- Israel desde los días de Samuel, pro-
doos a las palabras de Yave, pronun- feta, y ningún rey de Israel había
ciadas por Moisés.» 7 Josías dió a celebrado una pascua semejante a
las gentes del pueblo, a cuantos allí ésta que celebraron Josías, los sacer-
se hallaban, corderos y cabritos en dotes y los levitas, todo Judá e Tsrael
número de treinta mil, todo para la que allí se hallaban, y los habitantes
pascua, y tres mil bueyes, todo de de Jerusalén. 19 Fué el año dieciocho
la hacienda del rey. 8 Sus jefes hicie- del reinado de Josías cuando se ce-
ron voluntariamente un presente al lebró esta pascua.
pueblo, a los sacerdotes y a los levi- 20 Después de esto, después de
tas. Helcías, Zacarías y Jejiel, prín- haber reparado Josías la casa de
cipes de la casa de Dios, dieron a Yave, Necao, rey de Egipto, subió
los sacerdotes para la pascua dos mil pnra combatir en Carquemis a orillas
seiscientos corderos y trescientos bue- del Eufrates. Josías le salió al paso,
yes. 9 Conaya, Semeya y Natanael, 21
y Necao le mandó emisarios que
sus hermanos, Josabía, Jeiel y Joza- le dijeran: «¿Qué hay entre tú y yo,
bad, jefes de los levitas, dieron a los rey de Judá? No es contra ti contra
levitas para la pascua cinco mil cor- quien voy yo ahora; es contra una
deros y quinientos bueyes. casa con la que estoy en guerra, y
10 Organizóse el servicio, y los Dios me ha dicho que me apresure.
sacerdotes y levitas ocuparon sus No te opongas, pues, a Dios, que está
puestos, según sus divisiones, confor- conmigo, no te destruya.» 22 Pero
me a la orden del rey. 11 Inmolaron Josías no se retiró, y se disfrazó para
la pascua; los sacerdotes derramaron entrar en el combate, sin escuchar
la sangre, que recibían de mano de las palabras de Necao, que venían
los levitas, y los levitas desollaron de la boca de Dios. Avanzo para ata-
las víctimas. 12 Pusieron aparte los carle en el valle de Megiddo. 28 Los
holocaustos, para dárselos a las varias arqueros tiraron contra el rey Josías,
casas^, paternas de las ¡gentes del y el rey dijo a sus servidores: «Reti-
29
CRÓNICAS II, 36

radme, que estoy gravemente herido.» su hermano, sobre Judá y Jerusalén.


84 Los servidores le sacaron de aquel 11
Veintiún años tenía Sedéelas
carro, y le pusieron en otro y le cuando comenzó a reinar, y reinó
llevaron a Jerusalén. Murió y fué once años en Jerusalén. 12
Hizo el
sepultado en el sepulcro de sus pa- mal a los ojos de Yave, su Dios, y
dres. Todo Judá y Jerusalén lloraron no se humilló ante Jeremías, profeta,
a Josías, 25 particularmente Jeremías, que le habló de parte de Yave.
cuyas lamentaciones a Josías cantan 13
Rebelóse asimismo contra Nabuco-
todavía hoy los cantores y cantoras, donosor, al cual había por Dios ju-
habiendo venido a ser esta costum- rado fidelidad, y endureció su cerviz
bre como ley en Israel. Están escritas y obstinóse su corazón, y no se
entre las lamentaciones. volvió a Yave, el Dios de Tsrael.
26 El resto de >s hechos de Josías,
1
14 También todos los príncipes de
todas sus buenas obras conforme a los sacerdotes y el pueblo aumenta-
lo mandado en la ley de Yave, 27 sus ron sus prevaricaciones, siguiendo
hechos primeros y postreros, escrito las abominaciones de las gentes y
está en el libro de los reyes de Israel contaminando la casa de Yave, que
y Judá. él había santificado en Jerusalén (1).
15
Yave, Dios de sus padres, les
mandó sus mensajeros constante-
Joajaz, Joaquim y Joaquín, pojes mente, para amonestarlos, pues que-
de Judá. ría perdonar a su pueblo y a su casa.
16 p ero ellos hicieron escarnio de los

3*3 E P ,,er, '° tomó a Joajaz, hijo


1
' mensajeros de Dios, y menosprecia-
de Josías, y le hicieron rey en ban sus palabras, burlándose de sus
lugar de su padre, en Jerusalén. profetas, hasta que subió la ira de
* Veintitrés años tenía Joajaz cuando Dios contra su pueblo, y ya no hubo
comenzó a reinar, y reinó tres meses remedio. 17 Trajo contra ellos al rey
en Jerusalén. de los caldeos, que pasó a cuchillo
3 El rey de Egipto le destituyó en a sus mancebos en la casa de sn san-
Jerusalén, y castigó al pueblo con tuario, sin perdonar a mancebo ni a
una contribución de cien talentos de doncella, a viejo ni encanecido. A to-
plata y un talento de oro. 4 El rey dos los entrego en sus manos.
18 Nabucodonosor llevó a Babilonia
de Egipto puso por rey sobre Judá
a Elyaquim, hermano de Joajaz, mu- todos los utensilios de la casa de
dándole el nombre por el de Joaquim. Dios, grandes y pequeños, los teso-
Necao cogió a su hermano Joajaz y ros de la casa de Yave y los del
.

se lo llevó a Egipto. palacio del rey y los de sus jefes.


19
JVeinticinco años tenía Joaquim Quemaron la casa de Dios, demo-
cuando comenzó a reinar y reinó lieron las murallas de Jerusalén, die-
once años en Jerusalén. Hizo el mal ron al fuego todos sus palacios, y des-
a los ojos de Yave, su Dios. truyeron todos los objetos preciosos.
' Nabucodonosor, rey de Babilonia, 20 A los que habían escapado a la
subió contra él y le cargó de cadenas espada, llevólos Nabucodonosor cau-
de bronce para conducirle a Babi- tivos a Babilonia; y allí le estuvie-
lonia. 7 Llevóse Nabucodonosor a Ba- ron sujetos a él y a sus hijos, hasta
bilonia los utensilios de la casa de la dominación del reino de Pcrsia,
21 para que se cumpliese la palabra
Yave, y los puso en su palacio de
Babilonia. de Yave, pronunciada por boca de
8
El resto de los h.pchos de Joaquim, Jeremías, hasta que la tierra hubo
las abominaciones que cometió, y lo reposado sus sábados, descansando
que en él se halló, escrito está en el todo el tiempo que estuvo devastada,
libro de los reyes de Israel y de hasta que se cumplieron los setenta
Judá. Le sucedió Joaquín, su hijo. años.
22 El año primero de Ciro, rey de
Ocho años tenía Joaquín cuando
9

comenzó a reinar, y reinó tres meses Persia, para que se cumpliese la pa-
y diez en Jerusalén. Hizo el
días
mal a de Yave. 10 A la vuelta
los ojos
(i) Esta síntesis de la historia religiosa de
del año, mandó el rey Nabucodonosor
Judá pone de relieve las múltiples y universales
que le llevasen a Babilonia, con los transgresiones y apostaslas, causa de la destruc-
vasos preciosos de la casa de Yave, ción del reino y de la dolorosa cautividad de
y puso en su lugar por rey a Sedéelas, Babilonia.
CRÓNICAS II, 36

labra de Yave pronunciada por boca Yave, el Dios de los cielos, me ha


de Jeremías, Yave suscito el espíritu dado todos los reinos de la tierra, y
de Ciro, rey de Persia, que hizo publi- me ha mandado edificarle una casa
car de viva voz y por escrito, por en Jerusalén, en Judá. ¿Quién de
todo su reino, este decreto: entre vosotros es de su pueblo? Que
23
«Así habla Ciro, rey de Persia: suba, y Yave sea con él.»
INTRODUCCION A LOS LIBROS DE ESDRAS
Y NEHEMIAS

C" STOS dos libros son una continuación de los Paralipómenos, cuya termi-
nación se repite al principio del de Esdras. También formaron antes un
solo libro, dividido luego en dos, Esdras y Nehemías, en el texto hebreo, I y II de
Esdras en las versiones. Su argumento es la restauración material, religiosa
y moral de la nación, después de la vuelta del cautiverio, en virtud del decreto
de Ciro (538). Empieza por la restauración del altar y la cimentación del
templo, añadiendo una lista de los que volvieron con Zorobabel de Babilonia,
en número de 42.360 personas (1-2). La oposición de los samaritanos al ver
rechazada su oferta de colaboración impidió proseguir la obra. Los mismos
obstáculos opusieron después a la restauración de la ciudad y de sus muros
en los reinados de Jerjes I (485-65) y Artajerjes I (465-25) (4). Aprove-
chando las revueltas del principio del reinado de Darío I (522-485), a ins-
tancias de los profetas Ageo y Zacarías se acaba el templo, que es dedicado
en 515. (5-6.)
No puede caber duda sobre la invcrsióyi de estas dos secciones del primer libro.
Lo que resta de él (7-10) cuenta la venida a Jerusalén del anciano Esdras,
en compañía de seis mil nuevos repatriados y con autorización de un Arta-
jerjes. ignoramos cuál, para gobernar al pueblo. Llegado a Jerusalén el año
féptimo del rey, halla a la ciudad contaminada por los matrimonios con extran-
jeras, pero los ánimos tan bien dispuestos, que ante las lágrimas del anciano
Esdras, todos se ofrecen a despedirlas. Sigue luego, con otros documentos, la
autobiografía de Nehemías, que llega solo, con poderes de gobernador para
restaurar la ciudad en ruinas, el año veinte de un Artajerjes, que tampoco sabe-
45-4 ESDRAS, 1, 2

moa cuál sea. Lleva a cabo su obra con gran energía. Levanta y dedica lo»
muros y pone en orden la vida religiosa y moral del pueblo con ayuda de Esdras,
que figura con el título de escriba (1-16). Nehemías, acabados sus primeros
poderes, retorna al rey; pero vuelve al poco tiempo y encuentra las cosas ya en
desorden, teniendo que desplegar gran energía hasta con los sacerdotes, uno
de los cuales, que estaba casado con una hija del príncipe de los samaritanos,
huye a Samaría (13). No obstante el orden de la narración actual, parece muy
probable que la legación de Nehemías precedió a la de Esdras, y que el libro
de aquél debiera insertarse antes de los capítulos 7-10 de éste.
Estos libros están en forma de compilación de diversos documentos. Igno-
ramos el autor. No es improbable la sentencia de muchos que dicen haber sido
su autor el mismo que el de los Paralipómenos.

ESDRAS
(Vulg. I de Esdras.)

Ha Ciro libertad a los indios para utensilios, ganados y fosas precio-


volver a Jurusaiéu. sas, a más de los dones voluntarios.
7
El rey Ciro devolvió los utensilios
El año primero de Ciro, rey de de !a casa de Yave, que Xabucodono-
1

Persia (1), para que se cumpliese sor habla llevado de Jerusalén y


la palabra de Yave por boca de puesto en la casa de sus dioses.
Jeremías, profeta, excitó Yave el es- * Ciro, rey de Persia, hizo que los
píritu de Ciro, rey de Persia, que sacara Mitrídates, tesorero, que se
hizo pregonar de palabra y por es- los entregó a Sesbasar, príncipe de
crito por todo su reino: 2 «Así dice Judá.
9
He aquí la listo de ellos:
Ciro, rey de Persia: Yave, Dios de Treinta fuentes de oro; mil fuen-
los ciclos, me ha dado todos los rei- tes de plata; veintinueve cuchillos;
nos de la tierra, y me ha mandado 10 treinta tazas de oro, cuatrocientas
que le edifique casa en Jerusalén, diez tazas de plata, y otros mil vasos
11
en Judá. 3 ¿Quién hay entre vosotros de segundo orden. Los objetos de
de todo su pueblo? Sea Dios con él y oro y plata eran en número de cinco
suba a Jerusalén, que está en Juda, mil cuatrocientos. Sesbasar lo llevó
y edifique la casa a Yave, Dios de todo de Babilonia a Jerusalén, a la
Israel; él es el Dios, que está en vuelta de la cautividad.
Jerusalén. 4 Y en todo lugar donde
habiten restos del pueblo de Yave, L»s Israelitas qiie volvieron a
ayúdenles las gentes del lugar con .ludia con Zorwbubul.
plata, oro, utensilios y ganados, con
1
dones voluntarios para la casa de •) Estos son los de la provincia
Yave, que está en Jerusalén.» ^
que volvieron del destierro, de
6 Levantáronse entonces los jefes los que había llevado cautivos a
de las familias de Judá y de Ben- Babilonia Nabucodonosor, rey de Ba-
jamín, los sacerdotes y levitas, y bilonia, y tornaron a Jerusalén y a
todos aquéllos cuyo espíritu despertó Judá, cada uno a su ciudad. * Par-
Dios, para subir a ed'ficar la casa de tieron con Zorobabel, Josué, Nehe-
Dios, que está en Jerusalén. 8 Todos mías, Seraya, Reelaya, Mardoqueo,
los que habitaban en derredor suyo Bilsán, Míspar, Bigraí, Rejum y
les dieron objetos de plata y oro, Baana (1).
Número de los hijos del pueblo de
(i) Ciro es el libertador anunciado en Isaías Israel:
44, 24-45. 25. Los persas creyeron ver cierta
analogía religiosa entre ellos y los judíos, y a
partir de la época persa. Dios es frecuentemente (1) Son pocos los que vuelven. El resto de"
llamado Señor de la tierra y de los cielos, sobre los cautivos queda como disuelto entre las na-
iodo en los documento; que ¿dure I - Escritura- ciones gentiles, cual se disuelve la sal en el agua.
ESDRAS, 2

3 Hijos de Paros, dos mil ciento 84


Sacerdotes:
setenta y dos. Hijos de Jedaya, de la casa de Jesúa,
* Hijos de Sefatfas, trescientos se- novecientos setenta y tres.
37 Hijos de Immer, mil cincuenta
tenta y dos.
6 dos.
Hijos de Araj, setecientos se- y
38
Hijos de Pasjur, mil doscientos
tenta y cinco.
6 Hijos
de Paat Moab, de los hijos cuarenta y siete.
39 Hijos de Jarim, mil diecisiete.
de Josué y de Joab, dos mil ocho-
cientos doce. .
40 Levitas:
7
Hijos de Elam, mil doscientos Hijos de Jesúa y de Cadmiel, de
cincuenta y cuatro. los hijos de Odavías, setenta y cuatro.
8 Hijos de Zatu, novecientos cua- 41 Cantores:

renta y cinco. Hijos de Asaf, ciento veintiocho.


'Hijos de Zacai, setecientos sesenta. 42 Porteros:
10 Hijos de Banl, siscientos cua- Hijos de Salum, hijos de Ater,
renta y dos. hijos de Taimó, hijos de Acub, hijos
11 Hijos de Bebaf, seiscientos vein- de Jetita, hijos de Sobai, todos
titrés. ciento treinta y nueve.
12
Hijos de Asgad, mil doscientos 43 Netineos: Hijos de Sija, hijos

veintidós. de Jasufn, hijos de Tabaot, 44 hijos


13 Hijos de Adonicam, seiscientos de Queros, hijos de Sia, hijos de
sesenta y seis. Fadón, 45 hijos de Lebana, hijos de
14 Hijos de Bigval, dos mil cin- Jagaba, hijos de Acub, 46 hüos de
cuenta y seis. Jagab, hijos de Sanlaf, hijos de Janón,
18 Hijos de Adin, cuatrocientos 47 hijos de Guidel, hijos de Gajar,

cincuenta y cuatro. hijos de Reaya, 48 hijos de Resín,


16 Hijos de Ater, de Ezequfas, hijos de Necoda, hijos de Gazam,
noventa y ocho. 49
hijos de Uzra, hijos de Paseaj,
17 Mijos
de Besaí, trescientos vein- hijos de Besaí, 50 hijos de Asena,
titrés. hijos de Meunim, hijos de Nefasim,
18 Hijos de Jora, ciento doce. 51
hijos de Bacbuc, hijos de Jacuaj,
19
Hijos de Jasún, doscientos vein- hijos de Jarjur, 52 hijos de Baslut,
titrés. hijos de Mejida, hijos de Jarsa, 63 hi-
20 Hijos de Gibaí, noventa y cinco. jos de Barcos, hijos de Sisera, hijos
21
Hijos de Betleem, ciento vein- de Tejmaj, 84 hijos de Nesiaj, hijos
titrés. de Jalifa.
22 De gentes de Neftoa, cin- 65 Hijos de los siervos de Salo-
las
cuenta y seis. món; hijos de Sotai, hijos de Soferet,
23
De las gentes de Anatot, ciento hijos de Peruda, 68 hijos de Jaala,
veintiocho. hijos de Darcón, hijos de Gudel,
44 Hijos de Asmavet, cuarenta y dos. 67
hijos de Sefatfas, hijos de Jatil,
25 Hijos de Cariatiarim, Quefira y hijos de Pogueret Asebaim, hijos
Beerot, setecientos cuarenta y tres. de Amí.
28 Hijos
de Rama y Gueba, seis- 58 Todos los netineos e hijos de los
cientos veintiuno. siervos de Salomór, trescientos no-
27 De las gentes de Mijmas, ciento venta y dos.
69
veintidós. Estos son los que subieron de
28 De
las gentes de Betel y Maí, Tel Mela, Tel Harsa, Querub Addan
doscientos veintitrés. e Immer, sin poder dar razón de
29
Hijos de Nebo, cincuenta y dos. su casa paterna y de su estirpe, para
30 Hijos de Megbis, ciento cin- probar que eran de Israel: 80 Hijos
cuenta y seis. de Delaya, hijos de Tobías, hijos de
31
Hijos del otro Elam, mil dos- Necoda, seiscientos cincuenta y dos.
cientos cincuenta y cuatro.
32
81 Yde los hijos de los sacerdotes,
Hijos de Jarim, trescientos hijos de Abaya, hijos de Cos, hijos de
veinte. Barzilai, que tomó por mujer a una
33
Hijos de Lod, Jadiel y Ono, de las hijas de Barzilai, Galadita, y
setecientos veinticinco. fué llamado con el nombre de ellos;
34 Hijos de Jericó, 82
trescientos cua- éstos buscaron sus registros genea-
renta v cinco. lógicos, pero no los hallaron y fueron
36
Hijos de Senaa, tres mil seis- excluidos del sacerdocio, 83 y el
cientos treinta. gobernador les prohibió comer las
456 ESDRAS, 3

cosas santas, mientras un sacerdote |


todos aquellos que hacían ofrendas
no consultase los urim y tum- voluntarias a Yave. • Comenzaron a
ofrecer holocaustos a Yave el día
44
La congregación toda entera era primero del mes, y los ofrecieron
de cuarenta y dos mil trescientas hasta el día séptimo. Todavía, sin
sesenta personas, 65 sin contar los embargo, no se habían puesto los
siervos y siervas, en número de siete cimientos de la casa de Yave. 7 Die-
mil trescientos treinta y siete. Entre ron dinero a los canteros y a los car-
ellos había trescientos cantores y pinteros, y comida, bebida y aceite
cantoras. 66 Tenían setecientos treinta a los sidonios y a los tirios, para que
y seis caballos, doscientos cuarenta trajesen por mar hasta Jafa maderas
y cinco mulos, 67 cuatrocientos treinta '

de cedro del Líbano, según había


y cinco camellos y seis mil setecien- dispuesto en cuanto a esto Ciro, rey
tos veinte asnos. de Persia (1).
68 Muchos de los jefes de familias 8
El año segundo después de la lle-
al llegar a la casa de Yave en Jeru- gada a la casa de Yave, a Jerusalén, el
salén, hicieron ofrendas voluntarias, segundo tres, Zorobabcl, hijo de Seal-
para la casa de Yave, para reedifi- tiel, Josué, hi jo de Josedec. con el resto
carla en el lugar en que había estado. de sus hermanos los sacerdotes y los
69 Dieron
para el tesoro de la obra levitas, y todos los otros que habían
según sus medios, sesenta y un mil venido de la cautividad, se pusieron
daricos de oro y cinco mil minas de a la obra y encargaron a los levitas
plata, y cien túnicas sacerdotales. de veinte años arriba la vigilancia
70 Los sacerdotes de los trabajos de la casa de Yave.
y levitas y las gen-
9
tes del pueblo, los cantores, los por- Josué, con sus hijos y sus hermanos,
teros y los netineos, se establecieron Cadmiel, con sus hijos, hijos de Juda,
en sus ciudades. Todo Israel habitó los hijos de Quejad con los hijos y
en sus ciudades. i
los hermanos de los levitas, se dis-
pusieron todos a una a vigilar a
.

los que trabajaban en la casa de


Restauración del altar y del culto. Dios.
10 Cuando los" obreros pusieron los
cimientos de la casa de Yave, asis-
.") 1
Llegado el séptimo mes, los j
tieron los sacerdotes revestidos, con
hijos de Israel que estaban ya en I
trompetas, y los levitas, los hijos de
sus ciudades se reunieron como un Asaf, con címbalos, para alabar a
solo bombre en Jerusalén. 2 Josué, Dios, según la ordenación de David,
hijo de Josadac, con sus hermanos, rey de Israel, 11 y cantaban alabando
los sacerdotes, y Zorobabcl, hijo de y confesando a Yave: «Porque es
Sealtiel, con sus hermanos, se levan- bueno, poique es eterna su miseri-
taron para edificar el altar del Dios cordia pan Israel.»
de Israel y ofrecer sobre él holocaus- Todo pueblo lanzaba gritos jubi-
el
tos, como esta escrito en la ley de losos, alabando a Yave, porque se
Moisés, hombre de Dios (1). 3 Asen- ponían los cimientos de la casa de
taron el altar sobre sus cimientos, Yave. 18 Muchos de los sacerdotes
aunque había que temer de los pue- y levitas y de los jefes de familias,
blos vecinos, y ofrecieron en él holo- ya ancianos, que habían conocido
caustos a Yave, el holocausto de la ía casa primera, lloraban en voz alta,
mañana y el de la tarde. 4 Celebra- aV ver poner los cimientos de esta
ron la fiesta de los tabernáculos, otra, mientras que los demás gri-
como está escrito, ofrecieron día por taban jubilosos, * 3 no pudiendo dis-
día holocaustos, según el número pres- tinguirse en el pueblo entre el clamor
crito para cada día. 5 Después si- de los gritos de alegría y el de los
guieron ofreciendo el holocausto per- llantos.
petuo, los holocaustos de los novi-
lunios y los de todas las solemni-
dades consagradas a Yave, y los de (r) Restaurado el altar y los sacrificios, se
dedican los judíos a la reedificación del templo,
que tienen que interrumpir, por la enemiga de
(i) Los primeros cuidados de los repatria- los samarítanos. La terminan empujados por el
dos son para restaurar el altar y los sacrificios profeta Agco. pero bien se ve por éste lo lejos
1 egales. La restauración nacional no se concibe que el nuevo templo estaba de la magnificencia
sin la restauración del culto a Yave. del de Salomón.
ESDRAS, 4, 5 457

Interrupción do las obras. rán tributo, ni impuesto, ni derecho


de peaje., y que de ello se ha de resentir
1 Cuando los enemigos de Judá el real tesoro. 14 Ahora, pues, como
4 y Benjamín supieron que los nosotros comemos la sal del palacio,
vueltos de la cautividad estaban y no creemos conveniente que el rey
reedificando templo de Yave, Dios
el sea menospreciado, mandamos al rey
de Israel, 2
llegáronse a Zorobabel esta información; 15 que se investi-
y a los jefes de familias, y les dijeron: guen los libros de las historias de
«Queremos cooperar con vosotros en tus padres, y en ellos verás que esta
la reconstrucción, porque también ciudad es una ciudad rebelde, funesta
nosotros buscamos a vuestro Dios, para los reyes y sus provincias, y que
y a él sacrificamos desde los días de ya de antiguo se movieron en ella
Asaradon, rey de Asiría, que aquí revueltas, habiendo sido por esto
nos trajo.» 3 Dijéronles Zorobabel,
'
destruida. 16 Hacemos saber al rey,
Josué y los demás jefes de familia que si esta ciudad 'se reedifica y se
de Israel: «No conviene que juntos levantan sus murallas, perderás con
edifiquemos la casa de nuestro Dios; esto mismo tus posesiones del lado
hornos de ser nosotros solos quienes de acá del río.
17
la edifiquemos a Yave, Dios de Israel» Respuesta que mandó el rey a
pues asi lo ha mandado el rey Ciro, Rehum, gobernador; a Simsaí, secre-
rey de Persia.» tario, y al resto de sus colegas que
4 Entonces las gentes de aquella habitaban en Samaría y otros luga-
tierra intimidaron al pueblo de Judá, res del lado acá del río:
queriendo impedir la construcción; «Salud, etc.
6 18»La carta que nos habéis enviado
y ganándose con dinero algunos
consejeros de la corte, procuraron ha sido exactamente leída en mi pre-
hacer fracasar su propósito durante sencia. 19 Di orden de que se hicieran
todo el reinado de Ciro, rey de Persia, investigaciones, y ha sido hallado
hasta el reinado de Darío, rey de que ya de antiguo esa ciudad se rebeló
Persia. 6 En el reinado de Asuero, contra los reyes, y que se dió a la
al comienzo de él, escribieron una sed ción y a la revuelta. 20 Hubo
acusación contra los moradores de en Jerusalén reyes poderosos, due-
Judá y de Jerusalén; 7 y en tiempos ños de toda la tierra del lado de allá
de Artajerjes, Birla, Mitridates, Ta- del río, a los que se pagaba tributo,
beel y el resto de sus colegas escri- impuesto y derecho de peaje. 21 Por
bieron a Artajerjes, rey de Persia. consiguiente, mando que cesen los
La carta fué traducida al arameo y trabajos de esas gentes, para que
transcrita con caracteres árameos. esa ciudad no sea reconstruida sin
8
Rehum, el gobernador, y Simsaí, una autorización mía. 22 No dejéis
escribieron a Artajerjes, rey de Per- de poner en esto gran diligencia,
sia, acerca de Jerusalén, esta carta: no sea que el mal aumente con per-
9
Rehum, gobernador; Simsaí, se- juicio de los reyes.»
cretario, y el resto de sus colegas: 23
En cuanto la copia de esta carta
los de Din, de Arfarsatac, de Tarpcl, del rey Artajerjes fué leída ante
de Afaras, de Erec, de Babilonia, Rehum, Simsaí, secretario, y sus cole-
de Susa, de Deha, de Elam 10 y de gas, fueron éstos apresuradamente a
otros pueblos que el grande y glo- Jerusalén a los judíos, e hicieron cesar
rioso Asnapar trasladó y estableció los trabajos por la violencia y por la
en la ciudad de Samaría y otros luga- fuerza.
res del lado de acá del río, etc.
11
He aquí la copia de la carta que
mandaron: Se reanuda la reconstrucción.
«Tus siervos, las gentes del lado
24
Habíanse parado las obras de la
de acá del rio, etc.
12
«Sepa el rey que los judíos, que casa de Yave, en Jerusalén, que-
dando interrumpidas hasta el año
j

de ahí salieron y han llegado entre


nosotros a Jerusalén, están reedifi- segundo del reinado de Darío, rey
cando la ciudad rebelde y mala, al- de Persia.
zando sus murallas y restaurando los
cimientos. 13 Que sepa, pues, el rey ~ 1
Ageo, profeta, y Zacarías, hijo
que si esta ciudad es reedificada y *' de Ido, profeta hablaron en nom-
;

reconstruidas sus murallas, no paga- bre de Dios a los judíos que había
I5« ESDRAS, 6

en Judá y en Jerusalén; 1 y entcrce cado del templo de Jerusalén, lleván-


s|

Zorobabel, hijo de Sealtiel, y Josué, dolos al templo de Babilonia, e hizo


1

hijo de Josadac, se levantaron y co- que fueran entregados al llamado


menzaron a edificar la casa de Dios Sesbasar, que nombró gobernador,
en Jerusalén. Con ellos estaban los 15 diciendole: Toma esos utensilios
profetas de Dios, que les asistían. y ve a llevarlos al templo de Jerusalén,
3
Vinieron entonces a ellos Tatnaí, y que la casa de Dios sea reconstruida
gobernador del lado de acá del río, en el lugar mismo en que estaba.
!

Setar-Boznaí, y sus colegas, y les 16 Este mismo Sesbasar vino y puso


dijeron: «¿Quién os ha dado autori- los cimientos de la casa de Dios en
zación para edificar esta casa y levan- Jerusalén; desde entonces está recons-
tar estos muros?»; y preguntaron: truyéndose, y no se ha terminado.
17 Ahora, pues, si
«¿Cuáles son los nombres de los que al rey le parece
construyen este edificio?» * Enton- conveniente, que se hagan investi-
ces les respondieron, dándoles los gaciones en la casa del tesoro del
nombres de los que hacían la recons- rey de Babilonia, para ver si hubo
trucción. 5 Pero los ojos de Dios esta- una orden del rey Ciro, para la recons-
ban sobre los ancianos de los judíos, trucción de esta casa de Dios en Jeru-
y se permitió que continuasen las salén, y que el rey nos transmita
obras mientras se consultaba al rey luego su voluntad en este asunto.»
Darío, hasta que se recibiese de él
carta acerca de esto.
6
He aquí copia de la carta, que Edicto de Darío.
al rey Darío mandaron Tatnaí, go-
bernador del lado de acá del río, 1
Entonces el rey Darío dió orden
Setar-Boznaí y sus colegas del Afar- u
de hacer investigaciones en la
sac, que habitaban del lado acá del casa de los archivos, donde se depo-
río. 7 Le enviaron una relación en sitaban los tesoros de Babilonia; 2 y
estos términos: se halló en Ajmcta, capital de la
«Al rey Darío, salud. provincia de Media, un rollo en que
8
«Comunicamos al rey que hemos estaba escrito lo que sigue:
ido a la provincia de Judá, a la casa 3
«El año primero del rey Ciro,
del Dios grande. Está construyéndose ha dado el rey Ciro esta orden, res-
en piedras talladas, y se colocan las pecto de la casa de Dios en Jerusalén:
!

maderas en los muros, y el trabajo Que la casa sea reconstruida para


se hace rápidamente y adelanta en ser un lugar en que se ofrezcan sacri-
sus manos. 8 Hemos preguntado a ficios, y que tenga sólidos funda-
los ancianos, y les hemos hablado mentos. Tendrá sesenta codos de alto,
así: «¿Quién os ha dado autoriza- sesenta de ancho 4 y tres hiladas de
ción para edificar esta casa y levantar piedra tallada y una de madera nueva,
estos muros?» 10 Les hemos pregun- siendo abonado el importe por la
tado también los nombres para dár- casa del rey. s Además, los utensilios
telos a conocer, y hemos puesto por de oro y de plata que Nabucodo-
escrito los nombres de los que están nosor sacó del templo de Jerusalén,
al frente suyo. 11 He aquí la respuesta trayéndolos a Babilonia, serán de-
que nos dieron: «Nosotros somos vueltos y llevados al templo de Jeru-
servidores del Dios de los ciclos y la salén, al lugar donde estaban, y
tierra, y estamos reconstruyendo la depositados en la casa de Dios.
casa que fué construida muchos años * «Por tanto, Tatnaí, gobernador
ha. Un gran rey de Israel la edificó del otro lado del río, Setar-Boznaí y
12
y la terminó. Pero luego que nues- vuestros colegas de AJarsac, que habi-
tros padres irritaron al Dios de los táis al lado de allá del río, alejaos
cielos, él los entregó en manos de de ahí 7 y dejad que prosigan los
Nabucodonosor, rey de Babilonia, el trabajos de esa casa de Dios, y que
caldco, que destruyó esta casa y llevó el gobernador de los judíos y los
cautivo al pueblo a Babilonia. 13 Pero ancianos de los judíos la reconstruyan
el año primero del reinado de Ciro, en el lugar que ocupaba. 8 Esta es
rey de Babilonia, el rey Ciro dió la la orden que os doy, acerca de lo
orden de reedificar esta casa de Dios, que habéis de hacer respecto de esos
14
y el mismo rey Ciro sacó del templo ancianos de los judíos, para la cons-
de Babilonia los utensilios de oro y trucción de i>a casa de Dios. 8 El
plata que Nabucodonosor había sa- costo, tomado de la hacienda del rey,
ESDRAS, 7 IV.»

proveniente de los tributos de la los levitas se purificaron todos a una,


parte de allá del río, será íntegramente y todos estaban puros, e inmolaron
pagado a esos hombres, para que los levitas la pascua, para todos los
no haya interrupciones. 10 Lo nece- hijos de la cautividad, para sus her-
sario para los holocaustos al Dios de manos los sacerdotes y para sí mis-
los cielos, novillos, carneros, corderos, mos. 21 Los hijos de Israel que habían
trigo, sal, vino y aceite, será entregado, vuelto de la transmigración comieron
a petición suya, a los sacerdotes de la pascua, con todos aquellos que se
Jerusalén, día por día y sin falta, habían apartado de las inmundicias
para que ofrezcan sacrificios de grato de las gentes de aquella tierra, y se
olor al Dios de los cielos, y rueguen habían unido a ellos para buscar a
por la vida del rey y la de sus hijos. Yave, el Dios de Israel. 22 Celebraron
11
Y ésta es la orden que doy acerca con alegría la fiesta de los panes
de cualquiera que traspasare este ácimos durante siete días, pues los
mandato: Se arrancará de su casa había regocijado Yave, disponiendo
una viga, que se alzará para colgarle al rey de Asiría a apoyarlos en la
en ella, y su casa será convertida obra de la casa de Yave, Dios de Israel.
en un montón de escombros. 12 Que
el Dios que hace residir su nombre
en ese lugar, derribe a todo rey y todo Llegada de Esdras a Jerusalén.
pueblo que tienda su mano para
traspasar mi mandato, destruyendo T 1
Después de esto, en el reinado
esa casa de Dios en Jerusalén. Yo, de Artajerjes, rey de Persia, vino
Darío; yo he dado esta orden. Que Esdras, hijo de Seraya, hijo de Aza-
sea puntualmente cumplida.» rías, hijo de Helcías, 2 hijo de Salum,
13
Tatnaí, gobernador de la parte hijo de Sadoc, hijo de Ajitub, 3 hijo
de acá del río, Setar-Boznaí y sus de Amarías, hijo de Azarías, hijo
colegas, se conformaron puntual- de Merayot, 4 hijo de Zarajías, hijo
mente a esta orden que les mandó el de Uzi, hijo de Buqui, 5 hijo de Abisúa,
14
rey Darío; y los ancianos de los hijo de Fines, hijo de Eleazar, hijo
judíos prosiguieron con buen suceso de Arón, sumo sacerdote. 6 Venía
la reconstrucción, según las profecías de Babilonia, y era un escriba muy
de Ageo, profeta, y de Zacarías, hijo versado en la ley de Moisés, dada
de Ido; y terminaron la reconstruc- por Yave, Dios de Israel; y como
ción, según la orden del Dios de Israel, estaba sobre él la mano de Dios,
y las de Ciro, Darío y Artajerjes, el rey le otorgó todo cuanto le pidió.
reyes de Persia. 15 La casa fué ter- 7
Muchos de los hijos de Israel, de
minada el día tercero del mes de Adar, los sacerdotes y levitas, de los can-
del año sexto del reinado de Darío. tores, de los porteros y de los neti-
neos, vinieron también a Jerusalén el
año séptimo del rev Artajerjes. 8 Llegó
Dedicación del Icmplo y celebra- Esdras a Jerusalén el mes quinto del
ción tic la pascua. año sétimo del rey, 9 habiendo salido
de Babilonia el día primero del primer
16 Los hijos de Israel, los sacerdotes mes, y llegó a Jerusalén el día primero
y levitas, y los demás que habían del quinto mes, estando sobre él la bue-
venido de la cautividad, hicieron con na mano de su Dios, 10 porque Esdras
gozo la dedicación de esta casa de había dispuesto su corazón para poner
Dios, 17 ofreciendo en la dedicación por obra la ley de Yave y enseñar
de esta casa de Dios cien novillos, en medio de Israel sus mandamien-
doscientos carneros y cuatrocientos tos y preceptos.
corderos; y como víctimas expiato- 11
He copia de la carta entre-
aquí la
rias por todo Israel, doce machos gada por rey Artajerjes a Esdras,
el
cabríos, según el número de las tribus sacerdote y escriba, maestro en los
de Israel. 18 Establecieron a los sacer- mandamientos y las leyes de Yave
dotes según sus clases y a los levitas a Israel.
según sus divisiones, para el servicio 12 «Artajerjes, rey de reyes, a
de Dios en Jerusalén, como está Esdras, sacerdote y escriba, versado
escrito en el libro de Moisés. en la ley del Dios de los cielos, etc.
19 13 »He dado la orden de dejar
Los hijos de la cautividad cele-
braron la pascua el día catorce del a todos los del pueblo de Israel,
mes primero. 20 Los sacerdotes y de sus sacerdotes y sus levitas, que
160 ESDRAS. 8

27
hay en mi reino, que estén dispuestos Bendito Yave, Dios de nuestros
a partir contigo a Jerusalén. 14 Tú padres, que ha dispuesto el corazón
eres enviado del rey y de sus siete ! del rey a glorificar asi la casa de
consejeros, para inspeccionar a Judá Yave en Jerusalén, 28 y que me hizo
y Jerusalén, respecto de la ley de I
objeto de la benevolencia del rey,
Yave que está entre tus manos, i de sus consejeros, y de todos sus pode-
15 rosos jefes. Fortalecido por la mano
y para llevar allá el oro y la plata j

que el rey y sus consejeros han i


de Yave, mi Dios, que estaba sobre
ofrecido generosamente al Dios de j
mí, reuní a los jefes de Israel para
Israel, cuya casa está en Jerusalén; que partieran conmigo.
16
toda la plata y el oro que puedas
reunir en Babilonia, con las ofren-
das voluntarias hechas por el pueblo Los compañeros de Ksdrns.
y los sacerdotes a la casa de Dios en
Jerusalén. 17 Cuidarás de adquirir
con ese dinero novillos, carneros, $ 1 Heaquí los jefes de familias y
corderos y cuanto es necesario para las genealogías de los que subie-
las ofrendas y las libaciones que ofre- ron conmigo de Babilonia, en el rei-
cerás sobre el altar de la casa de nado de Arlajerjes.
vuestro Dios, en Jerusalén, 18 y con 2
De los hijos de Finces: Oersón;
el resto de la plata y el oro harás de los hijos de Itamar, Daniel; de
lo que mejor te parezca a ti y a tus los hijos de David, Jatus: 3 de los
hermanos, conforme a la voluntad hijos de Secanías y de los hijos de
de vuestro Dios. 19 Deposita ante el Faros, Zacarías, y con él ciento
Dios de Jerusalén los utensilios que cincuenta varones registrados; 4 de
se te entregan para el servicio de los hijos de Pajat Moab, Elyoenai,
la casi de los tesoros del rey lo que hijo de Zazajias, y con él doscientos
sea necesario para las otras expen- varones; 6 de los hijos de Secanía, el
sas que has de hacer para la casa hijo de Jacaziel y con él trescientos
de tu Dios. varones; 8 de los hijos de Adin,
21
"Yo, el rey Artajerjcs, doy orden Ebed, hijo de Jonatán, y con él
a todos los tesoreros de la parte cincuenta varones; 7 de los hijos de
de allá del río, de entregar integra- Elam, Isaías, hijo de Atalía, y con
8
mente a Esdras, sacerdote y escriba, él setenta varones; de los hijos de
versado en la ley de Dios de los cielos, Sefatías, Zebadías, hijo de Micael,
todo lo que él os pidiere, 22 hasta y con él noventa varones; 9 de los
cien talentos de plata, cien coros de hijos de Joab, Abdfas, hijo de Jejiel,
trigo, cien bate de vino, cien bate y con él doscientos dieciocho varo-
de aceite y sal a discreción. 23 Que res; 10 de los hijos de Selomit, hijo
todo cuanto está mandado por el de Josifía, y con él ciento sesenta
Dios de los cielos, se haga puntual- varones; 11 de los hijos de Babaí,
mente para la casa del Dios de los Zacarías, hijo de Bebaí, y con él
cielos, para que no venga su cólera veintiocho varones; 12 de los hijos
sobre nuestro reino, sobre el rey y de Azgad, Jojanán, hijo de Acatan,
13
sobre sus hijos. 24 Os hacemos saber y con él ciento diez varones; de
que no podrá ser impuesto tributo, los hijos de Adonicam, los últimos,
ni ni derecho de peaje, a
gabela, he aqui los nombres: Elifclet, Jeueí
ninguno de los sacerdotes, levitas, y Semacya, y con ellos sesenta varo-
cantores, porteros y netin.eos, ni a nes; 14 de los hijos de Bigvaf, l T taí
ningún servidor de esa casa de y Zabud, y con ellos setenta varones.
Dios. 18 Los reuní cerca del río que corre
25 «Y según la
tú, Esdras, sabidu- hacia Ahava, y acampamos allí tres
ría que tú
tienes de Dios, establece días; y habiendo buscado entre el
jueces y magistrados, que adminis- pueblo y los sacerdotes, no hallé
tren justicia a todo el pueblo del ninguno de la casa de Leví. 18 En-
otro lado del río, a todos los que co- tonces llamé a los jefes Eliezcr, Ariel,
nocen la ley de Dios, y haz que la Semaeya, Elnatán, Jarib, Natán, Za-
conozcan aquellos que no la conocen. carías y Mesulam, y a los doctores
28 "Cualquiera que no gua.'de pun- Joyarib y Elnatán, 17 y los mandé
tualmente la ley de tu Dios y la ley al jefe Ido, que habitaba en Casifia,
del rey, será condenado a muerte, poniendo en .su boca lo que hablan
a destierro, a multa o a prisión." de decir a Ido y a sus hermanos,
ESDRAS, 9 461

los netineosque había en Casifía, del mes primero. La mano de Dios


para que nos mandasen servidores fué con nosotros,y nos preservó de
para la casa de nuestro Dios.
18 Como ataques de enemigos y de toda em-
32
estaba con nosotros la buena mano boscada durante el camino. Lle-
de nuestro Dios, nos trajeron a Se- gamos a Jerusalén y descansamos
rebía, hombre de sentido, de entre tres días; 33 al cuarto día pesamos en
los hijos de Majlí, hijo de Levi, hijo la casa de nuestro Dios la plata, el
de Israel, y con él sus hijos y 6us oro y los utensilios, y lo entregamos
hermanos, en número de dieciocho; todo a Merimot, hijo de Urías, sacer-
19
Jasabía y con él Isaías, de entre dote; que tenía consigo a Eleazar,
los hijos de Merari, sus hermanos y hijo de Eines, y con ellos los levitas
sus hijos, en número de veinte; 20 y Josabad, hijo de Josué, y Noadía,
de entre los netineos, que David y hijo de Biní. 34 Después de recon-
los jefes habían puesto al servicio tarlo y repesarlo todo, se puso por
de los levitas, doscientos veinte neti- escrito el peso total.
36 Los hijos de la cautividad vuel-
neos, todos designados por sus nom-
bres. tos del destierro ofrecieron en holo-
21 causto al Dios de Tsrael doce novillos
Allí, cerca del río de Ahava, pu-
bliqué un ayuno de penitencia ante por todo Israel, noventa y seis car-
nuestro Dios, para implorar de él neros, setenta y siete corderos y doce
un feliz viaje para nosotros, para machos cabríos, como víctimas expia-
nuestros hijos y para cuanto nos torias, todo en holocausto a Yave.
36
pertenecía. 22 Me hubiera avergon- Transmitieron las órdenes del rey
zado de pedir al rey una escolta y a los sátrapas del rey y a los gober-
caballería para protejernos del ene- nadores del lado acá del río, y éstos
migo durante el camino, pues había- honraron al pueblo y a la casa de
mos dicho al rey: «La mano de nues- Dios.
tro Dios está para bien de ellos sobre
cuantos le buscan.» 23 Por eso ayu-
namos e invocamos a nuestro Dios,
y él nos escuchó.
Aflicción de Esdrns por ¡os ma-
24 Elegí doce jefes de los sacerdo- trimonios con mujeres extranje-
tes, Serebía, Josabía y diez de sus
ras, y su pleyuriu.
hermanos. 26 Pesé delante de" ellos
la plata, el oro y los utensilios, do- O Después de todo esto se me
1

nados en ofrenda para la casa de ' acercaron los jefes, diciendo: «El
nuestro Dios por el rey, sus conseje- pueblo de Israel, los sacerdotes y levi-
ros y sus jefes, y por todos los de tas, no han estado apartados de las
Israel que habían sido hallados, 26 y gentes de esta tierra, e imitan sus
puse en sus manos seiscientos cin- abominaciones, las de los cananeos,
cuenta talentos de plata, utensilios geteos, fereceos, jebuseos» amonitas,
de plata por cien talentos, cien talen- moabitas, egipcios y amorreos; 2 pues
tos de oro, 27 veinte copas de oro han tomado de entre ellos mujeres
por valor de mil daricos, y dos vasos para sí y para sus hijos, y han mez-
de un hermoso bronce bruñido, tan clado su sangre santa con la de las
precioso como el oro. 28 Luego les gentes de esta tierra. Los jefes y ma-
dije: «Vosotros estáis consagrados a gistrados han sido los primeros en
Yave; estos utensilios son cosas san- cometer este pecado.»
3
tas, y esta plata y este oro son Al oír esto, rasgué mis vestiduras,
ofrenda voluntaria hecha a Yave, mi manto, y me arranqué cabellos
el Dios de vuestros padres.
29 Velad
de mi cabeza y de mi barba, y me
4 Juntáronse
y guardadlos, hasta que los peséis senté desolado. con-
ante los jefes de los sacerdotes y migo todos temerosos de las pala-
los
levitas, y ante los jefes de las fami- bras del Dios de Israel, por la preva-
lias de Israel en Jerusalén, en las ricación de los hijos de la cautividad.
cámaras de la casa de Yave.» 30 Los Yo estuve desolado hasta el sacrifi-
sacerdotes y levitas recibieron a peso cio de la tarde; 6 y luego, al tiempo
la plata, el oro y los utensilios para de la ofrenda de la tarde, me levanté
llevarlos a Jerusalén, a la casa de de mi humillación, y con mis vesti-
nuestro Dios. dos y mi manto rasgados, postréme de
31 Partimos del río de Ahava, para rodillas, y tendiendo a Yave mis
dirigirnos a Jerusalén, el día doce manos, 6 dije: e]Dios míol Estoy con-
-162 ESDRAS, 10

fuso y avergonzado, Dios mío, y no Expulsión de las mujeres


me atrevo a levantar a ti mi rostro, extranjeras.
porque nuestras iniquidades se han
multiplicado por encima de nuestra -j
*
A
v
1
Mientras que Esdras, llorando
cabeza, y nuestros delitos suben hasta postrado ante la casa de Dios,
7
el cielo. Desde los días de nuestros hacía esta plegaria y esta confesión,
padres hasta hoy, hemos sido muy habíase reunido junto a él una gran
culpables; y por nuestras iniquidades, muchedumbre de gentes de Israel,
nosotros, nuestros reyes y nuestros hombres, mujeres, niños y todos de-
sacerdotes, hemos sido entregados a rramaban abundantes lágrimas.
las manos de los reyes extranjeros, 2
Entonces Secanía, hijo de Jejiel,
a la espada, a la cautividad, al sa- de entre los hijos de Elam, tomando
queo, a la vergüenza que cubre la palabra, dijo a Esdras: «Hemos
nuestro rostro. 8 Con todo, Yave, pecado contra Dios, tomando muje-
nuestro Dios, acaba de hacer con res extranjeras que pertenecen a
nosotros misericordia, dejándonos un los pueblos de esta tierra, pero Israel
resto de libertad y dándonos refugio no queda por esto sin esperanza.
en su lugar santo, para hacer brillar 3
Hagamos pacto con nuestro Dios,
nuestros ojos y darnos un poco de de echar a todas esas mujeres y a los
vida en nuestra servidumbre; 9 por- nacidos de ellas, según el parecer de
que esclavos somos, pero en medio mi señor y de cuantos temen ante
de nuestra esclavitud, Dios no nos los mandamientos de nuestro Dios,
4 Levántate,
ha abandonado. Nos ha conciliado y que se cumpla la ley.
la benevolencia de los reyes de Per- pues, ya que esto cosa tuya es. Ten
sia, conservándonos la vida, para valor, y a la obra» (1).
8
que pudiéramos edificar la casa de Levantóse Esdras, e hizo jurar
nuestro Dios, levantando sus ruinas a los jefes de los sacerdotes, a los
y dándonos un refugio seguro en de los levitas y a los de todo Israel,
Judá y en Jerusalén. 10 ¿Qué pode- que harían lo que se acababa de
mos, pues, decir después de todo esto, decir, y ellos lo juraron. * Después
oh Dios nuestro? Pues hemos aban- se retiró Esdras de la casa de Dios,
donado tus mandamientos, 11 los que y fué a la cámara de Jojanán, hijo
nos prescribiste por medio de tus de Eliasib, pero no comió allí pan
siervos los profetas, diciendo: «La ni bebió agua, porque estaba en
tierra que vais a poseer es una tierra gran desolación por el pecado de los
7
manchada por las abominaciones de hijos de la cautividad. Se publicó
los pueblos de esas regiones, que del por Judá y Jerusalén a todos los
uno al otro cabo la han llenado de hijos de la cautividad, que se reunie-
sus inmundicias; 12 no deis vuestras sen en Jerusalén, 8 y que si alguno
hijas a sus hijos, ni toméis sus hijas no se presentaba dentro de los tres
para vuestros hijos, ni os cuidéis días, conforme al acuerdo de los an-
nunca de su prosperidad ni de su cianos, le fuesen confiscados todos
bienestar, y así vendréis a ser fuertes sus bienes, y él excluido de la con-
y comeréis lo mejor de los frutos de gregación de los hijos de la cauti-
la tierra, y la dejaréis a vuestros vidad.
9 Todos los hombres de Judá
hijos enheredad para siempre. 13 Des- y
pués de todo lo que nos ha sucedido Benjamín se reunieron en Jerusalén
por nuestras maldades y grandes pe- dentro de los tres días. Era el día
cados que hemos cometido, porque veinte del noveno mes, y todo el
tú, Dios nuestro, no nos has casti- pueblo estaba en la plaza de la casa
gado en proporción de nuestras ini- de Dios temblando, con motivo de
quidades, 14 ¿vamos a comenzar de aquel negocio y a causa de la lluvia.
nuevo a traspasar tus mandamientos 10 Levantóse Esdras, sacerdote, y
y a emparentar con esos pueblos abo- dijo: «Habéis prevaricado, tomando
minables? ¿No se ensañaría contra mujeres extrañas, añadiendo preva-
nosotros tu cólera hasta destruirnos ricaciones a la inquidad de Israel.
del todo, sin dejar ni resto ni escape?
15 \"ave, Dios de Israel: TÚ eres justo,
(t) Esta separación o repudio de las muje-
pues que hemos quedado hoy un res extranjeras no es más que el cumplimiento
resto de escapados. Henos aquí ante de la Ley, que prohibía tales matrimonios. Es
ti como culpables, sin poder por esto de notar, sin embargo, la buena disposición
permanecer en tu presencia. del pueblo para cumplir la Ley.
ESDRAS, 10

u Confesad ahora vuestro pecado a carnero por su pecado; 20 de los hijos


Yave, el Dios de vuestros padres, y de lmmer, Jananí y Zebadías; 21 de
cumplid su voluntad. Apartaos de los hijos de Jariin, Maseya, Elias,
los pueblos de esta tierra y de las Semaeía, Jejiel y Ozías; 22 de los
mujeres extrañas.» 12 Toda la asam- hijos de Pasur, Elyoenai, Maseya,
blea respondió a una y en alta voz: Ismael, Natanael, Josabad y Eleasar.
23
«Hágase así, conforme a tu palabra. De entre los levitas, Josabad,
13 «Pero como el pueblo es muy Simeí, Quelaya, que es Quelita, Pe-
numeroso, y está el tiempo de lluvias, tajya, Judá y Eliezer. 24 De entre los
no siendo posible permanecer al des- cantores: Eliasib. De entre los por-
cubierto; y como, además, no es cosa teros, Salum, Telem y Urí.
de un día o dos, por ser muchos los 25 De los hijos de Israel:
entre
que de nosotros han pecado en esto, De de Paros; Kamia, Jiziya,
los hijos
14 que sean nuestros jefes los que en Malquiya, Miyamim, Eleazar, Mal-
lugar de la asamblea toda se queden; quiya y Benaya; 26 de los hijos de
y a todos los que de nuestras ciu- Elam, Matanías, Zacarías, Jejiel,
dades han tomado mujeres extrañas, Abdi, Jeremot y Elias; 27 de los hijos
les hagan venir en tiempos determi- de Zatui, Elyoenai, Eliasib, Matanía,
nados con los ancianos o los jefes de Jeremot, Zabad y Aziza; 28 de los
cada ciudad, hasla que la encendida hijos de Bebaí: Jojana, Ananías,
cólera de nuestro Dios se aparte de Jabdu y Atlaí; 29 de los hijos de Baní:
nosotros en cuanto a este asunto.» Mesulam, Maluc. Adaya, Jasub, Seal
15 Jonatán, hijo de Azael,
y Jajzía, y Jerimot; 30 de los hijos de Pajat
hijo de Ticra, apoyados por Mesulam Moab, Adía, Quelal, Banaya, Maseya,
y por el levita Sabtaí, fueron los Matanía, Besaleel, Biní y Manasés;
únicos que se opusieron a este pare- 31 de los hijos de Jarim: Eliezer,
cer, 16 al que se adhirieron todos los Jisjiya, Malquiya, Semaeya, Simeón,
hijos de la cautividad. Se eligió a 32 Benjamín. Maluc
y Semaría; 33 de
Esdras, sacerdote, y a algunos de los hijos de Jasum: Matnaí, Matata,
los jefes de las casas paternas, todos Zabad, Elifelct, Jercmaí, Manasés y
designados por sus nombres, y éstos Simeí; 34 de los hijos de Baní: Hadaí,
se sentaron para resolver el asunto Amram, Yel, 35 Benaya, Bedia, Que-
17
el día primero del mes décimo. El luya, 36 Vania, Meremot, Eliasib,
día primero del mes primero aca- 37 Matanías, Matnaí, Jasaí, 38 Baní,
baron de juzgar a todos los que Biní, Selemías, Natán, Adaya, 40 Mac-
habían tomado mujeres extrañas. nadbaí, Sasaí, Saraí, 41 Azaree!, Se-
18 De entre los sacerdotes fueron
lamías y Semarías; 42 Salum, Ama-
hallados que habían tomado mujeres rías y José; 43 hijos de Nebo, Jeiel,
extrañas: De los hijos de Josué, hijo Matatías, Zabad, Zebina. Jadar, Joel
de Josedec, y de sus hermanos: Ha- y Banaya.
seya. Eliezer, Jarib y Guedalia, 19 que 44 Todos éstos habían tomado mu-
se comprometieron, dando su mano, jeres extranjeras y muchos tenían
a echar a sus mujeres y a ofrecer un i ya hijos de ellas.
NEHEMI AS
(Vulg. II de Esdras.)

Plcflaria de iVchemías por los hijos tu alianza y haces misericordia con


de Israel. los que te aman y guardan tus man-
datos: 6 Que esté atento tu oído
1
Palabras de Nehemfas, hijo de y
abiertos tus ojos para escuchar la
I Helcías (1). oración que tu siervo te dirige ahora
En el mes de Casleu
del año veinte, día y noche, por tus siervos, los hijos
estando yo en Snsa, en la capital, de Israel, confesando los pecados de
2
llegaron de Judá Jananí y uno de Israel, nuestros pecados contra ti,
mis hermanos con algunos otros. porque yo y la casa de mi padre
Yo les pregunté por los judíos que hemos pecado, 7 te hemos ofendido,
habían sido libertados, los restos de y no hemos guardado los manda-
la cautividad y por Jerusalén. 3 Ellos mientos, las leyes y los preceptos
me respondieron: «Los restos de la que tú prescribiste a Moisés, tu
cautividad están en la provincia en siervo. 8 Acuérdate de estas palabras
gran mal y afrenta. Las murallas de que tú mandaste decir a Moisés tu
Jerusalén están en ruinas, y sus puer- siervo: Si pecareis, yo os dispersaré
tas quemadas por el fuego. 4 Cuando entre los pueblos, 9 pero si os volvéis
oí esto sentcme
y lloré, y estuve por a mí y guardáis mis mandamientos
muchos días desolado. Ayuné y oré y los ponéis por obra, aunque hubie-
ante el Dios de los cielos, 5 diciendo: reis sido desterrados a los confines
"Ruégote, Yave, Dios de los cielos, de la tierra, de allí os reuniré yo y
Dios grande y terrible, que guardas os volveré al lugar que he elegido
para hacer residir en él mi nombre.
(i) Nehemias, que manifiesta sentimientos 10 Son tus siervos,
de profunüo amor a su nación, confiesa los pe- son tu pueblo, que
cados de ésta y pide a Dios acelere la restau- redimiste tú con tu gran poder y tu
fuerte mano. 11
ración. Ocupa en la corte un alto cargo, el de ¡Oh Yavel Que esté
copero del rey, como luego ocupará Mardoqueo atento tu oído a la plegaria de
el de primer ministro. tu siervo y a la de los siervos
30
NEHEMlAS, 2, 3

tuyos que desean temer tu nom- los cuales, 12 me levanté de noche


bre. Concede ahora próspero suce- con algunos hombres, sin decir a
so a tu siervo, y haz que halle nadie lo que Dios me había puesto
yo gracia a los ojos de este hombre», en el corazón hacer por Jerusalén.
pues servía yo entonces de copero No llevaba conmigo bestia alguna de
al rey. carga, sólo mi propia cabalgadura.
13
Salí de noche por la puerta del
valle, y me dirigí hacia la fuente del
Artajerjes da permiso a Neliemías dragón y la puerta de la escombrera,
para ir a reedificar a Jerusalén. mirando las murallas de Jerusalén
en ruinas y sus puertas consumidas
1
En el mes de Nisán, del año por el fuego. 14 Seguí a la puerta
2 veinte del rey Artajerjes, estando de la fuente y a la esquina del rey,
ya el vino delante de él, tomé el y no había por allí sitio por donde
vino y se lo ofrecí al rey. Jamás pasar la cabalgadura en que iba.
había yo aparecido triste en su pre- 15 Subí, todavía de noche, por el
sencia,2 pero aquel día me dijo: torrente, e inspeccioné la muralla.
«¿Por qué estás con tan mala cara? Luego volví a entrar por la puerta
Enfermo no estás; no puede ser, del valle, estando así de vuelta.
18
pues, sino alguna pena de tu corazón.» Los magistrados no sabían a
Yo entonces me atemoricé sobrema- dónde había ido, y qué era lo que
3
nera, y respondí al rey: «Viva el había hecho. Hasta entonces no había
rey eternamente: ¿Cómo no va a dicho nada a los judíos, ni a los
estar triste mi rostro, cuando la ciu- sacerdotes, ni a los jefes, ni a los
dad donde están sepulcros de mis
los magistrados, ni a ninguno de los
padres está en ruinas, y quemadas que llevaban la dirección de los
por el fuego sus puertas?» 4 me Y negocios. 17 Entonces ya les dije:
dijo el rey: «¿Qué es lo que quieresT» «Bien veis el lamentable estado en
Yo, rogando al rey de los cielos, que nos hallamos. Jerusalén está
5 respondí
al rey: «Si al rey le pare- destruida, y sus puertas consumidas
ciera bien, y hallara gracia tu siervo por el fuego. Vamos, pues, a reedifi-
ante ti, que me mandaras a Judá, car las murallas de Jerusalén, y no
a la ciudad de los sepulcros de mis estemos más en el oprobio. 18 Les
padres, para reedificarla.» 8 El rey, conté cómo la buena mano de Dios
a cuyo lado estaba sentada la reina, habla estado sobre mí, y las pala-
me dijo: «¿Cuánto durará tu viaje? bras que el rey me había dirigido;
¿Cuándo estarás de vuelta» Plugo al y entonces dijeron: «[Andando, a edi-
rey dejarme partir, y yo le señalé ficarla!» V tomaron resueltamente esta
tiempo. 7 Después dije al rey: «Si al buena determinación.
rey Je parece bien, que se me den 19 Cuando lo supieron Sanbalat,
cartas para los gobernadores del otro joronita; Tobías, siervo amonita, y
lado del río, para que me permitan Guezem, árabe, se burlaban de nos-
pasar y entrar en Judá; 8 y otra carta otros y nos menospreciaron. Nos di-
para Asaf, guardabosques del rey, jeron: «¿Qué es lo que hacéis ahí?
para que me facilite maderas y vi- Os rebeláis contra el rey?» 20 yo Y
guería para las puertas de la ciu- les di esta respuesta: «El Dios de
dadela vecina a la casa, para las los ciclos nos hará salir con nuestra
murallas de la ciudad, y para la casa empresa. Nosotros, sus siervos, nos
que yo he de habitar.» Dióme el rey levantaremos y haremos la edifica-
estas cartas, pues la buena mano de ción. Vosotros no tenéis parte ni
Dios estaba sobre mí. derecho ni recuerdos en Jerusalén.»
* Presénteme a los gobernadores
del otro lado del río, y les entregué
las cartas del rey, que había hecho Itcparación «Ir las murallas de
que me acompañasen dos jefes del Jerusalén.
ejército y alguna gente de a caballo.
lu Cuando lo supieron Sanbalat, joro-
o 1
Eliasib, sumo
sacerdote, se le-
nita, y Tobías, siervo amonita, *J vantó con sus hermanos los sacer-
disgustóles en extremo que viniese dotes, y edificaron la puerta de las
un hombre para procurar el bien de ovejas; la consagraron y pusieron las
los hijos de Israel.
11
Llegué a Jeru- puertas, desde la torre de Mea hasta
salén y estuve allí tres días; pasados la torre de Jananeel. * A continuación
NEHEMÍAS, •167

de Eliasib edificaron los hombres de cerca del jardín del rey, hasta la esca-
Jericó, y a continuación de éstos linata que baja a la ciudad de David.
16 Después de
edificó Zacur, hijo de Imri (1). él, Nehemlas, hijo
3 Los hijos de Sena edificaron de Azbus, jefe de la mitad del dis-
la
puerta del pescado y la cubrieron, trito de Bet Sur, trabajó en las repa-
pusieron las puertas, los cerrojos y raciones hasta enfrente de los se-
los goznes. 4 Al lado de ellos trabajó pulcros de David, y hasta delante
en las reparaciones Meremot, hijo de la piscina, que había sido artís-
de Urías, hijo de Acus, y al lado de ticamente construida, y hasta el
éstos reconstruyó Mesulam, hijo de cuartel. 17 Después de él trabajaron
Berequías, hijo de Mesezabeel; y al los levitas, Rehú, hijo de Baní, y
lado de éstos restauró Sadoc, hijo a su lado trabajaba Josabía, jefe de
de Baana. 5 Inmediatos a ellos res- la mitad del distrito de Queila.
tauraron los teeoítas, aunque sus 18 Después de
él sus hermanos, Da-
nobles no doblaron su cerviz al ser- vai, hijo de Enadad, jefe de la otra
vicio de su Señor. mitad del distrito de Queila; 19 y
6
.La puerta vieja la restauraron al lado de éste, Ezer, hijo de Josué,
Joyada, hijo de Pasea, y Mesulam, jefe de Mezta, reparó otra porción
hijo de Besodías; la ensamblaron y de la muralla frente al arsenal, hacia
pusieron a las puertas sus cerrojos el ángulo. 20 Después de él, Baruc,
y sus goznes. 7 Junto a éstos reedi- hijo de Zabai, reparó otra porción,
ficaron Melatías, gabaonita, y Jadón, desde el ángulo hasta la entrada de
meronotita; y los hombres de Ga- la casa de Eliasib, sumo sacerdote.
21
baón y Mispa trabajaron a expensas Después de él reparó Meremot,
del gobernador de este lado del río. hijo de Uría, hijo de Hacos, otra sec-
8
. Junto a ellos trabajó TJziel, hijo ción, desde la entrada de la casa de
de Jorayas, de los fundidores, y a Eliasib hasta el extremo de ella.
22
su lado Ananías, de los perfumistas; Después de él trabajaron en la
continuaron Jerusalén hasta la mu- reparación los sacerdotes de la olla
ralla de la plaza. 9 A continuación de del Jordán, 23 y después de ellos
éstos trabajó Refaías, hijo de Hur, Benjamín y Asub, enfrente de sus
gobernador de la mitad del distrito casas. Después de estos Azarías, hijo
de Jerusalén. 10 A continuación tra- de Maasia, hijo de Ananía, reparó
bajó enfrente de su casa Jedaya, hijo lo cercano a su casa. 24 Después de
de Jaromat, y a su lado Jatús, hijo él Binní, hijo de Henadad, reparó
de Jesabnfa. 11 Otra porción de la otra sección, desde la casa de Aza-
muralla y la torre del horno fué repa- da hasta el ángulo. 25 Paal, hijo de
rada por Malquiya, hijo de Jarim, Uzai, construyó lo de delante del
y Jasub, hijo de Pajat Moab. 12 A ángulo y la torre que hay en el sa-
continuación de ellos trabajó con liente, sobre lo alto del palacio real
sus hijos Salum, hijo de Jaloes, jefe en el patio de la prisión. Después
de la otra mitad del distrito de Jeru- de él trabajó Pedaya, hijo de Paros.
26
salén. 13 Janum y los habitantes de Los netineos que habitan el
Zanoaj repararon la puerta del valle, Ofel trabajaron hasta enfrente de
la edificaron, pusieron las puertas, la puerta de las aguas, a oriente, y
los cerrojos y los goznes. Hicieron la torre en saliente. 27 Después de
además mil codos de muralla, hasta ellos los tecoitas repararon otra por-
la puerta de la escombrera. ción, frente a la gran torre en saliente,
14 Malquiva, hijo
de Recab, jofe del hasta el muro del Ofel. 28 A partir
distrito d™ Bet Maquerem, reedificó la de la puerta de los caballos, los
puerta de la escombrera, poniendo sus sacerdotes trabajaron en la repara-
puertas, sus cerrojos y sus goznes. ción, cada uno frente a su casa.
15 Salum, hijo de Col José, jefe 29
Después de ellos trabajó Sadoc,
del distrito de Mispa, reconstruyó hijo de Immer, delante de su casa;
la puerta de la fuente, la levantó, Secanía, guarda de la puerta de
la cubrió, puso las puertas con sus oriente. 30 Después de él reparó Ja-
cerrojos y sus goznes. Construyó ade- nanias, hijo de Selemías, otra sección,
más el muro de la piscina de Siloé, y después de éste Mesulam, hijo de
Baraquías, reparó delante de su vi-
(i) Los muros de la ciudad son restaurados vienda. 31 Después reparó Malquia,
por el pueblo todo en prestación, que diriamos de entre los orífices, hasta la casa
hoy, personal. de los netineos y de los comerciantes
468 NEHEMÍ AS, 4. 5

lo de frente a la puerta de Mifcad que cesen las obras.» 12 Los judíos


y hasta la cámara alta del ángulo. que entre ellos habitaban, vinieron
ía Entre la cámara alta del ángulo diez veces para advertirnos, de todos
y la puerta de las ovejas trabajaron los lugares de donde venían a nos-
los orífices y los mercaderes. otros. 13 Por eso puse detrás de las
murallas al pueblo por familias, todos
con sus espadas, sus lanzas y sus
l'rosicjucii los trabajos a pesar arcos. 14 Fui a ver, y levantándome,
de los obstáculos. dije a los jefes y a los magistrados
y al resto del pueblo: «]No los temáisl
A 1
Cuando supo Sanbalat que está- Acordaos de Yave, grande y terrible,
bamos reconstruyendo la muralla, y luchad por vuestros hermanos, por
se enojó mucho y se encolerizó. Bur- vuestros hijos y vuestras hijas, por
lábase de los judíos, 2 diciendo ante vuestras mujeres y vuestras casas.»
sus hermanos y ante los soldados de 15 Cuando supieron los enemigos
Samaría: «¿Para qué trabajan esos que estábamos apercibidos, frustró
impotentes judíos? ¿Acaso van a de- Dios su consejo, y volvimos todos a
jarles hacer? ¿Van a sacrificar? ¿Van continuar la muralla, cada uno en
a terminar? ¿Van a resucitar las pie- su trabajo. 16 Desde entonces, la
dras enterradas bajo montones de mitad de los míos trabajaba, y la
escombros, y consumidas por el fue- otra mitad estaba sobre las armas
go?» 3 Y
Tobías, el amonita, que con las lanzas, los escudos, los arcos
estaba junto a él, decía: «Ya pueden y las corazas. Los jefes estaban de
edificar. Una zorra que contra ella trás de toda la casa de Judá. 17 Los
se lance, derribará su muralla de que construían la muralla y los que
piedra» (1). cargaban y acarreaban las cargas,
4 «Escucha,
oh Dios nuestro, cuán- trabajaban con una mano y tenían
to nos menosprecian, y haz que sus un arma en la otra; 18 todos mien-
insultos recaigan sobre sus cabezas, tras trabajaban tenían las espadas
y dalos al pillaje en una tierra de ceñidas a sus lomos.
cautiverio. 5 No perdones su iniqui- Yo tenía junto a mí al trompeta;
18
dad, y que no se borre delante de y dije a los jefes, a los magistrados
ti su pecado, porque injurian a los y al resto del pueblo: «La obra es
que están edificando.» mucha y extensa, y estamos en la
6 muralla apartados, lejos unos de
Reedificamos, pues, la muralla,
quedando del todo acabada, hasta otros; 20
cuando oigáis, pues, la
la mitad de su altura, y el pueblo trompeta, reunios, y nuestro Dios
se animó para el trabajo. 7 Pero combatirá por nosotros.» 21 Segui-
Sanbalat, Tobías, los árabes, los mos, pues, trabajando en la obra,
amonitas y los de Azoto, se enfure- teniendo la mitad de nosotros la
cieron sobremanera al saber que la lanza en la mano, desde el levantarse
reparación de las murallas avanzaba de la aurora hasta el salir de las es-
22 Al mismo tiempo dije
y que comenzaban a cerrarse las trellas.
brechas, 8 y todos a una se confabu- también al pueblo: «Que cada uno
laron para venir a atacar a Jerusalén con su criado pase la noche en Jeru-
y hacer el daño posible. salén, haciendo así de noche centi-
• Nosotros rogamos a nuestro Dios, nela, y trabajando de día en la obra.»
23 Ni yo, mis hermanos, mis
y pusimos una guardia que de día y ni ni
de noche vigilara, para defendernos mozos, ni gente de guardia que
la
de sus ataques. 10 Sin embargo, Judá me seguía, nos desnudábamos, si no
decía: «Ya faltan las fuerzas a los era para bañarnos.
acarreadores, y el escombro es toda-
vía mucho; no podremos acabar la
muralla.» 11 Mientras que los enemi- Quejas del pueblo contra la co-
gos decían: «Nada sabrán y nada dicia de los «fraudes.
verán, hasta que lleguemos en medio Intervención y desinterés de
de ellos y los matemos, y así haremos [Vehcmias,

(i) Este episodio origina históricamente la


5 1 Alzáronse entre las gentes del
profunda enemistad entre judíos > ¿amántanos, pueblo y sus mujeres muchas que-
aunque ésta procede principalmente del diverso jas contra sus hermanos judíos.
origen y del culto hibrido de los samaritanos. * Unos declan: «Nosotros, nuestros
NEHEMÍAS. 6 469

hijos y nuestras hijas, somos muchos ;


respondió «Amén», y alabaron a Yave.
y tendremos que venderlos por trigo, El pueblo hizo conforme a esto.
el día en que el rey me
para poder comer y vivir.» 3 Otros 14 Desde

decían: «Tenemos que empeñar nues- i


puso por gobernador de la tierra de
tros campos, nuestras viñas y nues- : Judea, del año veinte al año treinta
tras casas por trigo, a causa del y dos del rey Artajerjcs, durante doce
hambre.» 4 Otros decian: «Hemos te- años, ni yo ni mis hermanos había-
nido que pedir a usura dinero sobre mos vivido de las rentas del gober-
nuestros campos y nuestras viñas, nador. 15 Antes de mí, los goberna-
?ara pagar los tributos del rey; |
dores anteriores abrumaban al pue-
nuestra carne es, sin embargo, blo tomando de él pan y vino, por
como la carne de nuestros hermanos, i

valor de cuarenta siclos de plata, y


y nuestros hijos son como sus hijos; I
sus servidores mismos oprimían al
pero tenemos que sujetar a servidum- ¡
pueblo. Yo, por temor de Dios, no
bre a nuestros hijos y a nuestras 1
hice así. 16 Antes bien, he trabajado
hijas, y algunas de nuestras hijas !
en la construcción de estas murallas,
10 están ya, sin que tengamos con ¡ no hemos adquirido campo alguno,
qué rescatarlas, por estar nuestras y todos mis servidores a una estaban
tierras y nuestras viñas en poder a la obra. 17 Tenía a mi mesa ciento
de otros» (!). cincuenta hombres, judíos y magis-
* Yo me enojé en gran manera, al trados, a más de los que a nosotros
oír estos clamores y estas quejas. venían de los pueblos de enderredor.
7
Pensando, resolví reprender a los 18 Cada día se me aderezaba un buey,
grandes y a los magistrados, y les seis ovejas escogidas y aves, y cada
dije: «:Oómo¡ ¿Prestáis a usura a diez días vino en abundancia. Á pesar
vuestros hermanos?» Y reuní una gran de esto, yo no he reclamado los de-
asamblea contra ellos, 8 y dije: «Nos- rechos de gobernador, porque la ser-
otros, según nuestras facultades, he- vidumbre del pueblo era grave.
19
mos rescatado a nuestros hermanos Acuérdate de mí para bien, Dios
los judíos, vendidos a las gentes; mío, y de cuanto yo hice por este pueblo.
¿y ahora venderíais vosotros mismos
a vuestros hermanos, y éstos serían Nuevas dificultades.
vendidos a nosotros?» Callaron, no
teniendo nada que responder: 9 y yo (y Todavía no había acabado yo
1

añadí: «Lo que hacéis no está bien. de poner las puertas, cuando San-
¿No marcharéis en el temor de Dios, balat, Tobías, Ouesem, el árabe, y
para no ser el oprobio de las gentes los otros enemigos nuestros, supie-
enemigas nuestras? 10 También yo, ron que había reconstruido la mu-
mis hermanos y mis servidores, les ralla sin ya quedara brecha.
que
hemos prestado dinero y trigo. Va- 2 Entonces Sanhalat
y Guesem man-
mos a perdonarles lo que nos deben. daron a decirme: «Ven, y entrevis-
11
Devolvedles luego sus campos, témonos en los pueblos del valle de
sus viñas, sus olivares y sus casas, Ono.» Ellos tenían pensado hacerme
y restituidles el uno por ciento del mal. 3 Yo les mandé emisarios, di-
dinero, del trigo, del vino y del aceite, ciendo: «Estoy ocupado en una gran-
que habéis exigido como interés.» de obra, y no puedo ir, porque ten-
12
Ellos dijeron: «Se los devolveremos dría que interrumpirla para verme
y no les exigiremos nada. Haremos con vosotros. » 4 Por cuatro veces me
eoino tú dices.» Llamé entonces a pidieron lo mismo, y siempre les di
los sacerdotes, y delante de ellos Ies la misma respuesta. •

hice jurar que harían así. 13 Yo sacudí 5


La quinta vez. me mandó San-
mi manto diciendo: «Que así sacuda balat el mismo mensaje por medio
Dios fuera de esta casa y de sus de un servidor suyo, que traía en
bienes, al que no cumpla su palabra; la mano una carta abierta.
6
En ella
y que así sea, el que tal haga, sacu- estaba escrito: «Corre entre las gen-
dido y vacío.» Y
toda la asamblea tes el rumor de que tú y los judíos
pensáis rebelaros, y con ese fin cons-
(i) Contrasta la avaricia y dureza de cora- truís las murallas. Tú vas a ser,
zón de los. grandes con la generosidad y despren-
dimiento de Nehemías, que durante todo el
según se dice, su rey, 7 y tienes ya
tiempo de su residencia en Judea hizo grandes profetas que prediquen de ti por
expensas en favor del pueblo y para la restau- Jerusalén. diciendo: «Bey en Judá».
ración. Esto seguramente llegará a oídos del
470 NEHEMÍAS, 7

rey. Ven, pues, y hablemos.» * En- i los cantores y los levitas. 2 Di mis
tonces yo le mandaré a decir: «No hay ]
órdenes a Jananí, mi hermano, y a
nada de lo que dices, eres tú que lo Jananias, jefe de la ciudadela de
inventas.» 9 Pues todos querían asus- Jerusalén, hombre superior a muchos
tarnos, creyendo que así dejaríamos por su fidelidad y por su temor de
los trabajos; por eso yo me di a la Dios, 3 y les dije: «Las puertas de
obra con más ardor todavía. 10 Fui Jerusalén no han de abrirse hasta
luego en secreto a casa de Semayas, que caliente el cerrarán,
sol, y se
hijo de Delayas, hijo de Metabeel, echando los presencia
cerrojos en
que andaba encerrado, y éste me vuestra, y los habitantes de Jerusa-
dijo: «Vamos juntos a la casa de lén harán la guardia cada uno en su
Dios, al medio del templo; y cerra- puesto delante de su casa.» * La
remos las puertas del templo, porque ciudad era espaciosa y grande, pero
van a venir a matarte; esta noche estaba poco poblada, y había muchas
vendrán a matarte.» 11 Yo le respon- casas sin reedificar.
dí: «¿Huir un hombre como yo? 5
.Mi Dios me puso en el corazón
¿Un hombre como yo, entrar en el reunir a los grandes, a los magistra-
templo para salvar la vida? No en- dos y al pueblo, para hacer el censo.
traré.» 12 Entonces conocí que no Hallé un registro genealógico de los
era Dios quien le enviaba,, sino que primeros que habían vuelto, y vi
me aconsejaba esto porque Sambalat escrito en él lo siguiente: 4 «Éstos
y Tobías le habían ganado con di- son los hijos de la provincia que su-
nero, 13 y creían que así yo me ate- bieron del destierro, los que había
morizaría y seguiría su consejo, come- llevado cautivos Nabucodonosor, rey
tiendo un pecado, que podrían apro- de Babilonia, y volvieron a Jerusa-
vechar para infamarme y cubrirme lén y a Judá cada uno a su ciudad.
7
de oprobio. Partieron con Zorobabel, Josué,
14 Acuérdate, Dios mío, de Tobías Nehemías, Azarfas, Raamías, Naja-
y de Sambalat y de sus obras. Acuér- maní, Mardoqueo, Bilsan, Misperet,
date también de Noadía la profetisa, Bigbai, Nahum y Banana.
y de los otros profetas que procu- Número de los hombres del pueblo
raban atemorizarme. de Israel:
15 8
La muralla quedó terminada el Hijos de Paros, dos mil ciento
día veinticinco del mes de Elul, en setenta y dos.
9
cincuenta y dos ydías; 14 cuando to- Hijos de Sef atlas, trescientos se-
dos nuestros enemigos lo supieron, tenta y dos.
10
todas las gentes que habitaban en Hijos de Ara, seiscientos cincuen-
torno nuestro entraron en temor, y ta y dos.
11
experimentaron una gran humilla- Hijos de Pat Moab, de los hijos
ción, teniendo que reconocer que la de Josué y de Joab, dos mil ocho-
obra se había llevado a cabo por la cientos dieciocho.
12
voluntad de Dios. Hijos de Elam, mil doscientos
17
Había también entonces grandes cincuenta y cuatro.
13
de Judá, que frecuentemente dirigían Hijos de Zatu, ochocientos cua-
cartas a Tobías y las recibían de éste, renta y cinco.
18 14 Hijos
pues muchos de Judá se habían de Zacai, setecientos sesenta.
16
conjurado con él, por ser yerno de Hijos de Binni, seiscientos cua-
Secanía, hijo de Arai, y haber tomado renta y ocho.
14
su hijo Jojanán por mujer la hija Hijos de Berai, seiscientos vein-
de Mesulam, hijo de Baraquías. tiocho.
19 17
Hablaban bien de él en mi pre- Hijos de Asgad, dos mil seiscien-
sencia, y le iban a contar lo que yo tos veintidós.
18
decía, y Tobías escribía sus cartas con Hijos de Adonicam, seiscientos
el fin de atemorizarme. sesenta y siete.
19
Hijos de Bigbai, dos mil sesenta
Censo «le los israelita* que vol- y siete.
20 Hijos
vieron u la tierra «le Judú con de Adin, seiscientos cin-
Zoroltubrl. cuenta y cinco.
21
Hijos de Ater de Ezequias, no-
1
*j Cuando estuvo terminada la venta y ocho.
' muralla y hube puesto las puer- 22
Hijos de Yasum, trescientos vein-
tas, hice la revisión de los porteros, tiocho
NEHEMÍAS, 7

23
Hijos de Besai, trescientos vein- Sisera, hijos de Temaj, 58 hijos de
ticuatro. Nesiaj, hijos de Jatifa.
24 67 Hijos de los siervos de Salomón:
Hijos de Jarif, ciento doce.
26Hijos de Gabaón, noventa y cinco. hijos de Sotai, hijos de Joferet, hijos
28 Varones de Betlehcm y de Ne- de Perida, 68 hijos de Jaala, hijos de
tofa, ciento ochenta y ocho. Darcón, hijos de Guidel, 69 hijos de
27 Varones de Anatot, ciento vein- Sefatías, hijos de Jatil, hijos de Pe-
tiocho. gueret Asebasim, hijos de Ammón.
28 80 Todos los netineos e hijos de
Varones de Betazmavet, cua-
renta y dos. los siervos de Salomón, trescientos
29
Varones de Cariatiarim, Quejira noventa y dos.
61
y Beerot, setecientos cuarenta y Estos son los que subieron de
tres. Telmelaj, Teljarsa, Querub Addón e
30 Varones de Rama y Gabba, seis- lmmer, y no pudieron probar la
cientos veintiuno. casa de sus padres ni su linaje, y si
31
Varones de Micmas, ciento vein- eran de Israel: 82 hijos de Delaia,
tidós. hijos de Tobías, hijos de Necoda,
32 Varones de Betel y de Jai, seiscientos cuarenta y dos. 83 de Y
ciento veintitrés. los sacerdotes, hijos de Abaías, hijos
33
Varones de la otra Nebo, cin- de Cos, hijos de Barzilai, que tomó
cuenta y dos. mujer de las hijas de Barzilai, gala-
34 Hijos de la otra Elam, mil dos- dila, y se llamó con el nombre de
84 Estos buscaron su registro
cientos cincuenta y cuatro. ellas.
35 Hijos de Jarim, trescientos en las genealogías, y no se halló, y
veinte. fueron privados del sacerdocio, 65 y
36
Hijos de Jericó, trescientos cua- les mandó el Tirsata que no comiesen
renta y cinco. de las cosas santas, hasta que hubie-
37
Hijos de Lod, de Jadid y Ono, se sacerdote con urim y tummim (1).
86 La congregación toda era de
setecientos veintiuno.
38 Hijos de Scnaa, tres mil nove- cuarenta y dos mil trescientos se-
cientos treinta. senta, 67 sin contar sus siervos y
39
Sacerdotes: Hijos de Idayas, de siervas, que eran siete mil trescientos
la casa de Josué, novecientos setenta treinta y siete, habiendo entre ellos
y tres. doscientos cuarenta y cinco cantores
40 Hijos de Immer, mil cincuenta y cantoras.
68
y dos. Sus
caballos eran setecientos
41
Hijos de Pasjur, mil doscientos treinta sus mulos doscientos
y seis;
cuarenta y siete. cuarenta y cinco; 89 sus camellos
42 cuatrocientos treinta y cinco, y sus
Hijos de Jarim, mil diecisiete.
43 Levitas: Hijos asnos seis mil setecientos veinte:
de. Jesúa, de Cad-
70 Algunos de los
miel, de los hijos de Odebías, setenta príncipes de las fa-
y cuatro. milias dieron para las obras. El Tir-
44Cantores: Hijos de Asaf, ciento sata dió para el tesoro mil dáricos de
cuarenta y ocho. oro, cincuenta tazones y quinientas
45 treinta vestiduras sacerdotales; 71 y
Porteros: Hijos de Salum, hijos
de Ater, hijos de Taiman, hijos de de los príncipes de las familias dieron
Acub, hijos de Jatita, hijos de Sobai, para el tesoro de la obra veinte mil
ciento treinta y ocho. dáricos de oro y dos mil doscientas
48 Netineos: hijos minas de plata; 72 y lo que dió el resto
de Sija, hijos de
Jasufa, hijos de Tabaot, 47 hijos de del pueblo fueron veinte mil dáricos
Queros, hijos de Sia, hijos de Jadón, de oro, dos mil minas de plata y se-
48 hijos de Lebana, hijos de Jegaba,
senta y siete vestiduras sacerdotales.
hijos de Salmei, 49 hijos de Janón, 73
Habitaron los sacerdotes, los levi-
hijos de Guedel, hijos de Gaján, tas, los porteros, los cantores, los
80 hijos de Rehaya, hijos de Rasín, netineos y todo Israel, en sus ciuda-
hijos de Necoda/ 61 hijos de Gasam, des. Llegado el séptimo mes, ya es-
hijos de Uza, hijos de Fasea, 62 hijos
de Besai, 'hijos de Mehunim, hijos de
(i) Estos sacerdotes, temporalmente excluí-
Neíisesim, 63 hijos de Bacbuc, hijos
dos del ministerio, han de esperar a que un
de Jacufa, hijos de Jarjur, 64 hijos sacerdote ungido pueda consultar a Yave por
de Baslit, hijos de Mejidas, hijos de medio de los urim y tummim. £1 juicio defini-
Jarsa, 66 hijos de Barcos, hijos de tivo ha de ser de Yave.
472 NEHEMÍAS, 8, 9

taban los hijos de Israel en sus ciu- grado al Señor; y no os entristezcáis,


dades. porque la alegría de Yave es nuestra
11
fortaleza.» Los levitas hacian callar
al pueblo, diciendo: «Callad, que hoy
Esdras Ice al pueblo el libro de es dia santo, y no os entristezcáis.»
12
la ley. Euése todo el pueblo a comer y a
beber y a enviar porciones, gozando
o 1
Llegado el séptimo mes, los de gran alegría, porque había en-
" hijos de Israel estaban ya en sus tendido lo que se le había enseñado.
ciudades; y entonces el pueblo, como 13
El segundo dia, los jefes de fa-
un solo hombre, se reunió en la plaza milia de todo el pueblo, sacerdotes
que hay delante de la puerta de las y levitas,- se reunieron con Esdras,
aguas, y dijeron a Esdras que lle- escriba, para oír la explicación de
vase el libro de la ley de Aloisés, las palabras de la ley; 14 y hallaron
dada por Yave. 2 Llevólo Esdras que en la ley que había dado Yave
ante la asamblea, compuesta de hom- por mano de Aloisés estaba escrito
bres y mujeres, de cuantos eran Ca- que los hijos de Israel habitasen en
paces de entenderla. Esto era el día cabanas en la solemnidad del mes
primero del mes séptimo (1). séptimo; 15 y proclamaron esta publi-
3
Esdras estuvo leyendo el libro cación por todas las ciudades y en
desde la mañana hasta la tarde en Jerusalén, diciendo: «Subid a los
la plaza que hay delante de la puerta montes, y traed ramas de olivo,
de las aguas, y todo el pueblo seguía ramas de pino, ramas de arrayán,
con atención la lectura del libro de ramas de palmera y de todo árbol
la ley. 4 Estaba Esdras, escriba, so- frondoso, para hacer las cabanas,
bre un estrado de madera, que se como está mandado.»
16 Salió, pues, el pueblo todo,
alzó con esta ocasión; y estaban y
Junto a él, a su derecha, Matatías, trayéndolas hicieron cabanas, unos
j

¡Sema, Anaía, Urías, Helcías, y ¡Vía- en sus terrados, otros en sus patios
!

seya, y a su izquierda Pedaya, Micael, y en los atrios de la casa de Dios,


I

Alalquiya, Asum, Jasbadana, Zaca- en la plaza de la puerta de las aguas


rías y Mesulam. 6 Abrió Esdras el y en la plaza de la puerta de Elraim;
libro, viéndolo todos, por estar él * 7 y todos los de la congregación
más alto que todo el pueblo, y todo que volvieron de la cautividad hi-
8
el pueblo estaba atento. Bendijo cieron (abañas y habitaron en ellas,
entonces Esdras a Yave, Dios grande, cosa que no habían hecho los hijos
y todo el pueblo, alzando las manos, de Israel desde los días de Josué,
respondió: «Amén, Amén»; y pos- hijo de Nun, hasta entonces. Hubo
trándose adoraron a Yave, rostro a gran alegría. Esdras leyó en el libro
tierra. 7 Josué, Haní, Serebías, Janún, de la ley de Dios, cada día desde
Acub, Seblai, Odias, Maasías, Que- el primero hasta el último, celebra-
lita, Azarias, Josabad, Janán y Pe- ron la solemnidad siete días, y al
laya, levitas, imponían silencio al octavo tuvieron gran asamblea, según
8
pueblo, cada uno en su lugar. Leíase lo prescrito.
el libro de la ley de Dios clara y dis-
tintamente, entendiendo el pueblo lo
que se le leía. 9 Xehcmías, goberna- Ayuno y confesión «le los pecudos
dor, Esdras, sacerdote y escriba, y del pueblo.
los levitas que hacían al pueblo la
explicación, dijeron a todo el pueblo: O 1 El día veinticuatro del mismo
¡

«Hoy es día consagrado a Yave, vues- |


mes se reunieron los hijos de
tro Dios; no os entristezcáis ni lio- Israel en ayuno, vestidos de saco y
¡

2 Ya la estirpe de
réis», pues todo el pueblo lloraba, cubiertos de polvo.
oyendo las palabras de la ley. 10 Y Israel se había apartado de todos
i

luego les dijo: «Id, y comed manja- los extranjeros, y puestos en pie,
res grasos, y bebed licores dulces, confesaron sus pecados y las iniqui-
I

3 En. pie, cada


y mandad parte a los que no han dades de sus padres.
1

preparado, pues hoy es día consa- uno en su lugar, se leyó en el libro


de la ley de Yave, su Dios, cuatro
(i) Esta actuación de Esdras, como doctor
veces en el día, y otras cuatro veces
de la Ley, muestra cuan olvidada y, por tanto, en el día confesaron y adoraron a
inobservada estaba aquélla entre el pueblo. Yave.
NEHEMÍ AS, 9 473

Plegaría ó> los levitas. la tierra,que alzando tu mano pro-


metiste darles. 16 Pero nuestros pa-
* Luego Josué, Banf, Cadmiel, Se- dres fueron soberbios, y endurecieron
banías, Buní, Screbías, Baní y Que- su cerviz y no guardaron tus manda-
nani, se levantaron sobre la grada de mientos, i' No quisieron oír, no se
los levitas y clamaron en voz alta a '
acordaron de las maravillas que tú
Yave, su Dios. 5 Y
dijeron los levitas ¡
habías hecho por ellos; antes, con
Josué, Cadmiel, Baní, Jasábanlas, Se- dura cerviz y en rebelión, pensaron
reblas, Odias, Sebanías y Petajya (1): en elegir caudillo para volverse a su
«Levantaos, bendecid a Yave, vues- servidumbre.
tro Dios, por los siglos de los siglos; «Pero tú eres Dios de perdones, cle-
y "bendito sea su glorioso nombre mente y piadoso, tardo a la ira y de
sobre toda alabanza y bendición. mucha misericordia, y no los aban-
6
Tú, ¡oh Yave!, eres único; tú hiciste donaste. 18 Y cuando se hicieron
los ciclosy los cielos de los cielos y un becerro fundido, y dijeron: He
toda su milicia; la tierra y cuanto ahí tu Dios, que te ha sacado de
hay en ella; los mares y cuanto en Fgipto, y cometieron grandes abo-
ellos hay; tú das vida a todas las minaciones, 19 tú, con todo, por tu
cosas, y los ejércitos de. los ciclos te mucha misericordia, no los abando-
adoran. 7
Tú eres, joh Yave!. el Dios naste en el desierto, y la columna
que elegiste a Abraham, y le sacaste de nube no se apartó de ellos de día,
de Ur Casdim, y le diste el nombre para guiarlos por el camino, iii la
de Abraham. Hallaste fiel su corazón
8
columna de fuego de noche, para alum-
ante ti, e hiciste con él alianza de brarlos el camino por donde habían
darle la tierra del cananeo, del gcteo, de ir.
20 »Tú les diste tu
del amorreo, del ferecco, del jebuseo buen espíritu,
y del guergucsco, de dársela a su I
para enseñarlos, y no retiraste de
descendencia, y cumpliste tu pala- su boca el maná, y les diste agua
bra, porque eres justo. 9 Tú miraste en su sed. 21 Los sustentaste por
la aflicción de nuestros padres en cuarenta años en el desierto y nada
Egipto, y oíste su clamor en el Mar les y no se envejecieron sus
faltó
Rojo. 10 Tú obraste prodigios y ma- vestidos ni se hincharon sus pies.
ravillas contra el Faraón, contra sus 22
Tú les diste reinos y pueblos y les
siervos y contra todo el pueblo de distribuíste sus regiones y poseyeron
su tierra, porque sabías con cuánta la tierra de Seón, la tierra del rey
crueldad los habían tratado, y engran- de Hcsebón, y la tierra de Og, rey
deciste tu nombre como lo es hoy. de Basán. 23 Tú multiplicaste sus
11
Tú dividiste el mar ante ellos, y hijos como estrellas del cielo,
las
pasaron por en medio de él a pie y los introdujiste en la tierra de que
enjuto, y a sus perseguidores los arro- dijiste a sus padres que entrarían
jaste a lo profundo, como cae una a poseerla. 24 Vinieron los hijos, y la
piedra en el abismo. 12 Tú en columna poseyeron, y humillaste delante de
de nube los guiaste de día, y en colum- ellos a los moradores de la tierra,
na de fuego de noche, para alumbrar a los cananeos, entregándolos en sus
el camino que habían de seguir. manos, y a sus reyes, y a los pueblos
18
Tú descendiste sobre el monte de la tierra, para que lucieran con
Sinaí, y hablaste desde el cielo, y les ellos lo que quisieran. 25 tomaron Y
diste juicios justos, leyes de verdad sus ciudades fuertes y su tierra pin-
y mandamientos y estatutos de bon- güe, y heredaron casas llenas de
dad. 14 Tú les diste a conocer tu santo toda suerte de bienes, cisternas he-
sábado, y por Moisés, tu siervo, chas, viñas y olivares y muchos árbo-
les prescribiste mandamientos, pre- les frutales, y comieron y se harta-
ceptosy ley. 15 Tú les diste en su ron y engordaron, y se deleitaron
hambre pan del cielo, y en su sed con tu gran bondad.
hiciste que el agua brotara de la 26 »Pero te irritaron, rebelándose
coca. Tú les pusiste en posesión de contra y echaron tu ley a sus es-
ti,
paldas; y mataron a tus profetas,
que los reprendían para convertirlos
(i) Esta plegaria, confesión de los muchos
pecados de Israel, es un resumen de la historia a ti, e hicieron grandes abomina-
del pueblo a tr.ivés de los siglos y testimonio ciones.
27
de la justicia de Dios al castigarle, y de su gTan «Los entregaste en manos de sus
misericordia al restaurarle. enemigos, que los afligieron, y cía-
174 NEHEMÍAS, 10

marón a ti en el tiempo de su aflic- nosotros hacemos hoy una fiel alianza,


ción,y tú desde los cielos los oíste, y la escribimos, signada por nuestros
y según tus muchas misericordias, principes, nuestros levitas y nuestros
les diste libertadores que los sal- sacerdotes.»
vasen de las manos de sus enemigos.
28 »Pero en cuanto quedaban en paz
se volvían, para hacer lo malo a tus Renovación de la alianza.
ojos, y los dejaste en manos de sus
1 que firmaron con sus
enemigos, que los dominaban, y de 1 fí Los
nuevo convertidos clamaban otra vez fueron (1):
sellos,
a ti; y tú desde los cielos los oías, Nehemías, el gobernador, hijo de
y según tus misericordias los libraste l Acadías; Sedéelas, 2 Serafas, Azadas,
29 Jeremías, 3 Pasjur, Amarías, Mala-
muchas veces. Los amonestaste
4
para que se volviesen a tu ley: pero qufas, Jatus, Scbanfas, Maluc,
5
ellos en su soberbia no escucharon Janín, Mcremot, Obadías, * Daniel,
tus mandamientos y pecaron contra Guinetón, Barue, 7 Mesulam, Abfas,
tus juicios —
los juicios que si los Mianaím, 8 Maacías, Bilguíy Semblas.
sigue el hombre vivirá , —
y tuvieron
hombros rebeldes, y endurecieron su
Estos, sacerdotes.
9
Levitas: Josué, hijo de Azanías;
cerviz, y no obedecieron. 30 Los Rinnf, de los hijos de Jenadad; Cad-
soportaste largos años amonestán- miel 10 y sus hermanos; Sebamas,
dolos con tu espíritu por medio de Odias, Quelita, Pelayas, Jonán, 11 Mi-
tus profetas: pero ellos no les dieron ca, Rejob, Jasabías, 12 Zacu, Sere-
oídos, y entonces los entregaste en bfas, Sebanías, 13 Odias, Baní y
manos de pueblos extraños: pero 31 Beninu.
14 Cabezas
en tu gran misericordia no con- los del pueblo: Faros, Pajat
sumiste del todo ni los abandonaste; Moab, Elam, Zatu, Baní. 15 Buní,
porque eres un dios clemente y mise- Asgab, Babai, 18 Adonías, Bigvai,
ricordioso. Adín, 17 Ater, Ezequías, Azur, 18 Odias,
38 «Ahora, pues, Dios nuestro, Dios Jasum, Besai, 19 Josir, Abatot, Ne-
grande, fuerte, terrible, que guardas bai, 20 Magpías, Mesulam, Jezir,
21
la alianza y la misericordia, no ten- Mesezabeel, Sadoc, Jadúa, 22 Pe-
gas en poco todas las aflicciones latías, Janín, Ananias, 23 Hoscas,
que nos han alcanzado a nosotros, Asanfas, Jasub, 24 Lojes, Pilja, So-
a nuestros reyes, a nuestros prínci- hec, 18 Rejuim, Jcsabna, Maaseas,
pes, a nuestros sacerdotes, a nuestros 28 Ajfas, Janán, Anán, 27 Maluc,
profetas, a nuestros padres y a todo Jarim, Baana.
tu pueblo, desde los días de los reyes 28 Y el resto del pueblo, los sacer-
de Asiria hasta hoy. 33 Pero tú has dotes y los levitas, porteros y can-
sido justo en todo lo que sobre nos- tores, los nctineos y todos los que
otros ha venido; tú has obrado jus- se habían apartado de los pueblos
tamente, pues nosotros hemos hecho de la región volviendo a la ley de
34 Dios, sus mujeres, sus hijos V sus
el mal, y nuestros reyes, nuestros
príncipes, nuestros sacerdotes y nues- hijas y todos cuantos tenían conoci-
tros padres, no pusieron por obra miento y discreción, 29 se adhirieron
tu ley y no atendieron a tus manda- a sus hermanos, sus príncipes, y con-
mientos, a tus testimonios y a tus vinieron en la protestación y el jura-
protestas: 35 y en su reino, en medio mento de andar en la ley de Dios, que
de los muchos bienes que les conce- dió por mano de Moisés, su siervo,
diste, en la espaciosa y pingüe tierra y guardar y cumplir los mandamien-
que les diste, no te sirvieron, no se tos de Yave, nuestro Señor, y sus
convirtieron de sus malas obras; 3 * y juicios y preceptos: 80 de no dar
hoy somos siervos en la tierra que nuestras hijas a los pueblos de aquella
diste a nuestros padres, para que tierra, ni tomar sus hijas para nues-
comiesen sus frutos y sus bienes. tros hijos: 81 de no comprar nada
37 Ella multiplica sus productos para en día de sábado, en día santificado,
los reyes que has puesto sobre nos- de las mercaderías y comestibles que
otros, por nuestros pecados, para que
nos dominasen y se enseñoreasen de
(i) Se renueva el pacto del Sinai por parte
nuestros cuerpos, de nuestras bestias, del pueblo, y la renovación la s-iscriben y sell.w
conforme a su voluntad, y estamos por éste ochenta y <eis entre sacerdotes, levitas
en gran angustia. 38 Por todo esto, y grande;
NEHEMÍAS, 11 475

en sábado trajesen a vender los de cada diez uno a Jerusalén, a la


pueblos de la tierra; de liberar la ciudad santa, quedando los otros
tierra el año séptimo y remitir toda nueve en las ciudades. 2 Bendijo el
deuda. 32 Impusimos además por ley pueblo a todos los varones que volun-
la carga de contribuir cada año con tariamente se prestaron a quedarse
un tercio de siclo, para la obra de en Jerusalén. 3 Estos son los princi-
la casa de nuestro Dios, 33 para los pales de la provincia, que habitaron
panes de la proposición, para la en Jerusalén. En las ciudades de
ofrenda perpetua y para el holo- Judá habitaba cada uno en su pose-
causto continuo, el de los sábados, sión. De Israel, de los sacerdotes,
el de los novilunios y el de las solem- Vevitas, netineos y de los hijos de los
nidades, para las santificaciones y siervos de Salomón, 4 habitaron en
sacrificios expiatorios por Israel, y Jerusalén, hijos de Judá e hijos de
para toda la obra de la casa de nues- Benjamín:
tro Dios. Hijos de Judá: Ataya, hijo de Uzías,
34
Echamos también suertes entre hijo de Zacarías, hijo de Amarías, hijo
los sacerdotes, los levitas y el pueblo, de Sefatías, hijo de Malaleel, de los hi-
sobre ofrenda de la leña, y para
la jos de Fares; 5 Maasías, hijo de Baruc,
traerla la casa de nuestro Dios,
a hijo de Coljose, hijo de Jayas, hijo de
según las casas de nuestros padres, Adías, hijo de Joyarib, hijo de Zaca-
en tiempos determinados cada año, rías, hijo de Siloní. 6 Todos los hijos
para quemarla sobre el altar de Yave, de Fares que moraron en Jerusalén
nuestro Dios, según está prescrito; fueron cuatrocientos setenta y ocho
35 de traer cada año tas primicias hombres fuertes. 7 Hijos de Benjamín:
de nuestra tierra y las primicias de Salu, hijo de Mesulam, hijo de Joed,
los frutos de nuestros arboles a la hijo de Peláis, hijo de Colayas, hijo
casa de Yave, así como los primo- de Maasías, hijo de Itiel, hijo de
génitos de nuestros hijos y de nues- Jesaya; 8 y además de él, Gabai y
tras bestias, como está escrito en la Salai, novecientos veintiocho. 9 Joel,
ley de Yave; 86 y de traer los primo- hijo de Zicrí, era su prefecto, y Judas,
génitos de nuestras vacas y de nues- hijo de Senua, el segundo en la ciudad.
tras ovejas a la casa de nuestro Dios, 10 Sacerdotes:
Jedayas, hijo de Jo-
a los sacerdotes que ministran de la yarib; Jaquim, 11 Serayas, hijo de
casa de nuestro Dios; 37 de traer Helcías, hijo de Mesulam, hijo de
las primicias de nuestras masas y nues- Sadoc, hijo de Merayot, hijo de Aji-
tras ofrendas, y del fruto de todo tub, príncipe de la casa de Dios,
12
árbol, del vino, del aceite, a los sacer- y sus hermanos, ocupados en el
dotes, a las cámaras de la casa de servicio de la casa, ochocientos vein-
nuestro Dios, y el diezmo de nuestra tidós; Adayas, hijo de Jerojam, hijo
tierra a los levitas; y de que reci- de Pelayas, hijo de Amsí, hijo de
birían los levitas las décimas de Zacarías, hijo de Pasjur, hijo de
nuestras labores en todas las ciuda- Malaquías, 13 y sus hermanos, prín-
des. 38 De que estaría el sacerdote cipes de las familias, doscientos cua-
hijo de Arón, con los levitas cuando renta y dos. Amasai, hijo de Azarael,
los levitas recibieran el diezmo, y hijo de Ajazai, hijo de Mesiletnot,
que los levitas llevarían el diezmo del hijo de Immer, 14 y sus hermanos,
diezmo a la casa de nuestro Dios, a hombres de gran vigor, ciento vein-
las cámaras de la casa del tesoro; tiocho, de los cuales era jefe Zabdiel,
39
pues a las cámaras han de llevar hijo de Guedolim.
los hijos de Israel y los hijos de Leví 15 Levitas: Semayas, hijo
de Jasub,
la ofrenda del grano, del vino y del hijo de Azricam, hijo de Jasabías,
aceite, y allí han de estar los vasos hijo de Buní; 16 Sabirai y Jozabad,
del santuario y los sacerdotes que de los príncipes entre los levitas,
ministran, los porteros y los cantores, sobrestantes de la obra exterior de
no abandonando la casa de Dios. la casa de Dios; 17 Matanías, hijo
de Mica, hijo de Zabdí, hijo de Asaf,
IVucva repartición de lo«¡ habi- el primero, el que comenzaba las
tante» vn vi territorio. alabanzas y la acción de gracias al
tiempo de la oración; Bacbuquías, el
Residían en Jerusalén los prín- segundo, de entre sus hermanos; y
cipes del pueblo, pero el resto Abda, hijo de Samua, hijo de Galad,
del pueblo echó suertes para traer hijo de Jedetún: 18 Todos los levitas
476 NEHEMÍAS, 12

en la ciudad santa fueron doscientos sus hermanos dirigía el canto de las


ochenta y cuatro. 19 Porteros: Acub, alabanzas; 9
Babucías y Uní con sus
Taiman y sus hermanos, guardas de hermanos, cada cual en su ministerio.
10 Jesuá
las puertas, ciento setenta y dos. engendró a Joaquín, Joa-
20 El resto de Israel, de los sacer- quín engendró a Eliasib, Eliasib
dotes y de los levitas, en todas las engendró a Joyada, 11 Joyada en-
ciudades de Judá, cada uno en su gendró a Jonatán, y Jonatán en-
heredad. gendró a Jadúa.
21
Los netineos habitaban en Ofel, 12
En los días de Joaquín, los sacer-
y sus jefes era?i Sija y Guispa. 22 El dotes cabezas de familias eran de
jefe de los levitas en Jerusalú) era Serayas, Merayas; de Jeremías, Jana-
Uzí, hijo de Baní, hijo de Jasabías, nías; 13 de Esdras, Mesulam; de Ama-
hijo de Matanías, hijo de Mica, de rías, Jojanán; 14 de Melicu. Jonatán;
los cantores, hijos de Asaf, en la de Sebanías, José; 15 de Jarim, Adua;
casa de Dios, 23 porque había acerca de Merayot, Elcai; 16 de Ido, Zaca-
de ellos una ordenación especial del rías; de Guineton, Mesulam; 17 de
rey, y se les había asignado un sala- Abías, Zicrí; de Miniamín y Moadías,
rio fijo por cada día. Piltai; 18 de Bilga, Samua; de Se-
24
Petayas, hijo de Mesezabcl, de mayas, Jonatán; 19 de Jojarib, Mete-
los hijos de Zera, hijo de Judá, era nai; de ldayas, Uzí; 20 de ¡Salai, t alai;
comisario del rey para todos los ne- de Amoc, Eber; 21 de Helcías, Josa-
gocios del pueblo. bías; de Jedayas, Katanael.
25 En cuanto las aldeas y sus 22
En los días de Eliasib, Joyada,
a
tierras,algunos de los hijos de Judá Jojanán y Jadua, los levitas jefes
habitaron en Cariatiarim y sus subur- de familias y sacerdotes fueron
los
bios, en Dibón y los suyos, y en inscritos hasta el reinado de Darío,
Jacabseel y los suyos. 26 En Josuá, persa. 23 Los jefes de familias de los
Molada, Betfale, 27 Hasar Sual, Ber- hijos de Lev! se inscribieron en el
seba, y en sus aldeas; 28 en Slceleg y libro de los anales hasta el tiempo de
Mecana y sus aldeas; 29 en Enrimón, Jonatán, hijo de Eliasrb. 24 Eran los
Sarea; Jarmut, 30 Zanoaj, Adulam y jefes de los levitas, Jasebía, Serebía,
sus aldeas; en Laquis y sus tierras Josué, hijo de Cadmiel y sus her-
y en Azeca y sus aldeas. Habitaban manos, que cada uno según su rango
desde Berseba hasta el valle de cantaban las alabanzas y ensalzaban
Hinuón. el poder de Dios, según la ordenación
31 Los hijos de Benjamín,
desde prescrita por David, hombre de Dios,
Gueba, en Miomas, Aya, Betel y sus y servían por turno. 25 Matanías,
aldeas; 32 en Anatot, Nob, Auanía, Becbecías, Obcdías, Mesulam, Tai-
33
Jaser, Rama, Guitaim, 34
Jadici, man y Acub, eran los guardas de las
Seboim, Nabaiat, 36 Lod y Ono, en puertas y de los vestíbulos de las
el valle de" los obreros. 36 Hubo algu- puertas; 28 Estos lo eran en tiempo
nos levitas que se unieron a Benja- de Joaquín, hijo de Josué, hijo de
mín, aunque pertenecían a los repar- Josedee, en tiempo de Ñehemías,
timientos de Judá. gobernador, y de Esdras, sacerdote
y escriba.

Enumeración de los sacerdotes


y levitas. Dedicación solemne de las mur
rsillas «le Jcrusulcn.
1 O 1
Estos son los sacerdotes y levi-
37 Para
tas que subieron con Zorobabel, la dedicación del muro de
hijo de Sealtiel y con Josué: Seraías, Jcrusalén fueron llamados los levi-
Jeremías, Estiras, 2 Amarlas, Maluc, tas de todos sus lugares, para venir
Jatus, 3 Becanias, Rejum, Meremot, a Jcrusalén a celebrar la dedicación
4 Ido,
Gufneton, Ablas, 5 Miamin, y la fiesta, con alabanzas y cánticos,
Maasías, Bilga, 8 Scniayas, Joyarib, címbalos, salterios y cítaras; 28 re-
Jedayas, ' Salu, Amor, Hchias, Je- uniéronse pues los hijos de los can-
dayas. Estos eran los príncipes de los tores lo misirio los de la campiña
sacerdotes y sus hermanos en los alrededor de Jerusalén que los de la
días de Josué. hoya de Jerico, los de las aldeas de
* Levitas: Jesuá, Benuí, Cadmiel, Netoíati, 29 de Bet Guilgal y de los
Serebías, Judá y Matatías, que con campos de Gueba y Azmavet, pues
NEHEMlAS, 13 477

los levitas se habían edificado aldeas nes legales para los sacerdotes y
en los alrededores de Jerusalén. 30 Pu- levitas; porque estaba muy gozoso
rificáronse los sacerdotes y levitas y Judá de que los sacerdotes y los
purificaron al pueblo , las puertas y levitas estuvieran en sus puestos,
45 observando cuanto concierne al
el muro.
Hice luego subir al muro a los
31 servicio de Dios y a las purificacio-
príncipes de Judá y los dividí en dos nes, y de que los cantores y porteros
grandes coros que fueron en pro- cumpliesen sus funciones según la
cesión; uno por la mano derecha ordenación de David y de Salomón,
sobre el muro hacia la puerta de la su hijo; 46 pues desde el tiempo de
32 David-y de Asaf, ya de antiguo bahía
escombrera; tras éste iban Osaías
y la mitad de de Judá,
los príncipes jefes de cantores y se cantaban cantos
33
Azarías Esdras. lVJesulam 34 Judá,
, de alabanza y de acción de gracias
Benjamín, Semayas y Jeremías; 35 y en honor de Dios. 47 Todo Israel,
de los hijos de los sacerdotes, con las en los días de Zorobabel y en los días
trompetas, Zacarías, hijo de Jonatán, de Nehemías, daba las porciones de
hijo de Semeyas, hijo de Matanías, los cantores y de los porteros, cada
hijo de Mica, hijo de Zacur, hijo de cosa en su día. Dábanse a los levitas
Asaf, 36 y sus hermanos, Semaya, las cosas consagradas, y los levitas
Azarael, Milalai, Maaí, Natanael, daban a los sacerdotes las cosas con-
Judá, Jonaní, con los instrumentos sagradas.
músicos de David, hombre de Dios,
y Esdras, escriba, delante de ellos;
37
a la puerta de la fuente subieron
Varios abusos corregidos por
de frente las escaleras de la ciudad
de David, por la subida al palacio
Nckcmius.
de David y hasta la puerta de las
aguas, al oriente. 38 El segundo coro 1 Q 1
Leíase un día en el libro de
iba por la izquierda, y yo en pos de **' Moisés al pueblo, y salió el
él con la mitad de los príncipes del lugar en que se mandaba que los
pueblo, sobre el muro, por encima amonitas y los moabitas no entra-
de la torre del horno, hasta la muralla rían jamás en la congregación de
de la plaza, 39 y luego por la puerta Dios, 2 por no haber salido a recibir
de Efraím, la puerta del pescado y a los hijos de Israel con el pan y el
la torre de Jananael, hasta la puerta agua, antes haber incitado contra
de las ovejas, haciendo estación a ellos a Balán para que los maldi-
la puerta de la vela. jera, aunque nuestro Dios volvió la
40 Pararon ambos coros en la casa maldición en bendición. 3 Como oye-
de Dios, y yo con la mitad de los ron esta ley, luego fué apartado de
magistrados, 41 y los sacerdotes Elia- Israel todo extranjero.
cim, Maaseyas, Minyamim, Mica, 4
Antes de esto, Eliasib, siendo
Elioenai, Zacarías y Ananías, con superintendente de las cámaras de
42
trompetas; y Maaseyas, Semeyas, la casa de nuestro Dios, y habiendo
Eleazar, Usi, Jojnán, Malquías, Elam emparentado con Tobías, 5 había
y Ezer. Los cantores cantaban alto, cedido a éste una gran cámara, en
dirigidos por Jisrajías. 43 Sacrificá- la cual se guardaban antes las ofren-
ronse aquel día muchas víctimas, das, los perfumes, los vasos y el
y se hicieron grandes regocijos, por- diezmo del trigo-, del vino y del aceite,
que había dado Dios al pueblo un mandado dar a los. levitas, a los
gran motivo de alegría. Regocijá- cantores y a los porteros, y la ofrenda
ronse también las mujeres y los mu- de los sacerdotes. 6 Mas entonces no
chachos, oyéndose üe lejos el albo- estaba yo en Jerusalén; pues fué
rozo de Jerusalén. el ajio treinta y dos de Artajerjes
cuando me llegué al rey, siendo a los
dos días enviado por el rey. 7 Al
Restablecimiento de los diezmos. llegar a Jerusalén supe el mal que
había hecho Eliasib, en favor de
44 Por
entonces fueron puestos comi- Tobías, haciendo para él cámara en
sarios de las cámaras de los tesoros, los atrios de la casa dé Dios; 8 y me
de las ofrendas, .de las primicias y dolió en gran manera; y echando
de los diezmos, para recibir de los fuera de la cámara todo cuanto per-
campos y de las ciudades las porcio- tenecía a Tobías, 9 mandé que puri-
NEHEMÍAS, 13

ficasen la cámara y volviesen a poner suerte de mercancías. 12 Yo les advertí


en cosas de la casa de Dios, diciendo: «¿Por qué pasáis la noche
ella las
las ofrendas y los perfumes. 10 Supe delante de la muralla? Si otra vez lo
asimismo que no se habían dado a los hacéis, os mandaré prender.» Y ya
levitas sus porciones, y que los levi- no vinieron más en día de sábado.
tas y cantores habían tenido que 22 Entonces mandé a los levitas que
retirarse cada uno a su heredad. se purificasen y que viniesen a guar-
11 Yo
reprendí a los magistrados y dar las puertas, para santificar el
dije: «¿Por qué ha estado abandonada día del sábado. También por eso
la casa de Dios?» Y reuniendo a los acuérdate de mí, Dios mío, y per-
levitas y cantores, les restituí cada dóname sfgún la muchedumbre de
uno a su puesto. 12 Todo Judá trajo tu misericordia.
23
el diezmo del vino y del aceite a Vi asimismo por aquellos días
los almacenes, 13 y puse por inten- judíos que habían tomado mujeres
dentes en ellos a Selemías, sacerdote, de Azoto, de Ammón y de Moab,
y a Sadoc, escriba; y de los levitas 24 cuyos hijos por mitad hablaban
a Pedayas, y como adjunto, a Janán, azotco o la lengua de este o el otro
hijo de Zacur, hijo de Matanías, pueblo, y no sabían hablar judío.
que tenían reputación de fieles. Ellos 25 Yo los reprendí y los maldije, hasta
fueron los encargados de hacer la golpeé. a algunos y les arranqué los
distribución a sus hermanos. pelos (1), y los conjuré en nombre de
14 Acuérdate
de mí, ¡oh Dios!, por Dios, diciendo: «No daréis vuestras
todo esto, y no olvides el bien que hijas a sus hijos, ni tomaréis sus
hice a la casa de mi Dios, y en orden hijas para vuestros hijos o para vos-
a la observancia. otros. 28 ¿No pecó por esto Salomón,
16 Por aquellos días en Judá rey de Israel? Aunque no hubo en la
vi
que algunos pisaban en sus lagares muchedumbre de las gentes rey seme-
el sábado, y acarreaban haces, car- jante a él, que era amado de su Dios,
gaban asnos con vino, con uvas, con y fué puesto por él rey sobre todo
higos y toda suerte de cargas, y los Israel, aun a él le hicieron pecar las
traían a Jerusalén en día de sábado. mujeres extranjeras. 27 ¿Vamos, pues,
Yo les hice advertencias acerca del a consentir, sabiéndolo, que vosotros
día en que vendían sus mercancías. cometáis ese gran mal, de prevaricar
18
Había también tirios, que traían contra nuestro Dios, tomando mu-
el pescado y toda clase de mercan- jeres extranjeras?»
cías, vendiéndolas a los hijos de 28 Uno de los hijos de Joyada, hijo

Judá en Jerusalén, el día del sábado. de Eliasib, sumo sacerdote, era yerno
17
Reprendí a los magistrados de de Sanbalat, joronita, y por eso le
Judá y les dije: «¿Qué es esto tan arrojé lejos de mí. 29 Acuérdate de
malo que hacéis, profanando así el ellos, Dios mío, de los que conta-
día del sábado? 18 ¿No es eso lo que minan el sacerdocio y el pacto del
hicieron vuestros padres, y por eso sacerdocio y de los levitas. 30 Por
trajo nuestro Dios sobre nosotros y eso los limpié de todo lo extranjero,
sobre esta ciudad tantos males? ¿Y y puse a sacerdotes y levitas por
vosotros acumuláis ira contra Israel, clases, cada uno a su obra, 31 y para
profanando el sábado?» 19 Mandé, la ofrenda de la leña en los tiempos
pues, que al oscurecer antes del sá- señalados, y para las primicias.
bado, cerrasen las puertas de Jeru- lAcuérdate de mí, Dios mío, para
salén, y que no las abriesen hasta bien!
después del sábado. Puse a las puertas
algunos de mis servidores, para que
Grande era el celo de Nehemlas contra
en día de sábado no dejasen entrar los(i)
transRresores de la Ley. sobre todo contra
carga alguna; 20 y así se quedaron los que tomaron mujeres extranjeras, hasta el
una y dos veces fuera de Jerusalén punto de arrancarles pelos de la cabeza y de
los mercaderes, que vendían toda la barba.
TOBIAS
INTRODUCCION AL LIBRO DE TOBIAS

T 0medio
BIAS,
de
o Tobit, es un piadoso israelita del norte de la Palestina, que en
li -prevaricación general se mantuvo fiel a la ley de Dios, y lle-
vado luego cautivo a Asina, perseveró en la misma fidelidad al Señor, mani-
festada por el ejercicio de las obras de misericordia. Para que más se destacara
su piedad, le probó el Señor con diversos trabajos, entre ellos la pobreza y la
pérdida de la vista. De ndas estas pruebas sal ó su- virtud más acrisolada, y
el Señor le premió, colmándole de bendiciones. Se ve claro el propósito de pre-
sentarnos a Tobías como modelo de piedad israelita.
No hay uniformidad de criterio, aun entre los exégetas católicos, respecto del
género literario en que fué compuesto este hermoso librito, que contiene en forma
narrativa preciosas lecciones de piedad, de paciencia y de obras de misericodia.
Su doctrina tiene g-an semejanza con la cxp-csada en forma poética en el libro
de Job, en cuanto a la prueba a que el uno y el otro son sometidos por Dios, De
la determinación del género literario empleado por el autor dep nde principal-
mente la solución de ciertas dificultadee que el libro ofrece. V. la reciente Encí-
clica de S. S. Pió XII.
Ignorarnos quién haya sido el autor de este libro, que se debe suponer es-
crito en la época posterior del judaismo. Se discute también en qué lengua, si
en hebreo o arameo, pues el original no se conserva. Las versiones difieren
bastante unas de otras. El texto de la Vulgata es debido a San Jerónimo. El \

santo Doctor, que en cuanto al canon de las Escrituras daba mucha autoridad
a la tradición judía, en su Prólogo (laicato no incluye entre los canónicos a Tobías
lo mismo que a Judil. Por eso no los tradujo de su propia iniciativa; mas cedien-
do a los ruegos de sus amigos Cromacio y Helindoro, preparó su versión del
TOBÍAS. 1

'exto caldeo. Y como esta lengua, que él toma por la original del libro, es pare-
cida a la hebrea, se procuró im judío perito en ambas lenguas, y en el espacio
de un día, lo que el judío le iba traduciendo del caldeo al hebreo, él lo dictaba
a un escribiente, traducido del hebreo al latín. Entre las muchas versiones que
del libro tenemos, griegas, latinas y aun hebreas, etc., la de San Jerónimo hace
grupo aparte. Es una abreviación del texto más amplio que nos ofrecen las otras
versiones, sin excluir la antigua latina.
Nuestra versión está hecha sobre la versión griega, representada por el có-
dice Vaticano, el mismo que publicó Sixto V en su edición de los (Cfr., LXX.
Intr., Oral.)

TOBIAS
1
Historia de Tobit hijo de Tobiel, primicias y los diezmos de las cose-
\
de Maniel, hijo de Adacl,
hijo chas y las primicias del esquileo, y
hijo de Oabael, de la familia de Asid, los entregaba a los sacerdotes, hijos
de la tribu de Neftalí, 2 que fué lle- de Arón, en el altar. 7 El diezmo de
vado cautivo cu tiempo de Salma- todas las cosas se lo entregaba yo
nasar, rey de los asirios, y era natu- a los hijos de Lcví que viven en
ral de Tisbe, que esta a la derecha Jcrusalén, el segundo diezmo lo
de Cades de Neltalí, ea Galilea, por vendía y lo gastaba en Jcrusalén
encima de Haser. cada año; 8 y el tercero lo daba a
quienes correspondía, según que me
I'icilad «le Tobit MI SU patria. había recomendado la madre de mi
padre, Débora, pues yo era huérfa-
1
Yo, Tobit (1), caminí? por las sendas no de padre.
de la verdad y de la justicia todos • Hombre ya, tomé por mujer a
los días de mi vida, haciendo muc has Ana, del linaje de nuestro padre, y
limosnas a mis hermanos, los de íni de ella tuve a Tobías.
nación, que conmigo habinn sido lle-
vados a tierra de asirios, a Nínive.
K11 »! cautiverio,
4
Siendo yo joven, vivía en mi pa-
tria, en la tierra de Israel. Toda la
tribu de Neftalí, mi padre, se habla 10 Cuando fuimos llevados
caut -
apartado del templo de Jcrusalén, vos a Nínive (I), todos mis hermanos,
de la ciudad elegida entre todas las los de mi linaje, comían de lus man-
tribus de Israel para ofrecer sacrifi- jares de los gentiles; 11 pero yo me abs-
cios, y ser morada del Altísimo santifi- tenía de comerlos, la porque con toda
cada por todas las generaciones (2). mi alma me acordaba de D'ns. 13 D ó- !

5 Todas
las tribus, que a una hablan mc el Altísimo favor y gracia ante
apostatado, sacrificaban a Baal, al Salmanasar, que me hizo su provee-
becerro, y asimismo la casa de Nef- dor, 14 y viajando por la Media,
talí, mi padre. ' Yo iba, las mas veces presté a Gabael, hermano de Cabria,
solo, a jcrusalén, durante las fiestas, en Rages de Media, diez talentos de
según esta mandado a todo Israel plata.
por precepto eterno, y llevaba las 15 Muerto Salamanasar,
le sucedió
Scnaqucrib, su hijo. Los caminos se
hicieron inseguros, y ya no pude
El texto griego que traducimos comienza
(1)
volver a la Media.
la poniendo el relato en boca del mismo
historia 16 En los días de Salmanasar hacía
Tobías.
(2) La división política del reino de David vo muchas limosnas a mis hermanos,
*' dando pan a los hambrientos
llevó consigo la escisión religiosa. Jeroboam ri- y vis-
gió contra el Santuario nacional de Jerusalén tiendo a los desnudos: y *i vela muerto
otros dos, los de Betel y Dan, en que colocó
a alguno de mi linaje, arrojado junto
los becerros como imágenes de
Dios. Los
israelitas que permanecieron a la Ley
fieles
acudían, contra las órdenes del rey, a Jerusalén, (1) El año 73i fué tomada Samaría y la
para cumplir sus obligaciones y devociones re- mayor parte de la población del reino llevada
ligiosas. a Nínive en cautiverio.
TOBÍAS, 2, 3

a los muros de Nínive, le daba se- fui a cavar una hoya en que sepul-
pultura. 18 Si el rey Senaquerib ma- tar el cadáver.
8 Los vecinos se reían de mí, di-
taba a alguno, luego que volvió huido
de Judea, yo en secreto lo enterraba. ciendo: «Aún no ha escarmentado; ya
En su turor mató a muchos, cuyos tuvo que huir, y ahora vuelve a en-
cadáveres buscaba luego él, y no los terrar a los muertos.»
hallaba (1).
19
Pero un ninivita hizo saber al
rey que era yo el que los enterraba, La pruchn.
y entonces tuve que ocultarme; y
sabiendo que me buscaba para darme 9
Aquella misma noche, cuando aca-
muerte, temeroso, huí. 20 Fueron sa- bé. de darle sepultura, aun antes de
queados todos mis bienes, no deján- purificarme, me dormí en el atrio
dome nada, sino a Ana, mi mujer, junto al muro, quedando con el ros-
y a Tobías, mi hijo. tro descubierto. 10 No sabía yo que
21
Pasados cincuenta días, le mata- había pájaros en el muro; y teniendo
ron, dos de sus hijos, que huyeron a los ojos abiertos, los pájaros dejaron
los "montes de Ararat, y le sucedió caer en mis ojos su estiércol caliente,
Asaradón, su hijo, el cual puso a que me produjo en ellos unas man-
Mitcar, el hijo de mi hermano Anael, chas blancas, que los médicos no
al frente de toda la contabilidad ad- fueron capaces de curar. Por este
ministrativa del reino. tiempo, Akikar proveía a mi sustento,
22
Mitcar me alcanzó el perdón y hasta que partió para Elimaida. 11 En-
pude volver a Nínive. Era Mitcar, tonces Ana, mi mujer, se ocupaba de
mi sobrino, copero, guardasellos, ad- su casa en trabajos femeniles 12 y lle-
ministrador y contador, y Asaradón vaba su labor a los amos. Estos, al
le habla hecho su primer ministro. pagarle una vez su salario, le regala-
ron un cabrito. 13 Cuando volvió a
•) 1
Al volver a mi casa, me fueron casa, comenzó el cabrito a balar. Y yo
— devueltos Ana, mi mujer, y To- le dije: «¿De dónde viene ese cabrito?
bías, mi hijo. Era por la fiesta de ¿No será robado? Devuélvelo a los
Pentecostés, la fiesta santa de las amos, que no es lícito comer cosa
siete semanas; y habiéndome sido robada." 14 Ella me contestó: «Es un
preparado un banquete, me recosté regalo que han añadido a mi salario»
para comer. 2 Al ver tantos manja- Pero yo no la creia, y la instaba a
res (2), dije a mi hijo: Vete, y trae al que lo devolviese a los amos, eno-
primer necesitado que encuentres de jado contra ella. Mas me replicó:
nuestros hermanos, que me recuerde «¿Dónde están tus limosnas y tus
al Señor; yo espero por ti. 3 Cuando buenas obras? Ya lo ves ahora» (1).
volvió, dijo: Padre, uno de nuestro
linaje yace en la plaza, estrangulado. *í 1
Yo me entristecí y lloré, y con
4
En seguida, sin probar bocado, me dolor me puse a orar, diciendo:
lancé a la calle, le tomé y le metí 3
«Justo eres, Señor, y justas todas
en una habitación, hasta que se puso tus obras;
el sol. 5 Vuelto a casa, me lavé y todos tus caminos son misericordia
comí con tristeza, 6
porque me vino y verdad;
a la memoria profecía de Amos:
la juzgas siempre según verdad y jus-
«Vuestras fiestas se convertirán en ticia.
3
duelo, y vuestras alegrías en lamen- Muéstrate a mí y para en mí tus
taciones.» ojos.
7
Lloré, y en poniéndose el sol, No me castigues por mis pecados,
ni por mis ignorancias, ni por las
(1) En la época de Ezequías, hacia el año 700, que mis padres
Senaquerib vió su ejército destruido por la cometieron contra ti.
4
peste en Judea y hubo de re.'irarse, humillado Porque ellos desoyeron tus pre-
por la mano de Dios. ceptos,
(2) No se sabe cómo adquiriera Tobías en tú nos has entregado en botín
su cautiverio la posición desahogada que el al cautiverio y a la muerte,
relato supone, pero el autor insiste en mos-
trarnos el empleo que de sus bienes hacia ente-
ramente conforme al Deuíeronomio, en que (1) La mujer de Tobías tiene algún parecido
tanto se inculca el amor al prójimo y el socorro con la de Job; ambas contribuyen a intensificar
de los necesitados. la prueba a que Dios somete a sus maridos
TOBÍAS, 4

objeto de escarnio para todas las tales ultrajes. 14 Tú sabes, Señor,


naciones, que yo estoy limpia de todo pecado
entre las que hemos sido disper- con hombre, 15 y que no he man-
sados. chado mi nombre ni el nombre de
B
Muchos son tus juicios y verda- mi padre en esta tierra de mi cauti-
deros, verio. Hija única soy de mi padre,
para que vayas a tomar venganza el cual no tiene hijo que pueda here-
por mis pecados y los de mis padres; darle, ni pariente próximo con un
porque ni cumplimos tus preceptos, hijo, para quien yo deba guardarme
ni caminamos sinceramente delante por mujer; ya se me han muerto
de ti. siete maridos: ¿de qué me sirve la
8
Ea, pues, haz conmigo según tu vida? Y si no te parece bien quitár-
beneplácito. mela, mírame y ten piedad de mí,
Quítame el aliento de vida, y que no escuche ya más estos ul-
para que muera y me convierta en trajes.»
18 Fué escuchada
polvo; la oración del
porque más prefiero morir que uno y de la otra en la presencia de
17
vivir, Dios. Rafael fué enviado para re-
pues he oído ultrajes mentirosos, mediarlos a los dos, para batir las
y una gran tristeza se apodera de mf. cataratas de Tobit y para casar a
Haz que sea yo libertado de esta Sara, la hija de Regüel, con Tobías,
angustia, el hijo de Tobit, y paralizar a Asmo-
Para ir al eterno lugar. deo, el maligno demonio, por cuanto
No apartes tu rostro de mí.» a Tobías tocaba heredarla. Al tiem-
po mismo en que se volvía Tobit y
entraba en su casa, bajaba Sara, la
La prueba de Sara. de Ragüel, del piso alto de la suya.

7
Aquel mismo día aconteció en
Ecbatana de Media, que Sara, hija Consejos del padre al hijo.
de Ragücl, fue insultada por las es-
clavas de su padre, 8 porque habien- En aquel día se acordó Tobit
1
1

do sido dada en matrimonio a siete de la suma que tenía en poder


*
maridos, el maligno demonio Asmo- de Gabael, en Ragúes de Media; * y
deo les había dado muerte antes que se dijo: Yo he pedido mi muerte;
con ella hubieran tenido vida con- ¿por qué, pues, no llamar a Tobías,
yugal; y le decían: «¿No estas loca tú, mi hijo, y comunicárselo antes de
que ahogas a tus maridosí Siete morir? 3 Llamóle, y le dijo: «Si muero,
has tenido ya, y de ninguno de ellos hijo mío, me darás sepultura, y te
has gozado. 9 ¿Por qué nos azotas? guardarás de menospreciar a tu ma-.
Ya que ellos murieron, vete tú con dre: hónrala siempre, lodos los días
ellos, y que .no veamos jamás hijo de tu vida, obra según su beneplácito
o hija tuya» (1). y no le causes tristeza. 4 Acuérdate,
10 Oyéndolas, se entristeció sobre- hijo, de los muchos trabajos que ella
manera, tanto que quería ahorcarse. pasó por ti cuando te llevaba en su
Pero decía: Soy la hija única de mi seno; cuando muera, dale sepultura
padre; si tal hiciera, el oprobio vendría a mi lado, en el mismo sepulcro.
sobre él, y de dolor conduciría su 6 Acuérdate siempre del Señor, nues-
ancianidad" al sepulcro. 11 Y oraba tro Dios, y guárdate de pecar; ob-
puesta a la ventana, y decía: «Bendito serva sus preceptos. Practica la jus-
eres, Señor Dios mío, y bendito tu ticia todos los días de tu vida, y no
nombre, sarto y excelso por los siglos. sigas los caminos de la iniquidad.
Bendígante todas tus obras para 8 Porque, practicando tú la verdad,
siempre. 12 Y ahora, Señor, en ti serás feliz en todas tus obras, como
pongo mis ojos y mi rostro. 13 Lléva- todos los que practican la justicia.
me de la tierra, y que no oiga ya más 7 Según tus facultades, haz limosna,\
y no se te vayan los ojos tras lo que
(i) Como anciano Tobías, asi la joven
el des. No
apartes el rostro de ningún
Sara es sometida a dura prueba. En ella se ve pobre, y Dios no lo apartará de ti.
cómo el Señor quería acrisolarla para hacerla 8
Si abundares en bienes, haz de ellos
digna de la familia a que según los planes divi-
nos debia unirse, llevándole Ta alegría y la abun- limosna; y si éstos fueren escasos,
dancia. .
según esa tu escasez, no temas hacer
limosna. • Con esto atesoras un depó- tas de todo pecado y haces l<> que
sito para el fila de la necesidad, le ei grato.»
10 pues la limosna lihra de la muerte
V preserva de caer en las tinieblas;
" y es un buen regalo la limosna en Preparativos del viaje a Media.
la presencia del Altísimo, para todos
. los que la practican. . 1
Respondió Tobías, diciéndole:
12 «Guárdate, hijo, de toda fornica- f) «Cuanto me has mandado lo cum-
ción, y ante todo, toma esposa del pliré. 2 ¿Pero cómo voy a poder re-
linaje de tus padres; no tomes mujer cobrar el dinero de Gabael, si no le
extranjera, que no sea del linaje de conozco?» 3 Dióle su padre el recibo,
tu padre; que hijos somos de profe- y le dijo: «Busca quien te acompañe,
tas, Noé, Abraham, Isac y Jacob, que yo le daré su recompensa, y
nuestros antiguos padres. Recuerda, ponte en camino para cobrar el di-
hijo, que éstos tomaron mujeres de nero antes que yo muera». 4 Fuése
entre sus hermanos, y fueron bende- en busca de uno, y se encontró con
cidos en hijos, y heredó su descen- Rafael, que era un ángel. 5 No cono-
dencia la tierra. 13 Y
ahora, hijo mío, ciéndole, le dijo: ¿Podrías acompa-

ama a tus hermanos, 14 y no te enso- pañarme a Ragúes de Media, si es


berbezcas en tu corazón, ni despre- que conoces el camino? 6 El ángel le
cies a los hijos e hijas de tu pueblo, contestó: «Yo iré contigo, que co-
rehusando tomar de ellas mujer; por- nozco bien el camino y hasta he sido
que en el orgullo está la perdición y huésped de Gabael, nuestro hermano.)'
el desorden, y en la ruindad la penu-
7
Tobías le contestó: «Espera un poco,
ria y el hambre, pues la madre del que voy a decírselo a mi padre.
hambre es ruindad. No retengas
la
8 El le respondió: «Vete
y no tardes.»
una noche salario de un obrero
el Se fué y dijo a su padre: «Ya hallé
que trabajare para ti: entrégaselo lue- quien pueda acompañarme.» El le dijo:
go. Si sirvieres a Dios, él te recom- «Lilámale, que quiero saber de qué tri-
pensará. Atiende, hijo, a todas tus bu es, y si es de confianza para acom-
obras, y muéstrate prudente en tu pañarte.» 9 Llamóle, entró y se salu-
conversación. 16 Lo que no quieras daron. 10 Díjole Tobit: «Dime, her-
para ti, no lo hagas a nadie. No mano: ¿de qué tribu y familia eres
bebas vino hasta embriagarte, no tú?» Y
le contestó: «¿Quieres conocer la
vaya contigo la embriaguez. 16 Da tribu y la familia, o informarte de
vestidos al desnudo. Todo cuanto te la persona que va a acompañar a tu
sobrare, dalo en limosnas, y no se hijo?» Replicóle Tobit: «Quiero, her-
te vayan los ojos tras lo que dieres. mano, conocer tu linaje y tu persona.»
17 »Pon tu pan 11
y tu vino en los se- «rúes yo soy hijo de Azarías, hijo
pulcros de los justos, y no comas ni de Ananías, grande entre tus her-
12
bebas con los pecadores. 18 Sigue el manos. » Respondióle él: «Seas bien
consejo de los prudentes, y no des- venido, pero no te enojes de que haya
precies ningún buen consejo. 19 En querido saber tu tribu y tu familia.
todo tiempo bendice al Señor Dios, Por suerte eres hermano mío, de
y pídele que tus caminos sean rectos una buena y noble ascendencia, pues
y todas tus sendas y consejos vayan yo conocía a Ananías y a Jonatán,
bien encaminados; porque no es del hijo de Semeí el grande, de cuando
hombre el consejo; sólo el Señor es Juntos íbamos a Jerusalén para ado-
quien da todos los bienes, y a quien rar, llevando las primicias y los diez-
quiere le humilla según su voluntad. mos de las cosechas, que no se des-
Acuérdate, pues, hijo mió, de mis carriaron ellos como nuestros herma-
preceptos, y no se borren de tu nos. De buena raíz eres, hermano.
corazón (1). 13
«rero dime, ¿cuál será el salario
20 »Has de saber también
que tengo que habré de darte? ¿Bastaría una
diez talentos en poder de Gabael, dracma por día y el sustento para
14 Y
hijo de Gabria, en Ragúes de -Media. ti y para mi hijo? cuando feliz-
21
No temas, hijo; somos pobres, pero mente volváis, le añadiré algo.» 16 Con-
rico serás si temes a Dios, y te apar- vinieron en ello, y dijo a Tobías:
«Prepárate para el camino, y que ten-
(i) Estos consejos son muy propios de gáis feliz viaje.» Una vez que el hijo
Tobías, varón temeroso de Dios, amante de su preparó lo necesario para el camino,
pueblo y fiel observador de la Lev díjole su padre: "Parte con éste, y
TOBÍAS, 6, 7

Dios, que mora en los cielos, os dé sé que Bagüel no la puede dar a


feliz viaje y un ángel os acompañe.» ningún otro marido, según la ley de
Y camino, yendo con Moisés, o será reo de muerte, porque
se pusieron en
ellos el mozo.
perro del antes que a ningún otro te perte-
16
Su madre, Ana, se puso a llorar, nece a ti la herencia» (1).
13
diciendo a Tobit: "¿Por qué habrás Beplicó entonces el joven al
enviado a nuestro hijo? ¿No era él ángel: «Hermano Azarías: He oído
nuestro báculo, viviendo con nos- que doncella fué dada a siete ma-
la
otros? 17 No tuviéramos nunca ese ridos, y que todos perecieron en la
«'¡ñero, si había de costamos nuestro cámara nupcial; 14 y yo soy hijo úni-
hijo. 18 Hasta el presente el Señor co de mi padre, y temo que si me
nos dió de qué vivir y vivíamos con- acerco a ella voy a morir como los
tentos." 19 Pero Tobit le dijo: «No di- anteriores, porque la ama un demonio
Uas eso, mujer. Volverá sano, y tus ojos y a ella no le hace ningún daño, .pero
lo verán.
20 Porque un ángel bueno a los que se le acercan. Temo
sí ahora
le acompaña, tendrá un viaje feliz que si muero, llevaré al sepulcro a
21 Y ella dejó de m¡ padre y a mi madre, de dolor por
v volverá sano.»
llorar (1). mí, pues no timen otro hijo que les
dé sepultura.» 15 Contestóle el ángel:
«¿No te acuerdas de las palabras que
En viaje hacia Media. tu padre te inculcó, sobre tomar
mujer de tu propio linaje? Escú-
()
1
Siguieron los caminantes
su chame, pues, hermano: Esa será tu
vinje, y llegaron atardecer a
al mujer, y del demonio no te preocu-
las orillas del río Tigris, donde pa- pes, que esta misma noche te será
saron la noche. 2 Bajó el muchacho dada por mujer. 14 Cuando entres
a bañarse, y salió del río un pez que en la cámara nupcial, toma un per-
quería devorarle. 3 Pero el ángel le fumador y pon en él trozos del cora-
dijo: «Cógelo». Cogiólo el joven v lo zón y del hígado del pez, que hagan
sacó a tierra. 4 Díjole el ángel: «Des- humo; 17 que en cuanto lo huela el
cuartiza el pez y separa el corazón, demonio, huirá y no volverá por los
el hígado, con la hiél, y ponlos aparte.» siglos de los siglos. Pero cuando a
5
Hizo el muchacho lo que el ángel ella te acerques, levantaos ambos e
le decía, y asando el pez, comieron. invoead al Dios misericordioso, que
Continuaron su camino y 1U garon os salvará y tendrá piedad de vos-
eerca de Fcbalana. 6 Dijo
el joven otros. No temáis, que para ti está
al ángel: «Hermano Azarías, ¿para qué destinada desde la eternidad, y tú
sirven el corazón y el hígado con la la salvarás e irá contigo, y estoy
hiél del pez?" 7 El le respondió: «Sirven seguro que tendrás de ella hijos.»
para que si un demonio o un espíritu Así que oyó Tobías estas palabras,
le atormenta a uno, quemándolos sintió grande amor por ella y se le
ante él ya no vuelva a molestarle. apegó su corazón. En esto llegaron
* Cuanto a la hiél, sirve para ungir a Ecbatana.
a quien tuviese cataratas, pues con
ella quedará curado.»
lil casamiento de Tobías y .Sara.
• Así que llegaron a Ecbatana,
10 joven: «Hoy, herma-
dijo el ángel al
1
no, habremos de pernoctar en casa ¿ Llegados a casa de Bagüel, les
de Bagiiel, tu pariente, que tiene salió al encuentro Sara, que los
Una hija llamada Sara. Yo le hablaré saludó y ellos a ella, y los introdujo.
para que te la den por mujer, 11 pues * Dijo Bagüel a Edna, su mujer:
a ti te toca su herencia, pues tú «|Cómo se parece este joven a Tobit,
eres ya el único de su linaje; la joven mi primo!» 3 Entonces Bagiiel les pre-
12
es bella y discreta. Oye, pues, lo guntó: «¿De dónde sois, hermanes?»
que voy a hacer: Yo hablaré a su A lo que ellos contestaron: «De los.
padre, y cuando volvamos de Ba- hijos de Neftalí, de los cautivos de
gues celebraremos la boda; pues yo Nínive.» * "¿Conocéis a Tobit, nuestro
hermano?» Bespondiéronle: «Sí que le
(i) Al despedir a los viajeros habíales de-
seado Tobías la compañía de un ángel; ahora (t) El ángel lleva la misión de hacer la feli-
aparece con mis firmeza esa esperanza, aunque cidad de aquellas dos familias y para ello co-
íin «aber aún cómo Dios realizaba tus deseos. mienza con hacer oficio de casamentero
TOBÍAS, 8. 9

conocemos.» «¿Está bien?» 8«Vive y Señor tenga misericordia de nosotros.»


5 Y comenzó Tobías, diciendo: «Ben-
está bien,» contestaron ellos. YTo-
6
bías añadió: «Es mi padre.» Ragüel, dito eres, Dios de nuestros padres, y
saltando, se echó a su cuello y le bendito por los siglos tu nombre
besó, derramando lágrimas. 7 Ben- santo y glorioso. Bendígante los cie-
díjole, diciendo: «Eres hijo de un los y todas las criaturas. 6
Tú hiciste
varón bueno, bonísimo.» Pero al saber a Adán y por ayuda y auxi-
le diste
que Tobit había perdido la vista, se lio a Eva, su mujer; de ellos nació
entristeció hasta derramar lágrimas. todo el linaje humano. Tú dijiste:
8 Edna,
su mujer, y Sara, su hija, No es bueno que el hombre esté
lloraron también; los recibieron cor- solo; hagámosle una ayuda semejante
7
dialmente, sacrificaron un carnero y a él. Ahora, pues, Señor, no llevado
les ofrecieron un suntuoso banquete. de la pasión sensual, sino del amor
9
Dijo luego Tobías a Rafael: «Her- de tu ley, recibo a esta mi hermana
mano Azarías, habla de aquel asunto por mujer. Ten misericordia de mí
de que en el camino tratamos, y que y de ella, y concédenos a ambos lar-
se acabe este negocio.» 10 Expuso Aza- ga vida.» 8 Ella respondió: «Amén.»
rías el asunto a Ragüel, que dijo a 9
Y pasaron ambos dormidos aquella
Tobías: «Come, bebe y alégrate; en noche.»
efecto, a ti te toca recibir a mi hija; Cuando Ragüel se levantó, se fué
pero antes tengo que advertirle una a cavar una sepultura (I), 10 diciendo:
cosa: 11 He dado ya mi hija a siete «Seguro que ha muerto éste también.»
maridos, pero en entrando a ella, en 11 Vuelto Ragüel
a casa, 12 dijo a Edna,
la misma noebe murieron. Tú ahora su mujer: «Manda a una de las siervas
regocíjate.» Mas Tobías contestó: «No que vea si está vivo, para enterrarle
13
gustaré bocado hasta que no resol- si no, y que nadie se entere.» Abrió
váis este negocio y me lo confirméis.» la sierva la puerta, y vio que ambos
12 Dijo
Ragüel: «Tómala desde ahora, dormían. 14 Salió luego, y les comu-
según la ley, pues tú eres su hermano nicó que estaba vivo. 15 Entonces
y a ti se te debe. Que Dios misericor- bendijo Ragüel a Dios, diciendo: «Ben-
dioso os colme de felicidades.» 13 Llamó dito seas tú, Dios, con toda bendi-
a Sara, su hija, y cogiéndola de la ción pura y santa, y bendígante tus
mano, la entregó a Tobías por mujer, santos y todas tus criaturas, y todos
diciendo: «Anda, según la ley de Moi- tus ángeles y todos los elegidos; ben-
sés, tómala y llévala a tu padre.» Y los dígante por los siglos. 16 Bendito tú,
bendijo. 14 Llamó a Edna, su mujer, que me has alegrado, no sucediendo
tomó un rollo, escribió el contrato 10 que yo me temía, sino que has
matrimonial, lo selló, 15 y luego co- obrado con nosotros según tu gran
menzaron a comer. misericordia. 17 Bendito seas tú, que
16 Llamó después
Ragüel a Edna, tuviste misericordia de estos dos hijos
su mujer, y le dijo: «Prepara, her- únicos; ten de ellos piedad, y con-
mana, otra alcoba, y llévala a ella.» cédeles acabar en bien su vida con
Hizo Edna lo que le mandaba, y alegría y misericordia.» 18 mandó a Y
llevó a su hija a la cámara. Lloraba sus siervos rellenar la sepultura.
19
Sara, y enjugando la madre las lá- Hízoles la fiesta de bodas por espa-
grimas de su hija, le decía: 17 «Ten cio de catorce días (2); 20 pues antes ya
buen ánimo, hija: el Señor del cielo le había instado a que no partieran
y de la tierra te dará gracia en vez de hasta terminar los días de la boda.
esta tu tristeza; ten valor, hija mía.,, 21
Pasados, le daría la mitad de su
hacienda, y le dejaría irse en paz a
1
Cuando hubieron terminado de su padre, y el resto lo recibiría cuan-
comer, llevaron a la alcoba a do muriesen él y su mujer.
Tobías. 2 El, recordando las palabras
de Rafael, tomó un brasero; y po- Q 1
Llamó entonces Tobías a Ra-
niendo encima de las brasas el cora- fael y le dijo: 2
«Hermano Azarías,
zón y el hígado del pez, hizo humo. toma contigo un siervo y dos came-
3
El demonio, en cuanto olió aquel
humo, huyó Egipto superior, donde
al íi) Esta conducta precipitada de Ragüel
el ángel le
4
Una vez que que-
ató. pone más de relieve la gracia de Dios en favor
de Tobías.
daron los dos solos, se levantó To- Las solemnidades nupciales solían durar
(2)
bías del estrado, y dijo: «Levántate, siete días, ahora se duplican por lo excepcional
hermana, vamos a orar para que el del caso.
TOBÍAS. 10, 11

líos, y vete a Ragúes de Media, a vuestros hijos antes de morir.» 13 Y a


casa de Gabael, y cóbrame el dinero su hija le dijo: «Honra a tus suegros,
y tráele a él a la boda; 3 pues Ragüel que ellos son ahora tus padres, y
me ha pedido con instancia que no tenga yo buenas noticias de ti.» Y la
me vaya, * y mi padre estará con- besó. Edna dijo a Tobías: «Hijo mío,
tando los días, y si ve que tardo que el Señor del cielo te dé una vuelta
mucho, morirá de pena.» feliz, y a mí ver a los hijos de Sara,
6 Partió Rafael,
y se hospedó en mi hija, para que me alegre en pre-
casa de Gabael, a quien dió su recibo. sencia del Señor. Yo te la doy como
Trajo Gabael los talegos sellados, y en depósito, mi hija es, no le des
6
se los entregó. Madrugaron, y jun- mala vida.»
tos vinieron ala boda, bendiciendo
Gabael a Tobías y a su mujer. 11 1
Al punto se puso Tobías en
camino, bendiciendo a Dios, que
le había dado tan feliz viaje, y hendi
Ansiedades de lo* padres de ciendo también a Ragüel y a Edna,
Tobías. su mujer. Así caminaron hasta llegar
cerca de Nínive. 3 Entonces dijo Ra-
1 A
" Entretanto Tobit, su padre,
1
fael a Tobías: «Bien te acordarás, her-
•*
contaba los días que podía durar mano, de cómo hemos dejado a tu
el viaje; y cuando éstos se pasaron y padre. 3 Vamos a adelantarnos nos-
vió que no volvía su hijo, 2 comenzó otros a tu mujer, para prepararle.
4
a decir: «Tal vez están retenidos por Lleva contigo la hiél del pez.» Par-
la cobranza del dinero, o acaso ha tieron ellos, siguiéndolos el perro.
5
muerto Gabael y no hay nadie que Entretanto Ana, sentada, miraba
se lo entregue." 3 Yse entristecía so- hacia el camino, para ver si descubría
bremanera. 4 Su mujer le decía: «Sin a su hijo. 6 Cuando creyó verle venir,
duda que ha perecido nuestro hijo, dijo al padre: «Mira, viene nuestro
porque tarda mucho.» Y comenzaba a hijo, y con él su compañero.
7
llorarle, diciendo: 5 «|Ay de mí, hijo Rafael dijo a Tobías: «Estoy se-
míol ¿Por qué te dejé ir, luz de mis guro de que tu padre recobrará la
8 Untale los ojos con la hiél;
ojos?» (1). 8 Tobit le decía: «Calla, no te vista.
apures, seguro que está bien.» 7 Pero al escocerle se frotará, se despren-
ella replicaba: «Calla, no pretendas derán las cataratas, y verá.»
9
engañarme, seguro que ha muerto.» Ana, corriendo, se arrojó al cuello
Y todos los días iba al camino por de su hijo, diciéndole: «¡Ya te veo,
donde se fué, pasando el día sin tomar hijo míol ¡Ahora ya puedo morirla
bocado, y la noche llorando sin cesar Y ambos lloraban. 10 Salió Tobit a la
a Tobías, su hijo. puerta y tropezó; pero el hijo corrió
a él, 11 y cogiéndole, derramó la hiél
sobre sus ojos, diciendo: «|Animo, pa-
I.a vuelta a >-iis padrea. dre!» 13 En cuanto le escocieron los
ojos, se frotó, 13 y se desprendieron las
8
Cumplidos los catorce días de la escamas. Al ver a su hijo se arrojó a
boda, que Ragüel le había rogado que su cuello, 14 y llorando, dijo: «]Bendito
pasase con ellos, dijo Tobías a Ra- tú, oh Dios, y bendito sea tu nombre,
güel: «Déjame partir, que mis padres y benditos también todos tus santos
habrán perdido ya la esperanza de ángeles, 15 porque después de azo-
volver a verme.» tarme has tenido misericordia de mí,
9
Pero su suegro le respondió: «Qué- y veo a Tobías, mi hijo!»
date aquí, y yo enviaré un mensajero Entró su hijo contento, y refirió
a tu padre para darle noticias de ti.» a su padre todas las maravillas que
10 Mas Tobías insistió: «Déjame ir a habían sucedido en Media.
le
mi padre.» 11 Entrególe luego Ragüel 18
Salió Tobit a las puertas de Ní-
su mujer, Sara, y la. mitad de la ha- nive, al encuentro de su nucía, con-
cienda, siervos, ganados y dinero; tento y bendiciendo a Dios. Y cuan-
18
y al despedirlos, los bendijo, di- tos le veían se maravillaban de verle
ciendo: «Que el Dios del cielo os dé andar sin lazarillo. 17 Tobías alababa
feliz viaje, hijos míos, y que vea yo delante de ellos u Dios, porque había
tenido misericordia de él. Asi que
(i) Como en la partid?, la desconfianza de llegó Tobit a Sara, su nuera, la ben-
Ana hace resaltar la f» y confianza de Tobfa». dijo, diciendo: «Rien venida Reas, hija
TOBÍAS 12, 13

mía. Bendito sea Dios, que te ha buena obra, antes contigo estaba yo.
14 Por eso me envió Dios a curarte
traído entre nosotros, y benditos sean
16 Yo soy
tus padres.» Fué todo esto motivo de a ti, y a Sara, tu nuera.
alegría para sus hermanos en Ninive. Rafael, uno de los siete santos ánge-
18 Llagaron Akikar
y Nasbes, su her- les, que presentamos las oraciones de
mano, 19 y durante siete días se cele- los justos y tienen entrada ante la
braron con regocijo las bodas de majestad del Santo.»
16 Los dos se quedaron turbados,
Tobías.
y cayeron 17sobre su rostro, llenos de
temor (1). El les dijo: «No temáis; la
La revelación del ángel. paz sea con vosotros. Bendecid a
Dios siempre; pues no he venido por
I
cy
1
Llamó Tobit a Tobías y le mi voluntad, sino por la de Dios,
I — dijo: «Mira, hijo mío, el salario por lo que a él debéis bendecir siem-
que has de dar a ese hombre que ha pre. 18 Todos los días me hacía ver
ido contigo, y lo que conviene aña- de vosotros; no comía ni bebía, lo
dirle.» 2 «Padre, contestó él, no me pa- que vosotros veíais era una aparien-
19
rece mucho darle la mitad de lo que cia. Ahora alabad a Dios, que yo
he traído; 3 pues me ha vuelto sano, me subo al que me envió y poned por
curó a mi mujer, cobró el dinero, y escrito todo lo sucedido.»
a ti también te ha curado.» 4 Respon- 20 Se levantaron, pero no le vol-

dió el anciano: «Todo se lo merece.» vieron a ver. 21 Y confesaron las gran-


5
Y llamando al ángel, le dijo: «Toma dezas y maravillas de Dios y cómo el
la mitad de todo lo que habéis traído, ángel se les había aparecido.
y vete en paz» (1). 6 Entonces, el ángel
llamando a los dos aparte, les dijo:
«Bendecid a Dios y glorificadle, en- Cántico de alabanza.
salzadle, pregonad a todos los vivien-
tes lo que ha hecho con vosotros, I o 1
Y Tobit, en un transporte de
7
pues bueno es bendecir a Dios y * *' júbilo, escribió una oración, v
'

ensalzar su nombre, pregonando sus dijo (2):


obras. No
canséis de confesarle.
os «Bendito sea Dios, que vive por los
Habéis hecho el bien y nada malo siglos,
8 Buena
os pasará. es la oración con por todos los siglos permanece su
el ayuno, y la limosna con la justicia. reino.
Mejor es poco con la justicia (2) que 2 Porque
El azota y se compadece,
mucho con la iniquidad. Mejor es dar lleva al sepulcro y* saca de él.
limosna que acumular tesoros; 9 pues Nadie hay que escape de su mano.
la limosna libra de la muerte y lim- 3
Confesadle, hijos de Israel, ante
pia de todo pecado. Los que practi- las naciones,
can la misericordia y la justicia serán pues El nos dispersó entre ellas.
colmados de felicidad, 10 mientras 4 Pregonad aquí su majestad,

que los pecadores son enemigos de su ensalzadle ante todos los vivientes,
propia dicha. 11 Nada os quiero ocul- que El es nuestro Señor y nuestro
tar. Ya os lo he dicho: Bueno es guar- Dios,
dar los secretos del rey, pero es glo- El nuestro Padre por los siglos de
rioso revelar las obras de Dios. los siglos.
12 6
Cuando orabais tú y tu nuera, Nos azota por nuestras iniqui-
Sara, yo presentaba ante el Santo dades,
vuestras oraciones. Cuando enterra- y luego se compadece, y nos reunirá
bas a los muertos, también yo te de las naciones en que nos ha dis-
13
asistía. Cuando sin pereza te levan- persado.
tabas, y dejabas de comer para ir a
sepultarlos, no se me ocultaba esa . (1) Según el sentir tradicional, nadie puede
ver a Dios sin morir y esto se extendía tamb án
(1) Es grande la generosidad de Tobías a la vista de los ángeles. Por eso padre e hijo
El compañero de su hijo se lo merece todo; se turban y temen, y el Angel los tranquiliza.
que lleve, pues, siquiera la mitad de lo que (2) En este cántico resaltan las esperanzas
por él adquirieron. de todo buen israelita. El Señor en su justicia
(2) Hermosa perspectiva para los justos, castiga los pecados de su pueblo, pero en su
cuyas oraciones y buenas obras son presentadas misericordia tendrá piedad de él, le volverá a
por los ángeles a Dios, que generosamente los la patria y hará resurgir a Jerusalén. centro del
remunera. reino mesiánico
|9(J TOBÍAS, 14

e
Si os convertís a El de todo co- porque Jerusalén con zafiros y es-
razón y con toda vuestra alma, meraldas será reedificada,
para practicar la verdad en su pre- con piedras preciosas sus muros,
sencia, y con oro puro sus torres y sus al-
entonces se volverá a vosotros, menas.
18 Y las plazas
y no os ocultará su rostro. de Jerusalén serán
7
Contemplad ahoraque ha hecho
lo pavimentadas
con nosotros, de berilo y rubí y piedra de Ofir,
dadle gracias a boca llena, y todas sus calles dirán: jAleluya,
bendecid al Señor de la justicia, bendito sea Dios, que te ensalzó,
y ensalzad al Rey de los siglos. por todos los siglos!»
8 Yo le confesaré en la tierra de

mi cautiverio
y prpgonaré su poder y su majes- Conclusión de la historia.
tad al pueblo pecador.
Convertios, pecadores, y practicad 1 A Terminó Tobit su canto de
1

la justicia delante de El, alabanza. 2 Era de cincuenta y


quizá tenga misericordia de nos- ocho años cuando perdió la vista,
otros. que recobró al cabo de ocho años.
9
Yo ensalzo a mi Dios, Rey de los Haciendo limosnas, proseguía en te-
cielos, mer al Señor Dios y en darle gracias.
mi alma se regocijará en su gran- 3
Siendo ya muy viejo, llamó a su
deza. hijo y a los hijos de éste, y les habló
10 Hablen todos y confiésenle en así:
Jerusalén. «Hijo, yo estoy ya muy viejo, y
11
Jerusalén, la ciudad del Santo. para partir de esta vida. Toma a tus
Por las obras de tus hijos te azotará, hijos 4 y vete a la Media, pues estoy
pero de nuevo se compadecerá de persuadido de que cuanto dijo el
los hijos de los justos. profeta Jonás sobre Nínive, se- cum-
ls
Confiesa dignamente al Señor, plirá y será destruida. En la Media
y bendice al Rey de los siglos, habrá más paz hasta un determinado
para que de nuevo sea en ti tiempo. Pasado éste, nuestros her-
edificado su tabernáculo con ale- manos que moran en la tierra feliz
gría, serán dispersados. Jerusalén quedará
para que alegre en ti a los cautivos, desolada y la casa de Dios entregada
y muestre en ti su amor hacia los a las llamas, durando la desolación
desdichados, hasta cierto tiempo; 8 pero otra vez
por todas las generaciones y gene- Dios se compadecerá de ellos y los
raciones. volverá a su tierra, y edificarán la
u Pueblos numerosos vendrán de casa, aunque no como la primera,
lejos, hasta que se cumplan los tiempos.
al nombre del Señor, nuestro Dios, Después de esto volverán de la cauti-
trayendo ofrendas en sus manos, vidad y edificarán a Jerusalén magní-
ofrendas para el Rey del cielo. ficamente, gloriosamente, como de
Las generaciones de las generacio- ella han dicho los profetas. * Todas
nes exultarán en ti. las naciones se convertirán de veras
14 Malditos todos los que te abo- al temor del Señor Dios, y enterra-
rrecen , rán sus ídolos. 7 Bendecirán todas
y benditos para siempre todos los las naciones al Señor, y su pueblo
que te aman. le dará gracias, y el Señor ensalzará
15 Alégrate
y salta de gozo por los a su pueblo, y se alegrarán todos los
hijos de los justos, que aman al Señor Dios en verdad
que serán congregados, y al Señor y en justicia, practicando la miseri-
de justos bendecirán.
los cordia hacia sus hermanos.
18
Dichosos los que te aman; 8
«Vete, pues, hijo mío, de Nínive,
en tu paz se alegrarán. porque enteramente se cumplirá lo
Dichosos cuantos se entristecieron que dijo el profeta Jonás. * Pero tú
por tus azotes, guarda la ley y los preceptos, sé mi-
pues en ti se alegrarán, sericordioso y justo, y serás feliz.
10 Dame digna sepultura
contemplando tu gloria y a tu madre
v se regocijarán para siempre. después conmigo, y no te quedes más
17 Bendice, alma mía, al Dios grande en Nínive. Hijo mío, mira lo que
TOBÍAS, 14

hizo Nadán a Akikar, que le había mujer y todos sus hijos a Ecbataua,
criado; cómo le llevó de la luz a las a casa de Ragüel, su suegro. 13 Tuvo
tinieblas,y cuan mal le pagó. Pero Dios Tobías una buena ancianidad y se-
salvó a Akikar, y aquél recibió su pultó a sus suegros honrosamente,
merecido bajando a las tinieblas. heredando su hacienda y la de To-
Por haber practicado la limosna, fué bit, su padre (1). 14 Murió en Ecbatana
sacado del lazo de muerte, que le de Media, a la edad de ciento vein-
había puesto, mientras que Nadán tisiete años. 15 Antes de morir tuvo
cayó en la trampa y pereció. 11 Ved, noticia de la ruina de Nínive, cuyos
hijos, lo que hace la limosna, y cómo habitantes llevaron cautivos Nabuco-
la justicia es salud.» donosor y Asuero, y se alegró de la
Diciendo esto, dió su alma en el suerte de Nínive, antes de morir.
lecho. Tenía ciento cincuenta y ocho
años, y le dieron honrosa sepultura. (i) En Tobías se realiza la sentencia de ver
12
Cuando murió Ana, la sepultó con a sus hijos hasta la cuarta generación, muriendo
su padre: y partió Tobías con su lleno de días.
INTRODUCCION AL LIBRO DE JUDIT

n ECI BE el libro su nombre de la heroína que es el personaje principal de la


* *- El argumento sería un episodio importante de la historia de las naciones
obra.
orientales, y principalmente del pueblo israelita. Un rey de Nínive, capital del
imperio asirio, por nombre Nabucodonosor, siente ansias de ser reconocido, no
sólo por soberano, sino también como dios, y por dios único de todos los pueblos.
Para lograr su propósito empieza por dirigir un mensaje, que es a la vez ulti-
mátum. Es el mensaje rechazado, y se viene entonces a los medios de fuerza. Lo-
grada la victoria contra un cierto Arfacsad, rey de Media, el primer general de
los ejércitos asirios, Holofernes, se pone al frente de ciento veinte mil infantes,
doce mil caballos, mas un ejército numeroso de tropas auxiliares que se le van
agregando, con el encargo de someter el resto de las naciones a la obediencia
y culto de Nabucodonosor. Y, en efecto, la expedición, aunque geográficamente
nada clara, procede con gran éxito hasta venir a enfrentarse con Irsael por
el norte de la región de Samaría.
Hacía poco que el pueblo de Dios había vuelto del cautiverio y había res-
taurado la ciudad de Jerusalén con su santuario y repoblado el resto de la
tierra. La nación samaritana no parece existir. Vive el pueblo tranquilo, bujo
el gobierno del sumo sacerdote .y de un senado de ancianos (gueraria), muy
confiados en la prolección del Señor, por la fiel observancia de su alianza. El
ataque, de los asirios se dirige contra la ciudad de Betulia ( Betilina ), que a
pesar de los detalles que se dan en 4, 4-8, no se ha logrado identificar. Más de
un mes resiste el asedio de tan poderoso ejército; hasta que Judit sale de la
ciudad, engaña al generalísimo asirio y le da muerte, causando la dispersión
de todas sus fuerzas.
Los exégelas encuentran dificultades para encuadrar los episodios narrados
194 JUDIT, 1

en este libro en la historia general de los pueblos orientales. Algunos los colocan
en tiempos ne Asurbanípal, otros en los de Arlajerjes o en los de Epijanes.
Tampoco están del todo conformes, aun los católicos, en determinar el género
literario de este librilo; asunto que debe resolverse en conformidad con la lumi-
nosa doctrina expresada en la citada Encíclica de Pío XII, Divino Afilante
Spiritu, empezando por resolver el problema critico de la conservación del texto
primitivo.
En conducta de Judit hay cosas que la moral cristiana no justifica. Santo
la
Tomás recomiendan algunos en la Sagrada Escritura, no por
dice de ellas: «Se
la perfección de su virtud, sino por cierta índole virtuosa, es decir, por cirto
afecto laudable, los que movía a ejercitar cosas ilícitas. Así es alabada Judit, no
por haber mentido a Holofernes, sino por el afecto que a ello la indujo, es decir,
el amor a su pueblo, por el cual se expuso al peligros (Sum. Theol. II, II,
q. 110 a. 3 ad 3).
Del autor del libro nada podemos afirmar, sino que era un judio, conoce-
dor de las Escrituras, lleno de fe en los deslinos de su nación, devoto de la ley,
que escribió en hebreo o arameo, hacia el fin del judaismo, un siglo o dos antes
de Jesucristo.
Se desconoce el texto original, y las versiones que nos quedan se dividen
en dos grupos. Forman el primero los diversos códices de la versión griega,
la antigua ítala y la versión siriaca, de la griega derivadas. El segundo grupo
lo forma la versión de San Jerónimo, que tenemos en la Vulgata, de la cual
dice el autor en su carta-prólogo: «Al hacer este trabajillo he traducido más bien
sentido de sentido que de la palabra la palabra. He prescindido de las numerosas
divergencias de los códices, dando en latín sólo aquello que del texto caldeo logré
sacar en limpio." Resulta, pues, que la versión del santo Doctor está hecha de
los textos árameos en la forma que él mismo dice. Para la nuestra hemos to-
mado por base el texto griego, publicado en la edición que Sixto V hizo de los LXX
(Cfr. Intr. Gral.)

JU I T
Arfacsad, rey de Ecbatana. Mensaje de Nabucodonosor a las
1
naciones y {]ucrr¡i contra Aríaesnd.
Era el año duodécimo del rei-
I nado de Nabucodonosor, que * En aquellos días combatió Na-
reinó sobre los asirios en la gran ciu- bucodonosor contra Arfacsad en la
dad de Ninive, en los días de Arfac- gran planicie, esto es, en los confines
sad, que reinó sobre los medos en de Ragáu. 8 Le habían salido al paso
Ecbatana, 3 a la que rodeó de un todos los habitantes de la montaña,
muro construido de piedras labradas, todos los ribereños del Eufrates, del
de tres codos de ancho y seis de largo, Tigris y del Hidaspes; y en la llanura
siendo la altura del muro de setenta de Arioc, el rey de los Elamitas y
codos y de cincuenta su anchura. muchísimos pueblos se juntaron para
3 Levantó también torres en las puer- hacer frente a los hijos de Jeleal,
tas, hasta la altura de cien codos, (caldeos). 7 Después mandó sus fuer-
y el ancho de sus cimientos era de zas Nabucodonosor, rey de los asirios,
sesenta codos. * Construyó sus puer- !
contra Pcrsia, contra todos los habi-
tas, que se levantaban hasta setenta tantes del Occidenlc, contra Cilicia,
codos, siendo su ancho de cuarenta, Damasco, el Líbano y el Antillbano,
para dar paso a sus fuerzas poderosas contra cuantos moran en la costa del
y a la muchedumbre de sus infantes. mar, 8 contra los del Carmelo, contra
JUDIT, 2 19Ó

Galaad, Galilea la alta, contra la gran i codonosor, rey de los asirios, a Holo"
llanura de Esdrelón, * y los moradores fernes, general de su ejército, que era
de Samaria y sus ciudades, contra el segundo después de él, y le dijo:
6
el otro lado del Jordán hasta Jerusa- «Esto ordena el rey grande, el
lén, Betona, Quelos, Cades, contra el Señor de toda la tierra: En saliendo
rio de Egipto, Tafnis, Rameses y toda de mi presencia, tomarás contigo
la tierra de úuesen, 10 hasta por en- hombres que confíen en sus fuerzas;
cima de Tafnis y de Menfis, y todo de infantes hasta ciento veinte mil,
Egipto hasta los confines de Etiopía. y caballos con sus jinetes, doce mil;
11 Despreciaron todos 6
los moradores e invadirás toda la tierra del Occi-
de la tierra el mensaje de Nabucodo- dente, por haber desobedecido la orden
de mi boca. 7 Les intimarás que me
j

nosor, rey de los asirios, y se apresta-


ron para hacerle la guerra, porque no preparen la tierra y el agua, porque
le temían, pues era a sus ojos como en mi furor saldré contra ellos y cu-
un hombre cualquiera. 12 ¡Se irritó briré toda la haz de la tierra con los
grandemente Nabucodonosor contra ¡
pies de mis soldados, y se la entre-
todas estas gentes, y juró por su trono garé al saqueo; 8 y sus heridos llena-
y por su señorío que tomaría venganza rán los barrancos y los torrentes, y el
de todos los confines de Cilicia y de ¡
río se desbordará lleno de sus muertos;
Damasco y de Siria, y que aniquilaría 9
y conduciré sus cautivos hasta los
con su espada a todos los moradores extremos confines de la tierra. 10 Em-
de Moab, y a los hijos de Ammón y pezarás por ocupar todo su territorio,
a toda la Judca y a todos los que y como se te rendirán, me los reser-
moran en Egipto, hasta los confines vas para el día de su castigo. 11 Mas
de losdos mares. para los rebeldes no haya perdón,
11
Había puesto en movimiento sus sean entregados a la muerte, y al
fuerzas contra el rey Arfacsad, en el saqueo toda su tierra. 12 Por mi vida
año diecisiete; le venció en batalla y por la fuerza de mi imperio, que
campal y aniquiló todo el poder de cuanto dije lo ejecutan: por mi mano.
Aríacsad, toda su caballería y todos No dejes de cumplir ni una palabra de
sus carros, 12 y se apoderó de sus ciu- tu señor, antes las ejecutarás exacta-
dades, llegando hasta Ecbatana, ha- mente, según te lo ordeno y sin di-
ciéndose dueño de sus torres y devas- lación.»
tando sus calles y convirtiendo en 13
Partió Holofernes de la presen-
oprobio toda su belleza. 13 Se apoderó cia de su señor, y tomó consigo a
de Arfacsad en las montañas de Ra- todos los magnates, generales y capi-
gáu, y le atravesó con sus propias tanes del ejército asirio; 14 pasó revista
armas y acabó con él. 14 Vuelto Na- a las tropas escogidas para la guerra,
bucodonosor a Nínive con todo su según le había ordenado su señor,
ejército y con todos los que se le hasta ciento veinte mil infantes y
habían unido, muchedumbre incon- doce mil arqueros a caballo, y los
table de guerreros, descansó allí y ordenó como se ordena la muche-
banqueteó con su ejército por espacio dumbre guerrera. 15 Tomó, además,
de ciento veinte días. camellos, asnos y mulos, para la im-
pedimenta, en cantidad muy grande;
ovejas, bueyes y cabras, para su apro-
Guerra contrallas naciones. visionamiento, y vituallas en cantidad
para toda la gente, y asimismo mucho
1
.y El año dieciocho, el veintidós del oro y plata del tesoro del rey.
— primer mes, corrió la voz en el 16 Luego
se puso en marcha con
palacio de Nabucodonosor, rey de todo su ejército; y adelantándose al
los asirios, de que iba a tomar ven- rey Nabucodonosor, cubrió toda la
ganza de toda la tierra, como lo haz de la tierra, hacia el Occidente,
había dicho. 2 Llamó a todos sus ofi- con sus carros, jinetes e infantes esco-
ciales y atodos sus grandes, y confirió gidos, y una abigarrada muchedum-
con. cilos sus secretos planes, resol- bre como la langosta, incontable como
viendo poner en ejecución toda la el polvo de la tierra, que se les agregó.
17
maldad que había proferido su boca Partieron de Nínive, caminando du-
contra la tierra. 3 fueron de parecer rante tres días por la llanura de Bec-
que se destruyese a cuantos no se telet y asentó su campamento, desde
sometieran a los decretos del rey. Bectelet hasta cerca de la montaña,
4
Terminado el consejo, llamó Nabu- a la derecha de la Cilicia superior.
JUDIT. 3, 4

18 Y tomando todo su ejército, sus nes,y le invocaran como a dios toda»


infantes, sus jinetes y sus carros, laslenguas y todas las tribus. 8 Lle-
partió de allí en dirección a la mon- gado al llano de Esdrelón, cerca de
19
taña. Rompió por Put y Lud, de- Dotan, frente a la gran llanura de
vastó a los hijos de Rarses y a los de Judá, asentó su campo entre Gaba
Ismael, que habitan los linderos del y Escitópolis, donde permaneció un
desierto, hacia el mediodía de los mes esperando toda la impedimenta
Quelos. 20 Pasó el Eufrates; y atra- de su ejército.
vesando la Mesopotamia, tomó por
asalto todas las ciudades fuertes del
torrente Abrona, hasta el mar. 21 Se Llega la guerra a Judá.
apoderó de todo el territorio de Cilicia,
derrotando a cuantos se le opusieron, 1
Asi que los hijos de Israel que

y llegó hasta los confines de Jafct, •I moraban en Judá oyeron todo


por la parte del mediodía, enfrente cuanto había hecho a los gentiles Ho-
de la Arabia. 22 Cercó a todos los lofernes, general en jefe del ejército
hijos de Madián, dió al fuego sus tien- de Nabucodonosor, rey de los asirios,
das y saqueó sus apriscos. 23 Descen- y cóirn había saqueado todos los
dió luego al territorio de Damasco, templos y los había destruido, 2 sin-
en los días de la recolección del trigo, tieron grandísimo miedo y se turba-
incendió todos los campos, destruyó ron por Jerusalén y por el templo del
sus rebaños y vacadas, saqueó sus Señor, su Dios ( 1); 3 pues recientemente
ciudades, asoló sus campiñas, e hirió habían subido de la cautividad, y
toda su juventud al filo de la es- hacía poco que se había reunido todo
pada. 24 'temor y temblor se apoderó el pueblo de Judea, y el mobiliario y

de toda la costa, de los moradores de el altar y la casa habían sido santi-


Sidón y de Tiro, y de los habitantes ficados después de su profanación.
de Acco. Los habitantes de Azoto 4 Enviaron, pues, a toda la región de

y Ascalón se* llenaron asimismo de Samaría, y sus aldeas, Betorón, Bel-


miedo. maisi, Jericó, Joba, Aisora y el valle
de Solum: 6 y ocuparon todas las cimas
„ 1
Y le enviaron rrtensaj sros con de los montes altos y amurallaron
.) propuestas de paz, diciendo: «Mira, sus aldeas, y se aprovisionaron de vi-
nosotros somos siervos del rey grande tuallas en previsión de la guerra, pues
Nabucodonosor, nos postramos en tu recientemente habían recogido la co-
presencia, para que hagas con nos- secha de sus campos.
* Escribió Joaquim, que por aque-
otros según tu arbitrio (I). 2 Nuestras
majadas y todos nuestros trigales, llos días era sumo sacerdote en Jeru-
nuestros rebaños y vacadas, y los salén, a los moradores de Betulia y
apriscos de nuestros ganados, todo de Bct-Orrestaim, enfrente de Esdre-
está a tu disposición, dispon de lodo lón, ante la llanura que está junto a
según te plaza. 3 Y nuestras ciudades Doraitn, 7 diciéndolcs que resistiesen
con sus moradores, siervos tuyos son; en las subidas de la montaña, pues
Ven y haz con ellos como bien te pa- por ellas era el acceso a Judea, y como
reza.» 4 Llegados los hombres a Holo- éste era estrecho, sería fácil aím a
fernes, le hablaron en esta forma. sólo dos hombres impedir el paso a
8 Ejecutaron
6 Descendió él con su ejército a la los que llegaban. los
costa y puso guarniciones en las ciu- hijos de Israel las órdenes de Joaquim,
dades fuertes, y de ellas enroló en su el sumo sacerdote, y del senado de

ejército gente cscog da. • Toda la todo el pueblo de Israel, que tenía su
región le recibió con coronas, danzas asiento en Jerusalén.
7 • Todos los hijos de Tsrael clamaron
y panderos. Devastó todo su terri-
torio v taló sus bosques sagrados, y con gran instancia a Dios y se humi-
10 ellos, sus
ordenó destruir todos los dioses de llaron con gran fervor;
aquella tierra, para que sólo a Nabu- mujeres y sus hijos, todos los extran-
codonosor adorasen todas las nacio- jeros o jornaleros, y sus esclavos, vis-
tiéronse de saco. 11 Todos los israelitas,

(i) El autor hace resaltar el temor y el ser-


vilismo de los pueblos gentiles, que a todo se (i) También pero no tanto por
Israel teme,
cuanto por el Santuario
Ciudad Santa y
acomodan en contraposición a Israel, que, con- si, la

fiado en su Dios, resiste hasta lograr la humi- de Dios, que acababan de levantar, y por el
llación del invasor. culto divino que hacia poco hablan restaurado.
JUDIT 5
497
,

las mujeres y los niños, los morado- te dirá la verdad acerca del pueblo
res de Jerusalén, se postraron ante que habita estas montañas próximas
el santuario, cubrieron de ceniza sus a donde tú estás, que no saldrá men-
cabezas, mostraron sus sacos ante tira de la boca de tu siervo. 4 Este
el Señor, y revistieron de saco el altar. pueblo es originario de Caldea. 5 Ha-
M Todos a una clamaron al Dios de bitaron primero en la Mesopolamia;
Israel, pidiéndole con ardor que no y por no seguir a los dioses de 6sus
entregase al saqueo sus hijos, ni diese padres, que vivían en la Caldea, la
sus mujeres en botín, ni las ciudades abandonaron y dejaron su culto para
de su heredad a la destrucción, ni el adorar al dios del ciclo, el dios
santuario a la profanación y el opro- que se les había dado a conocer.
bio, regocijando a los gentiles (1). Los padres los arrojaron de la presen-
13 Escuchó el Señor sus clamores cia de sus dioses, y ellos huyeron a
y miró su aflicción. Ayunaba el pue- Mcsopotamia, donde habitaron mu-
blo todos los días en Judea y en chos días. 7 Les dijo su dios que sa-
Jerusalén, ante santuario del Señor
el lieran de sus moradas, y se encami-
14
Joaquim, sumo sacer- naran a la tierra de Canán, donde
Omnipotente.
dote, y todos los sacerdotes que asis- peregrinaron, enriqueciéndose de oro
8
tían en la presencia del Señor y le y plata y muchos rebaños. Bajaron
servían, ceñían de saco su cintura a Egipto, porque el hambre había
al ofrecer el holocausto perpetuo y invadido la tierra de Canán, y se
los votos y las ofrendas del pueblo, instalaron allí, donde hallaron alimen-
16
y echaban ce liza sobre sus tiaras, y to, multiplicándose hasta hacerse in-
clamaban al Señor con todas sus contable su número. 9 Pero se le-
fuerzas, pidiendo que se dignase visi- vantó contra ellos un rey de Egipto,
tar a toda la casa de Israel. que los oprimió con trabajos de
hacer ladrillos, y los humillaba, con-
virtiéndolos en esclavos. 10 Clamando
Actitud de Holofcrncs ante la
a su dios, hirió éste toda la tierra
resistencia de Israel.
de Egipto con plagas, para las cuales
1
Llegó a noticias de Holofernes, no había cura, hasta que los arro-
5 generalísimo del ejercito asirio, jaron los egipcios de su presencia.
que los hijos de Israel se preparaban 11 Secó su dios el Mar Rojo delante
para la guerra; que habían cerrado de ellos, 12 y los encaminó al Sinaí
las entradas de las montañas, fortifi- y a Cadesbarne; y arrojando a todos
cando todas las cumbres de los mon- jos que moraban en el desierto, 13 ha-
tes altos, y colocando barreras en el bitaron en la tierra de los amorreos,
llano. 2 Montando en cólera, llamó a y con su poder aniquilaron a todos
todos los príncipes de Moab, a los los habitantes de Hcscbón. Atrave-
capitanes de Ammón y a todos los saron luego el Jordán y se posesio-
sátrapas de la corte, y les habló en naron de la montaña; 14 hicieron huir
estos términos (2): «Decidme, hijos de delante de ellos a los cananeos, a los
Canaan, ¿qué pueblo es ése que mora fereceos, a los jebuseos, a los sique-
en las montañas? ¿Qué ciudades ha- mitas y a todos los giergueseos, y
bitan? ¿Cuál es el número de sus sol- habitaron en esta tierra mucho tiem-
dados? ¿En qué está su fuerza y su po. 15 Todo les fué bien mientras
poder? ¿A quién tienen por rey y no pecaron contra su dios, porque
jefe de su ejército? ¿Por qué desdeñan éste, que aborrece la injusticia, estaba
venir a mi encuentro, a diferencia de con ellos. 16 Pero cuando se apartaron
todos los moradores del Occidente?» del camino que les había señalado,
luego fueron destruidos con muchas

guerras, y llevados cautivos a tierra


Discurso de Aquior. extraña, y el templo de su dios con-
3
Le contestó Aquior, jefe de los vertido en ruinas, y sus ciudades ocu-
hijos de Ammón: «Escuche mi señor padas por los enemigos. 17 Ahora, que
una palabra de boca de tu siervo, y se han convertido a su dios, han su-
bido de la región en donde estuvieron
(i) Ante el peligro que les amenazi, su re- dispersos, y se apoderaron de Jeru-
curso es a Dios, a quien todos oran haciendo
salén donde está su santuario, y se
penitencia.
(a) La actitud del caudillo enemigo se ajusta establecieron en la montaña, que es-
a la de su representado y su orgullo al del taba despoblada. 18 Ahora, pues, due-
soberano que le envía. ño y señor: ¿Hay escándalo en este
JUDIT. 6

pueblo? Si hay en él alguna culpa o tenido en. este día de tu insensatez,


pecado contra su dios, entonces su- no volverás a ver mi rostro hasta
bamos, que los derrotaremos. 19 Pero que yo no haya castigado a esa na-
si no hubiese en ellos iniquidad, pase ción de huidos de Egipto. 6 Cuando
de largo mi señor, porque su dios yo vuelva, atravesará tu cuerpo el
los protegerá y será con ellos, y ven- hierro de mi ejército, y la muchedum-
dremos a ser objeto de oprobio ante bre de mis lanceros tu costado, y
toda la tierra» (1). caerás bañado en tu sangre. 7 Mis
20 Y así que acabó Aquior de pro-
siervos te llevarán a la montaña, y
nunciar estas palabras, todo el pueblo, te pondrán en una de las ciudades
que estaba en torno de la tienda, de la subida, 8 y no perecerás hasta
rompió en murmullos de reprobación. que con ellos seas aniquilado. 8 Ya
Los magnates de Holofernes y todos que tan firme esperanza tienes de
los moradores de la corte y de la que no sean conquistados, no se abata
región de Moab, pidieron que Aquior tu rostro. De cuanto he dicho, ni una
fuese descuartizado. 21 Porque nunca palabra caerá en el vacío.»
temeremos, decían, nada de los hijos 10 Luego ordenó Holofernes a los

de Israel. Es un pueblo sin ejército, siervos que estaban a su lado en la


sin fuerza para sostener una lucha tienda, que tomasen a Aquior y le
dura. 22 Subamos, pues, y serán pasto llevaran a Betulia, entregándole a los
de todo tu ejército, señor Holofernes. israelitas. 11 Cogiéronle los siervos de
Holofernes y le condujeron fuera del
campamento, que estaba en el llano,
y le llevaron del llano a la montaña,
Fruto inmediato del discurso de a las fuentes que están situadas por
Aquior. debajo de Betulia. 12 En cuanto los
de la ciudad los vieron, tomaron sus
1
En cuanto cesó el tumulto de armas y salieron a la cima del monte.
6 lasgentes que rodeaban al conse- Los honderos se mantuvieron en sus
jo, dijo Holofernes, general en jefe puestos y arrojaron piedras sobre los
del ejército asirio, a Aquior, y a los asirios. 13 Pero ellos, ocultándose en
moabitas, en presencia de todo el los repliegues de la montaña, ama-
pueblo extranjero: "¿Quién eres tú, rraron a Aquior y le abandonaron a
Aquior, y vosotros, mercenarios de raíz del monte, volviéndose a su amo.
14 Bajaron de la ciudad los hijos
Efrafm, para profetizar como lo ha-
béis hecho hoy, diciendo que no lu- de Israel, dieron con él y le desata-
chemos contra la nación israelita por- ron, y llevándole a Betulia, le entre-
que la proteje su Dios? 2 ¿Qué dios garon a los jefes de la c udad. 15 Eran
hay, si no es Nabucodonosor? 3 Este éstos en aquellos días Ocias, hijo de
ha enviado su ejército y los borrará Mica, de la tribu de Simeón, Abris,
de la haz de la tierra, sin que su dios hijo de Otonicl, y Carmis, hijo de
pueda librarlos; ante vosotros, sier- Malquiel; 16 los cuales convocaron
vos de Nabucodonosor, los aplastare- luego a los ancianos de la ciudad.
mos como a un solo hombre, y no Todos los jóvenes y las mujeres con-
podrán resistir el empuje de nuestra currieron también a la asamblea, y
caballería. 4 Con ella inundaremos su puesto Aquior en medio del pueblo,
tierra y bañaremos en sangre sus mon- le interrogó Ocias acerca lo sucedido.
17 Dióles cuenta él de los discursos
tañas y llenaremos de cadáveres sus
valles, y no podrán mantenerse en habidos en la sesión de Holofernes,
pie delante de nosotros, y todos ente- y de lo que había dicho a los prin-
ramente perecerán, dice Nabucodo- cipes asirios, v de las insolencias pro-
nosor, señor de toda la tierra, y sus feridas por Holofernes contra los is-
18 Postrándose en tierra el
palabras no quedarán sin cumpli- raelitas.
miento. 6 Pero tú, Aquior, mercenario pueblo, clamaron a Dios, diciendo:
de Ammón, que tales discursos has " «Señor, Dios del cielo; mira el or-
gullo de esos y apiádate de nuestro
linaje humillado, y pon hoy los ojos
(i) Este relato de Aquior, además de resu- en el rostro de tus santificados.»
mir la historia de Israel, pone de relieve una 20 Consolaron a Aquior y le alabaron
ley que en la historia sagrada hagiógrafos y pro-
fetas enseñan: que Dios es el refugio de Israel
grandemente. 21 Ocias le sacó de la
y que nada tiene éste que temer mientras se
asamblea y le condujo a su casa,
mantenga fiel a Yave. donde le dió un banquete, al que
JUDIT, 7 4Í9

invitó a todos los ancianos (1). Toda pamento, y ten en guardia a todo tu
aquella noche estuvieron invocando ejército; pero haz que tus siervos se
el auxilio del Dios de Israel. apoderen de las fuentes de agua que
brotan a raíz del monte, 13 porque
de ella se abastecen todos los mora-
Los asirios, sobre Betulia. dores de Betulia. La sed los matará,
y acabarán por entregarte la ciudad,
^ 1
Al día siguiente dió orden Holo- mientras que nosotros y nuestro pue-
*
fernes a todo su ejército y a las blo subimos a las cimas de los montes
tropas auxiliares, de prepararse para próximos y acampamos en ellas, para
atacar a Betulia, ocupando las subi- guardarlas e impedir que salga de
das de los montes y haciendo ya la la ciudad hombre alguno. 14 Así el
guerra contra los hijos de Tsrael. hambre los consumirá a ellos, a sus
2 Entonces se dispusieron todos sus mujeres y a sus hijos; y antes que
hombres de armas y la masa de sus los alcance la espada, quedarán ten-
I
guerreros, en número de ciento se- didos en las calles de su propia ciu-
tenta mil infantes y doce mil jinetes, dad, 15 dándoles tú el merecido, por
fuera de la impedimenta y de la mu- su malvada conducta de no haber
chedumbre de los hombres que iban salido a tu encuentro en son de paz.»
con ella, que era muy grande. 3 Acam-
paron en el valle junto a Betulia,
cerca de la fuente, y se desplegaron El asedio de Betulia.
a lo ancho, hasta Dotain, Belmain,
16
Fueron bien recibidas por Holo-
y a lo largo desde Betulia hasta Ciar-
non, que está enfrente de Esdrelón. fernes y todos sus siervos estas pala-
4
Cuando los israelitas vieron tanta bras, y al punto ordenó ejecutar
muchedumbre, quedaron consterna- cuanto se había dicho. 11 Los hijos
dos, y unos a otros se dijeron: «Ahora de Ammón levantaron el campo, y
si que van a devorar éstos toda la con ellos cincuenta mil asirios, que
haz de la tierra, y ni los altos mon- acamparon en el valle y ocuparon
tes, ni los valles, ni los collados, las aguas y los manantiales de agua
podrán soportar su peso.» 8 Y tomando de los israelitas. 18 Subieron los hijos
j cada uno sus armas, encendieron ho- de Esaú y los de Ammón, y acam-
I güeras sobre las torres y perma- paron en la montaña frente a Dotain.
I necieron guardándolas toda aquella Pusieron luego una división hacia el
noche. 6 Al dia siguiente, hizo des- mediodía, hacia el este, contra Cesebel,
filar Holofernes toda su caballería a que cae «rea de Huri, sobre el torrente
la vista de los israelitas que estaban de Macmar, y el resto del ejército
en Betulia; 7 examinó las subidas de asirio acampó en el llano, cubriendo
la ciudad y recorrió las fuentes de toda la haz de la tierra. Las tiendas y
1

sus aguas, apoderándose de ellas y la impedimenta se extendían en in-


'
estableciendo puestos de guardia, para mensa muchedumbre, con todas sus
volverse luego a su gente. 8 Entonces gentes, que eran en extremo numero-
se acercaron a él los príncipes de sas. 19 Los hijos de Israel clamaron
Esaú, los jefes de Moab y los capi- al Señor, su Dios, pues perdieron el
tanes de la Corte, diciéndole: ánimo al verse cercados por sus
9
«Escuche nuestro señor una pala- enemigos, sin posible escape. 20 El
bra, si quieres que no sufra quebranto campo de los asirios, su infantería,
tu ejército. 10 Este pueblo de los sus carros y su caballería, los tuvie-
israelitas no confía en sus lanzas, ron cercados por espacio de treinta
I sino en las alturas de los montes en y cuatro días; de manera que a los
• que habitan; y en efecto, no es fácil habitantes de Betulia se les agotaron
dominar las cimas de sus montes. todas las aguas, 21 quedaron vacías
11
Ahora bien, señor; no luches contra las cisternas, sin que tuvieran para
ellos como se lucha en batalla cam- beber a saciedad un día, y el agua
pal, y evitarás que caiga ni un solo se les distribuía con medida. 22 Des-
12
guerrero. Quédale tú en el cam- mayaban las mujeres y los niños, los
jóvenes desfallecían de sed, y caían
(i) El relato de Aquior a los sitiados acre-
sin fuerza en las calles de la ciudad
cienta en éstos la fe y confianza en Dios. ¿Cómo y en los pasos de las puertas.
23
desconfiar ellos cuando un extraño mostraba Se amotinó todo el pueblo contra
tal seguridad? Ocias y contra los jefes de la ciudad,
JÜDIT, 8

jóvenes, mujeres, y niños, y clamaron tura en la de sus padres, en el campo


a grandes voces contra todos los an- que hay entre Dotaim y Belaman.
cianos, diciendo: 84 «Sea Dios juez 4
Vivía en su casa Judit, guardan-
entre nosotros y vosotros, por haber- do su viudez hacía tres años y cua-
nos sometido a tamaña injusticia, no tro meses. 6 Habíase hecho un cober-
proponiendo tratos de paz a los asi- tizo en el terrado de la casa, y lle-
rios. 25 Ahora ya no hay para nos- vaba saco a la cintura debajo de los
otros auxilio, y Dios nos ha entre- vestidos de su viudez (l). 8 Ayunaba
gado en sus manos, para que ante todos los días, fuera de los sábados,
ellos caigamos de sed y suframos novilunios, las solemnidades y días
completa ruina. 28 Ahora, pues, lla- de regocijo de la casa de Israel.
madlos, y entregad la ciudad al sa- 7
Era bella de formas y de muy agra-
queo de las gentes de Holofernes y ciada presencia. Su marido, Manasés,
de todo su ejército. 27 Más ventajoso la había dejado oro y plata, siervos
nos será entregarnos a ellos, porque y ganados y campos, que
siervas,
siquiera, siendo siervos suyos, vivire- ella por sí administraba. 8 Nadie
mos, y no veremos con nuestros ojos podía decir de ella una palabra mala,
la muerte de nuestros niños, y con- porque era muy temerosa de Dios.
9
sumidas nuestras mujeres y nuestros Llegaron a los oídos de Judit
hijos. 28 Os conjuramos por el cielo las desatinadas palabras que el pue-
y la tierra, por nuestro Dios y Señor blo había dirigido al jefe; vió cuán
de nuestros padres, que nos castiga abatidos estaban por la escasez del
según nuestros pecados y según las agua, y supo asimismo la respuesta
transgresiones de nuestros padres, de Ocias, jurando entregar la ciudad
que desistáis.» 29 Se produjo un gran a los asirios pasados cinco días.
llanto en medio de la asamblea, y 10 Envió a su sierva, la que tenía
todos a una clamaron a grandes vo- puesta sobre todos sus bienes, e hizo
ces al Señor, Dios (1). llamar a los ancianos de la ciudad,
30 Díjoles Ocias: «Tened ánimo, her- Ocias, Cabrín y Carmín, 11 y cuando
manos, esperemos cinco días, en los llegaron les dijo:
cuales volverá sobre nosotros su mi- «Escuchadme, príncipes de la ciu-
sericordia el Señor, nuestro Dios, dad de Bctulia: No es acertado lo
que no nos abandonará hasta el fin. que hoy habéis dicho al pueblo, como
81 tampoco el juramento que habéis
Si pasados estos días no nos vi-
niera ningún auxilio, yo haré lo que interpuesto entre Dios y vosotros,
pedís.» Despidió al pueblo, y se fué diciendo que entregaríais la ciudad
cada uno a su puesto, a los muros a vuestros enemigos, si en esos días
y a las torres de la ciudad, y a las no viniere el Señor en vuestro auxi-
mujeres y a los niños los mandó a 14 ¿Quiénes sois vosotros para
lio.
sus casas. Grande era el abatimiento tentar a Dios, los que estáis consti-
que dominaba en la ciudad. tuidos en lugar de Dios, en medio de
los hijos de los hombres? 13 ¿Al Dios
Omnipotente pretendéis poner a prue-
Judit. ba? ¿No acabáis de aprender? 14 Si
no podéis sondear la profundidad del
Q Entonces lo supo Judit, hija de
1
corazón humano, ni comprender sus
Merarí, lujo de Ox, hijo de José, pensamientos, ¿cómo vais a escudri-
hijo de Ocie!, hijo de Helcías, hijo de ñar a Dios, el Creador de todas las
Elín, hijo de Quelcías, hijo de Eliab, cosas, a penetrar su mente y com-
hijo de Natanael, hijo de Salamiel, prender sus pensamientos? De nin-
hijo de Saresadai, hijo de Israel. gún modo, hermanos, irritéis al Señor,
2 Su marido, Manasés, era de su Dios nuestro; 15 que si no quisiere
misma tribu y familia, y había muerto ayudarnos en los cinco, días, poder
en los días de la siega de la cebada. tiene para protegernos en el día que
3 Hallándose con los atadores de quisiere, o para destruirnos en pre-
haces en el campo, cogió una insola- sencia de nuestros enemigos. 18 No
ción y cayó en el lecho, y murió en pretendáis hacer fuerza a los conse-
Bctulia, su ciudad. Diéronlc sepul-
(i) Judit es el tipo de la piedad israelita,
(j) Este incidente, al mismo tiempo que semejante a aquella viuda que San Lucas nos
muestra el aprieto del pueblo, manifiesta la fe muestra sirviendo al Señor en el templo en ora-
de ludit y la oportunidad del auxilio divino. ción y ayuno desde su temprana viudez.
JUDIT, 9 501

jos del Señor Dios nuestro, que no pueda oponer nada. 29 No es hoy
es Dioscomo un hombre que se cuando tu sabiduría se descubre;
mueve con amenazas, ni como un desde el principio de tus días cono-
hijo del hombre que se rinde. 17 Por ció el pueblo tu inteligencia y tu
tanto, esperando la salud, clamemos buen corazón. 30 Pero es mucho lo
a El que nos socorra. Si fuese su bene- que el pueblo padece por la sed, y
plácito, oirá nuestra voz.
18 Porque esto nos obligó a hablar como habla-
no hay en nuestra generación, ni se mos, y a hacer el juramento que
conoce eu nuestros días tribu, ni fa- no quebrantaremos. 31 Ruega por
milia, ni región, ni ciudad, que adore nosotros, tú que eres mujer piadosa,
dioses fabricados, como sucedía en y el Señor enviará lluvia que llene
los tiempos antiguos,
19 por causa nuestras cisternas, para que no pe-
de los cuales fueron entregados nues- rezcamos.»
tros padres a la espada y al saqueo
32 Díjoles Judit: «Escuchadme: Yo
me propongo realizar una hazaña
y cayeron con gran20 estrago delante
de sus enemigos. Pero nosotros que se recordará de generación en
no conocemos otro Dios fuera de él, generación entre los hijos de nuestra
por donde esperamos que no nos raza. 33 Vosotros estaos esta noche
desatenderá, ni a nosotros ni a nin- a la puerta: yo saldré con mi sierva,
guno de nuestro linaje. 21 Conside- y en los días que pusisteis por térmi-
rad que si nosotros fuéramos toma- no para entregar la ciudad a vuestros
dos, también Judca será destruida enemigos, visitará el Señor a Israel
y nuestro santuario saqueado, y en- por mi mano. 34 No tratéis de ave-
tonces Dios nos pedirla cuenta de su riguar mis planes, que no os los ma-
profanación. 22 Y la matanza de nifestaré mientras no haya dado re-
nuestros hermanos, y el cautiverio de mate a lo que me propongo ejecutar.'
la tierra y la desolación de nuestra
35 Y
contestaron Ocias y los
le
heredad, la haría el Señor recaer so- jefes: «Vete en paz, y que el Señor
bre nuestras cabezas en medio de vaya delante de ti, para que nos
las naciones a quienes sirviéramos, vengues de nuestros enemigos.» 36 Y
siendo escándalo y ludibrio a los ojos saliendo del cobertizo, se fueron.
de nuestros dueños. 23 Ni sería nues-
tra servidumbre para nuestro bien:
antes en nuestra deshonra la volvería
el Señor, Dios nuestro.
24 Y ahora, Oración de Judit.
hermanos, mostremos a nuestros con-
ciudadanos que de nosotros pende no Q 1
Judit, postrándose rostro a tie-
sólo nuestra vista, sino que el san- echó ceniza sobre su cabeza
rra,
tuario, el templo y el aliar sobre y descubrióel cilicio que llevaba
nosotros se apoyan. 25 Demos gracias ceñido. Era precisamente la hora
al Señor, nuestro Dios, que nos prue- en que se ofrecía en Jerusalén, en
ba, igual que a nuestros padres. la casa de Dios, el incienso de la
26 Recordad cuanto hizo con Abraham, tarde, cuando clamó Judit con gran
cómo probó a Isac, y qué cosas suce- voz al Señor, diciendo (1):
2 «Señor, Dios de mi padre Simeón,
dieron a Jacob en Mcsopotamia de
Siria, cuando apacentaba las ovejas en cuya mano pusiste una espada
de Labán, su tío. 27 Pues así como para tomar venganza de los extran-
a aquéllos no los pasó por el crisol jeros que habían violado a una don-
sino para examinar su corazón, así cella para su deshonra, poniendo al
también a nosotros nos azota, no descubierto sus muslos para su ver-
para castigo, sino para amonestación güenza, y profanando su seno para
de los que le servimos» (1). su oprobio. 3 Contra lo que tú tenías
28 Ocias le respondió: «Todo cuanto mandado que se hiciese obraron
has dicho es salido de un buen co- ellos, y por eso entregaste sus prín-
razón, y no hay quien a tus palabras cipes a la muerte, y su lecho, testigo
de sus engaños, lo cubriste de sangre;
(i) Este discurso de Judit a los jefes del
pueblo muestra la grandeza de su fe y el alto (i) La oración se inspira en los mismos
concepto que tiene del soberano poder de Dios, sentimientos antes expresados a los jefes del
que sin duda cumplirá sus promesas, pero que pueblo. Algo de extraño tiene la súplica pi-
es libre para elegir el tiempo y el modo de diendo eficacia para los medios que se propone
cumplirlas. Si tarda es que quiere probarnos, emplear. Véase lo dicho en la introducción,
pero no dejará de venir en nuestro auxilio. según la doctrina de Santo Tomás.
502 JUDIT, 10

heriste a los siervos con sus prínci- Sale Judit para el campo asirio.
pes, y a éstos sobre su trono. 4 Diste
sus mujeres en presa y sus hijos al -4 1
Una vez que cesó de clamar
cautiverio, y todos sus bienes en 1"
f\
al Dios de Israel y acabó todo
reparto a tus hijos predilectos, que esto, se levantó de su postración,
se abrasaban en celo por ti, abomi- y llamando a la esclava, bajó a la
naban la impureza de la sangre de casa en que solía morar los sába-
aquéllos y te invocaron en su auxi- dos y las festividades. 2 Se quitó el
lio. Dios, Dios mío, escucha a esta saco que llevaba ceñido y se des-
pobre viuda. 5 Tú, en efecto, ejecutas pojó de los vestidos de viudez; bañó
las hazañas, las antiguas, las siguien- en agua su cuerpo, se ungió con un-
tes, las de ahora, las que vendrán güentos, aderezó los cabellos de su
después; tú planeaste lo que estaba cabeza, púsose encima la mitra, se
por venir, y sucedía como tú lo habías vistió el traje de fiesta con que se
decretado, y se presentaba a ti, dicien- adornaba cuando vivía su marido
do: Heme aquí. Pues todos tus ca- Manasés, calzóse las sandalias, se puso
minos están dispuestos y previstos los brazaletes, ajorcas, anillos y are-
tus juicios. 6 Mira que los asirios tes y todas sus joyas, y quedó tan
tienen un ejército poderoso, se engríen ataviada, que seducía los ojos de
de sus caballos y jinetes, se enorgu- cuantos hombres la miraban. 3 En-
llecen de la fuerza de sus infantes, tregó a su sierva una bota de vino
tienen puesta su confianza en sus y un frasco de aceite, llenó una al-
broqueles, en sus lanzas, en sus arcos forja de panes de cebada, de tortas
y en sus hondas y no saben que tú de higos y de panes limpios, en-
eres el Señor que decide las batallas, volviéndolo todo en paquetes, y se
7
cuyo nombre es Yave. Quebranta lo puso a la esclava a las es-
su fuerza con tu poder, pulveriza su paldas.
4
fuerza con tu ira; porque han re- Al salir por la puerta de la ciudad
suelto violar tu santuario, profanar de Betulia, encontró al prefecto de
el tabernáculo en que se posa tu glo- la ciudad, Ocias, y a los ancianos
rioso nombre, y derribar con el hierro Cabrín y Carmín; 5 los cuales, al verla
los cuernos de tu altar.
8
Pon los y notar su rostro mudado y sus ricos
ojos en su soberbia, descarga tu có- vestidos, quedaron sobremanera ma-
lera sobre su cabeza, dame a mí, ravillados de su belleza, y le dije-
9
pobre viuda, fuerza para ejecutar lo ron: «Dios, el Dios de nuestros
que he premeditado. 9 Hiere con la
- padres, te dé gracia y lleve al cabo
seducción de mis labios al siervo con tus proyectos para gloria de Israel
el príncipe, y al príncipe con el sier- y exaltación de Jerusalén.» Y adora-
vo, y quebranta su orgullo por mano ron a Dios. 7 Ella les dijo: «Ordenad
de una mujer. 10 Que no está tu poder que se abran las puertas de la ciudad,
en la muchedumbre, ni en los valien- y saldré a realizar lo que con vos-
tes tu fuerza; antes eres túel Dios otros he hablado.» Y ordenaron a los
de los humildes, el amparo de los jóvenes que le abriesen las puertas,
pequeños, el defensor de los débiles, como ella había dicho. 8 Hiciéronlo
el refugio de los desamparados y el asi, y Judit salió, seguida de su sier-
salvador de los que no tienen espe- va. La gente de la ciudad la estuvo
ranza. 11 Sí, sí, Dios de mis padres, mirando, hasta que bajando el monte
y Dios de la heredad de Israel, Señor atravesó el vallo y la perdieron de
de los cielos y de la tierra, Creador vista.
de las aguas, Rey de toda la creación; 9
Siguiendo la dirección del valle,
escucha mi plegaria 12 y dame una caminaron hasta que les salió al
palabra seductora, que cause heridas paso uña avanzada de los asirios,
lu
y cardenales en aquellos que han que la cogieron y le preguntaron:
resuelto crueldades contra tu alianza, «¿Quién eres tú y de dónde vienes
contra tu santa casa, contra el monte y a dónde vasí» A lo que ella con-
de Sión, contra la casa que es pose- testó: «Soy una hija de los hebreos,
sión de tus hijos. 13 Haz que todo tu que voy huyendo de su presencia,
pueblo y cada una de sus tribus reco- porque están a punto de seros dados
nozca y sepa que tú eres el Dios de en presa. 11 Voy a presentarme a
toda fortaleza y poder, y que no hay Holofcrncs, general en jefe de vues-
otro fuera de ti que proteja al linaje tro ejército, para comunicarle noti-
de Israel.» cias verdaderas; quiero indicarte el
JUDIT, 11

4
camino por donde puede subir y do- Nadie se atreverá a ofenderte, antes
minar toda la montaña, sin que pe- todos te harán bien, como se hace
rezca ni uno solo de sus hombres.» a los siervos de mi señor, el rey
12
Cuando oyeron tales palabras Nabucodonosor.»
6
y contemplaron su rostro, que les Judit le respondió: «Oye las pala-
pareció maravilloso por su extraor- bras de tu esclava, y deja que te
dinaria belleza, le dijeron: 13 «Has sal- hable tu sierva, que no diré a mi
vado tu vida, apresurándote a bajar señor esta noche cosa que no sea
a nuestro señor; ve, pues, a su tien- verdad. 0 Si sigues las indicaciones
da, que de los nuestros te acompa- de tu esclava, seguramente que Dios
ñarán hasta entregarte a él. 14 Cuan- acabará por ti el negocio, y no fra-
do estés en su presencia, no temas, casará mi señor en sus empresas.
comunícale esas noticias y serás bien 7
Pues por la vida de Nabucodonosor,
tratada.» 15 Escogieron de ellos cien rey de toda la tierra, y por el poder
hombres, que la acompañaron a ella de quien te ha enviado para reducir
y a su sierva, conduciéndolas a la al buen camino a todos los vivientes,
tienda de Holofernes. 16 Corrió por que no sólo los hombres serán por ti
las tiendas la voz de su venida, y reducidos a su servidumbre, sino que
se juntó un gran concurso en el cam- aun las mismas fieras del campo y
pamento, que la rodeó mientras es- los ganados y aves del cielo, por
las
tuvo fuera de la tienda de Holofernes, tu fortaleza vivirán bajo el gobierno
esperando ser presentada. 17 Todos de Nabucodonosor y de toda su casa.
se maravillaban de su belleza, y por 8
En verdad, a nuestros oídos ha
ésta, de los hijos de Israel, diciéndose llegado la fama de tu sabiduría y
unos a otros: «¿Quién se atreverá a la de tu gran inteligencia, y por toda
despreciar a este pueblo que tales la tierra se ha corrido la noticia de
mujeres tiene? No se debe dejar ni que tú eres el mejor de todo el reino,
una sola de éstas, porque las que el que más vale por la ciencia y el
quedaren serían capaces de seducir más admirable por el arte de la gue-
a toda la tierra.» 18 Salieron los que rra. 9 Sabemos las palabras que Aquior
hacían la guardia cerca de Holofer- habló en tu consejo, y hemos oído
nes y todos sus servidores, y la in- sus dichos, pues las gentes de Be-
trodujeron en la tienda. tulia se apoderaron de él, y él les
19
Hallábase Holofernes descan- comunicó todo lo que había hablado
sando en su lecho, 'bajo un dosel en tu presencia. 10 Por esto, dueño
tejido de púrpura y oro y cuajado y señor mío, no eches en olvido nin-
de esmeraldas y otras piedras pre- guna de sus palabras, guárdalas en
ciosas. 20 En cuanto se la anunciaron, tu corazón, que son verdaderas. Nunca
salió a la antecámara, precedido de nuestro linaje es castigado, ni la es-
lámparas de plata. 21 Llegada Judit pada prevalece contra ellos, si no
a presencia de Holofernes y de sus han pecado contra Dios. 11 Ahora,
servidores, todos se quedaron mara- para que mi señor no sea rechazado
villados de la- belleza de su rostro. y fracase, ya la muerte se abate sobre
Postróse ante él, pero los servidores ellos, y se apodera de ellos el pecado
la levantaron. con que han irritado a su Dios (1).
Seguramente que han cometido un
gran pecado, 12 ya que se les han
Judit. ante Holoiernes. agotado las provisiones, el agua es-
casea, y han resuelto malar sus ga-
1 1 Díjole Holofernes: «Ten buen
1
nados y beber su sangre, y comer
1
ánimo, mujer, y no te intimi-
' cuanto Dios en sus leyes les ordenó
des, que yo nunca hice daño a nadie que no comieran, 13 y hasta las pri-
que estuviera dispuesto a servir a micias del trigo, los diezmos del
Nabucodonosor, rey de toda la tierra. vino y del aceite, que como cosas
2
Si ese tu pueblo que habita en la santas están reservadas a los sacer-
montaña no me hubiera despreciado, dotes que en Jerusalén asisten en
nunca yo levantara contra ellos mi
lanza, pero ellos lo han querido.
3 Ahora dime por qué has huido de (i) Confirma la sentencia de Aquior, pero
añade que sin duda Israel tiene irritado a su
ellos,viniéndote a nosotros. En ver- Dios y no podrá contar con El. En el aprieto
dad te has salvado. Ten ánimo, que en que se hallan se han atrevido a cometer
salva serás esta noche y en lo futuro. graves sacrilegios contra las cosas santas.
JÜDIT, 12
la presencia de nuestro Dios, a pesar tes para darte? Porque no hay entre
de que a ninguno del pueblo lo es nosotros ninguno de tu nación.' * A lo
licito tocarlo con las manos. 14 Han que Judit respondió: «Juro por tu
enviado mensajeros a Jerusalén, don- vida, mi señor, que no consumirá tu
de también sus moradores han hecho sierva las provisiones que consigo
lo mismo, para que obtengan el per- trae, antes que Dios realice por mi
dón del senado; 15 y sucederá que en mano lo que tiene resuelto.»
5
cuanto les llegue la noticia lo harán, La introdujeronlos servidores de
y entonces, para ruina suya te serán Holofernes en la tienda, y durmió
entregados. 16
Por lo cual yo, tu sier- hasta la medianoche; levantándose
va, sabedora de todas esas cosas, huí a la vigilia matutina, envió a decir
de ellos, y Dios me envía a ejecutar a Holofernes: «Ruego a mi señor or-
en ti una cosa de que se maravillará dene que sea permitido a tu sierva
toda la tierra, cuando la oyeren. salir a hacer oración.» 6 Y ordenó Ho-
17 Pues tu sierva es temerosa del lofernes a los de su guardia que no
Dios del cielo, a quien día y noche, la estorbasen. Así permaneció tres
sirve. Por ahora me quedaré aquí, días en el campamento, saliendo cada
señor mío, y a la noche me iré al noche al valle de Betuli.n, para ba-
valle a orar a mi Dios; y cuando ellos ñarse en el agua de la fuente. 7 Cuando
hayan cometido esos pecados, él me iba, oraba al Señor Dios de Israel
lo dirá y yo vendré a comunicártelo. que dirigiese sus pasos, para exalta-
Tú entonces saldrás con tu ejército, ción de los hijos de su pueblo. 8 Luego
al que nadie podrá resistir. 18 Yo que entraba limpia, permanecía en
misma te guiaré por en medio de la tienda hasta que le traían la co-
Judea hasta llegar a Jerusalén, y mida, a la caída de la tarde (1).
9
haré que te sientes en medio de ella, Al cuarto día dió Holofernes un
y los conduzcas como ovejas sin banquete sólo a sus servidores, sin
pastor. Ni un perro ladrará contra ti. invitar a ninguno de sus oficiales.
Todo esto me ha sido comunicado 10 Y al eunuco Bagoes, que tenía la
por revelación, y para anunciártelo intendencia de todas sus cosas, le
he sido yo enviada.» dijo:«Ve y persuade a esa mujer he-
19
Mucho agradaron semejantes brea que tienes encomendada, que
discursos a Holofcrnes y a todos venga acá a comer y beber con nos-
sus servidores; y maravillados de su otros. 11 Sería vergonzoso que despi-
sabiduría, decían: 20 »De un extremo diéramos a tal mujer sin tener co-
a otro de la tierra no hay mujer de mercio con ella; porque si no la con-
tan hermoso rostro y de tan discre- quistáramos, se iría riendo de nos-
tas palabras.» 21 Contestóle Holofcr- otros.» Salió Bagocs de la presencia
nes: "Bien ha hecho Dios en enviarte de Holofernes, y vino a Judit, di-
a fortalecer mis manos y perder a ciéndole: «No vacile esta hermosa sier-
los que desprecian a mi señor. 22 va en venir a mi señor, para ser hon-
Cuanto a ti, muy hermosa eres y rada de él y alegrarse bebiendo vino
muy discreta en tus palabras. Si haces con nosotros, haciéndose este día
cuanto has dicho, tu Dios será mi como una hija de los asirios, que
Dios y tendrás un asiento en la casa asisten en el palacio de Nabucodo-
del rey Nabucodonosor, y tu fama nosor.» 12 Judit le contestó: "¿Quién
se extenderá por toda la tierra.» soy yo para contradecir a mi señor?.
Todo lo que fuere grato a sus ojos
lo haré con presteza, y será esto mo-
Kl banquete de Holofernes. tivo de alegría para mí, hasta el
fin de mi vida.
1¿y
1
Mandó Holofernes que la alo- 13
Al punto se vistió y se atavió
— jaran en donde guardaba su de todo su aderezo femenil. Su sier-
vajilla de plata, y dispuso proveerle va fué v le preparó en el suelo, en-
la mesa de sus propios manjares y frente de Holofernes, las pieles que
2
darle a beber de su vino. Pero Judit había recibido de Bagocs, para su
dijo: «No comeré de tus manjares,
pues podrían ser para mí tropiezo; (i) Las leyes de santidad aplicadas a las
eran muy graves, como vemos en el
comeré de lo que traigo conmigo.» comidasNuevo Testamento. Judit no quiere contami-
8
Holofernes le contestó: «Y cuando se narse y por eso lleva consigo sus manjares y
agoten las provisiones que traes, ¿de sale al campo a hacer sus purificaciones, sin
dónde podremos traer otras semejan- ocultárselo a sus enemigos.
JUDIT, 13 5Üñ

uso cotidiano, para que sentada en Atravesado el campamento, ro-


ellas comiese. Í4 Entró Judit y se dearon el valle y subieron al monte
sentó. El corazón de Holofernes quedó de Betulia, hasta llegar a las puertas
prendado de ella, su alma hervía en de la ciudad. Gritó de lejos Judit
deseos de unirse a ella. Desde el día a los que hacían la guardia sobre las
que la vio estaba aguardando una puertas. «Abridnos, abridnos las puer-
ocasión para rendirla. 15 Díjole Holo- tas; Dios, nuestro Dios, está con
fernes: «Bebe y alégrate con nosotros.» nosotros, para mostrar una vez más
16 Y contestó Judit: «Beberé, señor, su fuerza en Israel y su poderío con-
que yo tengo este día por el más tra los enemigos, como hoy acaba de
grande de toda mi vida.» 17 Tomó lo hacerlo.» 6 Y en cuanto los hombres
que la sierva le había preparado, y de la ciudad oyeron su voz, se dieron
comió en presencia de Holofernes, prisa en bajar a la puerta, y avisaron
el cual se alegró sobremanera con a los ancianos de la ciudad. 7 Todos,
ella, y bebió tanto vino, cuanto ja- desde el pequeño hasta el grande, con-
más lo había bebido desde el día que currieron, porque era para ellos in-
nació. esperada la llegada de Judit. Abrie-
ron la puerta, las recibieron, y encen-
diendo fuego para alumbrar, las ro-
El golpe decisivo. dearon.
Judit, levantando la voz, les dijo:
|
*^ 1
Cuando ya se hizo tarde, los «Alabad a Dios, alabadle, alabad a
siervos de Holofernes se salie- Dios, que no ha apartado su mise-
ron aprisa, y Bagoes cerró por fuera ricordia de la casa de Israel, antes por
la tienda e hizo a todos retirarse de mi mano ha herido esta noche a
allí, y se fueron a sus lechos, pues nuestros enemigos.» 9 Y sacando de la
estaban rendidos, porque el banquete alforja la cabeza, se la mostró, di-
había sido largo. 2 Quedó Judit sola ciendo: «He aquí la cabeza de Holo-
en la tienda, y Holofernes tendido fernes, el general en jefe del ejército
sobre su lecho, todo él bañado en asirio, y he aquí el dosel bajo el que
vino. Dijo Judit a su sierva que se yacía en su embriaguez, aquel a
quedase fuera de la alcoba, y aguar- quien el Señor hirió por la mano de
dara su salida como en los días pa- una mujer. 10 Yo juro por el señor,
sados, añadiéndole que saldría a su que me ha guardado en todos mis
oración. Lo mismo había dicho a pasos, que mi rostro le sedujo para
Bagoes. 3 Habíanse ido ya todos, sin perdición suya, pero q e no cometió
quedar nadie, ni pequeño ni grande, contra mí pecado algún ( 1 que pudiera
)

en la estancia. Puesta entonces en mancillarme o avergonzarm •„» 11 Todo


pie junto al lecho de Holofernes, dijo el pueblo quedó estupefacto; y do-
en su corazón: «Señor, Dios todopo- blando las rodillas, adoraron a Dios,
deroso. Mira, en esta hora, la obra diciendo a una voz: «Bendito seas,
de mis manos, para exaltación de Dios nuestro, que has aniquilado
Jerusalén, pues ésta es la ocasión en este día a los enemigos de tu
de acoger tu heredad y de ejecutar pueblo.»
12
mis proyectos, para ruina de los ene- Ocias le dijo: «Bendita tú, hija,
migos que están sobre nosotros.» 4 Y del Dios Altísimo, sobre todas las
acercándose a la columna del lecho mujeres de la tierra, y bendito el
que estaba a la cabeza de Holofernes,' Señor Dios, que creó los cielos y la
descolgó de ella su alfanje; y llegán- tierra, y te ha dirigido hasta aplastar
dose al lecho, le cogió por los cabellos la cabeza del jefe de nuestros ene-
de su cabeza, y dijo: «Fortaléceme, migos. 13 Tus alabanzas estarán siem-
Dios de Israel, en esta hora.» Y con pre en la boca de cuantos tengan me-
toda su fuerza le hirió dos veces en moria del poder de Dios. 14 Haga él
el cuello, cortándole la cabeza. En- que esto sea para tu eterna gloria, y
volvió el cuerpo en las ropas del cólmete de todo bien, pues no has
lecho, quitó de las columnas el dosel, perdonado tu vida por librar a tu
y cogiéndolo, salió en seguida, en- pueblo. En nuestra caída has sido
tregando a la sierva la cabeza de
Holofernes, * que ésta echó en
(i) Ante todo, pone esto por delante que
la alforja de las provisiones, y para realizar su hazaña no ha tenido que envi-
ambas salieron juntas como de cos- lecerse entregándose a la liviandad del caudillo
tumbre. enemigo. Dios la preservó de toda mancha.
JUDIT 14. 15

su socorro, andando rectamente en salieron a las subidas del monte. 14 As'


la presencia de nuestro Dios.» Y el que los asirios los vieron, dieron avi-
pueblo contestó: «Amén, Amén.» so a sus oficiales, y éstos a sus jefes
y a sus generales. 13 Llegando a la
tienda de Holofernes, dijeron al que
I-'.I tjolpe de Judit, descubierto estaba de guardia: «Di que despierten
[f en el entupo asirio. en seguida a nuestro Señor, porque
estos esclavos se han atrevido a
|i 1
Y díjoles Judit: «Oídme, her- bajar contra nosotros en son de guerra
I *T manos: Coged esta cabeza y y pretenden aniquilarnos.»
colgadla de las murallas. 2 Y en 14 Entró Bagoes,
y llamó agitando
cuanto amanezca y el sol se derrame la cortina de la tienda, pues suponía
sobre la tierra, tome cada uno sus él que estaría durmiendo con Judit.
armas, y salid todos los hombres 15
Y como nadie le respondía, corrió
de guerra fuera de la ciudad, con el la cortina; y entrando en la alcoba,
jefe al frente, y haréis ademán de le encontró tendido sobre el estrado,
bajar al Valle contra los puestos de muerto y con la cabeza cortada.
16
guardia de los asirios, pero sin bajar. Gritó en medio de llantos, lamen-
3 Ellos, tomando sus armas, tos y fuertes voces, y rasgó sus ves-
se enca-
minarán a su campo para despertar tiduras. 17 Entró luego en la tienda
a los jefes del ejército asirio, e irán en que estaba alojada Judit, y no
a la tienda de Holofernes; y al no hallándola, salió corriendo al puchlo
hallarle, se apoderará de ellos el y gritó: 18 «¡Esas esclavas han come-
temor y huirán ante vosotros. 4 Se tido una traición! Una mujer hebrea
unirán a vosotros en la persecución ha echado la confusión en la casa del
todos los habitantes de toda la mon- rey Nabucodonosor. Holofernes está
taña de Israel, y los desbarataréis en tierra y sin cabeza.» 19 Cuando los
por los caminos. 5 Pero antes de hacer jefes del ejército asirio oyeron tales
esto, llamad a Aquior, el aminonila, palabras, rasgaron sus vestiduras, y
para que vea y reconozca la cabeza quedaron consternados, levantándose
del que despreció a la casa de Israel en medio del campo gran griterío y
y nos lo envió como destinado a la alboroto.
muerte.»
6 Hicieron venir a Aquior de casa

de Oclas. Cuando aquél vió la cabeza I"l ejército invasor, desburuludo.


de Holofernes en las manos de un
hombre en medio de la asamblea del -1
Llegada la noticia a los que
I
pueblo, cayó sobre su rostro, sin- I •) estaban en las tiendas, quedaron
tiéndose desfallecido. 7 Levantáronle, fuera de sí de lo sucedido, * apode-
se arrojó a los pies de Judit, y humi- rándose de ellos el temor y el espanto,
llándose en su presencia, dijo: «Ben- tanto, que ya no se vió hombre al
dita seas tú en todas las tiendas de lado de su compañero, porque todos
Judá y en todas las naciones. Cuantos a una se dispersaron, huyendo por
oigan tu nombre quedarán asombra- ios caminos de) llano y de la monta-
dos. 8 Di me ahora lo que has hecho ña. 3 Los que estaban acampados
en estos días.» Y en medio de todo el en la montaña en torno de Betulia,
pueblo le contó Judit cuanto había se dieron a la fuga; y entonces los
hecho desde el día de su salida hasta hijos de Israel, todos sus guerreros,
el momento en que les hablaba. se lanzaron sobre ellos. 4 Envió
• Cuando acabó de hablar, prorrum- Ocias mensajeros a Betmastaím, a
pió el pueblo en grandes aclamaciones Coba y a toda la montaña de Israel,
y resonaron en la ciudad los gritos que comunicasen lo sucedido, para
de alegría. que todos se lanzasen sobre los ene-
10 Viendo Aquior lo que el Dios de migos basta acabar con ellos. * Cuan-
Israel había hecho, creyó en él, y se do esto oyeron los hijos de Israel, -

circuncidó la carne de su prepucio, todos a una se echaron sobre ellos,


y hasta el día de hoy quedó agregado y los desbarataron hasta Coba; y
a la casa de Israel. asimismo los que- habían venido de
11
En cuanto despertó la aurora, Jerusaléu y de toda la montaña,
colgaron del muro la cabeza de Ho- porque también a ellos habia llegado
lofernes; y todos los hombres de Israel la noticia de lo acontecido en el cam-
lomaron sus armas, y en escuadrones po enemigo. Los habitantes de Oa-
JUDIT, 16 507

laad y de Galilea Ies infligieron una porque en su campamento, en me-


gran derrota, hasta pasar de Damasco dio del ejército,
y sus confines.
4 Los restantes mora- me libró del poder de mis perse-
dores de Betulia cayeron sobre el guidores.
3 Vino Asur de montañas
campamento de los asidos y lo sa- las del
quearon, enriqueciéndose grandemen- Norte,
te.
7
Los hijos de Israel, al volver llegó con las miríadas de su ejército,
de la persecución, se adueñaron de cuya muchedumbre obstruía los
lo restante; y las aldeas y las alque- valles,
rías que había en la montaña y en y cuya caballería cubría los collados.
el llano se apoderaron de mucho botín,
4 Pensó que abrasaría mis tér-
él
porque era éste ctiorrmrmnte grande. minos,
8
Joaquim, sumo sacerdote, y el que daría mi juventud a la es-
senado de los hijos de Israel, que pada,
moraba en Jerusalén, vinieron para que estrellaría contra el suelo mis
contemplar los bienes que el Señor niños de pecho,'
había hecho a Israel, y para ver a que daría en botín mis jóvenes,
Judit y darle la enhorabuena. 9 En que repartiría mis doncellas.
cuanto entraron en su casa, todos 6 El Señor omiipotente los ani-
a una la aclamaron, diciendo: «Tú, quiló por mano de una rmjer.
orgullo de Jerusalén; tú, gloria de 6 No cayó su caudillo a manos de
Jsracl; tú, honra de nuestra nación; jóvenes,
10 por tu mano has hecho todo esto; ni le hirieron tajos de titanes,
tú has realizado esta hazaña en fa- ni soberbios gigantes pusieron en
vor de Israel. Que se complazca Dios él la mano;
en ella. Bendita seas tú del Señor Judit, hija de Merari,
omnipotente, por siempre jamás.» Y con la hermosura de su rostro le
todo el pueblo respondió: «Amén.» paralizó.
11 Por espacio de treinta días estu- 7
Se despojó del hábito de su
vieron saqueando el campamento. viudez,
A Judit le dieron la tienda de Holo- para exaltación de los que queda-
fernes, con toda la argentería, y los ban en Israel.
lc<.hos y los cojines y todos los mue- Se ungió el rostro con perfumes,
bles. Ella enganchó la muía, los cogió 8
prendió sus cabellos con la mitra,
12
y los cargó en el carro. Todas las se puso la túnica de lino para se-
mujeres de Israel se reunieron para ducirle.
verla y aclamarla, y organizaron dan- 9
Sus sandalias arrebataron los ojos
zas en su honor. 13 Cogió tirsos en sus del asirio,
manos y se los dió a las mujeres que y su belleza cautivó su alma,
iban con ella, todas coronadas de y el alfanje segj su garganta.
olivo, y a cuantos las acompañaban. 10 Se estremecieron los persas de
Delante de todo el pueblo, guiando su audacia,
la danza de las mujeres iba Judit, y los medos se pasmaron de su
y todos los hombres de Israel la temeridad.
seguían armados, ceñidas las sienes 11
Dieron gritos de júbilo mis hu-
con coronas y cantando himnos. mildes,
14 Y comenzó Judit este canto de
y exultaron mis débiles.
acción de gracias, y todo Israel a Mas los asirios se estremecieron de
una respondía (1). espanto,
alzaron el grito y se dieron a la fuga.
1
«Entonad a mi Dios con tím- 12
| Hijos de madres jóvenes los atr'a
panos vesaron,
Cantad a mi Señor con címbalos, y como a siervos huidos los hi-
entonadle un salmo nuevo, rieron,
ensalzad e invocad su nombre. perecieron de las filas de su señor.
2 Porque 13
el Señor es Dios que aca- Cantaréal Señor un cántico nuevo.
ba con las guerras; Señor, grande eres tú y glorioso,
admirable en poder, insuperable.
(i) Hermoso canto de victoria que es una
14
A
te sirve la creación entera,
ti

glorificación de Dios, autor


de tanto bien. dijiste y todo fué hecho;
porque tú
Las naciones gentiles deben aprender a respetar enviaste tu aliento y él lo vivificó,
al pueblo de Dios. y no hay quien resista a tu voz.
.">U8
JUDIT, 16
18 Los montes se agitarán por las 21
El pueblo pasó tres meses alegre
aguas en sus cimientos, en Jerusalén, ante el santuario, per-
Las rocas se derretirán como cera maneciendo Judit con ellos.
ante tu rostro. 22 Pasados aquellos días,
se volvió
A los que te temen te muestras pro- cada uno a su heredad, y Judit
picio, partió para Betulia y moró en su
16 porque es poco para ti el sacrifi- posesión, y fué por toda su vida
cio de suave olor, ilustre en toda la tierra. 23 Muchos
y es nada toda la grasa para tus la pretendieron, pero ningún varón
holocaustos. la conoció en todos los días de su
Sólo el que teme al Señor es siem- vida, desde el día que murió Mana-
pre grande. ses, su marido, y se reunió con su
17
|Ay de las naciones que se le- pueblo. 24 Llegó "a muy anciana en
vanten contra mi pueblo/ la casa de su marido, alcanzando la
El Señor omnipotente los casti- edad de ciento cinco años. A la es-
gará en el día del juicio, clava le dió la libertad. Murió Judit
dando al fuego y a los gusanos sus en Betulia, y fué sepultada en la
carnes, gruta de Manases, su marido. 26 La
y gemirán de dolor para siempre.» lloró la casa de Israel por espacio
18Llegados a Jerusalén, adoraron de siete días. Antes de morir, repar-
a Dios; y luego que el pueblo se Imbo tió su hacienda con los más próxi-
purificado, ofrecieron sus holocaustos, mos parientes de su marido, Manases,
sus votos y sus ofrendas. 20 Ofreció y con los más próximos de su propia
Judit todos los muebles de Holofernes, familia. 26 En los días de Judit, y
que pueblo |p había regalado, y
el por mucho tiempo después de su
el dosel que había cogido de la tien- muerte, no hubo nadie que infundiese
da, y lo dió en ofrenda al Señor. temor a los hijos de Israel.
ESTER
INTRODUCCION AL LIBRO DE ESTER

rL su nombre de la heroína que es su figura principal.


libró de Ester recibe
E' Su argumento es una persecución
de que la nación judía fué objeto en el
imperio persa, durante el reinado de Jcrjes I (485-465). Consta de dos partes.
La primera, protocanónica, en lengua hebrea, forma el núcleo de la historia.
La narración pone en claro que la causa de la persecución era la nacionalidad
de Israel, sus leyes, sus instituciones, por las que se distingue de los otros
pueblos; pero no aparece en ella el nombre de Dios. Parece manifiesto el pro-
pósito del autor de callarlo. A esta parte se añaden ciertos complementos deute-
rocanónicos, que sólo se han conservado en griego, y en los que se encarece la
piedad de los protagonistas. Sobre el origen de esta distinción se dan diversas
• plicáciones, sin que ninguna se acerque siquiera a la certeza.
i

Respecto de la forma literaria de este libro, deben hacerse las mismas obser-
r-iriont-s que de los dos que le preceden,
y resolverse el problema en conformidad
con la doctrina de S. S. Pío XII.
Para entender el libro, hay que hacerse cargo de la concepción antigua sobre
las relaciones entre las divinidades y los pueblos que las veneraban. Yave es
el Dios de Israel; éste es el único pueblo que le conoce y sirve; las demás nacio-
nes le ignoran. La causa de Dios en el mundo está, pues, ligada a la causa
de Israel. De aquí nace el alto concepto que de sí tiene Israel; ante él
y sus
derechos, las demás naciones no eran nada en la presencia de Dios. Para
ha-
cerse cargo de la narración, tenga el lector presente que en esta vasta
región
del Asia oriental, donde en el curso de los siglas se han sucedido tantos impe-
rios y religiones y se han acumulado tantas razas, han existido desde muy
antiguo odios profundos, causa de espantosas matanzas, com.o la que sufrir,
ESTER, 1

no hace más de veinticinco años la nación cristiana de los armenios de parte


de los mtimdmanes, con el asentimiento y hasta con la cooperación de las auto-
ridades turcas. Este hecho guita toda inverosimilitud a la narración de las
matanzas que cuenta el libro de Ester.

