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Abstract
Carlos R. Cagnoli
Lic. en Administración Pública
Introducción
La realidad que este es un tema de larga data, cuya regulación -junto con la
administración del patrimonio del Estado- quedó fuera de la Ley de Administración
Financiera N° 24156, aunque en el proyecto original se preveía incluirlos.
Por tal motivo, y aunque existieron numerosos proyectos de ley que nunca se trataron,
las contrataciones del Estado siguen siendo una cuenta pendiente con la ciudadanía,
desperdiciándose millones de pesos al año y creando nichos de corrupción de un lado y
del otro del mostrador. El Estado en Argentina, al igual que en la mayoría de los países
latinoamericanos, es el mayor comprador del mercado, pero un mal comprador y peor
negociador.
A mi entender podemos encontrar numerosas deficiencias que hacen que el Estado sea
no solo mal comprador sino que facilite en algunos casos la connivencia de los
proveedores entre sí y/o con el Estado.
Deficiencias normativas
Una de las mayores dificultades con las que se encuentra el personal operativo de
contrataciones, los potenciales proveedores del Estado, y el sistema de control, es la
dispersión normativa que tiene el actual régimen de contrataciones.
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Debemos recordar que dicho régimen no fue fruto de la labor legislativa de nuestro
Congreso, sino de la necesidad del ejecutivo de adecuarlo al pensamiento privado -al
amparo de las políticas neoliberales-, teniendo por modelo los manuales de
contrataciones de los organismos internacionales.
Así luego de una década de idas y venidas, finalmente por Decreto N° 436/00 (actual Dto
N° 1030/2016) se sancionó el “reglamento de contrataciones”, y un año después por
Decreto de delegación legislativa N° 1023/2001 se sancionó el “régimen de
contrataciones”, o sea que por efecto inverso la norma dio a luz primero la
reglamentación y luego la ley.
Con esta nueva normativa se pasó de un régimen único que alcanzaba a “todos” los
organismos del Estado (Decreto N° 5720/72), a un régimen que podríamos denominar
“multinorma”:
b) El resto de los organismos (empresas, sociedades del Estado, entes públicos excluidos
de la Administración Nacional –AFIP, INCAA, PAMI, Obras sociales, etc-) al amparo del
Decreto N° 1023/01, sancionan sus propios regímenes de contrataciones.
Si bien debemos decir que no estaría mal que un organismo ante su especificidad propia
(por ejemplo el INVAP) tuviere un régimen distinto, el tema es que existe una
multiplicidad de regímenes similares para contrataciones similares (que contrata diferente
el AFIP del Ministerio de Economía, o el PAMI del Ministerio de Salud o del ANMAT?).
Deficiencias tecnológicas
En los últimos años el rediseño de las páginas web del Estado, junto al traslado del
sistema informático de la Oficina Nacional de Contrataciones, del ámbito del Ministerio de
Economía al de la Jefatura de Gabinete de Ministros, trajo aparejado una reducción de
sus capacidades institucionales, entre las cuales podemos encontrar:
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sistema electrónico, y bajo nivel de apertura de datos (Craparullo J & Giullitti Oliva M
2018).
c) Con respecto a las páginas web son poco amigables para los proveedores y/o faltos de
información. Podemos observar en https://comprar.gob.ar, https://contratar.gob.ar, y
https://argentina.gob.ar que las páginas carecen de nómina de autoridades, direcciones,
mails o teléfonos de contacto. Asimismo el contacto se realiza a través de “tickets de
consulta” convirtiéndose en algo absolutamente impersonal,
Deficiencias Operativas
Las Oficinas de Contrataciones son áreas sensibles y con un marco normativo complejo.
