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HISTORIA

El niño ha sido y sigue siendo objeto de trato muy distinto por parte de la sociedad.
Los malos tratos a los niños han existido en todas las culturas y épocas, como lo
prueban multitud de datos recogidos en el arte, las letras, etc. a lo largo de la historia
(Lachica, 1996). En los párrafos siguientes citaremos algunos ejemplos.

En Tiro y Sidón los niños eran sacrificados para calmar la ira de los dioses. En la
cultura azteca se realizaban ofrendas de corazones de niños para satisfacer los deseos
del dios Sol.

En Atenas, cada recién nacido era sometido al juicio de la Asamblea de Ancianos. Si le


juzgaban útil, respetaban su vida, si era débil o deforme, era arrojado desde el monte
Taijeto a sus simas Baratro y Apotetes para alimento de las fieras.

La Ley de la Patria Potestad romana daba derecho al padre a vender como esclavo,
matar o incluso devorar a su hijo. El infanticidio era una práctica legal en Roma que
incluso recibió la aprobación de filósofos como Séneca.

En Egipto cada año se ahogaba en el Nilo una jovencita para que el río fertilizase las
tierras. Ritos de fertilización semejantes eran también practicados en China, India,
Méjico y Perú.

La superstición ha sido también origen de malos tratos, existiendo la creencia de que


el sacrificio de niños pequeños beneficiaba a la mujer estéril, curaba enfermedades y
confería salud, vigor y juventud. Las madres eran alimentadas con carne de niños para
conseguir una descendencia fuerte y saludable.

Para asegurar la estabilidad y duración de edificios importantes, algunas veces se


enterraban niños bajo sus cimientos.

Históricamente la sociedad siguió sin preocuparse por los abusos. Cuando los hijos no
habían sido deseados, la mortalidad alcanzaba elevadas cuotas. En algunas tribus
papúes de Nueva Guinea, el infanticidio sigue siendo un método aceptado de
planificación familiar, donde una mujer que tenga tres hijos está obligada a matar
todos los que alumbre a continuación inmediatamente después de su nacimiento.

El deshonor de dar a luz a un niño ilegítimo ha sido otra importante causa de


infanticidio. Así en el Londres del siglo XIX, por ejemplo, perecían un 80% de los hijos
ilegítimos que habían sido encomendados a nodrizas sin escrúpulos que eran las
encargadas de desembarazarse de los lactantes. De la misma forma, cuando podían
obtenerse ganancias, los adultos vendían a los niños como esclavos o los explotaban
como mano de obra barata. Ello no quiere decir que no hubiese padres que atendieran
debidamente a sus hijos, pero criterios muy difundidos aprobaban multitud de
prácticas que calificaríamos actualmente como de trato abusivo hacia el niño.

Igualmente, la mutilación de niños como hábito se remonta a lejanas edades. En China


se realizaba el vendaje de los pies de las niñas con fines cosméticos, siendo una
práctica que ha perdurado casi hasta nuestros días. La deformación craneal es otro
tipo de mutilación practicada en diversas partes del mundo con fines igualmente
estéticos.
Otra curiosa operación, la uvulectomía, fue practicada durante muchas generaciones
entre los bereberes del norte de Marruecos inmediatamente después del nacimiento
con la finalidad de "facilitar la alimentación y asegurar una buena salud a lo largo de la
vida".

La mutilación sexual femenina (infibulación o circuncisión faraónica) se realiza en la


actualidad en 26 países africanos, afectando aproximadamente a 74 millones de
mujeres. Operación que supone unas graves consecuencias psicológicas además de,
por supuesto, físicas.

El síndrome del niño golpeado fue descrito por primera vez en 1860 por Augusto
Ambrosio Tardieu, catedrático de Medicina Legal en París, basándose en los hallazgos
obtenidos en las autopsias de 32 niños golpeados o quemados hasta producirles la
muerte. En el mismo año, Athol Johnson, del "Hospital for Sick Children" de Londres,
llamó la atención sobre la frecuencia de fracturas múltiples en los niños,
atribuyéndolas al raquitismo que por aquella época estaba muy generalizado entre la
población de Londres. Actualmente podríamos afirmar que muchos de los casos
descritos por él eran, en realidad, niños maltratados. No obstante, la teoría del
raquitismo prevaleció hasta bien entrado el siglo XX.

Tuvo que pasar bastante tiempo hasta que John Caffey (en 1946) y Frederic Silverman
(en 1953) informaran sobre sus primeras observaciones relativas a la, hasta entonces
no explicada, asociación de hematomas subdurales y alteraciones radiológicas
anormales en los huesos largos.

