Todos los pueblos venezolanos tienen en su origen raíces indígenas y
Turén es uno de ellos , debido a que se formó de una pequeña población llamada Yujure , que había sido fundado en el año 1724 por el Capuchino Fray Francisco Campanillas con indios Guamos y Atatures, más tarde otro grupo indígena Yaruros se unió a ellas . Hoy por hoy, de esta pequeña población solo queda el recuerdo en el sitio que llaman “Pueblo Viejo” situado al este de Villa Bruzual, pero gracias a el se dio nombre al Municipio Turen siendo este inmortalizado. Turén municipio llanero ubicado al sureste de Portuguesa , cuya Capital es Villa Bruzual, tierra de gracia que enaltece su suelos fértiles, donde la agricultura es su principal fuente económica, siendo por esta razón que se conoce como “ El Granero de Portuguesa”, porque desde aquí se cosecha el mayor índice de producción agrícola de la región. Es importante mencionar que dentro de su cultura hay ritmos tradicionales, donde resuena el agradable sonido instrumental que ejecuta el mejor baile del mundo, como lo es el joropo criollo; acompañado por los instrumentos arpa, cuatro y maraca, hay comidas típicas de la región y algunas manifestaciones culturales dentro de las cuales se encuentran: “Mascarada” Carnaval Turístico de Turén: Representa una tradición que se remonta a principios del siglo XX, cuando numerosas familias turenense se disfrazaban y compartían con los vecinos. En este Evento durante cuatro días se desbordan en las calles la alegría y el colorido de carrozas, comparsas y disfraces que se mezclan entre risas y bailes impulsando el turismo. Día de la Aparición de Nuestra Señora de Coromoto: Cuenta la tradición que, después de la llegada de los españoles a la región de Guanare (Venezuela) en 1591, un grupo de indios de la tribu de los Cospes abandonó su tierra y se trasladó hacia el río Tucupido con el propósito de no tener contacto con los foráneos y su religión. Así permanecieron las cosas por muchos años hasta que, alrededor de 1651, el cacique Coromoto, junto con su esposa, contempló asombrado en la quebrada del río, por encima de las aguas a una hermosísima Señora que los miraba con expresión amable en el rostro. El 8 de septiembre de 1652 la Señora volvió a aparecer, pero esta vez en la choza de Coromoto. Ella intentó convencerlo de que volviese para ser catequizado, pero él no se dejó persuadir. Ni el aura ni los rayos luminosos que rodeaban la figura de la Señora lograron impresionar al jefe. Por el contrario, él trató de echarla con amenazas. El cacique huyó al bosque y fue mordido por una serpiente venenosa, entonces, viendo que su vida corría peligro pidió el bautismo en Guanare. Allí, finalmente, vivió como un cristiano. El 7 de octubre de 1944 el Papa Pío XII la declaró “Patrona de la República de Venezuela” y su coronación canónica se realizó el 11 de septiembre de 1952, con ocasión de la celebración del tercer centenario de la aparición. En este día los Feligreses turenenses como en otras partes del país veneran a la Virgen de Coromoto. Fiestas en honor a la Virgen del Rosario: La celebración de la festividad de la Virgen del Rosario el día 7 de Octubre se remonta en la iglesia católica al año 1572. Fue establecida dentro de la liturgia por el Papa dominico San Pío V. Su sucesor, Gregorio XIII, contribuyó a la difusión de la fiesta al instituirla en aquellas parroquias que poseían cofradía. La tradición del Rosario nace, según testimonia la Iglesia, al aparecerse la Virgen a Santo Domingo de Guzmán en el año 1208. Le enseñó a rezar el Rosario, le invitó a propagar esta devoción y a que la utilizara para la conversión de los pecadores. En estas fiestas se realizan tanto actividades deportivas como culturales y religiosa, tales como presentaciones de grupos de la región, serenata a la Virgen del rosario, misas entre otros. Se realizan en el mes de Octubre. Fiestas Patronales en honor a Santa Bárbara: Fiestas patronales en honor a Santa Bárbara, mártir de origen turco, que ha sufrido un proceso de sincretismo al ser asociada su imagen con dioses de la santería africana como Changó, y adoptada por los esclavos africanos llevados a América dios