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Arte Relacional: experiencia estética

Article · May 2016

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Paloma Rodera
Nebrija Universidad
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TRABAJO DE ESTÉTICA II

TÍTULO: Arte (relacional) ; experiencia estética.

ALUMNA: Paloma Rodera Martínez

PROFESORA: Amanda Nuñez García

amanda@fsof.uned.es

  1  
ÍNDICE

Prólogo……………………………………………………………………….3

Introducción…………………………………………………………………4

El concepto de arte y sus apodos……………………………………….6

Relacional…………………………………………………………….7

Experiencia…………………………………………………………..9

Bourriaud y el arte relacional……………………………………………..10

Claire Bishop y el concepto de antagonismo………………………….13

John Dewey y el arte de la experiencia…………………………………15

Estética de la recepción y un arte de las relaciones………………….18

Conclusiones…………………………………………………………………19

Bibliografía……………………………………………………………………21

  2  
PRÓLOGO

La cultura hoy es vivida, no contemplada. Las nuevas prácticas artísticas

pertenecientes a corrientes como el arte participativo o el que Bourriaud

llamara en la década de los noventa, arte relacional, (Bourriaud, 2006) son

testimonios fruto de una nueva metodología en el proceder cultural. El

espectador es llamado a ocupar un lugar protagonista, se sitúa en el centro

de la experiencia cultural. Esta reivindicación surge en una doble dirección:

bien sea desde un cambio en el propio público, figura que como consumidor

empieza a cambiar de un papel pasivo y receptor a uno completamente

activo. Ya desde la teoría económica Toffler (Toffler, 1981) apunta el

concepto de prosumidor para explicar el fenómeno participativo en los

sectores de consumo. Esta definición económica es potencialmente aplicable

a la dinámica cultural posmoderna.

  3  
INTRODUCCIÓN

Cuando hablamos de estética de la recepción se establecen, inevitablemente,

ciertos paralelismos en los que, el espectador se convierte en un protagonista

de las prácticas culturales contemporáneas.

Resulta fundamental citar la importancia de Ranciére de El espectador

emancipado donde se realizan una serie de reflexiones en relación a como

cambia la relación simbiótica entre artista y espectador.

Toda obra de arte y su contemplación suponen un acto de comunicación

entre dos personas. El artista y el espectador, es un momento que puede

desarrollarse de forma íntima, o bien de forma colectiva.

En los modelos tradicionales de recepción de la obra de arte, este acto

sucede en la intimidad del objeto artístico y su espectador. Actualmente se

han separado las distancias, los gestos íntimos y respetuosos. Hemos

pasado a la edad de lo colectivo, los espacios comunes y la creación

colectiva. Este tipo de experiencias son las que se configuran en nuevos

espacios para la cultura, que no solo se limitan a los circunscritos en

emplazamientos también tradicionales como museos o bibliotecas. Hoy la

cultura se sitúa en mitad de la calle, en nuevos espacios que pueden

configurarse por apenas unas horas.

En este trabajo voy a presentar una de las piezas claves de los cambios

sufridos en las últimas décadas; me estoy refiriendo a la figura de Bourriaud y

  4  
su conocida Estética relacional. A partir de sus ideas, pasaremos por la

crítica de Claire Bishop y el discurso de arte como experiencia defendido con

Dewey en su texto con el mismo título.

Tras ello veremos las conclusiones obtenidas tras la realización del mismo y

se completa con una bibliografía.

  5  
EL CONCEPTO DE ARTE Y SUS APODOS

Tal y como decíamos en la introducción se trata de buscar en el concepto de

arte los modos de su recepción por parte del público. La revolución que

supone en los años noventa la concepción de esta relación entre los

componentes del llamado mercado del arte, se ha dispuesto y entendido de

diferentes modos:

Podemos entender la resolución de que el arte comienza a centrarse en el

conjunto de las relaciones que genera más allá de la propia obra de arte en

sí. Es una tesis lógica, pero puede ser entendida como una provocación para

aquellos que vean una pérdida de sentido en el propio mensaje de lo que se

pretende comunicar.