Si bien mi experiencia en el Estado me permite reconocer que existe en muchos
organismos estatales agentes honestos y bien preparados en las áreas de compras y
contrataciones, estos deben luchar con numerosas deficiencias que alcanzan al sector
público en general:
a) Las áreas son conducidas por cuadros políticos, muchas veces sin experiencia, en los
que prima la lealtad política y no la capacidad. Podemos observar en Boletín Oficial que
casi la totalidad de los nombramientos en cargos ejecutivos son transitorios por 180 días
y por excepción a los requisitos básicos para el cargo. En el caso de los sobreprecios en el
Ministerio de Desarrollo Social en el año 2020, la lealtad política quedó clara cuando al
pedirle la renuncia a un Secretario de Estado, renunciaron 15 funcionarios junto con él.
e) Asimismo debemos decir que cuando una empresa, a pesar de cotizar continuamente
sobreprecios por fuera del mercado o realizar entregas de mala calidad, se convierte en
proveedora “habitual” de un organismo, indudablemente alguien está incumpliendo sus
deberes de funcionario público existiendo connivencia de la administración con los
proveedores.
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para la atención de contrataciones, o capacidad para pagar una consultora que gestione
las contrataciones en su nombre.
c) A veces se presentan empresas que cotizan bajo y luego desisten su oferta con pérdida
de la garantía presentada, vendiéndole el contrato a la empresa que sigue, recayendo así
la adjudicación en precios sustancialmente más altos,
e) En estas prácticas espúreas tampoco falta la extorsión a proveedores chicos para que
no coticen o para imponerles un precio mínimo.
Deficiencias en el control
a) Hasta los años 90 cada organismo tenía una delegación del Tribunal de Cuentas. Todas
las contrataciones, antes de su adjudicación, debían pasar por dicha oficina para evaluar
la legalidad de los procedimientos y de encontrar irregularidades las actuaciones eran
devueltas con un dictamen vinculante. El examen era ex ante, prevenía las
consecuencias. Con la disolución del Tribunal de Cuentas pasamos el control ex post, o
sea que se controla después que el daño ya está hecho.
c) Hasta el año 90 las normas generales de control aconsejaban que quienes tenían bajo
su responsabilidad el proceso de compras, no debían intervenir en la selección de ofertas
y/o la recepción de los bienes. A partir del nuevo régimen en muchos organismos esta
premisa quedó sin efecto.
Conclusión
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El sistema de contrataciones es el medio por el cual el Estado adquiere bienes y servicios
para el mantenimiento de las entidades estatales sino también para el cumplimiento de
sus objetivos.
Por lo tanto cada uno de esos bienes y servicios debe tener un fin público, no solo porque
quien lo financia es el ciudadano sino también porque el destinatario final es el
ciudadano. Tanto la corrupción como las deficiencias en las contrataciones se pagan con
la merma de bienes y servicios a la comunidad (alimentos, insumos hospitalarios, etc)
a) Sanción de una norma única superadora por ley, que alcance a todos los organismos
del Estado,
b) Diseño de un sistema informático eficiente y amigable, que incorpore a todos los
organismos y permita producir datos abiertos a la ciudadanía,
c) Dotar a las Oficinas de Contrataciones de profesionales permanentes, capacitados y
bien remunerados,
d) Establecimiento un sistema de control preventivo (ex ante) de las contrataciones,
como así también volver a los controles por instancias sucesivas,
e) Establecimiento de un sistema de control interno en cada organismo que permita
evaluar la efectividad del desempeño de las diferentes áreas (contrataciones,
adjudicaciones, recepción de bienes), previniendo así la connivencia con los proveedores
y permitiendo corregir los desvíos que se produzcan,
f) Participación ciudadana en el control de las contrataciones.
Bibliografía
Craparullo J & Giullitti Oliva M (2018). Transparencia en las contrataciones públicas del
Sistema Nacional. Buenos Aires, Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia.
Volosin N (2015). Datos abiertos, corrupción y compras públicas. Buenos Aires, Iniciativa
Latinoamericana por los Datos Abiertos.
CV
Carlos R. Cagnoli
Lic. en Administración Pública y Municipal (UNGSM). Posgrado en Control y Gestión de
Políticas Públicas (Flacso). 30 años de trayectoria en diversas jurisdicciones y cargos en la
administración pública. Se interesa en los procesos de reformas del Estado y de la
Administración Pública, publicando numerosas investigaciones, estudios y trabajos. Como
integrante de la Asociación Argentina de Administración Pública se dedica a la
capacitación de funcionarios y agentes del sector público.