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Índice
1 Gobierno del shōgun y los daimyō
2 De la apertura al aislamiento
3 Sociedad
4 Economía
4.1 Fuentes de los ingresos señoriales
4.2 Agricultura
4.3 Comercio, población y vida urbana
5 Desarrollo artístico e intelectual
6 Fin del shogunato
6.1 Declive del shogunato Tokugawa
6.2 Fin del aislamiento
6.3 Modernización del Bakumatsu y sus conflictos
7 Acontecimientos del periodo Edo
8 Referencias
9 Bibliografía
Gobierno del shōgun y los daimyō
La victoria del ejército de Ieyasu sobre los "daimyō" del Oeste en la batalla de
Sekigahara en el año 1600 le dio el dominio casi total sobre Japón. Después de
consolidar su poder mediante la eliminación de sus enemigos y el estricto control
sobre otros daimyo, Ieyasu cedió a su hijo Tokugawa Hidetada el título de "shōgun"
y se nombró a sí mismo "shōgun" retirado en 1605. Los Toyotomi aún eran una amenaza
para su causa, por lo que dedicó toda una década a erradicarlos. En 1615 la
fortaleza de los Toyotomi en Osaka fue destruida por el ejército de Tokugawa.
Los Tokugawa no solo consolidaron su señorío sobre el reunificado Japón, sino que
también gozaban de un poder sin precedentes sobre el emperador, las cortes, los
"daimyō" y las órdenes religiosas. El emperador únicamente daba su aprobación como
última opción en los asuntos políticos del país; sin embargo, los Tokugawa
colaboraron a que la familia imperial recobrara sus días de gloria reconstruyendo
sus palacios y asegurándole el disfrute de nuevas tierras. Para garantizar lazos
estrechos entre el clan imperial y la familia Tokugawa, la nieta de Ieyasu fue
nombrada consorte imperial en 1619.
Se establecieron una serie de códigos legales para regular las propiedades de los
"daimyō". Estos códigos disponían además normas de conducta, matrimonios,
vestimenta, tipo de armas, número de tropas que los "daimyō" podían poseer y
exigían además que los señores feudales residieran en Edo por un año, prohibían la
construcción de barcos transatlánticos, prohibían el cristianismo, restringieron la
posesión de castillos a uno por señorío entre las principales casas. Aunque en la
práctica los "daimyō" no pagaban impuestos, se les imponía regularmente una serie
de contribuciones de tipo militar o logístico, además de contribuciones para
proyectos públicos como construcciones de castillos, caminos, puentes y palacios.
Las aportaciones que recibían no solo fortalecían a los Tokugawa, sino que
debilitaban a los "daimyō" económicamente y por lo tanto disminuían la amenaza de
un levantamiento en contra de la administración central. Los que anteriormente
habían sido feudos militares se transformaron en unidades de administración local.
De la apertura al aislamiento
Hasekura Tsunenaga, un samurái bajo las órdenes del clan Date y primer embajador
oficial de América y Europa en 1615.
Tal como lo hizo Hideyoshi, Ieyasu alentó el comercio con el exterior,1 pero
mantenía recelo ante los extranjeros. Quería hacer de Edo un puerto mayor, pero una
vez que se dio cuenta de que los europeos favorecían a distintos puertos en Kyūshū
y después de conocer la negativa de China a sus planes de intercambio comercial,2
comenzó a controlar el comercio ya existente y solamente permitió que en algunos
puertos se mercadeara, con productos específicos.
El comienzo del periodo Edo coincidió con las últimas décadas del periodo de
comercio Namban, durante el cual se intensificó la interacción con las potencias
europeas en los ámbitos económicos y religiosos.3 Es al comienzo del periodo Edo
cuando Japón comenzó a construir barcos transatlánticos de tipo occidental, tal y
como el barco de guerra japonés “San Juan Bautista”, un galeón de quinientas
toneladas que transportó la embajada japonesa encabezada por Hasekura Tsunenaga al
continente americano y a Europa. Durante este periodo también se comisionaron
trescientos cincuenta Shuinsen (barcos con el sello real), que contaban con tres
mástiles y estaban armados para que comerciaran en Asia.4
Para 1650 el cristianismo había sido erradicado casi en su totalidad además de que
la influencia extranjera en asuntos políticos, económicos y religiosos dentro de
Japón se volvió limitada. Tan solo a China, la Compañía neerlandesa de las Indias
Orientales y por un breve periodo a los ingleses se les permitió visitar Japón
durante este periodo, solo con fines comerciales y con acceso restringido solo al
puerto de Dejima en Nagasaki. Otros europeos que arribaban a costas japonesas eran
ejecutados sin juicio de por medio.
