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XXIII
ANESTESIA PARA CIRUGÍA
ENDOTRAQUEOBRONQUIAL
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Dada la necesidad de movilidad que tiene el cirujano, la vía aérea se convierte para el anes-
tesiólogo en un sistema abierto, no estanco, que impide un control preciso del volumen de gas
suministrado en la ventilación, con un volumen de fuga variable hacia el ambiente.
De todos modos, a lo largo de los tiempos, se han ido desarrollando diversos métodos de
ventilación que permitieran la manipulación quirúrgica simultánea de la vía aérea.
En esencia, pueden describirse 2 tipos de técnicas de anestesia, atendiendo al modo de ven-
tilación (Tabla I):
Tabla I Características de la anestesia en cirugía endotraqueobronquial.
Por un lado, técnicas que intentan mantener un modo convencional de ventilación, pudien-
do ésta ser espontánea o controlada.
Por otro lado, técnicas que utilizan métodos específicos de ventilación (Tabla II).
Tabla II Posibilidades ventilatorias en anestesia endotraqueobronquial.
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broncoscopio es menor que la del broncoscopio rígido, que es el que se utiliza con más fre-
cuencia actualmente.
b. Mediante un broncoscopio rígido, sobre el que se enfunda un tubo endotraqueal de sufi-
ciente calibre, que permite sellar las fugas que se producirían a través de las ranuras del
broncoscopio, y entre éste y la pared traqueal(8,9,10,11).
Los inconvenientes fundamentales de este sistema los constituyen, por un lado, la limita-
ción impuesta por las dimensiones de la tráquea (suele ser necesario un tubo del calibre nº
9, como mínimo, para poderlo embutir sobre el broncoscopio), y por otro, la necesidad de
tapar el extremo externo del broncoscopio para evitar fugas, o aceptar que se produzcan
intermitentemente. Por otra parte, restringe la movilidad del broncoscopio y la posibili-
dad de progresión intrabronquial, dado el calibre total resultante, por lo que resulta un méto-
do lejos del ideal.
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por introducción de elementos como fibrobroncoscopio, pinzas, sondas, etc.), cambian a su vez
tanto la magnitud del flujo “Venturi”, como la FIO2 de la mezcla resultante, por lo que es impres-
cindible el control gasométrico a través de pulsioximetría, capnografía con las limitaciones que
conlleva en esta situación, y gasometrías arteriales periódicas.
Es precisa una vigilancia continua, asimismo, de las posibilidades de atrapamiento por res-
tricción de la salida espiratoria de los gases, con el riesgo de barotrauma.
Desde hace algún tiempo, en nuestro Grupo estamos aprovechando las posibilidades que
ofrece la conexión del “jet” a un catéter flexible, tipo “Oxycath”, que permite la ventilación
del paciente en muy diversas circunstancias, introduciéndolo, bien a través de un traqueosto-
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prepararse para cada caso, a partir de un carrete, cortándolo con la longitud más adecuada.
La coordinación entre cirujano y anestesiólogo se revela aquí aún más fundamental que de
ordinario, con disposición para suspender, en un momento dado, y según las necesidades de
uno y otro, tanto las maniobras quirúrgicas, como la ventilación, y, en general, para adaptarse
a los problemas del otro.
Habitualmente, la ventilación se lleva a cabo con una mezcla de O2/aire que proporcione
una FIO2 de 0,4, que variará, como hemos señalado, según la magnitud del efecto “Venturi”
obtenido, si bien, como también se ha indicado, el mezclador con aire a veces reduce la presión
del “jet” excesivamente. En todo caso, puede permitirse una FIO2 más alta cuando no se está
efectuando fotorresección, por el riesgo de deflagración(5).
La utilización de dispositivos de alta frecuencia puede ofrecer la ventaja de mantener una
cierta inmovilidad del campo visual, con menores presiones pico, y evitando la molestia de
las salpicaduras que a veces provocan los disparos del “jet”, aunque, a cambio, se produce un
mayor atrapamiento de aire. Constituyen una alternativa, si se dispone de ellos, aunque, de
cualquier modo, la técnica descrita con el “jet” resulta bastante satisfactoria(12).
TÉCNICA ANESTÉSICA
La base de la anestesia para cirugía endotraqueobronquial es la administración de hipnóti-
cos y analgésicos endovenosos. La vía inhalatoria resulta necesariamente irregular, y la admi-
nistración de N2O en el caso de utilizar una técnica que pueda vehicularlo, no es aconsejable,
tanto por su carácter favorecedor de la combustibilidad(13), como por el riesgo de incremento de
una posible cámara de neumotórax o neumomediastino, en caso de barotrauma o lesión ins-
trumental.
Las técnicas usuales, con métodos de ventilación no convencionales, sobre todo con el uso
de “jet”, obligan prácticamente a recurrir a la hipnosis endovenosa suplementada con narcóti-
cos y relajantes musculares (Tabla III).
En nuestra práctica, la base endovenosa la constituye el propofol, aunque podrían utilizar-
se otros hipnóticos, según preferencias. Utilizamos la perfusión continua, con bomba de per-
fusión de jeringa (Beckton Dickinson, Braun, etc.).
La dosis media de propofol necesaria para la anestesia en este tipo de cirugía resulta bas-
tante superior a la de la cirugía torácica convencional(11), ya que, por un lado, la cirugía endo-
traqueobronquial resulta bastante reflexógena, y, por otro, se carece del complemento inhala-
torio. Así, en nuestra experiencia, la dosis media de propofol oscila entre 8 y 12 mg/kg/h, fren-
te a los 4-6 mg/kg/h en la cirugía torácica abierta, pudiendo añadir bolos de 25-50 mg.