Muchos de los espectadores que se acercan al arte contemporáneo echan en

falta la manualidad, ¿se confunde arte con artesanía? En muchos casos

puede que la respuesta sea afirmativa, pero en otros muchos, especialmente

en el arte contemporáneo, esta manualidad es desplazada por una

comunicación de intenciones que poco tienen que ver con el objeto de arte en

sí.

También son parte del juego las experiencias de happening, fluxus, y otros

movimientos y manifestaciones culturales en las que la intervención del

público se hace uno de los pilares para que el arte comunicativo pueda

llevarse acabo con éxito.

  6  
Relacional

El apodo de relacional en este caso ha sido pronunciado por el crítico de arte

y comisario Nicolas Bourriaud en el libro de texto homónimo. En él se nos

habla de diversos artistas a los que va a otorgar esta etiqueta, como: Rirkriz

Tiravanija, Mauricio Cattelau, Christine Hill, Nirotoshi Hirancka, Félix

González-Torres.

Pero también podemos encontrar aquellos que considerar pre-relacionales,

en los que según su teoría, ya encontramos ciertos rasgos y características.

Éstos son: Helio Oiticica, Lygia Clark, Cildo Meireles, Estudio Orta, Fluxus,

Chris Burden, Victor Grippo, Alfredo Jaar.

El discurso de Bourriaud se sitúa en la línea de grandes nombres de la

Historia del Arte, que van a dar luz y, sobre todo, peso, a sus aformaciones.

Bourriaud se sitúa en el plano de: Marx, Valéry, Blanchot, Foucault,

Baudelaire, Benjamin, Gombrowicz, Nietzsche, Althusser, Bataille, Lyotard,

Barthes, Debord, Lévi-Strauss y Guattari. Como decía se apoya en ellos para

dar confirmación a las ideas que expone.

Quedémonos con la idea de contexto, que más adelante nos será útil en

nuestro análisis.

Marcela Prado define así el debate que surge en torno al concepto de

relacional que nos ocupa en estas páginas:

  7  
“La estética relacional es una descripción conveniente, formulada en un

contexto particular, pero que aspira a la generalización, al igual que lo han

sido otras propuestas de este mismo autor como fue su Manifiesto por el Alter

modernismo, su teoría del Arte Radicante o su nueva descripción del Arte

Precario.”

  8  
Experiencial

El apodo de experiencia, ya es otra cuestión. Mientras que, de manera

oportunista o no, el arte relacional aparece relacionado con los contextos; el

arte de la experiencia, que como veremos propone Dewey, es un arte que

apela a la vivencia, a la creación de un momento, que lejos de los espacios

íntimos románticos, que describíamos en la introducción, se trata de la

creación de ese común, de ese espacio intersticial en el que interseccionan

diferentes factores, que analizaremos más adelante.

Podríamos definir este modo del arte como otra relacionalidad, el llamado

arte como experiencia.

A continuación empezaremos a exponer las distintas vías que hemos

nombrado: en primer lugar hablamos de Bourriaud y las estética relacional;

en segundo lugar, analizaremos la crítica de Bishop y la propuesta de los

antagonismo; y por último, analizamos el arte como experiencia de Dewey.

Antes de llegar a nuestras conclusiones al respecto de la vivencia de las

prácticas culturales contemporáneas, en un juego de palabras, hacemos

referencia en este ensayo los últimos movimientos en el mercado del arte a

este respecto en esa relación entre arte, artista y espectador.

  9  
BOURRIAUD Y EL ARTE RELACIONAL

Bourriaud define en el glosario de su libro Estética relacional estos dos

conceptos que atañen a lo relacional como apodo:

“Relacional (arte) Conjunto de prácticas artísticas que toman como punto de

partida teórico y práctico el conjunto de las relaciones humanas y su contexto

social, más que un espacio autónomo y privativo.

Relacional (estética) Teoría estética que consiste en juzgar las obras de arte

en función de las relaciones humanas que figuran, producen o suscitan.”

