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JOSÉ LEONIS

LA HISTORIA
DE CORNELIO
E N S E Ñ A N Z A S P R Á C T I C A S

Un hombre piadoso, que necesitaba

salvación
JOSÉ LEONIS

LA HISTORIA DE CORNELIO

UN HOMBRE PIADOSO, QUE NECESITABA

SALVACIÓN

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Copyright 2017 por José Leonis
Primera edición 2017.
Las citas Bíblicas son tomadas de:
—- La Santa Biblia, Versión Reina Valera 1960.

Correo: joseleonis25@gmail.com

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LA HISTORIA DE CORNELIO

UN HOMBRE PIADOSO, QUE NECESITABA


SALVACIÓN

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No eres lo suficiente bueno para lograr felicidad eterna sin Dios.

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Contenido
Introducción 7
Capítulo I 9
El personaje: Cornelio
Capítulo II 13
Cuando necesitas algo más
Capítulo III 17
¿Depravación total?
Capítulo IV 21
El que es temeroso a Dios vela por los suyos.
Capítulo V 24
Sin acepción de personas. ¿Expiación limitada?

Capítulo VI 28

Derribando muros
Capítulo VII 31

Un maravilloso resumen de los propósitos de Dios

Capítulo VIII 33

¿Qué importancia tuvo el hablar en lenguas?

Capítulo IX 36

¿Puede acaso alguno impedir el agua?

Conclusión 39
6
Introducción

No es para nada un secreto que vivimos en una sociedad que


cada vez más se aleja de los principios de: moralidad, integridad
y espiritualidad dados por Dios.

Para algunos, se puede perfectamente ser lo suficientemente


bueno como para ser merecedor de las mejoras bendiciones que
un ser divino tiene preparado para un grupo especial de
personas, sin siquiera tomar en consideración las demandas de
dicho ser superior.

Resulta aun más complicado decir: tú y yo necesitamos salvación,


cuando pretendemos ser merecedores de las mejores dádivas de
un ser divino, que no exige nada.

7
En medio de este escenario nada atractivo, podemos encontrar
en la historia de un gran personaje: Cornelio; mencionado en el
libro de Hechos de los apóstoles por el Dr. Lucas, la cruda
realidad de la vida del hombre: “No eres los suficiente bueno para
merecer salvación, vida eterna, si no haces la voluntad de Dios”.

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los


cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los
cielos.” (Mt 7:21)

Hay una voluntad dada por Dios, que al cumplirla nos permite
entrar en el reino de los cielos. Por ende, debemos estar en una
búsqueda incesante de dicha voluntad.

La historia de Cornelio es precisamente el fiel reflejo de la


búsqueda de dicha voluntad, por un hombre que a pesar de
tener grandes cualidades, reconoció que necesitaba palabras para
salvación.

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Capítulo I

El personaje: Cornelio
“Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la
compañía llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda
su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios
siempre. “ (Hech 10:1,2)

Cornelio era un gentil, que adoraba al Dios de Israel. Se encontra-


ba al mando de cien soldados, en la compañía llamada la Italiana.

Las características de Cornelio, definitivamente estaban muy por


encima de la gran mayoría de los Judíos, e incluso cristianos ya
convertidos para ese momento.

9
Se nos deja bien claro, dichas cualidades de Cornelio:

1) Era piadoso: sentimiento de amor a lo sagrado o superior.


Dedicación a Dios, devoción a Dios cumpliendo sus
mandatos, especialmente los mandatos que Dios transfirió
al mundo a través de Cristo lo cual se traduce en
obediencia fiel y en culto amante. Este amor practicado para
con Dios se ve materializado directamente en un amor
fraterno entre los hombres, imitación de la bondad de Dios
y de su solicitud por los pobres.

“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue


manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, visto de los
ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido
arriba en gloria. “ (1 Tm 3:16)

“Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la


piedad;” (1 Ti 4:7)

Ser piadoso, está íntimamente relacionada a vivir, practicar el


evangelio del Reino de Dios.

2) Temeroso: Hace referencia a una actitud de reverencia y


respeto hacia Dios .