Administramos dosis intermitentes o en perfusión continua de analgésicos narcóticos (fen-
tanilo o alfentanilo), según preferencias. (Solemos administrar bolos de 50-100 µg de fentanilo
o perfusión continua de alrededor de 1 µg/kg/min de alfentanilo).
Las perfusiones suelen irse reduciendo en un 25% a partir de la mitad de la duración esti-
mada de la intervención, para descender a una perfusión residual en los últimos 15 minu-
tos.
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Técnica anestésica
- Base endovenosa
- Hipnosis: Propofol, perf. cont. 8-12 mg/kg/h
Con bolos adicionales, 25-50 mg.
- Analgesia: Fentanilo, alfentanilo, p.c.o intermitente
(fentanilo, bolos de 50-100 µg; alfentanilo, p.c. 1 µg/kg/min.)
- Relajación: No despolarizante de acción corta y rápida (vecuronio,
atracurio)
Vecuronio, 0,1 mg/kg inicial, y sucesivas de 2 mg.
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- Protección vegetativa
- Protección frente a actividad refleja (lidocaína, betabloqueantes de acción rápida: esmolol,
bolos de 0,5-1 mg/kg, o perf. cont. de 150 µg/kg/min.)
- Control hemodinámico
- ECG., T. art. cruenta. Considerar PCP en casos determinados.
- Control ventilatorio
- Pulsioximetría, capnografía (cuando sea posible), gasometrías arteriales
- Vigilancia ventilatoria específica:
- Vigilancia del atrapamiento
- Despistaje de barotrauma (neumotórax a tensión)
ción de este tipo de cirugía es a veces poco anticipable, y, por otra parte, es especialmente desea-
ble poder conseguir la ventilación espontánea lo más pronto posible al finalizar la misma.
Preferentemente utilizamos vecuronio, con una dosis inicial de 0,l mg/kg, y dosis sucesivas de
2 mg, según monitorización de la relajación.
La reversión del bloqueo neuromuscular con anticolinesterasas resulta frecuentemente inne-
cesaria con una técnica un tanto restrictiva en relajantes. Con ello evitamos una cierta hiperse-
creción que ya está favorecida por la irritación e inflamación mucosa, y el aumento del tono
bronquial que puede originar la acción vagal de las mismas. En todo caso, si se consideran nece-
sarias, debe utilizarse atropina para reducir estos efectos colaterales, salvo que la presencia de
taquicardia contraindique su administración.
El objetivo de conseguir la ventilación espontánea al finalizar la intervención está justifica-
do, fundamentalmente, para evitar tener que proceder a una indeseable intubación sobre la zona
recién tratada.
En los pacientes con traqueotomía previa, al finalizar la fotorresección suele procederse a la
colocación de un tubo de Montgomery, que sirve de soporte a la tráquea, y alrededor del cual
ésta epiteliza, y además mantiene asegurada una posibilidad de ventilación a través del extre-
mo en T abierto al exterior. Este sistema permite, además, una adaptación progresiva de la ven-
tilación a la vía natural, a medida que se va reduciendo la inflamación de la región subglótica,
hasta conseguir mantener cerrado permanentemente el extremo externo en T.
Al finalizar la intervención, la retirada del broncoscopio supone la pérdida de la vía a tra-
vés de la que se ha estado realizando la ventilación, hasta los momentos previos a la colocación
del tubo de Montgomery, y, si el paciente aún no ha recuperado su ventilación espontánea, hay
que optar entre 3 posibilidades:
a. Ventilación con mascarilla facial, ocluyendo el extremo exterior del tubo de Montgomery.
Este método puede presentar la dificultad esperable para una ventilación a través de unas
estructuras glóticas y subglóticas edematosas, con aumento de la resistencia al paso del aire,
posibilidad de insuflación gástrica con riesgo de regurgitación, e inseguridad en la eficacia
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Figura 3. Esquema de ventilación a través del tubo de Montgomery mediante catéter Fogarty.
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Figura 4. Esquema de ventilación utilizando catéter tipo “oxycath” a través de tubo de Montgomery, uña o cánula.
En nuestro Servicio, desde que ideamos este procedimiento, disponemos siempre de un sis-
tema de conexión con el Fogarty, empaquetado con el material de la intervención, para su
uso habitual (Tabla VI).
c. Ventilación con “Jet” a través del catéter tipo “Oxycath”, introducido por el tubo de
Montgomery o, en su caso, a través de una “uña”(tubo corto que sólo abarca el estoma tra-
queal), en dirección distal dentro de la tráquea, permitiendo una ventilación de asistencia
mientras se va recuperando la actividad espontánea del paciente (Figura 4).
Este método nos parece preferible al de mantener la ventilación “Jet” a través del broncos-
copio rígido, ya que su permanencia dentro de las vías aéreas superiores hasta una posición
justo por encima del traqueostoma resulta traumática y reflexógena, siendo mal tolerada
por el paciente que se está despertando.
Es frecuente que los pacientes con estenosis inflamatorias de la tráquea estén recibiendo cor-
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- Medidas complementarias
- Corticoterapia
- Profilaxis antibiótica
- Fisioterapia respiratoria
- Fluidificación y humectación
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