A continuación rescatamos un conjunto de extractos de su texto para ilustrar

los conceptos de los que hablamos cuando resumimos la toería estética de

las relaciones:

“La actividad artística constituye un juego donde las modalidades y las

funciones evolucionan según las épocas y los contextos sociales, y no tiene

una esencia inmutable.” 1

“La ‘participación’ del espectador, teorizada por los happenings y las

performances Fluxus, se ha vuelto una constante de la práctica artística. El

espacio de la reflexión abierto por el ‘coeficiente del arte’ de Marcel Duchamp

                                                                                                               
1  BOURRIAUD,  Nicolas  (2006)  Estética  relacional.  Madrid:  Adriana  Hidalgo  

editora.  Pág.  9  

  10  
[…] se resuelve hoy en una cultura de lo interactivo que plantea lo transitivo

del objeto cultural como un hecho establecido.” 2

“El arte, porque está hecho de la misma materia que los intercambios

sociales, ocupa un lugar particular en la producción colectiva. Una obra de

arte posee una cualidad que la diferencia de los demás productos de la

actividad humana: su (relativa) transparencia social. Si está lograda, una obra

de arte apunta siempre más allá de su simple presencia en el espacio; se

abre al diálogo, a la discusión, a esa forma de negociación humana […]” 3

-En la página 59 el autor nos habla de la estética contemporánea con la

esencia de nuestras relaciones con las cosas.

-La idea de microcomunidad nombrada en la página 70.

“¿Se puede establecer un paralelismo entre la aparición de la fotografía y la

actual proliferación de las pantallas en las exposiciones

contemporáneas?”4(relación arte/técnica)

“[…] la práctica artística está siempre en relación con el otro, al mismo tiempo

que constituye una relación con el otro, al mismo tiempo que constituye una

relación con el mundo. La situación construida no corresponde

                                                                                                               
2  BOURRIAUD,  Nicolas  (2006)  Estética  relacional.  Madrid:  Adriana  Hidalgo  

editora.  Pág.  27-­‐28.    


3  BOURRIAUD,  Nicolas  (2006)  Estética  relacional.  Madrid:  Adriana  Hidalgo  

editora.  Pág.  49  


4  BOURRIAUD,  Nicolas  (2006)  Estética  relacional.  Madrid:  Adriana  Hidalgo  

editora.  Pág.  80  

  11  
necesariamente a un mundo relacional, que se elabora a partir de una figura

de intercambio.” 5

Con estos ejemplos rescatados de Estética relacional vemos una manera de

entender el arte y su relación con el espectador con un carácter

excesivamente marcada por el contexto; es decir, el espacio en el que se

producen las nuevas esferas en las que se establecen las relaciones del

espacio social.

Este espacio social es el caldo de cultivo para dar comienzo a todo un nuevo

tejido social que da origen a nuevos modos de entender el arte, y en especial,

lo que nos ocupa en este ensayo, la relación del triángulo arte, artista y

espectador.

                                                                                                               
5  BOURRIAUD,  Nicolas  (2006)  Estética  relacional.  Madrid:  Adriana  Hidalgo  

editora.  Pág.  106.    

  12  
CLAIRE BISHOP Y EL CONCEPTO DE ANTAGONISMO

En 2004 aparece una crítica a lo que había defendido Bourriaud como

estética relacional, titulado: Antagonismo y etética relacional de Claire

Bishop. Ella es crítica de arte e investigadora y este texto supondrá un punto

y aparte en una decisión de valentía frente a una marca establecida por

Bourriaud.

Lo mismo va a ocurrir con los siguientes títulos, cada uno de ellos en sus

contextos ámbitos específicos dentro del arte:

- Ernesto Laclau y Chantal Mouffe.

- The delicate essence of artistic collaboration. Stephen Wright

- Towards a politics of (relational) aesthetics, Anthony Downey

- Critique of relational Aesthetics, Stewart Martin

- Vanessa Beecroft

- Chat Rooms: La crítica de Hals Foster.

- Entrevistas de Hans Ulrich Obrist.

En el título de Bishop se nos referencia a Althusser, Lippard o Laclau. En el

texto se nos habla del juicio estético, de una manera de entender las

relaciones sociales a través de los estético, del espectáculo posmoderno.