Sociedad
Evolución demográfica (en miles de personas)
Fuera de estas cuatro clases sociales estaban los llamados eta y los hinin, cuyas
profesiones rompían los esquemas del budismo. Los eta eran carniceros, curtidores y
sepultureros. Los hinin servían como guardias o verdugos. Otros grupos excluidos de
las clases sociales incluían los mendigos y las prostitutas.
Los individuos no tenían ningún derecho legal en Japón. La familia era la entidad
legal más pequeña contemplada, por lo que mantener el estatus y privilegios de la
familia tenía una gran importancia a todos los niveles de la sociedad. Por ejemplo,
las leyes penales del período Edo prescribían el “trabajo no libre” (esclavitud) a
la familia inmediata de los criminales ejecutados en el artículo 17 del Gotōke
reijō, pero nunca se estableció su práctica. El Gotōke reijō de 1711 fue la
compilación de estatutos proclamados entre 1597 y 1696.8
Para mediados del siglo XVII, Edo mantenía una población de más de un millón de
habitantes, mientras que Osaka y Kioto tenían más de 400 000. Algunas otras
ciudades castillo tuvieron un crecimiento importante. Japón tuvo una tasa de
crecimiento de prácticamente cero entre las décadas de 1720 y 1820, lo cual es
generalmente atribuido a baja tasa de natalidad como consecuencia de la hambruna,
pero algunos historiadores han presentado diversas teorías como el alto porcentaje
de infanticidios para controlar artificialmente el crecimiento poblacional.12
Economía
Fuentes de los ingresos señoriales
Corredor de arroz en 1820 Japón. Treinta y seis vistas del monte Fuji, de Hokusai.
El país estaba dividido económicamente según su estructura política: una serie de
feudos autónomos de los que el principal era el grupo que formaban los de la
familia Tokugawa y sus allegados.13 Estos controlaban tierras que producían unos
siete millones de koku (cuatro y medio el propio clan shogunal y el resto sus
coligados), aproximadamente la cuarta parte de la producción agrícola nacional.14
En el siglo xvii, los ingresos de los distintos señores provenían fundamentalmente
de los tributos que debían pagar los labradores, en torno al 40 % de la cosecha.13
En 1728 los impuestos subieron notablemente.13 La responsabilidad del pago no era
individual, sino plurifamiliar: la población campesina se agrupaba en conjuntos de
cinco familias, a los que se hacía responsables del pago de cierta cantidad; este
sistema databa del gobierno de Toyotomi Hideyoshi, pero los Tokugawa lo extendieron
a todo el país.15
La hacienda shogunal obtenía además ingresos de las ciudades, que dominaba merced
al nombramiento de sus regidores, a menudo vasallos de confianza de los Tokugawa.15
El sogún obtenía fondos aún mayores de la explotación de las minas.15 La producción
de oro y plata alcanzó su apogeo a finales del siglo xvi y principios del xvii,
gracias a la implantación de métodos traídos de la América española y que
permitieron a Ieyasu contar con suficiente mineral como para prohibir a los daimios
acuñar moneda y reservarse para sí tal actividad.15
Agricultura
Superficie cultivada (en miles de hectáreas)
Otro motor del comercio fue la necesidad de los daimios de comprar oro y plata para
sufragar sus estancias obligatorias en Edo y sus desplazamientos entre este y sus
feudos, a los que les obligaba la ley.24 Dada la necesidad de costear estos gastos
en oro y plata y la prohibición de explotar minas y acuñar moneda, los señores
feudales tenían que adquirir los metales preciosos, vendiendo para ello sus bienes,
fundamentalmente productos agrícolas obtenidos de los impuestos a los labradores.24
Esto supuso otro acicate más para el comercio y para el desarrollo del
transporte.24 El continuo traslado de los señores tuvo como consecuencia la mejora
de la red viaria y de las comunicaciones: se crearon cinco grandes carreteras que
unían Edo con el resto del país, en las que surgió un sistema de hospedajes y
postas que favorecían el tránsito.24 Otro motivo para la multiplicación del