ESTER
PARTE DEUTOROCANONICA quería penetrar su sentido, hasta que
llegó la noche (1).

Mardoqueo. Su sueño. Conjuración contra el rey denun-


1 ciada por Mardoqueo.
•1 El año segundo del reinado del
15 Atoraba
gran Artajerjes (1), el primero de Mardoqueo en el palacio
Nisan, tuvo un sueño Mardrqueo, con Gabata y Tervía, eunucos del
hijo de Jair, hijo de Scmrl, hijo de rey, guardas del palacio; 13 y se en-
Qnis, de la tribu de Benjamín; £ judío teró de sus planes y penetró sus pro-
que moraba en la ciudad de Snsa, yectos, averiguando que trataban de
varón ilustre que servía en la corte apoderarse del rey Artajerjes, y los
del rey. 3 Era de los cautivos que denunció al rey. 14 Mandó éste inte-
Xabucodonosor, rey de Babilonia, rrogar a los eunucos, y habiendo
había llevado en cautiverio de Je- éstos confesado, fueron condenados a
rusalén con Jeconías, rey de .Tuda. muerte. 15 Para conservar la memoria
4
He aquí su sueño: 6 Soñó que oía de estos sucesos, mandó el rey po-
voces y tumulto, truenos, terremotos nerlos por escrito, y el mismo Mar-
y gran alboroto en la tierra; cuando doqueo escribió un relato sobre ellos.
dos grandes dragones, prestos a aco- 18 Por el servicio prestado, ordenó el
meterse uno a otro, dieron fuertes rey dar a Mardoqueo un cargo en el
rugidos, * y a. su voz se prepararon palacio, y le otorgó otras mercedes.
para la guerra todas las naciones de 17 Pero Aman, hijo de Amásala, aga-
la tierra, a fin de combatir contra gita, que gozaba de gran crédito ante
la nación de los justos.
7
Fué aquel el monarca, buscaba cómo perder a
día, día de tinieblas, de oscuridad, Mardoqueo y a su pueblo, por la de-
de tribulación y de angustia, de lación de los eunucos del rey.
oprobio y de turbación grande sobre
la tierra.
8
Toda la nación justa se
turbó ante el temor de sus males, y PARTE PROTOCANONICA
se disponía a perecer. 9 Pero clamaron
a Dios; y a su clamor, una fuentecilla Gran festín de Asnero.
se hizo un río caudaloso, de muchas
aguas, 10 y apareció una lumbrenta 1 1
En tiempo de Asuero, el Asnero
que se hizo sol, y fueron ensalzados que reinó desde la India hasta
los humildes y devoraron a los glo- la Etiopía, sobre ciento veintisiete
riosos. 11 Mardoqueo, levantándose, provincias, 2 mientras se sentaba so-
luego de haber vislo el sueño sobre bre su trono real en Susa, la capital,
lo que Dios se proponía ejecutar, lo 3 el año tercero de su reinado, dió
guardó en su corazón, y a toda costa un festín a todos sus príncipes y ser-
vidores (2). Los comandantes del ejér-
cito de los persas y de los inedos,
(i) Las porciones deuterocanónicas. escritas los gratules y los jefes de las provin-
en griego, fueron traducidas por San Jerónimo
y añadidas al fin del libro a ¿on.inuación de las
protocanónicas. Como esas adiciones se orde- (i) Este sueño resume todo el contenido
nan a declarar distintos puntos de la historia, del Vibro.
hemos optado por introducirlas en los lugares (a) La
descripción de estos festines nos da
que según su contenido los corresponden. una idea de ta fastuosidad oriental.
ESTER. 2 513

cias, reunieron en su presencia;


se todos los pueblos de todas las pro"
4
y hizo muestra de la espléndida
él vincias del rey Asuero; 17 porque lo
riqueza de su reino y de la brillante hecho por la reina llegará a conoci-
magnificencia de su grandeza, du- miento de todas las mujeres, y será
rante muchos días, 8 durante ciento causa de que menosprecien a sus ma-
odíenla dfas. Pasados éstos, el rey ridos, pues dirán: El rey Asuero
dio a todo el pueblo de Susa, la ca- mandó que llevasen a su presencia
pital, desde el más grande hasta el a la rcjna Vasti, y ella no fué; 18 y
más pequeño, un festíi\ que duró desde hoy las princesas de Persia y
siete días, en el atrio de su jardín de Media que sepan lo que ha hecho
6
del palacio real. Cortinajes blancos, la reina, se lo dirán a todos los jefes
verdes y azules, pendían de colum- del rey, y de aquí vendrán m ichos
nas de mármol, sujetos con cordones desprecios y mucha cólera. 19 Si al
de lino y de púrpura a anillos de rey le parece bien, haga publicar e
plata. Lechos de oro y de plata es- inscribir entre las leyes de l>s persas
taban sobre un pavimento de pórfi- y de los medos, con prohibición de
do, alabastro, mármoles de vario-, traspasarlo, un real decreto mandan-
colores y nácar. 7 Servíase el vino en do que la reina Vasti no parezca más
vasos de oro de diversas configura- delante del rey Asuero, y dé el rey
ciones; y se servía con real abun- la dignidad de reina a otra que sea
dancia, gracias a la generosidad del mejor que ella. 20 El edicto del rey
rey, pero a nadie se le obligaba a será conocido en todo su reino, por
beber, 8 pues había mandado el rey grande que es, y todas las mujeres
a todas las gentes de su casa que se honrarán a sus maridos, desde el
hiciese conforme a la voluntad de más grande hasta el más pequeño.»
cada cual. 9 También la reina Vasti 21 Aprobó
el rey este parecer, e
dió un festín a las mujeres en el pa- hizo lo que aconsejaba Memucan,
lacio real del rey Asuero. 22
mandando cartas a todas las pro-
vincias del reino, a cada una según
Desobediencia de la reina Vasti su escritura y a cada pueblo según
y su desgracia. su lengua, en las que se mandaba
que todo hombre había de ser el
10 El día séptimo, alegre por el amo en su casa, y que se divulgase
vino el corazón del rey, mandó éste esto entre todos los pueblos.
a Mehuman, Buzta, Harbona, Bigta,
Abagta, Zetar y Carcas, los siete Ester, reina.
eunucos que servían ante el rey Asue-
ro, 11 que trajeran a su presencia a O 1 Después de esto, cuando ya se
la reina Vasti, con su real corona, calmó la cólera del rey, pensó
para mostrar a los pueblos y a los en Vasti y en lo que ésta había hecho
grandes su belleza, pues era de her- y en la decisión que respecto de ella
mosa figura; 12 pero la reina se negó se había tomado. 2 Los servidores
a venir con los eunucos, y el rey se del rey le dijeron: «Búsquense para el
irritó mucho y se encendió en cóíera. rey jóvenes vírgenes y bellas, 3 po-
13 p re g un tó entonces el rey a los niendo el rey en todas las provincias
sabios conocedores del derecho, pues de su reino comisarios que hagan
era éste el modo de tratar los nego- reunir a todas las jóvenes vírgenes
cios ante los conocedores de las leyes y de bella presencia en Susa, la ca-
y del derecho, 14 de los cuales tenía pital, en la casa de las mujeres, bajo
junto a sí a Carsena, Setar, Admita, la vigilancia de Hegue, eunuco del
Tarsis, Mcres, Marsena y Mcmucan, rey y guarda de las mujeres, que
siete príncipes de Pcrsia y de Media., les dará lo necesario para ataviarse;
que asistían al rey y ocupaban el 4
y que la joven que más agrade al
primer rango en su reino, 15 qué rey sea la reina, en lugar de Vasti.»
ley habría de aplicarse a la reina Aprobó el rey este parecer, y se
Vasti, por no haber hecho Jo que el hizo así (1).
rey la había mandado por medio de
los eunucos.
16 Todavía en nuestros clásicos vemos cómo
Memucan respondió ante el rey (i)
jóvenes hermosas que tuvieron la desgracia de
y los príncipes: «No es sólo al rey a caer cautivas en poder de los corsarios moros,
quien ha ofendido la reina Vasti; es eran enviadas como obsequio para el harén del
también a todos los príncipes y a I
sultán de Constantinopla.

*1
514 ESTER, 3

* Había en Susa, la capital, un I cida Ester a la presencia del rey


judío llamado Mardoqueo, hijo de Asuero, a la casa real, el mes déci-
Jair, hijo de Semeí, hijo de Quis, mo, que es el mes de Tebet, del año
del linaje de Benjamín, 4 que había sétimo de su reinado.
sido deportado de JerusaJén entre 17 El rey amó a Ester más
que a to-
los cautivos llevados con Jeconías, das las otras mujeres, y halló ésta gra-
rey de Judá, por Nabucodonosor, cia y favor ante él más que ninguna
rey de Babilonia; 7 y había criado otra de las jóvenes. Puso la corona
a Hadasa, que es Ester, hija de su real sobre su cabeza, y la hizo reina
tío, pues no tenía padre ni madre. en lugar de Vasti. 18 El rey dió un
La joven era bella de talle y de her- festín a todos sus príncipes y a sus
mosa presencia, y había sido adop- servidores, un festín en honor de
tada por Mardoqueo cuando se que- Ester, y dió alivio a las provincias
dó sin padre y sin madre. 8 Cuando e hizo mercedes con real liberalidad.
19
se publicó la orden del rey y su edic- Cuando por segunda vez reunie-
to, al ser reunidas en Susa, la capi- ron a las jóvenes, estaba Mardoqueo
tal, jóvenes en gran número, bajo la sentado a la puerta del rey. 80 Ester
vigilancia de Hegue, fué también no había dado a conocer su naci-
tomada Ester y llevada a la casa miento ni su pueblo, porque se lo
del rey, bajo la vigilancia de Hegue, había prohibido Mardoqueo, y seguía
guarda de las mujeres. 9 La joven cumpliendo las órdenes de Mardo-
le agradó y halló gracia a sus ojos, queo tan fielmente como cuando es-
y él se apresuró a proveerla de todo taba bajo su tutela.
lo necesario para su adorno y sti 21
En aquel mismo tiempo, cuando
subsistencia, y le dió siete doncellas Mardoqueo se sentaba a la puerta
escogidas de la casa del rey, y la del rey, Bigtán y Teres, dos eunucos
aposentó con éstas en el mejor de- del rey, dejándose llevar de un mo-
partamento de la casa de las mujeres. vimiento de ira, quisieron poner su
10 Ester
no dió a conocer ni su mano sobre el rey Asuero. 22 Mardo-
pueblo ni su nacimiento) pues Mar- queo tuvo conocimiento de ello e
doqueo le había prohibido que ha- informó a la reina Ester, que se lo
blase de esto. 11 Todos los días iba comunicó a) rey de parte de Mardo-
y venía Mardoqueo al vestíbulo de la queo. 23 Averiguada la cosa y hallada
casa de las mujeres, para saber cómo cierta, los dos eunucos fueron colga-
estaba Ester y cómo la trataban. dos de una horca, escribiéndose el
1J
Después de haber estado ya doce caso en el libro de las crónicas, de-
meses, conforme a la ley de las mu- lante del rey.
jeres, ungiéndose seis meses con óleo
y mirra y otros seis con los aromas
y perfumes de uso entre las mujeres, Amán, favorito del rey.
cuando le llegaba el turno, era lle-
vada cada joven a la presencia del *^ 1
Después de esto, el rey Asuero
rey. 13 Así iba cada una a la pre- *
al poder a Amán, hijo de
elevó
sencia del rey; y cuando pasaba de Hamcdata, agagita, ensalzándole y
la casa de las mujeres a la casa del poniendo su silla sobre la de todos
rey, se la dejaba llevar cuanto ella los príncipes que estaban con éJ.
2
quería; 14 iba allá por la tarde, y Todos los servidores del rey que
a la mañana siguiente pasaba a la estaban a la puerta del palacio, do-
segunda casa de las mujeres, bajo la blaban ante Amán la rodilla, y se
vigilancia de Saasgaz, eunuco del prosternaban ante él, pues tal era
rey y guarda de las concubinas. No la orden del rey; pero Mardoqueo
volvía ya más a la presencia del rey, no doblaba sus rodilla* ni se pros-
a menos que éste la desease y fuese ternaba (I), 3 y los servidores del rey
nominalmente llamada. que estaban a la puerta dijeron a
16 Cuando Mardoqueo: ¿Por qué traspasas tú la
le llegó el turno para ir
al rey, Ester, hija de Abigail, tío orden del rey? 4 Y como se lo re-
de Mardoqueo, que la había adoptado pitiesen todos los días y él no les
por hija, no pidió nada al que había hiciese caso, se lo comunicaron a
sido designado por Hegue, eunuco
del rey y guarda de las mujeres. (i) Parece indicar el texto que Mardoqueo
Ester halló gracia a los ojos del rey te negaba a tales cortesías por ver en ellas actos
v de cuantos la velan. 14 Fué condu- de culto, que sólo a Dios son debidos.
ESTER, 13 5Jñ

Amán, para ver sí Mardoqueo per- con el anillo del rey. 13 Fueron manda-
sistía en su resolución, pues les había das las cartas por medio de los co-
dicho que era judío.• Viendo Aman rreos a todas las provincias del rey,
que Mardoqueo no doblaba la rodilla ordenando destruir, hacer perecer y
y no se prosternaba ante él, se llenó matar a todos los judíos, jóvenes y
de furor, 8 pero teniendo en poco viejos, niños y mujeres, en un solo
poner su mano sobre Mardoqueo sola- día, el día trece del duodécimo mes,
mente, pues ya le habían dicho a que es el mes de Adar, y que sus
qué pueblo pertenecía Mardoqueo, bienes fuesen dados aJ pillaje.
quiso destruir a todo 1 pueblo de 1

Mardoqueo, a todos cuantos judíos se


hallaban en todo el reino de Asuero. PARTE DEUTEROCANON1CA
lO 1
La copia de la carta es del
El decreto de exterminio contra * " tenor siguiente:
los judíos. «Artajerjes, rey grande, a los sá-
trapas y gobernadores subordinados
7
El mes primero, que es el mes de las ciento veintisiete provincias,
de Nisán, del duodécimo año del desde la Judea hasta Etiopía, orde-
rey Asuero, se echó el pi/r, es decir, na lo que sigue: 2 Aun cuando tenga
la suerte, ante Aman, de día en día el imperio de muchas naciones y
y de mes en mes, hasta que salió el haya subyugado toda la tierra, jamás
mes duodécimo, que es el mes de Adar. he querido engreírme con la con-
8 Dijo
entonces Amán al rey Asue- fianza del poder, sino gobernar con
ro: «Hay en todas las provincias de justicia y moderación, asegurando a
tu reino un pueblo, disperso y sepa- mis vasallos una vida perpetuamente
rado de todos los otros pueblos, que tranquila, y procurando la quietud
tiene leyes diferentes de las de toaos y seguridad del reino, hasta los ex-
los otros y no guarda las leyes del tremos confines, para que florezca la
rey (1). No conviene a los intereses del paz, tan deseada de los hombres.
rey dejarlos en paz. 9 Si al rey le 3 «Consultando
con mis consejeros
parece bien, escríbase orden de ex- cómo podría llevarse esto a cabo,
terminarlos, y yo pesaré diez mil ta- uno de ellos, por nombre Amán, dis-
lentos de plata en manos de los super- tinguido por su discreción cerca de
intendentes de la hacienda, para que mí, de lealtad bien probada, de fir-
se ingresen en el tesoro real.» 10 En- me fidelidad, que en el palacio real
tonces el rey se quitó de la mano su ocupa la segunda dignidad, 4 me ha
anillo y se lo entregó a Amán, hijo dado a conocer la existencia de un
de Amedata, agagita, enemigo de los pueblo que vive mezclado con todas
judíos, 11 y le dijo: «La plata que las tribus de la tierra, odioso por sus
ofreces, sea para ti, y para ti tam- leyes, opuesto a todas las naciones,
bién ese pueblo, para que hagas con que continuamente traspasa los man-
él lo que bien te parezca.» datos de los reyes e impide que ten-
12
Fueron entonces llamados los gan efecto las medidas de gobierno
secretarios del rey, el día trece del por mí intachablemente ordenadas.
mes primero, y se escribió todo lo 6 »He averiguado también que esta

que ordenaba Aman


sátrapasa los nación vive totalmente aislada, siem-
del rey, a los gobernadores de todas pre en abierta oposición con todo el
las provincias y a los jefes de todos género humano, y que al tenor de
los pueblos, a cada provincia según sus leyes observa un género de vida
su escritura y a cada pueblo según extraño, hostil a nuestros intereses,
su lengua. Se escribió en nombre del y comete los más perversos excesos
rey Asuero y se sellaron las cartas para impedir el buen orden del reino.
6
»En virtud de esto, os ordeno que
(i) En partes protocanónicas no aparece
las todos los a mí señalados en las cartas
el motivo sino el nacional. Son las
.religioso, de Amán, a quien he encomendado
leyes peculiares de Israel las que se alegan este negocio, siendo como es mi se-
como causa de la persecución. La carta que gundo padre, todos con sus mujeres
sigue en griego no menciona tampoco expresa-
e hijos sean de raíz exterminados por
mente el motivo religioso, pero no hay duda
de que envuelta en tantas razones la oposición la espada de sus enemigos, sin mise-
de Israel a las demás naciones, está implícita ricordia ni piedad, el día catorce del
su religión. mes duodécimo de Adar, del presente
516 ESTER, 4

año; 7 de suerte que los enemigos de PARTE DEUTEROCANONICA


ayer y de hoy en un solo dia des-
1
ciendan al -infierno por muerte vio- A £t Le dijo que la mandaba que
lenta, y para el tiempo venidero sea entrase al rey y le pidiese gracia
nuestro gobierno estable y perfecta- para el pueblo: 2 «Acuérdate de los días
mente tranquilo. de tu abatimiento, cuando eras criada
por mi mano; porque Amán, el pri-
mero después del rey, ha hablado
contra nosotros para hacernos morir.
PARTE PROTOCANONICA 3 Invoca
al Señor, y habla al rey por
nosotros; líbranos de la muerte.»
14 Las cartas encerraban una copia

de este edicto, que debía publicarse PARTE PROTOCAXONICA


en cada provincia, invitando a los
9
pueblos a estar dispuestos para aquel Fué Hatac y comunicóa Ester
día. 16 Los correos partieron apresu- lo que había dicho Mardoqueo.
le
radamente, según la orden del rey. 10 Ester encargó a Hatac que fuera a
11
El edicto se publicó en Susa, la capi- decir a Mardoqueo: «Todos los ser-
tal; y mientras el rey y Aman bebían, vidores del rey y todo el pueblo de
estaba la ciudad de Susa consternada. las provincias del rey saben que hay
una ley que castiga con pena de
muerte a cualquiera, hombre o mujer,
que entre al rey al atrio interior sin
Consternación de los judíos.
haber sido llamado; sólo se libra de
la muerte aquél a quien el rey tiende
1Cuando supo Mardoqueo lo que su cetro de oro; y yo no he sido lla-
A
pasaba, rasgó sus vestiduras, se mada por el rey desde hace treinta
Vistió cié saco y se cubrió de ceniza; días.»
12 Mardoqueo
luego se fué al medio de la ciudad, Cuando recibió la
dando fuertes, dolorosos gemidos, 2 y contestación de Ester, 13 mandó que
llegó basta la puerta del rey, pues le respondieran: «No vayas a creer tú
no era a nadie lícito entrar vestido que serás la única en escapar entre
de saco. 8 En todas las provincias, los judíos todos, por estar en la
dondequiera que llegó la orden del casa del rey; 11 porque si ahora
rey y su edicto, buho entre los judíos callas, y el socorro y la liberación
gran desolación, y ayunaron, llora- viniera a los judíos de otra parte,
ron y clamaron, acostándose muchos tú y la casa de tu padre pereceríais.
sobre la ceniza y vestidos de saco. ¿Y quién sabe, si no es precisamente
* Las doncellas de Ester y sus para un tiempo como éste, para lo
eunucos vinieron a decírselo. La reina que tú has llegado a la realeza?»
18 Ester mandó decir a Mardoqueo:
se quedó muy atemorizada, y mandó
16 «Ve,
vestidos a Mardoqueo, para que se y reúne a los judíos todos de
los pusiese, quitándose el saco; pero Susa, y ayunad por mi, sin comer ni
él se negó a aceptarlos. 6 Entonces beber por tres días, ni de noche, ni
Llamó Ester a Hatac, uno de los de día. Yo también ayunaré igual-
eunucos que había puesto cerca de mente con mis doncellas, y después
ella el rey, y le mandó que fuera a rey, a pesar de la ley; y si he
iré al
preguntar a Mardoqueo qué era aque- de morir, moriré» (1).
17 que
llo y de dónde venía. • Fué Hatac a Mardoqueo se fué, e hizo lo
Mardoqueo, a la plaza de la ciudad, Ester le había mandado.
delante de la puerta del rey; 7 y
Mardoqueo le contó lo que pasaba PARTE DEUTEROCANONICA
y le di ó noticia de la suma que
Amán bahía ofrecido entregar al te- 1 *?8
Y oró al Señor, haciendo 8 me-
soro del rey, en pago del exterminio '
moria de todas sus obras, di-
de los judíos. 8 Dióle también copia ciendo:
del edicto que había sido publicado
en Susa para exterminarlos, a fin (i) Este ayuno no es ayuno de tuto, sino
ayuno que se acompaña a la plegaria para
de que se la enseñase a Ester y. le
alcanzar piedad de Dios, aunque de esto nada
diese cuenta de todo, y mandó a diga el texto expresamente. La oración que
Ester presentarse al rey para pedirle sigue en la parte griega se ajusta bien a este
gracia y rogarle por su pueblo. concepto.
ESTER, 14, 15 ¿17

«Señor, Señor, Rey omnipotente, en no se contentan con imponernos dura


cuyo poder se hallan todas las cosas, servidumbre, y han puesto sus ma-
a quien nada podrá oponerse si qui- nos sobre las manos de sus ídolos,
sieres salvar a Israel: 10 Tú que has ' jurando anular las promesas de
hecho el cielo y la tierra, y todas las tu boca borrar tu heredad, cerrar
maravillas que hay bajo los cielos, la boca, de los que te alaban, ex-
11
Tú eres dueño de todo, y nada hay, tinguir la gloria de tu casa y de tu
Señor, que pueda resistirte. 12 Tú altar, 10 abrir la boca de los gen-
10 sabes todo; Tú sabes, Señor, tiles para celebrar las proezas de sus
que no por orgullo ni altivez, ni ídolos, y hacer que un rey de carne
por vanagloria hice yo esto, de sea por esto ensalzado para siempre.
no adorar al orgulloso Aman; 13 que 11 No Señor, tu cetro a
entregues,
de buena gana besaría las huellas los que nada son, de nues-
ni se rían
de sus pies por la salud de Israel; tra caída, antes bien haz que sus
14 que yo hice esto por no poner la consejos se vuelvan contra ellos; haz
gloria del hombre por encima de la para todos escarmiento al autor de
gloria de Dios; que no adoraré a esta guerra contra nosotros. 12 Acuér-
nadie fuera de ti, mi Señor, y que date de nosotros, Señor; date a cono-
obrando así no lo hago por altivez. cer en el día de nuestra tribulación,
15 Y ahora, Señor mi Dios
y mi y fortaléceme, Rey de los dioses,
Rey, Dios de Abr¡ih;im, perdona a tu Dominador de todo poder. 13 Pon en
pueblo, cuando ponen en nosotros los mis labios palabras apropiadas en
ojos para nuestra perdición, con el presencia del león, y muda su cora-
ansia de destruir tu antigua here- zón en odio al que nos hace la guerra,
dad. 16 No eches en olvido ésta tu para ruina suya -y de sus parciales.
porción, que para ti rescataste de 14 Líbrame con tu mano,
y ayúdame
la tierra de Egipto. 17 Escucha mi a mí, que estoy sola y no tengo sino
plegaria y muéstrate propicio a tu a ti, Señor. 15 Tú lo sabes todo, y
heredad; vuelve nuestro duelo en sabes por tanto cómo aborrezco la
alegria, para que viviendo cantemos, gloria de los inicuos, y detesto el
Señor, himnos a tu nombre, y no lecho de los incircuncisos y de todos
cierres, Señor, la boca de los que te los extraños. 16 Tú conoces que sólo
alaban.» por necesidad estoy donde estoy;
18 Y todo Israel clamó con toda su que detesto las señales de mi gloria
fuerza, porque tenían la muerte a que llevo sobre la cabeza en los día
la vista. de mi pública presentación; que las
abomino como paño de menstrua-
11 1
La reina Ester, presa de mor- ción, que no las llevo en mis días de
* tal angustia, acudió
al Señor; retiro; 17 que no ha participado tu
2
y despojándose desus vestidos de sierva de la mesa de Amán, ni apre-
corte, se vistió de angustia y duelo; cio los banquetes del rey, ni bebo el
y en vez de los ricos perfumes, se vino de las libaciones; 18 que no ha
cubrió la cabeza de polvo y ceniza, tenido tu sierva día alegre desde el
humillándose. Todo cuanto solía ella día de su encumbramiento hasta hoy
adornar por placer, lo cubrió ahora sino en ti, Señor, Dios de Abraham.
con sus cabellos. 19
¡Oh Dios sobre todos fuerte, oye la
3
Y oró al Señor, Dios de Israel, voz de los desamparados, y líbrame
diciendo: «Señor mío, tú que eres del poder de los perversos, líbrame a
nuestro único Rey, socórreme a mí mí de todo malí»
desolada, que no tengo ayuda sino
en ti, 4 porque se acerca el peligro.
6
Desde que nací he oído en la tribu Intervención de Ester.
de mi familia que tú, Señor, esco-
giste a Israel entre todas las naciones,
| í El día tercero, así que acabó
*
y a nuestros padres entre todos sus su oración, se despojó de sus
progenitores, por heredad perpetua, hábitos de penitencia y se vistió de
y que les cumpliste cuanto les habías gala. * Y
así, espléndidamente ade-
prometido. 8 Ahora nosotros hemos rezada, e invocando a su Dios y Sal-
pecado delante de ti, y tú nos entre- vador, testigo de todas las cosas hu-
gaste en poder de nuestros enemigos, manas, tomó a dos de sus siervas,
' en castigo de haber adorado a sus • apoyándose en una de ellas, como
dioses. Justo eres, Señor. 8 Mas ellos quien no puede de puro delicada sos-
51* ESTER, 5, 6

7
tenerse, mientras la otra la seguía, rey, con Aman, a un festín que yo
llevando de su manto. 8 Apa-
la cola le he preparado.» 6 El rey dijo: «Id a
recía enteramente hermosa, el rostro llamar a Amán, como lo desea Ester.»
sonrosado, alegre y como encendido Fué el' rey con Amán al festín que
de amor, mas el corazón oprimido había preparado Ester; y mientras
por el miedo. 9 Y
atravesando todas se bebía el vino, 8 dijo el rey a Ester:
las puertas, se detuvo delante del rey. «¿Qué es lo que pides? Todo te será
Hallábase éste sentado en su trono, concedido. ¿Qué deseas? Aunque fue-
vestido con 'todo el aparato de su ra la mitad de mi reino, la tendrías.»
majestad, cubierto de oro y piedras 7
Ester respondió: «He aquí lo que
preciosas, y aparecía en gran manera pido y lo que deseo: 8 Si he hallado
terrible. 10 Levantando el rostro ra- yo gracia a los ojos del rey, y si
diante de majestad, en el colmo de place al rey concederme mi petición
su ira, dirigió su mirada, y al- punto y satisfacer mi deseo, que vuelva el
la reina se desmayó, y demudado el rey con Amán (1) al banquete que yo
rostro, se dejó caer sobre la sierva les prepararé, y mañana yo daré la
que la acompañaba. 11 Pero mudó respuesta al rey según su mandato.»
Dios rey en manse-
espíritu del • Amán salió aquel día gozoso,
el y
dumbre, y asustado, se levantó de lleno de contento el corazón; pero
su trono y la puso sobre sus rodillas, cuando vió a la puerta del rey a
hasta que ella volvió en sí. La con- Mardoqueo, que no se levantó ni se
solaba con blandas palabras, 12 di- movió a su paso, se llenó de ira
ciendo: «¿Qué és esto, Ester T Yo soy contra Mardoqueo. 10 Supo, sin em-
tu hermano, cobra ánimo. 13 No, no bargo, contenerse, y se fué a su
morirás, que mi mandato es para el casa. Luego mandó a buscar a sus
común de las gentes. 14 Acércate.» amigos y a Zeres, su mujer; 11 y
18 Y tomando el cetro de oro, la tocó Amán les habló de la grandeza de
en el cuello y la besó, diciendo: «Há- sus riquezas, del número de sus hijos,
blame.» 16 Ella le dijo: «Te vi, señor, de todo cuanto había hecho el rey-
como a un ángel de Dios, y mi cora- para engrandecerle, dándole el pri-
zón quedó turbado ante el temor mer lugar, por encima de los jefes y
de tu majestad, 17 pues eres, señor, los servidores del rey- 12 añadió: Y
admirable, y tu rostro está lleno de «Sólo a mí también ha invitado la
dignidad» (1). 18 Y mientras hablaba, reina Ester al banquete que ha dado
volvió a caer desmayada. 18 Turbóse al rey, y me ha invitado además
el rey, y toda la servidumbre la para mañana en su casa, con el rey.
atendía. 13 p ( ro todo esto no es nada para
.

mí, mientras vea a Mardoqueo, el


1u«íío, sentado a la puerta del rey.»
PARTE PROTOCANON1CA 14 Zeres, su mujer,
y todos sus ami-
gos, le dijeron: «Prepara una horca de
l
Al tercer día, Ester se vistió sus cincuenta codos de alta, y mañana
5 vestiduras reales y se presentó en por la mañana pide al rey que sea
el atrio interior de la casa, delante colgado en ella Mardoqueo, y luego
del aposento del rey. Estaba éste te irás satisfecho al festín con el rey.»
sentado en su real trono, en el pala- Agradó a Amán el consejo, y mandó
cio real, enfrente de la entrada; 2 y preparar la horca.
cuando vió a la reina Ester en pie,
en el atrio, halló ésta gracia a sus
ojos, y tendió sobre ella el rey el Honores concedidos » Mardoqueo
cetro de oro que tenía en su mano, y humillación de Aman.
8
y le dijo: «¿Qué tienes, reina Ester,
y qué es lo que quieres? Aunque Aquella noche, no pudiendo el
l

fuera la mitad de mi reino, te sería 6 rey conciliar el sueño, hizo que


otorgada.» 4 Ester respondió: «Si al le llevaran el libro de los anales y
rey le complace, que venga hoy el las crónicas; y leyéndolas ante el
rey, 2 hallóse escrito lo que había
revelado Mardoqueo, descubriendo
(i) Los ángeles de Dios que asisten en su que Bigtán y Teres, los dos eunucos
presencia, participan en algo de su majestad,
como Moisés al bajar del monte venia irra-
diando claridad. Por esto Ester se turba, al ver (i) La invitación de Amán al banquete
al rey «como un ángel de Dio»». parece tener por fin hacer mis grande »ti ruina
ESTER, 7, 8 5IH

del rey, guardas del atrio, habían Amán, anisado por Fster, es
querido llevar su mano sobre el rey condenado a muerte.
Asuero. 3 El rey preguntó: «¿Quéhono-
res y distinciones se han concedido H Fueron el rey y Amán al ban-
1

por esto a Mardoqueo?» «Ninguna ha ^ quete a casa de Ester. 2 El se-


recibido», respondieron los servidores. gundo día dijo el rey a Ester otra
1
Entonces dijo el rey: «¿Quién está vez, mientras bebía el vino: «¿Cuál
en el atrio?» Amán había venido al es tu petición, reina Ester? Te será
atrio exterior de la casa, para pedir concedida. ¿Qué es lo que deseas?
al rey que mandara colgar a Mar- Aunque fuera la mitad de mi reino
doqueo de la horca que le había pre- la 3
tendrías.»La reina Ester respon-
parado. 6 Los servidores le respon- dió: «Si he hallado gracia a tus ojos,
dieron: «Ahí está Amán, en el atrio.» joh reyl, y si el rey lo cree bueno,
Y dijo el rey: «Que entre.» 8
Entró concédeme la vida mía: he ahí mi
Amán, y rey le dijo: «¿Qué ha de
el petición, y salva a mi pueblo: he
hacerse con aquel a quien el rey ahí mi deseo. 4 Porque estamos ven-
quiere honrar?» Amán se dijo a sí didos yo y mi pueblo, para ser exter-
mismo: ¿A quién otro ha de querer minados, degollados, aniquilados. Si
honrar el rey? 7 Y contestó: «Para siquiera fuéramos vendidos por es-
honrar a quien el rey quiera honrar, clavos y siervos, me callaría, aunque
8
habrán de tomarse las vestiduras no compensaría el enemigo al rey el
reales que se viste el rey, y el caballo perjuicio que le haría.» 5 Tomó el
en que el rey cabalga, y la corona rey Asuero la palabra, y dijo a la
9
real que ciñe su cabeza, y dar el reina Ester: «¿Quién es y dónde está el
vestido, el caballo y la corona a que eso se propone hacer?» 6 Y Ester le
uno de los más nobles príncipes del respondió: «El opresor, el enemigo, es
rey, para que vistan a aquél a quien Amán, ese malvado.» Amán se sobre-
el rey quiere honrar, y llevándole en cogió de terror ante el rey y la reina.
el caballo por la plaza de la ciudad, El rey, en su ira, se levantó y se
vayan pregonando ante él: Así se salió del banquete, para ir al jardín
hace con el hombre a quien el rey del palacio, y Amán se quedó para
quiere honrar» pedir la gracia de la vida a la reina
10 El rey dijo a Amán: «Coge luego Ester, poique veía bien que su pér-
el vestido y el caballo, como has dida estaba resuelta en el ánimodel rey.
8
dicho y haz eso con Mardoqueo, el Cuando volvió el rey del jardín
judío, que se sienta a la puerta del del palacio a la sala del banquete,
rey. No omitas nada de cuanto has vió a Amán, que se había precipitado
dicho.» 11 Cogió Amán el vestido y hacia el lecho sobre el cual estaba
el caballo, vistió a Mardoqueo, y le Ester, y dijo: «¡Qué! ¿Será que pre-
paseó a caballo por la plaza de la tende también hacer violencia a la
ciudad, gritando delante de él: «Así reina en mi casa, en el palacio?» En
se hace con el hombre a quien el rey cuanto salieron estas palabras de la
quiere honrar» (1). boca del rey, cubrieron el rostro de
12 Volvióse Mardoqueo a la puerta Amán; 9
y Harbona, uno de los
del rey, y Amán se fué corriendo a eunucos, dijo en presencia del rey:
su casa, desolado y cubierta la cabeza. «En casa de Amán hay una horca,
13 Contó
Amán a Zeres, su mujer, y alta de cincuenta codos, que Amán
a todos sus amigos todo lo que le ha preparado para Mardoqueo, el
había sucedido; y sus sabios y Zeres, que habló para bien del rey.» El rey
su mujer, le dijeron: «Si el Mardoqueo dijo: «Que cuelguen de ella a Amán.»
ese, delante del cual has comenzado 10 Y fué colgado Amán de la horca

a caer, es de la raza de los judíos, no que él había preparado para Mar-


le vencerás, antes de cierto sucumbi- doqueo, y se aplacó la ira del rey (1).
rás ante él.» 14 Y cuando todavía
estaba ella hablando, vinieron los Edicto en favor de los judíos.
eunucos del rey y se llevaron apre-
suradamente a Amán al festín que O 1
Aquel mismo día, el rey Asuero
Ester había preparado. " dió a Ester la casa de Amán, el

(i) Este acto de justicia con Mardoqueo (i) La horca que Amán habla preparado
es el augurio de la calda del orgulloso mi- para Mardoqueo, para él mismo sirvió. La jus-
niatro ticia de Dios resalta en este detalle.
52U ESTER, 16

enemigo de los judíos; y Mardoqueo todas las provincias del rey Asuero
fué presentado al rey, pues le había el día trece del duodécimo mes, que
dado a conocer Ester el parentesco es el mes de Adar. 13 Estas cartas
que a él la unía. 2 Quitóse el rey su contenían una copia del edicto que
anillo, que había retirado a Amán, y había de publicarse en cada provin-
se lo dio a Mardoqueo. Ester, por su cia, e informaban a todos los pueblos
parte, estableció a Mardoqueo en la de que los judíos estarían aquel día
casa de Amán. 3 Volvió después a prestos a vengarse de sus enemigos.
hablar Ester al rey, y echándose a
sus pies, llorando, le suplicó impidie-
ra los efectos de la maldad de Amán,
agagita, y la realización de sus pro- PARTE DETJTEROCANTONICA
yectos contra los judíos. 4 El rey
tendió a Ester el cetro de oro, y ésta
se levantó, quedándose en pie de- Copia del edicto en favor de los
lante del rey, 5 y le dijo: «Si al rey judíos.
le parece bien, y si he hallado yo
gracia a sus ojos, que se escriba para 1
1
La copia de la carta es como
revocar las cartas inspiradas por sigue:
Amán, hijo de Hamedatán, agagita, «Artajerjes,rey grande, a los go-
y escritas por él para exterminar a bernadores las regiones de las
de
los judíos que hay en todas las pro- ciento veintisiete satrapías desde la
vincias del rey; 8 porque ¿cómo po- India hasta la Etiopia, y a cuantos
dría yo ver que el infortunio alcanzara entiendan en nuestros negocios, sa-
a mi pueblo? ¿Cómo podría ver el lud. 2 Muchos, después de haber re-
exterminio de mi raza?» cibido honores singulares de la extre-
7
El rey Asuero dijo a la reina mada bondad de sus bienhechores,
Ester y al judío Mardoqueo: «Yo he aspiran a cosas más altas, 3 y no sólo
dado a Ester la casa de Amán, y él tratan de oprimir a nuestros súbdi-
ha sido colgado de la horca por tos, sino que, incapaces de sostener
haber extendido su mano contra los el peso de su dignidad, conspiran
judíos. 8 Escribid, pues, en favor de hasta contra el que se la confirió.
los judíos lo que bien os parezca, en * Y no sólo destierran de entre los
nombre del rey, y selladlo con él hombres la gratitud, sino que, hin-
anillo del rey, porque edicto escrito chados con el fausto de su inespera-
en nombre del rey y sellado con el da prosperidad, procuran escapar a la
anillo del rey no puede ser revocado.» justicia vengadora de Dios, perpetuo
9
Fueron entonces llamados los testigo de todas las cosas. * Con fre-
secretarios de rc\, el día veintitrés cuencia a muchos de los constituí-
del mes tercero, que es el mes de dos en la suprema autoridad, la falaz
Siván; y se escribió conforme a lo adulación de aquellos a quienes en-
que fué ordenado por Mardoqueo, a comendaron la dirección de los ne-
los judíos, a los sátrapas, a los gober- gocios los hace cómplices de sangre
nadores y a los jefes cíe las ciento inocente y les causa irremediables
veintisiete provincias, desde la Judea males, 8 engañando COII la mentirosa
a la Etiopía, a cada provincia según astucia de su malignidad la noble
7
su escritura y a cada pueblo según sencillez de los soberanos. Esto po-
su lengua, y a los judíos según su demos comprobarlo, no tanto por las
escritura y su lengua. 10 Se escribió historias antiguas, según dejamos in-
en nombre del rey Asuero, y se selló dicado, cuanto por el examen de su-
con el anillo del rey. Enviáronse las cesos que tenéis a la vista, hechos
cartas por correos montados en ca- impíamente consumados por la peste
ballos, y en mulos nacidos de asnas. de los indignos gobernantes. 8 Por
11
Se daba a los judíos, en cualquiera eso es preciso proveer para lo futuro,
ciudad en que estuviesen, permiso procurando con la paz un reino tran-
para reunirse y defender su vida, y quilo a todos los hombres, 9 reali-
de destruir, matar y exterminar a zando los cambios necesarios, y juz-
todos aquellos, con sus niños y mu- gando siempre con equidad los nego-
jeres, de cada pueblo y de cada pro- cios que se ofrecieren.
vincia, que tomaran las armas para 10«Vosotros sabéis, cómo Amán,
atacarlos, y de dar sus bienes al pi- hijo de Amadata, macedonio, en-
llaje; Tí v c<;t<> en un «¡olo día. en teramente extraño a la sanere de
ESTER, 8, 9 521

los persas y sobremanera descono- por el hierro y el fuego, y hecha


cedor de nuestra bondad, por mí aco- inaccesible no sólo a los hombres,
gido hospitalariamente, 11 alcanzó la sino también a las fieras y a las aves,
benevolencia que usamos con todas y por siempre odiosa.»
las naciones, en tanto grado, que
fuese apellidado nuestro padre y ve-
nerado por todos como poseedor de PARTE PROTOCANONICA
la segunda dignidad del trono real.
12 E incapaz de llevar el peso de 14
Los correos, montados en ca-
tanta grandeza, intentó privarme del 8 ballos y mulos, partieron en se-
reino y de la vida, 13 y con toda guida con toda prisa, según la orden
suerte de maliciosos engaños trató del rey. El edicto fué publicado tam-
de perder a mi salvador y bienhechor bién en Susa, la capital. 15 Mardoqueo
constante y a la irreprochable com- salió de la casa del rey, vestido con
pañera del reino, Ester, con toda su un vestido real azul y blanco, con
nación. 14 Así pensaba él aislarnos una gran corona y un manto de lino
y pasar a los macedonios el imperio y de púrpura. 16 Hubo para los ju-
de los persas. díos, luz y alegría, gozo y honra.
15 „i> ero> hemos averiguado que La ciudad de Susa lanzaba gritos de
los judíos, entregados a la muerte regocijo, 17 y en cada provincia y
por este consumado criminal, no son cada ciudad, por dondequiera que
malhechores, antes se gobiernan por llegaron la orden del rey y su edicto,
leyes santísimas, 16 que son hijos del hubo entre los judíos gozo y rego-
altísimo, sumo y viviente Dios, que cijo, banquetes y fiestas; y muchas
conserva el reino en el mejor estado de las gentes de los pueblos de las
en favor nuestro, como de nuestros regiones se hicieron judíos, porque se
predecesores (1); 17 por esto haréis bien había apoderado de ellos el temor a
en no prestar atención a las cartas los judíos.
remitidas por Amán, hijo de Ama-
data, por cuanto el autor de ellas
ha sido crucificado a las puertas de Venganza de lo* judío».
Susa, con toda su casa, habiéndole
dado sin tardanza su merecido cas- Q"
1
Al duodécimo mes, que es el
tigo el Dios omnipotente. mes de Adar, el día trece del
19
»La copia de esta carta haréis mes, el' día en que había de cum-
publicarla en todas partes, para que plirse el edicto del rey, y en que los
sea permitido a los judíos vivir según enemigos de los judíos habían pen-
sus y les prestaréis apoyo
leyes, 20 sado dominarlos, fué lo contrario lo
para que puedan rechazar a los que que sucedió, y los judíos dominaron
2
en día de la tribulación les ata-
el a sus enemigos (1). Reuniéronse los
quen, el día trece del mes duodécimo, judíos en sus ciudades, en todas las
de Adar; pues el Dios que todo lo
21 provincias del rey Asuero, para poner
domina, ha convertido en día de ale- la mano sobre todos aquellos que
gría el que estaba señalado para buscaban su perdición; y nadie pudo
ruina de la nación escogida (2). resistirlos, porque el temor de ellos
22 » Vosotros, pues, celebraréis con se había apoderado de todos los
todo regocijo, como una de vuestras pueblos. 3 Y
todos los jefes de las
festividades, el día señalado, 23 para provincias, los sátrapas y los fun-
que ahora y en lo futuro sea día de cionarios del rey, apoyaron a los
salud para vosotros y para todos los judíos, por el temor que les inspiraba
leales a los persas, y para los que Mardoqueo; 4 pues era Mardoqueo
maquinaban contra vosotros sea de poderoso en la casa del rey, y su fama
infausta memoria. 24 Y toda ciudad se esparció por todas las provincias,
o región en general que esto no cum-
pliere, sea inexorablemente destruida (i) Este capítulo es el más duro de todo el
relato.Parece que los judíos no se limitaron a
(i) He aquí supremo
elogio de Israel,
el i defenderse de sus enemigos, como el edicto
puesto en boca del rey. Sus leyes son santísi- anterior decía, sino que pasaron a la ofensiva
mas y ellos hijos del Altísimo, sumo y viviente y por su mano ejercieron la justicia contra los
Dios y conservador del reino. que habían tenido el propósito de darles muerte.
(3) Después de anular los edictos primeros, Cuanto a las cifras, tal vez ocurre con ellas lo
se manda prestar ayuda a los judíos para re- que con tantas otras de la Escritura, que están
chazar los ataques enemigos. I
alteradas.
ESTER, 9

porque se hacía de día en día más las provincias del rey Asuero, cercanas,
21
poderoso. y lejanas, mandándoles celebrar to-
5
Los judíos hirieron a espada a dos los años el día catorce y el quince
todos sus enemigos, los mataron y del mes de Adar, 22 como días en que
los hicieron perecer, y trataron como habían obtenido el reposo, librándose
quisieron a los que les eran hostiles. de sus enemigos, y celebrar el mes
6
En Susa, la capital, mataron los en que su tristeza habíase conver-
judíos, haciéndolos perecer, a qui- tido en alegría y su desolación en
nientos hombres, 7 y degollaron a regocijo; y hacer de estos días, días
Parsandata, Dalfon, Asfata, 8 Po- de festín y de alegría, en que se
rata, Adalía, Aridata, 8 Parmasta, mandan presentes los unos a los otros
Arisai, Aridai y Jczata, 10 los diez y se distribuyen dones a los indi-
hijos de Aman, hijo de Amedata, el gentes. 23 Los judíos se comprome-
enemigo de los judíos, pero estos tieron a hacer lo que ya habían co-
no se dieron al pillaje. menzado y les mandaba Mardoqueo;
11 24
Llegó aquel día a conocimiento porque Amán, hijo de Hamcdata,
del rey el número de los muertos en agagita, enemigo de todos los judíos,
Susa, la capital; 12 y el rey dijo a había concebido el proyecto de ex-
Ester: «Los judíos han matado y terminarlos y había echado el pur,
hecho perecer en Susa, la capital, a es decir, la suerte, para matarlos y
quinientos hombres y a los diez hijos exterminarlos; 25 pero habiéndose pre-
de Amán. ¿Qué habrán hecho en el sentado Ester al rey, mandó el rey
resto de las provincias del rey? ¿Qué por escrito hacer recaer sobre la ca-
más pides? ¿Qué más quieres? Se te beza de Amán el maligno proyecto
concederá, lo tendrás.» 13 Ester res- que él había hecho contra los judíos,
pondió: «Si al rey le parece bien, que y le colgó de la horca, a él y a sus
les sea permitido a los judíos de hijos. 28 Por eso se llaman estos días
S sa obrar también mañana con- purim, del nombre de pur (1).
forme al edicto de hoy, y que se Conforme al contenido de esta
cuelgue en la horca a los diez hijos carta, según lo que ellos mismos
de Amán.» 14 El rey mandó que así habían visto y les había sucedido,
27
se hiciera, y se publicó el edicto en los judíos tomaron por ellos, por
Susa. 14 Los judíos de Susa se reunie- su descendencia y por todos aquellos
ron de nuevo el día catorce del mes que a ellos se unieran, la resolución
de Adar, y mataron en Susa a tres- y el compromiso irrevocable de cele-
cientos hombres, pero tampoco se brar cada año estos dos días, al modo
dieron al pillaje. y al tiempo prescritos. 28 Estos días
18 Los
otros judíos que había en habían de ser recordados y celebrados
las provincias del rey se reunieron de generación en generación, en cada
y defendieron su vida; y se procura- familia, en cada provincia y en cada
ron reposo, librándose de sus ene- ciudad; y estos días de purim no
migos, y mataron a setenta y cinco habían de ser jamás abolidos entre
mil, pero no se dieron al pillaje. los judíos, ni borrado su recuerdo
17 Esto sucedió
el día trece del mes entre sus descendientes.
28 La reina Ester, hija de Abigail,
de Adar. Los judíos se aquietaron el
catorce, haciendo de él un día de y el judío Mardoqueo, escribieron
banquetes y regocijo. 18 Los que con instancia a los judíos, por se-
había en Susa, que se habían reuni- gunda vez, para confirmar la carta
do el trece y el catorce, se aquietaron acerca de los purim; 30 y se manda-
el quince, naciendo de él un día de ron cartas a todos los judíos, a las
banquetes y regocijo. 19 Por eso los ciento veintisiete provincias del rey
judíos del campo, que habitan ciu- Asuero. Contenían palabras de paz
dades no amuralladas, hacen del día y fidelidad, prescribiendo los días de
catorce del mes de Adar un día de purim, al tiempo fijado, 31 como el
banquete y de fiesta, en que se man- judío Mardoqueo y la reina Ester
dan presentes los unos a los otros. los habían establecido, para ellos y
para toda su posteridad, con oca-

La fiesta de los «purim». (i) Esta fiesta de los Purim o de las suertes,
llamada también de Mardoqueo, erf un testi-
30 Mardoqueo escribió estas cosas monio permanente de li historicidad de este
N
envió cartas n los judíos de todas libro
ESTER, 1C 523

sión de su ayuno y sus clamores. acordó Señor de su pueblo, y sa-


el
88 Así, la orden de Ester confirmó la lió por causa de su heredad. 10 Por
la
institución de los purim, y esto fué esto serán celebrados por ellos estos
escrito en el libro. días en el mes de Adar, los días ca-
torce y quince del mes, con grande
concurso, alegría y exaltación, de-
lante de Dios, de generación en ge-
PARTE DETJTEROCANONICA neración para siempre, en el pueblo
de Israel.»
1 Q
v
1 Ydijo Mardoqueo: «Del Señor
viene esto. 2 Recuerdo, en efecto,
el sueño que acerca de estos sucesos Subscripción.
tuve, de los cuales ninguno ha que-
dado sin cumplimiento. 3 La fuente- El año cuarto del reinado de Tolo-
cilla que se convirtió en río de mu- meo y Clcopatra, Dositeo, que se
chas aguas, y la lucecita convertida decía sacerdote y levita, y Tolomco,
en sol (1). su hijo, trajeron la presente epístola
»EI río es Ester, a quien el rey tomó sobre los Purim, que dicen ser autén-
por esposa, haciéndola reina. 4 Los tica, y haber sido traducida por Li-
dos dragones éramos yo y Aman; símaco, el de Tolomco, vecino de
&
y las naciones son las que se jun- Jerusalén.
taron para acabar con el nombre
Í*udío. 6 Mi pueblo es este mismo
srael, los que clamaron a Dios y PARTE PROTOCANONICA
fueron salvos. Salvó el Señor a su
pueblo, y nos sacó de todos estos 1 rt El rey Asuero impuso un tri-
1

males, haciendo señales y prodigios buto a la tierra y a las islas del


2
grandes, cuales no se vieron entre las mar. Todos los hechos concernientes
naciones. 7 Por esto estableció dos a su poderío y sus hazañas, y los
suertes, una para el pueblo de Dios, pormenores de la grandeza a que
y otra para todas las otras naciones. elevó a Mardoqueo, ¿no están conte-
8
Y estas dos suertes han llegado a nidos en el libro de las crónicas de
su hora y tiempo, es decir, en el día los reyes de los medos y de los persas!
del juicio delante de Dios.
9
se Y 3 Pues el judío Mardoqueo era el pri-

mero después del rey Asuero, muy


considerado entre los judíos y amado
Este párrafo se corresponde con el sueño
(i)
referido al principio y nos da el sentido del de la muchedumbre de sus hermanos;
libro que Dios sale por la causa de su pueblo, buscó el bien de su pueblo y habló
defendiéndole contra los impíos. para el bien de su raza.
INTRODUCCION AL LIBRO I DE LOS MACABEOS

ESDE los días de Esdras y Nehemías la historia está muda, hasta los
*S dias de Seleuco IV (1S7-175). Israel, gobernado por un senado que pre-
sidia el mimo sacerdote, vivió en paz hajo el imperio persa, y cuando éste fué
sustituido por el macedónico, pasó automáticamente al dominio de Alejandro
Magno. A la muerte de éste se organizó el reino de los Seducidas en Siria y
el de los Tnlmnens en Eg'pto. Palestina, puesta en medio, fvé campo de batalla
en las rivalidades de ambos reinos, y hubo de sufrir las consecuencias. El fervor
reVq 'oso se fité apagando en muchos israelitas, que, contaminados con el paga-
nismo griego, quisieron susthuir las instituciones mosaicas por las helénicas.
Los reyes de Siria vieron con agrado estos propósitos y los hicieron sayos, dando
con esto ocasión a las guerras heroicas de los Macabros, que casi tuvieron tanto
de citóles como de nacionales. Estas guerras son el argumento de los libros de
los Macabeos, que no son una sola obra dividida en dos libros, sino dos obras
distintas y en gran parte paralelas.
El libro primero, encabezado con un breve resumen histórico, que. va desde
Alejandro Magno hasta Antioco IV Epifanes (1, 1-10), nos cuenta el prin-
cipio de la persecución religiosa promovida por Antioco (11-67), la subleva-
ción de Matatías y de sus hijos (2, 1-70), y el desarrollo de estas luchas hajo
la dirección sucesiva de. Judas, apellidado el Macabeo
(3, 1-0, 22), de Jona-
tán (0, 23-12, 54), y de Simón (13-10). Abarca un periodo de cuarenta años
(175-135 a. C). En ellos, el pueblo, bajo la dirección de esta familia, gracias
a su heroísmo y a la habilidad con que supo aprovecharse de las contiendas
civiles del reino seléucida, alcanzó la independencia
y creó una nueva dinastía
levttica, la de hs Asmoneos, como la Historia denominó a la familia de Ma-
tatías.
52o MACABEOS I, 1

El libro fué escrito en hebreo, entre loa años 104 y 63 o. C, por un judío
de Palestina, entusiasta de la nueva dinastía, cuyos orígenes parece que se
propone contar. Su cronología tiene por punto de partida la era griega, que
comienza en otoño del 312, aunque propiamente el punto de partida del autor
es la Pascua precedente. Perdido el original hebreo, que Orígenes y San Jeró-
nimo conocieron, nos queda una versión griega, de la cual se derivó la antigua
latina, que es la que se contiene en la Vulgata, un tanto corregida.

MACABEOS I

Alejandro Magno. tantos males;» 13 y a muchos les pare-


cieron bien semejantes discursos.
Alejandro, hijo de Filipo, ma-
1 14 Algunos
| del pueblo se ofrecieron
cedonio, y el primero que reinó a ir al rey, el cual les dió facultad
en Grecia, partiendo del país de Ma- para seguir las insl ¡Iliciones de los
cedonia venció a Darío, rey de los gentiles. 15 En virtud de esto, levan-
persas y de los medos, y reinó en taron en Jerusalén un gimnasio, con-
lugar suyo. 2 Después de esto cení- forme a los usos paganos, 10 se resta-
batió muchas batallas, expugnó mu- blecieron los prepucios, abandonaron
chas fortalezas y dió muerte a algu- la alianza santa, haciendo causa
nos reyes de la tierra. 3 Atravesándola común con los gentiles, y se vendie-
hasta sus confines, se apoderó de los ron al mal.
17
despojos de muchas naciones, y la Una vez que Antíoeo se conso-
tierra se le rindió. Su cor azón se engrió lidó en el propósito
reino, concibió el

y se llenó de orgullo. 4 Juntó pode- de adueñarse de Egipto, a fin de rei-


rosos ejércitos, 8 sometió a su impe- nar sobre las dos naciones. 18 Entró en
rio regiones y pueblos, y los sobera- él con un poderoso ejército, con carros,
nos le pagaron tributo. • Después elefantes y jinetes, y con una gran
de todo esto cayó en el lecho y en- flota, 18 e hizo la guerra a Tolomeo.
tendió que se moría. 7 Llamando a rey de Egipto. Atemorizado éste, huyó
sus oficiales, los nobles que con él ante él, y muchos cayeron heridos.
se" habían criado desde la juventud, 20 Antíoeo se apoderó de las ciuda-
dividió aún en vida su reino entre des fuertes de Egipto, y volvió car-
ellos. 8 Había reinado Alejandro doce gado de despojos. 11 El año 143,
años, cuando le arrebató la muerte. después de haber vencido a Egipto,
• En su lugar entraron a reinar sus Antloco vino contra Israel 22 y subió
generales; 10 los cuales, en cuanto él a Jerusalén con un poderoso ejército.
murió, se ciñeron diadema, y sus hijos 28 Entró altivo en el santuario, arre-

después de ellos durante muchos años, bató el altar de oro, el candelabro de


multiplicándose los males en la tierra. las luces con todos sus utensilios, la
mesa de la proposición, las tazas de
las libaciones, las copas, los incen-
Antíoeo IV. sarios, la cortina, las coronas, y arran-
có todo el decorado de oro que cubría
11 De brotó aquella raíz de
ellos el templo. 24 Se apoderó asimismo
pecado Antíoeo Epifanes, hijo del de la plata, del oro y de los vasos
rey Antíoeo, que estuvo en Roma como preciosos, y se llevó los tesoros ocul-
rehén y se apoderó del reino el año 137 tos que pudo hallar, y con todo se
de la era de los griegos. 12 Salieron de volvió a su tierra.
Israel por aquellos días hijos inicuos, 26 Hicieron sus gentes gran ma-
que persuadieron al pueblo, diciéndole: tanza, y profirieron palabras inso-
«Ea, hagamos alianza con las nacio- lentes. 28 Un gran duelo se levantó
nes vecinas, pues desde que nos sepa- en Israel y en todos sus hogares;
ramos de ellas nos han sobrevenido 17
y se lamentaron los príncipes y los
MACABEOS 1,1 527

ancianos; las doncellas y los jóvenes de Judá órdenes escritas, de que


perdieron su vigor, y palideció la be- todos siguieran aquellas leyes, aun-
lleza de las mujeres. 28 Todos los que extrañas al país; 47 que se supri-
novios entonaron lamentaciones, e miesen en el santuario los holocaustos,
hicieron duelo los que se sentaban el sacrifieio libación; 48 que se
y la
en el lecho nupcial. 29 Se conmovió profanasen sábados y las solem-
los
la tierra por la consternación de sus nidades; 49 que se contaminase el san-
moradores, y toda la casa de Israel tuario y el pueblo santo; 50 que se
quedó cubierta de confusión. edificasen altares y santuarios e (do-
30 Pasados dos años, envió el rey los, y se sacrificasen puercos y ani-
al jefe de los tributos a las ciudades males impuros; 51 que dejasen a los
de Judá y a Jerusalén, con numero- hijos incircuncisos; que manchasen
sas tropas; 31 y con faisfa les habló sus almas con todo género de im-
palabras de paz, en las que ellos cre- pureza y abominación, de suerte que
yeron. 32 Pero de repente se arrojó diesen al olvido la ley, y mudasen
52
sobre la ciudad, causando en ella gran todas sus instituciones; y que
estrago y haciendo perecer a muchos quien se negase a obrar conforme a
del pueblo de Israel. 33 Saqueó la este decreto del rey, fuera condena-
ciudad y la incendió y destruyó sus do a muerte (1).
53
casas y los muros que la cercaban. decreto publicado en
Tal fué el
34 Llevaron cautivas a fas mujeres todo el En
todo Israel instituyó
reino.
64
y a los niños, y se apoderaron de los inspectores, y a las ciudades de
ganad-is. 35 Edificaron en torno a la Judá les dió orden de que sacrifica-
ciudad de David un muro alto y sen cada una por si, ciudad por ciu-
fuerte, y torres también fuertes, con- dad. 55 Se les unieron muchos del
virtiéndola en ciudadela. 36 La guar- pueblo, todos los que abandonaron
necieron de gentes impías, hombres la ley. Fué el mal que cometieron
malvados que en ella se hicieron en la tierra, 66 obligando a los ver-
37 daderos israelitas a ocultarse en todo
fuertes. La aprovisionaron de
armas y vituallas, y juntando los género de escondrijos.
67
despojos de Jerusalén, los depositaron El día quince del mes de Casleu
en ella, viniendo a ser para la ciu- del año 145, edificaron sobre el altar
dad un gran lazo. la abominación de la desolación, y
38 Fué una asechanza en las ciudades de Judá de todo al-
para el san-
tuario, una grave y continua ame- rededor edificaron altares; 58 ofre-
naza para Israel. 39 Derramaban san- cieron incienso a las puertas de las
gre inocente en torno del santuario casas y en las calles; 69 y los libros
y lo profanaron. 40 A causa de ellos de la ley que hallaban, los rasgaban
huían los moradores de Jerusalén, y echaban al fuego. 60 A quien se
que vino a ser habitación de extra- le hallaba con un libro de la alianza
ños. Se hizo extraña a su propia en su poder y observaba la ley, en
prole, y sus hijos la abandonaron. virtud del decreto del rey se le con-
41
Su santuario quedó desolado como denaba a muerte.
61
el desierto; sus fiestas se convirtieron Asi hacían a Israel, a cuantos
en duelo, sus sábados en oprobio, y habitaban en sus ciudades, un mes y
en desprecio su honor. 42 A la medida otro mes. 62
El veinticinco del mes sa-
de su gloria creció su deshonra, y su crificaron en el ara levantada sobre el
magnificencia se volvió en duelo. altar de los holocaustos. 63 Las mu-
jeres que circuncidaban a sus hijos
eran muertas, según el decreto, 64 y
La persecución religiosa. los niños colgados por el cuello. Sa-
queaban las casas y daban muerte
43
El rey Antíoco publicó un de- a quienes se habían circuncidado.
creto en su reino, de que todos for- 65 Muchos
en Israel se mantuvieron
masen un solo pueblo, dejando cada fuertes en su resolución de no comer
uno sus peculiares leyes. 44 Todas las cosa impura, prefiriendo morir a con-
naciones se avinieron a la disposi-
ción del rey. 45 Muchos de Israel se (i) Aquí ya tenemos la franca persecución
acomodaron a este culto, sacrificando religiosa. En
los sucesos precedentes tal vez la
persecución no fuera sino lucha política contra
y profanando el sábado.
a los ídolos
46 Por medio la nación, mas ahora la lucha comienza por el
de mensajeros, el rey decreto que trata de imponer la religión helé-
envió a Jerusalén y a las ciudades nica y prohibe la judía.
528 MACABEOS I, 2

taminarse con los alimentos y pro- ciendo en alta voz: «Aunque todas
fanar la santa alianza, y por ello las naciones que forman el imperio
murieron. 66 Muy grande fué la cólera abandonen el culto de sus padres y
que descargó sobre Israel. se sometan a vuestros mandatos, 20 yo
y mis hijos y mis hermanos viviremos
') 1 Por entonces
se levantó Mata- en la alianza de nuestros padres.
— de Joas, hijo de Simeón,
tías, hijo 21
Líbrenos Dios de abandonar la
sacerdote, de los hijos de Joarih, de ley y sus preceptos. 22 No escuchare-
Jerusalén, que habitaba en Modín. mos las órdenes de rey para salimos
2
Tenía cinco hijos: Juan, apellidado de nuestro culto, ni a la derecha ni
Caddir, 3 Simón, llamado Tasi: 4 Ju- a la izquierda.»
23
das, apellidado Macabeo; 5 Eleazar, Apenas había terminado de ha-
apellidado Abaran, y Jonatás, ape- blar en presencia de todos, cuando
llidado Apfás. ' Y viendo las abomi- se acercó un judío para quemar in-
naciones cometidas con Judá y en cienso en el altar que había en Modín,
Jerusalén, 7 dijo (1): según el decreto del rey. 24 Al verlo
«|Ay de mil ¿Por qué nací yo, para Matatías, se indignó hasta estreme-
ver la ruina de mi pueblo, y la ruina cerse; y llevado de justa indignación,
de la ciudad santa, obligados a habi- fué corriendo y Je degolló sobre el
tar aquí, cuando está en poder de altar. 28 En el mismo instante mató
enemigos 8 y su santuario en poder al enviado rey, que obligaba a
del
26 Así
de extraños? Su pueblo fué tratado y destruyó el altar.
sacrificar,
como un infame, • sus vasos preciosos mostró su celo por la ley, como
llevados en botín, sus niños muertos había hecho Fines con Zambri, el
en las plazas, y sus jóvenes caídos hijo de Salom (1).
a la espada enemiga. 10 ¿Qué nación
no se ha adueñado de su reino, y no
se ha apoderado de sus despojos? La sublevación.
11
Todo su ornato le fué arrebatado,
27
y la que era libre fué hecha esclava. Alzó luego el grito Matatías en
12 Y ved cómo
nuestro santuario, que la ciudad, y dijo: «¡Todo el que sienta
era nuestro honor y nuestra gloria, celo por la ley y sostenga la alianza,
está desolado, profanado por las gen- sígamel» 28 Y
huyeron él y sus hijos
13 a los montes, abandonando cuanto
tes. ¿Para qué vivir?»
14
Easgaron Matatías y sus hijos 28
tcníí.-n en la ciudad. Entonces
sus vestiduras, y se vistieron de saco muchos que suspiraban por la jus-
e hicieron gran duelo. 18 En tanto lle- ticia y el juicio bajaron al desierto,
30 para habitar allí,
garon a la ciudad de Modín los dele- así ellos como
gados del rey, forzando a la apos- sus hijos, sus mujeres y sus ganados,
tasía mediante la ofrenda del incienso. pues la persecución había llegado al
16 Muchos israelitas Ies obedecían, colmo. 31 Y así que llegó a noticia de
mientras Matatías y sus hijos se man- los enviados del rey y de las fuerzas
tuvieron apartados. 17 Los enviados que había en Jerusalén, en la ciudad
del rey dirigiéronse a Matatías, y le de David, que aquellos hombres, des-
dijeron: «Tú eres príncipe e ilustre y obedeciendo el decreto del rey, ha-
grande en esta ciudad, apoyado por bían bajado para esconderse en el
muchos hijos y parientes; 18 acércate, desierto, y que muchos los hablan
pues, el primero, y haz conforme al seguido, 32 luego los sorprendieron;
decreto del rey, como hacen todas y acampando enfrente de ellos, se
las naciones, los hombres de Juda dispusieron a atacarlos en día de sá-
y los que quedaron en Jerusalén. bado. 33 Y les decían: «Pasta con lo
Y seréis tú y tu casa de los amigos hecho hasta aquí. Salid y cumplid
del rey, y seréis enriquecidos, tú y el decreto del r<'V, y viviréis.» ** F.U<>s
tus hijos, de plata y oro y muchas contestaron: «No saldremos, ni hare-
mercedes.» mos lo mandado por el rey, profa-
19
A lo que contestó Matatías, di- nando el sábado.»
(i) Estos actos de Matatías son como la
(i) El anciano sacerdote Matatías es la declaración de guerra contra el rey. Como repre-
encarnación del sentimiento patriótico y reli- sentante de la nación oprimida, pero que tiene
gioso de Israel, sentimiento que supo infundir derecho a la libertad y aspira a conquistarla,
a sus hijos, quienes animados de él luchan degüellaal impío israelita en nombre de la ley
heroicamente hasta obtener la victoria. y da muerte al enviado de Antíoco.
MACABEOS I, 3

35 En
seguida los acometieron: fué imputado a justicia? 63 En el
34 no les respondieron, ni les tiempo de la tribulación José guar-
y ellos
lanzaron una piedra, ni taparon sus dó la ley, y vino a ser señor de Egip-
escondrijos, 37 diciendo: «Muramos to- to. 54 Fines, nuestro padre, por su
dos en nuestra inocencia, y el cielo gran celo recibió la promesa del sacer-
y la tierra serán testigos de que docio eterno. 86 Josué, por la obser-
injustamente nos hacéis morir.» 38 Y vancia de la ley llegó a ser juez de
acometidos en día de sábado, murieron Israel. 68
Caleb, por su testimonio
ellos, sus mujeres, sus hijos y sus ga- ante el pueblo recibió la heredad de
nados, hasta mil hombres. 39 Cuando la tierra. 57 David, por su misericor-
Matatías y sus amigos lo supieron, dia heredó el trono real, por los siglos
se dolieron grandemente, 40 pero di- de los siglos. 68 Elias, por su gran celo
jeron: «Si todos hacemos como nues- de la Ley fué arrebatado al cielo.
59
tros hermanos han hecho, no comba- Ananías, Azarlas y Misael, por su
tiendo contra los gentiles por nuestras fe, fueron librados del fuego. 60 Da-
vidas y nuestras leyes, pronto nos niel en su inocencia fué libertado del
exterminarán de la tierra." 41 Y loma- foso de los Icones. 61 Recorred de este
ron aquel día esta resolución: Todo modo todas las generaciones, y veréis
hombre, quienquiera que sea, que, cómo ninguno que confía en Dios es
en día de sábado viniere a pelear confundido.
62
contra nosotros, será de nosotros com- »No temáis las amenazas de ese
batido, y no nos dejaremos malar malvado, porque su gloria se volverá
todos, como nuestros hermanos, en en estiércol y en gusanos. 63 Hoy se
sus escondrijos ( 1 ). engríe, pero mañana no será hallado,
42 porque se habrá vuelto al polvo y
Entonces se unió a ellos un gru-
po de asideos, israelitas valientes, se habrán disipado sus planes. 64 Vos-
todos adictos a la ley. 43 Cuan- otros, hijos míos, cobrad ánimo, com-
tos buscaban escapar a la perse- batid varonilmente por la ley, que con
cución se unían a ellos, acrecentán- esto vendréis a ser gloriosos.
dose así sus fuerzas, 44 hasta formar 65 »Yo sé que Simeón, vuestro her-
un ejercito con el cual hirieron a los mano, es hombre de consejo; oídle
pecadores en su ira y a los impíos siempre, y sea él vuestro padre.
en su furor. Los restantes buscaban 66 Judas, el Macabeo,
es fuerte y vi-
su salud entre los gentiles. 45 Reco- goroso desde su mocedad; que sea el
rrieron Matatías y sus amigos las capitán del ejército y quien dirija
ciudades destruyendo altares, 46 y la guerra contra las naciones. 67 Atraed
obligando a circuncidar a cuantos a vosotros a todos los cumplidores de
niños encontraban incircuncisos en la ley, y tomad severa venganza de
los confines de Israel. 47 Perseguían los ultrajes a vuestro pueblo. 68 Dad
a los rebeldes a la ley, y su fuerza a los gentiles su merecido, y atended
crecía más cada vez. 48 Defendían la a la observancia de los preceptos de
ley contra los gentiles y los reyes, y la ley.»
no se doblegaban ante los pecado- 69 Y bendiciéndolos, fué a reunirse
49 70
res. Acercándose el fin de los días con sus padres. Murió el año 146,
de Matatías, dijo este a sus hijos: y sepultaron en el sepul-
los hijos le
«Al presente triunfa, la soberbia y cro de sus padres, en Modín, y todo
el castigo, es tiempo de ruina y de Israel hizo por él gran duelo.
furiosa cólera. 50 Ahora, hijos míos,
mostraos celadores de la ley, y dad Judas Maoaheo.
la vida por la alianza de nuestros
mayores. 51 Acordaos de las haza- *^
1
Le sucedió Judas, apellidado
ñas de vuestros padres en sus días, Macabeo, 2 a quien apoyaron sus
y alcanzaréis gran gloria y nom- hermanos y cuantos habían seguido
bre eterno. 52 ¿No fué Abraham a su padre, y combatían alegremente
hallado fiel en la tentación, y le los combates de Israel.
3
Y dilató la gloria de mi pueblo,
(i) Estos que se dejaron malar por no que- y como héroe se vistió la coraza,
brantar el sábado eran del partido de los Hasidin
o devotos, que hadan especial profesión de
y se ciñó sus armas para guerrear,
piedad. Matatías y los suyos, aunque respetan y trabó batallas, protegiendo con
la conducta de aquellos mártires, no creen que
su espada el campamento.
4 Por
sea la mas prudente ni laque ellos deben seguir, sus hazañas se asemejó al
pues seria dar a los enemigos la victoria. león,

34
530 MACABEOS I, 3

y al cachorro que ruge en busca de el Dios del cielo no hay diferencia


la presa. entre salvar con muchos o con pocos;
6 19
Persiguió en sus escondites a los y no está en la muchedumbre del
impíos, ejército la victoria en la guerra: del
y entregó a las llamas a los per- cielo viene la fuerza. 20 Estos llegan
turbadores de su pueblo. contra nosotros llenos de orgullo e
6
Los impíos se sobrecogieron de impiedad, para apoderarse de nos-
miedo ante él, otros, de nuestras mujeres e hijos,
los obradores de la iniquidad se y saquearnos, 21 mientras que nos-
turbaron. otros luchamos por nuestras vidas y
En sus manos llegó a buen término por nuestras leyes. 22 Dios los aplas-
la salud. tará a nuestros ojos; no tengáis miedo
7
Dió en qué entender a muchos de ellos» (1).
23
reyes, Asi que acabó de hablar, los aco-
y fué el regocijo de Jacob con sus metió con decisión, derrotando ente-
hazañas. ramente a Serón y a su ejército.
24 Los persiguió Judas por la bajada
Por perdurará su memoria
los siglos
en bendición. de Betorón hasta el llano, quedando
8
Recorrió las ciudades de Judá en el campo unos ochocientos hom-
exterminó a los impíos de ellas, y, bres, y huyendo los demás a tierra
y alejó de Israel la ira. de los filisteos. 25 Con esto, el espanto
• Llegó su nombre hasta los confi- y el miedo a Judas y a sus hermanos
nes de la tierra, se apoderó de las naciones vecinas.
28 La fama de su nombre llegó hasta
y reunió a los dispersos.
el rey, y en todas las naciones se
contaban sus batallas.
Sus primeras victorias.
10
Apolonio reunió a las naciones, Se preparan más duros combates.
y vino de Samaría un gran ejército,
27
para hacer la guerra contra Israel. El rey Antíoco, en teniendo no-
11 Así que lo supo Judas, le salió al ticia de estos sucesos, se encendió en
paso, le derrotó y le dió muerte: ira, y dió orden de juntar todas las
cayeron muchos y huyeron los demás. fuerzas del reino, un ejército podero-
12 Se apoderó de sus "despojos
y de la sísimo. 28 Abrió sus tesoros, y pagó
espada de Apolonio, de la cual se la soldada a su ejército por un año,
sirvió en la guerra todos los días de ordenando que estuviesen preparados
su vida. para todo evento. 28 Viendo el rey
13
Cuando llegó a oídos de Serón, que sus tesoros habían quedado
jefe del ejército de Siria, que Judas exhaustos, y que los tributos eran
había juntado gente y que una muche- escasos, por las disensiones y las ca-
dumbre de fieles a la ley combatía lamidades que él había traído sobre
a su lado, 14 se dijo: Me haré famoso la tierra, en su empeño de suprimir
y ganaré gloria en el reino, comba- las leyes que habían estado en uso
tiendo a Judas y a los suyos, que desde los días antiguos, 30 temió no
desprecian los decretos del rey. 14 Y tener, como otras veces le habla su-
preparada la segunda expedición, sa- cedido, para los gastos y los donati-
lió y subió con poderoso ejército, al vos, que solía repartir con más larga
cual se unieron los impíos, para apo- mano y mayor prodigalidad que sus
yarle y tomar venganza de los fieles antecesores. 31 En este grave aprieto
de Israel. 18 Llegaron hasta la subida resolvió ir a Persia, a cobrar los til-
de Betorón, donde les salió al paso butos de las regiones y reunir mucho
Judas con una pequeña tropa. 17 Esta, dinero.
viendo el ejército que venía contra 33 Dejó a Lisias, hombre ilustre y
Judas: «¿Cómo podremos
ellos, dijo a do linaje de los nego-
real, al frente
nosotros, tan pocos, luchar contra cios del reino, desde el Eufrates hasta
tan poderosa muchedumbre, y menos los confines de Egipto, 33 y con el
estando, como estamos hoy, exte- encargo de velar por su hijo Antíoco,
nuados por el ayuno T»
18 Pero
Judas les contestó: «Fácil (i) Estas palabras expresan los sentimientos
cosa es a Dios entregar una muche- de los Macabeos e indican la fuente de su fuerza
dumbre en manos de pocos, que para incontrastable.
531
MACAB EOS I, 4

hasta su vuelta. 34 Puso a su dispo- de Jerusalén, pues en otro tiempo


sición la mitad del ejército y los ele- había sido Masfa un lugar de oración
fantes, encomendándole la ejecución para Israel; 47 y ayunaron aquel día,
de sus planes, y sobre todo lo de se vistieron de saco, pusieron ceniza
Judea y Jerusalén. 35 Debía enviar sobre sus cabezas, rasgaron sus ves-
contra ellos el ejército, aplastar y tiduras, 48 y extendieron el libro de
destruir la fuerza de Israel y las reli- la ley, buscando en él (1) lo que los
quias de Jerusalén, hasta borrar de gentiles preguntan a las imágenes de
la tierra su memoria, 36 e instalar a sus ídolos. 49 Trajeron los vestidos
los extranjeros en sus confines, dis- sacerdotales, las primicias y los diez-
tribuyéndoles la tierra por suerte. mos, e hicieron venir a nazareos que
37 La otra mitad del ejército la llevó habían cumplido los días de su con-
consigo el rey, que partió de Antio- sagración; 80 y a voces clamaron al
quía, la capital de su reino, el año 147, cielo, diciendo: «¿Qué vamos a hacer
y atravesando el Eufrates, se dirigió con éstos y a dónde vamos a llevar-
hacia las regiones altas. los? 51 Porque tu santuario está ho-
38 Luego eligió Lisias a Tolomeo, llado y profanado, tus sacerdotes en
hijo de Dorimcno, a Nicanor y a luto y humillación, 62 y ahora los
Gorgias, varones valerosos de entre gentiles se han reunido contra nos-
39
los amigos del rey; y envió con otros para destruirnos. Tú sabes las
ellos cuarenta mil hombres y siete cuentas que echan sobre nosotras.
Judea y 63 ¿Cómo podremos hacerles
mil caballos para invadir la frente,
arrasarla, según el mandato del rey. sitú no nos ayudas?» 64 Y tocaron las
40 Partieron con todo un ejército y trompetas, y clamaron a grandes
vinieron a acampar cerca de Emaús, voces.
55
en la llanura. 41 Cuando los merca- Después de esto instituyó Judas
deres de la región tuvieron noticia jefes del pueblo, de millares, cente-
de su llegada, tomaron consigo mu- nas, cincuentenas y decenas, 66 y
chísima plata, oro y siervos, y vi- dijeron a los que edificaban casas,
nieron al campamento para comprar a los que habían tomado mujer, a
los hijos de Israel por esclavos. Tam- los que habían plantado una viña,
bién se agregaron a ellos fuerzas pro- y a los tímidos, que se volvieran
cedentes de Siria y de la tierra de cada uno a su casa, conforme la pres-
los filisteos (1). cripción de la ley, 57 y levantando
48 Viendo Judas
y sus hermanos el campo, vinieron a ponerse al sur
que las calamidades se multiplicaban de Emaús. 68 Dijo Judas a los suyos:
y que los ejércitos estaban acampa- «Preparaos y portaos como valientes,
dos en sus confines, y conocedores de prontos a luchar mañana temprano
las órdenes dadas por el rey, de des- contra estas gentes que se han reuni-
truir y exterminar al pueblo, 43 se do contra nosotros, para destruirnos
dijeron unos a otros: «Defendamos a y destruir el santuario. 89 Mejor es
nuestro pueblo contra esos planes de morir combatiendo, que contemplar
destrucción, y luchemos por nuestra las calamidades de nuestro pueblo y
nación y por el santuario», 44 y re- del santuario. 60 En todo caso, há-
solvieron disponerse a la guerra, oran- gase la voluntad del cielo.»
do y pidiendo a Dios clemencia y
1 Gorgias, tomando cinco
misericordia. m mil in-
45 Jerusalén estaba despoblada 4 fantes y mil jinetes escogidos, le-
como un desierto; no había quien vantó el campo por la noche, 2 con
de sus hijos entrase o saliese. Su elpropósito de atacar al ejército judío,
santuario estaba conculcado, y los y derrotarlo por sorpresa. Llevaban
hijos de los extranjeros moraban en por guías hombres de la ciudadela.
la ciudadela. Era ésta albergue de 3 Tuvo de ello noticia Judas, y
los gentiles; el gozo de Jacob había con sus valientes movió también el
desaparecido, y habían enmudecido campo para atacar a los del rey,
la flauta y la cítara.
46 Se reunieron en Masfa, enfrente (i) Es día de luto y de oración. A falta de
profeta o de sacerdote que consulte al Señor
por los urim y tummim, lo hacen por el texto
El comercio de esclavos era muy lucra-
(i) de la Ley. Los nazareos terminaban su voto
tivo,y como los prisioneros de guerra eran por con un sacrificio que sólo en el templo podía
derecho común esclavos, los mercaderes vienen ofrecerse. Pero el templo estaba profanado y
presurosos, esperando hacer un gran negocio. en poder de los gentiles.
i32 MACABEOS I, 4

que estaban junto a Emaús, * en donde tomaron mucho oro y plata,


tanto que el grueso del ejercito an- y telas de jacinto y de púrpura ma-
daba aún disperso, lejos del cam- rina, y grandes riquezas. 24 A su
pamento. vuelta elevaban al cielo cánticos y
Llegó Gorgias al campo de Judas
8 bendiciones al Señor: «Porque es
por la noche; y no hallando a nadie, bueno, porque es eterna su miseri-
los buscaba por los montes, diciendo: cordia. » 25 En aquel día obtuvo Israel
Estos han huido de nosotros.» * En una gran victoria.
cuanto fué de día apareció Judas en
el llano con tres mil, que no tenían
ni los escudos ni las espadas que Nueva victoria.
deseaban. 7 Vieron el campimento
de los gentiles, fuerte, atrincherado, 26
Cuantos extranjeros se salvaron
rodeado de la caballería, formado por llegaron a anunciar a Lisias lo su-
hombres diestros en la guerra. 8 Dijo cedido, 27 y éste, al oír las noticias, se
Judas a los que le acompañaban: «No quedó consternado y abatido, porque
temáis esa muchedumbre ni su ím- las cosas no habían sucedido en Israel
petu os acobarde. 9 Recordad cómo como había ordenado. 28 Al
el rey se lo
fueron salvados nuestros padres en año siguiente organizó un ejército de
el Mar Rojo, cuando el Faraón los sesenta mil hombres y cinco mil ca-
perseguía con su ejército. 10 Levan- ballos, para acabar totalmente con los
temos al cielo nuestra voz, en la espe- judíos. 29 Vino por ldumea y acam-
ranza de que se compadezca de nos- pó en Betorón. Para hacerles fren-
otros y, acordándose de la alianza te sólo disponía Judas de diez mil
de nuestros padres, aplaste hoy ante hombres. 30 A la vista de tan fuerte
nuestros ojos este campamento, 11 y ejército, oró, diciendo: «Bendito seas,
conocerán todas las gentes que hay Salvador de Israel, que quebrantaste
quien rescata y salva a Israel.» el ímpetu del gigante por mano de
12 Alzando los enemigos sus ojos,
tu siervo David, y entregaste el cam-
vieron que los venían a atacar, 13 y pamento de los filisteos en poder de
salieron del campo para combatirlos. Jonatán, hijo de Saúl, y de su escu-
Los de Judas tocaron las cornetas, dero. 31 Da este campo a manos de
14 tu pueblo de Israel, y queden aver-
y se trabó la lucha, siendo derro-
tados los gentiles, que luego se die- gonzados su ejército y su caballe-
ron a huir por el llano. 18 Fueron ría. 32 In fúndeles miedo, abate la
perseguidos hasta Ouezer, los llanos presuntuosa confianza en su forta-
de ldumea, de Azoto y de Jamnia; leza, y avergüéncense de su derrota.
33 Derrótalos por la espada de los
los rezagados cayeron todos al filo
de la espada, quedando en el campo que te aman, y entonen cánticos de
hasta tres mil de ellos. 16 Volviendo loor todos los que conocen tu nombre.»
Judas con su ejército de perseguirlos, 34 Viniendo a las manos, cayeron

dijo a los suyos: 17 «No codiciéis los del ejército de Lisias cinco mil hom-
despojos, que tenemos ante nosotros bres. 38 Al ver Lisias la derrota de su
el peligro, 18 pues florgias está con ejército y la audacia del de Judas,
su ejército en los montes próximos. y cómo estaban dispuestos a vivir" o
Por el momento haced frente a los morir gloriosamente, partió para An-
enemigos y combatid contra ellos; tioquía y recinto mercenarios para
después ya podréis tomar los des- acrecentar su ejército, con el propó-
pojos con seguridad.» sito de volver contra Judas.
19 Estaba aún Judas diciendo esto,

cuando apareció, saliendo del monte,


una división de Gorgias; 20 la cual, Restablecimiento del culto.
al ver cómo los suyos habían vuelto
34
Judas y sus hermanos se dijeron
las espaldas y ardía en llamas el
campamento, porque el humo que entonces: «Nuestros enemigos están
»e veía daba bien a entender lo suce- derrotados; subamos, pues, y purifi-
dido, 21 se llenó de miedo, y más quemos el santuario y restablezcamos
viendo al ejército de Judas en el el culto.» 37 Y juntando el ejército,
llano, en orden de batalla.
22 Todos
subieron al monte de Sión. 38 Al ver
se dieron a huir hacia la tierra de el santuario desolado, profanado el
los filisteos. 23 Judas entonces se vol- altar, quemadas las puertas, la hier-
vió y recogió el botín del campamento, ba crecida en los atrios como en un
MACABEOS I, 5 533

68 Fué muy grande la alegría del


bosque o en un monte, y las habita-
ciones destruidas, 39 rasgaron sus pueblo por haber borrado el oprobio
vestiduras y alzaron gran llanto, se de los gentiles. 59 Finalmente man-
pusieron ceniza sobre la cabeza, 40 se daron Judas y sus hermanos y
postraron en tierra, tocaron las trom- toda la asamblea de Israel, celebrar
petas de señales, y clamaron al cielo. los días de la renovación del altar
41 Luego ordenó Judas que algunos a su tiempo, de año en año, por ocho
tuvieran en jaque a los de la ciuda- días, desde el veinticinco del mes de
dela, mientras purificaban el santua- Casleu, con alegría y regocijo. 60 Por
rio (1)- 42 Eligieron sacerdotes irrepro- aquel mismo tiempo levantaron en
43 los torno del monte Sión muros altos y
chables, amantes de la ley,
cuales purificaron el templo y echa- torres fuertes, para que no pudieran
ron las piedras del altar idolátrico los gentiles hollarle como habían
en lugar inmundo. 44 Deliberaron qué hecho antes, 61 pusieron en él una
harian del altar de los holocaustos, guarnición que le defendiera. Fortifi-
que había sido profanado, 45 y les caron asimismo a Betsur, para pro-
pareció buen consejo destruirlo, por tegerla y que el pueblo tuviese una
cuanto los gentiles lo habían profa- defensa por el lado de Idumea.
nado, 46 y depositar las piedras en
el monte del templo, en lugar con-
veniente, hasta que viniese un pro- Guerra contra los pueblos vecinos.
feta que diese oráculo sobre ellas.
47 Tomaron luego piedras sin labrar, 1
£j Cuando las naciones de alre-
conforme prescribe la ley; alzaron '
dedor oyeron que el altar había
el santuario y el interior del Templo, sido reedificado y restaurado como
purificaron los atrios, 49 hicieron nue- antes el santuario, se enfurecieron
vos vasos sagrados, e introdujeron el sobremanera, 2 y decidieron destruir
candelabro, el altar de los perfumes a los de la raza de Jacob que vivían
y la mesa en el templo. 60 Quemaron en medio de ellos, comenzando a eje-
incienso en el altar, encendieron las cutar matanzas y destrucciones en el
3 Comenzó
lámparas del candelabro que lucían pueblo (1). Judas por hacer
en el templo, 61 colocaron los panes la guerra a los hijos de Esaú, y se
sobre la mesa y colgaron las cortinas. apoderó de Acrabatane, en Judea,
De esta manera dieron fin a la obra. desde la cual hostigaban constante-
52 En la mañana
día 25 del
del mente a Israel. Les infligió una gran
mes noveno, que de Casleu, del
es el derrota, humillándolos y llevándose
año 148, se levantaron de madrugada sus despojos. 4 Se acordó de la mal-
53 dad de los hijos de Bayán, que ten-
y ofrecieron el sacrificio prescrito
por la el nuevo
ley en altar de los dían al pueblo lazos y emboscadas
holocaustos que habían construido. en los caminos. 6 Los obligó a ence-
54 Precisamente en la misma hora rrarse en sus torres, los cercó, y dán-
y día en que le habían profana- dolos al anatema, puso fuego a las
do los gentiles, fué renovado con torres, que ardieron con todos los
cánticos, con cítaras, con arpas y que en ellas había. 6 Pasó luego a
con címbalos. 65 Todo el pueblo se los hijos de Ammón, y se encontró
postró sobre su rostro, adorando y con un ejército fuerte y un pueblo
elevando sus bendiciones al cielo, numeroso, y a Timoteo por jefe.
que les había dado tan feliz suceso. 7
Tuvo con ellos muchos encuentros,
66 Durante ocho días celebraron la hasta que los derrotó y deshizo total-
renovación del altar, y con alegría mente. 8 apoderó
Se de Gazer y
ofrecieron holocaustos y sacrifi-
los sus aldeas, y se volvió luego a Judea.
9
cios de acción de gracias y alabanza. Los gentiles de Galad se conju-
57 Adornaron la fachada del templo raron contra los israelitas que mo-
con coronas de oro y escudos, y res- raban en su territorio, con el propó-
tauraron las portadas y las cámaras sito de aniquilarlos, pero ellos huye-
y les pusieron puertas. ron a la fortaleza de Diatema. 10 Es-
cribieron a Judas y a sus hermanos,

(i) Por lo dicho se comprende la impor-


tancia de este acto de Judas, primer fruto de (i) El ejemplo del rey cundió entre los pue-
sus victorias, purificar el templo de las impu- blos vecinos a Jerusalén, que se dieron todos
rezas gentílicas y restablecer el culto legitimo a perseguir a los judíos. Judas estaba en su legí-
del Dios verdadero. timo derecho, al defender a sus hermanos.
534 MACABEOS I, 5

27
diciéndoles: «Se han juntado contra que también en las demás ciuda
nosotros las naciones de nuestro des de Galad había prisioneros, y
contorno, que se proponen destruir- habían ordenado los enemigos para
nos; 11 están dispuestas a venir y el día siguiente atacar las plazas
apoderarse de la fortaleza en que nos fuertes, tomarlas y acabar con todos
hemos refugiado; tienen a Timoteo los judíos en un solo día.
por jefe. 18 Ven, pues, y líbranos de 28
Judas, con su ejército, atrave-
sus manos, porque muchos de los sando el desierto, llegó de improviso
nuestros han caído ya, 13 y todos a Bosora, se apoderó de la ciudad,
nuestros hermanos de la región de pasó al filo de la espada a todos los
Tobi lian sido muertos, y robadas varones, se adueñó de todos sus
sus mujeres, sus hijos y sus bienes, despojos y la puso fuego. 29 Levan-
pereciendo allí unos mil hombres.» tando el campo por la noche, se en-
14
Estaban leyendo estas cartas, caminó hacia la fortaleza de Diate-
cuando llegaron, rasgadas las vesti- ma. 30 Al amanecer alzó los ojos y
duras, otros mensajeros de Galilea, vió una muchedumbre innumerable
15 loscuales comunicaron que se con escalas y máquinas de guerra,
hablan juntado contra ellos gentes de dispuesta a atacar y tomar la forta-
31 Entendió Judas
Tolemaida y de Tiro y de Sidón, y leza. que el ata-
los gentiles de toda la Galilea, para que comenzaba y oyó que de la ciudad
aniquilarlos. 16 Cuando Judas y el subía al cielo ui\ griterío y sonido de
trompetas. 32
pueblo oyeron semejantes noticias, Dijo entonces a los de
se reunió una gran asamblea, y deli- su ejército: «Luchad hoy por vues-
beraron soore lo que hablan de hacer tros hermanos.» 33 Y en tres secciones
por sus hermanos, que se hallaban se dirigieron por la espalda, tocando
en grave aprieto, combatidos por los las trompetas y clamando a Dios en
gentiles. 17 Dijo Judas a Simón, su oración. 34 Cuando el ejército de
hermano: «Toma gente contigo, y ve Timoteo se dió cuenta de que era el
a librar a nuestros hermanos de Ga- Macabeo, emprendieron la fuga. Les
lilea; yo y mi hermano Jonatau ire- infligió una gran derrota, quedando
mos a Galad.» 18 A José, el de Za- aquel día en el campo hasta ocho
carías, y a Azarías los dejó por jefes mil hombres. 34 Luego se volvió
del pueblo, con el resto del ejército Judas contra Masfa, la atacó, adue-
para la defensa de Judea, 19 dándo- ñándose de ella, matando a lodos
les esta orden: «Quedaos al frente del sus hombres, tomando sus despojos
pueblo, pero no trabéis lucha con los y entregando la ciudad a las llamas.
38 Partiendo de allí, tomó a Casfar,
gentiles, hasta nuestra vuelta.»
20 Tomó Simón tres mil hombres Maqued y Bosor, con las demás ciu-
para ir a Galilea, y Judas ocho mil dades de Galad.
37 Después
para ir a Galad. 21
Partió Simón para de esto juntó Timoteo
Galilea, y después de muchos en- otro ejército y vino a acampar en-
cuentros con los gentiles, los derrotó frente de Rafón, del otro lado del
y persiguió hasta las puertas de To- torrente. 38 Envió Judas a explo-
lemaida, 22 quedando en el campo rar el campo, y le trajeron estas
unos tres mil de los gentiles y apo- noticias: «Se han juntado con Timo-
derándose Simón de sus despojos. teo todos los gentiles de alrededor, y
23 Tomó luego a los que moraban en forman un ejército muy grande.
39
Galilea y en Arbata, con sus muje- Además, han tomado a sueldo a
res, hijos y cuanto tenían, y los trajo los árabes como auxiliares suyos, y
con gran júbilo a Judea. están acampados del otro lado del
24 Judas, el Macabeo, torrente, prontos a venir contra ti."
y Jonatán, 40 Timoteo había dado estas instruc-
su hermano, atravesaron el Jordán
y caminaron durante tres días por el ciones a sus capitanes: «Si al llegar
26
-encontrándose con los Judas al torrente le permitiéramos
desierto,
nabatcos, que los recibieron amiga- pasar hasta nosotros, no le podría-
blemente y les contaron cuanto a mos resistir, porque tiene una fuerza
sus hermanos habla sucedido en la incontrastable; ** mas si por temor
región de Galad, 26 y cómo muchos acampara al otro lado del torrente,
de ellos se hallaban prisioneros en iremos contra él y le venceremos.
42 Cuando Judas se acercó al to-
Bosora, en Bosor, en Alema, en
Casfor, en Maqued y en Carnaim, rrente, detuvo a los intendentes de
ciudades todas fuertes y grandes: ejército y les dió esta orden: 'No per
MACABEOS I, 6 535

mitáis que se quede nadie en el orden al ejército que con ellos tenían,
(ampo; que vayan todos a luchar.» de emprender la marcha hacia Jam-
43 Y
atravesó el primero contra los nia. 69 Pero les salió al paso Gorgias
enemigos y todo el pueblo en pos de con su gente, 80 que derrotaron a
él. Fueron deshechos los gentiles, José y Azarías, persiguiéndolos hasta
que tiraron las armas y huyeron al los confines de Judea. Dos mil hom-
santuario de Carnaim. 44 Pero los bres cayeron aquel día, del pueblo
de Judas se apoderaron de la ciudad de Israel. Acaeció este gran desca-
y pusieron fuego al santuario, que labro 61 por no haber obedecido a
ardió con todos los que en él había. Judas y a sus hermanos, creyéndose
Así fué abatida Carnaim, sin que capaces de grandes hazañas. 62 Pero
los enemigos pudieran hacer frente no eran ellos de la raza a que fué
a Judas. dado salvar a Israel. 63 Por lo con-
45 Juntó Judas trario, el heroico Judas y sus herma-
a todos los israeli-
tas que moraban en Galad, desde el nos alcanzaron gran gloria ante Israel
pequeño hasta el grande, a sus mu- y ante todos los pueblos, a cuyos
jeres e hijos y su hacienda, una mu- oídos llegó su fama, 64 y en medio de
chedumbre muy grande, para traer- aclamaciones todos los rodeaban.
los a la tierra de Judá. 46 Al llegar 65 Partieron luego Judas y sus her-
a Efrón, ciudad grande y muy fuerte manos en campaña contra los hijos
en la entrada de un desfiladero, no de Esaú, hacia el mediodía, y se apo-
podían desviarse ni a la derecha ni deraron de Hebrón y de sus aldeas,
a la izquierda, sino que habían de destruyeron su fortaleza y quemaron
pasar por en medio de ella. 47 Los las torres de su recinto. 68 En seguida
de la ciudad se encerraron, y mura- se dirigió contra la tierra de los filis-
ron a cal y canto las puertas. Les teos, atravesando por Maresa. 67 Ca-
envió Judas un mensaje de paz, yeron aquel día en la batalla algunos
48 diciéndoles:
«Permitidnos atrave- sacerdotes, que inconsideradamente
sar por vuestra tierra, camino de la salieron a luchar, queriendo dar prue-
nuestra; nadie os molestará, sencilla- ebas de su valentía. 68 Se dirisió
mente pasaremos a pie.» Pero no qui- luego hacia Azoto, en tierra de filis-
sieron abrirle. teos, y destruyó sus altares, quemó
49
Ordenó Judas entonces pregonar las estatuas de sus dioses, saqueó
en todo el campo que hiciesen todos las ciudades, y se volvió a la tierra
alto en el sitio en que estaban. 50 Los de Judá.
hombres de guerra tomaron posicio-
nes y atacaron la ciudad todo aquel
día ynoche siguiente, hasta que
la Muerte de AVntíoco Epifanes.
se rindió. 81 Pasó al filo de la espada
a todos los varones, arrasó la ciudad C.
1
Atravesaba el rey Antíoco las
y se apoderó de sus despojos, atrave- " regiones altas de Persia, cuando
sándola luego por encima de los ca- tuvo noticias de Elimaide, ciudad
dáveres. 52 Pasado el Jordán, llega- célebre por su riqueza de plata y
ron a la gran llanura de Betsán. oro. 2 Había en ella un templo ex-
63
Judas, que mandaba la retaguar- traordinariamente rico, en el cual se
dia, iba exhortando al pueblo todo guardaban armaduras de oro, cora-
el camino, hasta llegar a la tierra zas y armas, que había dejado allí
de Judá. 64 Con gran gozo y ale- Alejandro, el de Filipo, rey de Ma-
gría subieron al monte de Sión, y cedonia, el primero que reinó entre
ofrecieron holocaustos, por no haber los griegos. 3 Llegado a ella, intentó
caído ninguno de ellos y haber vuel- apoderarse de la ciudad, pero no
to todos en paz. pudo; porque, conocidos sus propó-
66
En los días en que Judas y Jo- sitos en la ciudad, 4 le resistieron
natán estaban en Galad, y Simón con las armas, viéndose forzado a re-
en Galilea, frente a Tolemaida, 66 lle- tirarse huyendo, para volverse con
garon a oídos de José, el de Za- gran pena a Babilonia.
carías, y Azadas, jefes del ejército, 5
En P«rsia le alcanzó un correo,
las hazañas y las batallas que lle- que le dió a saber cómo los ejércitos
vaban a cabo; 67 y se dijeron: «Haga- enviados a tierra de Judea habían
mos también nosotros célebre nues- sido derrotados; que Lisias, había ido
tro nombre, peleando contra las na- contra ella, 6 con un ejército fuerte-
ciones de alrededor.» 68
Y dieron si los hay, y había huido ante los
óati MACABEOS I, 6

judíos, que se habían hecho muy nos de los cercados salieron; y jun-
fuertes en armas y soldados, con el tándose con ellos otros de los impíos
botín grande que habían cogido a los de Israel, se dirigieron al rey en
ejércitospor ellos vencidos; 7 que queja, diciendo: ¿«Cuándo será que
habían destruido la abominación le- hagas justicia y defiendas a nuestros
vantada por él sobre el altar de Jeru- hermanos? 22 Nosotros con gusto nos
salén, y habían cercado de altos muros |
hemos sometido a tu padre y obede-
el santuario, como antes estaba, y la cimos sus decretos, viviendo según
ciudad de Betsur. sus disposiciones; 23 y ahora los hijos
8
Cuando recibió estas noticias de nuestro pueblo se han vuelto con-
quedó aterrado e intensamente con- tra nosotros, y tienen cercada la ciu-
movido, tanto que cayó en el le- dadela. 24 A más de esto, a cuantos
cho enfermo de tristeza, al ver que caen en sus manos los matan, y sa-
los sucesos no habían correspondido ,
quean sus bienes. 25 Y no sólo contra
a sus deseos. 9 Pasó allí muchos días, . nosotros han alzado la mano, sino
porque la tristeza se renovaba sin contra todos los pueblos limítrofes.
cesar, y hasta creyó morir. 10 Ha- 26 Ahora mismo están acampados
ciendo llamar a sus amigos, les dijo: contra la ciudadela en Jerusalén, con
«Huye de mis ojos el sueño, y mi co- el intento de apoderarse de ella, y
razón desfallece por la preocupación, i
han fortificado el templo y la ciu-
11
pensando en qué tribulación y ]
dad de Belsur, 27 y si no les to-
tempestad grande me hallo, yo, tan mas ladelantera, harán cosas ma-
bueno, tan amado por mi suave go-
I
'

yores y no podrás dominarlos.»


bierno. 12
Pero ahora me acuerdo 28
El rey se irritó al oír estas noti-
de los males que hice en Jerusalén, i cias, y convocó a todos sus amigos,
de los utensilios de oro y plata que i a los capitanes de su ejército y de
de allí tomé, de los habitantes de la caballería. 29 Hasta de otros reinos
Judea que sin causa exterminé. de las islas del mar le vinieron tro-
13 Ahora reconozco que por esto me pas mercenarias. 30 Alcanzó el nú-
han sobrevenido tantas calamidades, mero de sus fuerzas a cien mil hom-
y que de mi gran tristeza moriré en bres de a pie, veinte mil de caba-
tierra extraña.» 14 Y llamando a Fe- llería, y treinta y dos elefantes adies-
lipe, uno de sus amigos, le instituyó trados para la guerra; 31 todos los
por regente del reino, 15 entregándole cuales, llegando por la Idumea, acam-
la diadema, el manto real y el anillo, paron enfrente de Betsur y la com-
y encargándole la tutela y educación batieron por largo tiempo con má-
de Antíoco, su hijo, hasta ponerlo quinas; pero los cercados hicieron
en el trono. 14 Murió Antíoco allí una salida, y luchando valientemente,
en el año 1-19. 17 Al saber Lisias la les- prendieron fuego.
muerte del rey, entronizó en lugar 32 Judas levantó el cerco que tenía

del padre a Antíoco, su hijo, a quien puesto a la ciudadela y vino a acam-


de joven había educado, y le apellidó par junto a Bezcaria, enfrente del
Eupálor. campamento del rey. 33 Este se le-
vantó de madrugada, y moviendo el
campo a toda prisa, se dirigió por el
Expedición il<- Antíoco Eupotor > camino de Bezcaria. Dispuestas las
paz con los judíos. fuerzas para la batalla, dió con las
cornetas la señal de atacar. 34 Los
18 los de la ciudadela
Entretanto, elefantes, a los que habían emborra-
tenían a asediado en c) san-
Israel chado con zumo de uvas y moras,
para excitarlos a la pelea, 36 fueron
i

tuario, molestándoles de continuo ( 1 ) y


apoyando la causa de los gentiles. distribuidos por las falanges, colo-
19 judas resolvió quitarlos de en cando al lado de cada elefante mil
medio, y para ello convocó a todo hombres, protegidos con cotas de
el pueblo, para cercarlos en forma. malla y con yelmos de bronce en la
80 Concentradas las tropas, pusieron cabeza; y a más, quinientos caballos
el cerco el año 150, y construyeron escogidos 38 precedían a la bestia
ballestas y máquinas. 81 Pero algu- dondequiera que iba, y la acompaña-
ban, sin apartarse de ella. 37 Sobre
Al norte del templo los gentiles hablan
éstas iban montadas fuertes torres
(i)
levantado una ciudadela. desde la que hosti- de madera, bien protegidas y sujetas
gaban al pueblo que acudía al templo. al elefante, y en cada una dos o
MACABEOS I, 7 537

tres hombres valerosos, que comba- apoderado de ellos, dejaron en el


tían desde las torres, y su indio con- santuario una poca gente, y los de-
ductor. 38 El resto de la caballería más se dispersaron, yendo cada uno
lo colocó a la derecha y a la izquierda, a su hogar.
en las dos alas del ejército, para 65 Supo en esto Lisias que Filipo,
hostigar al enemigo y proteger las a quien el rey Antíoco, antes de morir,
falanges. había encomendado la crianza de su
39
En cuanto comenzó a
el' sol hijo Antíoco, hasta instalarle en el
brillar sobre los escudos de oro y trono, 56 había vuelto de Persia y
bronce, brillaron los montes con ellos, de Media, y con él las tropas del
y resplandecían comí llamas de fuego. re y> y que pretendía apoderarse del
40 Una
parte del ejército del rey se gobierno del reino. 57 Dióse prisa
desplegó en los montes altos, otra Lisias entonces a volverse, diciendo
en él llano, y todos iban con paso al rey, a los generales del ejército y
seguro y buen orden. 41 Los judíos a la tropa: «De día en día perdemos
quedaron espantados al oír el estruen- fuerzas, escasean las provisiones, y
do de tal muchedumbre, el marchar Ja plaza que combatimos es muy
de aquella masa y el chocar de sus fuerte, y debemos ocuparnos en las
armas. Era a la verdad un ejército cosas del reino. 58 Tendamos, pues,
extremadamente grande y poderoso. la mano a estos hombres, hagamos
42
Se acercó Judas con el suyo, se las paces con ellos y con todo su
trabó la lucha, y cayeron del ejér- pueblo; 69 y convengamos en que
cito del rey seiscientos hombres. vivan según sus leyes, como antes.
43 Eleazar, hijo de Savarán, vió una Precisamente a causa de esas leyes,
de las bestias protegidas con coraza que nosotros hemos pretendido abro-
regia, que superaba a todas las otras; gar, se han irritado y han hecho todo
y pareciéndole que debía de ser la esto.» 60 Fué bien acogida la propuesta
del rey, 44 se propuso salvar a su por el rey y los generales; y enviaron
pueblo y hacerse un nombre eterno. mensajeros de paz a los judíos, que
45 Lleno de valor, corrió por en medio la aceptaron. 61 El rey y los generales
de la falange hacia ella, matando a les juraron, y en virtud de esto salie-
derecha y a izquierda, y haciendo ron de la fortaleza. 62 Entró el rey
que todos se apartasen de él. 46 Lle- en el monte de Sión, y viendo lo
gado al elefante, se puso debajo de fuerte del sitio, quebrantó el jura-
él y le hirió. Cayó el elefante encima mento que había hecho y mandó
de él, y allí mismo murió. destruir el muro que lo cercaba.
47 Viendo los de Judas la gran 63 Luego
se apresuró a partir, y vol-
fuerza del rey y el empuje de su viéndose a Antioquía, halló a Filipo
ejército, se retiraron hacia Jerusalén. dueño de la ciudad, y la atacó, lo-
48 Los del rey los siguieron, entraron grando apoderarse de ella por la
en Judea, y acamparon contra el fuerza.
monte de Sión. 49 El rey había hecho
paces con los de Betsur, que salie-
ron de la ciudad por no tener ya vitua- Muquido y Aleimo. en Judá.
llas para prolongar más la resistencia,
pues era aquel año, año de reposo para T i El año 151 partió de Roma
la tierra. 5U Ocupó el rey Betsur, y * Demetrio, hijo de Seleuco, con
puso en ella guarnición para defender- unos cuantos hombres, y desembar-
la.
51
Durante mucho tiempo estuvo có en una ciudad marítima, logrando
acampado contra el santuario, y puso ser en ella reconocido por rey. 2 Al
allí ballestas, máquinas y lanzafuegos, entrar en el palacio real de sus padres,
catapultas, escorpiones para lanzar el ejército se apoderó de Antíoco y
dardos, y honderos. 52 Los judíos, de Lisias para entregárselos. 3 Al
por su parte, construyeron máqui- saberlo dijo: No quiero ni ver su
nas contra las máquinas enemigas, cara. 4 Las tropas los mataron, y así
y lucharon durante muchos días, se sentó Demetrio en su trono real.
63 pero 6 Luego
escaseaban los víveres en sus se llegaron a él todos los
almacenes, por ser el año séptimo, malvados e impíos de Israel, con Al-
y los que se habían refugiado en cimo a la cabeza, que pretendía el
Judea, huyendo de los gentiles, ha- sumo sacerdocio; 6 y -presentaron al
bían consumido los restos de las re- rey muchas acusaciones contra el
servas; 54 y como el hambre se había pueblo, diciendo: 'Judas y sus her-
538

manos han dado muerte a todos tus y recorriendo toda la tierra de Judea,
amigos, y a nosotros nos han expul- castigó a los apóstatas, que cesaron
sado de nuestra tierra. 7 Te rogamos de andar por ella.
envíes una persona de tu confianza, 25 Alcimo, viendo que Judas
y los
que vaya y vea todos los estragos que suyos se hacían poderosos, y cono-
nos han causado a nosotros y al te- ciendo, por otra parte, que éí no era
rritorio del rey, y que los castigue capaz de hacerles frente, se volvió
a ellos y a cuantos les prestan auxilio.» al rey, acusándolos de muchos crí-
8
Eligió el rey a Báquides, uno de menes. 26 Envió el rey a Nicanor,
sus amigos, que gobernaba la región uno de sus capitanes más ilustres y
del otro lado del río, hombre grande enemigo jurado de Israel, encargán-
en el reino y fiel ál soberano; 9 y le dole la destrucción del pueblo. 27 Llegó
envió en compañía del impío Alcimo, Nicanor a Jerusalén con un poderoso
a quien instituyó sumo sacerdote, ejército, y envió a Judas y a sus
mandándole que tomase venganza hermanos engañosos mensajes de
de los hijos de Israel. 10 Partieron amistad, 28 diciéndoles: «No haya
con un gran ejército; y llegados a la lucha entre nosotros; yo iré a ti con
tierra de Judá, enviaron mensaje- poca gente, nos veremos y hablare-
ros a Judas y a sus amigos con po- mos como amigos.' 29 Vino, en efecto,
labras engañosas de paz, 11 a las que a Judas, y se saludaron amistosa-
ellos no dieron crédito, porque veían mente; pero los enemigos estaban
el gran ejército que traían. 12 Acu- dispuestos a prenderle. 30 Mas cono-
dieron a Alcimo y a Báquides muchos ciendo Judas que venían a él con
escribas, reclamando justicia; 13 y los engaño, temió, y no quiso volver a
asideos, que son los primeros entre verle más. 31 Nicanor, cuando vió
los hijos de Israel, fueron a pedirles descubiertos sus planes, salió a com-
la paz, 14 porque se decían: «Es un batir contra Judas cerca de Cafar-
sacerdote del linaje de Arón el que salama. 32 El resultado de la lucha
ha llegado con las tropas; no nos en- fué que cayesen de las tropas de Xi-
gañará.» 15 En efecto, les habló pala- canor unos cinco mil hombres, hu-
bras de paz, y les juró diciendo: «No vendo los demás a la ciudad de
os haremos mal, ni a vosotros ni a David.
vuestros amigos.» 16 Con esto le cre- 33 Después de estos sucesos subió

yeron, pero prendió a sesenta de Nicanor al monte de Sión, y salieron


ellos, y en un solo día los hizo morir, del templo los sacerdotes y los ancia-
según lo que está escrito: nos del pueblo, para saludarle ami-
17 «Las carnes de tus santos gablemente y mostrarle los holocaus-
y su
sangre derramaron en torno de Je- tos que se ofrecían por el rey. 34 Pero
rusalén, y no había quien los en- él, burlándose de ellos, los escarneció
terrase. » y profanó los holocaustos con altivez;
18 El miedo y el espanto se apoderó y airado, juró, diciendo: «Si Judas
de todo el pueblo, porque se decían: no se me entrega y su ejército no se
«No hay verdad ni justicia, pues han me rinde ahora, cuando vuelva vic-
violado los compromisos y juramen- torioso daré al fuego este templo.»
tos que habían hecho.» Y partió lleno de cólera. 36 Salieron
19 los sacerdotes, y de pie frente al
Báquides, partiendo de Jcru-
salén, vino a acampar en Hezcta y altar y al templo, clamaron, di-
mandó prender a muchos de los que ciendo: 37 «Tú, Señor, que has ele-
habían desertado de él, y a algunos gido esta casa para que en ella fuese
del pueblo, y los mató, arrojándolos invocado tu nombre y fuese casa de
en una gran cisterna. 20 Puso luego oración y de plegaria para tu pueblo,
38 toma venganza de este hombre
la tierra en manos de Alcimo, con y
tropas para auxiliarle, y se volvió de su ejército, y caigan al filo de la
al rey. 21 Alcimo luchaba por ase- espada. Acuérdate de sus blasfemias,
gurarse en el pontificado, 22 juntán- y no permitas que salga con sus in-
dose a él todos los perturbadores de tentos.»
39
su pueblo, que se apoderaron de Judá Partió Nicanor de Jerusalén y
y causaron a Israel muchos daños. asentó su campo en Betoróu, donde
23 Así que vió Judas los grandes males se le agregó un cuerpo de sirios.
40 En tanto, estaba Judas en Adasa
?ue Alcimo y los suyos traían sobre
srael, mayores que los causados por con tres mil hombres, y orando, dijo:
41 "Señor, cuando los mensajeros del
Ion gentiles, 24 se puso en campaña.
MACABEOS I, 8 53H

rey de Asiría blasfemaron, un ángel reyes de Macedonía, y a los demás


tuyo vino e hirió a ciento ochenta y que se levantaron contra ellos, los
cinco mil de ellos. 43 Aplasta así hoy habían derrotado en guerra y los
a este ejército ante nosotros, y que habían subyugado; * y a Antíoco el
al verle castigado por su maldad, Grande, rey de Asia, que estuvo en
reconozcan todos que fué por haber guerra con ellos, y que tenía ciento
amenazado tu santuario.» veinte elefantes y caballería y carros
43 Los ejércitos vinieron a las ma-
y ejército7 muy numeroso, le habían
nos el día trece del mes de Adar, que- vencido y cogido prisionero, impo-
dando derrotado el de Nicanor y ca- niéndole un gran tributo a él y a los
yendo él mismo"' el primero en la que en el reino le sucedieron, obli-
lucha. 44 Cuando el ejército se dió gándole a dar rehenes 8 y a ceder la
cuenta de que Nicanor había caído, Jonia, la Mesia y la Lidia, esto es,
arrojó las armas y huyó. 46 Les per- sus mejores provincias, que aquéllos
siguieron una jornada de camino, cedieron al rey Eumenes. 9 Los grie-
desde Adasa hasta Gazer, tocando gos quisieron ir contra ellos y ani-
detrás de ellos las cornetas. 48 De quilarlos; pero en cuanto les fué co-
todas las aldeas, de Judca próximas nocido el propósito, 10 enviaron con-
salían para acosarlos; y luchando con- tra ellos un general que los combatió,
tra ellos, los mataron al filo de la cayendo de los griegos muchos en
espada, sin que quedase ni uno solo. el campo, siendo llevadas cautivas
47
Se apoderaron de sus despojos y las mujeres y los hijos, saqueados los
de su botín, y cortaron a Nicanor bienes, subyugada la tierra, destruidas
la cabeza y la mano derecha, que or- las fortalezas y reducidos a servidum-
gullosamente había alzado contra bre hasta hoy. 11 A los demás reinos
Jerusalén. 48 El pueblo se alegró ex- e cuantos se Ies opusieron, to-
islas,
traordinariamente, y celebraron aquel talmente los subyugaron. 12 Pero a
día con gran regocijo, 49 y acorda- sus aliados y amigos que en ellos
ron celebrarlo cada año, el mismo día confían, les guardan fidelidad, y así
trece de Adar. 80 Por algún tiempo habían logrado dominar los reinos
gozó de paz la tierra de Judó. próximos y remotos. Cuantos saben
de su fama, los temen, 13 y cuantos
son por ellos ayudados para reinar,
Embajada a Roma. reinan, y a los que no quieren, los
destituyen, y así han adquirido gran
Q 1 Llegó a oídos de Judas la fama poder. 14 Entre ellos nadie lleva
" de los romanos, de que eran muy diadema, ni viste púrpura, para en-
poderosos, (1) se mostraban benévolos greírse con ella. 15 En vez de esto, se
con todos los que se adherían a ellos, han creado un senado, y cada día
y con quienes a ellos venían hacían deliberan trescientos veinte senado-
alianza y amistad. 2 Le contaron de res, que de continuo miran por el
sus guerras y de las hazañas que bien del pueblo y por su buen gobier-
habían realizado en Galacia, apode- no. 16 Cada año encomiendan a uno
rándose de ella y sometiéndola a solo el mando y el dominio de toda
tributo; 3 cuanto habían hecho en su tierra, y todos obedecen a este
España, apoderándose de las minas único, sin que haya entre ellos en-
de oro y plata que allí hay, y adue- vidias ni celos.
ñándose de toda la tierra con su 17 Eligió Judas a Eupolemo, hijo

prudencia y paciencia, 4 no obstante de Juan, hijo de Acco, y a Jasón,


estar ese país muy alejado de ellos; hijo de Eleazar, y los envió a Roma
y cómo a los reyes que desde los con- para hacer con ellos amistad y alian-
fines de la tierra habían ido contra za, 18 librándose así del yugo del
ellos, los habían derrotado, infligién- reino griego, pues veían que los de-
doles tan gran descalabro, que los signios de éste eran someterlos a ser-
restantes les pagaban tributo cada vidumbre. 19 Llegaron a Roma des-
año. 6 Y que a Filipo y a Perseo, pués de un largo viaje, entraron en
el senado, y tomando la palabra,
(i) Este capítulo comienza con un gran dijeron: 20 «Judas Macabeo, sus her-
elogio de los romanos, que poco antes habían
terminado felizmente la segunda guerra púnica,
manos y pueblo de los judíos, nos
el

extendiéndose por Oriente su fama y su domi- envían para hacer con vosotros alian-
nación. El escritor sagrado expresa lo que za de paz, y pedir que nos inscribáis
•obre lo* romano»: había traído a ellos la fama. en la lista de vuestros aliados y ami-
540 MACABEOS I, 9

gos.» 11 Estas palabras fueron bien Judas había acampado en Laisa con
recibidas. 22 He aquí ahora la copia tres mil hombres escogidos, 4 los
de la epístola que escribieron en ta- cuales, viendo la muchedumbre del
blas de bronce, y que enviaron a ejército, temieron sobremanera, hu-
Jcrusalén para que les fuese memo- yendo muchos del campo y no que-
rial de alianza y de paz: dando de todos más que ocho-
23
«Salud a los romanos y al pueblo cientos.
judío, por tierra y por mar, para 7
Viendo Judas que el campo había
siempre, y que la espada y el ene- quedado desierto, y que, sin embargo,
migo estén siempre lejos de ellos. la batalla era inminente, se sintió
24 Si
el pueblo de los romanos fuera aplanado, porque no le quedaba tiem-
primero atacado, o lo fuese alguno po para volverlos a juntar, 8 y sin-
de sus aliados en todo su imperio, tiendo que se le rompía el corazón,
25 el pueblo de los judíos les prestará dijo a los que le quedaban: «En, va-
auxilio, según las circunstancias lo yamos al enenrgo, a luchar contra él.»
dicten, con plena lealtad. 26 Al ene- 9 Querían disuadirle, diciendo: «No
migo no le dará ni suministrará trigo, podremos; mejor nos sería conser-
armas, plata, ni naves. Esta es la var ahora nuestra .vida, y volver
voluntad de los romanos, y guarda- luego con nuestros hermanos; enton-
rán este convenio sin compensación ces podremos combatirlos, que ahora
ninguna. 27 Asimismo, si primero el somos muy pocos.» 10 Pero Judas con-
pueblo judío es atacado, los roma- testó: «Dios me libre de hacer tal
nos le ayudarán lealmente, según las cosa, de huir ante ellos. Si nuestra
circunstancias lo dicten, 28 y al ene- hora ha llegado, muramos valerosa-
migo no le darán ni trigo, ni armas, mente por nuestros hermanos, y no
ni plata, ni naves. Tal es la volun- empañemos nuestro honor.»
tad de los romanos. 29 Conforme a 11 En esto, el campo enemigo se
estas condiciones se conciertan los movió, y ellos le hicieron frente. La
romanos con el pueblo judío. 30 Si caballería se dividió en dos partes;
después de este acuerdo, unos u los honderos y los arqueros del ejér-
otros quisieren añadir o quitar al- cito, todos hombres valientes, se ade-
guna cosa, podrán hacerlo a volun- lantaron, ocupando la primera fila.
12
tad, y lo añadido o quitado será va- Estaba Báquidcs en el ala derecha,
81 daños que
Cuanto a hizo al sonido de las cornetas avan-
ledero. los e
les ha causado Demetrio, ya
el rey zar la falange, dividida en dos cuer-
hemos escrito a éste, diciendo: ¿Por pos. 13 Los de Judas dieron también
qué impones tan pesado yugo sobre la señal, y la tierra tembló al es-
nuestros aliados y socios los judíos? truendo de los ejércitos. La batalla
32 Si vuelven a quejársenos de ti, fué encarnizada, y duró desde la
les haremos justicia, haciéndote la mañana hasta la tarde. 14 Vió Judas
guerra por mar y por tierra." que Báquidcs, con el núcleo más
fuerte de su ejército, estaba en el
ala derecha; y juntando a los más
animosos, 15 se echó con ellos sobre el
Báquidcs, otra vez en Judea. enemigo, derrotándolo y persiguién-
Muerte de Judas. dolos hasta Azoto. 18 Los del ala
Izquierda, viendo derrotada y en
O Cuando Demetrio supo que Ni-
1 huida la derecha, pudieron perseguir
canor y su ejército habían caído a Judas y a los suyos por la espal-
en la batalla, volvió a enviar por se- da. 17 La lucha se agravó, cayen-
gunda vez a Báquidcs con Alcimo a do muchos de una y otra parte.
18 Cayó también Judas,
tierra de Judá, a la cabeza del ala y los res-
derecha de su ejército. 2 Tomaron el tantes huyeron. 19 Jonatán y Simón
camino que llega a Gálgala, y acam- tomaron a Judas, su hermano, y le
paron en ¡Masalot de Arbela, apode- dieron sepultura en el sepulcro de
rándose de ella y matando a mu- sus padres, en Modín. 20 Le lloraron,
chos. y todo Israel hizo por él gran duelo,
3 En el mes primero del año 152
y por muchos días hicieron luto, di-
asentaron su campo enfrente de Je- ciendo: 21 «jCómo ha caldo el valiente,
rusalén; 4 pero veinte mil hombres el salvador de Israel!»
22 Por lo demás, la historia de las
de infantería y dos mil caballos se
dirigieron a Berea. 6 Entretanto, guerras de Judas, sus hazañas, su
MACABEOS I, 9 541

magnanimidad, son demasiado gran- Canán. 38 Y acordándose de su her-


des para ser escritas (1). mano Juan, salieron, se ocultaron al
abrigo de un monte, 39 alzaron los
ojos, y vieron una caravana regoci-
Jonatán, sucesor de Judas. jada y numerosa. Era el novio, que
con sus amigos y hermanos salían
23 Muerto Judas, cobraron ánimo al encuentro de la novia con pande-
los apóstatas en todo el territorio de ros, instrumentos músicos y muchas
Israel, y levantaron cabeza los obra- armas. 40 Lanzándose fuera de su
dores de la iniquidad. 24 por Hubo escondite, los de Jonatán los ataca-
aquellos días un hambre grandísima, ron,quedando heridos muchos y hu-
y pueblo se pasó a ellos. 25 Esco-
el yendo los restantes al monte, apo-
gió entonces Báquides hombres im- derándose los vencedores de todos los
píos, y los estableció por señores de despojos. 41 Las bodas se convirtie-
tierra. 26 Buscaban éstos insisten- ron en llanto, el sonido de la música
la
temente el paradero de los amigos en lamentaciones; 42 y tomada ven-
de Judas, y los llevaban a Báquides, ganza de la sangre de su hermano,
que los castigaba y escarnecía. 27 Fué se volvieron a la ribera pantanosa del
ésta una gran tribulación en Israel, Jordán.
43 Supo el suceso Báquides,
cual no se vió desde el tiempo cu que y en
no había entre ellos profetas. 28 Re- día de sábado vino con mueha fuerza
44
uniéronse entonces los am¡gos de hasta las márgenes del Jordán. Dijo
Judas, y dijeron a Jonatán: 29 «Desde entonces Jonatán a los suyos: «Ea,
que murió tu hermano Judas, no luchemos por nuestra vida. No es
apareció ninguno semejante a él, ca- hoy como ayer y anteayer. 45 El pe-
paz de hacer frente a los enemigos, ligro nos acosa por delante y por
a Báquides y a los perseguidores de detrás: ahí y allí las aguas del Jordán,
nuestro pueLl >. 30 Pero te elegimos las márgenes pantanosas y el bosque;
en su lugar, para que seas nuestro no hay escape. 46 Clamad, pues, al
jefe y capitán, para que nos lleves a cielo, para que os salve de vuestros
nuestras batallas.» 31 Aceptó Jonatán enemigos.» Trabóse la batalla. 47 Alzó
el mando, y ocupó desde entonces el Jonatán la mano para herir a Bá-
puesto de Judas, su hermano. 32 Cuan- quides, pero éste retrocedió, esqui-
do Báquides tuvo noticia de ello, le vando el golpe. 48 Salvaron Jonatán
buscó para darle muerte. 33 Mas sa- y los suyos el Jordán, pasando a
biéndolo Jonatán, su hermano Simón nado a la ribera opuesta, pero los
y sus parciales, huyeron al desierto enemigos no atravesaron el Jordán
de Tecua, y acamparon junto a las para perseguirlos.
aguas de la cisterna de Asfar. 34 Sú- 49 Aquel día cayeron como unos

polo Báquides, y en un día de sá- mil hombres de los de Báquides.


bado vino con todo su ejército al Vuelto éste a Jerusalén, 60 edificó
otro lado del Jordán. ciudades fuertes en Judca, la forta-
35 Envió Jonatán a su hermano leza de Jericó, la de Emaús, la de
por jefe de una tropa, y rogó a los Betorón, la de Betel, la de Tamnata,
nabal eos, sus amigos, les permitie- la de Faratón y la de Tefón, con
ran dejar a su custodia el bagaje, muros altos y puertas y cerrojos,
que era mucho. 36 Pero salieron de 51 poniendo
en ellas guarnición, para
Madaba los hijos de Jambri, y se hacer la guerra a Israel. 52 Fortificó
apoderaron de Juan y de cuanto asimismo las ciudades de Betsur y
llevaba, y se volvieron con ello. Guezer y la ciudadela, y puso guar-
3' Llegó después a Jonatán y a niciones y las abasteció de víveres.
Simón, su hermano, la nueva de que 63 Tomó luego a los hijos de los prin-
los hijos de Jambri celebraban una cipales del país como rehenes, y los
solemne boda con gran pompa, y recluyó en la ciudadela de Jerusalén.
conducían desde Madaba la novia, 64
El año 153, el mes segundo,
hija de uno de los magnates de ordenó Alcimo derribar el muro del
atrio interior del santuario, destru-
(i) Estas palabras nos dan una idea de la yendo la obra de los profetas. Co-
que el autor sagrado tenia del gran héroe de la
libertad nacional. Jonatán, que le sucede, des-
menzó a ejecutarlo, 55 pero le sobre-
pués de un desastre, se ve forzado a ir poco a vino un ataque apoplético y queda-
poco organizando sus fuerzas, para proseguir ron suspendidas las obras. Se le cerró
la lucha. y paralizó la boca, de modo que no
Ó42

pudo ya hablar palabra ni disponer Prosperidad de Jonntnn con oca-


de su casa. Murió Alcimo en medio sión de la guerra civil siria.
de grandes tormentos. 66 Luego que
Báquides vió muerto a Alcimo, se 1
1() El año 160, Alejandro, hijo
volvió al rey, y la tierra de Judá v de Antíoco Epifanes, se alzó
gozó de paz por dos años. en armas y se apoderó de Tolemaida,
58 Entonces todos los apóstatas siendo bien acogido y reconocido como
tomaron de común acuerdo esta re- rey. 2 Informado de ello el rey De-
solución: uJonatán y los suyos viven metrio, juntó muchas tropas y salió
muy tranquilos y confiados; pues bien, a campaña contra él. 3 Al mismo
hagamos venir a Báquides, y en una tiempo envió Demetrio a Jonatán
noche prenderemos a todos.» 59 Fué-
los cartas amistosas, "con promesas de
ronse a Báquides con este consejo. engrandecimiento, 4 porque se decía:
80 Y en efecto, «Apresurémonos a hacer las paces con
se dispuso para venir
con mucha fuerza. En secreto envió él, antes que las haga con Alejandro
cartas a todos sus parciales de Judea, contra nosotros, 5 acordándose de
para que prendieran a Jonatán y a todos los males que le hemos hecho
los suyos; lo que no pudieron hacer, a él,a sus hermanos y a su pueblo.»
8
por haber llegado tal designio a co- Le dió autoridad para juntar ejér-
nocimiento de ellos. 81 Lejos de eso, cito, fabricar armas, le prometió que
cogieron ellos presos a unos cincuenta le contaría entre sus aliados, y le de-
hombres de la tierra, cabecillas de volvería los rehenes que tenía en la
aquella conjura y les dieron muerte. ciudadcla.
42 Luego Jonatán 7
Vino Jonatán a Jerusalén y leyó
y Simón, con los
suyos, se retiraron a Betbasi en el las cartas en presencia del pueblo y
desierto; levantaron sus ruinas y la de los que se hallaban en la ciuda-
fortificaron. 63 Informado Báquides dcla. 8
Un gran temor se apoderó
de esto, reunió toda su gente y avisó de todos cuantos oyeron que el rey
a los de Judea. 84 Vino a acampar le daba autoridad para juntar ejér-
enfrente de Betbasi, y durante mu- cito. 9 Los de la ciudadela le devol-
chos días la atacó con máquinas de vieron los rehenes, que él entregó
guerra. luego a los parientes de éstos; 10 y
86 Jonatán dejó en la ciudad a su estableciendo su residencia en Jeru-
hermano Sjmón, y él salió al campo salén, comenzó luego a restaurarla
88
con muchos. Atacó a Odomera y y renovarla. 11 Mandó a los obreros
a sus hermanos, y a los hijos de Fa- construir los muros y rodear el monte
sirón en sus tiendas; y luchando, co- de Sión de un muro de sillares, para
menzó a crecer en fuerza. 87 Simón mayor fortaleza, como se hizo. 12 Hu-
y lossuyos salieron de la ciudad, pu- yeron todos los extranjeros que había
sieron fuego a las máquinas 88 y en la fortaleza edificada por Báqui-
atacaron a Báquides, a quien causa- des, 13 y abandonó cada uno el lugar
ron una gran derrota; le pusieron en en que vivía, para irse a su propia
grave aprieto haciendo fracasar su de- tierra. 14 Sólo en Betsur quedaron
cisión y su expedición. 88 El se enfure- algunos de los que habían abando-
ció contra los impíos que le habían nado la ley y los preceptos, porque
aconsejado ir a Judea, hizo dar les servía de refugio.
16 Pero
muerte a muchos de ellos, y resolvió al saber el rey Alejandro
volverse a su tierra. 70 Así que Jo- las promesas que Demetrio había
natán tuvo noticia de ello, le envió hecho a Jonatán, y asimismo las
embajadores para concertar la paz guerras, las hazañas que éste y sus
y hacerle entrega de los prisioneros. hermanos habían realizado y los tra-
71 Asintió
a ello Báquides y aceptó las bajos que habían pasado, 18 se dijo:
proposiciones, jurando no causarle mal ¿Podremos encontrar otro hombre
alguno todos los días de su vida. 72 Hí- como ésteí Hagámonos su amigo y
zole entrega de los prisioneros, que aliado. 17 Y
escribió una carta,
le
antes había tomado de la tierra de cuyo tenor era siguiente:
el
* 8 El rey Alejandro, a nuestro her-
Judá, y partió para su tierra, no vol-
viendo más a los confines de Judea. mano Jonatán, salud. 19 Hemos oído
73 Cesó la guerra en Israel,
y Jona- de ti que eres hombre de valor, y
tán estableció su residencia en Maj- muy digno de ser amigo nuestro.
10 Hoy te constituímos, pues, sumo
mas, donde comenzó a gobernar al pue-
blo y exterminar a los Impíos de Israel. sacerdote de tu nación, y te ronce-
543

demos el título de amigo del rey dicial, molestarlos en cualquier


ni
—y envió un vestido de púrpura y
le negocio. 89 De los judíos serán in-

una corona de oro para que mires
por nuestros negocios y guardes
corporados al ejército del rey hasta
treinta mil hombres, dándoseles el
nuestra amistad. sueldo como a todas las demás tropas
81
Vistióse Jonatán la túnica santa del rey, 37 y de ellos serán puestos
en el mes séptimo del año 160, en en las grandes fortalezas del rey, y
la fiesta de los tabernáculos; alistó asimismo nombrados para los nego-
tropas y fabricó armas en gran can- cios del reinoque exigen confianza.
tidad. De ellos serán sus jefes y vivirán
22
Oído esto por Demetrio, se en- según sus leyes, como lo ha dis-
tristeciómucho, y dijo: 23 «¿Qué es lo puesto el rey en la tierra de Judá.
que hemos hecho, que Alejandro se 38 Y los tres distritos tomados a las
nos ha anticipado en hacer amistad regiones de Samaría e incorporados
con los judíos, para ganar su apoyo? a Judea, lo serán de modo que for-
24 Les escribiré yo con palabras per- men una circunscripción y no
sola
suasivas, ofreciéndoles ventajas y obedezcan a otra autoridad que a la
mercedes, para que se hagan auxilia- del sumo sacerdote. 39 De Tolemaida
res míos.» 25 Efectivamente, les envió y su distrito hago obsequio al san-
una carta del tenor siguiente: «El rey tuario de Jerusalén, para sufragar los
Demetrio, al pueblo de los judíos, gastos del mismo. 40 Doy cada año
salud. 28 Con gran alegría hemos quince mil sidos de plata, pagaderos
sabido que os habéis mantenido fie- de los derechos del rey en los luga-
les a nuestra alianza y habéis perse- res que nos pertenecen. 41 Todo el
verado en nuestra amistad, y no os sobrante que los empleados del fisco
habéis unido a nuestros enemigos. no hayan entregado, como en los
27
Perseverad, pues, en vuestra fide años anteriores, desde ahora lo des-
lidad a nosotros, y os recompensare- tino a las obras del templo. 42 Y los
mos con grandes mercedes por lo cinco mil siclos de plata que cada
que hiciereis en favor nuestro. 28 Os año percibíamos de los tributos del
condonaremos las deudas y os hare- templo, también los condonamos, y
mos muchos obsequios. 29 Desde lue- se los damos a los sacerdotes que
go declaro a todos los judíos exentos ejercen las funciones sagradas. 43 Cuan-
de tributos y del impuesto de la sal. tos se acojan al templo de Jerusalén y
y del tributo de las coronas. 30 El a todo su recinto, deudores de los
tercio de la cosecha y la mitad de impuestos reales o de cualquier otra
la de los árboles frutales, que a mí deuda, quedarán libres, y también
me toca percibir, renuncio de hoy cuanto tengan en mi reino. 44 Los
en adelante a percibirlo en la tierra gastos para edificar y restaurar el
de Judá y en los tres distritos a ella templo serán pagados de la hacienda
anejos, tomados de Samaría y de real. 46 Los gastos para la edifica-
Galilea, desde hoy para siempre. ción de los muros de Jerusalén y las
81 Jerusalén será ciudad santa y fortificaciones de su recinto corre-
exenta, igual que su territorio, de rán también por cuenta del rey, y
diezmos y tributos. 32 Renuncio tam- asimismo la edificación de las mura-
bién a la autoridad sobre la ciuda- llas en Judea.»
dela de Jerusalén, y hago de ella 46 Cuando Jonatán
y el pueblo
entrega al sumo sacerdote, que pondrá oyeron estas palabras, no las creye-
allí los hombres que él escogiere, para ron ni las aceptaron, acordándose de
su guarnición. 33 Todos los judíos que los grandes males que había causado
hayan sido llevados cautivos de tierra en Israel y cuánto los había atribu-
de Judá a cualquier parte de mi lado, 47 y se decidieron en favor de
reino, los doy por libres gratuita- Alejandro, que les había hecho pro-
mente, y todos quedarán exentos de posiciones de paz, y así le prestaron
tributos, aun de los de ganados. auxilio todo el tiempo.
84 Todas las fiestas, los sábados, las 48 Reunió el rey Alejandro grandes
neomenias, los días señalados y los fuerzas, y asentó su campo enfrente
tres días que preceden y siguen a las del de Demetrio. 49 Trabaron la bata-
fiestas, serán días de exención y de lla los dos reyes, y huyó el ejército de
franquicia para todos los judíos de Demetrio, perseguido por Alejandro,
mi reino. 35 Nadie tendrá autoridad que quedó vencedor. 60 La batalla
para intentar contra ellos acción ju- fué encarnizada y duró hasta la
MACABEOS I. 10

puesta del sol, cayendo en aquel por gobernador de la Celesiria a Apo-


día rey Demetrio.
el lonio, que juntó un poderoso ejército,
51
Después de esto, Alejandro en- y vino a acampar en Jam'iia, desde
vió mensajeros a Tolomeo, rey de Egip- donde envió recado a Jonatán, dicién-
to, diciéndole: 52 "Vuelto a mi reino, dole: 70 «¿Vas a ser tú el único que te
he logrado sentarme en el trono de mis levantes contra nosotros, y voy a
padres y recobrar el gobierno, des- ser yo objeto de risa y burla por
pués de derrotar a Demetrio y apo- causa tuya? ¿Por qué presumes ha»
derarme de nuestra tierra. 53 Trabada certe fuerte en los montes contra
batalla con él, fué vencido él y su nosotros? 71 Si tanto confias en tus
ejército, y nos hemos sentado en el fuerzas, desciende al llano y mida-
trono de su reino. 54 Hagamos, pues, m >s las armas, que conmigo está la
alianza; dame tu hija por mujer, y fuerza. 72 Pregunta y sabrás quién
seré tu yerno, y tanto a ti como a soy yo y quiénes los que me prestan
ella os haré presentes dignos de ti.» auxilio, los cuales dicen que no po-
65 El rey Tolomeo drás mantenerte a pie firme ante
le respondió
diciendo: «Dichoso 'el día en que has nosotros, y que por dos veces fueron
vuelto a la tierra de tus padres y te vencidos tus padres en esta tierra.
sentaste en el trono real. 58 Con gusto 73
No podrás sostener el empuje de
haré lo que me dices. Ven a mi en- mi caballería y de mi ejército en cam-
cuentro a Tolcmaida, para que nos po abierto, donde no hay piedras, ni
veamos y te haga yerno mío, según guijarros, ni lugar adonde huir.»
deseas.» 74 Cuando Jonatán oyó las brava-
67 Partió de Egipto Tolomeo con tas de Apolonio, se llenó de indigna-
su hija Cleopatra, y llegaron a To- ción; y escogiendo diez mil hombres,
lcmaida el año 162. 68 El rey Ale- salió de Jerusalén, llevando consigo
jandro le salió al encuentro, Tolo- a Simón, su hermano. 75 Acampó
meo le dió su hija Cleopatra, y cele- frente a Jope, que le cerró las puer-
braron en Tolcmaida las bodas con tas, porque había en ella una guar-
gran magnificencia, como de reyes. nición de Apolonio. Pero la atacaron
89 El rey Alejandro escribió a Jona- 76
y atemorizados los ciudadanos, le
tán que viniese a su encuentro. abrieron las puertas, quedando Jo-
80 Vino con grande pompa a Tolc- natán dueño de Jope.
maida, se entrevistó con los dos reyes, 77 Así que Apolonio tuvo noticia

y les hizo obsequios de oro y plata; del suceso, sacó al campo tres mil
también a sus cortesanos hizo mu- caballos y una poderosa fuerza de
chos regalos, ganándose con ellos su infantería, 78 y siguió el camino de
favor. 61 Vinieron apóstatas, manda- Azoto, fingiendo pasar de largo frente
dos de Israel, para acusarle, pero el a Jope, pero se volvió en seguida a
rey no los atendió, 83 antes mandó la llanura, muy confiado en la nu-
quitar a Jonatán sus vestidos y ves- merosa caballería que tenía. Jona-
tirle de púrpura, como se hizo. Le tán salió contra él hacia Azoto, y
sentó el rey a su lado, 83 y dijo a sus se trabó la lucha. 79 Apolonio había
grandes: «Salid con él por medio de dejado emboscados mil caballos.
80 Supo Jonatán la asechanza que
la lindad, y pregonad que nadie se
atreva a acusarle sobre ningún ne- detrás de sí tenía, y aunque unos y
gocio y que nadie por ninguna causa otros cercaron el campo y estuvieron
84 Y cuando sus lanzando flechas contra el pueblo desde
le moleste. acusa
dores vieron los honores públicos la mañana hasta la noche, 81 el pue-
que se le hacían y le vieron vestido blo se mantuvo firme, según las ór-
de púrpura, huyeron todos. 85 Le denes de Jonatán, hasta que la ca-
honró mucho el rey y le inscribió en ballería se fatigó. 82 Luego moyió Si-
el número de sus primeros amigos, món sus fuerzas y atacó a la falange,
y le nombró general y gobernador y como la caballería estaba ya ago-
de provincia. 88 Después de lo cual tada, los derrotaron y pusieron en
volvió Jonatán a Jerusalén, en paz fuga. 83 La caballería se dispersó por
y contento. la llanura, huyendo hacia Azoto, y
87 El año 165 Demetrio, hijo de se refugiaron en el templo de Dagón,
Demetrio, vino de Creta a la tierra su ídolo, para salvarse. 84 Jonatan
de sus padres. 88 En cuanto Alejan- prendió fuego a Azoto y a las ciuda-
dro lo supo, volvió a Antioquía muy des cercanas, se apoderó de sus des-
contrariado. *" Demetrio confirmó pojos, y dió a las llamas el templo
MACABEOS I, 11 545

de Dagón, abrasando a los que en él hija, pues ha buscado asesinarme.»


se habían refugiado. 85 El número de
11 Y con calumnias procuraba ha-
los que perecieron por la espada y cerle odioso, por codicia de su reino.
12
por el incendio subió a ocho mil. Al fin le quitó la hija y se la dió a
86 De allí levantó el campo Jona- Demetrio, rompiendo con Alejandro
tán y se vino hacia Ascalón, cuyos y haciendo manifiestas sus enemis-
moradores salieron a recibirle con tades. 13 Entró Tolomeo en Antio-
gran honor. 87 Jonatán se volvió a quía, y se ciño a su cabeza dos dia-
Jerusalén con los suyos, cargados de demas; la de Asia y la de Egipto.
14 Hallábase por aquellos días el
despojos. 88 Cuando estos sucesos lle-
garon a oídos del rey Alejandro, con- rey Alejandro en Cilicia, por haberse
cedió nuevos honores a Jonatán, 87 le rebelado los de aquellos lugares,
15
envió la fíbula de oro, como es cos- cuando oyó que su suegro venía
tumbre darles a los parientes de los contra él en son de guerra. Tolomeo
reyes, y le dió Acarón con todos sus sacó su ejército y le fué al encuentro
términos en posesión (1). con poderosas fuerzas, y le puso en
huida. 16 Huyó Alejandro a la Ara-
bia en busca de refugio, mientras
La traición del suegro contra que el rey Tolomeo quedó triunfante.
el yerno. 17 El árabe Zabdiel cortó la cabeza

a Alejandro y se la envió a Tolomeo.


1 18 Tres días más tarde moría el rey
\ \ El rey de Egipto juntó gran-
des fuerzas, como las arenas del Tolomeo, y los suyos, que estaban
mar, y muchas naves, con el intento en las fortalezas, perecían a manos
de apoderarse por engaño del reino de los moradores de las mismas.
19 Y así reinó Demetrio el año 167.
de Alejandro y agregarlo a su propio
reino. 2 Con pretextos de paz se en-
caminó a Siria, abriéndosele las puer-
tas de las ciudades y saliendo todos Siguen las prosperidades de
a recibirle, pues era orden de Alejan- Jonatán.
dro que le saliesen al encuentro, como
a suegro suyo. 3 Así que Tolomeo 20 Por aquellos días reunió Jona-

entraba en las ciudades, ponía en tán a los hombres de Judea, para


4
ellas guarniciones. Al entrar en tomar la ciudadela de Jerusalén, con-
Azoto le templo de
enseñaron el tra la cual construyó muchas má-
Dagón incendiado, ciudad y sus
la quinas de guerra. 21 Pero algunos de
cercanías destruidas, arrojados en el los impíos, enemigos de su propia
campo los cadáveres, y al borde de nación, se fueron al rey y le infor-
los caminos los montones de los que maron de cómo Jonatán tenía ase-
habían caído en la batalla. 5 Contá- diada la fortaleza. 22 Oído lo cual se
ronle lo que había hecho Jonatán, irritó, y viniendo a Tolemaida es-
con el •fin de hacérsele odioso, pero cribió a Jonatán que levantase el
el rey callaba. cerco de la ciudadela, y viniera a
* Vino Jonatán al encuentro del su encuentro a toda prisa, para con-
rey a Jope con gran aparato, se sa- ferir con él en Tolemaida. 23 Reci-
ludaron y durmieron allí. 7 Jonatán bido el mensaje, Jonatán ordenó con-
le acompañó luego hasta el río lla- tinuar el asedio, y se rodeó de algu-
mado Eleutero, y luego se volvió a nos ancianos de Israel y sacerdotes,
Jerusalén. 8 El rey Tolomeo se adue- y resolvió aventurarse al peligro.
ñó de todas las ciudades de la costa 24 Tomando consigo piafa, oro, un
hasta Seleucia del mar, meditando vestido y otros muchos presentes,
perversos planes contra Alejandro. fué a ver al rey a Tolemaida, hallan-
9 Envió embajadores a Demetrio, di- do en él buena acogida, 25 no obs-
ciéndole: «Ven, hagamos alianza, y te tante que algunos impíos de su na-
daré mi hija, la que tiene Alejandro, ción le acusaban.
y reinarás sobre el reino de tus pa- 26 Hizo el rey según lo que habían
dres. 10 Me pesa haberle dado mi hecho sus antecesores, honrándole en
presencia de todos sus enemigos. 27 Le
(i) Si Jonatán no igualó a Judas como gue-
confirmó en el sacerdocio y en cuan-
rrero, sin duda que le aventajó como diplomá- tos honores tenía de antes, y le hizo
tico, sabiendo aprovecharse bien de la guerra inscribir en el número de sus prime-
civil que estalló en Siria. ros amigos. 28 Jonatán solicitó del

35
546
MACABEOS I, 11

rey que hiciese libres de tributos la dió Demetrio a Jonatán, diciéndole:


Judea y las tres toparquías de Sa- «No sólo esto te haré a ti y a tu pue-
maría, promptiéndole en cambio tres- blo, sino que os colmaré de honores,
cientos 29 cuando llegue la ocasión propicia.
talentos. Asintió el rey,
el momento rrie harías un gran
43 Por
y de todas estas cosas escribió a
Jonatán una carta del tenor si- favor enviándorne algunas tropas
guiente: auxiliares, porque mi ejército está
30 «El rey Demetrio disuelto.» 44 Accedió Jonatán, man-
a Jonatán, su
hermano, y a la nación de los judíos, dándole a Antioquía tres mil hom-
31
salud. Ós enviamos, para que de bres escogidos, de cuya llegada se
ello os informéis, la copia de la carta alegró mucho el rey. 45 Amotináronse
que hemos escrito a Lástcnes, nues- contra él los de la ciudad, en número
tro pariente, acerca de vosotros: de ciento veinte mil, pretendiendo
32
El rey Demetrio a Lástcnes, su matarle! 48 Se recluyó él en su pala-
padre, salud. 33 Hemos resuelto favo- cio, mientras los ciudadanos ocupa-
recer a la nación de los judíos, nues- ban las calles de la ciudad y comen-
tros amigos, que nos han sido fieles. zaban el asalto.
34 Les confirmamos, pues, 47 Llamó el rey en su auxilio a los
la pose-
sión de los territorios de la Judea judíos, que acudieron luego, se dis-
y de los tres de Efraím,
distritos tribuyeron por la ciudad, 48 mata-
Lydda y Ramataim, que fueron des- ron aquel día hasta cien mil hombres,
prendidos de Samaría e incorporados incendiaron la ciudad y la saquearon.
a Judea. Todos los sacrificadores de Así libraron al rey. 49 Cuando vieron
Jerusalén queden exentos del tri- los de la ciudad que los judíos eran
buto que el rey percibía antes de dueños de ella a su arbitrio, perdie-
ellos cada año, de los frutos del ron el ánimo, y, suplicantes, clamaron
campo y de los de los árboles. 35 Igual- al rey, diciendo: 50 «Perdónanos y haz
mente ios restantes tributos que nos que cesen ya los judíos de combatir
pagaban, de los diezmos, de las contra nosotros y contra la ciudad.
51 Y depusieron las armas, e hicieron
salinas y de las coronas, que nos
pertenecen, desde ahora 38 se los la paz. Los judíos adquirieron grande
condonamos todos, y serán anulados gloria ante el rey y ante todo su
desde ahora para siempre. 37 Así, reino, y volvieron a Jerusalén car-
pues, haced una copia de este de- gados de botín.
creto y entregádselo a Jonatán, para
que se deposite en el monte santo y Nuevas victorias de Jonatán.
en lugar visible.»
38 Viendo
el rey Demetrio que ha-
62 Sentóse Demetrio en su trono y
bía llegado a dominar el reino y
nadie se le oponía, disolvió su ejér- la tierra callóante él. 63 No cumplió
cito, enviándolo a sus casas, excepto el rey lo que había prometido, y se
a las fuerzas extranjeras que había enajenó a Jonatán, porque además
reclutado de las islas de las gentes. de no corresponder a los beneficios
Esto le atrajo la enemiga de cuantos que le había hecho, le molestaba
habían pertenecido al ejército de sus mucho. * 4 Después de estos sucesos,
padres. 39 Trifón, que había sido antes volvió Trifón con el niño Antíoco,
de los parciales de Alejandro, cuando a quien proclamó rey, ciñéndole la
vió que las tropas murmuraban con- corona. 6 * Luego se juntaron a él
tra Demetrio, se dirigió al árabe todas las tropas que Demetrio había
Emalcue, que criaba a Antíoco, hijo licenciado, e hicieron a éste la guerra,
de Alejandro, niño todavía, 40 apre- obligándole a huir derrotado. 68 Tri-
miándole para que se lo entregase, fón se apoderó de los elefantes y
a fin de sentarlo en el trono de su ocupó Antioquía.
67 Antíoco el joven escribió a Jo-
padre. Le comunicó cuanto había
hecho Demetrio, y el descontento de natán, diciéndole: «Yo te confirmo en
su ejército contra él, y permaneció el sumo sacerdocio y te constituyo
allí bastantes días. sobre las cuatro ciudades, y serás de
41 48 Y le envió va-
Entretanto, envió Jonatán al los amigos del rey.»
rey una súplica para que retirase jilla de oro, dándole el derecho de
la guarnición de la ciudadela de Je- beber en vaso de oro, de vestir púr-
rusalén y de las otras fortalezas, por- pura y llevar la fíbula de oro. 69 A
que hostigaban a Israel. 42 Respon- Simón, su normano, le Instituyó ge-
MACABEOS I, 12 547

neral, desde la Escalera de Tiro hasta blos envió también cartas sobre lo
los confines de Egipto. mismo. 3 Partieron
para Roma, y
60 Partió Jonatán entrando en el Senado, dijeron: «Jo-
y recorrió las
ciudades del lado de acá del río, y natán, sumo sacerdote, y la nación
se le incorporaron todas las tropas de los judíos, nos envían para reno-
auxiliares de Siria. 61 Vino a Asca- Ivar con vosotros la antigua amistad
lón, y le hicieron los de la ciudad un y alianza.» 4 Y les fueron entregadas
recibimiento muy honroso. 61 De allí tartas para las autoridades de cada
pasó a Gaza, que le cerró sus puertas, lugar, a fin de que pudieran volver
pero él la asedió e incendió los arra- en paz a la tierra de Judá.
bales, saqueándolos. 62 Entonces los 5
He aquí la copia de las cartas que
de Gaza le pidieron la paz, que les Jonatán escribió a los espartanos:
6
fué otorgada, dándole en rehenes los «Jonatán, sumo sacerdote, y el se-
hijos de sus jefes, que envió a Jeru- nado de la nación y los sacerdotes y
salén, y atravesó la tierra hasta lle- todo el pueblo de los judíos, a los de
gar a Damasco. 63 En esto tuvo no- Esparta, sus hermanos, salud: 7 Ya
ticia Jonatán de que algunos gene- antes recibió Onías, sumo sacerdote,
ra lus de Demetrio habían llegado a de Ario, vuestro rey, cartas en que
Cades de Galilea con grandes fuerzas, decía que sois nuestros hermanos,
con el propósito de apartarle de toda como lo certifica la adjunta copia.
8
intervención en el gobierno. 54 De- Onías acogió con gran honor al
jando a su hermano Simón en Judá, mensajero, y recibió letras en que
les salió al paso. 65 Simón fué contra claramente se hablaba de alianza
Betsur, la combatió muchos días, y amistad. 9 Nosotros, aunque nada
teniéndola cercada, 66 hasta que pi- necesitamos, pues tenemos nuestra
dieron la paz, que les otorgó. Los confianza en las Escrituras Santas
arrojó de allí, apoderándose de la que poseemos, 10 hemos resuelto en-
ciudad y poniendo guarnición en ella. viaros quien renueve con vosotros la
67 Entretanto acampó Jonatán con fraternidad y amistad, a fin de no
su ejército junto a las aguas de Ge- hacernos extraños a vosotros, pues
nesaret, y muy de madrugada se han transcurrido ya muchos años
puso en marcha hacia la llanura de desde vuestra embajada. 11 En todo
Asor, 68 donde encontró al ejército este tiempo, en las solemnidades y
extranjero, que había puesto una en las restantes festividades no hemos
emboscada en los montes. Se trabó cesado de hacer memoria continua de
la batalla, 69 y los emboscados sa- vosotros, en los sacrificios que ofre-
lieron de la celada, 70 y los de Jo- cemos y en nuestras oraciones, pues
natán huyeron, no quedando a su es justo y razonable acordarse de los
lado sino Matatías, hijo de Absa- hermanos. 12 Nos alegramos de vues-
Jom, y Judas hijo de C'alfi, capitanes tra prosperidad. 13 Cuanto a nosotros,
del ejército. 71 Jonatán entonces rasgó han sido muchas las tribulaciones que
sus vestiduras, se echó tierra sobre nos han sobrevenido y muchas las
la cabeza, y oró. 72 Volvió luego a la guerras que nos han hecho los reyes
lucha contra los enemigos, los derro- vecinos. 14 No quisimos en ellas mo-
tó y puso en fuga. 73 Viendo esto los lestaros ni a los demás aliados y ami-
que de los suyos huían, se volvieron gos, 15 porque contamos con la ayu-
de nuevo a él, y todos a una los per- da que nos viene del cielo, y con ella
siguieron hasta Cades, hasta su cam- nos hemos librado de nuestros ene-
po, donde hizo alto. 74 Cayeron de los migos, y éstos fueron humillados.
extranjeros en aquel día unos tres 16 Hemos elegido
a Numenio, hijo
mil hombres. Jonatán se volvió a de Antíoco, y a Antípatro, hijo de
Jerusalén. Jasón, a quienes enviamos a los ro-
manos para renovar la antigua amis-
tad y alianza, 17 y les hemos dado
ICmbajadas a Roma y Esparta. el encargo de acercarse a vosotros
y saludaros y entregaros nuestras le-
1
1 *) Viendo Jonatán que las cir- tras, para renovar la alianza y fra-
1 "cunstancias le eran favorables, ternidad. 18 Esperamos que nos con-
escogió algunos hombres y los envió testéis favorablemente.
a Roma, para concertar y renovar la 18
La carta enviada por vosotros era
alianza de amistad con los romanos. del tenor siguiente: 20 Ario, rey de
1 Y
a los espartanos y a otros pue- los espartanos, a Onías, sumo sacer-
548 MACABEOS I, 12

dote, salud: 81 Hemos hallado en do- que da el valle del Este, y lo restau-
cumentos escritos que los espartanos raron, dándole el nombre de Cafe-
y los judíos son hermanos, unos y nata. 38 Simón edificó también Adi-
otros del linaje de Abraham. 22 Desde da, en la Sefela, y la fortificó y puso
que esto supimos, juzgamos que hacéis puertas y cerrojos.
bien en darnos cuenta de vuestra
prosperidad. 23 Nosotros a la vez os
correspondemos. Vuestros ganados, Muerte traidora de Jonatán.
vuestra hacienda, es nuestra, y la
nuestra, vuestra es. Por eso he dado 39
Trataba Trifón de apoderarse
orden de comunicaros esto.» del reino de Asia y ceñirse la dia-
24 Tuvo Jonatán noticia de que los dema, quitando de en medio al rey
capitanes de Demetrio habían vuelto Antíoco. 40 Pero temiendo que se le
contra él con fuerzas mayores que opusiera Jonatán y le hiciera la gue-
antes, 25 y salió de Jerusalén a su rra, buscaba un medio de apoderarse
encuentro, a la región de Hamat, de y darle muerte. Con este propó-
él
porque no quiso darles lugar a que sito se puso en camino de Betsán.
invadiesen la tierra. 26 Los explora- 41 Sal i'ile al encuentro Jonatán con
i

dores enviados a espiar el ejército cuarenta mil hombres escogidos para


enemigo volvieron con la noticia de la lucha, y llegó a Betsán. 42 Cuando
que tenían orden de caer sobre ellos Trifón vió que Jonatán venía con
aquella noche. 27 Así que se puso tanta fuerza, temió poner manos en
el sol, ordenó Jonatán a los suyos él,
43 le acogió muy honrosamente,

velar y estar sobre las armas, prontos le presentó a todos sus amigos y le
a entrar en batalla durante la noche, hizo muchos obsequios, ordenando
y puso centinelas alrededor del cam- a su ejército que le obedeciese corno
po. 28 Cuando los contrarios se die- a él mismo. 44 Dijo luego a Jonatán:
ron cuenta de que Jonatán y los «¿Por qué molestar a todo el pueblo,
suyos estaban preparados para la no habiendo guerra entre nosotros?
lucha, temieron, perdieron el ánimo, 45 Mándalos a sus casas, dejando
encendieron fuegos en su campa- contigo unos cuantos que te acom-
mento, y se retiraron. 29 No lo ad- pañen, y vente conmigo a Tolemaida.
virtieron Jonatán y los suyos hasta Te la entregaré con las demás forta-
la madrugada, engañados con la vista lezas, y pondré a tus órdenes el resto
de los fuegos encendidos. 30 Los per- del ejército y del rey.
los oficiales
siguió Jonatán, pero no les dió al- Hecho esto, yo me
volveré, que sólo
cance, porque habían atravesado el para eso he venido.»
río Eleutero. 81 Entonces se volvió 46 Dióle fe Jonatán e hizo según

Jonatán hacia los árabes, llamados le decía, licenciando su ejército, que


47 Sólo
zabadeos, a los que derrotó, tomán- se volvió a la tierra de Judá.
doles despojos. 38 Poniéndose de se reservó tres mil hombres, de los
nuevo en marcha, vino a Damasco, que dejó dos mil en Galilea, lleván-
atravesando todo el territorio. dose consigo sólo mil. 48 En cuanto
33 Simón, entretanto, se había Jonatán entró en Tolemaida, los
puesto en marcha, llegando hasta tolemenses cerraron las puertas, le
Ascalón y a las próximas fortalezas; prendieron a él y a cuantos le acom-
se volvió luego hacia Jope y la tomó, pañaban y los asesinaron. (1) 49 Luego
34 porque había oído que querían Trifón énvió su ejército y su caballe-
entregar la fortaleza a los parciales ría a la Galilea y a la gran llanura,
de Demetrio, y puso allí guarnición, para aniquilar a todos los parciales
para conservarla en su poder. 35 Vuel- de Jonatán. 60 Supieron que había
to Jonatán, convocó a los ancianos del sido preso y muerto Jonatán y los
pueblo y tomó con ellos la resolu- que le acompañaban, y unos a otros
ción de edificar fortalezas en Judea, se animaron para salir a campaña
36 de levantar los muros de Jerusa- para combatir. 81 Al ver sus perse-
lén, de erigir un muro fuerte entre guidores cuan resueltos estaban a
la ciudadela y la ciudad, a fin de se- luchar por su vida, se volvieron.
52 Se fueron sin ser molestados a
parar aquélla de ésta y aislarla, para
que los de allí no pudiesen comprar
ni vender en ésta. 37 Reunidos los (i) Judas murió en el campo de batalla.
obreros para edificar la ciudad, se Jonatán, victima de una traición de los sirios.
vino al suelo un trozo de la muralla Simón, víctima de la villanía de un yerno suyo'
MACABEOS I, 13 549

la tierra de Judá y lloraron a Jona- al ser libertado no se rebele contra


tán y a los suyos, temiendo mucho nosotros, y le dejaremos libre.» 17 Aun-
por sí. Todo Israel hizo gran duelo. que entendía Simón que le hablaban
5:1
Entonces todas las naciones veci- con engaño, envió el dinero y los
nas se propusieron aniquilarlos, di- dos niños, por no concitar contra sí
ciéndose: «Ya no tienen caudillo que la enemiga del pueblo, que podría
los proteja; luchemos, pues, contra decir: 18 «No ha enviado el dinero
ellos, y horremos su memoria de v los niños, y por eso pereció Jona-
cutre los hombres. tán». 19 Así, pues, envió los niños y los
cien talentos; pero Tritón, faltando
Simón sucede a Jonatán. a su palabra, no puso en libertad a
Jonatán.
1Q Oyó Simón que había reunido
1 20 Trifón emprendió luego la mar-

Trjíóh un poderoso ejército, para cha para invadir la tierra y devas-


venir contra la tierra de Judá y tarla. Para ello, rodeando, vino a
aplastarla; 2
y viendo al pueblo lleno Adora, pero Simón con su ejército
de espanto y de temor, subió a Jeru- le salía al encuentro dondequiera
salén y reunió al pueblo. 3 Los alen- que él iba. 21 Los de la ciudadela en-
taha diciendo: «Ya sabéis lo que yo, viaron mensajeros a Trifón, rogán-
mis hermanos y la casa de mi padre, dole que se diera prisa a venir en
hemos hecho por las leyes y el san- su socorro por el desierto, y les tra-
tuario, las guerras y las angustias jese víveres. 22 Preparó Trifón toda
(pie hemos soportado. 4 Por esta su caballería para llegar aquella no-
(ansa, (pie es la de Israel, dieron la che, pero no pudo, a causa de la
vida todos mis hermanos, quedando mucha nieve que había caído. Llegó
yo solo. 5 No quiera Dios que en esta a «¡alad, 23 y en Bascama dió muerte
huía de tribulación rehuya el peli- a Jonatán, que fué sepultado allí.
gro por amor de la vida, que no valgo 24 Después Trifón dió la vuelta y se
yo más que mis hermanos, 6 antes volvió a su tierra.
tomaré la defensa fie mi nación y del 25 Mandó Simón por los restos de

santuario, de nuestras mujeres e hijos, su hermano Jonatán y les dió sepul-


ahora que llevados del odio se han tura en Modín, la ciudad de sus
juntado todas las naciones para aplas- padres. 26 Todo Israel hizo por él
t irnos.» 7 Se enardeció el pueblo al gran duelo y le lloró muchos días.
oír estas palabras, 8 y a grandes vo- 27 Edificó Simón sobre los sepulcros

ces respondió, diciendo: «Sé nuestro de sus padres y hermanos un monu-


caudillo en lugar de Judas y de Jo- mento de piedras labradas por una
natán, tu hermano. 9 Combate nues- y otra cara, alto y visible desde muy
tras batallas; cuanto nos digas lo iejos. 28 Encima levantó siete pirá-
haremos.» mides, unas enfrente de otras, dedi-
10 Juntando todos los hombres de cadas a su padre, a su madre y a sus
guerra, dio prisa a concluir los
se cuatro hermanos. 29 Lo rodeó de
muros de Jerusalén, que quedó for- grandes columnas, y puso en ellas
tificada todo en derredor. 11 Envió a panoplias para eterna memoria; y
Jonatás, hijo de Abesalom, con bas- junto a las panoplias, naves esculpi-
tante fuerza a Jope, que echó de allí das, que pudieran ser vistas de todos
a los que la guarnecían, quedándose los que navegaban por el mar. 30 Ese
en ella. 12 Tritón salió de Tolemaida sepulcro que erigió en Modín perdura
con un poderoso ejército, para inva- hasta el día de hoy. 31 Trifón, que
dir la Judea, llevando consigo a Jo- procedía dolosamente con el joven
natán preso. 13 Simón acampó en rey Antíoco, acabó por darle muerte,
Adida, frente a la llanura. 32
se declaró rey en su lugar y se ciñó
14
Al conocer Tritón que habían la diadema del Asia, trayendo con
nombrado a Simón caudillo en lugar esto una gran calamidad sobre la
de su hermano Jonatán, y que estaba tierra.
pronto a trabar batalla, le envió men-
sajeros, 15 diciendo: «Hemos detenido Simón, consolida la libertad
a tu hermano, a causa de la deuda nacional.
que tenía con el tesoro real, por los
cargos que desempeñaba. 16 Envía, 33
Simón edificó las fortalezas de
pues, cien talentos de plata y a dos Judea, rodeó de altas torres y
las
de sus hijos (omo rehenes, porque muros fuertes, les puso puertas y
550 MACABEOS I, 14

rerrojos y las proveyó de vituallas. do de hambre muchos de ellos. 60 Cla-


34 Envió algunos hombres escogidos maron a Simón en demanda de paz,
a Demetrio, pidiendo que concedieray ér se la otorgó, echándolos de allí
al país la remisión de los tributos, y limpiando la ciudadela de impu
por cuanto los actos de Tritón habían rezas. 61 El día veintitrés del mes se-
sido actos de saqueo. 35 Contestó el gundo del año 171 entró en ella con
rey Demetrio a estas peticiones, en- cánticos, palmas y acompañamiento
viándole letras del tenor siguiente: de cítaras, címbalos y arpas, con
36 «El rey Demetrio a Simón, sumo himnos y cánticos, porque había sido
sacerdote y amigo de los reyes, y a aplastado un gran enemigo de Israel.
52 Estableció que cada año
los ancianos y a la nación judía, se solem-
salud: 37 Hemos recibido la corona nizara este día con regocijo. 68 For-
de oro y la palma que nos habéis tificó el monte que esta
del templo,
enviado, y estamos dispuestos a ha- próximo a la ciudadela, y habitó
cer con vosotros una paz definitiva allí él con los suyos. 54 Viendo Simón
y a escribir a los intendentes reales que Juan, su hijo, era hombre ani-
que os condonen las deudas. 38 Todo moso, le hizo jefe de todas las tropas,
cuanto hemos pactado con vosotros con residencia en Guezer (1).
sea firme, y las fortalezas que habéis
edificado sean vuestras. 39 Os per-
donamos también las faltas y las Prosperidad de Simón.
ofensas cometidas hasta este día, y
la corona que debéis, y si algún 1J 1
El año 172 reunió el rey De-
tributo se cobraba en Jerusalén, ya metrio sus tropas y se puso en
no se cobre. 40 Si algunos de vosotros marcha hacia la Media, en busca de
estáis dispuestos a alistaros en nues- recursos para hacer la guerra a Tri-
tro ejército, podréis hacerlo, y que fón. 2 Sabido por Arsaces, rey de
reine entre nosotros la paz.» Persia y de Media, que Demetrio
41 El año 170 quedó Israel libre había invadido su territorio, mandó
del yugo de los gentiles, 45 y comen- a su encuentro a uno de sus genera-
zaron a encabezarse así los documen- les, con el encargo de cogerle vivo.
3
tos y contratos: «El año primero de Partió éste, y derrotó a Demetrio,
Simón, gran pontífice, general y cau- haciéndole prisionero y llevándole a
dillo de los judíos.» 43 En los días Arsaces, que le encarceló.
aquellos acampó Simón contra Oue- 4
Y disfrutó de paz la tierra de
zer, y la cercó con sus fuerzas, cons- Judá toda la vida de Simón, que pro-
truyó máquinas de asedio y las apro- curó la prosperidad de su pueblo:
ximó a la ciudad, acometiendo una a todos fué grato su gobierno, y gozó
de las torres y apoderándose de ella. de fama todos los días de su vida.
44 Invadieron la ciudad los que esta- 8 Y
añadió a esta gloria la toma de
ban en la máquina, produciéndose Jope para puerto, teniendo así en-
en aquélla gran conmoción. 46 Los trada a las islas del mar. * Extendió
de la ciudad subieron a las murallas los términos de su nación y mantuvo
con sus mujeres e hijos, rasgadas las el dominio de su tierra. 7
Redimió
Vestiduras, y a grandes voces clama- muchos cautivos, se adueñó de Gue-
ban pidiendo a Simón la paz, 48 y le zer, de Betsur y de la ciudadela.
decían: «No obres con nosotros según Quitó de ella las impurezas y no hubo
merecen nuestras maldades, sino se- quien le resistiera. 8 Cultivaban en
gún tu misericordia.» 47 Simón se dejó paz la tierra, y la tierra daba sus
aplacar y suspendió las hostilidades cosechas, y los "árboles del sus campo
9
contra ellos, pero expulsó a los de frutos. Los ancianos se sentaban en
la ciudad, purificó las casas en que las plazas, todos hablaban de las
había ídolos, y así hizo su entrada prosperidades de la tierra, y los jó-
en ella en medio de cánticos y bendi- venes vestían como traje de honor el
10
ciones. 48 Después de limpiarla de traje de guerra. Abasteció las
toda impureza, instaló en ella gente ciudades y las puso en estado de
observante de la ley, la fortificó,
y construyó allí para él una morada. (1)Simón sucede a su hermano, consolida
49 Los de la ciudadela de Jerusa-
la próspera situación de Juda y recoge para su
lén no podían salir de ella, ni entrar familia los frutos de tantas luchas como habia
en la región para comprar o vender, sostenido, pero al fin acabó traidoramente ase-
y pasaban mucha escasez, perecien- '
sinado por su yerno.
MACABEOS I, 14 551

defensa. Llegó la su nombre


fama de garon de columnas en el montf» de
hasta los extremos
confines de la Sión, 27 siguiente escritura: «E! día
la
tierra. 11 Hizo reinar la paz en toda dieciséis del mes de Elul del año 172,
la tierra, y gozó Israel de gran bienes- el año tercero del pontificado de
tar. 12 Cada uno se sentaba bajo su Simón, príncipe del pueblo de Dios,
28 en la asamblea general de los
parra y su higuera, y nada había que
13 Desapareció de sacerdotes y del pueblo, de los prín-
les causara temor.
la tierra el que les hacía
la guerra, cipes y ancianos de la nación, se hizo
y en sus días fueron vencidos reyes. saber esto: En las muchas guerras
i4 Dió seguridad a los humildes de que ha habido en nuestra tierra,
29 Simón, hijo de Matatías, de los
sií pueblo, tuvo celo por la ley, y
desterró a todos los impíos y mal- hijos de Jarib, así como sus herma-
vados. 15 Restauró la gloria del san- nos, se expusieron al peligro e hi-
tuario, y aumentó los vasos sagrados. cieron frente a los adversarios de su
24 Después de estos sucesos envió nación, por la conservación del san-
Simón a Numenio a Roma, para re- tuario y de la ley, y ganaron grande
novar la alianza con los romanos, gloria para su pueblo. 30 Jonatán los
mandando por él, como presente, un congregó y fué sacerdote, hasta que
31 Resol-
escudo de oro de mil minas de peso. se reunió con sus padres.
16 Había llegado a Roma vieron entonces los enemigos invadir,
y a Es-
parta la noticia de la muerte de Jo- la tierra, devastarla y hacerse due-
natán, de la que se dolieron mucho. ños del santuario; 32 pero se levantó
17 Pero al saber que Simón, su her- Simón y salió a la defensa de su
mano, le había sucedido en el sumo pueblo, y con grandes expensas suyas
sacerdocio y que mandaba en la armó a los valientes de su nación
tierra y en sus ciudades, 18 le escri- y les pagó la soldada. 33 Fortificó las
bieron la renovación de la amistad ciudades de Judea y a Betsur en sus
y la alianza antes hecha con Ju- confines, donde antes dominaban las
ilas y Jonatán, sus hermanos, en armas de los enemigos. Puso allí
placas de bronce, 19 que. fueron leídas guarnición judía, 34 fortificó a Jope,
en Jerusalén en la asamblea del pue- junto al mar, y a Guezer en los con-
blo. He aquí la copia de las letras fines de Azoto, en la que antes
enviadas por los espartanos. habitaban los enemigos, e instaló en
20 «Los príncipes ellas judíos, y los proveyó de cuanto
y la ciudad de
Esparta, a Simón, sumo sacerdote, era necesario para su defensa. 35 Vien-
y a los ancianos y a los sacerdotes do el pueblo la conducta de Simón
y a todo el pueblo de los judíos, sus y la gloria que se proponía dar a su
hermanos, salud: Los mensajeros que nación, le hicieron su caudillo y
habéis mandado a nuestro pueblo sumo sacerdote, en premio de haber
nos han dado noticias de vuestra realizado todas estas proezas y de la
gloria y honor, y de ello nos alegra- justicia y fidelidad que ha guardado
nos inmensamente. 22 Hemos regis- a su pueblo, procurando por todos
trado en las deliberaciones del pueblo los medios el engrandecimiento de
lo siguiente: Numenio, hijo de An- éste. 36 En
sus días todo prosperó,
tíoco, y Antíoco, hijo de Jasón, le- y los gentiles fueron exterminados
gados de los judíos, han llegado a de la tierra, y en la misma Jerusalén
nosotros para renovar la antigua amis- los que ocupaban la ciudad de David,
tad. 23 El pueblo resolvió recibir hon- que habían convertido en ciudadela,
rosamente a los mensajeros y depo- de donde hacían salidas, profanando
sitar una copia de su discurso entre los alrededores del santuario con gran
los documentos públicos, para que perjuicio de su santidad. 37 Instaló
el pueblo espartano guarde la memo- allí judíos, la fortificó para seguridad
ria de ello. Y hemos enviado una de la tierra y de la ciudad, y dió
copia de esto a Simón, sumo sacerdote. mayor altura a las murallas de Jeru-
25 Cuando el pueblo oyó tales cosas,
salén. 38 Por todo esto el rey Deme-
se dijeron: «¿Qué gracias podemos dar trio le confirió el sumo sacerdocio,
a Simón y a sus hijos? 26 Porque vale- 39
y le inscribió en el número de su^
rosamente han combatido contra los amigos y le otorgó grandes honores,
enemigos de Israel, tanto él como sus 40 pues supo que los judíos eran te-
hermanos y toda su familia, y han nidos por los romanos como amigos,
afianzado nuestra libertad.» Y gra- aliados y hermanos, y habían sido
baron en placa de bronce, que col- acogidos con honor los legados de
552 MACABEOS I, 15

Simón. 41 Los judíos y sacerdotes tu tierra. 7 Que Jerusalén y su san-


resolvieron instituir a Simón'por prín- tuario sean libres; que cuantas armas
cipe y sumo sacerdote por siempre, has fabricado, y cuantas fortalezas
mientras no aparezca un profeta digno has levantado y posees, queden en tu
de fe, 42 y por su caudillo, que defien- poder; 8 que todas las deudas al te-
da el santuario, instituya inspectores soro real y cuanto en adelante hu-
de obras, gobernadores de la tierra, biere de percibir el rey te sea por
capitanes de las tropas y alcaides de siempre condonado. 9 Y cuando nos
las fortalezas; 43 que cuide de las hubiéremos apoderado del reino, os
cosas sagradas, que sea de todos obe- honraremos, a ti ya tu nación y
decido, que se inscriban en su nombre al templo, tan magníficamente, que
todos los documentos públicos en la vuestra gloria se extenderá por toda
tierra, vista la púrpura y lleve la la tierra.»
fíbula de oro. 44 A nadie será lícito, 10El año 174 Antíoco se puso en
ya del pueblo, ya de tos sacerdotes, marcha hacia su reino, y todas las
traspasar ninguna de estas disposi- tropas se declararon por él, de suerte
ciones ni contravenir lo que por él que muy pocas fueron las que le que-
fuere ordenado, o convocar en la daron a Trifón. 11 Perseguido por el
tierra asamblea sin su consenti- rey Antíoco, vino huyendo hasta Dora
miento, ni vestir la púrpura ni llevar del mar. 12 Vió entonces cuántos males
la fíbula de oro. 45 El que traspasare se le venían encima, pues las tropas
estas disposiciones o violare alguna le habían abandonado. 13 Acampó
de ellas, incurrirá en castigó.* el rey Antíoco contra Dora, con ciento
46 Todo el veinte mil hombre y ocho mil caba-
pueblo aprobó conferir
a Simón estos poderes y honores, y llos. 14 Cercaron la ciudad por mar y por
convino en que él obrase conforme a tierra, y la estrecharon de suerte que
ellos. 47 Aceptó Simón, agradecido, nadie podía salir ni entrar ei; ella.
el sumo sacerdocio, y ser caudillo y 15
En esto llegó de Roma Numenio
jefe de los judíos y de los sacerdotes,'
y los que con él habían ido, trayendo
ejerciendo el mando supremo. copia de cartas escritas a los reyes
48
Mandaron que esto se escribiese y a las naciones, del tenor siguiente:
en láminas de bronce y se pusiese en 16 «Lucio, cónsul de los romanos, a

el atrio del templo en lugar visible, Tolomeo, salud: 17 Han venido a nos-
y que una copia de lo mismo se de- otros embajadores de los judíos, alia-
positase en el tesoro del templo, a dos y amigos nuestros, enviados por
disposición de Simón y de sus hijos. Simón, sumo sacerdote, y por la
nación de los judíos, para renovar la
antigua amistad y alianza, 18 y han
Reconocimiento de esta situación sido portadores de un escudo de oro
por la> naciones extranjeras. de mil minas de peso. 19 En virtud de
esto nos ha parecido bien escribir a
y er Antíoco, hijo del rey Deme-
1 reyes y naciones, que no les causen
' " envió desde las islas del
trio, ningún mal ni les hagan la guerra,
mar cartas a Simón, sumo sacerdote ni a sus ciudades ni a su tierra, ni

y jefe de los judíos, y a toda la na- presten auxilio a quienes los comba-
ción. 2 Era el contenido de las cartas tan. 20 Nos pareció igualmente bien
del tenor siguiente: «El rey Antíoco recibir de ellos- el escudo. 21 Si, pues,
a Simón, sumo sacerdote y jefe de la hombres malhechores, huyendo de
nación judia, salud: 3 Como quiera ellos, se refugiaren entre vosotros,
que hombres malvados se hayan apo- en (regadíos a Simón, sumo sacerdote,
derado del reino de nuestros padres, para que los castigue según su ley.»
22 En la misma forma escribieron al
es mi voluntad recobrarlo y restable-
cerlo en su forma antigua, para lo rey Demetrio, a Atalo, a Ariarates
cual he reunido un ejército numeroso a Arsaces 23 y a todas las naciones:
y equipado naves de guerra.
4
.Me a Lampsaco, a los espartanos, a Dé-
propongo desembarcar y perseguir a los y a Mindo, a Sición, a Caria, a
los que han arruinado el reino y aso- Sainos, a l'anfilia, a Licia, a Hali-
lado sus ciudades. 6 Te ratifico, pues, carnaso, a Rodas, a Fasélida, a
todas las exenciones que te han hecho Coo, a Síde, a Arados, a Cortina,
21
los reyes mis predecesores, y todas las a (¡nido, a Chipre y a Cirene. Y
mercedes que te han otorgado. * Te copia de esas cartas se la enviaron
permito acuñar moneda propia para a Simón, sumo sacerdote.
MACABEOS I, 16 553

Como hemos dicho, el rey An- en ella coloco caballería e infantería,


tíoco acampó .enfrente de Dora y la para hacer incursiones por Judea,
estrechó, y construyó máquinas de ((uno se lo había ordenado el rey.
guerra, quedando Tritón cercado, sin
poder entrar ni salir. 26 Simón envió 1 Subió Juan de. Guezer, y co-
1

en ayuda del rey a dos mil hombres municó a su padre lo que


escogidos, y plata y oro y mucho Cendebeo estaba haciendo. 2 Llamó
material de guerra. 27 No quiso él entonces Simón a sus dos hijos ma-
recibirlos, antes bien revocó cuanto yores, Judas y Juan, y les dijo:
antes había pactado y rompió con «Yo y mis hermanos y la casa de mi
28
él. Mandó a Atenobio, uno de sus padre hemos combatido por Israel
amigos, para tratar con él y decirle: desde nuestra juventud hasta el pre-
T
«Y osotros retenéis a Jope y a Guezer sente, y nuestros esfuerzos han sido
T

y la fortaleza de Jerusalén, ciudades tan felices, que logramos la libertad


de mi reino; 29 habéis devastado sus de Israel. 3 Al presente yo estoy ya
territorios y causado grandes daños viejo; pero vosotros, por la miseri-
a la tierra, y os habéis adueñado de cordia de Dios, estáis en buena edad;
muchos lugares de mi reino. 30 En- tomad mi puesto y el de mi herma-
tregad luego, pues, las ciudades que no, y salid a luchar por nuestra
habéis ocupado, y los tributos de nación, y que la ayuda del cielo sea
que os habéis apoderado fuera de los con vosotros.
4
confines de la Judea; 31 de no hacerlo, Eligieron de la gente de todo el
pagaréis por ello quinientos talentos territorio los hombres más aguerridos
de piala, y por los perjuicios causados y caballería hasta veinte mil, y par-
y por los tributos de las ciudades per- tieron contra Cendebeo, pernoctando
cibidos, otros quinientos talentos; y en Modín. 5
Puesta en marcha muy
si no, iré y os haremos la guerra.» de mañana hacia la llanura, vieron
32 Llegado
Atenobio, el amigo del un poderoso ejército de infantería
rey, a Jerusalén, vió la magnificencia y caballería, que les venía al en-
de Simón, su vajilla de oro y plata cuentro. Sólo un torrente había de
y la numerosa servidumbre, y quedó por medio. 6 Se detuvo enfrente
maravillado. Oído el mensaje del de ellos Juan con sus hombres;
rey, 33 respondió Simón: «No hemos y viendo que los suyos temían atra-
tomado tierra ajena, ni de bienes vesar el torrente, lo hizo él el pri-
ajenos nos hemos apoderado, sino de mero; y sus hombres, viéndole, le si-
la heredad de nuestros padres, de la guieron. 7 Dividió su gente, colocan-
que sin justicia nuestros enemigos do la caballería en medio de los in-
se habían adueñado. 34 Aprovechando fantes, porque la caballería de los
la ocasión, hemos recobrado la here- contrarios era muy numerosa. 8 Re-
dad de nuestros padres. 35 Cuanto a sonaron las trompetas sagradas, y
Jope y a Guezer, que reclamáis, ha- Cendebeo y su ejército quedaron
cían a nuestro pueblo y nuestra tierra deshechos, cayendo muchos de ellos
grandes daños: por ellas daremos cien y huyendo los restantes a la forta-
talentos.» Atenobio no le respondió 9
leza. Quedó herido Judas, el herma-
palabra, 36 pero se volvió furioso al no de Juan; pero éste persiguió a
rey y le comunicó las palabras de los enemigos hasta llegar a Cedrón,
Simón, su magnificencia y todo cuan- que Cendebeo había fortificado, 10 y
to había visto. Airóse el rey con gran huyeron hasta las torres de Azoto, que
ira. 37 Entretanto, Trifón, embarcado Juan dió al fuego, cayendo de los ene-
en una nave, huyó a Ortosiada. migos hasta tres mil hombres, y se
38
El rey instituyó a Cendebeo gene- volvió victorioso a Judá.
ral de la corte, poniendo en su mano
fuerzas de infantería y caballería, Muerte alevosa de Simón.
39
con el encargo de acampar enfrente
de Judea, y edificar a Cedrón y for- 11
Tolomeo, hijo de Abubos, coman-
tificar sus puertas, a fin de hostigar dante del campo de Jericó, tenía
al pueblo de Israel. El rey se fué en mucha plata y oro, 12 y era yerno
persecución de Trifón. del sumo sacerdote. 13
Se engrió tanto,
40
En cuanto Cendebeo llegó a Jam- que quiso hacerse dueño de la tierra,
nia, comenzó a molestar al pueblo, para lo cual resolvió quitar a traición
invadiendo la Judea, haciendo cauti- la vida a Simón y a sus hijos. 14 Vi-
vos y muertos. Edifico a Cedrón, 41 y sitaba Simón las ciudades del terri-
MACABEOS I, 16 554

torio, a fin de proveer a sus nece- Juan, y escribió a los oficiales de ésta,
sidades, y bajó a Jericó con Mata- pidiéndoles que se pasasen a él, que
tías y Judas, sus hijos, el año 177 íes daría plata y oro y regalos.
en el mes undécimo, que es el mes 20 Mandó otros para que se apodera-
de Sabat. 15 Los recibió el hijo de sen de Jerusalén y del monte del
Abubos con perfidia en una forta- templo. 21 Pero alguno se adelantó
leza pequeña, llamada Doc, que él a comunicar a Juan, en Guezer,
habla levantado. Les ofreció un gran cómo habían sido muertos su padre
banquete, pero ocultó a siete hombres, y y que habían man-
sus hermanos,
16 que cuando Simón dado quien matase a él. 22 Quedó
V sus hijos es- le
taban ebrios, a una señal de Tolomeo fuera de sí al oír tales noticias, y
se levantaron, y tomando las armas, prendiendo a los que venían a él
dieron sobre Simón, matándole a él, para darle muerte, los mató, pues
a sus hijos y a algunos de su séquito, sabia lo que intentaban.
17 cometiendo una gran traición y 23 Los demás sucesos
de Juan, sus
devolviendo mal por bien. guerras, las hazañas que realizó, los
18 Luego escribió Tolomeo rey, muros que levantó y sus obras todas,
al
para que enviase tropas en su auxi- 24 escritas están en los anales de su
lio, a fin de poner en su mano la pontificado, desde el día en que fué
19
tierray las ciudades. Envió otras hecho sumo sacerdote después de su
a Guezer para que se apoderasen de padre.
II DE LOS MACABEOS
INTRODUCCION AL LIBRO II DE LOS MACABEOS
pSTE libro no es propiamente un libro segundo, una continuación del pre-
cedentc; es otro libro sobre la misma materia, bastante amplia para poder
ser argumento de muchos libros. Un cierto Jasón de drene, desconocido de
nosotros, compuso cinco libros sobre Judas Macabeo; nuestro autor los com-
pendió en este solo libro en favor de los lectores que no pudieran leer los cinco
de Jasón. Abarca unos quince años, 175-161 a. C. El propósito del autor no
es sólo contar los sucesos históricos, sino, mediante ellos, instruir y edificar a
Escribe en griego, y se. sirve de los recursos de la retórica griega
¡Mía lectores.
para mejor lograr su intento. El prólogo (2, 20-33) y el epílogo (15, 38-40)
ponen de relieve la gran diferencia que hay entre este libro y todos los otros es-
critos en lengua semítica. La cronología seguida es la del libro primero, con la
diferencia de que este otro sigue en todo el cómputo oficial, empezando a contar
desde el otoño de 112 a. C.
La obra va precedida de dos a modo de apéndices, que son dos cartas (1, 3-10*)
y 1, 10b -2, ]9) dirigidas por los judíos de Jerusalén a los de Egipto, con el
fin manifiesto de recomendarles la santidad del santuario yerosolimitano, y
apartarlos del templo cismático, que habían levantado en Leontópolis.