  13  
Todo surge a partir de preguntas como ¿Quién es el público? O ¿cómo se

hace la cultura y para quién es? Estas preguntas nos ayudan a comprender

la magnitud de las situaciones específicas que se suscitan a través de cómo

se establecen los términos de las reglas del arte en la Posmodernidad.

De aquí surgirá lo que se define como el concepto de antagonismo en

autores como Laclau y Mouffe: “[…] sostienen que una sociedad democrática

en pleno funcionamiento no es aquella en que ha aparecido el antagonismo,

sino aquella en que las nuevas fronteras políticas se trazan y se debaten

permanentemente. En otras palabras, una sociedad democrática es aquella

en que se mantienen—en lugar de borrarse—las relaciones de conflicto. Sin

antagonismo solo existe el consenso impuesto propio del orden autoritario,

una supresión total del debate y la discusión, nociva para la democracia.”

Estamos apelando en estas interpretaciones a una teoría de la subjetividad

que pone en comunicación a estas relaciones sociales, a una concepción

política de la persona en sociedad.

  14  
JOHN DEWEY Y EL ARTE DE LA EXPERIENCIA

Presentamos a continuación el conjunto de relaciones que establece Dewey

en su texto El arte de la experiencia; todas ellas dan cuenta de las ideas

principales que nos intensa destacar en este ensayo analítico en todo lo

referente a la vivencia de la expresión cultural por parte del triángulo ya

mencionado: arte, artista y espectador.

Es importante destacar que la experiencia estética, en palabras del autor, no

se asimila a la experiencia tal cual.

“En la medida en que todo arte surge como producto de la interacción

entre el organismo vivo y su medio, en forma de una constante

reorganización de las energías, las acciones y los materiales, queda

asegurada desde el inicio una potente base sobre la que asentar los

postulados de universalidad de la experiencia estética. Con ello se

salvan dos obstáculos contrapuestos: de un lado se asegura la

rentabilidad antropológica y social del arte y por el otro se defiende y

constituye la especificidad de la experiencia estética.”

“Una experiencia tiene un funcionamiento estético en la medida en que

conlleva su propia cualidad individualizante y su autosuficiencia,

basada en el poder contar con un patrón y una estructura específicas

que se dan bajo una determinada relación.”

  15  
”[…] Dewey nos interesa porque, en el sentido más elevado de la

expresión, ha inteligible el arte y la experiencia estética sin por ello

reducirlos a concepto. Dewey especifica la consistencia de la

autonomía de lo estético, no como un contrapeso de la funcionalidad

social del arte sino como su piedra de toque. El arte es tanto más

eficaz socialmente cuanto más autónomo es y cuanta más autonomía

modal produce. Nos interesa el arte que aumenta nuestra capacidad

de obrar y comprender, la agencialidad de nuestros modos de relación.