10
El sabio Salomón, en su libro de los Proverbios, nos enseñó que el
principio de la sabiduría es el temor a Dios. (Pr. 1:7)

3) Hacia muchas limosnas al pueblo: A pesar de que Cornelio


no era Judío, brindaba socorro a los necesitados. Lo cual le
mereció el buen testimonio que tenía ante el pueblo Judío.

4) Oraba a Dios siempre: Una característica fundamental de las


personas que quieren tener una buena relación con su
creador, es precisamente que se mantienen en permanente
comunicación con ÉL. Grandes hombres de fe así no los
demostraron, oraron y oraron sin cesar.

Cornelio, sentía una necesidad en su interior de agradar a Dios.


Se esmeraba en tener un buen testimonio, fundamentado
precisamente en el temor reverente a Dios, en su devoción al
creador, en el amor al prójimo, expresión tangible del amor a
Dios. A pesar de ello, algo fundamental le hacia falta: aceptar a
Cristo como su salvador.

Reflexión:

Cuan doloroso es para la Iglesia, ver como algunos de sus


miembros viven una vida antagónica a lo que profesa el
cristianismo. En ocasiones no se puede establecer una diferencia
de vida, entre los conceptos de moralidad y espiritualidad con los

11
no convertidos; precisamente porque incluso, muchos de los no
convertidos viven una vida llena de más moralidad que los
cristianos, en algunos aspectos.

Tenemos una gran deuda con la sociedad no creyente, y es


precisamente demostrarles los profundos cambios que el
evangelio puede realizar en las personas, cuando se creer en
Cristo.

“ Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza,


pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;
cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de
desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro
tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros
todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras
deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, ha-
biéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido
del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va reno-
vando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío,
circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino
que Cristo es el todo, y en todos. Vestíos, pues, como escogidos de
Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad,
de humildad, de mansedumbre, de paciencia;” (Col 3:5:12)

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Capítulo II
Cuando necesitas algo más

“Él te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu
casa.” (Hch 11:14)

Para los que se inventan su dios a imagen y semejanza, no hay


cabida para este verso. Como es posible que un hombre con
grandes cualidades, declare que aun le hacia falta escuchar
palabras para alcanzar salvación.

Muchos dirían, este Cornelio va directo y sin escala para el cielo.


Bueno, les diré que no es así, le faltaba escuchar palabras que le
llevaran a la salvación.

13
¿Qué palabras eran estas?

Indiscutiblemente, estas palabras, son precisamente el evangelio


de nuestros Señor Jesucristo.

“Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que


tiene por sobrenombre Pedro. Éste posa en casa de cierto Simón
curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que es
necesario que hagas.” (Hch 10:5,6)

“…...Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de


Dios, para oír todo lo que Dios te ha mandado. Entonces Pedro,
abriendo la boca, dijo: ….) (Hch 10:33,34)

El apóstol Pedro fue el discípulo enviado por Dios, para llevar


estas palabras de salvación (el evangelio) a Cornelio.

Cornelio entendió, que aun le faltaba hacer cosas que para Dios
eran necesarias, es por ello por lo que estaba atento para oír
dichas instrucciones que venían de lo alto.

“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” (Rm


10:17)

A los discípulos se les dijo: “Id por todo el mundo y predicad el


evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será
salvo; mas el que no creyere, será condenado.” (Mr 16:15-16)

14
Reflexión:

La historia de Cornelio es un maravilloso ejemplo, de Fe


obediente.

"Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundan-


cia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la
cual puede salvar vuestras almas." (Stg 1:21)

Hay personas que son categorizadas como perversas,


malas; para ellos no es muy difícil pensar que requieren
palabras para salvación con suma urgencia.

En contraste nos encontramos a Cornelio que al parecer no era


malo, y aun así, reconoce que requería la aceptación de
palabras para salvación (evangelio).

La salvación no es un merito humano, nos llega de la Gracia


salvadora de Dios, que a través de recibir su palabra de manera
obediente, nos permite alcanzar salvación.