MACABEOS II

Carta de los judíos de Jerusalén os bendiga, acordándose de su alian-


a los judíos de Egipto, za con Abraham, Isac y Jacob, sus
fieles siervos. 3 Que a todos os dé
1 «A los hermanos judíos que mo-
1
corazón dispuesto para venerarle y
ran en Egipto, salud: Los her- cumplir con todo ánimo y buena vo-
manos judíos de Jerusalén y de luntad sus preceptos. 4 Que os abra
Judea, paz y felicidad. 2 Que Dios el corazón para entender su ley y
558 MACABEOS II, 1

sus preceptos, os conceda la paz, cendió cuando Nehemías, después de


8
oiga vuestras súplicas, se reconcilie edificar el templo y el ofreció
altar,
con vosotros y no os abandone en el 19 Pues
sacrificios. a) ser nuestros
tiempo de la desgracia. 6 Esta es padres llevados a Persia, los sacer-
nuestra oración por vosotros. dotes piadosos que había entonces,
7
Reinando Demetrio, el año 169, ocultamente tomaron del fuego del
nosotros, los judíos, os escribimos altar, y lo escondieron en un hueco,
cuando nos hallábamos en la gran a manera de pozo seco, en el cual lo
tribulación que nos sobrevino desde depositaron, tan en seguro que el
que Jasón y los suyos se marcharon sitio quedó de todos ignorado. 20 Trans-
de la tierra santa y del reino. 8 Pues curridos muchos años, Nehemías, que
incendiaron el pórtico del templo y había sido enviado por el rey de
derramaron mucha sangre inocente. Persia, mandó a los nietos de los
Pero suplicamos al Señor, y le ofre- sacerdotes que lo habían ocultado,
cimos sacrificios y flor de harina, y a buscar el fuego, y según' ellos con-
encendimos las lámparas, y presen- taron, no hallaron fuego, sino un
tamos los panes. 9 Ahora vosotros agua espesa, 21 de la cual les mandó
celebrad la fiesta de los tabernáculos que sacasen. Cuando las víctimas es-
en el mes de Casleu. Dada el año 188.» taban dispuestas en el altar, ordenó
Nehemías a los sacerdotes que con
el agua rociasen la leña y lo que
Carta a Aristóbulo y a los judíos encima de ella había. 22 Cumplido
de K{|ipto. esto y pasado un poco de tiempo,
salió el sol, que antes estaba nubla-
10 «Los moradores de Jcrusalén
y do, y se encendió un gran fuego, que-
de Judea, el senado y Judas, a Aris- dando todos maravillados. 93 Y mien-
tóbulo, maestro del rey Tolomeo, del tras oraban los sacerdotes y todos los
linaje de los sacerdotes ungidos, y presentes, etnpézando Jonatán y res-
a los otros judíos de Egipto, salud y pondiendo los restantes, 24 hasta
prosperidad: 11 Librados por Dios de. Nehemías, se consumía el sacrificio.
grandes peligros, le damos muchas La oración era ésta: Señor, Señor Dios,
gracias, estando prontos a luchar de creador de todas las cosas, temible,
nuevo contra el rey. 12 Pero Dios mis- justo, misericordioso y rey único
mo ha aniquilado a los que comba- bondadoso, 25 único liberal, único
tían contra la ciudad santa. 13 Pues justo, omnipotente y eterno, que
cuando ese caudillo,' con el ejér- libras a Israel de todo mal, que ele-
cito que le acompañaba, que pare- giste a nuestros padres y los santi-
cía irresistible, llegó a Persia, fue- ficaste; 16 acepta este sacrificio por
ron heridos en el templo de Nanea, todo tu pueblo de Israel, protege tu
gracias al engaño de los sacerdotes heredad y santifícala. 27 Congrega a
de ésta. 14 Antíoco, acompañado nuestros dispersos, vuelve la libertad
de sus amigos, vino al lugar como a los que viven en servidumbre entre
para desposarse con ella y tomar en las naciones, pon los ojos en estos
virtud de tal desposorio y a título de despreciados y abominados, conozcan
dote sus tesoros. 1& Los sacerdotes de las naciones que tú eres nuestro Dios.
28 Aflige a los que nos oprimen y con
Nanea le habían hecho esta propues-
ta, y él con escasa gente entró en el insolencia nos ultrajan. 29 Trasplanta
recinto del templo. Cerraron aquéllos tu pueblo a tu lugar santo, según dijo
18 una vez que Antíoco Moisés.
•las puertas
80 Los sacerdotes entretanto can-
hubo entrado, y abriendo luego una
abertura disimulada en el techo, a taban himnos. 31 Cuando el sacrificio
pedradas aplastaron al caudillo y a se hubo consumido, mandó Nehemías
sus acompañantes, los descuartizaron, derramar el agua restante sobre gran-
les cortaron las cabezas y las tiraron des piedras; 32 y en cuanto lo hicieron,
fuera. 17 Por esto bendito sea Dios, de la luz del altar se encendió una
que así ha castigado a los impíos. llama que las consumió.
** Estando, pues, para hacer la puri- 33 Cuandoesto se hfzo notorio, y
ficación del templo en el mes de contaron rey de Persia que en el
al
Casleu, hemos creído deber nuestro Jugar donde los sacerdotes llevados
manifestároslo, para que también cautivos habían ocultado el fuego,
vosotros celebréis la fiesta de los apareció agua, con la cual los que
Tabernáculos y del fuego que se en- acompañaban a Nehemías habían
559
-MACABEOS IT, 2

encendido el sacrificio, 44 después de los de David y las cartas de los reyjs


hechas averiguaciones, hizo cercar el sobre las ofrendas. 14 Así también
sitio y lo declaró sagrado. 35 Aquel Judas reunió todos los libros disper-
día fué día de felicitaciones, en que sos por la guerra que hubimos de
el rey repartió y recibió ricos pre- sufrir, que ahora se hallan en nuestro
sentes. 36 Los de Nehemías llamaron poder. 15 Si de ellos tuviereis, pues,
a aquel sitio Neftar, que quiere decir necesidad, mandadnos quienes os los
purificación, pero muchos le llaman lleven.
16 Estando nosotros para cele-
Neftai.
brar la fiesta de la purificación, os
,^ Se halla en antiguos documen-
1 escribimos estas letras: Haréis muy
£ que el profeta Jeremías, al
tos, bien en solemnizar estos días. 17 Dios,
mandar a los deportados tomar del que ha librado a su pueblo, nos ha
fuego antes referido, les entregó un devuelto a todos la heredad, el reino,
18
ejemplar de la ley 2 y les recomendó el sacerdocio y el santuario, como
que no diesen al olvido los preceptos lo prometió en la ley. Esperamos,
del Señor, ni se pervirtiesen a la vista pues, de Dios, que pronto tendrá mi-
de los ídolos de oro y de plata y sus sericordia de nosotros y nos congre-
adornos. 3 Muchas cosas como éstas gará en el lugar santo, de entre todas
les dijo, exhortándolos a no apartarse las naciones que existen bajo el cielo,
19
jamás del amor de la Ley. 4 También pues nos ha librado ya de grandes
en documentos está escrito que el calamidades y ha purificado el san-
profeta, por revelación divina, man- tuario» (1).
dó que le siguiesen con el tabernáculo
y el arca, y salió hasta el monte donde
había subido Moisés para ver desde
allí la heredad de Dios. 5 Llegado a
Prefacio.
20
él, Jeremías halló una gruta a modo La historia de Judas el Maca-
de estancia, en la cual introdujo el beo y de sus hermanos, la purifica-
tabernáculo, el arca y el altar de ción del gran templo y la dedicación
21
los perfumes, murando en seguida la del altar, las guerras de Antíoco
entrada. 6 Algunos de los que le Epifanes y de suEupátor, 22
hijo
acompañaban vinieron luego, para las apariciones celestes a los que glo-
poner señales en el camino, a fin de riosamente combatían por el judais-
poder hallarlo después. 7 Mas así que mo, para que, aun siendo pocos, re-
Jeremías lo supo, los reprendió, di- cobrasen toda la tierra y pusieran
ciéndoles: Este lugar quedará des- en fuga muchedumbres de bárbaros,
23
conocido, hasta que Dios vuelva a y recuperasen el templo famoso en
congregar a su pueblo y tenga de él toda la tierra, y librasen la ciudad,
misericordia. 8 Entonces dará a co- y restableciesen las leyes que estaban
nocer el paradero de estas cosas, apa- a punto de quedar abolidas, siéndoles
recerá su gloria, y asimismo la nube, el Señor propicio con toda bondad,
como se manifestó al tiempo de Moi- 24 fué narrada por Jasón
de Cireiie
sés, y cuando Salomón pidió que el en cinco libros, que nosotros nos
templo gloriosamente santifi-
fuese proponemos compendiar en un solo
9
cado. También allí se cuenta cómo volumen. 25 Porque, considerando el
el rey sabio ofreció el sacrificio de la número excesivo de los libros, y la
dedicación y terminación del templo; dificultad que hallan, por la muche-
10
y que así como cuando Moisés oró a( dumbre de las cosas, los que quieren
Señor descendió fuego del cielo que con- aplicarse a conocer las historias,
sumió el sacrificio, así también, oran- 26 hemos pensado
proporcionar solaz
do Salomón, descendió fuego y consu- del alma a los aficionados a leer, y
mió el holocausto. 11 Y dijo Moisés: dar a los estudiosos facilidad para
Por no haber sido comido el sacrificio aprender las cosas de memoria; en
por el pecado, fué consumido por el una palabra, alguna utilidad a todos
fuego. 12 También Salomón celebró aquellos que tomen este libro en sus
la fiesta por ocho días. manos. 27 Mas para nosotros este tra-
13
Esto mismo se refiere en los es- bajo que hemos emprendido no ha
critos y memorias de Nehemías; y
se dice, además, que había reunido (i) Adviértase que el autor sagrado recoge
una biblioteca y puesto en ella los estas cartas en su libro, pero sin dar juicio de
libros de los reyes, ios de los profetas y la verdad de cuanto contienen.
560 MACABEOS II, 3

sido cosa fácil, sino de mucho tra- cómo el tesoro de Jerusalén estaba
bajo, sudores y desvelos. 28 Como el lleno de riquezas indecibles, y que
que prepara un festín, buscando com- la cantidad de dinero que allí había
placer a otros, se echa encima una era incalculable, y no se destinaba
pesada carga, así nosotros, para me- al sostenimiento de los sacrificios,
recer la gratitud de muchos, hemos pudiendo el rey apoderarse de ello.
tomado con gusto este trabajo. 29 De- 7
Apolonio se fué luego a ver al
jando al historiador el oficio de narrar rey y le dió cuenta de los tesoros refe-
detalladamente las cosas, nos hemos ridos. Este eligió a Heliodoro, su mi-
esforzado por seguir las normas de la nistro de hacienda, a quien envió con
condensación. 30 Pues así como el órdenes de apoderarse de las riquezas.
arquitecto que se propone levantar 8
En seguida se puso en viaje Helio-
una casa nueva, ha de pensar en el doro, con el pretexto de visitar las
conjunto de la construcción; mien- ciudades de Celesiria y Fenicia, pero
tras que el decorador y el pintor sólo en realidad, para ejecutar el propó-
9
tienen que cuidarse de lo que toca a sito del rey. Llegado a Jerusalén,
la ornamentación, así creo yo que fué recibido cordialmente por la ciu-
nos sucede a nosotros. 31 Investigar dad y el sumo sacerdote, a quien
la materia histórica, examinarla en dió luego cuenta de lo que le había
todos sus aspectos y detalles; eso sido comunicado, y del motivo de su
compete al narrador de la historia; venida, preguntando si lo que se
32
pero procurar el compendio de la les había dicho se ajustaba a la
narración, sin llegar a agotar el verdad.
10
asunto toca al compilador, 33 y con El sumo sacerdote
le hizo ver
esto comenzamos nuestra narración, que trataba de depósitos para el
se
después de habernos extendido tanto socorro de viudas y huérfanos, 11 de una
en el prefacio. Sería una simpleza cantidad que pertenecía a Hircano,
mostrarse difusos antes de entrar en hijo de Tobías, hombre de muy buena
materia, para luego ser breves en posición, contra lo que calumniosa-
ésta. mente había denunciado el impío
Simón; (1) y que, en fin, la Suma de
todo el dinero era de cuatrocientos
La preservación del tesoro del 12 talentos de plata y doscientos de oro,
templo. siendo del todo imposible cometer
tal injusticia contra los que habían
1 Hallándose la ciudad en com- confiado en la santidad del lugar y
3 pleta paz, observándose exacta- en la majestad del templo, honrado
mente las leyes, por la piedad del en toda la tierra. 13 Pero Heliodoro,
sumo sacerdote Onías (1) y su odio a en virtud de las órdenes del rey,
toda maldad, 2 sucedía que hasta contestó que aquellos tesoros habían
los mismos reyes honraban el san- de ser necesariamente entregados al
14 Señalado día, se pre-
tuario y lo enriquecían con magní- tesoro real.
ficos dones. 3 Y así, Selcuco, rey de paró a entrar, dispuesto a apoderarse
Asia, concedió de sus propias rentas de tales riquezas, lo que produjo no
todos los gastos necesarios para el pequeña conmoción en toda la ciudad.
15 Los sacerdotes, vestidos de sus
servicio de los sacrificios. 4 Pero un
cierto Simón, de la tribu de Benja- túnicas sagradas, se arrojaron ante
mín, constituido inspector del templo, el altar; clamaban al cielo, invocando
se enemistó con el sumo sacerdote, al que había dado ley sobre los depó-
con motivo de la fiscalización del sitos, de que les fueran guardados in-
mercado de la ciudad. 8 No pudiendo tactos a quienes los depositaron.
vencer la resistencia de Onías, se fué 16 Nadie podía mirar el rostro del
a Apolonio, hijo de fraseas, que por sumo sacerdote sin quedar traspa-
aquel tiempo era general de la Cele- sado, porque su aspecto y su color
siria y Fenicia, 6 y le hizo saber demudado mostraban la angustia de
su alma. 17 El temor que se reflejaba
(i) Este Pontífice Onías, de quien el autor en aquel varón, y el temblor de su
hace tan magnífico elogio, es probablemente el cuerpo, revelaban a quien le miraba
jefeungido a que se refiere Daniel 9, 26, y cuya
muerte señala el término de las sesenta y dos
semanas de años y el principio de la última (1) El templo era como un banco en que,
semana, que es de grandes calamidades para cual en lugar seguro, depositaban algunos par-
el pueblo. ticulares sus capitales.
MACABEOS II, 4 561

la honda pena de su corazón. 18 Los riese gracia de la vida al que se


ciudadanos salían, en tropel de sus hallaba en el último extremo. 32 Y
casas, para acudir a la pública roga- temiendo el sumo sacerdote que el
tiva en favor del lugar santo, que rey llegase a imaginarse que los judíos
estaba a punto de ser profanado. habían cometido algún crimen con-
19
Las mujeres, ceñidos los pechos de tra Heliodoro, ofreció un sacrificio
saco, llenaban las calles; y las don- por la salud de éste. 33 Mientras el
cellas recogidas, concurrían unas a sumo sacerdote ofrecía el sacrificio
las puertas del templo, otras sobre de propiciación, los mismos jóvenes
los muros, algunas miraban furtiva- se aparecieron de nuevo a Heliodoro,
mente por las ventanas, 20 y todos, con las mismas vestiduras de antes:
tendidas las manos al cielo, oraban. y acercándose a él, le dijeron: «Da
21
Era para mover a compasión, muchas gracias a Onías, el sumo sacer-
ver la confusa muchedumbre pos- dote, pues a él le debes que el Señor
trada en tierra, y la ansiedad del te haya dejado la vida. 34 Tú, pues,
sumo sacerdote, ileno de angustia. castigado por Dios, confiesa ante
22
Todos invocaban al Dios omnipo- todos su gran poder.» Dicho esto,
tente, pidiendo que los depósitos desaparecieron.
fuesen con plena seguridad conser- 35 Heliodoro, después de ofrecer
vados intactos a los depositantes. un sacrificio al Señor y de hacer
23
Heliodoro, por su parte, dispuesto grandes votos a quien le había con-
a consumar su propósito, estaba ya cedido la vida, se despidió amiga-
acompañado de su escolta junto al blemente de Onías y se volvió con
gazofilacio, 24 cuando el Señor de sus tropas al rey, 36 dando público
los espíritus y rey del absoluto poder, testimonio de las obras del Dios altí-
hizo de él gran muestra a cuantos se simo que con sus ojos había visto.
habían atrevido a entrar en él. Heri- 37 Interrogado por
el rey sobre quién
dos a la vista del poder de Dios, sería el más apto para enviarlo a
quedaron impotentes y atemorizados. Jerusalén, dijo: 38 «Si tienes algún ene-
25 Se les apareció un migo, o alguien que conspire contra
jinete terrible.
Montaba un caballo adornado de ri- tu reino, mándalo allá, que bien
quísimo caparazón, que, acometiendo castigado vendrá, si es que salva la
impetuosamente a Heliodoro, le aco- vida; porque sin duda que hay en
ceó con las patas traseras. El que le aquel lugar una fuerza divina. 39 El
montaba iba armado de armadura mismo que en los cielos habita tiene
de oro. 26 Aparecieron también dos sus ojos puestos sobre aquel lugar
jóvenes fuertes, llenos de majestad, para defenderlo, y hiere de muerte a
magníficamente vestidos, los cuales, los que a él se llegan con malos pro-
colocándose uno a cada lado de Helio- pósitos.» 40 Tal fué el episodio de
doro,le azotaban sin cesar, descar- Heliodoro y de la preservación de
gando sobre él fuertes golpes. 27 Al gazofilacio.
instante Heliodoro, caído en el suelo
y envuelto en tenebrosa oscuridad,
fué recogido y puesto en una litera. Onías, calumniado, destituido y
28
Yel que hacía poco, con mucho asesinado.
acompañamiento y con segura escolta,
entraba en el gazofilacio, era ahora 4 1
Simón, el delator del tesoro y
llevado, incapaz de auxiliarse a sí * de la patria, hablaba nial de
mismo, habiendo experimentado ma- Onías, afirmando ser él quien había
nifiestamente el poder de Dios; 29 y maltratado a Heliodoro, y el autor
por la divina virtud, yacía mudo, de todo el mal. 2 Al bienhechor de la
privado de toda esperanza de salud. ciudad, al defensor de sus ciudadanos,
30 Los judíos, por su
parte, bendecían al celador de las leyes, se atrevía a
al Señor, que había defendido el llamarlo traidor al reino. 3 Tan ade-
honor de su casa. Y el templo, poco lante fué esta enemistad, que hasta
antes lleno de terror y de turbación, llegaron a cometerse homicidios por
ahora rebosaba de alegría y regocijo, parte de algunos parciales de Simón;
gracias a la intervención del Señor 4
tanto que Onías, considerando lo
omnipotente. peligroso de estas rivalidades y la
31
Pronto acudieron algunos de los furia de Apoloiiio, general de la Cele-
de Heliodoro, suplicando aOnías que siria y Fenicia, en favorecer la maldad
invocase al Altísimo, para que hi- de Simón, se fué a ver al rey, 6 no
i6
562 MACABEOS II, 4

como acusador de sus conciudadanos, divinas, como lo mostrará el tiempo


sino mirando al interés común y venidero.
particular de toda la nación; 6 pues 18
Al celebrarse en Tiro los juegos
veía que, sin la intervención del rey, quinquenales con asistencia del rey,
19
era imposible lograr la paz en el el malvado Jasón envió de Jerusa-
gobierno y que Simón no cesaría en lén espectadores, ciudadanos de An-
su locura. tioquía, portadores de trescientas
7
Muerto Seleuco y apoderado del dracmas para el sacrificio de Hércu-
reino Antíoco, por sobrenombre Epi- les.Pero los que las llevaban pidieron
fanes, Jasón, hermano de Onías, co- que no se empleasen en los sacrificios
menzó a ambicionar el sumo sacer- porque no convenía, sino que se
docio; 8 y en una audiencia prometió destinasen a otras expensas. 2( así * Y
al rey trescientos sesenta talentos de aquella cantidad que iba enviada,
plata, ochenta talentos más de otras según la voluntad del donante, para
reutas, 9 y sobre éstos, ciento cincuen- el sacrificio de Hércules, por deseo de
ta más, si se le autorizaba, para ins- los portadores fué destinada a la
talar un gimnasio y una mancebía (1) construcción de trirremes.
21
y se concedía a los de Jerusalén la Habiendo sido enviado a Egipto
ciudadanía antioquena. 10 Accedió Apoloivio, de Menesteo, con motivo
el rey; y Jasón, obtenido poder,
el de la entronización del rey Tolomeo
luego se dió a introducir las costum- Filométor, vino a saber Antioco que
bres griegas entre sus conciudadanos. aquel soberano era enemigo de su
11 Abolió
los privilegios otorgados a reino, y se propuso prevenirse contra
los judíos por el favor de los reyes él. Llegado a Jope, subió a Jerusalén,
22 donde Jasón
gracias a las gestiones de Juan, padre y la ciudad le hicieron
de Eupolemo, el que desempeñó la un magnífico recibimiento, y entró
embajada para obtener la amistad en medio de antorchas y aclamacio-
y alianza de los romanos; contra los nes. Condujo luego de allí sus tropas
derechos ciudadanos introducía cos- a Fenicia.
tumbres impías, 12 y hasta bajo la 23 tres años, envió Jasón
Pasados
misma acrópolis se atrevió a erigir a Mcnelao, del antes men-
hermano
el gimnasio, obligando a educar allí cionado Simón, para llevar dinero al
a los jóvenes más nobles (2). rey y para gestionar ciertos asuntos
12 Así cundió en alto grado el hele- 24 ganada la gracia
importantes; pero,
nismo y progresó la introducción de del rey, Menelao le adulaba, dándose
costumbres extranjeras, por la des- aires de hombre influyente, con lo
almada actitud del impío, más que que obtuvo para sí el sumo sacer-
sumo sacerdote, Jasón. 14 Los sacer- docio, ofreciendo trescientos talentos
dotes ya no se preocupaban del ser- más que Jasón. 25 V
así, con las cre-
vicio del altar, antes mostrando poca denciales del rey, se vino aquel hom-
estima del templo y descuidando los bre que no tenía nada que le hiciera
sacrificios, se apresuraban a tomar digno del sacerdocio, sino instintos
parte en los prohibidos ejercicios de de tirano cruel y sentimientos de fiera
la palestra, en cuanto eran invitados salvaje. 28 Jasón, que había suplan-
a lanzar el disco. 16 Desdeñando los tado a su hermano, fué a su vez su-
honores patrios, estimaban en mucho plantado por Otro y forzado a huir
las distinciones griegas.
16 Por lo cual
a la tierra de Anlmón. 27 Mas como
vino sobre ellos la gran calamidad, Mcnelao, una vez posesionado del
de que aquellos mismos a quienes poder, no cumpliese las promesas he-
envidiaban y a quienes en todo que- chas al rey, 28 a pesar de las reclama-
rían imitar, se volviesen luego contra ciones de Sóstrates, alcaide de la
ellos, y fuesen sus enemigos y opre- acrópolis, a quien pertenecía la exac-
sores. 17 No es cosa de poco ni que ción de los tributos, ambos fueron'
se hace impunemente violar las leyes llamados por el rey. 29 Menelao hubo
de dimitir el sumo sacerdocio en
(i) Mancebía en el sentido clásico, de ju- favor de su hermano Lisímaco, y
ventud o mocedad, y aqui, de lugar para la Sóstrates fué nombrado gobernador
educación de la juventud en las costumbres de Chipre.
he'émcas. Algo semejante al gimnasio. 30 Entretanto, los tarsenses y los
(a) Casos como el de Jasón los vemos con
alguna frecuencia en esta historia. Nos dan a
malotas se rebelaron, por haber sido
conocer a qué extremo habla descendido la dados en regalo a Antioquida, concu-
moral en muchos primates de Juda. bina del rey. 81 A toda prisa partió
563

éste para aquietarlos, dejando encar-


43
A
propósito de estos hechos se
gado del gobierno a Andróniro, uno entabló un juicio contra Menelao.
44 Habiendo venido el rey a Tiro,
de sus dignatarios. 32 Menelao, juz-
gando la ocasión propicia, arrebató tres varones enviados por el senado
ciertos objetos del templo, que regaló propusieron ante él la causa. 45 Me-
a Andrónico; otros logró venderlos nelao, viéndose ya perdido, prometió
en Tiro y en las ciudades vecinas. mucho dinero a Tolomeo, hijo de
33 Cuando de esto supo con certeza Dorimenes, si le ganaba al rey. 46 en Y
Onías, que se hallaba retirado en su efecto, llevándole aparte hacia un
lugar de asilo, junto a Dafne, cerca peristilo, como para tomar el fresco,
de Antioquía, le reprendió. 34 Por hizo mudar de sentencia al rey, 47 que
lo cual Menelao, llamando aparte a absolvió de todos sus crímenes a
Andrónico, le pidió que matase a Menelao, autor de toda la maldad,
Onías; y aquel, yendo a verle, con y condenó a muerte a aquellos des-
dolo, dándole .la mano y haciendo dichados, que, si ante los escitas
juramento, persuadió a Onías (aun- hubieran tenido que defender su causa,
que no dejaba de serle sospechoso), habrían sido dados por inocentes.
48 Sin tardanza fueron al injusto cas-
a que saliese de su asilo, y al instante
le mató, sin respeto alguno déla justicia tigo los que habían tomado la de-
35 Fué esto motivo de que, no sólo fensa de la ciudad, del pueblo y de
los judíos, sino también muchos de los vasos sagrados. 49 Pero hasta los
las otras naciones, se indignaran y tirios, horrorizados de la maldad, les
llevasen muy mal la inicua muerte hicieron magníficos funerales. 60 En-
de talvarón. 36 Vuelto de Cilicia el tretanto, Menelao permanecía en el
rey, se le presentaron los judíos de poder, por la avaricia de los gober-
Antioquía y muchos de los griegos, nantes, y progresaba en maldad, con-
que asimismo aborrecían la maldad, vertido en feroz perseguidor de sus
para hablarle de la muerte injusta conciudadanos.
de Onías. 37 Cordialmente se entris-
teció Antíoco, y movido de compasión
derramó lágrimas, recordando la dis- Las crueldades de Antíoco.
creción y gran modestia de Onías;
38 e indignado, al instante despojó a £ 1
tiempo preparó An-
Por este
Andrónico del manto de púrpura e segunda expedición contra
tíoco su
2
hizo que, desgarrados los vestidos, Egipto; y por espacio de casi cua-
le pasearan por toda la ciudad, hasta renta días, por toda la ciudad apa-
el sitio mismo en que había impía- recieron en el aire carreras de jinetes
mente asesinado a Onías. Allí fué vestidos con túnicas doradas, arma-
ejecutado aquel criminal, dándole el dos de lanzas, a semejanza de cohor-
Señor su merecido. tes, 3 y escuadrones de caballos en
39 Muchos fueron los
robos sacri- orden de batalla, ataques y cargas de
legos cometidos en Jerusalén por Lisí- una y otra parte, movimiento de escu-
maco. aconsejado de Menelao; tanto, dos, multitud de lanzas, espadas des-
que, difundida la fama, se amotinó envainadas, lanzamiento de dardos,
el pueblo contra Lisímaco, pero cuan- brillar de armaduras de oro y corazas
do ya muflios objetos de oro habían de todo género. 4 Por lo cual, todos
desaparecido. 40 Excitada la muche- rogaban que tales apariciones fuesen
dumbre e inflamada en cólera, se buen presagio.
reunieron hasta unos tres mil hom- 6
Difundido el rumor de que Antíoco
bres y comenzaron a obrar desafora- había muerto, tomó Jasón no menos
damente. Era su jefe un cierto Tirano, de mil hombres y atacó de improviso
no menos avanzado en años que en a la ciudad. Aunque los moradores
crueldades. 41 Cuando se dieron cuenta corrieron a los muros, la ciudad fué
de que Lisímaco los atacaba, cogieron tomada, y Menelao se refugió en la
unos piedras, otros estacas y algun- acrópolis. 6 Jasón hizo sin piedad
nos hasta la ceniza que tenían a gran matanza en sus conciudadanos,
mano, y confusamente las arrojaban no teniendo en cuenta que una feliz
contra los que rodeaban a Lisímaco. jornada contra sus conciudadanos es
42 Fueron heridos muchos
de ellos, el mayor infortunio; pensando, por
algunos derribados y todos ahuyen- lo contrario, que alcanzaba trofeos
tados; el mismo sacrilego quedó muer- de los enemigos y no de los conna-
to junto al gazofilacio. cionales. 7 Mas no por eso logró
564 MACABEOS II, 6

adueñarse del poder, y al fin recibió dicha del pueblo, así como después
el oprobio como premio de su trai- participó en los beneficios del Señor,
ción, teniendo que huir de nuevo a y abandonado a la cólera del Omni-
la tierra de Ammón. 8 El fin de su potente, de nuevo ha sido restaurado
perversa vida fué éste: que, acosado con gran gloria, en la reconciliación
por Aretas, rey de los árabes, huyendo del altísimo Señor.
de ciudad en ciudad, de todos per- 21
En suma, que Antíoco, habiendo
seguido, detestado como renegado de arrebatado del templo mil ochocien-
su ley, execrado como verdugo de su tos talentos, a toda prisa se retiró
patria y de sus conciudadanos, fué a Antioquía, pensando en su orgullo
empujado hasta Egipto; 9 y el que a que podría navegar por la tierra y
tantos había desterrado de la patria, andar por el mar, para vanagloria
vino a morir en tierra extraña, hu- de su espíritu. 22 Todavía dejó pre-
yendo a Lacedentonia con la espe- fectos que afligieron a la nación;
ranza de lograr un refugio en gracia en Jerusalén, a un tal Filipo, frigio
del parentesco; 10 y el que a tantos de nación, más cruel que el mismo
había dejado sin sepultura, murió que lo había puesto; y en Garizin, a
sin ser por nadie llorado, y privado Andrónico; a los cuales hay que
de sepultura, más aún dei sepulcro añadir Menelao, que a todos excedió
familiar. en maldad contra sus conciudadanos,
11 23
Llegados a noticia del rey estos y era el que péores sentimientos
sucesos, sospechó que la Judea quería tenía hacia sus compatriotas.
24
rebelarse; y así, al volver de Egipto, Más tarde envió todavía Antíoco
hecho una furia, se apoderó de la al abominable Apolonio, con un ejer-
ciudad por la fuerza de las armas cito de veintidós mil hombres, con
12
y ordenó a los soldados herir sin órdenes de degollar a todos los adul-
piedad a los que les salieran al en- tos y vender a las mujeres y a las
cuentro, y degollar a los que subiesen jóvenes. 26 Llegó éste a Jerusalén
sobre las casas. 13 Así fueron muertos simulando paz, y hasta el día santo
jóvenes y viejos, desaparecieron hom- del sábado se estuvo quieto. Entonces,
bres y mujeres y niños, y fueron mientras los judíos estallan en fiesta,
degollados doncellas y niños de pecho. dió órdenes a sus soldados de hacer
14 En tres días enteros que duró, ejercicios, 26 y mató a todos cuantos
perecieron ochenta mil personas; cua- salieron a contemplarlos, e invadiendo
renta mil cayeron asesinadas y otras luego la ciudad, dió muerte a una
tantas fueron vendidas por esclavas. gran muchedumbre. 27 Pero Judas
15 No satisfecho con esto, se atrevió Macabco, con otros nueve, se retiró
a entrar en el templo, el más santo al desierto, y con los suyos vivía a
de toda la tierra, siendo su guía el lamanera de las fieras en los montes,
traidor a la religión y a la patria, alimentándose de hierbas, por no
18
.Menelao. Con sus impuras manos contaminarse.
tomó los vasos sagrados, y arrebató
los dones que por otros reyes habían
sido ofrecidos para realzar la gloria La persecución religiosa.
y la dignidad del lugar, entregándolos
a manos impuras. 1
No mucho tiempo después mando
17
Llena el alma de orgullo, Antíoco 6 el rey a un anciano ateniense
no veía que, por los pecados de los para que obligara a los judíos a dejar
moradores de la ciudad, el Señor se la religión de sus padres, prohibién-
había por breve tiempo irritado, y doles vivir según las leyes de Dios;
que por esto había ocurrido aquel 2
con orden de que profanara el
desprecio hacia el lugar. 18 Si no templo de Jerusalén y lo dedicara
hubiese sido por estar ellos cargados a Júpiter Olímpico, y el de Garizin,
de tantos pecados, igual que Helio- según la condición de los moradores
doro, el enviado del rey Seleuco del lugar, a Júpiter Hospitalario.
para apoderarse del tesoro, hubiera :1
(iiave e insoportable era para la
éste sentido, en cuanto allí puso el muchedumbre el progreso de la mal-
pie, reprimida su audacia por los dad; 4 porque el templo era teatro
azotes. 19 Pero no eligió el Señor la de libertinajes y orgías de los gentiles,
nación por el lugar, sino el lugar que Se solazaban allí con las mere-
por la nación; 20 por lo cual, aquél trices, y en los atrios sagrados tenían
ha tenido que participar de la des- comercio con las mujeres, llenándolo
MACABEOS II, 6 505

todo de inmundicias. 8 El altar Muerte de Elcazar.


misino estalla lleno de cosas inde-
centes, execradas por la ley.
6
No 18 A
Eleazar, uno de los primeros
se observaban los sábados, ni se doctores, varón de avanzada edad y
guardaban las patrias, ni si-
fiestas de venerable presencia, abriéndole la
quiera podía uno declararse
judío. boca querían forzarle a comer carne
? Al contrario, con inexorable vio- de puerco. 19 Pero él, prefiriendo una
lencia eran arrastrados a celebrar muerte gloriosa a una afrentosa vida,
cada mes el natalicio del rey y a iba de su propia voluntad al suplicio,
20
participar en los sacrificios; y cuando y la escupía, como han de hacer los
se celebraban las fiestas de Dionisio, que tienen valor para rechazar de
eran forzados los judíos a tornar parte sí cuanto no es lícito comer por
en las procesiones, coronados de hiedra. amor a la vida (1). 21 Los que presi-
8 Por sugestión
de los toleinenses, dían el inicuo sacrificio, por la amistad
se publicó un edicto en las ciudades que de antiguo tenían con aquel va-
griegas inmediatas, para obrar de rón, tomándole aparte, le exhortaban
igual modo con los judíos, obligán- a traer cosas de las permitidas, pre-
dolos a participar en los sacrificios paradas por él, para simular que ha-
9
y condenando a muerte a los que bía comido las sacrificadas, según
no consintiesen en acomodarse a las mandato del rey. 2^ Haciendo así, se
costumbres gentílicas. Era de ver libraría de la muerte; y por la anti-
qué excesos de desolación tuvieron gua amistad, hacían con él este acto
entonces lugar. 10 Dos mujeres fueron de humanidad. 23 Pero él, elevándose
delatadas por haber circuncidado a a más altas consideraciones, dignas
sus hijos; y con los niños colgados de de su edad, de la nobleza de su ve-
los pechos, las pasearon pública- jez, de su bien ganada y respetable
mente por la ciudad, y luego las canicie, y de la ejemplar vida que des
11 Otros
precipitaron de las murallas. de niño había llevado, digna en todo
que sehabían reunido en próximas de las leyes santas establecidas por
cavernas, para celebrar ocultos el Dios, respondió diciendo que cuanto
día séptimo, denunciados a Filipo, antes le enviasen al Ades; 24 que era
fueron entregados a las llamas. Ni indigno de su ancianidad simular, no
pensaron en defenderse, por el sumo fuese que pudieran luego decir los jó-
respeto hacia el día santo. venes que Eleazar, a sus noventa años,
12 Por
esto ruego a aquéllos (1) a se había paganizado con los extran-
cuyas manos venga a parar este jeros.
libro, que no se escandalicen de estos 25 «Mi simulación», dijo, «por amor
desdichados sucesos, ni piensen que de esta corta y perecedera vida, los
para ruina y no para corrección de induciría a errar, echando sobre mi
nuestro linaje sucedieron tales cosas. vejez una afrenta y un oprobio;
13 Que no dejar mucho tiempo impu- 26
pues aunque al presente lograra
nes a los pecadores, sino aplicarles librarme de los castigos humanos, a
luego el castigo, es gran beneficio. las manos del Omnipotente no esca-
14 27 Por
El Señor aguanta con paciencia a paré ni ni en muerte.
en vida
las otras naciones, para castigarlas lo animosamente entregaré la
cual
ciiando han llenado la medida de vida y me mostraré digno de mi an-
sus iniquidades. 15 Jifas no obra así cianidad, 28 dejando a los jóvenes un
con nosotros, que sólo cuando haya- ejemplo noble, para morir valiente y
mos llegado al colmo de nuestros generosamente por nuestras vene-
pecados, ejerza la venganza. 16 Nun- rables y santas leyes.» Diciendo esto,
ca apartará su misericordia de nos- tomó el camino del suplicio, 29 con-
otros; y corrigiendo a su pueblo ducido por aquellos mismos que poco
con la adversidad, no le abandona. antes se mostraban humanos para
17
Sólo para memoria hemos dicho con él, pero que ahora, enfurecidos
esto. Ahora prosigamos nuestra na- a causa de las palabras proferidas,
rración. le azotaban, teniéndole por insensato.
30 Estando para morir de los azotes,

exhaló un gemido y dijo: «El Señor


(i) Es de notar esta observación del autor.
santísimo ve bien que pudiendo librar-
iCómo consentía Dios tales profanaciones de
su santuario y tales iniquidades contra su pue-
blo? Para corregir y purificar a éste y hacerle (i) Hermoso cuadro, el de la pasión de este
digno de mayor misericordia. mártir de la ley antigua.
566 MACABEOS II, 7

me de la muerte, doy mi cuerpo a los tará, a los que morimos por sus leyes,
crueles azotes; pero mi alma los a una vida eterna.»
sufre gozosa por el temor de Dios.» 10 Después
el tercero fué expuesto
31
Así acabó la vida, dejando con a los insultos; y mandándole sacar
su muerte, no sólo a los jóvenes, la lengua, luego al punto la sacó,
sino a todos los de su nación, un 11 las ma-
y animosamente extendió
ejemplo de nobleza y una memoria nos, diciendo: «Del cielo tenemos estos
de virtud. miembros, que por amor de mis leyes
yo desdeño, esperando recibirlos otra
vez de El.» 12 Tanto el rey como los
Martirio de Jos siete hermanos que con él estaban se maravillaron del
con su madre. animoso joven, que en nada tenía
los tormentos.
^ 1
Es muy digno de memoria lo
13
Muerto éste, sometieron al cuarto
ocurrido a siete hermanos, (1) que a las mismas torturas; 14 y estando
con su madre fueron presos, y a para morir, dijo así: «Más vale morir
quienes el rey quería forzar a comer a manos de los hombres, poniendo
carnes de puerco prohibidas, y por en Dios la esperanza de ser de nuevo
negarse a comerlas fueron azotados resucitado por El. Pero tú no resuci-
con zurriagos y ne'rvios de toro. 8 Uno citarás para la vida.» 16 En seguida
de ellos, tomando la palabra, habló trajeron al que mientras le
quinto,
así: «¿A qué preguntas! ¿Qué quieres atormentaban, puestos los ojos en el
16 le dijo: «Tú, aunque mortal,
saber de nosotros? Estamos prontos rey,
a morir, antes que traspasar las pa por tener poder sobre los hombres,
trias leyes.» 3 Irritado el rey, ordenó haces lo que quieres; pero no pienses
poner al fuego sartenes y calderos. que nuestro linaje haya sido aban-
Cuando comenzaron a hervir, 4
dió donado de Dios. 17 Aguarda un poco,
orden de cortar la lengua al que había y experimentarás su gran poder, y
hablado, y de arrancarle el cuero de verás cómo te atormentará a ti y a
la cabeza, a modo de los escitas, y tu descendencia.»
18 Después trajeron
cortarle manos y pies, a la vista al sexto, que
de los otros hermanos y de su madre. estando ya para morir dijo: «No te
5 Mutilado de todos sus miembros, forjes ilusiones; por nuestras culpas
mandó el rey acercarlo al fuego, y padecemos esto: por haber pecado
vivo aún, freirlo en la sartén. Mien- contra nuestro Dios han sucedido
tras el vapor de ésta llegaba bastante entre nosotros cosas tan tremendas.
19
a lo lejos, los otros, con la madre, se Pero tú, no creas que habrás de
exhortaban a morir generosamente, quedar impune, por haber osado lu-
6 diciendo: «El Señor Dios nuestro nos char contra Dios.»
20 Admirable sobre toda pondera-
mira y tendrá compasión de nosotros,
como lo dice Moisés en el cántico ción y digna de eterna memoria se
de protesta contra Israel: Tendrá pie- mostró la madre, que viendo morir
dad de sus siervos. en un solo día a sus siete hijos, lo
7
Muerto de esta manera el pri- soportaba animosa, por la esperanza '

mero, tomaron al segundo, para ator- que tenía en Dios; 21 y en su patria


mentarle. Y arrancado el cuero cabe- lengua, los exhortaba, llena de ge-j
lludo, le preguntaron si estaba dis- nerosos sentimientos; y dando fuerza i

puesto a comer, antes de ser ator- varonil a sus palabras de mujer, 22 les;
mentado en su cuerpo, miembro por decía: «Yo no sé cómo habéis apare-1
miembro. 8 El en su propia lengua, cido en mi s^no, no os he dado yol
respondió: «¡No!» Por lo cual, en se- el aliento de vida ni compuse vues-1
guida se le dió el mismo tormento tros miembros. 23 El creador del uni-
que al primero. 8 Estando para exha- verso, autor del nacimiento del hom-
lar el postrer aliento, dijo: «Tú, cri- bre y hacedor de las cosas todas, ése
minal, nos privas de la vida presente; misericordiosamente os devolverá la
pero el Rey del universo nos resuci- vida, si ahora por amor de sus santas
leyes la despreciáis.»
(i) Este capitulo, en que tan alta se revela 84
Antíoco, a pesar de creer que
la fidelidad a la ley por parte de los jóvenes
se burlaba de él y de sospechar que
Macabeos" y de su madre, es el presagio de
tantos martirios como en la historia de la Iglesia
con sus palabras le insultaba, todavía
sufrieron los fieles de Cristo. Es de notar la al más joven que quedaba, no sólo
viva fe en la resurrección, que tanto los alienta. de palabra le exhortaba sino que*
MACABEOS II, 8 567

hasta con juramento le prometía, si de toda contaminación, enteramente


dejaba las leyes patrias, enriquecerle confiado en el Señor. 41 La últimá
y hacerle dichoso, tenerle por amigo en morir fué la madre. 42 Y esto baste,
y darle un honroso empleo. 25 ^las a propósito de los sacrificios y de
como el joven bo le prestase atención los martirios extraordinarios.
alguna, llamó el rey a la madre y la
Diandó que diese al niño consejos
saludables. 26 Como insistiese él mucho
en ello, prometióle persuadirle: 27 e
ella Primeras victorias de Judas Ma-
inclinándose hacia el niño, burlándose ca beo.
del cruel tirano, en lengua patria le
dijo así: «Hijo, ten compasión de mí, «Entretanto, Judas Macabeo y los
que por nueve meses te llevé en mi suyos, entrando secretamente en
seno, que por tres años te amamanté, las aldeas, invitaban a sus parientes
que te crié, te eduqué y te alimenté y a que habían permanecido fie-
los
hasta ahora. 28 Ruégote, hijo, que les aljudaismo, y se los incorporaban,
mires al cielo y a la tierra, y veas llegando a juntar hasta seis mil
cuanto hay en ellos, y entiendas que hombres; 2 e invocaban al Señor,
de la nada lo hizo todo Dios, y todo para que mirase por su pueblo, de
el humano linaje ha venido de igual todos conculcado, tuviese piedad del
modo. 29 No temas a este verdugo, templo, profanado por impíos, 3 se
antes muéstrate digno de tus her- compadeciese de la ciudad, devas-
manos, y recibe la muerte, para que tada y casi enteramente arrasada,
en el día de la misericordia me seas escuchase los torrentes de sangre que
devuelto con ellos.» a El clamaban, 4 se acordase de la
30 Estando aún explicándole esto, inicua muerte de niños inocentes, y
dijo el joven: «¿Qué esperas? No obe- de las blasfemias proferidas contra su
dezco el decreto del rey, sino los nombre, y mostrase su ira contra los
mandamientos de la ley dada a malvados.
nuestros padres por Moisés. 31 Tú, 6
Puesto el Macabeo al frente de
inventor de toda maldad contra los su tropa, se hizo irresistible a los
hebreos, no escaparás de las manos gentiles, volviendo el Señor su, cólera
de Dios. 32 Nosotros por nuestros pe- en misericordia. 6 Llegando de im-
cados padecemos; 33 y si nuestro proviso a las ciudades y aldeas, las
Señor, que es el Dios vivo, se irrita incendiaba; y ocupando las posiciones
por un momento para nuestra correc- convenientes, triunfaba y ponía en
ción, de nuevo se reconciliará con sus huida a no pocos enemigos. 7 Sobre
siervos; 34 pero tú, impío, el más todo aprovechaba la noche, como más
criminal de todos los hombres, no acomodada para tales incursiones, y
te engrías neciamente, y, orgulloso y por todas partes se difundía la fama
vanamente confiado te enciendas con- de su valor.
tra sus siervos; 35 no estás aún libre 8
Viendo Filipo cuánto había pro-
del juicio del Dios omnipotente, que gresado aquél en poco tiempo, y cómo
todo lo ve. 36 Mis hermanos, después iban creciendo sus éxitos, escribió a
de soportado un breve tormento, han Tolomeo, general de la Celesiria y
entrado en la alianza de la vida eter- Fenicia, para que viniese en apoyo
na; pero tú pagarás en el juicio divino de los negocios del rey. 9 Este llamó
las justas penas de tu soberbia. 37 Yo, al instante a Nicanor, hijo de Patro-
como mis hermanos, entrego mi cuer- clo, uno de sus más fieles, y le mandó
po y mi vida por las leyes patrias, a Judea, poniendo bajo su mando
pidiendo a Dios que pronto se mues- no menos de veinte mil hombres de
tre propicio a su pueblo, y que tú, todas las naciones, con el encargo
a fuerza de torturas y azotes, confie- de destruir todo el linaje de los judíos.
ses que sólo El es Dios. 38 En mi y También se le agregó Gorgias, gene-
en mis hermanos se aplacará la cóle- ral muy experimentado en las cosas
ra del Omnipotente, que con encen- de la guerra. 10 Se proponía Nicanor
dida justicia vino a caer sobre toda proporcionar al rey, de la venta de
nuestra raza.» los judíos cautivos, dos mil talentos,
39 Furioso, el rey que debía a los romanos como tri-
se ensañó contra
éste más cruelmente que contra los buto, 11 y así envió a las ciudades de
otros, llevando muy a mal la burla la costa invitaciones, para que vi-
que de él hacían. 40 Así murió limpio niesen a comprar esclavos judíos,
508 MACABEOS II, 8

prometiendo darles noventa esclavos Nicanor y obligando a los restantes


por talento. No presentía la venganza a huir. 25
Se apoderaron, además, de
que el Omnipotente iba a deseargar todo el dinero de los que habían ve-
sobre él. nido con el propósito de comprarlos.
12
En
cuanto llegó a oídos de Judas Después, habiéndolos perseguido hu so
que Nicanor se había puesto en mar- trecho, 26 se volvieron, obligados piu-
cha, informó a los suyos de la venida la hora, pues era víspera del sábado,
ilc aquel ejército. 13 Unos, acobarda- no continuaron
y por eso la perse-
dos y sin fe en la venganza divina, cución.
27
se dieron a la huida, yéndose a otros Recogidas las armas de los ene-
lunares. 14 Otros vendían cuanto les migos y los despojos, celebraron el
quedaba, rogando al Señor librase a sábado, bendiciendo de todo corazón
los que habían sido vendidos por el al Señor y dándole gracias por haber-
impío Nicanor, antes de venir a las los en aquel día librado, haciéndoles
mimos, 15 si no por ellos, siquiera experimentar la primicia de su mise-
por la alianza hecha con sus padres, ricordia. 28 Pasado el sábado, repar-
y por su venerando y excelso nombre, tieron el botín con los que habían
que ellos llevaban. sufrido persecución, con las viudas
16 Juntando el Macabeo su gente, y los huérfanos; el resto se lo dis-
en número de seis mil, los exhortó tribuyeron entre ellos y sus hijos.
29
a no acobardarse ante el enemigo, Acabado esto, todos a una hicie-
u¡ tener miedo de la muchedumbre ron oración, pidiendo al Señor mise-
de los gentiles (pie injustamente ricordioso se reconciliase plenamente
venían contra ellos: sino combatir con sus siervos.
valientemente, 17 teniendo ante los 30 En combates con las tropas de
ojos el ultraje inferido por aquéllos Timoteo y Báquides mataron más
al lugar santo, la opresión de la ciu- de veinte mil de ellos, y valientemente
dad escarnecida y la disolución de se apoderaron de altas fortalezas, y se
las instituciones patrias. 18 Ellos, hicieron dueños de muchos despojos,
decía, vienen confiados en sus armas compartiéndolos con los perseguidos,
y en su valor; nosotros ponemos la Tos huérfanos, las viudas y los ancia-
confianza en el Dios omnipotente, nos. 31 Las armas, recogidas cuida-
que puede con un solo ademán derri- dosamente, las depositaron en sitios
bar a los que vienen contra nosotros convenientes; y el resto de los des-
y al mundo entero. 19 Y trajo a la pojos lo llevaron a Jerusalén. 32 Al
memoria las ayudas prestadas a sus filarca de los que venían con Timoteo,
padres, lo de Senaquerib, en que le quitaron la vida por ser hombre
ciento odíenla y cinco mil hombres impiísimo, que había afligido mucho
perecieron, 20 y la batalla dada en a los judíos.
33
Babilonia contra los Gálatas, en la Álientras celebraban sus victo-
que. entrando en lucha ocho mil rias en la capital de la patria, los
judíos y cuatro mil maecdonios, y que habían incendiado las puertas sa-
hallándose en grave aprieto, los ocho gradas, Calístenes y otros más, se
mil derrotaron a un ejército decien- refugiaron en una casita, a la que
to veinte mil, gracias al auxilio del aquéllos pusieron fuego, recibiendo así
cielo, logrando de aquella victoria éstos el merecido de su impiedad. 34 Y
grandes ventajas. 21 Con estos dis-
* el muy criminal Nicanor, que había
cursos los alentó, y estaban prontos traído a miles de mercaderes para la
a morir por las leyes y por la pa- venia de los judíos, 36 con la ayuda
tria. de Dios quedó humillado por los que
22 Dividiendo su ejército en cuatro despreció: y despojado de sus ricas
cuerpos, puso al líenle de ros de t vestiduras, a través de los campos,
ellos a sus hermanos Simón, Juan y como esclavo fugitivo, llegó solo a
Jonatán, asignando a cada uno mil Antioqufa, hondamente acongojado
quinientos hombres. 23 A Eleazar le por la pérdida de su ejército. 36 Y el
mandó leer el libro sagrado; dióles que había tomado a su cargo reunir
por santo y seña: 'Auxilio de Dios»; y de la venta de los judíos en Jerusa-
tomando a su mando el primer cuer- lén el tributo para los romanos, se
po, cargó sobre Nicanor. 24 Gracias hacía pregonero de que los judíos
a la ayuda del Omnipotente, mataron tenían un Dios que luchaba por ellos
más de nueve mil hombres, destro- y los hacía invulnerables, porque se-
zando la mayor parle del ejercito de guían las leyes dadas por él.
MACABEOS II, 9 5C9

Fin de Antíoeo Epiíancs. le quería llevar, por la intolerable


fetidez.
10 Herido así, comenzó a deponer
Q 1
Acaeció por aquel tiempo que su excesivo orgullo 11
y a entrar dentro
Antíoeo hubo de retirarse en des- de sí mismo, azotado por Dios con
orden de Persia. 2 Había entrado en punzantes dolores. 12 No pudiendo él
Persépolis, con el propósito de sa- mismo soportar su hedor, dijo: «Justo
quear el templo, y apoderarse de la es someterse a Dios, y que el mortal
ciudad. Pero, alborotada la muche- no pretenda en su orgullo igualarse
dumbre, corrió a las armas, obligán- a El.» 13 Y oraba el malvado al Señor,
dole a huir; y, puesto en tuga por los de quien no había de alcanzar mise-
naturales, hubo de emprender una ricordia, y decía 14 que la ciudad
retirada vergonzosa. (1) 3 Hallándose santa, a ia que antes a toda prisa
cerca de Ecbatana, recibió noticia de quería llegar para arrasarla y conver-
las derrotas sufridas por Nicanor y tirla en un cementerio, la reedificaría
Timoteo; 4 y encendido en cólera, y declararía libre; 15 que a los judíos,
meditaba vengar en los judíos la in- a quienes antes no tenía por dignos
juria de los que le habían puesto en de sepultura, y cuyos hijos había de
fuga. Con esto, dió orden al conductor arrojar en pasto a las fieras, los igua-
de su coche de avanzar sin interrup- laría en todo con los atenienses; 16 que
ción, apresurando la marcha, cuando el templo santo, por él saqueado, lo
se cerníaya sobre él el juicio divino. enriquecería de los más preciosos
Pues en su orgullo había dicho: «En dones y devolvería multiplicados to-
cuanto llegue allí haré de Jerusalén dos los vasos sagrados; que los gas-
un cementerio de judíos.» tos tocantes a los sacrificios, de sus
el Señor Dios de Israel, que
5 Pero
propias rentas los suministraría; 17 fi-
todo lo ve, le hirió con una llaga nalmente, que él mismo se haría ju-
incurable e invisible. Apenas había dío, y recorrería toda la tierra habi-
terminado de hablar, se apoderaron tada para pregonar el poder de Dios.
de él intolerable dolor de entrañas 18
Mas como en ningún modo ce-
y agudos tormentos interiores; y muy saban sus tormentos, porque el justo
justamente, puesto que había ator- juicio de Dios había descargado sobre
mentado con muchas y extrañas tor- él, desesperanzado de su salud, es-
turas las entrañas de otros. 6 Mas no cribió a los judíos una carta en forma
por eso desistió de su fiereza; lleno de de súplica, del tenor siguiente: 19 «A
orgullo y respirando fuego contra los los honrados ciudadanos judíos, mucha
judíos, dió orden de acelerar la mar- salud, dicha
y bienestar, el rey y
cha. Mas sucedió que en medio del general Antíoeo. 20 Puesta en el
ímpetu con que el coche se movía, cielo mi esperanza, me alegraría mucho
cayó de él Antíoeo, y con tan desgra- de que gocéis de mucha salud, vo-
ciada caída, que todos los miembros sotros
y vuestros hijos, y de que
de su cuerpo quedaron magullados. todos vuestros negocios os salgan a
7
El que con sobrehumana arrogancia deseo. 21 Cuanto a mí, postrado sin
se imaginaba dominar sobre las olas fuerzas en el lecho, recuerdo las prue-
del mar, y pensaba pesar en una bas de honor y benevolencia que
balanza la altura de los montes, aho- con amor me habéis dado. Volviendo
ra, caído en tierra, era llevado en una de Persia, he caído en una enferme-
litera, poniendo de manifiesto ante dad muy molesta, y he creído con-
todos el poder de Dios, 8 hasta el veniente pensar en la seguridad co-
punto de manar gusanos el cuerpo mún; 22 no desesperando de mi es-
del impío, y vivo aún, entre atroces tado, antes confiando mucho que
dolores, caérsele las carnes a pedazos, saldré de mi enfermedad; 23 y tenien-
apestando con su hedor al ejército. do en cuenta que también mi padre,
9
V al que poco antes parecía coger al partir en campaña hacia las altas
el cielo con sus manos, nadie ahora
provincias, designó sucesor, 24 a fin
de que, si algo inesperado le ocurría
o le llegaban noticias desagradables,
(i) Tres relatos hallamos en estos libros no se inquietasen sus súbditos, sa-
de los Macabeos de la muerte del gran tirano
biendo a quién pertenecía el go-
Antíoeo IV. Todos ellos convienen en que
murió miserablemente en su expedición a las
bierno. 25 Pensando, además, (pie los
provincias del Extremo Oriente, aunque en los príncipes limítrofes y vecinos del
detalles haya ligeras divergencias. reino acechan la ocasión en espera de
570
MACA BEOS II, 10

los sucesos, he designado por rey a


Derrota de Gorgias y de
mi hijo Antíoco, a quien muchas Timoteo.
veces ya, recorriendo las satrapías su-
periores, recomendé a muchos de vos- 9
Tal fué el fin de Antíoco, apelli-
otros, y a él mismo le he escrito la dado Epifanes. 10 Ahora contaremos
carta que va a continuación. 26 Así, los sucesos de Antíoco Eupátor, hijo
pues, yo os pido y ruego que, tenien- del impío, compendiando las cala-
do en cuenta el bien común y privado, mitosas guerras. 11 Así que se hizo
conservéis vuestra lealtad hacia mí cargo del reino, puso al frente del
y hacia mi hijo, 27 persuadido de que, gobierno a un cierto Lisias, general
siguiendo con blandura y humani- en jefe de la Celesiria y la Fenicia.
12 Toiomeo, llamado Macrón, que
dad mis intenciones, se entenderá se
con vosotros.» 28 Así aquel ho- había distinguido por su amor a la
micida y blasfemo, presa de horri- justicia en el trato con los judíos,
bles sufrimientos, acabó su vida en reparando las iniquidades que con
tierra extranjera, sobre los montes, ellos se habían cometido, procuraba
con una muerte miserable, como la tratarlos amigablemente. 13 Mas por
que él a tantos había dado. 29 Trans- esto fué denunciado por los cortesa-
portó su cuerpo Filipo, su hermano nos ante Eupátor, y a cada instante
de leche, que, temiendo a Antíoco, el tenía que oír que le tachaban de trai-
hijo, huyó luego a Egipto, a Tolo- dor: pues habiendo dejado Chipre,
meo Filométor. que Filométor le había confiado, se
había pasado al bando de Antíoco Epi-
fanes. Desesperado, viendo que no
'
La restauración del culto. podía desempeñar honrosamente su
cargo, se envenenó.
14 Por entonces Gorgias, nombrado

10 1
El Macabeo y los suyos, con general de aquellas provincias, man-
la ayuda del Señor, lograron ocu- tenía tropas mercenarias y con fre-
par el templo y la ciudad. 2 Des- cuencia hostigaba a los judíos. 15 Al
truyeron las aras alzadas por los ex- mismo tiempo que él, los idumeos,
tranjeros en las plazas y los santua- dueños de fortalezas bien situadas,
'

rios. 3 Después de dos años de inte- molestaban a los judíos, y acogiendo


rrupción, purificado el templo, eri- a los huidos de Jerusalén, procuraban
gieron otro altar, y con fuego sacado fomentar la guerra. 16 Las tropas del
de pedernales, ofrecieron sacrificios; Macabeo, después de hacer oración
encendieron de nuevo las luces, que- y pedir a Dios que viniese en su ayu-
maron el incienso y presentaron los da, acometieron las fortalezas de los
panes de la proposición. 4 Hecho esto, idumeos; 17 y atacándolas con vigor,
rogaban al Señor, postrados en tierra-, se hicieron dueños de las plazas, re-
que no volvieran a caer en semejan- chazaron a cuantos sobre los muros
tes males, sino que si volvían a pecar combatían, degollaron a cuantos ca-
alguna vez, El mismo los corrigiese yeron en sus manos, y dieron muerte
con blandura y no los entregase a a no menos de veinte mil hombres.
18 Habiéndose refugiado unos nue-
los blasfemos y bárbaros gentiles. 5 El
mismo día en que el templo había ve mil en dos torres muy fuertes y
sido por los extranjeros profanado, ese bien abastecidas para resistir un largo
mismo fué purificado, el día veinti- asedio, 19 el Macabeo dejó para man-
cinco del mes de Casleu. 6 Con gran tener el cerco a Simón, a José y a
regocijo celebraron por ocho días la Zaqueo, con bastante gente, y él se
fiesta, al modo de la fiesta de los dedicó a luchar donde más urgencia
tabernáculos, recordando cómo poco había. 20 Lós de Simón, llevados de
tiempo hacia, hubieron de pasar la la avaricia, se dejaron comprar por
fiesta de los tabernáculos en los mon- dinero, por algunos de los que en
tes y en las cavernas, a modo de las torres estaban, recibiendo setenta
fieras. 7 I'oy lo cual, llevando tirsos, mil dracmas por dejarlos escapar.
ramos verdes y palmas, cantaban 21 Sabido esto
por el Macabeo, reunió
himnos al que los había favorecido a los jefes del pueblo y los acusó de
hasta purificar su templo. 8 Y por haber, vendido a sus hermanos, de-
común acuerdo, dieron decreto a jando huir a sus enemigos, 22 y como
toda la nación judía de celebrar cada a traidores los hizo matar, apoderán-
año las mismas fiestas. dose luego de las dos torres. u Dio
MACABEOSII, 11 571

feliz término a esta empresa, matan- ciudad, dando


muerte a Timoteo,
do a más de veinte mil en las dos que se habíaescondido en una cis-
fortalezas. terna, a su hermano Quereas y a
24 Timoteo, el que antes había sido Apolofanes. 38 Realizada esta hazaña,
vencido por los judíos, juntó nume- con himnos y alabanzas bendecían al
rosa fuerza mercenaria; y reunida la Señor, que tan .grandes cosas hacía
caballería de Asia en buen número, por Israel, dándoles tan gran vic-
vino con el propósito de hacer la toria.
Judea presa de guerra. 26 Al acercar-
se, las tropas del Macabeo se volvie-
ron a Dios en la oración; y cubierta Nueva expedición de Lisias. Paz
de polvo la cabeza y ceñidos de saco con los judíos.
los lomos, 26 se postraron al pie del
altar, rogando a Dios se les mos- 1*1 1
Muy poco tiempo después,
trase propicio y hostil a sus ene- Lisias, tutor del rey, pariente
migos, oponiéndose a los adversarios suyo y regente del reino, muy apesa-
según las promesas de la ley. 27 Ter- dumbrado por lo sucedido, 2 juntó
minada la oración, empuñaron las alrededor de ochenta mil hombres y
armas, salieron de la ciudad, e hicie- toda la caballería, y vino contra los
ron alto cuando estuvieron cerca de judíos, pensando hacer de la ciudad
sus enemigos. una población griega, 3 someter el
28
Antes que del todo amaneciera, templo a tributo como los santuarios
vinieron a las manos; los unos tenían gentiles, y hacer el sumo sacerdocio
como prenda de feliz éxito y de vic- vendible y anual, 4 sin tener para nada
toria, a más de su valor, el recurso en cuenta el poder de Dios, y muy
a su Dios; los otros iban al combate pagado de los millares de sus infantes
llevados de su pasión. 29 En lo más y caballos y de sus ochenta elefantes.
6 Entrando en Judea, se acercó a
duro de la pelea se les aparecieron
en el cielo a los adversarios cinco va- Betsur, plaza fuerte situada en un
rones resplandecientes, montados en desfiladero y distante de Jerusalén
caballos con frenos de oro, que po- unos ciento cincuenta estadios, y la
niéndose a la cabeza de los judíos atacó. 6 Así que los del Macabeo
30
y tomando en medio dos de ellos supieron que Lisias estaba atacando
al Macabeo, le protegían con sus ar- la fortaleza, a una con la muchedum-
mas, le guardaban incólume y lanza- bre rogaban al Señor, entre llantos y
ban flechas y rayos contra el enemigo, gemidos, que enviase un buen ángel
que, herido de ceguera y espanto, para salvar a Israel. 7 El mismo
caía. 31 Mataron veinte mil quinien- Macabeo, tomando sus armas ade-
tos, y de los jinetes seiscientos. 32 El lantaba a los demás para ir en socorro
mismo Timoteo huyó a 'a fortaleza de sus hermanos; 8 y mientras con
llamada Guezer, plaza muy guarne- igual valor todos marchaban llenos
cida, donde mandaba Qtiereas. de ardimiento, cerca todavía de Jeru-
33 salén, se les apareció en cabeza un
Las fuerzas del Macabeo, llenas
de ardor, atacaron durante cuatro jinete vestido de blanco, armado de
días la "fortaleza. 34 Los de dentro, armadura de oro y vibrando. la lanza.
9 lodos
confiados en la fuerza del sitio, los a una bendijeron a Dios
ultrajaban sin cesar y proferían pala- misericordioso y se enardecieron, sin-
bras impías y jactanciosas contra los tiéndose prontos, no sólo a atacar
asediantes. 35 Pero al amanecer el a los hombres y a los elefantes, sino
quinto día, veinte jóvenes de los que a penetrar por muros de hierro.
seguían al Macabeo, encendidos sus 10 Marchaban en orden
de batalla,
ánimos por las blasfemias, se lanza- fiados en aquel auxiliar celestial,
ron valerosamente a la muralla y señal de la misericordia del Señor
la escalaron con ánimo viril, matando hacia ellos, 11 y como leones se lan-
a cuantos se aproximaban. 36 Y otros zaron sobre los enemigos, dejando
tras ellos la escalaron igualmente en fuera de combate once mil infantes y
medio del desorden de los asediados, mil seiscientos jinetes, 12 y haciendo
y poniendo fuego a las torres y a las huir a los demás. La mayor parte
puertas, encendieron hogueras en que de los que se salvaron quedaron des-
quemaron vivos a los blasfemos. nudos y heridos, y el mismo Lisias
37 Francas las puertas, penetró el se puso en salvo, huyendo vergonzo-
resto del ejército, se apoderó de la samente. 13 Como no carecía de dis-
572 MACABEOS 11,12

creción, echando sobre si mismo la juntaros con los vuestros, 30 y


ver a
culpa de la sufrida derrota, y enten- a que lo hagan hasta el treinta
los
diendo que los hebreos eran inven- del mes de Xántico, les concedemos la
cibles, por tener de su parte al Dios paz y la seguridad; 31 y concedemos
todopoderoso, les envió mensajeros que los judíos puedan usar de sus
14
proponiéndoles la -reconciliación en comidas y de sus leyes como antes,
condiciones justas, y prometiendo y nadie sea en modo alguno moles-
persuadir al rey de La necesidad de tado por los errores anteriores. 32 He
hacérselos amigos. 15 Aceptó el Ma- mandado a Menelao que os confirme
cabeo las proposiciones de Lisias, en estas seguridades. 33 Pasadlo bien.
mirando al interés público; y en El año 148, el día quince del mes
efecto, todo cuanto el Macabeo pro- de Xántico.»
34
paso por escrito a Lisias, acerca de También los romanos les envia-
las peticiones de los judíos, fué otor- ron una carta, que decía así (1):
gado por el rey. 18 La carta de Li- «Quinto Memmio y Tito Manlio,
sias a los judíos era del tenor siguiente: legados de los romanos, al pueblo
«Lisias, al pueblo judio, salud: de los judíos, salud: 35 Lo que Lisias,
17
Juan y Abesalom, vuestros men- pariente del rey, os ha otorgado,
sajeros, me han entregado una comu- nosotros lo aprobamos. 36 Cuanto a
nicación suplicando respuesta a los lo que él ha creído deber someter
inmtos en ella contenidos. 18 Cuanto al rey, enviad luego alguno con ins-
era preciso proponer al rey, se lo trucciones precisas, a fin de que
hice saber, y él ha otorgado cuanto nosotros le apoyemos según vuestra
le pareció aceptable. 19 Por tanto, conveniencia. Nosotros nos dirigimos
si tenéis vosotros la misma buena a Antioquía. 37 Por tanto, daos pris*a
voluntad hacia el reino, yo en ade- y enviad a algunos que nos informen
lante procuraré favorecer vuestra cau- de vuestros deseos. 38 Pasadlo bien.
sa. En cuanto a los detalles, he El quince del mes de Xántico del
dado encargo a vuestros mensajeros año 148.»
y a los míos de (pie os los comuni-
quen de palabra. 21 Pasadlo bien. Diversas victorias de Judas contra
Año 118, a veinticuatro del mes los pueblos veciuos.
de Xántico.»
22
La carta
del rey decía asi: |2 Concluido este tratado, partió
«El Antíoco, a su hermano
rey Lisias al rey, y los judíos se
Lisias, salud: 23 Trasladado a los entregaron a las labores del campo.
2
dioses nuestro padre, y queriendo Pero de los jefes que quedaron en
qúe los subditos de nuestro reino la región, Timoteo y Apolonio el de
vivan sin perturbaciones, atentos a (¡enneo, y Jerónimo y Demofón, y
sus propios intereses, 24 hemos sabido a más de éstos Nicanor, gobernador
que los judíos se niegan a adoptar de Chipre, no les permitían gozar
las costumbres helénicas, como quería de sosiego y de paz. 3 Por otra parle,
nuestro padre, y prefieren conservar los de Jope cometieron un enorme
sus propias instituciones, y poi esto crimen. Invitaron a los judíos que
piden les sea otorgado vivir según entre ellos moraban, con sus mujeres
sus leyes. 25 Queriendo, pues, que c hijos, a subir en barcas dispuestas
esa nación viva tranquila, hemos por ellos, como si no hubiera ene-
resuelto que su templo les sea resti- mistad alguna 4 y obrasen conforme
tuido y vivan según las costumbres al común acuerdo de la ciudad. Acep-
de sus mayores. 28 Harás bien, pues, taron como deseosos d> la paz y no
en comunicarles esto, y concertar sospechando nada malo; pero llegados
con ellos la paz, para que, sabiendo a alta mar, fueron echados al fondo no
nuestra voluntad, vivan contentos, y menos de doscientas personas.
alegremente atiendan a sus propios ne- B
luand
( Judas llego a saber la
i

gocios.» crueldad cometida contra los de su


27 nación, dió luego orden a su gente;
La carta del rey a los judíos es
como sigue: e invocando a Dios, justo juez, 4 vino
uEl rey Antíoco, al senado de los
judíos y a los demás judíos, salud:
28 Si gozáis (i) Tenemos aqui una muestra de la diplo-
de salud me alegraré macia romana y del modo en que Judas y sus
de ello; nosotros estamos bien. 28 Me- hermanos supieron aprovechar la alianza con
nelao nos comunica que deseáis vol- Roma en favor de su pueblo.
MACABEOS II, 12 573

contra los asesinos de sus hermanos, frente de ellas, y partió en busca de


y de noche puso fuego al puerto, Timoteo, que tenía a sus órdenes
quemó las naves y mató a cuantos ciento veinte mil infantes y mil qui-
allí se habían refugiado. 7
Habién- nientos jinetes. 21 Así que éste supo
dole cerrado la plaza, se retiró, pero la llegada de Judas, envió las mu-
con el propósito de volver de nuevo jeres y los niños y toda la impedi-
y exterminar de. raíz a toda la pobla- menta a un lugar llamado Camión,
ción de Jope. 8 Informado de que que era muy fuerte y de difícil acceso,
los de Jamnia se proponían hacer a causa de lo montuoso y quebrado
otro tanto con los judíos allí domici- del terreno.
22
liados, 9 cayó de noche sobre ellos e Al aparecer la primera cohorte de
incendió el puerto y quemó las naves, Judas, se apoderó de los enemigos el
de modo que la claridad del fuego pánico. Una aparición del que todo
se veía desde Jerusalén, a distancia lo ve ¡es infundió tal miedo, que se
de doscientos cuarenta estadios. dieron todos a la fuga, cada uno por
10 A
nueve estadios de allí, cuando su lado, de suerte que unos a otros
se dirigía contra Timoteo, le salieron se molestaban y con las puntas de
al encuentro no menos de cinco mil las espadas se herían. 23 Judas persi-
árabes y quinientos jinetes. 11 Em- guió con encarnizamiento a aquellos
peñada la lucha, con la ayuda de criminales, matando hasta treinta mil
Dios los de Judas salieron vencedo- hombres. 24 El mismo Timoteo, caido
res; y los árabes nómadas, vencidos, en manos de Dositeo y Sosípatro,
pidieron la paz a Judas, comprome- instaba mucho que le dejasen libre,
tiéndose a darles ganado y ayudarles pues que tenía en su poder a muchos
en todo. 12 Judas, convencido de que de l,os padres y hermanos de judíos,
en mucho le podían ser útiles, hizo que no lo pasarían bien si él moría.
paces con ellos; y dadas las manos, 25 Dada su palabra con muchas
segu-
concluida ésta, se retiraron a sus ridades de que los restituiría incólu-
tiendas. mes, le dieron libertad por amor de
13
Atacó también una ciudad fuerte, los hermanos.
26 Partió Judas contra
rodeada de foso y murallas altas, Camión y
poblada por gentes de todas las na- contra el santuario de Atar ga tes,
ciones, que se llamaba Caspín. 14 Los donde dió muerte a veinticinco mil
de dentro, confiados en la fortaleza hombres. 27 Después de esta derrota y
de los muros y en el abastecimiento matanza, emprendió Judas la marcha
<lc víveres, insultaban groseramente hacia Efrón, ciudad fuerte, donde
a los de Israel y les lanzaban afrentas moraba una muchedumbre de diver-
y dicterios. 15 Los de Judas, invo- sas naciones. Jóvenes robustos, orde-
cando al gran Señor del universo, nados ante los muros, luchaban ani-
que en tiempos de Josué, sin arietes mosamente, y dentro había mucha
ni máquinas de guerra había derri- provisión de máquinas de guerra y
bado los muros de Jericó, atacaron de proyectiles. 28 Pero los judíos,
con fiereza las murallas. 16 Tomada invocando al Omnipotente, que con
por la voluntad de Dios la ciudad, su poder aplasta las fuerzas enemigas,
hicieron en ella atroz carnicería, hasta se apoderaron de la ciudad y mataron
parecer como lleno de la sangre que a veinticinco mil de los que estaban
a él había afluido un vecino estanque, dentro. 29 Partiendo de allí, atacaron
de dos estadios de ancho. Escitópolis, que dista de Jerusalén
17
Después de una marcha de sete- seiscientos estadios. 30 Pero ante el
cientos cincuenta estadios llegaron a testimonio de los judíos que allí

Caraca, a los judíos llamados tubien- moraban, de que los escitopolitanos


ses. 18 No pudieron entonces apoderar- habían sido benévolos con ellos, y en
se de Timoteo, porque sin emprender los días de su infortunio les habían
nada, se había ido de aquella región, guardado muchas deferencias, 31 les
dejando en cierto lugar una muy dieron las gracias, exhortándolos a
fuerte guarnición. 19 Pero Dositeo y continuar siendo benévolos con los
Sosípatro, generales del Macabeo, de su linaje; y se vinieron a Jerusa-
marcharon contra ella, y mataron a lén, próxima ya la fiesta de las Sema-
más de diez mil de los que Timoteo nas o Pentecostés.
había dejado en guarnición. 32
Después de la fiesta, marchó
20
El Macabeo organizó su ejército contra Gorgias, general de los Idu-
por cohortes, puso a aquellos dos al meos. 33 Salió con tres mil hombres
574 MACABEOS II, 13

de a pie y trescientos de a caballo; dumbre de tropas, * y con él Lisias, su


34 tutor y regente del reino. Mandaba
y trabada la batalla, fueron pocos
los judíos que cayeron. 35 Un cierto cada uno un ejército griego de ciento
Dositeo, bacenorense, jinete bravo, diez mil infantes, cinco mil tres-
agarró a Gorgias por la clámide, y cientos jinetes, veintidós elefantes y
tiraba de él vigorosamente, queriendo trescientos carros armados de hoces.
cogerle vivo; pero vino sobre él un 3
A ellos se había juntado Menelao,
-

jinete tracio que le derribó el hombro, que con grande astucia exhortaba a
y así pudo Gorgias huir a Maresa. Antíoco, no llevado de la solicitud
36 Los soldados de Esdras hallábanse por la patria, sino esperando ser
fatigados de la larga lucha; pero Judas restituido en el poder. 4 Pero el .

invocó al Señor, para que se mostrase Rey de reyes excitó la cólera de


su auxiliary caudillo en la batalla. Antíoco contra aquel criminal; pues
37Entonó en lengua patria un canto comí Lisias hiciera ver al rey que
de guerra, y cayendo de improviso aquél había sido la causa de todos los
sobre los de Gorgias, los puso en disturbios, ordenó fuese conducido a
derrota. 38 Retrajo Judas su ejército Berea y muerto allí, al estilo del lugar.
y lo condujo a Odolam. Llegado el
5
Habia allí una torre como de cin-
día séptimo, purificados según la cuenta codos de alto, rodeada por
costumbre, celebraron allí el sábado. todas partes de cenizas ardientes y
39 Al día siguiente, como era nece- Coronada por una máquina giratoria,
6
sario, vinieron los de Judas para reco- con la cual arrojaban a las cenizas
ger los cadáveres de los caídos, y al ladrón, sacrilego, o al autor de
con sus parientes depositarlos en los algún otro crimen horrendo. 7 De
sepulcros de familia. 40 Entonces, bajo tal muerte había de acabar el impío
las túnicas de los caídos, encontraron Menelao, sin lograr el honor de la
objetos consagrados a los ídolos de sepultura. 8 Muy justo era que quien
Jamnia, de los prohibidos por la tantos pecados cometiera contra el
ley a los judíos; siendo a todos altar, cuyo fuego y cenizas son santos,
manifiesto que por aquello habían en cenizas recibiera la muerte.
caiílo. 41 Todos bendijeron al Señor, • Iba el rey animado de sentimientos

justo juez, que descubre las cosas feroces, dispuesto a mostrarse más
ocultas. 42 Volvieron a la oración, duro con los judíos que lo había sido
rogando que el pecado cometido les su padre. 10 Informado de ello Judas,
fuese totalmente perdonado; y el mandó a su gente invocar día y
noble Judas exhortó a la tropa a noche al Señor, para que como siem-
conservarse limpios de pecado, te- pre, ahora los ayudase, cuando el
niendo a la vista el suceso de los pueblo, que apenas había comenzado
que habían caído, 43 y mandó hacer a respirar 11 estaba a punto de quedar
una colecta en las filas, recogiendo sin ley, sin patria y sin templo, y
hasta dos mil dracmas, que envió sometido a la tiranía de las naciones
a Jerusalén, para ofrecer sacrificios blasfemas. 12 Cuando todos a una
por el pecado; obra digna y noble, hubieron rogado al Señor misericor-
inspirada en la esperanza de la resu- dioso con lágrimas y ayunos y con
rrección; 44 pues si no hubiera espe- postraciones durante tres días con-
rado que los muertos resucitarían, tinuos, Judas los animó y ordenó
superfino y vano era orar por ellos. que preparasen; 13 y después de
se
46 Mas creía que a los muertos piado- consultar a los ancianos, resolvió em-
samente les está reservada una mag- prender la marcha antes que el ejér-
nífica recompensa. 46 Obra santa y cito del rey entrase en Judea y se
•piadosa es orar por los muertos. Por hiciesen dueños de la ciudad; po-
'eso hizo que fuesen expiados los niendo la cosa en las manos del Señor,
14 encomendando Creador del uni-
muertos, para que fuesen absucltos al
de los pecados. verso el resultado de la batalla, y
exhortando asuyos a luchar ani-
los
Vuelvo Lisias otra vez contra mosamente hasta morir por las leyes,
.Intica, y hace la paz eon los por el templo, por la ciudad, por la
judíos. patria y sus instituciones.
Ordenó su ejército en batalla junto
1 *} 1
El año 140 supieron los de a Modín. 15 Dió a los suyos el santo
1 *J
Judas que Antíoco Eupator y seña: «De Dios es la victoria»; y con
venía contra Jadea con gran muche- la flor de sus soldados, acometió de
MACABEOS II, 14
575

noche el campamento del rey, ma- una corona de oro, una palma y unos
tando hasta dos mil hombres y el ramos de olivo, que se creían proce-
mayor de los elefantes con la tropa dentes del templo. Aquel día no pidió
que llevaba encima. 16 Luego se reti- nada. 6 Pero aprovechando la ocasión
raron victoriosos, dejando el campa- propicia a su demencia, de haber
mento lleno de pánico y de perturba- sido llamado a consejo por Demetrio,
ción. 17 Al ser de día, todo estaba para preguntarle cuáles eran las dis-
acabado, gracias a la ayuda del Señor, posiciones y designios de los judíos,
que le habla socorrido. 18 El rey, respondió: * «El partido de los judíos
vista la audacia de los judíos, inten- que llaman asideos, cuyo jefe es
taba adueñarse por astucia de las Judas Macabeo, fomenta las guerras
plazas. 19 Llevó su ejército contra y las sediciones, y no consiente que
7
Bctsur, plaza fuerte cíe los judíos, el reino goce de paz;por lo cual yo,
pero se veía rechazado y derrotado despojado dedignidad paterna,
la
y cada vez menos fuerte. quiero decir del sumo sacerdocio, he
20 Judas proveía de vituallas a los venido ahora aquí, 8 mirando con
de dentro. 21 Un cierto Rodoco, del toda lealtad por los intereses del rey
ejército judío, descubrió al enemigo y buscando también los de mis con-
los secretos de la defensa. Fué bus- ciudadanos, pues, por la temeridad
cado, cogido y encarcelado. 22 Por de aquéllos, toda nuestra nación se
segunda vez el rey entró en tratos halla en ruinas. 9 Date cuenta, pues,
cón los de Betsur, y hechas las paces, ¡oh rey!, de estas cosas; mira por
se retiró. 23 Atacó a Judas, mas fué nuestra tierra y nuestra raza opri-
vencido. Pero informado de que Filipo, mida, llevado de tu desinteresado
quien había quedado por regente amor hacia todos. 10 Mientras Judas
del reino, se había sublevado en An- esté con vida, no podrá el Estado
tioquía, quedó consternado. Luego gozar de paz.»
11
pidió la paz a los judíos, jurándoles Dicho esto, al punto los restantes
atender sus justas peticiones; y re- amigos, que se hallaban indispuestos
conciliado con ellos, ofreció sacrifi- contra inflamaron más el
Judas,
cios, honró el templo y ofreció dones. ánimo de Demetrio, 12 logrando que
24 Al Macabeo le acogió muy bien, éste llamase luego a Nicanor, coman-
y le hizo general y gobernador, desde dante anteriormente del cuerpo de
Tolemaida hasta la región de los elefantes, y le nombró general de
Guerrenios. 25 Pero al llegar a To- Judea, 13 dándole orden de acabar
lemaida, sus habitantes llevaron muy con Judas, dispersar a todos los suyos
a mal los conciertos, e indignados, e instalar a Alcimo por sumo sacer-
querían romper lo estipulado. 26 Su- dote del santísimo templo. 14 En
bió entonces Lisias a la tribuna, se seguida los gentiles, que por temor
esforzó por defender la causa, logrando de Judas habían huido de la Judea,
aplacarlos, y se volvió a Antioquía. se agregaron como rebaño a Nicanor,
Tal fué el suceso de la- venida y pensando que el infortunio y cala-
retirada del rey. midad de los judíos sería su ventura.
16 Al saber los judíos la venida de

Nicanor y la invasión de los gentiles,


La paz con Nicanor. se cubrieron de polvo, orando al que
eligió a su pueblo para siempre y
protegió en todo tiempo con mani-
1 4 1
Al cabo de tres años supieron fiestos prodigios su heredad. 16 A
losde Judas que Demetrio, las órdenes de su jefe, se pusieron
hijo de Seleuco, había desembar- luego en marcha, y se vino a dar la
cado eií Trípoli con poderoso ejér- batalla junto a la aldea de Desau.
cito y flota, 2 y se había hecho dueño 17 Simón, hermano
de Judas, había ve-
de la tierra, dando muerte a Antíoco nido a las manos con Nicanor, pero
y a Lisias, su tutor. 3 Cierto Alcimo, desconcertado un momento por la re-
que había sido antes sumo sacerdote pentina llegada de enemigos, sufrió un
y que en los tiempos de la confusión revés. 18 A pesar de lo cual, Nica-
se había voluntariamente contami- nor, que sabía el valor de los judíos y
nado, considerando que no había cuán animosamente combatían por la
para él otro modo de salvación y de patria, temía encomendar a las armas
acceso al altar santo, 4 se vino al la resolución. 19 Por eso envió a Posi-
rey Demetrio el año 151, tráyéndole donio, Teodoto y Matatías a proponer
57fi MACABEOS II, 14

conciertos de paz. 20 Después de un ignoraban dónde estaba, extendió su


largo examen de las condiciones, y diestra hacia el templo, 33 y juró así:
de haberlo comunicado al general y «Si no me- entregáis a Judas preso,
a la muchedumbre, de común acuerdo arrasaré este templo de Dios, des-
convinieron hacer conciertos de paz. truiré el altar y elevaré aquí un mag-
21
Señalaron el día en que los dos nífico templo a Baco.» 34 Los sacer-
jefes se reunirían solos, y pusieron dotes tendieron las manos al cielo,
dos sillas, una frente a otra. 22 Judas, e invocando al que siempre se había
sin embargo, había apostado hom- mostrado defensor de nuestro pueblo,
bres en lugares convenientes, dis- dijeron: 36 «Tú, Señor de todas las
puestos a intervenir, si los enemigos cosas, que de nada necesitas, has
cometían alguna perfidia. Así tuvie- tenido a bien establecer este templo
ron el amigable coloquio. de tu morada en medio de nosotros.
23
En adelante, Nicanor moró en 36 Preserva, pues, santísimo Señor,
Jerusalén, sin cometer injusticia', j por siempre limpia esta casa, que
hasta disolvió las tropas que a manera hace poco ha sido purificada.»
de rebaños se le habían juntado.
24 A Judas le tenía siempre a su lado,
pues sentía hacia él cordial afecto. El caso de Radas.
25 Le exhortaba a que se casase
y
criara hijos. Y en efecto, se casó,
y viviendo tranquilamente, disfru- 37
Un cierto Radas, de los ancia-
taba de la vida. 26 Pero Alcimo, al nos de Jerusalén, fué denunciado a
ver la buena inteligencia de ambos Nicanor como amante de la ciudad,
y los pactos concertados, se vino a donde gozaba de muy buena fama,
Demetrio, acusando a Nicanor de y por su bondad era apellidado padre
traidora deserción contra el reino, de los judíos. 38 En efecto, en los
puesto que le había dado por sucesor tiempos anteriores había evitado todo
a Judas, enemigo del reino. 27 El contacto con los gentiles y había
rey se enojó, e inducido por las calum- atraído sobre sí la acusación de ju-
nias de aquel malvado, escribió a daismo, exponiendo por ello su cuerpo
Nicanor, diciéndole cuánto le habían y su vida. 39 Deseando Nicanor dar
desagradado los conciertos hechos, y muestra de su mala voluntad hacia
ordenándole que le enviase cuanto los judíos, mandó más de cincuenta
antes preso al Macabco a Antioquía. soldados a prenderle, 40 pues creia
28 Cuando recibió estas órdenes, Ni- inferir, prendiendo a éste, un golpe
canor quedó confuso y sintió gra- a todos los judíos. 41 Estaba la tropa
vemente tener (pie anular lo concer- a punto de apoderarse de la torre
tado, sin haber recibido daño alguno de su casa, forzando la puerta de
de tal varón. 29 Alas no siendo posible entrada y dada ya la orden de pren-
oponerse al rey, aguardó una ocasión derle fuego. Racías, estando paró
propicia para ejecutar sus mandatos. ser apresado, se echó sobre su espada,
42
prefiriendo morir noblemente antes
que caer en manos de criminales y
Ruptura de relaciones. recibir ultrajes indignos de su no-
bleza. 43 Mas como a causa de la pre-
cipitación no hubiera acertado a ma-
30 Observando de su parle el Ma- tarse, y la tropa invadiera ya la casa,
cabeo que Nicanor se conducía con resueltamente corrió al muro y vi-
él más fríamente, y que sus relaciones rilmente se arrojó encima de la
no eran tan amigables como de cos- tropa. 44 En viéndole se retiraron,
tumbre, pensó que tal conducta era y vino a caer en medio del espacio
mal indicio; y así, reunió a muchos libre. 45 Aún respiraba; y enardecido
de los suyos y comenzó a guardarse su ánimo, se levantó, y mientras a
de Nicanor. 31 Dándose éste cuenta torrentes le corría la sangre de las
de cuán hábilmente había sido ven- graves heridas, atravesó a la carrera
cido por Judas, llegó al augustísimo por entre la muchedumbre, hasta
y santo templo, en el momento mismo erguirse sobre una roca escarpada".
49 Allí, totalmente exangüe, se arran-
en ¡pie los sacerdotes ofrecían los
acostumbrados sacrificios, y les mandó có las entrañas con ambas manos y
32 Ase- las arrojó contra la tropa, invocando
(pie le entregaran a Judas.
gurando ellos con juramento que al Señor de la vida y del espíritu,
MACASEOS II, 16 5"7

que de nuevo se las devolviera. de suaves modales, de distinguido


Y de esta manera acabó (1). lenguaje, que desde su niñez se había
ejercitado en toda virtud, tendía sus
Derrotn de Nicanor. manos, orando por toda la comuni-
dad de los judíos. 13 Apareciósele
A rr Informado Nicanor de que
1 también otro varón, que se desta-
' "Judas andaba por los lugares de caba por la blancura de sus cabellos
Samaría, pensó atacarle con entera y por su gloriosa dignidad, nimbado
seguridad en el día de sábado. 2 Los de admirable y magnífica majestad.
14 Onías dijo: «Este es el amador de
judíos que a la fuerza le seguían le
dijeron: «No pretendas aniquilarlos sus hermanos, que ora mucho por
tan salvaje y bárbaramente; respeta el pueblo y por la ciudad santa:
el día que desde el principio ha sido Jeremías, profeta de Dios.» 15 Y
declarado santo por el que todo lo tendía Jeremías su diestra, y entre-
ve.» 3 A lo que aquel malvado gaba a Judas una espada de oro, di-
contestó, si había Soberano en el ciéndole: 16 «Toma esta espada santa,
cielo que hubiera ordenado solem- don de Dios, con la cual triunfarás
nizar el día del sábado. 4 Y como ellos de los enemigos.»
17
le respondiesen: Sí, hay un Señor, Alentados con estas nobles pala-
Dios vivo, Soberano del cielo, que bras de Judas, capaces de vigorizar
ha ordenado celebrar el día séptimo; y exaltar hasta el heroísmo las almas
5 pues yo, contestó él, digo que hay de los jóvenes, resolvieron no atrin-
un soberano en la tierra, que manda cherarse en el campo, sino arrojarse
tomar las armas y cumplir lo que valientemente sobre el enemigo, y
conviene al rey. Con todo, no pudo luchando con todo valor decidir la
llevar a cabo su malvado propósito. cosa, puesto que se hallaban en peli-
6Mientras Nicanor, en su insen- gro la ciudad, la religión y el templo;
18 pues
sato orgullo, pensaba levantar con la solicitud que por las mujeres,
Judas y los suyos un monumental los hijos, los hermanos y parientes
trofeo, 7 éste, puesta siempre su con- tenían, era menor que la que sentían
fianza en el socorro del Señor, 8 ex- por el templo santo, la más grande
hortaba a los suyos a no temer el y primera de todas las cosas.
ataque de los paganos; antes bien, 19
No era pequeña la ansiedad de
recordando los auxilios que en tiem- los que en la ciudad habían quedado,
pos anteriores les. habían venido del inquietos como se hallaban por la
cielo, esperasen también ahora del lucha de fuera. 20 Cuando todos espe-
Todopoderoso la victoria. 9
Y los raban el futuro desenlace, y los ene-
alentaba, proponiéndoles testimonios migos se acercaban dispuestos en
de la ley y de los profetas y recor- orden de batalla, y los elefantes colo-
dándoles los combates que habian cados en lugares oportunos, y la
sostenido, dándoles con esto mucho caballería en las alas, 21 al ver el
ánimo. 10 Después de haber levan- Macabeo la muchedumbre que se
tado sus espíritus, les puso de mani- acercaba, el variado aparato de las
fiesto la falta de fe de los gentiles y armas, la fuerza de los elefantes apos-
la transgresión de sus juramentos; tados en lugares convenientes; levan-
11 animando a todos, no tanto con tando las manos al cielo, invocó al
la seguridad de sus escudos y lanzas, Señor, hacedor de prodigios. Sabía
cuanto con la confianza de sus alen- que no por la fuerza de las armas se
tadoras palabras. Sobre todo, los alcanza la victoria, sino que Dios la
alegró con la relación de un sueño otorga a los que juzga dignos de ella.
digno de toda fe. 12 He aquí el sueño 22
La invocación fué como sigue:
que había tenido: Onías, que había «Tú, Señor, que enviaste un ángel
sidosumo sacerdote, hombre bueno bajo Ezequías, rey de Judá, que
y bondadoso, de venerable aspecto, mató del ejército de Senaquerib a
ciento ochenta y cinco mil hombres,
23
(1) Al decir de Santo Tomás, el autor sa- envía ahora, Señor de los cielos,
grado pondera este acto, mis de soberbia que delante de nosotros un ángel bueno,
de fortaleza, por el sentimiento del amor a la que infunda a éstos temor y temblor.
patria y a la Ley, que le movía a evitar caer 24 Con la fuerza de tu brazo sean
vivo en podjr de los gentiles y recibir de ellos
la muerte. La verdadera fortaleza es la del an- quebrantados los que llegan blas-
ciano Eleazar, que por la misma causa sufrió femando contra tu pueblo santo.» Y
la muerte a manos de los gentiles. con esto terminó.
37
578 MACABEOS II, 15

45 Los de Nicanor avanzaban al a las aves, y suspender enfrente del


son de las cornetas y de los cantos templo la mano, como recompensa a su
guerreros; 26 en tanto que los de insensatez. Y todos, levantando los
34
Judas llegaron a chocar con los ene- ojos al cielo, bendecían al Señor, di-
migos en medio de súplicas y ora- ciendo: «Bendito el que ha conservado
ciones. 27 Y mientras luchaban con puro este lugar.» 35 La cabeza de
las manos, oraban en su corazón a Nicanor se colgó de la ciudadela,
Dios; y así, magníficamente fortale- visible a todos, como señal manifiesta
cidos por una aparición de Dios, del auxilio divino; 36 y por público
derribaron por tierra no menos de decreto se mandó no dejar pasar este
treinta y cinco mil hombres. 28 Ter- día sin solemnizarlo, 37 y que se
minada la lucha y entregados a la celebrase el trece del mes duodécimo,
alegría, hallaron que, revestido de que en lengua siríaca se llama Adar,
sus armas, estaba Nicanor entre los un día antes del día de Mardoqueo.
muertos. 29 Se produjo un gran clamor
y alborozo, bendiciendo al Señor en
la lengua patria. 30 Judas, que en Epílogo.
cuerpo y alma estaba todo él atento
a la defensa de sus conciudadanos, 38
Tal fué la historia de Nicanor.
y había guardado la generosidad de Y como desde aquellos días la ciudad
la juventud para sus connacionales, ha estado en posesión de los hebreos,
ordenó cortar a Nicanor la lengua daré aquí fin a mi narración. 39 Si
y el brazo hasta el hombro y llevarlos ejstá bien y como conviene a la narra-
a Jerusalén. 31 Llegado allí, convocó ción histórica, eso quisiera yo; pero
a los conciudadanos y sacerdotes; y si imperfecta y mediocre, perdóne-
puesto en pie ante el altar, mandó seme. 40 Como el beber vino puro o
venir a los de la ciudadela, 32 mostró sola agua no es grato, mientras que
a todos la cabeza del impío Nicanor el vino mezclado con agua es agra-
y la mano que el blasfemo habla dable y gustoso; así también la dis-
tendido insolente contra la santa posición del relato siempre uniforme
casa del Todopoderoso. 33 Mandó picar no agrada a los oídos del lector.
en menudos trozos la lengua, echarlos Y con esto damos fin a la obra.
LIBROS PROFÉTICOS
INTRODUCCION A LOS LIBROS PROFETICOS

1. Ya en la introducción general hemos hablado del carisma de la pro-


fecía otorgado a los autores sagrados. Necesitamos ampliar lo dicho allí en
esta introducción a los libros proféticos
Tres son los nombres que principalmente se dan en la Sagrada Escritura
a estos hombres de Dios; los de rohe y jozch, que significan videntes, y el más
común de nabi, que traducimos por profeta. La etimología de este último nombre
es discutida, pero su sentido ordinario resulta bien claro de las palabras de
Dios a Moisés cuando se excusaba con su tartamudez: «Mira, yo te hecho un
Dios para el Faraón, y Arón, tu hermano, será tu profita. Tú le dirás todo
lo que yo te mandare, y Arón, tu hermano, hablará al Faraón para que d'.je
partir de su tierra a los hijos de Israel" (Ex. 7, 1 ss.). Nabi, pues, quiere decir
el que habla en nombre de otro. Es la significación de la palabra griega profeta.
Es, pues, profeta el encargado por especial misión divina de hablar al -pueblo
en nombre de su Dios.
2. Con estos sus enviados se proponía el Señor satisfacer dos necesidades
del pueblo, de muy desigual importancia. Los antiguos no se atrevían a empren-
der negocio alguno, privado o público, sin antes consultar la voluntad de sus
dioses. Israel padecía de, la misma enfermedad. Pues para impedir que acu-
diesen a los oráculos gentiles o a los adivinos, los proveyó el Señor de profetas,
a quienes acudiesen (Deut. 18, 11) y dió al sumo sacerdote los urim y tummim
(Ex. 28, 30). Recordemos a Saúl, yendo a consultar a Samuel sobre las polli-
nas perdidas (I Sarn. 9, 6, 11); al rey Jeroboam, que, teniendo a su hijo en-
fermo, manda a su mujer a consultar al profeta Ajias sobre el desenlace de
la enfermedad (I Reg. 14, 1 ss.); y más todavía el caso de Ococias, que en seme-
jante easo envió mensajeros a consultar a Baal Zebub, dios de Accarón, para
saber si curaría de aquella enfermedad; a los cuales salió Elias al encuentro,
por orden de Dios, y les dijo: «¿Es que no hay Dios en Israel, para que vayáis
a consultar a Baal Zebub, dios de Accarón?» (Reg. 1, 2, ss.). David tenia su
profeta, por quien consultaba al Señor sobre los negocios públicos (II Sam. 7,
I, ss.); y los otros reyes no emprendían cosa grave sin hacer lo mismo.
(Cfr. I. Reg. 22, 5 as.; Jer. 38, 14, ss.)
Pero no era ésta la misión principal de los profetas. Otra tenían, ligada
al destino de Israel. El Señor los había escogido para preparar los caminos
del Mesías y la salud del mundo. Los patriarcas eran instruidos por Dios sobre
la conducta que debían seguir para responder a la misión divina. Moisés fué
llamado a organizar la vida religiosa y social del pueblo sobre las bases del
monotíismo y de las promesas mesiánicas hechas a los patriarcas. Por esto
fué ti más grande de los profetas de Israel, según Santo Tomás (Sum. Teol., II,
II, g. 114 a 4). A Moisés Ir sucedieron otros profetas, encargadas de explicar
582 LIBROS PROFÉTICOS
la Ley, inculcar su observancia, combatir las transgresiones, llamar al pueblo
a penitencia mediante amenazas y promesas. Entre éstas se destaca siempre
la promesa del Mesías y de su obra salvadora. Esta es la misión principal de
profetismo de Israel, por lo que se distingue del de todos los pueblos antiguos 1
3. Como abundaban en Israel estos ministros auténticos de la palabra'
divina, así abundaban también sus remedos y falsificaciones, los falsos pro-
fetas, que se decían enviados de Dios y daban como palabra de Dios los sueños
de su imaginación. Su norma era halagar al pueblo y a los príncipes, prome-
tiéndoles fácil prosperidad con que los confirmaban en sus extravíos. (Cfr. II.
Reg. 22 y Jer. 28.) Eran los principalés adversarios de los verdaderos pro-
fetas, como fueron luego los escribas los adversarios de Jesucristo.
4. La profecía es un carisma divino, no un arte adquirido por el estudio.
Sin embargo, los profetas necesitan de ordinario una formación que los pre-
pare para mejor desempeñar la misión que Dios les confiere. Adquieren esta
formación en el seno de la familia y en las asociaciones de hombres piadosos,
llamadas escuelas de profetas, al parecer fundadas por Samuel (I Sam. 10,
ó, 10 s.; 19, 20), y restauradas por Elíseo (II Reg. 2, 3, ss.); en la lectura
de la Ley y de los profetas anteriores, en el trato con hombres doctos, en la me-
ditación, en las luchas de cada día. Todo esto lo venia a completar y confirmar
con su sello divino la iluminación profética. Recae ésta en la inteligencia, única
facultad de conocer que es capaz de percibir la verdad divina; pero esta verdad
sude presentárseles a los profetas envuelta en multitud de imágenes o símbolos,
que son una nota característica del profetismo de Israel. Como ejemplo bastará
citar las visiones de la vocación de los tres grandes profetas, Isaías (6), Je-
remías (1) y Ezequiel (1-3). A estos cuaeiros simbólicos se añaden las accio-
n<8, también simbólicas, que dan al ministerio de los profetas un carácter ente-
ramente dramático. En este ¡ntnto se distinguen sobre todo Jeremías (16, ss.;
18, 1, ss.) y Eziquiel (3, 22, ss.), (12, 1 ss.); Cfr. Act. (21, 10, 11).
Los discursos de los profilas, tal como nos han llegado, en su mayoría
5.
istán escritos en verso, y a veces en estrofas artificiosamente comptustas y son
frecuentemente triodt los, no solo de ihcuencia, sino de la poesía hebrea y uni-
versal. El caso de Jeremías (36) nos muestra cómo los profetas dirigían al
pueblo ta palabra en el templo, en las plazas, en las puertas de las ciudades,
en su propia casa, dondiquicra que podían. Luego, con frecuencia escribían
esos versos y los entregaban al pueblo, que los aprendía fácilmente, los recitaba
y cantaba, continuando asi el ministerio del profita. Daniel es de los muy pocos
profetas que ha publicado sus vaticinios sólo por escrito. Sin duda de esta dirul-
gación de los oráculos prof¿ticos proviene la falta de orden cronológico que en casi
todos se siente; y no sólo dil desorden cronológico de los diversos oráculos, sino
hasta dil desorden en un oráculo mismo, que viene a ser una de las dificultades
más graves en el estudio de los profetas. Los expositores se esfuerzan por reducir-
los a su verdadero orden; pero no teniendo a su disposición más medios que el
texto actual de los oráculos mismos, ni más criterio que el orden lógico de las
ideas, el ritmo de los versos y la artificiosa constitución de las estrofas, no
siempre pueden alcanzar a restituirlos a su orden primitivo.
6. ¿Cómo probaban los profetas la verdad de su misión? Moisés, el
primero de los profetas de Israel, necesitó señales con que mostrar al pueblo
ser enviado de Dios (Ex. 3, 11-6, 9); pero loa que a Moisés siguieron, con la
misión de mantener al pueblo en la observancia de la Ley o de reducirle a ella,
no tenían necesidad de tales pruebas. Su vida ajustada a la Ley, su celo por
la causa de Dios, la fortaleza con que luchaban contra los pecados del pueblo

y reprendían las iniquidades de reyes, principes y sacerdotes, eran para los


creyentes prueba bastante de que Dios los enviaba. Si Elias y Elíseo pasaron
a la historia como glandes taumaturgos, de Isaías sólo se nos cuenta un milagro,
LIBROS PROFÉTICOS 583

de Jeremías y Ezequirl ninguno, como tampoco se cuenta ninguno del Bautista,


el postrero de los profetas. Si al leer hoy sus discursos no puede menos de sentrs
en ellos el espíritu de Dios, mucho más lo sentirían los coetáneos, que los oían
y eran testigos de su vida.
7. La actividad de los profetas se desarrolló en íntima conexión con la
vida religiosa, moral y hasta política del pueblo israelita. Por esto importa
mucho, para entenderlos, conocer el ambiente histórico en que ejercían su mi-
nisterio. Materia de sus reprensiones son las idolaVías del pueblo, las injus-
ticias de los jueces, la opresión de parte, de los poderosos y la conculcación de
la ley divina por parte de todos. La política demasiado humana de los gober-
nantes, que por su falta de fe en Dios acudían a alianzas peligrosas para la
vida religiosa del pueblo, ofrece también a algunos profetas, como Isaías y
Jeremías, materia de duros reproches.
La figura que Israel hace en la historia antigua no puede ser más humilde,
no obstante su grandeza en el orden religioso. Ateniéndose a la época en que
florecieron los profetas escritores, desde el siglo viii hasta el iv antes de
Jesucristo, Israel vivió en vasallaje o bajo la dominación de los extranjeros,
primero de la Asiría, luego de Babilonia y después de Persia. Fué Teglatfu-
lasar III, llamado también Pul, el que, después de ampliar su imperio por
Oriente, pensó en dominar las regiones de Occidente. Los reyes amenazados
trataron de unir sus fuerzas para oponerse al invasor. El rey de Judá, Ajaz,
no asintió a tales planes. Para obtener la cooperación de Judá, el rey de. Siria,
Rasín, y el de Samaría, Facea, declararon la guerra a Ajaz (734), con el
propósito de sustituirle por un cierto Tabel, que se avendría a los planes de
los confederados. (Cfr. Is. 7, 1-11.) Ajaz acudió en demanda de socorro a
Tegla'tfalasar, el cual atacó luego el reino de Damasco, que pronto quedó con-
vertido en una provincia más del reino asirio. (732 Cfr. II Reg. 16, 1-9.)
Luego se dirige contra Samaría, a cuyo rey, Facea, destronó, poniendo en su
lugar a Oseas (732) y llevándose muchos cautivos a Nínive (Is. 7, 1-11).
Judá quedó también sometido al vasallaje de Asiría durante el reinado
todo de Ajaz. No se pasaron muchos años, y el amor de la libertad movió a
los reinos occidentales a nueva tentativa. Parece que Samaría era el centro
de la misma. Salmanasar IV, sucesor de Teglatfalasar III, trató de reprimir
aquellos conatos de independencia, sujetando a Samaría. Fué Sargón, su su-
cesor, el que en 721, y después de dos años de asedio, tomó a Samaría, llevó
cautiva la mayor parte de la población y puso fin al reino de Israel (II Reg. 17).
Era una dura lección para Judá, que se mantuvo quieto, aun por el año 711,
en que Azoto se sublevó, siendo cercada, tomada y duramente castigada por el
mismo Sargón. (Is. 20, 1.)
Pero en losúltimos años del siglo vni, otra vez los pueblos quisieron probar
fortuna. Senaquerib había sucedido a su padre; el Egipto ofrecía su apoyo
a los rebeldes, y la Caldea, siempre en abierta lucha contra Nínive, entraba
también en la coalición. (II Reg. 39.) Parece que Ezequías, hijo y sucesor de
Ajaz, sentía simpatía por los sublevados, y si no se alzó en armas, alentó a
los confederados y les prestó su ayuda. Por esto, cuando Senaquerib vino a
sofocar aquellos conatos de libertad, entró por las ciudades de Judá, muchas
de las cuales tomó y saqueó (II Reg. 36-37). A los egipcios, que vinieron
en socorro de los confederados, los derrotó en Altacu (ElUqueh), en la tribu
de Dan. Tras de dos legaciones a Ezequías para que entregara a Jerusalén,
la asedió, pero no pudo tomarla. Una grave peste que se declaró en su ejército
le obligó a retirarse a Nínive, sin que volviera a parecer por Palestina en los

veinte años que aún reinó hasta ser asesinado por sus hijos (681 ).
Sin embargo, los asirios, dueños de Damasco y de Samaría, continuaban
gemonia sobre los pueblos de Cruuiii, No sabemos que los suc.e-
ejerciendo su ht
584 LIBROS PROFÉTICO?
sores de Senaquerib, Asaradón y Asurbanípal, que elevaron el imperio asirio
al apogeo de su grandeza, tuvieran que intervenir con las armas. Los pueblos
entendieron que les era mejor soportar el yugo asirio pagando tributo a los
reyes de Ninive, que exponerse o las guerras y deportaciones que aquellos usa-
ban. Sólo el libro de las Crónicas nos cuenta que Manasés, hijo y sucesor de
Ezcquias, había sido llevado cautivo a Babilonia, de donde volvió para ocupsr
otra vez el trono. Su delito no debía de ser muy grave, cuando fué dado por
libre y continuó reinando (II Par. 33, 11-13). Probablemente tuvo lugar esto
alrededor del año 650, en que Asurbanipal luchaba contra su hermano Sama-
sumuquin, gobernador de Babilonia, hasta lomar la ciudad y sujetar la Caldea,
que había hecho causa común con el rebelde. Muerto este, rey (625), que llegó
a apoderarse de Egipto, la Asiría decayó rápidamente; Ninive fué tomada
por los medos y caldeos en 612, y aunque su ejército continuó luchando por
la conservación del imperio, éste, pocos años después, desapareció, dejando en
pos de si la memoria de su espíritu guerrero, de su ferocidad y de su sistema
.

de deportaciones, que los caldeos imitaron luego.


8. Una señal de cuán habituados estaban los pueblos de Palestina
al yugo asirio pudiera ser la conducta de Josías. Como el Faraón Necao se
dirigiese con un ejército hacia la Siria, para lograr alguna parte de los des-
pojos del reino ninivita, Josías quiso cortarle el paso. En una desgraciada ba-
talla, que se dio en Megido, quedó gravemente herido y vino a Jerusalén a
morir en 608 (II lícg. 23, 29, s.). Derrotado en Carquemis por el principe
Nabucodonosor, no logró Necao sus propósitos; pero de vuelta a su tierra pasó
por Jerusalén, y hallando el trono de Josías ocupado desde hacía tres meses
por Joacaz, su hijo, destituyó a éste y puso en su lugar a Joaquim, llevando
a su hermano a Egipto (Ib. 44, 31-35). Después de la retirada del Faraón,
J udá pudo creerse itulcpcndiente, hasta que en 604 Nabucodonosor se presentó
ni Palestina e impuso su vasallaje a lodos los reyes de la región. Pero entonces
volvió a renovarse la antigua historia. Con la esperanza de la ayuda egipcia,
los reyes de Siria y Canán se confederaron, para sacudir el yugo caldeo. En 596
se presentó Nabucodonosor con su ejército, y la coalición se deshizo. Joaquim
había ya muerto, Joaquín o Jeconias, su hijo y sucesor, no se atrevió a afrontar
los peligros de la guerra, y cuando los caldeos se presentaron ante Jerusalén,
les salió al encuentro en son de paz. Nabucodonosor le prendió, para llevárselo
a Babilonia con tina buena parte de lo más selecto del pueblo, y puso en el
trono a un tercer hijo de Josías, Matanías, a quien mudó el nombre por el de
Sedecias, erigiéndole juramento de fidelidad (II lieg. 24, 1-20).
Pronto Nabucodonosor se dió cuenta de que no podía estar seguro de la
lealtad de Jitdá, y Sedecias hubo de ir a Babilonia para sincerarse. Al fin,
en 589 acabó Sedecias por declararse en abierta rebeldía. Los caldeos llegaron
y pusieron cerco a Jerusalén, tomándola al cabo de año y medio de asedio, en
julio de 587. El templo f ué incendiado, los muros y los palacios de Jerusalén,
arrasados. A Sedéelas le condenó a perder los ojos, después de haber contem-
plado la matanza de. sus hijos y de sus cortesanos. Lo principal y más granado
de la nación, en todos los órdenes, fué deportado a Caldea, quedando en Judá
el pueblo humilde, bajo el gobierno de Godolías (II Reg. 25; II Par. 36, 17 ss.,

y Jer. 52).
9. No fué larga la duración del segundo imperio caldeo. A Nabucodo-
nosor sucedieron como relámpagos tres reyes de su dinastía. El cuarto fué
Nabonides, hijo de una sacerdotisa de Harrán, cuyo principal empeño fué
reformar la religión caldea. Con esto se malquistó con los sacerdotes y el pueblo,
que con gusto dieron acogida al ejército persa, mandado por Oubaru, caldeo.
En 539 entró éste en Babilonia, defendida por el principe Belsarasar, que
fué muerto. Poco» días después, Ciro hacía su entrada en la ciudad y ero
LIBROS PROFÉTICOS 585
, i l; FT"

reconocido rey de Babilonia. Su primera medida fué ordenar la restitución


de los dioses a sus antiguos santuarios, de donde la superstición de Nabonides
los había sacado, y autorizar a todos los pueblos deportados para que volviesen
a su tierra.
En estas medidas quedaron incluidos los judíos, a quienes restituyó los
vasos sagrados, tomados del templo por Nabucodonosor, y dió permiso para
volver a Judá y levantar el templo. No todos los deportados se resolvieron a
emprender el viaje de vuelta. Y los que por entonces o más tarde lo hicieron,
sólo pudieron levantar el altar y echar los cimientos del templo, impedidos de
proseguirlo por los pueblos circunvecinos, sobre todo por los samaritanos, cuya
cooperación en la obra del santuario los judíos no habían querido aceptar. Sólo
en los comienzos del reinado de Darío (52T), aprovechando las turbulencias
originadas por el cambio de monarca y dinastía, pudieron acabar aquéllos la
obra. Pero la ciudad continuaba en ruinas, hasta que Nehemías pidió y ob-
tuvo del rey Artajerjes autoridad de gobernador, con el fin de levantat los muros
de Jerusalén. Los que volvieron del cautiverio vivieron en su tierra, gozando
de la amplia libertad que los persas les otorgaban, sobre todo a causa de la afi-
nidad que creían hallar entre su religión y la judía; hasta que, caído el imperio
persa a los golpes de maza de Alejandro Magno, la Palestina pasó automá-
ticamente al dominio de los macedonios. Tal es el cuadro externo en que se
desarrolló la actividad de los profetas. Veamos ahora el cuadro interior.
10. Es el argumento de este cuadro la vida religiosa y moral, cuyo pritui-
plo fundamental era el monoteísmo, la adoración del único Dios de Israel,
Yare, y la observancia de su Ley. En otros términos, era la fidelidad al pacto
hecho con Dios en el Sinaí, cuyas condiciones se contenían en la Ley. El primer
precepto de ésta era el reconocimiento del solo Dios de Israel, excluidos todos
toé otros dioses; luego venía el culto de ese Dios, conforme a las prescripciones
de la Ley, entre las cuales ocupaba lugar importante la exclusión de toda imagen
que fácilmente inducía a la idolatría; en tercer lugar estaban los otros preceptos
de carácter moral y social, que regían las relaciones de los israelitas unos con
otros. Hasta la vida política había de inspirarse en los mismos principios.
Debía mirar a mantener la independencia de Israel, pero apoyándose en Yave
y en sus promesas de protección contra los enemigos, y no buscando alianzas
con las naciones, cuyo trato era un peligro para la vida religiosa del pueblo
escogido.
En el reino de Samaría, Jeroboam, su fundador, para mantener a Israel
separado de Jerusalén y de la dinastía davídica, había alzado unos becerros
de oro en Dan y Betel, imágenes de Dios, pero condenados por la Ley, y que
fueron perpetuo escándalo para el pueblo. Este es el pecado que el autor del libro
de los Reyes pone de relieve en el juicio que hace de cada uno de los reyes de
Israel. En estos santuarios se introdujeron, además del sacerdocio ilegítimo,
pues no era de la tribu de Leví, muchas corruptelas idolátricas. Además, desde
el reinado de Ajab, bajo la influencia de la reina Jezabcl, fenicia, los cultos
fenicios invadieron el reino, no obstante los esfuerzos de lis profetas Elias,
Elíseo y otros más. La idolatría era siempre fuente de inmoralidad en todos
los aspectos de la vida, y de ello nos dan testimonio los discursos de los pro-
fetas. Por este camino, Samaría fué de mal en peor, hasta que cayó sobre ella
el castigo definitivo por medio de Sargón, que destruyó la ciudad, lle.vó cautil a
la mayor parte de su pueblo y trajo de Oriente otros pobladores, que ocuparon
el lugar de los deportados. De la mezcla de est/js elementos con los que de Israel
habían quedado en la tierra, resultaron los samaritanos de la historia posterior,
; pueblo aborrecido de los judíos. (II Reg: 17, 24 ss.; I Exod. 4, 1-11; Jn. 4,
9-11.)
11. Cuanto a Judá, parece que en los reinados de Ozías y Joatán im-
586 LIBROS PROFÉTICOS

peró el culto de Yave; pero era más bien un culto externo, sin el sentimiento
íntimo de la piedad ni las obras de justicia exigidas por la Ley. De ello tene-
mos la prueba en el primer discurso de Isaías (Is. 1, 2 sigs.). Pero en el rei-
nado siguiente, de Ajaz, se dejaron sentir las influencias asirías, y en pos de
ellas las cañoneas (II Reg. 16, 10-11; II Par. 28). Todas fueron extirpadas
por Exequias, que desde el principio de su reinado se esforzó por borrar
las idolatrías que se habían introducido, especialmente en la época de su padre
(II Reg. 18, 1-11; II Par. 29-31). Procuró, además, atraer a los restos de
Israel, que los asirios habían dijado en Samaría (II Par. 30). Borró hasta
los santuarios de los altos, porque, si bien dedicados a Yave y hasta entonces
tolerados, eran contrarios a la ley deuteronómica.
Cuan arraigadas estaban las tendencias idolátricas en el pueblo, nos lo
demuestra el hecho de que, a la muerte del santo rey Ezequias, toda su obra de
reforma quedó anulada, y los males se agravaron en el reinado de su hijo Ma-
nasés y de su nieto Amón, ambos adoradores fervorosos de los ídolos y prac-
ticantes de todas las abominaciones gentílicas, sin excluir el sacrificio de los
niños por el fuego (II Reg. 21; II Par. 33). El espíritu yavista renace de
nuevo con Josías (627), el cual, al conocer el Dcuteronomio, hallado en sus
días en el templo por Helcías, emprendió una reforma radical, según las pres-
cripciones del mismo código. Pero estas reformas eran sólo oficiales y externas,
y por eso, en cuant') faltó Josías y se sentaron en el trono sus hijos y nietos,
que no tenían su espíritu religioso, volvió a aparecer la idolatría en todas sus
formas. De ello tenemos dos testimonios: los de Jeremías y Ezequiel. Con la
idolatría cundió la inmoralidad, tanto en los gobernantes como en los gober-
nados. Para fomentar todo esto estaban los falsos profetas, que pretendían
hablar en nombre de los dioses o de Yave. Deseando acabar de una vez con
todas estas lacras de su pueblo, Dios decidió el destierro de los de Israel a Asiría
y de los de Judá a Caldea. Bajo la violencia del azote renació la fe en los que
habían de. formar el resto escogido de que tanto luiblan los profetas; los demás
quedaron anegados en el mar de las naciones gentílicas.
12. No son Israel y Judá los únicos pueblos a quienes hablan los en-
viados de Dios; se dirigen también a los pueblos vecinos y aun o las naciones
remotas, para anunciarles los juicios del Señor. No es de suponer que tales
discursos llegasen a los reyes ni a los pueblos extraños, fuera de casos extraor-
dinarios, como el de Jontis y el de los embajadores llegados a Jerusalén en
tiempos de Jeremías (27, 2-11). Y asi hemos de creer que, al proferirlos, pen-
saban en su propio pueblo, para mostrarle que la justeiia de Dios alcanzaba
a todas las naciones. Pues la prosperidad material de esos pueblos gentílicos,
no obstante sus idolatrías y pecados, constituía una tentación para Israel,
que no entendía por qué Dios se mostraba tan severo con su pueblo y dejaba
en paz y hasta prósperas a naciones que ni siquiera le conocían. A veces
miran a consolar al pueblo con el anuncio de los castigos de aquellos reinos
que tes habían maltratado injustamente, y aun el de aquellos que, habiendo
sido instrumentos de la cólera de Dios, se habían engreído con su poder y
extremado en sus rigores, y no se habían reconocido ministros de la justicia
del Señor.
13. Los profetas que nos han transmitido por escrito sus vaticinios no
empitzan hasta el siglo VIH a. C, en la época en que los asirios invaden la
Palistina, constituyendo un grave peligro, no sólo para la libertad de Israel,
si-no también para su vida religiosa y moral. Su orden cronológico es el $%-
guiíntt:
LIBROS PROFETICOS 587

EPOCA ASIRIA (742-612)

a) Amos y Oseas.
b) Isaías y Miqueas.
c) Nahum.

EPOCA BABILONICA (612-539)

a) Jeremías con Baruc.


b) Habacuc y Sofonías.
c) Ezequiel y Daniel.

EPOCA PERSA (539-333)

a) Ageo y Zacarías.
b) Malaquías.

De época incierta quedan Abdías, Joel y Jonás. Por la extensión de sus va-
icinios los dividieron ya los judíos en profetas mayores, Isaías, Jeremías,
Ezequiel y Daniel, aunque éste en la Biblia hebrea figura entre los Jiagiógrafos,
y los otros doce, que formaban un solo libro, y se llamaban profetas menores.
INTRODUCCION AL PROFETA ISAIAS

/. Isaías, el primero de los profetas mayores, nos cuenta en el capitulo 6


su vocación al ministerio profético, que tuvo lugar el año en que murió el rey
Ozías. Desempeñó su misión durante los tres siguientes reinados, de Joatán,
Ajaz y Ezcqvías (1, 1). No tenemos, en el extenso libro de los vaticinios de
Isaías, ninguno que haga expresa mención de Joatán, aunque bien se pueden
atribuir a su tiempo los primeros capítulos, lab. De la época de Ajaz es,
sin duda, el libro del Emmanuel, 7 a 12, y de la de Ezeqvías los capítulos 36 a 39.
Como la cronología de estos reyes es algo incierta, y el libro del prof(ta contiene
pocos datos cronológicos, no podemos f'jar con certeza el tiempo del comienzo
ni del fin, dr su ministerio. Sólo podemos as'gúrar que empezó antes del 734,
año de la guerra siro< jraimita contra Ajaz (7, 1). La tradición judía asegura
que murió asesinado por el rey Manases, bien entrado yá el siglo VII, y, por
consiguiente, cuando el prefeta era ya muy anciano.
2. Al llamarle el Señor a profetizar, le confiere una gravísima misión:
Reducir al pueblo de Judá a la obediencia, y previendo que no habrían de
escucharle, anunciarle que su endurecimiento en la maldad había de atraer-
le el castigo de Dios «hasta que las ciudades queden devastadas y sin ha-
bitantes, la tierra saqueada y desierta, y que la soledad sea grande en
toda la tierra- ((>, 11). A esto se ajustan las conminaciones de los primeros
capítulos, en que reprende al pueblo por su falsa piedad, su inmoralidad y
su soberbia. Lo mismo hace después contra Ajaz, por su incredulidad con oca-
sión de la guerra siroef raimita (734), en los capítulos 7 a 12, aunque todas
estas conminaciones vayan seguidas de las más hermosas promesas mesiá-
nicas (1, 24 sigs.; 2, 2 sigs.; 8, 23-9, 6; 11, 1 sigs.). En los capítulos 36 a 39
le vemos intervenir en los graves negocios que suscitaba la invasión de Sena-

querib (701), alentando a Ezequías y vaticinando la salud de Jeruealén, la


590 ISAÍAS

ruina del invasor, y más tarde la curación de Ezequias. Aunque no conste ex-
presamente, ni por los escritos del profeta, ni por los libros históricos, no pode-
mos dudar de que Isaías haya tenido gran parle en la reforma religiosa lle-
vada a cabo por Ezequias.
3. Con qué espíritu y elocuencia haya cumplido Isaías su misión, nos
lo dicen sus oráculos, tan densos de pensamiento, de tan elevada y vehemente
expresión, tan variados por los temas que trata. Basta para convencerse de
esto leer el primer discurso, en que reprende al pueblo por su ingratitud hacia
Dios ( 1, 2-27 ); las amenazas contra Asur ( 10, 5-19 ); el oráculo contra Tiro ( 23 );
las conminaciones contra Efraím (28); la réplica a los embajadores asirios
(37, 22-35), y sus muchos vaticinios mesiánicos, por los cuales mereció ser
llamado el profita evang: lista.
4. Igual que los libros de los otros profetas, el de Isaías no tiene unidad
de plan; en él se destacan ciertos grupos, como los vaticinios del Emmanuel
(7-12), los oráculos contra las naciones (13-23), el apocalipsis (24-27), los
capítulos históricoproféticos relativos a la invasión asiría (36-38), y final-
mente, la última parte, dedicada a la restauración.
Es propio y singular de algunos capítulos de Isaías (13, 1-14, 23; 21, 1-10)
y especialmente de toda la segunda parte (40-66) que el profeta aparezca como
viviendo y moviéndose en época muy posterior a la suya, en la que inmediata-
mente precede a la vuelta de la cautividad. En esto se distinguen los capítulos
citados y toda la segunda parte del resto de la obra y del modo ordinario de pre-
sentar sus profecías los otros profetas.
En este hecho singular pretenden apoyarse algunos para negar a Isaías la
paternidad de esas partes, pero la C. P. Bíblica declara que ni ésta ni otras
razones de índole principalmente literaria que aducen esos críticos son suficien-
tes para negar su autenticidad.
He aquí sus respuestas: III. Si los profetas que anuncian cosas futuras se
han de dirigir siempre a sus coetáneos, a aquellos que las pudieran entender,
y por tanto, si la segunda parte de Isaías (XL-LXV1 ), en que el profeta
no habla a los judíos, sus contemporáneos, sino a los que lloraban en el des-
tierro, como presente entre ellos, no puede ser de Isaías, desde mucho tiempo
muerto, sino de un autor desconocido, que vivía entre los desterrados. La
respuesta es negativa. IV. Si el argumento tomado de la lengua y el es-
tilo es de tal peso que fuerce a un perito de la lengua hebrea a admitir
pluralidad de autores en el libro de Isaías. La respuesta es también negativa.
V. Si todos los argumentos aducidos, tomados en globo, son suficientes para
probar que el libro de Isaías no es sólo del profeta, sino de dos o más autores.
La respuesta es siempre negativa.
El texto del libro de Isaías es quizá el que parece haber sufrido más tras-
locaciones, parece como si en él hubiera habido un terremoto. Hubiéramos que-
rido restituirle al orden que nos parece fué el primitivo, mas para no produ-
cir confusiones en el lector le dejamos en el que actualmente tiene en el texto.
ISAIAS, 1 591

ISAIAS
Vanidad del culto exterior sin la del sebo de vuestros bueyes cebados,
santidad interior. no quiero sangre de toros ni de ovejas
ni de machos cabríos. 12 ¿Quién os
Visión que Isaías, hijo de Amos,
1
pide esto a vosotros, cuando venís
tuvo acerca de Judá y Jerusalén, a presentaros ante mí, hollando mis
en tiempos de Ozfas, Joatam, Ajaz y atrios?
13 No me más vanas
Ezequías, reyes de Judá (1). traigáis ofren-
2
¡Oíd, cielos; escucha, tierra! ¡Que das. El incienso me es abominable,
habla Yave! Yo he criado hijos y los neomenias, sábados, fiestas solemnes;
he engrandecido, y ellos se han rebe- las fiestas con crimen me son inso-
lado contra mí. portables. 14 Detesto vuestras neo-
3
Conoce el buey a su dueño, y el menias y vuestras festividades me
asno el pesebre de su amo; pero Israel son pesadas, estoy cansado de sopor-
no entiende, mi pueblo no tiene cono- tarlas.
cimiento. 15 Cuando alzáis vuestras manos,
4
¡Oh gente pecadora, pueblo car- yo cierro mis ojos; cuando
hacéis
gado de iniquidad, raza malvada, vuestras muchas plegarias, no es-
hijos desnaturalizados! Se han apar- cucho. Vuestras manos están llenas
tado de Yave, han renegado del Santo de sangre. 16 Lavaos, limpiaos, quitad
de Israel, le han vuelto las espaldas. de ante mis ojos la iniquidad de
5
¿A qué castigaros todavía, si vuestras acciones. Dejad de hacer el
todavía os habréis de rebelar? Toda mal. 17 Aprended a hacer el bien,
la cabeza está' enferma; el corazón, buscad lo justo, restituid al agra-
todo malo. 6 Desde la planta de los viado, haced justicia al huérfano,
pies hasta la cabeza, no hay en él amparad a la viuda.
nada sano. Heridas, hinchazones, lla-
gas podridas, ni curadas, ni venda-
das, ni suavizadas con aceite. Invitación a la conversión.
7
Vuestra tierra está devastada, ,

vuestras ciudades quemadas; a vues^ 18 Venid


y entendámonos, dice
tros ojos los extranjeros devoran Yave: Aunque vuestros pecados fue-
vuestra tierra, asolada con asolación sen como la grana, quedarían como
de enemigos. la nieve. Aunque fuesen rojos como
8
Ha quedado Sión como una ca- la púrpura, vendrán a ser como lana
bana de viña, como choza de melo- blanca.
nar, como ciudad asolada. 19 Si vosotros queréis, si sois dóci-
9
Yave Sebaot no nos hubiera
Si les, comeréis los bienes de la tierra.
dejado un resto, seríamos ya como 20 Si no queréis
y os rebeláis, seréis
Sodoma, nos asemejaríamos a Go- devorados por la espada. Lo dice la
morra. boca de Yave.
10 Oíd la palabra 21
de Yave, prín- ¿Cómo te has prostituido, ciudad
cipes de Soodoma. Escucha la doctrina fiel, llena de justicia? Antes habitaba
de nuestro Dios, pueblo de Gomorra. en ella la justicia, ahora el homicidio.
11
¿A mí qué la muchedumbre de 22
Tu plata se ha tornado escoria,
vuestros sacrificios?, dice Yave. Harto tu vino puro se ha aguado. 23 Tus
estoy de holocaustos de carneros, príncipes son prevaricadores, com-
pañeros de bandidos. Todos aman las
dádivas y van tras los presentes, no
(i) Este primer oráculo del profeta es uno de
hacen justicia al huérfano, ni tiene
sus más elocuentes
discursos, en que reprende la
falsa devoción de Judá y nos declara a la vez a ellos acceso la causa de la viuda.
24 Por eso dice el Señor, Yave Se-
que a Dios agrada, la out- sea
cuál es la religión
reflejo de su santidad. baot, el Fuerte de Israel: Voy a tomar
592

venganza de mis enemigos, -voy a ¡oh casa de Jacob!, y caminemos a


pedir satisfacción a mis adversarios. de Yave. la luz
6
Pues ciertamente has rechazado
a tu pueblo, a la casa de Jacob,
Castigo de los pecadores; salva* por estar llena de adivinos y hechi-
cióo do uxi rosto. ceros, como los filisteos, y haber
pactado con los extranjeros. 7 Su
tierra está llena de plata de oro,
25 Y tenderé mi
mano sobre ti, y sus tesoros no tienen fin, y llena de
purificaré en la hornaza tus escorias,
caballos y carros sin número. 8 Está
y separaré el metal impuro. 28 Y su tierra llena de ídolos, se prosternan
restituiré tus jueces como eran antes
ante la obra de sus manos, ante lo
y a tus caris 3 jeros como -al -principio.
que sus dedos fabricaron.
Y te llamarán entonces ciudad dé 9 Todo hombre será derribado,
justicia, ciudad fiel. 27 Y
Sión será todo mortal humillado, no los per-
redimida por la rectitud, y los con- donarás. 10 Meteos en los escondrijos
versos de ella, por la justicia. de las peñas, escondeos en el polvo,
28 Los rebeldes, los pecadores, todos
ante la presencia aterradora de Yave,
a una serán quebrantados; los deser-
ante el fulgor de su majestad, cuando
tores de Yave serán aniquilados.
29 venga a castigar a la tierra. 11 Enton-
Entonces se avergonzarán de los ces serán abatidas las altivas frentes
terebintos que tanto estiman, y de
de los hombres, será humillada la
los bosques en que se deleitan, 30 y
soberbia humana, y sólo Yave será
serán como terebinto despojado de
exaltado aquel día. 12 Porque llegará
su follaje, y como jardín que carece
el día de Yave Sebaot, sobre todos
de agua. 31 Y su poderío será como los altivos y soberbios, sobre cuantos
estopa y su obra como centella, y
se ensalzan, para humillarlos; 13 sobre,
arderán ambos juntamente, sin que los altos y erguidos cedros del Líbano,
nadie pueda apagar el fuego.
sobre las robustas encinas de Basán,
u sobre los montes soberbios y sobre
los altos collados, 16 sobre las a. tas
Gloria del Israel mes iú ni cu. torres y sobre las fuertes murallas,
16 sobre las naves de Tarsis
y sobre
2 1
Lo que vió Isaías, hijo de Amós, todo lo bello a los ojos, 17 y será
acerca de Judá y Jerusalén. abatida la altivez del hombre, y la
2
Pero sucederá a lo postrero de soberbia humana humillada, 18 y sólo
los tiempos ( ), que el monte de la casa
I
Yave se exaltará aquel día. y des-
de Yave será confirmado por cabeza aparecerán todos los ídolos.
19
de los montes, y será ensalzado sobre Meteos en los escondrijos de las
los collados, y correrán a él todas las peñas, escondeos en el polvo, ante
gentes, 3
y vendrán muchedumbres la presencia aterradora de Yave, ante
de pueblos, diciendo: Venid, subamos el fulgor de su majestad, cuando
al monte de Yave, a la casa del Dios venga a castigar a la tierra. 20 Aquel
de Jacob, y él nos enseñará sus día arrojará el hombre entre topos
caminos, y nosotros iremos por sus y murciélagos, sus ídolos de plata y
sendas, porque de Sión ha de salir sus ídolos de oro, que se hizo para
la ley y de Jerusalén la palabra de adorarlos, 21 y se meterá en las
Yave. 4 El juzgará a las gentes y hendiduras de las peñas y en las
dictará sus leyes a numerosos pue- cavernas de las rocas, ante la pre-
blos, y de sus espadas harán rejas de sencia aterradora de Yave y ante el
arado, y de sus lanzas, hoces. No fulgor de su majestad, cuando venga
alzarán la espada gente contra gente, a castigar a la tierfa. 22 Cesad de apo-
ni se ejercitarán en la guerra. '•Venid, yaros sobre el hombre, cuya vida es
un soplo. ¿Qué estima podéis tener
(i) Justifica la transposición de este hermoso de él?
oráculo mesiánico la regla general que veremos
observada en nuestro profeta y en los demás, de
dar las esperanzas mesiánicas después de las Castigo do Judá.
amenazas y los castigos. Jerusalén es constituida
foco de luz. centro de la religión divina, y las
3 1
Porque he aquí que el Señor
naciones atraídas hacia ella, corren deseosas de
disfrutar de tanta dicha en la paz de Yave. que Yave Sebaot quitará a Jerusalén
será el Rey y Juez de todos. y a Judá todo apoyo y sostén, el
ISAÍAS, 4, o

sostén del pan y el sostén del agua, sitos, 23 espejos, velos, tiaras y man-
2
el guerrero, el hombre de armas, el tillas. 24 Y
en vez de perfumes", habrá
juez, el profeta, el adivino y el an- hediondez; y en vez de cinturón, un
ciano, 3 el jefe de cincuenta, el grande cordel; y en vez de trenzas, calvicie;
y el consejero, el mago y el hechicero. y en vez de vestido suntuoso, saco;
4 Y les dará mozos por príncipes,
y y -en vez de hermosura, vergüenza.
25 Y los .hombres caerán a la espada
reinará sobre ellos el capricho, 5 y
las gentes se revolverán los unos y sus fuertes en la batalla. 26 Sus
contra los otros, cada uno contra su puertas se entristecerán y gemirán,
vecino, y el mozo se alzará contra el y ella se sentará en tierra, desolada.
anciano, y el villano contra el noble.
6
Y se echarán unos sobre otros, sobre
su vecino, diciéndole: Tienes un manto Gloria del resto salvado.
en la casa de tu padre; ven y sé
nuestro jefe, y toma en tus manos 4 En aquel día, siete mujeres
1

esta ruina. 7 Y el otro aquel día les echarán mano a un hombre, di-
responderá: No soy médico yo, y en ciendo: Comeremos de nuestro pan,
mi casa no hay ni pan ni vestido, nos vestiremos con nuestras ropas,
no quiero ser jefe del pueblo. pero que podamos llevar tu nombre,
8
Sí, Jerusalén está al borde de la quita nuestro oprobio. 2 En aquel
ruina, y caerá Judá, porque sus pala- día será el renuevo de Yave gloria y
bras y sus obras todas son contra ornato (1), y el fruto de la tierra,
Yave, para irritar los ojos de su grandeza y honra de los que de Israel
majestad. 9 Sus frentes dan testimo- quedaren. 3 Y los restos de Sión y los
nio contra ellos, pues llevan como sobrevivientes de Jerusalén serán
Sodoma sus pecados a la vista, no llamados santos, y todos los hombres
los disimulan. ¡Ay de ellos, que se inscritos entre los naturales de Jeru-
acarrean su propia ruina! salén, 4 cuando lave el Señor la
10
Bienaventurado el justo, porque inmundicia de los hijos de Sión, y
habrá bien, comerá el fruto de sus limpie en Jerusalén las manchas de
obras. 11 ¡Ay del impío!, porque habrá sangre, al viento de la justicia, al
mal, recibirá el pago de las obras de viento de la devastación; 5 cuando
sus manos. venga Yáve sobre todo el monte de
12
Mi pueblo está oprimido por Sión, y. sobre los lugares de sus asam-
caprichosos, y se han apoderado de bleas, en nube y humo de día, y en
él exactores. Pueblo mío, los que te resplandor de fuego y llama de noche;
guían te descarrían, han torcido el y habrá protección sobre toda gloria,
camino por que ibas. 6
y tabernáculo para proteger con-
13
Yave está en pie para acusar, tra el calor del día, y para refugio
se alza para juzgar a los pueblos. y abrigo contra el turbión y el agua-
14 Yave
vendrá a juicio contra los cero.
ancianos y los jefes de su pueblo,
porque habéis devorado la viña, y
los despojos del pobre llenan vues- La parábola de la viña.
tras casas. 15 Porque habéis aplas-
tado a mi pueblo, y habéis macha- 1 Yoy a cantar a mi amado
el
cado el rostro de los pobres, dice el canto de la viña de sus amores:
Señor, Yave Sebaot. Tenía mi amado una viña en un
16
Dice Yave: Ya que tan orgullosas fértil recuesto. 2 La cavó, la descantó
son las hijas de Sión, que van con la y la plantó de vides selectas. Edificó
cabeza erguida y mirando con des- en medio de ella una torre, e hizo
vergüenza, pisando como si bailaran, en ella un lagar, esperando que le
y haciendo sonar las ajorcas de sus daría uvas, pero le dió agrazones.
pies, 17 el Señor afeitará la cabeza 3 Ahora, pues, vecinos de Jerusalén,
de las hijas de Sión, y decalvará juzgad entre mí y mi viña. 4 ¿Qué
Yave sus frentes. 18 Aquel día quitará más podía yo hacer por mi viña que
el Señor todos sus atavíos, 19 ajorcas,
redecillas y lunetas, collares, pen- (i) Después de vaticinar la devastación es-
dientes, brazaletes, 20 cofias, cadeni- pantosa de Judá y Jerusalén, en castigo de sus
injusticias y de su orgullo, acaba prometiendo
llas, cinturones, pomos de olor y
días gloriosos de restauración para el pequeño
amuletos, 21 anillos, arillos, 22 ves- resto, que recibirá la gracia del Señor después
tidos preciosos, túnicas, mantos, bol- de haber escapado de la justicia vengadora.

iS
594 ISAIAS, 6

no le hiciera? ¿Cómo, esperando que bien, que de la luz hacen tinieblas


diese uvas, dio agrazones? y de las tinieblas luz, y dan lo amargo
5
Voy, pues, a deciros ahora lo que por dulce y lo dulce por amargo!
haré de mi viña: Destruiré su alga- 21
¡Ay de los que son sabios a sus
rrada, y será ramoneada. Derribaré ojos, y son prudentes delante de sí
su cerca, y será hollada. 6 Quedará mismos! 22 ¡Ay de los que son valientes
desierta, no será podada ni cavada, para beber vino, y fuertes para mez-
crecerán en ella los cardos y las clar licores; 23 de los que por cohecho
zarzas, y aun mandaré a las nubes dan por justo al impío, y quitan al
que no lluevan sobre ella. 7 Pues bien, justo su justicia!
viña de Yave Sebaot es la casa 24
la Por eso, como la lengua del fue-
de Israel, y los hombres de Judá son go devora el rastrojo, y como se con-
su amado plantío. Esperaba de ellos sume en la llama la hierba soca, su
juicio, pero sólo hubo sangre ver- raíz se tornará podredumbre, y su
tida; justicia, pero sólo rebeliones. flor será arrebatada como el polvo.
Porque han rechazado la ley de Yave
Sebaot, y han despreciado la palabra
Amenazas conlrn los perverso». del Santo de Israel. 25 Por eso se ha
encendido la cólera de Yave contra
8 su pueblo, y ha tendido contra él su
¡Ay de los que añaden casas a
casas, de los que juntan campos y mano, y le ha herido; y tiemblan los
campos, hasta acabar el término, montes, y yacen los cadáveres en
siendo los únicos propietarios en me- medio de los caminos, como estiércol.
dio de la tierral 9 A mis oídos ha Mas con todo esto no se ha aplacado
llegado de parte de Yave Sebaot, la cólera, su mano queda tendida.
26
Alzará pendón a genté leja-
que las muchas casas serán asoladas;
las grandes y magníficas quedarán na, y llamará silbando a los del cabo
sin moradores. 10 Y diez yugadas de de la tierra, que vendrán pronto y
viña sólo producirán un bat, y un velozmente. 27 No hay entre ellos
jomer de simiente sólo dará un tfa. cansado ni vacilante, ni dormido ni
11
¡Ay de los que se levantan con somnolicnto, 28 no se quitan de sus
el alba, para seguir la embriaguez, lomos el cinturón, ni se desatan la
y se quedan por la noche hasta que correa de los zapatos. Sus flechas son
el vino los enciende, 12 en cuyos agudas, y tensos sus arcos. Los cas-
banquetes hay arpas, cítaras, pan- cos de sus caballos son de pedernal,
deros, flautas y mucho vino, y no y las ruedas de sus carros un torbe-
reparan en las obras de Yave, ni ven llino, 29 su bramido es de león; ruge
las obras de sus manos. 13 Por eso como cachorro de león, gruñe y arre-
mi pueblo será llevado cautivo, sin bata la presa, y se la lleva, sin que
que se dé cuenta, y sus grandes serán i nadie pueda quitársela. 30 Habrá aquel
consumidos por el hambre, y su día un bramar contra ellos, como
vulgo se secará de sed. 14 Por eso el bramido del mar, mirará a la tierra
sepulcro ensanchará su seno, y abrirá y no habrá sino tinicbla y angustia,
su boca sin medida. 15 Y el hombre se oscurecerá la luz en los cielos.
'

será humillado, y abatidos los varo- ¡

nes, y bajados los ojos altivos. 18 Y '

Yave Sebaot ensalzado en el juicio, Vocación de Isaías al ministerio


y el Dios Santo santificado en la proléticoi
justicia. 17 Ovejas pacerán allí como
en su pastizal y extranjeros devora- A El año de la muerte del rey
1

rán las destruidas posesiones de los Ozías vi al Señor sentado sobre


ricos. un trono alto y sublime, y sus hal-
18 ¡Ay de los que se arrastran el das henchían el templo (1). 2 Había
castigo con cuerdas de vanidad, y
las penas del pecado como con co- (i) Este capítulo nos cuenta la vocación de
yundas de carrol 19 ¡Ay de los que Isaias. el mismo año en que murió el rey Ozias,
dicen: Que venga pronto, que se dé fecha que no podemos filar. Yave se revela a su
prisa, que veamos la obra de sus profeta comoDios de la santidad, que, por
el
¡o mismo, la exige de su pueblo. «Sed santos, que
manos, que venga, pues, y de una yo soy santo, Yave. vuestro Dios 1 se repite mu-
,

vez acabe su plan el Santo de Israel, chas veces en el Levitico. Precisamente porque
y lo veamos nosotrosl el pueblo no la tiene ni parece estar dispuesto a
20 ¡Ay de los que al mal llaman
procurársela, por esto el Señor le amenaza con
ISAÍAS, 7 595

ante él que cada uno tenia


serafines, pero no pudieron tomarla. 2
Y tuvo
seis alas;con dos se cubrían el rostro,
j

noticia la casa de David de que Siria


con dos se cubrían los pies, 3 y con y Efraím se habían confederado, y
las otras dos volaban, y los unos a los tembló su corazón y el corazón del
otros se gritaban y se respondían: pueblo, como tiemblan los árboles
¡Santo, Santo, Santo, Yave Sebaotl del monte a impulsos del viento.
¡Está la tierra toda llena de su gloria!
3 Entonces dijo Yave a Isaías:
4 A estas voces temblaron las puer- Sal luego al encuentro de Ajaz, tú y
tas en sus quicios, 5 y la casa se llenó tu hijo Sear-Jasub, al cabo del acue-
de humo. Yo me dije: «¡Ay de mí, ducto de la piscina superior, 4 camino
perdido soy!, pues siendo un hombre del campo del batanero, y dile: Ponte
de impuros labios, que habita en en guardia, está tranquilo, no temas
medio de un pueblo de labios impu- nada y ten firme corazón ante esos
ros, he visto con mis ojos al Rey, dos cabos de tizones humeantes, el
Yave Sebaot. » 6 Pero uno de los sera- furor de Rasín, el sirio, y del hijo de
fines voló hacia mí, teniendo en sus Romelia. 8 Ya que la Siria ha resuelto
manos un carbón encendido, que tu ruina, con Efraím y el hijo de
con las tenazas tomó del altar, 7 y Romelia, diciendo: 6 Marchemos con-
tocando con él mi boca, dijo: Mira, tra Judá, apoderémonos de él, ense-
esto ha tocado tus labios, tu culpa ha ñoreémonos de él y démosle por rey
sido quitada y borrado tu pecado. el hijo de Tabel.
8
Y oí la voz del Señor, que decía: He aquí lo que dice el Señor,
7

«¿A quién enviaré, y quién irá de Yave: Eso no se logrará, ni será así,
nuestra parte?» Y yo le dije: Heme
8
porque la cabeza de Siria es Da-
aquí, envíame a mí. 9 Y él me dijo: masco, y la cabeza de Damasco,
Ve y di a ese pueblo: Oíd y no enten- Rasín, 9 y la cabeza de Efraím es
dáis, 10 ved y no conozcáis. Endurece Samaría, y la cabeza de Samaría
el corazón de ese pueblo, tapa sus el hijo de Romelia. Y si no tuviereis
oídos, cierra sus ojos. Que no vea fe, no permaneceréis.
con sus ojos ni oiga con sus oídos, Y dijo además Isaías a Ajaz:
10
11
ni entienda su corazón, y no sea Pide a Yave, tu Dios, una -señal, o
curado de nuevo. 11 Y yo dije: ¿Hasta de abajo en lo profundo, o de arriba
cuándo, Señor? Y él respondió: Hasta en lo alto. 12 Y contestó Ajaz: No la
que las ciudades queden asoladas y pediré, no quiero tentar a Yave.
13 Entonces dijo Isaías: Oye, pues,
sin habitantes, y las casas sin mora-
dores, y la tierra hecha un desierto. casa de David. ¿Os es poco todavía
12 Hasta que Yave arroje lejos a los molestar a los hombres, que molestáis
hombres, y sea grande la desolación también a mi Dios? 14 El Señor
en la tierra. 13 Si quedare un décimo, mismo os dará por eso la señal:
será también para el fuego, como la He aquí que la Virgen grávida está
encina o el terebinto cuyo tronco se dando a luz un hijo y le llama Emma-
abate. nuel (1). 15 Y se alimentará de leche
y miel, hasta que sepa desechar lo
Isaías y Ajaz. malo y elegir lo bueno. 16 Pues antes
que el niño sepa desechar lo malo y
T 1
Sucedió en tiempo de Ajaz (1), elegir lo bueno, la tierra por la cual
*
de Joatam, hijo de Ozías,
hijo temes de esos dos reyes será devastada.
17 Hará venir Yave sobre ti, sobre
rey de Judá, que Rasín, rey de Siria,
y Pecaj, rey de Israel, subieron tu pueblo y sobre la casa de tu padre,
contra Jerusalén para combatirla,
(i) Las dificultades de este vaticinio han
una completa devastación. Los versículos g y io sido sentidas desde antiguo, por la unión con
deben mirarse como una figura de permisión. El que aparece ligado a la devastación asiría. Para
Señor, como hastiado de su pueblo, envía a un darnos cuenta del lenguaje del profeta, habremos
profeta a endurecer al pueblo en el mal, no por- de suponer que habría tenido de Dios una muy
que sea éste su intento al enviar a Isaías, sino alta revelación de Emmanuel, la cual le dejó tan
porque va a ser el resultado del ministerio de impresionado, que no podía apartar el pensa-
éste, a causa de las malas disposiciones del miento de ella. Así, al anunciar la inminencia
pueblo. de la invasión asiría, toma por señal el mismo
(i)Los capítulos 7 a 13 forman el llamado Niño, que si entonces naciera, antes de llegar a los
Libro del Emmanuel, en el cual la amable figura años de la discreción, no tendría para alimen-
del Niño aparece enlazada con la invasión asiría, tarse más que leche y miel. Estas abundarán
que amenaza a Judá y que traerá la devasta- mucho, porque toda la tierra devastada será
ción tantas veces anunciada. pastizal para los ganados.
5¡9f! ISAÍAS, 8

días cuales nunca vinieron desde que cubrirá, llegándole el agua hasta el
Efraím se separó de Judá. 18 Y en cuello. Y tendiendo sus brazos, cu-
esos días silbará Yave a la mosca brirá toda la tierra, ¡oh Emmanuel!
9
que está en cabos del río de Egipto,
los Aprended, pueblos, que seréis
y a la abeja que está en la tierra de quebrantados; oíd, todos vosotros, los
Asiría, 19 y vendrán y se abatirán de lejanas tierras. Armaos, que vais
en masa sobre valles y torrentes, quebrantados; apercibios, que
a ser
y sobre los huecos de las rocas y quebrantados. 10 Trazad planes,
seréis
sobre los zarzales y sobre los mato- que serán deshechos; haced proyec-
rrales todos. 20 En esos días afeitará tos, que no se lograrán. Porque está
el Señor con navaja alquilada del Dios con nosotros.
lado de allá del río, y rasurará las 11
Así me ha hablado Yave, mien-
cabezas, los pelos del cuerpo, y qui- tras se apoderaba de mí su mano,
tará la barba. y me advertía que no siguiese el ca-
21
En aquel día tendrá uno una mino de este pueblo. Me dijo: 12 No lla-
vaca y dos ovejas, 22 y por la gran méis conjuración a lo que este pueblo
cantidad de leche que darán, co- llama conjuración. No tengáis miedo
merá mantequilla, pues de mante- ni temor de lo que él teme, 13 a Yave
quilla y miel se alimentarán todos Sebaot habéis de santificar, de él
los que quedaren en la tierra. 23 Y habéis de temer, de él tened miedo.
el lugar donde había mil viñas por 14
El será piedra de escándalo y pie-
valor de mil siclos de plata, 24 se cu- dra de tropiezo para las dos casas
br,rá de cardos y de zarzas. Y se de Israel, lazo y red para los habi-
entrará allá con arco y saetas, pues tantes de Jerusalén. 15 Y muchos de
toda la tierra será espinas y cardos. ellos tropezarán, caerán, y serán que-
25 Y a los montes que se cavaban y brantados, y se enredarán en el lazo
escardaban no se irá ya, por temor y quedarán cogidos.
de las espinas y los cardos, quedarán 18 Guardaré el testimonio, sellaré
para pasto de bueyes y para ser pi- esta enseñanza para mis discípulos,
soteados por el ganado. 17
y esperaré a Yave, que oculta su
rostro a la casa de Jacob. En él es-
La destrucción de Samaría y de peraré. 18 Henos aquí a mí y a mis
Damasco. dos hijos, que me dió Yave, como
señales y presagios en Israel, de parte
8 Dijome Yave: Toma una tabla
1 de Yave Sebaot, que mora en el
grande, y escribe en ella 2 con monte de Sión. 19 Y todavía os dirán
grandes caracteres: A Maher-solal- sin embargo: Consultad a los evoca-
jas-baz. Y tómame dos testigos fieles, dores y a los adivinos, que murmu-
Urías, el sacerdote, y Zacarías, hijo ran y susurran: ¿No debe un pueblo
de Jaberequías. 3 Acfrquéme a la consultar a sus dioses y a sus muer-
profetisa, que concibió y parió un tos, 20 sobre la suerte de los vivos,
hijo, y Yave me dijo: Llámale Maher- para conocimiento y testimonio? Se-
4 guramente eso es lo que os dirán.
solal-jas-baz, porque antes que el
niño sepa decir «padre mío, madre Noche sin aurora, 21 tribulación y
mía», las riquezas de Damasco y el hambre invadirán la tierra, y enfu-
botín de Samaría serán llevados por recidos por el hambre maldecirán a
el rey de Asiria. su rey y a su Dios. 92 Alzarán sus
ojos arriba, luego mirarán a la tie-
Ia\ invasión d<< Judá por los rra, pero sólo angustia y tinieblas,
asirlos. oscuridad y tribulación. Mas se pasará
la noche, 23 y no habrá ya tinieblas
6
Y me
habló de nuevo Yave, y para el pueblo que andaba en angus-
me dijo: 6Por haber despreciado este tia (1).
pueblo las aguas de Siloé, que corren
mansamente, y haber temblado ante (i) Conquistada Damasco (73a), Teglatfa-
Rasín y el hijo de Romelia, 7 va a lasar devastó el norte del reino de Samaría, de-
traer contra él el Señor aguas de vastación que el profeta .nos pinta como una tor-
ríos caudalosos e impetuosos; al rey menta, a la que sucederá la luz, que traerá el ma-
ravilloso vastago de David, a quien nos retrata
de Asiria, con todo su poder, que
con manifiestos rasgos divinos. Los versícu-
saltará todos sus diques y se desbor- los 5, 26-30 que nes describen la invasión con
dará por todas las riberas, 8 y Mi- la imagen de una tormenta podrían ser la
gando hasta Judá, le inundará y le introducción a este vaticinio.
ISAÍAS, 9, 10 53?

13
Como al principio cubrió de opro- y Yave cortará de Israel
Sebaot;
bio a la tierra de Zabulón y a la lala cola, el ramo y la caña
cabeza y
tierra de Neftalí, a lo último lle- en un mismo día. 14 Los ancianos, los
nará de gloria el camino del mar y grandes: he ahí la cabeza; el profeta,
la otra ribera del Jordán, la Galilea doctor de mentiras: he ahí la cola.
18 Porque los que guían al pueblo se
de las gentes.
descarrían, y los guiados van per-
didos. 16 Por eso el Señor no se com-
Después del castigo, Israel será place en sus mancebos, ni tiene pie-
liberado por el Rey Mesías. dad de sus huérfanos y sus viudas.
Porque todos son impíos y malvados,
Q El pueblo que andaba en ti- y toda boca dice despropósitos. Ni
1

nieblas vió una luz grande; sobre con esto se aplaca su ira, antes se-
los que habitaban en la tierra de guirá todavía tendida su mano.
17
sombras de muerte resplandeció una Porque la iniquidad se ha en-
brillante luz. 2 Multiplicaste la ale- cendido como fuego, que devora car-
gría, has hecho grande el júbilo, y dos y zarzas, y consume la maleza
se gozan ante ti, como se gozan los del bosque, subiendo el humo en
que recogen la mies, como se alegran remolinos. 18 Por el furor de Yave
los que se reparten la presa. 3 Rompis- Sebaot se abrasará la tierra, y el
te el yugo que pesaba sobre ellos, pueblo será presa del fuego. 19 Des-
el dogal que oprimía su cuello, la pedazan a derecha, y se quedan con
vara del exactor, como en el día de hambre; devoran a izquierda, y no
Madián. 4 Y han sido echados al se sacian. 20 Cada cual devora a su
fuego, y devorados por las llamas, prójimo, y nadie se apiada de su
los zapatos jactanciosos del guerrero hermano. Manasés contra Efraím,
y el manto manchado de sangre. Efraím contra Manasés, y ambos a
5
Porque nos ha nacido un niño, nos dos contra Judá. Ni con todo esto se
ha sido dado un hijo, que tiene sobre aplaca su ira, antes seguirá todavía
su hombro la soberanía, y que se tendida su mano.
llamará Maravilloso consejero, Dios
fuerte, Padre sempiterno, Príncipe 1()
1
¡Ay de los que dan leyes ini-
de la paz, 6 para dilatar el imperio cuas y prescripciones tiránicas,
2
y para una paz ilimitada, sobre el para apartar del tribunal a los po-
trono de David y sobre su reino, bres, y conculcar el derecho de los
para afirmarlo y consolidarlo en el desvalidos, para despojar a las viu-
derecho y la justicia, desde ahora das, y robar a los huérfanos. 3 ¿Qué
para siempre jamás. El celo de Yave haréis el día de la visitación, del
Sebaot hará esto. huracán que viene de lejos? ¿A quién
os acogeréis, para que os proteja?
¿Qué será de vuestros tesoros? 4 De
El castigo de los perversos. no ir curvados entre los cautivos,
habrán caído entre los muertos. Ni
' El Señor ha mandado palabra con todo esto se aplaca la .ira de
para Jacob, que ha caído en Israel, Yave, antes seguirá todavía tendida
8
y llegará a conocimiento de todo su mano.
el pueblo, de Efraím y de los habi-
tantes de Samaría. Los que en su
soberbia y en su dureza de corazón El reino de Asiria será destruido.
se decían: 9
Han caído los ladrillos,
pero edificaremos con sillares; han 5
¡Ay de ti, Asur, vara de mi có-
sido cortados los sicómoros, pero en lera,bastón de mi furor! 6 Yo le mandé
su lugar pondremos cedros. 10 Yave contra una gente impía, le envié
fortalecerá contra ellos a sus ene- contra el pueblo objeto de mi furor,
migos, al ejército de sus enemigos. para que saquease e hiciera de él su
11
La Siria al este, y los filisteos al botín, y le pisase como se pisa el
oeste, que a boca llena devorarán a polvo de las calles, 7
pero él no tuvo
Israel. Ni con todo esto se aplacará los mismos designios, no eran éstos
su ira, antes erguirá todavía tendida los pénsamientos de su corazón. Su
su mano. deseo era desarraigar, exterminar pue-
12
Pero el pueblo no se ha vuelto blos en gran número. 8 Porque él
al que le hería, no ha buscado a Yave dice: Reyes son todos mis príncipes.
598 ISAÍAS, 11

9
¿No ha
sido esa la suerte de Calno, 24 Pueblo mío, que habitas en Sión,

la de Carquemis, la de Ibamot, no no temas que Asur te hiera con la


ha sido la de Arpad y la de Samaría, vara y alce contra ti su bastón, como
la misma de Damasco? 10 Así se apode- el Egipto. 25 Dentro de poco tiempo,
ró mi mano de reinos de ídolos, más en dentro de muy poco, mi cólera lle-
número que los de Jerusalén y Sa- gará al fin, y mi furor los destruirá.
maría. 11 ¿No podré hacer con Jeru- 26 Yave Sebaot alzará contra ellos

salén y sus ídolos lo que hice con el azote, como cuando hirió a Madián
Samaria y los suyos? 12 Pero sucederá, en roca de Horeb, y el mar con
la
que cuando el Señor haya realizado su báculo, como lo levantó un día con-
toda su obra sobre el monte de Sión tra Egipto; 27 y en ese día se quitará
y Jerusalén, castigará el Señor al rey su peso de sobre tus espaldas y su
de Asiría, por el orgullo de su co- yugo de sobre tu cuello.
razón y sus insolentes palabras. 13 El
dice: Con la fuerza de mi brazo he
hecho eso, con mi sabiduría y mi Inminencia ele la invasión.
prudencia, y borré las fronteras de
28
los pueblos, y saqueé sus tesoros, y, Ya avanza del lado de Rimón,
todopoderoso, derribé a los que se ha llegado a Ayot; pasa por Magrón,
sentaban en los tronos. 14 .Mi mano y deja en Miqmas su impedimenta.
29
ha cogido la riqueza de los pueblos, Han pasado el desfiladero, y du-
como se coge un nido; como quien se rante la noche han acampado en
apodera de huevos abandonados, me Gueba. 30 Rama está temblando,
he apoderado yo de la tierra toda. Gaba de Saúl está en fuga; lanza
Y nadie sacudió las alas, ni abrió el gritos, hija de Galim, escucha, Lais,
pico, ni dió un chillido. 15 ¿Se enso- respóndele, Anatot. 81 Madmena huye,
berbece el hacha contra el que la ma- los habitantes de Gabim han esca-
neja, la sierra contra el que la mue- pado. 32 Hoy todavía hace alto en
ve? Como si la vara dirigiera al que Nob, y alza su mano contra el monte
la levanta, o el bastón al que lo de la hija de Sión, contra el monte
lleva. 18 Mas por eso el Señor, Yave de Jerusalén.
Sebaot, herirá de flaqueza ese cuerpo 83
He aquí que Yave Sebaot des-
tan robusto. Y debajo de su gloria gajará con fuerza las ramas, las ci-
encenderá un fuego, como fuego de meras serán cortadas, y las altas
incendio. 17 Y la luz de Israel se abatidas. 34 La madera del bosque
convertirá en fuego, y su Santo en será cortada a hierro, y echados a
llama, para quemar y devorar en tierra los cedros del Líbano.
un solo día sus cardos y sus espinas.
18
Y la hermosura de su bosque y
de su vergel quedará del todo des- i:i reino del Mrsi:is. reino <le |>H7.
truida, 19 y los árboles que de su selva v univeranl.
queden serán tan pocos, que un niño
podrá contarlos. 11 1
Y brotará una vara del tronco
de Jesé, y retoñará de sus raíces
un vástago (1). 2 Sobre el que repo-
Israel será liberado* sará el espíritu de Yave, espíritu de
sabiduría y de inteligencia, espíritu
de consejo y de fortaleza, espíritu
20 En aquel
día el resto de Israel y los de entendimiento y de temor de Yave.
sobrevivientes de la casa de Jacob no * Y pronunciará sus decretos en el
se apoyarán ya sobre el que los hirió,
sino que se apoyarán con fidelidad en
Yave, el Santo de Israel. 41 Volverá un (i) Otra vez, después de describirnos la in-
vasión del asirio y la gloria y poder de éste, se-
resto, un resto de Jacob, al Dios fuerte. mejantes a un soberbio bosque, que. sin em-
22 Porque aunque fué tu pueblo, bargo, será destruido, lo contrapone al humilde
Israel, tan numeroso como las are- renuevo del tronco de Jesé, sobre quien descan-
nas del mar, sólo un reste volveré. sará el espíritu de Yave y que traerá la paz. no
Decretada está la destrucción, que sólo a los restos de Judá. sino a todas las nacio-
acarreará la justicia, 23 y este decreto nes que le buscarán. Este Espíritu se manifes-
tará en formas varias que la Teología llama
de destrucción lo ejecutará el Señor,
dones del Espíritu Santo, que se hallan en
Yave Sebaot, en toda la tierra. Por Cristo de un modo eminenu. de otro mpdo
eso dice el Señor, Yave Sebaot: en sus fieles.
ISAÍAS,' 12, 13 599

temor de Yave. No juzgará por la y me has consolado. 2 Este es el Dios


vista de ojos, ni argüirá por oidas de mi salvación, en él confío, y nada
de oídos, 4 sino que juzgará en jus- temo, porque mi fuerza y mi canto
ticia al pobre, y en equidad a los Yave, él ha sido para mí la salud.
es
humildes de la tierra. Y herirá al 3
Sacaréis con alegría el agua de las
tirano con los decretos de su boca, fuentes de la salud, y diréis aquel
y con su aliento matará al impio. día: 4 Alabad a Yave, cantad a su
5 La justicia
será el cinturón de sus nombre, pregonad sus obras en medio
lomos, y la fidelidad el ceñidor de de los pueblos, proclamad que su
su cintura. 6
Habitará el lobo con el nombre es sublime. 5 Cantad a Yave,
cordero, y el leopardo se acostará que hace cosas grandes, que lo sepa
con el cabrito, y comerán juntos el la tierra toda. 6 Cantad, jubilad, mo-
becerro y el león, y un niño pequeño radores de Sión, porque grande es
los llevará. 7 La vaca pacerá con en medio de vosotros el Santo de
la osa, y sus crías se echarán juntas, Israel.
y el león, como el buey, comerá paja.
8
El niño de teta jugará junto a la
hura del áspid, y el recién destetado Oráculo contra Babilonia.
meterá la mano en la caverna del
basilisco. 9 No habrá más ya daño I O Oráculo sobre Babilonia, que
1

ni destrucción en todo mi monte ' ** Isaías, hijo de Amos (1).


vió
santo, porque estará llena la tierra 2
Alzad bandera sobre lo alto de
del conocimiento de Yave, como lle- un monte desnudo, gritadles, haced-
nan lasaguas el mar. Ies señas con las manos, para que
10
En aquel día el renuevo de la entren por las puertas de los prínci-
raíz de Jesé se alzará como estandarte pes. 3 Yo mando a mi ejército con-
para los pueblos. Y le buscarán las sagrado para la guerra, y llamo a
gentes, y será gloriosa su morada. mis valientes para ejecutar mi ira,
11
En aquel día, de nuevo la mano a los que triunfan para mi gloria.
del Señor redimirá al resto de su 4 Murmullo de muchedumbres en los
pueblo, a lo que reste de Asur y de montes, ruido de muchas gentes, de
Kgipto, de Patros, de Cus, de Elam, reinos, de gentes reunidas. Yave Se-
de Senaar, de Hamat y de las islas baot revista al ejército que va a
del mar. 12 Alzará su estandarte para combatir. 5 Viene de tierra lejana,
las naciones, y reunirá a los disper- de los confines de los cielos, Yave,
sos de Israel, y juntará a los disper- con los instrumentos de su furor,
sos de Judá, de los cuatro confines para asolar la tierra toda.
de la tierra; y ya Judá no será más 6
Lamentaos, que se acerca el día
enemigo de Efraím. 13 Y cesará la de Yave, que vendrá como azote del
envidia de Efraím, y serán destruí- Todopoderoso, 7 y desfallecerán todos
dos los enemigos de Judá. Y no en- los brazos, y se helarán todos los
vidiará ya más Efraím a Judá, y corazones de los hombres. 8 Se llena-
Judá no será más enemigo de Efraím. rán de terror y de angustia, y de
14
Y se lanzarán contra la costa de dolor se retorcerán como parturienta.
los filisteos a occidente, y juntos sa- Se mirarán con estupor unos a otros,
quearán a los hijos de oriente; Edom y se encenderán en llama sus rostros.
y Moab les servirán, y los hijos de 9
Lamentaos, porque se acerca el
Ammón les estarán sujetos. 15 Y se- día de Yave, y cruel, con cólera y
cará Yave la lengua de mar de Egipto furor ardiente, para hacer de la
y levantará con fortaleza su mano tierra un de.sierto, y exterminar a
sobre el río, y herirá sus siete brazos, los pecadores. 10 Las estrellas del
que podrán pasarse a seco. 16 Y abrirá cielo y sus luceros no darán su luz,
camino a los restos de su pueblo, y el sol se oscurecerá en naciendo,
a los que quedarán de Asur, como lo y la luna no hará brillar sus luz.
abrió para Israel el día de su salida II Yo castigaré al mundo por su crí-
de Egipto.
(i) Este oráculo contra Babilonia es un mo-
delo de los discursos contra las naciones. La jus-
Cántico de liberacióji.
ticia de Yave a todos alcanza. Las naciones pode-
rosas son instrumento de su cólera; pero como
12 1
Y aquel día dirás: Yo
te ala- al obrar se dejan llevar de su orgullo, habrán de
bo, Yave, porque te
irritaste caer bajo la justicia divina. Dios lo anuncia para
contra mí, pero se aplacó tu cólera, consuelo de los oprimidos.
ISAÍAS, 14

menes, y a los malvados por sus ini- de los impíos, el cetro de los tiranos.
6
quidades. Yo haré cesar la insolen- El que castigaba a los pueblos con
cia de los soberbios, y abatiré la al- furor, sin cansarse de fustigar, el que
tivez de los opresores. 12 Yo haré en su cólera subyugaba a las nacio-
que sean los nombres más escasos nes bajo un yugo cruel. ' Toda la
que el oro fino, más que el oro de tierra está en paz, toda en reposo
Ofir. 13 Yo haré estremecer a los y en cantos de alegría. 8 Hasta los
cielos, y temblará la tierra en su cipreses se alegraron de tu ruina, con
lugar, ante la indignación de Yave los cedros del Líbano. Desde que tú
Scbaot, el día del furor de su ira. quedaste inmóvil nadie sube ya a
14 Entonces, como cierva asustada, abatirnos. 9
El sepulcro mismo se
como ovejas sin pastor, se irá cada conmueve en sus profundidades, para
uno a su pueblo, huirá cada uno a salir a recibirte, y despierta a las
su tierra. 15 Cuantos fueren habidos sombras de los grandes de la tierra,
serán degollados, cuantos fueren co- y hace dejar sus tronos a todos los
gidos caerán a la espada. 16 Sus hijos reyes del orbe.
serán estrellados a sus ojos, sus casas 10 Y todos a voces te dicen: ¿Tam-
incendiadas, sus mujeres violadas. bién tú, también tú te debilitaste
17
Yo despertaré contra ellos a los como nosotros, y has venido a ser
medos, que no se cuidan de la plata uno de tantos? 11 Ha bajado al se-
ni codician el oro. 18 Y los arcos... pulcro tu gloria al son de arpas; los
aplastarán a los mancebos, y no harán gusanos serán tu lecho, y gusanos
gracia al fruto del vientre, ni tendrán serán tu cobertura. 12 ¿Cómo caíste,
sus ojos piedad de los niños. 1B En- del cielo, lucero brillante, hijo de
tonces Babilonia, la flor de los reinos, la aurora? Echado por tierra el do-
ornamento de la soberbia de los cal- minador de las naciones. 13 Tú, que
deos, será como' Sodoma y Gomorra, decías en tu corazón: Subiré a los
las que destruyó Dios. 20 No volverá cielos; en lo alto, sobre las estrellas
ya jamás a ser habitada ni poblada de Dios, elevaré mi trono. ¿Me insta-
en los siglos venideros. No alzará allí laré en el monte santo, en las profun-
el árabe su tienda, ni se apacentarán didades del aquilón. 14 Subiré sobre
21
allí ganados. Morarán allí las fie- la cumbre de las nubes y seré igual
ras,y los buhos llenarán sus casas. al Altísimo. 15 Al sepulcro es a donde
Habitarán allí los avestruces, y harán has bajado, a las profundidades del
allí los sátiros sus danzas. 22 En sus abismo.
18
palacios aullarán los chacales, y los Para verte mejor, se detienen y
lobos en sus casas de recreo. Está contemplan, diciéndose: ¿Es éste
te
para llegar su tiempo, no so alarga- el que hacía temblar a la tierra, el
rán mucho sus días. que trastornaba los reinos, 17 el que
hacía del mundo un desierto, devas-
taba las ciudades y no liberaba a sus
Promesa de liberación, y canto cautivos? 18 Todos los reyes de las
triunfal. naciones reposan con honor, cada
19
uno en su morada; pero tú has sido
\ é\
1
Yave se apiadará de Jacob, arrojado a tu sepulcro, como un
todavía escogerá a Israel, y los vil tronco, como un despojo de muerto
establecerá en su tierra. A ellos se a la espada, que se tira en un montón
unirán extranjeros, se unirán a la de piedras, como cadáver que se pi-
casa de Jacob. 2 I.<s tomarán los sotea con los pies. 20 Tú no tendrás
pueblos, y los llevarán a su lugar, con ellos sepultura, porque mataste
y la casa de Israel los tendrá por a tu pueblo. No se hablará ya jamás
siervos y siervas en la tierra de Yave. de la raza del impío.
Cautivarán a los que los habían cau- 21
Aparejaos para la matanza de
tivado, y dominarán a los que los los hijos, por la impiedad del padre.
dominaron. 3 Entonces, el día en que No se levanten para conquistar la
Yave te dará el reposo de tus fatigas, tierra y llenar el mundo de ruinas.
de tus penas y de la dura servidum- 22 Yo me alzaré contra ellos, dice
bre a que estuviste sometido, 4 can- Yave Scbaot, yo aniquilaré a Babi-
tarás este canto contra el rey de Ba- lonia, y raeré su nombre y sus restos,
bilonia, y dirás: su raza y su germen, dice Yave.
¿Cómo se acabó el opresor, y pasó 23 Yo la haré hura de erizos y fan-
6 Bompió
la vejación? Yave la vara gosa charca, y la barreré con la es-
ISAÍAS, '
IT», 16 601

coba de la destrucción, dice Yave Segor, a Eglat-Silisiya. Suben llo-


Sebaot. rando la cuesta de Luhit, van dando
gritos de angustia por el camino de
Horonaim.
6
Oráculo contra Asiría. Se han secado las aguas de Nim-
zim, se ha secado el heno, se ha mar-
24 Yave Sebaot lo ha jurado, di- chitado la hierba, todo verdor ha
ciendo: Sí, lo que yo he decidido lle- desaparecido. 7 Llévense sus bienes
gará, lo que yo he resuelto se cum- y sus provisiones al otro lado del
plirá. 25 Yo romperé al asirio en mi torrente de los sauces. 8 El llanto
tierra, y se les quitará de encima rodea las fronteras de Moab, los la-
su yugo, y arrojarán su carga de sobre mentos llegan hasta Eglaim, y hasta
sus espaldas, 28 he ahí la resolución Beer-Eliza los alaridos. 9 Porque las
tomada contra toda la Asiría, he ahí aguas de Dimón están llenas de san-
la mano tendida contra todos los gre, y todavía mandaré sobre Dimón
pueblos. 27 Yave Sebaot ha tomado nuevos males. Un león para los es-
esta resolución, ¿quién se le opondrá? capados de Moab, y para los sobre-
Tendida está su mano, ¿quién la vivientes de la tierra.
apartará?
A í.
1
Enviad del Señor de
la hija
•1
" la desde las rocas del
tierra
Oráculo contra la Filistca. desierto al monte
de Sión (1).
2
Como aves que espantadas huyen
28
El año de la muerte del rey Ajaz de su nido, así van las hijas de Moab
se dió este oráculo: 29 No te alegres por los vados del Arnón. 3 Resuelve,
tú, Filistea toda, por haberse roto la decide, haz sombra como de noche
vara que te hería, porque de la raza en pleno mediodía, para ocultar a
de la serpiente nacerá un basilisco, los desterrados; no entregues a los
y su fruto será un dragón volador. fugitivos. 4 Esconde dentro de ti a
30 Los hijos
de los pobres se apacen- los desterrados de Moab, protégelos
tarán en mis pastos, y los humildes del devastador, hasta que acabe la
dormirán seguros. Yo haré morir de invasión, cese la destrucción, y deje
hambre a tu raza, y destruiré lo que la tierra el invasor.
de ti queda. 31 Gime, ¡oh puerta! grita, 5
El trono se afirmará por la cle-
¡oh ciudad!, cae desfa.lecida la Filistea mencia; y sobre ese trono se sentará
toda. Viene del aquilón una huma- siempre, en la tienda de David, un
reda, viene el enemigo en apretados juez celoso de la justicia, y sabio en
haces, 32 ¿y qué se responderá a los discernir el derecho. 6 Bien sabemos
mensajeros de las naciones? Yave lo soberbio que es Moab, el orgulloso,
fundó a Sión, y a ella se acogerán su arrogancia, su orgullo, su insolen-
los desvalidos de su pueblo. cia, su palabrería. 7 Por .eso, lamén-
:

tese Moab por Moab, sean todo la-


mentos; suspiren profundamente con-
Oráculo contra Moab. movidos por las tortas de uvas pasas
de Quir-Hareset; 8 las naciones han
1 ^ Oráculo sobre Moab.
1 pisoteado la viña de Sibma, cuyas
Ved, atacado de noche, Ar-Moab ramas se extendían hasta Jazer, cuyos
está en ruinas; atacado durante la sarmientos llegaban hasta muy lejos,
9
noche, está en ruinas Quir-Moab. y pasaban el mar. Por eso uno mis
2
La gente de Dibón ha subido a los llantos a los llantos de Jazer por la
altos para llorar, y Moab se lamenta viña de Sibma, y os riego con mis
por Nebo y por Madaba. Todas las lágrimas, Hesebón y Eleale, sobre
cabezas están rasuradas, todas las cuyos frutos y cosechas estallaba el
barbas afeitadas. 3 Salen por las calles grito del lagarero. 10 Ya no hay gozo
vestidos de saco, por los terrados,
por las plazas; todos se lamentan, (i) No todos los vaticinios sobre las naciones
todos lloran. extranjeras son amenazas. Los capítulos 15 y 16
4
Hesebón y Eleale lanzan gritos, tratan de una invasión de Moab, sin duda por
los asirios. El profeta muestra la benevolencia
cuyos ecos se oyen hasta Jahas. Moab
de Jerusalén hacia los invadidos descendientes
siente desfallecer sus ríñones, y su
de Lot, y manda que envíen la población moabita
alma desmaya. 5 Salen gritos del co- a Sión, donde encontrarán un refugio contra el
razón de Moab, sus huidos llegan a invasor.
(¡02 TSAÍAS, 17, 18

y alegría en tus vergeles, ya no hay salud, y no te acordaste del que era


cantos ni gritos de júbilo en las viñas, tu fortaleza. Para eso plantaste los
ya no se pisa el vino en los lagares, jardines de Adonis, y pusiste en ellos
ya cesaron los gritos del lagarero. los pámpanos de un dios extraño.
11
Por eso mis entrañas vibran como 11
El día mismo en que los plantabas
un arpa por Moab, y mi corazón por los veías crecer, y al día siguiente
Quir-Hares. todas las plantas tenían flores; pero
12 Verán
a Moab subir con fatiga la cosecha ha sido nula para el día
a sus altos, y entrar en sus santuarios de la angustia, y el dolor es irreme-
para pedir y no obtener nada. 13 Esta diable.
es la palabra que sobre Moab pro- 12
¡Ah! Ruido de muchedumbres
nunció Yave en otro tiempo; 14 y innumerables, como el estruendo del
ahora dice esto Yave: Dentro de tres mar; tumulto de naciones, como el
años, como son los años del jornalero, estrépito de aguas copiosísimas.
13
será abatida la soberbia de Moab, Los amenaza él, y huyen lejos,
con toda su gran arrogancia, y que- ahuyentados como el tamo de los
dará de ella bien poco, casi nada. limpiadores, arrebatado del viento,
como polvo arrebatado por hura-
el
canado torbellino. 14 A la hora de la
Oráculo sobre Damasco. tarde será el espanto, y a la mañana
habrán desaparecido. Esa será la
[
Oráculo sobre Damasco (1).
Yk
1
suerte de los que nos aplastan, la
Ved a Damasco, borrada del suerte de los que nos saquean.
número de las ciudades. No es más
que un montón de ruinas. 2 Sus ciu-
dades, desiertas para siempre, sirven Oráculo sobre Cliopía.
de majada a los ganados. Allí duer-
men sin que nadie los espante. 3 Ya "j Q ¡Ay de la tierra del zumbido de
1

no hay ayuda para Efraím, ya no de tras los ríos de Cus! 8 La


alas,
existe el reino de Damasco. Y del que envía mensajeros por el mar, en
resto de Aram y de su gloria, será naves de juncos sobre las aguas. Id vo-
lo que de la gloria de los hijos de lando, mensajeros, al pueblo de eleva-
Israel, dice Yave Sebaot. 4 Será en da talla y piel brillante, a la nación
aquel tiempo atenuada la gloria de temible y lejana, 3 a la nación fuerte
Jacob, y enflaquecerá su bien nutri- y conquistadora, cuya tierra está
do cuerpo. 5 Como cuando el segador surcada de ríos. Todos vosotros, los
siega la mies, y coge las espigas con moradores del mundo, los habitantes
su mano; 8 como cuando se espiga de la tierra, cuando sobre el monte
en el valle de Rcfaím; como cuando se alce la bandera, mirad. Cuando
se hace el rebusco después de cose- oigáis sonar la trompeta, escuchad.
chada la aceituna; dos o tres granos 4 Porque he aquí lo que me ha dicho
en la cima de la copa, cuatro o cinco Yave (1):
en las ramas del árbol, dice Yave, Yo miro tranquilo mi morada,
Dios de Israel. como calienta sereno un sol brillante,
7
Aquel día se volverá el hombre a como nube de rocío en el calor de la
s Porque antes de la ven-
su Hacedor, sus ojos mirarán al Santo vendimia.
de Israel. 8 No mirará a los altares dimia, cuando hayan caído las flores,
de las obras de sus manos, no se vol- y los frutos se hayan hecho maduros
verá a los que hicieron sus dedos, racimos, se podarán los sarmientos
a los aseras, ni a las imágenes del con la podadera, y aun serán qui-
sol. * Aquel dfa serán tus ciudades tadas, arrancadas las cepas. 6 Y se
fortificadas, como las ciudades fuer- dejarán a merced de los buitres de
tes de los amorreos y los jeveos; los montes y de las bestias del llano.
10 abandonadas al acercarse los hijos
de Israel, serán tierra devastada. (i) Otro oráculo contra los etiopes, que domi-
Porque te olvidaste del Dios de tu naban en Egipto y eran la esperanza de muchos
israelitascontra Asiría. Senaquerib los venció
(i)Oráculo contra Damasco, subyugada por en Altacu, obligándolos a volverse a su tierra,
los asirios, de quienes no la pudieron librar sus donde más tarde los perseguirían los asirios.
Ídolos. Isaías, lleno el espíritu de los tiempos También aquí el profeta entrevé el día feliz en
mesiánicos, ve el día en que también Damasio que este pueblo vendrá a ofrecer sus dones a
reconocerá al Señor y se volverá al Santo de Yave en su monte de Sión. lo que es anunciar
Israel. los tiempos mesiánicos,
ISAÍAS, 19 603

Allí pasarán los buitres el verano, que Yave Sebaot ha determinado


13
y las bestias del llano el invierno. sobre Egipto. Los
príncipes de
7
En
aquel tiempo traerán ofren- Zoán son del todo locos,
los prín-
das a Yave Sebaot, del pueblo de cipes de Nof van errados, los jefes
alta talla y piel brillante, del pueblo de familias engañan a Egipto. 14 Yave
temible, lejano, de la nación fuerte ha derramado sobre ellos un espí-
y conquistadora, cuya tierra está ritu de vértigo, y descarrían al Egipto
surcada de ríos, a la morada del en cuanto hace, como desatina el
nombre de Yave Sebaot, al monte borracho en su borrachera.
de Sión. 15 No le saldrá bien
al Egipto cosa
alguna, haga cabeza o haga cola,
haga palma o haga junco. 18 Aquel
Oráculo sobre Egipto. día serán los egipcios como mujeres,
se aterrarán y temblarán ante la
|9 1
Oráculo sobre Egipto (1). mano de Yave Sebaot, tendida contra
Yave, montado 17 Entonces la tierra
2
Ved cómo ellos. de Judá
sobre ligera nube, llega al Egipto. será para el Egipto motivo de es-
Ante él tiemblan todos los dioses de panto, y quienquiera le oiga nombrar,
Egipto, y el corazón del Egipto se se asombrará de los designios de
queda helado de espanto. 3 Yo ar- Yave Sebaot acerca de él. 22 Pues
maré a egipcios contra egipcios, y Yave castigará al Egipto, hiriendo
lucharán hermanos contra hermanos, y sanando, y se convertirán a Yave,
amigos contra amigos, ciudad contra que se dejará mover a compasión,
ciudad, reino contra reino. Y el y lo curará. 21 Yave hará que los
Egipto perderá su espíritu, y se con- egipcios le conozcan, y el Egipto
fundirán sus consejos, preguntarán conocerá aquel día a Yave, y le ofre-
a sus ídolos y a sus magos, a sus evo- cerán sacrificios y oblaciones, y harán
cadores y adivinos. votos a Yave, y los cumplirán.
18 En aquel
4
Yo entregaré al Egipto en manos día habrá en tierra de
de un dominador cruel; un rey duro Egipto cinco ciudades que hablarán
se adueñará de ellos, dice el Señor, la lengua de Canán, y jurarán por
Yave Sebaot. 5 Las aguas del mar Yave Sebaot, y de ellas una se lla-
se agotarán, y el río se consumirá, mará la Ciudad del Sol. 19 Aquel
se secará. 6 Los canales se estancarán, día habrá en tierra de Egipto altar
los canales del Egipto bajarán y se para Yave, y en sus fronteras estelas
secarán; juncos y cañas se doblarán. de Yave. 20 Esto será para Yave
' Los prados del Nilo, a las riberas Sebaot señal y testimonio en la
del río, cuanto el Nilo hace crecer, tierra de Egipto, y cuando clamen a
se secará, caerá, morirá. 8 Gemirán y Yave en sus tribulaciones, Yave les
se lamentarán los pescadores, cuantos mandará un salvador, un vengador
echan en el Nilo sus anzuelos y cuan- que los librará. 23 Y aquel día habrá
tos tienden sus redes en las aguas camino de Egipto a Asiria, y el
estarán desesperados. asirio irá a Egipto, y el egipcio a
9
Los que trabajan el lino estarán Asiria. Y
egipcios y asirios servirán
consternados; peinadoras e hilado- a Yave. 24 Aquel día Israel será terce-
ras, desconcertadas. 10 Los tejedores, ro con el Egipto y la Asiria, como
afligidos, y todos los obreros en la bendición en medio de la tierra.
mayor desolación. 25 Bendición de Yave Sebaot, que
11
Los príncipes de Zoán son del dice: Bendito mi pueblo de Egipto;
todo locos; el consejo de los conse- Asiria, obra de mis manos; e Israel,
jeros de Faraón es consejo necio. mi heredad.
¿Cómo decís al Faraón: Somos hijos
de sabios, hijos de los antiguos reyes?
12
¿Dónde están, pues, tus sabios? Oráculo sobre Egipto y Etiopía.
Dígante ahora y hágante saber lo

(i)El tema es la invasión de Egipto por los


20
^
1

a Azoto
El año en que el
mandado por
Tartán vino
(1),
asirios,como en el vaticinio anterior; pero aqui Sargón, rey de Asiria y combatió a
el pensamiento mesiánico está más desarrollado.
Egipto acudirá a rendir culto a Yave, y las dos
naciones enemigas, Asiria y Egipto, harán las (i) En 711, Azoto se levantó contra Asiria.
paces, siendo Israel la mediadora, y todos tres confiada en el auxilio del Egipto. El ejército de
recibirán las bendiciones del Señor. Asiria la sometió, haciéndola sufrir un duro cas-
ISAÍAS, 21, 22

Azoto y la tomó, * habló Yave por y dice: ¡Cayó! ¡Unbilmiia ha caidi»!


Isaías, hijo de Amós, diciendo: Ye. Todas las imágenes de sus dioses
quítate de los lomos el saco y des- yacen por tierra destrozadas. 10 ¡Oh
cálzate los pies. Hízolo así Isaías, pueblo mío! pisado, trillado como la
andando desnudo y descalzo; 3 y dijo mies, yo te comunico de parte de
Yave: Como anduvo Isaías, mi siervo, Yave Sebaot, Dios de Israel, lo que vi.
desnudo y descalzo tres años, señal
y pronóstico sobre Egipto y sobre
Etiopía, 4
así llevará el rey de Asiría Oráculo sobre Edom.
la cautividad de Egipto y la trans-
migración de Etiopía, de mozos y 11
Oráculo sobre Edom.
viejos, desnudos y descalzos, al aire Danme voces desde Seir: Vigilante,
las nalgas, vergüenza de Egipto. 5 Y ¿qué hay de la noche? Vigilante,
los que contaban con Etiopía y se ¿qué hay de la noche? 12 El vigilante
enorgullecían de Egipto quedarán responde: Viene la mañana, viene
consternados y confusos; 8 y los también la noche. Preguntad, si que-
moradores de esta tierra dirán: Mirad réis, volved a preguntar.
a los que eran nuestra esperanza, a
los que pensábamos acogernos para
que nos sirvieran de refugio y pro- Oráculo sobre lu Arubia.
tección contra el rey de Asiría. ¿Cómo
escaparemos nosotros? 13
Oráculo sobre Arabia.
Pasad la noche en un monte del
corazones de Dedán. 14 A
desierto,
Oráculo sobre Babilonia. los que tengan sed, llevadles agua;
habitantes de la tierra de Tema, dad
21 Oráculo sobre el desierto
1
pan a los fugitivos. 15 Porque van
mar.
del huyendo de la espada, ante la espada
Como del mediodía el huracán des- desenvainada, ante los tensos arcos,
encadenado, viene también esto del ante los horrores de la guerra. 18 Pues
desierto, de la tierra espantosa. 2 Me he aquí lo que me ha dicho el Señor:
ha sido mostrada una terrible visión: Dentro de un año, como 17 año de
saqueadores saqueando; asoladores jornalero, se acabará toda la gloria
asolando. Lánzate, Elam. Asediad, de Cedar. Quedarán muy pocos de
medos, sin piedad. 8 Mis entrañas los valientes arqueros de, Cedar. Lo
se han llenado de angustia, y soy dice Yave, Dios de Israel.
presa de dolores como de parturienta,
Aturdido, ya no oigo; espantado, ya
no veo. 4 Pasmóse mi corazón, el Oráculo sobre Jcrusalcu.
terror me invadió, la plácida noche
me llena de espanto! 22 1
Oráculo sobre el valle de la
8
Han
puesto la mesa, han ten- Visión.
dido el mantel, comen, beben. ¡Arriba 2
¿Qué tienes para subirte usí toda
príncipes! ¡A engrasar el escudo! a los terrados, ciudad turbulenta,
• Porque ved lo que me ha dicho el llena de tumulto, ciudad de alborotos?
Señor: Ve, pon uno en atalaya que Tus heridos no son heridos a la es-
comunique lo que vea. 7 Si ve un pada, no han muerto en el combate.
tropel de caballos, de dos en dos, un 3 Tus jefes han huido todos a la vez,
tropel de asnos, un tropel de came- han sido apresados sin la defensa del
llos, 8 que mire atentamente, muy arco. Todos tus guerreros han sido
atentamente, y que grite: Ya los veo. cogidos en masa, huían lejos, muy
Así estoy yo, Señor, en atalaya, sin lejos.
cesar todo el día, y me quedo en mi 4
Por eso digo: Apartaos de mí,
puesto toda la noche. dejadme verter amargas lágrimas, no
9
Megan tropeles de gentes, caba- me importunéis con vuestros consue-
llos de dos en dos, se alza una voz, los, por la ruina de mi pueblo.
* Porque es día de alboroto, de angus-
tigo, con gran confusión de quienes les hablan tia y de confusión, de parte de Yave
prome:id3 ayuda. El Señor manda a su profeta Sebaot. En el valle de la Visión
que vaya desceñido y descalzo por las calles de
Jerusalén, para dar a entender a los compatriotas
derrumbamiento de murallas, grite-
que en Egipto ponían su confianza cuan frágil río en la montaña.
era el bastón en que querían apoyarse.
8
Elam ha cogido su aljaba, Aram
ISAÍAS, 23 605

ha montado a caballo, Quir ha sacado fuentes. 26 Aquel día, dice Yave Se-
el escudo. 7 Tus hermosos valles baot, el clavo que estuvo hincado en
están llenos de carros, acampan los lugar firme será arrancado, y caerá
jinetes a sus puertas. 8 Cayó el velo roto, y el peso que de él pendía se
que cubría a Judá, y en tal día miras perderá, pues así lo dice Yave.
a los arsenales de la casa del bosque,
9
y examinas las numerosas brechas
abiertas en la ciudad de David, y Oráculo sobre Tiro.
recoges las aguas del estanque infe-
rior. 10 Cuentas las casas de Jeru- 23 1
Oráculo sobre Tiro (1).
salén, y derribáis para fortalecer las Gemid, naves de Tarsis. Vues-
murallas. 11 Y hacéis foso entre los tro puerto está destruido. A
la vuelta
dos muros, con las aguas de la pis- de la tierra de Quitim les dieron la
2
cina vieja; pero no miráis al que ha noticia. Los habitantes de la cos-
dispuesto estas cosas, no veis al que ta del mar están estupefactos. El
de mucho ha las preparó. mercader fenicio que atraviesa los
12 3
El Señor, Yave Sebaot, os invita mares cuyos mensajeros van sobre
en ese día a llorar, a gemir, a rasurar la muchedumbre de ias aguas, cuya
la cabeza, a ceñir el saco. 13 Pero cosecha era el trigo de Sijor, cuya
en vez de eso hay júbilo y alegría, ganancia la feria de los pueblos.
4
matanza de bueyes y de ovejas, Avergüénzate, Sidón, pues el mar
comilonas y borracheras. Dicen: Co- te dice, te dice la fortaleza del mar:
mamos y bebamos, que mañana mori- No has sido madre, no has parido,
remos. 14 Yave Sebaot me lo ha reve- no has criado hijos, no has educado
lado: Este pecado no os será perdo- hijas. 5 Cuando el Egipto sepa la
nado hasta la muerte, dice Yave noticia, temblarán, al conocer la
Sebaot. caída de Tiro.
15
Así dice Yave Sebaot: Ve a ese 6
Pasaos a Tarsis, lamentaos, mora-
cortesano, a Sobna, mayordomo del dores de la costa. 7 ¿Es ésta vues-
palacio (1). 16 ¿Qué tienes tú aquí tra ciudad alegre, la de antiguo
o a quién tienes tú aquí, para labrarte origen, que iba con sus pasos a leja-
aquí sepulcro? Se está labrando se- nas regiones? 8 ¿Quién decretó tal
pulcro en la altura, se talla una cosa contra Tiro, la coronada, cuyos
morada en la roca. 17 Pero Yave te mercaderes eran príncipes, cuyos ne-
lanzará con fuerte golpe, te echará gociantes eran grandes de la tierra?
9
a rodar con ímpetu, como una bola Yave Sebaot lo decretó, para abolir
a tierra extensa, donde morirás. 18 Allí la soberbia orgullosa, para humillar
morirás, allí tendrás tu glorioso se- del todo a los grandes de la tierra.
10 Pasa
pulcro, ¡oh vergüenza de la casa de a tu tierra, hija de Tarsis,
tu señorl 19 Yo te echaré de tu puesto, que tu puerto no existe ya. 11 Yave
Yave te arrancará de tu lugar. tendió su mano sobre el mar, e hizo
20 temblar a los reinos, y ordenó la
Aquel día llamaré yo a mi siervo
Elyaqujm, hijo c'e Hctías, 21 y le destrucción de las fortalezas de Canán.
revestiré de tu túnica, y le ceñiré 12
Dijo: No te regocijes, Fenicia,
con. tu cinturón, y pondré en sus virgen deshonrada. Levántate y vete
manos el poder. El será un padre a la tierra de Quitim, que ni aun allí
para los habitantes de Jerusalén y habrá reposo para ti. 13 Mira la tierra
para la casa de Judá. 22 Pondré sobre de los caldeos, que ha entregado él a
su hombro la llave de la <;asa de fieras salvajes; alzaron sus torres,
David; abrirá y nadie cerrará, ce-
rrará y nadie abrirá. 23 Le hincaré (i) La grande y rica ciudad comercial de
como clavo en lugar firme, y será Tiro es objeto de muchos vaticinios proféticos.
honrosa silla de la casa de su padre. En los conatos de liberación emprendidos por
24 los príncipes de Canán y Siria, Tiro tenía una
Será el sostén de toda la gloria de
parte principal y, por lo mismo, tuvo que sufrir
la casa de su padre, de hijos y nietos,
los ataques asirios. Pero lo más interesante del
de todos los utensilios, de vasos y oráculo es su conclusión. Lleno de la idea mesiá-
nica el ánimo del profeta, anuncia para des-
pjés de una generación, setenta atios, la res-
(i) Este fragmento es una invectiva contra tauración de Tiro, que volverá a su tráfico, y
elprefecto del palacio, Sobna, que debia de opo- entonces todas las ganancias adquiridas en el
nerse a la acción del profeta. Este le anuncia su comercio y profanadas con el culto de los ídolos
caída y la sustitución por otro, Eliacín, que ten- serán consagradas al Señor para alimentar y
drá una conducta muy otra de la de Sobna. vestir a quienes le sirven.
606 ISAÍAS, 24, 25

edificaron sus palacios, pero él los de los panderos, y se acabó el estre-


convirtió en ruinas. pitoso regocijo y el alegre sonar del
14
Gemid, naves de Tarsis, que arpa. 9 Ya no beben el vino entre
vuestro puerto ha dejado de existir. cantares, y las bebidas son amargas
15
Sucederá aquel día, que Tiro que- al que las bebe. 10 Y están las ciuda-
dará en olvido setenta años, los años des desiertas, en ruinas, cerradas las
de la vida de un rey; y al cabo de casas, sin que nadie entre en ellas.
setenta años será Tiro como dice el 11
Laméntanse por las calles: Ya no
canto de la cortesana: 16 Coge la hay vino, cesó todo gozo, desterróse
cítara, y recorre la ciudad, ramera de la tierra la alegría. 12 La ciudad
olvidada; toca lo mejor que sepas, ha quedado en soledad y las puertas,
13
y canta bien alto, a ver si se acuerdan abatidas, en ruinas. porque está
de ti. la tierra, están los pueblos, como
17
Y al cabo de setenta años, visi- cuando se sacude el olivo, como
tará Yave a Tiro, y ésta recibirá de cuando se hace el rebusco después
nuevo su merced, y se prostituirá a de la vendimia.
todos los reinos del mundo, sobre la su- 14
Alzan sus voces, lanzan gritos de
perficie de la tierra; 18 pero su merced alegría desde las orillas del mar,
y sus ganancias serán consagradas a cantan la majestad de Yave. 15 Glo-
Yave; no serán guardadas ni atesora- rifican a Yave en las islas, en las
das, sino que serán para los que habitan islas del mar, el nombre de Yave,
ante Yave, para nutrirlos abundan- Dios de Israel. 16 Oyese cantar desde
temente y vestirlos espléndidamente. los confines de la tierra: ¡Gloria al
Justol Pero yo en mi tristeza digo:
¡Ay de los impíosl
Devastación universal. 17
Terror, hoya, red, sobre ti, ha-
bitante de la tierra; 18 el que esca-
*> J, 1
He
aquí que Yave devasta la pe al terror, caerá en la hoya; el que
la convierte en un de-
tierra, escape a la hoya, se enredara en la
sierto (1). Trastorna la superficie red. Abrense las cataratas en lo alto,
de la tierra y dispersa a sus habi- y tiemblan los fundamentos de la
tantes, 2 lo mismo al pueblo que al tierra. 19 se rompe con
La tierra
sacerdote, al siervo y a su amo, a estrépito, retiembla, salta en pedazos.
la criada y a su señora, al que compra 20 Tiembla como un ebrio, vacila como

y al que vende, al que presta y al una choza, pesan sobre ella sus peca-
que toma prestado, al acreedor y al dos, v caerá para no volver a levan-
deudor. 21
Entonces, aquel día, visitará
tarse."
3
La tierra será devastada, entre- Yave milicia de los cielos en la
la
gada al pillaje; lo decretó Yave. altura, y abajo a los reyes de la
4
La tierra está desolada, marchita, tierra. 22 Y serán encerrados, presos
el mundo perece, languidece, perece en mazmorra, quedarán encarce-
la
el cielo con la tierra. 6 La tierra está lados en la prisión, y después de
profanada por sus moradores, que muchos días serán visitados. 23 La
traspasaron la ley, falsearon el dere- luna se enrojecerá, el sol palidecerá,
cho, rompieron la alianza eterna. cuando Yave Sebaot será proclamado
* Por eso, la maldición consume la rey. Y sobre el monte de Sión, en
tierra, y sus moradores llevan sobre Jerüsalén, resplandecerá su gloria
sí las penas de sus crímenes. Por eso ante sus ancianos.
los moradores de la tierra son consu-
midos y reducidos a corto número.
7
Y se pierde el vino, y enferma la (¿loria «le Ion elegidoH.
vid, suspiran cuantos antes se
y
regocijaban. 8 Y ha cesado la alegría ") ^
1
Yave. tú eres mi Dios; yo te
ensalzaíé, y alabaré tu nombre,
(i) Este capitulo y los tres siguientes for- porque has cumplido designios mara-
man un verdadero apocalipsis, y como todas las villosos, de mucho ha verdaderos con
obras de este género, ésta es oscura. El profeta verdad. hiciste de la ciudad
2 Porque
se desliga cuanto puede del medio ambiente his- un montón de piedras; de la ciudad
tórico que le rodea, y se traslada con su espíritu
fuerte una ruina. Ya la ciudadela de
i

a tiempos futuros y cercanos del fin de las cosas,


los impíos no es ciudad, y no será
para pintarnos la manifestación de la justicia
jamás reedificada. 3 Por eso te ala-
|

de Dios contra la impiedad y su misericordia


para con los justos. bará un pueblo fuerte, y te temerá la
ISAÍAS, 26 607

6
ciudad de las naciones poderosas. : la roca eterna. El destruye a los
4 que habitan en las alturas, él derriba
Porque eres tú el refugio del débil,
el refugio del pobre en la aflicción, ! a la ciudad soberbia. 6 El la derriba
amparo contra la tempestad, sombra y la humilla hasta la tierra, y es
contra el calor. Pues el aliento de hollada por pies, por los pies de los
los poderosos es como una borrasca pobres y los débiles,
de invierno, 5 como calor sobre tierra j
7
La senda de los justos es
seca; humillarás el orgullo de los j
recta, derecho es el camino que tú
impíos; 6 como el calor a la sombra ¡
abres al justo. 8 Nosotros te espe-
de una nube, se extinguirá el canto ! ramos en el sendero de tus juicios.
triunfal de los poderosos. ¡
¡Oh Yavel Tu nombre, tu memoria,
6
Y preparará Yave Sebaot a i
es el deseo de mi alma. 9 Deséate
todos los pueblos, sobre este mon- mi alma por la noche, y mi espíritu
te, un festín de suculentos man- te busca dentro de mí, pues cuando
jares (1), un festín de vinos genero- aparezcan sobre la tierra tus juicios,
sos, de manjares grasos y tiernos, de aprenderán los hombres la justicia.
vinos selectos y clarificados; 7 y 10 Si al impío se le hace gracia, no
sobre este monte hará desaparecer el aprende la justicia, y en la tierra del
velo que vela a todos los pueblos, la bien él hace el mal. Desaparezca
cortina que cubre a todas las nacio- de la tierra el impío; que no vea la
nes. 8 Y destruirá a la muerte para majestad de Yave.
11
siempre, y enjugará el Señor, Yave, Alzada está tu mano, ¡oh Yave!;
las lágrimas de todos los rostros, no lo han visto, pero ya verán, con-
y alejará el oprobio de su pueblo ¡
fundidos, tu celo por tu pueblo, y
lejos de toda la tierra. Lo dice Yave. i el fuego devorará a tus enemigos.
12
|
Depáranos la paz, ¡oh Yave!,
i
pues que cuanto hacemos, eres tú
Cántico de los redimirlos. |
quien para nosotros lo haces. 13 Yave,
Dios nuestro; otros señores, que no
tú, se enseñorearon de nosotros. Pero
9
Y se dirá en aquel día: He aquí gracias a ti, sólo tu nombre invoca-
nuestro Dios, hemos esperado en él remos. 14 Los muertos no revivirán,
que nos salvaría. Ahí está Yave, a no resucitarán las sombras, tú los
quien esperábamos; gocémonos y ale- castigaste y destruíste, tú borraste
grémonos de su salud. 10 Porque la su nombre.
mano de Yave se posará sobre este 15 Multiplica al pueblo, ¡oh Yave!,
monte, y Moab será pulverizado, multiplica al pueblo, muéstrate glo-
como se pulveriza la paja en el mula- rioso, extiende los confines de la
dar, 11 allí tenderá sus brazos, como tierra. 16 En la aflicción, ¡oh Yave!,
los tiende el nadador para nadar; pero te hemos buscado, hemos clamado
Yave abatirá su soberbia y los esfuer- en la angustia, cuando tu castigo nos
zos de sus manos, 12 sus manos fuer- hería. 17 Como la mujer encinta
tesy soberbias; los destruirá, los derri- cuando llega el parto, se retuerce y
bará, los echará a tierra, en el polvo. grita en sus dolores, así estábamos
nosotros lejos de ti, ¡oh Yave! 18 Con-
2()
1
En aquel día cantarán este cebimos, y en dolores de parto pari-
cántico en la tierra de Judá: mos viento; no dimos salud a la
Tenemos una ciudad fuerte, por tierra y no nacieron habitantes. 19 Re-
muro y antemuro nos da salva-
él la vivirán tus muertos, resucitarán sus
ción. 2
Abrid las puertas, que entre cadáveres (1). Alzaos y cantad, los
el pueblo justo y fiel, 3 esperanza que yacéis en el polvo, pues tu rocío
inquebrantable, conservarás la paz es rocío de luz, y renacerán las som-
y reinará en ti la confianza. 4 Con- bras del seno de la tierra.
fiad siempre en Yave, pues Yave es 20 Anda, pueblo mío. Entra en tu
casa y cierra las puertas tras de ti;
(i) Los sacrificios pacíficos eran ocasión de ocúltate por un poco, mientras pasa
alegres festines en el recinto del santuario, a los la cólera. 21 Porque va a salir Yave
cuales el Deuteronomio exhorta a invitar a los
pobres y levitas; el Señor anuncia aquí que dará
en Sión un gran banquete a todos los pueblos, (i) Este pasaje habla de la resurrección del
a quienes, para mayor solaz, protegerá contra pueblo; pero no es fácil decidir si es la resurrec-
los ardores con una nube, como la que en el de- ción nacional de que habla Ezequiel (37) o la
sierto protegía a Israel. individual de Daniel (2, 2).
608 ISAIAS. 27, 28

de su morada, para castigar la ini- gloria, que se alza sobre la cima en


quidad de los moradores de la tierra. el fértil valle de los que se atracan
Y la tierra dará a ver la sangre que de vino! (1).
2
He aquí que Yave
ha bebido, no encubrirá más sus manda un fuerte y poderoso, como
a
muertos. turbonada de granizo, como huracán
devastador, como chaparrón impe-
OT Aquel día castigará Yave.con
1
tuoso de aguas torrenciales, que todo
su espada pesada, grande y lo inundan y derriban. 3 Será piso-
poderosa, al I.eviatán, a la serpiente teada la corona soberbia de los be-
huidiza, al Leviatán, la serpiente bedores de Efraím, y la flor mar-
tortuosa, y matará al dragón que chita de la hermosura de su gloria,
4
está en el mar. que se alza sobre la cima en el
2
Aquel día se dirá: Cantad a la fértil valle de los que se atracan de
viña hermosa; yo, Yave, la guardo. vino. Será como breva tempranera,
3
Yo la riego a todas horas, para que que se adelanta a la cosecha, y en
no caiga su follaje; 4 yo la guardo día viéndola, se coge y se come.
5 En
y noche, sin enojo. Que salen cardos aq.uel día Yave Sebaot será
y zarzas, yo les haré la guerra y los corona de gloria y diadema de her-
quemaré todos, 5 a no ser que se mosura para las reliquias de su pue-
pongan bajo mi protección, y hagan blo. * Espíritu de justicia para el
la paz conmigo, hagan conmigo la que anda en justicia, y de fortaleza
paz. para el que haya de rechazar el asal-
6
Vendrá día en que Jacob echará to de las murallas. 7 También ellos
raíces, c Israel echará flores y retoños, se tambalean por el vino, y se enton-
y llenará la tierra con su fruto. 7 ¿Le tecen con las bebidas. Sacerdotes y
hirió acaso Yave, como hirió a los profetas vacilan, embriagados por
que le herían? ¿Le mató, como mató los licores inebriantes; se ahogan en
a los que le mataban? 8 Le castigó el vino, y se aturden con las bebidas
arrojándole al destierro, echándole fuertes, y yerran en la visión, y tro-
con su soplo impetuoso, como viento piezan en el juicio. 8 Las mesas están
solano. 9 Aquí se expió el crimen de todas llenas de vómitos e inmundi-
Jacob, y he aquí el fruto del perdón cias, no hay lugar para más.
de su pecado. Desmenuzó Yave las • ¿A quién se le va a enseñar la
piedras de sus altares como piedras sabiduría? ¿A quién se van a dar lec-
calizas, y los ascras y las estelas ciones de la doctrina? ¿A los recién
del sol no volverán a levantarse. destetados? ¿A los que apenas han
10 sido arrancados de los pechos? 10 ¿Va-
Sí, la ciudad fuerte fué asolada,
ha quedado desierta, abandonada mos a balbucear constantemente:
como un desierto. Allí pacen los sav lasav, sav lasav, sav lasav, zer
11
bueyes, allí duermen, allí ramonean. saín, z°r saml
Pues bien,
(2).
11 balbuceando, como quien tarta-
Cuando las ramas están secas, se sí,
rompen, vienen las mujeres y les mudea en una lengua extranjera,
prenden fuego. Es un pueblo sin será como se enseñe a este pue-
conocimiento; por eso el que le hizo blo.
12
no tuvo piedad de él, el que le formó Habíales dicho: Aquí está el
no se compadeció de él. 12 Entonces reposo, dad reposo para el fatigado,
hará Yave la cosecha de sus frutos, aquí está el descanso; 13 pero no han
desde el curso del río hasta el torrente querido obedecer, y ahora Yave les
de Egipto, y vosotros seréis recogidos dirá: sav lasav, sav lasav, sav lasav,
uno a uno, hijos de Israel. 13 Entonces zer sam, ztr sam. Y asi, al andar,
se tocará la gran trompeta, y vendrán
los dispersos en la tierra de Asur y
(i) El comienzo de este capitulo va dirigido
los fugitivos en Egipto, y se pros-
contra Samaria antes de su ruina (721), y sin
ternarán ante Yave en el monte duda no es mas que un breve fragmento de un
santo de Jerusalén. oráculo más extenso.
'
(3) Estas palabras, que se repiten en el ver-
tíntelo contra Samarla sículo 1 3, no tienen sentí io alguno; son un reme-
\ centra do del balbuceo de los niños en las escuelas. El
Jerusalén.
profeta dice que hablará asi a los implo;, que
no quieren escuchar, para que no entiendan la
28 1
tAy de la corona soberbia de
los bebedores de Efraíni, de 1.a
palabra del Señor que los podría librar. Se
reproduce en otra forma el pensamiento
¡

flor marchita de la hermosura de su de 6. 9.


i
ISAÍAS, 29 609

caerán de espaldas, y serán quebran- Castigo de Jcrusalén.


tados y cogidos en el lazo.
14
Oíd, pues, burlones, la palabra 90 1
¡Ay de Ariel, ay de Ariel, la
de Yave; oídla, maestros del pueblo ciudad en que habitó Davidl
de Jerusalén. 15 Vosotros decís: He- Añadid a un año otro año, hasta que
mos hecho pacto con la muerte, nos se complete el ciclo de las fiestas.
2
hemos concertado con el sepulcro; Luego yo atacaré a Ariel, y habrá
el azote desencadenado pasará sin lle- llantos y gemidos. 3 Serás para mí
gar a nosotros; nos hemos hecho de la un verdadero Ariel. Como te asedió
mentira abrigo, de la perfidia re- David, te asediaré yo; te rodearé de
fugio. una circunvalación, y alzaré baluar-
16 Por eso dice el Señor, Yave: tes contra ti. 4 Y serás derribada,
Yo he puesto en Sión por funda- vendrá a tierra tu palabra, y tus
mento una piedra, piedra probada, ahogados sonidos saldrán 'del polvo,
piedra angular, de precio, sólidamente y saldrá de la tierra tu voz como la
asentada. El que en rila se apoye, de un fantasma, y del polvo tu pala-
no titubeará. 17 Y de la justicia haré bra como un murmullo. 5 Pero la
regla, y del derecho haré nivel. La muchedumbre de tus enemigos será
granizada echará abajo el abrigo de como fino polvo, la turba de tus
la mentira, y las aguas torrenciales dominadores como paja que vuela.
se llevarán el refugio de perfidia. Y vendrá esto de repente, en un mo-
1S Vuestro pacto con la muerte que- mento, porque te socorrerá Yave
dará roto, y vuestra convención con Sebaot, 6 con truenos, estruendo y
19
el Seol, anulada. Cuando el azote gran ruido, con huracán, tempestad
desencadenado pase, os aplastará; y llama de fuego devorador. 7 Será
siempre que pase, os llegará. Y pasa- como un sueño, como visión noctur-
rá todas las mañanas, pasará de día na, la muchedumbre de las gentes
y de noche, y su espantoso terror que combaten a Ariel, que la atacan
os servirá de lección. 20 La cama será y embisten su fortaleza, y la estre-
corta para poder estirarse, y la manta chan de cerca. 8 Como el hambriento
demasiado estrecha para poder en- sueña que come, y se levanta con el
volverse. 21 Porque se alzará Yave, estómago vacío, como sueña que
como en el monte de Perasim, y ru- bebe el sediento, y se levanta luego
girá de cólera, como en el valle de agotado y desfallecido, lo mismo su-
Gabaón, para realizar su obra, obra cederá a la muchedumbre de gentes
extraordinaria, para hacer su labor, que atacan el monte de Sión.
labor inaudita. 22 No os hurléis, pues, 9
Espantaos, asombraos, ofuscaos,
no se aprieten todavía más vuestras cegad. Lmbriagaos, pero no de vino;
ataduras, pues decretada está la des- bamboleaos, pero no de embriaguez,
10
trucción para la tierra toda; yo se porque derrama Yave sobre vos-
lo he oído a Yave Sebaot. otros un espíritu de letargo, y cierra
23
Atended, oíd mi voz, escuchad, vuestros ojos, y vela vuestras ca-
oíd mis palabras. 24 ¿.Acaso está siem- bezas. 11 Toda revelación es para
pre el labrador arando, cavando o vosotros como libro sellado; se le da
rastrillando? 2i Después de allanar a leer a quien sabe leer, diciéndole:
la superficie, ¿no siembra la neguilla Lee esto, y responde: No puedo, el
o esparce el comino, o echa el trigo libro está sellado. 12 O se da el libro
en líneas, o la cebada en su sitio y a quien no sabe leer, diciéndole: Lee
la avena en el suyo? 26 Su Dios los eslo, y responde: No sé leer.
instruye, y Ies enseña cómo han de 13
El Señor dice: Pues que este
hacer. 27 Ni tampoco se trilla la ne- pueblo se me acerca sólo de palabra,
guilla con el trillo, ni se hace pasar y me honra sólo con los labios, mien-
sobre el comino la rueda de la ca- tras que su corazón está lejos de
rreta, sino que la neguilla se bate mí, puesto que su temor de mí no
con un palo, y el comino se bate con es más que un mandamiento humano
la vara. 28 Y el trigo, ¿se muele acaso aprendido de memoria, 14 voy a hacer
en la era? No; es pisado sin cesar, nuevamente con este pueblo extraor-
se hace pasar sobre él la rueda del dinarios prodigios, ante los que fallará
carro, pero no se muele. 29 También la ciencia de los sabios, y será confun-
esto lo enseña Yave Sebaot, cuyos dida la prudencia de los prudentes.
consejos son admirables, y cuya 15 ¡Ay de los que se esconden de
sabiduría es muy grande. Yave, queriendo encubrir sus pen-
39
6Í0 I8AÍAS, 30

samientos, y para sus obras buscan i


salen el león y la leona, la víbora y
las tinieblas! De
que dicen: ¿.Quién
los el dragónvolador. Llevan a lomo
ros ve? (Quién nos conoce? 18 ¡Qué de los asnos sus riquezas, y sobre la
perversidadl Tener por barro al al- giba de los camellos sus tesoros, para
farero, decir a su hacedor la obra: un pueblo que de nada sirve. 7 Por-
No rrc has hecho tú; y ci vaso a que el socorro de Egipto no es más
quien lo hizo: No sabes nada. que vanidad, nada; y por eso le llamo:
17
Sí, de aquí a muy poco, el La soberbia adormilada.
8
Líbano será un vergel, y el vergel Ye, pues, y escribe esta visión
será un bosque. 18 Entonces oirán en una tableta, consígnala en un
los sordos las palabras del libro, y libro, para que sea en los tiempos
los ciegos verán sin sombras ni ti- venideros perpetuo y eterno testi-
nieblas. 18
Se regocijarán en Yavc monio. 9 Porque este pueblo es un
los humillados, y aun los más pobres pueblo rebelde, son hijos fementidos,
se gozarán en el Sanio de Israel. que no quieren escuchar la ley de
20 Porque se acabó la violencia, tuvo Yave. 10 Que dicen a los videntes:
fin el escarnio, y fueron aniquilados No veis, y a los profetas: No nos
los que se van tras la iniquidad; habláis más que de castigos, decid-
21 los
que por una palabra conde- nos cosas halagüeñas, profetizadnos
naban a uno; los que ponían ase- mentiras, 11 apartaos del camino, qui-
chanzas cor.lra quien en la puerta taos del sendero, dejad de poner a
los vencía; lrs que por un nada ne- nucslra vista al Santo de Israel.
12 Por
gaban al justo su derecho. eso. he aqui lo que el Santo
22 Per eso el cue redimió a Abraliam, de Israel dice: Ya que rechazáis la
Yave, dice a la casa de Jacob: Ya palabra, y confiáis en falsedades c
no será confundido Jacob, ya no¡ iniquidades, y en ellas os apoyáis,
palidecerá su rostro. 2J Porque susi 13 sea ese vuestro pecada para vos-

hijos verán mi obra en me(üi> de ellos, otros grieta cu pared ruinosa, como
y santificarán mi nombre. Y prego- joroba en alto muro, cuyo derrumba-
narán sanio al Santo de Jacob, y miento llega de repente, en un ins-
temerán al Dios de Israel. 24 Y los tante, y se rompe, como sin piedad
14 basta
de alma descarriada aprenderán la se rompe una vasija de barro,
sabiduría, y los que murmuraban no quedar siquiera un tejón para lle-
aprenderán la doctrina. var brasas al brasero, o para sacar
agua de la cisterna.
30 ¡Ay de los hijos rebeldes, dice
1 15 Porque ved lo que dice el Señor,

^ ave. que proyectan sin tener- Yave, el Santo de Israel: En la con-


me en cuenta a n i. que hacen pactos versión y la quietud está vuestra
contra mí, añadiendo pecados a pe- salvación, y la quietud y la confianza
cados! 2 Toman el camino tic Egipto seján vuestra fuerza; 18 pero vos-
sin haberme consultado (1), para otros no habéis querido obedecer, y
pedir el auxilio del Faraón, para po- habéis dicho: No, huiremos en caba-
nerse a su sombra. 8 Pero el apoyo llos. Bien, huid. Huiremos en caba-
del Faraón será vuestra vergüenza, llos veloces. 17Huiréis mil amenaza-
y el amparo de Egipto será vuestra dos por cinco, hasta quedar como un
confusión, 4 pues cuando estén tus mástil sobre la cumbre de un monte,
príncipes en Zoán, y lleguen tus em- o como bandera sobre su cima.
bajadores a Harcs, 6 todos quedarán 18 Por eso os está esperando Yave,

burlados por el pueblo que de nada para haceros gracia; por eso se le-
les servirá, ni podrá socorrerlos y vanta, para tener misericordia de
ayudarlos, mas será su vergüenza y vosotros, que es Yave Dios justo, y
sii ignominia. cuantos se le acogen son bienaventu-
6
las bestias de carga
Aparejan rados.
para mediodía, a través de una
ir al 19
Sí, pueblo de Sión, habitantes
región desierta y desolada, de donde de Jcrusalén, ya no llorarás más.
LT te hará gracia cuando le invoques;
(i) Desde este versículo hasta el fin del en oyendo tus clamores, te respon-
capitulo J2. tenemos una serie de discursos en derá, 20 cuando te haya dado a
que el profeta combate las vanas esperanzas d<
comer el Señor el pan de la angustia
muchos israelitas en la ayuda de Egipto para lu-
char contra los asirios. No faltan las promesa: y a beber el agua tasada. Ya no se
de salud al lado de las amenazas; vcibigra- ocultarán tus maestros, sino que con
cia: 29, 5-8; 17-24; 30, 18-29; 32. 15-20. tus ojos los verás, 21 y oirás con tus
ISAÍAS, 31, 32 611

oídos la voz que te dirá: Esc es el en traer los males, y no retira su


camino, anda por 61; si te apartas palabra. Y se levantará contra la
a la derecha o a la izquierda. 22 Ten- casa de los malvados, contra el so-
dréis entonces como inmundicia la corro a los que obran la iniquidad.
3
plata que cubre vuestros ídolos, y El egipcio es un hombre, no es un
el oro que decora vuestras imágenes. dios, y sus caballos son carne, no son
Y las tiraréis como cosa inmunda, espíritu. Y en tendiendo Yave su
diciendo: Lejos de aquí. 23 Entonces mano, caerá el protector y caerá el
te clara él la lluvia para la simiente protegido, ambos juntamente pere-
que siembres en la tierra, y el pan cerán. 4
Porque ved lo que me ha
que la tierra producirá será suculen- dicho Yave: Como león que ruge, o
to y nutritivo. 24 Entonces pacerán como cachorro de león cine se arroja
tusganados en pastos pingües, y los sobre la presa, contra el cual se reún'e
bueyes y los asnos que labran la toda la turba de pastores, pero no se
tierra comerán forraje salado, apa- acobarda ante sus gritos ni se turba
leado y bieldado. 25 Entonces en
-
ante su número, así Yave Scbaot
todo monte alto y en todo collado se lanzará a la lucha en el monte de
sublime habrá arroyos y corrientes Sión, en su collado, 5 y huirán los
de agua, a! tiempo de la gran matanza, enemigos como aves que levantan el
de la caída de las torres. 28 Será en- vuelo. Así protegerá Yave Scbaot
tonces la luz de la luna como la luz a Jcrusalén, protegiendo, librando,
del sol, y la luz del sol siete veces preservando, salvando.
mayor, al tiempo en que curará Yavc 6
Volveos, hijos de Israel, a aquél
la herida de su pueblo y sanará las de quien tan profundo abismo os
llagas de sus azotes. separa. 7 Entonces cada cual tirará
27 He aquí el nombre de Yavc, que sus ídolos de plata y sus ídolos de
viene de lejos. Arde su cólera, es un oro, que vosotros mismos os hicisteis,
incendio violento. Sus labias respiran con vuestras manos pecadoras. 8 Asur
furor, su lengua es como fuego devo- caerá a la espada, que no es espada
rador. 28 Su aliento es como torrente de hombre, herido por espada que
desbordado que sube hasta el cuello, no es de un mortal. Huirá ante la
para acribar a las naciones en la espada, y sus jóvenes guerreros serán
criba de la destrucción, y poner un cautivados; 9 y de miedo caerá su
bozal de engaño a las mandíbulas fortaleza, y sus jefes, espantados,
de los pueblos. 25 Entonces vosotros abandonarán sus banderas. Así dice
cantaréis como en noche de fiesta, Yave, que tiene su fuego en Sión y
tendréis alegre el corazón como su horno en Jerusalén.
quien marcha al son de la f.aula,
para ir al monte de Yave, a la roca o<) 1 He aquí que reinará un rey
de Israel. 30 Y hará oír Yave su voz OZ¡ en justicia, y gobernarán go-
majestuosa, y mostrará su brazo bernadores en juicio. 2 Cada uno
amenazador, en el ardor de su ira, será como abrigo contra el huracán,
en medio de fuego devorador, en tem- como refugio contra la tempestad,
pestad, en aguacero y en granizo. como corriente de agua en tierra seca,
31
A la voz de Yavc temblará Asur, como la sombra de una gran roca
y será herido con el palo. 33 Cada para tierra calurosa. 3 No se ofus-
golpe del palo vengador que Yave carán los ojos de los que ven, y esta-
descargue sobre él, se dará al son rán atentos los oídos de los que oyen.
4
de tambores y arpas y entre danzas. Los fatuos juzgarán acertadamente,
33
Está desde hace mucho tiempo y la lengua tartamuda hablará claro
preparado un Tofet, destinado a Mc- y expedito.
5
No se llamará ya noble
lec. Preparado, hondo y ancho, en al loco, ni magnánimo al bellaco.
6
que no falta paja y leña, que el El insensato dice insensateces, y
soplo de Yavc va a encender como su corazón maquina la maldad; co-
torrente de azufre. meter iniquidades, escarnecer a Yave,
dejar al hambriento con su hambre,
1
'^- ^ e ' os CI UC ^ a J an a Egipto Las
7
r
y quitar al sediento la bebida.
O1
'•i
en busca de socorro, y confían
I armas del malvado son perniciosas,
en los caballos, y en la muchedum- traza planes malignos, para perder
bre de carros y de los caballeros, pero al desvalido con palabras mentiro-
no miran al Santo de Israel y no sas, aunque sea justa la causa del
buscan a Yave! 2 Poqrue él es diestro pobre; 8 mientras que el bueno tiene
612 ISAÍAS, 33, 34

nobles designios, y en sus nobles de- como cuando se recogen las langostas,
signios persevera. y se precipitan sobre él. como sobre
9 Mujeres
descuidadas, oíd mi voz; ios campos la langosta. 5 Yave es
mujeres confiadas, escuchad mis pa- grande, se sienta en los cielos y llena
labras. 10 Dentro de un año y unos a Sión de rectitud y de justicia.
días habréis de temblar, ¡oh confia- ' La seguridad de aquellos días será
das!, porque no habrá vendimia ni tesoro de ventura; serán su riqueza:
cosecha. 11 Temblad, descuidadas; es- Sabiduría, entendimiento y temor de
tremeceos, confiadas; despojaos, des- Yave.
7
nudaos, ceñid de saco vuestros lomos. Ved: Los de Ariel lanzan gri-
12
Se dan golpes de pecho, llorando tos, y los mensajeros de paz llo-
por los hermosos campos y las férti- ran amargamente. 8 Las calles están
les viñas. 13 En la tierra de mi pueblo desiertas, no hay quien pase por los
no hay más que cardos y espinas;! caminos; él ha roto la alianza, ha
y aun en todas las casas de placer aborrecido a las ciudades, no hace
de la ciudad alegre. 14 Los palai ios cuenta de nadie. 9 La tierra está
están desiertos, desierta la ciudad en luto, entristecida; el Líbano con-
ruidosa, torres y fortalezas devasta- fuso, desfallecido; Sarón es como un
das, para siempre convertidas en desierto, Basan y el Carmelo han
cuevas, lugar de descanso para los perdido su follaje.
asnos salvajes, y de pasto para los luNoy a levantarme, dice Yave,
¡

ganados. voy a alzarme, voy a subir. 11 Habéis


15 Mientras no sea derramado sobre concebido heno y pariréis paja, y
nosotros un espíritu de lo alto, y el vuestro soplo será fuego que os de-
desierto se torne en vergel, y el vergel ¡
vorará. 12 Los pueblos serán reduci-
venga a ser selva, 16 y el derecho mo- dos a cenizas, como zarzas cortadas
re en el desierto y la justicia en el y consumidas por el fuego. 13 Vosotros,
vergel. 17 Y la paz será obra de la j
ios que habitáis lejos, oíd lo que yo
justicia; y el fruto de la justicia, el hago, y los que estáis cerca, conoced
j

reposo y la seguridad para siempre. mi poder. 14 Los pecadores en Sión


18 Mi pueblo habitará en morada de se espantarán, y temblarán los im-
paz, en habitación de seguridad, en píos. ¿Quién de nosotros podrá inorar
asilo de reposo; 19 y la selva caerá i en el fuego devorador? ¿Quién habi-
a los golpes del granizo, y la ciudad tar en las eternas llamas?
'

será del todo abatida. 20 Venturosos I


15 Kl hombre justo en sus caminos

vosotros, los que sembráis a la orilla y recto en sus palabras, que no quiere
de las aguas, y no atáis al buey ni j
ganancias fruto de la violencia, y
al asno. cuya mano rechaza el presente co-
rruptor; el que cierra sus oídos a
proposiciones sanguinarias, y se tapa
14 ése
los ojos para no ver el mal,
Liberación de Jeruaalén.
habitará en las alturas y tendrá su
refugio en firmes rocas, tendrá pan
33 Av de t¡ devastador, que no
1
l . ' y no le faltará el agua.
17 Tus ojos verán al rey en su mag-
has sido devastado! ¡Ay de ti, sa-
queador, que no has sido saquea- nificencia, y verán la tierra que se
do! (1). Cuando acabes de devastar, extiende hasta muy lejos. 18 Tu cora-
serás tú devastado; cuando acabes zón recordará los días de terror:
de saquear, serás tú saqueado. ¿Dónde está el exactor? ¿Dónde el
2
Ten, ¡oh Ya ve!, piedad de nosotros, pesador? ¿Qué fué de los que conta-
que en ti hemos confiado. Sé 1ú ban las reses? 19 A esa gente espan-
nuestro brazo cada día, nuestro so- table, de lengua oscura, que tu nO'
corro al tiempo de la tribulación. entiendes, que tartamudea pala-
3
A la voz de trueno, huyen los pue- bras imposibles de descifrar, no la
blos; cuando te alzas tú, las nacio- verás ya más. 20 Mira a Sión, la ciu-
nes se dispersan. 4
Se recoge el botín, dad de nuestras festividades; vean
tus ojos a Jerusalén, morada de
quietud, tienda bien fija, cuyos cla-
(i) Este oráculo fué pronunciado hacia 701. vos no serán arrancados, ni rota
en la época de la invasión de Senaquerib, cuya cuerda alguna. * l Aquí está Yave
derrota predice con la salud de Jerusalén. Esta
salud da pie al profeta para anunciar los tiem-
para nosotros en su gloria, es para
pos mesiáñicos. nosotros río y anchos arroyos, por
613

donde no irán barca* de rumos, ni tiro;,... sus cubiles. 12


Allí ya no habrá
Pasará ningún poderoso navio. reino, y desaparecerán
todos sus
22 Yave es
nuestro juez, Ya ve es grandes. 13
En
sus palacios crecerán
nuestro jefe, Yave es nuestro rey, las zarzas, en sus fortalezas las orti-
23
él nos salva. Tus cuerdas se aflo- gas y los cardos, y serán morada de
jaron, ya no sostienen el mástil, ya chacales y refugio de avestruces.
no tienden las velas. 24 Entonces la 14
Perros y gatos salvajes se reunirán
presa que se repartirá será muy allí,y se juntarán allí los sátiros.
grande: hasta los cojos tomarán parte Allí tendrá su morada el fantasma
en el saqueo. 25 Nadie dirá: Estoy nocturno, y hallará su lugar de re-
enfermo, pues el pueblo obtendrá el poso. 15 Allí hará su nido la serpien-
perdón de sus iniquidades. te, y pondrá sus huevos, los incubará
y los sacará. Allí se reunirán los bui-
tres, y se encontrarán los unos con
Juicio contra las gentes. los otros.
16 Buscad en el libro de Yave, y
veréis que no falta ni uno, porque lo
34 1
Acercaos, pueblos y oíd; es- ha mandado la boca de Yave, y su
cuchad, naciones; oiga la tierra soplo los ha reunido. 17 El mismo ha
y cuantos la llenan, el mundo y echado suertes entre ellos, y con su
cuanto en él se produce. 2 Porque está mano echó las cuerdas de la distri-
irritado Yave contra todas las na- bución de la tierra; y la poseerán
ciones, airado contra todo el ejército por siempre, y la habitarán de ge-
de ellas. 3 Las destina al matadero, neración en generación.
las entrega al exterminio y sus muer-
tos quedarán tirados. Exhalarán los
cadáveres un hedor fétido, y por los Liberación \ gloria de Israel.
montes correrá en arroyos su sangre.
4
La
milicia de los cielos se disuelve,, 1 Alegraránse el desierto y la
se enrollan los cielos como se enrolla tierra árida, se regocijará la sole-
un libro; y todo su ejército caerá como dad y florecerá como un narciso. 2 Flo-
caen las hojas de la vid, como caen recerá y exultará con júbilo y cantos
las hojas de la higuera. 5 Mi espada de triunfo; le será dada la gloria del
se embriagará en
los cielos, y va a Líbano, la hermosura del Carmelo y
caer sobre Edom, sobre el pueblo del Sarón. Se verá la gloria de Yave
que he destinado al exterminio, para y la magnificencia de nuestro Dios.
castigarle. 6 La espada de Yave cho- 3
Fortaleced las manos débiles, y
rrea sangre, y está cubierta de grasa; corroborad las rodillas vacilantes.
de la sangre de los corderos y los 4
Decid a los de apocado corazón:
machos cabríos, de la grasa de los Valor, no temáis, he ahí a nuestro
ríñones de los carneros; porque hace Dios. Viene la venganza, viene la
Yave un sacrificio en Bosra, y gran retribución de Dios, viene él mismo,
carnicería en la tierra de Edom. y él os salvará. 5 Entonces se abrirán
7
Caen con ellos los búfalos, y los los ojos de los ciegos, se abrirán los
bueyes con los toros. Su tierra está oídos de los bordos. 6 Entonces sal-
borracha de su sangre, y su suelo tará el cojo como un ciervo, y la
cubierto de grasa. 8 Es para Yave lengua de los mudos cantará gozosa.
un día de venganza, un año de des- Brotarán aguas en el desierto, y co-
quite para la causa de Sión. rrerán arroyos por la soledad. 7 La
9
Los torrentes de Edom se conver- tierra seca se convertirá en estanque,
tirán en pez, y su polvo en azufre, y el suelo árido en fuentes. Lo que
y será su tierra como pez que arde. fué morada y cubil de chacales, se
10 No cubrirá de cañas y de juncos, 8 y
se apagará ni de día ni de
noche, nunca se extinguirá, subirá habrá allí camino ancho, que llama-
su humo perpetuamente. Será aso- rán la vía santa; nada impuro pasa-
lada para generaciones y generacio- rá por él. El mismo guiará al cami-
nes, y nadie pasará más por ella. nante, y los simples no se descarria-
11
Se adueñarán de ella el pelícano y rán. 8 No habrá
allí leones, ni fiera
el mochuelo, la habitarán la lechuza alguna pondrá los pies allí. Por ella
y el cuervo. Echará sobre ella las marcharán los libertados, y volve-
cuerdas de la confusión y el nivel rán los rescatados de Yave. 10 Ven-
del vacío, y habitarán en ella los sá- drán a Sión, cantando cantos triun-
6 14 ISAÍAS, 36

íales; alegría eterna coronará sus Joás dijeron a Rabsaces: Habla a


fuentes. Los llenará el gozo y la ale- tus siervos en arameo, pues le enten-
gría, y huirán la tristeza y los llantos. demos, no nos hables en judío, que
lo oiga la gente que hay en las
murallas. 12 Rabsaces respondió: ¿Aca-
La invasión asiría. Primera ten- so a tu señor y a ti me ha mandado
tativa «le Senaquerib para rendir mi Señor dirigir estas palabras? ¿No
a Jerusalén. son más bien para la gente sentada
en las murallas, que con vosotros
Oy 1
El año catorce del reinado de habrán de comerse sus excrementos y
Oí) Ezequías (1), Senaquerib, rey beberse sus orines? 13 Avanzó en-
de Asiría, se puso en marcha contra tonces Rabsaces, y gritó fuertemente
todas las ciudades fuertes de Judá, en lengua judía:
14
y se apoderó de ellas.
2
Envió el rey He aquí lo que dice el rey grande,
de Asiría a Rabsaces, con imponen- el rey de Asiria: Que no os engañe
tes fuerzas, de Laquis a Jerusalén, Ezequías. 15 Mirad que él no podrá
al rey Ezequías. Tomó aquél posición libraros. Que no os haga confiar en
cerca del acueducto de la piscina Yave, diciendo: Yave seguramente nos
superior, en el camino del campo del librará, no caerá esta ciudad en
batanero. 3 Entonces Elyaquim, hijo poder del rey de Asiria. 14 No escu-
de Helcías, prefecto del palacio, fué chéis a Ezequías; he aquí lo que dice
con Sobna, el secretario y Joás, hijo el rey de Asiria: Haced paces con-
de Asaf, el canciller, a Rabsaces, migo, rendios, y cada cual comerá
<jue les dijo: * He aquí la palabra del el fruto de su viña y de su higuera,
rey grande, del rey de Asiría: ¿De y beberá el agua de su cisterna,
dónde te viene esa tu confianza? 17 hasta que venga yo a llevaros a
5 ¿Crees que palabras vanas pueden una tierra como la vuestra, tierra de
servir de consejo y de fuerza para la trigo y de vino, tierra de cereales y
guerra? ¿En qué pones, pues, tu con- de viñas. 18 Que no os embauque
fianza para rebelarte contra mí? 6 ¿Es Ezequías, diciendo: Yave nos librará.
que cuentas con el Egipto, y has ¿Acaso los dioses de los pueblos libra-
tomado por apoyo a esa caña rota, ron cada uno a su tierra de las
que horada y hiere la mano que sobre manos del rey de Asiria? 19 ¿Dónde
ella se apoya? Porque eso es el Faraón, están los dioses de Hamad y de
rey de Egipto, para todos cuando Arpad? ¿Dónde los dioses de Se-
con él cuentan. 7
Y si me decís: íarvaim?
Es en Yave, nuestro Dios, en quien ¿Dónde los dioses de la tierra de
ponemos nuestra confianza: ¿No ha Samaría? ¿Libraron a Samaría de
sido el mismo Ezequías quien ha mis manos? 20 ¿Cuál de Iqs dioses de
hecho desaparecer los altos y los estas tierras pudo librar la suya de
altares, diciendo a Judá y a Jeru- mis manos, para que vaya a poder
salén: No os postréis ante ese altar? librar de mis manos a Jerusalén?
21 Ellos se callaron,
8
Haz, pues, convenio con mi señor y no dijeron
el rey de Asiría. Yo te daré mis nada, porque el rey había dado esta
22 Elyaquim,
caballos, si tú eres capaz de aprontar orden: No les respondáis.
otros tantos jinetes que los monten. hijo de Helcías, prefecto del palacio,
9
¿Serías tú capaz de rechazar a uno Sobna, secretario, y Joás, hijo de
solo de los menores servidores de Asaf, canciller, rasgaron sus vestí- 1
mi Señor? Pero cuentas con que el duras, se tornaron a Ezequías, y
Egipto te va a suministrar caballos y le refirieron las palabras de Rab-
gentes. 10 Sin embargo, ha oído bien saces.
Yave cómo he invadido yo esta
tierra para devastarla. Yave me
ha dicho: Invade la tierra y de- Ezequías consulta a Yave por
vástala. Isaías.
11 Entonces Elyaquim, Sobna y
1
En oyendo el rey Ezequías
(i) Los capítulos 36 a 30 son de las pAgina' *' k
aquello, rasgó sus vestiduras, se
mas inteiesanics de la historia de leruialén. vistió de saco, y entró en el templo
tomadas de II Reg. 18. 13-30, 21, en que se
de Yave, * y envió a Elyaquim. pre-
destara la figura del profeta. En ella sobresale
el discurso de Isaías contra el orgullo de los asi-
fecto del palacio, a Sobna, secretario,
rlos, cuya derrota anumia. y a los más ancianos de los sacerdote».
ISAIAS, 37

vestidos de saco, a Isafas, hijo de Tú eres el solo Dios de todos los reinos
Anuís, profeta, que le dijeran: 3 He de la tierra. Tú has hecho los cielos
aquí lo que dice Ezequías: El día y la tierra. 17 Inclina tus oídas, ;oh
de hoy es día de angustia, de castigo Yave!, y oye. Abre, ¡oh Yave!, tus
y de oprobio. El hijo ha llegado a ojos y mira. Oye todas estas palabras
término, pero no hay fuerza para que me dirige Senaquerib, r>ara escar-
darlo a luz. 4 A ver si Yave, tu Dios, necer al Dios vivo. 18 Es verdad,
ha oído las palabras de Rabsaces, ¡oh Yave!, que los reyes de Asiría
mandado por el rey de Asiría, su han destruido a todoslos pueblos y
señor, para insultar al Dios vivo, y le sus tierras, 19 que arrojaron al fuego
castiga Yave, tu Dios, por las pala- a sus dioses, que no eran dioses, sino
bras que él ha oído. Dirígele una obra de la mano de los hombres, leño
20 Líbra-
súplica por este resto que subsiste y piedra, y los destruyeron.
todavía. nos, pues, Yave, Dios nuestro, de sus
5 Los servidores del rey Ezequías manos, y que aprendan todos los
fueron a Isaías, c Isaías les dijo: reinos de la tierra que tú eres Yave,
6 Decid a vuestro señor esto: He el único.
aquí la palabra de Yave: No te 21
Entonces Isaías, hijo de Amós,
asuste el discurso que acabas de oír, mandó a decir a Ezequías: He aquí
en el que los servidores del rey de lo que dice Yave, Dios de Israel:
Asiría me han ultrajado. 7 Yo voy a Por la plegaria que tú me has dirigido
poner en él un espíritu tal, que en por lo de Senaquerib, rey de Asiria,
recibiendo cierta noticia se volverá a 22 he
aquí la sentencia que Yave pro-
su tierra, y allí le haré caer al filo nuncia contra él: Te desprecia, se
de la espada. burla de ti, virgen, hija de Sión,
yergue detrás de ti su cabeza, hija
Senaquerib intima de nuevo de Jerusalén. 23 ¿A quién has ultra-
la
rendición. jado y escarnecido? ¿Contra quién
has alzado tu voz, y has dirigido
tus soberbias miradas? ¿Contra el
8
Volvióse Rabsaces, y halló al Santo de Israel? 24 Por medio de tus
rey de Asiría asediando a Libna, esclavos has ultrajado al Señor, y
pues supo que había dejado Laquis. has dicho: Con mis numerosos carros
9
Supo entonces el rey de Asiría que he subido, he subido a las crestas
Taraca, rey de Etiopía, se había de las montañas, a las cumbres del
puesto en marcha contra él, y mandó Líbano, y he cortado los sublimes
otra vez sus mensajeros a Ezequías cedros y los más hermosos cipreses.
con esta orden: 10 Decid a Ezequías, He llegado a las más altas cimas, y
rey de Judá: Que no te engañe tu los más espesos bosques. 25 He alum-
Dios, en quien has puesto la confianza, brado y bebido aguas extranjeras.
diciendo: Jerusalén no será entre- He secado con mis pies los canales
gada en mano del rey de Asiría. de Egipto.
11 ¿No sabes cómo los reyes de Asiría 26 Pues oye: Ha mucho tiempo ya

han destruido a todos los pueblos? que yo preparaba esto; lo resolví muy
¿Y vas a salvarte tú? 12 ¿Salvaron de antiguo y ahora lo cumplo. Tú
sus dioses a los pueblos que destru- habrás de hacer montones de ruinas
yeron mis padres, a Gosán y Harrán, de ciudades fuertes, 27 cuyos habi-
a Resef y a los hijos de Edén, que tantes estarán sin fuerza, espantados
están en Teiasar? 13 ¿Dónde están y confusos. Serán como la hierba de
el rey de Hamat, el rey de Arpad, los campos, verdura tierna; serán
y el rey de la ciudad de Sefarvaim, como el musgo que nace en los teja-
de Hena y de Iva? dos, abrasado por el viento solano.
28 Yo sé cuándo te levantas
y cuándo
Plegaria de Ezequías y respuesta te sientas, y conozco todas tus an-
de Yave. danzas. 29 Tu furor contra mí, tu
insolencia, han llegado a mis oídos.
Yo te pondré mi aro en la nariz, y
14 Ezequías recibió la carta de la mi freno en tus labios, y haré que
mano de los mensajeros; y luego de te vuelvas por el camino por donde
leerla, subió al templo de Yave; viniste. 30 He aquí la señal para ti:
16 desplegándola ante Yave, le Este año se comerá lo que produzcan
y
dirigió esta plegaria: 19 ¡Oh Yave! los granos caídos,- y al siguiente lo
616 ISAÍAS, 38

que de sí produzca la tierra sin sem- aquí la señal de Yave, de que hará
8
brarse, pero al tercer año sembraréis Yave lo que ha dicho: Haré retro-
y cosecharéis, plantaréis viñas y ceder la sombra en el reloj de Ajaz
comeréis su fruto. 31 El resto que tantos grados cuantos en él ha avan-
queda de la casa de Judá echará zado, diez grados. Y en el cuadrante
raíces por debajo, y llevará frutos retrocedió la sombra los diez grados
en lo alto. 32 Porque saldrá de Jeru- que había avanzado.
salén un resto, y sobrevivientes del 21
Isaías mandó traer una cataplas-
monte de Sión; el celo de Yave Se- ma de higos, e hizo que se la pusieran
baot hará esto. en la llaga, y Ezequías sanó.
33 He aquí, pues, lo que dice Yare
del rey de Asiría: No
entrará él en
esta ciudad, ni arrojará en ella una Cántico de acción de gracias de
flecha: no marchará contra ella em- Ezequías.
brazando el escudo ni la rodeará de
trincheras. 34 Por el camino que trajo 9
Escrito de Ezequías, rey de Judá.
se tornará. No
entrará en esta ciudad, de cuando enfermó y curó de su
dice Yavc. 35 Yo defenderé esta ciu- enfermedad (1):
dad, yo la libraré por amor de mí y 10 Yo A la mitad de mis días
dije:
de mi siervo David. voy a bajar a las puertas del sepulcro,
privado del resto de mis años. 11 Dije:
Ya no veré más a Yavc en la tierra
I.a liberación. de los vivientes; ya no veré hombre
vivo de entre los moradores del mun-
3*
Vino el ángel de Yave, e hirió do. 12 Mi morada es arrancada, lle-
en el campo de los asirios a ciento vada lejos de mí, como tienda de
ochenta y cinco mil hombres, y a la pastores. Como tejedor corta el hilo
mañana, al despertar, no se veían de mi vida, y le separa de su trama.
más que cadáveres. 37 Entonces Sc- 13 Día
y noche me consume, grito
naquerib, rey de Asiría, levantó el hasta la mañana, pues como león
campo y se tornó, quedando en Ní- muele todos mis huesos. 14 Chillo
nive: 38 y mientras oraba en el templo como golondrina y gimo como paloma.
de Ncsroc, sus hijos Adramelcc y Mis ojos se consumen mirando a lo
Sarcsec le mataron a espada, y huye- alto. ¡Oh Yave, mira mi angustia y
ron a la tierra de Ararat. Le sucedió confórtame! 15 ¿Qué voy a decir yo?
su hijo Asaradón. Me ha dicho él, y ha hecho; a pesar
de mi mal, acabaré el curso de mis
años. 16 Por eso, ;oh Señor!, voy a
Enfermedad de Ezequias. gozar todavía de la vida, por eso
respiro aún, me has curado y me
1
Por entonces enfermó Eze- dejas vivir. 17 Mi mal se ha tornado
38 qufas de enfermedad mortal; en bien, y has preservado mi alma
y el profeta Isaías, hijo de Amós, del hoyo de la corrupción, y has
vino a verle, y le dijo: 2 Dispon de tu echadotras de ti todos mis pecados.
casa, porque vas a morir, no curarás. 18 Porque no puede alabarte el se-
Ezequías se volvió cara a la pared pulcro, no puede celebrarte la muerte,
c hizo a Yave esta plegaria: 3 ;Oh ni pueden los que descienden a la
Yavc!, acuérdate de que he andado fosa esperar en ti, en tu fidelidad.
fielmente delante de ti de todo cora- " Los vivos, los vivos son los que
zón, y que he hecho lo que te era pueden alabarte, como yo te alabo
grato. 4 Y se puso a sollozar. La hoy, y de padres a hijos pregonar
palabra de Yave fué dirigida a Isaías,
diciéndole: 6 He oído a Ezequías:
(i) Este cintico de Ezequías no se halla
dile: Asi habla Yave, el Dios de tu
en II Reg., de donde está tomada ta steión.
padre David: He oído tu oración y Es notable porque nos da a conocer los tristes
he visto tus lágrimas. Voy a añadir szntimientos de lo» israelitas ante la muerte, a
a tu vida quince años más. * De la ca'jsa de la oscuridad en que vivían sobre los
mano del rey de Asiría yo te libraré futuros destinos del hombre. No sólo no cono Jan
a tí y a esta ciudad; yo protegeré a los resplandores de la futura resurrección de
Jesucristo, sino que desconocían aún las pro-
esta ciudad. 22 Y preguntó Ezequías:
mesas del libro de la Sabiduría. Una viva fe
¿Qué señal tendré yo de que volveré en Dios que da a cada uno según sus obras,
a subir al templo de Yave'.' ' He los consolaba; pero esta fe era oscura.
ISAÍAS, 39, 40 61?