comercio fue la gran demanda de Edo, cuya población se acrecentaba velozmente, pero
que tenía una producción exigua que exigía la llegada de artículos de otras
regiones.10 Hasta el siglo xix, Edo no produjo en cantidades suficientes como para
abastecerse o enviar productos a otras comarcas.10 El centro de distribución de
productos manufacturados y del arroz proveniente de los feudos fue Osaka.10 Entre
un millón y un millón y medio de koku proveniente de los señoríos occidentales del
país se intercambiaba en Osaka.25 Para unir las dos ciudades se extendió la
navegación de cabotaje, pues era más sencillo transportar las mercancías a larga
distancia por mar que por tierra.11 En el siglo xvii se establecieron cuatro rutas
marítimas principales: Osaka-Edo, Kyushu-Osaka, Hokkaidō-Honshū y Tōhoku-Edo.11
El arroz fue la base de la economía, ya que los daimyō recolectaban los impuestos
de los campesinos en especie. Los impuestos podían ser tan elevados como el 40 % de
la cosecha. El arroz era vendido en los mercados Fudasashi de Edo.
Fue durante el periodo Edo que Japón desarrolló un sistema sustentable de gestión
de los bosques.32 El aumento en la demanda de madera para la edificación, la
construcción de barcos y para combustible llevaron a una rápida deforestación que
dio como resultado incendios forestales, inundaciones y erosión del suelo. La
respuesta del shōgun, alrededor del 1666, fue implementar una serie de políticas
que incluían reducir la cantidad de árboles cortados, incrementar el número de
árboles plantados además de que solo los daimyō y el shōgun podían autorizar el uso
de la madera. Para el siglo XVIII Japón desarrolló conocimientos científicos
específicos de silvicultura y forestación.
Dibujos Ukiyo-e comenzaron a producirse a finales del siglo XVII, pero hasta 1764
Harunobu produjo la primera impresión policromática. Diseñadores de la siguiente
generación como Torii Kiyonaga y Utamaro crearon elegantes representaciones de
cortesanos. El estilo de Ukiyo-e cobró una gran importancia durante el siglo XIX e
incluso muchos pintores occidentales como Edgar Degas o Vincent Van Gogh se vieron
influenciados por sus técnicas (véase Japonismo).
A pesar de los esfuerzos para restringir los bienes, el estándar de vida para los
habitantes urbanos y rurales aumentó significativamente durante el periodo, en gran
parte por el periodo de paz que se vivió en esta época.
Un reto importante que tuvo que enfrentar la clase política fue la naciente clase
emprendedora. El ideal gubernamental de una sociedad agraria falló, ya que no era
compatible ni realista con la nueva distribución comercial. Una serie de sequías y
por lo tanto pérdida de cosechas completas dieron como resultado veinte grandes
hambrunas entre 1675 y 1837. El malestar entre los campesinos aumentó y para
finales del siglo XVIII protestas masivas contra impuestos elevados y escasez de
comida se volvieron casi rutinarias. Familias ahora sin hogar se volvieron en
granjeros arrendatarios mientras que los pobres de las zonas rurales se desplazaron
a las ciudades. Como la fortuna de las familias antes acomodadas disminuyó, otros
pudieron acumular más tierras por lo que surgió una nueva clase granjera acomodada.
Las personas que pudieron beneficiarse fueron capaces de diversificar su producción
y contratar empleados, mientras que otros quedaban disgustados. Muchos samurái
pasaron tiempos difíciles e incluso se vieron forzados a producir artesanías o
trabajar a sueldo para comerciantes.
Aunque Japón fue capaz de adquirir y refinar una amplia variedad de conocimientos
científicos, el rápido proceso de industrialización de los países occidentales
durante el siglo XVIII creó por primera vez una gran diferencia en términos de
tecnología y armamento entre Japón y el resto de los países industrializados,
forzando al país a abandonar su política de aislamiento y contribuyendo el fin del
régimen Tokugawa.
Las intrusiones de los occidentales aumentaron en los comienzos del siglo XIX.
