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Yo, Hugo Mario Montes Cáceres, identificado con DNI N°

29208958 como presidente de la Asociación de Policlínicos


Privados de Evaluación Psicosomática AQP, con dirección
cito en Mza C Lte 13 Pueblo Joven Cesar Vallejo distrito de
Paucarpata, provincia y departamento de Arequipa, con
correo electrónico aasociacionaqp@gmail.com y número
de celular 959616102, ante usted me presento y digo:
Aprovecho la ocasión para hacerle llegar mis más sinceros deseos de
salud y bienestar de parte de todos y cada uno de los representantes de los
policlínicos de la Asociación que presido.
Empezaremos por decir que no resulta propio agrupar a las entidades
complementarias dentro del mismo procedimiento administrativo sancionador
propuesto para aquellos que se ven regulados por el Reglamento Nacional de
Tránsito Terrestre, ya que estas prestan un servicio dentro del SELIC, donde
las responsabilidades al incumplir las obligaciones que el D.S. 007-2016-MTC
les impone, son responsabilidades administrativas; algo muy diferente sucede
con los usuarios en transporte y tránsito, que se ven regulados por el
Reglamento Nacional de Tránsito y cuyas faltas llegan inclusive a asumir
responsabilidades penales. Tal es así que en el desarrollo de la exposición de
motivos del proyecto normativo propuesto se basa en cuadros estadísticos que
tienen su fundamento en elementos de siniestralidad vehicular, y el tratamiento
sancionador actual que se le da acorde a la LPAG y sus modificatorias.
Es imprescindible entender por qué se pretende que este procedimiento
“sumario” se aplique a las ECSAL como entidades complementarias, para ello
es oportuno señalar que dentro de los considerandos, en el párrafo tres, señala
que el proyecto normativo en cuestión atiende al carácter masivo y la urgente
necesidad de tutela, respetándose las garantías del debido procedimiento y
que la LPAG deberá regir supletoriamente a los procedimientos especiales
sancionadores y estos no podrán imponer condiciones menos favorables a los
administrados.
En referencia a ello no se entiende cual es el carácter masivo al que hace
referencia respecto a las entidades complementarias ya que, en el caso de las
ECSAL, a nivel nacional son 272 según la propia página del MTC, que son
supervisados por SUTRAN y por el lado del MINSA, SUSALUD.
La exposición de motivos del proyecto normativo indica que tal documento se
basa en lo señalado por la Tercera Disposición Complementaria Final de la Ley
N° 27181, Ley General de Transporte y Tránsito Terrestre, incorporada por el
artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1406, la misma que dispone que los
procedimientos sancionadores en materia de transporte y tránsito terrestre, así
como de sus servicios complementarios, se rigen por los procedimientos
especiales de tramitación sumaria que establezcan los Reglamentos
Nacionales. Resulta claro que el espíritu de la norma entiende que en el
ámbito de transporte existen realidades diversas que, por ende, requieren de
una regulación diferenciada y debido a ello es que cada ámbito del sector
transportes tiene una normativa específica, es así que resulta incoherente
pretender juntar todas las realidades procedimentales sancionadoras en una
sola.
También es menester señalar que el proyecto en cuestión hace uso de la
Doctrina Comparada, referenciando a la legislación española, en ese sentido
de igual manera nos parece apropiado que se tome en consideración lo que la
regulación española señala respecto a la variación de la imputación de cargos,
misma que a través de su Tribunal Constitucional ha acogido el punto de vista
expuesto. En efecto, tal tribunal coincide en que la variación de los hechos
imputados durante el procedimiento administrativo sancionador, la
inalterabilidad o identidad de los hechos que se imputan son elementos
indispensables del ejercicio del derecho de defensa. Se desprende de la
jurisprudencia constitucional española que no pueden estimarse como
compatibles con la Constitución, las hipótesis en las que se añaden en la
propuesta de sanción hechos diferentes de los contenidos en el acto de
iniciación o en el pliego de cargos. Del mismo modo, no cabe incluir en la
resolución sancionadora otros hechos ilícitos distintos a los contenidos en la
propuesta de sanción. Finalmente, no cabe tal mutación ni en la resolución
administrativa que resuelve el correspondiente recurso, ni en las resoluciones
judiciales que se pronuncian sobre lo actuado en vía administrativa. Pese a
ello, por idénticas razones a las expuestas, no parece cuestionable que los
órganos de la jurisdicción Contencioso Administrativa deben abstenerse de
variar los hechos sobre los que ha versado la calificación jurídica de la
Administración.
También se hace imprescindible señalar que su oficina sustenta que el
establecimiento como único recurso impugnatorio del recurso de apelación, se
basa en lo indicado por el TC en el Exp. 2730-2006-PA; sin embargo, realiza
una interpretación errónea, pues lo indicado en los considerandos 34 y 35 de
dicho expediente claramente se enmarca bajo el contexto de que el RECURSO
DE RECOSIDERACION es privilegio del administrado, un derecho de
carácter OPTATIVO, recalcando dicho carácter en el sentido de que es el
administrado el que decide si recurrir o no a dicho recurso, lo que resulta
totalmente opuesto a lo que señala el considerando del proyecto cuando indica
que es la administración pública la que decide que recurso puede ser o no
proporcionado al administrado.
De igual manera resulta también importante señalar, que la propuesta
normativa presentada, en lo referido a los recursos impugnatorios, estaría
generando ANTINOMIA ya que pretende retirar un derecho entregado al
administrado mediante una norma de jerarquía superior, como lo es la LPAG,
misma que en su artículo 216 otorga como recursos impugnatorios el de
RECONSIDERACION y el de APELACION, siendo decisión del administrado
la decisión de presentar uno y/u otro, estando claro que no es requisito el
primero para la interposición del segundo.
Al respecto la Sala De Derecho Constitucional Y Social Permanente de la Corte
Suprema de Justicia mediante CASACIÓN N°4017-2014, LIMA; indica que
«Nada justificará que se pretenda hacer prevalecer para un caso concreto, lo
dispuesto por una norma de grado inferior frente a otra de jerarquía superior,
pues el diseño mismo de nuestro sistema de fuentes implica que las normas
inferiores adquieran validez en función de las superiores».
Así mismo expone en los considerandos 2.6; 2.7 y 2.8:
2.6. (…) El ordenamiento jurídico peruano es una construcción jurídica que
adolece de muchos defectos producto de la diversidad de legisladores con
diferente formación ideológica en tiempos distintos y multiplicidad de normas
jurídicas de todo tipo, normas que guardan entre sí una relación de
dependencia jerárquica: las normas inferiores se derivan sucesivamente de las
superiores. Para preservar la unidad de estas resultan fundamentales las
ideas de orden y jerarquía. De esta idea deriva la tesis de la coherencia del
ordenamiento, según la cual no serían posibles las contradicciones entre
normas. (…)”
2.7. En cuanto al principio de jerarquía, el artículo 51 de la Constitución Política
del Perú establece que “La Constitución prevalece sobre toda norma legal,
la ley, sobre las normas de inferior jerarquía, y así sucesivamente. La
publicidad es esencial para la vigencia de toda norma del Estado. (…)”

