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UNIVERSIDAD ICESI

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES


ÉTICA Y ORGANIZACIONES - DIEGO VARÓN

Nombres: Jorge E. Pacheco Ojeda – Nicolás Campo Ramírez Códigos: A00058888 – A00333128

Parcial No. 2

Responde de forma argumentada, con sustentos teóricos trabajados en clase. Valor tres (3,0)
puntos. 1- Las tensiones éticas en el mundo de las organizaciones son una constante. Ejemplo de esto
se presentan las disputas entre individualismo y colectivismo, egoísmo y cooperativismo, flexibilidad
y burocracia, subjetividad y objetividad. A partir de los textos trabajados en clase, propone una nueva
tensión ética que no haya sido planteada. Finalmente responde: ¿cómo es posible salir de esta
dicotomía planteada? – Reflexiona según corresponda.

Continuando con los lineamientos de los elementos trabajados en clase, se nos hace posible
plantearnos dos tensiones éticas que se encuentran inmersas en el mundo de las organizaciones. En
primer lugar, se tiene la tensión que existe entre la libertad y la supresión, en segundo lugar, se plantea
la tensión ética existente entre la autopreservación y el deber molar al interior de las organizaciones.
En primera instancia, la tensión ética al interior de las organizaciones que nos disponemos a presentar
es la existente entre la libertad y la supresión, porque si bien las organizaciones en la actualidad se
encuentran encaminadas hacia la responsabilidad empresarial, un acorde comportamiento empresarial
y una responsabilidad organizacional como afirma Lipovetsky en el documento las bodas de la ética y
del bussines, aún existen organizaciones en las cuales en las cuales la libertad y la supresión hacen
parte de su estructura funcional. Este tipo de tensión o disputa al interior de una organización se verá
reflejada o se verá percibida en las firmas con estructuras jerárquicas verticales muy rígidas, dado que,
la toma de decisiones tiende a ser uno de los distintivos primordiales de los altos cargos, en este
sentido, existirá un limitado margen de libertad para los colaboradores de menor nivel, por lo cual se
verán obligados a llevar a cabo los mandatos de sus directivos.
Así mismo, la existencia de supresión al interior de las organizaciones puede ser una tendencia en
algunas áreas más que en otras y también dependerá del tipo de directivo con el cual se interactúe,
dado que un directivo integrador tendera a velar en mayor proporción por la libertad y el desarrollo de
sus colaboradores, mientras que, por otro lado, un directivo distributivo estará más encaminado hacia
la supresión y el control total de su área.
En segunda instancia, otra tensión que se vive al interior de las organizaciones y la cual es muy
importante desde el punto de vista de responsabilidad social y corporativa es la existente entre
autopreservación y el deber moral. Haciendo alusión a lo dicho por Ludwig Wittgenstein “la empresa
actúa como un agente moral cuando sus políticas y acciones afectan a los grupos externos de intereses,
incluyendo el bienestar de la sociedad como un todo”, dado que existirá la dicotomía entre lo
económicamente debido y lo correcto. En este sentido, la autopreservación se encontrará encaminada
hacia el campo te lo económicamente debido para la organización, lo cual le garantiza ingresos,
utilidades y continuar funcionando, pero esto no quiere decir que lo que se haga al interior no tenga
repercusiones y efectos sobre tercero, tanto al interior de la compañía como al exterior.
En contra sentido, el deber moral estará encaminado hacia lo éticamente correcto, en el sentido que, no
se llevaran a cabo acciones que tengan incidencias negativas sobre otros actores, ya sean sociales o
empresariales. de esta manera, cabe traer a colación a J lozano con su documento “como agua y
aceite” donde se menciona la incompatibilidad existente entre la ética y lo que es éticamente correcto,
y, las organizaciones y sus actividades. Finalmente, la auto preservación y el deber moral se oponen
mutuamente, ya que ninguno puede imponerse sobre el otro, esto en la medida que, ambos cuentan
con motivos particulares y apelan a incentivos diferentes, por un lado, se tendrá la preservación como
el conjunto de actividades racionales que maximizan el beneficio propio, y, por otro lado, se tiene el
deber moral, el cual apela al beneficio colectivo.
2- El experimento de Stanley Milgram permitió sacar conclusiones sobre la “obediencia a ciegas”, es
decir, la incapacidad de cuestionar las ordenes que los superiores plantean, pasando por alto el
contenido de moral, asunto que también ha sido analizado por Marx, Sennett y Bauman. ¿Qué debe
hacer un directivo para evitar que se promuevan objetivos orientados exclusivamente hacia la auto-
preservación, debilitando el carácter moral que corroe valores como la solidaridad y la lealtad,
derivando en un ambiente moral inapropiado? – Argumente según corresponda. Valor dos (2.0)
puntos.

