0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
35 vistas2 páginas
Los bienes de uso público son aquellos cuyo uso, goce y disfrute pertenece a todos los habitantes de un territorio, como calles y plazas. Están sometidos a derecho público y el Estado garantiza su uso común. Los bienes fiscales pertenecen a entidades estatales y están destinados a funciones públicas o servicios estatales, como terrenos y edificios. A diferencia de los bienes de uso público, el Estado detenta sobre los bienes fiscales el derecho de dominio como sobre bienes privados.
Los bienes de uso público son aquellos cuyo uso, goce y disfrute pertenece a todos los habitantes de un territorio, como calles y plazas. Están sometidos a derecho público y el Estado garantiza su uso común. Los bienes fiscales pertenecen a entidades estatales y están destinados a funciones públicas o servicios estatales, como terrenos y edificios. A diferencia de los bienes de uso público, el Estado detenta sobre los bienes fiscales el derecho de dominio como sobre bienes privados.
Los bienes de uso público son aquellos cuyo uso, goce y disfrute pertenece a todos los habitantes de un territorio, como calles y plazas. Están sometidos a derecho público y el Estado garantiza su uso común. Los bienes fiscales pertenecen a entidades estatales y están destinados a funciones públicas o servicios estatales, como terrenos y edificios. A diferencia de los bienes de uso público, el Estado detenta sobre los bienes fiscales el derecho de dominio como sobre bienes privados.
Después de leer y analizar atentamente la sentencia C-183/03 puedo establecer
que una de las principales diferencias que existe entre los bienes de uso público y bienes fiscales, es que los primeros son aquellos que su uso, goce y disfrute pertenece a todos los habitantes de un Territorio, es decir están destinados al uso común de todos los habitantes como el de las calles, plazas, puentes y caminos; cabe mencionar también que estos bienes están sometidos al régimen de derecho público y sobre ellos el Estado ejerce derechos de administración, con miras a garantizar y proteger su uso y goce común, por motivos de interés general. Así, con la finalidad de proteger dichos bienes, se les ha revestido constitucionalmente a estos bienes de las siguientes características: INALIENABILIDAD: que implica que los mismos se encuentren fuera del comercio y por ende no se pueden negociar (vender, donar, permutar, etcétera), INEMBARGABILIDAD: que constituye la condición que impide que estos bienes puedan ser objeto material de medidas cautelares en procesos judiciales IMPRESCRIPTIBILIDAD: el cual apunta a que no sean susceptibles de adquirir por usucapión. Ahora bien, cuando hablamos de bienes fiscales nos referimos a todos aquellos bienes que pertenecen a una persona jurídica de derecho público de cualquier naturaleza u orden y por regla general están destinados a servir como instrumentos materiales para el ejercicio de funciones públicas o para la prestación de servicios a cargo de las entidades estatales, tales como los terrenos, edificios, fincas, granjas, equipos, enseres, acciones, rentas y bienes del presupuesto, etc., es decir, afectos al desarrollo de su misión y utilizados para sus actividades, o pueden constituir una reserva patrimonial para fines de utilidad común. Su dominio corresponde a la República, pero su uso no pertenece generalmente a los habitantes, de manera que el Estado mismo los posee y los administra en forma similar a como lo hacen los particulares con los bienes de su propiedad. Sin embargo, a diferencia de los anteriores, sobre estos bienes el Estado detenta el derecho de dominio como si se tratase de un bien de propiedad particular, y como rasgos que les distinguen se tiene que su régimen es similar al de la propiedad privada, siendo en todo caso imprescriptibles. Para terminar, se puede establecer que los bienes de uso públicos son todos aquellos bienes que como bien lo dice su nombre son del uso, goce y disfrute de la comunidad mientras que los bienes fiscales tienen la especial función de estar destinados para el servicio material en ejercicio de funciones públicas o bien sea para servicio del estado cuando dicha actividad sea acorde al estado no para uso particular ni disfrute de otras actividades.