2.8. (…) Así, el artículo 138 de nuestra Carta Magna establece que “En todo
proceso, de existir incompatibilidad entre una norma constitucional y una
norma legal, los jueces prefieren la primera, Igualmente prefieren la norma
legal sobre toda otra norma de rango inferior’.
Es en atención a estas consideraciones que resulta a nuestro entender un error
en la propuesta normativa el pretender suprimir el derecho de los administrados
a recurrir al recurso de reconsideración, puesto que si la intención es no
demorar el derecho del administrado a recurrir directamente al Poder Judicial,
resulta un sin sentido toda vez que un recurso de reconsideración debidamente
interpuesto resulta de atención más celera que un recurso de apelación, ya que
si bien la norma establece plazos de 30 días para la atención de cada uno de
ellos, la realidad indica que la administración pública, en atención a su carga
laboral, los resuelve en plazos diferentes, siendo la atención del recurso de
Apelación la que más tiempo se toma en resolver, considerando sobre todo que
los procedimientos sancionadores que interpone SUTRAN a las ECSAL como
entidades complementarias, son centralizados en al ciudad de Lima, lo que
limita en mayor medida los derechos de aquellas ECSAL que operamos en las
regiones, como por ejemplo la solicitud de audiencia. En ese orden de ideas
creemos que en lugar de presentar proyectos normativos que limiten derechos
a los administrados, debería realizarse un mayor esfuerzo por descentralizar
los procesos sancionadores, lo que proporcionaría la posibilidad de reducir la
carga procesal centrada en la capital y permitir la atención de acuerdo a los
plazos legales en las regiones.
Finalmente reiteramos que la decisión sobre qué recurso interponer, no es un
privilegio que la administración pública otorgue a los administrados, sino
es un derecho que asiste al administrado, siendo finalmente este quien, en
atención a los supuestos singulares de cada caso, opta por tomar.

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