En 1959 Henry Kempe introdujo en la "Sociedad Americana de Pediatría" el término


"Battered Child Syndrome", siendo publicada en 1962 la descripción completa del
cuadro, presentando los aspectos pediátricos, psiquiátricos, radiológicos y legales, así
como las primeras cifras de incidencia correspondientes a los Estados Unidos (Kempe y
col., 1962).

A partir de estas fechas, millares de artículos y docenas de libros han contribuido en


gran medida al conocimiento del abandono y los malos tratos del niño. La O.M.S. ha
aconsejado continuar con su estudio al objeto de poder dar pautas diagnósticas claras
y eficaces. No obstante y pese a que en los últimos años ha pasado a ser un síndrome
de observación cada vez más frecuente, son confusos los límites para el diagnóstico
diferencial, por lo que únicamente salen a la luz los casos más llamativos.

http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-76062010000100007

La agresión física al niño siempre ha existido, sin embargo en 1960 un grupo de


médicos llamó la atención sobre una serie de manifestaciones clínicas y
radiológicas, que con el tiempo permitieron integrar lo que Kempe llamó
"Síndrome del Niño Golpeado o Maltratado"
El síndrome del niño maltratado es una entidad causada por una psicopatología
familiar que hace víctima al niño en la época de su vida cuando se encuentra
más indefenso, aprovechándose de su capacidad para canalizar hacia él una
agresión largamente reprimida.

Sin embargo, en México, los estudios realizados sobre este tema son escasos y
más aún las publicaciones.

En contra de lo que pudiera pensarse, el castigo físico como medio de control


sobre los hijos sigue siendo el patrón disciplinario y correctivo predominante en
nuestra cultura, y por ello, algo que fácilmente puede caer en el exceso.

La mayoría de las agresiones físicas ocurren en el hogar, y al menos en nuestro


medio el agresor identificado o altamente probable resulta ser, con mayor
frecuencia, la madre.

Mucho se ha considerado en relación con las características de los padres


abusadores y se han propuesto como predisponentes el factor socioeconómico,
haber sido golpeado cuando niños, la autodevaluación, el aislamiento social,
desconfianza para con el medio y la facilidad de expresión de los impulsos
agresivos; además, pueden ser incluidos en cualesquiera de los patrones de
personalidad los siguientes: crónicamente agresivos, compulsivos y de tipología
pasivo dependiente. Tienen en común que la mayoría fueron educados en un
ambiente de privación social, poseen una estimación inexacta de las actividades
de sus hijos y padecen un defecto de carácter que les permite expresar su
agresividad con anormal facilidad.

Principales causas de maltrato a niños:


Medidas disciplinarias 63%
Sujetos con alteraciones de personalidad 59%
Sujetos con trastornos de conducta 46%
Rechazo por la familia 34%
Negligencia 34%
Agresor identificado en el maltrato al niño por el hospital de pediatría en 19
casos:
Madre 58%
Padre 25%
Padrastros 11%
Otros 5%
http://www.facmed.unam.mx/_gaceta/gaceta/sep2595/nino.html#:~:text=La
%20agresi%C3%B3n%20f%C3%ADsica%20al%20ni%C3%B1o,del%20Ni%C3%B1o
%20Golpeado%20o%20Maltratado%22.