Barcos de guerra rusos y comerciantes se establecieron en Karafuto (en la isla de
Sajalín, llamado óblast de Sajalin bajo el control ruso y soviético) y en las islas
Buril, de las cuales las del Sur son consideradas como islas del Norte de Hokkaidō.
Un barco de guerra inglés entró al puerto de Nagasaki buscando enemigos holandeses
en 1808, además de que se incrementó el avistamiento de barcos de guerra y
balleneros en las décadas de 1810 y 1820. Barcos balleneros y mercantes de los
Estados Unidos también llegaron a costas japonesas. Aunque los japoneses hicieron
una serie de pequeñas concesiones y permitieron algunos desembarcos, lo que
intentaban era mantener fuera del país a los extranjeros en su totalidad. El
Rangaku se volvió crucial no solo para entender a los bárbaros “extranjeros”, sino
para valerse por sí mismos sin la ayuda de los occidentales.
Japón rechazó una demanda de los Estados Unidos (que aumentó considerablemente su
presencia en la región Asia-Pacífico en esta época) de establecer relaciones
diplomáticas en julio de 1846 presentada por el Comodoro James Biddle.
El daño resultante a la imagen del bakufu fue importante. Debates sobre las
políticas del gobierno no eran inusuales y habían generado una fuerte crítica en el
bafuku. Masahiro comenzó entonces a buscar el apoyo de nuevos aliados por lo que
realizó distintos consensos con los fudai, los shinpan y los tozama. Con la Reforma
Ansei de 1854-1856 se buscó fortalecer al régimen ordenando la adquisición de
barcos de guerra y armamentos procedentes de Holanda, además de que se comenzó la
construcción de nuevas defensas para los puertos. En 1855, una escuela de
entrenamiento naval con instructores holandeses fue establecida en Nagasaki, una
escuela militar de estilo occidental se estableció en Edo y para el año siguiente
se comenzó la traducción de libros occidentales.
La oposición hacia Masahiro aumentó entre los círculos fudai, los cuales se oponían
a abrir los consejos del bakufu a los daimyō tozama, por lo que fue reemplazado de
su puesto y en 1855 fue nombrado presidente del consejo de Hotta Nariaki. A la
cabeza de la facción disidente se encontraba Tokugawa Nariaki, quien profesaba una
fuerte lealtad al emperador aunada a fuertes sentimientos antioccidentales y quien
había sido nombrado a cargo de la defensa nacional en 1854.
En los años finales del shogunato Tokugawa se incrementaron los contactos con los
extranjeros debido a las concesiones otorgadas en el tratado con los Estados Unidos
en 1859, entre los cuales se incluía que se abrieran más puertos para
representantes diplomáticos, comercio no supervisado en cuatro puertos adicionales
y residencias extranjeras en Osaka y Edo. También se aceptó el concepto de extra-
territorialidad (los extranjeros estaban sujetos a las leyes de su país y no las de
Japón). Hotta perdió el apoyo de daimyō clave y cuando Tokugawa Nariaki se opuso a
un nuevo tratado, Hotta buscó el apoyo imperial. Los oficiales de la corte,
percibiendo la debilidad del shogunato, rechazaron las peticiones de Hotta y por
primera vez en muchos siglos involucraron al emperador en la política interna.
Cuando murió el shōgun sin un heredero designado, Nariaki apeló a la corte el apoyo
de su propio hijo, Tokugawa Yoshinobu, un candidato que tenía el apoyo de los
shinpan y tozama. Los fudai ganaron la lucha política instalando a Tokugawa
Yoshitomi, arrestaron a Nariaki y a Yoshinobu, ejecutaron a uno de los líderes
intelectuales del sonnō-jōi llamado Yoshida Shōin y firmaron tratados con los
Estados Unidos y otras cinco naciones, terminando con más de 200 años de
aislamiento.
Después de la Guerra Boshin, el sistema bakufu fue abolido y Tokugawa Yoshinobu fue
reducido al rango de un simple daimyo. La resistencia continuó durante 1868 y las
fuerzas navales del shogun al mando del Almirante Enomoto Takeaki siguieron la
lucha por otros seis meses en Hokkaidō, donde fundaron la efímera República de Ezo.
Próximo:
Imperio del Japón
1868-1945
Referencias
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