tu fidelidad.
211
Que nos
salve Yave, bido de la mano de Yave el doble
y cantaremos arpa todos los días
al por todos sus crin enes.
3
de nuestra vida, ante el templo de Una voz Abrid camino a
grita:
Yave. Yave en el allanad en la
desierto,
soledad el camino de vuestro Dios.
4
Que se rellenen todos los valles, y
Embajada de Merodaebaladán y . se rebajen todos los montes y colla-
predicción del cautiverio. dos; que se allanen las cuestas y se
nivelen los declives. 5 Porque se va
^C) 1
Por entonces Merodacbala- a mostrar la gloria de Yave, y la
dán, hijo de Baladán, rey de verá toda carne a una.
Babilonia, mandó a Ezequías un Ha hablado la boca de Yave. 6 Una
mensaje y un presente, pues había voz dice: Grita. Y le responden:
tenido noticia de su enfermedad y de ¿Qué he de gritar? Toda carne es
su curación. 2 Ezequías se alegró de como hierba, y toda su gloria como
ello, y enseñó a los embajadores su flor del campo. 7 Sécase la hierba,
tesoro, la plata, el oro, los perfumes y marchítase la flor, cuando sobre ellas
ungüentos preciosos, su arsenal, y pasa el soplo de Yave. 8 Sécase la
todo cuanto había en sus almacenes. hierba, marchítase la flor, pero la
No hubo nada, ni en el palacio, ni palabra de nuestro Dios permanece
en sus dependencias, que no les ense- por siempre.
ñase Ezequías. 3 El profeta Isaías 9
Subid a un alto monte, y anun-
fué a ver a Ezequías, y le preguntó: ciad a Sión la buena nueva. Alzad
¿Qué han dicho esas gentes, y de con fuerza la voz, y llevad la buena
dónde vienen'? 4 Ezequías respondió: nueva a Jerusalén. Alzadla, no temáis
Han venido de lejos a verme, de Ba- nada, decid a las ciudades de Judá:
bilonia. ¿Y qué es lo que de tu pala- He aquí a nuestro Dios. 10 He aquí
cio han visto?, preguntó. Ezequías Y al Señor, Yave, que viene con for-
respondió: Han visto cuanto en mi taleza. Su brazo dominará. Yed que
palacio hay; no ha quedado nada de viene con él su salario, y va delante
cuanto hay en mis almacenes que de él su fruto. 11 El apacentara a su
no leshaya enseñado. rebaño como pastor, él le reunirá
5
Entonces dijo Isaías a Ezequías: con su brazo. El llevará en su seno
Oye la palabra de Yave Sebaot: a los corderos, y cuidará a las ovejas
6
Tiempo vendrá en que todo cuanto paridas.
hay en este palacio, y cuanto re- 12
¿Quién midió las aguas con el
unieron tus padres hasta el día de hueco de su mano, y a palmos los
hoy, será llevado a Babilonia; nada cielos, y al tercio de cfa el polvo de
quedará, dice Yave. 7 Y tus hijos, la tierra, y pesó en la romana las
tus propios hijos, los engendrados montañas, o en la balanza los colla-
por ti serán llevados y tomados por dos? 13 ¿Quién ha sondeado el espí-
eunucos para el palacio del rey de ritu de Yave, y le aconsejó? 14 ¿Con
Babilonia. 8 Y Ezequías dijo a Isaías: quién deliberó él para recibir ins-
Buena es la palabra de Yave que trucciones, y que le enseñase el ca-
me anuncias. Así, pensaba él, habrá mino de la justicia? ¿Quién le enseñó
por lo menos paz y seguridad durante la sabiduría y le dió a conocer el
mi vida. camino del entendimiento? 15 Son
las naciones como gota de agua en el
caldero, como un grano de polvo en
Gloria de Yave en la liberación de la balanza. Las islas pesan lo que el
su pueblo. polvillo que se lleva el viento 16 El
Líbano no basta para leña, ni sus
Consolad, consolad a mi pue-
1
animales para el holocausto. 17 Todos
blo (1), dice vuestro Dios; los pueblos son delante de él como
animad a Jerusalén, y gritadle 2 que nada, son ante él nada y vanidad.
se acabó su servidumbre, y han sido
expiados sus pecados, y que ha reci-
Vanidad de los ídolos.
(i) Por el comienzo de
esta parte segunda de 18
ibro de Isaías, el Eclesiástico dice de este pro- ¿Qué, compararéis con
pues,
feta que contempló el fin de los tiempos y con- Dios, qué imagen haréis que se le
asemeje? 19 fundido o
soló a los que lloraban a Sión. (Eccl. 48.27.) El ídolo es
618 ISAÍA S, 4

esculpido, el orfebre le reviste de reduce a polvo, y su arco los dispersa


oro y le adorna con cadenillas de como brizna de paja. 3 Los persigue,
plata (1). y va tranquilamente por caminos
20 Para que no había pisado nunca. 4 ¿Quién
hacer a la imagen una pea-
na, toman madera incorruptible, y hace esto, quién lo cumple? El que
buscan un buen obrero que fije el desde el principio llamó a las gene-
ídolo, para que no se caiga. raciones. Yo, Yave, que era al prin-
21
¿No lo sabéis? ¿No os lo habéis cipio, y soy el mismo siempre, y será
aprendido? ¿No os lo han dicho en los últimos tiempos. 5 Las islas
desde el principio, desde que se lie ven, y tiemblan, y se espantan los
21
fundó la tierra? Está él sentado |
confines de la tierra. Se reúnen y
sobre el orbe de la tierra, cuyos habi- juntos vienen al juicio (1).
tantes son ante él como langostas. 6
Uno a otro se ayudan, uno a
El tiende los cielos como ligera tela, otro se dicen: ¡Animo! 7 El escultor
los despliega como una tienda de anima al orfebre, y el que bate el
morada. 23 El torna en nada a los pode- oro al forjador, diciendo: Bien está
rosos, y en vanidad a los jueces de esa soldadura. Y la afirma con clavos
la tierra. 24 Apenas plantados, apenas para que no se caiga.
sembrados, apenas ha echado su
tronco raíces en la tierra, sopla sobre
ellos, y se secan, y como pajuela los
Promesa de liberación.
8
arrastra el huracán. Pero tú, Israel, eres mi siervo;
26 ¿A quién, pues, que me iguale
yo te elegí, Jacob, progenie de
me asemejaréis?, dice el Santo. 26 Al- Ábraham, mi siervo. B
Yo
te traeré
zad a los ciclos vuestros ojos, y mirad. de los confines de la tierra, y te
¿Quién los creó? El que hace marchar llamaré de las regiones lejanas, di-
su bien contado ejército, y a cada ciéndote: Tú eres mi siervo, yo te
uno llama por su nombre, y ninguno elegí y no te rechazaré. 10 No temas
falta, tal es su inmenso poder y su nada, que yo estoy contigo; no des-
gran fuerza. 27 ¿Cómo dices tú, Jacob, mayes, que yo soy tu Dios. Yo te
cómo murmuras tú, Israel: Yave no fortaleceré, yo vendré en tu ayuda,
ve lo que sucede, Yave no se da y con la mano de mi justicia te sos-
cuenta de la justicia de mi causa? tendré. 11 Confundidos serán y cubier-
28 ¿No sabes tú, no has aprendido, tos de ignominia todos los que te per-
que Yave es Dios eterno, que creó siguen. Serán reducidos a la nada,
los confines de la tierra, que ni se aniquilados, los que contienden con-
fatiga ni se cansa, y que su sabiduría tigo. 12 Buscarás, y no hallarás a los
no hay quien la alcance? 20 El da que te aborrecen, serán reducidos a
el vigor al hombre fatigado, y multi- la nada los que te combaten. 13 Por-
plica las fuerzas del débil; 30 se cansan que yo, Yave, tu Dios, fortaleceré
los jóvenes, se fatigan, y Los guerreros tu diestra; y yo te digo: Nada temas,
llegan a flaquear; 31 pero los que ocn- yo voy en tu ayuda. 14 Nada temas
ffan en Yave renuevan sus fuerzas, gusanillo de Jacob, coquito de Israel;
16
y echan alas como de águila, y vuelan Yo te haré como agudo rastrillo,
velozmente sin cansarse, y corren sin nuevo y armado de dientes. Irás,
fatigarse. trillarás y pulverizarás los montes,
y desharás en menuda paja los colla-
dos. 19 Los bieldarás, y el viento los
aventará, y el huracán los disper-
Yuvc sascitA un libertador»
sará. Y te regocijarás en Yave, y te
.
1
Oídme,
en silencio, reno-
islas ¡glorificarás en el Santo de Israel.
f 17
41 vad, ¡oh pueblos!, vuestras fuer- Los pobres, los menesterosos,
zas; acercaos y hablad, entremos en buscan el agua y no la hallan; su
juicio juntamente. 2 ¿Quién le ha lengua está seca por la sed; pero yo,
suscitado del lado de levante, y en Yave, los oiré; el Dios de Israel, yo,
su justicia le llamó para seguirle? no los abandonaré. 18 Yo, Yave,
¿Quién puso en sus manos los pueblos
y le entregó los reyes? Su espada los
(1) Los vs. 31-29. parece que deben pre-
ceder a 8-ao. por ser la continuación del apos-
(l) Los 6-7 del capitulo 41, que están
vs. trofe a las naciones cuyos dioses no lian podido
allí fuera de contexto, encalan aquí perfectamen- Iprever la venida del li.'irtador suscitado por
te, y deberían traspasarse a este lugar. |
Dios.
ISAÍAS, 42

haré brotar manantiales en las altu-| las islas están esperando su doctrina.
5
ras peladas, y fuentes en los valles. Así dice Dios, Yave, que creó
Tornaré el desierto en estanque, y la| los cielos y los tendió, y formó la
tierra seca en corrientes de aguas., tierra y sus frutos, que da a los que
19
Yo plantaré en el desierto cedros y| la habitan el aliento, el soplo de
6 Yo,
acacias, mirtos y olivos en la soledad,! vida a los que por ella andan.
cipreses, olmos y alerces juntamente. Yave, te he llamado en la justicia,
20 Para que todos vean
y comprendan, y te he tomado de la mano. Yo te
I

y todos consideren y entiendan que] he formado, y te he puesto por alianza


es la mano de Yave la que hace eso, para mi pueblo, y para luz de las
7
y el Santo de Israel el que lo crea. gentes, para abrir los ojos de los
21 Venid
y alegad vuestro derecho, ciegos, para sacar de la cárcel a los
|

presentad las pruebas, dice el Dios presos, del fondo del calabozo a los
de Jacob: 22 Que se acerquen y nos que moran en tinieblas. 8 Soy yo,
anuncien lo que está por venir. ¿Qué Yave es mi nombre, que no doy mi
predicciones hicisteis en lo pasado? gloria a ningún otro, ni a los ídolos
Decidlo, para que las tengamos en el honor que me es debido. 9 Han lle-
cuenta y reconozcamos que se cum- gado las cosas predichas, y anuncio
plieron. 23 Y si no, anunciad lo por- otras nuevas, antes de que sucedan
venir, decid lo que más tarde ha de las doy a conocer.
suceder, para que sepamos así que
sois dioses. Veamos: bien o mal,
haced algo para que podamos me- Canto triunfal en honor de
Yave.
dirnos. 24 ¡BahI No sois nada, y
vuestra obra es nada, abominable 10 Cantad a Yave un cántico
quien os elige. nuevo. Lleguen sus loores a los ex-
35
Yo lo he suscitado del septentrión, tremos de la tierra. Estremézcase el
y ya llega, llamado por su nombre mar y cuanto en él se contiene, las
del lado de levante. Pisa a los prín- islas con sus habitantes. 11 Alce su
cipes como se pisa el polvo, y como voz el desierto, y las ciudades y las
el alfarero pisa el barro con sus pies. aldeas que habita Cedar. Lancen gritos
26 ¿Quién antes le anunció
y nos le de júbilo los habitantes de Sela, y
dió a conocer de antemano, para que entonen sus cánticos en lo alto de
digamos: Justamente? Nadie le anun- los montes. 12 Que den gloria a Yave,
ció, nadie habló de él, nadie os oyó que canten sus alabanzas en las islas.
una palabra. 27 Yo el primero le anun- 13 Avanza Yave como un gigante,
cié a Sión, y di a Jerusalén la buena como guerrero se excita en su ardor.
nueva. 28 Miro, y no se halla entre Lanza su grito, un potente grito de
ellos un profeta; les pregunto: ¿De guerra, y muestra su fuerza contra
dónde viene?, y no saben responder. sus enemigos.
29 ¡Bah! Todos son nada,
y su obra es
nada, y sus ídolos viento y vanidad.
Israel será vengado y liberado.
42 1
(1)^e aquí a mi siervo, a
u Mucho tiempo callé, estuve en
quien sostengo yo, mi elegido,
en quien se complace mi alma. He '

silencio, me contuve; como mujer


puesto mi espíritu sobre él, y él I en parto, gemía, suspiraba y jadeaba.
dará la ley a las naciones; 2 no gri- 15 Pero ahora devastaré los montes
¡

tará, no hablará recio, no alzará su y los collados, y secaré todo verdor.


j

voz en las plazas; 3 no romperá la Haré islas las corrientes de aguas, y


caña cascada, ni apagará la mecha I
secaré los lagos. 16 Llevaré a los ciegos
humeante. 4 Expondrá fielmente la por un camino ignorado, los condu-
ley, sin cansarse ni desmayar, hasta ciré por senderos desconocidos. Ante
que establezca la ley en la tierra; j
ellos tornaré en luz las tinieblas, y
en llano los escarpados. Todo esto lo
(i) Los versos 1-9 del capitulo 42 son el haré ya, lo cumpliré, sin que nada
comienzo del poema del siervo de Yave, y de- falte. 17 Retrocederán cubiertos de
berían unirse a los otros fragmentos del mismo ignominia los que confían en los
que en el estado actual del texto aparecen des-
ídolos, los que dicen a sus imágenes
perdigados en varios lugares. Quizá es ésta la
mejor prueba de que el descuido de los copistas fundidas: Vosotros sois nuestro» dioses.
18 Oíd, sordos; mirad, ciegos,
alteró el orden primitivo, pues la unidad del y ved.
19
poema es evidente. ¿Quién es el ciego, sino mi siervo?
620 ISAÍAS, 43

¿Quién el sordo, sino el mensajero que soy yo solo. Antes de mí no


que yo envié? ¿Quién el ciego, sino había dios alguno, y ninguno habrá
mi amigo, el sordo, sino él, el siervo después de mí. 11 Soy yo, yo que soy
de Yave? 20 Muchas cosas has visto, Yave, y fuera de mí no hay salva-
sin poner en ellas atención; abiertos ción. 12 Soy yo el que anuncio, el
tenías los oídos, pero no oíste. 21 Ha- que salvo, el que hablo, y no hay
bíase complacido Yave en su jus- otro entre vosotros, dice Yave. Vos-
ticia, en hacer grande y magnífica otros sois mis testigos. 13 Yo soy Dios
la Ley; 22 y he ahí a este pueblo desde la eternidad, y lo soy por siem-
saqueado y hollado, en cavernas, pre jamás. Nadie puede librar a na-
en cárceles^ dados al pillaje, sin que die de mis manos; lo que hago yo,
nadie los libre; despojados, sin que ¿quién lo estorbará?
nadie diga: Restituid. 23 ¿Quién de
vosotros dará oído a estas cosas?
Salida do líabilonia.
¿Quién atento las escuchará para lo
por venir? 24 ¿Quién entregó Jacob
a los saqueadores, Israel a los despoja- 14
Así habla Yave, vuestro reden-
dores? ¿No fué Yave, contra quien lie- tor, el Santo de Israel: Por vosotros
mos pecado, cuyos caminos no quisi- mandé yo contra Babilonia, y rompí
mos seguir, cuya Ley no obedecimos? los cerrojos de vuestra cárcel, y los
25 ¿Quién derramó sobre él el fuego caldeos fueron atados con cuerdas.
de su ira, con los furores de la guerra? ¿Qué fué de sus gritos de alegría?
Rodeados de llamas, no comprendie- 15 Yo soy Yave, vuestro Santo, el
ron, quemados, no hicieron caso. creador de Israel, vuestro rey. 16 Así
habla Yave, el que abre caminos en
Ahora, pues, así dice Yave, el mar, v senderos en la muchedum-
1

que te creó, Jacob, que te bre de las aguas. 17 El que hace avan-
formó, Israel. Nada temas, yo te he zar a carros y caballos, y a los ejér-
rescatado, yo te llamé por tu nom- citos de fuertes guerreros, o los echa
bre, y tú me perteneces. 2 Si atra- por tierra juntamente, sin que vuel-
viesas entre aguas, yo seré contigo, van a levantarse, extinguidos como
y no te sumergirán las olas. Si pasas mecha que se apaga.
por el fuego, no te quemarás, las 18 No os acordéis más de
lo de
llamas no te consumirán. 3 Porque otras veces, no hagáis atención a lo
19
yo soy Yave, tu Dios, el Santo de pasado; que voy a hacer una obra
Israel, tu salvador. Yo doy al Egipto nueva, que ya está comenzando: ¿no
por rescate tuyo, doy por ti a Etiopía la veis? Voy a abrir un camino en
y Scba. * Porque eres a mis ojos el desierto, y a llevar ríos a la sole-
de muy gran estima, de gran precio, dad; 20
y me alabarán las bestias del
y te amo, y entrego por ti reinos y campo, los chacales y los avestruces.
pueblos a cambio de tu vida. 5 Nada Voy a poner agua en el desierto, y
temas, que yo estoy contigo; yo traeré torrentes en las tierras áridas, 21 para
tu descendencia del oriente, y los abrevar a mi pueblo, a mi elegido,
reuniré del occidente. 8 Diré al sep- al pueblo que hice para mí, que
tentrión: Devuélvelos, y al mediodía: cantará mis loores.
No los retengas. Retraed a mis hijos
de las regiones lejanas, y a mis hijas
de los confines de la tierra, 7 a lodos
La liberación es pura misericordia
lie Yave.
cuantos llevan mi nombre, que yo
los creé y formé para mi gloria.
8
Dejad que vuelva el pueblo ciego, Pero tú, ¡oh Jacob!, no me invo-
22

que ya tiene ojos; el pueblo sordo, caste; no te fatigaste en buscarme,


que ya tiene oídos. Israel; 23 no me ofreciste ovejas en
9
Los pueblos se reúnen todos, y holocausto, no me honraste con tus
se congregan las naciones. ¿Quién de sacrificios; yo no te abrumé con ofren-
entre ellos anuncia tales cosas, quién das ni te importuné por el incienso.
aduce antiguas predicciones? Que pre- 24 No compraste aromas de precio
senten sus pruebas, para justificarse, para mí, ni me saciaste con la gro-
10 Vos-
y oyéndolas, se diga: Verdad. sura de tus sacrificios, sino que me
otros sois mis pruebas, dice Yave, atormentaste con tus pecados, y me
mi siervo a quien yo elegí, para que apenaste con tus iniquidades. *' Soy
aprendáis y me creáis y comprendáis yo, quien por amor de mí borro tus
ISAÍAS, 44 621

pecados, y no me acuerdo más de madera, toma sus medidas con la


tus rebeldías. 26 Hazme
recordar, cuerda, y hace sus señales con al-
entremos en juicio, habla tú para magre. Maneja el cepillo y marca
justificarte. 27
Pecó tu primer padre, con el compás. Hace así una seme-
y tus guias se rebelaron contra mí, janza de nombre, de un hombre
y tus príncipes profanaron mi san- bello, para que habite en una casa.
14 d) Plántanse cedros que hace
tuario. 28 Por eso di Jacob al ana-
tema, y a Israel al oprobio. crecer la lluvia; P) se deja que se
hagan grandes en el bosque; 6) se
escogen luego el roble y la encina,
Efusión del espíritu do Yavc y a) y se cortan los cedros.
15 Sirven
conversión de las gentes. luego de leña para el fuego, para
calentarse, también para cocer el pan.
44 1
^y e ' P ucs > on J ac °b!>
I
mi Y además se hacen con ellos dioses,
siervo, Israel, a quien elegí yo. ante los cuales se prosternan, ídolos
Así habla Yave, que te ha hecho, que adoran. 16 Ha quemado el fuego
formándote en el seno materno, y la mitad de la leña, para asar la
te ha socorrido. 2 Nada temas, siervo carne y saciarse comiendo el asado.
mío, Jacob, el Jesurún, a quien yo Caliéntase luego, diciendo: Me ca-
elegí,porque yo derramaré aguas en liento, siento la lumbre, 17 y con el
3
el desierto, arroyos en lo seco, y resto se hace un dios, un ídolo que
derramaré mi espíritu sobre ti, y mi adora, postrándose ante él, y a quien
bendición sobre tus descendientes, suplica, diciendo: Tú eres mi dios,
4
que crecerán como la hierba, como sálvame. 18
Pero ellos no saben, no
prados junto a los ríos. 5 Este dirá: distinguen; porque están cerrados
Yo soy de Yave; aquél tomará el sus ojos y no ven, está cerrado su
nombre de Jacob; y el otro escribirá corazón y no entienden. 19 No refle-
en su mano: De Yave, y querrá ser xionan, son demasiado simples e ig-
conocido con el nombre de Israel. norantes, para decir: He quemado la
mitad de la madera, sobre sus brasas
he cocido el pan, he asado la carne
Vanidad de los ídolos. y me la he comido; lo que con el
resto haga será un ídolo execrable,
6
Así habla Yave, el rey de Israel, y me prosternaré ante un tronco de
su redentor, Yave Sebaot: Yo soy madera. 20 Se alimenta de ceniza, y
el primero y el último, y no hay su corazón engañado le extravía.
otro Dios fuera de mí. 7 ¿Quién como Y no salva su alma diciéndose: ¿No es
yo? Que venga, y hable, que anuncie pura mentira lo que tengo en la mano?
y se compare conmigo. ¿Quién desde
el principio anunció lo por venir?
Que nos prediga lo que ha de su- Sólo Yavc es grande.
ceder. 8 No os atemoricéis, no temáis
nada. ¿No lo anuncié yo antes ya y 21
Ten en la memoria estas cosas,
lo predije? Vosotros sois testigos. No Jacob; mira Israel, que tú eres mi
hay Dios alguno fuera de mí, ni otra siervo, yo te he formado. Tú estás
roca que yo; no la conozco. para servirme, Israel, y yo no te
9
Todos los hacedores de ídolos son abandonaré. 22 Yo he disipado como
nada, y sus vanas hechuras no sirven nube tus pecados, como niebla tus
de nada. Y son testigos ellos mismos, iniquidades. Vuelve a mí, que yo te
no ven nada, no saben nada, para he rescatado. 23 Cantad, cielos, la
vergüenza suya. 10 Si un dios se hace, obra de Yave; resonad, profundida-
si se funde, bien claro es que de nada des de la tierra; saltad de júbilo,
sirve. 11 Mirad, todos sus devolos montañas; cantad todos, árboles de
serán confundidos: los que los hacen la selva; que Yave ha rescatado a
son hombres. Que se junten, que ven- Jacob y ha mostrado su gloria a Israel.
gan todos; todos temblarán, cubier- 24 Así dice
Yavc, tu redentor, el
tos de vergüenza. 12 Uno forja en que en el seno te formó. Yo soy
la fragua su obra y aguza el cincel, Yave, el que lo ha hecho todo: yo,
y hace la imagen a golpe de martillo, yo solo desplegué los cielos y af.rmé
poniendo toda su fuerza. Tiene ham- la tierra. ¿Quién me ayudó? 2i Yo
bre, y está agotado; no bebe, está deshago las señales mentirosas de
desfallecido. 13 Otro que trabaja en los adivinos, y a éstos los enloquezco.
C22 ISAÍAS, 45

Yo obligo a los sabios a retroceder, la tierra. ¿Dice acaso el barro al


y lomo en locura su sabiduría; 28 pero alfarero: ¿Qué es lo que haces? ¿Di-
mantengo las palabras dadas a mis cele la obra: ¿Eres un torpe? 10 ¡Ay
siervos, y cumplo los designios reve- del que al padre dice: Por qué en-
lados a mis mensajeros. Yo digo a gendraste, o dice a la mujer: Por
Jerusalén: Serás habitada; y a las qué pariste! 11 Así dice Yave, el Santo
ciudades de Judá: Seréis reedificadas, de Israel, que te formó. ¿Os atre-
yo levantaré sus ruinas. 27 Yo digo veríais vosotros a pedirme cuenta de
al abismo: Sécate, y deseco sus aguas. mis propósitos, a darme lecciones
28 Yo digo a Ciro: Tú eres mi pastor, acerca la obra de mis manos? 12 Yo
y él hará lo que yo quiera. Yo digo hice la tierra y creé sobre ella al
a Jerusalén que será reedificada, y hombre; mis manos desplegaron los
que su templo será reconstruido. cielos, y yo mando a todo su ejér-
cito. 13Y yo le suscité para justicia,
Ciro, «'1 libertador de Israel. y allano todos sus caminos. El reedi-
ficará mi ciudad, y libertará a mis
desterrados, no por dinero ni por
4Í) 1
Así dice Yave a su ungido,
dones, dice Yave Sebaot.
Ciro (1), a quien tomó de la
mano, para derribar ante él las na-
ciones, para desceñir la cintura de La conversión de las (jentea.
los reyes, para abrir ante él las puer-
tas, y dejarle libres las entradas. 14 Así habla Yave: Los trabajado-
8
So iré delante de ti, y te allanare res de Egipto, los mercaderes de Etio-
los caminos montuosos. Yo romperé
pía, los sábeos de elevada estatura,
las puertas de bronce, y arrancaré
pasarán a ti, y serán tuyos, y te se-
los cerrojos de hierro; 3 yo te entre-
guirán y te servirán esposados, en-
garé los tesoros escondidos, y las ri- corvados, suplicantes: Sólo tú tienes
quezas enterradas, para que sepas
un Dios, no hay ningún otro, no hay
que yo soy Yave, el Dios de Israel, ningún otro Dios. 15 En verdad que
que te llamó por tu nombre. 4 Por tienes contigo un Dios escondido, el
amor de mi siervo Jacob, por amor Dios de Israel, salvador. 18 Todos los
de Israel, mi elegido, te he llamado hacedores de ídolos están cubiertos
por tu nombre, y te he ceñido, aun- de confusión y de ignominia, vense
que tú no me conoces, 5 soy yo, todos juntos llenos de vergüenza.
Yave, no es ningún otro. Fuera de 17 Israel es salvado de Yave con
mí no hay Dios. 0 Yo te ciño, aunque salvación eterna, ni vergüenza ni con-
tú no me conoces, para (pie sepa el fusión por los siglos para él.
levante y el poniente que no hay 18 habla Yave, el que creó
así
Sí,
ninguno fuera de mí. 7 Yo soy Yave, Dios epte formó la tierra,
los cielos, el
no hay ningún otro. Yo he hecho la la hizo y la afirmó. No la creó en
luz y las tinieblas, yo doy la paz, vano, la formó para que fuese habi-
yo traigo el mal, soy yo. Yave, quien tada. Soy yo, Yave, y ningún otro.
8 Destilad, cielos, arri-
hace todo eslo. W No he hablado yo en secreto, en
ba rocío: lloved, nubes, la justicia;
el l
un oscuro rincón de la tierra. No he
ábrase la tierra, y produzca el fruto dicho yo a la progenie de Jacob:
de la salvación, y germine la justicia. Duscadmc en vano. Soy yo, Yave,
Soy yo, Yave, quien crea esto. cuya palabra es verdadera y cuya
predicción es segura.
Inutilidad de toda oposición. 20 Reunios, venid, acercaos junta-

mente, los sobrevivientes de las na-


9
¡Ay del que contiende con su Ha- ciones. No tienen entendimiento los
cedor! Es el tiesto de los tiestos de que llevan un ídolo de madera y
ruegan a un dios incapaz de salvar.
21 Hablad, exponed, consultaos unos
(i) Desde el capitulo 41 el profeta habla de
Ciro, aunque sin mencionarle por su nombre. a otros: ¿Quién predijo eslas cosas
Esta unción es su destino para ejecutar los pla- desde mucho ha, mucho tiempo antes
nes divinos sobre los pueblos y sobre Israel. lus anunció? ¿No soy yo. Ya,ve, el
Ciro es el ministro de la justicia divina contra único, y nadie más que yo? 22 No hay
Babilonia y de la misericordia a favor de Israel.
Uua y otra cosa son una prueba de que Yave es Dios justo y salvador fuera de mí;
verdadero Dios, y los dioses que no pueden |
volveos a mi y seréis salvas, naciones
hacer tales cosa», no son nada. todas de la tierra. 23 Porque yo soy
ISAÍAS, 46, 47 623

Dios, y no hay otro; por mí lo juro, Caída de llabilouia.


sale la verdad de mi boca y es irre-
vocable mi palabra. Dohlaráse ante 4n 1
Desciende y siéntate en el
raí toda rodilla, y por mí jurará toda * polvo, virgen hija de Babilonia.
lengua. 24 De mí dirán: Ciertamente No más trono. Siéntate en la tierra,
sólo en Yave hay justicia y fuerza. hija de los caldeos. Ya no te llama-
A él vendrán cubiertos de ignominia rán jamás la delicada, la voluptuosa.
2
todos cuantos se agitan contra él. Coge la muela y ve a moler la ha-
25
En Yave será justificada y glori- rina; quítate el velo, descalza tus
ficada toda la progenie de Israel. pies, descubre tus piernas, y pasa
los ríos. 3 Descubierta será tu des-
Caída de Ion ídolos. nudez, se verán tus vergüenzas. 4 Yo
tomaré venganza implacable, dice
-tí» O 1
P° stra do
Bel, caído Nebo,
sus simulacros son puestos sobre
nuestro redentor, Yave Sebaot es
su nombre, el Santo de Israel. 5 Sién-
bestias de carga, cargados y llevados tale en silencio, súmete en tiniebla,
con trabajo. 2 Todos son humillados, hija de los caldeos; ya nunca más
todos abatidos juntamente, no pu- te llamarán la reina de las reinas.
dieron preservar esta carga, antes 6
Estaba yo airado contra mi pue-
ellos mismos fueron llevados cautivos. blo, y dejé profanar mi heredad, y la
3 Oídme, casa de Jacob,
y vos- entregué en tus manos. Tú no tuviste
otros todos, restos de la casa de piedad, c hiciste pesar tu yugo aun
Israel, llevados desde el seno, y carga sobre los ancianos. 7 Tú decías: Yo
mía desde el nacimiento. 4 Yo mismo seré siempre, por siempre la reina,
hasta la vejez, hasta las canas os y no reflexionaste, no pensaste en
soportaré; como ya hice, yo me en- íu fin. 8 Escucha, pues, esto, volup-
cargo de sosteneros y preservaros. tuosa, que te sientes tan segura, que
5
¿A quién epieréis compararme? ;.Con dices en tu corazón: Yo, y nadie
quién medirme? ¿A quién me haréis más que yo; no enviudare ni me veré
semejante, igual? 6 Aquéllos sacan el sin hijos. u Ambas cosas te vendrán
oro de la bolsa, pesan la plata en la de repente, en un mismo día: la falta
balanza, pagan al orfebre, y mandan de hijos y la viudez te abrumarán
que les haga un dios; luego se postran a un tiempo, a pesar de tus nume-
y le adoran, 7 le cargan sobre sus rosos agüeros y de tus muchos en-
hombros, le llevan, le sostienen, le cantamientos. W Tú estabas fiada en
ponen en su lugar, y allí se está; no tu maldad y te decías: No ve nadie.
se mueve de su sitio; claman a él, Tu sabiduría y tu ciencia te enga-
pero no responde ni libra de la tri- ñaron, y te decías en tu corazón: Yo,
bulación.
8
y no más que yo. 11 Pero va a caer
Acordaos de esto y lenedlo en cuen- sobre ti un maí que no podrás conju-
ta; 9acordaos de los tiempos pasados, rar, y te abrumará una ruina que
desde el principio. Sí, yo soy Dios, no podrás remediar; caerá de repente
yo, y no hay ningún otro; yo soy sobre ti, sin que preveas sus golpes.
Dios, y no tengo igual. 10 Yo anuncio 12 Acude ahora a tus encantamientos,
desde el principio lo por venir, y de a las muchas hechicerías con que te
antemano lo que no se ha hecho. fatigas desde la niñez. Quizá puedan
Yo digo: Mis designios se realizan, y servirte, quizá puedan hacerle terri-
cumplo toda mi voluntad. 11 Yo lla- ble. 13 ¿Estás cansada de tanto con-
mo del levante al ave de presa, de sultar? Que vengau ahora, que te
lejana tierra al hombre de mi con- salven, los que hacen la carta del
sejo. Como lo he dicho, así lo haré; cielo y observan las estrellas, y hacen
lo he dispuesto, y lo cumpliré. la cuenta de los meses, de lo que ha
13
Oídme, hombres de duro cora- de venir sobre ti. 14 Helos ahí como
zón, que estáis lejos de la justicia. briznas de paja, que serán consumi-
13
Yo haré que se os acerque mi justi- das por el fuego. No podrán escapar
cia, ya no está lejos, y no tardará mi de los abrazos de las llamas; brasas,
salvación. Yo pondré en Sión la salud mas no para calentarse a ellas, ni
y mi gloria en Israel. hoguera para sentarse ante ella. lü Eso
serán entonces para ti aquellos por
(i) El contexto de este capítulo seria mucho quienes desde la niñez te afanaste,
más perfecto haciendo inversiones qje dejaran tus magos. Cada cual echará por su
el texto en este orden: 3-7; 1-2; 8-13. camino, y no habrá quien te salve.
624 ISAÍAS, 48, 49

17
Israel sale de Babilonia por pura Así habla Y'ave, tu redentor, el
gracia. Santo de Israel: Yo soy Yave, tu
Dios, que para tu bién te enseña y
jo 1
Oíd esto, casa de Jacob, los te pone en el camino que has de
**" que lleváis el nombre de Israel, seguir. 18 ;Ah!, si atendieras a mis
los salidos de las entrañas de Judá. leyes, tu paz sería como un río, y
Vosotros, los que juráis por el nom- tu justicia como las olas del mar.
bre de Yave y alabáis al Dios de Is- 18
Tu descendencia sería como los
rael,pero sin verdad y sin justicia; granos de arena; los frutos de tus
2
aunque lleváis el nombre de la ciu- entrañas, como el polvo. Y nada
dad santa, y os apoyáis sobre el Dios borraría, nada raería tu nombre de
de Israel, cuyo nombre es Yave j
delante de mí. 20 Salid de Babilo-
3
Scbaot. Lo que ha pasado, ya ha nia, huid de entre los caldeos con
tiempo lo predije, de mi boca salió. cantos de alegría; anunciad, pregonad
Yo lo hice oír, y de improviso obré, j
la buena nueva, que llegue hasta los
4 Porque confines de la tierra. Decid: Rescata
y todo se ha cumplido.
bien sé que eres duro, y es tu cerviz Yave a su siervo Jacob. 21 No ten-
una barra de hierro, y que tienes drán sed en el desierto por el cual
una frente de bronce. 5 Yo te pre-
j

los guía; hará que broten para ellos


dije esto hace tiempo, antes de que |
aguas de la roca, abrirá la peña y
21
sucediera te lo di a saber. Para que |
brotarán las aguas. Pero no
no dijeras: Lo ha hecho mi ídolo, hay paz para los malvados, dice
mi estatua, mi bronce lo mandó. Yave.
6
Yahas oído, míralo todo: ¿por
lo
qué no predecís también vosotros? 1
Yo te he dado a conocer ahora cosas 1Q' ¡Oídme, islas! ¡Atended, pue-
* blos lejanos! Yave me llamó des-
nuevas, cosas ocultas, que tú no de antes de mi nacimiento, desde el
sabías. 7 Se crean ahora, no en tiem- seno de mi madre me llamó por mi
pos pasados; antes de hoy nada nombre (1). 2 El hizo mi boca como
habías oído de ellas, para que no di- cortante espada, él me guarda a
jeras: Ya lo sabía yo. 8 No, nada la sombra de su mano, hizo de mí
habías oído, nada conocías, nada en aguda saeta, y me guardó en su
mucho tiempo llegó a tus oídos.
aljaba. 4 Yo me dije: Por demás he
Porque sé queeres infiel, y tu nom-
trabajado, en vano y para nada con-
bre es: rebelde, desde que naciste. sumí mis fuerzas, pero mi causa está
• Yo por la honra de mi nombre en manos de Yave, mi recompensa
contengo mi por amor de mi
ira,
en las manos de mi Dios. 5 j Y' ahora'
gloria le doy largas, y no llego a dice Yave, el que desde mi nacimiento
exterminarte. 10 Mira, te pasé por el me formó para siervo suyo, para
fuego del crisol, y no había plata; traer a él a Jacob, para congregarle
te he pasado por la hornaza de la
Israel, 3 él me ha dicho: TÚ eres mi
aflicción. 11 lis por mi, por amor de
siervo, en ti seré glorificado. *i> Yave
mi lo hago, porque no quiero que mi me ha dado este honor, y él, mi Dios,
nombre sea escarnecido, y mi gloria será mi fuerza. * Díjome: Poco es
a nadie se la doy. para mí ser tú mi siervo, para resta-
12
Oyeme, Jacob, y tú Israel, que blecer las tribus de Jacob, y recon-
yo te llamo, soy yo, yo, el primero, ducir a los salvados de Israel. Yo
y yo soy el último.
u Mi mano hizo
te hago luz de las gentes, para llevar
la tierra, mi diestra desplegó los cic-
mi salvación hasta los confines de
los, y los llamé y luego parecieron.
14 Heuníos todos
la tierra. 7 Así dice Yave, el redentor,
y oid, ¿quién de el Santo de Israel, al menospreciado
entre ellos anunció estas cosas? Aquel
y abominado de las gentes, al escla-
a quien Yave ama, cumplirá su vo- vizado por los tiranos. Vcránte los
luntad contra Babilonia, y contra reyes, y se levantarán de sus sitiales
la raza de los caldeos. 16 Yo, yo le
los príncipes, y se prosternarán, por
he hablado, yo le he llamado, yo le obra de Yave, que es fiel, del Santo
guío y prospero sus caminos. lB Acer- de Israel, que te ha elegido.
caos si mi y oíd esto: Desde el prin-
cipio no os he hablado cu las som-
bras; cuando la cosa se hacía, allí (i) El trozo 1-7 es otro fragmento del poema
estaba yo. Y ahora yo, Yave, soy del siervo de Yave, que esta aquí fuera de su
quien le envía con su espíritu. lugar.
ISAÍAS, 50 625

La liberación. zaré mi bandera a las naciones, y


traerán en brazos a tus hijos, y en
Así habla Yavc: Al tiempo de
* hombros a tus hijas. 23 Reyes serán
la gracia te escuché, el día de la tus ayos, y reinas tus nodrizas; pos-
salvación vine en tu ayuda. Yo te trados ante ti, rostro a tierra, la-
formé y te puse, por alianza de mi merán el polvo de tus pies. Y reco-
pueblo, para restablecer la tierra y nocerás que yo soy Yave, y que
repartirle las heredades devastadas. el que en mí confía no es con-
9
Para decir a los presos: Salid: y a fundido.
25 a) Así habla Yave: 24
los que moran en tinieblas: Venid a ¿Se le quita
la luz; En
todos los caminos serán al guerrero su botín? ¿Le escapa al
apacentados, habrá pastos en todas poderoso su presa? 25 b) Pues yo arre-
las laderas. 10 No padecerán hambre bataré al guerrero su botín, y al po-
ni sed, calor ni viento solano que los deroso le arrancaré su presa, y de-
aflija. Porque los guiará el que de fenderé tu causa y salvaré a tus
ellos se ha compadecido, y los lle- hijos. 26 Y a los que te despojaron
vará a aguas manantiales. 1V Yo tor- les haré comer sus propias carnes, y se
naré todos los montes en caminos, y embriagarán de su sangre como de
estarán preparadas las vías. 12 Vie- vino dulce. Y reconocerá toda carne
nen de lejos: Estos, del norte y del que yo soy Yavc, tu salvador, tu
poniente; aquéllos, de la tierra de redentor, el Fuerte de Jacob.
Sinim.
r?f\ Así dice Yave: ¿Dónde está
1

libelo de repudio de vuestra


el
Restauración de Sión. madre, por el cual la haya repudiado
yo? ¿O cuál es aquél de mis acree-
13
Cantad, cielos; tierra, salta de dores a quien os haya vendido yo?
gozo; montes, que resuenen vuestros Por vuestros crímenes fuisteis ven-
cánticos, porque ha consolado Yave didos, y por vuestros pecados fué
a su pueblo, ha tenido compasión de repudiada vuestra madre. 2 Porque
sus males. 14 Sión decía: Yave me ha cuando yo venía no hallaba a nadie,
abandonado, el Señor se ha olvidado y cuando llamaba nadie me respon-
de mí. ¿Puede la mujer olvidarse día. ¿Habráse acortado mi brazo para
del fruto de su vientre, no compade- salvar, o no tendré ya fuerza para
cerse del hijo de sus entrañas? 15 Y librar? Con sólo mi amenaza seco
aunque ella se olvidara, yo no te yo el mar, y torno en desierto los
olvidaría. 16 Mira, te tengo grabada ríos, hasta secarse sus peces y morir
en mis manos, tus muros están siem- de sed por falta de agua. 3 Yo revisto
pre delante de mí. 17 Ya vienen apri- los cielos de un velo de sombras, y
sa los que levantarán tus ruinas, y los cubro como de saco (1).
tus asoladores huyen lejos de ti.
4
a) El Señor, Yave, me ha dado
18 Echa en torno de ojos yti los lengua de discípulo, para sostener a
mira, todos se reúnen para venir a ti. los abatidos. 5 a) El Señor, Yavc, me
Por mi vida, dice Yave, que te reves- ha abierto los oídos 4 b) para que
tirás de ellos como de ornamento, y aprenda la palabra. 4 c) Cada mañana
te ceñirás fie ellos como novia. 19 Por- despierta mis oídos, para que oiga
que tu tierra devastada, arruinada, como discípulo, 5 6) y yo no me resisto,
desierta, será ahora estrecha para la no me echo atrás. tt
He dado mis
muchedumbre de tus habitantes, y espaldas a los que me herían, y mis
sj alejarán los que te devoraban. mejillas a los que me arrancaban la
2J Esos hijos de la madre que se barba. Y no escondí mi rostro ante
quedó sin ellos, dirán a tus oídos: las injurias y los esputos. 7 El Señor,
La tierra es demasiado estrecha para Yavc, me ha socorrido, y por eso no
mí, hazme lugar para que habite en cedí ante la ignominia, e hice mi
ella. 21
Y tú dirás en tu corazón: rostro como de pedernal, sabiendo
¿Quién, pues, me ha parido a éstos? que no seria confundido. 8 Cerca está
Yo había perdido mis hijos y quedé mi defensor. ¿Quién quiere contender
estéril, desterrada, repudiada. ¿A conmigo? Comparezcamos juntos.
éstos quién los ha criado? Yo estaba ¿Quién es mi adversario? Que se
sola. ¿De dónde vienen éstos?
22
Así habla el Señor, Yavc: Yo (i) Los versículos 4-11 son otro fragmento
penderé mi mano a las gentes, y al- del poema del siervo de Yave.
40
f.26 ISAÍAS, 51, 52

ponga frente a mi. * Si, el Señor, .eres tú quien secaste el mar, las aguas
Vave, me asiste. ¿Quién me conde- del profundo abismo, y tornaste las
nará? Todos ellos caerán en pedazos, profundidades del mar en camino,
como vestido viejo, la polilla los para que pasasen los redimidos?
consumirá. 10
Quien de vosotros tema 11
Volverán los rescatados de Yave,
a Y ave, oiga la voz de su siervo. El volverán a Sión con cantos de triun-
que ande en tinieblas, privado de luz, fo, coronada de gloria eterna su
que confíe en el nombre de Yave, y se frente. Se apoderará de ellos el gozo
apoye sobre su Dios. 11 Los que estáis y la alegría, huirán el llanto y la
encendiendo un fuego, y preparando tristeza.
saetas encendidas, id a las llamas de 12
Soy
yo vuestro consolador.
vuestro fuego y sobre las saetas que ¿Por tcmér tú a un débil
qué
encendéis. De mi mano os llagará mortal, a un hombre que es como
atormentados en un 13
esto, y seréis el heno, olvidándole de tu Ha-
lecho de dolor. cedor, que desplegó los cielos y
fundó la tierra, para estar temiendo
todo el dia el furor de tu opresor,
Kxhorlac-ióu a los israelitas fieles. que busca destruirle? 14 ¿Dónde está
el furor del (pie te oprimía? Bien
C'l Oídme, vosotros, los que se-
1
pronto será libertado el cautivo. No
guís la justicia y buscáis a morirá en su cárcel, no Ic fallará el pan.
Vave. Considerad la roca de que habéis 16 Yo soy Yave, tu Dios, que
le-
sido tallados, la cantera de que ha- vanto el mar y embravezco sus olas,
béis sido sacados. 2 Mirad a Abraham, y cuyo nombrees Yave Schaot.
16
vuestro padre, y a Sara, que os parió Yo pondré en tu boca mi palabra
en dolores. Sólo a él le elegí yo, y y te protegeré con la sombra de mi
le bendije y le multipliqué.
3
De cier- mano, desplegando cielos, y fundando
to Yave consolará a Sión, consolará una tierra, y diciendo a Sión: Tú
todas sus ruinas y tornará su desierto eres mi pueblo. .
en vergel, y su soledad en paraíso 17 Despierta, Jcrusalén, despierta,

de Yave, donde habrá gozo y ale- levántate, tú que has bebido de la


gría y cantos de alabanza. mano de Yave el cáliz de su ira, tú
4 Atended, pueblos, a mi voz; pres- que has apurado hasta las heces el
tadme oído, naciones. Que de mí cáliz que aturde. 18 No hubo nadie
viene la doctrina, y mi ley será la que la guiara, de todos los hijos que
luz de los pueblos. 5 Mi justicia se ella parió; ninguno la sostuvo con su
acerca, ya viene mi salvación, y mi mano, de cuantos hijos crió. 18 Ca-
brazo hará justicia a los pueblos. yeron sobre ti estos dos males: ¿Quién
A mí me esperan las islas y aguar- se dolerá de ti? Ruina y azote, hambre
su Tus
dan mi poder. 8 Alzad los ojos al y espada, ¿quién te consolará?
cielo, y mirad la tierra a vuestros hijos yacen desfallecidos en las en-
pies. Pasarán los ciclos como humo, crucijadas de las calles, como antílo-
se envejecerá como un vestido la pes cazados a lazo, ebrios de la ira
tierra, y morirán como las moscas de Yave, de los furores de tu Dios.
21
sus habitantes. Pero mi salvación Oye, pues, malaventurada, ebria,
durará por la eternidad, y mi justicia pero no de vino. 22 Así habla tu Señor,
no tendrá fin. Yave, tu Dios, que pleitea por su
7
Oídme, vosotros, los que conocéis pueblo:
la justicia, tú, pueblo, en cuyo co- Yo tomaré de tu mano la copa
razón está mi Ley. No temas las afren- embriagadora, el cáliz de mi ira, y
tas de los hombres, no te asusten no lo beberás ya más. 23 Y lo pondré
sus ultrajes. 8 Porque como a vesti- cu la mano de los tiranos, en la mano
dura los comerá la polilla, como a de tus opresores, de los que dicen:
lana los comerán los gusanos. Pero Encórvate para que pasemos por en-
mi justicia durará por la eternidad, cima de ti, cuando pisan tu dorso
y mi salvación de generación en ge- como se pisa la tierra, como camino
neración. de los que pasan.
• Alzate, álzate, revístete de forta-
'

leza, brazo de Yave. Levántate, como 1


Levántate, levántate, revís-
en tete de fortaleza, ¡oh Sión!, viste
en los tiempos antiguos, en los siglos tyj,
remotos. ¿No eres tú quien secaste tus vestiduras de fiesta, Jcrusalén,
a Itahab y partiste al dragón? 10 ¿No ciudad santa; que ya no entrará más
ISAÍAS, 53 627

dentro de ti incircunciso ni inmundo. Poema del Siervo de Yave.


2
Sacúdete el polvo, levántate, Jeru-
salén cautiva. Desata las ataduras de 13
He aquí a mi siervo; él prospe-
tu cuello, cautiva, hija de Sión. rará, será engrandecido y ensalzado,
3
Asf dice Yavc: De balde fuis- puesto muy alto. 14 Como de él
teis vendidos, y sin precio seréis se pasmaron muchos, tan desfigurado
4
rescatados. Pues asf dice Yavc: estaba su rostro que no parecía ser
A Egipto bajó mi pueblo en otro de hombre; 15 así se admirarán de
tiempo, para habitar allí como pere- él las gentes, y los reyes cerrarán ante
grino, y Asur le cautivó sin razón. él su boca, al ver lo que jamás vieron,
6
¿Qué he de hacer yo, pues, dice al entender lo que jamás habían
Yave, ahora que ha sido tomado oído.
gratis mi pueblo? Sus opresores aullan
y continuamente, dice Yavc, es blas-
femado mi nombre. 6 También mi
53 1
¿Quién creerá lo que hemos
oído? ¿A quién fué revelado
pueblo conocerá mi nombre, y que el brazo de Yave? 2 Sube ante él como
soy yo quien hace esto. un retoño, como retoño de raíz en
tierra árida. No hay en él parecer,
no hay hermosura que atraiga las
Alegría de la restauración. miradas, no hay en él belleza que
agrade. 3 Despreciado, desecho de
los hombres, varón de dolores, cono-
¡Qué hermosos sobre los montes,
7
cedor de todos los quebrantos, ante
los pies del que te trae la buena quien se vuelve el rostro, menospre-
nueva de la paz. del que te trae la ciado, estimado en nada; 4 pero fué
alegre noticia de la salvación, di- él, ciertamente, quien tomó sobre sí
ciendo a Sión: Reina tu Dios! 8 ¡Voces! nuestras enfermedades y cargó con
Tus atalayadores alzan la voz, y nuestros dolores, y nosotros le tuvi-
todos a una cantan jubilosos, porque mos por castigado y herido por Dios
ven con sus ojos cómo se ha vuelto y humillado.
Yavc hacia Sión. 5
Fué traspasado por nuestras ini-
9
Cantad todas a una vuestros quidades, y molido por nuestros peca-
cantos, ruinas de Jerusalén, que con- dos. El castigo salvador pesó sobre él,
suela Yave a su pueblo y rescata a y en sus llagas hemos sido curados.
Jerusalén. 10 Yave, el Santo, alza 6
Todos nosotros andábamos errantes,
su brazo a los ojos de todos los pue- como ovejas, siguiendo cada uno su
blos, y los extremos confines de la |
camino, y Yave cargó sobre él la
tierra ven la salvación de nuestro Dios. | iniquidad de todos nosotros. 7 Mal-
11 Partid, partid, salid de ahí, ¡
tratado y afligido, no abrió la boca,
no toquéis nada inmundo. Salid, puri- como cordero llevado al matadero,
ficaos, que lleváis los
los utensilios como oveja muda ante los trasquila-
de Yave. 12 Pero no salgáis a la des- dores. 8 Fué arrebatado por un juicio
bandada, no partáis como fugitivos, inicuo, sin que nadie defendiera su
porque va Yave a vuestro frente, y causa, cuando era arrancado de la
vuestra retaguardia es el Dios de tierra de los vivientes y muerto por
Israel (1). las iniquidades de su pueblo. 9 Dis-
puesta estaba entre los impíos su
(i) Esta sección (52.13-53.12), con los va- sepultura, y fué en la muerte igua-
rios fragmentos dispersos que antes hemos ido lado a los malhechores; a pesar de
indicando, forma un verdadero poema, que es no haber en él maldad, ni haber men-
a la vez el vaticinio más claro de la pasión del tira en su boca. 10 quiso quebrantarle
Siervo del Señor, y que podríamos llamar el
profético y primer relato de la Pasión. Los do-
Yave con padecimientos. Ofreciendo
lores del Siervo, la causa de ellos y los frutos
su vida en sacrificio por el pecado,
de la muerte, se hallan descritos con los más tendrá posteridad. Y vivirá largos
vivos colores. Una cosa, sin embargo, hay que años, y en sus manos prosperará la
notar: Que tanto aquí como en los pasajes ante- obra de Yave. 11 Librado de los tor-
riores, este Siervo aparece como Melquisedec; mentos de su alma, verá, y lo que
sin padre ni genealogía, parece como si no tu-
verá colmará sus deseos. El justo,
viera nada que ver con el glorioso hijo de David
y restaurador de su reino. Por eso se explica que
mi siervo, justificará a muchos, y
estos pasajes fueran un enigma para los judíos, cargará con las iniquidades de ellos.
12
como les fué después escándalo el misterio de la Por eso yo le daré por parte suya
Cruz. muchedumbres, y recibirá muchedum-
628 ISAÍAS, 54, 55

12
bres por botín; por haberse entre- Te haré almenas de rubí y puertas
gado a la muerte, y haber sido con- de carbunclo, y toda una muralla
tado entre los pecadores, cuando de piedras preciosas. 13 Todos tus
llevaba sobre sí los pecados de todos hijos serán adoctrinados por Yavc. y
e intercedía por los pecadores. gozarán de mucha paz. 14 Serás
fundada sobre la justicia, y estará
lejos de ti la opresión, que no habrás
Gloria de la nueva Sión. de temer, y la angustia, que no te
llegará más.
54 (*) 1 Regocíjate, estéril, la 15 Si te atacare alguno, no será de

parte mía, y quien te ataque caerá


sin hijos; entona un canto de
alegría, tú que no conoces los dolores ante ti. 16 Mira, yo he hecho al
del parto. Porque los hijos de la herrero, que sopla las brasas del
abandonada son más numerosos que fuego, y con su trabajo forja un
los de la casada, dice Yavc arma; también yo he hecho al des-
2 Ensancha el de tu tienda,
silio tructor para destruir. 17 Toda arma
extiende las pieles que te cubren; no forjada contra ti será inútil, y cual-
las recojas, alarga tus cuerdas y clava quiera que sea la lengua que contra
tus clavos; 3 porque te extenderás a ti se querelle, triunfarás tú. Esta es
derecha c izquierda, y tu descen- la porción de los servidores de Yave,
dencia poseerá las naciones y pobla- y la justicia que de él les vendrá,
rá las ciudades desiertas. 4 Nada dice Yavc.
temas, que no serás confundida; no
te avergüences, que no serás afren- 1
¡Oh vosotros, los sedientos!
tada. Te olvidarás de la vergüenza venid a las aguas; aun los que
de la juventud, y perderás el re- no tenéis dinero. Ycnid, comprad
cuerdo del oprobio de tu viudez. pan y comed; venid, comprad sin
5 Porque tu marido es
tu Hacedor, dinero, sin pagar, vino y leche. 2 ¿A
que se llama Yave Sebaot, y t«i qué gastar vuestro dinero no en pan,
redentor es el Santo de Israel, y se y vuestro trabajo no en hartura?
llama el Dios del mundo todo. Escuchadme y comeréis lo mejor, y
6
Sí, Yave te llamó como a mujer os deleitareis con manjares suculentos.
abandonada y desolada. La esposa de 3 Dadme oídos y venid a mí; escu- :

la juventud, ¿podrá ser repudiada? chadme y vivirá vuestra alma, yj


7
Por una hora, por un momento te haré con vosotros un pacto sempi-
abandoné, pero en mi gran amor terno, el de las firmes misericordias
vuelvo a llamarte. 8 Desencadenando de David. 4 De él he hecho un testi-'
mi ira, oculté de ti mi roslro; un monio para las gentes, un jefe y
momento me alejé de ti; pero en mi maestro de los pueblos. * Llamarás al
eterna misericordia me apiadé de ti, pueblos que te son desconocidos, a
dice Yave, tu redentor. pueblos que no te conocen, por Yave, [

9
Será esto como al tiempo de tu Dios, por el Santo de Israel, que
Noé, en que juré que nunca más el te glorificará.
diluvio se echaría sobre la tierra. 8
Oliscad a Yave mientras puede
Así juro yo ahora no volver a eno- ser hallado, llamadle en tanto que
jarme contra ti, no volver a reñirte. está cerca. 7 Deje el impío sus cami-
10
Q ue se muevan los montes, que nos, y el malvado sus pensamientos,
tiemblen los collados, no se apartará y vuélvase a Yavc, que tendrá de él
más de ti mi misericordia, y mi misericordia, a nuestro Dios, que es]
alianza de paz será inquebrantable, rico en perdones. 8 Porque no son
dice Yave, que te ama. mis pensamientos vuestros pensa-j
11 ¡Pobrccita. azotada
por la tem- mientos, ni mis caminos son vuestros
pestad, sin abrigo! Voy a edificarle caminos, dice Yavc. 9 Cuanto son los
sobre jaspe, sobre cimientos de zafiro. cielos más altos que la tierra, tanto
están mis caminos por encima de los
(i) Los capítulos 54.1-55. 10, y después en vuestros, y mis pensamientos por
60. 1-62. 12. forman como un gran poema en que encima de los vuestros. 10 (lomo baja
se describe la gloriosa restauración de Jerusalin, la lluvia y la nieve de lo alto del ciclo,
convenida en centro de las naciones, que se
sienten atraídas a ella por las maravillas que ven
y no vueíven allá sin haber empapado
realizadas por Yave. El tema se cncuentri con y fecundado la tierra y haberla hecho
frecuencia en los profetas, pero en ninguna parte germinar, dando la simiente para
tratado con la amplitud y el alto lirismo de aquí. sembrar y el pan para comer; 11 asi
ISAÍAS, 66, 57 629

11 Son perros voraces, insa-


la palabra que sale de mi boca no de dormir.
vuelve a mí vacía, sino que hace ciables, y aun los pastores no entien-
lo que yo quiero y cumple su misión. den; siguen cada uno su camino,
12 cada cual busca su interés. Dicen:
Si, partiréis con regocijo, y ca-
12 Venid, voy en busca de vino,
minaréis en paz. Montes y collados y
os aclamarán, y todos los árboles del beberemos licores, y mañana será
campo os aplaudirán. 13 En vez de los como hoy día grande, muy grande.
espinos, crecerá el ciprés; en vez de
ortigas, crecerá el mirto, y será esto
gloria para Yave, señal eterna, impe- Idolatrías de Israel.
recedera.
f>7
1
P ercce c ' justo y no hay quien
Vocación de las gentes»
pare mientes; desaparecen los
buenos, y no hay quien entienda que
56 Así dice Yave: Guardad el
1
el justo es recogido ante la aflicción,
2 para entrar en la paz, para que des-

derecho, obrad la justicia, qUe cansen en sus lechos los que siguen
pronto va a venir mi salvación y a el camino derecho.
revelarse mi justicia. 2 Bienaventu- 3
Acercaos, pues, vosotros, hijos
rado quien esto hiciere: Que guarde de bruja, generación de adúltera y
el sábado sin profanarlo y guarde de prostituta (1). 4 ¿De quién os
sus manos de toda obra mala. burláis? ¿A quién hacéis muecas y
3 Que no diga el extran jero allegado
sacáis la lengua? ¿No sois vosotros
a Yave: Yave me excluye de su hijos de pecado, raza de mentira,
pueblo. Que no diga el eunuco: Yo 8 encendidos de concupiscencia bajo

soy un árbol seco. 4 Porque así dice el terebinto y bajo todo árbol fron-
Yave a los eunucos (1), a los que doso, sacrificando niños en el lecho
guardan mis sábados, y eligen lo de los torrentes, en los huecos de las
que me es grato y son fieles a mi peñas?
pueblo: 5 Yo os daré en mi casa, 6
Los pulimentados chinarros del
dentro de mis muros, poder y nombre, torrente serán tu parte, he ahí tu
mejor que a hijos e hijas. Yo les porción. A ellos hiciste tus libaciones
daré un nombre, eterno, que nunca y llevaste ofrendas; ¿no habré de
perecerá. 6 Y a los extranjeros alle- resentirme yo? 7
Sobre un monte
gados a Yave para servirle y amar su alto, bien alto, pones tu cama, des-
nombre, para ser sus servidores, que pués subes allá para sacrificar. 8 De-
guarden el sábado sin profanarlo y trás de la puerta y del umbral pones
sean fieles a mi pacto, 7 yo los llevaré tu memoria, y lejos de mí, desvergon-
al monte de mi santidad, y los re- zadamente te desnudas, subes a la
crearé en mi casa de oración. Sus cama y la ensanchas, y te prostitu-
holocaustos, sus sacrificios, serán gra- yes con aquellos cuyo comercio de-
tos en mi altar, porque mi casa será seas, compartiendo su lecho.
llamada casa de oración para todos 9
Corres a Moloc con ungüentos,
los pueblos. llenas las manos de perfumes, envías
lejos a tus embajadores, hasta la
profundidad del sepulcro. 10 El largo
Los malos pastores de Israel.
viaje te fatiga, pero no dices: Re-
nuncio a él. Hallas nuevas fuerzas
8
Oráculo del Señor, Yave, que y no desistes. 11 ¿De quién temes?
reúne a los dispersos de Israel: A los ¿Qué te asusta, para renegar de mí,
reunidos yo allegaré otros. 9 Bestias del para no acordarte más de mí y no
campo, fieras de la selva, venid todas hacerme caso? No me he callado y
a comer. 10 Mis guardianes son ciegos he cerrado los ojos, y tú no me te-
todos, no entienden nada. Todos son miste? 12 Ahora voy a pregonar tu
perros mudos, que no pueden ladrar;
soñolientos, se acuestan, son amigos (1) como casi todo lo que sigue
Este pasaje,
hasta del libro, se distingue notablemente
el fin
(i) Ladeuteronómica (23.2) excluía a los
ley de que precede.
lo Allí sólo suenan palabras de
eunucos de la comunidad de Israel; pero aquí triunfo, de alegría, por la vuelta de Israel a la
el Señor declara abroga ia esa ley en favor de la gracia de su Dios; aquí, en cambio, hallamos lo
piedad de los eunucos, que por ella podrán al- que es tan frecuente en los profetas y más en
canzar un nombre glorioso en el reino me- Isaías: la reprensión de los pecados y las ame-
siánico. nazas de castigos.
630 ISAÍAS, 58, 59

justicia, y tus obras de nada te ser-: alto se oiga vuestra voz. 5


El ayuno
viran. 13
Grita. Que te salven tus( que me agrada
en que es el día
ídolos.A todos los llevará el viento, se humilla el hombre. Encorvar la
un soplo los arrebatará. Pero el que¡ cabeza como un junco, y acostarse
en mi confia heredará la tierra, y con saco y en ceniza: ¿A eso llamáis
poseerá mi monte santo. ayuno, y día agradable a Yave?

Promesa de perdón a los El ayuno grato a Yave.


arrepentidos.
¿Sabéis qué ayuno quiero yo?,
*
14
Y se dirá: Abrid, abrid camino, dice el Señor, Yave: Romper las ata-
allanadlo, quitad los tropiezos del duras de iniquidad, deshacer los ha-
camino de mi pueblo: 15 porque así ces opresores, dejar ir libres a los
dice el Altísimo, cuya morada es oprimidos y quebrantar todo yugo;
eterna, cuyo nombre es santo: Yo 7
partir su pan con el hambriento,
habito en la altura y en la santidad, albergar al pobre sin abrigo, vestir
pero también con el contrito y humi- al desnudo, y no volver tu rostro
llado, para hacer revivir los espíritus ante tu hermano. 8 Entonces brillará
bumillados y reanimar los corazones tu luz como la aurora, y se dejará ver
contritos. 18 Pues yo no quiero estar pronto tu salvación, c irá delante de
siempre contendiendo, ni quiero estar ti tu justicia, y detrás de ti la gloria
siempre enojado, porque sucumbiría de Yave. 9 Entonces llamarás, y
ante mí todo espíritu, las almas que Yave te oirá: le invocarás, y el dirá:
vo he creado. Heme aquí.
17 Por
su iniquidad, un tiempo yo Cuando quites
de ti la opresión,
le herí en mi Ira, y ocultándome, le el gesto amenazador y el hablar al-
castigue sañudo. El rebelde seguía tanero; 10 cuando des de tu pan al
por los caminos de su corazón. 18 Sus hambriento y sacies el alma del indi-
caminos los conozco yo, y le sanaré gente, brillará .tu luz en la oscuridad,
y le conduciré y le consolaré. 19 Yo y tus tinieblas serán cual mediodía.
pondré cantos en los labios afligidos. 11
Yave será siempre tu pastor, y en
Salvación al que está lejos y al que el desierto hartará tu alma y dará
está cerca, dice Yave; yo los curaré. vigor a tus huesos. Serás como huer-
80 Pero los malvados son un mar to regado, como fuente cuyas aguas
14 Edificarán los
proceloso, que no puede aquietarse, no se agotan jamás.
y cuyas olas arrojan cieno y lodo. tuyos las desiertas ruinas, y alzarás
81
No hay paz, dice Yave, no hay los cimientos primeros; y te llamarán
paz para los impíos. reparador de las brechas, y restaura-
dor de las casas en ruinas.
13 Cuando te abstengas de profanar
Los pecados «le Israel. el sábado y de ocuparte en tus nego-
cios el dia santo, y hagas del sábado
1
Clama a voz en cuello, sin tus delicias, y lo santifiques, alaban-
cesar; alza tu voz como trom- do a Yave, y me honres dejando tus
peta, y echa en cara a mi pueblo negocios, el trabajo que te ocupa y
sus iniquidades, y sus pecados a la los discursos vanos, 14 entonces será
casa de Jacob. 2 Día tras día me bus- Yave tu delicia, y llevará tu carro
can, y quieren saber mis caminos, a las alturas de la tierra. Te haré
como si fueran un pueblo que ama gozar de la heredad de .lacob. tu
la justicia, sin apartarse de la ley padre; habla la boca de Yave.
de su Dios. Me piden leyes justas, y
pretenden acercarse a Dios. * ¿A qué
ayunar, si tú no lo ves? ¿A qué hu- l'oiler salvador de Yave, mas parn
millar nuestras almas, si tú no te el «pie se enmienda.
das por entendido? SI, pero en el día
de ayuno os vais tras vuestros ne- No, no se ha acortado la
1

gocios, y oprimís a todos vuestros mano salvadora de Yave, ni


servidores. 4 Ayunáis para mejor se ha hecho su oído duro para oír.
reñir y disputar, para herir inicua- * Vuestras iniquidades cavaron un
mente con el puño. No ayunéis como abismo entre vosotros y vuestro Dios;
lo hacéis ahora, si queréis que en lo vuestrós pecados hacen que él oculte
ISAIAS, 60 631

su rostro para no oíros; 8 porque ¡se cubrió de celo como de manto.


vuestras manos están manchadas de Como son las obras, así será la
18
sangre, y vuestros dedos de iniqui- ¡retribución; ira contra sus enemigos,
dades; vuestros labios hablan mentira furor contra sus adversarios. 19 Y
y vuestra lengua dice maldades.
4
No temerán desde el poniente el nombre
hay quien clame por la justicia, nadie de Yave, y desde el nacimiento del
que juzgue con verdad. Confían en sol su majestad; porque vendrá como
vanidades y hablan vanidades; con- torrente impetuoso, empujado por el
ciben maldades y paren crímenes; soplo de Yave. 20 Alas para Sión ven-
5
incuban huevos de áspides, y tejen drá como redentor, para los de Jacob
telas de araña, y el que come los que se convierten de sus pecados,
huevos muere, y si los rompe sale dice Yave. 21 He aquí mi alianza
un basilisco. 6 Sus telas no sirven con ellos, dice Yave: El espíritu mío
para hacer vestidos, y no pueden que está sobre ti; y las palabras que
cubrirse con su obra; sus obras son yo pongo en tu boca, no faltarán de
obras de iniquidad, y llevan en sus ella jamás, ni de la de tu descenden-
manos la rapiña. 7 Corren tras el mal cia, dice Yave, desde ahora, para
sus pies, y se dan prisa a derramar siempre.
sangre inocente. Sus pensamientos son
pensamientos de iniquidad, y a su
paso dejan el estrago y la ruina. («loriu de la nueva Jerusnlén.
8
No conocen los caminos de la paz,
no hay en sus sendas justicia; sus /A
OU
1
Levántate y resplandece, que
veredas son tortuosas, y quien por , ya se alza tu luz, y la gloria
ellas va no conoce la paz. ide Yave alborea para ti; 2 mientras
9
Por eso se alejó de nosotros el está de sombras la tierra,
cubierta
juicio, por eso no nos alcanza la jus- y lospueblos yacen en tinieblas,
ticia. Esperamos luz, y no vemos sobre ti viene la aurora de Yave, y
más que tinieblas; resplandor, y no en ti se manifiesta su gloria. 3 Las
hay más que oscuridad. 10 Vamos gentes andarán en tu luz, y los reyes
palpando como el ciego a lo largo a la claridad de tu aurora. 4 Alza los
del muro, y andamos a tientas, como ojos y mira en torno tuyo. Todos se
quien no tiene ojos. Tropezamos en reúnen y vienen a ti; llegan de lejos
pleno día, como si fuera de noche; tus hijos, y tus hijas son traídas a
estamos a oscuras, como muertos; ancas.
11
gruñimos todos como osos y gemi- 5 Cuando esto veas resplandecerás,

mos como palomas; esperamos la li- y palpitará tu corazón y se ensan-


beración, pero no viene; la salvación, chará. Vendrán a ti los tesoros del
pero está lejos de nosotros. 12 Porque mar, llegarán a ti los tesoros de los
son ante ti muy numerosos nuestros pueblos. 6 Te inundarán muchedum-
pecados, y nuestros crímenes dan tes- bres de camellos, de dromedarios de
timonio contra nosotros. Presentes Madián y de Efa. Llegarán de Saba
nos están nuestros crímenes, y cono- en tropel, trayendo oro, incienso y
cemos nuestras iniquidades. 13 Rebe- pregonando las glorias de Yave. 7 En
larse y renegar de Yave, apostatar ti se reunirán los ganados de Cedar,
y alejarnos de nuestro Dios; hablar ¡y los carneros de Nebayot estarán
la perfidia y la violencia; concebir a tu disposición. Serán víctimas gra-
en el corazón y proferir palabras de |tas sobre mi altar, y yo glorificaré la
mentira; 14 y se aleja el derecho, y jcasa de mi gloria.
8
se ausenta la justicia, y tropieza la ¿Quiénes son aquellos que vienen
buena fe en las plazas, y no halla lugar volando, como nube, como bandada
I

la rectitud. La buena fe ha sido des- de palomas que vuelan a su palomar?


!

terrada, y quien evita el mal es roído. 9


Sí, se reúnen las aves para mí,
15 Yiólo Yave, ¡

y se indignó, que y los navios de Tarsis abren la marcha,


j

16
ya no hay justicia. '\ ió que no para traer de lejos a tus hijos con
;

había ni un hombre que pudiera su oro y su plata, para el nombre de


'

interceder; y se asombró, y se apoyó ¡Yave, tu Dios, para el Santo de


en su brazo, y vino en su ayuda su Israel que te glorifica.
justicia; 17 y se revistió de la justi- 10 Los extranjeros reedificarán tus
cia como de coraza, y puso sobre su muros, y sus reyes estarán a tu ser-
cabeza el casco de la salvación; y se vicio, pues si en mi ira te herí, en mi
!

vistió de vestiduras de venganza, y clemencia he tenido piedad de ti.


i
632 ISAÍAS, 61, 62

61
Tus puertas estarán abiertas siem- peración. Se les llamará terebintos de
pre, no se cerrarán ni de día ni de justicia, plantación de Yave para su
noche, para que te traigan los bienes gloria. 4 Ellos reedificarán las ruinas
de las ¿entes con los reyes al frente; antiguas, y levantarán los asolamien-
12
porque las naciones y los reinos tos del pasado. Restaurarán las ciu-
que no te sirvan a ti, perecerán y dades asoladas, los escombros de mu-
serán exterminados. chas generaciones. 5 Habrá extran-
13 Vendrá gloria del Líbano,
a ti la jeros para apacentar tus ganados, y
los cipreses, los olmos y los alerces extraños serán tus labradores y viña-
juntamente. Para embellecer mi san Y dores. 6 vosotros seréis llamados
tuario, para decorar el lugar en que sacerdotes de Yave. y nombrados
se asientan mis pies. 14 A ti vendrán ministros de nuestro Dios. 7 Comeréis
humillados los hijos de los tiranos, y lo exquisito de las naciones, y os
se postrarán a tus pies todos cuantos vestiréis de sus magnificencias. Pues
te infamaron. Y te llamarán la ciu como tuvieron el doble en cuanto a
dad de Yave, la Sión del Santo de vergüenza y confusión, recibirán el
Israel. 15 De abandonada, odiada y doble también sobre la tierra y
detestada que eras, yo te haré eterno gozarán de eterna gloria.
prodigio, delicia de los siglos. 16 Ma 8
Porque yo, Yave, soy amante del
marás la leche de las gentes, los derecho, y aborrezco el rapaz latro-
pechos de los reyes, y sabrás que cinio. Por eso les daré fielmente su
yo, Yave, soy tu salvador, tu reden recompensa, y haré con ellos una
tor, el Fuerte de Jacob. 17 En vez alianza eterna. 9 Su descendencia será
de cobre, pondré en ti oro; en vez glorificada en los pueblos, y su pos-
de hierro, plata; bronce en vez de teridad en medio de las gentes. Y
madera y hierro en vez de piedras. quien los viere, reconocerá que son la
Te daré por magistrado la paz, y progenie bendita de Yave.
• por soberano la justicia. 18 No se
hablará ya de injusticia en tu tierra,
de saqueo y de ruina en tu territorio Agradecimiento a Yave de la Je-
Tus muros los llamarás «salud», y a rusulén restaurada.
tus puertas, «gloria».
19
Ya no tu lumbrera, 10 Y yo me gozaré
será el sol en Yave, y mi
ni te alumbrará la luz de la luna. alma saltará de júbilo en mi Dios,
Yave será tu eterna lumbrera, y tu porque me vistió de vestiduras de
Dios será tu luz. 20 Tu sol no se salud, y me envolvió en manto de
pondrá jamás, y tu luna nunca se justicia, como a esposo que se ciñe
eclipsará, porque será Yave tu eterna la frente con diadema, y como esposa
luz. Acabáronse los días de tu luto. que se adorna de sus joyas. 11 Porque
21
Tu pueblo será un pueblo de justos, como produce la tierra sus gérmenes,
y poseerá la tierra para siempre. y como hace brotar el huerto sus
Renuevos del plantío de Yave, obra semillas, así el Señor, Yave» hará
de mis manos, hecha para resplan- brotar la justicia y la gloria delante
decer. 22 Del más pequeño de todos de las gentes todas.
saldrá un millar, del menor una in-
mensa nación. Yo, Yave, lo he re-
suelto, y a su tiempo yo lo cumpliré. Ya viene la salvaélón.

/)1 El espíritu del Señor, Yave


1
Por amor de Sión yo no ca-
1

descansa sobre mí, pues Yave "<* Haré, y por Jcrusalén no pararé,
me ha ungido. Y me ha enviado hasta que resplandezca la justicia
para predicar la buena nueva a los como aurora, y la salvación como
abatidos, y sanar a los de quebran- brillante antorcha; 2 y verán las nacio-
tado corazón; para anunciar la liber- nes tu justicia, y los reyes tu gloria,
tad a los cautivos y la liberación a los y te darán un nombre nuevo, que
encarcelados. 2 Para publicar el año te pondrá la boca de Yave.
de la remisión de Yavu y el día de 3
Tú serás en la mano de Yave
la venganza de nuestro Dios. 3 Para corona de gloria, real diadema en
consolar a los tristes y dar a los afli- la mano de tu Dios. 4 No te llamarán
gidos de Sión, en vez de ceniza, una ya más la desamparada, ni se lla-
corona. El óleo del gozo, en vez del mará tu tierra desierto, sino que te
luto, la gloria, en vez de la deses- llamarán a ti Jejai-ba, y a tu tierra
ISAÍAS, 63, 64 633

Beula, porque en ti se complacerá 'Cantaré las misericordias de Yave»


Yave. y tu tierra tendrá esposo. ensalzaréla gloria de Yave, todo
6
Como mancebo que se desposa con cuanto ha hecho por nosotros, lleno
una doncella, así el que te edificará de piedad hacia la casa de Israel.
se desposará contigo. Y como la Lo que ha hecho en su misericordia,
esposa hace las delicias del esposo, en la inmensa muchedumbre de su
así harás tú las delicias de tu Dios. jpiedad.
6 Sobre tus murallas, ¡oh Jerusa- 8
Dijo: Ciertamente son mi pueblo,
léh't, he puesto centinelas, que no se son hijos, que no me serán infieles.
callarán ni de día ni de noche. No Y fue su salvador en todas sus an-
ceséis vosotros, los que hacéis que gustias. 9 No fué un mensajero, un
se acuerde Yave; no os deis descanso ángel: su faz misma los salvó, y él
7
y no le deis tregua hasta que resta- mismo en su amor y su misericordia
blezca a Jerusalén para gloria de la los rescató, y constantemente los
tierra. 8 Jura Yave por su diestra sostuvo y los guió en los siglos pasa-
10 Pero ellos se rebelaron,
y por su brazo poderoso no dar dos. y eno-
jamás tu trigo para comida de tus jaron su santo espíritu, y se hizo
enemigos; que no beberán extraños su enemigo y combatió contra
tu vino, el fruto de tu trabajo. 9 Los ellos.
11 Entonces su pueblo se acordó de
que hagan la recolección, la comerán,
alabando a Yave; los que hagan la los tiempos, de los tiempos antiguos.
vendimia, beberán el vino en el atrio ¿Dónde está el que apartó las olas,
de mi santuario. el pastor de su rebaño? ¿Dónde está
10 Entrad, entrad por las puertas; el que puso en medio de ellos su
allanad camino para el pueblo. Abrid, santo espíritu? 12 ¿Dónde está el
abrid camino, quitad las piedras y que llevó de la mano a Moisés con
alzad bandera para los pueblos. 11 Por- su brazo poderoso, el que delante
que Yave proclama a todos los con- de ellos dividió las aguas, haciéndose
fines de la tierra: Decid a la hija de así un nombre eterno, 13 el que los
Sión: llega tu salvador, viene con su condujo por en medio de los abismos,
recompensa y le precede su retribu- como a caballo por el desierto, sin
ción. 12 Los llamarán pueblo santo, que tropezaran? 14 El espíritu de
los rescatados de Yave; y a ti te Yave los pastoreó, como a la bestia
llamarán la deseada, la ciudad no que se lleva al valle. Así condujiste
desamparada. tú a tu pueblo, haciéndote un nombre
glorioso.
15 Mira desde los cielos,
y ve desde
Plegaria pidiendo la liberación. la morada de tu santidad y de tu
gloria. ¿Dónde está tu celo y tu
1
fortaleza, la emoción de tus entra-
63
*
¿Q u '¿ n cs acI u éI que avanza
enrojecido, con vestidos más ñas, y tus misericordias para con-
rojos que los de un lagarero, tan migo? 16 Con todo, tú eres nuestro
magníficamente vestido, avanzando padre, Abraham no nos conocerá y
en toda la grandeza de su poder? nos desconoce Israel.
Soy yo el que habla justicia, el po- 17 ¿Por qué, ¡oh Yave!, nos dejas
deroso para salvar. 2 ¿Cómo está, errar fuera de tus caminos, y endu-
pues, rojo tu vestido, y tus ropas reces nuestro corazón contra tu te-
como las de los que pisan en el lagar? mor? Vuélvete por amor de tus sier-
3
He pisado en el lagar yo solo, y no vos, de las tribus de tu heredad.
había conmigo nadie de las gentes. 18 ¿Cómo han penetrado los impíos
He pisado con furor, he hollado con en tu templo, y nuestros enemigos
ira, y su sangre salpicó mis vesti- han hollado con sus pies tu santuario?
duras y manchó mis ropas. 4 Porque 19 Somos desde mucho ha como
estaba en mi corazón el día de la pueblo que no te tiene por caudillo,
venganza, y llegaba el día de la re- y que no es llamado por tu nombre.
dención. 5 .Miré, y no había quien
me ayudara, me maravillé de que no 1
¡Oh, si rasgaras los cielos y
hubiera quien me apoyase; 6 y sal- bajaras, haciendo estremecer los
vóme mi brazo, y me sostuvo mi furor, montes, 2 como fuego abrasador que
y aplasté a los pueblos en mi ira, y quema leña seca, como fuego que
la
ios pisoteé en mi furor, derramando hace hervir el agua! Para mostrar a
en la tierra su sangre. los enemigos tu nombre, y hacer
634 ISAÍAS. 65

temblar a los pueblos ante ti, 9 ha- de mí, y no callaré sin darles su pago,
ciendo nunca esperados prodigios, de y retribuirles con medida colmada.
que no se oyó hablar jamás. Jamás 7 Vuestras iniquidades
y las iniqui-
oyeron oídos, jamás vieron ojos. Dios dades de vuestros padres, dice Yave,
que así obrara como obras tú con| que quemaron incienso en los montes
los que en ti confían.
4
Tú te ade-i y me ultrajaron en los collados, yo
lantas a los que obran el bien y os las pagaré cumplidamente, como
tienen presentes sus caminos: pero 1
se merecen.
estás irritado por nuestros pecados, Así dice Yave: Como cuando hay
8

y padeceremos hasta que seamos' jugo en un racimo, dicen, no lo eches


salvados. a perder, que hay en él bendición,
8 Todos nosotros somos impuros, 1

así haré yo por amor de mis siervos:


toda nuestra justicia es como vesti-j no los destruiré del todo, 9 sino que
do inmundo. Hemos caldo como hojas sacaré de Jacob una progenie, y de
secas, y nuestras iniquidades comoj Judá un heredero de mis montes,
viento nos arrastran. • Y nadie in-l y los habitarán mis elegidos, y mo-
voca tu nombre, nadie despierta para; rarán allí mis siervos. 10 Y será Sarón
apoyarse en ti. Has apartado tu; prado para los carneros, y el valle de
rostro de nosotros, y nos has entre-' Ajoz dehesa para los bueyes del pue-
gado a nuestras iniquidades. blo que me habrá buscado. 11 Mien-
7
Y con todo, ¡oh Yavc!, tú eres tras que vosotros, los que dejáis a
nuestro padre; nosotros somos la ar-j Yave y os olvidáis de mi monte
cilla y tú el alfarero; todos somos] santo; los que aderezáis mesa para
obra de tus manos. 8 ¡Oh Yavcl^ la diosa fortuna, y llenáis la copa para
no te irrites del todo, no te acuer^ libar al destino; 14 a todos os desti-
des siempre de nuestras iniquidades,- naré a la espada, todos sucumbiréis
ve, mira que somos tu pueblo. en la matanza; porque cuando os
9 Tus ciudades santas están hechas llamaba no me respondisteis, y cuan-
un desierto, Sión es un desierto, Je4 do os hablaba no me escuchasteis.
susalén un lugar asolado. 10 Nuestra Hacíais lo que era malo a mis ojos,
santo y magnifico templo, donde te¡ y elegíais lo que me desagradaba.
alababan nuestros padres, ha sida 13 p or cso dice c ] Señor, Yave:
presa del fuego. 11 Toda nuestra glo^ Sí, mis siervos comerán, y vosotros
ria está en ruinas; ¿y a todo esta tendréis hambre; mis siervos beberán,
vas a mostrarte insensible, vas a y vosotros tendréis sed; mis siervos
callarte para humillarnos hasta c^ gozarán, y vosotros seréis confun-
extremo? didos; 14 mis siervos cantarán, lleno
de júbilo el corazón, y vosotros gemi-
réis con el corazón quebrantado, y
H«'s|nio>,ta tic Yavé. gritaréis desesperados; 15 dejaréis
vuestro nombre a mis elegidos como
(jft
1
Yo estaba a la disposición do imprecación: Kl Señor, Yave, te mate,
los que no me consultaban, y a sus siervos les dará otro nombre.
podía ser hallado por los que no me 19 Todo el que en la tierra quiera

buscaban. Yo decía: Heme aquí, bendecirse, se bendecirá en el Dios


heme aquí, a gente que no invocaba fiel. Todo el que en la tierra jure,
mi nombre. 2 Todo el día tendía yo jurará por el nombre del Dios ver-
mis manos a un pueblo rebelde, que! dadero; y las angustias pasadas se
iba por caminos malos, en pos de, darán al olvido, y estarán lejos de
sus pensamientos. 3 Un pueblo que mis ojos. 17 Porque voy a crear cie-
descaradamente y sin cesar me pro-» los nuevos y una tierra nueva, y ya
vocaba a ira, sacrificando en los huer- no se recordará lo pasado, y ya no
tos y quemando incienso sobre ladri- habrá de ello memoria. 18 Sino que
llos; * que va a sentarse en los se- se gozará en gozo y alegría eterna
(uleros, y pasa la noche observando de lo que voy a crear yo, porque voy
Í
os astros; que come carne de pucrec a crear a Jcrusalén alegría, y a su
y en cuyas ollas hav manjares in- pueblo gozo.
mundos; 6 que dice: Quédate ahí, iu 19
Y será Jcrusalén mi alegría, y
te llegues a mí, que te santificaría mi pueblo mi gozo, y en adelante no
Es como humo que sale de mis narl se oirán más en ella llantos ni cla-
ees, fuego encendido todo el día. mores. 80 No habrá allí niño que
* Todo esto escrito está delanti muera de pocos días, ni viejo que no
ISAÍAS, 66 635

cumpla los suyos. Morir a los cien parido; antes de sentir los dolores,
años será morir niño, y no llegar a parió hijos. 8 ¿Quién oyó cosa seme-
los cien años será tenido por mal- jante? ¿Quién vió nunca tal? ¿Nace
dición. 11 Construirán casas y las ! un pueblo en un día? ¿Una nación
habitarán, plantarán viñas y come- ¡
nace toda de una vez? Pues Sión ha
rán su fruto. 22 No edificarán para parido a sus hijos antes de sentir
que habite otro, no plantarán para I
los dolores. 9
¿Voy a abrir yo el seno
que recoja otro. Porque según los ¡
materno para que no nazcan hijos?,
días de los árboles serán los días de
1

dice Yave. ¿O voy a cerrarlo yo que


mi pueblo, y mis elegidos disfrutarán soy quien hace nacer?, dice tu Dios.
del trabajo de sus manos. 23 No tra- 10 Regocíjate, Jerusalén. Vosotros,

bajarán en vano, ni parirán para una los que la amáis, sea ella vuestra
muerte prematura, sino que serán la gloria. Llenaos con ella de alegría,
progenie bendita de Yave, ellos y los que con ella hicisteis duelo.
sus descendientes. 24 Antes que ellos II
Para mamar hasta saciaros la leche
me responderé yo; todavía
llamen les de sus consolaciones; para mamar
no habrán acabado de hablar y ya jen delicia a los pechos de su gloria.
los habré escuchado. 25 El lobo y el 12
Porque asi dice Yave: Voy a derra-
cordero pacerán juntos; el león, como mar sobre ella la paz como río, y
el buey, comerá paja, y la serpiente la gloria de las naciones como to-
comerá el polvo. No habrá mal ni rrente desbordado. Y sus niños serán
aflicción en todo mi monte santo, ¡llevados a la cadera, y acariciados
dice Yave. sobre las rodillas.
13
Como consuela una madre a su
hijo, así os consolaré yo a vosotros,
14
La nueva Jerusalén, de la que jy seréis por ella consolados. Cuando
serán excluidos los malvados. esto veáis, latirán de gozo vuestros
corazones y vuestros huesos rever-
rs Así dice Yave: El cielo es mi
1
decerán como la hierba. La mano
OO trono, y la tierra el escabel de ¡de Yave se dará a conocer a sus
mis pies. ¿Qué casa podríais edifi- ^iervos, y su furor a sus enemigos.
carme? ¿En qué lugar moraría yo? 16 Porque he aquí que llega
Yave
2 Todo eso mis manos lo hicieron, ;en fuego, y es su carro como torbe-
todo es mío, dice Yave. Mis miradas llino, para tornar su ira en incendio,
se posan sobre los humildes, y sobre y sus amenazas en llamas de fuego.
los de contrito corazón, que temen 16 Porque va a juzgar Yave por
el
mis palabras. 3 Hay quien me sacrifica fuego y por la espada a toda car-
un buey y mata a un hombre; quien ne, y caerán muchos a los golpes
inmola un cordero y desnuca a un de Yave. 17 Los que se santifican y
perro; quien presenta su ofrenda y purifican para ir a los jardines, en
come sangre de puerco; quien ofrece grupo tras uno que va delante, que
el incienso y se postra ante un ídolo. comen carne de puerco y manjares
4
¡Ah! Ellos se complacen en sus abominables y ratas, todos perecerán.
caminos y aman sus abominaciones; 18 Yo conozco sus obras
y sus pensa-
pero yo me complaceré en sus males mientos. Vendré para reunir las na-
y traeré sobre ellos los que se temen. ciones de toda lengua, que vendrán
Porque llamé y nadie me respondió, para ver mi gloria. 19 A ellos les daré
hablé y nadie me escuchó* Hicieron yo una señal, y mandaré a los sobre-
lo que era malo a mis ojos, y esco- vivientes, a las naciones, a Tarsis,
gieron lo que a mí me desagrada. a Put, a Lud, a Mosoc y a Ros, a
5 Oíd la palabra de Yave, vosotros,
Tubal y a Javán, y a las islas lejanas,
los que teméis mi palabra; ellos, que no han oído nunca hablar de mi
vuestros hermanos, que os aborre- nombre y no han visto mi gloria, y
cen y os niegan por causa de mi ellos pregonarán mi gloria entre las
nombre, han dicho: Que haga Yave naciones. 20 Y de todas las naciones
muestra de su gloria, y nosotros sere- traerán a vuestros hermanos como
mos testigos de vuestro contento. ofrenda a Yave, a caballo, en carros,
Pero han de ser confundidos. 6 Voces, 1

en literas, en mulos y en dromeda-


alborotos en la ciudad, voces que salen ! rios, a mi monte santo, a Jerusalén,
del templo. Es la voz de Yave, que dice Yave, como traen los hijos de
da a sus enemigos el pago merecido. Israel sus ofrendas en vasos puros
7
Antes de ponerse de parto, ha al templo de Yave. 21
Y yo eligiré
636 I SAÍAS, 66

de entre ellos sacerdotes y levitas, sábado, vendrá toda carne a pros-


dice Yave; 22 porque así como sub- ternarse ante mí, dice ^ ave, 24 y al
sistirán ante mí los cielos nuevos y salir verán los cadáveres de los que
la tierra nueva, que voy a crear, se rebelaron contra mí, cuyo gusano
dice Yave, así subsistirá vuestra pro- nunca morirá, y cuyo fuego no se
genie y vuestro nombre; 23 y de no- apagará, y serán objeto de horror
vilunio en novilunio, de sábado en para toda carne.
INTRODUCCION AL PROFETA JEREMIAS

1. Jeremías es el segando de los profetas mayores, que nos cuenta su vo


cación al principio de su libro. «Yo, «le dice Yave», te consagré antes de uncido,
y te destiné para ssr profeta de las naciones, para que arranques y plantes,
destruyas y ed'fiques. Yo te haré ciudad fuerte, columna de hierro y muro de
bronce, para hacer frente a toda la tierra, a reyes, a principes, a sacerdotes y
al pueblo todo." Esto ya dice bastante de la grave misión encomendada a Jere-
mías, quien desde el principio aparece ante el Señor timido y, a su propio
juicio, inepto para tal ministerio (Jer. 1. Cfr. Eclao. 49, 9). Que con la asis-
tencia divina supo realizar su misión, nos lo dice, fuera de su libro, el elogio
que le consagra Onias en el II Mac. 15, 14.
2. Nació Jeremías en Anatot, ciudad sacerdotal, al oriente de Jerusalén,
en el reinado de Manases o de Amón. Fué su padre Helcías, sacerdote, que
debió de educar a su hijo en el verdadero espíritu del sacerdocio, al que por su
nacimiento estaba destinado. Todavía joven, recibió el llamamiento de Dios,
el año 13 de Josías, en 626 (25, 3). Cinco años más tarde Joslas emprendía
la reforma religiosa (621), y es extraño que no hallase en Jeremías más no-
ticias de ella que la alusión del capítulo 11. La muerte del piadoso príncipe. (608)
fué una pérdida irreparable para la causa de la reforma. Como todos los buenos,
sintió Jeremías la muerte de Josías, a la que dedicó unas lamentaciones, según
se nos dice en II Par. 25, 25. En los reinados de Joaquim (608-597) y de
Sedccías (598-587), Jeremías tuvo que realizar lo que el Señor le había
dicho en su llamamiento, oponiéndose cual muro de bronce a los vicios
predominantes, la idolatría y la inobservancia de la Ley, que son el tema de
sus discursos, en los que anuncia la destrucción del templo y de la ciudad con
la deportación del pueblo a Babilonia. Sus palabras no eran bien recibidas
ni de los príncipes ni del pueblo, que oían con más gusto a los malos sacer-
dotes y a los falsos profetas. No es, pues, de extrañar que Jeremías hubiera
¡f° JEREMÍAS, 1

de beber muchas veces el amargo cáliz del dolor. Insultos, oprobios, cárceles,
acusaciones de traición a la patria, asechanzas contra su vida, todo lo hubo
de soportar, y en tanto grado, que a veces el dolor le fuerza a levantar sus ojos
a Dios en son de queja y hasta a maldecir el día de su nacimiento con un tono
que supera en fuerza al de Job, en 15, 10-20; 17, 12-18; 18, 18-23, 20, 28, 38.
Con razón es mirado Jeremías como tipo del Redentor, aunque no ciertamente
por el modo con que sobrellevó sus penalidades. De él no se puede decir lo que
del Siervo de Yave escribía Isaías: «Enmudeció como un cordero ante el que
lo trasquila y no abrió su boca» (Is. 53, 7). Jeremías se queja amargamente
a Dios y pide que le vengue, puesto que su causa es la misma causa de Dios.
3. Nunca con más razón se dijo que el amor es causa de dolor. El corazón
tierno y sensible del profeta, lleno de amor hacia su pueblo, se sentía excitado
por las abominaciones de Judá y por los castigos con que Dios le amenazaba;
y ante esta vista Jeremías se conmueve intensamente, hasta poner en sus labios
palabras tan elocutntcs, imágenes tan vivas y tan variadas, sentimientos tan
tiernos, que su elocuencia supera a la del mismo Isaías. Dios le obligó a
desempeñar la triste misión de vaticinar la ruina total de Judá y de presen-
ciar con sus ojos el cumplimiento de sus vaticinios; pero también le dió el con-
suelo de pronosticar la futura restauración mesiánica, unida, a sus ojos, como
es ordinario en los profetas, con la vuelta de los deportados a la patria. Por
esto no es de maravillar que sus palabras, antes tan desagradables en los oídos
de Judá, f ueran luego las más consoladoras. En el II Mac. 15, 14 se nos cuenta
la visión de Judas el Macabeo, en la que se le aparecen el santo pontífice Onias
y nuestro profeta. El primero hace la presentación del segundo en estos tér-
minos: «Este es el amigo de sus hermanos, que ora mucho por el pueblo y pir
la ciudad santa, Jeremías, el profeta de Dios." Destruida Jerusalén y asesi-
nado Qodolías, el gobernador dejado por los caldeos en Judá, Jeremías fui
conducido a Egipto por los que allá huyeron. Su corazón sintió honda amar-
gura al ver a sus hermanos entregarse a la idolatría egipcia, sin hacer caso
de la dura lección que acababan de recibir. Desde este momento no tenemos
noticia del profeta, ni sabemos si murió a orillas del Nilo, si volvió a Judá
0 se dirigió a Caldea, para cooperar a la obra de Ezequiel, consolando a los
deportados.
4. El libro de Jeremías nos ofrece un capítulo, el 36, sumamente inte-
resante y único en la literatura profética, sobre la redacción de la mayor parte
de sus oráculos, que por mandato divino dictó el proftta a su secretario Baruc
(36, 11; 18, 27-32). El texto hebreo de los oráculos de Jeremías, compárado
con la versión grUga de los LXX, presenta gran cantidad de adiciones. Los
críticos discuten sobre, su origen y su valor, y sus sentencias están li jos de ser
unánimes. Hay quien da preferencia al texto mesorético y quien prefiere el texto
más corto de los LXX. Según otros no se puede adoptar una solución general,
sino estudiar cada caso por separado. Tampoco el orden de los oráculos es el
mismo en el texto hebreo y en la versión de los LXX. Desde el capítulo 25 hasta
el 52, en que se hallan los vaticinios contra las naciones, el orden es muy dife-
rente. La razón sin duda, que los oráculos se conservaron primero sepa-
es,
rados, y al reunirlos no se les dió en todas partes el mismo orden.

JEREMIA S
1 Profecías de Jeremías, hijo de
1 palabra de Yave en tiempo de Joslas,
I Helclas. del linaje de los sacer- hijo de Amón, rey de Judá, el ano
s
dotes que habitaban en Anatot, tie- tercero de su reinado, y después
rra de Benjamín; * a quien llegó la en tiempo de Joaquini, hijo de Josias,
JEREMÍAS, 2 639

rey de Judá, hasta el fin del año cins.por todas las maldades que co-
undécimo de Sedecías, hijo de Jo- metieron, dejándome a mí, para ir
sías, rey de Judá, hasta el quinto a libar a dioses extraños y a adorar
mes de la transmigración de Jerusalén. la obra de sus manos.

Vocación y misión <lol profeta. Coiiilrmación en la misión.

Llegóme la palabra de Yave, que


4
17 Tú, pues, ciñe tus lomos, yér-
decía: 5 Antes que te formara yo en guete, y diles todo cuanto yo te
las maternas entrañas te conocí; antes mandare. No te quiebres ante- ellos,
que tú salieses del seno materno te ño sea que yo a su vista te quebran-
consagré (1) y te designé para pro- te a ti. 18 Desde hoy te hago como
feta de pueblos. 6 Dije yo entonces: ciudad fortificada, como férrea co-
¡Ah, Señor, Yave! No sé hablar. Soy lumna y muro de bronce, para la
todavía un niño. 7 Y me dijo Yave: tierra toda, para los reyes de Judá
No digas: soy todavía un niño, pues y sus grandes, para los sacerdotes
si vas, iras a donde te envié yo, y 19 Ellos te
si hablas, dirás lo que te mande yo.
y para todo su pueblo.
combatirán, pero no te podrán, por-
8
No
los temas, que yo estaré conti-
que yo estaré contigo para protegerte.
go para protegerte. Palabra de Yave. Palabra de Yave.
9 Tendió Yave su mano,
y tocando
con ella mi boca, me dijo: 10 Mira
que pongo en tu boca mis palabras. Las apoetasías de Israel.
Hoy te doy poder sobre pueblos y
reinos, de arrancar, arruinar y asolar, 1 Vínome la palabra de Yave,
'2
de levantar, edificar y plantar. , diciéndome: 2 Anda, y clama con
fuerte voz a los oídos de Jerusalén:
Dos visiones. He aquí lo que dice Yave:
Me acuerdo de tu fidelidad al tiem-
11
Y me
llegó palabra de Yave, po de tu adolescencia; de tu amor
que me
decía: ¿Qué ves, Jeremías? hacia mí, cuando te desposé conmigo;
Yo le contesté: Veo una vara de al- de tu seguirme a través del desierto,
mendro. 12 Y
me dijo: Bien ves, Je- tierra donde no se siembra. 3 Era
remías, pues yo velaré sobre mis pa- entonces Israel lo santo de Yave, la
labras para cumplirlas. 13 De nuevo primicia de sus frutos. Quien de ella
me llegó palabra de Yave, que decía: comía pecaba, y caía sobre él la des-
¿Qué ves, Jeremías? Yo contesté: gracia. Palabra de Yave.
4
Veo una olla al fuego, y de cara al Oye las palabras de Yave, casa
septentrión (2). 14 Y me dijo Yave: de Israel; oye sus recriminaciones,
Del septentrión vendrá el incendio casa de Jacob. 5 Así dice Yave:
que ha de abrasar a todos los mora- ¿Qué tacha hallaron en mí vuestros
dores de esta tierra; 15 pues voy a padres, para apartarse de mí, irse
convocar a las tribus y reinos del sep- en pos de la vanidad de los ídolos
tentrión, palabra de Yave, para que para' hacerse tan vanos como ellos?
vengan a poner cada uno su pabellón 6 No se preguntaban: ¿Dónde está

junto a las puertas de Jerusalén, en ahora Yave, el que nos sacó de la


torno de sus muros, y contra todas tierra de Egipto; el que nos condujo
las ciudades de Judá. 16 Entonces a través del desierto, tierra de are-
pronunciaré contra ellos mis senten- nales y barrancos, tierra árida y
tenebrosa, tierra por donde no tran-
sita nadie, y donde nadie habita?
(1) No parece que esta palaba signifique 7
Yo os traje a la tierra del Car-
una santificación propiamente dicha, como su-
ponen algunos, por la infusión de la gracia san- melo, para que comierais sus ricos
tificante. Es más bien una vocación a la misión frutos. Y en cuanto en ella entras-
profeáca, que también llamamos en castellano teis, contaminasteis mi tierra, e hi-
«connjración». cisteis abominable mi heredad. 8 Tam-
(2) La olla vista por Jeremías es símbolo de poco los sacerdotes se preguntaron:
los furores que estaban para venir sobre Jerusa-
lén y tojo Judá, por la gu;rra de invasión y
/Dónde está ahora Yave? Siendo
d;vastación que iban a hacerles los reinos del ellos los maestros de la Ley, me des-
Norte, sometidos a la hegemonía de Nabucodo- conocieron, y los que eran pastores
nosor, rey de Babilonia. me fueron infieles. También los pro-
640 JEREMÍAS, 2

fetas hicieron -profetas de Baal, ¡planté de la vid más generosa, toda


se
y el se fué tras los que de nada
pueblo de selectos plantones. ¿Cómo, pues,
valen. Por eso entro hoy en juicio te me has vuelto vil degenerada, y
*

con vosotros, dignos hijos de vues- te me has hecho viña ajena?


22
tros padres. Palabra de Yave. Por mucho que te laves con nitro,
10 Id hasta las islas de los quititas, por mucha lejía que emplees, siempre
y ved: mandad a Cedar, c informaos verán mis ojos la suciedad de tu
bien; a ver si jamás sucedió cosa depravación. Palabra del Señor,
como ésta. 11 ¿Hubo jamás pueblo Yave. 23 Y podrás, acaso, decir:
alguno, que cambiase de dios, con No estoy manchada, no me he ido
no ser dioses esos? Pues mi pueblo en pos de los Baales. Repara en lo
ha cambiado su gloria (1), por lo que hacías en el valle; reconoce tu
que de nada vale. curpa.
12 Pasmaos, ciclos, de esto. Pás- 24 La camella joven, de ligeros pies,

mate también tú, tierra. Palabra corre de un lado para otro. ¿Quién
de Yave. 14 Ya que es un doble cri- templará su codicia? El que la busque
men, el que ha cometido mi pueblo: no tendrá que fatigarse, la hallará
Dejarme a mí, fuente de aguas vivas, fácilmente en el tiempo del celo.
para excavarse cisternas, cisternas 25 Da descanso a tus píes descalzos,
agrietadas, incapaces de retener el agua. respiro a tus sedientas fauces. Pero
14 ¿Es por ventura Israel un siervo, tú dices: No, es en vano. Amo lo
un hijo de esclavos? ¿Cómo, pues, extranjero, y tras ello me voy.
ha venido a ser presa sobre la cual
rugen leones con fuerte rugido? lft Han
hecho de su tierra un desierto, han Profunda degradación.
quemado y despoblado sus ciudades.
16 Hasta los habitantes de Mcmfise y 28 Como queda confundido el ladrón
Tafnis se duelen de ti y le compa- al verse descubierto, así serán con-
decen. 17 Todo esto, ¿no lo ha traído fundidos los hijos de Israel. Ellos,
sobre ti el haberte apartado de Yave, sus reyes, sus grandes, sus sacerdotes
tu Dios? y sus profetas, 27 que dicen a un leño:
18 Y ahora, <qué es lo que buscas Tú eres mi padre; y a una piedra:
camino de Egipto? ¿Reber las aguas TÚ me diste la vida. Pero al tiempo
del Sijor? (2). ¿Qué es lo que buscas de la angustia me invocan: ¡Alzate y
camino de Asiría? ¿Beber las aguas sálvanos! 28 ¿Dónde están ahora tus
del Eufrates? 19 Sírvante de castigo dioses, los que tú mismo te fabri-
tus perversidades, y de escarmiento caste? Que se alcen ellos y te salven
tus apostasías. Reconoce y advierte ahora: pues tantos son tus dioses,
cuán malo y amargo es para ti ¡oh Judá!, cuantas tus ciudades; y
haberte apartado de S'ave, tu Dios, cuantas son las puertas de Jerusa-
y haber perdido mi temor. Palabra lén, tantos son los altares de Raal.
de Yave. 29 ¿Qué podéis alegar contra mí?

¿Cómo podréis contender conmigo?


F.I otilto de Rual. Todos vosotros habéis pecado, todos
os habéis rebelado contra mí. Pala-
20 ¡Cuán de antiguo ya quebran- bra de Yave. 30 En vano os he cas-
taste tu yugo, rompiste tus coyundas tigado en vuestros hijos; no habéis
y dijiste:' No le serviré! Y sobre todo querido aprender. La espada ha devo-
collado alto, y bajo todo árbol fron- rado a vuestros profetas como devora
doso, te prostituíste (3). 21 Yo te el león. No habéis tenido temor de
mis palabras.
31 ¿Por ventura soy yo para Israel
(1) La gloria de Israel, es Yave, su Dios, un desierto o una tierra tenebrosa,
torpemente cambiada por la nada de los Idolos.
V. Deut. io, 21; Sal. 106, 30.
para que digan: No pasaremos por
32 ¿Se
(2) Uno de los principales brazos del Nilo. él. no iremos en pos de ti?
(]) El pacto entre Dios y el pueblo tiene, en olvida por ventura la doncella de sus
el estilo profético, cierto carácter de pacto ma- galas, y de su ceñidor la esposa?
trimonial, y su quebrantamiento por la idolatría Pues mi pueblo se ha olvidado de mí,
es no sólo una fornicación, sino un verdadero ya desde días sin cuento.
adulterio. El culto idolátrico tenia principalmen- 33 ¿Por qué tan mañosamente te
te l-i .11. además de en los templos edificados en
honor de los Idolos, en las alturas de los collados preparas los caminos, para captarte
y bajo los árboles. su amor? Por eso haré yo que en
JEREMÍAS. 3 6-11

acompañe la desdicha. 34 ¿Por


ellos te Yave. 11 Y me dijo Yave: La apos-
qué tanto mudar de caminos? Egipto tasía de Judá ha hecho buena la de
tp burlará, como te burló Ásiria. Israel.
37 También de ahf saldrás con las 12 Anda
y grita así hacia el sep-
manos en la cabeza, pues el Señor tentrión: Vuelve, apóstata Israel, pa-
hará fallar tus planes, y no se te labra de Yave, que quiero dejar de
lograrán. mostrarte rostro airado, porque soy
Hay en tus manos manchas san-
34
misericordioso, palabra de Yave,
grientas de pobres inocentes, no de que no es eterna mi cólera, 13 siempre
sorprendidos en conato de robo. que reconozcas tu maldad al pecar
85 Ydices: Soy inocente, su cólera contra Yave tu Dios, dispersando tus
se ha apartado ya de mi. ¡Ah! Ya te caminos hacia los extraños, bajo todo
juzgaré yo por decir: No he pecado. árbol frondoso, y desoyendo mi voz.
Palabra de Yave.
14 Volved, hijos apóstatas. Pala-
Pecado y penitencia. bra de Yave. Yo soy vuestro dueño
y yo os tomaré, uno de una ciudad,
O 1 Cuando un hombre despide a dos de una familia, y os traeré de
la mujer, o ella se aparta de él, nuevo a Sión. 15 Yo os daré pastores
si viniere a ser de otro hombre, ¿se según mi corazón, que os apacen-
volverá el primero otra vez a ella? tarán sabiamente: 16 Y cuando yo
¿No se considera tal mujer como os haré crecer v multiplicaros en la
enteramente y por siempre man- tierra en aquellos días, palabra de
chada? Tú, pues, que con tantos Yave, no dirán ya: ¡Ah! El arca de
amadores fornicaste: ¿podrás volver la alianza de Yave. No se acordarán
a mí? Palabra de Yave. 2 Pon tus ya de ella, se les irá de la memoria,
ojos en los collados, a ver en cuál ía olvidarán, y no la echarán de
de ellos no te entregaste. Andabas por menos ni harán otra. 17 Entonces
los caminos en acecho de ellos, como será llamada Jerusalén trono de
acecha el árabe en el desierto. Con- Yave, y en el nombre de Yave ven-
taminaste la tierra con tus perver- drán a ella todas las gentes, y Jeru-
sidades y fornicaciones. 3 Faltó la salén no volverá ya más a irse tras
lluvia, no hubo aguas tempranas; los malos deseos de su corazón.
pero tú tenias una frente de bronce, 18 Entonces vendrán juntamente la
no querías volver en ti. casa de Judá y la de Israel de la
4
Desde poco acá me invocas, di- tierra del septentrión a la tierra
ciendo: ¡Padre míol Tú eres mi esposo; quo dien heredad a vuestros padres.
y dices: ¿,Va a durar por siempre 19
Yo me pregunté: ¿Cómo voy a
su cólera? ¿La mantendrá hasta el contarte entre mis hijos, y a darte
fin? 6 Pero mientras esto dices, sigues una tierra escogida, una magnífica
cometiendo maldades, y las llevas heredad, preciosa entre las preciosas
hasta el colmo. de todas las gentes? Y
me contestaba:
6 Y
me dijo el Señor en tiempo del Llamándome tú padre, y no volviendo
rey Josías: ¿Has visto lo que ha hecho a apartarte de mí. 20 Sin embargo,
Israel? ¿Has visto sus apostasías? como la infiel a su marido, así has
Se fué por todo monte alto, y bajo sido tú infiel a mí, casa de Israel.
todo árbol frondoso, para fornicar Palabra de Yave.
allí.
7
Yo le dije: Con todo, y con 21
Se oyen por los montes los llantos
haber perpetrado tantos crímenes, y las súplicas de los hijos de Israel,
vuélvete a mí. Pero no se volvió. por haber pervertido su camino y
8
Vió esto su pérfida hermana, haberse olvidado de Yave, su Dios.
Judá; vió que por tantas fornicacio- 22 Convertios, hijos rebeldes,
y os
nes y apostasías despedí a Israel, perdonaré vuestras apostasías. Sí, ya
dándole el libelo de repudio. Pero vienen a ti, pues tú eres Yave, nues-
ella, sin temor alguno, igualó la per- tro Dios. 23 Ciertamente sólo mentira
fidia de su hermana, y se fué, nos ha venido de los altos, sólo ruido
y
apostató también. 9 Ycontaminó la de los montes. Verdaderamente en
tierra con sus fornicaciones, y adul- Yave, nuestro Dios, está la salvación
teró con la piedra y con el leño; de Israel.
10
y tampoco la pérfida hermana, 24
Baal ha devorado los bienes de
Judá, se volvió a mí de corazón, nuestros padres desde nuestra infan-
sino mentidamente. Palabra de cia. Sus rebaños, sus ganados, sus

41
642 JEREMÍAS, 4

hijos y sus hijas. " Habremos, pues, viento, no de limpia, ni de abaleo.


de acostarnos en nuestro oprobio, y 12 Es un viento impetuoso que yo
habrá de cubrirnos nuestra vergüenza. mandaré; ahora voy también yo a
Porque hemos pecado contra Yave, pronunciar sentencia contra ellos.
nuestro Dios, nosotros y nuestros 13 Ya sube como denso nublado; sus
padres, desde nuestra mocedad hasta carros son como el torbellino; sus
el día de hoy, y hemos desoído la caballos, más veloces que las águilas.
palabra de Yave, nuestro Dios. ¡Ay de nosotros, estamos perdidosl
14 Limpia de maldades tu corazón,
A 1
Si te conviertes, Israel palabra Jerusalén, para que puedas ser salva.
de Yave, volverás a mí. Si qui- ¿Hasta cuándo guardarás en tu pecho
tas de delante de mí tus abominacio- tus culpables pensamientos?
nes, no serás rechazado. 2 Si juras por 16 Ya viene de Dan el aviso del

la vida de Yave, con verdad, con fuego, llega el funesto mensaje del
derecho y con justicia, serán en él monte de Efraím. 16 Hacedlo saber al
bendecidos los pueblos, y en él se pueblo, transmitidlo a Jerusalén:
gloriarán. Viene el enemigo, ya llegan las van-
8 Así dice, pues, Yave a los hombres guardias; vienen de lejanas tierras;

de Judá y de Jerusalén: Roturad lanzan sus gritos de guerra contra


vuestro campo, y no sembréis en Judá; 17 la rodean como guardias
cardizales. 4 Circuncidaos para Yave. rurales, por haberse ella rebelado
Circuncidad vuestros corazones, varo- contra mí. Palabra de Yave. 18 Esto
nes de Judá y habitantes de Jerusa- es lo que te han traído tus extravíos
lén. No sea que se derrame como y tus malas obras; tu maldad es la
fuego mi ira, y se encienda, sin que que ha hecho que el dolor y la amar-
haya quien pueda apagarla, por la gura hieran tu corazón. 19 ]Ay mis
maldad de vuestras obras. entrañas, ay mis entrañas! Desfa-
llezco, se me rompe el corazón, lo
traspasa el dolor, no puedo callar.
Inminente castigo» Ya oigo los clarines de guerra, el
estrépito de la batalla. 20 Ya anuncian
6 Notificádselo
a Judá y a Jerusa- desastre sobre desastre. Toda la
lén; haceos oír, clamad, tocad las tierra devastada. De repente inva-
trompetas, por la tierra; gritad con dieron mis tiendas, en un instante
toda fuerza y decid: Congregaos y mis tentorios. 21 ¿Hasta cuándo habré
refugiémonos en las ciudades amura- de ver sus banderas y oír el sonar
lladas; * llevad las banderas a Sión, de sus clarines?
huid apresuradamente; porque voy 22
|Ahl Mi pueblo está loco, me ha
a hacer venir del septentrión el desconocido. Son necios, no ven;
7
azote, una gran desventura. El sabios para el mal, ignorantes para
león ha salido de su cubil; el devora- el bien.
23 Miré
dor de pueblos está en marcha; ha a la tierra, y todo era vacío
salido de su tierra, para devastar la y confusión; a los ciclos, y todo eran
tuya y destruir tus ciudades, hasta tinieblas. 24 Miré a los montes, y
no dejar en ellas un morador. 8 Ves- todos temblaban, todos los collados
25 Miré,
tíos, pues, de saco, llorad y lamentaos: se conmovían. y no se veía
No se ha apartado, no, de nosotros la un hombre, y las aves del cielo hablan
28 Miré,
ira encendida de Yave. huido todas. y el Carmelo
• Y sucederá entonces, palabra de era un desierto, todas sus ciudades
Yave que desfallecerá el corazón eran ruinas, ante Yave, ante el furor
27
del rey y el de los magnates; se cons- de su cólera. Pues así dice Yave:
ternarán los sacerdotes, se pasmarán Toda la tierra será un desierto, con-
los profetas. 10 y exclamarán: |Ah, sumaré la destrucción, llorará la tierra
28 Yo
Señor, Yavcl Asi han sido torpemente y se entenebrecerán los cielos.
engañados este pueblo y Jerusalén, ¡o anuncié, yo lo he resuelto, y no
diciéudoscles: Paz, tendréis paz; y me arrepentiré ni desistiré de ello.
29 ¡Ahí El vocerío de la caballería,
ahora es la espada la que se nos
entra hasta el alma? los saeterosl Han quedado deshabi-
11 Entonces se le dirá a este pueblo tadas las 'ciudades, se encerraron en
y a Jerusalén: Un viento cálido las cavernas, penetraron en las selvas
sopla de las dunas del desierto, sobre y escalaron las montañas; todas las
los caminos de la hija de mi pueblo; ciudades fueron abandonadas, sin que
JEREMIAS, 5 643

en ellas quedara un hombre. 30 Y tú, 12


Renegaron de Yave, y dijeron:
la desolada, ¿qué harás ahora? ¿Te No está aquí. No vendrá sobre nos-
vestirás de púrpura? ¿Te adornarás otros ningún mal. No veremos ni
con tus joyas de oro? ¿Te rasgarás los guerra ni hambre. 13 Los profetas son
ojos con los afeites? En vano te aci- puro flato, y no han tenido oráculo.
calarás. Te desprecian tus amantes, Todo eso les sobrevendrá a ellos.
te persiguen de muerte. 14 Por eso dice Yave, Dios Sebaot:
31 Oigo gritos como de mujer en Porque habéis dicho todo eso, mis
parto, alaridos como por la muerte palabras serán en vuestra boca fuego,
del primogénito. Es la hija de Sión, y este pueblo cual montón de leña.
que grita y se retuerce las manos. Seréis abrasados.
¡Ay, ay de mí! [Mi alma desfallece 15 Contra vosotros, casa de Israel,
ante los asesinos! yo voy a traer de lejos un pueblo,
palabra de Yave, un pueblo fuerte,
un pueblo de antiguo abolengo, un
Maldad imperdonable. pueblo de lengua extraña, cuyas pala-
bras no entenderéis. 16 Su aljaba es
1
Recorred las calles de Jerusalén; como sepulcro abierto, todos ellos
5 ved e informaos; buscad por sus valerosos; 17 y devorará tus cosechas
plazas, a ver si halláis un varón, uno y tu pan, a tus hijos y a tus hijas.
solo, que obre según justicia, que Devorará tus rebaños y tus ganados,
guarde fidelidad, y la perdonaré. tus viñas y tus higueras, y asolará
2
Cuando juran por la vida de Yave, tus ciudades muradas, en que tanto
juran en falso. 3 ¿No es la fidelidad, confías. 18 Pero tampoco entonces
(oh Yave!, lo que buscan tus ojos? os consumiré del todo. Palabra de
Los has castigado y no se han dolido, Yave.
los has corregido con azotes y plagas, 19
Y cuando te pregunten: ¿Por
pero no han querido escarmentar; qué ha hecho Yave, nuestro Dios,
tienen la cara más dura que una pie- todo esto con nosotros?, les dirás:
dra; no quieren convertirse. Como os apartasteis vosotros de Yave,
4 Yo me decía: Quizá es sólo la y servísteis a dioses extraños en
gente baja e ignorante, que desco- vuestra propia tierra, así habréis de
noce los caminos de Yave, los pre- estar sometidos a extranjeros en
ceptos de su Dios. 6 Voy a dirigirme tierra de éstos, no vuestra. 20 Predica
a los grandes, y les hablaré; éstos ya esto a la casa de Jacob, pregónalo
conoceránlos caminos de Yave, los en los oídos de Judá, y di: 21 Oíd,
mandatos de su Dios. Pero han sido pueblo necio e insensato: Tenéis ojos
éstos, todos a una, los primeros en y no veis, tenéis oídos y no oís.
quebrar el yugo y en romper las 22 No me temeréis a mí, palabra de
coyundas. 6 Por eso los devorará el Yave, no temblaréis ante mí, que
león de la selva, los asaltará de noche de arenas he hecho muro para el mar,
el lobo del desierto, y el tigre ron- muro perpetuo que no podrá tras-
dará en torno a sus ciudades. Cuantos pasar, que aunque se enfurezca no
salgan de ellas serán despedazados, podrá saltarlo, y por mucho que
porque son muchas sus maldades y embravezca sus olas no podrá atra-
grandes sus apostasías.
-
vesarlo?
7
¿Cómo podré perdonarte? Tus 23 Pero
este pueblo tiene un corazón
hijos se han apartado de mí y juran rebelde y contumaz; se rebelaron
y
por aquello que no es Dios. 8
Yo los desertaron, 24 y no se dijeron: Tema-
harté, y ellos se dieron a adulterar, mos a Yave nuestro Dios porque nos
y se van en tropel a la casa de la pros- da a su tiempo las lluvias temporales
tituta. Sementales bien gordos y las- y tempranas, y con ellas fecunda los
civos, relinchan todos ante la mujer campos que nos dan la cosecha.
de su prójimo. 9 ¿No habré de pe- 25 Vuestras maldades han trastor-
dirles cuenta de todo esto?, diceYave. nado todo esto, vuestros pecados os
De un pueblo como éste, ¿no habré han robado el bienestar.
yo de tomar venganza? 10 Escalad
sus bancales y arrasadlos. No deis
paz a la mano. Arrancad sus sar- Los ricos.
mientos, pues no son de Yave. 11 Se
ha rebelado contra mí la casa de Hay en mi pueblo ricos que se
29
Israel. Palabra de Yave. han enriquecido con el fraude, ten-
644 JEREMÍAS, 6

diendo sus redes para cazar hombres. mano como el vendimiador entre los
27
Como se Uena de pájaros la t esta, sarmientos. 10 ¿A quién hablaré?
así está llena su casa de rapiñas. ¿A quién amonestaré, que me oiga?
88 Así se han engrandecido, Tienen oídos incircuncisos, no pueden
así se
han enriquecido, así engordaron y se oír nada. La palabra de Yave es
cebaron; y aun cuando hacían mal, para ellos objeto de escarnio, no
no eran castigados; no se ampara- sienten deseo alguno de ella.
ba el derecho del huérfano, y no se 11
Yo estaba enteramente lleno de
hacía justicia a los pobres. 29
¿No la cólera de Yave. En vano me esfor-
habré yo de pedirles cuenta de todo zaba por contenerla. Derramarla sobre
esto?, dice Yave. De un pueblo como los niños, que juegan por las calles.
éste, ¿no habré yo de tomar ven- Sobre toda la juventud. Serán lleva-
ganza? dos cautivos hombres y mujeres, los
viejos, los adultos; 12 y las casas
pasarán a manos de extraños, los
Profetas y sacerdotes. campos y las mujeres a poder de los
30 Una
cosa horrenda y abominable conquistadores, cuando yo extienda
ha acontecido en esta tierra. 31 Los mi mano sobre los moradores de esta
profetas profetizaban mentiras, los tierra. Palabra de "Vave. 13 Pues
sacerdotes iban con ellos del brazo, todos, desde los pequeños a los gran-
y el pueblo gustaba de esto. ¿Qué des, todos están llenos de rapiñas,
cosas, pues, habrán de acontecer al y todos, profetas y sacerdotes, todos
fin? llenos de fraudes. 14 Pretenden curar
el mal de mi pueblo como cosa leve,

La guerra contra Jerusalén. y dicen, ¡paz, paz!, cuando no ha de


haber paz. 16 Serán confundidos, por
Buscad refugio fuera de Jeru-
1 haber obrado abominablemente. Y
6 hijos de Benjamín; tocad
salén, no se avergüenzan, ni conocen la
las trompetas en Tecua, y poned la vergüenza. Por eso caerán ellos tam-
bandera en Bctqucrén, que es del bién en la común caída. Al tiempo
septentrión de donde amenaza el in- de la cuenta, caerán. Palabra de
fortunio y la gran ruina. 2 ¿Es que Yave.
18 Así
ha venido a ser la hija de Sión un dice el Señor: Haced alto en
prado delicioso? 3 Acuden a ella pas- el camino y ved: Preguntad por
tores con sus rebaños, clavan en las sendas de antes. ¿Es ésta la
derredor suyo las tiendas, cada uno senda buena? Pues seguidla, y ha-
apacienta allí su manada. 4 Mueven llaréis la paz para vuestras almas.
guerra contra ella. |Arriba, la asalta- Pero dijeron: No queremos ir por
17
remos al mediodía! jAy de nosotros, ella. Yo os había dado atala-
que ya cae el día, que ya se tienden yadores. Atención a la voz de
las sombras de la noche!
5 |Arribat la trompeta. Pero ellos dijeron: No
queremos 18 Por
[Vamos a asaltarla por la noche, aso- oírla. eso, oíd,
12
lemos sus palacios! pueblos; oye también tú, tierra,
• Porque así dice Yave Sebaot: lo que na de venir sobre ellos.
Cortad sus árboles, y haced de ellos Yo mandaré males sobre este pue-
empalizadas contra Jerusalén. jAy blo, el fruto de sus malas obras;
de la ciudad frivola! Dentro de ella porque no atendieron a mis palabras
todo es injusticia y violencia. Como y despreciaron mi ley. Por eso,
mana e) agua en los pozos, así mana asi dice Yave: Yo pondré tropiezos a
en ella la iniquidad. No se oye en este pueblo, y en ellos tropezará.
ella más que de injusticia y violencia, Padres e hijos, vecinos y prójimos,
a mi vista hay siempre vejación y todos a una perecerán. 20 ¿A mi que
estrago. 8 Enmiéndate, Jerusalén, el incienso de Saba, y las cañas aro-
antes que del todo me harte de ti y máticas de tierras lejanas? Vuestros
te convierta en ruinas, en tierra de holocaustos no me son gratos, vues-
soledad. tros sacrificios no me deleitan.

Amenazas del profeta. Kl eiu'iidgo.


22
Así dice Yave Sebaot: Haz cui- Así dice Yave: Mira, viene de la
dadoso rebusco, como en las viñas, tierra del septentrión un pueblo, gran
de los restos de Israel; mueve tu muchedumbre viene del extremo de
JEREMÍAS, 7

la tierra. - ;!
Lmpuña
el arco y el en la tierra que di a vuestros padres
venablo, es y despiadado; su por8 los siglos de los siglos.
cruel
estrépito, cuando cabalga sobre sus Mirad que os engañáis a vos-
caballos, es como el del mar enfure- otros mismos, confiando en palabras
cido; viene armado para la guerra vanas, que de nada os servirán.
9
contra ti, hija de Sión. ¡Pues qué! Robar, matar, adulterar,
24 Ya oímos el estruendo. Se nos perjurar, adorar a Baal, e irse tras
caen los brazos, nos oprime la angus- dioses ajenos que no conocíais; 10 y
tia, dolores como de mujer en parto. venir luego a poneros en mi presen-
26 No salgáis al campo, no andéis por cia en este lugar, en que se invoca
los caminos; por todas partes nos mi nombre, diciéndoos: Ya estamos
11
sale' al encuentro la espada del ene- salvos, para luego volver a cometer
migo y el espanto. 26 Vístete de saco, todas esas iniquidades! ¿Veis, pues,
pueblo mío. Revuélcate en la ceniza. en 'esta casa, en que se invoca mi
Llora, como se llora la muerte del nombre, una cueva de bandidos?
primogénito. Llora amargamente, por- Pues mirad, también yo la veo así.
que de repente vendrá sobre nosotros Palabra de Yave.
12 Id,
el invasor. id a Silo, que fué al princi-
pio lugar de mi morada, y ved lo
que hice con él, por las iniquidades
Jeremías, fiel contraste. de mi pueblo Israel. 13 Pues ahora,
por todas esas vuestras iniquidades,
Te he hecho fiel contraste de mi
2'
palabra de Yave, y porque os amo-
pueblo, probador de su oro, para nesté a tiempo repetidas veces, y no
examinar y probar su valor. 28 Todos me escuchasteis, os llamé y no me
ellos están fuertemente adulterados, respondisteis; 14 haré de esta casa a
y llevan plomo, bronce v hierro; mí dedicada, en que confiáis vosotros,
todos son moneda falsa. 29 Se en- y de esta tierra que di a vuestros
ciende el fuego, se hace soplar el fue- padres, lo que hice de Silo; 15 y os
lle, pero lo fundido no es sino plomo. arrojaré de mi presencia, como arrojé
En vano fundió el orífice; no hay a vuestros hermanos, a toda la pro-
nada de oro; trabajo perdido, dinero genie de Efraím.
tirado. 30 16 Y
También los tirará a ellos tú, no me ruegues ya por este
Yave. pueblo, no hagas por ellos súplicas
ni me porfíes, porque
oraciones, no
17
¿Por ventura no ves
no te oiré.
La vana confianza en el templo. 10 que hacen en las ciudades de
ellos
Judá y en las plazas de Jerusalén?
7 Palabra de Yave que llegó a
1 18 Los hijos amontonan
la leña, los
'
Jeremía:,, diciéndole: 2 Ponte a padres la prenden fuego, y las muje-
la puerta del templo de Yave, y pro- res amasan la harina, para hacer las
nuncia allí estas palabras; di: Oíd la tortas de la reina del cielo y libar
palabra de Yave, gentes todas de a los dioses extraños, para darme
Judá, que entráis por estas puertas pesadumbre. 19 ¿Pero es a mí, por
para adorar a Yave. 3 Así dice Yave ventura, a quien la dan? Palabra
Sebaot, Dios de Israel: Enderezad de Yave. ¿No es más bien para su
vuestros caminos y enmendad vues- daño? 20 Por tanto, así dice el Señor,
tras obras, y yo permaneceré con Yave: El furor de mi ira se derra-
vosotros en este lugar. mará sobre este lugar, sobre hombres
4
No pongáis vuestra confianza en y animales, sobre arboledas y cam-
vanas palabras, diciendo: ¡Oh, el pos y sobre los frutos de la tierra, y
templo de Yave! |Oh, el templo de arderá y no se extinguirá.
Yave! Este es el templo de Yave!
5
Pues si de verdad enderezáis vues-
tros caminos y enmendáis vuestras Obediencia, no sacrificios.
obras; si de verdad hacéis justicia a
los litigantes; 6 si no oprimís al pere- 21
Así dice Yave Sebaot, Dios de
grino, al huérfano y a la viuda; si Israel: Aumentad el número de vues-
no vertéis en este lugar sangre ino- tros sacrificios y comed la carne de
cente; si no os vais tras dioses extraños las víctimas. 22 Cuando yo saqué de
para vuestro mal, 7 entonces yo per- Egipto a vuestros padres, no fué de
maneceré con vosotros en este lugar, holocaustos y sacrificios de lo que
JEREMÍAS^ 8

leshablé, ni lo que les mandé; 23 sino Ruina y desolación.


que les ordené: Oíd mi voz y seré
vuestro Dios, y vosotros seréis mi 1
Entonces, palabra de Yave,
pueblo; y seguid los caminos que yo 8 sacarán de sus sepulcros los hue-
os mando y os irá bien. 24 Pero ellos sos de los reyes de Judá, los de los
no escucharon, no me dieron
me príncipes, los de los sacerdotes, los
oídos, y siguieron su consejo en la de los profetas, y los de los habitantes
dureza de su mal corazón, y se pu- de Jerusalén; 2 y los esparcirán al sol,
sieron delante de mí.
detrás, no a la luna y a toda la milicia celeste,
25 Desde en que vuestros
el día que ellos amaron y a que sirvieron,
padres salieron de Egipto hasta hoy, tías de la cual se fueron y que con-
les he enviado mis siervos, los pro- sultaron y adoraron; nadie los reco-
fetas, día tras día; 26 pero no me es- gerá ni los sepultará, servirán de es-
cucharon, no me prestaron oído, y tiércol a la tierra. 3 Cuantos restos
endurecieron su cerviz, y obraron de esta mala generación sobrevivan,
peor que sus padres. 27 Cuando les preferirán la muerte a la vida en
digas todo esto, no te escucharán, los lugares a que yo los arrojaré.
y los llamarás y no te responderán. Palabra de Yave Sebaot.
28 Diles, pues: Sois gente que no oye

la palabra de Yave, su Dios; gente


sin enmienda, de cuyos labios ha Contumacia.
desaparecido la verdad. 29 Córtate
4
la hermosa cabellera y tírala, y en- Así dice Yave: ¿Por ven-
Diles:
tona por los montes tus lamentacio- tura quien cae no hace por levan-
nes, pues ha echado de sí el Señor tarse? ¿Quién se va no vuelve? 6 ¿De
y repudiado a la generación que pro- dónde, pues, la pertinaz aversión de
vocó su ira. este pueblo, de Jerusalén, la após-
30 Hicieron los hijos de Judá sus tata? Tan fuertemente se ha abrazado
maldades ante mis ojos. Palabra de a la mentira, que del todo rehusa con-
Yave. Llevaron sus abominaciones vertirse. 6 Yo estoy atento y escu-
a la casa a mí dedicada, para profa- cho; no hay quien hable con verdad,
narla. 31
Y se hicieron altos, el To- nadie a quien le remuerdan sus mal-
fet (1), que está en el valle de Ben- dades y se pregunte: ¿Qué es lo que
jinón, para quemar allí sus hijos y he hecho? Todos corren desenfre-
sus hijas, cosa que ni yo les mandé nadamente su carrera, como caballo
ni pasó siquiera por mi pensamiento. lanzado a la batalla.
32 Por eso vienen días palabra de
Yave, en que no se le llamará ya
Tofet, ni valle de Jinón, sino valle Falsa confianza en la Ley.
de la mortandad; y tantos serán los
sepultados en Tofet, que no habrá En el cielo, la cigüeña, la tórtola,
7

ya lugar para más; 33 y los cadáveres la golondrina y el vencejo conocen


de este pueblo serán pasto de las los tiempos de sus migraciones; pero
aves del cielo y de las bestias de la mi pueblo no conoce los juicios de
tierra, sin que haya quien las espante. Yave. 8 ¿Cómo os decís: Tenemos la
34 Y haré que deje de oírse en las sabiduría, la Ley de Yave? La con-
ciudades de Judá y en las plazas de virtieron en mentira las mentirosas
Jerusalén el son de los cantos de plumas de vuestros escribas. • Han
alegría y regocijo, los cantos del sido confundidos los sabios, avergon-
esposo y de la esposa, y no habrá zados, cogidos. Arrojaron de sí la pala-
más que desolación en esta tierra. bra de Yave. ¿Qué sabiduría les que-
10 Por eso daré sus mujeres a ex-
da?
traños, sus campos a los conquistado-
(i) Tofet era probablemente un pequeño
res; porque desde el pequeño al grande,
montículo, -a la entrada del valle de Jinón o de
Benjinón, que había ido formándose con la acu- todos se llenaron de rapiñas, desde
mulación de las cenizas que quedaban de cada el profeta al sacerdote, todos, todos,
11
sacrificio allí ofrecido a Baal. El valle de Jinón se dieron al fraude; y curaban
está muy próximo a Jerusalén. a su extremo me- las llagas de mi pueblo como cosa de
ridional, y era alli donde los idólatras de Israel,
nada, diciendo »paz, paz», cuando
contaminados por el implo e inhumano culto de
los cananeos. sacrificaban a sus primogénitos en
no había paz. 11 Serán confundidos
honor de Baal o de Moloc, para obtener de éstos porque hicieron abominaciones. No
numerosa prole. so avergonzaron. No conocen siquiera
JEREMÍAS, 9 6(7

la vergüenza. Por eso caerán con lo« 1


Recelan uno del otro, y nadie confía
demás caídos, al tiempo de la cuenta en nadie; pues todos engañan siem-
caerán. 13 Dice Yave: Los reuniré a pre, todos se difaman unos a otros,
todos. Palabra de Yave. No quedará unos a otros se engañan. 5 No hay
racimo en la viña, ni higo en la hi- en ellos palabra de verdad. Tan ave-
guera. zadas están sus lenguas a la men-
tira, que no pueden ya sino mentir.
6 Amontonan violencia sobre violen-
Ruina sin esperanza. cia,engaño sobre engaño, y no quieren
conocerme. 7 Palabra de Yave. Por
14 ¿Por qué nos estamos sentados? eso, así dice Yave Sebaot: Voy a
Reunios y vayamos a las ciudades pasarlos por el crisol, ¿pues qué otra
amuralladas, a perecer allí, pues Yave cosa voy a hacer con la hija de mi
nuestro Dios nos va a destruir; nos pueblo? 8 Sus lenguas son saetas mor-
ha dado a beber agua de adormideras, tíferas, las palabras de su boca son
por haber pecado contra él. 15 ¡Espe- dolo; dan la paz a su prójimo, y lle-
rar la paz, y no haber bien alguno! van la insidia en su corazón. 9 ¿No
jEsperar la curación, y todo pavor! habré de pediros cuentas por todo
16
Ya se oye desde Dan el relinchar esto? Palabra de Yave. De un
de sus caballos. Al estruendo de su pueblo como éste, ¿no habré de tomar
caballería de guerra, tiembla la tierra yo cumplida venganza?
toda. Ya viene a devorar la tierra y 10 Yo lloraré
y gemiré por los mon-
cuanto hay en ella, la ciudad y cuan- tes, haré lamentaciones por los pas-
tos la habitan. 17 Voy a mandar tizales del desierto, desolados por
contra vosotros serpientes y víboras, no haber quien pase por ellos ni oírse
contra las que no hay conjuro posi- en ellos el balar de los rebaños. Desde
ble, y os morderán. Palabra de Yave. las aves del cielo hasta las bestias
18 Mi mal es sin remedio. Mi cora- de la tierra, todos huyeron, todos se
zón está angustiado. 19 Oigo gritos fueron. 11 Y de Jerusalén haré un
de angustia de la hija de mi pueblo, montón de ruinas, cubil de dragones;
desde lejana tierra. ¿No estaba por y de las ciudades de Judá, desola-
ventura Yave en Sión? No estaba ción, donde no habitará nadie.
en ella su rey? ¿Por qué, pues, pro- 12 ¿Quién será el hombre sabio que
vocaron mi ira con sus ídolos, con entienda esto, al cual pueda diri-
dioses extraños? 20 Pasó el verano, se girse la palabra de la boca de Yave,
acabó el otoño, y no hemos sido sal- y haga conocer la causa por que
vados. 21 Estoy quebrantado por el perece la tierra, que será convertida
quebranto de la hija de mi pueblo; en un desierto por donde no habrá
estoy cubierto de luto, se ha apode- quien pase?
rado de mí el espanto. 22 ¿Por ven- 13
Y dijo Yave: Porque han que-
tura no había bálsamo, en Galad, brantado la ley que yo les di, y no
y no había médicos allí? ¿Cómo, pues, han escuchado mi voz ni procedieron
no fué vendada la herida de la hija según ella; 14 sino que, según la per-
de mi pueblo? tinacia de su corazón, se fueron tras
los Baales, que les enseñaron sus
padres; 16 por eso, así dice Yave
Dolor del profeta por la ruina Sebaot, Dios de Israel: Yo hartaré
del pueblo. a este pueblo de ajenjo, y le daré
a beber agua de adormideras, 16 y
()
1
(Quien me
diera que mi cabeza los esparciré por entre gentes que
se hicieraagua, y mis ojos fuen- ellos no conocieron, ni ellos ni sus
tes de lágrimas, para llorar día y padres, y haré que los persiga la es-
noche las llagas de la hija de mi pada hasta consumirlos.
pueblo! 2 Ojalá tuviera en el desierto
un albergue de caminantes, y deja-
ría a mi pueblo y me iría lejos de De la ruina, la conversión.
ellos, pues todos son adúlteros, opre-
17
sores, pérfidos, y sus lenguas son Así dice Yave Sebaot: Atended,
saetas. 3 Nada de fidelidad, sólo el llamad a las plañideras; que vengan,
fraude predomina en la tierra. Amon- buscad a las más hábiles en su oficio;
tonan iniquidad sobre iniquidad, y a 18 que se apresuren,
que corran y
mí me desprecian. Palabra de Yave. hagan sobre vosotros sus lamenta-
648 JEREMÍAS, 10

ciones; caiga de vuestros ojos el llanto ! no te temerá, rey de los pueblos?


y manen lágrimas vuestros párpados; Pues a ti se te debe el temor, y no
19
porque de Sión vienen voces y hay entre todos los sabios de las
lamentos. ¡Qué desolación, qué ver- gentes, y en todos sus reinos, nadie
güenza! Nos echan de nuestras tie- como tú, 8 Todos a una no son sino
rras, nos arrojan de nuestras casas. suma estupidez y necedad; su enten-
20 Porque, oíd, mujeres, la palabra dimiento pura nada; no son más que
de Yave, y perciban vuestros oidos un madero; • plata laminada, venida
las palabras de su boca, para que en- de Tarsis, oro de Ofir, obra de es-
señéis a vuestras hijas a lamentarse, cultor y de orfebre, vestida de púr-
y se lo enseñen ellas unas a otras. pura y jacinto, todo es obra de artí-
41 Se entra la muerte por nuestras fices.
ventanas y penetra en nuestras mo- íop ero Yave es el Dios verdadero,
radas, para acabar con nuestros niños el Dios vivo y rey eterno. Si él se
en las calles y con nuestros mance- aira, tiembla la tierra, y todos los
bos en las plazas. 22 Los cadáveres pueblos son impotentes ante su co-
de los hombres quedan como estiér- lera. 11 Así, pues, habéis de decirles:
col sobre el campo, como queda tras Desaparezcan de la tierra y de de-
el segador el manojo, sin haber quien bajo de los cielos los dioses que no
lo recoja. han hecho ni los cielos ni la tierra.
23
Así dice Yave: Que no se gloríe 12 El con su poder ha hecho la tierra,

el sabio de su sabiduría; que no se con su sabiduría cimentó el orbe, y


gloríe el fuerte de su fortaleza; que con su inteligencia tendió los ciclos.
no se gloríe el rico de su riqueza. 13
A su voz se congregan las aguas
24 El que se gloríe, gloríese en esto: en el cielo. El hace subir las nubes
En obrar el bien y conocerme a mí, desde los confines de la tierra, hace
conocer que yo soy Yave, que hago brillar el rayo entre la lluvia, y saca
misericordia, derecho y justicia sobre los vientos de sus escondrijos.
14 Em-
la tierra; pues en esto es en lo que brutecióse el hombre sin conocimien-
yo me complazco. Palabra de Yave. to; los orífices se cubrieron de igno-
25 Vienen días, dice minia haciendo sus ídolos, pues no
el Señor, en
que yo pediré cuenta a todos, cir- funden sino vanidades, que no tie-
cuncisos e incircuncisos. 2 * A Egipto, nen vida, 1S nada, obra ridicula. El
a Judá, a Edom, a los hijos de día de la cuenta perecerán. 18 No es
Ammón, a Moab y a los que se rapan ésta la herencia de Jacob, Israel es
las sienes y habitan el desierto; pues su pueblo.
l * Daos prisa a reunir
todos esos pueblos son incircuncisos, y liar el
pero todo Israel es incircunciso de hato, moradores de esta tierra; 18 pues
corazón. así dice Yave: Voy a lanzar de una
vez a los moradores de esta tierra,
como se lanza la piedra con la honda,
Consejos a los desterrados. reuniéndolos, para que todos sean
hallados.
19
|Q Oíd, casa de Israel, lo que os ¡Ay de mil ¡Qué destrucción la
dice Yave: 2 Así dice Yave: Nó mía! BU mal no tiene remedio; es
20 Mis
os acostumbréis a los caminos de las terrible mi mal, es insufrible.
gentes. No temáis de los fenómenos tiendas devastadas, todas las cuerdas
celestes que a ellos les producen rotas, mis camas saqueadas. No habrá
terror; 3 pues el culto de esos pueblos quien pueda ya levantar la tienda,
es el culto a la nada, leños cortados quien pueda ya tender las lonas.
21 Fueron unos insensatos los pas-
en el bosque, labrados luego con el
buril por mano del escultor. 4 Se de- tores, y no buscaron a Yave; por
coran con plata y oro, y se sujetan eso no prosperaron, y todos sus reba-
a martillazos con clavos, para que ños han sido dispersados. 22 Oye,
no se caigan. 6 Son como espantajos viene ya la noticia, viene gran albo-
en melonar, y no liablan. Hay que roto de la tierra del septentrión, para
llevarlos, porque ellos no andan. No hacer de las ciudades de Judá un de-
les tengáis miedo, pues no pueden sierto, guarida de chacales.
haceros mal ni bien alguno. Señor, bien sé que no está en
23
* No hay ninguno semejante a ti, mano del hombre trazarse su camino,
¡oh Yave! Tú eres grande, y grande ni puede nadie fijar su paso por él
y poderoso es lu nombro.
"
Quién con equidad. 2> Pero corrígeme, oh
640

Señor, con suavidad, no con ira, no Juda; y cuantas son las calles de
del todo me destruyas. Jerusalén, tantos fueron los altares
25 Derrama tu furor más bien sobre de ignominia, alzados para ofrecer
las gentes que te desconocen, y sobre incienso a Baal. 14 Y
tú, no me su-
los pueblos que no invocan tu nombre, pliques por este pueblo y no hagas
que han devorado a Jacob, le han por él oración, porque no oiré cuando
consumido, y han devastado sus ellos clamen a mí, al tiempo de la
campos. aflicción.
15 ¿Qué tienes que hacer en mi
Exhortación a la guarda del pacto casa tú, cubierto de iniquidad? ¿Crees
de Yave. por ventura que los sacrificios y las
carnes santificadas de las víctimas
A -i
1
Palabra que dirigió Yave a pueden evitarte el castigo? ¿Crees
* * Jeremías, diciendo: 2 Oíd las que te servirán de protección, cuan-
palabras de esta alianza, y comuni- do venga sobre ti la gran tribulación,
cádselas a los varones de Judá y a cuando con gran estrépito se- acerque
los moradores de Jerusalén. 3 Decidles: la angustia?
16
Olivo siempre verde y hermoso
Así habla Yave, Dios de Israel: Mal-
dito el varón que desoiga las palabras te quiso Yave, pero ha pegado a tu
de esta alianza, 4 que di a vuestros copa fuego, que abrasó tu ramaje.
17 Yave Sebaot, que te plantó, ha
padres al tiempo de sacarlos de la
tierra de Egipto, del horno de hierro, decretado la desgracia contra ti, por
diciendo: Oíd mi voz, y obrad según los crímenes de la casa de Israel y
todo lo que os mando, y seréis mi de la casa de Judá, que han come-
pueblo, y yo seré vuestro Dios; 6 para tido para irritarme, ofreciendo in-
que yo cumpla mi juramento a vues- cienso a Baal.
tros padres, de darles una tierra que
mana leche y miel, como es el día de Conjuración de los de Anatot
hoy. Yo respondí, diciendo: Así sea, contra el profeta.
Señor.
6
Y me
dijo Yave: Anuncia todas 18 a) Y Yave Sebaot me dió a co-
estas palabras en las ciudades de nocer esto (1):
Judá y en las plazas de Jerusalén, 6
[12]Mira que también tus her-
diciendo: Escuchad las palabras de manos, los de la £asa de tu padre,
esta alianza y cumplidlas. 7 Pues con los de Anatot, son pérfidos y traido-
insistencia he amonestado a vuestros res, y a espaldas tuyas todos a una
padres, desde cuando salieron de la te maldicen. No te fíes de ellos,
tierra de Egipto hasta hoy, y con cuando por delante te hablan con
toda diligencia los amonesté: Escu- benevolencia. 18 b) Entonces vi con
chad mi voz. 8 Pero ellos no me es- claridad su proceder conmigo. 19 Es-
cucharon, no me dieron oídos, y se taba yo entre ellos como inocente
fueron todos en pos de los malos cordero, que sin saberlo era llevado
deseos de su corazón; y les recordé a la muerte, pues habían tramado
todas las palabras de esta alianza una conjura contra mí, diciéndose:
que les mandé cumplir, pero no las Vamos a darle veneno en el pan (2),
cu mplieron. leraeremos de la tierra de los vivos,
9
Y me dijo Yave: Se han confabu- y no se hará más memoria de su
lado los varones de Judá y los mora- nombre.
dores de Jerusalén. 10 Han vuelto a 20 a ¡Oh Yave
Sebaot, juez justo, que
las iniquidades de sus primeros padres,
que rehusaron cumplir mis manda- (i) Parece indudable que ha habido trasloca-
tos, y se han ido tras dioses ajenos ción en las partes del relato de la conjuración de
los de Anatot, sus conciudadanos, contra Jere-
para servirles. La casa de Israel y mías. Por eso los ponemos en el orden que pare-
la de Judá han roto el pacto que hice cen exigir.
con sus padres. 11 Por eso así dice (a) El texto en este lugar parece indudable-
Yave: Yo traeré sobre ellos males de mente alterado. La interpretación de la Vulgata
que no podrán librarse, y clamarán parece inadmisible. No está dentro de los límites
a mí, y no los oiré; 12 y clamarán a de estas notas explicativas dar cuenta de las ra-
zones que nos mueven a dar como más probable
los dioses a quienes ellos sacrifican,
la que proponemos. De todos modos, es bien
y no podrán salvarlos en el tiempo claro que se trata de un criminal proyecto para
de la tribulación. 13 Cuantas son tus suprimir al profeta sin que éste pudiera darse
ciudades, tantos fueron tus dioses, cuenta.
JEREMÍAS, 12, 13

escudriñas los rifiones y el corazónl Toda la tierra es desolación, por no


(12) 3 Tú, ¡oh Señor!, me conoces, haber quien recapacite en su corazón.
tú me ves, tú penetras los sentimien- 12
Por todos los pastizales del de-
tos de mi corazón para contigo. Reúne- sierto irrumpieron los invasores, y la
los como rebaño destinado a la ma- espada de Yave devora la tierra de
tanza, conságralos para el día de la un extremo al otro, sin dar paz a ser
mortandad. 20 b Que vea yo en ellos tu viviente. 13 Sembraron trigo, y han
venganza, pues a ti te he confiado recogido cardos; trabajaron en vano;
mi causa. 21 Por eso, así dice Yave de heredaron y no les aprovechó, no
los hombres de Anatot, que buscan les salió la cuenta; esperaban frutos,
tu muerte, diciendo: No profetices y el fruto fué la cólera de Yave.
en nombre de Yave, si no quieres 14 Así dice Yave, de todos los malos
morir a nuestras manos. 22 Por eso vecinos que asaltan la heredad que
así dice Yave Scbaot: Yo les voy yo di en herencia a mi pueblo, Israel:
a pedir cuenta. Los fuertes morirán Yo los arrojaré de sus tierras, y
al filo de la espada, sus hijos y sus arrancaré a Judá de sus garras; 15 y
hijasmorirán por hambre. 23 No que- después de haberlos arrojado, tendré
dará superviviente, porque yo traeré misericordia de ellos, y los haré volver
la desdicha sobre los de Anatot, cada uno a su propiedad, cada uno
cuando les pida cuentas. a su tierra; 18 y cuando ellos hayan
aprendido el camino de mi pueblo,
Quejas del profeta. y juren en mi nombre, «Vive Yave»,
como ellos enseñaron a mi pueblo a
1 •) 1
Muy
justo eres tú, Yave, para jurar en el nombre de Raal, habitarán
t que yo vaya a contender con- prósperamente en medio de mi pue-
tigo; pero déjame decirte sólo una blo. 17 Pero si no obedecen, los arran-
cosa: ¿Por qué es próspero el camino caré enteramente, y perecerán. Pala-
de los impíos, y son afortunados los bra de Yave.
perdidos y los malvados? 2 Tú los
plantas y ellos echan rafees, crecen
y fructifican; te tienen a ti en la La faja podrida.
boca, pero está muy lejos de ti su
corazón. Pues se dicen: No ve
4 -1 O 1
Díjome Yave (1): Ve y
nuestras sendas. ¿Hasta cuándo pa- * " cómprate una faja de lino, y
decerá la tierra, se secarán las hier- faja con ella tus lomos, y procura
bas del campo, por la maldad de que no toque el agua. 2 Y adquirí la
los que habitan en ella, y perecerán faja, como me mandó Yave, y me la
bestias y aves? Dicen: No ve nuestros puse sobre los lomos; 3 y me habló
caminos. 6 Si corriendo con gente de Yave por segunda vez, diciéndome:
a pie te vencieron, ¿cómo te vas a 4
Coge la faja que adquiriste y te
atrever con los de a caballo? Si en pusiste, vete al Eufrates, y escóndela
tierra abierta no te sientes seguro, en una hendidura de la piedra. 6 Fui,
¿qué será en los boscajes del Jordán? pues, y la escondí junto al Eufrates,
según lo mandó Yave.
Los impíos serán castigados.
4
Y al cabo de muchos días me
7
He desamparado mi casa, he (i)Interpretar este pasaje como acción sim-
abandonado mi heredad. He entre- bólica, que por orden de Dios ejecutara el pro-
gado lo que más amaba, en manos feta, presenta graves dificultades. Quiza debe
de sus enemigos. 8 Fué mi heredad mejor tomarse como una parábola en forma de
para mí Icón en la selva, lanza contra diálogo entre Dios y el profeta. El simbolismo
mí sus rugidos; por eso la aborrecí. es claro. La prenda de que se trata no tiene co-
• Ha venido a ser mi heredad una rrespondiente exacto en nuestra indumentaria.
Se ponía a raíz de la carne, y cubría, ciñéndola
fiera rapaz, en torno a la cual rondan al mismo tiempo, la cintura hasta medio muslo.
otras fieras. Venid, juntaos, fieras Lo principal, en la significación parabólica, es
todas del campo. Venid a devorarla. la intima unión entre la prenda y quien la vestía,
10 Muchos pastores han entrado a ceñida a raíz de la carne. Es símbolo del pueblo
saco en mi viña, y pisotearon mi he- elegido. Intimamente unido a Dios. El quitár-
sela, y dejar que se pudriera a orillas del Eufra-
redad, han convertido mis deleitosos
tes, es símbolo de la destrucción del pueblo y
campos en desolado desierto. 11 Hi- de la gran humillación a que habla de verse re-
cieron de ella campo de desolación, ducido en medio de los pueblot de la Mesopo-
y está ante mí triste y asolada. tamia.
JEREMÍAS, 14 t>51

dijo Yave: Anda, vete al Eufrates, y excepción. í0


Alza tus ojos y mira,
recoge la faja que te mandé esconder Jerusalén. Vienen del septentrión.
allí.
7
Ful, pues, al Eufrates, y bus- ¿Dónde está la grey que te fué dada,
qué la faja, y la saqué del lugar en tu espléndido rebaño? 21 ¿Qué dirás
que la había escondido, pero estaba cuando te golpeen la cabeza tus
podrida, no
servía ya para nada. amantes, aquellos que acostumbrabas
8
Y me el Señor, diciéndome:
habló a tratar como muy queridos amigos?
9
Así dice Yave: Así haré yo que se ¿No te dolerás con dolores como de
pudra la mucha soberbia de Judá, el parto? 22 Y si te preguntas en tu
gran orgullo de Jerusalén. 10 Este corazón: ¿Por qué me sucede todo
pueblo malvado, que rehusa escuchar eso? Por la muchedumbre de tus
mis palabras, y en la depravación maldades alzaron tus faldas, y mal-
de su corazón se va tras dioses ajenos trataron tus talones.
para servirles y ofrecerles incienso, 25 Es tu recompensa, es la porción
será como esa faja podrida, que no que yo te señalo, por haberme des-
sirve ya para nada. 11 Como se adhiere preciado y haber puesto tu esperanza
la faja a los lomos del hombre, así en la vanidad de los ídolos. 26 Tam-
quise yo que se adhiriese a mí toda bién yo te alzaré las faldas, hasta
la casa de Israel y toda la casa de taparte con ellas la cara, y se verán
Judá palabra de Yave, para que tus vergüenzas. 27 A mi cara pusiste
ellos fuesen mi pueblo, mi honra, tú tus adulterios, tus relinchos, tus
mi prez, mi gloria; pero ellos no me execrables fornicaciones. Sobre los
escucharon. collados del campo tuve que ver yo
tus torpezas (1). ]Ay de ti, Jeru-
salén, si no te limpiasl ¿Hasta cuándo
Las tinajas rotas. dilatarás tu conversión? 23 ¿Mudará
por ventura su tez un etíope, o el
12
Vete, y diles esto: Así dice Yave, tigre su rayada piel? Así podréis
Dios de Israel: Las tinajas se llenan vosotros obrar el bien, tan avezados
de vino. Y te dirán: ¿Acaso no sabe- como estáis al mal. 24 Yo los disper-
mos muy bien que las tinajas se saré, como la paja que vuela al viento
llenan de vino? 13 Pero tú les dirás: del desierto.
Así dice Yave: Pues así llenaré yo
de embriaguez a todos los habitantes
de esta tierra, a los reyes que se La gran sequía.
sientan en el trono de David, a los
sacerdotes, a los profetas, y a todos \4t
1
Llegó la palabra de Yave a
los moradores de Jerusalén; 14 y se Jeremías, con ocasión de la
romperán, chocando unos contra sequía. 2 Llora Judá, y sus ciudades
otros, padres contra hijos a la vez. están tristes, e inclinadas hacia la
Palabra de Yave. No tendré de tierra las cabezas, y crece el grito
ella compasión ni clemencia, ni mise- de Jerusalén. 3 Los pudientes de
ricordia en su destrucción. ella mandaron a sus zagales por agua;
15 Escuchad, dadme oídos, no os fueron éstos a los pozos, pero no
envanezcáis, que es Yave quien os hallaron agua, y se volvieron con
habla. 18 Dad gloria a Yave, vuestro los cántaros vacíos, tristes, afligidos
Dios, antes de que se haga oscuro, y cubiertas las cabezas. 4 Los agri-
y tropiecen vuestros pies por los cultores se afligen y cubren sus cabe-
montes en tinieblas, y en vez de la zas, porque los campos están este-
luz que esperáis vosotros, nos dé nuados, por falta de lluvia sobre la
sombras de muerte y densas tinieblas. tierra. 5 Aun las ciervas en el campo
17
Y si no escucháis, lloraré en secreto paren y abandonan la cría, por la
tu soberbia, lloraré sin consuelo, y falta de pastos. 6 Los asnos salvajes
mis ojos derramarán abundantes lá- están sobre las colinas peladas, aspi-
grimas, por la dispersión del rebaño rando el aire con la lengua fuera,
de Yave.
18 Di
al rey y a la reina: Humillaos,
sentaos en el suelo, porque está para (i) Todas estas imágenes nos parecen a nos-
caer de vuestras cabezas la corona de otros demasiado crudas, acostumbrados como
estamos al uso de eufemismos; pero hay que
vuestra gloria. 19 Las ciudades del
tener en cuenta que los orientales son mucho
sur están cercadas, y nadie escapará. más realistas que nosotros, y que este realismo
Todo Judá será apresado, todos sin se refleja en sus literaturas.
JEREMÍAS, 15

19
como y hundidos los ojos
chacales, ¿Acaso has rechazado del todo a i

por de hierba fresca.


la falta Judá? ¿Detesta tu alma a Sión? ¿Cómo
7
Aunque nuestras maldades claman nos hieres muerte, y mientras
de
contra nosotros, hazlo, ¡oh Yavel, esperábamos paz, todo son infortu-
por la gloria de tu nombre. Grandes nios, y a la hora del alivio sólo se
son nuestras rebeldías. Hemos pe- presenta la angustia?
cado contra ti. 8 Tú eres la esperanza 20 Reconocemos, ¡oh Yave!, nues-

de Israel, su salvador en el tiempo tra maldad, y las de nuestros padres.


de la tribulación. 9 ¿Cómo vas a ser Hemos pecado contra ti. 21 Por la
cual extranjero en tu tierra, como gloria de tu nombre, no nos recha-
viajero que sólo pasa en ella una ces, no desprecies el trono de tu
noche? ¿Cómo vas a parecer como grandeza (1). Acuérdate, no rom-
hombre azorado, como quien es inca- pas tu alianza con nosotros. 22 ¿Hay
paz de salvar? Pues tú, ¡oh Yave!, por ventura entre los ídolos de las
habitas en medio de nosotros, y tu gentes quien pueda hacer llover? ¿O
nombre es por nosotros invocado. pueden de sí los cielos dar la lluvia?
¡No nos abandones! ¿No eres sólo tú? ¡Oh Yave, Dios nues-
10 Esto dice Yave de este pueblo: tro! En ti esperamos, pues tú tienes
Así se acostumbraron a vagar de poder para hacer todo eso.
un lado para otro; no daban paz a
sus pies. Pero Yave no les tiene 1 S 1 Pero Yave me dijo: Aunque se
amor alguno; ahora se acordará de me delante Moisés y
pusieran
sus maldades, y les pedirá cuenta de Samuel, no los escucharía. Quita
sus pecados. 11 Y me dijo Yave: este pueblo de mi presencia, que se
No ruegues por este pueblo, para que vayan. 2
Y si te preguntan: ¿A dónde
le socorra. 12 Cuando ayunen, no hemos de ir? Respóndeles: Así dice
escucharé sus clamores, y cuando Yave: El que a la mortandad, a la
ofrezcan holocaustos y oblaciones, no mortandad; el que a la espada, a la
los aceptaré, sino que los consumiré espada; el que al hambre, al hambre;
por la espada, con el hambre y con el que al cautiverio, al cautiverio.
3 Yo
la peste. Ies daré por regidores cuatro
Y yo dije: ¡Ah, Señor, Yave!
12 deudos (2) Palabra de Yave. La
Mira que los profetas les dicen: No espada para matar; los perros para
veréis la espada, no vendrá el hambre. arrastrarlos; las aves del cielo y las
Paz entera os daré en este lugar. fieras del campo, para devorarlos y
14 Pero Yave me dijo: Mentidamente consumirlos. 4 Y
los haré el asombro
profetizan los profetas en mi nombre; de todas las regiones de la tierra, a
yo no los he enviado, no los he man- causa de Manasés, hijo de Ezcquías,
dado, no les he hablado. 16 Falsas vi- rey de Judá, por lo que hizo en Jeru-
siones, agüeros, vanidades y engaños saíén.
de su corazón, es lo que les profetizan
en mi nombre, sin haberlos yo en-
viado, diciendo: No habrá en esta Los horrores de la guerra.
tierra espada ni hambre.
A la espada y por hambre perecerán * ¿Quién, pues, va a compadecerse
esos profetas. 18 Y
las gentes ante de ti, oh Jerusalén? ¿Quién se dolerá
quienes ellos profetizaron, serán arro- de ti? ¿Quién se saldrá del camino
jadas a las calles de Jcrusalén, muer- ?ara preguntar por ti, y saludarte?
tos por hambre y por espada, y no Tú me abandonaste a mí, palabra
habrá quien les dé sepultura, ellos, de Yave, me volviste la espalda;
sus mujeres, sus hijos y sus hijas, y yo voy a extender contra ti mi
y haré caer sobre su maldad.
ellos mano, y te abatiré sin duelo.
7
Y los
i7 Diles, pues, así: Derramen mis aventaré con el bieldo a todas las
ojos lágrimas de noche y de día sin puertas de la tierra; *c y sus restos
cesar, pues la hija de mi pueblo ha los entregaré a la espada de sus ene-
sido quebrantada con gran quebranto, migos. 7 b Dejaré sin hijos a mi
herida de gravísima plaga.
18 Si salgo al campo, veo
doquier
muertos por la espada; si entro en (1) El trono de la grandeza, de la gloria del
Señor, es Jerusalén. por estar en ella su templo.
la ciudad, muertos por el hambre.
(2) Cuatro deudos o parientes, por ir casi
Profetas y sacerdotes errantes por siempre unidos, guerra, hambre, peste y mor-
os campos, sin llegar a entender. tandad.
JEREMIAS, 16 653

pueblo, ydestruiré por su impeni-


le para mí arroyo falaz, con cuyas
tencia. Serán más numerosas sus
8 aguas no se puede contar? (1).
19 Por eso, así dice Yave: Si vuelves
viudas que las arenas del mar. Lan-
zaré contra su juventud el ladrón a tu confianza en mí, yo te devolveré
diurno, y haré que caiga de repente la mía, y seguirás a mi servicio.
sobre ellos el terror y la angustia. Si sabes distinguir lo precioso de lo
*ab Ajóse de tristeza la que había vil, seguirás siendo mi boca; todos se
sido madre de siete hijos, desfalleció; volverán a ti, no serás tú quien te
púsose para ella el sol, cuando aún vuelvas a ellos, 20 y te haré para este
era de día, quedó abatida y confusa. pueblo inconmovible muro de bronce.
Ellos combatirán contra ti; pero no
podrán vencerte, porque yo estaré
Lamentos del profeta. contigo para salvarte y protegerte,
palabra de Yave, 21 y te libraré de
las manos de los malvados y de los
10 ;Ay de mil Madre mía, ¿cuál me violentos.
engendraste? Soy objeto de querella
y de contienda para todos. A nadie Jeremías, figura de la caída del
presté, nadie me prestó, y, sin em-
pueblo.
bargo, todos me maldicen. 11 En
verdad, |oh Yavel, ¿soy culpable?
1
En el tiempo del infortunio y de la Llegóme la palabra de Yave,
\{}
angustia, ¿no te rogaba por el bien diciéndome: 2 No has de tomar
de los que me odian? 12 Por ellos mujer, y no tendrás hijos ni hijas en
rompí el hierro y el bronce (1). esta tierra; 3 porque así dice. Yave de
15 Tú lo sabes bien, joh Yavel Ten los hijos y las hijas nacidas en esta
cuenta de mí, mira por mí, y vén- tierra, de las madres que los paren y
game de mis perseguidores. No con- de los padres que los engendran aquí:
4 Morirán de epidemias,
tengas tu ira; mira que por ti soporto y nadie los
oprobios, de parte de los que despre-llorará ni los sepultará; servirán de
cian tu palabra. estiércol sobre la haz de la tierra;
16 Cuando llegaban a mí tus pala- serán devorados por la espada y por
bras, eran mi manjar: el gozo y la el hambre, y sus cadáveres serán pasto
alegría de mi corazón, el ser tenido de las aves del cielo y de las fieras.
por cosa tuya, |oh Yave, Dios Se- 6
Así, pues, dice Yave: No entres
baotl 17 Nunca me senté entre los en una casa en convite de luto, ni
que se divertían, para gozarme con vayas a llorar a los muertos, ni te
ellos La acción de tu mano sobre mí lamentes por ellos, pues he quitado
me obligaba a sentarme en soledad, a este pueblo mi paz, palabra de
pues llenaba mi alma de tu ira. Yave, la benignidad y la miseri-
18 ¿Ha de ser perpetua mi aflicción, cordia. 6 Y morirán grandes y pe-
incurable mi herida? ¡Ay! ¿Vas a ser queños en esta tierra; no se los sepul-
tará, ni se los llorará, ni nadie se
(i) Este pasaje es de los más difíciles de in- herirá el rostro, ni se afeitará la
terpretar en Jeremías. El texto parece, induda- 7
cabeza por ellos; y nadie les partirá
blemente, alterado, y las conjeturas de restitur el pan delpara consolar a
duelo,
ción y las consiguientes interpretaciones son
muchas. Adoptamos la que nos parece más pro-
uno por muerto, ni se dará a nadie
el

bable, y ésta se refleja en la traducción. Se la- la copa para consolarle por la muerte
menta el profeta de haber nacido para ser objeto del padre o de la madre. 8 No entres
de las maldiciones de todos, y pregunta a Dios tampoco en casa donde haya ban-
si no es verdad que él. insistentemente y ponien-
do cuantos medios estaban a su alcance, rom-
piendo, o haciendo por romper, el hierro y el (1) En estas quejas de Jeremías hay ciertas
bronce, no le pidió por el bien de los que le dificultades de crítica y de interpretación. El
odian. Los versículos 13 y 14 parecen una in- sentido general más probable parece ser así: Se
terpolación, por eso los omitimos. El 13 es casi lamenta el profeta de que, por ser f'el a su mi-
ininteligible: «¿Va a romper el hierro el hierro
sión, ha tenido que profetizar siempre desven-
del norte y el bronce?» El 14: «Yo entregaré turas, y no ha gozado de un momento de alegría,
gratis tus bienes y tus tesoros al pillaje, por fuera de la de ser siervo de Yave; y pregunta
fiel
todos tus pecados y sobre todo tu territorio», ¿Va a ser siempre asi? A
seguida el Señor le
se refiere a la invasión, pero no se ve fácilmente reprende por su desconfianza y pusilanimidad,
de qué otro lugar ha venido aquí y dónde
y le anuncia que, si quiere seguir siendo su pro-
habría de ponerse. Quizá en 17, 3, donde hay feta, su boca, vuelva a su primera fortaleza y
algo muy semejante. confianza en Yave.
JEREMÍAS, 17

quete, para sentarte a comer y a 21 Por eso, esta vez les voy a dar a
beber con ellos; ' pues asi dice Yave conocer, les voy a hacer ver la fuerza
Sebaot, Dios de Israel: Voy a hacer de mi brazo, y sabrán que mi nombre
cesar en este lugar, a vuestros ojos es Yave.
y en vuestros días, el canto del gozo
y de la alegría, y el canto del esposo La culpa de .luda.
y de la esposa.
10 Y cuando anuncies a este pueblo El pecado de Judá está es-
1
'IT'
todo esto, y te digan: ¿Por qué nos punta
crito con estilo férreo; a
anuncia Yave todos esos males tan de diamantese ha grabado en la
grandes? ¿Cuáles son nuestras mal- tabla de su corazón; 2 en los cuernos
dades, y cuáles los pecados que hemos de sus altares, en sus aseras, en sus
cometido contra Yave, nuestro Dios? cipos, en los montes, en los collados
11
Les responderás: Porque ya vuestros del llano. 3 Tus riquezas, todos tus
padres me abandonaron, palabra de tesoros, los daré al pillaje en tus
Yave, para irse tras los dioses ajenos, confines; te obligaré a abandonar la
para servirles y adorarlos, dejándome heredad que te di, 4 y te haré esclava
a mí y quebrantando mi ley; 12 pero de tus enemigos en tierra para ti
vosotros habéis obrado peor todavía desconocida, pues habéis encendido
que vuestros padres, y os vais cada el fuego de mi ira, que arderá por
cual tras los malos deseos de vuestro siempre.
mal corazón, sin escucharme a mí. 6 Así dice Yave: Maldito el hombre
13
Por eso os arrojaré fuera de esta que en el hombre pone su confianza,
tierra, a una tierra que no conocéis y de la carne hace su apoyo, y aleja
ni conocieron vuestros padres, y allí su corazón de Yave. 6 Será como
serviréis día y noche a dioses extra- desnudo arbusto en el desierto; que
ños, y no tendré compasión de vos- aunque le venga algún bien, no lo
otros. siente, y vive en las arideces del
14 Por eso vendrá tiempo, palabra desierto, en tierra salitrosa e inha-
de Yave, en que no se dirá ya: «Vive bitable. 7 Bienaventurado el varón
Yave, que sacó a los hijos de Israel que confía en Yave y en él pone su
de la tierra de Egipto»; 16 sino: "Vive confianza. 8 Es como árbol plantado
Yave, que sacó a los hijos de Israel a la vera de las aguas, que echa sus
de la tierra del aquilón y de las raíces hacia la corriente y no teme
otras en que los dispersó», cuando yo la venida del calor, conserva su follaje
los haga volver a su tierra, a la que verde, en año de sequía no la siente,
di a sus padres. 18 Yo voy a mandar y no deja de dar fruto.
9
muchos pescadores, palabra de Yave, Tortuoso es el corazón, impene-
que los pescarán; y después muchos trable para el hombre. ¿Quién puede
cazadores, que los cazarán por los conocerle? 10 Yo, Yave, que penetro
montes todos, por todos los collados los corazones y pruebo los riñones,
y por las cavernas de las rocas, para retribuir a cada uno según sus
i' Porque están a mi vista todos sus caminos, según el fruto de sus obras.

malos caminos, no se me esconden, 11 Perdiz que empolla huevos aje-

y sus maldades no están ocultas a nos, es el que injustamente allega


mis ojos. 18 Yo les pagaré al doble riquezas; a la mitad de sus días
sus iniquidades y pecados, por haber tendrá que dejarlas, y su fin será
profanado mi tierra con la carroña el de un necio.
12
de sus ídolos y haber llenado mi here- Trono de gloria es desde el prin
dad de abominaciones. cipio nuestro santo templo. 13 Yave
es la esperanza de Israel; todos los
La salud, por la confianza de Yave. que le abandonan serán confundidos.
Los que te dejan se cubrirán de ver-
19
|Yave, mi fuerza, mi fortaleza, güenza, porque dejaron a la fuente
mi refugio al tiempo de la tribula- de aguas vivas, a Yave.
ción! A ti vendrán los pueblos, desde 14 Sáname, |oh Yavel,
y seré sano;
los confines de la tierra, y dirán: sálvame y seré salvo, pues tú eres
Sólo mentira fué la herencia de nues- mi esperanza. 16 Ellos me dicen:
tros padres, vanidad sin provecho ¿Dónde está la palabra de Yave?
18
alguno. Que se cumpla. Pero yo no he ido
20 Si es el hombre el que se hace tras de ti a incitarte a su castigo;
los dioses, entonces no son dioses. nunca he deseado el día de la cala-
JEREMÍAS, 18 (>5ñ

midad. Tú sabes que lo que ha salido grandes, los hombres de


ellos, sus
de mis labios fué lo que tú quisiste. Judá y
habitantes de Jerusalén,
los
17
No me hagas temblar. Protégeme y esta ciudad estará siempre habitada.
el día de la tribulación. 18 Sean con- 26 Y
de las ciudades de Judá y de
fundidos mis perseguidores, no yo. los contornos de Jerusalén, de la
Sean ellos los que tiemblen, no yo. tierra de Benjamín, del llano, de la
Haz venir sobre ellos el día de la montaña y del mediodía, vendrán
ira. Tritúralos con doble tritura- con holocaustos, víctimas, oblaciones,
ción (1). incienso y sacrificios eucarísticos, y
los ofrecerán en el templo de Yave.
27 Pero si no me obedecéis en santi-
El camino de salvación.
ficar el día del sábado, y en no llevar
19
Así me dijo Yave: Ve a ponerte cargas en él y no introducirlas por
ante la Puerta del Pueblo, por la las puertas de Jerusalén, entonces
que entran y salen los reyes de Judá, encenderé yo en sus puertas un fuego
y ante todas las otras puertas de que devorará los palacios de Jeru-
Jerusalén; 20 y di: Oíd la palabra de salén, y que no se apagará.
Yave, vosotros, reyes de Judá, y todo
Judá y todos los habitantes de Jerusa- En la casa del alfarero.
lén, que pasáis por estas puertas: 21 Así
dice Yave: Guardaos, por vuestra 1 íi 1 Palabra que de Yave llegó a
vida, de llevar cargas en día de sá- Jeremías: 2 Levántate, y baja
bado y de introducirlas por las puertas a la casa de un alfarero, y allí te
de Jerusalén. 22 No saquéis tampoco haré oír mis palabras. 3 Bajé, pues,
cargas de vuestras casas en día de a la casa del alfarero, y hallé a éste
sábado, ni hagáis labor alguna; santi- trabajando a la rueda. 4 Cuando se le
ficad así el día del sábado, como se estropeaba entre las manos la vasija
lo mandé a vuestros padres. 23 Ellos, que estaba haciendo, iba, y con el
sin embargo, no me oyeron, no me mismo barro hacía otra cualquiera,
dieron oídos, sino que endurecieron la que se le antojaba.
su cerviz, sin obedecerme y sin corre- 6
Y me vino palabra de Yave,
girse. diciendo: 6 ¿Acaso no puedo yo
24 Si me
obedecéis vosotros, pala- hacer de vosotros, casa de Israel,
bra de Yave, y dejáis de introducir como hace el alfarero? Palabra de
cargas por las puertas de esta ciudad Yave. Como está el barro en la mano
en día de sábado, y santificáis ese del alfarero, asi estáis vosotros en
día no haciendo en él labor alguna, mi mano, casa de Israel. 7 De pronto
25 Seguirán
entrando por las puertas decido yo arrancar, destruir y hacer
de esta ciudad los reyes, los que se perecer a un pueblo o un reino;
sientan sobre el trono de David, 8 pero si este pueblo se convierte,
montados en sus carros y caballos arrepentido de las maldades por las
que yo amenazaba, también yo
le
(i)Estas imprecaciones del profeta contra me arrepientodel mal que había
los que encarnizadamente le perseguían, asi como determinado hacerle. 9 Igualmente
las contenidas en 18, 21-23 y en otros lugares resuelvo yo de pronto edificar y plan-
del A. T., como, por ejemplo, el Sal. 109, no tar a un pueblo o un reino; 10 pero
son expresión del deseo de una venganza perso-
si este pueblo obra mal ante mis ojos
nal, sino más bien del deseo de que Dios casti-
gue con castigos temporales a los enemigos del y no escucha mi voz, me arrepiento
profeta, que son al mismo tiempo los enemigos del bien que había determinado ha-
de Dios; a veces más que imprecaciones son cerle.
profecías. Para explicarse tales imprecaciones, es
muy de tener en cuenta el carácter hiperbólico La contumacia traerá el supremo
de la literatura poética de estos pueblos, y que
muchas veces se trata de fórmulas usuales y como castigo.
troqueladas del lenguaje. Estos pueblos, tan rea-
11
listas, difícilmente distinguían en sus maldicio- Di ahora alos hombres de Judá
nes entre el pecado y el pecador, y al maldecir y a habitantes de Jerusalén: Así
los
a aquél, maldicen éste. Finalmente, y sobre todo, habla Yave: Yo estoy trazando y
se ha de tener en cuenta que están estas impre- planeando planes contra vosotros.
caciones dentro del marco del A. T., ley de pre-
mios y de castigos temporales, ley de justicia,
Convertios cada uno de vuestros
que llega hasta incluir la pena del talión, y no malos caminos, mejoradlos y mejo-
podemos aplicarles el criterio de la ley nueva, rad vuestras obras. 12 Pero ellos dicen:
ley de gracia y de misericordia, ley de caridad. '
Es on vano, seguiremos haciendo
JEREMÍAS, 19

nuestra gana, y cada cual hará el entrada del valle de Benjinón, de-
mal que maquine su mal corazón. lante de la puerta de la alfarería, y
13 Por eso, así dice Y'ave: Pregun- pronuncia allí las palabras que yo
tad a los pueblos. ¿Quién oyó cosas te diré:
semejantes? Muy horrible crimen es 3
Les dirás, pues: Oíd la palabra
el que ha cometido la virgen de de Yave, reyes de Judá y habitantes
Jerusalén. 14 ¿Por ventura se aleja de Jerusalén: Así dice Yave Sebaot,
de las rocas la tierra, o del Líbano Dios de Israel: Yo traeré sobre este
la nieve, o se agotan las aguas del lugar males tales, que a cuantos los
Sijor, y corrientes? 15 Pues
frescas oigan les retiñirán los oídos, 4 por
mi pueblo ha alejado de mí, se
se haberme dejado a mí y haber ena-
salió del eamino antiguo. Por eso jenado este lugar, adorando en él
han adorado a la vanidad, y los haré dioses ajenos, que no conocían ni
yo ir de tropiezo en tropiezo por sus ellos ni sus padres ni los reyes de
senderos, no por camino llano; 16 y Judá, llenando este lugar de sangre
haré de su tierra un lugar de horror, de inocentes 5 y edificándose en él
objeto de eterna burla. Cuantos pasen el alto de Baal, donde quemaban con
por ella se asombrarán y moverán el fuego a sus hijos, como holocaustos
cabeza. 17 Como viento solano,
su a Baal, cosa que ni yo había mandado
los dispersaré ante el enemigo. La ni me había venido a la mente.
espalda, no el rostro, les daré yo el * Por eso vendrá tiempo, palabra
día de la angustia. de Yave, en que no se llamará ya
este lugar Toíet y valle de Benjinón,
Imprecación del profeta. sino valle de la mortandad.
7
En este lugar frustraré yo los
18 Ellos Venid, vamos a
dijeron: planes de Judá y de Jerusalén, y a
tomar una resolución contra Jere- sus moradores los haré caer a espada
mías, pues tienen todavía la Ley los ante el enemigo, y los entregaré
sacerdotes, el consejo los sabios y en poder de éste, en manos de los
la visión los profetas. Venid, vamos que los persiguen de muerte, y daré
a hacerle morir por la lengua, vamos sus cadáveres en pasto a las aves
a acecharle en todas sus palabras. del cielo y a las fieras de la tierra.
19
Atiéndeme, ¡oh Yave!, oye la voz 8
Y haré de esta ciudad el espanto y
de mi querella. 80 ¿Se paga por ventura la burla, de modo que cuantos pasen
bien con mal, para que traten de se espanten y se burlen de su des-
cogerme en una trampa? Acuérdate trucción. * Les haré comer la carne
de que te he hablado en favor suyo de sus hijos y de sus hijas, y se come-
para apartar de ellos tu indignación. rán unos a otros en las angustias
21 Da, pues, sus hijos al hambre, del asedio y del hambre a que los
y entrégalos al poder de la espada; reducirán sus enemigos, los que los
quédense sus mujeres sin hijos y persiguen de muerte.
10 Y romperás la orza a la vista
viudas, y mueran sus maridos de
peste, y sus mancebos traspasados de los que te acompañan, 11 y les
por la espada de la guerra. 22 Salgan dirás: Esto dice Yave Sebaot: Así
gritos de sus casas, cuando de re- romperé yo a este pueblo y a esta
pente hagas venir sobre ellos el ciudad, como se rompe un cacharro
salteador; pues han cavado una tram- de alfarero, que no puede volver a
pa donde cogerme, y tendieron a mis componerse. 12 Así haré yo con este
pies lazos ocultos. 23 Pero tú, joli lugar y con sus habitantes, palabra
Yave!, conoces todas sus maquina- de Yave, y haré de esta ciudad un
ciones, para llevarme a la muerte. Tofet. 13 Las casas de Jerusalén y
No les perdones su iniquidad, no los palacios de los reyes de Judá
borres su pecado de ante tus ojos; quedarán inmundos como el suelo de
caigan ante ti en el día de tu ira, Tofet; todas las casas en cuyos terra-
castígalos. dos hicieron oblaciones a toda la
milicia celeste y libaron a los dioses
Kotura *imhólica. extraños.
14 Y
se volvió Jeremías de la puerta
| í) Así dice Yave: Ve y cóm-
1
a donde le habla mandado Yave
prate una orza de barro y lleva para que profetizara, y se detuvo
contigo a algunos de los ancianos del en el atrio del lemplo, y dijo a todo
16 Así dice Yave Sebaot,
pueblo y de los sacerdotes, 2 hasta la el pueblo:
JEREMÍAS, 20

Dios de Israel: Yo traeré, contra el más fuerte, y fui vencido. Ahora


esta ciudad y contra todas las ciu- soy todo el día la irrisión, la burla
dades que de ella dependen, todos de todo el mundo. 8 Siempre que. les
losmales con que los he amenazado, hablo tengo que gritarles: ¡Ruina,
por haber endurecido su cerviz y devastaciónl Y todo el día la pala-
no haber escuchado mis palabras. bra de Yave es oprobio y vergüenza
para mí. 9 Y aunque me dije: No
pensaré más en ello, no volveré a
Martirio del profeta. hablar en su nombre: es dentro de
mí como fuego abrasador, que siento
*)()
1
Y
Pasjur, hijo de Imer, sacer- dentro de mis huesos, que no puedo
dote, que era prefecto del Tem- contener y no puedo soportar.
10
plo, oyó a Jeremías pronunciar estas Oigo muchas maldiciones, y por
palabras; 2 y mandó azotar a Jere- todas partes me amenazan: ¡Dela-
mías, profeta, y ponerle en el cepo tadle, delatémosle! Aun los que eran
que hay en la puerta superior de mis amigos, me espían para ver si
Benjamín, junto al Templo. 3
Cuando doy un paso en falso: A ver si le
a la mañana siguiente sacó Pasjur engañamos y triunfaremos, nos ven-
a Jeremías del cepo, le dijo éste: garemos de él. 11 Pero Yave es para
No te llama Yave Pasjur, sino Nagor, mí como un fuerte guerrero; por eso
terror por doquier. 4 Pues así dice mis enemigos caerán vencidos, y
Yave: Yo te traeré el terror a ti serán enteramente confundidos en su
y a todos tus deudos y amigos. insipiencia con perpetua ignominia,
Caerán a la espada del enemigo, a que nunca se olvidará.
12
tus propios ojos, y entregaré a todo ¡Oh Yave Sebaot, tú que pruebas
Judá en manos del rey de Babilonia, al justo y penetras dentro del corazón
a donde los llevará cautivos y los y de los ríñones! Que vea yo tu
hará morir a espada; 6 y daré todos venganza contra ellos, pues a ti te
los bienes de esta ciudad, todas sus he encomendado mi causa. 13 ¡Cantad
ganancias, todas sus preciosidades y a Yave, alabad a Yave! Porque él
todos los tesoros de los reyes de Judá, libra el alma del pobre de la mano
en mano de sus enemigos, que los de los malvados.
14 ¡Maldito
saquearán, se apoderarán de ellos y sea el día en que nací,
se los llevarán a Babilonia. 6 Y tú, el día en que me parió mi madre!
Pasjur, con todos cuantos habitan 15 Maldito el hombre que alegre
en tu casa, iréis a la cautividad, y anunció a mi padre: «Un niño, tienes
allí moriréis y allí seréis sepultados, un hijo», llenándole de gozo. 16 Sea
tú y todos tus amigos, a quienes ese día como las ciudades que des-
profetizaste mentiras. truye Yave sin compasión, donde por
la mañana se oyen gritos y al medio-
día llantos. 17 ¿Por qué no me mató
Estado do ánimo del profeta. en el seno de mi madre, y hubiera
sido mi madre mi sepulcro, y yo
7
Tú me sedujiste, ¡oh Yave!, y preñez eterna de sus entrañas? 18 ¿Por
yo me dejé seducir (1). Tú eras qué salí del vientre de mi madre,
para no ver más que trabajo y dolor y
(i) El profeta repite aquí, pero con mucha
acabar mis días en la afrenta? (1).
más vehemencia, la angustiosa queja de 15, 19
y siguientes. Las imágenes y las pahbras son (1) Estas maldiciones son supremos gritos
aqui más atrevidas. El profeta se dirige a Dios de angustia, en que prorrumpe el profeta, tran-
con una libertad de expresión que casi podría- sida el alma por la inmensa amargura que le
mos tachar de irreverente: «Tú me sedujiste, produce su dura misión. Quisiera no haber vi-
eras el más fuerte y me venciste. Yo rehuía acep- vido. Es de una valentía y una belleza insupe-
tar la misión que me encomendabas; pero tú me rable la expresión: «Hubiera sido mi madre mi
prometiste hacerme tan fuerte como un muro sepulcro, y yo preñez eterna de sus entrañas.»
de bronce; y ahora me veo hecho la burla, la Al leer estas maldiciones, vienen luego a la
irrisión, el oprobio de todos. Me has engañado.» memoria las de Jjb, 3, 1-16. ¿Serán las unas
Amarga, muy amarga es, ciertamente, la queja; imitación de las ctras? No lo sabemos. En el
pero muy disculpable en el triste estado de caso de serlo, ¿quién imitó a quien? A juicio de
ánimo en que debía hallarse. Acababa de ser muchos crícicos, el libro de Job es posterior al
azotado, preso y encepado, por anunciar lo que de Jeremías, y desde luego las maldiciones de
el Señor le mandara. ¿No estaba todo esto muy éste superan en nervio y energía a las de aquél,
lejos de lo que de las promesas de protección mas difusas y desleídas, y por lo general el mo-
habría cabido esperar? delo supera siempre a la imitación.
JEREMÍAS, 21, 22

La destrucción del reino. penetrar en nuestras guaridasí 14 Yo


os daré la paga de vuestras obras,
1
í\^t Palabra que llegó de Yave a palabra de Yave, y prenderé fuego
^* Jeremías, cuando el rey Sede- en derredor de vuestra colmena, y la
cías le mandó a Pasjur, hijo de Mala- abrasaré del todo.
quias, y a Sefonías, sacerdote, hijo
de Mahasías, para que le dijeran:
2
Consulta a Yave acerca de nosotros,
Amonestación a la familia real.
pues Nabucodonosor, el rey de Babi- syty 1
Así dice Yave: Baja al pala-
lonia, nos hace la guerra. Quizá haga ció del rey de Judá, y pro-
Yave con nosotros según su maravi- nuncia allí estas palabras: Dirás:
lloso poder, y tenga que retirarse. 2 Oye la palabra de Yave, rey de
3
Jeremías- les respondió: 4 Asi Judá, que te sientas en el trono de
diréis a Sedéelas: Esto es lo que dice David, tú, tus servidores y tu pueblo,
Yave, Dios de Israel: Yo haré volver los que entráis por estas puertas.
contra vosotros, que confiáis en las 3 Así dice Yave: Haced derecho y
armas, las armas mismas con las que justicia, librad al oprimido de la
lucháis fuera de las murallas contra mano del opresor; y no vejéis al
el rey de Babilonia y los caldeos que extranjero, al huérfano y a la viuda,
van a asediaros, y las amontonaré no los maltratéis, y no derraméis en
dentro de esta ciudad. 6 Y yo, yo este lugar sangre inocente. 4 Si fiel-
mismo, lucharé contra vosotros con mente cumplís estos mandatos, segui-
mano fuerte, con poderoso brazo, con rán entrando por las puertas de este
ira, cólera e indignación grandes. palacio reyes que se sienten en el
6
Y heriré a los moradores de esta trono de David, montados en carros
ciudad, hombres y animales. Morirán y caballos, ellos, sus servidores y su
de una gran peste. 7 Y después de pueblo. 6 Pero si no obedecéis estos
esto, palabra de Yave, a Sedéelas, mandatos, por mí mismo lo juro,
rey de Judá, y a sus servidores y palabra de Yave, que este palacio
al pueblo, a cuantos en la ciudad será un montón de ruinas.
6
se salven de la peste, de la espada y Pues así dice Yave del palacio
del hambre, los pondré en manos de del rey de Judá: Eres para mí como
Nabucodonosor, rey de Babilonia, el monte de (Jalad, como la cumbre
que los pasará a filo de espada sin del Líbano. |Pero qué! Yo haré de ti
compasión, sin piedad, sin miseri- un desierto, tierra inhabitada. 7 Yo
cordia. juntaré contra ti, como para una
8
Y a este pueblo le dirás: Así obra santa, asaltadores, todos arma-
habla Yave: Mirad, os doy a elegir dos de sus armas, y destrozarán tus
entre el camino de la vida y el de la magníficos artesonados de cedro, y
muerte. * Los que se queden dentro los arrojarán al fuego; 8 y pasarán
de esta ciudad, morirán por la espada, muchas gentes ante esta ciudad, y
por el hambre y por la peste; los se dirán unos a otros. ¿Por qué ha
que se salgan y se entreguen a los tratado así Yave a esta gran ciudad?
caldeos que os cercan, vivirán, ten- 8 Y dirán: Porque rompieron la
drán por botín la vida salva. 10 Por- alianza de Yave, su Dios, y adoraron
que yo vuelvo mi rostro a esta ciudad dioses ajenos y les sirvieron.
10 No lloréis por el muerto ni os
para mal, no para bien, palabra de
Yave, y la haré caer en manos de lamentéis por él: Llorad y gemid por
Nabucodonosor, rey de Babilonia, el que se va, porque no volverá a ver
que la dará al fuego. ya más la tierra en que nació. 11 Por-
11
Y a la corte del rey de Judá, que asi dice Yave de Salina, hijo de
dile: Oíd la palabra de Yave, 12 casa Josías, rey de Judá, que sucedió a
de David: Así dice Yave: Haced su padre Josías y fué llevado de este
siempre justicia, librad al oprimido lugar: No volverá ya más, 12 morirá
de las manos del opresor, no sea que en el lugar a que ha sido llevado;
brote como fuego mi ira, y se en- allí morirá y no volverá a ver ya
cienda, sin que haya quien la apague, más esta tierra.
por la maldad de vuestras obras.
*
3
A ti me dirijo, habitante de las Contra el rey Joaquín i.
colinas que se alzan en el llano, pala-
18
bra de Yave, que decís: ¿Quién |Ay del que edifica su casa con
podrá expugnarnos? ¿Quién podrá la injusticia, mis salones con la inl-
JEREMÍAS, 23 659

quidad, haciendo trabajar a su pró- desconocida? 24 ¡Tierra, tierra, tierra!


jimo sin pagarle, sin darle el salario Oye la palabra de Yave: 30 Así dice
de su trabajo! 14 El que dice: Voy a Yave: Inscribid a ese hombre: «Esté-
hacerme un gran palacio, con espa- ril», pues no logrará descendiente
ciosas salas de rasgadas ventanas, que se siente en el trono de David y
pisos y techos de cedro pintado en reine sobre Judá.
vivos colores. 15 ¿Reinas, acaso, para
rivalizar en obras de cedro? ¿No
comía y bebía tu padre, y hacía Contra los pastores de Israel.
derecho y justicia? Y le fué bien.
18 Hacía justicia al pobre y al des-
valido. Esto es conocerme, palabra 23 Av de ,os pastores que dis-
1
I

de Yave. persan y destrozan el rebaño de


17 Pero tú no tienes ojos más que mi pastizal! Palabra de Yave. 2 Por
para oprimir y hacer violencia. 18 Por eso, así dice Yave, Dios de Israel,
eso, así dice Yave de Joaquim, hijo de los pastores que apacientan a mi
de Josías, rey de Judá: No te lamen- pueblo: Vosotros habéis dispersado
tarán: «¡Ay, hermano; ay, hermano!» mi grey, la habéis descarriado y no
No te lamentarán: «\Ay, mi Señor; habéis cuidado de ella; yo me cuidaré
ay, Majestad!» 19 Sepultura de asno de pediros cuenta de vuestra mala
será la tuya, cogido y tirado lejos de conducta. Palabra de Yave.
las puertas de Jerusalén.

Promesa de restauración
( Contra la ciudad y contra Jcconias.

* Yo, yo mismo, reuniré los restos


80
Sube al Líbano y grita, alza tu de mi grey, de todas las tierras en
voz en Basán y clama desde lo alto que los he dispersado, y los volveré
del Abarim; pues todos tus amadores a sus prados, y crecerán y se multi-
han sido destruidos. 21 Te amonesté plicarán. 4 Y les daré pastores que
en el tiempo de la seguridad, y dijiste: de verdad los apacienten, y ya no
No obedeceré. Este ha sido tu pro- habrán de temer más, ni angustiarse
ceder, desde tu mocedad; no escuchas ni afligirse. Palabra de Yave. 6 He
mi voz. 22 A todos tus pastores los aquí que vienen días, palabra de
arrastrará el viento, y tus amadores Yave, en que yo suscitaré a David
serán llevados cautivos. Entonces te un vástago de justicia, que como
confundirás, y te avergonzarás de verdadero rey, reinará prudentemente
todas tus maldades. y hará derecho y justicia en la tierra.
23 Tú que te asientas en el Líbano 6 En sus días será salvado Judá, e

y anidas en los cedros, ¡cómo gemi- Israel habitará en paz, y el nombre


rás cuando te sobrevengan temblores con que le llamarán será éste: «Yave
y dolores como de parto! 24 Por mi Zidquenu»: Yave, nuestra justi-
vida, palabra de Yave, que si fuera cia (1).
Jeconías, hijo de Joaquim, rey de 7
Por eso vendrán días, palabra
Judá, el anillo de mi mano derecha, de Yave, en que no se dirá ya:
lo arrancaría de ella. 25 Yo te entre- "Vive Yave, que sacó de la tierra de
garé en las manos de los que buscan Egipto a los hijos de Israel»; sino
tu vida, en las manos de aquellos a más bien: «Vive Yave, que sacó y
quienes temes, en manos de Nabuco- condujo al linaje de Israel de la
donosor, rey de Babel, y de los caldeos. tierra del aquilón y de todas las otras
2Í Y te arrojaré a ti y a la madre
que te parió, a tierra extraña, en que
(i) El nombre pudiera también traducirse
no nacisteis, y allí moriréis. 27 Pero
•Yave, nuestra salvación.» Es uno de tantos nom-
a esta tierra, a que con todo el anhelo bres propios compuestos, en que uno de los ele-
de su alma querrán volver, a ésa no mentos es el nombre de Yave. En 33, 16 se da
volverán. este mismo nombre a la Jerusalén de la restau-
28 ¿Es, pues, este hombre, este Jeco- ración. Ouizá hay en él una alusión al nombre
nías, un mueble inútil y despreciable, de Sedecias, de significación semejante: «Mi jus-
ticia es Yave.» Del solo nombre no puede, como
un mueble que nadie estima? ¿Por algunos pretenden, deducirse una indicación pro-
qué han sido así rechazados él y su fética de la naturaleza divina del Mesí as res-
progenie, y arrojados a tierra de ellos taurador.
660 JEREMÍAS, 23

a que los arrojó, y los hizo habitar 11 Yo no enviaba a los profetas,


en su propia tierra.» y ellos corrían. lesNo hablaba, y
ellos profetizaban. 82 Si han asistido
Contra los profetas. a mi consejo, que hagan oír mis
palabras al pueblo, y le conviertan
9
A los profetas: Se me parte el de su mal camino y de sus perversas
corazón dentro del pecho, tiemblan obras. 23 ¿Soy yo, por ventura, Dios
todos mis miembros, y estoy por sólo de cerca? Palabra de Yave.
Yave y por su santa palabra como ¿No lo soy también de lejos? 24 Por
un ebrio, como un harto de vino. mucho que uno se oculte en escon-
10 La tierra está llena de adúlteros. drijos, ¿no le veré yo? Palabra de
Por eso está maldita, por eso está Yave. ¿No lleco yo los cielos y la
triste, y están secos los prados y los tierra? Palabra de Yave.
pastizales. Todos corren tras la mal- 25 Yo he oído lo que decían los
dad, su fuerza es la injusticia. 11 Aun profetas, que en mi nombre profeti-
los profetas mismos y los sacerdotes zaban mentiras, y decían: «He tenido
=on unos impíos; hasta en mi casa un sueño, he tenido un sueño.»
misma he tenido que soportar sus 26 ¿Hasta cuándo ha de haber en
perversidades. Palabra de Yave. mi pueblo profetas que profetizan
" Por eso sus caminos se les van a mentira, profetas de sus desvarios,
27
volver resbaladero en medio de tinie- que hacen que mi pueblo se olvide
blas. Serán empujados por él y caerán, de mí por sus sueños, que unos a
pues voy a hacer venir sobre ellos otros se van contando, como me
males el dfa de la cuenta. Palabra olvidaron sus padres por Baal?
28
de Yave. El profeta que tenga un sueño,
13 En los profetas de Samaría vi que lo cuente como sueño; el que
yo la insensatez. Profetizaban en reciba palabra mía, que pregone fiel-
nombre de Baal, y descarriaron a mente mi palabra. ¿Cómo igualar el
mi pueblo, a Israel. 14 Pero en los grano y la paja? Palabra de Yave.
profetas de Jerusalén he visto algo 29 ¿No es mi palabra como fuego,
horrendo, adulterio y mentira, y dar palabra de Yave, que quema, como
su brazo a los perversos para que martillo que tritura la roca? 30 Por
nadie se convirtiera de su maldad. eso, con verdad estoy contra los pro-
Todos ellos han venido a serme como fetas, palabra de Yave, que se roban
Sodoma, y sus habitantes como Go- unos a otros la palabra de Yave.
morra. 31 Contra los profetas, palabra de
15 Por eso, así dice Yave Sebaot Yave, que gastan sus lenguas pro-
de los profetas: Yo les daré a comer nunciando: «Oráculo» 82 Contra los
ajenjo, y les daré a beber veneno, profetas que sueñan mentiras, pala-
porque de los profetas de Jerusalén bra de Yave, y contándolas, des-
ha salido la impiedan, que se ha carrían a mi pueblo con sus men-
extendido por toda la tierra. 14 Asi tiras y sus jactancias, siendo así que
dice Yave Sebaot: No escuchéis lo yo no los he enviado, no les he dado
que os profetizan los profetas: Os misión alguna y no han hecho a este
engañan. Lo que os dicen son visio- pueblo bien alguno. Palabra de Yave.
nes suyas, no procede de la boca de 33 Cuando este pueblo o un profeta

Yave. 17 Dicen y repiten a los que o un sacerdote te preguntare: ¿Cuál


se burlan de la palabra de Yave: es la carga de Yave?, les responderás:
"Paz, tendréis paz»; y a todos los Vosotros sois la carga, y yo os tiraré
que van tras los malos deseos de su de mí. Palabra de Yave.
corazón, les dicen: ¡<No vendrá sobre 34 Y al profeta, al sacerdote o al
vosotros ningún mal.» 18 ¿Quien asis- hombre que en adelante
del pueblo,
tió a consejo con Yave, y vió y oyó diga: «Carga de Yave», yo le pediré
sus palabras? ¿Quién se las oyó para cuenta a él y a su casa. 36 Así habéis
comunicarlas? 19 He aquí que viene de deciros unos a otros: ¿Qué ha
el torbellino de la ira de Yave, y respondido Yave? ¿Qué dice Yave?
una tormenta furiosa descargará sobre 36 No se mentará ya la carga de Yave,
la cabeza de los impíos. 20 No retro porque para cada cual la carga será
cederá la ira de Yave, mientras no su propia palabra, y vosotros habéis
se hayan ejecutado y cumplido sus pervertido la palabra del Dios vivo,
designios. Al fin de los tiempos los Yave Sebaot, nuestro Dios.
comprenderéis. 37
Así habéis de preguntar al pro-
JEREMÍAS, 24, 25

feta: ¿Qué te ha respondido YaveT Anuncio de la cautividad.


¿Qué te ha anunciado Yavé? 88 Y si
1
decís: «Carga de Yave », entonces asi Palabra de Yave, que acerca
dice Yave: Por haber dicho esa pala- del pueblo todo de Judá llegó
bra: «Carga de Yave », mientras que yo a Jeremías el año cuarto de Joaquim,
os lo había prohibido decir, 89 por hijo de Josías, rey de Judá (es el
eso ciertamente yo me descargaré de primero de Nabucodonosor, rey de
vosotros; 40 y a vosotros y a la ciudad Babilonia), 2 y que pronunció el pro-
que a vosotros y a vuestros padres feta Jeremías a todo el pueblo de
di, os arrojaré de mi presencia, y de Judá y a todos los habitantes de
vosotros haré eterno oprobio, eterna Jerusaíén, diciendo: 3 Desde el año
vergüenza, que no se olvidarán jamás. trece de Josías, hijo de Amón, rey
de Judá, hasta el día de hoy, vein-
titrés años ya, he recibido la pala-
Los higos simbólicos. bra de Yave, y os la he predicado
reiteradamente, y no habéis escu-
chado. 4 Os envió también Yave,
24 1
Mostróme Yave dos cestos de todos sus siervos, los profetas, una
higos delante del templo: Fué y otra vez, y tampoco escuchasteis,
después de haber llevado cautivos no les disteis oídos.
6
Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Os decía: Dejad vuestros malos
Jeconías, hijo de Joaquim, rey de caminos y vuestras malas obras y
Judá, a los principales de Judá, y a los habitaréis la tierra que Yave os dió a
herreros y carpinteros de Jerusalén, vosotros y a vuestros padres por
a Babilonia. 2 Uno de los cestos tenía eternidad de eternidades. 6 No os
higos muy buenos, como brevas, pero vayáis tras los dioses ajenos para
el otro tenía higos muy malos, tan servirles y adorarlos. No provoquéis
malos, que de malos no podían mi cólera con las obras de vuestras
comerse. 8 Me dijo Yave: ¿Qué es lo manos y no vendrá el mal sobre
que ves, Jeremías? Yo le respondí: vosotros. 7
Pero no me escuchasteis,
Higos. Los buenos son muy buenos, palabra de Yave, provocándome
pero los malos, muy malos, tan malos, con las obras de vuestras manos
que de malos no pueden comerse. para vuestro mal.
4
Y me dijo Yave: 8
Por eso, así dice Yave Sebaot:
5
Así dice Yave Dios de Israel: Porque no habéis escuchado mis pa-
Como a esos higos buenos, así miraré labras, 9 yo convocaré a todas las
yo a los cautivos de Judá, que para tribus del aquilón, palabra de Yave,
su bien he arrojado de esta tierra a y a Nabucodonosor, rey de Babilo-
la tierra de los caldeos. 6 Pondré nia, mi siervo, y los haré venir contra
sobre ellos mis ojos para bien, y los esta tierra y contra sus habitantes y
haré volver a esta tierra, los edificaré contra todos los pueblos que la ro-
y no los destruiré, los plantaré y no dean, y los destruiré, y haré de ellos
los arrancaré, 7 y les daré un corazón horror, burla y oprobio eterno. 10 Y
capaz de conocerme, de saber que haré desaparecer de ellos los cantos
yo soy Yave; y ellos serán mi pueblo, de alegría, las voces de gozo, el
y yo seré su Dios, pues se converti- canto del esposo y el canto de la
rán a mí de todo corazón. esposa, el ruido de la muela y el res-
8
Y
de los higos malos, que de plandor de las antorchas. 11 Y toda
malos no pueden comerse, de éstos esta tierra será desierto y desolación,
dice Yave: Así haré yo de Sedéelas, y servirán estos pueblos al rey de
rey de Judá, y de sus grandes y del Babilonia setenta años. 12 al cabo Y
resto de los de Jerusalén, que que- de setenta años, yo pediré cuentas
daron en esta tierra, y de los refu- al rey de Babilonia y a su pueblo,
giados en la tierra de Egipto. 9 Los palabra de Yave, de sus maldades,
haré el vejamen, la execración de a la tierra de los caldeos, y la con-
todos los reinos de la tierra, el opro- vertiré en eterno desierto. 13 cum- Y
bio, la fábula, la irrisión, la maldi- pliré contra esta tierra todo lo que
ción en todos aquellos lugares a que contra ella anuncié, todo lo que está
los arrojaré; 10 y mandaré contra escrito en este libro, lo que profetizó
ellos la espada, el hambre y la peste, Jeremías contra los pueblos. 14 Por-
hasta que desaparezcan de la tierra que también ellos serán sojuzgados
que les di ellos y a sus
;i padres. por otros pueblos grandes y por reyes.
JEREMÍAS, 26

poderosos, y yo Ies retribuiré según todos los moradores de la tierra.


su merecido, según las obras de sus 81 Llegará su estrépito hasta los con-
manos. fines de la tierra; porque juzgará
Yave a las gentes y será juicio éste
contra toda carne. Los malvados, los
El cáliz de la ira de Yave. daré al filo de la espada. Palabra
de Yave.
15 me dijo Yave, Dios de Israel:
Asi 32 Así dice
Yave Sebaot: He aquí
Toma de mi mano este cáliz, y ház- que el mal pasará de pueblo en pue-
selo beber a todos los pueblos a los blo, un fortísimo huracán se desen-
que yo te he enviado. 16 Que beban, cadenará desde los extremos de la
que se tambaleen, que enloquezcan, tierra, 33 y yacerán los heridos por
ante la espada que yo arrojaré en Yave en ese día del uno al otro cabo
medio de ellos. 17 Y tomé el cáliz de la tierra. No serán llorados, no
de la mano de Yave, y lo di a beber serán recogidos, no serán sepultados.
a todos los pueblos contra los cuales Quedarán como estiércol sobre la haz
me envió Yave. 18 A Jerusalén y a de la tierra.
34 Llorad
todas las otras ciudades de Judá, a a gritos, pastores. Clamad
sus reyes, a sus príncipes, para hacer y encenizaos, jefes de la grey, porque
de ellos desierto, estupor, burla y llega el día de vuestra matanza, de
maldición, como es hoy. 19 Al Faraón, vuestra destrucción, y caeréis como
rey de Egipto, a sus servidores, a sus piezas selectas. 38 No escaparán los
príncipes, a todo su pueblo y a todos pastores, no habrá salvación para
sus advenedizos: 20 a todos los reyes los mayorales de la grey. 38 Gritos de
de la tierra de Us y a todos los reyes espanto de los pastores, clamores de
de la tierra de los filisteos, a Asca- los mayorales de la grey, porque ha
lón, a Gaza, a Acarón y al resto de talado Yave sus pastizales, 87 han
Azoto; 21 a Edom, a Moab y a los sido devastadas sus tranquilas pra-
hijos de Ammón; 22 a todos los reyes deras, ante el furor de la ira de
de Tiro, a todos los reyes de Sidón Yave. 38 Ha salido como sale el león
y a los reyes de las islas que están de su cubil, y ha sido devastada su
pasado el mar. 23 A Dedán, a Tema, tierra, al golpe de la espada destruc-
a Buz, a todos los que se rapan las tora, ante el furor de su ira.
sienes; 24 a todos los reyes de Arabia
que habitan el desierto; 25 a todos
los reyes de Zimri, a todos los reyes Quieren condenar a Jeremías a
de Elam y a todos los reyes de Media. muerto.
28
A todos los reyes del norte, próxi-
mos y lejanos, y a todos los reinos de 2()
1
A] principio del reinado de
la tierra, que habitan la superficie de Joaquim, hijo de Josías, rey de
ella. Y el último en beber será el Judá, llegó a Jeremías esta palabra
rey Sesac. de Yave: 2 Así dice Yave: Ve a po-
27
Y les dirás: Así dice Yave Se- nerte en el atrio del templo, y habla
baot, Dios de Israel: Bebed, embria- ;i!lf a las gentes de todas las ciuda
gaos, vomitad y caed para no le- des de Judá, que vienen a adorar
vantaros más, ante la espada que en él, todo lo que yo te he mandado
yo echaré entre vosotros. 28 Y si decirles, sin omitir nada. 8 A ver si
rehusaren tomar de tu mano el cáliz te escuchan, y se convierten cada
y beber de él, les dirás: Así dice uno de su mal camino, y me arre-
Yave Sebaot: Tendréis que beber; piento yo del mal que por sus malas
29
porque si yo, al desatar el mal, obras había determinado hacerles.
he comenzado por la ciudad en que 4
Diles: Así dice Yave: Si no me obe-
se invocaba mi nombre, ¿ibais a decéis, cumpliendo la ley que yo os
quedar vosotros impunes? No que- he dado, * y escuchando las palabras
daréis, no, pues que llamaré a la de mis siervos los profetas, que yo
espada contra todos los moradores os he enviado y que habéis desoído,
de la tierra. Palabra de Yave. * yo haré de esta casa lo que hice de
30
Y tú anuncíales todo esto, y Silo, y de esta ciudad haré la mal-
diles: Ruge Yave desde lo alto; desde dición de todos los pueblos de la
su santa morada alza su voz, ruge tierra.
fuertemente contra sus pastizales, 7
Y los sacerdotes, los profetas y
lanza el grito de los lagareros contra todo el pueblo oyeron a Jeremías
JEREMÍAS, 27 66 3

decir estas palabras en el templo; rim, que profetizó contra esta ciudad
8
y cuando acabó Jeremías de hablar y esta tierra, lo mismo que Jeremías.
todo lo que Yave le ordenara decir al 21 Al oír el rey Joaquim, sus guardias
pueblo, los sacerdotes y los profetas y sus ministros, lo que decía, quiso
le cogieron, gritando: |Vas a morirl el rey matarlo, y sabiéndolo lirias,
22
9
¿Por qué profetizas en nombre de temió y huyó a Egipto; pero el rey
Yave, diciendo: Como Silo será esta Joaquim mandó a Egipto emisarios,
casa, y esta ciudad quedará asolada a Elnatán, hijo de Acobor, y a otros
y sin moradores? Y se reunió en tor- que le acompañaron a Egipto;
23
y
no a Jeremías todo el pueblo que sacando a Urías de Egipto, lo con-
había en el templo. 10 Y en sabiendo dujeron al rey Joaquim, que le hizo
esto los magistrados de Judá, su- matar a espada, arrojando su cuerpo
bieron del palacio del rey al templo, a la fosa común.
24 En favor de Jeremías intervenía
y se pusieron a la entrada de la
puerta nueva del templo. Ajicam, hijo de Safán, para evitar
11 Los sacerdotes
y los profetas que fuese entregado en manos del
hablaron a los magistrados de Judá pueblo para matarle.
y a todo el pueblo, diciendo: Reo de
muerte es este hombre-, por haber
profetizado contra esta ciudad lo que El yugo extranjero.
vosotros mismos habéis oído. 12 Y
dijo Jeremías a los magistrdos y a O'T 1
El año cuarto del reinado de
todo el pueblo: Yave me ha man- ^ Sedecías, hijo de Josías, rey
^

dado profetizar contra este templo de Judá, llegó a Jeremías esta palabra
y contra esta ciudad todo lo que de Yave: 2 Así me dijo Yave: Hazte
habéis oído. 13 Ahora bien, enmendad con una y un yugo (1),
coyunda
vuestros caminos y vuestras obras, y póntelos y manda a decir
al cuello; 3
escuchad la voz de Yave, vuestro al rey de Edom, al rey de Moab, al
Dios, y se arrepentirá Yave del mal rey de los hijos de Ainmón, al rey
que había determinado haceros. 14 En de Tiro y al rey de Sidón, por los
cuanto a mí, en vuestras manos estoy, embajadores que han venido a tratar
haced conmigo lo que bien os pa- con Sedecias, rey de Judá, a Je-
rezca. 15 Pero sabed que si me ma- rusalén:
4
táis, será sangre inocente que echa- Que digan a sus señores: Así dice
réis sobre vosotros, sobre esta ciudad Yave Sebaot, Dios de Israel; esto
y sobre sus habitantes, porque en habéis de decir a vuestros señores:
verdad he sido enviado a vosotros 6 Yo, con mi gran poder y la fuerza
por Yave para deciros todo esto. de mi brazo, he hecho la tierra; Yo
16 Y
dijeron los magistrados y todo he hecho al hombre y a los animales
el pueblo a los sacerdotes y a los que hay sobre la haz de la tierra,
profetas: No es reo de muerte este y la doy a quien quiero. 6 Ahora he
hombre por habernos hablado en dado todas estas tierras al poder de
nombre de Yave, nuestro Dios. 17 Y mi siervo Nabucodonosor, rey de
alzándose algunos de los ancianos de Babilonia; aun las bestias del campo
la tierra, dijeron a todo el pueblo las he puesto a su servicio; 7 y habrán
18 Miqueas
allí congregado: de Mo- de estarle sometidas todas las na-
rasti profetizó en tiempo de Eze- ciones, a él, a su hijo y al hijo de
quías, rey de Judá, y habló a todo su hijo, hasta que venga el tiempo
el pueblo diciendo: Así dice Yave también para su tierra, y la sojuz-
Sebaot: Sión será arada como campo guen pueblos poderosos y reyes
de labor, Jerusalén será un montón grandes.
de ruinas, y el monte del templo será
una selva. 19 ¿Le hicieron acaso matar, (i) El yugo de esta acción simbólica no es
Ezequías, rey de Judá, y todo el en modo alguno el yugo doble, de uso corriente
pueblo de Judá? ¿No temieron más entre nosotros, para uncir una pareja. Sería un
bien a Yave, y le aplacaron, y volvió yugo simple, para un solo anima!, y sencillísimo,
Yave sobre el mal con que los ame- como el que todavía se usa en aquellos países,
nazó? ¿Vamos a echar nosotros sobre que consistía en dos ligeros palos que encajan
por el extremo superior en un travesano y por el
nuestra alma un crimen tan grande?
,0 Y hubo también un hombre de los inferior se sujetan con una cuerda al cuello del
animal. De otro modo no hubiera sido fácil ni a
que profetizaban en nombre de Yave, Jeremías llevarlo cobre su cuello ni a Ananias
Lrías, hijo de Semaya, de Cariatia- romperlo.
JEREMIAS, 28

8
Al pueblo y al reino que no y de Jerusalén. 21 Pues así dice Yave
quiera someterse a Nabucodonosor, Sebaot, Dios de Israel, de los uten-
rey de Babilonia, y no dé su cuello silios que todavía quedan en el tem-
al yugo del rey de Babilonia, le visi- plo, en el palacio del rey de Judá
taré yo con espada, hambre y peste, y en Jerusalén. 22 A Babel serán lle-
palabra de Yave, hasta someter- vados, y allí estarán hasta el día en
los a su poder. 9 No escuchéis, pues, que yo iré, palabra de Yave, a bus-
a vuestros profetas, a vuestros adi- carlos y devolverlos a este lugar.
vinos, a vuestros soñadores, a vues-
tros astrólogos 'y a vuestros encan-
tadores, que os dicen: No os veréis Audacia de Ananías.
sometidos al rey de Babel; 10 porque
es mentira lo que os profetizan, para •)Q 1
En aquel mismo
año, al co-
que seáis echados de vuestra tierra mienzo delreinado de Sede-
y yo os disperse y perezcáis. 11 Al cías, en el quinto mes, Ananías, hijo
pueblo que dé su cuello al yugo del de Azur, profeta, de Gabaón, me dijo
rey de Babel y se le someta, le deja- en el templo, delante de los sacer-
ré en su tierra, palabra de Yave, dotes y de todo el pueblo: 2 Así dice
y La cultivará y habitará en ella. Yave Sebaot, Dios de Israel: He roto
12
Y a Sedéelas, rey de Judá, le el yugo del rey de Babel.
8 Al cabo

hablé de todo esto, diciéndole: Dad de dos años haré volver a este lugar
vuestro cuello al yugo del rey de todos los utensilios del templo, que
Babel, someteos a él y a su pueblo, de aquí se llevó Nabucodonosor, rey
y viviréis. 18 ¿Para qué morir tú de Babel, transportándoles a Babel;
y tu pueblo de espada, hambre y 4
y a Jeconías, hijo de Joaquim, rey
peste, como amenaza Yave al pueblo de Judá, y a todos los cautivos de
que no se someta al rey de Babel! Judá llevados a Babel, los traeré a
14 Y
no escuchéis a los profetas que este lugar, palabra de Yave. Porque
os dicen: «No os veréis sometidos al he roto el yugo del rey de Babel.
rey de Babel», pues lo que os profe- 6
Y dijo Jeremías, profeta, al pro-
tizan es mentira. 16 No los he en- feta Ananías, delante de los sacer-
viado yo, palabra de Yave, aunque dotes y de todo el pueblo que estaba
ellos mentirosamente profeticen en en el templo: 6 Así sea, hágalo Yave:
mi nombre, y serán causa de que yo Que cumpla Yave tu promesa, ha-
os disperse y perezcáis vosotros y ciendo volver de Babel aquí los uten-
los profetas que os profetizan. silios del templo y a todos los cau-
18
Y a los sacerdotes y a todo tivos. 7 Pero oye lo que delante de
este pueblo, les hablé, diciendo: Así todo el pueblo voy a decirte. 8 Los
dice Yave: No escuchéis lo que os profetas que de antiguo antes de mí
profetizan vuestros profetas, diciendo: y antes de ti fueron, profetizaron a
«Los vasos del templo van a venir pueblos poderosos y a grandes reinos
de Babel ahora en seguida. » Porque la espada, el hambre y la peste.
os profetizan mentira. 17 No los escu- * El profeta que profetiza paz, por
chéis; someteos al rey de Babel, y el cumplimiento de su profecía habrá
viviréis, porque esta ciudad ha de de ser tenido por profeta, y se sabrá
venir a ser un desierto. 18 Si en que en verdad le envió Yave.
verdad son profetas, si está en ellos 10 Cogió el profeta Ananías el yugo

la palabra de Yave, que intercedan del cuello de Jeremías, profeta, y lo


con Yave Sebaot, para que los vasos rompió, 11 diciendo delante de todo
que todavía quedan en el ternplo y el pueblo: Esto dice Yave: Así rom-
en el palacio del rey de Judá y en peré yo dentro de dos años el yugo
Jerusalén no sean también llevados de Nabucodonosor, rey de Babel, de
a Babel. sobre el cuello de todos los pueblos;
18
Porque así dice Yave Sebaot, y el profeta Jeremías se fué su
acerca de las columnas, del mar de camino.
12
bronce, de los basamentos y de los Después que Ananías, profeta,
demás utensilios que todavía quedan había roto el yugo de sobre el cuello
en esta ciudad, 20 y no han sido lle- del profeta Jeremías, tuvo éste pa-
vados por Nabucodonosor a Babel, labra de Yave, diciéndole: 18 Ve y
al llevar cautivos de Jerusalén a Babel dile a Ananías: Así dice Yave: Has
a Jeconías, hijo de Joaquim, rey de roto un yugo de madera. En su lugar
Jud;'i, y a todos los notables de Judá yo haré un yugo de hierro; 14 pues
JEREMIAS, 29

Yave Sebaot, Dios de Israel: de paz y no de aflicción, de daros


asi dice
Yugo de hierro pondré yo sobre la término y esperanza. 12 Llamadme,
cerviz de todos estos pueblos, y los pedidme, y yo os escucharé; buscad-
haré servir a Nabucodonosor, rey de me, y me hallaréis. 13 Sí, cuando me
Babel, y le servirán; aun los mismos busquéis de todo corazón, 14 yo me
animales del campo se los he dado a él. mostraré a vosotros, palabra de
15 Y dijo el profeta Jeremías a Yave; y trocaré vuestra suerte, y
Ananías, profeta: Oyeme una pala- os reuniré de entre todos los pueblos
bra, Ananías: No te ha enviado a ti y de todos los lugares a que os arrojé,
Yave, y tú estás dando a este pueblo palabra de Yave, y os haré volver a
falsas esperanzas; 16 por eso, asi dice este lugar de que os eché.
15 Como vosotros decís: Yave nos
Yave: Yo te voy a quitar de sobre
la haz de la tierra; este mismo año ha suscitado profetas en Babel. 16 Por
morirás, por haber predicado la re- eso os dice Yave, del rey que se
belión contra Yave. 17 Y
murió el sienta sobre el trono de David y
profeta Ananías en ese mismo año, de todo el pueblo que mora en esta
en el séptimo mes. ciudad, vuestros hermanos, que no
han sido llevados con vosotros a la
cautividad. 17
Así dice Yave Sebaot:
La cautividad será larga. Yo mandaré contra ellos la espada,
el hambre y la peste, y serán como
1
He aquí el texto de la carta los higos malos, que de malos no
que desde Jerusalén envió Je- pueden comerse; 18 y los perseguiré
remías a los ancianos de la cautivi- con la espada, el hambre y la peste,
dad, a los sacerdotes y a los profe- y los haré el escarnio de todos los
tas y a todo el resto del pueblo, que reinos de la tierra; maldición, es-
de Jerusalén había llevado Nabuco- panto, ludibrio y oprobio entre todos
donosor a Babel, 2 después de haber los pueblos a los que los arrojaré,
rey, la reina, los 19 por no haber escuchado mis pala-
salido Jeconías, el
eunucos, los notables de Judá y de bras, palabra de Yave, que reite-
Jerusalén, los herreros y los carpin- radamente les anuncié por mis sier-
teros; 3
por mano de Elasa, hijo de vos, los profetas, a quienes yo envié
Safán y de Gamarías, hijo de Elcías, y no los escucharon. Palabra de
a quienes mandó Sedecías, rey de Yave.
20 Vosotros, pues, todos los cauti-
Judá, a Babel a Nabucodonosor, rey
de Babel. Decía: vos que yo he llevado de Jerusalén
4
Así dice Yave Sebaot, Dios de a Babel, oíd la palabra de Yave:
21 Así dice Yave Sebaot, Dios de Is-
Israel, a todos los cautivos que yo
he desterrado de Jerusalén a Babel. rael, a Acab, hijo de Colaya, y a
5
Construid casas y habitadlas; plan- Sedecías, hijo de Masaya, que menti-
tad huertos y comed sus frutos. rosamente os profetizan en mi nom-
6 Casaos
y engendrad hijos e hijas. bre: Yo los entregaré en manos de
Dad mujeres a vuestros hijos y ma- Nabucodonosor, rey de Babel, que
ridos a vuestras hijas, y tengan hijos los ajusticiará ante vuestros ojos,
22
e hijas; multiplicaos ahí, en vez de y quedará de ellos, entre los cau-
disminuir. 7 Laborad por el bien de tivos de Judá que están en Babel,
la ciudad a que os he desterrado, y la maldición: Haga contigo Yave
rogad por ella a Yave, pues su bien como con Sedecías y Acab, a quienes
será vuestro bien. Porque así dice asó al fuego el rey de Babel, 23 por
Yave Sebaot, Dios de Israel: 8 No haber hecho iniquidades en Israel,
os dejéis engañar por vuestros pro- haber adulterado con las mujeres de
fetas, que habitan con vosotros, y sus prójimos, y haber hablado men-
por vuestros adivinos. No escuchéis tirosamente en mi nombre, sin que
sus sueños. 9 Mienten cuando os pro- yo los mandara. Yo lo sé y lo ates-
fetizan en mi nombre. Yo no los he tiguo. Palabra de Yave.
enviado. Palabra de Yave.
10 Pues así dice Yave: Cuando se
Contra Semeías.
cumplan los setenta años de Babel,
yo os visitaré, y cumpliré la pro-
mesa de traeros a este lugar. 11 Yo 24 Y a Semeyas, el Nejlamita, dile:
cono7.co mis designios para con vos- Así dice Yave Sebaot, Dios de Israel:
otros, palabra de Yave, designios 25 Por cuanto tú has mandado en ln
JEREMÍAS, 30

nombre una carta a todo el pueblo 10


Y ta, siervo mío, Jacob, no
de Jerusalén y a Sofonlas, hijo de temas, palabra de Yave; no tiem-
Masaya, sacerdote, y a todos los bles, Israel, porque voy a libertarte
sacerdotes, diciéndoles: 26 Yave te de esta tierra lejana, y a tus hijos
ha hecho sacerdote en lugar de Jo- de la tierra de su cautividad. Jacob
yada, para que como prefecto vigi- tornará, y vivirá tranquilo y seguro,
les en el templo de Yave a todo fa- sin que nadie le perturbe. 11 No
nático que quiera hacer el profeta, y temas, no, Jacob, siervo mío, porque
le hagas encadenar y poner en el yo estaré contigo, palabra de Yave,
cepo. 27 ¿Cómo, pues, no has casti- para salvarte. Yo llevaré la ruina
gado a Jeremías, el de Anatot, que a todos los pueblos entre los que te
anda profetizando entre vosotros? dispersé; pero a ti no te arruinaré,
28 Hasta el punto de habernos escrito sino que te castigaré con moderación.
a Babel, diciendo: Eso será largo. Impune no quedarás.
Construid casas y habitadlas, plantad
huertos y comed sus frutos. Herida y curación.
29
El sacerdote Sofonías leyó al
profeta Jeremías esta carta; 30 y 12
Así, pues, dice Yave: Era incu-
Yave habló a Jeremías, dictándole: rable tu herida; tu mal, sin remedio:
31 13
Manda a decir a todos los cauti- nadie se cuidó de curar tu úlcera;
vos: Esto dice Yave sobre Semeyas no había remedio para curarte; 14 to-
el Nejlamita: 32 Por haberos profe- dos tus amadores te han olvidado;
tizado Semeyas sin que yo le haya ni preguntan por ti; pues yo herí
enviado, y haberos hecho concebir como hiere un enemigo, con cruel
falsas esperanzas;, por eso, dice Yave: castigo, por tus grandes maldades,
Yo castigaré a Semeyas el Nejlamita por la muchedumbre de tus pecados.
y a su descendencia. No tendrá 15 ¿A qué gritas por tu herida? ¿Es
descendiente que habite entre este incurable tu mal? Por tus grandes
pueblo y vea el bien que yo haré a maldades, por tus muchos pecados,
mi pueblo, palabra de Yave, por te he tratado así. 18 Pero todos los
haber predicado la rebeldía contra que te devoraron serán devorados, y
Yave. tus enemigos irán todos al destierro.
Tus saqueadores serán saqueados, y
Castigo y perdón.
tus expoliadores serán expoliados.
17
Voy a curar tu llaga, voy a
30 1
Llegó a Jeremías palabra de sanar tus heridas, Sión, la que no
Yave, diciendo: 2 Así dice Yave, tiene quien se cuide de ella. 18 Así
Dios de Israel: Escribe en un libro dice Yave: He aquí que voy a resta-
todo cuanto yo te diga. 3 Porque blecer los tabernáculos de Jacob, y
viene tiempo, palabra de Yave, en me compadeceré de sus tiendas, y se
que trocaré la suerte de mi pueblo, reedificará la ciudad sobre su colina,
Israel y Judá, y los haré volver a y el palacio en su lugar anterior.
19 Y saldrán de ellos cantos de ala-
la tierra que di a sus padres en po-
sesión. 4 He aquí lo que dice Yave banza y voces de alegría; y los multi-
sobre Israel y Judá: 5 Pues así dice plicaré, y no serán disminuidos; los
Yave: engrandeceré, y no serán empeque-
Oímos gritos de dolor, de espanto, ñecidos; 20 y serán sus hijos como
no de paz. • Preguntad y ved. ¿Es fueron primero, y su congregación
que paren los hombres! ¿Cómo, si estará firme ante mí, y castigaré a
21 Y su jefe saldrá
no, los veo a todos con las manos en todos sus opresores.
los lomos, como en parto, demudados de su seno, de en medio de ella saldrá
y amarillos todos los rostros? 7 ¡Ah! y yo le haré venir, y él se acercará
Es el día grande. No hay nada igual a mí; ¿pues quién, si no, sería el
a él. Tiempo de angustia para Jacob, que expusiera su vida acercándose
22 Y vos-
pero de él le vendrá la salvación. a mí? Palabra de Yave.
8 Y sucederá que en ese día, palabra otros seréis mi pueblo, y yo seré
de Yave Sebaot, quebraré el yugo vuestro Dios.
de sobre su cuello, y romperé sus
coyundas; * y ya no serán más sier- La tempestad y la calma.
vos de extranjeros, sino que servirán
a Yave, su Dios, y a David, sn rey,
23 He ahí ya la tempestad de
que yo les suscitaré. V;ive, el furor <íel torbellino se desata
JEREMÍAS, 31 667

y descargará sobre la cabeza de los la grosura de las víctimas, y hartaré


malvados. 24 No se calmará el ardor a mi pueblo de mis bienes. Palabra
de la ira de Yave, hasta ejecutar y de Yave.
cumplir sus designios. Vosotros los
conoceréis al fin de los tiempos.
Dolor y consuelo.
1
O'l Por entonces, palabra de
" * Yave seré el Dios de todas las 16
Así dice Yave: Se oyen lamentos
tribus de Israel, serán mi
y ellos en Rama, amargo llanto: Es Raquel
2
pueblo. Así dice Yave: Halló gracia que llora a sus hijos, y rehusa con-
en el desierto el de su pérdida. 16 Así dice
pueblo reliquia de solarse
la espada, para ir Yave: Cese tu voz de gemir, tus ojos
a su lugar de reposo
3
Israel. Desde lejos se hizo ver de llorar. Tendrán remedio tus penas.
de él Yave. Con amor eterno te Palabra de Yave. 17 Tienes toda-
amé, por eso te he mantenido mi vía una esperanza. Palabra de Yave.
favor. Volverán de la tierra enemiga, vol-
4 Yo
te restauraré, y serás restau- verán los hijos a su patria.
rada, virgen de Israel. 6
Todavía 18 Oigo
a Efraím lamentarse: Tú
volverás a adornarte con tus tím- me has castigado, y yo he aprendido.
panos, y saldrás en alegres danzas. Yo era como toro indómito; conviér-
Todavía volverás a plantar viñas en teme, y yo me convertiré, pues tú
las alturas de Samaría, y los que las eres Yave, mi Dios. Después de mi
planten las gozarán. 6 Porque viene defección, me he arrepentido; 19 des-
tiempo en que los atalayas clamarán pués que me has hecho volver a cono-
en el monte de Efraím: Venid y suba- cimiento, he azotado mis carnes.
mos a Sión, a Yave, nuestro Dios. Estoy confuso y avergonzado, llevo
7
Pues así dice Yave: Regocijaos y sobre mí el oprobio de mi mocedad.
dad parabienes a Jacob, gritad loores 20 ¿No es Efraím mi hijo predilecto,
a la primera de las naciones; can- mi niño mimado? Porque cuantas
tadla, alabadla, y decid: Yave ha veces hablo de él, no dejo ya de recor-
salvado a su pueblo, a los restos darle; se conmueven mis entrañas,
de Israel. y no puedo menos de compadecerme
8
Yo os voy a hacer volver- de la de él. Palabra de Yave.
21 Ponte
tierra del aquilón, y os reuniré de hitos, alza jalones, pon
los extremos de la tierra, a todos toda la atención en el camino; ya
juntamente, el ciego y el cojo, la antes le recorriste. Vuelve, virgen
embarazada y la recién parida. ¡Qué de Israel, retorna a tus ciudades.
gran muchedumbre la que vuelve! 22 ¿Hasta cuándo has de andar titu-
9
Mira: Salieron entre llantos, yo los beando, hija descarriada? Pues hará
hago volver consolados; yo los guío Dios una cosa nueva en la tierra.
a las corrientes de aguas por caminos La mujer rodeará al varón (1).
23
llanos, para que no tropiecen, pues Así dice Yave Sebaot, Dios de

yo soy el padre de Israel, Efraím


es mi primogénito. (i) Todo este poema es de carácter mesiá-
10 La esperanza de la restauración, la segu-
Oíd, pueblos, la palabra de Yave, nico.
dadla a conocer a las lejanas islas, ridad de la misma, la paz y tranquilidad en me-
dio de la cual ha de realizarse, y el esplendor y
y decid: El que dispersó a Israel le
que ha de revertir pueblo
congrega de nuevo, y le protege como restaurado a de
la gloria ella al
y la nueva Jerusalén, son las líneas
el pastor protege a su rebaño. 11 Yave con que Jeremías traza el poético cuadro. El
ha libertado a Jacob, le ha salvado verso a que esta nota se refiere, el 22, tiene tam-
de la mano de sus opresores. 12 Vienen bién, como parte del poema, carácter mesiánico;
dando gritos de gozo por las alturas no, sin embargo, el estrictamente mesiánico que
de Sión, a gozar de los bienes de Yave, San Jerónimo y muchos con él le atribuyen, in-
terpretando que la mujer es la madre del Mesías,
el trigo, el vino, el aceite, los cor-
éste el varón y la acción de rodear la concepción
deros y los terneros, y será su alma virginal de Jesús en el seno de María. Para in-
como jardín regado, y no volverá terpretar así, es necesario hacer violencia al tex-
a padecer sequía. to. Estas palabras ponen de relieve la paz, segu-
13 Entonces ridad y tranquilidad que han de presidir la res-
la virgen danzará ale-
gre en el coro; jóvenes y viejos, todos tauración y la vuelta de los restos de Israel, tales
que no harán necesaria la protección de los hom-
juntos, trocaré en júbilo su tristeza,
bres para evitar o rechazar irrupciones enemigas,
los consolaré y convertiré su pena en
y permitirá que las mujeres lleven en medio a
alegría. 14 Saciaré a los sacerdotes de Ios hombres mientras caminan hacia la patria
JEREMIAS, 32

Israel: Todavía se dirán estas pala- de uoche; el que conturba el Miar y


bras en la tierra de Judá y en sus hace bramar sus olas, tiene por nom-
ciudades, cuando yo haga volver a bre Yave Sebaot. 36 ¿Se romperán
los que volverán: Bendígate Yave, sede estas leyes ante mí? Palabra de
de la justicia, monte de la santidad. Yave. Entonces cesará la descen-
24
Yhabitarán en ella Judá y todas dencia de Israel de ser ante mí un
sus ciudades juntamente, los agri- pueblo por siempre. 37 Así dice Yave:
cultores y los pastores de rebaños. Si pueden medirse arriba los cielos,
25 Porque
yo saciaré a todos los desfa- y descubrirse abajo los fundamentos
llecidos y hartaré a todos los decaídos. de la tierra, entonces repudiaré yo
26 Por
esto, al despertar y ver, me a toda la descendencia de Israel,
fué dulce mi sueño. por todo cuanto han hecho. Palabra
de Yave.
38 Vienen días, palabra de Yave,
Restauración. en que será edificada para Yave la
ciudad, desde la torre de Hanamel,
27
Ved que vienen días, palabra hasta la puerta del ángulo. 3 * Y serán
de Yave, en que yo sembraré la casa de nuevo echadas las cuerdas para
de Israel y la casa de Judá, de medir enfrente hasta la colina de
simiente de hombres y de simiente Gareb, y dando vuelta después hacia
de animales; 28 y lo mismo que velé Goa, 40 todo el valle de los cadá-
sobre ellos para arrancar y destruir, veres y de la ceniza, y todos los cam-
para arruinar, devastar y desolar, pos, hasta el torrente de Cedrón,
asi velaré también sobre ellos para hasta la esquina de la puerta de los
edificar y plantar. Palabra de Yave. caballos, hacia oriente, serán con-
29
En esos días no se dirá ya más: sagrados a Yave, y no serán ya jamás
Nuestros padres comieron agraces, y destruidos y devastados.
los hijos sufrimos la dentera. 30 Sino
que cada uno morirá por su propia
iniquidad; quien coma el agraz, ese La compra del campo.
sufrirá la dentera.
31 Vienen días, palabra de Yave QO 1
Palabra que recibió Jeremías
en que yo haré
una alianza nue- de Yave, el año décimo de
va (1) con la casa de Israel y la Sedéelas, rey de Judá, que fué el
32 no como la alianza
casa de Judá; año dieciocho de Nabucodonosor.
que hice con sus padres, cuando 2 Entonces el ejército del rey de
tomándolos de la mano, los saqué Babel cercaba a Jerusalén, y el pro-
de la tierra de Egipto; ellos quebran- feta Jeremías estaba encerrado en el
taron mi alianza y yo los rechacé. atrio de la guardia del palacio del
Palabra de Yave. 33 Esta será la rey de Judá; 3 pues Sedecías, el rey
alianza que yo haré con la casa de de Judá, le había encarcelado, di-
Israel en aquellos días, palabra de ciéndole: ¿Por qué profetizas, ase-
Yave: Yo pondré mi ley en ellos y gurando que Yave dice que entregará
la escribiré en su corazón, y seré la ciudad en manos del rey de Babel,
su Dios y ellos serán mi pueblo. que la tomará, 4 y Sedecías, rey de
34 No tendrán ya que enseñarse unos Judá, no escapará a las manos de los
a otros, ni exhortarse unos a otros, Caldeos, sino que caerá en manos
diciendo: Conoced a Yave, sino que del rey de Babel, y hablará con él
todos me conocerán desde los peque- boca a boca, y sus ojos verán sus
ños a los grandes, palabra de Yave; ojos, 6 y llevará a Sedéelas a Babel
porque les perdonaré sus maldades y allí estará hasta que le visite,
y no me acordaré más de sus pecados. palabra de Yave, y si hacéis la
38 Así dice Yave: Yo he puesto guerra a los caldeos nada consegui-
al sol para que luzca de día; he puesto réis?
la luna y las estrellas, para que luzcan
8
Y recibió Jeremías palabra de
Yave, diciéndole: 7 Mira: Hanamel,
(i) Esta denominación de «nueva alianza*, hijo de Selum, tu tío, vendrá a
nuevo testamento, empleada por primera vez por decirte: Cómprame el campo que
Jeremías y reiterada después por San Pablo
tengo en Anatot, pues a ti te corres-
(Hebr., 8, 8-13), ha prevalecido para designar
el conjunto de libros inspirados en que se con-
ponde adquirirlo por razón de paren-
tiene la realización de esta profecía: el Evangelio tesco. * Vino, pues, Hanamel, el hijo
y los escritos apostólicos. de mi tío, a verme según lo que me
JEREMÍAS, 32 CGO

23
había dicho Yave, al atrio de la y entrados en ella, la poseyeron;
guardia, y me dijo: Cómprame el pero no escucharon tu voz y no cum-
campo de Anatot, en tierra de Ben- plieron tu ley, y no hicieron lo que
jamín, pues te corresponde la heren- les mandaste hacer, e hiciste que
cia y la posesión por razón de paren- vinieran sobre ellos todos estos males.
24 He aquí que se alzan contra la
tesco. Entendí, pues, que era voluntad
de Yave, 9
y compré el campo a Ha- ciudad ingenios para tomarla; y la
n-aniel, mi primo, de Anatot, pagán- ciudad será presa de los caldeos que
dole diecisiete siclos de plata. 10 Hice la combaten con la espada, el hambre
el contrato por escrito, lo sellé, tomé y la peste; y como tú anunciaste,
testigos, y pesé la plata en la balanza, así ha sucedido, bien lo ves tú.
11
y recibí el contrato de venta 25 Yahora, cuando la ciudad va a
sellado, y el acta de las estipulaciones caer en manos de los caldeos, me
abierta; 12 y se lo entregué todo a dices, ¡oh Señor, Yavel: «Compra el
Baruc, hijo de Nerías, hijo de Masías, campo y toma testigos.
en presencia de Hanamel, mi primo,
y de los testigos que habían firmado
el contrato y de todos los judíos Respuesta de Yave al profeta.
que se hallaban en el_ atrio de la
guardia. 13 Y delante de todos di
a Baruc esta orden: 14 Así dice 26 Y
recibió Jeremías palabra de
Yave Sebaot, Dios de Israel: Toma Yave, diciéndole: 27 Mira, yo soy
esos documentos, ese contrato de Yave, Dios de todos los vivientes:
venta, el sellado y el abierto, y ¿Hay algo imposible para mí? 28 Por
mételos en un tubo de barro cocido, eso, así dice Yave: Yo entregaré esta
para que puedan conservarse largo ciudad en manos de los caldeos y
tiempo. 15 Porque así dice Yave en manos de Nabucodonosor, rey
Sebaot, Dios de Israel: Todavía se de Babel, que la tomará. 29 Los
comprarán en esta tierra casas, cam- caldeos que atacan la ciudad entra-
pos y viñas. rán en ella, y le pegarán fuego y la
quemarán; quemarán las casas en
cuyos terrados quemaban incienso a
Oración del profeta. Baal y ofrecían libaciones a los dioses
extraños, para irritarme; 30 pues lo
16
Después de haber entregado el mismo los hijos de Israel que los de
contrato de' venta a Baruc, hijo de Judá, no hacen más que el mal a
Nerías, hice a Yave esta oración: mis ojos, desde su juventud; sí, los
17 ¡Ah,
Señor, Yavel Tú has hech'o hijos de Israel no hacen más que
los cielos y la tierra con el gran poder irritarme con las obras de sus manos.
de tu brazo; nada es imposible para Palabra de Yave.
18 Tú eres quien haces 31 Objeto de ira
ti. gracia a y de furor ha sido
millares, y quien retribuye un día siempre para mí esta ciudad, desde
a los hijos la iniquidad de sus padres; el día en que fué edificada hasta
el Dios grande, el fuerte, cuyo nom- hoy, para que la haga desaparecer
bre es Yave Sebaot; 19 grande en el de delante de mí, 32 por tanto mal
consejo, poderoso en la obra, cuyos como los hijos de Israel y los hijos
ojos están abiertos para ver todos de Judá han hecho para irritarme,
los caminos de los hombres, y dar ellos, sus reyes, sus grandes, sus
a cada uno según su camino y según sacerdotes, sus profetas, las gentes
el fruto de sus obras; 20 el que ha de Judá y los habitantes de Jerusalén.
hecho maravillas y portentos en la 33 Ellos me han vuelto la espalda,
tierra de Egipto, y después, hasta en vez de darme la cara; yo los he
el día de hoy, en Israel y en todos amonestado constantemente, pero
los hombres, y te has hecho un ellos no han aprovechado la lección.
nombre como lo es en el día de hoy; 34 Han llevado sus abominaciones
21
y sacaste a Israel, tu pueblo, de hasta la casa en que se invoca mi
la tierra de Egipto, en medio de nombre, profanándola; 35 se han al-
maravillas y portentos, con mano zado el santuario de Baal en el valle
fuerte y brazo tendido y en medio de Benjinón, para pasar por el fuego
de gran pavor; 22 y les diste esta a sus hijosy a sus hijas, en honor de
tierra; prometiste a sus padres darles Moloc, cosa que yo nunca les mandé
una tierra que mana leche y miel; y en que nunca soñé. ¡Cometer abo-
C.70 JEREMÍAS, 33

minaciones semejantes y hacerse Judá cadáveres de los hombres que yo


reo de tal crimen. herí en mi furor y mi indignación,
36 Por eso, así dice ahora Yave, volviendo atrás mi rostro a esta
Dios de Israel, de esa ciudad de la ciudad por tantas maldades suyas.
que vosotros decís: Ha
sido entre- 6 Pero mira,
yo los sanaré, yo los
gada en manos del rey de Babel curaré y les abriré tesoros de paz y
por la espada, por el hambre y por seguridad; 7
yo haré volver a los
la peste. 37 Yo los reuniré de todos cautivos de Judá y a los de Israel,
los lugares en que los dispersé en mi y los restableceré como al principio,
cólera, en mi indignación y en mi y los limpiaré de todas las iniquida-
furor. Yo
volveré a este lugar,
los des que contra mí cometieron; 8 y
para que en él habiten seguros. les perdonaré todos sus pecados y
38 Ellos serán mi pueblo, todas sus rebeliones contra mí; 9 y
y yo seré
su Dios. 39 Yo les daré un solo cora- será para mí gloria, alegría, alabanza
zón, un solo camino, para que siempre y gozo entre todos los pueblos de la
me teman, y siempre les vaya bien, tierra, que verán todo el bien que
a ellos y a sus hijos después de ellos. yo les haré, y que se asombrarán
40 Y haré con ellos una alianza eterna, y admirarán de tanto bien y de tanta
de no dejar nunca de hacerles bien; paz como yo les daré.
10 Así dice Yave: Todavía en estos
y pondré mi temor en su corazón,
para que no se aparten de mí; 41 y lugares de que vosotros decís: Son
me gozaré en ellos, al hacerles bien, un desierto sin hombres y sin bestias;
y los plantaré firmemente en esta en las ciudades de Judá y en las
tierra, con todo mi corazón y toda calles de Jerusalén, desiertas, sin
hombres y 11
mi alma. sin bestias, se oirán
42 Porque así dice Yave: Como he voces de júbilo y voces de alegría,
traído sobre este pueblo todos estos los cantos del esposo y los cantos de
tan grandes males, así traeré sobre la esposa; voces que cantarán: «Ala-
ellos todo este bien que digo de ellos; bad a Yave Sebaot, porque es bueno,
43
y habrá todavía posesores en esta porque es eterna su misericordia •;
tic ira, que vosotros decís desierta y de los que llevan al templo sus
por no quedar en ella hombre ni oblaciones: porque yo restauraré esta
bestia, y haber sido entregada en tierra a su antiguo estado. Palabra
mano de los caldeos. 44 Se compra- de Yave.
12
rán campos, dando por ellos el precio Así dice Yave Sebaot: Todavía
en plata; se harán contratos escritos, habrá en estos lugares, desiertos sin
se sellarán, y se aducirán testigos hombres ni bestias, y en todas sus
en tierra de Benjamín, en los alre- ciudades, pastizales donde los pasto-
13 en
dedores de Jerusalén, en las ciudades res apacentarán sus rebaños;
de Judá, en las de la montaña y en las ciudades de la montaña, en las
las del llano y en las del mediodía, del llano y en las del mediodía, en
porque yo trocaré su suerte. Palabra la tierra de Benjamín y en torno a
de Yave. Jerusalén, y en las ciudades de Judá,
todavía pasará el ganado bajo la
mano del que lo cuenta. Palabra
Restauración. iic Yave.