Epidemiología del Abuso Sexual Infantil


El abuso sexual infantil no es un problema reciente. A lo largo de la historia se ha
manifestado. Los malos tratos a la infancia son una constante histórica, que se
producen en todas las culturas y sociedades y en cualquier estrato social (Casado
Flores, Díaz Huertas y Martínez González, 1997; WalKer, Bonner y Kaufman,
1988). No se trata de hechos aislados sino de un problema universal y complejo,
resultante de una interacción de factores individuales, familiares, sociales y
culturales (Ingles, 1991; Echebúrua Odriozola y Guerricaechevarria, 2005).
El abuso sexual infantil es un problema frecuente en todas las sociedades y
culturas. Sus efectos negativos muestran la gravedad e ilustran las necesidades
profesionales de un mayor conocimiento al respecto. La incidencia y prevalencia
del abuso sexual infantil como conceptos estadísticos usados en epidemiología
aportan la distribución y evolución de la problemática en la población.
Se entiende por incidencia el número de casos denunciados o detectados por
autoridades oficiales en un período determinado, habitualmente en un año
(Runyan, 1998; Wynkoop, Capps y Priest, 1995). La incidencia es número de casos
⁶nuevos que han aparecido en un determinado período de tiempo (Bringiotti, 2006)
El abuso ocurrió fuera de casa, involucraba penetración y sucedió más de una vez.
Las secuelas fundamentales fueron estrés psicológico, abuso de sustancias y
problemas en la esfera de la sexualidad. Y concluyeron, como resumen que el
abuso sexual a chicos es común, pero no informado, no conocido y no tratado.
Sustentaron que el abuso sexual infantil es una patología muy frecuente, puesto
que tiene una incidencia anual de 0,5 casos por 1.000 niños, y una prevalencia
durante la etapa de 0 a 18 años de uno de cada seis chicos y una de cada cuatro
chicas. Además destacaron que el abuso muchas veces no sale a la luz, debido al
sometimiento del niño y a que no deja lesiones, o a que cuando acude al médico éstas han curado, o
a que son de difícil diagnóstico.
En un estudio danés Riis, Bodelsen y Knudsen (1998) encontraron una incidencia
en 1993 de 300 casos de violencia infantil, de los que 55 eran abuso sexual, en una
población de 111.000 niños de 0 a 17 años, lo que supone una incidencia anual de nuevos casos del
0,5%.

EN COLOMBIA

Somos un país que no está exento de sufrir maltrato y abuso de todo tipo a
menores de edad, siempre ha existido solo que, por los prejuicios, una cultura
violenta, el temor de estos niños frente a sus agresores, que muchas veces suelen
ser “sus padres o familiares “este “monstruo” por decirlo así, siempre ha estado allí
solo que, en las sombras, de algunos años para acá esta situación se ha
sucintado un despertar
Gracias a que, de sociedad, y la liberación femenina, acompañada de un cambio
en la mentalidad de estas el “monstruo del maltrato, el abuso y violencia contra
menores, y las tragedias que has sufrido estas familias, gracias a la represión del
país y la cultura violenta en que se han desenvuelto
Pero gracias a esa pérdida del miedo y por el apoyo reciente que han recibido de
parte del gobierno, por medio de las leyes que acobijan a los menores y distintas
instituciones especializadas, pese a las altas cifras que se registran de estos
casos el gobierno alza una voz de ayuda para que la población en conjunto pueda
llegar a erradicar por completo
Las cifras que encontramos cada año son alarmantes en el 2018 llegan ser
denuncias llegó a 22.78, Es decir que cada día 62 niños y jóvenes entre los 0 y los
17 años, fueron abusados. Las niñas llevaron la peor parte. Representan cerca de
85, 5 por ciento de las denuncias (22.304) (34)
Entre enero y marzo de 2019, ya van 6010 denuncias de violencia sexual contra
menores, siendo los niños entre los 10 y los 14 años los más afectados por
abusos. En total 4.514, de los cuales, 3830 eran niñas y 684 niños (34).
Diagnóstico diferencial 

Existen una serie de lesiones producidas por maltrato y muchas enfermedades


con las que se puede hacer un diagnóstico diferencial, En estas podemos
encontrar: 

Enfermedades óseas que cursan con fracturas múltiples u


osteoporosis: osteogénesis imperfecta,  
 Raquitismo. 
 Hipofosfatasia. 
 Leucemia.  
 Neuroblastoma. 
 Osteomielitis.  
 Insensibilidad congénita al dolor (33). 
Enfermedades óseas con alteraciones metafisarias:  
 Enfermedad de Menkes.  
 Escorbuto, lúes congénita. 
 Traumatismo obstétrico (33). 
Enfermedades óseas de reacción perióstica: 
  Lúes y escorbuto. 
  Hiperostosis cortical infantil.  
  Osteoma osteoide. 
  Leucemia.  
  Neuroblastoma metastásico.  
  Enfermedades con vulvovaginitis o hemorragia genital (33).  
Congénitas:  
 Hemangioma congénito. 
 Bandas periuretrales.  
 Malformaciones de genitales. 
 Diástasis del ano. 
 Variación del músculo bulbocavernoso. 
 Carúnculas uretrales. 
 Prolapso (33). 
Dermatológicas:  
 Liquen escleroatrófico. 
 Irritación por jabón.  
 Productos o ropas (33). 
 Infecciosas:  
 Infección estreptocócica. 
 Infección por otros agentes. 
 Vulvovaginitis hemorrágica por Shigella. 
 Dermatitis por Cándida albicans. (33). 
Otras: 
 Enfermedad de Crohn. 
 Síndrome hemorragíparo. 
 Lesión baja de médula espinal.  
 Constipación crónica. 
 Hemorroides. (33) 
 