Un encuentro con un ángel no te hace salvo

"Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del


día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cor-
nelio,Él, mirándole fijamente, y atemorizada, dijo: ¿qué es, Señor?

15
Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria de
lante de Dios" (Hch 10:3-4)

El mundo religioso actual, hace mucho énfasis en los eventos


“sobrenaturales", como marcadores de mayor espiritualidad y
salvación divina. Afirman realizar sanaciones, hablar en lenguas,
tener nuevas revelaciones, etc. y todo esto le representa aproba-
ción de Dios.

La realidad es que nada de esto representa salvación. De hecho,


ni el mismo Cornelio dio por sentado que ya era salvo por te-
ner un encuentro con el ángel de Dios, a través de la visión.

Nos sigue resonando en la mente, las palabras de Cornelio:

“ Él te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu


casa.”

16
Capítulo III

¿Depravación total?
“El, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le
dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delan-
te de Dios” (Hch 10:4)
“ y dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus limosnas han sido
recordadas delante de Dios.” (Hch 10:31)
La historia de Cornelio, nos confirma la realidad del ser humano:
“por cuantos todos pecaron, y están destituidos de la gloria de
Dios,” (Rm 3:23)

17
La salvación, no la encontró Cornelio en sus buenas obras, más si
en la gracia de Dios, mediante la redención que es en Cristo
Jesús.
Es por ello, que a pesar de sus buenas obras requería aceptar el
llamamiento de Dios, a través del evangelio.
La falsa doctrina Calvinista de la depravación total, afirma que el
hombre es incapaz de buscar a Dios por sus propios medios, que
no puede hacer el bien, por ende es Dios que selecciona al
individuo que va a experimentar su Gracia salvadora.
Es evidente que el hombre sin Dios está espiritualmente muerto,
y es incapaz de salvarse así mismo. Está, también era la realidad
de Cornelio a pesar de sus magnificas obras.

¿Significa esto que él era incapaz de sentir necesidad de Dios, y


buscarlo.? El caso de Cornelio es un claro ejemplo que el hombre
puede no estar salvo, y aun así sentir la necesidad de hacer
buenas obras que agraden a Dios.

“Tus oraciones y limosnas, han subido para memoria delante de


Dios.” ¿Son estás buenas obras? Pues claro que si.

Cornelio, no era salvo, y era temeroso a Dios. Sin lugar a dudas


estaba en una búsqueda de la voluntad de Dios. No conocía aun
el camino exacto de salvación, pero su temor reverente, llegó
hasta lo alto donde se encuentra Dios; y se le envió la predicación

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del evangelio, para probar su fe y obediencia. Si es que en
realidad quería aceptar las palabras para salvación (el evangelio).

El Calvinismo, le quita la capacidad de elegir al hombre. Como se


explica entonces este verso:

“ He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre


la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” (Ap 3:20)

Hay un llamamiento para el hombre, y una decisión del


individuo, abrir o no abrir la puerta del corazón.

Obras, sin Gracia salvadora no da salvación. Gracia sin obras, no


es expresión de Gracia salvadora.

Reflexión:

No somos salvos por obras (ejemplo de Cornelio), si no


aceptamos el llamamiento de Dios.

El que acepta obedientemente el llamamiento de Dios, es salvo, y


debe hacer obras dignas de arrepentimiento.

Cuando estemos delante del tribunal de Cristo, daremos cuanta


de lo que hicimos mientras estuvimos en el cuerpo, sea bueno o
sea malo. (2 Co 5:10)

19
No podemos minimizar el valor de las obras, en el individuo que
acepta el llamamiento de Dios.

“… ; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban


escritas en los libros, según sus obras.” (Ap 20:12)

“ Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en si misma.” (Stg


2:17)

Obras, sin Gracia salvadora no da salvación. Gracia sin obras, no


es expresión de Gracia salvadora.

20
Capítulo IV

El que es temeroso a Dios vela


por los suyos.
“piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacia muchas
limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre.” (Hch 10:2)

“ ….. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado a sus


parientes y amigos más íntimos.” (Hch 10:24)

Vivimos en medio de una generación que es capaz de abandonar


a la familia, en búsqueda de placer y supuesta felicidad.