•JO 1
Fué dirigida la palabra de
OO yave a Jeremías, por segunda Reino eterno y perpetuo
vez, mientras estaba preso en el atrio sacerdocio.
2 Así dice
de la guardia, diciéndole:
Yave, el que ha hecho la tierra y la 14 He
aquí que vienen días, pala-
ha formado y afirmado; Yave es su bra de Yave, en que yo cumpliré
nombre. la buena palabra que he pronunciado
Llámame y yo te responderé, y
3 sobre la casa de Israel y sobre la
te comunicaré cosas grandes y ocul- casa de Judá. 16 En esos días y en
tas que tú no conoces;
4
pues asi ese tiempo, yo suscitaré a David un
dice Yave, Dios de Israel, de las renuevo de justicia, que hará derecho
14 En esos
casas de esta ciudad y de los palacios y justicia sobre la tierra.
del rey de Judá, destruidos al servir días será salvado Judá, y Jerusalén
de baluartes y troneras para resistir habitará en paz, y se la llamará:
a los caldeos, * llenándose con los «Yave, Justicia nuestra. » " Porque
JEREMIAS, 34 «71

asi dice Ya ve: No faltará a David Señor! », pues soy yo quien lo digo,
un varón que se 1
siente sobre el yo, Yave.
trono de Israel. 18 Y a los sacerdotes 6
El profeta Jeremías dijo todo esto
levitas faltará tampoco varón
no a Sedecías, rey de Judá, en Jerusalén.
que me ofrezca holocausto, y queme 7
El ejército del rey de Babel estaba
la ofrenda y sacrifique todos los días. entonces atacando a Jerusalén y a
19
Yrecibió Jeremías palabra de las otras ciudades de Judá que no se
Yave, diciendo: 20 Así dice Yave: habían rendido, a Laquis y Azeca,
Si rompéis mi pacto con el día y mi que aun resistían entre las ciudades
pacto con la noche, para que no sea amuralladas de Judá.
día y noche a su tiempo, 21 entonces
se romperá mi pacto con David,
mi siervo, para que no haya hijo Quebrantamiento de la ley de
suyo que se siente sobre su trono, la servidumbre.
y mi pacto con los levitas sacerdotes,
mis ministros. 22 Como no pueden 8
Palabra de Yave, que recibió
contarse las milicias celestes ni las Jeremías después de haber hecho
arenas del mar, así multiplicaré yo el rey Sedecías un convenio con el
la descendencia de David, mi siervo, pueblo todo de Jerusalén, 9 de que
y a los levitas, mis ministros. se publicase la liberación de los
23 y recibió Jeremías palabra de esclavos hebreos, hombres y muje-
Yave, diciendo: 24 ¿No ves lo que res, y de que no fuera retenido como
dicen estas gentes? «Las dos familias esclavo ningún judío por un hermano
que Yave eligió, las dos las ha repu- suyo (1). 10 Todos los grandes y
diado y desprecian a mi pueblo todo el pueblo, que habían aceptado
;

por no ser ya a sus ojos un pueblo. este convenio, consintieron en liber-


25 Así dice Yave: Si no he hecho yo tar cada uno a sus esclavos y escla-
pacto con el día y con la noche, ni vas, y no retenerlos en la esclavitud;
he dado leyes a los cielos y a la tierra, consintieron y los libertaron; 11 pero
26 entonces repudiaré yo la descen-
se arrepintieron luego, y reclamaron
dencia de Jacob y de David, mi a los esclavos y esclavas que habían
siervo, y no tomaré de ella jefes para liberado, y los obligaron a ser de
la progenie de Abraham, de Isac y nuevo esclavos y esclavas. 12 Recibió,
de Jacob. pues, Jeremías palabra de Yave,
diciéndole:
13
Así dice Yave, Dios de Israel:
La suerte de Scdeeías. Yo hice con vuestros padres un pacto,
al tiempo que los saqué de Egipto,
1
Palabra de Yave, que recibió de la casa de la esclavitud, dicién-
Jeremías, mientras Nabucodo- 14
doles: Al llegar el año séptimo,
nosor, rey de Babilonia, con todo su cada uno dará libertad al hermano
ejército y todos los reinos de la tierra hebreo que se le haya vendido; te
sometidos a su dominación y todos sus servirá durante seis años, pero luego
pueblos, atacaba a Jerusalén y a le liberarás; mas vuestros padres no
todas sus ciudades. 2 Así dice Yave, me obedecieron, no me dieron oídos.
Dios de Israel: Ve a Sedecías, rey 16 Vosotros
hoy os habéis convertido,
de Judá, y dile: Así dice Yave: y habéis hecho bien a mis ojos, pro-
Mira que voy a entregar esta ciudad clamando la liberación de vuestros
a Nabucodonosor, que le pegará fuego; hermanos, y habéis hecho ese pacto
3
y tú no escaparás a sus manos, sino en mi presencia, en la casa en que
que serás hecho prisionero y le serás se invoca mi nombre: 16 luego os
entregado, y le verás con tus propios habéis vuelto atrás, habéis profa-
ojos y te hablará cara a cara, y serás nado mi nombre, y habéis vuelto a
llevado a Babel. 4 Oye, pues, ¡oh Se- retraer cada uno a sus siervos y
decías!, rey de Judá, lo que dice siervas que habíais liberado, redu-
Yave: Esto es lo que te dice a ti:
No
|

morirás a la espada; 5 morirás 1


(i) Los israelitas que no podían pagar sus
en paz, y como se quemaron perfu- deudas se vendían como esclavos a los aerreedo-
res, o les vendían a éstos sus hijos; pero esta es-
mes en los funerales de tus padres,
clavitud no era perpetua; había de cesar, según
los reyes que te han precedido, así
la ley, pasados seis años, estando los dueños
se quemarán también en los tuyos, obligados a dar libertad a estos siervos al añe
y se te harán lamentaciones: «]Ay, séptimo. (V. Ex. 21, a; Deut. 15, 12.)
672 JEREMÍAS, 35

ciéndolos de nuevo a la servidumbre de Recab (1), nuestro padre, nos


y haciéndolos vuestros esclavos y mandó: No bebáis vino jamás, ni
esclavas. 17 Por eso, así dice Yave: vosotros ni vuestros hijos, 7 ni cons-
Vosotros no me habéis escuchado, truyáis casas, ni hagáis siembras,
proclamando cada uno la libertad ni plantéis ni poseáis viñas; sino que
de su prójimo; pues yo os proclamo habitaréis en tiendas todo el tiempo
la liberación, palabra de Yave, para de vuestra vida, para que viváis
la espada, para la peste, para el muchos días sobre la tierra en la
hambre, y haré de vosotros el veja- que sois peregrinos. 8 Nosotros hemos
men de todos los reinos de la tierra. obedecido la voz de Jonadab, hijo
18
Y haré de los que han quebrantado de Recab, nuestro padre, en cuanto
mi pacto y no han guardado la nos mandó, de no beber vino en
palabra con que ante mí se ligaron, los días de nuestra vida, ni nosotros
como becerro partido por en medio, ni nuestras mujeres ni nuestros hijos
para pasar entre ambas partes. 19 Los ni nuestras hijas, 9 y de no edificar
grandes de Judá, los grandes de casas de habitación; y no tenemos
Jerusalén, los eunucos, los sacer- viñas ni campos de sembradura,
dotes y todo el pueblo de esta tierra, 10 sino que habitamos en tiendas,
pasarán por entre las partes del como nos lo mandó Jonadab, nues-
becerro; 20 y los entregaré en manos tro padre. 11 Pero cuando Nabuco-
de sus enemigos, en las manos de donosor, rey de Babel, subió a nues-
los que de muerte los persiguen; y tra tierra, nos dijimos: Vamos a refu-
sus cadáveres serán pasto de las giarnos en Jerusalén, para escapar
aves del cielo y de las bestias de la al ejército de los caldeos y al ejér-
tierra; 21 y a Sedéelas, rey de Judá, cito de Aram, y nos vinimos a habitar
y a sus príncipes, los entregaré en en Jerusalén.
manos de sus enemigos, en manos
de los que de muerte los persiguen,
en manos del ejército del rey de La intidelidad de los judíos.
Babel, que se ha retirado. 22 Yo les
daré la orden, palabra de Yave, y 12 Y dirigió Yave la palabra a
les haré volver a esta ciudad; y la Jeremías, diciendo: 13 Así dice Yave
combatirán, la tomarán y la incen- Sebaot, Dios de Israel: Ve, y diles a
diarán, y haré de las ciudades de los hombres de Judá y a los habi-
Judá un desierto, pues no habrá tantes de Jerusalén: ¿Ño aprenderéis
quien las habite. a obedecer mis palabras? Palabra
de Yave. 14 Las palabras de Jona-
dab, hijo de Recab, son obedecidas;
La fidelidad «le los recabitas a mandó a susbebido hijos no beber vino,
hasta hoy, cum-
sus leyes. y no lo han
pliendo el mandato de su padre; y
yo os he hablado tantas y tantas
1
Palabra que Jeremías recibió veces, y no me habéis obedecido.
de Yave en tiempo de Joaquim, 15 Os he enviado una y otra vez mis
hijo de Scdecías, rey de Judá: 2 Anda siervos, los profetas, para deciros:
y vete a la casa de los recabitas. Convertios de vuestros malos cami-
ITáblales y tráelos al templo, llévalos nos, enmendad vuestras obras, y no
a una de las cámaras, y dales a beber os vayáis tras los dioses ajenos para
vino. 3 Yo tomé a Jezonías, hijo de darles culto, y habitaréis la tierra
Jeremías, hijo de Habsanías, a sus que yo os he dado a vosotros y a
hermanos y a t,odos sus hijos, y a vuestros padres; pero no me habéis
toda la familia de los recabitas; 4 y dado oídos, no me habéis obedecido.
18 Los recabitas han obedecido lo
los introduje en el templo, en la
cámara de los hijos de Janán, hijo que les mandó su padre, pero este
de Jegdelías, hombre de Dios, que pueblo no me ha obedecido a mí.
está junto a la cámara de los grandes,
17 Por eso, así dice Yave Sebaot,
debajo de la de Maasías, hijo de Dios de Israel: Yo haré venir sobre
Selúm, el guarda del vestíbulo; 6
y Judá y sobre todos los habitantes
puse ante los recabitas copas y vasos de Jerusalén todos los males con
llenos de vino, diciéndoles: Bebed. que los he amenazado, pues les he
8 Pero ellos me contestaron: No
bebemos vino, pites Jonadab, hijo (i) V. II. R*g. io. 15 'iR> y I Par- a- 55-
JEREMÍAS, 36

hablado y no me han oído, los he de Yave, y se convierten cada uno


llamado y no me han respondido. de sus pésimos caminos, porque gran-
18 de es el furor y la indignación con
Pero a la casa de los recabitas
Ies dijo Jeremías: Esto dice Yave que amenaza Yave a este pueblo.
8
Sebaot, Dios de Israel: Por haber Hizo, pues, Baruc, hijo de Nerías,
obedecido el mandato de Jonadab, lo que había mandado Jeremías, y
vuestro padre, cumpliendo cuanto os leyó en el templo algo del volumen
mandó, 19 por eso, así dice Yave de las palabras de Yave.
Sebaot, Dios de Israel: No dejará de 9
Sucedió, pues, el año quinto de
haber siempre ante mi presencia un Joaquim, hijo de Josías, rey de Judá,
varón de la estirpe de Jonadab, hijo en el mes noveno, que se promulgó
de Recab, que me sirva. un ayuno a todo el pueblo de Jeru-
salén y a todos cuantos venían a
Jerusalén de las ciudades de Judá;
Lectura ante el pueblo y los gran- 10
y leyó Baruc del volumen de los
des del libro de las profecías sermones de Jeremías, en el templo,
de Jeremías. en la cámara de Gamarías, hijo de
Safan, escriba, en el vestíbulo supe-
3()
1
El año quinto de Joaquim, rior, a la entrada de la puerta nueva
hijo de Josías, rey de Judá, del Templo, oyendo todo el pueblo.
recibió Jeremías' palabra de Yave, 11 Y habiendo oído Miqueas, hijo
diciéndole: 2 Toma un volumen (1) de Gamarías, hijo de Safán, las pala-
y escribe en él todo cuanto yo te he bras de Yave, del libro, 12 bajó al
dicho contra Jerusalén y contra Judá palacio del rey, a la cámara del
y contra todas las gentes, desde el escriba donde se hallaban todos los
día en que te hablé en tiempo de grandes; Elisama, escriba; Dalaías,
Josías, hasta hoy; 3 a ver si oyendo hijo de Semeía, y Elnatán, hijo de
la casa de Judá todos los males que Ajobor, y Gamarías, hijo de Safán,
yo pienso traer sobre ella, se convierte y Sedecías, hijo de Ananías, y todos
cada uno de sus malísimos caminos, ios grandes; 13 y les comunicó Miqueas
y yo les perdonaré sus iniquidades y todo lo que había oído leer a Baruc
sus pecados. del volumen ante el pueblo.
4 14 Mandaron, pues, todos los gran-
Llamó, pues, Jeremías a Baruc,
hijo de Nerías, y escribió éste en des a Judí, hijo de Natanías, hijo
un volumen, dictándole Jeremías, de Selemías, hijo de Cusi, para decir
todas las palabras que Yave le había a Baruc: Ven, y trae el volumen en
dicho. 5 Y le dijo Jeremías a Baruc: Yo que has leído al pueblo. Tomó, pues,
estoy impedido de ir al templo (2); Baruc el volumen, y vino con él a
ellos, 15 que le dijeron: Siéntate y
8
vete, pues, tú, y en el libro que a mi
dictado has escrito, lee las palabras léenos eso a nosotros; y se lo leyó
de Yave, oyendo el pueblo en el Baruc. 16 Cuando oyeron, pues, todo
templo en un día de ayuno, y oyendo aquello, mostráronse unos a otros
todos los que vienen de todo Judá atónitos, y dijeron a Baruc: Tenemos
17
y de sus ciudades; 7 a ver si acaso que comunicar esto al rey; y le
sus oraciones llegan a la presencia dijeron:Indícanos cómo has escrito
tú todo esto. 18 Baruc les dijo: El
me dictaba, como si me leyese, y yo
(i) A la letra, «un rollo de libro». Esto signi-
fica también, por su etimología, la palabra «vo-
lo escribía con tinta en el volumen.
lumen»; un trozo mayor o menor de la materia
19
Y grandes a Baruc:
dijeron los
sobre que se escribía, que se arrollaba luego, y Ve y escóndete, y que se esconda
así se conservaba. La materia no era ya la pie- también Jeremías, sin que sepa nadie
dra, ni la tableta de barro, como antes, ni era dónde estáis.
todavía el pergamino, como después, sino hojas
de papiro provenientes principalmente de Egipto,
y que se unían unas a otras en la cantidad ne- Lectura ante el rey.
cesaria.
(a) Impedido, probablemente, por una pro-
hibición de la policía del templo de presentarse 20 Ellos se fueron al rey, al atrio,
en él, después del episodio que se cuenta en el dejando el volumen en la cámara
capítulo 36, cuando Jeremías estuvo a punto de
ser muerto por el pueblo. La opinión de que el
de Elisama, escriba, y dijeron al rey
impedimento fuera la prisión no parece proba- lo que pasaba. 21 Mandó el rey a
ble, pues entonces hubiera sido imposible que Judí que llevara el volumen, y éste
Jeremías se escondiera. V. 26. lo lomó de la cámara de Elisama,
674 JEREMÍAS, 37

escriba, y lo leyó en presencia del que quemó Joaquim, rey de Judá,


rey, en las habitaciones del rey, y en y se añadieron todavía otros muchos
presencia de todos los grandes que como aquéllos.
estaban junto a él. 22 Estaba el rey
en las habitaciones de invierno, era
el noveno mes (1), y tenía delante Consulta de Sederías y respuesta
de sí un brasero encendido; 23 y de Jeremías.
según iba leyendo Judí tres o cuatro
columnas del volumen, lo iba rasgan- 1
Reinó Sedéelas, hijo de Josfas,
do el rey con el cuchillo del escriba y '* ' en lugar de Jeconías, hijo de
lo arrojaba al fuego del brasero, hasta Joaquim. Fué Nabucodonosor, rey
que lo quemó todo. cíe Babel, quien le hizo rey de la
24 No temieron ni rasgaron sus tierra de Judá. 2 Y no obedecieron
vestiduras, ni el rey ni sus corte- él y sus siervos y el pueblo de la
sanos que oyeron todas aquellas tierra lo que había mandado Yave,
palabras. 25 Sin embargo, Elnatán, por medio de Jeremías, profeta; 3 y
Dalaías y Gamarías, rogaron al rey envió el rey Sedecías a Jucal, hijo
que no quemara el volumen, pero de Selemías, y a Sofonías, hijo de
ésteno los oyó; 26 y mandó el rey a Maasías, sacerdote, a Jeremías, pro-
Jeremiel, hijo de Amelec, y a Saraías, feta, diciéndole: Ruega por nosotros
hijo de Ezriel, y a Selemías, hijo a Yave, nuestro Dios. 4 Jeremías
de Abdul, que apresaran a Baruc, andaba libremente entre el pueblo,
escriba, y a Jeremías, profeta, pero pues todavía no le habían encar-
Yave los ocultó. celado. Salió entonces de Egipto el
27Después que el rey quemó ejército del Faraón; y al saber la
el volumen de los sermones de Jere- nueva los caldeos que asediaban a
mías, que había escrito Baruc al Jerusalén, se retiraron.
dictado de aquél, recibió Jeremías 5 Y recibió Jeremías palabra de
palabra de Yave, que le dijo: 28 Toma ¡Yave, diciéndole: 6 Así dice Yave,
de nuevo otro volumen, y escribe Dios de Israel: Decid al rey de Judá
en él todos los sermones anteriores 'que os ha mandado a preguntarme:
que había en el primero, que quemó ¡Ese ejército del Faraón que ha venido
Joaquim, rey de Judá; 28 y a Joa- en socorro vuestro, se habrá de volver
quim, rey de Judá, le dirás: Así dice a su tierra de Egipto; 7 y volverán
Yave: Túhas quemado aquel volumen, los caldeos a combatir esta ciudad,
diciendo: ¿Por qué has escrito eso, y la tomarán y la incendiarán. 8 Así
anunciando que vendrá el rey de dice Yave: No os engañéis a vosotros
Babel y devastará esta tierra, no mismos, diciéndoos: Se irán los caldeos
dejando en ella hombre ni jumento? y nos dejarán en paz; porque no
30 Pues así dice Yave contra
Joaquim, se irán. • Pero aunque destrozarais
rey de Judá: No tendrá descendiente a todo el ejército caldeo que lucha
que le suceda en el trono de David, contra vosotros, y no quedasen de
y su cadáver será arrojado al calor él más que algunos heridos, ésos
del día y al frío de la noche; 31 y le saldrían de sus tiendas y pegarían
pediré cuenta, a él y a su descenden- fuego a esta ciudad.
cia y a sus siervos, de sus iniqui-
dades, y traeré sobre ellos y sobre
los habitantes de Jerusalén y sobre encarcelamiento de Jeremías.
los hombres de Judá todos los males
que les he anunciado y ellos no han 10 Cuando se había retirado de
querido oír. Jerusalén el ejército caldeo, por la
32 Tomó,
pues. Jeremías otro volu- venida del ejército del Faraón, " salía
men, y se lo dio a Baruc, hijo de Jeremías de Jerusalén, para ir a
Nerías, escriba, el cual escribió de tierra de Benjamín, a hacer una
boca de Jeremías todos los sermones partición en medio de su pueblo;
12 pero al llegar a la puerta de Ben-

jamín, el jefe de la guardia, llamado


El mes noveno, según el cómputo babi-
(i)
Jerías, hijo de Selemías, hijo de
lónico,que es el seguido por Jeremías y Ezequiel,
comprendía los últimos días de noviembre y la Ananlas, apresó a Jeremías, diciendo:
mayor parte de los de diciembre, pues comen- Tú te vas a pasar a los caldeos.
zaba el año por el raes de Nisan. aproximada-
13 Jeremías respondió: Mentira, no
mente el de abril. voy a pasarme a los caldeos. Pero no
JEREMIAS, 38 675

escuchó Jerías a Jeremías, y arres- hijo del rey, que está en el vestíbulo
I

tándole; le condujo a los jefes, 14 que ¡de la cárcel, bajándole con cuerdas a
airados contra Jeremías, le hicieron la cisterna, en la que no había agua,
azotar y encerrar en la cárcel que pero sí lodo, y quedó Jeremías metido
había en la casa de Jonatán, escriba, en el lodo.
de la cual habían hecho prisión. 7
Oyó Abdemelec, etíope, eunuco
15 Y
entró Jeremías, y fué metido de la casa real, que habían metido
en una cisterna abovedada y estuvo a Jeremías en la cisterna. El rey
allí mucho tiempo. 16 Mandó a bus- estaba entonces en la puerta de Ben-
carle el rey Sedecías, y le preguntó jamín. 8 Salió Abdemelec del palacio,
en secreto, en el palacio: ¿Hay pala- y fué a decir al rey: 9 Señor, rey, han
bra de Yave? 17 Sí, la hay, contestó hecho mal esos hombres tratando así
Jeremías: Serás entregado en manos a Jeremías, profeta, metiéndole en
del rey de Babel. Y dijo Jeremías al la cisterna, para que muera allí de
rey Sedecías: ¿Qué pecado he come- hambre, pues no hay ya pan en la
tido yo contra ti, contra tus corte- ciudad.
sanos y contra tu pueblo, para que 10 Mandó
el rey a Abdemelec, el
me hayáis metido en la cárcel? etíope, diciéndole: Toma contigo tres
18
¿Dónde están ahora vuestros pro- hombres, y saca de la cisterna a
fetas, que os profetizaban diciendo: Jeremías, antes que muera. 11 To-
No vendrá el rey de Babel contra mando, pues, consigo Abdemelec los
vosotros y contra esta tierra? 19 Oye- hombres, se dirigió al ropero del
me, pues, ¡oh revi, mi señor, te lo palacio, y cogió de allí unos cuantos
ruego; acoge mi súplica y no me vestidos usados y ropas viejas, que
vuelvas a la prisión de la casa de con cuerdas hizo llegar a Jeremías
Jonatán, escriba, porque me moriré en la cisterna. 12
Y dijo Abdemelec
allí. a Jeremías: Ponte estos trapos y
20
Mandó, pues, el rey Sedecías ropas viejas debajo de los sobacos,
que fuese llevado al vestíbulo de la sobre las cuerdas; hízolo así Jeremías,
guardia, y se le diese cada día una
torta de pan de la calle de los hor-
neros, mientras no faltase del todo lltinio coloquio de Jeremías
el pan en la ciudad. Así quedó Jere- con el rey.
mías en el vestíbulo de la guardia.
13
y sacaron con las cuerdas a Jere-
mías de la cisterna; y quedó Jeremías
Jeremías, en peligro de muerte. en el vestíbulo de la cárcel.
14
El rey Sedecías mandó a buscar
1
38 0veron Sáfalas, hijo de Marán; a Jeremías, le hizo llevar a la ter-
Guedelías, hijo de Pasjur; Jucal, cera puerta del templo, y allí le dijo:
hijo de Selemías, y Pasjur, hijo de Voy a preguntarte una cosa; no me
Melquías, que Jeremías decía delante ociilles nada. 15 Dijo Jeremías a
de todo el pueblo: 2 Así dice Yave: Sedecías: Y si te la digo me harás
Todos cuantos se queden en esta matar, y si te doy un consejo no lo
ciudad morirán de espada, de hambre seguirás, ¿no es así? 16 Hizo, pues,
y de peste; el que huya a los caldeos en secreto el rey Sedecías a Jeremías
vivirá y tendrá la vida por botín. este juramento: Vive Yave, que nos
3
Así dice Yave: Con toda certeza ha dado la vida a nosotros, que no
esta ciudad caerá en manos del ejér- te daré muerte, y que no te entre-
cito del rey de Babel, que la tomará. garé a esos que de muerte te persiguen.
4
Y dijeron los grandes al rey: 17 Dijo entonces Jeremías a Sede-
Hay que matar a ese hombre, por- cías: Así dice Yave Sebaot, Dios de
que con eso hace flaquear las manos Israel: Si sales y vas a entregarte
de los guerreros que quedan en la a los generales del rey de Babel,
ciudad, y las de todo el pueblo, salvarás tu vida, y esta ciudad no
diciéndoles cosas tales. Ese hombre será dada a las llamas; te salvarás
no busca el bien de este pueblo, t ú y tu familia; 18 pero si no sales a
sino su mal. 6 Díjoles el rey Sede- ¡entregarte a los jefes del rey de Babel,
cías: En vuestras manos está, pues caerá esta ciudad en manos de los
no puede el rey nada contra vosotros. ¡caldeos, que la incendiarán, y tú no
' Cogieron, pues, a Jeremías,
y le escaparás a sus manos. 19 dijo el Y
metieron en la cisterna de Melquías, 'rey Sedecías a Jeremías: Temo que
JEREMÍAS, 39

me entreguen a los judíos que se han por la puerta de entre los dos muros,
pasado a los caldeos, y aquéllos me y se dirigieron hacia el Araba. 6 El
insulten. ejército de los caldeos los persiguió,
20 Contestóle Jeremías: No
te entre- y alcanzó a Sedecías en los llanos
garán. Oye lo que te digo de parte bajos de Jericó, llevándole preso a
de Yave, y te saldrá bien y vivirás. Nabucodonosor, rey de Babel, que
21
Ysi no quieres salir, mira lo que estaba en Ribla, en la tierra de Amat.
me ha mostrado Yave. 22
Todas las El rey de Babilonia pronunció contra
mujeres que han quedado en el él su sentencia. 6 Hizo matar en
palacio serán llevadas a los jefes de Ribla a los hijos de Sedecías, a la
los caldeos, y serán ellas las que te vista de éste; dió muerte a todos los
dirán: Te han engañado, te han nobles de Judá, 7 e hizo sacar los
abandonado tus mejores amigos: Cuan- ojos a Sedecías y le cargó de cadenas,
do se hundieron en el lodo tus pies, para llevarle a Babel. 8 Los caldeos
te han vuelto la espalda. 23 Ytodas prendieron fuego al palacio real y
tus mujeres y tus hijos serán llevados a las otras casas, y arrasaron las
a los caldeos, y no escaparás a sus murallas de Jerusalén. • El resto de
manos, sino que serás entregado al los habitantes que había quedado
rey de Babel, y harás que sea incen- en la ciudad, los huidos que se habían
diada esta ciudad. pasado a los caldeos, y todo el resto
24 Dijo, pues, el rey Sedecías a del pueblo, los deportó a Babel
Jeremías: Que nadie sepa nada de Nebusaradán, jefe de la guardia.
esto, y no morirás. 26 Si saben los
111
A los pobres del pueblo, que no
grandes que he hablado contigo, y tenían nada, los dejó Nebusaradán,
vienen a decirte: Cuéntanos lo que jefe de la guardia en la tierra de
has dicho al rey, no nos ocultes nada, Judá, y les dió viñas y campos de
si no te mataremos, y dinos lo que labor.
26 les respon-
el rey te ha dicho a ti;
derás: He suplicado al rey que no
me haga volver a la casa de Jonatán, Jeremías, en libertad.
pues moriría allí.
27 Vinieron, en efecto, los grandes

a Jeremías, y le preguntaron; y él 11 Nabucodonosor,


rey de Babel,
les dijo lo que el rey le había man- había dado orden a Nebusaradán,
dado decir, y le dejaron, pues nada jefe de su guardia, respecto de Jere-
se había sabido. 28 Quedó Jeremías mías, diciéndole: 12 Cógele y mira
en el vestíbulo de la guardia hasta por él, y no le hagas mal alguno,
el día en que fué tomada Jeru- haz con él según sus deseos. 13 Y
salén. Nebusaradán, jefe de la guardia,
Nebusasbán, jefe de los sarisim, Ner-
galsareser, jefe de los maguir, y todos
otros jefes del rey de Babel,
fuerte de Sedecías y del pueblo. los 14 mandaron sacar a Jeremías del
vestíbulo de la guardia, y se lo enco-
*>Q 1
Y sucedió que fué tomada mendaron a Godolfas, hijo «fe Aji-
-
Jerusalén. El año noveno de cam, hijo de Safán, para que le
Sedecías, rey de Judá, en el décimo llevase a su casa, y quedó habitando
mes, vino Nabucodonosor, rey de en medio del pueblo.
18 Jeremías había recibido palabra
Babel, con todo su ejército a Jeru-
salén, y la sitió; 8 y el año undécimo de Yave, mientras estaba preso en
de Sedecías, el cuarto mes, se abrió el vestíbulo de la guardia, diciéndole:
brecha; s y penetraron en la ciudad 18 Ve y di a Abdemelec, el etíope:
todos los jefes del rey de Babel, y Así dice Yave Sebaot, Dios de Israel:
ocuparon la puerta media: Nebusa- Yo cumpliré mis palabras sobre esta
radán, jefe de la guardia real; Nebu- ciudad, para su mal, no para bien:
sasbán, jefe de los sarisim; Nergal- esto sucederá a tus propios ojos un
sareser; jefe de los maguir, y todos día. 17 Entonces yo te libraré, pala-
los otros jefes del rey de Babel. bra de Yave, y no serás entregado
* Al verlos, Sedecías, rey de Judá, en manos de los hombres a quienes
y todos sus hombres de guerra, temes.
18
Yo te salvaré, y no caerás
huyeron, saliendo de noche de la a espada y será salva tu vida, porque
ciudad por el camino del jardín real, confiaste en mí. Palabra de Yave.
JEREMÍAS, 40, 41 677

Godolías, gobernador de la tierra. liabei habla dijado un lesto de


Judá, y que les había dado por
«jJQ
1
Palabra de Yave que recibió gobernador a Godolías, hijo de Aji-
Jeremías después que Nebu- cam, hijo de Safán, 12 volvieron de
saradán, jefe de la guardia, le dejó todas las regiones en que se habían
ir de Rama, donde le halló carga- dispersado, y vinieron a la tierra de
do de cadenas en medio de los Judá, a Godolías, en Masfat, y cogie-
cautivos de Jerusalén y de Judá, ron vino y mieses en gran abundancia.
13
que iban deportados a Babel. 2 El Pero vinieron a Godolías, en
jefe de la guardia real dijo a Jere- Masfat, Joanán, hijo de Carea, y
mías: Yave, tu Dios, había amena- todos los jefes del ejército que se
zado con males a este lugar; 3 y los habían dispersado por el campo,
14
lia traído sobre él, como lo anunció, y le dijeron: ¿Sabes que Baalis,
porque habéis pecado contra Yave y rey de los hijos de Ammón, ha man-
no habéis escuchado su voz; por eso dado a Ismael, hijo de Natanías,
os ha sucedido esto. 4 Mira, yo te para darte muerte? No lo creyó Go-
quito hoy las cadenas de las manos; dolías, hijo de Ajicam. 15 Y Joanán,
si quieres venir conmigo a Babel, hijo de Carea, llevó aparte a Godo-
ven, que yo miraré por ti; pero si te lías, y le dijo: Yo iré y mataré a
desagrada venir conmigo a Babel, Ismael, hijo de Natanías, sin que
déjalo; tienes la tierra toda a tu nadie lo sepa; no te mate él a ti, y se
disposición. 5 Si prefieres quedarte, dispersen todos los judíos que se han
vete a Godolías, hijo de Ajicam, hijo reunido en torno tuyo, y perezcan
de Safán, a quien ha hecho el rey los restos de Judá.
16
Y le contestó
gobernador de las ciudades de Judá, Godolías, hijo de Ajicam: No hagas
y habita con él en medio del pueblo, eso, pues lo que dices de Ismael es
o vete donde tú mejor quieras. Dióle falso.
también el jefe de la guardia provi-
siones, le hizo regalos y le despidió. Asesinato de Godolías.
6
Vino, pues, Jeremías a Godolías,
hijo de Ajicam, que residía en Masfat, 4^ 1
Y sucedió que en el último
y habitó con él en medio del pueblo mes vino Ismael, hijo de Nata-
que había quedado en la tierra. nías, hijo de Elisama, de sangre real,
7
Cuando los jefes de tropas que de los magnates de la corte, con otros
se habían dispersado por las varias diez, a Godolías, hijo de Ajicam,
regiones supieron, ellos y sus tropas, en Masfat, y comieron juntos en
que el rey de Babilonia había hecho Masfat. 2 Y se levantó Ismael, hijo
gobernador de la tierra a Godolías, de Natanías, y con él los diez que
hijo de Ajicam, encomendándole los la acompañaban, y con la espada
hombres, mujeres y niños y los dieron muerte a Godolías, hijo de
pobres de la tierra que no habían Ajicam, hijo de Safán, al que había
sido deportados a Babel, 8 vinieron puesto de gobernador de la tierra
3
a Godolías, en Masfat, Ismael, hijo de el rey de Babel; y mataron también
Natanías; Joanán, hijo de Jonatán, a muchos de los judíos que acompa-
hijo de Carea; Sareas, deTanjumet; los ñaban a Godolías en Masfat, y de
hijos de Esfi, de Netofa y Jezonías, los hombres de guerra caldeos que
hijo de un macatita, ellos y sus hom con él estaban.
bies; 9 y los conjuró Godolías, hijo de 4
Al segundo día de haber muerto
Ajicam, hijo de Safán, a ellos y a sus a Godolías, sin que nadie lo supiera
compañeros: «No temáis servir a los todavía, 5 vinieron unos hombres
caldeos, habitad en la tierra, servid al de Siquem, de Silo y de Samaría,
rey de Babel, y os reportará bien. ochenta en número, rasurada la barba,
10
Yo me quedo en Masfat, para reci- rasgadas las vestiduras e incisas las
bir las órdenes que de los caldeos nos carnes, que traían en sus manos
vengan; pero vosotros haced la vendi- oblaciones e incienso para ofrecerlos
mia, recoged las mieses y el aceite, y en el templo. 6 Salióles al encuentro
guardadlos, y quedaos en las ciudades Ismael, hijo de Natanías, de Masfat:
que habitáis. Iban llorando, y al llegar a ellos les
11
También todos los judíos que dijo: Venid a ver a Godolías, hijo
estaban en Moab, entre los hijos de de Ajicam. 7 Cuando estuvieron en
Ammón, en Idumea y en todas las medio de la ciudad, los mató Ismael
"Iras regiones, al oír que el rey de con los que le acompañaban, arro-
078 JEREMIAS, 42

jándolos a la cisterna. " Hubo entre chicos y grandes, se acercaron a Jere-


ellos que dijeron a Ismael: No
diez mías 2 y le dijeron: Acepta nuestro
nos mates, que tenemos en el campo ruego, y pide por nosotros a Yare,
escondida gran cantidad de trigo, tu Dios, por todos estos restos, pues
de cebada, de aceite y de miel. Dejó- de muchos hemos quedado pocos,
los, y no los mató con los demás. como tú ves. 3 Que Yave, tu Dios,
9
La cisterna en que arrojó Ismael nos dé a conocer el camino que de-
todos los cadáveres de los hombres a bemos seguir y lo que hemos de hacer.
4
quienes mató, es una gran cisterna El profeta Jeremías les dijo:
que hizo construir el rey Asa, cuando Os oigo, y pediré por vosotros a
se defendía de Basa, rey de Israel. Yave, vuestro Dios, según vuestros
Esta es la que llenó de cadáveres deseos. Todo cuanto me responda
Ismael, hijo de Natanías. 10 Llevóse Yave os lo comunicaré, sin ocultaros
consigo Ismael a todo el resto del nada. 5 Y ellos dijeron a Jeremías:
pueblo que se hallaba en Masía, Sea Yave contra nosotros testigo
al cual había dado Nebusaradán, verdadero y fiel, si no hiciéremos en
jefe de la guardia real, por goberna- todo según la palabra que Yave te
dor a Godolías, hijo de Ajicani; mande para nosotros. 6 Bueno o malo,
Ismael, hijo de Natanías, se los llevó seguiremos el mandato de Yave,
cautivos, y se encaminó hacia la nuestro Dios, a quien te enviamos,
tierra de los hijos de Ammón. para que nos suceda bien obedeciendo
11 la voz de Yave, nuestro Dios.
Joanán, hijo de Carea, y los
7
jefes de tropas que con él estaban, Pasados diez días recibió Jere-
supieron todo el mal que había hecho mías palabra de Yave; 8 y llamó a
Ismael, hijo de Natanías; 12 y to- Joanán, hijo de Carea, y a todos los
mando todos sus hombres, salieron en jefes de tropas que con él estaban,
persecución de Ismael, hijo de Nata- y a todo el pueblo, chicos y grandes:
nías, y le alcazaron cerca del gran • y les dijo: Así dice Yave, Dios de
lago de Gabaón. 13 Todo el pueblo Israel, a quien me habéis mandado
que estaba con Ismael se alegró para presentarle vuestros ruegos: 10 Si
al ver a Joanán, hijo de Carea, y los os quedáis tranquilos en esta tierra,
jefes de tropas que le acompañaban; yo os edificaré y no os destruiré, os
14
y todo el pueblo que Ismael llevaba plantaré y no os arrancaré, pues me
de Masfat, dió la vuelta, y se fué pesa ya del mal que os he hecho.
11 No os dé miedo el rey de Babel,
< on Joanán. 15 Ismael, hijo de Nata-
nías, con otros ocho huyó delante a quien teméis; no temáis de él,
de Joanán, y se refugió entre los dice Yave, pues yo estoy con vos-
hijos de Ammón. otros para salvaros y libraros de sus
16 Tomaron, pues, Joanán, hijo manos. 12 Yo os haré hallar gracia
de Carea, y todos los jefes de tropas ante él, y él os la hará y os dejará
que le acompañaban, a todo el resto en vuestra tierra. 13 Pero si decís:
del pueblo que Ismael, hijo de Nata- No queremos seguir en esta tierra,
nías, había llevado de Masfat, des- y no escucháis la voz de Yave,
pués de matar a (¡odolías, hijo de vuestro Dios, 14 diciendo: Nos iremos
Ajicam; hombres y mujeres, niños y a la tierra de Egipto, donde no vere-
eunucos que había traído de Gabaón, mos ya la guerra ni oiremos el sonido
17
y se volvieron, deteniéndose en de la trompeta, y no habrá falta de
el albergue de Camaún, cerca de pan, allí habitaremos; 16 entonces,
Betlem, para desde alli dirigirse a restos de Judá, escuchad la palabra
Egipto, 18 huyendo de los caldeos, de Yave;
a quienes temían, por haber matado Así dice Yave Sebaot, Dios de
Ismael, hijo de Natanías, a Godolías, Israel: Si volvéis vuestros ojos a
hijo de Ajicam, puesto por el rey Egipto, para iros allá y habitar en
16 la
de Babel como gobernador del país. él, espada que teméis os alcan-
zará sobre la tierra de Egipto, el
hambre que receláis os sobrevendrá
Consulta a Jeremías sobre la en Egipto y os hará morir allí.
17
Y
huida a Egipto. todos cuantos vuelvan el rostro hacia
Kgipto, para ir a habitar allí, morirán
42 1
Todos los jefes de las tropas, de espada, de hambre y de peste,
Joanán, hijo de Carea, Azarías, ni uno solo escapará tii se librará
hijo de Maasías, y todo el pueblo, del mal que yo haré venir sobre ellos;
JEREMÍAS, 43, 44 670

18 porque asi diceYave Sebaot, Dios ¡voz de Yave, y llegaron a Taf-


de Israel: Lo mismo que ha estallado nis.
mi cólera y mi furor contra los habi-
8
Y recibió Jeremías palabra de
tantes de nerusalén, asi estallará Yave en Tafnis, diciéndole: 9 Toma
mi furor contra vosotros, si os vais con tu mano unas piedras grandes,
a Egipto; y seréis objeto de execra- y mételas en el empedrado, junto a
ción, de horror, de maldición y de la puerta del Faraón en Tafnis, en
oprobio, y no veréis más a esta tierra. presencia de los judíos. 10 Y diles:
19 He aquí la palabra de Yave para Así dice Yave Sebaot, Dios de Israel:
vosotros, restos de Judá: No vayáis Yo mandaré a buscar a Nabucodo-
a Egipto. Sabed que yo os lo advierto nosor, rey de Babel, mi siervo, que
hoj solemnemente. asentará su trono sobre estas piedras
¿0 Os engañáis a vosotros mismos. que acabo de colocar, y extenderá
Me habéis mandado a Yave, nuestro sobre ellas su tapiz. 11 Vendrá y
Dios, diciéndome: Intercede por nos- batirá la tierra de Egipto; los que a
otros cerca de Yave, nuestro Dios: la muerte, a la muerte; los que al
Todo lo que diga Yave nuestro Dios cautiverio, al cautiverio; los que a la
comunícanoslo, y nosotros lo hare- espada, a la espada. 12 Y pegará fuego
mos. 21 Yo os lo hago saber hoy, y a los templos de Egipto, y los abra-
vosotros no escucháis la voz de Yave sará; y despiojará la tierra de Egipto,
vuestro Dios, lo que me ha encargado como despioja el pastor su zamarra,
deciros. 22 Sabed, pues, que certísi- y saldrá de aquí en paz. 13 Y romperá
m amenté moriréis de espada, de ham- los obeliscos de Heliópolis en Egipto,
bre y de peste, en el lugar a donde os y quemará los templos de Egipto.
queréis ir a habitar.

Idolatría y su castigo.
Huida a Ejjipto contra la voluntad
del proieta. 1
Palabras que dirigió Jeremías
44 a todos los judíos que habita-
1
Sucedió, pues, que cuando ban en tierra de Egipto, en Migdol,
4q Jeremías acabó de hablar a Tafnis, Memfis y en la región de
todo pueblo las palabras de Yave,
el Patros. 2 Así dice Yave Sebaot,
su Dios, todo cuanto Yave, su Dios ;
Dios de Israel: Vosotros habéis visto
2 Aza-
le había encargado decirles, todos los males que yo he traído
rías, hijo de Maasías; Joanán, hijo sobre Jerusalén y sobre todas las
de Carea, y todos los hombres sober- ciudades de Judá, desiertas hoy, sin
bios, dijeron a Jeremías: Es mentira que nadie las habite, 3 por las ini-
lo que dices: No te ha enviadoYave, quidades que cometieron, provo-
nuestro Dios, para decirnos: No va- cando mi ira y yéndose a sacrificar y
yáis a habitar en Egipto. 3 Es Baruc, a dar culto a los dioses ajenos, que
hijo de Nerías, que te incita contra no conocían ni ellos ni sus padres.
nosotros, para entregarnos a los cal- 4 Yo os mandé repetidamente a mis

deos, para que nos den muerte o nos siervos, los profetas, diciéndoos: No
deporten a Babel. hagáis esas abominaciones que de-
4 De este modo Joanán, hijo de testo. 5 Y
no obedecieron ni me dieron
Carea, todos los jefes y todo el pueblo, oídos, convirtiéndose de sus maldades
desoyeron la orden de Yave, de que- y dejando de ofrecer incienso a los
darse en la tierra de Judá. 5 Y Joanán, dioses ajenos. 8 Y
estalló mi cólera,
hijo de Carea, y todos los jefes de y se encendió mi furor sobre las ciu-
tropas, tomaron a los restos de Judá dades de Judá y en las plazas de
que habían vuelto de las regiones Jerusalén, convertidas en desierto y
todas en que se habían dispersado, devastación, como están hoy.
7
para habitar en la tierra de Judá; Ahora, pues, así dice Yave Se-
6 los hombres,
las mujeres, los niños, baot, Dios de Israel: ¿Por qué come-
las hijas del rey y todos cuantos téis contra vosotros mismos ese gran
Nebusaradán, jefe de la guardia real, mal, de hacer que perezcan hombres
había dejado con Godolías, hijo de y mujeres, niños y mamones, de en
Ajicam, hijo de Safán; y a Jeremías, medio de Judá, sin que quede resto
profeta, y a Baruc, hijo de Nerías; alguno de vosotros, 8 provocándome
7
y entraron en Egipto, desoyendo la con las obras de vuestras manos,
JEREMÍAS, 44

ofreciendo incienso a los dioses ajenos a la reina del cielo y la ofrecemos


en la tierra de Egipto, a que habéis libaciones, ¿es acaso sin nuestros
venido a habitar, y desaparezcáis y maridos como hacemos las tortas,
seáis maldición y oprobio de todas para ofrecérselas a su imagen y
las gentes? hacerle las libaciones?
9
¿Habéis por ventura olvidado las 20 Y dijo Jeremías a todo el pue-
iniquidades de vuestros padres, de blo, a los hombres y a las mujeres,
los reyes de Judá, de sus mujeres; a todos los que así le habían respon-
las vuestras y las de vuestras muje- dido: 21 |Qué! El incienso que en las
res, las cometidas en la tierra de ciudades de Judá y en las plazas de
Judá y en las calles de JerusalénT Jerusalén quemásteis vosotros, vues-
10 |No
se han arrepentido todavía tros padres y vuestros reyes, vuestros
hoyl No han tenido temor ni han magnates y todo el pueblo, ¿no lo
seguido la ley de Yave y mis pre- ha recordado Yave y no lo ha tenido
ceptos, los que os di a vosotros y a presente? 22 No podía ya soportar
vuestros padres. Yave la malicia de vuestras perver-
11 Por
tanto, así dice Yave Sebaot, sidades y vuestras abominaciones, y
Dios de Israel: Yo volveré a vosotros por eso vuestra tierra ha sido con-
mi rostro para mal, y exterminaré vertida en un desierto inhabitado,
a todo Judá; 12 y tomaré a los restos hecha horror y maldición, como está
de Judá que volvieron su rostro a hoy. 23 Por haber adorado a los ídolos,
Egipto para venir y habitar en él, pecando contra Yave, sin oír su voz
y perecerán todos en tierra de Egipto; ni seguir su ley, sus preceptos y sus
caerán por la espada, morirán de amonestaciones, por eso han venido
hambre, desde el más pequeño hasta sobre vosotros todos esos males que
el más grande; morirán de espada o hoy padecéis.
de hambre, y serán execración, asom- 24 Dijo, pues, Jeremías a todo el
bro, maldición y oprobio. 13 Yo pueblo y a todas las mujeres: Oíd
ajustaré cuentas a los que habitan la palabra de Yave, todos los de
en tierra de Egipto, como se las Judá que habitáis en tierra de Egipto:
ajusté a los de Jerusalén, por la 26 Así dice Yave Sebaot, Dios de

espada, por el hambre y por la peste. Israel: Vosotros y vuestras mujeres


14
No habrá fugitivos ni supervi- lo decís con vuestra boca, y lo haréis
vientes de los restos de Juád venidos con vuestras manos; decís: Cumpli-
a habitar en Egipto, que vuelvan a remos los votos que hemos hecho
la tierra de Judá, objeto de las ansias de quemar incienso a la reina del
de su alma, a la que querrían volver cielo y ofrecerle libaciones. Cierta-
para habitar, si no es algún fugitivo. mente los cumpliréis; ciertamente los
14
Entonces todos los hombres, pondréis por obra.
sabedores de (pie sus mujeres ofre- 28 Oíd, pues, la palabra de Yave,
cían incienso a los dioses ajenos, y todos los de Judá que habitáis en
todas las mujeres, reunidas en gran Egipto: Yo me juro por mi gran
asamblea, y todos los del pueblo nombre, palabra de Yave, que no
que habitaban en Egipto, en la región será ya más pronunciado mi nombre
de Patros, respondieron a Jeremías: por boca de ningún hombre de Judá,
16
No te escucharemos en lo que nos diciendo: [Vive Yavel, en toda la
dices en nombre de Yave, 17 sino que tierra de Egipto, 27 Yo velare sobre
persistiremos en hacer todo cuanto ellos para mal, no para bien, y todos
nos venga en boca, quemando in- los varones de Judá que habitan en
cienso a la reina del cielo y ofre- tierra de Egipto serán consumidos
ciendo libaciones) como antes hemos por espada y por el hambre, hasta
la
hecho e hicieron nuestros padres, que perezcan del todo; 28 y los que
nuestros reyes y nuestros magnates, escapen a la espada, volverán de la
en las ciudades de Judá y en las tierra de Egipto a la tierra de Judá
plazas de Jerusalén, viéndonos enton- muy pocos en número; y los restos de
ces hartos de pan y felices, sin expe- Judá que han entrado en tierra de
rimentar la desdicha; 18 mientras Egipto sabrán qué palabra es la que
18 Y
desde que dejamos de quemar in- se cumple, si la mía o la suya.
cienso a la reina del cielo y ofrecerle he aquí la señal, palabra de Yave, de
libaciones, carecemos de todo y nos que yo os pediré cuentas en este
consume la espada y el hambre. lugar v de que se realizará mi palabra
IB
Y si nosotros quemamos inofenso contra vosotros para vuestro mal,
JEREMÍAS, 45, 46 «81

3U
Así Yaye: Yo entregaré al
dice llería. Avancenlos carros. Marchad,
Faraón Hofra, rey de Egipto, en valientes. Cus y Put, el escudo al
manos de sus enemigos, en manos brazo; Ludim y Naftuim, los que
de los que de muerte le persiguen, empuñan y pisan el arco. 10 Pero es
como entregué a Sedecías, rey de el día de Yave, Dios de los ejércitos,
Judá, en manos de Nabucodonosor, día de venganza contra sus enemi-
rey de Babel, su enemigo, que de gos. La espada devorará, se hartará,
muerte le perseguía. se saciará de su sangre. Día de gran
sacrificio a Yave. Dios de los ejér-
citos, en tierras del norte, junto al
Palabras del ¡señor a üarue. río Eufrates.
11
Sube a Galad en busca de bál-
AK 1
Palabras que dijo Jeremías, samo, virgen hija de Egipto. En
profeta, a Baruc, hijo de Nerías, vano multiplicarás los remedios, no
cuando escribía estas cosas en un hay cura para ti. 12 Oyeron las gentes
volumen al dictado de Jeremías, el tu ignominia, y tus alaridos llenaron
año cuarto de Joaquim, hijo de Josías, la tierra. Tropezó el fuerte con el
rey de Judá. 2 Así dice Yave, Dios de fuerte, y ambos juntamente cayeron.
Israel, a ti, Baruc: 3 Tú dices: ¡Ay 13
Palabras que dijo Yave a Jere-
mísero de mí, que Yave no hace más mías, profeta, sobre la venida de
que añadir dolor a mi dolor! Me Nabucodonosor, rey de Babel, a
canso de gemir y no hallo reposo. Egipto, para batirlo: 14 Anunciadlo
4
Así dice Yave: Dile esto: He aquí al Egipto, publicadlo en Migdol, pro-
que lo que yo había edificado lo paladlo en Memfis y Tafnis; decid:
destruyo, lo que había plantado lo ¡Arriba, preparaos!, porque la espada
arranco. 5 ¡Y tú pides para ti grandes va a devorarlo todo en torno vuestro.
cosas! No las pidas, pues mientras 15 ¿Cómo huye
Apis? Tu toro ha sido
yo hago venir males sobre toda carne, abatido, porque Yave lo derribó.
te dejo a ti salva la vida donde quiera 16 Dícense unos
a otros: ¡Ea! Vol-
que vas. vámonos a nuestros pueblos, a la
tierra en que nacimos, ante la espada
destructora.
Contra el Egipto. 17
Al Faraón, rey de Egipto,
llamadle «ruido a destiempo ». 18 Vivo
Palabras de Yave a Jeremías
1
yo, dice el rey, Yave Sebaot es su
^Afau contra las gentes; 2 a Egipto, nombre.. Como el Tabor entre los
contra el ejército del Faraón Necao, montes y el Carmelo junto al mar,
rey de Egipto, que estaba en Car- así de fijo vendrá. 19 Lía el hato,
camis, junto al río Eufrates, al que hija de Egipto, pues Memfis se con-
derrotó Nabucodonosor, rey de Babel, vertirá en un desierto devastado e
el cuarto año de Joaquim, hijo de inhabitado. 20 Es el Egipto una her-
Josías, rey de Judá. mosa novilla; del norte ha venido el
3
Preparad escudo y broquel, mar- tábano a picarla.
chad a la guerra, aparejad los caba- 21 Sus
mercenarios eran como toros
llos. 4 A montar, caballeros; el casco cebados; pero también ellos volvieron
en la cabeza, limpiad las lanzas, ceñid la espalda, huyeron todos, y no resis-
la loriga. tieron cuando les llegó el. día de la
5
¿Qué veo? Vacilan, vuelven la destrucción, el día del castigo. 22 Su
espalda. Muertos los más valientes, voz es como silbido de serpiente en
huyen veloces, sin mirar atrás. Terror fuga, pues vienen con gran poderío,
por doquier. Palabra de Yave. y los atacan con sus hachas, como
6 No
escapará el más veloz, no se leñadores de la selva. 23 Arrasan
librará el más fuerte. Al norte, a su bosque, palabra de Yave, pues
orillas del Eufrates, cayeron derro- son innumerables, más que las lan-
tados. gostas; no pueden contarse. 24 Ha
7
¿Quién es ése que avanza como sido confundida la hija de Egipto,
un cuyas aguas rugen como to-
río, entregada en manos del pueblo del
rrente? 8 Es Egipto, que sube como norte.
el Nilo, cuyas aguas rugen como 25 Dice Yave Sebaot, Dios de Israel:
torrente, que dice: Inundaré la Yo voy a castigar a Anión de No,
tierra, devastaré las ciudades con y al Faraón que en él confía. 26 Y
tus moradores. 9 Adelante la caba- los entregaré enmanos de los que
JEREMÍAS, 47, 48

los persiguen de muerte, en manos bién tú, Dimón, sucumbirás. La


de Nabucodonosor, rey de Babel, y espada se vuelve contra ti.
en manos de sus subditos, y después * Oíd: Gritos en Horonaím. Devas-
de esto el Egipto volverá a ser habi- tación, ruina inmensa. 4 Moab está
tado como antes. Palabra de Yave. destrozado. Los alaridos se oyen hasta
27
Pero tú, siervo mío, Jacob, no en Segor. 6 Por la subida de Luit
temas; no temas, Israel. Yo te liber- suben llantos, por la bajada de Horo-
taré en la tierra lejana, y libraré a naím bajan gritos de angustia. 6 Huid,
tu descendencia del país del destierro, salvaos, corred como onagros. 7 Por
y Jacob volverá a vivir tranquilo, haber puesto tu confianza en tus
seguro y sin temor. 28 No temas, no, fortalezas y en tus tesoros, también
siervo mío, Jacob, palabra de Yave, tú serás tomada. Irá Camos al des-
que yo estoy contigo, y destruiré a tierro, y con él sus sacerdotes y sus
todos los pueblos en que te he dis- magnates. 8 Entrará el conquistador
persado; pero a ti no te destruiré', en todas las ciudades, ninguna se
sino que te castigaré según merezcas; salvará. El valle será arrasado, el
no te dejaré impune. llano devastado, como lo ha dicho
Yave. 9 Alzad a Moab un sepulcro,
pues ha sido enteramente destruido.
Contra los filisteos. Sus ciudades se convertirán en de-
sierto, sin que haya quien las habite.
10 ¡Maldito el que ejecute negligen-
4 .
1
Palabra que dirigió Yave a
temente la obra de Yave, maldito
Jeremías sobre los filisteos,
quien retraiga la espada de la sangre!
antes que el Faraón tomara a Gaza. 11 Tranquilo estuvo Moab desde su
2 Así dice Yave:
adolescencia; reposado sobre sus he-
Mirad, las aguas suben del norte,
ces, no había sido trasegado de tinaja
son como torrente desbordado; inun-
en tinaja, llevado al destierro. Por
dan la tierra en toda su amplitud,
eso conservó su gusto y, no se disipó
la ciudad y sus moradores. Lanzan
su aroma; 12 pero ahora viene tiempo,
gritos los nombres, y claman todos
3 dice Yave, en que yo le mandaré
los habitantes de la tierra, al estré-
trasegadores que le trasegarán, que
pito del galopar de sus caballos, al
vaciarán las tinajas y las romperán.
estruendo de los carros, al retumbar 13 Y será confundido Moab por Camos,
de sus ruedas. Los padres no cuidan
como lo fué la casa de Israel por
de sus hijos, cáenseles los brazos.
4 Es que llega el día, el día de la Betel, su esperanza. 14 ¿Cómo decíais:
ruina de los filisteos; de arrancar a
Somos valientes, hombres fuertes para
15 El devastador de Moab
la lucha?
Tiro y a Sidón cuantos aliados les
sube contra él, la flor de su juventud
quedan todavía. Es Yave que des-
baja para la matanza. Palabra del
truye a los filisteos, a los retoños
Rey, Yave Sebaot su nombre.
de las islas de Caftor. 6 Gaza se ha 18 Ya se acerca la ruina de Moab,
rasurado la cabeza, Ascalón está des- 17
su mal corre velozmente. Lloradle
greñada, los retoños de Enac se
todos sus vecinos, todos los que por
hieren sin piedad. Decid: ¿Cómo
su fama le conocéis.
6
¡Oh espada de Yavel ¿Hasta cetro poderoso,
así ha sido roto el
cuándo no querrás cesar T Vuelve a la
7
¿Cómo va el báculo glorioso? 18 Desciende de
vaina, descansa, reposa.
tu magnificencia y siéntate en el
a cesar, si es Yave quien lamanda?
cieno, hija de Dibón, que ya sube
Contra Ascalón y contra la región
contra ti el devastador de Moab,
marítima la mandó.
que arrasará tus fortalezas. 19 Sal
al camino y atalaya, habitante de
Aroer; pregunta a los huidos, a los
Contra Moab. que se han salvado, ¿qué pasó?
20 Avergonzado está Moab; ha sido

4tt 1
Así dice Yave Sebaot, Dios de derrotado. Clamad, gritad, anun-
Israel: ¡Ay de Nebol Está devas- ciadlo en el Arnón: Moab ha sido
21 Se ha cumplido el cas-
tada. Confundida y conquistada está devastado.
Cari ata tor¡ 2 confundida y conster- tigo contra los moradores del Helón,
nada fisga; huyó la gloria de Moab. contra Jasa, contra Mefat 22 y contra
En Hcsebón se trama su mal: [Eal, Dibón, contra Nebo, contra Betai-
borrémosla de entre los pueblos. Tam- blataím; 23 contra Cariataím, contra
JEREMÍAS, 49 683

Betgamul, contra Betmaón, 24 contra Moab sus alas. 41 Sus ciudades serán
Cariot, contra Bosra, contra todas tomadas, asaltadas sus fortalezas; y
las ciudades de Moab, cercanas y entonces el corazón de los guerreros
lejanas. 25 El poder de Moab ha sido de Moab será como el de mujer en
abatido, roto ha sido su brazo. parto. 42 Y dejará Moab de ser una
Palabra de Yave. nación, por haberse alzado contra
26 Emborrachadle, pues se alzó Yave.
43 Terror, hoya
contra Yave; que vomite, y sea tam- y red contra vos-
bién el objeto de burla. 27 ¿No te otros, moradores de Moab, palabra
44 El que escape al terror,
burlabas de Israel, como de ladrón de Yave.
cogido, y hablabas de él moviendo caerá en la hoya; el que se libre de
burlonamente la cabeza? 28 Abando- la hoya, será cogido en la red. Yo
nad vuestras ciudades, habitantes de haré venir todo esto contra Moab,
Moab, y refugiaros en las cuevas. el día de su castigo. Palabra de
Sed como la paloma bravia, que Yave. 46 Se detienen a la sombra
anida en los agujeros de las rocas. de Hesebón, extenuados por la fuga.
29 Pero suben de Hesebón las llamas,
Conocida es la soberbia de Moab,
el soberbio; su orgullo, su altanería, sale el fuego de los palacios de Sijor,
su arrogancia, la altivez de su corazón. que devora las sienes de Moab, la
30 Yo conozco coronilla de los jactanciosos.
bien su jactancia, pala-
46 ¡Ay de ti, Moabl Acabaste,
bra de Yave, sus vanas bravatas,
sus fútiles obras. 31 Por eso gimo por pueblo de Camos. Tus hijos y tus
Moab, me lamento por Moab todo, hijas son llevados cautivos. Pero al
y lloro a las gentes de Quirheres. fin de los días yo haré volver a los
32
Lloro contigo más que Jazer por cautivos de Moab. Palabra de Yave.
la vida de Sabama. Tus ramas atra- Hasta aquí el juicio de Moab.
vesaron el mar y se extendieron
hasta Jazer. Sobre tu cosecha y tu
vendimia se arrojó el devastador. Contra Axtunón.
33Huyeron de los vergeles de Moab 1 A los hijos de Ammón, así
el regocijo y la alegría. Yo he vaciado » "
dice Yave: ¿Por
ventura no
el vino tus tinajas, no pisará
de tiene hijos Israel ? ¿No tiene heredero ?
ya más el lagarero. No serán ya ¿Por qué, pues, Melcom ha heredado
cantos los cantos del lagar. 34 Los a Gad y ocupa sus ciudades? 2 Por
alaridos llegan de Hesebón, llegan eso viene tiempo, palabra de Yave
hasta Eleale. Se extiende su rumor en que yo haré oír a Rabatamón los
hasta Jasa, desde Segor hasta Horo- gritos de guerra. Quedará convertido
naím y Eglatselisa. Sí, aun los rega- en un montón de ruinas, sus ciudades
díos de Nimri se secarán. serán quemadas. Y poseerá Israel lo
35 Yo haré desaparecer
de Moab, de sus poseedores. Palabra de Yave.
palabra de Yave, a los que suben a 3
¡Grita, Hesebón Ha sido devas- 1

sus alturas a ofrecer incienso a sus tada Hai. Gritad, hijas de Rabat
dioses. 36 Por eso mi corazón suspira ceñios cilicios, llorad, corred de uno
como una fronda por Moab; por las a otro lado por los apriscos, porque
gentes de Quirheres suspira como Melcom será llevado cautivo, y con
una flauta, por la pérdida de cuantos él sus sacerdotes y sus magnates.
bienes habían adquirido. 4
¿Por qué te glorias de tus valles?
87
Toda cabeza ha sido rapada, toda Muy fértiles son, hija rebelde, y
barba rasurada. Hay cilicios en todas confías en tu riqueza, y dices: ¿Quién
las manos y sacos en todas las espal-
vendrá contra mí? 5 Yo traeré sobre
das. 38 Sobre todos los terrados de ti el terror de cuantos te rodean,
Moab y en todas sus plazas hay palabra de Yave, y os dispersaréis
llantos, porque he roto a Moab, como
cada uno por su lado, y no habrá
se rompe un cacharro enojoso. Pala-
bra de Yave.
quien reúna a los huidos. 6 después Y
39 ¿Cómo de esto yo haré volver la cautividad
volvió Moab lleno de de los hijos de Ammón. Palabra de
espanto las espaldas, gritando? ¿Cómo Yave.
dió al yugo la cerviz vergonzosa-
mente? Es objeto de burla y de
irrisión para cuantos le rodean. 40 Por
Contra Edom.
eso dice Yave: Sí, viene volando 7
A Edom,
así dice Yave Sebaot:
como el águila, y extiende sobre |
¿No hay sabiduría en Temán? ¿Huyó
íiS4 JEREMÍAS, 49

guerreros será entonces como el cora-


de sus hijos el consejo? 8 ¿Se ha des-
vanecido su prudencia? Huid, vol zón de mujer en parto.
ved las espaldas, buscad refugios pr^
fundos, habitantes de Dedán, porque Contra Damasco.
se acerca la ruina de Esaú, el
tiempo
23 Contra Damasco: Amat y Arfad
de su castigo. Cuando vengan contra
9

ti los viñadores, no te
dejarán un están cubiertas de vergüenza. Les ha
racimo. Cuando de noche te asalten llegado una mala nueva, se contur-
los ladrones, se llevarán
cuanto les baron, v se agitan como se agita el
convenga. 10 Soy yo quien despoja mar, y no hallan descanso.
a Esaú, vo descubriré sus
escondites, *4 Damasco, acobardada, se dis-
no podrá ocultarse. Su pueblo sera pone a la fuga; es presa del terror,
destruido, sus hermanos y sus vecinos siente angustias v dolores como
de
dejarán de ser. parturienta. 25 ¿Cómo ha quedado
11 Deja a tus huérfanos, que yo los desierta la ciudad gloriosa, la ciudad
26 Por eso caerá en sus
haré vivir, que cuenten conmigo tus de la alegría?
viudas. 12 Porque así dice ^
ave: plazas su juventud, y todos sus hom-
aquel
Los que no hubieran debido beber el bres de guerra perecerán en 17
cáliz, han tenido que beberto, ¿y
vas día. Palabra de Yave Sebaot. xo
quedaras, pegaré fuego a los muros de Damasco,
a quedar tú impune? No
no, lo beberás.
13 Porque he jurado
que consumirá los palacios de Be-
por mí mismo, palabra de Yavej nadad.
soledad, objeto de horror y de opro-
ruinas Contra los árabes.
bio será Bosra, y sus ciudades
por siempre. . .

14 He recibido de Yave una noticia, 28 Contra Cedar y el reino de Jasor,


de
ha sido enviado un heraldo por los que dcstruvó Nabucodonosor, rey
pueblos: Reunios v marchad contra Babel, así dice Yave: Levantaos,
él, alzaos para hacerle la guerra. marchad contra Cedar29 y devastad a
15 Yo te haré pequeño entre los pue-
16
los hijos del oriente. Y se apode-
blos, desprecio de los hombres.
Te rarán de sus tiendas v de sus ganados,
utensilios,
ha engañado tu arrogancia, la alta- de sus tapices, de todos sus
nería de tu corazón. Habitas en los de sus camellos, y esparcirán
el

huecos de las rocas, y escalas las terror en torno suyo.


crestas de los montes. Aunque pongas 30 Huid, escapad a toda prisa,
tan alto como el águila tu nido, de buscad escondidos refugios, habi-
Palabra de Yave. tantes de Jasor. Palabra de
Yave.
allí te haré bajar.
17 Edom vendrá a ser objeto de Porque Nabucodonosor, rey de Babel,
pla-
horror, el viandante se quedará estu- ha trazado contra vosotros sus
contra
pefacto. Y contemplará sus ruinas nes y está haciendo proyectos
18 Destruido
silbando burlonamcnte. vosotros.
como Sodoma y Gomorra, con sus 31 Alzaos, marchad contra una
ciudades vecinas, dice Yave. No habrá «ente tranquila v confiada,
palabra
quien la habite, ni hijo de hombre de Yave, que no tiene puertas
ni
19 Como un león subirá 32 berán
que la cultive. cerrojos y habita aislada.
sus
desde los boscajes del Jordán a los el botín sus camellos y la presa
pastos siempre verdes. En un mo ganados. Yo dispersaré a todos
los
de
mentó los arrojaré de ellos, y esta vientos a esos sienes rapadas, y.
sobre
bleceré allí a quien me plazca. ¿Pues todos sus confines haré venir
Yave.
quién como vo? ¿Quién podrá po- ellos la ruina. Palabra de
nerme plazos? ¿Quién es el pastor 33 Y se convertirá Jasor en guarida
de dragones, v quedará por siempre
que me hará frente?
30 Oíd, pues, los designios de "S ave- desierta. No morará en ella
nadie,
contra Edom, los planes que traza li la habitará hijo de
hombre.
contra Temán. En verdad que serán
conducidos por lo más ruin del re- Contra Elam.
baño, v a su vista se espantarán sus
21 Temblará la tierra al
pastizales.
sus 31 Palabra de Yave a Jeremías
fragor de su ruina, y se oirán
22 Como [profeta, acerca de Elam, que le fui
alaridos en el mar Rojo.
dirigida al comienzo del reinado
il<

águila subirá, volará, y extenderá sus


sus Sedéelas, rey de Juila:
alas sobre Bosra; v el corazón de
JEREMIAS, 60 685

35 Así dice Yave Sebaot: Yo rom- 8


Huid del recinto de Babel, de la
peré el arco de Elam, el fundamento tierra de los caldeos. Sed como cabes-
de su fuerza. 36 Yo desencadenaré tros a la cabeza del ganado, 9 porque
contra Elam los cuatro vientos de voy a suscitar y a lanzar contra Babel
los cuatro confines del cielo. A todos un gran conglomerado de muchas
estos vientos los dispersaré, y no gentes del norte, que la asediarán y
habrá nación que no vea llegar a la tomarán. Sus saetas, como de gue-
ella a los fugitivos de Elam. 37 Yo rreros adiestrados, no errarán el
haré temblar a Elam, ante sus ene- blanco. 10 Y
será dada la Caldea al
migos, ante los que buscan su vida. pillaje, y se hartarán los conquista-
Yo haré venir sobre ellos el mal, el dores de sus despojos. Palabra de
furor de mi cólera. Palabra de Yave. Yave.
Yo mandaré en su persecución la 11 Alegraos ahora, regocijaos, des-

espada hasta destruirlos. 38 Yo pondré pojadores de mi heredad. Saltad como


mi trono sobre Elam, y haré perecer novilla sobre la hierba, relinchad como
al rey y a sus grandes. Palabra de sementales. 12 Grande será la confu-
Yave. 39 Pero al fin de los días sión de vuestra madre, grande la
haré volver a los cautivos de Elam. vergüenza de la que os engendró.
Palabra de Yave. Será la última de las naciones, un
desierto, soledad, sequedad. 13 La
ira de Yave la dejará deshabitada,
Contra Babel. la convertirá en soledad; cuantos
pasen por Babel se espantarán, y sil-
1
#)0 Palabras que dirigió Yave a barán contra ella su total destrucción.
Jeremías, profeta, acerca de 14 Aprestaos contra Babel
y sus
Babel y de la tierra de los caldeos: contornos cuantos tendéis el arco.
2 Anunciadlo
a las gentes, pregonadlo, Combatidla, no escatiméis las saetas,
alzad bandera, publicadlo, no lo ca- porque pecó contra Yave. 16 Lanzad
lléis: Cayó Babel, lleno de vergüenza de todas partes contra ella el grito
está Bel, vencido está Marduc, con- de guerra; en todas partes se rinde.
fundidos sus ídolos, abatidos sus Cayeron sus torres, han sido arrasa-
dioses (1). dos sus muros. Es la venganza de
3
Del septentrión avanza contra Yave. Véngaos de ellos, haced con
ella un pueblo que hará de su tierra ella lo que ella hizo (1). 16 Disper-
soledad en que no habitará nadie; sad de Babel a los sembradores y a
hombres y ganados huyeron, des- los que siegan al tiempo de la cosecha.
aparecieron. 4 Entonces, en aquellos Ante la espada devastadora, cada
días, vendrán los hijos de Israel, y .uno se volverá a su pueblo, cada
con ellos los hijos de Judá. Seguirán uno huirá a su tierra.
su camino llorando, y buscarán a 17
Israel es un rebaño disperso,
Yave, su Dios. 5 Preguntarán por el leones le dispersaron. Primero le
camino de Sión, y se volverán hacia devoró el rey de Asur; luego Nabuco-
ella sus rostros: «Vamos y liguémonos donosor, rey de Babel, le rompió
con Yave, con pacto eterno que no los huesos. 18 Por eso, así dice Yave
se olvide jamás. » Sebaot, Dios de Israel: Yo castigaré
8
Rebaño descarriado ha venido al rey de Babel, y su tierra como
a ser mi pueblo. Sus pastores le en- castigué al rey de Asur. 19 Y
traeré a
gañaron, y le hicieron vagar por los Israel a sus pastizales, y se apacen-
montes. Anduvieron de monte en tará en el Carmelo y en Basán, y se
collado, se olvidaron del aprisco. saciará en el monte de Efraím y en
7
Cuantos los hallaron Jos devoraban, Galad. 20 Entonces, en aquellos días,
y se decían sus enemigos. No hay se buscará la iniquidad de Israel y
delito en ello, porque han pecado no se hallará, el pecado de Judá y
contra Yave, sede de la justicia. no parecerá, porque yo seré propicio
Contra Yave, firme esperanza de sus a los que queden.
padres. 21 Sube, ¡oh espada!, contra la
tierra de Merotaím, y contra los habi-
(i) Bel era eldios nacional de la antigua Nip-
tantes de Pecod. Espada, acuchilla
puar; Marduc, el de la antigua Babel. Cuando
ésta logró la hegemonía política, Marduc vino
a ser el principal dios tutelar de Babilonia, y Bel (i) Es el logro del anhelo expresado por e
fué llamado Bel-Marduc. y así Jeremías les llama autor del Sal. 137, «dichoso quien te dé tu pago,
Bel y Marduc. el que a nosotros nos diste tú».
686 JEREMÍAS, 51

y mata tras ellos, palabra de Yave, todo el pueblo, contra sus habitan-
y haz cuanto yo te he mandado. tes, que se harán como mujeres,
22 Estruendo de guerra en la tierra,
j
Espada contra sus tesoros, que serán
inmensa ruina. 23 ¿Cómo has sido saqueados. 38 Espada contra sus
roto en pedazos, martillo de toda la aguas, que se secarán, porque es
tierra? ¿Cómo has venido a ser tierra de .ídolos y se vuelven locos
Babel, horror de las gentes? 24 Soy con sus terrizos. 39 Por eso se con-
yo quien te ha tendido la red, y sin vertirá en cubil de dragones y cha-
darte cuenta quedaste presa en ella. cales, en morada de avestruces no Y
No lo dudes. Babel; estas cogida, has será más habitada y poblada por
sido apresada, porque provocaste a siglos, ni reedificada por genera-
Yave. 26 Yave abrió sus arsenales, ciones y generaciones. 40 Como des-
ha sacado las armas de su cólera. truyó Yave a Sodoma y a Gomorra y
Porque tenía un quehacer Yave Se- las ciudades vecinas, no habitará
baot en la tierra de los caldeos. hombre en ella, ni morará en ella
26 Venid de los últimos confines contra hijo de hombre.
41 Ya
viene del norte un pueblo,
ella, abrid sus graneros, haced de
ella montones como de gavillas, y un pueblo grande con muchos reyes.
destruid, que no quede nada. 27 Matad Se alza desde los confines de la tierra.
todos sus toros, que vayan al mata- 42 Empuñan el arco
y el venablo,
dero. jAy de ellos! Les llegó su día, , son crueles y sin piedad. Su estré-
el día de su castigo. pito es como el mugido del mar;
28 Rumor
de tumulto de los fugi- montan caballos, vienen con todos
tivos, de los que escapan de la tierra los pertrechos de guerra contra ti,
de Babel. Anunciad en Sión la ven- hija de Babel. 43 El rey de Babel ha
|

ganza de Yave, nuestro Dios, la recibido la noticia, se le han caído


venganza de su templo. 29 Convocad los brazos, es presa de la angustia
contra Babel a cuantos tienden el y de dolores como mujer en parto.
arco; cercadla, que no escape nadie, 44 Vedle, se lanza como león que

dadle su merecido. Haced con ella sube de los boscajes del Jordán a
como ella hizo. Pues se irguió contra los pastos siempre verdes. En un
Yave, contra el Santo de Israel. momento quedan desiertos, y esta-
30 Por eso caerá en sus plazas su blezco allí a quien me place. ¿Pues
juventud, y todos sus hombres de quién como yo? ¿Quién me resistirá?
guerra perecerán aquel día. ¿Quién es el pastor que podrá opo-
81 Heme aquí contra ti, insolente, nérseme? 48 Oíd, pues, los designios
palabra del Señor, Dios Sebaot, de Yave contra Babel, sus planes
palabra de Yave; ha llegado tu día, contra la Caldea. Irán conducidos
32 Vacila por lo más ruin del rebaño, y a su
el día de tu castigo. la inso-
lente. Caerá, y nadie podrá ya levan- vista los pastizales se asombrarán.
48 Al rumor de la conquista de Babel
tarla. Yo pegaré fuego a sus ciudades,
que las consumirá con todos sus temblará la tierra, sus ecos reper-
alrededores. cutirán en las naciones.
33 Así dice Yave Sebaot: Los hijos
de Israel viven en la opresión, y con <^j1
1
Así dice Yave: Yo voy a sus-
ellos los hijos de Judá. Cuantos los ' *citar contra Babel y contra los
hicieron esclavos los retienen y rehu- habitantes de la Caldea el espíritu
san soltarlos; 34 Pero su libertador destructor; 2 y mandaré contra Babel
es fuerte, se llama Yave Sebaot, bieldadores que la bielden, que harán
él sabrá defender su causa, conmo- evacuar su tierra, y vendrán de todas
viendo la tierra, para fiar reposo a partes contra ella el día de su mise-
la tierra y confusión a los habitantes ria. 3 No deje, pues, el arquero su
de Babel. arco de la mano, ni se desciña la
36 [Espada contra los caldeosl malla. No perdonéis a su juventud,
Palabra de Yave, y contra los mora- exterminad todo su ejército. 4 Que
dores de Babel, contra sus grandes caigan muertos sobre la tierra de
y contra sus sabios. 36 Espada contra Caldca, traspasados en sus plazas.
sus mentirosos adivinos, que serán Pues ese pueblo está lleno de iniqui-
tenidos por necios. Espada contra dades ante el Santo de Israel. * No
sus hombres de guerra, que se llena- son ya Israel ni Judá ex viudas de
rán de pavor. 37 Espada contra sus su Dios, de Yave Sebaot.
8 Huid de Babel, salve cada uno
caballos y contra sus carros, y contra
JEREMÍAS, 51 687

su vida, no perezcáis por su ini- ti aplasté pueblos; en ti y por t


quidad. Es el tiempo de la venganza
1

destruí reinos; 21 en ti y por ti aplasté


de Yave; va a darle su merecido. al caballo y al caballero; en ti y
7
Era Babel como cáliz de oro en por ti aplasté al carro y al conductor;
22
manos de Yave. Sirvió para embria- ¡
en ti y por ti aplasté a hombres y
gar a toda la tierra; los pueblos bebie- mujeres; en ti y por ti aplasté a
ron de su vino y enloquecieron (1). viejos y niños; en ti y por ti aplasté
a mozos y doncellas; 23 en ti y por ti
j

8
De repente Babel ha caído y se ha
roto; gemid por ella. Id en busca de aplasté al pastor y a su rebaño;
bálsamo para su herida, a ver si en ti y por ti aplasté al labrador y a
sana. 9 Hemos querido curarla, pero ¡
su yunta; en ti y por ti aplasté a
no se ha curado; dejémosla. Vámonos ;
gobernantes y jueces.
cada uno a nuestra tierra, porque ,
24 Pero yo devolveré a Babel y a

sube su maldad hasta los cielos y todos los habitantes de la Caldea


se eleva hasta las nubes. todo el mal que a vuestros ojos hicie-
10 Yave ha hecho justicia a nues- ron ellos a Sión. 25 Heme aquí contra
tra causa; venid, anunciemos en Sión ti, monte de destrucción, palabra
11
la obra de Yave, nuestro Dios. Afi- de Yave, que destruyó toda la tierra.
lad las saetas, llenad las aljabas, Yo extenderé mi mano sobre ti y
Yave ha excitado el espíritu del rey te haré rodar desde lo alto de las
de los medos. Tiene contra Babel un rocas, y haré de ti mi horno encendido.
proyecto: destruirla. Es la venganza 26 No se sacará más de ti una piedra an-

de Yave, la venganza de su templo. gular ni una piedra de cimiento. Sersá


12
Alzad las banderas sobre los siempre ruina. Palabra de Yave.
muros de Babel, estrechad el cerco, 27 Alzad bandera en la tierra,
poned centinelas y disponed embos- tocad las trompetas en los pueblos,
cadas; porque hará Yave como lo santificad para la guerra contra ella
pensó, todo cuanto ha dicho contra a las gentes, convocad contra ella
los habitantes de Babel. 13 Tú que los reinos de Azarat, de Menni y de
te sientas entre grandes canales, rica Ascenez. Nombrad contra ella jefes,
de tesoros, ha venido tu fin, la me- lanzad contra ella los caballos, como
dida a que cortar el hilo de tu vida. espesa nube de langostas. 28 Santi-
14 Por
sí mismo lo juró Yave Sebaot: ficad para la guerra contra ella a
Te inundaré de hombres, más en las naciones, a los reyes de Media,
número que las langostas, que lan- a sus jefes, a todos sus gobernantes y
zarán contra ti sus gritos de triunfo. a todo el pueblo de su jurisdicción.
15 29
El con su poder ha hecho la La tierra toda tiembla y se
tierra, con su sabiduría cimentó el estremece, porque va a cumplirse el
orbe, y con su inteligencia tendió designio de Yave contra Babel, de
los cielos. 16 A su voz se congregan hacer de ella un desierto inhabitable.
las aguas del cielo, él hace subir 30 Los guerreros de Babel no luchan
las nubes desde los confines de la ya en campo abierto, se han ence-
tierra; hace brillar el rayo entre la rrado en las fortalezas. Han perdido
lluvia, y saca los vientos de sus es- su valor, se han vuelto mujeres.
condrijos. 31 Se ve correr a los correos uno
17
Embrutecióse el hombre sin tras otro, uno tras otro a los mensa-
conocimiento; los orífices se cubrie- jeros, para anunciar al rey de Babel
que su ciudad está tomada del uno
j

ron de ignominia, haciendo sus ídolos,


pues no funden sino vanidades, que al otro extremo. Sus casas están
no tienen vida, 18 nada, obra ridicula. ardiendo, sus puertas han sido rotas
El día de la cuenta perecerán. 32 Los vados ocupados, los cañave-
19
No es como ésta la herencia de rales están ardiendo, y los hombres
Jacob, sino el creador de todas las de guerra abatidos.
cosas; su nombre es Yave Sebaot, 33 Porque
así dice Yave Sebaot,
e Israel es su pueblo. 20 Tú me ser- Dios de Israel: La hija de Babel es
viste de maza de guerra. En ti y por
j

•como una era cuando se apisona


para la trilla; bien pronto le llegará
34 El
el tiempo de la recolección.
Babel, como instrumento de la ira de
(i)
rey de Babel me devoró, me consu-
Dios, desoló y oprimió a muchos pueblos, dán-
doles a beber el cáliz de la ira del Señor; pero
mió, me dejó como vaso vacío. Me
también para ella ha llegado la hora, y a su vez tragó como dragón, y llenó su vien-
ha de beberlo. tre de mis bocados más suculentos.
JEREMÍAS, 52
38
Sean sobre Babel mis carnes des- truiré sus ídolos, y por toda su tierra
trozadas, dirá Sión. Caiga mi sangre se oirá el gemir de los heridos.
sobre los habitantes de la Caldea, 53 Aunque
se alzase Babel hasta el
dirá Jerusalén. 36 Por eso así dice cielo, e hiciera inaccesibles por lo
Yave: Yo tomaré por mi cuenta tu altas sus murallas, vendrán contra
causa; yo te vengaré, yo secaré su ella devastadores traídos por mí.
mar y cegaré sus manantiales; 37 y se Palabra de Yave.
convertirá Babel en un montón de 64 Oyense alaridos de Babel,
los
ruinas, en cubil de dragones, objeto ruina grande en la tierra de los cal-
de horror y de sarcasmo. deos. s * Porque devasta Yave a Babel
38
Todos a una rugen como leones, y pone fin a su gran jactancia; y
gruñen como cachorros de leona. mugen sus olas como aguas desbor-
39 En su fiebre yo retumban con estruendo,
les prepararé la dadas,
bebida, los embriagaré para que des- 68 porque ha venido contra ella el
fallezcan y duerman el sueño eterno, devastador. Son apresados sus gue-
de que no despertarán. Palabra de rreros, rotos sus arcos, porque es
Yave. 40 Yo los llevaré al matadero, Yave, Dios de retribuciones, y les
como como carneros y
corderos, dará su merecido.
41
¿Cómo ha sido cogido 87 Y emborracharé
chivos. a sus grandes,
Sesac? ¿Cómo ha sido conquistada a sus sabios, a sus jefes, a sus magis-
la gloria de toda la tierra? ¿Cómo ha trados, a sus guerreros, y dormirán
venido a ser Babel objeto de horror un sueño eterno, del que no desper-
entre los pueblos? tarán. Palabra del Rey, Sebaot su
42 Ha subido nombre. 88 Así dice Yave Sebaot:
el mar contra Babel,
la ha sumergido bajo el cúmulo de La ancha muralla de Babel sera
sus olas. 43 Sus ciudades han sido enteramente arrasada, sus altas puer-
devastadas; tierra árida y desierta, tas quemadas; trabajaron en vano
que nadie habitará, por la que nadie tantas gentes, para el fuego.
transitará. 44 Yo me ensañaré contra 69 Misión que encomendó Jeremías,

Bel en Babel. Yo le haré vomitar profeta, a Saraía, hijo de Nerías,


por la boca cuanto engulló. Ya no hijo de Masaia, al ir éste a Babilonia
concurrirán más a él las gentes. con el rey Sedecías, el cuarto año
Caerán también las murallas de Babel. de su reinado. Saraía era entonces
4S Sal de ella, pueblo mío. Salve cada gran intendente. 80 Escribió Jeremías
cual su vida, ante el furor de la cólera en un volumen todo el mal que había
de Yave. de venir contra Babel, cuanto había
46 No os turbéis ni temáis por los escrito contra Babilonia. 41 Y dijo
rumores que se esparcirán por la Jeremías a Saraía: Cuando llegues a
tierra. Un año correrá un rumor y el Babel, lee en voz alta todo esto;
otro otro, dominará en la tierra la 82
y dirás: Yave, tú has hablado de
opresión, un tirano contra otro tirano destruir este lugar, sin que haya ni
47 Por eso vienen días en que yo hombre ni ganado que lo habite,
me ensañaré contra los ídolos de hecho perpetua soledad. 83 Cuando
Babel, y toda la tierra se cubrirá hayas acabado de leerlo, le atarás
de vergUenza, y sus muertos que- una piedra y lo arrojarás en medio
darán sobre ella. 48 Y cielos y tierra del Eufrates, 84 diciendo: Así se
y cuanto hay en ellos aplaudirán sumergirá Babel, sin alzarse ya más
lo sucedido a Babel. Del norte ven- del estrago y la destrucción que yo
dían sus devastadores. Palabra de traeré sobre ella. Hasta aquí las
Yave.) 49 Por los muertos de Israel palabras de Jeremías.
caerá Babel, como por Babel cayeron
los muertos de toda la tierra. 60 Los
que hayáis podido escapar a la espada, Cumplimiento de la profecía de
partid, no os detengáis. En la tierra
Jeremías contra Jerusalén.
lejana acordaos de Yave, que vuelva
Jerusalén a vuestra memoria. » t4 1
A la edad de veintiún años
61 Estamos llenos comenzó a reinar Sedecías, y
de vergüenza,
hemos sido ultrajados, nuestro rostro reinó once años en Jerusalén. Su
se cubre de confusión. Entraron ex- madre fué Amital, hija de Jeremías,
tranjeros en el santuario del templo de Lobna. * Hizo mal a los ojos de
de Yave. 62 Por eso vienen días, Yave, como lo había hecho Joaquim,
palabra de Yave, en que yo des- 1
encendiendo la cólera de Yave
JEREMÍAS, 52

contra Jerusalén-y contra Juda, hasta todos los utensilios del culto. 19 Igual-
hacer que los arrojase de su presencia. mente tomó el jefe de la guardia los
Sedéelas se rebeló contra el rey de pilones, los braseros, las copas, las
Babel. 4 Y
sucedió que el año nono calderas, los candelabros, las cucha-
de su reinado, el décimo mes, el ras y los platos; todo cuanto era de
diez del mes, vino Nabucodonosor, oro, por oro, o de plata, por plata;
las dos columnas, el mar de bronce
20
rey de Babel, con todo su ejército
contra Jerusalén; la cercó, levantó y los doce toros de bronce y las basas
bastidas contra ella en derredor; 6 y que había hecho el rey Salomón para
estuvo sitiada la ciudad hasta el el templo, de un peso incalculable.
21
año undécimo del rey Sedecías. 6 El Las columnas eran de dieciocho
mes cuarto, a nueve del mes, se codos de altura cada una, doce de
apoderó el hambre de la ciudad, y anchura, y tenían cuatro dedos de
no había en ella ya nada que comer. grueso, pues eran huecas por dentro.
7 22 Tenía cada columna su capitel de
Abrieron brecha en los muros, y
todos los hombres de guerra huyeron, bronce, de cinco codos de alto; todo
saliendo de la ciudad de noche, por en torno de los capiteles había un
el camino de la puerta entre ambos entretejido con granadas, todo de
muros, que está junto a los jardines bronce. Lo mismo la otra columna.
23 Eran noventa y granadas
reales, mientras los caldeos rodeaban seis las
la ciudad. Tomaron el camino que pendientes, ciento entre todas, sobre
conduce al Araba. 8 El ejército caldeo el entretejido en derredor.
24 se Y
persiguió al rey, dándole alcance en llevó el jefe de la guardia a Saraía,
las llanuras bajas de Jericó, y todas sumo sacerdote, y a Sofonías el
sus tropas le abandonaron y se dis- segando, y a los tres prefectos del
persaron. 9 Cogieron al rey, y le vestíbulo. 25 De la ciudad llevó a un
llevaron ante el rey de Babel, en eunuco intendente de las gentes de
Ribla, en la tierra de Hamat, donde guerra, a siete de los consejeros
le juzgó. 10 El rey de Babel hizo íntimos del rey, que estaban en la
degollar a los hijos de Sedecías a la ciudad, al secretario del jefe del
vista de éste, e igualmente a los ejército, encargado de la recluta, y
grandes de Judá, en Ribla. 11 A sesenta más del pueblo, que se halla-
Sedecías le hizo sacar los ojos y le ban en la ciudad. 26 Y los llevó Nebu-
cargó de cadenas de bronce, para saradán, jefe de la g'uardia, ante el
conducirle a Babel, donde le tuvo rey de Babel, en Ribla; 27 y el rey
encarcelado hasta el día de su muerte. de Babel los hizo matar en Ribla,
12 El quinto mes,
el día diez del mes, en tierra de Emat, y Judá fué depor-
que es el año décimonono de Nabu- tado de su tierra. 28 Estos son los
codonosor, rey de Babel, vino Nebu- que deportó Nabucodonosor: El año
saradán, jefe de la guardia real, séptimo de su reinado, tres mil vein-
ministro del rey de Babel, a Jeru- titrés judíos; 29 el año dieciocho, ocho-
salén, 13 y puso fuego al templo y al cientos treinta y dos almas; 30 el
palacio del rey y a todas las casas año veintitrés de Nabucodonosor
de Jerusalén, quemando principal- deportó Nebusaradán, jefe de la
mente todas las casas grandes; 14 y guardia, setecientas cuarenta y cinco
el ejército de los caldeos que estaba almas; entre todos, pues, cuatro mil
con el jefe de la guardia arrasó toda seiscientas almas. 31 Y sucedió que
la muralla que rodeaba a Jerusalén. en el año treinta y siete de la depor-
16 Los pobres tación de Joaquim, rey de Judá, en
del pueblo y del resto
del vulgo que habían quedado en la el duodécimo mes, el día veinticinco
ciudad, los prófugos que se habían de él, Evilmerodac, rey de Babel,
pasado al rey de Babel, y el resto el año del comienzo de su reinado,
de los artesanos, los llevó Nebusa- hizo gracia a Joaquim, rey de Judá,
radán, jefe de la guardia, 16 dejando y le sacó de la prisión. 32 Le habló
sólo de los pobres de la tierra, viña- benévolamente, y puso su silla sobre
dores y labradores. 17 Rompieron las de los otros reyes que estaban
también las columnas de bronce que con él en Babel. 33 Dejó sus vestidos
había en el templo, las basas y el de preso y comió ya siempre a la
mar de bronce del templo, y se lle- mesa del rey, por todos los días de
varon todo el bronce a Babel. 18 Co- su vida. 34 Todo cuanto necesitaba
gieron los calderos, las palas, los para su mantenimiento se lo dio
cuchillos, las copas, las cucharas y día por día hasta el de su muerte

44
INTRODUCCION A LAS LAMENTACIONES
DE JEREMIAS

0 es el texto hebreo, sino la versión griega, la que atribuye estos cantos a


Jeremías, y en ese testimonio se debe fundar principalmente la tradición
que señala a Jeremías como autor de ellos. S071 las Lamentaciones cuatro cantos
alfabéticos, seguidos de una oración, cuyo tema es la soledad y ruina de Jeru-
salén destruida por los caldeos. Tales composiciones eran usuales en Oriente,
y sabemos que Jeremías dedicó unas lamentaciones a la muerte de Josías. Su
ministerio profético en los últimos años de Judá, el amor intenso que hacia
su pueblo sentía y lo mucho que trabajó por apartar de él las amenazas divinas,
hacen de Jeremías el más apto cantor de las penas de Judá y le señalan como
autor de estos tiernos cantos. Muchos críticos, sin embargo, no se dejan con-
vencer por estas razones, y alegan otras, no decisivas, en contra de tal
atribución. Todo esto ni pone en duda la inspiración divina, ni aminora el
mérito literario de estas endechas, que tan solemnemente resuenan en las igle-
sias cristianas en los días de la Semana Santa, para llorar la ruina espiritual
de Israel.

LAMENTACIONES
1
Alef: ¿Cómo se sienta en soledad las solemnidades. Todas sus puertas
laciudad populosa, es como viu- por los suelos; sus sacerdotes gi-
da la grande entre las naciones, la miendo; sus vírgenes escuálidas, y
señora de provincias ha sido hecha ella llena de amargura.
tributaria? 8 He.— Prevalecieron sus enemigos
2
Bet. —Llora amargamente en la I
y prosperaron los que la aborrecían,
noche, y corre el llanto por sus meji- pues la afligió Yave por la muche-
llas. No tiene entre todos sus ama- dumbre de sus rebeldías. Sus niños
dores quién la consuele. La fallaron fueron a la cautividad delante del
todos sus amigos, y se le volvieron enemigo.
enemigos. —
• Van. Perdió la hija de Sión toda
3 —
Guímel. Emigró Judá a causa su gloria. Sus príncipes fueron como
de la aflicción y de la gran servi- ciervos que 110 hallan pastos, y huye-
dumbre. Afora entre las gentes sin ron sin fuerzas ante el perseguidor.
hallar reposo. Todos sus persegui- 7

Zain.- Cuando cayó su pueblo en
dores la dieron alcance y la estre- manos del enemigo, sin que nadie
charon. le ayudase, en los días de su aflicción
4 DáJct. —
Los caminos de Sión están y de su vivir errante, acordóse Jeru-
en luto, por no haber quien venga a salén de todos los bienes que de
LAMENTACIONES, 2 691

antiguo tuvo. Miráronla sus ene- 19


Qof. —
Llamé a voces a mis
migos, y se burlaron de su caída. amigos, pero me engañaron. Mis sacer-
8 Jet. —
Muchos son los pecados de dotes y mis ancianos perecieron en
Jerusalén; por eso fué objeto de la ciudad, buscando comida con que
aversión. Cuantos antes la honraron sostener sus vidas.
la desprecian, viendo su desnudez,
20 Res. —Mira, ¡oh Yave!, mi an-
y ella misma suspira y vuelve su gustia. Mis entrañas rugen, mi cora-
rostro. zón se revuelve dentro de mí, por
* Tet. —Su inmundicia manchaba haber sido rebelde. Fuera hizo estra-
gos la espada; dentro, la mortandad.
sus vestiduras, y no se cuidaba de
su fin; y cayó de modo sorprendente, —
21 Sin. Oyen mis gemidos, y nadie
sin que nadie la consolara. Mira, me consuela; todos mis enemigos
¡oh Yavel, mi aflicción, mira la arro- han sabido mi desgracia, y todos se
gancia del enemigo. alegran de lo que has hecho. Haz

10 Yod. Echó mano el enemigo a venir el anunciado día, y que sean
todo lo precioso; vió penetrar en su como yo.
santuario a las gentes, de las cuales 22 Tau.
— Que se ponga a tus ojos
mandaste que no entrasen en tu toda su maldad, y trátalos como me
congregación. has tratado a mí por mis rebeldías,
11

Caf. Todo su pueblo va suspi- porque son muchos mis suspiros y
rando en busca de pan. Han dado está muy dolorido mi corazón.
cuanto tenían de precioso para man-
tener la vida. Mira, [oh Yavel, y sy 1 Alef.
ve cuán abatida estoy.
— ¿Cómo oscureció el Señor
^ en su ira a la hija de Sión, pre-
12 Lámed.
— ¡Oh vosotros, cuantos cipitó del cielo a la tierra la magni-
por aquí pasáis: Mirad, y ved si hay ficencia de Israel, y no se acordó del
dolor comparable a mi dolor, al dolor escabel de sus pies el día de su ira?
con que yo soy atormentada! Afli- 2 —
Bet. Destruyó el Señor sin pie-
gióme Yave en el día de su ardiente dad todas las moradas de Jacob;
cólera. derribó en su furor las fortalezas de
13 Mem.—Mandó desde lo alto la hija de Judá, echólas por tierra,
contra mí un fuego que consume mis y deslució el reino y a sus príncipes.
huesos; tendió a mis pies una red, 3 Guímel.
—Abatió en el furor de
y me hizo caer hacia atrás, y me su ira toda la potencia de Israel,
arrojó en la desolación, consumida retiró de él su diestra frente al ene-
sin cesar por la tristeza. migo, y encendió en Jacob ardorosas
14 Nun.
— Ató con sus manos el llamas, que de todos lados le devoran.
yugo de mis iniquidades. Entrete- 4 Dálet.— Tendió contra él su arco,
jidas, me fueron puestas sobre la cual enemigo; afirmó hostilmente su
cerviz, y me entregó Yave en manos diestra, y destruyó cuanto era agra-
a que no puedo resistirme. dable a la vida, y derramó como
15 Sámec. — Echó a tierra Yave a fuego su ira, sobre la tienda de la
todos mis guerreros en medio de hija de Sión.
mí. Reunió contra mí un ejército, 6

He. Ha obrado el Señor como
para exterminar a mis mancebos. enemigo; ha devorado a Israel, des-
Como en lagar ha pisado el Señor a truyó todos sus palacios, derribó sus
la virgen, hija de Judá. fortalezas, y llenó a la hija de Judá
16

Ayin. Por eso lloro y manan de llantos y gemidos.
lágrimas mis ojos, y se alejó de mí 6 —
Vau. Devastada como se devasta
todo consuelo que aliviase mi alma. una tienda, destruyó el hogar de
Mis hijos han sido destruidos al sus asambleas, hizo cesar en Sión
triunfar el enemigo. las festividades y los sábados, y en
17

Pe. Tiende Sión sus manos, su violenta cólera rechazó al rey y
pero nadie la consuela. Dió Yave al sacerdote.
contra Jacob órdenes a los enemigos 7

Zain. Desdeñó el Señor su altar,
que le rodeaban, y Jerusalén fué menospreció su santuario, y entregó
para ellos objeto de abominación. a manos del enemigo los muros de
18

Sade. Justo es Yave, pues yo sus palacios. Resonaron los gritos en
fui rebelde a sus mandatos. Oíd, la casa de Yave, como en día de fiesta.
pueblos todos, y ved mi dolor. Mis 8

Jet. Resolvió Yave destruir los
doncellas y mis mancebos han ido muros de la hija de Sión; echó las
al cautiverio. cuerdas, y no retiró su mano hasta
692 LAMENTACIONES, 3

destruirla, sumergiendo en el luto manos por la vida de tus pequeñuelos.


antemuros y muros, que gimen todos 20
Res. —
Mira, ¡oh Yavel, y consi-
juntamente. dera a quién has tratado así. ¿Está
9
Tet. —
Sus puertas fueron echadas bien que las madres hayan de comer
a tierra; destruyó, quebrantó los el fruto de sus entrañas, los niños
cerrojos, su rey y sus príncipes están que amamantan? ¿Que de sacerdotes
entre las gentes; no hay ley, y tampo- y profetas se haga cruel matanza en
co sus profetas reciben de Yave visión. el santuario del Señor?
10 Yod. —
Los ancianos de la hija 21 Sin. —
Niños y viejos yacen por
de Sión se sientan en tierra, mudos, tierra en las calles. Mis doncellas y
vestidos de saco, cubierta la cabeza, mis mancebos cayeron al filo de la
y las vírgenes de Jerusalén inclinan espada. Has matado en el día de tu
a sus cabezas.
tierra ira, has degollado sin piedad.
11
Caf. —
Mis ojos están consumidos 22 Tau. —
Llamaste como a solem-
por las lágrimas, mis entrañas hier- nidad de todas partes el terror contra
ven, derrámase en tierra mi hígado, mí; no hubo en el día de la cólera
ante el desastre de la hija de mi de Yave quien escapase ni quedase
pueblo, al ver desfallecer a los niños, aun con vida. Aquellos que yo crié y
los de pecho, en las callesde la ciudad. mantuve, los acabó el enemigo.
12
Lámed. Decían — a sus madres:
¿Dónde está el trigo y el vino? Y 1
Alcf. —
Yo soy hombre que ha
caían como heridos en las calles, visto la miseria, bajo el látigo
dando el alma en el regazo de sus —
de su furor. 2 Alef. Llevóme y me
madres. metió en tinieblas, sin luz alguna.
18

Mein. ¿Qué te diré yo? A 3 Alef. —
Todo el día vuelve y revuelve
quién te compararé, hija de Jerusalén? su mano contra mí.
¿Quién hallar semejante a ti, para 4 Bet. —
Ha hecho envejecer mi
poder consolarte, virgen hija de Sión? carne y mi piel, ha quebrantado mis
Tu quebranto es grande como el huesos. 5 Bet. —
Ha levantado contra
mar, ¿Quién podrá curarte? mí un muro, me ha cercado de veneno
14 Ñun.

Tus profetas te anuncia- y de dolor. 6 Bet. —
Me hace habitar
ron visiones vanas y mentirosas; no en tinieblas, como los ya de mucho
pusieron al desnudo tus iniquidades, tiempo muertos.
para evitar así tu cautiverio, sino ' —
Guímel. Me cercó por todos
que te anunciaron grandezas vanas lados sin dejarme salida; me puso
y falaces. pesadas cadenas. 8 Guímel. Y aun- —
15 —
Sámec. Cuantos pasan baten que clamo y voceo, no se hace acce-
palmas por ti, silban y menean la sible a mi oración. * Guímel. —
Cerró
cabeza contra la hija de Jerusalén: mis caminos con sillares de piedra,
¿Es ésta la ciudad que decían del todo torció todos mis senderos.
hermosa, la delicia de toda la tierra? 10 Dálet. —
Fué para mí como oso
16
Pe. —
Todos tus enemigos abren en acecho, como león en escondrijo.
la boca contra ti, silban y dentellean 11 Dálet. —
Me hizo caer en embosca-
contra ti, y dicen: La hemos devorado, das, me despedazó, me asoló. 12 Dá-
es el día que esperábamos, ya llegó, let. —
Tendió su arco, y me puso por
ya lo vimos. blanco de sus saetas.
H —
Ayin. Ha realizado Yave en ti 13

He. Clavó en mis lomos las
lo que había decretado; ha cum- flechas de su aljaba. 14 He. —
Soy el
plido la palabra que de antiguo (lió, escarnio de los pueblos todos, su
ha destruido sin pieclad; te ha hecho cantinela de lodo el día. 18 He.— Me
elgozo de tus enemigos, ha robuste- hartó de amarguras, me embriagó
cido a los que le aborrecían. de ajenjo.
18
Sade. Claman al Señor sus cora- 16 Van.

Rompióme los dientes con
zones, pero nada. ¡Oh muralla de la una piedra, cubrióme de ceniza.
hija de Sión, derrama dia y noche 17

Vau. Me robó la paz, ya no gozo
lágrimas a torrentes, no te des —
de bien alguno. ls Yau. Así que me
reposo, no descansen las niñas de digo: Se acabaron mis fuerzas, ya
tus ojos! para mí no hay esperanza en Yave.
19 Qof. —
Levántale y gime al co- 19
Zain. —
Guando pienso en mi
mienzo de las vigilias de la noche: miseria y en mi aflicción, en el ajenjo
derrama como agua tu corazón en y en el venene. 20 Zain.- Cuando me
la presencia del Señor; alza a él Itis acuerdo, se abate mi alma dentro
LAMENTACIONES, 4

de mí.
moria
21
Zain. —
Quiero traer a la me-
que puede darme esperanza.
lo
Hasta que Yave mire y vea desde lo
alto de los cielos. 51 Pe. Mis ojos —
22
Jet. —
No se ha agotado la mise- contristan mi alma por todas las
ricordia de Yave, no ha llegado al hijas de mi ciudad.
límite su compasión. 23 Jet. Se — 52 —Me dieron caza como
Sade. a
renuevan cada día. jOh! Es muy un ave, que loscausa me aborre-
sin
grande tu fidelidad. 24 Jet. Yave — cen. Sade. — Quisieran acabar
38 del
es mi parte, dice mi alma, por eso todo mi vida en una arrojando fosa,
quiero esperar en él. piedras sobre mí. Sade. — Suben54
25 Tet. —
Es bueno Yave para los las aguas por encima de mi cabeza,
que en él esperan, para el alma que y me dije: Muerto soy.
le busca.
26 Tet. —
Y es bien esperar, 55 Qof.- — Invoqué
tu nombre, ¡oh
callando, el socorro de Yave. 27 Tet. Yave!, hondo de la fosa.
desde lo
Bueno es al hombre soportar el yugo 56 Qof. —
Y oíste mi voz, no cerraste
desde la mocedad. tus oídos a mis suspiros y mis gritos.
28 —
Yod. Sentarse en soledad y 57 Qof.

Cuando te invoqué, te acer-
en silencio, porque es Yave quien lo caste y me dijiste: No temas.
dispone; 29 Yod. —
Poner su boca en 58 Res. —
Tú, Señor, defenderás la
el polvo, y no perder toda esperanza. causa de mi alma, rescatarás mi vida.
30 —Dar mejilla que
Yod. la al la 59

Res. Tú ves, [oh Yáve!, cuánto me
hiere, de oprobios.
hartarse atormentan. Hazme justicia. 60 Res.
Caf. — Porque
31 Señor no desecha
el Tú ves todos sus rencores, todas sus
para siempre. Caf. — Sino que des-
32 maquinaciones contra mí.
pués de afligir, se compadece según 61 Sin. —
Tú, ¡oh Yave!, ves todos sus
su gran misericordia. 33 Caf.- Porque — ultrajes, todas sus tramas contra
no aflige por gusto, ni de grado acon- mí. 62 Sin. —
Las palabras de mis ene-
goja a los hijos de los hombres. migos y los proyectos que para mi
34 Lamed. —
Aplastar con los pies mal trazan todo el día. 63 Sin.- Tú —
a los cautivos todos, 35 Lamed. vio- — ves cuándo se sientan, cuándo se
lar la justicia y la humanidad a los levantan, y cómo soy su contienda.
ojos del Altísimo. 36 Lámed. hacer — 64 Tau. —
Tú les darás, ¡oh Yave!,
tuerto a uno en su causa, ¿no ha de su merecido, según las obras de sus
verlo el Señor ? manos. 65 —
Tau. Tú los darás al
37

Mem. ¿Quién podrá decir que
una cosa sucede sin que la disponga
endurecimiento de sus corazones, a
tu maldición contra ellos. 66 Tau.
el Señor? 38 Mem. ¿No es de la —
voluntad del Altísimo de donde pro-
Tú los perseg.uirás en tu ira, y los
exterminarás de debajo de los cielos,
ceden los males y los bienes? 39 Mem. ¡oh Yave!
¿Por qué, pues, ha de lamentarse
el viviente? Laméntese más bien cada
uno de sus pecados.
A
~
1
Alef. —
¿Cómo se ennegreció el
oro, cómo el oro fino perdió su
40

Nun. Escudriñemos nuestros brillo? Están las piedras del san-
caminos, examinémoslos, y convir- tuario esparcidas por los rincones de
támonos al Altísimo. 41 Nun. Alce- — todas las calles.
mos nuestro corazón y nuestras ma- 2
Bet. —
Los hijos de Sión, preciados
nos a Dios, que está en los cielos. y estimados como oro puro, son teni-
42

Nun. Hemos pecado, hemos sido dos por vasijas de barro, obra de las
rebeldes, y no nos perdonaste. manos del alfarero.
43

Sámec. Desencadenaste tu ira 3
Guímel. —Aun las mismas hem-
y nos perseguiste, mataste sin piedad. bras del chacal dan la teta y amaman-
44 Sámec.

Te has cubierto de una tan a sus crías. Pero la hija de mi
nube, para que no llegue a ti la ple- pueblo se ha hecho tan cruel como los
garia. 45 Sámec. —
Y nos hiciste opro- avestruces del desierto.
bio y escarnio en medio de los pueblos.
46 Ayin.

Abren contra nosotros su
4

Dálet. La lengua de los niños
de teta se pega de sed al paladar:
boca todos cuantos nos odian. 47 Ayin. los pequeñuelos piden pan, y no hay
Nuestra parte es el terror y la fosa, quien se lo dé.
el saqueo y la ruina.
48
Ayin. Corren
de mis ojos ríos de agua por la ruina
— 5

He. Los que se nutrían de man
jares delicados perecen por las call.es;
de la hija de mi pueblo. los que se criaron vistiendo púrpura
49
Pe. Mis ojos derramarán lágri- se abrazan a los estercoleros.
mas sin descanso, sin cesar. 60
Pe.— 6

Van. El. castigo ele la hija de
694 LAMENTACIONES, 5

mi pueblo es más grande que el de 81 Sin. —


Alégrate y tripudia, hija
Sodoma; destruida en un instante, de Edom, que habitas la tierra de Us.
sin que nadie pusiera en ella la mano. Ya te llegará a ti el cáliz, y te embo-
7
Zain. —
Eran sus príncipes más rracharás hasta vomitar.
resplandecientes que la nieve, más 22
Tau. —Hija de Sión, tu iniquidad
blancos que la leche, más rubicundos está expiada, ya no volverá a arro-
que el coral, más bellos que el zafiro. jarte al cautiverio. Hija de Edom,
8
Jet. —
Y están más negros que él castigará tu iniquidad, y pondrá
la negrura, no hay quien los conozca tus pecados al descubierto.
por las calles. Está su piel pegada a
los huesos, seca como un palo. 1
- Acuérdate, [oh Yavel, de lo
9
Tef. —
Los muertos a la espada son O que nos ha sobrevenido, mira y
más dichosos que los que mueren de ve nuestro oprobio. 2 Nuestra here-
hambre, que mueren poco a poco dad ha pasado a manos extrañas,
extenuados por falta de los frutos de nuestras casas a poder de descono-
la tierra. cidos. 3 Somos como huérfanos, sin
10
Yod. —Las
mujeres, a pesar de padre, y nuestras madres son como
su ternura, cocieron a sus hijos, y se viudas.
4 Bebemos
alimentaron de ellos, en medio del nuestra agua a precio
quebranto de la hija de mi pueblo. de dinero, y tenemos que comprar
11
Caf. —Apuró
derramó su abrasada
Yave sus furores, nuestra leña. 5 Somos perseguidos,
ira, y encendió llevamos yugo sobre la cerviz, esta-
contra la hija de Sión el fuego que mos agotados, no hay para nosotros
consume sus cimientos. descanso. 6 Tendimos la mano al
12

Lámed. Nunca creyeron los Egipto y a la Asiria, para saciarnos
reyes de la tierra, ni cuantos habitan de pan. 7 Pecaron nuestros padres,
el mundo, que entraría el enemigo, mas murieron, y llevamos sobre nos-
el adversario, por las puertas de otros la pena de sus iniquidades.
8
Jerusalén. Somos dominados por esclavos,
13

Mem. Por los pecados de sus
profetas, por las iniquidades de sus
y no hay quien nos libre de sus manos.
9 Con peligro de la vida, vamos en

sacerdotes, que derramaron en medio busca de nuestro pan, ante la espada


de ella sangre de justos. del desierto. 10 Nuestra piel quema
14

Nun.- Erraban como ciegos por como un horno, por el ardor del
las calles, manchados de sangre, no hambre.
11 Violaron
se podía tocar sus vestiduras. a las mujeres en Sión,
15
Sámec. — Apartaos, inmundos, les a las vírgenes en las ciudades de Judá.
12 Colgaron de las manos
gritaban; alejaos, alejaos, no nos a los prín-
toquéis. Están en fuga, errando de cipes, y no respetaron la persona de
acá para allá, dicen las gentes: No los ancianos. 13 Los mancebos son
estén ya más aquí. puestos a la muela, y los niños se
16

Ayin. Yave los dispersó en su tambalean bajo la carga de leña.
ira, y no vuelve a ellos su mirada. 14
Ya no van los ancianos a la puerta,
No hubo respeto para el sacerdote, ya no cantan los jóvenes.
ni piedad para el anciano. 15 Huyó de nuestros corazones la
17
Pe.- —
Se consumían nuestros ojos, alegría, nuestras danzas se han tor-
esperando vanamente el socorro. Iban ado en luto. 16 Cayó de nuestran
esperanzadas nuestras miradas hacia cabeza la corona. Ay de nosotros, que
|

un pueblo que no pudo librarnos. pecamosl 17 Se angustia nuestro cora-


18
Sadc. —
Espiaban nuestros pasos, zón, se nublan nuestros ojos, 18 por-
para impedirnos pasar por las calles; que el monte de Sión está asolado,
nuestro fin se acercaba, se cumplían y por él se pasean las raposas.
nuestros días, y llegó nuestro fin. 19 Tú, |oh Yavel, reinas por siem-
19
Qof. —
Eran nuestros enemigos pre, y tu trono permanece por gene-
más veloces que las águilas del cielo, raciones y generaciones. 20 ¿Nos olvi-
y nos perseguían por los montes, darás para siempre, nos abandonarás
y nos ponían celadas en el desierto. por largo tiempo? 21 Conviértenos a
20 Res. —El que era nuestro aliento, ti, ¡oh Yavel, y nos convertiremos.
el ungido de Yave, fué cogido en Danos todavía días como los antiguos.
22 ¿Nos vas
su trampa; aquel de quien decíamos: a rechazar enteramente T
A su sombra viviremos entre las ¿Te irritarás contra nosotros hasta
naciones. el extremo
INTRODUCCION AL LIBRO DE BARUC

J^L libro de Baruc no está comprendido en el canon judío, ni es admitido


por los protestantes, que siguen en esto el canon judío. Pero la Iglesia
cristiana lo recibió de los Apóstoles con la Biblia griega, y a eso nos hemos
de atener. Baruc, hijo de Nerias, que figura como autor de este librito, nos
es conocido como fiel discípulo y secretario de Jeremías. Pertenecía a una fami-
lia noble de J erusalén, cuyos miembros tomaban parte en los consejos de los
reyes. Aunque no parece haber duda sobre la composición del libro en lengua
hebrea, hoy sólo se conserva la traducción griega de los LXX. Una de las ver-
siones siríacas parece provenir también del original hebreo. La versión que
tenemos en la Vulgata viene de la ítala, y reproduce el texto griego.
El libro habría sido escrito en Babilonia el año quinto de la cautividad ( 583),
y publicado allí entre los cautivos, para exhortarlos a penitencia y retraerlos
del culto de los ídolos. Lleva como apéndice una carta de Jeremías a los depor-
tados, que es una verdadera sátira contra el culto de los ídolos. Podemos con-
siderar esta carta como una ampliación de la. que leemos en el profeta (c. 29),
y que fué enviada a los cautivos de la primera deportación (598).

BA uc
1 1
Discursos del libro escrito por según las posibilidades de cada uno,
7
Baruc, hijo de Nerías, hijo de lo enviaron a Jerusalén a Joaquim,
Masías, hijo de Sedecías, hijo de hijo de Helcías, hijo de Salán, sacer-
Asadlas, hijo de Helcías, en Babi- dote, y a los demás sacerdotes y
lonia. 2 El año quinto, el día séptimo todo el pueblo que se hallaba con
8
del mes quinto, al tiempo en que los ellos en Jerusalén. Cuando tomó
caldeos tomaron Jerusalén y la incen- los utensilios de la casa del Señor,
diaron, 3 leyó Baruc los discuros de que habían sido robados del templo,
este libro a Jeconías, hijo de Joaquim, para volverlos al país de Judá, el
rey de Judá, y a todo el pueblo, que día diez de Siván, los vasos de plata
venía a oír la lectura del libro, que había hecho Sedecías, hijo de
4
y a los magnates y a los hijos de los Josías, rey de Judá, 9 después que
reyes y a los ancianos y, en fin, a Nabucodonosor, rey de Babilonia,
todo el pueblo, desde el pequeño trasladó a Jerusalén a Jeconías y a
hasta el grande, a todos los que habi- los príncipes y a los prisioneros, y a
taban en Babilonia, a orillas del los magnates y al pueblo de la tierra,
río Lud. y los llevó de Jerusalén a Babilonia,
6
Lloraron y ayunaron y oraron 10 dijeron:
ante el Señor; 6 y recogiendo dinero Ahí os envío dinero, para que con
696 BARTJC, 2

2
él compréis holocaustos y víctimas de traer sobre ellos grandes males
por el pecado, e incienso para que cuales no había hecho debajo de todo
hagáis las oblaciones y las ofrezcáis el cielo, como fueron hechos en
en el altar del Señor, nuestro Dios, Jerusalén, según lo que está escrito
11
y oréis por la vida de Nabuqodo- en la ley de Moisés; 3 que comería-
nosor, rey de Babilonia, y por la mos las carnes de nuestros hijos y de
vida de Baltasar, su hijo, para que nuestras hijas, 4 y los entregaría a
sean sus días sobre la tierra como los poder de todos los reinos nuestros
días del cielo, 12 y nos dé el Señor vecinos, para escarnio y espanto de
fortaleza e ilumine nuestros ojos, y todos los pueblos circunvecinos, entre
vivamos bajo la sombra de Nabuco- los cuales le dispersó el Señor. 5 Fui-
donosor, rey de Babilonia, y bajo la mos abatidos en vez de ser ensalza-
sombra de Baltasar, su hijo, y les dos, por haber pecado contra el Señor,
sirvamos por muchos días, y halle- nuestro Dios, desoyendo su voz.
mos gracia en su presencia. 13 Orad 6
Del Señor, nuestro Dios, es la
por nosotros al Señor, nuestro Dios, justicia, nuestra y de nuestros padres
porque hemos pecado contra el Señor, la confusión y el sonrojo, como se ve
nuestro Dios, y la cólera del Señor y al presente. 7 Los males que el Señor
su furor no se apartó de nosotros hasta anunció contra nosotros, todos nos
el presente. 14 Leeréis este libro, que han sobrevenido. 8
Y no aplacamos
os enviamos para que lo deis a cono- el rostro Señor convirtiéndonos
del
cer en la casa del Señor, en el día de los pensamientos de nuestro cora-
de fiesta y en los días oportunos. zón perverso. 9 Veló el Señor sobre
ls Y
diréis: Del Señor, nuestro el castigo y los trajo sobre nosotros,
Dios, es la justicia; nuestra la con- porque el Señor es justo en cuanto
fusión y el sonrojo, como se muestra ha echado sobre nosotros. 10 Pero
hoy en todo varón de Judá y en los nosotros no oímos su voz, caminando
moradores de Jerusalén, 16 y en en los preceptos del Señor, que puso
nuestros reyes y en nuestros prín- delante de nosotros.
cipes, y en nuestros sacerdotes, y 11
Y ahora, Señor, Dios de Israel,
en nuestros profetas, y en nuestros que sacaste a tu pueblo de la tierra
padres; 17 porque pecamos en pre- de Egipto, con mano fuerte, con
sencia del Señor, 18 y no le obede- señales y prodigios, con poder grande
cimos ni escuchamos la voz del Señor, y brazo tendido, y te adquiriste un
nuestro Dios, ni caminamos por los nombre, como se ve al presente:
preceptos del Señor, que él nos dió. 12
Hemos pecado, hemos cometido
19 ni piedades e injusticia, Señor, Dios
Desde el día en que sacó a nuestros i

padres de la tierra de Egipto hasta nuestro, contra todos tus justos pre-
hoy, hemos sido desobedientes al ceptos. 13 Apártese tu ira de nosotros,
Señor, nuestro Dios, y nada hicimos pues liemos quedado reducidos a
por oír su voz. 20 Y así se apegó a poco en medio de las naciones en
nosotros el infortunio y la maldición <|ue nos ha dispersado.
14
que el Señor intimo por .Moisés, su Escucha, Señor, nuestra oración
siervo, el día que sacó a nuestros y nuestra plegaria, por amor de ti.
padres de Egipto, para darles la líbranos y danos gracia en presencia
tierra que mana leche y miel, como de los que nos han traído al destierro,
aparece en este día. 21 No escuchamos 15
para que toda la tierra conozca
Ja voz del Señor, nuestro Dios, con- que tú eres el Señor, Dios nuestro,
forme a todas las palabras de los que tu nombre es invocado sobre
profetas que nos envió, 22 y nos Israel y sobre su linaje. 16 Señor,
fuimos cada uno según el pensamiento mira desde tu santa casa y piensa en
de su corazón malvado, sirviendo a nosotros; inclina, Señor, tu oído y
los dioses extraños y cometiendo mal- escucha. 17 Abre tus ojos y mira
dades a los ojos del Señor, nuestro que no
proclaman la gloria y la
Dios. justicia Señor los muertos, que
del
están en el Ades, cuyo espíritu aban-
9 1
Cumplió el Señor la palabra que donó sus entrañas. 18 Sólo el alma
" había dado contra nosotros y entristecida por la grandeza de los
contra nuestros gobernantes que re- males que padece, que camina en-
gían a Israel, contra nuestros reyes, corvada y débil, apagados los ojos,
contra nuestros príncipes y contra y el alma hambrienta, pueden, Señor,
todo varón <lc Israel y de Judá, pregonar tu gloria y tu justicia.
BARUC, 3 697

u Que no apoyados en la justicia poseyesen y los multiplicaré y no


de nuestros padres y de nuestros serán disminuidos; 36 y estableceré
reyes derramamos nuestros ruegos con ellos mi alianza eterna, de ser
delante de tu rostro, Señor Dios su Dios y de ser ellos mi pueblo; y
nuestro; 20 porque tú has derra- no moveré más a mi pueblo de Israel
mado tu ira y tu cólera sobre nos- de la tierra que le he dado.
otros, según tenías anunciado por
1
tus siervos, los profetas. »J Señor Todopoderoso, Dios de
21
Así dijo el Señor: Inclinad vues- *' Israel: el alma angustiada y el
tros hombros para servir al rey de espíritu abatido claman a ti: 2 Oye,
Babilonia, y seguiréis habitando en Señor, y ten piedad; porque hemos
la tierra que yo di a vuestros padres; pecado contra ti, 3 porque tú te
22 sientas en tu trono para siempre,
pero si no escucháis la voz del
Señor, sirviendo al rey de Babilonia, pero nosotros perecemos sin retorno,
23
haré cesar en las ciudades de Judá para siempre. 4 Señor Todopoderoso,
y en las calles de Jerusalén la voz Dios de Israel; oye la oración de los
del gozo y la voz de la alegría, la muertos de Israel y de los hijos de
voz del esposo y la voz de la esposa, los que pecaron contra ti, que no
y toda la tierra se convertirá en un oyeron la voz de su Dios, y por
desierto sin moradores. 24 Y
nos- eso la miseria se apegó a ellos. 5 No
otros no escuchamos tu voz, sirviendo te acuerdes de las iniquidades de
al rey de Babilonia, y tú cumpliste nuestros padres; acuérdate más bien
las palabras que habías dado por en esta hora de tu diestra y de tu
tus siervos, los profetas, de que nombre; 6 porque tú eres el Señor
echarías fuera de sus sepulcros los Dios nuestro, a quien alabaremos,
huesos de nuestros reyes y de nues- Señor, 7 que por esto has infundido
tros padres. 25 Y, en efecto, han tu temor en nuestros corazones, para
sido arrojados al calor del día y al que invoquemos tu nombre y te
hielo de la noche. Han muerto en alabemos en nuestro destierro; porque
medio de atroces males, del hambre, hemos alejado de nuestro corazón
de la espada y de la peste; 26 y la toda la iniquidad de nuestros padres,
casa en que era invocado tu nombre la que pecaron contra ti. 8 Henos aquí
has puesto como hoy se halla, a a nosotros hoy en nuestro destierro,
causa de la maldad de la casa de donde nos has dispersado para opro-
Israel y de la casa de Judá. bio, castigo y pena, según las iniqui-
27
Has obrado, Señor, con nos- dades de nuestros padres, que se
otros, según toda tu bondad y toda apartaron del Señor, nuestro Dios.
tu gran misericordia, 28 conforme 9
Oye, Israel, los preceptos de vida,
hablaste por boca de Moisés, tu aplicad los oídos para aprender ta
siervo, en el día en que le ordenaste prudencia. 10 ¿Qué es esto, Israel?
escribir tu ley, en presencia de los ¿Por qué estás en tierra enemiga,
hijos de Israel, diciendo: 29 Si no 11 languideces en tierra extraña ?
escuchareis mi voz, estad seguros Te has contaminado con los muertos,
que esta grande y numerosa muche- has sido contado con los que descen-
dumbre se volverá pequeña en medio dieron al Ades. 12 Has abandonado
de las naciones entre las cuales os la fuente de la sabiduría. 13 Si hubie-
dispersaré, 30 pues yo sé que no me ras caminado por la senda de Dios,
oiréis, porque este pueblo es de dura habitarías en perpetua paz.
cerviz. Pero volverán en sí en el 14 Aprende dónde
está la prudencia,
país de su destierro, 31 y conocerán dónde la fortaleza, dónde la inteli-
que yo soy el Señor, su Dios, y les gencia, para que a la vez conozcas
daré un corazón que entienda y dónde están la longevidad y la dicha,
unos oídos que escuchen, 32 y me dónde la luz de los ojos y la paz.
15 ¿Quién halló
alabarán en la tierra de su cauti- la morada de la sabi-
verio y se acordarán de mi nombre, duría? ¿Quién encontró sus tesoros?
33 16
y ablandarán su dura cerviz y ¿Dónde están los príncipes de las
dejarán sus máximas perversas, acor- naciones y los domadores de las
dándose del camino de sus padres, fieras de la tierra? 17 «Los que se
que pecaron contra el Señor; 34 y divierten con las aves del cielo, los
yo los volveré a la tierra que juré que amontonan la plata y el oro
dar en posesión a sus padres, a en que confían los hombres, que
Abraham, fsac v Jacob, para que la nunca dicen «basta » en su avaricia?
698 BARUC, 4

18
¿Dónde están los que funden alcanzarán la vida, los que la aban-
con fatiga la plata, con tantas ope- donen caerán en la muerte. 2 Vuél-
raciones que casi son innumerables? vete a ella, Jacob, y abrázala, camina
19
Han desaparecido, han bajado al al resplandor de su luz. 3 No des a
Ades, y otros surgieron en su lugar. otros tu gloria, ni tu dignidad a una
20 Los jóvenes que vieron la luz nación extraña. 4 Somos bienaven-
y habitaron sobre la tierra, tam- turados, Israel, porque conocemos lo
poco conocieron el camino de la que a Dios place.
5
ciencia 21 ni dieron con sus senderos, Cobra aliento, pueblo mío, cuyo
sus hijos no lograron adueñarse de nombre de gloria es Israel. 6 Fuisteis
ella están muy alejados de sus ca- vendidos a las naciones, mas no para
minos. ruina. Porque habéis irritado a Dios,
22No oyeron de ella en Canán, ni fuisteis entregados a los enemigos.
en Temán fué vista. 23 Los hijos de 7
Habéis irritado al que os hizo,
Agor conocen la ciencia humana; sacrificando a los demonios y a no
los mercaderes de Madián y de Rema, Dios. 8 Os olvidasteis de quien os
los fabulistas y los que se afanan engendró, el Dios eterno, trajisteis
por adquirir prudencia e inteligencia, la tristeza sobre la que os crió, Jeru-
no conocieron el camino de la sabi- salén, 9 que vió venir sobre vosotros
duría ni dieron con sus sendas. la cólera de Dios, y dijo:
24 ¡Oh Israel, cuán grande es la Oíd, naciones vecinas de Sión:
casa de Dios, y cuán vasto su do- Dios ha echado sobre mi un gran duelo.
minio! 25 Es muy grande y no tiene 10 Vi
el cautiverio de mis hijos y mis
término, alto e inmenso. 26 Allí nacie- hijas, que el Eterno trajo sobre ellos.
11 Con alegría
ron los gigantes, los famosos desde la los había criado, pero
antigüedad, que eran de alta estatura, los despedí con llanto y duelo. 12 Na-
diestros en la guerra. 27 Pero no eligió die se alegre de verme viuda y aban-
Dios a éstos ni les dió a conocer el donada de todos. Quedé desierta por
camino de la sabiduría, 28 y así pe- los pecados de mis hijos, porque se
recieron por falta de prudencia, pere- apartaron de la ley de Dios 13 y des-
cieron a causa de su necedad. preciaron sus mandamientos, y no
29 ¿Quién subió anduvieron por los caminos de los
al cielo y se apo-
deró de ella, y la hizo descender de preceptos divinos ni marcharon por
las nubes? 30 ¿Quién atravesó los las sendas de la doctrina ajustada a
mares y la descubrió y la trajo, con su justicia.
preferencia al oro más puro? 31 No 14 Venid, pueblos vecinos de Sión,
hay quien conozca sus caminos ni y acordaos del cautiverio de mis
quien tenga noticia de sus senderos; hijos y mis hijas, que trajo sobre ellos
32 pero el que sabe todas las cosas, el Eterno. 16 Trajo contra ellos una
la conoce, y con su inteligencia la des- nación lejana, una nación insolente,
cubre. de lengua extraña, que no respe-
Kl que cimentó la tierra para siem- taron al anciano, ni se compadecie-
pre y la pobló de cuadrúpedos; 33 el ron del niño, 16 y se llevaron el con-
que manda a la luz, que luego se suelo de la viuda, dejándola sola,
pone en marcha, la llama él. y ella sin sus hijos. 17 ¿Pues qué socorro
34 Los astros podría daros yo? ¿Cómo podría yo
le obedece temblando.
brillan en sus atalayas y en ello se socorreros? 18 Sea el que trajo este
complacen. 36 Los llama y contestan: infortunio quien os libre del poder
Henos aquí. Lucen alegremente en de vuestros enemigos.
honor del que los hizo. 19
Id, hijos míos, id, que yo me
36 Este es nuestro Dios, ninguno quedo sola, abandonada, 20 despojada
otro cuenta a su lado para nada. de la túnica de la alegría, vestida del
37 El conoce todos los caminos de saco de la plegaria. Siempre, mien-
la
ciencia, y se la concedió a Jacob, tras me dure la vida, estaré clamando
21 Y vosotros, hijos míos,
su siervo, y a Israel, su amado. al Señor.
38 Hizo, además, que se dejara valor, clamad también al Señor, y
ver
en la tierra, y conversara con los él os librará de la dominación de los
hombres. enemigos.
22
Yo espero del Eterno vuestra
1
Es el libro de los mandamientos redención, del Santo me vendrá la
4 de Dios, y la ley perdurable para alegría, por la misericordia del Eterno,
siempre. Todos ios que la guarden nuestro Salvador, que pronto vendrá
BARUC, 5, 6

sobre nosotros. 28 Con llantos y con 6


Levántate, Jerusalén, ponte en
duelo os despido, con alegría y con lo alto;mira hacia oriente y contem-
gozo eterno me seréis devueltos por pla a tus hijos, reunidos desde el
Dios. 24 Pues como ahora ven los ocaso del Sol hasta su orto, por la
pueblos vecinos de Sión vuestro cau- palabra del Santo, regocijados por
tiverio, así os verán pronto redimi- haberse acordado Dios de ellos. 6 De
dos por Dios, con redención esplén- ti partieron a pie, arrastrados por
dida y gloriosa del Eterno. los enemigos, pero Dios te los de-
25 Soportad, hijos
míos, con pa- vuelve, traídos con honor, como
ciencia ia cólera que sobre vosotros hijos de reyes. 7 Porque Dios dis-
viene de parte de Dios. El enemigo puso humillar todo monte alto y
os persigue, mas pronto verás su todo collado eterno, rellenar los valles
perdición y pondrás el pie sobre su hasta igualar la tierra, para que cami-
cuello. nase Israel con seguridad para gloria
26
Van mis delicadas hijas cami- de Dios. 8 Los bosques y todo árbol
nando por ásperos caminos, van arras- aromático darán sombra a Israel
tradas como rebaño robado por los por disposición divina. 8 Sí, Dios
enemigos. 27 Tened ánimo, hijas mías, mismo traerá a Israel lleno de alegría,
clamad a Dios, que ya se acordará a la luz de su gloria, con la miseri-
de vosotras quien os hizo ir. 28 Pues cordia y la justicia que de él vienen.
como os inclinásteis a apartaros de
Dios, así, convertidas, le buscaréis O Copia de la epístola que remitió
con multiplicado ardor; 29 pues el Jeremías a los que habían sido
que trajo sobre vosotras el castigo, llevados cautivos a Babilonia por
os traerá con la redención la eterna Nabucodonosor, rey de los babilo-
alegría. nios, a fin de comunicarles lo que
30 Ten ánimo, Jerusalén. El que Dios le había ordenado.
te dió su nombre te consolará. 1
Por los pecados que habéis come-
31 ¡Desdichados los que te maltra- tido contra Dios, fuisteis llevados
taron y se alegraron de tu caída! cautivos a Babilonia por Nabucodo-
32
¡Desgraciadas las ciudades en que nosor, rey de los babilonios. 2 Llega-
tus hijos estuvieron esclavizados, des- dos, permaneceréis ahí muchos años,
dichada la que os tuvo cautivos! un tiempo largo, hasta siete genera-
33
Pues así como se alegró en tu ruina ciones, pasadas las cuales os sacaré
y se regocijó en tu caída, así habrá de ahí en paz. 3 Ahora bien, en Babi-
de entristecerse de su propia soledad. lonia veréis dioses de plata, de oro
34
Yo la privaré de la alegría de sus y de madera, llevados a hombros,
muchedumbres, y su orgullo se con- que infunden temor a los gentiles.
vertirá en duelo, 35 pues el Eterno 4
Cuanto a vosotros, guardaos de
mandará sobre ella el fuego por largos asemejaros a los extraños, y que el
días, y por mucho tiempo será habi- temor de tales dioses no se apodere
tación de demonios. de vosotros, 5 al ver la multitud api-
36 Mira hacia
el oriente, Jerusalén, ñada delante y detrás de ellos, ado-
y contempla la alegría que te viene rándolos. Vosotros decid en vuestro
de Dios. 37 Mira que llegan tus hijos, corazón: A ti, Señor, se ha de adorar.
aquellos de quienes tuviste que des- 6 Mi ángel está con vosotros
y es
pedirte. Llegan congregados desde el quien vela por vuestras almas.
oriente y el occidente, por la palabra 7
Esos dioses los hace un artista,
del Santo, llenos de alegría por la los cubre de oro y plata, pero son
gloria de Dios. mentira, no pueden hablar. 8 Como
para doncella amiga de aderezarse,
5 1
Despójate, Jerusalén, de tu toman el oro * y fabrican coronas,
saco de duelo y aflicción; vístete que colocan en la cabeza de sus
para siempre los ornamentos de la dioses. Y
tal vez acontece que los
gloria que
te viene de Dios; 2 envuél- sacerdotes roban a los dioses el oro
vete en el manto de la justicia que y la plata, y la emplean para ador-
Dios te envía; ponte en la cabeza la narse ellos, 10 y aun para regalárselos
mitra de gloria del Eterno, 3 que a las meretrices que moran bajo
Dios hará ver tu gloria a toda nación su techo. Como a hombres, visten
debajo del 4
cielo. Te llamará por a los dioses de plata sus vestidos, y
siempre: Paz de la justicia y Gloria a los dioses de oro y de madera,
de la piedad. 11 pero no podrán evitar la herrumbre
700 BARUC, 6

ni la carcoma, vestidos con sus trajes ciendo, pues, por lodo eso, que no
de púrpura. 12 Hay que limpiarlos son dioses, no debéis temerlos.
29
el rostro, para quitarles el polvo ¿Cómo, pues, llamarlos dioses?
que se levanta en su templo y en Pues hasta las mujeres mismas pre-
abundancia se deposita sobre ellos. sentan sus ofrendas a semejantes
13
Tienen un cetro como el juez de dioses de plata, de oro y de madera;
un mas no pueden quitar 30
distrito, y en sus templos los sacerdotes
la vida a quien los ofende. 14
Tienen están sentados, rasgadas las túnicas,
asimismo un puñal o un hacha en rapadas la cabeza y la barba, y des-
su diestra, pero no se defenderán del cubierta la cabeza, 31 y aullan y
enemigo ni del ladrón, l'or lo que se gritan delante de ellos, como en
pone de manifiesto que no son dioses. una cena fúnebre. 32 De sus vestidos
No los temáis, pues. roban los sacerdotes para vestir a sus
15 Así como un vaso que un hombre mujeres y a sus hijas. Hágaseles nial
tiene, si se quiebra no es ya de uti- o hágaseles bien, ellos no pueden co-
lidad, 16 así son sus dioses. Coloca- rresponder. 33 No pueden ni poner
dos en sus templos, los ojos se les ni quitar, 34 ni pueden dar riqueza
llenan de polvo, levantado por los ni dinero ni una pieza de cobre.
pies de los que allí entran. 17 Y así Si alguno les hace un voto y no lo
como al criminal que ofendió al rey, cumple, no lo reclaman. 35 Ni libran
o al condenado a muerte, se le cierran al hombre de la muerte, ni arrancan
las puertas de la prisión, así los sacer- a) débil de las manos del fuerte.
dotes aseguran sus templos con puer- 36 No son capaces de restituir la
tas, con cerrojos y con palancas, vista al ciego, ni de librar al hombre
para que no sean robados por los que se halla en necesidad. 37 No pue-
ladrones. 18 Encienden lámparas para den compadecerse de la viuda ni
ellos, y en mayor número que para hacer bien al huérfano. 38 Son seme-
sí mismos, pero los dioses no pueden jantes a las piedras arrancadas del
ver ninguna. 19 Son como las vigas i monte. Son dioses de madera, dora-
del templo, de las cuales se dice dos y plateados, y serán confundidos
que les carcomen el corazón los gusa- los que los sirven, 39 ¿Cómo, pues,
nos que nacen de la tierra, y devoran vamos a creer y decir que son dioses?
40 Los mismos caldeos los deshon-
así sus vestidos sin que ellos lo advier-
tan. 20 Su rostro se ennegrece por el ran. Cuando ven a un iñudo que no
humo del templo. 21 Sobre su cuerpo puede hablar, lo conducen a Bel
y sobre su cabeza se arrojan las lechu- pidiéndole que le dé el habla, siendo
zas, las golondrinas y otras aves, y como es el dios, incapaz de oírlos.
aun los gatos. 22 Por donde conoce- 41 Y sabiendo esto no piensan en de-
réis que no son dioses. No los temáis, jarlos, porque no tienen conocimiento.
pues. 42
Y las mujeres, ceñidas «le cordones,
23
El oro que los cubre para su or- se sientan en los caminos quemando
nato se empaña, y si no se lo limpian, salvado; 43 y cuando alguna de ellas,
no brilla; ni aun cuando fueron fun- arrastrada, se la lleva un transeúnte
didos sintieron ínula. 24 Fueron com- y duerme con ella, injuria a las veci-
prados a este o al otro precio, y no nas por no haber merecido ese honor
hay en ellos ni un soplo de vida. de que le rompieran el cordón.
25 No teniendo pies, tienen que ser 44 Todo lo que con estos dioses se

llevados en hombros, mostrando con hace es un embuste. ¿Cómo, pues,


esto a los hombres su ignominia, para vamos a creer y decir que son dioses?
confusión de los que los sirven. 45 Han sido fabricados por los artis-
26 Si alguna vez caen en tierra, no se tas y orfebres y no podrán ser sino
48 Los
levantan por sí mismos, y una vez lo que quieran los artistas.
puestos en pie no pueden endere- mismos que los fabrican no viven
zarse; y como a los muertos, asi Ies largo tiempo: ¿Cómo va a vivir lo
ponen delante las ofrendas. 27 Los que ellos fabrican? 47 Han dejado
sacerdotes, vendiendo las víctimas para los venideros la mentira y e]
48 Porque cuando sobre
sacrificadas, se aprovechan de ellas. oprobio.
Y asimismo sus mujeres ponen en ellos viene la guerra o la calamidad,
sal una porción de ellas, y no dan deliberan entre sí los sacerdotes
nada al pobre ni al débil. 28 Son dónde podran ocultarse con ellos.
manoseados por mujeres impuras por 49 ¿Cómo, pues, no comprenden que
el parto o la menstruación. Cono- no son dioses los que ni a sí mismos
BARUC, tí 70 1

se libran de la guerra ni de las cala- puestas para utilidad de los hombres.


midades? 80 Luego s.e ve que siendo 60 Y asimismo el relámpago, cuando
de madera, dorados y plateados, brilla,se hace ver bien; y el viento
son un embuste para todas las nacio- sopla en toda la tierra; 61 y las nubes,
nes y los reyes, y quedará mani- cuando Dios las ordena pasar por
fiesto que no son dioses, sino obras encima de ella, cumplen el mandato;
humanas, y que no hay en ellos 82
y el fuego, enviado de arriba para
nada divino. consumir los montes y las selvas,
51 ¿Quién, pues, no conocerá
que hace lo que le es mandado. Sus dioses,
no son dioses? 82 No podrán jamás ni por la belleza ni por la potencia,
hacer un rey en la región, ni dar a son a estas cosas comparables. 63 No
los hombres la lluvia. 63 Su propia debe, pues, creerse ni decirse que
causa no podrán defenderla, ni pro- son dioses, no siendo capaces de
tegerse contra la injusticia, por su hacer justicia ni de hacer bien a los
impotencia. 54 Son como las cornejas, hombres. 64 Conociendo, pues, que
que vuelan entre el cielo y la tierra. no son dioses, no los temáis.
Y si alguna vez prende el fuego en 68 Son incapaces de maldecir o
los templos de estos dioses de madera bendecir a los reyes. 66 Ni pueden
dorada o plateada, sus sacerdotes se dar en el cielo señales a las naciones,
salvan con la huida, pero ellos se ni pueden, como el Sol, alumbrar,
quemarán como vigas en medio de ni iluminar como la luna. 67 Las fieras
lasllamas. 68 Ni a un rey ni a los ene- mismas saben más que ellos, porque
migos resistirán. 56 ¿Cómo, pues, huyendo a su madriguera, pueden sal-
admitir o pensar que son dioses? varse a sí mismas. 68 No se ve, pues,
Ni de ladrones ni de salteadores por modo alguno que sean dioses;
se salvarán estos dioses de madera, por tanto, no los temáis.
87 69
plateadas y dorados. Cualquiera Así como en el melonar nada
más fuerte les arrebataráel oro y la guarda el espantajo, así sus dioses
plata y el vestido de que están de madera, dorados y plateados.
70
cubiertos, y se marcharán, sin que Más se parecen a un espino en un
los dioses puedan auxiliarse. 88 De huerto, sobre el cual todos los pájaros
suerte que mejor es un rey, que puede se posan. Son también, estos dioses
hacer ostentación de su poder, o un de madera dorados y plateados, seme-
vaso cualquiera en una casa, del jantes a un muerto, arrojado al sepul-
cual se sirve su dueño, que estos cro tenebroso. 71 Por la púrpura y el
dioses falsos. Y hasta la puerta de lino, que sobre ellos se envejece,
una casa protege las cosas que hay conocerás que no son dioses. Y ellos
en ella mejor que estos falsos dioses, mismos serán más tarde consumidos,
y una columna de madera en un viniendo a ser el oprobio de la tierra.
palacio real vale más que ellos 72 Mejor
es, pues, el hombre justo,
59
Y no digamos del sol, de la luna que no tiene ídolos, porque está
y de las estrellas, que alumbran, muy lejos de temer < oprobio.
INTRODUCCION AL PROFETA EZEQUIEL

pZEQUIEL, hijo de Bvzi, sacerdote, formaba parte de los deportados con


Jeconías en 598. Su vida, por tanto, se había pasado en el ejercicio del
ministerio sacerdotal, en Jcrusalén. Nabucodonosor instaló a los cautivos a
orillas del rio Qvcbar, •uno de los muchos canales que, derivados del Eufrates,
servían para regar la Caldea. Tel-Abib era la localidad en que habitaba el
profeta cuando comenzó a profetizar. Allí tenía su casa, donde vivía con su
mujer, «las delicias de sus ojos» (24, 16). No parece que tuviera hijos. A pesar
del castigo, los deportados no habían entrado por los caminos de la penitencia;
continuaban entregados a la idolatría, ilusionados por los falsos profetas que
entre ellos había, con la esperanza de volver pronto a la patria. La carta de
Jeremías disuadiéndoles de ello no había hecho ninguna mella en sus cora-
zones (Jer. 29, 1 sigs.J.
El año quinto del cautiverio (594), Ezequiel fué llamado por Dios al mi-
nisterio profético del modo más solemne. Con aquella misteriosa visión que se
nos describe en los capítulos 1 a 3, Dios quiso dar a entender a los cautivos
que no sólo en Judá y en el templo moraba Y ave, sino también en la Caldea,
en medio de ellos, y que allí inspiraba a un profeta para que en nombre suyo
les hablase. Y, efectivamente, Ezequiel comenzó su misión, con un estilo lleno
de símbolos, a modo de parábolas, y mezclado de acciones también simbólicas,
que son la nota característica en h>s vaticinios de nuestro profeta. En éstos in-
siste sobre todo en las prevaricaciones idolátricas de Israel y Judá, que a veces
describe hasta con crudeza. La primera parte de su libro (1-24) tiende a con-
tiene r a sus oyentes, la casa rebelde, del castigo irrevocable de Jerusalén, cuyos
pecados describe para justificar la conducta de Dios hacia ella. Son notables
sobre esto los capítulos 16 y 23. Cuando la sentencia del Señor se ha cumplido,
entonces Ezequiel muda de tono y habla ya del retorno, de la penitencia, de la
misericordia del Señor, de la restauración mesiánica (33-39). Tiene también
EZEQUIEL. 1
703

su sección de vaticinio contra las naciones gentílicas (25-32), entre los cuales
se destacan los de Tiro (26, 1; 28, 19) y Egipto (29 a 32). Es notable la últi-
ma sección del profeta (40-48), en que nos describe en forma verdaderamente
geométrica la restauración de Israel después del cautiverio. El templo, la ciu-
dad, sus arrabales y la tierra toda de Palestina, repartida por igual entre las
doce tribus. Es claro que esto no responde a la realidad histórica. Es uno de
tantos símbolos, una descripción que ha de interpretarse a modo de parábola,
cuyo sentido es el mismo que esté profeta y los otros nos ofrecen en forma más
llana.
Ignoramos la fecha de la muerte de Ezequiel, que debió de ocurrir en Caldea
después de 570. Con su misión contribuyó a renovar el espíritu religioso entre
los deportados. Gracias a él, cuando sonó la hora de Dios, no faltaron
millares
de israelitas que, curados de sus antiguas idolatrías, volviesen a Judá, dis-
puestos a secundar los planes de Dios, preparando la llegada del Mesías y de
su salud.
Ha debido de ser el mismo profeta quien coleccionó sus vaticinios, que por
eso se hallan en mejor orden que los de los profetas anteriores.

EZEQUIEL
Visión de la gloria de Dios. bajo de las alas, a los cuatro lados,
salían brazos de hombre; todos cuatro
3 aFué dirigida la palabra de tenían el mismo semblante y las
9
1 Yave a Ezequiel, hijo de Buzi, mismas alas, que se tocaban las del
sacerdote, en tierra de los caldeos, uno con las del otro. Al moverse
junto alrío Quebar, l a por unos trein-
ta años. 2 El año quinto de nuestra
cautividad, *b el día cinco del mes
cuarto, estando yo entre los cautivos
en las riberas del río Quebar, se
abrieron los cielos y tuve visión de
Dios, 3 b y fué sobre mí la mano de
Yave.
4
Miré, y vi venir del septentrión
un nublado impetuoso, una nube
densa, en torno de la cual resplan-
decía un remolino de fuego, que en
medio brillaba como bronce en igni-
ción. 6 En
centro de ella había
el
semejanza de cuatro seres vivien-
tes (l), cuyo aspecto era éste:
Tenían semblante de hombre, 6 pero
cada uno tenía cuatro aspectos y
cada uno cuatro alas. 7 Sus pies eran
derechos y la planta de sus pies era
como la planta del toro. Brillaban
eorño bronce en ignición. 8 Por de-

(i) La imagen de estos seres, que para real- no se volvían para atrás, sino que
zar la majestad de Dios nos presenta el profeta cada uno iba cara adelante. 10 Su
en esta visión, es imitación de los Karibu, que
los asirios y babilonios colocaban como guardia-
semblante era éste: De hombre, por
nes a las puertas de sus palacios y templos. En delante, los cuatro; de león a la de-
ella se reúnen los cuatro reyes del reino animal: recha los cuatro, de toro a la iz-
El hombre, el león, el toro y el águila. quierda los cuatro, y de águila por
7<M EZEQUIEL, 2

detrás los cuatro (1). 11 Sus alas semejanza de trono, en lo alto, una
estaban desplegadas hacia lo alto, figura semejante a un hombre que
dos se tocaban la del uno con la del se erguía sobre él (1); 27 y lo que
otro y dos de cada uno cubrían su de él parecía, de cintura arriba, era
cuerpo. como el fulgor de un metal resplan-
12
Todos marchaban de frente, a deciente,y de cintura abajo, como el
donde les impelfa el espíritu, sin resplandor del fuego, y todo en derre-
volverse para atrás. 13 Había entre dor suyo resplandecía. 28 El esplendor
los vivientes fuego como de brasas que le rodeaba todo en torno era
encendidas cual antorchas, que dis- como el del arco que aparece en las
curría por entre ellos, centelleaba y
salían de él rayos. 14 Y
los vivientes
se movían en todas direcciones seme-
jantes al rayo. 15 Mirando a los
vivientes, descubrí junto a cada uno
a los cuatro lados, una rueda que
tocaba a la tierra. 16 Las ruedas pare-
cían de turquesa, eran todas iguales
y cada una dispuesta como si hu-
biese una rueda dentro de otra rueda.
17
Marchaban hacia los cuatro lados
yendo y no se volvían al caminar.
18
Mirando, vi que sus llantas esta-
ban todo alrededor llenas de ojos.
19 nubes en día de
Al vivientes, giraban junto a
ir los lluvia. Esta era la
ellos ruedas, y al levantarse los
las apariencia de la imagen de la gloria
vivientes sobre la tierra, se levan- de Yave. A tal vista yo caí rostro a
taban las ruedas. 20 Hacia donde los tierra, pero oí la voz de uno que
impelía el espíritu a marchar, mar- me hablaba.
chaban; y las ruedas se alzaban a la
vez con ellos, porque tenían las ruedas
espíritu de vida. 21 Cuando iban ellos, Vocución del profeta.
iban las ruedas; cuando ellos se pa-
raban, se paraban ellas, y cuando se 2 1
Y me Hijo de hombre,
dijo:
alzaban de la tierra, se alzaban, ponte en que voy a ha-
pie,
porque había en las ruedas espíritu blarte. 2
Ynublándome, entró
en
de vida. dentro de mí el espíritu, que me puso
M Sobre las cabezas de los vivientes en pie, y escuché al que me hablaba.
había una semejanza de firmamento, 3
Me dijo: Hijo de hombre, yo te
como de portentoso cristal, tendido mando a los hijos de Israel, al pueblo
por encima de susc abezas, 23 y por de- rebelde, que se ha rebelado contra
bajo del firmamento estaban ten- mí; ellos y sus padres pecaron contra
didas sus alas, que se tocaban dos mí hasta el día de hoy. 4 Son gente
a dos, la del uno con la del otro, de cara dura y de corazón empeder-
mientras las otras dos de cada uno nido esos a quienes te mando. Diles:
cubrían su cuerpo. 24 Oía el ruido Así dice el Señor, Yave. 6 Acaso te
de las alas, como ruido de río cauda- escuchen. Y si no te escucharen, pues
loso, como ruido de truenos, cuando son gente rebelde, al menos cono-
marchaban, como el estruendo de un cerán que hay entre ellos profeta.
campamento; cuando se detenían * Tú, hijo de hombre, no los temas
plegaban las alas. ni tengas miedo a sus palabras, aun-
25 Y una voz hendió el firmamento que te sean cardos y zarzas y habites
que estaba sobre sus cabezas. 24 Sobre en medio de escorpiones. No temas
el firmamento que estaba sobre sus sus palabras, no tengas miedo de su
cabezas había una apariencia de piedra cara, porque son gente rebelde. 7 Dfles
de zafiro a modo de trono, y sobre la lo que yo te diga, óigante o no te

(i) El arte mesopotámico nos ofrece la ex- (i) Estos versos nos presentan envuelta en
plicación de este pasaje con las estatuas de sus misterioso simbolismo una imagen de Yave Pa-
Karibu, seres divinos con cabeza y a veces manos recen estar inspirados en la imagen del dios Asur.
de hombre, alas de águila, cuerpo de toro y cola vestido de luz v rodeado del arco iris. (Véase el
y patas de león. (Véase él grabado.) grabado.!
EZEQUIEL, 3. 4 705

oigan, porque son muy rebeldes. durante siete días. 16 Al cabo de los
8
Tú, hijo de hombre, escucha lo que siete días me
fué dirigida la palabra
yo te digo, no seas tú también re- de Yave: 17 Hijo de nombre, yo te
belde, como la casa de los rebeldes. he dado por atalaya a la casa de
Abre la boca y come lo que te pre- Israel. Tú oirás las palabras de mi
sento. 9 Miré y vi que se tendía hacia boca, y de mi parte los amonestarás.
mí una mano que tenía un rollo. 18
Si yo digo al malvado: tjVas a
Lo desenvolvió ante mí y vi que esta- morir! », y tú no le amonestares y no
ba escrito por delante y por detrás, y le hablares para retraer al malvado
lo que en él estaba escrito eran lamen- de sus perversos caminos para que
taciones, elegías y guayes. viva, él, el malvado, morirá en su
iniquidad, pero yo te demandaré a
1 Y me dijo: Hijo de hombre, ti su sangre.
19
Mas si, habiendo tú
3 come eso que tienes delante: amonestado al malvado no se con-
come ese rollo, y habla luego a la vierte él de su maldad y de sus per-
casa de Israel. 2
Yo
abrí la boca, e versos caminos, él morirá en su
hízome comerél 3
diciendo:
el rollo, iniquidad, pero tú habrás salvado tu
Hijo de hombre, llena tu vientre e alma. 20 Y si se apartare el justo de
hinche tus entrañas de este rollo que su justicia, cometiendo maldad, y
te presento. Yo lo comí y me supo pusiere yo una trampa delante de él,
a mieles. 4 Luego me dijo: Hijo de él morirá. De no haberle amonestado
hombre: Ve, llégate a la casa de tú, morirá en su pecado y no se recor-
Israel y háblales mis palabras. 6 Mira darán las obras buenas que hubiere
que no eres enviado a un pueblo de hecho, pero yo te demandaré a ti su
habla abstrusa y extraña. 6 No es a sangre. 21 Pero si tú amonestaste al
pueblos de lengua abstrusa y ex- justo, para que no pecara y dejare
traña, cuyas palabras no entiendes. de pecar, vivirá él, porque fué amones-
¡Ahí, si a ésos te enviara, seguramente tado, y tú habrás salva tu alma (1).
te escucharían. 7 La casa de Israel,
por lo contrario, no querrá oírte, El profeta, cautivo en su casa.
porque no quieren oírme a mí, porque
toda la casa de Israel tiene frente 22 Fué allí de nuevo sobre mí la
altanera y corazón contumaz. 8 Pero mano de Yave, que me dijo: Leván-
yo te doy un rostro tan firme como tate, vete al campo y allí te hablaré.
el de ellos, y una frente dura cuanto 23
Levantóme y salí al campo, y vi
las frentes suyas, 9 tan dura como el que estaba allí la gloria de Yave,
diamante, más que el pedernal. No como la gloria que había visto en
los temas ni te atemorices ante ellos, la ribera del Quebar, y caí rostro a
porque son casa de rebeldes. tierra; 24 pero entró en mí el espíritu,
10 Díjome
también: Hijo de hom- y me puso en pie y me habló Yave,
bre, todas las palabras que yo te diciéndome: Ve y enciérrate en tu
diga, recógelas en tu corazón y dales casa. 25 Tú, hijo de hombre, verás
atento oído; 11 y ve luego, y llégate que echan cuerdas sobre ti, y te
a los deportados, a los hijos de tu atan con ellas, y ya no podrás
pueblo, y_ háblales diciéndoles: Así salir a ellos. 26 Y haré que se te pegue
dice el Señor, Yave, óigante o no te la lengua al paladar y quedarás
oigan. 12 Entonces me arrebató el mudo, y no serás ya para ellos un
espíritu, y oí tras de mí un estruendo censor, porque es casa de rebeldes,
de fuerte terremoto, al elevarse la 27
y cuando yo te hable, abriré tu
gloria de Yave de su lugar; 13 y oí boca, y entonces les dirás: Así habla
el rumor de las alas de los cuatro el Señor, Yave, el que oiga, oiga,
seres, que daban la una contra la y el que no quiera oír, no oiga, por-
otra, y el ruido de las ruedas, ruido que es casa de rebeldes.
de gran terremoto. 14 Entonces me
alzó el espíritu y me arrebató. Yo El plano de «Jcrusalén asediada.
andaba amargado y malhumorado en
mi alma; pero fué sobre mí la mano 4 1 Tú, hijo de hombre, toma una
de Yave, que me confortó. tableta de arcilla, y póntela de-
15
Llegué así a los deportados de
Telabib, que habitan en la ribera
(i) Estas palabras del Señor indican la grave
del río Quebar, a la región donde
responsabilidad que implicaba para el profeta
moran, y estuve entre ellos atónito su ministerio.

45
70(> EZEQUIEL, 5

Jante. Traza en la tableta el plano que cocerás en el rescoldo de excre-


de una ciudad, Jerusalén. 2 Pon mentos humanos y a la vista de
contra ella cerco, alza contra ella esas gentes. 13 Y me dijo Yave: Así
torres, levanta un vallado, asienta comerán los hijos de Israel su pan
campamento delante de ella, y pon inmundo, en medio de las gentes a
contra ella arietes en derredor. 3 Toma las cuales los arrojaré yo.
luego una plancha de hierro, y ponía 14 ¡Ah, Señor, Yave!, exclamé yo;
como muro de hierro entre ti y la mi alma no se ha contaminado nunca
ciudad, y dirige a ella tus miradas. desde mi adolescencia hasta hoy;
El cerco será estrecho, y lo estre- no comí mortecino ni despedazado,
charás cada vez más. Es señal para y jamás entró en mi boca carne
la casa de Israel. inmunda. 18 El me respondió: Mira,
te concedo que en vez de estiércol
humano tomes estiércol de los bue-
Kl profeta, cargado coa las iniqui- yes, para cocer en él tu pan. 16 Y
dades «le Israel y de Juila. añadió: Hijo de hombre, yo voy a
quebrantar a Jerusalén el sustento
4
Echate después sobre tu lado del pan: comerán el pan por peso y
izquierdo, y pon sobre él las mal- con angustia, y beberán el agua
dades de la rasa dé Tan- Israel. tasada y con afán; 17 para que fal-
tos días como sobre él yazcas, tándoles el pan y el agua, desfallezcan
expiarás en ti la iniquidad suya: los unos con los otros y se consuman
5 en su iniquidad.
los años de su expiación te los
computo a ti por días, ciento no-
venta días expiarás las iniquida-
des de la casa dé Israel. 6 Acaba- l a depopnlációñ de .Imlá j
dos éstos, te echarás del lado de- Jerusalén.
recho, para expiar a su vez las ini-
quidades de la casa de Judá por Hijo de hombre, coge una es-
1

cuarenta días, computándote cada padaafilada y empléala como


día por un año (1). navaja de barbero, para raerte cabe-
7
Dirigirás tus miradas hacia el llos y barba (1). Toma luego una
muro de Jerusalén, tendiendo el brazo balanza justa, y reparte el pelo. 2 Un
8 Yo
y profetizando contra ella. te tercio lo quemarás al fuego en medio
ataré con cuerdas, para que no pue- de la ciudad, mientras se cumplen
das volverte de un lado al otro, los días del asedio; otro tercio lo
mientras no se cumplan los días de golpearás con la espada en derredor
tu atadura. de ella, y el otro tercio lo esparci-
rás viento, y yo lo perseguiré
al
con la espada desnuda.
3
Toma tam-
I I pan, tasmlo e inmundo. bién de ellos unos pocos, por cuenta,
y átalos a la orla de tu manto.
4
Toma
9
Coge también trigo, cebada, otros pocos, y los echas en medio del
habas, lentejas, mijo y avena, y fuego, que se quemen. De ahí saldrá
ponió todo en una sola vasija (2), el fuego para toda la casa de Israel.
5
y haz de ello tu alimento durante Así dice el Señor, Yave: Esta es
los días que estés echado de éste o Jerusalén. Yo la había puesto en
del otro lado. 10 Lo que para comer medio de las gentes y de las tierras
tomes será de veinte siclos de peso que están en derredor suyo. 6 Ella
por día, que es lo que comerás de se rebeló contra mis mandatos, mal-
un tlía al otro. 11
También el agua vada, más que las gentes, y contra
la beberás medida, un sexto de hin, I mis leyes, más que las tierras que
<[ue te servirá de bebida de un día I
están en torno suyo, despreciando
12
al otro. Comerás pan de cebada, mis mandamientos y mis leyes y
no andando por ellos. 7 Por tanto,
(1) Ya se deja entender que estas palabras i
así dice Yave: Por ser más rebelde
no implican un mandato que el profeta debe eje- que las gentes que os rodean, y no
cutar, pues no seria posible sin un milagro. Es haber seguido mis mandamientos y
una parábola para significar con aproximación
la duración del cautiverio.
Otra imagen nueva y extraña para decla-
(2) (i) Nueva imagen de los estragos que ven-
rar el hambre que Jerusalén pasara durante su drán sobre Jerusalén, de cuya población sólo
asedio por los caldeos. quedará una pequeña porción.
EZEQUIEL, G, 7 707

nu obrado según mis leyes,


haber Yave, a los montes, a los collados,
y hasta ni siquiera haber hecho según a los torresntes y a los valles.
las costumbres de las gentes que están Voy a traer contra vosotros la
en torno vuestro; 8 por eso, así dice espada, y destruiré todos vuestros
el Señor, Yave: Heme aquí contra ti altos. 4 Vuestros altares serán devas-
a mi vez, para hacer justicia en ti, tados, y destrozados vuestros cipos
a la vista de las gentes, 9 y haré en ti solares, y haré caer vuestros muertos
lo que no hice jamás y como jamás ante vuestros ídolos. 5 Yo pondré los
volveré a hacer, por causa de todas cadáveres de los hijos de Israel de-
tus abominaciones. 10 Por eso, dentro lante de sus ídolos y dispersaré vues-
de ti se comerán los padres a sus tros huesos en derredor de vuestros
hijos, y los hijos se comerán a sus altares. 6 Dondequiera habitéis serán
padres; cumpliré en ti mis juicios, arruinadas vuestras ciudades y de-
y lo que de ti reste lo esparciré a vastados vuestros altos. Vuestros alta-
todos los vientos. res serán arruinados, y abandonados
11 Por
mi vida, dice el Señor, Yave, vuestros ídolos, destrozados, desapa-
ya que tú has profanado mi santuario recerán. Serán rotos vuestros cipos
con todas tus fornicaciones y con al sol y aniquiladas vuestras obras.
todas tus abominaciones, yo tam- 7
Caerán en medio de vosotros los
bién te abatiré a ti, sin que perdone muertos, y sabréis que yo soy Yave.
mi ojo, sin misericordia. 12 Una ter- 8
Mas dejaré de vosotros entre las
cera parte de ti morirá dentro de gentes unos restos que escaparán a
pestilencia y de hambre; otra ter- la espada, cuando sean dispersados
cera parte caerá en derredor tuyo a por el mundo. 9 Vuestros dispersos
la espada, y la otra tercera parte la se acordarán de mí en las naciones
j

esparciré a todos los vientos e iré i


en que estarán en cautiverio, porque
tras ella con la espada desenvainada. yo quebrantaré su corazón forni-
13 Cumpliré |

mi furor y saciaré en |
cario, que se apartó de mí, y sus
ellos mi ira, y tomaré satisfacción, j
ojos que fornicaron tras los ídolos.
y sabrán que yo, Yave, he hablado Y tendrán horror de sí mismos por
en mi indignación, cuando desfogue las iniquidades que cometieron y por
en ellos mi furor. 14 Te tornaré en todas sus fornicaciones. 10 Sabrán en-
desierto y en oprobio de las gentes tonces que yo soy Yave. No en vano
que están en derredor tuyo, a los he dicho que había de escarmentarlos.
ojos de todos; 15 y serás el oprobio 11
Así dice el Señor, Yave: Hiere
y el escarnio, el espanto y el escar- con la mano y hiere con el pie, di-
miento de las gentes que están en ciendo: ¡Ah! Después de tantas horri-
derredor de ti, cuando en medio de bles abominaciones, caerá la casa
ti haga yo justicia con furor e indig- de Israel a espada, de hambre y de
nación, con terrible ira. Yo, Yave, peste. 12 El que esté lejos morirá
lo he dicho. de peste, el que esté cerca caerá a
la espada, y el que quedare y esté
Devastación do la tierra. asediado, morirá de hambre. Des-
fogaré mi ira; 13 y reconoceréis que
16
Cuando dispare yo contra ellos yo soy Yave, cuando yazcan sus
las perniciosas saetas del hambre, muertos junto a sus ídolos, en derre-
que los llevarán a la destrucción, dor de sus altares; en todo alto collado
que lanzaré yo para destruirlos, y y en la cima de todos los montes;
acreciente vuestra hambre y os quite bajo todo árbol frondoso y bajo
todo sustento de pan; 17 cuando lance toda encina copuda, allí donde ofre-
contra vosotros el hambre y las bes- cían perfumes de grato aroma a todos
tias feroces que te dejarán sin hijos, sus ídolos; 14 yo tenderé contra ellos
y pasen por tus calles la pestilencia mi mano y tornaré la tierra desolada
y el estrago, y haga caer sobre ti la y solitaria, más que el desierto de
espada. Yo, Yave, he hablado. Dibla, donde quiera que habiten;
y sabrán que yo soy Yave.
()
1
Fuéme dirigida la palabra de
Yave, diciendo: 2
Hijo de hombre, Castigo de las idolatrías.
vuelve el rostro a los montes de
Israel y profetiza contra ellos. 3 Di: 1
Fuéme dirigida la palabra de
Oíd, montes de Israel, la palabra del Yave, diciendo: 2 Mira, hijo de
Señor, Yave. Así dice el Señor, hombre, así habla Yave: Es el fin
708 EZEQUIEL, 8

19
para la tierra de Israel, viene el fin Tiran en las calles su plata,
sobre los cuatro confines de la tierra. y su oro se torna en horror; no los
3
Llega para ti el fin, y desencade- salvará su plata ni su oro el día
naré mi ira contra ti y te pagaré de la ira de Yave. No saciarán su
según tus obras, y echaré sobre ti hambre y no llenarán su vientre con
todas tus abominaciones. 4 No se ellos, porque
les fueron incentivo
apiadará de ti mi ojo, no tendré com- para pecado. 20 Estaban muy orgu-
el
pasión, echaré tus obras sobre ti y llosos de su brillante belleza, y con
en tu seno tus abominaciones y ellos fabricaron sus abominables simu-
sabréis que yo soy Yave. lacros, se hicieron sus ídolos. 21 Por
5 Porque eso los haré yo para ellos abomina-
asi dice el Señor, Yave:
Desdicha tras desdicha, ya viene; ción y los daré al saqueo de manos
8
llega el fin, está amenazándote el extrañas y en botín a los impíos de
fin,ya está ahí. 7 Ya te llega la corona, la tierra,para que la contaminen.
28
habitante de la tierra; ya viene el Apartaré de ellos mi rostro y
tiempo, ya llega el día del alboroto, será profanado mi tesoro, entrarán
pero no de alegría, en los montes. allí los invasores y lo profanarán:
8 23
Ahora en seguida voy a derramar de ellos harán cadenas, porque está
sobre ti mi ira y satisfaré en ti mi la tierra llena de sangre y la ciudad
furor, juzgándote según tus obras y llena de violencias. 24 Traeré allá
echando sobre ti todas tus fornica- lo más feroz de las gentes, para que
ciones. 9 No se apiadará mi ojo, no se apoderen de sus casas; acabaré
tendré compasión, sino que echaré el orgullo de los poderosos, y serán
sobre ti tus obras, y pondré en tu profanados sus santuarios.
26 Viene
seno tus abominaciones y sabrás que la ruina; pedirán paz y
yo, Yave, os hiero. no habrá paz; 28 vendrá angustia
He ahí el día, ya viene, ya llega
10 sobre angustia, y al anuncio de una
tu suerte, ya florece el cetro, ya brotó seguirá el de otra. Faltará la visión
la soberbia. 11 Viene la destrucción a sus profetas, los sacerdotes desco-
para el cetro impío; nada quedará de nocerán la ley y los ancianos el
ellos, nada de su soberbia, nada de consejo. 27 El rey se enlutará y los
su estrépito, nada de su esplendor. príncipes estarán desolados, y tem-
12
Llega el tiempo, viene el día; que blarán las manos de todo el pueblo.
no se alegre el que compra ni se Yo los trataré según sus caminos,
entristezca el que vende, que sobre y los juzgaré según su merecido, y
todos vendrá la ira. 13 Quien venda sabrán que yo soy Yave.
no recobrará lo vendido por más que
viva, porque la visión sobre todos
ellos no se revocará, y por sus impie- La gloria de Yave abandona el
dades, ninguno vivirá. templo.

Conversión y salvación de los res- íí


1
El año sexto, el día cinco del
tos, después del tremendo castigo.
u sexto mes, me hallaba yo en mi
casa, y estaban delante de mí los
14
Tocan las trompetas, apréstase ancianos de Judá, y allí se posó
todo, pero todos se agachan, están sobre mí la mano del Señor, Yave.
sin fuerzas, porque se desencadena Miré, * y vi una figura al parecer de
mi contra toda la muchedumbre.
ira fuego. De lo que aparecía, de cin-
16
Fuera, la espada, dentro, la peste tura arriba era fuego, y de cintura
y el hambre, quien esté en el campo abajo era como un esplendor lumi-
morirá a la espada, quien esté dentro noso, como bronce brillante. 8 Tendió
de la ciudad será devorado por el una a modo de mano, y me cogió por
hambre y por la peste. 16 Quien de los pelos de la cabeza. El espíritu
ellos escape huirá a los montes, y me levantó entre la tierra y el cielo,
gemirán todos como gime la paloma, y en visión divina me llevó a Jeru-
cada uno por su propia iniquidad. salén (1), a la entrada de la puerta
17
Todas las manos están debilitadas, del atrio interior, del lado del sep-
y todas las rodillas se mojan en agua. tentrión, donde estaba puesto el ídolo
18 Cíñense de saco y cúbrense de
terror, en todos los rostros se ve la (i) Dios conduce en espíritu ¿1 profeta al
confusión y todas las cabezas están templo de Jerusalén. para hacerle ver las abomi-
rapadas. naciones idolátricas que allí se cometen.
EZEQUIEL, 9

que provoca el celo. 1 Y


allí estaba nado la tierra de violencias para
la gloria del Dios de Israel, semejante irritarme, y hasta se llevan la zemo-
a la de la visión que tuve en el campo. ra (1) a sus narices? 18 Pues también
yo obraré con furor, no se apiadará
mi ojo y no tendré compasión, y
La idolatría, en el templo mismo. cuando griten a mis oídos en voz alta,
no los escucharé.
5 Y me de hombre,
dijo: Hijo
alza tus ojos hacia el lado del sep-
tentrión. Y alzando mis ojos al lado Los mensajeros de la destrucción.
del septentrión, vi al norte de la
puerta el altar del ídolo del celo, () 1
Y
clamó en mis oídos con fuerte
a la misma, y me dijo:
entrada voz: ¡Acercaos, los que habéis
B
Hijo de. hombre, ¿ves lo que hacen de castigar a la ciudad, cada uno
éstos? ¿Ves las grandes abomina- con su instrumento de destrucción
ciones que la casa de Israel hace en la mano! 2 Y
llegaron seis hombres
aquí mismo, para alejarme de mi por el camino de la puerta superior
santuario? Pero date la vuelta, y del lado del septentrión, cada uno
verás abominaciones todavía más con su instrumento destructor en la
grandes. 7
Y me llevó a la entrada mano. Había en medio de ellos un
del atrio, y mirando, vi un agujero hombre vestido de lino, que traía a
en la pared. Y me dijo: Hijo de
8
la cintura un tintero de escriba; y
hombre, horada en la pared. Horadé entrados, fueron a ponerse junto al
en la pared, y apareció una puerta. altar de bronce.
9
Entra, me dijo, y mira las pésimas 3
La gloria del Dios de Israel se
abominaciones que éstos hacen. 10 En- alzó de sobre el querubín sobre el
tré, miré, y vi toda suerte de imá- que estaba, hacia el umbral de la
genes de reptiles y bestias abomina- casa, y llamando al hombre vestido
bles y todos los ídolos de la casa de de lino que llevaba el tintero de
Israel pintados en la pared en derre- 4
escriba, le dijo Yave: Pasa por en
dor. 11 Y setenta hombres de los medio de la ciudad, por en medio de
ancianos de la casa de Israel, entre Jerusalén, y pon por señal un Tau
ellos Jezonías, hijo de Safán, estaban en la frente (2) de los que se duelen
en pie ante ellos, cada uno con su de todas las abominaciones que en
incensario en la mano, de los que medio de ella se cometen. 5 a los Y
subía una nube de incienso. 12 Y otros les dijo: Pasad en pos de él
me dijo: Hijo de hombre: ¿Has visto por la ciudad y herid. No perdone
10 que hacen los ancianos de Israel vuestro ojo ni tengáis compasión;
en secreto, cada uno en su cámara, 6
viejos, mancebos y doncellas, niños
llena de imágenes? Pues se dicen: y mujeres, matad hasta exterminarlos,
Yave no nos ve; se ha alejado de la pero no os lleguéis a ninguno de los
tierra. 13 Y me dijo: Pues verás abo- que llevan el Tau. Comenzad por
minaciones todavía mayores que éstos mi santuario. Comenzaron, pues, por
hacen. los ancianos que estaban delante del
14
Me condujo a la entrada de la templo. 7 Y les dijo: Profanad tam-
puerta de la casa de Yave, del lado bién el santuario, henchid de muertos
norte y estaban allí dos mujeres los atrios. Salid. Salieron, y sé pu-
sentadas llorando a Tammuz; 16 y sieron a matar por la ciudad.
me dijo: ¿Has visto hijo de hombre? 8
Mientras ellos herían, quedóme
Pues todavía verás abominaciones yo solo y postrándome rostro a
mucho más grandes que ésta. 16 Y tierra, grité: ¡Oh, Señor, Yave! ¿Vas
me llevó al atrio interior de la casa a exterminar cuanto queda de la
de Yave; y allí, a la misma entrada casa de Israel, arrojando tu furor
del santuario de Yave, entre el ves- sobre Jerusalén? 9 me dijo: La Y
tíbulo y el altar, había unos veinti-
cinco hombres, de espaldas al san- (1) La palabra zemora significa un ramito
tuario de Yave y cara al oriente, o ramillete, mas no sabemos de qué, y por eso
que hacia el oriente se postraban. hemos creído mejor transcribirla que traducirla.
17 Y me Los textos asirios sugieren ciertas raíces de vir-
dijo: Hijo de hombre, ¿has
tud mágica, que creían daban vida al que las olía.
visto? ¿Será cosa ligera para la casa
(2) La señal puesta en la frente marcaba a
de Judá hacer las abominaciones que los piadosos que se dolían de las idolatrías del
en este lugar se hacen, que han lle- pueblo y los señalaba para la preservación.
710 EZEQUIEL, 10, 11

iniquidad de casa di- Israel y de


la alas, y las ruedas, estaban lodo en
Judá es muy grande. La tierra está derredor llenos de ojos, y todos
eubierta de sangre, la ciudad llena cuatro tenían cada uno su rueda. 13 A
de injusticia, pues se lian dicho: las ruedas, como yo lo oí, las llamaban
Yave se ha alejado de la tierra y no torbellino. 14 Cada uno tenía cuatro
ve nada. 10 Así, pues, haré yo, no aspectos; el primero de querubín, el
perdonará mi ojo, no tendré compa- segundo de hombre, el tercero de león,
sión, haré recaer sus obras sobre sus y el cuarto de águila. 15 Levantáronse
cabezas. 11 Y el hombre vestido de los querubines. Eran los mismos seres
lino, con el tintero de escriba a la vivientes que había visto junto al
cintura, vino a hacer relación: He río Quebar. 16 Al moverse los queru-
lucho lo que mandaste. bines, se movían las ruedas a su
lado, y cuando los querubines alza-
ban las alas para levantarse de tierra,
Nueva descripción de l;i gloria las ruedas, a su vez, no se apartaban
de Dios. de su lado; 17 cuando aquéllos se para-
ban, se paraban éstas, y cuando se alza-
-I í\ 1
Y miré, y vi encima del fir- ban aquéllos se alzaban estas con ellos,
* " mámenlo que
estaba sobre las pues había en ellas espíritu de vida.
cabezas de los querubines una como 18
La gloria de Yave se quitó de
piedra de zafiro que aparecía sobre sobre el umbral de la casa y se puso
ellos como a semejanza de trono; sobre los querubines; 19 y los queru-
2
y habló Yave al hombre vestido de bines, saliendo fuera, tendieron las
lino, y le dijo: Ve por entre las nudas alas, se alzaron de tierra a vista mía,
de debajo de los querubines, y llena y con ellos se alzaron las ruedas (1).
lus manos de las brasas encendidas Taráronse a la entrada de la puerta
que hay entre los querubines, y oriental de la casa de Yave, y la
échalas sobre la ciudad; y él fué a gloria del Dios de Israel estaba arriba
vista mía. 3 Los querubines se habían sobre ellos. 20 Eran los mismos seres
parado al lado derecho de la casa que había visto bajo el Dios de Israel
(liando el hombre fué, y una nube junto al rio Quebar, y supe que se
había llenado el atrio interior. 4 La llamaban querubines. 21 Cada uno
gloria de Yave se alzó sobre, el queru- tenía cuatro aspectos y cada uno
bín al umbral de la casa y ésta se cuatro alas y una semejanza de mano
llenó de la nube, y el atrio se lleno de hombre bajo, las alas. 22 La seme-
del esplendor de la gloria de Yave: janza de sus rostros era la de los
6
y el rumor de las alas de los queru- (pie vi junto al río Quebar. Cada uno
bines se oía hasta el atrio exterior, iba de frente a sí.
semejahte a la voz de Dios omnipo-
tente (liando habla.
6
Y como dio la orden al hombre Castigo de lo> jefes del pueblo.
vestido de lino, «coge del fuego de
entre las ruedas de en medio de los 1
Me elevé el espíritu y me llevó
querubines », entró él y paróse entre a la puerta oriental de la casa,
las ruedas; 7 y uno de los querubines la que mira a levante; y vi que habla
tendió la mano al fuego que entre a la puerta veinticinco hombres, entre
ellos había, y tomó de él y lo puso los cuales Jazanías, hijo de Asur,
en las palmas del que estaba vestido y Peltia, hijo de Bananya, jefes del
de que lo tomó y salió.
lino, pueblo, 2
Y Yave me dijo: Hijo de
K
Mostróse entonces en los queru- hombre, éstos son hombres que
los
bines una forma de mano de hombre maquinan perversidades y dan en la
bajo sus alas. B .Miré, y vi cualro ciudad perversos consejos; 3 y dicen:
ruedas junio a los querubines, una ¿No se han reconstruido bien pronto
rueda al lado de uno y otra al lado las casas de la ciudad ? Ella será la olla,
de otro querubín. A la vista parecían nosotros la carne. 4 Por tanto, profetiza
las ruedas como de turquesa, 10 y contra ellos, profetiza, hijo de hombre.
5 Y vino sobre mí el espíritu de
en cuanto a su forma, las cuatro
eran iguales, como rueda dentro de
rueda. 11 Cuando se movían iban a
(i) L.i gloria de Yave. o sea El mismo, que
sus cuatro lados, y no se volvían moraba en el templo, lo abandona, para que el
atrás al marchar. 12 Todo el cuerpo templo sea entregado a la destrucción de Ibi
de los querubines, dorso, manos y caldees.
EZEQUIEL, 12

Yave y me dijo: Di: Así habla Yave: de su cuerpo su corazón de piedra, y


20 para
Vosotros habéis dicho eso, casa de les daré un corazón de carne,
Israel, y yo sé muy bien lo que que sigan mis mandamientos y ob-
pensáis. 6 Habéis multiplicado los serven y practiquen mis leyes, y sean
muertos en esta ciudad, habéis lle- mi pueblo y sea yo su Dios. 21 Pero
nado sus calles de cadáveres. 7 Por a los que se complacen en sus ídolos,
tanto, así dice Yave: Vuestros muer- en sus abominaciones, yo les echaré
tos, los que habéis dejado tendidos sus obras sobre la cabeza, dice el
en medio de ella, ésos son la carne Señor, Yave.
22
y ella es la olla, pero yo os he de Los querubines desplegaron sus
sacar de ella. alas, y les siguieron las ruedas: y la
s
Vosotros tenéis miedo a la espa- gloria de Yave estaba sobre ellos:
da, y yo haré venir la espada sobre 23
y la gloria de Yave se alzó de en
vosotros, dice el Señor, Yave. 9 Yo. medio de la ciudad, y se posó sobre
os sacaré de en medio de ella y os el monte que está al oriente de la
entregaré en manos de los extranje- ciudad. 24 Me tomó el espíritu, y me
ros, y haré justicia en vosotros. 10 Pe- llevó a Caldea entre los cautivos, en
receréis a la espada, en los términos visión del espíritu de Dios, y desapa-
de Israel, os juzgaré y sabréis que reció la visión que había tenido.
yo soy Yave. 11 No será ella para 25 Yo dije a los cautivos todo lo que

vosotros la olla, ni seréis vosotros en Yave me había mostrado.


ella La carne; en los términos de Is-
rael os juzgaré, 12 y sabréis que yo
soy Yave, cuyos mandamientos no La fujj" del rey.
habéis seguido, cuyas leyes no ha-
béis practicado, sino que habéis obra- i*) 1
Fuéme dirigida la palabra
1
do siguiendo las costumbres de las Yave, diciendo: 2 Hijo de
de
gentes que os rodean. hombre: Habitas en medio de gente
13 Apenas había profetizado, cayó
rebelde, que tiene ojos para ver y
muerto Peltía, hijo de Banayas, y yo no ven, oídos para oír y no oyen,
me eché rostro a tierra y grité con porque son gente rebelde. 3 Tú, hijo
todas mis fuerzas: ¡Ah Señor, Yave! de hombre, dispon tus trebejos de
¿Vas a acabar del todo con lo que emigración (1), y sal de día a la
queda de Israel? 14 Me fué dirigida vista de ellos. Parte a presencia suya
palabra de. Yave, diciendo: 15 Hijo del lugar en que estás, para otro
de hombre, tus hermanos, tus her- lugar, a ver si reconocen que son
manos, los de tu parentela, la casa gente rebelde. 4 Saca tus trebejos,
de Israel toda entera, son los que como trebejos de camino, de día, a
dicen a los habitantes de Jerusalén: ' sus ojos, y parte por la tarde a pre-
Alejaos de Yave, tenemos la tierra sencia suya, como parten los deste-
en posesión. 16 Diles, por tanto: Así rrados. 5 A
sus ojos horadas la pared
habla el Señor, Yave: Los he alejado y sales por ella, llevando a sus ojos
hacia las gentes, los he dispersado en tus trebejos, y te los echas al hombro,
tierras extranjeras, pero yo seré para y sales al oscurecer, cubierto el rostro
ellos santuario, por el poco de tiempo y sin mirar a la tierra, pues quiero
que estarán en las tierras a que han que seas pronóstico para la casa de
emigrado (1). Israel.
17
Diles, pues: Así habla el Señor, 7
Yo hice lo que se me mandaba,
Yave: Yo os recogeré de entre las y de día con mis trebejos, como
salí
gentes, y os reuniré de entre las tie- trebejos de emigración; horadé con
rras a que habéis sido dispersados, mis manos la pared y los saqué al
y os daré La tierra de Israel. 18 en- Y oscurecer, y me Los eché al hombro
trarán en ella, y quitarán de ella a presencia suya. 8 Por la mañana
todos sus ídolos y sus abominaciones. me fué dirigida la palabra de Yave,
19
Y les daré otro corazón, y pondré diciendo: 9 Hijo de hombre, no te ha
en ellos un espíritu nuevo, quitaré dicho la casa de Israel, esta casa de
rebeldes: ¿Qué es lo que haces?
10
Pues diles: Así habla el Señor,
(i) Hermosas palabras de este verso. Los
las
desterrados carecen de templo; pero Dios mismo
será su templo: Dios no los abandona en su des- (i) El profeta recibe esta orden de preparar
tierro, hasta reconJticirlos a la patrij, mudado sus bártulos y partir, simbolizando la partida de
su espíritu. Juda y su rey para el destierro.
712 EZEQUIEL, 13

Yave: Este oráculo es para el prínci- engañosas ni adivinaciones lisonje-


pe que está en Jerusalén y para toda ras en la casa de Israel. 25 Porque
la casa de Israel que allí se halla. yo, Yave, digo: Se cumplirá la pala-
11
Diles: Yo soy para vosotros una bra que yo pronuncie y no se dila-
señal; lo que yo hago, eso harán ellos, tará. Antes en vuestros días, ¡oh casa
irán al destierro, al cautiverio. de rebeldes!, diré mi palabra y la
12
El príncipe que entre ellos está cumpliré. Palabra de Yave.
se ochará al hombro su bagaje en la 26 Fuéme dirigida la palabra de

oscuridad y partirá. Se horadará la Yave, diciendo: 27 Hijo de hombre,


muralla para que salga, y se cubrirá mira cómo dice la casa de Israel:
el rostro para no ver la tierra. 13 Yo Las visiones que éste ve no son para
le tenderé mis redes, y será cogido pronto, profetiza para muy lejanos
en mis mallas, y le llevarán a Babi- días. 28 Diles, por tanto: Así habla
lonia, a la tierra de los caldeos, pero el Señor, Yave: No se dilatará ya
no la verá, y allí morirá. 14 Y a más. Se cumplirá toda palabra que
cuantos estén a su lado para servirle, yo hable, dice el Señor, Yave.
a cuantos le acompañen los esparciré
a todos los vientos y desenvainaré
contra ellos mi espada. 15 Y sabrán Contra los falsos profetas.
que yo soy Yave. cuando los dise-
mine entre las gentes y los derrame 1o 1 Fuéme dirigida la palabra de
sobre la tierra. 16 Pero haré que de Yave, diciendo: 2 Hijo de hom-
ellos quede un corto número, de la bre, profetiza contra los profetas de Is-
espada, del hambre y de la pesti- Irael (1) que profetizan; y di a esos
lencia. Para que cuenten todas sus que profetizan a capricho suyo: oíd
abominaciones entre las gentes a las ¡la palabra de Yave. 3 Así dice el
que llegaren y sepan que yo soy Yave. Señor, Yave: lAy de los profetas in-
17
Fuéme dirigida la palabra de sensatos que andan en su propio ca-
Yave, diciendo: 18 Hijo de hombre, pricho, sin haber visto nadal 4 Fue-
come tu pan con temor y bebe tu ron, Israel, tus profetas como zorras
agua con anhelo y angustia, 19 y di del desierto. 5 No habéis subido a las
al pueblo de la tierra: Así habla el brechas, no habéis amurallado la casa
Señor, Yave, de los moradores de de Israel, para que resistiera en el
Jerusalén y de la tierra de Israel: combate el día de Yave. • Vieron
Comerán su pan con temor, y con vanidad y adivinación mentirosa.
espanto beberán su agua, porque su Dicen: «Ha dicho Yave», y no los
tierra será despojada ele todo, por la envió Yave, y hacen esperar que se
maldad de cuantos la habitan. 20 Y cumplirán sus palabras. 7 ¿No habéis
serán asoladas las ciudades que ha- visto visiones vanas? ¿No habéis
bitan, y sabrán que yo soy Yave. anunciado adivinaciones mentirosas,
diciendo «ha dicho Yave », no habién-
dolo dicho vo?
I'.l «•¡i-.tiijo se aceren.
8
Por tanto, así dice el Señor,
Yave: Por haber hablado vosotros
21 Fuéme dirigida la palabra de vanidad y haber visto mentiras, por
Yave, diciendo: 22 Hijo de hombre, tanto, aquí estoy yo contra vosotros,
¿qué refrán es ése que corre por la dice el Señor, Yave. • Y será mi
tierra de Israel, diciendo: pasan' los mano contra los profetas que ven va-
días y no se cumple la visión? (1). Inidad y adivinan mentira. No for-
23
Diles, por tanto: Asi habla el Señor, marán en la asamblea de mi pueblo,
Yave: Yo haré que desaparezca ese ni serán inscritos en el libro de la
refrán, y no lo repetirán en Israel. casa de Israel, ni volverán a la tierra
24 Diles, por lo
contrario: Ya se acerca de Israel, y sabréis que yo soy el
el día y se cumplirá toda visión. No Señor, Yave.
habrá ya más en adelante visiones 10 Por tanto, por haber engañado

a mi pueblo, diciendo: «Paz», no ha-


(i) Interesante para entender cómo ola el biendo paz; y mientras alzaba yo
pueblo las palabras del profeta. No negaban su
veracidad, sabiendo que eran profetas de Dios;
pero creían al ver pasar los dias sin que las vi- (i) En Babilonia también vivían, entre los
siones se cumplieran, que no eran más que ame- desterrados, profetas que profetizaban según su
nazas, que no se realizarían, o quedarían para imaginación y afirmaban la preservación de Je-
edades remotas. j-usalén y la vuelta de -ellos a la patria.
7 13

una pared, ellos la jarreaban coJi Exhortación s» 'a conversión.


barro, 11 di a esos jarreadores con
barro que se caerá, que vendrán agua- 1
Vinieron a mí algunos de los
J4
ceros, y mandaré granizadas que la ancianos de Israel y se senta-
derribarán y viento impetuoso que ron delante de mí (1); 2 y me fué di-
la deshará. 12 ¿Y cuando caiga la pa- rigida la palabra de Yave, diciendo:
red, no os dirán: Dónde está la emba- 3
Hijo de hombre, estas gentes llevan
rradura con que la cubristeis? sus ídolos dentro de su corazón, y
13
Por tanto, así dice el Señor, Yave: miran con sus ojos el escándalo de
Yo en mi furor desencadenaré la tem- su iniquidad. ¿Voy a dejarme con-
pestad, y vendrá en mi ira un agua-| sultar por ellos? 4 Háblales, por tanto,
cero impetuoso, y caerá furioso el y diles: Así habla el Señor, Yave:
I

granizo para destruir. 14 Y derribaré A todos los de la casa de Israel, que


la pared que vosotros embarrasteis, llevando sus ídolos en su corazón y
la echaré a tierra y quedarán al des- mirando con sus ojos el escándalo de
cubierto sus cimientos. Caerá ella, y su iniquidad, vinieren al profeta, les
vosotros pereceréis en medio de sus responderé yo, Yave, hablándoles de
escombros, y sabréis que yo soy Yave. la muchedumbre de sus ídolos, 6 para
15 Yo
saciaré mi furor contra la pared agarrar a la casa de Israel por su
y contra los que la recubrieron de propio corazón, ya que por sus ídolos
barro; y os diré: Ya no hay pared, se aparta de mí.
6
y se acabaron los que la jarreaban, Di, por tanto, a la casa de Israel:
16 los
profetas de Israel que profeti- Así habla el Señor, Yave: convertios
zan a Jerusalén y tienen para ella y apartaos de vuestros ídolos, y
visiones de paz, no habiendo paz, apartad la vista de vuestras abomi-
dice el Señor, Yave. 17 Y tú, hijo naciones; 7 porque a quienquiera de
de hombre, pon tus ojos en las hijas la casa de Israel que de mí se apar-
de tu pueblo que profetizan a capri- tare para poner en su corazón sus
cho suyo, y profetiza contra ellas. ídolos y sus ojos en el escándalo de
1 "
Di, así habla el Señor, Yave: |Ay su iniquidad, y viniere al profeta
de las que se hacen cintajos para para preguntarle, le responderé yo,
todas las articulaciones de las manos, Yave, por mí mismo, 8 y pondré mi
y lazos para toda clase de gentes, rostro contra él, y le haré portento
para cazar las almasl ¿Creéis que ca-i y fábula, y le arrancaré de mi pueblo
zando las almas de mi pueblo man- de Israel, y sabréis que yo soy Yave;
tendréis las vuestras? 19 Vosotras, 9 y si el profeta, seducido, dice algu-
por dos puñados de cebada o dos pe- na cosa, seré yo, Yave, quien le habré
dazos de pan, me deshonráis ante mi seducido y tenderé sobre él mi mano,
pueblo, predicando la muerte de y le exterminaré de en medio de mi
quien no ha .de morir y prometiendo pueblo Israel. 10 Y llevarán sobre sí
la vida a quien no vivirá, y enga- su maldad; según la maldad de quien
ñando así a mi pueblo, que se cree pregunta, así será la maldad de quien
las mentiras. responde. 11 Para que no yerre más
20 Por tanto,
así dice el Señor, Yave: la casa de Israel lejos de mí, ni se
Heme aquí contra esos vuestros cin- contamine con todas sus abomina-
tajos, con que cazáis las almas; yo ciones, y sean mi pueblo y yo sea su
los arrancaré de vuestros brazos y Dios, dice el Señor, Yave:
dejaré volar libres a las almas que
con ellos cazáis. 21
Yo arrancaré
también vuestros lazos y libraré de Inutilidad de la intercesión.
vuestras manos a mi- pueblo. No os
servirán ya más de red en vuestras 12 Fuéme dirigida palabra de Yave,
manos y sabréis que yo soy Yave. diciendo: 13 Hijo de hombre: Cuan-
22 Por
haber entristecido con vuestras do por haberse rebelado pérfida-
mentiras el corazón del justo, cuando mente contra mí la tierra, tienda yo
yo no quería entristecerle, y haber mi brazo contra ella, y la quebrante
confortado las manos del impío para el sustento del pan y mande sobre
que no se volviese de su mal camino
y viviese, 23 ya no tendréis más vanas (1) Estos ancianos, que rinden culto a los
visiones, ni pronunciaréis más orácu-
Idolos, vienen a consultar a Dios por su profeta.
los. Libraré de vuestras manos a La respuesta que reciben es la que más nece-
mi pueblo, y sabréis que yo soy Yave. sitan.
EZEQUIEL, 15, 16

ellael hambre, y extermine en ella sumido, y arde también el medio:


hombres y animales, 14 aunque hu- ¿servirá para nada más? 5 Cuando
bieran estado en ella estos tres varo- estaba entero no servía para hac«r
nes, Noé, Daniel y Job, ellos por su de él obra alguna. ¡Cuánto menos
justicia hubieran salvado su vida, servirá después de quemado, después
dice el Señor, Yave. 15 Y si invadiera que fué presa del fuego!
6
esa tierra con bestias feroces para Por tanto, dice el Señor,
así
que la desolaran, sin que nadie por Yave: Como palo de la vid
es el
miedo a las fieras la atravesara, 16 si entre maderas
las de la selva, leña
hubieran estado en ella esos tres va- que yo echo al fuego, asi echaré a
rones, por mi vida, dice Yave, no él a los habitantes de Jerusalén.
7
hubieran salvado a sus hijos ni a Volveré contra ellos mi rostro, es-
sus hijas; solos habrian esca-
ellos caparon del fuego y el fuego los de-
pado, y la tierra habría sido deso- vorará, y sabréis que yo soy Yave,
lada. 17 Y si mando contra ella la cuando volviere contra ellos mi ros-
espada, y digo: espada, recorre la tro, 8 y tornaré la tierra en desierto
tierra y extermina hombres y ani- por cuantos prevaricaron, dice el Se-
males; 18 aunque en medio de ella ñor, Yave.
estuvieran aquellos tres varones, por
mi vida, dice Yave, que no salva-
rían a sus hijos y a sus hijas; ellos Horrible Ingratitud de Israel.
solos escaparían. 19 O si mandare
sobre esa tierra la peste contra ella 1 1
Fuéme dirigida la palabra de
dentro de su sangre, derramando mi IU Yave, diciendo (1): 2 Hijo de
ira para exterminar hombres y bes- hombre, echa en cara a Jerusalén sus
tias, 20 aunque en medio de ella estu- abominaciones, 3 y di: Esto dice el
vieran Noé, Daniel y Job, por mi Señor, Yave, a Jerusalén: Eres por
vida, dice Yave, no salvarían un hijo tu tierra y por tu origen una cananea,
ni una hija: por su propia justicia tu padre un amorreo, tu madre una
escaparían ellos, y salvarían la propia g-etea: 4 a tu nacimiento, el día que
vichi. naciste, nadie te corto el ombligo,
21
Pues así dice el Señor, Yave: no fuiste lavada en el agua para
¡Cuánto más, cuando desencadene yo limpiarte, no fuiste frotada con sal
contra Jerusalén esos cuatro azotes ni fajada; 5 nadie hubo que pusiera
juntamente, la espada, el hambre, en ti sus ojos, para hacerte algo de
las bestias feroces y la peste, para esto compadecido de ti, sino que con
exterminar en ella hombres y ani- horror fuiste tirada al campo el día
malesl 22 Y sin embargo, quedarán en que naciste. ' Tase yo cerca de ti
en ella algunos restos, hijos e hijas y te vi sucia en tus sangres, y te
que escaparán y saldrán fuera, y dije: ¡Vive, vive!, te dije en tus
vendrán con Nosotros y veréis su sangres.
conduela y sus obras, y comprende- 7
Te hice crecer a decenas de mi-
réis el mal que yo voy a hacer a llares, como la hierba del campo.
Jerusalén, y lodo lo que voy a hacer Creciste y te hiciste grande y llegaste
contra ella. 23 Lo comprenderéis a la flor de la juventud; te crecieron
cuando veáis su conducta y sus obras, los pechos y te salió el pelo; pero
y reconoceréis que no sin razón hago estabas desnuda y llena de vergüenza.
8
yo cuanto hago, dice el Señor, Yave. Pasé yo junto a ti y te miré. Era tu
tiempo, el tiempo del amor, y tendí
sobre ti mi manto, cubrí tu desnudez,
Israel, sarmiento inútil. me ligué a ti con juramento e hice
alianza contigo, dice el Señor, Yave,
9
-i
1
Fuéme dirigida la palabra de y fuiste mía. Te lavé con agua, te
' Yave, diciendo: 2 Hijo de hom- quité de encima la sangre, te ungí
bre, ¿qué tiene más el palo de la con (íleo, te vestí de recamado, te
viña que otro palo? ¿Qué es el sar- calcé de piel «le tejón, te ceñí de lino
miento entre todas las maderas de
la selva?
3
¿Sacarán de él madera (i) Este largo capitulo es una narración pa-
rabólica del mas vivo realismo, en que nos pinta
pulu hacer obra alguna? ¿Harán de la historia religiosa de Israel, siempre infiel a su
nía estacas para colgar cualquier Dios y amante de los Ídolos. A pesar de todo,
ios;.? 4 Echase al fuego para que acaba prometiendo la reanudación de la antigua
se consuma, de cabo a cabo es con- alianza.
EZEQUIEL, 16 715

fino y te cubrí de seda. 11 Te atavié hijos de Asur, fornicaste con ellos sin
con joyas, puse pulseras en tus bra- hartarte todavía. 29 Multiplicaste tus
zos y collares en tu cuello,
12
arillo prostituciones desde la tierra de
en tus narices, zarcillos en tus ore- Canán hasta la Caldea, y ni con todo
jas, y espléndida diadema en tu ca- esto te saciaste.
30 ¿Cómo sanar tu corazón, dice el
beza. 13 Estabas adornada de oro y
de plata, vestida de lino y seda en Señor, Yave, cuando has hecho todo
recamado: comías flor de harina de esto, como desvergonzada ramera
31 haciéndote prostíbulos
trigo, miel y aceite, te hiciste cada dueña de sí,

vez más hermosa y llegaste hasta en todas las encrucijadas y lupanares


reinar. en todas las plazas? Yni siquiera
14
Extendióse" entre las gentes la eres comparable a las rameras, que
fama de tu hermosura, porque era reciben el precio de su prostitución.
acabada hermosura que yo puse
la
32
Tú eres la adúltera, que en vez de
en ti, Yave. 15 Pero
dice el Señor, su marido acoge a los extraños. 33 A la
te envaneciste de tu hermosura y de meretriz se le paga su merced, pero
tu nombradía, te diste a putañear, tú hacías mercedes a tus amantes
ofreciendo tu desnudez a cuantos pa- y les hacías regalos para que de todas
saban, entregándote a ellos. 16 To- partes entrasen a ti para tus forni-
maste tus vestidos, y te hiciste altos caciones. 34 Ha sucedido contigo en
coloreados para prostituirte en ellos. tus fornicaciones lo contrario de las
17 Tomaste las espléndidas joyas que otras rameras, pues no te buscaban,
yo te había dado, mi plata y mi oro, y pagando tú en vez de recibir paga,
y te hiciste simulacros de hombres, fuiste al contrario de las otras.
fornicando con ellos. 18 Cogiste las
telas recamadas y los cubriste con
ellas, y les ofreciste mi óleo y mis
Castigo de tanta ingratitud.
aromas. 19 También el pan que yo
te diera, la flor de harina de trigo
35 Por tanto, oye, ¡oh ramera!, la
y el aceite y la miel con que te man-
tenía, se los ofreciste en ofrenda de palabra de Yave: 36 Así dice el Señor,
suave olor. Eso hiciste, dice el Señor, Yave: Por haber descubierto tus ver-
Yave. güenzas y haber mostrado tu desnu-
20 Y
a más de esto, tomaste a tus dez a tus amantes en tus fornicacio-
hijos y a tus hijas, los que habías nes y a todos tus abominables ídolos,
engendrado para mí, y se los sacrifi- y por la sangre de tus hijos que les
caste para que les sirvieran de co- ofreciste; 37 por eso reuniré yo a
mida. Te parecían poco tus prostitu- todos tus amantes, a cuantos reci-
ciones, 21 y sacrificaste a mis hijos biste placentera: y además de los
haciéndolos pasar por el fuego. 22 Y al que amaste, traeré también a los que
cometer todas esas tus fornicaciones aborreciste, y los juntaré contra ti
y prostituciones, no te acordaste del en derredor y
les descubriré tus ver-
tiempo de tu mocedad, cuando esta- güenzas y contemplarán todas tus tor-
bas desnuda en tu vergüenza y te pezas. 38 Te entregaré a sus manos,
revolvías en tus sangres; 23 antes al y ellos desharán tu lecho y derribarán
contrario, después de tantas malda- tus prostíbulos, te desnudarán de tus
des, ¡ay de ti!, dice Yave, 24 te hi- vestidos y te arrebatarán todos los
ciste en cada plaza un lupanar, 25 y en ornamentos de tu hermosura, y te
cada calle un prostíbulo, mancillando dejarán desnuda, en cueros. 40 Y harán
tu hermosura, entregándote a cuantos venir contra ti a las muchedumbres
pasaban y multiplicando tus prosti- y te lapidarán con piedras, y te atra-
tuciones. vesarán con la espada; 41 y pegarán
26 Te prostituíste a los hijos fuego a tus casas, y harán en ti jus-
de
Egipto, tus vecinos de gordos cuer- ticia a ojos de muchas mujeres, y
pos, multiplicando tus fornicaciones haré que ceses de putañear y no hagas
para irritarme. 27 Por eso tendí yo ya más regalos. 42 Saciaré en ti mi
a ti mi mano y te quité parte de la ira, y se apartará de ti mi celo.
dote, y le entregué al capricho de tus 43 Por
cuanto no te acordaste de los
enemigas, las hijas de los filisteos, días de tu mocedad, y me provocaste
que te aborrecen y se avergüenzan a ira con todas esas cosas, por eso yo
de tu desenfreno. 28 Xo harta toda- también echaré tus caminos sobre tu
vía, le prostituíste también a los cabeza, dice el Señor, Yave, y cum-
716 EZEQUIEL, 17

pliré mis designios contra todas tus hijas de Aram


y para las hijas de
abominaciones. los filisteos que te rodean, que donde-
44 Mira que no habrá proverbista quiera te desprecian. 68 Lleva sobre
que no te aplique este proverbio: ti tu perversidad y tus abominacio-
«Cual la madre, tal la hija. » 45 Sí, nes, dice Yave.
eres hija de madre que aborreció a
su marido y a sus hijos. Y eres
también hermana de tus hermanas, .Misericordia y rehabilitación.
que aborrecieron a sus maridos y a
sus hijos. Vuestra madre fué una 59
Porquehabla el Señor, Yave:
así
getea, y vuestro padre un amorreo. ¿Voy yo contigo lo que con-
a hacer
46 Tu hermana mayor es Samaría, migo hiciste tú, menospreciando el
con sus hijas, que habita a la iz- juramento y rompiendo el pacto?
quierda tuya, y tu hermana menor 60 No, yo me acordaré de la alianza
es Sodoma, con sus hijas, que habita que contigo hice al tiempo de tu mo-
a tu derecha. 47 Y aun seguiste
ni cedad y confirmaré contigo una alian-
sólo sus caminos, imitaste sólo
ni za eterna. 61 Y tú te acordarás de tus
sus abominaciones; como si esto fuera obras y te avergonzarás cuando reci-
muy poco parati, te corrompiste bas a tus hermanas mayores y me-
más que en todas tus sendas.
ellas nores, que yo te daré por hijas, mas
48 Por mi vida, dice
el Señor, Yave, no ya por el pacto hecho contigo.
que tu hermana Sodoma con sus 62 Yo renovaré mi alianza contigo,

hijas, no hizo lo que tú con tus y sabrás que yo soy Yave, 63 para
hijas hiciste. 49 Mira cuál fué la ini- que te acuerdes y sientas vergüenza,
quidad de Sodoma, tu hermana: Tuvo y nunca más de vergüenza te atrevas
gran soberbia, hartura de pan y mu- abrir la boca, cuando te habré perdona-
cha ociosidad. No dió la mano al do cuanto hiciste, dice el Señor, Yave.
pobre, al desvalido; 80 se ensoberbe-
cieron e hicieron lo que a mis ojos
es abominable, y cuando lo vi, las Humillación y resurgimiento de
quité del medio. 81 Samaría no peco
la casa de David.
ni la mitad de lo que has pecado tú.
Tú multiplicaste tus fornicaciones ]t 1
Fuéme dirigida la palabra de
mucho más que ellas, hasta el punto Yave, diciendo: 2 Hijo de hom-
de hacer justas a tus hermanas con bre, propón un enigma y compón
todas las abominaciones que tú has una parábola de la casa de Israel (1).
cometido. 62 Lleva, pues, sobre ti tu 3 Di: Así habla el Señor, Yave:
vituperio, tú que has abogado por La gran águila de grandes alas y
la causa de tus hermanas con las abo- de largas plumas, toda cubierta de
minaciones que más que a ellas te espléndido plumaje de colores varios,
han hecho abominable, viniendo a vino al Líbano y cogió el cogollo
ser justas ellas, comparadas contigo. del cedro; 4 y arrancó el principal
Sé confundida, y soporta tu vitupe- de sus renuevos y le llevó a tierra de
rio también tú, pues que has venido mercaderes, y le puso en una ciudad
a justiticar a tus hermanas. de conterciantes. 8 Escogió luego un
83 Pero yo mudaré
la suerte suya, sembradío de la tierra y le puso en
la suerte de Sodoma y de sus hijas, campo selecto para la plantación.
la suerte de Samaría y de sus hijas, Le puso cerca de aguas abundantes,
y con la de ellas mudaré también la para que estuviese copiosamente re-
tuya, 64 para que soportes tu confu- gado. 8 Echó brotes y se hizo una
sión y tu vituperio por todo cuanto vid frondosa, pero de poca altura,
hiciste y les sirvas a ellas de consuelo. para que dirigiese hacia el águila
!>i
Tu hermana Sodoma, con sus hijas, sus ramas y le estuvieran sometidas
volverán a su anterior estado, vol- sus raíces. Hízose vid y echó sar-
verán también a él Samaría con sus mientos y extendió sus ramas.
hijas, y tú también y tus hijas vol- 7
Pero había otra gran águila de
veréis a vuestro estado primero. 86 Ni
el nombre siquiera de tu hermana
Sodoma se oía en tu boca, al tiempo (i) Esta parábola nos representa al rey de
Caldea, que viene a Jerusalén a trasladar a Ba-
de tu orgullo, 87 antes de que fuera bilonia al rey Jeconfas (el cedro del Líbano), de-
descubierta tu perversidad. Así tam- jando en Jerusalén a Sedéelas por rey de Juda
bién eres tú ahora oprobio para las (el cogollo del cedro).
EZEQUIEL, 18 717

grandes alas y espeso plumaje, y la Promesa del Rey Mesías.


vid dirigió hacia ésta sus raíces, y
tendió hacia' ella sus sarmientos, 22 Así dice el Señor, Yave: También
desde la era en que la plantó, para yo del cogollo del cedro
tomaré
que estuviera bien regada. 8 Había sublime; del principal de sus renuevos
23
sido plantada en tierra buena y cerca cortaré un tallo, y lo plantaré sobre
de abundantes aguas, para que echase el monte alto y sublime, en el alto
ramas y llevase frutos y se hiciese monte de Sión le plantaré; y echará
una vid Vigorosa. ramas y dará fruto, haciéndose un
9
Di: Así habla el Señor, Yave: magnífico cedro, y se acogerán a él
¿Prosperará? El águila primera no todas las aves de toda pluma, y habi-
arrancará sus raíces, no la despojará, tarán a la sombra de sus ramas;
24
dejándola que se seque y se sequen y conocerán todos los árboles de
todas las hojas que echó? Sin gran la selva que yo soy Yave, y humillé
esfuerzo, sin necesidad de mucha al árbol sublime, y levanté el árbol
gente, la arrancará de raíz. 10 Había bajo, sequé el árbol verde, e hice
sido plantada, ¿prosperará? ¿No se reverdecer el árbol seco. Yo, Yave,
secará del todo apenas la toque el he hablado y yo lo cumpliré.
viento solano? En la era de su verdor
se secará.
11
Y
me fué dirigida la palabra de La justificación de Dios.
Yave, diciendo: 12 Anda, di a la
casa rebelde: ¿No habéis entendido 1}í 1 Fuéme dirigida la palabra de
lo que esto significa? Di: El rey de
A " Yave, diciendo (1):
2
¿Qué
Babilonia vino a Jerusalén, cogió al andáis vosotros repitiendo este pro-
rey y a sus príncipes y los deportó, verbio en la tierra de Israel y decís:
llevándolos consigo a Babilonia. 13 To- Los padres comieron los agraces y
mó a uno de la real estirpe, e hizo los dientes de los hijos tienen la
con él un pacto tomándole juramento. dentera? 3 Por mi vida, dice Yave,
Llevóse a los poderosos de la tierra, que nunca más diréis ese refrán en
14 para que el ramo fuese modesto Israel. 4 Mías son las almas todas;
y no se rebelase, y guardase y mantu- lo mismo la del padre que la del hijo
viese el pacto hecho con él. 15 Pero mías son, y el alma que pecare, ésa
aquél se rebeló y mandó embajadores perecerá.
8
al Egipto, para que le diese caballos El que sea justo y haga juicio y
y mucha gente.* ¿Prosperará? ¿Esca- justicia, 6 no banquetee por los mon-
pará el que tales cosas hizo? Rompió tes y no alce sus ojos a los ídolos de
el pacto, ¿escapará? la casa de Israel; no manche a la
16 Por
mi vida, dice el Señor, mujer de su prójimo, y no se llegue
7
Yave, que en la tierra de quien le a la menstruada; y no oprima a
había puesto en el trono, cuyo jura- nadie y devuelva al deudor su prenda,
mento menospreció y cuya alianza no robe y dé pan al hambriento y
rompió, allí morirá, en Babilonia. vestido al desnudo; 8 no dé a logro,
17
Y el Faraón no le socorrerá con ni reciba a usura, retraiga su mano
gran ejército y muchas fuerzas en la del mal y haga juicio de verdad
lucha, cuando se levanten terraplenes entre hombre y hombre; 9 camine en
y se construyan torres para destruc- mis mandatos y guarde mis leyes
ción de muchas vidas. 18 Menospreció obrando rectamente, ése es justo,
el juramento, rompió el pacto, dió vivirá, dice Yave. 10 Pero si engendró
su mano, y luego hizo cosas tales; un hijo ladrón, vertedor de sangre o
no escapará. 19 Por tanto, así habla
el Señor, Yave: Por mi vida, que yo
echaré sobre su cabeza mi juramento (i) Este capítulo es importantísimo en la his-
toria de la revelación del A. T. Con él queda
que él menospreció, y mi pacto que rota aquella cadena que ligaba a padres con hijos:
él rompió, 20 y le tenderé mi red, y La ley de la responsabilidad social es una ley
quedará preso en mi lazo. Le depor- natural. Los hijos heredan no sólo el nombre,
taré a Babilonia, y allí le juzgaré los bienes y la gloria de los padres, sino también
por la infidelidad cometida contra las enfermedades, la miseria, etc. Igual se diga

mí. 21 Todos los fugitivos de sus tropas de los pueblos. Esta ley la unlversalizaba la opi-
nión del pueblo; el profeta la reduce a sus justos
caerán a la espada, y los que queden
límites. Ante Dios, cada uno será juzgado según
serán dispersados a todos los vientos, sus obras, buenas o malas, sin consideración a
y sabréis que yo, Yave, he hablado. la conducta de los padres.
EZEQUIEL, 19

que haga alguna de esas otras cosas, cometió y hace lo que es recto y justo,
y no imitando a sus padres, coma por hará vivir su propia alma 28 Abrió
los montes, manche a la mujer de su los ojos y se apartó de los pecados
prójimo, 12 oprima al pobre y al cometidos, y vivirá y no morirá.
desvalido, robe, no devuelva la prenda, 29
Y dice la casa de Israel: ¡No son
alce los ojos a los ídolos y haga abo- derechos los caminos del Señor: ¿Que
minaciones, dé a logro y reciba usura, no son derechos mis caminos, casa
¿vivirá este? No vivirá, recaerá su de Israel? ¿No son más bien los vues-
sangre sobre él. tros los torcidos?
14
Pero si éste engendró un hijo 30 Yo, pues, os juzgaré
a cada uno
que, viendo todos los pecados de según sus caminos, ¡oh casa de Israel!,
su padre, no los imita, 15 ni come por dice el Señor, Yave. Volveos y ron-
los montes, ni alza sus ojos a los vertios de vuestros pecados, y así
ídolos de Israel, ni mancha a la no serán la causa de vuestra ruina.
mujer de su prójimo, 16 ni oprime 31
Arrojad de sobre vosotros todas las
a nadie, ni retiene la prenda, ni roba, iniquidades que cometéis, y haceos
da su pan al hambriento y viste al un corazón nuevo y un espíritu
desnudo, 17 contiene su mano de la nuevo. ¿Por qué habéis de querer
iniquidad, no recibe usura ni interés morir, casa de Israel? 32 Que no
y cumple mis preceptos, éste no quiero yo la muerte del que muere.
morirá por la iniquidad de su padre, Convertios y vivid.
vivirá. 18Su padre que agravió y
despojó a su hermano y no obró
él bien en medio de su pueblo, esc Klefjill «le los últimos reyes
morirá por su iniquidad. lie Judá.
18
Y si dijéreis: ¿Por qué no lia de
pagar el hijo la iniquidad del padre? 1 ()
1
Canta una elegía de los prín-
l'ues porque el hijo hizo juicio y jus- cipes de Israel, y di: 2 ¿Qué
ticia y guardó mis mandamientos y fué su madre? Una leona que se
los puso por obra, y de cierto vivirá. echaba entre los Icones. Agazapados
20
El alma que pecare, ésa morirá; en medio de jóvenes leones crió a
el hijo no llevará sobre sí la iniquidad sus cachorros. 3 Levantó a uno da
del padre, ni el padre la de) hijo; sus cachorros, que llegó a ser león,
la justicia del justo será sobre él, y aprendió a coger la presa y devo-
y sobre él será la iniquidad del rar hombres. 4 Oyeron hablar de él
malvado. 21 Y si el malvado se retrae las gentes,-y cogiéronle en sus trampas,
de su maldad y guarda todos mis y con gritos le llevaron a la tierra de
mandamientos, y hace lo que es recto Egipto. 6 Y viendo ella, después de
y justo, vivirá y no morirá.
22 Todos
esperar mucho tiempo, que se desva-
los pecados que cometió no le serán necía su esperanza, tomó a otro de
recordados, y en la justicia que obró sus cachorros y le puso en lugar del
vivirá. leoncillo. * Se echaba entre leones
23 ¿Quiero yo acaso
la muerte del y vino a ser también león, y aprendió
impío?, dice el Señor, Yave. ¿No va a arrebatar la presa y a devorar
a vivir si se aparta de su mal camino? hombres. 7 Rugiente en su altanería,
24 devastó ciudades, y la tierra y cuan-
Pero si el justo se apartare de su
justicia e hiciere maldad conforme a tos en ella estaban se espantaban al
todas las abominaciones que hace el oír el rugido del león. 8 Dieron sobre
impío, ¿va a vivir? Todas las justi- él las gentes de las regiones del
cias que hizo no le serán recordadas; contorno, tendieron redes contra él
por sus rebeliones con que se rebeló, y le cazaron en su hambre. * Ence-
por sus pecados que cometió, por ellos rráronle en una jaula, y, encadenado,
morirá. le llevaron a Babilonia, para que no
25 Y
si dijereis: No es derecho el se oyeran más sus rugidos en los
camino «Id Señor; escucha, casa de montes de Israel.
Israel: ¿Que no es derecho mi ca- 10 Tu madre fue como una vid

mino? ¿No son más bien los vuestros plantada cerca de las aguas, vigorosa,
los torcidos? 26 Si el justo se aparta ,
de fruto y de follaje, por la abun-
de su justicia para obrar la maldad, dancia de las aguas. 11 Echó robustos
eso muere, muere por la ini- sarmientos, propios para cetros de
|

y por
quidad que cometió. 27 Y si el mal- dominador. Su tronco se alzaba por
vado se aparta de su iniquidad «pie '
encima de los arbustos que la rodea*
EZEQUÍEL, 20 710

han, vistosa por su altura y por sus de sacar de la tierra <!,• Egipto,
numerosos sarmientos. 12 Pero fué 10 saqué de la tierra de Egipto
los
arrancada con furor y echada a tierra, y conduje por el desierto; 11 les
los
y el viento solano la secó, quemó di mis leyes y mis mandamientos y
sus frutos. Secáronse sus robustos les hice saber mis disposiciones, que
sarmientos y fueron echados al fuego, son la vida para quien las cumple.
13 12
y ahora está plantada en el de- Diles también mis sábados, para
sierto, en tierra seca y árida; 14 y ha que fuesen señal entre mí y ellos,
salido de uno de sus sarmientos un para que supiesen que yo soy Yave,
fuego que ha consumido su fruto, que los santifico.
13 Pero
y no queda ya en ella rama alguna rebelóse contra mí la casa
fuerte, ni un solo cetro de dominio. de Israel en el desierto, no anduvieron
Elegía es ésta y de elegía servirá. en mis preceptos, y no guardaron
ni cumplieron mis ordenaciones, que
son la vida para quien las cumple, y
Infidelidad del pueblo \ üdelidad profanaron mis sábados. Entonces
de Dio:-.. dije que volcaría sobre ellos nii furor,
y en mi ira los exterminaría en el
•)í\ 1
El año séptimo, el quinto mes, desierto. 14 Pero retraje mi mano,
el día diez del mes (1), vinieron por el honor de mi nombre, para que
algunos de los ancianos de Israel a no fuese profanando a los ojos de
consultar a Yave, y se sentaron de- las gentes, a cuya vista los había
lante de mí. 2 Y me fué dirigida la sacado. 15 Alcé mi mano
en el de^
palabra de Yave, diciendo: 3 Hijo sierto, jurándoles no llevarlos a la
de hombre, habla a los ancianos de tierra que les había dado, que mana
Israel y diles: Así dice el Señor, leche y miel, la más hermosa de
Yave: ¿Vosotros venís a consultarme? todas las tierras, 16 porque habían
Por mi vida, que yo no os responderé, despreciado mis ordenaciones, y no
dice el Señor, Yave. 4 ¿Quieres juzgar habían seguido mis leyes, y habían
a éstos, hijo de hombre? ¿Quiéres profanado mis sábados, yéndose su
juzgarlos? Hazles saber las abomi- corazón tras sus ídolos.
17 Con
naciones de sus padres, 6 Diles: Así todo, mis ojos los miraron
habla el Señor, Yave: El día en que piadosamente para no destruirlos, y
yo elegí a Israel y alcé mi mano no los exterminé en el desierto.
18
jurando a la posteridad de Jacob, y Pero dije en el desierto a sus hijos:
me mostré a ellos en la tierra de No sigáis las costumbres de vuestros
Egipto, y alcé a ellos mi mano diciendo: padres, no sigáis sus caminos ni os
Yo, Yave, soy vuestro Dios; 6 aquel contaminéis con sus ídolos; 19 yo
día alcé mi mano jurando sacarlos soy Yave, vuestro Dios; andad en mis
de la tierra de Egipto a la tierra ordenaciones, guardad mis manda-
que yo les había destinado, que mana mientos y ponedlos por obra; 20 san-
leche y miel, y es la más hermosa tificad mis sábados, y sean señal
de las tierras. 7 Y les dije: Quite entre mí y vosotros, para que sepáis
cada uno de sus ojos los ídolos, y no que yo soy Yave, vuestro Dios.
os contaminéis con los .ídolos de 21 Pero los hijos
se rebelaron contra
Egipto. Yo, Yave, soy vuestro Dios. mí, no anduvieron en mis ordena-
8
Pero ellos se rebelaron contra mí, ciones, ni guardaron mis mandamien-
y no quisieron darme oídos, ni qui- tos poniéndolos por obra, los que
taron de sus ojos los ídolos de Egipto; son la vida para quien los cumple;
y dije que derramaría sobre ellos profanaron mis sábados, y dije en-
mi ira y desfogaría mi enojo sobre tonces que derramaría sobre ellos mi
ellos en la tierra de Egipto. ira, para satisfacer en ellos mi enojo
9
.Mas, por la gloria de mi nombre, en el desierto. 22 Mas retraje mi mano
para que no fuese infamado a los por el honor de mi nombre, para que
ojos de las gentes en medio de las no se infamase a los ojos de las gentes
cuales estaba, a cuya vista me había a cuya vista los saqué. 23 También
dado a conocer como quien los había alcé mi mano en el desierto, jurán-
doles que los esparciría entre las
gentes y los aventaría por las tierras;
(i) Otra vez el profeta hace una síntesis de la 24
historia israelita, para terminar con el juicio in-
porque no pusieron por obra mis
minente, al que seguirá la restauración. Después mandamientos y desecharon nus or-
de la justicia, la misericordia de Yave. denaciones y profanaron mis sába-
720 EZQEUIEL, 21

dos, y se les fueron los ojos tras los Misericordia y restauración.


