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Nathan Busenitz - Una Unión Poco Común
Nathan Busenitz - Una Unión Poco Común
de Jonathan Edwards
Irónicamente, el tema de mis dos mensajes nacieron el mismo año – 1703.. En un cambio del enfoque
inicial de mi último post, no tengo absolutamente ninguna reserva en alabar la vida y el matrimonio de
Jonathan Edwards. No exagero el caso, pero si tuviera que hacer una lista de los Top 5 de teólogos que han
tenido el mayor impacto en mis creencias, no hay absolutamente ninguna duda que Edwards se incluiría
(tal vez en el # 1).
Sin embargo, no estoy de acuerdo con Jonathan Edwards en todos los asuntos de la vida y la teología. Lo
más notable es su perspectiva sobre el bautismo y la escatología son los puntos de desacuerdo.
Pero, de nuevo, mi vida y la teología se ha visto muy moldeada por el pensamiento Edwardiano. Sus ideas
sobre la grandeza y soberanía de Dios era algo para ser sorprendido. Muchas personas que tienen un
conocimiento elemental de Edwards como una figura histórica del Primer Gran Avivamiento piensan en él
como alguien que predicaba el fuego y azufre del infierno – caracterizado por su sermón “Pecadores en las
Manos de un Dios Airado.” Esta caricatura y unidimensional perspectiva de Edwards es algo para estar
afligido. Edwards era mucho más.
Uno de los resultados directos de la perspectiva de Edwards sobre Dios era su punto de vista sobre el
matrimonio. Si su matrimonio se supone que reflejaba el carácter y la bondad de Dios, Edwards sabía que
debía valorar altamente sus votos matrimoniales.
Por todas los relatos, Jonathan y Sara eran muy diferentes entre sí.
Sarah provenía de una familia muy respetada. Por lo tanto, fueron capaces de darle la mejor educación –
para una mujer en ese día. En casi todos los relatos de alguien que había visitado la casa de los Edwards (y
había un montón de gente que se quedaba con el pastor), se aseguraron de hacer mención de la forma en
que se sentían tan bienvenidos y apreciados por Sarah. David Brainerd, Samuel Hopkins, George
Whitefield mencionaron sus elogios altamente. Su amabilidad era contagiosa. La gente naturalmente era
atraída a su carácter dulce y temperamento cálido. Desafortunadamente, Jonathan no tenía las habilidades
sociales que su esposa tenía. Él se retiraba normalmente y se reservaba de las actividades sociales. Sería
justo decir que era un poco incómodo.
Sin embargo, a pesar de que los dos eran diferentes, había algo – muy importante – que compartían en
común entre sí.
Hace unos años, tuve el gran privilegio de ser el mejor hombre en la boda de mi amigo. En un momento de
humildad, me dijo algo ante mi amiga y su familia en la cena de ensayo. Testifiqué que fui animado de que
él no estaba realmente en busca de la mujer “correcta” (!).La mayoría de la gente le dirá que “encuentre a la
mujer adecuada.” La atención se centra siempre hacia afuera. Pero en vez de buscar a la mujer adecuada,
¡se debe estar enfocado en convertirse en el hombre adecuado!
Sin embargo, su objetivo no era realmente hacia fuera. Fue hacia el interior. Como cualquier profesor de
jardín de niños le dirá – la única cosa que usted puede controlar son sus acciones, no las de nadie más. En
lugar de ser una persona que comprueba el carácter de otras personas, compruébese a sí mismo! ¿Ama a
Dios más que nada?
Sin duda, el matrimonio de uno debe ser la relación más importante que uno tiene en la tierra. Pero esa
relación es penúltima, no definitiva. Hay una relación que debe tomar la primacía – la relación de uno con
Dios. El punto que quiero señalar es este – con el fin de “encontrar a la mujer adecuada,” debe dejar que
Dios ponga a esa persona en su vida. No lo fuerce. Dios nunca se equivoca. ¡Nosotros sí! ¡Todo el tiempo!
Céntrese en amar a Dios, y SI El decide bendecirlo con una esposa, alábelo por ello.
“Ellos dicen que hay una señorita en New Haven, que es amada de ese Gran
Ser que creó y gobierna el mundo, y que hay ciertas épocas del año en que
este Gran Ser, de alguna manera u otra invisible, viene a ella y llena su mente
con gran dulce placer, y que casi no se preocupa por nada, sino en meditar en
El esperando que después de un tiempo sea recibida arriba donde Él está, ser
resucitada de entre el mundo y ser arrebatada al cielo, estando segura que Él
la ama demasiado como para dejarla lejos de El siempre. Allí ella ha de morar
con él, y ser cautiva de su amor y gozo para siempre.
Por lo tanto, si usted presenta a todo el mundo ante ella, con el más rico de los tesoros, ella lo ignorará y no
se preocupará por ello, y descuidará cualquier dolor o aflicción. Ella tiene una dulzura extraña en su mente,
y una pureza singular en sus afectos, es más justa y nada mala o pecaminosa, si se le diera todo el mundo,
temerá ofender a este gran ser. Ella es maravillosa dulzura, serenidad y benevolencia universal de mente. A
veces se van de un lugar a otro, cantando dulcemente, y parece estar siempre llena de alegría y placer, y
nadie sabe por qué. A ella le encanta estar sola, andando en los campos y arboledas, y parece que alguien
invisible siempre está conversando con ella.
En primer lugar, la relación de Sarah con Dios era tan dinámica que la gente lo sabía. Su espiritualidad se
advirtió – no por una actitud farisaica de orar en las calles – sino era un espíritu reservado, piadoso que no
le importaba lo que el mundo podía ofrecerle (1 Juan 2:15). Por encima de todo, tenía un hambre profunda
de Dios. Al parecer, su relación era tan vibrante que era como si hubiera “alguien invisible siempre
conversando con ella.”
Casi todo el mundo sabe acerca de la relación de Edwards con Dios a través de sus escritos, así que no
pasamos mucho tiempo en ello, pero basta con decir – Edwards amaba profundamente a Dios y
constantemente pensaba en El. Al igual que mi amigo y su esposa, su amor por Dios fue buscado de forma
individual, y cuando las dos llamas se juntan, su amor se unió en una hoguera enorme de amor a Dios.
En segundo lugar, Jonathan la observó. No de una manera espeluznante, pero de una manera de poder
conocer su fibra moral. ¿En que realmente tenía interés esta persona? A diferencia de Wesley, Jonathan
observó a Sarah muy de cerca mientras él estaba interesado en ella. Su noviazgo no fue de 16 días. Se
conocían desde hace años antes de pensar en casarse. Estudió cuidadosamente su reputación y
personalidad. Él estaba interesado en su ser interior.
Lo que muchos no mencionan al observar esta gran hazaña de estudio es que se preocupó en pasar tiempo
con su esposa de manera intencional y diariamente. Iban a pasear o montar a caballo mientras hablaban
acerca de la vida y de Dios.
Aunque Edwards – como Wesley – se preocupaba mucho de su ministerio, él no descuidó sus deberes
familiares a su cargo. Deseando centrar todo su tiempo en su ministerio y descuidar sus obligaciones
familiares en realidad tuvo el efecto inverso de Wesley – dañó mucho su ministerio. Trabajar duro en el
ministerio y trabajar aún más duro en el matrimonio, proveyó a Edwards un impulso a su ministerio que
fue una bendición enorme.
Edwards amaba profundamente a su esposa y respetó sus deberes para con ella. ¿Siente lo mismo acerca
de su matrimonio?