En casos de maltrato, pueden aparecer algunas manifestaciones de
enfermedades producidas por hematomas y sangrado, tales como hemofilia,
púrpura trombocitopénica idiopática, síndrome de Ehlers-Danlos, leucosis (33). 
En otros casos, se diagnostica obstrucción duodenal en niños cuando, lo que
en realidad sufren son las consecuencias de golpes en el abdomen. Además,
algunas enfermedades dermatológicas que causan lesiones cutáneas de tipo
traumático son importantes en el diagnóstico diferencial; como lo son la
necrólisis epidérmica tóxica, vasculitis por hipersensibilidad, eritema multiforme
(33).  
En algunos trastornos neurológicos, se pueden cometer errores al diagnosticar el
abuso. este es el caso de las alineaciones sensoriales que se producen en niños
con patologías como mielomeningocele, paraplejía y con indiferencia congénita al
dolor. En estos niños todas las condiciones causan la pérdida de la sensación del
dolor lo cual provoca una mayor susceptibilidad a los traumas, que, a su vez
pasan por desapercibido (33).  
Finalmente, conviene tener en cuenta los casos de automutilación que se
producen en niños que padecen determinadas psicopatías. Entre los diagnósticos
diferenciales más importantes se encuentran los accidentes, que pueden
ocasionar cualquier lesión (hematomas, heridas, fracturas, quemaduras), pero con
características distintas al trauma causado por el maltrato (33).
Diagnóstico diferencial
El artículo divide el abuso infantil en dos grandes grupos: abuso físico y abuso
sexual. Diagnóstico diferencial del abuso físico. Incluye las Dos lesiones típicas del
abuso físico: las lesiones cutáneas, las fracturas, que generalmente asocia
hematoma subdural.
Lesiones cutáneas
 Traumatismo accidental: Por traumatismo accidental: aunque los
"hematomas" son lesiones típicas en los niños, su frecuencia aumenta
exponencialmente después del inicio de la deambulación, siendo poco
común antes.
 Alteraciones de la coagulación: Las coagulopatías más frecuentes en este
sentido son la hemofilia y la enfermedad de Von Willebrand, y conviene
descartarlas antes de establecer un diagnóstico firme de maltrato infantil.
 Alteraciones del colágeno: pueden ser adquiridas (deficiencia de vitamina
C, por ejemplo) o congénitas. Estos últimos incluyen el SED y el OI. El SED
es una colagenopatía que generalmente se presenta a una edad más
avanzada, pero que en ocasiones se presenta precozmente y comienza en
los escolares con alteraciones cutáneas. El SED per se no se asocia a
fracturas, sin embargo, recientemente se ha descrito una combinación de
SED y IE que puede presentarlas.

Fracturas

 Traumatismo obstétrico: Los huesos más afectados por el traumatismo


obstétrico son la clavícula y el cráneo, sin embargo, los arcos costales (una
de las lesiones clave en traumatismos no accidentales) también pueden
verse afectados. El dato más importante para realizar el diagnóstico
diferencial es que el traumatismo obstétrico debe estar en fase de
cicatrización a los 10 días del parto, inicialmente a través de la formación
del hueso subperióstico, seguido del callo de la fractura.
 Osteopatía del prematuro: su origen es multifactorial y es la causa de
fracturas en aproximadamente el 2% de los prematuros, aumentando el
riesgo de las mismas a menor edad gestacional y menor peso al nacer.
Dado que la presentación suele ser la de múltiples fracturas costales y
diafisarias, es difícil distinguirlas de los traumatismos no accidentales,
especialmente si ocurren después del alta del lactante.
 Raquitismo: Es osteomalacia y calcificación endocondral reducida como
resultado de una deficiencia de vitamina D. Los hallazgos radiológicos y
analíticos del raquitismo son característicos, lo que contribuye a que el
patrón de las fracturas no sea típico del abuso asociado.
Diagnóstico diferencial de abuso sexual: incluyen las alteraciones
dermatológicas de la región genital y anal, así como el diagnóstico
diferencial de la conducta hipersexual propia del niño maltratado,
incluyendo encefalitis anti-receptora NMDA y síndrome de Klüver Bucy,
caracterizado por agnosia visual, hiperoralidad, hipermetamorfosis, placidez
e hipersexualidad, lo que obliga a descartar lesiones en el lóbulo temporal.

Christian CW, States LJ. Medical Mimics of Child Abuse. AJR. 2017; 208: 982-990.

http://dx.doi.org/10.2214/AJR.16.17450

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