ídolos de sus padres. 26 Por eso les
di yo también a ellos ordenaciones 89
Y
vosotros, los de la casa de
no buenas y decretos que no son de
vida, 26 y los contaminé en sus ofren-
Israel — dice el Señor, Yave
así
andad cada uno tras sus ídolos y
das, cuando pasaban a sus hijos por servidles. Pero |ahl Ya me daréis
elfuego, a todo primogénito, para deso- oídos luego, y dejaréis de profanar
larlos y hacerles saber que yo soy Ya ve. mi santo nombre con vuestras ofren-
27 Por
tanto, hijo de hombre, habla das y vuestros ídolos. 40 Pues en mi
a la casa de Israel y diles: Así habla santo monte, en el alto monte de
el Señor, Yave: Hasta esta injuria Israel, dice el Señor, Yave, allí me
me hicieron vuestros padres, entre servirá toda la casa de Israel, toda
las infidelidades que cometieron con- ella en la tierra, y allí me complaceré
tra mí. 28 Yo los conduje a la tierra en ellos y demandaré vuestras ofren-
que alzando mi mano había jurado das y el don de vuestras primicias
darles, y ellos, mirando a todo alto y todo cuanto me consagréis. 41 Me
collado y a todo árbol frondoso, sacri- agradaré de vosotros como de un
ficaron allí sus víctimas y presen- suave aroma, cuando os saque de
taron sus irritantes ofrendas, y pu- en medio de las gentes y os reúna
sieron suaves aromas y derramaron de las tierras a que fuisteis disper-
sus libaciones. 29 Yo les dije: ¿Qué sados, y me santificaré en vosotros
es ese alto, el Bama, a donde vos- a los ojos de las gentes, 42 y sabréis
otros vaisf Y Bama se llama hasta hoy. que yo soy Yave, cuando os con-
duzca a la tierra de Israel, a la
tierra que alzando la mano juré dar
Castigo.
a vuestros padres. 43 Allí os vendrán a
30 a la casa de Israel:
Di, pues, la memoria vuestras obras y todos
Así habla el Señor, Yave: iQuél los con que os contami-
pecados
Os contamináis vosotros a la manera nasteis, y sentiréis vergüenza de vos-
de vuestros padres, putañeáis con otros mismos, por las maldades que
sus ídolos, 31 y ofreciendo vuestras cometisteis. 44 Entonces sabréis que
ofrendas y pasando a vuestros hijos yo soy Yave, cuando haga con vos-
por el fuego, fornicáis con vuestros otros conforme al honor de mi nom-
ídolos hasta el día de hoy; ¿voy a bre, no según vuestros malos caminos,
responderos yo, casa de Israel T Por ni según vuestras perversas obras,
mi vida, dice Yave, que no os res- casa de Israel, dice el Señor, Yave.
ponderé. 32 Y no será lo que vosotros
pensáis. Porque vosotros os decís:
Seremos como las gentes, como las La catástrofe.
naciones de la tierra, sirviendo al
leño y a la piedra. 83 Por mi vida, • ) |
1 Fuéme dirigida la palabra de
dice el Señor, Yave, que con puño " ' * Hijo de hom-
Yave, diciendo:
fuerte, con brazo tendido y en efu- bre, vuélvete de cara hacia Temán
sión de ira, he de reinar sobre vos- y derrama la palabra sobre el medio-
otros. 34 Yo os he de sacar de en día. Profetiza contra el bosque de las
medio de las gentes, y os recogeré llanuras del Negueb, y di al bosque
de en medio de las tierras a que del Negueb: 3 Oye la palabra de Yave:
con puño fuerte, con brazo tendido Así dice el Señor, Yave: Voy a
y en efusión de ira os desparramaré; encender en ti un fuego que devorará
3 6 todos los árboles, los verdes y los
y os llevaré al inhabitable desierto,
34 como
y allí cara a cara os juzgaré; secos. No se apagarán las abrasadoras
juzgué a vuestros padres en el de- llamas hasta no quemar todo rastro,
sierto de la tierra de Egipto, así os de mediodía al septentrión; 4 y verá
juzgaré a vosotros, dice el Señor, toda carne que soy yo, Yave, quien
Yave. 37 Y os haré pasar bajo el lo encendió. No se apagará.
cayado, y os conduciré con disci- 6
Dije yo: |Oh Señor, Yavel Mira
plina de alianza. 38 Separaré de vos- que éstos me dicen: ¿No es éste un
otros a los rebeldes, a los que se trovador de parábolas T • Y me fué
apartaron de mí, y los sacaré de la dirigida la palabra de Yave, diciendo:
tierra en que moran, y no entrarán 7
Hijo de hombre, vuélvete de cara
en la tierra de Israel, y sabréis que a Jerusalén y derrama tu palabra
yo soy Yave. sobre sus santuarios. Profetiza contra
EZEQUIEL, 21 721

la tierra de Israel, y 8 di a la tierra rey de Babilonia, que salgan ambos


de Israel: Heme aquí contra ti; voy de la misma tierra, y pon una señal
a desenvainar mi espada y a exter- al comienzo de cada camnio, que
minar en ti al justo y al impío. indique la ciudad a donde va. 26 Traza
8
Pues para eso saldrá mi espada de un camino por donde vaya la espada
la vaina contra toda carne, desde el a Rabat, de los hijos de Ammón, y
mediodía hasta el septentrión; 10 Y otro por donde vaya a Judá, a la
sabrá toda carne que yo soy Yave, ciudad fuerte de Jerusalén. 26 Porque
que he desenvainado mi espada y no el rey de Babilonia se ha parado en el
volverá a la vaina. cruce de donde parten los dos cami-
11 Y
tú, hijo de hombre, gime, gime nos, para consultar augurando por
con quebranto, gime a la vista suya; el lanzamiento de las flechas, por la
12
Y cuando te digan: ¿por qué gimes? pregunta a los terafim, por el examen
Diles: Por una noticia, que cuando de las entrañas. 27 El augurio ha
llegue se encogerán los corazones señalado la derecha, Jerusalén, para
todos, todas las manos se caerán, dar la orden de ataque, lanzar los
tondas las almas se consternarán y gritos de guerra, alzar arietes contra
todas las rodillas se irán en agua. sus puertas, levantar terraplén y
Y ya viene, y ya se cumple, dice el hacer vallado. 28 Para ellos, éstos
Señor, Yave. son presagios vanos, pues ha habido
13 Fuéme dirigida la palabra de
juramentos solemnes; pero él se acuer-
Yave, diciendo: 14 Hijo de hombre, da de su iniquidad y serán cogidos
profetiza y di: Así habla el Señor, en el lazo.
29
Yave: Di: ¡La espada, la espada! Por tanto, así dice el Señor,
Viene afilada y bruñida. 15 Afilada Yave: Por haber traído a la memoria
para degollar, bruñida para fulgurar vuestra iniquidad, poniendo al des-
como el rayo, contra los príncipes cubierto vuestras traiciones y de
de mi hijo, que no hace caso de la vara. manifiesto vuestros pecados en todas
16 La he hecho bruñir para entre-
vuestras acciones, puesto que os jac-
garla, hícela afilar y bruñir para táis, seréis entregados a su mano.
ponerla en manos del degollador.
17
30 Y tú, profano, impío príncipe de
Grita y gime, hijo de hombre, Israel, llegó tu día, el término del
porque vienen sobre mi pueblo, sobre tiempo de la iniquidad. 31 Así dice
todos los príncipes de Israel. Caen a Yave: |Fuera tiara, fuera coronal
la espada, juntamente con mi pueblo; Eso no será más. Será ensalzado lo
18
hiere, pues, tus muslos. Para humilde y humillado lo alto. 32 jRuina,
prueba es. ¿Y si no hace caso de ella, ruinal a ruina las reducirél, y no
como no lo hizo de la vara? No será serán más, mientras no venga aquel
19
así, dice el Señor, Yave. Tú, pues, a quien de derecho pertenecen, y a él
hijo de hombre, profetiza batiendo se las daré.
una palma contra otra. Se duplicará 33
Y
tú, hijode hombre, profetiza
la espada, se triplicará; es la espada y Así habla el Señor, Yave, de
di:
de la matanza, la espada de la gran los hijos de Ammón y de su oprobio:
matanza que los amenaza. 20 Para Di, pues: ¡Espada! Desenvainada está
que se encojan los corazones espada para degollar, bruñida para
y se la
multiplique el estrago, he puesto a consumir, para fulgurar. 34 Te pro-
todas sus puertas el espanto de la fetizan vanidad, te adivinan men-
espada. jAhl Bruñida ha sido para tiras para hacerla caer sobre el cuello
fulgurar, afilada para degollar. 21 Taja de los más inmundos de los impíos.
a derecha, raja a izquierda, donde Llegó su día en el tiempo de la
quiera que te vuelvas, 22 y también consumación de la iniquidad. 36 ¿La
batiré yo palmas, y desfogaré mi ira, volveré a la vaina? Yo te juzgaré
dice Yave. en la tierra donde te criaste, en la
tierra donde has vivido. 36 Derra-
maré sobre ti mi furor, soplaré contra
ti el fuego de mi ira, y te entregaré
Nabucodonosor contra Jerusalén en manos de hombres despiadados,
y Ammón. artífices de la destrucción. 37 Serás
pasto del fuego, se empapará la
23 Fuéme dirigida la palabra
de tierra de tu sangre, y se perderá tu
Yave, diciendo: 24 Tú, hijo de hombre, memoria, porque yo, Yave, lo
traza dos caminos para la espada del digo.
46
722 EZEQUIEL, 22, 23

Los crímenes de Jerusaléjn. 20 Como quien reúne en la hornaza


plata, bronce, hierro, plomo y eslaño,
')'} 1
Fuémc dirigida la palabra y sopla el fuego para fundirlos, así
de Yavc, diciendo: 2
Y tú, hijo os reuniré yo en mi furor y en mi
de hombre, ¿no juzgarás a la ciudad ¡ra, y os echaré a la hornaza para fun-
sanguinaria, echándola en cara todas diros. 21 Yo os reuniré, y soplaré
sus abominaciones? 3 Di pues: Así habla contra vosotros el fuego de mi furor
el Señor, Yave: ¡Ay de la ciudad derra- y seréis fundidos en medio de Jeru-
madora de sangre en medio de sí! salén. 22 Como se funde la plata
Para que venga su hora y para su en el crisol, así seréis fundidos vos-
su ruina, se ha hecho ídolos para otros en medio de ella, y sabréis que
contaminarse. 4 Por haberte hecho soy yo Yave, que derramo mi furor
culpable de la sangre que has derra- sobre vosotros.
mado y haberte contaminado con
los Ídolos que te hiciste, has apresu-
Los crímenes de los principes,
rado tu día, has llegado al término
sacerdotes y profetas.
de tus años. Por eso te haré yo opro-
bio de las gentes, ludibrio de la tierra 23
Fuéme dirigida la palabra de
toda. h Cercanos y lejanos se burlarán Yave, diciendo: 24 Hijo de hombre,
de ti, famosa por tus abominaciones, diles: Eres una tierra no bañada desde
grande por tu corrupción. lo alto, no rociada por la lluvia, al
6
He ahí a los príncipes de Jsrael, tiempo de la canícula. 25 Dentro de
que cada uno a la medida de su poder ella se conjuran los principes; como
se ocupan en derramar sangre. 7 En ruge el león y despedaza la presa,
ti desprecian al padre y a la madre, así devoran ellos las almas; se apo-
maltratan al extranjero y oprimen deran de los tesoros y riquezas y
al huérfano y a la viuda. * Menospre- multiplican en medio de ella las
cias mis santuarios y profanas mis viudas. 24 Sus sacerdotes han vio-
sábados. 9 Hay en ti calumniadores lado mi ley y han profanado mis
para derramar sangre, quienes comen cosas santas; no hacen diferencia
por los montes, quienes hacen tor- |
entre lo santo y lo profano, ni ense-
pezas. 10 En ti se descubre la des- ñan a distinguir entre lo mundo y lo
nudez del padre, y se hace violencia inmundo; cierran los ojos a las vio-
a ta mujer durante el menstruo. laciones de mis sábados, y yo soy
11
Todos adulteran con la mujer de profanado en medio de ellos; 27 sus
su prójimo, contaminan incestuosa- príncipes son como lobos que despe-
mente a la nuera y fuerzan a la dazan la presa, derramando sangre,
hermana, a la hija de su padre. 12 Hay destruyendo las almas, para dar pá-
en ti quien recibe dones para derra- bulo a su avaricia. 29 Sus profetas
mar sangre, exiges usura e intereses, revocan con barro suelto, profeti-
despojas con violencia al prójimo y zándoles vanidad y prediciendo men-
a mi me olvidas, dice el Señor, Yave. tiras, y dicen: Así habla el Señor,
13
Yo he batido palmas ante tu ava- Yave, que Yave haya hablado.
sin
ricia y ante la sangre derramada 29 Y pueblo de la tierra oprime,
el
en medio de ti. 14 ¿Resistirá tu cora- roba, hace violencia al desvalido yW.
zón, tendrán fuerza tus manos en los al menesteroso, y al extranjero leb
días (pie yo te preparo? Yo, Yave, veja contra derecho. 30 También de*>'
he hablado y lo haré. ls Yo te espar- entre ellos busqué yo quien levantase!!
ciré entre las gentes y te aventaré muro y se pusiese a la brecha frente
por las tierras, y haré desaparecer a mí en favor de la tierra, para que
tu inmundicia de en medio de ti, yo no la devastase, y no le hallé.
16 31 Por tanto, derramaré sobre ellos
y serás a ttis ojos ignominia entre i

las gentes, y sabrás que yo soy Yave. mi ira y los consumiré con el fuego
11
Fuémc dirigida la palabra de de mi furor y les echaré sobre la
Yave, diciendo: 18 Hijo de hombre, cabeza sus obras, dice el Señor, YavcH
la casa de Israel se me ha tornado
en escoria, todos son en el crisol
Los pecados de Snmuriii > d<flj
bronce, cobre, estaño, hierro, plomo,
ilerumilén, > su castigo^
escorias de la plata. 19 Por tanto, así
habla el Señor, Yave: Por cuanto 1
Fuéme dirigida la palabra de
vosotros os habéis vuelto escorias, —O Yave, diciendo: Hijo di- hom-
-

yo os reuniré en medio de .lerusalén. bre, haiu. i dos mujeres, hijas de la


EZEQUIEL 23 72:?

misma madre (1). 3 Se prostituyeron centó sus fornicaciones, trayendo a


en Egipto al tiempo de su mocedad; su memoria los días de su mocedad,
allí fueron estrujados sus pechos y cuando había fornicado en la tierra
manoseado su seno virginal. * Lla- de Egipto. 20 Y ardió en lujuria
mábanse Oola la mayor, y su her- por aquellos lujuriosos, que tienen
mana Ooliba. Fueron mías y parieron carne de burro y flujo de garañones.
hijos e hijas. 5 Oola me fué infiel, 21
Y renovaste las fornicaciones de
y se enloqueció por sus amantes, sus tu mocedad, cuando los egipcios estru-
6 jaban tus pechos y manoseaban tu
vecinos, los asirios.Iban vestidos
de púrpura violeta, eran jefes y ofi- seno juvenil.
22 Por
ciales, todos jóvenes, codiciables y eso, Ooliba, así dice el Señor,
que montaban caballos. 7 Se prosti- Yave: Yo suscitaré contra ti a tus
tuyó a ellos, la flor de los hijos de amantes, aquellos de que hartaste
Asur, y se contaminó con todos los tus deseos, y los haré venir contra
23
ídolos de aquellos de quienes se ti en derredor. Los hijos de Babi-
enamoró. 8 Tampoco dejó sus pros- lonia y todos los caldeos, los de Pegod,
tituciones con el Egipto, porque eran los de Soa, los de Coa y con ellos
los que se habían acostado con ella |
todos los hijos de Asur; mozos guapos,
en su mocedad, y habían manoseado i
jefes y capitanes todos, nobles y
su seno juvenil y derramado sobre j
notables todos a caballo. 24 Y vendrán
ella sus impurezas. 9 Yo por eso la contra li con estrépito de carros y
entregué en manos de sus amantes, ruedas, con escudos, paveses y capa-
en manos de los hijos de Asiría, de cetes, se ordenarán en batalla de
quienes estaba enamorada. 10 Ellos todas partes contra ti. Yo les he
descubrieron sus vergüenzas, le cogie- I
entregado a ellos tu juicio, y te juz-
ron sus hijos y sus hijas, y a ella la garán según sus leyes. 25 Desenca-
hicieron perecer a la espada. Vino a denaré mi celo contra ti y te tratarán
ser famosa entre las mujeres por la con furor. Te cortarán la nariz y las
justicia que en ella se hizo. i orejas, y tu prole caerá a la espada,
11
Viendo esto Ooliba, su hermana, j
Llevaránse a todos tus hijos y tus
fué más estragada que ella en su i
hijas, y tu progenie será consumida
pasión, y sus prostituciones sobre- i por el fuego. 26 Te desnudarán de tus
pasaron a las de su hermana. 12 Encen- vestidos, y te arrebatarán todos los
dióse en amor por los hijos de Asur, ornamentos de tu hermosura. 27 Yo
jefes y oficiales, nobles vestidos mag- i
haré que cese tu lujuria y tus prosti-
níficamente, caballeros en sus caba- ¡
tuciones con el Egipto, y no alces ya
llos, jóvenes todos y codiciables.
13
Yo i
más los ojos a ellos, y no te acuerdes
vi que se había contaminado, que ¡
más del Egipto.
ambas habían seguido el mismo ca- 28
Porque así dice el Señor, Yave:
mino: 14 Pero ésta fué más lejos que Te entrego en las manos de
aquellos
la otra en sus fornicaciones; vió a quienes llegaste a aborrecer, de
hombres pintados en pared, figuras de quienes se hartaron tus deseos. 29 te Y
caldeos trazadas con minio, 15 ceñi- tratarán con odio, se apoderarán de
dos sus lomos de sus cinturones, y todo el fruto de tu trabajo, y te
tiaras de varios colores a la cabeza, dejarán desnuda y en cueros, y se
todos con apariencia de jefes, figuras descubrirán las vergüenzas de tus
de hijos de Babilonia, de la Caldea, prostituciones. Tu lujuria y tus for-
su patria. 16 Yen viéndolos se en- nicaciones 30 son causa de todo esto.
cendió en amor por ellos y mandó Por haber putañeado con las gentes
embajadores a Caldea, 17 y entraron y haberte contaminado con sus ídolos.
31
a ella los hijos de Babilonia, al lecho Has seguido Jos caminos de tu
de sus amores, y la mancharon con hermana, y pondré en tus manos el
sus inmundicias y ella se contaminó cáliz suyo.
con ellos hasta hartar su deseo. 18 Hizo 32
Así habla
el Señor, Yave: Bebe-
patentes sus fornicaciones y des- rás cáliz de tu hermana, hondo y
el
cubrió su ignominia, y yo me asqueé ancho, de gran capacidad. 33 Te
de ella, como me había asqueado embriagarás y sentirás bascas incon-
19
de su hermana. Mas todavía acre- tenibles; es el cáliz que entontece y
emborracha, el cáliz de tu hermana
(i) Nueva alegoría de la historia de Samaría Samaría. 34 Lo beberás hasta las
y Judá, narrada con el realismo que es propio heces, lo morderás, lo romperás con
lie Ezequiel. los dientes, y con sus fragmentos le
724 EZEQUIEL, 24

rasgarás el seno, porque yo he ha- ciendo: * Hijo de hombre, consigna


blado, dice el Señor, Yave. 35 Puesto por escrito la fecha de este día, de
que me dejaste y me echaste a tus este día mismo. En este día el rey
espaldas, también yo echaré sobre ti de Babilonia se ha echado sobre Jeru-
tu lujuria y tus prostituciones. salén. 3 Compon una parábola para
36 Di jome Yave: Hijo de hombre, la casa de los rebeldes y diles: Así
¿no juzgarás tú a Oola y a Oolibat habla el Señor, Yave:
¿No les echarás en cara sus abomi- Pon la caldera, ponía y echa en
naciones? 37 Diéronse al adulterio y ella agua; 4 echa en ella sus trozos,
mancharon de sangre sus manos. todos los trozos selectos, la pierna
Adulteraron con sus ídolos, y aun y la espalda, lo mejor de todo. 5 Pon
los hijos que me parieron los pasaron debajo la leña y que cueza, que se
por el fuego, para que les sirviesen a cuezan hasta los huesos. (1) ^Por-
ellos de comida. 38 Hasta eso hicie- que así dice el Señor, Yave: *b jAy de
ron, contaminando también mi san- la ciudad sanguinaria! 6c Tírala trozo
tuario y profanando mis sábados, a trozo, sin echar suertes sobre ella.
39 pues luego de sacrificar sus hijos a 7
Porque tiene dentro la sangre de
sus ídolos, entraban el mismo día los suyos; la ha derramado sobre una
en mi santuario, contaminándolo. Eso piedra lisa, no la derramó sobre la
hicieron con mi casa. 40 Y
aun han tierra, para cubrirla con ella, 8 para
hecho venir de lejos hombres a los provocar la ira y traer sobre sí la
que enviaron mensajeros, y al venir venganza. También derramaré yo su
ellos te lavaste, te pintaste los ojos sangre sobre una piedra lisa, sin que
y te ataviaste con tus joyas, 41 y pueda cubrirse.
9b
echada en suntuoso estrado, te pu- jAy de la ciudad sanguinarial
*c
siste a la mesa que aderezaste para jAy de la caldera herrumbrosa cuya
ellos, poniendo en ella mis perfumes y herrumbre no ha sido quitada! 9c Tam-
mi óleo, 42 entre el rumor clamoroso bién yo aumentaré la hoguera. 10 Aña-
de los cantos. Ellos, a su vez, traían de leña, atiza el fuego, que se cueza
mirra y bálsamo, venidos de Saba la carne y se evapore el caldo, que se
del desierto; y ponían manillas en quemen los huesos. 11 Déjala vacía
sus manos y coronas en sus cabezas; sobre las brasas; que se queme y se
43
Y dije de la envejecida en adulterios: liquide el cobre, se funda con su
Ahora se consumarán los adulterios suciedad y se consuma su herrumbre.
de ellos y ella. 44 Pues venían ellos 12
En vano me fatigué, no desapare-
como quien viene a la ramera; así vinie- ció su herrumbre; sólo con el fuego
ron a Oola y a Ooliba, las depravadas. podrá quitarse.
46 p er0 hombres rectos te juzgarán 13
Es execrable tu suciedad. Yo he
según la ley de las adúlteras y las querido limpiarte, pero no te lim-
sanguinarias, porque adúlteras son, piaste: no quedaras purificada de tu
y manchadas de sangre están sus suciedad hasta que no derrame yo
manos. 46 Pues así dice el Señor, mi fuego sobre ti. 14 Yo, Yave, digo:
Yave: Trae turbas contra ellas, y Vendré, lo haré, no me volveré atrás,
sean entregadas al maltrato y la no tendré piedad, no me arrepentiré.
rapiña; 47 y las turbas las apedrearán Según tus caminos y tus obras, así
con piedras y las acuchillarán con serás juzgada, dice el Señor, Yave.
sus cuchillos, matarán a sus hijos 18 Fuéme dirigida la palabra de

y a sus hijas, y prenderán fuego a Yave, diciendo: 18 Hijo de hombre


sus casas; 48 Y haré cesar en la tierra voy a quitarte de repente lo que hace
la depravación, y escarmentarán las tus delicias (2), pero no te lamen-
mujeres, y no imitarán vuestras tor-
pezas. 49 Y
harán recaer sobre vos-
(i) Este vaticinio fué pronunciado en Babi-
otras vuestras obscenidades y paga-
lonia el dia mismo en que los caldeos establecie-
réis los pecados de vuestras idolatrías
ron el asedio contra lerusalén. El juicio de Dios
y sabréis que yo soy Yave. contra la ciudad está vivamente expresado por
la olla en que se cuece la victima, dividida en
pedazos.
asedio de Jerusaléú, y (3) Interesante acción simbólica de la con-
fui(just|as, ducta de Dios. El profeta acaba de perder a su
mujer, «las delicias de su alma»; pero Dios le
.) i
1
El año nono, el mes décimo, manda que no la llore. También él va a perder
— día
el décimo del mes, me a su esposa, Jerusalén, con su santuario, y no
fué dirigida la palabra de Yave, di- hará duelo por ellos.
EZEQUIEL, 25 725

no derrames una lágrima.


tes ni llores, en ti su campamento y alzarán en ti
17
Suspira en silencio, sin llevar luto sus tiendas, y comerán tus cosechas
por el muerto; ponte el turbante y beberán tu leche. 6 Y
haré de Raba
en la cabeza y calza tus pies, no te pastizal de camellos, y de las ciudades
cubras el rostro, ni comas el pan del de Ammón rediles de ovejas. Y
sabréis
duelo. que yo soy Yave.
18 Yo había estado hablando al 6
Porque así habla el Señor, Yave:
pueblo por la mañana, y a la tarde Pues que batiste palmas y pateaste
murió mi mujer. A la mañana si- con los pies, y te regocijaste en el
guiente hice lo que me había sido alma con desprecio para la tierra de
mandado, 19 y la gente me decía: Israel, 7 por eso, heme aquí, tenderé
¿No nos explicarás lo que significa mi mano contra ti, y te daré en presa
eso que tú haces? 20 Yo les respondí: a las gentes, y te extirparé de entre
Yave me ha hablado, diciendo: 21 Di los pueblos de la tierra, y te haré
a la casa de Israel: Así habla el Señor, desaparecer del número de ellos. Te
Yave: Mirad, yo voy a profanar mi exterminaré, y sabrás que yo soy
santuario, gloria de vuestra fuerza, Yave.
delicia de vuestros ojos y regalo de
vuestra alma; vuestros hijos y vues-
tras hijas caerán a la espada, 22 y Oráculo contra Moab.
entonces haréis vosotros lo que ahora
hago yo. No oscubriréis el rostro, Así dice Yave: Puesto que Moab
8

ni comeréis el pan del duelo; 23 lle- ha dicho: ¡Oh! La casa de Judá es


varéis en vuestra cabeza los turban- entre los pueblos uno de tantos.
9
tes y calzaréis vuestros pies; no os Por eso yo abriré el flanco de Moab,
¡amentaréis ni lloraréis, sino que os desde las ciudades fronterizas, gloria
consumiréis en vuestra iniquidad y de la región, Bet Jerimot y Baal
gemiréis unos con otros. 24 Ezequiel Meón, hasta Quiriataím. 10 Doy su
será para vosotros una señal; cuan- tierra a los hijos de oriente, para que
do esto llegue, haréis vosotros lo no sean contados más entre los
que él hace ahora, y sabréis que yo pueblo ;. 11 También haré justicia en
1

soy Yave. 25 Y tú, hijo de hombre, Moab.


el día en que yo les arrebatare a ellos
su fortaleza, el orgullo de su gloria,
la delicia de sus ojos, el gozo de sus Oráculo contra Edom.
almas, sus hijos y sus hijas, 26 vendrá
12
a ti un huido, para darte la noticia; Así dice el Señor, Yave: Por
27
y aquel día se abrirá tu boca a la el compartimiento de Edom, que
llegada del fugitivo, y hablarás, no tomó venganza de la casa de Judá,
estarás ya mudo, y serás señal para y se manchó sobremanera vengán-
ellos, y sabrán que yo soy Yave. dose de ellos, 13 por eso, así dice el
Señor, Yave: También yo tenderé mi
mano contra Edom, y exterminaré
Oráculo contra Ammón. hombres y bestias, y lo reduciré a
ruinas, desde Temán, y hasta Dedán
0£ 1
Fuéme dirigida la palabra de caerán a la espada. 14 Y pondré la
Yave, diciendo: 2
Hijo de hom- venganza contra Edom en manos de
bre, tiende tu vista hacia Ammón y mi pueblo Israel, que tratará a Edom
3
profetiza contra él(1). Di a los conforme al furor de mi ira, y sabrán
hijos de Ammón: Oíd la
palabra del que yo soy Yave y que es mía la
Señor, Yave. Así habla el Señor, venganza. Así dice el Señor, Yave.
Yave: Pues que tú dijiste «Bien »,
cuando era profanado mi santuario
y la tierra de Israel era asolada, y Oráculo contra Filistea.
¡levada la casa de Judá al cautiverio,
4
por eso yo te entregaré en poder 15
Así habla el Señor, Yave: Por
de los hijos de oriente, que pondrán haber obrado vengativamente los filis-
teos, y haberse vengado con el odio
Aquí comienzan los oráculos contra las
en el alma, exterminando con odio
(i)
naciones vecinas. Los más importantes de ellos secular; 16 por eso, así dice el Señor,
son los que aluden a Tiro (26-28) y a Egipto Yave: Yo tenderé mi mano contra los
(29-32). filisteos, y exterminaré a los cereteos.
720 EZEQUIEL, 26, 27

Haré perecer hasta los restos de los tender en él las redes, y no serás
habitantes de las orillas del mar. jamás reconstruida, porque yo, Yave,
17
Haré en ellos grandes venganzas, he hablado, dice el Señor, Yave.
con furor los castigaré, y sabrán que 15 Así ha hablado
el Señor, Yave,
yo soy Yave, cuando haga en ellos de Tiro: Al fragor de tu caída, al
mi venganza. gritar de tus heridos, a la matanza
que en ti harán, temblarán las islas.
16 Todos los príncipes del mar bajaran

Oráculo contra Fenicia. de sus tronos, se despojarán de sus


mantos y de sus recamadas vesti-
El año undécimo, el día pri-
1
duras, se vestirán de espanto y se
26 mero del mes, me fué dirigida sentarán en tierra. Temblarán a cada
la palabra de Yave, diciendo: 2 Hijo momento, y estarán consternados
de hombre: Por haber dicho Tiro di ante ti. 17 Te cantarán una elegía, y
Jerusalén, «Bien», ha sido rota la te dirán: ¡Cómo! ¿Destruida tú, la
barrera de los pueblos; vendrán a mí, poblada por los que recorrían los
yo me llenaré y ella se quedará de- mares, la ciudad tan celebrada, tan
sierta, 3 por eso, asi dice el Señor, poderosa en el mar? ¿Destruida con
Yave: Heme aquí contra ti, Tiro. sus habitantes, los que eran el espanto
Yo haré subir contra ti pueblos nu- de todos los (pie la rodeaban? 18 Estrc-
merosos, como hace subir el mar sus méceránse las islas el día de tu caída,
olas; 4 y destruirán las murallas de se espantarán de tu fin las islas del
Tiro y abatirán sus torres. Y barreré mar.
19
ile ella hasta el polvo y haré de ella Pues así dice el Señor, Yave:
una desnuda roca. 8 Será en medio del Cuando yo te torne en ciudad desierta,
mar lugar donde se tenderán las redes, como las ciudades deshabitadas; cuan-
porque yo he hablado, dice el Señor, do haga yo subir el abismo contra ti,
Yave. Será presa de las gentes 6 y y te cubra la inmensidad de las aguas,
sus hijas, las que están en el campo', 20 te haré bajar con los que cayeron
serán pasadas a cuchillo, y sabrán en la fosa, con los pueblos de otros
(pie yo soy Yave. tiempos, y te pondré en las profun-
7
Porque así habla el Señor, Yave: didades de la tierra, en las eternas
Yo enviaré desde el septentrión, contra soledades, junto a los que bajaron a
Tiro, a Xabucodonosor, rey de Babi- la fosa: y no serás habitada jamás,
lonia, rey de reyes, con carros, caba- \ daré tu gloria a las tierras de los
llos y jinetes y gran muchedumbre vivientes. 21 Te reduciré a la nada,
de pueblo. 8 Pasará al filo de la espada no serás ya más. Te buscarán y
a tus hijas del campo, pondrá contra nunca ya más te hallarán, dice el
ti cerco, levantará baluartes y alzará Señor, Yave.
escudos. 9 Pondré contra ti arietes,
derrumbará tus murallas, y con sus
ingenios echará por el suelo tus Contra Tiro.
torres.
10 La polvareda que alzarán sus 97 1
Fuémc dirigida la palabra de
caballos te cubrirá; y al estrépito
k
Yave, diciendo: 2 Tú, hijo de
de sus caballeros, sus carros y sus hombre, haz a Tiro una elegía. 3 Di
ruedas, retemblarán tus muros, cuan- a Tiro: ¡Oh tú, la que te asientas a la
do entre él por tus puertas como se orilla del mar, la que comercias con
entra en ciudad conquistada. 11 Con los pueblos de numerosas islas! Así
los cascos de sus caballos hollará habla el Señor, Yave: Tiro, tú le
todas tus calles, y [lasara a tu pueblo decías: Yo soy de perfecta hermosura.
al filo de la espada, y caerán a tierra 4
Mis dominios están en el corazón
las columnas de tu fuerza. de los mares, los (pie te edificaron le
11 Darán al saqueo todas tus rique- hicieron perfectamente hermosa, ' de
zas, al pillaje todas tus mercancías. cipreses de Samir hicieron todas tus
Demolerán tus murallas y derribarán tillas; de cedros del Líbano, tus mas-
6
tus magníficos palacios; hasta las tiles: tus remos, de encinas de Basan;
piedras, las maderas y el escombro, tus bancos, de boj incrustado de
lo arrojarán al mar. 13 Haré cesar el marfil, traído de las islas de Quitim.
estrépito de tus cantares, no se oirá
7
De lino recamado del Egipto
más el sonido de las cítaras. 14 Te eran tus velas y tus toldos; de jacinto
tomaré desnudo escollo, apio para y púrpura de las islas de Elisa tus
EZEQUIEL, 28

K
pabellones. Los habitantes de Sidón de Tarsis eran las caravanas que te
y de Arvad eran tus remeros, y 'os traían tus mercancías. Así llegaste a
más expertos entre ti, ¡olí Tiro!, ser opulenta y muy gloriosa en el
tus pilotos. 9
Ancianos de Guebal seno de los mares, 26 En el seno de
con sus más hábiles obreros calafa- las profundas aguas, a donde te con-
teaban tus junturas. Todas las naves ducían tus remeros, pero el viento
del mar, con sus navegantes, estaban solano te precipitará al seno del
dentro de ti para cambiar sus mer- mar.
27
cancías. Tus riquezas, tus mercancías, tu
10
De Pcrsia, de Put y de Lud, tráfico, tus marineros, pilotos y cala-
eran los soldados de tu ejército, tus fates, los mercaderes de tu tráfico,
hombres de guerra. Suspendían en todos los guerreros que en ti hay,
medio de ti escudos y yelmos, dán- con toda la muchedumbre que te
dote esplendor. 11 Hijos de Arvad llena, caerán en el corazón del mar
y de Helec guarnecían tus murallas, el día de tu ruina. 28 Al estrépito de
y los Gamadim tus torres; todos en los gritos de tus marineros temblarán
torno en tus murallas colgaban sus las playas. 29 Bajarán de tus naves
escudos, coronando tu belleza. cuantos manejan el remo, y todos,
12
Los de Tarsis traficaban con- marineros y pilotos del mar, se que-
tigo en gran abundancia de produc- darán en tierra. 30 Alzarán a ti sus
tos de toda suerte. En plata, hierro, clamores y darán amargos gritos; echa-
estaño y plomo te pagaban tus mer- rán polvo sobre sus cabezas y se re-
13 volcarán en la tierra. 31 Se raerán
cancías. Javán, Tubal y Mosoc,
comerciaban también contigo y cam- por ti los cabellos en torno, y se ves-
biaban tus mercaderías por esclavos tirán de saco; te llorarán en la amar-
14 Los gura de su alma con amarga aflicción;
y objetos de bronce. de la casa
de Togorma pagaban tus mercancías 32 te lamentarán con elegías
y dirán
con caballos de tiro y de carrera y de ti: ¿Quién había que fuera como
mulos. 15 Los hijos de Dedán trafi- Tiro, ahora silenciosa en medio del
caban contigo; el comercio de. nume- mar?
estaba en tus manos y te 33 Con
rosas islas las mercancías que tú saca-
pagaban con dientes de marfil y con bas de los mares, saciabas a numero-
ébano. 16 Aram cambiaba contigo ros pueblos; con la muchedumbre de
sus muchos productos, y te pagaba tus riquezas y de tu comercio enrique-
con malaquita, púrpura, recamados, cías a los reyes de la tierra; 34 y yaces
lino, coral y rubíes. ahora sepultada en el mar, en lo
17
Contigo comerciaban Judá y la profundo de las aguas, y contigo ca-
tierra de Israel, y te daban como pre- yeron tu tráfico y toda tu gran mu-
cio el trigo de Minit, perfumes, miel, chedumbre. 35
Quedáronse atónitos
aceite y bálsamo. 18 Traficaba contigo sobre tihabitantes de las islas,
los
Damasco, pagándote con sus muchos y los reyes de ellas están temblando
productos y sus bienes de toda suerte, de espanto, demudado el rostro.
vino de Helbón y lana de Sahar. 38 Los mercaderes de
los pueblos sil-
19
Los de Vedán y Jayín de Uzal te ban contra ti; has sido aniquilada, ya
pagaban con hierro elaborado, casia no serás más.
y caña aromática. 20 Dan traficaba
contigo en sillas de cuero para mon-
turas. Contra el rey dé Tiro.
21
La Arabia y los príncipes de Cedar
eran tus proveedores, y comerciaban OO 1
Fuéme dirigida lapalabra de
con corderos, carneros y machos ca- Yave, diciendo: 2
Hijo de hom-
bríos. 22 Los mercaderes de Seba y bre, di al príncipe de Tiro: Así habla
de Ragma comerciaban contigo, cam- el Señor, Yave: Por cuanto se enso-
biaban tus mercancías por los más berbeció tu corazón y dijiste: «Soy
exquisitos aromas, piedras precio- un dios, habito en el corazón de los
23
sas y oro. Harrán, Cañe y Edén, mares en la morada de Dios», y siendo
Asur y Quilmad, traficaban contigo. tú un hombre, no un dios, igualaste
24 Negociaban
contigo en muchas co- tu corazón al corazón de Dios, 3 cre-
sas, vestidos preciosos, mantos de ja- yéndote más sabio que Daniel, que
cinto recamado, tapices tejidos en ningún secreto se te ocultaba; 4 que
varios colores, fuertes y retorcidas con tu sabiduría y tu prudencia creas-
cuerdas, en tu mercado. 25 Las naves te tu poderío, y acumulaste el oro
7->8 EZEQUIEL, 29

y la plata en tus tesoros, 6 y ton tu tierra, a los ojos de cuantos le miran.


19
gran sabiduría y tu comercio acre Todos cuantos de entre los pueblos
centaste tu poder, y en tu potencia te conocen se asombrarán de ti. Serás
se ensoberbeció tu corazón; el espanto de todos, y dejarás de exis
6
Por eso, así dice el Señor, Yave:
. tir para siempre.
Pues que hiciste tu corazón igual al
corazón de Dios, 7 yo traeré contra
ti a los extranjeros, a los más feroces Contra Sidón.
de los pueblos, que desenvainarán la
espada contra la belleza de tu arte 80 Fuéme
dirigida la palabra de
y profanarán tus esplandores. 8 Te Yave, diciendo: 21 Hijo de hombre,

harán bajar a la huesa, y morirás vuélvete de cara a Sidón y profetiza


con la muerte de los que mueren en contra ella. 22 Di: Así habla el Señor,
medio de los mares. 9 ¿Dirás ya ante Yave: Heme aquí contra ti, Sidón.
tu matador: Yo soy un dios? Hombre Yo seré glorificado en medio de ti,
eres, no eres en las manos de
dios, y sabrán que yo soy Yave, cuando la
tu matador. 10
Morirás la muerte de juzgue y manifieste en medio de lla i

los incircuncisos, a manos de extran- mi santidad. 23 Mandaré a ella la


jeros, porque he hablado yo, dice el peste, y la sangre a sus calles, y cae-
Señor, Yave. rán en ella los muertos a la espada
que todo en torno la rodearán, y
sabrán que yo soy Yave, 24 Y no será
Elegía del rey de Tiro. ya para la casa de Israel un aguijón
punzante, un espino desgarrador en
11
Fuémedirigida la palabra de medio de cuantos la rodean y la
Yave diciendo: 12 Hijo de hombre, aborrecen.
canta una elegía al príncipe de Tiro, 26 Así dice el Señor, Yave: Cuando

y dile: Asi habla el Señor, Yave: Eras reúna yo a la casa de Israel de en


el sello de la perfección, lleno de sa- medio de todos los pueblos en que
biduría y acabado en belleza. 13 Habi- se dispersó, yo me glorificaré ante
tabas en el Edén, en el jardín de las gentes, y habitarán en la tierra
Dios, vestido de todas las preciosi- que di a mi siervo Jacob; 2 * habita-
dades. El rubí, el topacio, el dia- rán en ella seguros, y construirán en
mante, el crisólito, la piedra de ónice, ella casas y plantarán viñas; habi-
el berilo, el zafiro, el carbunclo y la tarán en seguridad cuando haga yo
esmeralda y el oro te cubrían; tus justicia en todos aquellos que en
tambores y tus flautas estuvieron a torno a ella la aborrecen, y sabrán
tu servicio, dispuestos para el día que yo, Yave, soy su Dios.
en que fuiste hecho rey.
14 Eras un querubín protector,
de
alas desplegadas. Yo te puse en el
monte santo de Dios, y andabas en OH YCl l.OS COXTH.X KGIP'ÍO
medio de los hijos de Dios. 16 Fuiste
perfecto en tus caminos, desde que
fuiste creado hasta el día en que fué Primer oráculo.
hallada en ti la iniquidad. 16 Por la
muchedumbre de tus contrataciones, 1
El año décimo, el décimo mes,
se llenaron tus estancias de violencia; a doce del mes, fuéme dirigida
y pecaste, y te arrojé del monte la palabra de Yave, diciendo: * Hijo
santo y te eché de entre los hijos de de hombre, vuelve tu rostro hacia
Dios, loh querubín protectorl el Faraón, rey de Egipto, y profetiza
17 Ensoberbecióse
tu corazón de tu contra el Egipto entero; 3 habla y di:
hermosura, y se corrompió tu sabi- Así dice el Señor, Yave: (Heme aquí
duría, y a pesar de tu esplendor, por contra ti, oh Faraón, rey de Egiptol
tus muchos y grandes delitos yo te Cocodrilo gigantesco, echado en medio
eché por tierra, y te doy en espec- de tus ríos, te dijiste: Míos son los
táculo a los reyes, 18 por la muche- ríos, yo mismo he excavado.
los
dumbre de tus- iniquidades. Por la 4
Yo pondré un
aro en tus quijadas,
injusticia de tu comercio profanaste y te sacaré de en medio de tus ríos,
tus santuarios; y yo haré salir de en con todos los peces que hay en ellos,
medio de ti un fuego devorador, y pegados a tus escamas, 6 y te arro-
te reduciré a cenizas en medio de la jaré al desierto a ti y a todos los
EZEQUIEL, 30 720

peces de tus rios; y caerás en la su- vicio contra ella. 19 Por


prestado
perficie de los campos, y no serás tanto, así dice Señor, Yave: Doy
el
recogido ni levantado; y te daré en a Nabucodonosor, rey de Babilonia,
pasto a las fieras de la tierra y a las la tierra de Egipto; él tomará sus ri-
aves del cielo, 6 y todos los habitan- quezas y cogerá sus despojos. Pillará
tes del Egipto sabrán que yo soy su botín, y esto será la paga para su
Yave, por haber sido tú báculo de ejército. 20 En pago del servicio pres-
caña para la casa de Israel, 7 que te tado contra Tiro, yo le doy el Egipto,
rompiste cuando te cogieron en la porque fué para mí para quien tra-
mano, traspasando sus flancos. Cuan- bajaron, dice el Señor, Yave. 21 En
do en ti se apoyaron te quebraste, ese día yo haré nacer el cuerno de la
deslomándolos enteramente. casa de Israel. Y abriré en medio
8
Por eso, así aice el Señor, Yave: de ellos tu boca, y sabrán que yo
Yo haré venir la espada sobre ti, y soy Yave.
exterminaré hombres y bestias en
medio de ti; 9 y la tierra de Egipto
se tornará en soledad y desierto, y Tercer oráculo.
sabrán que yo soy Yave, por haber
dicho: Míos son íos ríos, yo los he on 1 Fuéme dirigida la palabra de'
hecho. 10 Por eso, heme aquí contra Yave, diciendo: 2
Hijo de hom-
ti y contra tus ríos; yo haré del bre, profetiza y di: Así habla el Señor,
Egipto desierto y soledad, desde Yave: 3 Vociferad: [Desdichado dial;
Migdol hasta Siene, hasta las fronte- porque viene, se acerca, el día de
ras de Etiopía. 11 No pasará por él Yave. Día tenebroso. Llega la hora
pie de hombre, ni pie de animal pasa- de las gentes. 4 Vertdrá la espada
rá por allí, y quedará por cuarenta sobre el Egipto y la angustia sobre la
años deshabitado. 12 Yo haré del Etiopía, cuando caigan los muertos
Egipto una tierra desierta entre las en Egipto y sean apresadas sus mu-
desiertas, y serán sus ciudades de- chedumbres y destruidos sus cimien-
siertas entre las ciudades desiertas tos.
durante cuarenta años; y diseminaré 5
La Etiopía, las gentes de Put y
a los egipcios entre las naciones y de Lud, toda suerte de pueblos, las
los dispersaré en varias tierras. gentes de Cub y las tierras aliadas,
13
Así dice el Señor, Yave: Al cabo caerán con ellos a la espada. 6 Así
de cuarenta años reuniré al Egipto de dice Yave: Caerán los apoyos del
entre los pueblos a que le había dis- Egipto, se desvanecerá la altivez de
persado; 14 y mudaré la suerte del su poderío. Desde Migdol hasta Siene
Egipto y lellevaré a la tierra de caerán a la espada, dice el Señor,
Patros, a la tierra de sus orígenes, Yave. 7 Quedará desolado entre las
y allí formará un modesto reinoí tierras desoladas, y sus ciudades con
15 será el más humilde de los reinos, las ciudades en ruina. 8 Se sabrá en-
y no volverá a alzarse sobre las na- tonces que yo soy Yave, cuando
ciones. Le disminuiré para que no pegue fuego al Egipto y quebrante
pueda enseñorearse de las gentes. todos sus apoyos. 9 Aquel día partirán
14 No será ya este reino para Israel mensajeros de mi parte, que irán a
apoyo de confianza, sugestión de ini- esparcir el terror en la confiada Etio-
quidad, a la cual se vuelva, y sabrán pía, y serán presa de la angustia,
que yo soy Yave. cuando le venga al Egipto su día,
que se acerca.
10 Así dice
el Señor, Yave: Haré
Segundo oráculo. cesar el tumultuar del Egipto, por
mano de Nabucodonosor, rey de Ba-
17
El año veintisiete, el primer mes, bilonia. 11 El y sus gentes, los vale-
en primer día del mes, me fué diri-
el rosos entre los pueblos, serán llevados
gida la palabra de Yave, diciendo: a devastar la tierra, y desenvainará
" Hijo de hombre, el rey Nabucodono- su espada contra el Egipto, y llena-
sor, rey de Babilonia, ha hecho pres- rán de muertos su tierra; 12 y secaré
tar a su ejército un largo servicio sus ríos, venderé esa tierra y cuanto
contra Tiro. Encalveciéronse todas las tiene a gentes feroces, y devastaré su
cabezas, todos los hombres quedaron tierra y cuanto en ella hay, por mano
rapados, y no hubo ni para él ni para de extranjeros; yo, Yave, lo digo.
13
su ejército paga de Tiro por el ser- Así dice el Señor, Yave: Des-
EZEQUIEL, 31

truiré sus klolos, haré desaparecer los ¡de Egipto, y a su pueblo: ¿A quién
dioses falsos de Memfis, y no se al- te igualaste en tu grandeza? 3 Era
zará ya príncipe alguno en la tierra Asur cedro del Líbano, soberbio de
'

de Egipto. 14 Echaré el terror sobre su fronda y de sublime altura, que


la tierra de Egipto; devastaré a Pa- mecía su copa entre las nubes. 4 Las
i

tros, pegaré fuego a Tanis, haré jus- aguas le hicieron crecer, el abismo le
ticia en Tebas: 15 derramaré mi ira encumbró; corrían ríos cerca del lu-
sobre Pelusio, el baluarte del Egipto, y gar en que estaba plantado, y man-
exterminaré a la muchedumbre de daba sus influencias a todos los árboles
Tebas. 16 Pondré fuego al Egipto, del campo. 5 Por eso se encumbro
Sin se dolerá sobremanera, se abrirá sobre todos los árboles del campo,
!

brecha en Tebas, y Memfis será con- y se multiplicaron sus ramas y su


quistado por los enemigos en pleno fronda se extendió, por la abundan-
día. cia de aguas que le hacían crecer.
17 6
Las juventudes de Tebas y de Anidaban en sus ramas todas las
Bubastis caerán a la espada, y sus aves del cielo y parían bajo sus copas
mujeres irán al cautiverio. 18 En Taf- todas las bestias del campo, y eran
nis se oscurecerá el día cuando des- muchos los pueblos que habitaban a
"trocc los cetros de Egipto y aniquile su sombra. ' Era hermoso por su
el orgullo de sus fuertes. Quedará grandeza, por la extensión de sus
en vuelto en tinieblas y sus hijas serán ramas, por tener sus raíces metidas
llevadas cautivas. 19 Haré justicia en en abundantes aguas. 8 No le sobre-
Egipto, y sabrá (pie yo soy Yave. pujaban los cedros del jardín de Dios;
no se le asemejaban en la fronda los
Cuarto oráculo. cipreses; no eran los. plátanos como
una de sus ramas; ningún árbol del
211
El año undécimo, el primer mes, jardín de Dios le igualaba en hermo-
el día siete del mes, me fué dirigida sura. 9 Yo le había hecho hermoso
la palabra de Yave, diciendo: 21 Hijo y frondoso, y todos los árboles del
de hombre, yo he roto el brazo del Edén le miraban con envidia.
10 Por eso, Yave,
Faraón, rey de Egipto, y no ha sido así dice el Señor,
vendado ni fajado, ni entablillado Ya ser encumbrado en al-
que por
para soldar la rotura y que pueda tura, alzando tu cima hasta las nubes,
manejar espada. 22 Por tanto, así
la se embriagó su corazón de la propia
dice el Señor, Yave: Heme aquí contra alteza, 11 le he dado yo en las manos
el Faraón, rey de Egipto. Yo le rom- del héroe de las gentes, que le tra-
peré los brazos, el sano y el quebrado, tará según su maldad. Le he desecha-
y liaré (pie la espada se le caiga de do. 12 Extranjeros, los más feroces
23 de los pueblos, le abatieron; cayeron
ia mano; y diseminaré a los egip-
cios entre las gentes, y los aventaré sus ramas por los montes y por todos
por las tierras: 24 y fortaleceré los los valles, quedó destrozada su fronda
brazos del rey de Babilonia, y pondré por todas las pendientes de la tierra,
mi espada en su mano; pero quebraré y esquivando su sombra, todos los
los brazos del Faraón, que delante pueblos de la tierra le abandonaron.
13 Posáronse sobre sus restos todas
de aquél gemirá con gemidos de heri-
do de muerte. 25 Fortaleceré los bra- las aves del cielo y en sus ramas hi-
zos del rey de Babilonia, y se caerán cieron sus todas las bestias
yacijas
14
para que no se exalten
los brazos' del Faraón, y sabrán que del campo;
yo soy Yave, cuando ponga mi es- en su altura los árboles todos de junto
pada en mano del rey de Babilonia, a las aguas, y no lancen su cima
\ La esgrima el contra la tierra de :
hasta las nubes, y no confíen en su
Egipto. 26 Esparciré a los egipcios altura cuantos son regados por las
entre las gentes y los aventaré por aguas, porque lodos están destinados
las tierras, y sabrán que yo soy Yave: i
a morir, a ir a la morada subterránea,
entre los hijos de los hombres que
Quinto oráculo. La cuida de Asm-, bajan a la fosa.
15 Asi dice el Señor, Yave: El día
figura de la de Egipto.
cu que bajo al sepulcro, enlute el
'X 1
1
año undécimo, el tercer
El abismo, retuve el curso de los ríos
primero del mes, fuéme
mes, el y se estancaron las aguas caudalosas;
dirigida la palabra de Yave, diciendo. entristecí a) Líbano por él, y se seca
Hijo de hombre, di al Faraón, rev ron todos los arboles del campo. 18 Con
EZEQUIEL, 32 731

11
el fragor de su ruina hice temblar a Porque Yave:
asi dice el Señor,
las gentes. Cuando le hice bajar al La espada rey de Babilonia te
del
sepulcro entre aquellos que bajan a alcanzará; 12 exterminará a tu pueblo
la fosa, se consolaron en la morada con la espada de los fuertes, todos
subterránea todos los árboles del valerosos entre los valerosos, que
Edén, y los más hermosos y selectos destruirán la soberbia del Egipto y
del Líbano, todos regados por las todas sus muchedumbres serán des-
aguas. 17 También bajarán ellos al hechas. 13 Destruiré todos tus ganados
sepulcro con él, hacia ios muertos a de sobre las muchas aguas, que no
la espada, los que fueron su brazo enturbiará ya más pie de hombre ni
y se acogieron a su sombra en medio pezuña de bestia.
14 Entonces correrán limpias sus
de las gentes.
18
¿A quién te asemejas tú por aguas, y sus canales se deslizarán
gloria y por grandeza entre los árbo- como el aceite, dice el Señor, Yave.
els del Edén? Pues también tú serás
15 Cuando tornaré en desierto la tie-
llevado con los árboles del Edén a rra de Egipto, y asolaré cuanto la
la morada subterránea. Yacerás entre llena. Cuando heriré a todos cuantos
los incircuncisos, con los traspasados la habitan, que sabrán que yo soy
16
por la espada. Eso será del Faraón y Yave. Esta es la elegía que can-
de toda su gente, dice el Señor, Yave. tarán: la cantarán las hijas de las
gentes, la cantarán del Egipto y de
todas sus muchedumbres, dice el
Llegía de la ruina de Egipto. Señor, Yave.

32 1
^
a ™° duodécimo, el duodé-
Otra elegía a Kcjipto.
cimo mes, el día primero del
mes, me fué dirigida la palabra de
17
Yave, diciendo: 2 Hijo de hombre, El año duodécimo, el quince del
canta una elegía al Faraón, rey de mes, fuéme dirigida la palabra de
Egipto, y di: Eras como el león de Yave, diciendo: 18 Hijo de hombre,
las gentes, eras como el cocodrilo de compon un canto lúgubre a la mu-
los mares: con tus narices hacías her- chedumbre del Egipto. Precipítale a
vir las aguas, y enturbiabas con tus él y las hijas de las gentes fuertes, a
patas los canales. 3 Así dice el Señor, lo profundo de la tierra, con los que
Yave: Yo
te tenderé mi red con una bajan a la fosa. 19 b 20 a Baja, y
turba de pueblos que te subirán en yace entre los incircuncisos, cae en-
mi esparavel, 4 y te echaré en tierra tre los muertos a la espada. 20 b La
seca, y te dejaré en medio del campo. espada ha sido ya entregada; traedlo
Haré venir sobre ti todas las aves a él y a toda su pompa. 21 a En el
del cielo, y saciaré de ti a todas las sepulcro se dirigirán a él los fuertes
bestias de la tierra. 5 Esparciré tus entre los fuertes, diciéndole a él y a
raines por los montes y llenará de sus auxiliadores: 19 a ¿En qué nos
tu carroña los valles. 6 Regaré con tu superas tú a nosotros? 21 t> Baja a
sangre la tierra por donde nadas, la la fosa, y yace entre los incircuncisos,
regaré. Regaré con ella hasta los entre los muertos a la espada.
22
montes y de ella se cubrirán los ca- Allí está Asur con todos sus ejér-
nales. citos, cuyos sepulcros están en torno
7
Al apagar tu luz, velaré los cielos de él. 23 Están sepultados en lo pro-
y oscureceré las estrellas. Cubriré fundo de la fosa rodeándote en torno,
de nubes el sol y la luna no resplan- todos traspasados por la espada, los
decerá; 8 todos los astros que brillan que sembraban el terror en la tierra
en los cielos se vestirán de luto por cíe los vivos.
24 Allí
ti, y se extenderán las tinieblas sobre Elam, con todas sus mesna-
la tierra, dice el Señor, Yave. 9 Lle- das en torno de su sepulcro; todos
naré de horror el corazón de muchos muertos a la espada cayeron, y baja-
pueblos, cuando lleve al cautiverio ron incircuncisos a lo profundo de la
a los tuyos, a tierras que no conocen; fosa. Los que esparcieron el terror
10
dejaré por ti atónitos a muchos en la tierra de los vivos trajeron su
pueblos, y a sus reyes que temerán ;
ignominia a loprofundo del abismo.
25
por sí, cuando comience a volar a su i En medio de los muertas pusieron
vista contra ti mi espada, al tiempo su lecho para él y sus muchedumbres.
de tu ruina. Sus sepulcros le rodean, todos incir-
EZEQUIEL, 33

cuncisos, muertos a la espada. Sem- hubiese apercibido, habría salvado su


braron espanto en la tierra de los
el vida. 6 Mas si el atalaya, por lo con-
vivos, pero vinieron con su ignominia trario, viendo llegar la espada no
a unirse con los que bajan al se- toca la bocina para que la gente se
pulcro y yacen en medio de los aperciba, y llegando la espada hiere
muertos. a alguno de ellos, éste quedará preso
26 Allí Mosoc en su propia iniquidad, pero yo
y Túbal, con todos
sus ejércitos, cuyos sepulcros les demandaré su sangre al atalaya.
7
rodean; todos incircuncisos, muertos Mira, pues, \oh hijo de hombre!:
a la espada, los que aterrorizaban a Yo te he puesto por atalaya de la
la tierra de los vivos. 27 No yacen casa de Israel. Cuando oigas de mi
entre los héroes que cayeron entre boca la palabra, apercíbelos de parte
los incircuncisos y bajaron a la mo- mía. 8 Si yo digo al impío: limpio,
rada de los muertos con sus armas vas a morir! Si tú no hablas al impío
de guerra, la espada bajo sus cabezas para apercibirle de su mal camino,
y el escudo sobre sus huesos, con haber el impío morirá por su iniquidad,
sido el terror de los valientes en la pero de su sangre te pediré yo cuenta
tierra de los vivos. 28 También tú a ti. 9 Pero si tú apercibiste al impío
serás quebrantado entre los incircun- de su camino para que se apartase
cisos y yacerás con los muertos a la de él, y él no se apartó, él morirá por
espada. su iniquidad, pero tú habrás salva-
29
Allí está Edom, sus reyes y sus do tu alma.
príncipes todos, que a pesar de su
valor yacen entre los muertos a la
espada, y duermen con los incircun- I.a salud por la penitencia.
cisos, con los que bajaron a la fosa.
30 Allí están todos los príncipes del 10 Di, ¡oh hijo de hombre!,
a la
septentrión y todos los Sidonios, que casa de Israel: Vosotros decís: Lle-
con su ignominia descendieron a los vamos sobre nosotros nuestros peca-
muertos, a pesar del terror que ins- dos y nuestras rebeliones, y por eso
piraba su valor. Incircuncisos se acos- nos vamos consumiendo: ¿cómo vamos
taron con los muertos a la espada, y a vivir? 11 Diles: Por mi vida, dice
comparten su ignominia con los que el Señor, Yave, que yo no me gozo
bajan a la fosa. en la muerte del impío, sino en que
31
El Faraón los verá y se consolará él se retraiga de su camino y viva.
de sus muchedumbres, de los suyos, Volveos, volveos de vuestros malos
muertos a la espada y de todo su caminos: ¿Por qué os empeñáis en
ejército, dice el Señor, Yave. 32 Por- morir, casa de Israel?
12
que yo sembraré mi terror en la tierra Hijo de hombre, di también a
de los vivos y se acostarán en medio los hijos de tu pueblo: La justicia
de los incircuncisos, con los muertos del justo no le salvara el día en que
a la espada, el Faraón y todas sus pecare, y la impiedad del impío no
muchedumbres, dice el Señor, Yave. le será estorbo el día en que se con-
vierta de su iniquidad, como no
vivirá el justo por su justicia el día
El prolctu, atalaya del pueblo. en que pecare. 13 Diciendo yo al justo:
De cierto vivirás: Si él, fiado en su
$3 1
Fuéme dirigida la palabra de justicia, comete maldad, no serán
Yave, diciendo: Hijo de hom-
2 traídas a la memoria todas sus justi-
bre, habla a los hijos de tu pueblo y cias, sino que por la iniquidad que
diles: Si hiciere yo venir la espada cometió morirá. 14 Y
diciendo yo al
sobre una tierra, y la gente de la impío: De cierto morirás: Si él se
tierra toma un hombre de su terri- convirtiere de su pecado, e hiciere
torio y lo pone por atalaya, y éste; juicio y justicia; " si devolviere la
viendo venir la espada sobre la prenda, restituyere lo robado y cami-
tierra, toca la bocina para dar al nare por los mandatos de vida, no
pueblo la alarma. 4 Si el que oye el haciendo iniquidad, ciertamente vi-
sonido de la bocina no se apercibe virá, no morirá. 18 No se recordará
y llegando la espada le hiere, su ninguno de los pecados que cometió;
sangre será sobre su cabeza. 6 Oyó hizo juicio y justicia, y de cierto vi-
el sonido de la bocina y no se aper- virá.
cibió, su sangre será sobre él. Si se
17
Y dirán los hijos de tu pueblo:
EZEQUIEL, 34 733

No es recta la via del Señor. (Las voz y maestro en el canto; oyen tus
suyas no son rectas! 18 Si el justo se palabras, pero de ponerlas por obra,
aparta de su justicia y hace iniquidad, nada. 33 Mas cuando ello viniere,
morirá por ésta, 19 y si el impío se y viene ya, sabrán que hubo entre
aparta de su iniquidad y hace juicio líos un profeta.
20 Y
y justicia, por esto vivirá. decís:
No es recta la via del Señor. Yo os Los malos pastores.
juzgaré, joh casa de Israel!, a cada
uno conforme a sus caminos. 9 4 1
Fuéme dirigida la palabra de
21 El año duodécimo
de nuestro " * Yave, diciendo: 2
Hijo de hom-
cautiverio, el mes décimo, a cinco bre, profetiza contra los pastores de
del mes, vino a mí un escapado de Israel. Profetiza diciéndoles: Así habla
Jerusalén, diciendo: La ciudad ha el Señor, Yave: ;Ay de los pastores
sido tomada. 22 La tarde anterior, de Israel que se apacientan a sí
antes que llegase el fugitivo, había mismos! ¿Los pastores no son para
sido sobre mí la mano de Yave, que apacentar el rebaño? 3 Pero vosotros
abrió mi boca a la llegada del fugi- coméis su grosura, os vestís de su
tivo, a la mañana; abrióse mi boca lana, matáis lo que engorda, no apa-
y en lo sucesivo ya no estuvo mudo. centasteis a las ovejas. 4 No confor-
23 Y me
fué dirigida la palabra de tasteis a las flacas, no curásteis a las
Yave, diciendo: 24 Hijo de hombre, enfermas, no vendasteis a las heridas,
los que en la tierra de Israel moran, no redujisteis a las descarriadas, no
en aquellas ruinas andan diciendo: buscasteis a las perdidas, sino que
Abraham era él solo, y poseyó la las dominabais con violencia y con
tierra, pues nosotros somos muchos, dureza. 6 Y
así andan perdidas mis
poseeremos la tierra. 25 Diles, pues: Así ovejas, por falta de pastor, siendo
habla el Señor, Yave: Vosotros ban- presa de todas las fieras del campo.
queteáis por los montes, alzáis los 6 Anaan errantes por montes
y coila-
ojos a vuestros ídolos, derramáis la dos, derramadas por toda la haz ce
sangre; ¿y vais a poseer la tierra? 1°. tierra, sin que haya quien las busque
26
Vosotros os apoyáis sobre vuestras y las congregue.
espadas, hacéis abominaciones, y cada 7
Oíd, pues, pastores de Israel, la
cual contamina a la mujer de su palabra de Yave. 8 Por mi vida, dice
prójimo, ¿y vais a poseer la tierra? Yave, que pues mi rebaño ha sido
27
Diles así: Esto .dice el Señor, Yave: depredado, y han sido presa mis ove-
Por mi vida, que los que moran entre jas de todas las fieras del campo por
las ruinas perecerán a la espada, y falta de pastor, pues no iban mis
los que están en campo abierto los pastores en pos de mi rebaño, sino
daré en pasto a las fieras, y los que que le abandonaron, apacentándose
en las rocas y en las cuevas, morirán a sí mismos, no a mi grey; 9 oíd, por
de peste. 28 Y
desolaré la tierra tanto, joh pastores!, la palabra de Yave:
hasta destruir su soberbia y su for- 10 Así habla el Señor, Yave: Heme
taleza, y los montes de Israel serán aquí contra los pastores, para reque-
asolados sin que haya quien por ellos rir de su mano mis ovejas. No les
pase; 29 y sabrán que yo soy Yave, dejaré ya rebaño que apacienten, no
cuando convierta la tierra en un serán más pastores que a sí mismos se
desierto por todas las abominaciones apacienten. Les arrancaré de la boca
que han cometido. mis ovejas, no serán ya más pasto
30 Y
tú, hijo de hombre, mira que suyo. 11 Porque así dice el Señor,
los hijos de tu pueblo se burlan de ti Yave: Yo mismo iré a buscar a mis
junto a las paredes y a las puertas ovejas y las reuniré (1).
de sus casas, y hablan los unos con
los otros, cada uno a su prójimo, El pastor fiel.
diciendo: ]Ea, vamos a oír qué pala-
bra sale de Yave! 81 Y
vienen a ti 12
Como recuenta el pastor a sus
como a las asambleas, y se sientan ovejas el día en que la tormenta
delante de ti los de mi pueblo, para
escuchar tus palabras, pero 'uego
no ponen por obra; y mientras
las (1) Este capítulo, escrito después de la ruina
definitiva de Judá, está dedicado a levantar el
me halagan con su boca, se va su ánimo de los cautivos con la esperanza de la
corazón tras su avaricia. 32 Eres restauración, enlazada con la promesa me-
para ellos cantor gracioso, de hermosa siánica.
7.(1 EZEQUIEL, 35

dispersa a la grey, así recontaré yo Habitarán en su tierra en seguridad


mis ovejas, y las pondré en salvo en y sabrán que yo soy Yave, cuando
todos los lugares en que fueron dis- rompa las coyundas de su yugo y las
persadas el día del nublado y las tinie- l
arranque de las manos de íos que las
13
blas; \ las retraeré de en medio de esclavizaron.
28 No serán
las gentes, y las reuniré de todas las ya más presa de las
tierras, y las llevaré a su tierra y las gentes, no las devorarán las fieras
apacentaré sobre los montes de Israel, del campo, sino que habitarán en
y en los valles de todas las regiones (
seguridad sin que nadie las espante.
29
del país. 14 Las apacentaré en pastos i Les suscitará una prole de renom-
pingües y tendrán su ovil en las |
bre; no los consumirá ya más el
más altas cimas de Israel. AUi ten- hambre, ni serán más el escarnio
drán cómoda majada y pingües pastos de las gentes. 30
Conocerán entonces
en los montes de Israel. que yo, Yave, soy su Dios, y estoy
15 Yo mismo
apacentaré a mis ove- con ellos, y que ellos, la casa de
jas, y yo mismo las llevaré a la ma- Israel, son mi pueblo, dice el Señor,
jada, dice el Señor, Yave. 16 Buscaré Yave. 31 Rebaño mío, vosotros sois
la oveja perdida, traeré la amontada, las ovejas de mi grey y yo soy vues-
vendaré la perniquebrada, y curaré tro Dios, dice el Señor, Yave.
la enferma; y mataré las gordas y
robustas, las apacentaré con justicia.
17
Y tú, rebaño mío, así dice el Señor, Oráculo contra Edom.
Yave: Yo mismo juzgaré entre oveja
y oveja, entre carneros y machos ,'),)
1
Fuéme dirigida la palabra de
cabríos. 18 ¿No os bastaba a vos- Yave, diciendo: 2
Hijo de hom-
otros apacentaros de lo mejor de los bre, vuelve tu rostro hacia el monte
3
pastos, que pisoteabais además con Seir, y profetiza contra él. Dile:
vuestras pezuñas el resto del pasto?
¡

I \sl habla el Señor, Yave: Heme


Beber el agua clara y no enturbiar aquí contra ti, |oh monte Seir! Tam-
con vuestras pisadas la que queda? |
bién sobre ti tenderé mi mano, J y
19
¿Ovejas mías van a tener que te tornaré en desierto, reduciendo a
comer lo que vosotros hollasteis con ruinas tus ciudades. Serás asolado y
los pies y beber lo que con ellos entur- sabrás que yo soy Yave. s Porque
biasteis? en tu secular enemiga contra Israel
20
Por eso, así dice el Señor, Yave: pasaste a sus hijos a la espada el
Yo juzgaré entre la oveja gorda y la día fatal de las desventuras, cuando
oveja flaca; 21 Y como empujáis llegó a su término la iniquidad. * Por
con el flanco y las espaldas y acor- mi vida, dice el Señor, Yave, te
neáis con los cuernos a las débiles, daré a la sangre y la sangre te per-
hasta que las echáis y las hacéis seguirá, por haber perseguido a san-
descarriar, 22 yo protegeré a mis gre, la sangre te perseguirá, 7 y haré
ovejas para que no se descarríen, y del monte Seir desierto y soledad,
juzgaré entre oveja y oveja. sin que haya quien por él vaya ni
8
venga: y henchiré de muertos tus
colinas; en tus montes y en tus valles,
Castor único, el nuevo David.
en el lecho de todos tus torrentes,
yacerán los muertos a la espada.
23 Suscitaré
para ellas un pastor úni- 9 Te reduciré a eterna soledad. No
co, que las apacentará. Mi siervo Da- serán ya habitadas tus ciudades, y
10 pues que
vid, él las apacentará, él será su pas- sabrás que yo soy Yave,
tor. 24 Yo, Yave, seré su Dios, y mi te dijiste: Míos serán ambos pueblos
siervo David será príncipe de ellas. y ambas tierras, nosotros las posee-
Yo, Yave, lo he dicho. remos, aunque allí esté Yave.
26 Haré coií ellas alianza de paz, 11
Por mi vida, dice el Señor, Yave,
haré desaparecer de la tierra las que te trataré conforme a tu ira y i\
fieras, y andarán tranquilas por el furor con que en tu odio los trataron.
desierto, y se reposarán en la selva. 12 Y sabrás que yo soy Yave, cuando
I

Haré de ellas y de los alrededores te juzgue. He oído todas las injurias


de mi collado una bendición. Man- que proferiste contra los montes de
daré a su tiempo las lluvias, lluvias, Israel, diciendo: [Destruidos! Nos los
de bendición. 27 Darán sus frutos los dan para que los devoremos.
13
Y os
árboles del campo, y la tierra los suyos. insolentasteis de boca contra mí y
,

EZEQUIEL, 36

multiplicasteis, oyéndolas yo, vues- la vosotros, a vosotros me vuelvo.


tras palabras contra mí. Todavía seréis labrados y sembrados,
14 Así dice el Señor, Yave: Alegrán- 10
multiplicaréis en vosotros a los
dose la tierra toda, a ti te tornaré en hombres, la casa de Israel toda entera
desierto. 15 Como te gozaste en la y serán repobladas las ciudades y
desolación de la heredad de la casa reconstruidas las ruinas.
11
de Israel, asimismo haré yo contigo; Multiplicaré en vosotros a los
os tornaréis en desierto, ¡oh montes hombres y se multiplicarán los gana-
de Seirl, y con vosotros Idumea toda dos, y estaréis poblados como anti-
entera, y se sabrá que yo soy Yave.» guamente, y más todavía que al
principio, y sabréis que yo soy Yave.
12
Haré volver a vosotros a los hom-
vuelta de Israel a su tierra bres, mi pueblo, Israel, que os posee-
por pura misericordia «le Dios. rán y les seréis en heredad y no vol-
veréis a devorarlos. 13 Así dice Yave:
Pues que andan diciendo de ti: Eres
*if* Y
ahora, hijo de hombre, pro-
1
una tierra que devora a los hombres
fetiza a los montes de Israel y y mata a sus hijos, 14 no devorarás
di: Oíd, montes de Israel, la palabra ya más a los hombres, no matarás
de Yave (1): 2 Así habla el Señor, ya más a tus hijos, dice el Señor,
Yave: Pues que el enemigo dijo de Yave; 15 y nunca más te haré oír
vosotros: ¡Ea! Son ruinas perpetuas, los insultos de las gentes, ni tendrás
se nos dan en posesión a nosotros. que soportar los escarnios de los pue-
3
Habla y di: Así habla el Señor, Yave: blos, y no quedarán los tuyos priva-
Por eso, porque os asolaron y tra- dos de hijos, dice el Señor, Yave.
garon de todas partes, dándoos por 16 Fuéme dirigida la palabra de
heredad a las gentes y haciéndoos Yave, diciendo: 17 Hijo de hombre,
objeto de habladurías y de escarnios, cuando moró en su tierra la casa de
4
Por eso, ¡oh montes de Israel!, Israel, la contaminaron con sus malas
oíd la palabra de Yave: Así dice el obras y sus pecados. Su obrar ante
Señor, Yave, a los montes y a los mí fué como la inmundicia de la
collados, a los lechos de los torrentes menstruada. 18 Por eso descargué yo
y a los valles, a las ruinas desoladas mi ira sobre ellos, por la sangre que
y a las ciudades desiertas, que fueron ; derramaban en la tierra y por los
ia presa y el sarcasmo de los que de :
ídolos con que la contaminaron.
los pueblos circunvecinos quedaban.
5
19
Y los he dispersado entre las gen-
Por eso, así habla el Señor, Yave: tes y han sido esparcidos por todas
Sí, en mi celo y en mi furor hablé las tierras, juzgándolos conforme a
contra los escapados de los pueblos, sus caminos y a sus obras; 20 y lle-
y contra la Idumea toda entera, que i gados a las gentes a donde fueron,
se apropiaron mi tierra, con el corazón éstas profanaron mi santo nombre,
todo alegre y con el desprecio en el diciendo de ellos: ¡Estos son el pue-
alma, para despoblarla y depredarla. blo de Yave; han sido echados de su
6
Por eso, profetiza a la tierra de tierra! 21 Pero he tenido lástima de
Israel, y di a los montes y a los colla- ellos, al ver mi santo nombre pro-
dos, a los lechos de los torrentes y fanado, por causa de la casa de Israel,
los valles: Así habla el Señor, Yave: entre las gentes a las que han sido
Heme aquí, en mi celo y en mi furor llevados.
lo digo: Ya que habéis soportado el 22 Di,
pues, a la casa de Israel: así
escarnio de las gentes, 7 así habla el habla el Señor, Yave: No lo hago
Señor, Yave: Alzo mi mano y juro I
por vosotros, casa de Israel, sino
que las gentes que os rodean sopor- j
más bien por el honor de mi nombre,
tarán vuestro escarnio, 8 y vosotros, profanado por causa vuestra entre
montes de Israel, germinaréis, daréis las gentes a que habéis ido. 23 Yo
ramas y frutos a mi pueblo Israel; 1
santificaré mi nombre grande, pro-
que va a volver. 9 Porque heme aquí, fanado entre las gentes a causa de
vosotros en medio de ellas, y sabrán
las gentes que yo soy Yave, dice el
Otro capítulo como el pasado, en el cual
(i)
son muy de notar los versos 25-37, que anuncian Señor, Yave, cuando yo me santi-
laefusión de! espíritu divino sobre el pueblo de ficare en vosotros a sus ojos. 24 Yo
Dios, tan maravillosamente cumplida el día de os- tomaré de entre las gentes y os
Pentecostés. reuniré de todas las tierras y os
736 EZEQUIEL. 37

conduciré a vuestra tierra: 28 Y os Los huesos secos.


aspergeré con aguas puras y os puri-
ficaré de todas vuestras impurezas, OT i Fué sobre mí la mano de.
de todas vuestras idolatrías. ' *
Yave, y llevóme Yave fuera
24
Os daré un corazón nuevo y y me puso en medio de un campo
pondré en vosotros un espíritu nuevo. que estaba lleno de huesos (1).
Os arrancaré ese corazón de piedra, 2
Hízome pasar por cerca de ellos
y os daré un corazón de carne. 27 Pon- todo en derredor, y vi que eran sobre-
dré dentro de vosotros mi espíritu, manera numerosos sobre la haz del
y os haré ir por mis mandamientos campo, y enteramente secos. 8 Y
y observar mis preceptos y ponerlos me Hijo dj hombre, ¿revivirán
dijo:
por obra. 28 Entonces habitaréis la estos huesos? Y yo respondí: Señor,
tierra que yo di a vuestros padres, Yave, tú lo sabes. 4 Y él me dijo:
y seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Hijo de hombre, profetiza a estos
Dios. 29 Os libraré de todas vuestras huesos y diles: Huesos secos, oíd la
impurezas, y llamaré al trigo, y lo palabra de Yave. 6 Así dice el Señor,
multip'icaré, y no tendréis hambre. Yave, a estos huesos: Yo voy a hacer
30 Multiplicaré los frutos de lo* árbo- entrar en vosotros el espíritu, y vivi-
les y el de los campos, para que réis; 8 y pondré sobre vosotros ner-
nunca más os escarnezcan las gentes vios, y os cubriré de carne, y extende-
porque padezcáis hambre. ré sobre vosotros piel, y os infundiré
31
Vosotros, por vuestra parte, os espíritu, y viviréis, y sabréis quejyo
acordaréis de vuestros malos cami- soy Yave.
nos, de vuestras obras, que no fueron Entonces profeticé yo como se
7

buenas, y sentiréis vergüenza de vos- me mandaba; y a mi profetizar se


otros mismos por vuestras iniqui- oyó un ruido, y hubo un agitarse y
dades y vuestras abominaciones. 32 No un acercarse huesos a huesos. 8 Miré,
lo hago por vosotros, dice el Señor, y vi que vinieron nervios sobre ellos,
Yave; sabedlo, confundios y aver- y creció la carne y los cubrió la piel,
gonzaos de vuestras obras, ¡oh casa pero no había en ellos espíritu. * Dl-
de Israell jome entonces: Profetiza al espíritu,
profetiza, hijo de hombre, y di al
espíritu: Así habla el Señor, Yave:
Prosperidad del nuevo reino. Ven, ;oh espíritul, de los cuatro vien-
tos, y sopla sobre estos huesos muer-
33
Así habla el Señor, Yave: El tos, y vivirán. 10 Profeticé yo como
día en que os habré purificado de se me mandaba, y entró en ellos el
todas vuestras iniquidades, repoblaré espíritu, y revivieron y se pusieron
las ciudades y reconstruiré las ruinas. en pie, un ejército grande en ex-
34 La tierra desolada en que el cami- tremo.
nante no ve más que desolación, 11 Díjome entonces: Hijo de hom-
volverá a ser labrada, 38 y se dirá: bre, 'sos huesos son la entera casa
Aquella tierra inculta se ha conver- de Israel. Andan diciendo: Se han
tido en jardín del Edén; las ciudades secado nuestros huesos, ha fallado
arruinadas, asoladas y desiertas están nuestra esperanza, estamos perdi-
fortificadas y pobladas, 36 y los pue- dos.
blos que en torno vuestro han sido 12 Por eso, profetiza
y diles: Así ha-
dejados, sabrán que yo, Yave, he bla el Señor, Yave: Yo abriré vuestros
reedificado vuestras derribadas ruinas sepulcros y os sacaré de vuestras
y he repoblado de árboles la tierra sepulturas, pueblo mío, y os llevaré
devastada. Yo, Yave, lo he dicho, a la tierra de Israel; 18 y sabréis que
y lo haré. yo soy Yave, cuando abra vuestros
87
Así diceSeñor, Yave: Aun
el sepulcros y os saque de vuestras
esto más me dejaré yo inducir a sepulturas, puehio mío, 14 y ponga
hacer por la casa oe Israel: Multi- en vosotros mi espíritu y viváis, y
plicaré los hombres como se multi- os dé el reposo en vuestra tierra;
plican los rebaños; 88 a modo de y sabréis que yo, Yave, lo dije y lo
ovejas consagradas, de ovejas de Jcru hice, dice Yave.
salén en sus solemnidades, asi serán
las ciudades arruinadas, llenas de (i) Esta estupenda visión de Ezequiel repre-
rebaños humanos, v sabrán que vo soy senta la resurrección nacional de Israel y a la
Y;, ve. vez la edad mesiánira.
» .

EZEQUIEL, 38 737

I 11 sólo reino bajo el retro único Gog y Manon


del nuevo David.
Fuéme dirigida la palabra de
15 Fuéme dirigida la palabra de •J** Yave, diciendo (1): 2 Hijo de
Yave, diciendo: 16 Hijo de hombre, hombre, vuelve tu rostro a Gog, a
toma un palo y escribe en él: «Judá y la tierra de Magog, al príncipe de
los hijos ce Israel que le están unidos. Ros, de Mosoc y de Túbal, y profe-
Toma luego otro, y escribe en él: tiza contra él, 8 y di: Así habla
«José, el báculo de Efraím y de el Señor, Yave: Heme aquí contra
toda la casa de Israel que le está ti, príncipe de Ros, de Mosoc, y de
unida.» 17 Júntalos luego el uno con Túbal; 4 yo te atraeré y pondré
el otro, para que sean uno solo, y freno en tus mandíbulas; y te sacaré
uno solo hagan en tu mano. a ti y a todos los ejércitos, caballos
18 Y cuando te pregunten los y jinetes, de todo en todo equipados.
hijos de Israel: ¿No nos enseñarás Muy gran muchedumbre con rodelas
5
qué es eso? y escudos, todos con espada. Persia,
19 habla el Señor, Yave: Etiopía y Put con ellos, todos con
Diles, así
Mirad, yo tomaré el báculo de José, escudo y yelmo. 6 Gomer y todas sus
que está en manos de Efraím y de mesnadas, la casa de Togorma; los
las tribus de Israel que le están uni- extremos confines septentrionales >
das, y lo pondré sobre el báculo de todas sus hordas, pueblos innume-
Judá, haciendo un solo báculo, y rables contigo.
será uno solo en mi mano.
20 Que estén a sus ojos los palos
en que escribas, y diles: 21 Así dice
el Señor, Yave: Mirad, yo tomaré a
La invasión.
los hijos deIsrael de entre las gen-
tes a que han ido, juntándolos de Prepárate, apréstate, tú > toda
todas partes, y los traeré a su tie- |
la innumerable muchedumbre reunioa
rra. I en torno tuyo. Sé su jefe. 8 De aquí
22
Y
haré de ellos en la tierra, en I a muchos días te será dada la orden.
los montes de Israel, un solo pue- I
Al cabo de años vendrás a la tierra
blo, y todos tendrán un solo rey; ! salvada de la espada, recogida de
nunca más serán dos naciones, nun- entre muchos pueblos, a los montes de
ca más estarán divididas en dos Israel, que habían estado reducidos
reinos. 23 Nunca más se contamina- a eternas ruinas. Ha sido sacada de
rán con sus ídolos, con sus abo- entre las gentes y habita confiada-
minaciones y con todas sus rebe- mente. 9 Tú la invadirás, llegando
liones; los libraré de todas las re- allícomo un torbellino; como tor-
beliones con que pecaron, y los menta que envolverá la tierra serás
purificaré y serán mi pueblo y yo tú, con todos tus ejércitos y los in-
seré su Dios. 24 Mi siervo David será numerables pueblos que están con-
su rey, y tendrán todos un solo pastor, tigo.
y caminarán por las sendas de mis 10 Así dice el Señor, Yave: En
mandamientos y' guardarán mis pre- aquellos días se alzarán en tu cora
ceptos, poniéndolos por obra. 26 Y zón pensamientos y concebirás mal-
habitarán la tierra que yo di a mi vados designios. 11 Te dirás: Voy a
siervo Jacob, en que habitaron vues- subir contra una tierra indefensa,
tros padres. Ellos la habitarán y iré contra gentas tranquilas que habi-
los hijos de sus hijos por los siglos, tan confiadamente, todas sin mura-
y por los siglos será su príncipe David, llas, sin puertas ni cerrojos, 12 a
mi siervo. 26 Estableceré con ellos robar, a saquear, a poner tus manos
un pacto de paz que será pacto sobre ruinas repobladas. Sobre un
eterno; los asentare, los acrecentaré
y pondré mi santuario en medio de (i) Los dos capítulos que siguen tienen un
ellos por los siglos. 27 Pondré en carácter escatológico. Israel mora tranquilo en su
medio de ellos mi morada, y yo seré tierra, sin temor de enemigos. De las regiones
su Dios y ellos serán mi pueblo. del aquilón llega una invasión feroz de puebles
28 Y sabrán desconocidos, los cuales, atraídos por la facilidad
las gentes que yo, Yave,
déla presa que les ofrece Israel, recién restaurado,
santifico a Israel, cuando esté mi san- pretenden acabar con él. Pero el Señor interviene
tuario en medio de ellos por los en defensa de su pueblo, y echa la discordia sobre
siglos. los invasores, que unos a otros se destrozan.

4"
738 EZEQUIEL. 39

pueblo reunido de entre las gentes, 1


*?() Tú, pues, hijo de hombre,
que ti.ene ganados y propiedades y profetiza contra Gog y di: Así
habita en el ombligo de la tierra. habla el Señor, Yave: Heme aquí
13
Seba y Dedán, los mercaderes de contra ti, ¡oh Gog!, príncipe de Ros,
Tarsis y todos sus Icones, te dirán: de Mosoc y de Túbal, 2 yo
te atraeré,
¿Vienes en busca de botín? ¿Has yo te haré* subir de los
te guiaré y
reunido toda esa muchedumbre para extremos confines del septentrión, y
saquear, en busca de plata y de oro, te llevaré a los montes de Israel;
para coger ganados y riquezas, para s
y romperé en tu mano izquierda el
hacer gran botín? arco y haré caer de tu diestra las
14 Por tanto, profetiza, hijo de
saetas. * Caerás en los montes de
hombre, y di a Gog: Así dice el Israel con todos los ejércitos y todos
Señor, Yave: En aquel tiempo, cuando los pueblos que contigo estén. Te des-
mi pueblo Israel habite confiadamente tino para pasto de las aves rapaces
¿no lo sabrás tú? 15 Y vendrás desde de todo plumaje, de las fieras del cam-
tus moradas, desde las extremas re- po. 6 Serás abatido sobre la haz del
giones del septentrión, tú y contigo campo, porque lo digo yo, dice el
numerosos pueblos, todos a caballo, Señor, Yave.
una inmensa muchedumbre, un ejér- 6 Y Magog un fuego,
encenderé en
cito poderoso, 16 avanzará contra mi y en que habitan confiada-
las islas
pueblo, Israel, como nublado que va mente, y sabrán que yo soy Yave.
a cubrir la tierra. Al cabo de los días 7
Haré notorio m santo nombre en
i

yo te haré marchar contra mi tierra, medio de mi pueblo Israel; no dejaré


para que me conozcan los pueblos, más que sea profanado mi santo nom-
cuando a sus ojos, en ti, ¡oh GogI, bre, y sabrán las gentes que yo soy
seré santificado. Yave, el Santo en Israel. 8 Y llegarán
estas cosas, vendrán, dice el Señor,
Yave. Es el dia de que he hablado yo.

La destrucción del invasor.


• Ysaldrán fuera los habitantes de
las ciudades de Israel, y darán al
fuego y quemarán armas, escudos y
17 Así habla el Señor, Yave: ¿No paveses, arcos y flechas, mazas y
eres tú aquél de quien hablé yo en lanzas, y harán lumbre con ellas por
tiempos pasados, por medio de mis siete años. 10 No tendrán que traer
siervos, los profetas de Israel, que leña del campo, ni cortarla en los
desde años profetizaron entonces que montes. Harán el fuego con las ar-
yo te traería contra ellos? 18 En aquel mas, y espoliarán a sus espoliadores
día, cuando marchará Gog contra la y depredarán a sus depredadores,
tierra de Israel, dice el Señor, Yave, dice el Señor, Yave.
subirá la ira a mis narices; 10 y en 11 Aquel
día daré yo a Gog un
mi celo, en el incendio de mi furor, lugar de sepultura en Israel; el valle
juro que habrá aquel día gran tem- de los Abarim, a oriente del mar,
blor en la tierra de Israel. 80 Y tem- allí será sepultado Gog con todas sus
blarán ante mí los peces del mar y muchedumbres, y se llamará el valle
las aves delcielo, los animales del de Amon Gog. ™ Le dará sepultura
campo y todos los reptiles que se la casa de Israel, para purificar la
arrastran por la tierra, y los hombres tierra, y estará sepultándolos durante
que hay en la tierra. Ylos montes siete meses. 13 Los sepultará todo el
se desmoronarán y caerán las rocas, pueblo de la tierra, y quedará fa-
y todos los muros se vendrán al suelo. moso para ellos e! dia en que yo seré
81
Y
llamaré contra él la espada glorificado, dice el señor, Yave. 14 De-
por todos sus montes, dice el Señor, signarán hombres que vayan por
Yave; y la espada de cada uno será la tierra continuamente, reconocién-
contra su hermano. 22 Y haré justicia dola, para dar sepultura a los inva-
en él con la poste y con la sangre, sores, enterrando a los que queden
y lloveré contra él y contra los nu- sobre la haz de la tierra; la recorre-
merosos pueblos que le acompañan rán buscando por espacio de siete
lluvia torrencial, piedras de granizo, meses; 15 y cuando al recorrerla vean
fuego y azufre; 23 y me magnificaré osamentas humanas, tendrán alzada
y haré muestra de mi santidad, y me junto a ellas una señal, hasta que los
daré a conocer a pueblos numerosos, enterradores las sepulten en el valle
que sabrán que yo soy Yave. de Amon Gog. 14 Y Amona, será
EZEQUIEL, 40 739

el nombre de una ciudad. Asi purifi- El nuevo templo.


carán la tierra.
17 Y de hombre, así habla
tú, hijo
4f\
1
El año veinticinco de nuestro
el Señor, Yave: Di a las aves de cautiverio (1), al comienzo
toda especie y a todas las bestias del año, el diez del mes, el año ca-
del campo: Reunios y venid. Juntaos torce de la toma de la ciudad, aquel
en todas partes, para comer las víc- día mismo fué sobre mí la mano de
timas que yo inmolo para vosotras, Yave, que me condujo 2 en visión
sacrificio inmenso, sobre los montes divina a la tierra de Israel, y me puso
de Israel. Comeréis las carnes y be- sobre un monte altísimo, sobre el
beréis la sangre; 18 comeréis carne de cual había, al mediodía, como una
héroes, beberéis sangre de príncipes edificación de ciudad. 3 Llevóme allá,
de la tierra. Carneros, corderos, ma- y un varón de aspecto como de bron-
chos cabríos y toros, gordos como los ce bruñido, que tenía en su mano
de Basan. 19 Comeréis la gordura una cuerda de lino y una caña de
hasta saciaros; beberéis sangre hasta medir, estaba en pie a la puerta.
embriagaros, de las víctimas que para 4 Díjome aquel varón: Hijo de hom-
vosotras inmolaré. 20 Os saturaréis a bre, mira con tus ojos y atiende con
mi mesa de caballos y jinetes, de tus oídos y pon tu atención a lo que
héroes y guerreros de toda suerte, yo te vaya mostrando, pues para que
dice el Señor, Yave. 21 Haré ante te lo haga ver has sido traído, y para
las gentes muestra de mi gloria, y que se lo cuentes todo a la casa de
5
todas verán las justicias que yo hago Israel. Mira, pues, ahí la muralla
y los castigos con que hiere mi exterior, que rodea la casa por todas
mano. partes.
22
La casa de Israel sabrá para en La caña de medir que aquel varón
adelante que yo soy Yave, su Dios. tenía en la mano era de seis codos,
23 Y las gentes conocerán que por sus de codo y coto cada uno. Midió
iniquidades fué llevada la casa de con ella el espesor del muro y era
porque se había
Israel al cautiverio, de una caña, y su altura, era de
rebelado contra mí y yo escondí de una caña. 6 Vino luego a la puerta
ella mi rostro, y la entregué en ma- que mira hacia el oriente, subió sus
nos de sus enemigos para que todos siete gradas, y midió su umbral, de
juntos cayesen a la espada, 24 tra- una caña de profundidad. 7 Las cá-
tándolos según sus inmundicias y sus maras tenían cada una una caña de
transgresiones y escondiendo de ellos largo y una caña de ancho, y había
mi rostro. cámara y cámara cinco codos,
entre
8
umbral de la puerta por dentro,
y el
junto al vestíbulo, de una caña.
9
Midió el vestíbulo de la puerta, de
Porvenir pacifico y glorioso de ocho codos,
y sus pilastras, de dos
Israel. codos;, el vestíbulo de la puerta es-
taba a la parte de dentro. 10 Tenía
25 Por tanto, dice el Señor, Yave: la puerta oriental tres cámaras de
Ahora voy a volver la cautividad de
Jacob, y tendré misericordia de toda (i) Los nueve últimos capítulos de Ezequiel
(40. 1-48. 35) forman una perfecta unidad. En
la casa de Israel, velando por mi santo
ellos se traza la restauración en forma un tanto
nombre. 26 Y ellos olvidarán los opro- geométrica, reflejada en el grabado con que ilus-
bios sufridos y sus rebeldías contra tramos la descripción. Empieza por describirnos
mí, cuando habiten seguros en su el templo con los detalles de un arquitecto, aun-
suelo sin que nadie los perturbe; que sin planos. La gloria del Señor vuelve a él;
27 Cuando los saque de entre las es decir, Yave vuelve a tomar posesión de su
morada y a reanudar las relaciones de amistad
gentes y los reúna de las tierras de
con su pueblo. Los sacerdotes y levitas organi-
sus enemigos, y me santifique a ios zan el culto, que se celebra conforme a todas las
ojos de las gentes; 28 y sabrán que yo exigencias del ceremonial. Luego se divide la
soy Yave, su Dios, lo mismo cuando tierra entre las tribus, el príncipe, los levitas y
los llevé al cautiverio entre las gentes sacerdotes. Estos últimos reciben su heredad en
que cuando los reuní en su tierra. torno del santuario, como para guardar mejor su
santidad. Las tribus son instaladas todas en la
No dejaré allí ni uno solo, 29 ni les Tierra de Yave (Jos. 22, 9-29); esto es, del
esconderé mi rostro, porque habré lado acá del Jordán. El nombre de la ciudad será
deiramado mi espíritu sobre la casa «Yave mora allí». Por sí solo dice bastante sobre
de Israel. la nueva situación de Israel.
740 EZEQUIEL, 40

un lado y tres del otro, todas de la 17 Llevóme luego


al atrio exterior,
misma medida, y de una misma me- en el cual había cámaras, y estaba
dida también a una y otra parte las solado todo en derredor; treinta cá-
pilastras. maras había alrededor del atrio. 18 El
11
Midió la anchura del vano de la solado a los lados de las puertas co-
puerta, de diez codos, y la longitud rrespondía a la anchura de ellas
del portal, arrjba, de trece codos. mismas, el solado interior. 19 Midió
12 Había delante
de las cámaras un el espacio entre la fachada de la
espacio, de un lado y del otroj de puerta por debajo, hasta la delante-
un codo, y cada cámara tenía seis ra de la puerta interior por arriba,

OESTE

H08TE

ESTE

codos de un lado y seis del otro. cien codos hacia el oriente. ,0 Midió
1S Midió la puerta desde el techo de el lugar y el ancho de la puerta que
una cámara hasta el techo de la de da al norte, al atrio exterior; 21 sus
enfrente, veinticinco codos de an- cámaras, tres a un lado, tres al otro;
chura, puerta contra puerta. 14 Midió las pilastras y el vestíbulo eran de
el atrio, veinte codos, que daba frente las mismas dimensiones que las de
a la puerta y la rodeaba por todas la puerta primera, cincuenta codos
partes. 16 Y desde la delantera de la de largo y veinticinco codos de ancho.
22
puerta cincuenta codos. 16 La puerta Sus ventanas, su vestíbulo, sus
tenía todo en derredor ventanas aspi- palmas, tenían las mismas dimensio-
lleradas, que hacia el exterior se es- nes que las de la puerta que da al
trechaban y estaban en las cámaras oriente. Se subía a ella por siete
y en sus pilastras, y lo mismo había gradas y delante de ella estaba el
también ventanas que daban al in- atrio. 23 Frente por frente de éste
terior del atrio en derredor, y en cada habla en el atrio interior una puerta
uno de los postes había palmas. que estaba también frente por frente
EZEQUIEL, 41 741

de la puerta oriental. Midió la dis- holocausto para el sacrificio expia-


tancia entre puerta y puerta, cien torio y para el sacrificio por el pe-
codos. cado. 40 En el lado exterior, al norte
24
Llevóme después al lado del me- de quien subía por la entrada de la
diodía, donde estaba la puerta que puerta, había otras dos mesas, y
da al mediodía; y medidas las pilas- otras dos al otro lado, cerca del ves-
41
tras y el vestíbulo, tuvieron las mis- tíbulo de la puerta. Había, pues,
mas dimensiones que las otras. 25 Ha- a cada lado de la puerta cuatro mesas
bía en torno de ella y del vestíbulo de una parte y cuatro de otra, ocho
ventanas iguales a las otras, cincuenta mesas, en las que se hacía .la inmo-
codos de largo y veinticinco codos de lación. 42 Había, además, otras cua-
ancho. 26 Las gradas de subida a la tro mesas para los holocaustos, de
puerta eran siete, y delante de ellas piedra tallada, codo y medio de lar-
estaba el vestíbulo. Había a cada gas, codo y medio de anchas y un
lado palmas en los postes. 27 Había codo de altas, sobre las cuales se
también puerta hacia el mediodía en ponían los instrumentos con que se
el atrio interior, y entre puerta y inmolaban los holocaustos y los otros
puerta midió cien codos. 28 Llevóme sacrificios. 43 Tenían las mesas en
por la puerta del mediodía al atrio derredor un reborde alto de un codo,
interior, y midió la puerta del medio- sobre ellas se ponía la carne de las
día, y tenía las mismas dimensiones; víctimas.
29 sus cámaras, sus pilastras y el 44 Fuera de la puerta interior, en
vestíbulo, de las mismas dimensiones. el atrio interior, había dos cámaras;
La puerta y su vestíbulo tenían ven- una al lado de la puerta del norte,
tanas en derredor y cincuenta codos y que se abría hacia el mediodía;
largo y veinticinco ancho. 30 1) 31 El otra al lado de la puerta del medio-
(

vestíbulo daba al atrio exterior, en día, que se abría hacia el norte.


sus postes había palmas, y las ¿ra- 45 Y me dijo: Esta cámara que se
das de subida eran ocho. 32 Llevóme abre hacia el mediodía es para los
luego al atrio interior por el camino sacerdotes que hacen la guardia del
de oriente, y midió la puerta, de las templo, 46 y la que mira al norte
acostumbradas dimensiones. 33 Las es la de los sacerdotes que hacen la
cámaras, las pilastras y el vestíbulo, guardia del altar. Son los hijos de
de las mismas dimensiones, con ven- Sadoc, que entre los hijos de Leví
tanas en ellas, y en el vestíbulo cin- se acercan a Ya ve, para servirle.
47Midió el atrio, cien codos de ancho
cuenta codos de largo y veinticinco
de ancho. 35 Su vestíbulo daba al y cien codos de largo, cuadrado, y
atrio exterior, en los postes a uno y en él, delante de la casa, estaba el
48 Llevóme
otro lado había palmas, y las gradas altar. al vestíbulo de la
de subida eran ocho. casa; midió cada uno de los postes,
37 Llevóme luego a la puerta del cinco codos el de una parte, cinco
septentrión y midió, hallando las di- codos el de la otra. 49 Tenía el ves-
mensiones de las otras, 36 para cá- tíbulo veinte codos de largo y doce
maras, pilastras y vestíbulo, y en codos de ancho, y se subía a él por
torno las ventanas, cincuenta codos diez gradas. Había junto a los postes
de largo y veinticinco codos de ancho. columnas, una a un lado y otra al
*' Sus postes daban al atrio exterior otro.
y había en ellos palmas, y las gradas
de subida eran ocho. £\ 1
Me introdujo en el templo, mi-
38 Había también allí una cámara dió los postes, anchos seis codos
que se abría hacia los postes de las de un lado y seis codos del otro, tal era
puertas, donde se habían de lavar los la anchura de las pilastras. 2 El vano
holocaustos. 39 En el vestíbulo de la de la puerta era de diez codos, y los
puerta había a cada lado dos mesas, lados de la puerta cinco codos a
en las que se había de degollar el una parte y cinco codos a la otra.
Midió también el largo, y eran cua-
renta codos, y el ancho, y eran veinte
(i) El versículo- 30 parece una interpola- codos. 3 Pasó luego al interior y midió
ción. Dice: «Había en él salientes todo en
cada pilar de la puerta, dos codos,
torno, veinte codos a lo largo y veinte a lo
ancho.» Como se ve, rdmpe la simetría de la y la puerta misma, seis codos, y la
descripción, pues en ninguna otra parte se anchura de la entrada, siete codos.
4
habla de estos salientes. Midió también el largo, y eran cua-
742 EZEQUIEL, 42

renta codos y el ancho, y eran vein- de lo exterior, estaban cubiertas de


te codos; y me dijo: éste es el santí- tapices, 18 adornados con querubines
simo.
8
y palmas. Había una palma entre
Midió luego el grueso del muro querubín y querubín, 18 y cada que-
de la casa, seis codos, y la anchura rubín tenía dos aspectos, aspecto de
de las cámaras laterales, cuatro codos, hombre hacia una palma y aspecto
todo en torno de la casa. 6 Las cámaras de león hacia la otra, y así en torno
laterales estaban sobrepuestas unas de la casa. 20 Desde el suelo hasta la
a otras, treinta en cada uno de los altura de las puertas había queru-
tres pisos. Había retallos en el muro bines y palmas grabados por todos
de la casa en derredor, para que en los muros de la casa.
21
ellos se apoyasen las vigas de las Los pilares del templo eran cua-
cámaras sin entrar en el muro. 7 Había dranglares, y enfrente del santísimo
mayor anchura en las cámaras hacia había una cosa que parecía 28 un altar
arriba de piso en piso, porque los de madera, tres codos de alto, dos
retallos de la casa iban de piso en codos de largo y dos codos de ancho,
piso todo en derredor de la casa, y y tenía sus cuernos, sus pies y sus
así al subir dejaba el muro mayor costados de madera. Y me dijo: Es
anchura. Del piso inferior se podía la mesa que está delante de Yave.
23
subir al de en medio y de éste al Había dos puertas, la del santo y
superior. la del santísimo. 24 Cada puerta tenía
8 Vi que la casa todo en torno es- dos hojas que se plegaban en dos
taba sobre una elevación. Los ci- partes, dos partes para una hoja y
mientos de las cámaras laterales eran dos para la otra. 25 En las puertas
de una caña entera, seis codos hacia había grabados querubines y palmas,
el ángulo.
9
La anchura del muro como en las paredes y en la fachada
exterior del edificio latera) era de del atrio al exterior; había un portal
cinco codos, igual al espacio de de madera, 26 y había ventanas aspi-
las cámaras de dentro. 10 De las cá- lleradas y palmas a cada lado en las
maras a la casa había una anchura paredes laterales del vestíbulo, en las
de veinte codos por todos lados, en cámaras laterales de la casa y en los
derredor de la casa. 11 Las puertas cornisamentos.
de las cámaras, una del lado del
norte y otra del lado del mediodía, A') 1
Sacóme al atrio exterior, al
daban a un espacio vacío que rodeaba lado del septentrión, y me llevó
toda la casa, cinco codos de ancho. al departamento que está frente al
12
Una construcción separada que muro de) norte. 2 Era de un frente
había frente al espacio vacío, al lado de cien codos de largo al lado norte
de occidente, tenia setenta codos de y tenía cincuenta codos de ancho,
3
ancho. El muro del edificio tenía dando al espacio vacío de veinte
cinco codos de grueso todo en derre- codos del atrio interior y al enlosado
dor, y su largo era de noventa del atrio exterior, terraza contra te-
codos. rraza en tres pisos. 4 Delante de las
13 Luego midió la casa, largo, cien cámaras había un corredor de diez
codos; el espacio vacío, las edifica- codos de ancho y cien codos de largo;
ciones y Jos muros, cien codos; 14 la sus puertas daban al norte. 5 Las
anchura de la delantera de la casa cámaras superiores, como las terra-
con espacio vacío, cien codos. 14 Midió zas, quitaban espacio, eran más es-
la anchura de la edificación frente al trechas que las inferiores y las
espacio vacío, hacia atrás, y los por- intermedias del edificio, 8 pues los
tales de uno y otro lado, cien codos. pisos eran tres, pero sin columnas
El templo interior y los vestíbulos como las columnas de los atrios. Por
del atrio, 19 el umbral, las ventanas eso las superiores eran más estrechas
aspilleradas, los portales todo en que las de abajo y las de en medio.
torno. Los tres pisos, estaban todos El muro exterior de fuera, delante
en derredor cubiertos de tablas de de las cámaras, que daba al atrio ex-
madera desde el suelo hasta las ven- terior frente a las cámaras, tenía cin-
tanas, y las ventanas tenían cor- cuenta codos de largo, 8 pues el largo
tinas. de las cámaras del lado del atrio
17 Lo de encima de las puertas, exterior era de cincuenta codos, pero
en el interior de la casa y en el ex- del lado del templo, de cien co-
terior, las paredes de lo interior y dos.
EZEQUIEL. 43 743

B
Más abajo de las cámaras habla aspectos como los de la visión que vi
una entrada que daba al oriente, cerca del río Quebar. Caí rostro a
para el que venía del atrio exterior, tierra, 4 mientras la gloria de Yave
10 Del
al comienzo del muro del atrio. penetró en la casa por la puerta de la
lado del mediodía, frente al espacio fachada que da al oriente. 5 El espí-
vacío y al muro de cintura había ritu me levantó y me llevó al atrio
cámaras; 11 delante de ellas un corre- interior, y vi la gloria de Yave llenar
dor como el de las cámaras que dan la casa, * y oí que alguno me hablaba
al norte, su largo y su ancho eran desde dentro de la casa, mientras el
los mismos, y también las varias sali- varón aquél estaba en pie junto a
das y toda su disposición. Como las mí, 7 me decía:
puertas de las primeras, 12 eran las Hijo de hombre, este es el lugar de
puertas de las cámaras que daban al mi trono, el escabel de las plantas de
mediodía, y había unas puertas al mis pies, donde habitaré para siem-
comienzo del corredor, en el muro pre en medio de los hijos de Israel.
correspondiente para quien venía del La casa de Israel no profanará ya
oriente. más mi santo nombre, ni ella ni sus
13 reyes, con sus abominaciones y con
Dijome: Las cámaras del norte
y cámaras del mediodía que dan
las homicidios de jefes en medio de ella
al espacio vacío son las cámaras del y con sus altos; 8 pusieron su umbral
santuario, donde los sacerdotes que junto a mi umbral y sus postes junto
se acercan a Yave comerán las cosas a mis postes, y pared sólo por medio,
santísimas, es decir, las oblaciones contaminaron mi santo nombre con
y las víctimas por el pecado y por el las abominaciones que cometieron.
delito, pues este lugar es santo. Por eso en mi furor los consumí.
14 Cuando los sacerdotes entraren no 8 Pero ahora
arrojarán lejos de mí
saldrán del lugar santo al atrio exte- sus fornicaciones y sus homicidios
rior, sino que dejarán allí las vesti- de jefes, y yo habitaré en medio de
duras con que ministran, pues son ellos para siempre.
santas; y vestidos de otras, se acer-
carán así a lo destinado al pue-
blo. El altar de los holocaustos.
15 Cuando hubo acabado de medir
la sacóme fuera por
fábrica interior, 10 Y
tú, hijo de hombre, describe a
la puerta que da al oriente y midió la casa de Israel, este templo, su
perímetro. 16 Midió lado traza, su diseño. 11 Si se avergüenzan
el el de
oriente con la caña de medir, qui- de lo que han hecho, muéstrales la
nientos codos; se volvió 17 y midió traza y el diseño de esta casa, sus sa-
el lado del norte, quinientos codos lidas y sus entradas y toda su dispo-
de caña de medir. 18 Midió el lado
la sición, sus ritos y sus leyes, y ponió
del mediodía, quinientos codos de por escrito ante sus ojos, para que
la caña de medir. 19 Se volvió al lado guarden todos sus ritos y sus reglas
de occidente y midió quinientos codos y los pongan por obra. 12 Esta es la
de la caña de medir. 20 Midió el muro ley de la casa: Sobre la cumbre del
de cintura a los cuatro vientos; tenía monte, todo en derredor, su término
quinientos codos de largo y quinien- será santísimo. Tal es la ley de la
tos codos de ancho, y separaba el casa. 13 He aquí las medidas del altar,
santuario del lugar profano. en codos de a codo y coto el codo.
El canal, de un codo de alto y un
codo de ancho, y el reborde que lleva
La gloria de Dios en el nuevo en torno, un palmo. 14 Tal es el zó-
templo. calo del altar. Desde el canal sobre
el suelo al plano inferior, dos codos,
A% 1
Llevóme luego de nuevo a la y la anchura de su vuelo, un codo.
puerta que da al oriente, 2 y Del plano inferior al plano superior,
vi la gloria del Dios de Israel venir cuatro codos, y la anchura de un
del oriente. Se oía un estrépito como codo. 15 El Ariel tenía cuatro codos,
el estrépito de caudalosas aguas, y y del Ariel arriba los cuatro cuernos.
la tierra resplandecía del resplandor 16 El Ariel tenía doce
codos de ancho
de la gloria. 3 El aspecto de lo que y doce codos de largo, formando un
veía era como el que vi cuando vine cuadrado perfecto. 17 El cuadro tenía
a destruir la ciudad, y en todos los catorce codos de largo y catorce de
744 EZEQUIEL, 44

ancho a los cuatro lados, y en torno al príncipe, por ser el príncipe, podrá
de él había una cornisa de medio sentarse en ella para comer el pan en
codo y el canal de un codo todo en la presencia de Yave; entrará por el
derredor; sus gradas estaban al lado camino del vestíbulo de la puerta
oriental. y por el mismo saldrá.
* Llevómehacia la puerta del
norte por delante de la casa, y miré
Su inauguración. y vi que la gloria de Yave llenaba
ia casa de Yave, y me postré rostro
18
Díjome: Hijo de hombre, así a tierra. 6 Yave me dijo: Hijo de
habla el Señor, Yave: Estas son las hombre, pon atención, mira con tus
leyes del altar, para cuando sea cons- ojos, y oye con tus oídos todo Jo que
truido para ofrecer en él holocaustos yo voy a hablar contigo, sobre todas
y derramar la sangre de ellos. 19 A las ordenaciones de la casa de Yave
ios sacerdotes, levitas de la posteri- y todas sus leyes; pon atención a
dad de Sadoc, que serán los que a íodas las entradas de la casa y a
mí se han de acercar para servirme, todas las salidas del santuario; 6 y
dice el Señor, Yave, les darás un di a los rebeldes, a la casa, de Is-
novillo para el sacrificio por el pe- rael:
cado. 20 Tomarás de su sangre y Así dice el Señor, Yave: Basta ya
untarás con ella los cuatro cuernos de abominaciones, |ph casa de Israel!
7
y los cuatro ángulos del cuadro y el De traer extranjero ni incircun-
borde todo en torno. Así harás la cisos de corazón e incircuncisos de
expiación y la propiciación del altar. carne, para que entren en mi san-
21
Tomarás luego el novillo del sacri- tuario, contaminen mi casa, mien-
ficio por pecado, que quemarás
el tras vosotros me ofrecéis mi pan, el
en el lugar de la casa designado sebo y la sangre, quebrantando así
fuera del santuario. 22 Al día siguiente mi alianza con todas vuestras abo-
ofrecerás por el pecado un macho minaciones, 8 y no guardando lo
cabrío sin defecto, y expiarás H altar establecido acerca de mis cosas santas,
como con el novillo. 23 Cum-
lo hiciste antes poniéndolos como ministros de
plido que hayas el rito expiatorio, mi culto en mi santuario, en lugar
ofrecerás un novillo sin defecto y vuestro. 9 Así dice el Señor, Yave:
un carnero de la grey, sin defecto. Ningún extranjero incircunciso de
24 corazón e incircunciso de carne, de
Los ofrecerás a Yave, los sacer-
dotes derramarán sobre ellos la sal, cuantos están en medio de Israel,
y los ofrecerán a Yave en holocausto. entrará en mi santuario. 10 Los levi-
25 Por siete días sacrificarás por el tas, que se apartaron de mí cuando
pecado un macho cabrío por día; Jsrael se alejó de mi, yéndose tras sus
ofrecerás además un novillo y un ídolos, llevarán su iniquidad. 11 Ellos
carnero de la grey, sin defecto. 24 Por servirán en mi santuario de guardias
siete días se hará la propiciación de las puertas de la casa y de guar-
del altar, se purificará y se consa- dias de la casa misma; ellos degollarán
grará. 27 Pasados estos días, del día los holocaustos y las víctimas del
octavo en adelante, los sacerdotes pueblo, y estarán ante él para ser-
ofrecerán en el altar vuestros holo- virle. 12 Por haber servido a sus
caustos y vuestros sacrificios euca- ídolos y haber sido para la casa de
rísticos, y yo os seré propicio, dice Israel tropiezo de iniquidad, alzo mi
el Señor, Yave. mano, dice el Señor, Yave, y juro
Sue llevarán sobre sí su iniquidad;
que no se acercarán a mi para ser-
I.as nuevas leyes del culto. virme en las funciones sacerdotales
y para tocar mis cosas santas en el
44 1
Llevóme luego de nuevo a la santísimo, sino que llevarán sobre sí
puerta fuera del santuario
de la vergüenza y la pena de las abomi-
que daba oriente, pero la puerta
al naciones que cometieron. 14 Los dejo
estaba cerrada; 2 y me dijo Yave -
reducidos a hacer solamente la guar-
Esta puerta ha de estar cerrada, no dia de la casa y su servicio en lo que
se abrirá, ni entrará por ella hombre en ella haya de hacerse.
,& Los sacerdotes levitas hijos de
alguno, porque ha entrado por ella
Yave, Dios de Israel; por tanto, ha Sadoc, que guardaron el ordena-
de quedar cerrada. 1 Por lo que hace miento de mi santuario, cuando se
EZEQUIEL,.46 745

apartaron de mí los hijos de Israel, mortecino alguno ni desgarrado, sea


serán mis allegados para ministros ave, sea bestia.
ante mí y ofrecerme la grosura y la
sangre, dice el Señor, Yave. 16 Esos
entrarán en mi santuario y se llega- IVueva distribución de la tierra.
rán a mi mesa, guardando mi orde-
namiento. 17 Cuando entren por las A^ 1
Cuando distribuyáis por suerte
puertas del atrio interior, se vestirán la tierra para poseerla, reser-
vestiduras de lino, no llevarán sobre varéis una suerte a Yave, que le
sí lana cuando ministren en las consagraréis en la tierra, de veinti-
puertas del atrio interior y dentro de cinco mil codos de largo y diez mil
casa. 18 Llevarán tiaras de lino de ancho, que en todo su término
la
sobre sus cabezas, y calzones de lino en derredor será santa. 2 De ella será
a sus lomos, y no se ceñirán para no para el santuario un cuadro de qui-
sudar. -Pero cuando hayan de salir nientos por quinientos codos, que
al atrio exterior, al pueblo, se qui- tendrá en torno un espacio libre de
tarán las vestiduras con que se hace cincuenta codos. 3 De esa extensión
el servicio, y dejándolas en las cámaras la medirás, de un largo de veinti-
del santuario, se vestirán otros ves- cinco mil codos y un ancho de diez
tidos, para no santificar al pueblo mil, y en ella quedará el santuario,
con sus vestiduras. 20 No se raparán el santísimo.
4
Esta porción santa de
la cabeza ni dejarán crecer sus cabe- la tierra será para los sacerdotes que
llos, sino que se los cortarán moti- se acerquen a ministrar a Yave y
lando sus cabezas. servirá para sus casas y como un
21 Ningún sacerdote beberá vino lugar santo para el santuario. 6 Asi-
cuando haya de entrar en el atrio mismo veinticinco mil de largo y
interior. 28 No tomarán por mujer diez mil de ancho, para los levitas
ni viuda ni repudiada, sino virgen que hacen el servicio de la casa, y
de la casa de Israel o viuda de sacer- en ella tendrán ciudad de habitación.
6 Para
dote. 23 Enseñarán a mi pueblo a propiedad de la ciudad desti-
distinguir entre lo santo y lo profano, naréis cinco mil codos de ancho y
y a discernir entre lo puro y lo im- veinticinco mil de largo, paralela-
puro. 24 Juzgarán los pleitos con- mente a la porción santa reser-
forme a mis leyes y guardarán mis vada.
7
leyes y mis preceptos en cuanto a El príncipe tendrá su parte,
todas mis solemnidades, y santifi- lindando de ambos lados con la parte
carán mis sábados. 25 No entrarán del santuario y Ja parte de la ciudad,
a muerto alguno para no contami- ante la parte del santuario y la parte
narse; sólo por el padre o la madre, de la ciudad del lado occidental,
el hijo o la hija, el hermano o la hacia occidente, y del lado oriental
hermana que no haya tenido marido, hacia oriente, y de una longitud igual
se contaminarán. 26 Después de su a una de las partes, desde la frontera
purificación, contarán siete días, 27 y occidental a la oriental. 8 Esta será
el día en que entren en el santuario su propiedad, su posesión en Israel,
en el atrio interior para ministrar y así mis príncipes no oprimirán
en el santuario, ofrecerán su expia- nunca más a mi pueblo, y dejarán
ción, dice el Señor, Yave. la tierra a la casa de Israel por sus
28 Eii cuanto a su heredad, su tribus. 9 Así dice el Señor, Yave:
heredad seré yo, no les daréis pose- ¡Basta, príncipes de Israel! Dejad
sión en Israel, pues su posesión seré la violencia y la rapiña. Haced juicio
yo. 29 Se alimentarán de las ofrendas, y justicia, no haya de parte vuestra
de los sacrificios por el pecado y de exacciones sobre mi pueblo, dice e
los sacrificios por el delito, y será Señor, Yave.
para ellos cuanto en Israel sea dado
30
Las primicias de todos
al anatema.
. los primeros frutos de toda suerte, ¡Muevas ofrendas y primicias.
y todas las ofrendas de toda suerte,
de cuanto ofreciereis, serán para los 10 Sean justas
vuestras balanzas,
sacerdotes, y daréis también a los justo vuestro efa, justo vuestro bat.
11
sacerdotes las primicias de vuestras El efa y el bat serán de la misma
masas, para que en vuestras casas medida, el bat la décima parte del
repose la bendición. 31 No comerán jomer, y una décima parte del jomer
746 EZEQUIEL, 46

el efa. Uno y otro corresponderán al siete días de trabajo, pero se abrirá


jomer. 12 El siclo, veinte güeras. Los el día delsábado y en los novilunios.
cinco siclos habrán de ser cinco, 2 El príncipe entrará
por el camino
los diez, diez, y cincuenta siclos la del vestíbulo de la puerta exterior,
13
mina. La ofrenda que reservaréis y se estará junto a los postes de la
será ésta: un sexto de efa por jomer puerta; los sacerdotes ofrecerán sus
de trigo, y un sexto de efa por jomer holocaustos y sus sacrificios eucarís-
de cebada. 14 Y la ley para el aceite, ticos, y él se prosternará en el umbral
para el bat de aceite, ésta: la décima de la puerta, luego saldrá, y la puerta
parte de un bat por jomer. Diez no se cerrará antes de la tarde. 31 El
bata son el jomer, pues diez bata pueblo de la tierra se prosternará
llenan el jomer. ante Yave a la entrada de esta puerta,
15 De reses, una por manada
las los sábados y los novilunios.
4
de doscientas, de las gordas de Israel El holocausto que el príncipe
para el sacrificio, para el holocausto, ofrecerá a Yave los sábados será de
para el sacrificio pacífico y para el seis corderos sin defecto y un carnero
expiatorio, dice el Señor, Yave. sin defecto; 8 y su ofrenda, de un
18 Todo el pueblo de
tierra hará
la por el carnero y de lo que él
efa
esta oblación al príncipe de Israel, quiera por los corderos, con un hin
17
y cuenta del príncipe será dar el de aceite por efa. * En los novilu-
holocausto, la ofrenda y la libación nios ofrecerá un novillo sin defecto, seis
en las fiestas, en los novilunios, los corderos y un carnero sin defecto;
7
sábados y en todas las solemnidades y su ofrenda será de un efa por el
de la casa de Israel, y él ofrecerá el novillo, un efa por el carnero, y lo
sacrificioexpiatorio, la ofrenda, el que él quisiere por los corderos, y
holocausto y el sacrificio eucaristico, un hin de aceite por efa. 8 Cuando
para expiar la casa de Israel. el príncipe entre, entrará por el ca-
18 Así dice el Señor, Yave: El día mino del vestíbulo de la puerta, y
primero del primer mes tomarás un por el mismo camino
saldrá. * Pero
novillo sin defecto y harás la expia- cuando
pueblo de la tierra se
el
ción del santuario. 19 El sacerdote presente ante Yave en las solemni-
tomará de la sangre de la víctima dades, el que entre por la puerta
expiatoria, y la pondrá sobre los del norte para prosternarse, saldrá
postes de la casa y sobre los cuatro por la puerta del mediodía, y el que
ángulos del cuadro del altar, y sobre entre por la puerta del mediodía
los postes de las puertas del atrio saldrá por la puerta del norte; no
interior. 20 Y así harás también el se saldrá por la puerta por donde se
mes séptimo para los que pecan por entró, sino que se saldrá por la opues-
ignorancia o por error, y así purifi- ta. 10 El príncipe entrará con ellos
caréis la casa. 21 El día catorce del cuando entren y saldrá con ellos cuan-
primer mes tendréis la pascua. La do salgan.
fiesta durará siete días y se comerá 11
En las fiestas y en las solemni-
durante ellos pan ácimo. 22 Ese día dades la ofrenda será de un efa por
ofrecerá el príncipe, por sí y por todo el toro, un efa por el carnero, y lo
el pueblo de la tierra, un novillo que él quisiere por los corderos, con
en sacrificio expiatorio; 23 y durante un hin de aceite por efa. 12 Si el prín-
los siete días de la fiesta ofrecerá cipe ofreciere a Yave un holocausto
en holocausto a Yave siete toros y voluntario o un sacrificio eucaris-
siete carneros sin defecto, cada uno tico voluntario, se le abrirá la puerta
de los siete días, y un macho cabrío del lado de oriente, y ofrecerá su
en sacrificio expiatorio cada día. holocausto y su sacrificio eucaristico,
24 Añadirá la ofrenda de un efa por lo mismo que en los sábados, y
toro, un efa por carnero y un hin luego saldrá, y cuando haya salido
de aceite por efa. 25 El día quince se cerrará la puerta. 13 Ofrecerás cada
del séptimo mes, en la solemnidad, día en holocausto a Yave un cordero
ofrecerá durante siete días los mismos primal sin defecto, todas las mañanas;
sacrificios expiatorios y la misma 14 y todas las mañanas añadirás la
ofrenda con su aceite. ofrenda, un sexto de tfa y un tercio
de hin de aceite para amasar la
4()
1
Así dice el Señor, Yave: La harina. Esta es la ofrenda a Yave,
puerta del atrio interior del ley perpetua, para siempre. ls Se
lado de oriente estará cerrada los ofrecerá todas las mañanas el cor-
EZEQUIEL, 47 747

dero v la ofrenda con el aceite, otros mil y me hizo atravesar las


ce m holocausto perpetuo. aguas; llegaban hasta las rodillas.
16
Así dice el Señor, Yave: Si el Midió otros mil y me hizo atravesar
príncipe hiciere a uno de sus hijos las aguas, llegaban hasta la cintura.
5 Midió otros mil,
un don, tomado de su heredad, el y era ya un río
don pertenecerá al hijo y será pro- que me era imposible atravesar, por-
piedad suya como heredad. 17 Pero que las aguas habían crecido de ma-
si el don tomado de su heredad lo nera que no se podía pasar más que
hace a uno de sus servidores, le a nado.
pertenecerá a éste hasta el año de la 6 Díjome:
¿Has visto, hijo de hom-
remisión; luego volverá al príncipe, bre? Luego me hizo volver siguiendo
y su heredad será de sus hijos.
18 No
la orilla del río. 7 Y entonces vi que
podrá tomar el príncipe nada de las de una y otra parte había en las
heredades del pueblo, despojándolos riberas muchos árboles; 8
y me dijo:
de su posesión. De lo suyo heredará Hijo de hombre; estas aguas salen a
a sus hijos, para que mi pueblo no la región oriental, bajan al Araba
salga de la heredad de cada y desembocan en el mar, en aquellas
uno. aguas pútridas; y éstas se sanearán.
19 Metióme luego por la entrada 9
Y todos los vivientes que nadan en
que está al lado de la puerta, en las las aguas, por dondequiera que en-
cámaras santas destinadas a los sacer- tren estos dos ríos, vivirán; y el
dotes, hacia el norte, y vi que había pescado será allí abundantísimo, por-
un lugar en el fondo, del lado de occi- que al llegar estas aguas, las aguas del
dente; 20 y me dijo: Ese es el lugar mar se sanearán y tendrán vida hasta
donde los sacerdotes harán cocer la donde llegue el río. 10 Junto a sus
carne de los sacrificios por el pecado orillasestarán los pescadores, y desde
y de expiación, y donde se cocerán Engadi hasta En Eglaim será un
¡as ofrendas, para no llevarlas al tendedero de redes, y por sus espe-
atrio santificando al pue-
exterior, cies será el pescado tan numeroso
blo. 21 Llevóme luego al atrio exterior, como los del mar grande. 11 Sus
y me hizo pasar por los cuatro ángu- charcas y sus lagunas no se sanearán,
los del atrio, que a cada ángulo
y vi serán dejadas para salinas. 12 En las
del atrio habíaun patio de cuarenta riberas del río al uno y al otro lado
codos de largo y treinta de ancho, se alzarán árboles frutales de toda
todos cuatro de las mismas medidas especie, cuyas hojas no caerán y
en los cuatro ángulos; 23 y en todos cuyo fruto no faltará. Todos los
ellos había en torno una pared, y meses madurarán sus frutos, por
abajo fogones alrededor de las pare- salir sus aguas del santuario; y serán
des; 24 y me dijo: Estas son las cocinas comestibles, y sus hojas medici-
donde los servidores de la casa nales.
cocerán el sacrificio del pueblo.

Las nuevas fronteras de la nueva


El torrente que sale del nuevo tierra.
templo.
13Así dice el Señor, Yave: Estas
AH 1
Llevóme luego otra vez a son las fronteras de la tierra que
* ^ la entrada de la casa, y vi que distribuiréis a las doce tribus de
debajo del umbral de la casa al oriente Israel, a José una parte doble; 14 cada
brotaban aguas, pues la fachada de uno de vosotros tendrá su parte
la casa estaba al oriente, y las aguas igual que la de los otros, de lo que
descendían debajo del lado derecho yo, alzando mi mano, juré dar a
de la casa, del mediodía del altar. vuestros padres, y ésta será la tierra
2
Me llevó por el camino de la puerta de vuestra heredad. 15 Estas, pues,
septentrional, y me hizo dar la vuelta serán las fronteras: Del lado del norte,
por fuera, hasta el exterior de la desde el mar grande, camino de
puerta oriental, y vi que las aguas Hetlón, viniendo de Sedad, 16 Ibamat,
salían del lado derecho. 3 Al salir Berota, Sabarim, que está en la
hacia oriente llevaba aquel varón en frontera de Haurán. 17 Así la fron-
la mano un cordelillo, y midió mil tera del mar hasta Haser Enón,
codos, y me hizo atravesar las aguas; dejando al norte el territorio de Da-
llegaban hasta los tobillos. * Midió masco y al norte el territorio de
748 EZEQUIEL, 47

Hamat. Esta es la frontera septen- \ucva distribución de la tierra


trional. 18 Del lado de oriente, la entre las tribus.
frontera entre el Haurán, Damasco,
Galad y de Israel, será el
tierra 81 Partiréis esta tierra entre vos-
la
Jordán; mediréis desde el confín hasta otros, según las tribus de Israel,
el mar oriental. Esta es la frontera M y echaréis suertes sobre ella para

DAN
ASE R

NEFTALI

MAMASES

EFRAIM

ttUBEH

JUDA

POUCION OE LOS
LEVITAS
poacion del PORUOh OEl
PORCtOri DE LO»

Pkiicipe SACERDOTES p RIMCl PE


ciuoao|q|cudad

BEfUAKin

SIMEOM

ISACJiK

ZABuion

GAO

Distribución de la tierra.

oriental. 18
Del lado del mediodía, heredad vuestra y los extranjeros
al mediodía, desde Tamar hasta las que entre vosotros peregrinan y entre
aguas de Meribot Cades, en la direc- vosotros han engendrado hijos, pues
ción del torrente hasta el mar grande. los tendréis como naturales entre los
Esta es la frontera meridional, la hijos de Israel y entrarán en suerte
del mediodía. 20 Del lado de occidente con vosotros para heredarse entre las
la frontera será el mar grande, desde tribus de Israel. 23 En la tribu en que
el límite hasta frente a Hamat. Esta peregrinare el extranjero, en ella le
es la frontera occidental. daréis su heredad, dice el Señor, Yave.
EZEQUIEL, 48 749

aq 1 Estos son los nombres de las parte del mediodía; a la parte de


tribus, partiendo de la fron- oriente cuatro mil quinientos codos,
tera septentrional a lo largo del y cuatro mil quinientos codos a la
camino de Hetlón que lleva a Hamat, parte de occidente. 17 El contorno
hasta Haser Enón, dejando al norte de la ciudad será al norte de doscien-
la frontera oriental y el mar. Dan, tos cincuenta codos y de doscientos
una parte. 2 Junto a Dan, del lado cincuenta al mediodía; al oriente de
de oriente hasta las orillas del mar, doscientos cincuenta codos y de dos-
Aser, una parte. 8 Junto a Aser, del cientos cincuenta al occidente.
18 Lo que queda de longitud delante
lado de oriente hasta las orillas del
mar, Neftalí, una parte. 4 Junto a de la porción santa, diez mil codos al
Neftalí, del lado de oriente hasta el oriente y diez mil al occidente, los
mar, Manasés, una parte. 6 Junto a que quedan, serán para que de su
Manases, del lado de oriente hasta producto se mantengan los que tra-
el mar, Efraím, una parte.
6
Junto bajan para la ciudad. 19 La labrarán
a Efraím, del lado de oriente hasta los operarios de la ciudad, tomados
las riberas del mar, Rubén, una parte. de entre todo Israel. 20 La parte reser-
7 vada tendrá en conjunto veinticinco
Junto a Rubén, del lado de oriente,
hasta las riberas del mar, Judá, una mil codos por veinticinco mil; y para
parte. 8 Junto a Judá, del lado de propiedad de la ciudad tomaréis la
oriente hasta las orillas del mar, cuarta parte de porción consagrada.
estará la porción que reservaréis de 21
De lo que queda a ambos lados de
veinticinco mil codos de ancho, y la porción santa y de la propiedad
larga cuanto cada una de las partes de la ciudad, a lo largo de los veinti-
de oriente a occidente, y en medio cinco mil codos de la porción santa
de ella estará el santuario. hasta el oriente, y a occidente a lo
9
La porción que reservaréis para largo de los veinticinco mil codos hacia
Yave tendrá veinticinco mil codos de la frontera occidental paralelamente
largo y diez mil codos de ancho. a las partes, será para el príncipe.
10 Esta porción pertenecerá a los Eso será lo del príncipe; así la porción
sacerdotes y será santa, veinticinco santa y el santuario estarán en medio.
22 De este
mil codos al norte, diez mil codos de modo la parte del príncipe
anchura al occidente, diez mil de será la comprendida desde la porción
anchura al oriente, y veinticinco mil de los levitas y la porción de la ciu-
de longitud al mediodía, y en medio dad, entre el límite de Judá y el
de ella estará el santuario de Yave. límite de Benjamín.
11 Pertenecerá 23 He
a los sacerdotes con- aquí las otras tribus: Desde
sagrados, a los hijos de Sadoc que oriente hasta la orilla del mar, Ben-
hicieron el servicio en mi santuario, jamín, una parte. 24 Al lado de Ben-
y no se descarriaron como se desca- jamín, desde oriente a las orillas
rriaron los levitas, cuando se desca- del mar, Simeón, una parte. 25 Al
rriaron los hijos de Israel. 12 Les per- lado de Simeón, desde oriente hasta
tenecerá como porción santísima reser- el mar, Isacar, una parte. 26 Al lado
vada de la porción de tierra que se de Isacar, desde oriente hasta el
reserva, al lado de la de los le- mar, Zabulón, una parte. 27 Al lado
vitas. de Zabulón, desde oriente hasta el
13
Los levitas
tendrán, paralela- mar, Gad, una parte. 28 Al lado de
mente al de los sacerdotes,
límite Gad, al lado meridional, hacia el
veinticinco mil codos de largo y diez mediodía, correrá la frontera desde
mil de ancho, veinticinco mil en toda Tamar hasta las aguas de Maribat
la longitud y diez mil en la anchura. Cades, a lo largo del torrente hasta
14 No podrán vender ni permutar el mar grande. 29 Tal es la tierra que
nada, ni exportar las primicias de la partiréis en heredad a las tribus de
tierra, porque están consagradas a Israel, y tales sus partes, dice el
Yave. 15 Los cinco mil codos restan- Señor, Yave.
tes, en la anchura de los veinticinco 30 Estas
serán las salidas de la
mil, serán profanos, para la ciudad, ciudad: Al lado del norte medirá
para las casas y los alrededores; la cuatro mil quinientos codos. 31 Las
ciudad estará en medio. 18 Estas puertas de la ciudad tendrán los
serán sus medidas: a la parte del nombres de las tribus de Israel.
norte cuatro mil quinientos codos Tendrá al norte tres puertas; una la
y cuatro mil quinientos codos a la puerta de Rubén, otra la puerta de
750 EZEQUIEL, 48

Judá y la otra la puerta de Leví. de occidente cuatro mi) quinientos


32
A] lado oriental cuatro mil qui- codos y tres puertas; la puerta de
nientos codos y tres puertas; una la Gad, una; la puerta de Aser, una;
puerta de José, otra la puerta de la puerta de Neftalí, una. 35 El perí-
Benjamín y la otra la puerta de Dan. metro dieciocho mil codos, y el
33 Del lado del mediodía medirá nombre ás la ciudad será desde aquel
cuatro mil quinientos codos y tendrá día «Yave Samma» (1).
tres puertas, la puerta de Simeón,
una; la puerta de Isacar, una; la (i) El nombre significa: «Yave allí», Yave en
puerta de Zabulón, una. 34 Del lado ella.
INTRODUCCION AL PROFETA DANIEL

E todos los piletas, es Daniel el más misterioso. Está su libio como en-
vuelto en misterios; no ciertamente doctrinales, aunque de éstos algunos
tiene, sino históricos. Son estas dificultades de las que dice Pió XII en su encí-
clica Divino afilante Spiritu, que no han sido resueltas todavía y esperan su
solución de la asidua y mancomunada labor de los estudiosos. Hablando el pro-
feta Ezequiel del estado de la causa de Judá ante la justicia de Dios, dice
que aunque intercedieran por él Noé, Daniel y Job, no podrían alcanzarle perdón
con sus plegarias (il, 14, 20). Tales palabras pareeden indicar que Daniel
era un personaje antiguo, célebre por su justicia, comparable a Noé y a Job.
En 28,3, el mismo profeta Ezequiel nos lo presenta como ya famoso por su
sabiduría. ArguyeiAo al príncipe de Tiro, que presume de sabio, k dice:
¿Eres acaso tú más sabio que Daniel?» En el libro que lleva su nombre se nos
cuenta cómo después del año tercero de Joaquim (605), en una deportación
anterior a las dos que conocemos, de 598 y 587, fué escogido con otros tres jó-
venes hebreos para ser educado en el palacio real de Babilonia y entrar luego
al servicio del rey (1, 1-11 sigs.). Mas ya antes de esto, según el capitulo 12,
el «jovencito» Daniel había salvado la vida de la inocente Susana y hecho con-
denar a sus acusadores.
Introducido en el palacio real, el joven Daniel, gracias a su inteligencia
y don de profecía, se ganó la confianza de Nabucodonosor y llegó a ocupar
altos cargos en el gobierno de Caldea. Y así continuó al pasar ésta a los medos
y persas (539), pues Darío el Medo le colocó a la cabeza de los Sátrapas gober-
nadores de las provincias (6, 1 sigs.). Esta confianza la conservó también bajo
el sucesor de Darío, Ciro el Persa (6, 28). Su alta posición, la religión que
profesaba y el celo por demostrar la inanidad de los dioses caldeos, le atrajo
enemigos que pusieron en peligro su vida. Pero todo sirvió para gloria de Dios
y de la religión del pueblo israelita. Del fin de Daniel nada sabemos.
752 DANIEL. 1

Por razón de la materia el libro consta de dos partes, una histórica y pro-
fética la otra.Abarca la primera los seis primeros capítulos, y los dos últi-
mos, que forman un apéndice. Contiene una visión profclica, la de la estatua,
cuyo recuerdo retrajo Daniel a la memoria de Nabucodonosor, dándole al mismo
tiempo su interpretación (2, 31-45). La parte, profética comprende los capi-
tulas 7 a 12, con cuatro visiones. Tienen de singular que todas abarcan el
mismo cuadro histórico y lo terminan en la persecución de Antioco IV.
El libro se ha conservado en tres lenguas: la aramea (2, 4-7, 28), la griega
(3, 24-9), inserta en la sección aramea, y el apéndice (12-14). El resto está
escrito en hebreo. Las partes hebrea y aramea entran en el canon judio de las
Escrituras; la parte griega es reconocida por la Iglesia, que con la versión de
los LXX la recibió de los Apóstoles como parte de las Escrituras divinas. Los
judíos no cuentan a Daniel entre los profetas, sino entre los hagiógrafos.
Esperamos que la investigación perseverante de los sabios, bajo la direc-
ción de la Iglesia, acabe de poner en claro las dificultades que envuelven el
libro de Daniel. Entretanto, es para nosotros suficiente que el valor de sus va-
ticinios mesiánicos y de todas sus enseñanzas doctrinales no disminuye en nada
aunque se halle oscurecida su parte histórica por algunas dificultades cuya solu-
ción al presente no entrevemos.

DANIEL
Introducción. propuso Daniel en su corazón no
contaminarse con la porción de la
comida del rey ni con el vino que él
1
El año tercero del reinado de bebía, y rogó al jefe de los eunu-
Joaquim, rey de Judá, Nabuco- cos que no le obligara a conta-
donosor, rey de Babilonia, fué contra minarse. • Hizo Dios que hallase Da-
Jerusalén y la asedió. 2 Y entregó el niel gracia y favor ante el jefe de los
10
Señor en sus manos a Joaquim, rey eunucos; y el jefe de los eunucos
de Judá, y parte de los vasos de la dijo a Daniel: Tengo miedo de mi
casa de Dios, y los trajo a la tierra señor,el rey, que ha determinado lo
de Senaar, a la casa de su dios, y que habéis de comer y beber, porque
metió los vasos en la casa de} tesoro si viere vuestros rostros más maci-
de su dios. 3 Dijo el rey a Aspenaz, lentos que los de los mozos de vues-
jefe de sus eunucos, que trajese de tra edad, condenaríais mi cabeza ante
los hijos de Israel, ael linaje real y el rey.
11
del de los príncipes, cuatro mozos Dijo entonces Daniel a Malasar,
en los que no hubiera tacha, de buen a quien el jefe de los eunucos había
parecer, de sabiduría, de entendi- puesto para velar sobre Daniel, Ana-
miento y educados, capaces de servir nías, Misael y Azarías: 1S Prueba a
en el palacio del rey, y a quienes se tus siervos por diez días, y que nos
instruyese en las letras y la lengua den comer legumbres y agua a
a
13
de los caldeos. 5 Asignóles el rey para beber; y compara luego nuestros
cada día una porción de los manjares rostroscon los de los mozos que
de su mesa, del vino que él bebía, comen los manjares del rey, y haz
y mandó que los criasen durante tres después con tus siervos según veas.
años, al cabo de los cuales entrasen 14 Concedióles lo que le. pedían y los
a servir al rey. probó por diez días, 16 al cabo de
* Fueron de ellos, de entre los hi- los cuales tenían mejor aspecto y
jos de Judá, Daniel, Ananías, Misael y estaban más metidos en carnes que
Azarías, 7
a los cuales el jefe de los los mozos que comían los manjares
eunucos puso por nombre: a Daniel, del rey. 16 Malasar se llevaba sus
Baltasar, a Ananías, Sidraj, a Misael, manjares y su vino y les daba le-
Misaj, y a Azarías, Abed-Ñego. 8 Se**gumbres.
DANIEL, 2 753

Daniel en la corte del rey. veis que la cosa se me ha ido. 8 Si


no me decis el sueño, caerá sobre
17
Otorgó Dios a los cunt.ro mance- todos vosotros la misma sentencia.
bos sabiduría y entendimiento en De cierto que pretendéis prepararos
todas las letras y ciencias, y Daniel para decirme falsedades y mentiras
interpretaba toda visión o suceso. mientras pasa el tiempo. Decid, pues,
18 Pasados los días sueño y conoceré que sois capaces
al cabo de los el
cuales había mandado el rey que se de darme su interpretación. 10 Los
los llevasen, el jefe de los eunucos se caldeos respondieron al rey, dicién-
los presentó a Nabucodonosor. 19 El dole: No hay hombre sobre la tierra
rey habló con ellos, y entre todos los que pueda decir lo que el rey preten-
mozos no había ninguno como Daniel, de; jamás tampoco rey alguno, por
Ananías, Mjsael y Azarías, y fueron grande y poderoso que fuese, exigió
puestos al servicio del rey. 20 En cosa semejante de mago, astrólogo o
cuantas cosas de sabiduría y enten- caldeo. Lo que pide el rey es impo-
dimiento el rey les preguntó, hallólos sible, y no hay nadie que al rey pue-
diez veces superiores a todos los ma- da decírselo, a no ser los dioses, que
gos y astrólogos que había en su no moran entre los hombres. 12 El
reino. 21 Así estuvo Daniel hasta el rey, con ira y gran furor, mandó ma-
año primero del rey Ciro. tar a todos los sabios de Babilonia.
13
Publicóse la orden, y ya iban a
ser llevados a la muerte los sabios,
La visión de la estatua. y buscaban también a Daniel y a
sus compañeros para matarlos. 14 Ha-
*} E1 año segundo del reinado de
:
bló entonces Daniel avisada y pru-
Nabucodonosor (1), tuvo Nabuco- dentemente a Arioj, capitán de la
donosor unos sueños, y turbóse su espí- guardia del rey: 15 ¿Por qué esta
ritu, sin que pudiera dormir. 2 Hizo orden del rey se publica tan apresu-
llamar el rey a magos y astrólogos, radamente? Entonces explicó Arioj
encantadores y caldeos, para que ex- la cosa a Daniel; 16 y Daniel, entrando
plicasen al rey sus sueñes. Vinieron, al rey, le pidió que le diese tiempo,
pues, y se presentaron ante el rey. y daría al rey la declaración. 17 Fuése
3
El rey les dijo: He tenido un sueño luego Daniel a su casa y comunicó
y estoy agitado porque no sé ya cuál la cosa a Ananías, Misael y Azarías,
fue. 21 Entonces hablaron los caldeos sus compañeros, 18 instándoles a pedir
a) rey en lengua aramea: Vivas para al Dios de los cielos que les revelase
siempre, joh rey! Di a tus siervos el aquel misterio, para que no hiciese
sueño y te daremos su interpretación. perecer a Daniel y a sus compañeros
6 Respondió
el rey diciendo a los con el resto de los sabios de Babilonia.
caldeos: La cosa se me ha ido, y si
no me mostráis el sueño y su in-
terpretación seréis hechos trozos y Itevelación de Daniel de la visión.
vuestras casas convertidas en mula-
dares, 6 mientras que si me decís el 19 Entonces el misterio fué reve-
sueño y su interpretación, recibiréis lado a Daniel en visión nocturna, por
de mí dones y mercedes y mucha lo cual Daniel bendijo al Dios de los
honra; decidme, pues, el sueño y su cielos, 20 diciendo:
interpretación. Bendito sea el nombre de Dios, de
7
Respondiéronle, diciendo por se- siglos en siglos, porque suya es la
gunda vez: Diga el rey a sus siervos sabiduría y la fuerza. 21 El es quien
su sueño, y le daremos su interpreta- ordena los tiempos y las circunstan-
ción. 8 El rey respondió, diciendo: Veo cias, pone reyes y quita reyes, da la
claro que ponéis dilaciones, porque sabiduría a los sabios y la ciencia a
los entendidos. 22 El revela lo profundo
(i) Como en Egipto, así también en Caldea y lo oculto, conoce lo que está en
había sacerdotes que tenían por oficio interpre- tinieblas y con él mora la luz. 23 A ti,
tar los sueños, en los que creían recibir comuni- Dios de mis padres, te confieso y te
cación de los dioses. En el presente caso. Dios alabo, que me has dado sabiduría y
se vale de los sueños, como hacía con sus profe-
fortaleza, y me has dado a conocer
tas (Núm. 12, 6), para mostrar la inanidad de la
ciencia adivinatoria de los caldeos y la verdad de lo que te hemos pedido, y nos has
las revelaciones otorgadas por El a sus verdade- revelado el secreto del rey.
ros profetas. 24 Después de esto fué Daniel a

754 DANIEL, 2

Arioj, a quien había mandado el rey joh rey!, eres rey de reyes, porque
matar a de Babilonia, y le
los sabios el Dios de los cielos te ha dado el
dijo asi: No mates a los sabios de imperio, el poder, la fuerza y la
Babilonia; llévame a la presencia del gloria. 38El ha puesto en tus manos,
rey, que yo daré al rey la explicación. dondequiera que habitasen, a los hi-
25 Llevó entonces jos de los hombres, a las bestias de
Arioj prestamente
a Daniel a la presencia del rey, y los campos, a las aves del cielo, y
dijole así: He hallado a uno de los te ha dado el dominio de todo; tú
deportados de Judá que dará al rey eres la cabeza de oro. 39 Después de
la explicación. 26 Respondió el rey ti surgirá otro reino, menor que el
diciendo a Daniel, a quien llamaban tuyo, y luego un tercero que será de
Baltasar: ¿Podrás tú declararme el bronce y dominará sobre toda la
sueño que vi y su interpretación? tierra. 40 Habrá un cuarto reino
27
Daniel respondió delante del rey, fuerte como el hierro, como todo lo
diciendo: Lo que pide el rey es un rompe y destroza el hierro, así él lo
misterio que ni sabios ni astrólogos, romperá todo, como el hierro que todo
ni magos ni adivinos son capaces de lo hace pedazos.
descubrir al rey; 28 pero hay en los 41 Lo que viste de
los pies y los
cielos un Dios que revela lo secreto, dedos, parte de barro de alfarero,
y que ha dado a conocer al rey Nabu- parte de hierro, es que este reino
codonosor lo que sucederá en el correr será dividido, pero tendrá en sí algo
de los tiempos. He aquí tu sueño y de la fortaleza del hierro, aunque viste
la visión que has tenido en tu lecho: el hierro mezclado con el barro.
42 Y
el ser los dedos parte de hierro
parte de barro, es que este reino será
i:i sueño y su interpretación. en parte fuerte y en parte frágil.
48 Viste el hierro mezclado con barro
29 En tu lecho, joh reyl, te vinieron porque se mezclarán por alianzas hu-
p ensamientos de lo que vendrá des- manas, pero no se pegarán unos con
pués de este tiempo, y el que revela otros, como no se pegan el hierro y
los secretos te dió a conocer lo que el barro.
sucederá. 30 Si este misterio me ha 44 En tiempo
de esos reyes el Dios
sido revelado, no es porque haya en de los un reino que
cielos suscitará
mí una sabiduría superior a la de no será destruido jamás, y que no
todos los vivientes, sino para que yo pasará a poder de otro pueblo; des-
dé a conocer al rey la explicación y truirá y desmenuzará a todos esos
llegues a entender los pensamientos reinos, mas él permanecerá por siem-
de tu corazón. pre. " Eso es lo que significa la pie-
31 Tú,
[oh rey!, mirabas y estabas dra que viste desprenderse del monte
viendo una gran estatua. Era muy sin ayuda de mano, que desmenuzó el
grande la estatua, y de un brillo hierro, el bronce, el barro, la plata
extraordinario. Estaba en pie ante y el oro. El Dios grande ha dado a
32 rey lo que ha de suceder
ti, y su aspecto era terrible. La conocer al
cabeza de la estatua era de oro puro, después. El sueño es verdadero y
su pecho y sus brazos de plata, su cierta su interpretación (1).
vientre y sus caderas de bronce,
33 sus
piernas de hierro y sus pies
parte de hierro, parte de barro. 34 Tú Daniel, jefe de los sabios caldeos.
estuviste mirando, hasta que una pie-
dra desprendida, no lanzada por mano, 48 Entonces el rey Nabucodonosor

hirió a la estatua en los pies de hierro cayó sobre su rostro y se prosternó


y barro, destrozándola. 36 Entonces
el hierro, el barro, el bronce, la plata
(t)Esta visión représenla los cuatro imperios
y el oro, se desmenuzaron juntamente, que desde el caldeo se sucedieron en Oriente: el
y fueron como tamo de las eras en caldeo, el persa, el macedonio y el seléucida o
verano, se los llevó el viento, sin que sirio. No han faltado intérpretes que han querido
de ellos quedara traza alguna; mien- ver en este último el imperio romano, llevados
tras que la piedra que había herido de la idea de que bajo este imperio habla apa-
recido el Mesías. Pero Daniel no es una excep-
a la estatua se hizo una gran mon-
ción entre los profetas, que ven el reino me-
taña, que llenó toda la tierra. siánico al término de su horizonte histórico. Los
38 He ahí el sueño. Daremos tam-
otros vaticinios de Daniel y la historia de los Ma-
bién al rey su interpretación. 87 Tú, cabeos confirman esta idea.
DANIEL, 3 755

ante Daniel, y mandó que le ofrecie- tanto, los pueblos todos, en oyendo
sen sacrificios y perfumes. 27 Dirigió el sonido de las bocinas, las arpas,
el rey palabra a Daniel y le dijo:
la los salterios, las gaitas y de los ins-
En verdad que vuestro Dios es el trumentos músicos de toda suerte,
Dios de los dioses y el Señor de los todos los pueblos, naciones y hombres
reyes, y que revela los secretos, pues de toda lengua, se prosternarán y
que tú has podido descubrir este mis- adorarán la estatua de oro alzada
terio. 48 En seguida el rey engrande- por el rey Nabucodonosor.
ció a Daniel y le dió muchos y gran-
des dones y le hizo jefe supremo de
todos los sabios de Babilonia. 49 Da-
niel rogó al rey que diese la inten-
Los tres jóvenes hebreos se nie-
dencia de la provincia de Babilonia
gan a adorar y son denunciados
al rey.
a Sidraj, Misaj y Abed-Nego. Daniel
estaba en la corte del rey.
8
Con ocasión de esto vinieron en-
tonces algunos caldeos y denuncia
ron a los judíos. 9 Hablaron al rev
La estatua erigida por Nabucodonosor, diciendo: jVivas por
Nabucodonosor. siempre, oh rey! 10 Tú, joh reyl, has
dado una ley, por la cual todo hom-
»> Hizo el rey Nabucodonosor una bre, en oyendo el son de las bocinas,
*' estatua de oro, alta de sesenta las cítaras, las arpas, los salterios,
codos, y seis codos de ancha. Alzóla las gaitas y toda suerte de instrumen-
en el llano de Dura, de la provincia tos músicos, ha de adorar postrado
de Babilonia; 2 y mandó el rey reunir la estatua de oro, 11 y que quien no
a todos los sátrapas, prefectos, bajás, se postre y adore será arrojado a
oidores, tesoreros, magistrados, jue- un horno encendido. 12 Pues hay unos
ces, y a todos los gobernadores de las hombres, judíos, a quienes has enco-
provincias, para que viniesen a la mendado tú la dirección de los nego-
dedicación de la estatua que había cios de la provincia de Babilonia,
alzado el rey Nabucodonosor (1). Sidraj, Misaj y Abed-Nego, que sin
3
Reuniéronse, pues, los jefes, pre- tenerte en cuenta para nada, ion reyl,
fectos, bajás, oidores, tesoreros, ma- no sirven a tus dioses y no adoran la
gistrados, jueces y todos los gober- estatua que has alzado.
nadores de las provincias, para la \i3 Irritado
y furioso entonces Nabu-
dedicación de la estatua alzada por codonosor, dió orden de que trajesen
el rey Nabucodonosor, y se pusieron a Sidraj, Misaj y Abed-Nego. Traídos
ante la estatua que Nabucodonosor éstos a la presencia del rey, Nabuco-
había alzado. donosor les habló, diciendo: ¿De pro-
pósito, Sidraj, Misaj y Abed-Nego,
no servís a mis dioses y no adoráis
la estatua de oro que yo he alzado?
Orden de adorar la estatua. 16 Ahora, pues, aprestaos,
y en oyen-
do el sonido de las bocinas, las cítaras,
4
Un
pregonero clamaba ^n voz las arpas, los salterios, las gaitas y
alta: Ved
lo que se os ordena, pueblos, de toda suerte de instrumentos mú-
naciones y hombres de toda lengua. sicos, postraos y adorad la estatua
5 En cuanto oigáis el sonido de las que yo he hecho; y si no la adoráis,
bocinas, las cítaras, las arpas, los al instante seréis arrojados a un
salterios, las gaitas y toda suerte de horno encendido. ¿Y quién será el
instrumentos, adorad postrados la es- dios que os libre de mis manos?
X6 Sidraj, Misaj
tatua de oro que ha alzado el rey y Abed-Nego res-
Nabucodonosor. 6 Todo aquel que no pondieron al rey diciendo: Nabuco-
adore postrándose al instante será donosor, no tienes por qué esperar
echado en un horno encendido. 7 Por más nuestra respuesta en esto; 17 pues
nuestro Dios, al que servimos, puede
librarnos del horno encendido, y. nos
(i) La adoración de la estatua del rey, im- librará de tu mano. 18 Y si no qui-
puesta a todos sus subditos, pone de relieve la
siere, sabe ¡oh rey!, que no adora-
condena de los tres jóvenes que se niegan a
adorarla, llevados de su fidelidad a la ley y a remos a tus dioses ni nos .postrare-
su Dios. mos ante la estatua que has alzado.
756 DANIEL, 3

IíOS tres mancebos son arrojados enemigos injustos e incircuncisos


a un horno encendido. apóstatas, y a un rey el más inicuo
33
19 y perverso de toda la tierra, y ahora
Lleno entonces de ira Nabucodo- no podemos abrir nuestra boca. La
nosor, demudado el rostro contra vergüenza y el oprobio han caído
Sidraj, Misaj y Abed-Nego, habló sobre tus siervos y sobre los que te
mandando que se encendiese el horno veneran. 34 Por tu nombre, no nos
siete veces otro que en-
tanto de lo deseches para siempre, no anules tu
cenderse solia; 20
y mandó a hombres alianza, 35 no apartes tu misericordia
muy robustos de su ejército que ata- de nosotros; por Abraham, tu amado,
sen a Sidraj, Misaj y Abed-Nego y por Isac, tu siervo, y por Israel, tu
los echasen al horno de fuego ardiente. santo, 38 a quienes prometiste mul-
21
Entonces estos varones, atados, tiplicar su descendencia como las
con sus bragas, sus túnicas, sus man- estrellas del cielo, como las arenas
tos y sus otros vestidos, fueron arro- que hay en las orillas del mar.
jados en medio del horno encendido. 37 Porque, Señor, hemos sido em-
22 Y como la orden del rey era apre-
pequeñecidos más que todas las na-
miante y habla mandado encender ciones, y estamos hoy humillados en
el horno tanto, las llamas abrasaron toda la tierra a causa de nuestros
a los que hablan echado en él a pecados. 38 Al presente no tenemos
Sidraj, Misaj y Abed-Nego; 23 y los príncipes ni profeta ni jefe ni holo-
tres varones, Sidraj, Misaj y Abed- causto ni sacrificio ni ofrenda ni in-
Nego, cayeron atados en medio del cienso 39 ni lugar en que ofrecer las
horno ardiente. primicias delante de ti y hallar mise-
ricordia. Pero con el alma contrita
y el espíritu humillado hallemos aco-
PARTE DEUTEROCANONICA gida.
40 Como los holocaustos de los car-
(Gr. 3, 21-90). neros y (Je los toros, como las miría-
das de los gruesos corderos, así sea
hoy nuestro sacrificio delante de ti, a
l a oración de los tres mancebos. fin de aplacar tu rostro, pues no serán
confundidos los que en ti confían.
24
sSc paseaban en medio de las 41 Ahora nosotros de todo corazón
llama , alabando a Dios y bendi- te seguimos y te tememos y busca-
ciendo al Señor. 25 Azarfas, puesto mos tu rostro. 42 No nos confundas,
en pie, oró de esta manera, y abrien- antes obra con nosotros según tu
do sus labios en medio del fuego, dijo: bondad y según la grandeza de tu
28 Bendito seas Señor, Dios de misericordia.
nuestros padres. Digno de alabanza 43 Líbranos en virtud de tu pro-
y glorioso es tu nombre, 27 porque eres digioso poder, y da gloria, Señor, a
justo en cuanto has hecho con nos- tu nombre, 44 queden avergonzados
otros y todas tus obras son verdad, los que maltratan a tus siervos, y
y rectos tus caminos y justos todos queden confundidos de su tiranía y
tus juicios; 28 Y
has juzgado con jus- su fuerza sea deshecha. 45 Y conoz-
ticia en todos tus juicios, en todo lo can que tú, Señor, eres el único Dios,
que has traído sobre nosotros, y sobre glorioso sobre toda la tierra.
la ciudad santa, la de nuestros padres, 48 Los ministros del rey, que los
Jerusalén; pues con juicio justo has habían metido, no cesaban de avivar
traído todos estos males a causa de el horno con betún, estopa, pez y
nuestros pecados. sarmientos, 47 hasta levantarse las
19 Porque hemos pecado y come- llamas cuarenta y nueve codos por
tido iniquidad, apartándonos de ti, encima del horno; y las llamas,
y en todo hemos delinquido; 80 y no irrumpiendo, abrasaron a cuantos
hemos obedecido tus preceptos, no caldeos estaban alrededor del horno;
los hemos guardado ni cumplido, se- 48 pero el ángel del Señor había des-

gún nos hablas ordenado para que cendido al horno con Azarías y sus
fuéramos felices, 31 y cuantos niales compañeros, y apartaba del horno
has traído sobre nosotros, y cuanto las llamas de fuego y hacía que el
has hecho con nosotros, con justo interior del horno estuviera como si
juicio lo has hecho. en él soplara un viento fresco; y el
32 Nos* entregaste en poder de fuego no los tocaba absolutamente
DANIEL, 3 757

73 Bendecid, relámpagos y nubes, al


ni los afligía ni les causaba molestia.
51 Entonces los tres
a una voz alaba- Señor, cantadle y ensalzadle por los
74 Bendiga la tierra al Señor,
ron y glorificaron y bendijeron a Dios siglos.
en el horno, diciendo: cántele y ensálcele por los siglos.
75 Bendecid, montes y collados, al
Señor, cantadle y ensalzadle por Jos
Cántico de los tres mancebos. siglos.
76 al Señor, cuanto brota
Bendecid
82 Bendito seas. Señor, deDios en la tierra,cantadle y ensalzadle por
77Bendecid, mares y ríos, al
nuestros padres, digno de alabanza, los siglos.
y ensalzado por los siglos. Bendito Señor, cantadle y ensalzadle por los
78 Bendecid, fuentes, al Señor,
tu nombre santo y glorioso, muy siglos.
digno de alabanza y muy ensalzado cantadle y ensalzadle por los siglos.
79 Bendecid al Señor, monstruos de
por todos los siglos. 53 Bendito en el
templo santo de tu gloria, digno de lasaguas y cuanto en las aguas se
ser cantado y glorificado por los mueve, cantadle y ensalzadle por los
siglos. 80
Bendecid, todas las aves
siglos^
54 Bendito que penetras los
tú, del cielo, al Señor, cantadle y ensal-
abismos, digno de alabanza y ensal- zadle por los siglos. 81 Bendecid todas
zado por los siglos. Bendito tú, que las bestias y ganados al Señor, can-
estás sentado sobre los querubines, tadle y ensalzedle por los siglos.
82 Bendecid, hijos de los hombres,
digno de alabanza, ensalzado por los
siglos. 65 Bendito en tu trono real, al Señor, cantadle y ensalzadle por
digno de ser cantado y celebrado por los siglos. 83Bendice, Israel, al Señor,
los siglos. 66 Bendito tú en el firma- cántale y ensálzale por los siglos.
84 Bendecid, sacerdotes del Señor, al
mento de los cielos, digno de ser
cantado y glorificado por los siglos. Señor, cantadle y ensalzadle por los
67 Bendecid al Señor, todas las siglos. 85 Bendecid, siervos del Señor,
obras del Señor, cantadle y ensal- al Señor, cantadle y ensalzadle por
zaale por los siglos. 68 Bendecid al los siglos. 86 Bendecid, espíritus y
Señor, ángeles del Señor, cantadle y almas de los justos, al Señor, cantadle
ensalzadle por los siglos. 69 Bendecid, y ensalzadle por los siglos. 87 Bende-
cielos, al Señor, cantadle y ensal- cid, santos y humildes de corazón, al
zadle por los siglos. 60 Bendecid al Señor, cantadle y ensalzadle por los
Señor, aguas todas que estáis sobre siglos.
88 Bendecid, Ananías, Azarías
los cielos, cantadle y ensalzadle por y
los siglos. Misael, al Señor, cantadle y ensal-
61 Bendiga zadle por los siglos, porque nos sacó
al Señor todo el ejército
del Señor, cantadle y ensalzadle por del infierno, y del poder de la muerte
los siglos. 62 Bendecid, sol y luna, al nos salvó, y de en medio del horno
Señor, cantadle y ensalzadle por los encendido nos libró, salvándonos del
siglos. 63 Bendecid, astros del cielo, en medio del fuego. 89 Dad gracias a
al Señor, cantadle y ensalzadle por Señor, porque es bondadoso, porque
los siglos. 64 Bendecid, lluvias y rocío, es eterna su misericordia. 90 Bende-
al Señor, cantadle y ensalzanle por cid todos los piadosos al Señor de
los siglos. 65 Bendecid, todos los vien- los dioses, cantadle y dadle gracias
tos, al Señor, cantadle y ensalzadle porque es eterna su misericordia.
por los siglos.
66 Bendecid, fuego, calor, al Señor,
cantadle y ensalzadle por los siglos.
87 Bendecid, fríos PARTE PROTOCANONICA
y heladas, al Señor,
cantadle y ensalzadle por los siglos.
68 Bendecid, rocío
y escarcha, al Señor,
cantadle y ensalzadle por los siglos. Nabucodonosor «jloriíica a Dios*
68 Bendecid, frío 24 Espantado entonces el rey Nabu-
y fresco, al Señor,
cantadle y ensalzadle por los siglos. codonosor, se levantó precipitada-
70 Bendecid, hielos
y nieves, al Señor, mente, y dirigiéndose a sus consejeros,
cantadle y ensalzadle por los siglos. les dijo: ¿No hemos arrojado al fuego
71 Bendecid,
noche y día, al Señor, tres hombres? Ellos le respondieron:
cantadle y ensalzadle por los siglos. (Cierto, oh rey! 25 Y el rey repuso:
72
Bendecid, luz y tinieblas, al Señor, Pues bien, yo veo allí cuatro hombres
cantadle y ensalzadle por los siglos. sueltos, que se pasean por en medio
758 DANIEL, 4

del fuego sindaño alguno, y el cuarto • Hice que vinieran ante mi todos
de ellos parece un dios. 26 Acercóse los sabios de Babilonia, para que me
entonces Nabucodonosor a la entrada diesen la interpretación del sueño.
7
del horno encendido, y hablando, dijo: Vinieron, pues, los magos, los astró-
Sidra], Misaj y Abed-Nego, siervos logos, los caldeos y los adivinos, y
del Dios supremo, salid y venid. les expuse el sueño, pero nunca
Entonces salieron de en medio del pudieron darme la interpretación;
fuego Sidraj, Misaj y Abed-Nego; 8
hasta que vino ante mí Daniel,
27
y juntándose los jefes, los prefec- cuyo nombre es Baltasar, del nombre
tos, los bajás y los consejeros del de mi dios, y en el cual reside el
reino, vieron que el fuego no había espíritu de los dioses santos. Expli-
tenido poder alguno sobre los cuerpos quéle mi sueño, diciéndole: * Baltasar,
de aquellos varones, y ni siquiera se tú, jefe de los magos, que tienes en ti,
habían quemado los cabellos de sus yo lo sé, el espíritu de los dioses
cabezas, que sus ropas estaban intac- santos, y a quien ningún misterio
tas y ni siquiera olían a chamuscadas. se oculta, dame la explicación de las
28 Tomó entonces la palabra Nabu- visiones que en sueño he tenido.
codonosor, y dijo: Bendito sea el 10 He aquí las visiones de mi espí-
Dios de Sidraj, Misaj y Abed-Nego, ritu (1) mientras estaba en mi lecho.
que ha mandado su ángel y ha librado Miraba yo, y vi en medio de la tierra
a sus siervos que confiaron en él y un árbol alto sobremanera. 11 El i

no cumplieron la orden del rey y árbol había crecido y se había hecho


entregaron sus cuerpos antes que muy fuerte, y su cima tocaba en los |
servir y adorar a dios alguno fuera cielos, y se le veía desde los confines
j
de su Dios. 29 He aquí ahora lo que de toda la tierra. 12 Era de hermosa 1

dispongo: Todo hombre, cualquiera copa y de abundantes frutos, y había


que sea el pueblo, la nación o la en él mantenimiento para todos. Las 1

lengua a que pertenezca, que hable bestias del campo se resguardaban a |


mal del Dios de Sidraj, Misaj y su sombra, y en sus ramas anidaban j
Abed-Nego, será hecho trizas, y su las aves del cielo, y todos los vivien- I
casa convertida en muladar, porque tes se alimentaban de él.
no hay dios alguno que como él 13
En las visiones de mi espíritu 1

pueda librar (1).


3
Luego el rey en mi lecho vi que bajaba del cielo
engrandeció a Sidraj, Misaj y Abed- uno de esos que velan y son santos; I
Nego en la provincia de Babilona. 14
y gritando fuertemente, dijo: Aba- I
tid el árbol y cortad sus ramas, l
sacudid su follaje y diseminad los I

La visión del árbol, interpretada frutos, que huyan de debajo de él i


por Daniel. las bestias, y las aves del cielo de sus t

ramas; 16 pero dejad en la tierra el


A 1
Nabucodonosor, rey,
a todos tronco con sus raíces, y atadle con
naciones y hombres
los pueblos, cadenas de hierro y de bronce, y
de toda lengua, que habitan en toda quédese asi entre las hierbas del I
la tierra: Paz abundante. 2
Me ha campo, que empape el rocío, y
le
parecido conocer las
bien daros a tenga por parte suya, como las bes- «
señales y prodigios que
el Dios su- tias, la hierba de la tierra. 16 Quíte-
premo ha hecho conmigo. 3 jCuán sele su corazón de hombre, y désele .-.

grandes han sido sus señales! jCuán un corazón de bestia, y pasen sobre 1
17 Esta sentencia es
potentes sus prodigiosl- Su reino es él siete tiempos.
reino eterno y su dominación per- decreto de los que velan, es resolu- I
dura de generaciones en generaciones. ción de los santos, para que sepan (
4 Yo, Nabucodonosor, vivía tran- los vivientes que el Altísimo es dueño
quilo en mi casa, feliz en mi palacio; del reino de los hombres y lo da a 1
• y tuve un sueño que me espantó, quien le place, y puede poner sobre |'
y los pensamientos que me perse- el al más bajo de los hombres.
guían en mi lecho y las visiones de

18 Este es el sueño que tuve yo, el I
mi espíritu me llenaron de espanto.
(i) Víase lo dicho en 2, i, sobre los sueños.
(i) La perseverancia acaba en gloria de la Este anuncia la locura del rey. que, en su de-
nación y de la religión judia, dando el rey un mencia, se tendría por bestia. Digno castigo
decreto que impone a todos sus pueblos el res- de su orgullo por haber creído igualarse con
peto a la religión de Israel. Dios.
DANIEL, 5 759

rey Nabucodonosor. Tú, Baltasar, da de doce meses, ientras se paseabam


la interpretación, ya que ninguno en su palacio de Babilonia, 30 se puso
de los sabios de mi reino ha podido a hablar, y dijo: ¿No es ésta Babi-
dármela; tú puedes darla, porque tie-lonia, la grande, que yo por el poder
de mi fuerza y la gloria de mi mag-
nes en ti el espíritu de los dioses santos.
19 edificado para resi-
Entonces Daniel, llamado Bal- nificencia he
dencia real? 31 Todavía estaba la
tasar, se quedó por algún tiempo estu-
pefacto y turbado por sus pensa- palabra en su boca, cuando bajó del
mientos. Díjole el rey: Baltasar, quecielo una voz: 32 Sabe, joh rey Nabuco-
no te turbe el sueño y su interpre- donosor!, que te va a ser quitado el
tación; y Baltasar respondo: reino. Te arrojarán de en medio de
Mi
señor, que el sueño sea para tus ene- los hombres, morarás con las bestias
migos y la interpretación para tus del campo, y te darán a comer hierba
adversarios. 20 El árbol que viste como a los bueyes, y pasarán sobre
que se había hecho grande y fuerte, ti siete tiempos, hasta que sepas que
que con su cima tocaba a los cielos, el Altísimo es el dueño del reino de
y que se veía desde toda la tierra, los hombres y se lo da a quien le
21 de
hermosa copa y de tan abun- place. 33 Al momento se cumplió en
dante fruto que había en él alimento Nabucodonosor la palabra; fué arro-
para todos, y bajo el cual se resguar- jado de en medio de los hombres, y
daban las bestias del campo y en comió hierba como los bueyes, y su
cuyas ramas anidaban las aves del cuerpo se empapó del rocío del cielo,
cielo, 22 eres tú, |oh rey!, que has venido hasta que llegaron a crecerle los
a ser grande y fuerte, y cuya gran- cabellos como plumas de águila y
deza se ha acrecentado y ha llegado las uñas como las de las aves de
hasta los cielos y cuya dominación rapiña.
se extiende hasta los confines de la Curación.
tierra. 23 Vió el rey bajar de los cielos
34
Al cabo del tiempo señalado, yo,
a uno de esos que velan y son santos,
y decir: Abatid el árbol, y destruidle, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo
pero dejad en la tierra el tronco y recobré la razón. Yo bendigo al
con las raíces, y atadle con cadenas Altísimo, alabo y glorifico al que
de hierro y de bronce entre la hierba domina con eterno dominio, y cuyo
del campo, que le empape el rocío reino perdura de generaciones en
del cielo y tenga su parte con las generaciones. 35 A sus ojos todos los
bestias del campo, hasta que sobre habitantes de la tierra son nada,
él pasen siete tiempos. y con el ejército de los cielos y con
24 He
aquí, joh rey!, la interpreta- los habitantes de la tierra hace según
ción decreto del Altísimo, que se
y el su voluntad, sin que nadie pueda
cumplirá en mi señor, el rey. 25 Te resistirse a su mano y decirle: ¿Qué
arrojarán de en medio de los hom- es lo que haces? 36 Recobré entonces
bres, y morarás entre las bestias del la razón y me
fueron devueltas la
campo, y te darán a comer hierba gloria de reino, mi magnificencia
mi
como a los bueyes; te empapará el y mi grandeza, y me llamaron mis
rocío del cielo, y pasarán sobre ti consejeros y mis grandes, y fui res-
siete tiempos, hasta que sepas que tablecido en mi reino, y todavía se
el Altísimo es el dueño del reino de acrecentó más mi poderío; 37 y ahora
los hombres y se lo da a quien le yo, Nabucodonosor, alabo, ensalzo y
place. 26 Lo de dejar el tronco donde glorifico al rey del cielo, cuyas obras
se hallan las raíces del árbol, signi- todas son verdad, cuyos caminos
fica que tu reino te quedará cuando todos justos, y que puede humillar
reconozcas que el que domina está a los que andan en soberbia.
en los cielos. 27 Por tanto, ¡oh reyl,
sírvete aceptar mi consejo; redime tus El festín de Baltasar.
pecados con justicia y tus iniquidades 1
- El rey Baltasar (1) dió un gran
con misericordias a los pobres, y
quizá se prolongará tu dicha. O banquete a mil de sus príncipes,
y con ellos estaba bebiendo su vino.
Locura de Nabucodonosor. (i) El contenido de este capítulo muéstrala
santidad del templo y el respeto en que debían ser
28 Todo esto tuvo cumplimiento tenidos los vasos sagrados. Como profanador de
28
en Nabucodonosor, rey. Al cabo ellos, el príncipe caldeo recibe su merecido castigo
760 DANIEL, 5

*Excitado por el vino, mandó Balta- Llama, pues, a Daniel, y él te dará


sar que ie llevasen los vasos de oro la interpretación.
y plata que Nabucodonosor, su padre,
habla cogido del templo de Jerusa-
lén, para que se sirviesen de ellos Daniel interpreta la escritura.
para beber el rey y sus príncipes,
sus mujeres y sus concubinas. 3 Se 13 Fué,
pues, introducido Daniel
trajeron, pues, los vasos de oro que a presencia del rey; y tomando
la
habían sido arrebatados al templo el rey la palabra, dijo a Daniel:
de la casa de Dios, de Jcrusalén, y ¿Eres tú Daniel, de los hijos de Judá,
con ellos bebieron el rey y sus prín- que el rey, mi padre, trajo de Jeru-
cipes, sus mujeres y sus concubinas. salén? 14 Me han dicho de ti que tienes
4 Bebían
el vino y alababan a sus en ti el espíritu de los dioses, y que
dioses de oro y plata, de hierro y de hay en ti luz y entendimiento y gran
bronce, de leño y de piedra. sabiduría. 15 Ahora acaban de traerme
sabios y astrólogos para leer esta
escritura y darme su interpretación,
La escritura misteriosa en pero ninguno ha podido explicarme
la pared. la cosa. 16 He oído de ti que puedes
resolver las dudas y aclarar las oscu-
6 En aquellos momentos aparecie- ridades. Si me lees esa escritura y
ron los dedos de una mano de hombre, me das su interpretación, serás ves-
que escribían delante del candelero, tido de púrpura, llevarás al cuello
en el revoco de la pared del palacio collar de oro y serás el tercero en el
real, viendo el rey el extremo de la reino.
mano que escribía. 6 Mudó entonces 17
Respondió entonces Daniel, di-
el rey el color y sus pensamientos ciendo al rey: Sean para ti tus dones,
le turbaron; se relajaron los músculos [oh rey!, y haz a otro tus mercedes.
de sus lomos, y sus rodillas daban Yo leeré al rey lo egerito y le daré
una contra otra. 7 Gritó el rey en voz la interpretación. 18 El Dios Altísimo,
muy fuerte que llamasen a los magos, loh rey!, dió a Nabucodonosor, tu
caldeos y adivinos, y hablándoles, padre, el reino, la grandeza, la gloria
dijo: El que descifre esa escritura y y la magnificencia. 19 Por la grandeza
me la interprete, será vestido de que le dió, temblaban ante él y le
púrpura, llevará collar de oro al temían todos los pueblos, naciones
cuello y será el tercero en el gobierno y lenguas: Mataba a quien quería
del reino. 8 Entraron todos los sabios y a quien (pieria daba la vida; engran-
del rey, pero ninguno pudo descifrar decía a quien quería y a quien quería le
la escritura ni dar al rey su Interpre- humillaba. 20 Mas cuando su corazón
tación. 9 Turbóse sobremanera el se ensoberbeció y su espíritu se
rey Baltasar, mudó de color y se endureció altivo, fue depuesto del
consternaron sus príncipes. trono de su reino y despojado de su
10 La reina, llevada del clamoreo gloria. 81 Fué arrojado de entre los
del rey y de los príncipes, entró en la liijos de los hombres, se hizo seme-
sala del banquete, y tomando la jante a las bestias y moró con los
palabra, dijo: Vive por siempre, asnos salvajes. Diéronle a comer
¡oh revi, que no te turben tus pensa- hierba, como a los bueyes, y se em-
mientos ni se demude tu rostro; papó su cuerpo del rocío del cielo,
11
que hay en tu reino un hombre hasta que conoció que el Altísimo
que 'tiene en sí el espíritu de los es el dueño del reino de los hombres
santos dioses, y ya en los tiempos de y pone sobre él a quien le place.
tu padre, el rey, fué hallada en él 22
Y tú, Baltasar, hijo suyo, sa-
una sabiduría semejante a la sabi- biendo esto, no has humillado tu
duría de los dioses, a quien el rey corazón. 23 Té has alzado contra el
Nabucodonosor, tu padre, el rey, Señor de los cielos, han traído ante
hizo jefe de magos, astrólogos, cal- ti los vasos de su casa y os habéis
deos y adivinos, 12 porque se halló servido de ellos para beber el vino
en él, en Daniel, llamado Baltasar tú y tus grandes, tus mujeres y tus
por el rey, un espíritu superior de concubinas; has alabado a dioses de
ciencia e inteligencia, la facultad de plata y de oro, de bronce y de hierro,
interpretar los sueños, de explicar de leño y de piedra, que ni ven, ni
os enigmas, de resolver las dudas. entienden, y no has dado gloria al
DANIEL, 6 761

Dios que tiene en sus manos tu vida y confirme un real edicto, mandando
y es el dueño de todos tus caminos. que cualquiera que en espacio de el
24 Por eso ha mandado él esa mano treinta días hiciere petición alguna
que ha trazado esa escritura. 25 La a dios u hombre, fuera de ti, joh rey!,
escritura es: Mene, mene, tequel, ufar- sea arrojado al foso de los leones.
8
sin (1) 26 y ésta es su interpretación: Confirma, pues, ¡oh rey!, el edicto,
Mene, ha contado Dios tu reino y le y fírmalo para que no pueda ser
ha puesto fin; 27 tequel, has sido pesado revocado conforme a la irrevocable
en la balanza y hallado falto de peso; ley de Media y de Persia. 9 Firmó,
28ufarsin, ha sido roto tu reino y dado pues, el rey Darío el edicto y la pro-
a los medos y persas. hibición.
29 Mandó
entonces Baltasar ves-
tirle de púrpura, poner a su cuello
el collar de oro, y pregonar de él Daniel no cumple el edicto
que era el tercero en el reino. del rey.

10 Cuando supo Daniel que había


La realización. sido firmado el edicto, entróse en
su casa, y abiertas las ventanas de
30 Aquella misma noche fué muerto su cámara que daban hacia la ciudad
Baltasar, rey de los, caldeos, 31 y de Jerusalén, hincábase de rodillas
Darío, rey de Media, sea poderó del tres veces al día y oraba, confe-
reino a los sesenta y dos años. sando a su Dios, como solía hacerlo
antes. 11 Entonces apresuráronse a
venir aquellos hombres, y hallaron
Insidias de los cortesanos de
a Daniel orando y rogando a su
Darío contra Daniel. Dios. 12 Llegáronse luego al rey y le
hablaron acerca del real edicto: ¿No
()
1 Resolvió Darío constituir en su has firmado tú un edicto mandando
reino ciento veinte sátrapas que que cualquiera que en el espacio de
gobernasen el reino, 2 y sobre ellos treinta días hiciese petición a dios
tres presidentes de los cuales uno u hombre, sino a ti, ]oh rey!, sea
fué Daniel, a quien diesen cuenta arrojado al foso de los leones? Res-
los sátrapas, para que no fuese per- pondió el rey, diciendo: Asi es, según
judicado el rey. 3 Era Daniel superior la ley de Media y Persia, que no
a sátrapas y presidentes, porque había puede revocarse. 13 Entonces respon-
en él más espíritu, y el rey pensó dieron ellos diciendo al rey: Pues
en ponerle sobre todo el reino. 4 En- Daniel, de los hijos de la cautividad
tonces presidentes y sátrapas bus- de los judíos,- no teniendo cuenta de
caron ocasión de acusar a Daniel ti, ¡oh rey!, ni del edicto firmado,
en lo tocante a la administración tres veces al día hace su oración.
mas no hallaron ninguna 14 Al rey, cuando esto oyó, pesóle
del reino,
cosa por que denunciarle, pues era sobremanera, y se propuso salvar
fiel y no se veía en él falta ni negli- a Daniel, y hasta la puesta del
gencia. sol estuvo haciendo esfuerzos por li-
6 Dijeron entonces aquellos hom- brarle.
bres: No hallaremos en Daniel cosa 15 p cro aquellos hombres
se reunie-
de que acusarle, si no es por la ley ron ante el dijeron: Has de
rey y le
de su Dios (2). 6 Vinieron, pues, saber, ¡oh rey!, que es ley de Media y
presidentes y sátrapas a la presencia de Persia que edicto u ordenanza
del rey, y le dijeron así: Vive por que el rey firma es irrevocable.
siempre, rey Darío, 7 todos los prín-
cipes de tu reino, presidentes, sátra-
pas, magistrados y jueces, han acor-
Daniel arrojado al foso de los
dado en consejo que se promulgue leones.

(i) La traducción de estos palabras es: Con- 16 Mandó


entonces el rey que trajeran
tado: Una mina, un cielo y dos medias minas. La a Daniel le arrojaran al foso de los
y
interpretación la da el texto a continuación.
(a) En este capitulo tenemos un episodio de la
leones.Y hablando el rey a Daniel,
vida de Daniel semejante al del capitulo 3, y le dijo: Quiera salvarte tu Dios a
que termina, como 3quél. con la glorificación del quien perseverante sirves. 17 Trajeron
Dios de Israel. una piedra que pusieron sobre la
.
762 DANIEL. 7

boca del foso, y la selló el rey con su estaba en su lecho. En seguida escri-
anillo y con los anillos de sus grandes, bió el sueño contando lo principal
para que en nada pudiera mudarse de él.
la situación de Daniel. 2 Comenzó Daniel diciendo: Yo
19 Fuése luego el rey
a su palacio, miraba durante mi visión nocturna,
y se acostó en ayunas, no se tocaron y vi irrumpir en el mar grande los
ante él instrumentos de música, y cuatro vientos del cielo, y salir del
huyó de sus ojos el sueño. 19 Levan- mar cuatro grandes bestias, diferen-
tóse, pues, muy de mañana, y se fué tes una de otra (1). 4
La primera
apresuradamente al foso de los leones; bestia era como león con alas de
80 águila. Yo estuve mirando hasta que
y acercándose al foso de los leones,
llamó con tristes voces a Daniel, y le fueron arrancadas las alas y fué
hablando el rey a Daniel, decia: levantado de la tierra, poniéndose
Daniel, siervo del Dios vivo, el Dios sobre dos pies a modo de hombre,
tuyo a quien perseverante sirves, ¿ha y le fué dado corazón de hombre.
podido librarte de los leones? 21 En- 6 Y
he aquí que una segunda bestia
tonces dijo Daniel al rey: Vive por semejante a un oso, y que tenía en
siempre, ioh rey! 22 Mi Dios ha enviado su boca entre los dientes tres cos-
su ángel, que ha cerrado la boca tillas, se estaba a un lado y le dijeron:
de los leones para que no me hiciesen levántate a comer mucha carne. * Se-
mal, porque delante de él ha sido guí mirando después de esto; y he
hallada en mf justicia, y aun delante aquí otra tercera semejante a un
de ti, joh rey!, nada he hecho de malo. leopardo, con cuatro alas en sus
23
Púsose entonces muy contento el espaldas y cuatro cabezas, y le fué
rey, y mandó que sacasen del foso dado el dominio. 7 Seguía yo mirando
a Daniel. Daniel fué sacado del foso en la visión nocturna, y vi la cuarta
y no hallaron en él herida alguna, bestia, terrible, espantosa, sobre-
porque habia tenido confianza en su manera fuerte, con grandes dientes
Dios. 24 Mandó el rey que los hom- oe hierro y garras de bronce. Devoraba
bres que habían acusado a Daniel y trituraba, y las sobras las macha-
fueran traídos y arrojados al foso caba con los pies. Era muy diferente
de los leones, elios, sus hijos y sus de todas las bestias anteriores, y
mujeres, y antes que llegasen al tenía diez cuernos.
fondo del foso, los leones los cogieron 8 Estando yo contemplando los
y quebrantaron todos sus huesos. cuernos, vi que salía de entre ellos
otro cuerno pequeño, y le fueron
arrancados tres de los primeros, y este
Darlo da gloría a Dios. otro tenía ojos como de hombre y
una boca que hablaba con gran arro-
25 Entoncesrey Darío escribió
el gancia.
a todos los pueblos, naciones y len-
guas que habitan en toda la tierra:
Paz mucha. 24 Mando que en toda I-'.l anciano de días y el juicio.
la extensión de mi reino teman todos
y tiemblen ante la presencia del Dios
9
Estuve mirando hasta que fue-
de Daniel, porque él es el Dios vivo, ron puestos tronos, y vi a un an-
y eternamente subsiste su reino, que ciano de muchos días, cuyas vesti-
no será jamás destruido, y su domi- duras eran blancas como la nieve
nación, que perdurará hasta el fin. y los cabellos de su cabeza como lana
27 El libra y salva, y obra señales y blanca. Su trono llameaba como lla-
portentos en los cielos y en la tierra. mas de fuego y las ruedas eran fuego
El ha librado a Daniel del poder ardiente. 10 Un rio de fuego procedía
de los Icones. 28 Daniel prosperó y salía de delante de él, y le servían
durante <i reinado de Darío y durante millares de millares, y le asistían
el reinado de Ciro, persa. millones de millones. Sentóse el tri-
bunal, y fueron abiertos los libros.