La vida en la cual los intereses que se persiguen son el bienestar


familiar parecen ser utópicos.

21
Leemos en los periódicos la realidad de la disfunción familiar, el
divorcio es común en los programas televisivos, en las
conversaciones habituales se suele decir: se están divorciando.

Al parecer no se piensa en el valor de la familia y en sus


integrantes.

Cornelio amaba su casa, procuró que todos los miembros


abrazaran la misma esperanza en Dios, inculco el valor del temor
reverente a Dios.

¿Es posible aspirar a tener hijos que valoren el matrimonio y el


servicio a Dios, cuando mis ejemplos pregonan lo contrario.?

¿Es posible enseñar valores morales, cuando vivo una vida


cargada de inmoralidad? Indefectiblemente que no.

Las palabras que les iba a predicar Pedro, eran tan valiosas, que
Cornelio procuró que los suyos también las escucharan. Es por
ello por lo que los reunió para este gran evento: “escuchar
palabras para salvación”.

¿Que se necesita para que un hombre y una mujer tengan una


casa temerosa de Dios?

Resp. Que ellos sean los primeros en ser temerosos a Dios.

22
“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se
apartará de él.” (Pr 22:6)

¿Cómo instruir a nuestros hijos en el temor a Dios, si nosotros


mismos no somos temerosos a Dios?

Reflexión:

Cornelio, nos invita a darle el valor tan sublime que tiene la fami-
lia para Dios, a buscar el mejor regalo que Dios ha dado, la
salvación para todos sus miembros.

23
Capítulo V

Sin acepción de personas


¿Expiación limitada?

“ Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo


que Dios no hace acepción de personas, sino que en todas las
naciones se agrada del que le teme y hace justicia.” (Hch
10:35,35)

La historia de Cornelio representa un gran momento para el


cristianismo. Se deja por sentado, que la gracia salvadora es para
todo el mundo (Judíos y gentiles).

24
Me parece sorprendente como un grupo de religiosos, pueda
pensar que la Biblia enseña que el sacrificio de nuestro señor
Jesucristo no fue por toda la humanidad. Dicha doctrina es
conocida como: la expiación limitada, la cual forma parte del
Calvinismo.

La expiación limitada se define como la teoría de que la muerte


del Señor en la cruz del calvario fue estrictamente limitada
solamente a los elegidos.

Estos conceptos son violatorios al mismo deseo de nuestro Dios,


que quiere que todos los hombres sean salvos.

1 de Timoteo 2:4 “el cual quiere que todos los hombres sean
salvos y vengan al conocimiento de la verdad.”

Las sagradas escrituras refutan la doctrina de la expiación


limitada:

1) Desde las palabras proféticas:

“ Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros


pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga
fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como
ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él
el pecado de todos nosotros.” (Is 53:5,6)

25
Estos versos fueron escritos por el profeta Isaías, hablan de
nuestro Señor Jesucristo y de como cargaría con los pecados de
toda la humanidad.

2) Nuestro Señor Jesús enseñó, contrario a la expiación limitada.

“ Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os


haré descansar.” (Mt 11:28)

El ofrecimiento que hace nuestro Señor, es para todos, no se


limita aun grupo.

3) El apóstol Juan enseñó, en contra de la expiación limitada.

“ … He aquí el Cordero de Dios ,que quita el pecado del


mundo.” (Jn 1:29)

“ Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por


los nuestros, sino también por los de todo el mundo.”(1 Jn
2:2)

Todo el mundo, hace referencia a la humanidad, a toda la


humanidad.

Nuestro Señor Jesucristo se entregó como una ofrenda agradable


para la expiación de los pecados, no solamente de los que se han
hecho cristianos ya, sino por toda la humanidad.

26
El fracaso de muchos está en no reconocer que debe creer y
obedecer a nuestro señor Jesucristo , para que su sangre les lim-
pie los pecados.

4) Hebreos 2:9 Enseña en contra de la expiación limitada.

“ Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los
ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del
padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios
gustase la muerte por todos.” (He 2:9)

Juan 3: 16-17 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha


dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al
mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo
por él.”

Estos versos son muy explícitos respecto a lo errado de doctrina


de la expiación limitada.

27
Capítulo VI

Derribando muros

“Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón


judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha
mostrado Dios que a ningún hombre llame común o
inmundo;”(Hch 10:28)`

Este verso nos plantea la realidad de las relaciones entre los


Judíos y los gentiles, en aquel tiempo.

Abominable es un término muy fuerte para referirnos a nuestros


semejantes. Otras traducciones remplazan la palabra
abominable, por ilícito.

28
La ley de Moisés, representaba ese muro de separación, que
creó en los Judíos ese sentimiento de superioridad, a tal punto
de considerar como abominables a los que no tenían dicha ley.

La historia nos cuanta de grandes muros, que representaron


fortalezas casi impenetrables en algún momento. La muralla
China, y el muro de Berlín son claros ejemplos de ello. Un muro
casi no mencionado, pero de gran trascendencia, es
precisamente la separación entre Judíos y gentiles que enmar-
caba la ley de Moisés.

El apóstol Pablo al escribirle a los hermanos en Éfeso, les dejó


bien claro que dicho muro había sido derribado, por la sangre
preciosa de Cristo Jesús.

“Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles


en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada
circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais
sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos
de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en
Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido
hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz,
que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de
separación,” (Ef 2:11-14)

29
El mismo apóstol Pablo nos enseñó que las enemistades que
existían entre Judíos y gentiles, terminaron cuando fuimos
reconciliados mediante la cruz, en un solo cuerpo: la Iglesia.
(Ef 2:16)

El apóstol Pedro aprendió que Dios no hace acepción de


personas, que no discrimina. Este es el principio que no soporta
el argumento Calvinista de la expiación limitada.

“ Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que


Dios no hace acepción de personas” (Hch 10:34)

La iglesia de Jerusalén llegó a la siguiente conclusión: “! De


manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento
para vida! “ (Hch 11:18)

30
Capítulo VII

Un maravilloso resumen de los


propósitos de Dios

“Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio


de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos. Vosotros
sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde
Galilea, después del bautismo que predicó Juan: cómo Dios ungió
con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste
anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el
diablo, porque Dios estaba con él. Y nosotros somos testigos de
todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén;

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a quien mataron colgándole en un madero. A éste levantó Dios al
tercer día, e hizo que se manifestase; no a todo el pueblo, sino a los
testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que
comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos. Y
nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es
el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. De éste dan
testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren,
recibirán perdón de pecados por su nombre.” (Hch 10:36-43)

32
Capítulo VIII

¿Qué importancia tuvo el hablar


en lenguas?

Para hacer que los Judíos que acompañaban a Pedro, e incluso


el mismo Pedro, entendieran que la salvación era también para
gentiles, se necesitó una manifestación milagrosa.

El hablar en lenguas producto del derramamiento del Espíritu


Santo, fue esa manifestación milagrosa que les haría entender
que el mensaje de la gran comisión (Id por todo el mundo y
predicad el evangelio a toda criatura), era para todo el mundo.

Las manifestaciones milagrosas siempre tuvieron un propósito.


En nuestros días muchos afirman hablar en lenguas tal cual

33
sucedió en la historia de Cornelio. Encontramos a muchos
religiosos verborreicos, emitiendo sonidos que ni ellos mismos
entienden.

¿Es eso, hablar en lenguas?

Definitivamente no.

Lucas nos comenta que los Judíos que acompañaron a Pedro,


estaban sorprendidos que Cornelio y los suyos hablaran en
lenguas de la misma forma que sucedió en el día de pentecostés,
cuando se establece la Iglesia (Hch 2).

Para saber en que consistió el hablar en lenguas, debemos irnos


al relato de Hechos, cuando los apóstoles fueron envestidos por
el Espíritu Santo.

“Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en


otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. Moraban
entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las
naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud;
y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia
lengua. Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no
son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos
nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos
nacido? Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en
Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, en
Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de África más allá de

34
Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos,
cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las
maravillas de Dios.” (Hch 2:4-11)

En estos versos podemos apreciar, que el hablar en lenguas al


que se refiere Lucas en la narración de Hechos, es hablar en al-
gún idioma que no se hubiese estudiado.

Para los Judíos, era una señal de aprobación por Dios, que el
Espíritu Santo les hubiese concedido la manifestación milagrosa
de hablar en lenguas a los gentiles.

Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó
sobre todos los que oían el discurso. Y los fieles de la circuncisión
que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también
sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Porque
los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a
Dios” (Hch 10:44-46)

De está manera vemos como una manifestación milagrosa


confirmo la palabra de Dios.

35
Capítulo IX

¿Puede acaso alguno


impedir el agua?

Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua,
para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu
Santo también como nosotros? Y mandó bautizarles en el nombre
del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos
días.”(Hch 10:47-48)

Grandes cambios comenzaron a darse desde este evento en la


Iglesia de Cristo del primer siglo. Ahora se tendría que predicar:

“Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de


Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del
Espíritu Santo” (Hch 2:38), también a gentiles.

36
Los Judíos, estaban plenamente convencidos que la predicación
del evangelio: el oír, creer, arrepentirse , confesarse y bautizarse
no era para gentiles.

La predicación de Pedro nuevamente está abriendo las puertas


del Reino, en está ocasión a los gentiles.

“porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo


estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre;
no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo
Jesús.” (Gálatas 3:27-28)

Ya nada podía impedir que los gentiles también fuesen


bautizados, tal cual fue ordenado por nuestro señor Jesucristo en
su mensaje de la gran comisión antes de ascender al cielo.

“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda


criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que
no creyere, será condenado.” (Mr16:15-16)

Esta pregunta: ¿Puede acaso alguno impedir el agua?, me


recuerda mucho al evento de conversión del Etíope. (Hch 8:26-
40). Él realizó la misma pregunta: ¿Aquí hay agua; qué impide
que yo sea bautizado?

En dicho relato se menciona que Felipe le predicó el evangelio al

37
al Etíope, y este dijo: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea
bautizado?, significa esto, que en la anunciación del evangelio se
tiene que hablar de la importancia de creer y ser bautizado.

Según la respuesta de Felipe, lo único que puede hacer que la


persona no se bautice, es que no crea.

Hay muchas personar que afirman creer en Jesús, pero cuando le


hablas que tiene que bautizarse, no lo hacen y dicen: necesito
estudiar más; claro ejemplo que en realidad no han creído.

El que realmente cree, procese inmediatamente en un acto de


plena obediencia.

“Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta


escritura, le anunció el evangelio de Jesús. Y yendo por el
camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay
agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees
de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que
Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó parar el carro; y
descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bauti-
zó.” (Hch 8:35-38)

38
Conclusión

Mil bendiciones a todos los que han tomado un espacio para


leer este pequeño escrito.

El relato que nos ha compartido el Dr. Lucas, nos invita a buscar


más de Dios, a dejar de conformarnos con el: así soy, y muy por
el contrario, a ir en pos de la voluntad de un Dios amoroso.

Recuerda: “No eres lo suficientemente bueno para alcanzar la


felicidad eterna sin Dios”

No eres tú y yo, estableciendo las reglas, eres tú y yo cumpliendo


la voluntad de Dios, sus mandamientos.

39
40
La historia de Cornelio, narrada en el libro de Hechos de los
apóstoles por el Dr. Lucas, seguirá confrontándonos a una
gran realidad: no somos lo suficientemente buenos para
alcanzar la felicidad eterna sin ser obedientes a Dios.

Te invito a leer todo el capitulo 10 y 11 del libro de Hechos,


donde encontraras como un hombre piadoso, temeroso a Dios
con todas su casa, que hacia muchas limosnas, que oraba sin
cesar y tenia un buen testimonio en el pueblo, llegó a
declarar: necesito palabras para salvación.

Dios me los bendiga infinitamente

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