En una coyuntura histórica en la que el mercado, mucho más que en la

época en que Dewey escribiera: “El arte como experiencia”, ha

invadido por completo la vida cotidiana y los campos de definición de

la identidad misma de sus ciudadanos, no podemos sino concluir esta

invitación a la lectura enfatizando la medida en que la experiencia

estética, en tanto que experiencia, es radicalmente común y

radicalmente necesaria, como comunes y necesarias son las

herramientas conceptuales que Dewey nos propone para que

pensemos conjuntamente la estética y las posibilidades de una vida

digna e inteligente”6

“El arte, en suma, no deja de ser expresivo porque ponga de forma visible las

relaciones de las cosas sin ninguna otra indicación de las particularidades de

esas relaciones, más que las necesarias para componer un todo. Cada obra

de arte ‘abstrae’ en cierto grado los rasgos particulares de los objetos

                                                                                                               
6  Todos  los  entrecomillados  son  fragmentos  de:  DEWEY,  John.  (2008)  El  arte  de  

la  experiencia.  Barcelona:  Paidós  Ibérica.  Pág.  XIV  

  16  
expresados. De otra manera solamente crearía por medio de la imitación

exacta una ilusión de la presencia de las cosas mismas.”7

“La discusión del fondo cualitativo de la experiencia y del medio especial a

través del cual se proyectan en ella distintos significados y valores, nos pone

en presencia de algo común a la sustancia de las artes. Los medios son

diferentes en las diferentes artes, pero la posesión de un medio pertenece a

todas ellas.”8

“La función moral y humana del arte sólo pueden discutirse inteligentemente

en el contexto de la cultura.”9

Una de las divisiones que nos propone Dewey y que resulta interesante en

los campos en los que nos movemos en estas líneas es la división entre artes

espaciales y temporales. Del mismo modo pueden ser representativas o no

representativas.

                                                                                                               
7  DEWEY,  John.  (2008)  El  arte  de  la  experiencia.  Barcelona:  Paidós  Ibérica.  Pág.  

106.    
8  DEWEY,  John.  (2008)  El  arte  de  la  experiencia.  Barcelona:  Paidós  Ibérica.  Pág.  

227.    
9  DEWEY,  John.  (2008)  El  arte  de  la  experiencia.  Barcelona:  Paidós  Ibérica.  Pág.  

390.    

  17  
ESTÉTICA DE LA RECEPCIÓN Y UN ARTE DE LAS RELACIONES

Después del recorrido que hemos realizado a lo largo de las páginas

anteriores no podemos obtener ningún tipo de conclusión, sino tan solo el

ofrecimiento de una serie de expectativas, de ventanas abiertas que buscan

encontrar ideales a los que aspirar, espacios de la contemporaneidad que

permitan definir en algunos casos, y en otros muchos, experimentar los

modos de relación que se establecen entre los actores protagonistas del

mercado del arte.

Hay una propuesta en relación a las distintas maneras de entender estos

espacios en actos comunicativos que se proyectan en los espacios cedidos a

la cultura contemporánea y sus prácticas que genera, sea del modo que

fuere, relaciones de muy diversa índole, y muy referenciadas a lo que se

busca dentro de la vivencia, la transformación de una parte de nosotros que

se diluye en el común, en una creación colectiva que nos involucra como

tejido social de una determinada comunidad con planes y fines específicos

con respecto a lo que somos y a lo que decimos, con una cultura

posmoderna que es texto de nuestros coetáneos y de nosotros mismos.

  18  
CONCLUSIONES

En las últimas décadas han cambiado mucho el tipo de relaciones que se

establecen con el entorno, desde el desarrollo de las nuevas tecnologías en

muchas de sus aplicaciones a otras disciplinas, como la democratización del

transporte. Ambos cambio han supuesto un uso masivo de los mismos,

cambiando así el modo en el que nos aproximamos a la información y a los

espacios.

En este ensayo analítico hemos pretendido llevar a cabo un recorrido

centrado en algunas de las pinceladas que han supuesto un cambio en los

roles y las posiciones de todos los actores del mercado del arte: desde el

propio espectador que pasa de tener una actitud pasiva a que su actividad

sea central y determinante en la creación cultural. Asimismo la institución ha

debido virar sus objetivos y emplazamientos en una cultura de la

participación, que no solo se referencia a sí misma, sino que busca la

aprobación y el determinismo de lo que es a través de una elección

ciudadana. Y por último, otros dos factores determinantes: el espacio y el

artista.

El espacio empieza a cambiar ya que puede ser físico, como ocurre en los

espacios tradicionales o incluso virtual, ya que el desarrollo tecnológico uno

de los cambios que ha acarreado es precisamente un cambio en las

comunicaciones, en los modos de relación, la puesta en común, que antes

era impensable, ahora nos supone un cambio y un intercambio de

informaciones.

  19  
También el artista deja de tener el protagonismo y poder otorgado en otro

tiempo para convertirse en un primer motor de la acción que guía y que

propone, pero que no vive en absoluta hegemonía con la relación con el

objeto de arte.

  20  
BIBLIOGRAFÍA

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BOURRIAUD, Nicolas (2006) Estética relacional. Madrid: Adriana Hidalgo

editora.

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