Visi6n de las cuatro bestias. (i) Estas cuatro fieras tienen la misma sig-
nificación que las diversas partes de la estatua
vista por Nabucodonosor, y no hay duda de que
7 1
El año primero de Baltasar, rey la cuarta sea el reino de Siria, y este cuerno que
*
de Persia, tuvo Daniel un sueño dice grandes blasfemias. Antloco IV, el gTan
y vió visiones de su. espíritu mientras perseguidor de los judíos.
DANIEL, 8 763

Yo seguía mirando a la bestia


11
El cuarto reino.
a causa de las grandes arrogancias
que hablaba su cuerno, y la estuve 23
Díjome así: La cuarta bestia es
mirando hasta que la mataron, y su un cuarto reino sobre la tierra, que
cuerpo fué destrozado y arrojado al se distinguirá de todos los otros reinos
fuego para que se quemase. 12 A las y devorará la tierra toda y la hollará
otras bestias se les había quitado y la triturará. 24 Los diez cuernos
el dominio, pero les había sido pro- son diez reyes que en aquel reino se
longada la vida por cierto tiempo. alzarán, y tras ellos se alzará otro
que diferirá de los primeros, y derri-
El hijo del hombre. bará a tres de estos reyes. 25 Hablará
palabras arrogantes contra el Altísimo,
13
Seguía yo mirando en la visión y quebrantará a los santos del Altí-
nocturna; y vi venir en las nubes del simo, y pretenderá mudar los tiempos
cielo a un como hijo de hombre, y la ley. Aquéllos serán entregados
que se llegó al anciano de muchos a su poder por un tiempo, tiempos,
días y fué presentado a éste (1). y medio tiempo. 26 Pero se sentará
14 Fuéle el tribunal y le arrebatarán el domi-
dado el señorío, la gloria y el
imperio, y todos los pueblos, naciones nio, hasta destruirle y arruinarle del
y lenguas le sirvieron, y su dominio todo, 27 dándole el reino, el dominio
es dominio eterno que no acabará y la majestad de todos los reinos
nunca, y su imperio, imperio que de debajo del cielo, al pueblo de los
nunca desaparecerá. santos del Altísimo, cuyo reino será
16 Turbéme
sobremanera, yo, Da- eterno y le servirán y obedecerán
niel, en mi cuerpo, y las visiones de todos los señoríos.
mi mente me asombraron. 16 Llegué- 28 Aquí acabó la plática. Yo Daniel,
me a uno de los asistentes y le rogué anduve sobremanera turbado por mis
que me dijera la verdad acerca de pensamientos, demudado el color, y
todo esto. Hablóme él y me declaró guardé todo esto en mi corazón.
17
la interpretación: Esas grandes
bestias, cuatro, son cuatro reyes que
se alzarán en la tierra. 18 Después La visión del carnero y el macho
recibirán el reino los santos del Altí- cabrío.
simo y lo retendrán por siglos, por los
siglos de los siglos. 19 Sentí entonces 1
El año tercero del reinado de
el deseo de informarme más exac- 8 Baltasar, yo, Daniel, tuve una
tamente acerca de la bestia cuarta, visión a más de la que había tenido
tan diferente de todas las otras, anteriormente, 2 y estando en la
sobremanera espantosa, de los dientes visión, parecióme hallarme en Susa,
de hierro y las garras de bronce, la capital en la provincia de Elam,
que devoraba y trituraba y hollaba y estar durante la visión cerca del
las sobras con sus pies, 20 así como río Ulai (1). 3 Alcé los ojos, y miré,
también acerca de los diez cuernos y vi un carnero que estaba delante
que tenía en la cabeza, y de aquel del río. Tenía dos cuernos, y aunque
otro que le había salido y ante el ambos eran altos, el uno era más alto
cual se le habían caído tres, y que que el otro, habiendo crecido más
tenía ojos y boca que decía grandes después del otro. 4 Vi al carnero
arrogancias, y parecía más grande acornear a poniente, a norte y medio-
que todos los otros. 21 Vi yo que este día, sin que bestia alguna pudiera
cuerno hacía guerra a los santos y resistirle, y sin que nadie pudiera
los vencía, 22 hasta que vino el an- librarse de él. Hacía cuanto quería y
ciano de muchos días y se hizo justi- se engrandeció. 6 Pero en esto vino
cia a los santos del Altísimo y llegó un macho cabrio sin tocar la tierra
el tiempo en que los santos se apode- con sus pies y con un gran cuerno
raron duraderamente del reino. entre los ojos. 6 Llegó al carnero de
os dos cuernos que había visto de-
(i) Este personaje, semejante a un hijo de
hombre, es el rey Mesías, a quien será conferido (1) Los versos 2-8 nos presentan las luchas
todo poder. Jesucristo hace alusión a este pasaje del imperio persa con el macedónico y la división
ante el Sumo Sacerdote (Mt., 26, 64). Que este de éste a la muerte de Alejandro Magno. Los
reino sige el sirio, no prueba que le haya de versos 9-25 narran la aparición de Antíoco IV,
suceder inmediatamente. Es la misma ley que que lucha contra el Oriente, el Occidente y con-
observamos en todos los profetas. tra Dios, persiguiendo a su religión y a su pueblo
764 DANIEL, 9

lante del río, y corrió contra él con cuernos, cuatro reyes que se alzarán
la furia de su fortaleza. 7 Vi que le en la nación, mas no de tanta fuerza
acometía, rompiéndole ambos cuer- como aquél. 23 Al final de su domi-
nos, sin que el carnero tuviera fuerza nación, cuando se completen las pre-
para resistirle, y echándole por tierra varicaciones, levantaráse un rey im-
le pisoteó, sin que nadie pudiera pudente c intrigante; 24 su poder cre-
librar al carnero. cerá, no por su propia fuerza, y pro-
8
El macho cabrío llegó a ser muy ducirá grandes ruinas y tendrá éxitos,
potente, pero cuando lo fué, se le y destruirá a poderosos y al pueblo
rompió el gran cuerno, y en su lugar de los santos. 25 Por sus prosperida-
le salieron cuatro cuernos, uno a des y por el éxito de sus intrigas se
cada uno de los vientos del cielo. llenará de arrogancia su corazón, y
9
Del uno de ellos salió un cuerno hará perecer a muchos que vivían
pequeño, que creció mucho hacia el apaciblemente y se levantará contra
mediodía y el oriente y hacia la el Príncipe de los príncipes, pero será
tierra gloriosa; 10 engrandecióse hasta destruido sin que intervenga mano
llegar al ejército de los ciclos, y echó alguna. 26 La visión de tardes y ma-
a tierra estrellas y las holló. 11 Aun ñanas es verdadera, guárdala en tu
contra elpríncipe del ejército se corazón porque es para mucho tiempo.
irguió y le quitó el sacrificio perpetuo, 27 Yo, Daniel, quedé quebrantado,

y destruyó su santuario. 12 Convocó y estuve enfermo algunos días, y


impíamente ejércitos contra el sacri- cuando convalecí, me ocupé en los
ficio perpetuo, echó 'por tierra la asuntos del rey. Estaba asombrado
verdad, hizo con buen éxito lo que de la visión, pero nadie la supo.
quiso. 13 Entonces oí hablar a uno
de los santos, respondiendo a otro
santo que le preguntaba: ¿Hasta Profecía de las setenta semanas.
cuándo va a durar esta visión del
sacrificio perpetuo y de la asoladora
El año primero de Darío, hijo
1
prevaricación del llamar tropas, y de Asuero, de la nación de los
del santuario y riel ejército de los
medas, que vino a ser rey del reino
quebrantados? 14 Entonces dijo:
cielos
de los caldeos, 2 el año primero de
Hasta dos mil trescientos, tarde y su reinado, yo, Daniel, estaba estu-
mañana. Luego será restablecido el diando en los libros el número de los
gran santuario. setenta años que habían de cumplirse
16 Mientras yo, Daniel, contemplaba
sobre las ruinas de Jerusalén, con-
la visión y buscaba su explicación,
forme al número de años de que dijo
púsose ante mí un como hombre; Ya ve a Jeremías, profeta (1). 3 Vol-
19 y oí una voz fie hombre que de
en medio del Ulai gritaba y decía: Este vaticinio es el mis conocido de Da-
(i)
Gabriel, explícale a éste la visión. niel. Su punto de partida es el vaticinio de los
17
Vino éste luego cerca de donde setenta años de Jeremías. Pero estos setenta años
estaba yo, y al acercarse me sobre- se convierten aqui en setenta semanas de años
cogí y caí sobre mi rostro. El me dijo: o sea en setenta años sabáticos (Lev., 25). y W
Atiende, hijo de hombre, que la vi- término es la justicia sempiterna, el cumpli-
18 miento de las profecías y la unción del santí-
sión es del fin de los tiempos. Al
simo. Esas setenta semanas se dividen en cuatro
hablarme caí entontecido sobre el grupos: el primero de siete semanas, que com-
rostro; pero él me tocó y me hizo prende los que van desde la cautividad hasta la
estar en pie, 19 y me dijo: Voy a ense- liberación (587-539). El cristo que señala el

ñarte lo que sucederá al fin del término de este período debe de ser Ciro
tiempo de la ira, pues tendrá fin, ese (Is., 45, t). El segundo período, de sesenta y
dos semanas, llena el largo espacio que va
tiempo.
desde la vuelta del cauiiverio con las luchas
por la reedificación del templo y de la ciudad,
contadas en Esdras y NchemUs, h.ista la muer-
La explicación. fe de un ungido, el cual no es otro que el Pon-
tífice Onías, cuya muerte, acaecida en 171, es
80 El carnero de dos cuernos que narrada en el II Mac, 4, 30-42). Queda una
semana, que será de persecución, la cual el in-
has visto son los reyes de Media y
térprete divide en dos mitades con la supre-
de Persia; 21 el macho cabrío es el sión del sacrificio perpetuo realizada por An-
rey de Javán, y el gran cuerno de tioco IV en 168, y que duró tres años. La
entre sus ojos es el rey primero; 82 el salud mcsiánica vendrá después; pero tampoco
romperse y salir en su lugar otros inmediatamente después, como acaece en los
DANIEL, 9 765

vi mi rostro al Señor, Dios, buscán- Yave, nuestro Dios, en todas cuantas


dole en oración y plegaria, en ayuno, obras hace; pues no obedecimos su voz.
15
* saco y ceniza; 4 y oré a Yave, mi Ahora, pues, Señor, Dios nues-
Dios, y le hice esta confesión: tro, que sacaste a tu pueblo de la
tierra de Egipto con mano poderosa,
y te hiciste nombre cual lo tienes hoy:
Oración y confesión de Daniel. hemos pecado, hemos obrado impía-
mente; 16 pero, Señor, según tu gran
misericordia, aparta tu ira y tu furor
Señor, Dios grande y temible, que de tu ciudad de Jerusalén, de tu
guardas la alianza y la misericordia monte santo, pues por nuestros pe-
con los que te aman y cumplen tus cados y las iniquidades de nuestros
mandamientos: 5 Hemos pecado, he- padres, Jerusalén y tu pueblo son el
mos obrado la iniquidad, hemos sido oprobio de cuantos nos rodean. 17 Oye,
perversos y rebeldes, nos hemos apar- pues, Dios nuestro, la oración de tu
tado de tus mandamientos y tus jui- siervo, oye sus plegarias, y por amor
cios; 6 no hemos hecho caso a tus de ti, Señor, haz brillar tu faz sobre
siervos, los profetas, que en tu nom- tu santuario devastado. 18 Oye, Dios
bre hablaron a nuestros reyes, a mío, y escucha. Abre los ojos y mira
nuestros príncipes, a nuestros padres nuestras ruinas, mira la ciudad sobre
y a todo el pueblo de la tierra. la que se invoca tu nombre, pues no
7 Tuya es, Señor, la justicia, y nues- por nuestras justicias te presentamos
tra la vergüenza en el rostro, que nuestras súplicas, sino por tus gran-
llevan hoy todos los hombres de Judá, des misericordias.19 (Escucha, Señor!
los moradores de Jerusalén, todos los [Señor, perdona! ¡Atiende, Señor, y
de Israel, los de cerca y los de lejos, obra, no tardes, por amor de ti,
en todas las tierras a que los arro- Dios mío, ya que es invocado tu
jaste por las rebeliones con que contra nombre sobre tu ciudad y sobre tu
ti se rebelaron.
8
Oh Yave, nuestra pueblo!
es la vergüenza en el rostro de nues-
tros reyes, de nuestros príncipes, de
nuestros padres, porque contra ti pe- La respuesta de Dios por medio
camos. 8
Pero es de Yave, nuestro del ángel Gabriel.
Dios, el tener misericordia y el per-
donar, aunque nos hayamos rebelado 20 Todavía estaba yo hablando, ro-
contra él. 10 No obedecimos la voz gando, confesando mi pecado y el
de Yave, nuestro Dios, andando en pecado de mi pueblo, Israel, y pre-
sus leyes,' que por mano de sus profe- sentando mis súplicas a Yave por el
11
tas puso delante de nosotros; y todo monte santo de mi Dios; 21 todavía
Israel traspasó tu ley, alejándose para estaba hablando en mi oración, y
no oír tu voz. Por eso vino sobre aquel varón, Gabriel, a quien antes
nosotros la maldición y el juramento vi en la visión, volando rápidamente
escrito en la ley de Moisés, siervo
se llegó a mí como a la hora del
de Dios; por haber pecado contra El. sacrificio de la tarde. 22 Me enseñó,
12
El ha cumplido su palabra, la que hablando conmigo, y me dijo: Daniel,
dijo de nosotros y de los jefes que vengo ahora para hacerte entender.
nos gobiernan, trayendo sobre nos- 23 Cuando comenzaste tu plegaria fué
otros males tan grandes como no los dada la orden, y vengo para dártela a.
hubo nunca debajo del cielo, cual conocer, porque eres el predilecto. Oye,
fué el hecho en Jerusalén. 13 Vino pues, el decreto y entiende la visión:
todo este mal sobre nosotros como 24 Setenta semanas están prefini-
está escrito en la ley de Moisés, y das sobre tu pueblo y sobre tu ciu-
no hemos implorado a Yave, nuestro dad santa, para acabar las transgre-
Dios, convirtiéndonos de nuestras ini- siones y dar fin al pecado, para ex-
quidades, y haciendo verdad. 14 Por piar la iniquidad y traer la justicia
eso veló Yave sobre este mal, y lo eterna, para sellar la visión y la
trajo sobre nosotros, porque justo es profecía ungir al santísimo.
y
25 Sabe, pues,
y entiende que desde
demás profetas. El número de los años de cada
la salida del edicto de restauración
grupo no se ajusta matemáticamente a los años
de la historia; pero téngase en cuenta que y edificación de Jerusalén, hasta un
DanieJ es un profeta, no un historiador, y aun ungido príncipe, habrá siete semanas
en estos últimos cabrían tales aproximaciones. y sesenta y dos semanas, y en tiem-
766 DANIEL, 10, 11

pos de angustia se reedificarán plazas me tocó una mano, sacudiendo mis


y muros. 26 Al cabo de las sesenta rodillas y mis manos, 11
y me dijo:
y dos semanas, será muerto un ungi- Daniel, varón predilecto, está aten-
do, aunque nada haya contra él. El to a las palabras que voy a decirte
pueblo de un jefe que vendrá, des- y ponte en pie en el lugar en que
truirá la ciudad y el santuario, pero estás, pues he sido enviado a ti. Una
su fin llegará como una inundación, vez que me habló, púseme en pie
las devastaciones durarán hasta el temblando. 12 Díjome: Nada temas,
fin de la guerra; 27 hará pacto con Daniel, pues desde el primer día en
muchos en una semana, y a la mitad que diste tu corazón a entender y a
de ella hará cesar el sacrificio y la humillarte en la presencia de tu Dios,
oblación y poner en el pináculo una fueron oídas tus palabras, y por ellas
abominación devastadora, hasta que he venido yo a ti; 13 pero el príncipe
la consumación decretada venga sobre del reino de Persia se me opuso vein-
el devastador. tiún días, mas Miguel, uno de los
príncipes supremos, vino en mi ayuda,
yo me quedé allí junto a los reyes
Luchas del pueblo de Dios y su y de Persia (1). 14 Vengo ahora para
liberación. darte a conocer lo que sucederá a tu
pueblo en los tiempos a venir, pues a
\ 0 1
El año tercero de Ciro, rey estos tiempos se refiere la visión.
15 Mientras me decía estas pala-
de Persia, fué hecha a Daniel,
llamado Baltasar, una revelación. bras, estaba yo con los ojos puestos
Esta revelación es verdadera y anun- en la tierra y mudo; 16 cuando he
cia una gran calamidad. Puso aten- aquí que uno que parecía un hijo
ción a la revelación, y tuvo la inte- de hombre tocó mis labios, abrí la
2
ligencia de la visión (1). Por boca y hable, diciendo al que delante
aquellos días yo, Daniel, estuve en de mí estaba: Mi Señor, la visión me
duelo tres semanas. 3
No comi man- ha llenado de espanto y he perdido
jar delicado ni entró carne ni vino todo vigor. 17 ¿Cómo va a poder el
en mi boca ni me ungí, hasta que no siervo de mi Señor hablar a mi
pasaron las tres semanas. 4 El día Señor? Me faltan las fuerzas y no
veinticuatro del primer mes hallába- tengo aliento. 18 Entonces el que
me a las orillas del gran río, el Jidde- parecía hijo de hombre me tocó de
quel. 6 Alcé los ojos y miré, viendo nuevo y me confortó. 19 Luego me
a un varón vestido de lino y con un dijo: Nada temas, varón predilecto,
cinturón de oro de Ufaz. 6 Su cuerpo sea contigo la paz. ¡Animo, valor!
era como de crisólito, su rostro res- Y en hablándome recobré mis fuer-
plandecía como el relámpago, sus zas, y dije: Hable mi Señor, pues tú
ojos eran como brasas de fuego, sus me has fortalecido. 20 El me dijo:
brazos y sus pies parecían de bronce ¿Sabes para qué he venido yo a ti?
bruñido, y el sonido de su voz era Porque tengo que volverme luego a
como el rumor de las muchedumbres. luchar con el príncipe de los persas,
7
Yo, Daniel, sólo yo vi la visión; y en saliendo yo vendrá el príncipe
los que conmigo estaban no vieron de Javán. 21 Pero yo te daré a cono-
nada, pero se sobrecogieron de gran cer lo que está escrito en el libro de
terror y huyeron a esconderse. la verdad. Nadie me ayuda contra
8
Qucdémc yo solo, y vi esta gran ellos, si no es Miguel, vuestro Príncipe.
visión. No quedaron en mí fuerzas,
se demudó el color de mi rostro,
quedé desencajado perdí todo mi Las luchas entre Siria y Kuipto.
y
9
vigor. Oí el sonido de sus palabras,
1
y en oyendo el sonido de sus palabras, El año primero de Darlo,
caí aturdido, rostro a tierra. 10 Pero medo, yo estuve allí para ani-
marle y sostenerle. * Y ahora voy a
(i) Esta última visión de Daniel abarca los darte a saber la verdad. Habrá toda-
tres capítulos lo a 12, de los cuales el primero
habla de las luchas entre Persia y Macedonia; Los angeles de los dos reinos, que de-
(i)
el segundo, de las luchas entre Siria y Egipto; fienden cada uno el que tienen encomendado,
prosigue con las invasiones de Antloco contra la luchan como luchan los reinos mismos. Miguel,
Judea, y acaba con un trozo netamente escato- el ángel tutelar de Israel, interviene, por cuanto
lógico, en que se habla de la resurrección de los esas luchas no son extrañas a los intereses del
muertos y del fin de las cosas. pueblo de Dios.
DANIEL, 11 767

vía tres reyes en Persla (1), y el hinchará, derribará a muchos milla-


cuarto acumulará más riquezas que res, pero no triunfará, 13 porque el
los otros; cuando por sus riquezas rey del norte volverá con una muche-
sea poderoso, se levantará contra el dumbre más numerosa que la primera,
reino de Javán. 3 Pero se alzará un y al cabo de algún tiempo, de unos
rey valeroso que dominará con gran años, marchará con un gran ejército
poder y hará cuanto quiera (2). 4 Y y muchas riquezas. 14 Entonces se al-
cuando esté en la altura se romperá zarán muchos contra el rey del me-
su reino y será dividido hacia los diodía, y hombres violentos de tu
cuatro vientos; no será de sus des- pueblo se rebelarán para cumplir la
cendientes ni ya tan poderoso como visión, y sucumbirán. 15 El rey del
fué, pues será dividido y pasará a norte avanzará y alzará baluartes y
otros distintos de ellos. se apoderará de ciudades fuertes. Los
6 El rey del mediodía vendrá, se ejércitos del mediodía no resistirán,
hará fuerte, pero uno de sus jefes faltos de fuerza para resistir. 16 El
será más fuerte que él y dominará que avanza contra él hará lo que
siendo potente su dominación (3). quiera y nadie podrá resistirle, y se
6 Al cabo de algunos años se aliarán, quedará en lo mejor de la tierra, ex-
y la hija del rey del mediodía vendrá terminando cuanto caiga en su mano.
17 Querrá hacer
al rey del norte para restablecerla lo que con el rey
concordia, pero no conservará ella del mediodía, que le dará su hija
la fuerza de brazo, ni permane- por mujer con la intención de llevarle
cerá él ni su brazo; ella será entre- a la ruina, pero no sucederá esto y la
gada con los que la trajeron, con su cosa no le saldrá como quería. 18 Vol-
padre y con el que entonces había verá sus ojos del lado de las islas, y
sido su sostén. 7 Un retoño de sus tomará muchas, pero un jefe pondrá
raíces se alzará en su lugar, y vendrá fin al oprobio que sobre ellas quiso
con ejército y entrará en las plazas echar y el oprobio recaerá sobre él.
19
fuertes del rey del norte, dispondrá Acogeráse luego a las fortalezas de
de ellas y se hará poderoso. 8 Aun a su tierra, pero se tambaleará y caerá
sus dioses, sus imágenes fundidas, y y no se le hallará más.
sus objetos preciosos de plata y oro,
los cogerá y se los llevará a Egipto.
Estará luego algunos años alejado del La persecución contra el pueblo
rey del norte, 9 y éste marchara contra de Judá.
el rey del mediodía y se volverá a
su tierra. 20
El que le sucederá mandará a
10 Sus hijos saldrán
a campaña y lo mejor de la tierra un exactor, pero
reunirán una muy grande muchedum- en pocos días será quebrantado y
bre de tropas; uno de ellos avanzará no por ira ni por guerra. 21 Un hom-
y se derramará como un torrente, se bre despreciable ocupará su puesto,
desbordará, pero se volverá, y lle- sin estar revestidode la dignidad real.
vará las hostilidades hasta las forta- Aparecerá rodeado de paz y se apo-
lezas del rey del mediodía. 11 El rey derará del reino por la intriga. 22 Las
del mediodía se enfurecerá, y saliendo, tropas, que se derramarán como un
atacará, al rey del norte; levantará torrente quedarán sumergidas ante él
una gran muchedumbre y las tropas y aniquiladas, así como también un
del rey del norte serán puestas en sus jefe de la alianza. 23 Después de ha-
manos. 12
Esta muchedumbre se enso- berse concertado con él, usará de
berbecerá y el corazón del rey se engaños, se pondrá en marcha y con
poca gente vencerá. 24 Entrará en el
'
(i) Estos tres reyes son Ciro, Cambises y suelo de la paz, en los lugares más
Darío I; el cuarto es Jerjes, que invadió la Gre-
fértiles de la provincia, y hará lo
cia. Se omiten otros seis reyes, hasta Darío II,
el vencido por Alejandro.
que no hicieron sus padres ni los
(2) Este rey fuerte es Alejandro Magno, cuyo padres de sus padres. Repartirá el
imperio, después de su muerte y al cabo de botín, los despojos y las riquezas, y
grandes luchas, acabó por dividirse en cuatro traerá designios contra las fortale-
reinos: Egipto, Siria, Asia Menor y Macedonia. zas, todo esto durante algún tiempo.
(3) Este trozo, hasta el verso 40, nos pre- 25 Al frente
de un gran ejército em-
senta las relaciones entre Egipto (el rey del Aus-
tro) y Siria (el rey del Norte). Los primeros
pleará su fuerza y su ardor contra el
son Tolomeo Lagos (333-285) y Seleuco Nica- rey del mediodía. El rey del medio-
tor (323-280), fundadores de estos reinos. día se empeñará en la guerra con un
768 DANIEL, 12

ejército poderoso y muy numeroso, con oro y plata, con piedras preciosas
pero no le resistirá, porque se le hará y cosas de gran valor. 39 Con ese dios
traición. 28Los que comen su pan le extraño combatirá las plazas fuertes,
quebrantarán y su ejército será des- y colmará de honores a los que le
truido, cayendo muchos muertos. reconozcan, y los hará dominar sobre
27 muchos, distribuyéndoles tierras en
Los dos reyes meditarán en su
corazón hacerse mal, y sentados a la merced.
misma mesa se hablarán falazmente, 40 Al tiempo del fin, el rey del
mas no les servirá de nada, porque mediodía chocará con él, y el rey del
llegará el fin al tiempo señalado. norte caerá sobre él como una tem-
28 Volverá pestad, con carros y jinetes y nume-
a su tierra con grandes
riquezas, y será en su corazón hostil rosas naves; avanzará por las tierras,
a la alianza santa, y obrará contra se derramará como un torrente y se
ella;luego se volverá a su tierra (1). desbordará. 41 Entrarán en la más
29 hermosa de las tierras, y sucumbirán
Al tiempo determinado marchará
de nuevo contra el mediodía, pero muchos, pero Edom, Moab y los
esta última vez no sucederán las cosas principales de los hijos de Ammón
como en los tiempos anteriores; 30 ven- se librarán de sus manos. 42 Exten-
drán contra él naves de Quittim, y, derá su mano sobre muchas tierras,
descorazonado, retrocederá. Luego, y no escapará la de Egipto; 43 se
furioso contra la alianza santa, no adueñará de tesoros de oro y plata
se quedará inactivo, y volverá a con- y de todas las preciosidades del
certarse con los que abandonaron Egipto; libios y etiopes le seguirán.
44 Pero nuevas venidas del oriente
la alianza santa. 31 A su orden se y
presentarán tropas que profanarán el del norte le asustarán y partirá muy
santuario y la fortaleza, y harán cesar enfurecido, con ánimo de exterminar
el sacrificio perpetuo y alzarán la abo- a muchos. 45 Alzará la tienda de su
minación dcsoladora (2). 32 Sedu- palacio entre los mares y el monte
cirá con sus halagos a los traidores a glorioso y santo. Mas luego llegará su
la alianza santa; pero el pueblo que fin sin que nadie pueda socorrerle (i).
conoce a su Dios obrará con firmeza,
33
y los sabios de entre ellos instrui-
rán a la muchedumbre. Caerán de Triunfo del pueblo elegido.
entre ellos por un tiempo a la espada,
al fuego, al cautiverio y al pillaje, 34 y 1 •) Entonces so alzará Miguel, el
1

mientras sucumben tendrán poco gran príncipe, el defensor de


-

socorro y muchos se unirán a los hijos de tu pueblo, y será un tiem-


ellos hipócritamente. 38 Sucumbirán po de angustia, tal como no lo hubo
también algunos de los prudentes desde que existen las naciones hasta
para que sean depurados, purificados ese día. Entonces se salvarán los que
y blanqueados, hasta que llegue el de tu pueblo estén escritos en el
fin, que no llegará sino al tiempo de- libro (2). 2
Las muchedumbres de
terminado. los que duermen en el polvo de la
88 El rey hará lo que quiera, se en- tierra se despertarán, unos para eter-
soberbecerá y se gloriará por encima na vida, otros para eterna vergüenza
de todos los dioses, y dirá cosas increí- y confusión. 3 Los que fueron inteli-
bles contra el Dios de los dioses. gentes brillarán con esplendor de
Prosperará hasta que llegue la ira a cielo, y los que enseñaron la justi-
su consumación, porque ln> que está cia a la muchedumbre resplandecerán
decretado se cumplirá. 37 No respe- por siempre, eternamente, como las es-
tará ni aun al dios de sus padres, trollas. 4 Tú, Daniel, ten en secreto
ni a la divinidad que es la delicia de estas palabras, y sella el libro hasta el
las mujeres; no respetará dios alguno, tiempo del fin. Muchos entonces le lcc-
porque se glorificará a si mismo por
encima de todos. 38 Honrará, sí, en (t) ii. 40-4V La explicación más razonable
su pedestal, al dios Mauzim, dios que de estos oscuros versículos, 40 a 45. es que el
no conocieron sus padres; le honrará profeta salta desde Antloro, el gran perseRuidor,
al Anticristo, que nos pinta con colores tomados

(1) Este rey es Antfoco IV, que. a costa de de la historia de Antíoco.


os judíos, se desquitará de sus reveses militares (3) Con esto llegamos al fin de las cosas, las
de Egipto. postreras luchas que terminan con la resurrección
(2) Otra vez se vuelve contra Jcrusalén, dan- final, el triunfo definitivo de todos los siervoi
do tugar a la sublevación de los macabeos. de Dios y el castigo de los impíos.
DANIEL, 13 769

5 Aquel
rán y se acrecentará su conocimiento. año habían sido designa-
5
Yo, Daniel, miré y vi a dos dos jueces dos ancianos de esos
hombres que estaban en pie, el uno de quienes dijo el Señor: Salió la
al lado de acá del río, el otro del iniquidad de Babilonia, de los ancia-
lado de allá; 6 y uno de ellos dijo al nos constituidos en jueces, que pare-
varón vestido de lino, que estaba so- cían gobernar al pueblo. 8 Frecuen-
bre las aguas del río: ¿Cuándo será taban éstos la casa de Joaquín y a
el fin y sucederán esas promesas? ellos venían cuantos tenían algún plei-
7
Yoí decir al varón vestido de lino to. 7 Hacia el mediodía, cuando el
que estaba sobre las aguas del río, pueblo se había retirado, entraba Su-
y que alzando al cielo su derecha y sana en el jardín de su marido para
su izquierda, juró por el que eterna- solazarse, 8 y viéndola cada día los
mente vive que eso será dentro de dos ancianos entrar y solazarse, sin-
un tiempo, de tiempos y de la mitad tieron por ella una pasión vehemente.
de un tiempo, y que todo esto se 9
Ypervertido su juicio, no miraban
cumplirá cuando la fuerza del pue- al cielo ni se acordaban de los juicios
blo de los santos estuviera entera- de Dios.
mente quebrantada. 8 Yo vi, pero no 10 Ambos
estaban heridos de amor
entendiendo, pregunté: Mi Señor, por Susana, pero no se lo habían
¿cómo será el fin de estas cosas? 9 Y comunicado entre sí, 11 porque sen-
él respondió: Anda, Daniel, que esas tían vergüenza de confesarse uno a
cosas están cerradas y selladas basta otro su pasión y el deseo que tenían
el tiempo del fin. 10 Muchos serán de unirse a ella, y a porfía buscaban
purificados, emblanquecidos y depu- cada día ocasión de verla. 13 así Y
rados; los impíos seguirán el mal y se dijeron el uno al otro: Vamos a
ninguno de los malvados entenderá, casa, que ya es la hora de comer.
pero los que tienen entendimiento Y salieron cada uno por su lado;
comprenderán. 11
Después del tiem- 14 pero dando la vuelta, vinieron a
po de la cesación del sacrificio per- juntarse ambos en el mismo sitio.
petuo y del alzar la abominación deso- Preguntándose la causa, se declara-
ladora, habrá mil doscientos noventa ron su pasión, y en común espiaron
días. 12 Bienaventurado el que espere el momento que pudieran hallarla
y llegue a mil trescientos treinta y sola.
cinco días. 13 Y
tú caminarás a tu fin 15
Mientras esperaban ellos la opor-
y descansarás, y te levantarás al tunidad, entró Susana en el jardín,
fin de los días. como de costumbre, acompañada
sólo de dos doncellas, para bañarse,
porque hacía mucho calor. 16 Nadie
había allí, fuera de los dos ancianos
PARTE DEUTEROCANONICA que la observaban. 17 dijo a las Y
(Gr. 13, 14.) (1) doncellas: Traedme el . aceite y los
ungüentos y cerrad las puertas, que
quiero bañarme. 18 Hicieron ellas lo
Historia de Susana. que se las mandaba, y cerrando las
puertas del jardín se salieron por un
1 O
1 Moraba en Babilonia un varón postigo para traer lo que se les había
* " cuyo nombre era Joaquín. 2 Ha- mandado, pero no vieron a los ancia-
bía tomado por mujer a una llamada nos, que estaban escondidos.
Susana, hija de Helcías, muy hermosa 19
En cuanto salieron las doncellas,
y temerosa de Dios; 3 pues sus padres, se levantaron éstos y se acercaron a
que eran justos, la habían educado Susana, 20 diciéndole: Las puertas
según la ley de Moisés. 4 Era Joa- están cerradas, nadie nos ve, y nos-
quín muy rico, y tenía contiguo a su otros ardemos en pasión por ti; con-
casa un jardín frutal. Concurrían a siente, pues, y entrégate a nosotros;
su casa los judíos por ser él el más 21 de lo contrario, daremos testimonio
ilustre de todos. contra ti de que estabas con un jo-
ven, y que por eso despediste a las
doncellas. 22 Rompió a llorar Susana,
(i) Este capitulo, que nos presenta la comu-
nidad judía gozando de amplia autonomía, hasta y Por todas partes me siento
dijo:
imponer penas capitales, nos muestra un hermo- en angustia; porque si hago lo que
so ejemplo de castidad conyugal, que la Iglesia me proponéis, vendrá sobre mí la
recuerda^con frecuencia en su liturgia. muerte, y si me niego, no escaparé
49
770 DANIEL, 13

de vuestras manos. 83 Más prefiero i sabes que muero sin haber hecho nada
caer inculpable en vuestras manos ! de cuanto éstos han inventado contra
a pecar contra el Señor. ¡
mí. 44 Oyó el Señor su voz; 48 y mien-
24 Y levantando ella la voz, tras era llevada a la muerte, despertó
la i

levantaron también los dos ancianos Dios el espíritu santo de un jovencito,


contra ella. 26 Corrió uno de los dos llamado Daniel, 44 que con voz fuerte
a abrir las puertas del jardín. 24 Ape- gritó: Yo soy inocente de la sangre
nas oyeron los gritos los que estaban de ésa. 47 Y
todo el pueblo se volvió
en casa, se precipitaron a entrar a él, diciéndole: ¿Qué significan esas
por el postigo en el jardín, para ver palabras que has proferido? 48 Y él,
lo que pasaba; 27 Y luego los ancia- puesto en medio de ellos, dijo: ¿Tan
nos se explicaron, quedando los sier- insensatos sois, hijos de Israel, que
vos grandemente confundidos, por- sin inquirir ni poner en claro la
que jamás semejante cosa se había verdad, condenáis a esa hija de Israel?
49
dicho de Susana. Volved al tribunal, porque éstos
28 Al siguiente día todo el pueblo han testificado falsamente contra ella.
concurrió a la casa de »u marido 80 Y todo el pueblo a gran prisa
Joaquín, y vinieron asimismo los dos se volvió. Los ancianos le dijeron:
ancianos, llenos de perversos pensa- Ven, siéntate en medio de nosotros,
mientos contra Susana, a quien pre- porque el Señor te ha dado el honor
tendían hacer morir. Ante el pueblo de la ancianidad. 51 Dijoles Daniel:
todo, dijeron: 89 Enviad por Susana, Separadlos uno de otro, que los
hija de Helcías, y mujer de Joaquín. quiero interrogar. 68 Asi que los hu-
Y enviaron por ella. 80 Llegó Susana bieron separado uno de otro, llamó a
y con ella sus padres, hijos y todos uno de ellos y le dijo: Viejo enveje-
sus parientes. 81 Era Susana muy cido en la maldad, ahora vienen
delicada y bella. 88 Iba cubierta, y sobre ti las maldades que tantas
aquellos malvados mandaron que se veces hiciste 88 juzgando injustamente,
descubriese, para saciarse con la condenando a los inocentes y absol-
vista de su belleza. 88 Lloraban entre- viendo a los culpables, cuando Dios
tanto los suyos y todos cuantos la dice: No matarás al inocente y al
veían. justo. 64 Vamos a ver, si viste a ésta,
84 Levantáronse losdos ancianos ¿bajo qué árbol los viste acariciarse?
en medio del pueblo, pusieron sus El contestó: Bajo un lentisco. 88 Re-
manos sobre la cabeza de Susana, I
plicó Daniel: Muy bien, has mentido
38 que llorando miraba al cielo, lleno contra tu propia cabeza, pues ya el
!

su corazón de confianza en el Señor. 1

ángel de Dios ha recibido de él orden


34 Los ancianos dijeron: Mientras nos de partirte por medio. 84 Y hacién-
paseábamos solos por el jardín, entró dole retirar, mandó traer al otro y
ésta con dos siervas, y cerrando las le dijo: Raza de Canán y no de Judá,
puertas del jardín despidió a las sier- la belleza te sedujo y la pasión per-
vas. 37 En seguida se acercó un joven virtió tu corazón. 87 Así hacíais a
que estaba escondido en el jardín y las hijas de Israel, y ellas de miedo
se acostó con ella. 38 Y hallándonos se os rendían, pero esta hija de Judá
nosotros en un ángulo del huerto, no consintió en vuestra iniquidad.
vimos la maldad y corrimos a ellos 68 Ahora, pues, ¿bajo qué árbol los

y los vimos que estaban pecando, habéis sorprendido acariciándose uno


39 a otro? Contestó él: Bajo una encina.
pero no pudimos detener al joven,
69 Díjole Daniel: Muy bien, has men-
por ser más fuerte que nosotros, y
abriendo las puertas se escapó. tido también tú contra tu propia
40 Pero cogimos á ésta, y pre- cabeza, pues el ángel de Dios tiene
guntándola quién fuese el joven, no pronta ya la espada para rajarte
quiso decídnoslo. De esto damos por el medio, para aniquilaros.
nosotros testimonio. 41 Yla asam- 40 Y toda la asamblea levantó la
blea, como se trataba de ancianos voz bendiciendo a Dios, que salva a
del pueblo y por añadidura jueces, los que en él esperan. 41 Y se alzaron
los creyó y la condenaron a muerte. contra los dos viejos a quienes Daniel
42 Levantó entonces Susana la voz,
1

habla convencido por su propia decla-


y dijo: |Dios eterno, conocedor de¡todo ración de haber falsamente testi-
lo oculto, que ves las cosas todas an- ficado; 48 y obrando según la ley de
tes que sucedan! 48 Tú sabes que han Moisés, les hicieron como ellos mismos
declarado falsamente contra mí. Tú hablan maquinado contra su prójimo.
DANIEL, 14 771

Diéronles muerte y se salvó en aquel poique debajo de la mesa habían


día la sangre inocente. 63 Helcias y hecho una entrada secreta, por la
su mujer alabaron a Dios por la cual se introducían siempre para con-
salvación de su hija, y con ellos sumir las provisiones. 14 Pero así
Joaquín, su marido, y todos sus pa- que salieron ellos y el rey colocó las
rientes, porque no fué hallada en provisiones, ordenó Daniel a sus
ella torpeza. 64 Y
desde aquel día siervos que trajeran ceniza, y en pre-
en adelante, Daniel se hizo famoso sencia del rey solo la extendieron
en el pueblo. por todo el pavimento del templo.
Después salieron y cerraron la puerta;
luego de sellada con el sello real, se
Historia de Bel y el dragón. retiraron. 16 Por la noche vinieron
como de costumbre los sacerdotes
1
í 1 Reunióse Astiages con sus con sus mujeres e hijos, y comieron
i * padres, sucediéndole en el reino y bebieron todas las provisiones.
2 Era Daniel
Ciro, el persa (1). 16 Madrugó
el rey muy de mañana
uno de los comensales del rey y el y Daniel con él;
17
yDaniel,
dijo:
más honrado de todos sus amigos. ¿están intactos los Daniel
sellos?
3
Tenían los babilonios un ídolo lla- contestó: Intactos, rey. 18 Abrió luego
mado Bel, que cotidianamente con- las puertas y miró el rey la mesa,
sumía doce artabas de flor de harina, y dijo en alta voz: Grande eres, Bel,
cuarenta ovejas y seis metretas de y no hay en ti engaño alguno. 19 Se
vino. 4 El rey le veneraba e iba cada sonrió Daniel, y deteniendo al rey,
día a adorarle; pero Daniel adoraba para que no entrase dentro, le dijo:
a su Dios. Díjole el rey: ¿Por qué Mira al pavimento, y ve de quién
no adoras a Bel? 5 A lo que Daniel son estas pisadas. 20 Respondióle el
respondió: Porque yo no adoro ídolos rey: Veo pisadas de hombres, de
hechos por manos de hombres, sino mujeres y de niños. E irritado el rey,
al Dios vivo, hacedor del cielo y la 21 hizo
prender a los sacerdotes, a
tierra y soberano de toda carne. sus mujeres e hijos, que le mostraron
6
El rey le replicó: ¿Crees que Bel no I la puerta secreta por la que entraban
es un dios vivo? ¿No ves cuánto a consumir lo que se colocaba sobre
come y bebe cada día? 7 Le contestó la mesa, 22 y los mandó matar.
Daniel, riendo: No se deje engañar Después entregó Bel a Daniel, que
el rey: éste, que por dentro sólo es lo destruyó, así como su templo.
barro y por fuera sólo bronce, no 23
Había también un gran dragón
ha comido jamás. muy venerado de los babilonios.
8
Encolerizado el rey, llamó a los 24 Dijo
el rey a Daniel: ¡No dirás
sacerdotes y les dijo: Si no me decís de éste que es hecho de broncel
quién consume todas esas provisiones, Mira que está vivo y que come y
moriréis; 9 pero si me hacéis ver que bebe; de éste no podrás decir que no
es Bel quien las consume, morirá es dios vivo. Adórale, pues. 25 A lo
Daniel, por haber blasfemado contra que Daniel contestó: Al Señor, mi
Bel. Contestó Daniel al rey: Hágase Dios, adoraré, porque él sólo es Dios
según tu palabra. 10 Setenta eran los vivo. 28 Si tú, rey, me lo permites,
sacerdotes de Bel, fuera de sus muje- yo mataré a este dragón sin espada
res e hijos. Vino -el rey con Daniel ni Respondióle el rey: En tu
palo.
al templo de Bel, 11 y le dijeron los poder está. 27 Y tomando Daniel
sacerdotes: Nosotros saldremos fuera pez, grasa y pelos, lo hirvió todo
y tú, rey, pondrás los alimentos y el junto e hizo unas bolas que luego
vino mezclados, y cerrarás la puerta dió al dragón, el cual las comió,
y la sellarás con tu anillo; 12 y si al reventando con ellas. Y
dijo: Mirad
venir por la mañana no hallamos lo que venerabais. 28 Cuando esto
que los alimentos han sido consumidos oyeron los babilonios, se irritaron
por Bel, moriremos; en caso contra- sobremanera, y se amotinaron contra
rio, Daniel nos habrá calumniado. el rey, diciendo: El rey se ha hecho
13 Estaban
ellos muy confiados, judío. Ha derribado a Bel, ha matado
al dragón y ha degollado a sus sacer-
14, i. Este capitulo contiene dos episo-
dotes. 29 Y llegándose al rey le dijeron:
(i)
dios de la historia de Daniel, que son dos prue-
bas irónicamente escritas de la inanidad de los Entréganos a Daniel; si no, te mata-
dioses gentílicos, en las que tanto insiste la lite- remos a ti y a tu casa. 30 Y viéndose
ratura bíblica posterior a la cautividad. el rey muy acosado, les entregó a
772 DANIEL, 14

Daniel a la fuerza, 31 y le Habacuc, diciendo: (Daniel, Daniell,


arrojaron
al foso de los leones. toma la comida que Dios te envía.
88 Y contestó Daniel: |En verdad,

Daniel otra vez en el foso de los ¡oh Dios!, te has acordado de mí,
Icones. pues no abandonas a los que te amaní
82
89 Y levantándose, comió, y al ins-
Habla allí siete leones, y allí tante el ángel de Dios restituyó a
estuvo Daniel siete días. Daban a Habacuc a su lugar.
los leonescada día dos esclavos y dos
ovejas. Pero durante aquellos días
no les dieron nada, para que devo- Kl rey da gloría a Dios.
rasen a Daniel. 33 Vivía entonces en
Judea el profeta Habacuc, el cual, 40
Al día siguiente vino el rey a
cocida la comida y mojado el pan en llorar a Daniel, y llegando al foso,
la cazuela, se iba al campo para miró y vió a Daniel sentado. 41 En-
llevarlo a los segadores. 34 Pero el tonces, levantando la voz, dijo: [Gran-
ángel del Señor dijo a Habacuc: de eres, Señor, Dios de Daniel, y no
Lleva la comida que tienes preparada hay olro fuera de ti! 42 Y le sacó del
a' Daniel, que está en Babilonia en foso y arrojó en él a los causantes
el foso de los Icones.
36 contestóY de su condena, que al instante, en su
Habacuc: Señor, nunca he visto a presencia, fueron devorados. 43 En-
Babilonia y no sé qué es el foso de tonces el rey dijo: Teman todos los
los leones. 39 Y
tomándole el ángel moradores de la tierra al Dios de
del Señor por la coronilla, por los Daniel, porque es el verdadero salva-
cabellos de su cabeza,a le llevó dor, que hace milagros y maravillas
Babilonia, encima del foso, con la en la tierra; y libró a Daniel del foso
velocidad del espíritu. 37
Y gritó de los leones. (Vulgata.)
OSEAS
1
INTRODUCCION AL LIBRO DE OSEAS
PROFETIZO Oseas, hijo de Berí, en los reinados de Jeroboam II, rey de
y Ozias y Jotám, reyes de Judá, cuando el peligro asirio estaba
Israel,
lejos, y el Egipto, dividido entonces, no tenia fuerza. Ejerció el ministerio en
el reino del Norte, del cual parece era originario. Hallábase elreino muy flore-
ciente y poderoso, gracias a las conquistas que al Norte y al Sur había reali-
zado Jeroboam II. Por esto dominaba el lujo y la relajación de costumbres,
la avaricia y el cohecho en los gobernantes, la violencia en los poderosos. En los
santuarios de Betel y Dan, se daba culto a Yave, pero en forma poco ajus-
tada a la ley. Tampoco escaseaban los que francamente se entregaban a la
superstición y al culto de los ídolos. En los vaticinios de Oseas llaman IdP.aten-
ción los primeros capítulos, que deben tomarse como símbolos, a modo de pará-
bolas, aunque no falten quienes los toman como episodios históricos de la vida
del profeta.

OSEAS
La mujer prostituta y sus hijos, ten hijos de prostitución, pues que
símbolo de Israel. se prostituye la tierra apartándose
de Yave. 3 Fué, pues, y tomó por
1
Palabra de Yave, dirigida a mujer a Gomer, hija de Diblaim, la
I Oseas, hijo de Berí, en tiempos
de Ozias, Jotam, Ajaz y Ezequías, Yave e Aquí se dice al profeta que
Israel.

reyes de Judá, y en tiempos de Jero- se case con una ramera, añadiendo que los
hijos en engendrados serán tenidos por lo
ella
boam, hijo de Joaz, rey de Israel. que merecen atendiendo a la madre. La mujer
8 Comienzo del hablar de Yave en
representa aquí la nación infiel a Dios por sus
Oseas. Dijo Yave a Oseas: Ve, toma idolatrías, y los hijos son los israelitas, que Dios
por mujer una prostituta (1) y no quiere mirar por suyos.
Lo contrario ocurre después, cuando la na-
(i) Es frecuente en la Escritura la imagen ción se vuelve a Dios por la penitencia y Dios
del matrimonio para expresar las relaciones de la recibe como esposa.
!

776 OSEAS, 2

cual concibió y le parió un hijo; incensaba a los Baales y adornán-


4
y Yave: Ponle por nombre
le dijo dose con sus anillos y sus collares, se
Jezreel, porque de aquí a poco visi- iba con sus amantes y me olvidaba
taré yo las matanzas de Jezreel sobre a mí, dice Yave.
la casa de Jehú y pondré fin al reino
de la casa de Israel. 6 Aquel día Promesas de redención.
romperé yo el arco de Israel en el
18
Así la atraeré, y la llevaré al
valle de Jezreel.
6
Concibió ella de nuevo y parió desierto y la hablaré al corazón;
17
una hija; y Yave dijo a Oseas: Dale y fuera ya de allí, yo le daré sus
el nombre de Lo-Rujma, porque ya viñas y el valle de Acor como puerta
no me compadeceré de la casa de de esperanza; y allí cantará como
Israel, no la perdonaré más. 8 Luego cantaba en los días de su juventud,
de destetar a Lo-Rujma, volvió a como en los días en que subió de la
concebir y parió un hijo; ' y dijo tierra de Egipto. 18 Entonces, dice
Yave: Llámale Lo-Ammi, porque vos- Yave, me llamará «mi marido", no
otros no sois ya mi pueblo, y yo me llamará Baali. 19 Quitaré de su
no soy ya vuestro Dios. boca los nombres de los Baales,
para que no vuelva nunca a mencio-
4
Protestad de vuestra madre, narlos por sus nombres. 20 En aquel
,^
2. protestad, porque ni ella es mi día haré en favor de ellos concierto
mujer ni yo soy su marido. Que aleje con las bestias del campo, con las
de su rostro sus fornicaciones y de aves del cielo y con los reptiles de
entre sus pechos sus prostituciones; la tierra, y quebraré en la tierna
8
no sea que yo la despoje, y, desnuda, arco, espada y guerra, y haré que
la ponga como el día en que nació reposen seguros. 21 Seré tu esposo
y la convierta en un desierto, en para siempre, y te desposaré con-
tierra árida, y la haga morir de sed. migo en justicia, en juicio, en mise-
• Y no tendré piedad de sus hijos, ricordias y en piedades, 22 y yo seré
porque son hijos de prostitución. 7 Su tu esposo en fidelidad, y recono-
madre se prostituyó, la que los con- cerás a Yave.
23 En aquel día yo seré propicio,
cibió se deshonró, y dijo: Me iré
tras de mis amantes, que ellos me dice Yave, seré propicio a los cielos,
dan mi pan y mi agua, mi lana y mi y los cielos serán propicios a la
lino,mi aceite y mi bebida. tierra; 24 la tierra propicia al trigo,
8
Por eso voy yo a cercar su camino al mosto y al aceite, y éstos propicios
con zarzas y a alzar un muro para I a Jezreel. 25 Yo sembraré en la tierra
que no pueda hallar ya sus sendas. para mí, y me compadeceré de Lo-Ruj-
'Irá en seguimiento de sus amantes, j
ma, y diré a Lo-Ammi: Tú eres mi pue-
pero no los alcanzará, los buscará blo, y él me responderá: Tú mi Dios.
mas no los hallará, y se dirá: Voy a [lj 7 Y tendré misericordia de la
volverme con mi primer marido, casa de Judá, y los salvaré en Yave,
pues mejor me iba entonces que me Dios; no los salvaré con arco, ni con
va ahora. 10 No ha querido reconocer espada, ni con guerra, ni con caballos
y jinetes. [2] Será la muchedumbre
1
que era yo quien le daba el trigo, el
mosto y el aceite; y el oro que yo pró- de los hijos de Israel como las arenas
digamente le di fué consagrado a Baal. del mar, que son sin medida y sin
11 Por
eso voy a recobrar mi trigo número; y en el lugar mismo en que
a su tiempo y mi mosto a su sazón, se les dijo: Vosotros no sois mi
y me tomaré mi lana y mi lino, que pueblo, se dirá de ellos: Los hijos del
2 Los hijos de Judá
habían de cubrir su desnudez, 12 y Dios vivo. y los
voy a descubrir sus vergüenzas a hijos de Israel se juntarán en uno y
los ojos de sus amantes. Xadie la se darán un jefe único, y se desbor-
librará de mi mano. 13 Haré cesar darán de la tierra, pues será grande
3
todas sus alegrías, sus fiestas, sus el día de Jezreel. Llamad, pues, a
novilunios, sus""sábados y todas sus vuestro hermano Amml; a vuestra
solemnidades. 14
Talaré sus viñas y hermana Rujnia. (1)
sus higuerales, de los que decía: Es
(i) Estas trasposiciones del versículo 7 del
el salario que mis amantes me dan.
capitulo 1 y de los versículos 1-3 del capitulo 3
La reduciré a un matorral y la parecen exigidos por el contexto. Sabido ta
devorarán las bestias del campo. que el texto ha sufrido traslocaciones en su
18 La castigaré por los días en que transmisión.
OSEAS, 3, 4, 5 777

l\
1
Díjome Yave: Ve otra vez y pueblo pregunta a sus leños, y su
ama a una mujer amante de otro palo le hace revelaciones, porque el
y adúltera; ámala como ama Yave espíritu de fornicación le ha desca-
a los hijos de Israel, a pesar de que rriado, y fornicaron alejándose de
se van tras otros dioses y se deleitan su Dios. 13 Ofrecen sacrificios en las
en las tortas de pasas. 2 La compré cimas de los montes, y en los colla-
por quince siclos de plata, un jomer dos queman sus ofrendas bajo las
de cebada y un letec de vino. 3 Díjele: encinas, bajo los álamos, bajo los
Has de estar reservada para mí mu- terebintos de grata sombra. Por eso
cho tiempo; no te prostituyas, no te fornicarán vuestras hijas y adul-
entregues a hombre alguno, también terarán vuestras nueras; 14 y no cas-
yo me reservaré para ti; 4 porque tigaré las fornicaciones de vuestras
mucho tiempo han de estar los hijos hijas ni los adulterios de vuestras
de Israel sin rey, sin jefe, sin sacri- nueras, porque ellos mismos se van
ficio y sin cipos, sin efod y sin tera- aparte con rameras y sacrifican con
fim. B Luego volverán los hijos de prostitutas, y el pueblo, por no en-
Israel, y buscarán a Yave, su Dios, tender, perecerá.
15 Si tú, Israel, te prostituyes, que
y a David, su rey, y se apresurarán
a venir temerosos a Yave y a sus al menos no lo haga Judá, No vayáis
bienes al fin de los días. a Guilgal, no subáis a Betaven para
jurar por la vida de Yave. 16 Porque
como vaca cerril, es cerril Israel;
Reproches por los pecados. por eso en adelante le apacentará
Yave como a oveja en lugar amplio.
17 Efraím está atado
4 1
Oíd la palabra de Yave, hijos a los ídolos,
de Israel, que va a querellarse déjale. 18 Se les ha subido el vino a
Yave contra los habitantes de la la cabeza, se han dado a la fornica-
tierra, porque no hay en la tierra ción, a la gloria de Yave han prefe-
verdad ni misericordia ni conoci- rido la ignominia. 19 Arrebatarále el
miento de Dios. 2 Perjuran, mienten, viento en sus alas, y se avergonza-
matan, roban, adulteran, oprimen, y rán de sus sacrificios.
las sangres se suceden a las sangres.
3
Por eso está en luto la tierra y des-
fallecen cuantos en ella moran, aun Contra los sacerdotes y los
las bestias salvajes y las aves del príncipes.
cielo, y hasta los peces del mar pere-
cen. 4 Pero nadie protesta, nadie re- EL 1
jOíd esto, sacerdotes! ¡Escucha,
prende. casa de Israel! ¡Atiende, casa del
También contra vosotros me que- rey! Que es contra vosotros la que-
rello, ¡oh, sacerdotes! 5 Tropezarás en rella, pues habéis venido a ser lazo
pleno día, y contigo tropezará tam- para la atalaya, red tendida en el
bién el profeta, y la noche será seme- Tabor. 2 Los perseguidores llevaron
janza de tu día. 6 Perece mi pueblo la perversidad hasta el extremo,
por falta de conocimiento; por haber pero yo seré vara para todos ellos.
3 Yo
rechazado tú el conocimiento, te conozco bien a Efraím, e Israel
rechazaré yo a ti del sacerdocio a no me es desconocido. Sí, Efraím,
mi servicio; por haber olvidado tú te has prostituido, se ha contaminado
las enseñanzas de tu Dios, yo me Israel.
olvidaré de tus hijos. 7 Cuantos son 4
No dirigen sus obras a la conver-
ellos, tantos fueron sus pecados contra sión hacia su Dios; se ha adueñado
mí. Trocaron mi gloria por la igno- de ellos un espíritu de fornicación,
minia. 8 Se alimentan de los pecados desconocen a Yave. 6 La arrogancia
de mi pueblo y codician sus iniqui- le sale a Israel a la cara, pero trope-
dades. zarán Israel y Efraím en su iniquidad,
9
Pero lo que del pueblo será, eso y con ellos tropezará también Judá.
será también del sacerdote. Yo le * Con sus ovejas y sus bueyes irán
visitaré según sus caminos y les en busca de Yave, pero no le hallarán,
retribuiré según sus obras. 10 Comerán porque Yave se ha retirado de ellos.
y no se saciarán, fornicarán y no se 7
Han hecho traición a Yave engen-
multiplicarán, porque se obstinaron drando hijos extraños, y un extraño
en alejarse de Yave. 11 Fornicación, los devorará a ellos y a sus campos.
12 8
vino y mosto quitan el juicio. Mi ¡Tocad la bocina en Guebal
778 OSEAS, 6, 7

]Tocad la trompeta en Ramal ]Dad restaure a mi pueblo [7] lb


cuando
la alarma a Betavenl ¡El terror, sane a Israel.
Benjamín! ' Efraím será campo de
devastación el día del castigo; lo
que anuncio yo a Israel es cosa La iniquidad de los reyes y los
cierta. 10 Los principes de Judá se grandes.
han hecho como los que mudan los
linderos, y yo derramaré sobre ellos T xa
Se han revelado la iniquidad
mi ira como un torrente. 11 Efraím de Efraím y la perversidad de
maltrata y oprime a quien le re- Samaria; obran fraudulentamente.
prende, porque le exhorta a seguir Entra dentro el ladrón y fuera hace
la regla. 12
Yo seré, pues, la polilla sus correrías el bandido, * sin que
de Efraím y la carcoma de Judá. allí nadie deje nada. Yo tengo pre-
13
Efraím ve su debilidad y ve Judá sente su malicia, sus obras las rodean
su llaga, y Efraím se vuelve a Asur y están patentes ante mí. 3 Regoci-
y Judá manda embajadores al rey jaban al rey con sus malicias y con
grande, pero no podrá él curaros sus mentiras a los príncipes, 4 mien-
ni sanar vuestra llaga. 14 Porque yo tras que todos respiraban furor como
seré como león para Efraím y como horno a punto de abrasar la hornada.
león para la casa de Judá. Yo, yo Cesa el hornero de enrojar mientras
cogeré tu presa y me iré, yo la arre- se amasa y fermenta lo amasado.
bataré y nadie me la arrancará. 5
Ya el día mismo de «nuestro rey»
16 Me iré, mas volveré a mi lugar comienzan a encenderse los prín-
cuando reconozcan su pecado y bus- cipes, con el vino mezclado que beben
quen mi rostro. En su angustia ya en compañía de bandidos, 4 prestos en
me buscarán. su emboscada como horno. Su furor
ha descansado durante la noche, pero
a la mañana se encendió como ar-
I aUsi conversión. diente fuego. 7 Todos se encendieron
como horno y devoraron a sus gober-
()
1
Venid y volvamos a Yave; él nantes. Todos sus reyes sucumbieron,
desgarró, él nos curará; él hirió, pero nadie de entre ellos recurrió a mí.
8
él nos vendará.. 2 El nos dará vida a Efraím se aceita de las gentes,
los dos días, y al tercero nos levantará es como torta a que no se dió vuelta.
y viviremos ante él. 3 Conoceremos, * Los extraños devoran su sustancia
nos esforzaremos por conocer a Yave. sin que el se dé cuenta; ya tiene
Como una aurora está aparejada su canas sin que él lo haya advertido;
aparición, vendrá como una lluvia, 10 a Israel le sale a la cara su arro-
como lluvia temprana que riega la gancia; no se vuelven a Yave, su
4
tierra. ¿Qué voy a hacerte a ti, Dios, a pesar de todas estas cosas.
11 Efraím es como paloma tonta, sin
Efraím? ¿Qué voy a hacerte a ti,
Judá? La piedad vuestra es como juicio; acuden al Egipto, llaman a la
nube de mañana, como rocío matu- Asiría, 14 pero cuando van, yo les
tino, pasajero. 6 Por eso yo los he tiendo mi red, y caen en ella como las
tajado por medio de los profetas y aves del cielo. Yo los castigaré con-
los maté por las palabras de mi boca, forme a lo decretado contra sus mal-
y mis juicios fueron luz de aurora, dades.
13
8 pues prefiero la misericordia al jAy de ellos, por haberse apar-
sacrificio y el conocimiento de Dios tado de mil Ruina sobre ellos, por
al holocausto. haberse rebelado contra mí. Yo los
7
ellos en su hipocresía violaron
Pero salvaba, y ellos me mentían. 14 No
la alianza establecida, rebelándose me invocan de corazón. Gritan, si,
contra mí. 8 Calad, ciudad de malhe- sobre sus almohadillas, pero es por
chores de sangrientas huellas. 9 TÚ, el trigo y por el mosto, y por ellos se
cuya fuerza son los bandidos, ¿si hacen incisiones. Son rebeldes contra
asesinaras a esa banda de sacerdotes mí. 16 Mientras yo los ceñía y los
a lo largo del camino de Siquem, fortalecía, ellos maquinaban mal-
que son una banda de criminales? dades contra mí. 19 Se vuelven hacia
10 Espantoso es lo que he visto en los que de nada sirven, se han con-
Betel. A1U adultera Efraím. Allí se vertido en arco engañoso. Los prín-
contamina Israel. 11 Pero en ti, ion cipes perecerán a la espada por sus
Judá!, injertaré yo una rama cuando insolentes bravatas.
OSEAS. 8. 9, 10 779

El castigo. será pan de duelo entre las gentes,


cuantos lo coman
contaminarán,
se
8 Emboca la trompeta. Come no será para ellos su pan, no entrará
6
buitre se abate contra la heredad en la casa de Yave. ¿Qué haréis
de Yave, por haber quebrantado mi el día de fiesta, el día de la solem-
alianza y haber prevaricado contra nidad de Yave? 6 Porque habrán de
mi ley. 2 Claman a mí: «¡Dios mío!» abandonar la tierra devastada y el
Pero te conozco, Israel. 3 Israel ha Egipto los reunirá. Memfis será el
rechazado el bien, y el enemigo le lugar de la cita. Sus preciosidades
perseguirá. 4 Se dieron reyes, pero de plata las conquistarán las ortigas,
no de elegidos por mí; constituyeron el cardo invadirá sus moradas.
7
príncipes, pero desconocidos para mí; Viene el día del castigo. Clama,
de su oro y su plata se hicieron ídolos, Israel: ¿Es un insensato el profeta,
mas para ser perdición. 6 Yo rechazo presa del delirio el hombre del espí-
tus becerros, Samaría. Mi furor se ritu.» A la enormidad de tus ini-
ha encendido contra ellos, son inca- quidades se añade la enormidad de
8
paces de purificarse. 6 Porque de la persecución. El centinela de
Israel son; son obra de artífice, no Efraím en unión con su Dios, el pro-
son Dios, y serán llevados cautivos feta, halla en todos sus caminos el
el día de la cólera de Yave, los bece- lazo del cazador y la persecución
rros de Samaría. en la casa de su Dios. 9 Llevaron al
7
Siembran vientos y recogerán extremo su perversidad, como en los
tempestades, sin espiga de trigo que días de Gueba. El se acordará de su
pueda dar harina; y si se dieren, las iniquidad y castigará sus pecados.
devorará el extranjero. 8 Devorado 10 Como uvas
en el desierto hallé a
será Israel; es ya entre las naciones Israel, como brevas en la higuera vi
como cosa que no cuenta, 9 por haberse a vuestros padres, y llegados a Baal-
entregado a Asur ellos mismos. El Poor se dieron a la infamia y se hicie-
asno salvaje busca estar solo, pero ron abominables como lo que amaron.
a Efraím le ha perdido el amor. 11 Se volará como
pájaro la gloria
10 Aunque están de Efraím, y no habrá ya ni parto ni
destinados a la dis-
persión entre las gentes, por ahora maternidad ni embarazo. 12 Si crían
los dejo reunidos, para que sufran hijos, yo los despojaré de ellos, sin
algún tiempo la carga del rey y de dejar a nadie, y jay de ellos también
los príncipes. cuando yo me alejel 13 Como cría la
11 Efraím ha multiplicado sus cierva sus pequeñuelos para ser caza-
alta-
res para pecar, sólo para pecar le han dos, así criará Efraím sus hijos para
servido. 12 Escribí
para él las pala- la matanza. 14 Dales, joh Yavel ¿Qué
bras de mi ley, pero las tienen por pa- les has de dar? Dales entrañas esté-
labras de un extraño. 13 Inmolan y riles y pechos enjutos. 16 Toda su
ofrecen victimas y comen sus carnes, perversidad se ve en Guigal, allí los
pero Yave no se agrada de ellas. aborrecí. Por la perversidad de .sus
Ahora se acordarán de sus iniquidades obras los arrojaré de mi casa, no
y castigaré sus pecados. Volverán a la los amaré ya. Todos sus príncipes
servidumbre del Egipto, y comerán son rebeldes. 16 Efraím está herido,
inmundicias en Asiria. 14 Israel se su raíz está seca, no dará frutos; y
olvidó de su Hacedor, y construyó si los diere, yo daré a la muerte los
palacios, Judá multiplicó sus ciuda- tesoros de su seno. 17 Los ha rechazado
des fuertes, pero yo daré sus ciudades mi Dios, por no haber escuchado, e
al fuego, que devorará sus palacios. irán errantes entre las gentes.

(k 1 No
te goces, Israel, no te rego-
Su inminencia. Destrucción de
como las gentes, porque
cijes los
has fornicado lejos de tu Dios. Fuiste altares y devastación del reino.
en busca del salario por toda era Irv
1
Israel es una viña frondosa
de trigo. 2 Pero la era y el lagar los U que da abundante fruto; pero
desconocerán y el vino los negará. a medida de la abundancia de su
3
No quedarán en la tierra de Yave; tierra, hizo abundar sus altares, y a
Efraím volverá a Egipto y en Asiria medida de la riqueza de su tierra
comerán manjares inmundos. 4 No hizo más ricos sus cipos. 2 Su corazón
harán a Yave libaciones de vino ni es mendaz y ahora pagarán sus cul-
le presentarán sus víctimas; su pan pas; él quebrantará sus altares y de-
780 OSEAS. 11, 12

molerá sus cipos. 3 Que si dicen: llamas, más se apartan. Ofrecen sa-
"¿No tenemos un rey?» Si, pero si crificios a los Baales y ofrendas hu-
no tenemos a Yave, ¿qué puede hacer •meantes a los ídolos. 3 Yo enseñé a
por nosotros el rey? 4 Pronunciar andar a Efraím, le llevé en brazos,
vanas palabras, jurar en falso, con- pero no reconoció mis desvelos por
traer alianzas; pero el castigo florecerá curarle. 4 Los até con ataduras hu-
como ajenjo en los surcos del campo. manas, con ataduras de amor, fui
5
Las gentes de Samaría están lle- para él como quien alza una criatura
nas de temor por el becerro de Beta- hasta tocar a sus mejillas, y me ba-
vén; su pueblo está en duelo, la tropa jaba hasta él para darle de comer.
de sus sacerdotes se lamenta por él, 6 Pero se volverá al Egipto, y Asiria
por haber emigrado sus riquezas lejos será su rey, porque rehuso conver-
de él. * El mismo será llevado a tirse. 6 Caerá sobre sus ciudades la
Asiría como presente para el rey espada que exterminará a sus hijos,
grande. Efraím cosechará la ver- y se nutrirán de sus consejos. 7 Los
güenza de Israel, sólo confusión sa- de mi pueblo serán colgados junto
cará de sus consejos. 7 Se acabó a sus ciudades a los ojos de los que
Samaría. Su rey es como espuma sobre suban a ellas, y no habrá quien los
8 Destruidos
la superficie de las aguas. descuelgue.
8
serán los altos de la impiedad, el pe- |A lo que voy a reducirte, Efraím!
cado de Israel. Las zarzas y las malas iVoy a entregarte, Israel! ¿A qué te
hierbas treparán a sus altares. Dirán reduciré? ¿A lo de Adama? ¿Cómo te
a los montes: «Cubridnos», y a los pondré? ¿Como a Seboím? Mi cora-
collados: «Caed sobre nosotros.» zón se revuelve dentro de mí, se con-
9
Tú, oh Israel, has pecado desde mueven mis entrañas. 9 No desen-
los días de Gucba. AHÍ tomaron posi- cadenaré todo el furor de mi ira, no
ciones. ¿No les va a alcanzar la guerra destruiré del todo a Efraím, porque
en Gueba a los hijos de la iniquidad? yo soy Dios, no soy un hombre
10 Yo iré a castigarlos, los pueblos se santo en medio de ti, y no me com-
reunirán contra ellos por un común plazco en destruir. 10 Irán en pos de
compromiso a causa de su doble Yave, que rugirá como un león, y
crimen. 11 Efraim es una novilla bien vendrán del Egipto como pájaros y
tratada, hecha a pisar la era; pero de Asiria como palomas, y los esta-
yo domaré con el yugo el vigor de su bleceré en sus casas, dice Yave.
cerviz, yo unciré a Efraím; Israel tirará
del arado, Jacob tendrá que rastrillar. \
'2,
1
Efraím me envuelve en la
18 Sembrad en justicia, cosechad mentira y la casa" de Israel en

en misericordia, roturad el erial, bus- el fraude. Judá es un testigo infiel


cad a Yave mientras viene él a en- a Dios y fiel a los que le engañan.
señaros la justicia. 13 Habéis sembrado * Efraim se apacienta de viento y
la perversidad y habéis cosechado la sigue al huracán. Está siempre mul-
iniquidad, y habéis comido el fruto tiplicando la falsedad y la frivolidad.
de la mentira. Porque confiaste en Hace alianza con la Asiria y lleva su
tus carros y en la muchedumbre de aceite a Egipto. 3 Yave se querellará
tus guerreros, 14 se dará la alarma en contra Efraím, tratará a Jacob según
todas tus ciudades y todas tus forta- lo que merece, y se vengará de él
lezas serán destruidas. Como destruyó según sus obras.
4 En el seno suplantó a su herma-
a Salman Bet Arbel en el día del
combate, siendo en ella aplastados no y en su edad madura luchó con
15 así será de ti, 6 Luchó con el ángel y le
la madre y los hijos, Dios.
casa de Israel, por la enormidad de venció, lloró y le suplicó. En Betel
vuestras maldades. Muy de mañana le hallaré allí nos hablará. * Yave
se verá consumada la ruina del rey Sebaot, Yave es su nombre. 7 Tú a
de Israel. tu Dios retornarás. Guarda la mise-
ricordia y la justicia, y pon siempre
Anuir do Dios por Israel « iltgra- en Dios tu esperanza.
titud del pueblo. Después <!«• cas- 8
Mercader de peso falso y amigo
tigado, Dios se apiadará de él. del fraude, 9 Efraím dice: Pero me
he enriquecido, he llegado a la opu-
1
Cuando Israel era un niño lencia. Mas todas tus ganancias no
yo le amé; yo desde Egipto bastarán para pagar tus culpas y tus
llamé a mi hijo. 2
Cuando más los iniquidades. 10 Yo soy Yave, tu Dios,
OSEAS, 13, 14 781

desde la tierra de Egipto; yo te traeré te lo quito. 12 La iniquidad de Efraím


todavía a habitar en tus tiendas está hacinada, su pecado está reser-»
como en los días de fiesta. 11 Yo hablé vado. Vendrán sobre él dolores de
por los profetas, yo multipliqué la parto, pero será el parto de hijo necio,
visión, y por los profetas te anuncié que no sabrá ponerse al tiempo opor-
la ruina. 12 Madre de la vanidad es tuno a la abertura del seno. 14 ¿Los
Galad, y vanidad se han hecho ellos. entregaré al poder del sepulcro? ¿Los
Sacrifican sus bueyes en Guilgal. Ma- rescataré de la muerte? ¿Dónde están,
janos de piedra serán sus altares oh muerte, tus plagas? ¿Dónde está,
sobre los surcos del campo. oh sepulcro, tu azote? No veo a mis
13 Jacob huyó
a la tierra de Aram; ojos arrepentimiento. 15 Crezca mu-
Israel sirvió por una mujer, y por cho en sus juncales, que el soplo de
una mujer apacentó los ganados. Yave soplará del desierto y secará
14 Yave sacó a Israel de Egipto por su fuente y su manantial, y todo
mano de un profeta, y por un profeta cuanto tiene de precioso será sa-
fué guardado. 18 Efraím ha provocado queado.
la ira. El le imputará sus sangrientas
crueldades. Su Señor echará sobre él
los ultrajes que le ha hecho. Promesa de salvación
1
-« a Viene sobre Samaría el cas-
Condenación definitiva.
1 4 porque se rebeló contra su
tigo,
Dios. Caerán a la espada sus hijos,
serán estrellados, será abierto el vien-
19 1
Es Efraím como Datán, el tre de sus encintas. 2 Vuelve Israel,
"
que siendo príncipe en Israel, vuelve a Yave, tu Dios, porque caes
se hizo culpable contra su Señor, y por tus iniquidades. 3 Buscad la pa-
murió. 2 Ahora pecan más; de su plata labra y volved a Yave, diciendo:
se hacen obras fundidas, ídolos de Perdona toda iniquidad y acepta lo
su invención, obra de las manos del bueno. Que podamos pagar con el
artífice. Llaman dioses a eso y les rendimiento de nuestros rediles. 4 No
ofrecen sacrificios. ¡El hombre dando nos salvará Asiría, no montaremos a
besos a becerros! 3 Por eso serán como caballo; nunca más llamaremos dio-
nube que se levanta al nacer del ses nuestros a las obras de nuestras
día, como pas'ajero rocío matinal, como manos. ¡Oh tú, que tienes piedad del
paja arrebatada por viento huracana- huérfanol
do, como el humo de la chimenea. 6
Yo curaré su rebeldía y los ama-
4 Pero
yo soy Yave, tu Dios desde ré de corazón, pues se habrá aparta-
la tierra de Egipto, y no has de re- do de ellos mi cólera. 6 Yo seré como
conocer a dios alguno sino a mí; rocío para Israel, y florecerá como el
fuera de mí no hay salvador. 5 Yo fui lirio y extenderá sus raíces como el
tu pastor en el desierto, en la tierra álamo. 7 Crecerán sus ramas, y será
abrasada. 6 Se hartaron en sus pastos, su copa como la del olivo, y su aro-
y hartos se ensoberbecieron y por eso ma como el del incienso. 8 Volverán
me olvidaron. 7 Y seré para ellos como a habitar a su sombra creciendo como
león, como pantera agazapada en el el trigo, pujando como la vid, y su
camino acecharé. 8 Me echaré sobre fama será como la del vino del Lí-
ellos como osa a quien le arrebatan bano. 9 ¿Qué tendrá que ver ya
las crías, despedazaré como león sus Efraím con los ídolos? Yo que le
corazones, los devoraré como león, afligí, le haré dichoso. Por mí, que
como fiera los haré pedazos. soy como ciprés, siempre verde, reco-
9 Te
traigo la ruina, oh Israel, y gerá él sus frutos. 10 ¿Quién es sabio
¿quién podrá socorrerte? 10 ¿Dónde para entender estas cosas, prudente
está tu rey para salvarte en tus ciu- para conocerlas? Pues son del todo
dades? ¿Dónde tus jueces, de quienes rectos los caminos de Yave, por ellos
dijiste: Dame rey y danos príncipes? van los justos, pero los malvados
11 Te di rey en mi furor,
y en mi ira perecerán.
782 AMÓS. 1

INTRODUCCION AL LIBRO DE AMOS

RON (ILOGICAMENTE es Amos el primero délos profetas escritores.


Profetizó en el reinado de Jeroboam II, rey de Israel, poco antes que Oseas.
Por su origen era de Judá, natural de Tecua, al Sur de Belén, donde se ocupaba
en el oficio de pastor. De él le sacó el Señor para mandarle a pronunciar sus
juicios sobre Israel, en el santuario de Betel, juicios que se extienden también
a Judá y a los pueblos pequeños de alrededor. Contrasta grandemente su
origen, y la educación que su profesión supone, con la elocuencia de sus
oráculos, nada inferior a la de otros muchos profetas. Es que la sabiduría, como
dice San Agustín, anidaba en su pecho, y ella le hacía elocuente.

AMOS
Contra Siria. mano contra Acarón y perecerán las
reliquias de los filisteos, dice Yave.
1
1
Palabras de Amós, de los pas-
tores de Tccua, de la visión que
tuvo sobre Israel en los días de Ozfas, Contra Tiro.
rey de Judá, y en los días de Jero-
9
boam, hijo de Joás, rey de Israel, Así habla Yave: Por tres pecados
dos años antes del terremoto. de Tiro y por cuatro, no, revocaré yo
a Dijo: Desde Sión rugirá Yave
y des- nada. Por haber entregado a Edom
de Jerusalén hará oír su voz, y estarán muchedumbres enteras de cautivos,
en duelo los pastizales de los pastores y sin acordarse de la alianza fraternal,
10 Yo pondré fuego al recinto de Tiro,
secaráse la eima del Carmelo. 3 Asi
dice Yave: Por tres pecados de Da- que devorará sus edificios.
masco y por cuatro, no revocaré yo
nada; por haber trillado a Galad con
trillos de hierro,
4
Yo pondré fuego Contra Edom.
a la casa de Hazacl, que consumirá
6 Yo que- 11
los palacios de Benadad. Asi habla Yave: Por tres peca-
braré las barras de Damasco y exter- dos de Edom y por cuatro, no revo-
minaré a cuantos habitan el valle caré yo nada. Por haber perseguido
de Aven y al que tiene el cetro de a la espada a su hermano, ahogando
Ben Edén, y el pueblo de Aram emi- la piedad, durando siempre su cólera
grará a Quir, dice Yave. y obstinándose hasta el fin en su
18 Yo pondré fuego
rabia, en Temán,
que devorará los edificios de Bosra.
Contra la Filisteo.

Así habla Yave: Por tres pecados


• Contra Ammón.
de Gaza y por cuatro, no revocaré yo
18
nada. Por haber deportado muche- Así habla Yave: Por tres pecados
dumbres enteras de cautivos para de de Ammón y por cuatro,
los hijos
entregárselas a Edom, 7
yo pondré no revocaré yo nada. Por haber abier-
fuego al recinto de Gaza, que devo- to en canal a las encintas de Galad,
rará sus edificios, g y exterminaré a para extender su territorio, 14 Yo en-
cuantos habitan en Azoto y al que cenderé fuego en el recinto de Rabba,
tiene el cetro de Ascalón. Volveré mi que devorará sus edificios entre los
AMOS 783

clamores el día del combate, en medio vino a los nazareos, y a los profetas
de la tempestad el día de la tormenta, les mandasteis, diciendo: no profeti-
15
y su rey irá al cautiverio, y con él céis. 13 Pues mirad: Yo pondré es-
sus príncipes todos juntos, dice Yave. torbos a vuestros pies os tambalea-y
réis como se tambalea el carro sobre-
cargado de haces; 14 y el ágil será
Contra Moab. incapaz de huir, y al fuerte no le
servirá de nada su fuerza, y el gue-
v) 1
Así habla Yave: Por tres pe- rrero no escapará con vida; 15 el
"
cados de Moab y por cuatro no arquero no resistirá, el de ágiles pies
revocaré yo nada. Por haber quema- no escapará, el jinete no se salvará,
do los huesos del rey de Edom hasta 16
y el más valiente de los valientes
calcinarlos, 2 Yo pondré fuego en huirá desnudo aquel día, dice Yave.
Moab que devorará los edificios de
Queriyot, y Moab hallará la muerte
en medio del estruendo, entre los Crímenes «1c Isrnel.
clamores y entre los sonidos de la
trompeta. 3 Y extirparé de él a su *i
1
Oíd lo que de vosotros dice
rey y con él haré morir a todos sus Yave, hijos de Israel, de todo el
príncipes, dice Yave. pueblo que yo saqué de la tierra de
2
Egipto: Dice: Sólo a vosotros conocí
yo entre los pueblos todos de la
Contra Juila. tierra; por eso haré en vosotros jus-
ticia de todas vuestras iniquidades.
4 3 ¿Podrán
Así habla Yave: Por tres pecados de ir juntos dos sin estar de
Judá y por cuatro, no revocaré yo acuerdo? 4 ¿Rugirá el león en el
nada. Por haber menospreciado la ley bosque no habiendo presa? ¿Dejará
de Yave y no haber guardado sus man- oír su rugido el leoncillo en su cubil
damientos, descarriándose por las men- sin haber despojos? 6 ¿Se echará el
tiras tras los cuales se fueron sus ave a tierra en la red, si no hubiere
padres, 6 Yo pondré fuego a Judá, cebo? ¿Desaparecerá de la tierra el
que devorará los edificios de Jerusalén. cebo sin haberse cazado algo? 6 ¿To-
carán la trompeta en la ciudad, sin
que se alarme el pueblo? ¿Habrá en
Contra Israel. la ciudad calamidad cuyo autor no
sea Yave? 7 Porque no hace nada el
6 Señor, Yave, sin revelar su desig-
Así habla Yave: Por tres pecados
de Israel y por cuatro, no revocaré nio a sus siervos, los profetas. 8 Ru-
yo nada. Por haber vendido al justo giendo el león, ¿quién no temerá?
por dinero y al pobre por un par Hablando el Señor, Yave, ¿quién no
de sandalias; 7 aplastan a los desva- profetizará?
lidos contra el polvo de la tierra en 9
Echad pregón en los palacios de
las encrucijadas del camino; rechazan Azoto y en los palacios de Egipto,
a los pobres, y entran hijo y padre diciendo: Reunios en los montes de
a la misma nuera, profanando mi Samaría para ver las grandes opre-
santo nombre. 8 Sobre las ropas to- siones que hay en ella y las violen-
madas en prenda se echan junto a cias que allí se cometen. 10 No saben
un altar cualquiera, y beben el vino obrar rectamente, dice Yave, ateso-
de los multados en la casa de su I
rando en sus palacios rapiñas y des-
Dios. pojos.
9 Yo exterminé ante ellos a los
amorreos, altos como cedros del Lí-
bano y fuertes como encinas, destruí Castigó.
su fruto arriba, y abajo sus raíces.
10 Yoos saqué de la tierra de Egipto, 11 Por eso el Señor, Yave, dice
y durante cuarenta años os conduje así: Rodeará la tierra por todas par-
por el desierto, para que ocuparais tes el enemigo, que te robará tus
la tierra de los amorreos.
11
Yo suscité fuerzas y saqueará tus palacios. 12 Así
profetas de entre vuestros hijos y dice Yave: Como salva el pastor de
nazareos de entre vuestros mancebos; las fauces del león un par de pies o
¿no es así, hijos de Israel?, dice la punta de una oreja, así escaparán
Yave; 12 y vosotros hicisteis beber los hijos de Israel. Vosotros, los que
784 AMÓS, 4. 5

en Ascalón os sentáis en la esquina el fuego vuestros campos, pero no os


del diván y en Damasco sobre el convertisteis a mí, dice Yave.
tapiz, 13 escuchad y dad testimonio 11
Os trastorné como cuando tras-
contra la casa de Jacob, dice el Señor, Sodoma y Gomorra, fuisteis
torné a
Yave Sebaot. 14 Porque el día que como
tizón sacado del fuego, pero no
haga yo justicia sobre Israel por sus os convertisteis a mí, dice Yave.
trasgresiones, 15 derribaré las casas 12 Por tanto, mira lo que voy a ha-
de invierno sobre las casas de vera- certe. Israel, mira lo que te haré.
no, y serán destruidos los palacios Apréstate a comparecer ante tu Dios,
marfileños y desaparecerán muchas Israel, 13 que es el que formó los
casas, dice Yave. montes y creó los vientos, y pone al
desnudo ante el hombre los pensa-
mientos de éste; el que del alba hace
Lujo y desenfreno «le las mujeres. tinieblas
y marcha por las alturas
de la tierra; Yave, Dios Sebaot es
-4 1 Oid estas palabras, vacas de su nombre.
8
Basán, que moráis en la monta- [5] (1) El hizo las pléyades y el
ña de Samaría, vosotras que oprimís Orion, él torna las tinieblas en auro-
a los débiles y maltratáis a los po- ra y del día hace noche oscura. El
bres y decís a vuestros señores: Trae, llama a las aguas del mar y las de-
que bebamos. Ved lo que el Señor, rrama sobre la haz de la tierra, Yave
Yave, jura por su santidad: Vienen es su nombre. 9 El hace resplandecer
sobre vosotras días en que os levan- la salud para el desventurado y trae
tarán con bicheros y a vuestros des- sobre la fortaleza la ruina.
cendientes con arpones, 3 y saldréis
por las brechas, cada una frente a sí,
y seréis empujadas hacia el Hermón, Exhortación a la ^conversión.
dice Yave. 4 Id a Betel, a prevaricar,
a Guilgal a multiplicar vuestras pre- ,)
1
Escuchad esto, es la lamenta-
varicaciones. Ofreced vuestros sacri- ción que yo hago sobre vosotros,
ficios matinales y cada tercer año casa de Israel. 2 Cayó la virgen de
vuestros diezmos; 5 pregonad fuera Israel, no podrá ya más levantarse.
el sacrificio de alabanza, pregonad Yace en tierra abandonada, no ha-
los sacrificios voluntarios, pregonad- brá quien la levante. 8 Porque así
los, pues que así lo queréis, liijos de dice el Señor, Yave: La ciudad que
Israel, dice Yave. entre en campaña con mil guerreros,
se quedará con ciento; la que entre
con cien, se quedará con diez en la
Ceguera del pueblo. casa de Israel. 4 Así, pues, dice Yave
a la casa de Israel: Buscadme y vi-
* Sin embargo, yo os he hecho estar viréis: 6
No busquéis a Betel ni
a diente limpio en vuestras ciudades, vayáis a Guilgal ni paséis a Berseba,
y a falta de pan en todos vuestros lu- porque Guilgal será llevada al cau-
gares, pero no os habéis vuelto a mí, tiverio, y Betel será destruida. Bus-
dice Yave. cad a Yave y vivid, no abrase a la
7
También
os negué la lluvia desde casa de José con un fuego devora-
tres meses antes de la siega, lloví en dor, sin que tenga Betel quien lo
una ciudad, no lloví en otra, llovió apague.
7
en una parte y en otra no llovió y Tornan el juicio en ajenjo y echan
se secó. 8 Y venían dos o tres ciu- por tierra la justicia. 10 En las puer-
dades a una ciudad para beber el tas detestan al censor y aborrecen
agua, sin poder saciarse, y con todo al que habla rectamente. 11 Pues
no os convertisteis a mí, "dice Yave. porque pisáis con vuestros pies al
9
Os herí con añublo y con tizón, pobre y le exigís la carga del trigo,
devasté vuestras huertas y vuestras las casas que de piedras talladas os
viñas, la langosta devoró vuestras habéis construido no las habitaréis;
higueras y vuestros olivos, pero no de las deliciosas viñas que os habéis
os convertisteis a mí, dice Yave. 10 Os plantado, no beberéis el vino. 11 Por-
castigué con plagas a modo de las
de Egipto, maté a vuestros mancebos
(i) Los versículos 8 y 9 del capitulo 5 los
a la espada, di al cautiverio vuestros insertamos aquí, pues donde hoy se hallan
caballos, y en mi furor abrasé con bien se ve que están fuera de su lugar.
AMÓS. 6, 7 785

que yo sé lo muchas que son vues- estos reinos, o está el territorio de


tras prevaricaciones y cuán grandes éstos mejor que el vuestro? 3 Preten-
son vuestros pecados, opresores del déis lejano el día de la calamidad,
justo, que hacéis extorsiones y en agarrándoos al presente en un per-
las puertas hacéis perder al pobre su nicioso descuido. 4 Ved cómo se tien-
causa. 13 Por eso el hombre prudente den en marfileños divanes e indolentes
tiene que callarse ahora, porque es se tumban ensus lechos. Comen cor-
tiempo malo. deros escogidos del rebaño y terneros
14 Buscad el bien
y no el mal, para criados en el establo. 6 Bailan al son
que viváis y así Yave Sebaot será con de la cítara e inventan, como David,
vosotros, como lo decís. 15 Aborreced instrumentos músicos. 6 Gustan del
el mal y amad el bien y haced jus- vino generoso y se ungen con óleo
ticia en las puertas, y quizá Yave, fino y no sienten preocupación algu-
Dios Sebaot, tenga piedad del resto na por la ruina de José. 7 Por eso
de José. 18 Por tanto, así dice Yave irán ahora al cautiverio, a la cabeza
Sebaot, el Señor: Habrá llantos en de los deportados, y desaparecerá ese
todas las plazas y en todas las calles hatajo de disolutos, 8 dice Yave, Dios
clamarán: |Ay, ay!, y llamarán al la- Sebaot.
brador para que se duela y se lamente Por su vida ha jurado el Señor,
en las filas de las plañideras. 17 Y Yave: Yo abomino la soberbia de
habrá llantos en todas las viñas, por- Jacob, detesto sus palacios y entre-
que pasaré yo por en medio de vos- garé la ciudad con todo cuanto en-
otros, dice Yave. 18 ¡Ay de aquellos cierra; 9 de tal modo que si de una
que desean el día de Yave! ¿Qué casa no quedaren más que diez hom-
será de vosotros? El día de Yave es bres, morirán. 10 Quedará un corto
día de tinieblas, no de luz. 19 Es número de escapados para llevarse
como quien huyendo del león, diera de la casa los huesos, y el uno dirá
en el oso; como quien al refugiarse al otro que está en el fondo de la
en casa y poner su mano sobre la casa: ¿Queda alguno más?, y él res-
pared fuera mordido por la serpien- ponderá: Ninguno. Y el otro le dirá:
te. 20 ¿No es tinieblas el día de Yave ¡Calla, no hay que pronunciar el
y no luz, y oscuridad sin resplandor? nombre de Yavel 11 Porque va a dar
21
Yo odio y aborrezco vuestras Yave la orden y en las casas grandes
asambleas, y no me complazco en abrirá brechas y grietas en las pe-
vuestras congregaciones. 22 Y si me queñas.
ofrecéis holocaustos y me presentáis 12 ¿Galopan los caballos por las
vuestros dones, no los recibiré, ni rocas? ¿Se ara con bueyes el mar?
pondré mis ojos en los pacíficos de Pues vosotros hacéis del juicio ve-
vuestras cebadas víctimas. 23 Aleja neno, y del fruto de la justicia ajenjo.
de mí el ruido de tus cantos, que no 13
Os envanecéis por lo de lo Debar
escucharé el sonar de tus cítaras. y decís: ¿No hemos tomado con
24 Como agua impetuosa se preci- nuestra fuerza a Carnaim? 14 Pero
pitará el juicio; como torrente que no yo voy a suscitar contra vosotros,
se seca, la justicia. 25 ¿Me ofrecisteis —
oh casa de Israel dice Yave, Dios
sacrificios
en
y presentes en el desierto
años, casa de Israel?
cuarenta

Sebaot , un pueblo que os oprimirá
desde la entrada de Hamat hasta el
28 Ya os
llevaréis a Saccut vuestro rey, torrente de los sauces.
y al astro de vuestro dios Queram, (1)
vuestros ídolos, los que os habéis
fabricado; 27 y yo os deportaré más Certeza e inminencia del castigo.
allá de Damasco, dice Yave, cuyo
nombre es Dios Sebaot. 'J
1
El señor me dió a ver esto:
• El criaba langostas al tiempo en
1
¡Ay de los descuidados de Sión! que comenzaba a crecer el heno que
[Ay de los confiados de Samarial venía después de la siega del rey,
Atended a las más antiguas de las 2
e iban a acabar de devorar las
naciones e id a ellas, casa de Israel. hierbas tardías y el verdor de la
2
Id a Calne, pasad a Hamat, la tierra. Yo dije: jOh, Señor, Yave,
grande, bajad a Get de los filisteos. ten piedadl ¿Cómo se va a sostener
¿Son ellos de mejor condición que Jacob, estando tan débil? 3 Y Yave
se arrepintió y dijo: No será así,
(i) Probablemente nombres de dioses asirios. dice Yave. 4 Hízome también ver
50
!

786 AMÓS, 8, 9

esto el Señor, Yave: El Señor, Yave, I el Señor, Yave. Serán muchos los
se aprestaba a castigar con fuego cadáveres y serán en silencio arro-
que había de devorar el gran abismo jados en cualquier lugar.
e iba a consumir la heredad. 8 Yo i
4
Escuchad esto los que aplas-
dije: |Oh, Señor, Yavel Detente. táis al pobre y querríais exterminar
¿Cómo se va a sostener Jacob es- 1

de la tierra a los infelices, 6 diciendo:


tando tan débil? 6 Yave se arrepintió ¿Cuándo pasará el novilunio, que
y dijo: Tampoco será esto, dicevendamos el trigo, y el sábado que
Yave. abramos los graneros, achicaremos
7
También me dió a ver esto: Es- el e/a y agrandaremos el siclo, y fal-
taba Yave cerca de un muro de searemos fraudulentamente los pe-
plomo, y tenía plomo en su mano. sos? 6 Compraremos por dinero a los
8
Yave me preguntó: ¿Qué es lo que débiles y a los pobres por un par de
ves, Amós? Yorespondí: Plomo. el Y sandalias, y venderemos las aechadu-
Señor dijo: Pues mira, yo voy a arro- ras del trigo. 7 Yave ha jurado por la
jar plomo sobre mi pueblo, Israel. Ya gloria de Jacob: No olvidaré yo nunca
no perdonaré más tiempo. 9 Los
le estas cosas. 8 ¿No se ha de estremecer
altos de Isac serán devastados, y por eso la tierra? En duelo quedarán
destruidos los santuarios de Israel, cuantos la habitan. Alzaráse toda
Yo me alzaré con la espada contra como el
j

ella Nilo, temblará y se


la casa de Jeroboam. 10 Amasias, abajará como el río de Egipto.
sacerdote de Betel, mandó a decir a 9
Aquel día, dice el Señor, Yave,
Jeroboam. Amós está conspirando haré que se ponga el sol al mediodía
contra ti en medio de la casa de y en pleno día tenderé tinieblas sobre
Israel. La tierra no puede ya sopor- la tierra. 10 Tornaré en duelo vues-
tar sus palabras. 11 Porque Amós va tras solemnidades y en llanto vues-
diciendo: Jeroboam morirá a la es- tros cantos; haré que todos cubran
pada e Israel irá al cautiverio, lejos de sacos sus ríñones y se rapen las
de su tierra. cabezas. Será duelo como el duelo
12
Y
Amasias dijo a Amós: Vidente, por el unigénito, y su remate será
ve y escapa a la tierra de Judá, y día de desesperación.
11
come allí tu pan, haciendo el pro- Vienen días, dice Yave, en que
feta. 13 Pero guárdate de volver a mandaré yo sobre la tierra hambre
profetizar contra Betel, mira que y sed, no hambre de pan ni sed de
éste es un santuario del rey y una agua, sino de oír la palabra de Yave,
casa real. 14 Amós respondió a Ama- 12
y errarán de mar a mar y del
sias, diciendo: Yo no soy profeta norte al oriente en busca de la pala-
ni hijo de profeta; soy boyero y bra, y no la hallarán. 13 Aquel día
hábil en preparar los higos de sicó- las hermosas doncellas y los mance-
moro. 15 Yave me tomó de detrás bos desfallecerán de sed. 14 Los que
del ganado, y me dijo: Ve a profeti- juran por el pecado de Samaría y
zar a mi pueblo Israel. 16 Escucha, dicen: «Vive tu Dios, Dan» y «Vive
pues, ahora la palabra de Yave: tu protector, Berseba», sucumbirán
Tú me dices: no profetices contra para no levantarse jamás.
Israel, ni hagas predicciones contra i

la casa de Isac. H Por eso dice Yave: (i 1 Vi al Señor que estaba junto al

Tu mujer será deshonrada en la altar, y me dijo: Rompe los capi-


ciudad, tus hijos caerán a la espada,] teles, que se hunda el techo y caiga
tu tierra será repartida a cordel, tú sobre las cabezas de todos, y a los
morirás en una tierra contaminada,' que queden yo los mataré a espada.
e Israel irá al cautiverio lejos de su> Nadie se salvará huyendo, nadie
tierra. podrá escapar. * Aunque bajasen
hasta el infierno, de allí los sacaría
<í 1
El Señor, Yave, me dió a veri mi mano; aunque subiesen hasta los
esto: Era un cestillo de fruta cielos, de allí los bajaría. * Aunque se
madura; 2 y me dijo: ¿Qué es lo que escondan en la cumbre del Carmelo,
ves, Amós? Yo le respondí: Un ees- allí los buscaré y los cogeré; aunque
(

tillo de fruta madura. Y Yave me se ocultaran a mis ojos en el fondo


dijo: Madura está ya la suerte de mi del mar, allí mandaría yo a la ser-
pueblo Israel; no le perdonaré ya piente para que los mordiera. 4 Cuando
más tiempo. 3 Los artesonados de vayan cautivos ante sus enemigos,
los palacios aullarán aquel dfa, dice daré a la espada la orden de exter-
»

MIQUEAS, 1 787

minarlos, y tendré puestos sobre ellos Promesa de restauración.


mis mal, no para bien.
ojos para
11
8
El Señor, Yave Sebaot, toca la Aquel día yo levantaré el tugu-
tierra y ésta se funde, y lloran todos rio de David (1) caído, repararé
sus habitantes; la levanta toda entera sus brechas, alzaré sus ruinas, y le
como el Nilo, y la abaja como el río reedificaré como en los días antiguos,
12
de Egipto. 6 Él edificó en los cielos para que conquisten los restos de
su morada, y la fundó sobre la bóveda Edom y los de todas las naciones
de la tierra. El llama a las aguas del sobre las cuales sea invocado mi
mar y las derrama sobre la haz de nombre,
dice Yave, que cumplirá
la tierra, su nombre estodo esto. 13 Vienen días, dice Yave,
Yave.
7
Hijos de Israel, en que sin interrupción seguirá al
¿no sois para mí, I

dice Yave, como hijos de etíopes?! que ara el que siega, al que vendi-
¿No hice yo subir de la tierra de mia el que siembra. Los montes
Egipto a los hijos de Israel y a los destilarán mosto y correrá de todos
filisteos de Caftor y a los árameos de los collados. 14 Yo reconduciré a los
Quir? 8 Ved que los ojos del Señor, cautivos de mi pueblo Israel, reedifi-
Yave, están puestos sobre el reino carán sus ciudades devastadas y las
pecador, y que yo los borraré de la habitarán; plantarán viñas y beberán
¡

haz de la tierra. Pero no destruiré su vino, harán huertos y comerán sus


I

del todo a la casa de Jacob, dice frutos. 15 Los plantaré en su tierra y


Yave. 9 Yo daré la orden, y zaran- no serán ya más arrancados de la tierra
I

dearé a la casa de Israel entre las que yo les he dado, diceYave, tu Dios.
gentes todas, como se zarandea con
la criba; no caerá toda en masa sobre (i) Después de tantas amenazas, el profeta
la tierra. 10 A la espada perecerán termina con una promesa dulce, la restauración
todos los pecadores de mi pueblo, de la tienda de David, es decir, de su reino, y
la dominación sobre los pueblos vecinos. Seme-
que dicen: «No nos alcanzará la jante promesa implica la promesa del Mesías
y
desdicha, no se nos acercará el de su reino, como lo interpreta el Apóstol San-
mal. tiago en Act., 15. 16,

INTRODUCCION AL LIBRO DE MIQUEAS

JpSTE Miqueas es distinto del Miqueas hijo de Jemla, que vivió un siglo
antes, reinando Ajab en Samaría, y Josafat en Jerusalén (1 Reg. 22, 8.
y siguientes). Fué natural de Morasti, aldeíta de la región de Hebrón, y pro-
fetizó en los reinados de Jotán, Ajaz y Ezequias (1, 1). Es, pues, contem-
poráneo de Isaías y de las invasiones asirías sobre Samaría y Judá. Sus vati-
cinios se dirigen contra ambos reinos, reprendiendo especialmente los abusos
de los ricos y conminándoles con el castigo por medio de los asirios, al que
seguirá la salud mesiánica. En estos vaticinios mesiánicos debemos señalar
dos pasajes: el concurso de las naciones a Jerusalén en busca de la salud
(4, 1 sigs.) que a la letra se lee en Is. 2, 2 sigs., y el origen betlemitico del
Mesías (5, 1 sigs.), que cita San Mateo en su evangelio (2, 6).

MIQUEAS
Contra Israel y Judá. Samaria y sobre Jerusalén. 2 ¡Escu-
chad,cielosl ¡Atiende, tú, oh tierra, con
1 Palabra de Yave que fué diri-
1
todo cuanto en ella se contienel
gida a Miqueas, de Morasti, en Que el Señor, Yave, va a litigar
días de Jotán, Ajaz y Ezequias, con vosotros; el Señor, desde su
reyes de Judá, lo que vió sobre santo templo, 3 pues ved que Yave
»

788 MIQUEAS, 2. 3

va a salir de su morada, va a des- 2


¡
Codician las heredades y las roban:
cender y a hollar las cumbres de la las casas, y se apoderan de ellas, y
tierra; 4 y a su paso se fundirán los violan el derecho del dueño y el de
montes y se derretirán los %'alles, la casa, el del amo y el de la heredad.
como al fuego se derrite la cera, s
Por tanto, asi dice Yave: Mirad,
como aguas que se precipitan por yo estoy maquinando contra esta
un despeñadero. casa un mal de que no podréis librar
5
Todo por la prevaricación de vuestros cuellos, y no andaréis ya
Jacob, todo por los pecados de la erguidos, porque vendrá el tiempo
casa de Israel. ¿Cuál es la prevari- de desventura. 4 Entonces
la se os
cación de Jacob? ¿No es Samaría? dirá una sátira y se cantará de vos-
¿Cuáles son los excelsos de Judá? otros una elegía:
¿No es Jerusalén? 6 Pues yo haré a «Ya lo había dicho Yave: es com-
Samaría majano en heredad de tierra pleta nuestra ruina. Ha mudado la
de viñas, y esparciré sus piedras por! suerte de su pueblo. ¡Cómo arrebata
el valle, y pondré al desnudo sus| para no devolver, y reparte nuestros
cimientos; 7 y todas sus esculturas! campos!
serán abatidas, todas sus mercedes 6
Ya no habrá quien a la suerte
serán abrasadas por el fuego, todos distribuya las heredades en la con-
sus ídolos serán arruinados; porque gregación de Yave. * |No claméisl
son mercedes de prostitución, y en Que claméis que no claméis, por
salario de prostitución se convertirán. esto no evitaréis el oprobio. ' ¿No
8
Por eso gimo yo y me lamento, se dice la casa de Jacob: «Se ha acor-
y voy descalzo y desnudo, y aúllo tado la magnanimidad de Yave;
como los chacales y gimo como aves- dónde están sus obras»?
truz; • porque su desastre es irreme- ¿Mis palabras no están plenas de
diable y ha invadido a Judá, lle- bondad para los que siguen el ca-
gando hasta la puerta de mi pueblo, mino recto? 8 Pero vosotros ayudáis
hasta Jerusalén. 10 No vayáis a pre- al enemigo contra mi pueblo. Delante
gonarlo en Get ni a llorarlo a Acó. de Salmanasar arrebatáis el botín
Revolcaos en el polvo en Ofra. 11 Os de guerra a los que confiados van
han traicionado los de Safir, las ciu- su camino. • Arrojáis a las mujeres
dades de la vergüenza. No salieron de mi pueblo de su querido hogar,
a campaña los habitantes de Sidón. y arrebatáis para siempre a sus hijos
La casa vecina os traicionó, os negó íni gloria. 10 Levantaos y echad a
su apoyo. la Los habitantes de Marot andar, que no es tiempo de holganza.
esperan sacar bien de haber descen- Por su inmundicia será atormentado
dido de Yave el mal a la puerta con terrible tormento.
11 No profetiza falsamente el hom-
de Jerusalén.
13
Aparejad los carros, habitantes bre inspirado. Yo te profetizo el
de Laquis. Que es el comienzo de la vino y la bebida embriagante de
expiación de la hija de Sión. En ti que rebosará este pueblo. 12 Yo te
se lian reproducido las prevarica- reuniré, Jacob, todo entero; yo re-
ciones de Israel. 14 Por eso habrás uniré los restos de Israel, yo le con-
de aprontar la dote de Moreset Get gregaré como en el peligro se con-
y las casas de Acrib serán arroyo gregan las ovejas, como rebaño en
engañoso para los reyes de Israel. medio de la angustia, y llenos de
16
Por eso os traeré yo a vosotros el espanto huirán ante el desastre.
señor, moradores de Maresa, y la 13 Irá delante de ellos el que rompe
gloria de Israel emigrará a Adulam. la marcha; se abrirán una salida y la
14 Motílate y ráete, por los hijos atravesarán y saldrán por ella, y
queridos, ensancha tu calvicie como delante de ellos irá su rey.
la del buitre, porque fueron depor-
tados lejos de ti.
Los falsos prolctn*.

I.os ricos, > 1


Yo, yo digo: Oíd, príncipes de
" Jacob, cabezas de la casa de
*) ]Ay de los que en sus lechos ma- Israel: ¿No os toca a vosotros cono-
1

*" quinan la iniquidad, y se prepa- cer el derecho? * Aborrecen el bien


ran a ejecutar en amaneciendo, por- y aman el mal; desuellan, arrancan
que tienen en sus manos el poderl la carne de sobre los huesos, y luego
MIQUEAS, 4, 5 789

de haberse comido la carne de mi vendrán numerosos pueblos, diciendo:


pueblo y de haberle arrancado la Venid, subamos al monte de Yave,
piel, y haberle roto los huesos y a la casa del Dios de Jacob, que nos
haberle descuartizado como carne enseñe sus caminos para que mar-
para la olla o carne para el caldero, chemos por sus sendas, pues de Sión
4
claman a Yave; pero Yave no saldrá la ley y de Jerusalén la pala-
los oirá, ocultará de ellos entonces bra de Yave. 3 Y juzgará a muchos
su rostro, por la malicia que en pueblos y ejercerá la justicia hasta
todas sus obras pusieron. muy lejos con naciones poderosas,
5
Así habla Yave contra los pro- y de sus espadas harán azadas y de
fetas que descarrían a mi pueblo, sus lanzas hoces; no alzará la espada
que mientras muerden con sus dien- gente contra gente, ni se ejercitarán
tes, claman: «Paz», y al que no les ya para la guerra. 4 Sentaráse cada
da que comer le hacen la guerra. uno bajo su parra y bajo su higuera,
6 Por eso la visión se os hará noche
y y nadie les aterrorizará, porque lo
la adivinación tinieblas, y se pondrá dice la boca de Yave. 6 Pues los pue-
para los profetas el sol y el día se blos marchan cada uno en el nombre
7
les oscurecerá. Los videntes serán de sus dioses, pero nosotros marcha-
cubiertos de vergüenza, y de con- remos siempre eternamente en el
fusión los adivinos, y se cubrirán nombre de Yave, nuestro Dios.
todos el rostro, pues Dios no dará 6
En aquel día, dice Yave, yo
ya respuesta. recogeré a la coja y traeré a la des-
8
Yo, empero, estoy lleno de la carriada a quien yo castigué; 7 y a
fuerza del Espíritu de Yave y de la coja le daré descendencia, y a la
autoridad y fortaleza, para denun- descarriada la haré un pueblo pode-
ciar a Jacob sus prevaricaciones y roso, y Yave reinará sobre ellos en
sus pecados a Israel. 9 Oíd, pues, el monte de Sión desde ahora para
cabezas de la casa de Jacob y jefes siempre. 8 Y tú, torre del rebaño,
de la casa de Israel, que aborrecéis fortaleza de la hija de Sión, volverá
lo justo y torcéis el derecho, 10 que a ti tu antiguo poderío, y la realeza
edificáis a Sión con sangres y a que es propia de la hija de Jerusalén.
Jerusalén con crímenes. 11 Sus jueces 9 ¿Por qué, pues, tantos clamores?
sentencian por cohecho, sus sacer- ¿No hay rey en ti o te falta tu con-
dotes enseñan por salario, sus pro- sejero, que te dueles como con dolo-
fetas profetizan por dinero, y se res de mujer en parto? 10 Te dueles y
apoyan sobre Yave, diciendo: <¿No gimes, hija de Sión, como mujer en
está entre nosotros Yave? No nos parto, porque vas a salir ahora de
sobrevendrá la desventura» 12 Por la ciudad, y morarás en los campos y
eso, por vosotros, será Sión arada llegarás hasta Babilonia, pero allí
como un campo, y Jerusalén será serás liberada, allí te redimirá Yave
un montón de ruinas, y el monte del poder de tus enemigos.
del templo será un breñal. 11 Ahora se han juntado contra ti

muchas gentes y dicen: Que sea pro-


fanada y logren verlo nuestros ojos
Promesa de restauración y de paz. en Sión. 12 Pero no conocen los pen-
samientos de Yave, no penetran sus
designios. El los juntará como se jun-
A 1
Pero de los tiempos el
al fin tan en la era las gavillas. 13 Alzate y
monte de casa de Yave se
la trilla, hija de Sión; que yo haré tu
alzará a la cabeza de los montes, se cuerno cuerno de hierro, y tus zapatos
elevará sobre los collados, y los zapatos de bronce, y aplastarás a mu-
pueblos correrán a él (1);
2
y chos pueblos, y consagrarás a Yave sus
despojos, y sus riquezas al Señor de
la tierra.
(i) Este hermoso vaticinio mesiánico lo lee-
mos también en Isaías, z, 2, contemporáneo de
Miqueas. No es fácil averiguar con certidumbre
a cuál de los dos pertenece o si ambos lo tomaron
El rey pacífico
de un tercer profeta. Lo cierto es que fué escrito
bajo la inspiración divina y que encierra uno de 14
los más bellos anuncios de la vocación de las ^ Rodéate ahora de muros, Bet-
,J
gentes y de la atracción que sobre ellas ejerce la Gader. Nos cercan, hieren con
Iglesia. la clava las mandíbulas de las tribus
790 MIQUEAS, 6

de Israel. 1
Pero tú Belén de Efrata, Querella de Yave contra Israel y
pequeño para ser contado enstre lo Jerusalcn.
millares de Judá, de ti me saldrá
quien señoreará en Israel, cuyos orí- 1
Oíd, pues, lo que dice Yave:
genes serán de antiguo, de los días 6 ¡Levántatel ¡Queréllate contra los
de remota antigüedad (1). 4 El los montes y que oigan tu voz los colla-
entregará hasta el tiempo en que la dos! 2 Oíd, montes, y vosotros, cimien-
que ha de parir parirá, y el resto de tos inconmovibles de la tierra, la
sus hermanos volverá a los hijos de querella de Yave. Porque tiene Yave
Israel, 3 y estará firme y apacentará querella con su pueblo y va a alter-
con la fortaleza de Yave y con la car con Israel.
majestad del nombre de Yave, su 3 ¿Qué
te he hecho yo, pueblo mío?
Dios, y habrá seguridad, porque su ¿En qué te he molestado? Respón-
prestigio se extenderá hasta los con- deme. 4 Porque yo fui quien te sacó
fines de la tierra. de la tierra de Egipto, y te redimí
4 Y
así será la paz: Cuando invada de la casa de la servidumbre, y te
Asur nuestra tierra para hollar nues- mandé para que te guiaran a Moisés,
tros palacios,opondremos siete
le Arón y María. 5 Acuérdate, pueblo
pastores y ocho hombres principales; mío, de qué fué lo que pedía Balac,
6 rey de Moab, y que lo que le res-
y regirán la tierra de Asur con la
espada y la tierra de Nemrod con la pondió Balán, hijo de Beor, de Sitim
espada desnuda. El nos librará de a Guilgal, para que conozcas la rec-
Asur, cuando venga contra nuestra titud de Yave.
tierra para hollar nuestro territorio. * ¿Con qué me presentaré yo ante
6 Yel resto de Jacob será en medio Yave y me postraré ante el Dios de
de los pueblos como rocío de Yave, lo alto? ¿Vendré a él con holocaustos,
como lluvia sobre la hierba, que no con becerros primales? 7 ¿Se agra-
tienen que esperar de nadie ni nece- dará Yave de los miles de carneros
sitan nada de los hombres. 7 Será y de las miríadas de arroyos de aceite?
el resto de Jacob entre las naciones, ¿Daré mis primogénitos por mis pre-
en medio de numerosos pueblos, como varicaciones y el fruto de mis entra-
león en medio de las bestias del campo, ñas por los pecados de mi alma?
como joven león en medio de rebaño 8
¡Oh hombre! Bien te ha sido
que arrebata la presa, sin que haya declarado lo que es bueno y~lo que
quien se la arranque. de ti pide Yave: hacer justicia, amar
8
Se alzará tu mano sobre tus ene- el bien, humillarte en la presencia de
migos, y todos tus contrarios serán tu Dios. 9 La voz de Yave interpela
exterminados. 8 Aquel día, dice Yave, a la ciudad. Sabiduría es temer tu
quitaré de en medio de ti tus caba- nombre. Oye tribu, oye asamblea de
llos y destruiré tus carros, 10 y aba- la ciudad: 10 ¿Voy a perder yo de
tiré las ciudades de tu tierra, y vista la casa del impío, los tesoros
arruinaré todas tus fortalezas. 11 Y te de la iniquidad y el detestable efa
quitaré de las manos tus hechice- escaso? 11 Voy a perdonar yo a pesar
rías y no habrá más en ti agüeros; de las balanzas falsas y de las bolsas
12 de pesos fraudulentos?
y destruiré tus esculturas y tus
cipos en medio de ti, y nunca más 18 Por haberse llenado sus ricachos

te postrarás ante la obra de tus de iniquidades y haber engañado a


manos; 13 y arrancaré de en medio sus habitantes con palabras menti-
de ti tus aseras y derribaré tus rosas, llevando en su boca una lengua
árboles, 14 y haré con ira y furor mendaz; 18 por eso me he puesto
venganza en las gentes que no qui- yo también a herirte y devastarte
sieron escuchar. a causa de tus pecados. * 4 Comerás y
no te saciarás, y el hambre te roerá
las entrañas; apartarás, pero no lo
librarás, y lo que librares yo lo daré
(i) Este oráculo anuncia los orígenes betle- a la espada. 18 Sembrarás y no cose-
míticos del futuro libertador de Israel. Pudiera charás, pisarás la aceituna, pero no
esto entenderse de dos modos: o del origen bet- te ungirás con su óleo; la uva, pero
lemitico del Mesías, como hijo de David, o de que
no beberás su vino.
él mismo habría de nacer en Belén. El Señor 18 Has seguido los mandatos de
quiso que el vaticinio se cumpliese del segundo
modo, acaso para poner más de relieve el pri- Omri y todas las obras de la casa de
mero. San Mateo lo cita en 3, 6. Ajab, y has andado según sus con-
M1QUEAS, 7
791

sejos, para que yo te entregue a la mi Dios me oirá. 8


No te regocijes,
devastación y dé tus habitantes al pues, de mí, enemiga mía. Si caí,
escarnio. Llevaréis, pues, sobre vos- me levantaré; si en tinieblas estoy,
otros el oprobio de mi pueblo. Yave será mi luz. 9 Habré de soportar
la ira de Yave, porque pequé contra
1
jAy de mí, que he venido a ser él, pero hasta que él tome en sus
como quien va a coger después manos mi causa y me haga justicia.
de hecho el rebusco que sigue a la 10 Lo verá mi enemiga
y se cubrirá
vendimia! No hay racimo que pueda de vergüenza, ella que me decía:
comer, anhelando yo los frutos pri- ¿Dónde está Yave, tu Dios? Mis ojos
meros. 2 Han desaparecido de la lo han de ver. Ahora será ella piso-
tierra los justos, no hay ninguno teada como
polvo de las calles.
el
recto entre los hombres, todos ace- 11 a Esde reedificar tus
el día
chan la sangre, todos tienden redes oviles. 14Apacienta con tu cayado a
a su prójimo. 3 Todas las manos están tu pueblo, el rebaño de tu heredad.
prontas a hacer diestramente el mal; A los que están aislados, establécelos
el príncipe hace extorsión, el juez en medio del Carmelo. Que se apacien-
juzga por cohecho, y el grande sen- ten en Basán y en Galad, como en
tencia a su capricho, 4 y pisan al 16 Muéstranos
los pasados tiempos.
justo como a rama de zarza que sale tus prodigios como al tiempo en
derecha del seto. Es el día anun- que nos sacaste de Egipto. 16 Lo
ciado por tus atalayas, viene tu verán las gentes, y se avergonzarán
castigo, ahora vendrá tu ruina. de toda su prepotencia, pondrán en
6
.No os fiéis del amigo, no creáis al la boca su dedo y ensordecerán sus
compañero, guarda las confidencias oídos. 17 Lamerán el polvo como la
de tu boca de la que duerme en tu serpiente, como los reptiles de la
seno. 6 El hijo deshonra al padre, tierra saldrán espantados de sus es-
la hija se alza contra la madre, la condrijos, y despavoridos se volverán
nuera contra la suegra, y los enemi- a Yave, nuestro Dios, y se sobreco-
gos de cualquiera son sus mismos gerán de temor ante ti.
domésticos. u t> Aquel día no habrá 18 ¿Qué Dios como tú, que perdo-
12 llegará a ti desde Asiria al
ley; nas la maldad y olvidas el pecado
Egipto y desde el Egipto al río, del del resto de tu heredad? No persiste
uno al otro mar, del uno al otro monte, por siempre en su enojo, porque ama
13
y la tierra será devastada a causa la misericordia. 19 El volverá a tener
de sus habitantes, por sus obras. piedad de nosotros, conculcará nues-
tras iniquidades y arrojará a lo
Esperanza de restauración. hondo del mar nuestros pecados.
20
Tú serás f¡el a Jacob y propicio a
7
Mas yo esperaré en Yave, espe- Abraham, como a nuestros padres se lo
raré en el Dios de mi salvación, y prometiste desde tiempos antiguos.

INTRODUCCION AL LIBRO DE NAHUM


de Nahum sino lo que nos dice su libro, que era natural de Elcos,
0 sabemos
que, según San Jerónimo, estaba en Galilea, y más probablemente, según
otros, en Judea. Vaticinó el castigo y la ruina de Nínive en el reinado de
Josías (638-608), y por tanto, algunos años antes de que esta tuviera lugar.

NAHUM
Yave, Dios vengador, marcha vengador Yave y
contra Ninivc. y vengador; es
pronto a la ira; Yave se venga dé
sus enemigos y es inflexible para sus
1 adversarios. 3 Yave es paciente y
Oráculo sobre Nínive. Libro de
la visión de Nahum, de Elcos. grande en poderío y no deja a nadie
2
Alef. —
Yave es un Dios celoso —
impune. Bet. Marcha en el torbe-

702 NAHUM, 2, 3

llinoy la tempestad, y las nubes son lomos, concentra todo tu poder. 4 El


elpolvo de sus pies. 4 Guímel. Ame- — escudo de sus guerreros está pintado
naza a los mares y los seca, y agota de rojo, sus soldados visten púrpura;
los ríos todos. sus carros son como hachas encendi-
—El Basán y Carmelo des-
Dálet. el das; al atacar sus caballos son un tor-
fallecen, y marchita severdor el del bellino, 6 a través de los campos. Sus
Líbano. He. —Tiemblan
5 montes los carros con estruendo ruedan por las
ante y disuelven
él, se collados. los plazas, brillan como antorchas y se
Vau. — Se agita en tumulto la tierra lanzan como el relámpago. ' Los
y mundo, sus habitantes todos.
el príncipes se disponen a huir, van
Zain. — ¿Quién podrá permanecer
* tropezando por los caminos, corren
ante su ¿Quién arrostrar
ira? ardor el a los muros, preparan las defensas,
de su cólera? — Su furor
funde como fuego. Y ante
Jet.
que-
se di- 7
abren las puertas de las aguas, el
palacio está sumido en el terror;
él se
brantan rocas. Tet. — Es bueno
las 7 8 la diosa Zib es desnudada
y sacada
Yave para los que en él esperan, a la luz, sus servidoras lloran y gimen
es seguro refugio el día de la angustia. como palomas y se dan golpes de
Yod. —Conoce 8
Yave a los que a él pecho.
9
se acogen, y los protege cuando Nínivc parece un estanque de
arrecia la tormenta. Caf. Destruye — aguas, pero de aguas que se van.
enteramente a los que se le resisten, (Alto, altol Pero ninguno vuelve.
a sus enemigos, y los lanza a las ti- 10 |Saquead la plata, saquead el oro!
nieblas. 9 ¿Qué maquinas contra Yave? No tienen fin los tesoros, es una ri-
El destruye enteramente. Lamed. No — queza de toda suerte, de
inmensa
11
tiene que levantarse por segunda preciosidades. Saqueo, pillaje, de-
vez contra el enemigo, 10 b Del todo vastación. Corazones llenos de es-
los devora, como a paja seca. panto, rodillas temblorosas, ríñones
11 Mem. — De
salió quien ma-ti doloridos, rostros demudados.
12
quinó contra mí perversidades, quien ¿Dónde está el cubil de leones,
trazó contra mí malvados designios. la que era guarida de cachorros de
12 ac

Ñon. Palabra de Yave, Señor león, a donde llevaba el león a sus
del Cielo. Yo te humillaré de suerte cachorros, donde nadie podía per-
que no tenga que humillarte otra turbarlos? 13 Arrebataban sus leo-
vez. 10 a 12 b Sámec. Se erizan como — nes, y llenaban la caverna de presas
zarzal enredado, y como él serán y su cubil de despojos. 14 Heme aquí
cortados y perecerán. contra ti, dice Yave Sebaot. Yo con-
13

Ayin. Yo voy a quebrantar vertiré en humo tus carros. La espada
tu cetro, yo romperé tus cadenas. devorará a tus cachorros, yo raeré
Pe. 14 c
Yo extirparé de en medio de la tierra tus rapiñas. No se oirá
de ti las imágenes talladas, y del tem- ya más la voz de tus embaja-
plo de tus dioses los ídolos fundidos. dores.
14 ab Sade. —
De ti ha mandado Yave:
No quedará ni memoria de tu nombre. Los crímenes <!<• EVinive
14 d Qof. — Haré tu sepulcro lugar igno-
12
minioso. d El azote será enteramen-
1
te destruido. »' jAy de ti, ciudad sanguinaria,
.) toda llena de mentira y de vio-
— 1
Res. lEl —
mensajero de paz!
Mira, allí en los montes. Celebra,
lencia
2
y de inexhaustas rapiñas!
Restallido de látigo, estruendoso
Judá, festividades, cumple tus
tus rodar de ruedas, galopar de caballos
votos, que no volverán a ensañarse y rebotar de carros; 3 jinetes enhies-

contra ti. 3 Sin. Ha restaurado Yave tos, espadas relampagueantes, lanzas
fulgurantes. Muchedumbre de heri-
la viña de Jacob, ha restablecido la
gloria de Israel. Tau. En torno de — dos, montones de cadáveres, cadá-
lo que le arrebataron los saqueadores veres sin fin, por doquier se tropieza
que devastaron sus cepas. con cadáveres. 4 Por las numerosas
fornicaciones de la ramera de encan-
Lu ruina de PVinive.
tadores atractivos, maestra en bru-
jerías, que con sus fornicaciones sedu-
2
Un destructor se ha puesto en cía a los pueblos y con sus hechicerías
marcha contra ti; guarda la plaza engañaba a las naciones.
fuerte, escruta el camino, cíñete los * Heme aquí contra ti, dice Yave
HABACUC, 1 793

Sebaot. Yo te desnudaré, alzando, pueblo, todos son mujeres. Las puer"


hasta la cara tus vestidos, yo descu- tas se abren de par en par al enemigo
briré a los pueblos tu desnudez, yo en toda tu tierra. El fuego devora
mostraré a los reinos tus vergüenzas. las barras de tus puertas. 14 Abasté-
6
Yo arrojaré sobre ti todas tus in- cete de agua para el asedio; fortifica
mundicias, yo te cubriré de ignominia tus plazas, pisa el barro, amasa la
7
y te daré en espectáculo. Cuantos arcilla molde de los ladri-
y coge el
15 devorará el fuego, allí
te vean se apartarán de ti, diciendo: llos. Allí te
jDestruída Nínive! ¿Quién se compa- te exterminará la espada, te devo-
decerá de ella? ¿Dónde te buscaré rará como devora la langosta. Hazte
consoladores? 8 ¿Eres tú mejor que langosta por la voracidad, hazte lan-
No Amón, la que se sentaba entre gosta por la multiplicación. 16 Mutti-
ríos, la rodeada de aguas, cuya mu- plicaste tus mercaderes más que las
ralla eran las aguas, y tenía las aguas estrellas del cielo. La langosta se
por baluarte? 9 Su fuerza era la Etio- deslarva y se va. 17 Tus funcionarios
pía y el Egipto, no tenía fin. Put son como langostas, y tus escribas
y la Libia eran sus mercenarios; como enjambre de langostas que en
10 día de frío se amontonan en un va-
y con todo, se fué, se fué al cauti-
verio y al destierro, y sus hijos fue- llado; sale el sol y se van, sin que
ron estrellados en las encrucijadas de pueda conocerse el lugar donde estu-
todas sus calles, y su nobles fueron vieron.
echados a suertes, y sus grandes 18 Tus pastores, rey de Asur, están
fueron cargados de cadenas. dormidos; tus grandes tumbados, y
11 También
tú, también tú beberás tu pueblo se dispersa por los montes,
la embriaguez y serás objeto de es- sin que haya quien le congregue.
carnio. También tú irás en busca de 19 Tu ruina no tiene remedio; espan-

un refugio contra el enemigo. 12 Todas toso es tu desastre. Cuantos lo oigan


tus plazas fuertes son higueras con batirán palmas contra ti porque,
brevas, que al sacudirse caen en la ¿sobre quién no pesó sin tregua tu
boca de quien las come. 13 Mira: Tu maldad?

INTRODUCCION AL LIBRO DE HABACUC


NADA sabemos de Habacuc, fuera de lo que nos dice su libro. Este consta
de dos capítulos un canto, que es
y el tercero. En ambas partes nos presenta
a los caldeos como instrumentos de la cólera divina para castiqo de Jvda; pero
éste, a su tiempo, recaerá sobre ellos mismos, por no haberse dado cuenta de
los juicios de Dios y haber atribuido a sus ídolos los triunfos alcanzados.

HABACUC
8
elación sólo de él emanan. Sus caba-
El juicio de Yave sobre las nacio-
nes por medio de los caldeos. llos son más ligeros que el tigre, más
fogosos que el lobo nocturno. Sus
. Oráculo que vio Habacuc, pro-
1
jinetes son iracundos; vienen de lejos,
5 Mirad
1 feta. a las naciones, ved volando como el buitre, con prisa
y espantaos, pues se va a cumplir de devorar. 9 Todos vienen a la presa;
en vuestros días una obra, que si delante de ellos va el terror y amon-
os la contaran, no la creeríais. tona cautivos como las arenas. 10 Se
6 Voy
a suscitar a los caldeos, pue- burla de los reyes, y se mofa de los
blo feroz y arrebatado, que marchará príncipes; se ríe de las plazas fuertes;
por las anchuras de la tierra, para alza un terraplén y las toma; 11 luego,
conquistar moradas ajenas. 7 Es te- el huracán muda en dirección, y pasa.
rrible y temible, y su derecho y su Yo voy a exponer mi querella a Dios.
794 HABACUC, 2, 3

¿Cómo es que triunfa la violencia del que amontona lo ajeno, y acre-


y la injusticia? cienta sin cesar el peso de la deudal
7
¿No se alzarán de repente tus acree-
2
¿Hasta cuándo, oh Yave, supli- dores, no se levantarán tus exactores
caré sin que me oigas, clamaré a ti y serás presa de ellos? 8 Tú has des-
contra la violencia, sin que mandes pojado a muchas gentes, y ellas te
tu salvación? 8 ¿Por qué me haces despojarán a ti por tus matanzas de
ver la iniquidad, y soportar la vista hombres, tus violencias contra la
de la aflicción, y ver ante mí la tierra, la ciudad y cuantos la habitan.
9
opresión y la crueldad, y se producen jAy del que codicioso enriquece
pleitos y contiendas? * Por eso se injustamente su casa, y quiere poner
embota la ley y es conculcado el de- muy en alto su nido, para escapar
recho, pues el impío asedia al justo, al infortunio. 10 Con tu proceder has
y derecho se tuerce. 12 ¿No eres
el hecho segura la vergüenza de tu casa,
tú desdemuy antiguo Yave, mi Dios, asolaste muchos pueblos y debes tu
mi Santo? No dejarás tú, oh Yave, vida; 11 porque chilla en el muro la
perecer al que estableciste para la piedra, y la responde en el enmade-
justicia y fundaste sobre roca para rado la viga. 12 ¡Ay del que edifica
ejecutar el derecho. 13 Muy limpio con sangre la ciudad, y la cimenta
de ojos eres tú para contemplar el sobre la iniquidad! 13 ¿No es de Yave
mal, y no puedes soportar la vista Sebaot: Que los pueblos trabajan
de la opresión: ¿Por qué, pues, so- para el fuego y las gentes se fatigan
portas a los malvados, y callas mien- por la vanidad? 14 Pero llenaráse la
tras el impío devora al que es más tierra de la gloria de Yave, como
justo que él, como sihicieras a los llenan las aguas el mar.
hombres semejantes 15 |Ay del que da a beber al próji-
a los peces del
mar, o a los reptiles de la tierra, mo su cáliz emponzoñado hasta em-
que no tienen dueño? 16 El lo pesca briagarle, para descubrir su desnudez!
todo con su anzuelo, lo apresa en 18 Bebe tú a tu vez a saciedad la
sus mallas, lo barre con sus redes, y vergüenza, eti lugar de la honra, hasta
triunfa y se regocija; 16 y ofrece sacri- emborracharte. A ti se te dará el
ficios a sus mallas y ofrendas humean- cáliz de la diestra de Yave, y en vez
tes a sus redes, pues por ellas acre- de la gloria, tu vergüenza. 17 Porque
cienta su provisión y es pingüe su han de caer sobre ti las rapiñas del
comida. 17 Cada vez que sube, vacía Líbano, y la destrucción de los ani-
su red, y no cesa la matanza de los males te será motivo de terror, y las
pueblos sin piedad alguna. matanzas de hombres y el asola-
miento de la tierra y de las ciudades
y de cuantos las habitaban.
19
Respuesta «lo Dios. |Ay del que dice al leño: Des-
pierta, y a la piedra: Levántate! Esos
O 1 Yo me estaré en pie en mi no enseñan sino a enmudecer. Están
— puesto, en pie sobre el muro, y cubiertos de oro y de plata, pero
quedaré observando a ver qué me no hay en ellos hálito de vida. 18 ¿De
dice, y qué responde a mi querella. qué sirve la escultura que su autor
2
Y Yave me respondió, diciendo: esculpió, de qué la imagen fundida
Escribe la visión y grábala en tablas, y el oráculo mendaz, para que el
de modo que pueda leerse de corrido. que la hizo ponga en ella su con-
3
Porque la visión es para un tiempo fianza, por haberse fabricado vanida-
fijado, y ciertamente ha de realizarse des mudas? 20 Yave mora en su santo
sin falta y sin tardanza, espérala, que palacio. jCalla ante él, oh tierra toda!
ciertamente llegará, no faltará.
4 Mira: El de alma soberbia perece,

mas el justo por su fidelidad vivirá. IMcijaría y panto triunfal «leí


* [Cuánto más habrá de perecer el
profeta.
bandido, el orgulloso, que ensancha
su codicia como el infierno, y es in- o 1
Plegaria de Habacuc, profeta
saciable como la muerte y se apo- »> sobre los sigyonot.
dera de todas las naciones y amon- 2
Yo te oí anunciarlo, |oh Yave!,
tona todos los pueblos! 7 ¿No habrán y me llené de espanto ante tus
de alzar todos éstos contra él sátiras, designios. Dales vida, |oh Yave!,
burlas y proverbios? Le dirán: ¡Ay en el transcurso de los años, mani-
'

SOFONÍAS. 1 795

fiéstalos en medio de los tiempos, y en 12 En


tu ira huellas las naciones,
la. ira acuérdate de hacer miseri- y en tu furor trillas a los pueblos.
cordia. 13
Saliste a campaña para salvar a tu
3
Llega Dios de Temán, viene el pueblo para la salvación de tu ungido,
Santo del monte de Farán. Sela. Su abatiendo la cúspide de la casa del
majestad cubre los cielos, y la tierra impío, desnudando sus cimientos has-
se llena de su gloria. 4 Hay un res- ta la roca, Sela. 14 Horadaste con tu
plandor de luz, de sus lados salen cayado la cabeza del Faraón; 16 te
rayos, y vela con él la majestad de metiste con tqs caballos en el mar,
su poder. 6 Delante de él va la mor- en el hervidero de montañas de agua,
tandad, y a su zaga va el azote. * Al que como torbellino avanzaban exul-
levantarse él hace temblar a la tierra, tantes para dispersarnos, para devo-
y su mirada conmueve las naciones. rar ocultamente al desvalido.
Los montes eternos se resquebrajan, 16 Yo oí,
y se estremecieron mis en-
y se abajan los eternos collados, sus trañas, al estruendo me faltó la pa-
antiguos caminos. labra; se reblandecieron mis huesos
7
En pago de la iniquidad llenaste y mis pasos se hicieron vacilantes.
de terror las tiendas de Cusán, y Tranquilo esperaré el día de la an-
temblaron las tiendas de la tierra de gustia, que ha de venir del pueblo
Madián. 8 ¿Acaso se enciende tu ira que ha de oprimirnos.
contra los ríos, o es contra los mares 17 Que no dé sus yemas la higuera,
tu furor, cuando subes sobre tus ca- que no den sus frutos las vides, que
ballos y sobre tus carros de victoria? falte la cosecha del olivo y no
9
Aparece al desnudo tu arco y llenas den mantenimiento los campos; que
de saetas tu aljaba, Sela, y hiendes desaparezcan del redil las ovejas,
con torrentes la tierra. 10 A tu vista no haya bueyes en los establos,
tiemblan las montañas e irrumpen 18 yo siempre me alegraré en Yave
diluvios de aguas; alza su voz el y me gozaré en el Dios de mi salva-
abismo y levanta sus manos a lo ción. 19 Que es Yave mi Señor, mi
alto, 11 el sol y la luna se quedan fortaleza, que me da pies como- de
en sus moradas, y para alumbrar ciervo, y me hace correr por las alturas.
vuelan tus saetas y fulgura tu lanza. Al maestro del canto. A
las cuerdas.

INTRODUCCION AL LIBRO DE SOFONIAS

ONIAS parece, según el epígrafe de su libro (1, 1), descendiente del


rey Ezequías. Vaticinó en los días de Josías, hijo de Amón (678-608),
antes de la caída del imperio asirio (612). Anunció el juicio de Dios sobre
Judá y las naciones, sin excluir a Nínive, que será convertida en soledad, en
desierto, en guarida de fieras (2, 13 sigs.). Termina anunciando la cesación
del cautiverio y la restauración mesiánica, en que participarán todos los
pueblos.

S O F O NIAS
El dia de Yave.
perecer hombres y animales, las aves
del cielo y los peces del mar. Yo
1
Palabra de Yave dirigida a So-
haré tropezar a los impíos y exter-
fonías, hijo de Cusi, hijo de Gue- minaré a los hombres de sobre la haz
dalías, hijo de Amarías, hijo de Eze- de la tierra, dice Yave. 4 Yo tenderé
quías, en los días de Josías, hijo de mi mano sobre Judá y sobre todos
Amón, rey de Judá. los moradores de Jerusalén, y exter-
2
Yo haré perecer cuanto hay sobre minaré de este lugar los restos de
I

la haz de la tierra, dice Yave. 3 Haré Baal, y el nombre mismo de los arús-
796 SOFONlAS, 2

pices de entre los sacerdotes, y a los cólera os pulverice como tamo, antes
que en los terrados se postran ante que caiga sobre vosotros el ardor de
la milicia de los cielos, y a los que la ira de Yave, antes que llegue sobre
postrándose ante Yave juran por vosotros el día de la ira de Yave.
3
Milcom, 6 y a los que se apartan de Buscad a Yave los humildes de la
Yave y no le buscan ni se acuerdan de él. tierra; cumplid su ley, practicad la
7
¡Silencio en la presencia del Señor, justicia, buscad la mansedumbre, y
Yave! Porque se acerca el día de Yave. quizá quedaréis al abrigo el día de
Porque ha preparado Yave un ban- la ira de Yave.
quete, y ha prevenido" ya a sus invi-
tados. 8 Y sucederá en el día del
banquete de Yave, que haré yo jus- Sobre los filisteos.
ticia en los príncipes y en la casa
del rey, y en todos los que se visten * Porque Gaza será abandonada,
y
vestiduras extranjeras. 9 Y haré aquel Ascalón asolada, Azoto saqueada en
6
día justicia en los que corretean por pleno día, y Acarón extirpada. |Ay
las calles e hinchen las casas de sus de los habitantes de la costa del mar,
señores de rapiñas y de fraudes. del pueblo de los cereteosl La pa-
10 Y se alzarán aquel día, dice Yave, labra de Yave se alza contra vos-
gran gritería desde la puerta del pesca- otros. Canán, tierra de filisteos, yo
do y gran clamor desde la ciudad nue- te destruiré hasta no dejar en ti habi-
va y gran estruendo desde las colinas. tante. 6 Y Queret se convertirá en
11 Lamentaos, moradores de la pastizales de pastores y rediles para
Muela, porque todo vuestro pueblo las ovejas. 7 La región será para el
de mercaderes ha sido destruido, han resto de Judá, allí apacentara. Dor-
sido exterminados todos los que mirán por la' noche en las casas de
traían las cargas de plata. 12 Sucederá Ascalón, porque los visitará Yave,
aquel día que escudriñaré yo a Jeru- su Dios, y los restaurará.
salén con linternas, y haré justicia
en los que se sientan sobre sus heces,
diciéndose en su corazón: No hace Sobre Moab y Ammán.
Yave ni bien ni mal. 13 Su opulencia
será dada al pillaje y asoladas, sus 8
Yo he oído los ultrajes de Moab
casas. Levantarán casas y no las ha- y los denuestos de los hijos de Ainmón,
bitarán, plantarán viñas y no bebe- que afrentaron a mi pueblo y se en-
rán su vino. 14 Se acerca, se acerca grandecieron con su territorio. * Y
el gran día de Yave, viene presuroso; por mi vida, dice Yave Sebaot, el
el estruendo del día de Yave es ho- Dios de Israel, que Moab será como
rrible, hasta los más fuertes lanzan Sodoma y los hijos de Ammón como
gritos de angustia. 15 Día de ira es Gomorra, ortigales, mina de sal y
aquél, día de angustia, de congoja, campo de eterna devastación. El
día de ruina y asolamiento, día de ti- reslo de mi pueblo los saqueará, y los
nh'bla y de oscuridad, día de sombras sobrevivientes de mi pueblo los he-
y densos nublados, 16 día de trompeta redarán. 10 Este será el pago de su
y alarma en las ciudades fuertes y soberbia, por haber ultrajado a mi
en altas torres.
las pueblo y haberse insolentado contra
17
Yo
aterraré a los hombres, que el pueblo de Yave Sebaot.
11 Yave

andarán como ciegos; por haber pe- será terrible contra ellos y destruirá
cado contra Yave, su sangre será de- a todos los dioses de la tierra; y todos,
rramada como se derrama el polvo y cada uno desde su lugar y todos los
tirados sus cadáveres como estiércol. de las islas de las gentes, le ado-
18 No podrá su plata ni su oro librarlos rarán.
eldía de la ira de Yave, pues toda la
tierra será consumida por el fuego
de su furor y consumará la ruina, la Sobre la Etiopia v la Asirla.
pérdida apresurada de todos los mo-
18
radores de la tierra. También vosotros, los cusitas.
por mi espada. 13 Y
seréis destruidos
Exhortación a la penitencia. tenderá su mano hacia el aquilón y
destruirá a Asur y hará de Nlnlve
<)
1
Ajustaos a la regla y arreglaos, un campo de devastación, árido como
™ pueblo rebelde, 3 antes que la desierto. 14 En medio de él dor-
SOFONlAS, 3 797

mirán los rebaños y todos los ani- el nombre de Yave y servirle de común
males de los pantanos, el pelícano y acuerdo. 10 Mis adoradores, mi dis-
el alcaraván harán su morada en persión, me
traerá ofrendas desde
sus capiteles. En los huecos canta más de Cus. 11 Entonces no te
allá
un murmullo; en los atrios, desola- avergonzarás ya de las rebeliones con
ción; los artesonados de cedro, arran- que te rebelaste contra mí, porque
cados. 15 Hela aquí, la ciudad sober- yo quitaré de en medio de ti a tus
bia y llena de confianza en sí misma, fanfarrones jactanciosos y no te
que se decía: «Yo y nadie más que ensoberbecerás por mi monte santo.
yo.» ¡Cómo ha sido devastada y 12
Dejaré en medio de ti como resto
hecha guarida de bestiasl Cuantos un pueblo humilde y modesto, que
pasen cerca de ella silbarán y move- esperará en el nombre de Yave.
rán sus manos. 13
El resto de Israel no hará iniqui-
dad, no dirá mentira, no tendrá en
sobre Jerusalén. su boca lengua mendaz, y se apacen-
tarán y dormirán sin que haya nadie
O 1
¡Ay de la rebelde, de la conta- que los espante.
minada, de la ciudad opresoral 14 jCanta, hija de Siónl Da voces
2
Noquiso escuchar, no se dejó ense- jubilosas, Israell Regocíjate con todo
ñar, no quiso acercarse a su Dios. 15 Que
el corazón, hija de Jerusalénl
Sus príncipes son rugientes leones, Yave ha revocado los decretos dados
sus jueces lobos nocturnos, que no contra ti y rechazado a tu enemigo.
dejan hueso que roer a la mañana. El rey de Israel, Yave, está en medio
* ¡Sus profetas son hombres vanos
y de ti. No verás más el infortunio.
pérfidos, sus sacerdotes profanan las 16 Aquel día se dirá a Jerusalén: No
,

cosas santas y falsean la ley. 8 Yave >temas, Sión. Que no se caigan tus
es justo enmedio de ella, no hace él manos, 17 que está en medio de ti
iniquidad; todas las mañanas esta- Yave, como poderoso salvador; se
blece su juicio para alumbrar, no goza en ti con transportes de alegría,
falta nunca y no hay en él iniquidad. te ama con delirio. 18 a ¡Ay de los que
6
Yo
he exterminado a los sober- pretendan afrentartel (1).
19 a
bios y he asolado sus
torres y devas- Aquel día arruinaré yo entera-
tado sus caminos, sin que haya quien mente a tus opresores, 18b y destrui-
pase por ellos, y sus ciudades fueron ré del todo a los que te oprimieron.
saqueadas y no queda en ellas mo- 19 b
Y
salvaré a la coja y recogeré a
rador. 7 Me dije: De cierto me teme- la descarriada y las haré objeto de
rás y te corregirás; no dejará de ad- alabanzas, y su confusión la haré
vertir los castigos con que yo la he gloria de la tierra toda, 20 al tiempo
castigado; pero se dió a corromper en que yo os colmaré de bienes, al
más y más sus caminos. 8 Por eso, tiempo en que yo os reuniré. Porque
dice Yave, esperadme, para el día yo os haré objeto de gloria y alabanza
en que me levantaré para juzgaros. entre todos los pueblos de la tie-
Porque es mi propósito reunir a las rra, cuando a vuestros ojos haré
gentes y juntar a los reinos, para retornar a vuestros cautivos, dice
derramar sobre ellos mi ira, porque Yave.
la tierra toda será consumida por el
ardor de mi cólera.
(i) £1 día del Señor, que el profeta anuncia,
un juicio sobre todas las naciones que reci-
será
La restauración. birán su castigo, mientras que Israel, purificado
9
por el cautiverio, se convertirá a Yave, que le
Entonces devolveré yo a los pue- recibirá. Entonces Sión cantará alegre, tanto más
blos labios limpios, para invocar todos que ve el castigo de cuantos le maltrataron.

INTRODUCCION AL LIBRO DE JOEL


~\JADA nos dice la Escritura de Joel, hijo de Patuel, del cual sólo sabemos
' que se halla en sus oráculos. La sentencia más probable es que vivió
lo
en Judá, después de la vuelta de la cautividad. Su vaticinio es escatológico.
Empieza por describirnos una asoladora invasión de langosta que había devas-
798 JOEL, 1, 2

todo el territorio hasta hacer que ¡altase la oblación en el templo. Tales invasio-
nes no son raras en Palestina, sobre todo en Judea. En la orilla oriental del
mar Muerto se incuba de continuo la langosta, y si las circunstancias le son
favorables se multiplica, y salvando el mar, invade la Judea. Los estragos de
tal invasión sirven de base al profeta para describir los dfl odia d l Señor»,
que vendrá sobre Israel y sobre todas las naciones, día de justicia y día tam-
bién de mí se) vcordia mesidnica, por la efusión del espíritu divino en Israel.
(Vid. Act. 2, 17 sigs.)

JOEL
La terrible placja do langosta altar. Venid, pasad la noche cubiertos
devasta la tierra. de saco, ministros de mi Dios. Porque
ofrendas y libaciones han desapa-
las
1
Palabra de Yave, llegada a Joel, recido de la casa de vuestro Dios.
14 Promulgad ayuno,
hijo de Petuel. pregonad asam-
2
Oíd esto, viejos. Escuchad, habi- blea santa, congregad a los ancia-
tantes todos de esta tierra, a ver nos y a todo el pueblo de la tierra en
si sucedió en vuestros días cosa la casa de Yave, vuestro Dios, y
semejante. 8 Contádselo a vuestros clamad a Yave. 15 ]Ay, aquel día, el
hijos, y que se lo cuenten éstos día de Yave se acercal Vendrá como
a sus hijos, y sus hijos a la ge- asolación del Todopoderoso. 18 ¿No
neración venidera. 4 Lo que dejó ha desaparecido de vuestros ojos todo
el garam, lo devoró el arbe; lo que manténimientoT ¿No ha huido la casa
dejó el arbe, lo devoró el jelec; lo que de nuestro Dios toda alegría? 17 La
dejó el jelec, lo devoró el jasil (1). simiente se pudre debajo de los te-
* Despertaos, borrachos, y llorad; rrones; los graneros están vacíos, los
gemid los bebedores de vino; que os alfolíes destruidos, y ya no hay nada
han quitado el vino de la boca. * Ha de trigo.
invadido mi tierra un pueblo fuerte, 18 ¡Cómo mugen las bestias! Los

innumerable. Sus dientes son dientes hatos de bueyes andan locos por no
de león, sus mandíbulas mandíbulas tener pastos, y perecen los rebaños.
de leona. Ha devastado mis viñas, 19 |Oh Yave, a ti clamo! Que el fuego
ha roto mis higueras, las descortezó, ha consumido los prados del llano,
las derribó, dejándolas del todo blan- y las llamas han abrasado todos los
cas. 8 Laméntate como la doncella arboles del campo. 80 Las bestias
que viste saco por el prometido de salvajes se vuelven a ti también ávi-
su juventud. 9 Ha cesado la ofrenda das, porque se han secado las corrien-
y la libación en la casa de Yave. Los tes de aguas, y el fuego ha devorado
sacerdotes, ministros de Yave, están los prados del llano.
en duelo. 10 Los campos devastados,
la tierra en luto, porque el trigo está
seco, destruido el vino, perdido el Exhortación a la penitencia.
aceite.
11 Confundios, labradores, gritad, Tocad la trompeta en Sión, dad
1
*)
viñadores, por el trigo y la cebada, * en mi monte santo la voz de
porque no hay cosecha. 12 La viña está alarma. Tiemblen los habitantes todos
en la confusión, la higuera enferma; de la tierra, que se acerca el dia de
el granado, la palmera, el manzano Yave. Ya esta cerca. * Dia de tinie-
y todos los árboles del campo, secos. blas y oscuridad día de nublados y
La alegría ha huido avergonzada de sombras. Se extiende sobre los mon-
entre los hombres. 13 Ceñios y lamen- tes como la luz del alba, muchedum-
taos, sacerdotes. Llorad, ministros del bre inmensa, fuerte, como desde los
siglos no se vió ni se verá después
(i) Son cuatro nombres con que se deno- jamás por generaciones de generacio-
minan o cuatro especies de langosta o cuatro nes. 8
Delante de ellos el fuego va
diversos estados de ella en su desarrollo. No
teniendo en nuestra lengua nombres corres-
consumiendo y detrás la llama abra-
pondientes, no hacemos más que trascribir los sa. Aunque delante de ellos fuera
hebreos. la tierra un paraíso de Edén, detrás
!

JOEL, 2 799

se convierte en desolado desierto, i


saciaréis, no os haré ya más el opro-
nada queda. j
bio de las gentes. 20 Alejaré de vos-
Parecen caballos, y como caballos
4 ¡
otros al norteño y le echaré a tierra
se precipitan. 8Como ruido de carros ¡
desierta y árida, poniendo sus van-
que botaran por las cimas de los j
guardias hacia el mar oriental y su
montes, como el crepitar de las ar- ! retaguardia hacia el mar occidental,
dientes llamas, que devoran la pajá. j
y subirá su hedor, y exhalará hedion-
Son un pueblo fuerte en orden de dez, pues hace Yave grandes cosas.
batalla. 6 Ante ellos las gentes se
llenan de zozobra, todos los rostros
se demudan. 7 Corren como guerreros,
asaltan los muros como soldados,
La prosperidad.
marchan cada uno por su senda y no
confunden los caminos; 8 ni aprieta 21 No temas, tierra; alégrate y
ninguno a su vecino, va cada uno en gózate, porque son muy
grandes cosas
su pelotón, y aun atravesando por las que hace Yave. 22 No temáis,
entre las armas no se hieren. 9 Asaltan animales del campo, que reverde-
la ciudad, corren por las murallas, cerán los pastos del desierto y darán
escalan las casas, y entran por las fruto los árboles del campo, y la
ventanas como ladrones. 10 Ante ellos higuera y la vid los suyos. 23 Alegraos
tiembla la tierra, se conmueve el cielo, y gózaos también, hijos de Sión, en
se oscurecen el sol y la luna y las Yave vuestro Dios, que os dará la
estrellas extinguen su brillo. lluvia a su tiempo y hará descender
11
Yave hace resonar su voz ante sobre vosotros la temprana y la
sus ejércitos. Su campamento es in- tardía de otras veces. 24 Y rebosarán
menso y fuerte para ejecutar sus de trigo las eras y de vino y aceite
órdenes. Grande es el día de Yave, los lagares. 25 Y os restituiré lo que
sobremanera terrible; ¿quién lo podrá comieron garam, el arbe, ?1 jelec
el
sufrir? 12 Por eso, pues, ahora, dice y el jasil, mi gran ejército, que mandé
Yave, convertios a mí, de todo co- contra vosotros. 26 Y comeréis hasta
razón, en ayuno, en llanto y en ge- i
la saciedad y alabaréis el nombre de
mido. 13 Rasgad vuestros corazones, Yave, vuestro Dios, que hizo con
no vuestras vestiduras, y convertios vosotros maravillas, y jamás será
a Yave, vuestro Dios, que es clemente confundido mi pueblo. 27 Y sabréis
y misericordioso, tardo a la ira, j
que en medio de Israel estoy yo,
grande en misericordias y se arre- y que yo soy Yave, vuestro Dios,
piente de castigar. 14 ¿Quién sabe si y no hay otro, y jamás será mi pueblo
mudando de consejo no se arrepen- confundido.
tirá, y dejará tras sí bendición para
ofrenda y libación a vuestro Dios?
15 Tocad la trompeta en Sión, pro-
1 ti «-fusión del espíritu de Yave.
mulgad ayuno, pregonad asamblea.
16 Reunid al pueblo, ordenad congre-
gación, convocad a los ancianos, 28 Y después de esto derramaré mi

reunid a los niños, aun los que cuel- espíritu sobre toda carne, y pro-
gan de los pechos. Que deje el esposo fetizarán vuestros hijos y vuestras
j

su cámara y su tálamo la esposa. hijas, y vuestros ancianos tendrán


17 Entre el pórtico
y el altar lloren sueños, y vuestros mozos verán visio-
los sacerdotes, ministros de Yave, nes. 29 Y aun sobre vuestros siervos
diciendo: (Ten piedad de tu pueblo, y siervas derramaré mi espíritu en
oh Yave, y no des al oprobio a tu aquellos días; 30 y haré prodigios en
heredad, para que se enseñoreen de el cielo, y pondré en la tierra sangre
ella las gentes! ¿Por qué han de po- y fuego y columnas de humo. 31 Y se
der decir las gentes: Dónde está su cubrirá de tinieblas el sol y de sangre
Dios? la luna, antes que venga el día grande
y terrible de Yave. 33 Y todo el que
VA perdón. invocare el nombre de Yave será
salvo, porque en el monte de Sión
18 Entonces Yave, encendido en y en Jerusalén estará el resto de los
celo por su tierra, perdonó a su pueblo, salvados, como lo ha dicho Yave,
19
y respondiéndole dijo: Os mando y lo mismo será de los escapados
el trigo, el mosto y el aceite, y os llamados por Yave.
800 JEEL. 3

Kl inicio de las «jentes todas. gentes todas de en derredor, y con-


gregaos; haz bajar allá, joh Yave!,
*i 1
Porque mirad, en esos días a tus guerreros. 12 Que se alcen las
'
cumpliré yo la restauración de gentes y marchen al valle de Josafat,
Judá y de Jerusalén, 2 y reuniré a porque allí me sentaré yo a "juzgar
todas las gentes y los llevaré al valle a todos los pueblos de en derredor.
13 Meted
de Josafat, y discutiré con ellos la la hoz que está ya madura
causa de mi pueblo y de mi heredad, la mies. Venid, pisad, que* está lleno
Israel, que ellos dispersaron entre las el lagar y se desbordan las cubas,
naciones, repartiéndose mi tierra, porque es mucha su maldad.
3
echando suerte sobre mi pueblo, 14 Muchedumbres, muchedumbres
dando un mozo por una prostituta en el valle del juicio, porque se acerca
y una doncella por vino que se be- el día de Yave en el valle del juicio.
bían. * Y
vosotros también. ¿Qué 16 Elsol y la luna se oscurecen y las
sois vosotros para mí, Tiro y Sidón, estrellas pierden su brillo.
y todos los términos de la Filistea?
¿Es que queréis vengaros de mí?
Pues en cuanto vosotros hagáis algo Seguridad v prosperidad del
contra mí, yo haré recaer vuestra pueblo de Dios.
acción sobre vuestra cabeza. 6 Vos-
otros, que os llevásteis mi plata y 16 Ruge Yave desde Sión
y hace oír
mi oro, y metisteis mis tesoros en su voz desde Jerusalén; los cielos y la
vuestros palacios; * que vendisteis tierra se conmueven, pero Yave sera
los hijos de Judá y los hijos de Jeru- un refugio para su pueblo y una forta-
salén a los hijos de los griegos, para leza para los hijos de Israel. 17 Sabréis
que los llevasen lejos de su tierra, que yo soy Yave, vuestro Dios,
7
veréis que yo los levantaré del lugar moradores de mi monte santo; santa
para donde los vendisteis y haré será Jerusalén, y no pasarán por ella
recaer vuestra acción sobre vuestra los extraños.
18 En aquellos días destilarán mosto
cabeza; 8 y venderé vuestros hijos
y vuestras hijas a los hijos de Judá, los montes, leche los collados, y co-
para que¡ellos los vendan a los sábeos, rrerán las aguas por todas las torren-
nación apartada, dice Yave. teras de Judá y saldrá de la casa de
Yave una fuente que regará el valle
I.a escena. de Sittim. 19 Será destruido el Egipto,
Edom será un desolado desierto, por
9
Pregonad esto entre las gentes, el cruel trato dado a los hijos de
proclamad la guerra, despertad a Judá, derramando en su tierra sangre
los valientes, vengan, lléguense todos inocente. 20 Judá será por siempre
10
los hombres de' guerra. Forjad habitado, y Jerusalén por genera-
espadas de vuestros azadones, lanzas ciones y generaciones. 21 Yo vengaré
de vuestras hoces; diga el flaco: su sangre, no la dejaré impune y
«Yo soy fuerte.» 11 Juntaos y venid, Yave morará en Sión.
INTRODUCCION AL LIBRO DE JOÑAS
17 L libro de Jonás
se distingue de los de otros profetas, por contarnos la hie-
projeta una persona distinta de él. De Jonás se cuenta en
loria del
II Reg. 14, 25 gue vaticinó las conquistas de Jeroboam II, pero nada más sabe-
mos de su ministerio. Ninive se debatía entonces en guerras intestinas, a las
que puso fin un hombre enérgico, elevado al trono desde humilde origen, Teglat-
falasar III (745). El tema fundamental del relato es claro: Poner de relieve
la misericordia de Dios para con los pecadores arrepentidos, aun cuando sean
extraños a su pueblo. Lo que no querían entender los judíos en la predicación
de Jesús. Sobre la naturaleza del relato, ya los antiguos disputaban y se daban
sentencias diversas, sin que los modernos hayan venido a un acuerdo.
Algunos consideran el libro como una parábola. Mas la opinión que pode-
mos llamar tradicional en la Iglesia defiende la historicidad de la narración.

JOÑAS
La orden de ir a Ninive. lejos de Yave, a Tarsis; bajó a Jope

1
y halló un barco que estaba para ir
i Llegó a Jonás, hijo de Amitai, a Tarsis; pagó el pasaje y entró en
* palabra de Yave, diciendo: 2 Leván- él, para irse con ellos a Tarsis, lejos
tate y ve a Ninive, la ciudad grande, de Yave.
y anuncíales que su maldad ha subido
ante mí. La tormenta en el mar.
Desobediencia y luga del prolcta. 4
Yave levantó en el mar un
3
violento huracán, y fué tal la tor-
Levantóse Jonás (1), para huir menta en el mar, que creyeron se
(1) Según la sentencia más probable Tarsis rompería la nave. 5 Llenos de mie-
estaba en la provincia de Huelva, y en ella los do, los marineros invocaban cada
fenicios tenían instalados puestos de tráfico. uno a su dios, y echaron al mar lo
8Ü2 JONÁS, 2, S

que llevaban en la nave, para alige- Jonás, en el vientre del ectáeeo.


rarla de ello.
Jonás, que había bajado al fondo O 1 Yave había dispuesto
(1) un pez
de la nave, se había acostado y muy
grande para que tragase a Jo-
dormía profundamente. 6 Llegóse a él nás, y Jonás estuvo en el vientre del
el patrón del barco y le dijo: ¿Qué pez por tres días y tres noches. 2 Des-
estás durmiendo? Levántate
ahí tú de el vientre del pez dirigió Jonás su
y clama Quizá se cuidará
a tu dios. plegaria a Yave, su Dios, diciendo:
3 Clamé
Dios de nosotros y no pereceremos. a- Yave en mi angustia y
7
Dijéronsc unos a otros: Vamos a él me oyó: desde el seno clamé y tú
echar suertes (t) a ver por qvién nos me oíste, * echásteme a lo profundo,
viene este mal. Echaron suertes, y al seno de los mares; envolviéronme
8
la suerte cayó sobre Jonás. Dijé- las corrientes; todas tus ondas y tus
ronle: A ver de dónde vienes, cuál olas pasaron sobre mí.
es tu tierra y de qué pueblo eres.
* El les respondió: Yo soy hebreo
y Oración.
sirvo a Yave, Dios de los cielos, que
1ií7.o mares y la tierra.
los
10 Aquellos hombres se atemori-
5
Y
dije: Arrojado soy de delante

zaron sobremanera, y le dijeron: ¿Por de tus ojos, pero todavía podré con-
qué has hecho csti ? Pues sabían templar tu santo templo. 8 Las aguas
que iba huyendo de Yave, porque él me estrecharon hasta el alma, envol-
se había declarado. 11
Dijeron le:
viéndome el abismo, las algas se
lo
¿Qué vamos a hacer contigo para enredaron a mi cabeza. 7 Había ba-
jado ya a las bocas del sepulcro, la
que el mar se nos aquiete? Porque el
región cuyos cerrojos son barras
mar iba embraveciéndose cada vez
eternas: pero tú, Yave, mi Dios,
mas. 12 El les respondió: Cogedme
salvaste mi alma (leí sepulcro. 8 Cuan-
y echadme al mar, y el mar s.c os
aquietará, pues bien sé yo que esta
do desfallecía mi alma me acordé
gran tormenta os ha sobrevenido de Yave, y mi súplica llegó a su
santo templo.
por mí. 9
[Cómo se sustraen a su miseri-
cordia, los que siguen a las menti-
rosas vanidades! 10 Pero yo te ofre-
Jonás es arrojndo al mar. ceré a ti víctimas acompañadas de
alabanzas, cumpliré mis votos. De
Yave es la salvación.
13 Aquellos hombres hicieron por
volver la nave a tierra, mas no pu-
Liberación.
dieron, pues el mar cada vez más se
embravecía. 14 Entonces clamaron a
Yave, diciendo: (2) ¡Oh Yave! Que no
11
Dió Yave orden al pez, y éste
perezcamos nosotros por la vida de vomitó a Jonás en la playa.
este hombre, y no nos imputes sangre
inocente, pues tú, |oh Yave!, has Predicación de .lonas en IVinlve.
hecho como le plugo. 15 Y cogiendo
a Jonás le echaron al mar, y el mar •} 1
Llegó por segunda vez a Jonás
se aquietó en su furia. 16 Temie- la palabra de Yave, diciendo:
ron aquellos hombres a Yave, y le 3 Levántate y ve a Nínive, la ciudad
ofrecieron sacrificios y le hicieron grande, y pregona en ella lo que yo
votos. le diré: 3 Levantóse Jonás y fuésc a
Nínive, según la orden de Yave.
Era Nínive una ciudad grande sobre-
(t) La suerte era en la antigüedad uno de manera, de tres días (2) de camino.
los modos de conocer la voluntad divina o
de dar con verdad.
la (1) Qué pez sea éste y cómo pudo vivir
(2) Los marineros son sin duda fenicios en élJonás por espacio de tres días y pronun-
y por tanto gentiles, pero aun admitiendo ciar el salmo que sigue es una de las graves difi-
muchos dioses, no niegan al Dios de los he- cultades del libro, a que aludimos en la in-
breos y conciben como cosa razonable que troducción.
pueda estar irritado éste contra uno de sus (3) «Tres días de camino* significa que Jonás
adoradores. Arrojándole al mar se aplacará, los necesitaba para hacer oir su mensaje en
y hará cesar la tormenta. todos los barrios de La gran ciudad.
JONÁS, 4 809

4 Ycomenzó Jonás a penetrar en la diciendo: ¡Cómo, Yave! ¿No es lo


ciudad camino de un día, y prego- que ya me
decía yo estando en mi
naba diciendo: De aqirí a cuarenta tierra? Por eso, precaviéndome, quise
días será destruida Nínive. 5 Las huir a Tarsis, pues sabía q'ie tú eres
gentes de Nínive creyeron a Dios y Dios clemente y piadoso, tardo a la
pregonaron ayuno, y se vistieron ira, de gran misericordia, y que te
saco desde el mas grande al más arrepientes del mal. 3 Ahora, pues,
pequeño (1). Yave, mátame, te rueg), porque
mejor me es la muerte (pie la vida.
4
Penitencia de los ninivitas. Díjole Yave: ¿Te parece que haces
bien con enojarte tanto?
5
6
Salióse Jonás de la ciudad y se
Llegó la cosa al rey de Nínive, sentó al. lado oriental de ésta, y
y levantándose de su trono, se des- haciéndose un chozo metióse en él
nudó sus vestiduras, se vistió de a la sombra, hasta ver lo que era
saco y se sentó sobre el polvo, 7 c de la ciudad. 6 Dispuso Yave Dios
hizo pregonar en Nínive una orden un ricino, que creció hasta por encima
del rey y de sus príncipes, diciendo:
de Jonás, y haciendo sombra sobre
Hombres y animales, bueyes y ove- su cabeza, le defendía del calor.
jas, no probarán bocado, no comerán
Jonás se alegró mucho por el ricino.
nada ni beberán agua. 8 Cúbranse 7
Pero dispuso Dios un gusano que
de saco hombres y animales, y clamen
a la mañana siguiente atacó al ricino,
a Dios fuertemente, y conviértase
cada uno de su mal camino, de la
y éste se secó. 8 Al salir el sol mandó
Dios un recio viento solano, y el sol
rapiña de sus manos. 9 ¡Quién sabe hirió en la cabeza a Jonás, que angus-
i

si se volverá Dios, y se arrepentirá


tiado se deseaba la muerte, dicien-
del furor de su ira, y no pereceremos!
do: |Mejor sería para mí morir que
vivir!
9
Perdón. Entonces dijo Yave a Jonás:
¿Tanto enojarte por el ricino? Y él
10 Vi respondió: Sí, mucho me enojo, hasta
ó Dios lo que hicieron, convir-
tiéndose de su mal camino; y arre-
la muerte. 10 Y Yave le dijo: jAh!
Tú tienes lástima del ricino, en el
pintiéndose del mal que les dijo cual no trabajaste pasa hacerle crecer,
había de hacerles, no lo hizo. que en el espacio de una noche nació
y en el de otra noche pereció; 11 ¿y no
Despecho de Jonás y reprensión voy a tener yo piedad de Ninive, la
de Dios. gran ciudad, donde hay más de
ciento veinte mil almas que no dis-
4 1
Apesadumbróse sobremanera Jo-
2
tinguen su mano derecha de la iz-
nás; se enojó (2), y oró a Yave, quierda, y numerosos animales? (1)

(1) Como los marineros fenicios, así las tintos de losde su profeta. Bien sabemos que
gentes de Nínive creyeron mensaje de Dios,
el el evangelio que
la misericordia de Dios, tan
o sea, la amenaza con que el Dios de Jonás les pregonada en el An.iguo Testamen:o. era, sin
amenaza y procuran evitarlo aplacando a Dios. emoargo, la que menos emenJían los fariseos.
(2) Esta pesadumbre de Jonás pone más (i) En estas palabras finales está toda la
de relieve los sentimientos de Dios, tan dis- enseñanza del libro encerrada.

INTRODUCCION AL LIBRO DE ABDIAS


sabemos de Abdias. Su oráculo, el escrito más corto del Antiguo Tes-
tamento, es una amenaza contra los idumeos, en castigo del mal que hibían
cometido contra sus hermanos, los hijos de Judá, en alguna calamidad sufrida
por Jerusalcn. A juzgar por otros lugares (Lam. 4, 21; Ez. 25, 12 sigs.;
35, 1 sigs.; Sal. 137, 7), el profeta alude a la conducta habida por los hijos
de Esaú en los días de la invasión de Caldea. Edom sufrirá el castigo de su
maldad, mientras que Israel volverá triunfante y ocupará todo el territorio de-
Cañón.
fcÓI ABDÍAS

ABDI AS
Crímenes de Edom y su ruina. Jerusálén, también tú uno de
fuiste
tantos. 12
No
contemples el día de
I
Visión de Abdías: Asi dice de tu hermano el día de su desastre. No
Edom, Yave. Hemos oído de parte te goces de los hijos de Judá el día
de Yave un rumor, y ha sido enviado de su perdición. No profieras arro-
un mensajero a los pueblos. ¡Arriba! gancias el día de la tribulación.
Alcémonos en guerra contra él. 2 Mira, 13 No entres por las
puertas de mi
te he hecho pequeño entre las gentes, pueblo el día de su ruina, ni te estés
eres sobremanera despreciable. 3 Tu contemplando también su desgracia
orgullo y tu corazón te engañan. Quien el día de su desastre. No tiendas la
habita en las cavernas de las rocas y mano sobre sus riquezas el día de
cuya morada son las alturas, se dice a su ruina. 14 No te pongas en la encru-
sí mismo: ¿Ouién será capaz de echar- cijada para matar a los fugitivos. No
me a tierra? 4 Pues aunque te subas entregues sus huidos el día de la
tanto como el águila y pongas en las tribulación.
estrellas tu nido, yo te derribaré, dice 18 Porque se acerca el día de Yave
Yave. 5 Si vinieran a ti de noche para todos los pueblos. Como hi-
¿no se llevarían sólo aquello
huil ones, ciste, así te harán a ti; tu merecido
que quisieran? Si vinieran vendimia- caerá sobre tu cabeza. 14 Como bebis-
dores a vendimiarte, ¿no dejarían teis vosotros, los de mi monte santo,
8
rebusco? ¡Cómo has sido sa- así beberán sin remedio todas las
queado! gentes. Beberán, se sorberán, y
¡Cómo está Esaú de hollado y de serán como si no hubieran sido.
17
rebuscados sus escondrijos, hasta la Pero en el monte de Sión habrá
frontera! 7 Todos tus aliados te han una porción salvada, y será santa,
traicionado. Te cercaron, te derro- y la casa de Jacob se apoderará
taron que gozaban tu amistad.
los de los que le despojaron. 18 La casa
Los queestaban en paz contigo de Jacob será el fuego, la casa de
pusieron trampas a tus pies. No hay José será la llama, y la casa de
en él entendimiento. s ¿No haré yo Esaú será la paja. Le encenderán
aquel día —
dice Yave —
desaparecer éstos y los devorarán y no quedará
de Edom los sabios y del monte de sobreviviente de la casa de Esaú,
Esaú la prudencia? 9 Tus guerreros porque lo dice Yave. 19 Ocuparán
¡oh Temán! se sobrecogerán de terror al mediodía la montaña de Esaú,
para que todos sean exterminados y la tierra baja los filisteos, y Efraím
en las montañas de Esaú. Por los el llano de Samaría, y Benjamín,
estragos, 10 por las matanzas hechas Galad. 20 Y los cautivos ahora
contra tu hermano Jacob, te cubirrá en espera, los hijos de Israel, la
la vergüenza y serás exterminado Cananea hasta Sarepta; y los cautivos
para siempre. de Jerusálén, que están en Sefarad,
II 91 Y subi-
El día en que, estando tú allí las ciudades del mediodía.
presente, saqueaban los extranjeros rán salvadores a) monte de Sión
sus riquezas, penetraban por sus para regir la montaña de Esaú, y el
puertas y echaban la suerte sobre imperio será de Yave.

INTRODUCCION AL LIBRO DE AGEO


\JADA sabemos del origen de Ageo. Su libro contiene cuatro breves oráculos
fechados en el segundo año de Darío (520), y dirigidos a los moradores
de Jerusálén, vueltos del cautiverio, que hasta entonces no habian podido edi-
ficar el templo. El profeta los exhorta a emprender la obra y anuncia la gloria
del segundo templo, que será mayor que la del primero, por la venida de los
tiempos mesiánicos, en que las naciones concurrirán a Jerusálén cargados
de ricas ofrendas.
AGEO, 1, 2 805

AG E O
1 1
En el año segundo del rey Darío, mondado para ellos, y temió el pueblo
el mes sexto, el día primero del ante Yave. 13 Entonces Ageo, el
mes, fué palabra de Yave, por mano enviado de Yave, habló por mandato
de Ageo, profeta, a Zorobabel, hijo de Yave al pueblo, diciendo: Yo soy
de Sealtiel, gobernador de Judá, y a con vosotros, dice Yave. 14 Y des-
Josué, hijo de Jeosadac, sumo sacer- pertó Yave el espíritu de Zorobabel,
dote, diciendo: 2 Así habla Yave hijo de Sealtiel, gobernador de Judá,
Sebaot: Este pueblo dice: No ha y el espíritu de Josué, hijo de Jeo-
venido aún el tiempo, el tiempo de sadac, sumo sacerdote, y el espíritu
reedificar la casa de Yave. de todo el pueblo, y vinieron y se
3
Fué, pues, palabra de Yave, pusieron a la obra de la casa de Yave
por mano del profeta Ageo, diciendo: Sebaot, su Dios. 15 El día 24 del mes
4
¿Ha venido para vosotros el tiempo, sexto, del segundo año del rey Darío.
el tiempo de morar vosotros en casas
artesonadas, mientras está en ruinas
esta casa? ( 1) 5 Pues así dice Yave Se- La gloría del nuevo templo.
baot: Pensad bien en vuestra suerte
6
Sembráis mucho y encerráis poco; O 1
El séptimo, a los veintiuno, fué
coméis y no os saciáis; bebéis y no palabra de Yave por mano del
os hartáis; os vestís y no os calentáis, profeta a Ageo, diciendo: 2 Habla
y el que anda a jornal echa su salario ahora a Zorobabel, hijo de Sealtiel,
en bolso roto. gobernador de Judá,' y a Josué, hijo
7
Así dice Yave: Pensad bien en de Jeosadac, sumo sacerdote, y al
vuestra suerte. 8 Subid al monte, y resto del pueblo, y diles: 3 ¿Quién
traed maderas y reconstruid la casa, queda de vosotros que viera esta casa
y yo hallaré en ella mi gozo y mi en su primera gloria, y cuál la véis
Yave. 9 Esperabais mucho
gloria, dice ahora? ¿No es en verdad a vuestros
y habéis hallado poco; almacenabais ojos como nada? 4 Pues anímate,
y yo he soplado en ello. ¿Por qué, Zorobabel, dice Yave, anímate tú
dice Yave Sebaot? Por estar mi casa también, Josué, hijo de Jeosadac,
en ruinas, mientras que todos os sumo sacerdote, y cobra ánimo, pue-
apresurabais a haceros la vuestra. blo todo de la tierra, dice Yave, y
10 Por eso retuvieron los cielos sobre a la obra, porque yo soy con vosotros,
vosotros la lluvia y no dió sus frutos dice Yave Sebaot. 5 Conforme a la
11 alianza que con vosotros hice a vues-
la tierra; y llamé yo la sequía
sobre esta tierra y sobre los montes tra salida de Egipto, estará en medio
y sobre el trigo, y sobre el vino y de vosotros mi espíritu, no temáis.
6
sobre el aceite, y sobre cuanto pro- Porque así dice Yave Sebaot: (1) De
duce la tierra, y sobre los hombres y aquí a poco yo haré aún temblar los
sobre las bestias, y sobre todo tra- cielosy la tierra, los mares y lo seco,
7
bajo de vuestras manos. y haré temblar a las gentes todas
y vendrán las preciosidades de todas
las gentes, y henchiré de gloria esta
Atiende el pueblo la exhortación casa, dice Yave Sebaot. 8 Mía es la
del profeta. plata, mío es el oro, dice Yave Se-
9
baot. La. gloria de esta postrera
12
Oyó Zorobabel, hijo de Sealtiel,
y Josué, hijo de Jeosadac, sumo (i) Era posible que el año 520 hubiera en
sacerdote, y todo el pueblo la voz Jerusalén quien hubiera visto en pie el primer
de Yave, su Dios, y las palabras de templo destruido en 587. La nueva obra era
Ageo, profeta, conforme a la misión pobre comparada con la antigua, pero será
que Yave, su Dios, le había enco- más gloriosa, pues será el centro de peregri-
nación de todas las gentes en los días mesiáni-
cos. Es- claroque no se deben tomar a la letra
(i) Desalentados por las dificultades, ha- estas palabras del profeta, sino en sentido figu-
blan desistido de la obra del templo: por esto rado, en cuanto anuncia la- vocación de todas
mismo el Señor les retiraba sus bendiciones. las gentes a formar parte del pueblo de Dios.
806 ZACARÍAS. 1

casa será más grande que la de la en toda obra de vuestras manos,


primera, dice Yave Sebaot, y en este mas no os volvíais a mí, dice Yave.
lugar daré yo la paz, dice Yave Sebaof 18 Poned vuestra atención desde este
10 A veinticuatro del noveno, del día y antes desde el veinticuatro del
segundo año de Darío, fué palabra noveno en adelante, desde que ha
de Yave por mano del profeta Ageo, sido cimentado el templo de Yave.
diciendo: 11 Así dice Yave Sebaot: 19
¿No está aún la simiente en los
Pregunta esto a los sacerdotes: Si graneros? Ni la vid, ni la higuera, ni
uno lleva en las haldas de su vestido el granado, ni el olivo, han florecido
carnes sagradas, y con sus haldas todavía, pero desde este día en ade-
toca pan, manjares cocidos, vino, lante daré yo bendición.
aceite o un alimento cualquiera, ¿que-
dará esto santificado? Los sacerdotes Promesa de protección a Zoro-
respondieron diciendo: No. 13 Y dijo babel.
Ageo: Y si un inmundo por un cadá-
ver tocare alguna cosa de éstas, 20 Fué por segunda vez palabra de

¿serían inmundas? Y
respondieron Yave a Ageo, a los veinticuatro
los sacerdotes, diciendo: Inmundas del mismo mes, diciendo: 21 Habla a
serán. 14 Y
replicó Ageo, diciendo: Zorobabel, gobernador de Judá, y
Pues así era este pueblo y esta gente dile: Yo conmoveré los cielos y la
delante de mí, dice Yave, y así toda tierra, 28 y trastornaré los tronos de
la obra de sus manos y cuanto los reinos, y destruiré la fuerza del
ofrecían era inmundo. reino de las gentes, y volcaré el
15 Poned, pues, vuestra atención carro y a los que en él suben, y se
ahora, desde este día en adelante y vendrán abajo los caballos y los que
para atrás, antes del día en que en en ellos cabalgan, los unos por la
esta casa pusisteis una piedra sobre espada de los otros. 23 Aquel día,
otra. 16 Antes venían al montón de dice Yave Sebaot, yo te tomaré a ti,
veinte y había diez, venían al lagar Zorobabel, hijo de Sealtiel, mi siervo,
para sacar cincuenta del lagar y dice Yave, y te haré como anillo de
había veinte. 17 Os hería con el viento sello, porque yo te he elegido, dice
solano y con tizón y con granizo Yave Sebaot.

INTRODUCCION AL LIBRO DE ZACARIAS


7ACARIAS, hijo de Baraquías, es contemporáneo de Ageo, y como él tra-
bajó en promover la obra del templo. Su primer oráculo lleva la fecha del
segundo año de Darío, el mes octavo (520). Los seis primeros capit\dos tratan
de la restauración de Jerusalén y del templo, mezclando con esto promesas
mesiánicas. Siguen las respuestas a ciertas consultas dirigidas al profita sobre
el duelo que por la ruina de Jerusalén venían guardando (7,8). Termina en
los capítulos 9-14 con diversos vaticinios, en parte mesiánicos y en parte de
amenaza contra Judá y las naciones. En ellos no aparece, como en los prece-
dentes, la relación con los tiempos de la restauración, y algunos tienen un ca-
rácter apocalíptico.

Z A C A RIAS
Introducción. Exhortación n lu penitencia.

1 1
El octavo mes del año segundo * Dilcs, Así
pues: dice Yave
de Darío, llegó palabra de Yave Sebaot, Volveos a mí, dice Yave
a Zacarías, hijo de Baraquías, hijo Sebaot, y yo me volveré a vosotros,
de Ido, profeta, diciendo: * Yave se dice Yave Sebaot. 4 No seáis como
irritó fuertemente contra vuestros vuestros padres, a quienes vocearon
padres. <
los primeros profetas, diciendo: |Asi
i

ZACARÍAS, 2

dice Yave Sebaot: Convertios de baot, y sobre Jerusaléñ se tenderá.


vuestros malos caminos y de vues- las cuerdas. 17 Clama también di-
tras malas obras! Pero ellos no aten- ciendo: Así dice Yave Sebaot: Aún
dieron, no me escucharon, dice Yave rebosarán mis ciudades de abun-
Sebaot. 8 Vuestros padres, ¿dónde dancia de bienes, y Yave consolará
están? ¿Y los profetas, viven siempre? a Sión y elegirá a Jerusaléñ.
6
Pero mis palabras y mis mandatos,
lo que mandé yo a mis siervos, los
profetas, ¿no alcanzaron acaso a vues- La visión de los cuatro cuernos
tros padres? Por eso se convirtieron, y y los cuatro carpinteros.
dijeron: Ha hecho Yave Sebaot con
nosotros tal como según nuestros O 1 Luego alcé mis ojos y miré, y
2
caminos decretó tratarnos. vi cuatro cuernos (1); y pre-:
7
A
veinticuatro del mes undécimo, gunté ángel que hablaba conmigo;
al
que es el mes de Sebat, del año se- ¿Y éstos qué son? Y
él me respondió.
gundo de Darío, fué palabra de Yave Estos son los cuernos que disper
a Zacarías, profeta, hijo de Bara- saron a Judá, Israel y Jerusaléñ^
quías, hijo de Ido, diciendo: 3 Mostróme luego Yave cuatro car

pinteros, 4
y yo pregunté: ¿Qu é
van a hacer éstos? Y
me respondió,
\ ¡alón üe los caballos y los diciendo: Aquéllos son los cuernos
caballeros. que dispersaron a Judá de modo tal
que no pudo ya levantar cabeza, y
8
Vi de noche a un varón que cabalga- éstos vienen para rodear a aquéllos
ba en un caballo alazán oscuro, y estaba y destruir los cuernos de las gentes
entre los montes situados a poniente; que alzaron el cuerno sobre la tierra
detrás de él había caballos negros, de Judá para dispersarla.
bayos y blancos (1). 9 Yo entonces 5 Alcé de nuevo los ojos, miré,
y
pregunté: ¿Qué son éstos, mi Señor? vi a un varón que tenía en la mano
Y el ángel que hablaba conmigo una cuerda de medir, 6 y le pregunté:
me dijo: Voy a darte a conocer quié- ¿A dónde vas? Y
él me respondió:
nes son éstos; 10 pero el que estaba entre A medir a Jerusaléñ, para ver cuánta
los montes tomó la palabra y dijo: es su anchura y cuánta su longi-
Estos son los que Yave ha mandado tud (2). 7 Apareció el ángel que
a recorrer la tierra. 11 Luego hablaron hablaba conmigo, y vi que venía a
ellos al ángel de Yave que estaba en su encuentro otro ángel, s que le
los montes
a poniente, y le dijeron: dijo: ¡Corre! Di a ese joven: Sin mu-
Hemos recorrido la tierra, y toda rallas será habitada Jerusaléñ, tal
está r» i¡cta y tranquila. será en ella la muchedumbre de
12 Y
habló el ángel de Yave, di- hombres y animales. 9 Y
yo seré para
ciendo: |Oh Yave Sebaotl ¿Hasta ella, dice Yave, muro de fuego en
cuándo no vas a tener piedad de derredor, y seré su gloria en medio
Jerusaléñ y de las ciudades de Judá, de ella.
contra las que estás irritado desde 10 ¡Arriba, arribal Huid de la
hace setenta años? 13 Y Yave dirigió tierra del aquilón, dice Yave, pues a
al ángel que conmigo hablaba pala- los cuatro vientos del cielo os aventé,
bras blandas, palabras consoladoras. dice Yave. 11
¡Arriba, Sión! La que
14 El ángel que hablaba conmigo habitas en Babilonia, escápate. 12 Por-
me dijo: Clama diciendo: Así dice que así dice Yave Sebaot: Después
Yave Sebaot: Siento grande amor de la aflicción, él me ha enviado a las
hacia Jerusaléñ y hacia Sión, 15 y gentes que os despojaron, porque el
estoy muy airado contra las naciones que os toca a vosotros toca a la
que están tranquilas; porque yo es- niña de sus ojos; 13 y yo alzo mi mano
taba un poco airado, pero ellas agra- contra ellos y serán presa de los que
varon el mal. 16 Por tanto, así dice tuvieron por esclavos, y sabréis que
Yave: Yo me he vuelto misericor- Yave Sebaot me ha enviado.
dioso hacia Jerusaléñ y mi casa
será allí reedificada, dice Yave Se- (1) Los cuernos son las naciones que maltra-
taron a Judá, y los obreros son los instrumentos
de la justicia divina contra ellos.
(l) Esta primera visión de los caballos signi- (2) La visión anuncia la restauración de la
fica que el Señor está dispuesto a realizar en se- ciudad de Jerusaléñ, de la cual será Yave muro
guida la restauración de Jerusaléñ. y defensa, habitando en medio de ella.
sos ZACARIAS, 3, 4

14 10
Jubila y regocíjate, hija de Sión, Aquel día, dice Yave Sebaot,
porque llegaré y habitaré en medio convidaréis cada uno a su vecino
de ti, dice Yave. 15 Aquel día se bajo la parra y bajo la higuera.
unirán a Yave muchas gentes que
serán mi pueblo, y yo habitaré en
medio de ti, y sabrás que Yave Quinta visión. El candelabro.
Sebaot me ha enviado a ti. 16 Yave
poseerá a Judá, su heredad, en la
tierra santa, y será Jerusalén su
-J.
He aquí la palabra de Yave a
6b

elegida. 17 Calle toda carne ante Yave, Zorobabel. Dice: No con ejér-
que se ha alzado de su santa morada. cito, no con fuerza, sino por mi espí-
ritu, dice Yave Sebaot. 7 ¿Qué eres
tú, montaña grande? Allánate ante
Cuarta visión. El sumo sacer- Zorobabel. El pondrá la piedra de
dote Josué, acusado por el diablo remate en medio de aclamaciones:
y defendido por Yave. |Qiié hermosa es, qué hermosa es!
8
Y me llegó palabra de Yave, di-
3 1
Y
me hizo ver a Josué, el sumo ciendo:* Las manos de Zorobabel ci-
sacerdote, que estaba en pie mentaron esta casa y sus manos la
delante del ángel de Yave y tenía a acabarán, y sabrás que Yave Sebaot
su diestra a Satán, que le acusaba. me ha enviado a vosotros. 10a Porque
2
Y Yave dijo a Satán: |Que Yave te los que han despreciado el día de
reprima, oh Satán, que Yave te las cosas modestas, verán gozosos en
reprima, pues él ha elegido a Jeru- las manos de Zorobabsl la piedra
salén! ¿No por ventura ése un
es reservada (1).
tizón que acaba de ser arrebatado a 1 El ángel que
hablaba conmigo,
la hoguera? 8 Porque estaba Josué vino y me despertó, como a hombre
vestido de vestiduras inmundas, y que despierta de su sueño; 8 y me
así en pie delante del ángel (1). dijo: ¿Qué ves? Yo le respondí: Mira
4a
Este habló mandando a los que y veo un candelero, todo de oro,
estaban delante de él: Quitadle las con un vaso encima y sus siete lám-
vestiduras inmundas, y vestidle las paras, y siete tubos desde las lámparas
vestiduras de ceremonia, 5 y poned al vaso que está encima; 8 y a su lado
sobre su cabeza una tiara pura. Ellos dos ramos de olivo, el uno a la de-
pusieron la tiara sobre su cabeza y recha del vaso y el otro a la izquierda;
4
le vistieron de las vestiduras de cere- y proseguí diciendo al ángel que
monia; y el ángel de Yave, puesto en hablaba conmigo: ¿Qué es esto, mi
pie, 4 t> le dijo: Mira, he quitado de Señor? 5 Y él entonces me habló, res-
ti tu iniquidad y te he vestido de las pondiendo: ¿No sabes lo que es eso?
vestiduras de ceremonia. Y yo le dije: No, mi señor. *a Enton-
6
El ángel de Yave conjuró a ces él me habló, diciendo: 10 b Esos

Josué, diciendo: Así habla Yave siete son los ojos de Yave, que obser-
Sebaot: 7 Si andas por mis caminos van la tierra en toda su redondez.
y eres fiel a mi ministerio, adminis- 11 Y yo proseguí, diciendo: Y esos
trarás también tú mi casa y guardarás dos olivos a derecha e izquierda del
mis atrios, y yo te daré puesto entre candelabro, ¿qué son? 12 Y tomando
éstos que están aquí. 8 Escucha, pues, por segunda vez la palabra, pregunté:
Josué, sumo sacerdote, tú y tus com- ¿Qué son esos dos ramos de olivo que
pañeros que se sientan delante de ti. están cerca de los dos tubos por donde
Sois varones de presagio. He aquí baja el aceite? ,3 El me respondió,
'

que yo hago venir a mi siervo Ger- diciendo: ¿No sabes lo que son ésos?
men. 9 Y la piedra que yo he puesto Yo respondí: No, mi señor. 14 Y él
ante Josué, una sola piedla con
siete caras, la esculpiré yo mismo, (i) Antes sacerdotes y reyes se hablan conju-
yo mismo haré en ella su escultura, rado para la pérdida de Judá; ahora Josué. Sumo
dice Yave Sebaot; y aquel mismo Sacerdote, y Zorobabel, principe de la dinastía
día quitaré de la tierra la iniquidad. davidica, y que ejercía el cargo de gobernador,
están unidos y concordes para realizar la obra
de la restauración. El pensamiento de este ca-
(i) El sacerdocio habU contribuido mucho pitulo parece quedar oscuro no haciendo la
a la pérdida de Judá. Ahor.i nos muestra al Pon- inversión de 1-6* y6"-io*. Tal fué seguramente
tífice con ornamentos puros, signo de la pureza el orden original del texto sagrado alterado
drl sacerdocio mismo. por algún accidente.
ZACARÍAS, 5, 6, 7 809

me diju: Son los dos hijos del óleo 2


El primer carro tenía caballos alaza-
que están delante del Señor de toda nes oscuros, el segundo carro caba-
3
la tierra. llos negros, el tercer carro caballos
blancos, y el cuarto caballos bayos,
todos muy veloces. 4 Entonces, ha-
Sexta visión. El rollo volando. blando al ángel que conmigo ha-
blaba, dije: Y
éstos ¿qué son, mi
1
Yo alcé de nuevo mis ojos, y vi Señor? 6 El ángel respondió, dicién-
5 en visión un rollo volando (1). dome: Esos son los cuatro vientos
2
Preguntóme él: ¿Qué ves? Y res- del cielo, que vienen a presentarse
6
pondí: Veo un rollo de veinte codos al Señor de toda la tierra. El de
de largo y diez de ancho, que vuela. los caballos negros va al norte, el de
3
El entonces me dijo: Eso es la mal- los blancos al levante, y el de los
dición, que sale sobre la haz de la bayos al mediodía. 7 Salieron, pues,
tierra,porque conforme a ella todo los veloces, queriendo partir para
ladrón será arrojado de aquí y con- recorrer la tierra, y él dijo: Id, reco-
forme a ella todo perjuro será arro- rred la tierra. Y
ellos recorrieron la
jado de aquí. 4 Yo la he desencade- tierra. 8 Me llamó y me habló, di-
nado, dice Yave Sebaot, y caerá ciendo: Los que van hacia el norte
sobre la casa del ladrón y sobre la han calmado mi alma en la tierra
casa del que en falso jura por mi del aquilón.
nombre, y permanecerá en medio
de su casa hasta consumir maderas y
piedras. Acción simbólica. La coronación
5
Apareció el ángel que hablaba del sumo sacerdote.
conmigo y me dijo: Alza tus ojos y
mira qué es lo que se aparece. 6 Yo 9
Llegóme palabra de Yave, di-
dije: ¿Qué es? Y él me respondió: ciendo: 10 Toma de los cautivos repa-
Es un efa que aparece; y añadió: es triados, de Harim y de Tobías y de
su iniquidad en toda su tierra. 7 Y vi Jedava, y vete luego a casa de Josías,
que se alzaba una tapadera de plomo, hijo de Sel'anías. 11 Toma de .ellos
y en medio del efa estaba sentada plata y oro, y haz una corona y
una mujer. 9 Y él me dijo: Ahí tienes ponía ante Josué, hijo de Jeosadac,
su iniquidad; y la echó en medio del sumo sacerdote; 12 y dile: Así habla
efa y tapó su boca con la tapadera de Yave Sebaot, diciendo: He aquí que
plomo. 9 Yo alcé los ojos y vi aparecer el varón cuyo nombre es Germen,
dos mujeres. Soplaba un viento en y del cual se producirá germinación,
sus alas, que eran como alas de ci- 13 él edificará el templo de Yave, se
güeña, y alzaron el efa entre la tierra revestirá de majestad, se sentará y
10 Yo dije
y el cielo. al ángel que dominará en su trono, y el sacerdote
hablaba conmigo: ¿A dónde llevan se sentará en su solio y habrá entre
el efal él 11 Y
me respondió: A ambos consejo de paz. 14 La corona
hacerle casa en la tierra de Senaar servirá a Harim, Tobías y Jedaya
y Acad, donde la establecerán. de memoria en el templo de Yave.
15 Hombres de muy lejos vendrán
a trabajar en la construcción' del
Octava visión. Los cuatro carros. templo de Yave, y sabréis que Yave
Sebaot me ha enviado a vosotros:
1
De nuevo alcé los ojos, y mi- Sucederá esto si escucháis la voz de
6 rando una visión, vi cuatro carros Yave, vuestro Dios.
que salían de entre dos montes, y
los dos montes eran de bronce (2).
Pregunta de Sarasar y respuesta
(1)Las dos visiones de este capítulo signi- de Yave acerca de los ayunos.
fican: la del volumen, los decretos de la justicia
1
divina contra la tierra de Judá; la del efa, las Sucedió que el año cuarto del
iniquidades del pueblo por las que es trasplan-
tado a Caldea.
7 rey Darío, llegó palabra de Yave
a Zacarías, el día cuarto del noveno
(2) Las cuatro cuadrigas, que significan los mes, que es el mes de Casleu. 2 La
vientos, son los ministros de la justicia divina
en los cuatro ángulos de la tierra. Los que van casa de Israel envió a Sarasar, ofi-
hacia la tierra del Norte son los que ejecutarán cial del rey, con sus hombres, para
las divinas venganzas contra Babilonia implorar el favor de Yave 3 y habla*
810 ZACARIAS. 8

con los sacerdotes de la casa de Yave I muchos años llevarán en la mano su


Sebaot y a los profetas, diciéndoles: I
báculo. 6 Y las calles de la ciudad
¿He de afligirme yo el quinto mes y estarán llenas de muchachos y mu-
guardar la abstinencia como de tan- chachas, que jugarán en ellas. 9 Así
tos años lo he hecho? dice Yave Sebaot: Si esto es difícil
4
Y llegó palabra de Yave Sebaot, a los ojos del resto de su pueblo en
diciendo: 5 Habla a todo el pueblo de estos días, ¿lo será también a los
la tierra y a todos los sacerdotes, ojos de Yave?, dice Yave Sebaot.
diciendo: Cuando hace setenta años 7
Así habla Yave Sebaot: Yo sal-
ayunasteis el quinto y el séptimo mes, varé a mi pueblo de la tierra de
¿ayunasteis para mí? 6 Y cuando levante y de la tierra de poniente,
8
coméis y bebéis,- ¿coméis y bebéis y los traeré y habitarán en Jerusalén,
para vosotros? 7 ¿No son las palabras y ellos serán mi pueblo y yo seré
que proclamó Yave por mano de su Dios en verdad y en justicia.
los profetas primeros, cuando Jcru- 8
Así habla Yave Sebaot: Esfuér-
salén estaba habitada y tranquila, cense vuestras manos, vosotros los
y habitadas las ciudades de en derre- que en estos días oís las palabras de
dor suyo y la campiña? los profetas del tiempo en que fué
9
Y
fué palabra de Yave a Zaca- j
cimentada la casa de Yave, para que
10 porque
rías, diciendo: 9 Así habla y dice i
el templo sea reconstruido;
Yave Sebaot: Juzgad conforme a i
antes de ese tiempo no había ni I
verdad, practicad la benevolencia y para pagar a los hombres ni para
la misericordia hacia vuestro pró- pagar por las bestias, ni paz alguna
jimo; 10 no oprimáis a la viuda, al para el que entraba o salía, a causa
huérfano, al extranjero y al pobre; ¡
del enemigo. Yo había lanzado a los
no maquinéis el mal en vuestros i hombres unos contra otros. 11 Pero
corazones el uno contra el otro. ;

ahora yo no soy ya lo que era en


11 Pero no quisieron atender, otro tiempo, para el resto de este
y se I

hicieron hombres rebeldes y endure- ¡


pueblo. 12 Son la simiente de la paz.
cieron sus oídos para no oír. 12 Se La vid dará su fruto y dará la tierra
hicieron un corazón duro como el su rendimiento y el cielo su rocío,
diamante, para no escuchar las ense- y yo pondré al resto de este pueblo
ñanzas y las palabras que Yave Se- en posesión de todo esto. 13 Y así
baot les mandaba por medio de los como fuisteis la maldición de las
profetas primeros, y estalló la gran gentes, |oh casa de Judá y casa de
indignación de Yave Sebaot; 13 y Israell, así yo os salvaré y seréis
y sucedió que así como él los llamaba bendición.
y ellos no quisieron oírle, llamaron No temáis y que se esfuercen vues-
luego ellos y él no los oyó, dice Yave tros brazos; 14 Porque así dice Yave
Sebaot, 14 y los dispersé entre todas Sebaot: Como pensé en haceros mal
las gentes que ellos no conocían, y cuando vuestros padres me provo-
tras ellos quedó la tierra devastada, caron a ira, dice Yave Sebaot, y no
hasta no haber quien fuese ni viniese me arrepentí, 16 así volviéndome, he
y tomaron en desierto la tierra delei- pensado en hacer bien a la casa de
tosa. Judá y a Jerusalén en estos días;
no temáis. 19 He aquí lo que vosotros
habéis de hacer: Hablar cada cual
verdad a su prójimo, juzgar en vues-
Aiudi de Yave por el piiel>l<> y
tras puertas juicios de salud, 17 no
promesa" ele Pnlud.
maquinar nadie en su corazón el
mal de su prójimo, ni jurar en falso,
O Y fué palabra de Yave Sebaot,
1 porque todas estas cosas me son
" diciendo: * Así habla Yave Sebaot: abominables, dice Yave.
i8 Fuéme dirigida palabra de Yave
Yo siento por Sión un amor extre-
mado y un extremado celo. 3 Así Sebaot, diciendo: 19 Asi dice Yave
habla Yave Sebaot: Yo me he vuelto Sebaot: El ayuno del cuarto y el
hacia Sión y habitaré en Jerusalén, !
ayuno del quinto y el ayuno del
y Jerusalén será llamada la ciudad
1

séptimo y el ayuno del décimo, se


y el monte de Yave Sebaot, el
fiel, |
tornarán para la casa de Judá en
monte santo. 4 Así dice Yave Sebaot: j
gozo y regocijo y en festivas solem-
Aún se sentarán plazas de
en las nidades: Amad, pues, la paz y la
Jerusalén viejos y viejas, que por los verdad.
1
ZACARÍAS, 9, 10 81 I

La vocación de las cuentes. en un asno, en un pollino hijo de


asna (1). 10 j Extirpará los carros
t0 Asi dice Yave Sebaot: Aún de guerra de Efraím y los caballos
vendrán pueblos moradores de
y en Jerusalén, y será roto el arco de
muchas ciudades, 21
y los morado- guerra y promulgará a las gentes
res de la una irán a los moradores la paz, y será de mar a mar su seño-
de la otra, y les dirán: Vamos a implo- ría, y desde el río hasta los confines
rar el favor de Yave, y a buscar a de la tierra.
Yave Sebaot; yo también voy. 22 Y 11 Mas cuanto a ti, por la sangre

vendrán muchos pueblos y fuertes será consagrada tu alianza. Yo he


naciones a Jerusalén a buscar a sacado a tus cautivos del baño.
Yave Sebaot y 12 Tus cautivos han vuelto a la for-
a implorar el favor
23
de Yave; Así dice Yave Sebaot: taleza llenos de esperanzas, y yo te
En aquellos días diez hombres de restituiré hoy la gloria al duplo.
todas las lenguas de las gentes coge- 13 Porque he tendido para mí el arco

rán de la falda a un judío, dicién- de Efraím y blandiré a tus hijos,


dole: Nos vamos con vosotros, por- ¡oh Sión!, contra tus hijos, ¡oh Javán!,
que hemos oído que con vosotros y me serviré de ellos como de espada
está Dios. de héroe. 14 Y
se hará ver sobre ellos
Yave, y lanzará sus dardos como
rayos y sonará el Señor Yave la
Destrucción de los enemigos. trompeta y marchará como los tor-
bellinos del austro. 15 Yave Sebaot
1
() Oráculo. Palabra de Yave. los protegerá y las piedras de la
2
En la de Hadrac y de
tierra honda devorarán la carne y beberán
Damasco será su morada, porque de la como se bebe el vino;
sangre
Yave son las ciudades de Aram y quedarán llenas como vaso de liba-
todas las tribus de Israel. 2 Hamar ción y como cuerno de altar; 16 y
será también comprendida en el terri- los salvará Yave Sebaot aquel día.
torio de éste, así como Tiro y Sidón, Mi pueblo es como rebaño que por
que son tan sabias. 3 Bien que Tiro falta de custodia se dispersó por mi
se alzó baluartes y amontonó la tierra. 17 ¡Qué ricos son! ¡Qué hermosos
plata como polvo y el oro como el son, el trigo que nutre a Jos mance-
4
polvo de las calles, el Señor la bos y el vino que nutre a las doncellas!
conquistará, y aplastará en el mar
su fortaleza y quedará consumida
\ Q Pedid a Yave la lluvia a su
1

por el fuego. 5 Al ver esto se aterrará tiempo, que es Yave el Hace-


Ascalón, Gaza estará en extremado dor de cuanto se mueve y el que
dolor, lo mismo que Ascalón, porque dispensa la lluvia abundante y a
sus esperanzas fallaron. cada uno la verdura de los campos,
No habrá ya rey en Gaza, y Acarón 2 porque los terafim dieron vanos
no será ya habitada. 6 * En Azoto oráculos y los adivinos tuvieron
habitará el extranjero 7 c y Acarón mentirosas visiones, y no son más
tendrá la suerte del jebusco; 6 b Yo que sueños vacíos lo que dicen y
abatiré la soberbia de los filisteos, consuelos vanos los que prodigan.
'ab y les quitaré de la boca sus san- 3
Por eso se encendió mi cólera
gres y de entre los dientes sus abo- contra los pastores, y castigué a los
minaciones, y serán también un machos cabríos: pero Yave Sebaot
resto perteneciente a nuestro Dios, visitará su rebaño, la casa de Judá,
y como una familia de Judá. 8 Yo y hará de él como su caballo de vic-
pondré en mi casa guarnición de toria en el combate: 4 y a su orden
yentes y vinientes y no marchará ya saldrá la tropa, y los gastadores y
opresor alguno contra ellos, porque los jefes y todos juntos se pondrán
ahora velaré yo con mis ojos. en campaña. 5 Serán como héroes

(i) Después de anunciar el castigo de los


El Rey manso y pacífico. pueblos vecinos de Judá, can la qje éste que-
dará libre de sus opresores, nos habla de la apa-
9 rición de un rey pacifico, que conver irá en ins-
Alégrate con alegría grande, hija
trumentos de paz todos los instrumentos de gue-
de Sión. Salta de júbilo, hija de Jeru- rra: Jesucristo, para más llamar la atención de
salén. Mira que viene a ti tu rey. los judíos sobre el vaticinio mesiánico, quiso
Justo y salvador, humilde, montado cumplirlo materialmente el día de Ramos.
812 ZACARIAS, 11

que pisan el lodo de los campos en cada uno en manos de su pastor y


el combate; combatirán, porque con en las manos de su vendedor, y éstos
ellos está Yave, y derrotarán a los oprimirán la tierra y yo no la libraré
que cabalgan sobre caballos. de sus manos.
* Yo
fortaleceré a la casa de Judá 7
Híceme, pues, pastor del rebaño
y salvaré a la casa de José, y los de la matanza, para los compradores
estableceré, porque los amo, y será del rebaño; y tomé dos cayados,
como cuando no los había rechazado; dando al uno por nombre "benevo-
porque yo, Yave, soy su Dios y los lencia» y al otro «reunión», y me
escucharé. 7 Los de Efraím serán puse a apacentar el rebaño. 8 Én un
como héroes y su corazón estará mes hice matar a los tres pastores.
alegre como se alegran con el vino; Entonces tomé aversión al rebaño,
sus hijos lo verán y se gozarán y su que también por su parte estaba
corazón se regocijará en Yave. 8 Yo cansado de mí, • y dije: no os apa-
les silbaré y los reuniré, porque los centaré ya más: la que muera, que
he rescatado y se multiplicarán sin muera; la que se pierda, que se
cesar; * y aunque dispersos entre las pierda, y las que queden, que se
gentes, lejos se acordarán de mí y coman unas a otras.
vivirán así como sus hijos, y vol- 10 Toméluego mi cayado «bene-
verán. 10 Yolos reconduciré de la
*
volencia» y lo rompí, para deshacer
tierra de Egipto y los reuniré de el pacto que había concertado con
Asur y los traeré a la tierra de Oalad todos los pueblos; 11 y quedó des-
y del Líbano, y no les bastará. 11 Tan hecho en esc día, y los mercaderes
estrechos estarán, que pasarán el mar del rebaño, que me tenían a sueldo,
y en el mar herirán las olas y secarán conocieron que aquello era cosa de
las profundidades de los ríos, y será Yave. 12
Yo les dije: Si queréis,
abatida la soberbia de Asur, y el dadme mi salario, y si no, dejadlo.
Egipto perderá su cetro. 12 Yo los Y me pesaron mi salario, treinta
fortaleceré en Yave y ellos marcha- monedas de plata. 18 Y Yave me dijo:
rán en su nombre, dice Yave. Tira al alfarero el rumboso precio
en que te han apreciado. Y tomando
las treinta monedas de plata, se las
A -\ 1
Abre, Líbano, tus puertas,
tiré al alfarero en su alfarería.
* ' que el fuego devora tus cedros.
Gime, ciprés, porque ha caído el
14 Rompí luego el otro cayado
«reunión», para romper la herman-
cedro, porque son abatidos los pode-
rosos. 2 Gemid, encinas de Hasán,
dad entre Judá e Israel. 15 Y Yave
porque es destruido el bosque impe-
me dijo: Hazte también el pastor
insensato, porque voy a poner yo
netrable (1).
3 en la tierra un pastor que no se cui-
Oyense lamentos de pastores por
dará de que desaparezcan y no bus-
la ruina
sus riquezas: rugidos de
de.
cará a las descarriadas ni curará a
leones, por la ruina de la gloria del
las heridas ni alimentará a las fuertes,
Jordán. 4 Así dice Yave, mi Dios:
pero se comerá a las gordas y les
Sé pastor del rebaño para el matadero;
5 romperá las uñas.
que el comprador mate impune- 18
¡Ay del pastor inútil, que aban
mente y el vendedor diga: ¡Bendito dona ai rebaño! Hiera la espada su
Yave, que me ha enriquecido!, sin
brazo y su ojo derecho, y que se
que los pastores tengan piedad; * por-
seque del todo su brazo y quede
que no tendré yo piedad de los mora-
ciego su ojo derecho (1).
dores de la tierra, dice Yave; porque 7
[13] Alzate, espada, contra el
yo mismo entregaré a las gentes,
pastor, contra el hombre de mi com-
pañía, dice Yave Sebaot. Hiere al
juistor y que se disperse el rebaño,
(i) Este capítulo parece una mirada retros-
pectiva a la historia de Judá. Yave, que como y yo volveré mi mano sobre los pe-
Dios de Israel es su pastor mayoral, se habla queños. 8 Y en toda la tierra, dice
escogido tres pastores, que no habían respon- Yave, serán exterminados los dos
dido al encargo recibido, como tampoco el tercios y perecerán, pero será pre-
rebaño indócil. Yave declara que está cansado servado un tercio. • Y yo pondré
de su oficio; quiere dejar ir al rebaño por el
camino que desee, y pide su salario. Le ofrecen
30 sidos, que él arroja con despecho de verse (i) Incluimos aquí los versículos 7-9 del
apreciado en tan vil precio. Los evangelistas capitulo 13, por parecer este su lugar y estar
aplican el trato a la venta de Jesüs por Judas. fuera de contexto donde en el texto se hallan.
ZACARÍAS, 12, 13, 14 813

9 Aquel día me pondré yo


al fuego este tercio, y le fundiré a destruir
como se funde la plata, y le acriso- a todas las gentes que vinieron contra
laré como se acrisola el oro, e invo- Jerusalén, 10 y derramaré sobre la
cará mi nombre y yo le escuclmré. casa de David y sobre los moradores
Yo diré: Este es mi pueblo, y él de Jerusalén un espíritu de gracia y
dirá: Yave es mi Dios. de oración, y alzarán sus ojos a mí;
y a aquel a quien traspasaron le
llorarán como se llora al unigénito,
Jerusalí'n, cáliz de vértigo para y se lamentarán por él como se la-
los pueblos, menta por el primogénito. 11 Habrá
aquel día gran llanto en Jerusalén,
lO 1 Oráculo. Palabras de Yave sobre como el llanto de Rimón en el valle
l "
Israel (1). Palabra de Yave, de Migrón. 12 Se lamentará la tierra,
que tiende los cielos, funda la tierra linaje por linaje; el linaje de la casa
y la forma el aliento del hombre de David aparte y sus mujeres aparte;
dentro de él. el linaje de la casa de Natán aparte
2
He aquí que voy a hacer de y mujeres aparte; 13 el linaje
sus
Jerusalén un cáliz de vértigo para de casa de Leví aparte y sus muje-
la
todos los pueblos de en derredor. res aparte; el linaje de Semei aparte
También para Judá habrá angustia y sus mujeres aparte; 14 y todos los
que estrechará a Jerusalén. 3 Aquel otros linajes cada uno aparte y sus
día será Jerusalén piedra pesada para mujeres aparte.
todos los pueblos, y cuantos con ella
carguen se harán cortaduras, y se 1 Q Aquel día habrá una fuente
1

reunirán contra ella todas las gentes abierta para la casa de David,
de la tierra. 4 Aquel día, dice Yave, y para los habitantes de Jerusalén
yo heriré de terror a los caballos y para la purificación del pecado y de
2
de locura a los jinetes; abriré los la inmundicia; y aquel día, dice
ojos sobre la casa de Judá, y a todos Yave, extirparé de la tierra los nom-
los caballos de las gentes los heriré bres de los ídolos, que no serán más
de ceguera. 5 Entonces se dirán los recordados, y haré desaparecer a los
jefes de Judá: La fuerza de los habi- profetas y el espíritu impuro. 3 Y
tantes de Jerusalén está en Yave cuando alguno se ponga a profetizar,
Sebaot, su Dios. le dirán su padre y su madre, los
6 Aquel día haré de los jefes de que le engendraron: No vivirás, por-
Judá como brasero encendido en que has hablado mentira en nombre
medio de la leña, y como antorcha de Yave; y el padre y la madre, los
ardiendo en médio de los haces, que que le engendraron, le traspasarán
consumirá a diestro y siniestro a cuando se ponga a hablar a lo pro-
todos los pueblos de en derredor, y feta.
Jerusalén será de nuevo habitada en 4
Aquel día se avergonzarán de
su lugar, en Jerusalén; 7 y salvará sus visiones de cuando profetizaban
Yave primero las tiendas de Judá, todos los profetas y no se vestirán
para que" no se enorgullezcan contra más el manto peludo para mentir.
Judá la casa de David y los habitan- 5
Un Yo no soy profeta, soy
tal dirá:
8 Aquel día alzará
tes de Jerusalén. labrador del campo y un labrador
Yave un baluarte en torno de los me asoldó desde mi mocedad. 6 Y
moradores de Jerusalén, y la casa le dirán: Pues entonces, ¿qué heri-
de David será como Dios, como el das son ésas que llevas en las manos?
ángel de Yave ante ellos. Y él responderá: Son heridas que
me hicieron en la casa de amigos
(i) Es éste un capítulo oscuro, en parte por
falta de contexto en el conjunto de los cuatro
vaticinios, y en parte por el lenguaje especial. En
promete derramar espí-
Juieio de las gentes y santifica-
el versículo g y sig., Dios
ritu de gracia y oración la casa de David
sobre ción de Jerusalén.
y los habitantes de Jerusalén, para que miren al
que han traspasado y le lloren como se llora la 1 A Mira, viene el día de Yave,
1
muerte de un hijo único. Las palabras del pro
feta traen a la mente a Jesucristo camino del
y en medio de ti se repartirán
Calvario, llorado por las mujeres de Jerusalén y
tus despojos. 2 Porque yo reuniré
compadecido por cuantos le reconocieron como a todas las gentes en batalla contra
su Redentor. Jerusalén, y será tomada la ciudad
814 ZACARÍAS, 14

y saqueadas las casas y violadas las |


ojos, y su lengua se les deshará en
mujeres, y la mitad de ciudad irá
la la boca. 13 Habrá aquel día de parte
]

al cautiverio, pero el resto del pueblo de Yave gran perturbación entre


no será exterminado. 3 Luego se ¡
ellos, y cogerá cada uno de la mano
pondrá en campaña Yavc y combatirá a su vecino, y le dará a éste la suya.
11 Y Judá
a esas naciones como se combate estará aquel día en gran
el día de la batalla, al tiempo de la festín, y se reunirán allí las riquezas
guerra. 4 Afirmaránse aquel día sus de todas las gentes de en derredor,
pies sobre el monte de los olivos, oro, plata y vestidos en grandísima
que está frente a Jerusalén, al lado abundancia. 15 Y parecida a ésta
de levante; y el monte de los olivos será la plaga que herirá a caballos,
se partirá por en medio, de levante mulos, camellos y asnos y a todas
a poniente, con un gran valle; y la las bestias que hubiere en aquellos
mitad del monte se echará al norte campos.
y la otra mitad al mediodía, 5 y 16
Y todos cuantos quedaren de las
huiréis por el valle de mis montes, gentes que vinieron contra Jerusa-
porque el valle de los montes llegará j
lén, sub.rán cada año a adorar al
hasta el lugar donde yo os salvare. Rey, Yave Sebaot, y a celebrar la
Huiréis como huísteis cuando el terre-
¡

fiesta de los tabernáculos (1).


moto de los tiempos de Ozías, rey 17
Y aquellos que de las gentes de la
de Judá, y vendrá entonces Yavc, ¡
tierra no vengan a Jerusalén a adorar
mi Dios, y con él todos sus santos. al Rey, Yave Sebaot, no vendrá
6
En aquel día no se distinguirá sobre ellos la lluvia.
el
7
brillo de las piedras preciosas. 18
Y si la gente de Egipto no sube
Será único esc día, conocido de y no viene, sobre ella se abatirá
Yavc. No habrá ya día y noche, de la plaga con que herirá Yave a las
noche habrá clara luz. 8 En esc día gentes que no suban a celebrar la
manarán de Jerusalén aguas vivas, fiesta de los tabernáculos. 19 Tal será
la mitad hacia el mar de occidente, la expiación de Egipto y la expiación
lo mismo en verano que en invierno., de todas las gentes que no suban a
9
Y reinará Yavc sobre la tierra celebrar la fiesta de los tabernáculos.
toda y Yave será único, y único 20 En aquellos días escribirán en
su nombre. 10 Y la tierra toda se sartenes y ollas: «Consagrado a Yave»;
convertirá en llano, desde Gueba y las ollas de la casa de Yave serán
hasta Rimón del sur, y Jerusalén como vasos de aspersión delante
será enaltecida y habitada en su ¡
del altar. 21 Toda olla en Judá y en
lugar, desde la puerta de Benjamín Jerusalén estará consagrada a Yave
hasta el lugar de la antigua puerta, Sebaot, y cuantos sacrifiquen vendrán
la puerta ele las torrecillas, y desde y las tomarán y cocerán en -ellas, y
la torre de Hananel hasta los lagares no habrá aquel día más mercader
del rey. 11 Y morarán en ella, y ya en la casa de Yave Sebaot.
nunca más será anatema y moraran
en seguridad. (i) Este capítulo tiene un caric'tr escatoli-
12
He aquí la plaga con que herirá gico y, por tanto, oscuro. Las n i:ion¿s se reúnen
p<>ra luchar contra Jerusalén; per} el Señor la
Yave a todos los pueblos que com- defiende y las naciones quedan aniquiladas. Los
batieron a Jerusalén: Sus carnes se restos se convertirán a Oíos y vendrán a Jerj-
corromperán mientras están en pie, sjlén a celebrar las fiestas del Señor. Jisjsalén
se consumirán en las cuencas sus qjedará hecha centro de la religión verdadera

INTRODUCCION AL LIBRO DE MALAQUIAS

]flVIO Maliqulas bastante después de los dos profetas anteriores, cuanlo


rl templo estaba ya reedifica lo y lis steeriotes /tibian caldo de s'i primer
fervor, pues ofreian victimas viles, muestra del poco aprecio que hacian de Dios
y de su culto. De. esto, sobre todo, les reprende el profita, tomando de aquí oca-
815

eión para vaticinar el reino mesiánico con el nuevo sacrificio </ui a Dios se
ofrectrá, no sólo en Jervsalcn, sino en todas partes, pues en todas será conocido
y insalzado si nombre del Señor (2, 11). Las últimas palabras de Maliquias
anuncian la venida de Elias, como pregonero del día del Señor (4, 5). El Sal-
vador nos dice que semejante vaticinio se cumplió en el Bautista (Mt. 17, 10
sigs; cfr. Le. 1, 17).

MALAQUIAS
Kl amor de Dios a su pueblo. lo que vosotros hacéis; ¿le seréis,
pues, gratos?, dice Yave Sebaot.
1 Oráculo. Palabra de Yave a 10 ¡Oh, si alguno de vosotros cerrara
Israel por medio de Malaquías. las puertas y no encendiérais en vano
2
Yo es he amado, dice Yave. vos- Y el fuego en mi altarl No tengo en
otros decís: ¿En qué nos has amade? vosotros complacencia alguna, dice
¿Esaú no es hermano de Jacob?, Yave Sebaot, no me son gratas las
di( c Yave. Y
yo he amado a Jacob, ofrendas de vuestras manos.
3 mientras que he detestado a Esaú
y he hecho de sus montañas campo sacrificio de la
de devastación y de su heredad pas-
F.l nueva ley.
tizales de desierto (1). 4
Y si 11
Desde el orto del sol hasta el
Edom dice: Hemos sido aplastados,
ocaso es grande mi nombre entre
pero nos reconstruiremes las ruinas;
las gentes y en todo lugar se ofrece
así dice Yave Sebaot: Ellos recons-
a mi nombre un sacrificio humeante
truirán, pero yo destruiré. les Y y una oblación pura, porque grande
llamarán tierra de impiedad y pueblo
es mi nombre entre las gentes, dice
contra el que se irritó para siempre
Yave. 5 Vuestros ojos lo verán y Yave Sebaot. (1). 12 Pero vosotros
lo profanáis, diciendo: ¡La mesa de
diréis: Es grande Yave, aun más
allá de su territorio.
Yave es inmunda, y despreciable lo
6
El hijo honra a su padre, y el sier-
que de ella proviene! 13 Y aun decís:
¡Oh, qué fastidio!, y la despreciáis y
vo teme a su señor. Pues si yo soy
ofrecéis lo mutilado, lo cojo, lo en-
padre, ¿dónde está mi honra? Si
yo soy Señor, ¿dónde está mi tcmir?, fermo, lo ofrecéis en sacrificio. ¿Voy
dice Yave Sebaot a vosotros, sacer- a complacerme yo en el de vuestras
dotes, que menospreciáis mi nombre.
manos? 14 ¡Maldito el fraudulento,
Y decís: ¿En qué menospreciamos tu que teniendo en el rebaño machos y
nombre? 7 Ofrecéis en mi altar pan habiendo hecho un voto, sacrifica
al Señor lo estropeado! Porque yo
inmundo y decís: ¿En qué lo hemos
hecho inmundo? En decir: La mesa soy rey grande, dice Yave Sebaot,
de YaVe es despreciable. 8 Y ofrecer y mi nombre es temible entre las
gentes.
en sacrificio ciego, ¿no es malo?
lo
Y ofrecer lo cojo o lo enfermo, ¿no es
malo ? Anda, haz presente de ello Conminación a los sacerdote*.
a tu gobernador, a ver si se complace
en él y le será grato, dice Yave 2 1
Para vosotros, pues, ¡oh sacer-
2
Sebaot. dotes!, este decreto: Si vosot/os
9
Buscad, pues, el favor de Dios no escucháis y decidís de corazj.i
para que él os sea propicio. Eso es
(i) leviticos tienen en poca
Los sacerdotes
(i)Estas pahbras sobre el amor de Jacob y estima el En castigo. Dios les anjn-
culto divino.
el odio de Esau son una clara alusión a la bendi- cia la pérdida de su privilegia y del pri /ilegio
ción de lsac sotre los hijos. En ella mostró Dios de Jerjsalén. Vendrá día en que en tojo 1-ignr
que la heredad mesiánica y, en general, la gracia se ofrecerá al Señor un sacrificio puro, el de Je-
divina, no depende de la carne o de la sangre, sucristo, renovado en toda la redondez de la
sino de la libre elección de Dios. tierra.
«16
MALAQUÍAS, 3

dar gloria a mi nombre, dice Yave matrimonial. 15 ¡Pues quél ¿No los
Sebaot, yo mandaré sobre vosotros hizo él para ser uno solo, que tiene
la maldición, y haré maldición de su carne y su vida? Y
este único ¿para
vuestra bendición, y aun la he hecho qué? Para una posteridad para Dios.
ya maldición, porque vosotros no os Cuidad, pues, de vuestra vida, y no
decidís de corazón. 3 Por eso yo os seas infiel a la esposa de tu juventud.
quebrantaré el brazo, y os echaré 16 El
que por aversión repudia,
al rostro la inmundicia, la basura dice Yave, Dios de. Israel, se cubre
de vuestras solemnidades, y seréis de injusticia por encima de sus ves-
echados donde se echa ella. tidos, dice Yave Sebaot. Cuidad,
4 Y sabréis que yo he dado este pues, de vuestra vida y no seáis
decreto, para que sea real mi pacto desleales. 17 Sois pesados a Yave con
con Leví, dice Yave Sebaot. 5 Mi vuestras palabras. Decís: ¿En qué
pacto con él fué, «vida» y «paz» le somos pesados? En decir: El que
y se las di; «temor», y él me temió, hace el mal es grato a Yave, y en
y ante mi nombre se llenaba de temor. ellos se complace. Si no, ¿dónde está
* Tuvo en su boca doctrina de verdad, el Dios justo?
y no babia iniquidad en sus labios;
anduvo conmigo en integridad y rec- l'.l ángel precursor.
titud, y apartó del mal a muchos;
7
pues los labios del sacerdote han
de gXiardar la sabiduría y de su boca 3 1
Pues he aquí que voy a enviar
ha de salir la doctrina, porque es un mi mensajero, que preparará
a
enviado de Yave Sebaot. 8 Pero el camino delante de mí, y luego
vosotros os habéis apartado del ca- en seguida vendrá a su templo el
mino, y habéis hecho tropezar a Señor a quien buscáis, y el ángel
muchos en la ley, y habéis pervertido de la alianza que deseáis (1).
el pacto de Leví, dice Yave Se- Ved que viene, dice Yave Sebaot, * y
baot. ¿quién podrá soportar el día de su
9
Por tanto, también yo os he venida? ¿Quién podrá mantenerse
hecho a vosotros despreciables y viles firme cuando aparezca? Porque será
para todo el pueblo a la medida en como fuego fundido y como lejía de
que vosotros no habéis seguido mis batanero, 3 y se pondrá a fundir y
caminos, ni habéis tenido en cuenta depurar la plata y a purgar a los
la ley. 10 ¿No tenemos todos un padre? hijos de Leví, y los depurará como
¿No nos ha criado a todos un Dios? se depura el oro y la plata, para que
¿Por qué, pues, obrar pérfidamente ofrezcan a Yave sacrificio de justicia.
unos con otros, quebrantar el pacto 4
Y entonces agradará a Yave el
de nuestros padres? sacrificio de Judá y de Jerusalén,
como en los días pasados y como en
los años antiguos. 6 Y vendré con
Abominaciones del pueblo. vosotros a juicio, y seré juez pronto
contra los hechiceros y contra los
11 adúlteros, y contra los perjuros, y
Perdido está Judá, y en Israel
y en Jerusalén se comete la abomi- contra los que oprimen al jornalero
nación, pues Judá profana las cosas y a la viuda y al huérfano, y agravian
consagradas a Yave, lo que él ama, al extranjero, sin temor de mi, dice
casándose con hijas de un dios ex- Yave Sebaot.
traño. 12 Quiera Yave, a quien tal 8
Porque yo, Yave, no me he mu-
hace, privarle de testigo y defensor dado, y vosotros, hijos de Jacob,
en las tiendas de Jacob, y de quien no habéis cesado. 7 Desde los días
haga por él ofrenda de sacrificio a de vuestros padres os habéis apar-
Yave Sebaot. tado de mis leyes; no las habéis guar-
11 Y ved otra cosa más que hacéis.
T
dado. V olveos vosotros a mi y yo
Bañáis altar de Yave de lágrimas,
el
llantos y gemidos, porque no atiende (i) En
la salida de Egipto y viaje por el

a la ofrenda y no acepta de vuestras desierto. Dios mandó ante Israel a un ángel para
manos nada grato; 14 que le condujese: aqui un ángel precederá como
y preguntáis: heraldo la venida del Señor, que vendrá a su
¿Por qué? Porque Yave toma la templo a hacer juicio en sus sacerdotes y puri-
defensa de la esposa de tu juventud, ficarlos, pasándolos por el crisol. Entonces sus
a la que has sido desleal, siendo ella sacrificios le serán gratos. Los evangelistas apli-
tu compañera y la esposa de tu alianza can el pasaje al Precursor.
MALAQUÍAS, 3 817

me volveré a vosotros, dice Yave ?y echaréis de ver la diferencia entre


Sebaot. Pero vosotros decís: ¿En el justo y el malvado, entre el que
qué hemos de volvernos? 8 ¿Puede el sirve a Dios y el que no le sirve.
hombre robar a Dios? Pues vosotros
me estáis robando, y decís: ¿En qué El día de Yave.
j
te robamos? ]En los diezmos y las
primiciasl 9
Malditos seréis de mal- | 19 p or q Ue ve d q Ue viene el día, ar-
dición; porque vosotros me estáis "fdiente como horno, y serán entonces
robando; el pueblo todo me roba. los soberbios y. los obradores de la
10 Traed íntegramente los diezmos al
maldad la paja, y el día que \iene
alfolí, para que haya alimentos en le prenderá fuego, dice Yave Sebaot,
mi casa, y probadme en esto, dice sin dejar ni raíz jii rama. 20 Mas para
Yave Sebaot, a ver si no abro yo vosotros, los que teméis mi nombre,
luego las puertas del cielo y no de- se alzará un sol de justicia, que traerá
rramo sobre vosotros la bendición, en sus alas la salvación, y saldréis
aún más de lo justo; 11 e impediré y saltaréis como terneros que salen
que la langosta os aflija devorando del establo; 21 y pisotearéis a los mal-
los frutos de la tierra, y las viñas de vados, que serán como polvo bajo la
los campos no os serán estériles, planta de vuestros pies, el día en
dice Yave Sebaot. 12 Todas las gentes en que yo me pondré a hacer, dice
os llamarán dichosos, porque seréis Yave Sebaot.
una tierra de delicias, dice Yave
Sebaot (1). Elias, heraldo del gran día de
13
Vuestras palabras contra mí son Yave.
insoportables, dice Yave. Y decís:
¿Qué hemos hablado contra ti? 14 De- 22
"
Acordaos de la ley de Moisés,
cís: Por demás es servir a Dios: mi siervo, a quien di yo en Horeb
¿Qué aprovecha servirle y guardar preceptos y mandatos para todo
su ley y afligirnos en presencia de Israel (1). 23 Ved que yo mandaré
Yave Sebaot? 15 Bien dichosos son a Elias, el profeta, antes que venga
los soberbios, y son prosperados los el día de Yave, grande y terrible.
impíos, y aunque tientan a Dios, 24 El convertirá el corazón de los
escapan. 16 He ahí lo que unos a padres a los hijos y el corazón de los
otros se dicen, los que temen a Yave. hijos a los padres, no venga yo a dar
Yave lo ha oído, ha puesto atención la tierra toda al anatema.
y se ha presentado ante él un escrito
en favor de los que temen a Yave
e invocan su nombre. 17 Serán ellos (i) Estos versículos no parecen tener cone-
con los que preceden, y faltando el contex-
para mí, dice Yave Sebaot, el día xión to, no pueden menos de ser oscuros. Se anun-
en que yo me ponga a hacer, pose- cia el día del Señor, día grande y terrible; es
sión propia, y me llenaré de indul- decir, el día del juicio divino, que no quiere
gencia hacia ellos, corrió indulgente decir que sea el juicio último. Elias, el represen-
es uno para el hijo que le sirve. tante de los profetas, vendrá como heraldo a pre-
18
Entonces mudaréis de parecer, parar el pueblo para tan gran suceso por medio
de la reconciliación de las familias, con que éstas
evitarán ser dadas al anatema. El ángel aplica
(i) Después de predecir el castigo de los im- estas palabras al Precursor, cuando anuncia al
píos, anuncia el profeta la salud mesiánica. padre el nacimiento del niño (Luc. i, 17).

52
INTRODUCCION GENERAL A LOS LIBROS
SAPIENCIALES

ENEMOS que empezar por explicar lo que es la sabiduría para los


hebreos. No como para Aristóteles, la ciencia de las últimas causas,
es,
sino cierta agudeza y prontitud de ingenio para hallar una salida en casos
apurados. Tal era la sabiduría de la mujer de Tecua (II Sam, 14, 2 ss.),
de la mujer de Abel (Ibid., 20, 16 ss.) y la de Salomón (I Beg. 3, 12 ss.).
Análoga a ésta es la agudeza para hallar solución a los enigmas y acertijos
de que tanto gastaban los orientales. Véase en Juec. 14, 10 ss. el enigma de
Sansón a los filisteos, y en I Iieg. 10, 3 ss. los de Salomón y la reina de Saba.
Extiéndese esta sabiduría a la observación de la naturaleza, de los ins-
tintos de los animales, del obrar del hombre, para sacar de todo esto enseñanzas
útiles a la dirección de la vida humana; pues Dios al crear las cosas había derra-
mado en ellas los tesoros de su sabiduría. Pero más que en la naturaleza, depo-
sitó Dios su sabiduría en la ley, que al decir de Moisés viene a ser para los
israelitas la sabiduría y la inteligencia, que los haga célebres entre todos los
pueblos (Deut. 4, 6 ss.). Apoyados en este doble principio, los sabios de Israel
se levantan al conocimiento de aquella Sabiduría que asistió a Dios en la crea-
ción del mundo y que se derramó en las cosas creadas, sobre todo en el hombre.
Otra forma más modesta de sabiduría era el ingenio artístico para ejecutar
obras de orfebrería, para componer poesías y para cantarlas con acompaña-
miento de instrumentos.
Todas estas manifestaciones de la sabiduría, así como podían ser naturales
o adquiridas, asi también pueden ser infundidas por Dios, como se dice de
José, Salomón y Daniel.
Conforme a esto, los sabios de Israel nos han dejado libros como el de Job,
el Echsiastés y la Sabiduría, en que se debate el grave problema del proceder
de Dios con los justos y los impíos. En el Salterio nos han legado una riquísima
colección de cantos, los cuales, en artística forma, exponen los misterios de Dios
reflejados en li naturaleza, su providencia con Israel, la que guarda con los
justos y los malvados, etc. En los Proverbios y el Eclesiástico los sabios de
Israel nos han dejado el fruto de sus meditaciones, que nos enseñan a gober-
narnos según la voluntad de Dios. Finalmente, el Cantar de los Cantares es
obra de sabiduría por su exquisita forma poética y por su pensamiento, que es
la idea mesiánica, contenida en los profetas y expuesta en una serie de cantos
que giran en torno de una imagen también profética, la del matrimonio, apli-
cada a las relaciones de Dios con su pueblo.
Como de lo dicha se colige, el principio de la sabiduría de Israel, más que
su ingenio, es la revelación divina. Por eso hemos colocado los libros sapien-
ciales después de los profetas. A la luz de las enseñanzas de éstos meditaban
los sabios sobre la naturaliza y sobre la vida de los hombres, y de aquí se levan-
taban a escudriñar los misterios de la sabiduría divina. A esta consideración,
q le pudiéramos llamar teológica, de la nat iraleza creada y de la Providencia y
Misterios Divinos, basadu en la L y y los Profetas y en la historia de Israel, se
añadía en los sabios que escribieron los libros sagrados la iluminaceón del Espi-
820 LIBROS SAPIENCIALES

ritu Santo, que al mismo tiempo que elevaba su mente, daba valor divino a sus
enseñanzas.
Decíamos que el arte de la poesía era una de las manifestaciones de la sabidu-
ría hebrea. Porque es de saber que existe en la Biblia hebrea un arte poético. San
Jerónimo y algunos antiguos asimilaron el verso hebreo al griego y al latino. Era,
sin duda, una equivocación. Pero los esfuerzos hasta ahora realizados para definir
la naturaleza del verso hebreo sólo han dado de sí lina multitud de opiniones, que
muestran en su misma multitud la dificultad del asunto y la imposibilidad
de llegar hasta ahora a conclusiones ciertas. Una cosa es clara: que además de
ese artificio poético, el ritmo tónico, hay en la poesía hebrea un ritmo lógico, del
pensamiento, que se ha llamado paralelismo de los miembros. A una linea o verso
se añade otro que expresa el mismo pensamiento (paralelismo sinónimo), o
un pensamiento que desarrolla y completa el primero (paralelismo sintético),
o un pensamiento contrapuesto al primero (paralelismo antitético). Véanse
los siguientes ejemplos:

No prevalecerán los impíos en el juicio


Ni los pecadores en la Congregación de los justos (Sal. 1,5).
Bienaventurado el varón que no anda en consejo de impíos
Ni camina por las sendas de los pecadores
Ni se sienta en compañía de malvados (Sal. 1, 1).

Siéntate a mi diestra,
En tanto que pongo a tus enemigos
Por escabel de tus pies (Sal. 110, 1).
Extenderá Yave desde Sión tu poderoso cetro:
«Domina en medio de tus enemigos» (Sal. 110, 2).
Una respuesta blanda calma la ira,
Una respuesta áspera la enciende.
La boca del sabio hace amable la sabiduría,
La del necio sólo profiere sandeces (Prov. 15, 1, 2).

Estos versos paralelos se agrupan con frecuencia formando estrofas. El


número de los versos de cada estrofa puede variar hasta en un mismo poema.
La distinción de las estrofas supone, por lo general, un nuevo aspecto del tema
que el poema desarrolla. Mas este principio no suele ser en la práctica norma
segura para distinguir las estrofas. Lo es el alfabetismo de algunos salmos
(9-10; 111, 112), de las Lamentaciones, del cántico de Habacuc, etc., o algún
refrán, verso o estrofa intercalada, que al fin de cada estrofa se repite, verbi-
gracia, salmos 42-43, y el signo sela, que se halla con frecuencia en los salmos,
aunque muchas veces fuera de lugar. Nótase también, a veces, la asonancia de
las palabras y la repetición regular de ciertos vocablos o expresiones, y otros
artificios literarios que muestran el ingenio de los poetas y su propósito dt
embellecer con ellos sus poemas.
Es muy digno de notar que no son sólo los libros sapienciales los que están
escritos en forma métrica; son numerosísimas las partes de otros libros, sobre todo
los proféticos, que nos ofrecen la misma forma y emplean idéntico lenguaje.
Isaías luibla casi siempre en verso; en Jeremías y Ezequiel abunda también la
forma poética; y los oráculos de Joel, Nahum y Habacuc son modelos mara-
villosos de poesía. La literatura eclesiástica nos ofrece un ejemplo análogo,
que conviene advertir. San Efrem, en su lengua siríaca, compuso infinidad
de sermones y tratados en forma poética, que luego enseñaba al pueblo para
que los cantase. Por este medio le adoctrinaba en los dogmas de la fe y en las
normas de la vida crintiana. De igual modo los profitn.i componían en verso
sus oráculos para que mejor corriestn entre el pueblo.
INTRODUCCION AL LIBRO DE JOB

E discute en el libro deJob una cuestión que hallamos muchas veces plan-
o por lo menos indicada, en el Antiguo Testamento, y que es el
teada,
tormento de todos los ingenios de la literatura sagrada precristiana: el pro-
blema del infortunio del justo. La Escritura repite muchas veces, como un axio-
ma, que Dios da a cada uno según sus obras. Todos aceptamos este principio,
que es de elemental justicia, como la cosa más natural, porque responde ente-
ramente a los sentimientos de equidad impresos en el corazón del hombre. Pero
cuando se miran las cosas de tejas abajo, parece que tal principio ¡laquea no
'pocas veces, pues se ven justos en la miseria e impíos en la prosperidad. Y al
/laquear el principio, es como si la misma justicia divina se tambalease, vi-
niendo a poner a dura prueba la fe de los creyentes en Dios.
Los Salmos nos ofrecen con frecuencia el cuadro desgarrador que se desarro-
lla en el corazón de los fieles; y es, a nuestro juicio, la mejor prueba de su gran
fe, el verlos sobreponerse a esta tentación en medio de la oscuridad en que vivían
respecto a las sanciones en la vida futura. Ni es este problema sólo del pueblo
hebreo. La literatura caldea nos presenta una lamentación del justo, que ex-
presa ante sus dioses sentimientos análogos a los del salmista. El autor de
nuestro libro quiso estudiar el problema con toda la amplitud que el estado de
la revelación en su tiempo le permitía; y para ello acudió a este personaje, Job,
que, a juzgar por la mención de Ezequiel (14, 14), había pasado a la poste-
ridad como modelo de justicia y de paciencia.
El libro consta de tres partes: un prólogo y un epilogo en prosa, y el cuerpo
de la obra en verso. El prólogo nos da a conocer las pruebas a que Job f ué some-
tido por Dios y los motivos por que a ellas le somete.
Sigue luego la disputa. Tres amigos de Job, al saber las calamidades que
822 •JOB. 1

de repente habían caído sobre él, vienen a visitarle y a condolerse con su amigo.
Al verle sentado en la ceniza, rayéndose con un tejón, la estupefacción se apo-
dera de ellos, y por espacio de siete días y siete noches se están mirando sin
hablar palabra. Al fin prorrumpe Job en un monólogo en que expresa la gran-
deza de su dolor. Sus palabras parecen una amplificación de las que en caso
análogo profirió Jeremías (20, 14 ss. ). Esta queja de Job es la señal de ataque
por parte de los amigos. Los que habían venido a consolarle se convierten en
acusadores, aunque con la sana intención de reducirle a penitencia. Ar o tienen
prueba alguna concreta de la culpabilidad de Job, pero les basta verle de aquel
modo herido de Dios. Era ésta una prueba que no admitía réplica, a menos
de negar la justicia divina. Por espacio de once capítulos van los tres amigos
repitiendo en variadas formas el mismo argumento, y Job respondiendo a
cada uno. No contentos con esto, vuelven todavía a la carga y consumen un
segundo turno, respondiendo Job a cada réplica. Todavía insisten con una
duplica los amigos. Job les responde. Antes de esta respuesta se intercala un
elogio de la sabiduría que parece desprenderse del resto, pues no sabemos
siquiera en boca de quién se pone.
Los tres amigos desisten por fin de acusar a Jtb, al ver cómo él persiste
en declararse justo. Entonces aparece un cuarto acusador, que, irritado, ataca
a Job y a los tres amigos. Empieza fn xtn tono ampuloso, exponiendo la doc*
trina de que los castigos impuestos por Dios tienen un valor educativo. Es la
— —
nueva idea que nos aporta Eliú asi se llama el nuevo orador en los cuatro dis-
cifrsos que pronuncia, sin que el acusado profiera una palabra de respuesta.
Finalmente, del seno de la tempestad, como en otro tiempo en el Sinai, se apa-
rece el Señor, que hace oír su voz.
El lector creería que viene como maestro soberano a definir la cuestión, po-
niendo en claro el valor de los argumentos con tanta insistencia repetidos. Pero
no es así; porque el Señor, dirigiéndose a Job, intenta aplanarle con la des-
cripción de las obras en que se descubre la grandeza de su poder y de su sabi-
duría, para que Job entienda que los juicios de Dios son inescrutables. Y así
termina el cuerpo de la obra. En el epílogo Dios se muestra irritado contra los
tres amigos, por no haber hablado según verdad, como su siervo Job, y les
manda ofrecer un sacrificio de siete toros y siete carneros y que Job ore por
ellos. Y termina el epílogo diciendo qxte Job recibió la salud, y los bienes que
antes poseía se le duplicaron; que vivió ciento cuarenta años y murió harto
de días.
Del autor del libro nada podemos decir, sino que era un altísimo poeta.
De su época, algo nos indica la comparación con Jeremías y con algunos Salmos
en que se expone el mismo problema. El libro de Job seria posterior a esos otros
escritos; del tiempo, por tanto, de la cautividad o inmediatrmente posterior
a ella.