Sennett nos dice que, actualmente vivimos en una sociedad capitalista donde las relaciones de trabajo
y los objetivos están al interior de un marco temporal relativamente corto, y que como consecuencia
de ello los valores como la lealtad, la confianza y el compromiso tienden a corroerse. Por otra parte,
Marx y Bauman sugieren una relación entre propiedad y poder, pues usualmente es el dueño de los
medios de producción quien impone las normas o ejerce control sobre aquellos que se ven en una
necesidad. Así que, juntando los anteriores argumentos podemos evidenciar que, es evidente cómo en
este momento los intereses de los individuos cambian rápidamente afectando su conducta, ya sea del
empleador o del trabajador, ambos persiguiendo intereses diferentes, lo que termina por afectar el
rendimiento de la compañía y generando un ambiente moral inapropiado.
Es entonces en dicha relación donde ambos, empleador y empleado, buscan intereses que a largo plazo
perjudican a la empresa, ya que los constantes cambios internos, los objetivos que buscan resultados a
corto plazo y la necesidad de los trabajadores por recibir algún tipo de remuneración generan que en
ocasiones la meta de la compañía se desvíe de los valores institucionales. Es decir que, en este punto,
en medio del afán por conseguir resultados, estar orientados a objetivos y la incapacidad de los
subordinados a negarse a peticiones de sus superiores, las políticas y normativas que se implantaron
en la empresa con el objetivo de garantizar un servicio con un alto nivel de calidad y acorde a valores
éticos se olvidan.
Adicionalmente a esto la lealtad en las organizaciones que acérrimamente están generando cambios se
ve afectada, pues los empleados pierden el sentido de pertenencia hacia la institución y es tarea de los
directivos hacer a un lado todo tipo de factores que nos llevan a olvidar los valores de la compañía. Es
necesario promover la competencia sana y búsqueda de intereses que termine beneficiando a toda la
organización y no solo a unos pocos individuos.
El acorde manejo de la burocracia será el punto de partida para lograr reducir la autopreservación en la
organización y así debilitando el carácter moral corrido por el comportamiento servil que tienden a
tener los subordinados. En este sentido, para lograr reducir la autopreservación y minimizar ese
pensamiento racional maximizador de beneficios, un directivo debe en primera instancia identificar
sus actos y ver de qué manera está actuando conforme a su rol al interior de la organización, analizar
el efecto externo que pueden tener sus decisiones y verificar cual puede ser el impacto que causara,
minimizando así los efectos negativos.
En seste sentido, un directivo debe ser eficaz a la hora de comunicar y permitir a sus colaboradores
tener un pensamiento crítico y empático hacia las acciones que se están tomando y los resultados que
se obtendrán. Por otro lado, los directivos (dueños o no de los medios de producción) deben reducir su
modelo impositivo hacia sus colaboradores, en el sentido que estos no se vean obligados a llevar a
cabo una actividad y más bien la realicen por interés particular con fines propios.

Como sugiere Lipovetski, es necesario la utilización de la ética por parte de las empresas para fijar
objetivos comunes que desemboquen en un incremento de la eficiencia y un mayor beneficio para la
firma. Por lo que se debe empezar a cambiar en los empleados y empleadores (comenzando con estos
últimos) dicha perspectiva en la que se corroen los valores, y demostrar e incentivar que con el
trabajo en equipo y la cooperación es posible obtener un mayor éxito y mayor desempeño tanto
personal como laboral, llevando esto a la obtención de una excelencia profesional que nos induce a la
obtención y desarrollo de grandes habilidades de liderazgo, proactividad y un ágil desempeño que son
fundamentales para desarrollarse en un espacio laboral sea cual sea la área.
Concluimos diciendo que, para evitar el debilitamiento del carácter moral es necesario que los
directivos comiencen a recalcar la importancia de ser consecuente entre el servicio que se presta y los
valores institucionales de la empresa. Al mismo tiempo que se necesita un alto nivel de reciprocidad
del empleado con la empresa. Ello se conseguirá únicamente si la institución vela por el bienestar de
su fuerza de trabajo, fidelizando al trabajador por medio de capacitaciones o servicios que lo hagan
sentir pieza clave al interior de la compañía, incrementando su compromiso y lealtad al mismo tiempo
que se aumenta la eficiencia y los beneficios de la empresa.
Finalmente, para lograr minimizar la autopreservación, se debe minimizar el temor al interior de la
organización, partiendo del hecho que un colaborador puede o no tomar la decisión de realizar una
actividad acorde con sus convicciones personales, en igual sentido, se deberá entregar información
completa respecto a las actividades realizadas y los efectos que estas tendrán en la sociedad. es posible
que la respuesta sea algo utópica, porque se debería cambiar la forma de pensar económica actual, la
cual se enfoca en la maximización de utilidades a como dé lugar.

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