de la música. Los devotos de Santa Bárbara, rinden tributo a su imagen, entregando ofrendas que van desde ceremonias ancestrales, hasta grandes festines acompañados de música, bailes, cantos y mucha comida. Es importante mencionar que en el municipio Turén también se realizan estas fiestas en ellas se destacan la actuación de grupos musicales de las diversas parroquias, donde los creyentes ofrendan frutas, animales, legumbres, granos, para pagar o pedir favores, promesas, encomiendas entre otros. En estas fiestas la población se concentra el 04 que es el día principal ya que es el de su Patrona. Se celebra desde el día 08 al 11 de diciembre. Fiestas en Homenaje al Patrono San Antonio de Padua: El velorio a san Antonio de Padua es una tradición religiosa y pluricultural de reminiscencias coloniales con fuerte presencia en Lara, estado centro- occidental de Venezuela. Se celebra alrededor del día de ese santo de la Iglesia católica, el 13 de junio. El pueblo larense ha irradiado sus pegajosos sones del tamunangue y rituales de fe desde comienzos del siglo XX a otros estados del occidente del país. En el municipio Turén la celebración que se efectúa los 13 de junio de todos los años, día del santo patrono San Antonio, fecha de júbilo para los devotos del municipio que aprovechan la oportunidad para pagar promesas o para rendirle culto. Generalmente las festividades incluyen actividades religiosas como procesiones con el santo por las principales calles y casas del municipio, misas y velorios con la imagen del santo en las casas de los promeseros. En casi todas las celebraciones en honor a San Antonio se coloca la imagen del santo en un altar engalanado con flores y tras agasajarlo hasta el amanecer, se realiza una misa y se lanzan fuegos artificiales para anunciar la salida del santo en procesión. Eugenio Báez Cuentan nuestros abuelos que Eugenio Báez era un próspero agricultor encomendero, quien vivió durante finales del siglo XIX, poseedor de grandes extensiones de tierras las cuales comprendían desde la actual Parroquia Canelones hasta la Parroquia Santa Cruz, Municipio Turén, incluyendo el río Acarigua, del que es dueño y señor. Se dice que era un hombre de estatura mediana, de poblada barba, contextura delgada, ojos claros, vestido siempre de liqui-liqui blanco con sombrero pelo e" guama y con su eterno acompañante: un caballo blanco. Asimismo, tenía una condición humana excepcional por cuanto era benefactor de los campesinos a quienes ayudaba en todo momento, en caso de aprietos económicos o de índole espiritual, ya que era conocedor de los asuntos espirituales. De igual manera, prohibía la caza de animales en sus dominios, porque era amante de la naturaleza exuberante de la "Gran Selva de Turén". Cuentan que murió un jueves santo y cuando fueron a enterrarlo al día siguiente, el cuerpo había desaparecido y en su lugar estaban siete auyamas. Otras personas señalan que un día se internó en la selva y fue envuelto en una fuerza desconocida que lo llevó a otra dimensión. A partir de su muerte, nace el culto a su espíritu cuando prestó atención de las súplicas hechas por los fieles y el pago de promesas por éstos al cumplírsele el favor. Debido a la imposibilidad de conseguir sus restos mortales los devotos le construyeron una capilla en el cementerio de Villa Bruzual (Av. 6), en donde le veneran y le pagan las promesas. Los devotos piden a esta ánima que les proteja de enfermedades, les ayude para obtener buenas cosechas y protección a sus familias. De acuerdo a lo señalado por diversos "espiritistas", Eugenio Báez quiso ser eterno porque nunca quiso morir y abandonar la naturaleza que tanto amaba. Es un espíritu ejemplar, que da buena orientación, ejemplo, ánimo, liberación psicológica a las personas para que evolucionen positivamente y no se dejen atrapar por el pesimismo. Otro aspecto señalado por los "espiritistas", es que el ánima de Eugenio Báez se enfurece cuando no le cumplen sus promesas. Una de las formas como ha manifestado su descontento fue a mediados de la década de 1970, cuando un grupo de agricultores le ofreció una corona de oro a cambio de una buena cosecha de ajonjolí.