JOB
Job, varón recto y justo.
quinientas yuntas de bueyes, qui-
nientas asnas, y siervos en gran nu-
Hubo en tierra de Hiis un varón
1
mero, siendo aquel varón grande
llamado Job, hombre recto y entre todos los orientales.
justo, temeroso de Dios, y apartado 4 Acostumbraban
sus hijos a tener
del mal. 8 Naciéronle siele hijos y banquetes en sus casas, cada uno en
tres, hijas; 3 y era su hacienda de su día, invitando a sus tres hermanas
siete mil ovejas, tres mil camellos, a comer y beber con ellos; • y cuando
JOB. 2 823

se completaba la rueda de los días lado del desierto un torbellino que


de convite, iba Job y los purificaba, conmovió las cuatro esquinas de la
y levantándose de madrugada, ofre- casa, que cayó sobre los jóvenes y
cía por ellos holocaustos según su todos han muerto. Yo solo he esca-
número; pues decía Job: No sea que pado para darte la noticia.
hayan pecado mis hijos y se hayan
apartado de Dios en su corazón.
Así hacía siempre. Fidelidad de Job.
20 Levantóse entonces Job, rasgó
Job, probado por la adversidad. sus vestiduras,' rasuró su cabeza, y
echándose en tierra adoró, diciendo:
21
6
Vinieron un día los hijos de Dios Desnudo salí del vientre de mi
a presentarse delante de Yave, y madre, y desnudo tornaré allá. Yave
Vino también entre ellos Satán, 7 a me lo díó, Yave me lo ha quitado (1).
quien preguntó Yave: ¿De dónde ¡Sea bendito el nombre de Yavel
vienes? Respondió Satán: Vengo de 22
En todo esto no pecó Job ni atri-
dar una vuelta a la tierra y pasearme buyó a Dios insipiencia.
por ella. 8 Y dijo Yave a Satán: ¿Y has
reparado en mi siervo Job, que no
lo hay como él en la tierra, varón \layore«> pruebas.
íntegro y justo, temeroso de Dios y
9 1
apartado del mal? Respondió Satán •) Vinieron otro día los hijos de
a Yave: ¿Acaso teme Job a Dios de Dios a presentarse ante Yave, y
10 ¿No le has rodeado dé un
balde? vino también Satán entre ellos, pre-
vallado protector a él, a su casa y a sentándose ante Yave, 2 y dijo Yave
todo cuanto tiene? Has bendecido el a Satán: ¿De dónde vienes? Res-
trabajo de sus manos y ha crecido pondió Satán a Yave: Vengo de dar
así su hacienda sobre la tierra. 11 Pero una vuelta por la tierra y pasearme
anda, extiende tu mano y tócale en por ella. 3 Y dijo Yave a Satán: ¿Y has
lo suyo, a ver si no te vuelve la es- reparado en mi siervo Job, que no
palda. 12 Entonces dijo Yave a Satán: hay como él en la tierra, varón ínte-
Mira, todo cuanto tiene lo dejo en tu gro y- justo, temeroso de Dios y apar-
mano, pero a él no le toques. Y
salió tado del mal, y que aún persevera
Satán de la presencia de Yave. en su perfección, a pesar de que tú
13
Estaban un día sus hijos y sus me incitaste contra él para que en
hijas comiendo y bebiendo vino en vano le afligiese? 4 Respondióle Satán
la casa de su hermano primogénito; a Yave: |Piel por piell Cuanto el
14
y llegó a Job un mensajero que le hombre tiene lo dará gustoso por su
dijo: Estaban arando los bueyes y vida. 5 Pero anda, extiende tu mano
pacían cerca de ellos las asnas, 15 y
1

y tócale en su hueso y en su carne,


de repente se echaron sobre ellos los a ver si no te vuelve la espalda.
6
sábeos y los cogieron, y a los siervos los Yave dijo entonces a Satán: Ahí le
hirieron a filo de espada. Yo solo he tienes; en tu mano le pongo, pero
podido escapar para darte la noticia. guarda su vida.
16 Todavía estaba éste hablando, 7
Salió Satán de la presencia de
cuando llegó otro, que dijo: Ha caído Yave, e hirió a Job (2) con una ulcera-
del cielo fuego de Dios que abrasó ción maligna, desde la planta de los
a las ovejas y a los mozos, consu- pies hasta la coronilla de la cabeza.
miéndolos. Sólo he escapado yo para 8 Rascábase con un tejón
y estaba
darte la noticia. 17 Todavía estaba sentado sobre ceniza. 9 Díjole enton-
éste hablando, cuando vino otro, ces su mujer: ¿Aún sigues tú aferrado
que dijo: Los caldeos, divididos en
tres tropeles, han dado sobre los (1) Admirable expresión de la fe de Job
camellos, apoderándose de ellos, y a y de su conformidad con la voluntad divina
los siervos los hirieron a filo de espada. cuando en un instante se ve despojado de sus
Yo solo he podido escapar para traerte bienes y de sus hijos.
la noticia. 18 Mientras hablaba éste, (2) El texto no permite concretar la enfer-
todavía llegó otro, que dijo: Estaban medad de Job; lo que sí nos pone bien de
manifiesto es la paciencia y la plena confor-
tus hijos y tus hijas comiendo y be- midad con el querer de Dios. La mujer viene
biendo vino en la casa de su hermano, aquí como auxiúar de Satanás para aumentar
el primogénito, 19 y vino del otro el dolor de Job.
821 JOB, 3, 4

10 ¡Maldice 7
a tu integridad
T a Dios y Sea noche «le soledad,
muéretel El la respondió: Has ha- no haya en ella regocijos.
8
blado como habla cualquier mujer Maldíganla los que saben maldecir
necia. ¿No recibimos de Dios los [al día,
bienes? ¿Por qué no vamos a recibir losque saben despertar al cocodrilo,
también los males? En todo esto no 10por no haber cerrado las puertas del
pecó Job con sus labios. [seno materno,
y no haber sustraído a mis ojos
[tanta miseria.
Vienen a consolar a Job tres 11
¿Por qué no expiré en el seno de
de sus amigos. [mi madre?
¿Por qué no perecí al salir de sus
11
Tres amigos de Job, Elifaz, [entrañas?
12
temanita, Bildad, súbita, y Sofar, ¿Por qué hallé rodillas que me reci-
namatita, cuando supieron todas las [bieron
desgracias que le habían sobrevenido, y pechos que me amamantaron?
13
vinieron cada uno de su lugar, pues Pues ahora, muerto, descansaría,
habían convenido en juntarse para [dormiría y reposaría,
14
condolerse y consolarle. 12 Ya de con los reyes y los grandes de la
lejos alzaron sus ojos y no le recono- [tierra,
cieron; y se pusieron a llorar a voz que construyen mausoleos,
se
en grito, rasgando cada uno sus ves- ™ con en oro
los príncipes ricos
tiduras y esparciendo al aire polvo y que llenan de plata sus moradas.
sobre sus cabezas. 13 Estuvieron con 16 O ni hubiera existido, como aborto

él sentados en tierra por espacio [secreto,


de siete días y siete noches, y ninguno o como los que, concebidos, no lle-
habló palabra, viendo cuíín grande garon a ver la luz.
17
era su dolor. Allí no perturban ya los impíos con
[sus perversidades,
allí descansan los que codiciosos se
Lamentos de Job. [afanaron,
18
están en paz los esclavos,
allí
O Después de esto abrió .Job su
1
allí no oyen ya la voz del capataz,
"
boca para maldecir el día de su 19
allí son iguales grandes y pequeños,
nacimiento, 2 v tomando la palabra, y el esclavo no está sometido al amo.
20 ¿Por qué dar la luz al desdichado,
dijo (1):
3
Perezca el día en que nací, dar la vida al de amargado corazón;
21
y lanoche en que se dijo: Ha sido a los que esperan la muerte v no
[concebido un niño. [Jes llega,
4
Conviértase ese día en tinicbla, y la buscan más que se busca un
no se cuide de éf Dios desde el cielo, [tesoro;
22
no resplandezca sobre él un ravo de los que saltarían de júbilo,
[luz. y se llenarían de alegría si hallasen la
& [huida;
Apodérense de él oscuridad y som- 23
[bras de muerte. al hombre que no sabe por dónde ir,

Encobe sobre él negra nube, a quien le Dios toda salida?


cierra
24 Son los suspiros mi comida,
llénelo de terrores la negrura del
[día. y mis rugidos se derraman como aguas.
* Hagan presa de aquella noche las 25 Lo que temo, eso es lo que me llega,
[tinieblas, lo que me atemoriza,, eso es lo que
desaparezca del año, [me coge.
no sea contada en los meses. 24 No tranquilidad, paz, ni
tengo
* Háganse tinieblas las estrellas de [descanso,
crepúsculo.
[su se ha adueñado de mí la turbación.
Que en vano espere la luz y no le
[venga, ltrprocbcs de Elifaz.
y no vea los parpadeos de la aurora.
~ Tomó
4 la palabra Elifaz, temanita
y dijo:
(t) Este monólogo de Job es una expresión |

de la grandeza de los dolores que padece, y


* Te enfadará quehablemos. te
a que la naturaleza se resiste, no obstante la Pero ¿quién es capaz de contener la
resignación de la voluntad. [palabra?
JOB, 5 825

18
3
Tú antes enseñaste a muchos, Mira: aun a sus ministros no se co-n-
confortaste muchas manos débiles. ffía,
4
Con tu palabra sostuviste a los va- aun en sus ángeles halla tacha.
cilantes 19 [Cuánto más
en los que habitan mo-
y fortaleciste rodillas que se doblaban. cadas de barro
6 ¿Y ahora que ha venido sobre ti, y del polvo traen su origenl
[decaes? Que son aplastados como un gusano,
Cuando te ha tocado, ¿te turbas? 20 Son acabados de la noche a la ma-
6
¿No es ya el temor de Dios tu con- [ñana,
fianza? desaparecen siempre sin darse
para
¿No es la rectitud de tus caminos la [cuenta nadie;
[esperanza tuya? 21
se rompe el hilo de su vida,
7
Recuerda bien: ¿Qué inocente fué y mueren sin saberse cómo.
[jamás destruido?
¿Qué justos fueron jamás extermi- 1
Ya puedes gritar: ¿quién ha de
nados? (1)
5 [oírte?
8
Por lo que siempre vi, los que aran Del Santo: ¿a quién vas apelar?
[la iniquidad 2
Al insensato le mata su ira,
Y siembran son los que
la injusticia, al loco su despecho.
[cosechan sus frutos. 3
Vi al necio echar raíces,
9
Un soplo de Dios los destruye, Mas de repente expiró en su morada,
el huracán de su cólera los abate. en un momento se marchitó su loza-
10 Los rugidos
del león, los bramidos [nía.
[del rugiente, 4
No
prosperan sus hijos,
los dientes cachorros de león son
de los y en el juicio son condenados sin de-
[quebrantados. fensa
11 5
Perece el león falto de presa. Devora el hambriento sus cosechas,
Y se dispersan los cachorros de la y aun entre las espinas las recogen,
[leona. y el sediento chupa su jugo.
6 Que no brota de la tierra la des-
ventura,'
ni es el suelo el que produce el infor-
Aparición nocturna. [tunio:
7
Es el hombre quien lo produce,
12 Llegóme calladamente un hablar, como del fuego vuelan las chispas.
mis orejas percibieron sólo un mur-
[
mullo, La justicia de Dios.
13
Al tiempo en que agitan el alma las
8
[visiones nocturnas, Yo que tú me volvería a Dios,
cuando duermen los hombres profun- y en sus manos pondría mi causa.
9
[do sueño. El que hace cosas tan grandes e in-
14 Apoderóse de mí el terror y el es- [sondables,
[panto, maravillas sin fin;
10
temblaron todos mis huesos, que derrama la lluvia sobre la tierra,
15un viento azotó mi rostro, y manda las aguas sobre los campos.
un torbellino hizo estremecer todo mi 11 El ensalza a los humildes,
[cuerpo. alivia al afligido y le prospera.
12
Allí estaba, ante mis ojos, pero no le Aventa las tramas del astuto,
[ conocía. para que no hagan sus manos cosa
16 Estaba ante mí un fantasma, [conducente.
13
y oíuna voz que blandamente mur- Coge a los sabios en sus propias redes
[muraba: y frustra los designios del malvado.
17
¿Hay algún mortal que pueda te- 14 De día tropiezan con tinieblas,
jérselas con Dios? y van a tientas en pleno día, como si
¿Se tendrá nadie por inocente ante [fuera de noche.
[su Hacedor? 15 Así
protege al desamparado contra
[su rabia.
y salva al mísero de sus potentes
(i) Aquí está contenida toda la argumen-
[garras.
tación de Elifaz contra Job. Nunca viraos perecer
19 esperanza del desdi-
un inocente; un implo que no recogiera el
ni y sostiene la
fruto de sus obras. Aprovéchese Job del castigo chado.
para volverse a Dios y se verá colmado de bienes. i
y tiene que cerrar su boca la iniquidad,
82<¡ JOB, 6

l a felicidad está en Dios. 8


¿Rebuzna el onagro junto a la hierba?
¿Muge el buey ante su pesebre?
17 8
[Dichoso el hombre a quien castiga ¿Gusta lo insípido, sin sal?
[Dios! ¿Sabe bien el caldo de malvas?
No desdeñes, pues, castigo del Om-
el
7
Por eso mi alma se niega a tomarlo.
f
nipotentc. ¿Va a ser esa repugnante comida el
18
El es el que hace la herida, di quien [remedio de mi mal?
8
[la venda, ¡Oh, si se cumpliesen mis deseos
él quien hiere y quien cura con su y colmase Dios mis esperanzas,
0
19
[mano. y pluguiera a Dios destruirme,
Seis veces te sacará de la tribulación, y extendiera su mano libertadora para
y a la séptima no te alcanzará el mal. [triturarme!
20 En tiempos de hambre 10 sería luego mi consuelo;
Esc
te salvara de
[la muerte, saltaría en medio de mi amargura, si
en tiempo de guerra de los golpes de [me acabara,
[la espada. por no haber moderado mis palabras
21 Te
preservará del azote de las len- [al Santo.
11¿Cuál es mi fortaleza, para esperar
[guas,
no temerás la desventura si viniere, [todavía?
22
te reirás de la devastación y del ¿Cuál mi fin, para llevarlo en pa-
[hambre, [ ciencia?
no temerás a las fieras salvajes. 12¿Es mi fortaleza la de las piedras
83
Harás alianza con las piedras del o es de bronce mi carne?
[campo 13
No hay en mí ayuda alguna,
y paces con las bestias de la selva. todo socorro me ha sido negado.
24Probarás las delicias de tu tienda, 14
¿Es amistad desalentar al amigo,
nada echarás de menos al visitar tus para apartarle del temor de Dios?
[apriscos. 14 Mis hermanos me han engañado
25
Verás multiplicarse tu prole [ como arroyo seco,

y serán tus rebaños como la hierba cual corriente que desaparece en el


[de los campos. [valle.
Bajarás al sepulcro en madurez, 16 Antes se enturbiaban por el hielo
como a su tiempo se recogen los haces. y sobre ellos se acumulaba la nieve;
27 17
Esto es lo que yo he observado. pero apenas viene el calor, se secan,
[Así es; a los primeros calores desaparecen,
así lo hemos oído: sábelo tú para 18 se pierden las trazas de su curso,
[lu bien. se evaporan y mueren.
19 Búscanlos ías caravanas de Tecua,
los mercaderes de Saba suspiraban
Respuesta de Job u Elifaz. [por ellos;
20 pero llegados a ellos, se quedan
( >
1
Entonces tomó Job la palabra [confusos,
[y dijo (1): y quedan frustradas sus esperanzas.
2 21 Eso sois ahora vosotros para mí,
|Ohl Si mis quejas pudieran pesarse,
Y a un tiempo se pusiera mi desdicha habéis visto mi angustia y teméis por
[en la balanza, [vosotros.
3
luego ésta pesaría más que las arenas 22 ¿Os he pedido yo alguna cosa?
mar. [del ¿Os he pedido algo de vuestra ha-
Por eso han sido destemplados mis cienda?
[lamentos, 23
¿Os he dicho: libradme de la mano
4
pues se han clavado en mí todas las [del opresor,
[saetas del Omnipotente, libradme de manos de los tiranos?
las
y me ha dado a beber su veneno, 24 Enseñadme vosotros y yo me ca-
y los terrores de Dios combaten con- llaré;
[tra mí. si he errado, hacédmelo ver.
26 ¿Cómo pueden ofender palabras lle-
[nas de rectitud,
Job replica ponieran do la grandeza de
(i)
y qué prueba vuestra alegación?
sus dolores y mostrando que con razón se queja; ,
28 Creéis que son prueba las pala-
luego se vuelve a Dios, maravillándose de que i

[bras,
El, tan grande, se la haya querido tomar con
un ser tan pobre y que pronto desaparecerá poro las palabras del desesperado, ¿no
del mundo. [son como viento?
JOB, 7, 8 827

27
Os encolerizáis contra un huérfano, ¿Hasta cuándo no apartarás de mí
v caváis la fosa a vuestro amigo. [tu mirada,
28 Miradme, por favor, sin dejarme siquiera tragar la saliva?
20 Si pequé, ¿qué daño te inferí con
pues no puedo mentiros en vuestra
[cara. [esto,
29 Reflexionad, por favor, y desapa- oh protector de los hombres?
rezca la injusticia. ¿Por qué me haces blanco tuyo,
Reparad y triunfará mi rectitud. cuando ni a mí mismo puedo sopor-
30¿Hay en mi lengua iniquidad, tarme?
21
y no distingue mi boca la maldad? ¿Por qué no perdonar mi pecado
y borrar mi culpa?
7 1
¿No es milicia la vida del hombre Pues pronto me dormiré en el polvo,
[sobre la tierra, y si me buscas, ya no me hallarás.
y sqn como los de un jornalero sus
[días?
4 Como
el siervo anhelando la sombra, Discurso de Baldad.
como el jornalero esperando su salario,
3
así he pasado yo meses llenos de O 1
Tomó la palabra Baldad, suhita,
[desencanto, " diciendo (1):
y me han tocado noches llenas de 2
¿Hasta cuándo vas a hablar así,
[dolor. y serán tus palabras cual viento im-
4
Me acuesto, y digo: ¿Cuándo me le- petuoso?
3
vantaré? ¿Puede Dios juzgar injustamente?
Y se me
hace interminable la noche, ¡¿Puede el Omnipotente pervertir la
y no hago más que dar vueltas de la [justicia?
[noche a la mañana. 4
Si pecaron tus hijos contra él,
5
Mi carne está cubierta de gusanos y él hizo ya recaer sobre su cabeza el
[de escamas terrosas, [pecado.
mi piel se arruga y se deshace; 5
Pero tú, si diligentemente le buscas
6
mis días corrieron más rápidos que e imploras al Omnipotente
6
[la lanzadera, ¡ y vives en limpieza y rectitud,
pasaron sin dejar esperanza. lluego se volverá él a ti
7
Acuérdate de que mi vida es un soplo, y prosperará la morada de tu justicia,
mis ojos no verán más la felicidad. 7
y tu anterior fortuna será pequeña,
* No me verán más ojos de hombre. comparada con la grandeza de la se-
Tú me buscarás con los tuyos y ya [gunda.
[no seré. 8 Pregunta, si no, a las generaciones
!

9
Como se deshace una nube y se va, [precedentes;
así el que baja al sepulcro no sube más, atiende a la sabiduría de los padres.
10 no
vuelve más a su casa, 9 Nosotros somos de
|
ayer y no sabe-
no le reconoce ya su morada. [mos nada,
11
Por eso no reprimiré mi boca, porque son una sombra nuestros días
hablaré en la angustia de mi alma, [sobre la tierra.
me quejaré de la amargura de mi vida. 10 Pero ellos te enseñarán, ellos te ha-
12
i Soy yo el mar o un monstruo ma- blarán
[rino, con palabras llenas de cordura.
'

para que me hayas rodeado de una 11 ¿Puede crecer el papiro fuera de


[guardia? [las lagunas?
13
Cuando me digo: En mi casa hallaré ¿Puede el junco prosperar donde no
[consuelo, [hay agua?
el lecho aliviará mis dolores, 12
Verde aún, sin que mano le toque,
14
tú me aterras con sueños, se seca antes que cualquier otra hierba.
|

y me espantas con visiones. 13


Tal es la suerte de los que se ol-
15
Por eso preferiría ser ahogado, [vidan de Dios.
preferiría la muerte a estos tormentos. La esperanza del impío se desvanecerá,
'

16 Me consumo, no seré eterno. 14 Serále arrancada


su esperanza.
Déjame, que mi vida es un soplo. Es tela de araña su confianza.
1T
¿Qué es el hombre para que en
[tanto le tengas,
Baldad empieza, como su amigo, pon-
(i)
y pongas en él tu atención, derando la justicia de Dio* y asegurando que
*8
para que le visites cada día Job obtendrá misericordia si arrepentido se
y a cada momento le pruebes? volviere a El.
«28 JOB, 9

18
15
Se apoya en una cusa que se arruina, Aun teniendo razón, no podría res-
en casa que no tiene consistencia. ponderle,
16
Por lleno de jugo que estuviera a y habría de implorar misericordia para
[la faz del sol, [mi causa.
18
extendiendo sus retoños en el huerto Aunque le hablara yo y él me res-
17
y sus raíces entre las piedras, pondiese,
metiéndolas hasta la roca, no osaría creer que había oído mi voz.
18
en cuanto se le arranca de su sitio 17
El que tempestuoso me acomete
éste le renegará: «Nunca te vi.» y multiplica sin motivo mis heridas,
19 18
Esta es la buena suerte que le espera, Que ni respirar me deja
y brotarán otros en su lugar. y me harta de amarguras.
20 19
Así, pues, Dios no rechaza al justo Si quisiera recurrir a la fuerza, el
ni da la mano
malvado. al [fuerte es él.
21
Aún llenará tu boca de sonrisas Si al juicio, ¿quién podrá emplazarle?
20 Aunque
y de júbilo tus labios.. creyera tener razón, 'mis
22Cubriránse de confusión tus ene- [palabras me condenarían;
migos, aunque me creyera inocente, él pro-
y no subsistirá la tienda de los malos. [baría mi culpabilidad.
21
Si me
creyera inocente, es que no me
[conocería a mí mismo,
Itcspucsta de Job. y yo misino tendría que renunciar a
[mi justificación.
22
q* 1
Respondió Job, diciendo (1): Esta es la verdad, por eso lo digo:
2
Sé muy bien que es así. que consume al inocente y al cul-
¿.Cómo pretenderá el hombre tener pable.
23
[razón contra Dios? Cuando de repente una plaga los
3
Si quisiera contender con él, [mata,
de mil cargos no podría responder él se ríe del tormento de los inocentes.
24
[a uno. La tierra es entregada a las manos
4
El es sapientísimo y potentísimo, [de los impíos,
¿quién se le opondrá? ¿Saldría ileso? y él rostro de los jueces de ella.
tapa el
" El descuaja los montes de improviso, Que si no es él, ¿quién va a ser?
25 Mis
y en su ira los trastorna. días pasaron más veloces que
[ un
* El sacude la tierra en su sitio, correo;
estremécense sus columnas. huyeron sin gustar la felicidad,
28
7
El manda al sol, y el sol no brilla, volaron como lancha de papiro,
él guarda bajo sello las estrellas. como águila que se lanza sobre la
8
El solo tiende los cielos presa. [

V camina sobre las crestas del mar.


27
Si me dijere: Voy a olvidar mis ge-
9
El creó la Osa, el Orión y las Plé- [midos,
yades, voy a alegrar mi rostro, a regocijarme;
28 temo
y las cámaras del cielo austral. todos mis dolores,
ío El obra cosas grandes e incompren- conozco que tú no me perdonas.
sibles 29
Yo
soy ciertamente tenido por cul-
y maravillas sin cuento. pable.
11 Pasa ante mí
y yo no le veo; ¿A qué fatigarme en vano?
30 Aunque
se aleja de mí y no lo advierto. me lavase con agua de
18 Si coge una presa, ¿quién se la [nieve
[arrebatará? y purificase mis manos con lejía,
¿Quién podrá decirle: ¿Qué es lo que 31
todavía me hundirías en el lodo
[haces? y mis vestidos me aborrecerían.
13
La cólera de Dios no hay quien la 32 Xo
es él un hombre como soy yo;
[retenga, [no puedo decirle:
bajo él se encorvan los más soberbios. Vamos los dos a juicio.
14 jCuánto menos podría yo respon- 33
No hay entre nosotros árbitro
[
derlc, que entre los dos pueda interpo-
v rebuscar razones contra él! [nerse.
34
Que retire su vara de sobre mí,
(i) A esto replica Job ponderando lo ines-
que no me espante su terror.
crutable de los juicios de Dios, y negando esa
puesto que no es así, yo conmigo
realización aquí en la tierra, de su justicia, que
[misino
3& -í hablaré sin temor.
sus ..fi s ponderan.
•.
JOB, 10, 11 829

-1 fi 1
Estoy hastiado de mi vida, 22
y de las
a la región de las tinieblas
* " voy a dar libre curso a mis [sombras de muerte,
[quejas, tierra de espantosa confusión, tinie-
a hablar en la amargura de mi corazón. blas de noche oscura.
2
Quiero decir a Dios: ]No me con-
[denes! Discurso de Solar.
Dame a saber por qué me afliges así.
3
¿Es decoroso para ti oprimirme, Comenzó a hablar Sofar, na-
1

desdeñar la obra de tus manos 11 matita, y dijo (1):


y favorecer los designios de los per- 2
Porque sean muchas las palabras,
versos? [¿no van a tener respuesta?
4
¿Tienes tú acaso ojos de carne, ¿Va a ser el hombre verboso quien
y miras como mira el hombre? [por eso tenga razón?
3
5
¿Son tus días los de un mortal, ¿Tus declamaciones van a hacer
•son tus años los años del hombre, [callar a los hombres?
6
para que tengas que inquirir mi ¿Vas a burlarte sin que nadie te con-
[culpa funda?
4
y andar rebuscando mi pecado, Tú dices: Mi doctrina es la verdadera,
7
cuando sabes que no puedo escapar y te crees limpio en su presencia.
[de 5
ti, ¡Ojalá hablara Dios
y nadie puede sacarme de tus manos? y abriera sus labios contra ti,
8
Tus manos me hicieron y me for- 6 para
descubrirte los secretos de la
[maron, [sabiduría,
y de repente vas a aniquilarme? y verías que Dios te ha condonado
9 Acuérdate de que me modelaste buena parte de tus culpas.
7
[como al barro, ¿Crees tú poder sondear a Dios,
¿y vas a tornarme al polvo? llegar al fondo de su omnipotencia?
10 ¿No me exprimiste como leche, 8
Es más alto que los cielos. ¿Qué
no me cuajaste como queso? [harás?
11
Me revestiste de piel y de carne, Es más profundo que el abismo. ¿Qué
y con huesos y músculos me consoli- [entenderás?
9
daste. Es más extenso que la tierra,
12
Me diste vida y me favoreciste, más ancho que el mar.
10
y tu protección me conservó. Cuando acomete, aprisiona y cita a
'3
¿Y me guardabas esto en tu co- [juicio,
[razón? ¿quién podrá contrarrestarle?
11
Bien veo que esto entraba en tus de- El conoce a los perversos,
[signios. Ve la iniquidad donde nadie podría
14
Si peco, tú me ves [sospecharla.
12
y no me dejarás impune. Así el necio se hace discreto,
15 Si prevarico, ]ayde mil y el estúpido onagro se humaniza.
13
Si soy inocente, no podré alzar mi Si tú dispusieras tu corazón
[cabeza, y alzaras a él tus manos,
harto de amargura y colmo de mi- " si limpiaras tus manos, si hay en
serias. [ellas iniquidad,
16 Ysi la alzo me cazarás como león, y no dieras acogida en tu tienda a
y volverás a mostrarte terrible con- [la maldad,
[tra mí. 15 alzarías tu cabeza de la ignominia,
17
Renovarás tus pruebas contra mí te sentirías seguro y nada temerías,
acrecentarás conmigo tus iras, 16 te olvidarías entonces del dolor,
como tropas de refresco. o si de él te acordaras, sería como
18 ¿Por qué
me sacaste del vientre de [de agua que pasó.
17
[mi madre? Sería esplendente tu vida como el
Muriera yo, sin que ojos me vieran. [mediodía,
19 Fuera como si nunca hubiera
exis- y tus tinieblas como la mañana.
18 Vivirías seguro de lo que te espe-
tido,
llevado del vientre al sepulcro. [
raba,
20 ¿No son cortos los días de
la vida? y mirando en torno te acostarías
Déme, pues, tregua; aparte de mí su [tranquilo.
[mano,
21
y déjeme ver un poco de alegría (i) Sofar reprende la que reputa palabrería
antes que me vaya, para no volver, de Job e insiste en el argumento de los otros.
830 JOB, 12, 13

19 14
Mientras durmieras nadie te tur- él es el señor del engañado y del
[barla, [engañador;
y muchos, al contrario, buscarían tu él despoja de consejo al consejero;
17
[rostro. él entontece a los jueces;
40 Pero malvado él quebranta la autoridad de los reyes:
los ojos del se con-
18 b
sumirán, él ciñe una cuerda a su cintura;
19
no habrá para él escape alguno, > él despoja al sacerdote de su gloria;
19 b
y su esperanza será el último suspiro. él abate a los poderosos;
20
él quita a los elocuentes la palabra
y priva del consejo a los ancianos;
Respuesta de Job a Solar. 21
él arroja sobre los grandes el des-
[precio
i O 1
Respondió Job, diciendo (1): 18 a
y desciñe la cintura de los fuertes;
* ^ 2
Cierto que sois vosotros la 22
c¡ descubre lo más oculto en las ti-
[humanidad toda, nieblas [

y con vosotros va a morir todo el saber. y saca a la luz lo más recóndito;


3 También tengo yo, como vosotros, 23
él descarría a los pueblos y los abate
[algún seso, él destruye a las naciones y las
y no cedo ante vosotros. [abandona;
24
Esas cosas, ¿quién las ignora? él quita el sentido a los gobernantes
4 Ludibrio hace errar en un desierto sin
de sus amigos, yo que y los
[clamo a Dios para que me oiga; [caminos,
ludibrio el justo, el recto. palpando en las tinieblas sin luz,
5 Despreciodesgraciado. Así piensa
al 25 Y hace que como beodos se ex-

[el dichoso. travíen.


Desprecio a aquel cuyos pies están Todo esto lo ven mis ojos.
[para resbalar.
1
* Paz gozan las tiendas de los devas-
IO3 Lo ha oído mi oído y lo cnten-
tadores, |dió.
y están seguros los que provocan a Lo que vosotros sabéis, lo sé yo
[Dios, [
también;
2
como si todo lo hubiera puesto Dios no soy menos que vosotros.
[en sus manos. Pero yo quisiera hablar con el Om-
7
Pregunta a las bestias, y ellas te [nipotente
3
[enseñarán; y quisiera presentarle mis dudas,
a las aves del aire, y te lo dirán; pues vosotros sois fabricantes de in-
8
A los reptiles de la tierra, y te
4
[ útiles remedios,
[instruirán, sois médicos que nada curáis.
6
y te lo harán saber los peces del mar. Si al menos os callarais,
» ¿Quién no ve que todo eso lo hace os sería contado como acto de pru-
[la mano de Dios, dencia.
8
de Dios, que es el dueño de todo Oíd, pues, os ruego, mi querella,
[viviente atended las razones de mi defensa.
10 7
¿Queréis para justificar a Dios usar
y de la vida de todos los hombres?
Se ha hecho la oreja para oír, [de falsedad
11 como
el paladar para gustar. y defenderle con mentiras?
8 ¿Queréis mostraros como parciales
Está en las canas el saber
12 [suyos
y en la ancianidad la sensatez.
Pero en él están la sabiduría y el y ser los abogados de su causa?
poder, • Sería bueno que él os sondease.
[
13
suyo es el consejo, suya la pru- ¿Creéis poder engañarle como se cn-
dencia. [gaña a un hombre?
Lo que destruye no puede recons-
él 10 El ciertamente os reprendería con
truirse, [
severidad,
14 lo que él aprisiona nadie lo liberta; por más que pretendáis aparecer par-
si retiene las aguas, todo se seca; [ciales suyos.
18 11 Su majestad, ¿no os aterrará,
si les da suelta, devastan la tierra.
De él viene el poder y la fortuna; no os llenará de espanto?
12 Vuestros apotegmas son verdades
[de polvo,
(i) Irónicamente desecha Job los argumentos
de sus amigos, que pretenden hacerse abogados vuestras defensas son defensas de
de Dios, que no los necesita. [ barro.
JOB, 14, 15 831

7
13 Callad, y dejadme que hable yo, Porque todavía para el árbol hay
y venga sobre mí lo que viniere. [esperanza;
14 Aunque llevara mi carne entre mis cortado, reverdece
[dientes y echa renuevos y retoños,
9 aunque
y tuviera mi vida en las palmas de haya envejecido su raíz
[mis manos, y haya muerto en el suelo su tronco,
15 aunque él me matara, no me do- 9 En sintiendo el agua, rebrota
[lería, v echa follaje, como planta nueva.
y defenderé ante él mi conducta, i° Pero el hombre en muriendo se
16
y él vendrá a ser mi justificador, [acabó.
pues no hay impío que sostenga su En expirando, ¿que es de él?
[presencia. 11 Agótanse las aguas en el lago,
17 Oíd atentamente mis palabras, sécase un río y se consume,
fijad vuestra atención en mi razona- 12 así el hombre, una vez que se
miento. [acuesta no se levanta más.
18 Pronta está mi defensa.
¡Ea! Cuanto duren los cielos no se des-
.

Persuadido estoy de que seré absuelto. [pertará,


19
¿Quién pretende litigar conmigo? no se despierta de su sueño.
Porque, si resignado callara, moriría. 13
¡Ohl Si me escondieras en el sepulcro
20 Asegúrame de dos cosas, y allí me ocultaras hasta que se apla-
y no esquivaré tu presencia: case tu ira.
21 Que alejarás
de mí tu mano, fijando un término para volver a acor-
y que tu indignación no me aterrará. [darte de mí.
22 Entonces pregúntame, 14 Si muerto el hombre reviviera,
y yo te res-
[
ponderé, esperaría que pasara el tiempo de mi
o hablaré yo y tú me replicarás; [milicia,
23 ¿Cuáles son mis delitos
y maldades? hasta que me llegara la hora del re-
Dame a conocer mi iniquidad y mis levo.
[pecados. 15 Llamaríasme entonces, y yo te res-
24 ¿Por qué esconderme tu rostro, pondería,
y tenerme por enemigo tuyo? y te mostrarías propicio a la obra de
25 ¿A una hoja que arrebata el viento [tus manos.
16
[infundirás terror, Entonces seguirías, sí, mis pasos,
a una paja seca perseguirás, pero no atenderías tanto a mis pe-
26 dictando contra mí sentencias de [cados.
17
[amargura, Los encerrarías como en un saco,
imputándome las faltas de mi mo- y borrarías mi iniquidad.
18 Pero ¡ayl que el monte
cedad? se deshace
27 Pones en cepo mis pies,
el [en pedazos
acechas todos mis pasos, y se remueve de su lugar la roca,
señalas las huellas de mis pies.
28 Me deshago como leño carcomido,
19 Y
el agua corroe las piedras
y se lleva la inundación los terrones,
como vestido que roe la polilla. y por modo semejante destruyes la
[
esperanza del hombre;
1
El hombre, nacido de mujer, 20 ledestruyes de una vez y él se va;
^ «J
vive corto tiempo y lleno de desfiguras su rostro y le alejas.
21
[miserias, Tengan honores sus hijos, él no lo
2 como una flor y se marchita,
brota [sabe;
huye como sombra y no subsiste. sean despreciados, él no tiene noticia;
3
¿Y a un tal le persigues con abiertos 22
sólo siente los dolores de su carne,
[ojos sólo sobre sí llora su alma.
y le citas a tu tribunal?
4 ¿Quién podrá sacar pureza de lo
[impuro? Segundo discurso de Klifnz.
Nadie.
8 Pues que tienes contados sus días
1 K 1
Entonces replicó Elifaz, tema-
y definido el número de sus meses [nita, diciendo:
y le pusiste un término que no podrá 2
¿Es de sabios responder con vanos
[traspasar; [razonamientos,
6
aparta de él tu mirada y déjale, tener el pecho lleno de viento,
hasta que como el jornalero termine 3
defenderse con palabras inútiles
[su jornada. y con razones inconsistentes?
832 JOB, 16
4
Pero es más: tú destruyes la piedad 24 Le aterra la angustia,
le asalta la
y socavas la plegaria que a Dios se [tribulación,
[hace. como a rey atacado por sorpresa,
5
Tu misma boca revela tu impiedad, 25 porque extendió su mano contra
y hablas el lenguaje de los malvados. [Dios
6
Es tu boca, no soy yo, quien te y se hizo fuerte contra el Omnipo-
[condena; [tente,
son tus labios los que atestiguan con- 23
y corrió contra él con erguida cerviz,
[tra ti. i en espesura de puntas de escudos;
7
¿Eres tú por ventura el primer na- I
27
Y cubrió su rostro de gordura
[cido? y de grosura sus lomos.
¿Viniste al mundo antes que los mon- 28 Por eso habitará ciudades derri-

[tes? badas
8
¿Fuiste admitido a consejo con Dios, y casas inhabitadas,
y te has apropiado toda la sabiduría? destinadas a ser montón de ruinas.
39
9 ¿Qué
sabes tú que nosotros no se- No prosperará, ni se mantendrá su
[pamos? [opulencia,
¿Qué entiendes tú que no entendamos ni echará raíces en la tierra.
[nosotros? 30 No escapará a las tinieblas.
10 También hay entre nosotros an- Sus renuevos los devorará la llama,
[ cíanos encanecidos,
su fruto caerá a impulsos del viento.
de más edad aún que tu padre. 31
No se fíe a una engañosa vanidad,
11 pues se le tornará en tormenta,
¿Tienes en poco los consuelos de Dios
32
y las blandas palabras que te diri- y a destiempo será cortado su ra-
gimos? [maje
13
¿A dónde te arrastra tu corazón y sus ramas no reverdecerán.
y por qué centellean tus ojos?
33
Será despojado, como de las uvas la
13 Vuélveste sañudo contra Dios [vid, aun en agraz,
y salen de tu boca dicterios contra él. v como el olivo dejará caer sus flores.
i* ¿Qué es el hombre para creerse 34 La prole de los impíos será estéril,

[puro, y el fuego devorará la casa del so-


para decirse inocente nacido de
el [borno.
35 Concibe maldad y engendra des-
[mujer?
16 Si ni sus santos gozan de su con- [venlura,
fianza, y nutre en su seno el desengaño.
y los mismos cielos rio son bastante
[puros a sus ojos,
13 ¡cuánto menos este ser odioso
y Itespuesta de Job a Elifnz.
[corrompido,
el hombre, que se bebe como agua la Respondió Job, diciendo:
1
1 /
[impiedadl 3
He oído ya muchos discursos
17 Escúchame, que quiero enseñarte,
f
semejantes.
te diré lo que sé por experiencia, Duros consoladores sois todos vos-
13 lo que enseñaron los sabios, [ otros.
lo que no les ocultaron sus padres,
3 ¿Tendrán término vanos dis-
los
19 aquellos que poseyeron su tierra, cursos?
sin que por ella pasara el extranjero. ¿Qué es lo que a responder asi te
10 Mientras vive, el impío es ator- [incita?
[
mentado, 4 También podría yo hablar como
Por los pocos años que se le dan al [vosotros,
[opresor. si vosotros estuvierais en mi lugar.
31 Suenan siempre en sus oídos gritos Podría palabras con que
hilvanar
[de espanto, [deslumhraros
en tiempo de paz se ve asaltado por y mover mi cabeza sobre vosotros.
3
[el devastador. Os alentaría con palabras,
32 No espera poder sustraerse a las y un movimiento de compasión cerra-
[tinieblas, Iría mis labios.
siempre espera el golpe de la espada. 3 Pero ¿qué hacer? Si hablo, no por
33 Vaca errante en busca de pan, aun [eso cesa mi dolor.
teniéndolo; ha de apartar de mil
Si callo, ¡qué se
J
o y vecino 7
Pero ahora estoy abrumado;
[el din tenebroso. has destruido toda mi familia
JOB 17, J8 «33

8
Y
me has aferrado. 7
Mis ojos languidecieron de tristeza,
Se ha levantado contra mi y atestigua y mis miembros son todos como una
[contra mí. [sombra.
9
Su furor me hace trizas, 8
Y
alégranse de ello los buenos,
se ha encarnizado contra mí. y los inocentes se alzan ?ontra el per-
Rechina contra mí sus dientes, [
verso,
9
y alza torvos sus ojos contra mí pero el justo persevera en su camino,
10 Abren su boca contra mí,
y quien tiene limpias las manos se
abofetean con afrenta mis mejillas, [ tfnna siempre más.
10 Pero, en fin, volved todos, volved,
todos a una se lanzan contra mí.
11 Dios me ha entregado a los impíos, que no hallaré entre vosotros un solo
me ha arrojado en manos de los per- [discreto.
11
versos.[ Pasaron mis días, se desvanecieron
12
Feliz era yo, y él me arruinó, [ mis proyectos,
me cogió por el cuello y me estrelló. lasprendas de mi corazón.
13Púsome por blanco de sus saetas, 12
La noche me la convierten en día
Me cercan sus arqueros, y de las tinieblas me prometen próxi-
me traspasa los ríñones sin piedad, [ma luz.
13
derrama mis entrañas. ¿Qué puedo esperar? El sepulcro
14 Me hace herida sobre herida [será mi morada,
y me acomete como fuerte guerrero. en las tinieblas dispondré mi lecho.
15 He cosido un saco sobre mi piel, 14 Diré
a la podredumbre: ¡Tú eres mi
he revuelto mi frente en la ceniza; [padrel
18 está mi rostro hinchado por el llanto Y a los gusanos: ¡Mi madre y mis
y cubre mis ojos denso velo, [hermanos!
15
1 7 aunque no hubo en mis manos in- ¿Dónde está mi esperanza?
justicia Mi fortuna ¿quién la verá?
16
y fue limpia mi oración. ¿Van a bajar detrás de mí al se-
1 8 ¡No cubras, oh tierra, mi sangre, pulcro?
[

no cese mi clamorl vamos a caer juntos en el polvo?


19 Ahora, pues, en los cielos está mi
[testigo,
allá arriba está mi fiador. Segundo discurso de Baldad.
20 Aúneme me escarnecen mis amigos,
1
Las lágrimas de mis ojos imploran a Replicó Baldad, suhita, di-
[Dios, 18 ciendo:
21 2
Para que sentencie en favor del ¿Cuándo pondrás fin a los vanos
[hombre contra Dios, [discursos?
como pide el hombre sentencia favo- Reflexiona primero y luego habla-
rable a su amigo, remos.
22 pues pocos son los años que me 3
¿Por qué nos tomas como bestias
[restan, y pasamos a tus ojos por estúpidos?
y el camino por donde voy no tiene 4 Tú, que en tu furor te desgarras a ti
[vuelta. mismo,
[
¿crees acaso que sin ti quedará despo-
1 i 1 Mi vida se acaba, blada la tierra
* * extínguense mis días, y lanzarás de su lugar las rocas?
sólo me queda el sepulcro. 6
Sí, se apagará la luz de los perversos,
2 ¡Si al menos no tuviera escarnece- no brillará la llama de su hogar.
6
dores junto a mí. Apagaráse la luz en su tienda,
Pero mis ojos tienen que contemplar se extinguirá su lámpara.
7
[su obstinación, El cepo impedirá sus pasos vigorosos
3 Dame, ¡oh Dios!, seguro cerca de til y su propio consejo le precipitará.
8
que entonces, ¿quién podrá apretarme? Se enredarán en red sus pies
4
Has cerrado su mente al conoci- y caminará sobre una trampa;
miento, 9 un lazo
[
le atará los tobillos,
pero no dejarás que prevalezcan. se le enredará fuertemente,
6 Invita uno a sus amigos a
la presa,
10 se le ocultará en la tierra,
mientras desfallecen los ojos de sus y la trampa estará en su misma senda.
[hijos. 11 De todas partes le asaltarán te-
6
Me ha hechofábula de las gentes,
la rrores,
soy para todos objeto de mofa. le seguirán, pisando sus talones.

53
834 JOB. 19

12 Su opulencia hambre 14
se tornará en desaparecieron mis vecinos y fab»
y la perdición le acompañará. [nocidos,
13
La enfermedad roerá su piel, me ha olvidado hasta la gente de mi
y devorará sus miembros primo- el [casa.
[génito de la muerte. 15 Mis criados me reputan por extraño,
14 Será arrancado del apoyo de su soy a sus ojos un forastero.
[tienda 16 Llamo
a mi siervo, y no me res-
y le rey de los terrores.
bajarán al ponde,
15 Otros, no él, habitarán su tienda,
y tengo que suplicarle con mi boca.
17
lloverá azufre sobre su morada. Hízose mi aliento repugnante a mi
19 Secaránse sus raíces por debajo, [mujer,
Cortaránle por arriba sus ramas. y yo fétido a los hijos de mi madre.
17
Desaparecerá de la tierra su re- 18 Hasta los niños me desdeñan
cuerdo, y me insultan, si intento levantarme.
no tendrá ya nombre en la región. *9 Me han aborrecido todos mis confi-
18 Le lanzarán de la luz a las tinieblas,
dentes,
le exterminarán del mundo. los más caros amigos se vuelven
19
No tendrá familia ni parentela en [contra mí.
[el pueblo, 20 Péganse a mi piel mis huesos des-
ni sobreviviente en su tierra. carnados,
20 De
su caída se espantarán los úl- y apenas si piel junto a
conservo la
[timos [mis dientes.
21Apiadaos, apiadaos de mí, siquiera
y se horrorizarán los primeros.
91 Esa es la suerte del malvado, [vosotros, mis amigos,
El destino del que desconoce a Dios. porque me ha herido la mano de
[Dios.
22
¿Por qué, como Dios, me perseguís
Itcspucsta de Job a Baidnri. [vosotros también,
y no os hartáis de mis carnesT
1
I
Q 1
Respondió Job, diciendo: 23 iQuién me diera que se escribiesen
* ¿Hasta cuándo afligiréis mi [mis palabras
[alma y se consignaran enun libro (1),
24 que con punzón de hierro
y me majaréis con vanos discursosT se gra-
3
Ya me habéis afrentado diez veces basen sobre el plomo,
y me maltratáis sin avergonzaros. o en la piedra se esculpiesen para
4 Aun siendo verdad que yo haya [siemprel
25 Porque yo lo mi Redentor
[errado, sé:
sobre mí recaería mi yerro. [vive,
s
¿A qué alzaros contra mí, y él se erguirá como fiador sobre el
aduciendo como prueba mis torturas? [polvo;
24
8
Sabed, pues, que Dios me ha opri- y después que mi piel se desprenda
[mido, [de mi canu',
y que me ha envuelto en sus redes. en mi carne contemplaré a Dios.
27 jYo le veré, veránle mis ojos, no
7 Grito contra la opresión,
y no ob-
[ ten tío respuesta; [otrol
pido justicia, y no la hay para mí; Abrásanse en mi seno mis entra-
9 ha cerrado mis caminos,
y no tengo [ñas.
28 Si decís: |Oh, si pudiéramos escru-
[salida,
y ha llenado de tinieblas mis senderos. tarle,
9
Me ha despojado de mi gloria, en él hallaríamos la raíz de la cosal
Arrancó de mi cabeza la corona. 29 Temed la espada,
10 Me ha demolido del todo,
y perezco; pues la espada es la vengadora de la
descuajó como árbol mi esperanza. [iniquidad,
II Encendióse contra mí su cólera,
y sabed que hay un juez.
y me contó entre sus enemigos.
> 2 Vinieron contra mi todas sus milicias, (1) Este deseo de Job de ver grabadas sus
se han atrincherado en mi camino, palabras indican claro que va a decir algo
muy importante. Lo que sigue está oscuro y
y han acampado en torno de mi es objeto de diversas interpretaciones. La tra-
[tienda. ducción bien conocida de la Vulgata expresa
19 Alejáronse de mí mis hermanos, la esperanza de la resurrección; la nuestra, sin
y. mis amigos se me han hecho ex- estar tan clara, todavía parece reducirte al
[traños. mismo pensamiento.
JOB, 20, 21

Réplica de Soíar. 22
En el colmo de la abundancia todo
[le es poco,
1
Tomó Sofar, namatita, la pa- y le sobrevienen desventuras de toda
[labra, y dijo: [suerte.
* Por eso me
hacen responder mis 23 Mandará Dios contra él la llama
[pensamientos [de su furor,
que se agitan dentro de mí. hará llover sobre él sus saetas.
3
Te he oído mi ignominiosa reprensión, 24 Si escapa a las armas de hierro,
y la indignación me impulsa a res- le traspasará el dardo de bronce.
ponder según mi saber. 25 Disparó la saeta que le traspasa y
4 [sale por su espalda,
¿No sabes ya de siempre,
desde que vive el hombre sobre la cual rayo de sus entrañas.
26
[tierra, Toda suerte de tinieblas le están
6 [reservadas;
que es breve el tiempo de los mal-
eados le abrasará fuego no encendido por
y dura un instante la alegría de los hombre, [

[perversos? y será destrozado cuanto de su tienda


6 [quedare.
hasta el cielo subiere su arrogancia
Si
27
y tocare en las nubes su cabeza, Revelará su impiedad
el cielo
7
Cual un fantasma, desaparece para y alzará contra él.
la tierra se
28 Desaparecerá de su casa toda su
[siempre;
y los que le vieron dirán: ¿Dónde está? [riqueza,
8 Desaparecerá como un sueño y no arrasada será en el día del furor.
29 Esta suerte que al perverso
[le hallarán, es la
huirá como visión nocturna. [ reserva
Dios,
* Los ojos que le vieron no le verán ésta es la parte que el Omnipotente le
[más, [adjudica.
su morada no le percibirá ya más.
11 Sus huesos, llenos aún de juvenil
Respuesta de Job a Soíar.
[vigor,
1
bajarán con él alpolvo del sepulcro. Respondió Job, diciendo:
12
Aunque él dulcificara la maldad 2
Escuchad atentamente mis pa-
y la ocultara bajo su lengua, labras,
13 La saboreará antes de tragarla, dadme siquiera este consuelo.
3
reteniéndola en su paladar; Tolerad que hable,
14 se corromperá en su vientre aquel
y cuando haya terminado, burlaos.
[manjar, 4
¿Es de un hombre de quien yo me
hiél de víboras se volverá en sus en- [quejo?
[trañas. ¿Por qué no habré de impacientarme?
15 Devoró riquezas, pero 5
Volved a mí vuestros ojos y espan-
las vomitará,
de su vientre se las sacará Dios. taos,
16 Chupa veneno de áspides, poned el dedo sobre vuestros labios.
y lengua de áspid le matará. 6
Yo, sólo de pensarlo me horrorizo
17 No gozará a la vista de los arro-
y tiemblan todas mis carnes.
gúelos, de los ríos, 7 ¿Cómo es que viven los impíos,
de ríos de leche y de miel. se prolongan sus días y se aseguran
18
Devolverá el trabajo ajeno, que no [en su poder?
[podrá tragar. 8 Su prole persiste con ellos a su pre-
Cual prestada su riqueza, tendrá que [sencia,
[restituirla, y tienen ante sus ojos a sus retoños.
19
pues oprimió violentamente a los 9 Sus casas son paz, no hay en ellas
[pobres, [temor,
robó casas que no construyó. no cae sobre ellos la vara de Dios.
10 Sus hijos tendrán quereparar el daño, 10 Sus toros fecundan
y no langui-
sus propias manos restituirán su ri- decen,
[queza, y sus vacas paren y no abortan.
20 pues no conoció hartura en su 11 Sacan
fuera a sus pequeños cual
[
avaricia, [rebaño,
no salvará lo que tanto codició. y sus niños saltan de contento;
81
Nada escapaba a su voracidad, 12 bailan
al son del tambor y de la
por eso su bienestar no fué du- [cítara,
[rable. y. saltan al son de la flauta.
836 JOB, 22

13 ¿Quién
Pasan sus días placenteramente, le da su merecido por sus
y tranquilamente bajan al sepulcro [maldades?
32
[en un momento. Es llevado con acompañamiento al
14 Y
eso que decían a Dios: Apártate [sepulcro,
[lejos de nosotros, y es honrado en su túmulo;
33
no queremos saber de tus caminos. le son leves los terrones del valle,
18 ¿Qué es el Omnipotente para que arrastra a los hombres tras de sí,
[le sirvamos, y va delante de él gente sin número.
y qué provecho sacamos de rogarle?
34 ¿A qué, pues, me dais tan vanos
16 Ya veis cómo gozan fortuna. [consuelos,
Lejos de mí aprobar el consejo de los si en vuestras respuestas no hay más
[malvados. [que falacia?
17
¿Pero cuántas veces se apaga la
[lámpara de los malos,
los coge la merecida desventura Réplica ele I'.lüa/.
y los castiga en su furoi?
18 ¿Son como paja arrastrada por el
[viento, 22 1
Volvió a tomar la palabra Eli-
y como tamo que se lleva el torbe- [faz, temanita, y dijo:
2
llino? ¿Qué favor puede el hombre hacer a
19
Que Dios reserva el castigo para [Dios?
[sus hijos... Sólo a sí mismo aprovecha su sensatez.
Déle a él mismo su merecido, que lo 3
¿Qué le importa a Dios que tú seas
[sienta él, [justo?
20 que vean sus propios ojos su ruina, ¿Gana algo con que sean limpios tus
y beba el furor del Omnipotente. caminos? [
21 ¿Qué 4
le importa a él de su casa ¿Será por tu piedad por lo que él
para después de él,
[ [te castiga
cuando fuere cortado el número de y entra en juicio contigc?
5
[sus días? ¿No es más bien par tus muchas
22 ¿Quién es el que puede enseñar a [
culpas,
[Dios sabiduría, por tus pecados sin número?
a que juzga a los más altos?
él, 8
Exigiste injustamente prenda a tus
23
Muere éste en plena prosperidad, [hermanos,
cuando todo florecía y estaba en se- despojaste de sus ropas al harapiento,
7
guridad, no diste de beber al sediento,
24
cuando estaban sus lomos cubiertos al hambriento le negaste el pan.
[de grosura 8
Y de quien tiene mano fuerte, suya
y bien regada la medula de sus huesos. [es la tierra;
25 Muere aquél en medio de la amar- que
el hace temer, ése se adueña
se
gura de su alma, [ de ella.
9
sin haber gozado de bien alguno. Despediste a la viuda con las manos
28 Y con todo, juntamente yacerán [vacías
[en el sepulcro, y rompiste los brazos al huérfano.
10 Por
y a uno y otro los recubren los gu- eso te hallas preso en lazjs
ísanos. y te sorprende de improviso el terror;
" Bien adivino vuestros pensamientos 11
te rodean las tinieblas y no ves,
y losimproperios que contra mí ma- y te inundan aguas desbordadas.
[
quináis. 12 ¿No está Dios en lo alto de los
28 Vosotros decís: ¿Dónde esta la casa |li('ll)S?
[del opresor, Mira las estrellas: ¡Qué altasl
qué fué de tienda en que moraban
la 13
Y
tú dirías: ¿Qué sabe Dios?
[los perversos? ¿Puede juzgar a través de las nubes?
29
¿Por qué no se lo preguntáis a los 14 Las nubes le cubren como velo
y
[
caminantes? [no ve;
No podéis desconocer la respuesta se pasca por la bóveda de los ciclos.
16 ¿Quieres seguir el antiguo sendero
[que darán.
30 Que en el día de la ira se salva el por donde caminaron los impíos,
malvado, 18 que fueron arrancados antes de
[

y es sustraído al furor en sa día. [


tiempo
81
¿Quién le echa en cara su mala y una inundación arrancó sus ci-
[conducta? [ mientos?
» .

JOB, 23, 24 837

17
C¿ue decían a Dios: Apártate de 12
no me desvié de los mandatos de
[nosotros, [sus labios,
¿qué puede hacernos el Omnipotente? he guardado las palabras de su boca.
18Mientras llenaban sus casas de ri- 13
Pero cuando él decide una cosa,
quezas. [¿quién podrá disuadirle?
Lejos de mí el consejo de los impíos. Lo que quiere es lo que hace.
19 14
Los justos se alegraron, Así cumple hoy en mí sus designios,
los inocentes se rieron, y todavía mucho más tiene él de seme-
20
al ver aniquilada su fortuna, [jante en su pensamiento.
y sus residuos devorados por el 15
Por eso meestremezco ante él,
[fuego. le contemplo, y tiemblo ante él.
21
Reconcilíate con él y tendrás paz, 16
El fuerte me quita toda mi fuerza,
y de ello te vendrá bien. elOmnipotente me aterra,
22
Recibe la ley de su boca, 17
más que las tinieblas que me en-
pon sus preceptos en tu corazón. suelven,
23
Si humillándote te vuelves al Om- más que la oscuridad que cubre mi
[
ñipo tente [rostro.
y alejas de tu casa la iniquidad,
24
tendrás el oro como polvo O4 1
¿Por qué el Omnipotente no
y como chinarros del torrente el Ofir; [se reserva sus tiempos,
25 será el Omnipotente tu
tesoro para no dejar a los que le conocen
y plata refinada para ti; [en la ignorancia de su día?
26 hallarás en el Omnipotente tus de- 2
Unos invaden los términos ajenos,
licias, roban los ganados y los llevan a sus
alzarás tu rostro hacia él, [pastizales;
27 3
El escuchará tus ruegos, se llevan el asno del huérfano
y tú le cumplirás tus votos. y toman en prenda el buey de la
28 Harás proyectos y te saldrán bien, [viuda;
4
y brillará la luz en tu camino. arrojan al pobre de su campo,
29 Si te humillaren, en seguida podrás y obligan a esconderse a los humildes
[decir: «¡Exaltación! [
campesinos,
Pues a los de bajos ojos salva Dios. y se llevan en prenda al hijo del pobre.
30 Libertará al que es inocente, 5
Otros se van al desierto, como asnos
pero en la pureza de sus manos. [salvajes;
el desierto es suyo, es el pan de sus hijos.
6
Respuesta de Job. Siempre en acecho, siegan los campos
[de otros
OQ 1
Job respondió, diciendo: y vendimian las viñas del rico.
2 Cierto que son hoy acerbas 7
Pasan desnudos las noches, sin ropa,
[mis quejas, sin más abrigo en medio del frío.
pero es más pesada mi carga que mis 8
Se mojan con los aguaceros en los
[
gemidos. [montes,
3
¡Oh, si cómo hallarle,
supiese sin más asilo que las rocas.
cómo mismo trono,
llegar hasta su 9
Arrancan de los pechos al niño
4
expondría ante él mi causa, [
huérfano,
tendría la boca llena de razones. 10 Desnudan harapiento,
al
5
Sabría lo que me respondería, hacen llevar sobre sí sus haces al
oiría que me diría.
lo [hambriento,
6 11
¿Contendería conmigo alegando su moler sus aceitunas y pisar sus uvas
[gran poder? [al sediento.
Seguro que no: Me atendería. De la ciudad salen gritos de mori-
7
Así el justo podría disputar con él, bundos;
y mi juez para siempre me absolvería. 12
Pide a voces venganza el alma de
8 Pero
si voy al oriente, no está allí; [los vejados,
si a occidente, no le veo. y Dios no atiende a estos clamores.
9
Si le busco al norte, no le hallo; 13
Hay quienes aborrecen la luz,
si al mediodía, no le descubro. y no ven los caminos,
10 Mas ya que él conoce mis caminos,
y no siguen sus trazas.
que me escudriñe y me acrisole como i*ab Antes del día se levanta el ase-
[el oro. [sino,
11
Por sus huellas marchó siempre mi pie, para matar al desvalido y al nece-
sus caminos seguí sin apartarme, [sitado
JOB, 25, 26, 27

l4 i
De noche anda el salteador, 2()
1
Respondió Job, diciendo:
15 Espera la oscuridad el ojo del adúl- 2
¡Qué gran ayuda la que das al
tero, [flaco,
diciendo: Nadie me verá. qué socorro traes al brazo desmayado!
Y se cubre el rostro con una máscara.
3
¡Qué bien has aconsejado al ignorante,
16 en las tinieblas asaltan las casas, qué profundo saber has manifestado!
los días los pasan encerrados,
4
¿A quién has dirigido tus palabras?
no quieren cuentas con la luz. ¿Qué espíritu es el que ha hablado por
17
Para ellos el alba es sombra de [tu boca?
5
[muerte, Hasta los muertos tiemblan de
el aclarar del día los aterra mortal- [bajo de la tierra,
[mente. los mares y cuanto en ellos mora.
18 6
veloces como curso de aguas;
Huyen El mismo abismo está ante él des-
es maldita su posesión sobre la tierra, [nudo,
no se pisa el fruto de sus viñas. sin velos el sepulcro.
19
Como la sequedad y el calor funden 7
El septentrión sobre la
tendió el
[la nieve, [nada,
así a los malvados el sepulcro. él colgó la tierra sobre el vacío.
20 Le olvida el seno materno, 8
Encierra las aguas en las nubes,
ni se menciona siquiera su nombre. y las nubes no se rasgan a su peso.
Arrancado es dé cuajo como el " El roba a la vista su trono,

[árbol, cubriéndose de nubes.


21 10
por haber maltratado a la estéril Trazó en derredor de los mares un
[que no tiene hijos [círculo,
y haber hecho mal a la viuda. hasta el confín entre la luz y las ti-
22 Pero el que con su fuerza derriba [nieblas.
11
[al poderoso, Las columnas del cielo tiemblan
se alza, y ya no cuenta para nada y estremecen a una amenaza suya.
se
12
[su vida. El con su pujanza conmueve los
23 [mares
Déjale apoyarse en su seguridad,
pero tiene susojosen todos sus caminos. y con su poder doma al monstruo.
24 Están un tiempo en auge,
y luego 13
A su soplo centellean los cielos,
[desaparecen, y su mano dirige la serpiente tortuosa.
perecen como hierba que se siega, 14 Y todo esto no es, sin embargo, más

son segados como espigas. [que la orla de sus obras,


26 ¿No es así? ¿Quién me desmentirá Es un leve susurro de su palabra;
y reducirá mis discursos a lanada? (1) que el estallido de trueno de su poder,
[¿quién podría oírlo?
Itépliea de Dildad.
2T 1
Tomó de nuevo Job la palabra,
y en forma de sentencia dijo:
25 1
Volvió a decir Bildad, suhita: 2
¡Por Dios vivo, que me rehusa jus-
Suyos son el poder y la ma-
* [ticia,
jestad, por Omnipotente, que me ha col-
el
y él mantiene la paz en sus alturas. finado de amargura!
3
¿Tienen número sus ejércitos? 3
Que mientras en mí quede un soplo
¿Sobre quién no resplandece su luz? [
de vida)
* ¿Cómo, pues, justificarse el hombre y el hálito de Dios aliente en mis na-
[ante él, [rices,
4
cómo ser puro el nacido de mujer? jamás mis labios proferirán una in-
6
La luna misma no brilla, justicia,
ni resplandecen bastante las estrellas jamás mi lengua dirá una mentira.
[a sus ojos. * Lejos de mí daros la razón;
8 ¡Cuánto menos el hombre, un gusa- mientras yo viva no dejaré que me
nillo, [arranquen mi inocencia.
el hijo de Adán, un vil insecto!
8
Mantendré con firmeza mi justicia y
[no la negare,
(i) indudable la trastocación
Parece del no me arguye mi conciencia por uno
trozo 18-34, Que, lejos de convenir a la res- [solo de mis días
puesta de Job, no es más que una confirma- 7
ción de la tesis de uno de sus amigos, y per-
Sea i mi adversario a quien le falte
tenece probablemente a la réplica de Sofar, que [la ratón,
en el texto según está 110 aparece. sea mi enemigo como el reo condenado.
JOB 28

8
¿En qué podrá confiar el impío cuan- La Sabiduría.
[do muera,
cuando Dios le arranque la vida? t> O 1
Tiene la plata sus veneros (1),
9
¿Escuchará Dios sus gritos y el oro lugar en que se acrisola.
2
cuando le llegue la desventura? Sácase el hierro de la tierra,
10
¿Podrá complacerse en el Omni- y de la roca fundida sale el bronce.
3
potente, El hombre alumbra las tinieblas
podrá jamás invocar a Dios? y escudriña en lo profundo,
11
Os mostraré la maño de Dios, las rocas en densa oscuridad.
Omni- 4
No os celaré los designios del Abre pozos lejos de lo habitado.
potente. No bajan por su pie,
Vosotros mismos podéis verlo. se suspenden, no como hombres.
5
¿Por qué, pues, perderos en vanas ilu- La tierra, que produce el pan,
fsiones? está por debajo como fuego;
6
sus rocas son la morada del zafiro,
y sus terrones contienen oro.
Réplica de Solar (1). 7 Por caminos desconocidos de las
[águilas,
13
He aquí la suerte a que destina impenetrables al ojo del azor,
[Dios al hombre culpable, 8
no pisados por las fieras,
la porción que del Omnipotente re- inaccesibles al león.
[cibe el impío: 9
Mete su mano en el pedernal
14 Si tiene muchos hijos, destíñanse
y subvierte los montes.
[a la espada, 10 Horada las rocas
su prole no se hartará de pan.
y descubren sus ojos en ellas lo pre-
15
A los sobrevivientes los sepultará la [cioso.
[pestilencia, 11
Detiene las filtraciones de las aguas
sus viudas no los llorarán. y saca a luz los tesoros.
16 Aunque acumule como
la plata si 12Pero la sabiduría, ¿dónde hallarla,
[fuese tierra, y dónde está el entendimiento?
aunque a montones tenga los ves- 13 No conoce el hombre el camino,
[tidos,
ni se halla en la tierra de los mortales.
17 pero se
los prepara él, los vestirá el 14 El abismo dice: No
está en mí.
[justo, Y el mar: Dentro de mí no se halla.
y su plata irá a manos del inocente. 15 Nose compra con el oro más fino,
1 8 Hizo su casa, pero viene a serle ni se pesa la plata para comprarla
[como nido, 16 Nose pone en balanza con el oro
como cabaña de guarda. [de Ofir,
19
Se acuesta rico, pero será por últi- ni con el precioso berilo, ni el zafiro.
[ma vez, 17 Nose equipara al oro ni al cristal,
En un instante dejará de existir. ni se cambia por vasos de oro puro.
20 Vendrá sobre él el terror como di- 18
No cuentan a su lado corales y
luvio, [cristales;
en la noche le arrastra el torbellino. vale más que las perlas.
al Le arrebata el viento solano
y se 19 No puede a ella compararse el to-
[lo lleva, pació de Etiopía,
[
y arranca lejos de su lugar.
le no entra en balanza con el oro más
22 Le asaetea Dios sin piedad,
[
puro.
y vanamente se esforzará para esca- 20 ¿De dónde, pues, viene la sabiduría,
par a su mano. dónde hallar la inteligencia?
23
Batirán palmas contra él,
' 21
Se oculta a los ojos de todos los
y en su mismo lugar le silbarán. [
mortales,
(i) Parece que los discursos de los tres ami- y aun a los de las aves del cielo está
gos habrían de cerrarse con una réplica de [ velada.
22
Sofar. que siguiera a las de los otros dos. pero El infierno y la muerte dicen:
ésta no va indicada en el texto con la ordinaria Sólo hemos oído su fama.
frase introductoria. Es, por tanto, probable
que debería reconstituirse con los trozos 24,
18-24 y 27. 14-23, obteniéndose, así la simetría (1) El texto no indica quién pronuncia estas
de ¡as partes que se da en las primeras inter- palabras en elogio de la Sabiduría. Al crear
venciones; de lo contrario resultarían puestas Dios el mundo, la difundió en la creación, por
en boca de Job afirmaciones que son las mismí- eso Dios la conoce, pero los ho nbres no alcan-
simas de los amigos que con él discuten. zan a conocer sus secretos.
840 JOB, 29, 30

23 18
Dios es el que conoce sus caminos, era el padre de los pobres,
élsabe su morada; y estudiaba la causa aun del desco-
24
porque con su mirada abarca los [ nocido.
17
[confines de la tierra, Quebrantaba del so-
los dientes
y ve cuanto hay bajo la bóveda del [berbio,
[cielo. y de sus dientes le arrancaba la presa.
25 18 Decíame
Cuando dio su peso al viento yo: Moriré viejo,
y dispuso las aguas con medida, prolongaránse mis días como los de
26
cuando dio la ley a la lluvia [ la palmera;
19
y camino al rayo, extenderánse mis raíces hasta las
27 entonces
la vió y la midió, [aguas,
la fundó y la conoció a fondo; y caerá de noche sobre mis ramas el
28
y dijo al hombre: El temor de Dios, [rocío.
20
[ésa es la sabiduría; Renovaráse conmigo mi gloria,
apartarse del mal, ésa es la inteli- y mi arco se fortalecerá en mis manos.
[gencia. 21 Para escucharme me esperaban (1),
y callaban hasta oír mi opinión.
22 Nadie replicaba a mis palabras,

suavemente penetraba en ellos mi


Respuesta de Job. [ discurso.
23 Esperábanme como se espera la
OQ 1
Volvió a tomar Job la palabra,
y abrían su boca como a
[lluvia,
la lluvia
[y dijo:
¡Ohl ¡Si volviera a ser como en los [temprana.
24 Si les sonreía, no acertaban a expli-
[pasados tiempos,
como en los dfas en que Dios me pro- cárselo,
tegía! y acogían con ansia la luz de mi
Cuando resplandecía su luz sobre mi [rostro.
[ cabeza, 25 Cuando acudía asus reuniones me
y a su resplandor marchaba en las [ sentaba a la cabeza;

[tinieblas. moraba entre ellos como un rey entre


4
A que
en mis días otoñales,
lo fui [ sus huestes,

citando protegía mi morada, como consuelo de los afligidos;


6
ovando el Omnipotente era conmigo
y tenía en torno mío a mis hijos; 1
Y ahora se burlan de mí los
8
cuando me lavaba en leche los pies ,)() [ más mozos que yo,
y me daba la piedra arroyos de aceite; a cuyos padres mehubiera yo des-
' cuando iba a las puertas de la ciudad deñado de contar
[

y se alzaba en la plaza mi silla, entre los perros de mis ganados.


h
y |cs jóvenes al verme se escondían
2
Aun el vigor de sus brazos
y los viejos se alzaban en pie, ¿de (pie podría servirme?
9
y los grandes contenían la palabra No tienen fuerza alguna.
3
y ponían el dedo sobre sus labios, Flacos por la miseria y por el hambre,
'° y callaba la voz de los caudillos, roen el desierto, oscura tierra, árida
y se pegaba SU lengua al paladar. [y desolada,
1 1 El oído que me escuchaba me lla- 4
recogiendo bledos entre las reta-
[ maba feliz, [mas,
y los ojos que me veían se declaraban y se alimentan con raíces de retama.
8 Arrojados de en medio de los hom-
[en mi favor.
12 porque libraba al pobre que cla- [bres,

[
maba, perseguidos u gritos como ladrones,
y huérfano que no tenía valedor.
al habitan en lo escarpado de los to-
13 Caía sobre mi la bendición del que rrentes,
[estaba para caer, en cuevas y entre rocas,
' rugiendo entre la maleza
y el corazón de la viuda se colmaba
[ de gozo. y reuniéndose entre la enramada.
14 Vestíame de justicia y ella me ro-
[deaba como vestido,
(i) Los versículos 21-35 están en perfecto
me era mi equidad como túnica y contexto después de 1-1 1 , mientras que los ver-
turbante. [ sículos 13-20 dan la razón del r.speto con que
18
Yo era ojos para el ciego, era tratado Job y de sus halagüeñas esperanzas
era para el cojo pies, para los futuro.
JOB, 31 84 i

8 30 va desprendiendo
Gente innoble, pueblo sin nombre, Ennegrecida se
pisoteados más que la misma tierra. [mi piel,
9
]Y de esos soy yo objeto de burla y mis huesos queman por el ardor.
81
y les sirvo de canciónl Hase trocado en duelo mi cítara,
10 Abominan de mí, me esquivan,
y mi flauta en lamentos.
y basta se atreven a escupirme a la
[cara. 31 Había hecho pacto con mis ojos
1

11
Perdido todo respeto, me insultan, de no mirar a virgen.
rompen todo freno en mi presencia. 2
¿Pues qué porción me reservaría Dios
12
A mi derecha se alza el populacho [desde lo alto,
y prepara los caminos para perderme. y qué heredad el Omnipotente desde
1 3 Destruyen mis sendas, procuran mi [las alturas?
3
[ruina, ¿No es la perdición la que espera al
y nadie los contiene. [inicuo,
14 Irrumpen contra mí como por ancha y el infortunio a los obradores de la
[
brecha, [maldad?
4
surgen de bajo las ruinas. ¿No mirando mis caminos
está él
15 Hau arremetido contra mí terrores, y contando todos mis pasos?
5
se fué como viento mi prosperidad, Ni anduve con engaños
pasó cual una nube mi ventura, ni corrieron hacia el fraude mis pies,
16 6
y ahora se derrite mi vida dentro péseme Dios en balanza justa,
[de mí, y Dios reconocerá mi inocencia.
y me agarran días de aflicción. 7
Si apartaron mis pasos de tus
se
' ?
La noche me taladra los huesos, [sendas
y no descansan los que me roen, y tras mis ojos se fué mi corazón,
i* Me envuelven como vestido con o se pegó algo a mis manos,
8
[ fuerza, siembre yo y coseche otro,
me ciñen como de mi túnica.
la orla y sean arrancadas mis plantaciones.
19
Hame arrojado al fango 9 Si mi corazón
se dejó seducir por
y he venido a ser como el polvo y la [mujer
[ ceniza. y estuve en acecho a la puerta de mi
20 ¡Clamo a ti y tú no me respondes, [prójimo,
insisto y no me haces caso! 10
muela para otro mi mujer,
21
Te has tornado para mí en despia- y sea entregada a ajenos brazos;
11
dado enemigo,
[ pues maldad grande es ésta,
con toda tu fuerza me persigues; es un grave crimen,
22
me alzas en alto, me haces cabalgar 12
fuego que devora hasta la des-
[sobre el viento, trucción,
y fuertemente me sacudes. y consumiría toda mi hacienda.
23 Bien
sé que me llevas a la muerte, 13
Si desdeñé el derecho de mi siervo
al lugar de reunión de todos los mor- y el de mi sierva, cuando se quejaron
[ tales. [de mí,
24 Sin embargo, yo no alcé la mano 14 ¿qué haría cuando alzara Dios
se
[ contra el pobre, [para juzgar,
le salvé en su angustioso gritar. cuando me pidiera cuentas, qué res-
25 ¿No lloraba yo todos los días con pondería?
15
[el afligido? El que me mí en el materno
hizo a
¿No se llenaba de tristeza mi alma hizo también a él?
[seno, ¿no le
[
por el pobre? ¿No fué él mismo el que al uno y al otro
26 Y cuando esperaba el bien, vínome [nos formó en el vientre?
16
[el mal; Si negué al huérfano su satisfacción
cuando esperaba la luz, vino la oscu- y defraudé la esperanza de la viuda,
17
ridad. si comí solo mi bocado
27
Mis entrañas se agitan sin descanso, sin dar de comer de él al huérfano;
han venido sobre mí días de aflic- 18 antes desde mi infancia le atendía
ción. [como padre,
28 Ando en torno enlutado, sin con- y desde el seno materno le protegía;
19
duelo, Si vi al miserable sin vestido,
y me pongo a gritar entre la turba. y al pobre sin ropas,
29
He venido a tener por hermanos a 20
y no me bendijeron sus carnes,
[los chacales, y se calentaron con el vellón de mis
y por compañeros a los avestruces, [ovejas;
842 JOB ¡, 32

21
si alcé mi mano contra el inocente, se obstinaba
en declararse inocente
por verme superior a él en la puerta, 2
a sus ojos; pero Eliú, hijo de Bera-
22
despréndase mi hombro de la espalda quel, buzita, de la tribu de Ram, se
y arranqúese del hombro mi brazo. encendió en cólera contra Job, porque
23
Pues temía el castigo de Dios, se declaraba justo ante Dios. 3 Tam-
yno habría podidoresistir a su majestad. bién contra los tres amigos ardió su
24 Si puse en el dinero mi confianza, cólera, porque no tenían qué respon-
y dije al oro: Tú eres mi esperanza; der a Job, y a pesar de eso le conde-
26 si me gocé en mis muchos bienes, naban. 4 Había esperado Eliú, mien-
y eh que mi mano mucho atesoraba; tras hablaban con Job, porque ellos
¿6 Si mirando al sol cuando brillaba, eran más entrados en días que él;
5
y a la luna al caminar resplandeciente, mas al ver que no había respuesta
47 se engañó en secreto mi corazón, en la boca de aquellos tres hombres,
y les mandé con la mano el beso de se encendió su cólera (1). 8 Habló,
mi boca, [ pues, Eliú, hijo de Beraqucl, buzita,
28 quetambién gravísimo delito, dijo:
es y
pues habría negado a Dios que está Yo soy joven todavía, y vosotros an-
[en lo alto; cianos;
29 me alegré del mal
si de mi enemigo, por eso dudaba, temeroso,
y me gocé en que le sobreviniera la en exponer mi pensamiento.
7
[desgracia, Pensaba que hablaría la ancianidad
30 pues no di mi lengua al pecado, y que los' muchos años mostrarían la
ni conjuré al sepulcro contra su vida; [
sabiduría;
8
31
si no decían las gentes de mi tienda: pero ésta es en el hombre una ins-
¿Dónde hallar quien de su mesa no se [pir ación,
[sacie? es el soplo del Todopoderoso el que
32
Antes bien no se quedaba fuera el [la enseña.
[extranjero, 9
No son los ancianos los sabios,
y abría mi puerta al viandante; no siempre los viejos tienen el enten-
33 Si encubrí como hombre mi pecado, dimiento.
10
ocultando en mi seno la maldad, Por eso me atrevo a decir: Oídme,
34 pues habría temido de la muche- y daré yo también mi parecer.
[dumbre, 11
Ya veis, he estado esperando vues-
me habría aterrado el desprecio de las tros discursos
[gentes, y escuchando vuestras razones;
12
y mudo me habría estado sin salir de mientras tuvisteis algo que decir
[casa. estuve atento.
35¡Oh, si hubiera quien me escuchasel Pero ya no hay quien pueda conven-
[Ahí va mi firmal Respóndame el To- cer a Job,
dopoderoso. no hay entre vosotros quien responda
Ahí está el libelo de acusación escrito ja sus razones.
[por el adversario.
13
No digáis: Nosotros le hemos hecho
36 Ciertamente yo le llevaré sobre mis [ver la sabiduría,
[hombros, convénzale Dios, no hombre alguno.
me lo ceñiré como
corona, 14
A mi nada me ha dicho,
le daré a conocer el número de mis y yo no voy a responderle con vues-
87
[pasos, tros argumentos.
[
16
y
~
me acercaré a él como un príncipe. Están desconcertados, no respon-
38 si clamó la tierra contra mí, den ya,
si a una lloraban sus surcos; les falta la palabra.
16 Comenzaré
39
si comí mi sustancia sin pagarla, yo, pues, ya que no
si afligid ánimo de los que la cultivaban; [hablan ellos
40 názcanme cardos en vez de trigo y se están ahí sin responder.
17
y cizaña en vez de cebada (Ij. Diré yo también lo mío,
Intervención <le Eliú. también yo expondré mi parecer.
18 Me siento lleno de cosas que decir

(i) Este pequeño prólogo nos presenta a


1
Dejaron aquellos tres hombres
Eiiú y los motivos de su ingerencia en el
de replicar a Job, viendo que él debate. El argumento nuevo que aporta es
el valor educativo del. dolor, que justifica la
(i) Los vs. 38-40 están sin duda trastocados. conducta de Dios y es motivo para que Job
Debieran leerse a continuación del v. 33. guarde silencio.
»

JOB, 33, 34

y me insta el espíritu que hay dentro con dolor continuo de sus huesos;
j
20
[de mí. i cuando tiene asco del pan
19
Mirad, mi interior está como vino ! y hasta del manjar más exquisito,
21
[encerrado, ¡
y se consume su carne hasta des-
como un odre nuevo pronto a estallar. ¡
aparecer,
20 que antes no
Hablaré, pues, para desahogarme, y aparecen los huesos, se
y ¡ibriré mis labios para responder. [veían;
21
No haré acepción de personas, 22
está su vida próxima al sepulcro,
llamaré a cada uno por su nombre, su alma a los espasmos de la muerte;
22 no me andaré con circunloquios, 23 pero si para él hay un intercesor,
y me soportará por un poco mi Ha- un ángel entre mil,
[ cedor. que haga ver al hombre su deber,
24 tenga piedad de él
y diga:
Reproches a Job. «Líbrale del sepulcro,
halle satisfacción de sus pecados»,
OO 1
Oye, pues, joh Job!, mis pala- 25 reverdecerá su carne más que en su
°° '
[bras, [juventud,
y presta atención a mis discursos. volverá a los días de la adolescencia.
2 26 Suplicará a Dios y éste le acogerá,
Mira, soy yo, abro la boca,
es mi lengua la que se mueve en mi le dará benigno su esplendente rostro,
[paladar. y volverá al hombre a su ventura.
27 El entonces, dirigiéndose a los hom-
3
Mi corazón me dicta palabras sabias,
y mis labios hablarán con franqueza. [bres, les dirá:
5 Respóndeme, si puedes, «Había pecado, había violado la jus-
Disponte a la defensa y pónteme de- ticia,
cante. y Dios no me retribuyó según mis
6
También yo, como tú, soy de Dios, [obras.
28
también yo fui formado del barro. He salvado mi vida del sepulcro,
4
El espíritu de Dios me creó, y vuelvo a ver la lu*..
29
el soplo del Todopoderoso me da vida. Mira, todo esto lo hact Dios,
7
Mira, nada tienes que temer de mí, dos y aun tres veces con el hombre,
30 para retraer su alma de la tumba,
no te abrumará mi majestad.
8
Dijiste, pues, ante mí, para alumbrarle con la luz de la vida.
yo escuché bien 31 Atiende, Job, escúchame.
sonido de tus pa-
el
labras: Calla mientras hablo yo;
9
«Puro soy, sin pecado, 32
O si tienes que replicar, respóndeme;
limpio estoy, no hay culpa en mí, habla, que yo deseo que te justifiques.
10 33 Si no, haz por escucharme;
y con todo El halla pretextos contra
[
lr>í> calla, y te enseñaré sabiduría.
y me toma por enemigo suyo.
11
Pone mis pies en el cepo
y espía todos mis pasos. Segundo discurso de Eliú.
12
Mira, en esto no tienes razón.
Yo te respondo que Dios es más grande 1
Prosiguió Eliú hablando así*
[que el hombre. "~ 2
Oíd, hombres sabios, mis pala-
13
¿A qué quejarte contra El, [bras.
de que no dé razón de todo lo que hace ? Prestadme, hombres doctos, vuestro
14
Habla Dios de un modo, habla de [oído,
3
[otro, pues
oído discierne las palabras,
el
pero el hombre no le entiende. como prueba los manjares el paladar.
16
En
sueños o en visión nocturna, 4
Discutamos la causa,
cuando desciende el sueño sobre Jos veamos entre nosotros dónde está lo
[hombres, [justo.
5
cuando duermen en el lecho, Puesto que Job dice: «Yo soy ino-
16
entonces abre sus oídos [centc,
y aterra con sus reproches,
le pero Dios me niega mi derecho,
17 6
para retraerle del mal y contra mi derecho padezco,
y precaverle contra la soberbia, y es mi llaga atroz sin culpa mía »:
para salvar su vida de la corrupción 7
¿Quién jamás como Job, que se bebe
y librarla de un fin desastrado. [ los insultos como agua,

Es también corregido con dolores cu y se va en la compañía de los obra-


f dores de maldad,
[mi lecho,
811 JOB, 35

8 29
por los caminos de los hombres per- ¿quién podrá condenar?
Si El calla,
[versos? Si El esconde su rostro, ¿quién ya le
Puesto que ha dicho: «No aprovecha [verá?
[al hombre El cela sobre las naciones y sobre los
9
estar a bien con Dios.» [individuos,
30 para que
Oídme, sesudos varones: no campe el impío por sus
10 ¡Lejos
de Dios la maldad! [respetos,
[Lejos del Todopoderoso la injusticia! para que no sufra el pueblo vejaciones;
11
El retribuye al hombre según sus 31puesto que si acaso dice a Dios:
[obras, «He pagado mi culpa, no pecaré más,
según su conducta le trata. 32
enséñame Tú lo que yo no sé,
12
No, cierto, no es injusto Dios, he hecho mal, no lo haré más»,
el
no tuerce 33
el Todopoderoso la justicia. ¿castigará El según tu consejo?
13
¿Quién le dió la tierra para que la Te dirá: Juzga tú en lugar mío?
[gobernara? Di tú lo que sepas.
34 Háblenme
¿Quién ha hecho el universo todo? los sensatos,
14
Si El a sí solo atendiera atiéndanme los prudentes.
y retrajera a sí su soplo y su aliento,
35 No habló Job cuerdamente,
15 fueron imprudentes sus discursos.
en un instante moriría toda carne
38 ¿No será Job probado a fondo
y el hombre se tornaría polvo.
14 Si entiendes, oye esto por sus respuestas, propias de un
y escucha el sonido de mis palabras. [impío,
17 37
¿Podrá gobernar un enemigo del pues a su pecado añade la rebelión,
[derecho? Bate ¡jalmas contra nosotros,
¿Y quieres tú condenar al justo su- y multiplica sus quejas contra Dios?
[premo,
18
al que puede decir a un rey «mal-
[vado» Tercer discurso de EIIÚ.
y "criminal » a un soberano?
19 Al que no mira a la cara a los po-

[derosos 35 1
Volvió a tomar Eliú la pala-
y no prefiere el rico al pobre, [bra, y dijo:
porque todos son hechura suya? 2
¿Te parece haber pensado justamente
20 Mueren de improviso en el corazón
al decir:«Tengo razón contra Dios»,
[de la noche, 3
y diciendo: «¿De qué me sirve,
son sacudidos los poderosos y desapa- qué ventaja he tenido por no haber
recen. [pecado?
El valiente se va sin poder hacer uso 4
Voy a responderte,
de su fuerza,
| y a responder contigo a tus amigos.
21 8
pues El tiene su mirada sobre el obrar Contempla el ciclo, mira,
[ de cada uno mira cuánto más alta que tú es esa
y cuenta todos sus pasos. [ bóveda.
22
No hay oscuridad, no hay densa 8
Si |)ecas tú, ¿qué mal le haces?
[tiniebla, Si multiplicas tus pecados, ¿qué per-
donde puedan esconderse los malhe- juicio le causas?
[ chores. 7
Y con ser justo, ¿qué le das?
26 Conocedor de sus acciones odas, I ¿Qué recibe El de tumano?
los derriba en una noche y quedan 8
A un hombre como tú perjudica tu
[aplastados. [mal obrar,
23
Fija plazo al hombre a un hijo de hombre aprovecha tu jus-
para presentarse al tribunal de Dios. [ Licia.
24 9
gravedad de
Quebranta al fuerte sin andar en Gritan por la la opre-
[averiguaciones, sión,
y pone a otro en su lugar. luden socorro contra la tiranía de los
28 Los destroza como reos, poderosos;
[

los hiere como perversos, 10


pero nadie dice: «¿Dónde está el
27 porque se alejaron de El Dios que me creó,
[

y no quisieron saber de sus caminos. que da en la noche cantares de júbilo,


18 En cuanto llegó a El el clamor del 11 que nos da inteligencia mayor que

[oprimido, [
las bestias de la tierra
cu cuanto se hizo oír el lamento de los y nos hace sabios más que a las aves
[ desvalidos. I de' cielo? -
JOB, 36, 37 845

12 Y, claro, por mucho que griten, El no a lugar holgado, sin estrecheces,


[responde, a mesa llena de selectos manjares.
17
virrdo la soberbia de los malvados. Pero si sigues los senderos del impío,
13 Un vano gritar, cierto, no lo escucha la culpa y la pena te corresponderán.
[Dios, 18 No te lleve, pues, la ira al arrebato,
el Todopoderoso no lo atiende, y no te deprima la cuantía del rescate.
14 menos todavía cuando tú dices que 19 ¿Puede acaso sacarte de la angustia

[no lo ve. [tu clamor


Ante El está la causa, espera en El. y todos tus vigorosos esfuerzos?
15
Al decir, pues, que no es su ira la 20 No anheles, pues, tanto la noche de
[que castiga, [la muerte,
que no atiende gran cosa a la iniqui- eme va arrebatando a unos tras otros.
[dad, 21 Guárdate de dejarte llevar a la ini-
16abrió Job vanamente su boca quidad,
y multiplicó insensatamente las pa- aunque fuera miseria quien te lle-
la
labras. [vara.
22 Mira: Dios es sublime en su poder.
¿Quién como El terrible?
Cuarto discurso de Eliú. 23 ¿Quién jamás le dió normas de con-

[ducta?
Q¿1 1
Continuó Eliú, diciendo. ¿Quién jamás pudo decirle: Has hecho
2 [mal?
Espera un poco y te enseñaré,
todavía hav más razones en favor de 24 Acuérdate de que debes ensalzar

[Dios. [sus obras,


3
Sacaré de lejos mi saber de tantos hombres celebradas.
25 hombres contemplan
y vindicaré la justicia de mi Hacedor. Todos los las
4 Cierto,
no son falaces mis razones, y se deleitan en ellas.
te habla un perfecto conocedor. 26 Mira: Es Dios tan grande que no le
6 [conocemos.
Mira: Dics es poderoso,
y el poderoso de verdad no desprecia El número de sus años no es investi-
[a nadie. [gable.
6
No deja florecer al impío 27
El hace subir las gotas de agua
y hace justicia al desvalido; y descender en lluvia sus vapores.
7 No 28 Destilan las nubes,
aparta sus ojos del justo,
y al fin los sienta en tronos con los y llueve sobre el hombre en abun-
[reyes, fdancia.
29 ¿Quién será capaz de conocer
y son exaltados; las
8
y encadenados, oprimidos en los [extensiones de las nubes,
[lazos de la miseria, los fragores de su pabellón?
El hará reconocer sus obras,
les 30 El extiende en derredor suyo su luz,
9
sus pecados, porque se ensoberbe- y la hace llegar hasta las profundida-
cieron. des de los mares.
31
Abrirá sus oídos a la corrección, Pues con esto alimenta a los pue-
10
y los exhorta a que se aparten del [blos,
[mal. y con eso da pan a los mortales.
32
Si le oyen, si se le someten, Se arma lasmanos de fulgores
11
terminarán felizmente sus días y les manda herir al enemigo,
33
y sus años transcurrirán en la dicha. y con su fragor anuncia
12 Pero
si le desoyen, acabarán mala- el celo de su ira contra la iniquidad.
[ mente
y morirán cuando menos lo esperaban.
13
Q7 1 Esto hace saltar mi corazón,
Les de corazón protervo se airan y le llena de espanto,
y no claman a Dios cuando los enca- 2
Oíd, oíd el estallido de su voz,
[dena; El estampido que sale de su boca,
14por eso se extingue su vida en la 3 por todos ámbitos del
se extiende los
[juventud [cielo,
y acaba en la adolescencia. y llega su fulgor hasta los confines de
16 Por lo contrario, salva al justo pa- [la tierra.
[cicnte, por sus padecimientos, 4
Y después de resuena el trueno.
él
y cen la tribulación abre sus oídos. Brama con voz majestuosa,
16 También a ti te sacará de las fauces
y nada puede retener el rayo
|de la angustia ctí.r.do te oye la vez de su majestad.
846 JOB, 38

6
Truena Dios maravillosamente con Intervención de Dios.
[su voz.
Hace cosas grandes que no compren- QO 1
Entonces dirigió Dios a Job
demos. su palabra, de en medio de un
6
El dice a la nieve: Baja a la tierra, torbellino, diciendo (1):
2
y a las lluvias copiosas: Abundad. ¿Quién es éste que empaña mi pro-
7
Es ante ellas impotente el hombre, [ videncia
para que todos reconozcan que es con imprudentes discursos?
3
[obra de El. Cíñete como varón tus lomos.
* Las fieras se meten en su cubil Voy a preguntarte, respóndeme tú.
4
y se quedan en sus guaridas. ¿Dónde estabas al fundar yo la
* Del austro viene el huracán, [tierra?
viene del septentrión el frío. Dímelo, si tanto sabes.
10 6
Al soplo de Dios se forma el hielo ¿Quién determinó, si lo sabes, sus
u y se contrae la extensión de las [dimensiones?
[aguas. ¿Quién tendió sobre ella la regla?
8
El carga de agua las nubes. ¿Sobre qué descansan sus cimientos,
18
Ydistiende la nube de su luz o quién asentó su piedra angular,
7
que va todo en torno, entre las aclamaciones de los astros
donde la lleva la voluntad del go- [ matutinos
[bernante y los aplausos de todos los hijos de
para hacer lo que le mande El; [Dios?
8
13 ya para castigar como azote, ¿Quién cerró con puertas el mar
ya para regar la tierra, cuando impetuoso salía del seno,
9
para favorecer con ella al hombre. dándole yo las nubes por mantillas,
14 Atiende a esto, Job, y denso nublado por pañales,
10
y detente a considerar las maravillas dándole yo la ley
[de Dios. y poniéndole puertas y cerrojos?
15 ¿Sabes tú los designios de Dios 11
diciéndole: De aquí no pasarás,
[sobre ellos? ahí se romperá la soberbia de tus olas.
14
¿Sabes por qué hace brillar el relám- ¿Acaso has mandado tú en tu vida
[pago en sus nubes? [a la mañana
14 ¿Conoces el equilibrio de las nubes
y has enseñado su lugar a la aurora,
13
[en el aire, para que ocupe los extremos de la
los prodigios del que todo lo sabe? [
tierra
17 ¿Sabes por qué se calientan tus ves- v eche Cuera a los malhechores,
14modelándose entonces la tierra como
tidos
cuando el viento solano abochorna la [el barro bajo el sello,
[tierra? y apareciendo vestida,
18 ¿Extenderás tú con él el firma- 16 privando a los malvados de su luz

mento, y rompiendo el brazo de los soberbios'


terso como fundido espejo? 18 ?Has bajado tú hasta las fuentes del
19 Enséñanos que hemos de decirle,
lo mar. [

pues nosotros no sabemos, envueltos te has paseado por las profundidades


[en tinieblas. [del abismo?
40 ¿Quién irá a darle cuenta si habla- 17
¿Se te han abierto las puertas de la
[re yo? [muerte'.'
¿Podrá decirle nadie: «Me veo avasa- ¿has visto las puertas de la fúnebre ti
llado»? [niebla?
11
A veces no se puede ver la luz que 18 ¿Abarcas la inmensidad de la tierra?

[resplandece en el cielo. Dilo, si sabes todo esto.


De pronto pasa el viento y barre las 19
¿Cuál es el camino para las moradas
[nubes; [de la luz?
44
viene del aquilón áureo resplan- y las tinieblas, ¿dónde haüitan?
90 Tú sabrás conducirlas a sus domi-
dor,
terrible majestad.
y se viste Dios de fnios
43Grande es su poder, grande es su
[juicio,
(i) Dios aparece al fin, y dirigiéndose a
mucha su justicia, no oprime a na- Job trata de aplanarle presentándole la gran-
[dic. deza de su sabiduría, revelada en la creación.
44Por eso han de temerle los hombres, Es magnifica la descripción del caballo, del
y no mira El al que se cree sabio. hipopótamo y del cocodrilo.
JOB. 39 8 -17

y tornarlas a los senderos de su morada. o se ponen en acecho en la espesura?


81 41
¡Seguro lo sabrás, pues ya habías ¿Quién prepara su alimento al
[nacido [cuervo,
y era ya entonces grande el número cuando sus polluelos gritan a Dios
[de tus días! y riñen por falta de comida?
22
¿Has ido a los escondrijos de la
[ nieve? QQ 1
¿Sabes tú el tiempo en que
¿Has entrado .fin. los almacenes del [paren las gamuzas?
[granizo ¿Asististe al parto de la cierva?
23
que guardo yo para los tiempos de 2
¿Contaste los meses de su preñez,
[la desdicha, o conoces el tiempo de su parto?
para 3
el día de la guerra y de la ba- Se encorvan, echan su cria,
talla? poniendo fin a sus dolores.
24 4
¿Cuál es el camino por donde se Se hacen grandes sus crías, crecen en
[difunde la niebla? [el campo,
¿Por dónde se echa sobre la tierra el salen, y no vuelven más a ellas.
8 ¿Quién
[viento solano? da libertad al asno salvaje?
25
¿Quién abre el camino a la inunda- ¿Quién rompe las ataduras al onagro,
[ción 6
al que por casa di el desierto,
y sus sendas al rayo tonante, por guarida las estériles estepas?
26
para hacer llover sobre tierra de- 7
Se ríe del estrépito de las ciudades,
sierta,
[ y no oye las voces del arriero;
sobre desiertos inhabitados por el 8
vaga por los montes al pasto,
[hombre,
2' y se va tras de toda hierba verde.
para empapar las áridas llanuras 9 búfalo en servirte
¿Consentirá el
y hacer brotar la verde hierba? noche a tu pesebre?
28
¿Tiene padre la lluvia? y en pasar la

¿Quién engendra a las gotas del rocío?


10 ¿Podrás atarle al yugo con tus co-
29 yundas
¿De qué seno sale el hielo?,
y hacerle arar los surcos delante de ti?
y la escarcha del cielo, ¿quién la ha
[engendrado?
11 ¿Contarás con él por su gran fuerza
30 y le encomendarás tus labores?
Se endurecen las aguas como pie-
[dra,
12 ¿Le fiarás la recogida de tu grano
y el amontonamiento de tus mieses
y se congela la superficie del abismo.
31
¿Has atado tú los lazos de las Plé- [en la era?
13Agítase bulliciosa el ala del avestruz,
yades,
o puedes soltar las ataduras del Orion? pero ¿es acaso también pluma piadosa
32
¿Eres tú quien a su tiempo hace salir [y voladora?
14 Abandona sus huevos a la tierra
[las constelaciones
y quien guía a la Osa con sus hijos? y los deja que se calienten en la arena,
33 15 Sin pensar que un pie puede rom-
¿Has enseñado tú a los cielos su ley
y determinado su influjo sobre la
perlos,
[tierra? puede aplastarlos un animal salvaje.
34 ¿Alzas tu voz hasta las nubes,
16
Es cruel con sus hijos cómo si no
para que te cubran de copiosas aguas? [fueran suyos,
35 ¿Mandas tú a los relámpagos
y van y no se cuida de que sea vana su fa-
[ellos, [tiga,
17
diciéndote: Henos aquí? porque le negó Dios la sabiduría,
36 ¿Quién puso sabiduría en las cosas y no le dió parte en la inteligencia;
[ocultas, 18 pero a la llegada del cazador puede

y en las claras, quién puso inteli- [desafiarle,


gencia? y se ríe del caballo y
del jinete.
37 19 ¿Puedes tú dar al caballo la fuerza,
¿Quién dispone las nubes con cuenta
[y número, llenar su cuello de relinchos?
20 ¿Le enseñas tú a saltar como la lan-
y quién derrama los odres de los cielos
38 cuando se hace una masa el polvo, [gosta,
y se pegan unos a otros los terrones? a resoplar fiera y terriblemente?
39 ¿Eres tú 21 Hiere
quien proporciona su la tierra su casco, lánzase
[presa al león [audaz,
y sacia el alma de los leoncillos, sale alencuentro de las armas,
40 cuando están agazapados en sus 22
Ríese del miedo, no se empavorece,
[cubiles no retrocede ante la espada;
848 JOB, 40, 41

23 13
cruje sor re él la aljaba, Ocúltalos a todos en el polvo,
la llama de lanza y la saeta;
la y cubre su faz de eternas tinieblas.
14 con estrépito y resoplido sorbe la 14Yo entonces también te alabaré,
[tierra, y diré que tu diestra es capaz de
y no se detiene al sonido del clarín. [vencer.
25 Cuando suena la trompeta, dice: 15 Mira al hipopótamo, creado por mí,
[iSusl [como lo fuiste tú,
Y huele de lejos la batalla, que se apacienta de hierba, como el
el clamor de los jefes y el tumulto. [buey.
28 16
¿Se alza a lo alto el azor por tu sa- Mírale; su fuerza está sus en
[biduría, [lomos,
tendiendo sus alas hacia el mediodía? y su vigor en los músculos de su
27
¿Se remonta por oí den tuya el [vientre.
[águila, 17
Endereza su cola como un cedro,
y hace su nido en las alturas? los nervios de sus costillas se entre-
28 Habita en las rocas
y allí pasa la lazan.
[noche, 18 Sus huesos son como tub>s de
en la cresta de las rocas, en lo mas [bronce,
[abrupto. son como palancas de hierro.
29 Acecha desde allí la presa 19
Es obra maestra de Dios,
que de muy lejos descubren sus ojos. a él le entregó la espada su Hacedor.
30 Sorben la sangre sus polluclos, 20 Los montes ofrecen sus pro-
le
y donde hubiere mucrtjs, allí está ella. [ductos,
mientras retozan allí todas las bestias
40 V continuando Yave en respon-
1
21
[del campo.
der a Job, dijo: Echase debajo de los lotos,
2 ¿Querrácensor contender todavía
el en medio de los juncos del pantano;
22
[con el Omnipotente 1 los arbustos de la orilla Ic dan
El que pretende enmendar la plana a [sombra,
[Dios, responda. le rodean las mimbreras del torrente.
23
Crezca el río, el no se espanta,
Está seguro aunque le llegue un Jor-
Itcspucsta de Job. [dán al hocico.
24 ¿Le
cogerán a sus ojos?
s
Y Job respondióa Yave, diciendo: ¿Taladrara nadie con el anillo su nariz?
25 ¿Puedes
4
iCuán pequeño soy! ¿Qué voy a res- tú coger con anzuelo al
ponder? [cocodrilo
Pondré mi mano sobre mi boca. y atarle una cuerda a la lengua?
26
6
Una vez hablé, no hablaré más. ¿Le meterás un junco por la nariz,
Dos vetes, no añadiré palabra. o atravesarás con el anillo sus man-
díbulas?
27
¿Te dirigirá ruegos suplicantes,
Prosigue Yave. o te lisonjeará con palabras?
28 ¿Hará
pacto contigo,
* Siguió a Job desde
Yave replicando lo tomarás a tu servicio?
torbellino, y dijo:
[el
29
¿Jugarás con él como con un pájaro,
7
Ciñe tu cintura, cual varón, 0 le atarás para juguete de tus niños?
30 ¿Le cogerán los pescadores en sus
Yo te preguntaré, enséñame tú.
8
¿Aún pretenderás menoscabar mi [redes,
[justicial se lo repartirán los mercaderes?
¿Me condenarás a mí para justificarle ;
" ¿Cubrirás tú de flechas su piel
[tú? y le hundirás el arpón en la cabeza?
32 Ponle encima la mano,
• ¿Tienesbrazos tú como los de .Dios
los
y puedes tronar con voz semejante a te quedará recuerdo de la riña y no
suya? [la [ volverás.
10 Revístete, pues, de gloria
y majes-
2
tad, 41 Nadie se atreve a provocarle,
cúbrete de magnificencia y esplendor, ni puede siquiera estar a pie
11 [firme delante de
distribuye a loi rentes tu ira, él.

y humilla al soberbio sólo con mirarle.


1
Si alguno se atreviere, le engañó su
12 [ilusión,
Mira al orgulloso y abátele,
y aplasta a los malvados. a su solo vista quedará aterrado.
»

JOB. 42 «-19

Itcspucslu tic Job.


[salvo?
No lo hay debajo del cielo. A*} 1
Respondió Job, diciendo (1):
4 No callaré la forma 2
de sus miem- Sé que lo puedes todo,
bros, y que no hay nada que te cohiba.
3 «¿Quién es éste que imprudente-
no tiene igual en la fuerza;
6
¿Quién jamás le despojó de su mm- mente empaña mi providencia?»
[to, Cierto que proferí lo que no sabía,
quién exploró la doble fila de sus cosas difíciles para mí, que no conocía.
4
[dientes, «Escucha y hablaré yo,
6
le abrió las puertas de la boca? yo te preguntaré, enséñame tú.
5 Sólo
El círculo de sus dientes infunde de oídas te conocía;
[terror; mas ahora te han visto mis mismos
7
Su dorso está armado de laminas de [ojos.
[escudos, 0 Por todo mí retracto y hago peni-
compactas y cerradas como un sello; [
tcncia,
8
únese la una a la otra sin dejar res- entre el polvo y la ceniza.
[quicio,
y unidas entre sí no se separan.
9 Sus estornudos son llamaradas, Epilogo.
sus ojos son como los párpadeos d2 la
[aurora;
10 de su boca sale fuego, 7
Después de haber hablado Yave
centellas de fuego; a Job estas palabras, dijo Yave a
11
sale de sus narices humo, Elifaz, temanita: Se ha encendido mi
como de olla al fuego, hirvicnte. ira contra ti y contra tus dos compa-
12
Su aliento enciende los carbones, ñeros, porque no hablasteis de mí
8
saltan llamas de su boca; rectamente, como mi siervo Job. Así,
13
en su cuello está su fuerza, pues, tomad siete becerros y siete
y ante él tiemblan de horror. carneros, e id a mi siervo Job y ofre-
14 Las papadas de su
carne son duras, ced por vosotros sacrificio; y Job, mi
apretadas contra él; siervo, rogará por vosotros, y en aten-
15 aunque le fulminaran con rayos ción a él no os haré mal, pues no ha-
[no se movería. blasteis de mí rectamente, como mi
Su corazón es duro como el pedernal, siervo Job. 9
Vinieron, pues, Elifaz,
16 duro como la piedra inferior
de la temanita, Bildad, suhita, y Sofar,
[muéla. namatita, e hicieron lo que les man-
Si se alza tiemblan los valientes, dara Yave, y Yave atendió a los rue-
17
y de terror no saben por dónde tirar. gos de Job (2).
La espada que le ataca se rompe, 10 Yave restableció
a Job en su
18 No resisten
la lanza ni el dardo: estado después de haber él rogado por
para él el hierro es como paja, sus amigos, y acrecentó Yave hasta el
19
y el bronce cual madera carcomida. duplo todo cuanto antes poseyera.
El hijo del arco no le hace huir, 11
Vinieron a él todos sus hermanos y
20 Las piedras de la honda son para hermanas y todos sus anteriores cono-
[él estopas, cidos, y comieron con él en su casa,
la maza le es como paja, se condolieron y le consolaron por
21
y se burla del vibrar del venablo. todo el mal que sobre él hiciera venir
Debajo lleva agudos tejos, Yave, y le regalaron cada uno una
22
que arrastra como un trillo sobre el moneda y un anillo de oro. 12 Yave
[cieno. bendijo las postrimerías de Job más
Hace hervir el abismo como olla que sus principios, y llegó a poseer
23
y espumar como vasija de un-
güentos. (1) Job responde humilde, confesando su
Deja en pos de sí blanco su ca- imprudencia.
[mino, (2) El desenlace sorprende un poco. Cuan-
24 Como si fuera una cana cabe- do creíamos que los amigos de Job recibirían
u.i elogio de Dio?, sjeede al revés: es Job el
Diera.
elogíalo y ellos son declarados en falta, nece-
No hay en la tierra semejante a él,
sitando de la intercesión del acusado para al-
25 Hecho para no tener miedo.
canzar perdón de Dios. Al fin viene a cumplirse
26 Todo
lo ve desde arriba, la sentencia de que Dios colma de bendiciones
es el rey de todos los feroces. a los que le temen.
^ \
54
850 JOB, 42

Job catorce mil ovejas, seis mil ca- I mosas que las hijas de Job, y su padre
mellos, mil yuntas de bueyes y mil |
les dió herencia entre sus hermanos,
16
asnas. 13 Tuvo siete hijos y tres hijas; Vivió Job después de esto ciento
1J primera le puso por nombre
a la cuarenta años y vió a sus hijos y a
Yemima, a la segunda Quesia, y a la los hijos de sus hijos, hasta la cuarta
tercera Querenapuc. 15 No habla en '
generación, 17 y murió Job anciano y
luda aquella tierra mujeres más her- colmado de días.
SALMOS
INTRODUCCION AL LIBRO DE LOS SALMOS

El título que este libro lleva en el texto masorético significa en general cantos,
himnos, salmos, loas, etc. El libro está dividido en cinco. El primero contiene
hs Sainos 1-41. El szg'indo, los Salmos 42-72. El tercero, los Salmos 73-89. El
cuarto, los Salmos 90-106, y quinto, los Salmos 107-150.
el
Probablemente estos cinco libros son otras tantas colecciones de Salmos,
hechas en distintas épocas y por distintos autores, como lo prueba el terminar
cada una de ellas con una doxología final, y principalmente la nota que se halla
al fin del segundo libro, Sal. 72. «Aquí terminan los Salmos de David, hijo
de Jeséo; pues a pesar de ella, son no pocos los Salmos de David que con-
tienen los libros siguientes, y que le atribuyen las inscripciones. Se confirma este
modo de ver, por hallarse en los varios libros repetidos, con más o menos ligeras
variantes, algunos Salmos. Así, por ejemplo: 14 =
53, y el estar algunos de ellos
compuestos de partes de otros, como por ejemplo: el Salmo 69, que es parte del 39 vs.
14-18; el 107, compuesto de fragmentos del 56, vs. 8-12 y del 59 vs. 7-14. Sólo
pueden explicarse estos hechos, suponiendo que al tiempo en que fué hecha la
colección general, gozaban ya de tal prestigio las varias colecciones particu-
lares, que el autor de aquélla las aceptó cuales eran, sin atreverse a suprimir
nada en ellas.
Se confirma esto mismo por el uso sistemático que en los distintos libros
se hace de los nombres divinos Yave y Elohim. En el libro primero aparece
generalmente el nombre de Yave; -en el segundo, generalmente el nombre de
Elohim; en el tercero, casi tanto el de Yave como el de, Elohim; en el cuarto, exclu-
sivamente, y en el quinto exclusivamente o casi exclusivamente el de. Yave.
El libro de. los Salmos o Salterio, suele llamarse Salterio de David, y así
lo llamó el Cnnrilio Tridentino; pero esto no quiere decir que, sea David el único
854 SALMOS
autor de todo él, sino que es el principal autor, pues son muchos los Salmos
que él compuso, y se le considera como el más eximio de los salmistas de Israel:
«Egregius psaltes Israel» (II Rcg, 23, 1). Las inscripciones atribuyen a
Moisés uno, el 90; a David, sesenta y cuatro; a Salomón, uno, el 72, según la in-
terpretación que de la inscripción hacen muchos intérpretes, que, sin embargo,
no nos parece la más probable; a Asaj, letita, doce; a los coreítas o hijos de Coré,
doce; a Etán, uno, el 89. Los restantes, cincuenta y nueve, son anónimos — «huér-

fanos" los llaman los judíos / la inscripción, si la llevan, no indica el autor.
El autor de la colección general, según todas las probabilidades, parece haber
sido Esdras.
La época en que fueron escritos los Salmos abarca un largo período, que
va desde los comienzos de la monarquía, siglo xi a. C, hasta después de la
cautividad babilónica, siglo v a. G.¡ sin que podamos con certeza señalar fechas
más recientes para algunos, como creen ciertos intérpretes, y mucho menos
todavía decir que algunos de éstos sean del tiempo de los Macábeos.
Las inscripciones que preceden a muchos Salmos, aunque no pueda afir-
marse que sean de los autores, son, sin embargo, antiquísimas, muy anteriores
al tiempo en que fué hecha la versión de los LXX, como lo prueba el hecho de
que muchas de ellas ya eran ininteligibles para los autores de esta versión. Son,
por tanto, muy respetables, aunque no tengan siempre autoridad decisiva, pues
no se sabe si son del autor inspirado. Son indicaciones respecto del autor, las más;
respecto del género de la composición; respecto de la melodía a cuyo tenor había
de cantarse el salmo; y en fin, dan a veces los instrumentos músicos con que
el canto había de acompañarse, la tesitura de las voces y el cantor que había
de dirigirlo o personalmente cantarlo. Por desgracia se perdió entre los judíos
la tradición de casi todo cuanto concernía al canto litúrgico, y hoy muchas de
estas indicaciones son, para nosotros, o enteramente indescifrables o sólo muy
problemáticamente conjeturables. Las que se refieren al género de la composieión
distinguen varias clases de Salmos; mas. por qué son llamados niizmor, unos,
otros higgayon, otros mictam, otros sir, otros masquil, no podemos hoy colegirlo.
Las que indican la melodía, suelen repetir la primera o primeras palabras
de un canto ya conocido, probablemente popular; así por ejemplo: Mut-labbcn,
Ajclct-Saar, etc. Indicadoras de los instrumentos hallamos neguinot, instru-
mentos de cuerda; nejilot, instrumentos de aire, etc. Referentes a la tesitura,
hallamos scniinit, a la octava; alamnt, a voces blancas, voces de doncella, etc.
Finalmente se repite muchas veces upara el director del canto, para Jedutún*,
etc., que parecen indicar quién había de cantarlo, o quién había de dirigirlo.
Todas estas indicaciones, si nos fueran ciertamente conocidas, tendrían para
nosotros un valor artístico muy estimable, pero no el valor histórico que tienen
las que se refieren al autor del Salmo o a las circunstancias históricas en que
fué compuesto.
Además del autor, indican varias inscripciones las circunstancias histó-
ricas en que el Salmo fué compuesto. Asi, por ejemplo, el 7 lleva la inscripción:
'Sigayon de David, que cantó a Yave con ocasión de lo de Cus, benjaminiUX.
El 18: «Al maestro del coro, salmo de David, siervo de Yave, que dijo las pa-
labras de este canto, cuando le libró Yave de todos sus enemigos y de lu mano
de Saúln, etc.
La autoridadde estas inscripciones históricas es, como hemos dicho, muy
grande, por su gran antigüedad; no es, sin embargo, del todo decisiva. Como
norma en cuanto a esto, debemos seguir las respuestas dadas por la Comisión
Bíblica Pontificia en 1 de mayo de 1910 a las siguientes preguntas:
1. Las denominaciones «Salmos de David», «Himnos de David», *Lil>ro
de los Salmos de David', «Salterio de David», usadas en las antiguas colee
ciones y aun por loa mismos Concilios, paro designar el libro de ciento cincuenta
SALMOS 855

iqlinva del Antiguo 'Testamento, y la opinión de muchos Pudres y Doctores,


une atribuyeron a David todos los Salmos sin excepción, ¿tienen tanto peso que
hayamos de tener a David por el autor único de todo el Salterio?

R. Negativa.
II. De la concordia del texto hebreo y el texto griego de la Alejandrina
y las otras versiones antiguas, ¿puede justamente deducirse que las inscrip
dones de los Salmos puestas en cabeza del texto hebreo son más antiguas que
la versión de los LXX, y que por tanto proceden, si no directamente de los
autores mismos de los Salmos, por lo menos, de una antigua tradición judía?
R.— Afirmativa.
III. Las indicadas inscripciones, testigos de la tradición judía, cuando
ninguna razón grave se opone a su autenticidad, ¿pueden prudentemente ser
puestas en duda?

R. Negativa.
IV. En atención a los múltiples testimonios de la Sagrada Escritura
acerca del natural ingenio de David, ilustrado por el carisma del Espíritu Santo
en la composición de los poemas religiosos, las instituciones por él f undadas
relativas al canto litúrgico de los Salmos, dadas las atribuciones que de Salmos
se le hacen, sea en el Antiguo Testamento, sea en el Nuevo, de tanto tiempo
ha puestas a la cabeza de los Salmos, añadido el consentimiento de los judíos,
de los Padres y Doctores de la Iglesia, ¿puede prudentemente negarse que el
autor principal de los poemas del Salterio es David?; o, por lo contrario, ¿es
permisible afirmar que sólo algunos de estos poemas deben atribuirse al real
salmista?
.

R. Negativa a ambas partes.
V. ¿Puede en particular negarse el origen davídico de los Salmos, que
en las citas del Antiguo o del Nuevo Testamento claramente se atribuyen a
David, entre ¡os cuales se deben principalmente señalar al 2, «Quare fremue-
runt gente»--; el 15, «Conserva me Domine»; el 17, «Diligan te, Dominz, forti-
tudo mea»; el 31, «Beati quorum remissae suut iniquitates»; el 68, «-Salvum
me tac, Deus», y el 109, «Dixit Dominus Domino meo»?

R. Negativa.
VI. ¿Puede admitirse la opinión de los que piensan que entre los S-dmos
hay algunos, bien de David, bien de otros autores, que por razones litúrgicas
y musicales, por la negligencia de los escribas o por otras causas desconocidas,
han sido, o divididos en varios o reunidos en uno solo; o que algunos otros, por
ejemplo, el ¡¡Miserere mei, Deus», para adaptarlos mejor a las circunstancias
históricas o a las solemnidades del pueblo judío, lian sido ligeramente reto-
cados, o modificados por la sustracción o la adición de algún que otro versículo,
sin perjuicio, sin embargo, de la inspiración del texto sagrado todo entero?

R- Afirmativa a ambas partes.
VII. ¿Puede sostenerse como probable la opinión de aquellos escritores
modernos que, apoyándose únicamente en indicios internos o en una inter-
pretación inexacta del texto sagrado, se esfuerzan en demostrar que muchos
Salmos lian sido compuestos en la época de Esdras y Nehemías, y aun en el
liemj o de los Macabeos?

R. Negativa.
VIII. ¿Hay que reconocer, por los múltiples testimonios de los Libros
Santos del Nuevo Testamento, por el unánime consentimiento de los Padres
y ¡jor la misma confesión de los escritores de raza judia, que hay muchos Salmos
pro/éticos y mesiánicos que predicen el advenimiento, el reino, el sacerdocio,
la pasión, la muerte y la resurrección del futuro libertador? Y, por consiguiente,
¿ha de rechazarse en absoluto la opinión de aquellos que, desnaturalizando el
carácter pro/ético y mesiánico de los Salmos, restringen estos oráculos acerca
856 SALMOS

del Cristo a predicciones meramente concernientes al porvenir del pueblo


elegido?
R. —Afirmativa
a ambas partes.
Nosabemos qué criterio siguieron los colectores al hacer las colecciones;
quizá fueron reuniéndolos según los fueren escribiendo o hallando, pues ni
se sigue un orden lógico ni el cronológico; tedo lo más hallamos un par
de grupos que parecen haberse hecho según el uso litúrgico de ciertos Salmos.
Ya San Agustín y otros Padres se lamentaban de este desorden. Sería, sin em-
bargo, muy aventurado querer introducir en ellos un orden cualquiera, a no
ser que se dejara intacta la numeración, pues de lo contrario seria un enorme
embrollo verificar tantas citas como de ellos se han hecho a través de tantos
siglos y en tantas y tantas obras. La numeración no es la misma en todos los
Códices hebreos, y mucho menos en las diversas versiones.
La Vulgata sigue en esto a los LXX. El 9 de la Vulgata son el 9 y 10 en
hebreo, y por eso a partir de 10 la numeración de la Vulgata y el hebreo se
separan, siendo siempre en una unidad inferior la numeración de la Vulgata
a la del hebreo. Vulg. 10-112, Hbr. 11-113. El 113 de la Vulgata es en he-
breo el 114 y 115, mientras que el 114 y el 11.5 de la Vulgata son el 116 en
el hebreo, continuando, por tanto, la numeración de aquélla en una unidad in-
ferior a la de éste, desde el 114-115 Vulg. 116 Hebr. hasta el 145 Vulg. 146 Hebr.
El 146 y 147 de la Vulgata son el 147 del hebreo; por tanto, se iguala ya la
numeración en la una y el otro hasta el fin del Salterio.
Cada uno de los libros lleva al fin una doxologia, que viene a equivaler a
una suscrip.ción, y el conjunto del Salterio termina con el Sal. 150, que, más
que Salmo, es propiamente la doxologia final de todo el Salterio.
Es tan vario el argumento de los Salmos y tan complejo el de muelws de
ellos, que viene a ser muy difícil agruparlos en clases. Sin embargo, ya los
Padres los dividieron en dogmáticos, morales, históricos y proféticos; pero son
muchos, indudablemente, los que a la vez habrían de incluirse en varias o en
todas estas categorías. Hay dos grupos de Salmos, los de Aleluya y los Gra-
duales, que originó el uso litúrgico. Los primeros, 113-119, se cantaban en
los novilunios, en la fiesta de la Pasctta y en las de Pentecostés, de los Taber-
náculos y la Dedicación. En la fiesta de la Pascua se cantaban primero en
el templo, al inmolar el cordero, y se repetían luego a la tarde en las casas,
después de comida la Pascua. Los Graduales, 120-134, los cantaban por el
camino los que de toda la tierra subían a Jerusalén a celebrar las tres grandes
festividades de la Pascua, Pentecostés y los Tabernáculos. (Is. 30, 29; Gal. 1,
17-18). Son los dos grupos que netamente se distinguen en la colección general.
No forman grupo aparte, sino que se hallan diseminados en las varias colec-
ciones, otros Salmos que se distinguen también netamente de los otros, unos
por el argumento, los Salmos mesiánicos y los imprecatorios, otros por el arti-
ficio poético, los alfabéticos. Los Salmos mesiánicos son salmos proféticos,
en los que se anuncia "la venida, el reino, el sacerdocio, la pasión, la muerte
y la resurrección del Mesías". Pueden también considerarse mesiánicos aque-
llos que se refieren al reino de Dios, ya que es el Mesías el que ha de inaugurar
este reino. El mesianismo de un Salmo puede constarnos, o con toda certeza,
o con una mayor o menor probabilidad. Son ciertamente mesiánicos aquellos
que del Mesías o de su reino fueron interpretados por Cristo Nuestro Señor
o los Apóstoles en el Nuevo Testamento. Igualmente aquellos que unánime-
mente interpretaron los Padres como mesiánicos. Son, por lo contrario, sólo
mdt o menos probablemente mesiánicos aquellos que por la materia, el contexto
o la analogía con otros ciertamente mesiánicos, pueden como tales interpretarse.
En esto, sin embargo, deberá proceder el intérprete con gran meticulosidad
y soberidad.
SALMOS 857

Un Salmo podrá ser mesiánico, o en su sentido literal histórico, o en bu


sentido literal evangélico, o en sentido típico, ya que éstos son en general los
sentidos de toda divina escritura. Véase acerca de esto lo dicho en la Introducción
general acerca de los sentidos de la Sagrada Escritura.
No pocas veces sucede que, al cantar el salmista la bienaventuranza del justo,
o al lamentarse de sus aflicciones y angustias, eleva su mente la divina ins-
piración, y más que dirigirse a un justo particular o al justo en general, se
dirige al Justo por excelencia, el Mesías. Igualmente, al lamentarse de las per-
secuciones, ultrajes, afrentas, etc., con que se ve afligido, más que a sí mismo,
por efecto también de la inspiración divina, se refiere al Mesías paciente y
atribulado.
Es frecuente en la poesía, sobre todo en la lírica, que el poeta se revista,
o revista a la persona a quien canta, de una vaga personalidad, que trasciende
la realidad de la misma, y acumule sobre ella, no sólo notas reales de otras,
sino también notas ideales a que su mente se eleva. Así, por ejemplo, nuestro
Gabriel y Galán, al cantar al «Ama», ve en ella, no sólo las cualidades de la
esposa muerta, de quien generalmente se cree, quizá sin razón, que es la per-
sona cantada en el poema, sino las de otras amas a quienes conoció, y quizá
las de una ama ideal, que sólo en su mente tuvo vida. Esto mismo sucede en la
lírica sagrada; y por eso sería desacertado querer interpretar muchos Salmos
que llevan una inscripción histórica, encerrándose dentro de las circunstancias
históricas a que se refiere la inscripción. El poeta, aunque compusiera sus
Salmos en las circunstancias históricas que la inscripción menciona, rompe
generalmente ese marco, y elevándose muy por encima de él, expresa pensa-
mientos y sentimientos que no caben dentro del mismo.
A esto parece aludir San Juan de la Cruz, cuando, en el prólogo de su «Cán-
tico Espiritual», nos dice que estas canciones fueron compuestas: «En amor de
abundante inteligencia mística», y que «los dichos de amor es mejor declararlos
en su anchura, para que cada uno se aproveche según su modo y el caudal de
su espíritu, que no abreviarlos a un sentido, a que no se acomode todo paladar».
Si además tenemos en cuenta, como hemos indicado, la ilustración divina de
la mente del salmista y el ambiente mesiánico de que está rodeado, se verá la
justeza de estas observaciones acerca del mesianismo de muchos Salmos.
Hay algunos Salmos, pocos, más bien, por lo general, partes de Salmo, que
contienen tremendas imprecaciones. Modelo de esto es el Salmo 109. Si hacemos
aquí especial mención de ellos, es por la especial dificultad que presentan, fun-
dada en lo tremendo de las imprecaciones, que chocan fuertemente con nuestra
mentalidad cristiana. Ha de tenerse en cuenta que muchas veces no se sabe a
ciencia cierta si damos con verdaderas imprecaciones o con predicciones de
los males que Dios arrojará sobre los impíos; pero aun siendo así, parece que no
puede negarse que muchas veces son verdaderas y tremendas imprecaciones
las que el salmista lanza contra los enemigos, los impíos. La dificultad se
resuelve teniendo en cuenta que los orientales son mucho más realistas que nos-
otros, y este realismo se refleja en sus literaturas. No distinguen fácilmente
entre el mal y el malhechor, entre el pecado y el pecador; y al maldecir y exe-
crar el pecado, maldicen y execran al pecador y arrojan sobre él las maldicio-
nes e imprecaciones que arrojan sobre el pecado. Hemos también le conside-
rar que los salmistas, sea que hablen en nombre de todo el pueblo de Dios, o en
nombre de los justoe, o de si mismos, se esnsideran como los representantes de
la causa de Dios y así, al pedir el castigo para sus enemigos, lo piden para los
enemigos de Dios mismo, a fin de reprimir la soberbia de los impíos y levantar
el ánimo de los fieles, que padecen tentación al ver la prepotencia de los malva-
dos. De esto tenemos un vivo ejemplo con las imprecacionee de Jeremías ( 11,
18-12, 4). Y siempre, en último término, se ha de atender a que el marco del
SALMOS
Antiguo Testamento dista mucho del del Nuevo Testamento en la perfección
del amor a los enemigos. En esto, como en tantas otras cosas, pretender medir
el Antiguo Testamento con el rasero del Nuevo nos llevaría a no pocos absurdos.
Los llamados Salmos alfabéticos son aquellos en que cada estrofa, cada
ver so o cada miembro de verso comienza en hebreo con una de las letras del
alfabeto hebreo, según su orden. Es, por tanto, la forma literaria la que los
distingue. Asi, comienzan por una misma letra todos y cada uno de los versos
de cada estrofa o grupo de ocho versos en el 119; todos y cada uno de los versos
en el 25, 34 y 145; cada uno de los grupos de dos versos en el 9 y 10 y 37; cada
verso en el 111, 112.
Ciñéndonos más al argumento de cada Salmo, podríamos dividirlos en ocho
clases: i. a Unos cantan la gloria de Dios, reflejada en la creación y goberna-
ción del Universo. 2. a Otros la especial providencia de Dios, reflejada en la
historia del pueblo de Israel. 3. a Otros, la gloria de Dios en su tabernáculo
de Jerusalén. 4. a Otros, la lucha entre el bien y el mal, y la justicia de Dios
que da a cada uno según su merecido. 5. a Otros, exaltan la confianza del justo
en la divina protección. 6. a Otros son acciones de gracias por los beneficios
recibidos. 7. a Otros, confesión de los pecados y humilde arrepentimiento.
<í.
a Otros, en fin, cantan alguno de los divinos atributos, la gloria, el poder,

la justicia, la sabiduría, etc., de Dios, manifestada en su ley.


En la contemplación de la naturaleza no proceden los salmistas a modo
de filósofos, que del efecto se elevan a la contemplación de la causa, ni a modo
de naturalistas, que quieren conocer la intima naturaleza de las cosas creadas,
sino a modo de profetas, que por divina ilustración, ya inmediata, ya mediata,
saben muy bien que es Dios el autor de todas ellas, y las miran como el
común de los hombres, según aparecen a los sentidos. Por lo primero ven refle-
jados en las cosas los divinos atributos, el poder, la gloria, la majestad, la sabi-
duría, la bondad de Dios, etc. Por lo segundo, tienen de los fenómenos natu-
rales la concepción común a los hombres de su tiempo; no se detienen, sin
embargo, en una concepción vulgar, sino que la llenan de sublime poesía
metáforas de incomparable belleza. Los cielos son la morada de Dios; la
tierra, el escabel de sus pies; su carro son las nubes; sus caballos, los vientos;
el trueno, es su voz; los rayos, sus saetas, etc., etc.
La forma de los Salmos es esencialmente poética. Son verdaderos poemas
que tienden a elevar el corazón a Dios, fuente inagotable de toda belleza. De estos
bellísimos poemas, algunos son didácticos, otros son épicos, o por lo menos tie-
nen algo de tales; pero la inmensa mayoría son líricos: odas, elegías, cantos, etc.,
en que los salmistas revisten sus pensamientos de las más bellas imágenes y
metáforas, y prorrumpen en gritos, de dolor a veces, de indignación otras, de
execración otras, las más de júbilo, de exaltación, de triunfo, que con frecuen-
cia nos hacen sentir el escalofrío de lo sublime. La elocución no es tampoco la
de la prosa. Ya los acentuadores se sirvieron para acentuar este libro, el de
Job y los Proverbios, de un sistema especial, que se llama acentuación poética,
con el cual pretendieron fijar la cantilena solemne con que en las reuniones
litúrgicas se cantaban estos libros. Por desgracia se ha dejado perder la tra-
dición acerca del valor musical de estos acentos, que tanto hubiera podido ser-
virnos para conocer la línea melódica de la poesía hebrea, y sólo se ha conser-
vado la tradición del valor prosódico y sintáctico de estos acentos. La más simple
unidad poética es en la poesía hebrea el verso, que consta por lo general de
dos o tres miembros o esticos, // los versos se van muchas veres sucediendo uni-
dos, hasta formar una estrofa, y las estrofas se suceden unas a otras, hasta
constituir el poema. Los versos prest ntan un ritmo tónico, en algo semejante al
de nuestros versos castellanos, en uirtltd del cual se van agrupando las pala-
bras en varias combinación! .« da silabo» tónicas y átonas, nunqnr no snjrta«
SALMOS

a un número determinado en cada verso, como en nuestra poética. Esto hace


que el número de sílabas no sea siempre igual en todos los versos; sin embargo,
suelen ofrecer los versos en un poema determinado el mismo número de acentos
y una extensión poco más o menos igual, aunque no pocas veces el defectuoso
estado del texto u otras causas desconocidas hagan fallar esta regla. Cuanto
de más quisiéramos decir acerca de la estructura poética de los poemas hebreos,
sería, hoy por lioy, bastante aventurado.
Claro está que toda esta estructura rítmica desaparece al traducirse los
poemas hebreos a otra lengua, y que, por tanto, sólo en hebreo puede gustarse
el placer estético de esta poesía, como sucede con la poesía de cualquier lengua.
Sin embargo, tiene la poesía hebrea un artificio poético, que aun traducida
conserva, y puede en otra lengua cualquiera gustarse como en la lengua original.
Es el ritmo, no de las sílabas, sino del pensamiento, un ritmo lógico, común-
mente llamado paralelismo de las sentencias. Viene a ser un fluctuar, un ba-
lancearse del alma entre pensamientos paralelos, bien con un paralelismo de
semejanza, paralelismo sinónimo, bien con un paralelismo de composición,
paral"lismo sintético, bien con un paralelismo de contraposición, de contraste,
paralelismo antitético. Los dos primeros dan a la poesía hebrea un claroscuro
tan suave en el desarrollo del pensamiento, que es un verdadero encanto; el
tercero, poniendo junto a las luces fuertes sombras, le da por el contraste un
acentuado relieve.
De entre los libros de la Sagrada Escritura es el de los Salmos uno de los
más leídos y estimados. Los judíos los sabían de memoria y los cantaban con
frecuencia. En la primitiva Iglesia cristiana sucedía otro tanto. San Cipriano,
San Basilio, San Jerónimo, etc., nos ofrecen testimonios de la universal difu-
sión de los Salmos entre los fieles de su tiempo, que llegaba hasta el punto de
cantarse los Salmos por los ocupados en las faenas agrícolas; no digamos los
monjes, una de cuyas principales obligaciones era aprenderlos todos de me-
moria. Quizá la principal razón por que no fué recibida en la Vulgata la
versión de los Salmos hecha por San Jerónimo del texto hebreo, fué la gran
difusión de la versión antigua entre el pueblo fiel, que se habría visto per-
turbado por una tal traducción.
Si, en general, los libros poéticos hebreos son como la flor de toda la divina
revelación del Antiguo Testamento, mucho más lo son los Salmos. Debería ser
este libro el devocionario de los devocionarios, pues por el heclw mismo de ser
inspirado por Dios, podemos decir que son el devocionario que nos ha dado el
mismo Dios. Tienen los Salmos una fuerza singular para excitar en nosotros
los más elevados pensamientos, los más piadosos sentimientos. Son como fra-
gante jardín, en que no falta ninguna de las flores de las virtudes, y abundan
los más exquisitos frutos de virtud, piedad y devoción.
Entre las versiones de los Salmos, lo mismo que de todas las Escrituras
del Antiguo Testamento, la más antigua es la Alejandrina o de los LXX.
Es, por lo general, demasiado servil. De ella procede la antigua latina o ítala,
que participa, por tanto t de su principal defecto. De ésta hizo San Jerónimo
una primera revisión o corrección, ajusfándola al texto griego de los LXX,
y es tradicionalmente conocida con el nombre de Psalterium Romanum.
Después hizo una nueva revisión, según el texto hexaplar de Orígenes, gene-
ralmente conocida con el nombre de Psalterium Gallicanum, que, fuera de una
pequeña parte, es la que figura actualmente en las ediciones de la Vulgata y
en los Breviarios. Finalmente, hizo el Santo Doctor una versión directa del texto
hebreo al latín, que, a pesar de algunos lunares, es mucho mejor que ninguna
de las anteriores y sobremanera estimable.
»

860 SALMOS

LOS SALMOS

LIBRO PRIMERO 2
Se reúnen los reyes de la tierra y |

a una
se confabulan los príncipes, |

1 contra Yave y contra su ungi-


do (1).
3
Las dos sendas: La del justo y la del «Rompamos sus coyundas, lejos |

impío. de nosotros arrojemos sus atadu-


ras.»
1 Bienaventurado el varón (1) 4
|
El que mora en los cielos se ríe, |

que no anda en consejo de impíos, |


Yave se burla de ellos.
ni camina por las sendas de los peca- 6
A su tiempo les hablará en su
dores (2) ni se sienta en com-
|
ira | y los consternará en su fu-
pañía de malvados. ror.
2
Antes tiene en la ley de Yave su 6
Y yo, yo por él he sido consti-
complacencia, y a ella día y noche |
tuido rey |
sobre Sión, su monte
atiende. santo.
3
Será como
árbol que se planta Voy a promulgar
' su decreto: |

a la vera del arroyo, que a su tiempo |


Yave me ha dicho:
da sus frutos, cuyas hojas no se 8
|
«Tú eres mi hijo, hoy te he en-
marchitan. |
Cuanto emprenda tendrá gendrado yo. Pídeme y haré de |

buen suceso. las gentes tu heredad, te daré en |

4
No
impíos,asísino como los |
posesión los confines de la tierra.
9
paja que arrebata el viento. Podrás regirlos cetro de con
No prevalecerán (3) los impíos hierro, romperlos como vasija de
|

en el juicio, ni los pecadores en la |


alfarero.
congregación de 10
los justos. Ahora, pues, ¡oh reyes!, obrad
6
Porque conoce Yave el camino prudentemente. Dejaos persuadir, |

de los justos (^), pero la senda |


rectores todos de la tierra.
11
de los pecadores acaba mal. Servid a Yave con temor ser- |

vidle con temblor.


12 No
se aire y caigáis en la rui-
1¡ na, pues se inflama de pronto su ira.
| |

[Venturosos los que a él se aco-


Rebelión de las gentes contra Yave y gen! (2).
contra su ungido, y exaltación de este.

1
¿Por qué se amotinan las gen- es mirarlos con solícita benevolencia y guiarlos
tes, |
y trazan las naciones planes por buen camino.
vanos? (1) Este salmo es el primero de los mesiáni-
cos. Nos representa el sal.niitj, que según Mateo
(1) Este salmo no lleva inscripción que indi- (4-2;) es David, a las naciones conjuradas contra
que el autor. Es el primero de los «huérfanos». el Señor y su Cristo. El ungido de Yave es en-
Nos representa la lucha de los justos y de los tronizado en Sión como Rey univerial. y amo-
impíos en el mundo y a Yave que la contem- nestados los pueblos a que prudentemente se le
pla como juez desde los cielos para dar a cada sometan. La entronización de que aquí se habla
uno su merecido. se r .ili:- en la resurrección de Cristo, según la
(2) La palabra les significa hombre desequi- exégesis de San Pablo (H;ch. 13. 33)
librado, mas con desequilibrio moral que inte- (2) Es dificilísima y mjy aventjrada in- 1 1

Es lo opuesto a jicam. s.u \ y se usa


lectual» i te prefación de las palabras nast;u-bar, que un
muchas veces como sinónimo de risa, implo. co ncnt.idor llama crux interprelum. De todas las
(3) Prevalecer en el juicio es ganar el pleito, interpretaciones hasta hoy propuestas y segui-
a causa; no prevalecer es ser condenado. das, ninguna satisface plenamente. Damos la que
(4) Conocer el Señor el camino de los justos mi< probable nos parece.
SALMOS 861

6
3 y 4 Temblad, y no pequéis. |
Medi-
tad esto en vuestras alcobas y pen-
Oración de un justo perseguido. sad. (Sela.)
6 Sacrificad sacrificios
de justicia | y
1
Salmo de David, al huir de Ab- esperad en Yave.
salón, su hijo (1).
7
Son muchos los que dicen: «¿Quién
2 va a favorecerle?»
¡Oh Yave! ¡Cómo se han multi- Alza, ¡oh Yave!, |

plicado mis enemigos! ¡Cuántos son |


sobre nosotros tu serena faz.
los que se alzan contra mil
8
Tú pones en mi corazón una ale-
3Cuántos los que de mi vida gría mayor que la del tiempo de |

dicen: «No tiene ya en Dios sal-


|
copiosa cosecha de trigo, vino y
vación» (Sela) (2). aceite.
4
Pero tú, ¡oh Yave!, eres escudo En paz me duermo, luego
9
en
en torno mío (3), |
mi gloria, cuanto me acuesto, porque |
tú,
el que me hace erguir la cabeza. ¡oh Yave!, a mí, desolado, me das
5
Clamaba con mi voz a Yave, y |
seguridad.
él me oyó desde su monte santo.
(Sela.)
$
A
veces me acostaba y me 5
dormía, y despertaba incólume por-
|

que Yave me defendía. Deprecación de un justo.


7
No temo a los muchos millares
del pueblo |
que en derredor se vuelven
contra mí.
8
1
Al maestro del coro. A la flauta.
¡Alzate, Yave! ¡Sálvame, Dios Salmo de David.
mío! Tú hieres en la mejilla a todos
|
2
Escucha mis palabras, ¡oh Yave!, |

mis enemigos, tú le rompes los | oye mis gemidos.


3
dientes al impío. Atiende a voces de mi sú-
las
9
Tuya es, ¡oh Yave!, la victo- plica, |
Re.y mío y Dios mío, cuando
ria. Venga sobre tu pueblo tu ben-
|
te suplico.
dición. 4
Ya de mañana te hago oír mi
voz, |
temprano me pongo ante ti,
esperándote,
5
Pues no eres Dios tú que se
4 maestro del coro. A la
1
Al agrade del impío, no goza de tu |

flauta. Salmo de David. amistad el perverso.


2 ¡Oyeme,
pues te invoco, Dios de 6
No puede el insolente estar ante
mi justicia! |
Tú en la angustia me tus ojos, odias a todos los obra- |

salvas. Ten |
piedad de mí y oye dores de la maldad.
mi súplica. 7
Das a la perdición al menti-
3
¿Hasta cuándo los grandes ha- roso. |
Al sanguinario, al fraudulento,
béis de ser insensatos? ¿Por qué |
los abomina Yave.
8
amáis la vanidad y seguís la mentira? Mas yo, fiado en la muchedumbre
(Sela.) de tu piedad, |
entro confiado en tu
4
Pues sabed que Dios distingue morada | y me prosterno ante tu
al que le es grato, que me oye Yave |
santo templo.
8
cuando le invoco. Condúceme, ¡oh Yave!, por el
buen camino de tu lemor, y en tu |

(1) Aunque
distintos en el texto, los salmos 3 justicia, a causa de mis enemigos,
y 4 son uno solo. Muchas razones persuaden de
10
Y mí tus caminos.
allana ante |

esto. Por lo contrario, no se na; alcanza la razón No hay en la boca de ésos since-
de que el salmo haya sido dividido en dos. ridad, henchido está su pecho de
|

(2) La significación de la palabra Sela no la malicia, un abierto sepulcro es su


cenocemos con certeza. Lo más probable parece |

que es un término que indicaba algo pertene- garganta, bruñen con el dolo sus |

ciente a la música litúrgica, o respecto de la al- lenguas.


11
ternancia de los coros o de interludios de los ¡Castígalos, oh Dios, malogra sus
instrumentos, o de mayor fuerza que a! canto consejos! Por sus muchos crímenes, |

hatfa de darse. Quizá con ella se distinguen las recházalos, ya que se rebelan |
es. roías; pero en este caso habría que reconocer
contra ti.
que muchas veces no está puesta en el lugar 12
del ico. Alégrense cuantos a ti se aco-
(3) Algunos de los antiguos escudos estaban gen, alégrense por siempre.
|
Que |

hechos de tal modo que rodeaban e! cuerpo. gocen de tu protección y puedan |


862 SALMOS
en
13
ti regocijarse cuantos te aman. bate alguno el alma y me desgarre, |

Pues al justo, ¡oh Yave!, tú sin que haya quien me libre.


bendices 4
le y le rodeas de tu bene- |
Yave, mi Dios: si hice yo eso, si |

volencia como de escudo protector.


| hay crimen en inis manos,
6
Si pagué con mal a quien estaba
en paz conmigo, si aun al enemigo |

(i le despojé sin razón;


6
Persiga el enemigo mi alma, al- |

Deprecación de un justo enfermo. cáncela y échela por tierra y |

arrastre mi gloria por el polvo.


Al maestro del coro. A la cuerda.
1 7
Alzate, ¡oh Yavel, en tu ira, yér- |

Sobre la octava. Salmo de David. guete contra la rabia de mis enemi-


2
¡Oh Yavel No me castigues en gOS,| v hazme la justicia que tú man-
tu ira (1), no me aflijas en tu daste.
8
indignación. Rodéate del consejo de las nacio-
3
Ten misericordia de mi, |oh Yavel, nes |y siéntate en alto sobre él.
8
pues que soy débil. Sáname, Yave. |
Es Yave quien juzga a los pue-
Tiemblan todos mis huesos, blos. Defiende mi causa, |oh Yavel
|

Está mi alma toda conturbada.


4
|
>>fHún la justicia y la inocencia que
Y lú, ¡oh Yavel, ¿hasta cuándo? hay en mí.
6
Vuélvete, ¡oh Yavel, y libra i°
Acabe de una vez la malicia
mi alma, sálvame por tu piedad. |
de impíos,
los y confirma al justo. |

6 11
Pues en la muerte no se hace Dios, justo, escudriña el cora-
ya memoria de ti, en el sepulcro, |
zón y los ríñones. Mi escudo es |

¿quién te alabará? Dios, que salva a los rectos de corazón.


7 12
Consumido estoy a fuerza de Todos los días los amenaza el
gemir, todas las noches inundo mi
|
Todopoderoso con su ira; si no se |

lecho y con mis lágrimas humedezco


|
convierten, afila su espada,
mi estrado. 13
Tiende su arco y apunta;
8
Ya están casi ciegos mis ojos 14 Apareja las saetas mortíferas,
|

por la tristeza, |
envejecieron en saetas que él enciende.
medio de tantos como me son hos- 16
El que concibió maldad, se
tiles. preñó de iniquidad y pare el fraude. |

Apartaos de mí todos los obra-


* 18 El que cava y ahonda la cis-
dores de maldad, pues ha oído |
terna, caerá en la hoya que él
|

Yave la voz de mis llantos. mismo hizo.


10 Ha 17
escuchado Yave mis ora- Recaerá sobre su cabeza su
ciones, ha acogido mi deprecación.
|
maldad, y su crimen sobre su misma
|

11
Confundidos sean y vehemen- frente.
temente perturbados Yo alabaré a Yave, por su justi-
18
todos mis ene- |

migos. Apártense, sean luego, luego,


|
cia, y cantaré el nombre del Señor
|

confundidos. Altísimo.

7 8

Deprecación del justo calumniado. Bondad de Dios al someter al hombre


toda la creación.
Endecha de David, que cantó a
1

Yave cuando lo de Cus, benjaminita. 1


Al maestro del coro. En la Gctea.
2
Yave, mi Dios, a ti me acojo, |
sál- Salmo de David.
vame de cuantos me persiguen, 2
¡Oh Yave, Señor nuestro, cuán
líbrame, magnífico es tu nombre en toda la |

3
No sea que como león me arre- tierral ¡Cómo cantan los altos cielos
|

su majestad!
3
<i) El argumento de este salmo lo hemos de Las bocas mismas de los niños, |

ver repetido en otros muchos. Los salmistas, al-


mas justas, acaso profetas, como Jeremías, y, por Tales salmos adquieren un sentido mesianico,
tanto, representantes de la causa de Dios en la considerando al futuro Mesías como principal
tierra, se ven hechos el blanco de las iras y per- representante de esa causa de Dios, por la cual
secuciones del mundo, es decir, de los que no sufrió persecución y hasta la muerte misma.
sienten la causa de Dios, por dejarse llevar de los Vienen a ser estos salmos como preludios de los
vicios y de la idolatría. En esta situación, piden vaticinios de Isaías sobre el siervo de Yave.
a Dios que defienda en ellos su propia causa. que muere por la salud del mundo.
SALMOS 863

6
de los que maman, son ya fuerte |
Guímel. Reprimiste a las gentes,
argumento contra tus adversarios |
hiciste perecer al impío,
para reducir al silencio al enemigo ' Borrando por siempre jamás su

y al perseguidor. nombre. Aniquilaste al enemigo,


|

4
Cuando contemplo los cielos, perpetuas ruinas, y con ellos des- |

obra de tus manos (1), la luna |


apareció el nombre de las ciudades
y las estrellas, que tú has establecido: que con ellos destruíste.
6
¿Qué es el hombre, para que de 8
He. Asiéntase Yave en su trono,
él te acuerdes, ni el hijo del hombre
|
firme por toda la eternidad. Esta- |

para que tú le visites blemente fundó su trono para juzgar,


6
Y le hayas hecho poco menos que 8
Para regir justamente el orbe
un dios? de la tierra, para gobernar con |

Le has coronado de gloria y de equidad.


honor, 10 Vau. Para que sea Yave el
7
Le diste el señorío sobre las asilo del oprimido, | asilo al tiempo
obras de tus manos, todo lo has |
de la calamidad;
11
puesto debajo de sus pies. Para que confíen en él cuantos
8
Las ovejas, los bueyes, todo conocen su nombre pues no aban- |

juntamente, y todas las bestias


|
donas, joh Yave!, a los que te buscan.
12
del campo, Zain. Cantad a Yave, que mora
9
Las aves del cielo, los peces del en Sión. Contad a los pueblos sus
|

mar, |
todo cuanto corre por los grandes portentos,
13 Pues acordóse, vengador, de
senderos del mar. la
10 ¡Oh Yave, Señor nuestro, cuán |
sangre de aquéllos derramada, y no |

magnífico es tu nombre en toda la se olvida de los clamores de los opri-


tierra! midos.
14 Jet. Acordóse Yave de mí;
me |

9 vió reducido por mis enemigos a la


angustia, t
Dios, juez supremo, que juzga y castiga 16 Y me sacó de las puertas de
la
a las gentes y a los impíos de su pueblo. muerte, para poder cantar tus ala-
|

banzas en las puertas de la hija


1 maestro del coro. Al Mut-
Al de Sión y regocijarme por tu sal-
|

labben. Salmo de David (2). vador auxilio.


2
Alef: Quiero, ¡oh Yavel, darte 16 Tet. Cayeron las gentes en la
gracias con todo mi corazón, cantar |
hoya que ellos mismos excavaron. |

tus maravillas, Enredáronse sus pies en la red que


3
Alegrarme y regocijarme en ti y |
oculta tendieron.
17 Mostróse
cantar salmos a tu nombre, ¡oh Altí- Yave, dió su juicio, y |

simo!, quedó preso el impío en la obra misma


4
Bet. Por haber retrocedido ante de sus manos. (Higgayón. Sela.)
mí mis enemigos, por haber caído 18 Yod. Caerán los impíos en el
|

y perecido de ante tu faz; sepulcro, las gentes que no se acuer-


|

6 Por haber tú defendido mi causa


dan de Dios.
19
y mi derecho, sentándote en tu | Alzate, ¡oh Yave!, no prevalezca
trono, justo juez. el hombre, sean juzgadas ante ti|

todas las gentes,


20 Caí.
Que no ha de ser dado el
(i)Es este salmo un comentario poético del
relatode la creación del hombre. (Gen. i. 26.) pobre a perpetuo olvido, no ha de |

Elevando el salmista su pensamiento hasta el ser por siempre fallida la esperanza


hombre por excelencia, que es Jesucristo, y en del mísero,
quien el salmo se realiza de un modo más alto 21
¡Oh Yavel Arroja sobre ellos el
y perfecto, el salmo puede considerarse como terror, sepan las gentes que son
mesiánico. |

(al del original hebreo han


Los salmos 9 y 10 hombres.
sido erradamente divididos en dos por copistas y
traductores. Que son realmente uno solo, lo
prueba la sucesión de los caracteres alfabéticos 10 1 Lámed. ¿Por qué, ¡oh Yave!,
hebreos, en su orden en ambos salmos, pues te mantienes tan alejado y te escon-
éste es el primer salmo alfabético. De aquí arran-
|

des al tiempo de la calamidad,


ca la divergencia en la numeración de los salmos
entre el texto hebreo, de una parte, y griego y el
2
Y por la soberbia del impío son
latino de otra, como advertimos en la Introduc- consumidos los infelices y cogidos |

ción al Salterio. en los lazos que les tiende?


» »

864 SALMOS
3 Mein. Gloriase el malvado en la me decís: «Vuélate, pájaro, a tu
ambición de su alma, y el avaro |
monte ?
se aparta de Yave con desprecio; 2 Tienden impíos su arco, los |

4
Y dice el soberbio en su fatuidad: ajustan a la cuerda sus saetas, para ]

«|No atiende! No hay Dios." Estos | asaetear en lo oculto a los rectos de


son sus pensamientos. corazón.
5 3
Nun. Siempre son perversos sus Si los fundamentos se destruyen, |

caminos, son para él tus juicios muy


|
¿qué podrá hacer el justo?
4
lejanos en la altura. Está Yave en su santo palacio. |

s
A cuantos se le oponen pretende Tiene Yave en los ciclos su trono. Ven |

apartarlos con su soplo, y se dice |


sus ojos, y sus párpados escudriñan
|

en su corazón: «¡No hay quien me a los hijos de los hombres


mueva, siempre seré feliz, jamás
|
5
Y aprueban al justo, pero abo- |

infortunado! rrece su alma al impío y al que |

7
Pe. Su boca esta llena de fraude ama la violencia.
0
y de usura; lleva bajo su lengua la
|
Lloverá sobre los impíos carbones
vejación y la opresión. encendidos, fuego y azufre, y hura-|

8 canado torbellino será la parte de su


Siéntase al acecho en las al-
deas, en sus guaridas, para devorar
|
cáliz.
al inocente. 7
Porque justo es Yave y ama lo
9
Ayin. Acechan al pobre sus ojos, |
justo, y los rectos verán su benigna
|

le insidian en lo escondido, como faz.


león en la enramada, para cogerle, |

para coger al miserable y enredarle |

en sus redes. 12. (Vulg. 11.)


10 Sade.
Le espía y se arroja sobre
él, y caen los infelices en sus garras;
| Deprecación contra los Impíos.
11 Y
dice en su corazón: «¡No se
acuerda Dios, lyi escondido su |
1
Al maestro del coro. A la octava.
rostro, no ve nada!» Salmo de David.
12 Qof. ¡Alzate, álzate, Yave! 2
Alza, |
Salva tú, ¡oh Yave!, porque ya
¡oh Dios!, tu mano, no hay piadosos, ya no hay fieles |

13 No te olvides de los desvalidos.


|
entre ios hijos de los hombres (1).
¿Cómo puede el impío despreciar a 3
Engáñansc los unos a los otros, |

Dios, y decir en su corazón, que hablan con labios fraudulentos y con


no averiguas? doblado corazón.
14 Resch. Tú lo has visto, porque 4
Extermine Yave todo labio frau-
miras las penas y los trabajos, para |
dulento, toda lengua jactanciosa,
|

retribuir con tu mano. A ti se te |


5
De esos que dicen: «Con nuestra
confía el miserable, tú eres el auxi- | lengua dominaremos, nuestros labios |

lio del huérfano. son nuestros: ¿Quién es nuestro |

15 Quebranta brazo del


Sin. el dueño?»
implo, castiga la impiedad del mal- 8 Por por
|
la opresión de los pobres, |

vado, |
que no pueda más ser hallada. los gemidos de los menesterosos,
16 Es Yave rey por los siglos eter- 7
Ahora mismo me levantaré, dice
nos, las gentes fueron borradas
| Yave, y les daré la salud por que
|

de su tierra. suspiran.
17 Tau.
Tú, ¡oh Yavel, oyes las Las palabras de Yave son pala-
7

preces del humilde, fortaleces su |


bras limpias, son plata acrisolada en|

corazón, le das oídos, el crisol, siete veces purgada de


|

Y defiendes el derecho del huér-


18
tierra.
8
fano y iiri oprimido, para que no |
Paséanse en torno los impíos, |

se atreva a ensoberbecerse el hombre prevalecen insolentes sobre los hijos


en la tierra. de los hombres;
P Pero tú, ¡oh Yave!, los guarda-

rás, tú eternamente los preservarás


|

11. (Vulg. 10.) de esta generación.

Absoluta confianza del justo en el Señor.


(i) Ante h general prevaricación, el sal-
mista, como Ellas (I Reg. 19, io), se cree solo
1
Al maestro del coro. De David. | en el mundo y Ú1Ú.0 representante de la causi
Yo confío en Yave. ¿Cómo, pues, |
de Dios.
.

SALMOS 865

13. (Vulg. 12.) de Israel, |


y mudando Yave la
suerte de su pueblo, |
jubile Jacob
El Justo, en peligro, Implora el auxi'.io y alégrese Israel.
de Dios.

1 15. (Vulg. 14.)


Al maestro del coro. Salmo de
David.
2
¿Hasta cuándo, por fin, te olvi- Condiciones de pureza del que ha de
darás, Yave, de mí? |
¿Hasta cuándo estar ante el Señor.
esconderás de mí tu rostro? (1).
3
¿Hasta cuándo mandarás dolo- 1
Salmo de David (1).
res sobre mi alma y penas de con- |
¡Oh Yave! ¿Quién es el que podrá
tinuo sobre mi corazón? ¿Hasta |
habitar en tu tabernáculo, residir |

cuándo mis enemigos triunfarán de en tu monte santo?


2
mí? El que anda en integridad y obra
4 jMírame
ya, óyeme, Yave, Dios la justicia, el que en su corazón
|

míol Alumbra mis ojos, que no me


|
habla verdad;
3
duerma en la muerte. El que con su lengua no detrae, el |

6
Que no pueda decir mi enemigo: que no hace- mal a su prójimo, ni |

«Le vencí.» |
Que mis enemigos se a su cercano infiere injuria;
4
regocijarían si yo cayese, El que a sus ojos se menosprecia
8 Después de haber esperado en y s3 humilla, y honra a los teme-
|

tu piedad. Que se alegre mi corazón


|
rosos de Yave; el que, aun jurando |

con tu socorro, que pueda cantar |


en daño suyo, no se muda;
a Yave: «Bien me proveyó.» 5
El que no da a usura sus dine-
ros y no adnvte cohecho para con-
|

denar al inocente. Al que tal hace,|

14. (Vulg. 13.) nadie jamás le hará vacilar.

Seguridad del justo en el castigo de los


impíos. 16. (Vulg. 15.)
1
Al maestro del coro. De David.
Dice en su corazón el necio: «No El justo espera en el Señor, aun para
hay Dios. » Todos obran torpemente,
| después de su muerte.
no hay quien haga el bien (2).
2 Mira Yave desde 1Mictam de David (2).
lo alto .de los
cielos a los hijos de los hombres, para |
Guárdame, Yave, que a ti me
ver si hay entre ellos algún cuerdo confío.
que busque a Dios. 2
Yo digo a Yave: Mi señor eres
8
Todos van descarriados, todos a tú, |
no hay bien para mí fuera de ti.
3
una se han corrompido, no hay | Los santos que en la tierra están,
quien haga el bien, no hay uno solo. son de mí muy honrados, en |
ellos
4
¿Se han vuelto del todo locos los j
tengo todas mis delicias.
4 Multiplican
obradores de la iniquidad, que devo- |
sus ídolos los que
ran a mi pueblo como se come el se van tras los dioses ajenos. No |

pan, sin acordarse de Dios para


|
libaré yo sus sangrientas libaciones, |

nada? no mancharé mis labios con sus


6 Ya temblarán
con terror a su nombres.
tiempo, porque está Dios con la
|
5
Yave es la parte de mi heredad
generación de los justos. y de mi cáliz, él es quien me sos- |

8 Queréis frustrar los consejos del tiene mi heredad.


6
desvalido, pero es Yave su seguro
|
Cayeron para mí las cuerdas
refugio.
7
Venga ya de Dios la salvación (1) Hermoso salmo, que nos declara cómo
la santidad de vida es la condición para poder
(1) En la lucha que sostiene contra la im- acercarse al Dios santo.
piedad, se cree el salmista a punto de sucumbir (2) El salmista, tomando la persona del Me-
y ver sucumbir con él la causa de Dios, y clama sías, ora al Señor y expresa su firme confianza
al Señor en demanda de socorro. de que le librará del poder de la muerte y le
(2) Más que ateos teóricos, son los impíos hará conocer los caminos de la vida eterna. Los
ateos prácticos, que viven como si Dios no apóstoles lo citan como vaticinio de la resurrec-
contemplara su vida malvada. ción del Mesías (Mt. 2, as ss.; 13, 35-)-

55
866 SALMOS
en ]o más selecto, | y es excelente a 13 Alzate, sal a su encuentro, Yave,
mis ojos mi heredad. derríbalos; con tu espada salva mi |

7
Bendigo a Yave, que es quien alma del impío, de esos que ya han |

me adoctrina. Aun de noche me |


vivido demasiado,
incitan a ello mis entrañas. 14 Que tienen su vientre ahito
de
8
Siempre tengo ante mí a Yave. |
tus bienes, que de ellos hartan a sus |

Si él está a mi diestra, nunca res- hijos, y para sus siervos dejan


|

balaré. las sobras.


18
* Por eso se alegra mi corazón
y Vea yo en justicia tu faz. | y
jubila mi alma, y aun mi carne se |
sácieme, vigilante, de tu gloria.
siente segura.
10 Que no dejarás tú mi alma en
el sepulcro, no dejarás que tu santo 18. (Vulg. 17.)
|

experimente corrupción. la
11 Tú me enseñarás el camino de •3 Canto triunfal de David.
la vida, la hartura de tus bienes
|
Para
maestro del coro. Del el
junto a ti, las eternas delicias de
|
siervo Dios David, que dirigió
de
junto a tu diestra. a Yave palabras de este canto,
las
cuando le hubo librado Dios de las
manos de todos sus enemigos, y de
17. (Vulg. 16.) la mano de. Saúl (1).
2
Dijo, pues:
Confianza del justo en el juicio del Señor. ¡Yo te amo a ti, Yave, fortaleza
míal
Oración. De David.
1 3
Yave, mi roca, mi ciudadela,
Oye, Yave, mi justa causa, atiende | mi refugio, |
mi Dios, mi roca, a
a mi súplica, escucha mi oración, | quien me acojo, mi escudo, cuerno |

no de labios dolosos (1). de mi salud, mi asilo.


2
Proceda de ante ti mi juicio, 4
Alabándole, invoco a Yave
|
y |

vean tus ojos lo justo. |


Si escudri- quedo a salvo de mis enemigos.
ñas mi corazón, y de noche me visi- 8
Ya con estrépito me rodeaban
tas y examinas, no hallarás que | las olas de la muerte, ya me aterro- |

yo haya pensado cosa que no pueda rizaban los terrores del Averno,
proferirse. 6 Ya
me aprisionaban las ataduras
4
En las obras humanas he guar- del sepulcro, ya me habían cogido |

dado los caminos de la divina ley, |


los lazos de la muerte;
conforme a las palabras de tus labios, 7
Y
en mi angustia invocaba a
8
Y mis pies, sin titubear, se man- Yave e imploraba el auxilio de
|

tuvieron firmes. mi Dios. El oyó mi voz desde sus |

* Te invoco, porque sé, ;oh Dios!, palacios, mi clamor a él llegó a |

que tú me Inclina tus oídos


oyes. | sus oídos.
hacia mí y oye mis palabras. 8
Conmovióse y tembló la tierra, |
7
Ostenta tu magnífica piedad, |
vacilaron los fundamentos de los
tú que salvas del enemigo a los que montes, se estremecieron ante el
|

a ti se acogen. Señor airado.


8
Guárdame como a la niña de 9
Subía de sus narices el humo de
tus ojos, escóndeme bajo la sombra
| su ira, y de su boca fuego abrasa-
|

de tus alas, dor, carbones por él encendidos.


|

9
Ante malos que pretenden
los 10 Abajó
los ciclos, y descendió. |

oprimirme, ante mis enemigos, que


| Negra oscuridad tenía a sus pies.
furiosos me
rodean. 11 Subió sobre los querubines y
10
Cierran su duro corazón, y |
voló, voló |
sobre las alas de los
hablan jactanciosamente con su boca. vientos.
11
Ya me cercan sus pasos y clavan |

en mí sus ojos para echarme por tierra. (1) Este salmo se lee también en II. Sam. aa.
13
Parecen leones que se disponen '
Como dice el titulo, fué compuesto por el
lo
a devorar la presa, cachorros de |
Real Profeta cuando ya se vio libre de todos sus
león que acechan en la madriguera. enemigos. Es digna de notarse en él la forma en
que Dios se aoarece, envuelto en una tempestad.
La descripción de la teof.inla es enteramente de
(i) El salmista se nos presenta rodeado de estilo apocalíptico, y de ella han tomado no po-
impíos, que pretenden acabar con él. y recurre cos elementos descriptivos los autores pos«t-
a Dios pidiendo auxilio. riores.
SALMOS 867

12 Puso en derredor suyo tinieblas Que adiestró mis manos para


combate y mis brazos para tender
|

por velo, cubrió con calígine | se el |

acuosa y densas nubes. el arco de bronce?


13 Ante su resplandor las nubes se Tú me entregaste tu salvador
36

deshicieron en granizo y centellas |


escudo, tu diestra me fortaleció,
|

de fuego. y tu solicitud me engrandeció.


14 Tronó Yave desde los cielos, el |
37
Me hacías correr a largos pasos, |
Altísimo hizo resonar su voz, gra- |
sin que
se cansaran mis pies.
38
nizo y centellas de fuego. Perseguía a mis enemigos y
15 Lanzó sus saetas
y los desba- los alcanzaba, y no me volvía sin |

rató, fulminó sus muchos rayos y


|
haberlos desbaratado.
39
los consternó. Los machacaba, sin que pudie-
16 Y
aparecieron arroyos de aguas, |
ran resurgir; caían bajo mis pies.
40 Me ceñiste de fortaleza para la
|

y quedaron al descubierto los fun-


damentos del orbe, ante la ira incre- |
guerra, sometiste a los que se alza-
|

padora de Yave, al resplandor del |


ban contra mí.
41
huracán de su furor. Obligaste a mis enemigos a darme
17 Yextendió desde lo alto su las espaldas,
mano, y me cogió, me sacó de la |
42 Y redujiste al silencio a cuantos
muchedumbre de las aguas. me odiaban. Vociferaban, pero no|

18 Me arrancó de mi feroz ene- tenían quien les respondiese; a Yave, |

migo, de los que me aborrecían


|
pero él no los oía,
y eran más fuertes que yo. 43 Y
los dispersaba como el polvo
19 Querían asaltarme en día para i lo dispersa el viento, y como al |

mí fatal, pero fué Yave mi fortaleza.


|
barro de las plazas los pulverizaba.
Y 44 Me librabas de
¡

20 me puso en seguro, salván- :


las sediciones del
dome, porque se agradó de mí.
|
pueblo y me pusiste a la cabeza
|

21 Remunerábame Yave mi jus- i


de las gentes.
45
ticia, |
conforme a la pureza de mis :

Pueblos que no conocía me


manos me pagaba, servían, obedecíanme con diligente
|

22
Pues yo había seguido los cami- oído.
46
nos de Yave, y no me había impía- |
Los extraños se retiraban ante
mente apartado de mi Dios. mí, palidecían. Por eso te doy gra- |

23 Tenía ante mis ojos todos sus cias, ¡oh Yavel, entre las gentes, y |

mandatos y no rehuía sus leyes. |


cantaré salmos en tu honor,
24 Sino que con el fui íntegro, 47
y |
Viva Yave, y bendito sea su
me guarde de la iniquidad. nombre, sea ensalzado el nombre
|

25 Y me retribuyó Yave conforme de mi salvador.


48 El fuerte, el que me otorga
a mi justicia, y según la limpieza |
es el
de mis manos a sus ojos. la venganza, el que me somete |

26 Con piadoso muéstraste pia-


ei los pueblos,
doso, íntegro con el íntegro,
|
40
El que me libra de mis enemi-
27 Limpio con el limpio,
y sagaz |
gos, | el que me hace superar a los
con el perverso astuto. que se alzan contra mí.
28 Tú salvas al humilde, pero El que me libra del
50 hombre vio-
|

humillas al soberbio. lento,


29
Y
til eres quien hace lucir mi
81
El que da grandes victorias a
lámpara, ;oh Yavel Tú, mi Dios, |
su rey, el que hace misericordia
|

que iluminas mis tinieblas. a su ungido, David, y a su descen- |

30 Cierto que, fiado en ti, soy capaz dencia por la eternidad.


de romper ejércitos, fiado en mi |

Dios, asalto las murallas.


31
Son perfectos los caminos de 19. (Vulg. 18.)
Dios, acrisolada es la palabra de
|

Yave. |
El es el escudo de cuantos a Los cielos cantan la gloria del Señor,
él se acogen. cuya ley es perfectísima.
32 ¿Qué Dios hay fuera de Yave? |
|

1
¿Qué Dios fuera de nuestro Dios, Al maestro del coro. Salmo de
33
El Dios fuerte, que me ciñó de David (1).
fortaleza y prosperó mis caminos,
|

34 Que me dió pies como de ciervo


| (i) Este salmo consta evidentemente de dos
y me puso sobre las alturas, partes. La primera habla de los cielos; la segunda.
868 SALMOS
2 Los cielos dan cuenta de la gloria flicto; protéjate el nombre del Dios
|

de Dios y el firmamento anuncia la


|
de Jacob (1).
obra de sus manos. 3
Envíete su auxilio desde su san-
3
El día habla al día y la noche |
tuario, sosténgate desde Sión.
|

comunica sus pensamientos a la 4


Acuérdese de todas tus obla-
noche. ciones, | v séale grato tu holocausto.
4 No hay
discursos ni palabras, |
(Sela.)
no es audible su voz. s Llene los deseos de tu corazón,
|

6 Pero
su pregón sale por la tierra todos los anhelos de tu alma.
toda, y sus palabras llegan a los
|
6
Que podamos cantar tu victoria y |

confines del orbe de la tierra. Puso | triunfar en el nombre de Dios. |

en ellos una tienda para el sol; Acceda Yave a cuanto le pidas.


8
Que semejante a! esposo que sale 7
Ahora ya sé que da Yave la
de su tálamo, se lanza alegre a |
victoria a su ungido, que le escucha |

recorrer cual gigante su camino. desde lo alto de sus santos cielos, y le |

7
Sale de un extremo, y llega en |
socorre con la fuerza salvadora de
su curso a los últimos confines, y |
su diestra.
8
nada se sustrae a su calor. Estos en sus carros, aquéllos en
8
La ley de Yave es perfecta, res- sus caballos; pero nosotros, en el |

taura alma.el El testimonio de |


nombre de Yave, nuestro Dios, somos
Yave es fiel, hace sabio al rudo. fuertes.
9
9
Los preceptos de Yave son rectos, Ellos vacilaron y cayeron, pero |

alegran el corazón. Los mandatos |


nosotros nos alzamos y nos erguimos.
10 Da, [oh
de Yave son limpios, iluminan los Yave!, al rey la victoria. |

ojos. Oyenos el día en que te invocamos.


10El temor de Yave es puro, per-
manece por siempre. Los juicios |

de Yave son verdad, del todo justos, 21. (Vulg. 20.)


11
Más estimables que el oro acri-
solado, | más dulces que la miel, Canto de gradas por las victorias del rey.
que el contenido del panal.
12 También a tu siervo le alum- 1
Al maestro del coro. Salmo de
bran, y en guardarlos halla gran
|
David.
merced. 2
En tu poder, joh Yave!, se goza
13 ¿Quién
será capaz de conocer el rey (2). ¡Cuán jubiloso está
|

los deslices? Absuélveme de los |


de tu socorro!
que se me ocultan. 3
Le diste cuanto su corazón de-
14Retrae también a tu siervo de seaba, no le negaste los deseos de
|

losmovimientos de soberbia, que |


sus labios;
no se adueñen de mí; entonces seré 4
Más bien te le adelantaste con
perfecto, libre de todo crimen. faustas bendiciones y pusiste en |

15 Séante gratas las palabras de su cabeza la diadema de oro.


mi boca |
y los pensamientos de mi 6
Te pidió vida, y se la diste |

corazón. |
¡Yave, tú eres mi roca larga, eterna.
8 Por tu protección es magnífica
y mi redentor!
su gloria, y amontonaste sobre él
|

honras y honores.
7
8». (Vulg. 19.) Le has bendecido con eterna
bendición, y le das a gozarla alegría
|

Deprecación por el rey que va a la guerra. de tu rostro,

1 Al maestro del coro. Salmo de


(i) Los nos presentan a Dios
salmistas
David. morando en templo y reinando desde alli
el
* Oigate Yave en el día del con-
sobre su pueblo; por cito piJen que proteja
al rey desde Sión y le dé la victoria.
de la ley. La misma traducción deja ver cla- (a) Es uno de los muchos salmos en que se
ramente la diferencia de metro entre una y otra habla del Rey. El rey de Israel es un rey teocrá-
parte. Dispuian los autores si se trata de dos tico, instituido por Dios y encargado de una
salmos unidos en uno, o de uno solo dividiJo en misión divina, y sujeto de las promesas mesiá-
dos partes. Parece, sin embargo, lo más proba- nicas hechas a David y a su descendencia; por
ble esto último, y que en él la primera parte es esto es fácil ver en estos salmos un sentido mas
como el elemento de comparación para la se- alto que el histórico, en que el autor se eleva
gunda. hasta «el hijo de David» por excelencia.
»

SALMOS 869

8
Poique en Yave confia el rey, y |
ivi
Y en verdad, tú eres mi espe-
por el favor del Altísimo permanece ranza, ya desde el útero; mi seguro |

inconmovible. refugio, ya desde el seno de mi


8
Caiga tu mano sobre todos tus madre.
enemigos. Alcance .tu diestra a
|
11
Ya desde el útero fui entregado
cuantos te aborrecen. a ti,ya desde que colgaba de los
|

10 Ponlos como en horno de fuego. pechos de mi madre, tú eres mi Dios.


|

Al tiempo en que te mostrarás, Yave |


12
No te estés apartado de mí, por- |

los consumirá en su ira, el fuego |


que se acerca el peligro y a nadie |

los abrasará. tengo que me socorra.


11
Borrarás de la tierra su pro- 13 Rodéanme toros en gran nú-
genie, su descendencia, de entre
|
mero, cércanme novillos de Basán.
|

los hijos de los hombres. 14 Abren sus bocas contra mí, cual |

12 malo trazan contra ti,


Si algo |
si león rapaz y rugiente.
maquinan el engaño, de nada les 15
Me derramo como agua, todos |

valdrá: mis huesos están dislocados. Mi |

13 apuntando
Los pondrás en fuga |
corazón es como cera que se derrite |

tu tenso arco contra su pecho. dentro de mis entrañas.


14 ¡Ensálzate Yave en tu forta- 16 Seco está como un tejón mi
leza! Que podamos en himnos y
|
paladar, mi lengua está pegada a
|

salmos cantar tu poderío. las fauces, y ya me echan al polvo |

de la muerte.
22. (Vulg. 21.)
17
Me
rodean como perros, me |

cerca una turba de malvados, han |

Quejas del justo perseguido y acción de taladrado mis manos y mis pies,
gracias por la liberación. 18 Puedo contar todos mis huesos.
|

Y ellos me miran, me contemplan.


19
1
Al maestro del coro. Sobre la Se han repartido mis vestidos y |

cierva de la aurora. Salmo de David. echan suertes sobre mi túnica.


2 20 Tú, pues, ¡oh Yave!, no retrases
¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué
me has desamparado? (1). Lejos |
tu socorro, |
apresúrate a venir en
están de la salvación mis rugidos. mi auxilio.
3
¡Dios mío!, clamo de día, y no
21
Libra mi alma de la espada. | A
me respondes; de noche, y no hallo |
mí, desolado, líbrame del poder de
remedio. los perros,
22
4
Con todo, tú eres el Santo, tú |
Sálvame de la boca del león, |
sál-
habitas entre las alabanzas de Israel. vame de los cuernos de los búfalos.
23
5
En ti esperaron nuestros pa-
.
Que pueda yo hablar de tu
dres, esperaron, y tú los libraste;
|
nombre a mis hermanos, y ensal- |

8
A ti clamaron, y fueron sal- zarte en medio de la congregación.
24 ¡Los que teméis a Yave, ala-
vados; en ti confiaron, y no fueron
| i

confundidos. badle! ¡Descendencia toda de Jacob,


|

7
Verdad que yo soy ya un gusano, I
glorificadle! ¡Reverenciadle todos |

no un hombre, el oprobio de los |


I
los descendientes de Israel!
26Porque no desdeñó, ni despre-
hombres y el desprecio del pueblo.
8
Búrlanse de mí cuantos me ven, |
ció la miseria del mísero, ni apartó |

abren los labios y mueven la cabeza. de él su rostro, antes oyó al que



I |

9
«Se encomendó a Yave
líbrele él,
dicen
|
sálvele él, pues que

le es
, j
imploraba su socorro.
26 Por tu favor resonarán mis
grato. himnos en la numerosa congrega-
ción, y cumpliré mis votos ante los
|

(i) Lo que del salmo 6 dejamos dicho tiene j


que te temen.
especiallsima aplicación a este salmo, en que los 27 Comerán los pobres
y se sacia-
padecimientos del salmista son más atroces, y la
paciencia con que los sufre perfecta, sin una pa-
rán, y alabarán a Yave los que le
|

labra en que pida el castigo de sus perseguidores.


temen. Y vivirá su corazón por
|

Es el que más de cerca preludia al «Siervo de I


toda la eternidad.
28 Se acordarán,
Yave», del que se diferencia, sin embargo, en que
1

y se convertirán
aqui no muere, y en que el resultado de su sal- | a él todos los confines de la tierra, le |

vación es la alegría de los justos por verle salvo, y j adorarán todas las familias de las
triunfante en él la causa de Dios, que es tam-
1

gentes,
bién la de ellos mismos, mientras que en el 29 Porque
Siervo de Yave, su muerte por los pecados de de Yave es el reino, |
y él
todos es la redención del mundo. dominará a las gentes.
) |

87u SALMOS
30
Todos los grandes de la tierra de los que buscan el rostro del Dios
se curvarán ante ti. Los que al |
de Jacob. (Sela.)
7
polvo cayeron no pueden levantarse. Alzad, |oh puertasl, vuestras
31
Mi posteridad te servirá, y frentes, alzaos más, ¡oh antiguas
|

hablará de Yave a las generaciones entradas!, que va a entrar el rey


|

venideras; de la gloria. (1)


Y predicarán tu justicia
32
al |
8
¿Quién es ese rey de la gloria? Es |

pueblo que ha de nacer, por haber |


Yave, el fuerte, el poderoso.
hecho esto Yavc. ' Alzad, ¡oh puertas!, vuestras
frentes, alzaos más, ¡oh antiguas
|

23. (Vulg. 22.)


entradas! Que va a" entrar el rey
|

de la gloria.
Dios, pastor del justo. 10 ¿Quién
es ese rey de la gloria? |

Yave Sebaot él es el rey de la gloria.


|

1
Salmo de David. (Sela.)
Yave es mi pastor y nada me falta.
2
El me pone
en verdes pastos y |
25. (Vulg. 24.)
me lleva a frescas aguas. (1)
3
Recrea mi alma y me guia por Confianza del justo en el Señor.
|

las rectas sendas, por amor de su |

nombre. 1
De David.
4
Aunque hubiera de pasar |
por 2
Alef. A ti, Yave, mi Dios, alzo
un oscuro y tenebroso,
valle no |
mi alma, |
Bet. en ti confío, no sea
temería mal alguno, porque tú |
confundido.
estás conmigo. Tu clava, y tu cayado |
3
Guímel. No se gocen de mí mis
son mi consuelo. enemigos. No, quien espera en ti
|

6 Tú pones ante mí una mesa, en- no es confundido: Confundido el


| |

frente de mis enemigos. Has derra- |


que en balde se rebela contra ti.
4
mado profusamente el óleo sobre mi Dálet. Muéstrame, ¡oh Yave!, tus
cabeza, y mi cáliz rebosa. caminos, adiéstrame en tus sendas.
|

5
6
Sólo bondad y benevolencia me He. Guíame en tu verdad y
acompañan todos los días de mi |
enséñame, porque tú eres mi Dios,
|

vida, y estaré en la casa de Yave por


| |
mi salvador, Vau (2) y en ti |

muy largos años. espero siempre.


*• Zain. Acuérdate, ¡oh Yave!, de
tus misericordias, de tus gracias,
24. (Vulg. 23.) |

que son imperecederas,


Canto procesional. 7
Jet. No te acuerdes de los peca-
dos de mi mocedad y de mis faltas;
1
Salmo de David. acuérdate de mí conforme a tu mise-
De Yave es la tierra y cuanto la ricordia, y según tu bondad, ¡oh
|

llena, orbe de la tierra y cuantos


|
el Yave!
8
le habitan; Tet. Bueno y recto es Yave, por |

2 Pues
él es quien la fundó sobre eso señala a los errados el camino,
los mares, y sobre las olas la esta-
|
' Yod. Y
guía a los humildes por
bleció. ( 1 la justicia, y adoctrina a los mansos
|

3 ¿Quién subirá al monte de Yave, |


en sus sendas.
10
y se estará en su lugar santo? Caf. Todas las sendas de Yave
4 El de limpias manos y puro son misericordia y verdad, para los |

corazón, el que no lleva su alma


|
que guardan el pacto y sus manda-
al fraude y no jura con mentira,
|
mientos.
11
* Ese alcanza de Yave bendición
y |
Lámcd.
Por la gloria de tu
justicia de Dios, su salvador. nombre, ¡oh Yave!, perdona mis |

6
Esa es la raza de los que le buscan |
culpas, por grandes que son (3).
14 Mem. ¿Quién es el hombre
(1) Siendovida pastoril tan frecuente en
la
Israel, es natural que los profetas y salmistas (i) Son las puertas de los atrios del templo,
den a Dios el nombre de Pastor del pueblo, ! que debía atravesar la procesión.
o de los fieles de ¿I. Además, los rectores del (3) Falta en el texto el verso correspondiente
pueblo son llamados sus pastores, y, por tanto, al Vau.
Vave es su Pastor supremo. (3) Las causas que mueven a Dios a per-
(2) Imágenes poéti.as para expresar lo ma-| donar y tener misericordia no son extrañas a
i'avilloso de la estabilidad de la tierra. El; es, en suma, la gloria de su nombre.
SALMOS 871

temeroso de Dios? El le enseñará |


• No juntes con los pecadores mi
el camino que ha de seguir. alma, |
ni mi vida con los sangui-
13
Nun. Vive feliz, y su descenden- narios,
10
cia poseerá la tierra. Cuyas manos están llenas de
14 Sámec.
Yave descubre sus secre- maldad, cuyas diestras están llenas
|

tos a los que le temen, a los que | de sobornos.


observan su alianza. 11
Yo, por lo contrario, marcharé
15 en mi integridad,
Ayin. Mis ojos siempre están en rescátame, ¡oh |

Yave, porque él es quien saca mis


|
Yave!, y ten misericordia de mí.
pies de la red. 12
Ya están mis pies en tierra fir-
16
Pe. Vuélvete a mí y de mí ten me, cantaré en la congregación a
|

piedad, que estoy solo y afligido.


|
Yave.
17
Sade. Ensancha mi angustiado
corazón y sácame de mis estre- |
27. (Vulg. 26.)
churas.
18
Qof. Mira mi pena, mi mise- Confianza del justo en medio del peligro.
ria, y perdona todos mis pecados.
19
|

Res. Mira cuán numerosos son 1 De David.


mis enemigos; me odian con un odio | Yave es mi luz y mi salud, |
¿a
feroz. quién temer? Yave es el baluarte |

20
Sin.Guarda mi vida y sálvame, |
de mi vida, ¿ante quién temblar? |

que no tenga que confundirme de 2


Cuando los malignos me asaltan |

haber acudido a ti. para devorar mis carnes, son ellos, |

21
Tau. No me abandonen la inte- mis adversarios y enemigos, los que |

gridad y la rectitud, pues que en |


vacilan y caen.
tiespero. 3 Aunque acampase contra mí un
22
Libra, [oh Dios!, a Israel |
de ejército, no temería mi corazón;
| |

todas sus tribulaciones. aunque se me diere la batalla, tam- |

bién estaría entonces tranquilo.


4 Una cosa pido a Yave,
26. (Vulg. 25.) y esa
procuro: habitar en la casa de |

Oración confiada del justo. Yave todos los días de mi vida, para
| |

gozar del encanto de Yave y visitar |

1
De David. su santuario; (1)
Hazme justicia,
(oh Yavel, porque 5 Pues él me pondrá a seguro en

he andado en integridad, he con- |


su tienda el día de la desventura, |
|

fiado en Yave sin vacilar. (1) me tendrá a cubierto en su pabe-


2
Ponme a prueba, ¡oh Yave!, v llón, me pondrá en alto sobre su
|

examíname, acrisola mis entrañas | roca.


y mi corazón. 6 Alzaré luego mi cabeza sobre mis
3
Porque tengo siempre a mis ojos enemigos, y ofreceré en su tienda |

tus misericordias y ando en tu |


sacrificios de júbilo, cantando y |

verdad. ensalzando a Yave.


4
No me siento con los hombres 7
Oye, ¡oh Yave!, el clamor con
falaces, no me acompaño de los | que te invoco, ten de mí piedad y |

fingidos. escúchame.
8
Aborrezco el consorcio de los ma- 8
De tu parte me dice el corazón:
lignos y no me siento con los impíos.
| «Buscad mi rostro», y yo, Yave, |

Yo lavaré mis manos en la ino-


6
tu rostro buscaré.
cencia y andaré en derredor de tu
| No me escondas tu rostro, no
9
|

altar, ¡oh Yave!, rechaces con ira a tu siervo. Sé mi |

7
Haciendo resonar cantos de ala- socorro, no me rechaces ni me aban-
banza y ensalzando todos tus pro-
| dones, ¡oh Dios, mi salvador!
|

digios. 10 Aunque me abandonaron mi


8 [Oh Yave!, yo amo la inorada padre y mi madre, Yave me recogerá. |

de tu casa, el lugar en | que se asienta 11 Muéstrame, ¡oh Yavel, tus ca-


tu majestad.
(i) Este versículo nos muestra cuánta parte
ocupaba el templo de Jerusalén en la vida reli-
El salmista nos representa a un justo,
(i) giosa de Israel. Los justos, llenos de fe en la
cuidadoso de servir al Señor, y que por esto presencia de Yave en su teuiplo, no tienen
vive en lucha con los impíos. Por esto pide a í otro placer que asistir a él y a las solemnidades
Dios que salga por su causa. I
de su culto.
872 SALMOS
minos, guíame por la recta senda,
| |
Dad a Yave, hijos de Dios, dad |

por causa de mis enemigos. a Yave la gloria y el poder.


12 No me entregues 2
Dad a Yave la gloria debida a su
a la rabia de
mis adversarios, que se alzan contra |
nombre, postraos ante Yave con |

mí falsos testigos, y gente que res- |


sacras vestiduras.
pira crueldad. 8 |La voz de Yave sobre las aguas!
|

13 que he de Truena majestad, Yave,


|Ay, si no creyera el Dios de la |

gozar de la bondad de Yave |


en la sobre la inmensidad de las aguas.
4 voz de Yave;
tierra de los vivos! Es poderosa la la |

14
Espera en Yave, esfuérzate y voz de Yave es majestuosa;
ten gran valor. ¡Sí, espera en Yave! 6 La Voz de Yave rompe los ce-
|

dros, troncha Yave los cedros del


|

Líbano
28. (Vuíg. 27.)
Y
hace saltar al Líbano como un
*

Oración del rey. ternero, y al Sarión como un ter-


|

nero de búfalo.
7
1
De David. La voz de Yave hace estallar
Ati clamo, ¡oh Yave, mi roca! No |
llamas de fuego;
8
te desentiendas de mí, pues deján- |
La voz de Yave sacude el de-
dome tú, vendría a ser como los |
sierto, sacude Yave el desierto de
|

que bajan al sepulcro. Cades.


2
Oye la voz de mi súplica cuando • La voz de Yave retuerce las
te invoco, cuando alzo mis manos
|
encinas, despoja las selvas,
]
y en |

hacia tu santo templo. 'su templo todo dice: «¡Gloria!»


3 No me arrebates juntamente con 10 Siéntase Yave sobre aguas di-

los malvados, con los obradores de la |


luviales, siéntase como rey eterno.
|

11
iniquidad, los que hablan paz a |
Yave dará fortaleza a su pueblo, |

su prójimo, mientras está su cora- |


Yave bendecirá a su pueblo con la
zón lleno de maldad. paz.
4
Trátalos conforme a sus obras,
conforme a la malicia de sus accio- 30. (Vulg. 29.)
nes; retribúyeles conforme a la obra
|

desús manos, dales su merecido ( 1 ). |

6 Porque Acción de gracias después de una enfer-


no atienden a las obras
de Yave, a la obra de sus manos.
|
|
medad grave.
¡Derríbalos y no los edifiques!
6
[Bendito sea Yave, que oyó |
la Canto para la consagración del
1

voz de mis súplicas! '


templo. Salmo de David.
7
Yave es mi fortaleza, es mi es- 2
Quiero ensalzarte, ¡oh Yave!, por-
cudo, en él confía mi corazón.
|
I'iií | que me has puesto en salvo y no |

socorrido y mi corazón salta de has alegrado a mis enemigos en mi


gozo, y le alabaré con mis cantos.
|
daño (1).
8
Es Yave la fortaleza de su pue- 3
Yave, mi Dios, clamé a ti |
y tú
blo, es el salvador escudo de su ungido.
|
l
me sanaste.
9
¡Salva a tu pueblo, bendice tu |
4
¡Oh Yave, has sacado mi alma
heredad, sé su pastor y condúcelos
| del sepulcro, me has llamado a la |

por siempre. vida de entre los que bajan a la


fosa!
Jtn. (Vuíg. 28.)
8
Cantad a Yave vosotros, sus
santos, y ensalzad la memoria de
|

La gloria de Yave en la tempestad. su santidad;


6 Porque, un instante dura su có-
1
De David (2). lera, y su benevolencia es de por
|

vida. Alberga la tarde llantos, mas


|
|

(1) Esta súplica del salmista pidiendo que a la mañana viene la alegría.
Dios ejerza su justicia con los enemigos de su
pueblo, nos pone de manifiesto uno de los (i) La enfermedad, como cualquier otro
aspectos de los salmos imprecativos. Véase la ¡
mal que puede venir sobre el hombre, es una
introducción. señal de la cólera de Dios. Oyendo el Señor la
(2) Bellísimo salmo en que se revela Yave oración del salmista. Dios no sólo le libró de
en medio de la tempestad como Rey eterno, que aquel mal, sino también de lo.i escarnios de
desde el cielo bendice a su pueblo y le colina !
los impíos, que se alebraban de VfHc humillado
de paz. I
por Dios,
SALMOS

7
Yo dije en mi fortuna: |
no seré enemigo, pondrás mis pies en |

jamás conmovido, anchura.


10 ¡Ten piedad de mí, oh Yave,
pues tú, ¡oh Yave!, por tu bene-
8
|

volencia me asegurabas honor y po-


|
porque estoy en tribulación! La |

derío. Apenas escondiste tu rostro,


|
tristeza consume mis ojos mí alma |

fui conturbado. y mis entrañas.


11
9
Pero clamé a ti, ¡oh Yavel, pedí |
Sí, mi vida se gasta en el dolor y |

piedad a mi Dios: mis años en los gemidos. Mi vigor |

10 ¿Qué provecho hay en mi muer- enflaquece por la tribulación, y se |

te, en que yo descienda a la tumba?


| |
consumen mis huesos.
12
¿Te alabará el polvo? ¿Cantará tus Soy el oprobio de todos mis
misericordias? perseguidores, objeto de terror para |

Escuchóme Yave y tuvo piedad


11 mis vecinos, y de espanto para |

de mí. Vino Yave en mi socorro.


|
cuantos me conocen. Todos los que |

12
Y mudaste en júbilo mi luto, y |
me ven huyen de mí.
desataste mi saco y me ceñiste de |
13
Como muerto he sido borrado
gloria. de todos los corazones, y parezco |

13 una vasija perdida.


¡Por eso te cantaré y no callaré, |

14 Oigo el murmurar de los que me


y te alabaré, Yave, Dios mío, por la
eternidadl rodean. Espanto por todas partes,
| |

cuando a una se confabulan con-


tra mí |
y traman arrebatarme la
vida.
31. (Vulg. 30.) 15 Pero yo confío en ti, ¡oh Yave! |

Plegaria de un angustiado y acción de Yo digo: mi Dios,Tú eres


16
gracias por la liberación. En tus manos están mis días. |

Líbrame de la mano de mis enemi-


gos, líbrame de mis perseguidores.
|

17
1
Al director del canto. Salmo de Haz resplandecer tu faz, sobre
David. tu siervo, y sálvame en tu miseri- |

2
En ti, |oh Yavel, confío. No sea |
cordia.
18
yo nunca confundido, líbrame en |
Yave, que no sea yo confundi-
tu justicia (1); do, pues que te invoco.
|
Confun- |

3
Inclina a mí tus oídos, apresúrate |
didos s-ean los malvados, y que mu- |

a librarme, sé para mí roca inex-


|
dos bajen al sepulcro;
19
pugnable, ciudadela de mi salva-
|
Que callen para siempre, los |

ción. labios mentirosos, que soberbios y |

4
Tú serás ciertamente mi roca, mi despectivos, lanzan insolencias con- |

ciudadela; |
por el honor de tu nom- tra el justo.
20
bre, ¡Qué grande es, oh Yave, la
5
Tú me guiarás y me conducirás, |
misericordia, que guardas tú para |

y me sacarás de la red que me han los que te temen, y que a la vista |

tendido, |
porque tú eres mi forta- de todos haces a los que en ti con- |

leza. fían.
6
En tus manos encomiendo mi 21

haces de tu presencia su de-
alma. Tú me has rescatado, ¡oh
|
fensa, contra la crueldad de los
|

Yave!, tú me salvarás, Dios de hombres, y como en un tabernáculo


|

Verdad. los pones a cubierto de los azotes |

7
Yo aborrezco a los seguidores de de las lenguas.
22
los vanos ídolos y sólo espero en |
¡Bendito sea Yave, que en mí
Yave. hace admirable su misericordia como |

8
Me alegraré y me gozaré en tu ciudad fortificada!
misericordia, pues has visto mi aflic- |
23
Yo en mi turbación había ya
ción y conoces las angustias de
|
dicho: He sido arrojado de ante tus
|

mi alma. ojos. Pero no, tú has oído mi voz


|

9
Tú me librarás de las manos del suplicante, cuando a ti clamé. |

24 Amad
a Yave, vosotros todos,
sus santos, que es fiel Yave, y
(i) Recordemos a Job acusado por sus | |

amigos; con más razón el salmista puede temer


paga con usura a los soberbios.
25 Esforzaos todos cuantos esperáis
su confusión ante las acusaciones y los escar-
nios de sus enemigos por verJe afligido y como en Yave, y robusteced vuestro |

herido por la mano de Dios. corazón.


874 SALMOS

32. (Vulg. 31.) Yave I y toda su obra es obra de


verdad.
Confesión de los pecados y acción de 6
El ama
la justicia y el derecho, y |

gracias por el perdón. de la misericordia de Yave está llena


la tierra.
De David. Masquil.
I 6
Por la palabra de Yave fueron
¡Bienaventurado aquel a quien ha hechos los cielos, y todo su ejército |

sido perdonado el pecado, a quien |


por el aliento de su boca.
le ha sido remitida su iniquidad! (1) El reúne como en odre las aguas
7

* ¡Bienaventurado aquel a quien del mar, y hace de los abismos como


|

no imputa Yave la iniquidad, y en |


estanques.
cuya alma no hay mentira! 8
Tema a Yave toda la tierra, |
té-
3
Mientras callé, consumíanse mis manle todos los habitantes del uni-
huesos, con mi gemir durante todo
|
verso;
9
el dfa, Porque dijo él, y fué hecho; |

Pues dfa y noche tu mano pe-


4 mandó, y así fué.
10 Anula Yave el consejo de las
saba sobre mí, y tornóse mi verdor |

en sequedades de estío. (Sela.) gentes y frustra las maquinaciones


|

8
Pero te confesé mi pecado y |
de los pueblos;
11
descubrí mi iniquidad. Dije: «Con- |
Pero el consejo de Yave perma-
fesaré a Yave mi pecado», y tú per- |
nece por la eternidad; los designios |

donaste mi iniquidad. (Sela.) de su corazón, por todas las genera-


' Invóqucnte, pues, todos al tiem- ciones.
12
po propicio, |
y no llegará a ellos la ¡Venturoso el pueblo cuyo Dios
inundación de las copiosas aguas. es el pueblo que él elegió por
Yave, |

7
Tú eres mi asilo, tú me preservas heredadí (1)
de la adversidad | y me rodeas de 13 Mira Yave desde los cielos,
y ve |

cantos de liberación. (Sela.) a todos los hijos de los hombres.


8 14 Desde la morada en que se asien-
«Yo te haré saber y te enseñaré
el camino que debes seguir; seré tu |
ta, ve a todos los habitantes de la
|

consejero, y estarán mis ojos sobre ti. tierra.


9 No 15
seas sin entendimiento, como Es él quien ha hecho todos los
el caballo y como el mulo, a los |
corazones | y conoce a fondo todas
que pones brida y freno, porque si sus obras.
16 No es
no, no se acercan a ti.» la muchedumbre de los
10 Muchos ejércitos la que salva al rey,
son los dolores del im- ni se |

pío, pero la misericordia ceñirá al


|
salva el fuerte por su gran ro-
que espera en Yave. bustez.
17
II (Alegraos en Yave, regocijaos, Vano es para la salvación el
oh justos! Saltad de gozo todos
|
caballo, |
su gran vigor no librará al
los rectos de corazón. jinete.
18 Están los ojos de Yave sobre
los que le temen, sobre los que es- |

33. (Vulg. 32.) peran en su misericordia,


19 Para salvar sus almas de la
Alabanza del poder y la providencia muerte, para nutrirlas en tiempo de
|

del Señor. hambre.


20 Nuestra alma confía en Yave,
|

¡Alegraos, justos, en Yave!


1 Bien |
él es nuestro auxilio y nuestro es-
está a los rectos la alabanza. cudo.
2 Cantad a Yave con la cítara,
|
21
En él se regocija nuestro cora-
ensalzadle con el harpa de diez cuer- zón, en su santo nombre está nues-
|

das y el salterio. tra confianza.


22
3 Cantadle un canto nuevo, y |
Sea, ¡oh Yave!, sobre nosotros
tañed bien a una con júbilo la lira. tu misericordia, como esperamos |

4 Porque es recta la palabra de en ti.

(i) No
dice bienaventurado quien logró (1) Por encima de todos los bienes de
expúr MU
pecados a fuerza de sacrificios, sino que se pueden gloriar las naciones., es ti éste,
quien obtuvo la misericordia del Señor y que que era propio de Israel, que era el pueblo de
echara en olvido sus pecados. San Pablo cita Dios, el pueblo que El habla escogido por su
este pasaje en Rom. 4, 7. heredad.
SALMOS 875

19 Qof. Está Yave vecino a los que


34. (Vulg. 33.)
tienen el corazón contrito, y salva |

Alabanzas de Dios, protector del justo a los afligidos de espíritu.


20 Res. Muchas pueden ser las aflic-
1
De David. Cuando se fingió loco ciones del justo, pero de todas le |

ante Abimelec, que le echó de sí, libra Yave.


pudiendo así escapar.
21 Sin. Toma a su cuidado todos sus
2
Alef. Yo
bendeciré siempre a huesos, | y ni uno solo de ellos será
Yave, |
su alabanza estará siempre roto.
22
en mi boca. (1) Tau. La desgracia matará al
3
Bet. En Yave
se gloriará mi alma, impío, y los que aborrecen al justo
|

lo oirán los justos y se alegrarán. serán destruidos.


23
4 Guímel. ¡Cantad conmigo la gran- Yave redime el alma de sus
deza de Yavel |
Ensalcemos siempre siervos, y cuantos en él confían no
|

su santo nombre! serán destruidos.


6
Dálet. Yo he buscado a Yave, y
él me ha escuchado, librándome de |
35. (Vulg. 34.)
todos mis terrores.
6 He. Volveos todos
a él y seréis Plegaria del justo contra sus
alumbrados, y no cubrirá el oprobio |
perseguidores.
vuestros rostros.
7
Zain (2). Mira el desvalido a 1
De David.
Yave, y él le oye y le salva de todas |
Oponte, |oh Yave!, a cuantos a mí
sus angustias. se oponen (1), combate a los que |

8
Jet. Acampa el ángel de Yave en | a mí me combaten.
derredor de los que le temen, y los |
2
Echa mano al escudo y a la
salva del peligro. adarga, y álzate en ayuda mía.
|

9 3
Tet. Gustad y ved cuán bueno Saca la lanza y cierra contra mis
es Yave. [Bienaventurado el |
hombre enemigos, di a mi alma: «Yo soy |

que se acoge a él! tu salvación.»


10 Yod. Temed
a Yave vosotros, los 4
Sean confundidos y avergonza-
santos, pues nada falta a los que le
|
dos los que ponen asechanzas a mi
temen. vida; sean puestos en fuga y cu-
|

11 Empobrecen
Caí. los ricos, y en biertos de ignominia los que maqui- |

la penuria pasan hambre; |


pero a nan mi ruina (2).
los que buscan a Yave no les falta 8
Sean como paja al viento, persí- |

bien alguno. galos el ángel de Yave,


12
Lámed. Venid, hijos, escuchad- 6
Sea su camino tiniebla y resba-
me, y os enseñaré el temor de ladero, y el ángel de Yave los acose.
|

Yave. 7
Porque sin causa me tendieron
13 Mem. ¿Quién es el hombre que la red en una trampa, sin razón ca- |

ama la vida, |
y desea ver días fe- varon una fosa contra mí.
8
lices? Cójalos inesperadamente la ruina, |

14 Nun. Pues preserva del mal tu y enrédense en la red misma que ten-
lengua, | y tus labios de las pala- dieron, y caigan en ella quebran-
|

bras mentirosas. tados.


15 Sámec. Aléjate del mal 9
Entonces se alegrará mi alma en
y haz el
bien, busca y persigue la paz.
|
Yave, y se gozará en su salvación.
|

17 Pe. La faz de Yave contra 10


los Todos mis huesos dirán: «¡Quién
que hacen el mal, para borrar de semejante a ti, oh Yave, que libras |

la tierra su memoria. al desvalido de quien es más fuefte


18 Ayin. Los ojos de Yave están que él, al pobre y al afligido, de
|

sobre los justos, y sus oídos están |


quien le despoja!
11
atentos a sus clamores. Alzáronse contra mí testigos fal-
18 Sade. Claman, Yave los oye, sos, para demandarme lo que no
y | |

los libra de todas sus angustias. sabía. %

(1) Los
justos oirán las bendiciones que de
Dios recibe el salmista y se alegrarán por ello, (1) Este salmo desarrolla el mismo pensa-
como, al contrario, se entristecerán de verle miento que el 6.
abatido y como desamparado del Señor. (2) Libre el justo de la opresión de los im-
(2) Falta en el texto el v»rso correspondiente píos, éstos quedarán confundidos, el justo ale-
al Vau. gre y la causa de Dios triunfante.
87fi SALMOS
11 2
Volviéronme mal por bien, |
para Dícele al impío la impiedad:
abatir mi alma. «Dentro, bien dentro de mi cora-
13 Cuando ellos estuvieron enfer- zón.» No hay ante sus ojos temor
|

mos yo me vesti de saco, |


afligiendo de Dios.
con el ayuno mi alma, ] y repetía
3
Lisonjéase de que a su parecer no |

en mi pecho las plegarias. será hallada y castigada su culpa.


14 Me porté con ellos como con un 4
Las palabras de su boca son in-
pariente o un hermano; |
como si justicia y fraude, no se cuida de |

llevase luto por mi madre, me enlu- ser cuerdo y obrar el bien.


taba y me humillaba; 5
En su lecho maquina iniquida-
16 Pero ellos se alegran de mi mal des y emprende caminos no buenos;
| |

y se confabulan; se confabulan contra no se aparta del mal.


mí para herirme a traición y des-
|
8
Se levanta hasta los cielos, ¡oh
trozarme sin descanso. Yave!, tu misericordia, y hasta las |

16
Se burlan de mí, de mí hacen nubes tu verdad.
mofa, y rechinan sus dientes con-
|
7
Tu justicia es como los montes de
tra mí. Dios. Tus juicios son un insondable
|

17
¿Hasta cuándo, ¡oh Yavel, esta- abismo. Tú, ¡oh Yave!, conservas a
|

rás viendo esto? Arranca mi alma | hombres y animales.


8
de su tormento, mi túnica de las |
¡Cuán magnífica es tu misericor-
garras del león. dia! Ampárense los hombres a la
|

18 Te alabaré sombra de tus alas.


en medio de la asam-
9
blea, te ensalzaré en medio de un
|
Sácianse de la abundancia de tu
pueblo numeroso. casa, y los abrevas en el torrente
|

19 triunfen contra mí
¡Ahí No
los |
de tus delicias;
que sin causa son enemigos míos. No 10 Porque en ti está la fuente de
|

guiñen el ojo los que injustamente la vida, y en tu luz vemos la luz.


I

me aborrecen. 11
Extiende tu misericordia a los
40 No
hablen de paz y urdan tra- que te conocen, y tu justicia a los |

mas contra los pacíficos de la tierra.


|
rectos de corazón.
81
Abren sus bocas contra inf, di- 12
No me pise el pie del soberbio, no |

ciendo: «¡Ah, ahí Lo vieron por fin


|
me eche fuera la mano del impío.
13
nuestros ojos! • Sí, caerán los obradores de la ini-
22 ¿No lo ves, oh Ya ve? jNo calles! |
quidad, serán abatidos y no podrán
|

¡Dios mío, no te alejes de mí! más levantarse.


23
¡Despierta, álzate en favor mío, |

Señor mío, Dios mío, en mi defensa!


24 [Hazme justicia según 37. (Vulg. 36.)
tu justi-
cia, Señor mío, Dios mío! ¡Que no |

triunfen contra mí! La providencia divina, cuanto al Justo


25 Que
no puedan decir en su co- y al implo.
razón: «Lo conseguimos.» Que no |

digan: «Le hemos devorado.» 1


De David.
28 Sean confundidos
y avergonza- Alef. No te impacientes por los
dos, cuantos se gozan en mi mal.
|
|
malvados (1), |
no envidies a los
Sean cubiertos de vergüenza y con- (¡ue hacen el mal;
fusión los que org idiosamente se 2 Porque presto serán segados como
|

alzan contra mí. heno, y como la hierba tierna se


|

27
Y alégrense y salten de júbilo secarán.
los que están en favor de mi ino- 3
Bet. Tú confia en Yave y obra el
cencia, y digan siempre: ¡Ensalzado
|
bien, y habitarás en la tierra y
I

sea Yave, que dió la paz a su siervo! serás apacentado en la verdad.


28 Mi lengua todos los días cantará |

tu justicia y tus alabanzas. (i) El problema de la existencia del mal en


el mundo y las razones del gobierno divino,
bajo el cual se ve con frecuencia padecer a los
36. (Vulg. 35.) buenos y prosperar a los malos, inquietaba gran-
demente a los autores del A. T.. a quienes aun
no habla sido revelado el misterio de la cruz
Bondad de Dios y maldad del impío.
y de la Resurrección de Cristo. Asi. por ejemplo,
el verso 18 expresa abiertamente la aprobación
1
Al maestro del coro. De David, divina a la conducta de los justos y lo eterno
siervo de Yave. de su recompensa.
SALMOS 877

4Haz de Yave tus delicias, y él ¡


jamás abandonado al justo
vi ni a |

te dará lo que tu corazón desea. su prole mendigar el pan.


26 Siempre se compadece y presta,
5
Guímel. Encomienda a Yave tus |

caminos, en él espera, y él obrará;


| y es bendecida su descendencia.
27Sámec. Apártate del mal y haz
6
El hará resplandecer como la luz
tu justicia, y tu derecho como la |
el bien, y vivirás para siempre;
|

luz del mediodía. 28 Porque ama Yave la rectitud


y |

7
Dálet. Aquiétate en Yave y es- no desampara a sus santos. Los im- |

pera en él; no te impacientes por la |


píos serán borrados para siempre, |

prosperidad de otros, de los que | v la prole del impío será exterminada.


obran la maldad. 29 Los justos poseerán la tierra,
y será
8
He. Depon el enojo y deja la eterna en ella su morada.
cólera, no te excites, no te dejes 30 Ayin. La bocad el justo habla
|

llevar al pecado. sabiduría, y su lengua profiere \

9
Porque los malvados serán exter- palabras de rectitud.
minados, pero los que esperan en 31 Pe. Lleva en el corazón la ley de
|

Yave poseerán la tierra. su Dios, y no vacilan sus pasos.


|

10 Vau. 32 Sade. El malvado


Sí, un poco todavía, y el espía al jus-
impío ya no será; le buscarás en | to, y busca modo de arrebatarle
|

su lugar
11
y ya no le hallarás. la vida,
Los mansos poseerán la tierra, |
33Pero Yave no se lo entrega
y gozarán de gran paz. en sus manos, y no permite que |

12
Zain. Maquina el impío contra sea condenado en el juicio.
rechina 34 Qof. Confía en Yave
el justo |
y sus dientes y sigue
contra él. su camino, y él te ensalzará para |

13
Pero Yave se ríe de él, porque que poseas la tierra,
| y gozarás a |

ve que su día se acerca. la vista del exterminio de los impíos.


14 Jet. Desenvainaron los malva- 35 Res. He visto al impío alta-
dos su espada, tendieron el arco, |
mente ensalzado, y extenderse como |

para destruir al pobre y al menes- árbol -vigoroso.


teroso, para asesinar a los que van 36Pero pasé de nuevo, y ya no
|

por el camino recto. era, le busqué y no le hallé.


|

15 Su espada se hundirá en su 37 Sin. Considera al recto


y mira
propio corazón, y se quebranta- |
al justo, y verás que al fin es feliz.
|

rán sus arcos. 38 Los impíos, por lo contrario,


16 Tet. Mejor le es al justo lo poco |
serán exterminados; la posteridad |

que la opulencia de muchos impíos; de los malvados será tronchada.


17 Porque 39 Tau. De Yave viene la salva-
los brazos del impío
serán rotos, mientras que Yave | ción de los justos, es su refugio al |

sostiene al justo. tiempo de la adversidad,


18 Yod. Conoce Yave los días del 40 Yave los socorre y los libra
justo y su posesión será eterna.
|
del impío, |
porque se acogieron a él.
19 No serán confundidos, al tiempo
malo, y serán saciados en el día
|
38. (Vulg. 37.)
del hambre.
20 Caí. impíos pere- Cierto, los Oración de un pecador arrepentido.
cerán, y los enemigos de Dios,
|

como la lozanía de los prados; pe- |


1
Salmo de David. Para memoria.
recerán, se desvanecerán como el 2
No me castigues, Yave, en tu
humo. furor, no me corrijas en tu ira.
|

21 Lámed. Pide
prestado el impío 3 Que tus saetas han penetrado
y no puede pagar, el justo se com- | en mí, y pesa gravemente sobre mí
|

padece y da. tu mano.


22 4
Sí, los benditos de Dios here- Nada hay sano en mi carne a
darán la tierra, los |
malditos de él causa de tu ira; no hallan paz mis |

serán exterminados. huesos, a causa de mi pecado (1).


23 Mem. Yave ordena los pasos del
hombre, guía y sostiene al que va
|

por buen camino. (i) El salmista padece una enfermedad, que


24 Si cayere, no todos miran como castigo de sus pecados. De
yacerá postrado, | aquí que venga a ser el blanco del desprecio y
porque Yave le tiende su mano. de la persecución, contra la cual clama a Yave
26 Nun.
Fui mozo y ya soy viejo, y |
para que salga por su causa, que es la de Dios.
878 SALMOS
6 Pasan por encima de mi cabeza lengua; pondré un freno a mi boca,
| |
¡

mis iniquidades, pesan sobre mí |


mientras tenga al impío frente a mí.
como pesada carga. 3 Quedé silencioso, mudo, callé
6
Hedionda podre supuran mis aún el bien; |
pero mi dolor se exa-
llagas, causa de mi locura.
| a cerbaba (1),
7 Voy encorvado
y en gran manera * Me ardía el corazón dentro del
humillado, todo el día en luto;
|
pecho, se encendía el fuego en mi
|

8 Porque están mis huesos abra- meditación, y prorrumpí con mi |

sados, y no hay en mi carne parte


|
lengua:
6
sana. «Dame a conocer, ¡oh Yavel,
• Estoy desfallecido y sobremanera ¡
mi fin, y cuál sea la medida de mis
|

acabado, y la conmoción de mi
|
días; que sepa cuán caduco soy.
|

corazón me hace rugir, con rugido 0


Has reducido a un palmo mis
de leona. días, y mi existencia delante de ti
|

10 Mis deseos, ¡oh Yavel, ante ti es la nada; no dura más que un |

están, y no se te ocultan mis gemidos.


|
soplo todo hombre. (Sela.)
11 Está lleno de congoja mi cora- 7
Muévese el hombre cual un fan-
zón, me
faltan las fuerzas, y aun |
¡
tasma, |
por un soplo solamente se
la misma luz de mis ojos me aban- agita. |
Amontona sin saber para
dona. quien.
12 Mis amigos 8
¿Qué podría yo entonces esperar,
y mis compañeros
se alejan por mis llagas, y mis |
oh Yave? Pero está en ti mi es- |

vecinos se quedan lejos y me insultan. peranza.


13 Tiéndenmc lazos los que buscan 0Líbrame de todas mis iniqui-
mi vida, | y me amenazan los que dades, no me hagas el escarnio
|

desean mi ruina. Todo |


el día están del malvado.
maquinando engaños. 10 Enmudezco, no abro mi boca,
|

14 Yo hago que no oigo, como porque sé que tú lo haces.


sordo, | y como mudo no abro lai 11
Desvía de mí tu azote, que |

boca. el rigor de tu mano me consume.


Soy como hombre que no siente,
14
|
12 Tú vengas con castigos la ini-
y en cuya boca no hay respuesta, quidad del hombre y destruyes
|

18 Porque es en ti, ¡oh Yave!, en su soberbia como la polilla. (Sela.)


13 Oye, ¡oh Yavel, mi plegaria; da
quien confío, y serás tú quien |
I |

por mí respondas, ¡Yave, Dios mío! oídos a mis clamores, no seas insen- |

17 Pero digo: «Que no puedan sible a mis lágrimas. Porque yo |

gozarse en mi mal los que aplau- I no soy más que un peregrino para ti, |

dían cuando resbalaba mi pie.» un advenedizo, cómo todos mis padres.


18 Mira que estoy para caer, tengo 14 Déjame que me reconforte un
|

siempre a mis ojos mi maldad. poco, antes que me vaya y ya no


|

19 Confieso mi culpa,
y que peno sea.
por mi pecado. Pero viven y son |

fuertes mis enemigos, 40. (Vulg. 39.)


20 Y
se multiplican los que injus-
tamente odian; me
y los que |
me Acción de gracias por el auxilio recibido
vuelven mal por bien y petición de nuevo auxilio.
21 Me
hostigan, por seguir y hacer
el bien. 1
Al maestro del coro. Salmo de
22
No me
abandones, ¡oh Yavel, |
David.
2 Confiadamente esperé a Yave,
no te estés alejado de mí, ¡Dios míol y |

23 ¡Corre en mi auxiliol ¡Señor |


él se inclinó y escuchó mi clamor,
mío, mi saludl 3 Y me sacó de una hoya de
ruina, del fango cenagoso, y afirmó
| |

mis pies sobre piedra e hizo se- |

39. (Vulg. 38.) guros mis pasos.


4 Puso en mi boca un cántico
Deprecación del justo atribulado.

(i) Como Job sentido en la ceniza, asi el


1
Al maestro del coro. A Idutun. salmista, oprimido por la tribulación que Dios
Salmo de David. le envli y que le convierte en escarnio de sus
* Yo me dije: Atenderé a mis í
enemigos, que son los de Dios, enmudece,
caminos, |
para no pecar con mi i hasta que por fin prorrumpe en quejas al Señor.
»

SALMOS 8 79

18 Cuanto
nuevo, una alabanza a nuestro Dios.
| |
a mí, pobre y menes-
Muchos verán esto y temerán, y es- |
teroso, Yave cuidará de mí.
|
Tú |

perarán en Yave. eres mi socorro y mi libertador. ¡Dios |

5 Bienaventurado el hombre cuya mío, no tardes!


esperanza es el nombre de Yave, |

y no se vuelve a los soberbios ni a


los mentirosos. Tú, ¡oh Yave, Dios |

mío!, 41. (Vulg. 40.)


6
Has multiplicado
tus maravillas |

y tus trazas en favor nuestro. Yo |


Oración de un enfermo grave.
quisiera contarlas, hablar de ellas, |

pero sobrepasan todo número.


7
No deseas tú el sacrificio y la 1
Al maestro del coro. Salmo de
ofrenda (1), pero me has dado |
David (1).
oído abierto. No buscas el holo- |
2 Bienaventurado el que piensa
causto y el sacrificio expiatorio. en el pobre: |
en el día malo, Yave le
8
Y me dije: «Heme aquí.» |
En el librará,
rollode la ley se escribió para mí
que |
3 Le protegerá Yave
y le dará
haga yo tu voluntad. vida. Será bienaventurado sobre la
|

9
[Oh Yavel Yo quiero cumplir tu tierra, pues no le entregará al
|

voluntad, y dentro de mi corazón |


odio de sus enemigos.
4 Le sostendrá Yave en el lecho
está tu ley.
10 He proclamado tu justicia a de la enfermedad. En la enferme- |

numerosa asamblea; no cerré mis |


medad tú le aliviarás.
labios; tú, ¡oh Yavel, lo sabes. 6 Yo digo: ¡Oh Yave, ten piedad
11 No he tenido encerrada en mi
de mí! Sana mi alma, que pequé
|

corazón tu justicia. He anunciado | contra ti.


tu verdad y tu redención. No celé |
6 Mis enemigos lanzan impreca-
tu misericordia y tu fidelidad a la | ciones contra mí, diciendo: «¿Cuándo |

numerosa asamblea. se morirá éste, y será borrado su


12
No apartes de mí, ¡oh Yavel, tu nombre?»
misericordia. Tu piedad y tu jus- |
7
Si vienen a verme hablan menti-
ticia me guardarán eternamente;
| rosamente, acumulan en su cora-
|

13 Porque me rodean males sin zón malos deseos, y cuando salen |

número, se me echan encima mis


|
fuera, hablan.
iniquidades, y no puedo levantar |
8
Reunidos, murmuran contra mí
la vista. Superan en número a los
|
los que me odian, |
y descuentan mi
cabellos de mi cabeza, y por eso |
ruina:
desfallecemi corazón. «Un mal terrible se ha apode-
9
14 Agrádete librarme, ¡oh Yavel
|
rado de él, se acostó para no levan-
I

Corre, ¡oh Yavel, en mi ayuda. tarse ya mas.


16 confundidos y avergon-
Sean 10 Aun el que tenía paz conmigo,
|

zados los que buscan arrebatarme


| aquel a quien yo me confiaba y
la vida. Sean puestos en fuga y
|
comía mi pan, alzó contra mí su |

cubiertos de ignominia aquellos que |


calcañal.
se alegran de mi mal. Pero tú, ¡oh Yave!, ten piedad
11
16 Consumidos sean por su afrenta
|
de mí haz que me levante, y en-
| |

los que me
gritan: ¡Aii, ahí Salten | tonces les daré su merecido.
de gozo y alégrense en ti 12 En esto conoceré que me amas,
|
17 Todos aquellos que te buscan;
| en que no triunfe mi enemigo con-
los que aman la salud que de ti tra mí.
procede exclamen siempre: «¡Ensal-
|
13 Tú manténme incólume, y |

zado sea Yavel» consérvame por siempre en tu pre-


sencia.
14 ¡Bendito Yave, Dios de Israel,
Contiene este salmo un pensamiento in-
(i)
teresantísimo, que es el tema del primer sermón por los siglosde los siglos! Amén, |

de Isaías (i, 2) contra la falsa piedad de Judá. amén.


El sacrificio que Dios desea no es el de los bece-
rros, sino el de la voluntad, con la perfecta ooe-
diencia a su ley. Esto se realizó plenísiínamente (1) Este salmo es parecido al 38. También
en Cristo, que hasia el fin cumplió la voluntad la ocasión de él es una enfermedad del salmista.
del Padre, y en este aspecto el salmo es me- El versículo 14 es la doxologia con que termina
siánico. el libro primero del Salterio.
880 SALMOS
LIBRO SEO LIN DO 1
Júzgame, ¡oh Yavel, y apoya
mi causa, |
líbrame de esta gente
malvada, de estos inicuos traidores.
|

42. 43. (Vulg. 41, 42.)


* Pues que eres tú mi refugio,
(1)
¿por qué me rechazas? ¿Por qué |

he de andar en luto bajo la opresión


Ardientes deseos del desterrado de ver del enemigo?
nuevamente el santuario. 3
Manda tu luz y tu verdad. Ellas
me guiarán y me acompañarán a
|

1
Al maestro del coro. Masquil tu monte santo, a tus tabernáculos.
|

4
de los de Coré.
hijos ¡Oh, si pudiera acercarme al altar
2
Como anhela el ciervo las co- de Dios, al Dios de mi alegría y de
|

rrientes aguas, así te anhela a ti


|
mi gozo, y cantarle a la cítara! ¡Oh
|

mi alma, ¡oh Dios! Dios, Dios mío!


3 Mi alma 6 te abates, alma mía,
¿Por qué ¿Por
está sedienta de Dios, |

del Dios vivo. ¿Cuándo vendré y


|
qué te turbas dentro de mil Espera \

pareceré delante de Dios? en Dios, que aún le alabaré. ¡El es \

4 mi mi Dios\
Mis lágrimas son día y noche la alegría de rostro, él es
mi pan, mientras continuamente
|

me dicen: «¿Dónde está tu Dios?»


|

6
¡Ay! Cómo estalla en mi corazón 44. (Vulg. 43.)
el recuerdo de cuando en medio
|

de la muchedumbre, iba en pro- |


Lamentación por el estado de opresión
cesión a la casa de Dios, entre voces | en que se halla el pueblo.
de júbilo y alabanza del pueblo |

1
en fiestal Al maestro del coro. Masquil, de
8
i.Por qué te abates, alma mía, ¿Por |
los hijos de Coré.
2
qué te turbas dentro de mil Espera \
Con nuestros oídos, joh Dios!,
en Dios, que aún le alabaré. \
¡El es la hemos oído, nos contaron nuestros |

alegría de mi rostro, él es mi Diosl padres la obra que tú hiciste en


|

7
Abatida está mi alma, Dios mío. |
sus días, en los tiempos anti- |

Siempre estoy acordándome de ti, guos (1).


3
desde la tierra del Jordán, de las |
Tú, con tu mano, echaste a las
cumbres del Hermón y del monte gentes y los plantaste a ellos. Afli- |

Meser. giste a pueblos y los arrojaste, y a


8
Un remolino llama al otro remo- ellos los hiciste germinar.
lino. |
Con el rumor de tus cascadas, |
4
No se apoderaron de la tierra
todas tus ondas y tus olas pasan por su espada, ni les dió su brazo I

sobre mí. La victoria. |


Fue tu diestra, tu brazo,
• De
día dispensa Dios su gracia, |
la luz de tu rostro, |
porque te com-
de noche me acompaña su cán- placiste en ellos.
6
tico, una oración al Dios de mi vida.
|
Tú. ¡oh Dios!, eres mi rey, | tú das

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