Coplas

LEYENDA

El sombreron

Esta leyenda relata que si encuentras a un hombre de baja estatura, vestido de

negro y tocando su guitarra a mitad de la noche puedes estar frente al Sombrerón.

También conocido como el Tzitzimite, que significa duende, el sombrerón es un

hombre de baja estatura, con un enorme y llamativo sombrero que cubre su
mirada, todo vestido de negro, calza siempre un par de botas ruidosas al andar y
un cincho brillante.
Camina siempre por los barrios de Guatemala, en especial en noches de luna
llena, acompañado de sus cuatro mulas y realizando un estruendoso ruido al
andar.

Su objetivo es enamorar a las muchachas de ojos grandes y cabello largo, las

conquista cantando rancheras con una hermosa voz y tocando su guitarra. Al
encontrar a la mujer más bella, el amarra sus mulas, toma su guitarra e interpreta
las mejores melodías para ella. Las mujeres inmediatamente quedan hipnotizadas.

Cuando logra encantar a alguien, él toma la cabellera de la dama y le hace una

enorme trenza, desde ese momento el alma de esa mujer, ya le pertenece. Al
robarles el alma, las mujeres no vuelven a dormir ni comer, hasta causarles la
muerte.
 Cuento
1. EL GATO DORMILON
Cuento Corto Infantil para niños y niñas, creado por: Alonzo G
Había una vez un gato muy dormilón que se pasaba los días y las tardes
enteras echado en el sofá. Siempre se preguntaban que es lo que hacía para
quedar tan exhausto, pero nadie lo veía haciendo otra cosa que no fuera
descansar.

Una noche su dueño tuvo la idea de ir a buscarlo y ver si también dormía

toda la noche, pero mientras bajaba la escalera pudo verlo… ahí estaba él,
sentado frente al acuario, viendo cómo dormía la tortuga. Sólo se quedó allí
mirando en silencio a su gato, despierto y sereno estaba cuidando el sueño
de su amiga tortuga.

Al día siguiente pudo verlo como de costumbre, durmiendo en el sofá y entonces pudo comprender el porqué
de su sueño durante el día, pero no notó que la tortuga también lo cuidaba desde su sitio.

FIN

Fabula

Canción infantil
Que llueva
Que llueva, que llueva,
 la vieja de la cueva,
los pajaritos cantan,
las nubes se levantan,

¡Qué si!
¡qué no!
que caiga un chaparrón,
con azúcar y turrón,
que rompa los cristales de la estación.

Que siga lloviendo

los pájaros corriendo
florezca la pradera
al sol de primavera

¡Qué si!
¡qué no!
que caiga un chaparrón,
con azúcar y turrón,
que rompa los cristales de la estación